Obras: Teogonía; Trabajos y días; Escudo 9788400098414, 9788400098421, 8400098412

Edición crítica de tres obras del poeta griego Hesíodo: "Teogonía", en la que se relata la genealogía de los d

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Spanish; Castilian Pages 387 [390] Year 2014

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ÍNDICE
HESÍODO Y HOMERO
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
AGRADECIMIENTOS
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Obras: Teogonía; Trabajos y días; Escudo
 9788400098414, 9788400098421, 8400098412

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HESÍODO

OBRAS TEOGONÍA



TRABAJOS Y DÍAS



ESCUDO

ALMA MATER COLECCIÓN DE AUTORES GRIEGOS Y LATINOS

Director: Francisco R. Adrados Secretaria: Helena Rodríguez Somolinos Comité Editorial: José Luis Calvo Vicente Cristóbal Luis Alberto de Cuenca Emilio Fernández-Galiano Antonio Ramírez de Verger

Ha revisado este volumen Aurelio Pérez Jiménez

HESÍODO

OBRAS TEOGONÍA



TRABAJOS Y DÍAS



ESCUDO

INTRODUCCIÓN, EDICIÓN CRÍTICA, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE

JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ DELGADO CATEDRÁTICO DE FILOLOGÍA GRIEGA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS M A D R I D

2014

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.

Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicacionesoficiales.boe.es EDITORIAL CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])

© Consejo Superior de Investigaciones Científicas © José Antonio Fernández Delgado ISBN: 978-84-00-09841-4 e-ISBN: 978-84-00-09842-1 NIPO: 723-14-103-3 e-NIPO: 723-14-102-8 Depósito Legal: M-22073-2014 Maquetación, impresión y encuadernación: IMPRENTA KADMOS IMPRESO EN ESPAÑA. PRINTED IN SPAIN

A mi mujer, Francisca Pordomingo, y a mis hijas, Olimpia y Alejandra, δῶρα θεάων (Th. 103)

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN GENERAL I. HESÍODO II. LA III. EL

Y

HOMERO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

XIII

.........................

XIX

POESÍA HESIÓDICA

V. EL

XXI XXX

HESÍODO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

XXXII

........................

XL

HESIÓDICA

MUNDO DE

VI. PARALELOS VII. LA

................

.......................

COMPONENTE AUTOBIOGRÁFICO

IV. CRONOLOGÍA

ORIENTALES

MANO DE

VIII. CONEXIÓN IX. OTRAS

HESÍODO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

LII

TRABAJOS Y DÍAS . . . . . . . .

LX

......

LXVIII

.......

LXXIV

ENTRE

TEOGONÍA

Y

MANIFESTACIONES DE LA POESÍA HESIÓDICA

X. LENGUA,

DICCIÓN FORMULAR, ESTILO Y MÉTRICA

......................

LXXXI

.................

LXXXV

......

XCII

...................

XCVIII

.........................

XCIX

XVI. SIGLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

CV

XI. TRANSMISIÓN XII. LOS

XIII. SOMERA

DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES CÓDICES

XIV. PRIMERAS XV. LA

DEL TEXTO

MANUSCRITOS MÁS ANTIGUOS

EDICIONES IMPRESAS

PRESENTE EDICIÓN

[IX]

ÍNDICE

BIBLIOGRAFÍA GENERAL 1. Ediciones siglos XX-XXI, comentarios, léxicos y escolios 1.1. Ediciones siglos XX-XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2. Comentarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.3. Índices y escolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Estudios generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Teogonía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Trabajos y Días . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. Hesiodica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . .

CVII CVII CVIII CVIII CVIII CXIII CXVI CXX

THEOGONIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Introducción: composición de la Teogonía . . . . . . . . . . . . . . . Texto, traducción y notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 3 12

OPERA ET DIES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Introducción: composición de los Trabajos y Días . . . . . . . . . Texto, traducción y notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

59 61 72

SCUTUM . . . . . . . . . . . . . . Introducción: composición, Escudo . . . . . . . . . . . . . Texto, traducción y notas . .

.............. rasgos de estilo y .............. ..............

[X]

....... datación ....... .......

. . . . . 115 del . . . . . 117 . . . . . 124

INTRODUCCIÓN GENERAL

I. HESÍODO

Y

HOMERO

Ya desde el llamado Agón de Homero y Hesíodo, relato datado en el siglo II d. C. pero cuyos antecedentes se remontan a la obra del rétor Alcidamante, del siglo IV a. C., la poesía hesiódica es contemplada a la luz, por no decir a la sombra, del genio homérico. Aun sin mencionar toda una amplia corriente de estudio que tiende a ver ecos y derivaciones homéricas en muchos usos y pasajes hesiódicos, todavía no es raro encontrar la figura de Hesíodo contemplada como un producto epigonal o una suerte de segundón con respecto a Homero. Posiblemente a ello se debe (al tiempo que ello es en parte resultado de) que de la poesía hesiódica sigan faltando intentos de análisis y valoraciones artísticas en los términos que a este tipo de poesía le corresponden. Lo cual, sin embargo, no ha impedido que la obra de Hesíodo constituyera un referente habitual, aunque tampoco todavía suficientemente estudiado como tal, en los diferentes géneros literarios de la época clásica, de la filosofía a la oratoria y de la tragedia a la comedia1; que los representantes más importantes de la poesía de la época helenística lo hayan admirado como a uno de los grandes maestros, incluso en competencia con Homero, a cuya grandiosidad contraponían su concisión, su capacidad de concentración, su grado de realismo o su didactismo2; y que, después de Homero, haya sido 1 Cf. C. Buzio, Esiodo nel mondo greco sino alla fine dell’etá classica, Milano, 1938; F. Solmsen, Hesiod and Aeschylus, Ithaca, 1949; y, más recientemente, I. Musäus, Der Pandoramythos bei Hesiod und seine Rezeption bis Erasmus von Rotterdam, Göttingen, 2004; G. W. Most (ed.), Hesiod: Theogony, Works and Days, Testimonia, Cambridge MA, 2006, LXIII-LXIX; G. R. Boys-Stones and J. H. Haubold (eds.), Plato and Hesiod, Oxford, 2010; H. H. Koning, Hesiod: the Other Poet. Ancient Reception of a Cultural Icon, Mnemosyne Suppl. 325, Leiden-Boston, 2010. 2 Cf. H. Reinsch-Werner, Callimachus Hesiodicus: die Rezeption der hesiodischen Dichtung durch Kallimachos von Kyrene, Berlin, 1976; A. Cameron, “Hesiodic Elegy”,

[XIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

uno de los autores más citados por los prosistas principales de la época greco-romana, una vez que la influencia de la enseñanza escolar, en la cual Hesíodo era uno de los autores obligados del programa de estudios, se hizo sentir en la producción literaria de la época3. La historia del improbable certamen entre ambos poetas tal vez tenga su punto de partida en un pasaje de Trabajos y Días (vv. 650662) en que el autor dice haber obtenido la victoria con un hymnos en los Juegos en honor de Anfidamante, rey de Calcis de Eubea (razón tal vez por la cual siglos después Plutarco secluyó esta sección del en Callimachus and his Critics, Princeton, 1995, pp. 362-386; Ch. Fakas, Der hellenistische Hesiod. Arats Phainomena und die Tradition der antiken Lehrepik, Wiesbaden, 2001; A. L. Gallego Real, El hipotexo hesiódico en los Phaenomena de Arato, Amsterdam, 2004; Ch. M. Schroeder, Hesiod in the Hellenistic Imagination, Diss. University of Michigan, 2006. 3 Aunque es mucho lo que queda todavía por hacer en este terreno, sobre la presencia de Hesíodo en Plutarco, por ejemplo, cf. A. Pérez Jiménez, “El Hesíodo de Plutarco”, en I. Gallo (ed.), La biblioteca di Plutarco (Atti del IX convengo plutarcheo, Pavia 13-15 giugno 2002), Napoli, 2004, pp. 37-46; J. A. Fernández Delgado, “Genealogía como pretexto, Teogonía como hipotexto y escuela como contexto en Plutarco”, en J. M. Nieto Ibáñez (ed.), El amor en Plutarco (Actas IX Simposio Internacional Sociedad Española de Plutarquistas), Univ. León, 2007, pp. 735-746; “Trabajos y Días como hipotexto de las piezas convivales de Plutarco”, en J. Ribeiro Ferreira, D. Leâo, M. Tröster & P. Barata Días (eds.), Symposion and Philanthropia in Plutarh (Actas VIII International Plutarch Society Congress (Universidad de Coimbra, septiembre 2008), 2009, pp. 19-29; “Héroes, enigmas y edad de los démones, de Hesíodo a Plutarco: la intertextualidad fragmentada”, en L. van der Stock, F. Titchener, H. G. Ingekamp & A. Pérez Jiménez (eds.), Gods, Daimones, Rituals, Myths and History of Religions in Plutarch’s Works. Studies devoted to Prof. Frederick E. Brenk (On Occasion of his 80th Birthday) by the International Plutarch Society, Utah, 2010, pp. 115-127; “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en J. M. Candau Morón, F. J. González Ponce & A. L. Chávez Reino (eds.), Plutarco transmisor (Actas del X Simposio Internacional de la Sociedad Española de Plutarquistas, Sevilla 2009), Sevilla, 2011, pp. 23-35. Sobre la influencia de Hesíodo en la poesía latina cf. A. La Penna, “Esiodo nella cultura e nella poesia di Virgilio”, en Hésiode et son influence, Entretiens Fondation Hardt sur l’Antiquité Classique 7, Vandoeuvres-Génève, 1962, pp. 213-270; P. Grimal, “Tibulle et Hésiode”, en Hésiode et son influence, 1962, pp. 271-301; M. L. West, “Echoes and imitations of the Hesiodic poems”, Philologus 113 (1969), 1-9; J. A. Fernández Delgado, “Sobre la tradición hesiódica de las Geórgicas”, Bimilenario de Virgilio, Helmantica 33 (1982), 281-290; “Ecos hesiódicos en las Odas de Horacio”, en J. C. Fernández Corte - R. Cortés Tovar (eds.), Actas Congreso Bimilenario de Horacio, Salamanca, 1994, pp. 229-305.

[XIV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

poema en el comentario que hizo del mismo). Si bien en la ficción biográfica del relato la brillantez del poeta de la Ilíada y la Odisea se impone en el juego de preguntas y respuestas que constituye esta especie de catecismo escolar, al final el árbitro del certamen, curiosamente, concede el premio a Hesíodo por lo instructivo y pacifista de su mensaje, ratificando así el peligro de un enfrentamiento entre ambos poetas que la seclusión del Queronense sin duda se propuso conjurar4. Si no por su valor histórico, el testimonio del Agón es importante por lo que entraña de reconocimiento de estas dos corrientes poéticas, la épico-heroica representada por Homero y la didáctica de Hesíodo, en el seno del epos tradicional5. Al margen de la diferente orientación de ambas tradiciones poéticas, la confrontación entre sus representantes ha venido dada por los elementos de afinidad claramente visibles en su forma de expresión externa. El verso de que se sirven es en ambos casos el hexámetro y la lengua es esencialmente el mismo conglomerado dialectal de base jonia con un importante componente eolio y algunos rasgos micénicos, cuyo artificioso origen solamente se explica en el curso de los siglos de composición oral en que se ha ido gestando la tradición poética y a cuya técnica compositiva el polimorfismo lingüístico presta eficazmente su función. Es más, los modernos estudios sobre la lengua de Hesíodo han podido comprobar cómo el componente dialectal jonio, el cual corresponde al estrato más reciente en el transcurso de la tradición poética, es más acusado en la poesía hesiódica que en la homérica6. Como la poesía homérica, también la hesiódica hace uso de un amplio y variado aparato formulario, en parte común a ambas y en parte específico de la poesía hesiódica, en su conjunto y en particular para cada uno de los géneros que cabe distinguir en el seno de

4 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, Actas Simposio Sevilla, 2011. 5 Cf. R. Rosen, “Homer and Hesiod”, en I. Morris & B. Powell (eds.), A New Companion to Homer, Leiden, 1997, pp. 463-488. 6 Cf. G. P. Edwards, The Language of Hesiod in its Traditional Context, Oxford, 1971, pp. 122-140 (especialm. 130s., 139s.) y reseña de J. A. Fernández Delgado, Emerita 41 (1973), pp. 243-247; A. C. Cassio, “The Language of Hesiod and the Corpus Hesiodeum”, en F. Montanari, A. Rengakos & Ch. Tsagalis (eds.), Brill’s Companion to Hesiod, Leiden-Boston, 2009, pp. 179-201.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

la poesía didáctica7. El principio de extensión formularia, o tendencia de la técnica de composición oral a disponer del más amplio juego de fórmulas posible para la expresión de un determinado concepto en cualquier posición del hexámetro, así como el complementario principio de economía, que evita recargar la memoria del aedo con expresiones innecesariamente redundantes, parecen operar en el empleo de la dicción hesiódica al igual que en la homérica, del mismo modo que ambas se aproximan en su elevado porcentaje de encabalgamiento no forzoso frente al tipo de encabalgamiento obligado, propio de la épica escrituraria8. Con todo, ciertos rasgos lingüísticos aislados así como un determinado número de fórmulas que la poesía hesiódica comparte con algunas manifestaciones del epos continental (algunos de los llamados Himnos Homéricos, fragmentos de la épica arcaica, oráculos), cuando no ambos tipos de datos combinados, al margen de la poesía homérica propiamente dicha, han sido interpretados como huellas de la tradición poética septentrional del continente, de cuya rama meridional, tras la oleada emigratoria postmicénica, habría de surgir la poesía épico-jónica de Homero, independientemente de que, una vez difundida esta, influyera a su vez en la progresiva jonización de la anterior9. Otro punto de afinidad entre la poesía hesiódica y la homérica es la tendencia a su organización en ciclos que ambas manifiestan y que al menos desde época bizantina ha dado lugar al llamado Ciclo 7 Cf. J. de Hoz Bravo, “Poesía oral independiente de Hornero en Hesíodo y los himnos homéricos”, Emerita 32 (1964), pp. 283-298; C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici della Grecia arcaica, Roma, 1972; J. A. Fernández Delgado, La poesía gnómica griega: una forma de expresión de la antigua poesía de composición oral, Tesis Doctoral Universidad de Salamanca, 1976; “Poesía oral gnómica en Los Trabajos y los Días: una muestra de su dicción formular”, Emerita 46 (1978), pp. 141-171. 8 Cf. G. P. Edwards, The Language of Hesiod, 1971, pp. 55-73; B. Peabody, The Winged Word. A Study in the Technique of Ancient Greek Oral Composition as Seen Principally through Hesiod’s Works and Days, Albany-N.Y., 1975 y Reseña de J. A. Fernández Delgado, Emerita 46 (1978), pp. 466-468; P. Mureddu, Formula e tradizione nella poesia di Esiodo, Roma, 1983. 9 Cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici, 1972, pp. 34-74; 111-196 y Reseña de J. A. Fernández Delgado, Emerita 43 (1975), pp. 286-289; C. O. Pavese, Studi sulla tradizione epica rapsodica, Roma, 1974; A. C. Cassio, “The language of Hesiod and the Corpus Hesiodeum”, Brill’s Companion to Hesiod, 2009, en parte no de acuerdo con esta postura.

[XVI]

INTRODUCCIÓN GENERAL

épico, el cual comprende todos aquellos poemas que intentaban completar la temática mítica no tratada en los poemas conocidos y que a nosotros han llegado solamente en escasos fragmentos o en los resúmenes que Focio (siglo IX) hizo de los que ya Proclo (siglo V) había llevado a cabo de los poemas del ciclo troyano. Además de estos, que trataban historias míticas que precedían o seguían a las recogidas en los dos grandes poemas homéricos, había un ciclo tebano, el cual, entre otros poemas que recogían la saga completa de la conquista de Tebas y la historia de Edipo, se remontaba hasta una Titanomaquia, en la línea de la conocida por la Teogonía y comenzando por la unión de los cielos y la tierra y la procreación de los Cíclopes y los Centímanos, si es que este poema pertenecía realmente al ciclo tebano y no al de las teogonías conocidas aparte de la referida en el tratado órfico transmitido por el papiro de Derveni10. También entre la Ilíada y la Odisea hay una cierta relación cíclica, habida cuenta que el hilo argumental de la segunda, el retorno del héroe a su patria tras la finalización de la guerra de Troya, arranca a partir del momento en que la Ilíada ha puesto fin al relato de esta. De entre los poemas hesiódicos, por su parte, la conexión entre Teogonía y Trabajos y Días va mucho más allá de lo abarcado por el concepto de lo cíclico y tampoco se deja resumir en una contraposición del tipo guerra y paz como la que caracteriza a los poemas homéricos, pero el catálogo de uniones de Zeus y otros dioses con diosas y con mortales, y viceversa, que pone fin a Teogonía (vv. 886ss.), encuentra una continuación en el de las Eeas, de una de cuyas uniones, la de Alcmena con Anfitrión, el Escudo destaca el episodio particular de la lucha de Heracles contra Cicno y la descripción de su escudo; de igual modo, una Ornitomancia denegada a Hesíodo por Apolonio Rodio y aceptada por los escolios antiguos de Trabajos y Días, pretendía ser-

10 Cf. G. L. Huxley, Greek Epic Poetry, London, 1969; A. Bernabé, Fragmentos de épica griega arcaica, Madrid, 1979, pp. 7-11, 19-28; “La teogonía órfica del papiro de Derveni”, Arys 2 (1999), pp. 301-338; R. Janko, “The Physicist as Hierophant: Aristophanes, Socrates and the Authorship of the Derveni Papyrus”, ZPE 118 (1997), pp. 61-94; G. Betegh, The Derveni Papyrus: Cosmology, Theology and Interpretation. A Preliminary Reading, Critical Edition and Translation, Cambridge, 2004; K. Tsantsanoglou, G.M. Parássoglou & T. Kouremenos (eds.), The Derveni Papyrus, Florence, 2006.

[XVII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

vir de continuación a la temática astrometeorológica y adivinatoria característica de la última parte del poema. Si la formularidad de la dicción hesiódica así como la implicada en la tendencia a la autonomía semántica que muestran sus hexámetros o en el propio polimorfismo lingüístico de su mixtificación dialectal apuntan a una tradición poética de composición oral lo mismo que la homérica, y su común carácter cíclico a una peculiaridad de dicha tradición según la cual las “obras” del aedo eran concebidas como partes de un todo único, la uniformidad de la mezcla dialectal de la lengua de Hesíodo con respecto a la homérica así como su común y progresivo proceso de jonización responden sin duda a su vocación panhelénica y a su afán de traspasar las estrechas fronteras beocias. Es el momento en que la reciente aparición de otros fenómenos culturales de amplio alcance, como la adaptación y difusión del alfabeto, la consolidación del importante centro oracular délfico, el establecimiento de los Juegos Olímpicos y demás certámenes atlético-culturales de carácter “internacional”, así como la movilidad que trajo consigo el fenómeno de las colonizaciones, contribuyen igualmente a la comunicación e intercambio entre las élites sociales y a superar las barreras de lo local y la diversificación cultural del mundo griego arcaico. Al menos desde Heródoto (II 53, 2), Hesíodo y Homero pasan por ser los creadores de una teodicea para todos los griegos y en las grandes fiestas panhelénicas las competiciones de rapsodos ejecutaban y difundían por igual la poesía heroica y la didáctica, como demuestra todavía ese excepcional testimonio sobre la actividad de estos poetas tradicionales que es el Ión de Platón, a propósito de su repertorio homérico y hesiódico (531 a-c). Las venerables Musas que habitan el beocio monte Helicón y de él reciben su nombre (Th. 1ss.), a cuyo pie apacentando su rebaño cuenta Hesíodo (Th. 22ss.) que se le aparecieron para transmitirle el don de la inspiración poética, pasan a ser designadas por este con el panhelénico epíteto de Olímpicas o Piérides (Th. 25, 52, 53, cf. 75, 114 y también Op. 1) desde el momento en que a los demás pastores, es decir, aquellos, se supone, que a diferencia de Hesíodo refieren versiones poéticas y se dirigen a audiencias de la región (del tipo, tal vez, de la teogonía cantada por Hermes en el himno “homérico” a él dedicado, vv. 427-433), los motejan de “tan solo vientre” y les informan de que ellas “saben contar mentiras [XVIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

que parecen verdades, pero también saben, cuando quieren, decir la verdad” (Th. 26-28)11. II. LA

POESÍA HESIÓDICA

Ahora bien, más allá de los evidentes rasgos de afinidad formal entre la poesía hesiódica y la homérica, en la medida en que una y otra son manifestaciones del epos de tradición oral, no son menores las diferencias que entre ambos tipos de poesía pueden observarse. Estas empiezan ya por la extensión y la orientación de los respectivos poemas, que en el caso de Homero son de amplias dimensiones y con clara tendencia a la ornamentación y la dramatización, mientras que los hesiódicos son mucho más breves, más concentrados en su forma expositiva y más interesados en aleccionar, sin dejar de intentar deleitar al mismo tiempo. La temática de los primeros es la propia de la épica heroica, de ambiente más o menos bélico, enfrentamiento con pueblos foráneos y código de valores como el del honor, según aparece representada en la poesía épica de diversos pueblos europeos y aun cuando la Odisea parte del género del nostos o poema de retorno, propio de la épica griega, para inscribirse en otro, más universal, que es el del relato de viajes y aventuras. Tanto el tema de la Teogonía como el de Trabajos y Días son en mayor o en menor medida didácticos y centrados en la cultura pública de la naciente polis, conocimiento de 11 Cf. G. Nagy, “Hesiod and the Poetics of pan-Hellenism”, en Greek Myhtology and Poetics, Ithaca, N. Y., 1990, pp. 36-82. Esta interpretación del pasaje teogónico parece preferible a la tradicional, que cree ver en él una contraposición entre las verdades de la poesía hesiódica y la ficción de los poemas homéricos, y a otras varias que se han propuesto, cf. H. Maehler, Die Auffassung des Dichterberufs im frühen Griechentum, Göttingen, 1963, pp. 35-48; W. Stroh, “Hesiods lügende Musen,” in H. Görgemanns and E. A. Schmidt (eds.), Studien zum antiken Epos, Meisenheim am Glan,1976, pp. 85-112; P. Pucci, Hesiod and the Language of Poetry, Baltimore-London, 1977, pp. 8-44; G. Ferrari, “Hesiod’s mimetic Muses and the strategies of deconstruction”, in A. Benjamin (ed.), Post-Structuralist Classics, New York, 1988, pp. 45-78 (valoración de Pucci et al.); H. Neitzel, “Hesiod und die lügenden Musen,” Hermes 108 (1980), pp. 387-401; L. H. Pratt, Lying and Poetry from Homer to Pindar: Falsehood and Deception in Archaic Greek Poetics, Ann Arbor, 1993, pp. 106-113; K. B. Stoddard, The Narrative Voice in the Theogony of Hesiod (Mnemosyne Suppl. 255), Leiden, 2004, pp. 68ss.; “The Muses and the mortal narrator: how gods relate to humankind in the Theogony,” Helios 32 (2005), pp. 1-28.

[XIX]

INTRODUCCIÓN GENERAL

las jerarquías y genealogías divinas y de la organización del cosmos en el primer caso y aconsejamiento gnómico y social a los humanos enmarcado en un contexto biográfico y justificado o ilustrado con mitos y fábula en el segundo. De acuerdo con ello, el objeto de inspiración que el aedo pide a la Musa en el proemio del poema épico son las historias del pasado heroico; en el proemio de la Teogonía, en cambio, las Musas conceden a Hesíodo el don de cantar el futuro como el pasado (τά τ᾿ ἐσσόμενα πρό τ᾿ ἐόντα, v. 32) y de celebrar la estirpe de los dioses sempiternos (μακάρων γένος αἰὲν ἐόντων, v. 33), en el proemio de Trabajos y Días el poeta les pide que canten a Zeus, garante de la justicia, y él pueda contar verdades a su hermano Perses (ἐτήτυμα μυθησαίμην, v. 10)12. De hecho, entre los dos poemas hesiódicos puede vislumbrase la presencia de un hilo conductor que une el paulatino proceso de la entronización olímpica de Zeus tras las sucesivas generaciones de dioses y en relación con los hombres, en Teogonía, con su patronazgo de la justicia, a cuyo amparo se exhorta a los humanos en Trabajos y Días al cumplimiento de esta en todos los órdenes de la vida, por el propio beneficio y empezando por la justa atención a cada trabajo en su momento, es decir, el ordenamiento moral en su contexto social y económico; de modo que el tiempo de que trata el primer poema es el de la prehistoria divina de Zeus olímpico y del propio poeta, mientras que el segundo se instala en el tiempo de Hesíodo, cuando el padre de los dioses gobierna y ha conocido ya su encumbramiento13. Nada similar encontramos en los poemas homéricos, por más que su tiempo referencial se sitúe en un mismo período intermedio, la generación de los héroes (anterior a la generación de hierro, en la que la ha tocado vivir a Hesíodo, Op. 176), ambos tengan como contexto el mito de la guerra de Troya y compartan algunos de sus protagonistas, y la acción del relato odiseico, el nostos de Ulises, comience a partir del momento, el final de la guerra, en que llega a su fin la acción de la Ilíada. 12 Cf. R. Rosen, “Homer and Hesiod”, en A New Companion to Homer, 1997. ἐτήτυμα es reduplicación expresiva de ἔτυμα, Th. 27 (P. Chantraine, Dictionnaire Étymologique de la Langue Grecque, Paris, 1968, s. v.), de modo que, si este término se refiere a los contenidos de la poesía panhelénica frente a las versiones epicóricas, el primero se referirá igualmente a verdades de alcance universal. 13 Cf. J. Strauss Clay, Hesiod’s Cosmos, Cambridge, 2003, pp. 5ss.

[XX]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Con todo, el rasgo diferencial entre los poemas hesiódicos y los homéricos que más ha llamado la atención de la crítica, que en ello ha querido ver un afán de individualidad por parte del poeta beocio frente a la tradicionalidad de la poesía homérica, es su actitud autorial y autobiografista en contraposición a la anonimia de la épica, contraposición que algún autor ha creído intencionada en ciertos pasajes de Trabajos y Días que aluden al mito troyano, como la mención, al referirse al puerto de Áulide, de que de allí partió la flota griega hacia Troya (vv. 651-653), o, al hablar de la generación de los héroes, de que murieron víctimas de aquella guerra (v. 161ss.); sin embargo, una alusión intertextual, también operativa, aunque más difusa, en la poesía oral más allá de la contradicción terminológica, puede explicar la cuestión más fácilmente14. III. EL

COMPONENTE AUTOBIOGRÁFICO

En realidad la única mención del nombre de Hesíodo en los poemas a él atribuidos tiene lugar en el pasaje del proemio de Teogonía, ya aludido, en que el poeta dice de sí mismo, eso sí en tercera persona, que, cuando se hallaba pastoreando sus ovejas al pie del Helicón, se le aparecieron las Musas y le “enseñaron el hermoso canto” (Αἵ νύ ποθ᾿ Ἡσίοδον καλὴν ἐδίδαξαν ἀοιδήν, / ἄρνας ποιμαίνονθ᾿ Ἑλικῶνος ὑπὸ ζαθέοιο, vv. 22s.). Esta sola referencia biográfica del poema responde sin duda a la típica escena de inspiración poética, en realidad la más antigua de que tenemos noticia en la literatura griega y la que sirvió de modelo a muchas otras que vinieron luego, desde Arquíloco (Test. 4 Tarditi)15 a

14 Cf. M. Griffith, “Personality in Hesiod”, Cl Ant 2/1 (1983), pp. 37-65; G. Nagy, “Authorization and Authorship in the Hesiodic Theogony ”, Ramus 21 (1992), pp. 119130 = “Autorité et auteur dans la Théogonie hésiodique”, en F. Blaise, P. Judet de La Combe & P. Rousseau (eds.): Le métier du mythe. Lectures d’Hésiode (Cahiers de Philologie, 16), Villeneuve d’Ascq, 1996, pp. 41-52; R. Rosen, “Homer and Hesiod”, A New Companion to Homer, 1997; J. Strauss Clay, Hesiod’s Cosmos, 2003, p. 3. 15 Cf. C. Brillante, “Archiloco e le Muse”, QUCC n.s. 35 (1990), pp. 7-20; D. Berranger, “Archiloque et le rencontre des Muses a Paros”, REA 94 (1992), pp. 175-185. Sobre el esquema del encuentro cf. Ar. Cameron, “The Form of the Thalysia”, en Miscellanea di studi alessandrini in onore di A. Rostagni, Torino, 1963, pp. 301-302.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

Calímaco16, y, si en estas nadie deja de reconocer lo que en ellas hay de topos convencional y de expresión metafórica de una vivencia difícil de explicar, tampoco parece legítimo darle mayor crédito en el caso de Hesíodo por el hecho de que este es más antiguo. Que un pastor de ovejas, por otra parte, pueda haber ejercido a la vez como ἀοιδός no parece imposible en la Beocia de la época arcaica, pero hay que tener en cuenta que, si el poeta de Trabajos y Días fuera el mismo de Teogonía y a él hubiéramos de asignarle también un oficio, el que se deduce del contexto socio-económico en que se inscribe aquel poema es el de un campesino autónomo, el cual no suele coincidir generalmente con el de pastor. Por lo que se refiere a la diferencia con Homero y al presunto individualismo hesiódico, parece razonable que el proemio del poema sapiencial (designación más ajustada que la de didáctico sin más), que contiene verdades que podemos calificar de reveladas, como es la Teogonía, conlleve una mayor personalización del portavoz de la divinidad; lo mismo ocurre con el proemio de Trabajos y Días (vv. 1-10), donde el poeta pide a las Musas que canten a Zeus como garante de la justicia y pide al dios que la haga cumplir, y que él mismo pueda contar “verdades” a Perses, con la diferencia, eso sí, de que en este poema el nombre de Hesíodo no es mencionado17. Los datos de tipo personal y autobiográfico que el poeta de Trabajos y Días disemina a lo largo de su adoctrinamiento son, por un lado, el ya mencionado sobre su participación en los juegos en honor de Anfidamante que tuvieron lugar en Eubea y donde él venció con un canto, obteniendo como premio un trípode que dedicó a las Musas del Helicón (“allí donde por primera vez lo pusieron en la ruta del sonoro canto”: ἔνθα με τὸ πρῶτον λιγυρῆς ἐπέβησαν ἀοιδῆς, v. 659), el cual, aparte de comparecer en un momento más que avanzado de la composición, no hace sino ilustrar un aspecto convencional del aedo,

16 Cf. E. Livrea, “Callimaco, fr. 114 Pf., il Somnium ed il prologo degli Aitia”, Hermes 123 (1995), pp. 47-62 = Da Callimaco a Nonno. Dieci studi di poesia ellenistica, Firenze, 1995, p. 26 y n. 27; A. Cameron, Callimachus and his Critics, Princeton, 1995, particularmente pp. 380-386 “sulla tipologia della ‘Hesiodic elegy’ ”. 17 Cf. R. Rosen, “Homer and Hesiod”, A New Companion to Homer, 1997; R. S. Scodel, “Poetic Authority and Oral Tradition in Hesiod and Pindar”, en J. Watson (ed.), Speaking Volumes. Orality and Literacy in the Greek and Roman World, Leiden – Boston – Köln, 2001, pp. 109-137.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

que era su participación en los concursos festivos y cultuales que constituían las ocasiones habituales de su actuación. De hecho la referencia autobiográfica se inserta en la sección parenética sobre la navegación para demostrar que el conocimiento que el poeta tiene del tema no es empírico sino fruto, una vez más, de la enseñanza de las Musas (Μοῦσαι γάρ μ’ἐδίδαξαν ἀθέσφατον ὕμνον ἀείδειν, v. 662)18. Otra cosa es la relación que el detalle de la dedicatoria del trípode y esta otra mención de la inspiración por parte de las diosas puedan guardar con el citado pasaje de la aparición de las Musas a Hesíodo y el v. 22 de Teogonía, de cuya segunda mitad postpentemímera la mitad correspondiente del v. 659 constituye un doblete formular. Aunque mucho menos explotado que otros, posiblemente no hay otro punto de conexión entre ambos poemas tan concreto y elocuente como este, pero la propia transgresión a la economía formular que supone el mencionado doblete, aunque no se trate, ni mucho menos, de un hecho aislado en la poesía de tradición oral puede hacer pensar en una relación de tipo intertextual más que en una derivación directa. Datos más estrictamente individuales de la vida del poeta son ofrecidos en otros dos pasajes, de los cuales no solo en la Antigüedad, como de los que acabamos de citar, se han servido sus biografías19, sino que también por muchos estudiosos modernos han sido utilizados como componente esencial del poema y elemento particular frente a la poesía homérica. El primero es el que, en los vv. 33-39, alude a un pleito por el reparto de la herencia habido con Perses, a quien ya desde el último verso del proemio dirige el poeta de vez en cuando, y más que nada en la sección relativa a la justicia, su aleccionamiento (vv. 10, 27, 213, 274, 286, 299), hasta que, a partir del v. 397, su nombre deja de aparecer hasta el v. 611, que indica el final de los traba18 Cf. R. Rosen, “Poetry and Sailing in Hesiod’s Works and Days”, CA 9 (1990), pp. 99-113. 19 Además del Certamen citado y restos de Vitae Hesiodi (Homeri Opera V, ed. Th. W. Allen, Oxford, 19462), un papiro (P. Oxy 3537) ha proporcionado no hace mucho una ilustrativa etopeya sobre el tema de Hesíodo al ser inspirado por las Musas, cf. P. Parsons, The Oxyrhynchus Papyri L (1983), pp. 59-64; G. Agosti, “P.Oxy. 3537R: etopea acrostica su Esiodo”, ZPE 115 (1997), pp. 1-5; H. Bernsdorff, “Hesiod – ein zweiter Vergil? (Bemerkungen zu P.Oxy.3537R, 3-28)”, en S. Döpp (Hrsg.), Antike Rhetorik und ihre Rezeption, Symposion zu Ehren von Professor Dr. Carl Joachim Classen D. Litt. Oxon. am 21. und 22. November 1998 in Göttingen, Stuttgart, 1999, pp. 63-83.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

jos del campo, y luego en los versos 633 y 641, de los cuales precisamente el uno, en el que el poeta declara explícitamente por primera vez que Perses es su hermano, abre y el otro cierra la otra sección autobiográfica del poema. Tras la mención de la partija (v. 37) el poeta echa en cara a Perses cómo este se apoderó de muchas cosas sobornando a los corruptos reyes-jueces (δωροφάγους, v. 39). En el otro pasaje autobiográfico (vv. 633-640) el poeta recuerda a Perses cómo el padre de ambos se embarcó y dejando Cime, en la costa eolia, vino a establecerse, huyendo de la pobreza, en la miserable aldea de Ascra (χεῖμα κακῇ, θέρει ἀργαλέῃ οὐδέ ποτ’ ἐσθλῇ, v. 640), junto al Helicón. La referencia al Helicón, como vemos, es un dato común a los tres pasajes autobiográficos, el presente, el de la corta travesía a Eubea y el de la aparición de las Musas en Teogonía, que aluden a la patria del poeta, lo cual probablemente constituye el argumento más fuerte que se puede esgrimir en pro de la autoría hesiódica de ambos poemas. Ahora bien, ya el historiador Éforo se extrañaba de la absurda decisión del padre de Hesíodo de abandonar una ciudad colonial y buscar el escape a la pobreza en una aldea tan pobre como era la mencionada, a cuya aporía, partiendo del testimonio de Pausanias IX 31, 3, se ha dado la explicación de que Ascra, por hallarse cerca de Tespias, importante centro de culto a las Musas, debía de ser un lugar propicio para el negocio20. Por el contrario, a los ojos de un moderno visitante, el paraje, situado en una fértil llanura al pie de la montaña, no parece, ni mucho menos, inhóspito21, con lo cual cabe la posibilidad de que el poeta haya exagerado las tintas negativas del lugar22 para ade20 P. Walcot, “The Composition of the Works and Days”, REG 72 (1961), pp. 4-7. De hecho el agón de Tespias, el festival beocio más importante tras el délfico y cuyo culto a las Musas se remonta ya a la época arcaica, perduró hasta más allá de la época helenística, lo cual da pie para preguntarse si la pervivencia del culto se debe al prestigio de la poesía hesiódica o si por el contrario este se benefició de la propaganda que el primero ejercía, cf. A. Manieri, Agoni poetico-musicali nella Grecia Antica, 1. Beozia, Pisa-Roma, 2009 y mi Recensión en Exemplaria Classica 14 (2010), pp. 329-332. 21 Cf. P. W. Wallace, “Hesiod and the Valley of the Muses”, Greek-Roman and Byz. Stud. 15 (1974), pp. 5-24. 22 El verso Ἄσκρῃ, χεῖμα κακῇ, θέρει ἀργαλέῃ οὐδέ ποτ’ ἐσθλῇ, compuesto por cuatro cola rítmicos, asindético, a base de bisílabos casi todo él, con reiterada asonancia interna a-e y marcado homeoteleuton, tiene todo el aire de un proverbio, más o menos adaptado al hexámetro, del tipo de nuestro “(nombre de un pueblo) monte sin leña, río sin pesca, hombres sin conducta, mujeres sin vergüenza”.

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cuarlo lo más posible al topos que contrapone la seguridad de vivir en tierra firme frente a los peligros del mar23. De hecho este pasaje biográfico se enmarca en el párrafo introductorio y más general de la sección de los trabajos del mar, el cual alecciona sobre el período, invernal, en el que el barco debe permanecer varado, hasta que llegue el tiempo propicio para hacerse a la mar, cargar el barco y ganarse así la vida (vv. 630-632). La función desempeñada por la referencia a su padre y su experiencia marina en este contexto es la de servir de exemplum del aconsejamiento, como suele ser habitual en el discurso gnómico; o, en este caso, más bien de contraexemplum o ejemplo disuasorio aun cuando su concisión no lo hace del todo explícito, pues lo que le ocurrió a su padre ha sido lo contrario de lo que se espera de una aventura en ultramar: en vez de hacer las américas en la colonia eolia de Cime tuvo que salir de allí empobrecido para buscar cobijo en un mísero pero seguro rincón de Beocia. En cuanto a la función desempeñada por la referencia autobiográfica de los versos 33-39, es decir, la primera que tiene lugar en el poema, es de un carácter tan ilustrativo como cualquiera de las otras dos, en este caso de aplicación por parte del poeta de la recomendación de abstenerse de andar de picapleitos y no dejarse llevar por el espíritu de la Disputa (Ἔρις) mientras no se tenga en casa el alimento diario que el trabajo proporciona, aplicación, digo, al intento de Perses de atentar de nuevo contra la propiedad del poeta después de haberse repartido ya la herencia, aunque tampoco en este pasaje se advierte especial interés en explicar bien el asunto24. No se trata de negar la posible existencia de un pleito por la herencia entre los dos hermanos, pero tampoco de defender, como a veces se ha hecho, que el resto del poema está en función de aquel, constituyendo poco menos que la declaración de Hesíodo como imputado25. Sin negar su reper23 Ἐν γῇ πένεσθαι μᾶλλον ἢ πλουτοῦντα πλεῖν dice una sentencia menandrea recogida por Apostolio (Corpus Paroemiographorum Graecorum, eds. E. L. a Leutsch - F. G. Schneidewin, 402, 27). 24 Cf. W. J. Verdenius, A Commentary on Hesiod, “Works and Days” vv. 1-382, Mnemosyne Suppl. 86, Leiden, 1985, comm. ad v. 35; A. Ercolani (ed.), Esiodo, Opere e giorni, Roma, 2010, pp. 49ss. 25 Cf. B. A. van Groningen, “Hésiode et Persès”, Meded. Kon. Ned. Akad. v. Wet. 20, 6 (1957), pp. 153-166; M. Skafte Jensen, “Tradition and Individuality in Hesiod’s Works

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cusión en los pasajes que ulteriormente amonestan sobre el cumplimiento de la justicia, incluido el de la fábula del gavilán y el ruiseñor, los cuales son significativa y alternativamente dirigidos a Perses y a los reyes-jueces (vv. 202, 213, 248, 274), lo que realmente importa a la intención del poema es que el pasaje en cuestión se inscribe en el marco de un párrafo gnómico-parenético de alcance general, del cual constituye una especie de caso práctico, que es la doctrina de las dos clases de Eris, una Eris perniciosa que provoca la guerra y una Eris benéfica que impulsa al trabajo, con la que, tras el proemio, comienza el poema propiamente dicho. Dicho párrafo contiene ya in nuce los que van a ser los dos temas principales del poema parenético, la justicia y el trabajo, o, mejor dicho, el trabajo como antídoto contra la injusticia, cuyo amplio alcance y derivaciones desbordan con creces el proceso judicial de Hesíodo con su hermano26. Ya hemos dicho cómo, una vez sobrepasada la serie de amonestaciones sobre la justicia y comenzadas las que se refieren al trabajo, es decir, del v. 286 y 299 en adelante, las interpelaciones a Perses aparecen mucho más espaciadas o no aparecen en absoluto, con lo cual el receptor de la parénesis es la audiencia del aedo en general, sin que haya dejado de serlo al mismo tiempo en el caso del aconsejamiento formalmente dirigido ya sea a Perses ya sea a los reyes-jueces. Sin pretender negar la posible existencia de Perses y la conflictiva relación con su hermano, lo importante es que su función en el poema no es menos literaria y convencional que la desempeñada por Cirno, el amado de Teognis, en la syllogé gnómica a él atribuida o por Pausanias, el discípulo de Empédocles, en su tratado sobre la naturaleza. De hecho no solo en Grecia —donde, dentro del propio corpus de obras atribuidas a Hesíodo tenemos algunos restos de unas gnómicas Cheíronos hypothékai, se supone que dirigidas a Aquiles, el mítico discípulo del centauro Quirón— sino en las diversas culturas es un tópico de la literatura parenética el dirigir el aconsejamiento de alcance universal a una persona determinada, lo cual le presta un mayor interés y dramatismo: and Days”, Classica et Medievalia 27 (1966), pp. 1-27; M. Gagarin, “Hesiod’s Dispute with Perses”, TAPhA 104 (1974), pp. 103-111. 26 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre forma y contenido de Los Trabajos y los Días”, en J. A. Fernández Delgado (ed.), Estudios de forma y contenido sobre los géneros literarios griegos, Universidad de Extremadura, 1982, pp. 9-29.

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suele ser un preceptor, ya sea un visir, en el caso de Egipto, o una sibila, en la poesía antiguo-nórdica, a su discípulo, o bien puede ser un rey o un padre cualquiera a su hijo, como en el caso de Odín a Loddfafnir en el poema Loddfafnismal del nórdico Edda, en las Enseñanzas de Ptah-hotep y las Instrucciones de Merikare egipcias, en los Consejos de sabiduría babilonios o en los bíblicos Proverbios de Salomón27. Al parecer es también tópico en este tipo de poesía su encuadre dramático (Rahmenerzählung) en un cierto marco biográfico que le preste “actualidad”28, independientemente de lo que de aportación individual pueda haber en la adaptación hesiódica al conflicto con su hermano y la velada crítica a una nobleza corrupta que ello le permite hacer. Así pues, a la idea tradicional de la poesía hesiódica como un producto de carácter individual frente a la anónima poesía homérica, contraposición cuya clave se ha querido ver con frecuencia en la utilización de la escritura por parte de Hesíodo29, poco a poco se ha ido imponiendo otra que contempla sus referencias biográficas a la luz del marco convencional y característico del tipo de poesía sapiencial en cuyo género se inscribe. Más aún, en el epos de tradición oral, del mismo modo que cada obra se siente no como un producto totalmente separado sino formando parte de un universo poético, el autor, tanto Hesíodo como Homero, más que tal, es como una marca de su propia tradición, es el eslabón más importante de la cadena que da continuidad y presta su voz a la misma. Ello es lo que permite que a su nombre pueda ser adscrita, como en el caso de Hesíodo y de Homero, toda una producción de similares características compuesta por aedos 27 Cf. P. Walcot, Hesiod and the Near East, Cardiff, 1966, pp. 86ss.; 104ss. M. L. West, Hesiod, Works and Days, Oxford, 1978, pp. 3-25; The East Face of Helicon. West Asiatic Elements in Greek Poetry and Myth, Oxford, 1997, pp. 306ss. 28 Cf. F. Dornseiff, “Hesiods Werke und Tage und das alte Morgenland”, Philologus 89 (1934), pp. 397-415 y en E. Heitsch (ed.), Hesiod, Darmstdat, 1966, pp. 239-274. 29 Cf. no hace mucho tiempo E. Stein, Autorbewusstsein in der frühen griechischen Literatur. Scriptoralia 17, Tübingen, 1990, pp. 23s.; G. W. Most, “Hesiod and the Textualization of Personal Temporality”, in G. Arrighetti and F. Montanari (eds.), La Componente autobiografica nella poesia greca e latina fra realtà e artificio letterario: Atti del Convegno Pisa, 16-17 maggio 1991, Pisa, 1993, pp. 73-92. La postura contraria en P. Judet de la Combe, “L’Autobiographie comme mode d’universalisation: Hésiode et Hélicon”, ibid., pp. 25-39.

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que vinieron luego. Hesíodo es el portavoz del epos didáctico al igual que Homero lo es del epos heroico30, y de los dos poemas más unánimemente atribuidos al primero, Teogonía y Trabajos y Días, si en alguno de ellos se puede vislumbrar un poco más la acción específica del poeta dentro de la tradición es precisamente aquel, la Teogonía, que se ajusta a un patrón composicional más uniforme, aun cuando en él el elemento autobiográfico desempeña un papel más tangencial, mientras que en Trabajos y Días, donde el componente autobiográfico es más persistente pero la acumulación de materiales es más diversificada y la propia dramatización personalizada del aconsejamiento gnómico es ya tradicional, la aportación particular del poeta es mucho más difícil de aprehender31. Otro aspecto interesante de la biografía hesiódica, no por lo que pueda aportar a una hipotética reconstrucción de esta, sino por la luz que puede arrojar sobre el verdadero carácter de su poesía, son ciertos detalles legendarios que las antiguas Vitae de Hesíodo transmiten32. De ellos tienen particular interés, además de los que en relación con Trabajos y Días 654ss. se refieren al Agón entre Hesíodo y Homero, especie de leyenda destinada a resolver un problema escolar, si es preferible la poesía épica o la didáctica, los concernientes a las circunstancias prodigiosas que rodearon a su muerte, las cuales ponen esta en relación con los oráculos, como relacionada con ellos está su propia obra. Cuentan esas historias que un oráculo délfico advirtió a Hesíodo de evitar el Nemeón y él procuró apartarse de la ruta del Peloponeso donde se hallaba el templo de Zeus Nemeo, pero, habiéndose dirigido a Enoe, en la Lócride Ozolia, creyendo que él había seducido a 30 R. Lamberton, Hesiod, New Haven, 1988, pp. 1ss.; 27ss.; G. Nagy, “Authorization and Authorship in the Hesiodic Theogony”, Ramus 1992; J. Strauss Clay, Hesiod’s Cosmos, 2003, p. 3. 31 Cf. J. Strauss Clay, Hesiod’s Cosmos, 2003, pp. 3ss.; J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en J. A. López Férez (ed.), Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, Madrid, 2002, pp. 73-92; “Sobre forma y contenido de Los Trabajos y los Días”, 1982. 32 Vita de Hesíodo por Tzetzes; art. Hesíodo en Suda; Certamen 220-250; Plut. Mor. 162B; Paus. IX 31, 3-6; 38, 3-4. Cf. G. Nagy, “Hesiod and the Ancient Biographical Tradition”, en F. Montanari, A. Rengakos & Ch. Tsagalis (eds.), Brill’s Companion to Hesiod, Leiden, 2009, pp. 271-311.

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la hija de su huésped los hermanos de esta le atrajeron a una emboscada cerca del lugar llamado Nemeón, lo mataron y arrojaron su cadáver al mar; este fue recogido por delfines —nueva alusión a Delfos— que lo llevaron hasta la costa cuando los locrios se hallaban celebrando una fiesta, y al ver llegar el cortejo con el cuerpo buscaron a los asesinos, les dieron muerte y enterraron a Hesíodo cerca del Nemeón, sin que se sepa exactamente el lugar de la tumba: los habitantes de Naupacto guardarían el secreto para resguardar las cenizas del aedo de los de Orcómeno, que se las querían quitar, aunque, según Pausanias (IX 38, 3), estos lograron localizar la tumba por medio de una corneja, en virtud de un oráculo délfico. Al típico aition oracular de equívoco homonímico33 se une, pues, aquí otro de rivalidad entre escuelas poéticas. Aparte de la identificación del poeta con un profeta operada en la concesión a Hesíodo por las Musas de la facultad de cantar el futuro además del presente y el pasado (Th. 31-33) y del modo de discurso profético que de hecho aflora en algunos pasajes hesiódicos, como el que se refiere al futuro de la generación de hierro en Trabajos y Días (176-201), la poesía hesiódica, y en particular la de Trabajos y Días, comparte una serie de rasgos estilísticos con la oracular, entendiendo por esta no solo las respuestas tradicionalmente atribuidas a Delfos y otros centros oraculares tras su fundación, sino las declaraciones de una tradición de poesía mántica sin duda ya preexistente34. De ellos unos rasgos conciernen a su caracterización como géneros parenéticos en cierto modo afines dentro del epos sapiencial y otros, como el del equívoco homonímico mencionado, sin duda responden a una conexión más profunda, que es la que media entre un proverbio y un acertijo, las formas de expresión popular (en Grecia arcaica ambas pudiendo ser designadas como αἶνος, lo mismo que la fábula) que se hallan en la base de la poesía gnómica y la poesía mántica respectivamente35. Entre los primeros hay fórmulas parenéticas típicas para 33 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Relatos oraculares y modelos del folclore: el caso de Plutarco”, en O. Pecere & A. Stramaglia (eds.), La letteratura di consumo nel mondo greco-latino (Convegno Internazionale Univ. Cassino, 1994), Bari, 1996, pp. 483-503. 34 Cf. J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo. Poesía oral mántica y gnómica griegas, Universidad de Extremadura, 1986, pp. 14-19. 35 Ibid., pp. 143-145.

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llamar la atención del interpelado, a base de φράζεσθαι y otros verbos equivalentes, y otras fórmulas de su común exclusividad36, hay esquemas hexamétricos con un particular ritmo interno37, con frecuencia hay esa mezcla de paternalismo y menosprecio que podemos advertir en el uso del (μέγα) νήπιε con que es interpelado Perses cuando es amonestado por su hermano38. Entre los segundos, además del equívoco homonímico y otros tipos de ambigüedad39, juego de palabras, perífrasis, enigma o kenning40, hay una comparable vena de humor y sarcasmo41, léxico a base de compuestos coloristas e imágenes pictóricas en lugar de abstracciones42, antítesis y paralelismo en la expresión, aliteración y asonancia…43. Posiblemente este tipo de afinidad entre las poéticas correspondientes es el que quieren dar a entender las leyendas que ponen en relación con Delfos a la figura de Hesíodo. IV. CRONOLOGÍA

HESIÓDICA

Un factor importante para poder analizar la posición que Hesíodo y Homero ocupan en la tradición del epos así como la relación entre ambos es el de su cronología. Sin embargo, una vez superada la etapa en que a Hesíodo se le situaba en el siglo IX a. C. partiendo de la posición de los astros referidos en el calendario agrícola y marinero de Trabajos y Días o por el contrario se le aproximaba más a Solón que a Homero y se mencionaba a Semónides (siglos VII-VI) como terminus ante quem, el máximo consenso que tácitamente parece haberse alcanzado es el de ubicarle o bien en la segunda mitad del siglo VIII, ya sea44 porque Heródoto (II 53) cita como los poetas griegos más antiguos a Hesíodo y Homero, por este orden, ya sea por las relaciones

36 37 38 39 40 41 42 43 44

Ibid., pp. 71-79. Ibid., pp. 33-38. Ibid., p. 74. Ibid., pp. 111-122. Ibid., pp. 101-107. Ibid., pp. 99s. Ibid., p. 100. Ibid., pp. 123-142. M. L. West, Hesiod. Theogony, Oxford, 1966, pp. 40ss.

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con Oriente que propiciaron el contacto literario45, o bien en la primera mitad del siglo VII, atendiendo a razones de tipo lingüístico, básicamente el mayor grado de jonización de su lengua con respecto a la homérica46, o a otras todavía menos fácilmente datables como la influencia de la poesía hesiódica en Arquíloco (con elementos en común tan particulares como la escena de inspiración por las Musas o la descripción de las estaciones, pero al mismo tiempo con una gran diferencia entre ellos en cuanto a la creencia en la justicia divina)47. Un punto de referencia más preciso para su datación podría haber sido la posible asimilación del Anfidamante mencionado en Trabajos y Días (654) con el rey de Calcis de Eubea que luchó contra Eretria por el dominio de la llanura Lelantina; el problema es que la fecha de esta guerra tampoco es fácil de fijar, aunque el lapso 730-705 sea el más referido48. En lo que concierne a su datación con respecto a Homero la opinión más extendida considera a este anterior, aun cuando hay quien piensa lo contrario49 e incluso quien cree que la fecha de Hesíodo se sitúa exactamente entre la de Ilíada y la de Odisea50. Sin embargo, quitando un argumento externo tan precario como el de la mencionada cita herodotea, otros criterios de tipo interno que suelen manejarse, como el de la relación de préstamo o de alusión existente entre ciertos pasajes de uno y otro autor (como, por ejemplo, Th. 84-92: Od. VIII 165-177), son reversibles y por tanto más adecuadamente interpreta45 46

P. Walcot, Hesiod and the Near East, 1966, pp. 104ss. G. P. Edwards, The Language of Hesiod, 1971, pp. 122-140 (especialm. 130s.,

139s.). 47 Cf. Th. Breitenstein, Hésiode et Archiloque, Odensa, 1971, p. 59. Cf. también Ch. M. Schroeder, “A new monograph by Aristarchus?”, JHS 127 (2007), pp. 138-141, según el cual los escolios A a Hom. Il. 10, 431 a [Aristonico] conservan el título de una monografía perdida de Aristarco sobre la fecha de Hesíodo, a la cual se refieren los escolios homéricos y hesiódicos, y demuestran que Aristarco comparó la obra de ambos poetas y concluyó que Hesíodo vivió en torno al 700 a. C. 48 Cf. G. Tedeschi, “La Guerra lelantea e la cronologia esiodea”, en Studi L. A. Stella, Trieste, 1975, pp. 149-168. 49 M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, pp. 46ss.; “The Date of the Iliad”, MH 52 (1995), pp. 203-219. 50 U. v. Wilamowitz, Homerische Untersuchungen, Berlin, 1884, p. 17, 229; Ilias und Homer, Berlin, 1916, p. 467; Die Heimkehr des Odysseus, Berlin, 1927, p. 77; I. Sellschopp, Stilistische Untersuchungen zu Hesiod, Diss. Hamburg, 1934.

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bles como responsiones de la poesía de composición oral a partir de material tradicional manejado a su modo por cada poeta; o bien, como el de la cronología relativa de la lengua del epos, sencillamente viene a corroborar de forma más objetiva la idea que generalmente se tenía acerca de la anterioridad de los poemas homéricos (en el sentido Il., Od., Th., Op.)51, solo que en parte con procedimientos, como el de la difícil aplicación de la estadística a muestreos a veces muy poco representativos, la discutida premisa del texto dictado, la complicada distinción entre antigüedad lingüística y arcaísmo o el de la no menos difícil liberación del omnipresente modelo homérico, no menos arriesgados que los otros52. Por otro lado, parece ser un hecho habitual que el cultivo de la poesía de tipo sapiencial suceda al de la poesía heroica en aquellas tradiciones poéticas en que ambas florecen53. V. EL

MUNDO DE

HESÍODO

El de este epígrafe fue el título de un conocido libro54 en el que se esperaría encontrar un tratamiento de los aspectos históricos y sociales que sirvieron de contexto a la poesía hesiódica, pero que en realidad es un estudio de lo que el autor llama la “Edad Media griega” (900-700 a. C.) en el cual lo propiamente hesiódico ocupa una pequeña parte. De entonces acá el estado de la cuestión ha mejorado con la aparición del manual de O. Murray sobre Grecia temprana55, el cual, no obstante, al basar su descripción de la Época Oscura en los datos que pueden obtenerse de Homero y de Hesíodo al mismo tiempo, y sin pretender ser más que un bosquejo, refiere al primero el grueso del material; y sobre todo con el libro de A. T. Edwards, un estudio del

51

Cf. R. Rosen, “Homer and Hesiod”, en A New Companion to Homer, 1997. Cf. R. Janko, Homer, Hesiod and the Hymns: Diachronic Development in Epic Diction, Cambridge, 1982. 53 Cf. H. M. & N. K. Chadwick, The Growth of Literature, Cambridge, 1932-1940, vol. I. 54 A. R. Burn, The World of Hesiod. A Study of the Greek Middle Ages, London, 1936. 55 O. Murray, Early Greece. The Bronze and Archaic Ages, London, 1980 (Second Edition, Harvard U. P. 1993). 52

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tipo del llevado a cabo para Homero por M. I. Finley, The World of Odysseus (N. Y. 1954, Segunda Ed. 1977), en el que el tratamiento de las instituciones sociales surge de la lectura ceñida de los poemas con la ayuda del análisis de otras sociedades que puede contribuir a dilucidar los puntos oscuros56. Entretanto varias aproximaciones se han hecho y con resultados diversos, cuando no contradictorios, una de las cuales gozó de un cierto predicamento, en un momento en que la designación “crisis agraria” contaba con el beneplácito de la metodología historiográfica marxista entonces de moda. Tal es la situación que M. Detienne57 ha creído encontrar en Trabajos y Días, en el sentido de una crisis relativa a la distribución de la tierra, en forma de un desplazamiento de la propiedad en detrimento de los pobres y a favor de los ricos. El testimonio principal serían las protestas que el poeta eleva contra los reyes-jueces “devoradores de regalos”, representantes de la clase aristocrática y pudiente, encargados de administrar justicia, y que con injustas sentencias le han arrebatado parte de sus propiedades en el pleito por la partija sostenido con su hermano (Op. 37-39). La respuesta a la cuestión de la supuesta crisis agraria había sido buscada por Édouard Will precisamente por esta última vía58, según la cual la gran transformación de la estructura social de Grecia atestiguada por Hesíodo tuvo lugar al ser sustituido el régimen indivisible e inalienable de la propiedad familiar, el kleros, por el sistema de partija, que, al trocear la propiedad entre los diferentes hijos, pone en peligro al pequeño propietario cuyo lote resulta insuficiente; necesitado, este tendrá que pedir prestado y endeudarse hasta acabar perdiendo su propiedad y tener que endeudar su propia vida, de acuerdo con la imagen bien conocida de la Atenas presoloniana. Versos de Trabajos y Días como el 376s. “Que tengas un único hijo para preservar la casa paterna, / pues de este modo en tu hogar aumentará la riqueza” o el 341 “y puedas comprar tú la heredad de otros, no otro la tuya” ilustrarían esta tesis. 56

A. T. Edwards, Hesiod’s Ascra, Berkeley, 2004. M. Detienne, Crise agraire et attitude religieuse chez Hésiode (Coll. Latomus, vol. 68), Bruxelles, 1963. 58 E. Will, “Aux origines du régime foncier grec: Homère, Hésiode et l’arrière-plan mycénien”, REA 59 (1957), pp. 12-24. 57

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INTRODUCCIÓN GENERAL

Pero en opinión de Ernest Will el texto del poema da otra imagen de la situación59. Para empezar, el desencuentro entre el yo poético y Perses con el que arranca el poema es un conflicto familiar y no social. El primero ha sido perjudicado en la partija sancionada por los reyes-jueces, sin embargo la persona a la que vemos en dificultades no es él, sino su hermano, al que, en los versos 395ss., vemos pidiendo al poeta y a este negándose a prestarle y advirtiéndole de que lo mismo harán los vecinos si les pide más de una vez. Lo que del texto se trasluce no es, pues, una situación de endeudamiento, en la que el acreedor practique la usura aprovechándose de la debilidad de sus deudores, sino una situación de préstamo como algo habitual. Los versos 349-351 del poema advierten precisamente sobre la norma que debe presidir este tipo de transacción frecuente en la comunidad rural: “Mide bien lo que pidas al vecino y devuélveselo bien, / en la misma medida y mejor si puedes, / para que encuentres bastante si también más tarde tienes falta”. Por otra parte, en los versos 299ss. y 306ss. el poeta exhorta a Perses a trabajar como medio de huir de la pobreza y nadar en la abundancia, creencia poco compatible con una situación de crisis agraria, en la que se supone que el pobre, aunque trabaje, será arruinado por las ganancias del rico (“Recuerda siempre, pues, nuestro mandato / y trabaja, Perses, divino linaje, para que te odie / el Hambre y te ame la bien coronada Deméter / venerable y de sustento tu granero llene; / pues el hambre es sin duda compañera del hombre ocioso; …Por medio del trabajo devienen los hombres ricos en ganado y pudientes, / y si trabajas serás mucho más querido por los inmortales / (y los mortales, pues mucho a los ociosos aborrecen). / El trabajo no es ninguna deshonra, deshonra es la ociosidad. / Si trabajas, pronto te envidiará el ocioso / cuando te enriquezcas: honor y gloria acompañan a la riqueza”). Y, ya desde el comienzo mismo del poema (vv. 21-24 “Pues el trabajo ansía quien a otro ve rico, / que se afana por arar y plantar / y administrar bien su casa; y vecino envidia a vecino / que se afana por riqueza. Esta Eris es buena para los mortales”), son varios los pasajes que exhortan a buscar y mantener la prosperidad del oikos mediante el trabajo, que en ello encuentra su verdadera finalidad, y aun a expensas del vecino (cf. Op. 341, 477-478, 493-495). 59 E. Will, “Hésiode: crise agraire? ou recul de l’aristocratie?”, REG 78 (1965), pp. 542-556.

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La imagen en la que se asienta el aconsejamiento hesiódico es, no sin una cierta contradicción con la de pastor adoptada por el poeta en la escena de la inspiración de Teogonía (vv. 22ss.) que no deja de dañar la credibilidad autobiográfica del autor, la de un campesino que pretende ser autónomo y autosuficiente, y su situación material60. Se trata del oikos o elemento habitable con su pequeña explotación agrícola familiar y autárquica, dedicada esencialmente al cultivo del cereal más algo de viña para obtener vino para el consumo y unas cuantas ovejas para la lana y cabras para la leche, y la carne y la piel de los cabritos, además de las de ternera (Op. 543ss., 541s., 591s.), aunque comer ternera o cabrito estuviera reservado para los días de asueto (Op. 591s.). Aparte de estos animales se menciona la pareja de bueyes que basta para atender a la labranza (Op. 436ss., 453) y otras veces un número plural (Op. 559, 607). Algunos vestidos y calzado se los confecciona él mismo con pieles o tejido de lana (Op. 538-546) y solo en contados casos el labrador tiene que echar mano de ciertos artesanos que el poema nombra, como el alfarero, el carpintero (Op. 25, 430) o el herrero, cuya fragua es por otro lado lugar propicio para charlar y pasar el rato en los gélidos días de invierno en que el frío impide trabajar en el campo (Op. 493-495); pero, aun así, ni siquiera al carpintero se acude para la fabricación de la mayor parte de las piezas que componen el carro o el arado (Op. 422ss., 432ss.). El individualismo característico del campesino así como el ideal de autosuficiencia económica del oikos se observa asimismo en el afán de autoabastecerse y poder contar en casa con todo lo necesario (Op. 364-367), empezando por los aperos de la labranza y siguiendo con el propio grano, sin tener que pedírselo a otro, con el riesgo de que este se niegue y se frustre la labor (Op. 407-409, 453-457); y de tener que pedir, mejor que sea otro el que se lo pida a uno (Op. 475-478). De ello empieza por advertir el poeta expresamente, antes que a nadie, a su hermano Perses (Op. 394-404). Pero ello tampoco es incompatible con un hábito complementario de la actitud del campesino que es el de la cooperación y la reciprocidad con el vecino, a la cual el poeta exhorta en serie antes de instar a ser precavido al respecto; puede tratarse de la mutua amistad (Op. 342-434), de la ayuda mutua 60

Cf. P. Millett, “Hesiod and his World”, PCPhS 210 (1984), pp. 84-115.

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(Op. 344-348), del préstamo y su cabal devolución, incluso con creces para tener al vecino bien dispuesto (Op. 349-352), o de la dádiva recíproca (Op. 353-363). Entre el personal del oikos, aspecto sumamente ilustrativo de su importancia, están en primer lugar los dmoes o criados en régimen de esclavitud, los cuales son nombrados casi siempre en plural, viven en chozos fuera del hogar familiar (Op. 502s.) y se encargan de tareas como la de arar o seguir al que ara (Op. 441ss., 458ss., 469ss.), segar (Op. 573), trillar o acarrear el grano (Op. 600s.) y la paja (Op. 606ss.), o la de ir enterrando la semilla con una azada detrás del arado (Op. 469ss.). En determinados momentos se podía requerir la contratación de jornaleros externos (thetes) o de una criada de fuera de la casa, la érithos (Op. 602s.). El número de componentes del oikos podría oscilar entre seis y doce personas, entre miembros de la familia y esclavos, lo cual supone algo más que una pequeña propiedad. La de la criada, esclava o de fuera del oikos, es la única forma de cooperación a la economía de este encomendada a la mujer en Hesíodo, la cual en Trabajos 405s. es contrapuesta explícitamente a la esposa a efectos de poder andar detrás de los bueyes. Es más, Trabajos 519ss. se recrea en la imagen de la joven núbil que en el rigor del invierno se resguarda del frío en lo más recóndito de su hogar, en compañía de su madre, tras bañarse y ungirse con aceite. Dado el papel, diríamos, de ama de casa que la mujer suele desempeñar, no es de extrañar que el poeta ponga en guardia contra la mujer casquivana y seductora, que solo busca el granero (Op. 373s.), o contra la “acechacenas”, que pronto acaba con la salud del hombre (Op. 704s.). Lo cual no obsta para que, una vez tomadas las debidas precauciones sobre la clase de mujer elegida (que sea virgen, que sea conocida), el poeta inste a llevar esposa a casa llegado el momento (Op. 695ss.) y hasta reconozca que no hay mayor bien para el hombre que una buena esposa (Op. 702s.). Y también en Teogonía admite que el hombre que rehúye el matrimonio, llega a la vejez sin tener quien lo cuide ni hijos que hereden sus bienes (v. 603ss.), mientras que al que toca en suerte una esposa sensata, el bien se le compensa con el mal permanentemente (v. 607ss.). De modo que una cosa es el papel que la mujer realmente desempeña en la sociedad hesiódica y otra bien distinta el sentimiento misógino que emana de su poesía a través de aquellas [XXXVI]

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estructuras que tradicionalmente transmiten los fundamentos del pensamiento gnómico, ya sea la divina fabricación de la mujer como castigo del que salió su “funesta especie” para desgracia de los hombres (Th. 589ss.) o el símil que compara a esta con los zánganos de las colmenas que viven ociosos a costa del trabajo de las abejas (Th. 594ss.), en el mito prometeico de Teogonía, ya sea la versión del mito en Trabajos bajo la forma de la indiscreta Pandora, origen de todos los males que acompañan al hombre (Op. 90-105). No es cuestión, pues, de crisis agraria lo que se observa en la situación del campesinado hesiódico, pero sí de una cierta oposición al poder aristocrático que será la que más tarde acabe con sus prerrogativas61, aun cuando de los reyes, como de los aedos, se dice en Teogonía (vv. 80ss.) que son inspirados por las Musas en el uso de la palabra y en la recta administración de las leyes con justas sentencias. En Trabajos y Días, por el contrario, dicha oposición se manifiesta en la crítica que el poeta dirige contra la inicua forma de administrar justicia por parte de los reyes-jueces, primeramente en los versos sobre la partija con su hermano en la que estos se dejaron corromper (Op. 3739) y más tarde en la fábula (Op. 202-212) y en las dos peroratas que a continuación dirige alternativamente a Perses (Op. 219-221) y a aquellos (Op. 259-264) advirtiéndoles sobre las consecuencias de su proceder abusivo y de juzgar, dice la fórmula, “con torcidas sentencias” (Trσκολιῇς δὲ δίκῃςH Op. 221 / Trσκολιέων δὲ δικέωνH Op. 264). El primero y los dos últimos pasajes mencionados son los únicos en todo el epos que contienen el adjetivo δωροφάγοι “devoradores de regalos”, que, también formularmente, califica a los citados aristócratas comenzando el hexámetro en los tres casos (Op. 39, 221, 264). Una institución hesiódica cuya relación con la comunidad campesina no acaba de verse clara es la de la polis. Su consideración por parte de los estudiosos ha fluctuado desde ver en ella, al igual que en el caso de Homero, el antecedente de lo que será la forma de estado más común en el mundo griego, con un centro político y de población urbano en medio de su hinterland rural62, hasta considerar 61 Pace P. Millett, “Hesiod and his World”, PCPhS 1984, 106; cf. A. T. Edwards, Hesiod’s Ascra, 2004, pp. 38ss.; 118ss. 62 J. V. Luce, “The polis in Homer and Hesiod”, Proceedings of the Royal Irish Academy 78 (C) (1978), pp. 1-15.

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la polis hesiódica como una entidad aparte del poblado campesino63. Probablemente la situación hesiódica tiene algo de ambas concepciones y la razón de que no se acierte a ver lo que la diferencia es que una y otra forma de entidad social son mencionadas en el único poema que las refiere, el de Trabajos, en respectiva función precisamente de sus dos grandes componentes temáticos: el trabajo y la justicia. Es decir, en este como en otros aspectos del poema lo que a este le interesa no es hacer teoría histórica o social, sino el aconsejamiento que concierne a uno u otro ámbito, y de ahí la eventual falta de armonización al respecto. Del mismo modo que el aconsejamiento sobre los trabajos del campo, o a continuación sobre el comercio marítimo como alternativa no deseable a la tranquila vida campesina, está orientado en torno al oikos y la población rural, la polis es mencionada solamente en función de la administración de la justicia o, más exactamente, cuando esta no es administrada como es debido, que es el caso de los reyes-jueces corruptos y sus torcidas sentencias, a cuya actuación y sus consecuencias en la población, o a la actitud contraria, se refieren, en los dos párrafos parenéticos centrales de los cuatro sobre la justicia dirigidos alternativamente a los reyes y a Perses, cuatro de las cinco apariciones del término polis: Op. 222, 227, 240, 269. La otra aparición del término (Op. 189) se refiere a los hombres de la generación de hierro, la actual y misma en que se sitúa el yo poético, conculcadores de la justicia y atacantes el uno de la “ciudad” del otro, dentro del proceso de degradación moral reinante. Concretamente, los casos de Op. 227 y 240 tienen lugar en el díptico gnómico que contrapone respectivamente los premios y los castigos que aguardan a los habitantes de la “ciudad” cuyos gobernantes actúan justa e injustamente, y los primeros comprenden entre otros la rica producción de la tierra, los árboles y los animales, es decir, bienes de naturaleza rural. Dentro del contexto esencialmente gnómico, y por tanto intemporal, en el que las escasas y concentradas apariciones del término polis, como las más abundantes del término oikos, se presentan, no parece, pues, que aquel se refiera a una entidad aparte de la kome o tipo de aldea como la natal de Hesíodo (Op. 639s.), sino a una superestructura con función po63 P. Spahn, “Oikos und polis”, Historische Zeitung 231 (1980), pp. 529-564; P. Millett, “Hesiod and his World”, PCPhS 1984.

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lítica y judicial que la engloba, independientemente de que, a juzgar por el sentido que el término fue cada vez más tomando y porque los propios poemas hesiódicos, no solo Trabajos (v. 29ss.) sino también Teogonía (v. 86s.), aluden al ágora como el lugar en el que se dirimen los pleitos, la polis pueda hacer referencia a su vez a un núcleo urbano, como en la época subsiguiente64. Otro aspecto de la época hesiódica que a veces se ha querido ver como trasfondo de su poesía es el del fenómeno de la colonización cuyas acciones concretas pueden comenzar a datarse a partir del siglo VIII a. C. Los argumentos concernientes son los que se derivan, por un lado, de la sección que Trabajos y Días (618-694) dedica a aconsejar sobre la navegación; por otro lado, el hecho de que el padre del poeta, como él mismo revela (Op. 633ss.), procediera de la ciudad de Cumas en la costa eolia. Ahora bien, los consejos hesiódicos sobre la navegación tienen que ver más exactamente con el comercio marítimo a pequeña escala (cf. Op. 631-632, 646-648, 689-690 “Y no pongas todos tus bienes en los cóncavos barcos, / sino deja la mayor parte y embarca la parte más pequeña”), el autor confiesa no saber nada del tema (su experiencia marítima se limita a un corto viaje desde el puerto beocio de Áulide a la vecina Calcis de Eubea, para participar como aedo en los juegos en honor de Anfidamante: Op. 648-660) y remite su conocimiento a la técnica poética, de la cual realiza una proclamación programática (Op. 661-662)65; su destinatario es el propio campesino al que se dirige el aconsejamiento sobre los trabajos del campo y como una alternativa a practicar en los momentos en que las labores de la tierra lo permiten (Op. 622-623 “y entonces no tengas ya barcos en el vinoso ponto / y acuérdate de labrar la tierra como te ordeno”; cf. Op. 689-693); y, sobre todo, dicha alternativa es presentada como algo para nada recomendable y como muy peligrosa frente a la seguridad que la tierra proporciona (cf. Op. 236-237 “sus bienes aumentan constantemente; y no se esfuerzan en naves, / sino que produce fruto el campo dador de vida”, versos que forman parte de la serie de bendiciones de que gozan los habitantes de la ciudad justa en la mencionada contraposición gnómica; 618 ναυτιλίης δυσπεμφέλου). 64 65

Cf. A. T. Edwards, Hesiod’s Ascra, Berkeley, 2004, pp. 102ss. Cf. R. Rosen “Poetry and Sailing in Hesiod’s Works and Days”, CA 1990.

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Del padre del poeta recuerda este a Perses (Op. 635-640) que se ganaba la vida navegando y que, huyendo de la pobreza, dejó la ciudad eolia de Cime y se embarcó para venir a establecerse en la miserable aldea beocia de Ascra. Independientemente de que aquel acaso pudiera dejar Cime, como algunos autores especulan, a la vez que el grupo de colonos que con otros de Calcis de Eubea fundaron la colonia de Cumas en la costa itálica de la Campania, y suponiendo que la Cime implicada en dicha fundación fuera la eólica y no Cime de Eubea, en todo caso la conexión hesiódica con el movimiento colonizador es sumamente indirecta. Y, lo que es más importante, la mención del caso del padre, que dejó la navegación para instalarse en un territorio sumamente pobre, es sin duda utilizada en el poema con la función de exemplum disuasorio, y particularmente próximo, de la gnómica exhortación de que a los peligros del mar vale más anteponer la seguridad en tierra firme66. VI. PARALELOS

ORIENTALES

La tradición poética teogónica y gnómica, de las cuales los poemas hesiódicos representan sin duda su momento culminante y su cristalización panhelénica, son a su vez reflejo de otras tradiciones similares que existieron en la literatura de varios de los pueblos de Anatolia y el Oriente Próximo tanto y más antiguos que el pueblo griego y que en más de una ocasión, desde la época micénica a los siglos IX-VII, el llamado período orientalizante de la cultura griega, entraron en contacto con ella y debieron de entablar un proceso de interinfluencia. La ocasión para el intercambio se supone que fue proporcionada por las relaciones comerciales de los griegos con esos pueblos y los lugares de contacto en que principalmente se piensa son el importante centro de la cultura ugarítica, de Ras-Shamra, en Siria, en la época más antigua, y el puerto de Al-Mina, en la costa fenicia, en la segunda etapa, si es que las relaciones llegaron a interrumpirse

66 Son muchos los refranes, entre ellos alguno griego, que se hacen eco de este pensamiento: “Alaba el mar, pero vive en tierra”; “Mar bello, pero desde el puerto”; “Más vale ser pobre en tierra que rico en la mar”...

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INTRODUCCIÓN GENERAL

del todo en la etapa subsiguiente al hundimiento del mundo micénico, tal como el silencio arqueológico da a entender. No hay que olvidar a este respecto que, junto a la Beocia campesina, apegada al terruño e interior, la región cuenta con una amplia zona costera y puertos como el de Áulide abiertos al comercio ultramarino; y que de Cime, en la costa eolia de Asia Menor, según el poeta de Trabajos y Días (633-640) había venido su padre a asentarse en la aldea beocia de Ascra. Al igual que de los poemas homéricos, por no mencionar el caso de los Himnos Homéricos, la lírica, el propio teatro o el pensamiento filosófico y científico, se pueden mencionar diversos paralelos orientales que probablemente influyeron en su configuración, desde el epos babilonio sobre el héroe sumerio Gilgamesh, del cual hay resonancias temático-estilísticas tanto en la Ilíada como en la Odisea, a la leyenda egipcia del marino Simbad, también de Teogonía y de Trabajos y Días podemos aducir composiciones de estas mismas literaturas o bien de la literatura hetita que, junto a claras diferencias, muestran coincidencias demasiado llamativas y metódicas para que puedan ser casuales67. 67 Cf. P. Walcot. Hesiod and the Near East, 1966; M. L. West, The East Face of Helicon, 1997; J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Eastern Texts relating to the Old Testament (ANET). 3rd ed. Princeton, 1969; W. Burkert. The Orientalizing Revolution. Near Eastern Influence on Greek Culture in the Early Archaic Age. Cambridge Mass., 1992 (Trad de la ed. alemana de 1984); F. Rodríguez Adrados, “Las fuentes de Hesíodo y la composición de sus poemas”, Emerita 54 (1986), pp. 1-36; F. Solmsen, “The Two Near Eastern Sources of Hesiod”, Hermes 117 (1989), pp. 413-422; A. Bernabé, “Generaciones de dioses y sucesión ininterrumpida. El mito hitita de Kumarbi, la ‘Teogonía de Hesíodo’ y la del ‘Papiro Derveni’ ”, AOr 7 (1989), pp. 159-179; C. Penglase, Greek Myths and Mesopotamia. Parallels and Influences in the Homeric Hymns and Hesiod, London & N. Y., 1994; M. López Salvá, “La literatura del Próximo Oriente en la literatura arcaica y clásica griega: estudios y estado de la cuestión”, Tempus: Revista de Actualización Científica 8 (1994), pp. 5-48; N. P. Bezantakos & Ch. C. Tsagallis (eds.), Mousaôn archômetha: O Hsiodos kai he archaikê epikê poiesê, Athens, 2006; I. Rutherford, “Hesiod and the Literary Tradition of the Near East”, en F. Montanari, A. Rengakos & Ch. Tsagalis (eds.), Brill’s Companion to Hesiod, Leiden, 2009, pp. 9-35; E. van Dongen, Studying External Stimuli to the Development of the Ancient Aegean: The ‘Kingship in Heaven’-Theme from Kumarbi to Kronos via Anatolia, Diss. U. Coll. London, 2010 (online at http://www.academia.edu); “The ‘Kingship in Heaven’-Theme of the Hesiodic Theogony: Origin, Function, Composition”, Greek, Roman, and Byzantine Studies 51 (2011), pp. 180-201. Frente a la idea, más o menos compartida y más o menos elaborada, de influencia unidireccional de las culturas anatólicas y próximo-orientales en la cultura griega de la época

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Así, en el epos hetita de Kumarbi, adaptado de un original hurrita, el cual recibió forma escrita no después del siglo XIII a. C. y de ella se nos conserva una pequeña parte del comienzo, el rey del cielo, Alalu, es derrocado por Anu, nombre que recibe el cielo en la épica babilonia y comparable a Urano en la Teogonía hesiódica. Al cabo de nueve años del reinado de Anu, este es combatido por Kumarbi, el cual, en la huida de Anu hacia arriba, lo agarra por los pies y le arranca los genitales de un mordisco, tragándoselos; es decir, lleva a cabo la misma acción que Crono realiza con su padre Urano en la primera fase del mito de sucesión (Th. 167-182), con la diferencia de que la emasculación de Urano es ejecutada con una hoz y de que Crono no se traga sus genitales. Anu le advierte de que ha tragado tres dioses terribles, ante ello Kumarbi escupe y de su escupitajo nacen el dios Tasmisu y el río Tigris, quedándole dentro el dios Tiempo, divinidad principal entre los hetitas y los hurritas y homólogo de Zeus en el mito hesiódico de sucesión; de hecho también él estuvo a punto de ser devorado por su padre Crono como había hecho este con sus otros hijos (Th. 453473), y, del mismo modo que de los genitales de Anu tragados por Kumarbi nacen otras dos divinidades además del dios Tiempo, de los genitales de Urano, lanzados hacia atrás por Crono después de la emasculación de su padre, nacerán primeramente, de las gotas de su sangre caídas sobre la tierra, las Erinias, los Gigantes y las Ninfas Melias (Th. 183-187), más tarde, del propio miembro arrojado al mar, Afrodita (Th. 188-200). Kumarbi come algo (en el texto, fragmentario, parece entenderse que se trata de una piedra), es de suponer que para destruir al dios Tiempo, pero le hace daño en los dientes y se queja; posteriormente Tiempo saldrá del cuerpo de Kumarbi. Tras una laguna del texto este comunica a uno de sus toros sagrados que ciertos dioses vienen a combatirlo. En una continuación del epos de Kumarbi más arcaica, recientemente C. López-Ruiz, When the Gods Were Born: Greek Cosmogonies and the Near East, Cambridge, MA/Londres, 2010, combinando el estudio de textos literarios con fuentes arqueológicas ha abogado por una influencia mutua en un contexto cultural mediterráneo-oriental cuyo agente principal de intercambio sería el pueblo fenicio, así como por un análisis más selectivo del material comparativo; cf. también J. Haubold,“Greek Epic: A Near Eastern Genre?”, PCPS 48 (2002), pp. 1-19 y F. Rodríguez Adrados, “Préstamo e innovación en la literatura griega: épica, lírica y teatro”, Myrtia 27 (2012), pp. 13-28, que reivindica la aportación griega individual más allá de los préstamos.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

extensa, que es el Canto de Ullikummi, la divinidad hetito-hurrita concibe planes malvados contra el dios Tiempo, yaciendo con una roca que le dará un hijo, Ullikummi, que crece de manera desusada y su altura pronto llega hasta el cielo, constituyéndose en una amenaza para los demás dioses; hasta que es traída la vieja sierra con la que un día habían sido separados el cielo de la tierra y con ella cortan los pies del monstruo, que entonces es atacado por los dioses. Un papel no menos importante ni tampoco muy lejano del que piedra y roca y los planes de Kumarbi de atentar contra su hijo el dios Tiempo desempeñan en el epos homónimo y en su continuación el Canto de Ullikummi, es desempeñado por ese mismo material en la segunda fase del mito hesiódico de sucesión (Th. 453-506). Según esta, después que Crono se había tragado a sus otros cinco hijos a medida que cada uno iba naciendo, con el fin de neutralizar la profecía de sus padres Gea y Urano de que sería derrocado por un hijo suyo, cuando le llegó el turno a Zeus su madre Rea lo ocultó en una cueva de Creta y dio a comer a Crono una gran piedra envuelta en pañales; pasado un año este expulsó su prole, arrojando en primer lugar la piedra, que Zeus hincó en tierra en Delfos en recuerdo del prodigio. El propio motivo de la profecía es posiblemente hereditario a juzgar por la premonición paralela de Anu a Kumarbi sobre la caída de este, cuando lo emasculó, así como por la profecía de la diosa Noche a Zeus que le llevó a engullir al dios primigenio Protogónos, con el consiguiente “parto” de todos los dioses, elementos de la naturaleza y elementos cósmicos, en la teogonía órfica del papiro de Derveni (vv. 6-14)68, la cual parece remontar en buena medida a una tradición aparte de la hesiódica. También la sierra que sirve para cercenar los pies del monstruo Ullikummi y antes sirvió para separar el cielo de la tierra, en el mencionado canto hurrito-hetita, puede ser el antecedente de la dentada hoz con que Crono segó el pene de su padre Urano cuando este se acercaba a hacer el amor con Gea según el mito hesiódico de sucesión (Th. 154-185), episodio que a su vez se supone trasunto de un viejo mito cosmogónico de separación de ambos elementos cósmicos tras un supuesto estado originario de contacto, el cual no solo está presente en el epos de Kumarbi sino extendido en muchos otros pue68

Cf. M. L. West, The Orphic Poems, Oxford, 1983, p. 114.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

blos69. Un peculiar rasgo estilístico común a ambos poemas es el sarcástico regocijo mostrado por Kumarbi al arrancar de un mordisco los genitales de Anu y por Gea cuando Crono manifiesta su disposición a vengarse de Urano con similar acción, según le propone Gea (Th. 170-175). Del poema babilonio del Enuma Elis, de transfondo mítico sumerio, se conservan unos 950 versos, de los 1050 de que aproximadamente constaba, en fragmentos de diversas épocas, los más antiguos de los cuales se sitúan en torno al año 1000 a. C. y la composición del poema en la primera mitad del segundo milenio a. C. Según este, antes de que surgieran el cielo, la tierra y los dioses, Apsu, el agua dulce, masculina, y Tiamat, el agua salada, femenina, estaban mezclados y en su interior nacieron, tras dos generaciones de parejas de dioses, Anu, el cielo, y el hijo de este, Ea, los cuales molestaban a sus progenitores con sus ruidos y por ello Apsu decide exterminarlos mientras que Tiamat se niega. Los jóvenes dioses se callan pero Ea infunde un sueño mágico a Apsu, lo despoja de sus atributos reales y le da muerte, instaurando un nuevo régimen; engendra a Marduk, cuyo terrible aspecto asusta a los dioses más antiguos; estos piden a Tiamat que reavive la guerra contra los dioses más jóvenes y ella crea once clases de monstruos que primeramente Ea y luego Anu intentan combatir pero retroceden por miedo, hasta que Marduk acepta atacarlos a cambio de ser nombrado rey de los dioses. Armado con arco, maza, red, rayo y los cuatro vientos, añade siete más que llenan el vientre de Tiamat cuando esta abre su boca para devorarlo y él la atraviesa con una flecha, mientras los aliados de ella son capturados con la red. Marduk divide el monstruoso cuerpo de Tiamat en dos mitades de las cuales hace el cielo y la tierra; luego crea la sede de los dioses, la luna y las constelaciones y crea al hombre de la sangre de uno de los dioses derrotados, terminando el poema con un catálogo de los cincuenta nombres de Marduk. Un importante punto en común entre el Enuma Elis y Teogonía, aparte del sistemático enfrentamiento entre las sucesivas generaciones 69 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002, pp. 80-89 y n. 8, y H. S. Staudacher, Die Trennung von Himmel und Erde, Tübingen, 1942; M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, pp. 211s.

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de dioses que ambos comparten con el epos de Kumarbi, es que, al menos en un primer momento, en ambos poemas es el miembro femenino de la pareja progenitora (Tiamat o bien Gea (Th. 159-160) y luego Rea (Th. 467ss., 485ss.)) el que impide el aniquilamiento de los nuevos herederos —Anu (el Cielo) y Ea (el homólogo de Crono) en un caso y Crono y Zeus en el otro— a manos de las viejas divinidades, ya sean estas Apsu o bien Urano y luego Crono respectivamente, si bien más tarde lo mismo Tiamat que los Titanes hermanos de Rea (e hijos de Gea y Urano) y luego el monstruo Tifón (hijo de Gea y el Tártaro), como miembros que una y otros son de la vieja generación de dioses, deben ser combatidos por el joven heredero, Marduk en el poema sumerio-babilonio y Zeus en Teogonía (629ss., 820ss.), para poder alzarse con el poder. Precisamente por esta razón, para que ningún otro dios removiera a Zeus del trono divino, este tomó como su primera esposa a Metis, la Inteligencia, a la que se tragó, poniendo fin de este modo a la cadena de descendientes que derrocaban a su padre por instigación de una progenitora (Th. 886-900). Un segundo punto en común entre ambos poemas es que, cuando Apsu, en el poema babilonio, se propone exterminar a sus descendientes, los demás dioses jóvenes se callan y es Ea (el homólogo de Crono) el que toma la iniciativa, dando muerte a su progenitor e instaurando un nuevo régimen cuyo heredero es Marduk (el homólogo de Zeus); del mismo modo, en Teogonía, cuando Urano abusa de su esposa Gea impidiendo que sus hijos salgan de su vientre y ella les propone vengarse, mientras los otros hermanos guardan silencio asustados Crono es el único que se ofrece para llevar a cabo la mortífera acción, inaugurando así una nueva etapa en el reinado divino y engendrando a Zeus (Th. 159-172, 453ss.). Otros puntos más concretos en común son los siguientes: Marduk ha de combatir a once monstruos diferentes antes de ser rey de los dioses y su panoplia incluye entre otras armas el rayo y un cierto número de vientos, con los que llena el vientre de Tiamat cuando esta abre su enorme boca para devorarlo y él la atraviesa de un flechazo, de igual modo que Zeus, para poder alcanzar el poder, ha de vencer en encarnizada lucha a los belicosos Titanes (once: Th. 133-136) y luego al monstruo Tifeo, siendo rayo, trueno y relámpago así como diferentes vientos las armas con que los combate (Th. 674ss., 706ss., 820ss., 844ss.); muerta Tiamat, Marduk di[XLV]

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vide su informe cuerpo (en cierto modo equivalente al chaos hesiódico) en dos mitades de las cuales crea el cielo y la tierra así como la sede de los dioses y el firmamento estelar, al igual que después de Caos surge en Teogonía (116ss.) la Tierra, sede de los inmortales, y de esta el Cielo, con el cual se emparejó aquella para procrear a la primera y más antigua generación de dioses (los Titanes) y de monstruos (Gigantes y Centímanos); si cincuenta son los nombres que recibe Marduk, nada menos y nada más que cincuenta es en Teogonía (240-264) el número de las Nereidas (y 41 el de las Oceánides, a añadir al de sus 25 hermanos los ríos hijos de Tetis y Océano, Th. 337-363)70. Otro posible antecedente oriental del mito hesiódico de sucesión es la versión contenida en la Historia fenicia de Sanconiaton, aun cuando en la traducción al griego llevada a cabo por Filón de Biblos (siglos I-II) cuyos extractos incluidos en la Praeparatio evangelica de Eusebio constituyen nuestra principal fuente de conocimiento de la historia, parece mostrar a su vez influjo hesiódico. Según esta, que Sanconiaton habría tomado de fuentes egipcias en época anterior a la guerra de Troya, el mundo comienza con un hálito que con el tiempo se fecunda a sí mismo y da lugar a un lodo en el que germinan las semillas de la creación, se transforma en un huevo, surgen el sol, la luna y las estrellas y tiene lugar la separación de los elementos. A una larga lista de inventores por los que se explica el desarrollo de la civilización les sucede Elium (Hypsistos en la traducción de Filón), cuyo hijo Epigeo o Autocton, más tarde llamado Urano, se casa con su propia hermana Gea y tras suceder a su padre engendra cuatro hijos, El (identificado con Crono), Betilo (término aplicado a la piedra que se tragó Crono, según Hesiquio), Dagon y Atlas; tiene hijos de otras mujeres, lo cual provoca la discordia con Gea y su separación, aunque todavía acude a violarla cuando quiere; trata de destruir a sus hijos, Gea los protege, hasta que Crono lo expulsa y se hace con el poder. Crono gobierna como un tirano, encierra a su hermano Atlas, mata a su hijo y decapita a su hija. Urano envía a sus hijas Astarté, Rea y Dione a dar muerte a Crono por medio de un engaño, pero este se casa con ellas y tiene muchos hijos; Urano le hace la guerra y El-Crono acaba por prepararle 70 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002, pp. 80-89 y n. 7.

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una emboscada y castrarlo, enrojeciendo su sangre las fuentes y los ríos. Aconsejados por Crono gobiernan Astarté, Zeus-Demaros (hijo de una concubina de Urano desposada con Dagon) y Adodos. Como en Teogonía, Epigeo-Autocton-Urano se une con su propia hermana Gea y engendra entre otros hijos a El-Crono (cf. Th. 116-138) así como a Betilo, que en el poema hesiódico es la piedra tragada por Crono en lugar de Zeus (Th. 485-491); posteriormente, separado de Gea, acude a violarla periódicamente (cf. Th. 176s.); intenta aniquilar a sus hijos, Gea los protege y Crono lo desplaza en el poder (cf. Th. 164-181); más tarde este le preparará una emboscada y lo castrará (cf. Th. 173-181), pero antes Urano envía entre otras hijas a Rea para dar muerte a Crono mediante un engaño (cf. Th. 468-476); la sangre de los genitales de Urano castrado “en un lugar de tierra adentro” tiñe los ríos y las fuentes, como en Teogonía gotea por tierra cuando desde esta el pene de Urano es arrojado por Crono al mar (Th. 181-191); finalmente reinará con otros dioses Zeus-Demaros (hijo de un hermano de Crono y una concubina de Urano) aconsejado por Crono (cf. Th. 881885)71. De Trabajos y Días uno de los más antiguos paralelos que se pueden citar es el poema sumerio conocido como Instrucciones de Shuruppak, poema de unos 285 versos cuyos fragmentos más antiguos conservados fueron escritos en torno al 2500 a. C. y su mayor parte en torno al 1800 a. C., el cual contiene consejos de un sabio del remoto pasado antediluviano a su hijo Ziusudra, único superviviente de la catástrofe. Comienza con una serie de preceptos negativos, seguidos por sus correspondientes motivaciones, que tratan cuestiones como la compra de un buey o un asno, la ubicación de un campo o una casa, implicación en disputas, robo, asesinato, amoríos, ofensas, violación, perjurio, para posteriormente devenir más discursivo, con series de observaciones sobre la vida y el comportamiento humano, con frecuencia expresadas en mordaces términos. Incluye una comparación de tipo fabulístico y de vez en cuando comparece la frase “Shuruppak daba consejos a su hijo”, en una ocasión sustituyendo la expresión “hijo mío” por “rey mío”, lo cual puede implicar una adaptación a un 71 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002, pp. 78-88 y n. 6.

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contexto de instrucción de un rey por un visir o bien a una reminiscencia del escriba en este sentido72. Entre otras muchas colecciones sumerias de proverbios cobra especial interés para nosotros una segunda obra fragmentaria, datada en la primera mitad del segundo milenio a. C., que contiene consejos morales y éticos así como un manual de agricultura. Comienza poniendo los consejos en boca de un padre a su hijo, quien en una subscriptio final resulta ser Ninurta, el dios sumerio de la agricultura, y los primeros preceptos son reglas sobre el riego para pasar enseguida a recorrer los trabajos del campo del año entero en 107 líneas, sin ninguna digresión73. No todas las obras didácticas se situaban en un pasado lejano. Entre otras que echan una vívida ojeada a la enseñanza escolar sumeria y sus temibles métodos, hay un vivaz diálogo de 183 líneas, El padre y su hijo descarriado, en que un escriba que desea que su hijo siga su oficio y sea el mayor erudito de la ciudad, amonesta a este, un muchachote que pasa el tiempo callejeando y entregado día y noche a los placeres74. Dentro de lo difícil que es aislar textos sapienciales propiamente acadios, no ya traducciones, de originales o de modelos sumerios, la muestra más significativa es un texto de unos 166 versos tal vez datable en la segunda mitad del segundo milenio a. C. y conocido como Consejos de sabiduría, del cual falta su comienzo y no se sabe quién es el que aconseja, si bien un pasaje sugiere que puede ser el visir de un rey, y el aconsejado es su hijo. El aconsejamiento, sazonado con adagios y con advertencias de irritación divina y otras consecuencias no deseables del error, en un tono que recuerda mucho el de las partes correspondientes de Trabajos y Días, abarca temas como el evitar malas compañías, el hablar mal y las disputas (cf. Op. 28-32, 190-194);

72 B. Alster, The Instructions of Suruppak. A Sumerian Proverb Collection, Copenhague, 1974. Cf. M. L. West, Hesiod. Works and Days, Ed. with Proleg. and Comm., Oxford, 1978, pp. 3s. 73 Cf. S. N. Kramer, The Sumerians. Their History, Culture and Character, University of Chicago Press, 1963, pp. 105-109, 224, 340-342; A. Salonen, Agricultura Mesopotamica, Helsinki, 1968, pp. 202-213. 74 A. W. Sjöberg, Journal of Cuneiform Studies 25 (1973), 105-169. Cf. S. N. Kramer, The Sumerians, 1963, pp. 237ss.; M. L. West, Hesiod. Works and Days, 1978, pp. 5s.

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ser amable con los necesitados (cf. Op. 327, 717-720); las desventajas de casarse con esclavas o con prostitutas (cf. Op. 373-375, 699-705); las tentaciones que rodean a un visir; el culto a los dioses (cf. Op. 336341, 724-726); la sinceridad con los amigos (cf. Op. 190-194, 342, 353, 707-716)75. En la literatura sapiencial del antiguo Egipto, no muy posterior a la sumeria, series de admoniciones como estas representan un género bien conocido y con notables afinidades con sus manifestaciones mesopotámicas, de modo que también en este caso es difícil no pensar en influencia por parte de la literatura babilonia. Casi siempre adoptan la forma de instrucciones —series de exhortaciones sobre la conducta apoyadas en declaraciones gnómicas, sin intervención de mitos o fábulas, escasa variación estilística y desatención al detalle técnico— dadas por un padre a su hijo en el pasado, con frecuencia precedidas de una introducción que expone las circunstancias supuestas y en su fase más antigua el papel del preceptor siendo desempeñado por un rey o por un sabio. Así, la Instrucción de Ptahhotep, composición de unos 647 versos cuya enseñanza se supone impartida por un visir a su rey en el siglo XXV a. C. y en cuya ficticia puesta en escena el visir, de 110 años, se propone transmitir su sabiduría a su hijo de acuerdo con el rey; de hecho las instrucciones, las cuales terminan con un largo epílogo que enfatiza las ventajas de escuchar el adoctrinamiento, se dirigen a diversos receptores y los temas comprenden, entre otros, el comportamiento apropiado en el banquete (cf. Op. 722723, 742-745), la evitación de mujeres peligrosas (cf. Op. 373-375, 699-705), de la codicia en un reparto (cf. Op. 37-41, 349-360), la conducta entre amigos (cf. Op. 342, 353, 707-716)76. De lo convencional de esta forma literaria habla su utilización, al menos en la XII Dinastía (siglos XX-XVIII a. C.), en escritos de tipo político como la Instrucción para Merikare, el de fecha más antigua que sepamos, en el cual 75 W. G. Lambert, Babylonian Wisdom Literature, Oxford, 1960, pp. 96-106; J. B. Pritchard (ed.), ANET, 1969, pp. 426s. Cf. M. L. West, Hesiod. Works and Days, 1978, p. 6. 76 Cf. Z. Zába, Les maximes de Ptahhotep, Praga, 1956; A. Erman, The Literature of the Ancient Egyptians(=The Ancient Egyptians), London, 1927 (=The Ancient Egyptians. A Sourcebook of Their Writings, N. Y., 1966), pp. 54-66; J. B. Pritchard (ed.), ANET, 1969, pp. 412-414.

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el padre de un rey de Heracleópolis de este nombre, de en torno al 2100 a. C., alecciona a su hijo sobre el comportamiento con sus súbditos, el buen gobierno y sobre la situación política presente y pasada, para pasar luego a un tipo de aconsejamiento más general77. Estas obras fueron utilizadas durante muchos siglos después de su composición como textos escolares, no solo por su adoctrinamiento sino por lo que tienen de modelos estilísticos. Pero hay un tipo de instrucciones con una orientación educativa más directa, que son las dirigidas por escribas al aleccionamiento de sus hijos en el ejercicio de la profesión. Entre otras que podrían citarse, el escriba que aconseja a su hijo en la Instrucción de Amen-em-Opet, de en torno al 1200 a. C., es un funcionario del registro de tierras, según se expone ampliamente en el preámbulo, que en cuatro capítulos lo adiestra principalmente sobre cuestiones relevantes para su oficio, poniendo énfasis en la contención de la cólera y en la honradez de palabra y obra, especialmente con los necesitados; el epílogo dice que el libro enseña al ignorante y exhorta al hijo a grabar el mensaje en su corazón (cf. Op. 286 Σοὶ δ᾿ἐγὼ ἐσθλὰ νοέων ἐρέω, μέγα νήπιε Πέρση; 27, 274: Ὦ Πέρση, σὺ δὲ ταῦτα τεῷ ἐνικάτθεο θυμῷ/ μετὰ φρεσὶ βάλλεο σῇσι)78. Con las instrucciones dirigidas a escribas, sin duda las más conocidas tratándose de los propios agentes de la transmisión literaria, debieron de alternar otras relativas a otros oficios, si bien las que se nos han conservado son de época claramente posterior, aun cuando una composición como la que acabamos de citar apunta ya en este sentido. Particularmente interesante para nuestros fines es un papiro probablemente tardo-ptolemaico que contiene una composición demótica de fecha al parecer no anterior al siglo V a. C., Instrucciones de Onchsheshonqui, cuyo preceptor, de acuerdo con la introducción que la encabeza, es un sacerdote encarcelado por el faraón a causa de una conspiración que en realidad él trató de desmontar, al que es permitido escribir consejos para su hijo que plasma en óstraca, previa aprobación real cada día. Comienza quejándose por la injusticia del encarcelamiento (cf. Op. 34-39) y mostrando las vías por las que la divini-

77 Cf. A. Erman, The Literature of the Ancient Egyptians, 1927, pp. 75-84; J. B. Pritchard (ed.), ANET, pp. 414-418. 78 Cf. J. B. Pritchard (ed.), ANET, 1969, pp. 421-424.

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dad puede descargar su cólera contra un país (cf. Op. 178-201, 222247), para pasar a una sucesión de exhortaciones y gnomae destinadas al parecer a un campesino y poniendo el acento en las relaciones apropiadas con la familia, los amigos, los vecinos y el amo de la tierra (cf. Op. 327-335, 342-362, 707-723), incluidas series de máximas que comienzan por la misma palabra (cf. Op. 327-331: ὅς τε…707-764: μηδὲ…)79. Para terminar con esta relación de posibles fuentes de inspiración e intercambio, de la tradición poética de la que arranca Trabajos y Días, dentro del ámbito geográfico que tenía más próximo, el tipo de amonestación moral en el marco de un caso de injusticia, como es en definitiva aquel en el que se encuadra dicho poema, está bien representado en un texto de fecha relativamente tardía, de en torno al siglo VI a. C., la famosa historia de Ahikar, supuestamente ocurrida en Asiria en el siglo VII. Escrita originariamente en arameo (con influencia persia y babilonia) y hallada en el lugar de un asentamiento judío tras la conquista persa, en la sede alto-egipcia de Elefantina, de ella se conservan copias de muy diversos siglos a partir del V a. C. y traducciones a distintas lenguas, incluida una versión griega perdida que fue incorporada a la llamada Vida de Esopo80. Lo que aquí nos interesa de la historia es que el anciano y sabio visir del rey Senaquerib, Ahikar, es objeto de calumnia por parte de su sobrino e hijo adoptivo Nadin, al que más tarde al parecer amonesta con una larga serie de preceptos mezclados con máximas y fábulas animalescas. En las versiones no arameas posteriores la instrucción se lleva a cabo cuando el rey promete nombrar visir a Nadin, antes de que se cometiera la calumnia, en una situación paralela a la de la Instrucción de Ptahhotep y a la de Consejos de sabiduría. Cuando al final se descubre la verdad y Nadin es encarcelado, Ahikar lo visita a diario y lo reprende, mientras el carcelero escribe sus palabras en una tablilla. También de otras literaturas, no solo de las del Próximo Oriente, existen paralelos, aunque menos estrechos, tanto de la poesía de Teo79 Cf. S. R. K. Glanville, The Instructions of Onchsheshonqy. Catalogue of Demotic Papyri in the British Museum 2, London, 1955; P. Walcot, Hesiod and the Near East, 1966, pp. 87ss. 80 Cf. A. Cowley, Aramaic Papyri of the Fith Century B.C., Oxford, 1923, pp. 204248; M. L. West, Hesiod. Works and Days, 1978, pp. 8-13.

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gonía como de la de Trabajos y Días, que avalan su tradicionalidad, desde las diversas literaturas indoeuropeas, como la de la antigua India y la antiguo-irlandesa, y antiguo-europeas, como la anglosajona y la antiguo-nórdica, hasta diversas literaturas africanas81. Por otra parte, hay dos componentes del poema gnómico hesiódico que bien pudieron alcanzar la tradición poética correspondiente a partir de fuentes orientales a juzgar por su arraigo en algunas de las literaturas mencionadas; se trata del mito de las generaciones (Op. 106-201) y la fábula del gavilán y el ruiseñor (Op. 202-212: la fábula más antigua de que tenemos noticia dentro de la literatura griega), estructuras narrativas que por su limitada entidad y su autonomía se prestan a ser utilizadas por distintos géneros literarios, como hemos visto, en el caso del gnómico, en la historia de Ahikar o en las Instrucciones de Suruppak, o bien en colecciones, como ha ocurrido con la fábula no solo en Grecia sino también en Oriente Próximo82. VII. LA

MANO DE

HESÍODO

Otra cuestión es cómo identificar, a lo largo de los poemas hesiódicos, las huellas del manejo y aun de la manipulación del material tradicional por parte del poeta. Ya he dicho que, paradójicamente, esta labor se revela no menos ardua en el poema de Trabajos y Días que en Teogonía, a pesar de ser aquel el que proporciona más datos de tipo biográfico sobre su autor. Sin embargo el carácter convencional de estos y la tendencia a la dramatización y personalización del enunciado gnómico, según hemos expuesto, impide distinguir claramente dónde termina lo tradicional y dónde empieza la aportación individual83. En el caso de Teogonía, pautas para una identificación de la contribución personal del poeta, aparte de aquellas más obvias, como pueden ser la mención de su nombre o el importante papel que el monte 81 Cf. M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, pp. 1-16; Hesiod. Works and Days, 1978, pp. 15-22. 82 Cf. K. Meuli, Herkunft und Wesen der Fabel, Basel, 1954; M. L. West, Hesiod. Works and Days, 1978, pp. 172-177. 83 Cf. J. Strauss Clay, Hesiod’s Cosmos, 2003, pp. 4ss.

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Helicón desempeña en el proemio del poema, según hemos dicho, acaso puedan observarse en aspectos como: la forma de expresión tan precisa y sistemática que cada unidad de la secuenciación genealógica adopta en manos del poeta, así como su oportuna combinación con diversos excursos importantes en forma de relato o de descripción —esa especie de himno a Hécate (vv. 411-452), por un lado, y los sucesivos enfrentamientos de Zeus: con Prometeo (vv. 535-616), Titanomaquia (vv. 617-726), Tifonomaquia (vv. 820-880), por otro— que enriquecen, varían y retardan la acción principal, dramatizando y preparando así el terreno a un objetivo muy particularmente apetecido y esperado en la historia, que es la entronización final de Zeus Olímpico. Un aspecto muy concreto en el que la contribución personal del poeta debió de ser bien considerable, dado el gusto que este muestra por la etiología de nombres en diversos pasajes del poema, es algo tan consustancial a la poética de Teogonía, tan peculiar y a la vez tan importante para su desarrollo cual es la designación de las numerosas y diferentes divinidades a medio camino entre los elementos cosmogónicos propiamente dichos y los dioses de la mitología o los del panteón —como las Nereidas o las Oceánides, cuyos nombres con frecuencia guardan relación con accidentes geográficos y características propias de su entorno; cuerpos celestes, monstruos, pero también fuerzas abstractas, elementos psíquicos, principios morales, virtudes o vicios— que constituyen la prole, en ocasiones sumamente larga, de las sucesivas uniones de los descendientes de la generación de dioses más antiguos84. Además del tipo de designación etiológicamente motivada, otra particular tendencia del poeta es la de dar nombre individual, con frecuencia basado en sus respectivas timai, a cada uno de los componentes de entidades míticas generalmente concebidas en grupo, como puede ser el de los Gigantes. En lo que respecta a la disposición del material genealógico, la presencia de ciertas pautas organizativas parece delatar asimismo los hábitos del poeta, como la adopción de principios de simetría (hijas-hijos), de afinidad (caracteres afines a los de los progenitores) o bien de asociación polar (caracteres contrarios) en la enumeración de las sucesivas proles; los números tres, dos o sobre todo sus múltiplos como cifra 84

Cf. M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, pp. 31-34.

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habitual de descendientes; la adopción de esquemas narrativos paralelos, como en las fases primera y segunda del mito de sucesión. Otros rasgos aparentemente personales conciernen a la estética del relato, como: el intento de suavizar los aspectos más crudos del mito a base de potenciar el componente cosmológico sobre el componente divino en algunos de sus elementos, como ocurre con los principales protagonistas (Urano, Gea, Crono, Rea) del mito de sucesión; la introducción de episodios placenteros desde el punto de vista estético y moral en compensación de otros reprobables en este sentido, como el relato del nacimiento de Afrodita cual secuela de la cruel mutilación de Urano por Crono; la inserción de determinados toques dramáticos o inquietantes, como el del odio inexplicable que estas dos divinidades sienten desde un primer momento hacia su padre (Th. 137s., 154ss.), que encontrarán su explicación en un momento posterior85. En cuanto a Trabajos y Días, si bien cada uno de los componentes que intervienen en el poema —mitos, fábula, parénesis morales y paradigmas gnómicos de conducta individual y colectiva, calendario agrícola, marinero y astrometeorológico— tienen todos su larga tradición propia fuera de la literatura griega y también dentro de ella, no cabe duda de que su combinación así como la dosificación de los ingredientes, su particular configuración y sobre todo su orientación, con la predicación de un mensaje de rectitud, de observancia de la justicia que proviene de Zeus y de oportuna y justa actuación en el trabajo y en los diversos órdenes de una vida que se pretende sea de bienestar, son obra del poeta. También es muy probable que lo sea la versión dada del marco biográfico que tradicionalmente sirve para dramatizar y personalizar el aconsejamiento gnómico, sustituyendo la figura del amonestado por su hermano y el paradigma disuasorio de la azarosa vida marina por la experiencia vivida por el padre de ambos86 y por la manifestación de su escasa experiencia propia y su práctica dependencia de la inspiración de las Musas en este tema, mencionando como prueba de ello su participación como aedo en cierto certamen de la vecina isla de Eubea, en el que, aprovecha para decir, venció con 85 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002. 86 Cf. W. Nicolai, Hesiods Erga, Beobachtungen zum Aufbau, Heidelberg, 1964, pp. 193s.; P. Walcot, Hesiod and the Near East, 1966, p. 105.

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su canto y dedicó el trofeo a las Musas del Helicón: nueva referencia personal al entorno habitual del poeta. Hay otros detalles en los cuales también la huella individual del poeta parece poder observarse. Según ha sido ya indicado, el párrafo dedicado a la generación de los héroes (Op. 156-173) en el mito de las sucesivas generaciones de la raza humana tiene todo el aire de una inserción hesiódica, entre la generación de bronce y la generación de hierro, en homenaje a la gloriosa estirpe de los héroes que lucharon en las famosas guerras de Tebas y de Troya, es decir, las cantadas por la Ilíada o por la anónima Tebaida, “la generación anterior a la nuestra” dice el poeta (Op. 160), y una suerte de contribución al proceso de su heroización. Sus características no encajan en el esquema composicional de las otras “edades”: es la única que no es nombrada de acuerdo con un metal, oro, plata, bronce y hierro sucesivamente; es la única que no responde a un esquema de degeneración progresiva y es la única que no es destruida por los dioses una vez que el proceso de degeneración ha comenzado; al contrario de las demás, esta es más justa que la anterior y, al morir, Zeus concedió a los héroes una vida eternamente feliz “en las islas de los bienaventurados” (Op. 171)87. También en la descripción de la generación de hierro, la última, la coetánea del poeta, suenan a manipulación individual por parte de este, primero, la personalización de la misma mediante su indignada inserción en primera persona (Op. 174); segundo, el dejar abierta la 87 Cf. J. Fontenrose, “Work, Justice and Hesiod’s Five Ages”, CPh 69 (1974), pp. 116; M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 172-177, que cita paralelos orientales del mito, aunque de fecha posterior a Hesíodo en sus manifestaciones literarias: revelación de Ahura Mazda a Zoroastro en el Avesta acerca de un árbol con cuatro ramas, de oro, plata, acero y hierro, que serían las cuatro edades del zoroastrismo; Libro de Daniel 2, pp. 31ss., con el sueño de Nabucodonosor de una estatua con cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre de latón, piernas de hierro y pies de hierro y arcilla, que Daniel explica como los sucesivos reinos del mundo; doctrina india sobre cuatro edades del mundo de extensión y grado de justicia proporcionalmente decrecientes, al contrario de la progresiva degeneración de la raza y el acortamiento de la vida humana, en el que creen también sumerios y babilonios; J. P. Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia Antigua, Barcelona, 1973, pp. 21-88, con un valioso intento de análisis estructural. Menos convincente resulta el tratamiento antropológico del mito por A. Ballabriga, “L’invention du mythe des races en Grèce archaïque”, Revue de l’histoire des religions 215 (1998), pp. 307-339, según el cual este sería una invención de Hesíodo destinada a corregir el mito de Prometeo.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

puerta a un imposible futuro mejor en su manifestación del deseo de “o bien morir antes o bien nacer después” (Op. 175), que puede estar apuntando a la creencia griega arcaica en una visión cíclica del mundo88; tercero, la expresión de los efectos de la degeneración moral en dos fases de las cuales la primera (Op.176-179) expresa el castigo divino en forma de un futuro verbal que es en realidad como un presente prospectivo y la segunda (Op. 180-201) expresa en forma profética, es decir para el futuro, una serie de faltas de conducta y su castigo, las cuales sin duda están ya en la sociedad de su tiempo, por más que el procedimiento profético presente también un paralelo en una de las manifestaciones orientales del mito89. La sección del poema que, a continuación del mito de las generaciones, desarrolla en forma gnómico-parenética el tema de la justicia (Op. 202-285), aun nutriéndose sin duda en buena medida de material tradicional90, presenta una organización y distribución del mismo que delata sin ambages la arquitectura del poema. El aconsejamiento se reparte en cuatro párrafos de extensión comparable los homólogos y dedicados expresa y alternativamente a los reyes-jueces y a Perses, de modo que, aun cuando no pueden ocultar su aspiración al aprovechamiento por parte de la audiencia en general, son formalmente dirigidos a cada una de las otras dos partes implicadas en el pleito habido con su hermano, al cual recuerda para empezar la repetición, en los dos párrafos centrales, que son también los más largos y explícitos de los cuatro, del calificativo δωροφάγους “devoradores de regalos” (Op. 39, 221, 264: sus tres únicas apariciones en todo el epos y las tres comenzando el verso)91, con el que habían sido denigrados los reyesjueces en el párrafo relativo al pleito. De los cuatro párrafos el primero está formalmente dirigido a estos, consta de 10 versos (202-212) y contiene la fábula del gavilán y el ruiseñor, paradigma de la prepotencia de los poderosos (Op. 210) 88

Cf. J. P. Vernant, Ibid. Cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 176. 90 Id., comm. ad loc. 91 En Op. 39 el adjetivo va seguido de la expresión (οἳ τήνδε) δίκην (ἐθέλουσι δικάσαι), en Op. 221 de σκολιῇς δὲ δίκῃς (κρίνωσι θέμιστας), en Op. 264 de σκολιέων δὲ δικέων (ἐπὶ πάγχυ λάθεσθε), constituyendo por tanto un sistema formular propio de la poesía de Trabajos y Días. Sobre el concepto de sistema formular cf. M. Parry, L’Épithète traditionnelle dans Homère. Essai sur un prorblème de style hmérique, Paris, 1928, pp. 50-51, 71. 89

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INTRODUCCIÓN GENERAL

y en el cual la figura del propio aedo bien puede estar asomándose tras el calificativo ἀοιδὸν (Op. 208) dado al pobre y cantarín ruiseñor92. El segundo párrafo es dirigido a Perses, consta de 34 versos (Op. 213247) y, en una suerte de condena implícita de la actitud del gavilán de la fábula, exhorta a obedecer la justicia y no ceder a la hybris; además de aludir tangencialmente al pleito en forma de delación por parte de la justicia cuando es conculcada con sentencias torcidas, la mayor parte del párrafo consiste en una extensa contraposición gnómica entre los beneficios —prosperidad, paz, abundancia, continuidad de la estirpe— de que goza la ciudad que respeta la justicia, frente a los perjuicios que exactamente al contrario castigan a la ciudad que se deja llevar por la hybris. El tercer párrafo es dirigido de nuevo a los reyes, consta de 25 versos (Op. 248-273) y su mensaje consiste en asegurar del cumplimiento de la justicia y el fracaso de su conculcación, mediante la triple advertencia de que hay tres mil espíritus divinos que andan por el aire vigilando las infracciones de la justicia, que una acción paralela ejerce la hija de Zeus, Justicia, a fin de que pague el pueblo los desmanes de los reyes, y que el propio ojo de Zeus observa el tipo de justicia que en la polis se practica. El cuarto párrafo consta de 10 versos (Op. 274-285) y está dirigido de nuevo a Perses, al que insta otra vez a obedecer la justicia y olvidar la violencia (esto es la hybris), en esta ocasión con el gnómico argumento de que entre los animales es la norma que se devoren unos a otros, porque no conocen la justicia, mientras que a los humanos les dio Zeus la justicia, que aumenta la dicha de los que la cumplen y debilita la estirpe de los perjuros; la advertencia roza así una vez más el asunto del pleito entre los hermanos y sobre todo ilumina definitivamente y en composición anular, aunque también ahora de manera poco más explícita que en los dos párrafos anteriores, el inquietante sentido de la fábula inicial, que ahora nos damos cuenta de que proponía el comportamiento abusivo del ave de presa para con un pajarillo como modelo de hybris y contraejemplo a evitar por los reyes en su práctica de la justicia93. 92

Cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 208. Cf. J. A. Fernández Delgado, “La justicia del gavilán y sus audiencias (Trabajos y Días 202-285)”, en M. J. García Blanco, T. Amado, M. J. Martin Velasco, A. Pereiro & M. E. Vázquez Buján (eds.), Antídoron. Homenaje al Prof. Juan José Moralejo, Univ. de Santiago, 2011, pp. 257-269. 93

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INTRODUCCIÓN GENERAL

De la sección sobre la justicia pasando a la del trabajo, dentro del llamado calendario agrícola y su catálogo de consejos relativos a los trabajos propios de las sucesivas estaciones del año, un particular esmero parece advertirse en la composición del extenso párrafo gnómico-parenético (Op. 504-563) que trata del mes de Leneón (designación propia de la cultura jonia que solo se explica en un contexto de poesía panhelénica)94, centro del pasaje dedicado a los trabajos de invierno y momento polar del año, así como, en menor medida, en el párrafo que trata del momento polar opuesto, el del verano en su cénit (de un modo parecido a como en el calendario, mucho menos completo, de los trabajos del mar el final de la primera de sus dos mitades, la dedicada al aconsejamiento general, es ocupada, antes de dar comienzo al aconsejamiento estacional, por el párrafo autobiográfico de la travesía a Calcis). A diferencia de lo que ocurre en el aconsejamiento relativo a las demás estaciones, el párrafo sobre Leneón destaca un momento particular dentro de la estación, invernal en este caso, y, un poco como ocurre en aquellos símiles homéricos que desbordan el marco funcional de la comparación que los motiva para recrearse en su propia descripción, sobrepasa con creces la referencia temporal en la que se encuadra la parénesis para solazarse en la descripción detallada de las ráfagas del viento Bóreas que caracterizan ese crudo mes del invierno y en sus efectos en el mar, los árboles y las diferentes clases de animales y de los humanos. En la pintoresca y plástica descripción se acumulan una serie de procedimientos literarios propios de la poesía tradicional, presentes asimismo en el resto del poema pero más dosificados, como son: la atribución de facultades humanas a seres inanimados, empezando por el propio viento, al cual se hace repetidas veces sujeto de la acción de penetrar o no penetrar (la piel o el pelo de los animales pero también de una joven doncella), en un contexto posiblemente no exento de simbología sexual (Op. 513-525)95, o bien la atribución al bosque de la capacidad de mugir (Op. 508) o de gritar (Op. 511); la descripción 94 Cf. G. Nagy, “Hesiod and the Poetics of pan-Hellenism”, en Greek Myhtology and Poetics, 1990. Según Plutarco ap. Procl. puede tratarse del mes beocio Boukatios o bien Hermaios (que seguía al anterior y en el cual caían las fiestas Leneas del Atica). 95 Cf. C. Watkins, “ἈΝΟΣΤΕΟΣ ὉΝ ΠΟΔΑ ΤΕΝΔΕΙ”, Etudes et Commentaires 91 (1978), pp. 231-235.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

a base de perífrasis pictóricas, como τροχαλόν para referirse al anciano encorvado (Op. 518), ἀπύρῳ οἴκῳ (Op. 525) para referirse al lugar donde mora el pulpo, κεραοὶ καὶ νήκεροι ὑληκοῖται (Op. 529) para referirse al conjunto de los animales del bosque, o la comparación de los ancianos con un trípode (Op. 533); la utilización de un tipo de metáfora peculiar de esta clase de poesía, que los estudiosos de la poesía antiguo-nórdica, en la que también aparece, denominan kenning96, como ἀνόστεος para designar al pulpo (Op. 524) o, en la segunda parte del párrafo (Op. 560), εὐφρόναι para hablar de las noches. También la segunda parte del párrafo, la que corresponde a la sección exhortativa del período temporal gnómico-parenético que constituye cada una de las unidades composicionales del catálogo estacional de los trabajos (Op. 536-563), es especial, no solo en el sentido de que, como la otra parte, se extiende mucho más allá de lo habitual, sino que por primera vez deja de aconsejar sobre las faenas propias de la estación para centrarse en la vestimenta, calzado y tocado adecuados para combatir el frío provocado por el Bóreas, así como la lluvia y el vendaval resultantes de las mañanas de niebla propias de la época en que él sopla. En el polo opuesto, es decir en el cénit de la estación estival, la composición del párrafo gnómico-parenético correspondiente (Op. 582-596) sigue pautas igualmente peculiares y solo comparables a las de su homólogo, el del momento más crudo del invierno, salvo que su extensión es mucho menor. Del mismo modo que el párrafo sobre el mes Leneón representa una expansión particular e insólita de la unidad relativa al invierno dentro del esquema estacional de composición (Op. 493-503: ὥρῃ χειμερίη, 494 κακοῦ χειμῶνος ἀμηχανίη, 496), el párrafo sobre el verano en su mayor rigor representa el mismo tipo de expansión, a menor escala, con respecto al párrafo relativo a las faenas del verano (Op. 571-582: ὥρῃ ἐν ἀμήτου, ὅτε τ’ἠέλιος χρόα κάρφει, 575: cf. Op. 584, 588 θέρεος καματώδεος ὥρῃ…αὐαλέος δέ τε χρὼς ὑπὸ καύματος) y, si el párrafo sobre Leneón distribuye sus circa 60 versos en dos mitades de circa 30 versos cada una, correspondientes a la parte gnómica y a la parte parenética del esquema composicional, el 96 Cf. I. Waern, ΓΗΣ ΟΣΤΕΑ. The Kenning in pre-Christian Greek Poetry, 1951; J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo, 1986, pp. 102-105.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

párrafo sobre el rigor del verano divide sus 14 versos exactamente al medio entre las dos partes de dicho esquema; como en el otro párrafo, la parte gnómica (Op. 582-588) expande el marco temporal de referencia en forma de una colorista descripción que, también como allí, se hace eco del comportamiento de las plantas, los animales, las mujeres y los hombres en esa época, sin que falte tampoco la alusión sexual (Op. 586); como allí, la parte parenética (Op. 589-596) no exhorta a ejecutar determinados trabajos como de costumbre, sino a cuidarse personalmente, en este caso protegiéndose del calor a una buena sombra en la que corra el fresco y con una buena jarra de vino, mencionando los mismos animales que en el otro caso, cabras, terneras y cabritos (estos exactamente mediante la misma fórmula, exclusiva de Trabajos y Días, Op. 543, 592 |πρωτογόνων δ’/τ’ἐρίφων), ahora no para hacerse vestidos y calzado con sus pieles, sino para beber su leche y comer su carne97. VIII. CONEXIÓN

ENTRE

TEOGONÍA

Y

TRABAJOS Y DÍAS

La presencia en ambos poemas de ciertos elementos como el mito de Prometeo o la abstracción divinizada Eris (“Disputa”), sin duda unida al hecho de que el segundo poema instala su aconsejamiento en el mundo coetáneo, el regido por Zeus, del cual Teogonía ofrece la prehistoria de su entronización tras las sucesivas generaciones de divinidades surgidas de la cosmogonía originaria, ha hecho pensar a muchos estudiosos en una rectificación por parte del poema gnómico en los puntos correspondientes98. Recientemente la cuestión ha sido 97 J. C. B. Petropoulos, Heat and Lust: Hesiod’s Midsummer Festival Scene Revisited, Lanham, Md., 1994, tiene el interés de insertar la descripción hesiódica en el amplio marco del folclore griego, antiguo y moderno, pero su supuesta identificación folclórica sin más, así como su equiparación funcional a los chelidonísmata, los conocidos cantos rituales de cuestación que celebran el renacer de la naturaleza y el triunfo de la primavera sobre el invierno, o la justificación del adjetivo con que son descritas las mujeres en Hesíodo, por el papel secundario que estas tienen en la siega en Grecia, entre otras cosas, me parece desenfocado (cf. reseña de K. Whalen, Bryn Mawr Classical Review 95. 06. 12). Cf. E. F. Beall, «An Artistic and Optimistic Passage in Hesiod: “Works and Days” 564-614», TAPhA 135/2 (2005), pp. 231-247. 98 Entre ellos M. L. West, Hesiod: Works and Days, p. 48.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

puesta en relación, además, con el supuesto uso de la escritura por parte de Hesíodo99. Por lo que atañe al mito de Prometeo, es difícil extraer conclusiones al respecto, habida cuenta que el objetivo del relato así como los detalles y la extensión del mismo difieren en cada caso. En Teogonía el mito constituye una digresión al hilo de la mención de la descendencia de Jápeto, uno de los Titanes, y del castigo por parte de Zeus que Prometeo y Epimeteo así como los otros dos hijos reciben (Th. 507-534). De las dos partes de que básicamente se compone el relato, la primera (Th. 535-569) refiere el doble engaño tramado por Prometeo contra Zeus (en el contexto de la separación entre dioses y hombres: cf. Th. 535s.), primeramente al ofrecerle, en lugar de la carne, los huesos del sacrificio (Th. 535-557), constituyéndose así en aition de la práctica habitual del rito sacrificial, y luego (Th. 562-569), tras el castigo de Zeus ocultando el fuego a los hombres, el robo del mismo por Prometeo; la segunda parte (Th. 570-616) narra el castigo del robo por parte de Zeus (esto es el segundo castigo infringido por este, correspondiente al segundo engaño de Prometeo), el cual consiste en la fabricación —encomendada a Hefesto, el herrero de los dioses, que se encarga de su modelado con tierra y del cincelado de su artística diadema de oro, y a Atenea, que la provee de su atavío— de la primera mujer, la cual produjo el asombro de dioses y de hombres, y su estirpe (de la cual el relato constituye también el aition, aunque en este caso no lo haga explícito) devino en gran calamidad para estos, tan perniciosa y parásita como los zánganos de la abejas, de modo que malo es si uno no se casa y llega solo a la vejez, y peor si a uno le toca una mujer mala. La configuración del mito de Prometeo en Trabajos y Días, sin ser incompatible con la que ofrece en Teogonía e incluso revelando los hilos de su probable adaptación a partir de un mismo relato arquetípico tanto en sus rasgos generales como en ciertos detalles propios de su técnica narrativa, sin embargo sirve a un fin distinto, abrevia la primera parte del relato y, sin modificar radicalmente su segunda parte,

99 Cf. G. W. Most, “Hesiod and the Textualization of Personal Temporality”, en La componente autobiografica nella poesia greca e latina fra realtà e artificio letterario, 1991.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

la modula de tal forma que la invención de la mujer tendrá sus funestas consecuencias no tanto en el ámbito privado del oikos como en el de la polis en general100. En el poema gnómico la función de este mito es explicar el por qué de la necesidad del trabajo para el hombre (Op. 42-46) y su primera parte alude simplemente al engaño de Prometeo cuando el sacrificio (Op. 46s.) y comienza con el ocultamiento del fuego (y por tanto del sustento) por Zeus, el robo del mismo por Prometeo para dárselo a los hombres (mostrándose así benefactor de la humanidad más explícitamente que en el otro poema) y la amenaza de Zeus de castigarle con un mal “del que todos se enamoren” (Op. 47-58); en la segunda parte (Op. 59-105) Zeus ordena a Hefesto modelar (con tierra y agua) una hermosa muchacha, a Atenea enseñarle las labores propias de su sexo, a Afrodita hacerla atractiva y a Hermes dotarla de frívolo carácter, siendo este dios el que, una vez creada, le dio el nombre de Pandora, como “regalo” que era de todos los dioses (nuevo aition), y el que la entregó a Epimeteo, hermano de Prometeo (ambos nombres parlantes); en contra de la previa advertencia de este de no hacerlo, aceptó aquel el obsequio de Zeus (tal como, en la versión de Teogonía (511-514), hizo también con la mujer creada por el padre de los dioses, y, en su atolondramiento, culpable en ambos casos de los males que a la humanidad acaecieron)101; luego ella destapó una vasija de la que se diseminaron todas las calamidades y desgracias que rodean a los hombres, quedando dentro solamente el ambiguo concepto de la esperanza (que en sí misma no es un bien pero puede serlo, dependiendo del objeto de su cumplimiento)102. De las dos versiones, pues, del mito, la de Teogonía tiene una función intrínseca, intramítica, como corresponde al carácter de la obra, 100 Cf. J. Krajczynski & W. Rösler, “Die Substanz der Hoffnung: zum PandoraMythos in Hesiods Erga”, Philologus 150 (2006), pp. 14-27. 101 Sobre la etimología del nombre de Prometeo cf. V. Schmidt, ZPE 19 (1975), pp. 183-190. Ambos hermanos representan en realidad dos caracteres antagónicos de la humanidad, que por eso mismo se hace acreedora del castigo de Zeus. 102 Cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad v. 96; W. J. Verdenius, “A hopeless line in Hesiod: Works and Days 96”, Mnemosyne IV 25 (1972), pp. 225231, que incluye una puesta al día de las encontradas opiniones sobre el carácter positivo o negativo de la esperanza. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 155, n. 1, menciona varios paralelos extrahelénicos de Pandora, aparte de la Eva bíblica: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente…”, Gen. 3, 17.

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que es contemplar el devenir prehistórico del mundo divino al margen de su inmediata relación con el hombre. Cuenta la historia de la enemistad entre Zeus y Prometeo que llevó al dios a castigar al titánida encadenándole y haciendo que un águila devorase cada día su hígado (Th. 521-525) (hasta que envió a su hijo Heracles a liberarle, para mayor gloria de este: Th. 526-534); para ello se remonta al doble engaño de Zeus (huesos de la víctima y robo del fuego) por Prometeo y al doble castigo que en consecuencia el dios le propinó: privación del fuego, primero, y luego creación de la doncella de la que habría de surgir la raza de las mujeres para desgracia de los hombres (de acuerdo naturalmente con la mentalidad de Grecia arcaica y de las culturas del Oriente Próximo en contacto con la griega)103. Debido a que el acento del relato es puesto en este caso en la citada historia de enemistad, independientemente de su aprovechamiento etiológico (rito sacrificial y creación de la mujer) al mismo tiempo, aquel trata de forma más sumaria el acto mismo de la fabricación femenina, a la que, como engaño que es, en todo caso no escatima su necesario poder de seducción, para centrarse más en consideraciones gnómicas de lo que las mujeres suponen como castigo (Th. 585-612). De hecho el relato se cierra anularmente con la conclusión-moraleja de que no es posible engañar a Zeus, ya que ni siquiera el sagaz Prometeo se libró de su cólera y fue encadenado (Th. 613-616). Por el contrario, puesto que la función del mito en Trabajos y Días es explicar la necesidad del trabajo para el hombre, el relato se centra en el robo del fuego por Prometeo, que Zeus había ocultado por haberle engañado este anteriormente, dice el poeta aludiendo sin nombrarlo al episodio del reparto de la víctima sacrificial, y sobre todo en la creación por Zeus de su propio engaño, que es la joven, y el empeño puesto en hacerla lo más atractiva posible para que sedujera a Epimeteo, así como en la difusión de males, enfermedades que causan la muerte y también el penoso trabajo (Op. 91 χαλεποῖο πόνοιο) que la acción de aquella trajo consigo, al destapar la vasija que los contenía. En la creación de la muchacha intervienen no solo Hefesto y Atenea, como en la versión de Teogonía, donde su acción basta y no hace falta mencionar la eventual intervención de otros dioses para confe103

Cf. M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 305ss., con bibliografía.

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rirle el atractivo necesario para engañar a los hombres, sino también Afrodita y Hermes, de los cuales la primera es la que realmente le confiere su capacidad de seducción (siéndole reasignada a Atenea la tarea de enseñarle las labores femeninas) y el segundo el frívolo carácter que, aunque el poeta no lo diga, es sin duda el que la llevó a curiosear en la vasija, levantando su tapa sin mirar las consecuencias. La colaboración de varios dioses en su confección es, por otra parte, la que posibilita el aition de su irónica designación como Pandora (“porque todos los que habitan las mansiones olímpicas δῶρον ἐδώρησαν” Op. 81s.), rasgo individualizador muy importante dado el protagonismo que en esta manifestación del mito, a diferencia de la de Teogonía, adquiere la joven en lugar de la estirpe de las mujeres, que de ella descienden y, en esta ocasión, en ella encuentran su representación. Es más, la fabricación de la muchacha comprende en esta versión dos fases (Op. 59-82), una en la que Zeus da a los dioses la orden de hacerlo y otra en la que estos ponen manos a la obra, sin que la distribución de tareas, las tareas mismas y los dioses que las realizan coincidan exactamente en una y otra parte: en su elaboración no es Hefesto, a quien se lo había ordenado Zeus, sino Hermes el que le pone voz, Atenea no le enseña sus labores, sino que engalana su cuerpo y con ella colaboran las Gracias y Persuasión, que adornan su cuello, y las Horas, que la coronan de flores (tareas, por cierto, asumidas todas ellas por Atenea en la versión de Teogonía), y sin que la intervención de Afrodita sea mencionada. Sin embargo, lejos de pensar por ello en una seclusión del pasaje como han hecho muchos estudiosos, de Wilamowitz a Solmsen, creo que el silenciamiento de la acción de Afrodita puede justificarse por lo inmaterializable de sus δῶρα (Op. 65s.), al igual que la enseñanza de los ἔργα (Op. 64) por parte de Atenea, mientras que el atavío externo, carta obligada de presentación para la seducción de Epimeteo y probablemente omitido por obvio en la orden de su fabricación por parte de Zeus, es ahora repartido entre varias diosas especializadas en ello como Afrodita, en colaboración con Atenea (¿esta acaso porque ha asumido también esta labor en Teogonía?); que Hermes sea quien le “ponga” φωνή (Op. 79s.) después de haber sido ordenado a Hefesto “ponerle” αὐδή (Op. 61) puede obedecer a un afán de distinguir entre la simple capacidad humana de ha[LXIV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

blar (ἐν δ’ἀνθρώπου θέμεν αὐδὴν / καὶ σθένος Op. 61s.) y la elocuente voz transmisora de “embustes y cuchicheos” que el “heraldo de los dioses” quiere para la seductora Pandora (Op. 78-80)104. El verso que, como he dicho, encabeza la conclusión del relato en Teogonía (613 Ὣς οὐκ ἔστι Διὸς κλέψαι νόον οὐδὲ παρελθεῖν) es expresión matizada del mismo enunciado formular con que concluye el relato en Trabajos y Días (105 οὕτως οὔ τι πη ἔστι Διὸς νόον ἐξαλέασθαι), de acuerdo con la diferente orientación que el mito adopta en uno y otro caso: en Teogonía el énfasis es puesto en el enfrentamiento personal entre Zeus y Prometeo y en la recíproca serie de engaños y correspondientes castigos que siguen a la treta urdida primeramente por el titánida (y de ahí el añadido de κλέψαι), independientemente de que el engaño-castigo definitivo, la creación de la mujer por Zeus, se dirija contra la totalidad de los hombres; en Trabajos y Días son las funestas consecuencias que para la humanidad tiene el enfrentamiento entre el dios y el héroe, y el papel de benefactor que consiguientemente este adquiere en su ayuda a la misma, la faceta que predomina en el relato. Además de la citada hay otras fórmulas comunes a ambas adaptaciones del mito, de las que por tanto es de suponer que se hallen tradicionalmente vinculadas a la expresión poética de este: Προμηθεὺς ἀγκυλομήτης| (Th. 546, Op. 48), Τὸν δὲ μέγ’ὀχθήσας(/ χολωσάμενος) προσέφη νεφελεγηρέτα Ζεύς / ᾿Ιαπετιονίδη, πάντων πέρι μήδεα εἰδώς (Th. 558s., Op. 53s.), ἐὺς πάις ᾿Ιαπετοῖο, / κλέψας(/ ἔκλεψ’)…|ἐν κοίλῳ νάρθηκι (Th. 565-567, Op. 50-52), ἀντὶ πυρὸς τεῦξεν(/ δώσω) κακόν (Th. 570, Op. 57). Por el contrario, el hecho de que un mismo mito originario (perteneciente a la etiología de la separación entre los dioses y los hombres: Th. 535s.), con una estructura narrativa esencialmente idéntica y un aparato formulario común en gran medida, ofrezca dos variantes en sendos poemas cuyas líneas del relato son paralelas pero moduladas, comprimidas, expandidas y variadas en función del fin que se persigue en cada caso; que a pesar de la proximidad entre las dos versiones del relato no se advierta ni un solo detalle en que ambas coincidan o se solapen fuera de aquellos que pertenecen al común esquema narrativo; que incluso ciertos procedimientos esti104

Pace M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad 79.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

lísticos característicos de relatos heroicos de disputa (cf. Il. 11, 378; 21, 408) como la (son-)risa sarcástica de triunfo que respectivamente emiten Prometeo cuando cree estar a punto de engañar a Zeus (Th. 547) y Zeus cuando concibe el engaño que causará la ruina de los hombres (Op. 59), presente asimismo en la descripción de la actitud de Gea cuando está a punto de vengarse de Urano en el mito teogónico de sucesión (Th. 173), no se repitan, sino que se distribuyan en puntos distintos de la narración; todo ello puede ser indicio de la misma mano que en el interior de cada uno de los dos poemas ha dado otras muestras comparables de su capacidad de variación composicional a partir de un mismo esquema narrativo, según he expuesto a propósito de las dos fases del mito de sucesión en Teogonía o de la descripción del mes Leneón y el verano en su rigor en Trabajos y Días. Por lo que respecta a la supuesta conexión entre ambos poemas en el tema de Eris, en el primer verso del poema de Trabajos y Días propiamente dicho, el que tras los diez versos del proemio comienza exponiendo la doctrina de las dos clases de Eris, la Eris negativa, la que fomenta la guerra y la pelea, y la Eris positiva, la que estimula al trabajo y la superación, en estos términos Οὐκ ἄρα μοῦνον ἔην Ἐρίδων γένος, ἀλλ’ἐπὶ γαῖαν/ εἰσὶ δύω (Op. 11s.), se ha querido ver un intento de corregir el pasaje de Teogonía 225s. que hace de la “odiosa Eris” una sola y, como aquí (Op.17), hija de la Noche. Ahora bien, el enunciado de Op. 11 no tiene por qué significar “En realidad no fue una sola la estirpe de las Erides (, sino que hay dos sobre la tierra)”, sino que su significado puede ser “Sin duda no es (esto es, “no nació”)105 una sola la especie de las Erides (, sino que hay dos sobre la tierra)” y no tiene por qué estar pensando en el otro “texto”, sobre todo habida cuenta de la tendencia del poeta de Trabajos y Días al desdoblamiento de conceptos morales106. En todo caso, en el supuesto de que de una rectificación se trate, significará que Trabajos y Días es posterior a Teogonía pero no necesariamente que Hesíodo ha sido el autor de la corrección, que es la tesis que en definitiva dicha explicación intenta defender. 105 106

Cf. Il. XXIII 670; Theogn. 788; E. Hipp. 359; P. Gorg. 478c.; Aristot. Phys. b11. Cf. Op. 96ss. (ἐλπίς), 317ss. (αἰδώς), 761ss. (φήμη).

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INTRODUCCIÓN GENERAL

Un indicio de la coautoría de ambos poemas tanto y más expresivo que estos, aunque menos manejado por los estudiosos, es el proporcionado por el citado pasaje en que el aedo de Trabajos y Días dice haber hecho la travesía marítima del puerto beocio de Áulide a la vecina isla de Eubea para participar en los juegos en honor de Anfidamante de Calcis, donde obtuvo la victoria con su canto y obtuvo como premio un trípode “que dedicó a las Musas del Helicón / allí donde por primera vez lo pusieron en la ruta del sonoro canto” (Op. 651-659). En opinión de West107 el lugar aludido es el mismo en el que Hesíodo dice haber recibido la inspiración poética de las Musas en Teogonía (22ss.). A ello podemos añadir un dato importante, por lo que tiene de inadvertido y de significativo al mismo tiempo para la poesía de composición oral: la referencia a este momento en cada uno de los dos poemas constituyen sendas transformaciones de una misma estructura formular108: (Αἵ νύ ποθ’ Ἡσίοδον) καλὴν ἐδίδαξαν ἀοιδήν Th. 22: (ἔνθα με τὸ πρῶτον) λιγυρῆς ἐπέβησαν ἀοιδῆς Op. 659. Y una expansión de la expresión de Teogonía es el verso que cierra el párrafo gnómico de Trabajos y Días (646-662) en el que se inserta el pasaje biográfico citado: Μοῦσαι γάρ μ’ ἐδίδαξαν ἀθέσφατον ὕμνον ἀείδειν. Es verdad que los versos 650-662 de Trabajos y Días, según el testimonio de Proclo sobre el comentario a este poema llevado a cabo por Plutarco, fueron atetizados por el Queronense, y luego por otros autores sin que haya acuerdo sobre cuántos deben ser exactamente los versos interpolados, sin duda por considerar que esta era la fuente de

107

M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad 658s. Sobre el concepto de estructura formular cf. J. Russo, “The Structural Formula in Homeric Verse”, YClS 20 (1966), pp. 219-240. No obstante, para que tampoco a este argumento le falte su pequeña dosis de objetabilidad, la doble opción formular contenida entre las dos transformaciones supone una infracción al principio de economía formular que cada aedo tiende a respetar dentro de su propio stock formular, por lo que ello conlleva de ahorro de esfuerzo y de memoria, cf. A. Parry (ed.), The Making of the Homeric Verse. The Collected Papers of Milman Parry, Oxford , 1971, pp. 251ss. 108

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la espuria historia del encuentro entre Hesíodo y Homero relatada por Alcidamante y luego recogida en el Certamen, historia que incluye una inscripción sobre el trípode dedicado conmemorando la victoria y sobre la cual Plutarco muestra también su desconfianza en Quaest. conv. 674F (aunque en Sept. sap. conv. 153F la historia es mencionada sin que él se pronuncie sobre ello)109. Sin embargo, relación entre Homero y Hesíodo aparte, no parece que haya nada de condenable en este oportuno excurso autobiográfico sobre el único viaje por mar del aedo, su triunfo en el agón y su dedicatoria del trofeo a las Musas que le dieron la inspiración poética, en un párrafo que se propone aleccionar sobre lo que no sabe, sobre las reglas del mar, remitiéndose exclusivamente a la inspiración de sus Musas (Op. 661-662)110. Desde luego la edición antigua que ha transmitido lo que conservamos de Hesíodo contenía Teogonía y Trabajos y Días así como el Escudo, igual que hacen algunos papiros. Únicamente Pausanias (IX 31, 4) informa de que en el Valle de las Musas solo a Trabajos y Días se la tenía por auténticamente hesiódica, pero aparte de él son muchos los autores, antiguos y modernos, que, aun discutiendo la autenticidad de muchas de las obras atribuidas a Hesíodo, no solo la autoría de Teogonía, aparte de Trabajos y Días, suelen adjudicarle unánimemente, sino también la del Catálogo de las mujeres, que sin embargo actualmente se considera de fecha no anterior al siglo VI a. C.111 IX. OTRAS

MANIFESTACIONES DE LA POESÍA HESIÓDICA

La adjudicación a Hesíodo tanto del Escudo como del Catálogo de las mujeres o Eeas, obedece sin duda, en primer lugar, a la identificación de rasgos hesiódicos en estos poemas, que hace que toda la producción más o menos afín de esa época digamos preautorial de la literatura, al igual que ocurre en el caso de Homero con toda la poesía que de algún modo se asemeja a la suya, se le atribuyera a él como 109 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en Plutarco transmisor, 2011, pp. 23-35. 110 Cf. R. Rosen, “Poetry and Sailing in Hesiod’s Works and Days”, CA 1990. 111 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre la autoría hesiódica de Teogonía y Trabajos y Días”, Miscellanea di Studi in onore di Angelo Casanova, Firenze, 2012.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

cabeza visible o marca de la tradición, según he expuesto, o como su protos heuretés si queremos expresarlo en términos míticos. Por otra parte, las propias características de la producción hesiódica, con su ya mencionada concepción en forma de partes de un todo conexo o cíclico, así como su capacidad formal de mutuo ensamblamiento mediante finales susceptibles de servir de transición y comienzos en los que no suele faltar la común invocación a las Musas, facilitaban la asimilación, como también la facilitaba el carácter no ending de sus contenidos, susceptibles de ser cómodamente expandidos a voluntad, por el propio poeta o por sus continuadores. De este modo, el Catálogo de las mujeres, también denominado Eeas y el propio nombre personificado ya por los poetas de la época helenística a partir de la fórmula ἢ οἵη con la que es introducida cada una de las mortales que se unieron con dioses, constituye una plausible continuación de Teogonía, independientemente de que los dos últimos versos de este poema (1021-1022), que señalan la transición y coinciden con los dos primeros del Catálogo, como demuestra el P. Oxy. 2354 (fr. Hes. 1 M.-W.), puedan haber sido introducidos en aquel a partir del poema más reciente, más probablemente que tomados de aquel para servir de introducción a este, con la intención precisamente de indicar la común autoría. En todo caso, previamente a esta indicación transicional de Teogonía e igualmente marcada con un secuenciador νῦν y la correspondiente invocación a la Musas, hay otra encabezando la serie de uniones de diosas con hombres mortales (963-1018), que, al igual que otra sección precedente sobre la serie de esposas de Zeus y otras uniones divinas (930-962), han sido tradicional objeto de sospecha y seclusión por parte de los editores, Solmsen incluido112. El estudio del Catálogo ha sido profundamente renovado en los últimos años debido a los numerosos e importantes hallazgos papiráceos de nuevos fragmentos del poema, que han permitido enjuiciarlo con mayor fundamento113. Siendo el único de los cuatro poemas más 112 Cf. J. Strauss Clay, “The beginning and end of the Catalogue of Women and its relation to Hesiod”, en R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women: Constructions and Reconstructions, Cambridge, 2005, pp. 25-34. Cf. Theogonia, notas ad loc., infra. 113 Cf. J. Schwartz, Pseudo-Hesiodeia: Recherches sur la composition, la diffusion et la disparition ancienne d’oeuvres attribuées à Hésiode, Leiden, 1960; K. Stiewe, “Die

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unánimemente adscritos a Hesíodo ya en la antigüedad que no se nos ha transmitido por vía manuscrita, lo cual ya de entrada puede deponer en contra de su autenticidad, dichos hallazgos demuestran sin embargo la enorme difusión y lectura de este texto, confirmada también por su influencia literaria, en particular la de algunas de sus secciones, al menos a partir de la época helenística, de una forma solamente comparable a lo que ocurrió con la influyente obra de Menandro, primeramente perdida y luego parcialmente recuperada en papiro114. Como en dichas secciones finales de Teogonía y a diferencia de aquellas que preceden a la entronización olímpica de Zeus, la genealogía sirve en el Catálogo a la enumeración del conjunto de sagradas uniones que tuvieron lugar en la edad heroica y sus respectivas descendencias, alcanzando más de 1.000 versos, esto es un número superior a los de Teogonía o Trabajos y Días, el total de los que se han podido reunir de sus circa 5.000, distribuidos por los filólogos alejandrinos en cinco libros, de los que se supone constaba el relato genealógico de la edad heroica (descendencia de Deucalión y Pirra, de Eolo, de Ínaco, de Pelasgo y de Atlas, aparte de la larga lista de pretendientes de Helena con que comenzaba el quinto libro). Si bien el estudio cronológico de la lengua del epos por Janko adscribe esta obra a la misma época de Teogonía (ca. 700 a. C.), tras los últimos estudios la fecha que hoy tiende a atribuírsele no va más atrás del siglo VI a. C.115 El Escudo de Heracles, del cual la transmisión manuscrita de Hesíodo ha conservado 480 versos pero no el comienzo del poema, tiene todo el aire de tratarse de una expansión de una de las unidades del

Entstehungszeit der hesiodischen Frauenkatalog” I, Philologus 106 (1962), pp. 292-299; II, Philologus 107 (1963), pp. 1-29; M. L. West, The Hesiodic Catalogue of Women: Its Nature, Structure, and Origins, Oxford, 1985, pp. 127-137; M. Hirschberger, Gynaikôn Katalogos und Megalai Ehoiai. Ein Kommentar zu den Fragmenten zweier hesiodeischer Epen, München-Leipzig, 2004; R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women, 2005; P. Dräger, Untersuchungen zu den Frauenkatalogen Hesiods, Stuttgart, 1997; G. W. Most (ed.), Hesiod: The Shield, Catalogue of Women, Other Fragments, Cambridge MA, 2007; G. Bastianini and A. Casanova (eds.), Esiodo Cent’ Anni di Papiri (Atti del convegno internazionale di studi di Firenze, 7-8 giugno 2007), Firenze, 2008. 114 Cf. R. Lamberton, Hesiod, 1988; R. Hunter, “The Hesiodic Catalogue and Hellenistic Poetry”, en R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women, 2005, pp. 239265. 115 M. L. West, The Hesiodic Catalogue of Women, 1985, pp. 130-137.

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Catálogo, la correspondiente a Alcmena, esposa de un mortal, Anfitrión, y madre de Heracles a través de su unión con Zeus. Considerado hesiódico por Estesícoro y más tarde por Apolonio Rodio, así como por algún autor moderno116, su autenticidad fue puesta en duda, antes que por la mayoría de los estudioso modernos117, por el filólogo y editor de Teogonía Aristófanes de Bizancio (siglos III-II a. C.), al contrario de lo que parece haber pensado en el caso de Eeas, y de hecho los 56 primeros versos del poema conservados, que refieren la doble unión de Alcmena indicada y comienzan con la típica fórmula ἢ οἵη del Catálogo, bien pudieron pertenecer a su unidad correspondiente. Un par de papiros, P. Oxy. 2355 (siglos I-II) y P. Oxy. 2494A (siglo II), han transmitido además las primeras líneas del comienzo del Escudo precedidas de las que se supone que formaban su engarce en el repertorio de Eeas118. Se ha pensado incluso en el lugar de este poema en el que se ensamblaría el otro, que sería el final del libro IV, con el que termina el catálogo de Eeas para dar paso a la larga lista de pretendientes de Helena que da comienzo al libro V del Catálogo119. El resto del poema lo componen el relato del enfrentamiento de Heracles y su auriga Iolao con Cicno, el bandolero, hijo de Ares, que atacaba a los peregrinos que se dirigían a Delfos, y sobre todo la prolija descripción del escudo portado por Heracles, un tipo de escena que podemos considerar de género dentro de la épica, a juzgar por su modélica manifestación en la descripción del escudo de Aquiles del canto XVIII de la Ilíada. Independientemente de su eventual relación con el Catálogo, el interés del Escudo reside, por un lado, en el papel que en su época cabe atribuir ya al santuario de Apolo délfico, y re116 J. Vara Donado, “Contribución al conocimiento del Escudo de Heracles. Hesíodo, autor del poema”, CFC 4 (1972), pp. 315-366. 117 Cf. J. Schwartz, Pseudo – Hesiodeia, 1960, pp. 458-466; M. van der Valk, “Le Bouclier du Pseudo – Hésiode”, REG 79 (1966), pp. 450-481; F. Brommer, Herakles II. Die unkanonischen Taten des Helden, Darmstadt, 1984, pp. 81-83 (relación completa de los paralelos en vasos de la época); J. M. Nieto Ibáñez, “El Escudo atribuido a Hesíodo y la tradición épica”, Habis 25 (1994), pp. 19-30; Y. Corrales Pérez, Die Überlieferungsgeschichte des pseudohesiodischen Scutum Herculis, Diss. Universität Hamburg, 1994. 118 Cf. R. Janko, “The Shield of Heracles and the Legend of Cycnus”, The Classical Quarterly, New Series, 36.1 (1986), pp. 38-59 (p. 39). 119 Cf. R. P. Martin, “Pulp Epic: the Catalogue and the Shield ”, en R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women, pp. 153-175.

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side también en lo que tiene de testimonio del relato y la descripción propios de la épica en el marco de la poesía hesiódica y como ilustración de la variedad de posibilidades de la misma, si bien es verdad que los rasgos del género se hallan aquí notablemente exacerbados y tanto el barroquismo de la decoración del terrorífico escudo como la acumulación de símiles y el estilo recargado y manierista invitan a pensar, más que en una réplica del escudo de Aquiles iliádico, como suele hacerse, en una manifestación de la escena-tipo ya un tanto desfasada. Lo cual no es óbice para que este tipo de decoración haya ejercido una gran influencia en toda una serie de escenas pictóricas de la cerámica ática de entre los siglos VI y V a. C. que los arqueólogos consideran derivadas del modelo literario120. De los demás títulos atribuidos a Hesíodo y apenas conocidos a través de citas, de escolios o de algún papiro, los testimonios y escasos restos de unas Grandes Eeas (representadas por dos papiros: P. Oxy. 2498 (siglo II): fr. Hes. 251(a) M.-W. y P. Oxy. 2499 (siglo II): fr. Hes. 259(b) M.-W.) sugieren un catálogo de rasgos similares al otro pero con distinto material, del mismo modo que lo poco que sabemos de unos Grandes Trabajos o unos Preceptos de Quirón sugieren sendos poemas gnómicos, del tipo de Trabajos y Días, pero con otros contenidos. En Grandes Eeas se ha observado en particular el papel allí desempeñado por Heracles y sus descendientes, bajo un enfoque que parece acercarlo más al de Boda de Ceix o al propio Escudo que al de Eeas, al tiempo que se ha cuestionado el modo de adjudicación de los fragmentos a Eeas y Grandes Eeas y concretamente la de algunas de sus secciones, como la eea de Cirene (fr. 215-217 M-W), al primero en lugar de al segundo121. El poema que asigna el aconsejamiento al mítico preceptor de Aquiles, el centauro Quirón, considerado apócrifo por Aristófanes de Bizancio, tiene el interés de que sitúa la acción didáctica en un marco dramático distinto del de Trabajos y Días y más fácilmente homologable con el proporcionado por otras muestras de la literatura comparada, según antes hemos visto. La Boda de Ceix, en cuyo poema, dado a hesiódicos enigmas a juzgar por sus escasos fragmentos, pero añadido a las obras de Hesíodo 120

Cf. H. A. Shapiro, “Herakles and Kyknos”, AJA 88 (1984), pp. 523-529. Cf. G. B. D’Alessio, “The Megalai Ehoiai: a survey of the fragments”, en R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women, 2005, pp. 176-216. 121

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según el testimonio de Plutarco (Quaest. conv. VIII 8, 4: Mor. 730 E-F), se celebran distintos episodios de la saga de Heracles, y el Descenso de Pirítoo, del cual un fragmento papiráceo (P. Ibscher s. n. (siglo I): fr. Hes. 280 M.-W.) ha transmitido retazos de una conversación sobre la katábasis de Teseo a los infiernos, una de las varias conocidas en el mundo heroico, de la de Odiseo (Od. XI) a la del propio Heracles, bien podrían ser expansiones épicas de uno de los Catálogos, en la línea del Escudo122. Melampodia, Astronomía y una Ornitomancia que según los escolios Apolonio Rodio consideró espuria, parecen nutrirse de temática no extraña a Teogonía y Trabajos y Días así como a la propia leyenda hesiódica, la temática mántica según hemos visto, en el caso del primer poema, que versa sobre adivinos famosos, proporcionando su mención de Museo (fr. 273 M.-W.) un terminus post quem para datar el poema no antes del siglo VI a. C.; de temática que compone el referente temporal que habitualmente enmarca cada una de las unidades de la sucesiva serie de tareas estacionales recomendadas en la sección de los trabajos del poema homónimo, y es de suponer que de temática que sirve de referente temporal alternativo, la acción de ciertas aves, a algunas de las tareas de dicho catálogo estacional, en el caso del tercer título a juzgar por los tres últimos versos del texto de Trabajos y Días (826-828) transmitido, los cuales, a la vez que sirven de breve epílogo que resume los temas principales del poema (justicia y trabajo), pueden haber servido de pretexto en el último verso (ὄρνιθας κρίνων, v. 828), más que haber sido añadidos buscando ese efecto como señalan algunos escolios, a un ulterior desarrollo del tema de la adivinación a través del comportamiento de las aves, sin dejar de hacerse eco al mismo tiempo del papel desempeñado por este tema en las indicadas referencias avícolas del poema123.

122 Cf. R. Merkelbach & M. L. West, “The Wedding of Ceyx”, RhM 108 (1963), pp. 300-317. 123 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Los Días del poema hesiódico: procedimiento de cómputo y poesía oral”, Athlon. Satura grammatica in honorem F. R. Adrados (Ed. A. Bernabé et alii), II, Madrid, 1987, pp. 235-245; “Astronomía, astrología y ornitomancia en Trabajos y Días”, Mene 11 (2011). Homenaje al Prof. José Luis Calvo Martínez, pp. 74-88.

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X. LENGUA,

DICCIÓN FORMULAR, ESTILO Y MÉTRICA

Al igual que el propio verso, la lengua del hexámetro hesiódico coincide en gran medida, como antes dije, con la del hexámetro homérico en sus componentes dialectales, básicamente eolio y jonio, y hasta muestra una presencia de jonismos más acusada que la de la propia lengua homérica, lo cual puede explicarse en parte por el progresivo proceso de jonización de la dicción bajo la influencia de la poderosa poesía homérica y en parte por la transmisión de los cantos y luego de los textos, cada vez más en manos de rapsodos y en su caso copistas jónico-áticos124. Ahora bien, más allá de esa pátina homerizante que ha hecho que durante mucho tiempo el lenguaje hesiódico haya sido contemplado como reflejo del homérico en una relación ya sea de posterioridad, las más de las veces, en algún caso de anterioridad y en algún otro en una posición intermedia entre Ilíada y Odisea, según antes (Cap. IV) he expuesto, hace ya tiempo también que algunos estudiosos han prestado atención a los elementos tradicionales específicos de la lengua literaria hesiódica. Ya Nilsson observó cómo en la poesía y el arte beocios se podían identificar elementos míticos al margen de la tradición homérica125. Posteriormente la paulatina aplicación de los estudios parriitas a los poemas hesiódicos trajo consigo, a la par que la constatación del carácter ampliamente formular de su forma de expresión, la identificación de un importante número de fórmulas y otros módulos compositivos específicos que remiten igualmente a una tradición de poesía oral propia al margen de la homérica126. Dicha tradición res124 Cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici…, 1972, pp. 34-74. El libro básico sobre la lengua de la poesía hesiódica sigue siendo el de G. P. Edwards, The Language of Hesiod in its Traditional Context, Oxford, 1971, al cual hay que añadir la reciente actualización de A. C. Cassio, “The language of Hesiod…”, en Brill’s Companion to Hesiod, 2009. 125 Cf. M. Nilsson, The Mycenaean Origin of Greek Mythology, Cambridge, 1932 (N.Y. 1963), pp. 100-159. 126 Cf. A. Hoekstra, “Tr. et J. 405-407, 317-319, 21-24: l’élément proverbial et son adaptation”, Mnemosyne Suppl. IV, 3 (1950), pp. 91-106; “Une formule para-homérique”, Mnemosyne Suppl. IV, 7 (1954), pp. 297ss.; “Hésiode et la tradition orale”, Mnemosyne 10 (1957), pp. 193-225; Homeric Modifications of Formulaic Prototypes, Amsterdam, 1965, pp. 83-87; J. A. Notopoulos, “Homer, Hesiod, and the Achaean Heritage

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pondería, de acuerdo con una razonable teoría de hace pocos años que sin embargo no ha acabado de cuajar entre los estudiosos, al viejo tronco poético común del continente griego del cual se desgajó la rama que, emigrada a la otra orilla del Egeo en época postmicénica, daría como fruto la poesía homérica. Desde el punto de vista de su composición dialectal, la tradición poética continental recogió la herencia lingüística de la zona dialectal septentrional del continente y ejerció también su influencia sobre la tradición poética meridional antes de su jonización postmigratoria, de acuerdo con la idea que actualmente se tiene sobre la distribución y desarrollo de los dialectos griegos. Restos de esa herencia dialectal septentrional pueden ser ciertos rasgos, fonéticos, morfológicos y sintácticos, que la lengua de la poesía hesiódica muestra al margen de la homérica y algunos de los cuales encuentran eco en ciertas manifestaciones poéticas de raigambre continental como algunos de los Himnos Homéricos, la lírica coral y lesbia, la elegía continental o los oráculos, entre otros textos. Calificados en otro tiempo de dorismos epicóricos, son detalles como: la desinencia breve del acusativo de plural en -ᾰς y -ος de la declinación en -α y la temática (Th. 60, 267…; Op. 564 y 663, 675 y también h. Merc. 106; or. 220, 2 P.-W…); formas de acusativo en -ν, al modo lesbio, de algunos temas en dental de la tercera declinación, como ἄψιν Op. 426; un pronombre reflexivo de 3.ª persona ἳν δ’ αὐτῷ fr. 10 (a), 62 M.-W.; la expresión pronominal ἔς τ’ἔν(ν)ηφι Op. 410 “hasta pasado mañana”, de una parte de la tradición, con geminación de la nasal ante yod como en tesalio y lesbio; el numeral τέτορ(α) Op. 698, τέτορες fr. 411, propio del griego occidental; la forma flexiva del cardinal τριηκόντων Op. 696, característica eolia, cf. Alc. 349 c; 350, 7; la ocasional elisión de la preposición περί Th. 733, h. Merc. 152; la construcción de ἐν con acusativo en la fórmula ἑὴν ἐγκάτθετο νηδύν Th. 487, 890, 899, de una parte de la tradición; la llamada flexión eolia de algunos verbos contractos, como ἀμᾱειν Op. 392, o con desinencia atemática, αἴνημι Op. 683; 3.ª persona plural del imperfecto ἦν Th. 321, 825; aoristo radical (ἐ)γέντο de γίγνομαι Th. 199, 283, 705 y también Sapph. 42, 1; 61, 1…; Theogn. 202, 436…; 3.ª persona plural del aoristo ἔδον Th. 30 y of Oral Poetry”, Hesperia 29 (1960), pp. 177-197; “Studies in Early Greek Oral Poetry”, HSCPh 68 (1964), pp. 18-64.

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del imperfecto ἔδιδον Op. 139, de δίδωμι; el orden de palabras εἰ γάρ τις κε en Op. 280 (en lugar de ἀν/κε τις), propio de los dialectos occidentales y ocasionalmente del beocio; algunos resultados fonéticos ajenos a la lengua de Homero, como la caída de digamma tras consonante sin alargamiento compensatorio en κᾰλὸν Th. 585, Op. 63, h. Ven. 29, 261, Theogn. 17, y en ῐσον Op. 752, o la espirantización, característica del tesalio y el lesbio, de μέζεα Op. 512 frente a μήδεα de Th. 180, 188, 200 y de la lengua homérica127. También en el vocabulario hesiódico se observan diferencias muy notables con respecto al homérico, las cuales pueden ser relevantes de cara a postular su pertenencia a una tradición poética específica cuando, como de hecho ocurre, a veces es más arcaico el tipo de formación que presentan, o divergen en su significado, o se trata de primeros testimonios128, o el uso hesiódico coincide con el de otras manifestaciones de la poesía continental. Y, lo que es más importante dado el grado de antigüedad que se supone a la dicción formular para su arraigo, algunas de esas particularidades lingüísticas coinciden con fórmulas de un elenco de 235 que Pavese ha podido reunir a lo largo del corpus hesiódico al margen de los poemas homéricos, más sendos elencos de 85 fórmulas comunes a Hesíodo, los fragmentos de la épica arcaica y los Himnos Homéricos, 36 comunes a Hesíodo y la elegía arcaica, 5 comunes a Hesíodo, la épica arcaica, los Himnos Homéricos y la elegía arcaica, y 63 fórmulas hesiódicas con reflejos en la lírica, todas ellas ausentes de los poemas homéricos129. En algún caso la atención se ha centrado en la identificación de la dicción formular propia de los distintos géneros, teogónico, gnómico, heroico-anticuarial, que en el ámbito de la poesía hesiódica pueden diferenciarse de acuerdo con la tipología establecida por la literatura comparada en el estudio de las literaturas tradi-

127 Cf. Cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici…, 1972, pp. 111-196 y Reseña de J. A. Fernández Delgado, Emerita 43 (1975), pp. 286-289; C. O. Pavese, Studi sulla tradizione epica…, 1974; contra A. C. Cassio, “The language of Hesiod…”, en Brill’s Companion to Hesiod, 2009. 128 Cf. H. Troxler, Sprache und Wortschatz Hesiods, Zürich, 1964, pp. 117-122, 131233, 240-243. 129 Cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici…, 1972, pp. 123-164.

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cionales130. Así, aunque en menor cantidad, algunas fórmulas de tipo genealógico referidas a la procreación por parte de diosas o de heroínas han sido identificadas en Teogonía y Eeas igualmente al margen de los poemas homéricos, las cuales bien podrían apuntar a la existencia tradicional de una dicción específica de poesía de tipo genealógico ya sea teológica ya sea heroico-anticuarial131. Un elenco de fórmulas más amplio ha sido reunido, también hace tiempo, por mí en Trabajos y Días y, con un número mucho mayor de modificaciones y transformaciones formulares del poema con respecto a determinadas fórmulas presentes en Homero, más la identificación en el texto de aquel de ciertos módulos composicionales característicos, todos ellos interpretados como expresión de la dicción propia del género gnómico, que define al poema132. Algunos de esos esquemas compositivos consisten en un hexámetro compuesto por una parénesis y una gnome que la justifica, situadas respectivamente en la primera y en la segunda mitad del verso partido por su cesura pentemímera, tipo μέτρα φυλάσσεσθαι· καιρὸς δ’ ἐπὶ πᾶσιν ἄριστος Op. 694. Dado que cada mitad coincide respectivamente con la medida de dos viejos cola métricos de raigambre indoeuropea, el hemiepes y el enhoplio-paremíaco, se puede postular incluso que a un tipo de poesía de carácter sapiencial a base de cola como estos se remonte la más antigua tradición de la poesía oral griega y los orígenes mismos de la posible composición de un verso tan largo como es el hexámetro133.

130 Cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici…, 1972, pp. 219ss. ; H. M. & N. K. Chadwick, The Growth of Literature, 1932-1940, vol. I. 131 Cf. J. de Hoz Bravo, “Poesía oral independiente de Homero en Hesíodo…”, Emerita 32 (1964), pp. 283-298. 132 Cf. J. A. Fernández Delgado, La poesía gnómica griega: una forma de expresión de la antigua poesía de composición oral, Universidad de Salamanca, 1976; “Los Trabajos y los Días y el refranero…”, Actas V Congreso Español de Estudios Clásicos, Madrid, 1978, pp. 26l-267; “Poesía oral gnómica en Los Trabajos y los Días…”, Emerita 46 (1978), pp. 141-171; E. Pellizer, “Modelli compositivi e ‘topoi’ sapienziali nelle ‘Opere e i giorni’ di Esiodo”, Studi Omerici e Esiodei, I, Roma, 1972, pp. 27-58. 133 Cf. J. A. Fernández Delgado, “La poesía sapiencial de Grecia arcaica y los orígenes del hexámetro”, Emerita 50 (1982), pp. 151-173; E. Pellizer, “Metremi proverbiali nelle ‘Opere e i giorni’ di Esiodo”, QUCC 13 (1972), pp. 24-37.

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No es este, por otra parte, el único rasgo que, desde el punto de vista métrico, diferencia al hexámetro hesiódico del homérico. Un rasgo diferencial notable es la gravedad que le confiere su mayor proporción de metros espondeos, y más en el caso de Trabajos y Días que en el de Teogonía134. Relativamente elevado es, en concreto en Trabajos y Días, el número de espondeos en el 2.º y 3.º metro así como en el 4.º, lo cual hay razones para atribuir a la forma de expresión gnómica. También esta, así como el afán de solemnidad o bien el de introducir variedad en medio de un catálogo o el de alojar nombres propios de una larga lista, como con frecuencia sucede en Teogonía, parecen ser los responsables de un tipo raro de hexámetro, aquel que no lleva cesura en el tercer metro, dando lugar a una estructura tri- en lugar de bimembre, y cuya proporción es bastante más elevada en Teogonía y Trabajos y Días que en los poemas homéricos135. Otro componente, en este caso estilístico, diferencial de la poesía hesiódica con respecto a Homero es el uso de los adjetivos: en el caso de aquellos que son compartidos, ya sea la extensión de determinados adjetivos a otros nombres ya sea un cambio en su utilización, que puede ser una ampliación de su función gramatical, de su esfera de empleo o bien de su significado; en el caso de los adjetivos específicos de Hesíodo, y concretamente en los compuestos, se trata de nuevas facetas estilísticas, ya sea descriptiva, ya sea ornans (solo en Teogonía), ya praegnans (en Trabajos y Días solamente, dado el gusto del poema por lo especial y lo característico, y por los objetos más que por las personas)136. Desde el punto de vista del estilo de Trabajos y Días, la antedicha secuencia de parénesis más gnome explicativa, no exclusivamente limitada a su mínima expresión, que es la extensión de un solo verso, sino ocupando pequeños grupos de dos, tres, cuatro o más versos, y aplicados a los diversos contenidos, justicia, trabajos del campo y del mar, conducta, moral, etc., incluida la observación de los diferentes días 134 Cf. E. G. O’Neill, “The localization of metrical word-types in the Greek hexameter. Homer, Hesiod, and the Alexandrians”, YClS 8 (1942), pp. 105-178. 135 Cf. J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo…, 1986, pp. 35ss.; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 91-101, con más datos sobre métrica y prosodia. 136 Cf. I. Sellschopp, Stilistische Untersuchungen zu Hesiod, Hamburg, 1934, pp. 18-41.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

del mes y el modo de actuar correspondiente, puede decirse que constituye la unidad composicional habitual del poema, si se exceptúan los dos pasajes mítico-narrativos de Prometeo-Pandora (etiológico de la necesidad del trabajo y el mal) y de las Generaciones (ilustrativo de la negativa evolución del género humano) más la fábula animalesca sobre la justicia. En realidad, muchas de esas exhortaciones y gnomae son proverbios propiamente dichos o bien sus afines de tenor más culto las sentencias, de ambos los cuales está sembrado el poema, incluso fuera de las dos secciones, vv. 342-382 y 695-764, en las que derivan la primera y la segunda parte del mismo, en las cuales tales dichos se asocian en retahíla. Como procedimiento característico que es de los proverbios (y también de los acertijos), muchas de las muestras del poema (vv. 289, 345, 387, 391-392, 451, 470, 475, 480…) destacan por su modo de expresar mediante imágenes concretas un concepto más abstracto. Y, si no acertijos como tales, sí tenemos en el poema, haciendo uso de este mismo rasgo estilístico, bastantes ejemplos de kenning, un tipo de metáfora muy particular, sobre todo los que aluden con un cierto toque de humor a determinados animales (tipo φερέοικος “portacasa” para referirse al caracol, v. 571), con paralelos en la literatura antiguo-germánica (de donde le viene el nombre) y en cuya especie coloquialdenominativa (frente a un tipo más elevado, presente en Homero) parecen encuadrarse las muestras hesiódicas (vv. 524, 527, 529, 560, 605, 628, 742, 750, 756, 778; fr. 204, 129)137. En todo caso, expresiones de carácter proverbial mitad metafóricas, mitad enigmáticas hay varias en el poema (vv. 40, 181, 464, 533, 648, 825). Y muestras de elipsis, no solo del sujeto, como expresión sintáctica del proverbio y el enigma y su común ambivalencia, muchas más (vv. 3-4, 44, 192, 215, 216-217, 220, 228, 271-272, 296-297, 349-351, 359, 363, 401, 425, 572…), aunque no tantas como muestras, desde el punto de vista sintáctico y también del lexical y el fónico, de paralelismo y quiasmo (vv. 25-26, 55, 183, 224, 347, 353, 391-392, 423, 434, 446…; vv. 375, 395, 409, 525, 537…), de antítesis y contraposición (vv. 5-7, 11-26, 190-191, 225-247, 275, 287-292, 293-297, 299-300, 311, 319, 341, 342, 345-346, 357-360, 137 Cf. J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo…, 1986, pp. 102-105; I. Waern, ΓΗΣ ΟΣΤΕΑ…, 1951, especialm. pp. 38ss.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

366-367…), de rima y asonancia (vv. 1-2, 5-6, 7-8, 26, 42, 55, 57-58, 59, 72, 81, 90, 113, 135,143-147,173, 174-175, 178, 179, 185, 190, 195…), de aliteración (vv. 2, 25, 26, 40, 211, 235, 241, 243, 292, 325, 331…) y homeoteleuton (vv. 3-4, 55, 195, 277, 320, 334, 380, 383…), etc.138. Por lo que respecta al estilo de Teogonía, una vez sobrepasado el extenso himno a las Musas que constituye su extraordinario proemio, también aquí puede distinguirse una unidad composicional básica propia del género genealógico-teogónico que el poema representa, la que refiere las sucesivas uniones de las divinidades y su descendencia, con breve alusión a sus características y atributos si no es por la amplia expansión que conocen en el caso de determinadas progenies, a saber: los extensos catálogos de los nombres de la Nereidas (50), los ríos y las Oceánides (40), en los cuales se pone a prueba el arte del poeta para encajar en el rígido marco del hexámetro designaciones tan poéticas y tan armónicamente dispuestas; la hímnica descripción de Hécate y sus aretaí; el mito de Prometeo entre los descendientes de Jápeto y las sucesivas y sonoras écfrasis bélicas de la Titanomaquia y la Tifonomaquia. Rasgos estilísticos propios de la disposición habitual del material mítico-genealógico son: la adopción de principios de simetría y de asociación polar en la enumeración de la prole de las sucesivas uniones: hijas-hijos, caracteres afines a los de los progenitores o contrarios (Caos > Érebo y Noche > Éter y Día…); número habitual de descendientes: tres, dos o sus múltiplos; esquemas narrativos paralelos, como entre la primera y la segunda fase del mito de sucesión. Por lo que respecta a la designación de las entidades míticas, se observa una tendencia a hacerse eco del paisaje natural en que se insertan (caso de las Nereidas o las Oceánides), de las atribuciones que se les conceden (caso de las Musas) o de razones etiológicas más o menos expresas; es frecuente la designación individual de estas u otras divinidades, como los Gigantes, cuando fuera del poema se conciben solo como grupo; los nombres, el número y el carácter de la prole (Cíclopes, Centímanos, Hijos de Rea y Crono, hijos de Forcis…) también suelen diferir con respecto a los conocidos por Homero. En cuanto a la estética del relato, a veces se advierte: un intento de suavizar los rasgos más crudos del 138

Cf. J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo…, 1986, pp. 123-142.

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mito, principalmente a base de potenciar su aspecto cósmico por encima del personificador, como en el caso del mito de Urano y su descendencia; la inserción de un elemento de compensación estético-moral (como el nacimiento de Afrodita tras la emasculación de Urano) a este mismo fin; la introducción de un toque dramático en determinados puntos del relato, como el odio inexplicado que los hijos de Urano sentían hacia su padre, que encuentra explicación posteriormente139. Por lo demás, también en Teogonía se encuentran frecuentes casos de antítesis (v. 178-179, 447, 497, 585, 602, 605-606...) así como de anáfora (v. 7-8,121, 211-212...), epanalepsis (v. 106-108...), políptoton (v. 380, 405, 742...) o de juego de palabras etimológico (v. 252, 346347...)140, y, aunque de todos ellos en general se advierten más muestras en Trabajos y Días, estas y otras repeticiones, como la Ring-komposition, parecen contribuir asimismo a la organización composicional del poema141. XI. TRANSMISIÓN

DEL TEXTO

Las primeras etapas de la transmisión del texto de los poemas hesiódicos, como las del texto de los poemas homéricos, permanecen envueltas en la incerteza que de un lado produce la necesaria fijación, en algún momento, de un texto del cual habrían de salir las sucesivas copias, y de otro lado los hábitos de la poesía oral, que hacen realmente innecesaria la existencia de un texto. Los ocasionales ecos de Trabajos y Días en la obra conservada de autores de en torno al año 600 a. C. como Semónides, Alceo o Tirteo (Sem. 6: Op. 702s.; Alc. 347: Op. 582s.; Tyrt. 12, 43: Op. 291) no tienen por qué ser necesariamente referidos a un texto escrito, en el que ni ellos como poetas ni su audiencia como receptores de sus ejecuciones orales pensaban, para poder apreciar la presencia del “intertexto” hesiódico en sus composiciones. Es de suponer, sin embargo, que algún festival particularmente 139 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en López Férez, J. A. (ed.), Mitos en la literatura griega…, Madrid, 2002, pp. 73-92. 140 Cf. M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 75-77. 141 Cf. C. Angier, “Verbal patterns in Hesiod’s Theogony”, HSClPh 68 (1964), pp. 329-344.

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importante, como puede haber ocurrido con el de las Panateneas con respecto al texto homérico en época de Pisístrato, haya proporcionado la ocasión para poner por escrito un texto hesiódico para uso de los rapsodos, sucesivamente cada vez menos duchos en el aprendizaje aural de su técnica y menos dependientes de ello a medida que el empleo de la escritura empezó a extenderse142. El proceso de difusión escrituraria del texto tuvo que ser forzosamente lento, por el contexto de cultura esencialmente oral en el que se insertaba y porque las primeras copias del texto se supone que estarían en alfabetos locales, cada uno con letras diferentes y con diferente deletreo de los fonemas del texto. La normalización ortográfica de las diversas variedades alfabéticas, o μεταγραμματισμός, no fue algo que se resolviera de un plumazo, sino que se dilató a lo largo de dos siglos (V-IV), en los cuales los textos literarios estuvieron sujetos al mismo tipo de fluctuaciones que cualquier otro texto. Por otra parte, la pronunciación de los rapsodos tampoco se vería libre de los cambios que poco a poco iba experimentando la fonología de su propia habla, lo cual se traducía, entre otras cosas, en ciertas modernizaciones del texto con respecto a la fase de su circulación oral, como la de ciertas adaptaciones textuales para compensar la pérdida de la digamma143. El tratamiento de cuestiones hesiódicas comienza a conocerse a partir de plena época clásica144: de Platón, Ión 531a, se infiere que Hesíodo fue objeto de recitación de los rapsodos e Isócrates, Panatenaico 18, lo menciona con Homero como tema de conferencias de sofistas que incluían a su vez recitación. De finales del siglo IV y comienzos del III sabemos de varios escritos relacionados con Hesíodo a cargo de Aristóteles (ἀπορήματα Ἡσιόδου) y de Heraclides Póntico o de Hecateo de Abdera (Suda = FGrH 264 T 1) sobre Homero y Hesíodo. En particular, Praxífanes puso en duda la autenticidad del proemio de Tra-

142 Un testimonio externo de una redacción pisistrátida en el caso del propio Hesíodo es proporcionada por la alegación de Hereas de Mégara (FGrHist 486 F 1= Plu. Thes. 20 = [Hes.] fr. 298) de que Pisístrato suprimió un verso del Catálogo. Cf. también R. Merkelbach, ‘Die pisistratische Redaktion der homerischen Gedichte’, Rh. Mus. 95 (1952), pp. 40-41; J. Schwartz, Pseudo-Hesiodeia, 1960, pp. 493-495. 143 Cf. F. Solmsen, “The Earliest Stages in the History of Hesiod’s Text”, HSCPh 86 (1982), pp. 1-31. 144 Cf. M. L. West (ed.), Hesiod: Works & Days, 1978, pp. 63ss.

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bajos y Días, según informa la introducción al comentario de Proclo, y Zenón (SVF I, fr. 100, 103-105, 167, 276) sometió a interpretación alegórica partes de Teogonía. La primera edición crítica (διόρθωσις) de la que tenemos noticia (sch. Th. 5) es, ya en plena época helenística, la de Zenódoto de Éfeso, de la cual no sabemos si comprendía también Trabajos145. También se sabe del tratamiento de un pasaje de Teogonía (sch. 26) por Apolonio Rodio, quien defendió la autenticidad del Escudo y rechazó todo lo que seguía al v. 828 de Trabajos (incluida una posible Ornitomancia). La postura contraria con respecto al Escudo mantuvo Aristófanes de Bizancio, quien también rechazó los Preceptos de Quirón y tal vez la Boda de Ceyx (Hes. fr. 285, 266b) y llevó a cabo una diórthosis de al menos la Teogonía (sch. 68), una probable característica de la cual fue la de usar por primera vez signos de acentuación para ayuda del lector. Su sucesor en la dirección de la Biblioteca de Alejandría, Aristarco, ya en el siglo II a. C., editó Teogonía y Trabajos, y hay quien sostiene que también escribió comentarios a ambas obras, de los cuales hay huellas en los escolios. West, sin embargo, cree que al menos la información relativa a Teogonía puede provenir de una obra de Aristonico, gramático alejandrino de la época de Augusto, sobre los signos críticos que aparecían en el texto de Teogonía de Aristarco. Del rival de Aristarco en Pérgamo, Crates, se dice que denegó la autenticidad de los himnos que constituyen el proemio de Teogonía y de Trabajos, y sus dos notas a Teogonía 126 y 142 conservadas adoptan la forma escolar de pregunta y respuesta y han sido transmitidas con soluciones alternativas, entre otros, por Dídimo, el conocido estudioso de la escuela de Aristarco en época augústea. En el período greco-romano, Seleuco, quien parece haber desempeñado un importante papel como transmisor de la labor alejandrina en época de Tiberio, es nombrado varias veces en los escolios de Teogonía, Trabajos y Escudo, ya sea por atétesis ya por lecturas divergentes, las cuales hacen pensar que haya editado y comentado los tres poemas, cuya selección, a juzgar por el ulterior testimonio de P. Michigan 6828, parece haberse impuesto ya por esta época. Claro seguidor de Aristarco, es posible que a él se deban los comentarios aris145

Cf. C. M. Schroeder, “Zenodotus’ Text of Hesiod”, CQ 59/1 (2009), pp. 271-274.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

tarqueos de Trabajos y tal vez algunos de los de Teogonía. Mucho más se puede inferir de la labor hesiódica de Plutarco, no solo por las abundantes citas que jalonan su extensa obra146 sino porque, además de una vida de Hesíodo no conservada, escribió un comentario a Trabajos y Días en cuatro libros del cual podemos recuperar un importante número de fragmentos a través de los que restan del comentario de Proclo a dicho poema, identificables ya sea por el nombre, ya por razones internas. De base moralizante más que filológica y poco dado a la crítica textual, atetiza varios pasajes por razones morales (Op. 267273, 353-355, 375, 757-759) o por otras menos conocidas (Op. 244-2245, 561-563, 650 (?)-662), condenando Op. 317-318 como interpolados de Homero, Od. XVII 347, Il. XXIV 45, al contrario de Aristarco, que atetizó el segundo verso homérico como interpolado de Hesíodo, y mostrando de nuevo su independencia de criterio en la defensa de los muy discutidos versos 370-372147. En cuanto a la forma de este comentario, debe de haber seguido el texto hesiódico lo bastante de cerca para que Proclo se sorprendiera de que faltaban algunos versos tras 791, lo cual indica al mismo tiempo que Proclo no tenía delante un texto plutarqueo de Hesíodo. En cuanto al comentario del propio filósofo neoplatónico (siglo V), el cual ha llegado bastante completo, toma lemas probablemente de una de las copias de la época y su interés es primordialmente filosófico, no textual, siendo sus fuentes, además del comentario de Plutarco, los scholia vetera (así como poesía órfica, Homero o Platón), cuya separación ha sido facilitada por el descubrimiento de Pertusi de que en el manuscrito más antiguo los escolios de Proclo estaban numerados con letras griegas, a diferencia de los demás148. Estos son restos de 146 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Genealogía como pretexto, Teogonía como hipotexto y escuela como contexto en Plutarco”, en El amor en Plutarco, 2007, pp. 735746; “Trabajos y Días como hipotexto de las piezas convivales de Plutarco”, en Symposion and Philanthropia in Plutarh, 2009, pp. 19-29; “Héroes, enigmas y edad de los démones, de Hesíodo a Plutarco: la intertextualidad fragmentada”, en Gods, Daimones, Rituals, Myths and History of Religions in Plutarch’s Works, 2010, pp. 115-127. 147 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en Plutarco transmisor, 2011, pp. 23-35. 148 A. Pertusi, “Intorno alla tradizione manoscritta degli scolii di Proclo ad Esiodo. IV”, Aevum 25 (1951), pp. 147-170. Cf. P. Marzillo, Der Kommentar des Proklos zu Hesiods ‘Werken und Tagen’. Edition, Übersetzung und Erläuterung der Fragmente, Tübingen, 2010.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

un antiguo hypómnema en el que han concurrido varias fuentes (Seleuco, Apolonio Díscolo...) generalmente no posteriores al año 100 y que se nutren de material que se remonta, por un lado, a la erudición alejandrina (comentario crítico y gramatical, historíai), por otro al tipo de paráfrasis elemental destinada a facilitar la comprensión del viejo texto al hombre ordinario y a los alumnos de la escuela. Ya en el siglo XII tenemos el comentario a Trabajos y Días de J. Tzetztes, constituido en realidad por sus explicaciones como grammatikós a un texto provisto por él mismo de glosas interlineales. El comentario abunda en observaciones curiosas que no dudan en ridiculizar a Proclo y al propio Hesíodo, y en peculiares explicaciones y correcciones filológicas, usando a veces el método alegórico de interpretación. Previamente al último comentario de época medieval, el de M. Moscópulo, de entre el final del siglo XIII y el comienzo del XIV, en realidad una paráfrasis acompañada de breves notas la cual hace uso de los comentarios de Proclo y Tzetzes aunque silenciándolos y mostrando un mayor sentido común que aquellos, su maestro Planudes escribió escolios al poema, J. Protospatario y una obra anónima del códice Vat. gr. 915 sendos comentarios numerológicos a los Días y hay dos interpretaciones neoplatónicas del pasaje que describe la creación de Pandora. A continuación de Moscópulo, Demetrio Triclinio destacó como compilador y selector de Hesíodo, uniendo en su labor sobre Trabajos la tradición de Moscópulo y Protospatario, sobre Teogonía la de J. Diácono y sobre Escudo la de J. Pediásimo. XII. LOS

MANUSCRITOS MÁS ANTIGUOS

De un total de 158 papiros de Hesíodo editados a día de hoy de acuerdo con la base de datos de Mertens-Pack3 (CEDOPAL), contamos con más de 80 de: Teogonía (38), Trabajos y Días (32) y Escudo (14), y 58 del Catálogo de las mujeres, que fue una obra mucho más larga que cualquiera de las otras tres y la que más hallazgos ha proporcionado en los últimos años. La mayoría son fragmentos de rollos que datan casi todos del siglo I a. o d. C. (pocos) al IV d. C. y algunos de códices que van del siglo III al VI, en algunos casos conteniendo escolios [LXXXV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

o mostrando signos críticos149. A diferencia de lo que ocurre con Homero, apenas se han encontrado papiros de Hesíodo que puedan remontarse a la época ptolemaica, más allá de algunas muestras aisladas que no pudieron ser tenidas en cuenta en las ediciones de referencia pero sí en la presente. Algunos de ellos atestiguan el agrupamiento de los tres poemas que también algún testimonio antiguo o medieval muestra. Entre los más antiguos de los incorporados a las ediciones de referencia está Π19 (siglo I d. C.), que contenía Teogonía en el recto y en el verso Trabajos y espacio justo para Escudo. En Π5 la numeración de las páginas demuestra que los tres poemas estaban en este orden, pero también que estaban precedidos de un espacio suficiente para algo más de 3.000 hexámetros, tal vez hesiódicos y en ese caso tal vez el Catálogo, del cual se sabe que era el único poema hesiódico que se leía todavía en el siglo IV además de los citados, y que esa debía de ser su extensión total. Π3 (siglos IV-V) contenía solamente la tríada, que parecen ser los únicos poemas del corpus hesiódico que se leían todavía después del siglo IV. Los papiros proporcionan a veces mejores y a veces peores lecturas que los manuscritos medievales, cuyas variantes no siempre son, en efecto, las preferibles. Sus más importantes contribuciones son: los fragmentos de cuatro versos extra de Trabajos a continuación del 173 (presentes en dos testimonios y ausentes en uno, siendo el primer verso también conservado en los escolios y luego en algunos manuscritos medievales) y una enigmática expansión en ocho versos de sus versos 314-316, presente en uno de cinco testimonios. Es de destacar que, con alguna excepción, los papiros generalmente omiten versos atestiguados de manera incierta en la tradición posterior y presentan versos omitidos solamente en citas y versos atetizados por los críticos antiguos. Con frecuencia confirman variantes ya conocidas y ocasionalmente una conjetura moderna, o al menos la elevan a la categoría de variante. En unos pocos casos se puede detectar una afinidad significativa entre dos papiros, Π1 y Π20 (Th. 51 θεων por Διος); Π6 y Π27 (Th. 652 αψικεσθε en lugar de αψ αφικεσθε); Π19 y Π30 (Th. 736 δνοφεης por δνοφερης); Π10 y Π45 (Op. 268 εθεληι por 149

Cf. A. Casanova, “Cent’anni di papiri esiodei”, Esiodo. Cent’anni di papiri, 2008,

pp. 1-11.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

εθελησ’ y probablemente 271 αρα por ανδρα), todos provenientes de Oxirrinco a excepción de Π6 y Π19, cuya procedencia se ignora150. He aquí la relación de los 52 primeros a partir de la ofrecida por las ediciones de Teogonía y Trabajos de West y hasta Π38 hecha suya por la edición y la reedición de Solmsen de 1970 y 1990, todas las cuales incorporaron los resultados obtenidos de ellos. A continuación mencionaremos los 28 papiros de publicación posterior correspondientes a estas obras, y todavía no debidamente explotados pero sí tenidos en cuenta en la fijación del texto y la constitución del aparato crítico de la presente edición, a partir de los repertorios de MertensPack3 (CEDOPAL) y la Leuven Database of Ancient Books (LDAB), sin que parezca mayor inconveniente poder enumerarlos, al igual que los precedentes, mediante la sigla Π53 y sucesivas. De cada uno de ellos daremos los datos mínimos de identificación, primera edición, datación y contenido: Π1 Π2 Π3 Π4 Π5

Π6 Π7

P. Oxy. 2090, Ed. Hunt, vol. XVII (1927), 119: fragm. de Th. 1-7, 28-52, 148-54 s. II P. Cair. 47269, Ed. Edgar, Annales du Service XXVI (1926), 205s.: Th. 1-51 s. II-III P. Achmîm 3= Paris. suppl. gr. 1099, códice, Ed. Wilcken, Sitz.-Ber. preuss. Ak. 1887, 807s.: Th. 75-106, 108-45 s. IV-V P. Lit. Lond. 33 (inv. 159), Ed. Kenyon, RPh 16 (1892), 181-83: Th. 210-38, 259-71, 296s. s. III-IV P. Vindob. G 19815, códice, Ed. Wessely, Palaeogr. u. Papyruskunde I (1901), III-XXIII: Th. 626-40, 658-73, 777-83, 811-17, 838-40, 845-49, 871s., 879-81; Op. 179-85, 210-15, 243-48, 252-65, 274-79, 283-96, 309-31, 344-63, 491-94, 511-19, 527s., 544-52, 686-828; Sc. 1-32, 350-54, 382-84, 426-40, 456-70 s. IV P. Ryland 54, Ed. Hunt Catal. Gr. Pap. in J. Rylands Libr. I (1911), 79: Th. 643-56 s. I a. o d. C. P. Oxy. 873, Ed. Grenfell-Hunt, vol. VI (1908), 179: Th. 930-40, 994-1004 s. III

150 Cf. M. L. West (ed.), Hesiod: Theogony, 1966, pp. 63ss.; Hesiod: Works & Days, 1978, pp. 75ss.

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INTRODUCCIÓN GENERAL

Π8 Π9 Π10 Π11 Π12 Π13 Π14 Π15 Π16 Π17 Π18 Π19 Π20 Π21 Π22 Π23 Π24 Π25 Π26 Π27 Π28 Π29 Π30

P. Genav. 94, códice, Ed. Nicole, Weil, RPh 12 (1888), 113-17: Op. 111-18, 153-61, 173b-e, 174-82, 210-21 s. V P. Berol. 7784, códice, Ed. Schubart-Wilamowitz, BKT 5, 1, 46 (1907): Op. 109-204, 241-46 s. V-VI P. Oxy. 1090, Ed. Hunt, vol. VIII (1911), 121-23: Op. 257-91 s. I P. Oxy. 2091, Ed. Hunt, vol. XVII (1927), 121-24: Op. 292-335, 366-380 s. III PSI 1086, Ed. Vitelli, vol. IX (1929), 131-32: Th. 837-69 s. II PSI 1191, Ed. Bartoletti, vol. XI (1935), 66-68 + P. Oxy. 2639 vol XXXII: Th. 57-75, 84-96, 566-92, 628-42, 652-64, 866-76, 913-32, 1016-20 s. II-III P. Heidelb. 204, Ed. Siegmann, Lit. gr. Texte aus Heidelb. Pap. (1956), 65s.: Th. 606-13 s. II P. Antin. 71, códice, Ed. Barns, The Antin. Pap. II (1960), 58-61: Th. 825-53, 868-96 s. VI P. Milan. Vogliano 38, Ed. Colonna, Pap. Univ. Milano II (1961), 14s.: Th. 271-99 s. I P. Antin. 178, Ed. Barns, The Antin. Pap. III (1967), 117ss.: Th. 367-71, 394-402, 503-06, 511s., 531-36 s. IV-V P. Mich. inv. 6644, Ed. West, BASP III (1966), 68s.: Th. 1-23 s. II-III P. Mich. inv. 6828, Ed. West, BASP III (1966), 69ss.: recto Th. 710-32, 734-37, 739-54, verso Op. 313.31, 338-67, 374-404 s. I P. Oxy. 2638, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 46-60 s. II-III P. Oxy. 2640, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 135-50 s. II-III P. Oxy. 2641, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 245-92 s. III P. Oxy. 2642, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 271-83 s. II P. Oxy. 2643, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 359-94 s. II-III P. Oxy. 2644, códice, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 421-43, 456-81 s. V-VI P. Oxy. 2645, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 504-19 s. II-III P. Oxy. 2646, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 650-63 s. II-III P. Oxy. 2647, códice, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 680-89, 735(?)-46 s. III P. Oxy. 2648, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 681-94, 751-71 s. II-III P. Oxy. 2649, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 731-40 s. II-III

[LXXXVIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Π31 P. Oxy. 2650, códice, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 847-56, 886-95 s. IV-V Π32 P. Oxy. 2651, Ed. West, vol. XXXII (1967): Th. 963-81 s. II-III Π33 P. Mich. inv. 5138, Ed. West, BASP III (1966): Op. 292-333, 346-78 s. I-II Π34 P. Berol. 9774, Ed. Schubart-Wilamowitz, BKT 5, 1, 19 (1907): Sc. 207-13, signis criticis instructi s. I a. C. s. II-III Π35 PSI 1087, Ed. Vitelli, vol. IX (1929): Sc. 273-89 Π36 P. Oxy. 689, Ed. Grenfell-Hunt, vol. IV (1904): Sc. 466-80 s. II + PSI 15, Ed. Cammelli, vol. I (1912): Sc. 28-33; ad text. nihil conf. s. IV-V + P. Oxy. 2355, Ed. Lobel, vol. XXII (1956): Sc. 1-5 post septem Catalogorum vv. (fr. 195); ad text. nihil conf. s. I ex.-II Π37 P. Oxy. 2494A, Ed. Lobel, vol. XXVIII (1962): Sc. 1-18 post eosdem septem Catal. vv. (fr. 195) s. II in. Π38 P. Berol. 21007, Ed. Maehler, MH 24 (1967), 63-70: Op. 84-89, 113-19, 142-73c, 187-97, 201-04, 208-13, 231-39, 242 ?, 256-62, 265-67, 276-77, 279-83, 286-91, 293-300, 302-14, 318-26, 340-55, 359-66, 374-77, 398-443, 457-59, 461-62, 466-72, 481-82, 484, 529-31 s. I-II Π39 P. Oxy. 3220 (un fr. publicado como 2495 fr. 14), Ed. Haslam vol. XLV (1977): Op.15-17, 256-62, 308-11, 357-65, 381-83, 438-50, 453-56, 459-68, 493-502, 536-38, 575-90, 629-30, 688-92, 698-704, 705-07, 736-50, 775-81, 799-804, 806-12; Sc. 83-90, 92-96, 189-92, 195-202 s. II Π40 P. Strasb. 2684, Ed. Schwartz, ZPE 4 (1969), 176-78: Op. 123-33, 137-38, 163-74 s. II Π41 P. Oxy. 3221, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 92 o 93-108 s. II-III Π42 P. Oxy. 3222, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 144-56 s. III Π43 P. Oxy. 3223, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 172-215, 228-45 s. II Π44 P. Oxy. 3224, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 179-95 s. II Π45 P. Oxy. 3225, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 265-79 s. II Π46 P. Oxy. 3226, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 311-16, 345-53, 414-19, 421-22, 432-36, 441-43 s. II-III Π47 P. Oxy. 3227, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 415 + 421-35, 440-53 s. II Π48 P. Oxy. 3228, Ed. West, vol. XLV (1977): Op. 511-30 s. I-II

[LXXXIX]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Π49 P. Oxy. 3229, Ed. West, vol. XLV (1977): 743-56 Π50 P. Oxy. 3230, Ed. West, vol. XLV (1977): 763-64 + 78 o 789, 1-13 (solo excerpta) Π51 P. Oxy. 3232, Ed. West, vol. XLV (1977): Π52 P. Oxy. 3231, Ed. West, vol. XLV (1977):

Op. 670-74, 686-716, s. II Op. 293-301, s. I Sc. 325-30 s. I Op. 225-45 s. II-III

A partir de aquí enumeraremos los papiros publicados después de las ediciones de West (Th. y Op.) y Solmsen, o alguno no utilizado por ellos, siguiendo en lo posible el orden de su primera edición151: Π53 P. Berol. inv. 12319, óstrakon, Ed. Wilamowitz, Sitzb. Berl. Akad. (1918), 742: Op. 287 s. III-II a. C. Π54 P. Antin. 118, códice, Ed. Barns, The Antin. Pap. III (1967) (= ZPE 142 (2003), 19-20, Ed. Meliadò): Op. 484-92, 524-32 s. III Π55 P. Berol. inv. 17042, Ed. Müller, Forsch. u. Ber. 10 (1968): coment. Op. 614s. s. IV Π56 Stud. Pap. 7 (1968), 23-30, Ed. Bartina (= P. Palau Rib. Lit. 9, Ed. O’Callaghan, 1993): Th. 862-72 s. III in. Π57 P. Berol. inv. 21214, Ed. Maehler, ZPE 6 (1970), 169s. (= BKT 9 (1996), Ed. Ioannidou): Th. 767-72 + antología no identificada s. III a. C. Π58 P. Mich. inv. 4270, códice, Ed. Renner, ZPE 29 (1978), 5-13: Th. 809-26, 834-51 s. IV-V Π59 P. Köln Gr. 302 (inv. 2703 v), códice?, Ed. Gronewald, vol. VII (1991): Sc. 454-61 s. III-IV Π60 P. Oxy. 4649, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): cita de Th. 6-8 en fr. prosa s. III

151 De la contribución a la fijación y la historia del texto hesiódico que supone el conjunto de todos ellos nos ocupamos en: “La aportación de los papiros a la fijación del texto de Hesíodo”, en Homenaje al Prof. Manuel García Teijeiro, Univ. Valladolid, 2013, pp. 713-764; “Contribution of the new papyri to the history of Hesiod’s text”, en Proceedings of the XXVII International Congress of Papyrology (Varsaw, 26-31 August 2013) (en prensa); “Contribución de los nuevos papiros a la fijación del texto de Hesíodo”, en J. C. Martín & A. Sanz (eds.), Homenaje al Prof. E. Vallina Fernández, Salamanca, 2014 (en prensa).

[XC]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Π61 P. Oxy. 4650, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): cita de Th. 218-19en fr. prosa s. II Π62 P. Oxy. 4651, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): cita de Op. 219-23 en fr. prosa s. III Π63 P. Oxy. 4652, códice, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): glosario a Sc. 243, 245, 308, 387?, 389 s. V Π64 P. Oxy. 4653, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Th. 143-49, 411-420 s. III in. Π65 P. Oxy. 4654, Ed. Currie, vol. LXVIII (2003) + PSI 1498, Ed. Bastianini, vol. XV (2008): Th. 334-39, 341-46 s. III in. Π66 P. Oxy. 4655, Ed. Capponi, vol. LXVIII (2003): Th. 549-58, 562-67 s. I Π67 P. Oxy. 4656, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Th. 667-84, 707-20, 741-56 s. II in. Π68 P. Oxy. 4657, Ed. Parsons, vol. LXVIII (2003): Th. 820-31, 859-65 s. II Π69 P. Oxy. 4658, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Th. 913-17 s. III Π70 ZPE 142 (2003), 157-59, Ed. Luiselli, códice reusado (Oxford, Bodl. Libr. MS. Gr c. 237 (P) fr. B + fr. C): Op. 765-67, 769-70?, 771-74, 803-06, 808-12 s. VI-VII Π71 P. Oxy. 4659, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Op. 8, 17-27 s. II Π72 P. Oxy. 4660, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Op. 57-63, 91-106 (desunt 93, 99) s. I a. C-I d. C. Π73 P. Oxy. 4661, Ed. Doulamis, vol. LXVIII (2003): Op. 563-67 s. III Π74 P. Oxy. 4662, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Op. 771-76 s. II ex. Π75 P. Oxy. 4663, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Op. título final s. II Π76 P. Oxy. 4664, Ed. Schuler/Radicke, vol. LXVIII (2003): Sc. 92-106 s. I-II Π77 P. Oxy. 4665, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Sc. 220-30 s. II-III Π78 P. Oxy. 4666, Ed. Obbink, vol. LXVIII (2003): Sc. 253-65 (deest 259) s. II-III Π79 P. Schoyen 1, 7 (inv. MS 5068), Ed. Pintaudi, 2005 (Accorinti/Chuvin (eds.), Des Géants à Dionysos. Mél. à F. Vian, 2003, 163-66): Op. 360-66, 378-84 s. II-I a. C.

[XCI]

INTRODUCCIÓN GENERAL

XIII. SOMERA

DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES CÓDICES

Códice común a Teogonía, Trabajos y Días y Escudo : S = Laurentianus 32, 16, de seda, celebérrimo códice épico de 1280, originado en el círculo de Máximo Planudes, que entre Argonáuticas de Apolonio Rodio y los poemas de los Opianos más otros autores de epos contiene Trabajos y Días (folios 235-239), Teogonía (f. 241-247) y Escudo (f. 249-252), todos ellos escritos por la misma mano. El carácter del mismo puede verse muy bien en Trabajos, donde en nada contribuye si no es con conjeturas. La sección correspondiente a los versos 548-668 de este poema ha sido copiada con cálamo fluido y rápido y contiene no pocas correcciones, si bien su mano no se distingue de otra que también ha introducido correcciones, las cuales según West se distinguen más por la tinta que por la mano152. Códices de Teogonía y Escudo : B

de pergamino, parte del códice Parisinus suppl. gr. 663, el cual, además de transmitir Batracomiomaquia completa, comprende trozos y tiras sacados de varios códices de diversos poemas épicos. Conserva Teogonía 72-145, 450-504 y Escudo 75-299. Los folios correspondientes, todos escritos por la misma mano, se remontan a un códice copiado por un monje del Monte Atos entre los siglos XI-XII. En scriptio continua y con muy poco esmero, abundan en faltas ortográficas, que no solo se limitan a confundir frecuentemente los sonidos ει, ι, η, υ, υι; sin embargo ofrecen en tres lugares (om. 111; 453, 459) la verdadera lectura frente al resto de los manuscritos.

Otro manuscrito perdido de cierta importancia, b, es reconstruible a partir de cinco MSS. conservados: L = Laurentianus conventi soppressi 158, de pergamino, del siglo XIV, con muchas variantes y correcciones de varias manos, si bien el

152 Cf. F. Solmsen (ed.), Hesiodi Theogonia, Opera et Dies, Scutum, Oxford , 19903, Vss.; M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, pp. 52ss.

[XCII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

texto está escrito con esmero y en letra de fácil lectura; se duda de qué mano son los escolios añadidos en ambos poemas. m hipotético ejemplar del cual parecen haber sido copiados cuatro MSS., todos del siglo XV y todos en vitela menos el primero, los cuales coinciden con frecuencia en errores cada dos o cada tres, probable consecuencia de un número relativamente amplio de variantes marginales en la familia b: Parisinus (anciens fonds) grec 2763 Parisinus (anciens fonds) grec 2833 Vratislavensis Rehdigeranus 35 Mosquensis 469 Vlad. (olim 404) Cuando k no se conocía, b parecía una importante rama independiente de la tradición; ahora se ve que es deudora de k en muchas de sus buenas lecturas y que es una fuente contaminada, compartiendo errores ora con con k ora con a, aunque ofrece también algunas buenas lecturas al margen de estas (Th. 169, 188, 243, 273, 506, 675, 720, 783, 820, 825, 896, 979). R = Casanatensis 356, en papel, dudoso si del siglo XIII o más bien del XIV. Además de Dionisio Periegeta y Arato transmite Teogonía y Escudo. Todos los poemas son provistos de escolios y Escudo también de glosas. Al final del códice algunos folios y la parte inferior del último folio que queda, desaparecieron, por lo que carecemos de este testimonio en los versos 322-480 de Escudo. En relación con Teogonía West investigó el texto de este códice y entendió que se acercaba a a más que a b, pero también encontró en él lecturas de la rama k así como de los códices S y Q. Códices de Teogonía : Teogonía está contenida, total o parcialmente, en unos 70 MSS. medievales y del Renacimiento (dos de ellos ya no disponibles), el más antiguo de finales del siglo XIII y solo una docena anteriores al XV. De ellos solo 34 han sido utilizados por los editores anteriores a West, quien utilizó 32 más153. 153 Cf. M. L. West, “The Medieval and Renaissance Manuscripts of Hesiod’s Theogony”, CQ 14 (1964), 165-189.

[XCIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Q =Vaticanus gr. 915, de pergamino, creado no muchos años antes de 1311 (quizá el segundo más antiguo del total de MSS.). Muy pocas veces valorado por Solmsen, un mayor número de lecturas son acogidas en el aparato crítico de West, quien muestra cómo Q está escrito en dos columnas del mismo modo que S, con el cual comparte errores y aciertos así como con k, a y b, y tiene explicaciones inter lineas y algunos escolios in margine. De la mayor parte del poema carecemos del testimonio de B, siendo su mejor sustituto un manuscrito perdido, a, una fuente contaminada y reconstruible a partir de cinco MSS. conservados que se dividen en dos grupos: n que comprende Marcianus IX 6, del siglo XIV, y Salmanticensis 243, del siglo XV, con un texto muy similar entre sí y fieles copias del ejemplar v

que comprende Laurentianus conventi soppressi 15, del siglo XIV, Panormitanus 2 Qq-A-75, del siglo XV, y Parisinus supplément grec 652, del siglo XV, en el cual un corrector posterior hizo violentas enmiendas. Ninguno de estos es siempre fiel a v pero la lectura de v puede inferirse de la ocasional coincidencia entre dos de ellos.

Otro importante testimonio es un manuscrito perdido, k, reconstruible a partir de las lecturas de cuatro códices supérstites con muchas lecturas valiosas: K = Ravennas 120, del siglo XIV y tres copiados de un manuscrito intermedio, u: Matritensis 4607, del siglo xv Ambrosianus D 529 inf., del siglo XV Vaticanus graecus 2185, del siglo XV De ello se concluye que la tradición manuscrita de Teogonía está muy contaminada y todo lo que se puede hacer es identificar diferentes recensiones (B, k, a, b, S y Q) y a ellas asignar los diversos manuscritos, sin que se puedan disponer las fuentes en un stemma satisfactorio.

[XCIV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Códices de Trabajos y Días y Escudo : J = Ambrosianus C 222 inf., en papel, copiado en parte en el siglo XIII, en parte en el XIV, además de la tríada de Esquilo no toda conservada, tres comedias de Aristófanes, Licofrón, Teócrito y otros poetas, contiene en los fol. 222v-263r Trabajos y Días, en 176r-180v (adjudicados al siglo XIV) Escudo. Códice de gran valor, especialmente donde faltan BAF; las páginas de Escudo se hallan rodeadas de scholia vetera. Conjeturas, auque no faltan, son menos de las que se ha supuesto, y sobre los versos no rara vez la primera mano ha suplido lo que ella misma había omitido. F = Parisinus gr. 2773, siglo XIV, en los fol. 1-90r ha conservado Trabajos y Días, en los fol. 91r-102r los versos 1-307 de Escudo escritos por otra mano. Contiene también escolios antiguos y glosas así como explicaciones que interrumpen el texto. Las correcciones se deben generalmente al propio copista, un erudito que no ha transcrito a ciegas sino usando su propio ingenio y otras fuentes. Códices de Trabajos y Días : Este poema se halla contenido en muchos más manuscritos medievales y posteriores que los otros poemas hesiódicos, más de 260 frente a los circa setenta de Teogonía y los sesenta de Escudo, solo que más de cien son posteriores a la fecha de la primera edición impresa (c. 1480) y, del resto, solo los anteriores a 1340, algo más de treinta, son útiles para la edición, y aun de ellos la mitad no ofrecen nada que valga por sí solo154. C = Parisinus gr. 2771, de pergamino, de mediados o finales del siglo X o del siglo XI, ha conservado escolios de Proclo y otro corpus de escolios (Σvet) escritos por la misma mano. Hay correcciones de la primera mano y de otra más reciente, aunque no se sabe si, del mismo modo que A. Pertusi distinguió más manos en los escolios de este códice, también en el texto no una sola mano más reciente 154 Cf. M. L. West, “The Medieval Manuscripts of the Works and Days”, CQ 24 (1974), pp. 161-185.

[XCV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

habrá introducido correcciones. Los versos 320-336 y 435-453 faltan por haber sido arrancado los folios. Este manuscrito es agrupado por West con otros tres más recientes, de entre los siglos XIII-XIV, como representantes de un hiparquetipo perdido (Ω) de entre los siglos IX-X que desempeñó un papel primordial en la transmisión del comentario de Proclo y que conserva buenas lecturas (v. 248, 456, 716, 730, 764). D =Laurentianus 31, 39, de pergamino, del siglo XIII (el segundo más antiguo), en el cual algunas cosas han sido tachadas. En las correcciones no se distingue fácilmente la primera mano de otra, pero son corregidas mayormente las cosas que al copiar el libro se habían tratado con menos cuidado. De negligencia pecó el copista, por ejemplo, omitiendo palabras aisladas, omisiones que en el aparato son con frecuencia silenciadas. Un número de errores lo hacen descender del mismo arquetipo que Ω y muchas divergencias con este remiten a otra línea de tradición, cuyos abundantes representantes, de entre los siglos XIII-XIV y XV, son colectivamente designados Ψ por West y considerados como un grupo residual. E = Messanius bibl. Univ. F. A. 11, de pergamino, de finales del siglo XI al parecer. Texto muy bien escrito, con muy pocas abreviaciones y al parecer nunca corregido. Es interrumpido por el comentario de J. Tzetzes, de modo que continuamente, tras unos pocos versos de Hesíodo, un mayor espacio es ocupado por explicaciones de Tzetzes a aquel pasaje escrito por la misma mano. Y también sobre los versos del poeta hay palabras ilustradas con voces equivalentes, griegas o latinas. Una mano más reciente ha suplido vv. 744-769, 776-790, 803-828, cuyo texto originario había desaparecido por haber sido arrancados los folios. H = Vaticanus gr. 2383, de pergamino, copiado en el año 1287, en Italia meridional lo mismo que E, contiene el texto del poema adornado con imágenes de herramientas agrícolas después del v. 431, más o menos en el mismo lugar en que E deja un espacio bastante amplio. El texto, escrito en letra clara, acoge comentarios de Tzetzes no menos frecuentes que E, aunque no en los mismos [XCVI]

INTRODUCCIÓN GENERAL

lugares. Palabras también griegas y latinas escritas sobre los versos no son las mismas que en E. Los manuscritos E y H, que descienden de dos copias separadas, con algunos otros permiten reconstruir un MS. perdido, Φ, datable entre 1140-1180, escrito en el Sur de Italia o llevado allí a los pocos años de haber sido escrito, y como D descendiente lineal de un anterior Χ enmascarado por absorción de lecturas ψ. Triclinio copió su Hesíodo (los tres poemas canónicos) entre 13161319 y su recensión, contenida en Marcianus gr. 464, está contaminada, siendo, en el caso de Teogonía, la rama k fuente de muchas de sus lecturas, pero coincide muy frecuentemente con Q o bien con a; en el caso de Trabajos su texto, como el de Moscópulo, es predominantemente ψ con lecturas de Ω; de modo que no ofrece lecturas que no se encuentren en otros manuscritos y su importancia reside en sus emendationes. Resumiendo, no hay razón para pensar que toda la tradición manuscrita medieval de Trabajos descendiese de un solo arquetipo en minúscula. Papiros o citas demuestran que muchas de las variantes son antiguas y es lógico que de un autor como Hesíodo circularan varias copias en el Bizancio de los siglo IX o X. La existencia de al menos una fuente medieval temprana independiente de Χ es confirmada por las lecturas divergentes del temprano manuscrito e y las de la tradición ψ. Códices de Escudo : A

del códice Parisinus suppl. gr. 663 del cual es parte B, en el fol. 75, de pergamino, creado por la misma época y en el mismo lugar que B, contiene los versos 87-138 de Escudo, escritos con otra mano que la de B y un poco más elegante.

Z = Mutinensis α T 9, 14, escrito entre 1460-1470, probablemente en Creta, y de especial interés por la forma relativamente pura en que conserva los escolios y por el número de variantes peculiares al texto de Escudo añadidas por su segunda mano, varias de las cuales merecen atención.

[XCVII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

XIV. PRIMERAS

EDICIONES IMPRESAS

Mucho antes de la primera impresión del texto griego, Boninus Mombritius de Milán publicó una versión de Teogonía en hexámetros latinos (Ferrara, 1474), para la cual usó un manuscrito representante de u desaparecido y sin buenas lecturas. La primera edición impresa del texto griego, de Trabajos y Días solamente, apareció en Milán sobre 1482. El texto griego de ambos poemas (con poesía gnómica y bucólica) fue impreso por primera vez por Aldo Manucio en Venecia, 1495, usando al parecer varios manuscritos pero ninguno con mejores lecturas que los que conocemos. La primera edición Juntina de Hesíodo (Florencia, 1516), sin importancia para el texto, fue editada por Eufrosino Bonini a partir de la Aldina y de un manuscrito de la familia c no identificado. A su vez Ioannes Frobenius (Scriptores aliquot gnomici, Basilea, 1521) basó su texto en la Aldina y la Juntina. Víctor Trincavelli utilizó la Aldina y tres manuscritos venecianos (los Marcianos IX 6, 464 (Triclinio) y su apógrafo 480) para su elegante edición impresa (Venecia, 1537), que por primera vez incluyó los escolios. La segunda edición Juntina (1540) se basó en la primera pero con algunas lecturas de Trincavelli. La edición temprana más importante es la llevada a cabo en Basilea, 1542, por Ioannes Birchman, un librero de Colonia, en la imprenta de Oporinus (Johann Herbst), el cual la reimprimió a su nombre en 1544. El texto está reimpreso del de la Aldina con muy pocas correcciones, mientras que los escolios tienen que haber sido impresos de un manuscrito perdido de Cambridge, ya que Birchman no parece haber conocido la edición de Trincavelli, y H. Schulz (Abh. Gött. 12 (4), 1910) ha demostrado la importancia de la edición como fuente de los escolios, muy corrupta y lacunosa pero relativamente completa. La edición también contiene la traducción de Mombritius con ciertas diferencias de detalle y una versión en prosa anónima. La primera edición impresa en Francia apareció en París (apud Iacobum Bogardum) en 1544, basada en la Aldina y en la de Trincavelli pero con una versión latina adaptada de la de Basilea155. 155

Cf. M. L. West (ed.), Hesiod: Theogony, 1966, pp. 61ss.

[XCVIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

XV. LA

PRESENTE EDICIÓN

Puede decirse que la presente es la primera edición propiamente bilingüe, griego-español, de la obra de Hesíodo llevada a cabo en España, ya que las pocas de las que tenemos noticia suelen ser parciales y/o se sirven de un texto griego claramente calificable de escolar. Son la edición griego-español de Teogonía (Anuario de la Universidad de Barcelona, curso 1908-1909, impresa en Barcelona 1910) realizada por L. Segalá y Estalella (autor también de una traducción de Trabajos y Días, Salamanca, Ed. Perficit, 1954) y, muy anterior, de entre 1740 y 1747, el texto griego, al parecer tomado del de la ed. de Heinsius (Leiden, 1613), con versión interlineal en latín, en el que se basa la Expositio o comentario a la Teogonía llevado a cabo por el humanista no hace mucho descubierto Martínez de Quesada, en su Enchiridion nunca impreso156. Más recientemente se publicaron: — Hesiodo. Teogonía, Estudio general, introducción, versión rítmica y notas de Paola Vianello de Córdova, México D.F., UNAM, 1978. — Hesiodo. Los trabajos y los días, Introducción, versión rítmica y notas de Paola Vianello de Córdova, México D.F., UNAM, 1979. Meritorias versiones, con amplias introducciones y abundantes, tal vez demasiado, notas, acompañadas de un texto sin aparato crítico, producto según su autora de la confrontación entre el de las ediciones más conocidas de Hesíodo (aunque para Trabajos y Días no conoció la de West, de 1978). Poco ha fue publicado Hesíodo, Teogonía y Trabajos y días, introducción, traducción y notas de Lucía Liñares, Buenos Aires, Losada, 2006, Edición bilingüe, pero cuyo texto ha sido tomado de otras ediciones y no presenta aparato crítico, sino notas al texto allí donde parece oportuno. En cuanto a traducciones al español, además de las citadas sabemos de las siguientes: — El poema moral Trabajos y Días de Hesíodo, primera versión castellana por Miguel Jiménez Aquino, Madrid, 1919. Hecha a partir 156 Cf. L. Gil, “Un helenista desconocido: Antonio Martínez de Quesada (17181751)”, Bol. Real Acad. Esp. 54 (1974), pp. 379-440.

[XCIX]

INTRODUCCIÓN GENERAL

de una traducción del griego por alguien que lo sabía, en un estudio preliminar muestra una vaga inspiración del libro de P. Waltz, Hésiode et son poème moral, Burdeos, 1906. — Hesíodo, La Teogonía, El escudo de Heracles, Los trabajos y los días, traducción nueva del griego por Leconte de Lisle, versión española de Germán Gómez de la Mata, Valencia [s. a. (1918?)]. Hecha por tanto a partir de una francesa del siglo XIX y con arbitraria transcripción de los nombres propios. — Épica Helena Post-Homérica, Hesíodo, Aedas Homéricos, Apolonio de Rodas, Teogonía, Trabajos y Días, Agón y fragmentos; Himnos, Epigramas Homéricos y fragmentos; Los Argonautas, versión directa del griego por Rafael Ramírez Torres, México, 1963. El texto de los fragmentos hesiódicos se remonta a la edición de Lehrs (París, F. Didot, 1840) y sus referencias bibliográficas están muy atrasadas, aunque la traducción no es despreciable. — Hesíodo, Los trabajos y los días, prólogo, traducción del griego y notas por Antonio González Laso, Madrid, 1964, cuyo prólogo y notas poco aportan pero la traducción no es desdeñable. — Hesíodo, Los trabajos y los días, La teogonía, El escudo de Heracles, versión establecida a la vista de los textos más autorizados, prólogo, presentación y estudio de los poemas, notas e índice de nombres propios por M.ª Josefa Lecluyse y Enrique Palau, Barcelona, 1964. Tampoco versión directa sino dependiente de la francesa de Mazon, aunque superior a la de Bergua, así como de la española de Gómez de la Mata. — La Grecia Clásica, Hesíodo: La Teogonía, Los Trabajos y los Días, El Escudo de Herakles…, traducción, noticias preliminares y notas de Juan Bautista Bergua, Madrid, 1969. Traducción e introducciones son calco de las prestigiosas de P. Mazon en el vol. Hésiode de Belles Lettres. — Hesíodo. Obras y fragmentos. Introducción, traducción y notas de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Díez, Madrid, Gredos, 1978. La única traducción al español de la totalidad de la obra hesiódica (precedida de la aportación Hesíodo. Teogonía, Trabajos [C]

INTRODUCCIÓN GENERAL

y Días, estudio preliminar, notas, bibliografía y traducción directa a cargo de Aurelio Pérez Jiménez, Barcelona, 1975), que por esta razón y en general por su calidad así como por la de su introducción y las notas se ha hecho justamente acreedora de considerarse un poco la versión estándar en nuestra lengua. No obstante, también otras series conocidas de traducciones de los clásicos han querido ofrecer su Hesíodo: — Hesíodo. Teogonía, Trabajos y días, Escudo, Certamen. Introducción, traducción y notas de Adelaida y M.ª Ángeles Martín Sánchez, Madrid, Alianza Editorial, 1986. — Hesíodo. Poemas hesiódicos. Introducción, traducción y notas de M.ª Antonia Corbera Lloveras, Madrid, Akal, 1990. Comprende la traducción de Trabajos, Teogonía y Escudo. — Hesíodo. Teogonía. Trabajos y días. Escudo. Certamen, Buenos Aires, Editorial Losada, 2007. Para la presente edición no he llevado a cabo una nueva colación de los manuscritos hesiódicos, labor que he considerado innecesaria después de la realizada en este sentido por tres ediciones tan solventes y todavía recientes cuales son las de Teogonía (1966) y Trabajos y Días (1978) a cargo de M. L. West y la edición y reedición del conjunto de la obra hesiódica realizada por F. Solmsen para la colección OCT (1970, 1990). Lo que sí he hecho es una revisión muy concienzuda del texto de las tres obras cotejando el texto y el aparato crítico de dichas ediciones así como los de una serie de ediciones clave que precedieron a aquellas desde no mucho tiempo antes hasta mediados del siglo XIX, que constituyen realmente la base de la moderna labor editorial de Hesíodo y de las cuales damos relación más abajo. Ello me ha permitido establecer en cierta medida mi propio aparato crítico y optar por unas lecturas o por otras e incluso proponer algunas propias, de acuerdo con su grado de consenso y con el valor intrínseco y la importancia jerárquica de los diversos manuscritos, con el apoyo o no de los papiros y con el eventual buen tino de ciertas conjeturas. La contribución de los papiros ha sido completada con las nuevas aportaciones publicadas [CI]

INTRODUCCIÓN GENERAL

con posterioridad a las ediciones de West, de donde realmente proceden las aportaciones anteriores157. De entre las ediciones actuales más importantes de Hesíodo, en general coincido más con la de Solmsen que con las de West, con la salvedad de las seclusiones, a las que tan dado es Solmsen siguiendo las tendencias de la crítica analítica, o del uso de acentuar el art. con valor demostrativo, así como el de adoptar la forma con grado cero del participio femenino en la fórmula ἔργ’/λύγρ’εἰδυῖα (Th. 264, 313) frente a esta, que es la habitual en los MSS de Hesíodo (y la primera también en Homero), transmitida por el consenso de los MSS de Hesíodo y por Π48 en Op. 521 (donde ἔργα ἰδυῖα es corrección de van Lennep) y probada por la métrica en Th. 887 (πλεῖστα θεῶν εἰδυῖαν). El formato del aparato crítico también está más de acuerdo con la descripción de Solmsen, más simplificada, en particular para Trabajos y Días, aun cuando contiene algunos fallos. Intento ofrecer un aparato crítico selectivo, atento a los principales problemas que la transmisión del texto plantea y sin la menor pretensión de exhaustividad. No muestra todo el juego de variantes de cada lectura, sino, en aquellos casos en que la lectura recogida en el texto está bien atestiguada en la transmisión, solamente las no recogidas en el texto ofrecido (como hace Solmsen vs. West): aparato crítico “negativo”. En las lecturas del aparato crítico pertenecientes al consenso de los MSS. (o), esta sigla no se indica más que cuando sus lecturas se contraponen a otras de algunos MSS. Es decir, se busca la funcionalidad del aparato, ofreciendo la información mínima suficiente y omitiendo la no estrictamente necesaria para observar las dificultades principales del texto. Así, por ejemplo Th. 410 μέγα om. b, de Solmsen, no se indica porque no se sostendría la métrica del verso (y tampoco lo indican otros); o no se indica si se suprimen sospechas o seclusiones del pasado no contempladas en las nuevas ediciones, como por ejemplo Th. 411-452. 157 Cf. J. A. Fernández Delgado, “La aportación de los papiros a la fijación del texto de Hesíodo”, en Homenaje al Prof. Manuel García Teijeiro, Univ. Valladolid, 2014, pp. 713-764; “Contribution of the new papyri to the history of Hesiod’s text”, en Proceedings of the XXVII International Congress of Papyrology (Varsaw, 26-31 August 2013) (en prensa); “Contribución de los nuevos papiros a la fijación del texto de Hesíodo”, en J. C. Martín & A. Sanz (eds.), Homenaje al Prof. E. Vallina Fernández, Salamanca, 2014 (en prensa).

[CII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Soy partidario de no acoger conjeturas más que en casos bien justificados y avalados por las ediciones más solventes, y, por el contrario, de respetar en lo posible las lecturas transmitidas (ejemplo, ὅτ’ἄρ’ἡβήσαι Rzach (Solmsen, West): combina lo mejor de C (ἄρ’) y D (ἡβήσαι) frente a los otros manuscritos y variadas conjeturas de los editores). Del mismo modo, tratamos de evitar en la medida de lo posible las frecuentes propuestas de recolocación de versos de ediciones anteriores (ejemplo Th. 434, entre otros). La presente edición no incluye un aparato de testimonia, obviamente útil pero que parecía un tanto ocioso después de los aportados en fechas relativamente recientes por West en sus ediciones de Teogonía y Trabajos y Días y más recientemente por Most en la suya (Loeb CL), uno y otros a su vez deudores del amplio elenco de testimonia, así como de loci similes, aportado por Rzach en su todavía hoy fundamental editio major. La traducción que ofrezco no es en verso, ni siquiera de sílabas contadas, aunque sí trata de hacer coincidir cada una de sus líneas con la frontera del correspondiente hexámetro o bien, cuando procede, hace que algún término rebase esta para intentar reflejar el encabalgamiento. Otras veces, a fin de evitar una excesiva desigualdad en la longitud de las líneas, el encabalgamiento de un determinado verso es compensado en la línea siguiente. También procura servirse de una suave rima o asonancia o de una cierta musicalidad interna allí donde es posible, a fin de intentar reflejar este rasgo poético que en el verso hesiódico es mucho más patente de lo habitual; tampoco rehúsa adornar la expresión sencilla y directa con la dosificación de un vocabulario en parte poético, en parte arcaizante, en el caso de Teogonía, más coloquial y castizo en el caso de Trabajos, y con un moderado uso del hipérbaton, que de alguna manera recuerden la artificiosa lengua del epos y sus manifestaciones genealógica y gnómica respectivamente. Las notas procuran ser funcionales y aclarar las principales cuestiones planteadas por textos tan antiguos y complejos como son los hesiódicos, o bien cuestiones de forma y también textuales, sin recrearse en el tipo de explicaciones eruditas más propias de un comentario.

[CIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

Ediciones confrontadas: Van Lennep, D. I., Hesiodi Theogonia, Librorum MSS. et Veterum Editionum Lectionibus Commentarioque Instruxit, Amsterdam (I. Müller), 1843. Van Lennep, D. I., Hesiodi Opera et Dies, Librorum MSS. et Veterum Editionum Lectionibus Commentarioque Instruxit, Amsterdam (I. Müller), 1847. Schoemann, G. F., Hesiodi (quae feruntur) Carminum Reliquiae cum Commentatione Critica, Berlin (Weidmann), 1869. Goettling, C., Hesiodi Carmina. Recensuit et Comentariis Instruxit, Editio Tertia quam curavit Ioannes Flach, Lipsiae (B. G. Teubner), 1878 (hay dos ed. anteriores: Lipsiae, 1831 y 1843). Paley, F. A., The Epics of Hesiod. With an English Commentary and the Readings of Fourteen MSS Collated, Second Edition Revised, London, 1883. Rzach, A., Hesiodi Carmina, Editio Tertia, Lipsiae (B. G. Teubner), 1913. Puntoni, V., Teogonia Esiodea, Per cura di V. P., Bologna (Nicola Zanichelli), 1917. Wilamowitz-Moellendorff, U. von, Hesiodos Erga, Berlin (Weidmann), 1928. Mazon, P., Hésiode. Théogonie, Les Travaux et les Jours, Le Bouclier. Texte établi et traduit, Paris (Les Belles Lettres), 1928. T. A. Sinclair, Hesiod. Works and Days, London (Macmillan), 1932. Colonna, A., Hesiodi Opera et Dies, Varese-Milano (Cisalpina), 1959. Russo, C. F., Hesiodi Scutum, Introd., traduz., testo critico e commento, Firenze (La nuova Italia), 19652 (1950). West, M. L., Hesiod. Theogony, Edited with Prolegomena and Commentary, Oxford (At the Clarendon Press), 1966. West, M. L., Hesiod. Works and Days, Edited with Prolegomena and Commentary, Oxford (At the Clarendon Press), 1978. Solmsen, F., Hesiodi Theogonia Opera et Dies Scutum, Editio Tertia, Oxford (At the Clarendon Press), 1990.

[CIV]

INTRODUCCIÓN GENERAL

XVI. SIGLAS Papiros Π1... Códices Siglas comunes a Teogonía, Trabajos y Días y Escudo o = consenso de los códices concernientes S = Laur. 32, 16 año 1280 Teogonía y Escudo B = Paris. suppl. gr. 663 s. (Th. 72-145, 450-504, Sc. 75-299) L = Laur. conv. suppr. 158 s. b = Lm(R) m Paris. gr. 2763 s. Paris. gr. 2833 s. Vratislav. Rehd. 35 s. Mosq. 469 s. R = Casanat. 356 s.

XI

ex.-XII in.

XIV XV XV XV XV XIII

ex.-XV in.

Teogonía a = nv

k = Ku

Q = Vat. gr. 915 Marc. IX 6 Salmantic. 243 v Laur. conv. suppr. 15 Panorm. Qq-A-75 Paris. suppl. gr. 652 K = Ravennas 120 u Matrit. 4607 Ambros. D 529 inf. Vat. gr. 2185 n

Trabajos y Días C D Φ = EH E H

= = = =

Paris. gr. 2771 Laur. 31, 39 Messan. bibl. Univ. F. A. 11 Vatic. gr. 2383

c. 1300 s. XIV s. XV s. XIV s. XV s. XV s. XIV s. XV s. XV s. XV s. X ex. s. XII s. XII ex. (vel año 1287

Escudo A = Paris. suppl. gr. 663 (vv. 87-138)

[CV]

s.

XI

ex.-XI in.

XIII?)

INTRODUCCIÓN GENERAL

J = Ambros. C 222 inf. F = Paris. gr. 2773 (vv. 1-307) Z = Mutin. T 9, 14 R = Casanat. 356

s. s.

XIV XIV

s. s.

XV XIII

ex.-XIV in.

Otras siglas Pr = Tr. = Δ = Σvet = Σrec = sch. = e = ψ = a. c. = p. c. = i. r. = sscr. = agn. = v. l. =

Procli commentaria in Op. (ed. A. Pertusi cum Σvet) Triclinii recensio in Marc. gr. 464 1316-1319 J. Diaconi exegesis allegorica in Th. (in Triclinii cod. Marc.) scholia vetera scholia recentia aliorum scriptorum scholia Etymologica stirps codd. ante correcturam post correcturam in rasura cum suprascripto agnoscit varia lectio

[CVI]

BIBLIOGRAFÍA GENERAL La presente relación bibliográfica no pretende ser sino una selección, atenta a lo principal, a lo más directamente relacionado y a lo más actual, de la muy abundante bibliografía hesiódica. Un buen número de trabajos citados ya sea en las introducciones ya sea en las notas no son, pues, recogidos en la lista bibliográfica. Las citas bibliográficas se hacen a pie de página y de ellas, en la Introducción General, la primera cita se hace de forma completa y las demás de forma abreviada pero significativa. En las introducciones parciales, y por supuesto en las notas, las citas de los trabajos más conocidos o los recogidos en la lista bibliográfica se citan de forma abreviada y los menos conocidos o menos directamente relacionados de forma completa. 1. Ediciones siglos

XX-XXI,

comentarios, léxicos y escolios

1.1. Ediciones siglos XX-XXI RZACH, A. (ed.), Hesiodi Carmina, Leipzig (B. G. Teubner), 1902 (ed. major y ed. minor, esta revisada 1908, 1913). EVELYN-WHITE, H. G., Hesiod, Homeric Hymns and Homerica (Loeb C L), London, 1914, rev. 1920, 1936. PUNTONI, V., Teogonia Esiodea, Per cura di V. P., Bologna (Nicola Zanichelli), 1917. MAZON, P., Hésiode. Théogonie, Les Travaux et les Jours, Le Bouclier. Texte établi et traduit, Paris (Les Belles Lettres), 1928. RUSSO, C. F., Hesiodi Scutum, Firenze 1950, 19652 (Texto, traducción y comentario). COLONNA, A., Hesiodi Opera et Dies, Varese-Milano (Cisalpina), 1959; Milano, 1968 (Texto, traducción y breves notas). SOLMSEN, F. (ed.), Hesiodi Theogonia, Opera et Dies, Scutum, Oxford, 1970, 19903. MOST, G. W. (ed.), Hesiod: Theogony, Works and Days, Testimonia, Cambridge MA, 2006. [CVII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

—, Hesiod: The Shield, Catalogue of Women, Other Fragments, Cambridge MA, 2007. 1.2. Comentarios WILAMOWITZ-MOELLENDORFF, U. von, Hesiodos Erga, Berlin (Weidmann), 1928. SINCLAIR, T. A., Hesiod. Works and Days, London (Macmillan), 1932. RUSSO, C. F., Hesiodi Scutum, Firenze: La Nuova Italia, 1950, 2da ed. 1965. WEST, M. L., (ed.), Hesiod. Theogony. Edited with Prolegomena and Commentary, Oxford, 1966. —, Hesiod. Works & Days. Edited with Prolegomena and Commentary, Oxford, 1978. VERDENIUS, W. J., A Commentary on Hesiod, “Works and Days” vv. 1382, Mnemosyne Suppl. 86, Leiden, 1985. HIRSCHBERGER, M., Gynaikôn Katalogos und Megalai Ehoiai. Ein Kommentar zu den Fragmenten zweier hesiodeischer Epen, MünchenLeipzig, 2004. ERCOLANI, A. (ed.), Esiodo, Opere e giorni, Roma, 2010. MARZILLO, P., Der Kommentar des Proklos zu Hesiods ‘Werken und Tagen’. Edition, Übersetzung und Erkläuterung der Fragmente, Tübingen, 2010. 1.3. Índices y escolios PERTUSI, A. (ed.), Scholia vetera in Hesiodi Opera et Dies, Milano, 1955. HOFINGER, H., Lexicon Hesiodeum cum indice inverso, Leiden, 1973-85. DI GREGORIO, L. (ed.), Scholia vetera in Hesiodi Theogoniam, Milano, 1975. MINTON, W. W., Concordance to the Hesiodic Corpus, Leiden, 1976. 2. Estudios generales ADRADOS, F. R., “Las fuentes de Hesíodo y la composición de sus poemas”, Emerita 54 (1986), pp. 1-36. —, “La composición de los poemas hesiódicos”, Emerita 69, 2001, pp. 197-223. —, “Préstamo e innovación en la literatura griega: épica, lírica y teatro”, Myrtia 27 (2012), pp. 13-28. [CVIII]

INTRODUCCIÓN GENERAL

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INTRODUCCIÓN GENERAL

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[CXXI]

AGRADECIMIENTOS Al comité editorial de Alma Mater, Colección de Autores Griegos y Latinos, y en particular a su director, Prof. Dr. Francisco Rodríguez Adrados, y al secretario, anteriormente el Prof. Dr. Emilio FernándezGaliano Ardanaz y actualmente la Prof. Dra. Helena Rodríguez Somolinos, por la comprensión que han mostrado con la demora de un trabajo comprometido hace ya tiempo. A la benemérita Fundación Hardt (Vandoeuvres-Ginebra) por las dos gratas y fructíferas estancias (2007 y 2008) que me permitió realizar trabajando en su espléndido repertorio de ediciones antiguas de Hesíodo y consultando mucha bibliografía hesiódica. Al revisor del borrador de la edición por el considerable número de útiles correcciones, que han evitado que el libro contenga más faltas de las que todavía puedan haber quedado. A la Dirección General de Investigación de los respectivos Ministerios y de las respectivas Consejerías de la JCyL por los sucesivos proyectos de investigación que, en particular a partir de 2004, me fueron concedidos como investigador principal, sobre el tema enseñanza y literatura en Grecia, y permitieron mantener al día, entre otras, la sección hesiódica de la Biblioteca de Filología de la Universidad de Salamanca, a saber: HUM2004-04110 (DGICYT, 2004-2007); SA049A05 (JCyL, 2005-2008); HUM2007-62093/FILO (MEC, 2007-2010); SA052A08 (JCyL, 2008-2011); FFI2010-21125/FILO) (MICINN, 2010-2013).

[CXXIII]

THEOGONIA

INTRODUCCIÓN

COMPOSICIÓN

DE LA

TEOGONÍA

Reducida a sus líneas estructurales básicas, es decir, despojada de aquellos componentes digresivo-descriptivos que le prestan su tensión además de variedad (“himno a Hécate”, Mito de Prometeo, Titanomaquia y Tifonomaquia), la Teogonía consiste en el relato, en absoluto exento de fuerza dramática, de las sucesivas generaciones de divinidades que escalonadamente, y no siempre de forma pacífica, fueron surgiendo en el olimpo griego, desde los primeros principios cosmogónicos hasta la progresiva entronización de Zeus, con sus matrimonios y los de las proles respectivas, incluyendo la divinización de las fuerzas de la naturaleza y otras potencias. A diferencia de la Ilíada y la Odisea, que, previa invocación de la Musa inspiradora del canto, entran directamente en materia, tanto Teogonía como Trabajos y Días comienzan con un proemio, un largo himno a las Musas (vv. 1-115) y un breve himno a Zeus (vv. 1-10) respectivamente, ambos en la línea, más detallada o más concisa, de los llamados Himnos Homéricos. Debido a su carácter autónomo con respecto a lo que sigue, ambos proemios fueron considerados espurios ya en la Antigüedad (Crates sch. D. P. 62, ed. Rühl, Rh. Mus. 29, 1874, p. 83) y posteriormente1, pero su función es comparable a la supuesta para dichos himnos como obertura del canto rapsódico que sigue. La estructura del proemio de Teogonía alterna secciones descriptivas de la actividad de las Musas (danza y canto, así como sus benéficos efectos sobre reyes y aedos) con secciones narrativas (aparición a Hesíodo y nacimiento)2. Tras la danza de las Musas en honor de 1

Cf. F. Leo, Hesiodea, Göttingen, 1894, pp. 14-16=Kl.Schr. II, Roma, pp. 354-357. Cf. P. Friedländer, “Das Proömium von Hesiods Theogonie”, Hermes 1914; K. von Fritz, “Das Proömium der hesiodischen Theogonie”, en Festschrift Bruno Snell, München, 1956; H. Schwabl, “Aufbau und Struktur des Prooimions der hesiodischen Theogonie,” Hermes 91 (1963), pp. 385-415; H. Maehler, Die Auffassung des Dichterberufs 2

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INTRODUCCIÓN

Zeus, el poeta describe, con formas asonantes (vv. 9, 10, 11), su canto procesional en la oscuridad de la noche, con el que celebran a los dioses. De la numerosa estirpe de estos (cf. v. 21) menciona una breve selección en cierto modo opuesta al relato genealógico que comienza en el v. 116, en el sentido de que no procede como aquel de las divinidades más antiguas a las más recientes, con Zeus como principal objetivo, sino más bien al contrario, como canto “sincrónico” y desde el presente mítico que es: comienza por la pareja olímpica (Zeus, Hera) y los hijos de Zeus más importantes (Atenea, Apolo y Ártemis), pasa a su poderoso hermano Posidón y siguen Temis y Afrodita, titánide aquella e hija unilateral de Urano esta según la versión de la propia Teogonía (vv. 188s.), pero también esposa la una e hija la otra de la unión de Zeus con la titánide Dione, en versión no menos conocida y de alguna manera apoyada por el verso siguiente (17) con su mención de Hebe (“Juventud”), hija igualmente de Zeus y conceptualmente vinculada a Afrodita, y de la propia Dione; dicha contradicción con la posterior versión teogónica bien puede explicarse pensando en la existencia de un catálogo tradicional para esta selección hesiódica3. Viene luego Leto, madre de Apolo e hija de Titán y completan el v. 18 dos Titanes, los dos únicos mencionados por Homero (Il. VIII 479) y a la vez los dos únicos que en Teogonía destacan entre los demás como negativos para Zeus; de ellos Jápeto es el padre de Prometeo, protagonista de una importante sección de Teogonía (vv. 597ss.) y también de Trabajos y Días (vv. 42ss.), y Crono es el padre de Zeus, que quiso devorarlo. Siguen tres divinidades hermanas que representan fuerzas celestes elementales, Aurora, Helio (el “Sol”) y Selene (la “Luna”) (v. 19), y preparan la transición al verso 20, que cierra la selección y contiene la mención de Gea, potencia cósmica (“Tierra”) y diosa primigenia, Océano, fuerza de la naturaleza, Titán y como tal hijo de aquella, y, cuando podríamos esperar tal vez la mención de Urano, hijo y esposo de Gea, para completar el juego de los tres medios de la naturaleza, en su lugar aparece la Noche, hija de la divinidad primige-

im frühen Griechentum…, 1963, pp. 36ss.; W. Minton, “The Proem-Hymn of Hesiod’s Theogony”, TAPhA 1970; C. Calame, The Craft of Poetic Speech in Ancient Greece, 1995, pp. 44ss., 58-74; J. S. Clay, Hesiod’s Cosmos, 2003, pp. 49-80, 9-21. 3 Cf. M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, p. 156.

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INTRODUCCIÓN

nia Caos y correspondiente al tiempo en el que al fin y al cabo se celebra el canto, cerrándose así el anillo composicional abierto con la mención de v. 10. De los elementos primigenios del cosmos recogidos en el relato (vv. 116-122), Caos es un gran espacio abierto4 y oscuro debajo de la Tierra, como suele ser característico del elemento primigenio de las cosmogonías; el Tártaro es concebido como la base profunda de la tierra, y de Eros, el Amor, aunque apenas nombrado en el poema fuera de este lugar preeminente, su fuerza reproductiva está presente en las sucesivas genealogías. Siguen la primera y segunda generación de descendientes de Caos y de Gea una vez que esta engendró de sí misma a Urano (vv. 123ss.). Los descendientes de Caos, Érebo y la Noche, se le parecen; los de la Noche, Éter y Día, son opuestos a ella; sin embargo, entre Érebo/Éter y Noche/Día (evolución progresiva) existe la misma relación de complementariedad. En la generación espontánea de Urano a partir de la Tierra, otro principio de organización cosmológica interviene que es la simetría. Dada su importancia, la progenie de Gea (la Tierra) y Urano (el Cielo) es claramente marcada (vv. 132ss.). El grupo de seis varones más seis hembras (nueva proyección simétrica) que primero surgen de la unión son los llamados Titanes, cuya individualización parece ser secundaria a juzgar por su variabilidad en las fuentes El grupo de los tres Cíclopes más los tres Centímanos (vv. 139-153, de nuevo en número de tres o múltiplo, como los Titanes) supone West5 que fueron insertados en la composición en un segundo momento para explicar el importante papel que desempeñarán más tarde en el relato, así como su liberación por Zeus (vv. 501, 607), siendo ahora solamente liberados los Titanes por la castración de Urano. La verdad es que su intromisión resta eficacia a la estricta conexión entre la particular presentación del hermano más pequeño, Crono (vv. 137s.), y su protagonismo en el Mito de Sucesión subsiguiente (vv. 154ss.), pero, por otra parte, difícilmente se puede hallar mejor ubicación que esta a la necesaria inserción de los dos tríos de monstruos. 4 Cf. Liddell-Scott- Jones s. v.; R. Mondi, “ΧΑΟΣ and the Hesiodic Cosmogony”, HSPh 1989. 5 M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, comm. ad loc.

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INTRODUCCIÓN

Según un mito muy extendido6, el cielo y la tierra, otrora juntos o más próximos, fueron separados, ya sea por ascensión del primero ya sea cortando algún nexo de unión. Fundido con el acto de castración inherente a la primera parte del mito oriental de sucesión se manifiesta aquel en la unión sexual de cielo y tierra en Teogonía y también en el epos hetita de Kumarbi (donde Anu, el cielo, es castrado por Kumarbi), y el primero de los mitos se refleja en el canto hurrita de Ullikummi o en el Enuma Elis babilonio. De las gotas de sangre de Urano derramada surgen las Erinias, los Gigantes y las Ninfas Melias, y, en una asociación divina menos obvia, a no ser la de una hermosa compensación ético-estética por el execrable acto cometido, de la espumasemen producida en torno al miembro de Urano al ser arrojado al mar surge Afrodita y la explicación (aition) de sus epítetos habituales7. Los versos 211-232 añaden al par de hijos (Éter y Día) nacidos de la Noche en su unión con Érebo (Th. 123-125), y en virtud de un similar mecanismo asociativo, la progenie habida por ella sin unión sexual, seguida de la de una de sus hijas, Eris, que agota la estirpe, de acuerdo con los hábitos propios de Hesíodo en la composición de las generaciones8. De la segunda generación de dioses son referidos a continuación (vv. 233-336) los descendientes del Ponto (vv. 233-239), tres hijos (Nereo, Taumante y Forcis) y dos hijas (Ceto y Euribíe), así como sus respectivas proles por este mismo orden: las cincuenta Nereidas (vv. 240264), las sucesivas descendientes de Taumante (vv. 265-269) y el largo y variado catálogo de hijas y descendientes de la unión de Forcis y Ceto (vv. 270-336). De la lista de las cincuenta Nereidas, divinidades populares en la Antigüedad y todavía en Grecia moderna, tanto por su belleza como por sus dotes proféticas, algunas, como Tetis o Anfítrite, gozaban de culto, pero la mayoría de sus nombres son invenciones poéticas de la tradición hesiódica sugeridas, de forma com6

Cf. H. Staudacher, Die Trennung von Himmel und Erde, 1942. Cf. W. Sale, “Aphrodite in the Theogony”, TAPhA 1961; J.A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, Madrid, 2002. 8 Cf. M. L. West, Hesiod. Theogony, 1966, 35, 38; H. Fränkel, Wege und Formen frühgriechischen Denkens, München, 1955, pp. 319-323; A. Ramnoux, La Nuit et les enfants de la Nuit dans les traditions grecques, 1986. 7

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INTRODUCCIÓN

parable a lo ocurrido con las Musas (supra), en este caso por el hábitat marino o por sus propias virtudes así como por el juego de efectos de asonancia tan característico de la poesía hesiódica y tan valorado por la cultura griega en general9. Los descendientes de Forcis y Ceto (vv. 270-336) son todos monstruos, muchos de ellos son conocidos individualmente por las aventuras de Heracles y otros héroes, y en el Enuma Elis babilonio se ofrece un paralelo en la lista de monstruos que ayudan a Tiamat en el combate10. Tras la formularia referencia al descendiente más joven de Ceto y Forcis y el no menos habitual cierre anular del relato de la prole del Ponto (vv. 333ss.; 263, 362), el poeta (vv. 337-370) vuelve sobre la descendencia de Urano, empezando por la de sus hijos Océano y Tetis, en parte tal vez porque este ha sido el primero de los Titanes mencionado (v. 133) y en parte por su afinidad con el mundo acuático de la sección anterior. Los descendientes masculinos (en número de 25) son los ríos, algunos de los cuales gozaban de culto entre los habitantes de sus orillas y que, aunque referidos según un orden que tiene más que ver, como en el siguiente y en otros casos, con la asonancia de los nombres que con su distribución geográfica, esta no es sino una selección (cf. vv. 367-370) que excluye muchos de los importantes ríos homéricos y comprende el exterior de Grecia continental, costa de Asia Menor, la Tróade, Tracia y costa S.-W. del Mar Negro, los siete ríos troyanos apareciendo incluidos en una lista de ocho que figura en Ilíada XII 20-22 y de los cuales cuatro no vuelven a aparecer en el poema (de modo que se ha pensado en deuda hesiódica hacia Homero y también, dados los rasgos hesiódicos de la lista homérica, al contrario, si bien tal vez la lista sea herencia a igual título de poesía más antigua)11. Las Oceánides son las ninfas de las fuentes (cuarenta más Estigia, mencionada en último lugar (v. 361) y la más importante, como en los casos de Calíope, v. 79, y Crono, v. 137; cf. también v. 777). Como Urano, son mencionadas también entre los primeros descendientes de Gea (vv. 129s.) y, como los ríos, son también importantes para los ha9

Cf. B. Snell, Die Entdeckung des Geistes, Hamburg, 19553, pp. 68ss. Cf. M. L. West, “Three Presocratic Cosmologies”, CQ 1963, 161. 11 Cf. F. Gisinger, “Zur Geographie bei Hesiode”, Rh M 78 (1929), pp. 315-328; B. Hainsworth, The Iliad: A Commentary (Gral. Ed. G. S. Kirk), Cambridge U. P., 1993, vol. III, 9-12, comm. ad 12, pp. 20-22. 10

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INTRODUCCIÓN

bitantes del entorno, si bien, a diferencia del grupo anterior de las Nereidas, al cual recuerda, sus nombres son más aleatorios, en algunos casos correspondiendo a famosas ninfas, en otros derivados del medio en que se encuentran, en otros de su linaje, en otros de su belleza y en otros (Peitho, Plouto, Metis, Tyche) de divinizaciones de potencias benéficas sin relación con el medio12. Sigue (vv. 371-403) el relato de la descendencia de Urano en los hijos de los Titanes Tea e Hiperión, padre del Sol pero, según Hesíodo, también de la Luna y la Aurora (para completar la típica tríada), y en los hijos y nietos de Crío y Euribíe, hija del Ponto, como Urano surgido de Gea. De la unión de estos nacieron Astreo (padre de las estrellas), Palante y Perses (padre de Hécate); y luego, de la unión de Astreo con su prima la Aurora, los vientos Céfiro, Bóreas y Noto, la Estrella de la Mañana y los astros, y de la unión de la Oceánide Estigia con su primo Palante, Gloria, Victoria, Poder y Fuerza, cuya filiación es explicada por el mito etiológico que a continuación (vv. 383ss.) expone por qué Victoria y Poder están siempre del lado de Zeus y por qué Estigia es el objeto de juramento de los dioses13. Sigue el relato (vv. 404-452) de la prole nacida de otros dos Uránidas unidos entre sí, Febe y Ceo: Leto (la futura madre de Apolo y Ártemis) y Asteria, la cual se unió a su primo Perses (hijo del Titán Crío) y tuvieron a Hécate De la unión de la pareja de hermanos Titanes Rea y Crono nacen (vv. 453-506) seis hijos, tres hembras (Hestia, Deméter y Hera, según Ilíada IV 59 la hija mayor de Crono) y tres varones, Hades, Posidón (según la Ilíada, más joven que Zeus) y (siguiendo el esquema genealógico habitual: cf. vv. 132ss….) el más joven de todos, Zeus, el cual, para seguir con el paralelismo con la historia de su padre Crono (vv. 132ss.), protagoniza la segunda fase del llamado Mito de Sucesión. Según esta Crono, para evitar el cumplimiento de una predicción que lo amenazaba con ser derrocado por su hijo, iba devorando, nada más nacer, a todos sus descendientes; hasta que llegado el turno a Zeus, por consejo de sus padres Gea (según la tradición, la primera ocupante, nunca mencionada en Homero, de la sede oracular délfica, 12 Cf. F. Fischer, Nereiden und Okeaniden in Hesiods Theogonie, Diss. Halle, 1934; P. Mazon, Hésiode, 1928, pp. 44s. 13 Cf. P. Walcot, “Hesiod’s hymns to the Muses, Aphrodite, Styx and Hecate”, Symb. Osl. 1958, pp. 9ss.

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INTRODUCCIÓN

cf. A. Eu. 1ss.; Plu. Mor. 402C-433E) y Urano Rea huyó y dio a luz a aquel y lo ocultó en una gruta de Creta, dando a tragar a Crono en su lugar una piedra envuelta en pañales, que, pasado un año, Crono arrojó con el resto de la prole. Luego (vv. 501ss.) Zeus libera a los Cíclopes y es entronizado gracias a las armas (trueno, rayo y relámpago) cedidas por estos. Jápeto, otro de los Titanes, a falta ya de otra titánide unido a Clímene, hija de la unión de sus hermanos Océano y Tetis, tuvieron como descendencia, la última de los Titanes referida, a Atlas, Meneceo, Prometeo y Epimeteo (el que, frente a Pro-meteo, “pensó después” de aceptar el engaño enviado por Zeus), todos ellos rebeldes a Zeus. Su destino se refiere en los vv. 507-616, en particular el mito, cien por cien etiológico, de Prometeo, hasta que fue liberado por Heracles del castigo que le impuso Zeus (según un mitema de la naturaleza, de posible origen caucásico, de un impío gigante encadenado14) después que aquel primeramente lo engañara ofreciéndole los huesos en vez de la carne de un buey sacrificado (cuya acción es representada, según un hábito característico del poeta, como aition del ritual sacrificial). Zeus se vengó privando a los hombres del fuego, que Prometeo consiguió a su vez robar (aition de la invención del fuego) y por ello fue de nuevo castigado por Zeus con el envío de la primera mujer (aition de la existencia de la mujer), llamada Pandora en Trabajos y Días 47-105, que también trata el tema (con diferencias y coincidencias flagrantes, como la de designar a aquella con el oxímoron “hermoso mal” (Th. 585: Op. 57s.) o con la particular expresión “completo engaño irresistible” (Th. 589: Op. 83), y como aition de la necesidad del trabajo para el hombre). Una vez agotado el relato de la prole de los Titanes, a través del motivo del encadenamiento el poeta refiere (vv. 617-719), en términos mucho más patéticos que explícitos, la lucha que tuvo lugar, supuestamente en la llanura de Tesalia, que media entre el Olimpo al norte y el monte Otris al sur, entre los nuevos dioses descendientes de Crono y los viejos Titanes, con la victoria de los primeros con ayuda de los Centímanos una vez liberados por Zeus del Tártaro, tal como a este le aconsejó la augusta Gea, su abuela en definitiva. 14

Cf. A. Olrik, Ragnarök. Die Sagen vom Weltuntergang, Berlin-Leipzig, 1922.

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INTRODUCCIÓN

Tras el relato del aprisionamiento de los Titanes bajo tierra, en composición anular referida en su exterior a estos y a los Centímanos, y mediante una estructura catalógica (entha…), se describe, en un tercer grupo de unos cien versos (721-819), el Tártaro y su ubicación así como las divinidades que en él habitan, desde el propio Atlas, que desde allí sostiene el cielo (sin mayor contradicción con su ubicación “delante de las Hespérides” en v. 517 puesto que también estas se hallan en esa región de “los confines de la tierra” incomprensible para el hombre), Noche y Día, Sueño y Muerte, Hades, Perséfone y Cerbero, hasta el agua de la Estigia (cuya caída ha sido comparada a cierta cascada de Arcadia que recibía este mismo nombre, cf. Paus. VIII 17, 618, 6) y sus efectos sobre los dioses perjuros. Del último vástago de Gea, habido en este caso de su unión con el segundo de los elementos cósmicos, el Tártaro, surgido a la vez que ella (v. 119) y ahora retomado y personificado, del monstruo Tifeo de cien cabezas (conocido mito de una fuerza horrible de la naturaleza que se opone a la divinidad principal y se corresponde con el Ullikummi del mito hurrita así como con el monstruo Tifón del Etna de algunas fuentes griegas tempranas (Pi. O. 4, 6; P. 1, 17-20; A. PV 365), del mismo modo que sus voces cambiantes (v. 835) sugieren una versión no menos familiar de anteriores metamorfosis animalescas y paralela al mito egipcio de Seth15), se describe (vv. 820-880) su aspecto y, sobre el modelo de la Titanomaquia, la lucha con él hasta su aniquilación por parte de Zeus, y se refiere su descendencia, los vientos. Una vez terminadas las luchas entre los dioses, Zeus es incitado a reinar sobre ellos y repartirles sus timaí (vv. 881-885), uniéndose sucesivamente a diez esposas. De ellas unas son divinidades que representan facultades anímicas —como Metis (la inteligencia, a la cual sustrajo Zeus el embrión de Atenea y lo gestó y “parió” él mismo a fin de obviar la última amenaza de su suplantación, por consejo, una vez más, de Gea y Urano), Temis (el sentido de la justicia) o Mnemósine (la memoria)— y otras son diosas conocidas del panteón. Y les sigue su respectiva descendencia, que en las uniones del primer tipo tiende a agru-

15 Cf. J. G. Griffiths, “The fligths of the gods before Typhon: an unrecognized myth”, Hermes 88 (1960), pp. 374ss.; I. Baglioni, “L’aspetto acosmico e primordiale di Typhon nella Teogonia”, Mediterranean Journal of Social Sciences, 1 (2010), pp. 27-47.

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INTRODUCCIÓN

parse en número de tres o sus múltiplos y representan potencias o valores positivos en sentido amplio (Horas, Moiras, Gracias, Musas) (vv. 881-942). Una nueva invocación a las Musas, con su réplica composicional en forma de anillo, pide que canten las genealogías de diosas que se unieron a mortales, también diez en total (vv. 963-1020), añadiéndose dos versos (1021s.) que instan a las Musas a cantar, por el contrario, la estirpe de las mujeres (que se unieron a dioses, es de suponer, tal como aparece en el catalogo de las Eeas o en el propio Escudo).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ Μουσάων Ἑλικωνιάδων ἀρχώμεθ’ ἀείδειν, αἵ θ’ Ἑλικῶνος ἔχουσιν ὄρος μέγα τε ζάθεόν τε, καί τε περὶ κρήνην ἰοειδέα πόσσ’ ἁπαλοῖσιν ὀρχεῦνται καὶ βωμὸν ἐρισθενέος Κρονίωνος· καί τε λοεσσάμεναι τέρενα χρόα Περμησσοῖο ἢ Ἵππου κρήνης ἢ Ὀλμειοῦ ζαθέοιο ἀκροτάτῳ Ἑλικῶνι χοροὺς ἐνεποιήσαντο, καλοὺς ἱμερόεντας, ἐπερρώσαντο δὲ ποσσίν. ἔνθεν ἀπορνύμεναι κεκαλυμμέναι ἠέρι πολλῷ ἐννύχιαι στεῖχον περικαλλέα ὄσσαν ἱεῖσαι, ὑμνεῦσαι Δία τ’ αἰγίοχον καὶ πότνιαν Ἥρην Ἀργείην, χρυσέοισι πεδίλοις ἐμβεβαυῖαν, κούρην τ’ αἰγιόχοιο Διὸς γλαυκῶπιν Ἀθήνην Φοῖβόν τ’ Ἀπόλλωνα καὶ Ἄρτεμιν ἰοχέαιραν ἠδὲ Ποσειδάωνα γαιήοχον ἐννοσίγαιον καὶ Θέμιν αἰδοίην ἑλικοβλέφαρόν τ’ Ἀφροδίτην Ἥβην τε χρυσοστέφανον καλήν τε Διώνην Λητώ τ’ Ἰαπετόν τε ἰδὲ Κρόνον ἀγκυλομήτην

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3 καί τε (et Π18) περὶ bKS Liban. 64.12 EtG s.v. νῆις : καί τ’ἐπὶ a Liban. v.l. : ἀμφὶ περὶ (ex Il. 2.305) Prisc. inst. 14.34 • 5 περμησσ[οῖο Π2 a (imit. poetae recentiores) : τερμησ(σ)οῖο bQ Zenod. : παρνησοῖο S • 6 ἠ’-ἠ’ West • ᾿Ολμειοῦ S • 9 πολλῷ Kv : πολλῇ a • 12 (et in Π2 Π18) exp. Goettling, 13-21 Wilamowitz, alia alii • 17 exp. Peppmüller : 17 et 19 exp. Solmsen • ηβην et Π18 : ῞Ηρην Plu. quaest. conviv. 747F • 18 ἀγκυλομῆτιν S (alii codd. alibi)

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TEOGONÍA

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Comencemos cantando a las Musas Heliconíades1, que el alto y divino monte de Helicón habitan y con sus pies delicados danzan en torno a la fuente violácea y al altar del Cronión de inmensa fuerza2; tras lavar su fina piel en el Permeso, en la Hipocrene o en el divino Olmeo3, ejecutan en la cima del Helicón hermosas danzas llenas de encanto, moviendo sus pies ágilmente4; salen de allí cubiertas de espesa bruma y caminan de noche emitiendo su voz muy hermosa, cantando a Zeus portador de la égida y a la augusta Hera argiva, que se calza con áureas sandalias, a la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos de lechuza, a Febo Apolo y a Ártemis lanzadora de flechas, y a Posidón que la tierra posee y sacude la tierra, a la venerable Temis y a Afrodita de vivo mirar, a Hebe de áurea corona y a la hermosa Dione, a Leto, a Jápeto y a Crono de mente retorcida, 1 Las “Musas del Helicón”, en otros lugares del poema (vv. 25, 52…) llamadas “olímpicas”, no aparecen en Homero, pero sí en Trabajos y Días, v. 658, perteneciente a un pasaje (vv. 658s.) que bien puede estar aludiendo a Teogonía 22ss., donde encuentra ulterior aclaración la designación de las Musas como Heliconíades, cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, Actas Simposio Sevilla, 2011. 2 Es de suponer que la fuente “violácea” (epíteto que se aplica también al mar, se cree que por la oscuridad del fondo) y el altar de Zeus —los dos sin duda atribuidos al dios y con los términos que indican la danza ritual de las Musas, divinidades particularmente ligadas al culto del padre (cf. v. 11, 47, 71-75; Trabajos y Días v. 2) y en cierto modo asimiladas a las ninfas, pivotando entre ambos— estarían situados en la cima del monte (cf. v. 7). 3 Permeso y Olmeo son arroyos que, antes de juntarse, atraviesan el valle de Ascra, la patria chica de Hesíodo, donde a partir del siglo IV a. C. estuvo situado un santuario de las Musas (cf. Str. 407). La Hipocrene o “fuente del caballo” estaba situada cerca de la cima del monte Helicón (Str. l. c.) y debe su nombre a que, según una conocida leyenda no exclusiva de esta fuente, surgió de la coz del casco de un equino. 4 Los aoristos, asonantes, de los vv. 7-8, así como el imperfecto de v. 10, son gnómicos.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Ἠῶ τ’ Ἠέλιόν τε μέγαν λαμπράν τε Σελήνην Γαῖάν τ’ Ὠκεανόν τε μέγαν καὶ Νύκτα μέλαιναν ἄλλων τ’ ἀθανάτων ἱερὸν γένος αἰὲν ἐόντων. Αἵ νύ ποθ’ Ἡσίοδον καλὴν ἐδίδαξαν ἀοιδήν, ἄρνας ποιμαίνονθ’ Ἑλικῶνος ὑπὸ ζαθέοιο. τόνδε δέ με πρώτιστα θεαὶ πρὸς μῦθον ἔειπον, Μοῦσαι Ὀλυμπιάδες, κοῦραι Διὸς αἰγιόχοιο· “ποιμένες ἄγραυλοι, κάκ’ ἐλέγχεα, γαστέρες οἶον, ἴδμεν ψεύδεα πολλὰ λέγειν ἐτύμοισιν ὁμοῖα, ἴδμεν δ’ εὖτ’ ἐθέλωμεν ἀληθέα γηρύσασθαι.” ὣς ἔφασαν κοῦραι μεγάλου Διὸς ἀρτιέπειαι, καί μοι σκῆπτρον ἔδον δάφνης ἐριθηλέος ὄζον

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19 ante18 habent Π2 S et Solmsen, post 18 am et Mazon et West, ante 15 K, om. Π18 L (exp. Hermann) • 22 ἀοιδήν et Aristid. 28.20 (bis) : αμοιβην Π2 • 27 om. Π2 • 28 γηρύσασθαι Π1 Π2 Σ n L2 γρ : μυθήσασθαι bvK • 29 κοῦραι et Π1 EtG s.v. ἀρτιέπειαι : κεῖναι b • μεγάλου Π1 a Et : μεγάλαι K • 30 ἔδον Π1 K : ἔδων a

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a Aurora, al gran Helio y a la brillante Selene, a Gea, al extenso Océano y a la negra Noche y a la sagrada estirpe de los demás inmortales por siempre existentes5. Ellas enseñaron una vez a Hesíodo el hermoso canto mientras al pie del divino Helicón apacentaba sus ovejas, y antes de nada esta frase me dirigieron las diosas, las Musas olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: “pastores que vivís en el monte, maldito oprobio, tan solo vientres, sabemos decir muchas mentiras semejantes a verdades y sabemos, cuando queremos, manifestar la verdad”6. Así dijeron las hijas del gran Zeus, de elocuente palabra; y me dieron como báculo un ramo de laurel muy lozano7 5 Una expresiva prueba de la belleza compositiva del pasaje del canto procesional de las Musas en la noche (vv. 9-21) es la cita por parte de un connaisseur como Plutarco (Quaest. conv.: Mor. 747 E) de los quiásticos versos 16-17 como muestra de “nombres propios expresados en poesía con armonía y belleza”, y cuyos epítetos, conviene tenerlo en cuenta, son no homéricos; la cita plutarquea es al mismo tiempo testimonio en contra de la propuesta seclusión (Solmsen siguiendo a Peppmueller) de los vv. 17-18; en contra del orden propuesto por algunos testimonios antiguos (18 post 19, que es el seguido por Solmsen) opera su trastocamiento del orden titánidas-Titanes y elementos cósmicos antes mencionado, cf. J. A. Fernández Delgado, “Genealogía como pretexto, Teogonía como hipotexto y escuela como contexto en Plutarco”, Actas Simposio León, 2007, pp. 736s. 6 La displicente interpelación de las Musas, desde una pose de superioridad muy característica de la actitud didáctica (cf. Epiménides, fr. 1), a la casta de los pastores, a la que pertenece Hesíodo, es seguida por una declaración de principio que, más que contraponer las ficciones (ψεύδεα) de la épica (no tales para los griegos) a las verdades (ἀληθέα) de la poesía didáctica, como suele entenderse, probablemente apunta a las frecuentes versiones contradictorias de los aedos, tanto míticas como genealógicas o de otro tipo, cf. H. Maehler, Die Auffassung des Dichterberufs im frühen Griechentum, 1963, pp. 35-48; W. Stroh, “Hesiods lügende Musen”, en Studien zum antiken Epos, 1976; H. Neitzel, “Hesiod und die lügenden Musen”, Hermes 1980; L. H. Pratt, Lying and Poetry from Homer to Pindar, 1993, pp. 106-113; K. B. Stoddard, “The Muses and the mortal narrator: how gods relate to humankind in the Theogony,” Helios 2005; The Narrative Voice in the Theogony of Hesiod, 2004, pp. 68ss. El proemio de Trabajos y Días, v. 10, insiste en la veracidad (ἐγὼ δέ κε Πέρσῃ ἐτήτυμα μυθησαίμην) del mensaje hesiódico. 7 Un báculo (scéptron) es portado en la poesía homérica por reyes, sacerdotes o profetas como símbolo de su divina autoridad, pero también por heraldos o simplemente por un miembro de la asamblea cuando toma la palabra. En época posthomérica

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δρέψασαι, θηητόν· ἐνέπνευσαν δέ μοι αὐδὴν θέσπιν, ἵνα κλείοιμι τά τ’ ἐσσόμενα πρό τ’ ἐόντα, καί με κέλονθ’ ὑμνεῖν μακάρων γένος αἰὲν ἐόντων, σφᾶς δ’ αὐτὰς πρῶτόν τε καὶ ὕστατον αἰὲν ἀείδειν.

31 δρέψασαι Π1 (?)a : δρέψασθαι bKSΣΔ Aristid. 28.23 • 32 θέσπιν Goettling : θείην o : θεσπεσίην Aristid. (Luc. Hes. 1) • κλείοιμι Π1 Q1 L2 Aristid. v.l. : κλύοιμι o Aristid. v.l. • 33 με κέλ. : μ’ἐκέλ. edd. • 34 τε et Π1 : om. b : με S • ὕστατον Π1 Π2 Spc : ὕστερον o (Σ?)

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que admirable cortaron, me infundieron voz profética, para celebrar lo que será y lo que ha sido8, y me ordenaron cantar la estirpe de los bienaventurados sempiternos y al principio y al final9 cantarlas a ellas siempre10. el rapsodo porta una vara (rhábdos, sin relación etimológica con rhapsodós, el cual deriva de rhápto “zurcir”) de laurel, planta consagrada a Apolo, el dios oracular y asociado a las Musas en Teogonía 94; una rama de laurel es sostenida asimismo por cada interviniente en la performance privada del simposio (sch. Ar. Nu. 1367) y ya sea la vara ya sea la lira es el distintivo del rapsodo en sus representaciones en la cerámica, siendo los aedos asociados con los kitharistaí por el propio Hesíodo (Th. 95) y la poesía teogónica acompañada por la música de la lira según el testimonio de h. Herm. 425ss. Que la inspiración poética de Hesíodo sea simbolizada por el báculo de laurel no parece, pues, que deba excluir, como se ha supuesto (Paus. IX 30, 3; 10, 7, 3), la música de la lira como alternativo acompañamiento de su poesía. 8 Sobre la expresión αὐδὴν / θέσπιν y sus variantes, para referirse al don de la poesía, cf. J. A. Fernández Delgado, “Genealogía como pretexto, Teogonía como hipotexto y escuela como contexto en Plutarco”, en Actas Simposio León, 2007. En cuanto al contenido del canto poético, se identifica, como es habitual en las literaturas antiguas, con el de la declaración profética, el cual abarca no solo el futuro sino también el pasado, cuya memoria es tan importante en una cultura oral como la griega, cf. N. K. Chadwick, Poetry and Prophecy, Cambridge, 1942, pp. 9ss., 49ss.; J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo, 1986. 9 “Al principio y al final”: fórmula de cortesía, sin aplicación real, y dicha de Zeus en Teogonía 48 o de Apolo por Teognis 1-4; cf. también h. XXII. 10 Aunque el encuentro de las Musas con Hesíodo (vv. 22-34) —del cual hay que hacer notar que en ningún momento es descrito por el poeta como aparición, sino como interpelación, aun cuando le entregaron la rama de laurel— fue referido a veces en la Antigüedad tardía como un sueño (Frontón, ad Caes. 1, 4, 6; Vit. Hes. pp. 47, 20ss. Wil.), la opinión común que sobre él modernamente se tiene es que fue una visión, una experiencia supuestamente religiosa, mostrada en parte por la soledad del pastor en medio de la imponente montaña, cf. W. Schmidt-O. Stahlin, Geschichte der griechischen Literatur I 1, München, 1929, pp. 249s.; K. Latte, “Hesiods Dichterweihe”, Antike und Abendland, 2 (1946), pp. 155ss.; E. R. Dodds, The Greeks and the Irrational, University of California P., 1951, p. 117. Voces muy autorizadas, sin embargo (F. Dornseiff, Antike und alter Orient, 1959, pp. 37s., 76; cf. M. L. West, Hesiod:Theogony, 1966 ad loc.), se han pronunciado sobre los rasgos convencionales de la escena, mencionando el caso de las epifanías divinas descritas por profetas hebreos y base de su autoridad, y comparando con las diversas escenas de inspiración poética a su vez remedos de la hesiódica, en poetas posteriores, de Arquíloco a Calímaco y más allá; a saber, el poeta (o el profeta o el legislador) que recibe la visita divina es con frecuencia un pastor (ocupación propicia a ello y también al entretenimiento con la música y el canto), como ocurre en el caso de Epiménides (D. L. I 109), Arquíloco o del Simíquidas trasunto de Teócrito, entre otros; la divinidad se dirige al humano (o más bien a la clase a la que

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Ἀλλὰ τίη μοι ταῦτα περὶ δρῦν ἢ περὶ πέτρην; τύνη, Μουσάων ἀρχώμεθα, ταὶ Διὶ πατρὶ ὑμνεῦσαι τέρπουσι μέγαν νόον ἐντὸς Ὀλύμπου, εἰρεῦσαι τά τ’ ἐόντα τά τ’ ἐσσόμενα πρό τ’ ἐόντα, φωνῇ ὁμηρεῦσαι· τῶν δ’ ἀκάματος ῥέει αὐδὴ ἐκ στομάτων ἡδεῖα· γελᾷ δέ τε δώματα πατρὸς Ζηνὸς ἐριγδούποιο θεᾶν ὀπὶ λειριοέσσῃ σκιδναμένῃ· ἠχεῖ δὲ κάρη νιφόεντος Ὀλύμπου δώματά τ’ ἀθανάτων· αἱ δ’ ἄμβροτον ὄσσαν ἱεῖσαι θεῶν γένος αἰδοῖον πρῶτον κλείουσιν ἀοιδῇ ἐξ ἀρχῆς, οὓς Γαῖα καὶ Οὐρανὸς εὐρὺς ἔτικτεν οἵ τ’ ἐκ τῶν ἐγένοντο, θεοὶ δωτῆρες ἐάων· δεύτερον αὖτε Ζῆνα, θεῶν πατέρ’ ἠδὲ καὶ ἀνδρῶν, [ἀρχόμεναί θ’ ὑμνεῦσι θεαὶ λήγουσαί τ’ ἀοιδῆς,] ὅσσον φέρτατός ἐστι θεῶν κάρτει τε μέγιστος· αὖτις δ’ ἀνθρώπων τε γένος κρατερῶν τε Γιγάντων ὑμνεῦσαι τέρπουσι Διὸς νόον ἐντὸς Ὀλύμπου Μοῦσαι Ὀλυμπιάδες, κοῦραι Διὸς αἰγιόχοιο.

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37 ἐντὸς et Π1 Π2 EtG s.v. ἀλλὰ : ἀιὲν a • 38 εἰρου(an ῦ?)σαι Sac (-εῦσαι et Hsch. s.v. al.) • 41 θεᾶν Π1 vKΣ : θεῶν bnS • 43 δώματά τ’ Π1 (?) K : δώματ’ abS • 48 exp. Guyet • θεαὶ† multi • λήγουσί τ’ Π1 S • 49 τόσσον KS (γρ. in mg. L1 sive L2) • κάρτει Π1 Π20 bK : κράτει aS • 51 Διὸς : θεων Π1 Π20

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Pero ¿a qué dar vueltas sobre el árbol o la roca?11 Tú, comencemos por las Musas, que con sus cantos alegran el ánimo inmenso del padre Zeus dentro del Olimpo, diciendo lo que existe, lo que existirá y lo que ha existido, en tono concorde; de sus bocas fluye sin descanso su voz agradable; sonríe la morada del padre Zeus resonante con la voz delicada de las diosas al difundirse; se hacen eco las cumbres del nevado Olimpo y las moradas de los inmortales; y ellas, emitiendo su voz inmortal, celebran con su canto, primero, la venerable estirpe de los dioses desde su comienzo, a los que Gea y el ancho Urano engendraron y a los dioses dadores de bienes que de estos nacieron; en segundo lugar a Zeus, padre de dioses y de hombres, (al comienzo y al fin de su canto lo celebran las diosas), cuán superior y el más grande en poder es entre los dioses; después celebran la estirpe de los hombres y de los potentes gigantes alegrando el ánimo de Zeus dentro del Olimpo las Musas olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida12.

pertenece) en términos despectivos: Teogonía 26, Epiménides fr. I, Parménides 6, 3ss., Empédocles 2…; el dios concede al mortal un símbolo visible de su “inspiración” (la rama de laurel de Hesíodo o la lira de Arquíloco). Sobre el tema de la inspiración poética en la Antigüedad hay material abundante en O. Falter, Der Dichter und sein Gott bei den Griechen und Römer, Würzburg, 1934, pp. 79-87; H. Maehler, Die Auffassung des Dichterberufs im frühen Griechentum, 1963; C. Miralles & J. Pòrtulas, The Poetry of Hypponax, Roma, 1988; L. H. Pratt, Lying and Poetry from Homer to Pindar, 1993. 11 “En torno a la encina o en torno a la roca”: oscura expresión proverbial que, aparte de otras varias aplicaciones analógicas, ofrece un empleo comparable en Ilíada XXII 126 y es objeto de un proverbio recogido por Macario 3, 40 (Paroem. Gr. II 158): δρυὸς καὶ πέτρας λόγοι ἐπὶ τῶν ἀδολεσχούντων καὶ μυθολογούντων παράδοξα. De las diversas explicaciones propuestas para su sentido en Hesíodo (“Remontarse a los orígenes”, “Referir cosas increíbles”…, cf. M. L. West, Hesiod:Theogony, 1966 ad loc.) la más adecuada parece “(Mas ¿para qué) andarme con (estos) rodeos?” habida cuenta además que en el verso siguiente el poeta se autoexhorta a retomar, incluso con la misma expresión, abreviada (Ring-Komposition), el canto a las Musas que da comienzo al poema (v. 1). 12 La serie indicada (“primero…segundo…después”, vv. 44ss.) de temas del canto de las Musas se corresponde en términos generales con el de su secuenciación en Teogonía y también en Eeas (dioses originarios y sus descendientes, Th. 116ss.; importancia creciente del poder de Zeus, segunda mitad de Teogonía; género humano, Th. 965ss. y Eeas), con la salvedad de la omisión de los descendientes de Caos (la cosmogonía

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Τὰς ἐν Πιερίῃ Κρονίδῃ τέκε πατρὶ μιγεῖσα Μνημοσύνη, γουνοῖσιν Ἐλευθῆρος μεδέουσα, λησμοσύνην τε κακῶν ἄμπαυμά τε μερμηράων. ἐννέα γάρ οἱ νύκτας ἐμίσγετο μητίετα Ζεὺς νόσφιν ἀπ’ ἀθανάτων ἱερὸν λέχος εἰσαναβαίνων· ἀλλ’ ὅτε δή ῥ’ ἐνιαυτὸς ἔην, περὶ δ’ ἔτραπον ὧραι μηνῶν φθινόντων, περὶ δ’ ἤματα πόλλ’ ἐτελέσθη, ἡ δ’ ἔτεκ’ ἐννέα κούρας ὁμόφρονας, ᾗσιν ἀοιδὴ μέμβλεται ἐν στήθεσσιν, ἀκηδέα θυμὸν ἐχούσαις, τυτθὸν ἀπ’ ἀκροτάτης κορυφῆς νιφόεντος Ὀλύμπου· ἔνθά σφιν λιπαροί τε χοροὶ καὶ δώματα καλά, πὰρ δ’ αὐτῇς Χάριτές τε καὶ Ἵμερος οἰκί’ ἔχουσιν ἐν θαλίῃς· ἐρατὴν δὲ διὰ στόμα ὄσσαν ἱεῖσαι μέλπονται, πάντων τε νόμους καὶ ἤθεα κεδνὰ ἀθανάτων κλείουσιν, ἐπήρατον ὄσσαν ἱεῖσαι.

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62-67 exp. Lehrs alii • 64 αὐταῖς S sch. Pi. O. 9.39 • τε om. ab (habent Plu. quomod. adul. 49F sch. Pi.) • ἔ]χου[σιν Π13 aK sch. Pi. : ἔθεντο Plu. • 66-67 om. aL (habet Π13) • 66 post μελπ. interpungit Tr. • 67 exp. Koechly (cf. 65) • κλείουσιν KS : -σαι m • †ἐπ. ὄ. ἱ.† Solmsen

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Diolas a luz en Pieria tras su unión amorosa con el padre Cronida Mnemósine, patrona de la meseta de Eléutera, para olvido de males y remedio de preocupaciones13. Nueve noches se unió a ella el sabio Zeus subiendo a su sagrado lecho, a espaldas de los inmortales; y cuando ya llegó el tiempo y las estaciones dieron la vuelta, pasaron los meses y muchos días se cumplieron, aquella dio a luz nueve muchachas concordes14, cuyo pecho se ocupa del canto, con el ánimo libre de cuidados, poco lejos del extremo de la cumbre del nevado Olimpo, donde tienen sus lustrosas pistas de danza y hermosas moradas. Con ellas las Gracias y el Deseo tienen su sede en las fiestas y, emitiendo amable voz por su boca, cantan y celebran las normas y honestas costumbres15 de todos los inmortales, emitiendo su voz muy amable. de Teogonía 116ss.) y la de los Gigantes en el testimonio conservado del segundo poema. La mención de estos últimos no es de extrañar habida cuenta que en Homero ocupan una posición intermedia entre dioses y hombres, y más tarde se ha llegado a pensar que los hombres descendían de aquellos (Ov. M. I 156ss.); lo inquietante es de qué modo pueden haber formado parte del canto genealógico cuando los Gigantes no tenían ni antepasados ni descendientes. El pasaje se encuadra en una bien marcada Ring-Komposition (vv. 51-52~36-37). 13 Pieria es la región de Macedonia inmediatamente al norte del Olimpo y sede principal del culto a las Musas (la invocada concretamente en el proemio de Trabajos y Días), las cuales eran veneradas también en Eléuteras, en el monte Citerón, en Beocia, donde hay indicios que apuntan asimismo a una escuela poética rival de la del Helicón. Nótese la paradójica contraposición Mnemosýne (“Memoria”)/lesmosýne (“olvido”), paronomásica, homorrítmica y ocupando la primera posición, hasta la cesura trihemímera, en sus respectivos y contiguos versos: la importancia de la memoria (honrada por Hermes como la primera entre los dioses, en el canto teogónico ejecutado por él en h. Herm. 425-433) para el poeta oral no necesita ser subrayada, tanto en lo que respecta a los contenidos poéticos como a la propia técnica compositiva. 14 El presente testimonio, con Odisea XXIV 60 y Eumelo de Corinto fr. 16, son los testimonios más antiguos del número de nueve Musas, que, no obstante, es invocado como una sola al comienzo de ambos poemas homéricos y en autores posteriores va aumentando a tres, cuatro, cinco, siete, ocho, siendo, según Pausanias IX 29, 2, tres el número originario de las Musas del Helicón y sus significativos nombres Melete, Mneme y Aoidé. 15 La expresión nómous kaì éthea kedná “normas y honestas costumbres” (v. 66) parece haber tenido en su origen sentido local (A. Hoekstra, “Hésiode et la tradition orale”, Mnemosyne 1957, pp. 220s.): nómous no existe en Homero, aunque sí nomoí

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Αἳ τότ’ ἴσαν πρὸς Ὄλυμπον ἀγαλλόμεναι ὀπὶ καλῇ, ἀμβροσίῃ μολπῇ· περὶ δ’ ἴαχε γαῖα μέλαινα ὑμνεύσαις, ἐρατὸς δὲ ποδῶν ὕπο δοῦπος ὀρώρει νισομένων πατέρ’ εἰς ὅν· ὁ δ’ οὐρανῷ ἐμβασιλεύει, αὐτὸς ἔχων βροντὴν ἠδ’ αἰθαλόεντα κεραυνόν, κάρτει νικήσας πατέρα Κρόνον· εὖ δὲ ἕκαστα ἀθανάτοις διέταξεν ὁμῶς καὶ ἐπέφραδε τιμάς. ταῦτ’ ἄρα Μοῦσαι ἄειδον Ὀλύμπια δώματ’ ἔχουσαι ἐννέα θυγατέρες μεγάλου Διὸς ἐκγεγαυῖαι, Κλειώ τ’ Εὐτέρπη τε Θάλειά τε Μελπομένη τε Τερψιχόρη τ’ Ἐρατώ τε Πολύμνιά τ’ Οὐρανίη τε Καλλιόπη θ’· ἡ δὲ προφερεστάτη ἐστὶν ἁπασέων. ἡ γὰρ καὶ βασιλεῦσιν ἅμ’ αἰδοίοισιν ὀπηδεῖ· ὅντινα τιμήσουσι Διὸς κοῦραι μεγάλοιο γεινόμενόν τ’ἐσίδωσι διοτρεφέων βασιλήων,

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74 διέταξεν ὁ]μῶς et Π13 Theoph. ad Autol. 2.5 : -ε νόμους van Lennep (νόμοις Guyet) • 79 δὲ et Π3 Anecd. Par. 3.155.16=3. 280.29 Cr. : δὴ S2 sch. Genov. Il. 2.484 Macrob. in s. Scip. 2.3.2 (bis) : καὶ Δ : τε Hermann • 81 τιμήσουσι et Π3ac Aristid. 45 (2.131.26 Dind.) Them. 9.122a, 31.355c : -ωσι Π3pc Spc D. Chr. 2.24 (variant codd. Stob. 4.7.12) • 82 τ’ἐσίδωσι et Π3 (?) Aristid. (cf. exeg. 374.29 Fl.) : τ’ ἴδωσι Stob. Them. (de Σ non liquet : variant codd. Dionis) : τ’ἐπίδωσι n

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Dirigiéronse luego al Olimpo exultantes con su hermosa voz, con su inmortal canto; resonaba en derredor la negra tierra con sus himnos y un sonido encantador surgía de sus pies según iban junto al padre, el cual reina en el cielo en posesión del trueno y el ardiente rayo tras vencer por la fuerza a su padre Crono, y ha dispuesto debidamente cada cosa entre los inmortales y adjudicado con equidad sus privilegios. Eso cantaban las Musas, que poseen las moradas olímpicas, las nueve hijas nacidas de Zeus poderoso, Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Érato, Polimnia, Urania y Calíope, que es la más destacada de todas16, pues ella acompaña a los venerables reyes. Aquel de los reyes vástagos de Zeus a quien honran17 las hijas de Zeus poderoso y se fijan en él cuando nace,

(con el sentido de “pasto”) y ennomíe, mientras que en Hesíodo aparece también en Teogonía 74, 417; Trabajos y Días 276, 388; éthea significa en Homero “moradas”, mientras que en Hesíodo aparece también en esta misma fórmula y con el mismo sentido en Trabajos y Días 67, 78, 699. 16 Los nombres de las nueve Musas —primera de una serie de enumeraciones de proles distintas que tendrán lugar a lo largo del poema: vv. 133ss., 226ss., 243ss., 337ss., 349ss…. y que como tales suponen un tour de force poético para hacerlos encajar en el marco del verso— parecen haber sido creados por Hesíodo a partir de términos y conceptos que describen su actividad en los versos precedentes, como han indicado varios autores a partir de R. H. Klausen, Rh. Mus. 1835, 443s. En cada prole el último miembro enumerado es el más importante (cf. v. 361) o el más terrible (cf. vv. 137s., 231s.). 17 Los versos 80-92 y 94-103 describen la acción de las Musas sobre los hombres (cf. v. 93) representándola en dos sectores sociales tan importantes como son los reyes en el primer caso, particularizado en la acción de Calíope, y los aedos en el segundo, a ambos los cuales conceden aquellas el don de la elocuencia para administrar justicia y el de la poesía, respectivamente. El don y no sus beneficiarios es lo realmente relevante de esta parte del himno a las Musas, sin que por tanto haya que buscar una justificación de la inesperada referencia a los reyes en la suposición de que la Teogonía fue precisamente el canto ejecutado por Hesíodo en la corte de Anfidamante mencionada en Trabajos y Días 654) (cf. M. L. West, Hesiod:Theogony, 1966, p. 44) y no simplemente en la atención que asimismo suscita esta virtud de los reyes-jueces en el otro poema (Trabajos y Días 213ss., 248ss.). Cf.; J. M. Duban, “Poets and Kings in the Theogony invocation”, QUCC 1980; C. Brillante, “Poeti e re nel proemio della Teogonia esiodea”, Prometheus 1994.

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τῷ μὲν ἐπὶ γλώσσῃ γλυκερὴν χείουσιν ἐέρσην, τοῦ δ’ ἔπε’ ἐκ στόματος ῥεῖ μείλιχα· οἱ δέ τε λαοὶ πάντες ἐς αὐτὸν ὁρῶσι διακρίνοντα θέμιστας ἰθείῃσι δίκῃσιν· ὁ δ’ ἀσφαλέως ἀγορεύων αἶψά τε καὶ μέγα νεῖκος ἐπισταμένως κατέπαυσεν· τοὔνεκα γὰρ βασιλῆες ἐχέφρονες, οὕνεκα λαοῖς βλαπτομένοις ἀγορῆφι μετάτροπα ἔργα τελεῦσι ῥηιδίως, μαλακοῖσι παραιφάμενοι ἐπέεσσιν· ἐρχόμενον δ’ ἀν’ ἀγῶνα θεὸν ὣς ἱλάσκονται αἰδοῖ μειλιχίῃ, μετὰ δὲ πρέπει ἀγρομένοισιν. τοίη Μουσάων ἱερὴ δόσις ἀνθρώποισιν. Ἐκ γάρ τοι Μουσέων καὶ ἑκηβόλου Ἀπόλλωνος ἄνδρες ἀοιδοὶ ἔασιν ἐπὶ χθόνα καὶ κιθαρισταί, ἐκ δὲ Διὸς βασιλῆες· ὁ δ’ ὄλβιος, ὅντινα Μοῦσαι φίλωνται· γλυκερή οἱ ἀπὸ στόματος ῥέει αὐδή. εἰ γάρ τις καὶ πένθος ἔχων νεοκηδέι θυμῷ ἄζηται κραδίην ἀκαχήμενος, αὐτὰρ ἀοιδὸς

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83 ἐέρσην et Π3 Σ Them. : ἀοιδήν a Aristid. Stob. • 84 μείλιχα et Aristid. Stob. : μειλίχι(α) S Them. v.l. • δέ τε Π3 Aristid. Them. : δέ νυ o Stob. • 87 τε et Epict. 2.12.16 Aristid. Stob. et. 2.4.1 : τ. Π13 : κε Π3 : τι Byz • 88 γὰρ et testes : καὶ (?)Π3 • 91 ἀν’ ἀ[γ]ῶνα Π3 L2 γρ sch. BT Il. 24.1 : ἀνὰ ἄστυ o Stob. 2.4.1 (utrumque Σ?) • ἱλάσκ. et Σ Stob. : εισορ[οω]σιν Π3 • 93 τοιη Π3 (ci. Guyet) : οἵα τε o (]ε Π13) : τε del. S • 94-103 exp. Schoemann • 94 om. a • μουσέων Π3 Π13 : μουσάων o testes plerique • 95 χ[θόν]α et Π3: • χθονὶ sch. AB Il. 1.176 al. • 97 ῥέεν a

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sobre la lengua de este vierten dulce rocío18 y de su boca fluyen melosas palabras; todo el mundo pone en él sus ojos cuando ejerce justicia con rectas sentencias, y con certero discurso pronta y sabiamente pone fin a un gran pleito. Por eso son los reyes sensatos, porque en pro de la gente que sufre un perjuicio ejecutan fácilmente en el ágora acciones que restituyen, persuadiendo con blandas palabras. Y, cuando cruza la asamblea, como a un dios le adoran con melifluo respeto y destaca entre los reunidos. Tal es el sagrado presente de las Musas a los hombres. De las Musas y del flechador Apolo19 provienen los aedos y citaristas que hay sobre la tierra, y de Zeus los reyes20. Dichoso aquel a quien aman las Musas: dulce fluye la voz de su boca. Si alguien sufriendo en su alma recién lastimada gime apenado en su corazón, y un aedo 18 eérsen (v. 83): cualquier líquido destilado del cielo que, en cuanto que equiparado a la miel, se asocia a la inspiración poética (cf. P. fr. 152 y Paus. IX 23, 2ss.) y también a la inspiración profética (cf. h. Herm. 558ss.). Los versos 84-93 encuentran eco en Odisea VIII 170-173, que la mayoría de los estudiosos consideran derivado de este pasaje o de otro similar (cf. M. L. West, Hesiod:Theogony, 1966 ad loc.; R. P. Martin, “Hesiod, Odysseus and the Instruction of Princes”, TAPhA 1984; C. Brillante, “Poeti e re nel proemio della Teogonia esiodea”, Prometheus 1994); en realidad se trata de un lugar común de la poesía gnómica que como tal puede haber sido aplicado por ambos autores independientemente. 19 Segunda manifestación de los dones de las Musas a los humanos, según expresa el v. 93, el cual sirve de gozne (cf. v. 103, el cierre) entre la primera manifestación (vv. 80-92), que atiende a la elocuencia de los reyes-jueces y sus beneficios humanos, y esta (vv. 94-103), dedicada a describir los efectos humanos de la poesía épica concretamente (heroica e hímnico-teogónica: cf. vv. 100-101 en particular), no precisamente en los reyes (como entiende M. L. West, Hesiod:Theogony, 1966 ad 9497) y sí en términos paralelos a la anterior (cf. vv. 96-97~81-84). Los versos 94-97, precedidos de un verso de invocación y seguidos de otro verso formulario de despedida, constituyen el “himno homérico” XXV, posiblemente un himno introductorio del canto épico como otros de tipo breve. 20 Los poetas míticos de Grecia, como Orfeo, Lino o Támiris, se suponía que eran hijos de las Musas, las cuales constituyen el habitual cortejo de Apolo, como canta el “himno homérico” dirigido al dios, vv. 189ss. Las familias reales, por su parte, hacían remontar sus ancestros hasta Zeus.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Μουσάων θεράπων κλεῖα προτέρων ἀνθρώπων ὑμνήσει μάκαράς τε θεοὺς οἳ Ὄλυμπον ἔχουσιν, αἶψ’ ὅ γε δυσφροσυνέων ἐπιλήθεται οὐδέ τι κηδέων μέμνηται· ταχέως δὲ παρέτραπε δῶρα θεάων. Χαίρετε, τέκνα Διός, δότε δ’ ἱμερόεσσαν ἀοιδήν· κλείετε δ’ ἀθανάτων ἱερὸν γένος αἰὲν ἐόντων, οἳ Γῆς ἐξεγένοντο καὶ Οὐρανοῦ ἀστερόεντος, Νυκτός τε δνοφερῆς, οὕς θ’ ἁλμυρὸς ἔτρεφε Πόντος· εἴπατε δ’ ὡς τὰ πρῶτα θεοὶ καὶ γαῖα γένοντο καὶ ποταμοὶ καὶ πόντος ἀπείριτος οἴδματι θυίων ἄστρά τε λαμπετόωντα καὶ οὐρανὸς εὐρὺς ὕπερθεν· [οἵ τ’ ἐκ τῶν ἐγένοντο, θεοὶ δωτῆρες ἐάων,] ὥς τ’ ἄφενος δάσσαντο καὶ ὡς τιμὰς διέλοντο, ἠδὲ καὶ ὡς τὰ πρῶτα πολύπτυχον ἔσχον Ὄλυμπον. ταῦτά μοι ἔσπετε Μοῦσαι Ὀλύμπια δώματ’ ἔχουσαι ἐξ ἀρχῆς, καὶ εἴπαθ’ ὅτι πρῶτον γένετ’ αὐτῶν. Ἤτοι μὲν πρώτιστα Χάος γένετ’· αὐτὰρ ἔπειτα Γαῖ’ εὐρύστερνος, πάντων ἕδος ἀσφαλὲς αἰεὶ ἀθανάτων οἳ ἔχουσι κάρη νιφόεντος Ὀλύμπου, Τάρταρά τ’ ἠερόεντα μυχῷ χθονὸς εὐρυοδείης, ἠδ’ Ἔρος, ὃς κάλλιστος ἐν ἀθανάτοισι θεοῖσι, λυσιμελής, πάντων τε θεῶν πάντων τ’ ἀνθρώπων δάμναται ἐν στήθεσσι νόον καὶ ἐπίφρονα βουλήν.

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101 ὑμνήσει BpcQ : υμνε.σαι Π3 : ὑμνήσῃ Bac abS • 102 αἶψ’ ὅ γε et Π3 : αἶψα δ’ ὅ n (αἶψα δ’ ὅ γε u) • δυσφροσυ[νέων Π3 aBS : δυσφρονέων bK • 105-115 exp. Goettling, nonnullos sive exp. sive transp. viri docti • 106 γῆς et Π3 (?) Theoph ad Autol. 2.5 : γῆς τ’ S • 107 θ’ om. vB Theoph. • 108-110 exp. Ellger, Wilam. alii • 111 (=46) om. Π3 B Theoph. Hippol. ref. 1.26 • 112 ἄφενος Π3 abBKΣ Theoph. : ἄφενον SQac ? Hippol. (στέφανον) • 114 sq. damn. Seleucus, 115 Aristarchus • 116 ἤτοι Π3 o testes satis multi : πάντων Aristot. phys. 208b30, metaph. 984b27 quique inde pendent • 118 sq. habent Π3 o Σ Theoph. Hippol. Stob. (cf. Corn. interpol. 17) : non habent Pl. conv. 178b Sext. adv. math. 9.8 (minus ad rem Aristot. l.c.) • 119 noverunt Plu. de Is. 374C etc., Corn. interpol., al. • μυχῷ Π3 o Hippol. : μυχὸν Theoph. Stob. Corn. interpol. • 120 κάλλιστος κτλ. Π3 o Sext. al. : πάντεσσι μεταπρέπει ἀθανάτοισι Aristot. (quique inde pendent) • 121 τε et Π3 Theoph. al. : δὲ Byz.

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siervo de las Musas celebra los hechos gloriosos de anteriores hombres y a los dioses bienaventurados que poseen el Olimpo, al punto se olvida de sus inquietudes y ni se acuerda de sus penas: enseguida distrae su atención el don de las diosas21. Salve, hijas de Zeus, ofrecednos vuestro atractivo canto; celebrad la sagrada estirpe de los inmortales siempre existentes, los que nacieron de Gea y Urano estrellado, de la oscura Noche y a los que crió el salobre Ponto; decid cómo por primera vez nacieron dioses y tierra, los ríos y el mar infinito, hirviendo de oleaje, los brillantes astros y el ancho cielo que nos cubre, (y los dioses dadores de bienes que de ellos nacieron), y cómo repartieron la riqueza y distribuyeron los privilegios, y cómo por primera vez el Olimpo abundante en valles obtuvieron22. Decídmelo Musas que habitáis las moradas olímpicas, desde el principio, y de ello decid qué fue lo primero. En verdad lo primero de todo fue Caos, y luego Gea de anchuroso pecho, sede segura por siempre de todos los inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo, el brumoso Tártaro en lo mas recóndito de la tierra de anchos caminos y Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y de todos los dioses y todos los hombres subyuga la mente y el sabio designio dentro de su pecho.

21 La capacidad del canto de hacer olvidar los pesares se hace eco en su formulación (..epiléthetai oudé ti…mémnetai) de los términos de filiación de las Musas y su madre Mnemósine, v. 54s. (Mnemosýne…lesmosýnen). 22 Al final del himno a las Musas (vv. 104ss.), como en el de los llamados himnos homéricos, el poeta se despide de las diosas, les pide que le concedan un canto atractivo y enunciar el contenido del canto: en primer lugar la estirpe de los dioses nacidos de la tierra y el cielo, la más importante, seguida de la descendencia de la Noche (hija del Caos primigenio) y del Ponto (hijo de la Tierra); a continuación (v. 108ss.) algunos elementos cosmogónicos que anticipan cierta atención del poema a este componente, y por último, sin prurito de exactitud, la distribución de bienes y prerrogativas entre los dioses (v. 112) y su apropiación del Olimpo (v. 113), cf. R. Mondi, “ΧΑΟΣ and the Hesiodic Cosmogony”, HSPh 1989.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Ἐκ Χάεος δ’ Ἔρεβός τε μέλαινά τε Νὺξ ἐγένοντο· Νυκτὸς δ’ αὖτ’ Αἰθήρ τε καὶ Ἡμέρη ἐξεγένοντο, οὓς τέκε κυσαμένη Ἐρέβει φιλότητι μιγεῖσα. Γαῖα δέ τοι πρῶτον μὲν ἐγείνατο ἶσον ἑωυτῇ Οὐρανὸν ἀστερόενθ’, ἵνα μιν περὶ πάντα καλύπτοι, ὄφρ’ εἴη μακάρεσσι θεοῖς ἕδος ἀσφαλὲς αἰεί· γείνατο δ’ Οὔρεα μακρά, θεᾶν χαρίεντας ἐναύλους Νυμφέων, αἳ ναίουσιν ἀν’ οὔρεα βησσήεντα, ἠδὲ καὶ ἀτρύγετον πέλαγος τέκεν οἴδματι θυῖον, Πόντον, ἄτερ φιλότητος ἐφιμέρου· αὐτὰρ ἔπειτα Οὐρανῷ εὐνηθεῖσα τέκ’ Ὠκεανὸν βαθυδίνην Κοῖόν τε Κρεῖόν θ’ Ὑπερίονά τ’ Ἰαπετόν τε Θείαν τε Ῥείαν τε Θέμιν τε Μνημοσύνην τε Φοίβην τε χρυσοστέφανον Τηθύν τ’ ἐρατεινήν. τοὺς δὲ μέθ’ ὁπλότατος γένετο Κρόνος ἀγκυλομήτης, δεινότατος παίδων· θαλερὸν δ’ ἤχθηρε τοκῆα.

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123 δ’ o Theoph. al. : τ Π3 • 124 sq. om. Theoph. (habet Π3), 124 B • αὖτ’ et Π3 testes : αὖ b • 125 om. Hippol. • 126 ἑωυτῇ Π3 Theoph. : ἑαυτῇ o Σ (?) test. cett • 127 πάντα καλύπτοι BKS Corn. v.l. EtM s.v. οὐρανός : πάντα κ-ῃ Π3 (?) ab Theoph. Et.G s.v. οὐρανός al. : πᾶσαν ἐέργοι (-ῃ, -ει) Corn. 17 (29.7 L.) v.l., sch. T Il. 12.5 (et Solmsen) • 129 θεᾶν Π3 ut vid., Theoph. : θεῶν o • 130 exp. Goettling • 131 ἠδὲ praefert West, Lehrs, Van Lennep : ἣ δὲ Solmsen et alii edd. • 134 κ[ρ]εῖον et Π3 Σ (?) Δ (?) testes : κρῖον Bac (?) EtM s.v. : κριόν Aristarchus • 135 θ]είαν et Π21 testes : θείην Eust. in Hom. 978.56

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De Caos nacieron Érebo y la negra Noche, y de la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los cuales dio a luz preñada en unión amorosa con Érebo. Gea engendró primero, igual a sí misma, a Urano estrellado, para que la cubriera toda, a fin de ser sede segura por siempre de los dioses bienaventurados; engendró las altas montañas, graciosos cobijos de diosas, las Ninfas, que habitan los montes de valles boscosos, y también dio a luz al piélago estéril, hirviente de oleaje, al Ponto, sin mediar la pasión amorosa. Luego se acostó con Urano y dio a luz al Océano de profunda corriente, a Ceo, a Crío, a Hiperión y a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis y a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la encantadora Tetis. Tras éstos nació en último lugar Crono de mente retorcida, el más terrible de los hijos, y dio en odiar a su arrogante padre23.

23 La característica principal de los Titanes (vv. 132ss.), primer grupo de seis varones más seis hembras nacidos de la unión de Gea y Urano, es que son dioses antiguos y habitan en el Tártaro, de lo cual hay paralelos en la religión hetita y en el poema babilonio Enuma Elis que hacen pensar en una influencia oriental como parte del llamado mito de sucesión, cf. M. L. West, Review of Various, Hésiode et son influence (Entretiens Fondation Hardt, VII), en Gnomon 35 (1963), pp. 11ss. La asonancia y rima entre varias parejas de nombres seguidos, rasgo habitual de las frecuentes listas onomásticas hesiódicas y de otras manifestaciones de la literatura griega, tiene seguramente un origen sacral y es típico del discurso encantatorio en general. Océano, nombre no griego, es el gran río que rodea al disco de la tierra, padre de todos los ríos y fuentes, y en Homero de todas las cosas, icluidos los dioses; en principio es de agua dulce, aunque luego se identifica con el mar. Hiperión es el padre del Sol. Jápeto, cuyo nombre ha sido puesto en relación con el bíblico Jafet, es más conocido por sus hijos Atlas, Prometeo y Epimeteo que por sí mismo. El miembro más importante de la prole, Crono, futuro padre de Zeus, es dejado para el final, como de costumbre (cf. vv. 79, 231, 262…), incluyendo la sentencia que a diferencia de los otros se le dedica, la indicación de que es el más joven, rasgo típico del folclore para el héroe de una hazaña como la que él va a llevar a cabo, cf. Stith-Thompson, Motif-Index of Folk-Literature, Bloomington, 1955-1958, V 6-8.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Γείνατο δ’ αὖ Κύκλωπας ὑπέρβιον ἦτορ ἔχοντας, Βρόντην τε Στερόπην τε καὶ Ἄργην ὀβριμόθυμον, οἳ Ζηνὶ βροντήν τ’ ἔδοσαν τεῦξάν τε κεραυνόν. οἱ δ’ ἤτοι τὰ μὲν ἄλλα θεοῖς ἐναλίγκιοι ἦσαν, μοῦνος δ’ ὀφθαλμὸς μέσσῳ ἐνέκειτο μετώπῳ· Κύκλωπες δ’ ὄνομ’ ἦσαν ἐπώνυμον, οὕνεκ’ ἄρά σφεων κυκλοτερὴς ὀφθαλμὸς ἕεις ἐνέκειτο μετώπῳ· ἰσχὺς δ’ ἠδὲ βίη καὶ μηχαναὶ ἦσαν ἐπ’ ἔργοις. Ἄλλοι δ’ αὖ Γαίης τε καὶ Οὐρανοῦ ἐξεγένοντο τρεῖς παῖδες μεγάλοι καὶ ὄβριμοι, οὐκ ὀνομαστοί, Κόττος τε Βριάρεώς τε Γύγης θ’, ὑπερήφανα τέκνα. τῶν ἑκατὸν μὲν χεῖρες ἀπ’ ὤμων ἀίσσοντο, ἄπλαστοι, κεφαλαὶ δὲ ἑκάστῳ πεντήκοντα ἐξ ὤμων ἐπέφυκον ἐπὶ στιβαροῖσι μέλεσσιν, ἰσχὺς δ’ ἄπλητος κρατερὴ μεγάλῳ ἐπὶ εἴδει. Ὅσσοι γὰρ Γαίης τε καὶ Οὐρανοῦ ἐξεγένοντο, δεινότατοι παίδων, σφετέρῳ δ’ ἤχθοντο τοκῆι ἐξ ἀρχῆς· καὶ τῶν μὲν ὅπως τις πρῶτα γένοιτο, πάντας ἀποκρύπτασκε καὶ ἐς φάος οὐκ ἀνίεσκε Γαίης ἐν κευθμῶνι, κακῷ δ’ ἐπετέρπετο ἔργῳ Οὐρανός· ἡ δ’ ἐντὸς στοναχίζετο Γαῖα πελώρη στεινομένη, δολίην δὲ κακὴν ἐπεφράσσατο τέχνην. αἶψα δὲ ποιήσασα γένος πολιοῦ ἀδάμαντος τεῦξε μέγα δρέπανον καὶ ἐπέφραδε παισὶ φίλοισιν· εἶπε δὲ θαρσύνουσα, φίλον τετιημένη ἦτορ·

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139 ἦ]τορ et Π3 : ὕβριν b • 141 exp. Goettling • τ’ ἔδοσαν abKS : ἔδ. B schol. A.R. 1.730 : τε δόσαν La Roche • 143 exp. Solmsen (habent et Π3 Π21 Σrec) • μοῦνος δ’ ὀφθ. : ὀφθ. δὲ ἕεις Hdn. 2.924.29 L. • 144 sq. exp. Wolf • ἐπώ]νυμον et Π3 Π64 Porph. in sch. Od. 9.106 : -οι EtG s.v. κύκλωπες • σφεων et Porph. : αὐτοῖς Et. Anecd. Ox. 1.254 Cr. • 146 δ’ S : τ’ Π21 pc aK • 147 ἐξεγ. et Π64 : ἀστερόεντος L (γρ. ἐξεγ.; variat m) • 148 et Π21 Π64 : om., in mg. add. LI, post 149 m • τε add. Gerhard • οὐκ et Π21 Π64 : οὐδ’ S • 149 τε β[ριάρεως Π21 o : τ’ ᾿Οβριάρεως Hermann (cf. ad 617, 714) • γύγης et Σ Anecd. Par. 3.6 Cr. (Δ ad 617) : γύης S • 151 ἄπλαστοι et Σ Anecd. : ἄπλατοι m Σm : ἄπλητοι Hermann • 153 δ’ Byz. : τ’ (et Solmsen) om. α • ἄπλητος K : ἄπλαστος a • 154 γὰρ et Σ : δὲ n • 157 ἀποκρύπτασκε mvS (-εσκε L) : ἀπε- n : ὑπο- K • ἀνίεσκε K : -ησκε a • 160 ἐπεφράσσατο o : ἐφράσσατο (immo τ’ ἐφράσσ.) Goettling (et Solmsen)

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Engendró a su vez a los Cíclopes de espíritu violento24, Brontes, Estéropes y Arges de fuerte carácter, que dieron a Zeus el trueno y le procuraron el rayo. En lo demás eran estos semejantes a dioses, pero en medio de su frente un solo ojo se mostraba. Cíclopes los llamaban de nombre, porque en su frente tenían un solo ojo redondo. Fuerza, violencia y artimañas en sus actos se juntaban. De Gea y Urano nacieron además otros tres hijos grandes y fuertes, innombrables, Coto, Briáreo y Giges, criaturas arrogantes. De sus hombros cien brazos disformes les salían y sobre sus robustos cuerpos a cada uno cincuenta cabezas de los hombros les nacían, y poderosa fuerza inaccesible había en su enorme estatura. Cuantos de Gea y Urano nacieron, hijos de lo más terrible, odiaban a su progenitor desde el comienzo; y a medida que cada uno iba naciendo, a todos los escondía, sin dejarlos salir a la luz, en el seno de Gea, y disfrutaba con su mala acción Urano; y ella, la formidable Gea, gemía en su interior repleta, hasta que ideó una malévola y falaz estratagema. Creó de repente la especie del blanco acero, fabricó una gran hoz y la mostró a sus hijos, y díjoles animosa, aunque afligida en su corazón:

24 Los Cíclopes artesanos de Hesíodo que fabrican el rayo de Zeus (y de ahí su nombre, como en el caso de las Musas supra), aunque también soberbios son muy diferentes del Cíclope pastor de Homero, que, aunque hijo de dioses, vive entre los hombres. Al revés que estos, los Centímanos no tienen nombre colectivo en Hesíodo, sino que son llamados por el individual de cada uno, siendo Hecatoncheires denominación de los mitógrafos: de los tres el más conocido es Briáreos, del cual se dice en Ilíada I 403 que es nombre de los dioses frente a Aigaion, nombre de los hombres (cf. H. Güntert, Von der Sprache der Götter und Geister, Halle, 1922), pero que en la Titanomaquia (fr. 2) es hijo de Gea y Ponto, vive en el mar y lucha del lado de los Titanes.

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“παῖδες ἐμοὶ καὶ πατρὸς ἀτασθάλου, αἴ κ’ ἐθέλητε πείθεσθαι, πατρός γε κακὴν τεισαίμεθα λώβην ὑμετέρου· πρότερος γὰρ ἀεικέα μήσατο ἔργα.” Ὣς φάτο· τοὺς δ’ ἄρα πάντας ἕλεν δέος, οὐδέ τις αὐτῶν φθέγξατο. θαρσήσας δὲ μέγας Κρόνος ἀγκυλομήτης αἶψ’ αὖτις μύθοισι προσηύδα μητέρα κεδνήν· “μῆτερ, ἐγώ κεν τοῦτό γ’ ὑποσχόμενος τελέσαιμι ἔργον, ἐπεὶ πατρός γε δυσωνύμου οὐκ ἀλεγίζω ἡμετέρου· πρότερος γὰρ ἀεικέα μήσατο ἔργα.” Ὣς φάτο· γήθησεν δὲ μέγα φρεσὶ Γαῖα πελώρη· εἷσε δέ μιν κρύψασα λόχῳ, ἐνέθηκε δὲ χερσὶν ἅρπην καρχαρόδοντα, δόλον δ’ ὑπεθήκατο πάντα. ἦλθε δὲ νύκτ’ ἐπάγων μέγας Οὐρανός, ἀμφὶ δὲ Γαίῃ ἱμείρων φιλότητος ἐπέσχετο καί ῥ’ ἐτανύσθη πάντῃ· ὁ δ’ ἐκ λοχέοιο πάις ὠρέξατο χειρὶ σκαιῇ, δεξιτερῇ δὲ πελώριον ἔλλαβεν ἅρπην, μακρὴν καρχαρόδοντα, φίλου δ’ ἀπὸ μήδεα πατρὸς ἐσσυμένως ἤμησε, πάλιν δ’ ἔρριψε φέρεσθαι ἐξοπίσω. τὰ μὲν οὔ τι ἐτώσια ἔκφυγε χειρός· ὅσσαι γὰρ ῥαθάμιγγες ἀπέσσυθεν αἱματόεσσαι, πάσας δέξατο Γαῖα· περιπλομένων δ’ ἐνιαυτῶν γείνατ’ Ἐρινῦς τε κρατερὰς μεγάλους τε Γίγαντας, τεύχεσι λαμπομένους, δολίχ’ ἔγχεα χερσὶν ἔχοντας, Νύμφας θ’ ἃς Μελίας καλέουσ’ ἐπ’ ἀπείρονα γαῖαν.

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165 πατρός bS : πατέρος aK • γε abK : κεν S in ras. (κε Goettling) • τισ- o • 168 μέγα Κ • 169 αἶψ’ b : ἂψ’ aK 171 πατέρος o : corr. Byz. • 174 χερσὶν S : χειρὶ abKΔ • 178 ἐκ λοχέοιο KLSΣ EtM s.v. ἅρπη, Aristonico notum (λοχεοῖο) : λόχοιο am • 179 πελώριον et EtM : πελώρην b • 184 περιπλομένου -οῦ Solmsen (ut fort. anon. exeg. Byz) : -ῳ -ῷ EtGud s.v. Ἐρινύες

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“hijos míos y de un padre malvado, si queréis obedecerme podríamos vengarnos del funesto ultraje de vuestro padre, pues él fue el primero en tramar vergonzosas acciones”. Así dijo; todos cogieron miedo y ninguno de ellos pronunció palabra, solo el gran Crono de retorcida mente contestó sin temor de inmediato a su amada madre con estas palabras: “madre, yo podría realizar esa acción, te lo prometo, porque nada me importa el mal llamado padre de nosotros, pues él fue el primero en tramar vergonzosas acciones”. Así dijo, la formidable Gea soltó una gran carcajada en sus entrañas y apostó a aquel ocultamente en emboscada; puso en sus manos la hoz de afilado diente25 y le indicó toda la treta. Llegó el gran Urano trayendo la noche y deseoso de amor se echó sobre Gea extendiéndose por todas partes; desde su escondite tendió el hijo su mano izquierda, cogió con la derecha la hoz formidable, grande y de afilado diente, y segó con furia los genitales de su padre, lanzándolos para que se fueran hacia atrás26. No inútilmente salieron éstos de su mano; cuantas gotas de sangre se vertieron, todas las acogió Gea y, cumplidos los tiempos, dio a luz a las fuertes Erinis, a los enormes Gigantes de resplandeciente armadura y con largas lanzas en su mano, y a las Ninfas llamadas Melias, sobre la inmensa tierra.

25 harpen carcharódonta “hoz de afilado diente”. Fuera de aquí el epíteto se aplica en el epos (Trabajos y Días 604, 796; Escudo 303) solamente a perros: la hoz dentada es conocida por la agricultura y el arte antiguos, y dentada o no es arma habitual de amputación de monstruos en la mitología griega y también como atributo divino o real en el arte del Antiguo Oriente Próximo; en el canto de Ullikummi hurrito-hetita (III 3. 52) se hace referencia a una cuchilla de cobre en la separación del cielo y la tierra, lo cual hace pensar que el citado instrumento formaba parte del mito oriental de sucesión, cf. P. Meriggi, “I miti di Kumarpi, il Kronos currico”, Athenaeum 31 (1953), 153 n. 104. 26 Es frecuente en mitología el impedimento de mirar atrás cuando algún milagro va allí a producirse: las piedras arrojadas hacia atrás por Deucalión y Pirra se transformaron en seres humanos; del velo de Leucótea tirado hacia atrás por Odiseo al llegar a tierra (Od. V 350) surgió aquella; cuando Orfeo ha de dejar el Hades sin mirar atrás, resucita Eurídice.

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μήδεα δ’ ὡς τὸ πρῶτον ἀποτμήξας ἀδάμαντι κάββαλ’ ἀπ’ ἠπείροιο πολυκλύστῳ ἐνὶ πόντῳ, ὣς φέρετ’ ἂμ πέλαγος πουλὺν χρόνον· ἀμφὶ δὲ λευκὸς ἀφρὸς ἀπ’ ἀθανάτου χροὸς ὤρνυτο· τῷ δ’ ἔνι κούρη ἐθρέφθη· πρῶτον δὲ Κυθήροισι ζαθέοισιν ἔπλητ’, ἔνθεν ἔπειτα περίρρυτον ἵκετο Κύπρον. ἐκ δ’ ἔβη αἰδοίη καλὴ θεός, ἀμφὶ δὲ ποίη ποσσὶν ὑπὸ ῥαδινοῖσιν ἀέξετο· τὴν δ’ Ἀφροδίτην [ἀφρογενέα τε θεὰν καὶ ἐυστέφανον Κυθέρειαν] κικλήσκουσι θεοί τε καὶ ἀνέρες, οὕνεκ’ ἐν ἀφρῷ θρέφθη· ἀτὰρ Κυθέρειαν, ὅτι προσέκυρσε Κυθήροις· Κυπρογενέα δ’, ὅτι γέντο περικλύστῳ ἐνὶ Κύπρῳ· ἠδὲ φιλομμηδέα, ὅτι μηδέων ἐξεφαάνθη. τῇ δ’ Ἔρος ὡμάρτησε καὶ Ἵμερος ἕσπετο καλὸς γεινομένῃ τὰ πρῶτα θεῶν τ’ ἐς φῦλον ἰούσῃ· ταύτην δ’ ἐξ ἀρχῆς τιμὴν ἔχει ἠδὲ λέλογχε μοῖραν ἐν ἀνθρώποισι καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσι, παρθενίους τ’ ὀάρους μειδήματά τ’ ἐξαπάτας τε τέρψίν τε γλυκερὴν φιλότητά τε μειλιχίην τε. Τοὺς δὲ πατὴρ Τιτῆνας ἐπίκλησιν καλέεσκε παῖδας νεικείων μέγας Οὐρανός, οὓς τέκεν αὐτός· φάσκε δὲ τιταίνοντας ἀτασθαλίῃ μέγα ῥέξαι ἔργον, τοῖο δ’ ἔπειτα τίσιν μετόπισθεν ἔσεσθαι.

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188 δ’ bQS : θ’ aK • 190 πουλὺν Spc (m. 1) : πολὺν o : πολλὸν Fick • 196 exp. Heyne • ἀφρογένειαν EtG s.v. Κυθέρεια, EtM s.v. Ἀφροδίτη : corr. Werfer • 199 om. EtM s.v. Κυθέρεια • κυπριγενέα b : -ιγένεια vel -ογένεια v (hoc et EtG ) : -ογένειαν nKS sch. B Il. 5.422 : corr. Werfer • δ’ KS EtG : θ’ ab • περικλύστῳ sch. B EtM : πολυκλύστῳ o EtG ‘Choric.’ in Rhod. 129 Boiss. • 200 φιλομμηδέα et Σvet testes : φιλομμειδέα Eust., Bergk, West • 203 ἔχεν S • 204 damn. Paley • 205 μειδήματα et Corn. 24 : μελεδήματα b • 210 τοῖς a (et δ’ ἤπειτα n) • με[[θ]]οπισθεγε[ Π4 : κατόπισθεν

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Y los genitales, tan pronto como los cortó con el acero y desde el continente los lanzó al mar muy borrascoso, se los fue llevando el piélago durante largo tiempo; blanca espuma surgía en derredor de la carne inmortal; con ella se formó una doncella y arribó primeramente a la sagrada Citera, de donde alcanzó después Chipre rodeada de corriente. De ella salió una hermosa diosa venerable y en torno a sus delicados pies crecía la hierba; Afrodita (diosa nacida de la espuma, y Citerea de hermosa corona) la llaman dioses y hombres porque en la espuma fue criada; Citerea porque llegó a Citera; Ciprogenia porque nació en Chipre bañada de olas y Filomédea porque surgió de los genitales27. Eros la acompañó y la siguió el hermoso Deseo tan pronto como nació y a la tribu de los dioses se dirigía. Este honor posee desde el principio y esta suerte le ha tocado entre los hombres y los dioses inmortales: las charlas doncelliles, las sonrisas, los engaños, el dulce placer, el amor y la ternura. Titanes llamaba a estos de nombre su padre, insultando el gran Urano a los hijos que él engendró: decía que habían realizado un acto tremendo excediéndose en su temeridad y más tarde tendrían castigo por ello28.

27 En la isla jonia de Citera se hallaba el santuario más antiguo y famoso de Afrodita, donde era adorada una imagen de madera de la diosa y cuya fundación se atribuía a colonos fenicios (cf. Hdt. I 105, 3; Paus. III 32, 1); su otro lugar de culto más famoso era Pafos, en Chipre, mencionado ya en el canto de Demódoco de Odisea VIII 363 y en h. Aphr. 58. Sobre la versión hesiódica del nacimiento de Afrodita, distinta a la homérica, que la hace hija de Zeus y Dione, cf. W. Sale, “Aphrodite in the Theogony”, TAPhA 1961; J. Rudhart, Le rôle d’Eros et d’Aphrodite dans les cosmogonies grecques, 1986; J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002. 28 Aunque en el caso de Afrodita (Th. 195ss.) de manera explícita y aquí solo implícitamente, el poeta propone ahora la etimología del apelativo Titanes, poniéndola en relación primero con el verbo titaíno “extenderse” y luego con tísin “castigo” (supuestamente la expulsión de los Titanes al Tártaro por Zeus), doble tipo de opción no infrecuente en la etiología etimológica antigua, cf. L. P. Rank, Etymologiseering en verwante Verschijnselen bij Homerus, Assen, 1951, p. 15.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Νὺξ δ’ ἔτεκε στυγερόν τε Μόρον καὶ Κῆρα μέλαιναν καὶ Θάνατον, τέκε δ’ Ὕπνον, ἔτικτε δὲ φῦλον Ὀνείρων. δεύτερον αὖ Μῶμον καὶ Ὀιζὺν ἀλγινόεσσαν οὔ τινι κοιμηθεῖσα θεῶν τέκε Νὺξ ἐρεβεννή Ἑσπερίδας θ’, αἷς μῆλα πέρην κλυτοῦ Ὠκεανοῖο χρύσεα καλὰ μέλουσι φέροντά τε δένδρεα καρπόν· καὶ Μοίρας καὶ Κῆρας ἐγείνατο νηλεοποίνους, [Κλωθώ τε Λάχεσίν τε καὶ Ἄτροπον, αἵ τε βροτοῖσι γεινομένοισι διδοῦσιν ἔχειν ἀγαθόν τε κακόν τε,] αἵ τ’ ἀνδρῶν τε θεῶν τε παραιβασίας ἐφέπουσιν, οὐδέ ποτε λήγουσι θεαὶ δεινοῖο χόλοιο, πρίν γ’ ἀπὸ τῷ δώωσι κακὴν ὄπιν, ὅστις ἁμάρτῃ. τίκτε δὲ καὶ Νέμεσιν, πῆμα θνητοῖσι βροτοῖσι, Νὺξ ὀλοή· μετὰ τὴν δ’ Ἀπάτην τέκε καὶ Φιλότητα Γῆράς τ’ οὐλόμενον, καὶ Ἔριν τέκε καρτερόθυμον. Αὐτὰρ Ἔρις στυγερὴ τέκε μὲν Πόνον ἀλγινόεντα Λήθην τε Λιμόν τε καὶ Ἄλγεα δακρυόεντα Ὑσμίνας τε Μάχας τε Φόνους τ’ Ἀνδροκτασίας τε Νείκεά τε Ψεύδεά τε Λόγους τ’ Ἀμφιλλογίας τε Δυσνομίην τ’ Ἄτην τε, συνήθεας ἀλλήλῃσιν, Ὅρκόν θ’, ὃς δὴ πλεῖστον ἐπιχθονίους ἀνθρώπους πημαίνει, ὅτε κέν τις ἑκὼν ἐπίορκον ὀμόσσῃ·

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Νηρέα δ’ ἀψευδέα καὶ ἀληθέα γείνατο Πόντος, πρεσβύτατον παίδων· αὐτὰρ καλέουσι γέροντα,

214 (vel lacunam) ante 213 pos. Hermann : exp. Heyne • μῶμον et Σ : μῶλον LpcΔ • 213 θε]ῶ̣ν ̣ Π4 : θεὰ bvK : om. n • 215 ᾗς Rzach • 217 νηλεοποίνους aK Stob. 1.5.5 : -ας b • 218 sq. secl. Paley (et Solmsen et West) : om. Stob. 1.3.38, non respiciunt Σvet (habent Π4 Π61 o Stob. 1.5.5) (cf. 905s.) • 218 Π61 Κλ]ωθω δ[ε • 220 ἐφέπουσιν S, sscr. Q : -ουσαι abK : -ουσ’ ἀεὶ Stob. 1.3.38 • 228 μάχας τε φόν]ους τ’ Π4 Byz. (ex Od. 11.612) : φόνους τε μάχας τ’ bK : φόβους τε μ. τ’ a (τ’ om. v) S • 229 ψεύδεά τε aLΔ (?) : ψευδέας τε Lpc mS • τ’ Π4ac Byz. : om. o • 230 τ’ S : om. abK • ἀλλήλῃσιν LQS : -οισιν aK (variat m) • 234 αὐτὰρ KS : ἀτὰρ ab

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TEOGONÍA

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La Noche dio a luz al odioso Hado, a la negra Cer y a Tánato, dio a luz al Sueño y dio a luz a la tribu de las Ensoñaciones. En segundo lugar al Reproche y la dolorosa Pena dio a luz sin yacer con ningún dios la Noche tenebrosa y a las Hespérides, que más allá del glorioso Océano se ocupan de hermosas manzanas de oro y de los árboles que dan el fruto. Engendró a las Moiras y a las Ceres de castigo implacable29, (Cloto, Láquesis y Átropo, que a los mortales conceden tener bueno y malo cuando nacen,) que persiguen las transgresiones de hombres y de dioses, y no cejan las diosas en su terrible cólera hasta devolver funesta venganza a aquel que incurre en falta. También dio a luz a Némesis, azote de los perecederos mortales, la mortífera Noche; y después de esta dio a luz a Engaño, al Cariño y a la Vejez funesta, y dio a luz a Eris de corazón duro. La odiosa Eris por su parte dio a luz al penoso Esfuerzo, a Olvido, a Hambruna y al Dolor lacrimoso, a Luchas, Batallas, Asesinatos y Matanzas, a Pleitos, Mentiras, Discusiones y Disputas, al Desorden y al Daño, que entre sí conviven, y al Juramento, que muchísimo aflige a los humanos que habitan la tierra, cuando uno jura en falso voluntariamente30. El Ponto engendró a Nereo, sincero y veraz, el mayor de sus hijos; y lo llaman anciano

29 Moiras y Ceres son contrapartida no idéntica a Moro y Cer (Th. 211); estos hacen referencia a la muerte o el destino individual, mientras que aquellas son entidades más amplias, que se ocupan del cumplimiento del destino y desempeñan también otras funciones. 30 Varios de los descendientes de Eris ahora enumerados, y Eris misma, aparecen como conceptos en Trabajos y Días, lo cual no deja de constituir un expresivo indicio de autoría común entre ambos poemas, cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre la autoría hesiódica de Teogonía y Trabajos y Días”, Miscellanea di Studi in onore di Angelo Casanova, 2012: Eris (Op. 11), Pseudea (“Mentiras”, Op. 78, 789), Machai y Phonoi (“Batallas y Asesinatos”, Op. 161-165), Horcos (“Juramento”, Op. 219, 804), Limós (“Hambruna”, Op. 230, 243, 302), Ate (“Daño”, Op. 231).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

οὕνεκα νημερτής τε καὶ ἤπιος, οὐδὲ θεμίστων λήθεται, ἀλλὰ δίκαια καὶ ἤπια δήνεα οἶδεν· αὖτις δ’ αὖ Θαύμαντα μέγαν καὶ ἀγήνορα Φόρκυν Γαίῃ μισγόμενος καὶ Κητὼ καλλιπάρηον Εὐρυβίην τ’ ἀδάμαντος ἐνὶ φρεσὶ θυμὸν ἔχουσαν.

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Νηρῆος δ’ ἐγένοντο μεγήριτα τέκνα θεάων πόντῳ ἐν ἀτρυγέτῳ καὶ Δωρίδος ἠυκόμοιο, κούρης Ὠκεανοῖο τελήεντος ποταμοῖο, Πρωθώ τ’ Εὐκράντη τε Σαώ τ’ Ἀμφιτρίτη τε Εὐδώρη τε Θέτις τε Γαλήνη τε Γλαύκη τε, Κυμοθόη Σπειώ τε Θόη θ’ Ἁλίη τ’ ἐρόεσσα Πασιθέη τ’ Ἐρατώ τε καὶ Εὐνίκη ῥοδόπηχυς καὶ Μελίτη χαρίεσσα καὶ Εὐλιμένη καὶ Ἀγαυὴ Δωτώ τε Πρωτώ τε Φέρουσά τε Δυναμένη τε Νησαίη τε καὶ Ἀκταίη καὶ Πρωτομέδεια, Δωρὶς καὶ Πανόπη καὶ εὐειδὴς Γαλάτεια Ἱπποθόη τ’ ἐρόεσσα καὶ Ἱππονόη ῥοδόπηχυς Κυμοδόκη θ’, ἣ κύματ’ ἐν ἠεροειδέι πόντῳ πνοιάς τε ζαέων ἀνέμων σὺν Κυματολήγῃ ῥεῖα πρηΰνει καὶ ἐυσφύρῳ Ἀμφιτρίτῃ, Κυμώ τ’ Ἠιόνη τε ἐυστέφανός θ’ Ἁλιμήδη Γλαυκονόμη τε φιλομμειδὴς καὶ Ποντοπόρεια Λειαγόρη τε καὶ Εὐαγόρη καὶ Λαομέδεια Πουλυνόη τε καὶ Αὐτονόη καὶ Λυσιάνασσα Εὐάρνη τε φυὴν ἐρατὴ καὶ εἶδος ἄμωμος

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235 θεμίστων Spc : -έων aKSac : -άων b • 240 μεγήριτα o sch. T Il. 22.349 EtM s.v. εἰκοσινήριτα (voc. agn. Hsch.) : μεγήρατα sscr. L1 Byz. : utrumque Σ (=EtG s.v. μεγήρατα) • 243 πρωτώ o ΣΔ (qui et πρωθώ ut vid.) : Πλωτώ Wolf, v. ad 248 • εὐκράντη bQ : εὐκράτη aKS Σ : utrumque Δ • 245 κυμοθόη bvKSΣ : -θέη nΔ • θόη [[τ]]’αλ[ cum sscr. θ Π22 (duas Ner. et Aristarchus hic?; cf. Σ ad 253) : θόη (θοὴ aΔ) θαλίη oΣ; cf. ad 248 • 246 ευνικη Π22 (‘Apollod.’ 1.11) : -νεί- o Σ EtG s.v. • 248 ex Il. 18.43 illatus sive mutatus, unde LI Nereides pro L (cf. 264) • 249 τε om. aS • πρωτο[ et Π22ΣΔ : Πρωνομέδεια Blomfield • 250 cf. Il. 18.45 et ad 248 • Δωρὶς καὶ Πανόπεια καὶ Hermann : καὶ Δωρὶς Πανόπη τε Peppmüller (-ο]π[η]τε Π22) • 253 ζαέων Bergk e Σ : ζ]αθέων Π22 o • 257 λαομε[ et Π22 : ἀλλομέδ. Σ • 258 Πουλυνόη Muetzell (‘Apollod.’ 1.12) : -νόμη o (Σrec) • 259 et Π4 Π22 : exp. Ahrens (cf. ad 248) • φυὴ]ν Π22 k : φυήν τ’ aS : φυή τ’ b

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TEOGONÍA 235

porque es infalible y amable y no se olvida de las normas, sino que sabe de justos y amables consejos31. Y a su vez engendró al gran Taumante y al varonil Forcis en unión con Gea, a Ceto de hermosas mejillas y a Euribia, que alberga un corazón de acero en su pecho.

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Hijas muy envidiadas entre las diosas nacieron en el mar estéril de Nereo y de Doris de hermoso cabello, la hija de Océano, río en sí mismo completo: Protho, Eucrante, Sao y Anfítrite, Eudora, Tetis, Galena y Glauca, Cimótoe, Espeo, Toe y la encantadora Halie, Pasítea, Érato y Eunice de rosados brazos, la agraciada Mélite, Eulímene y Agave, Doto, Proto, Ferusa y Dinámene, Nesea, Actea y Protomedea, Doris, Pánope y Galatea de hermosa figura, la encantadora Hipótoe, Hipónoe de rosados brazos y Cimódoce, que fácilmente calma las olas del turbio ponto y los soplos de los fuertes vientos con Cimatolege y Anfítrite de hermosos tobillos; Cimo, Éyone y Halimede de hermosa corona, la risueña Glaucónome y Pontoporea, Leágore, Evágore y Laomedea, Pulínoe, Autónoe y Lisianasa, Evarne, de encantadora figura e irreprochable belleza,

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31 La designación de Nereo (contrapuesta, en su ubicación en primer lugar del verso, a la prole de Eris) juega con la paronomasia de los epítetos que acompañan al nombre (conocido también como “Viejo del mar”, Th. 1003) y de los adjetivos que al final (v. 236) definen sus conocimientos, así como con la figura etimológica con los predicados que describen su infalibilidad (v. 235s.) (cf. supra ad v. 207ss.).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

καὶ Ψαμάθη χαρίεσσα δέμας δίη τε Μενίππη Νησώ τ’ Εὐπόμπη τε Θεμιστώ τε Προνόη τε Νημερτής θ’, ἣ πατρὸς ἔχει νόον ἀθανάτοιο. αὗται μὲν Νηρῆος ἀμύμονος ἐξεγένοντο κοῦραι πεντήκοντα, ἀμύμονα ἔργ’ εἰδυῖαι· Θαύμας δ’ Ὠκεανοῖο βαθυρρείταο θύγατρα ἠγάγετ’ Ἠλέκτρην· ἡ δ’ ὠκεῖαν τέκεν Ἶριν ἠυκόμους θ’ Ἁρπυίας, Ἀελλώ τ’ Ὠκυπέτην τε, αἵ ῥ’ ἀνέμων πνοιῇσι καὶ οἰωνοῖς ἅμ’ ἕπονται ὠκείῃς πτερύγεσσι· μεταχρόνιαι γὰρ ἴαλλον. Φόρκυι δ’ αὖ Κητὼ γραίας τέκε καλλιπάρηος ἐκ γενετῆς πολιάς, τὰς δὴ Γραίας καλέουσιν ἀθάνατοί τε θεοὶ χαμαὶ ἐρχόμενοί τ’ ἄνθρωποι, Πεμφρηδώ τ’ εὔπεπλον Ἐνυώ τε κροκόπεπλον, Γοργούς θ’, αἳ ναίουσι πέρην κλυτοῦ Ὠκεανοῖο ἐσχατιῇ πρὸς νυκτός, ἵν’ Ἑσπερίδες λιγύφωνοι, Σθεννώ τ’ Εὐρυάλη τε Μέδουσά τε λυγρὰ παθοῦσα. ἡ μὲν ἔην θνητή, αἱ δ’ ἀθάνατοι καὶ ἀγήρῳ, αἱ δύο· τῇ δὲ μιῇ παρελέξατο Κυανοχαίτης ἐν μαλακῷ λειμῶνι καὶ ἄνθεσιν εἰαρινοῖσιν. τῆς ὅτε δὴ Περσεὺς κεφαλὴν ἀπεδειροτόμησεν, ἐξέθορε Χρυσάωρ τε μέγας καὶ Πήγασος ἵππος. τῷ μὲν ἐπώνυμον ἦν ὅτ’ ἄρ’ Ὠκεανοῦ παρὰ πηγὰς γένθ’, ὁ δ’ ἄορ χρύσειον ἔχων μετὰ χερσὶ φίλῃσι.

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262 νημερτὴς ἣ gram. ant. (Σ ad 253) • 267 ὠκυπέτην et Σ EtG s.v. ἅρπυιαι (cf. ‘Apollod.’ 1.10) : ωκυροη[ν Π4 • 268 π]ִν[ο]ִι ִα[ι]σι et οִι.νωνα.[ Π22 • 270 φόρκυι bv : φόρκυνι knS • ִγִραִία[ς et Π22 • καλλιπάρηος nos (cf. 238 Κητὼ καλλιπάρηον), καλλιπάρηιος Seleucus et Goettling et Paley (ex coni., cf. 238) : καλλιπαρήους o • 271 sq. exp. Paley (habent Π22 Π23, 271 legit Σ ‘Apollod.’) • 271 γενεῆς b • 273 πεμφρ. bΣ (?) : πεφρ. kS (utrumque EtG s.vv. πημαίνειν, πεμφρ. et al.) : πεφριδώ aΔ • 276 σθεννώ S : σθενώ abk Δ Hdn. 2.919.27 L. : σθεινώ Σ • 277 αἱ o : ται Π22 • ἀγή]ρω Π23 bn : -ως kvS • 280 τῆς Π16 sch. Pi. O. 13.89 : τῆς δ’ o • κεφαλὴν Περσ. sch. Pi. (contra et Π22) • 281 ἐξέθορε et Π16 sch. Pi. : ἔκθορε Byz. • χρυσάορ kn sch. Pi. v.l. • 282 πηγὰς et Π23 : πηγὴν b • 283 γένθ᾽ Tr : γεντ Π16 : γένεθ’ abk • ἔχων et Π22 : ἔχεν Byz. : an ἔχει? Solmsen

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Psámate, de agraciado cuerpo, y la divina Menipe, Neso, Eupompe, Temisto, Prónoe y Nemertes, que posee el buen tino de su inmortal padre32. Estas nacieron del intachable Nereo, cincuenta doncellas expertas en intachables actos. Taumante casó con Electra, hija de Océano de profunda corriente; y esta dio a luz a la veloz Iris33 y a las Harpías de hermoso cabello, Aelo y Ocípete, las cuales no van a la zaga de los soplos de los vientos y de las aves con sus alas veloces, pues se lanzan por lo alto del aire. De Forcis, a su vez, Ceto de hermosas mejillas dio a luz a las Grayas, canosas de nacimiento, a las cuales llaman Viejas los dioses inmortales y los humanos que van por el suelo, a Penfredo de hermoso peplo y a Enio de peplo azafranado, así como a las Gorgonas, que habitan más allá del glorioso Océano en el confín de la noche, donde las Hespérides de voz sonora: Esteno, Euríale y Medusa, que sufrió penalidades. Ella era mortal, las otras inmortales y siempre jóvenes ambas; pero solo con ella se acostó el de azulado cabello, en medio de un blando prado y de flores primaverales. Cuando Perseo le cortó la cabeza, del tajo brotó el gran Crisaor y el caballo Pegaso. El sobrenombre del uno se debió a que nació junto a las fuentes de Océano, el del otro porque empuña una espada de oro en su mano.

32 Los nombres de las tres últimas Nereidas de la lista, Temisto, Prónoe y Nemertes, recogen anularmente los correspondientes rasgos del carácter de su padre (vv. 235s.), como la propia oración de relativo descriptiva de Nemertes (v. 262) da a entender. Algunos de estos nombres aparecen en Homero, pero la mayoría parecen ser designaciones benéficas y protectoras de las condiciones de la navegación y el tráfico colonial; cf. A. Pérez Jiménez y A. Martínez Díez, Hesíodo. Obras y fragmentos. Introducción, traducción y notas, Madrid, Gredos, 1978, pp. 81s., para la traducción y clasificación de los mismos. 33 El nombre de Iris (v. 266) se asocia con el de sus progéneres como el Arco Iris se asocia con la chispa (Electra, v. 265) y el prodigio (Thauma, v. 265), y con el de las Harpías (vv. 267ss.) por su ligereza.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

χὠ μὲν ἀποπτάμενος, προλιπὼν χθόνα μητέρα μήλων, ἵκετ’ ἐς ἀθανάτους, Ζηνὸς δ’ ἐν δώμασι ναίει βροντήν τε στεροπήν τε φέρων Διὶ μητιόεντι. Χρυσάωρ δ’ ἔτεκε τρικέφαλον Γηρυονῆα μιχθεὶς Καλλιρόῃ κούρῃ κλυτοῦ Ὠκεανοῖο· τὸν μὲν ἄρ’ ἐξενάριξε βίη Ἡρακληείη βουσὶ πάρ’ εἰλιπόδεσσι περιρρύτῳ εἰν Ἐρυθείῃ ἤματι τῷ ὅτε περ βοῦς ἤλασεν εὐρυμετώπους Τίρυνθ’ εἰς ἱερήν, διαβὰς πόρον Ὠκεανοῖο Ὄρθόν τε κτείνας καὶ βουκόλον Εὐρυτίωνα σταθμῷ ἐν ἠερόεντι πέρην κλυτοῦ Ὠκεανοῖο. Ἡ δ’ ἔτεκ’ ἄλλο πέλωρον ἀμήχανον, οὐδὲν ἐοικὸς θνητοῖς ἀνθρώποις οὐδ’ ἀθανάτοισι θεοῖσιν, σπῆι ἔνι γλαφυρῷ, θείην κρατερόφρον’ Ἔχιδναν, ἥμισυ μὲν νύμφην ἑλικώπιδα καλλιπάρηον, ἥμισυ δ’ αὖτε πέλωρον ὄφιν δεινόν τε μέγαν τε αἰόλον ὠμηστήν, ζαθέης ὑπὸ κεύθεσι γαίης· ἔνθα δέ οἱ σπέος ἐστὶ κάτω κοίλῃ ὑπὸ πέτρῃ τηλοῦ ἀπ’ ἀθανάτων τε θεῶν θνητῶν τ’ ἀνθρώπων, ἔνθ’ ἄρα οἱ δάσσαντο θεοὶ κλυτὰ δώματα ναίειν. Ἡ δ’ ἔρυτ’ εἰν Ἀρίμοισιν ὑπὸ χθόνα λυγρὴ Ἔχιδνα, ἀθάνατος νύμφη καὶ ἀγήραος ἤματα πάντα.

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286 φέρει Π22 • 287 Χρυσάωρ Π16 bv (?) sch. Aristoph. Eq. 416 : -ορ knS • 288 habent bQ, legit Tz. theog. 155 : om. Π16 Π22 akS (add. in mg. S1) • 290 πάρ’ et Π16 : -ν ἐπ’ Q • 293 ὄρθον et Π16 sch. Pi. I.1.15 : ὄρθρον Δ Byz. • 297 σπῆι ἔνι Π4 Π16 o (ἐν a): • ἐν σπῆι Gerhard • 300 αἰόλον Scheer (e Σrec) : ποικίλον o Δ

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Aquel abandonó volando la tierra, madre de rebaños, llegó hasta los inmortales y habita en la mansión de Zeus portando el trueno y el rayo a Zeus de sabio consejo. Crisaor engendró a Gerioneo de triple cabeza unido a Calírroe, hija del glorioso Océano; a este lo mató el forzudo Heracles junto a sus bueyes de ondulado paso en Eritea rodeada de corriente34 el día en que se llevó sus bueyes de ancha testuz a la sagrada Tirinte, tras cruzar el vado del Océano y después de dar muerte a Orto y al boyero Euritión en oscuro establo más allá del glorioso Océano35. Aquella dio a luz a otro monstruo extraordinario, en nada similar a los mortales hombres ni a los dioses inmortales, en cóncava gruta, a la divina y valiente Equidna, mitad ninfa de chispeante mirada y hermosas mejillas, mitad prodigiosa serpiente terrible y enorme, movediza y carnicera, en lo profundo de la sagrada tierra; allí abajo tiene su gruta bajo hueca roca, lejos de los dioses inmortales y de los mortales hombres, allí le asignaron los dioses habitar gloriosas moradas. Fue guardada entre los Árimos36, bajo tierra, la funesta Equidna, ninfa inmortal e inmarcesible día tras día. 34 Eritea, una de las fabulosas islas del Océano, parece haber sido identificada por algún autor con Cádiz, por otros (como Hdt. IV 8) con alguna isla próxima: Estesícoro, fr. 7 Page PMG, la sitúa cerca de Tartessos; y un escolio a A. R. IV 1399 dice que recibió su nombre de una de las Hespérides; cf. W. Voigt, en W. Roscher, Ausfûhrliches Lexicon der Griechischen und Römischen Mythologie, Leipzig, 1884- I 1633-1636. 35 El robo de los bueyes del monstruoso Gerión por Heracles constituye uno de los más famosos —a partir sobre todo de Estesícoro, fr. 4-9 Page PMG — de sus trabajos y es reflejo de una práctica, la del robo del ganado, común en Grecia arcaica, como en parte ilustra asimismo el robo de las vacas de Apolo por su hermano Hermes, en el himno a este dedicado. 36 De los Árimos ya en la Antigüedad se dudaba si se trata de montañas o de un pueblo, y también de su ubicación: Str. 626-627. Había tres teorías, sin duda fruto de la especulación: o bien vivían en la región montañosa entre Lidia, Misia y Frigia llamada katakekauméne “Quemada”, o bien se identificaba con las Pitecusas, sin duda para conciliar su origen con la ubicación de Tifón en el Oeste, o bien vivían en Cilicia, en la cueva Coricia (donde Píndaro y Esquilo dicen que nació Tifón) y procederían de los

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

τῇ δὲ Τυφάονά φασι μιγήμεναι ἐν φιλότητι δεινόν θ’ ὑβριστήν τ’ ἄνομόν θ’ ἑλικώπιδι κούρῃ· ἡ δ’ ὑποκυσαμένη τέκετο κρατερόφρονα τέκνα· Ὄρθον μὲν πρῶτον κύνα γείνατο Γηρυονῆι· δεύτερον αὖτις ἔτικτεν ἀμήχανον, οὔ τι φατειόν, Κέρβερον ὠμηστήν, Ἀίδεω κύνα χαλκεόφωνον, πεντηκοντακέφαλον, ἀναιδέα τε κρατερόν τε· τὸ τρίτον Ὕδρην αὖτις ἐγείνατο λύγρ’ εἰδυῖαν Λερναίην, ἣν θρέψε θεὰ λευκώλενος Ἥρη ἄπλητον κοτέουσα βίῃ Ἡρακληείῃ. καὶ τὴν μὲν Διὸς υἱὸς ἐνήρατο νηλέι χαλκῷ Ἀμφιτρυωνιάδης σὺν ἀρηιφίλῳ Ἰολάῳ Ἡρακλέης βουλῇσιν Ἀθηναίης ἀγελείης· Ἡ δὲ Χίμαιραν ἔτικτε πνέουσαν ἀμαιμάκετον πῦρ, δεινήν τε μεγάλην τε ποδώκεά τε κρατερήν τε. τῆς δ’ἦν τρεῖς κεφαλαί· μία μὲν χαροποῖο λέοντος, ἡ δὲ χιμαίρης, ἡ δ’ ὄφιος, κρατεροῖο δράκοντος. πρόσθε λέων, ὄπιθεν δὲ δράκων, μέσση δὲ χίμαιρα, δεινὸν ἀποπνείουσα πυρὸς μένος αἰθομένοιο. τὴν μὲν Πήγασος εἷλε καὶ ἐσθλὸς Βελλεροφόντης· Ἡ δ’ ἄρα Φῖκ’ ὀλοὴν τέκε Καδμείοισιν ὄλεθρον Ὄρθῳ ὑποδμηθεῖσα Νεμειαῖόν τε λέοντα, τόν ῥ’ Ἥρη θρέψασα Διὸς κυδρὴ παράκοιτις γουνοῖσιν κατένασσε Νεμείης, πῆμ’ ἀνθρώποις. ἔνθ’ ἄρ’ ὅ γ’ οἰκείων ἐλεφαίρετο φῦλ’ ἀνθρώπων, κοιρανέων Τρητοῖο Νεμείης ἠδ’ Ἀπέσαντος· ἀλλά ἑ ἲς ἐδάμασσε βίης Ἡρακληείης.

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307 τ’ S : om. abk • ἄνεμον k (utrumque Σ) • κούρῃ aS : νύμφῃ k : utrumque b • 312 πεντηκοντα- kSΣ : -κοντο- ab sch. S. Trach. 1098 • 321 τῆς δ’ ἦν ab Hdn. 2.950.14, 21 L. et al. gramm., Hdn. rhet. de fig. 3.100.30 Sp. (τῆς [δ’] ἦν Solmsen) : τῆς δ’ αὖ kS : τῆς ἦν West • 323 sq. (=Il. 6.181sq.) exp. Wolf; 324 om. aS (an ΣΔ legerint incertum) • 323 ὄπιθεν δὲ (=Il.) Tr. : ὄπισθε(ν) δὲ b : ὄπιθε S : ὄπισθε(ν) ak • 326 φῖκ(α) Σ, unde Byz. : φίκ’ v : φίγγ’ n (cf. codd. in Pl. Crat. 414d) : σφίγγ’ k post ἂρ, Sb qui et σφίκ’ (hoc L in textu, illud m et in mg. L) • 328 ῥ’ kvS : δ’ n : om. b • 329 νεμείοις bk • πῆμα βροτοίσιν Scheer • 330 ἄρ’ del. Paley (qui ὅ γε οἰκ.) • ἐλεφαίρατο b EtG (M) s.v.

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Dicen que Tifaón tuvo trato amoroso con ella, el terrible, insolente e impío con la doncella de chispeante mirada, y preñada dio a luz a impávidos hijos: en primer lugar parió al perro Orto para Gerioneo, en segundo lugar dio a luz al extraordinario, inenarrable, al brutal Cerbero, el perro de Hades de metálica voz, de cincuenta cabezas, despiadado y cruel, en tercer lugar parió a la Hidra de Lerna, versada en miserias, a la cual crio la diosa Hera de blancos brazos por el enorme rencor que guardaba hacia el forzudo Heracles. Aniquiló a esta con su implacable bronce el hijo de Zeus Anfitrioniada en unión del belicoso Yolao, Heracles, por voluntad de Atenea, amasadora de botín. Aquella dio a luz a la Quimera, que exhalaba fuego irresistible, terrible, enorme, de patas veloces y fuerte. Tenía tres cabezas: una de feroz león, otra de cabra y otra de serpiente, reptil poderoso. Por delante era león, por detrás reptil y en medio cabra, respirando la terrible furia del ardiente fuego. La mató Pegaso y el bravo Belerofonte. Rendida por Orto dio a luz aquella a la funesta Esfinge, plaga de los Cadmeos, y al león de Nemea, al que crió Hera, la gloriosa consorte de Zeus, e instaló en el suelo de Nemea, para ruina de los humanos. Allí habitaba y solía destruir las tribus de hombres, enseñoreándose de Treto y Apesante en Nemea; pero lo domeñó el vigor del fornido Heracles.

Arameos de Siria, cf. F. Dornseiff, Antike und alter Orient, 1959, p. 410; J. Fontenrose, Python. A Study of Delphic Myth and Its Origins, Berkeley and Los Angeles, 1959, p. 71.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Κητὼ δ’ ὁπλότατον Φόρκυι φιλότητι μιγεῖσα γείνατο δεινὸν ὄφιν, ὃς ἐρεμνῆς κεύθεσι γαίης πείρασιν ἐν μεγάλοις παγχρύσεα μῆλα φυλάσσει. τοῦτο μὲν ἐκ Κητοῦς καὶ Φόρκυνος γένος ἐστί. Τηθὺς δ’ Ὠκεανῷ ποταμοὺς τέκε δινήεντας, Νεῖλόν τ’ Ἀλφειόν τε καὶ Ἠριδανὸν βαθυδίνην, Στρυμόνα Μαίανδρόν τε καὶ Ἴστρον καλλιρέεθρον Φᾶσίν τε Ῥῆσόν τ’ Ἀχελῷόν τ’ ἀργυροδίνην Νέσσόν τε Ῥοδίον θ’ Ἁλιάκμονά θ’ Ἑπτάπορόν τε Γρήνικόν τε καὶ Αἴσηπον θεῖόν τε Σιμοῦντα Πηνειόν τε καὶ Ἕρμον ἐυρρείτην τε Κάικον Σαγγάριόν τε μέγαν Λάδωνά τε Παρθένιόν τε Εὔηνόν τε καὶ Ἄρδησκον θεῖόν τε Σκάμανδρον· Τίκτε δὲ θυγατέρων ἱερὸν γένος, αἳ κατὰ γαῖαν ἄνδρας κουρίζουσι σὺν Ἀπόλλωνι ἄνακτι καὶ ποταμοῖς, ταύτην δὲ Διὸς πάρα μοῖραν ἔχουσι, Πειθώ τ’ Ἀδμήτη τε Ἰάνθη τ’ Ἠλέκτρη τε Δωρίς τε Πρυμνώ τε καὶ Οὐρανίη θεοειδὴς Ἱππώ τε Κλυμένη τε Ῥόδειά τε Καλλιρόη τε Ζευξώ τε Κλυτίη τε Ἰδυῖά τε Πεισιθόη τε Πληξαύρη τε Γαλαξαύρη τ’ ἐρατή τε Διώνη Μηλόβοσίς τε Θόη τε καὶ εὐειδὴς Πολυδώρη Κερκηίς τε φυὴν ἐρατὴ Πλουτώ τε βοῶπις

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334 ἐρεμνοῖς knS (in ras.) Δ • 334 sq. πείρασι γαίης | κεύθεσι Merkelbach : 335 πειρασιν [Π65 : σπείρῃσιν μεγάλαις Wilam. Sed cf. 518, 622 • 336 καὶ S (v.l. in v) : κἀκ vel καὶ ἐκ bk (?) : τε καὶ Q (v.l.in v) : τε καὶ ἐκ nk (?) • Φόρκυος K • 338-345 secl. Bergk, alienos aut mutatos esse censuit Jacoby : 338 post 339 transp. Merkelbach : 338 sq. et Π65 • 340 Ἀχελώιόν τ’ Tr. • 345 ἄρδησκον aLSΣ : ἀλδή(ῆ)σκον mL2; cf. Sudam s.v. al. (ἄλ- Eust. in D.P. 314 etc.) : ἄρδισκον k • δῖόν? West • 346 θυγατέρων : Κουράων West • 349 ἀτμήτη a • 352 πεισιθόη ab : πασιθόη k, v.l. in L : utrumque Σ • 353 ἐρατώ n Σ

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En unión amorosa con Forcis engendró Ceto por último una terrible serpiente, que en lo profundo de la oscura tierra, en sus inmensos confines, guarda áureas manzanas. Esta es la prole de Ceto y de Forcis37. Tetis dio a luz de Océano a los Ríos remolinantes, Nilo, el Alfeo, el Erídano de aguas profundas, Estrimón, el Meandro y el Istro de hermosa corriente, Fasis, el Reso y el Aqueloo de plateadas aguas, Neso, el Rodio, el Haliacmón y el Heptáporo, Gránico, el Esepo y el divino Simunte, Peneo, el Hermo y el Cáico de hermoso fluir, gran Sangario, el Ladón y el Partenio, Eveno, el Ardesco y el divino Escamandro38. Y dio a luz a una prole sagrada de hijas, que sobre la tierra nutren desde jóvenes a los hombres en unión del soberano Apolo y de los Ríos, siendo esta la suerte que de Zeus obtienen: Pito, Admeta, Yanta y Electra, Doris, Primno y Urania de divina figura, Hipo, Clímena, Rodea y Calírroe, Zeuxo, Clitia, Idía y Pisítoe, Plexaura, Galaxaura y la encantadora Dione, Melóbosis, Toa y Polidora de hermosa figura, Cerceide de encantadora belleza y Pluto de vacuna mirada, el el el el el el el el

37 La primera fase del relato de la segunda generación de dioses se cierra con la descendencia de la pareja de hermanos Ceto y Forcis, hijos de Océano, la cual se compone totalmente de monstruos (vv. 270-336), muchos de ellos conocidos individualmente por las aventuras de Heracles y otros héroes, y de los cuales el Enuma Elis babilonio ofrece un paralelo en la lista de monstruos que ayudan a Tiamat en el combate. 38 Los grandes ríos Nilo, Erídano (posteriormente identificado ya con el Po ya con el Ródano) e Istro (Danubio) no son mencionados por Homero (aunque el primero es designado Aígyptos en Odisea IV 477, 581; XIV 258). Los demás pertenecen a Grecia continental, a Asia Menor, a Tracia, a la región del Mar Negro y, más que a cualquier otra región, a la Tróade, la mayoría de los cuales coinciden con una lista referida también por Homero (Il. XII 20-22) pero en distinto orden.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Περσηίς τ’ Ἰάνειρά τ’ Ἀκάστη τε Ξάνθη τε Πετραίη τ’ ἐρόεσσα Μενεσθώ τ’ Εὐρώπη τε Μῆτίς τ’ Εὐρυνόμη τε Τελεστώ τε κροκόπεπλος Χρυσηίς τ’ Ἀσίη τε καὶ ἱμερόεσσα Καλυψὼ Εὐδώρη τε Τύχη τε καὶ Ἀμφιρὼ Ὠκυρόη τε καὶ Στύξ, ἣ δή σφεων προφερεστάτη ἐστὶν ἁπασέων. αὗται δ’ Ὠκεανοῦ καὶ Τηθύος ἐξεγένοντο πρεσβύταται κοῦραι· πολλαί γε μέν εἰσι καὶ ἄλλαι· τρὶς γὰρ χίλιαί εἰσι τανίσφυροι Ὠκεανῖναι, αἵ ῥα πολυσπερέες γαῖαν καὶ βένθεα λίμνης πάντῃ ὁμῶς ἐφέπουσι, θεάων ἀγλαὰ τέκνα. τόσσοι δ’ αὖθ’ ἕτεροι ποταμοὶ καναχηδὰ ῥέοντες, υἱέες Ὠκεανοῦ, τοὺς γείνατο πότνια Τηθύς. τῶν ὄνομ’ ἀργαλέον πάντων βροτὸν ἄνδρα ἐνισπεῖν, οἱ δὲ ἕκαστα ἴσασιν οἳ ἂν περιναιετάωσιν. Θεία δ’ Ἠέλιόν τε μέγαν λαμπράν τε Σελήνην Ἠῶ θ’, ἣ πάντεσσιν ἐπιχθονίοισι φαείνει ἀθανάτοις τε θεοῖσι τοὶ οὐρανὸν εὐρὺν ἔχουσι, γείναθ’ ὑποδμηθεῖσ’ Ὑπερίονος ἐν φιλότητι. Κρείῳ δ’ Εὐρυβίη τέκεν ἐν φιλότητι μιγεῖσα Ἀστραῖόν τε μέγαν Πάλλαντά τε δῖα θεάων Πέρσην θ’, ὃς καὶ πᾶσι μετέπρεπεν ἰδμοσύνῃσιν. Ἀστραίῳ δ’ Ἠὼς ἀνέμους τέκε καρτεροθύμους, ἀργεστὴν Ζέφυρον Βορέην τ’ αἰψηροκέλευθον καὶ Νότον, ἐν φιλότητι θεὰ θεῷ εὐνηθεῖσα· τοὺς δὲ μέτ’ ἀστέρα τίκτεν Ἑωσφόρον Ἠριγένεια ἄστρά τε λαμπετόωντα, τά τ’ οὐρανὸς ἐστεφάνωται.

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358 τελευτώ vΔ : τελεσθώ n • 359 Χρυσηίς Hermann (ex h. in Cer. 421) : κρυσηίς kΣ : κρυσίη a (L v.l.) : κρησίη b • 362 δ’ : ἄρ’ West 364 τρεῖς a • γὰρ om. b • μυρίαι sch. Pi. O. 5.1 • τα]νί- Π24 (?)k sch. Pi. v.l. : τανύσφυραι aS • 370 ἕκαστα Σ (?) Eust. in D.P. 636 : -οι o • οἳ] ἂν et Π24 Eust. : ὅσοι Q Tr. : (ἴσασ’) οἷς ἂν S • περιναιετάωσι(ν) S (fort. e corr.), Eust. : -άουσι abk • 373 et Π24 : om. sch. Pi. I. 5.1 Ammon. Diff. s.v. ἡμέρα Eust. in Hom. 1527.57 • θεοῖσι τοὶ S : θεοῖς τοὶ abk : θεοισι]ν οἱ Π24 • 379 ἀργεστὴν Jacoby : ἀργέστην (i.e. Ἀ-) o Σ sch. Il. 11.306 • 380 θεῷ θεὰ S • 382 om. Π24 k, legit Arat. 99

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Perseida, Yanira, Acasta y Janta, la amorosa Petrea, Menesto y Europa, Metis, Eurínome y Telesto de azafranado peplo, Criseida, Asia y la atractiva Calipso, Eudora, Tique, Ánfiro, Ocírroe y Estigia, que es la más destacada de todas. Estas son las hijas mayores que nacieron de Océano y Tetis, pero hay muchas más39: tres mil son las Oceánides de finos tobillos, que andan por la tierra y el fondo del mar diseminadas por todas partes, espléndidas entre las diosas. Y otros tantos ríos de sonora corriente hijos de Océano, a los que parió Tetis soberana. Difícil es para un hombre mortal decir los nombres de todos, sino que saben cada uno de ellos quienes viven en sus orillas. Al gran Helio y a la brillante Selene así como a Aurora, que alumbra a todos los terrícolas y a los dioses inmortales dueños del ancho cielo, los parió Tea rendida al amor de Hiperión. De la unión amorosa con Crío dio a luz Euribia, divina entre las diosas, al gran Astreo, a Palante y a Perses, que destacaba entre todos por su sabiduría. De Astreo dio a luz la Aurora a los fuertes vientos, el despejador Céfiro, el Bóreas de veloz carrera y el Noto, tras haber yacido en amorosa unión con el dios la diosa; después Erigenia dio a luz a la estrella Eósforo y a los brillantes astros con que el cielo se corona.

39 Como se indica de los ríos a continuación (vv. 367-370), también de las ninfas se dice que las mencionadas son solamente las mayores de las tres mil Oceánides. Como en el caso de las Nereidas, con cuyos nombres coinciden algunos de los de las Oceánides, muchos de estos contienen conceptos benéficos, si bien entre estas divinidades de agua dulce y de las lagunas abundan más los nombres descriptivos, a diferencia de lo que ocurre con las divinidades marinas; cf. A. Pérez Jiménez y A. Martínez Díez, Hesíodo. Obras y fragmentos…, Madrid, 1978, pp. 86s., para su traducción.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Στὺξ δ’ ἔτεκ’ Ὠκεανοῦ θυγάτηρ Πάλλαντι μιγεῖσα Ζῆλον καὶ Νίκην καλλίσφυρον ἐν μεγάροισιν, καὶ Κράτος ἠδὲ Βίην ἀριδείκετα γείνατο τέκνα. τῶν οὐκ ἔστ’ ἀπάνευθε Διὸς δόμος, οὐδέ τις ἕδρη οὐδ’ ὁδός ὅππῃ μὴ κείνοις θεὸς ἡγεμονεύῃ, ἀλλ’ αἰεὶ πὰρ Ζηνὶ βαρυκτύπῳ ἑδριόωνται. ὣς γὰρ ἐβούλευσε Στὺξ ἄφθιτος Ὠκεανίνη ἤματι τῷ ὅτε πάντας Ὀλύμπιος ἀστεροπητὴς ἀθανάτους ἐκάλεσσε θεοὺς ἐς μακρὸν Ὄλυμπον, εἶπε δ’, ὃς ἂν μετὰ εἷο θεῶν Τιτῆσι μάχοιτο, μή τιν’ ἀπορραίσειν γεράων, τιμὴν δὲ ἕκαστον ἑξέμεν ἣν τὸ πάρος γε μετ’ ἀθανάτοισι θεοῖσιν. τὸν δ’ ἔφαθ’ ὅστις ἄτιμος ὑπὸ Κρόνου ἠδ’ ἀγέραστος τιμῆς καὶ γεράων ἐπιβησέμεν, ἣ θέμις ἐστίν. ἦλθε δ’ ἄρα πρώτη Στὺξ ἄφθιτος Οὔλυμπόνδε σὺν σφοῖσιν παίδεσσι φίλου διὰ μήδεα πατρός· τὴν δὲ Ζεὺς τίμησε, περισσὰ δὲ δῶρα ἔδωκεν· αὐτὴν μὲν γὰρ ἔθηκε θεῶν μέγαν ἔμμεναι ὅρκον, παῖδας δ’ ἤματα πάντα ἑοῦ μεταναιέτας εἶναι. ὣς δ’ αὔτως πάντεσσι διαμπερές ὥς περ ὑπέστη ἐξετέλεσσ’· αὐτὸς δὲ μέγα κρατεῖ ἠδὲ ἀνάσσει. Φοίβη δ’ αὖ Κοίου πολυήρατον ἦλθεν ἐς εὐνήν· κυσαμένη δἤπειτα θεὰ θεοῦ ἐν φιλότητι Λητὼ κυανόπεπλον ἐγείνατο, μείλιχον αἰεί, ἤπιον ἀνθρώποισι καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσι, μείλιχον ἐξ ἀρχῆς, ἀγανώτατον ἐντὸς Ὀλύμπου. γείνατο δ’ Ἀστερίην εὐώνυμον, ἥν ποτε Πέρσης ἠγάγετ’ ἐς μέγα δῶμα φίλην κεκλῆσθαι ἄκοιτιν. ἡ δ’ ὑποκυσαμένη Ἑκάτην τέκε, τὴν περὶ πάντων Ζεὺς Κρονίδης τίμησε· πόρεν δέ οἱ ἀγλαὰ δῶρα, μοῖραν ἔχειν γαίης τε καὶ ἀτρυγέτοιο θαλάσσης.

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383 ἔτεκεν abS • 387 κείνος a • ἡγεμονεύῃ Byz. : ἡγεμονεύει o • 391 ἐς : προ[ς Π24 • 394 γε μετ᾽ : περ εν Π24 (Hermann) • 399 τὴν δὲ o : τὴν δὴ Solmsen • ἔδωκεν Aldina : δέδωκεν o • 401 ἑοὺς b • 402 ὡσαύτως a • 405 θεοῦ aS : θεῷ bQ : θεῶν k • 408 exp. Guyet, ante 407 pos. Rzach

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De su unión con Palante, la hija de Océano Estigia dio a luz en su hogar a Zelo y a Victoria de hermosos tobillos y parió a Crato y a Bíe, famosos retoños. La casa de Zeus no está al margen de ellos, ni hay sede ni camino en que el dios no les sirva de guía, sino que están siempre sentados junto a Zeus altitonante. Así lo decidió Estigia, la inmortal Oceánide, el día en que el clareador olímpico convocó al alto Olimpo a todos los dioses inmortales y dijo que a aquel de los dioses que luchara con él contra los Titanes no lo privaría de sus privilegios, sino que cada uno tendría el honor de que antes gozaba entre los dioses inmortales; y al privado por Crono de su honor y sus privilegios le dijo que accedería a su honor y sus privilegios como está mandado. Llegó la primera al Olimpo la inmortal Estigia con sus hijos por mor del plan de su padre, y Zeus la honró y le concedió extraordinarios regalos. Hizo de ella objeto del solemne juramento de los dioses y que sus hijos vivieran con él todo el tiempo. Tal como lo prometió, así lo cumplió con todos constantemente, y él tiene gran poder y es el que reina. Febe, por su parte, entró en el muy deseado lecho de Ceo; preñada entonces la diosa de su unión con el dios parió a Leto de azulado peplo, siempre dulce, amable con los humanos y con los dioses inmortales, dulce desde el principio, lo más apacible dentro del Olimpo. Y parió a Asteria de ilustre nombre, a la que un día Perses se llevó a su gran casa para que fuera su esposa. Quedose esta encinta y dio a luz a Hécate, a la que honró Zeus Cronida sobre todas las cosas y le ofreció espléndidos dones40: obtener en suerte la tierra y la mar estéril, 40 De Hécate sigue una solemne loa (en tercera persona) a la que suele designarse como “Himno a Hécate”, diosa tal vez de origen cario y cuyo culto, más bien privado, no se conoce en Grecia más que a partir del s. V a. C. La divinidad aquí celebrada no tiene nada que ver con la diosa lunar patrona de la magia e infernal que conocemos luego, sino que es un espíritu servicial y protector con todo el género

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἡ δὲ καὶ ἀστερόεντος ἀπ’ οὐρανοῦ ἔμμορε τιμῆς, ἀθανάτοις τε θεοῖσι τετιμένη ἐστὶ μάλιστα. καὶ γὰρ νῦν, ὅτε πού τις ἐπιχθονίων ἀνθρώπων ἔρδων ἱερὰ καλὰ κατὰ νόμον ἱλάσκηται, κικλήσκει Ἑκάτην· πολλή τέ οἱ ἕσπετο τιμὴ ῥεῖα μάλ’, ᾧ πρόφρων γε θεὰ ὑποδέξεται εὐχάς, καί τέ οἱ ὄλβον ὀπάζει, ἐπεὶ δύναμίς γε πάρεστιν. ὅσσοι γὰρ Γαίης τε καὶ Οὐρανοῦ ἐξεγένοντο καὶ τιμὴν ἔλαχον, τούτων ἔχει αἶσαν ἁπάντων· οὐδέ τί μιν Κρονίδης ἐβιήσατο οὐδέ τ’ ἀπηύρα ὅσσ’ ἔλαχεν Τιτῆσι μέτα προτέροισι θεοῖσιν, ἀλλ’ ἔχει ὡς τὸ πρῶτον ἀπ’ ἀρχῆς ἔπλετο δασμός. οὐδ’, ὅτι μουνογενής, ἧσσον θεὰ ἔμμορε τιμῆς καὶ γεράων γαίῃ τε καὶ οὐρανῷ ἠδὲ θαλάσσῃ, ἀλλ’ ἔτι καὶ πολὺ μᾶλλον, ἐπεὶ Ζεὺς τίεται αὐτήν. ᾧ δ’ ἐθέλῃ, μεγάλως παραγίνεται ἠδ’ ὀνίνησιν· ἔν τ’ ἀγορῇ λαοῖσι μεταπρέπει ὅν κ’ ἐθέλῃσιν· ἠδ’ ὁπότ’ ἐς πόλεμον φθισήνορα θωρήσσωνται ἀνέρες, ἔνθα θεὰ παραγίνεται οἷς κ’ ἐθέλῃσι νίκην προφρονέως ὀπάσαι καὶ κῦδος ὀρέξαι. ἔν τε δίκῃ βασιλεῦσι παρ’ αἰδοίοισι καθίζει· ἐσθλὴ δ’ αὖθ’ ὁπότ’ ἄνδρες ἀγῶνι ἀεθλεύωσι,

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415 τε : δὲ b • τετιμημένη kSac (v.l. in a?) : τετιη- b (L, corr. in m) • 418 τέ et Π64 : δέ Koechly • ἕσπεται o : corr. Tr. • 419 ᾧ et Σ : οὗ v.l. in a • ὑποδέξ̣ et [Π64 : ὑπεδέξατο L, Tr. • 425 το̣π̣.ω̣τ̣ον et Π25 Σ : πρὶν b • ἀπ’ et Π25 : ἐξ aΣ : ὡς τὸ πάρος γ’ ἐξ ἀρχῆς (cf. 394) coni. Solmsen • 427 et Π25 : exp. Heyne (et Solmsen) • γεράων van Lennep (et West) : γε]ρας εν et Π25 • 429 ἐθέλῃ Π25 Byz. : -ει o EtG s.v. μεγάλως • 430 ὅν et Π25 : ᾧ a • 431 sq. om. a • 431 ἠ(ἡ)δ’ ὁπότ’ S (Q) : ἠδέποτ’ k : ἢν δέ ποτ’ b • 434 post 433 et nos : ante 433 Π25 , ante (sive post) 430 Schoemann (et Solmsen et West) • τε bkS δὲ a • 435 αὖθ’ Π25(?) : αὖ o • ἀγ. ἀ(ε)θλ. k S (a) : αγωνι α[ Π25 : ἐν ἀγῶνι ἀθλεύωσι(ν) b : ἀεθλεύωσ’ ἐν ἀγῶνι West, Solmsen (-ωσιν ἀ. Koechly)

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y también del cielo estrellado ha obtenido su porción de honor, siendo especialmente venerada entre los dioses inmortales. Todavía ahora, cuando alguno de los humanos que habitan la tierra desea propiciarla con hermosos sacrificios según la costumbre, invoca a Hécate; y gran honor sigue fácilmente a aquel cuyas súplicas acepta de buen grado la diosa; y le concede dicha, porque tiene poder para ello. De cuantos nacieron de Gea y Urano y su honor recibieron en suerte, de todos ellos obtiene ésta parte. El Cronida ni la forzó ni le quitó aquello que le tocó entre los anteriores dioses Titanes, sino que lo conserva como primero se hizo el reparto al principio; y tampoco, por ser unigénita, obtuvo la diosa menos honor en suerte o privilegios en la tierra, el cielo y la mar, sino todavía mucho más, porque Zeus la venera. A quien ella quiere, lo asiste y ayuda enormemente; en el ágora hace destacar entre la gente a quien ella quiere; y cuando los hombres se arman para la guerra destructora de hombres, allí asiste la diosa a quienes quiere ella concederles voluntaria la victoria y la gloria alcanzarles. En el juicio se sienta junto a los venerables reyes; y es buena asimismo cuando los hombres compiten en el agón,

humano en sus distintos sectores, de modo que las prerrogativas a ella concedidas según el modelo hesiódico de distribución divina de las timaí se superpone a las de diversas divinidades, sin entrar en colisión con ellas. Frente a las dudas de autenticidad planteadas por el pasaje, el cual en todo caso bien pudiera basarse en una tradición poética prehesiódica, M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 278ss. ha ofrecido argumentos convincentes en pro de su carácter genuino. En cuanto a la estructura del canto, tras la introducción de la diosa y su timé, a partir del v. 416 describe su respuesta a las preces de los hombres y su influencia en el cosmos (tierra, mar y aire), su modo de ejercerla entre las distintas ocupaciones de aquellos (vv. 429-447) y un cierre conclusivo en forma anular, o mejor de doble anillo, como señala B. A. Van Groningen, La composition littéraire archaïque grecque, 1958 (19602), p. 89 (cf. también T. Kraus, Hekate, 1960, pp. 57-64; D. Boedecker, “Hecate: A Transfunctional Goddess in the Theogony?”, TAPhA 1983; J. Strauss Clay, “The Hekate of the Theogony”, GRBS 1984; S. I. Johnston, Hekate Soteira, 1990; W. Fauth, Hekate Polymorphos, 2006; A. Zografou, Chemins d’Hécate, 2010, sobre el pasaje en general).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἔνθα θεὰ καὶ τοῖς παραγίνεται ἠδ’ ὀνίνησιν· νικήσας δὲ βίῃ καὶ κάρτει καλὸν ἄεθλον ῥεῖα φέρει χαίρων τε, τοκεῦσι δὲ κῦδος ὀπάζει· ἐσθλὴ δ’ ἱππήεσσι παρεστάμεν οἷς κ’ ἐθέλῃσιν, καὶ τοῖς οἳ γλαυκὴν δυσπέμφελον ἐργάζονται εὔχονται δ’ Ἑκάτῃ καὶ ἐρικτύπῳ Ἐννοσιγαίῳ, ῥηιδίως ἄγρην κυδρὴ θεὸς ὤπασε πολλήν, ῥεῖα δ’ ἀφείλετο φαινομένην, ἐθέλουσά γε θυμῷ· ἐσθλὴ δ’ ἐν σταθμοῖσι σὺν Ἑρμῇ ληίδ’ ἀέξειν· βουκολίας δ’ἀγέλας τε καὶ αἰπόλια πλατέ’ αἰγῶν ποίμνας τ’ εἰροπόκων ὀίων, θυμῷ γ’ ἐθέλουσα, ἐξ ὀλίγων βριάει κἀκ πολλῶν μείονα θῆκεν. οὕτω τοι καὶ μουνογενὴς ἐκ μητρὸς ἐοῦσα πᾶσι μετ’ ἀθανάτοισι τετίμηται γεράεσσι. θῆκε δέ μιν Κρονίδης κουροτρόφον, οἳ μετ’ ἐκείνην ὀφθαλμοῖσιν ἴδοντο φάος πολυδερκέος Ἠοῦς. οὕτως ἐξ ἀρχῆς κουροτρόφος, αἳδέ τε τιμαί. Ῥείη δὲ δμηθεῖσα Κρόνῳ τέκε φαίδιμα τέκνα, Ἱστίην Δήμητρα καὶ Ἥρην χρυσοπέδιλον, ἴφθιμόν τ’ Ἀίδην, ὃς ὑπὸ χθονὶ δώματα ναίει νηλεὲς ἦτορ ἔχων, καὶ ἐρίκτυπον Ἐννοσίγαιον Ζῆνά τε μητιόεντα, θεῶν πατέρ’ ἠδὲ καὶ ἀνδρῶν, τοῦ καὶ ὑπὸ βροντῆς πελεμίζεται εὐρεῖα χθών. Καὶ τοὺς μὲν κατέπινε μέγας Κρόνος, ὥς τις ἕκαστος νηδύος ἐξ ἱερῆς μητρὸς πρὸς γούναθ’ ἵκοιτο, τὰ φρονέων ἵνα μή τις ἀγαυῶν Οὐρανιώνων ἄλλος ἐν ἀθανάτοισιν ἔχοι βασιληίδα τιμήν.

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436 et Π25 : exp. Ruhnken • τοις Π25 : τοῖς Q : τοῖσι abkS • 437 δὲ : τε a • κρᾶτει Π25 • 438 δὲ Π25 akS : τε bQ • 439 ante 435 transp. Aly (et West) • 442 ῥη]ιδ[ίω]ς Π25 (ut vid.) b : ῥ. δ’ akSΣ • 445 δ’ἀγέλας Rzach : τ’ἀγέλας o ([τ’]ἀγ. Peppmüller, Solmsen) : δὲ βοῶν West • 447 κἀκ van Lennep, Schoemann, West : καὶ ἐκ et Solmsen • 450-504 adest B • 450-452 susp. Paley, exp. Solmsen • 451 πολυδερκέος kS (Σrec) : -δέρκεον b : -κέρδεον α : -κέρδιον B • 453 δὲ δμηθήσα B (-ῆσα ci. Hermann) : δ’ ὑποδμηθεῖσα abk, S (hic post ῥεῖα) • 454 Ἑστίην v : ἐστὶν ἣν καὶ Amm. Diff. s.v. βωμός al. (καὶ restit. Jacoby) • δήμητρα aBS EtM : -αν bk Amm. Eust. in Hom. p. 1564.33 • χρυσοστέφανον B • 458 πελεμίζεται Π25 SpcΔ : -το b : πολεμίζεται akBSac • 459 μέγας κρόνος, Π25BS : κρ. μέγ. Abk • ώστις B : ὅστις abkS

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donde la diosa también los asiste y ayuda, y el que vence con su fuerza y poder, fácilmente lleva su hermoso premio con gusto, y procura gloria a sus padres. Es buena para apoyar a los jinetes que ella quiere, y a aquellos que trabajan en la reluciente alborotada y rezan a Hécate y al resonante Enosigeo, fácilmente la gloriosa diosa les procura mucha pesca, y fácilmente les quita la que ven, si su corazón lo desea. Es buena para aumentar la grey en los establos, unida a Hermes, y a las manadas de vacas, extensos hatos de cabras y rebaños de lanosas ovejas, si lo desea en su corazón, de escasos los acrecienta y de numerosos los merma. Así, aun siendo unigénita por parte de madre, es honrada por sus prerrogativas entre todos los inmortales. Y el Cronida la hizo nutricia de los jóvenes que después de ella vieron con sus ojos la luz de la Aurora de amplia mirada; así, es nutricia de jóvenes desde el principio, y estos son sus poderes. Rea, rendida por Crono, dio a luz a hijos ilustres, a Istia, a Deméter y a Hera de áureas sandalias, al robusto Hades, que subterráneas moradas habita con su corazón implacable, al resonante Enosigeo y a Zeus de sabio consejo, padre de dioses y hombres, por cuyo trueno es sacudida la ancha tierra. Y el gran Crono devoraba a estos según cada uno llegaba a las rodillas de su madre desde su vientre sagrado, planeándolo así para que ningún otro de los nobles Uraniones ostentara el real privilegio entre los inmortales.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

πεύθετο γὰρ Γαίης τε καὶ Οὐρανοῦ ἀστερόεντος οὕνεκά οἱ πέπρωτο ἑῷ ὑπὸ παιδὶ δαμῆναι καὶ κρατερῷ περ ἐόντι, Διὸς μεγάλου διὰ βουλάς. τῷ ὅ γ’ ἄρ’ οὐκ ἀλαοσκοπιὴν ἔχεν, ἀλλὰ δοκεύων παῖδας ἑοὺς κατέπινε· Ῥέην δ’ ἔχε πένθος ἄλαστον. ἀλλ’ ὅτε δὴ Δί’ ἔμελλε θεῶν πατέρ’ ἠδὲ καὶ ἀνδρῶν τέξεσθαι, τότ’ ἔπειτα φίλους λιτάνευε τοκῆας τοὺς αὐτῆς, Γαῖάν τε καὶ Οὐρανὸν ἀστερόεντα, μῆτιν συμφράσσασθαι, ὅπως λελάθοιτο τεκοῦσα παῖδα φίλον, τείσαιτο δ’ Ἐρινὺς πατρὸς ἑοῖο παίδων οὓς κατέπινε μέγας Κρόνος ἀγκυλομήτης. οἱ δὲ θυγατρὶ φίλῃ μάλα μὲν κλύον ἠδ’ ἐπίθοντο, καί οἱ πεφραδέτην ὅσα περ πέπρωτο γενέσθαι ἀμφὶ Κρόνῳ βασιλῆι καὶ υἱέι καρτεροθύμῳ· πέμψαν δ’ ἐς Λύκτον, Κρήτης ἐς πίονα δῆμον, ὁππότ’ ἄρ’ ὁπλότατον παίδων ἤμελλε τεκέσθαι, Ζῆνα μέγαν· τὸν μέν οἱ ἐδέξατο Γαῖα πελώρη Κρήτῃ ἐν εὐρείῃ τρεφέμεν ἀτιταλλέμεναί τε. ἔνθά μιν ἷκτο φέρουσα θοὴν διὰ νύκτα μέλαιναν, πρώτην ἐς Λύκτον· κρύψεν δέ ἑ χερσὶ λαβοῦσα ἄντρῳ ἐν ἠλιβάτῳ, ζαθέης ὑπὸ κεύθεσι γαίης, Αἰγαίῳ ἐν ὄρει πεπυκασμένῳ ὑλήεντι.

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465 διὸς et Π25Σ : πατρὸς QΣγρ • 466 ἀρ’ Π25 (ci. Peppmüller) : om. O • ἀλαοσκ. et Π25 : ἀλλὰσκοπιὴν (sic) B : ἀλαὸς σκοπιὴν Rzach (ex Aristarchi lectione Hom.) • 469 λιτάνευε et Π25 : -ευσε B • 470 et Π25 : exp. Gruppe, Paley, Solmsen • 471 μῆτ[ιν] συμ- et Π25 : μήτιν φρ. L : μήτιν οἱ φρ. m • 472 ἐριν(ν)ὺς vel -ῦς codd. • 473 exp. Heyne, Paley, Solmsen • (παίδων) θ’ et in Π25 defuisse vid. : παίδων θ’ Cäsar, Schoemann, Flach, Rzach, Mazon, West () • 478-480 exp. Solmsen (477-84 exp. Goettling; duas recensiones 477, 481-84 et 478-80 dist. Hermann; 481-84 exp. Arth. Meyer, 481-83 Guyet) • 477 λύκτον et Σ : λύκτρον B : δί(κτον) Lγρ • 480 κρήτῃ ἐν : κρύψεν δ’ b • τραφέμεν Sac • 481 μιν k (ci. Hermann) : μὲν abBS • 482 λύκτρον B • χειρὶ a • 484 Αἰγείῳ (Σ??) Paley : Αργαίῳ Frobenius

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Pues sabía por Gea y Urano estrellado que era su destino ser sometido por su propio hijo, por fuerte que él fuese, por decisión del gran Zeus. Por eso él no bajaba la guardia, sino que, vigilante, devoraba a sus hijos; y Rea soportaba un dolor insufrible41. Pero cuando iba a dar a luz a Zeus, padre de dioses y hombres, entonces rogó a sus propios padres, a Gea y Urano estrellado, que la ayudaran a urdir un plan para dar a luz en secreto a su hijo y vengar la Erinis de su padre por los hijos que devoraba el gran Crono de mente retorcida. Ellos escucharon y obedecieron sin duda a su hija y le contaron cuánto estaba destinado que ocurriera con Crono soberano y su hijo de fuerte espíritu. Enviáronla a Licto, el fértil pueblo de Creta, cuando iba a dar a luz al más joven de sus hijos, al gran Zeus, al cual acogió la monstruosa Gea para criarlo y cuidarlo en la ancha Creta. Allí llegó llevándolo en la veloz noche negra, a Licto la primera; y tomándolo en sus manos lo escondió en honda cueva, bajo las profundidades de la tierra sagrada, en el monte Egeo, poblado y boscoso. 41 El mito de sucesión en su segunda fase (vv. 453-506) es paralelo a la historia hurrito-hetita de Kumarbi, quien habiendo tragado el semen de su padre Anu (el Cielo) concibió en su interior una criatura, el dios del tiempo, al que, no consiguiendo aniquilarlo con una piedra que tragó, lo acabó por vomitar; y combina este, además de con elementos del folclore, con un mito minoico sobre el nacimiento de un dios de la vegetación en una gruta de las islas (cuya ubicación varía según las versiones), luego sustituido por un Zeus de origen y rasgos distintos a los del hesiódico a juzgar por las referencias histórico-literarias, como el ruidoso acompañamiento del natalicio por la danza de los Curetes, cf. A. B. Cook, Zeus. A Study in Ancient Religion, vol. III 1, Cambridge, 1940, pp. 927-938; U. Hölscher, “Anaximander und die Anfänge der Philosophie”, II, Hermes 81 (1953), pp. 406ss.; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, comm. ad loc.: Licto es una de las ciudades cretenses importantes mencionadas en el Catálogo de las Naves homérico (Il. II 646ss.) y más o menos próximas había varias grutas que gozaban de culto desde la época minoica, algunas de las cuales puede ser aquella en la que piensa Hesíodo, si bien la cueva que más tarde se identificó con la del nacimiento de Zeus estaba situada en el monte Ida. La supuesta piedra arrojada por Crono fue clavada en Delfos y era mostrada y recibía culto todavía en época de Pausanias (X 24, 6).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

τῷ δὲ σπαργανίσασα μέγαν λίθον ἐγγυάλιξεν Οὐρανίδῃ μέγ’ ἄνακτι, θεῶν προτέρων βασιλῆι. τὸν τόθ’ ἑλὼν χείρεσσιν ἑὴν ἐσκάτθετο νηδύν, σχέτλιος, οὐδ’ ἐνόησε μετὰ φρεσὶν ὥς οἱ ὀπίσσω ἀντὶ λίθου ἑὸς υἱὸς ἀνίκητος καὶ ἀκηδὴς λείπεθ’, ὅ μιν τάχ’ ἔμελλε βίῃ καὶ χερσὶ δαμάσσας τιμῆς ἐξελάαν, ὁ δ’ ἐν ἀθανάτοισιν ἀνάξειν. Καρπαλίμως δ’ ἄρ’ ἔπειτα μένος καὶ φαίδιμα γυῖα ηὔξετο τοῖο ἄνακτος· ἐπιπλομένου δ’ ἐνιαυτοῦ Γαίης ἐννεσίῃσι πολυφραδέεσσι δολωθεὶς ὃν γόνον ἂψ ἀνέηκε μέγας Κρόνος ἀγκυλομήτης νικηθεὶς τέχνῃσι βίηφί τε παιδὸς ἑοῖο. πρῶτον δ’ ἐξήμησε λίθον, πύματον καταπίνων, τὸν μὲν Ζεὺς στήριξε κατὰ χθονὸς εὐρυοδείης Πυθοῖ ἐν ἠγαθέῃ γυάλοις ὕπο Παρνησσοῖο, σῆμ’ ἔμεν ἐξοπίσω, θαῦμα θνητοῖσι βροτοῖσιν. Λῦσε δὲ πατροκασιγνήτους ὀλοῶν ὑπὸ δεσμῶν, Οὐρανίδας, οὓς δῆσε πατὴρ ἀεσιφροσύνῃσιν· οἵ οἱ ἀπεμνήσαντο χάριν εὐεργεσιάων, δῶκαν δὲ βροντὴν ἠδ’ αἰθαλόεντα κεραυνὸν καὶ στεροπήν· τὸ πρὶν δὲ πελώρη Γαῖα κεκεύθει· τοῖς πίσυνος θνητοῖσι καὶ ἀθανάτοισιν ἀνάσσει. Κούρην δ’ Ἰαπετὸς καλλίσφυρον Ὠκεανίνην ἠγάγετο Κλυμένην καὶ ὁμὸν λέχος εἰσανέβαινεν. ἡ δέ οἱ Ἄτλαντα κρατερόφρονα γείνατο παῖδα, τίκτε δ’ ὑπερκύδαντα Μενοίτιον ἠδὲ Προμηθέα ποικίλον αἰολόμητιν ἁμαρτίνοόν τ’ Ἐπιμηθέα, ὃς κακὸν ἐξ ἀρχῆς γένετ’ ἀνδράσιν ἀλφηστῇσιν·

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486 exp. Flach et Paley • προτέρων West : -ῳ o : πρότερον Peppmüller • 487 ἐγκάτ(έ)θετο b (Q) • 491 ἐξελάειν S • ἀνάξειν k (ut vid.) m BS : ἀέξειν aL • 493 τοῖο kS : τοῖο (τ’οἲς B) δ’ abB • ἐπιπλομένου δ’ ἐνιαυτοῦ et Σ : -ων δ’ -ῶν aS • 494 exp. Goettling, Wilam., Mazon • χολωθεὶς aLγρ • 496 exp. Heyne, Flach, Paley, Rzach, Solmsen (cf. ad 494) • 497 ἐξήμησε abBS : ἐξήμεσσε Hermann, Passow (ex ἐξήμεσε k) • †πύματον καταπίνων† Solmsen : -πιών dubitanter Goettling, Fick, Mazon • 499 Παρνησσοῖο v Apoll. Soph. s.v. γύαλον : Παρνησοῖο Bn K • 501-506 secl. Wolf, Flach, Paley (492-506 Arth. Meyer, Jacoby); post 501 Merkelbach et Solmsen 140 add. • 501 ὑπὸ bk : ἀπὸ aBS • 503 τίσιν Sac ut vid. • post 504 deficit B

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Envolvió entre pañales una piedra grande y se la entregó al gran soberano Uránida, al rey de los dioses primeros; cogiola él con las manos y la introdujo en su estómago, el malvado, sin parar mientes en que, en lugar de la piedra, quedaba atrás su hijo invencible y descuidado, el cual pronto iba a someterle por la fuerza y con sus manos y a despojarlo de su honor y reinar él entre los inmortales. Rápidamente crecía la fuerza y los ilustres miembros del soberano; y, pasado el tiempo, engañado por las muy convincentes sugerencias de Gea echó fuera de nuevo a su prole el gran Crono de mente retorcida vencido por las mañas y la fuerza de su hijo. Primero vomitó la piedra, lo último que había tragado, que Zeus hincó en el suelo de anchos caminos en la muy sagrada Pito, bajo las gargantas del Parnaso, para que sirviera de señal en el futuro y de admiración para los mortales. Y liberó a los hermanos de su padre de las funestas cadenas, a los Uránidas, a los que el padre encarceló en su desatino; guardáronle ellos gratitud por sus beneficios y le proporcionaron el trueno, el ardiente rayo y el relámpago, que anteriormente escondía la monstruosa Gea; confiado en ellos reina sobre los mortales y los inmortales. Llevose Jápeto a la joven Oceánide de hermosos tobillos, a Clímene, y se metió con ella en el lecho. Diole esta un hijo, Atlas, de espíritu fuerte y dio a luz al muy famoso Menecio, al artero Prometeo42 rico en ardides y a Epimeteo de mente extraviada, que desde el principio fue un mal para los emprendedores hombres,

42 El relato de la descendencia del último Titán es retardado hasta este punto en parte porque necesitaba de la existencia de Zeus, al cual son rebeldes tres de los cuatro descendientes y el cuarto insensato culpable, además de objeto de castigo del dios como los otros, y en parte por el particular desarrollo digresivo del mito de Prometeo, el cual contiene un triple aition en forma de sucesivos castigos de Zeus a ofensas de Prometeo, a saber: por qué en los sacrificios, a los dioses se consagra la grasa y los huesos de la víctima mientras que los fieles comen la carne (primer engaño a Zeus de

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

πρῶτος γάρ ῥα Διὸς πλαστὴν ὑπέδεκτο γυναῖκα παρθένον. ὑβριστὴν δὲ Μενοίτιον εὐρύοπα Ζεὺς εἰς Ἔρεβος κατέπεμψε βαλὼν ψολόεντι κεραυνῷ εἵνεκ’ ἀτασθαλίης τε καὶ ἠνορέης ὑπερόπλου. Ἄτλας δ’ οὐρανὸν εὐρὺν ἔχει κρατερῆς ὑπ’ ἀνάγκης πείρασιν ἐν γαίης πρόπαρ Ἑσπερίδων λιγυφώνων ἑστηώς κεφαλῇ τε καὶ ἀκαμάτῃσι χέρεσσιν· ταύτην γάρ οἱ μοῖραν ἐδάσσατο μητίετα Ζεύς. δῆσε δ’ ἀλυκτοπέδῃσι Προμηθέα ποικιλόβουλον, δεσμοῖς ἀργαλέοισι, μέσον διὰ κίον’ ἐλάσσας· καί οἱ ἐπ’ αἰετὸν ὦρσε τανύπτερον· αὐτὰρ ὅ γ’ ἧπαρ ἤσθιεν ἀθάνατον, τὸ δ’ ἀέξετο ἶσον ἁπάντῃ νυκτός ὅσον πρόπαν ἦμαρ ἔδοι τανυσίπτερος ὄρνις.

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518 exp. Jacoby (noverunt Σ Procl. in Tim. 24e) • fort. πρόπαρ’ (Sittl, West) • 519 (=747) exp. Guyet et Solmsen; an ante 518? Solmsen • 521 δῆσε δ’ et EtG s.v. ἀλυκτοπέδῃσι : δῆσας Hdn. 2.7.24 et 27 L., Choerob. in Gramm. Gr. 4.1.123.12 • 522 v. dubius Solmsen • 525 ἔδει ab : ἔδυ Et

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pues fue el primero en acoger en casa de parte de Zeus a la joven mujer una vez moldeada. Al insolente Menecio arrojolo Zeus de ancha mirada al Érebo hiriéndolo con su humeante rayo a causa de su temeridad y su virilidad arrogante. Atlas sostiene el ancho cielo por imperiosa necesidad en los confines de la tierra, frente a las Hespérides de dulce sonido, apoyado en su cabeza y sus incansables brazos43; esta suerte el prudente Zeus le ha asignado. A Prometeo de voluntad versátil lo sujetó con ataduras, con penosas cadenas, estribándolo por mitad de una columna, y lanzó sobre él su águila de extensas alas; y ella comía su inmortal hígado, pero este crecía por igual durante la noche, tanto como el ave de extensas alas comía por el día.

Prometeo); la invención del fuego (que Prometeo roba a Zeus, según un mito muy extendido por diversas latitudes, cf. J. G. Frazer, Myths of the Origin of Fire, London, 1930) y, otro mito no menos difundido (cf. Stith Thompson, Motif-Index of Folk-Literature, 1955-1958, I, p. 210), la existencia de la mujer, perniciosa pero a la vez benéfica para el hombre, como subsiguiente castigo indirecto de Zeus a Prometeo y a toda la humanidad, cf. O. Lendle, Die Pandora-Sage bei Hesiod, Würzburg, 1957; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 305ss. con bibliografía; F. C. Philips, “Narrative compression and the myths of Prometheus in Hesiod”, CJ 1973; H. Neitzel, Homer-Rezeption bei Hesiod: Interpretation ausgewäldte Passagen, 1975; J. P. Vernant, “Le mythe prométhéen chez Hesiode (Théogonie 536-616; Travaux 42-105)”, en Il mito Greco, 1977; A. Casanova, La famiglia di Pandora, 1979; C. García Gual, Prometeo: mito y tragedia, 1979; J.-V. Schmidt, “Die Einheit des Prometheus-Mythos in der Theogonie des Hesiods”, Hermes 1988; J. Holzhausen, “Das ‘Ubel’ der Frauen. Zu Hesiods Pandora-Mythos”, WJA N. F. 2004. 43 Además de la versión hesiódica de la labor de Atlas, según la cual este sostiene con su cabeza y sus brazos la bóveda celeste allí donde se termina la tierra, otras tres versiones son conocidas, de las cuales en una, la homérica (Od. I 52ss.) y de la cual A. Lesky (“Hethitische Texte und griechischer Mithos”, Anz. d. Öst. Ak. 1950, pp. 148ss.) ha apuntado un paralelo en el Canto de Ullikummi hetito-hurrita, Atlas vive en el mar y soporta las columnas que sostienen el cielo desde la tierra; en otra, referida por Pausanias (5, 1, 5; 18, 4), el titánida sostiene el cielo y la propia tierra (acaso una interpretación errónea del conocido globo a hombros de Atlas que en realidad representaba solo el cielo); según un compromiso racionalista de las distintas versiones, Atlas es el monte de África y como tal pilar que sostiene el cielo (Hdt. 4, 184, 3).

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τὸν μὲν ἄρ’ Ἀλκμήνης καλλισφύρου ἄλκιμος υἱὸς Ἡρακλέης ἔκτεινε, κακὴν δ’ ἀπὸ νοῦσον ἄλαλκεν Ἰαπετιονίδῃ καὶ ἐλύσατο δυσφροσυνάων, οὐκ ἀέκητι Ζηνὸς Ὀλυμπίου ὕψιμέδοντος, ὄφρ’ Ἡρακλῆος Θηβαγενέος κλέος εἴη πλεῖον ἔτ’ ἢ τὸ πάροιθεν ἐπὶ χθόνα πουλυβότειραν. ταῦτ’ ἄρα ἁζόμενος τίμα ἀριδείκετον υἱόν· καί περ χωόμενος παύθη χόλου ὃν πρὶν ἔχεσκεν, οὕνεκ’ ἐρίζετο βουλὰς ὑπερμενέι Κρονίωνι. Καὶ γὰρ ὅτ’ ἐκρίνοντο θεοὶ θνητοί τ’ ἄνθρωποι Μηκώνῃ, τότ’ ἔπειτα μέγαν βοῦν πρόφρονι θυμῷ δασσάμενος προύθηκε, Διὸς νόον ἐξαπαφίσκων. τῷ μὲν γὰρ σάρκας τε καὶ ἔγκατα πίονα δημῷ ἐν ῥινῷ κατέθηκε, καλύψας γαστρὶ βοείῃ, τῷ δ’ αὖτ’ ὀστέα λευκὰ βοὸς δολίῃ ἐπὶ τέχνῃ εὐθετίσας κατέθηκε καλύψας ἀργέτι δημῷ. δὴ τότε μιν προσέειπε πατὴρ ἀνδρῶν τε θεῶν τε· “Ἰαπετιονίδη, πάντων ἀριδείκετ’ ἀνάκτων, ὦ πέπον, ὡς ἑτεροζήλως διεδάσσαο μοίρας.” ὣς φάτο κερτομέων Ζεὺς ἄφθιτα μήδεα εἰδώς· τὸν δ’ αὖτε προσέειπε Προμηθεὺς ἀγκυλομήτης, ἦκ’ ἐπιμειδήσας, δολίης δ’ οὐ λήθετο τέχνης· “Ζεῦ κύδιστε μέγιστε θεῶν αἰειγενετάων, τῶνδ’ ἕλευ ὁπποτέρην σε ἐνὶ φρεσὶ θυμὸς ἀνώγει.”

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526-534 exp. Paley et Solmsen (523-33 exp. Gerhard) • 530 Θηβαιγενέος Paris. 2678 • 532 ταῦτ’ ἄρα φραζόμενος Graevius; • φραζόμενος, τιμᾶν…υἱόν, Sitzler • 537 διὸς Tr. (Lpc in ras.) : ζηνὸς o • 538 τῷ o : τοῖς Byz. Schoemann • πίονα Tr. (ut vid.) Schoemann al. : πίονι o • 540 τῷ o : τοῖς West, Solmsen • 543 περιδείκετ’ aΣ • 549 τῶνδ’ H. Fränkel et van Lennep, Lehrs, Flach, Schoemann, Paley (pro τῶν δ’) : δ’ om. a • σε abk et Π66 : γε S : σε γ’ Paley

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Diole muerte el valiente hijo de Alcmena de hermosos tobillos, Heracles, y alejó el penoso tormento del Japetiónida, liberándolo de sus cuitas, no contra la voluntad de Zeus olímpico, que reina en las alturas, para que la gloria de Heracles de tebana estirpe fuera todavía mayor que antes en la muy nutricia tierra. Con esta inquietud honraba a su ilustre hijo; y, aunque enfadado, puso fin a la cólera que antes sentía44 porque aquel contendía en planes con el muy poderoso Cronión. Cuando, en efecto, los dioses y los humanos mortales se separaron en Mecone45, aquel puso delante un gran buey y lo repartió de buen grado, queriendo engañar la mente de Zeus. Para el uno metió la carne y las entrañas ricas en grasa dentro de la piel y las escondió en el vientre del buey; para el otro dispuso los blancos huesos del buey arreglándolos con tramposa maña y cubriéndolos con brillante grasa. Díjole entonces el padre de hombres y dioses: “Japetiónida, glorioso entre todos los soberanos, amigo mío, cuán deslealmente has dividido las partes”. Así dijo con sarcasmo Zeus, que sabe de inmortales designios. Y le replicó Prometeo de mente retorcida sonriendo suavemente y sin olvidar su tramposa maña: “Zeus, el más noble y más grande de los dioses sempiternos, toma de ambas partes aquella que en tus mientes te dicta el ánimo”.

44 Los versos 523-533 son condenados por algunos autores con el argumento de que aquí Prometeo parece ser liberado de su tortura mientras que en el v. 616 continúa todavía apresado. Pero la aparente contradicción no tiene por qué ser tal si se piensa que la intervención de Heracles propiciada por Zeus se limita en realidad a dar muerte al águila que devoraba el hígado de Prometeo, que es lo que por lo demás constituye verdaderamente una hazaña propia del héroe liberador de plagas y monstruos, y no a liberar a aquel de sus cadenas, como de hecho ocurre en versiones posteriores del mito empezando por la de Esquilo, PV 872, 1020ss. 45 Según diversas fuentes (sch. Pi. N. 9, 123; Strab. 382; St. Byz. s. v. Σικυών, Et. gen. s. v. Μηκώνη) Mecone sería el nombre antiguo de Sición, en cuyo lugar el mito de la separación entre dioses y hombres puede haber sido situado solamente por alguna versión interesada de origen sicionio o del nordeste del Peloponeso, la cual estaría detrás del mito hesiódico.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

φῆ ῥα δολοφρονέων· Ζεὺς δ’ ἄφθιτα μήδεα εἰδὼς γνῶ ῥ’ οὐδ’ ἠγνοίησε δόλον· κακὰ δ’ ὄσσετο θυμῷ θνητοῖς ἀνθρώποισι, τὰ καὶ τελέεσθαι ἔμελλε. χερσὶ δ’ ὅ γ’ ἀμφοτέρῃσιν ἀνείλετο λευκὸν ἄλειφαρ, χώσατο δὲ φρένας ἀμφί, χόλος δέ μιν ἵκετο θυμόν, ὡς ἴδεν ὀστέα λευκὰ βοὸς δολίῃ ἐπὶ τέχνῃ. ἐκ τοῦ δ’ ἀθανάτοισιν ἐπὶ χθονὶ φῦλ’ ἀνθρώπων καίουσ’ ὀστέα λευκὰ θυηέντων ἐπὶ βωμῶν. Τὸν δὲ μέγ’ ὀχθήσας προσέφη νεφεληγερέτα Ζεύς· “Ἰαπετιονίδη, πάντων πέρι μήδεα εἰδώς, ὦ πέπον, οὐκ ἄρα πω δολίης ἐπελήθεο τέχνης.” ὣς φάτο χωόμενος Ζεὺς ἄφθιτα μήδεα εἰδώς. ἐκ τούτου δἤπειτα δόλου μεμνημένος αἰεὶ οὐκ ἐδίδου μελίῃσι πυρὸς μένος ἀκαμάτοιο θνητοῖς ἀνθρώποις, οἳ ἐπὶ χθονὶ ναιετάουσιν· ἀλλά μιν ἐξαπάτησεν ἐὺς πάις Ἰαπετοῖο κλέψας ἀκαμάτοιο πυρὸς τηλέσκοπον αὐγὴν ἐν κοίλῳ νάρθηκι· δάκεν δ’ ἄρα νειόθι θυμὸν Ζῆν’ ὑψιβρεμέτην, ἐχόλωσε δέ μιν φίλον ἦτορ ὡς ἴδ’ ἐν ἀνθρώποισι πυρὸς τηλέσκοπον αὐγήν. Αὐτίκα δ’ ἀντὶ πυρὸς τεῦξεν κακὸν ἀνθρώποισιν· γαίης γὰρ σύμπλασσε περικλυτὸς Ἀμφιγυήεις παρθένῳ αἰδοίῃ ἴκελον Κρονίδεω διὰ βουλάς· ζῶσε δὲ καὶ κόσμησε θεὰ γλαυκῶπις Ἀθήνη ἀργυφέῃ ἐσθῆτι· κατὰ κρῆθεν δὲ καλύπτρην δαιδαλέην χείρεσσι κατέσχεθε, θαῦμα ἰδέσθαι· ἀμφὶ δέ οἱ στεφάνους νεοθηλέoς ἄνθεσι ποίης ἱμερτοὺς παρέθηκε καρήατι Παλλὰς Ἀθήνη·

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553 γρ. ἀργετα (sic) δημὸν L1γρ • ἄλειφα EtG s.v. • 554 δέ μιν ante χόλος mS et Π66 δ’[ : om. Lac (post χ. Lpc, m. 1?) • θυμόν QKpc (m. 1 ex -οῦ) : -ῷ cett. • 555 βοὸς…τέχνῃ : θυηέντων ἐπὶ βωμῶν QSac (e 557) • 560 sq. om. n • ἐπιλήθεο kvS • 562 χόλου Sac • 563 μελίῃσι kLSΣ : -οισι am • ἀθανάτοιο b • 564 et Π66 : exp. Paley et Solmsen • 567 δ’ ἄρα Π13 abk : δέ οἱ QSac : δέ ἑ Spc (m. 1?) • 568 supra μιν : οἱ Π13 • 573-584 exp. Seleucus, 574-84 Jacoby • 576 sq. om. Par. 2834 (casu), exp. Wolf et Schoemann, Flach, Lehrs, Rzach, Mazon, West • 576 νεοθηλέος S : -ας et Π13 • ἄνθεα Π13 (Byz.) • 577 παρέθηκε o : περίθηκε Hermann et West et Solmsen

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TEOGONÍA 550

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Así dijo con astuta idea; pero Zeus, que conoce inmortales designios, se dio cuenta y no ignoró el engaño; y en su ánimo presagió males para los humanos mortales, que habían de cumplirse. Levantó con ambas manos la blanca grasa y se enojó en sus entrañas, llegándole la cólera al alma, cuando vio los blancos huesos del buey según la tramposa maña. Por eso las tribus de hombres que hay sobre la tierra queman en honor de los inmortales blancos huesos en los humeantes altares. Díjole muy enfadado Zeus amontonador de nubes: “Japetiónida, experto en designios de todo tipo, amigo mío, ciertamente no se te ha olvidado tu tramposa maña”. Así dijo enojado Zeus que conoce inmortales designios. Desde entonces, acordándose constantemente del engaño, no daba a los fresnos la fuerza del fuego incesante para los hombres mortales, que viven sobre la tierra. Pero lo engañó el valiente hijo de Jápeto robando la llama del fuego incesante que se ve de lejos en el hueco de una cañaheja; y mordió en medio de su corazón a Zeus altitonante, irritándole en el alma, cuando vio entre los hombres la llama del fuego que se ve de lejos. Al punto creó a cambio del fuego un mal para los hombres. El muy ilustre Cojo modeló de barro una imagen igual a una augusta doncella por decisión del Cronida46; la diosa Atenea de ojos de lechuza la ciñó y arregló con vestido de plateado brillo; de la cabeza le colgó con sus manos un velo primorosamente bordado, maravilla de ver; con deliciosas coronas de frescas flores silvestres ciñó su frente Palas Atenea.

46 Al contrario del mito de Prometeo propiamente dicho, el relato teogónico de su secuela, la creación de la primera mujer, es más sintético que la versión de Trabajos y Días (vv. 60-82), procediendo directamente a su ejecución por parte de Hefesto y centrando la atención en su ornato externo, mientras que la otra hace preceder su confección por la orden correspondiente de Zeus y presta también atención a cualidades internas como su carácter, su elocuencia y su poder de seducción, otorgados a su vez por otras divinidades además de Hefesto y Atenea intervinientes en Teogonía.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἀμφὶ δέ οἱ στεφάνην χρυσέην κεφαλῆφιν ἔθηκε, τὴν αὐτὸς ποίησε περικλυτὸς Ἀμφιγυήεις ἀσκήσας παλάμῃσι, χαριζόμενος Διὶ πατρί. τῇ δ’ ἔνι δαίδαλα πολλὰ τετεύχατο, θαῦμα ἰδέσθαι, κνώδαλ’ ὅσ’ ἤπειρος δεινὰ τρέφει ἠδὲ θάλασσα· τῶν ὅ γε πόλλ’ ἐνέθηκε, χάρις δ’ ἐπὶ πᾶσιν ἄητο, θαυμάσια, ζωοῖσιν ἐοικότα φωνήεσσιν. Αὐτὰρ ἐπεὶ δὴ τεῦξε καλὸν κακὸν ἀντ’ ἀγαθοῖο, ἐξάγαγ’ ἔνθα περ ἄλλοι ἔσαν θεοὶ ἠδ’ ἄνθρωποι, κόσμῳ ἀγαλλομένην γλαυκώπιδος Ὀβριμοπάτρης· θαῦμα δ’ ἔχ’ ἀθανάτους τε θεοὺς θνητούς τ’ ἀνθρώπους ὡς εἶδον δόλον αἰπύν, ἀμήχανον ἀνθρώποισιν. ἐκ τῆς γὰρ γένος ἐστὶ γυναικῶν θηλυτεράων, [τῆς γὰρ ὀλώιόν ἐστι γένος καὶ φῦλα γυναικῶν,] πῆμα μέγα θνητοῖσι, μετ’ ἀνδράσι ναιετάουσαι, οὐλομένης πενίης οὐ σύμφοροι, ἀλλὰ κόροιο. ὡς δ’ ὁπότ’ ἐν σμήνεσσι κατηρεφέεσσι μέλισσαι κηφῆνας βόσκουσι, κακῶν ξυνήονας ἔργων· αἱ μέν τε πρόπαν ἦμαρ ἐς ἠέλιον καταδύντα ἠμάτιαι σπεύδουσι τιθεῖσί τε κηρία λευκά, οἱ δ’ ἔντοσθε μένοντες ἐπηρεφέας κατὰ σίμβλους ἀλλότριον κάματον σφετέρην ἐς γαστέρ’ ἀμῶνται· ὣς δ’ αὔτως ἄνδρεσσι κακὸν θνητοῖσι γυναῖκας Ζεὺς ὑψιβρεμέτης θῆκε, ξυνήονας ἔργων ἀργαλέων. ἕτερον δὲ πόρεν κακὸν ἀντ’ ἀγαθοῖο, ὅς κε γάμον φεύγων καὶ μέρμερα ἔργα γυναικῶν μὴ γῆμαι ἐθέλῃ, ὀλοὸν δ’ ἐπὶ γῆρας ἵκηται

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578-584 exp. P. Friedländer et Solmsen, 581-84 Sellschopp • 582 δεινα Π13 : πολλὰ (e 581?) o EtG s.v. κνώδαλα • 583 επι πασιν αητο Π13 : ἀπελάμπετο πολλή o • 587 ἀγαλλόμενοι a Lac • 590 exp. Heyne, 591 om. Par. 2833, exp. Schoemann (utrumque habet Π13, 591-93 Stob. 4.22.165) • 591 ὀλοίιόν Nauck • 592 μετ’ o : σὺν Stob. • ναιετάουσαι Sac (Bergk et West) : -σιν et Stob. • 593 ἀλλὰ κόροιο et Σ Stob. (L1γρ) : ἀλλ’ ἀκόρεστοι b • 594 ὁπότ’ ἐν aS : ὁπότε bk : ὅταν ἐν sch. Theocr. 1.107 • 595 βόσκουσι aS : -ωσι bk • 597 ἠμάτιον b : ἀκάματοι Hermann (-αι Goettling) • 600 ὣς δ’ αὔτως et Stob. 4.22.82 : ὡσαύτως bkSac • 602 λευγαλέων Stob. • ἕτερον-612 exp. Solmsen (603-12 Schwartz) • 604 εἰς γῆρας ἵκοιτο Stob. (ἱκάνει Peppmüller)

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TEOGONÍA

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Y en torno a la cabeza áurea diadema le puso, que él mismo fabricó, el muy ilustre Cojo, tras forjarla con sus manos, por dar gusto al padre Zeus; en ella estaban representadas muchas figuras artísticas, maravilla de ver, todas cuantas bestias terribles cría el mar y la tierra, muchas de ellas allí incluyó, y todas exhalando encanto, admirables, semejantes a seres vivos provistos de habla. Y cuando hubo creado el hermoso mal a cambio del bien lo llevó a donde los demás dioses y hombres estaban, espléndida con el atavío de la del poderoso padre, la de ojos de lechuza. Admirados quedaron dioses inmortales y mortales hombres cuando vieron el completo engaño, irresistible para los hombres. De ella procede la estirpe de las femeninas mujeres, (de ella es la destructiva estirpe y las tribus de las mujeres,) gran calamidad para los mortales, que habitan entre los varones, compañeras no de la funesta pobreza, sino de la abundancia. Como cuando en cubiertos enjambres las abejas alimentan a los zánganos, amigos de miserables acciones; afánanse ellas todo el día hasta que el sol se pone, un día tras otro, en fabricar los blancos panales, mientras ellos permanecen dentro de las abrigadas colmenas cosechando en su vientre el esfuerzo ajeno; así también, para desgracia de los hombres mortales, creó Zeus altitonante a las mujeres, amigas de acciones molestas. Y otro mal les dio a cambio del bien: el que huyendo del matrimonio y las nocivas obras de las mujeres no quiere casarse y llega a la funesta vejez

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

χήτει γηροκόμοιο, ὅ γ’ οὐ βιότου ἐπιδευὴς ζώει, ἀποφθιμένου δὲ διὰ ζωὴν δατέονται χηρωσταί· ᾧ δ’ αὖτε γάμου μετὰ μοῖρα γένηται, κεδνὴν δ’ ἔσχεν ἄκοιτιν ἀρηρυῖαν πραπίδεσσι, τῷ δέ τ’ ἀπ’ αἰῶνος κακὸν ἐσθλῷ ἀντιφερίζει ἐμμενές· ὃς δέ κε τέτμῃ ἀταρτηροῖο γενέθλης, ζώει ἐνὶ στήθεσσιν ἔχων ἀλίαστον ἀνίην θυμῷ καὶ κραδίῃ, καὶ ἀνήκεστον κακόν ἐστιν. Ὣς οὐκ ἔστι Διὸς κλέψαι νόον οὐδὲ παρελθεῖν· οὐδὲ γὰρ Ἰαπετιονίδης ἀκάκητα Προμηθεὺς τοῖό γ’ ὑπεξήλυξε βαρὺν χόλον, ἀλλ’ ὑπ’ ἀνάγκης καὶ πολύιδριν ἐόντα μέγας κατὰ δεσμὸς ἐρύκει. Βριάρεῳ δ’ ὡς πρῶτα πατὴρ ὠδύσσατο θυμῷ Κόττῳ τ’ ἠδὲ Γύγῃ, δῆσε κρατερῷ ἐνὶ δεσμῷ, ἠνορέην ὑπέροπλον ἀγώμενος ἠδὲ καὶ εἶδος καὶ μέγεθος· κατένασσε δ’ ὑπὸ χθονὸς εὐρυοδείης. ἔνθ’ οἵ γ’ ἄλγε’ ἔχοντες ὑπὸ χθονὶ ναιετάοντες εἵατ’ ἐπ’ ἐσχατιῇ μεγάλης ἐν πείρασι γαίης δηθὰ μάλ’ ἀχνύμενοι, κραδίῃ μέγα πένθος ἔχοντες.

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605 γ’ abS Stob. : δ’ k • βιότου Stob. : β. δ’ aS : β. τ’ bk : β. γ’ Byz. • 606 ζώῃ Stob. • ζωὴν Π14 k Stob. : κτῆσιν abS • 608 ἔσχετ’ Stob. • 609 δ’ ἀπ’ aL : δὲ δι’ Schoemann • 610 ἐμμενές corr. Wopkens : ἔμμεναι oΣ • τεύξῃ n : τέκη v • 617 βριάρεω bkSpcΣΔ (-ων v.l. in v) : ὀ (ὁ-, ὀμ-)βρ. aSacLI γρ(del.), sch. T Il. I 403 (et West) • πρῶτα bQS : τὰ πρῶτα akLI γρ(del.), sch. T • 618 γύγῃ et ΣΔ : γύῃ aS

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falto a su edad de quien lo cuide, ese vive no carente de medios, pero al morir se reparten su hacienda los parientes; en cambio al que toca en suerte el matrimonio y obtiene una fiel esposa de mente sensata, a ese, mientras viva, el mal se le compensa con el bien permanentemente; pero al que le toca la clase funesta vive con una angustia insoslayable en su pecho, en su alma y su corazón, y su mal es incurable. Así, no es posible ocultar la mente a Zeus ni burlarlo, pues ni siquiera el afable Prometeo Japetiónida se escapó a su pesada cólera, sino que a la fuerza una gruesa cadena lo sujeta, tan sabido como él era47. Una vez que su padre se irritó en su corazón con Briáreo, con Coto y con Giges, aprisionolos con fuerte cadena receloso de su arrogante virilidad, su aspecto y su estatura, y los instaló bajo el suelo de anchos caminos. Allí, habitando entre tormentos bajo el suelo, residían en los confines del extremo de la vasta tierra, afligidos todo el tiempo, con gran congoja en su corazón.

47 La conclusión del mito de Prometeo (vv. 507-616) es que no se puede engañar a Zeus impunemente y por ello Prometeo sufre condena, cf. O. Lendle, Die PandoraSage bei Hesiod, 1957; A. Casanova, La famiglia di Pandora, 1979; J. Holzhausen, “Das ‘Ubel’ der Frauen. Zu Hesiods Pandora-Mythos”, WJA N. F. 2004. Para la versión del mito en Trabajos y Días cf. H. Neitzel, Homer-Rezeption bei Hesiod: Interpretation ausgewäldte Passagen, 1975; C. García Gual, Prometeo: mito y tragedia, 1979; I. Musäus, Der Pandoramythos bei Hesiod und seine Rezeption bis Erasmus von Rotterdam, 2004; J. Krajczynski & W. Rösler, “Die Substanz der Hoffnung: zum Pandora-Mythos in Hesiods Erga”, Philologus 2006. El v. 591 es considerado por M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966 (comm. ad loc.) una variante procedente de una versión “salvaje” del texto e incorporada al texto vulgata por un estudioso de época tardía que no sabía por cuál de los dos versos decidirse. El símil de los zánganos de las abejas no aparece en el epos más que en Teogonía 594-599 (aplicado a la raza de las mujeres) y en Trabajos y Días 303-306 (aplicado a los hombres holgazanes), nuevo punto de contacto entre ambos poemas significativo para su coautoría, cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre la autoría hesiódica de Teogonía y Trabajos y Días”, en Miscellanea di Studi in onore di Angelo Casanova, 2012.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἀλλά σφεας Κρονίδης τε καὶ ἀθάνατοι θεοὶ ἄλλοι οὓς τέκεν ἠύκομος Ῥείη Κρόνου ἐν φιλότητι Γαίης φραδμοσύνῃσιν ἀνήγαγον ἐς φάος αὖτις· αὐτὴ γάρ σφιν ἅπαντα διηνεκέως κατέλεξε, σὺν κείνοις νίκην τε καὶ ἀγλαὸν εὖχος ἀρέσθαι. δηρὸν γὰρ μάρναντο πόνον θυμαλγέ’ ἔχοντες ἀντίον ἀλλήλοισι διὰ κρατερὰς ὑσμίνας Τιτῆνές τε θεοὶ καὶ ὅσοι Κρόνου ἐξεγένοντο, οἱ μὲν ἀφ’ ὑψηλῆς Ὄθρυος Τιτῆνες ἀγαυοί, οἱ δ’ ἄρ’ ἀπ’ Οὐλύμποιο θεοὶ δωτῆρες ἐάων οὓς τέκεν ἠύκομος Ῥείη Κρόνῳ εὐνηθεῖσα. οἵ ῥα τότ’ ἀλλήλοισι μάχην θυμαλγέ’ ἔχοντες συνεχέως ἐμάχοντο δέκα πλείους ἐνιαυτούς, οὐδέ τις ἦν ἔριδος χαλεπῆς λύσις οὐδὲ τελευτὴ οὐδετέροις, ἶσον δὲ τέλος τέτατο πτολέμοιο. ἀλλ’ ὅτε δὴ κείνοισι παρέσχεθεν ἄρμενα πάντα, νέκταρ τ’ ἀμβροσίην τε, τά περ θεοὶ αὐτοὶ ἔδουσι, πάντων ἐν στήθεσσιν ἀέξετο θυμὸς ἀγήνωρ, ὡς νέκταρ τ’ ἐπάσαντο καὶ ἀμβροσίην ἐρατεινήν, δὴ τότε τοῖς μετέειπε πατὴρ ἀνδρῶν τε θεῶν τε· “κέκλυτέ μευ, Γαίης τε καὶ Οὐρανοῦ ἀγλαὰ τέκνα, ὄφρ’ εἴπω τά με θυμὸς ἐνὶ στήθεσσι κελεύει. ἤδη γὰρ μάλα δηρὸν ἐναντίοι ἀλλήλοισι νίκης καὶ κάρτεος πέρι μαρνάμεθ’ ἤματα πάντα, Τιτῆνές τε θεοὶ καὶ ὅσοι Κρόνου ἐκγενόμεσθα.

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630 post 631 habet Π5 : inverso ordine o : om. Π13 • 635 μά]χην Π5 o : χόλον Byz. : πόνον Schoemann : alia al. • 636 συν(ν)εχέως et Π5 : -έες b • ἐμάχοντο o : μάρναντο Solmsen • 639 παρέσχεθεν et Σ : παρέσχεθον Goettling2, Rzach • ἄρμενα akm : ἅρματα LQSΣ : ἄρματα Byz., Solmsen (cf. Glotta 37, 127 sqq.) • 640-642 exp. Jacoby (habet Π13, 640 leg. ΣΔ) • 640 exp. Solmsen • 641 τ’ add. Heyne et Solmsen et West (om. et Chrys. 906 von Arnim) • 642 ante 641 k : exp. Guyet et Rzach et Solmsen et West • 647 κα[ Π6 : κράτεος o : κάρτευς West • 648 ἐξεγένοντο (ex 630) aSacLI γρ

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Pero el Cronida y demás dioses inmortales a los que dio a luz Rea de hermosos cabellos en unión con Crono los subieron de nuevo a la luz por la astucia de Gea. Cumplidamente explicoles esta todos los detalles para obtener la victoria e ilustre jactancia con la ayuda de ellos. Desde hacía tiempo luchaban con doloroso esfuerzo unos contra otros en encarnizados combates los dioses Titanes y cuantos de Crono nacieron, desde el elevado Otris los nobles Titanes y desde el Olimpo los dioses dadores de bienes, a los que dio a luz Rea de hermosos cabellos tras yacer con Crono48. En dolorosa batalla lucharon sin parar entre sí durante diez años completos, sin que hubiera solución ni final de la grave contienda para unos u otros, sino que el fin de la guerra constituía igual intento. Mas cuando a los primeros les fue proporcionado todo su alimento, néctar y ambrosía, que es lo que comen los propios dioses, y arrogante coraje les creció a todos en el pecho cuando probaron el néctar y la deliciosa ambrosía, entonces les dijo el padre de dioses y hombres: “escuchadme, hijos ilustres de Gea y Urano, a fin de que os diga lo que en mi pecho me dicta el ánimo. Hace ya mucho tiempo que luchamos unos con los otros por la victoria y el poder día tras día, los dioses Titanes y cuantos de Crono hemos nacido.

48 El mito de la lucha por el poder entre generaciones de dioses (los nuevos y los viejos Titanes) (vv. 617-719) tiene, entre muchos otros, paralelos en el epos babilonio, en que Marduk ha de enfrentarse a un ejército de monstruos, y sobre todo en la mitología hurrita, donde a la guerra entre los dioses sucede, como en Teogonía la lucha con Tifón (vv. 839ss.), el enfrentamiento con un monstruo (Ullikummi), cf. H. Schwabl, Serta Philol. Aenipontana (Innsbruck. Beitr. 2 Kulturwissenschaft 7/8, 1962, pp. 69-84 (que encuentra responsión verbal a intervalos regulares). El ofrecimiento de néctar y ambrosía a los Centímanos (vv. 639ss.) ratifica su reincorporación al mundo de los dioses superiores. La intervención de Zeus es referida en la última, y definitiva, parte del combate (vv. 687ss.). Cf. S. Saïd, “Les combats de Zeus et le problème des interpolations dans la Théogonie d’Hésiode”, REG 1977; R. Mondi, “Tradition and Innovation in the Hesiodic Titanomachy”, TAPhA 1986.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ὑμεῖς δὲ μεγάλην τε βίην καὶ χεῖρας ἀάπτους φαίνετε Τιτήνεσσιν ἐναντίον ἐν δαῒ λυγρῇ, μνησάμενοι φιλότητος ἐνηέος, ὅσσα παθόντες ἐς φάος ἂψ ἀφίκεσθε δυσηλεγέος ὑπὸ δεσμοῦ ἡμετέρας διὰ βουλὰς ὑπὸ ζόφου ἠερόεντος.” ὣς φάτο· τὸν δ’ αἶψ’ αὖτις ἀμείβετο Κόττος ἀμύμων· “δαιμόνι’, οὐκ ἀδάητα πιφαύσκεαι, ἀλλὰ καὶ αὐτοὶ ἴδμεν ὅ τοι περὶ μὲν πραπίδες, περὶ δ’ ἐστὶ νόημα· ἀλκτὴρ δ’ ἀθανάτοισιν ἀρῆς γένεο κρυεροῖο, σῇσι δ’ ἐπιφροσύνῃσιν ὑπὸ ζόφου ἠερόεντος ἄψορρον ἐξαῦτις ἀμειλίκτων ὑπὸ δεσμῶν ἠλύθομεν, Κρόνου υἱὲ ἄναξ, ἀνάελπτα παθόντες. τῷ καὶ νῦν ἀτενεῖ τε νόῳ καὶ ἐπίφρονι βουλῇ ῥυσόμεθα κράτος ὑμὸν ἐν αἰνῇ δηιοτῆτι, μαρνάμενοι Τιτῆσιν ἀνὰ κρατερὰς ὑσμίνας.” Ὣς φάτ’· ἐπῄνησαν δὲ θεοὶ δωτῆρες ἐάων μῦθον ἀκούσαντες· πολέμου δ’ ἐλιλαίετο θυμὸς μᾶλλον ἔτ’ ἢ τὸ πάροιθε· μάχην δ’ ἀμέγαρτον ἔγειραν πάντες, θήλειαί τε καὶ ἄρσενες, ἤματι κείνῳ, Τιτῆνές τε θεοὶ καὶ ὅσοι Κρόνου ἐξεγένοντο, οὕς τε Ζεὺς Ἐρέβευσφι ὑπὸ χθονὸς ἧκε φόωσδε, δεινοί τε κρατεροί τε, βίην ὑπέροπλον ἔχοντες. τῶν ἑκατὸν μὲν χεῖρες ἀπ’ ὤμων ἀίσσοντο πᾶσιν ὁμῶς, κεφαλαὶ δὲ ἑκάστῳ πεντήκοντα ἐξ ὤμων ἐπέφυκον ἐπὶ στιβαροῖσι μέλεσσιν.

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650 ἐναντίοι Byz. • 652 ἂψ ἀφίκεσθε o (et West) : αψικεσθ[ Π6 : ἀψἵκ[ Π27 : ἂψ ἵκεσθε Solmsen • 654 αιψ[ Π6 : α̣[ Π13 : αψ’αυ[ Π27 : ἐξαῦτις (ex 659?) o (et priores edd.) • 655 πιφάσκεαι bkS • 656 ο τοι Π6Π27 (Byz., Hermann) : ὅτι o • 658 σῇσι δ’ Π27a : σῇσιν k et Goettling (cum ordine inverso 658 sq.) • 659 ἄψορρο]ν ἐξ. Π13, ἄψορον a : ἄψορρον δ’ ἐξ. Π5Π27k : ἄψορρόνδ’ L Tr. : ἄψορρον δεῦρ’ αὖτις Stadtmueller, Rzach : ἄψορρον δ’ἠξαῦτις Solmsen • 661 ]φρονι θυμω[ Π13, unde πρόφρονι θυμῷ West • 663 ανα -ην -ην Π13 : α̣[ Π5 : ἐνὶ -ῇ -ῃ a • 664 ἐ]πήνη[σαν Π13 aS : -εσ]σαν Π5 Qpc : -εσαν bk • 668 Π5 Π67 abkSQ : exp. Schwartz • de 669-80 dubitat Jacoby, de 669-75 Wilam. : 669-80 et Π67 • 669 ἐρέβευσφι et Π5 : -ευσφιν a : -εσφι sscr. ευ et vk : -εσφιν Q, v.l. in ak • φο̣ωσδε Π5 Π67 a : φάοσδε k • 671-673 Π5 Π67 abkSQ : exp. Wolf, alia al.

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Mostrad vuestra enorme fuerza e invencibles brazos en la funesta batalla frente a los Titanes, en recuerdo del amable afecto y de cuanto sufristeis en implacable prisión bajo la brumosa oscuridad hasta acceder de nuevo a la luz por voluntad nuestra”. Así dijo, y respondiole al punto el irreprochable Coto: “buen dios, no es desconocido lo que expresas, también nosotros sabemos cuán grande es tu corazón y tu pensamiento, tú fuiste amparador de la cruel ruina de los inmortales y gracias a tu inteligencia salimos de nuevo de la dura prisión bajo la brumosa oscuridad, soberano hijo de Crono, tras desesperados tormentos. Por eso ahora con mente atenta y solícita decisión apoyaremos vuestra fuerza en la cruel batalla luchando con los Titanes en encarnizados combates”. Así dijo, y aplaudiéronlo los dioses dadores de bienes al escuchar sus palabras; su espíritu anhelaba la guerra todavía más que antes; y aquel día suscitaron la inenvidiable batalla todos, varones y hembras, los dioses Titanes y cuantos de Crono nacieron y aquellos a los que Zeus sacó a la luz, del Érebo bajo tierra, terribles y potentes, con arrogante fuerza. Cien brazos brotaban de sus hombros a todos por igual y cincuenta cabezas les nacían de los hombros sobre robustos cuerpos.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

οἳ τότε Τιτήνεσσι κατέσταθεν ἐν δαῒ λυγρῇ πέτρας ἠλιβάτους στιβαρῇς ἐν χερσὶν ἔχοντες· Τιτῆνες δ’ ἑτέρωθεν ἐκαρτύναντο φάλαγγας προφρονέως· χειρῶν τε βίης θ’ ἅμα ἔργον ἔφαινον ἀμφότεροι, δεινὸν δὲ περίαχε πόντος ἀπείρων, γῆ δὲ μέγ’ ἐσμαράγησεν, ἐπέστενε δ’ οὐρανὸς εὐρὺς σειόμενος, πεδόθεν δὲ τινάσσετο μακρὸς Ὄλυμπος ῥιπῇ ὕπ’ ἀθανάτων, ἔνοσις δ’ ἵκανε βαρεῖα Τάρταρον ἠερόεντα ποδῶν αἰπεῖά τ’ ἰωὴ ἀσπέτου ἰωχμοῖο βολάων τε κρατεράων. ὣς ἄρ’ ἐπ’ ἀλλήλοις ἵεσαν βέλεα στονόεντα· φωνὴ δ’ ἀμφοτέρων ἵκετ’ οὐρανὸν ἀστερόεντα κεκλομένων, οἱ δὲ ξύνισαν μεγάλῳ ἀλαλητῷ. Οὐδ’ ἄρ’ ἔτι Ζεὺς ἴσχεν ἑὸν μένος, ἀλλά νυ τοῦ γε εἶθαρ μὲν μένεος πλῆντο φρένες, ἐκ δέ τε πᾶσαν φαῖνε βίην· ἄμυδις δ’ ἄρ’ ἀπ’ οὐρανοῦ ἠδ’ ἀπ’ Ὀλύμπου ἀστράπτων ἔστειχε συνωχαδόν, οἱ δὲ κεραυνοὶ ἴκταρ ἅμα βροντῇ τε καὶ ἀστεροπῇ ποτέοντο χειρὸς ἄπο στιβαρῆς, ἱερὴν φλόγα εἰλυφόωντες ταρφέες· ἀμφὶ δὲ γαῖα φερέσβιος ἐσμαράγιζε καιομένη, λάκε δ’ ἀμφὶ πυρὶ μεγάλ’ ἄσπετος ὕλη· ἔζεε δὲ χθὼν πᾶσα καὶ Ὠκεανοῖο ῥέεθρα πόντός τ’ ἀτρύγετος· τοὺς δ’ ἄμφεπε θερμὸς ἀυτμὴ Τιτῆνας χθονίους, φλὸξ δ’ ἠέρα δῖαν ἵκανεν ἄσπετος, ὄσσε δ’ ἄμερδε καὶ ἰφθίμων περ ἐόντων αὐγὴ μαρμαίρουσα κεραυνοῦ τε στεροπῆς τε. καῦμα δὲ θεσπέσιον κάτεχεν Χάος· εἴσατο δ’ ἄντα ὀφθαλμοῖσιν ἰδεῖν ἠδ’ οὔασιν ὄσσαν ἀκοῦσαι

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675 στιβαρῇς Π67 Byz. et ceteri edd. praeter Mazon et Solmsen (στιβαραῖς b) : στιβαρὰς akSΣ • 681-712 Hesiodo abiud. Jacoby : 681-84, 709-12 Π67 • 682 π. αἰπεῖά τ’ ἰωὴ et Π67 EtG s.v. ἔνοσις : π. τ’αιπεια ι[ωη Π29, quod ci. Hermann • 684 ὡς ἂν a • ἀλλήλοις K : -οισιν au • ´.]φεσανστονοεντ[ Π29 : ἕσαν β.σ. Byz. : β]ελ̣[εα Π67 • 691 ἀστεροπ[ῇ Π29 EtM s.v. ἴκταρ : ἀστραπῇ o EtG ibid. • 693 φερεσβιο̣[ς et Π29 : -σκιος b • ἐσμαράγησε Lac (corr. m. I) : -ισε Sac • 694 πυρ[ὶ et Π29 : περὶ West • ἄσχετος S • 695 ἔζεσε Byz. • 697 ἠέρα oΣ : αἰθέρα Naber et Rzach et West • δῖαν et Σ : δῖον mLre (m. rec.) Sac ut vid. • 698 ἄσχετος Rzach (dubitanter Solmsen)

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Entonces se enfrentaron a los Titanes en funesta batalla portando escarpadas rocas en sus fuertes manos. Los Titanes, por su parte, reforzaron sus filas prontamente; y ambos bandos exhibían la acción conjunta de su fuerza y de sus brazos. El mar infinito resonaba terrible, la tierra produjo un gran estruendo, el ancho cielo gemía estremecido, el elevado Olimpo se agitaba desde su base por el ataque de los inmortales y hasta el tenebroso Tártaro alcanzaba la fuerte sacudida de los pies y el sordo ruido de la indescriptible refriega y los violentos disparos. De tal suerte lanzaban unos contra otros sus quejumbrosos dardos; el clamor de ambos bandos y sus voces llegaron hasta el estrellado cielo y con un gran grito de guerra trabaron combate. Tampoco Zeus contuvo ya su furia, sino que al instante se llenaron de ella sus entrañas y sacó a relucir toda su fuerza; del cielo y del Olimpo a un tiempo salía él continuamente relampagueando y los rayos con el trueno y el relámpago volaban densamente de su fuerte mano, agitando espesos su sagrada llama. La tierra dadora de vida retumbaba en torno incendiada y el enorme fuego hizo crepitar la inmensa foresta; hervía toda la tierra, las corrientes del Océano y el mar estéril; el caliente soplo rodeaba a los terráqueos Titanes, la llama indecible alcanzaba a la divina bruma y la luz resplandeciente del rayo y el relámpago cegaba sus ojos por fuertes que fueran. El divino incendio se adueñó de Caos; parecía verse ante los ojos y escucharse su estruendo con los oídos

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

αὔτως ὡς ὅτε Γαῖα καὶ Οὐρανὸς εὐρὺς ὕπερθε πίλνατο· τοῖος γάρ κε μέγας ὑπὸ δοῦπος ὀρώρει, τῆς μὲν ἐρειπομένης, τοῦ δ’ ὑψόθεν ἐξεριπόντος· τόσσος δοῦπος ἔγεντο θεῶν ἔριδι ξυνιόντων. σὺν δ’ ἄνεμοι ἔνοσίν τε κονίην τ’ ἐσφαράγιζον βροντήν τε στεροπήν τε καὶ αἰθαλόεντα κεραυνόν, κῆλα Διὸς μεγάλοιο, φέρον δ’ ἰαχήν τ’ ἐνοπήν τε ἐς μέσον ἀμφοτέρων· ὄτοβος δ’ ἄπλητος ὀρώρει σμερδαλέης ἔριδος, κάρτος δ’ ἀνεφαίνετο ἔργων. ἐκλίνθη δὲ μάχη· πρὶν δ’ ἀλλήλοις ἐπέχοντες ἐμμενέως ἐμάχοντο διὰ κρατερὰς ὑσμίνας. Οἱ δ’ ἄρ’ ἐνὶ πρώτοισι μάχην δριμεῖαν ἔγειραν, Κόττος τε Βριάρεώς τε Γύγης τ’ ἄατος πολέμοιο· οἵ ῥα τριηκοσίας πέτρας στιβαρέων ἀπὸ χειρῶν πέμπον ἐπασσυτέρας, κατὰ δ’ ἐσκίασαν βελέεσσι Τιτῆνας· καὶ τοὺς μὲν ὑπὸ χθονὸς εὐρυοδείης πέμψαν καὶ δεσμοῖσιν ἐν ἀργαλέοισιν ἔδησαν, νικήσαντες χερσὶν ὑπερθύμους περ ἐόντας, τόσσον ἔνερθ’ ὑπὸ γῆς ὅσον οὐρανός ἐστ’ ἀπὸ γαίης· τόσσον γάρ τ’ ἀπὸ γῆς ἐς Τάρταρον ἠερόεντα. ἐννέα γὰρ νύκτας τε καὶ ἤματα χάλκεος ἄκμων οὐρανόθεν κατιών, δεκάτῃ κ’ ἐς γαῖαν ἵκοιτο·

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702 ὡς εἰ Hermann et Rzach • 703 πίλνατο corruptum Paley : -αντο a • μέγας ὑπὸ aSΣ γρ : μέγιστος bkΣ • 705 susp. Heyne (et secl. Solmsen); cf. Il. 20.66 • ξυνιέντων bk • 706 ἔνοσίς τε Byz. • 708 Π67 abSQ : om. k (KU m. 1) • 709 ὄτοβος et Σ EtGM s.v. : κόναβος Σ γρ (inde κότοβος v) • 710 κάρτος...ἔργων et Π19 : κάρτευς...ἔργον West • post ἔργων levius, post ἔριδος gravius interpung. Solmsen • 711 πριν δ’ et Π19 Π67 : πρὸ (δ’ supra add.) L : πρὸς δ’ m • ἀλλήλοις et Π19 : ἀλλήλοισιν b • 713 αρα εν Π19 • 714 τεβριαρεως et Π67 : τεβριαρης Π19 (corr. m. 2) : τ’ ᾿Οβριάρεως Hermann (cf. ad 149) • τεγυ̣[γης et Π67 : γύης Byz. • ᾶτος Π19 • 715 στιβαρεων Π19 : -ρῶν o et ceteri edd. praeter West et Solmsen • 718 ἐν et Π19 : ὑπ’ S • 719 ν[ικη]σαντας χε[ Π19Π67 (νִι[ ) : χερσὶν νικήσαντες Rzach • 720-819 interpolatoribus pluribus trib. L. Dindorf, Hermann, alii • 720 ὑπὸ γ[ῆς Π19 bSpc (m. I) : ὑπὸ γαίης aSac Δ : ἀίδης k • 721-725 omnes et Π19 : 721-23 om. Q : 722-725 om. k : 723-24 om. aSac (rest. m. I) • 721 exp. Ruhnken et Rzach et Mazon et Solmsen • εις ου]ρανο[ν Π19 • 723 δεκάτῃ κ’ ἐς γαῖαν ἵκοιτο et 725 δεκάτῃ κ’ ἐς Τάρταρον ἵκοι k Π19 (κ’ Thiersch et Rzach et West) : δ’ et Isag. in Arat. (‘bis excerpta’) 319.19 (ad 723 et 333.3) M.

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lo mismo que cuando Gea y el ancho Urano desde arriba se juntaban: tal habría sido el gran estrépito producido por ella echada debajo y él caído de arriba; tanto fue el estrépito surgido al chocar los dioses en la contienda. Al mismo tiempo los vientos provocaban agitación y polvo así como trueno, relámpagos y ardientes rayos los dardos del gran Zeus, y traían consigo griterío y clamor en medio de ambos bandos; de la terrible contienda surgía un inmenso estruendo; saltaba a la vista la violencia de los hechos. La batalla fue declinando; pero hasta entonces se atacaban mutuamente y luchaban sin cesar en violentos combates. Entre los primeros en azuzar la encarnizada batalla estuvieron Coto, Briáreo y Giges insaciable en la guerra, quienes con sus robustos brazos lanzaron trescientas rocas una tras otra y cubrieron totalmente a los Titanes con sus disparos. Enviáronlos bajo la tierra de anchos caminos y los aprisionaron con pesadas cadenas, tras vencerlos con sus manos a pesar de su arrogancia, otro tanto bajo tierra como el cielo dista de esta, pues tal es la distancia al tenebroso Tártaro desde la tierra49. Descendiendo del cielo nueve días con sus noches un yunque de bronce llegaría a la tierra la décima noche;

49 La sección de la Titanomaquia (tema asimismo de un poema adscrito a Eumelo de Corinto o a Arctino de Mileto), cuya composición ha sido objeto de admiración de importantes estudiosos aun cuando los gustos actuales no valoren tan positivamente su despliegue de barroquismo (al igual que en el caso de la posterior Tifonomaquia, que contiene muchos motivos comunes), se cierra en Ring-Komposition con una nueva mención de la intervención de los Centímanos (vv. 713ss.) en correspondencia con aquella con la que se inicia la sección (vv. 616-625) solo que de orden inverso: allí son los Centímanos los que, por consejo de Gea, son sacados a la luz por Zeus de su encierro por obra del padre Urano en el inframundo, aquí son los Centímanos los que aprisionan bajo tierra a los Titanes tras ayudar a Zeus a derrotarlos.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

[ἶσον δ’ αὖτ’ ἀπὸ γῆς ἐς Τάρταρον ἠερόεντα·] ἐννέα δ’ αὖ νύκτας τε καὶ ἤματα χάλκεος ἄκμων ἐκ γαίης κατιών, δεκάτῃ κ’ ἐς Τάρταρον ἵκοι. Τὸν πέρι χάλκεον ἕρκος ἐλήλαται· ἀμφὶ δέ μιν νὺξ τριστοιχεὶ κέχυται περὶ δειρήν· αὐτὰρ ὕπερθε γῆς ῥίζαι πεφύασι καὶ ἀτρυγέτοιο θαλάσσης. Ἔνθα θεοὶ Τιτῆνες ὑπὸ ζόφῳ ἠερόεντι κεκρύφαται βουλῇσι Διὸς νεφεληγερέταο χώρῳ ἐν εὐρώεντι, πελώρης ἔσχατα γαίης. τοῖς οὐκ ἐξιτόν ἐστι, θύρας δ’ ἐπέθηκε Ποσειδέων χαλκείας, τεῖχος δ’ ἐπελήλαται ἀμφοτέρωθεν. ἔνθα Γύγης Κόττος τε καὶ ὁ Βριάρεως μεγάθυμος ναίουσιν, φύλακες πιστοὶ Διὸς αἰγιόχοιο. Ἔνθα δὲ γῆς δνοφερῆς καὶ Ταρτάρου ἠερόεντος πόντου τ’ ἀτρυγέτοιο καὶ οὐρανοῦ ἀστερόεντος ἑξείης πάντων πηγαὶ καὶ πείρατ’ ἔασιν, ἀργαλέ’ εὐρώεντα, τά τε στυγέουσι θεοί περ· χάσμα μέγ’, οὐδέ κε πάντα τελεσφόρον εἰς ἐνιαυτὸν οὖδας ἵκοιτ’, εἰ πρῶτα πυλέων ἔντοσθε γένοιτο, ἀλλά κεν ἔνθα καὶ ἔνθα φέροι πρὸ θύελλα θυέλλῃ ἀργαλέη· δεινὸν δὲ καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσι τοῦτο τέρας· καὶ Νυκτὸς ἐρεμνῆς οἰκία δεινὰ ἕστηκεν νεφέλῃς κεκαλυμμένα κυανέῃσι. Τῶν πρόσθ’ Ἰαπετοῖο πάις ἔχει οὐρανὸν εὐρὺν ἑστηὼς κεφαλῇ τε καὶ ἀκαμάτῃσι χέρεσσιν

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723a om. Isag. Arat. (exp. Solmsen et West) • 724 δ’ αὖ Isag. (bis) : γὰρ Π19 ut vid., Sc : γάρ οἱ b • 725 ἐκ γαι]η̣ς et Π19 : ἐς γαῖαν Isag. bis • δ’ om. Isag. 333 (v. ad 723) • 730 βουλ]αִισι ̣ Π19 • Διὸς μεγ̣άλο[ιο ἕκητι Π19 k • 731 ἔσχατα Π19 Π30 a : κεύθεσι k • 732 τοῖς a : τῶν Π30Σ • θύρας Π30 bQSΣΔ : πύλας k • 733 επεληλαται Π30 et West : περοίχεται bkSpc (m. I e περίκ-) : περίκειται a, v.l. in b : περιτρέχει (e Σ) Van Leeuwen • 734-743 secl. West • (cf. ad 720sqq., 807sqq.) • 734 τε καὶ ὁ Βριάρεως scripsi : τε καὶ ὀβρ. (ὁ βρ.) Π30 ο; cf. ad 149 : τ’ ἠδὲ Βρ. Heyne • 736-739 (=807-10) om. Π28 ut vid. (hab. et Π19 Π30) • 736 δνοφέης Π30 : -εη[ Π19 • 739 ζμερ[δαλέ’ Philod. de piet. 27 • 742 φέροι Crispinus : -ει o • θυέλλῃ Π28 o : -ης Wakefield et West • 743-745 (habent et Π19 Π28 Π67) exp. Goettling; cf. ad 736 sqq. : 744-45 secl. West • 743 δὲ Π19Π67 aK : τε u • 744 καὶ νυκ[ et Π19 Π67 : νυκτὸς δ’ἐρεβεννῆς (β e μ m. I) S (et Rzach et Mazon) • 746 ἔχει Spc (m. I) : ἔχετ’ abkSac • 747 ἑστηὼς Π67 bkSQ : ἑστειὼς a

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(y lo mismo a su vez desde la tierra al tenebroso Tártaro). Descendiendo desde la tierra nueve días con sus noches el yunque de bronce llegaría al Tártaro la noche décima. En torno a este una cerca de bronce ha sido levantada; a su alrededor la noche rodea su cuello con tres capas; y por encima nacen las raíces de la tierra y del mar estéril50. Allí están enterrados bajo la tenebrosa oscuridad los dioses Titanes por decisión de Zeus amontonador de nubes, en húmeda región, en los confines de la monstruosa tierra. No hay salida posible para ellos, Posidón les puso puertas de bronce y de uno y otro lado un muro se levanta; allí habitan Giges, Coto y el magnánimo Briáreo, fieles guardianes de Zeus portador de la égida. De la oscura tierra y el tenebroso Tártaro, del estéril mar y el cielo estrellado allí están seguidas las fuentes y límites de todos ellos, penosos y húmedos confines que los dioses aborrecen; hay un gran abismo, y ni en todo un año completo alguien llegaría al fondo si antes dentro de sus puertas penetrara, sino que molesto huracán tras huracán de acá para allá lo arrastrarían; terrible portento es este aun para los dioses inmortales. También se halla la terrible morada de la negra Noche, cubierta de nubes azuladas. Delante de ella el hijo de Jápeto sostiene de pie el ancho cielo, con su cabeza e incansables brazos

50 Todos los dioses subterráneos, incluidos los Titanes, aparecen vagamente ubicados en un esquema de inframundo (otro diferente y sin embargo conectado con este hay en Ilíada VIII 13-16) que contiene tres partes (vv. 721-819): el extremo inferior o Tártaro, rodeado de un muro de bronce, y un profundo y oscuro abismo que separa a este de la zona superior, en la que se hunden las “raíces” de la tierra y el mar (y a la cual se accede por un umbral de bronce). M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966 (comm. ad loc.) considera interpolación los versos 734s. y 740-745 o al menos 744-745 (otros autores muchos más versos).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἀστεμφέως, ὅθι Νύξ τε καὶ Ἡμέρη ἆσσον ἰοῦσαι ἀλλήλας προσέειπον ἀμειβόμεναι μέγαν οὐδὸν χάλκεον· ἡ μὲν ἔσω καταβήσεται, ἡ δὲ θύραζε ἔρχεται, οὐδέ ποτ’ ἀμφοτέρας δόμος ἐντὸς ἐέργει, ἀλλ’ αἰεὶ ἑτέρη γε δόμων ἔκτοσθεν ἐοῦσα γαῖαν ἐπιστρέφεται, ἡ δ’ αὖ δόμου ἐντὸς ἐοῦσα μίμνει τὴν αὐτῆς ὥρην ὁδοῦ ἔστ’ ἂν ἵκηται· ἡ μὲν ἐπιχθονίοισι φάος πολυδερκὲς ἔχουσα, ἡ δ’ Ὕπνον μετὰ χερσί, κασίγνητον Θανάτοιο, Νὺξ ὀλοή, νεφέλῃ κεκαλυμμένη ἠεροειδεῖ. Ἔνθα δὲ Νυκτὸς παῖδες ἐρεμνῆς οἰκί’ ἔχουσιν, Ὕπνος καὶ Θάνατος, δεινοὶ θεοί· οὐδέ ποτ’ αὐτοὺς Ἠέλιος φαέθων ἐπιδέρκεται ἀκτίνεσσιν οὐρανὸν εἰσανιὼν οὐδ’ οὐρανόθεν καταβαίνων. τῶν ἕτερος μὲν γῆν τε καὶ εὐρέα νῶτα θαλάσσης ἥσυχος ἀνστρέφεται καὶ μείλιχος ἀνθρώποισι, τοῦ δὲ σιδηρέη μὲν κραδίη, χάλκεον δέ οἱ ἦτορ νηλεὲς ἐν στήθεσσιν, ἔχει δ’ ὃν πρῶτα λάβῃσιν ἀνθρώπων· ἐχθρὸς δὲ καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσιν. Ἔνθα θεοῦ χθονίου πρόσθεν δόμοι ἠχήεντες [ἰφθίμου τ’ Ἀίδεω καὶ ἐπαινῆς Περσεφονείης] ἑστᾶσιν, δεινὸς δὲ κύων προπάροιθε φυλάσσει, νηλειής, τέχνην δὲ κακὴν ἔχει· ἐς μὲν ἰόντας σαίνει ὁμῶς οὐρῇ τε καὶ οὔασιν ἀμφοτέροισιν, ἐξελθεῖν δ’ οὐκ αὖτις ἐᾷ πάλιν, ἀλλὰ δοκεύων ἐσθίει ὅν κε λάβῃσι πυλέων ἔκτοσθεν ἰόντα. Ἔνθα δὲ ναιετάει στυγερὴ θεὸς ἀθανάτοισι, δεινὴ Στύξ, θυγάτηρ ἀψορρόου Ὠκεανοῖο πρεσβυτάτη· νόσφιν δὲ θεῶν κλυτὰ δώματα ναίει

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748 ὅθι Π19 : ὅτι Π67abkSQ • ἆσσον . aS : ἀμφὶς ἐοῦσαι bΣ, -σα k : ἀμφὶς ἰοῦσαι Q, Uac • 754 ἔς τ’ (ἔστ’) ἂν k Byz. : εὖτ’ἂν abS • 758 ἐρεμνοὶ S • 762 τῶν k : τῶν δ’ abS (et Π29?) • μ[ὲν γῆν Π29bk : μὲν γαίην a : γαίην S • 763 ἀνστρ[έφ. Π29k (ἀντρ-), QS : ἀναστρ. ab • 768 om. Π29 Byz. (susp. Wolf) : resp. Π57 • 774 (=768) ‘non traditus’ (Jacoby) nisi nullius pretii codicibus

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impertérritos, donde la Noche y el Día más se aproximan y se saludan uno al otro, cruzando el gran umbral de bronce en sentido contrario; la una va a caer dentro, el otro sale fuera, y en ningún momento la mansión alberga dentro a ambos, sino que siempre el uno está fuera de casa y da la vuelta a la tierra, la otra está dentro de casa y aguarda la hora de su viaje hasta que llega, el uno portando luz de amplia mirada a los terrícolas, la otra portando en sus brazos al Sueño, hermano de la Muerte, la funesta Noche, de brumosas nubes cubierta. Allí tienen su hogar los hijos de la negra Noche, Hipno y Tánato, terribles dioses; y nunca el radiante Helio los contempla con sus rayos, ni cuando al cielo asciende ni cuando desciende del cielo. De ellos el uno recorre la tierra y el ancho dorso del mar, tranquilo y dulce para los hombres, el otro tiene corazón de acero y de bronce su alma implacable en el pecho, y se apodera del primer hombre que encuentra, siendo también enemigo de los dioses inmortales. Allí delante se alzan las resonantes mansiones del dios terráqueo, (del poderoso Hades y la imponente Perséfone,) y un terrible perro hace guardia delante, implacable y con malas artes: a los que entran los adula moviendo a un tiempo la cola y las orejas, pero salir de nuevo ya no los deja, sino que, acechante, devora al que coge saliendo de las puertas. Allí habita una diosa abominable para los inmortales, la terrible Estigia, la hija mayor del Océano de continuo retorno. Ínclitas mansiones lejos de los dioses habita,

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

μακρῇσιν πέτρῃσι κατηρεφέ’· ἀμφὶ δὲ πάντῃ κίοσιν ἀργυρέοισι πρὸς οὐρανὸν ἐστήρικται. παῦρα δὲ Θαύμαντος θυγάτηρ πόδας ὠκέα Ἶρις ἀγγελίη πωλεῖται ἐπ’ εὐρέα νῶτα θαλάσσης. ὁππότ’ ἔρις καὶ νεῖκος ἐν ἀθανάτοισιν ὄρηται καί ῥ’ ὅστις ψεύδηται Ὀλύμπια δώματ’ ἐχόντων, Ζεὺς δέ τε Ἶριν ἔπεμψε θεῶν μέγαν ὅρκον ἐνεῖκαι τηλόθεν ἐν χρυσέῃ προχόῳ πολυώνυμον ὕδωρ, ψυχρόν, ὅ τ’ ἐκ πέτρης καταλείβεται ἠλιβάτοιο ὑψηλῆς· πολλὸν δὲ ὑπὸ χθονὸς εὐρυοδείης ἐξ ἱεροῦ ποταμοῖο ῥέει διὰ νύκτα μέλαιναν, Ὠκεανοῖο κέρας, δεκάτη δ’ ἐπὶ μοῖρα δέδασται· ἐννέα μὲν περὶ γῆν τε καὶ εὐρέα νῶτα θαλάσσης δίνῃς ἀργυρέῃς εἱλιγμένος εἰς ἅλα πίπτει, ἡ δὲ μί’ ἐκ πέτρης προρέει, μέγα πῆμα θεοῖσιν. ὅς κεν τὴν ἐπίορκον ἀπολλείψας ἐπομόσσῃ ἀθανάτων οἳ ἔχουσι κάρη νιφόεντος Ὀλύμπου, κεῖται νήυτμος τετελεσμένον εἰς ἐνιαυτόν· οὐδέ ποτ’ ἀμβροσίης καὶ νέκταρος ἔρχεται ἆσσον βρώσιος, ἀλλά τε κεῖται ἀνάπνευστος καὶ ἄναυδος στρωτοῖς ἐν λεχέεσσι, κακὸν δ’ ἐπὶ κῶμα καλύπτει. αὐτὰρ ἐπὴν νοῦσον τελέσῃ μέγαν εἰς ἐνιαυτόν, ἄλλος δ’ ἐξ ἄλλου δέχεται χαλεπώτερος ἆθλος· εἰνάετες δὲ θεῶν ἀπαμείρεται αἰὲν ἐόντων,

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778 πάντῃ (Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley et West et Solmsen (πάντη)) : πάντα Sac (et Rzach, Mazon) • 779 ἀργυρέοισι kmLpcSpc : -έῃσι Lac : ἀργαλέοισι aSacΔ • 781 ἀγγελίη (Van Lennep et Solmsen et West (†ἀγ.) (et Π5) defend. Leumann : -ης (Paley) et -ην (Schoemann, Goettling-Flach, Rzach, Mazon) Byz. : -ῃς Stephanus : -ῃ Guyet • 782 sq. fort. et ad 780 sq. trahendi • 783 ὅστις et Π5 : ὅτε τις Gerhard • ψεύδηται b S : -εται ak : ψεύσεται Q : -ηται Tr. • 785 πολυόμβριμον S (-ώνυμον et ΣΔ) • 787 δὲ a S : δέ θ’bk • 791 ἀργαλέῃς S • 793 τὴν o : τῆς corr. Koechly, et Solmsen • 797 ἀλλά τε aSΔ : ἀλλά γε bQ : ἀλλ’ὅ γε Paley • 798 δ’ ἐπὶ et EtG A s.v. κῴδιον : δέ ἑ S • 799 ἐπὴν bk : ἐπεὶ a S • τελέσῃ bkSpc : τελέσει a Sac (ἐπὴν...τελέσῃ et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley : ἐπὴν...τελέσει et Solmsen, West) • μέγαν : τελεσφόρον aSac (corr. m. 2) • 800 δ’ k : om. ab EtGM s.v. ἀπαμείρεται : γ’ S • ἆθλος akS (et West) : ἄεθλος et Solmsen • 801 ἀπαμείρεται aL Ett Eust. in Hom. 1243.25 : ἀπομ. km (sscr. L, m. I?) Spc Σ (μεταμ. Sac)

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techadas con altas rocas, y a uno y otro lado está todo ello firmemente fijado al cielo con columnas de plata. Raramente la hija de Taumante, Iris de pies veloces, va y viene allí con un mensaje por el ancho dorso del mar: cada vez que entre los inmortales se produce riña y disputa y cualquiera de los que poseen las mansiones olímpicas miente, Zeus envía a Iris a traer de lejos en áurea jarra el gran símbolo del juramento de los dioses, la muy nombrada agua fría que cae desde lo alto de una elevada roca; corre en abundancia bajo el suelo de anchos caminos durante la negra noche desde un río sagrado, un brazo del Océano, siéndole distribuida a ella una décima parte: nueve partes, tras haber dado vueltas en argénteos remolinos alrededor de la tierra y el ancho dorso del mar, desembocan en el piélago,y solo una parte mana de la roca, gran calamidad para los dioses. Aquel que la vierte cometiendo perjurio, de los inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo, hasta pasado un año permanece sin aliento; y no tiene acceso a la ambrosía y el néctar, su alimento, sino que permanece sin aliento y sin habla tendido en el lecho, y lo envuelve un malsano sopor. Y una vez que pasa su enfermedad después de todo un año, a esta prueba sucede otra prueba más penosa; durante nueve años es apartado de los dioses siempre existentes,

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

οὐδέ ποτ’ ἐς βουλὴν ἐπιμίσγεται οὐδ’ ἐπὶ δαῖτας ἐννέα πάντ’ ἔτεα· δεκάτῳ δ’ ἐπιμίσγεται αὖτις εἶρας ἐς ἀθανάτων οἳ Ὀλύμπια δώματ’ ἔχουσι. τοῖον ἄρ’ ὅρκον ἔθεντο θεοὶ Στυγὸς ἄφθιτον ὕδωρ ὠγύγιον· τὸ θ’ ἵησι καταστυφέλου διὰ χώρου. [Ἔνθα δὲ γῆς δνοφερῆς καὶ Ταρτάρου ἠερόεντος πόντου τ’ ἀτρυγέτοιο καὶ οὐρανοῦ ἀστερόεντος ἑξείης πάντων πηγαὶ καὶ πείρατ’ ἔασιν, ἀργαλέ’ εὐρώεντα, τά τε στυγέουσι θεοί περ.] Ἔνθα δὲ μαρμάρεαί τε πύλαι καὶ χάλκεος οὐδός ἀστεμφὲς ῥίζῃσι διηνεκέεσσιν ἀρηρώς, αὐτοφυής· πρόσθεν δὲ θεῶν ἔκτοσθεν ἁπάντων Τιτῆνες ναίουσι, πέρην χάεος ζοφεροῖο. αὐτὰρ ἐρισμαράγοιο Διὸς κλειτοὶ ἐπίκουροι δώματα ναιετάουσιν ἐπ’ Ὠκεανοῖο θεμέθλοις, Κόττος τ’ ἠδὲ Γύγης· Βριάρεών γε μὲν ἠὺν ἐόντα γαμβρὸν ἑὸν ποίησε βαρύκτυπος Ἐννοσίγαιος, δῶκε δὲ Κυμοπόλειαν ὀπυίειν, θυγατέρα ἥν. Αὐτὰρ ἐπεὶ Τιτῆνας ἀπ’ οὐρανοῦ ἐξέλασε Ζεύς, ὁπλότατον τέκε παῖδα Τυφωέα Γαῖα πελώρη Ταρτάρου ἐν φιλότητι διὰ χρυσῆν Ἀφροδίτην· οὗ χεῖρες † μὲν ἔασιν ἐπ’ ἰσχύι ἔργματ’ ἔχουσαι, † καὶ πόδες ἀκάματοι κρατεροῦ θεοῦ· ἐκ δέ οἱ ὤμων

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802 περιμίσγ. a S • 803 πάντα ἔτεα Paley • δὲ μίσγ. Σvet, unde δέ τε μίσγ. Sittl • 804 εἰρέας o : εἶρας ἐς Hermann (et Solmsen) : εἴραις Ruhnken : εἴρας Heyne • 806 τό θ’ QEtGM s.v. στυφελός (et Solmsen; cf. 785-86) : τὸ δ’ abS (et West) • 807-810 secl. Guyet, 807-19 Wolf (et Solmsen); cf. ad 720 sqq., 734 sqq., 736 sqq. • 811-819 cf. vv. 726-35 et ad 807-19 • 811 χάλ]κεος Π5 a S : λάινος bk, sscr. SI • 812 ἀστεμφὲς k (et West) : ἀστεμφὴς a (et Solmsen) : αστεμφη̣ς Π58 • 817 τ’ Π58 : om. b • 820-880 secl. Gruppe al. (et Solmsen) : 820-31, 859-65 et Π68 820-26, 834-51 Π58 825-53, 868-80 Π15 859-65 et Π12 862-72 Π56 • 820 ἀπ’ Π58 bS : ἐξ ak • 822 susp. Stokes • χρυσῆν et Π68 : χρυσέην corr. Rzach (et Solmsen) • 823 ἔασιν corruptum et Π58 • ἔργα τ’ S • 824 δε ִτִε Π68

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sin participar nunca ni en la asamblea ni en los banquetes en nueve años completos; al décimo año frecuenta de nuevo las reuniones de los inmortales que habitan las moradas olímpicas. Tal forma de juramento hicieron los dioses de la prístina agua inmortal de la Estigia, que por escabrosa región se precipita. (De la oscura tierra y el tenebroso Tártaro, del estéril mar y el cielo estrellado allí están seguidas las fuentes y límites de todos ellos, penosos y húmedos confines que los dioses aborrecen). Allí hay relucientes puertas y un umbral de bronce rígidamente anclado en perpetuas raíces y natural; delante, fuera de los dioses todos, viven los Titanes, más allá de Caos oscuro. Y los ínclitos aliados de Zeus altitonante tienen su morada en los cimientos del Océano, Coto y Giges; a Briáreo, por su valentía, lo hizo yerno suyo Enosigeo de fuerte retumbo, dándole en matrimonio a su hija Cimopolea51. Mas cuando Zeus expulsó a los Titanes del cielo la monstruosa Gea dio a luz a su último hijo, Tifeo, en unión amorosa con Tártaro por obra de la áurea Afrodita. En la fuerza sus brazos cifraban sus actos y los pies del robusto dios eran incansables; de sus hombros

51 Forma de Ring-Komposition adopta asimismo la extensa descripción del mundo subterráneo (vv. 720-819), componente bien conocido de otros relatos épicos empezando por el del canto XI de la Odisea y que, en parte debido a su estructura catalógica (entha…entha… en este caso), ha sido objeto frecuente de sospecha de interpolaciones más o menos amplias. El anillo se abre y se cierra con la doble mención del aprisionamiento bajo tierra de los Titanes y con la reubicación de los Centímanos en ese mismo espacio. Tras la sumaria y forzosamente imaginativa descripción del abismo que subyace desde la tierra hasta el profundo Tártaro, otras potencias divinas son referidas que guardan entre sí cierta relación, ya sea asociativa ya sea de contraste, y sin duda encuentran ahí su hábitat idóneo: la Noche y el Día en su eterno viaje alternativo de ida y vuelta, el Sueño y la Muerte, Hades, Perséfone y Cerbero, y también la corriente Estigia, cuyas aguas de efectos soporíferos constituyen el objeto de juramento de los dioses. Cf. M. C. Stokes, “Hesiodic and Milesian cosmogonies”, Phronesis 7 (1962), pp. 1-37; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 356ss.; D. R. Blickman, “Styx and the Justice of Zeus in Hesiod’s Theogony”, Phoenix 1987.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

ἦν ἑκατὸν κεφαλαὶ ὄφιος δεινοῖο δράκοντος, γλώσσῃσι δνοφερῇσι λελιχμότες· ἐκ δέ οἱ ὄσσων θεσπεσίῃς κεφαλῇσιν ὑπ’ ὀφρύσι πῦρ ἀμάρυσσεν· πασέων δ’ ἐκ κεφαλέων πῦρ καίετο δερκομένοιο· φωναὶ δ’ ἐν πάσῃσιν ἔσαν δεινῇς κεφαλῇσι, παντοίην ὄπ’ ἰεῖσαι ἀθέσφατον· ἄλλοτε μὲν γὰρ φθέγγονθ’ ὥς τε θεοῖσι συνιέμεν, ἄλλοτε δ’ αὖτε ταύρου ἐριβρύχεω μένος ἀσχέτου ὄσσαν ἀγαύρου, ἄλλοτε δ’ αὖτε λέοντος ἀναιδέα θυμὸν ἔχοντος, ἄλλοτε δ’ αὖ σκυλάκεσσιν ἐοικότα, θαύματ’ ἀκοῦσαι, ἄλλοτε δ’ αὖ ῥοίζεσχ’, ὑπὸ δ’ ἤχεεν οὔρεα μακρά. καί νύ κεν ἔπλετο ἔργον ἀμήχανον ἤματι κείνῳ, καί κεν ὅ γε θνητοῖσι καὶ ἀθανάτοισιν ἄναξεν, εἰ μὴ ἄρ’ ὀξὺ νόησε πατὴρ ἀνδρῶν τε θεῶν τε· σκληρὸν δ’ ἐβρόντησε καὶ ὄβριμον, ἀμφὶ δὲ γαῖα σμερδαλέον κονάβησε καὶ οὐρανὸς εὐρὺς ὕπερθε πόντός τ’ Ὠκεανοῦ τε ῥοαὶ καὶ τάρταρα γαίης. ποσσὶ δ’ ὕπ’ ἀθανάτοισι μέγας πελεμίζετ’ Ὄλυμπος ὀρνυμένοιο ἄνακτος, ἐπεστενάχιζε δὲ γαῖα. καῦμα δ’ ὑπ’ ἀμφοτέρων κάτεχεν ἰοειδέα πόντον βροντῆς τε στεροπῆς τε πυρός τ’ ἀπὸ τοῖο πελώρου πρηστήρων ἀνέμων τε κεραυνοῦ τε φλεγέθοντος, ἔζεε δὲ χθὼν πᾶσα καὶ οὐρανὸς ἠδὲ θάλασσα· θυῖε δ’ ἄρ’ ἀμφ’ ἀκτὰς περί τ’ ἀμφί τε κύματα μακρὰ ῥιπῇ ὕπ’ ἀθανάτων, ἔνοσις δ’ ἄσβεστος ὀρώρει·

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825 δεινοῖο Π68b : κρατεροῖο ak S • 826-829 et Π15 (827, 828, 831, 829) Π68 : exp. Fick • 826 λελιχμότες et Π68 Anec. Ox. I 262.28 : -ότος Tr. • ἐκ δέ οἱ ὄσσων et Π68 : ἐν et ὄσσε Byz. (et West) • 827 κεφαλῇσִ̣ιν et Π15 : -ης κεφαλῆς b • ὀφρύι Π68 • 828 et Π15 : exp. Ruhnken (et West) • 829 post 831 hab., 830 om., in mg. sup. add. Π15 • 832 ἄσχετον o : ἀσχέτου corr. Winterton et al. edd. • ἀγαυροῦ iubet Hdn. 2.167.5 L. • 835 ῥοῖζος ἔσχ’ a • 836 ἤματ’ ἐκείνῳ a • 837 ἄνασσεν S (sscr. ξ m. I) • 840 σμαρ]α̣γ̣η̣σε Π12 (teste Westio : φω]ν̣η̣σ̣ε Vitellio) • 843 ὑπεστε[ Π12 : ἐ(ὑ)πεστον- a(k) (et West) : post ἐπεστ non liq. S • 844 ἐπ’ Π15 : ἀπ’ La Roche • 845 πυρός…πελώρου (deleto τ’) et 846 κερ. τε φλεγ. invicem traiec. Muetzell (contra et Π12 Π57) • τ’ ἄπο Paley (Π58 τ’απα) • 846 (hab. et Π12 Π15 Π58, noverunt ΣΔ) exp. Heyne • κεραυνων τε φλεγε[θοντων Π58 : κ. τ. φλογόεντος S • 847 ἔζεε Π15 Π31ak : ἔζε b : ἔζεσε QS • δὲ Π15 Π31 S : πυρὶ abk

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salían cien cabezas de serpiente, un reptil terrible, que jugaban con oscuras lenguas; sus ojos destellaban fuego bajo las cejas de sus terribles cabezas, y cuando miraba salía fuego ardiendo de todas sus cabezas; y en todas sus terribles cabezas había sonido, emitiendo una versátil voz indescriptible: a veces hablaban como para entenderse con dioses, otras veces su voz era la furia de un soberbio toro indomable de fuerte mugido, otras la de un león de temple temerario, a veces se asemejaba a la de perrillos, prodigio de oír, otras veces silbaba y repetían su eco las altas montañas. Y en verdad un hecho imposible hubiera ocurrido ese día y aquel hubiera reinado sobre mortales e inmortales si el padre de dioses y hombres no hubiera pensado con agudeza: tronó violenta y fuertemente, y a uno y otro lado retumbó de forma terrible la tierra y el ancho cielo encima, el ponto, las corrientes del Océano y los abismos de la tierra. Bajo los pies inmortales temblaba el gran Olimpo al levantarse el soberano, y gimiendo respondió la tierra. Un ardiente calor se adueñó del violáceo ponto por doble motivo, por el trueno, el relámpago y el fuego surgido de tamaño portento y por los vientos huracanados y el resplandeciente rayo, y hervía la tierra entera, el cielo y el mar; altas olas se encrespaban en torno y a ambos lados de los promontorios por la acometida de los inmortales, y una sacudida incesante se producía;

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τρέε δ’ Ἀίδης ἐνέροισι καταφθιμένοισιν ἀνάσσων Τιτῆνές θ’ ὑποταρτάριοι Κρόνον ἀμφὶς ἐόντες ἀσβέστου κελάδοιο καὶ αἰνῆς δηιοτῆτος. Ζεὺς δ’ ἐπεὶ οὖν κόρθυνεν ἑὸν μένος, εἵλετο δ’ ὅπλα, βροντήν τε στεροπήν τε καὶ αἰθαλόεντα κεραυνόν, πλῆξεν ἀπ’ Οὐλύμποιο ἐπάλμενος· ἀμφὶ δὲ πάσας ἔπρεσε θεσπεσίας κεφαλὰς δεινοῖο πελώρου. αὐτὰρ ἐπεὶ δή μιν δάμασε πληγῇσιν ἱμάσσας, ἤριπε γυιωθείς, στενάχιζε δὲ γαῖα πελώρη· φλὸξ δὲ κεραυνωθέντος ἀπέσσυτο τοῖο ἄνακτος οὔρεος ἐν βήσσῃσιν ἀιδνῇς παιπαλοέσσῃς πληγέντος, πολλὴ δὲ πελώρη καίετο γαῖα αὐτμῇ θεσπεσίῃ καὶ ἐτήκετο κασσίτερος ὣς τέχνῃ ὑπ’ αἰζηῶν ὑπό τ’ ἐυτρήτου χοάνοιο θαλφθείς, ἠὲ σίδηρος, ὅ περ κρατερώτατός ἐστιν, οὔρεος ἐν βήσσῃσι δαμαζόμενος πυρὶ κηλέῳ τήκεται ἐν χθονὶ δίῃ ὑφ’ Ἡφαίστου παλάμῃσιν· ὣς ἄρα τήκετο γαῖα σέλαι πυρὸς αἰθομένοιο. ῥῖψε δέ μιν θυμῷ ἀκαχὼν ἐς Τάρταρον εὐρύν. Ἐκ δὲ Τυφωέος ἔστ’ ἀνέμων μένος ὑγρὸν ἀέντων, νόσφι Νότου Βορέω τε καὶ ἀργεστέω Ζεφύροιο· οἵ γε μὲν ἐκ θεόφιν γενεή, θνητοῖς μέγ’ ὄνειαρ. αἱ δ’ ἄλλαι μὰψ αὖραι ἐπιπνείουσι θάλασσαν·

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850 τρέε Π31 sch. Hephaest. 320.3 Consb. : τρέ[[ε]] Π15 : τρέσ(σ)ε o • ἐνέροισι καταφθ. et Π12 : ενεροι]σιν υπο[ Π58 • 851 ὑπ-ιοι et Π12 : ὑπο (ὸ?) ταρτάροιο b • κρόνου bS • 852 (hab. et Π12 Π15 Π31) exp. Hermann • 854 τε καὶ : τ’ηδ’ Π12 • 856 ἔπρεσε Tr. EtGM s.v. πρήθω : ἔπρ]εε Π12 o : ἔπρ[ε̣]ε̣ Π31 : utrumque Σvet ut vid. • 858 γυ(ι)ωθείς abkΔ EtGM s.v. ἱμάσσω : γυρωθεὶς QS : δ’ιδνωθεις Π12 • στεν. Π12ak : στον. Tr. (et West) • 860 ἀιδνῇς -ῇς nSpcΣEtM : -ῆς (et Π12) -ης b Sac : Αἴτνης Byz. (fort.Tzetzes) : Ἀιδνῆς Wilam. • 862 ἀυτμῇ Π68 b QS : αυ]τμη Π12 : ἀτμῇ k : αὐτὴ a • 863 sq. alteri recens. trib. Hermann • 863 αἰζηῶν et Π12 Π56 Π68 • ὑπό τ’ εὐτρή[του χοάνοιο Π12 o : ἐν ἐυτρήτοις χοάνοισι Peppmüller (et West,) • 866 exp. Goettling-Flach, Paley, Rzach • τή]κεται ἐν et Π12 Π56 : τήκεται δ’ ἐν nQ : -το δ’ ἐν S • 867 σέλαι π. o : πυρος μενε[ι Π12 • 870 Νότ]ου Βορέ[ω et Π56 : νότου τε aS • βορέου a • ἀργέστεω bkS : ]τεω Π13 : -του a : αρκεστο̣[υ Π15 • ζεφύροιο Byz., quod qui praeferunt ἀργεστέω ponunt (West et edd. plerique; cf. Th. 379; Il. 11.306) : ζεφύρου [τε Π13 abkS (et Solmsen, Paley) : ζεφύρου Q • 871 γενεή Byz. (et Solmsen et ceteri edd.) : -ῇ bkS : -ήν a (et West) • 872 μαψαῦραι edd. plerique : μάψαυραι Wilam.

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Hades, que reina sobre los finados bajo tierra, y los Titanes, que están en torno a Crono bajo el Tártaro, temblaban ante el fragor inextinguible y la terrible contienda52. Cuando Zeus, en efecto, sacó su furia y empuñó sus armas, el trueno, el relámpago y el ardiente rayo, saltó del Olimpo atacando y abrasó todas las terribles cabezas del espantoso monstruo. Y una vez que lo doblegó azotándolo a golpes, este cayó al suelo renqueando, y gemía la monstruosa tierra. Del soberano fulminado por el rayo surgió la llama en los oscuros valles escabrosos del monte al ser aquel golpeado; y ardía abundantemente la monstruosa tierra con terrible llamarada y se derretía como el estaño cuando es calentado con destreza por esclavos robustos bajo el crisol bien agujereado, o como el hierro, que es sumamente duro, al ser doblegado por el fuego abrasador en los valles del monte se derrite en la divina tierra a manos de Hefesto; así se derretía la tierra con la llama del ardiente fuego. Irritado en su corazón, Zeus arrojó a aquel al ancho Tártaro. De Tifeo proviene la húmeda furia de los resoplantes vientos aparte de Noto, Bóreas y el despejador Céfiro; estos son estirpe de dioses y de gran provecho para los mortales, las demás brisas soplan sobre el mar sin objeto;

52 Las rarezas de vocabulario y otras supuestas razones contra la autenticidad de esta sección (descripción del monstruoso Tifón y Tifonomaquia, vv. 820-880), una de las más discutidas del poema (ya sea porque parece ser ignorada por los versos subsiguientes (881s.), que solo mencionan la Titanomaquia, ya sea por su afinidad estructural y lingüística con esta otra sección, porque el habitual papel benevolente de Gea hacia Zeus entra en contradicción con la generación de este enemigo…, argumentos todos ellos a su vez no definitivos), se ven compensadas por el fuerte sabor a Trabajos y Días que desprenden sus versos finales, 869-880 (cf. Op. 822ss.), cf. F. Worms, “Der Typhoeus-Kampf in Hesiods Theogonie”, Hermes 81 (1953), pp. 29-44; H. Schwabl, “Zu Hesiods Typhonomachie”, Hermes 90 (1962), pp. 122s.; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 381s.; A. Ballabriga, “Le dernier adversaire de Zeus. Le mythe de Typhon dans l’épopée grecque archaíque”, RHR 1990; F. Blaise, “L’épisode de Typhée dans la Théogonie d’Hésiode (v. 820-885): la stabilitation du monde”, REG, 1992; I. Baglioni, “L’aspetto acosmico e primordiale di Typhon nella Teogonia”, Mediterranean Journal of Social Sciences, 2010.

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αἳ δή τοι πίπτουσαι ἐς ἠεροειδέα πόντον, πῆμα μέγα θνητοῖσι, κακῇ θυίουσιν ἀέλλῃ· ἄλλοτε δ’ ἄλλῃ ἄεισι διασκιδνᾶσί τε νῆας ναύτας τε φθείρουσι· κακοῦ δ’ οὐ γίνεται ἀλκὴ ἀνδράσιν οἳ κείνῃσι συνάντωνται κατὰ πόντον. αἱ δ’ αὖ καὶ κατὰ γαῖαν ἀπείριτον ἀνθεμόεσσαν ἔργ’ ἐρατὰ φθείρουσι χαμαιγενέων ἀνθρώπων, πιμπλεῖσαι κόνιός τε καὶ ἀργαλέου κολοσυρτοῦ. Αὐτὰρ ἐπεί ῥα πόνον μάκαρες θεοὶ ἐξετέλεσσαν, Τιτήνεσσι δὲ τιμάων κρίναντο βίηφι, δή ῥα τότ’ ὤτρυνον βασιλευέμεν ἠδὲ ἀνάσσειν Γαίης φραδμοσύνῃσιν Ὀλύμπιον εὐρύοπα Ζῆν ἀθανάτων· ὁ δὲ τοῖσιν ἐὺ διεδάσσατο τιμάς. Ζεὺς δὲ θεῶν βασιλεὺς πρώτην ἄλοχον θέτο Μῆτιν, πλεῖστα θεῶν εἰδυῖαν ἰδὲ θνητῶν ἀνθρώπων. ἀλλ’ ὅτε δὴ ῥ’ ἤμελλε θεὰν γλαυκῶπιν Ἀθήνην τέξεσθαι, τότ’ ἔπειτα δόλῳ φρένας ἐξαπατήσας αἱμυλίοισι λόγοισιν ἑὴν ἐσκάτθετο νηδύν, Γαίης φραδμοσύνῃσι καὶ Οὐρανοῦ ἀστερόεντος· τὼς γάρ οἱ φρασάτην, ἵνα μὴ βασιληίδα τιμὴν ἄλλος ἔχοι Διὸς ἀντὶ θεῶν αἰειγενετάων· ἐκ γὰρ τῆς εἵμαρτο περίφρονα τέκνα γενέσθαι·

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873 πίπτουσιν a • 874 θύουσι(ν) o (et edd.) : πνείουσ[ι Π15 • 875 ἄλλη (-ῃ) mEtM s.v. ἄεισι : -αι akLS (et West) : -οι sch. T Il. 5.526 • 877 συνάν]τ̣ω̣νται Π15 : -ῶνται aS (accentum corr. L. Dindorf) : -ῶντες b • 880 πιμπλεῖσαι k (et Rzach, West, Solmsen) : πιμπλῆσαι a : πιμπλεῦσαι Tr. (et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley) • 882 κρινοντο Π15 • 884 ζῆνα ab : ζῆν’ k (?) Byz. • 885 ἐῦ Π15 : εὖ abk : om. S : accentum corr. Heinsius : ἑὰς Ahrens (et Rzach, Mazon) • 888 ῥ’ ἤμελλε a (et Solmsen, Mazon, Puntoni, Paley, Goettling-Flach, Schoemann; cf. Th. 898) : ῥ(α) ἔμ. bkS Chrys. (et Van Lennep) : ἄρ’ ἔμ. Fick (et West, Rzach) • γλαυκῶπιν Π15 o : -ώπιδ’ Chrys. • 890 ἐσκάτθετο ak S : ἐγκάτ. bQ Chrys.

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caen en el brumoso ponto, gran calamidad para los mortales, y se enfurecen con funesto torbellino; unas veces soplan en una dirección y otras en otra, dispersan las naves y causan la muerte de los marineros; no hay defensa contra el mal para los hombres que en el ponto topan con ellas; otras en la tierra infinita y florida destruyen la encantadora obra de los hombres nacidos en el suelo llenándola de polvo y de molesto tumulto53. Cuando los dioses bienaventurados cumplieron su tarea y con los Titanes decidieron la cuestión de los honores por la fuerza, entonces ya incitaron al olímpico Zeus de ancha mirada a reinar y gobernar sobre los inmortales por la astucia de Gea; y él les repartió debidamente sus privilegios. Zeus, rey de los dioses, tomó por esposa en primer lugar a Metis, aquella que más sabe de entre los dioses y los hombres mortales. Pero cuando esta iba a dar a luz a la diosa Atenea de ojos de lechuza, entonces él engañó con embuste su mente y con lisonjeras palabras la introdujo en su propio vientre por la astucia de Gea y de Urano estrellado, pues así se lo aconsejaron estos para que de los dioses sempiternos no tuviera otro en lugar de Zeus el real privilegio; pues estaba destinado que de ella nacieran hijos muy previsores, 53 Tras la derrota de los Titanes el asentamiento de Zeus en el poder todavía tiene que sortear un último ataque, ahora individual, que es el del monstruo Tifeo, hijo de la Tierra y el Tártaro (es decir, no del Cielo, como los Titanes, sino del dominio cosmogónico opuesto), trasunto de un tipo de enemigo conocido en los mitos que conciernen a la toma del poder por el dios principal y en este caso con afinidades en el mito oriental de Sucesión, en parte con el brutal Tiamat y su prole del babilonio Enuma Elis, en parte con el monstruo Ullikummi de la versión hetito-hurrita, cf. J. Fontenrose, Python, 1959, pp. 70ss.; M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966, pp. 379ss.; The East Face of Helicon, 1997, pp. 300-304; C. Watkins, How to kill a Dragon. Aspects of Indo-European Poetics, Oxford, 1995, pp. 448-459; I. Baglioni, “L’aspetto acosmico e primordiale di Typhon nella Teogonia”, Mediterranean Journal of Social Sciences, 2010. Que a Tifeo se atribuya la paternidad de los vientos marinos y los vendavales posiblemente se deba a la influencia en la poesía hesiódica de una vieja idea según la cual este monstruo es personificación de alguna fuerza de la naturaleza encerrada en su seno como puede ser el terremoto o el tornado (en Píndaro, O. 4, 6; P. 1, 17-20, fr. 92; Esquilo, PV 365 es la fuerza que yace bajo el Etna).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

πρώτην μὲν κούρην γλαυκώπιδα Τριτογένειαν ἶσον ἔχουσαν πατρὶ μένος καὶ ἐπίφρονα βουλήν, αὐτὰρ ἔπειτ’ ἄρα παῖδα θεῶν βασιλῆα καὶ ἀνδρῶν ἤμελλεν τέξεσθαι, ὑπέρβιον ἦτορ ἔχοντα· ἀλλ’ ἄρα μιν Ζεὺς πρόσθεν ἑὴν ἐσκάτθετο νηδύν, ὥς οἱ συμφράσσαιτο θεὰ ἀγαθόν τε κακόν τε. Δεύτερον ἠγάγετο λιπαρὴν Θέμιν, ἣ τέκεν Ὥρας, Εὐνομίην τε Δίκην τε καὶ Εἰρήνην τεθαλυῖαν, αἵ τ’ ἔργ’ ὠρεύουσι καταθνητοῖσι βροτοῖσι, Μοίρας θ’, ᾗς πλείστην τιμὴν πόρε μητίετα Ζεύς, Κλωθώ τε Λάχεσίν τε καὶ Ἄτροπον, αἵ τε διδοῦσι θνητοῖς ἀνθρώποισιν ἔχειν ἀγαθόν τε κακόν τε. Τρεῖς δέ οἱ Εὐρυνόμη Χάριτας τέκε καλλιπαρήους, Ὠκεανοῦ κούρη πολυήρατον εἶδος ἔχουσα, Ἀγλαΐην τε καὶ Εὐφροσύνην Θαλίην τ’ ἐρατεινήν· τῶν καὶ ἀπὸ βλεφάρων ἔρος εἴβετο δερκομενάων λυσιμελής· καλὸν δέ θ’ ὑπ’ ὀφρύσι δερκιόωνται. Αὐτὰρ ὁ Δήμητρος πολυφόρβης ἐς λέχος ἦλθεν, ἣ τέκε Περσεφόνην λευκώλενον, ἣν Ἀιδωνεὺς ἥρπασεν ἧς παρὰ μητρός, ἔδωκε δὲ μητίετα Ζεύς. Μνημοσύνης δ’ ἐξαῦτις ἐράσσατο καλλικόμοιο, ἐξ ἧς οἱ Μοῦσαι χρυσάμπυκες ἐξεγένοντο ἐννέα, τῇσιν ἅδον θαλίαι καὶ τέρψις ἀοιδῆς. Λητὼ δ’ Ἀπόλλωνα καὶ Ἄρτεμιν ἰοχέαιραν, ἱμερόεντα γόνον περὶ πάντων Οὐρανιώνων, γείνατ’ ἄρ’ αἰγιόχοιο Διὸς φιλότητι μιγεῖσα.

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899 ἐγκάτ. mQ (non adest Chrys.) • 900 οἱ συμφρ. Chrys. (et West, Solmsen, Paley) : δή οἱ φρ. o (et edd. plerique) • 901-1020 Hesiodo abiud. West • 901 Δεύτερον exp. Solmsen : τὸ τρίτον sch. Hom. • 903 ὠ(ὡ)ρεύουσι aΣ (?) ; cf. Corn. 29.57.8 L. : ὡραίbS • 904-906 exp. Clericus (leg. ‘Apollod.’ I.3.I, Procl. in rem p. 2.208. I Kr.); cf. ad 218 sq. • 904 αἷς S • 908 εἶδος : ἦτορ a • ἐχούσας Peppmüller • 910 sq. exp. Gruppe (et Solmsen) • 910 εἴβετο S : -ται abk EtGM s.v. εἴβω • 916 οἱ a : αἱ bkS • 917 θαλι]ִα ִκ[αὶ Π69 • 920 γείνα]τ’ ἂρ et Π13 : -το δ’ ἂρ a : -το Fick (et Mazon, Rzach) • αἰγιόχοιο δ. φ. et Π13 : ἐν φιλότητι διὸς μεγάλοιο k

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en primer lugar la joven Tritogenia de ojos de lechuza, con igual temple y sabia decisión que su padre, y luego a un hijo había de dar a luz, rey de dioses y hombres, de espíritu arrogante. Pero Zeus la introdujo antes dentro de su vientre para que de lo bueno y lo malo la diosa le advirtiera54. En segundo lugar se llevó a la radiante Temis, que dio a luz a las Horas, Eunomía, Justicia y Paz floreciente, que cuidan de las obras de los perecederos mortales, y a las Moiras, a las que el prudente Zeus concedió el mayor privilegio, Cloto, Láquesis y Átropo, que a los humanos mortales conceden alcanzar lo bueno y lo malo. A las tres Gracias de hermosas mejillas dio a luz de él Eurínome, hija de Océano, de muy encantadora belleza, Aglaya, Eufrósine y la atractiva Talía, cuyos párpados destilaban amor que afloja los miembros cuando miraban, y bajo sus cejas tienen una hermosa mirada. Y accedió aquel al lecho de Deméter muy nutricia, la cual dio a luz a Perséfone de blancos brazos, a la que Aidoneo arrebató a su madre por concesión del prudente Zeus. Enamorose después de Mnemósine de hermoso cabello, de la cual le nacieron las Musas de áurea frente, nueve, a las que agradan las fiestas y el placer del canto. A Apolo y a Ártemis lanzadora de flechas, encantadora prole entre todos los Uránidas, parió Leto de su unión amorosa con Zeus portador de la égida.

54 En vv. 886-900, por consejo de los protectores dioses abuelos Gea y Urano, cuando la primera esposa de Zeus, la Oceánide Metis, iba a dar a luz a Atenea, Zeus se tragó a su esposa por miedo al hijo que estaba destinado a nacer de aquella: a un primer mitema que es un nuevo eslabón en la cadena del mito de sucesión a añadir a los anteriores de Urano y de Crono, se une un intento de racionalización del mito de la divinidad surgida de la parte más noble del progenitor, la cabeza (y al que da la réplica la partenogénesis de Hefesto por Hera, a causa de su discusión con Zeus sobre si es el hombre o la mujer quien goza más sexualmente, referida en la Melampodia, fr. hes. 275 M.-W., cf. fr. hes. 343 M.-W.=fr. 908 de Crisipo), y el aition de los epítetos del tipo de μητίετα, que alaban la inteligencia del dios destinado a prevalecer, cf. S. Kauer, Die Geburt der Athena im altgriechischen Epos, Diss. Köln, 1959.

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Λοισθοτάτην δ’ Ἥρην θαλερὴν ποιήσατ’ ἄκοιτιν· ἡ δ’ Ἥβην καὶ Ἄρηα καὶ Εἰλείθυιαν ἔτικτε μιχθεῖσ’ ἐν φιλότητι θεῶν βασιλῆι καὶ ἀνδρῶν. Αὐτὸς δ’ ἐκ κεφαλῆς γλαυκώπιδα γείνατ’ Ἀθήνην, δεινὴν ἐγρεκύδοιμον ἀγέστρατον ἀτρυτώνην πότνιαν, ᾗ κέλαδοί τε ἅδον πόλεμοί τε μάχαι τε· Ἥρη δ’ Ἥφαιστον κλυτὸν οὐ φιλότητι μιγεῖσα γείνατο, καὶ ζαμένησε καὶ ἤρισεν ᾧ παρακοίτῃ, ἐκ πάντων τέχνῃσι κεκασμένον Οὐρανιώνων. [ Ἐκ δ’ Ἀμφιτρίτης καὶ ἐρικτύπου Ἐννοσιγαίου Τρίτων εὐρυβίης γένετο μέγας, ὅς τε θαλάσσης πυθμέν’ ἔχων παρὰ μητρὶ φίλῃ καὶ πατρὶ ἄνακτι ναίει χρύσεα δῶ, δεινὸς θεός. αὐτὰρ Ἄρηι ῥινοτόρῳ Κυθέρεια Φόβον καὶ Δεῖμον ἔτικτε

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922 ἄρηα et Π13 sch. Pi. N. 7.1 : ἄρην a • 924 γείνατ’ Ἀ. Q Chrys. (et West, Solmsen, Puntoni, Goettling-Flach, Van Lennep) : τριτογένειαν abkS • 929 τέχν[ῃσι Π13 oΣΔ (et West) : παλάμῃσι Ruhnken (et Solmsen) (cf. fr. Hes. 343.2,3 M.-W.) • 930-1022 Hesiodo abiud. Jacoby, 930-37, 940-62 Wilam., alia al. • 931 εὐρυ[β]ί[ης Π13 o : -βόης ΣΔ

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TEOGONÍA

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930

Por último hizo a Hera su pujante esposa, la cual dio a luz a Hebe, Ares e Ilitía de su unión amorosa con el rey de dioses y hombres. Él mismo parió de su cabeza a Atenea de ojos de lechuza55, terrible incitadora de lucha, líder de huestes incansable y soberana, a la que agradan los gritos del combate, guerras y batallas; y Hera, tras desplegar toda su furia y reñir a su cónyuge, sin contacto amoroso parió al ínclito Hefesto, destacado por su arte entre todos los Uránidas56. (De Anfítrite y Enosigeo de alto retumbo nació el gran Tritón poderoso, que, dueño del fondo del mar, con su madre y su padre soberano habita áureas mansiones, dios terrible. Y de Ares perforador de escudos dio a luz Citerea a Fuga y Temor

55 La mención del particular nacimiento de Atenea sugiere la partenogénesis paralela de Hefesto por Hera, y la mención de estos sugiere la de la unión y descendencia de Posidón, hermano de Hera y de Zeus (y de cuyo hijo Tritón se ha pensado que puede derivar el epíteto Tritogenia de Atenea, v. 895), y la de Ares, su hijo (exactamente en el mismo orden que en su participación en el cortejo de la boda de Tetis y Peleo pintado en el Vaso François, circa 570 a. C.). A continuación se relatan las respectivas uniones del propio Hefesto y de otros famosos hijos de Zeus, para referir luego la unión de la Oceánide Perseide con Helio y su descendencia (vv. 945-962). 56 Del v. 901 al 929 se suman seis unidades al cátalogo de esposas de Zeus, dos ninfas, como la primera (una Nereida, Temis, y otra Oceánide, Eurínome), y tres diosas de las más veneradas del panteón (Deméter, Leto y Hera, la primera y la tercera hermanas suyas), además de Mnemósine, la quinta esposa, ya citada al principio del poema. La composición de cada una de las unidades consta de la siguiente serie fija de elementos, en construcción bastante simétrica aunque la expresión varía en cada caso: nombre de la esposa, oración de relativo (o de participio) que contiene los nombres de la prole (con frecuencia en número de tres y de los cuales los de las tres Gracias (v. 909), como los de las tres Moiras (v. 905) y otros anteriormente mencionados, como los de las Musas, corresponden a conceptos respectivamente conexos; los de los hijos de Hera, “la última” esposa (v. 922), con Zeus reúnen también en un solo verso, de manera insólita, a un dios y dos diosas, cada uno con un bien conocido historial por separado, aun cuando este incluya una mayor o menor relación con Hera) y otra oración más, casi siempre de relativo o de participio, referida a los atributos de la prole; de modo que, en la primera unidad catalógica, el afán paralelístico con la genealogía de las Horas hace incurrir en contradicción con v. 217 la genealogía de las asonantes Moiras (vv. 904ss.); solo la última unidad refiere directamente la procreación de Atenea y Hefesto y sus atributos, los de los dioses surgidos sin unión carnal.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

δεινούς, οἵ τ’ ἀνδρῶν πυκινὰς κλονέουσι φάλαγγας ἐν πολέμῳ κρυόεντι σὺν Ἄρηι πτολιπόρθῳ, Ἁρμονίην θ’, ἣν Κάδμος ὑπέρθυμος θέτ’ ἄκοιτιν.] Ζηνὶ δ’ ἄρ’ Ἀτλαντὶς Μαίη τέκε κύδιμον Ἑρμῆν, κήρυκ’ ἀθανάτων, ἱερὸν λέχος εἰσαναβᾶσα. Καδμείη δ’ ἄρα οἱ Σεμέλη τέκε φαίδιμον υἱὸν μιχθεῖσ’ ἐν φιλότητι, Διώνυσον πολυγηθέα, ἀθάνατον θνητή· νῦν δ’ ἀμφότεροι θεοί εἰσιν. Ἀλκμήνη δ’ ἄρ’ ἔτικτε βίην Ἡρακληείην μιχθεῖσ’ ἐν φιλότητι Διὸς νεφεληγερέταο. Ἀγλαΐην δ’ Ἥφαιστος ἀγακλυτὸς ἀμφιγυήεις ὁπλοτάτην Χαρίτων θαλερὴν ποιήσατ’ ἄκοιτιν. Χρυσοκόμης δὲ Διώνυσος ξανθὴν Ἀριάδνην, κούρην Μίνωος, θαλερὴν ποιήσατ’ ἄκοιτιν· τὴν δέ οἱ ἀθάνατον καὶ ἀγήρων θῆκε Κρονίων. Ἥβην δ’ Ἀλκμήνης καλλισφύρου ἄλκιμος υἱός, ἲς Ἡρακλῆος, τελέσας στονόεντας ἀέθλους, παῖδα Διὸς μεγάλοιο καὶ Ἥρης χρυσοπεδίλου, αἰδοίην θέτ’ ἄκοιτιν ἐν Οὐλύμπῳ νιφόεντι, ὄλβιος, ὃς μέγα ἔργον ἐν ἀθανάτοισιν ἀνύσσας ναίει ἀπήμαντος καὶ ἀγήραος ἤματα πάντα. Ἠελίῳ δ’ ἀκάμαντι τέκε κλυτὸς Ὠκεανίνη Περσηὶς Κίρκην τε καὶ Αἰήτην βασιλῆα. Αἰήτης δ’ υἱὸς φαεσιμβρότου Ἠελίοιο κούρην Ὠκεανοῖο τελήεντος ποταμοῖο

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938 ἄρ’ et Π7 Clem. Al. strom. I.21.105.5 : om. a • κύδ. et Clem : φαίδιμον a (cf. 940) • 940 καδμείη bk Clem. : καδμὶς a (West Καδμηὶς coni. Peppmüller) • 949 ἀγήρω o (et edd. plerique) : corr. Peppmüller (et West, Solmsen) • 958 δ’ ab sch. A.R. 3.240 : δ’ αὖ kS

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TEOGONÍA 935

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temibles, que siembran la confusión en las apretadas filas de hombres en el helador combate, en unión de Ares destructor de ciudades, así como a Harmonía, a la que el valiente Cadmo hizo su esposa.) De Zeus la Atlántide Maya dio a luz al glorioso Hermes, heraldo de los mortales, tras ascender a su lecho. De la unión amorosa con él, Sémele Cadmea dio a luz a su ilustre hijo el muy alegre Dioniso, a un inmortal siendo ella mortal; y ahora ambos son dioses. Alcmena dio a luz al fuerte Heracles de su unión amorosa con Zeus amontonador de nubes57. A Aglaya, la más joven de las Gracias, Hefesto el muy ilustre cojo la hizo su pujante esposa. Y Dioniso de áureo cabello hizo su pujante esposa a la rubia Ariadna, hija de Minos; y el Cronión se la hizo inmortal y joven por siempre. A Hebe, hija del gran Zeus y de Hera de hermosas sandalias, el valeroso hijo de Alcmena de hermosos tobillos, el fornido Heracles, tras realizar los penosos trabajos la hizo su venerable esposa en el nevado Olimpo; dichoso él, que tras llevar a cabo una gran obra entre los inmortales vive sin cuitas y sin envejecer todo el tiempo58. Del infatigable Helio la gloriosa Oceánide Perseide dio a luz a Circe y al rey Eetes. Y Eetes, el hijo de Helio que alumbra a los mortales, desposó a la hija de Océano el río perfecto, 57 Tras la relación de sendos descendientes de Zeus y de Hera unilateralmente y de sus respectivos atributos (vv. 924-929), así como de la unión y descendencia de su hermano Posidón y el hijo de este Ares (en el caso de Ares, con Afrodita, ubicada ahora en una fase del mito teogónico muy posterior a la que, en vv. 188ss., la hace surgir de los genitales de Urano emasculado y por tanto “hermana” del abuelo de Ares, Crono), los vv. 938-944 refieren el respectivo e importante fruto teogónico de los amores de Zeus con Maya (Hermes), Sémele (Dioniso) y Alcmena (Heracles), en sendas estructuras narrativas parejas entre sí y también a aquella que corresponde a su unión con Leto (vv. 918-920). 58 De un modo similar pero sin referir su descendencia, los versos 945-955 relatan la unión del hijo de Hera, Hefesto, con Aglaya, la de Dioniso con Ariadne y la de Heracles con Hebe (hija como él de Zeus, solo que de la unión de este con Hera). Los versos 947-955, que incluyen la tardía deificación de Heracles, son atetizados por algún escolio.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

γῆμε θεῶν βουλῇσιν, Ἰδυῖαν καλλιπάρηον· ἣ δή οἱ Μήδειαν ἐύσφυρον ἐν φιλότητι γείναθ’ ὑποδμηθεῖσα διὰ χρυσῆν Ἀφροδίτην. Ὑμεῖς μὲν νῦν χαίρετ’, Ὀλύμπια δώματ’ ἔχοντες, νῆσοί τ’ ἤπειροί τε καὶ ἁλμυρὸς ἔνδοθι πόντος· νῦν δὲ θεάων φῦλον ἀείσατε, ἡδυέπειαι Μοῦσαι Ὀλυμπιάδες, κοῦραι Διὸς αἰγιόχοιο, ὅσσαι δὴ θνητοῖσι παρ’ ἀνδράσιν εὐνηθεῖσαι ἀθάναται γείναντο θεοῖς ἐπιείκελα τέκνα. Δημήτηρ μὲν Πλοῦτον ἐγείνατο δῖα θεάων, Ἰασίῳ ἥρωι μιγεῖσ’ ἐρατῇ φιλότητι νειῷ ἔνι τριπόλῳ, Κρήτης ἐν πίονι δήμῳ, ἐσθλόν, ὃς εἶσ’ ἐπὶ γῆν τε καὶ εὐρέα νῶτα θαλάσσης πᾶσαν· τῷ δὲ τυχόντι καὶ οὗ κ’ ἐς χεῖρας ἵκηται, τὸν δ’ ἀφνειὸν ἔθηκε, πολὺν δέ οἱ ὤπασεν ὄλβον. Κάδμῳ δ’ Ἁρμονίη, θυγάτηρ χρυσῆς Ἀφροδίτης, Ἰνὼ καὶ Σεμέλην καὶ Ἀγαυὴν καλλιπάρηον Αὐτονόην θ’, ἣν γῆμεν Ἀρισταῖος βαθυχαίτης, γείνατο καὶ Πολύδωρον ἐυστεφάνῳ ἐνὶ Θήβῃ. Κούρη δ’ Ὠκεανοῦ Χρυσάορι καρτεροθύμῳ μιχθεῖσ’ ἐν φιλότητι πολυχρύσου Ἀφροδίτης, Καλλιρόη, τέκε παῖδα βροτῶν κάρτιστον ἁπάντων, Γηρυονέα, τὸν κτεῖνε βίη Ἡρακληείη βοῶν ἕνεκ’ εἰλιπόδων ἀμφιρρύτῳ εἰν Ἐρυθείῃ. Τιθωνῷ δ’ Ἠὼς τέκε Μέμνονα χαλκοκορυστήν, Αἰθιόπων βασιλῆα, καὶ Ἠμαθίωνα ἄνακτα· αὐτάρ τοι Κεφάλῳ φιτύσατο φαίδιμον υἱόν, ἴφθιμον Φαέθοντα, θεοῖς ἐπιείκελον ἄνδρα.

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961 δή Guyet (et West, Solmsen, Mazon, Puntoni, Rzach) : δέ o (δέ νύ Tr. (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep)) • 963-1022 Hesiodo abiud. Goettling al. • 964 exp. Heyne • 970 ἰασίῳ bk Δ (et Solmsen, West, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : ἀσσίω a : ἰασίων’ (et Mazon, Puntoni, Rzach) S • 974 δ’ : δὴ b (et West) • ἔθηκε kS : ]ηκε Π32 : τέθηκε (sive τε θ.) b : τέθεικε a • δέ Π32 k (et Solmsen, West, Mazon, Rzach) : τε abS • 976 ἀγαύην m • 979 ὠκεανοῦ b : -οῖο kS : -ίνη a • 981 καρτ. ak : κράτ. b : κάλλισ[τον Π32 S • 982 γηρυονέα bS : -ῆα a : -ην k Σγρ (-ῆ Schoemann) • 986-991 Catalogo trib. Paus. I.3.I (=fr. ‘spur.’ 375)

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TEOGONÍA 960

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a Idía de hermosas mejillas, por decisión de los dioses. Esta parió a Medea de finos tobillos rendida a su amor por obra de la áurea Afrodita59. Salud ahora vosotros, dueños de las moradas olímpicas, e islas, continentes y el mar salado que hay dentro; y vosotras, olímpicas Musas de agradable voz, hijas de Zeus portador de la égida, cantad ahora la tribu de diosas cuantas se acostaron con hombres mortales siendo inmortales ellas y parieron hijos semejantes a dioses. Deméter, divina entre las diosas, parió a Pluto del gozoso contacto amoroso con el héroe Yasio en tres veces arado barbecho, en la fértil tierra de Creta; bienhaya él, que camina por la tierra entera y el ancho dorso del mar y a aquel con el que se encuentra y a sus manos llega lo hace rico y mucha felicidad le otorga. Harmonía, hija de la áurea Afrodita, engendró de Cadmo a Ino, Sémele y Ágave de hermosas mejillas, a Autónoe, a la que desposó Aristeo de poblado cabello, y a Polidoro, en la bien coronada Tebas. La hija de Océano Calírroe, unida en el amoroso abrazo de la muy áurea Afrodita con el valeroso Crisaor, dio a luz a un hijo el más fuerte de todos los mortales, Gerioneo, al que el fornido Heracles mató por sus bueyes de ondulante paso, en Eritea rodeada de agua. De Titono Aurora dio a luz a Memnón armado de bronce, rey de los Etíopes, y al soberano Ematión; y de Céfalo engendró un hijo ilustre, el vigoroso Faetón, varón semejante a los dioses.

59 El catálogo de la genealogía de Zeus y otros dioses emparentados se cierra, vv. 956-962, con el relato de la unión de otras dos Oceánides (Perseide e Idía), como Metis y Eurínome citadas, con Helio y su hijo Eetes y la respectiva descendencia (Circe y Eetes por un lado, y por otro Medea, oportunamente hecha hija de Idía como el adivino Calcante lo es de Idmón: raíz ἰδ- de οἶδα “saber”).

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

τόν ῥα νέον τέρεν ἄνθος ἔχοντ’ ἐρικυδέος ἥβης παῖδ’ ἀταλὰ φρονέοντα φιλομμειδὴς Ἀφροδίτη ὦρτ’ ἀνερειψαμένη, καί μιν ζαθέοις ἐνὶ νηοῖς νηοπόλον μύχιον ποιήσατο, δαίμονα δῖον. Κούρην δ’ Αἰήταο διοτρεφέος βασιλῆος Αἰσονίδης βουλῇσι θεῶν αἰειγενετάων ἦγε παρ’ Αἰήτεω, τελέσας στονόεντας ἀέθλους, τοὺς πολλοὺς ἐπέτελλε μέγας βασιλεὺς ὑπερήνωρ, ὑβριστὴς Πελίης καὶ ἀτάσθαλος ὀβριμοεργός· τοὺς τελέσας ἐς Ἰωλκὸν ἀφίκετο πολλὰ μογήσας ὠκείης ἐπὶ νηὸς ἄγων ἑλικώπιδα κούρην Αἰσονίδης, καί μιν θαλερὴν ποιήσατ’ ἄκοιτιν. καί ῥ’ ἥ γε δμηθεῖσ’ ὑπ’ Ἰήσονι ποιμένι λαῶν Μήδειον τέκε παῖδα, τὸν οὔρεσιν ἔτρεφε Χείρων Φιλλυρίδης· μεγάλου δὲ Διὸς νόος ἐξετελεῖτο. Αὐτὰρ Νηρῆος κοῦραι ἁλίοιο γέροντος ἤτοι μὲν Φῶκον Ψαμάθη τέκε δῖα θεάων Αἰακοῦ ἐν φιλότητι διὰ χρυσῆν Ἀφροδίτην· Πηλεῖ δὲ δμηθεῖσα θεὰ Θέτις ἀργυρόπεζα γείνατ’ Ἀχιλλῆα ῥηξήνορα θυμολέοντα. Αἰνείαν δ’ ἄρ’ ἔτικτεν ἐυστέφανος Κυθέρεια, Ἀγχίσῃ ἥρωι μιγεῖσ’ ἐρατῇ φιλότητι Ἴδης ἐν κορυφῇσι πολυπτύχου ἠνεμοέσσης. Κίρκη δ’ Ἠελίου θυγάτηρ Ὑπεριονίδαο γείνατ’ Ὀδυσσῆος ταλασίφρονος ἐν φιλότητι Ἄγριον ἠδὲ Λατῖνον ἀμύμονά τε κρατερόν τε· [Τηλέγονον δὲ ἔτικτε διὰ χρυσῆν Ἀφροδίτην·] οἳ δή τοι μάλα τῆλε μυχῷ νήσων ἱεράων πᾶσιν Τυρσηνοῖσιν ἀγακλειτοῖσιν ἄνασσον.

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989 ἁπαλὰ LIγρ • 990 ἀνερειψ- bv : ἀναρεψ- nQ : ἀναριψ- k : ἀναρειψ- S • 991 μύχιον Aristarchus ap. Σ (Ἀρχίλοχος codd., corr. Ruhnken) Lγρ : νύχιον oΣ (et ceteri edd. praeter Solmsen, West, Goettling-Flach) • 1002 φυλλ- a (φυλλιρ. k) • 1004 ἤτοι μὲν o (et Solmsen, West et edd. plerique) : ἥ τοι Jacoby (ἣ μέν τοι (φῶκον) malit Solmsen) • 1010 ἠνεμ. Q : ὑληέσσης abkS • 1011 ὑπερηνορίδαο kSL (ὑπεριον. et sch. A.R. 3.200 al.) • 1012 τίκτεν ὀδυσσῆι -φρονι sch. A.R. • 1014 deest in kS sch. A.R., negl. Eust. in Hom. 1796. 43 sqq. (et secl. West, Mazon, Puntoni, Rzach, Paley, Goettling-Flach) • δ’ ἔτικτε a : δ’ ἔτεκε b : δ’ ἄρ’ ἔτικτε Paley (et Mazon, Rzach) • 1015 υχῶν (et k) εἴσω b (εἰς τὰ ἐσώτερα μέρη τῶν ἱερῶν νήσων Σ)

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TEOGONÍA

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A este, en la tierna flor nueva de su gloriosa juventud, muchacho de ingenuos pensamientos, la risueña Afrodita lo arrebató de prisa y lo hizo secreto guardián de sus sagrados templos, un divino espíritu. A la hija de Eetes, rey vástago de Zeus, se la quitó el Esónida por decisión de los dioses sempiternos tras llevar a cabo penosas tareas que en abundancia le impuso un gran rey despótico, el insolente Pelias, temerario y de acción violenta; después de llevarlas a cabo arribó a Yolco tras muchas fatigas en su veloz nave con la joven de viva mirada, el Esónida, y la hizo su pujante esposa. Y ella, rendida de amor a Jasón, pastor de huestes, dio a luz un hijo, Medeo, que fue criado en el monte por Quirón Filírida; y del gran Zeus el plan se cumplía. De las hijas de Nereo, el viejo del mar, Psámate, divina entre las diosas, dio a luz a Foco del contacto amoroso con Éaco por obra de la áurea Afrodita; la divina Tetis de pies plateados, rendida al amor de Peleo, parió a Aquiles de corazón de león, que rompe las filas de hombres. A Eneas dio a luz la bien coronada Citerea de la gozosa unión amorosa con el héroe Anquises en las cumbres del ventoso Ida abundante en valles. Circe, hija de Helio Hiperiónida, del contacto amoroso con el sufrido Odiseo parió a Agrio y al irreprochable y fuerte Latino; (y dio a luz a Telégono por obra de la áurea Afrodita). Muy lejos, en el interior de sagradas islas, estos gobernaban sobre el total de los muy célebres Tirrenos.

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ΘΕΟΓΟΝΙΑ

Ναυσίθοον δ’ Ὀδυσῆι Καλυψὼ δῖα θεάων γείνατο Ναυσίνοόν τε μιγεῖσ’ ἐρατῇ φιλότητι. Αὗται μὲν θνητοῖσι παρ’ ἀνδράσιν εὐνηθεῖσαι ἀθάναται γείναντο θεοῖς ἐπιείκελα τέκνα. [νῦν δὲ γυναικῶν φῦλον ἀείσατε, ἡδυέπειαι Μοῦσαι Ὀλυμπιάδες, κοῦραι Διὸς αἰγιόχοιο.]

1020

1018 ναυσίνοον bQS : -θοον ak • 1021sq. Catalogi initium (cf. fr. I) om. Π13 akS : habent Qm (spatio intermisso tres codd. m. pr., unus m. rec), add. L m. nova : secl. West

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TEOGONÍA

Calipso, divina entre las diosas, parió a Nausítoo y a Nausínoo del gozoso contacto amoroso con Odiseo. 1020

Estas son las inmortales que yacieron con hombres mortales y parieron hijos semejantes a dioses60; (ahora cantad la tribu de las mujeres, Musas olímpicas de agradable voz, hijas de Zeus portador de la égida)61. 60 Finalmente, vv. 963-1020, el poeta se despide de los Olímpicos e invoca nuevamente a las Musas para que canten la serie de diosas que se acostaron con hombres mortales —diez en total, de las cuales una, la Aurora, se unió a dos— y su descendencia, empezando por la familia Deméter-Yasio-Pluto (cuya gestación tuvo lugar “en la tercera arada del barbecho”, v. 971, reflejo mítico y metáfora de un conocido ritual de fertilidad del campo que el acto sexual in situ propicia por magia simpatética, cf. J. G. Fraser, The Golden Bough. A Study in Magic and Religion, II, London, 1911-1916, pp. 97104 y J. Harrison, Prolegomena to the Study of Greek Religion, London, 1962 [ 1903], pp. 535ss.) y terminando con las menos conocidas de Circe-Odiseo-Agrio y Latino, y CalipsoOdiseo-Nausítoo y Nausínoo (nombre creado sobre el anterior), de cuyas genealogías, de expresión básicamente formularia y semejante a las del grupo anterior, añade en unos casos el lugar del encuentro amoroso (Creta, Tebas, Eritea, Ida) y en otros los atributos de la prole (generalmente un descendiente pero en algunos casos dos y en uno cinco, algunos de ellos —Medeo (v. 1001), Foco (v. 1004), Latino (v. 1013)— nombres epónimos de pueblos, como a menudo ocurre en el catálogo de las Eeas). Concretamente la conexión Medea-Medos sería, según M. L. West, Hesiod: Theogony, 1966 comm. ad 1001, una razón más para pensar en un poeta posterior común a Eeas, en lugar de ver en esta sección de Teogonía el impulso o germen para el Catálogo de las Mujeres y como tal terreno propicio para interpolaciones, como pueden ser las menciones de Medeo, Latino y los Tirrenos, conocidos desde época posterior, el desconocido Agrio o los dos hijos de Calipso. Tras el cierre anular de 1019s. con 967s., los dos versos siguientes, no transmitidos por Π 13 y en una segunda mano en un añadido posterior en algunos mss., parecen añadidos para introducir formalmente el Catálogo de las Mujeres. 61 Un buen número de estudiosos han creído ver el final de lo genuinamente hesiódico bastante antes del v. 1022, ya sea en el v. 929 (Solmsen tras otros), ya, la mayoría, en el v. 962; solo para West (Hesiod: Theogony, 1966 ad loc.) estaría en el v. 900, basándose en argumentos de tipo estructural, mítico-históricos, estilísticos y de dicción formular, si bien en nuestra opinión estos no parecen tan graves que no puedan explicarse por ciertas probables interpolaciones en una composición de final catalógico y abierto como es la de Teogonía, sin tener que apelar a la poco económica teoría de West de un poeta posterior que remodeló 901-929 de la Teogonía genuina a su propio estilo, que sería el de las Eeas, componiendo 965-1018 para que sirviera de transición a este poema, cf. A. Schmidt, “Zum Prooimion des hesiodischen Frauenkatalog”, WJA 1975; A. Ramnoux, “Les femmes de Zeus: Hésiode, Théogonie, vers 885 à 955”, Poikilia. Études offerts à Jean-Pierre Vernant, 1987; C. Miralles, “Le spose di Zeus e l’ordine del mondo nella Teogonia di Esiodo”, en Genere e ruoli nelle culture antiche, 1992.

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OPERA ET DIES

INTRODUCCIÓN

COMPOSICIÓN

DE

TRABAJOS Y DÍAS

El poema de Trabajos y Días no solo comprende estas dos secciones, en cierto modo complementarias entre sí en cuanto que la primera se refiere esencialmente a la elección del momento propicio para las respectivas faenas agrícolas o marineras y la segunda a la mayor o menor idoneidad de determinados días del mes, sino que su aleccionamiento incluye previamente un par de relatos míticos, una fábula y series de párrafos gnómicos y luego de sentencias referidos más o menos vagamente a un interlocutor concreto. De sus contenidos unos atienden al tema del trabajo y otros a un tema que en el fondo subyace también a este, que es el de la justicia. La diversidad de sus materiales, sin embargo, no impide ver, no solo la presencia de la citada idea de fondo, sino cierta conexión de unos motivos con otros por asociación de ideas así como una equitativa distribución de los dos temas principales, no carente en mi opinión de un cierto plan y no susceptible de distinguir sucesivas etapas en su composición (al menos en la versión que ha sido fijada por escrito y llegado hasta nosotros)1, como ha sido postulado2. El proemio del poema, al igual que el de Teogonía —con el que coincide en dedicar su primera palabra y su primer verso a las Musas, allí las del monte Helicón, vecinas del poeta, aquí las de Pieria, habitual morada de Zeus—, aunque mucho más breve muestra una conexión más o menos estrecha con la temática del poema, independientemente de que la fórmula de introducción de la respectiva divinidad, allí las Musas, aquí Zeus, se ajuste a sendos patrones tradicionales en uno y otro caso: allí es el propio poeta el que se propone cantar a las Musas, aquí exhorta a estas (en cuanto provenientes de Pieria, en Ma1

Cf. M. Heath, “Hesiod’s Didactic Poetry”, CQ 1985. M. L. West, Hesiod: Works & Days, 1978, pp. 41ss., quien parte de la idea de que no solo este sino los dos poemas de Hesíodo, así como la Ilíada y la Odisea, han sido compuestos y completados por escrito en etapas sucesivas. 2

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INTRODUCCIÓN

cedonia, como canta Teogonía 53) a que celebren a Zeus, de acuerdo con el tipo formular más antiguo, el que aparece al comienzo de la Ilíada y la Odisea. Dando cumplimiento al propósito del poeta en el último verso del proemio (10), de “exponer verdades a Perses”, los versos 11-26 contienen la doctrina gnómica de las dos Érides, la negativa (disputa), ya conocida por Teogonía, y la positiva (afán de emulación, competitividad), cosa que es tentador, aunque no imprescindible3, poner en relación con Teogonía 225s. (genealogía de Eris). Los versos 27-46 constituyen una aplicación parenética de dicha doctrina atendiendo a sus dos respectivas vertientes y futuros temas principales del poema, justicia y trabajo, y personalizada en Perses, de cuya relación con el poeta ofrece este los datos mínimos (pleito con su hermano, vv. 34-39)4 para una contextualización del aconsejamiento, según es habitual en este tipo de poesía5. El pasaje de los vv. 47-105 contiene el primero de los dos relatos míticos que, uno a continuación del otro, tienen cabida en un tipo de discurso como el de Trabajos y Días, compuesto de diferentes clases de estructuras gnómicas6. Se trata del mito de Prometeo, ya referido en Teogonía (521-616) y del cual aquí el poeta selecciona aquellos aspectos que le sirven para explicar el porqué de la necesidad del trabajo para el hombre. Tras un primer engaño Prometeo robó el fuego a Zeus y este volvió a castigarle, en este caso con la creación de una joven que en la versión de Teogonía es el origen de la “funesta raza de las mujeres” (Th. 589-591) y aquí es el regalo envenenado que “todos los dioses” —y de ahí su nombre de Pandora— crearon y Zeus envió al hermano “tardo de entendederas” (Epi-meteo) de Prometeo7, y que luego destapó una vasija de la que salieron todos los males que 3

Pace M. L. West, Hesiod: Works & Days, 1978, ad loc. Cf. B. A. Van Groningen, “Hésiode et Persès”, Meded. Kon. Ned. Akad. v. Wet. 1957; M. Gagarin, “Hesiod’s Dispute with Perses”, TAPhA 1974; “The Ambiguity of Eris in the Works and Days,” en Cabinet of the Muses: Essays on Classical and Comparative Literature in Honor of Thomas G. Rosenmeyer, 1990; P. Rousseau, “Instruire Persès: Notes sur l’ouverture des Travaux d’Hésiode”, en Le métier du mythe, 1996. 5 Cf. M. L. West, Hesiod: Works & Days, 1978, pp. 37s., 40. 6 Cf. F. R. Adrados, “La composición de los poemas hesiódicos”, Emerita 2001. 7 Cf. V. Schmidt, ZPE 19 (1975), pp. 183-190, sobre la etimología del nombre de Prometeo. 4

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INTRODUCCIÓN

hay en el mundo, incluido el “penoso trabajo” (χαλεποῖο πόνοιο, v. 91) y “miserables calamidades” (ἀνθρώποισι δ’ ἐμήσατο κήδεα λυγρά v. 95 = 49). Se supone que en la versión de Trabajos y Días el mito de Prometeo y la creación de la mujer ha sido combinado con otro mito conocido en diversas latitudes, sobre la dispersión de los males en el mundo a partir de la acción imprudente de un personaje con frecuencia femenino8. Al relato de Prometeo-Pandora el poeta añade otro (vv. 106-201), el de las Generaciones o las Edades (γένη, no razas, como con frecuencia se designa), formalmente conectado con el anterior por el hecho de que ambos se remontan a un tiempo de común origen de dioses y hombres (cf. Op. 108: Th. 535), pero distinto en cuanto a su función y hasta esencialmente contradictorio9, si no fuera por ese margen de incoherencia que a menudo es propio de los mitos. Si el mito de Prometeo-Pandora trata de justificar la necesidad del trabajo para el hombre y de este modo atiende, a través del lenguaje plástico del mito, a uno de los dos grandes temas del poema, el mito de las Edades se hace eco del otro y no menos importante tema que es el de la justicia, sirviendo de ilustración al progresivo deterioro de la misma en el sucederse de las generaciones. El respectivo comportamiento de los hombres de cada generación encuentra al morir la recompensa o el castigo divinos de acuerdo con la inocencia inicial o la progresiva insolencia de sus actos: los felices hombres de la Edad de Oro, los únicos que vivieron en el tiempo de Crono, devinieron al morir en espíritus benéficos, a los menos píos hombres de la Edad de Plata todavía en el submundo algún honor les acompaña, los violentos habitantes de la Edad de Bronce se fueron al Hades innominados, los Héroes fueron instalados por Zeus en las Islas de los Bienaventurados. Además de este aspecto, sin duda el más consistente, otros dos forman parte del esquema que subyace a la caracterización de cada una de las edades. El rasgo más notorio, y en buena medida simbólico de la progresiva degradación, es el de la identificación de cada una de las edades con un metal, o mejor dicho con el nombre de un metal, ya que solo en el caso de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro se dice que 8 9

Cf. M. L. West, Hesiod: Works & Days, 1978, pp. 155s., con bibliografía. Cf. J. Fontenrose, “Work, Justice and Hesiod’s Five Ages”, CPh 1974, p. 2.

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INTRODUCCIÓN

estos fueran los metales de uso, de acuerdo con la secuencia que conocemos por la historia. Las otras dos edades, las primeras, son llamadas de Oro y de Plata sucesivamente. Solo una Generación se sale del modelo metálico de evolución, la de los Héroes, situada entre la de Bronce y la de Hierro y constituida, como en el caso de la tradición épica, por los héroes que lucharon al pie de Tebas y ante Troya; de modo que la inserción de la edad heroica en el modelo evolutivo ajeno y su ubicación entre la generación de bronce (el metal predominante todavía en la Ilíada) y la de hierro, la coetánea del poeta, se suele interpretar como una aportación y un homenaje hesiódicos a dicha tradición histórico-poética10. El tercer rasgo característico de las sucesivas generaciones es la progresiva supresión de la juventud de sus habitantes, desde la Edad de Oro, cuyos hombres no envejecían nunca, pasando por los de la Edad de Plata, cuya infancia se prolongaba cien años y terminaba con la muerte, hasta los de la edad de Hierro, la cual, anuncia el poeta, será destruida por Zeus cuando los niños nazcan con las sienes blancas (Op. 181), y para entonces profetiza cómo estos cometerán toda una serie de actos de degradación moral. Las profecías sobre el tema de la justicia en contraposición a la hybris, con que termina el mito de las Edades, continúan ahora (vv. 202-285) en forma de una nueva estructura gnómica, también ella de raigambre oriental, que es la fábula animalesca (género conocido en Súmer ya a comienzos del segundo milenio a. C. y del cual algunas muestras son comparables a otras griegas). Se trata de la fábula del gavilán y el ruiseñor (vv. 202-212), la más antigua de la literatura occidental, que el poeta dirige expresamente a los reyes-jueces para que entiendan (v. 202) y que, al poner su aparente moraleja (la cual insta a no enfrentarse a los poderosos si no se quiere salir malparado, vv. 210-211) en boca del propio gavilán en vez de extraerla de la historieta, ha dado lugar a malentendidos por parte de la crítica, en lugar de tomar a sendos animales como respectivo trasunto, el más directo, de los reyes y del propio poeta (cf. ἀοιδὸν, v. 208) a propósito del pleito con su hermano. La esperada censura a la actitud prepotente del gavilán que la fábula no manifiesta, encuentra eco a continuación en los tres sucesivos párrafos (vv. 213-247, 248-273, 274-285) que alter10

Cf. M. L. West, Hesiod: Works & Days,1978, pp. 172-174.

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INTRODUCCIÓN

nativamente exhortan a Perses y a los reyes-jueces a escuchar la justicia y evitar la hybris, de los cuales el último da la clave del sentido de la fábula al contraponer la actitud injusta de los animales de comerse unos a otros, a la presencia de la justicia entre los hombres (vv. 276ss.). Una vez terminada la serie de peroratas sobre la justicia propiciada por el final del mito de las Edades, el poeta vuelve (vv. 286-382) al tema del trabajo, que había quedado pendiente tras el mito de Prometeo-Pandora, describiendo así un movimiento en quiasmo (ABBA) el propio curso de las ideas. El grueso bloque instructivo sobre los trabajos del campo y luego los trabajos del mar (vv. 383-694) es precedido aquí por una sección introductoria en la que el trabajo es ya enfocado, como allí, como medio de granjearse el bienestar (vv. 286-319), aunque no a cualquier precio, sino por procedimientos justos (vv. 320326), nueva apelación al tema de la justicia que, por asociación de ideas, lleva a advertir sobre otras formas de comportamiento injusto en el entorno social y familiar (vv. 327-335) y a exhortar a su vez sobre la justa conducta para con los dioses (vv. 336-341) y luego, en una retahíla de gnomae entrelazadas, con los amigos, con los vecinos (vv. 342-360) y de ahí a aconsejar sobre el ahorro, primero en términos generales (vv. 361-367) y luego con ejemplos concretos (vv. 368s.), sobre la confianza y la desconfianza, sobre la actitud ante las mujeres y el número de hijos, para terminar proclamando que esta es la forma de obtener riqueza siempre que a ello se añada “trabajo sobre trabajo” (vv. 381-382). Tras las indicadas alusiones introductorias, antes y después del mito explicativo de Prometeo-Pandora, el tema del trabajo irrumpe abiertamente en la larga serie parenética dedicada a los trabajos del campo primeramente (vv. 383-617) y a los trabajos del mar a continuación (vv. 618-694). Una y otra subsección consisten en un catálogo de tareas ordenadas de acuerdo con el devenir natural de las estaciones y referidas a un fenómeno astronómico característico, a la acción de un determinado animal o a la actividad de una planta propias de ese momento, con la diferencia de que en los trabajos del mar la doctrina es mucho más sumaria, incluyendo en cambio un par de pasajes de carácter autobiográfico. Pero tampoco al aconsejamiento de los trabajos del campo le interesan tanto los datos técnicos, de los cuales realmente [65]

INTRODUCCIÓN

un labrador tendría poco que aprender, como la atención al momento justo en que cada operación debe llevarse a cabo, el cual constituye en verdad la clave del aleccionamiento, tanto de los trabajos del campo como de los del mar11. Las tareas del campo a las que básicamente se atiende son el cultivo y cosecha del grano y, en mucho menor medida, el cuidado del viñedo, y el marco temporal en el que las faenas se instalan es el año agrícola, comenzando (vv. 448ss.) y terminando (vv. 614-617) con el tiempo de la arada, que es también el momento al que se refiere el comienzo de los consejos sobre la navegación (vv. 618ss.). El pasaje sobre los trabajos de invierno (vv. 493-563), más que recomendaciones sobre tareas apenas existentes dadas las adversas condiciones meteorológicas, contiene exhortaciones a aprovechar el tiempo muerto (vv. 493-503) y consejos sobre cómo combatir los efectos climáticos (vv. 536-563); lo cual no impide que su extensión sea no mucho menor que la de los trabajos de otoño y algo más grande que la de los trabajos de primavera y verano, que constituyen el tercer gran bloque estacional. Lo que el pasaje no puede ofrecer del tipo de exhortación habitual lo compensa con una amplia y artística descripción del mes de Leneón (vv. 504-535, nombre de mes jonio y no beocio, como corresponde a un tipo de poesía de vocación panhelénica), el del invierno en su mayor rigor, atendiendo principalmente a los efectos del frío viento Bóreas sobre los árboles del bosque, sobre los animales, primeramente los domésticos (vv. 512-518) y luego los salvajes (vv. 524-533), y sobre las personas, incluida la sensual imagen de una joven virgen resguardada en el interior de su hogar mientras el pulpo (llamado “sinhueso” mediante un kenning12) roe su propio pie en su hogar sin fuego por falta de alimento (nueva acción animal como referente temporal extra). El párrafo sobre la primavera (vv. 564-570) tiene un doble referente temporal, astronómico (el cénit del astro Arturo) y animalesco (la llegada de la golondrina), y la única labor recomendada es la poda de las vides: una buena demostración de cómo el poeta se recrea e inte-

11 Cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre forma y contenido de Los Trabajos y los Días”, en Estudios de forma y contenido…, 1982. 12 Cf. I. Waern, ΓΗΣ ΟΣΤΕΑ, The Kenning in Pre-Christian Greek Poetry, 1951.

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resa tanto y más en la descripción del momento idóneo para la tarea que en la tarea misma. El primer párrafo sobre el verano (vv. 571-581) también remite temporalmente a una acción animalesca y a un fenómeno astronómico a la vez (el caracol —pheréoikos, literalmente “portacasa”, nuevo kenning— ascendiendo a las plantas huyendo de las Pléyades) la exhortación a realizar la siega y llevarse el fruto a casa. El párrafo sobre el verano en su mayor rigor (vv. 582-596) tiene como referente temporal la doble acción de una planta (el florecimiento del cardo) y de un animal (el canto de la cigarra), su componente descriptivo afecta a animales domésticos y a personas, como en el caso del mes de Leneón, y, de forma paralela a este, la exhortación no se refiere a trabajos, sino a acciones dirigidas a protegerse del calor y disfrutar del descanso en este caso (el “vino de Biblos”, v. 589, se supone procedente de cierta región de Tracia). El tercer párrafo sobre el verano (vv. 597-608) toma como referente temporal un dato astronómico (la aparición de Orión: sobre el 20 de junio) y exhorta a ordenar a los esclavos la trilla del cereal y su almacenamiento en casa, así como el de la paja, y luego a hacerse con un jornalero, una criada sin hijos, un perro guardián y finalmente permitir que descansen esclavos y bueyes. El cuarto párrafo sobre el verano y último del pasaje y del total de la sección de los trabajos del campo (vv. 609-617), y el último en el que es interpelado Perses (v. 611) desde el comienzo de la sección (v. 397), atiende a ambos aspectos remitiendo primero al dato astronómico del cénit de Orión y Sirio y la contemplación de Arturo al amanecer (ocho de septiembre), la recolección de las uvas, su exposición al sol y a la sombra y el almacenamiento del vino en las cubas, y luego a la puesta de las Pléyades, Híades y Orión la arada, cerrando así el ciclo. La subsección de los “trabajos” dedicada a los trabajos del mar (vv. 618-694) se distribuye propiamente en dos partes, de las cuales la primera (vv. 618-645), un poco más corta que la segunda, a partir del verso 631, de un modo paralelo a lo que ocurre en los primeros párrafos de los trabajos del campo, da consejos de carácter general, en este caso sobre el comercio marítimo, que es de lo que realmente trata el pasaje y no de la navegación sin más; uno de esos consejos subraya la importancia del momento propicio en todos los trabajos y particularmente en la navegación (v. 641s.). La segunda parte (vv. 646-694) [67]

INTRODUCCIÓN

advierte de los momentos idóneos para navegar, dos en realidad, el final del verano (a partir de mediados de agosto, vv. 663ss.) y, en menor medida, la primavera (vv. 678ss.), terminando con una nueva exhortación general (vv. 689-694) que incluye una alusión a los trabajos del campo (vv. 692s.), del mismo modo que la incluye el comienzo del pasaje al conectar el momento de referencia (la puesta de las Pléyades y el recordatorio de la arada, vv. 619-623) con el del final de dicha sección (vv. 615ss.) (que a su vez comienza, recordemos, refiriéndose a la siega y la arada y a la salida y la puesta de las Pléyades). Las escasas instrucciones un poco más especializadas sobre la navegación propiamente dicha son tal vez las impartidas al comienzo de esta subsección (vv. 624-629) acerca del cuidado de la nave y sus aparejos mientras esta permanece varada desde el comienzo del otoño. Los procedimientos de referenciación temporal son también del tipo de los empleados en los trabajos del campo: un fenómeno astronómico-estacional (la puesta de las Pléyades, vv. 619s.; cincuenta días después del solsticio, vv. 663s.; la lluvia de otoño y el soplo del Noto, vv. 674s.); la actividad caracterísica de una planta (vv. 680s.). Del mismo modo que la sección sobre el tema de la justicia y su transición al del trabajo derivan en una serie de gnomae (vv. 327-382) sobre el justo comportamiento personal con allegados, con los dioses, con los amigos y los vecinos, etc., tras la sección de los trabajos sobreviene otra serie gnómica (vv. 695-764), de medidas proporcionales, acerca del matrimonio y la conducta con hermanos y amigos, para pasar luego (vv. 724-759) a la piadosa observación de ritos y creencias y evitar así el castigo divino, siendo la principal diferencia formal con respecto a la otra serie que aquí la mayoría son prohibiciones y breves. Una vez agotada la temática de la amistad y del control de la lengua, efectivamente la mención “Ni muy hospitalario…” (/μηδὲ πολύξεινον), v. 715, trae consigo la del banquete “de muchos huéspedes” (/μηδὲ πολυξείνου), v. 722, para de ahí pasar a una serie de prohibiciones sancionadas por la divinidad, primeramente de tipo ritual, como lo es la del propio banquete, relativas a: la pureza física en una libación divina (vv. 724-726), la pureza de conducta en actos físico-genitales como el orinar (vv. 727-732), el acto sexual (vv. 733-736), y de nuevo la pureza física al atravesar un río (vv. 737-741); luego prohi[68]

INTRODUCCIÓN

biciones de carácter supersticioso: cortarse las uñas en el banquete (vv. 742s.), poner la oinocoe sobre la cratera mientras se bebe (vv. 744s.), dejar una casa sin terminar, evitando que en ella se pose la corneja (vv. 746s.), comer o beber de vasijas sin bendecir (vv. 748s.), sentar sobre lugares intocables a un niño de doce años o a uno de doce meses (vv. 750s.), bañarse un hombre en baño de mujer (vv.753s.), hacer burla de los misterios durante los sacrificios (vv. 755s.); y finalmente prohibiciones de tipo higiénico-religioso, como lo son algunas de las últimamente mencionadas: orinar o aliviarse en los manantiales de ríos y en las fuentes (vv. 757-759). Todo el pasaje ha sido condenado por Wilamowitz siguiendo propuestas ya anteriores y seguido por un buen número de autores, entre ellos Solmsem, que los atetiza, a diferencia de West. Las razones principalmente aducidas para su seclusión son: (a) que el componente supersticioso aquí presente es incompatible con el carácter de la restante poesía hesiódica (lo cual implica a su vez el rechazo de la sección de los Días como espuria); (b) la escasa justificación de dichas prohibiciones por parte de Hesíodo, en contra de sus hábitos de argumentación; (c) falta de plan en la serie de preceptos, también contraria a lo habitual en el autor; (d) que los versos 760-764 conectan mejor con los que preceden al v. 723 que con los que siguen hasta el v. 759. Frente a ello se puede replicar: (a) aparte de que hoy menos que nunca se está de acuerdo en el carácter espurio de Días, el componente supersticioso formaba sin duda parte de la mentalidad de la sociedad de la época hesiódica y el poeta, como portavoz que es de esta, no hace sino ratificar ese sentimiento, sin que ello tenga por qué ser incompatible con aquellos aspectos más elevados, menos a ras de tierra, que mayoritariamente la doctrina hesiódica contiene13; (b) no parece necesario que la justificación de ciertas prohibiciones deba ser más explícita que la aportada por expresiones como “los dioses castigan esto” o “sobre ello pende funesto castigo”; (c) la conexión temática entre los preceptos de la serie no es menos visible que lo es entre los versos 695-723; (d) si bien los versos 760-764 parecen conectar mejor con los que preceden al v. 723, en la medida en que exhortan a evitar la mala fama entre los mortales, a los cuales concierne 13 Cf. E. F. Beall, “Theism and mysticism in Hesiod’s Works and Days”, History of Religions 2004.

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INTRODUCCIÓN

el contenido de aquellos, al final dicho concepto es deificado y su expresión se sirve de la fórmula utilizada en el v. 756 (θεός νύ τίς (ἐστι) και... v. 764). La sección que proporciona la parte correspondiente, los Días (vv. 765-828), del título del poema de Trabajos y Días, en la Antigüedad no fue sentida nunca como algo aparte ni tampoco espurio, sino en todo caso utilizada para referirse abreviadamente al poema, siendo ya Heráclito, fr. 59 (Plut. Camill. 19, 1), la mención más antigua de la que tenemos constancia. Ha sido en época moderna cuando, de la mano de estudiosos tan influyentes como Nilsson y Wilamowitz, se ha cuestionado su autenticidad, siendo su propio editor Solmsen14 uno de sus más abiertos detractores, en términos puramente analíticos y en un momento en que ya la communis opinio había ido cambiando de signo15. Sus argumentos se basan principalmente en el carácter supersticioso de buena parte de la doctrina de los Días y en el desorden que preside su enumeración, al utilizar tres sistemas de cómputo diferentes al mismo tiempo. Los Días, sin embargo, constituyen un catálogo, dictado por el propio calendario y como tal comparable, solo que al comprimido nivel que le impone su temática, al de los propios Trabajos, al cual lo asimila en parte su temática, también agrícola-ganadera y en ocasiones marina, en parte su fraseología y en parte el hecho de que uno y otro ponen el acento más en el momento propicio para la realización de la actividades aconsejadas que en las actividades mismas. En cuanto a los pronósticos de los días, al lado de aquellos que podemos calificar de supersticiosos, si está permitido referirse en estos términos a lo que la astrología suponía para los antiguos, hay otros que se basan en su coincidencia con el nacimiento de un dios y muchos más cuyo signo deriva de una creencia popular tan extendida como son los movimientos de la luna, aun cuando sea no Hesíodo sino sus escoliastas los que lo señalan. La enumeración de los días sigue un orden lineal hasta el día 16 y luego cede a la asociación de ideas ya sea entre propiedades de los días ya sea entre los días de la primera y la segunda mitad del mes o entre los de las tres décadas, de acuerdo con

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“The “Days” of the Works and Days”, TAPhA 1963. Cf. J. A. Fernández Delgado, “Los Días del poema hesiódico: procedimiento de cómputo y poesía oral”, Athlon. Satura grammatica in honorem F. R. Adrados, 1987. 15

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INTRODUCCIÓN

los tres procedimientos de cómputo utilizados, los cuales tienen mucho que ver con el afán de disponer de cómodas alternativas formularias para la composición oral del verso. Los Días responden, en efecto, a una tradición de poesía hemerológica que tiene manifestaciones más o menos próximas en la literatura del antiguo Egipto y de Mesopotamia, y más tarde en la propia literatura griega en forma de ciertos selenodromia transmitidos en el Catalogus Codicum Astrologorum a partir de la época helenística y sobre todo de la época bizantina16.

16 Cf. A. Pérez Jiménez, “Los ‘Días’ de Hesíodo: estructura formal y análisis de contenido”, Emerita 1977; M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 346ss.; J. A. Fernández Delgado, “Los Días del poema hesiódico: procedimiento de cómputo y poesía oral”, Athlon. Satura grammatica in honorem F. R. Adrados, 1987; A. Lardinois, “How the Days fit the Works in Hesiod’s Works and Days”, AJPh 1998; A. Ercolani, Esiodo. Opere e giorni, 2010, pp. 412-416.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ Μοῦσαι Πιερίηθεν ἀοιδῇσι κλείουσαι, δεῦτε Δί’ ἐννέπετε, σφέτερον πατέρ’ ὑμνείουσαι, ὅν τε διὰ βροτοὶ ἄνδρες ὁμῶς ἄφατοί τε φατοί τε, ῥητοί τ’ ἄρρητοί τε Διὸς μεγάλοιο ἕκητι. ῥέα μὲν γὰρ βριάει, ῥέα δὲ βριάοντα χαλέπτει, ῥεῖα δ’ ἀρίζηλον μινύθει καὶ ἄδηλον ἀέξει, ῥεῖα δέ τ’ ἰθύνει σκολιὸν καὶ ἀγήνορα κάρφει Ζεὺς ὑψιβρεμέτης, ὃς ὑπέρτατα δώματα ναίει. κλῦθι ἰδὼν ἀἰών τε, δίκῃ δ’ ἴθυνε θέμιστας τύνη· ἐγὼ δέ κε Πέρσῃ ἐτήτυμα μυθησαίμην. Οὐκ ἄρα μοῦνον ἔην Ἐρίδων γένος, ἀλλ’ ἐπὶ γαῖαν εἰσὶ δύω· τὴν μέν κεν ἐπαινήσειε νοήσας, ἡ δ’ ἐπιμωμητή· διὰ δ’ ἄνδιχα θυμὸν ἔχουσιν. ἡ μὲν γὰρ πόλεμόν τε κακὸν καὶ δῆριν ὀφέλλει, σχετλίη· οὔ τις τήν γε φιλεῖ βροτός, ἀλλ’ ὑπ’ ἀνάγκης ἀθανάτων βουλῇσιν Ἔριν τιμῶσι βαρεῖαν.

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Ησιοδου Εργα και Ημερ[αι Π75 • 1-16 deest C • 1-10 vel ante Praxiphanis (fr. 5 Brink, Cl. Qu. 40, 1946, 21) tempora Operibus denegati, 8 et Π71 • 5 ῥέα μὲν Ap. Dysc. de adv. 562.7 (diserte) al. : ῥεῖα μὲν DΦ Aristid. 26.39 al. • ῥέα δὲ Byz. Aristid. : ῥει(ῖ)α δὲ DΦ : καί τε EtG s.v. βριάρεως • 12 ἐπαινήσειε Φ Luc. Amor. 37 Eust. in Hom. 1315.14 : -έσειε D

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TRABAJOS Y DÍAS 1

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Musas de Pieria, que dais la fama con vuestros cantos, invocad aquí a Zeus celebrando a vuestro padre, gracias al cual los mortales hombres son anónimos o nombrados, son mentados o innombrables por obra de Zeus poderoso. Pues fácilmente da fuerza y fácilmente al fuerte aplasta, fácilmente achica al destacado y al no visible acrecienta, fácilmente endereza al torcido y dobla al estirado Zeus altitonante, que las más altas mansiones habita. Mira, óyeme y escucha: endereza tú con justicia las sentencias, que yo voy a hacer a Perses declaraciones verdaderas2. No fue una en verdad la estirpe de las Érides, sino que hay dos clases sobre la tierra: una a la que elogiará quien la capte, la otra reprobable. Y en dos se halla su carácter divido. Pues la una fomenta la guerra malvada y la pelea, maldita ella; ningún mortal la ama, sino que a la fuerza, por voluntad de los inmortales, estiman a la Eris violenta. 1 Aun cuando en su mayor parte trata de la justicia, ῎Εργα, ya sea como título abreviado (Plu. Quaest. conv. 736E…) ya sea como tema del poema (AP IX 64, 7), y en algún caso ῾Ημέραι (Procl. Vit. Hom. 57 Sev….), debía de ser una forma habitual de referirse al poema, de cuyo título completo Luciano 67, 6 es el registro más antiguo del cual tenemos noticia: tal vez el del trabajo era el aspecto del poema considerado más útil, como da a entender p. ej. Aristófanes, Ranas 1034. 2 Sin duda debido al hecho de que el canto épico era habitualmente precedido de un himno o una invocación a una divinidad y esta es la función que se supone para muchos de los llamados Himnos Homéricos, ya en la Antigüedad debieron de circular copias de este poema carentes del proemio (vv. 1-10), como la que Pausanias (IX 31, 4) dice haberle sido mostrada en el monte Helicón y que ha propiciado su atétesis por parte de algunos editores modernos (el hecho de que Plutarco (Quaest. conv. IX 1, 2: Mor. 736E) refiera el v. 11 como el primero del poema, en cambio, no tiene por qué implicar desconocimiento del proemio). Estilísticamente se dispone en parejas simples o dobles de versos marcadas por rima externa e interna, anáfora, paralelismo, antítesis y quiasmo o figura etimológica, anticipando así, de manera concentrada, rasgos característicos del estilo del poema en general, cf. S. Martin, Das Proömion zu den Erga des Hesiodos, Würzburg, 1898; J. A. Fernández Delgado, Los oráculos y Hesíodo, 1986; A. Ercolani, A. (ed.), Esiodo, Opere e giorni, comm. ad loc.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

τὴν δ’ ἑτέρην προτέρην μὲν ἐγείνατο Νὺξ ἐρεβεννή, θῆκε δέ μιν Κρονίδης ὑψίζυγος, αἰθέρι ναίων, γαίης τ’ ἐν ῥίζῃσι καὶ ἀνδράσι πολλὸν ἀμείνω· ἥ τε καὶ ἀπάλαμόν περ ὁμῶς ἐπὶ ἔργον ἐγείρει· εἰς ἕτερον γάρ τίς τε ἰδὼν ἔργοιο χατίζει πλούσιον, ὃς σπεύδει μὲν ἀρώμεναι ἠδὲ φυτεύειν οἶκόν τ’ εὖ θέσθαι· ζηλοῖ δέ τε γείτονα γείτων εἰς ἄφενος σπεύδοντ’· ἀγαθὴ δ’ Ἔρις ἥδε βροτοῖσιν. καὶ κεραμεὺς κεραμεῖ κοτέει καὶ τέκτονι τέκτων, καὶ πτωχὸς πτωχῷ φθονέει καὶ ἀοιδὸς ἀοιδῷ. Ὦ Πέρση, σὺ δὲ ταῦτα τεῷ ἐνικάτθεο θυμῷ, μηδέ σ’ Ἔρις κακόχαρτος ἀπ’ ἔργου θυμὸν ἐρύκοι νείκε’ ὀπιπεύοντ’ ἀγορῆς ἐπακουὸν ἐόντα. ὤρη γάρ τ’ ὀλίγη πέλεται νεικέων τ’ ἀγορέων τε ᾧτινι μὴ βίος ἔνδον ἐπηετανὸς κατάκειται ὡραῖος, τὸν γαῖα φέρει, Δημήτερος ἀκτήν. τοῦ κε κορεσσάμενος νείκεα καὶ δῆριν ὀφέλλοις κτήμασ’ ἐπ’ ἀλλοτρίοις. σοὶ δ’ οὐκέτι δεύτερον ἔσται ὧδ’ ἔρδειν· ἀλλ’ αὖθι διακρινώμεθα νεῖκος ἰθείῃσι δίκῃς, αἵ τ’ ἐκ Διός εἰσιν ἄρισται.

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19 γα[ι]ης τε ριζη[ισι Π71 • τ’ Pr. o : om. Par. 2763 (del. Guyet, secl. Solmsen) • 20 ἀπάλαμνον o : corr. Byz. • ἐγείρει DEpc (et Solmsen, Wilam., Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : ἔγειρεν CΦ (et West, Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach) • 21 ἰδὼν o Pr. (sive Σvet) Gal. de meth. med. 1.1 (10.6 K) al. : ἴδεν Waeschke (et Solmsen) • χατίζει C (variant Stob. codd.) (et Mazon, Rzach) : χατίζων DΦ Gal. al. (et Solmsen, West) • 22 πλουσιον ος et Π71 • ἀρώμεναι CEacHpc sch. Pl. Lys. 215c (et West, Colonna, Mazon, Sinclair, Rzach, Goettling-Flach) : -όμεναι DEpcHac Stob. (et Solmsen, Wilam.) : -όμμεναι Gal. (et Paley, Schoemann, Van Lennep) • 24 ἄφενος Π71 CacPr. (sive Σvet) Plu. de cap. ex inim. util. 92A Stob. (ut vid.) : -ον CpcD Φ sch. Opp. Hal. I.500 • 25-26 varie inmutant testes (κεραμεῖ κεραμεὺς, φθονέει 25, ordine enumerationis inverso) • 25-27 post 21 Π71 • 29 ὀπισπεύοντ’ C : ὀπιπτεύοντ’ ΦEtTittm s.v. : ὀππισπεύων EtGA • 33 ὀφέλλοις et Pr. sch. BT Il. I.211 : -οι Cac • 36 ἰθείαισι δίκαις Cac (ut vid.) • δίκαις D (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : δίκῃσιν Φ

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A la otra la engendró antes la negra Noche, y el Cronida de alto trono, que en el éter habita, la situó en la raíz de la tierra y mucho mejor para los hombres. Hasta al más inútil esta al trabajo despierta. Pues el trabajo ansía quien a otro ve rico, que se afana por arar y plantar y administrar bien su casa; y vecino envidia a vecino que se afana por riqueza. Esta Eris es buena para los mortales. Y el alfarero tiene celos del alfarero y el carpintero del carpintero y el mendigo envidia al mendigo y el aedo al aedo. Perses3, métete esto en la cabeza y que la Eris malévola no aparte tu ánimo del trabajo mientras estás de escucha en el ágora, al acecho de pleitos, pues poco tiempo de pleitos y de ágoras tiene aquel en cuya casa no hay bastante sustento en sazón, el que produce la tierra, el grano de Deméter. Colmado de este podrías suscitar pelea y pleitos por propiedades ajenas. Mas no te será dado hacerlo por segunda vez; al contrario, resolvamos ya el pleito con rectas sentencias, las mejores, las que emanan de Zeus.

3 No solo de Perses, tampoco del otro sujeto interpelado, aunque indirectamente, en Op. 38, y luego directamente en Op. 202, 248, 263, los reyes-jueces, se ofrece apenas otra información que la del topos de su venalidad, como corresponde a un poema sapiencial cuya doctrina es de valor universal pero ligada a un lugar o circunstancia concreta, cf. J. A. Fernández Delgado,“Sobre forma y contenido de Los Trabajos y los Días”, en Estudios de forma y contenido sobre los géneros literarios griegos, 1982. Los versos 42-46, que en realidad conectan con el v. 36 tras una fugaz alusión al pleito habido entre los dos hermanos, sirven de transición al segundo de los temas del poema tras el de la justicia, el del trabajo, del cual a su vez, en los vv. 45-46, anticipa, en orden inverso, las dos modalidades de las que va a tratar el poema, los trabajos del campo y los trabajos del mar, ambos medios de vida habituales del pueblo griego.

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ἤδη μὲν γὰρ κλῆρον ἐδασσάμεθ’, ἄλλα τε πολλὰ ἁρπάζων ἐφόρεις μέγα κυδαίνων βασιλῆας δωροφάγους, οἳ τήνδε δίκην ἐθέλουσι δικάσσαι. νήπιοι, οὐδὲ ἴσασιν ὅσῳ πλέον ἥμισυ παντὸς οὐδ’ ὅσον ἐν μαλάχῃ τε καὶ ἀσφοδέλῳ μέγ’ ὄνειαρ. Κρύψαντες γὰρ ἔχουσι θεοὶ βίον ἀνθρώποισιν. ῥηιδίως γάρ κεν καὶ ἐπ’ ἤματι ἐργάσσαιο, ὥστε σε κεἰς ἐνιαυτὸν ἔχειν καὶ ἀεργὸν ἐόντα· αἶψά κε πηδάλιον μὲν ὑπὲρ καπνοῦ καταθεῖο, ἔργα βοῶν δ’ ἀπόλοιτο καὶ ἡμιόνων ταλαεργῶν. ἀλλὰ Ζεὺς ἔκρυψε χολωσάμενος φρεσὶ ᾗσιν, ὅττι μιν ἐξαπάτησε Προμηθεὺς ἀγκυλομήτης· τοὔνεκ’ ἄρ’ ἀνθρώποισιν ἐμήσατο κήδεα λυγρά, κρύψε δὲ πῦρ· τὸ μὲν αὖτις ἐὺς πάις Ἰαπετοῖο ἔκλεψ’ ἀνθρώποισι Διὸς παρὰ μητιόεντος ἐν κοίλῳ νάρθηκι, λαθὼν Δία τερπικέραυνον. τὸν δὲ χολωσάμενος προσέφη νεφεληγερέτα Ζεύς·

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40 οὐδὲ Byz. Gell. 18.2.13 : οὐδ’ o Plu. de aud. poet. 36A al. : οὐδὲν Olymp. in Pl. Gorg. 27.3 • 41 μέγ’ et Plu. al. : ἓν Stob. 3.10.11 al. • 45 αἶψά κε et Plu. de cup. div. 527B al. : αὐτίκα sch. Rav. Aristoph. Av. 711 • 48 ὅττι C (et Solmsen, West) • ἐξεπάτησε Dac (corr. al. m.) : ἐξηπ. E • ἀγκυλομ. et Plu. ap. Pr. : ποικιλομ. v.l. in Pr.

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Pues ya repartimos la herencia y tú te llevaste muchas cosas robadas por medio de grandes halagos a los reyes devorarregalos, que se avienen a practicar esta justicia; necios, que no saben cuánto más es mitad que todo ni cuán gran provecho hay en asfódelo y malva. Oculto a los hombres tienen los dioses el sustento, pues fácilmente, si no, podrías trabajar en un día para tener para el año estando ocioso. Al punto dejarías el timón sobre el humo y se acabaría la faena de los bueyes y los mulos laboriosos. Pero Zeus lo ocultó irritado en su corazón4 porque le engañó Prometeo de mente retorcida5; por ello urdió contra los hombres penosas calamidades y ocultó el fuego. Robolo a su vez del sabio Zeus para los hombres el noble hijo de Jápeto en hueca caña, a escondidas de Zeus que goza con el rayo6. Irritado con él díjole Zeus amontonador de nubes:

4 La expresión Κρύψαντες γὰρ ἔχουσι θεοὶ βίον (v. 42), que marca la transición al relato mítico sobre Prometeo, es recogida por la expresión ἀλλὰ Ζεὺς ἔκρυψε (v. 47), que introduce el relato en el punto en que “Zeus lo ocultó” (el sustento, βίον, se entiende) en castigo al engaño del que fue objeto por parte de Prometeo (en el reparto de la carne y los huesos de la víctima sacrificial), y a renglón seguido dicha expresión se concreta en κρύψε δὲ πῦρ (v. 50) “ocultó el fuego” como parte esencial del castigo entre otras “penosas calamidades que Zeus urdió contra los hombres” (v. 49); con lo cual (pace M. L. West , Hesiod: Works and Days,1978, p. 155), al menos en parte, el fuego (πῦρ) parece erigirse en sinónimo del sustento (βίον), como en una visión anticipada de la moderna teoría antropológica que contrapone lo crudo a lo cocido como signos negativo y positivo de la civilización. 5 Del conocimiento del mito teogónico por parte del poeta de Trabajos y Días, en la Antigüedad se infería la prioridad de aquel poema sobre este, cosa que actualmente se cifra más bien en la influencia general del tratamiento teogónico sobre el otro poema. Dada la compatibilidad de ambas versiones y el uso a igual título de la dicción formular, sin embargo, no resulta fácil poder extraer consecuencias al respecto. 6 Los versos 48-53 concentran un significativo número de fórmulas referidas a Prometeo y a Zeus y distribuidas según diferentes necesidades prosódicas (las dos de Prometeo, ambas en nominativo) o de la flexión (las tres de Zeus, en diferentes casos) sirviendo así de breve ilustración de la flexibilidad del lenguaje del aedo.

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“Ἰαπετιονίδη, πάντων πέρι μήδεα εἰδώς, χαίρεις πῦρ κλέψας καὶ ἐμὰς φρένας ἠπεροπεύσας, σοί τ’ αὐτῷ μέγα πῆμα καὶ ἀνδράσιν ἐσσομένοισιν. τοῖς δ’ ἐγὼ ἀντὶ πυρὸς δώσω κακόν, ᾧ κεν ἅπαντες τέρπωνται κατὰ θυμὸν ἑὸν κακὸν ἀμφαγαπῶντες.” Ὣς ἔφατ’, ἐκ δ’ ἐγέλασσε πατὴρ ἀνδρῶν τε θεῶν τε· Ἥφαιστον δ’ ἐκέλευσε περικλυτὸν ὅττι τάχιστα γαῖαν ὕδει φύρειν, ἐν δ’ ἀνθρώπου θέμεν αὐδὴν καὶ σθένος, ἀθανάτῃς δὲ θεῇς εἰς ὦπα ἐίσκειν παρθενικῆς καλὸν εἶδος ἐπήρατον· αὐτὰρ Ἀθήνην ἔργα διδασκῆσαι, πολυδαίδαλον ἱστὸν ὑφαίνειν· καὶ χάριν ἀμφιχέαι κεφαλῇ χρυσῆν Ἀφροδίτην καὶ πόθον ἀργαλέον καὶ γυιοβόρους μελεδώνας· ἐν δὲ θέμεν κύνεόν τε νόον καὶ ἐπίκλοπον ἦθος Ἑρμείην ἤνωγε, διάκτορον Ἀργεϊφόντην. Ὣς ἔφαθ’, οἱ δ’ ἐπίθοντο Διὶ Κρονίωνι ἄνακτι. αὐτίκα δ’ ἐκ γαίης πλάσσε κλυτὸς Ἀμφιγυήεις παρθένῳ αἰδοίῃ ἴκελον Κρονίδεω διὰ βουλάς· ζῶσε δὲ καὶ κόσμησε θεὰ γλαυκῶπις Ἀθήνη· ἀμφὶ δέ οἱ Χάριτές τε θεαὶ καὶ πότνια Πειθὼ ὅρμους χρυσείους ἔθεσαν χροΐ· ἀμφὶ δὲ τήν γε Ὧραι καλλίκομοι στέφον ἄνθεσι εἰαρινοῖσιν· πάντα δέ οἱ χροῒ κόσμον ἐφήρμοσε Παλλὰς Ἀθήνη·

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55 χαίροις Φ Orig. c. Cels. 4.38 • 59 ἐγέλασσε et Eust. in Hom. 1805.8 etc. : ἐτέλεσσε Orig. • 62 σθένος et Orig. al. : νόον Clem. Al. strom. 5.14.100.3 • ἀθανάτῃς δὲ θεῇς Φ sch. Pi. N. 6.1 (-ηισι δὲ -αῖς C : non liq. Dac) (et Rzach et alii edd.) : -οις δὲ θεοῖς Orig. (et Goettling-Flach) : -αις δὲ θεαῖς Tr (et Paley, Schoemann, Van Lennep) • 64 διδασκῆσαι et Pr. (?) Σvet al. : διασκῆσαι D : διδασκέμεν Orig. • 65 χρυσῆν o Orig. (et West) : χρυσέην Winterton (et Solmsen) • 66 γυιοβόρους Σvet (ci. Guyet) : γυιοκόρους o Pr. Σvet Orig. al. (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach, Paley, Schoemann, Van Lennep) • 74 τήν γε : τήνδε Orig. • 76 exp. Bentley (et Solmsen, Sinclair, Rzach, Paley, Goettling-Flach, Schoemann)

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“Japetiónida, que sabes tú más que nadie, disfrutas con robarme el fuego y engañar mi mente, enorme calamidad para ti mismo y para los hombres venideros. A cambio del fuego dareles un mal con el que todos gocen en su corazón mientras abrazan su propia desgracia.” Así dijo y echose a reír el padre de hombres y dioses7. Mandó al muy ínclito Hefesto mezclar cuanto antes tierra con agua, infundirle voz y fuerza humana y asemejar a la vista con las diosas inmortales la hermosa figura de una deseable doncella; a Atenea enseñarle labores, a tejer la tela bien trabajada; a la áurea Afrodita verter sobre su cabeza encanto, turbador deseo e inquietudes que devoran los miembros; e infundirle una mente perruna y un astuto carácter ordenó a Hermes, mensajero Argicida. Así dijo y obedecieron ellos al Cronida Zeus soberano. Al punto formó de tierra el célebre Cojo la imagen de una temerosa doncella por voluntad del Cronida; ciñola y arreglola la diosa Atenea de ojos de lechuza; las divinas Gracias y la augusta Persuasión pusieron en torno a su piel cadenas de oro; las Horas de hermosos cabellos la coronaron de flores primaverales; ajustó a su cuerpo todo el atavío Palas Atenea; 7 La carcajada del padre de los dioses (ἐκ δ’ ἐγέλασσε) al pensar en el engaño con el que va a vengarse de los hombres, la fabricación de Pandora, forma parte de un verso formulario que en Teogonía 173 tiene como sujeto a Gea al mostrar el regocijo previo a su preparación del emboscamiento de Crono para que segara los genitales de su padre Urano (y encuentra paralelo en el poema hetito-hurrita denominado El reinado de los cielos o Teogonía, cuando Kumarbi se regocija y se ríe tras haber arrancado de un mordisco y tragado los genitales del dios Anu, cf. A. Bernabé, “Generaciones de dioses y sucesión ininterrumpida. El mito hitita de Kumarbi, la ‘Teogonía’ de Hesíodo y la del ‘Papiro de Derveni’”, AOr 1989). Esta es la diferencia (pace M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad 59), el alegrarse por una venganza dolosa inminente, y formalmente el hacerlo tras proferir la amenaza, el propio sujeto u otro, con respecto a una secuencia formularia de verso y medio que, en Ilíada XI 378s.; XXI 408s., incluye el verbo γελάω en combinación con el participio de εὔχομαι “jactarse”, con expresión directa de la jactancia, tras un acto de venganza cometido por un héroe (Paris) o una diosa (Atenea), respectivamente.

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ἐν δ’ ἄρα οἱ στήθεσσι διάκτορος Ἀργεϊφόντης ψεύδεά θ’ αἱμυλίους τε λόγους καὶ ἐπίκλοπον ἦθος τεῦξε Διὸς βουλῇσι βαρυκτύπου· ἐν δ’ ἄρα φωνὴν θῆκε θεῶν κῆρυξ, ὀνόμηνε δὲ τήνδε γυναῖκα Πανδώρην, ὅτι πάντες Ὀλύμπια δώματ’ ἔχοντες δῶρον ἐδώρησαν, πῆμ’ ἀνδράσιν ἀλφηστῇσιν. αὐτὰρ ἐπεὶ δόλον αἰπὺν ἀμήχανον ἐξετέλεσσεν, εἰς Ἐπιμηθέα πέμπε πατὴρ κλυτὸν Ἀργεϊφόντην δῶρον ἄγοντα, θεῶν ταχὺν ἄγγελον· οὐδ’ Ἐπιμηθεὺς ἐφράσαθ’ ὥς οἱ ἔειπε Προμηθεὺς μή ποτε δῶρον δέξασθαι πὰρ Ζηνὸς Ὀλυμπίου, ἀλλ’ ἀποπέμπειν ἐξοπίσω, μή πού τι κακὸν θνητοῖσι γένηται· αὐτὰρ ὃ δεξάμενος, ὅτε δὴ κακὸν εἶχ’, ἐνόησε.

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77 στήθεσσι et Orig. Stob. 4.22.171 : στήθεσφι Φ • 79 ‘περιττόν’ dixerant quidam ap. Pr., exp. Bentley (et Rzach, Paley, Goettling-Flach) • 82 ἀλφηστῇσιν et Σvet Orig, : ἐσ(σ)ομέ[νοισ]ιν Philod. de piet. 52 Gomp. • 84 κλυτὸν o : κρατὺν West (CQ 12, 1962, 180) • 86 δῶρα Plu. de aud. poet. 23E, de fort. 99F • 87 δέξηται Plu. 99F (codd. plerique)

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en su pecho urdió el mensajero Argicida engaños, palabras mendaces y un astuto carácter por voluntad de Zeus de grave sonar; infundiole voz el heraldo de los dioses y llamó a esta mujer Pandora8, porque todos los dueños de las mansiones olímpicas le dieron un don, calamidad para los hombres que se ganan la vida9. Cuando hubo concluido el sublime embuste irresistible, envió el padre con el regalo junto a Epimeteo al glorioso Argicida, el veloz mensajero de los dioses; y Epimeteo no pensó en lo que le dijo Prometeo, que nunca aceptara regalo de Zeus olímpico, sino que lo devolviera de nuevo, no fuera a ser un mal para los mortales. Pero él lo aceptó y, cuando ya tenía el mal, se dio cuenta. 8 El nombre de Pandora, cuya etimología hesiódica no pasa de ser un aition, es conocido además como el de una antigua diosa-tierra y también como el de la esposa de Prometeo en la versión genealógica recogida en el Catálogo de las Mujeres, lo cual puede explicar la vieja creencia, conocida al menos desde el s. IV a. C., de que Prometeo creó al hombre a partir de la tierra. En ese caso el mito habría sido modificado por Hesíodo haciendo de Pandora (hecha de tierra) el castigo de Zeus a Prometeo por robarle el fuego y atribuyéndole como marido a Epimeteo para salvar el carácter previsor del héroe hermano suyo, cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 164166; G. Fink, Pandora und Epimetheus, Diss. Erlangen, 1958. 9 Aun cuando constituyen variantes de una misma “escena típica”, en Teogonía (578-580) la creación de la primera mujer es encomendada exclusivamente a Hefesto, que la hace de tierra y le fabrica una corona de oro, y a Atenea, encargada de arreglarla y adornarla. La fabricación de Pandora en Trabajos y Días (60-82) es más historiada e incluye dos fases, la de la orden de Zeus de crearla (Op. 60-68) y la de su ejecución (Op. 70-82). En la primera fase, además de la labor de Hefesto, en este caso más detallada, y la de Atenea, que aquí se refiere no al ornato externo, sino a la enseñanza de las labores “propias de su sexo”, Zeus encarga a Afrodita que la dote de encantos y a Hermes que le infunda un astuto carácter. En su ejecución la tarea de Atenea se refiere al ornato externo (en parte con la misma fórmula empleada en Teogonía 573 para referirse a la primera mujer), en lugar de Afrodita aparecen sus servidoras las Gracias, Persuasión y las Horas contribuyendo a adornarla, y Hermes no solo le infunde su astuto carácter, sino, como θεῶν κήρυξ (Op. 80) que es, también voz (Op. 79), dato asimismo forzado por la referencia a sus engaños y mentiras (Op. 78) y no necesariamente en contradicción con la anterior atribución a Hefesto de su αὐδήν (Op. 61), que puede entenderse como su capacidad de hablar (frente al habla propiamente dicha), cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 163s. Dadas las divergencias entre ambas fases de la escena compositiva, los versos 70-76 (e incluso 70-82) han sido objeto de seclusión por parte de diversos editores, entre ellos todavía Solmsen, pero no así por West, quien los considera genuinos, cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad 70-80.

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Πρὶν μὲν γὰρ ζώεσκον ἐπὶ χθονὶ φῦλ’ ἀνθρώπων νόσφιν ἄτερ τε κακῶν καὶ ἄτερ χαλεποῖο πόνοιο νούσων τ’ ἀργαλέων, αἵ τ’ ἀνδράσι κῆρας ἔδωκαν· [αἶψα γὰρ ἐν κακότητι βροτοὶ καταγηράσκουσιν.] ἀλλὰ γυνὴ χείρεσσι πίθου μέγα πῶμ’ ἀφελοῦσα ἐσκέδασ’, ἀνθρώποισι δ’ ἐμήσατο κήδεα λυγρά. μούνη δ’ αὐτόθι Ἐλπὶς ἐν ἀρρήκτοισι δόμοισιν ἔνδον ἔμιμνε πίθου ὑπὸ χείλεσιν οὐδὲ θύραζε ἐξέπτη· πρόσθεν γὰρ ἐπέμβαλε πῶμα πίθοιο αἰγιόχου βουλῇσι Διὸς νεφεληγερέταο. ἄλλα δὲ μυρία λυγρὰ κατ’ ἀνθρώπους ἀλάληται· πλείη μὲν γὰρ γαῖα κακῶν, πλείη δὲ θάλασσα· νοῦσοι δ’ ἀνθρώποισιν ἐφ’ ἡμέρῃ, αἱ δ’ ἐπὶ νυκτὶ αὐτόματοι φοιτῶσι κακὰ θνητοῖσι φέρουσαι

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91 κακῶν et Orig. Eust. : κακοῦ Φ • 93 (=Od. 19.360) solus E in textu, in mg. H (deest et in Π72 et Orig., non respic. Pr. Σvet (et West, secl. Solmsen)) • 96 δόμοισιν et Π41 Σvet Orig. al. : πίθοισιν (?μυχοῖσι? cf. vv. ll. in Σ) Seleucus • 97 ἔμιμνε o Orig. : ἔμεινε Byz. (S) ‘Plu.’ cons. ad Ap. 105D Stob. 4.46.6 (et Solmsen, Wilam.) • 98 ἐπέμβαλε Φ : ἐπέβαλε Orig. (alterum horum et Σvet) : ἐπέλ(λ)αβε CDΣvet (ἔνιοι) ‘Plu.’ Stob. (et Wilam.) • 99 habent Π41 o : om. Π72 ‘Plu.’, non respic. Pr. Σvet (exp. Solmsen, Wilam., Rzach, Paley, Goettling-Flach) • 102 ἐφ’ ἡμέρῃ et Stob. 4.34.32 : ἐφήμεροι Cac (?) ‘Plu.’ 105E

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Antes vivían, en efecto, las razas de hombres en la tierra al margen de males y del molesto esfuerzo y de las penosas enfermedades, que traen la muerte a los hombres (pues en la desgracia enseguida envejecen los mortales)10. Pero la mujer quitó con sus manos la enorme tapa de una tinaja y los esparció, procurando penosas cuitas a los hombres. Solo la esperanza quedaba allí dentro en infranqueable morada bajo el borde de la tinaja y no se salió fuera, pues antes aquella le puso encima la tapa de la tinaja por voluntad de Zeus acumulador de nubes portador de la égida11. Otras infinitas calamidades pululan entre los hombres; llena está la tierra, llena está la mar de males, y cada día hay enfermedades para los hombres, que van y vienen a su antojo en la noche acarreando males a los mortales

10 Este verso gnómico (93), secluido por Solmsen y suprimido del texto por West, está presente en el texto de algunos manuscritos y en el margen de otros; es empleado con naturalidad en Odisea 360 y se supone que ha entrado aquí como una explicación desplazada de una anterior posición tras los versos 113-115, en parte afines a Od. 359 y en parte a Op. 91-92 pero, a diferencia de estos últimos, conteniendo el término γῆρας (v. 114) que justifica el escolio; por el contrario, dicho término aparece en Op. 92 solamente en un ms. del s. XV (Vat. gr. 1384), frente a κῆρας de los demás, cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad loc. 11 Ya en la Antigüedad se ha visto la contradicción que existe en el hecho de que de la tinaja al ser destapada salieran males y dentro quedara la Esperanza, en este caso en su sentido positivo dentro de su ambigüedad conceptual. Por otra parte, textos gnómicos como Teognis 1135ss. (Ἐλπὶς ἐν ἀνθρώποισι μόνη θεὸς ἐσθλὴ ἔνεστιν, / ἄλλοι δ’ Οὔλυμπόν ἐκπρολιπόντες ἔβαν· / ὤιχετο μὲν Πίστις, μεγάλη θεός, ὤιχετο δ’ἀνδρῶν / Σωφροσύνη, Χάριτές τ’, ὦ φίλε, γῆν ἔλιπον·) o la fábula 58 de Babrio hablan de bienes y no de males como objeto de dicha liberación. De ahí que modernamente se haya pensado en una transformación del signo del contenido de la vasija por parte de Hesíodo para adaptar el mito al relato de la venganza de Zeus contra Prometeo, cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 169s.; O. Lachnit, Elpis, Diss. Tübingen, 1965; W. J. Verdenius, “A hopeless line in Hesiod: Works and Days 96”, Mnemosyne IV, 1972. Dicha transformación, no obstante, no tiene por qué haber sido tan radical si se piensa que los testimonios literarios mencionados cuentan que los bienes liberados de la vasija se dirigieron al cielo, con lo cual, se sobrentiende, fueron los males, además de la esperanza, lo que quedó para los humanos.

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σιγῇ, ἐπεὶ φωνὴν ἐξείλετο μητίετα Ζεύς. οὕτως οὔ τί πη ἔστι Διὸς νόον ἐξαλέασθαι. Εἰ δ’ ἐθέλεις, ἕτερόν τοι ἐγὼ λόγον ἐκκορυφώσω εὖ καὶ ἐπισταμένως, σὺ δ’ ἐνὶ φρεσὶ βάλλεο σῇσιν, ὡς ὁμόθεν γεγάασι θεοὶ θνητοί τ’ ἄνθρωποι. Χρύσεον μὲν πρώτιστα γένος μερόπων ἀνθρώπων ἀθάνατοι ποίησαν Ὀλύμπια δώματ’ ἔχοντες. οἱ μὲν ἐπὶ Κρόνου ἦσαν, ὅτ’ οὐρανῷ ἐμβασίλευεν·

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104 et Π72 : ἀθετεῖται Σvet (extat in ‘Plu.’) • 106 ἐθέλοις D • ἐκκορυφήσω D • 108 exp. Lehrs (et Solmsen, Mazon, Paley, Goettling-Flach, Schoemann) (leg. Pr. Σvet) • 111 et Pr. : del. Goettling • ἐμβασίλευεν Byz. (S) Diod. 5.66.6 : ἐβασ. o

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en silencio, porque Zeus omnisciente las privó de habla. Así, la voluntad de Zeus no es posible evitarla12. Si quieres, te referiré otro relato adecuado y sabio, y grábatelo en tus mientes, cómo han tenido el mismo origen dioses y mortales hombres. Primeramente una generación de oro de hombres dotados de habla crearon los inmortales, dueños de las mansiones olímpicas13. Vivieron en tiempos de Crono, cuando este reinaba en el cielo.

12 El mito de Prometo-Pandora termina (v. 105) con una gnome conclusiva y formularmente emparentada, aunque de tono más abstracto, con aquella que sirve de conclusión al mito de Prometeo y la primera mujer en Teogonía (v. 613). 13 El modelo evolutivo de cuatro Edades del Hombre (vv. 106-201) comparables a sendos metales y cuyos habitantes son cada vez más inicuos y su edad cada vez más corta, incluyendo en su cuarta edad la forma de expresión profética, tiene paralelos en las literaturas de Oriente Próximo, de los cuales han sido señalados los siguientes (cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 174-177; H. C. Baldry, “Who Invented the Golden Age?”, CQ 2 (1952), pp. 83-92; J. G. Griffiths, “Archaeology and Hesiod’s five ages”, Journal of the History of Ideas 17 (1956), pp. 109-119; A. Mirgeler, Hesiod. Die Lehre von den fünf Weltalten, Düsseldorf, 1958; B. Gatz, Weltalter, goldene Zeit und Sinnverwandte Vorstellungen (Spudasmata 16), Hildesheim, 1967; J.-P. Vernant, “Le mythe hésiodique des races”, en Mythe et pensée chez les Grecs, I, 1965; J. Fontenrose, “Work, Justice and Hesiod’s Five Ages”, CPh, 1974; A. Ercolani, Esiodo. Opere e giorni, 2010, pp. 160-166): En dos libros perdidos del Avesta se describía una visión en que Ahura Mazda revelaba el futuro a Zoroastro; según una versión el profeta ve un árbol con cuatro ramas, una de oro, otra de plata, otra de acero y otra de hierro, y el dios le explica que estas son las cuatro edades sucesivas en que se dividirán los mil años de zoroastrismo, siguiendo un declive religioso y moral progresivo; según la otra versión son siete las ramas de diferentes metales y siete los períodos. En el bíblico Libro de Daniel (2, 31ss.) Nabucodonosor sueña con una gran estatua con cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre de latón, piernas de hierro y pies de hierro mezclado con arcilla; Daniel le explica que las diversas partes representan cinco reinos sucesivos del mundo, de los cuales el primero es el suyo y los demás serán inferiores. De ambas historias, como vemos estrechamente ligadas entre sí, el Libro de Daniel fue escrito sobre el 166 a. C., proporcionando un terminus ante quem del mito más definitivo que el testimonio persa. En la literatura india se encuentra la doctrina de cuatro edades del mundo, nombradas según tiradas de dados, cuatro, tres, dos y una; su duración, así como la justicia, decrecen en las mismas proporciones, mientras que el mal y la enfermedad aumentan. No hay simbolismo metálico, pero Visnú forma diferentes colores (blanco, rojo, amarillo y negro) en las cuatro edades, correspondiendo a las diversas castas. En

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ὥστε θεοὶ δ’ ἔζωον ἀκηδέα θυμὸν ἔχοντες νόσφιν ἄτερ τε πόνου καὶ ὀιζύος, οὐδέ τι δειλὸν γῆρας ἐπῆν, αἰεὶ δὲ πόδας καὶ χεῖρας ὁμοῖοι τέρποντ’ ἐν θαλίῃσι, κακῶν ἔκτοσθεν ἁπάντων· θνῇσκον δ’ ὥσθ’ ὕπνῳ δεδμημένοι· ἐσθλὰ δὲ πάντα τοῖσιν ἔην· καρπὸν δ’ ἔφερε ζείδωρος ἄρουρα αὐτομάτη πολλόν τε καὶ ἄφθονον· οἱ δ’ ἐθελημοὶ ἥσυχοι ἔργ’ ἐνέμοντο σὺν ἐσθλοῖσιν πολέεσσιν, [ἀφνειοὶ μήλοισι, φίλοι μακάρεσσι θεοῖσιν.] αὐτὰρ ἐπεὶ δὴ τοῦτο γένος κατὰ γαῖα κάλυψε, τοὶ μὲν δαίμονες ἁγνοὶ ἐπιχθόνιοι τελέθουσιν ἐσθλοί, ἀλεξίκακοι, φύλακες θνητῶν ἀνθρώπων, [οἵ ῥα φυλάσσουσίν τε δίκας καὶ σχέτλια ἔργα ἠέρα ἑσσάμενοι πάντη φοιτῶντες ἐπ’ αἶαν,] πλουτοδόται· καὶ τοῦτο γέρας βασιλήιον ἔσχον.

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112 δ᾽ ἔζωον : ζώεσκον Diod. • 113 τε om. DΦ Hdn. de fig. 3.102.11 Sp. • πόνο]υ Π8 Hdn. : πόνων o • 116 δ’ et Diod. Eust. in Hom. 1843.48 : θ’ C : om. Dac • ὥσθ’ et Π38 : ὡς Φ • 118 δ’ ἐθελημοὶ o Pr. Σvet al. : δ’ἐπὶ γαίῃ Diod. • 120 Diod. codd. non omnes (sed edd. plerique praeter Solmsen) • 121 δὴ Pr.1 Pl. Crat. 397e : κε(ν) o • μοῖρ’ ἐκάλυψεν Pl. • 122 τοὶ : οἳ Pl. et resp. 5.468e (utrumque Lact. inst. div. 2.7.I codd.) • ἁγνοὶ (hoc et Plu. de Is. 361B etc.) ἐπιχθόνιοι τελέθουσιν (καλέονται Crat.) ἐσθλοὶ ἀλεξίκακοι Pl. Crat. resp. (et Wilam., Solmsen) : εἰσι Διὸς μεγάλου διὰ βουλὰς ἐσθλοὶ ἐπιχθόνιοι o Pr. Lact. (et West) • ἐπιχθόνιοι et Σvet al. : ὑποχθ. Pl. Crat. codd. • 123 θνητῶν et Pl. Crat. al. : μερόπων Pl. resp. • 124 sq. (=254 sq.) om. Π38u.v Π40 Pr. Σvet Plu. Macr.

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Como los dioses vivían, sin pena en el corazón, al margen de fatiga y de miseria14, y no existía la vejez funesta, sino que, con sus piernas y sus brazos siempre iguales, gozaban en fiestas, lejos de cualquier desgracia; morían como vencidos por un sueño, y tenían toda clase de bienes; la tierra dadora de alimento producía el fruto por sí sola, variado y abundante; y ellos atendían voluntariamente a sus tareas en paz, en medio de muchos bienes, (ricos en rebaños y gratos a los dioses bienaventurados)15. Después que esta generación fue cubierta por la tierra, por voluntad del gran Zeus ellos son démones benéficos, terrestres, guardianes de los mortales hombres (que vigilan los juicios y los actos malvados deambulando vestidos de bruma por toda la tierra)16, dadores de riqueza. Ese privilegio real obtuvieron. una versión la descripción de la última edad comienza en presente y pronto pasa a un futuro profético, como en Hesíodo. Su aparición (Leyes de Manu, Mahabárata) puede datarse en el período 500-100 a. C., con lo cual puede haber llegado a la India desde occidente. Sumerios y Babilonios también creían en el progresivo acortamiento de la vida del hombre, como puede verse por sus listas de reyes y por su reflejo en el sistema mitológico del Génesis bíblico, donde se halla también la idea de que la tierra estuvo poblada en tiempos antediluvianos por gigantes y de que los primeros humanos vivían libres del mal, en condiciones paradisíacas. Mesopotamia, con su ubicación estratégica, es de hecho un lugar probable para el origen de este esquema mítico evolutivo de simbología metálica con diversas manifestaciones. 14 Los paralelos externos (Sc. 351, cf. Il. XIII 2, XIV 480; Od. VIII 529) parecen apoyar la lectura πόνου καὶ ὀιζύος, en singular, atestiguado también por Π8 y Herodiano, frente a πόνων… de los mss., posible contaminación a partir de Op. 91 (νόσφιν ἄτερ τε κακῶν καὶ …), cf. E. Livrea, Helikon 6, 1966, 237. 15 El verso 120, relegado al aparato crítico por Solmsen y secluido por West, figura solamente en manuscritos, no todos, de Diodoro Sículo, a donde, dado su sabor hesiódico (cf. Op. 308s.; fr. 23a, 32s.; 240, 2), pudo haber llegado procedente de alguna edición particular de Hesíodo, tal vez tomado en préstamo de otro poema. 16 Estos dos versos (124s.), que Proclo y Scholia Vetera desconocen y Plutarco (Def. or. 38: Mor. 431C) parece tener en cuenta, deben de haber llegado aquí, donde suponen una cierta intrusión a la congruencia existente entre v. 123 y v. 126, procedentes de su contexto natural en Op. 254s., siendo la clave de su anticipación la secuencia que los precede δαίμονες… ἁγνοὶ …ἐπιχθόνιοι …, φύλακες θνητῶν ἀνθρώπων (Op. 122s.), la cual sugiere la secuencia precedente a Op. 254s.: ἐπὶ χθονὶ…Ζηνὸς φύλακες θνητῶν ἀνθρώπων.

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Δεύτερον αὖτε γένος πολὺ χειρότερον μετόπισθεν ἀργύρεον ποίησαν Ὀλύμπια δώματ’ ἔχοντες, χρυσέῳ οὔτε φυὴν ἐναλίγκιον οὔτε νόημα· ἀλλ’ ἑκατὸν μὲν παῖς ἔτεα παρὰ μητέρι κεδνῇ ἐτρέφετ’ ἀτάλλων, μέγα νήπιος, ᾧ ἐνὶ οἴκῳ· ἀλλ’ ὅτ’ ἄρ’ ἡβήσαι τε καὶ ἥβης μέτρον ἵκοιτο, παυρίδιον ζώεσκον ἐπὶ χρόνον, ἄλγε’ ἔχοντες ἀφραδίῃς· ὕβριν γὰρ ἀτάσθαλον οὐκ ἐδύναντο ἀλλήλων ἀπέχειν, οὐδ’ ἀθανάτους θεραπεύειν ἤθελον οὐδ’ ἔρδειν μακάρων ἱεροῖς ἐπὶ βωμοῖς, ἣ θέμις ἀνθρώποισι κατ’ ἤθεα. τοὺς μὲν ἔπειτα Ζεὺς Κρονίδης ἔκρυψε χολούμενος, οὕνεκα τιμὰς οὐκ ἔδιδον μακάρεσσι θεοῖς οἳ Ὄλυμπον ἔχουσιν. αὐτὰρ ἐπεὶ καὶ τοῦτο γένος κατὰ γαῖα κάλυψε, τοὶ μὲν ὑποχθόνιοι μάκαρες θνητοὶ καλέονται, δεύτεροι, ἀλλ’ ἔμπης τιμὴ καὶ τοῖσιν ὀπηδεῖ. Ζεὺς δὲ πατὴρ τρίτον ἄλλο γένος μερόπων ἀνθρώπων χάλκειον ποίησ’, οὐκ ἀργυρέῳ οὐδὲν ὁμοῖον, ἐκ μελιᾶν, δεινόν τε καὶ ὄβριμον, οἷσιν Ἄρηος ἔργ’ ἔμελε στονόεντα καὶ ὕβριος· οὐδέ τι σῖτον ἤσθιον, ἀλλ’ ἀδάμαντος ἔχον κρατερόφρονα θυμόν· ἄπλαστοι, μεγάλη δὲ βίη καὶ χεῖρες ἄαπτοι ἐξ ὤμων ἐπέφυκον ἐπὶ στιβαροῖσι μέλεσσι.

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132 ὅτ’ ἄρ’ ἡβήσαι τε Rzach (et Solmsen, West) : ὅτ’ ἂρ ἡβήσηι τε C : ὅταν ἡβησαι (in η corr. m. I) τε D : ὅταν ἡβήσειε E Anecd. Ox. 3.109.12 Cr. (et Paley : ὅτ’ἀνηβήσειε Goettling-Flach : ὅτ’ἄρ’ἡβήσειε Schoemann : ὅτ’ἂν’ἡβήσειε Van Lennep) : ὅταν ἡβήσοιτο H : ὅτ’ ἀνηβήσαι τε Rzach (ed. 1884) (et Mazon, Colonna) : ὅτ’ ἡβήσειε Wilam. • 134 ἀφραδίῃσιν DΦ • οὐκ ἐδύν. et Lex. Vind. s.v. ἀπέχω : οὐκ ἐθέλεσκον Theophr. ap. Porph. de abst. 2.8 (139.3 N.) • 135 ἀλλ. ἀπέχειν et Lex. Vind. : ἴσχειν (om. ἀλλ.) Theophr. • 137 ἀνθρώποισι κατ’ o (et West) : ἀνθρώποις κατὰ ἤθεα Bentley (et Solmsen) • ἀνθρ. : ἀθανάτοις Theophr. • 139 ἐδίδων o : corr. D (m. rec.) : -ουν Theophr. • 141 μὲν ὑποχθ. Cpc (ὑπο in ras., ex ἐπι), D Pr. : μέν τοι (sic) χθ. Φ : μὲν ἐπιχθ. Byz. (S) • μάκαρες : φύλακες Pr. • θνητοὶ C Pr. : -τοῖ Φ : θεοὶ in ras. D (m. I ?) : θνητοῖς Peppmüller • 146 ὕβριο[ς] Π38 : ὕβριες et Solmsen, West • 148-149 et Π38 Π42 Σ Pr. : del. Wilam. (et Solmsen) • 148 ἄπλατοι C Pr. • μεγάλη δὲ βίη et Pr. : μεγάλη βίη DacH : -οι τὲ βίη (sic) Cpc

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En segundo lugar una generación mucho peor, de plata, crearon después los dueños de las mansiones olímpicas, ni física ni moralmente a la de oro semejante. Durante cien años era criado el niño junto a su amante madre, creciendo muy infantil en su casa; y cuando llegaba a la pubertad y la edad juvenil alcanzaba vivían muy poco tiempo, por los dolores causados por su insensatez, pues no podían alejar unos de otros la imprudente insolencia ni querían servir a los inmortales ni hacer sacrificio en los sagrados altares de los bienaventurados, según es costumbre de los hombres en sus moradas. Ocultolos luego Zeus Cronida enfadado porque no tributaban honras a los dioses bienaventurados que poseen el Olimpo. Y después que también a esta generación la cubrió la tierra ellos son bienaventurados mortales subterráneos, secundarios, sin embargo también a ellos este honor les acompaña. El padre Zeus creó una tercera generación de hombres dotados de habla, de bronce, en nada semejante a la de plata, salida de los fresnos, terrible y fuerte, que de las obras lamentables de Ares y de la violencia se ocupaban, y no comían pan, sino que poseían un impávido corazón de acero17; disformes, una enorme fuerza e invencibles brazos les salían de los hombros sobre robustos cuerpos.

17 El origen de los hombres de la Generación de Bronce a partir de los árboles o las ninfas de los árboles, cuyo nacimiento a su vez está ligado al de los Gigantes (Th. 185-187), identifica a aquellos con los primeros hombres conocidos por la tradición griega, hijos asimismo de los fresnos. También el dato de que “no comían pan” (οὐδέ τι σῖτον / ἤσθιον, v. 146s.) es propio de los primeros hombres, puesto que la agricultura, la cual fue enseñada a Triptólemo por Deméter, es básica para la civilización, cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 187s.

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τῶν δ’ ἦν χάλκεα μὲν τεύχεα, χάλκεοι δέ τε οἶκοι, χαλκῷ δ’ εἰργάζοντο· μέλας δ’ οὐκ ἔσκε σίδηρος. καὶ τοὶ μὲν χείρεσσιν ὑπὸ σφετέρῃσι δαμέντες βῆσαν ἐς εὐρώεντα δόμον κρυεροῦ Ἀίδαο, νώνυμνοι· θάνατος δὲ καὶ ἐκπάγλους περ ἐόντας εἷλε μέλας, λαμπρὸν δ’ ἔλιπον φάος ἠελίοιο. Αὐτὰρ ἐπεὶ καὶ τοῦτο γένος κατὰ γαῖα κάλυψεν, αὖτις ἔτ’ ἄλλο τέταρτον ἐπὶ χθονὶ πουλυβοτείρῃ Ζεὺς Κρονίδης ποίησε, δικαιότερον καὶ ἄρειον, ἀνδρῶν ἡρώων θεῖον γένος, οἳ καλέονται ἡμίθεοι, προτέρη γενεὴ κατ’ ἀπείρονα γαῖαν. καὶ τοὺς μὲν πόλεμός τε κακὸς καὶ φύλοπις αἰνὴ τοὺς μὲν ὑφ’ ἑπταπύλῳ Θήβῃ, Καδμηίδι γαίῃ, ὤλεσε μαρναμένους μήλων ἕνεκ’ Οἰδιπόδαο, τοὺς δὲ καὶ ἐν νήεσσιν ὑπὲρ μέγα λαῖτμα θαλάσσης ἐς Τροίην ἀγαγὼν Ἑλένης ἕνεκ’ ἠυκόμοιο. ἔνθ’ ἦ τοι τοὺς μὲν θανάτου τέλος ἀμφεκάλυψε, τοῖς δὲ δίχ’ ἀνθρώπων βίοτον καὶ ἤθε’ ὀπάσσας Ζεὺς Κρονίδης κατένασσε πατὴρ ἐς πείρατα γαίης. καὶ τοὶ μὲν ναίουσιν ἀκηδέα θυμὸν ἔχοντες ἐν μακάρων νήσοισι παρ’ Ὠκεανὸν βαθυδίνην,

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151 οὐκ ἔσκε et Π38 Π42 sch. BT Il. 15.713 al. : ἀπέκειτο Philostr. v. Ap. 6.2 (οὐκ ἐστι Seleuco trib. Σvet vix sanum) • 154 νώνυμοι o : corr. Byz. • 157 hab. et Π38, om. Π8, non respic. Pr. Σvet • 160 προτέρη γ]ενεὴ Π8 sch. Arat. 16 : -ῃ -ῇ o • 162 ὑφ’ : ἐφ’ Φ (ὑφ’ e corr. E m. I) • 166 om. Π38 Π40, non respic. Pr. Σvet (secl. Solmsen) • 168 ενπειρασ[ι Π38 (et West)

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De bronce eran sus armas, de bronce sus casas y con bronce trabajaban; no existía el negro hierro. Dominados por sus propios brazos se fueron a la morada enmohecida del gélido Hades, sin nombre; aun terribles como eran se los llevó la negra muerte y la brillante luz del sol abandonaron. Después que también a esta generación la cubrió la tierra, todavía una cuarta creó Zeus Cronida, más justa y virtuosa, sobre el muy nutricio suelo, la generación divina de los héroes, los cuales son semidioses, la generación previa a la nuestra en la inmensa tierra. A estos la guerra cruel y el terrible combate, a unos al pie de Tebas de Siete Puertas, en tierra cadmea, los aniquiló luchando por los rebaños de Edipo, a otros, tras conducirlos en naves allende el mar muy profundo a Troya por causa de Helena de hermosos cabellos18. A unos los encerró allí el fin de la muerte19, a otros, concediéndoles sustento y morada aparte de los hombres, el padre Zeus Cronida los asentó en los confines de la tierra. Y estos viven, con su corazón libre de cuitas, en las islas de los bienaventurados, junto al Océano de honda corriente,

18 Las guerras de Tebas y de Troya eran las más conocidas por la tradición épica; de ellas la primera, que se supone que es la más antigua (cf. Il. IV 372-410), es objeto de tres poemas y la segunda de ocho dentro del llamado Ciclo Épico, el cual, aunque probablemente posterior a Hesíodo, se nutre de material más antiguo, cf. W. Kullmann, Die Quellen der Ilias, Wiesbaden, 1960. 19 Este verso (166), secluido por Solmsen, es omitido por Π38 Π40 y no contemplado por el comentario de Proclo y Scholia Vetera, tal vez porque, tras la indicación del aniquilamiento de los héroes en las dos guerras míticas (v. 163), ha podido parecer un tanto redundante al tiempo que creaba una cierta confusión en el detallado juego distributivo de los pronombres que encabezan los respectivos versos (τοὺς μὲν v. 161…, τοὺς μὲν v. 162…, τοὺς δὲ v. 164…, τοὺς μὲν v. 166…, τοῖς δὲ v. 167…); sin embargo, si bien se mira, el correlato distributivo de los versos 166-167 es muy clarificador para contraponer, a la totalidad de los héroes que encontraron la muerte luchando (v. 166), la de aquellos que fueron transportados por Zeus a las Islas de los Bienaventurados (vv. 167ss.)

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ὄλβιοι ἥρωες, τοῖσιν μελιηδέα καρπὸν τρὶς ἔτεος θάλλοντα φέρει ζείδωρος ἄρουρα. Μηκέτ’ ἔπειτ’ ὤφελλον ἐγὼ πέμπτοισι μετεῖναι ἀνδράσιν, ἀλλ’ ἢ πρόσθε θανεῖν ἢ ἔπειτα γενέσθαι. νῦν γὰρ δὴ γένος ἐστὶ σιδήρεον· οὐδέ ποτ’ ἦμαρ παύσονται καμάτου καὶ ὀιζύος οὐδέ τι νύκτωρ τειρόμενοι· χαλεπὰς δὲ θεοὶ δώσουσι μερίμνας. ἀλλ’ ἔμπης καὶ τοῖσι μεμείξεται ἐσθλὰ κακοῖσιν. Ζεὺς δ’ ὀλέσει καὶ τοῦτο γένος μερόπων ἀνθρώπων, εὖτ’ ἂν γεινόμενοι πολιοκρόταφοι τελέθωσιν. οὐδὲ πατὴρ παίδεσσιν ὁμοίιος οὐδέ τι παῖδες, οὐδὲ ξεῖνος ξεινοδόκῳ καὶ ἑταῖρος ἑταίρῳ, οὐδὲ κασίγνητος φίλος ἔσσεται, ὡς τὸ πάρος περ. αἶψα δὲ γηράσκοντας ἀτιμήσουσι τοκῆας· μέμψονται δ’ ἄρα τοὺς χαλεποῖς βάζοντες ἔπεσσι, σχέτλιοι, οὐδὲ θεῶν ὄπιν εἰδότες· οὐδέ μὲν οἵ γε γηράντεσσι τοκεῦσιν ἀπὸ θρεπτήρια δοῖεν· χειροδίκαι· ἕτερος δ’ ἑτέρου πόλιν ἐξαλαπάξει·

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173 ἔτεος Π40 o : τοῦ ἔτους Tr • 173a-e τηλοῦ ἀπ’ ἀθανάτων· τοῖσιν Κρόνος ἐμβασιλεύει. αὐτὸς γάρ μ]ιν ἔλυσε πα[τὴρ ἀνδρῶ]ν τε θε[ῶν τε· νῦν δ’ αἰεὶ] μετὰ τοῖς τιμὴ[ν ἔ]χει ὡς ἐ[πιεικές. Ζεὺς δ’ αὖτ’ ἄ]λλο γένος θῆκ[εν μερόπων ἀνθρώπων ὅσσοι νῦ]ν γεγάασιν ἐπὶ [χθονὶ πουλυβοτείρῃ. 173a (olim 169) post 160 memorat Σ, refertque sepositos esse τοῦτον καὶ τὸν ἑξῆς (τοὺς ἑξής recte Schoemann); ante b-c habet Π38 (ut posuit Weil), b-e autem ante 174 Π8. versum noverunt Marc. Sid. 1046.9 Kaibel, Zenob. 3.86 • 173a ἐβασίλευε Σ : ἐν[ Π38 : -ει Buttmann b init. suppl. West, cetera Weil • c init. suppl. Maehler : νῦν δ’ἤδη West • τοῖσι Π8 : corr. Weil • τιμὴ[ν Weil, cetera Maehler d init. suppl. West, exit. Wilam. • e init. Solmsen : τῶν οἳ νῦ]ν Kuiper : οἳ καὶ νῦ]ν Wilam., exit. Weil • 174 ὤφελλον Π8 Π43 Byz. (S) Anecd. Ox. 3.321.16 Cr. : ὤφειλον o Pr. • 177 παύσονται et Clem. Al. Strom. 5.14.130.I : π]αυονται Π8 • καμάτου et Π8 Clem. : -οιο Φ • 178 τ]ειρόμενοι e Π8 West et Solmsen 1990 : φθειρόμενοι o (et edd. plerique) • 179 damn. Heyer, 17981 secl. Goettling-Flach et Rzach • 186 ἄρα τοὺς et Π43 : ἀρετὴν Marc. Aur. 11.32 • βάζοντες ἔπεσσι et Marc. Aur. : βάζοντ’ ἐπέεσσι D • 187 ου]δε θεων corr. Aldina et Π43 : οὔτε θεῶν o (et Wilam.) • μὲν et Π43 EtG (sch.) s.v. γηράντεσσι : κεν Brunck • 189 leg Eust. in Hom. 201.3 etc. : exp. Hagen (et Solmsen, Mazon, Sinclair, Wilam. Rzach) : post 181 traiec. Pertusi

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héroes dichosos, a quienes tres veces al año meloso fruto les procura en abundancia la tierra dadora de vida20. Ojalá no coincidiera yo ya con los quintos hombres, sino que hubiera muerto antes o después naciera; pues ahora es la generación de hierro; ni de día se verán libres de penas y desgracias ni de noche de ser agobiados21; y los dioses mandarán molestas preocupaciones. Sin embargo tendrán todavía bienes mezclados con los males. Zeus destruirá también esta generación de hombres dotados de habla cuando al nacer muestren sus sienes blancas. Y el padre no se parecerá a los hijos ni los hijos al padre, ni el huésped será estimado por el anfitrión ni el amigo por el amigo, ni tampoco el hermano, como lo era antes. Despreciarán a sus padres apenas envejezcan y les regañarán hablándoles con indignas palabras, los miserables, sin observar el respeto debido a los dioses; y no devolverán a sus ancianos padres el pago por la crianza. Tomaranse la justicia por la mano y el uno asaltará la ciudad del otro22; 20 Los versos 173 a-e, relegados al aparato crítico por Solmsen y acogidos en el texto, aunque entre corchetes de seclusión, por West, son parcialmente transmitidos por dos papiros (Π38, que contiene 173 a-c, y Π8, que contiene b-e) y faltan en Π43 y en el resto de la transmisión manuscrita, con la salvedad de que 173a (antes 169) ha sido conservado como lemma por los Scholia Vetera (τοῦτον καὶ τὸν ἑξῆς…ἐξοικίζουσι τῶν ῾Ησιόδου) y de ahí debió de pasar a algunos otros testimonios (ψ15, donde figura tras 173, ψ9 tras 168). Aparte de su ausencia de algunos textos antiguos, en contra de la autenticidad de 173 a-c está el papel asignado a Crono, sin duda derivado del gobierno de Crono en la Edad de Oro (Op. 111) y que contradice Th. 717, 729ss., 851; en contra de la de 173 d-e está el hecho de que v. 174 marca una transición. 21 τειρόμενοι (v. 178), en lugar de φθειρόμενοι de los mss., es lectura propuesta por West y acogida por Solmsen 1990 a partir de ]ειρομενοι de Π8, donde antes del corchete no hay espacio más que para una sola letra (cf. además Or. Sib. I 70s.: Op. 116; Il. XVII 745). 22 Este verso (189), secluido por Solmsen pero no por West, ha sido a veces condenado porque el contenido del adjetivo χειροδίκαι se repite tres versos más allá (192) y porque el motivo del ataque entre ciudades aparece aislado. Sin embargo, el adjetivo como tal corresponde a un tipo de compuesto muy característico de la dicción hesiódica (cf., sin ir más lejos, ἰθυδίκη̣σι, v. 230) y, si bien se mira, el motivo del ataque interestatal injusto (v. 189) no es sino uno más de la enumeración entre el caso de injusticia que le precede (no devolver a los padres el pago por la crianza, v. 188) y los que le siguen (el perjurio y el predominio del hombre malvado sobre el justo), cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad loc.

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οὐδέ τις εὐόρκου χάρις ἔσσεται οὐδὲ δικαίου οὐτ’ ἀγαθοῦ, μᾶλλον δὲ κακῶν ῥεκτῆρα καὶ ὕβριν ἀνέρα τιμήσουσι· δίκη δ’ ἐν χερσί· καὶ αἰδὼς οὐκ ἔσται, βλάψει δ’ ὁ κακὸς τὸν ἀρείονα φῶτα μύθοισι σκολιοῖς ἐνέπων, ἐπὶ δ’ ὅρκον ὀμεῖται. ζῆλος δ’ ἀνθρώποισιν ὀιζυροῖσιν ἅπασι δυσκέλαδος κακόχαρτος ὁμαρτήσει στυγερώπης. καὶ τότε δὴ πρὸς Ὄλυμπον ἀπὸ χθονὸς εὐρυοδείης λευκοῖσιν φάρεσσι καλυψαμένω χρόα καλὸν ἀθανάτων μετὰ φῦλον ἴτον προλιπόντ’ ἀνθρώπους Αἰδὼς καὶ Νέμεσις· τὰ δὲ λείψεται ἄλγεα λυγρὰ θνητοῖς ἀνθρώποισι· κακοῦ δ’ οὐκ ἔσσεται ἀλκή. Νῦν δ’ αἶνον βασιλεῦσιν ἐρέω φρονέουσι καὶ αὐτοῖς· ὧδ’ ἴρηξ προσέειπεν ἀηδόνα ποικιλόδειρον

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190 οὔτε δικ. Byz. (S) (et Colonna, Mazon, Sinclair, Rzach, Paley, Goettling-Flach) • 191 οὔτ’ o : οὐδ’ Σvet (?) Stob. 3.2.9 (et Solmsen, Wilam.) • 193 οὐκ ἔσται o Stob. (et ceteri edd.), οὐκ ἔστιν Eu. u.v. : ἐσσεῖται West (qui post χερσὶ 192 non interpunx.) • βλάψει et Stob. : βλάπτει sch. Soph. Ph. 456 • 198 φάρεσσι Π43 epigr. Acarnense (1110.2 Kaib.) : -έεσσι o sch. Soph. O.C. 1676 al. (Colonna, Goettling-Flach et Van Lennep) • καλ[υψαμ]ένω Π43 o sch. Soph. al. : -μένα epigr. sch. Eur. Med. 439 (et Mazon, Rzach) • 199 ἴτον Byz. epigr. : ἴτην o Pr. sch. Od. 2.65 : ἴσαν sch. Soph. • 202 βασιλεῦσ’ [Π38]e BC Φ Etd al. (et West et Van Lennep) • φρονέουσι et Π43 Ammon. Diff. s.v. αἶνος (ubi νοέ correctura) al. : νοέουσι Π38 Π43mg EtGud s.v. αἶνος Eust. in Hom. 1786.57

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ni el fiel a su juramento gozará de favor ni el justo ni el bondadoso23, y más bien estimarán al hombre malhechor y violento; la justicia residirá en la fuerza de las manos; y no habrá respeto24, sino que el malvado perjudicará al varón virtuoso hablando con palabras torcidas y violará su juramento. La odiosa envidia, que goza haciendo daño, con su lengua maliciosa acompañará a todos los pobres humanos. Y entonces, cubriendo su hermoso cuerpo con blancos mantos, de la tierra de anchos caminos se irán al Olimpo en pos de la raza de los inmortales y abandonarán a los hombres Respeto y justo Castigo; funestos dolores quedarán a los hombres mortales, y del mal no habrá defensa25. Ahora referiré una fábula a los reyes, por sensatos que sean26: así habló un gavilán a un ruiseñor de moteado plumaje

23 En v. 191, frente a la lectio facilior οὐδ’ de Scholia Vetera y de Estobeo adoptada por Solmsen, West recupera la lectura οὔτ’ de los manuscritos, remitiendo a J. D. Denniston, The Greek Particles, Oxford 19542, p. 510 para el uso de esta partícula a continuación de οὐδέ… 24 En 193, en lugar de οὐκ ἔσται de los manuscritos West (Philologus 108 (1964), 162 y Hesiod: Works and Days, 1978) conjetura ἐσσεῖται, suprimiendo para ello la puntuación entre δίκη δ’ἐν χερσί y καὶ αἰδὼς (v. 192) y entendiendo ambas expresiones como sujeto del citado verbo. El problema es que, si el sintagma δίκη δ’ἐν χερσί se entiende perfectamente (cf. χειροδίκαι, v. 189) y como gnome que es no necesita expresar el verbo, la expresión ἐν χερσί…αἰδὼς / ἐσσεῖται no se sabe qué quiere decir. 25 Una similar secuencia de ideas a la de los versos 185-201 (maltrato a los padres, desprecio de la justicia y el castigo divino, infidelidad al juramento, opresión de los buenos por los malos, desaparición de Aidós de la tierra) tiene lugar en la syllogé teognídea, vv. 271-294 (cf. además Thgn. 1135ss.), principal heredera de la poesía gnómica hesiódica. 26 La fábula más los tres párrafos sobre la justicia que siguen (vv. 202-285) se disponen en forma de quiasmo (abba) desde el punto de vista de su extensión y en forma paralela (abab) desde el punto de vista del mayor o menor grado de asequibilidad de la doctrina: los dos párrafos dirigidos a los reyes (φρονέουσι καὶ αὐτοῖς/ v. 202: καταφράζεσθε καὶ αὐτοὶ/, v. 248) son más connotativos y doctrinalmente algo más abstrusos que los dos dirigidos a Perses (Ὦ Πέρση, σὺ δ’ἄκουε δίκης μηδ’ ὕβριν ὄφελλε, v. 213: Ὦ Πέρση, σὺ...δίκης ἐπάκουε, βίης δ’ἐπιλήθεο πάμπαν, v. 274s.). Cf. J. A. Fernández Delgado, “La justicia del gavilán y sus audiencias (Trabajos y Días 202-285)”, en Antídoron. Homenaje al Prof. Juan José Moralejo 2011, con bibliografía (a la cual cabe añadir A. Ercolani, Esiodo. Opere e giorni, 2010, pp. 204-207).

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ὕψι μάλ’ ἐν νεφέεσσι φέρων ὀνύχεσσι μεμαρπώς· ἣ δ’ ἐλεόν, γναμπτοῖσι πεπαρμένη ἀμφ’ ὀνύχεσσι, μύρετο· τὴν δ’ ὅ γ’ ἐπικρατέως πρὸς μῦθον ἔειπεν· “δαιμονίη, τί λέληκας; ἔχει νύ σε πολλὸν ἀρείων· τῇ δ’ εἶς ᾗ σ’ ἂν ἐγώ περ ἄγω καὶ ἀοιδὸν ἐοῦσαν· δεῖπνον δ’, αἴ κ’ ἐθέλω, ποιήσομαι ἠὲ μεθήσω. ἄφρων δ’ ὅς κ’ ἐθέλῃ πρὸς κρείσσονας ἀντιφερίζειν· νίκης τε στέρεται πρός τ’ αἴσχεσιν ἄλγεα πάσχει.” ὣς ἔφατ’ ὠκυπέτης ἴρηξ, τανυσίπτερος ὄρνις. Ὦ Πέρση, σὺ δ’ ἄκουε δίκης μηδ’ ὕβριν ὄφελλε· ὕβρις γάρ τε κακὴ δειλῷ βροτῷ, οὐδὲ μὲν ἐσθλὸς ῥηιδίως φερέμεν δύναται, βαρύθει δέ θ’ ὑπ’ αὐτῆς ἐγκύρσας ἄτῃσιν· ὁδὸς δ’ ἑτέρηφι παρελθεῖν κρείσσων ἐς τὰ δίκαια· δίκη δ’ ὑπὲρ ὕβριος ἴσχει ἐς τέλος ἐξελθοῦσα· παθὼν δέ τε νήπιος ἔγνω· αὐτίκα γὰρ τρέχει Ὅρκος ἅμα σκολιῇσι δίκῃσιν· τῆς δὲ Δίκης ῥόθος ἑλκομένης ᾗ κ’ ἄνδρες ἄγωσι δωροφάγοι, σκολιῇς δὲ δίκῃς κρίνωσι θέμιστας· ἣ δ’ ἕπεται κλαίουσα πόλιν καὶ ἤθεα λαῶν, ἠέρα ἑσσαμένη, κακὸν ἀνθρώποισι φέρουσα οἵ τέ μιν ἐξελάσωσι καὶ οὐκ ἰθεῖαν ἔνειμαν.

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206 τὴν δ’ o : τὴν ὅ corr. Peppmüller (et Solmsen, Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach) • 208 ἀοιδὸν et Pr. al. : ἀηδὸν Φ • 210 sq. hab. et Π5 Π8 Π38 : damn. Aristarchus • 210 κε θέλοι Stob. 3.4.3 codd. AM Macrob. sat. 5.16.6 (-ῃ vel -ει Theo prog. 3.2; 74.16 Sp. al.) • κρε(ί)σσονας et Π8 Π38 Pr. al. : -να Nicol. prog. 5.281.1 W. • 211 αἴσχ. ἄλγ. et Π5 Π8 Π38 : ἄλγεσιν αἴσχεα Merkelbach • 213 ἄ]κ̣[ου]ε et Π5 : ἄιε EtGM s.v. ἀίω • 214 μὲν et Π8 : μιν Gerhard • 215 δέ θ’ et Π8 : δὲ Φ • αυτου Π8 • 216 παρελθεῖν et Π8 Pr. al. : μετελθεῖν C sch. Genav. Il. 13.588 • 220 ᾗ et Π8 : ἣν EtG A s.v. ῥόθος (deest B) • 224 ἐξελάουσι Tr.

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mientras sujeto con sus garras muy alto entre las nubes lo llevaba y aquel, atravesado por las corvas uñas, lastimeramente se quejaba; y en su prepotencia le dijo estas palabras: “amigo mío ¿por qué chillas? Te tiene alguien mucho más fuerte; por cantor que seas irás por donde yo te lleve; haré contigo mi cena o te dejaré libre, según quiera. Insensato el que pretende enfrentarse a los más poderosos; se ve privado del triunfo y sufre dolores además de vergüenza”. Así dijo el gavilán de veloz vuelo, ave de alas extensas. Perses, tú escucha la justicia y no fomentes la insolencia27, pues la insolencia es mala para el mísero mortal, y ni el noble puede soportarla fácilmente, sino que sucumbe bajo su peso y con la ruina se encuentra; mejor es recorrer, por el contrario, el camino hacia lo justo; justicia prevalece sobre insolencia cuando su final alcanza; y sufriendo el necio aprende. Juramento corre al punto tras las torcidas sentencias y hay un rumor de la justicia al ser arrastrada por donde hombres tragarregalos la llevan y dirimen sus juicios con torcidas sentencias; ella persigue llorando la ciudad y las moradas de las gentes envuelta en niebla, llevando el mal a los hombres que la expulsan y no la administran recta.

27 El primer párrafo sobre la justicia dirigido a Perses (vv. 213-247) exhorta directamente a practicar esta y evitar la hybris, al contrario, se entiende, de la conducta del gavilán de la fábula. Aunque el interpelado es Perses, el aconsejamiento concierne también a los reyes (cf. …ἄνδρες ἄγωσι / δωροφάγοι, σκολιῇς δὲ δίκῃς κρίνωσι θέμιστας·, Op. 220s., y ἀλλ᾽ αὖθι διακρινώμεθα νεῖκος / ἰθείῃσι δίκῃς,…βασιλῆας / δωροφάγους, οἳ τήνδε δίκην ἐθέλουσι δικάσσαι., Op. 35…39) y concierne a la población entera, la cual se ve reflejada en un plástico cuadro gnómico de makarismós/schetliasmós, de raigambre asimismo oriental (cf. Levit. 26; Deut. 28; y cf., dentro de la literatura griega, A. Suppl. 625-709; Eum. 937-987), sobre la serie de bienes que sobrevienen a la ciudad cuyos habitantes se conducen con justicia (prosperidad, paz, hartura, alegría, buenas cosechas, buena producción de los animales, nacimiento de hijos que se parecen a los padres y no necesidad de embarcarse) y los males que Zeus envía a los habitantes de la ciudad que peca de hybris (justo castigo, muchas veces por culpa de un solo individuo, hambre y peste, esterilidad de las mujeres, eventual destrucción del ejército, los muros de la ciudad o su flota).

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οἳ δὲ δίκας ξείνοισι καὶ ἐνδήμοισι διδοῦσιν ἰθείας καὶ μή τι παρεκβαίνουσι δικαίου, τοῖσι τέθηλε πόλις, λαοὶ δ’ ἀνθεῦσιν ἐν αὐτῇ· Εἰρήνη δ’ ἀνὰ γῆν κουροτρόφος, οὐδέ ποτ’ αὐτοῖς ἀργαλέον πόλεμον τεκμαίρεται εὐρύοπα Ζεύς· οὐδέ ποτ’ ἰθυδίκῃσι μετ’ ἀνδράσι Λιμὸς ὀπηδεῖ οὐδ’ Ἄτη, θαλίῃς δὲ μεμηλότα ἔργα νέμονται. τοῖσι φέρει μὲν γαῖα πολὺν βίον, οὔρεσι δὲ δρῦς ἄκρη μέν τε φέρει βαλάνους, μέσση δὲ μελίσσας· εἰροπόκοι δ’ ὄιες μαλλοῖς καταβεβρίθασι· τίκτουσιν δὲ γυναῖκες ἐοικότα τέκνα γονεῦσι· θάλλουσιν δ’ ἀγαθοῖσι διαμπερές· οὐδ’ ἐπὶ νηῶν νίσονται, καρπὸν δὲ φέρει ζείδωρος ἄρουρα. οἷς δ’ ὕβρις τε μέμηλε κακὴ καὶ σχέτλια ἔργα, τοῖς δὲ δίκην Κρονίδης τεκμαίρεται εὐρύοπα Ζεύς. πολλάκι καὶ ξύμπασα πόλις κακοῦ ἀνδρὸς ἀπηύρα, ὅστις ἀλιτραίνει καὶ ἀτάσθαλα μηχανάαται. τοῖσιν δ’ οὐρανόθεν μέγ’ ἐπήγαγε πῆμα Κρονίων, λιμὸν ὁμοῦ καὶ λοιμόν, ἀποφθινύθουσι δὲ λαοί· οὐδὲ γυναῖκες τίκτουσιν, μινύθουσι δὲ οἶκοι Ζηνὸς φραδμοσύνῃσιν Ὀλυμπίου· ἄλλοτε δ’ αὖτε

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225 διδῶντες Φ : διδῶσι et 226 παρεκβαίνωσι (Π52) Paley • 230 ἰθυδίκοισι Byz. (SH) • 235 γονεῦσιν et Plu. praec. ger. r. p. 824C al. : τοκεῦσι D • 240 καὶ et Lib. 16.50 al. : δὴ Aeschin. 3.134 : τοι id. 2.158 • ἀπηύρα et Aeschin. utroque loco, al. : ἐπαυρεῖ Byz. : ἐπηῦρεν Thiersch • 241 ὅστις ἀλιτραίνει o (et West) : ὅστις ἀλιτραίνῃ Goettling (et Solmsen et edd. plerique) : ὅς κεν ἀλιτραίνῃ Aeschin. utroque loco (et Wilam.) • μηχαν. et Π9 Π52 Aeschin. 2 : μητιάαται id. 3 • 242 μέγα πῆμα δῶκε Aeschin. 3 ut vid. (δῶκεν μ. π. Sauppe) : μέγ’ ἐπήλασε π. Chrys. ap. Plu. de Stoic. repugn. 1040 (ἐπήγαγε et Pr. ut vid.) • 244 sq. et Π5 Π9 Π43 Π52 : in libris nonnullis defuisse testatur Plu. (ap. Pr.), om. Aeschin. 3 (secl. Solmsen, Wilam., Goettling-Flach)

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Quienes en cambio a forasteros y a paisanos emiten sentencias rectas y no se desvían de lo justo, a esos les prospera la ciudad y las gentes florecen en ella. La Paz nutricia de mozos se extiende por la tierra y Zeus de ancha mirada no les manda nunca la penosa guerra. Ni el Hambre acompaña nunca a los hombres de recta sentencia ni la Ruina, sino que el producto de su trabajo lo disfrutan en fiestas. La tierra les proporciona abundante sustento y el roble en el monte da en lo alto bellotas y en medio abejas; las ovejas lanosas ceden al peso de sus vellones; las mujeres paren hijos semejantes a sus padres; sus bienes aumentan constantemente; y no se esfuerzan en naves, sino que produce fruto el campo dador de vida. Mas quienes atienden a la funesta insolencia y las acciones malvadas, a estos les manda el Cronida Zeus de ancha mirada la justicia. Muchas veces toda una ciudad es víctima de un hombre inicuo que comete delito y maquina acciones perversas. A estos les manda del cielo el Cronida una gran calamidad, hambre y peste a la vez, y la gente perece; las mujeres no paren y decrecen las casas por voluntad de Zeus olímpico28; otras veces 28 Frente a la edición de Solmsen, que secluye estos dos versos (244-245) rechazados por el comentario de Plutarco, y por el ulterior de Proclo, a Trabajos y Días, la de Mazon y la de West los acogen, obviando el inconveniente de que también una cita de Esquines (Contra Ctesifonte, 134) los pasa por alto y aduciendo West en el comentario como argumentos: que se corresponden con el v. 235 , que su lengua es de tipo hesiódico y que los cuatro papiros que contienen el pasaje (Π5, Π9, Π43, Π52) los incluyen. A las razones apuntadas por West en pro de la autoría hesiódica de estos dos versos podemos añadir, primero, que además de la correspondencia de la expresión οὐδὲ γυναῖκες τίκτουσιν de la primera mitad del verso 244 con su contraria de la primera mitad del v. 235 (τίκτουσιν δὲ γυναῖκες), también la segunda mitad del v. 244 (μινύθουσι δὲ οἶκοι) parece oponerse a la primera mitad del v. 236 (θάλλουσιν δ’ἀγαθοῖσι διαμπερές·), la cual es seguida a continuación por la referencia a las naves (v. 236) como lo es su homóloga en el v. 247; segundo, la expresión Ζηνὸς φραδμοσύνῃσιν Ὀλυμπίου de la primera mitad del v. 245 responde a la formulación que sistemáticamente atribuye al designio de Zeus cada uno de la serie de castigos que reciben los habitantes de la ciudad injusta (cf. vv. 239, 242, 247); desde el punto de vista formal, la expresión μινύθουσι δὲ οἶκοι (v. 244) no solo parte el verso en que se encuentra en forma de quiasmo con homeoteleuton de sus dos términos centrales (τίκτουσιν, μινύθουσι) sino

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ἢ τῶν γε στρατὸν εὐρὺν ἀπώλεσεν ἢ ὅ γε τεῖχος ἢ νέας ἐν πόντῳ Κρονίδης ἀποτείνυται αὐτῶν. Ὦ βασιλῆς, ὑμεῖς δὲ καταφράζεσθε καὶ αὐτοὶ τήνδε δίκην· ἐγγὺς γὰρ ἐν ἀνθρώποισιν ἐόντες ἀθάνατοι φράζονται ὅσοι σκολιῇσι δίκῃσιν ἀλλήλους τρίβουσι θεῶν ὄπιν οὐκ ἀλέγοντες. τρὶς γὰρ μύριοί εἰσιν ἐπὶ χθονὶ πουλυβοτείρῃ ἀθάνατοι Ζηνὸς φύλακες θνητῶν ἀνθρώπων, οἵ ῥα φυλάσσουσίν τε δίκας καὶ σχέτλια ἔργα ἠέρα ἑσσάμενοι, πάντη φοιτῶντες ἐπ’ αἶαν. ἡ δέ τε παρθένος ἐστὶ Δίκη, Διὸς ἐκγεγαυῖα, κυδρή τ’ αἰδοίη τε θεοῖς οἳ Ὄλυμπον ἔχουσιν· καί ῥ’ ὁπότ’ ἄν τίς μιν βλάπτῃ σκολιῶς ὀνοτάζων, αὐτίκα πὰρ Διὶ πατρὶ καθεζομένη Κρονίωνι

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247 κρον. ἀποτείν. αὐτ. o (et Solmsen, West, Rzach, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) (κρ. τε ὑποτίνυται fere Dac : τε post πόντῳ Dpc) : τίν(ν)υται εὐρύοπα Ζεύς Aeschin. 3 codd. : ἀποτίνυται εὐρύοπα Ζεύς Wilam. : ἀποαίνυται Peppmüller (et Sinclair) • 248 βασιλεῖς Φ • καταφράσασθε Et M s.v. δίκη • 252 τρὶς γὰρ μύριοι et Pr. Sext. adv. phys. I.86 al. : τρεις γαρ χιλιοι Π5 • 253 ἀθ. Ζηνὸς et Π5 Pr. al. : δαίμονες ἀθάνατοι Clem. Al. protr. 2.41 etc. • φύλακες et Π5 Pr. al. : πρόπολοι Max. Tyr. 8.8 • θνητῶν et Pr. : μερόπων Sext. Clem. • 255 πάντη φοιτῶντες et Eust. in Hom. 17.39 al. : πᾶσαν φοιτῶσιν Plu. de pr. frig. 948E • 256 δέ τε et Π5 : δέ γε Plu. ad princ. inerud. 781B • 257 θεῶν Π5 (et Sinclair) • 258 τίς μιν et Π10 : μιν. [ Π5

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destruye su amplio ejército o sus muros o bien la paga el Cronida en el mar con sus naves. Reyes, pensad también vosotros en esta justicia29, pues en medio de los hombres hay cerca inmortales que observan a cuantos se aniquilan entre sí con sentencias torcidas sin importarles la venganza de los dioses. Treinta mil hay sobre la tierra muy nutricia inmortales guardianes de Zeus para los mortales hombres, los cuales vigilan las sentencias y acciones malvadas deambulando envueltos en bruma por toda la tierra. Y está la doncella Justicia, nacida de Zeus, gloriosa y honrada por los dioses dueños del Olimpo. Y cada vez que alguien la vulnera ofendiéndola torticeramente, al punto se sienta junto al padre Zeus Cronida que se hace también eco de la expresión que ocupa la posición homóloga del verso anterior (243 (ἀπο)φθινύθουσι δὲ λαοί), todo ello en el más puro estilo hesiódico (cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en Plutarco transmisor, Univ. Sevilla, 2011; Los oráculos y Hesíodo, 1986, pp. 128 s. sobre quiasmo; pp. 131-137 sobre asonancia). 29 El segundo párrafo exhortativo dirigido a los reyes (vv. 247-273) insta a estos a “fijarse también ellos” (καταφράζεσθε καὶ αὐτοῖς / Op. 248, la misma fórmula utilizada en su anterior interpelación, φρονέουσι καὶ αὐτοῖς / Op. 202) en la justicia propuesta y los argumentos en que se basa son tres postulados que podemos adscribir a la teología natural en la medida en que implican la existencia de sendas entidades divinas, alguna de ellas con paralelos en la teodicea de otros pueblos indoeuropeos, como en el Avesta y los Vedas (Cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 219), que el aedo sapiencial puede revelar a quienes lo entiendan. El primer enunciado (Op. 249-255) declara la existencia de “tres miriadas” de espíritus divinos que andan dando vueltas por la tierra, vigilando la justicia y las malas acciones de los hombres. La mayor dificultad de intelección del culto frente al mito hace que sean los reyes el destinatario formal de la revelación, a los cuales, a la vez que a Perses sin duda, aprovecha el poeta para recordarles su comportamiento en el pleito. El segundo enunciado (Op. 256-262) no solo personifica, como en el argumento de los vv. 220ss. de la primera amonestación a Perses, a la Justicia, sino que la hace hija de Zeus y honrada por los dioses olímpicos, de suerte que, cuando alguien la ultraja torticeramente, al punto denuncia ante su padre la intención de los injustos, para que pague el pueblo las insensateces de los reyes que desvían la justicia. Una gradatio compositiva aduce finalmente la existencia del ojo omnividente del propio Zeus, concepción religiosa bien conocida dentro y fuera del ámbito indoeuropeo (cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, pp. 223s.; R. Petazzoni, The All-Knowing God, London, 1956) y al cual no se le oculta la clase de justicia que la ciudad encierra.

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γηρύετ’ ἀνθρώπων ἀδίκων νόον, ὄφρ’ ἀποτείσῃ δῆμος ἀτασθαλίας βασιλέων οἳ λυγρὰ νοεῦντες ἄλλῃ παρκλίνωσι δίκας σκολιῶς ἐνέποντες. ταῦτα φυλασσόμενοι, βασιλῆς, ἰθύνετε μύθους, δωροφάγοι, σκολιῶν δὲ δικέων ἐπὶ πάγχυ λάθεσθε. οἷ τ’αὐτῷ κακὰ τεύχει ἀνὴρ ἄλλῳ κακὰ τεύχων, ἡ δὲ κακὴ βουλὴ τῷ βουλεύσαντι κακίστη. πάντα ἰδὼν Διὸς ὀφθαλμὸς καὶ πάντα νοήσας καί νυ τάδ’, αἴ κ’ ἐθέλῃσ’, ἐπιδέρκεται, οὐδέ ἑ λήθει οἵην δὴ καὶ τήνδε δίκην πόλις ἐντὸς ἐέργει. νῦν δὴ ἐγὼ μήτ’ αὐτὸς ἐν ἀνθρώποισι δίκαιος εἴην μήτ’ ἐμὸς υἱός, ἐπεὶ κακὸν ἄνδρα δίκαιον ἔμμεναι, εἰ μείζω γε δίκην ἀδικώτερος ἕξει. ἀλλὰ τά γ’ οὔπω ἔολπα τελεῖν Δία μητιόεντα. Ὦ Πέρση, σὺ δὲ ταῦτα μετὰ φρεσὶ βάλλεο σῇσι καί νυ δίκης ἐπάκουε, βίης δ’ ἐπιλήθεο πάμπαν.

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260 ἄδικον Π10 (?) D2 Pr. (et West, Paley, Schoemann, Van Lennep) • ἀποτί[σῃ et Π38 • 262 παρκλίνωσι Π5 Π10 Byz. (S) (et edd.) : παρακλ. o • 263 β ̣[α]σιλ̣ῆς Π10 (et Solmsen, West, Colonna, Sinclair, Mazon, Wilam.) (Paley, Schoemann, Van Lennep βασιλεῖς) : -ῆες o (et Rzach,, Goettling-Flach) • μύθους Φ (et edd. plerique) : δίκας CD (et Goettling-Flach) • 264 σκολιῶν δὲ δικῶν Π5 o (et West (σκολιῶν δὲ δικέων) et ceteri edd.) : σκολιέ̣ω[ν δὲ δ]ικέων Π10 (et Solmsen, Sinclair, Rzach) • 265 οἷ τ’ (θ’ Tzetzes chil. 8.35) αὐτῷ o Democr. Chius ap. Aristot. rhet. 1409 b 28 al. (et West) : οἷ αὐτῷ Tr. (et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley, Wilam., Solmsen) : οἷ γ’ αὐτῷ Rzach (et Mazon, Sinclair, Colonna) • ὅς δ’ ἄλλῳ κακὰ τεύχει ἑῷ κακὸν ἤματι τεύχει Plu. 554A • 267-273 damn. Plu. (teste Pr.) • 268 νυ κε αι κ εθ. Π10ac • ἐθέληι Π10 (et Colonna) • 269 πολιν Π10 (quae et τήνδε δίκην) • 270 δὴ et Stob. 3.2.11 al. : δε Π10 (et Wilam.) • 272 γε δίκην ἀδικώτερος et Π45 Π10 : δίκην ἀτιμότερος Stob. • 273 μητιόεντα et Π10 Π45 Pr. : τερπικέραυνον D

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y denuncia la intención de los hombres injustos, para que pague el pueblo los atropellos de reyes que con pensamientos perversos desvían las sentencias con torcidos pronunciamientos. Atentos a ellos, reyes, enderezad vuestras palabras, devoradores de regalos, y olvidaos totalmente de torcidas sentencias. A sí mismo se hace daño el hombre que a otro hace daño y la decisión malévola es mucho peor para el que la decide30. El ojo de Zeus, que todo lo ve y todo lo capta, también esto, si quiere, contempla, y no se le oculta qué clase de justicia es la que la ciudad por dentro encierra. Ahora, pues, que ni yo sea tenido por justo ni tampoco mi hijo entre los hombres, porque malo es ser un hombre justo si mayor justicia el más injusto obtiene31. Pero espero que esto el muy sabio Zeus no consienta. Perses, grábate esto en tus mientes y escucha la justicia, olvidando por completo la violencia32. 30 A la interpelación exhortativa a emitir rectos veredictos y omitir por completo sentencias torcidas siguen dos máximas que la fundamentan desde el punto de vista puramente gnómico y no religioso (vv. 265-266), en actitud y hasta con significado paralelos a los ostentados por el enunciado gnómico de vv. 214-218 en la amonestación dirigida a Perses, solo que de significado menos obvio, aun cuando es doblemente formulado (M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 222 las pone en relación con la del fr. 286, 1 (Megala Erga) εἰ κακά τις σπείραι, κακὰ κέρδεά ἀμήσειεν·, es decir, nuestro “Quien siembra vientos, recoge tempestades”). Frente a la conjetura οἷ αὐτῷ (v. 265) de Wilamowitz adoptada por Solmsen, West recupera la lectura οἷ τ’αὐτῷ de la mayoría de los manuscritos y atestiguada ya por Aristóteles, Rhet. 1409 b 28, donde τ(ε) sería la partícula generalizante del epos cuyo uso parece contemplar J. D. Denniston, The Greek Particles, 19542, pp. 534s. en casos como este. 31 El párrafo parenético termina (vv. 270-272) con la paradójica formulación del deseo, en primera persona pero con sentido impersonal (cosa que al no ser comprendida ha llevado a los escoliastas a pensar en la existencia real de un hijo de Hesíodo), de no ser justo, ya que mala cosa es ser justo si alguien más injusto va a obtener mayor justicia. Esta especie de trabalenguas a base de la raíz δικ-, aunque alude claramente al caso de Perses, solamente los reyes, en cuyas manos está el evitar su contenido, pueden entenderlo, ya que incluso un erudito como Plutarco lo ha secluido en su comentario del poema, posiblemente porque le pareció confuso (cf. J. A. Fernández Delgado, “La justicia del gavilán y sus audiencias (Trabajos y Días 202-285)”, en Antídoron. Homenaje al Prof. Juan José Moralejo, 2011), aun cuando el poeta termina denegándolo: “Espero, sin embargo, que el sabio Zeus no lleve esto a cabo” (Op. 273). 32 La segunda exhortación a Perses sobre la justicia (vv. 274-285), y cuarta y última de la sección, recupera desde la interpelación su contraposición con la insolencia

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τόνδε γὰρ ἀνθρώποισι νόμον διέταξε Κρονίων, ἰχθύσι μὲν καὶ θηρσὶ καὶ οἰωνοῖς πετεηνοῖς ἔσθειν ἀλλήλους, ἐπεὶ οὐ δίκη ἐστὶ μετ’ αὐτοῖς· ἀνθρώποισι δ’ ἔδωκε δίκην, ἣ πολλὸν ἀρίστη γίνεται· εἰ γάρ τίς κ’ ἐθέλῃ τὰ δίκαι’ ἀγορεῦσαι γινώσκων, τῷ μέν τ’ ὄλβον διδοῖ εὐρύοπα Ζεύς· ὃς δέ κε μαρτυρίῃσιν ἑκὼν ἐπίορκον ὀμόσσας ψεύσεται, ἐν δὲ δίκην βλάψας νήκεστον ἀάσθη, τοῦ δέ τ’ ἀμαυροτέρη γενεὴ μετόπισθε λέλειπται· ἀνδρὸς δ’ εὐόρκου γενεὴ μετόπισθεν ἀμείνων. Σοὶ δ’ ἐγὼ ἐσθλὰ νοέων ἐρέω, μέγα νήπιε Πέρση· τὴν μέν τοι κακότητα καὶ ἰλαδὸν ἔστιν ἑλέσθαι ῥηιδίως· λείη μὲν ὁδός, μάλα δ’ ἐγγύθι ναίει· τῆς δ’ ἀρετῆς ἱδρῶτα θεοὶ προπάροιθεν ἔθηκαν ἀθάνατοι· μακρὸς δὲ καὶ ὄρθιος οἶμος ἐς αὐτὴν καὶ τρηχὺς τὸ πρῶτον· ἐπὴν δ’ εἰς ἄκρον ἵκηται, ῥηιδίη δἤπειτα πέλει, χαλεπή περ ἐοῦσα.

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277 πετεηνοῖς et Π5 Π10 Π38 Plu. de soll. anim. 964B al. : πετεινοῖς D (οἰωνοῖσι πετεινοῖς Porph. in sch. Od. 9.106 : οἰωνοῖσι et Sext.) • 278 ἔσθειν et Π10 (e rat. spatii) Plu. al. : ἐσθέμεν Clem. Al. strom. I.29.181.6 (et Sinclair, Mazon, Wilam., Rzach, Goettling-Flach) • μετ’ αὐτοῖς Π5 Plu. al. : μετ’ αυ[ Π10 : μετ’ αὐτῶν Clem. Porph. : ἐν αὐτοῖς o Stob. 1.3.1 (et Colonna, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 279 ἀνθρώποισι δ’ ἔδ. et Π38 Plu. al. : ἀνθρώποις δὲ δέδωκε Porph. • 280 ἐθέλῃ Byz. Orion anthol. 6.10 (et. edd.) : -ει D : -οι CΦ • ἀγορεύειν CΦ Orion (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 283 ἀάσθη et Π5 (et West, Van Lennep) : ἀασθῇ Schaefer (et Solmsen et ceteri edd.) : ἀασθώς D • 284 μετόπ. et Π5 Orion al. : κατόπ[ισθε Π10 • 285 μετόπ. et orac. ap. Hdt. 6.86 Suda s.v. εὐόρκου al. : κατόπ[ισθε Π10 • 287 μέντοι et Philo de ebr. 150 al. : μὲν γὰρ Xen. mem. 2.1.20 al. (γὰρ Arethae sch. Pl. Gorg. 459c) et Π53 • 288 λείη Pl. resp. 2.364c (legg. 4.718c) Xen. al. : ὀλίγη o et Π38 Pr. (et Goettling-Flach) • 290 ἐς et Π5pc (ἐν fuisse vid.) Pl. legg. al. : ἐπ’ Byz. testes incertae vel minimae fidei (et Schoemann) • 291 ἵκηται et Π5 Pr. Clem. Al. strom. 4.2.5.2 al. : ἵκηαι Xen. (?) Pl. legg. Philo al. (Sinclair, Mazon, Wilam.) • 292 δἤπειτα o (et West, Colonna, Van Lennep) : δὴ ἔπειτα corr. Jacoby (et Solmsen et ceteri edd.) • π̣[έλει et Π11 (?) Xen. al. : φέρειν Pl. legg. 719a

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Esta es la ley que para los hombres dispuso el Cronida; para los peces, las fieras y las aves aladas que se devoren unos a otros, porque no hay justicia entre ellos, pero a los hombres les dio la justicia, que es mucho mejor; pues si uno está dispuesto a proclamar lo justo conscientemente, a este le concede dicha Zeus de ancha mirada; de quien por el contrario presta falso testimonio cometiendo perjurio voluntariamente y vulnera la justicia cometiendo un crimen irreparable, el linaje queda oscurecido en el futuro; mientras que del fiel al juramento es mejor la futura descendencia. Te expondré, gran necio de Perses, lo que honradamente pienso: la miseria es fácil de adquirir y en abundancia; el camino es llano y habita muy cerca; delante de la prosperidad, en cambio, pusieron sudor los dioses inmortales; larga, empinada y escarpada al principio es hasta ella la senda; mas cuando se llega a la cima fácil ya resulta luego, por difícil que sea33.

(hybris) en términos muy próximos a los de su anterior interpelación, solo que sustituyendo el término más abstracto ὕβρις por el más concreto de βίη “violencia”. La argumentación consta de dos contraposiciones en lenguaje claro y directo, una ley de la naturaleza y un principio moral derivado de la fórmula del juramento. Op. 276-280 contrapone a la conducta de los animales, que se comen unos a otros porque entre ellos no existe justicia, la existencia de esta entre los hombres; Op. 280-285 contrapone el caso de quien hace declaraciones justas conscientemente, al cual Zeus concede prosperidad, y el de quien comete perjurio voluntariamente, cuya estirpe, de acuerdo con una idea también presente en la antigua literatura babilonia y en la india (cf. M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 228), queda mancillada en el futuro (frente a la mejora de la estirpe del que jura verazmente, añade una nueva contraposición en forma de sentencia in extremis con fuerte anáfora y quiasmo, muy del gusto de la poética de Trabajos y Días). Si nos fijamos, el primero de los dos argumentos contiene en realidad la clave explicativa, en lenguaje no connotativo para que Perses, y con él gran parte de la audiencia, lo entienda perfectamente, del sentido de la fábula del gavilán y el ruiseñor expuesta a los reyes (Op. 202). 33 La artística antítesis gnómica de los dos caminos (vv. 286-292), el que conduce a la miseria y el que eleva a la excelencia social —este sentido material es el que parecen ostentar en este pasaje los términos de significado generalmente moral κακόητα y ἀρετῆς— ha sido ampliamente evocada e imitada a lo largo de la literatura posterior, cf. H. Hommel, “Per aspera ad astra”, Würzburger Jb. 4 (1949/50), pp. 157-165. V. 290 οἷμος, con aspiración, es la lectura adoptada por M. L. West, Hesiod: Works and Days,

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Οὗτος μὲν πανάριστος, ὃς αὐτῷ πάντα νοήσει, φρασσάμενος τά κ’ ἔπειτα καὶ ἐς τέλος ᾖσιν ἀμείνω· ἐσθλὸς δ’ αὖ κἀκεῖνος ὃς εὖ εἰπόντι πίθηται· ὃς δέ κε μήτ’ αὐτῷ νοέῃ μήτ’ ἄλλου ἀκούων ἐν θυμῷ βάλληται, ὃ δ’ αὖτ’ ἀχρήιος ἀνήρ. ἀλλὰ σύ γ’ ἡμετέρης μεμνημένος αἰὲν ἐφετμῆς ἐργάζευ, Πέρση, δῖον γένος, ὄφρα σε Λιμὸς ἐχθαίρῃ, φιλέῃ δέ σ’ ἐυστέφανος Δημήτηρ αἰδοίη, βιότου δὲ τεὴν πιμπλῇσι καλιήν· Λιμὸς γάρ τοι πάμπαν ἀεργῷ σύμφορος ἀνδρί· τῷ δὲ θεοὶ νεμεσῶσι καὶ ἀνέρες ὅς κεν ἀεργὸς ζώῃ, κηφήνεσσι κοθούροις εἴκελος ὀργήν, οἵ τε μελισσάων κάματον τρύχουσιν ἀεργοὶ ἔσθοντες· σοὶ δ’ ἔργα φίλ’ ἔστω μέτρια κοσμεῖν, ὥς κέ τοι ὡραίου βιότου πλήθωσι καλιαί. ἐξ ἔργων δ’ ἄνδρες πολύμηλοί τ’ ἀφνειοί τε, καί τ’ ἐργαζόμενος πολὺ φίλτερος ἀθανάτοισιν [ἔσσεαι ἠδὲ βροτοῖς· μάλα γὰρ στυγέουσιν ἀεργούς]. ἔργον δ’ οὐδὲν ὄνειδος, ἀεργίη δέ τ’ ὄνειδος.

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293 οὗτος et Π11 Aristot. eth. Nic. 1095 b 10 al. : κεῖνος Aristid. de rhet. 2.31 D. Clem. paed. 3.8.92 al. • μὲν et Π11 Aristot. al. : γὰρ Olymp. in Pl. Alc. pr. 123d • αὐ(ὑ)τῷ Π33ac o Pr. Zeno (1.235 von Arnim) Aristid. Clem. al. (et Solmsen (νοήσει), GoettlingFlach, Van Lennep (νοήσει)) : αὐτὸς Π5 Π33pc Aristot. Olymp. al. (et West (νοήσει), Colonna, Sinclair, Mazon, Wilam. (νοήσει), Rzach, Paley, Schoemann) • νοήση(ι) Π5 Π33 Aristot. Heliod. Aristid. Clem. Stob.A sch.-Hom. sch.-S. (variant testium codd.) (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach, Goettling-Flach, Schoemann) • 294 hab. Π5 Π11 Π33 Π38 Π50 o Pr. (i.e. Plu.?) Orion anthol. 24 al. : non hab. Aristot. Zeno Aristid. al. • κ’ et Π11 Anecd. gr. 1.115 Boiss. : τ’ Orion • ᾖσιν fere et Π5 Π33 al. : ἐστὶν Orion • ἀμείνων Π5 D (-ω et Orion) • 295 δ’ αὖ et Π11 Aristot. al. : αὖ D (γὰρ sch. BT Il. 13.734) • κἀκεῖνος et Π38 : καικειν[ος Π50 (ci. Schaefer, et West) • 296 κε et Π11 et Π50 Aristot. al. : γε Aristid. : τε Clem. • αὐ(ὑ)τῷ CΦ Pr. al. (et Solmsen) : αὐτὸς Π11 Π33 ( ]ς) Π50, D Aristot. Aristid. Clem. al. (et West et ceteri edd.); cf. ad 293 • 300 ἐυπλόκαμος Π33 Cornut. 28 • 303 ὅς κεν et Π33 Π38 sch. Pl. legg. 901a : ὅστις Stob. 3.30.5 • 304 ὀργήν Π33 CacDac sch. Pl. al. : ὁρμήν CpcDpc (m.I) Φ sch. Theocr. I. 147 al. • 305 τρύχουσιν (-ωσιν C) ἀεργοὶ et Π33 Π38 (τροι-ac) sch. Pl. al. : νήποινον ἔδουσιν Stob. • 308 δ’ et Π11 Π33 Stob. 3.29.3 : om. D • 309 καί τ’ et Π11 Π39 Stob. : καί Van Lennep (et Paley, Rzach, Colonna) • ἐργαζόμενος et Π11 Stob. (φίλτερος et Π33 Stob.) : ἐργα? ζόμενοι… φίλτεροι C (et Sinclair, Mazon, Rzach) • 310 deest et in Π5 Π11 Π33 Π38 Π39 ut vid. D Pr. Stob. : hab. C (in rec. in mg.) Φ

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El hombre mejor de todos es aquel que por sí solo todo lo capta meditando lo que luego y hasta el fin mejor sea, bueno es también aquel que a quien bien le habla obedece; pero el que ni por sí solo entiende ni escuchando a otro lo graba en sus mientes, un hombre inútil es ese34. Recuerda siempre, pues, nuestro mandato y trabaja, Perses, divino linaje, para que te odie el Hambre y te ame la bien coronada Deméter venerable y de sustento tu granero llene; pues el hambre es sin duda compañera del hombre ocioso; dioses y hombres se enojan con aquel que ocioso vive, semejante en su conducta a zánganos sin aguijón que ociosos devoran el fruto del trabajo de las abejas y lo agotan; séate a ti grato disponer los trabajos ordenadamente para que del sustento en sazón tus graneros se llenen. Gracias al trabajo devienen los hombres ricos en ganado y pudientes, y si trabajas serás mucho más querido por los inmortales (y los mortales, pues mucho a los ociosos aborrecen). El trabajo no es ninguna deshonra, deshonra es la ociosidad.

1978, con el argumento de que es la proporcionada por los mejores mss., por papiros de otros autores y por GVI 1330, 5, y la implicada por φροίμιον y prescrita por Herodiano, cf. LSJ s.v. 34 Antes de dar paso a la exhortación directa al trabajo (vv. 298ss.) el poeta introduce todavía otro párrafo gnómico (vv. 293-297), también muy citado, en este caso no doctrinal como el anterior, sino procedimental del propio aconsejamiento, y consistente en una nueva antítesis, de cuatro versos dos a dos si no fuera porque el segundo verso (294) rebasa el esquema composicional para hacerse eco del mensaje del párrafo anterior.

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εἰ δέ κεν ἐργάζῃ, τάχα σε ζηλώσει ἀεργὸς πλουτεῦντα· πλούτῳ δ’ ἀρετὴ καὶ κῦδος ὀπηδεῖ. δαίμονι δ’ οἷος ἔησθα, τὸ ἐργάζεσθαι ἄμεινον, εἴ κεν ἀπ’ ἀλλοτρίων κτεάνων ἀεσίφρονα θυμὸν εἰς ἔργον τρέψας μελετᾷς βίου, ὥς σε κελεύω. αἰδὼς δ’ οὐκ ἀγαθὴ κεχρημένον ἄνδρα κομίζει, αἰδώς, ἥ τ’ ἄνδρας μέγα σίνεται ἠδ’ ὀνίνησιν· αἰδώς τοι πρὸς ἀνολβίῃ, θάρσος δὲ πρὸς ὄλβῳ. χρήματα δ’ οὐχ ἁρπακτά, θεόσδοτα πολλὸν ἀμείνω· εἰ γάρ τις καὶ χερσὶ βίῃ μέγαν ὄλβον ἕληται, ἢ ὅ γ’ ἀπὸ γλώσσης ληίσσεται, οἷά τε πολλὰ γίνεται, εὖτ’ ἂν δὴ κέρδος νόον ἐξαπατήσῃ ἀνθρώπων, αἰδῶ δέ τ’ ἀναιδείη κατοπάζῃ, ῥεῖα δέ μιν μαυροῦσι θεοί, μινύθουσι δὲ οἶκον ἀνέρι τῷ, παῦρον δέ τ’ ἐπὶ χρόνον ὄλβος ὀπηδεῖ. Ἶσον δ’ ὅς θ’ ἱκέτην ὅς τε ξεῖνον κακὸν ἔρξει, ὅς τε κασιγνήτοιο ἑοῦ ἀνὰ δέμνια βαίνῃ κρυπταδίῃς εὐνῇς ἀλόχου, παρακαίρια ῥέζων, ὅς τέ τευ ἀφραδίῃς ἀλιταίνεται ὀρφανὰ τέκνα,

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312 κεν et Π11 : κε (Rzach, Sinclair, Mazon, Colonna) • intra 313 et 317 octo vv. fuerunt in Π19 • 314 δαίμονι δ’ et Π5 Π11 Σvet : δαιμόνι’ Lehrs • 316 εἰς et Π5 Π10 (et West, Wilam., Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : corr. edd. (Rzach, Mazon, Sinclair, Colonna, Solmnsen) • τρέψας et Π5 Π11 : στρέψας EtGA s.v. μαυροῦσι • 317-319 hoc ordine et Π5 Π11 Π19 Π33 (317 sq. et Pr. al.) (et Van Lennep, Schoemann, Wilam., Colonna, West, Solmsen) • 317 sq. damn. Plu. (et Paley) (cf. Il. 24.45, Od. 17.347) • 317 κομίζει et Stobaei codd. Suda s.v. αἰδώς al. : -ειν Π11 Π19 Π33 (et West) (cf. 500) • 318 post 319 transp. Peppmüller, Phil. 41, 1882, 4 (et Rzach, Sinclair) • om. D (in mg. bis add. m. rec.); secl. Goettling-Flach, Mazon • 319 ἀνολβίῃ et ὄλβῳ et Π11 Stob. 3.21.4 (illud et al., hoc et Π5 Π33) : -ην et -ον Φ Anecd. gr. I.115 Boiss. • 320-336 folio avulso desunt • 321 ὄλβον : ὅρκον Π33 Byz. (H, non E) EtGA s.v. μαυροῦσι • 324 αἰδῶ Π5 Π11 Π38 Epc Pr. : αἰδὼς D Φ • ἀναιδείη Π5 DE Pr. : -ην Π11 Π33 H • 325 sq. om Π5 • 325 ῥεῖα δέ Π11pc D sch. Pi. I. 4.81 al. : ῥεῖά τε Π11ac Φ Hdn. 1.108.32 L. al. • οἶκο]ν ̣ Π19 Byz. : -οι Π11 Π33 o • 327 ἔρξηι Π11 Π19 Π33 (et Sinclair, Mazon, Rzach, Paley, Goettling-Flach, Schoemann) • 328 βαίνῃ Π11 Π33 Byz. : -οι DE : -ει H • 329 hab. et Π5 Π11 Π19 (?) Π33, laud. EtM s.v. παρακ. ῥέζ. : exp. Straubel (et Solmsen, Wilam., Rzach, Paley, Goettling-Flach, Schoemann) • 330 ἀλιταίνεται et Π11 EtM s.v. (et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley, Sinclair) : ἀλι]τηνεται Π33 (et West) : ]αι Π5 : ἀλιταίνητ’ corr. Rzach (et Wilam., Mazon, Colonna, Solmsen)

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Si trabajas, pronto te envidiará el ocioso cuando te enriquezcas: honor y gloria acompañan a la riqueza. En la suerte que te ha tocado, trabajar es mejor, si de los bienes ajenos apartas tu mente enferma hacia el trabajo y te ocupas del sustento, como te mando. La vergüenza no es buena compañera del hombre necesitado, la vergüenza, que a los hombre mucho daña y aprovecha; la vergüenza acompaña a la miseria, como a la dicha la audacia35. Mas el dinero no ha de robarse, dado por los dioses es mucho mejor, pues si uno con sus manos adquiere gran fortuna por la fuerza o la gana mintiendo, como ocurre muchas veces cuando el afán de ganancia ofusca al pensamiento de los hombres y a la vergüenza sigue detrás la desvergüenza, fácilmente a ese hombre lo ensombrecen los dioses y disminuyen su casa y por poco tiempo la dicha le acompaña. Lo mismo el que al suplicante o al extranjero maltrata o el que al tálamo de su hermano asciende por el lecho clandestino de su esposa, inoportuna acción cometiendo, o el que por irreflexión ofende a sus hijos huérfanos

35 El aconsejamiento directo (vv. 298-319) insta a trabajar con el fin de evitar el hambre y gozar de la abundancia, por medio de distintas variaciones gnómicoparenéticas las cuales incluyen un breve símil de los zánganos de las abejas con el hombre ocioso (vv. 304-306) y que en Teogonía 594ss. es aplicado a la raza de las mujeres (cf. πενίης οὐ σύμφοροι Th. 593: Λιμὸς…σύμφορος Op. 302 como posible clave de la asociación de ideas), y al final (vv. 317-319) tres gnomae en un tipo de serie anafórica muy del gusto hesiódico (cf. Op. 578-580) sobre el motivo del αἰδώς o la falsa vergüenza, cuyos problemas son discutidos por A. Hoekstra, “Tr. et J. 405-407, 317-319, 21-24: l’élément proverbial et son “adaptation”, Mnemosyne, 1950; K. J. Mc Kay, “Ambivalent ΑΙΔΩΣ in Hesiod”, AJPh 1963; E. Livrea, Helikon 7 (1967), pp. 83-99; E. Valgiglio, Maia 21 (1969), pp. 169-174: vv. 318s. son condenados por el comentario de Plutarco a Trabajos y Días (cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en Plutarco transmisor, Univ. Sevilla, 2011) y 319 es secluido por Mazon en sus respectivas ediciones de Hesíodo y de Homero en Budé como interpolación recíproca.

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ὅς τε γονῆα γέροντα κακῷ ἐπὶ γήραος οὐδῷ νεικείῃ χαλεποῖσι καθαπτόμενος ἐπέεσσι· τῷ δ’ ἦ τοι Ζεὺς αὐτὸς ἀγαίεται, ἐς δὲ τελευτὴν ἔργων ἀντ’ ἀδίκων χαλεπὴν ἐπέθηκεν ἀμοιβήν. ἀλλὰ σὺ τῶν μὲν πάμπαν ἔεργ’ ἀεσίφρονα θυμόν. Κὰδ δύναμιν δ’ ἔρδειν ἱέρ’ ἀθανάτοισι θεοῖσιν ἁγνῶς καὶ καθαρῶς, ἐπὶ δ’ ἀγλαὰ μηρία καίειν· ἄλλοτε δὲ σπονδῇσι θύεσσί τε ἱλάσκεσθαι, ἠμὲν ὅτ’ εὐνάζῃ καὶ ὅτ’ ἂν φάος ἱερὸν ἔλθῃ, ὥς κέ τοι ἵλαον κραδίην καὶ θυμὸν ἔχωσιν, ὄφρ’ ἄλλων ὠνῇ κλῆρον, μὴ τὸν τεὸν ἄλλος. Τὸν φιλέοντ’ ἐπὶ δαῖτα καλεῖν, τὸν δ’ ἐχθρὸν ἐᾶσαι· τὸν δὲ μάλιστα καλεῖν ὅστις σέθεν ἐγγύθι ναίει· εἰ γάρ τοι καὶ χρῆμ’ ἐγκώμιον ἄλλο γένηται, γείτονες ἄζωστοι ἔκιον, ζώσαντο δὲ πηοί. πῆμα κακὸς γείτων, ὅσσον τ’ ἀγαθὸς μέγ’ ὄνειαρ· ἔμμορέ τοι τιμῆς ὅς τ’ ἔμμορε γείτονος ἐσθλοῦ· οὐδ’ ἂν βοῦς ἀπόλοιτ’, εἰ μὴ γείτων κακὸς εἴη. εὖ μὲν μετρεῖσθαι παρὰ γείτονος, εὖ δ’ ἀποδοῦναι, αὐτῷ τῷ μέτρῳ, καὶ λώιον αἴ κε δύνηαι, ὡς ἂν χρηίζων καὶ ἐς ὕστερον ἄρκιον εὕρῃς. μὴ κακὰ κερδαίνειν· κακὰ κέρδεα ἶσ’ ἄτῃσι. τὸν φιλέοντα φιλεῖν, καὶ τῷ προσιόντι προσεῖναι. καὶ δόμεν ὅς κεν δῷ καὶ μὴ δόμεν ὅς κεν μὴ δῷ· δώτῃ μέν τις ἔδωκεν, ἀδώτῃ δ’ οὔ τις ἔδωκεν·

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331 τοκῆα EtGA • 338 δὲ : δὴ CΦ • σπονδ]ηῖσι ̣θ ̣ύ ̣εσσι τε et Π19 : σπονδῇ θυέεσσί τε D (θυέεσσί τε et H Pr.?) • 343 -τις et Athen 5.186 f al. : κεν Π19 • 344 ἐ]γκώμιον Π19 Pr. Steph. Byz. s.v. κώμη (et Solmsen et edd. plerique) : ἐγχώριον et EtG (et West, Colonna, Mazon, Rzach) • γένηται et Π19 EtG : -οιο Steph. • 345 ἔκιον et sch. T Il. 18.392 al. : κίον Eust. in Hom. 1490.29 etc. al. C • 348 οὐδ’ et Plu. de aud. poet. 34B al. : οὐκ Heraclid. de r. publ. (Aristot. fr. 611.38 Rose) : οὐ δ’ Wilam. • 353 προσεῖναι et Π5 Π19 ut vid., Ap. Soph. s.v. εἶναι al. • 354 sq. (non 353 sq. ut dicunt) proscr. Plu. (ap. Pr.) : hab. et Π19

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o a su anciano padre en el penoso umbral de la vejez insulta increpándole con duras palabras; contra este en verdad el mismo Zeus se indigna y al final por sus acciones injustas gravoso pago le impone. De ellas, abstén tú, pues, por completo tu mente enferma. Sacrifica víctimas a los dioses inmortales según tus posibles, con santidad y pureza, y quémales muslos espléndidos; otras veces aplácalos con libaciones y ofrendas, cuando te acuestes y cuando salga la sagrada luz del día, para que mantengan propicio hacia ti su corazón y su espíritu, y puedas comprar tú la heredad de otros, no otro la tuya. Invita al banquete a quien te aprecia, al enemigo déjalo; e invita sobre todo al que de ti habita cerca, pues si alguna cosa te ocurre en el lugar, los vecinos acuden sin ponerse el cinturón, los parientes se lo ponen. Tanta desgracia es un mal vecino como gran ventaja uno bueno. Un premio le toca a aquel a quien toca un buen vecino; y su buey no hubiera muerto, si no tuviera un mal vecino. Mide bien lo que pidas al vecino y devuélveselo bien, en la misma medida y mejor si puedes, para que encuentres bastante si también más tarde tienes falta. No hagas ganancias deshonestas: ganancia deshonesta igual a desgracia. Estima a quien te estima y acude a quien te acude. Da a quien te dé y no des a quien no te dé: al dadivoso se le da, al no dadivoso no se le da36;

36 El comentario plutarqueo de Trabajos y Días da estos versos (353-355) como eliminados según el testimonio de Proclo, lo mismo que hace la edición de Mazon; la edición de West lo deja ambiguo indicando “353(?)-5”, mientras que el aparato crítico de la edición de Solmsen indica claramente que los versos secluidos son “354 sq.” (non, ut dicunt, 353 sq.), aun cuando las tres ediciones del poema acogen los tres versos citados, como los acoge el papiro Π19. Sin embargo, la explicación que da Proclo de la postura de Plutarco se refiere solamente al v. 354 (“da a quien te dé y no des a quien no te dé”), cuya eliminación justifica como carente de sentido precediendo a la calificación y exhorto de la acción de dar como buena y de la acción de quitar como mala (vv. 356 ss.), en la medida en que el verso en cuestión haría de la acción de dar solamente una réplica y rechazaría la posibilidad de ser el primero en hacerlo. La explicación de la atétesis del v. 353 (“Estima a quien te estima y acude a quien te

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

δὼς ἀγαθή, ἅρπαξ δὲ κακή, θανάτοιο δότειρα· ὃς μὲν γάρ κεν ἀνὴρ ἐθέλων, ὅ γε καὶ μέγα, δώῃ, χαίρει τῷ δώρῳ καὶ τέρπεται ὃν κατὰ θυμόν· ὃς δέ κεν αὐτὸς ἕληται ἀναιδείηφι πιθήσας, καί τε σμικρὸν ἐόν, τό γ’ ἐπάχνωσεν φίλον ἦτορ. εἰ γάρ κεν καὶ σμικρὸν ἐπὶ σμικρῷ καταθεῖο καὶ θαμὰ τοῦτ’ ἔρδοις, τάχα κεν μέγα καὶ τὸ γένοιτο· ὃς δ’ ἐπ’ ἐόντι φέρει, ὁ δ’ ἀλέξεται αἴθοπα λιμόν. οὐδὲ τό γ’ εἰν οἴκῳ κατακείμενον ἀνέρα κήδει· οἴκοι βέλτερον εἶναι, ἐπεὶ βλαβερὸν τὸ θύρηφιν. ἐσθλὸν μὲν παρεόντος ἑλέσθαι, πῆμα δὲ θυμῷ χρηίζειν ἀπεόντος· ἅ σε φράζεσθαι ἄνωγα. Ἀρχομένου δὲ πίθου καὶ λήγοντος κορέσασθαι, μεσσόθι φείδεσθαι· δειλὴ δ’ ἐν πυθμένι φειδώ.

360

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357 haec et Stob. 3.10.16 : ]κεν – δοίη (satis certa) Π5 Π39 PrΦ (et Colonna, Rzach, Goettling-Flach) • ὅ γε καὶ μ. et Π19 (Solmsen, West, Van Lennep) : ὅ γε κἂν μ. δώῃ (δοίη) Byz. (Schoemann) : ὅτε καὶ μ. δώῃ Hermann (Mazon, Wilam.) • 358 τέρπεθ’ ἑὸν Φ (contra et Π5 Π19 Π39 Stob.) • 360 τε et Π5 Π33 : το Dac vel c : τι ψ • τό γ’ et Π79 : τότ’ ψ e : τό δ’ Hermann, Opusc. VI 232 • 361 καὶ et Π5 Π19 Plu. de lib. ed. 9E al. : om. CDH • καταθεῖο et Π5 Π19 Π39 Plu. al. : -είης Philop. in Aristot. de an. 456.37 H. • 363 post 360 traiec. Evelyn-White (contra et Π19 Π39 Π79) • ὃ δ’ ἀλέξ- et EtG s.v. σμικρός : ὃ δ’ ἀλυξ- Byz. sch. Lycophr. 1396 (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : κα]ι αεξεται Π79 • αἴθοπα et Π19 Π39 sch. Lycophr. : αἴθονα Bergk (et Sinclair, Mazon)

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TRABAJOS Y DÍAS

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la dádiva es buena, la rapiña mala, dadora de muerte, pues el hombre que voluntariamente da, por mucho que sea, goza con la dádiva y disfruta en su ánimo, al que por el contrario toma por su mano cediendo a la desvergüenza, aunque sea poco, en el alma le pesa; pues si acumularas poco sobre poco y esto hicieras a menudo, ello pronto mucho fuera; y el que añade a lo que hay mantendrá alejada la voraz hambre. Y lo acumulado en casa no molesta al hombre: mejor es que haya en casa, porque lo de fuera hace daño37. Bueno es tomar de donde hay, y sufrimiento para el alma necesitar lo que falta; lo cual te ordeno que medites. Al encetar la tinaja y al terminarse sáciate, por el medio ahorra: el ahorro al final es miserable38.

acude”) por parte de Plutarco, es el comentario a Trabajos y Días de Tzetzes el que la da, a saber, que nadie llegaría a ser amigo si cada uno aguarda a recibir primero la amistad de parte del otro. Es posible, no obstante, limitar al v. 353 y al v. 354 el comentario de Plutarco transmitido por Proclo y por Tzetzes respectivamente, y, a diferencia de West, no nos parece probable que comprendiera también el v. 355, el cual tiene un sentido distinto al del v. 354 (“al dadivoso se le da, al no dadivoso no se le da”) y como tal al margen de la crítica plutarquea del v. 354, como de hecho reconocen los escolios del poema que lo transmiten y comentan en este sentido (fr. 52 S.), cf. J. A. Fernández Delgado, “Plutarco comentarista de Hesíodo”, en Plutarco transmisor, Univ. Sevilla, 2011. 37 Esta sentencia (v. 365), probablemente adaptada por Hesíodo del acervo gnómico-poético tradicional como tantas otras de esta misma sección (cf. Op. 317, 342, 347, 352, 368s., 375…), reaparece en el Himno a Hermes, v. 36, en una humorística aplicación a la tortuga con la que se encuentra Hermes niño a la puerta de casa. 38 El proverbio (vv. 368s.) es citado por Plutarco en Cuestiones Convivales, Mor. 701D, siendo recusado con el argumento de que lo mejor del vino es lo del medio; pero la recusación es puesta en boca del suegro de Plutarco (mencionado solo aquí por el autor), del cual dice este que se mofaba de Hesíodo por ello, sin darse cuenta, podemos añadir nosotros, de algo de lo que sin duda Plutarco sí se daba cuenta y es que el dicho hesiódico no se refiere a la calidad del vino, sino que funciona como metáfora del ahorro, como bien ha explicado el autor en su Comentario a Trabajos y Días, ad loc. y pace S-T. Teodorsson, A Commentary on Plutarch’s Table Talks, Göteborg, 1996 (ad loc.) y los comentaristas antiguos Geop. VII 6, 8 y Macrob. Sat. VII 12, 13, que no lo han entendido así; parece ser, pues, una refutación sarcástica y de ahí que el autor termine diciendo “dejemos en paz a Hesíodo”.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

[μισθὸς δ’ ἀνδρὶ φίλῳ εἰρημένος ἄρκιος ἔστω· καί τε κασιγνήτῳ γελάσας ἐπὶ μάρτυρα θέσθαι· † πίστεις δ’ ἄρα † ὁμῶς καὶ ἀπιστίαι ὤλεσαν ἄνδρας.] μηδὲ γυνή σε νόον πυγοστόλος ἐξαπατάτω αἱμύλα κωτίλλουσα, τεὴν διφῶσα καλιήν· ὃς δὲ γυναικὶ πέποιθε, πέποιθ’ ὅ γε φιλήτῃσιν. μουνογενὴς δὲ πάις εἴη πατρώιον οἶκον φερβέμεν· ὣς γὰρ πλοῦτος ἀέξεται ἐν μεγάροισιν· γηραιὸς δὲ θάνοι ἕτερον παῖδ’ ἐγκαταλείπων. ῥεῖα δέ κεν πλεόνεσσι πόροι Ζεὺς ἄσπετον ὄλβον· πλείων μὲν πλεόνων μελέτη, μείζων δ’ ἐπιθήκη.

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368 δὲ et EtG s.v. πίθος al. : τε Plu. Galb. 16 • 369 ἐνὶ Φ Anecd. gr. 1.115 Boiss. • 370-372 desunt in Π11 Π33 o : hab. C (m. rec. in mg.), Byz.; vv. ab aliis reiectos defend. Plu. (servasse vid. Pr., cuius in codd. vett. 370, in recc. et 371 sq.); 370 Pittheo trib. Aristot. al. (Plu. Thes. 3) • 372 πίστεις δ’ ἄρ(α) Byz. (et Solmsen, West, Schoemann, Van Lennep) : πίστιες δ’ ἄρ’ Pr. codd. recc. : πίστιες ἄρ τοι Rzach (Colonna, Sinclair, Mazon) : πίστιες γὰρ Wilam. : πίστεις γάρ τοι Bentley (Paley, Goettling-Flach) (-ις δ’ ἄρ τοι Verdenius) • 375 et Π19 : damn. Plu. • φιλήτ. Cac sch. A. Ag. 497 (et Solmsen, West, Wilam., Van Lennep; L-S-J : Arch. 49, 10 W.; φιλατια inscr. delph.) : φηλήτ. Cpc (m. 1) D Φ Pr. al. (et ceteri edd., et h. Merc. praeter mss. MD (φιλ-) • 376 εἴη et Π19 Eust. in Hom. 649.33 : σώζοι Pr. • 378 ath. Σvet (et Paley) • (hab. Π11 Π19 Π33 Π79) • θάνοι Π19 Hermann (et Solmsen, Wilam., Rzach, Goettling-Flach, Schoemann) : θάνοις Σvet Pr. (et West, Colonna, Sinclair, Mazon, Paley, Van Lennep) • 379 sq. alteri poetae trib. H. Fränkel • κεν et Π19 Π79 : κἐν Van Groningen : καὶ ψ • 380 πλείων δὲ πλε[ Π79

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TRABAJOS Y DÍAS 370

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(El salario apalabrado con un amigo, que sea suficiente, y con tu hermano pon por medio un testigo bromeando: confianzas y desconfianzas pierden igualmente a los hombres)39. Y que no ofusque tu mente una mujer culiajustada charlando mimosamente mientras persigue tu granero: quien se fía de una mujer, de ladrones se fía. Que tengas un único hijo para preservar la casa paterna, pues de este modo en tu hogar aumentará la riqueza; y que muera anciano dejando tras él otro hijo40. Mas a un número mayor es fácil que concediera Zeus dicha sin cuento: a mayor número, mayor preocupación, pero más grande el rendimiento.

39 Estos tres versos (370-372) son extraídos del Comentario a Trabajos y Días de Plutarco a través del correspondiente comentario de Proclo, que los menciona no bajo el respectivo lema sino desplazados. Por ello y porque no conectan temáticamente con los versos que los preceden, algún editor (Wilamowitz) ha pensado que su ubicación originaria estaría tras el v. 352 y West, que los secluye de su edición (entre otras razones porque tampoco figuran en los papiros que transmiten el pasaje), como hace Solmsen, considera que los versos 368-369 sí conectan con los versos 373ss. a través de la asociación temática πίθου (v. 368)-καλιήν (v. 374). En nuestra opinión dichos versos 370-372 a continuación del v. 352 sí encajarían en el bloque temático del comportamiento con el amigo y con el vecino que antecede y sigue (v. 353), pero su desplazamiento significaría privar a los versos 373ss. de su única conexión temática con los anteriores (pace West), que es el motivo de la confianza y la desconfianza que ellos introducen. Por otra parte, una vez aclarado que el tema del proverbio de los versos 368s. es el ahorro, estos se insertan muy bien a continuación del bloque 361-367, que tratan de este tema, trasladando a este de su enunciación in abstracto al entorno familiar en que se sitúa el aconsejamiento del bloque de versos 368-382. Suponiendo, pues, que los versos 370-372 sean genuinamente hesiódicos, que esta es otra cuestión dada su ausencia de los más antiguos testimonios, su ubicación no tiene por qué considerarse tan desplazada si se piensa que suponen la recuperación del tema del comportamiento leal (con el vecino) después de haber sido interrumpido en el v. 352 para dar paso, por asociación de ideas, al tema conexo (cf. v. 342) de la justa correspondencia con el amigo, de ahí al de la dádiva y de ahí al del ahorro. 40 Frente a la lectura θάνοις de los manuscritos y los escolios (v. 378), la cual ha sido restablecida por West aun reconociendo que priva de sentido al verso después de lo manifestado en el v. 376, adoptamos la lectura θάνοι del más antiguo testimonio (Π19), seguida por Solmsen y que bien puede haber sido sustituida en la transmisión porque creaba un aparente hiato precediendo a ἕτερον (el cual no es tal dada la aspiración inicial de esta palabra, aparte de su posición post cesura pentemímera).

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

σοὶ δ’ εἰ πλούτου θυμὸς ἐέλδεται ἐν φρεσὶ σῇσιν, ὧδ’ ἔρδειν, καὶ ἔργον ἐπ’ ἔργῳ ἐργάζεσθαι. Πληιάδων Ἀτλαγενέων ἐπιτελλομενάων ἄρχεσθ’ ἀμήτου, ἀρότοιο δὲ δυσομενάων. αἳ δή τοι νύκτας τε καὶ ἤματα τεσσαράκοντα κεκρύφαται, αὖτις δὲ περιπλομένου ἐνιαυτοῦ φαίνονται τὰ πρῶτα χαρασσομένοιο σιδήρου. οὗτός τοι πεδίων πέλεται νόμος οἵ τε θαλάσσης ἐγγύθι ναιετάουσ’ οἵ τ’ ἄγκεα βησσήεντα πόντου κυμαίνοντος ἀπόπροθι, πίονα χῶρον, ναίουσιν· γυμνὸν σπείρειν, γυμνὸν δὲ βοωτεῖν, γυμνὸν δ’ ἀμάειν, εἴ χ’ ὥρια πάντ’ ἐθέλῃσθα ἔργα κομίζεσθαι Δημήτερος, ὥς τοι ἕκαστα ὥρι’ ἀέξηται, μή πως τὰ μέταζε χατίζων πτώσσῃς ἀλλοτρίους οἴκους καὶ μηδὲν ἀνύσσῃς. ὡς καὶ νῦν ἐπ’ ἔμ’ ἦλθες· ἐγὼ δέ τοι οὐκ ἐπιδώσω οὐδ’ ἐπιμετρήσω· ἐργάζευ, νήπιε Πέρση, ἔργα τά τ’ ἀνθρώποισι θεοὶ διετεκμήραντο, μή ποτε σὺν παίδεσσι γυναικί τε θυμὸν ἀχεύων ζητεύῃς βίοτον κατὰ γείτονας, οἳ δ’ ἀμελῶσιν. δὶς μὲν γὰρ καὶ τρὶς τάχα τεύξεαι· ἢν δ’ ἔτι λυπῇς, χρῆμα μὲν οὐ πρήξεις, σὺ δ’ ἐτώσια πόλλ’ ἀγορεύσεις, ἀχρεῖος δ’ ἔσται ἐπέων νομός. ἀλλά σ’ ἄνωγα φράζεσθαι χρειῶν τε λύσιν λιμοῦ τ’ ἀλεωρήν.

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390

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381 σοὶ et Π79 : εοι Π19 • πλούτου et Π79 : πλούτων (ex -ον) Dpc • φρεσὶν ᾗσιν CΦ (et Wilam., Paley) • 382 καὶ [ἔργον et Π19 Π79 : ἔργον δέ τ’ Tr. • ἐπ’ ἔργῳ et Π39 sch. S. Ai. 866 : ἐπὶ -ον Dac • 383 ἀτλα(ι)γενέων Π19 C Max. Tyr. 24.6 al. : ἀτλαγενάων DΦ Gemin. 14 al. : -ηγενέων sch. A Il. 18.486 • ἐπιτελλ- Π39ΣPro : περιτελλ- Max. Tyr.vl • 384 ἀμήτου et Π79 Gemin. : -οιο Π19 Dio sch. Il. al. • δυσομ- et sch. Arat 256 (390.16 M.) : δυομ- Dio Max. • 389 ν[αι]ִετάωσ’ Π19 CΦ (-ουσ’ et Cert. 186 Allen) • 392 γυμνὸς D : -οὺς Cert. codd. • εἴ - ἐθ. : ὅταν ὥ. π. πέλωνται Cert. • πάντα θέλ. CD • 394 ωρα[ι ? Π19 • μέταζε Herod. I.499.9 etc. L. al. : μεταξὺ o Σvet • 398 τεκμήρ. CΣvet • 400 ἀμελέωσιν West • 403 ἄλλα Van Groningen

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TRABAJOS Y DÍAS

Si en tus adentros tu ánimo siente deseo de riqueza, actúa de este modo y trabajo sobre trabajo a cabo lleva.

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Cuando salgan las Pléyades hijas de Atlas comienza la siega y cuando se pongan la arada. Cuarenta días y cuarenta noches están estas ocultas y al dar de nuevo la vuelta el año aparecen por primera vez cuando el hierro es aguzado. Esta es la norma de las llanuras, tanto para los que cerca del mar moran, como para los que cañadas como valles lejos del mar agitado, suelo fértil, habitan: siembra desnudo, desnudo ara y desnudo siega, si a su tiempo quieres atender todas las labores de Deméter, para que cada fruto crezca en su sazón, no sea que, necesitado luego, pidas en casas ajenas y nada obtengas. Como ahora has venido a mí; pero yo no te daré más ni repartiré contigo; trabaja, necio Perses, en los trabajos que a los hombres los dioses asignaron, no sea que con mujer e hijos busques con el corazón afligido sustento junto a los vecinos y estos no hagan caso. Dos o tres veces tal vez obtendrás, pero si de nuevo importunas no conseguirás nada, en vano expondrás tu perorata y gastarás inútilmente tus palabras. Ínstote, al contrario, a pensar en el pago de tus deudas y el alejamiento del hambre41. 41 Antes de dar comienzo al aconsejamiento sobre las sucesivas faenas del campo, el poeta da un par de advertencias generales sobre un aspecto crucial que es el tiempo apropiado para las mismas, en orden a llegar a su término con la cosecha y evitar el hambre y las deudas, que es el fin último del trabajo y de ahí de nuevo, como en el caso de la justicia, su personalización en Perses. La primera de ellas (vv. 383s.) da inicio a la sección resumiendo en un artístico dístico en forma de quiasmo y con fuerte rima externa el final (siega) y el comienzo (arada) del ciclo del cultivo del cereal por referencia a las Pléyades (grupo de estrellas visible hasta antes de la salida del sol entre mayo y noviembre, cf. D. R. Dicks, Early Greek Astronomy to Aristotle, N. Y. 1970), abriendo así la Ring-Komposition que cierra la referencia a la arada al final de la sección de los trabajos del campo (vv. 615ss.) y proporciona a su vez la clave asociativa para la ordenación temporal de los trabajos del mar (v. 619ss.). La segunda (vv. 391s.) resume asimismo, en una parénesis de tres miembros paralelos y anafóricos cuyo probable

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Οἶκον μὲν πρώτιστα γυναῖκά τε βοῦν τ’ ἀροτῆρα, κτητήν, οὐ γαμετήν, ἥτις καὶ βουσὶν ἕποιτο, χρήματα δ’ εἰν οἴκῳ πάντ’ ἄρμενα ποιήσασθαι, μὴ σὺ μὲν αἰτῇς ἄλλον, ὁ δ’ ἀρνῆται, σὺ δὲ τητᾷ, ἡ δ’ ὥρη παραμείβηται, μινύθῃ δέ τοι ἔργον. μηδ’ ἀναβάλλεσθαι ἔς τ’ αὔριον ἔς τε ἔνηφι· οὐ γὰρ ἐτωσιοεργὸς ἀνὴρ πίμπλησι καλιὴν οὐδ’ ἀναβαλλόμενος· μελέτη δέ τοι ἔργον ὀφέλλει· αἰεὶ δ’ ἀμβολιεργὸς ἀνὴρ ἄτῃσι παλαίει. Ἦμος δὴ λήγει μένος ὀξέος ἠελίοιο καύματος ἰδαλίμου, μετοπωρινὸν ὀμβρήσαντος Ζηνὸς ἐρισθενέος, μετὰ δὲ τρέπεται βρότεος χρὼς πολλὸν ἐλαφρότερος· δὴ γὰρ τότε Σείριος ἀστὴρ βαιὸν ὑπὲρ κεφαλῆς κηριτρεφέων ἀνθρώπων ἔρχεται ἠμάτιος, πλεῖον δέ τε νυκτὸς ἐπαυρεῖ· τῆμος ἀδηκτοτάτη πέλεται τμηθεῖσα σιδήρῳ ὕλη, φύλλα δ’ ἔραζε χέει πτόρθοιό τε λήγει· τῆμος ἄρ’ ὑλοτομεῖν μεμνημένος ὥριον ἔργον· ὄλμον μὲν τριπόδην τάμνειν, ὕπερον δὲ τρίπηχυν, ἄξονα δ’ ἑπταπόδην· μάλα γάρ νύ τοι ἄρμενον οὕτω· εἰ δέ κεν ὀκταπόδην, ἀπὸ καὶ σφῦράν κε τάμοιο.

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406 om. Π38 negl. Aristot. pol. 1252 b 11 ‘Aristot.’ oec. 1343 a 21 (secl. Solmsen, Wilam., Rzach, Paley, Goettling-Flach) : novit Pr. Timaeus 566 F 157 Jac. (ut vid.) ‘multi’ Philodemi aetate (oec. 8.37) EtTittm s.v. κτητήν • 407 δ’ : τ’ Wilam. • 409 δέ τοι et Π38 Pr. : δέ το Peppmüller (et Colonna, Rzach) : δέ τε Bentley (et Wilam., Goettling-Flach) • 410 ἔς (εἰς) τε ἔνηφι C sch. Rav. Aristoph. Ach. 172 al. : ἔστε ἔννηφι D : ἔς τ’ ἔνν. Φ Suda s.v. ἔνη al. • 411 ἐτωσιο- D Pr. EtGA al. : ἐτωσι- CΦ EtG B s.v. καλιά • 412 δέ τοι et sch. Pi. I. 6.67 al. : δέ το Peppmüller (et Rzach) : δέ τε Bentley (et Wilam.) • 415 εἰδαλίμου dubitanter Wackernagel, Kl. Schr. 748 (et West) • μετοπωρινοῦ EtG s.v. ἰδαλίμου • 422 ὥριον ἔργον Π38 Π47 CD sch. Eur. Andr. 1164 (cod. M) (et West) : ὥρια ἔργα Φ • ante ὥρ. interpunx. Paley (et West) (gravius post ἔργα Paley et alii (Van Lennep, Schoemann, Rzach, Wilam., Sinclair, Mazon, Colonna, Solmsen)) • 423 τρίπηχυ Π47 D (et West) • 424 δ’ : θ’ Φ (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 425 κεν σφῦράν κε o (κ̣ε τα̣[ et Π38) : corr. Tr.

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TRABAJOS Y DÍAS 405

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Lo primero casa, mujer y buey de arada, ella adquirida, no casada, que pueda andar detrás de los bueyes, y los aperos en casa, tenlo todo preparado, no sea que pidas a otro, él te lo niegue, tú pases falta, se pase el momento y se arruine el trabajo. Y no lo retrases para mañana o para pasado, pues no llena su granero el perezoso para el trabajo ni el que lo retrasa: el cuidado es lo que aprovecha al trabajo; y el hombre que lo retrasa lucha siempre con desgracias42. Cuando cesa la fuerza del sol penetrante, del calor que hace sudar, dejando caer su lluvia otoñal Zeus muy poderoso, y el cuerpo de los mortales se vuelve mucho más ágil, pues entonces la estrella Sirio anda poco de día sobre la cabeza de los humanos nacidos para la muerte y disfruta más de la noche, entonces la madera es menos atacada por la carcoma al ser cortada por el hierro; deja caer sus hojas a tierra y cesa de brotar; entonces corta la madera, acordándote de los trabajos en su momento. Corta el mortero de tres pies, la mano de tres codos y de siete pies el eje: así es muy adecuado; y si lo cortas de ocho pies, podrás sacar de él un mazo. origen proverbial parece todavía más patente que en la anterior (cf. A. Hoekstra, “Hésiode, Travaux, 391-2”, AC 1979), las tres labores clave del ciclo cerealístico (siembra, arada y siega), recomendando realizarlas “desnudo” (es decir, con buen tiempo, cabe entender) y definiendo la máxima como “la norma del campo” (v. 388). Los versos 383392 son los que eligió Hesíodo en el Certamen Homeri et Hesiodi cuando el juez le mandó recitar su mejor pieza de poesía, cf. M. L. West, “The Contest of Homer and Hesiod”, CQ 1967, 442s. 42 Siguiendo con el aconsejamiento previo, solo que pasando del tono más general a uno más concreto, un segundo párrafo (vv. 405-413) exhorta a hacerse, lo primero, con casa, mujer y buey de arada, y a tener todos los aperos dispuestos, a fin de no tener que depender de nadie e impedir que con ello el trabajo se retrase y se malogre. El primer pensamiento es expresado de nuevo en un verso (405) de muy probable raigambre proverbial (cf. A. Hoekstra, “Tr. et J. 405-407, 317-319, 21-24: l’élément proverbial et son adaptation”, Mnemosyne, 1950, pp. 91-98). A este se añade otro verso (406) que adapta la máxima al tono de pragmatismo que impregna al poema, pero que es difícil saber si es obra o no de Hesíodo, ya que no figura en el papiro Π38 ni en Timeo y no sabemos si en Aristóteles, de modo que Solmsen lo secluye y West no.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

τρισπίθαμον δ’ ἅψιν τάμνειν δεκαδώρῳ ἀμάξῃ, πόλλ’ ἐπικαμπύλα κᾶλα· φέρειν δὲ γύην, ὅτ’ ἂν εὕρῃς, εἰς οἶκον, κατ’ ὄρος διζήμενος ἢ κατ’ ἄρουραν, πρίνινον· ὃς γὰρ βουσὶν ἀροῦν ὀχυρώτατός ἐστιν, εὖτ’ ἂν Ἀθηναίης δμῶος ἐν ἐλύματι πήξας γόμφοισιν πελάσας προσαρήρεται ἱστοβοῆι. δοιὰ δὲ θέσθαι ἄροτρα, πονησάμενος κατὰ οἶκον, αὐτόγυον καὶ πηκτόν, ἐπεὶ πολὺ λώιον οὕτω· εἴ χ’ ἕτερον [γ’] ἄξαις, ἕτερόν κ’ ἐπὶ βουσὶ βάλοιο. δάφνης δ’ ἢ πτελέης ἀκιώτατοι ἱστοβοῆες· δρυὸς ἔλυμα, πρίνου δὲ γύην. βόε δ’ ἐνναετήρω ἄρσενε κεκτῆσθαι· τῶν γὰρ σθένος οὐκ ἀλαπαδνόν, ἥβης μέτρον ἔχοντε· τὼ ἐργάζεσθαι ἀρίστω. οὐκ ἂν τώ γ’ ἐρίσαντε ἐν αὔλακι κὰμ μὲν ἄροτρον ἄξειαν, τὸ δὲ ἔργον ἐτώσιον αὖθι λίποιεν. τοῖς δ’ ἅμα τεσσαρακονταετὴς αἰζηὸς ἕποιτο ἄρτον δειπνήσας τετράτρυφον, ὀκτάβλωμον, ὅς κ’ ἔργου μελετῶν ἰθεῖάν κ’αὔλακ’ ἐλαύνοι, μηκέτι παπταίνων μεθ’ ὁμήλικας, ἀλλ’ ἐπὶ ἔργῳ θυμὸν ἔχων· τοῦ δ’ οὔ τι νεώτερος ἄλλος ἀμείνων σπέρματα δάσσασθαι καὶ ἐπισπορίην ἀλέασθαι· κουρότερος γὰρ ἀνὴρ μεθ’ ὁμήλικας ἐπτοίηται.

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426 post ἀμάξῃ gravius interpung. plerique (praeter Wilam. et Solmsen) • 430 δμῶος D (et Schoemann, Goettling-Flach, Paley), δμωὸς Φb (et Van Lennep), δμὼς Φa : δμ]ω̣ι[ο]ς ̣ Π38, δμῶιος C (et Rzach, Wilam., Sinclair, Mazon, Colonna), δμῳὸς West • 431 προσαρήρεται et Π47ac Eust. in Hom. 1869.32; vox dubia : -ήραται Π47c : -ήσεται Φ • 434 γ’ del. Byz. • κ’ et Π46c : γ’ DΦ • 435-453 folio avulso desunt C • 435 δ’ om. ΦEtGB s.v. ἀκιώτατον (et West), fort. recte • ἀκιρώτατοι v.l. (teste EtMsv. ἀκιώτατον) • 436 πρίνου δὲ γύην D Π46 (]ν) sch. Rav. EtG(M) s.v. γύης Suda s.v. πρίνινοι ἄνθρακες (et Solmsen) : π. δ. γύης Φ (et West, Wilam.) : γύης πρίνου Schaefer (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach, Paley (γύην), Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 437 τῶν438 ἔχοντε hab. et Π38 : exp. Jachmann (et Solmsen) • 438 leg. Π39 sch. BT Il. 13.484 al. : om. Anecd. Ox. 2.443.20 Cr (=Suda s.v. ζυγομαχεῖν al.) • 439 ἐρίσαντε et Suda s.v. ζυγομαχεῖν : -τες Byz. (S) EtMGud s.v. eadem • 441 δ’ om. sch. BT • -ετὴς Π46 o Eu. : -ετης Π39 • 443 κ’ post ὅς et Π38 : del. Bentley (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach, Goettling-Flach) • ἰθεῖάν κ’ Byz. (S) (et West, Sinclair, Mazon, Wilam., Rzach) (κ’αὔλακ’ Π39 Π47) : ἰθεῖαν o (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : ἰθείην Bentley (et Solmsen, Colonna); textus incertus

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Corta pina de tres palmos para un carro de diez, mucha madera curvada; y llévate a casa cuando la encuentres, buscando en el monte o en el campo, una esteva de roble, pues es la más resistente para arar con los bueyes una vez que un siervo de Atenea la fije a la cama uniéndola con pernos y al timón sea ajustada. Hazte dos arados, tomándote tú mismo la molestia en casa, uno enterizo y otro compuesto, pues es mucho mejor de este modo: si partes uno, podrás poner el otro a los bueyes. De laurel o de olmo son los timones que menos ataca la carcoma. De encina haz la cama y de roble la esteva. Y adquiere una pareja de bueyes de nueve años, cuya fuerza no se agota, en plena edad como están; para trabajar son estos los mejores; no partirán el arado peleándose en el surco ni dejarán de pronto el trabajo inacabado. Que detrás de los bueyes ande un cuarentón vigoroso tras comerse un pan de ocho porciones partido en cuatro trozos, el cual se aplique al trabajo y lleve derecho el surco sin quedarse mirando a sus iguales, sino con el sentido puesto en el trabajo; uno no más joven que este es el mejor para esparcir las semillas y evitar la sobresiembra, pues un hombre más joven se queda mirando a sus iguales43.

43 El tono se hace todavía más concreto en este último y largo párrafo (vv. 414447) de aleccionamiento previo al ciclo de las faenas agrícolas, el cual exhorta a cortar la madera más adecuada y de la medida más idónea para la fabricación de los utensilios para la molienda del grano (mortero y mano) y de las piezas del carro (acaso el pasaje, vv. 422-427, que hace un mayor alarde de conocimientos técnicos de toda la sección), y de ahí pasa a aconsejar sobre las maderas para las diferentes partes del arado (la esteva o dental (gýes), la cual es fijada en la cama o reja (élyma), de la que a su vez sale hacia atrás la mancera (echétle, v. 467) con que se lleva el arado, y es ajustada al timón (histoboeús), en el que se sujeta el yugo) y las clases de arados, sobre la edad idónea de los bueyes de arada y también sobre la del criado que debe seguir a los bueyes y su alimentación. Con todo, un aspecto crucial del aconsejamiento y con el cual se inicia el párrafo es, también aquí, su referenciación al momento propicio del año para la tarea, que en este caso es la llegada del otoño, con sus primeras lluvias y la suavización de la temperatura debido a que el astro Sirio (visible entre el 20 de julio y finales de noviembre, cf. D. R. Dicks, Early Greek Astronomy to Aristotle, N. Y. 1970) anda ya más de noche que de día (vv. 414-419 y 422).

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Φράζεσθαι δ’, εὖτ’ ἂν γεράνου φωνὴν ἐπακούσῃς ὑψόθεν ἐκ νεφέων ἐνιαύσια κεκληγυίης, ἥ τ’ ἀρότοιό τε σῆμα φέρει καὶ χείματος ὥρην δεικνύει ὀμβρηροῦ, κραδίην δ’ ἔδακ’ ἀνδρὸς ἀβούτεω· δὴ τότε χορτάζειν ἕλικας βόας ἔνδον ἐόντας· ῥηίδιον γὰρ ἔπος εἰπεῖν· “βόε δὸς καὶ ἄμαξαν·” ῥηίδιον δ’ ἀπανήνασθαι· “πάρα [δ’] ἔργα βόεσσιν.” φησὶ δ’ ἀνὴρ φρένας ἀφνειὸς πήξασθαι ἄμαξαν· νήπιος, οὐδὲ τὸ οἶδ’· ἑκατὸν δέ τε δούρατ’ ἀμάξης, τῶν πρόσθεν μελέτην ἐχέμεν οἰκήια θέσθαι. Εὖτ’ ἂν δὲ πρώτιστ’ ἄροτος θνητοῖσι φανήῃ, δὴ τότ’ ἐφορμηθῆναι, ὁμῶς δμῶές τε καὶ αὐτός, αὔην καὶ διερὴν ἀρόων ἀρότοιο καθ’ ὥρην, πρωὶ μάλα σπεύδων, ἵνα τοι πλήθωσιν ἄρουραι. ἔαρι πολεῖν· θέρεος δὲ νεωμένη οὔ σ’ ἀπατήσει· νειὸν δὲ σπείρειν ἔτι κουφίζουσαν ἄρουραν. νειὸς ἀλεξιάρη παίδων εὐκηλήτειρα.

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448 φράζεσθαι – γεράνου et sch. Rav. Aristoph. Av. 709 : φράζεο…sch. Arat. 1012 (δ’ αὖτε ἐὰν γεράνων cod. A) • 452 ἐούσας Φ (ντας sscr. al. m. in E, γρ. ἐόντας H1 in mg.) • 454 δ’ alterum del. Van Lennep (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach) (hab. et EtG s.v. ῥηίδιον) • 455 πήξασθαι et EtG(M) s.v. ἄμαξα : πέξεσθαι Stahl (et Paley) • 456 τὸ C EtG : τὸ γ’ D : τόδ’ Φ • ἀμάξης et Pl. Theaet 207a al. : -η (-ῃ?) D • 458 δὲ CDac (et West) : δὴ Dc Φ (et Solmsen) • φα]νη̣[ Π38, φανήῃ Heyne : φανείη o (et Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 462 sq. hoc ordine et Π39 Pr. : invicem traiec. Mazon • 462 ἔαρι Π38 Π39 Poll. I. 223 edd. : εἴαρι o • 464 ἀλεξ. π. εὐκ. et Plu. quaest. conv. 657D al. : ἀλεξιάρης Ἀιδωνέος κηλ. West

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Fíjate, cuando escuches la voz de la grulla44, que desde lo alto de las nubes grazna cada año, ella trae la señal de la arada anunciando la hora del invierno lluvioso y muerde el corazón del hombre sin bueyes; entonces engorda en casa bueyes de retorcidos cuernos; pues es fácil decir: “dame dos bueyes y un carro” y fácil denegarlo: “mis bueyes tienen trabajo”. El hombre rico en recursos afirma que él se construye un carro; tonto, no sabe que “cien son las tablas de un carro”, a las cuales tenerlas en casa requiere antes cuidado. Tan pronto como la arada se muestre a los mortales, entonces lanzaos, tú y tus esclavos, a arar la tierra, esté seca o húmeda, a la hora de la arada, apresurándote muy temprano, para que se colmen tus campos. Revuélvela en primavera, y no te defraudará si en verano es roturada. Siembra el barbecho mientras aún está la tierra ligera. El barbecho protege de maldiciones y sirve a los niños de contento45.

44 Como corresponde a sus preparativos, el pasaje sobre la arada (vv. 448-492) es también relativamente amplio y detallado, y todavía, desde que anuncia el punto de referencia temporal, en este caso constituido por la acción característica de un animal (el piar de la grulla en su migración anual hacia el sur del Mediterráneo, vv. 448s.), hasta que aconseja sobre la labranza propiamente dicha (vv. 458ss.), exhorta a cebar los bueyes para la labor y a tener preparado el carro en casa (vv. 452-457), sin tener que necesitar de nadie. La exhortación a emprender la arada lleva a su vez a aconsejar ya desde ahora la arada de primavera y también la de verano (v. 462), y de ahí a aleccionar sobre la siembra del barbecho (vv. 463s.). Desde el comienzo mismo de la arada recomienda rogar a los dioses que traigan el fruto bien cargado (vv. 465ss.) y recomienda que un esclavo vaya por detrás ocultando la semilla (vv. 469ss.), si se quiere disponer del sustento en casa todo el año sin tener que pedirlo a nadie. Un último párrafo (vv. 479-492) advierte de los pobres resultados de una arada tardía (ἠελίοιο τροπῇς, v. 479, nueva señal astronómica) y también de cómo la providencia divina puede remediarlos si, cuando por primera vez se escucha el canto del cuco, llueve en tiempo y forma oportunos (vv. 486ss., nueva referencia temporal de tipo animalesco). 45 V. 464, tal vez una nueva adaptación de un proverbio, ante cuyo significado y forma lingüística, difíciles de entender (lo cual no ha impedido que un autor como Plutarco (Mor. 657D) lo aplicara sin mayor problema), ya desde la Antigüedad se han ensayado distintas propuestas de interpretación hasta la más radical, de M. L. West, Hesiod: Works and Days, 1978, p. 275 (y antes Philol. 108, 1964, 166), que conjetura: νειὸς ἀλεξιάρης, Ἀιδωνέος κηλήτειρα.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Εὔχεσθαι δὲ Διὶ χθονίῳ Δημήτερί θ’ ἁγνῇ ἐκτελέα βρίθειν Δημήτερος ἱερὸν ἀκτήν, ἀρχόμενος τὰ πρῶτ’ ἀρότου, ὅτ’ ἂν ἄκρον ἐχέτλης χειρὶ λαβὼν ὅρπηκι βοῶν ἐπὶ νῶτον ἵκηαι ἔνδρυον ἑλκόντων μεσάβων. ὁ δὲ τυτθὸς ὄπισθε δμῶος ἔχων μακέλην πόνον ὀρνίθεσσι τιθείη σπέρμα κατακρύπτων· εὐθημοσύνη γὰρ ἀρίστη θνητοῖς ἀνθρώποις, κακοθημοσύνη δὲ κακίστη. ὧδέ κεν ἁδροσύνῃ στάχυες νεύοιεν ἔραζε, εἰ τέλος αὐτὸς ὄπισθεν Ὀλύμπιος ἐσθλὸν ὀπάζοι, ἐκ δ’ ἀγγέων ἐλάσειας ἀράχνια, καί σε ἔολπα γηθήσειν βιότου αἰρεύμενον ἔνδον ἐόντος. εὐοχθέων δ’ ἵξεαι πολιὸν ἔαρ οὐδὲ πρὸς ἄλλους αὐγάσεαι· σέο δ’ ἄλλος ἀνὴρ κεχρημένος ἔσται. Εἰ δέ κεν ἠελίοιο τροπῇς ἀρόῳς χθόνα δῖαν, ἥμενος ἀμήσεις ὀλίγον περὶ χειρὸς ἐέργων, ἀντία δεσμεύων κεκονιμένος, οὐ μάλα χαίρων, οἴσεις δ’ ἐν φορμῷ· παῦροι δέ σε θηήσονται. ἄλλοτε δ’ ἀλλοῖος Ζηνὸς νόος αἰγιόχοιο, ἀργαλέος δ’ ἄνδρεσσι καταθνητοῖσι νοῆσαι· εἰ δέ κεν ὄψ’ ἀρόσῃς, τόδε κέν τοι φάρμακον εἴη· ἦμος κόκκυξ κοκκύζει δρυὸς ἐν πετάλοισι τὸ πρῶτον, τέρπει δὲ βροτοὺς ἐπ’ ἀπείρονα γαῖαν, τῆμος Ζεὺς ὕοι τρίτῳ ἤματι μηδ’ ἀπολήγοι, μήτ’ ἄρ’ ὑπερβάλλων βοὸς ὁπλὴν μήτ’ ἀπολείπων· οὕτω κ’ ὀψαρότης πρωιηρότῃ ἰσοφαρίζοι. ἐν θυμῷ δ’ εὖ πάντα φυλάσσεο· μηδέ σε λήθῃ μήτ’ ἔαρ γινόμενον πολιὸν μήθ’ ὥριος ὄμβρος.

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465 ε[υχ sscr. κ̣α̣[ (?) Π39 • 468 ὅρπηκα o Σvet (non liq. Pr.) : corr. Bruck (et Solmsen, West, Sinclair, Schoemann) • 469 et μεσάβῳ Pr. (et West, Paley, Van Lennep) • τυτθὸν corr. Schaefer (et Schoemann, Paley, West) • 470 δμῶος D : δμωὸς C : δμῳὸς West (cf. ad 430) • 477 εὐοχθέων et Pr. Σvet al. : εὐοχέων Φ (-χὼν H) • ἵξεαι EtG(M) s.v. εὐοχθέων : ἵξειε C : ἵξηαι D : ἥξεις Φ • 485 εἰ δέ κεν o : εἰ δή κ’ corr. Wilam. (et Solmsen) • ἀρόσεις Byz. (S) (et West) • 486 κοκύση (sic) sch. Rav. Aristoph. Av. 505 • 488 ἐπ’ ἤματι μήτ’ Φ • 490 πρωιη- Kirchoff (et Rzach, Wilam., Mazon, Sinclair, West, Solmsen) : προηρότῃ C (η in ras.) D : -αρηρότῃ (-τι) Φ : -αρότῃ Pr. ut vid. : πρωτηρότῃ Byz. (S) Ammon. Diff. s.v. ὀψέ (et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley, Colonna (et L-S-J)) • 491 λήθη(ι) Π54 e codd. ψ

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Ruega a Zeus subterráneo y a la casta Deméter que pese de maduro el sagrado fruto de Deméter, en cuanto comiences la arada, cuando el extremo de la mancera cojas con la mano y alcances con la aguijada el lomo de los bueyes mientras las correas sujetan la clavija; y que el esclavo que va algo detrás con una azada dé trabajo a los pájaros enterrando la semilla: el buen orden es lo mejor y el desorden lo peor para los hombres mortales. De este modo las espigas podrán inclinarse a tierra con fuerza si el propio Olímpico luego a buen término las lleva, de tus arcas podrás ahuyentar las telarañas y espero que te alegres de coger de un sustento que tienes en casa. Boyante llegarás a la clara primavera y no contemplarás a otros admirado, sino que otro hombre estará de ti necesitado. Si en el tiempo del solsticio aras la divina tierra, en cuclillas segarás, abarcando poco en tu brazo, atando de frente envuelto en polvo, no muy contento, y lo acarrearás en cesto. Pocos se te quedarán mirando. Diferente es empero cada vez el pensamiento de Zeus señor de la égida y difícil de captar para los hombres mortales. Si aras tarde, este puede ser el remedio: cuando el cuco canta entre las hojas del roble por primera vez y alegra a los mortales sobre la inmensa tierra, entonces llueva Zeus durante tres días y no cese, sin sobrepasar la pezuña del buey ni quedar por debajo; así el que ara tarde podrá igualarse al que ara temprano. Guarda bien todo en tu mente, y que no se te escape ni la llegada de la clara primavera ni la lluvia en su época46.

46 Con la exhortación a no descuidar la primavera ni la lluvia en su momento, el dístico vv. 491-492 resume, para terminar, el aconsejamiento sobre la arada mediante una fórmula con φυλάσσομαι que encontramos con la misma función al final del largo pasaje sobre los trabajos de invierno (v. 561) y al final de la sección entera de los trabajos, incluidos los del mar (v. 694).

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Πὰρ δ’ ἴθι χάλκειον θῶκον καὶ ἐπαλέα λέσχην ὥρῃ χειμερίῃ, ὁπότε κρύος ἀνέρας ἔργων ἰσχάνει, ἔνθα κ’ ἄοκνος ἀνὴρ μέγα οἶκον ὀφέλλοι· μή σε κακοῦ χειμῶνος ἀμηχανίη καταμάρψῃ σὺν πενίῃ, λεπτῇ δὲ παχὺν πόδα χειρὶ πιέζῃς. πολλὰ δ’ ἀεργὸς ἀνήρ, κενεὴν ἐπὶ ἐλπίδα μίμνων, χρηίζων βιότοιο, κακὰ προσελέξατο θυμῷ. ἐλπὶς δ’ οὐκ ἀγαθὴ κεχρημένον ἄνδρα κομίζει ἥμενον ἐν λέσχῃ, τῷ μὴ βίος ἄρκιος εἴη. δείκνυε δὲ δμώεσσι θέρευς ἔτι μέσσου ἐόντος· “οὐκ αἰεὶ θέρος ἐσσεῖται, ποιεῖσθε καλιάς.” Μῆνα δὲ Ληναιῶνα, κάκ’ ἤματα, βουδόρα πάντα, τοῦτον ἀλεύασθαι καὶ πηγάδας, αἵ τ’ ἐπὶ γαῖαν πνεύσαντος Βορέαο δυσηλεγέες τελέθουσιν, ὅς τε διὰ Θρῄκης ἱπποτρόφου εὐρέι πόντῳ ἐμπνεύσας ὤρινε, μέμυκε δὲ γαῖα καὶ ὕλη· πολλὰς δὲ δρῦς ὑψικόμους ἐλάτας τε παχείας οὔρεος ἐν βήσσῃς πιλνᾷ χθονὶ πουλυβοτείρῃ ἐμπίπτων, καὶ πᾶσα βοᾷ τότε νήριτος ὕλη· θῆρες δὲ φρίσσουσ’, οὐρὰς δ’ ὑπὸ μέζε’ ἔθεντο, τῶν καὶ λάχνῃ δέρμα κατάσκιον· ἀλλά νυ καὶ τῶν ψυχρὸς ἐὼν διάησι δασυστέρνων περ ἐόντων· καί τε διὰ ῥινοῦ βοὸς ἔρχεται οὐδέ μιν ἴσχει, καί τε δι’ αἶγα ἄησι τανύτριχα· πώεα δ’ οὔτι,

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494 ἀνέρας o EtGA (et Van Lennep, Schoemann, Colonna, West) : ἀνέρα EtM (cod. Va) (et Goettling-Flach, Paley, Rzach, Wilam., Mazon, Sinclair, Solmsen) • ἔργων et EtGMal. : εἶργον Φ • 495 ἰσχάνει Π39 CDΦψ : ἴσχει e : ἰσχάνῃ Tr. • ὀφέλλει o EtGM, -ῃ Tr. : corr. Brunck (et plerique edd.) • 496 sq. om. Π39 C (in ima pag. suppl. m. rec.) EtGA : nov. Plu. Pr. : post 492 ferri censuit Schoemann • 496 καταμάρψῃ codd. : -ει West • 497 πιέζῃς Byz. : -οις o • 500 κομίζει et Stob. 3.30.10 : -ειν Dac (corr. m. rec.) (et West) (cf. 317) • 501 εἴῃ Hermann (et Wilam., Sinclair, Solmsen, West) : εἴη o • 504 βουδόρα intell. Pr. Σvet al. : βούδ. o • 507 ἅς τε CDac • 510 πίλναι Ahrens : πίλνα Wackernagel • 511 βοᾷ τότε et EtG s.v. νήριτος : τότε βοᾷ CD • 512 μέζε’ et Π5 Σvet Eust. in Hom. 234.32 al. : μάζε’ DE

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Pasa de largo por el asiento del herrero y el soleado pórtico en el tiempo de invierno, cuando el frío helador impide a los hombres trabajar, en que un hombre resuelto puede aportar mucho a su casa; que el rigor del crudo invierno no te coja en la pobreza y hayas de apretar hinchado pie con mano flaca. Muchos malos pensamientos medita en su ánimo el hombre ocioso que alberga esperanzas vanas mientras carece de sustento. No es buena la esperanza que acompaña a un hombre necesitado, sentado en el pórtico, sin tener suficiente sustento. Explica a tus esclavos mientras está todavía mediado el verano: “no siempre será verano, procuraos cabañas”. El mes de Leneón, funestos días, desollabueyes todos ellos47, evítalo con sus heladas, que caen implacables al soplar el Bóreas sobre la tierra, el cual a través de Tracia criadora de caballos sopla sobre el ancho mar agitándolo y muge el bosque y la tierra; muchos robles de alta copa y gruesos pinos tira a la muy nutricia tierra al caer sobre los valles del monte, y ruge entonces toda la inmensa foresta; las bestias tiemblan de frío y meten el rabo entre las piernas; incluso aquellas cuya piel está cubierta de pelo; pero aun así las traspasa el frío por muy peludas de pecho que sean; pasa a través de la piel del buey sin que esta lo impida y traspasa a la peluda cabra, mientras que a los rebaños,

47 En realidad, la descripción del Leneón y los efectos del Bóreas (vv. 504-535) constituyen una expansión especial del elemento temporal de referencia (en este caso un fenómeno de la naturaleza) característico del esquema exhortativo de cada unidad de la sección de los trabajos; en cuanto al otro componente, el propiamente exhortativo, en este caso sustituye las faenas agrícolas por una tirada igual de larga de consejos (vv. 536-563) sobre los diferentes vestidos y calzado con que protegerse de los fríos y lluvias provocados por dicho viento en este mes (al que de nuevo el poeta vuelve a describir como el peor, tanto para el ganado como para la personas); lluvias acerca de las cuales exhorta asimismo a adelantarse regresando antes a casa, así como a, recomienda para terminar, dar la mitad de la ración de alimento a los bueyes y más a las personas debido a la capacidad compensatoria de las largas noches. Un párrafo previo sobre el invierno en general (vv. 493-503) exhorta a no estar ocioso abrigando vanas esperanzas y aprovechar el tiempo en casa, sin comprometerse con consejos concretos más que el de indicar a los esclavos que se hagan cabañas cuando está todavía mediado el verano.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

οὕνεκ’ ἐπηεταναὶ τρίχες αὐτῶν, οὐ διάησι ἲς ἀνέμου Βορέω· τροχαλὸν δὲ γέροντα τίθησιν καὶ διὰ παρθενικῆς ἁπαλόχροος οὐ διάησιν, ἥ τε δόμων ἔντοσθε φίλῃ παρὰ μητέρι μίμνει, οὔπω ἔργ’εἰδυῖα πολυχρύσου Ἀφροδίτης, εὖ τε λοεσσαμένη τέρενα χρόα καὶ λίπ’ ἐλαίῳ χρισαμένη μυχίη καταλέξεται ἔνδοθι οἴκου, ἤματι χειμερίῳ, ὅτ’ ἀνόστεος ὃν πόδα τένδει ἔν τ’ ἀπύρῳ οἴκῳ καὶ ἤθεσι λευγαλέοισιν· οὐ γάρ οἱ ἠέλιος δείκνυ νομὸν ὁρμηθῆναι, ἀλλ’ ἐπὶ κυανέων ἀνδρῶν δῆμόν τε πόλιν τε στρωφᾶται, βράδιον δὲ Πανελλήνεσσι φαείνει. καὶ τότε δὴ κεραοὶ καὶ νήκεροι ὑληκοῖται λυγρὸν μυλιόωντες ἀνὰ δρία βησσήεντα, φεύγουσιν, καὶ πᾶσιν ἐνὶ φρεσὶ τοῦτο μέμηλεν, οἷ σκέπα μαιόμενοι πυκινοὺς κευθμῶνας ἔχουσι κὰκ γλάφυ πετρῆεν· τότε δὴ τρίποδι βροτῷ ἶσοι, οὗ τ’ ἐπὶ νῶτα ἔαγε, κάρη δ’ εἰς οὖδας ὁρᾶται· τῷ ἴκελοι φοιτῶσιν, ἀλευόμενοι νίφα λευκήν. Καὶ τότε ἕσσασθαι ἔρυμα χροός ὥς σε κελεύω, χλαῖνάν τε μαλακὴν καὶ τερμιόεντα χιτῶνα· στήμονι δ’ ἐν παύρῳ πολλὴν κρόκα μηρύσασθαι· τὴν περιέσσασθαι, ἵνα τοι τρίχες ἀτρεμέωσι μηδ’ ὀρθαὶ φρίσσωσιν ἀειρόμεναι κατὰ σῶμα·

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518 βορεω Π48, Rzach (cf. Th. 870) : βορέου o (et Colonna, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • δὲ et Π5 al. : τε Φ • 520 φίλῃ - μίμνει : μίμνει παρὰ μητέρι κεδνῇ Φ • 521 ἔργ’ εἰδυῖα Π48 o (et Paley, Colonna, West) : ἔργα ἰδυῖα corr. van Lennep (et Solmsen) • 523 μυχίη Φ Pr. : νυχίη CD • ἔνδοθεν C(D) • 524 τένδει et Π54 Pr. : -θει quidam ap. sch. Ven. Aristoph. Pax 1009 : τέμνει Antig. Car. 21 • 525 καὶ ἐν ἤ. Φ Plu. de soll. anim. 965F al. • 526 οὐ γάρ οἱ et Herodian. 2.210.2 L. al. : οὐδέ οἱ Hermann (et Colonna, Sinclair, Mazon, Rzach, Goettling-Flach) • δείκνυ et Herodian. Π54 al. : δεικνύει quidam ap. Herodian. : δείκνυι Wilam. • 528 πανελλήν. et Phryn. s.v. βράδιον : πανέλλησι (παρέλλ. H) Φ • 530 μυλ(λ)ιόωντες et EtGA s.v. : μαλκιόωντες Crates (e coni.) • 531 μετα̣ [φρ. Π54 • 532 οἳ - ἔχουσι o : οἷ - ἔχουσι edd. (Rzach, Wilam., Mazon (ἔχωσι), Colonna, Solmsen) • 533 καὶ γλ. o EtGA (et plerique edd.) : κὰγ γλ. Wilam. : κὰκ γλ. West (et Solmsen) • δὴ : δὲ EtTittm s.v. τρίπους • βροτῷ o Pr. EtGTittm : βροτοὶ corr. Wachler (et Schoemann, Rzach, Wilam., Mazon, Sinclair, Solmsen) • 535 ἀλευόμ. DΦ Choerob. in Theod. can. I.380.9 H. Io. Alex. praec. 12.16 Dind. : ἀλευάμ. C Choerob. I.141.12 al., fort. ex Herodian.

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debido a su espesa lana, no los traspasa en absoluto la fuerza del viento Bóreas; hace correr de prisa al anciano y no traspasa a la doncella de fina piel que permanece junto a su madre en el interior de la casa aún no sabedora de las obras de la muy áurea Afrodita y que, tras bañar su suave piel y ungirla con aceite en abundancia, yace en la intimidad dentro de casa en el día invernal, cuando roe su pie el sinhueso en su hogar sin fuego y en lúgubres parajes, pues no le muestra el sol pasto al que lanzarse, sino que este dirige su órbita hacia el pueblo y la ciudad de los hombres oscuros y alumbra a los griegos más tarde. Entonces astados y no astados habitantes del bosque, rechinando penosamente los dientes, huyen por las boscosas espesuras, y a todos en sus adentros les preocupa, dónde, buscando abrigo, obtendrán sólidos escondrijos en rocosa caverna. Entonces, igual que el mortal trespiés, cuya espalda está rota y la cabeza mira al suelo, semejantes a este caminan, esquivando la blanca nieve48. Entonces protege con ropa tu cuerpo como te indico, una cálida capa y túnica con franja. En escasa urdimbre teje abundante trama; vístete con ella para que tus pelos no tiemblen ni se ericen poniéndose de punta por el cuerpo.

48 Lo mismo que West, y a diferencia de Solmsen, adoptamos la lectura βροτῷ (v. 533) de los manuscritos frente a la conjetura βροτοὶ de Wachler: el relativo οὗ del v. 534 ha de tener como antecedente no τρίποδι “trespiés” solo, sino τρίποδι βροτῷ “trípode mortal” (tradicional metáfora enigmática para referirse a un anciano con bastón, hecha célebre por el enigma que la esfinge planteó a Edipo), que es el que posee νῶτα y κάρη (v. 534); la propia anáfora asindética (καὶ) τότε δὴ v. 529, τότε δὴ v. 533 invita a ver la construcción encabezada por esta última expresión como una aposición referida todavía al sujeto animal κεραοὶ καὶ νήκεροι (v. 529), al igual que la oración de φοιτῶσιν (v. 535), la cual debe de unirse al verso anterior mediante coma y no con puntuación fuerte como hacen Solmsen y West.

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ἀμφὶ δὲ ποσσὶ πέδιλα βοὸς ἶφι κταμένοιο ἄρμενα δήσασθαι, πίλοις ἔντοσθε πυκάσσας· πρωτογόνων δ’ ἐρίφων, ὁπότ’ ἂν κρύος ὥριον ἔλθῃ, δέρματα συρράπτειν νεύρῳ βοός, ὄφρ’ ἐπὶ νώτῳ ὑετοῦ ἀμφιβάλῃ ἀλέην· κεφαλῆφι δ’ ὕπερθεν πῖλον ἔχειν ἀσκητόν, ἵν’ οὔατα μὴ καταδεύῃ. ψυχρὴ γάρ τ’ ἠὼς πέλεται Βορέαο πεσόντος, ἠῷος δ’ ἐπὶ γαῖαν ἀπ’ οὐρανοῦ ἀστερόεντος ἀὴρ πυροφόροις τέταται μακάρων ἐπὶ ἔργοις, ὅς τε ἀρυσσάμενος ποταμῶν ἀπὸ αἰεναόντων, ὑψοῦ ὑπὲρ γαίης ἀρθεὶς ἀνέμοιο θυέλλῃ, ἄλλοτε μέν θ’ ὕει ποτὶ ἕσπερον, ἄλλοτ’ ἄησι, πυκνὰ Θρηικίου Βορέω νέφεα κλονέοντος. τὸν φθάμενος ἔργον τελέσας οἶκόνδε νέεσθαι, μή ποτέ σ’ οὐρανόθεν σκοτόεν νέφος ἀμφικαλύψῃ, χρῶτα δὲ μυδαλέον θήῃ κατά θ’ εἵματα δεύσῃ· ἀλλ’ ὑπαλεύασθαι· μεὶς γὰρ χαλεπώτατος οὗτος, χειμέριος, χαλεπὸς προβάτοις, χαλεπὸς δ’ ἀνθρώποις. τῆμος τὤμισυ βουσίν, ἐπ’ ἀνέρι δὲ πλέον εἴη ἁρμαλιῆς· μακραὶ γὰρ ἐπίρροθοι εὐφρόναι εἰσίν. ταῦτα φυλασσόμενος τετελεσμένον εἰς ἐνιαυτὸν ἰσοῦσθαι νύκτας τε καὶ ἤματα, εἰς ὅ κεν αὖτις γῆ πάντων μήτηρ καρπὸν σύμμικτον ἐνείκῃ. Εὖτ’ ἂν δ’ ἑξήκοντα μετὰ τροπὰς ἠελίοιο χειμέρι’ ἐκτελέσῃ Ζεὺς ἤματα, δή ῥα τότ’ ἀστὴρ Ἀρκτοῦρος προλιπὼν ἱερὸν ῥόον Ὠκεανοῖο πρῶτον παμφαίνων ἐπιτέλλεται ἀκροκνέφαιος. τὸν δὲ μέτ’ ὀρθρογόη Πανδιονὶς ὦρτο χελιδὼν

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549 πυροφόρος Π5 o Pr. Σvet : -οις corr. Herrmann (et Schoemann, Wilam., West, Solmsen) • 550 ὅς τ’ ἀρυσσ. Wilam. • αἰὲν ἀόντων Φ : αἰὲν ἀέντων CDac (?) • 553 βορέου o (et Colonna, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : corr. Rzach (cf. ad 518) • 555 σ’ om. C • 556 θείη o : corr. Byz. (θείῃ Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • θ’ : δ’ D • δεύοι Dac (-ῃ Dpc) • 559 βουσίν eo : βοῦσ’ Par. 2708 (et West) • ἐπ’- πλέον (Byz.?) Brunck : ἐπὶ δ’ ἀν. πλέ(ῖ)ον D Φ EtGA s.v. ἁρμαλιά : ἐπὶδ’ ἀν. τὸ πλέον CEtM : ἐπὶ δ’ ἀν. δὲ πλέον EtGB • 561-563 proscr. Plu. (et Solmsen, Wilam., Rzach, Goettling-Flach, Schoemann) (non respic. Σvet, hab. EtGA et sch., 563 hab. Π73) • 564 δ’ : δὴ D • 566 ἱερὸν om. D, hab. Π73, post ῥόον aliq. codd. • 568 ὀρθρογ. Byz. (S) Σvet (et West, Paley, Schoemann, Van Lennep) : ὀρθογόη o Pr. Hesych s.v. al. (et Solmsen) : ὀρθ(ρ)οβόη quidam ap. ΣPr.

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En los pies ajústate calzado de cuero de vacuno muerto por la fuerza, forrado de pelo por dentro. De cabritos primogénitos, cuando llegue el frío propio del tiempo, cose pieles entre sí con nervio de vacuno, para que sobre la espalda puedas echarte abrigo contra la lluvia. Encima de la cabeza ponte un gorro bien tupido, para que no se te mojen los oídos. Pues es fría la mañana cuando sopla el Bóreas; de madrugada, desde el cielo estrellado hasta la tierra una bruma se extiende sobre las fecundas obras de los bienaventurados, la cual bebe el agua de los ríos sempiternos y, al ser elevada por encima de la tierra por una borrasca de viento, unas veces produce lluvia al atardecer, otras veces produce aire, mientras el tracio Bóreas empuja en tropel abundantes nubes. Anticipándote a ello termina tu tarea y vuelve a casa, no sea que desde el cielo te cubra una oscura nube y deje tu cuerpo chorreando y tu ropa empapada; trata de evitarlo; pues este es el mes más duro, invernal, duro para el ganado y duro para las personas. Que entonces reciban los bueyes la mitad y el hombre más ración de alimento, pues lo compensan las largas “bondadosas”. Observa esto hasta que se complete el año e iguala noches con días, hasta que de nuevo la tierra, madre de todo, produzca el fruto mezclado. Cuando Zeus cumple sesenta días de invierno tras el tiempo de solsticio, entonces la estrella Arturo abandona la sagrada corriente del Océano y surge brillante por primera vez al comienzo de la noche; tras ella sale a la luz la golondrina Pandiónide49 con su

49 Frente a la lectura ὀρθογόη de la mayoría de los manuscritos, y adoptada por Solmsen, para referirse al canto de la golondrina (v. 568), preferimos la variante ὀρθρογόη de algunos testimonios y escolios, defendida por E. Livrea (“La rondine in Esiodo, ‘Erga’ 568”, Riv. Fil. 95 (1967), pp. 39-41) basándose en diversos paralelos literarios y adoptada por West. El epíteto Πανδιονίς hace referencia al mito de Pandión y su hija Filomela, a la que el esposo de su hermana, Tereo, violó y le cortó la lengua para que no lo delatara a su esposa Procne, a causa de lo cual la primera fue transformada en golondrina, su hermana en ruiseñor y el violador en abubilla.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

ἐς φάος ἀνθρώποις ἔαρος νέον ἱσταμένοιο· τὴν φθάμενος οἴνας περιταμνέμεν· ὣς γὰρ ἄμεινον. Ἀλλ’ ὁπότ’ ἂν φερέοικος ἀπὸ χθονὸς ἂμ φυτὰ βαίνῃ Πληιάδας φεύγων, τότε δὴ σκάφος οὐκέτι οἰνέων, ἀλλ’ ἅρπας τε χαρασσέμεναι καὶ δμῶας ἐγείρειν· φεύγειν δὲ σκιεροὺς θώκους καὶ ἐπ’ ἠῶ κοῖτον ὥρῃ ἐν ἀμήτου, ὅτε τ’ ἠέλιος χρόα κάρφει· τημοῦτος σπεύδειν καὶ οἴκαδε καρπὸν ἀγινεῖν ὄρθρου ἀνιστάμενος, ἵνα τοι βίος ἄρκιος εἴη. ἠὼς γάρ τ’ ἔργοιο τρίτην ἀπομείρεται αἶσαν, ἠώς τοι προφέρει μὲν ὁδοῦ, προφέρει δὲ καὶ ἔργου, ἠώς, ἥ τε φανεῖσα πολέας ἐπέβησε κελεύθου ἀνθρώπους πολλοῖσί τ’ ἐπὶ ζυγὰ βουσὶ τίθησιν. Ἦμος δὲ σκόλυμός τ’ ἀνθεῖ καὶ ἠχέτα τέττιξ δενδρέῳ ἐφεζόμενος λιγυρὴν καταχεύετ’ ἀοιδὴν πυκνὸν ὑπὸ πτερύγων θέρεος καματώδεος ὥρῃ, τῆμος πιόταταί τ’ αἶγες καὶ οἶνος ἄριστος, μαχλόταται δὲ γυναῖκες, ἀφαυρότατοι δέ τοι ἄνδρες εἰσίν, ἐπεὶ κεφαλὴν καὶ γούνατα Σείριος ἄζει, αὐαλέος δέ τε χρὼς ὑπὸ καύματος· ἀλλὰ τότ’ ἤδη εἴη πετραίη τε σκιὴ καὶ βίβλινος οἶνος μάζα τ’ ἀμολγαίη γάλα τ’ αἰγῶν σβεννυμενάων καὶ βοὸς ὑλοφάγοιο κρέας μή πω τετοκυίης πρωτογόνων τ’ ἐρίφων· ἐπὶ δ’ αἴθοπα πινέμεν οἶνον ἐν σκιῇ ἑζόμενον, κεκορημένον ἦτορ ἐδωδῆς, ἀντίον ἀκραέος Ζεφύρου τρέψαντα πρόσωπα· κρήνης δ’ ἀενάου καὶ ἀπορρύτου ἥ τ’ ἀθόλωτος τρὶς ὕδατος προχέειν, τὸ δὲ τέτρατον ἱέμεν οἴνου.

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570 τὸν DacE (η sscr. m. rec.) • περιτέμν. Dac (corr. al. m.) Φ Lex Vind. s.v. περιτομή • 574 ἠόα Gerhard (et Solmsen, Sinclair, Wilam., Rzach) • 575 κάρφη Φ • 576 ἀγείρειν D • 577 εἴῃ Schaefer (cf. ad 501) • 578 τ’ et Π39 (cf. 309) : del. Van Lennep (et Goettling-Flach, Paley, Rzach, Wilam., Mazon, Sinclair, Colonna, Solmsen) • ἀπαμείρ. Cac (?)Dac (?) Eust. in Hom. 1766.54 etc. • 581 τ’ : δ’ Byz. (S) (et Van Lennep, Schoemann, Paley, West) • 583 καταχεύετ’ D : ἐπεχεύατ’ Byz. (S) : ἐπιχεύετ’ Greg. Cor. de dial. Att. 19 • 588 τε om. [Π39]? • δέ del. Hermann • 589 an Βίβλινος? • 594 ἀκραέος et Pr. Σvet : εὐκραέος Cpc (m. I ?) Eac (?) Byz. Σvet • 595 δ’ ἀεν. Wilam. (et Solmsen, West) : τ’ o Athen. 11.782a • 596 τέταρτον o : corr. Byz.

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temprano lamento, recién comenzando la primavera para los hombres. Anticípate a aquella y poda tus vides, pues así es mejor. Mas cuando el portacasa asciende de la tierra a las plantas huyendo de las Pléyades, entonces ya no es tiempo de cavar las viñas, sino de afilar las hoces y despertar a los esclavos. Rehúye los sombreados asientos y el sueño hasta el alba en el tiempo de la siega, cuando el sol quema la piel. Entonces apresúrate y llévate el fruto a casa levantándote al amanecer, para que tengas sustento suficiente: la mañana se adjudica la tercera parte de la tarea, la mañana lleva adelante en el camino y lleva adelante en la tarea, la mañana, que al despuntar pone en camino a mucha gente y coloca el yugo a muchos bueyes. Cuando el cardo florece y la sonora cigarra posada en un árbol emite su dulce canto reiteradamente bajo sus alas, en el tiempo del cansado verano, entonces las cabras están muy gordas y el vino excelente, las mujeres están muy salidas y los hombres muy apagados porque Sirio les quema la cabeza y las rodillas y con el calor su piel está seca. Entonces haya sombra de roca y vino de Biblos, pan hecho con leche y leche de cabras que están dejando de darla y carne de vaca criada en el monte, aún no parida y de cabritos primogénitos. Detrás bebe ardiente vino, sentado a la sombra, con el apetito saciado de comida y el rostro vuelto hacia la brisa del Céfiro. De una fuente permanente y que corra, y que no esté revuelta, vierte tres partes de agua y echa la cuarta de vino.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Δμωσὶ δ’ ἐποτρύνειν Δημήτερος ἱερὸν ἀκτὴν δινέμεν, εὖτ’ ἂν πρῶτα φανῇ σθένος Ὠρίωνος, χώρῳ ἐν εὐαεῖ καὶ ἐυτροχάλῳ ἐν ἀλωῇ. μέτρῳ δ’ εὖ κομίσασθαι ἐν ἄγγεσιν· αὐτὰρ ἐπὴν δὴ πάντα βίον κατάθηαι ἐπάρμενον ἔνδοθι οἴκου, θῆτά τ’ ἄοικον ποιεῖσθαι καὶ ἄτεκνον ἔριθον δίζεσθαι κέλομαι· χαλεπὴ δ’ ὑπόπορτις ἔριθος· καὶ κύνα καρχαρόδοντα κομεῖν, μὴ φείδεο σίτου, μή ποτέ σ’ ἡμερόκοιτος ἀνὴρ ἀπὸ χρήμαθ’ ἕληται. χόρτον δ’ ἐσκομίσαι καὶ συρφετόν, ὄφρα τοι εἴη βουσὶ καὶ ἡμιόνοισιν ἐπηετανόν. αὐτὰρ ἔπειτα δμῶας ἀναψῦξαι φίλα γούνατα καὶ βόε λῦσαι. Εὖτ’ ἂν δ’ Ὠρίων καὶ Σείριος ἐς μέσον ἔλθῃ οὐρανόν, Ἀρκτοῦρον δ’ἐσίδῃ ῥοδοδάκτυλος Ἠώς, ὦ Πέρση, τότε πάντας ἀπόδρεπε οἴκαδε βότρυς, δεῖξαι δ’ ἠελίῳ δέκα τ’ ἤματα καὶ δέκα νύκτας, πέντε δὲ συσκιάσαι, ἕκτῳ δ’ εἰς ἄγγε’ ἀφύσσαι δῶρα Διωνύσου πολυγηθέος. αὐτὰρ ἐπὴν δὴ Πληιάδες θ’ Ὑάδες τε τό τε σθένος Ὠρίωνος δύνωσιν, τότ’ ἔπειτ’ ἀρότου μεμνημένος εἶναι ὡραίου· πλειὼν δὲ κατὰ χθονὸς ἄρμενος εἴη.

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Εἰ δέ σε ναυτιλίης δυσπεμφέλου ἵμερος αἱρεῖ, εὖτ’ ἂν Πληιάδες σθένος ὄβριμον Ὠρίωνος

599 εὐαέι vulgo : corr. Schaefer (?) (et Van Lennep, Paley, Solmsen, West) • 601 ἔνδοθεν CD • 603 δίζεσθαι o (et Van Lennep, Schoemann, Goettling-Flach, Paley, Colonna) : δίζησθαι corr. O. Schneider (et Solmsen et West) • 606 δ’ EtGM s.v. συρφετός : τ’ o • εἴῃ Hermann (et Schoemann, Paley, Wilam., West) (cf. ad 577…) • 610 δὲ ἴδῃ Goettling-Flach (et Paley, Rzach, Wilam., Mazon, Sinclair, Colonna) • 611 ἀπόδρεπε Dac (?) (et West, Paley, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) : ἀποδρέπειν CDpc (m. 2) Φ : ἀποδρέπεν Byz. (et Solmsen, Colonna, Sinclair, Mazon, Wilam., Rzach)

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Apremia a tus esclavos a hacer voltear el grano sagrado de Deméter, tan pronto como aparezca el fuerte Orión, en lugar bien aireado y en bien allanada era. Guárdalo bien en vasijas a su medida. Y una vez que tengas todo el sustento listo dentro de casa, te aconsejo procurarte un bracero sin casa y que te busques una sirviente sin hijos: una sirviente amamantando da problemas; y mantén un perro de afilados dientes, no le escatimes la comida, no sea que el que duerme de día se lleve tus bienes. Tráete hierba y paja, para que bueyes y mulos tengan para todo el año. Y luego que los esclavos alivien sus rodillas y desunzan la pareja de bueyes. Cuando Orión y Sirio lleguen al medio del cielo y vea a Arturo la Aurora de rosados dedos, Perses, entonces recoge y llévate todas las uvas a casa, exponlas al sol diez días y diez noches, ponlas cinco días a la sombra y al sexto echa en vasijas los dones del muy risueño Dioniso. Y después que Pléyades, Híades y el fuerte Orión se oculten, entonces acuérdate de la arada a su tiempo; y quede el ciclo anual bajo la tierra dispuesto50. Si te asalta el deseo de la navegación tempestuosa51, cuando las Pléyades huyen de la potente fuerza 50 El aconsejamiento sobre los trabajos de primavera y verano (vv. 564-617) se articula en cinco párrafos, de los cuales solo el primero se refiere a la primavera y los otros cuatro a sucesivos momentos del verano; el primero (y de forma indirecta el segundo, v. 572) y el último se refieren brevemente al cultivo del vino y el segundo y el cuarto al del grano, o, para ser más exactos, los párrafos segundo, cuarto y quinto se refieren a la cosecha y recolección de uno u otro producto, siendo el párrafo central, el tercero, en parte descriptivo y en parte exhortativo, pero no del trabajo sino del descanso y el solaz, en el momento de mayor calor del verano, de un modo un poco paralelo, aunque menos extenso, a como lo hiciera el pasaje sobre el mes de Leneón. 51 El carácter sumario de ambas partes de la subsección de los trabajos del mar (vv. 618-694) se hace anunciar, primero, en el despectivo calificativo aplicado a la navegación ya en el primer verso (δυσπεμφέλου v. 618, el cual se hace eco de una actitud muy propia de la cultura griega frente al mar) y, segundo, en la confesión del poeta de que “no sabe nada ni de navegación ni de barcos” (v. 649), sino que va a exponer “el canto que las Musas le enseñaron” (vv. 661s.). Lo que sí incluyen cada una

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

φεύγουσαι πίπτωσιν ἐς ἠεροειδέα πόντον, δὴ τότε παντοίων ἀνέμων θυίουσιν ἀῆται· καὶ τότε μηκέτι νῆας ἔχειν ἐνὶ οἴνοπι πόντῳ γῆν δ’ ἐργάζεσθαι μεμνημένος ὥς σε κελεύω· νῆα δ’ ἐπ’ ἠπείρου ἐρύσαι πυκάσαι τε λίθοισι πάντοθεν, ὄφρ’ ἴσχωσ’ ἀνέμων μένος ὑγρὸν ἀέντων, χείμαρον ἐξερύσας, ἵνα μὴ πύθῃ Διὸς ὄμβρος. ὅπλα δ’ ἐπάρμενα πάντα τεῷ ἐγκάτθεο οἴκῳ, εὐκόσμως στολίσας νηὸς πτερὰ ποντοπόροιο· πηδάλιον δ’ εὐεργὲς ὑπὲρ καπνοῦ κρεμάσασθαι. αὐτὸς δ’ ὡραῖον μίμνειν πλόον εἰς ὅ κεν ἔλθῃ· καὶ τότε νῆα θοὴν ἅλαδ’ ἑλκέμεν, ἐν δέ τε φόρτον ἄρμενον ἐντύνασθαι, ἵν’ οἴκαδε κέρδος ἄρηαι, ὥς περ ἐμός τε πατὴρ καὶ σός, μέγα νήπιε Πέρση, πλωίζεσκ’ ἐν νηυσί, βίου κεχρημένος ἐσθλοῦ· ὅς ποτε καὶ τῇδ’ ἦλθε πολὺν διὰ πόντον ἀνύσσας, Κύμην Αἰολίδα προλιπὼν ἐν νηὶ μελαίνῃ, οὐκ ἄφενος φεύγων οὐδὲ πλοῦτόν τε καὶ ὄλβον, ἀλλὰ κακὴν πενίην, τὴν Ζεὺς ἄνδρεσσι δίδωσι· νάσσατο δ’ ἄγχ’ Ἑλικῶνος ὀιζυρῇ ἐνὶ κώμῃ, Ἄσκρῃ, χεῖμα κακῇ, θέρει ἀργαλέῃ, οὐδέ ποτ’ ἐσθλῇ. τύνη δ’, ὦ Πέρση, ἔργων μεμνημένος εἶναι ὡραίων πάντων, περὶ ναυτιλίης δὲ μάλιστα. νῆ’ ὀλίγην αἰνεῖν, μεγάλῃ δ’ ἐνὶ φορτία θέσθαι· μείζων μὲν φόρτος, μεῖζον δ’ ἐπὶ κέρδεϊ κέρδος ἔσσεται, εἴ κ’ ἄνεμοί γε κακὰς ἀπέχωσιν ἀήτας.

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621 θύουσιν o (et Colonna et edd. priusquam Rzach) : θυίουσιν plerique edd. post Rzach • 622 νῆας (et West, Colonna, Sinclair, Mazon, Wilam., Rzach, Paley…Van Lennep) : νῆα Solmsen; possis νῆα γ’ (cf. 650 νηί γ’) • 623 δ’ om. Byz. (del. Peppmüller et Rzach) • 632 ἐντύνασθ’ Dac (ἐντύνασθ’ ἵνα Heinrich) • ἄγηαι Peppmüller • 635 τῇδ’ o (et Sinclair, Mazon, Paley, Schoemann, Van Lennep) : τεῖδ’ Bergk (et Solmsen, Colonna, Rzach, Goettling-Flach) vel τυῖδ’ (et West) • πολὺν : βαθὺν Pr. • 639 νάσσατο et Strabo 9.2.25 al. : εἵσατο Cert. 5 • 640 οὐδέ ποτ’ Strabo Cert. al. : οὔποτ’ o • 643 ἐνὶ et Plu. de aud. poet. 22F al. : ἐν DTr.

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de Orión y caen al brumoso ponto, entonces azotan galernas de toda clase de vientos; y entonces no tengas ya barcos en el vinoso ponto y acuérdate de labrar la tierra como te ordeno. Saca el barco a tierra firme y rodéalo de piedras por todas partes, a fin de que resista la húmeda furia y el soplo de los vientos, y quítale el tapón del ángulo, para que no lo pudra la lluvia de Zeus. Mete todos los aparejos bien dispuestos dentro de casa, plegando como es debido las alas del barco surcador del ponto, y cuelga encima del humo el timón bien trabajado. Aguarda a que llegue el momento de navegar y entonces arrastra al mar tu rápido barco y provéelo de la carga adecuada para que puedas traer ganancia a casa, como el padre tuyo y mío, Perses, gran necio, navegaba con sus barcos falto del digno sustento. También él vino aquí un día atravesando el mar extenso tras dejar la eolia Cime con su negro barco, huyendo no de abundancia ni de riqueza ni de dicha, sino de funesta pobreza, que Zeus otorga a los hombres; y se estableció cerca del Helicón, en la miserable aldea de Ascra, mala en invierno, insoportable en verano y nunca buena. En cuanto a ti, Perses, acuérdate a su tiempo de todos los trabajos, y de los de la navegación especialmente. Alaba el barco pequeño, pero pon tu carga en el grande: a mayor carga, mayor ganancia sobre ganancia habrá, si los vientos alejan sus funestas galernas.

de estas dos partes es sendas declaraciones “autobiográficas” en un momento en que la alusión al pleito del poeta con su hermano Perses (vv. 34-39) se siente ya demasiado lejano para dar a la composición el toque personal y “dramático” que el aleccionamiento de cuando en cuando necesita. Su función contextual es distinta. La primera menciona el caso del padre de ambos hermanos, que tuvo que ganarse la vida navegando, a título de exemplum exhortativo (vv. 630ss.); la segunda explica cómo el poeta puede aleccionar sobre el tema sin apenas haberse embarcado, en virtud de sus dotes de aedo, las cuales ilustra con el dato de su victoria en un agón en Eubea y la dedicatoria del premio a las Musas del Helicón “donde por primera vez lo pusieron en la senda del canto”, en muy probable alusión al pasaje de Teogonía 22ss. que refiere su inspiración poética (vv. 650-662).

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Εὖτ’ ἂν ἐπ’ ἐμπορίην τρέψας ἀεσίφρονα θυμὸν βούληαι χρέα τε προφυγεῖν καὶ λιμὸν ἀτερπέα, δείξω δή τοι μέτρα πολυφλοίσβοιο θαλάσσης, οὔτε τι ναυτιλίης σεσοφισμένος οὔτε τι νηῶν· οὐ γάρ πώ ποτε νηὶ γ’ ἐπέπλων εὐρέα πόντον, εἰ μὴ ἐς Εὔβοιαν ἐξ Αὐλίδος, ᾗ ποτ’ Ἀχαιοὶ μείναντες χειμῶνα πολὺν σὺν λαὸν ἄγειραν Ἑλλάδος ἐξ ἱερῆς Τροίην ἐς καλλιγύναικα. ἔνθα δ’ ἐγὼν ἐπ’ ἄεθλα δαΐφρονος Ἀμφιδάμαντος Χαλκίδα τ’ εἰσεπέρησα· τὰ δὲ προπεφραδμένα πολλὰ ἄεθλ’ ἔθεσαν παῖδες μεγαλήτορες· ἔνθα μέ φημι ὕμνῳ νικήσαντα φέρειν τρίποδ’ ὠτώεντα. τὸν μὲν ἐγὼ Μούσῃσ’ Ἑλικωνιάδεσσ’ ἀνέθηκα ἔνθα με τὸ πρῶτον λιγυρῆς ἐπέβησαν ἀοιδῆς. τόσσον τοι νηῶν γε πεπείρημαι πολυγόμφων· ἀλλὰ καὶ ὣς ἐρέω Ζηνὸς νόον αἰγιόχοιο· Μοῦσαι γάρ μ’ ἐδίδαξαν ἀθέσφατον ὕμνον ἀείδειν.

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646 τρέψας et Pr. : -ῃς Φ • 647 βούλεαι δὲ o : βούληαι corr. Byz. • δὲ exp. Spohn ([δὲ] Solmsen) • ἀτερπέα Byz. : -ῆ CΦ : -ῆν D • 650-662 proscr. Plu., 651-60 alii • 650 γ’ in ras. D, om. Byz. • 651 Εὐβοίην? Wilam. comm. ad loc. • 655 Χαλκίδα τ’ o (et West) : Χαλκίδαδ’? Schoemann : Χαλκίδα [τ’] Solmsen • 656 μεγαλήτορος o (et Rz., Wilam., Mazon, Sinclair, Colonna, West) : -ρες corr. Byz. (S)

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Cuando dirijas tu estúpida mente al comercio queriendo escapar de la necesidad y el hambre ingrata, te mostraré las medidas del mar estruendoso, aun nada sabiendo ni de navegación ni de barcos, pues jamás crucé en barco el ancho ponto más que hasta Eubea desde Áulide, donde una vez los Aqueos pasaron el invierno y alistaron un gran contingente desde la sagrada Hélade hacia Troya de hermosas mujeres. Allí pasé yo a Calcis para los juegos en honor del belicoso Anfidamante; y sus magnánimos hijos dispusieron los numerosos premios anunciados. Allí proclamo haber vencido con un poema y llevarme un trípode con asas, el cual dediqué a las Musas del Helicón donde por primera vez me condujeron al dulce canto. Tal es mi experiencia con los bien clavados barcos; pero aun así expondré el pensamiento de Zeus portador de la égida, pues las Musas me enseñaron a cantar un inefable canto52. 52 Según el testimonio de Proclo, Plutarco, en su comentario a Trabajos y Días (fr. 84 S.), dice que “Todo esto sobre Calcis, Anfidamante, los juegos y el trípode ha sido interpolado y no tiene ningún valor”. En cuanto al verso en el que la supuesta interpolación daría comienzo, el editor del comentario, Sandbach, cuenta 651-662, pero cita a partir del 654. Aunque ninguno de los actuales editores de Trabajos y Días secluye el pasaje, en el aparato crítico Mazon señala también los vv. 654-662 como los condenados por Plutarco, Solmsen en cambio los vv. 650-662, al igual que West (Hesiod: Works and Days, 1978, p. 319). De hecho las referencias descalificadas por Plutarco se contienen en los vv. 654-659, de los cuales podría prescindirse sin menoscabo del sentido del resto. Antes que Plutarco ya otros autores mostraron su desconfianza sobre el pasaje a juzgar por uno de los scholia vetera, y como tal acaso remontable a la época alejandrina (cf. A. Pertusi, Aevum 211 (1952), pp. 223-226). Se supone que la causa de la seclusión estribaría en la sospecha de que este pasaje del poema hesiódico habría constituido el punto de partida para la historia del famoso enfrentamiento poético entre Hesíodo y Homero recogida por el sofista Alcidamante (comienzos del s. IV a. C.) y transmitida en el llamado Certamen de Homero y Hesíodo, composición datable a mediados del s. II d. C. De hecho en Quaest. conv. 5.2 (Mor. 675A) Plutarco califica de “ejemplo trasnochado” de juegos poético-funerales los de Anfidamante, “en los que refieren que Homero y Hesíodo disputaron con sus versos”. En la aceptación del pasaje hesiódico por los editores actuales es de suponer que haya pesado no solo su indefinición acerca de la extensión exacta del pasaje, sino sobre todo la distinción que hay que establecer entre la historia, a todas luces espuria, de la competición entre Hesíodo y Homero con la victoria del primero, que la leyenda puede haber extraído de

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Ἤματα πεντήκοντα μετὰ τροπὰς ἠελίοιο, ἐς τέλος ἐλθόντος θέρεος, καματώδεος ὥρης, ὡραῖος πέλεται θνητοῖς πλόος· οὔτε κε νῆα καυάξαις οὔτ’ ἄνδρας ἀποφθείσειε θάλασσα, εἰ δὴ μὴ πρόφρων γε Ποσειδάων ἐνοσίχθων ἢ Ζεὺς ἀθανάτων βασιλεὺς ἐθέλῃσιν ὀλέσσαι· ἐν τοῖς γὰρ τέλος ἐστὶν ὁμῶς ἀγαθῶν τε κακῶν τε. τῆμος δ’ εὐκρινέες τ’ αὖραι καὶ πόντος ἀπήμων· εὔκηλος τότε νῆα θοὴν ἀνέμοισι πιθήσας ἑλκέμεν ἐς πόντον φόρτον τ’ ἐς πάντα τίθεσθαι· σπεύδειν δ’ ὅττι τάχιστα πάλιν οἶκόνδε νέεσθαι μηδὲ μένειν οἶνόν τε νέον καὶ ὀπωρινὸν ὄμβρον καὶ χειμῶν’ ἐπιόντα Νότοιό τε δεινὰς ἀήτας, ὅς τ’ ὤρινε θάλασσαν ὁμαρτήσας Διὸς ὄμβρῳ πολλῷ ὀπωρινῷ, χαλεπὸν δέ τε πόντον ἔθηκεν. ἄλλος δ’ εἰαρινὸς πέλεται πλόος ἀνθρώποισιν· ἦμος δὴ τὸ πρῶτον, ὅσον τ’ ἐπιβᾶσα κορώνη ἴχνος ἐποίησεν, τόσσον πέταλ’ ἀνδρὶ φανήῃ ἐν κράδῃ ἀκροτάτῃ, τότε δ’ ἄμβατός ἐστι θάλασσα· εἰαρινὸς δ’ οὗτος πέλεται πλόος· οὔ μιν ἔγωγε αἴνημ’, οὐ γὰρ ἐμῷ θυμῷ κεχαρισμένος ἐστίν· ἁρπακτός· χαλεπῶς κε φύγοις κακόν· ἀλλά νυ καὶ τὰ ἄνθρωποι ῥέζουσιν ἀιδρείῃσι νόοιο· χρήματα γὰρ ψυχὴ πέλεται δειλοῖσι βροτοῖσι. δεινὸν δ’ ἐστὶ θανεῖν μετὰ κύμασιν· ἀλλά σ’ ἄνωγα φράζεσθαι τάδε πάντα μετὰ φρεσὶν ὡς ἀγορεύω. μηδ’ ἐν νηυσὶν ἅπαντα βίον κοίλῃσι τίθεσθαι, ἀλλὰ πλέω λείπειν, τὰ δὲ μείονα φορτίζεσθαι·

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665 θνητοῖσι o : corr. Byz. • 672 τ’ ἐς : τ’ εὖ Φ (et Spohn, Dindf., Goettling, Lehn, Paley, Goettling-Flach, Schoemann) : δ’ ἐν Haupt • 680 φανείη o : corr. Rzach (cf. ad 450) • 684 κε φύγῃς, sscr. οι (eadem m.?) C : γε φύγοις D : γε φύγῃς Φ • 685 ἀιδρείῃσι C Φ : ἀιδρίῃσι West • 686 γὰρ et Stob. 4.31.23 : δὲ sch. Arat. 299 • 687 μετὰ : κατὰ Cac (corr. m. rec.) D • 689 ἐνὶ Φ • ἅπα[ντα et Π39 : πανִτ[α Π49 • 690 om. Π39Π49 (homoeotel.)

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Cincuenta días después del tiempo del solsticio, cuando toca a su fin la fatigosa época del verano, es tiempo de navegar para los mortales; ni harás trizas el barco ni el mar causará la muerte de los hombres, a no ser que a propósito Posidón agitador de la tierra o Zeus rey de los inmortales quiera aniquilarlos; pues en manos de ellos está el fin tanto de los bienes como de los males. Entonces hay brisas regulares y el mar es inocuo. Arrastra entonces sin miedo tu rápido barco hasta el mar confiando en los vientos y pon en él toda tu carga. Y apresúrate a regresar lo antes posible de nuevo a casa y no aguardar al vino nuevo y la lluvia de otoño, la llegada del invierno y las terribles galernas del Noto, el cual encrespa el mar acompañado de abundante lluvia de Zeus en otoño y pone difícil el ponto. La primavera es otra época de navegar para los hombres. Cuando por primera vez, cual la huella que deja la corneja al posarse, otro tanto se muestran al hombre las hojas en la punta de la rama de la higuera, entonces es el mar navegable. Esta es la navegación de primavera. Yo no la aconsejaría, pues no es grata a mi corazón; es azarosa; difícilmente podrás evitar la desgracia; pero aun así los hombres la practican por ignorancia de su mente, porque el dinero es la vida para los pobres mortales. Pero es terrible morir en medio de las olas. Te insto a que consideres todo esto en tus mientes como te expreso. Y no pongas todos tus bienes en los cóncavos barcos, sino deja la mayor parte y embarca la parte más pequeña;

este pasaje, y el pasaje mismo. La imaginación literaria ha llegado a ver el trípode del premio y hasta una inscripción en él que de nuevo añade el dato de la victoria sobre Homero, inscripción recogida en el Certamen (210 ss.). Lo que en cambio no ha sido tan visto es que la referencia del v. 659 al lugar donde le fue inspirado a Hesíodo el don poético incluye una expresión, λιγυρῆς ἐπέβησαν ἀοιδῆς /, que es fórmula equivalente de aquella, καλὴν ἐδίδαξαν ἀοιδήν /, que en el pasaje correspondiente de Teogonía (v. 22) indica este hecho, estableciendo así un nexo inter/intratextual entre ambas obras que es tal vez el indicio más significativo que puede aducirse, por menos controlable, de su pertenencia al mismo autor.

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δεινὸν γὰρ πόντου μετὰ κύμασι πήματι κύρσαι· δεινὸν δ’ εἴ κ’ ἐπ’ ἄμαξαν ὑπέρβιον ἄχθος ἀείρας ἄξονα καυάξαις καὶ φορτία μαυρωθείη. μέτρα φυλάσσεσθαι· καιρὸς δ’ ἐπὶ πᾶσιν ἄριστος. Ὡραῖος δὲ γυναῖκα τεὸν ποτὶ οἶκον ἄγεσθαι, μήτε τριηκόντων ἐτέων μάλα πόλλ’ ἀπολείπων μήτ’ ἐπιθεὶς μάλα πολλά· γάμος δέ τοι ὥριος οὗτος· ἡ δὲ γυνὴ τέτορ’ ἡβώοι, πέμπτῳ δὲ γαμοῖτο. παρθενικὴν δὲ γαμεῖν, ὥς κ’ ἤθεα κεδνὰ διδάξῃς, τὴν δὲ μάλιστα γαμεῖν, ἥτις σέθεν ἐγγύθι ναίει, πάντα μάλ’ ἀμφὶς ἰδών, μὴ γείτοσι χάρματα γήμῃς. οὐ μὲν γάρ τι γυναικὸς ἀνὴρ ληίζετ’ ἄμεινον τῆς ἀγαθῆς, τῆς δ’ αὖτε κακῆς οὐ ῥίγιον ἄλλο, δειπνολόχης, ἥ τ’ ἄνδρα καὶ ἴφθιμόν περ ἐόντα εὕει ἄτερ δαλοῖο καὶ ὠμῷ γήραϊ δῶκεν. εὖ δ’ ὄπιν ἀθανάτων μακάρων πεφυλαγμένος εἶναι. μὴ δὲ κασιγνήτῳ ἶσον ποιεῖσθαι ἑταῖρον·

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691 πήμ]ατι et Π5 : -ματι e corr. in D : πήμασι Φ • 692 sq. hab. et Π5, leg. Pr. Σvet, 692 hab. et Π39 : exp. Lehrs • 692 ἐπ’ ἄμαξαν Π39 Π49 Cψ : ἐφ’ ἅμαξαν DΦ • 693 καὶ et Π49 : τὰ δὲ Byz. (S) • 695 π[οτὶ Π5 Π49 Byz. (S) sch. Theocr. I. 109 Stob. 4.22.114 : ἐπὶ o • 698 γαμοῖτο et Plu. amat. 753A al. : -είτω (-το H) Φ • 699 ὥς κ’ et Π5 Π49 Stob. 4.22.98 : ἵνα ‘Aristot.’ oec. 1344a17 Aristid. de rhet. 2.41 Dind. : ὡς Wilam. • διδάξῃς et Stob. : -ῃ ‘Aristot.’ codd. Aristid. • 700 om. Π5 Π49 Stob., non respic. Pr. Σvet (cf. 343), hab. Π39 (?) • 701 om. Π39 (?) • 704 δ]ειπνολόχης et Π5 Π49 Pr. EtG al. : -ου Stob. 4.22.73 EtTittm s.v. • 705 εὕει et Π5 Plu. al. : αὔει Stob. • δαλοῖο Π49 Stob. : δαλοῦ Π5 o Plu. de virt. et vit. 100E al. • καὶ ὠμῷ γ. δῶκεν Π39 (?) CD Plu. Eust. in Hom. 1784.25 EtGA : καὶ ἐν (ἐν om. Φ) ὠμῷ γ. θῆκεν Π5 (ut vid.) Φ Plu. de div. an. 526F Stob. • 706 hab. et Π5 Π39 Pr. (Stob. I. 3.13 incertum an hinc) : exp. Lehrs (et Goettling-Flach, Rzach, Wilam., Solmsen) : post 723 transp. Steitz

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pues es terrible encontrar la ruina entre las olas del mar, como es terrible que, por poner excesiva carga en el carro, partas el eje y se eche a perder la mercancía. Observa la medida: la adecuación es lo mejor en todo. 695

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A su tiempo llévate mujer a casa53, sin que te falte mucho para los treinta años y sin sobrepasarlos demasiado; el matrimonio a esa edad es oportuno; la mujer que sea cuatro años núbil y al quinto contraiga matrimonio. Cásate con una virgen, para que puedas enseñarle nobles costumbres, y cásate sobre todo con la que habita cerca de ti54, mirándolo bien todo, no vayas a desposar la irrisión de tus vecinos. Ningún bien mayor obtiene el hombre que una mujer buena, y nada más horrible que una mala, una acechacenas, que, por fuerte que sea el hombre, lo chamusca sin antorcha y a prematura vejez lo entrega. Cuídate bien de la venganza de los bienaventurados inmortales55. No consideres igual al amigo que a un hermano;

53 La clave de la asociación de ideas entre esta (vv. 695-764) y la sección precedente viene dada por el término ὡραῖος “a su tiempo” (v. 695) y la doble gnome del v. 694, de cuya primera parte el término μέτρα “medida” (aplicado a la vez a la cantidad de carga oportuna ya sea del barco ya sea del carro, vv. 689-692) es englobado en el término más amplio καιρός “adecuación” (en el espacio o en el tiempo) de su segunda parte, cf. J. A. Fernández Delgado, “Sobre forma y contenido de Los Trabajos y los Días”, en Estudios de forma y contenido sobre los géneros literarios griegos, 1982. 54 El verso 700 es secluido por Solmsen porque falta en algunos testimonios antiguos y se considera construido a partir del v. 343. Sin embargo el v. 701 conecta mucho mejor con este que con el v. 699, la condena del matrimonio fuera del propio entorno es algo que está sancionado en el gnomologio de muchas culturas (cf. el proverbio italiano “Chi lontano va ammogliare sarà ingannato o vorrà ingannare” o el gallego “O que fora vai casar, tacha leva ou vai buscar”) y la adaptación hexamétrica de dos proverbios distintos a partir de un mismo módulo compositivo es un procedimiento rapsódico bien conocido del poema hesiódico, cf. J. A. Fernández Delgado, “Los Trabajos y los Días y el refranero de la Grecia primitiva”, Actas V Congreso Español de Estudios Clásicos, Madrid, 1978, pp. 26l-267. 55 Dada la poco idónea ubicación de este verso (706), Lehrs puso en duda su autenticidad, Steitz propuso trasladarlo después del v. 723, a partir del cual la idea del temor divino se encuentra más directamente implicada, y Wilamowitz lo condenó junto con los versos 724-759, opinión secundada por un buen número de estudiosos, entre

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εἰ δέ κε ποιήσῃς, μή μιν πρότερος κακὸν ἔρξῃς μηδὲ ψεύδεσθαι γλώσσης χάριν· εἰ δέ σέ γ’ ἄρχῃ ἤ τι ἔπος εἰπὼν ἀποθύμιον ἠὲ καὶ ἔρξας, δὶς τόσα τείνυσθαι μεμνημένος· εἰ δέ κεν αὖτις ἡγῆτ’ ἐς φιλότητα, δίκην δ’ ἐθέλῃσι παρασχεῖν, δέξασθαι· δειλός τοι ἀνὴρ φίλον ἄλλοτε ἄλλον ποιεῖται· σὲ δὲ μή τι νόος κατελεγχέτω εἶδος. μηδὲ πολύξεινον μηδ’ ἄξεινον καλέεσθαι, μηδὲ κακῶν ἕταρον μηδ’ ἐσθλῶν νεικεστῆρα. μηδέ ποτ’ οὐλομένην πενίην θυμοφθόρον ἀνδρὶ τέτλαθ’ ὀνειδίζειν, μακάρων δόσιν αἰὲν ἐόντων. γλώσσης τοι θησαυρὸς ἐν ἀνθρώποισιν ἄριστος φειδωλῆς, πλείστη δὲ χάρις κατὰ μέτρον ἰούσης· εἰ δὲ κακὸν εἴποις, τάχα κ’ αὐτὸς μεῖζον ἀκούσαις. μηδὲ πολυξείνου δαιτὸς δυσπέμφελος εἶναι· ἐκ κοινοῦ πλείστη τε χάρις δαπάνη τ’ ὀλιγίστη. μηδέ ποτ’ ἐξ ἠοῦς Διὶ λείβειν αἴθοπα οἶνον χερσὶν ἀνίπτοισιν μηδ’ ἄλλοις ἀθανάτοισιν· οὐ γὰρ τοί γε κλύουσιν, ἀποπτύουσι δέ τ’ ἀράς. μηδ’ ἄντ’ ἠελίου τετραμμένος ὀρθὸς ὀμείχειν·

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708 ποιήσῃς Π5 CDpcH EtGA EtGud s.v. κασίγν. : -σεις Dac (corr. m. I) E : -σῃ Schoemann (et West) • πρότερος et EtG Gud : -ον DΦ • ἔρξῃς Π5 o EtG Gud (et edd.) : ἔρξαι Solmsen • 709 εἰ δέ σ]έ γ’ ἄρχ[ῃ et Π5 Π49 EtG (et edd.) : εἰ δέ κεν ἄ. EtGud (et Van Lennep) • 711 εἰ δέ κεν et EtG Gud (et Solmsen, West, Wilam., Paley, Schoemann, Van Lennep) : εἰ δὲ σέ γ’ D (et Sinclair, Mazon, Rzach, Goettling-Flach) • 712 ἡγεῖτ’ ἐς o : ἡγεῖται EtG Gud : corr. Byz. (S) • 713 ἄλλοτ(ε) ἄλλον C EtGA : ἄλλο]τε τ’ ἄλλ. Π49 DΦ : ἄλλοτ’ ἐς ἄλλ. EtGud • 714 ποιῆσαι EtG Gud • νόος CacDac EtG Gud (et Solmsen, West, Mazon, Wilam.) : νόον Π5 CpcDpcΦ Pr. (?) sch. BT Il. 3.39 (et Colonna, Sinclair, Rzach, Goettling-Flach, Schoemann, Van Lennep) • 715 μηδὲ - μηδ’ EtG Gud, hoc et Π5 : μήτε - μήτ’ Aristot. Eth. Nic. 1170b21 • -ξεινον bis et EtG Gud : -ξεινος bis Aristot. • 716 νεικεστῆρα Π5 (νηκεσִτ̣ η̣[ ) C Eust. in Hom. 1339. 32 (et edd.) : -ητῆρα DΦ sch.. Pi. P. 4. 507 EtG Gud • 719 ἀνθρώποισιν ἄριστος et Gell. I.15.14 al. (et edd.) : -σι μέγιστος Stob. 3.35.1 • 721 εἴποις et sch. T Il. 16.748 al. (Goettl-Fl., Rzach, Wilam., Maz., Col., Solmsen) : -ῃς Dac Φ (Van Lennep, Schoemann, Paley, West) • ἀκούσεις Φ • 722 δυσπέμφελος et sch. T (et edd.) : -ον Athen. 8.364d • 723 τε Athen. sch. Od. I.266 al. : δὲ o EtG (sch.) s.v. δυσπέμφ. (post κοινοῦ interpung. Π5 o) • 724-759 Hesiodo abiud. Wilam. al. • 727 ἠελίοιο Byz. (S) Io. Dox. in Anecd. Ox. 4.167 Cr. (-ίοι EtGA s.v. ἀμίς) • ὀμείχειν Wackernagel, Kl. Schr. 1038 n.2 (West) : ὀμιχεῖν et Π5 (sine accentu) (edd. et Solmsen, cf. L-S-J)

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y, si lo haces, no seas tú el primero en causarle daño ni le mientas por mor de hablar; y si es él el que empieza o diciendo una frase malsonante o realizándola, acuérdate de devolverle doble pago; y si de nuevo él te atrae a su amistad y está dispuesto a enmendarlo, acéptalo; pobre del hombre que hace hoy un amigo y mañana otro; que tu aspecto no sea desmentido por tu pensamiento. Ni muy hospitalario ni sin huéspedes seas llamado, ni de hombres viles amigo ni provocador de honrados. Ni la funesta pobreza que devora el alma oses nunca a un hombre echar en cara, don de los sempiternos bienaventurados. Una lengua parca es el tesoro mayor entre los humanos y el mayor placer cuando procede en la justa medida. Si hablas mal de otro, pronto de ti oirás hablar peor. Con el banquete de muchos huéspedes no seas displicente: en grupo es muy grande el placer y mínimo el gasto. Y al amanecer no hagas una libación de ardiente vino a Zeus con las manos sin lavar, ni a los demás inmortales, pues no te escuchan, sino que rechazan tus preces. Y no orines de pie vuelto frente al sol;

ellos Solmsen, que los secluye. De acuerdo con West (Hesiod: Works and Days, 1978, comm. ad loc.) en que no hay nada que justifique ni el desplazamiento del verso a esta posición ni su interpolación, creemos sin embargo que es más fácil pensar en la conexión de la idea del castigo divino con la del leal comportamiento con los amigos, que sigue luego (vv. 707ss.: cf. vv. 327ss., 183-187), que, tras la mención del tipo de esposa que agobia al marido (vv. 704s.), pensar en la referencia al tipo de prohibiciones sexuales mencionadas en vv. 733ss. y en su ulterior postergación para seguir con el tema de la relación con allegados, como propone el estudioso.

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αὐτὰρ ἐπεί κε δύῃ, μεμνημένος, ἔς τ’ ἀνιόντα, μήτ’ ἐν ὁδῷ μήτ’ ἐκτὸς ὁδοῦ προβάδην οὐρήσῃς, μηδ’ ἀπογυμνωθείς· μακάρων τοι νύκτες ἔασιν· ἑζόμενος δ’ ὅ γε θεῖος ἀνήρ, πεπνυμένα εἰδώς, ἢ ὅ γε πρὸς τοῖχον πελάσας εὐερκέος αὐλῆς. μηδ’ αἰδοῖα γονῇ πεπαλαγμένος ἔνδοθι οἴκου ἱστίῃ ἐμπελαδὸν παραφαινέμεν, ἀλλ’ ἀλέασθαι. μηδ’ ἀπὸ δυσφήμοιο τάφου ἀπονοστήσαντα σπερμαίνειν γενεήν, ἀλλ’ ἀθανάτων ἀπὸ δαιτός. [μηδ’ ἐπὶ κρηνάων οὐρεῖν, μάλα δ’ ἐξαλέασθαι.] μηδέ ποτ’ ἀενάων ποταμῶν καλλίρροον ὕδωρ ποσσὶ περᾶν πρίν γ’ εὔξῃ ἰδὼν ἐς καλὰ ῥέεθρα χεῖρας νιψάμενος πολυηράτῳ ὕδατι λευκῷ· ὃς ποταμὸν διαβῇ κακότητ’ ἰδὲ χεῖρας ἄνιπτος, τῷ δὲ θεοὶ νεμεσῶσι καὶ ἄλγεα δῶκαν ὀπίσσω. μηδ’ ἀπὸ πεντόζοιο θεῶν ἐν δαιτὶ θαλείῃ αὖον ἀπὸ χλωροῦ τάμνειν αἴθωνι σιδήρῳ. μηδέ ποτ’ οἰνοχόην τιθέμεν κρητῆρος ὕπερθεν πινόντων· ὀλοὴ γὰρ ἐπ’ αὐτῷ μοῖρα τέτυκται.

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728 ἐπεί κ[ et Π5 : ἐπήν κε Φ : ἐπὴν Byz. • ἀνιόντα et Π5 : -ος Φ • 729 om. D (rest. m. al.); post 730 transp. Solmsen • 730 μήτ’ D Φ • ἀπογυμνωθῇς Φ (et Schoemann, Paley) • 733 πεπαλαγμένος et EtGA s.v. σπερμαίνειν (et edd.) : -ον Eac : -α (ον sscr. m. I) H • ἔνδοθι Φ : ἔνδ ̣ο̣θ̣εν Π5 CDEtG • 734 ἱστίῃ et Π5 EtG (et Rzach, Wil., Maz., Sincl., Col., Solmsen, West) : ἑστίῃ Φ (et Van Lennep, Schoemann, Goett.-Fl., Paley) • 735 δυσφήμ. et Σvet EtG AB (et edd.) : δυστήνοιο Plu. de sera num. v. 562A • 736a (=758) non hab. Π5 Π39, non resp. Pr. Σvet (non exp. Solmsen, 758 traiec. huc West) • 740 et Π5 Π39 : proscr. (una cum 741?) Aristarchus • κακότητ’ ἰδὲ (sive κακότητι δὲ) Π39 o (et Van Lennep, Paley, Rzach, Maz., Sincl., Col.) : ]ιδε̣ Π5 : κακότητ(α) ἴδε et κακότητ’ ἔπι gramm. ant. (v. Σvet) : κακότητί γε Guyet (et Schoemann) • 741 om. Π39 • 742 ἐν et Π39 : ἐνὶ aliq. codd. • 743 αἴθωνι Π39 CD (et edd.) : αἴθωπι E • 744-769 deest E, 74450 et Π39

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y cuando se ponga, acuérdate, y hasta que salga, ni en el camino ni al borde del camino al pasar orines, ni tampoco desnudo: las noches son de los bienaventurados56; sentado lo hace el varón casto, de sensatos pensamientos, o arrimado a la pared de un bien cercado patio. Y no dejes ver tus vergüenzas manchadas de semen dentro de casa, cabe el hogar, sino evítalo. Ni engendres descendencia al regresar de un agorero funeral, sino de una fiesta de los inmortales. (Y no orines en las fuentes, evítalo por completo).57 Ni atravieses nunca a pie el agua de hermoso curso de los ríos sempiternos antes de rezar mirando a la hermosa corriente y con las manos lavadas en la muy amable agua blanca. Al que cruza un río sin lavarse su iniquidad y sus manos los dioses lo castigan y más tarde le mandan sufrimientos. Y en el copioso festín de los dioses, del de cinco ramas no cortes lo seco de lo verde con el ardiente hierro. Ni, cuando se bebe, pongas nunca la jarra encima de la cratera: suerte aciaga se atrae con ello.

56 Los versos 728 y 730 fueron considerados por Wilamowitz un añadido posterior, opinión que Solmsen considera acertada y de ahí que posponga el v. 729, que probablemente debido al homeoarchon es a su vez omitido por D (y añadido luego in margine), tras los otros dos. El problema es que αὐτάρ, partícula conectiva progresiva, no puede ser entendida en el sentido de ἀλλά “sino”, que parecería requerir el contexto. La propuesta de West, de recuperar el orden transmitido por los mss., nos parece resolver muy bien el problema. 57 El verso 736a, presente a la vez aquí y en 758, se halla mejor atestiguado en los testimonios antiguos en la segunda posición, donde por otra parte es imprescindible en la secuencia 757-759, mientras que lo es mucho menos en la primera posición, aun cuando sirva para tender un puente entre el tema de los actos genitales (vv. 727-736) y el de las aguas (vv. 737ss.). En cuanto a la secuencia 757-759 no nos parece razonable la decisión de West de trasladarla entre los versos 736-737 en virtud de dicha conexión temática con lo que precede y de que puede haber sido omitida porque el v. 757 supone un cierto saut du même au même con respecto al v. 737. Creemos que el tema de la pureza de conducta es suficiente para conectar el v. 736 y anteriores con el v. 737 y siguientes, sin necesidad de la presencia del v. 736a, del mismo modo que el tema de la higiene y la pureza ritual es suficiente para conectar los versos 757-759 con los que los preceden, versos que, por otro lado, en la posición que les asigna West, por su contenido implicarían un cierto anticlímax de los versos 737ss. que les siguen.

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μηδὲ δόμον ποιῶν ἀνεπίξεστον καταλείπειν, μή τοι ἐφεζομένη κρώξῃ λακέρυζα κορώνη. μηδ’ ἀπὸ χυτροπόδων ἀνεπιρρέκτων ἀνελόντα ἔσθειν μηδὲ λόεσθαι, ἐπεὶ καὶ τοῖς ἔπι ποινή. μηδ’ ἐπ’ ἀκινήτοισι καθίζειν, οὐ γὰρ ἄμεινον, παῖδα δυωδεκαταῖον, ὅ τ’ ἀνέρ’ ἀνήνορα ποιεῖ, μηδὲ δυωδεκάμηνον· ἴσον καὶ τοῦτο τέτυκται. μηδὲ γυναικείῳ λουτρῷ χρόα φαιδρύνεσθαι ἀνέρα· λευγαλέη γὰρ ἐπὶ χρόνον ἔστ’ ἐπὶ καὶ τῷ ποινή. μηδ’ ἱεροῖσιν ἐπ’ αἰθομένοισι κυρήσας μωμεύειν ἀίδηλα· θεός νύ τι καὶ τὰ νεμεσσᾷ. μηδέ ποτ’ ἐν προχοῇς ποταμῶν ἅλαδε προρεόντων μηδ’ ἐπὶ κρηνάων οὐρεῖν, μάλα δ’ ἐξαλέασθαι· μηδ’ ἐναποψύχειν· τὸ γὰρ οὔ τοι λώιόν ἐστιν. ὧδ’ ἔρδειν· δεινὴν δὲ βροτῶν ὑπαλεύεο φήμην· φήμη γάρ τε κακὴ πέλεται, κούφη μὲν ἀεῖραι ῥεῖα μάλ’, ἀργαλέη δὲ φέρειν, χαλεπὴ δ’ ἀποθέσθαι. φήμη δ’ οὔ τις πάμπαν ἀπόλλυται ἥντινα πολλοὶ λαοὶ φημίξουσι· θεός νύ τίς ἐστι καὶ αὐτή. Ἤματα δ’ ἐκ Διόθεν πεφυλαγμένος εὖ κατὰ μοῖραν πεφραδέμεν δμώεσσι τριηκάδα μηνὸς ἀρίστην

750

755

760

765

746 ἀνεπίξ. et Π39 Pr. al. (et edd.) : ἀνεπίρρεκτον quidam test. Σvet • 747 κρώξῃ Π5Π39C, κρωξ[ Π49 (et Rzach, Wil., Maz., Sincl., Col., Solmsen,West -ει) : κρώζῃ DH Orus al. (et Van Lennep, Schoemann, Goett.-Fl., Paley) • 748 ἀφελόντα Poll. 10.99 ‘Trypho’ de trop. 4 (3.194.10 Sp.) • 749 ἔπι Steitz (et Goett.-Fl., Wil., Solmsen, West) : ἔνι o (et Van Lennep, Schoemann, Paley, Rzach, Maz., Sincl., Col.) • 756 μωμαίνειν EtG s.v. • νύ τι Π5 Byz. (S) : νύ τoι o Σvet EtGB (νυ τὰ A) : τoι Tr. (et Van Lennep, Schoemann, Goett.Fl., Paley) : νύ τε Guyet (et West) • 757-759 proscr. Plu. (teste Pr.); post 736 transf. West • 757 πρ]οχοης Π5, -αῖς Pr. (ut vid.) (et Rzach, Wil., Maz., Sincl., Col.) : -ῇ o EtG s.v. ἀποψύχειν (et Van Lennep, Schoemann, Goettl.-Fl., Paley) • 760 δει[λ]η̣ν̣ Π5 (et West) • 762-763 om., 762 in mg. add. (763 in textu m. rec.) D (homoeoarchon) • ρειη Π5 (-α et EtG s.v. ἀλεύω) • ἀρ]γαλέη et Π5 (et edd.) : -έον EtG A • 763-764 πολλοὶ [λαοὶ et Π5 Aristot. Eth. Nic. 1153b27 Aristid. 46 (2.201D) al. (et edd.) : λαοὶ / πολλοὶ Pr. Aesch. I.129, 2.144 Dem. 19.243 sq. (bis) ‘Dio Chr.’ 37.47 al. • 764 φημίξουσι Byz. (S) EtGA, -ξωσι Π50 C Pr. ‘Dio’, alterutrum Psell. epist. 30 (et Van Lennep, Schoemann, Paley) : -ζουσι DH sch. A. Ag. 929 al. (de cet. rest. non liq.) (et Goettl.-Fl.) • 765-828 Dies Hesiodo post alios abiud. Nilsson, 765 sq. Dierum initium non fuisse vidit Lehrs : 765-67, 769 (?), 770 (?)-74, 803-06, 808-12 hab. et Π70

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TRABAJOS Y DÍAS

750

755

760

765

Y, si haces una casa, no la dejes sin terminar, no vaya a posarse graznando la chillona corneja. Y de ollas no consagradas no comas ni te laves, porque también sobre estos actos pende un castigo. Y en lugares intocables no hagas sentar, pues no es bueno, a un niño de doce años, lo cual hace al hombre no ser hombre, ni a uno de doce meses, pues le ocurre lo mismo. Ni en baño mujeril lave su cuerpo un hombre, pues con el tiempo también sobre ello pende fatal castigo. Y si tomas parte en llameantes sacrificios no te burles del ritual secreto: la divinidad también castiga esto. Ni en el curso de los ríos que corren hacia el mar ni en las fuentes orines, evítalo totalmente; ni en ellos te alivies, pues no es mejor esto. Actúa así, y evita el terrible rumor de los mortales: el rumor es malo, es ligero y muy fácil de levantar, pero pesado de llevar y difícil de quitárselo de encima. Nunca desaparece del todo un rumor que mucha gente divulga; un dios en realidad es también este. Observa como es debido los días que Zeus nos manda y advierte a tus esclavos de que el treinta es el mejor del mes58

58 Del mismo modo que el catálogo de los trabajos del campo comienza refiriéndose (vv. 382s.) no solo al principio sino también al momento final del ciclo anual de las tareas agrícolas y el de los trabajos del mar al momento final de la temporada de navegación (vv. 618ss.), el catálogo de los Días empieza por referirse (vv. 765-768) al último día del mes, el treinta, y a las tareas de conjunto para las que es idóneo, antes de proceder a su recuento ordenado. Estamos de acuerdo con West en restablecer en su lugar, siguiendo los testimonios manuscritos más antiguos (Π5 Pr. Σvet), el v. 768, que Solmsen sitúa a continuación del 769 siguiendo la conjetura de Schoemann y sin que se aprecie clara ventaja. Sobre la problemática de los “Días” cf. supra “Introducción” con bibliografía.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

ἔργα τ’ ἐποπτεύειν ἠδ’ ἁρμαλιὴν δατέασθαι, εὖτ’ ἂν ἀληθείην λαοὶ κρίνοντες ἄγωσιν· αἵδε γὰρ ἡμέραι εἰσὶ Διὸς παρὰ μητιόεντος· πρῶτον ἔνη τετράς τε καὶ ἑβδόμη, ἱερὸν ἦμαρ τῇ γὰρ Ἀπόλλωνα χρυσάορα γείνατο Λητώ· ὀγδοάτη δ’ ἐνάτη τε, δύω γε μὲν ἤματα μηνὸς ἔξοχ’ ἀεξομένοιο βροτήσια ἔργα πένεσθαι· ἑνδεκάτη δὲ δυωδεκάτη τ’, ἄμφω γε μὲν ἐσθλαὶ ἠμὲν ὄις πείκειν ἠδ’ εὔφρονα καρπὸν ἀμᾶσθαι· ἡ δὲ δυωδεκάτη τῆς ἑνδεκάτης μέγ’ ἀμείνων· τῇ γάρ τοι νεῖ νήματ’ ἀερσιπότητος ἀράχνης ἤματος ἐκ πλείου, ὅτε τ’ ἴδρις σωρὸν ἀμᾶται· τῇ δ’ ἱστὸν στήσαιτο γυνὴ προβάλοιτό τε ἔργον. Μηνὸς δ’ ἱσταμένου τρεισκαιδεκάτην ἀλέασθαι σπέρματος ἄρξασθαι· φυτὰ δ’ ἐνθρέψασθαι ἀρίστη.

770

775

780

767 δα]τέασ[θαι et Π5 (et edd.) : -εσθαι Byz. • 768 post 767 et Π5 Pr. Σvet : post 769 traiec. Schoemann (et Π70 ?) (et Solmsen), post 822 Galdi • ἀληθείην et Π5 : -ῃ (?μετὰ -ας) Σvet Hermann • 772 δ’ Π5Π70 EtTittm s.v. γέμεν (et Rzach, Maz., Sincl., Col., Solmsen) : τ’ o (et Van Lennep, Schoemann, Goettl.-Fl., Paley) • ante δύω interpungunt plerique • 774 δὲ (et Rzach, Maz., Sincl., Col.) et τε Π5 : δὲ C (τε sscr. m. I.) : τε DΦ (et Van Lennep, Schoemann, Goettl.-Fl., Paley) • 775 ἡ μὲν… ἡ δὲ Φ ut vid., Byz. • 776-790 m. rec. in E; cf. ad 744 sqq.; 776 et Π74; 776-81 et Π39Π74 • 777 νεῖ et Suda s.v. νεῖν al. (et Van Lennep, Schoemann, Goettl.-Fl., Paley, Maz., Col., Solmsen) : νῇ Suda interpol., Cobet (et Rzach, Sincl., West) • 778 sq. desunt in H, hab. et Π39 • 778 ὅτε τ’ CD EtTittm s.v. ἴδρις (et Van Lennep, Schoemann) : ὅτε Byz. (et Goettl.-Fl., Paley, Maz., Col.) : ὅ τε Bergk, Opusc. II 752 n. I (et Sincl.) • 780 τρισκαιδεκάτην Π5 o : corr. Sittl • 781 σπέρμ]ατος ἄρξ. et Π5 (et edd.) : σπέρματα δάσ(σ)ασθαι CH EtTittm s.v. δάσασθαι

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TRABAJOS Y DÍAS

768 769 770

775

780

para inspeccionar los trabajos y distribuir el alimento, cuando la gente distingue la verdad y la observa. He aquí los días provenientes de Zeus de sabio consejo: en primer lugar el último del mes, el cuatro y el siete, día sagrado porque en él engendró Leto a Apolo de áurea espada; el ocho y el nueve, dos días de la mitad creciente del mes excelentes para ocuparse de los trabajos de los mortales; el once y el doce, ambos propicios ya sea para esquilar las ovejas ya para cosechar el agradable fruto; y el doce mucho mejor que el once, pues en él teje su tela la araña que se eleva alto desde el pleno día, cuando la previsora amontona su grano59; en él que la mujer arme el telar y se aplique al trabajo60. Del comienzo del mes evita el trece para empezar la siembra; para criar plantas es el mejor, en cambio.

59 El v. 778 es manifestación de un verso formulario, propio de la poesía hesiódica, que lo utiliza, además de aquí, en Op. 524 y en fr. 204, 129 (Eeas) y el cual contiene una referencia temporal (ἤματος ἐκ πλείου/ἤματι χειμερίῳ/ὥρῃ ἐν εἰαρινῇ, ὅτ(ε)…) a la acción característica de un determinado animal enigmáticamente designado mediante un kenning (ἴδρις “previsora” = hormiga (v. 778), ἀνόστεος “sinhueso” = pulpo (v. 524), ἄτριχος “pelona” = serpiente (fr. 204, 129). 60 Nuestra puntuación del pasaje vv. 770-779 difiere tanto de la propuesta por Solmsen como de la propuesta por West, así como de la consiguiente interpretación en cada caso. La puntuación fuerte adoptada por Solmsen al final del v. 770 supone referir el contenido del v. 771 a los tres días mencionados en el verso anterior, cuando en realidad ha de referirse solamente al día siete, que es el del nacimiento de Apolo. Tanto el v. 772 como el v. 774 sin puntuación interior implican un extraño retraso de las partículas de los giros, de sentido supuestamente predicativo, δύω γε μὲν y ἄμφω γε μὲν respectivamente. En el caso de West, el problema señalado para el v. 771 con respecto al 770 no lo soluciona su propuesta de ponerlo entre paréntesis, y su propuesta de puntuación fuerte tras ὀγδοάτη τ’ἐνάτη τε (v. 772), aunque sea la adoptada por un gran número de editores, y tras ἑνδεκάτη τε δυωδεκάτη τ’ (v. 774) deja la mención de dichos días postergada tras la expresión de sus propiedades, en contra de lo que es habitual en la composición de las demás unidades del catálogo. La puntuación que proponemos se basa en la idea de que los días del uno al doce mencionados en este párrafo constituyen la enumeración de “los días provenientes de Zeus” anunciada en el v. 769 (Αἵδε γὰρ ἡμέραι…: a partir del día trece (v. 780) comienzan las restricciones), ἱερὸν ἦμαρ (v. 770) es aposición individual de ἑβδόμη y las construcciones sintácticas encabezadas por δύω γε μὲν… y ἄμφω γε μὲν… constituyen sendas aposiciones al par de días que en cada caso las preceden.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

ἕκτη δ’ ἡ μέσση μάλ’ ἀσύμφορός ἐστι φυτοῖσιν, ἀνδρογόνος δ’ ἀγαθή· κούρῃ δ’ οὐ σύμφορός ἐστιν οὔτε γενέσθαι πρῶτ’ οὔτ’ ἂρ γάμου ἀντιβολῆσαι. οὐδὲ μὲν ἡ πρώτη ἕκτη κούρῃ γε γενέσθαι ἄρμενος, ἀλλ’ ἐρίφους τάμνειν καὶ πώεα μήλων σηκόν τ’ ἀμφιβαλεῖν ποιμνήιον ἤπιον ἦμαρ· ἐσθλὴ δ’ ἀνδρογόνος· φιλέοι δ’ ὅ γε κέρτομα βάζειν ψεύδεά θ’ αἱμυλίους τε λόγους κρυφίους τ’ ὀαρισμούς. Μηνὸς δ’ ὀγδοάτῃ κάπρον καὶ βοῦν ἐρίμυκον ταμνέμεν, οὐρῆας δὲ δυωδεκάτῃ ταλαεργούς. Εἰκάδι δ’ ἐν μεγάλῃ, πλέῳ ἤματι, ἵστορα φῶτα γείνασθαι· μάλα γάρ τε νόον πεπυκασμένος ἔσται. Ἐσθλὴ δ’ ἀνδρογόνος δεκάτη, κούρῃ δέ τε τετρὰς μέσση· τῇ δέ τε μῆλα καὶ εἰλίποδας ἕλικας βοῦς καὶ κύνα καρχαρόδοντα καὶ οὐρῆας ταλαεργοὺς πρηΰνειν ἐπὶ χεῖρα τιθείς· πεφύλαξο δὲ θυμῷ τετράδ’ ἀλεύασθαι φθίνοντός θ’ ἱσταμένου τε ἄλγεα θυμοβορεῖν· μάλα τοι τετελεσμένον ἦμαρ. Ἐν δὲ τετάρτῃ μηνὸς ἄγεσθ’ εἰς οἶκον ἄκοιτιν οἰωνοὺς κρίνας οἳ ἐπ’ ἔργματι τούτῳ ἄριστοι. Πέμπτας δ’ ἐξαλέασθαι, ἐπεὶ χαλεπαί τε καὶ αἰναί· ἐν πέμπτῃ γάρ φασιν Ἐρινύας ἀμφιπολεύειν Ὅρκον γεινόμενον, τὸν Ἔρις τέκε πῆμ’ ἐπιόρκοις.

785

790

795

800

782 ἕκτη et Pr. (et edd.) : πέμπτη Poll. I. 63 • μάλα σύμφ. (Cpc?) Pr. • 783 οὐ σύμφ. D Tr : ἀσύμφ. CΦ • 785 κούρῃ γε Rzach (et Maz., Sincl., Col., West, Solmsen) : κ]ούρῃ τε Π5 D : κούρῃσι CH • 788 φιλεοι δ’ ο γε Π5 (et Rzach, Maz., Sincl., Col.) : φιλέοι (έει) δέ κε CH (D) (et West) (φιλέει δέ τε Van Lennep, Schoemann, Goettl.-Fl., Paley) • κ[έρτ]ομα et Π5 : κέρδεα Cac (corr. m. rec.) • 792-796 om. Plu. (homoeotel.) • 793 om. Π5 • γείνασθαι Byz. (et edd.) : γίνασθαι DE : γίνεσθαι C : γενέσθαι H • πεπυκασμ. D : πεπνυμένος CΦ • ἐστίν o (et Van Lennep, Schoemann, Paley, Rzach, Maz., Sincl., Col.) : corr. Doederlein (et Goettl.-Fl., Solmsen, West) • 796 οὐρῆας : ἡμιόνους Φ • 798 sq. et Π5, 799 et Π39 : 798 secl. Schoemann, 799 Steitz • 799 αλγεα θυμοβορ̣[ et Π5 : ἄλγε’ ἃ θυμοβορεῖ Rzach : ἄλγεα· θυμοβορεῖν Solmsen : ἄλγεσι θυμοβορεῖν West • τοι o : γαρ Π5 • 800 ἄγεσθ’ εἰς et Π5 (et edd.) : ἄγεσθαι ἐς Tr • 801 postea additum cens. Steitz, hab. et Π39 • 803-828 deest E, 803-12 hab. et Π39, 803-06, 808(?)-812 hab. et Π70 • 804 γִινִ ο ִμִεν[ et Π5 (γεινομένας Verg. Georg. I.277 sq.?) (et Paley, Rzach…) : τιν(ν)υμένας C (m. rec.) Byz. (Van Lennep, Schoemann (-ον), Goett.-Fl.)

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TRABAJOS Y DÍAS

785

790

795

800

El sexto de en medio es muy perjudicial para las plantas y bueno para que nazca varón; mas para una muchacha, no es conveniente ni para que venga al mundo ni para contraer matrimonio. Tampoco el primer sexto es adecuado para que nazca una niña, pero para castrar cabritos y ganado lanar o para construir un redil para encerrar el rebaño es un día favorable. Y es bueno para que nazca varón, al que gustará decir bromas, mentiras, palabras arteras y furtivos cuchicheos. El octavo día del mes capa el cerdo y el buey de sonoro mugido, y el duodécimo los mulos laboriosos. El gran veinte, en pleno día, engendra un sabio varón, pues será de mente muy cautelosa. Para que nazca varón es bueno el diez y para una muchacha el cuatro intermedio. En él amansa los carneros y los bueyes de curvos cuernos y ondulante paso, el perro de afilados dientes y los mulos laboriosos echándoles la mano por encima. Pero ten presente en tu memoria evitar que el cuatro del final del mes y el cuatro del comienzo se reconcoma de dolor tu alma; realmente es un día muy completo61. El cuarto día del mes llévate esposa a casa consultando las aves que mejores son para este asunto. Evita los cincos, porque son conflictivos y terribles; dicen que en día cinco las Erinias cuidaron de Horco en su nacimiento, al cual parió Eris para azote de perjuros.

61 Aunque supone cierta contradicción con lo dicho sobre el cuatro de la primera mitad del mes en vv. 770, 800, 809 y 819-821, no creemos necesaria la atetización del v. 798 propuesta por Solmsen, siguiendo a Schoemann, ni tampoco acogemos su puntuación fuerte tras ἄλγεα en el verso siguiente (v. 799) frente a la propuesta de West de introducir la puntuación tras θυμοβορεῖν y entender τετράδ’ (v. 798) como acusativo y no como dativo, con el argumento de que en Hesíodo no se registra elisión de la -ι del dat. sig. No nos convence en cambio la propuesta de West de sustituir ἄλγεα de los manuscritos por ἄλγεσι: aparte de lo injustificado de la conjetura ἄλγεσι, no se entiende el tipo de dependencia de la construcción ἄλγεσι θυμοβορεῖν con respecto a τετράδ’ ἀλεύασθαι.

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Μέσσῃ δ’ ἑβδομάτῃ Δημήτερος ἱερὸν ἀκτὴν εὖ μάλ’ ὀπιπεύοντα ἐυτροχάλῳ ἐν ἀλωῇ βάλλειν, ὑλοτόμον τε ταμεῖν θαλαμήια δοῦρα νήιά τε ξύλα πολλά, τά τ’ ἄρμενα νηυσὶ πέλονται. τετράδι δ’ ἄρχεσθαι νῆας πήγνυσθαι ἀραιάς. Εἰνὰς δ’ ἡ μέσση ἐπὶ δείελα λώιον ἦμαρ· πρωτίστη δ’ εἰνὰς παναπήμων ἀνθρώποισιν· ἐσθλὴ μὲν γάρ θ’ ἥ γε φυτευέμεν ἠδὲ γενέσθαι ἀνέρι τ’ ἠδὲ γυναικί, καὶ οὔποτε πάγκακον ἦμαρ. Παῦροι δ’ αὖτε ἴσασι τρισεινάδα μηνὸς ἀρίστην ἄρξασθαί τε πίθου καὶ ἐπὶ ζυγὸν αὐχένι θεῖναι βουσὶ καὶ ἡμιόνοισι καὶ ἵπποις ὠκυπόδεσσι νέα πολυκλήιδα θοὴν εἰς οἴνοπα πόντον εἰρύμεναι· παῦροι δέ τ’ ἀληθέα κικλήσκουσιν. Τετράδι δ’ οἶγε πίθον· περὶ πάντων ἱερὸν ἦμαρ μέσση· παῦροι δ’ αὖτε μετ’ εἰκάδα μηνὸς ἀρίστην ἠοῦς γεινομένης· ἐπὶ δείελα δ’ ἐστὶ χερείων. Αἵδε μὲν ἡμέραι εἰσὶν ἐπιχθονίοις μέγ’ ὄνειαρ· αἱ δ’ ἄλλαι μετάδουποι, ἀκήριοι, οὔ τι φέρουσαι.

805

810

815

820

806 ὀπιπεύοντα Byz. Σvet (Rzach…) : -ας C (ὀπιπτεύοντας et Van Lennep, Goett.-Fl., Paley (ὀπιπεύ-)) : -ος D : -πτεύοντα H (Schoemann) • 807 βάλλει]ν et Π5Π39 : βαλλέμε]ν Rzach • 809 postea additum cens. Nilsson, hab. et Π39Π70 • ἀραιάς et Π5Π39 (post corr.) Π70 • 812 θ’ η̣ γε Π5 (Rzach…) : ἥδε C : θ’ ἥδε DH (et Van Lennep, Schoemann, Goett.-Fl., Paley) • 814 αὖτ’ o • 815 αὐχένα o (et Van Lennep, Schoemann, Goett.Fl., Paley) : corr. Hermann (Rzach…) • 817 νῆα et Π5 (et edd.) : νέα corr. Schaefer (et West) • 818 ελκεμ[ενα]ι· Π5 • 820 μέσση et Π5 (et edd.) : μεσσήην (sic) C : μεσσήῃ H : μεσσῃ Byz. (et West) • δ’ [α]ὖτε Π5 Byz. (S) : δὲ CH : δέ τε D • μετεικάδα D (et West) • 821 γιν- D : γιγִν[ Π5 (et Rzach., Maz., Sincl., Col.)

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TRABAJOS Y DÍAS 805

810

815

820

El siete de en medio echa con mucho cuidado el sagrado grano de Deméter en bien redondeada era y que el leñador corte las tablas del tálamo y madera naval en abundancia, de la que es adecuada para barcos. Y el cuatro comienza a construir los estrechos barcos. El nueve de en medio es un día más propicio por la tarde y el primero de los nueves totalmente inocuo para los hombres; es propicio tanto para plantar como para nacer ya sea hombre o mujer, y nunca es día del todo nefasto. Pocos saben, por otra parte, que el tercer nueve es el mejor día del mes para encetar la tinaja y poner el yugo al pescuezo de los bueyes, mulos y caballos velocípedos, así como para sacar al vinoso ponto el raudo barco de muchos bancos; pero pocos lo llaman por su nombre verdadero62. El cuatro abre la tinaja; sobre todo es día sagrado el del medio; y pocos saben que el de tras del veinte es el mejor del mes al despuntar la mañana; por la tarde es menos favorable. Estos días son de gran provecho para los que habitan sobre la tierra63; los demás son fortuitos, de signo indiferente y sin ninguna marca.

62 Entre la alternativa ofrecida por Solmsen, de secluir los versos 815-816 siguiendo la propuesta de Goettling y Verdenius, la cual suprimiría la asociación que motiva al v. 819 a través de la exhortación a empezar la tinaja, y la propuesta de West de acoger la conjetura νέα de Schaefer en el v. 817 para poder evitar su imposible asíndeton, parece más razonable la segunda: de hecho algunos manuscritos presentan un imposible τ(ε) ante εἰς en este verso y, por otra parte, al igual que se puede constatar en el caso de νέα monosilábico en Odisea IX 283, νῆα puede haberse impuesto en los manuscritos en la medida en que la forma νέα iba resultando más insólita, y haber traído como consecuencia la omisión de τε. 63 En mi opinión los versos 822-828 constituyen el epílogo, en parte de la sección de los Días (vv. 822-825) y en parte del poema completo (vv. 826-828), aun cuando por B. A. Van Groningen (La composition littéraire archaïque grecque. Procédés et réalisations, 19602, pp. 229ss.) han sido considerados un añadido posterior (en realidad ya desde el v. 819) por no encajar en su teoría de la ausencia de epílogo en la composición literaria arcaica. De igual modo que el catálogo de los trabajos del campo se cierra en Ring-Komposition, recordando al final el momento de la arada, al ponerse las Pléyades (vv. 615ss.), lo mismo que al comienzo (vv. 383s.), el catálogo de los Días resume su doctrina sobre estos (v. 822) sirviéndose de la misma fórmula (Αἵδε μὲν/γὰρ ἡμέραι εἰσὶ(ν)…) con que da inicio a su enumeración ordenada (v. 769). Dicho resumen

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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

ἄλλος δ’ ἀλλοίην αἰνεῖ, παῦροι δὲ τ᾿ ἴσασιν· ἄλλοτε μητρυιὴ πέλει ἡμέρη, ἄλλοτε μήτηρ. τάων εὐδαίμων τε καὶ ὄλβιος ὃς τάδε πάντα εἰδὼς ἐργάζηται ἀναίτιος ἀθανάτοισιν, ὄρνιθας κρίνων καὶ ὑπερβασίας ἀλεείνων.

825

824 δὲ τ’ ἴσ. o (et Schoemann, West) : corr. Van Lennep (cf. 814, 40 versus 818) (et Goett.-Fl., Paley, Rzach., Maz., Sincl., Col.) • 825 μητρυιὴ Π5 Cac : μητρυὴ CpcD • 826 post τάων distinx. West

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TRABAJOS Y DÍAS

825

Unos alaban uno y otros otro, pero pocos los conocen: un mismo día es a veces madre y a veces madrastra. Feliz y dichoso quien, sabiendo todo esto de ellos, trabaja libre de culpa ante los inmortales observando los pájaros y evitando infracciones64.

califica a los días contemplados como de gran provecho (v. 822), sin entrar en el detalle de ciertas descalificaciones, y a los demás como variables, incluso tratándose de un mismo día: dada la tendencia de la expresión παῦροι δέ (τ’) ἴσασιν a introducir una gnome (cf. vv. 814, 820, 40) estoy de acuerdo con el punto alto propuesto por West tras ἴσασιν (v. 824) introduciendo la de v. 825, frente al punto indicado por Solmsen, aunque no con la propuesta de aquel de adherir el artículo-pronombre τάων del comienzo del v. 826 al proverbio tan rotundo y completo del v. 825; también me parece más prudente adoptar, como West, la lectura de los manuscritos παῦροι δέ τ’ ἴσασιν (v. 824) (cf. v. 818 παῦροι δέ τ’) frente a la igualmente legítima conjetura de van Lennep adoptada por Solmsen παῦροι δὲ ἴσασιν (cf. v. 814, 40). 64 Los tres últimos versos del poema (826-828), de los cuales el último fue proscrito por Apolonio Rodio porque según él estaba pensado para servir de transición a una Ornitomanteía que consideraba no hesiódica (cf. A. Ercolani, Esiodo. Opere e giorni, 2010, com. ad 828), conforman un makarismós (o fórmula de bendición) sobre aquel que, conociendo la doctrina sobre los días (conexión con la sección), trabaja sin incurrir en culpa contra los inmortales, juzgando el comportamiento de las aves y evitando las transgresiones. Los puntos señalados en los dos últimos versos parecen hacerse eco de dos aspectos tan importantes de la temática del poema como son el del trabajo (ἐργάζηται) y el de la justicia (ὑπερβασίας ἀλεείνων: cf. por ejemplo Op. 226…παρεκβαίνουσι δικαίου, Op. 328…παρακαίρια ῥέζων), a la vez que aluden a otros dos que, aun recibiendo menor atención y estando esta concentrada en pasajes más concretos del poema, no por ello son menos significativos del tipo de mentalidad y religiosidad que a este subyace: la ornitomancia y la evitación del castigo divino. La expresión ἀναίτιος ἀθανάτοισιν (Op. 827), entre otros posibles enunciados parece contemplar en particular aquellas prohibiciones de la serie dedicada a tabúes sagrados que mencionan expresamente el castigo de la divinidad (Op. 724-726, 728-730, 740741, 755-756). La expresión /ὄρνιθας κρίνων P (Op. 828) tal vez se haga eco no solo de los augurios a consultar para tomar esposa en día cuatro (/οἰωνοὺς κρίνας P, Op. 801), sino también de la acción de las tres aves, la grulla, el cuco y la golondrina, de las que en la sección de “Trabajos” se ha dicho que anuncian sendos períodos estacionales, así como de la exhortación a evitar que la corneja se pose y grazne en la casa si se deja esta sin rematar (Op. 745s.), cf. J. A. Fernández Delgado, “Astronomía, astrología y ornitomancia en Trabajos y Días”, Mene 2011.

[114]

SCUTUM

INTRODUCCIÓN

COMPOSICIÓN,

RASGOS DE ESTILO Y DATACIÓN DEL

ESCUDO

El poema del Escudo, que parece comenzar in medias res o fragmentariamente, constituye en realidad una composición mixta, en la cual a una breve sección del poema genealógico del Catálogo de las mujeres o Eeas conformada por la Eea de Alcmena (vv. 1-56), se ha añadido, a modo de expansión conexa, incluso sintácticamente (Ὃς καὶ Κύκνον ἔπεφνεν…, v. 57), un poema heroico-épico, o mejor dicho subépico, si queremos insinuar ya algo de los matices que lo diferencian de la épica homérica, acerca de la lucha de Heracles con Cicno, hijo de Ares, tema del que también Estesícoro (así como Píndaro Ol. X) hizo su versión, al parecer más genuina1. La sección genealógica comienza describiendo las virtudes de Alcmena, relatando su traslado a Tebas en pos de su esposo Anfitrión huido de Micenas por el homicidio de su suegro y la vida que en Tebas llevaban, hasta que Zeus decide engendrar en Alcmena al héroe salvador Heracles, la misma noche en que Anfitrión engendró con ella a su hermano gemelo Ificles, el padre de Iolao. El poema épico subsiguiente será presentado como una gesta más de Heracles, en este caso acompañado por su sobrino Iolao. La composición de este podemos dividirla en tres partes esenciales, la tercera de las cuales incluye un corto epílogo. El grueso de la composición está constituido por la parte segunda (vv. 139-317), que contiene la detallada descripción del escudo de Heracles y ha dado nombre al poema al menos ya desde la época helenística, y en menor medida la tercera (vv. 320-462), que contiene lo que podemos llamar preparación del combate y enfrentamiento entre Heracles y Cicno y a continuación con el propio padre de este, Ares, con la muerte del 1 Cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, Firenze, 19652, pp. 29ss.; R. Janko, “The Shield of Heracles and the Legend of Cycnus”, The Classical Quarterly, New Series, 36.1 (1986), pp. 38-59 (p. 39); R. P. Martin, “Pulp epic: the Catalogue and the Shield ”, en R. Hunter (ed.), The Hesiodic Catalogue of Women, pp. 153-175.

[117]

INTRODUCCIÓN

primero de estos dos, que había sido expresada ya en el primer verso (57) de la composición propiamente dicha. La primera parte ocupa aproximadamente la mitad del número de versos que ocupa la más breve de las otras dos mayores (vv. 57-138) y contiene la introducción al combate, a saber: la presentación de los combatientes Cicno y Ares, de un lado, y Heracles, acompañado de Iolao, del otro (vv. 57-77); el recordatorio por parte de Heracles a Iolao del parentesco entre ambos y la mutua exhortación al combate (vv. 78121); y la vestidura del armamento aparte del escudo por parte de Heracles (vv. 122-138). La extensa descripción del escudo de Heracles que compone la segunda parte (vv. 139-317) comprende los siguientes motivos: – Los materiales de que consta (yeso, marfil, electro, oro, lapislázuli, plata, acero, estaño y bronce (vv. 139-143) – La imagen de Terror, en el centro del escudo, Eris y su parentela incitando a la guerra, Cer llevándose a los caídos y doce cabezas de terribles serpientes (vv. 144-167) – Manadas de jabalíes y de leones alineados en dos filas y peleando entre sí a muerte (vv. 168-177) – Guerra de los Lapitas y los Centauros, con la lista de sus principales nombres (vv. 178-190) – Los propios Ares y Atenea, cada uno por su lado, armados y suscitando la guerra (vv. 191-200) – El coro de los dioses con Apolo en medio tocando la lira y las Musas cantando (vv. 201-206) – Un puerto con delfines y peces y un pescador en el muelle como echando la red para pescarlos (vv. 207-215) – Perseo volando a caballo y perseguido por las Gorgonas, de terrible aspecto y con dos serpientes de dientes rechinantes saliendo de su cintura (vv. 216-237) – Guerra entre hombres, muchos ya muertos; unos defendiendo su ciudad y otros tratando de destruirla; mujeres en la muralla gritando y llorando, y ancianos a las puertas de la ciudad rezando; tras ellos las Ceres, terroríficas, peleándose por beber la sangre de los muertos, y la Tiniebla de la muerte, horrenda, aguardando (vv. 238-270) [118]

INTRODUCCIÓN

– Una ciudad bien amurallada y de siete puertas, con hombres divirtiéndose en fiestas y danzas, un cortejo de boda conduciendo a la novia en un carro y cantando, con antorchas portadas por esclavos y con mujeres danzando al son de liras y hombres cantando al son de siringas; un komos de jóvenes divirtiéndose, cantando y bailando al son del aulós; de modo que toda la ciudad era una fiesta; extramuros había una cabalgada, labradores arando con su túnica remangada, otros segando con afiladas hoces la mies bien cargada, atando con vencejos y extendiendo los haces en la era, otros vendimiando navaja en mano, portando las uvas desde hileras cargadas de racimos, pisándolos y sacando el mosto; pugilato y lucha libre, cacería de liebres con perros de agudos dientes persiguiéndolas y ellas escapando, carreras de caballos y de carros cuyos aurigas competían en concurso permanente sin que se definiera el premio, un trípode de oro obra de Hefesto como el escudo entero (vv. 270-313) – En el borde fluía alrededor el Océano con cisnes de largo cuello graznando y peces arremolinados (vv. 314-320) En la tercera parte (vv. 320-462) la preparación del combate y el enfrentamiento entre Heracles, de un lado, y Cicno y Ares, de otro, procede a través de los siguientes pasos: toma el escudo Heracles, sube con Iolao al carro y se les aparece Atenea dándoles instrucciones para el enfrentamiento con Cicno y el subsiguiente con Ares, partiendo también con ellos en el carro (vv. 320-344); les sale al encuentro con su carro Cicno acompañado de Ares, Heracles le pide paso y le amenaza, a él y a Ares, Cicno no obedece y ambos saltan del carro (vv. 345-373); el choque entre ambos héroes es comparado, y retardado, mediante la acumulación de cuatro símiles separados dos a dos por una referencia temporal y también gnómica al verano en su canícula, con la naturaleza desbordada en forma de alud de rocas (referido al choque entre los dos contendientes) el primero y con fieras salvajes (un jabalí, y dos leones y dos buitres enfrentados) los otros tres, de los cuales el primero se refiere a Heracles y los otros dos a ambos contendientes (vv. 374-412); Heracles da muerte enseguida a Cicno tras fallar este en su ataque (vv. 413-423) y aguarda el ataque de Ares, que, pese a la advertencia de Atenea, se lanza, también falla y es gravemente herido por [119]

INTRODUCCIÓN

Heracles, siendo la acción de Heracles y Ares expandida y magnificada con sendos símiles, de nuevo de un león ante su presa (Heracles) y de nuevo de una roca que se despeña y es detenida por un cerro (Ares) (vv. 424-462). Puede considerarse epílogo el que refiere, en los últimos diez versos del poema (vv. 463-480), el destino posterior de los protagonistas del relato, por este orden: los dioses Ares y Atenea yéndose cada uno por su lado al Olimpo, Heracles y Iolao continuando su viaje a Traquis (vv. 463-471), y, por otra parte, el destino del cadáver del inicial coprotagonista principal del poema, Cicno, enterrado por su suegro Ceix, rey de Traquis, y su tumba borrada luego por la inundación del río Anauro en castigo por parte de Apolo al atracador de los peregrinos que llevaban sus ofrendas a Delfos (vv. 472-480). Basta echar un vistazo al resumen del contenido del poema del Escudo aquí implícito, para darse cuenta de que en la organización de las sucesivas escenas de la primera y la tercera parte del mismo hay mucho de paralelismo y simetría, propiciado en buena parte por la distribución de sus protagonistas en dos grupos de dos, Heracles y Iolao de un lado y Cicno y Ares del otro, pero también por el enfrentamiento de Heracles con Cicno y luego con Ares, en la tercera parte; también lo hay en el número de símiles (dos más dos) allí acumulados antes y después de la referencia temporal gnómica intermedia (vv. 374-412). En la segunda parte, la de la descripción del escudo, el paralelismo en la organización de las imágenes de muchos motivos decorativos (vv. 168-177, 178-190, 191-200) se combina a veces con la contraposición y el contraste de estos en su sucesión; así, cabe distinguir aproximadamente dos mitades de las cuales la primera (vv. 144-215) consta de una serie de motivos terroríficos (vv. 144-200), seguidos de un par de escenas placenteras (vv. 201-215), del mismo modo que en su segunda mitad, más larga (vv. 216-320), se distingue una escena mítica de terror más otras, míticas o no, concernientes al estado de una ciudad en guerra (vv. 216-270), seguidas de un buen número de escenas típicas de una ciudad en paz más otra orlando el escudo que es como de tarjeta postal (vv. 270-320). De estas escenas las terroríficas, mayoritariamente míticas, impactantes y simbolizadoras del pánico que se supone ha de causar el ataque de Heracles a sus enemigos, son las más características del Escudo, [120]

INTRODUCCIÓN

las que más han influido en la decoración de la cerámica del siglo VI a. C., independientemente de que unas y otras imágenes puedan partir ya de anteriores precedentes2; también son las que se insertan más directamente en la temática de la poesía hesiódica, a juzgar en particular por la presencia de algunas de esas entidades míticas así como por ciertas descripciones míticas harto efectistas en Teogonía (cf. vv. 226ss., y también Op. vv. 13ss. (Eris...), 274ss. (Gorgonas y Perseo), 664ss. (Titanomaquia), 726ss. (Descripción del Tártaro), 820ss. (Tifeo)). Las escenas inspiradas en la vida cotidiana, en particular las relativas a las dos ciudades, la ciudad en guerra y la ciudad en paz, tienen más que ver con la temática de la descripción del escudo de Aquiles del canto XVIII de la Ilíada, si bien la versión de Scutum gusta de aportar al motivo común un punto de espectacularidad, ya sea una mayor riqueza de los materiales utilizados en la decoración de ese escudo imposible como arma, una mayor especificación de la instrumentación musical en la escena de boda y fiesta, el mayor detalle en la escena de vendimia o el añadido de cisnes y peces al Océano de la orla. Ello guarda sin duda relación con una mayor conciencia de la técnica ecfrástica, que atiende no solo a los aspectos visuales de la descripción sino claramente también a sus aspectos sonoros, así como al movimiento y sensación de vida de las imágenes, cuyo parecido con seres animados (fórmula dat. + ἐοικώς y similares) y su prodigio de ver (θαῦμα ἰδεῖν, incluso para Zeus, v. 318) son más enfatizados que en la écfrasis iliádica. Si los aludidos rasgos composicionales de este poema genéricamente mixto y desproporcionado en extensión entre la introducción y amplios preparativos del combate, incluida la pesada acumulación de símiles indicada y la propia écfrasis del escudo, y la brevedad del combate mismo, así como ciertos usos estilísticos más o menos extraños que han sido denunciados por los comentaristas, hacen pensar en un rapsodo que no estaba a la altura de Hesíodo3, como pensó Aris2 Cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, Firenze, 19652, pp. 14ss., 22ss.; F. Brommer, Herakles II. Die unkanonischen Taten des Helden, Darmstadt, 1984, pp. 81-83; H. A. Shapiro, “Herakles and Kyknos”, AJA 88 (1984), pp. 523-529. 3 Cf. J. M. Nieto Ibáñez, “El Escudo atribuido a Hesíodo y la tradición épica”, Habis 25 (1994), pp. 19-30; pace J. Vara Donado, “Contribución al conocimiento del Escudo de Heracles. Hesíodo, autor del poema”, CFC 4 (1972), pp. 315-366.

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INTRODUCCIÓN

tófanes de Bizancio frente a Apolonio Rodio según la Hypóthesis que precede al poema en los mss., los gustos estéticos desplegados en la descripción del arma así como la presencia de un buen número de vocablos y de usos lingüísticos no presentes en Hesíodo y en Homero sugieren una época claramente posterior para su composición. Si esta presupone el conocimiento del Catálogo de las mujeres, al cual se tiende hoy a asignarle una fecha no anterior a los comienzos del siglo VI a. C.4, y de otra parte ha sido utilizado por Estesícoro (ca. 630550 a. C.) en su poema sobre Cicno así como por la cerámica que desde comienzos de siglo se ocupó del tema, empezando por el célebre vaso François (de entre 570-560 a. C.), los comienzos de dicho siglo, en los cuales la influencia délfica debe de haberse incrementado una vez terminada la guerra sagrada, en el 590 a. C., pueden haber sido un momento propicio para la composición del poema5, el cual, ya en la recta final del período de producción original de la épica arcaica, tuvo una rápida e importante repercusión, a la que siglos más tarde la transmisión manuscrita no dejó de hacerle justicia6. En cuanto al contexto cultural en el que el poema puede haber surgido, sus diversas referencias beocias no hacen sino reforzar la impresión que su propia

4 Cf. M. L. West, The Hesiodic Catalogue of Women, 1985, pp. 130-137; R. L. Fowler, “Genealogical Thinking, Hesiod’s Catalogue, and the Creation of the Hellenes”, PCPS 44 (1998), pp. 1-19; M. Hirschberger, Gynaikôn Katalogos und Megalai Ehoiai, München/Leipzig, 2004, pp. 48-51; M. Nasta, “La typologie des catalogues d’Éhées: Un réseau généalogique thématisé”, Kernos 19 (2006), pp. 59-78. 5 C. F. Russo, Hesiodi Scutum, Firenze, 19652, pp. 29ss.; R. Janko, “The Shield of Heracles and the Legend of Cycnus”, The Classical Quarterly, New Series, 36.1 (1986), pp. 38-59. 6 Ya en el s. I a. C., P. Mich. inv. 6828 (Ed. M. L. West, BASP III (1966), pp. 69ss.) contemplaba espacio justo para el Escudo tras la copia de Teogonía y Trabajos y Días, y las tres obras han sido incluidas todavía y por este mismo orden en sendos códices de papiro, del s. IV el primero (P. Vindob. G 19815, Ed. Wessely, Palaeogr. u. Papyruskunde I (1901), III-XXIII) y de entre el IV y el V el segundo (P. Achmîm 3 = Paris. suppl. gr. 1099, Ed. Wilcken, Sitz.-Ber. preuss. Ak. 1887, 807s.); del Escudo por separado se conservan otros doce papiros de entre el s. I a. C. y el V d. C.; otro papiro (P. Oxy. 3220), del s. II, contiene parte de Trabajos y Días y parte del Escudo. Aparte del códice de seda Laurenciano 32, 16 (del año 1. 280), que contiene las tres obras, el Escudo comparte con Teogonía un cierto número de códices de entre los siglos XI y XV; en algunos menos ha sido copiado con Trabajos y Días o bien aparte del resto de la obra hesiódica (cf. supra, Intr. Gral., cap. XII-XIII).

[122]

INTRODUCCIÓN

naturaleza mixta heroico-genealógica y heroico-épica, así como sus variadas concomitancias, no solo de dicción formular, con los poemas de Hesíodo producen, de una vinculación especial con la región cuna de la poesía hesiódica, hasta el punto de hacerlo pasar, desde su mismo origen, como una manifestación más de esta7.

7

Pace C. F. Russo, Hesiodi Scutum, Firenze, 19652, pp. 34s.

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ΥΠΟΘΕΣΙΣ Τῆς Ἀσπίδος ἡ ἀρχὴ ἐν τῷ τετάρτῳ Καταλόγῳ φέρεται μέχρι στίχων ν´ καὶ ϛ´. διὸ καὶ ὑπώπτευκεν Ἀριστοφάνης ὡς οὐκ οὖσαν αὐτὴν Ἡσιόδου, ἀλλ’ ἑτέρου τινὸς τὴν Ὁμηρικὴν ἀσπίδα μιμήσασθαι προαιρουμένου. Μεγακλείδης ὁ Ἀθηναῖος γνήσιον μὲν οἶδε τὸ ποίημα, ἄλλως δὲ ἐπιτιμᾷ 5 τῷ Ἡσιόδῳ· ἄλογον γάρ φησι ποιεῖν ὅπλα Ἥφαιστον τοῖς τῆς μητρὸς ἐχθροῖς. Ἀπολλώνιος δὲ ὁ ῾Ρόδιος ἐν τῷ τρίτῳ φησὶν αὐτοῦ εἶναι ἔκ τε τοῦ χαρακτῆρος καὶ ἐκ τοῦ πάλιν τὸν Ἰόλαον ἐν τῷ Καταλόγῳ εὑρίσκειν ἡνιοχοῦντα Ἡρακλεῖ. καὶ Στησίχορος δέ φησιν Ἡσιόδου εἶναι τὸ ποίημα. Τάφιοι στρατεύσαντες ἐπὶ τὰς Ἠλεκτρύωνος βόας ἀνεῖλον τοὺς τῆς 10 Ἀλκμήνης ἀδελφοὺς τῶν θρεμμάτων ὑπεραγωνιζομένους. τοῦ δὲ Ἀμφιτρύωνος αὐτῇ βουλομένου συνελθεῖν, αὕτη οὐ πρότερον ὑπέσχετο πρὶν ἢ παρὰ τῶν ἀδελφοκτόνων εἰσπράξηται τιμωρίαν· ὁ δὲ ἐπιστρατεύσας ἀνεῖλεν αὐτούς. κατὰ δὲ τὴν αὐτὴν νύκτα ἀμφότεροι συνέρχονται αὐτῇ, ὅ τε Ζεὺς καὶ ὁ Ἀμφιτρύων, ὃ μὲν ἐκ τοῦ πολέμου ὑποστρέψας, Ζεὺς δὲ βουληθεὶς 15 βοηθὸν ἀνθρώποις γεννῆσαι. ἣ δὲ κύει ἐκ μὲν Ἀμφιτρύωνος Ἰφικλέα, ἐκ δὲ Διὸς Ἡρακλέα. ὃς καὶ ἐπὶ Κύκνον τὸν Ἄρεος υἱὸν ἡνίοχον ἔχων Ἰόλαον στρατεύεται, ὃς τοὺς εἰς Πυθὼ δεκάτας ἄγοντας περιεσύλα. σκεπασθεὶς οὖν ἡφαιστοτεύκτῳ ἀσπίδι πρόεισιν εἰς Τραχῖνα πρὸς Κήυκα. συμβαλὼν δὲ τῷ Κύκνῳ, αὐτὸν μὲν ἀναιρεῖ, τὸν δὲ Ἄρεα ὑπερασπίζοντα 20 τοῦ υἱοῦ κατὰ τὸν μηρὸν τιτρώσκει. καὶ οὕτως ἔρχεται πρὸς Κήυκα· ἦν δὲ ὁ Κύκνος Κήυκος γαμβρὸς ἐπὶ θυγατρὶ Θεμιστονόῃ.

2 ν´ καὶ ϛ´ Petit : σ̄ ν̄ J : η̄ καὶ ε̄ F : ν̄ καὶ σ̄ b • 3 καὶ2 om. J • 5-10 in b defuisse vid. (extant in R) • 5 Μεγακλείδης Schweighäuser et Russo, Solmsen : Μεγακλῆς o et Rzach, Mazon • 6 ὅπλον F • 7 καὶ ante Ἀπ. FJ (deest in R) et Mazon • 7-8 τῷ αὐτοῦ τρίτῳ φ. J : φ. …ἐν τῷ γ´ Καταλόγῳ Göttling et Mazon • 8 ἡν. Ἡρ. om. J • 1125 hanc Argumenti partem e FJ ed. • 13 παρὰ om. F : sscr. J • 15 ἐκ : ἀπὸ J • 16 ἀνθρώποις (18) ante βουλ. J • ἐκύει J • 17 καὶ om. F • 18 τὰς add. Byz. • δεκάδας o : corr. Boissonade • 20 ἄρην F

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ARGUMENTO

5

10

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20

El comienzo del Escudo hasta el verso cincuenta y seis se encuentra en el libro IV del Catálogo. Por ello también Aristófanes ha sospechado que aquel no era de Hesíodo, sino de algún otro que se proponía imitar el “Escudo” homérico. Megaclides de Atenas reconoce el poema como auténtico, pero por otra parte critica a Hesíodo, pues es absurdo, dice, que Hefesto fabricara armas para los enemigos de su madre. Apolonio de Rodas, en su libro tercero, dice que es de él a juzgar por su carácter y por encontrar de nuevo a Iolao como auriga de Heracles en el Catálogo. También Estesícoro dice que el poema es de Hesíodo1. Los Tafios, habiéndose dirigido en campaña por las vacas de Electrión, dieron muerte a los hermanos de Alcmena cuando luchaban por el ganado. Aunque Anfitrión deseaba unirse a esta, ella no se lo prometió hasta que obtuviera venganza de los asesinos de sus hermanos. Dirigióse él en campaña y les dio muerte. En la misma noche se unen a ella Zeus y Anfitrión, este a su regreso de la guerra, Zeus por el deseo de engendrar un defensor de la humanidad. Concibe aquella de Anfitrión a Ificles y de Zeus a Heracles. Este, con Iolao como auriga, marcha también contra Cicno, el hijo de Ares, el cual saqueaba a los que llevaban a Pito sus diezmos. Protegido, pues, con un escudo fabricado por Hefesto se dirige a Traquis junto a Ceix. En combate con Cicno le da muerte y hiere en un muslo a Ares cuando defendía a su hijo. Y de este modo llega junto a Ceix. Y era Cicno yerno de Ceix por su hija Temistónoa.

1 Aristófanes es Aristófanes de Bizancio, el filólogo alejandrino, editor homérico y tal vez también de Hesíodo, de la segunda mitad del s. III a. C. Megaclides de Atenas es un peripatético, crítico de Homero, de la segunda mitad del s. IV a. C. De Apolonio Rodio, el poeta épico del s. III a. C., esta es la primera noticia que tenemos de que hiciera crítica hesiódica. Estesícoro de Himera, el lírico coral de la primera mitad del s. VI a. C., fue autor de un poema sobre Cicno que presentaba puntos de divergencia con la tradición hesiódica, cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, Firenze, 19652, pp. 29ss.

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ΑΣΠΙΣ ... ῍Η οἵη προλιποῦσα δόμους καὶ πατρίδα γαῖαν ἤλυθεν ἐς Θήβας μετ’ἀρήιον Ἀμφιτρύωνα Ἀλκμήνη, θυγάτηρ λαοσσόου Ἠλεκτρύωνος· ἥ ῥα γυναικῶν φῦλον ἐκαίνυτο θηλυτεράων εἴδεΐ τε μεγέθει τε· νόον γε μὲν οὔ τις ἔριζε τάων ἃς θνηταὶ θνητοῖς τέκον εὐνηθεῖσαι. τῆς καὶ ἀπὸ κρῆθεν βλεφάρων τ’ἄπο κυανεάων τοῖον ἄηθ’οἷόν τε πολυχρύσου Ἀφροδίτης. ἡ δὲ καὶ ὣς κατὰ θυμὸν ἑὸν τίεσκεν ἀκοίτην, ὡς οὔ πώ τις ἔτισε γυναικῶν θηλυτεράων· ἦ μέν οἱ πατέρ’ἐσθλὸν ἀπέκτανε ἶφι δαμάσσας,

5

10

Inscriptio : ἡσιόδου ἀσπίς ΠSFZ, desideratur in J • 1-54 e Catalogo (v. fr. 195) • 7 τ’ et Π37 sch. BT Il. 19.1 : om. EtG s.v. ἀπὸ κυανέων Eust. in Hom. 1363.55 fort. al. • κυανεάων Π5Π37Σz sch. BTal.: • κυανέων JF EtG : -εόντων b : -εώντων S(R) • 11 ἀπέκτανεν Π37JS

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ESCUDO

5

10

…O como la que, dejando casa y patria, se dirigió a Tebas en pos de Anfitrión belicoso, Alcmena, hija de Electrión agitador de huestes, la cual sobrepasaba a la tribu de femeninas mujeres en belleza y estatura2; en cuanto a inteligencia, ninguna de aquellas a las que parieron mujeres mortales acostadas con mortales hombres se la disputaba. De su cabeza y sus azulados párpados tal gracia cual de la muy áurea Afrodita emanaba. Y respetaba a su esposo en su corazón como jamás respetó ninguna de las femeninas mujeres, si bien él había dado muerte a su buen padre doblegándolo por la fuerza,

2 La expresión “O como la que…” (ἢ οἵη…) con la que se abre, no comienza, el poema del Escudo servía para introducir la semblanza de la respectiva mortal amada por Zeus que constituía cada una de las sucesivas unidades del catálogo heroicogenealógico constitutivo de este género de poesía anticuarial representado por el hesiódico Catálogo de las mujeres, también llamado por esta razón, ya desde la Antigüedad, Eeas; cf. C. O. Pavese, Tradizioni e generi poetici…, 1972, pp. 219ss.; H. M. & N. K. Chadwick, The Growth of Literature, 1932-1940, vol. I. El Escudo parece, pues, insertarse como una expansión de épica heroica, o mejor subheroica, propiamente dicha a partir del verso 56 de la Eea de Alcmena, del mismo modo que el poema de Eeas se presenta como continuación de Teogonía (y el poema de Trabajos y Días era hecho seguir según ciertos testimonios por una Ornitomancia): por obra de quien fuere, los dos primeros versos del proemio de Eeas, el cual ha sido transmitido por el P. Oxy. 2354 y constituye el primer fragmento de la edición de Merkelbach-West hoy estándar, coinciden con los dos últimos versos de Teogonía según el testimonio de la mayor parte de su tradición manuscrita. La Eea de Alcmena, a la cual se refieren los fr. 138, 195 (P. Oxy. 2355 y 2494a) y 245b M.-W., era precedida en el libro IV del Catálogo por las bodas de Aerope, nieta de Minos; cf. M. L. West, Gnomon 35 (1963), pp. 758759; The Hesiodic Catalogue of Women: Its Nature, Structure, and Origins, Oxford, 1985, pp. 127-137; R. Janko, “The Shield of Heracles and the Legend of Cycnus”, The Classical Quarterly, New Series, 36.1 (1986), pp. 38-59 (p. 39); P. Dräger, Untersuchungen zu den Frauenkatalogen Hesiods, Stuttgart, 1997. Alcmena era hija de Electrión, hijo de Perseo y Andrómeda, y de Anaso, la cual era hija de Alceo, hermano de Electrión, y por tanto hermana de Anfitrión.

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ΑΣΠΙΣ

χωσάμενος περὶ βουσί· λιπὼν δ’ὅ γε πατρίδα γαῖαν ἐς Θήβας ἱκέτευσε φερεσσακέας Καδμείους. ἔνθ’ὅ γε δώματ’ἔναιε σὺν αἰδοίῃ παρακοίτι νόσφιν ἄτερ φιλότητος ἐφιμέρου, οὐδέ οἱ ἦεν πρὶν λεχέων ἐπιβῆναι ἐυσφύρου Ἠλεκτρυώνης πρίν γε φόνον τείσαιτο κασιγνήτων μεγαθύμων ἧς ἀλόχου, μαλερῷ δὲ καταφλέξαι πυρὶ κώμας ἀνδρῶν ἡρώων Ταφίων ἰδὲ Τηλεβοάων. τὼς γάρ οἱ διέκειτο, θεοὶ δ’ἐπὶ μάρτυροι ἦσαν· τῶν ὅ γ’ὀπίζετο μῆνιν, ἐπείγετο δ’ὅττι τάχιστα ἐκτελέσαι μέγα ἔργον, ὅ οἱ Διόθεν θέμις ἦεν. τῷ δ᾽ ἅμα ἱέμενοι πολέμοιό τε φυλόπιδός τε Βοιωτοὶ πλήξιπποι, ὑπὲρ σακέων πνείοντες,

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13 ἱκέτευε Z • 14 παρακοιτηι Π5 : -η F (-ι et Π37 : cf. v. 46) • 15 ου]δε Π5 : ουδ]ε Π37 (ci. Hermann) : οὐ γάρ o • 17 τείσαιτο Rzach : τίσ- o • 18 καταφλέξαι πυρὶ Π5Π37Spc : πυρὶ κατ. bJF • 20 τως Π5 : ὣς o • ἦσαν Π5F : ἔσσαν bJS • 22 οἱ : ἐκ Byz. (Z) et Russo • 24 πλάξιπποι b (praeter R) • ὑπὲρ σ. πν. et Σ : σακεων καδμειονες (omisso ὑπὲρ) Π5

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irritado por causa de las vacas, y dejando su patria se dirigió a Tebas suplicando a los Cadmeos portadores de escudo3. Allí vivía él en su casa con su respetable cónyuge sin contacto con el deseado acto amoroso y no le era dado entrar en el lecho de la Electriona de finos tobillos4 hasta que vengara la muerte de los magnánimos hermanos de su esposa y plantara voraz fuego a las aldeas de los héroes Tafios y Teléboas. Pues así le había sido dispuesto y los dioses eran testigos de ello5. Observaba él con temor la cólera de estos y se apresuraba a ejecutar cuanto antes la gran acción, que para él ley de Zeus era. Ávidos de guerra y del ruido del combate siguiéronle los Beocios conductores de caballos, resoplando 3 Según esta versión de la leyenda Anfitrión dio muerte a Electrión en el curso de una discusión originada al repartir el ganado, y no accidentalmente con el palo con el que estaba siguiendo a una vaca escapada de la manada, como transmite la versión, más civilizada, de Apolodoro, II, 54ss.; según esta, cuando Electrión reinaba en Micenas, los seis hijos del fundador de Tafos (isla próxima a Acarnania) le reclaman parte del reino en calidad de nietos de Pterelao, hermano de Alceo y Electrión, este se niega, aquellos le roban parte de las vacas y se entabla una batalla en la que mueren todos los hijos de Pterelao menos uno y todos los hijos de Electrión menos uno; luego Anfitrión consiguió rescatar las vacas y devolverlas a Micenas, pero Electrión, deseoso de vengar a sus hijos, decide luchar contra los Teléboas (designación no presente en Homero y con frecuencia mencionada en la literatura junto con la de los Tafios); y es antes de su partida cuando sucede la tragedia, a consecuencia de la cual Esténelo, hermano de Electrión, expulsa a Anfitrión de la Argólide y este, seguido de Alcmena, encuentra refugio en Tebas bajo el gobierno de Creonte. 4 Ἠλεκτρυώνη se identifica con patronímicos como Ἀκρισιώνη, Ἀδρηστίνη... y como equivalente a Ἠλεκτρυωνίδη, hija de Electrión, pero se cree que en origen habría sido así llamada en alusión a su fecundación por medio de la lluvia (ὕω) de ἤλεκτρον-ἠλέκτωρ (culto peloponesio-rodio de Ἥλιος, cf. Tümpel, RE V 2318) o bien por identificación con la divinidad rodia Ἠλέκτρα-Ἠλεκτρυώνη, hija de Ἥλιος y Ῥόδος (cf. D. S. V 56 y Wilamowitz, Kl. Schr. V 2, p. 2s.); de modo que Ἠλεκτρύων le habría sido adjudicado como padre porque ella se llamaba Ἠλεκτρυώνη. 5 La versión del Escudo, que hace de Alcmena esposa de Anfitrión desde antes de que este fuera expulsado de Tirinto pero sin que ella permitiera la consumación del matrimonio hasta que Anfitrión vengara la muerte de sus hermanos, concilia ingeniosamente la lealtad conyugal de Alcmena con sus ansias de venganza familiar, a diferencia de otras versiones conocidas como la de Ferécides, el escolio A a Il. XIV 323 o el propio Apolodoro II 57, en que Alcmena pone la venganza de sus hermanos como condición del matrimonio.

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ΑΣΠΙΣ

Λοκροί τ’ἀγχέμαχοι καὶ Φωκῆες μεγάθυμοι ἕσποντ’· ἦρχε δὲ τοῖσιν ἐὺς πάις Ἀλκαίοιο κυδιόων λαοῖσι. πατὴρ δ’ἀνδρῶν τε θεῶν τε ἄλλην μῆτιν ὕφαινε μετὰ φρεσίν, ὥς ῥα θεοῖσιν ἀνδράσι τ’ ἀλφηστῇσιν ἀρῆς ἀλκτῆρα φυτεύσαι. ὦρτο δ’ ἀπ’Οὐλύμποιο δόλον φρεσὶ βυσσοδομεύων, ἱμείρων φιλότητος ἐυζώνοιο γυναικός, ἐννύχιος· τάχα δ’ἷξε Τυφαόνιον· τόθεν αὖτις Φίκιον ἀκρότατον προσεβήσατο μητίετα Ζεύς. ἔνθα καθεζόμενος φρεσὶ μήδετο θέσκελα ἔργα· αὐτῇ μὲν γὰρ νυκτὶ τανισφύρου Ἠλεκτρυώνης εὐνῇ καὶ φιλότητι μίγη, τέλεσεν δ’ἄρ’ἐέλδωρ· αὐτῇ δ’Ἀμφιτρύων λαοσσόος, ἀγλαὸς ἥρως, ἐκτελέσας μέγα ἔργον ἀφίκετο ὅνδε δόμονδε. ὡς δ’ὅτ’ἀνὴρ ἀσπαστὸν ὑπεκπροφύγῃ κακότητα νούσου ὑπ’ἀργαλέης ἢ καὶ κρατεροῦ ὑπὸ δεσμοῦ, ὥς ῥα τότ Ἀμφιτρύων χαλεπὸν πόνον ἐκτολυπεύσας ἀσπασίως τε φίλως τε ἑὸν δόμον εἰσαφίκανεν·

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25 ἀγχέμ. Π5 JF : ἀγχίμ. • 28 ὥς ῥα Π5ac JFS : ὄφρα Π5pcb • 30 δόλον : πολλὰ EtG • 33 προσεβήσατο et EtG s.v. φίκειον : -βήσετο Kontos • 35 τανι- West : τανυ- o et edd. 39-42 post 38 traiec. Kinkel et nos : exp. Wilam., Mazon et Russo et Solmsen • 39 ὑπεκπροφύγοι bF • 41 ῥα τότ’ : ἄρ’ J • 42 ἀσπάσιός τε φίλος Wilam. • φιλίως b

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por encima del escudo, los Locrios, que luchan mano a mano, y los magnánimos Foceos; e iba al mando de ellos el bravo hijo de Alceo, exultante entre las tropas. Pero el padre de hombres y dioses urdía otro plan en sus mientes, cómo engendrar un protector de la ruina para los dioses y los emprendedores hombres6. Saltó del Olimpo meditando un embuste en el fondo de su alma, ansioso del amor de la mujer de hermoso talle, de noche; y enseguida alcanzó el Tifaonio, de donde a su vez arribó a lo más alto del Ficio, Zeus omnisciente7. Allí sentado acciones admirables tramaba en sus mientes: en la misma noche compartió lecho y amor de la Electriona de finos tobillos, cumpliendo su deseo; y en la misma Anfitrión agitador de huestes, ilustre héroe, llegó a su casa tras llevar a cabo su gran hazaña. Como cuando un hombre consigue escapar en buena hora del mal causado por penosa enfermedad o por dura prisión, así entonces Anfitrión, tras poner fin a su ardua tarea, llegaba a su casa contento y de buen grado8;

6 Intención moralizadora de la infidelidad de Zeus mediante la alusión, la primera que se sepa, a la idea de Heracles σωτήρ habitual en el imaginario griego. 7 Es decir, del Olimpo, en el norte de Tesalia, saltó al monte Tifaonio, en Beocia, y de allí al Ficio, en las inmediaciones de Tebas. 8 Los versos 42-45 del texto transmitido (39-42 de la presente edición) han sido secluidos por Mazon así como por Solmsen y antes que por este por Russo, quien clasifica el símil entre sus casos de Ersatzinterpolation, con el argumento, entre otros más débiles, de que el πόθος del v. 41 (45 de la presente edición) no es el simple deseo de volver a casa, tratado en los versos 42-45, y también porque el v. 46 supone una excelente continuación de los versos 39-41, mientras que choca fuertemente después de los versos 42-45; como ya hiciera Wilamowitz (Hermes 40 (1905), 116-124), tampoco admite la propuesta de Kinkel de ubicar dichos versos a continuación del v. 38, con el argumento de que ello desvirtuaría el tono del pasaje (piénsese que F. Schwarz (De Scuto quod fertur Hesiodi. Quaestiones ad compositionem et dicendi genus maxime pertinentes, Diss. Berolini, 1932) supone que el símil ha sido insertado aquí, en la parte de la Eea, por el autor del Escudo), a cuya poética interesaría destacar no tanto la alegría de Anfitrión por el retorno a casa tras la ardua empresa como la unión del héroe con Alcmena tras la de Zeus con ella. De acuerdo con la explicación de Russo sobre la incongruencia del símil a continuación del v. 41 y precediendo al v. 46 del texto transmitido, no lo estamos en cambio con la dada por él para rebatir la propuesta de ubicación de Kinkel después del v. 38, la cual resuelve todos los problemas señalados, disponiendo

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οὐδ’ὅ γε πρὶν δμῶας καὶ ποιμένας ἀγροιώτας ὦρτ’ἰέναι, πρίν γ’ἧς ἀλόχου ἐπιβήμεναι εὐνῆς· τοῖος γὰρ κραδίην πόθος αἴνυτο ποιμένα λαῶν. παννύχιος δ’ἄρ’ἔλεκτο σὺν αἰδοίῃ παρακοίτι τερπόμενος δώροισι πολυχρύσου Ἀφροδίτης. ἡ δὲ θεῷ δμηθεῖσα καὶ ἀνέρι πολλὸν ἀρίστῳ Θήβῃ ἐν ἑπταπύλῳ διδυμάονε γείνατο παῖδε, οὐκέθ’ὁμὰ φρονέοντε· κασιγνήτω γε μὲν ἤστην· τὸν μὲν χειρότερον, τὸν δ’αὖ μέγ᾽ ἀμείνονα φῶτα δεινόν τε κρατερόν τε, βίην Ἡρακληείην, τὸν μὲν ὑποδμηθεῖσα κελαινεφέι Κρονίωνι, αὐτὰρ Ἰφικλῆα δορυσσόῳ Ἀμφιτρύωνι· κεκριμένην γενεήν, τὸν μὲν βροτῷ ἀνδρὶ μιγεῖσα, τὸν δὲ Διὶ Κρονίωνι, θεῶν σημάντορι πάντων.

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Ὃς καὶ Κύκνον ἔπεφνεν, Ἀρητιάδην μεγάθυμον. εὗρε γὰρ ἐν τεμένει ἑκατηβόλου Ἀπόλλωνος αὐτὸν καὶ πατέρα ὃν Ἄρη’, ἄατον πολέμοιο,

43 γε πρὶν Σzl : γ’ἐπὶ o • 50 οὐ καθ’ dub. Lennep, Dobree • γε om. J : δὲ S • 54 αὐτὰρ : τὸν δ’αὖτ’ Peppmüller : τὸν δ’ἄρα Rzach • λαοσσόῳ b • 55 sq. ad Eoeae finem a Scuti auctore additos esse vid. Wilam. • 59 ἄρην J et Mazon • ἄατον J : ἆτον cett.

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y no se dispuso a ir junto a sus esclavos y rústicos pastores hasta acceder al lecho de su esposa: tal era la pasión que dominaba el corazón del pastor de tropas. Toda la noche yació acostado con su respetable cónyuge gozando de los dones de la muy áurea Afrodita. Y ella, rendida al dios y al hombre con mucho el más excelso, parió dos niños gemelos en Tebas de siete puertas, no de igual temperamento, aun cuando eran hermanos; el uno inferior, el otro un varón mucho más valiente, terrible y potente, el forzudo Heracles; a este, subyugada por el Cronión de negras nubes, a Ificles por Anfitrión agitador de lanza; prole distinta, al uno unida a un hombre mortal, al otro a Zeus Cronida, guía de todos los dioses. También dio este muerte a Cicno, el muy vigoroso Aretíada. Halló en el santuario de Apolo que hiere de lejos a él y a su padre Ares insaciable en la guerra9

gradual y armónicamente la descripción de la alegría del retorno y el disfrute del connubio tan largamente esperados por Anfitrión (cf. vv. 14ss.), en esos once versos (37-47) de extensión bien merecida. Lejos de ver, como Russo, una señal de interpolación en la repetida expresión de la vuelta a casa del héroe (…ἀφίκετο ὅνδε δόμονδε, v. 38: …ἑὸν δόμον εἰσαφίκανεν, v. 42 (45)), creemos, por el contrario, que esa puede ser precisamente la clave formal de la inserción del símil; en cuanto a la posible razón del desplazamiento de este a continuación del v. 41 en el curso de la transmisión, puede haber sido la expresión falsamente comparativa τοῖος γὰρ κραδίην πόθος…presente en este. 9 El paso de la Eea al relato del Escudo propiamente dicho es indicado simplemente mediante un marcador característico (Ὃς καὶ (Κύκνον ἔπεφενεν), v. 57) de la relación de cada una de las diversas hazañas llevadas a cabo por el héroe, en este caso el enfrentamiento con Cicno, hijo de Ares (eso significa el patronímico Aretíada) y célebre atracador de los peregrinos que acudían a Delfos, el cual constituye un episodio bien conocido por la cerámica de la transición entre los siglos VII-VI a. C. y también por Estesícoro, autor de un Cicno que, conociendo el antecedente hesiódico, introduce innovaciones que dejan por ejemplo mejor parada la figura de Ares, cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, pp. 29ss. El episodio es situado en la sede tesalia de Apolo en Págasas (cf. v. 70), situada cerca de Iolco, junto al río Anauro, en la ruta de Iolco a Traquis y cuyo culto se cree que suplantó a un anterior culto de Cicno y debió de conocer un importante impulso a comienzos del s. VI a. C., cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, p. 33.

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τεύχεσι λαμπομένους σέλας ὣς πυρὸς αἰθομένοιο, ἑσταότ’ἐν δίφρῳ· χθόνα δ’ ἔκτυπον ὠκέες ἵπποι νύσσοντες χηλῇσι, κόνις δέ σφ’ ἀμφιδεδήει κοπτομένη πλεκτοῖσιν ὑφ’ ἅρμασι καὶ ποσὶν ἵππων· ἅρματα δ’ εὐποίητα καὶ ἄντυγες ἀμφαράβιζον ἵππων ἱεμένων. κεχάρητο δὲ Κύκνος ἀμύμων, ἐλπόμενος Διὸς υἱὸν ἀρήιον ἡνίοχόν τε χαλκῷ δῃώσειν καὶ ἀπὸ κλυτὰ τεύχεα δύσειν. ἀλλά οἱ εὐχωλέων οὐκ ἔκλυε Φοῖβος Ἀπόλλων· αὐτὸς γάρ οἱ ἐπῶρσε βίην Ἡρακληείην. πᾶν δ’ ἄλσος καὶ βωμὸς Ἀπόλλωνος Παγασαίου λάμπεν ὑπαὶ δεινοῖο θεοῦ τευχέων τε καὶ αὐτοῦ, πῦρ δ’ὣς ὀφθαλμῶν ἀπελάμπετο. τίς κεν ἐκείνου ἔτλη θνητὸς ἐὼν κατεναντίον ὁρμηθῆναι πλήν γ’ Ἡρακλῆος καὶ κυδαλίμου Ἰολάου; [κείνων γὰρ μεγάλη τε βίη καὶ χεῖρες ἄαπτοι ἐξ ὤμων ἐπέφυκον ἐπὶ στιβαροῖσι μέλεσσιν.] ὅς ῥα τόθ’ ἡνίοχον προσέφη κρατερὸν Ἰόλαον· “῞Ηρως ὦ Ἰόλαε, βροτῶν πολὺ φίλτατε πάντων, ἦ τι μέγ’ἀθανάτους μάκαρας, τοὶ Ὄλυμπον ἔχουσιν, ἤλιτεν Ἀμφιτρύων, ὅτ’ἐυστέφανον ποτὶ Θήβην ἦλθε λιπὼν Τίρυνθον, ἐυκτίμενον πτολίεθρον,

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68 sq. exp. Künneth • 71 ὑπαὶ et Σz : ὑπὸ Byz. • 72 ἐκείνω bFS • 74 γ’ om. bS • 75 sq. exp. Paley et Rzach, Mazon, Russo, Solmsen • 75 κείνω S • 79 τι et Σ : τε Peppmüller • μέγ’ e corr. L : μέτ’ (vel μετ’) o • 81 τίρυνθα m

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refulgentes con sus armas como la llama del ardiente fuego, enhiestos en su carro; los veloces caballos hacían resonar la tierra hollándola con sus cascos y a ellos los envolvía el polvo levantado por los trenzados carros y las patas de los caballos; traqueteaban los bien construidos carros y sus antepechos por el impulso de los caballos. Y disfrutaba el irreprochable Cicno esperando destrozar con el bronce al belicoso hijo de Zeus y a su auriga y despojarle de sus ínclitas armas10. Pero no escuchó sus súplicas Febo Apolo, pues él mismo le echó encima al forzudo Heracles. Todo el recinto sagrado y el altar de Apolo Pagaseo refulgía por obra del terrible dios, de las armas y de él mismo y sus ojos brillaban como el fuego. ¿Quién siendo mortal hubiese osado lanzarse contra aquel, sino Heracles y el glorioso Iolao? (pues grande era la fuerza de estos y brazos invencibles nacían de sus hombros sobre robustos cuerpos)11. Entonces dijo aquel a su auriga, el fuerte Iolao: “Oh héroe Iolao, con mucho el más querido de todos los mortales, gran ofensa a los bienaventurados inmortales, dueños del Olimpo, causó Anfitrión cuando se fue a Tebas bien coronada dejando Tirinto, la bien construida ciudadela,

10 El auriga del “belicoso hijo de Zeus”, una forma de magnificar la mención de Heracles, es Iolao, hijo de su medio hermano gemelo Ificles, hecho explícito en el v. 74 y recordado ya en Teogonía 317. 11 Los versos 75-76 suelen ser secluidos por los editores a partir de Paley y hay quien piensa que pueden haber sustituido a otros referentes a Heracles; algunas de las expresiones que los componen son muy comunes en Homero; ambos versos, con sustitución de κείνων por ἄπλαστοι, aparecen en Op. 148s. referidos a los hombres de la generación de bronce y el v. 75 forma parte de la descripción de los Centímanos en Th. 152=673; el conjunto suena a explicación un tanto expletiva y propia de cierto tipo bien conocido de interpolaciones. Todas ellas tal vez no sean razones suficientes para autorizar su seclusión, habida cuenta además que, sin ellos y la alusiva contraposición que introducen con respecto a la aparatosa descripción de Cicno (vv. 70ss.), algo se echaría en falta sobre el por qué solamente Heracles y Iolao pudieran oponérsele (vv. 72ss.), pero lo que sí es claro que hacen es distanciar extraordinariamente el relativo ὅς (v. 77) de su antecedente (Heracles, v. 74) desdibujando su conexión.

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ΑΣΠΙΣ

κτείνας Ἠλεκτρύωνα βοῶν ἕνεκ’ εὐρυμετώπων· ἵκετο δ’ἐς Κρείοντα καὶ Ἡνιόχην τανύπεπλον, οἵ ῥά μιν ἠσπάζοντο καὶ ἄρμενα πάντα παρεῖχον, ἣ δίκη ἔσθ’ ἱκέτῃσι, τίον δ’ ἄρα κηρόθι μᾶλλον. ζῶε δ’ἀγαλλόμενος σὺν ἐυσφύρῳ Ἠλεκτρυώνῃ, ᾗ ἀλόχῳ· τάχα δ’ἄμμες ἐπιπλομένων ἐνιαυτῶν γεινόμεθ’ οὔτε φυὴν ἐναλίγκιοι οὔτε νόημα, σός τε πατὴρ καὶ ἐγώ· τοῦ μὲν φρένας ἐξέλετο Ζεύς, ὃς προλιπὼν σφέτερόν τε δόμον σφετέρους τε τοκῆας ᾤχετο τιμήσων ἀλιτήμενον Εὐρυσθῆα, σχέτλιος· ἦ που πολλὰ μετεστοναχίζετ’ ὀπίσσω ἣν ἄτην ὀχέων· ἡ δ’ οὐ παλινάγρετός ἐστιν. αὐτὰρ ἐμοὶ δαίμων χαλεποὺς ἐπετέλλετ’ ἀέθλους. ὦ φίλος, ἀλλὰ σὺ θᾶσσον ἔχ’ ἡνία φοινικόεντα ἵππων ὠκυπόδων· μέγα δὲ φρεσὶ θάρσος ἀέξων ἰθὺς ἔχειν θοὸν ἅρμα καὶ ὠκυπόδων σθένος ἵππων, μηδὲν ὑποδδείσας κτύπον Ἄρεος ἀνδροφόνοιο, ὃς νῦν κεκληγὼς περιμαίνεται ἱερὸν ἄλσος Φοίβου Ἀπόλλωνος, ἑκατηβελέταο ἄνακτος· ἦ μὴν καὶ κράτερός περ ἐὼν ἄαται πολέμοιο.” Τὸν δ’ αὖτε προσέειπεν ἀμώμητος Ἰόλαος· “ἠθεῖ’, ἦ μάλα δή τι πατὴρ ἀνδρῶν τε θεῶν τε τιμᾷ σὴν κεφαλὴν καὶ ταύρεος Ἐννοσίγαιος,

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84 ἄρμενα mBJFS et Rzach, Mazon, Russo : ἅρματα RL et Solmsen (ἄρματα) • 85 ἣ et Π39 • δ’ἄρα o : δέ γε Byz. : δέ ἑ Ranke et Rzach, Mazon et Russo • 89 φρένα BA • 92 μεταστον- m : μετεστεν- A et Rzach, Mazon (μετεστον- et Stob. 3. 4. 35) : ]αχισσ̣[ατ’ Π39 • 93 ὀχέων et Π76 : ἀχέων bS Stob. • 94 ἐπέτελλεν F : ἐ]πετειλ[ατ’ (Vat. gr. 1825) an ἐ]πετειλ[εν (Tr.) Π39 • 95 φοινικόεντα et Π39 : σιγαλόεντα F (cf. Il. 5. 226 al.) • 97 et Π76 : displicet Paleio qui 98 ὑποδδείσῃς • θοὸς • 99 ὃς et Π76 : ὃς καὶ SBA • 101 ἄεται S : ἆται Heyne (cf. Hsch. s.v. ἆται) • 103 ἠθεῖ’ et Π76 : ἠθεῖε BAJ

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tras dar muerte a Electrión por causa de los bueyes de ancha frente, y llegó junto a Creonte y Heníoca de rozagante peplo, que le acogieron con agrado y le ofrecieron toda clase de cosas gratas12, como es de justicia con los suplicantes, y muy de corazón le honraron. Exultante vivía con la Electriona de hermosos tobillos, su esposa; y pronto, pasado el tiempo, nacimos nosotros, ni en el físico ni en el carácter parecidos, tu padre y yo; al uno lo privó de la razón Zeus, ya que dejando atrás su casa y sus padres se fue a servir al malvado Euristeo, el desdichado; mucho sin duda se lamentaba después soportando su desgracia, pero esta no es reversible. A mí la divinidad me impuso penosos trabajos13. Amigo, suelta las purpúreas riendas a los caballos de rápidas patas y, aumentando mucho la audacia en tu pecho, ten recto el veloz carro y la fuerza de los caballos de rápidas patas, sin temer para nada el ruido de Ares matador de hombres, que ahora con sus gritos llena de furia todo el sagrado recinto de Febo Apolo, el soberano que hiere de lejos; te aseguro que se harta de guerra, por fuerte que él sea.” Replicóle el irreprochable Iolao: “Fiel amigo, mucho sin duda honra a tu persona el padre de hombres y dioses y el que sacude la tierra amigo de los toros,

12 ἄρμενα πάντα παρεῖχον (v. 84) es manifestación de una fórmula hesiódica que comparece en Th. 639 (y también en Theogn. 275, 695); el adjetivo sustantivado ἄρμενα no aparece en Homero. Solmsen, sin embargo, adopta la lectura ἄρματα transmitida por los mss. RL (ἅρματα en realidad). 13 La figura de Ificles es generalmente tratada como oscuro contrapunto para resaltar la de Heracles, hasta el extremo de que a él se le atribuye aquí la servidumbre a Euristeo, rey de Argos o Micenas, que el común de las fuentes, incluido Homero (Od. XI 622), atribuyen a Heracles en la ejecución de sus célebres trabajos. Estos, en cambio, son impuestos en la versión del Escudo por la divinidad (δαίμων, v. 94), sobrentendiéndose en ello un castigo hereditario por el crimen cometido por su padre Anfitrión.

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ΑΣΠΙΣ

ὃς Θήβης κρήδεμνον ἔχει ῥύεταί τε πόληα, οἷον δὴ καὶ τόνδε βροτὸν κρατερόν τε μέγαν τε σὰς ἐς χεῖρας ἄγουσιν, ἵνα κλέος ἐσθλὸν ἄρηαι. ἀλλ’ ἄγε δύσεο τεύχε’ ἀρήια, ὄφρα τάχιστα δίφρους ἐμπελάσαντες Ἄρηός θ’ ἡμέτερόν τε μαρνώμεσθ’, ἐπεὶ οὔ τοι ἀτάρβητον Διὸς υἱὸν οὐδ’ Ἰφικλεΐδην δειδίξεται, ἀλλά μιν οἴω φεύξεσθαι δύο παῖδας ἀμύμονος Ἀλκεΐδαο, οἳ δή σφι σχεδόν εἰσι, λιλαιόμενοι πολέμοιο φυλόπιδα στήσειν, τά σφιν πολὺ φίλτερα θοίνης.” Ὣς φάτο· μείδησεν δὲ βίη Ἡρακληείη θυμῷ γηθήσας· μάλα γάρ νύ οἱ ἄρμενα εἶπεν· καί μιν ἀμειβόμενος ἔπεα πτερόεντα προσηύδα· “ἥρως ὦ Ἰόλαε, διοτρεφές, οὐκέτι τηλοῦ ὑσμίνη τρηχεῖα· σὺ δ’ ὡς πάρος ἦσθα δαΐφρων, ὣς καὶ νῦν μέγαν ἵππον Ἀρίονα κυανοχαίτην πάντη ἀναστρωφᾶν καὶ ἀρηγέμεν ὥς κε δύνηαι.” Ὣς εἰπὼν κνημῖδας ὀρειχάλκοιο φαεινοῦ, Ἡφαίστου κλυτὰ δῶρα, περὶ κνήμῃσιν ἔθηκε. δεύτερον αὖ θώρηκα περὶ στήθεσσιν ἔδυνε καλὸν χρύσειον πολυδαίδαλον, ὅν οἱ ἔδωκε Παλλὰς Ἀθηναίη, κούρη Διός, ὁππότ’ ἔμελλε τὸ πρῶτον στονόεντας ἐφορμήσεσθαι ἀέθλους. θήκατο δ’ ἀμφ᾽ ὤμοισιν ἀρῆς ἀλκτῆρα σίδηρον, δεινὸς ἀνήρ· κοίλην δὲ περὶ στήθεσσι φαρέτρην

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105 πόληα BAJF EtG Gud s.v. κρήδεμνον : πόληας bS • 110 τοι : τι FS • 111 δειδέξεται Schulze • 114 susp. Paley • στῆσαι Paley al. • φέρτερα bS : utrumque respic. Σ • 116 νύ οἱ JF : οἱ bS • 119 δαΐφρων : σαόφρων Σz • 121 κε : γε b • 125 πολυδαίδαλον Jpc RS : -δαιδάλεον mBAL : δαιδάλεον Fpc : δαίδαλον JacFac • ὅν S (Z) : ὅν ῥ’ cett. • 127 ἐφορμήσασθαι bJS

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señor de las almenas de Tebas y protector de la ciudad14, según es también de fuerte y grande este mortal que ponen en tus manos a fin de que obtengas noble fama. Ponte, pues, la armadura de combate para que acerquemos cuanto antes el carro de Ares y el nuestro y luchemos, porque no va a asustar, te lo aseguro, al hijo de Zeus no temeroso ni al Ificleida, sino que creo que huirá él de los dos descendientes del irreprochable Alceida, que ya están cerca de él ansiosos por lanzar el grito de guerra del combate, lo cual para ellos es mucho más grato que una fiesta”. Así dijo; y sonrió el forzudo Heracles contento en su corazón, pues le había dicho palabras muy ajustadas; y respondiéndole profirió aladas palabras: “Héroe Iolao de divina prosapia, ya no está lejos el rudo combate; tú, según eras antes de experto, así también da ahora vueltas por todas partes al gran caballo Arión de azuladas crines y socórreme como puedas15”. Así dijo y con grebas de resplandeciente oricalco, glorioso presente de Hefesto, envolvió sus piernas. En segundo lugar metió alrededor del pecho la coraza, hermosa, de oro y muy artística, que le regaló Palas Atenea, la hija de Zeus, cuando por primera vez iba a lanzarse a sus lamentables trabajos. Púsose sobre los hombros el hierro que protege de la ruina, el varón terrible, y en torno al pecho colgó por detrás

14 El que a Posidón se le sacrificaran toros negros, se le relacionara con estos y se le adjudicara el epíteto de “taurino”, seguramente tiene que ver con el hecho de que a los dioses fluviales, y Posidón es desde luego el principal dios de las aguas, se les representara con cabeza de toro (cf. Ael. VH 2, 33), simbolizando sin duda su fuerza reproductora; su culto en Beocia está ampliamente atestiguado y en Tebas en concreto también en Esquilo, Th. 130; cf. Ch. Doyen, Poséidon Souverain: Contribution à l’Histoire Religieuse de la Grècé Mycénienne et Archaïque, Bruxelles, 2011. 15 De los caballos del carro Heracles destaca a Ἀρίονα κυανοχαίτην, importante caballo con larga trayectoria en la saga tebana antes de llegar a manos del héroe: hijo de Posidón, tuvo, después de otros, como dueño, el siguiente a Heracles, a Adrasto, según refiere Il. XXIII 346 así como la Tebaida cíclica (fr. 8 Bernabé), donde es mencionado con la misma fórmula de Escudo.

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ΑΣΠΙΣ

κάββαλεν ἐξόπιθεν· πολλοὶ δ’ ἔντοσθεν ὀιστοὶ ῥιγηλοί, θανάτοιο λαθιφθόγγοιο δοτῆρες· πρόσθεν μὲν θάνατόν τ’ εἶχον καὶ δάκρυσι μῦρον, μέσσοι δὲ ξεστοί, περιμήκεες, αὐτὰρ ὄπισθε μόρφνοιο φλεγύαο καλυπτόμενοι πτερύγεσσιν. εἵλετο δ’ ὄβριμον ἔγχος, ἀκαχμένον αἴθοπι χαλκῷ. κρατὶ δ’ ἐπ’ ἰφθίμῳ κυνέην ἐύτυκτον ἔθηκε, δαιδαλέην, ἀδάμαντος, ἐπὶ κροτάφοις ἀραρυῖαν, ἥ τ’ εἴρυτο κάρη Ἡρακλῆος θείοιο. Χερσί γε μὴν σάκος εἷλε παναίολον, οὐδέ τις αὐτὸ οὔτ’ ἔρρηξε βαλὼν οὔτ’ ἔθλασε, θαῦμα ἰδέσθαι. πᾶν μὲν γὰρ κύκλῳ τιτάνῳ λευκῷ τ’ἐλέφαντι ἠλέκτρῳ θ’ ὑπολαμπὲς ἔην χρυσῷ τε φαεινῷ λαμπόμενον, κυάνου δὲ διὰ πτύχες ἠλήλαντο. ἐν μέσσῳ δ’ ἀδάμαντος ἔην Φόβος οὔ τι φατειός, ἔμπαλιν ὄσσοισιν πυρὶ λαμπομένοισι δεδορκώς· τοῦ καὶ ὀδόντων μὲν πλῆτο στόμα λευκαθεόντων, δεινῶν, ἀπλήτων, ἐπὶ δὲ βλοσυροῖο μετώπου

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130 κάββαλεν Byz. (Z) : κάμβαλεν F : κάββαλ’ m : καββάλετ’ BAJRLS et Rzach, Mazon (-μβ- BA; κάββαλε τ’ Byz.) • 131 λαθοφθ. BA : λαθηφθ. bS • 132-134 alteri recensioni trib. Peppmüller, interpolatori Künneth • 135 εἵλετο (ex Il. 15. 482) Hermann : ἦσαν ὃ o (ἦσαν ἰδ. ὀ. ἐ. S) • αἴθ. χαλκῷ : εἵλετο χ. F : εἵλετο θυμῷ m • 138 exp. Paley • desinit A • 139 μὴν : μὲν bBS • εἶχε S • 141 τιτάνῳ et Σ : κυάνῳ (secluso v. 143) Deiters • 143 non leg. Σz, damn. Heyne et Russo, Solmsen • ἠλήλατο F • 144 δ’ ἀδάμαντος Σ (=Σz) : δὲ δράκοντος o et Rzach, Mazon, Russo; v.l. vetusta, huic ὄφιες (161sqq.) et fort. ἔμπαλιν (145), illi Ἔρις (148), Προΐωξίς κτλ. (154 sqq.) congruunt • 145 ἔμπαλι(ν) δ’ b (S) • 146 λευκαθεόντων accentu supra α deleto Jpc (ci. Wackernagel; cf. λευκαθιζόντων Σz) : λευκὰ θεόντων vulgata • 147 προσώπου JΣz (nimirum et Z) •

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hueco carcaj y muchas flechas dentro terroríficas, dispensadoras de la muerte que priva de voz; delante portaban muerte y chorreaban lágrimas, en medio eran lisas y largas, y atrás se cubrían con plumas de rojiza vultúrida. Tomó la potente lanza, con ardiente bronce en la punta. Y en su recia cabeza se puso un bien forjado yelmo, artístico, de acero16, ajustado en las sienes, que del divino Heracles protegía la cabeza17. Cogió en sus manos el muy tornasolado escudo y ningún disparo lo rompió ni lo partió, maravilla de ver, pues todo él resplandecía alrededor de yeso, blanco marfil y electro y refulgía de oro brillante, y entremedias había puestas placas de lapislázuli18. En medio estaba Terror, de acero, inenarrable, mirando hacia atrás con ojos resplandecientes de fuego. Su boca estaba llena de blanquecinos dientes, terribles, inabordables, y sobre su frente hirsuta 16 El término (ἀδάμαντος, gen. de ἀδάμας), no presente en Homero, está bien representado en la poesía hesiódica: aparte de aquí y v. 231, Th. 161, 188, en ambos casos referido a la hoz con la que Crono segó los genitales de su padre, y Op. 147, dicho del corazón de los hombres de la generación de bronce. 17 El orden habitual de la escena típica del epos de revestir las armas es invertido aquí en sus últimos pasos —en lugar de coger el escudo, ponerse el yelmo y tomar la lanza (cf. por ejemplo Il. XI 17ss.), Heracles toma la lanza, se pone el yelmo y luego coge el escudo— a fin de dejar para el final este y la extensa descripción que le espera. La mención del carcaj y las flechas, aunque no del arco, en medio de la panoplia habitual del guerrero épico no tiene otra función en el enfrentamiento con Cicno, aparte de la simbólica que las peculiares flechas aportan con su caracterización a modo de los monstruos del epos (cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, p. 14), que recordar el armamento habitual de Heracles ya desde Homero y a lo largo de la literatura. 18 El escudo de Aquiles descrito en el canto XVIII de la Ilíada está elaborado en bronce, estaño, oro y plata; el escudo de Heracles, que como aquel, y como las armas de los guerreros épicos en general, se considera obra de Hefesto y como aquel parte de un similar y genérico patrón artístico, añade a estos metales el acero y los entrevera y colorea con otros materiales, a veces no fáciles de definir: yeso, marfil, electro y lapislázuli. El v. 143 falta en los sch. vet. del códice Z y es secluido por Heine, Rzach, Russo y Solmsen; ciertamente λαμπόμενον choca después de ὑπολαμπὲς, pero da la impresión de que este se refiere al efecto de los tres materiales no metálicos y el participio λαμπόμενον, predicado nominal de ἔην lo mismo que el adjetivo, al efecto del oro.

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ΑΣΠΙΣ

δεινὴ Ἔρις πεπότητο κορύσσουσα κλόνον ἀνδρῶν, σχετλίη, ἥ ῥα νόον τε καὶ ἐκ φρένας εἵλετο φωτῶν οἵτινες ἀντιβίην πόλεμον Διὸς υἷι φέροιεν. τῶν καὶ ψυχαὶ μὲν χθόνα δύνουσ’ Ἄιδος εἴσω αὐτῶν, ὀστέα δέ σφι περὶ ῥινοῖο σαπείσης Σειρίου ἀζαλέοιο κελαινῇ πύθεται αἴῃ. Ἐν δὲ Προΐωξίς τε Παλίωξίς τε τέτυκτο, ἐν δ’Ὅμαδός τε Φόνος τ’Ἀνδροκτασίη τε δεδήει, ἐν δ’Ἔρις, ἐν δὲ Κυδοιμὸς ἐθύνεον, ἐν δ’ὀλοὴ Κὴρ ἄλλον ζωὸν ἔχουσα νεούτατον, ἄλλον ἄουτον, ἄλλον τεθνηῶτα κατὰ μόθον ἕλκε ποδοῖιν· εἷμα δ’ἔχ’ ἀμφ᾽ ὤμοισι δαφοινεὸν αἵματι φωτῶν, δεινὸν δερκομένη καναχῇσί τε βεβρυχυῖα.

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149 susp. Wolf • 150 (=163)-153 exp. Schwarz et Russo, 151-153 Lehrs, Rzach et Solmsen • 151 δύμεναι J : δύουσ’ F • 153 μελαίνῃ BJFSac • φαεινῇ πυθ. αῦγῇ (sive αἴγλῃ) Paley • 154-160 susp. Welcker, secl. Furtwängler • 154 sq. προΐωξίς…ἀνδροκτασίη edd. nonnulli (Rzach, Mazon) • 155 φόβος JF et Rzach, Mazon • 156-159 exp. Heinrich (157-159 iam Schlichtergroll) et Russo • 156-160 exp. Solmsen • 160 βεβρυχυῖα (e βρυχομένη Σ) Byz. : βεβριθυῖα oΣ z

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ESCUDO

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Eris revoloteaba terrible armando a un tumulto de hombres, malvada, que privaba de mente y de razón a quienes frente al hijo de Zeus la guerra provocaran. Sus vidas caen por tierra dentro del Hades y, corrompida su piel, sus huesos se van pudriendo por el ardiente Sirio en la negra tierra19. En él Persecución y Contraataque estaban labrados, en él lucían Clamor, Matanza y Carnicería, en él Eris y Algarada se precipitaban y la mortífera Cer, cogiendo a uno vivo y recién herido, a otro sin herir, a otro muerto, en el fragor del combate por los pies los arrastraba; en sus hombros llevaba una prenda manchada con sangre de hombres, su mirada era terrible y hacía rechinar sus dientes20.

19 Como en el escudo de Aquiles el poeta comienza la descripción del escudo por el centro, lo cual sugiere una posible disposición de la decoración en franjas concéntricas, pero en los motivos de la decoración concernientes esta recuerda más la descripción del escudo de Agamenón en Il. XI 32ss. o la égida de Atenea en Il. V 738ss. que la del escudo de Aquiles. Como en estos casos, el centro de la decoración lo ocupaba una imagen espantosa del Terror personificado, la cual, a diferencia de los casos mencionados, ostentaba en medio de su frente una imagen de Eris, la Discordia ya personificada en la obra de Hesíodo (Th. 225ss., Op. 13ss.), la cual, con enorme carga simbólica y también con una componente psicológica nueva, enloquecía a quienes a Heracles se enfrentaran, haciéndolos caer muertos a tierra hasta que allí se pudrieran. En el v. 144 los códices transmiten δὲ δράκοντος, que es la lectura adoptada por Mazon y por Russo, y no δ’ἀδάμαντος, aportada por los sch. vet. y seguida, desde Hermann y Ranke, por muchos editores, entre ellos Rzach y Solmsen: con esta, referida a Fóbos, encaja mejor sin duda la subsiguiente presencia de Eris así como la de Proíoxis…Fonos y Androktasíe (cf. Th. 226ss.). Los versos 150 (=163)-153 son secluidos por F. Schwarz (De Scuto quod fertur Hesiodi. …, Diss. Berolini, 1932) y también por Russo; Solmsen, como Lehrs y Rzach, mantiene 150 y secluye 151-153; al igual que Mazon no vemos razones de peso para secluirlos; al contrario, la dificultad de representar su contenido, que Russo (ad loc.) ve como signo de interpolación, se halla en consonancia con el afán de vivacidad y movimiento, al cual se observa también en otros detalles cómo aspira muy particularmente esta écfrasis épica de escudo (cf. v. 190, 194, 198 entre muchos otros). 20 Acumulación de personificaciones de conceptos bélicos, introducida por la fórmula ᾿Εν δὲ…bien conocida por la descripción del escudo de Aquiles, pero de cuño netamente hesiódico (cf. Th. 226ss. sobre la descendencia de Eris), con añadidos puntillosos (Proíoxis/Palíoxis) y nuevamente de carácter terrorífico y valor simbólico, ya que aquí no se trata de la descripción de una batalla, a diferencia de lo que ocurre en Il. XVIII, cuyos versos 535-538 coinciden con los versos 156-159 del presente pasaje ex-

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ΑΣΠΙΣ

Ἐν δ’ὀφίων κεφαλαὶ δεινῶν ἔσαν, οὔ τι φατειῶν, δώδεκα, ταὶ φοβέεσκον ἐπὶ χθονὶ φῦλ’ἀνθρώπων οἵτινες ἀντιβίην πόλεμον Διὸς υἷι φέροιεν. τῶν καὶ ὀδόντων μὲν καναχὴ πέλεν, εὖτε μάχοιτο Ἀμφιτρυωνιάδης· τὰ δ’ἐδαίετο θαυματὰ ἔργα· στίγματα δ’ὣς ἐπέφαντο ἰδεῖν δεινοῖσι δράκουσι· κυάνεοι κατὰ νῶτα, μελάνθησαν δὲ γένεια. Ἐν δὲ συῶν ἀγέλαι χλούνων ἔσαν ἠδὲ λεόντων ἐς σφέας δερκομένων, κοτεόντων θ’ἱεμένων τε. τῶν καὶ ὁμιληδὸν στίχες ἤισαν, οὐδέ νυ τώ γε οὐδέτεροι τρεέτην, φρῖσσόν γε μὲν αὐχένας ἄμφω. ἤδη γάρ σφιν ἔκειτο μέγας λῖς, ἀμφὶ δὲ κάπροι δοιοί, ἀπουράμενοι ψυχάς· κατὰ δέ σφι κελαινὸν αἷμ’ἀπελείβετ’ἔραζ᾽· οἳ δ’αὐχένας ἐξεριπόντες κείατο τεθνηῶτες ὑπὸ βλοσυροῖσι λέουσιν· τοὶ δ’ἔτι μᾶλλον ἐγειρέσθην κοτέοντε μάχεσθαι, ἀμφότεροι, χλοῦναί τε σύες χαροποί τε λέοντες. Ἐν δ’ἦν ὑσμίνη Λαπιθάων αἰχμητάων Καινέα τ’ἀμφὶ ἄνακτα Δρύαντά τε Πειρίθοόν τε Ὁπλέα τ’Ἐξάδιόν τε Φάληρόν τε Πρόλοχόν τε Μόψον τ’Ἀμπυκίδην, Τιταρήσιον, ὄζον Ἄρηος Θησέα τ’Αἰγεΐδην, ἐπιείκελον ἀθανάτοισιν· ἀργύρεοι, χρύσεια περὶ χροῒ τεύχε’ἔχοντες. Κένταυροι δ’ ἑτέρωθεν ἐναντίοι ἠγερέθοντο ἀμφὶ μέγαν Πετραῖον ἰδ’Ἄσβολον οἰωνιστὴν Ἄρκτον τ’Οὔρειόν τε μελαγχαίτην τε Μίμαντα καὶ δύο Πευκεΐδας, Περιμήδεά τε Δρύαλόν τε, ἀργύρεοι, χρυσέας ἐλάτας ἐν χερσὶν ἔχοντες.

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162 τοὶ βόσκονται (β e φ corr., γρ. ταὶ φοβέεσκον in mg.) S • 163 (=150) exp. Paley et Mazon, Solmsen • 165 τὰ δ’ἐδ. : τε γε δαίετο : τ’ἐδαίετο • θαυματὰ sch. Pi. O. 1. 43 : θαῦματα B : θαυμαστὰ bJFS • 167 κυανέοιο B : κυάνεα F • 169 θ’ om. J • 170 τώ bJSpc : τῶν BFSac : τοί Byz. (Z) • 172 κάπρω et 173 ὼ supra δοιοὶ, ω supra ἀπουράμενοι Byz. (Z) • 178 ὑσμίνη τε μάχη J : ὑσμίνη τε μ. τε Sac (τε μ. τε del. Spc) : ὑσμίνη μάχη b • 182 (=Il. 1. 265) exp. E. Meyer, novit Clitias (crater François) • 183 τεύχεα o : ἐσθὴς Σz (unde εἵματα Z, adiuvante fort. Il. 18. 517) • 186 τ’οὔριον Byz. : θούριον fere o • Μελαγχ. Clitias • Μίμαν τε West

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ESCUDO

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Allí había cabezas de serpientes terribles, del todo inenarrables, doce, que atemorizaban a las tribus de hombres sobre la tierra que frente al hijo de Zeus la guerra provocaran. Había también rechinar de sus dientes cada vez que luchaba el Anfitriónida; digna de admiración la obra lucía; como manchas se dejaban ver en los terribles ofidios: azulados en el lomo, negros en sus quijadas. Había manadas de cerdos salvajes y de leones que se miraban con inquina y ansia. Iban en fila por bandos y ni los unos ni los otros huían, si bien ambos sus cuellos erizaban. Yacía ya, en efecto, un gran león y a ambos lados dos jabalíes, privados de vida; su negra sangre corría a tierra; estos, dejando caer su cuello en tierra, yacían muertos por los melenudos leones; y en ellos se despertó aún más el ansia de pelear, en unos y otros, los cerdos salvajes y los fieros leones21. Estaba la batalla de los Lapitas lanceros en torno al soberano Ceneo, a Driante y Pirítoo, a Hopleo, Exadio, Falero y Próloco, a Mopso Ampícida, a Titaresio, retoño de Ares, y a Teseo Egeida, semejante a los inmortales; ellos en plata y de oro las armas en torno al cuerpo. En el bando contrario se agrupaban los Centauros en torno al gran Petreo y al adivino Ásbolo, a Arcto, a Ureo, a Mimante de negro pelo y a los dos Peuceidas, Perimedes y Dríalo, ellos en plata y con mazas de oro en sus manos.

cepto en la palabra del primer verso que sirve para adaptarlos a uno u oto contexto. Por esta razón, a partir de Heinrich, y algunos versos ya antes, suelen ser secluidos (a veces el total de los versos 154-160) por muchos editores, entre ellos Russo (156-159 en realidad) y Solmsen, quien sin embargo considera que los versos habrían sido interpolados en Iíada a partir de aquí y no al contrario (cf. Hermes 93 (1965), pp. 1ss.). 21 El gusto simbolista de la decoración del escudo llega al máximo en la preciosista representación de jabalíes y leones en dos filas enfrentadas como si de ejércitos de hombres se tratara, cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, p. 11.

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ΑΣΠΙΣ

καί τε συναΐγδην ὡς εἰ ζωοί περ ἐόντες ἔγχεσιν ἠδ’ἐλάτῃς αὐτοσχεδὸν ὠριγνῶντο. Ἐν δ’Ἄρεος βλοσυροῖο ποδώκεες ἕστασαν ἵπποι χρύσεοι, ἐν δὲ καὶ αὐτὸς ἐναρσφόρος οὔλιος Ἄρης, αἰχμὴν ἐν χείρεσσιν ἔχων, πρυλέεσσι κελεύων, αἵματι φοινικόεις ὡς εἰ ζωοὺς ἐναρίζων, δίφρου ἐπεμβεβαώς· παρὰ δὲ Δεῖμός τε Φόβος τε ἕστασαν ἱέμενοι πόλεμον καταδύμεναι ἀνδρῶν. Ἐν δὲ Διὸς θυγάτηρ ἀγελείη Τριτογένεια, τῇ ἰκέλη ὡς εἴ τε μάχην ἐθέλουσα κορύσσειν, ἔγχος ἔχουσ’ἐν χειρὶ χρυσείην τε τρυφάλειαν αἰγίδα τ’ ἀμφ᾽ ὤμοις· ἐπὶ δ’ᾤχετο φύλοπιν αἰνήν. Ἐν δ’ἦν ἀθανάτων ἱερὸς χορός· ἐν δ’ἄρα μέσσῳ ἱμερόεν κιθάριζε Διὸς καὶ Λητοῦς υἱὸς χρυσείῃ φόρμιγγι· θεῶν δ’ἕδος ἁγνὸς Ὄλυμπος· ἐν δ’ἀγορή, περὶ δ’ὄλβος ἀπείριτος ἐστεφάνωτο ἀθανάτων ἐν ἀγῶνι· θεαὶ δ’ἐξῆρχον ἀοιδῆς Μοῦσαι Πιερίδες, λιγὺ μελπομένῃς ἐικυῖαι. Ἐν δὲ λιμὴν εὔορμος ἀμαιμακέτοιο θαλάσσης κυκλοτερὴς ἐτέτυκτο πανέφθου κασσιτέροιο κλυζομένῳ ἴκελος· πολλοί γε μὲν ἂμ μέσον αὐτοῦ δελφῖνες τῇ καὶ τῇ ἐθύνεον ἰχθυάοντες

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189 καί τε : οἵ τε B (teste Rzachio; non iam legitur) • συναΐγδην BJFΣzEtG s.v. EtM s.v. ἀίγδην et Π39 : συναίκτην bSΣ • 192 ἐναρσφόρος et Σz EtG s.v. : ἐναροφ- F : ἐναρφ- EtM s.v. (ut vid.) • 195 δίφρῳ o et Mazon : corr. L. Dindorf • δὲ et Π39 : δὴ m : om. RLS • 197 ἀγελείη et Π39 : ὀλοὴ B (ὀλοὴ ἦν Peppmüller) • 199 ἐν(ὶ) χειρὶ BF (S) : ἐν χερσὶ(ν) bJ • χρυσείην m et Π39 (χ̣[ρυ]σ̣ε[̣ ι]ην) : † χρυσέην Solmsen • ἐν χερσὶ φαεινήν τε τρ. Hermann : ἐν χερσὶν χρυσέην [τε] τρ. Bentley et Rzach, Mazon, Russo : ἔχουσα [ἐν] χερὶ (χεροῖν Paley) χρυσείην τε τρ. Goettling • 202 Δ. κ. Λητοῦς υἱὸς et Π39 (λ]ητουσυ[ιος) : Λ. κ. Δ. υἱὸς bJF • Λητόος Gerhard et Rzach, Mazon • 203 sq. exp. Goettling, θεῶν…205 ἀγῶνι Bauermeister et Rzach, Mazon, Russo, Solmsen • 203 δ’ἕδος : ἕδος J : τ’ἕδος S • ἀγνὸν -ον J • 206 λιγὺ om. S • μελπομέναις bS • 207 εὔορμος…208 κυκλ. om. Π34 • 208 πανέφθου et Σ EtG Tittm s.v. : εανου Π34 (cf. Il. 18. 613) • 209 πολλοί…211 ἴκ. non hab. Π34 (expunxerat Peppmüller et Rzach, Mazon, Russo, Solmsen) • αὐτῆς J

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Y luchaban violentamente cuerpo a cuerpo con lanzas y mazas como si estuvieran vivos22. Estaban los caballos de raudas patas del terrible Ares en oro y también el propio Ares mortífero portador de botín, lanza en mano, dando órdenes a los soldados, rojo de sangre como si estuviera matando a hombres vivos, montado en su carro; y a su lado estaban Miedo y Terror deseosos de inmiscuirse en la guerra de los hombres. Allí la hija de Zeus acumuladora de botín, Tritogenia, estaba igual que si quisiera suscitar batalla, con la lanza en la mano, yelmo de oro y la égida en sus hombros; y corría tras el terrible grito de guerra23. Allí estaba el sagrado coro de los inmortales, y en medio por cierto tocaba deliciosamente la cítara el hijo de Zeus y Leto con su áurea fórminge; y el Olimpo, sede sagrada de los dioses; había una plaza e inmensa dicha alrededor en la asamblea de los inmortales; comenzaban a cantar las diosas Musas Piérides, como si un sonoro canto estuvieran entonando24. Un puerto con buenos amarraderos frente al mar irresistible había sido forjado en forma circular con estaño fundido como si las olas lo bañaran; en medio de él muchos delfines corrían de acá para allá jugueteando

22 La escena de la lucha entre Lapitas, con la enumeración de nueve caudillos (de los cuales en Il. I 262ss. se enumeran seis) más Teseo, no emparejado aquí a Pirítoo, y Centauros, con siete caudillos de nombres salvajes que aparecen aquí por vez primera, presenta el esquematismo y la simetría de un posible modelo figurado de entre los muchos que debieron de tratar el tema, aparte del mejor conocido, el vaso François. 23 También las figuras de Ares y Atenea, los grandes dioses de la guerra, son concebidos aquí de forma simétrica, esquemática y con función más simbólica que la real de luchar el uno con el otro. 24 Frente a las imágenes de terror, lucha y violencia, un fuerte contraste de beatitud y paz es introducido por otra escena de género, la de Apolo y las Musas tocando y cantando en el coro de los dioses, en medio del Olimpo, si bien esta última referencia es secluida como interpolación por diversos editores (Rzach, Russo, Solmsen) a partir de Goettling, primero, que secluyó los dos versos 203-204, y de Bauermeister luego, que se limitó a secluir de 203b a 204a.

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ΑΣΠΙΣ

νηχομένοις ἴκελοι· δοιὼ δ’ἀναφυσιόωντες ἀργύρεοι δελφῖνες ἐφοίβεον ἔλλοπας ἰχθῦς. τῶν δ’ὕπο χάλκειοι τρέον ἰχθύες· αὐτὰρ ἐπ’ἀκτῆς ἧστο ἀνὴρ ἁλιεὺς δεδοκημένος, εἶχε δὲ χερσὶν ἰχθύσιν ἀμφίβληστρον ἀπορρίψοντι ἐοικώς. Ἐν δ’ἦν ἠυκόμου Δανάης τέκος, ἱππότα Περσεύς, οὔτ’ἄρ’ ἐπιψαύων σάκεος ποσὶν οὔθ’ἑκὰς αὐτοῦ, θαῦμα μέγα φράσσασθ’, ἐπεὶ οὐδαμῇ ἐστήρικτο. τὼς γάρ μιν παλάμαις τεῦξεν κλυτὸς Ἀμφιγυήεις, χρύσεον· ἀμφὶ δὲ ποσσὶν ἔχεν πτερόεντα πέδιλα· ὤμοισιν δέ μιν ἀμφὶ μελάνδετον ἆορ ἔκειτο χαλκέου ἐκ τελαμῶνος· ὃ δ’ὥς τε νόημ’ ἐποτᾶτο· πᾶν δὲ μετάφρενον εἶχε κάρη δεινοῖο πελώρου, Γοργοῦς· ἀμφὶ δέ μιν κίβισις θέε, θαῦμα ἰδέσθαι, ἀργυρέη· θύσανοι δὲ κατῃωρεῦντο φαεινοὶ χρύσειοι· δεινὴ δὲ περὶ κροτάφοισι ἄνακτος κεῖτ’Ἄιδος κυνέη νυκτὸς ζόφον αἰνὸν ἔχουσα. αὐτὸς δὲ σπεύδοντι καὶ ἐρρίγοντι ἐοικὼς Περσεὺς Δαναΐδης ἐτιταίνετο· ταὶ δὲ μετ’αὐτὸν Γοργόνες ἄπλητοί τε καὶ οὐ φαταὶ ἐρρώοντο ἱέμεναι μαπέειν· ἐπὶ δὲ χλωροῦ ἀδάμαντος βαινουσέων ἰάχεσκε σάκος μεγάλῳ ὀρυμαγδῷ

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211 δοιὼ Π34 : -οὶ o • 212 ἐφοίβεον von der Mühll : ἐ]φοινεον Π34 et Rzach (†ἐφοίνεον) : ἐφοιβοων F : ἐφοίτων cett. ΣZ EtG s.v. ἔλλοψ et Mazon : ἐφοίμεον West; ἐθύνεον ἰχθυάοντες hic prius quam in 210 extitisse ci. Wilam. • 213 του δ’ Π34 • ἐπ’ἀκτῆς Peppmüller et Solmsen (επακτις B) : ἐπ’ἀκταῖς o EtG s.v. ἀμφίβληστρον et Rzach. • 214 χειρὶ EtG • 215 ἀπορρίψαντι EtGA (deest B) • 219 τεῦχεν B • 222 χαλκέου et Π77 : χάλκεον bS • νόημα ποτᾶτο BJF • 230 ἄπληστοι EtG A (deest B) s.v. μαπέειν • 232 βαινουσάων J

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igual que si nadaran; dos delfines de plata con sus resoplidos a escamosos peces asustaban. De ellos huían peces de bronce; y en la costa estaba lo que parecía ser un pescador y tenía en sus manos una red como si a los peces fuera a echarla25. Estaba el hijo de Dánae de hermoso cabello, el jinete Perseo, sin tocar el escudo con sus pies ni lejos de este, gran prodigio de explicar, porque en ningún sitio estaba apoyado. Así lo forjó, pues, con sus manos el ínclito Patizambo, en oro; en sus pies llevaba aladas sandalias; de sus hombros espada de negra forja colgaba de un tahalí de bronce; él como un pensamiento revoloteaba; toda su espalda la ocupaba la cabeza de un terrible monstruo, la Gorgona; en torno a ella brillaba un morral, maravilla de ver, en plata; resplandecientes flecos de oro de él colgaban; y en torno a las sienes del soberano estaba puesto el terrible yelmo de Hades con la horrenda oscuridad de la noche. Él, Perseo Danaida, hacía intentos, como quien se apresura y estremece; ellas, las Gorgonas, inabordables e indecibles, arremetían tras de él deseosas de agarrarlo; sobre el pálido acero, según ellas iban, resonaba el escudo con gran estrépito,

25 El ambiente placentero y pacífico se prolonga en esta escena de un puerto, con sus fondeaderos, sus poco creíbles delfines saltando y sus peces y hasta un pescador pescándolos, que por un momento rompe también con la temática mitológica habitual e introduce la cotidiana y como de tarjeta postal (cf., en esta misma línea preciosista, vv. 314ss., con el océano que circunda el escudo lleno de cisnes nadando y peces arremolinándose en torno a ellos), antes de volver a aquella y al simbolismo bélico y de terror con el tema de Perseo y la Gorgona. El pasaje de los delfines jugando (209b-211a) había sido secluido por R. Peppmüller (Variationen in pseudohesiodeischen Heraklesschilde, Jahresbericht Gymn. Stralsund, 1893) y tampoco figura en Π34 (P.Berol. 9774, que contiene Sc. 207-213, se halla provisto de signos diacríticos y ha sido datado en fecha tan temprana como el s. I a. C.); también es secluido por Rzach, Mazon, Russo y Solmsen; pero hay que tener en cuenta que la misma criba filológica y racionalista que motivó a Peppmüller puede haber inspirado al autor del filológico Π34, el cual ha omitido también Il. XVIII 604b-605a, como Aristarco, y 207b-208a de Escudo, que nadie ha dicho que no sean genuinos.

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ΑΣΠΙΣ

ὀξέα καὶ λιγέως· ἐπὶ δὲ ζώνῃσι δράκοντε δοιὼ ἀπῃωρεῦντ’ ἐπικυρτώοντε κάρηνα· λίχμαζον δ’ἄρα τώ γε, μένει δ’ἐχάρασσον ὀδόντας ἄγρια δερκομένω· ἐπὶ δὲ δεινοῖσι καρήνοις Γοργείοις ἐδονεῖτο μέγας φόβος. οἳ δ’ὑπὲρ αὐτέων ἄνδρες ἐμαρνάσθην πολεμήια τεύχε’ἔχοντες, τοὶ μὲν ὑπὲρ σφετέρης πόλιος σφετέρων τε τοκήων λοιγὸν ἀμύνοντες, τοὶ δὲ πραθέειν μεμαῶτες. πολλοὶ μὲν κέατο, πλέονες δ’ἔτι δῆριν ἔχοντες μάρνανθ’. αἱ δὲ γυναῖκες ἐυδμήτων ἐπὶ πύργων χαλκέων ὀξὺ βόων, κατὰ δ’ἐδρύπτοντο παρειάς, ζωῇσιν ἴκελαι, ἔργα κλυτοῦ Ἡφαίστοιο. ἄνδρες δ’οἳ πρεσβῆες ἔσαν γῆράς τε μέμαρπoν ἀθρόοι ἔκτοσθεν πυλέων ἔσαν, ἂν δὲ θεοῖσι χεῖρας ἔχον μακάρεσσι, περὶ σφετέροισι τέκεσσι δειδιότες· τοὶ δ’αὖτε μάχην ἔχον. αἱ δὲ μετ’αὐτοὺς Κῆρες κυάνεαι, λευκοὺς ἀραβεῦσαι ὀδόντας, δεινωποὶ βλοσυροί τε δαφοινοί τ’ἄπλητοί τε δῆριν ἔχον περὶ πιπτόντων· πᾶσαι δ’ἄρ’ ἵεντο αἷμα μέλαν πιέειν· ὃν δὲ πρῶτον μεμάποιεν κείμενον ἢ πίπτοντα νεούτατον, ἀμφὶ μὲν αὐτῷ βάλλ ὄνυχας μεγάλους, ψυχὴ δὲ [Ἄιδόσδε] κατῇεν Τάρταρον ἐς κρυόενθ’· αἱ δὲ φρένας εὖτ’ἀρέσαντο αἵματος ἀνδρομέου, τὸν μὲν ῥίπτασκον ὀπίσσω, ἂψ δ’ὅμαδον καὶ μῶλον ἐθύνεον αὖτις ἰοῦσαι.

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233 δράκοντες bJS • 234 ἐπικυρτόωντε mL : -τόεντε B : -τώεντα Σ • 235 λίχμαζον m : -σον RLSac : -σσον (σσ in ras.)F : αιχμασ(σ)ον vario accentu et spiritu BJSpcΣz γρ • 236 ἐπὶ δεινοῖσιν δὲ S • 239 ὑπὸ bBJ • 241 κείατο L et Rzach, Mazon (sed cf. Il. 19. 203) • 243 χάλκεον o : corr. de Pauw : -εαι Spitzner • βόω Π63 • 245 πρέσβηες Buttmann • μέμαρπον JRLSΣz et Π63 (γηραι τε μ.) et nos : -πεν F et edd. : -πτεν Σ : -πτο m : (γῆρα τε) μέμαρπτων B : -πτον ΣΣz • 250 -οὶ (-οί) quater bBFSΣ(?)Σz : -αὶ (-αί) quater J et Rzach, Mazon • 252 μεμάπ. FSΣz : μεμάρπ. bBJ • 253-255 et Π78 : 252 ὃν-255 κρυόενθ’ exp. Deiters : post 253 dubit. Solmsen an v. exciderit • 254 βάλλ Van Lennep et Russo, Solmsen : βάλλ Hermann haplologiam βάλλ’ὄν. maluit E. Schwyzer et Rzach, Mazon • ψυχὴ B : ψυχὴν cett. et Russo • [Ἄιδόσδε] Hermann • κατῇεν Wolf (fort. et Byz.) : κατεῖεν o : καθῖεν (post ψυχὴν) F. Schwarz (καθίει Hermann) et Russo • 255 ἀρέσαντο et ΣΣz : ἀρέσαιντο Peppmüller

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ESCUDO

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aguda y chillonamente; sobre sus cinturas dos serpientes se cernían asomando hacia delante sus cabezas; las dos lamían, y aguzaban con furia sus dientes mirando ferozmente; en las terribles cabezas de las Gorgonas gran terror se infundía26. Por encima de estas luchaban los hombres con armas de guerra, unos tratando de evitar la ruina de su ciudad y de sus hijos, otros ansiosos por asolarla. Muchos yacían muertos, pero todavía más luchaban en contienda. Sobre sólidos muros de bronce las mujeres daban agudos gritos y se desgarraban las mejillas como si estuvieran vivas, por obra del ínclito Hefesto. Hombres que eran ancianos y habían alcanzado la vejez estaban reunidos fuera de las puertas y a los bienaventurados dioses elevaban sus manos temerosos por sus hijos; y estos presentaban batalla. Tras ellos las Ceres, de esmalte azul, haciendo rechinar sus blancos dientes, terroríficas, greñudas, salvajes e inabordables, peleaban por los que caían; todas deseaban beber su negra sangre; al primero que pillaban, muerto o que caía recién herido, a por él lanzaban a una sus negras uñas, y su alma bajaba (al Hades) al gélido Tártaro; y ellas, una vez que saciaban sus entrañas de sangre humana, lo tiraban hacia atrás y acudiendo de nuevo corrían al fragor y el afán del combate. 26 La sospecha de que el poeta del Escudo pueda haberse inspirado en obras de arte figurado para su descripción de la escena de Perseo huyendo aterrado delante de las Gorgonas (primero una y luego tres cuya genealogía se expone en Th. 274ss.) es difícil de obviar dada la abundancia de obras de arte de la época que han tratado el tema y con los mismos motivos iconográficos del zurrón, las serpientes etc. (cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, pp. 25ss.), si bien es verdad que el afán de dar vida a las imágenes y de plasmar hasta los sentimientos, el movimiento e incluso el sonido emitido por aquellas al moverse forma parte del arte de la écfrasis literaria, de la cual la presente descripción, como la del escudo iliádico, constituye un señero modelo; eso sí, frente a las prescripciones de la écfrasis progimnasmática de personajes, que recomiendan comenzar esta por la cabeza y terminar en los pies (cf. Theo, 118-120 Spengel), la descripción de Perseo y la Gorgona sigue la dirección contraria, probablemente porque el punto de referencia del que parten y el anclaje de las figuras es el escudo, sobre el que se elevan.

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ΑΣΠΙΣ

Κλωθὼ καὶ Λάχεσίς σφιν ἐφέστασαν· ἣ μὲν ὑφήσσων Ἄτροπος οὔ τι πέλεν μεγάλη θεός, ἀλλ’ἄρα ἥ γε τῶν γε μὲν ἀλλάων προφερής τ’ἦν πρεσβυτάτη τε. πᾶσαι δ’ἀμφ’ἑνὶ φωτὶ μάχην δριμεῖαν ἔθεντο· δεινὰ δ’ἐς ἀλλήλας δράκον ὄμμασι θυμήνασαι, ἐν δ’ὄνυχας χεῖράς τε θρασείας ἰσώσαντο. πὰρ δ’Ἀχλὺς εἱστήκει ἐπισμυγερή τε καὶ αἰνή, χλωρὴ ἀυσταλέη λιμῷ καταπεπτηυῖα, γουνοπαχής, μακροὶ δ’ὄνυχες χείρεσσιν ὑπῆσαν· τῆς ἐκ μὲν ῥινῶν μύξαι ῥέον, ἐκ δὲ παρειῶν αἷμ’ἀπελείβετ’ἔραζ’· ἡ δ’ἄπλητον σεσαρυῖα εἱστήκει, πολλὴ δὲ κόνις κατενήνοθεν ὤμους, δάκρυσι μυδαλέη. παρὰ δ’εὔπυργος πόλις ἀνδρῶν, χρύσειαι δέ μιν εἶχον ὑπερθυρίοις ἀραρυῖαι ἑπτὰ πύλαι· τοὶ δ’ἄνδρες ἐν ἀγλαΐαις τε χοροῖς τε τέρψιν ἔχον· τοὶ μὲν γὰρ ἐυσσώτρου ἐπ’ἀπήνης

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258-263 et Π78 (except. 259) : exp. Künneth et Russo, Solmsen (additos esse cred. Schwarz); 258-260 exp. Kinkel et Rzach, Mazon • 264 αἰνή : ἐχθρή B • 267 τῆς et de subl. 9. 5 : τῆς δ’ B • 268 ἄπληστον S • 272 τοὶ δ’ : τῆδ’ J • ἀγλαίης S • τε χοροῖς : λαοῖς b (RLM)

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ESCUDO

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Cloto y Láquesis estaban al frente; Átropo, de menor estatura, no era una diosa importante, pero destacaba de las demás y era la más anciana. Todas entablaban dura pelea por un solo hombre; terribles miradas lanzaban furiosas unas a otras y uñas y manos en audacia igualaban. Al lado estaba Tiniebla, sombría y terrible, pálida, seca, encogida de hambre, hinchadas las rodillas, y largas uñas en sus manos crecían; de sus narices caían mocos y de sus mejillas corría sangre al suelo; estaba enseñando los dientes de un modo horrible y mucho polvo cubría sus hombros, empapado en lágrimas27. Al lado una ciudad con hombres, bien amurallada, y siete puertas de oro provistas de dinteles la cerraban; sus hombres se divertían en fiestas y danzas; unos conducían una mujer a un hombre 27 A partir del v. 237 la decoración se centra en un tema bien conocido por el escudo iliádico y con frecuentes resonancias en la presente descripción, que es el de la ciudad en guerra frente a la ciudad en paz, el cual en el Escudo seguirá a partir del v. 270. Pero, atendiendo sin duda al valor igualmente simbólico del motivo de la patética ciudad en guerra (que sin embargo se presenta más humanizada en su lucha entre defensores y atacantes que la ciudad en guerra homérica, Il. XVIII 509ss., donde luchan unos por destruir la ciudad, otros por llevarse sus riquezas), entremedias el poeta todavía recurre a la temática mitológica que le es característica y a su peculiar configuración aterradora y efectista, a propósito de las carroñeras Ceres y su pulular por el campo de batalla peleándose por la sangre de los cadáveres (vv. 249-263), y a propósito de las macabras Tinieblas (vv. 264-270), alegoría, la más antigua conocida, de la muerte. Esta sirve de simbólica bisagra entre la descripción de la ciudad en guerra y la mucho más larga y detallada, de contenido más cotidiano y familiar, más “homérica” en definitiva, de la ciudad en paz. Los versos 258-260 son secluidos por Kinkel y por Rzach: la explicitación de los nombres de un grupo mitológico constituye un tipo característico de interpolación, si bien hay que tener en cuenta que el autor de la Ilíada Latina también los introdujo en su descripción del escudo de Aquiles (vv. 891s. Atropus hunc circumstabat reliquaeque sorores sanguineis maestae Clotho Lachesisque capellis…); Ch. Künneth (Der pseudohesiodeische Heraklesschild sprachlich-kritisch untersucht, Programm Gymn. Erlangen, I, 1901; II, 1902)), así como Russo y Solmsen, secluyen 258-263, que F. Schwarz (De Scuto quod fertur Hesiodi. …, Diss. Berolini, 1932, pp. 61ss.) considera obra de un interpolador, entre otras razones de tipo estilístico por el uso de los aoristos ἔθεντο, δράκον, ἰσώσαντο en la descripción, hecho sin embargo no aislado, cf. v. 146, 167, 176…, indicando como aquí una acción puntual a la que se quiere dar vida.

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ΑΣΠΙΣ

ἤγοντ’ἀνδρὶ γυναῖκα, πολὺς δ’ὑμέναιος ὀρώρει· τῆλε δ’ἀπ’αἰθομένων δαΐδων σέλας εἰλύφαζε χερσὶν ἐνὶ δμῳῶν· ταὶ δ’ἀγλαΐῃ τεθαλυῖαι πρόσθ’ἔκιον, τῇσιν δὲ χοροὶ παίζοντες ἕποντο· τοὶ μὲν ὑπὸ λιγυρῶν συρίγγων ἵεσαν αὐδὴν ἐξ ἁπαλῶν στομάτων, περὶ δέ σφισιν ἄγνυτο ἠχώ· αἱ δ’ ὑπὸ φορμίγγων ἄναγον χορὸν ἱμερόεντα. ἔνθεν δ’αὖθ’ἑτέρωθε νέοι κώμαζον ὑπ’αὐλοῦ. τοί γε μὲν αὖ παίζοντες ὑπ’ὀρχηθμῷ καὶ ἀοιδῇ [τοί γε μὲν αὖ γελόωντες ὑπ’αὐλητῆρι ἕκαστος] πρόσθ’ἔκιον· πᾶσαν δὲ πόλιν θαλίαι τε χοροί τε ἀγλαΐαι τ’εἶχον. τοὶ δ’ αὖ προπάροιθε πόληος νῶθ’ἵππων ἐπιβάντες ἐθύνεον. οἱ δ’ἀροτῆρες ἤρεικον χθόνα δῖαν, ἐπιστολάδην δὲ χιτῶνας ἐστάλατ’. αὐτὰρ ἔην βαθὺ λήιον· οἵ γε μὲν ἤμων αἰχμῇς ὀξείῃσι κορωνιόωντα πέτηλα βριθόμενα σταχύων, ὡς εἰ Δημήτερος ἀκτήν· οἱ δ’ἄρ’ἐν ἐλλεδανοῖσι δέον καὶ ἔπιτνον ἀλωῇ· οἱ δ’ ἐτρύγων οἴνας, δρεπάνας ἐν χερσὶν ἔχοντες· [οἱ δ’αὖτ’ ἐς ταλάρους ἐφόρευν ὑπὸ τρυγητήρων λευκοὺς καὶ μέλανας βότρυας μεγάλων ἀπὸ ὄρχων, βριθομένων φύλλοισι καὶ ἀργυρέῃς ἑλίκεσσιν.]

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274 ὑμέναιος : ὀρυμαγδός (cf. Il. 2. 810 al.) B • 275 δ’ὑπαιθ. S • 276 ἀγλαΐῃ (-η) Π35BJΣz : -αι S : -ης F : -αις b • 277 τοῖσι(ν) RLS • 278 ταὶ Hermann • 279 σφισιν et Π35 : σφιν J • 280 οἳ Guyet (Hermann) • 281 exp. Solmsen (additus ab eo qui 283 pro 282 substituit) • αὖ b • 282 om. BacJac; Solmsen refert ad 278-280 (αὖ ad πρόσθ’ἔκιον 277) • 283 hab. et Π35 sch. Aristoph. Av. 1426 : om. Byz. (v. ad [298]) • αὖ : οὖν sch. Aristoph. • 288 ἐστάλατ’ αὐτὰρ et EtG s.v. ἤρεικον : ἐστείλαντ’ ἀτὰρ J • 289 κορωνιόωντα bBS EtG : -ιόεντα JF (κορυνιόεντα Pediasimi paraphr. in Δ) • 291 ἔπιτνον bJFSΣ EtG s.v. : ἔπιπνυον B : ἔπιπλον Σ l et ut vid. Σvet in EtM adhibita : ἐπίμπλων Σz : ἔπιτναν vel ἔπιμπλαν Sittl • ἀλωήν o et Rzach : corr. Th. Robinson • 293-295 secl. Paley et Rzach, Mazon, Russo, Solmsen, 293 ὑπὸ...296 ἐφόρευν Schoemann, 294 μεγάλων...296 ἐφόρευν Heinrich • 293 ἐν ταλάροις F • 295 βριθ. : σειομένων Σz γρ

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ESCUDO

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en carro de buenas ruedas y un gran canto de boda se originaba; llama de ardientes antorchas brillaba aparte en manos de esclavos; ellas iban delante exultantes de alegría y coros de danzantes las seguían; ellos emitían su voz al son de agudas siringas desde sus delicadas bocas y a su alrededor el eco se quebraba; ellas conducían el encantador coro al son de fórminges. De otro lado jóvenes en pandilla marchaban al son del aulós, los cuales, divirtiéndose a su vez al ritmo de danza y canto, (riéndose a su vez cada uno al compás del que tocaba)28, iban delante. Y fiestas, danzas y alborozos toda la ciudad ocupaban. Otros delante de la ciudad corrían montados a lomos de caballos. Los labradores araban la divina tierra y llevaban sus túnicas remangadas. Y había mies abundante; unos segaban con afiladas hoces tallos curvados por la carga de espigas, como si fuera el fruto de Deméter; otros los ataban con vencejos y los tendían en la era; otros vendimiaban las viñas, con la navaja en la mano; (otros portaban a cestos por obra de los vendimiadores racimos blancos y negros desde largas hileras de cepas cargadas de hojas y plateados zarcillos)29. 28 El v. 281 es secluido por Solmsen, con el argumento de que habría sido añadido por quien ha sustituido el v. 282 por el 283, razonamiento que no acabamos de entender pero sí la contradicción de la fórmula “iban delante” (πρόσθ’ ἔκιον) entre v. 282, referido a “ellos”, y v. 277, referido a “ellas” en la ceremonia de boda, en caso de suprimir la referencia al komos; el v. 283 es secluido por Russo, así como por Rzach, Mazon, Solmsen y por muchos códices, tanto aquí como en el incontrolado v. 298 (“estos riéndose a su vez cada uno al compás del que el aulós tocaba”), con buen criterio, ya que repite tal cual el comienzo del verso anterior y lo que intenta es explicitar, como es propio de un tipo común de interpolación, el sentido de los dos anteriores, incluso reiterando en otros términos lo ya dicho en el v. 281. 29 Los versos 293-295 son secluidos por Paley, así como por Rzach, Mazon, Russo y Solmsen; Schoemann secluyó de 293 a 296; Heinrich de 294 a 296. Como explica Russo, la ditografía que suponen los versos 293-295 (Anfangsrepetition del v. 296, síntoma de interpolación) puede deberse a la falta de objeto explícito del verbo de 296 y considerarlos espurios evita tener que explicar la extraña construcción agentiva de 293, no alargamiento de sílaba precediendo grupo de muta cum liquida e hiato en 294, o repeticiones léxicas en 295 con respecto a 299.

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ΑΣΠΙΣ

οἱ δ’αὖτ’ἐς ταλάρους ἐφόρευν. παρὰ δέ σφισιν ὄρχος χρύσεος ἦν, κλυτὰ ἔργα περίφρονος Ἡφαίστοιο, [τοί γε μὲν αὖ παίζοντες ὑπ’αὐλητῆρι ἕκαστος] σειόμενος φύλλοισι καὶ ἀργυρέῃσι κάμαξι, βριθόμενος σταφυλῇσι· μελάνθησάν γε μὲν αἵδε. οἵ γε μὲν ἐτράπεον, τοὶ δ’ ἤρυον. οἳ δὲ μάχοντο πύξ τε καὶ ἑλκηδόν· τοὶ δ’ὠκύποδας λαγὸς ᾕρευν ἄνδρες θηρευταί, καὶ καρχαρόδοντε κύνε πρό, ἱέμενοι μαπέειν, οἳ δ’ἱέμενοι ὑπαλύξαι. πὰρ δ’αὐτοῖς ἱππῆες ἔχον πόνον, ἀμφὶ δ’ἀέθλῳ δῆριν ἔχον καὶ μόχθον· ἐυπλεκέων δ’ἐπὶ δίφρων ἡνίοχοι βεβαῶτες ἐφίεσαν ὠκέας ἵππους ῥυτὰ χαλαίνοντες, τὰ δ’ ἐπικροτέοντα πέτοντο ἅρματα κολλήεντ’, ἐπὶ δὲ πλῆμναι μέγ’ἀύτευν. οἱ μὲν ἄρ’ἀίδιον εἶχον πόνον, οὐδέ ποτέ σφιν νίκη ἐπηνύσθη, ἀλλ’ἄκριτον εἶχον ἄεθλον. τοῖσι δὲ καὶ προύκειτο μέγας τρίπος ἐντὸς ἀγῶνος, χρύσειος, κλυτὰ ἔργα περίφρονος Ἡφαίστοιο. Ἀμφὶ δ’ἴτυν ῥέεν Ὠκεανὸς πλήθοντι ἐοικώς, πᾶν δὲ συνεῖχε σάκος πολυδαίδαλον· οἱ δὲ κατ’ αὐτὸν κύκνοι ἀερσιπόται μεγάλ’ἤπυον, οἵ ῥά τε πολλοὶ νῆχον ἐπ’ἄκρον ὕδωρ· παρὰ δ’ἰχθύες ἐκλονέοντο·

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296-300 exp. Guyet • 298 hab. Byz. (eidem qui 283 omis.) • 299 exp. Wilam. et Rzach, Solmsen • ἀργυρέῃσι et Ett s.v. κάμαξ : -οισι bS • in κάμαξι desinit B • 300 γε Tr. : δὲ o • αἵ γε JFR • 302 ἑλκηδήν EtM s.v. πύξ • λαγὸς Σz Tr. : -ῶ(ὼ)ς bJ : -οὺς FS • 304 ἀπαλύξαι RLS • 305 ἀέθλων mL • 307 in ἵππους desinit F • 310 εἶχον mL : ἔχον JR : δὴ ἔχον S • 308 ἐπικροτέοντα et Π63 : ἐπικροτόεντα m SZ • 312 τοῖσι δὲ καὶ : τοῖσιν δὲ S et Mazon, Russo • προέκειτο Nauck et Mazon,Russo • τρίπους J • 316 ῥά τε : ῥά γε bS • 317 πὰρ bS • κλονέοντο JΣ : corr. Tr. : δονέοντο bS

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ESCUDO

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Otros portaban a cestos. Al lado de ellos había una hilera de oro, ínclita obra del muy cuidadoso Hefesto30, (bromeando a su vez cada uno al compás del que tocaba el aulós) que se agitaba de hojas y con estacas de plata, cargada de racimos; estos eran negros. Unos pisaban las uvas, otros sacaban el mosto. Otros practicaban pugilato y lucha libre; otros cazaban liebres de rápidas patas, unos cazadores y delante dos perros de afilados dientes deseando agarrarlas, y ellas deseando escaparse. Al lado de ellos hombres a caballo se afanaban y por un premio competían y luchaban; aurigas montados en bien trenzados carros espoleaban veloces caballos dándoles rienda suelta, volaban traqueteando los bien trabados carros y los cubos de las ruedas mucho chirriaban. Su tarea era permanente y la victoria nunca se les lograba, sino que la competición se mantenía incierta. Para ellos también un gran trípode, de oro, estaba propuesto como premio en el certamen, ínclita obra del muy cuidadoso Hefesto31. Alrededor del borde fluía Océano como si estuviera lleno y la totalidad del muy artístico escudo rodeaba; a lo largo de él cisnes de alto vuelo graznaban fuertemente y en gran número nadaban encima del agua; al lado los peces se arremolinaban; 30 El v. 298, que no incluimos por incoherente, es el 283, que hemos traducido como “riéndose a su vez cada uno al compás del que tocaba el aulós”. 31 En menos de la mitad de los versos que ocupaban las escenas violentas, la imagen de la ciudad en paz es referida a una “ciudad de siete puertas” (v. 271) que no puede menos de hacer pensar en Tebas, patria de Heracles, y comprende la mención de fiestas, una ceremonia de boda, un komos de jóvenes bullangueros (vv. 281-284, la representación literaria del mismo más antigua que se conoce), y, ya extramuros de la ciudad, cabalgadas de jóvenes, faenas del campo, concretamente arada, siega y vendimia; una fugaz escena de caza y competiciones de pugilato y carreras de caballos y carros (de nuevo el simbolismo del enfrentamiento Heracles-Cicno en el penúltimo momento de la descripción del escudo). Algunas de las escenas, concretamente boda, arada, siega y vendimia, y también unas pocas de las fórmulas correspondientes, coinciden con las de la serie incluida en la descripción del escudo de Aquiles en la Ilíada XVIII, vv. 490ss., si bien el motivo de la boda y el de la vendimia reciben en el Escudo un tratamiento algo más detallado. Todo ello hace pensar en la derivación de ambas composiciones de un tema épico común, más que en una reelaboración del tratamiento homérico por parte del poeta del Escudo como con frecuencia suele pensarse.

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ΑΣΠΙΣ

θαῦμα ἰδεῖν καὶ Ζηνὶ βαρυκτύπῳ, οὗ διὰ βουλὰς ῞Ηφαιστος ποίησε σάκος μέγα τε στιβαρόν τε, ἀρσάμενος παλάμῃσι. τὸ μὲν Διὸς ἄλκιμος υἱὸς πάλλεν ἐπικρατέως· ἐπὶ δ’ἱππείου θόρε δίφρου, εἴκελος ἀστεροπῇ πατρὸς Διὸς αἰγιόχοιο, κοῦφα βιβάς· τῷ δ’ἡνίοχος κρατερὸς Ἰόλαος δίφρου ἐπεμβεβαὼς ἰθύνετο καμπύλον ἅρμα. Ἀγχίμολον δέ σφ’ἦλθε θεὰ γλαυκῶπις Ἀθήνη, καί σφεας θαρσύνουσ’ἔπεα πτερόεντα προσηύδα· “Χαίρετε, Λυγκῆος γενεὴ τηλεκλειτοῖο· νῦν δὴ Ζεὺς κράτος ὔμμι διδοῖ μακάρεσσιν ἀνάσσων Κύκνον τ’ἐξεναρεῖν καὶ ἀπὸ κλυτὰ τεύχεα δῦσαι. ἄλλο δέ τοί τι ἔπος ἐρέω, μέγα φέρτατε λαῶν· εὖτ’ἂν δὴ Κύκνον γλυκερῆς αἰῶνος ἀμέρσῃς, τὸν μὲν ἔπειτ’ αὐτοῦ λιπέειν καὶ τεύχεα τοῖο, αὐτὸς δὲ βροτολοιγὸν Ἄρη’ἐπιόντα δοκεύσας, ἔνθα κε γυμνωθέντα σάκευς ὕπο δαιδαλέοιο ὀφθαλμοῖσιν ἴδῃς, ἔνθ’οὐτάμεν ὀξέι χαλκῷ· ἂψ δ’ἀναχάσσασθαι, ἐπεὶ οὔ νύ τοι αἴσιμόν ἐστιν οὔθ’ἵππους ἑλέειν οὔτε κλυτὰ τεύχεα τοῖο.”

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321 in δίφρου desinit R • 325 ἀγχίμολον et Π51 (α[ ]ν) : ἀγχίμολος J • 326 θαρσύνουσα van Lennep et Rzach, Mazon • 329 δῦσειν J • 330 τοί : σοι LS • τι om. mJ (alterum π supra ἔπος J) • 333 ἄρην o et Rzach, Mazon, Russo : corr. Hermann • ἐπιόντα : ἐπὶ νῶτα bS

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ESCUDO

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maravilla de ver hasta para Zeus muy resonante, por cuya voluntad hizo Hefesto el enorme y sólido escudo, construyéndolo con sus manos32. Este blandía el valiente hijo de Zeus impetuosamente; sobre el carro de caballos saltó semejante a un rayo de su padre Zeus portador de la égida, con andar ligero; su auriga el fuerte Iolao montado en la biga guiaba el curvado carro. Acercóseles la diosa Atenea de ojos de lechuza y dándoles ánimo pronunció aladas palabras: “Salve, estirpe del muy célebre Linceo; fuerza os conceda ahora Zeus soberano de los bienaventurados para matar a Cicno y despojarle de sus ínclitas armas. Otra cosa te voy a decir, a ti con mucho el mejor de los guerreros: cuando a Cicno prives de su dulce vida déjalo allí a él y sus armas y tú, vigilando de cerca el ataque de Ares ruina de mortales, donde con tus ojos lo veas descubierto por el artístico escudo, allí hiérelo con el agudo bronce; y retírate de nuevo, porque no te está destinado ni quitarle sus caballos ni sus ínclitas armas”33.

32 A diferencia del comienzo de la descripción del escudo de Aquiles (Il. XVIII 483ss.) y el escudo de Heracles, constituido en el segundo caso por la figura del Fobos central y demás, y en el otro por una zona con la tierra, el cielo, el mar, el sol, la luna y las estrellas y constelaciones, como si del cosmos se tratara, el final de la descripción termina en ambos casos con el Océano que rodea al escudo; pero, mientras que la descripción homérica se limita a indicar el hecho, el Océano del Escudo, como es propio de las ínfulas de espectacularidad y preciosismo de este, es representado lleno de cisnes de largo cuello nadando sobre él y al lado peces moviéndose, e incluye en el último momento otros dos rasgos muy característicos de su retórica ecfrástica, la sensación de realidad que la figura trasmite (πλήθοντι ἐοικώς v. 314) y lo prodigioso de su visión (θαῦμα ἰδεῖν καὶ Ζηνὶ βαρυκτύπῳ v. 318), en este caso incluso para el propio Zeus, por cuya decisión en último término hizo Hefesto el escudo. 33 Una vez concluida la descripción del escudo, Heracles lo empuña en su brazo y la acción vuelve al punto donde había quedado, subiendo el héroe y su auriga Iolao (descendientes de Linceo porque este era el fundador de Argos y su glorioso antepasado) al carro para lanzarse al combate. Pero antes aparece Atenea para aconsejar al héroe en su ataque a Cicno y a Ares, un elemento novedoso en la Cicnomaquia que bien puede tener que ver con la intervención de la diosa en la aristía de Diomedes y la lu-

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ΑΣΠΙΣ

Ὣς εἰποῦσ’ἐς δίφρον ἐβήσατο δῖα θεάων, νίκην ἀθανάτῃς χερσὶν καὶ κῦδος ἔχουσα, ἐσσυμένως. τότε δή ῥα διόγνητος Ἰόλαος σμερδαλέον ἵπποισιν ἐκέκλετο· τοὶ δ’ὑπ’ ὀμοκλῆς ῥίμφ’ἔφερον θοὸν ἅρμα κονίοντες πεδίοιο· ἐν γάρ σφιν μένος ἧκε θεὰ γλαυκῶπις Ἀθήνη αἰγίδ’ἀνασσείσασα· περιστενάχησε δὲ γαῖα. τοὶ δ’ἄμυδις προγένοντ’ἴκελοι πυρὶ ἠὲ θυέλλῃ, Κύκνος θ’ἱππόδαμος καὶ Ἄρης ἀκόρητος ἀυτῆς. τῶν δ’ἵπποι μὲν ἔπειθ’ὑπεναντίοι ἀλλήλοισιν ὀξεῖα χρέμισαν, περὶ δέ σφισιν ἄγνυτο ἠχώ. τὸν πρότερος προσέειπε βίη Ἡρακληείη· “Κύκνε πέπον, τί νυ νῶιν ἐπίσχετον ὠκέας ἵππους, ἀνδράσιν οἵ τε πόνου καὶ ὀιζύος ἴδριές εἰμεν; ἀλλὰ παρὲξ ἔχε δίφρον ἐύξοον ἠδὲ κελεύθου εἶκε παρὲξ ἰέναι· Τρηχῖνάδε τοι παρελαύνω ἐς Κήυκα ἄνακτα· ὃ γὰρ δυνάμει τε καὶ αἰδοῖ Τρηχῖνος προβέβηκε. σὺ δ’εὖ μάλα οἶσθα καὶ αὐτός· τοῦ γὰρ ὀπυίεις παῖδα Θεμιστονόην κυανῶπιν. ὦ πέπον, οὐ μὲν γάρ τοι Ἄρης θανάτοιο τελευτὴν ἀρκέσει, εἰ δὴ νῶι συνοισόμεθα πτολεμίζειν. ἤδη μέν τέ ἕ φημι καὶ ἄλλοτε πειρηθῆναι ἔγχεος ἡμετέρου, ὅθ’ὑπὲρ Πύλου ἠμαθόεντος ἀντίος ἔστη ἐμεῖο, μάχης ἄμοτον μενεαίνων. τρὶς μὲν ἐμῷ ὑπὸ δουρὶ τυπεὶς ἠρείσατο γαίῃ οὐταμένου σάκεος, τὸ δὲ τέτρατον ἤλασα μηρὸν παντὶ μένει σπεύδων, διὰ δὲ μέγα σαρκὸς ἄραξα·

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338 ἐβήσατο JS : ἐπεβήσετο b : fort. ἐβήσετο (cf. ad 33) • 340 exp. Paley • 341 σμερδαλέον θ’ bJ EtG s.v. διόγνητος : σμερδ. γ’ Heinrich : σμερδ. δ’ Hermann • 344 περιστενάχησε δὲ bJ : περὶ δ’ἐστοναχίζετο Sac : περιστονάχιζε δὲ Spc : περιστενάχιζε δὲ Byz. et Mazon • 345 προγένονθ’ J : προ γένονθ’ m : προσεγένονθ’ (σε in ras.) L : προσέγενθ’ S • 347 τῶν δ’ J : τῶν θ’ bS : τῶν Guyet et Rzach, Mazon • 348 σφιν bJ (σφισι Rzach, Mazon et Russo) • 351 εἰμεν : ἐσμέν S • 353 παρὲξ ἰέναι vix sanum sec. Solmsen : παρεξιέναι Sittl • τρηχῖνα δὲ o et Rzach, Mazon : corr. Fick • 358 πολεμ. b : γε πτολεμ. S • 364 σάκ(κ)ος bS

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Tras haber dicho esto subiose al carro la divina entre las diosas, que en sus inmortales manos tiene la victoria y la gloria, impetuosamente. Entonces Iolao de divina progenie apremió con voz terrible a los caballos y ellos, a su amenazante grito, tiraban con rapidez del veloz carro levantando polvo en la llanura, pues les infundió furia Atenea la diosa de ojos de lechuza agitando su égida; y retumbó alrededor la tierra. Avanzaron aquellos a un tiempo semejantes al fuego o al huracán, Cicno domador de caballos y Ares insaciable de guerra. Entonces sus caballos lanzaron agudos relinchos unos frente a otros y a su alrededor el eco se quebraba. Díjole el primero el forzudo Heracles: “Amigo Cicno ¿por qué dirigís los veloces caballos contra nosotros, hombres que somos expertos en fatiga y miseria? Haz a un lado tu bien pulido carro y cédenos paso para ir por nuestro lado; me dirijo a Traquis junto al soberano Ceix, pues en Traquis es él superior en poder y honra. También tú lo sabes muy bien, pues estás casado con su hija Temistónoa de azulada mirada34. Amigo mío, te aseguro, pues, que no va a librarte Ares del fin de la muerte si nos empeñamos en luchar. Te diré que ya otras veces ha probado nuestra lanza, cuando a causa de la arenosa Pilo se plantó frente a mí ansiando implacablemente el combate. Tres veces se inclinó a tierra golpeado por mi lanza después de atravesar su escudo, y la cuarta herí su muslo aplicándome con toda mi furia y le abrí en la carne una gran brecha; cha de este con Ares en la Ilíada (V 792ss.), con la cual presenta el episodio del Escudo algunos puntos de coincidencia en su estructura y lenguaje (cf. C. F. Russo, Hesiodi Scutum, p. 30.), si bien hay que tener en cuenta que dicha intervención había sido ya preparada en la confrontación entre la diosa y el dios de la guerra figurada antes en el propio escudo (vv. 191-200). 34 La ciudad de Traquis está situada en la región del monte Eta, en Tesalia, al oeste de las Termópilas; su rey, Ceix, era amigo y sobrino de Heracles (nieto de Anfitrión) y los viajes a Traquis del héroe, que en este caso venía del norte y es interceptado por Cicno en Págasas, son mencionados en las Traquinias (v. 39) de Sófocles, que allí tiene su escenario, y ya mucho antes en el poema atribuido asimismo a Hesíodo la Boda de Ceix, fr.264* M-W.

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ΑΣΠΙΣ

πρηνὴς δ’ἐν κονίῃσι χαμαὶ πέσεν ἔγχεος ὁρμῇ. ἔνθα κε δὴ λωβητὸς ἐν ἀθανάτοισιν ἐτύχθη χερσὶν ὕφ’ἡμετέρῃσι λιπὼν ἔναρα βροτόεντα...” Ὣς ἔφατ’· οὐδ’ἄρα Κύκνος ἐυμμελίης ἐμενοίνα τῷ ἐπιπειθόμενος ἐχέμεν ἐρυσάρματας ἵππους. δὴ τότ’ἀπ’εὐπλεκέων δίφρων θόρον αἶψ’ἐπὶ γαῖαν παῖς τε Διὸς μεγάλου καὶ Ἐνυαλίοιο ἄνακτος· ἡνίοχοι δ’ἔμπλην ἔλασαν καλλίτριχας ἵππους. τῶν δ’ὑπὸ σευομένων κανάχιζε πόσ’εὐρεῖα χθών ὡς δ’ὅτ’ἀφ’ ὑψηλῆς κορυφῆς ὄρεος μεγάλοιο πέτραι ἀποθρώσκωσιν, ἐπ’ἀλλήλαις δὲ πέσωσι, πολλαὶ δὲ δρῦς ὑψίκομοι, πολλαὶ δέ τε πεῦκαι αἴγειροί τε τανύρριζοι ῥήγνυνται ὑπ’ αὐτέων ῥίμφα κυλινδομένων, ἧος πεδίονδ’ἀφίκωνται, ὣς οἱ ἐπ’ἀλλήλοισι πέσον μέγα κεκλήγοντες. πᾶσα δὲ Μυρμιδόνων τε πόλις κλειτή τ’Ἰαωλκὸς Ἄρνη τ’ἠδ’ Ἑλίκη Ἄνθειά τε ποιήεσσα φωνῇ ὑπ’ἀμφοτέρων μεγάλ’ἴαχον· οἱ δ’ἀλαλητῷ

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365 ὁρμῇ : αἰχμῇ (ὁρμῇ sscr. m. 1) S et Russo • 367 post v. 367 unum vel duos ex εἰ μὴ orsos excidisse censuit Thiersch • 370 ἂψ J • 373 displicuit Paleio et Solmsen, exp. Flach (cf. Il. 2. 784) • πόσ’ S : πόδ’ (δ in ras.) J : πᾶς’ b • κανάχιζεν πᾶσα περὶ χθ. Ranke • 375 ἀποθρώσκουσιν o : corr. Tr. (-θρῴσκ- Rzach) • ἀλλήλῃς Rzach • 376 δρύες Rzach • 377 αὐτῶν o : corr. Rzach • 378 εἵως o et Mazon : corr. Rzach • 379 κεκληγότες b : -ῶτες S (varietas -ῶτ- : -οντ- ad Alexandrinos redit)

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por el impacto de la lanza cayó a tierra boca abajo en el polvo. Entonces se habría encontrado ultrajado entre los inmortales tras dejar a manos nuestras sus sangrientos despojos...”35. Así dijo; y Cicno de hermosa lanza de fresno no deseaba obedecerle y detener los caballos que tiran del carro. Entonces saltaron al punto a tierra de sus bien trenzados carros el hijo del gran Zeus y el del soberano Enialio, y a continuación los aurigas arrearon los caballos de hermosas crines. Retumbaba la ancha tierra a su impetuoso paso36. Como cuando de la elevada cumbre de un gran monte saltan rocas, caen unas sobre otras, y muchas encinas de alta copa, muchos pinos y chopos de honda raíz son arrancados por ellas en su rápido rodar, hasta que llegan al llano, así ellos cayeron el uno sobre el otro con grandes gritos. Toda la ciudad de los Mirmídones y la gloriosa Iolco, Arne, Hélice y la herbosa Antea resonaban fuertemente con las voces de ambos37; se encontraron estos

35 No se tienen otras noticias de que Ares hubiera participado en la lucha contra Heracles por causa de Pilo, mencionada en Il. XI 689ss. y un escolio de la cual informa de que con Neleo combatieron Posidón, Hera y Hades; de modo que la amenaza de Heracles a Cicno basándose en una anterior derrota parece obedecer a un conocido argumento retórico que también la épica ha hecho suyo (cf. Il. XV 18ss., XXI 187ss….). 36 El v. 373 no gustaba a Paley, ni tampoco a Russo ni a Solmsen: aparte de la extraña elisión πόσ’ tampoco observa el puente de Hermann; fue secluido por Flach y situado por Peppmüller (Variationen in pseudohesiodeischen Heraklesschilde, Jahresbericht Gymn. Stralsund, 1893, p. 28) después del v. 371, lo cual tampoco soluciona el problema. 37 El breve y hesiódico catálogo de ciudades, no fáciles de ubicar, parece disponerse en orden creciente de lejanía, las dos últimas realmente lejos de Págasas, hiperbolizando así el portentoso volumen del griterío de los héroes. Ello parece presuponer, como hacen Rzach, Russo y Solmsen siguiendo su seclusión por Goettling, el carácter espurio del par de versos 474-475, que adaptan dicha relación para introducirla como aclaración de las “ciudades próximas” a la del rey Ceix cuyas gentes asistieron al entierro de Cicno para honrar al rey: ambos versos, con anteposición de la última ciudad al principio bajo otra forma y la explícita expresión “una gran multitud estaba reunida” aparentemente redundante, intentan expresar en qué medida y hasta qué punto (también aquí hiperbólico sin duda) el estimado rey recibió el agasajo de las ciudades de alrededor en el entierro de su hijo.

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ΑΣΠΙΣ

θεσπεσίῳ σύνισαν· μέγα δ’ἔκτυπε μητίετα Ζεύς, κὰδ δ’ἄρ’ἀπ’οὐρανόθεν ψιάδας βάλεν αἱματοέσσας, σῆμα τιθεὶς πολέμοιο ἑῷ μεγαθαρσέι παιδί. οἷος δ’ἐν βήσσῃς ὄρεος χαλεπὸς προϊδέσθαι κάπρος χαυλιόδων φρονέει [δὲ] θυμῷ μαχέσασθαι ἀνδράσι θηρευτῇς, θήγει δέ τε λευκὸν ὀδόντα δοχμωθείς, ἀφρὸς δὲ περὶ στόμα μαστιχόωντι λείβεται, ὄσσε δέ οἱ πυρὶ λαμπετόωντι ἔικτον, ὀρθὰς δ’ἐν λοφιῇ φρίσσει τρίχας ἀμφί τε δειρήν· τῷ ἴκελος Διὸς υἱὸς ἀφ’ἱππείου θόρε δίφρου. ἦμος δὲ χλοερῷ κυανόπτερος ἠχέτα τέττιξ ὄζῳ ἐφεζόμενος θέρος ἀνθρώποισιν ἀείδειν ἄρχεται, ᾧ τε πόσις καὶ βρῶσις θῆλυς ἐέρση, καί τε πανημέριός τε καὶ ἠῷος χέει αὐδὴν ἴδει ἐν αἰνοτάτῳ, ὅτε τε χρόα Σείριος ἄζει, τῆμος δὴ κέγχροισι πέρι γλῶχες τελέθουσι τούς τε θέρει σπείρουσιν, ὅτ’ὄμφακες αἰόλλονται, οἷα Διώνυσος δῶκ’ἀνδράσι χάρμα καὶ ἄχθος· τὴν ὥρην μάρναντο, πολὺς δ’ὀρυμαγδὸς ὀρώρει. ὡς δὲ λέοντε δύω ἀμφὶ κταμένης ἐλάφοιο ἀλλήλοις κοτέοντες ἐπὶ σφέας ὁρμήσωσι, δεινὴ δέ σφ’ἰαχὴ ἄραβός θ’ἅμα γίνετ’ ὀδόντων [οἱ δ’ὥς τ’αἰγυπιοὶ γαμψώνυχες, ἀγκυλοχῆλαι, πέτρῃ ἐφ’ὑψηλῇ μεγάλα κλάζοντε μάχωνται αἰγὸς ὀρεσσινόμου ἢ ἀγροτέρης ἐλάφοιο

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384 exp. Wilam. et Mazon, Solmsen • 386-392 exp. Flach al. et Wilam., Mazon (post 371 traiec. Kiene) • 386 βήσσῃσιν J • προσιδ. Byz. • 387 δὲ del. Spc • 388 θηρευτῇσι b : -αῖς J • 390 ἔικτην o : corr. Goettling • 392 valde suspectus sec. Solmsen • 393-401 susp. Wolf et Flach • 394 ἐφιζ. b • 397 ἴδει oΣ EtGM s.v. ἴδος al. : εἴδει Wackernagel • ὅτε τε EtG A EtM : ὅτε b EtG B : ὅτε περ S : ὁπότε J • 398-400 pro parenthesi habuit Goettling, exp. Künneth, 398b κέγχροισι - 401a ὥρην exp. Russo et Solmsen • 398 τελέθωσι JS • 399 σπείρωσιν J • 400 (= fr. hes. 239. 1, ubi ἔχθος cod. Athenaei) exp. Merkelbach • 402-412 exp. Künneth, 402-404 Goettling, Peppmüller et Mazon, 405-411 Russo et nos, 405-412 Solmsen 403 ἀλλήλους bS • ὁρμηθῶσι Σzγρ • 405 οἳ δ’ : ἠδ’ Byz. • ἀγκυλοχεῖλαι o : corr. Byz. (Z) Zacher • 406 κράζοντ’ Sac • μάχωνται Hermann : -ονται J : -εσθον m : ἐμαχέσθην L (S)

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con portentoso grito de guerra; y el prudente Zeus retumbó con fuerza y envió del cielo sanguinolentas gotas dando a su muy audaz hijo la señal de la contienda. Como en los barrancos del monte un jabalí de prominentes colmillos difícil de observar se dispone a atacar con furia a unos cazadores y afila su blanco diente volteándose, la espuma cae en torno a su boca según la hace rechinar, sus ojos se le asemejan al brillante fuego y eriza el pelo en su hirsuto lomo y sobre el cuello, semejante a él saltó el hijo de Zeus del carro de caballos. Cuando la sonora cigarra de azuladas alas comienza a cantar el verano para los hombres posada en verde rama, cuya bebida y comida es rocío en abundancia y emite su voz durante todo el día desde el alba en el mayor rigor del verano, cuando Sirio quema la piel, entonces les salen barbas a los mijos que se siembra en verano, cuando colorean los racimos, aquello que dio Dioniso a los hombres para su gozo y disgusto; en tal momento luchaban, y se producía gran barahúnda38. Como dos leones se lanzan furiosos el uno al otro por una cierva muerta y hay un terrible rugir y rechinar de sus dientes… (Aquellos, como buitres de retorcido espolón y curvas garras, dos de los cuales pelean dando fuertes graznidos en una elevada roca por una cabra que pace en el monte o una agreste cierva

38 Los versos 398b-401a han sido puestos entre paréntesis por Goettling y secluidos por Künneth así como por Russo y Solmsen, sin que las razones aducidas por Russo ad loc. parezcan suficientemente convincentes, cuando no son sesgadas: el tipo de correlato sintáctico ἦμος...τῆμος...τῆμος/τότε..., que parece crear tanta dificultad, está también presente en el concomitante pasaje de Op. 582ss. y en otros del poema (414ss., 564ss.), y las uvas no colorean en “il primissimo autunno” (Russo ad 399), sino a finales de julio o principios de agosto.

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ΑΣΠΙΣ

πίονος, ἥν τ’ ἐδάμασσε βαλὼν αἰζήιος ἀνὴρ ἰῷ ἀπὸ νευρῆς, αὐτὸς δ’ἀπαλήσεται ἄλλῃ χώρου ἄιδρις ἐών· οἱ δ’ὀτραλέως ἐνόησαν, ἐσσυμένως δέ οἱ ἀμφὶ μάχην δριμεῖαν ἔθεντο·] ὣς οἱ κεκλήγοντες ἐπ’ἀλλήλοισιν ὄρουσαν. ἔνθ’ἦ τοι Κύκνος μέν, ὑπερμενέος Διὸς υἱὸν κτεινέμεναι μεμαώς, σάκει ἔμβαλε χάλκεον ἔγχος, οὐδ’ἔρρηξεν χαλκός, ἔρυτο δὲ δῶρα θεοῖο· Ἀμφιτρυωνιάδης δέ, βίη Ἡρακληείη, μεσσηγὺς κόρυθός τε καὶ ἀσπίδος ἔγχεϊ μακρῷ αὐχένα γυμνωθέντα θοῶς ὑπένερθε γενείου

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409 ἀπαλήσεται et Σ al. : -ήσατο m • 410 ὀξαλέως Σz • 411 ἀμφὶ om. J • 412 κεκληγότες b : -ῶτες S (cf. ad 379) • 415 χαλκόν oΣ : -ός Seleucus edd. (sec. Aristarchi normam)

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gorda que abatió de un disparo un hombre vigoroso con una flecha de su arco y él se pierde por otra parte siendo desconocedor del terreno, ellos la ven rápidamente y ansiosos entablan por ella reñida pelea), así se lanzaron aquellos el uno sobre el otro dando gritos39. Entonces Cicno, ansioso por dar muerte al hijo de Zeus muy poderoso, arrojó contra su escudo la broncínea lanza, y no lo rasgó el bronce, sino que el regalo del dios le cerró el paso; y el Anfitrioníada, el forzudo Heracles, entre el yelmo y el escudo lo hirió violentamente con su larga lanza en el cuello desguarnecido

39 Cuando ya el enfrentamiento entre Heracles y Cicno parecía inminente, la acción vuelve a ser retardada, con la consiguiente expectativa, en este caso no por una écfrasis como la del escudo, pero sí por un componente no menos característico de la épica heroico-bélica y de efecto asimismo colorista y pictorial, que es el símil, o, mejor dicho, la acumulación de nada menos que dos más dos símiles, separados ambos pares por una referencia gnómica y no menos vistosa al momento del año agrícola en que tiene lugar el combate, la cual guarda estrecho parentesco con un pasaje bien conocido del poema de Trabajos y Días (v. 582ss.) sobre el canto de la cigarra en plena canícula, con repercusión también en Alceo, fr. 347 L-P. Siguiendo la tipología habitual del género, de los cuatro símiles el primero está tomado del comportamiento de la naturaleza (rocas que se despeñan) e ilustra el griterío producido por ambos héroes al enfrentarse, los otros tres son animalescos e ilustran, el primero, referente a un jabalí que se dispone a atacar a unos cazadores, el asalto de Heracles, los otros dos, relativos a dos leones y dos buitres que pelean por una presa, el ataque recíproco de los héroes. También en la Ilíada se encuentra ocasionalmente algún caso de acumulación de símiles pero no hasta el punto de dejar incompleto uno de ellos, como aquí el de los leones (vv. 402404), y sin que la acción progrese. Los versos 402-412 fueron secluidos por Künneth, 402-404 por Peppmüller, 405-411 por Russo y 405-412 por Solmsen; el símil contenido en 405-411 tiene el aire de ser una interpolación debida a un autor consciente de la tendencia expansiva y truculenta del poeta del Escudo, a partir de un símil (incluido su comienzo οἳ δ’ὥς τ’, sintácticamente incorrecto en Sc. 405, y con inconsistente mezcla de dual y plural) empleado en una situación similar de Ilíada XVI 428-430 (perteneciente a la Patroclía, con la cual el presente pasaje de Escudo presenta otros puntos de coincidencia) pero atendiendo al aspecto del anterior símil de los dos leones, de la lucha por la cierva muerta (redundante en v. 407 con respecto a 402), perdiendo con ello de vista el elemento pertinente de la comparación, que no es ese, sino el griterío de los héroes, recogido en el v. 412 (=Il. XVI 430) de vuelta a la realidad seguramente tras el símil de 402-404.

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ἤλασ’ἐπικρατέως, ἀπὸ δ’ἄμφω κέρσε τένοντε ἀνδροφόνος μελίη· μέγα γὰρ σθένος ἔμπεσε φωτός. ἤριπε δ’, ὡς ὅτε τις δρῦς ἤριπεν ἢ ὅτε πεύκη ἠλίβατος, πληγεῖσα Διὸς ψολόεντι κεραυνῷ· ὣς ἔριπ’, ἀμφὶ δέ οἱ βράχε τεύχεα ποικίλα χαλκῷ. Τὸν μὲν ἔπειτ’ εἴασε Διὸς ταλακάρδιος υἱός, αὐτὸς δὲ βροτολοιγὸν Ἄρην προσιόντα δοκεύσας, δεινὸν ὁρῶν ὄσσοισι, λέων ὣς σώματι κύρσας, ὅς τε μάλ’ἐνδυκέως ῥινὸν κρατεροῖς ὀνύχεσσι σχίσσας ὅττι τάχιστα μελίφρονα θυμὸν ἀπηύρα· ἐμ μένεος δ’ἄρα τοῦ γε κελαινὸν πίμπλαται ἦτορ· γλαυκιόων δ’ὄσσοις δεινὸν πλευράς τε καὶ ὤμους οὐρῇ μαστιόων ποσσὶν γλάφει, οὐδέ τις αὐτὸν ἔτλη ἐς ἄντα ἰδὼν σχεδὸν ἐλθέμεν οὐδὲ μάχεσθαι· τοῖος ἄρ’Ἀμφιτρυωνιάδης, ἀκόρητος ἀυτῆς, ἀντίος ἔστη Ἄρηος, ἐνὶ φρεσὶ θάρσος ἀέξων, ἐσσυμένως· ὁ δέ οἱ σχεδὸν ἤλυθεν ἀχνύμενος κῆρ. [ἀμφότεροι δ’ἰάχοντες ἐπ’ἀλλήλοισιν ὄρουσαν.] ὡς δ’ὅτ’ἀπὸ μεγάλου πέτρη πρηῶνος ὀρούσῃ, μακρὰ δ’ἐπιθρώσκουσα κυλίνδεται, ἡ δέ τε ἠχῇ ἔρχεται ἐμμεμαυῖα· πάγος δέ οἱ ἀντεβόλησεν ὑψηλός, τῷ δὴ συνενείκεται, ἔνθα μιν ἴσχει· τόσσῃ ὁ μὲν ἰαχῇ βρισάρματος οὔλιος Ἄρης κεκληγὼς ἐπόρουσεν, ὁ δ’ἐμμαπέως ὑπέδεκτο. αὐτὰρ Ἀθηναίη, κούρη Διὸς αἰγιόχοιο, ἀντίη ἦλθεν Ἄρηος ἐρεμνὴν αἰγίδ’ἔχουσα· δεινὰ δ’ὑπόδρα ἰδοῦσ’ἔπεα πτερόεντα προσηύδα·

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419 τ’ post ἐπικρ. add. Ranke • 421 πευκη (sic, sscr. ετρ) S : πέτρη bJ • 423 displicuit Wolfio, exp. Peppmüller et Rzach • 425 exp. Russo • ἄρην mJ : ἄρεα L : ἄρηα S : ἄρη’ ἐπιόντα suspicatus est Solmsen (cf. 333) • 429 ἐμμενέως Π5 o (ἐμμελέως Σz) : corr. Von Meyer • τοῦ γε JS : τοῖσι b • 431 μαστίξων (vel μαστίων) West • 432 ἐλθέμεν Π5 (ci. Nauck) : ἐλθεῖν o • 434 ἄρεος ἔστη Π5 o : corr. Byz. • 435 sq. exp. Peppmüller; 436 displicuit Hartelio, exp. Fick et Solmsen, ad vv. 402-412 pertinere censuit Schwarz • 437-442 exp. La Penna • 438 -θρῴσκ- Rzach • 439 εμβεβαυια Π5 • 441 τόσσῃ bS (edd.) : τὼς J et Solmsen • (τὼς ) addid. Solmsen • 443 αἰγιόχοιο : ἐκγεγαῦια Jγρ Lγρ • 445 ἰδοῦσα bS et Rzach, Mazon

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por debajo del mentón, rápidamente, y le cortó ambos tendones el fresno matador de hombres; pues allí incidió la gran fuerza del héroe. Cayó como cuando cae una encina o un pino alto, golpeado por el humeante rayo de Zeus; así cayó, y en torno a él crujieron sus abigarradas armas de bronce. Dejólo entonces el hijo de Zeus de ánimo valiente con la vista puesta en el ataque de Ares ruina de mortales, mirando con ojos terribles, como un león que ha hallado una presa, el cual desgarra cuanto antes su piel muy vorazmente con sus potentes uñas y le quita su dulce vida; su negro corazón se llena entonces de furia; mirando ferozmente con sus ojos y fustigando sus flancos y sus hombros con el rabo, escarba con sus patas, y nadie osa acercársele mirándole de frente ni pelear con él; tal el Anfitriónida, insaciable de lucha, se plantó frente a Ares henchido de audacia en su ánimo, con ansia; y este se le acercó con el corazón afligido. (Ambos se lanzaron el uno sobre el otro gritando.) Como cuando de un gran promontorio se precipita una roca, rueda dando saltos largo trecho y va sonando a toda prisa; le sale al paso una alta loma, choca con ella, ahí la detiene; así Ares mortífero que apremia el carro se lanzó gritando a voces, y aquel lo interceptó inmediatamente. Y Atenea, hija de Zeus portador de la égida, vino ante Ares con su oscura égida; y mirándole con torva faz de un modo terrible le dijo aladas palabras:

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ΑΣΠΙΣ

“Ἆρες, ἔπισχε μένος κρατερὸν καὶ χεῖρας ἀάπτους· οὐ γάρ τοι θέμις ἐστὶν ἀπὸ κλυτὰ τεύχεα δῦσαι Ἡρακλέα κτείναντα, Διὸς θρασυκάρδιον υἱόν· ἀλλ’ἄγε παῦε μάχης, μηδ’ἀντίος ἵστασ’ἐμεῖο.” Ὣς ἔφατ’· ἀλλ’οὐ πεῖθ’Ἄρεος μεγαλήτορα θυμόν, ἀλλὰ μέγα ἰάχων, φλογὶ εἴκελα τεύχεα πάλλων καρπαλίμως ἐπόρουσε βίῃ Ἡρακληείῃ κακκτάμεναι μεμαώς· καί ῥ’ἔμβαλε χάλκεον ἔγχος, σπερχνὸν παιδὸς ἑοῦ κοτέων περὶ τεθνηῶτος, ἐν σάκεϊ μεγάλῳ. ἀπὸ δὲ γλαυκῶπις Ἀθήνη ἔγχεος ὁρμὴν ἔτραπ’ὀρεξαμένη ἀπὸ δίφρου. δριμὺ δ’Ἄρη’ἄχος εἷλεν· ἐρυσσάμενος δ’ἄορ ὀξὺ ἔσσυτ’ἐφ’Ἡρακλέα κρατερόφρονα· τὸν δ’ἐπιόντα Ἀμφιτρυωνιάδης, δεινῆς ἀκόρητος ἀυτῆς, μηρὸν γυμνωθέντα σάκευς ὑπὸ δαιδαλέοιο οὔτασ’ἐπικρατέως· διὰ δὲ μέγα σαρκὸς ἄραξε δούρατι νωμήσας, ἐπὶ δὲ χθονὶ κάββαλε μέσσῃ. τῷ δὲ Φόβος καὶ Δεῖμος ἐύτροχον ἅρμα καὶ ἵππους ἤλασαν αἶψ’ἐγγύς, καὶ ἀπὸ χθονὸς εὐρυοδείης ἐς δίφρον θῆκαν πολυδαίδαλον· αἶψα δ’ἔπειτα ἵππους μαστιέτην, ἵκοντο δὲ μακρὸν Ὄλυμπον. υἱὸς δ’Ἀλκμήνης καὶ κυδάλιμος Ἰόλαος Κύκνον σκυλεύσαντες ἀπ’ὤμων τεύχεα καλὰ νίσοντ’· αἶψα δ’ἔπειτα πόλιν Τρηχῖνος ἵκοντο ἵπποις ὠκυπόδεσσιν. ἀτὰρ γλαυκῶπις Ἀθήνη ἐξίκετ’Οὔλυμπόν τε μέγαν καὶ δώματα πατρός. Κύκνον δ’αὖ Κήυξ θάπτεν καὶ λαὸς ἀπείρων, οἵ ῥ’ ἐγγὺς ναῖον πόλιος κλειτοῦ βασιλῆος,

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448 κτείναντι Fränkel • 450 πεῖθεν bS • 451 μέγ’ JS • τεύχεα : τ’ἔγχεα Hecker • 454 σπερχνὸν : σπερχνῶς Σ Jγρ • 457 ἄρην Byz. et Rzach, Mazon, Russo • 458 ἡρακλῆι -νι bS • 459 δεινος Π5 • 461 διὰ … 462 νωμήσας exp. Guyet • σαρκὸς Π5J : σάκος bS (cf. ad 364) • 468 σκυλεύσαντες Π36 (...υσαν.ε)bS : ἐσκύλευσαν καὶ J : συλήσαντες Byz. • 472-480 exp. La Penna • 473 πόλιος Byz. (?) edd. : πόλιας Π36S et Rzach : πόληας bJ

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ESCUDO

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“Ares, contén tu potente furia y tus irresistibles brazos, pues no te está permitido despojar de sus ínclitas armas a Heracles matándole, al hijo de Zeus de corazón intrépido; deja, pues, de luchar y no te me enfrentes”. Así dijo, pero no persuadió al valiente ánimo de Ares, sino que, dando este un gran grito, blandiendo sus armas como la llama, se lanzó rápidamente sobre el forzudo Heracles deseoso de matarlo; y disparó su broncínea lanza, violentamente enfadado por la muerte de su hijo, en su enorme escudo. Pero Atenea de ojos de lechuza desvió el golpe de la lanza estirándose desde el carro40. Una pena profunda invadió a Ares, y desenvainando su aguda espada se abalanzó sobre el valiente Heracles; según lo atacaba, el Anfitrioníada, insaciable en la terrible lucha, lo hirió con fuerza en el muslo desguarnecido por el artístico escudo; una gran herida abrió en su carne tras manipular con la lanza, y lo echó abajo en medio de la tierra. Terror y Miedo condujeron enseguida cerca el carro de hermosas ruedas y los caballos, y desde la espaciosa tierra en el muy artístico carro lo pusieron; luego después fustigaron los caballos y se fueron al alto Olimpo. El hijo de Alcmena y el glorioso Iolao, tras quitar a Cicno las hermosas armas de sus hombros, se marcharon; luego después llegaban a la ciudad de Traquis con sus caballos de rápidas patas. Y Atenea de ojos de lechuza llegó al gran Olimpo y a la morada de su padre. A Cicno a su vez enterrólo Ceix y un inmenso gentío que habitaba cerca de la ciudad del glorioso rey,

40 Habida cuenta que Heracles y Ares están luchando a pie, la incongruencia del sobrehumano estiramiento que Atenea habría tenido que hacer para desviar la lanza de Ares desde el carro hace pensar en una adaptación mecánica del mismo tipo de acción en el curso de la ya antes aludida aristía de Diomedes, en Il. V 853s.

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ΑΣΠΙΣ

[Ἄνθην Μυρμιδόνων τε πόλιν κλειτήν τ’ Ἰαωλκὸν Ἄρνην τ’ἠδ’Ἑλίκην· πολλὸς δ’ ἠγείρετο λαός,] τιμῶντες Κήυκα, φίλον μακάρεσσι θεοῖσιν. τοῦ δὲ τάφον καὶ σῆμ’ἀιδὲς ποίησεν Ἄναυρος ὄμβρῳ χειμερίῳ πλήθων· τὼς γάρ μιν Ἀπόλλων Λητοΐδης ἤνωξ’, ὅτι ῥα κλειτὰς ἑκατόμβας ὅστις ἄγοι Πυθοῖδε βίῃ σύλασκε δοκεύων.

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474 sq. exp. Goettling et edd. • 475 πολλὸς et Π36 : πουλὺς S • ἐ]πειγερ[ετο (ι super γε scripto) Π36 (cf. -εγείρετο fr. hes. 75. 11) : ἐπαγείρετο Blass • 477-480 exp. Künneth • 480 Πυθῶδε v.l. in m (Πυθώδε Goettling)

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ESCUDO

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(Ante, la ciudad de los Mirmídones, la gloriosa Iolco, Arne y Hélice; una gran multitud estaba reunida) por honrar a Ceix, amado de los dioses bienaventurados. Su tumba y su túmulo los hizo invisibles el Anauro, rebosante de lluvia invernal, pues así se lo había ordenado Apolo Letoída en vista de que él saqueaba a la fuerza a todo el que a Pito gloriosas ofrendas llevaba41.

41 Desde el v. 463 al final se puede considerar el epílogo del poema, el cual refiere el destino posterior de los protagonistas de la contienda y consta de dos partes. La primera (vv. 463-471) resume brevemente y con manifiesto apresuramiento la recogida de Ares herido, su subida al carro y su inmediata conducción al Olimpo por parte de Miedo y Terror, sus compañeros habituales ya en la Ilíada (IV 440, XI 37...), en Teogonía 934 y en el propio Escudo (v. 195); la continuación del viaje y su rápida llegada a Traquis por parte de Heracles y Iolao tras despojar de sus armas a Cicno, y el regreso al Olimpo por parte de Atenea. La segunda parte (vv. 472-480) refiere brevemente el destino del cadáver de Cicno, el adversario principal de Heracles según el planteamiento inicial del poema (vv. 57ss.), siguiendo también en esto un modelo épico tan conocido cual es el final de la Ilíada con el funeral de Héctor, solo que en un tono que ha sido calificado como “de crónica” (Russo ad loc.) y en el cual se pueden distinguir a su vez dos partes, una referente al entierro del héroe (vv. 472-476) y que lo que realmente destaca es la gran afluencia de asistentes en honor a su suegro Ceix, y otra (vv. 477-480), de tipo etiológico, que informa de cómo el sepulcro del héroe fue hecho desaparecer por una crecida del río Anauro por castigo de Apolo al atracador de los peregrinos de Delfos. Frente a la propuesta de seclusión de todo el final (versos 472-480) por parte de La Penna y a las reticencias mostradas por el propio Russo (ad loc.), lo cual dejaría sin indicar el destino final del coprotagonista inicial del relato precisamente, creemos que no debe sorprender su intento, por un lado, de aprovechar para rendir homenaje a un personaje, Ceix, protagonista de otro poema de la constelación hesiódica, dada la tendencia de esta a establecer puentes entre sus obras según antes (n. 1) he mencionado; por otro lado, de sugerir una explicación etiológica de tipo geográfico y moral al mismo tiempo, dada la conocida presencia de la etiología en la propia obra hesiódica, cf. M. L. West, Hesiod. Theogony, Oxford, 1966, pp. 31ss.; J. A. Fernández Delgado, “Elaboración hesiódica del mito”, en Mitos en la literatura griega arcaica y clásica, 2002, pp. 73-92 (75, 90…); que el agente del castigo sea Apolo tampoco debe extrañar si se tiene en cuenta que el lugar en el que Cicno llegó al encuentro de Heracles fue precisamente el santuario apolíneo de Págasas, según consta ya al principio del Escudo, vv. 58, 68-70, 99s., con lo cual este no hace sino ajustarse a un conocido patrón epilogal en composición anular.

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