Obras completas. Tomo VII [7]

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Obras completas de Platón

Platón Obras Completas Traducción, prólogo, notas y Clave

hermenéutica de Juan David García

Bacca e Tomo VII, libros I-V • República 9 Coedición de la Pre­ sidencia de la República de Vene­

zuela, la Facultad de Humanidades y Educación y la Dirección de Bi­

bliotecas,

Información,

Documen­

tación y Publicaciones de Ja Uni­

versidad Central de Venezuela • Caracas, 1981.

Versión directa del texto griego de la Edición "Guillaume Budé", Société d'Ildition "Les Belles Lettres", París

ADVERTENCIA Las siglas CI. 1, 2, 3; IT. 1, 2; III. l, 2, etc., remiten a la Clave her menéutica.

Depósito Legal Cf 80

-

1401

© Facultad de Humanidades y Educación Universidad Central de Venezuela J. D. García Bacca Derechos Reservados

RECONOCIMIENTO El Traductor y Autor agradece a los colegas universitarios, doctores Bias Bruni Celli y Antonio Moles Caubet, su colaboración filosófica y técnica en la revisión del diálogo "República" que configura este tomo. Y reconoce una deuda especial al licenciado Benjamín Sánchez M. como revisor general de las obras completas en sus aspectos filosó­ fico y técnico. J.D.G.B.

RE PUBLICA Libros I ·V

(Politeía)

y tiempo del diálogo hablado: Atenas. Hacia 420 :i. C. Dur,mte las fiestas de la diosa Bendis -nombre en Tracia de la diosa Artemisa. (Diana) en Atica. Primeros días de Junio.

L"!!.ª"

Personas:

SÓCRATES.

Ateniense. De unos cincuenta años. Filosofante dialéc-

tico. Casa de

GLAUCÓN

Y

TllASÍMACO.

Céfalo.

ADIMAN'rO.

Hermanos de Platón.

De Calcedonia. Sofista.

CÉFALO.

De Sir:icusa. Invitado por Pericles, se estableció en Atenas, donde vivió, rico y considerado, durante 30 años.

POLEMARCO.

L11grw

Hijo mayor de Céfalo.

y tiempo del diálogo trfJ.nSCl'ito definitivamente:

370 a. C.?).

Atenas

(¿390-

,. .

\'

ARGUMENTO Advertencias

(I) Sea la primera la referente al título del diálogo. "Repú­ blica" es el tradicional desde Cicerón, -el "gran traductor", si no el primero, de grandes y seitctos tex:tos· de filosofía griega; y, ".pri­ mero", especialmente, por tener que inventar la terminología latina correspondiente, transformando más ó menos delicada o violenta­ mente palabras y sus significados corrientes. La relación entre To'ÓAt� y r.oi\m[a es parecida -filológica y filosóficamente� a la que se da entre oí' y oV.uía, entr� ms y essentia, en latín; ente, esencia en castellano. El término oída. venía significando antes de Platón, y aún en algunos diálogos, .lo que un hombre tiene cual "propiedad privada", cual "suyo", �así que, primeramente, su úqueza, sus haberes particulares, en principio e intención "inalie1;1ables, imper-· dibles". Ampliar tal significado a toda cosa -fuego, agua, hombre, dos, circunferencia exigirá suponer que cada cosa tiene, aparte de lo común con otras, algo "propio'', "una su pertenencia": lo que es ella "de suyo·', adeinás de lo que tiene por ser una de tantas, --uno de tantos vivientes, uno de t::i.ntísimos cuerpc.s . . . ; uno de tantos pares, uno de tantísimos números. Se comienza por sospe­ char o atisbar c¡ue cada cosa tiene algo "de suyo"; se busca "qué es" eso: lo que es "de suyo", "ella en cuanto ella misma" ( avTo 1) (Cl. III. 1), -en frase técnica, usada ya por Sócrates; . lo mejor se hallará que tal "qué es de suyo" una cosa es su e.. idos" . . . Tal es Stt pertenencia, su oi)(rfo,. Digamos "m esencia" . No consta, sin más, que cada cosa -hombre, dios,. dos, circunferencia . . . tenga "esencia". "Qué es" una cosa queda, pues, cual pregunta o programa de investigación -hecha eo diálogo o a solas. .

.

. ·-

.

El término la.tino de "essentia" no p osee prehistoria filosófica, d cual el de oi1ufo �ignificará, . . Es de formación eru ita.. "Essentia" pues -resonando a ovula-, lo que una cosa tiene como "de suyo"; "de ella misma en cuanto misma", -resaltando frente a lo que tiene como una de tantas de una comunidad: viviente, UBLICA

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uno de los .;iguientes: Filosofía política, Política filosófica, Dialéc­ tica política, Política dialéctica..Escoja el lector, cual clave de 5u interpretación, el que más sugerente le resultare. Aquí se ha adoptado, cual 5ubtítulo, el Je "Politcía' .

ARGUMENTO

DE POl

ITEÍA

PARTE PRIMERA (CIUDAD PRIMERA) Jntrodttctorn

- 1!.nsc1yos de definir fli!ticia ( 331

e;

356)

(1. 1) El primer ensayo para definir Justicia trat:t de hacer resaltar su característic.< dentro del contexto de relaciones y cosas peculiares de "ciudad" ( l). Dentro de su "ámbito natural" son relaciones, acciones y cosa� distintivas de " c iudad" las de dar u n amigo algo -arma, dinero ... - en depósito a otro amigo; aceptar algo en depósito, reclamarlo , devolverlo; la relación de deudor-deuda­ acreedor (de a lgo) ; Ja de daño-beneficio... ; la de lo Justo" (354 b, c). Si la respuesta (definición) a "qué es" circunferenci a cierra (opo) :lerfectamente el proceso, no tiene sentido repreguntar "para qué", - para qué es curva, para qué cerrada, para qué centrada. Mas aquí, respecto de virtudes, preguntar por "qué es" y repregunta r "para qué es" resulta necesidad ineludible. Pero responder , a su turno, a lo de "para qué es" exige señalar un bien tal ( Totóvoe n aya.Bóv, 357 b) que lo abracemos "a él por mor de él mismo" (o.uró a.{iTov l1«Ka., 357 b), tanto que no queramos separarnos (&.-mráetv, aa1Ta.Có>uvot) de éL Tratar de, y tratarno�, con tal .bien, fin-y-final (Cl. I .4), requiere cambi de plan y de nivel real y mental. Sócr ates va introduciendo, por sus pasos, palabr as y frases características, no ' usadas en la parte anterior, a saber: 1) aÍ1TÓ a{iTov lv€1 1TÓ.\cw¡¡). Requisitos: naturaleza. noble o genuina. ('yf1111aia), cual d e perro de raza, agudeza de vista, agilidad, fuerza; ánimos (animoso), coraje (corajudo, 811µ.of,3É.,), intrepidez, invencibilidad; mansos para con los ciudadanos, rudos para con los enemigos. Y además "filósofo de natural" (cp,>..óuotÍuii1, 3 75 e) ; y recalca Sócrates, "verda­ deramente" (dA1JOc;;,) filósofos (amantes-de-saber) y filomatés (cf>i.\o­ µa.B� > ) : amante-de-aprender. Así "el guardián de Ciudad" será "bello-y-bueno" (Ka>..cí> Kaya8ó>, 376 e). Para llegar a adquirir -o imponer a su natucal noble, genuino, de buena raza-- estas dos conexas cualidades de "bello-y-bueno", hace falta especial "educación" (r.iu3iía, r.(u.3rufhíuovrat, 376 e, d ) . Esas dos palabras "bello" (Ka>.ó.,)

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REPUBLICA

y "bueno" (ayaOó>) han formado ya una típicamente griega "frase hecha" : KaM> KayaOó,, aquí empleada por vez primera en este diá­ logo (CJ. II). Sócrates describirá el programa de lal "pedagogía" ( ?Tatoiía) para "guardianes-de-ciudad" --no aún de CIUDAD, con ?ToA.trda o régimen político-dialéctico, estricto- en forma y tono de "mito" (iv p:úO�, p.v8o/..oyovvns) ; y "tománd9nos tiempo y vagar" educare­ mos ). De cad:i una aparte, o de ambas a la vez, se sirven mitólogos y poetas, -los, cual aun Homero y Hesíodo, no educados dialécticamentc. El primer eidos: la locución narrativa simple o sencilla está, por su Suerte ('TV)'xám) más próxima a l:l realidad: la locución fluye y se adapta a pasado-presente-futuro, -a la. realidad que, ella. misma, asi pas:i al ser y está siendo; y el poeta habht de ella, él, realmente él; y no trata de que pensemos que es otro quien está hablando. No cuent.i él lo que otro dijo; no dice él que otro dijo . . . ; sino dice o habla él de lo que está hablando. A veces, a versos, Homero habla él de. . . ; en otros, dice que dijo Crisias. . . En este caso, el poeta "imita" a otro y tiene que imitar él (ó¡.wfot) con su propia y real voz la voz y gestos de otro que no está, realmente, hablando. Doble distancia de la realidad (lo relatado) al decir que dijo . . . Sócrates pone, cual ejemplo, en nivel de narración simple, real, un trozo de la Ilíada, -mezcla de los dos cídoses : narrativo e imitativo; e indica brevemente cuál eidos es el predominante en tragedia, comedia, diti· rambo, épica.

"Si hemos, pues, de conservar sano y salvo el razonamiento primero, los guardianes, descargados de todos los demás quehaceres,

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REPUBLICA

mas con el deber de set artesanos de la libertad de Ciudad . . . , en nada han de imitar a nadie" ( 395 b, c, d, e; 397 a, b ) . Precepto de base onto-lógica, -aunque predialéctica. Por tanto, poeta imitador que llegue a nuestra Ciudad, debe ser despedido, -con todos los honores ( 398 a, b) .

Con esto, dice Sócrates, hemos terminado lo referente a esa parte de la arte musical que es música empalabrada en discursos, narraciones, mitos . . . Falta tratar de melodía (pi>..os) y canto (�8�), de ritmo, de armonía y sus clases (lidia, jónica; lidia mixta, aguda . . . ) ; de las clases de instrumentos musicales, -y de sus fabricantes y usuarios; de las limitaciones que los flautistas son capaces de hacer con ellos (398 c; 4-00 d ) . "Así que los jóvenes no han de perseguir tales quehaceres, si han de hacer el suyo propio" (400 e) .

A "nuestros" poetas hay que forzarlos a que empoeticen (lµ.1TOtEZv) en sus poemas 1a imagen ( dK6va) de la conducta buena (Toíi 'Aya8ov �Bous, 401 b), -e igual a los demás artesanos.

En esta fase predialéctica, propia de "ciudad" y sus habitantes, no se puede exigir a nuestros poetas, cual se hará, a todos, en la fase dialéctica (segunda parte), que imiten "lo Bueno" : la idea de lo Bueno (lUa TOV aya8oíi). Aquí hay que contentarse con menos. Y la frase de Sócrates lo declara: "imagen de una conducta (costumbres, hábitos) buena", "ser eíconos de buenas costumbres" (�Oos) . No dice de "virtudes", menos aún habla de los eídoses de virtud o de virtudes eidéticamente definidas. La educación de los guardianes-de-Ciudad incluía, en esta fase predialéctica, música para el alma; gimnástica, para el cuerpo. De este punto trata Sócrates (desde 403 c hasta 412 a, b, c), incluyendo en gimnástica, medicina, dieta, -historia de éstas; médicos; jueces, cual médicos del alma, de alma "bella-y-buena" ellos; gimnástica, a practicar en los ejercicios, mirando a despertar lo animoso del alma, lo corajudo de ella (8vµoEL8(-;), más bien que la fuerza, -a dife­ rencia de los atletas. Criados así, los guardianes serán mansos y ordenados; armo­ nizado lo corajoide con mansedumbre y orden, su alma será, a la vez, temperada y valiente. "Afirmaría que un cierto dios ha dado a los hombres el don de esas dos artes : música y gimnástica en favor de lo corajudo y filosófico del alma; no, en favor de alma y cuerpo, sino accesoriamente, a fin de que lo corajudo y filosófico se coar-

REPUBLICA.

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monicen entre sí en conveniente grado de tirantez y relajamiento" (412 a). "De quien, pues, mezcle de la más bella manera gimnástica con música, introduciéndolas de la más mesurada manera en el alma, de éste precisamente diríamos que es de manera perfecta y superla­ tiva músico y buen armonizador, y lo es mucho más que quien coajuste entre sí las cuerdas". "Pues bien, ¿no hará falta, Glaucón, en esta nue�tra ciudad de un permanente superintendente de tal clase si se ha de conservar sano y salvo este régimen político ?". -"Por cierto que hará falta, y que sea tal, ruante más mejor'', -res¡xmde Glaucón.

Adviértase que tal superintendente -o literalmente "sobrees­ tante'', lm·cná:n¡r- es, algo así, cual director de orquesta: músico y armonizador (coafinador) de cuerpo y alma de hombres -no llamados aún "ciudadanos", .,,.o>-..irr¡� educados según gimnástica-y· música. A ellos ha de dividirlos él (Sw.tpETfov) en dos clases : la de los gobernantes (c'J.peovcn, ílpxovm'>) y Ja de los gobernados (aptovTcu, &.pxoµi.vo11.,). Dividirlos, primero, según un criterio "natural" -pro· pio de ciudad, en fase predialéctica : el de viejo y jóvenes. De entre los viejos, seleccionar a los mejores para gobernantes. Los mejores de entre los agricultores lo son los de mejor "na.tur,ll" para. ello

( ylyvovrn�).

Ahora bien: d e entre los guardianes, "¿no serán lo� mejores los que mejor sepan guardar ciudad? -Sí. ·-Para esto, ¿no será preciso el que sean sensatos, dinámicos, y, en especial, solícitos rui­ ..71 'Í 7rÓAt ( 420 b) para fundar Ciudad. Ciudad ha d e tener "limite bellísimo" (KáAAturo ópo>, 423 b ) ; crecer manteniéndose "una" (eivai µla) ; cuidar de todos modos ( 11AáTrnv, cf>{¡,\a�. guardar-guardianes) el que no sea ni pequeña ni grande, sino "suficiente y una" (iKav� Ka' ¡1.Í.o., 423 c) ; . que cada audadano haga un solo, y su, quehacer, y así resultará el ser uno (el.,) ; y, así también, por cierto, la Ciudad íntegra {e1:11?raua.) resultará una y no muchas (423 d ) ; aumentará cual círculo ( 424 a ) ; y elht "íntegra" se compondrá de . . . (461 a) ; "el mayor mal para. Ciudad es el que Ja desgarra y hace de una muchas; y el mayor bien es el que la coajusta. y hace una" ( 462 b ) . Obsesión por la unidad Je Ciudad. Siempre en nivel eidético, como se documentó al comienzo de "intermedio". Anotemos ahora Jos temas dialogados entre Adimanto y Sócra­ tes, }' la manera o indicadores del proseguimiento del camino "de definición a dialéctica.''.

Sewelas concretas a) Hay que mirar precisamente a Ciudad íntegra en la cuestión e.le bie11!111ent11ranw. Rila ha de ser la bienaventuradísima; no, los particulares ni una clase de ella, ni aun la de sus guardianes (420; tl2 l c ) . Estos serán bienaventurados por secuela de ser miembros de EILt, y con bienaventuranza de tipo "colectivo", "ciudadana". b) En cuanto a riqueza y pobrew. Ambas, por rebasar el justo medio (µe,,.p[w;) (Cl. I . 5 ) destruyen Ja. moral de los artesanos; Jos malean : pereza, negligencia, novelería, baja calidad ele sus obras . . . "Hemos hallado quehacer nuevo para los guardianes: el de que no dejen que, por riqueza y pobreza, se hunda la Ciudad" ( 421 e, el, e; 422 a ) . c) Ci11d11d no rica, e n caso de g11erra. Desventaja de J a pobreza en tal caso. Remedio, mas sin hacer rica a la Ciudad (422; 423 d ) . d) Limites d e Ciudad. Corresponde a los gobernantes (i1.pxo1•rm) el determinar los límites (lípo>) de Ciudad, definiendo (opo) su

límite por el criterio : mantener su unidad, la suya; sin anexionarse otra ciudad: quitar los límites (O.cf>optoaJJ.tvov) de otra. El límite de Ciudad -no el de ciudad o de CIUDAD- es a la yez con-fín y de-finición de ella (doble sentido de ópo opo) y por la crianza posterior ( Tpocf>�) ; y por ellas podrán "discernir" (on)l/¡011Tat) más fácilmente el porqué de lo que ahora dejamos sin tratar sobre posesión de mujeres, casamientos, procreación de hijos . . . Los encargados de cuidar (f.mµ.c>.?ími) Ciudad -.gobernantes y .guardianes- han de cuidar y vigilar de que no se introduzcan innovaciones ( v!wT) guardianes cientí­ ficamente valientes y sabedores de "qué es" valentía de "Ciudad". ''A poder y mantener, en todo, la opinión recta y legalizada sobre lo que es de temer o no, a esto llamo yo, y Jo pongo, cual valentía", -dice Sócrates. Tal opinión virtud "política"

recta

(óp81í)

(429 - 430

a,

ha de nacer b, c) .

de "educación"; y es

2 . 5 3) En cuanto virtud política, o apropiada a Ciudad, Ja lemperancia (uwrppoO"Úv1J) es "un cierto orden (Kóuµo) y señorío (€yi..vr.pa.yµovEiv)

eso

es

Puntos a demostrar : l ) qué o ficios, empresas, ocupaciones o quehaceres sean propios ( .,np[) de Ciudad, es Ella la que Jo deter­ mina; y, una vez determ inados cuántos son "sociales" o de "interés ciudadano", el particular tiene el deber (oti) de escoger o practicar aquel a que se adapte mejor su natural. Nada de inventar uno de por sí oficios , quehaceres; ni de meterse en los de otros o en t·odos, . -ser un factótum o entrometido. 2) La Justicia es, de entre las cuatro virtudes, la que lleva a su perfección, la que hace "máxima­ mentc buena" (p.ÜA.uFTa clyol}�v) a Ciudad, -lo hace más y mejor que las otras tres. Ciudad es el sujeto propísimo de Justicia.

Esbozo de la demostración de los dos puntos : 1 ) Las clases supremas de quehaceres están predeterminadas, en cuanto a número r y y calidad, por las virtudes que la Ciudad misma debe p ractic a ser: S'1piente, valiente, temperante. Tres virtudes que determinan, ellas, tres clases de quehaceres que definen, ellos, tres clases de ciudadanos, se basan �stas en tres géneros de naturalezas ( rpina yÉvYJ cf>�11e1ov) de los individuos (lv lKa(TTOv). Virt11des

Ci1fffnd

r sapiencia

� valentía

l temperancia

Virt11d

1 1.

coa¡mtadora

Justicia

Ciares riudndnnns

r gobernantes

�1,

� guardianes ( ! cuerpo ciudadano total J

2) Se ha, pues, de demostrar que hay en el alma del individuo tres eídoses (EiB')) de hábitos (!�n.,) naturales correspondientes a Jos tres eídoses de virtudes de Ciudad por las que cada uno (év (icacrro11) quedará coajustado con una clase ciudadana, y será capaz de practicar o hacer su quehacer "ciudadano". De ser así, merecerá llevar los mismos nombres que J a Ciudad: cada uno será entonces sapiente o valiente o temper ado, según Ja cl ase a que pertenezca,

REPUBl.!CA

P?r la especial virtud que define 1� clase. Cada alma posee los tres . hab1tos (�aturales ) ; por tanto, en cierto grado, puede llegar a poseer las tres vutudes; mas, por Ja preeminencia de una disposición ('11'nB0, ..,_ ¿¿,,) y por elevar tal disposición a virtud, entrará en una sola clase, con el quehacer (o empresa) pernliar de ella, -será preemi­ nente y únicamente &>uardián o gobernante o ciudadano morigerado (temperante) , además de ser lo demás de manera normal : la de uno de tantos ciudadanos. Sócrates no emplea para denominar esos tres hábitos o disposiciones de cada alma- la palabra de "parte" (¡J.�po) . Ese "qué es tal" es -;¡

2 ) Hallada la esencia de CIUDAD, q11ién, mirando hacia. Ella, ha de decir la palabra enrazonada-y-razón empalabrada (Aóyo.;) ajus­ tada y capaz de realizarla en el material dado (ciudad-Ciudad-hom­ bres) de manera más eficaz que la simple acción. 3 ) De modo que aun resultando estar siendo la realidad "lo c¡ue es" la esencia, haya, no obstante, una peculiar manera de no llegar a ser "tal cual" Ella es "toda y de todas maneras" ( 7TCÍvra 1T'a.cn) ; haya, pues, una manera de aproximación máxima (iyyúTaTa) a Ella. ¿C11!tl es tal manera aproxim¡tdísima? ¿Q11ién se la da a Ja realidad, por deci r la palabra-razón precisa y propia? Ese "qujén"

á,\:r¡BLvoú.., 475 e ) .

3. 2)

es

el

Filósofo:

El verdadero Filósofo

los

verdaderos

filósofos

( Toú�

36

REPUBLICA

3.2 1 ) Doe nat11ral. El filósofo es apetente ( avorazado, 7Tt· � '. Oup:r¡�) de sabiduría (crocf>la), -no, de una sí, de otra no, sino d e ella íntegra (47� b,c) ; además es filómata (cfn>..o-µa.01ís) : ape­ tente-d -a rendec, ávido de la clase de sabiduría que se obtiene por � p aprend1za¡ e (µa.v0áv€tv) cual lo es por antonomasia la "matemática" y lo matemáticamente tratable. Apetencia, avorazamiento, avidez natural por todo ello, -auphws brl To µa.vOá.vnv lóvTa Ka¿ a?TÁ�aTw.; ixovTa. No basta para ser filósofo el ser aficionado a ver y mirar (cf>�>..o-Ornµ.wv), cua los aficíon�dos, tantos y tantos, a es pectáculos (0€ap.a.), ni_ ser afici_onado a 01r y escuchar ( cf>i,\o0€ap.wv) .

Afición a mir.ar y contemplar la Verdad La Verdad de todo: lo bello-feo, lo justo-injusto, lo bueno-malo es lo que cada cosa de esas tenga de "eidos" (7rá.nwv Trol' €i�wv 7Ttp{) ; hay que ser capaz de ir hacia lo que es algo en "sí mismo" (l7T¡ aÍ!TÓ To . . . ) ; mirado "en cuanto ello mismo" (Ka8' avTó) . Condición eidética ('176 a, b, c, J ) . 3 . 23) Condición científica. El tipo de conocimiento propio del verdadero filósofo C$ el de ciencia {€.7TLU�/J.'Y)) Y no el de opinión (M�a) ; y conocimiento de "lo ente" (TO ov) de cada cosa, -de lo que una cosa tenga de ente: de lo que tenga de esencia o propie­ dad privada e inalienablemenle suya, oúaía. (Cl. 1 . 2 ) . Tal conoci­ miento lo es en realidad (T om), ya que la ciencia ha nacido (7Ti·cf>v1a) para lo ente y para conocer cómo lo ente es ( briuT�P.'r/ br1

T� Óvn 1ricf>11K!. yvwvat w� fon TO ov, 477 b ) . :Es propio de la opinión hallarse y moverse entre lo ente y lo no ente, entre lo ente puro y lo totalmente no ente, entre ciencia e ignorancia ( 477 c, d, e; 480 a ) . Condición gnoseológica.

Conclusión general: "Luego a quienes se abracen (insepara­ blemente, c.\.·0'7Ta�op.ivov>) con lo que cada cosa tenga de ente (�Ka..'YJOéarnTov) , aquella esencia: la que lo es eterna­ mente (lKdv71, rii> oiuta> TÍJS KÜ:yaOó,. "E! Bien" fuera traducción aceptable -tolerable- de Tiya.8óv. Si "el Bien" ha de ser participable por la realidad, si da para hacer buenos -a particulares y a Ciudad- y hacerlos de manera que vivan según la esencia -lo propísimo- de OUDAD que es la 7ro>..iu[a, el Régimen político, el abstracto "Bondad" no sirve, -equi­ valdría a decir que el hombre es "Niñez", "Juvenhtd", "Vejez" . . . Pero tiene perfecto sentido -pensable y sible- lo de "eJ hombre Sócrates realizó" en su vida, palabra, pensar y obras "lo humano de Hombre". O "Sócrates realizó humanamente todo lo de hombre; fue humanamente racional, humanamente virtuoso, humanamente valiente . . . ", frente a otros que eran "animalmente" racionales, ·· ani· malmente" valientes. . , o sea: "inhumanamente" racionales, va­ lientes . . .

2) Hace falta, además, dar su propio sentido a la frase total "Ja idea-de-lo-Bueno" (1j ;oil áya8ov l8la) ; a la palabra "idea" ( repe­ tida aquí en 505 a; 507 b, c; 507 e; 508 e) y a la palabra de eidos ( 510 b, d; 5 1 1 a, C) y a las frases Ti 11'0'T' fonv, av'TO Tl 7rO'T' fonv

Táya0611, av'TO TO áya8óv.

El sentido de una palabra lo da el contexto. Es decir, su entrc­ tejimiento en frase, en párrafo, y, en definitiva, en la obra entera, -aquí el Diálogo . Muchos instrumentos musicales pueden dar la misma nota; mas cada uno la da con su "timbre" ; y, además, cada nota timbrada no tiene sentido (musical ) sino por la frase y obra total. Diapasones "verbales" no existen en griego, -cual no hubo "diccionarios de palabras". "Idea-de-lo-Bueno", "lo-Bueno-mismo",

REPUBLICA

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"qué es, tal vez, lo Bueno mismo" son las frases mínimas que deben ser pensadas, dichas y entendidas, ·-siempre dentro de un contexto mayor o total. La frase To Toíi O.ya.Ooíi eioo "'ª•'T¡ cpa11{póv) . Estas condiciones definen "qué es" sub-puesto.

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REPUBLICA

a) En concreto, ¿"qué cosas se toman aquí cual sub-puesto"? Sócrates, con los geómetras y aritméticos, toma y toman cual sub­ puestos o bases en que apoyarse y de que partir "eídoses inteligibles" : lo Impar, lo Par, las Figuras, los tres eídoses de Angulo . . . Diá­ metro . . . Cada uno de ellos --geómetras y aritméticos·- según su método propio (Ka0' €KáaTqv ¡.d.OoSov) ; de tal base, firme y concreta -nada menos que integrada de eídoses: de elementos de 2 grado--·, parten hacia un Final ( Cl. l . 4) que ellos tienen por tal, pasando ( 8u:gi6vrec;) por los intermedios y terminan de manera concorde (óµ,o>..oyovµbovc;) con lo que pretendían considerar, -·que "los tres ángulos del Triángulo suman dos rectos"; que "el cuadrado de la hipotenusa es igual a . . . ". Concordes todos ellos en el final en lo que pretendían demostrar. El camino era "único"; el método los forzaba; "el alma se siente forzada por una necesidad" (1nro8�