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Dntroducción LOS ROSTROS DE LA ACCION COLECTIVA
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o se necesita ser un estudioso de lo social para reconocer cómo, de vez en cuando, el «orden» social, el transcurrir
cotidiano
y monótono de la vida diaria de nuestras poblaciones,
y paísesse ven interrumpidos por la presencia de movilizaciones, de luchas, de acciones de protesta social; en algunoscasos, estas acciones colectivas no pasan de trastornar el «orden público»
durante unas horas, en otros, incluso pueden llegara asumir formas radicales y poderosas con capacidad de generartransformaciones profundas, cambios parciales o globales deJa estructura social, ¿Quién no ha oído hablar del Bogotazo, de la caída del Muro de Berlrn, de los movimientos contra la globalización
y de las movl-
lizaciones masivas Buenos Aires y Caracas? Estas acciones destructivas de la "normalidad" suscítan generalmente reacciones adversaspor parte de los ciudadanos comunes quienes las ven -en buena medida influidos por los medios masivos- como acciones violentas de multitudes que actúan sin ningunaracionalidad o manipuladas por agitadores profesionales; en todo caso, desde el poder, la protestasoclal en cualquiera de sus expresiones es considerada casi siemprecomo una amenaza al orden social y a la democracia, cuando no contra la propia civilización occidental. Por el contrario, astas acciones colectivas han sido decisivas en la consolidación de los estados modernos, en la construcción democrática, en la expresión de la sociedad civil y en la ampliación de la ciudadanía. La organización y movilización colectivaha sido
uno de los mecanismos más eficacesde los sectores subalternos de la sociedad para impugnar las arbitrariedades de los gobernantes, hacer visibles sus intereses y reivindicar sus derechos civiles y sociales. En efecto, la historiacontemporánea no podrfa comprenderse sin la existencia de estas luchas contra los autoritarismos, injusticias y exclusiones generados por la expansión de la modernidad capitalista. Asr, los movimientos sociales son consecuencia y reacción de los conflictos producidos por la expansión de la lógicade dominación capitalista moderna a lo largo de los últimos siglos, a la vez que protagonistas en la construcción de sociedades democráticas. La expansión de la lógicadel mercado, de la dominación estatal y del control sobre los individuos y los colectivos, al buscardesarticular, abolir o subordinar otros modos de producción, otras formas de relación social, otras lógicas culturales y otros valores, desencadenan estrategias de inconformismo, resistencia y oposición, en tomoa lascuales se tejennuevas solidaridades, nuevos anhelos y utopías alternativas al orden imperante. Movimientos comolas revoluciones francesa y soviética, las luchas por los derechos civiles de los negros, por los derechos de los nitios y los jóvenes, asf como las protagonizadas por las mujeres, las rebeliones indlgenas y las luchas, los nuevos movimientos sociales y las luchas contra la globalización, a la vez que ponen en evidencia las injusticias, inequidades, dominaciones y exclusionesdel capitalismo, conquistan.dere(m_º§~a.cies-poUticos y sociales. que contribuyen a ampliar las fronteras de la democracia, asf como a redefinirla permanentemente. La expansión de la lógica del mercado, de la dominación estatal y del controlsobrelos individuos y los colectivos, al buscardesarticularkabolir o subordinar otrosmodos de producción, otras formas de relación social, otras lógicasculturales y otros valores, desen-
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cadenan estrategias de inconformismo, resistencia y oposición, entomoa lascuales setejen nuevas solidaridades, nuevos anhelos, nuevos valores y utopfas alternativas al orden imperante. Inclusive, para algunos autores, la sociedad moderna ha sido el resultado de grandes movimientos sociales como la reforma protestante, la revolución francesa, la revolución soviética y las que luego buscaron revertirla. Con seguridad, cada uno de nosotros ha participado, marginal o centralmente en alguno de estos movimientos u organizaciones de resistencia, reivindicación y proposición. Tal vez en un grupo juvenil, en una asociación de vecinos, en un consejo comunal o en un sindicato; quizás, en algunaocasión hemos hechopresencia en una marcha, en una huelga o en un paro cívtcoo simplemente hemos presenciado la realización de alguna de estas formas de protesta. En el mejor de los casos, alguna persona cercana o nosotros hemos estado presentes en alguna de las grandes' movilizaciones colectivas de las últimas décadas.e Lo que tal vez no nos hemos preguntado as en ..Qué medida a través de esas acciones colectivas y expenencías asociativas hemos cambiado como individuos y colectivos sociales; saquramente nuestras formas de percibir la sociedad, algunas de nuestrascreencias y valores, las formasde relacionarnos con los demás, la capacidad de actuarcon mayorautonomía y de generar propuestas alternativas, no son las mismas a las que tenramos antes de vincularnos a dichas organizaciones y movimientos. Estamos frente a la cuestión de cómo a través de la acción se constituyen nuevasformas de subjetividad, nuevas identidades y actores sociales, problema no suficientemente abordado por las ciencias sociales, pero sin embargo trascendental para cornprender la transformación social y la capacidad de la gente para orientar dichos cambios. La fragmentación de las sociedades contemporáneas ha originado diferentes campos sociales con
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relativa autonomía y con maneras propias de tramitar los conflictos que los atraviesan; por ello, hoy se multiplican las esferas, tensiones y luchas en torno a las cuales se constituyen hoy actores colectivos. Así pues, el tema de la acción colectiva expresada como luchas o movimientos sociales (MS), de las organizaciones populares, de los nuevos movimientos sociales (NMS) y la constitución de sujetos sociales, ha dejado de ser un objeto de interés exclusivo de sociólogos, politólogos e historiadores, para convertirse en centro de debate para otros profesionales como los comunicadores sociales, los psicólogos, los educadores, los trabajadores comunitarios y otros profesionales que tienen que vérselas día a día con la gente.
¿Por qué un libro teórico? La comprensión y encauzamiento de estas dinámicas sociales actuales, pasa necesariamente por una fundamentación conceptuar sólida, por el reconocimiento y apropiación critica de la discusión teórica actual sobre los movimientos y las organizaciones sociales. Y es que los movimientos sociales no sólo han producido cambios y rupturas en el plano social en diversas partes del globo, sino que también han contribuido a transformar las lecturas que las ciencias sociales han producido sobre la sociedad. Para Reichman (1996, 12), el impacto de los movimientos sociales ocurridos en Europa en el siglo pasado afectó el nacimiento de las ciencias sociales actuales; asf mismo, los nuevos movimientos y luchas sociales han planteado nuevas preguntas a las mismas e incluso las han hecho entrar en crisis. No se pueden comprender nuevas perspectivas de análisis social como los estudios de género, los estudios culturales y los estudios subalternos por fuera de los problemas que han planteado las luchas y políticas de Identidad generadas desde los movimientos de mujeres, homosexuales, grupos étnicos, populares y antiglobalización
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Introducción Es por ello, que me he animado a escribir un libro que aborde global y didácticamente esta temática, a través de 4 capítulos estructurados como ensayos didácticos que a la vez ubican al lector en los presupuestos y desarrollos conceptuales sobre cada uno de los temas y plantean un punto de vista propio y argumentado sobre los mismos. El libro comienza con una panorámica de la discusión teórica sobre los movimientos sociales, para luego abordar los movimientos y organizaciones urbanas, los nuevos sentidos de lo comunitario y la constitución de sujetos sociales, para finalizar con un capítulo sobre la lógica interna de las organizaciones sociales y las dimensiones que le dan identidad. Este libro de carácter más teórico puéde asumirse también como un apoyo metodológico a la investigación sobre los temas tratados. Ya en otras ocasiones hemos insistido en que la formación de investigadores sociales o de profesionales con capacidad inv,stigativa va mucho más allá de la familiarización con enfoques, estrategias y técnicas de indagación (TORRES 1994, 1995 Y2001); requiere de una sólida formación teórica desde la cual hacerse y hacerle preguntas relevantes a la realidad, desde la cual abordar dichas preguntas como objetos de estudio susceptibles de ser analizados e interpretados críticamente; pero también desde la cual reinventar nuevos esquemas y modelos analíticos y conceptuales que sirvan para orientar otros estudios similares.
La afirmación
de que la investigación social contemporánea no puede prescindir de unos referentes conceptuales desde los cuales sus objetos de estudio cobran sentido, tiene más relevancia en el actual contexto de crisis de paradigmas interpretativos que habían orientado la tradición investigativa en campos como el que nos ocupa. No se trata de acoger con devoción uno de estos colosales sistemas teóricos como el marxismo, el funcionalismo o el estructuralismo para explicar cualquier hecho social, sino de abordar diferentes tradiciones conceptuales a tamanera de.~