Manuel Mora y la democracia costarricense (viaje al interior del Partido Comunista) [1 ed.]
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MANUEL MORA YLA DEMOCRACIA COSTARRICENSE (VIAJE AL INTERIOR DEL PARTIDO COMUNISTA)



José Merino del Río

Editorial Fundación

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DON AClON

Editorial Fundación UNA Apartado 86-3000 Heredia, Costa Rica Impreso en Costa Rica Hecho el depósito de ley Derechos reservados

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sin el consentimiento expreso por escrito de la EFUNA.

I

J}J5"t 320.532092 M827M Merino del Río, José Manuel Mora y la democracia costarricense : viaje al interior del Partido Comunista / José Merino del Río. - Heredia, C.R. : EFUNA, 1996. 224 p. ; 22 cm. ISBN 9968-14-001-5 l. MORA VALVERDE, MANl1EL. 2. DEMOCRACIA. 3. COMCTNISMO. 4. COSTA RICA. 5. HISTORIA.

BIBLIOTECA

Ca,/oJ rt/ont¡4 ..Al/o,Q SISTEMAS DE BIBLIOTECAS UNIVERSIDAD DE COSTA RICA Editorial Funaac1on uNA. Heredia, apartado 86-3000; Costa Rica. Fax 237-8936 y 277-3495. Teléfonos 277-3101 / 277-3496 / 237-1984

Alimentaqo por el ayer, el hoy camina haéia el mañana. Acaso la historia haga tabla rasa, pero rehúye la mesa vacía. BERTOLD BRECHT

PROLOGO PARA UN LECTOR AFORTUNADO

S

i andas a la búsqueda de una excelente literatura política, eres un lector afortunado al haberte tropezado con este libro. Si estás tras otras cosas, como chismes o escándalos políticos, pasa de largo que aquí la mesa está servida con más finos manjares. Nuestro país rico en tantas cosas, sin embargo es pobre en buena literatura política. Memorias de políticos destacados, no las tenemos, a la manera como en otras naciones Winston Churchill, el general De Gaulle o Richard Nixon relataron su paso por el poder; estos grandes hombres no sólo transformaron sus países con sus gobiernos, para bien o para mal, sino que acrecentaron la cultura nacional explicando y justificando, por escrito, sus actos políticos. Entre nosotros, talento literario no ha faltado en los hombres públicos. Baste pensar en lo que nos habría podido dejar la acerada pluma_de Otilio Ula te o la nada despreciable fisga de Daniel Oduber; y ni que decir de la delicia que habría sido Manuel Mora y la d emocracia costarricense-7

saborear los entre telones de la década de los años cuarenta, relatados por ese genio de la política en la penumbra que fue Francisco Calderón Guardia. Pero no se conocen o encuentran sus textos. La abulia tan característica del costarricense, sobre todo ese achantarse frente a la creación intelectual, ha pesado como una losa sepulcral en el quehacer de nuestros hombres públicos, que bajan a la tumba llevándose sus secretos, sin que podamos decir que lo hacen únicamente por discreción. Don José Figueres dejó escrito lo mejor que se conoce en este campo, aunque su obra más acabada la produjo en momento tardío, cuando le faltaban las fuerzas físicas y hay quien dice le flaqueaban las intelectuales; por eso fue necesaria la intervención de conocidos cirineos para que el libro se pudiera terminar, quedando la duda de que ciertos juicios tal vez no sean propios del crucificado. En la izquierda cosa parecida ocurrió con las memorias de don Jaime Cerdas, escritas ya muy tarde y publicadas, literalmente, horas antes de fallecer su autor. Solo la existencia de esa pereza nacional puede explicar, por ejemplo, que Adolfo Herrera García, notable escritor y militante del Partido Comunista, no haya dejado en este campo una obra digna de su talento. De modo que si por años has sufrido de sed de buena literatura política, y no has podido saciarla adecuadamente, aquí tienes entre manos una obra poco frecuente por el género que trata y por la calidad con que ha sido hecha. Su autor, José 8- Manuel Mora y la democracia costarricense

Merino del Río, pertenece a una estirpe poco común entre los españoles venidos a América a·hacer fortuna; a diferencia de la gran mayoría que llegan a poner tiendas, crear imprentas o almácenes de depósito, acumulando grandes riquezas, esta otra clase de españoles se ha dedicado a cultivar campos corno las letras, las ciencias o la creación literaria. Son tan pocos los de esta estirpe que cuando intento hacer la lista, con el primero que tropiezo es con mi padre, que llegó a este país a finales de la década de los años veinte y le entregó al periodismo nacional más de cincuenta. Españoles de la misma especie fueron los recordados profesores de filosofía Constantino Láscaris y Teodoro Olarte, que tanto aportaron a la reforma universitaria de los años cincuenta. Anteriormente, a finales del siglo XIX, los hermanos Fernández Ferraz, contribuyeron notablemente al mejoramiento de nuestra educación secundaria. José Merino del Río llegó a Costa Rica a inicios de los años setenta y se vinculó con la vida política del país militando en el Partido Comunista. Entre las muchas cosas que realizó fue colaborar en la dirección y confección del periódico "Libertad"; precisamente en esta tarea, dos veces a la semana, tuvo la oportunidad de compartir con don Manuel Mora el hacer un semanario que fuera vanguardia del pueblo. La relación que se estableció entre ambos fue de amistad entre militantes de una misma organización de izquierda, relación que además se vio fortalecida por una circunstancia Manuel Mora y la democracia costarricense-9

importante: el matrimonio de José con una sobrina de don Manuel. Menciono estos hechos porque permiten entender con claridad la legitimidad del testimonio de Merino cuando escribe acerca del gran caudillo comunista y su partido Vanguardia Popular. Téngase presente que quien lo hace es un colega partidario, ideológicamente afín, que además goza de una gran familiaridad, en todos los sentidos de la palabra, con el Secretario General de Vanguardia Popular. A esto debemos añadir que la brillante inteligencia que Natura le dio a José Merino, la "Salamanca" de San Pedro de Montes de Oca debe haberla afinado con la formación que recibió en la Escuela de Ciencias Políticas. Para pruebas este libro que ahora tienes entre tus manos afortunado lector, basado en la tesis de grado, aprobada con honores, con la que el autor obtuvo la Licenciatura en Ciencias Políticas. Manuel Formoso Herrera Alto de los Unicornios, 24 de noviembre de 1995

INDICE Introducción

13

Capítulo primero: LA CUESTION DEMOCRATICA EN LOS ORlGENES DEL PARTIDO COMUNISTA

27

Utopía y realidad Una nueva forma de hacer política El ingreso en la Internacional Comunista

37 42

Capítulo segundo: COMUNISMO NACIONAL Y DEMOCRACIA

49

Democracia, nación, socialismo Por un comunismo a la tica En busca de aliados: democracia y pluralismo Capítulo tercero: COMUNISMO Y PODER: POSIBILIDADES DE LA DEMOCRACIA

Democracia y justicia social Una nueva fase de alianzas insólitas La tentación del poder: ¿partido de oposición o partido de gobierno? 10--Manuel Mora y la democracia costarricense

29

51 57

62 71 76 81 88

Manuel Mora y la democracia costarricense-11

Capítulo cuarto: LA GUERRA CML: LOS LIMITES DE LA DEMOCRACIA

La cuestión electoral en tiempos de guerra La guerra civil: armas sin política El Pacto de Ochomogo Represión e ilegalidad de los comunistas Capítulo quinto: LA DEMOCRACIAAUSENTE: DE LA ILEGALIDAD A LA BUSQUEDA DE LA LIBERTAD

Anticomunismo y antidemocracia Democracia desde abajo Nuevos vínculos internacionales En defensa de la libertad de sufragio Democracia y vías de la revolución

109 112 120 125 130

INTRODUCCION 135 138 143 152 160 167

Capítulo sexto: LA DEMOCRACIA EN LA ENCRUCIJADA

175

La democracia: ¿táctica o vía maestra de la revolución? Punto final a 27 años de ilegalidad La apuesta por Pueblo Unido Democracia avanzada o revolución

179 184 188 194

BIBLIOGRAFIA

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a democracia parece haberse quedado sin enemigos Y_ sin altern~t~vas. L~ caída de los regímenes autoritanos en Amenca Latina y el derrumbe de los ex países del socialismo real en Europa, ha abierto un intenso debate político y una renovada reflexión teórica sobre la cuestión democrática, sobre las condiciones políticas, sociales y económicas del gobierno democrático. Aunque la palabra democracia es un término polisémico, que permite expresar numerosas concepciones acerca del mismo, se ha producido un consenso significativo que toma como punto de partida la célebre definición schumpeteriana: "... el método democrático es ese arreglo institucional para llegar a decisiones políticas en las que los individuos adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por los votos del pueblo" 1.

Cincuenta y dos años después de la aparición de Capitalismo, Socialismo y Democracia(1942), la obra de Schumpeter parece una referencia obligada para las teorías actuales de la democracia. Autores como Bobbio, Dahl y Sartori2, ejercen una notable influencia sobre una concepción de 1 . Schumpeter, J. A. Capitalismo, socialismo y democracia. Ecj.itorial Claridad, Buenos Aires, 1946, p.311 . 2 . Bobbio, Norberto. El futuro de la democracia. Plaza Janes, Barcelona, 1

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12- Manuel Mora y la democracia costarricense

Manuel Mora y la democracia costarricense-13

la democracia que otorga un papel central a la existencia d~ reglas del juego democrático, es decir, el modus procedendz que permita establecer, empíric~mente, si estamos ~te un régimen democrático o no. Bobb10 ha hecho una prohJa enumeración de esas reglas: " a) Todos los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, sin distinción de raza, religión, condición económica, sexo, etcétera, deben gozar de los derechos políticos, es decir, del derecho a expresar con el voto la propia opinión, y/ o elegir quien la exprese por él; b) El voto de todos los ciudadanos debe tener igual peso (esto es, debe contar por uno); c) Todos los ciudadanos que gozan de derechos políticos deben ser libres de votar según su propia opinión, formada en la mayor medida posible libremente,es decir, en una libre confrontación entre grupos políticos organizados que compiten entre sí para unir sus demandas y transformarlas en deliberaciones colectivas; d) Deben ser libres también en el sentido de que deben encontrarse en condición de tener alternativas reales, esto es, de escoger entre soluciones diversas; e) Tanto para las deliberaciones colectivas, como para las elecciones de representantes, vale el principio de la mayoría numérica, aunque pueden ser establecidas diversas formas de mayoría(relativa, absoluta, cualificada) en determinada~.circunstancias previamente establecidas; f) Ninguna q.ecisión tomada por mayoría debe limitar los derechos de la minoría, de modo particular el derecho de convertirse, en igualdad de condiciones, en mayoría"3 .

Esta línea de abordaje de la cuestión democrática sobre las reglas y el procedimiento, permite decidir razonable y objetivamente cuál es el umbral a partir del cual podemos juzgar si un régimen, sistema o proceso es democrático y en qué grado, aunque el mismo Bobbio nos advierte que la realidad política es muy diferente del modelo por él pro1985; Dahl, Robert. La democracia y sus críticos. Paidós, Barcelona, 1992; Sartori, Giovanni. Teoría de la democracia. Alianza Editorial, Madrid, 1987. 3 . Bobbio, Norberto. "¿Qué alternativas a la democracia representativa?", en El marxismo y el estado, Editorial Avance, Barcelona, 1977. 14-Manuel Mora y la democracia costarricense

puesto, lo que le lleva a reparar tanto en las promesas no cumplidas de la democracia como en la tensión que ésta encierra entre la tosca materia( la democracia real) y los ideales democráticos4 • Es por ello que Touraine recuerda que si bien las reglas de procedimiento son indispensables a la existencia de la democracia, nunca serán, sin embargo, "más que unos medios al servicio de fines nunca alcanzados"5, porque bajo la democracia subyace un conflicto incesante "entre decisiones jurídicas y políticas que favorecen a los grupos dominantes"6 y la apelación "a una moral social que defiende los intereses de los dominados o de las minorías"7, lo que le lleva a entender la democracia como: "... la fuerza social y política que lucha por transformar el Estado de Derecho en un sentido que corresponda a los intereses de los dominados, mientras que el formalismo jurídico y político lo utiliza en un sentido opuesto, oligárquico, obstruyendo el camino del poder político a las demandas sociales que ponen en peligro el poder de los grupos dirigentes.Lo que todavía hoy enfrenta un pensamiento autoritario a un pensamiento democrático es que el primero insiste en el formalismo de las reglas jurídicas, mientras que el otro trata de descubrir, detrás del formalismo del derecho y el lenguaje del poder unas elecciones y unos conflictos sociales"8 .

En verdad, el concepto democracia siempre ha originado una fuerte discrepancia entre quienes colocan el acento en el problema de la libertad, y quienes lo ubican en el problema de la igualdad. Cerroni vería ahí una línea divisoria entre los dos modos fundamentales de concebir la democracia:

4 . Bobbio, Norberto. El futuro ... , op.ct., p.24 y ss. 5 . Touraine, Alain. ¿Qué es la democracia? Temas de Hoy, Madrid, 1994,

f.25. . Ibid., p.52.

7 . Idem.

8 . Ibid., pp.52-53. Manuel Mora y la d emocracia costarricense-IS

"... como un método, como un procedimiento que permite expresar con libertad el gobierno y las decisiones políticas que se deseen(... ) y como una condición social efectiva, como status social que hace posible para el pueblo, o sea, para todos, participar por igual en el gobierno de la comunidad"§_

político determinado, apoyado por determinadas fuerzas políticas y clases que luchan por determinados fines" 10. Esta idea permite una concepción procesual y no finalista de la democracia. La democracia sería así un movimiento histórico atravesado por luchas sociales que se configura en cada coyuntura con f~rmas institucionales específicas. A partir, entonces, de un sistema político institucionalizado que cumpla los requisitos mínimos para poder ser considerado dernocrátic~, la democracia será siempre un proyecto inacabado, un_1deal al que se_tiende para la conquista de mayores espac10s de autogob1erno, de justicia y de igualdad. En Costa Rica el uso más común del concepto democracia se asocia a la democracia electoral, a la existencia de mecanismos electorales que garanticen unas determinadas reglas del juego político; la existencia de esos mecanismos no suelen relacionarse con las características de un determinado proceso histórico conflictivo. Hay una tendencia persistente a concebir el régimen político democrático como una especie de característica idiosincrática de los costarricen_ses o como p:oducto dado por determinadas excepcionahdades del pa1s. Cerdas apunta que "la idílica democracia liberal costarricense, presentada en los textos de educación cívica como una especie de Palas Atenea política, naci~a de la ~abeza del buen Zeus completamente armada y lista, no tiene nada que ver, en su formación y desarrollo, con las luchas y contradicciones sociales de estos dos sig~os"11. Vega desarrolla la idea al señalar que" en la mitologia, t_anto en la popular como en la cultivada por las clases do~antes-:-_que por lo general se confunden-, se quiere dar la 1mpres1on de que los "ticos" vivimos en una comunidad idílica sin clase dominante, en fin, sin clases sociales,

El énfasis ora en los procedimientos ora en los contenidos, ha dado lugar a ~na interminable polémica entre quienes privilegian la expresión y se ocupan poco del contenido: basta con que haya elecciones, sin importar mucho el nivel de salud mental e igualdad que experimenten los ciudadanos; y quienes en su preocupación por los contenidos, llegan a menospreciar las formas: basta con que haya niveles de participación popular en el gobierno. Es cierto que el menosprecio de las reglas está en la base de los autoritarismos de signo diverso que niegan la democracia, pero también es verdad que las reglas del juego supone en una verdadera democracia que el juego debe llevarse a cabo sin trampas, y que bajo las reglas subyacen políticas sustantivas y no simplemente procedimentale,pues un sistema democrático funciona no solamente porque está organizado mediante una serie de normas reconocidas y aceptadas, sino porque sus fines básicos y sus normas procedimentales van dirigidos a la satisfacción de las aspiraciones de sus ciudadanos. La igualdad de derechos políticos que renonoce la democracia formal, no se lleva a cabo por la sencilla razón de que_ la política es un terreno de confrontación de poderes ~es1guales, lo cual no anula la importancia de las reglas del Juego, por el contrario, resalta esa contradicción entre el ser y el deber ser que acompaña a la democracia. Rosenberg evoca con razón que "la democracia como una cosa en sí, como una abstracción formal no existe en la vida histórica: la democracia es siempre un movimiento

10

• Rosemberg, Arthur. Democracia y socialismo. Cuadernos de Pasado y iÍesente. Buenos Aires, 1981, p.325. . • Cerdas, Rodolfo. "Problemas actuales de la revolución democrática". En ¿Democracia en Costa Rica?: cinco opiniones polémicas. EUNED San José 1977, p.130. '

9 . Cerroni, Umberto. "La crisis de la democracia y el estado moderno". En Problemas de In ciencia política contemporánea, UNAM, México, 1969, pp.1-27.

1

16-Manuel Mora y la democracia costarricense

Manuel Mora y la democracia costarricense-17

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donde gobiernan las diferencias espontáneas y naturales del talento, el esfuerzo propio, la providencia, la "viveza", o la buena o mala suerte de los individuos que compiten por superarse en un haz infinito de hermandades y nexos familísticos"12. Frente a la historiografia oficial, surge en los últimos años una importante corriente de pensamiento e investigación sobre la cuestión de la democracia en Costa Rica, que somete a revisión crítica las versiones mítico-ideológicas, y encara el análisis de la democracia como resultado de complejos procesos sociopolíticos y de confrontaciones en el terreno de las ideas y de las prácticas sociales de actores políticos relevantes que persiguen con sus acciones valores e intereses específicos. La mejor comprensión de la dinámica democrática costarricense puede considerarse de dos maneras fundamentales. Una haría hincapié en los procedimientos e instrumentos que han conformado finalmente nuestra democracia tal como hoy la conocemos: la construcción del sistema político desde el punto de vista constitucional, su legislación, sus instituciones y el funcionamiento de las mismas. El segundo enfoque se centraría, en cambio, en la participación "desde abajo" de determinados sectores de la población: identidad política y social de los agentes colectivos(clases, grupos, partidos), con sus creencias, intereses y expectativas. Aunque ambos caminos sirven para aumentar nuestra comprensión de la dinámica democrática, y la solución ideal sería una síntesis de ambos, la perspectiva aquí escogida es la segunda, dado que se trata de analizar la relación del Partido Comunista de Costa Rica con la democracia, un aspecto poco estudiado en el proceso de constitución de la democracia costarricense en el último medio siglo13. 12 . Vega Carballo, José Luis. Poder político y democracia en Costa Rica. Editorial Porvenir, San José, 1982, p.23. · 13 .Entre los estudios realizados sobre diversos momentos y aspectos de fa historia del Partido Comunista de Costa Rica, hay que destacar los de 18--Manuel Mora y la democracia costarricense

El autor parte de la convicción de que el Partido Comunista de Costa Rica, desde su fundación en 1931, con sus ideas y sus acciones ha contribuido significativa y positivamente a modelar los contenidos democráticos del sistema político costarricense. En lo referente al tema de la democracia, la sobrecarga ideológica que normalmente suele acompañar a este tipo de debates, ha obstaculizado el examen objetivo del pensamiento y de las prácticas comunistas al respecto, lo cual no ha sido tampoco óbice para que amplios sectores de la sociedad costarricense reconozcan, por encima de las diferencias, el aporte de los comunistas al establecimiento de un régimen político de convivencia civilizada con una orientación social avanzada; en este sentido se manifestó la Universidad de Costa Rica al otorgar el premio Rodrigo Facio a Manuel Mora Valverde, fundador y líder del movimiento comunista costarricense: "con su pensamiento y acción, ha contribuido significativamente al desarrollo del sistema político costarricense contemporáneo; propuso un modelo que, teniendo vocación universal, fue ponderado a la luz de las especificidades de la experiencia histórica nacional( ... ) tiene el indiscutible mérito de haber sabido comprender el sentido de su época y contribuir a forjar las condi-

Botey, Ana María y Cisneros, Rodolfo. La crisis de 1929 y la fundación del Partido Comunista de Costa Rica. Editorial Costa Rica, San José, 1984; Cerdas, Rodolfo. La hoz y el machete. UNED, San José, 1986; Contreras, Gerardo y Cerdas, José Manuel. Los años 40, historia de una política de alianzas. Editorial Porvenir, San José, 1988;De la Cruz, Vladimir. Las luchas sociales en Costa Rica. Editorial Costa Rica, San José, 1980; Gamboa, Francisco, Herrera García, Adolfo y Mora, Enrique. Apuntes para la Historia del Partido Comunista de Costa Rica. Imprenta Elena, San José, s.f.; Salom, Roberto. La crisis de la izquierda en Costa Rica. Editorial Porvenir, San José, 1987. Destacados dirigentes comunistas han dado su aporte al conocimiento de la historia del partido por medio de sus memorias, tal es el caso de Cerdas, Jaime. La otra vanguardia. UNED, San José, 1994; Ferreto, Amoldo. Gestación, consecuencias y desarrollo de los sucesos de 1~48. Ediciones Zúñiga y Cabal, San José, 1987; Mora, Eduardo. De Sandino a Stalin. Editorial Revolución, San José, 1988. Manuel Mora y la democracia costarricense-19

471178 de intelectuales y obreros, que le toma como principal ~ºstinatario de sus inquietudes y esperanzas. En la funda.\, del Partido Comunista pueden apreciarse dos grandes c10 . d , nac10na . 1 que se i.denti'rrientes inspira oras: una d e raiz taba con las tradiciones antimperialistas y democráticas ~~ los sectores ava1:2ados de la ~o~~ed~d co~tarricense, y tra de raíz internac10nal, que recib10 el mfluJo de la Revo~ución Rusa y ~e la difusión en el_país de,la lit~ra~a mar·sta\gl nacimiento de este partido verua a significar, en ":erta forma, la acumulación de luchas sociales que maduc ron las condiciones para el surgimiento de una fuerza r:lítica que buscaba la autonomía de las clases trabajadopas frente a los partidos que representaban los intereses de ~as clases dominantes; se producía así una ruptura en la historia política del país, en el sentido de que por primera vez aparecía un grupo político que indicab~ e~ su pro~~ma l_a aspiración a romper con el orden economico y político vigente. Aunque no se trata en esta investigación de hacer una historia del Partido Comunista, sino un intento de análisis del balance político-histórico del pensamiento y de_.la obra de este partido y de su fundador y líder, _Manuel Mora, en relación con la democracia, temporalmente el período estudiado abarca desde su fundación hasta principio de la década de los ochenta en que se produce su división. A grandes rasgos y con los inevitables riesgos de esquematizar una dinámica histórica que no se ajusta necesariamente a la rigidez y linealidad que entraña todo proceso cronológico, puede establecerse la siguiente periodización de la historia del Partido Comunista. /

· ciones que posi"bilitaron a Costa Rica conservar y desarrollar 1as virtudes legadas por otra generación transformadora, la de los liberales del último tercio del siglo pasado, salvaguardando así 14 · y nuestra lºb nuestro civilismo, nuestra democracia 1 er t a d" .

Existen también otras opiniones que valoran negativamente el aporte de los comunistas a la democra~i~, Yque más bien consideran que un éxito del sistema pohtico costarricense sería el de haber impedido o frenado que los comunistas desarrollaran su programa, ya por la vía de su ilegalización o por su reducción a ~a fuerz~ electoral minoritaria. Es posible encontrar tambien ~~o tipo de val~raciones, como aquellas fundadas en la cntica al pensann~~to y a la acción del Partido Comunista como un~ expresion de su domesticación por un sistema, capaz de integrar en su lógica de dominación a fuerzas de insl?iración ra~ical y extrasistémica. En el mismo seno del Partido Comunista es posible identificar opiniones divergentes sobre e~ v~culo de sus ideas y de sus prácticas con la democracia liberal costarricense. El hecho de que la relación comunismo-de~ocracia haya sido, desde el momento fundacional del Partid~ Comunista, tema de debate político permanente en el pais, es ya un elemento importante que justificaría un esfuerzo de investigación. El Partido Comunista de Costa Rica se fundó formalmente el 16 de junio de 1931. El pequeño grupo fundador estaba integrado por jóvenes estudiantes de la Esc~ela de Derecho y por trabajadores artesanales que procedian del Partido Reformista de Jorge Volio y de organizaciones gremiales que reivindicaban los derechos de los ~abajadores.~ pesar de su juventud, Manuel Mora aparecera, desde el pnmer momento y durante la larga trayectoria histórica del Partido, como la figura vertebradora de ese importante gru-

l.

1931-1934:

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Es una etapa de radicalismo, en la que se pregona la lucha directa por la dictadura del proletariado por métodos insurreccionales. Más que de la existencia de una concepción, puede hablarse de un período de ardor juvenil.

14 . Dictamen del Jurado de la l,Jniversidad de Costa Rica, que otorgó el

premio Rodrigo Facio a Manuel Mora. UCR, San José, febrero de 1992. Manuel Mora y la democracia costarricens~21

20--Manuel Mora y la democracia costarricense

t

II.

1934-1940: El Partido Comunista se transforma rápidamente en un partido con arraigo popular y cambia su estrategia insurrecciona! por una política más moderada que trata ~eco~binar la reforma con la idea de la revolución.El partido ~mge la huelga bananera de 1934, entra en el ~arl~ento, u1:pulsa una política de alianza de clases, reci~e la influencia de la nueva táctica de los frentes populares rmpulsada por la Internacional Comunista.

III.

1940-1948: Manuel Mora defiende la tesis de un "comunismo a la tica", se plantea la necesidad de preserv~~ lo buen~ de la democracia burguesa y se impulsa la pohtica de _ahan:~s con el gobierno de Calderón Guardia y con la_I?lesia catolica de Moseñor Sanabria. Juega un papel decisivo en la lucha por la promulgación del Código de Trabaj_o y de las Garantías Sociales, asume un doble rol de partido de gobierno y de partido de oposición. Cam~ia el nombre de P~tido Comunista por Partido Vanguardia Popular para facilitar la alianza con la Iglesia y con los creyentes. Alca~a con 11 diputados su máxima representación parlame~tan~, participa en la guerra civil y es ilegalizado tras la victoria del frente figuerista-ulatista. IV.

1949-1959: Las desastrosas consecuencias de la derrota en la guerra civil y la ola anticomunista provocada por_ el ini~~o y auge de la guerra fría, marcan una década de dispersion y profunda debilidad del Partido Comunista y de l~,8 orgai:uzaciones populares por él influenciadas que tambien suf~ieron la ilegalización y la persecución. Labor_ d~ reconstl~ción del tejido orgánico del partido. Establecirmento de vmculos estables y definidos con el Partido Comunista de la Unión Soviética.

v.

1960-1975: La Revolución Cubana marca un punto de viraje. Los

22-Manuel Mora y la democracia costarricense

sectores populares de orientación revolucionaria empiezan a recuperarse, el Partido Comunista sale con mayor fuerza a la superficie, reivindica su derecho a participar legalmente en la vida democrática del país, desarrolla una vigorosa campaña de propaganda y proselitismo en los sectores obreros, campesinos, intelectuales, estudiantiles.Frente a la tesis de la lucha armada, que alcanza gran difusión en América Latina, el Partido Comunista defiende la tesis de la vía pacífica de la revolución, desarrolla la teoría de las dos etapas.En 1970 los comunistas regresan al parlamento, estando todavía ilegalizados. En 1975 recupera la legalidad constitucional, al ser abolido el segundo párrafo del artículo 98 de la Constitución. VI.

1975-1984: Orienta el Partido Comunista su línea a tratar de construir un Frente Democrático, que sea el instrumento en capacidad de encabezar la revolución democrática que conduzca al socialismo. En esa dirección se constituye en 1977 una alianza político electoral con otros partidos de izquierda que se bautiza con el nombre de Pueblo Unido.La Revolución Sandinista y la crisis centroamericana, aunadas a la crisis económica nacional, agitan al Partido Comunista y provocan divergencias en su seno sobre las condiciones para la revolución en Costa Rica.Las divergencias se saldan, finalmente, con la división del Partido Comunista. Alo largo de las diversas etapas de su historia hay un permanente diálogo del Partido Comunista con el tema de la democracia en varias dimensiones que van desde el vínculo de la democracia con el socialismo hasta la valoración de la democracia costarricense y su relación con la doctrina y las prácticas políticas de los comunistas. Desde su nacimiento el Partido Comunista se define como un partido ideológico que fundamenta su quehacer en la teoría marxista-leninista que se considera de alcance y validez universales, abriendo así una permanente relación contradictoria entre la dimensión nacional de su lucha y una dimenManuel Mora y la democracia costarricense-23

sión internacional que se materializa en la visión de la Unión Soviética como el mayor logro histórico en la aplicación de la teoría marxista-leninista a una realidad concreta. En la obra de Marx, Engels y Lenin hay constantes referencias a la democracia, aunque su carácter disperso y a menudo relacionado con las necesidades prácticas del movimiento, hace difícil y polémico establecer si existe en el marxismo un corpus con suficiente peso para poder hablar con propiedad de una teoría marxista de la democracia. Para la generación de comunistas de 1848 el socialismo y la democracia eran conceptos afines, en el Manifiesto Comunista se dice que "el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia" 15; en ese período el marxismo no redujo las instituciones de la democracia representativa y las libertades políticas a una pura y simple emanación de la burguesía, aunque sus funciones estaban claramente delimitadas por el conflicto de fondo entre explotados y explotadores que movía a la sociedad capitalista. Frente a la democracia liberal representativa del capitalismo, Marx va a ver en la corta experiencia histórica de la Comuna de París de 1871 un modelo de democracia real, directa, participativa y transformadora, al implicar directamente a las masas en las deliberaciones y la administración de todos los aspectos de los asuntos públicos16. Originalmente Lenin y los bolcheviques, verían en los soviets una continuación del modelo de la Comuna, destinados a romper con la democracia burguesa, liberal o parlamentaria y a garantizar la participación de la masas en la propia dirección de sus asuntos; diversas vicisitudes históricas llevaron, sin embargo, al abandono progresivo del proyecto de democracia soviética y a la transformación del nuevo Estado en un instrumento de 15 . Marx. K y Engels. F. Manifiesto del Partido Comunista. En: Obras Escogidas de Marx y Engels, tres tomos, Editorial Progreso, Moscú, 1973, tomo I, pp. 110-140. 16 . Marx. K. La guerra civil en Francia. Ibid, tomo II, pp.188-257. 24-Manuel Mora y la democracia costarricense

poder autoritario.La tesis que llegó a prevalecer en la III rnternacional Comunista, que tuvo una influencia decisiva en la conformación de la doctrina democrática de los partidos comunistas, fue la tendencia a ver cada vez más la deJ1locracia como la democracia burguesa y, por consiguiente, a condenarla. Si Marx hacía u na distinción entre Estado y rnovimiento democrático, la Internacional Comunista centralizó el concepto de democracia en una forma de Estado, desdoblando la noción entre forma y contenido, pero rompiendo su conexión dialéctica: la democracia formal era la "cáscara" para la mejor organización del capital. No fue, eJ1lpero, un proceso monocromático y lineal. En el tronco de la tradición marxista, convivieron muchas ramas con interpretaciones diversas y prácticas políticas también diferenciadas. La cuestión democrática nunca pudo ser reducida a un simple conjunto de definiciones: su naturaleza ha cambiado y continuará cambiando mientras los individuos, los grupos y las clases sigan luchando por darle diferentes contenidos. Esta investigación tien e, entonces, por objeto estudiar la cuestión democrática en el seno del Partido Comunista de Costa Rica por medio de sus tesis, resoluciones y discusiones, en donde ocupa un lugar sobresaliente y determinante el pensamiento de Manuel Mora Valverde, y su repercusión en las tácticas y estrategias adoptadas. Investigar la concepción que los comunistas tienen de la democracia y el papel que le asignan en su proyecto político, a lo largo de su historia, implica también detenerse en la relación del discurso con las prácticas políticas reales, habida cuenta de que los partidos políticos no surgen y se desarrollan en el vacío, sino que nacen y actúan en realidades políticas, sociales, económicas y culturales históricamente determinadas, por lo que es necesario indagar en esa relación dialéctica sociedad-partido, para ver cómo esa sociedad y sus instituciones influyen en el partido, y viceversa. El hilo conductor de la investigación trata de seguir la propia dinámica del Partido Comunista, con la esperanza de poder Manuel Mora y la democracia costarricense-25

captar en el proceso histórico qué hizo, qué no hizo, qué impidió hacer en el terreno de la democracia esta fuerza política que con sus luchas, sus esperanzas, sus éxito~ y sus derrotas ha dejado una huella perdurable en la configuración del sistema político costarricense y en la conciencia de las clases trabajadoras de Costa Rica.

CAPITULO 1 LA CUESTION DEMOCRATICA EN LOS ORIGENES DEL PARTIDO COMUNISTA

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1 día 16 de junio de 1931 fue fundado el Partido Comunista de Costa Rica. El impulso creador surgió de un grupo de estudiantes de la Escuela de Derecho , en el que se destacaban los nombres de Manuel Mora, Ricardo Coto, Luis Carballo y Jaime Cerdas, que en 1929 se unió en el centro de estudios Asociación Revolucionaria de Cultura Obrera (ARCO) a un grupo de obreros artesanos , en el que sobresalían los nombres de Gonzalo Montero , Carlos Marín Obando, José Barquero, Fabían Soto y José Rafael Mora. El ideario de ARCO comenzó a hacerse público por medio del periódico La Revolución, cuyo primer número apareció el 15 de marzo de 1930 bajo la dirección de Manuel Mora y de Ricardo Coto. El hecho de que La Revolución se presentara ante sus lectores como "el único periódico verdaderamente democrático en el país "1 , reflejaba la valoración positiva que los miembros de ARCO tenían de la democracia. Al mismo tiempo , expresaban un rechazo radical de la democracia electoral entendida como la tradi1 26--Manuel Mora y la democracia costarricense

. La Revolución, N. 1, 15 de marzo 1930, p. l. Manuel Mora y la democracia costarricense-27

cional disputa de la élite dominante por el control del gobierno: " ¡ Democracia, Democracia , palabra hueca y sin sentido con la cual procuran los gobernantes cubrir las miserias del pueblo, cuya libertad y soberanía son irrisorias! (... ) ¿ Dónde están esa libertad y esa soberanía ? ¿ Dónde se encuentran ? ¿ Existe en la práctica el bello principio que emana de esa frase , o es ella un conjunto de palabras con el cual se trata de adormecer y engañar a las gentes? "2.

Las condiciones para el surgimiento de una critica radical al sistema político se desarrollan rápidamente por las repercusiones que la crisis mundial del capitalismo iniciada en 1929 tiene en Costa Rica. La fuerte caída de los precios del café en el mercado internacional , el declive de la producción bananera , la baja de las importaciones , la contracción del crédito y de la economía de subsistencia y el crecimiento del déficit fiscal , se conjugan provocando quiebras y desempleo. El país entra en un período de agitación social, que es la respuesta de diversos sectores populares y de capas medias, a los síntomas de agotamiento de un modelo agroexportador basado en el monocultivo y de un Estado liberal incapaz de intervenir con eficacia para enfrentar los nuevos retos que se le presentan. 3 La Revolución tuvo una vida efímera , se llegaron a publicar diez números, pero en sus páginas ya podía adivinarse el conjunto de ideas que animaba a sus seguidores. La idea rectora era la lucha por la justicia social, con llama-

dos.ª los oprimidos para que se organizaran y defendieran sus intereses , ~ero el proyecto político , a pesar de que en f\RCO se estudiaba el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels , era todavía impreciso. Los nombres de Lenin, Trostki, Kropotkine, Jesucristo, Barbusse Gandhi .' Ví~tor Hugo , eran citados con admiración , lo que teshmoi:u~ba la amalgama de ideas comunistas , anarquistas y rehg10sas que existía en el grupo , así como su escasa información sobre los avatares que sacudían al movimient~ comuni_sta y obrero internacional. No deja de ser , por eiempl_o, interesante y dramático que mientras La Revolución afirmaba que " Troski se ha conquistado merecidamente un puesto_ entre lo~ g~andes hombres de la tierra , y a él le ?e~,¡n las ideas s~ciah~tas uno de ~us más vigorosos ernpuies , ~l revoluc10nano ruso habia sufrido la expulsión de su partido y el destierro de la Unión Soviética. En ARCO ,ir.elata Manuel Mora, se fundían tres tra~~iones . Una veta patriótica y antiimperialista que era hiJa de la guerra contra los filibusteros librada en 1856 , de las luchas contra los contratos bananeros y de las libradas p~r 1~ Liga Cívica por la nacionalización de las compañías electncas ; otra fuente que se alimentaba de las tradiciones dem~cráticas , que hicieron posible las importantes reformas liberales para la constitución de un Estado de derecho , _Y de las tradiciones de lucha social del pueblo de Costa Rica; Y un encuentro con el marxismo y con la Revolución ~usa, mostraban un nuevo camino para la clase traba1

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Jadora.

UTOPIA Y REALIDAD 2 . La Revolución, N. 3, 29 de marzo 1930, p. 3. 3 . Los efectos económicos y políticos de la crisis de 1929 , pueden seguirse de cerca en los siguientes estudios : Stone , Samuel. La dinastía de los conquistadores. EDUCA, San José, 1975, pp. 294 y ss; Vega Carballo, José Luis. Hacia una interpretación del desarrollo costarricense. Editorial Porvenir, San José, 1983, pp. 297-313; Acuña, Víctor Hugo y Molina , Iván. El desarrollo económico y social de Costa Rica: de la Colonia a la crisis de 1930. Alma Mater, San José, 1986, pp. 105-128. 28-Manuel Mora y la democracia costarricense

. En el mes de junio del año 1931 el grupo ARCO decide disolverse para abrirle paso a la fundación del Partido

~ · La Revolución, N. 2, 22 de marzo 1930, p. 2. . · Entrevistas a Manuel Mora Valverde realizadas entre mayo de 1992 Jumo de 1993.

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Comunista de Costa Rica . Se integra el primer Comité Ejecutivo con las siguientes personas : Secretario