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Spanish Pages [220] Year 2008
LA MASONERÍA Y LOS MISTERIOS SAGRADOS ENTRE LOS
MAYAS Y QUICHÉS
y fotóugustus Le Plongeon (1825-1908) Masón, arqueólogo es grafo. fue el primero en excavar los centros ceremonial libro su en n, Mavas prehispánicos de Chichen Itza en Yucatá Mayas y “La Masonería y los misterios Sagrados entre los o. Quichés” propone que los mayas habían fundado Egipto antigu 1825. de mayo Le Plongeon nació en la isla de Jersey el 4 de de Estudió y se graduó en la Ecole Polytechnique de París. Después fue donde érica Suram a ó naveg su graduación a la edad de 19 años. sorprendido por un naufragio en la costa de Chile. Se estableció en Valparaíso allí enseñó matemáticas, dibujo e idiomas en la univer sidad local. En 1849 supo de la fiebre del oro en California y se embarcó a San Francisco para trabajar como topógrafo y aprendiz de medicina. La investigación de tiempo completo comenzada para Plongeon sobre la civilización maya e iniciaba el uso de la fotografía como herramienta para su investigación. Comenzó a usar el proceso negativo de la placa de cristal mojada del collodion que utilizó para los retratos de su exploración. Viajó ¿xtensivamente por Perú por ocho años y fotografió los centros ceremoniales antiguos. En 1870, abandonó Perú y viajó de nuevo a San Francisco en donde dio conferencias ilustradas en la Academia de California de Ciencias en Arqueología, visitó el museo británico en Londres donde estudió algunos Códices Mesoamericanos y leyó los trabajos del erudito francés Brasseur de Bourbourg donde concluyó que el nacimiento de la civilización tenía sus orígenes en América En Londres se casó con Alicia Dixon, la mujer que colaboraría con el para el resto de su vida. Alicia nació en Londres en 1851. Augustus Le Plongeon también tuvo la oportunidad de aprender la tecnología de crear negativas fotográficas directamente del padre de la fotografía moderna,
Talbot de Guillermo en 1873.
Le Plongceon hizo un estudio comparativo de lingúística, arquitectura y religión entre los mayas y los egipcios y concluyó que la cultura maya había sido difundida por Asia por los viajeros mayas y era el origen de la cultura egipcia aunque los arqueólogos del siglo XVII demostraron que los egipcios eran anteriores a los mayas, sin embargo muchos estudiosos creyeron en él. En 1873 viajó a Yucatán, donde permaneció casi continuamente hasta 1885 en busca de conexiones culturales entre los mayas y el Egipto antiguo. Utilizaron la fotografía para registrar lo que consideraban evidencia de esas conexiones, pero también procuró un expediente fotográfico cuidadoso de los sitios como base para su pasa a la segunda solapa CEN
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1U6 25 2017
SOUTH PARK
LA MASONERÍA Y LOS
MISTERIOS
SAGRADOS
ENTRE LOS
MAYAS Y QUICHÉS Hace 11500 años
LA MASONERÍA Y LOS
MISTERIOS
SAGRADOS
ENTRE LOS
MAYAS Y QUICHÉS Hace 11500 años
La Fracmasonería en épocas anteriores al templo de Salomón y su relación con los Misterios Sagrados de Egipto, Grecia, Caldea y la India.
Por Augustus Le Plongeon Fotos e ilustraciones del autor
BERBERA EDITORES S.A DE C.Y. EA
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Delibes No. 96 Col. Guadalupe Victoria C.P. 07790 México, D.F. Tel: 5 356 4405, Fax: 5 356 6599 Página Web: www.berbera.com.mx Correo electrónico: editores(Vberbera.com.mx
O La masonería sagrados entre quichés.
y los misterios los mayas y
O Berbera Editores S.A. de C.V.
lera. Edición Marzo de 2007 lera. Reimpresión Agosto de 2008 La
presentación
y
composición
tipográfica de ésta obra son propiedad de Berbera Editores S. A. de C. V. prohibida su reproducción, total o parcial, por ningún medio, ya sea químico, eléctrico, mecánico o de fotocopia, sin permiso previo de los editores.
ISBN: 970-783-048-4
Impreso en México Printed in Mexico.
DEDICO RESPETUOSAMENTE ESTE BREVE ESTUDIO HISTÓRICO REMOTAS DE LOS MISTERIOS SAGRADOS PRACTICADOS EN ÉPOCAS S POR LOS MAYAS Y QUICHÉ
PIERRE COMO
PEQUEÑO
TESTIMONIO
SUS ESFUERZOS
LORILLARD DEL
PARA AYUDAR
APRECIO
QUE
A DESCORRER
ME
MERECEN
EL VELO
TANTO TIEMPO LA HISTORIA, QUE CUBRÍA LAS COSTUMBRES Y LA CIVILIZACIÓN DE LOS ANTIGUOS HABITANTES DEL CONTINENTE OCCIDENTAL DESDE
HACE
AUGUSTUS
LE PLONGEON
PRA
CTO
Casi todos los habitantes de los Estados Unidos y hasta los que se denominan a sí mismos hombres de ciencia, creen hoy día que las selvas del Yucatán y de la América Central son tierras tan incógnitas como era América para los europeos antes de que fuera descubierta por Cristóbal Colón en 1492, en cuyo año este navegante vió por vez primera la costa norte de la América meridional y la recorrió desde la desembocadura del río Orinoco hasta Puerto Cabello en el Golfo Triste. Algunos de los que han leído las obras de J. L. Stephens, de Norman y de otros viajeros que visitaron de paso y precipitadamente las ruinas de las antiguas ciudades ocultas en las espesuras de esos bosques, tienen una vaga idea de que allí existen restos de edificios de piedra que fueron construidos antes del descubrimiento, y afirman con autoridad que “sus constructores se hallaban en un estado poco distante del salvajismo y que
ninguna de sus obras merece la pena de ser estudiada por los investigadores de nuestra época. En 7
Prefacso
el mejor de los casos, afirman, su civilización era muy imperfecta. Ignoraban el arte de escribir, y los escasos documentos de su historia trazada sobre pieles de gamo en forma de representaciones pictóricas son casi ininteligibles. No tenían ciencias, ni cultura mental ni desarrollo intelectual alguno. En una palabra, la inteligencia de esta raza
era, por lo general, de orden inferior. Ninguna de sus obras nos puede enseñar algo que tenga relación directa con los progresos de la civilización”. No puede comparárseles de ningún modo con los egipcios y caldeos y mucho menos con los griegos o romanos; por lo tanto, no vale la pena que gastemos tiempo y dinero en hacer investigaciones en sus ruinas y ciudades. Es a Grecia, a Egipto y a Caldea adonde los americanos deben ir para hacer nuevos descubrimientos, en cuyos países deben fundarse escuelas dedicadas al estudio de las arqueologías griega, egipcia y caldea: por eso se han fundado escuelas americanas en Atenasy Alejandría, y se han enviado expediciones a Siria y a las riberas del Eufrates. - Pero los científicos de Europa que exploraron durante muchos años sus viejas tierras para descubrir reliquias con que llenar los armarios de sus museos y removieron el suelo de Oriente en busca de tesóros arqueológicos, concentran ahora su atención en el continente Occidental buscando el 8
Prefacio
origen de esas antiguas civilizaciones que han sido incapaces de encontrar en sus países natales y contemplan los antiguos templos y palacios de América, tan despreciados por los modernos investigadores americanos, con esa reverencia que es hija de la verdadera cultura. Así, por ejemplo, en París se ha fundado la “Société des Américanistes” con el exclusivo objeto de estudiar todo lo relacionado con la antigua civilización americana. Esta Sociedad compuesta de investigadores trabaja infatigablemente estudiando la arquitectura,
las ciencias, las artes, el
lenguaje y la civilización de los pueblos que habitaron en remotas épocas en las diversas comarcas del continente Occidental. Se ha ofrecido un premio de 25.000 francos al que descubra el alfabeto o la clave que descifre las inscripciones esculpidas en los muros de los monumentos existentes en Yucatán y América Central. Désiré Charnay ha sido enviado a América con el exclusivo objeto de obtener moldes de las esculturas y de las valiosas reliquias ocultas en las reconditeces de los bosques de América Central. Se han hecho vaciados de los moldes obtenidos por él. Estos vaciados adornan el Museo del Trocadero de París. El neoyorquino Pierre Lorillard ha regalado duplicados de los mismos al Smithsonian Institute de Wáshington. Este caballero es el único americano que ha contribuido 9
Prefacio
con su dinero e influencia (ha gastado en ello unos 25.000 dólares) para organizar expediciones con objetode hacer investigaciones y rescatar objetos que puedan lanzar alguna luz sobre la obscura historia antigua de América. Además, existe el “Congreso Internacional de los Americanistas” que se reune cada cuatro años en una de las capitales de Europa con objeto de copilar todos los nuevos datos concernientes a la antigua civilizatión americana que se hayan obtenido en ese intervalo. En la Universidad inglesa de Cambridge se ha dedicado un gran edificio a la arqueología de Centro América, en cuyo museo se pueden ver, según me ha dicho el General Sir Henry Lefroy, los vaciados y fotografías obtenidos por Maudslay, opulento caballero que consagró su vida y su dinero a obtener fotografías y facsímiles en yeso de los antiguos monumentos de Honduras y Guatemala. Pero ¿qué podemos ofrecer en Nueva York y en los Estados Unidos a los investigadores de la arqueología americana? Cierto es que George Peabody legó cierta suma para fundar un museo dedicado especialmente a coleccionar objetos pertenecientes a la arqueología americana y que este museo, que lleva su nombre,
existe en la Universidad de Cambridge, Massa10
Prefacio
chusetts. Pero ¿se guarda en él alguna cosa que pueda esclarecer la historia de los antiguos moradores de este continente Occidental? Una vez escribí yo a un señor muy influyente en la Universidad pidiéndole que propusiese a los síndicos de la misma que adquiriesen una copia de mis colecciones de vaciados y de pinturas murales. Su ressuesta, que lleva la fecha de 23 de julio de 1885, fué la siguiente: “Enviaré su carta a un síndico, recomendándole que acepten su ofrecimiento, pero mucho me temo que, como es costumbre, den una respuesta negativa a su proposición. Deberían adquirir su colección de copias, porque ha llegado el momento de hacerse con semejantes cosas a toda costa. Pronto nos ha de pasar con esto lo que ahora está ocurriendo en la India, en donde se buscan con «ahinco cosas que hace pocos años se podían obtener fácilmente.” Mi corresponsal ha visitado las ruinosas ciudades del Yucatán y aprecia mis colecciones en su verdadero valer. He hecho todo cuanto ha estado de mi mano para conseguir de los científicos americanos y de los potentados que se erigieran en el Parque Central de Nueva York facsímiles perfectos de los palacios y templos mayas, que podrían servir de ornato en ese lugary de objeto de estudio a los aficionados a la arqueología americana que no posean H
Prefacio
medios, no tengan tiempo ni deseen correr el riesgo de exponerse a las privaciones y molestias a que han de someterse quienes vayan a visitar esas ciudades en ruinas.
Pero ¡ay!, todo ha sido inútil.
Hace tres años hice yo el ofrecimiento de exhibir en el Museo Metropolitano de Arte existente en el Central Park copias de algunos de los moldes estereotipados por mí de las esculturas de Uxmal. Y las pusieron en los sótanos “por falta de sitio” de suerte que el público nunca pudo ver mis trabajos. Propuse también a uno de los administradores vender al Museo una copia de la colección de pinturas al fresco de Chichen Itza, últimos vestigios del antiguo arte americano, y este caballero me repuso: “No. Estas cosas no se aprecian, pues se consideran como de valor nulo.” Sin embargo; algunas de las ilustraciones de este libro son fotografías de esos despreciados moldes y de esas desechadas pinturas o representaciones murales. Durante la última temporada de conferencias me he ofrecido a varias sociedades literarias, científicas e históricas para dar lecturas ilustradas con las fotografías de los monumentos tomados por Y siempre he recibido la misma respuesta: “Esos asuntos no les interesan a nuestros miembros.” Pero ¿es posible que hallen americanos a quienes no interesen las antiguedades americanas, 12
Erie A CO
ni la historia y la civilización antigua de su continente? Sin embargo, como ya deseaba dar a conocer mis investigaciones antes de que se terminase- la temporada de conferencias, me dirigí, en último recurso, al doctor John Stoughton Newbury, profesor de la Escuela de Minas en el Colegio de Columbia, rogándole que me proporcionase una ocasión para exponer el tema ante la Academia de Ciencias neoyorquina. He de confesar que no abrigaba ninguna esperanza, cuando, con gran sorpresa mía, el Profesor Newbury aceptó con entusiasmo mi ofrecimiento, y la señora Le Plongeón pudo leer mi conferencia relativa a los monumentos del Yucatán el día 2 de marzo último en el Colegio de Columbia. Las damas y los caballeros asistentes al acto dirán si los hechos y las vistas presentadas eran interesantes. Tanto le entusiasmó nuestra conferencia a la señora Francis B. Arnold, de Nueva York, que rogó a la señora de Le Plongeón dar otra lectura en su propia casa a un selecto grupo de amigos. Las señoras y señores que- concurrieron a la casa de la señora Arnold dirán si no vale acaso la pena ver y estudiar los restos de la antigua civilización americana.
Nosotros hemos de estar reconocidos a la señora Arnold y al doctor Newbury por habernos proporcionado la oportunidad de presentar a unos 13
Prefacio
e
cuantos inteligentes escogidos nuestras investigaciones sobre la América antigua. La señora Le Plongeón y yo hemos escrito dos obras sobre el Yucatán. Una de ellas se titula: “Los monumentos de los mayas y sus enseñanzas históricas”, y la otra: “El Yucatán, sus palacios antiguos y sus ciudades modernas; vida y costumbres de los aborígenes”, las cuales hemos ofrecido a varias editoriales, que nos han dado siempre esta respuesta: “Esos libros no producen dinero; los lectores americanos
no se interesan
por esos
temas.” Pero, a pesar de esas contrariedades, me he decidido a presentar a los lectores americanos al gunos de los hechos históricos sacados a luz al descifrar los bajorrelieves y las inscripciónes murales por medio del antiguo alfabeto hierático de los mayas, descubierto por mí:
19
1 slAd O Antiguo alfabeto hierático de los Mayas, según las inscripcio-
nes murales;
Alfabeto hierático egipcio, según Campollión el
Joven y Bunsen:
GE En 88 . Sd
O.
e31D80
X.
Fa ce
Hach-mas, “el verda-
dero hombre, el hombre real” con que se designaba al gran sacerdote de Mayax, título que se ve en el busto del Supremo Pontífice, el príncipe Cay Canch1, hijo del rey Can de Uxmal, nos recuerda al del jefe de los magos de Babilonia. Estas eran las horrendas pruebas por que tenían que pasar en Xibalba los candidatos que aspiraban a iniciarse. ¿No parece, acaso, una contraparte de lo que ocurría en forma más suave en la iniciación en los misterios eleusinos y en los grandes misterios egipcios de los que se habian copiado los de Grecia? Los conocimientos que los jefes de los misterios de Xibalba exigían a los candidatos antes de admitirles, con objeto de que supieran distinguir entre los hermanos velados y la estatua de madera que se les señalaba como rey, evitara el sentarse en la ardiente piedra, conservar encendidos la antorcha y el puro, impidiendo que se consumieran, producir las flores que se les pedía cuando se hallaban aislados del mundo en una cámara, defenderse de los ataques de hombres diestros en el manejo de la lanza, protegerse contra el intenso frío de la “Casa de Hielo”, permanecer indemnes entre los tigres salvajes, o sin quemarse en el horno ardiente, ¿no nos recuerdan esas fiestas simi65 5. —1LOS MISTERIOS “SAGRADOS
Los
misterios
sagrados”
lares que según se dice practican los Mahátmas, los Hermanos de la India? ¿No nos traen a la memoria también algunos párrafos del libro de Daniel, de ese profeta iniciado en los misterios de los Caldeos y de los magos, los cuales se dividían en tres clases o géneros, de tal suerte que los más
sabios ostentaran grado superior, según refiere Eubulo ? - ¿Puede decirse, acaso, que los misterios fueron
importados al continente americano desde Egipto o Caldea o la India o Fenicia? Entonces es pre-
ciso preguntar que cuándo ocurrió tal cosa y quién los trajo. ¿Qué hechos se pueden aducir en apoyo de ese aserto? ¿Por qué razón eran mayas en vez ' de griegas o sánscritas las palabras con que los sacerdotes despedian a los asistentes al terminar las ceremonias de los misterios eleusinos y los brahmanes al finalizar sus ceremonias religiosas? ¿No es posible que las palabras de despedida se siguieran pronunciando en el idioma de quienes instituyeron y enseñaron por vez primera los ritos y ceremonias de los misterios? No cabe duda alguma de que los misterios sagrados han existido en América desde tiempo inmemorial. Aun dejando a un lado las pruebas de su existencia recogidas por nosotros en los monumentos de Uxmal y la. descripción de las pruebas iniciáticas que se relatan en el libro sagrado de los quichés, encontra- * 66
entre
los
mayas
y
quichés
mos vestigios de ellos en varios paises del continente Occidental. Garcilaso de la Vega cuenta que la ley no consentía adquirir cultura a los peruanos que no perteneciesen a la nobleza. También allí, como en Egipto, en Caldea, en Etruria, en la India y en Mayax la ciencia era privilegio de los sacerdotes y de los reyes. La clase sacerdotal ostentaba la supremacía. Las órdenes sacerdotales no se conferían más que a los jóvenes que habian dado pruebas de suficiencia para tan importante ejercicio; y, antes de que ellos pudieran ser admitidos en la Sociedad de los Amautas u hombres sabios, lo cual se consideraba como gran honor, debían someterse
a severísimas ordalías. Las ceremonias y ritos iniciáticos fueron importados al Perú por los ante. cesores del fundador de la dinastia de los Incas, Manco Capac, quienes eran colonizadores procedentes de la América del Centro, según leemos en un incunable escrito en Lima a principios del año ¿1631 por el jesuita Anello Oliva, libro que hoy día se conserva en la biblioteca del Museo Británico de
Londres. El nombre quichúa con que se designa el idioma del Perú, indica directamente que los quschés, pertenecientes a una rama de la nación Maya, fueron quienes llevaron la civilización al Perú. Si desde América del Sur nos encaminamos a
Nuevo Méjico encontraremos allí a los zuñís y 67
Los
misterios
sagrados
otros pueblos indios que, por haber conservado la independencia desde que en los primeros días de la
conquista sacudieron el yugo de los españoles, han sido poco influenciados por la civilización europea; viven actualmente como lo hicieron sus antecesores hace muchos siglos, y no sólo conservan cuidadosamente la pureza de su idioma, que enseñan a hablar correctamente a sus hijos, sino también sus costumbres, tradiciones, antiguos ritos y oObser-
vancias religiosas. Frank Cushing, que fué comisionado por la Smithsonian Institution de Wáshington para estudiar sus costumbres y usos, ha sido adoptado por la tribu y ha llegado a ser uno de sus jefes más influyentes. Una de las cosas más interesantes descubiertas por él, es la existencia de doce órdenes sagradas, con sus sacerdotes, iniciaciones y ritos sagrados, que han sido conservados con tanto
cuidado como los secretos de los misterios antiguos, con los cuales tienen grandes semejanzas. Cushing ha sido iniciado en muchas de estas órdenes, para lo cual ha debido someterse a ordalías casi tan severas como las de Xibalba, de las que, sin duda, se derivan, pues fueron introducidas en- tre ellos por los colonizadores mayas y, más tarde, por los invasores nahualtas. Los invasores nahualtas dominaron durante mucho tiempo en Méjico y en algunas zonas septentrionales de la América 68
ER
Fer LoS
mayas
y
quichés
Central; pero los aborígenes de estos países lograron expulsarles, obligándoles a dispersarse en todas direcciones hacia fines del siglo xt1 de la era cristiana. Algunos llegaron hasta el golfo de California y Arizona. Los indios yaquis, vecinos de los mayos y habitantes de las comarcas bañadas por los rios Yaqui y Mayo en Sonora sor: descendientes de una tribu nahualta, que, probablemente, enseñó sus prácticas religiosas a las naciones limítrofes y a los habitantes de las siete ciudades de Cibola, entre quienes comprendemos a los zuñís. La institución de las doce Órdenes sagradas nos recuerda a los doce sacerdotes que presidían las iniciaciones en los sagrados misterios de Xibalba. Al tratar de descubrir el origen de la institución de los misterios sagrados, de que parece proceder la Francmasonería y al seguir sus vestigios de país en país, hemos cruzado el océano, llegando a este continente occidental, a estas misteriosas
“Tierras de Occidente”, en que, según creían los egipcios, moran las almas de los hombres buenos entre los bienaventurados.
Por lo tanto, es en ese
país en que se decía que reinaba supremo en donde podremos encontrar la verdadera cación de los símbolos tenidos por sagrados iniciados de todos los países, simbolos que
Osiris, signifipor los han lle-
gado hasta nosotros envueltos todavía en el velo casi impenetrable del misterio que tejieron en su 69
Los
misterios
sagrados
torno sus inventores. Mis largas investigaciones entre las ruinas de los antiguos templos y palacios de los mayas han sido recompensados, pues he podido aprender en su fuente la significación esotérica de algunos símbolos, cuya interpretación ha confundido a muchos sabios: el origen del simbolismo de los números 3, 5 y 7 y de su conversión en cifras místicas. Todo el que haya estudiado historia sabrá que tanto los sacerdotes de las naciones civilizadas como de las salvajes, han proclamado siempre y.
desde la más remota antigitedad que el saber constituye un privilegiode su casta, concedido como íavor especial por el Espíritu gobernador del Universo. Por esta razón han ocultado a los demás hombres sus tesoros intelectuales, envolviéndolos en el velo del misterio. Cuidadosamente han encubierto ellos todos sus descubrimientos científicos y artísticos bajo el velo de los símbolos y han reservado su significación secréta y esotérica para los iniciados, no dando otra explicación pública y exotérica de los mismos que la que mejor convenía a sus propósitos. Supieron poner en práctica el
principio de que “era necesario ocultar los descubrimientos de los filósofos en las obras de arte o de la naturaleza a quienes eran indignos de cono-
cerlos”, enunciado por el monje inglés Roger Bacon, hombre ilustre a quien encerraron en una pri70
entre
_ los
_mayas.
y
:quichés
sión sus ignorantes hermanos a causa de su gran erudición. Este mismo principio lo sustentan también los brahmanes, los sacerdotes buddhistas del Tibet, los Adeptos de la India y, podría añadir, que los jesuítas, aunque éstos son muy inferiores en cuanto a sabiduría a los demás; ese secreto ha sido conservado durante siglos y sigue siéndolo, porque es la mejor garantía de su poder y de su honor. Los sacerdotes de Mayax deben haber sido tan aficionados a la simbología como sus congéneres de la India, Egipto, Caldea, etc., a juzgar por los numerosos artificios y emblemas que intervienen en la ornamentación de los templos y de los palacios existentes en las antiguas ciudades derruídas del Yucatán. Entre estos artificios y emblemas hay muchos que pertenecen claramente a sus sagrados misterios. El estudio de las reliquias pertenecientes a la antigua civilización maya ha puesto de manifiesto en mi pensamiento la fuente de muchas de las pri-. mitivas tradiciones de la humanidad, que han llegado hasta nosotros gracias a los libros sagrados
de los hindúes, caldeos, egipcios y judíos. Éstos, que las aprendieron de los caldeos y de los egipcios, las consignaron en el Pentateuco, libro atribuído durante mucho tiempo a Moisés, aunque, según Matthew Henry y otros comentaristas que se tienen por ortodoxos, debió haber sido escrito 28
Dios
“mwisiterids
"OPA
moen tiempos posteriores a la fundación de la tamnarquía hebrea. ¿No sería posible encontrar ón bién en el pueblo maya el origen de la conversi s en números místicos del 3, el 5 y el 7, que toda ilas naciones de la civilización antigua han cons derado como místicos? No cabe duda de que esta superchería tuvo origen en una de estas naciones, difundiéndose en las demás por medio de los colonizadores, misioneros y viajeros, pues no es lógico ni presumible que todos estos pueblos hayan relacionado con estos números, ideas y misticismos idénticos, sin Comunicarse entre sí. Semejantes especulaciones abstrusas acerca de las propiedades ontológicas de
los números, no puedan atribuirse de ningún modo
a los primeros tanteos de la mente humana cuando el hombre daba pasos incipientes hacia el desarrollo intelectual. La humana inteligencia que en los comienzos de su despertar, era incapaz todavía de comprender las causas a que obedecen los fenómenos naturales que tienen lugar a diario en la existencia material del hombre, no se remontaba
a las elevadas regiones de la metafísica o de las
teorías abstractas y filosóficas. ¿No vemos, por ventura, que aún hoy día los ignorantes atribuyen las manifestaciones de las energías naturales a - seres invisibles y poderosos, a quienes ellos temen
a toda hora, a quienes tributan homenaje y dirigen 72
entre
los
mayas
y
quichés
plegarias plagadas de temores supersticiosos, productos fantásticos de su imaginación inculta? Los conceptos abstractos, las combinaciones numéricas, las especulaciones metafísicas y las hipótesis filosóficas son productos de inteligencias muy cultivadas, de mentes acostumbradas
a razonar
sobre
las causas y los efectos, para deducir cosas invisibles de las visibles. El misticismo de que van envueltos estos números y su simbolización en los misterios sagrados deben haber tenido origen en causas materiales y palpables a los sentidos físicos, cuyo recuerdo llegó a perderse con el transcurso del tiempo y cuya idea debió sufrir grandes alteraciones al ser difundida en pueblos lejanos de la nación que la concibiera y al pasar de boca en boca en el secreto de las inicia-
ciones. La idea de que existeun Dios único y omnipotente creador de todas las cosas, parece haber sido una creencia universal de los tiempos primeros en las naciones que alcanzaron un alto grado de civilización. Tal era la doctrina de los sacerdotes egipcios, quienes denominaban Kneph a la Divina
Inteligencia, a la cual Tríadas y aparte de ecléctico que explicara atenienses allá por el dice en su “Tratado “ellos no sustentaban
consideraban superior a las ellas. Dasmacio, el filósofo sus doctrinas en las escuelas año 526 de la era cristiana, sobre los Principios” que ninguna idea acerca del pri73
Los
misterios
sagrados
mer principio de todas las cosas, pero lo alababan como unas tinieblas tres veces incógnitas que trascendían a toda percepción intelectual”. Y Proclo, el platónico director de las escuelas de Atenas en el año 450 de la era cristiana, afirma que “el Demiurgo o Creador es triple” y que los tres intelectos son los tres reyes; el que existe, el que posee y el que contempla. Por lo cual supone que estos tres intelectos deben ser el Demiurgo, lo mismo que los tres reyes de Platón y que los tres seres a quienes celebra Orfeo bajo los nombres de Phaenes, Oura-
nos y Cronos, reyes del “gran continente saturniano”, en el océano Atlántico.
En Caldea, la hermana gemela de Egipto, país que es hermano de Poseidón, rey de los “países de la otra parte del mar” y de Libia, obsérvase que, no obstante el carácter politeista asumido por la religión desde los tiempos antiguos, los sacerdotes y los sabios explicaban la multiplicidad de sus dioses reduciéndolos a poderes de la naturaleza, y
reconciliaban de este modo el politeiísmo con el monoteísmo, si hemos de creer lo que cuentan Pitá-
goras, Demócrito y otros filósofos. En una palabra, que reconocian la existencia de un ser, RA, superior a los demás personajes que poblaban su Panteón, y eran reverenciados por los reyes y el pueblo. Creian que este ser era tan superior a su
primera tríada que no sabían cómo adorarle. Los 74
RAE
FE
10.
MO
As
y
"quichés
historiadores desconocen la significación del nombre RÁ, pues, aunque afirman con énfasis que quiere decir Dios, su origen sigue siendo un misterio. En Egipto aplicaban este nombre al “Sol” de un modo particular, como origen de todas las cosas, emanador, vivificador y conservador de todo cuanto existe en la tierra. LA significa en lengua maya “lo que siempre ha existido, la verdad eterna”. | De suerte que es evidente que los antiguos caldeos conocían la existencia de un ser supremo, o divina esencia, Ra, a la cual se hallaban subordinadas las Tríiadas. | Idénticos conceptos acerca de la divinidad existieron en la India desde los tiempos más remotos. H. T. Colebrooke dice en un artículo dedicado a “Los Libros sagrados de los Hindúes” que “en la última parte del Nzroukta, dedicada exclusivamente a las divinidades, se afirma por tres veces que sólo - hay tres dioses, y que estos tres dioses designan
a una sola divinidad. Únicamente hay tres dioses, cuyas mansiones son la Tierra, las regiones intermedias y los cielos; es decir, el fuego, el aire y el sol; pero Pradjapati, el Señor de todos los seres creados, es su Dios colectivo. En efecto, no existe más que un solo Dios, la “gran Alma”, Maháatma. Recibe el nombre de “SOL” porque este astro es el alma de todos los seres, de todo lo que 75
Los
misterios
sagrados
se mueve y de todo lo que no se mueve. Los demás dioses no son más que partículas o fracciones de” su Ser. También los filósofos chinos han sustentado la creencia en un Dios trino desde tiempos remotísimos. Lo-pi, escritor chino que floreció allá por el siglo undécimo de la era cristiana durante la dinastía de los Songs, dice al explicar ciertos párrafos del Hi-Tsé que el “Gran Término” es la “Gran Unidad” y la gran Y; que la Y no tiene cuerpo ni forma; que todo cuanto tiene cuerpo y forma fué hecho por lo que no tiene cuerpo ni forma. Según la tradición china el “Gran Término” o la “Gran Unidad” contiene a los tres; y uno es tres y tres son uno.
Hiu-Chin, quien vivió bajo la dinastía de los Hans, es el autor del diccionario chino llamado Choueven, en el cual se han conservado muchas tradiciones. Este libro fué escrito a principios de la era cristiana. Al explicar la letra Y, dice este autor: “En el primer principio la razón subsistía
en unidad. La Razón hizo y dividió el Cielo y la Tierra; la Razón transformó y perfeccionó todas las cosas.” Y Lao-Tsé, contemporáneo de Confucio y autor del Tao-te-King, libro que tiene fama de profundo, decía ya en el año 500 antes de Cris'to: “Esta razón, Tao, produjo uno. Este uno produjo dos y ambos produjeron tres; y estos tres proCujeron todas las cosas.” Los primeros autores que 76
enmtrie?
los”
mayasiy.
quichés
escribieron acerca de las religiones de los antiguos peruanos dicen que éstos rendían culto a un ser poderoso e invisible, quien había creado todas las cosas, por cuya razón le denominaban Pacha camac. Como era incomprensible, no le representaban por medio de ninguna forma o figura, aunque erigieron un magnífico templo en su honor a la orilla del mar, el cual rivalizaba por su esplendor y riqueza con los dedicados al Sol en Titicaca y Cuzco.
También sabemos que Él era el jefe de una trinidad, compuesta de él (Pachacamac), Con y Utra| cocha, En este concepto del Ser Supremo, Creador de todas las cosas, vemos reflejada nosotros las doctrinas del Popol-vuh, el libro sagrado de los quichés, en el cual leemos que “todo cuanto existe es obra de Tzacol —el Creador, — quien por voluntad propia hizo que el Universo surgiese a la existencia y quien recibe los nombres de Brtol (el hacedor), 4Alom (el engendrador) y Qaholon (el que da ser)”. El hecho de que prevaleciese entre las naciones civilizadas de América, Asia y el Egipto la misma doctrina de que la Suprema Deidad consta de tres partes distintas entre sí que, sin embargo, forman una sola, nos ha de llevar a la deducción de que debió haber existido comunicación entre aquellas naciones en un tiempo o en otro. Así, pues, estas 77
Los"
mister
105” sogroados
naciones deben haberse enseñado mutuamente sus tradiciones, sus especulaciones metafísicas y sus logros intelectuales. Todos los historiadores están de acuerdo con Filostrato en admitir que Egipto y la India sostuvieron antiguamente relaciones comerciales. Es más, Eusebio asegura que en el reinado de Memnón, rey de Etiopía, un cuerpo de etíopes emigró de las comarcas situadas en las márgenes del Indo y se estableció en el valle del Nilo. Y las numerosas botellas con inscripciones en lengua china encontradas en las tumbas de Tebas demuestran sin dejar lugar a dudas que los habitantes de la China y de Egipto se comunicaban entre sí en tiempos muy remotos, como se conjetura por la calidad inferior de las botellas, que, según creen muchos, se fabricaron antes de que el arte de hacer objetos de porcelana llegara al alto grado de perfección que alcanzó más tarde. Por otra parte, la vasija con inscripciones chinas encontradas en Hissarlik por el doctor Schiliemann en el estrato inferior de sus excavaciones, inscripciones que fueron descifradas en parte por el eminente indianista Emilio Burnouf y total mente por el sabio chino Fi-Fangpao, embajador
en Berlín, quien demostró que hacían mención de que la vasija contenía muestras de seda china, demuestra que los chinos mantuvieron activas rela78
entre
los
mayas
y
quichés
ciones comerciales con Grecia y el Asia Menor, aun antes del sitio de Troya. Muchos cristianos y brahmanistas sustentan todavía estos conceptos concernientes al Dios trino que han subsistido a través de los siglos gracias a las obras de los filósofos, pero los libros sagrados de aquéllos no nos dicen dónde, cómo y cuándo se originó esa doctrina. Sea cual sea la fuente de donde proceda, es cierto que si los sacerdotes y sabios de Egipto, Caldea, la India y China conocieron el origen de esta doctrina, la conservaron con profundo secreto y sólo la enseñaron a un reducido número de hombres escogidos entre los que se iniciaban en los misterios sagrados. No es menester que tratemos de informarnos acerca de esto en las obras de los Padres de la Iglesia, porque están más callados que una tumba sobre el particular. Estos Padres admitieron entre sus dogmas el del Dios trino tal como era enseñado por los filósofos paganos, y se lo apropiaron como habían hecho con tantas otras enseñanzas y teorías, sin preocuparse de inquirir cuál era su origen. Los concilios declararon que estas doctrinas eran revelaciones del cielo y misterios insondables que no se debían investigar, y los impusieron como dogmas en los que era obligatorio creer implícitamente con fe ciega, como hoy día lo hacen los prosélitos de la Iglesia romana. La idea de la existen.
79
Los
misterios
sogrados
cia de tres personas en Dios llegó a la Francmasonería por medio de los cristianos, y en las columnas que adornan el templo en uno de los grados leemos estas inscripciones: “En nombre de la santa * e indivisa Trinidad”, y más abajo: “tenemos la
felicidad de vivir en la pacífica unidad de los nú-
meros sagrados” La doctrina se enseñaba a esos iniciados en los misterios menores bajo el ropaje de complicadas especulaciones metafísicas con que ha llegado hasta nuestros días. Las explicaciones acerca de la naturaleza simbólica de los números místicos se daban de la manera más enrevesada posible con objeto de que fuera casi imposible comprender las verdades debidamente. Leyendo las citas que acabamos de dar se verá que los razonamientos concernientes al místico valor del número 3 y a sus relaciones con un Dios Supremo son meras fantasías de la imaginación, vagas especulaciones y falaces sofisterías, que no tienen significación alguna para las mentes prácticas e investigadoras. En cuanto a explicar la naturaleza de Dios, todos los filósofos están de acuerdo en que trasciende a la inteligencia humana, puesto que el hombre es finito, y lo que
es finito no será jamás capaz de comprender a lo que es infinito. Algunos autores griegos reflejan en sus enseñanzas y obras las doctrinas que aprendieron de 80
entre
los
—mayas
y
quichés
sus maestros, los sacerdotes de Heliópolis, Menfis y Tebas. En sus obras es posible encontrar un vislumbre que nos indique el origen de la simbolización de los números. Hemos dicho antes que Proclo afirma que las tres partes componentes de la divinidad triple eran tres intelectos o tres Reyes: cosa que corroboran el iniciado Platón y Orfeo, quien celebraba a estos tres Reyes en las ceremonias que él había instituido, ceremonias que, según manifiesta Herodoto, eran idénticas a los misterios egipcios. Pitágoras, que había aprendido de los egipcios la doctrina de los números y de su significación, enseñó a sus discípulos que Dios es número y armonía, lo cual fué causa de que éstos adoraran a los números y a los diagramas geométricos, dándoles nombres de los dioses. Los egipcios decían que la naturaleza era semejante a un triángulo equilátero, el más perfecto y bello de los triángulos, y, según Servio, asignaban al gran Dios el número perfecto, 3. Los caldeos simbolizaban la Eusoph o gran luz por un triángulo equilátero; y, en el Sri-Santara o diagrama cosmogónico de los Hindúes que ha servido de modelo para muchos templos suyos, el innominable, el gran Aum que vive en el infinito se representa por medio de un triángulo equilátero. El triángulo equilátero era en Egipto el símbolo 81 6.— 1,08 MISTERIOS
SAGRADOS
Los
misterios
sagrados
de “Natura” bella y fecunda. En los jeroglíficos
era el emblema del culto. En todos los altares mayores de las antiguas iglesias católicas se ve un triángulo equilátero que contiene el ojo de Osiris que todo lo ve, como símbolo de Dios. Ese mismo emblema es conocido por quienes visitan las Logias masónicas en las que se representa de este modo al “Gran Arquitecto del Universo”. Y si guiados por las tres palabras de despedida que empleaban los brahmanes y los sacerdotes oficiantes en los misterios eleusinos para clausurar sus ceremonias religiosas, palabras que, como hemos demostrado pertenecen al idioma maya, nos encaminamos desde estos países del “Viejo Mundo” a las “Tierras de Occidente” para continuar nuestras investigaciones, descubriremos que el triángulo era, también, una figura simbólica en los pueblos mayas y en los vecinos de éstos. Como ya dijimos, las tres semiesferas esculpidas en la cámara septentrional del edificio existente sobre el santuario de Uxmal forman un triángulo equilátero, figura que volvemos a encontrar en las bóvedas triangulares que sirven de techo a las habitaciones de todos los templos y palacios; en una palabra; en todos los edificios de Mayax, así como en los de Palenque y otras localidades de América Central. El plan general de estos edificios es idéntico en 82
entres
los
“mayas
y
quichés
todas partes; y no porque hayan sido construídos por un mismo arquitecto o en un mismo periodo, sino porque su construcción obedecía a ciertas enseñanzas pertenecientes a los misterios. El plano horizontal de todas las construcciones mayas tiene
la forma de un rectángulo [2], es decir, de su letra M, que se pronunciaba Ma. Ma es la contrac- ción de Mam, el antecesor, como ellos denominaban a la tierra y, por extensión, al Universo. Ma es, también, la radical de Ma-yax, nombre de la península yucatana en los tiempos antiguos, cuya forma sugirió, sin duda, a los mayas y egipcios la de la letra M. Es decir que, tanto en Egipto, como
en mayax la figura [2]
es el jeroglífico de la
Tierra y del Universo. Al examinar las plantas de las habitaciones pertenecientes a los templos y palacios caldeos, egipcios y griegos, así como a las tumbas de los etruscos, se observa que tenían también forma rectangular. De ahí procede, sin duda, la forma de nuestras Logias masónicas. El techo triangular simbolizaba en esos países al Dios trino, Espíritu Regente del Universo, que moraba en los cielos sobre todas las cosas (lo cual explica el que representaran las constelaciones del firmamento en los techos de sus templos iniciáti-. cos). Y no existe razón alguna para dudar de que no simbolizara lo mismo en las “Tierras de Occi-
dente”.
| 83
Los
misterios
sagrados
Según Zoroastro, Él es el fuego, el sol y la
luz; es la trinidad que descrita más tarde por los platónicos como energía, intelecto, alma o espíritu; la trinidad a quien los antiguos teólogos que invocaban al sol en sus misterios, según dice Macrobio, la denominaban poder del mundo, luz del mundo, espíritu del mundo; la trinidad que describe Plutarco
como
inteligencia,
materia,
cosmos,
belleza, orden y mundo, cuando dice que de esta trinidad platónica “puede decirse que está formada la naturaleza universal, y tenemos razones para creer que los egipcios solian decir que esta naturaleza era el más bello y perfecto de los triángulos”. Téngase, también, en cuenta que la figura geométrica formada en cada una de esas cámaras por las líneas del techo, de los muros y del suelo cuando se da una sección vertical a la habitación, es un
pentágono, simbolo del místico número 5, cuyo nombre griego, penta, implica también la idea de Universo; mientras que Ho que, en maya, significa 5 es, asimismo, la radical de Hool, el jefe, de donde viene la idea de Divinidad. 84
entre
los
mayas
y
quichés
Y, por último, el número de planos de que están formadas las cámaras — los dos del techo, los cuatro de los muros y el del suelo — cuyo número es siete, no sólo demuestra de modo concluyente la razón de que los constructores adoptaran la bóveda triangular en vez de la circular, sino que además es prueba de que concibieron el plano de sus edificios, sometiéndose estrictamente a los números místicos 3, 5 y 70 a sus múltiplos, como se ve por la altura de las pirámides, el número de hiladas de piedras de que están hechos los muros, el de las terrazas sobre que descansan los templos, y el de peldaños por donde se asciende hasta ellos. Sólo dos edificios de construcción diferente se han encontrado en las antiguas ciudades mayas. Uno de ellos, que fué destruido por un rayo en 1848, se hallaba en Mayapán, lugar que fué derruído, según dice el obispo Landa, en el año 1446 de la era cristiana por los nobles y señores del país, para poner término a la dinastía de los Cocomos que lo gobernaban tiránicamente. El otro que se halla todavía en pie, a pesar del efecto destructor de la vegetación y del tiempo, puede verse en la antiquísima ciudad de Chichén. Estos edificios estaban consagrados al estudio de la astronomía y, sin duda, a la realización de ciertas ceremonias relacionadas con el culto tributado por los indíge-
nas al sol, a la luna y a los astros. Tenían forma 85
Los
misterios
circular; su planta formaba
sagrados
tres círculos concén-
tricos que representaban el Zodíaco, y el contorno de su sección vertical sugiere la idea de que el arquitecto trató de representar en la parte interna y esotérica de la construcción la figura de un mastodonte, animal venerado por el pueblo como imagen de Dios en la Tierra, probablemente porque este paquidermo era el ser más poderoso y de mayor: tamaño que vivía en el país... Entre los adornos que hermosean una de las siete torrecillas que embellecen la fachada meridional existente en el ala norte del antiguo palacio del rey Can, la dedicada al hijo primogénito y supremo pontífice, Cay (pez), destaca por su ornamentación y por los siguientes símbolos:
Figura 2
Mi conocimiento de los símbolos y de los caracteres sagrados empleados por los sabios sacerdotes de Mayax en las inscripciones murales y en los ornamentos de sus templos y palacios me capa86
entre
los
fayas
y.
quichés
cita para comprender su significación exotérica. El primero (fig. 1) se compone de un triángulo equilátero invertido, en cuya parte inferior se ve una cinta atada con un nudo. El triángulo representa aquí a todo el país (las “Tierras de Occidente”), formado por tres grandes continentes: “La América del Norte y del Sur” actuales, y la “gran isla” denominada Atlantis por Platón, la que desapareció durante un horrendo cataclismo bajo las aguas del océano, como describe el autor del Manuscrito Troano, quien confirma de este modo lo que dijeron a Solón los sacerdotes egipcios. La cin-
ta atada con un nudo indicaría que los iniciados a quienes se habia confiado la explicación esotérica del simbolo, se hallaban unidos entre sí por el secreto y el júramento. Su significación esotérica debe ser que el triángulo equilátero representa a la Deidad siempre vigilante y creadora: la naturaleza en que todos nos movemos, vivimos y tenemos nuestro ser, en la cual se hallan unidas todas las cosas. El segundo emblema (fig. 2), parece haber pertenecido al grado superior de los misterios sagrados, puesto que se encuentra entre otros símbolos esculpidos en las losas existentes en los muros exteriores del mausoleo erigido en memoria del supremo pontífice Cay. Este símbolo es, asimismo, una cinta que tiene la forma de un rectángulo— 87
Los
misterios
sagrados
— en tres lados del cual se imagen del universo han atado lazos; mientras que en el cuarto hay dobleces, que representan a Mayax, la sede del gobierno, y están dibujados de modo que formen los escalones — cuyo número es cinco — de un trono. Esto explica el motivo de que se halle situado en el ángulo superior. Los tres lazos redondos representan las tres grandes partes de “Las Tierras de Occidente”, las cuales simbolizaban los mitólogos griegos por medio del tridente de Poseidón, el dios del mar. En cuanto al signo O, es el símbolo del sol, tanto en Mayax como en Egipto. Se colocaba en el centro del cuadrado para significar que, así como el sol es centro del universo y alma vivificante de todas las cosas, asi también su representante, el “Hijo del Sol”, el supremo sacerdote, era la luz que iluminaba los secretos de los misterios sagrados por su sabiduría, sabiduría que le instituía en
el verdadero legislador del país. El signo O es, también, la primera letra de los alfabetos maya y egipcio, correspondiente a nuestra Á latina, y es la inicial de Ah, el artículo masculino maya, que significa fuerza, poder: 4h es también la primera silaba de la palabra Ahau, Rey.
Tan poco sabemos acerca de los dogmas religlosos del antiguo sacerdocio maya que no podemos aventurarnos a buscar una explicación. Lo
único que podemos afirmar de un modo positivo es 88
entre
los
mayas“y
quichés
que el número 7 estaba asociado de modo especial con el tercer grado de los misterios, y que se creía que tenía gran potencialidad, y que era, como dice Pitágoras, el vehículo de la vida que contiene al alma y al cuerpo. Hoy día sólo podemos hacer conjeturas, pero no afirmaciones rotundas acerca de los motivos que
indujeran a los fundadores de los misterios mayas
a elegir los números 3, 5 y 7 como símbolos de los diferentes grados en que los dividían. Es probable que esta adopción fuera sugerida por ciertas causas naturales o por la conmemoración de algún acontecimiento importante que había tenido lugar en la vida de la nación, o en la de la familia de los fundadores de la dinastía que gobernaba el país. El hecho es que los mayas simbolizaban colectivamente a los siete miembros de esa familia, valiéndose del emblema de la 4h-ac-Chapat o serpiente de las siete cabezas. Aunque se descubran las bibliotecas de los mayas será difícil que se puedan llegar a comprender sus enseñanzas esotéricas, pues es de suponer que no las hayan confiado a los papiros de sus libros.
Landa dice en su “Relato de las cosas del Yucatán” que: “Los hijos o parientes más próximos del gran sacerdote sucedían a éste en el cargo. Él guardaba en su alma la clave de todas las ciencias, y de lo más importante de la vida maya, pues los 89
Los
misterios
sagrados
sacerdotes eran quienes daban consejo a los señores y respondían a sus preguntas... El gran sacerdote era quien nombraba a los sacerdotes para que fueran a ejercer sus funciones en las ciudades y pueblos en que no había ninguno, examinándoles de sus conocimientos en las ciencias y ceremonias. Él les confiaba las cosas de su oficio, y les ordenaba que sirvieran de buen ejemplo al pueblo. Los sacerdotes se dedicaban al servicio del templo y a enseñar sus diversas ciencias, particularmente a escribir los libros en que se hallaban contenidas. Daban enseñanza a los hijos de otros sacerdotes y a los de los príncipes, que manifestaban inclinaciones para la profesión sacerdotal.” A fin de llegar a comprender la explicación del posible origen de la conversión en místicos de los números 3, 5 y 7 es necesario saber algo acerca del pueblo en que, según parece, tuvieron origen. Si partimos de la desembocadura del Mississipí y viajamos hacia el sur cruzando el golfo de Méjico, llegaremos después de haber recorrido 480 millas a la costa septentrional de la península del Yucatán. El cabo Catoche es la tierra de esta península que situada más al noreste, está a ciento veinte millas del cabo San Antonio, extremo occidental de la isla de Cuba. El Yucatán separa al golfo de Méjico del mar Caribe, y se halla com-
prendido entre los 17? 30' y 21” 50' de latitud norte 90
entre
los-mayas
y
quiíichés
y los 88” y 91” de longitud oeste del meridiano de Greenwich. Por lo tanto, tiene 260 millas de norte a sur y 180 de este a oeste. El país entero es una formación caliza fosilifera, elevada a pocos pies sobre el nivel del mar, siendo su altura máxima en el interior unos 70 pies. Aunque su superficie, rocosa y desnuda en su mayor parte, se halla cubierta en algunos sitios con una capa de tierra labrantía de pocas pulgadas de profundidad formada por los detritus de las piedras y la descomposición de las materias vegetales, su suelo es pasmosamente tértil. qe Casi todo el país se halla cubierto de bosques casi impenetrables. El viajero que contempla el paisaje desde la cumbre de una de las altas pirámides que parecen faros en este océano de follaje, cree hallarse ante un inmenso mar de verdor que tiene por límite el horizonte y cuyas olas mueren con suave murmullo al pie del monumento en que se encuentra. Ni una colina ni un cerrejón tan siquiera rompe la monotonía del paisaje, en el que sólo asoman de vez en cuando racimos de palmeras que destacan a manera de islotes en la superficie verde. Este país, hoy casi despoblado, estuvo en tiempos antiguos densamente habitado por una nación muy civilizada, a juzgar por el gran número de grandes ciudades, cuyas ruinas se hallan esparcidas en los bosques y por los estupendos edificios, OI
Los
misterios
sagrados
que fueron en otro tiempo templos de dioses o palacios de reyes y de sacerdotes, y cuyos muros están cubiertos de inscripciones, bajorrelieves y otras interesantes esculturas que rivalizan por la belleza del dibujo y la maestría de su ejecución con las de Egipto y Babilonia. no — antiquísiEl autor del Manuscrito Troa mo tratado de geología, uno de los cuatro libros que escaparon de las destructoras manos del obispo Landa y de los fanáticos monjes católicos que acompañaron a los invasores españoles, quienes lograron hacerse dueños del país en 1541, tras veinte años de lucha,— refiere que la península recibía, antiguamente, el nombre de MAYAX:; es decir, la tierra primitiva, la terra firma. Dió su nombre al imperio de los mayas, que comprendía todos los países de la América central desde el istmo de Darián al sur, hasta el de Tehuantepec al norte. La sede del gobierno era Uxmal; pero el gran emporio de sus artes y ciencias y, por consiguiente, el centro de esta maravillosa civilización, era Chichén-Itza, que llegó a ser una gran metrópolis. Los peregrinos venían desde todas las partes del imperio a rendir adoración en sus templos y hasta a ofrecerse en sacrificio al Todopoderoso arrojándose al pozo sagrado de que tomó la ciudad su nombre. También venían desde tierras lejanas hombres cultos para consultar a los H-Menes, a los 92
entres
tos—mayasoy/quichés
sabios sacerdotes, cuyo colegio existe todavía. Entre estos extranjeros había hombres barbudos cuyos rasgos recuerdan a los antiguos asirios y a los modernos afganos. Esta gran civilización extendió, al parecer, su influencia desde Chichén hasta las partes más remotas de la tierra, y ejerció un poder director sobre lejanas y heterogéneas naciones.
Lo cierto "es
que encontramos el nombre Maya en muchos países de Asia, África, “Europa y América, y que con él va asociada siempre la idea de sabiduría y de poder. En todas las partes en que se encuentra este
nombre, se hallan también vestigios del idioma, de las costumbres, de la religión y de las tradiciones cosmogónicas e históricas de los habitantes de Mayax. Muchas de estas tradiciones han sido conservadas en los libros sagrados de varias naciones y han llegado hasta nosotros como historia primitiva de la humanidad. Veamos unos pocos ejemplos. La creación del mundo está esculpida y forma un cuadro interesante sobre la puerta que se abre en la fachada oriental del palacio existente en Chichén-Itza. Este cuadro podría servir de ilustración al relato de la creación descrito al principio del capitulo primero del Manava-Dharma Sastra, o leyes de Manú, libro que es una compilación de otras obras brahmánicas más antiguas, hecha allá por el año 1300 antes de Cristo, según opina el 93
Los
misterios
sagrados
célebre hinduísta H. T. Colebrooke. Este relato se completa con la narración del mito dada por los egipcios y que describe Eusebio en su obra Prepa-
raciones Evangélicas. Efectivamente, en el cuadro vemos un huevo luminoso que emite rayos y flota en medio de las aguas, en las que había sido depositado por la Inteligencia Suprema. En este huevo se halla sentado :
el Creador. Su cuerpo está pintado de azul, y se ciñe la cintura con un cinturón. En la mano derecha lleva un cetro. Su cabeza está adornada con un penacho de plumas. El Creador está rodeado por una serpiente, simbolo del Universo. Porfirio dice al hablar de Júpiter, el Creador en los misterios órficos, que “los filósofos, es decir, los iniciados, le representaban como un hombre sentado aludiendo a su esencia inmutable; desnuda la parte superior del cuerpo, porque el Universo está menos cubierto en sus porciones superiores (los cielos); vestidos de la cintura abajo, porque las cosas terrestres son las que se hallan más ocultas a la vista. Sostiene un cetro en la mano jgequierda, porque el corazón. se encuentra a este lado del cuerpo y es la sede de la inteligencia que regula todos los actos humanos”. Y más adelante continúa diciendo que “los egipcios daban el nombre Kneph a la inteligencia o poder creador. Kneph, c sea Kaneh parece ser una palabra afín de can94
FOTOGRAFÍAS DE A. LE PLONGEON PARA EL LIBRO:
LA MASONERÍA Y LOS MISTERIOS MAYAS Y QUICHÉS
A. Le Plongeon
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Piedra simbólica encontrada el Mausoleo del Soberano Pontífice en Cay, Chichén en
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Costado que mira al Poniente del “Patio de las Monjas”, en Uxmal
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Monumento de la antigua civilización Maya, con inscripciones de su esotérica religión. Mide 24 pies de altura. Visto de frente y de lado
XXX
Cronómetro que usaban los antiguos mayas en cuyos lados se hallan grabados los signos del calendario. Monolito sacado de las minas de Guirigná (Guatemala)
XXXI
Toza simbólica con el título del Soberano Pontífice
XXXII
Entrada del Patio de las Monjas, en el fondo el “Gobernador” y las “Tortugas”, en Uxmal
entre.
los
mayas
y
quichés
hel, voz maya que significa serpiente (dragón), y dicen que este dios lanzó de su boca un huevo, en el cual se produjo otro dios llamado Phtha (Thah es Otra palabra maya, que significa el trabajador; de ahí el Hacedor, el Creador); y Eusebio afirma que “representaban a Kneph, o sea a la Causa Eficiente, por medio de un hombre de color azul, cuyos lomos estaban ceñidos por un cinturón y que tenía un cetro en la mano, una corona en la cabeza, adornada con un penacho de plumas, y que, emblemáticamente, ellos le figuraban bajo la forma de una serpiente”. ¿Quién que tenga sentido común pretenderá que esos conceptos relativos al Creador, conceptos que no sólo son idénticos, sino que, además, han sido expresados de modo semejante y con iguales simbolos por los filósofos de la India y de Mayax, no son sino meras coincidencias? Si no son resultado del azar, deben haber sido concebidos por los sabios de uno de estos países, sin duda en el más antiguo, y comunicados a los otros; los cuales, a su
vez, los enseñaron a sus vecinos, como los egipcios a los griegos. Asimismo leemos en el Génesis que cierto hombre asesinó a su hermano por envidia en un período muy temprano de la historia humana. Esta víctima llámabase ABEL, y su asesino, Caín. Sin duda, el escritor del libro no hizo más que 95
Los+misterntos
5
pguiasoa
repetir la leyenda que había aprendido de boca de los sacerdotes egipcios, leyenda que se refería al asesinato de Osiris (en cuyo honor se instituyeron los misterios), por su hermano Set, debido a la envidia, y alteró su narración de forma que no se divulgaran los secretos que había prometido guardar. Si alguno de los iniciados en los misterios superiores conocía la verdadera historia del asesi-
nato, la conservó en profundo secreto, y sólo dió las explicaciones exotéricas que mejor convenían a su propósito. Los antiguos historiadores nos pueden enseñar muy poco. Herodoto siempre se excusa de hablar sobre el asunto, aunque manifiesta que conoce a fondo lo perteneciente a los misterios; y el libro de Plutarco Iside et Osiride no nos da a conocer más que una versión inventada para satisfacer la curiosidad de los iniciados en los grados inferiores. En este libro aparece Osiris como el héroe de la civilización egipcia, quien después de haber ascendido al trono y enseñado a sus súbditos las artes de la civilización emprendió una expedición para visitar a los diferentes países de la tierra y dispensarles los mismos beneficios, dejando a su esposa y hermana Isis a cargo de los asuntos del reino que ella administró con ayuda de su amigo y preceptor Thoth. Como Isis estaba en extrema vigilancia, su otro hermano, Set, no encon96
entre
los.
mayas
y:
quichés
tró oportunidades para hacer innovaciones en el gobierno; pero siguió alimentando la esperanza de
sentarse en el trono. Después del retorno de Osiris, Set conspiró contra él, y logró atraerse a setenta y dos conspiradores y a cierta reina de Etiopía llamada 4so, que por entonces se hallaba en Egipto. Invitó a su incauto hermano a un banquete, en el que mostró a los invitados un hermoso arcón, que causó la admiración de todos. Aparentando bromear, ofreció que lo entregaría a la persona que mejor cupiera en él. Todos intentaron
hacerlo; pero a nadie le venía más justo que a Osiris, quien se tumbó en su fondo confiado; pero Set, cerró rápidamente la tapa claveteándola por fuera con ayuda de los demás conspiradores. Esta historia de un hombre muerto por envidia por su hermano se repite, también, en el antiguo poema sánscrito de Valmiki, el Ramayana, en donde, sin que el autor nos diga de dónde tomó los nombres, observamos que la víctima recibe el nombre de Bali, y que su enemigo se llama MavYa. Como la narración de este suceso es idéntica a la archivada en las esculturas y pinturas murales todavía existentes en ciertos edificios de ChichénItza y con el relato descrito en la segunda parte del manuscrito Troano, hemos de inferir de ello que la historia del fratricidio fué llevada a la India por algún viajero o misionero procedente de Ma97 7. —10S MISTERIOS SAGRADOS
Los
misterios
sagrados
yax, o por los colonizadores que tomaron posesión en tiempos remotísimos de las comarcas existentes al sur de la Indochina, conocidas con el nombre de Dekkán, estableciéndose en ellas, según refiere Valmiki. Como es natural, no sólo aportaron ellos a su nueva tierra su idioma y costumbres, sino también la civilización, tradiciones y folk-lore del país de donde procedían, entre cuyas tradiciones se contaba la de que el hijo de uno de los primeros gobernantes había asesinado a su hermano por envidia en tiempos antiquísimos, a fin de poseer a su esposa, de la que se había enamorado y de apoderarse de las riendas del gobierno.
Valmiki refiere con el estilo pomposo tan característico de los poetas indos el asesinato de Bali, cuya historia es como sigue: Había dos príncipes llamados Bali y Sougriva, hijos del rey de la nación de los monos. Después de la muerte de éste fué llamado al trono el mayor de los dos, Bali, quien había sido elegido por el pueblo único monarca y supremo señor del país. Bali y Maya se odiaban mortalmente, porque ambos deseaban a una misma mujer. Maya retó a Bali a mortal combate y le atrajo a una emboscada. Como Bali no volvió a aparecer, todo el mundo le dió por muerto, y su hermano Sougriva ascendió al trono. No obstante, Bali retornó y, al hallar a su hermano en el trono, le acusó de traición ante el consejo de 98
entre
los"
mayas,
y
quichés
los nobles y ante el pueblo, diciendo que Sougriva había hecho circular la noticia de su muerte, a fin de usurparle las riendas del gobierno. Luego le desterró de su corte sin medios de vida y le desposeyó de su casa, mujer y posición social. Sougriva encontró a Rama, a quien pidió ayuda para vengarse. En cuanto arrancó a Rama la promesa de matar a Bali, se sintió fuerte con semejante aliado y retó a su hermano a mortal combate, aunque sabía que no manejaba las armas tan bien como él. Como Rama viera que durante el encuentro Sougriva llevaba las de perder, disparó una flecha al pecho de Bali que le produjo la muerte. Las últimas palabras que este príncipe dirigió a, su asesino fueron: “¿Qué gloria esperas alcanzar al referir que me has dado muerte cuando yo
no miraba hacia ti? Tú me has herido cobardemente
mientras
yo concentraba
mi atención
en '
este duelo.” Así es como fué traidoramente asesinado Bal. : ' Las esculturas y las pinturas murales que ador-
nan los palacios de Chichén-Itza y de Uxmal nos enseñan que el rey Cam (serpiente), fundador o quizás restaurador de estas antiguas ciudades, tenía tres hijos, cuyos nombres eran: Cay (Pez), Aac (Tortuga) y Coh (Leopardo), y dos hijas: Moo (Guacamaya) y Nicté (Flor). Era ley entre los mayas que el más joven de los 99
Los
misterios
sagrados
hermanos debía casar con su hermana mayor, para asegurar la legítima y divina descendencia de la familia real. Esta misma costumbre de que los príncipes de sangre real se casaran con sus hermanas existió entre los egipcios desde los primeros tiempos, y llegó a hacerse general con el tiempo, pues creíase que semejante unión era afortunada. También prevaleció entre los etíopes, los griegos, los habitantes de Mesopotamia en tiempos de los patriarcas, los peruanos y muchas más naciones. El príncipe Coh fué un valiente y afortunado guerrero, que yendo al frente de sus soldados, a quienes había llevado muchas veces a la victoria, conquistó numerosas naciones y aumentó considerablemente la extensión del imperio maya. Como era el más joven de los hermanos, hubo de casar con su her-
mana mayor, Moo, quien por su parte le amaba y sentíase envanecida de sus hazañas. Cuando el rey Can, su padre, murió, el país fué dividido entre los hijos. Moo llegó a ser reina de Chichén, y muchos señores le juraron fidelidad. Esta reina recibió al morir honores apoteósicos; llegó a ser la diosa del fuego, y fué adorada en un magnífico templo, construido en la cumbre de una elevada pirámide, cuyas ruinas todavía pueden verse en la ciudad de Izamal. Aac, el segundo hijo del rey Can, también amaba a Moo.A este principe le había correspondido 100
CNEA
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como lote la antigua metrópolis de Uxrmal, “la ciudad reconstruida tres veces”. Todavía puede verse sobre la entrada principal del palacio conocido con el nombre de “Casa del Gobernador” la estatua de Aac, ahora sin cabeza ni piernas. A sus pies se hallan los cadáveres desollados de sus dos hermanos y de su hermana mayor, cuyas cabezas penden del cinturón de Aac. Las ruinas de su residencia privada, adornadas con tortugas — su totem — existen todavía en el extremo noroeste de la segunda terraza de las tres, sobre que se ha construido el palacio. La ley del país y la predilección que sentía Moo por Coh, fueron las infranqueables barreras que impidieron a Aac unirse a su hermana mayor. Éste, que no era guerrero sino cortesano, pasaba la vida perezosa entre placeres y frivolidades; pero sentía envidia de la fama de su hermano, y celos de que el pueblo le amara y de que su hermana mayor le adorara. Y, dejándose llevar de sus malas pasiones, conspiró contra los amigos de su niñez con objeto de matar a su hermano, de obtener a la fuerza a su hermana, de adueñarse de las riendas del gobierno y de ser el dueño supremo del país. En las esculturas en madera de los dinteles existentes a la entrada: de la cámara fúnebre de Coh, así como en las pinturas que adornan los muros, en los cuales se describe esta parte de la vida IOI
Los,
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5o63rados
de los personajes que tomaron parte en los citados sucesos, se representa a Aac lleno de ira, con tres lanzas en la mano disputando con Coh. Las esculturas de su mausoleo nos dan a conocer que fué asesinado traicioneramente por la espalda, siendo herido tres veces con una lanza; y el autor del códice Troano ha registrado e ilustrado este hechoen la primera sección de la lámina XIV correspondiente a la segunda parte de su obra, al describir el homicidio y sus consecuencias. (Cuando yo desenterré su estatua, encontré en una urna su corazón, quemado en parte, y la punta del pedernal de la lanza con que había sido muerto.) En uno de los cuadros existentes en las pinturas murales se ve preparado para su cremación y rodeado de su esposa, de su hermana Nicté, de sus hijos y de su madre el cadáver de Coh del que se habían extraído el corazón y otra víscera para guardarlos en urnas. La misma costumbre tenian los egipcios, de alta categoría, pues embalsamaban sus cadáveres por procedimientos costosísimos. Las partes internas del cuerpo se extraían, se limpiaban y se embalsamaban con especias y diversas substancias, siendo depositadas luego en cuatro vasijas que se colocaban en la tumba con el sarcófago. Al morir Coh se encendió una guerra civil en el país, pues por una parte, los conspiradores y ' partidarios de Aac aspiraban a adueñarse de las 102
Pe
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los
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y
quichés
riendas del gobierno, y por otra, los amigos del príncipe Coh luchaban para vengar su muerte y defender a la reina. La diosa de la guerra favorecía unas veces a unos partidarios y otras a sus enemigos. Aac recurrió a la diplomacia para triunfar. Renovó la petición de la mano de su hermana, a quien envió mensajeros con presentes de frutos, con orden de que pidieran que aceptara su amor, ya que estaba libre. La escena está descrita de modo vívido en las pinturas murales. En uno de estos cuadros se ve a la reina Moo sentada en su casa, la cual se halla en el centro de un jardin. Á sus pies, pero fuera de la casa para
indicar que ella no la acepta, hay una cesta llena de naranjas. La mano izquierda de la reina, que se halla extendida, indica que declina el escuchar al mensajero que se encuentra ante ella en actitud de súplica, y que ella se burla del amor de Aac, a quien se ve en un plano inferior, haciendo una reverencia. Sobre la cabeza de este príncipe se ve una serpiente, cuyo nombre típico es Can, la cual mira tan amorosamente como puede hacerlo una serpiente, y un Guacamayo posado en la rama más alta de un árbol y encima de la figura de la reina, cuyo totem es. El árbol se halla guardado por un mono en actitud amenazadora. Este mono es aquí, como el cinocéfalo en Egipto, el emblema del preceptor de Moo, simbolo, por tanto, de la sabiduría. 103
Los
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Este cuadro es interesantísimo y significativo, puesto que nos da una explicación natural del mito de la tentación de la mujer por la serpiente. En él se ven el jardín, la mujer, el tentador y el fruto. -“Los pueblos que no tuvieron en alta estima a la mujer y que no la honraron tanto como los mayas han ido desfigurando el relato de este incidente familiar, al transmitirse oralmente de generación en generación y de país en país. Quizás ocurrió que algún misógino escribiera el relato de la tradición falseándolo, a causa del despecho que sentía por haber sido rechazado por la mujer que amaba, y su versión fué aceptada por el autor del Génesis, si no fué él mismo quien hizo la alteración. Lo cierto es que, tanto el autor del Manuscrito Troano (lámina XVII de la parte segunda) como el artista que dibujó esta escena, afirman que ella se negó a escuchar los requerimientos amorosos de Áac, y que, como consecuencia de esta negativa, continuó la guerra civil. Moo y sus partidarios acabaron por sucumbir. Ella cayó en manos de Aac, quien-la maltrató, obligándola a huir, de lo que él se vengó dando muerte a su hermano mayor, el supremo pontífice Cay, que se había pasado al partido de la reina. Y, para conmemorar su victoria, 4ac hizo que colocaran su estatua — cuyos pies huellan los desollados cadáveres de sus parientes — sobre la entrada principal del palacio real de Uxmal, en
104
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donde, como dije antes, todavía pueden verse sus ruinas. Para explicar el cuadro de la escena del jardín he de añadir ahora que el presente de una cesta de naranjas era la petición de matrimonio que hacía Aac a Moo. Los aborígenes del Yucatán, que todavía conservan muchas costumbres de sus antepasados, suelen enviar por medio de un amigo fruta, flores o confituras a la mujer que desean pedir en matrimonio. La aceptación del presente indica que ha sido admitida la proposición del pretendiente y que son novios desde ese momento; mientras que la rehusación del presente significa que el aspirante ha sido rechazado. En el Japón se conserva una costumbre semejante, en donde, cuando una joven espera que le hagan proposición de matrimonio coloca un tiesto en su ventana, de modo tal que pueda cogerse desde la calle. El amante planta en él una flor, si a la mañana siguiente ha sido regada, puede él presentarse a su amada, sabiendo que ha de ser bien recibido. Si, por el contrario, la flor ha sido arrancada y arrojada a la acera, sabe que no se le ama. El apellido de los reyes de Mayax era Cam (serpiente); y Khan es hoy día el título de los reyes de Tartaria y Burma y el de los gobernadores de provincias en Persia. Afganistán y otros países del Asia Central. Por lo tanto, Can era el nombre de 105
Los
misterios
sagrados
familia de Aac. Ahora se podrá comprender fácilmente lo que quiere dar a entender el autor del Génesis cuando dice que la serpiente habló a la mujer y la sedujo con un fruto. El relato del fratricidio hecho en el Génesis, en el Ramayana o en los papiros egipcios no es otro que el de la historia de las contiendas de los hijos del rey Can, con pequeñas variantes. Esta historia, conservada por los sacerdotes de Egipto y de la India en sus libros sagrados y en sus poemas, ha llegado hasta nosotros entre las tradiciones primitivas de la humanidad. . En ninguna parte, excepto en Mayax, encontramos que esta historia forme parte de la historia de una nación. En ninguna parte, excepto en Mayax, se encuentran los retratos de los actores de la tragedia. Y, no sólo se encuentran alli sus retratos esculpidos en bajorrelieves de piedra o de madera y sus estatuas de mármol, o representados en las pinturas murales que adornan las paredes de la cámara fúnebre construida en memoria de la víctima, sino que, además, descubrimos los ornamentos que llevaban, las armas que empleaban y hasta sus restos mortales.
Transcribimos pedido por Carlos fesor de Química ter, quien hizo el
a continuación el certificado exO. Thompson, Director y Prodel Instituto Libre de Worcesanálisis químico de los restos 106
entire.
los
mayas y. quichés
encontrados por mí en una urna pétrea junto a la estatua que ocupaba el centro del mausoleo erigido a la memoria del famoso guerrero Coh, a veinte pies del plano superior del monumento:
WorceEsTER, Mass., 25 de septiembre de 1880. “El Caballero Stephen Salisbury, Junior, entrega un sólido desconocido para que se haga su examen cualitaivo. ”Visto con el microscopio, se observa en este cuerpo cierta densidad y el aspecto córneo característico de las materias animales que han sido carbonizadas en vasijas cerradas. Pierde un nueve por ciento cuando se seca a cien grados y nueve por ciento más por combustión. Después de calcinado, quedan escorias y residuos que contienen un tres por ciento de óxido fénico, algo de alúmina y bastante sílice. El agua caliente expuesta a la acción de los residuos demuestra que hay vestigios de potasa y Óxido de sodio. ”Estos resultados son compatibles con la teoría de que la masa formó parte de un cuerpo humano que ha sido quemado con algún combustible.
"CHARLES O. THOMPSON.” Hay una cosa en que debemos fijarnos, y es que los nombres de los personajes mencionados en los diferentes relatos del fratricidio son idénticos 107
Los
misterios
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o tienen la misma significación. ¿No es esta una prueba irrefutable de que todos los relatos se refieren a un mismo acontecimiento? Quien sepa filología no podrá negar que A-bel, A-bal, Bal-i, y Balam son palabras idénticas. A, contracción de 4h, es el artículo masculino de la lengua maya. Bal, es la radical de Balam. Aun hoy día, Balam es para los supersticiosos aborígenes, el Vumil Kaax, el “Señor de los campos”. el Leopardo, como ellos denominaban, también, a Coh. El totem de la víctima de Aac es el leopardo, animal que se ve en los bajorrelieves y esculturas.
En Egipto se suspendía junto a las imágenes y estatuas de Osiris una piel de leopardo, usualmente sin cabeza; pero, a veces, con ella. Los sacer-
dotes llevaban pieles de leopardo a manera de mantos sobre sus vestiduras. Además, cuando Osiris
era representado como rey del Amenti — de “Occi108
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dente” — su símbolo era siempre un leopardo agachado encima del cual se veía un ojo. No debemos olvidar que la piel de leopardo que llevaban Nemrod y Baco era un accesorio sagrado de los Misterios. Fué usado en los misterios eleusinos, así como en los misterios egipcios instituídos en honor de Osiris. Se hace mención de él en las más antiguas especulaciones brahmánicas relativas a las oraciones sacrificiales del Aytareya Brahmana, y se emplea en los agnishtoma, ritos iniciáticos de los misterios de Soma. Cuando el neófito está a punto de nacer otra vez se le cubre con una “piel de leopardo”, de la cual sale como del claustro materno.
Según cuenta el viajero francés Paúl du Chaillú, los guerreros africanos que tienen la fortuna de poseer una piel de leopardo se cubren con ella,
creyendo que les hace invulnerables contra las lanzas. No parece sino que los sucesores de Coh conociesen que había muerto a lanzadas y que se creyeran que llevando su totem evitarian el ser heridos con el arma que había ocasionado la muerte de este principe. Es indudable que los habitantes de África mantenían relaciones con los del continente occidental, antes del descubrimiento de América, puesto que cuando los conquistadores españoles llegaron a este. país encontraron en el istmo de Panamá y en otras localidades poblaciones 100
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negras, que, además, se hallan representadas en las pinturas murales de Chichén. En cuanto al nombre Osir o sea Ogil, parece haber sido el sobrenombre que dieron a Coh sus hermanas y el pueblo, a causa del gran amor que por él sentían. Ozgil es un verbo maya que significa desear vehementemente. Por lo tanto, él era el muy deseado, el muy amado. Osiris en Egipto, Abel en Caldea, Bali en la India, son mitos; pero Coh es en Mayax una reali- dad, un guerrero cuyo mausoleo yo he abierto, cuyas armas y ornamentos de jade están en mi poder, cuyo corazón he encontrado yo, habiendo sido analizado un pedazo de él por el doctor Thompson, cuya estatua con su nombre inscrito en las tabletas que ocupan el lugar de las orejas he desenterrado yo. Esta estatua se conserva actualmente en el Museo nacional de la ciudad de Méjico, y es una de las reliquias más valiosas de la institución, que me fué arrebatada por la fuerza de las armas por las autoridades mejicanas. Isis era esposa y hermana de Osiris. La palabra /sis puede ser simplemente un modo dialéctico
de pronunciar la voz maya ísin (idzin), la hermana menor. Su tocado de diosa era un buitre, ave que servía de totem de la diosa y que era el prototipo peculiar de la maternidad. Isis recibía con frecuencia el nombre de gran diosa-madre Mau, pa110
entre
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y
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lebra que nos recuerda el nombre Moo, hermana y esposa de Coh y reina de Chichén, así como el buitre nos trae a la memoria el guacamayo. No debe olvidarse que uno de los títulos de Isis efa el de esposa real y hermana.
Algunos autores que, como es natural, no conocen los hechos de la historia antigua de Mayax descubiertos por mí en las esculturas y pinturas murales de los templos y palacios mayas, hechos que se encuentran también en las páginas del manuscrito Troano, no aceptan que Osiris y su hermana Isis hayan sido personas deificadas que vivieron en la tierra, sino que opinan que son seres fabuloFIT
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sagrados
sos, puramente mitológicos, cuya historia se fundamentaba en especulaciones metafísicas y se adap- *
taba a ciertos fenómenos de la naturaleza. Pero los primitivos jefes de los mayas, cuya historia es una exacta contraparte de la de los hijos de Seb y Nut, fueron deificados después de su muerte y adorados como dioses dé los elementos. No es mi intención dar largas explicaciones acerca de estos descubrimientos históricos. Remito al lector que desee conocer más datos sobré el particular a mi obra “Los Monumentos de Mayax y sus enseñanzas históricas”. Caín da, por apócope, C 09, la palabra maya aplicada al “pez”. Set es una palabra afín de la maya Ze, maltratar con golpes. ¿Puede encontrarse nombre más apropiado que éste para designar a quien asesinó a su hermano a lanzadas e hirió mortalmente a su hermana, como hizo Aac, según los dibujos del autor del manuscrito Tróano? Set, a quien:al principio se trató con los mismos honores que a los otros miembros de la familia de Seb, fué considerado más tarde como principio del Mal y recibióelnombre de Nubtt, es decir, el adversario, según la lengua maya, palabra formada por nup, adversario, y $1, por. También era el Dios Sol, el enemigo de la serpiente. Esta es, asimismo, una semejanza singularísima. En las esculturas 112
ermitas
dos
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y
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mayas se representa siempre a 4ac rodeado del sol como genio protector; mientras que la serpiente, emblema del país, protege siempre a Coh y a su hermana entre sus anillos. El escudo de armas de la ciudad de Uxmal demuestra que esta metrópolis era la “Tierra del Sol”. En los bajorrelieves de la cámara de la reina existentes en Chichén, se ve a los secuaces de Aac rendir homenaje al Sol y se observa que los amigos de Moo tributan culto a la serpiente. Sol y la Serpiente eran enemigos, tanto en Egipto como en Mayax. En Egipto esta enemistad era un mito; en Mayax era una horrenda realidad. El hipopótamo y el cocodrilo eran emblemas
de Set. Plutarco dice que “en Hermópolis habia una estatua de Set, consistente en un hipopótamo, en cuyo lomo había un halcón luchando con una serpiente”. Tanto el hipopótamo como el cocodrilo son animales anfibios que, como es consiguiente, tienen mucha afinidad con el agua. AÁac el nombre que se aplica en lengua maya a la tortuga, que es, también, un animal anfibio. El nombre Sougriva con que se designaba al hermano de Bali es una palabra compuesta de las tres raíces mayas zuc (tranquilo, sosegado), lb (ascender) y ha (agua): “El que lentamente se eleva en el agua”, como hace la tortuga. El diluvio universal es otra tradición de los 113 8. —10S
MISTERIOS
SAGRADOS
Eos
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Saura
tiempos primitivos conservada por algunas naciones civilizadas de la antigúedad. Los sacerdotes egipcios, quienes desde tiempo inmemorial habían conservado en los archivos de sus templos fieles descripciones de todos los sucesos dignos de ser recordados, se burlaron de los filósofos griegos cuando éstos les hablaron del diluvio de Deucalión y de la destrucción de la raza humana, respondiéndoles que, puesto que ellos se habían visto libres de él, la inundación no había sido universal; además, añadieron que los helenos daban una importancia pueril a ese acontecimiento, pues habían ocurrido muchas catástrofes locales semejantes. Ellos dijeron a Solón que el mayor cataclismo registrado en sus libros era el que aconteció cuando Atlantis (Poseidonis) desapareció bajo las aguas del océano en una noche y un día a consecuencia de violentos terremotos y erupciones volcánicas, y le manifestaron que, desde entonces, estaban interrumpidas las comunicaciones entre los egipcios y los habitantes de “Las Tierras de Occidente”, y que el acontecimiento había tenido lugar hacía 9.000 años.
-Los sabios de Mayax conservaron también un relato de esta horrenda tragedia, describiéndolo de modo idéntico a la narración egipcia. Casi todas las naciones del continente occidental han conser114
entre
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y
quichés
vado esta tradición, pero no pretenden que fuese destruida la humanidad entera.
Los sacerdotes de Mayax mandaron esculpir en el dintel de piedra de la puerta interior que da acceso a las habitaciones meridionales de su colegio, una relación en relieve de este acaecimiento. El edificio recibe el nombre de 4kab-sib, la tenebrosa o terrible escritura. El autor del manuscrito Troano, obra que como ya dije antes trata de geología, dedica a principios de la segunda parte varias páginas a relatar este horrendo cataclismo y los fenómenos que tuvieron lugar entonces. Con lo que deja de ser dudosa la existencia de un gran continente en medio del océano Atlántico, pues queda demostrado que los hombres han conservado el recuerdo de su destrucción, y que la narración hecha por Platón de la sumersión del resto de Atlantis era, en general, correcta. El autor maya representa al país desaparecido por la figura de un negro con labios rojos, de lo cual se infiere que ese continente estaba habitado principalmente por una raza de hombres negros. De ser esto cierto podría explicarse fácilmente la existencia de poblaciones de hombres negros en el con-
tinente occidental, antes de la llegada de los españoles. Tanto los mayas como los egipcios representaban el mundo como un hombre anciano. Plu-
tarco dice que llamaban Oriente a la faz; Norte, IT5
Los
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sagrados
al lado derecho, y Sur, al izquierdo; idea que ha llegado a nuestros días, sólo que nosotros decimos que el Oriente está a la derecha, el Occidente a la izquierda, y el Norte de frente. Cuando el autor del Manuscrito T'roano se refiere al “Dueño de la tierra” por excelencia, esto es, al rey Can deificado, le describe a veces con un cuerpo humano pintado de color azul y con cabeza de mastodonte. En la fachada del edificio existente en Chichén-Itza, al que los nativos dan el nombre
de Kuna, casa de Dios, y Stephens denomina /glesia en su obra sobre el Yucatán, hay un cuadro que representa la adoración del gran paquidermo, cuya cabeza y tronco constituye el ornamento principal de los templos y palacios construídos por los miembros de la familia del rey Can. Este cuadro se compone de una faz que pretende ser la del mastodonte. Sobre el tronco y entre los ojos había antiguamente una cabeza humana que ha sido destruida por gente perversa. Lleva una corona real, que no ha sido destruida todavía. En la parte delantera de la corona hay un pequeño retrato esculpido de un antiquísimo personaje. A ambos lados de la cabeza hay unas capillitas cuadradas que contienen una estatua de hombre y otra de mujer, respectivamente, hoy día sin cabezas. Están sentadas, pero no a la usanza india, es decir, en cuclillas, sino con las piernas cruzadas 116
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y dobladas bajo el cuerpo en actitud de adoración. Cada estatua tiene un símbolo en la espalda, totem de la nación o tribu que tenía al mastodonte por sagrado. Bajo estas figuras, hay dos triángulos VAN , emblemas de ofrenda y de adoración tanto
en Mayax
como
en Egipto. También
había otro
símbolo, RSS consistente en la imagen de un panal de miel, cuya oblación era la más grata a los dioses, puesto que, junto con la corteza del árbol Balche, la miel constituía el principal ingrediente del Balche, de ese brebaje tan agradable al paladar, que es el mismo que sirvió Hebe a los habitantes del Olimpo, dándole el nombre de néctar. Es el A4mr1ta que todavía beben los dioses, los manes y los santos en los días de luna llena, según dicen los hindos; no obstante lo cual, fué causa de la guerra entre los dioses y los titanes, y es el origen de mu-
chas luchas sanguinarias en las tribus del África ecuatorial aun en nuestros días. Estos simbolos no dejan duda alguna en cuanto al hecho de que los personajes representados por las estatuas están adorando al mastodonte. La corona de la cornisa superior que se ve sobre la cabeza del mastodonte está hecha con un peculiar adorno sinuoso que suele hallarse en los monumentos erigidos por los Canes. Es el emble-
ma de la serpiente y está formado 117
por dos le-
Los
misterios
sagrados
tras N yuxtapuestas, monograma
de Can
££25.
La corona de la cornisa inferior está formada
dos caracteres | |=
con
que significan en maya Ah
sam, el del trono: el monarca.
Los siete miembros de la familia Can, que han sido deificados y representados en el Japón con los mismos símbolos que entre los mayas, son actualmente objeto de adoración en la capillita del palacio de Tokio, dedicado a la diosa simbolizada por un pájaro. Esta diosa nos recuerda la diosa Moo de los Mayas o la Isis de los egipcios. En la parte superior de la capilla y por encima de todos los seres subalternos con alas y narices en forma de pico, se ve un elefante acostado, sobre cuyo lomo se halla en pie el dios del fuego. En el centro de las llamas que rodean a este dios se ve la cabeza de un pájaro. También puede verse en Chichén el séquito de la reina Moo, quien, según nos da a conocer el autor del manuscrito Troano, llegó a ser diosa del fuego que entre los adornos de su cabeza llevaba su totem, el cual consistía en un pájaro. 2) Los japoneses pretenden que descienden de los dioses y, para apoyar su aserto, citan dos tablas
genealógicas diferentes. Según ellos estos dioses, cuyo número ascendia a siete, reinaron durante incalculable número de años en el país, si bien afir118
entre
los"
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y
quichés
man que estos dioses primitivos eran substancias espirituales e incorpóreas. Les sucedieron cinco espiritus terrestres o héroes deificados, tras de los cuales aparecieron los japoneses. Esto nos recuerda a los doce dioses que, según le dijeron los egipcios a Herodoto, habían gobernado su país durante un incalculable número de años, con anterioridad al reinado de Menes, su primer dios terrestre. Los griegos hicieron de estos dioses las doce deidades que moraban en el Olimpo. Las doce cabezas de serpiente que yo saqué a luz en diciembre de 1883, cuando las descubrí en el centro del mausoleo dedicado al soberano pontifice Cay en Chichén-Itza, representan a los doce legisladores que reinaron en Mayax en tiempos anteriores al gran cataclismo que produjo la sumersión de la Tierra de Mú, cuyos retratos, con el signo cimi, muerto, adornan la fachada oriental del palacio con el cuadro de la creación, con lo que se ha tratado de dar a entender que reinaron en tiempos antiquísimos. La tradición de estos legisladores se conserva de un modo vago en los Tchi de la China,
denominados
también
che-cull-tsé:
los doce
hijos de Tien-hoang, el emperador del Cielo, quien tenía cuerpo de serpiente. Dícese que cada uno de los Tchi vivió diez y ocho mil años y reinó en tiempos anteriores a la época de T1-hoang, soberano del país situado en medio de la tierra. 119
Los
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sagrados
Después de hecha esta breve digresión, volvemos a tratar del culto del mastodonte, el cual prevalece en la India en el del elefante Ganesha, el dios de la prudencia, de la sabiduría y de las letras, a quien se representa en forma de un hombre de color rojo con cabeza de elefante, al cual invocan los hindúes de todas las sectas al principio de todos sus asuntos. Nadie se atrevería a escribir una carta o un libro sin saludar previamente a Ganesha. Su imagen se ve en las encrucijadas y suele estar adornada con una guirnalda de flores, ofrenda de algún piadoso devoto. Los arquitectos la colocan en los fundamentos de todos los edificios. Escúlpese o se pinta en las puertas de las casas para protegerlas contra el mal en una de las entradas de todas las ciudades indúes, que por este motivo recibe el nombre de Ganeshapol y, asimismo, en las puertas importantes de los palacios. Ya vimos antes que la cabeza del mastodonte junto con el tronco constituyen el adorno principal y más corriente en los más antiguos edificios de Mayax. ¿Son éstas meras coincidencias? El nombre Ganeshapol significaría en lengua maya, la cabeza de Ganesha, puesto que pol es cabeza en maya. Si quisiera llevar más adelante la semblanza diría que descubro en Ganesha la pronunciación alterada y dialéctica de Can-ex “las serpientes”. Ganesha es el dios del
panteón hindú a quien invocaban con mayor fre320
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cuencia los devotos; y sus títulos son tan numerosos que merece que se le aplique, como a Osiris, * el calificativo de Miriónimo, “el de los diez mil nombres”. Son tantísimas las leyendas relativas a la historia del culto tributado a la cabeza del elefante, que debe inferirse de ello que su origen es desconocido. ¿No habrá sido introducido su culto en la India, junto con muchas otras costumbres, como
por ejemplo, la de llevar a los niños a horcajadas en la cadera y la de imprimir en los muros de los templos y de los edificios sagrados la mano humana humedecida en tinta roja; no habrá sido introducido este culto, decimos, por los colonizadores procedentes de Mayax en donde estas costumbres prevalecieron y el culto al mastodonte se halla muy difundido? Esta hipótesis tiene visos de verosimilitud cuando se piensa que el cuerpo de Ganesha está pintado de color rojo, color característico de la raza americana y simbolo de nobleza de raza entre los egipcios. Los egipcios no tributaban culto al elefante; pues apenas conocían a este animal; pero la impronta de la mano roja que, con tanta frecuencia, se observa en los muros de los templos de Mayax y de la India, no se encuentra jamás en los de Egipto; tampoco llevaban las nujeres egipcias los niños a horcajadas como las de la India y de Ma121
L 0:55) Museros
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yax, aunque existian muchas costumbres comunes a los tres pueblos. Es probable que los colonizadores procedentes de las tierras de Occidente que se establecieron en el valle del Nilo reemplazaran el culto del mastodonte, animal que no existía en el país, por el del buey, que era el mayor y el más útil de los animales domésticos de Egipto; y que éste fuera el origen de la veneración que sentían por el buey Apis, pues como sabían muy bien los iniciados en los misterios osíricos, debían considerar a este animal como imagen bella de sus almas. La serpiente ha sido objeto de gran veneración en todos los pueblos antiguos como encarnación de la sabiduría divina. Ya dijimos antes que Eusebio dice que los egipcios representaban a Kneph, el Creador, en forma de una serpiente y que los sabios sacerdotes mayas representaban en sus esculturas al antecesor de todos los seres protegido por una serpiente enroscada. Staniland Wake dice en su libro sobre el origen del culto de la serpiente que “los estudiantes de mitología saben que los pueblos de la antigiedad asociaban ciertas ideas con la serpiente, animal que era el símbolo favorito de ciertos dioses; pero ignoramos por qué fué elegido este animal en vez de otros para semejante propósito”. James Fergusson, quien en su obra “El Culto 122
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de la Serpiente y del Árbol”, libro lleno de erudición y de descubrimientos interesantes, demuestra concluyentemente que estos cultos eran comunes
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todas las naciones civilizadas y semicivilizadas de la antigúedad, no indica en qué país tuvieron origen. Todos los autores que han escrito sobre este tema admiten que el origen de estos cultos es un misterio impenetrable, aunque se hallan de acuerdo en que se encuentran tan íntimamente ligados que es imposible dudar de que no hayan tenido un mismo origen. | La poca extensión de este libro no me permite dedicar a este tema todo el espacio que merece. Por lo tanto, me limitaré a citar solamente hechos que demuestren de modo concluyente a quienes no tengan prejuicios que los cultos de la serpiente y de los árboles tuvieron su origen en este continente occidental y que proceden de la misma causa; “el amor al terruño”, tan firmemente arraigado en el corazón de los aborígenes, que es difícil inducirles a que abandonen el pueblo' en donde han nacido, aunque sea para mejorar de situación. En todos los países de los continentes orientales el culto de la serpiente guarda relación con narraciones mitológicas, especulaciones metafísicas o ideas astronómicas muy superiores a la capacidad intelectual de las masas que las han conservado. Estas leyendas no eran más que meras ficcio123
Los
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sagrados
nes inventadas por los sacerdotes y los hombres de letras para ocultar los hechos reales o quizás su ignorancia acerca de ellos. Además, como ansiaban mantener lo preponderancia y el poderío que les daba su cultura sobre las multitudes, cuya curiosidad era necesario satisfacer, imaginaron explicaciones adecuadas a las nociones corrientes en la época y a las ideas del pueblo. En los primeros tiempos, la serpiente, emblema de Kneph, el Creador, era el agathodoemon, el genio del bien. Los chinos le dan todavía esta significación, y creen que es uno de sus más bellos símbolos. Pero más tarde, cuando la serpiente se convirtió en símbolo de Set o Tiphón, o sea del asesino de Osiris, se consideró como principio del mal, destructor y enemigo de la humanidad. Y, desde entonces, los judíos, los cristianos, los mahometanos y, en una palabra, todos los pueblos que fun-
damentan sus dogmas religiosos en la Biblia, han asociado la idea del mal con la imagen de la serpiente. Si el árbol y la serpiente fueron objeto de adoración en los continentes orientales desde las crillas del Océano Atlántico hasta las del Pacífico y desde Escandinavia a Egipto y a las penínsulas asiáticas, no menos extendido estuvo su culto en-
tre las naciones que habitaban en “las tierras de Occidente”, pues se encuentran sus vestigios en toda América; desde las márgenes del riachuelo
124
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de Brush, en el condado de Adams, del Estado de Ohío, en donde aún existe en la cumbre de un montículo la efigie de una gran serpiente de 700 pies de longitud enteramente igual a la que descubrió Juan S. Phené en la cañada de Feechan, Argyleshire, Escocia, hasta la antigua ciudad de Tiahuanuco, cuyas ruinas se hallan a 13.500 pies sobre el nivel del Pacífico, a orillas del lago Titicaca,
junto a la frontera de Bolivia y sobre la alta planicie de los Andes. También puede verse allí una
notabilísima portada hecha con un monolito de cuatro metros de largo, 2,15 de ancho y 46 centímetros de espesor. Este monolito ha causado asombro
a d'Orbigny y otros viajeros por la belleza de las esculturas que adornan su fachada sudeste. No cabe duda+de que los mayas fueron quienes construyeron esta gran ciudad, puesto que en las mencionadas esculturas encontramos como en el Japón el totem del principe Coh, de su esposa y hermana Moo y de su padre,el rey Can (serpiente). Voy a permitirme una pequeña digresión para describir estas esculturas que, dado los conocimientos que poseemos hoy día respecto a la historia de los fundadores de las principales ciudades ruinosas de Mayax, nos han de proporcionar otra prueba de que los constructores de la ciudad de Tiahuanuco pertenecieron a una. nación muy civilizada que envió colonizadores a las comarcas más re125
Los
wisterios"
sarro
motas de la tierra; a una nación en cuyos anales históricos ha de descubrirse el origen de muchas tradiciones primitivas de la antigúedad. Esta ciudad se hallaba ya en ruinas cuando Manco Capac puso los fundamentos del imperio de los Incas y, según dijeron los nativos a los españoles, había sido construida por gigantes antes de que el sol brillara en el cielo. Hemos visto que los miembros de la familia del rey Cam son aún en nuestros días objeto de adoración en los templos japoneses, como lo fueron en los de Egipto. Pues bien, ahora encontramos irrecusables pruebas de ellos esculpidas en los antiquisimos monumentos existentes en las orillas del lago Titicaca al pie de los grandes glaciares de Sorata e Illimani; del mismo modo que las encontramos en las leyendas mitológicas de la India y de Grecia. ¿Puede decirse, acaso, que son meras
coincidencias ? El frontispicio estaba antiguamente tan bien pulido como lo permite la traquita de que está hecho. Todo el espacio existente sobre el hueco de la puerta está dividido en cuatro listones de unos veinte centímetros de altura. El listón inferior tiene diez y siete cabecitas en bajorrelieve, las cuales están adornadas de un modo parecido a la figura central. Las siete que se hallan precisamente de-
bajo de esta figura llevan, como ella, una insignia 126
CARTERARE
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que parece ser un penacho de tres plumas. Las cabecitas están separadas por grecas, en cuyas partes más salientes hay cabezas de guacamayo; estas grecas son el símbolo del poder y de la fuerza. La greca de los antiguos alfabetos maya y egipcio equivale a nuestra H latina. 4h es el artículo masculino maya, que sugiere la idea de poderío y de fuerza. Cuando esta palabra va unida a la cabeza del guacamayo, totem de Moo, es decir, de la reina
de Chichén, significa “la poderosa y fuerte Moo”. Los otros listones están divididos en cuadrados de tamaño idéntico, excepto sobre el hueco de la puerta, en donde hay una figura de SI centímetros por 53.
Su cabeza, cuya forma no sólo es convencional, como indican sus ojos cuadrados y su boca rectangular, sino que es, además, simbólica, consta de tres capas superpuestas en forma de escudo, siendo la última la que ha sido esculpida para representar la forma humana. Estos tres escudos, así como las tres plumas del penacho que lo adornan, el triple trono en que descansa al parecer la figura, los tres puntos de cada carrillo, los tres rectángulos del peto y las tres cabezas de guacamayo que se ven en las extremidades del triple cetro, simbolizan las tres grandes regiones que los egipcios designaban con el nombre genérico de “Tierras de Occidente”, las cuales representaban por medio del 127
Los
signo
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misterios”
ug iranaross
que es imagen de la corona ostentada
por algunos jefes principales en Mayax.
El signo [2]
que substituye a los labios e
indica que la figura central representaba esos países, es la letra M de los antiguos alfabetos egipcios y maya, la cual se pronuncia Ma, y la radical de Mayax, nombre del imperio maya. Pero Ma, es una palabra que, tanto en Egipto como en Mayax, significa tierra, país y, por extensión, univer-
so; y, lo mismo en Mayax que en Egipto el [2] rectángulo es uno de los signos con que se representa la tierra y el país. La cabeza se halla rodeada de rayos divididos en grupos de cuatro, pues hay cuatro sobre la frente, cuatro a cada lado y cuatro en la parte inferior. Cada rayo termina en un círculo con un punto en su centro
(O), signo que se encuentra
con
mucha frecuencia en los monumentos de Mayax, particularmente en el tronco de las cabezas de mastodonte. Es la primera letra de los antiguos alfabetos maya y egipcio, y corresponde a nuestra letra A, la inicial de la palabra maya Ahau, rey. Esto 128
entre
los
mayas
y
quichés
parece indicar que la figura central simboliza, también, el rey par excellence, gobernador del imperio, ante quien los personajes que le rodean están en actitud de adoración, como no sólo indica su pos-
tura, sino también el signo LN esculpido en el cuello de las figuras que tienen cabezas de guacamayos, secuaces de la reina Moo (guacamayo), signo que, tanto en Egipto como en Mayax, es el símbolo de la ofrenda, del culto, de la adoración. Nosotros hemos leído el nombre de este gran rey en las cuatro cabezas de leopardo en que terminan los rayos de los ángulos superiores, así como los que están en el centro de cada lado del escudo y los cuatro rayos de cada grupo. Si traducimos estos simbolos por medio del lenguaje maya, descubriremos que este personaje se llamaba Can Coh y que pertenecía a la familia de los Can, gobernantes de Mayax. Este hecho lo indican las cabezas de serpiente visibles en los ángulos inferiores del escudo, así como las que están en los extremos del peto, los cuatro rectángulos esculpidos en las cintas de que éste pende y el número de rayos que forma cada grupo en torno a la cabeza. Cuatro se dice can en idioma maya; pero esta palabra significa, además, serpiente, sinónimo de poder. Según los pitagóricos el número cuatro se asociaba particularmente a Mercurio, el Thoth 120 9. — LOS MISTERIOS SAGRADOS
Los,
misterio.
36 mMrasas
egipcio, como dios que confería a los hombres las dotes intelectuales. El Tetraktus o número cuatro representaba el nombre místico del Poder creador, y, en tiempos posteriores, significaba el intelecto, la sabiduría y todo cuanto es activo. Pitágoras pregunta: “¿De qué modo cuentas?” y Mercurio responde: “Uno, dos, tres, cuatro”, a lo cual Pitágoras replica: “¿No sabes que lo que para ti son cuatro, son para nosotros diez y nuestro juramento,
porque, sumándolos (1-2-3-4), dan diez como resultado y los cuatro contienen todos los números en sí?” Las cuatro cabezas de leopardo son los tótemes de Can Coh, puesto que Coh significa leopardo. Más adelante, trataré con mayor extensión de estos personajes, a los que se adoró y aun hoy día se tributa culto en diferentes países bajo dis-
tintos nombres. También pienso tratar del papel. que representaron en la civilización del mundo. La forma particular del cetro que sostiene la figura en su mano izquierda, cetro bifurcado en su parte superior, cuyos extremos terminan en cabezas de guacamayo, totem de la reina Moo de ChichénItza, quien era hermana y esposa de C oh, y sus ondulaciones semejantes a las de una serpiente, tratan de ser un emblema de las tres grandes regiones de que constaba el imperio, emblema que se repite en las tres filas de alados personajes arrodillados. La parte superior de dicho cetro simboliza 130
entre
los.
mayas
y
quichés
el continente occidental, dividido en dos grandes partes que se unen por medio del Istmo de Panamá. La parte inferior trata de representar la 'extensa isla que se sumergió bajo las aguas del océano Atlántico hace unos 11.500 años. Estando completo el cetro que sostiene la figura en su mano derecha parece que quiere dar a entender que todo el país se hallaba sometido a un potentado, a quien los gobernantes de las diez y siete naciones acataban y rendían homenaje. Estas diez y siete divisiones del imperio se indican por medio de las diez y siete cabecitas esculpidas en la franja inferior y de los diez y siete signos de tierra que adornan los brazos, el peto y la cinta de que éste pende. Las figuritas arrodilladas pertenecientes a la hilera del medio se representan con cabezas de guacamayos para dar a entender que se trata de los partidarios particulares de la reina Moo, que aquí como en Mayax llevan su totem como insignia O signo de reconocimiento; mientras que las figuras de las otras hileras tienen cabezas humanas, si bien llevan también el totem de la reina en su coronas como señal de que la reconocen. como soberana. Todas estas figuras están ornamentadas con doce serpientes distribuidas en grupos de tres, mientras que la banda que cada uno lleva y que les cruza desde el hombro a la parte opuesta de la cintura 131
Los
misterios
sagrados
termina en un nudo especial adornado con los cuatro círculos que, como ya dijimos antes, significan Ahan, esto es, rey, indicando con ello que su principal señor es miembro de la dinastía de los Can (serpientes). El cuadro nos recuerda vividamente por su conjunto el de los arrodillados personajes con nariz de pájaro existente en el santuario de la diosa-ave de Kioto. El famoso arqueólogo francés Angrand opina que estas esculturas coinciden con las de América
Central y que tienen significación simbólica semejante. Cree que estas esculturas prueban la identidad de origen y la íntima relación existente entre los constructores de Tiahuanuco y de Palenque, Ocosingo, Xochicalco, y, podría haber añadido, que entre los de las ciudades mayas, que fueron fundadas muchos siglos antes que las que él menciona, con lo cual se habría aproximado más a la verdad. No cabe duda de que es en Mayax en donde se encuentra con mayor frecuencia la imagen de la serpiente como símbolo. Se ve en casi todos los edificios de sus ciudades. Es uno de los ornamentos favoritos, especialmente en Chichén-Itza, de cuyo lugar parece haber sido el genio protector. En Chichén se encuentra por doquiera. Guarda la entrada de todos los edificios públicos; está al pie de las “grandes escalinatas, como si tratara de proteger al que las sube. Las columnas que soportan los pór132
ERICO
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AY
AY
quichés
ticos son representaciones de este animal, pues su cabeza sirve de base, y su cuerpo, de fuste. Los nobles y los personajes de alto rango llevan adornos hechos en forma de serpiente. Podría decirse que Chichén es la “Ciudad de las Serpientes” por excelencia. Por lo tanto, si pretendemos saber el verdadero significado del símbolo de la serpiente y si deseamos descubrir los motivos que indujeron a tributarle culto, es necesario interrogar a los sabios sacerdotes
de esta. ciudad, consultando
los libros
en que han sonsignado los filósofos de Mayax su sabiduría y sus doctrinas esotéricas. Según ellos, el origen del “Culto de la Serpiente” se puede atribuir a dos causas, al parecer distintas. Una de ellas, la esotérica, que se enseñaba únicamente a un reducido número de iniciados en los grandes misterios, es el homenaje que deben tributar a su Creador los seres creados. La otra, la exotérica, que se inculcaba a los que no eran iniciados, era el amor al país, y el respeto que debían los súbditos a sus gobernantes, imágenes vivientes y vicarios de Dios en la tierra. Para comprender la primera, es decir, la esotérica, recordemos que Eusebio nos refiere que los
egipcios representaban emblemáticamente a Kneph (el Creador) y al mundo bajo la figura de una serpiente, la cual según dice Horapollo, era de color azul con escamas amarillas; pero lo que no nos 133
Los
misterios
sagrados
dicen son los motivos que tuvieron para simbolizar de esta forma a la Causa Primera, ni de quién recibieron este símbolo, que era el mismo empleado por los Mayas. No cabe duda de que la clave de este misterio ha de encontrarse en las naciones cosmogónicas de las antiguas naciones civilizadas, que, cosa extraña, son idénticas en todas ellas. Leemos en el Manava-dharma-sastra que el universo visible no era al principio más que tinieblas. Luego, el gran Poder existente por sí mismo dispersó estas tinieblas, y apareció con todo su esplendor. Lo primero que creó fueron las aguas, sobre las cuales se movía Narayana, el espíritu divino. Beroso dice al referir la leyenda de la creación caldaica que: “En el principio todo era tinieblas y agua; y en ésta se engendraron animales monstruosos y formas extrañas y peculiares... Una mujer lo regía todo.” Su nombre en Caldea es Thalath; en griego, Thalassa (el mar), y en maya,
Thallac (una cosa que carece de estabilidad).
El Génesis dice a su vez que: “En el principio la tierra estaba desordenada y vacía; y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre el haz de las aguas. Y Dios dijo: Sea la luz, y fué la luz.” En el “Pymander”, obra atribuida a Hermes -“Trismegisto que en opinión de los críticos moder134
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y:
quichés
nos es el más auténtico y antiguo de los primeros libros egipcios, leemos en el diálogo que sostienen Thoth y Pymander, la Suprema Inteligencia, las siguientes palabras de Thoth: “Después mis ojos contemplaron un espectáculo más prodigioso tódavía. Todas las cosas se resolvieron en luz. Su contemplación era una cosa maravillosa, placentera y seductora, que me llenaba de placer. Pocos momentos después apareció una hórrida y horrisona sombra que terminaba en pliegues oblicuos y asumía
una naturaleza húmeda. De ella surgía humo con estrépito, y una voz se ola más potente que el estrépito. Parecía como si fuera la voz de la luz; y el verbo surgió de esa voz de luz, verbo que fué llevado sobre el húmedo principio. De él surgió el fuego puro y la luz, y, elevándose, se perdió en el aire que, semejante al espíritu, ocupa el espacio intermedio entre el agua y el fuego La tierra y el agua estaban mezclados de tal forma que la superficie de la tierra cubierta por el agua, no aparecía
por ninguna parte.”
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Y en los modernos libros herméticos se explica del siguiente modo el origen de todas las cosas: “El principio de todas las cosas existentes es Dios y la inteligencia y la naturaleza y la materia y la energía y el destino y la conclusión y la renovación. Porque en el abismo había ilimitadas tinieblas; y el agua, y un sutil espíritu de poder intelectual 135
Los
misterios
sagrados
existían en el caos. Pero la santa luz brotó, y los elementos fueron producidos de entre la arena de una esencia acuosa.” En el Popul-Vuh, el libro sagrado de los quichés, leemos: “Este es el relato de cómo todas las cosas estaban sin vida, calmas, silenciosas. Todo se hallaba inmóvil y quieto; la inmensidad de los cielos estaba vacía; el haz de la tierra no se había ma-
nifestado todavía; sólo existían el tranquilo mar y el espacio de los cielos. Todo era inmovilidad y silencio en las tinieblas, en la noche. Sólo el Creador, el Hacedor, el Dominador, la serpiente cubierta de plumas, los que crean y engendran, estaban sobre las aguas como una luz que crecía continuamente. Estaban rodeados de verde y azul; su nombre es Gucumatz.” Ya hemos dicho de qué modo han procurado los sabios mayas perpetuar sus ideas cosmogónicas, haciendo que se esculpiera en altorrelieve so-
bre la puerta de la fachada oriental del palacio
existente en Chichén-Itza el relato de la creación, ideas idénticas a las de los hindúes y egipcios. No es posible suponer que sea puramente accidental esta identidad de ideas referentes al origen de las cosas a que llegaron los sabios de la India, Egipto y Mayax, expresándolas casi con las mismas palabras ten cuanto se lo permitía el carácter particular de sus idiomas; tampoco se puede creer que llega136
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mayas
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ran separadamente a las mismas conclusiones, sin comunicarse entre sí. La noción de la creación y su explicación debe haber nacido en uno de esos países, que debió enseñarla a las demás como ha ocurrido con los descubrimientos científicos o con las creencias religiosas que se han ido propagando de país en país, hasta llegar a los más remotos habitantes del planeta. ¿Qué idea nos formaríamos nosotros del hombre que pretendiese que el ferrocarril, el telégrafo y muchas invenciones modernas habían aparecido simultáneamente en todas las naciones que las utilizan, en vez de haber tenido origen en un país particular, mejor dicho, en el cerebro de un solo hombre? ¿No creeríamos, acaso, que ese hombre estaba idiota o loco? Es fácil comprender de qué modo pasaron estas ideas desde los
egipcios a los Caldeos o a los hindúes o viceversa, pero ¿quién las llevó a las “Tierras de Occidente”? ¿Cuándo aconteció esto? ¿Quién puede negar que se originaran entre los habitantes del continente occidental y fueron llevadas por sus habitantes a las demás naciones del mundo? En mi obra “La reina Moo y la Esfinge egip-
cia” he demostrado que, cuando las leyendas de que van acompañadas varias de las imágenes de los dioses egipcios se interpretan por medio del lenguaje maya, se descubre que Mayax es el lugar en donde nació la civilización egipcia. El antiguo al137
Los
misterios
sagrados
fabeto hierático de los mayas descubierto por mí es tan semejante al antiguo alfabeto hierático de los egipcios como es posible que lo sean dos alfabetos, por lo cual es forzoso llegar a la conclusión de que los mayas y egipcios aprendieron el arte de la escritura de unos mismos maestros o que Jos egipcios lo aprendieron de los mayas. Todo viene en apoyo de nuestra hipótesis de que las ideas cosmogónicas tuvieron su origen entre los mayas, quienes las enseñaron a las demás naciones en que encontramos su nombre. Por lo tanto, el análisis del cuadro de la creación esculpido en la fachada de Chichén-Itza ha de ser interesantísimo. Haciéndolo, encontraremos la prueba de los adelantos científicos a que llegaron sus autores, así como la razón de que la serpiente llegara a ser adorada en toda la Tierra. Los filósofos de Mayax sabían, sin duda, que las aguas cubren la mayor parte de nuestro planeta (aproximadamente las tres quintas partes), y que, siendo el agua un compuesto de gases (hidrógeno
y Oxígeno) y ll más sutil de los flúidos, debió ha-
ber sido la primera forma de la materia cread a. Por eso dibujan en la parte más alta del cuadr o y
a cada lado del mismo el simbolo del agua TAR A NAAA y tienen el cuidado de dejar sin teste sign o, en la parte superior, una porción igual a los dos quintos 138
entre
los
mayas
y
quichés
de su longitud. Esculpieron la figura de un huevo,
es decir, un germen en medio del símbolo de las aguas. ¿Por qué esculpieron un huevo y no otra clase de semilla? ¿Es porque al estudiar la fisiología habían llegado a la conclusión de que todos los seres de la tierra nacen de huevos? Ellos representaban al huevo emitiendo rayos: esos rayos de luz en que dice Thoth que se resolvieron todas las cosas: esos rayos de luz que, según dice el quiché autor del Popul-Vuh, aparecieron sobre las aguas como una luz creciente que bañaba de color azul y verde al Creador, a la serpiente plumada, al Kneph de los egipcios. Obsérvese que los simbolos de agua terminan con cabezas de serpientes, porque los mayas comparaban las olas del océano a las ondulaciones que hace la serpiente cuando se arrastra. Por esa razón los mayas daban al mar el nombre de Canah, serpiente grande y poderosa, y vemos quie el códice Trohano designa siempre al mar por una cabeza de serpiente. Por esta razón, dibujaban una serpiente dentro del huevo y detrás del Creador para indicar que este simbolo es el totem del antecesor de todos los seres. He ahí uno de los orígenes del culto a la serpiente; la adoración al Creador. La diosa Uati, genio del bajo Egipto se representaba unas veces en forma de serpiente con el pecho hinchado, cuyo cuerpo se erguía sobre un 139
Los
misterios
sagrados
cesto o harnero y cuya parte inferior descansaba
contra una figura parecida a nuestro número 8; y otras veces como una serpiente alada, con el pecho hinchado, que ceñía su cabeza con un gorro o corona de forma extraña, corona que, según se dice, era la del Bajo Egipto.
Figura 1
Figura 2
lgnoramos las razones en que se basaron los egipcios para elegir semejantes símbolos como representación del Bajo Egipto y no creemos que los sabios legiptólogos puedan explicárnoslo.
Ahora bien, es digno de tener en cuenta que estos símbolos eran los mismos empleados por los hierogramatistas y artistas mayas para representar a su patria, al imperio Maya. El autor del manuscrito Troano representa unas veces a Mayax en forma de serpiente con el
pecho hinchado (Lámina XVII de la parte ID), y otras como una serpiente, en que parte del cuerpo adopta la forma de la península del Yucatán (*); (*) Creemos que no puede ser inoportuno interpretar aquí la leyenda maya que sirve de explicación a la ilustración, tanto más
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y los artistas que pintaron los cuadros existentes en la cámara funeraria del principe Coh, simbocuanto que demuestra que la serpiente era el símbolo del país. Empezando por la parte superior de la columma, se lee lo que sigue:
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Abau
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Kan
cib
Lamat
A-ha-u
Heb
Kanaan
cib
Lam-a-ti
que literalmente significa: El Dueño del depósito de agua lo vuelca: abundante flúido sumerge al país. Y traduciéndolo libremente:
El Dueño
del depósito de agua
lo vuelca:
sumerge al país. Basta dar una ojeada a la ilustración
abundante
flúido
para convencerse
de que
la interpretación es correcta. En mi obra “Los Monumentos de Mayax”, etc., doy una interpretación más extensa de estos signos.
141
Los
misterios.
sagrados
lizaban el país por medio de una serpiente alada, con el dorso pintado de color verde y el vientre amarillo; serpiente que llevaba en la cabeza una corona azul y cuya cola terminaba en forma de dardo muy parecido al contorno general del continente meridional de América. , No vamos a explicar ahora minuciosamente estos simbolos cuyo estudio he hecho en otra obra, sino que sólo quiero consignar aquí hechos que no se puedan atribuir de ningún modo al azar. El enroscamiento en que descansa la serpiente que sirve de emblema al Bajo Egipto, es el mismo símbolo exactamente que se emplea en el manuscrito
Troano para representar el jico y el mar Caribe, cuyas SES
golfo de Méaguas bañan
la península del Yucatán, que parece como si estuen el viera erguida entre ellas como la serpiente
signo egipcio. En cuanto al harnero, los nativos de este país le dan el nombre de Mayab. Mayab era en tiempos pasados uno de los nombres con que se designaba la península. La corona del Bajo 142
palta e
Tos
mayas
yiqueichés
Egipto es idéntica a la que llevaban ciertos capitanes tentes
retratados en los bajorrelieves exisen Chichén-Itza. Aquí el pico de la co-
rona se llevaba delante, y en Egipto atrás, quizás como muestra de respeto por parte de los egipcios para con su país paterno, con lo cual querrían dar a entender que Egipto debía testar detrás de su padre, del mismo modo que los hijos de los aborígenes del Yucatán tienen por costumbre. Puesto que los egipcios y los mayas empleaban signos idénticos para simbolizar al país en que vivían ¿no podemos, acaso, inferir de ello que esta elección obedeció a una misma causa? No debemos de perder de vista que las serpientes aladas existentes en las pinturas egipcias, no son sino representaciones emblemáticas que guardan relación con los misteriosos ritos de los muertos y con el modo de vivir ien el Amenti, es decir, en las “Tierras de Occidente”, a donde se suponía que iban a parar las almas de los difuntos después de haberse libertado de su cuerpo mortal. En los primeros tiempos de la civilización egipcia, Uati o Mati, el pais de Mayax, era una de las divinidades a quien tributaban culto los moradores de las riberas del Nilo; y el áspid y no otra clase de serpiente representaba un papel importante en los misterios religiosos, siendo adorado universalmente. 143
Los
misterios
sagrados
¿Hemos de preguntar una vez más su por qué? ¿Qué relación puede existir entre el áspid y el país y entre aquél y el oficio de rey o los atributos de Dios? A pesar de esto tera la insignia de realeza que llevaban en su cabeza como ornamento los dioses y los reyes (*). ¿Se debe atribuir a mero capricho la elección del áspid como signo de distinción? ¿No se puede atribuir esta predilección a que el áspid dilata el pecho cuando se enfurece y que la forma de este reptil enfurecido recordaba a los colonizadores los contornos geográficos de la Tierra de Occidente de donde procedían sus antepasados, así como la forma en que ésta se solía representar en los libros que habian estudiado en su niñez? Si miramos un mapa del continente occidental, nos daremos cuenta en seguida de que los contornos de (*) El símbolo de la serpiente figuraba la Sabiduría divina, la regeneración física y la inmortalidad. En los tiempos de mayor esplendor de la civilización egipcia los faraones eran iniciados en diferentes grados, según su valer, en los “Misterios”, y la serpiente en su corona real simbolizaba la posesión de la facultad de la clarividencia y el haber despertado la intuición.
Hay diversos significados del mismo símbolo, como la “Serpiente de la eternidad”, llamada Ananta; la “serpiente de fuego” que representaba la Luz Noumenal, o sea la radiación de la substancia
cósmica, llamada también “Mar de Fuego”. La “serpiente mundana” representa a la materia con sus sensaciones tentadoras. También se llama el “fuego serpentino” al despertar del “kundalini”, o sea la fuerza que cada humano lleva dormida en el extremo inverso de la columna vertebral y quienes han podido despertarlo disponen del poder llamado “fohático” que trasciend e el magnetismo común, Los “Serpientes de Sabiduría”, llamados “Nagas”, son los sabios y puros iniciados de todos los tiempos y lugares. Dijo Jesús: “Sed sabios como un serpiente y sencillos como la paloma—.” (N, del Editor.)
144
entre
los
mayas
y
quichés
la América Central — es decir, del imperio Maya —
tienen la forma de una serpiente con el pecho
hinchado en posición muy semejante a la del emblema del Bajo Egipto, siendo la cabeza la península del Yucatán, sede antigua del gobierno, y que el continente meridional sería la punta de su cola, tal como lá representan los artistas mayas. El color verde de su espalda, representa los bosques tropicales del país; el vientre amarillo, simboliza los volcanes internos que hacen culebrear a la superficie como a una serpiente; la corona azul de su cabeza, los cielos; las alas, el humo de los volca145
IO. —10S MISTERIOS SAGRADOS
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350.8:
3.0 97 MA
nes; las aletas, los elevados picos de la sierra que atraviesa el país de norte a sur, formando parte de la Cordillera que viene a ser el espinazo del continente.
Una de las características más notables de los aborígenes actuales es el intenso amor que sienten por su país, amor que llega hasta el fanatismo y en el cual encontramos otro origen del culto de la serpiente, emblema del país paterno. En el mantra de la Serpiente citado en el Aytareya Brahmana hay un párrafo que califica a la Tierra de Sarpa Rajni, reina de las serpientes y madre de todo lo que se mueve, a la cual rinden hoy día culto todavía los Nagas que habitan el valle de Cachemira. Los primitivos jefes de Mayax derivaron su titulo, Can (serpiente), de la forma de los contornos de su imperio, así como los sacerdotes del sol recibían el suyo derivándolo del nombre de esta luminaria, Kin. Sin embargo, su emblema no consistia en una serpiente alada con un dardo en la punta de la cola, sino en una culebra de cascabel cubierta de plumas, imagen del manto de plumas que usaban el rey, el supremo pontífice y otros altos dignatarios como vestidura de ceremonias. Esta serpiente de cascabel plumada adorna los muros de las mansiones reales. Se ve todavía en Uxmal, sobre la fachada oriental del ala de poniente del pa146
An
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Y
Guichés
lacio que perteneciera al rey Can y en otros lugares. Estos gobernantes, imágenes de Dios en la tierra, recibieron después de muertos los honores
de la deificación; llegaron a ser dioses y diosas, y fueron adorados como tales. El símbolo de la serpiente alada fué substituido en Asiria por el de un circulo alado, emblema de Asur, el dios supremo de los asirios, y este simbolo se encuentra raramente en las esculturas que no tienen relación iñmediata con el monarca. Parece ser que se halla ' asociado también con el árbol sagrado o simbólico. He aquí de nuevo otro origen del “culto a la serpiente” en este de los reyes de Mayax simbolizados por la “serpiente plumada”. 4Ahau-Can, la serpiente real, es uno de los nombres con que se designa en idioma maya a la culebra de cascabel. En las esculturas se representa a mienudo al rey por este emblema con siete cascabeles en la cola,. por haber sido siete el número de miembros de que constaba la familia del rey Can. En Egipto se honraba como dioses a los reyes y a las reinas después de muertos. En Grecia y en otros países, se delficaba a los héroes adorándoles como a dioses. El culto del árbol y de la serpiente se han identificado de tal suerte en todas las naciones de la antigiiedad que abonan la hipótesis de que tienen un origen idéntico, aunque sin conocer el lugar en donde tuvieron origen, el pueblo en que fueron ins147
Los
misterios
sagrados
tituídos por primera vez y sus tradiciones e ideas particulares es difícil comprender qué analogía pueda existir entre ellos. Muchos sabios eruditos han publicado el resultado de sus investigaciones sobre este tema, pero ninguno ha asignado todavía un lugar de origen al culto del árbol y al de la serpiente. El difunto James Fergusson dice que se siente inclinado a creer que tuvo origen en “las riberas
del bajo Éufrates, entre gentes de origen turanio, y que se esparció desde ese punto a todos los demás países del globo”. Estas palabras no parecen definitivas, porque en seguida hay que preguntar que ¿cómo explicaríamos entonces el que los habitantes del continente occidental hayan tributado culto a la serpiente y al árbol antes del descubrimiento de América? Pues ellos tenían también sus _ árboles sagrados, y tanto para ellos como para los habitantes del mundo oriental, el árbol era símbolo de vida eterna. El roble estaba dedicado a Baal, dios principal de los fenicios y de otras naciones orientales. Los druidas celebraban sus ritos más sagrados bajo ese árbol en honor de Eseus, el Ser supremo. Los escandinavos veneraban al fresno. Los habitantes de la isla de Delos creían que la gigantesca palmera era el producto favorito de Latona. Las gentes de Samos, Atenas, Dodona y Arcadia daban 148
entre.
los
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y
quichés
culto a sus dioses en los bosques sagrados. El culto al árbol es antiquísimo en la India, así como en la isla de Ceilán; en el patio de todos los monasterios hay siempre una higuera india. Y, sin embargo, en ninguna parte se menciona «el origen de este culto. Fergusson aconseja que se busque su origen en Egipto, por ser el más antiguo de los pueblos civilizados y cree que leste culto prevaleció entre los egipcios antes de que se creara el múltiple panteón tebano. El tamarindo fué el árbol elegido por los egipcios para dar sombra al supuesto sepulcro de Osiris, el rey de Amenti. La persea era el árbol sagrado de Athor, regente de Occidente, a quien a menudo se identifica con Isis. El sicomoro fué consagrado a Nut, madre de Isis y de Osiris, a la que suele verse entre sus ramas en las pinturas de las tumbas escanciando de una vasija el liquido que recibe ten sus manos el alma del difunto, el cual tiene en este caso forma de ave con cabeza humana. De suerte, que los árboles se consagraban particularmente a las divinidades que tenían relación con el Amenti, esto es, a los reyes y reinas deificados procedentes de las “Tierras de Occidente” Dícese que el emblema del árbol sagrado se encuentra asociado en Asiria frecuentemente al
“círculo alado”; y, como este símbolo guarda in149
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mediata relación con los monarcas, hemos de inferir de ello que el culto del árbol va unido al de los héroes y reyes deificados, si no es característico del mismo. Para poder comprender la relación existente entre el árbol, la serpiente o “círculo” alado y los “monarcas” es necesario consultar de nuevo los anales que nos han legado los sabios de Mayax en sus piedras esculpidas o en sus libros. Los Mayas tributaban culto a ciertos árboles. Landa, Cogolludo y otros lescritores contemporáneos de los primeros conquistadores españoles dicen que los aborígenes creían en la inmortalidad del alma y que ésta había de ser recompensada o castigada en la vida de ultratumba por las obras que realizara mientras vivía en el cuerpo. La recompensa consistía en vivir en un delicioso lugar en donde no era conocido el dolor, en donde había abundantes alimentos deliciosos, de los que habrían de gustar con eterno reposo bajo la fresca sombra de las ramas siempre verdes del ya.rché (ceiba), árbol que se encuentra en nuestros días frente a la entrada principal de las iglesias del Yucatán y de América Central. A veces, las iglesias se encuentran en el centro de arboledas de ceibas, que, en aleunos sitios, son substituidas por gigantescas palmeras (Palma real).
Según el autor del M. S, Troano el imperio 150
entren
-Llosimayas
y;
quichés
Maya se representaba antiguamente por medio de un árbol plantado en el continente que lleva hoy día el nombre de América del Sur, siendo su rama principal la península del Yucatán (véase el mapa inserto en la pág. /11/).) He aquí de nuevo la clave
ECT)== UE —
del origen del culto al árbol y de su íntima relación con la serpiente alada y con el rey. El culto al país se simboliza de nuevo por el árbol, como lo fué por la serpiente o por el Gobernante. De esta forma descubrimos una explicación natural de la tradición tan en boga entre las naciones antiguas de que el ÁrBOL par excellence, el árbol de la vida, esto es, de la civilización y de la ciencia, estaba situado en el centro del país, del jardín, del país primitivo de la raza (Mayax); estando el imperio de los mayas situado entre los dos grandes conti151
Los
mistertos
s¡0pyrodcos
nentes — América del Norte y del Sur — que forman las “Tierras de Occidente” (*). Esta relación del árbol, la serpiente y el país situado en el centro del Mundo la confirman los (*)
La leyenda se lee comenzando
la columna
13
y
Can
ÁAhau el Rey dueño del deposito
A
E Cimen muerto
(Y volviendo a empezar columna leemos):
O
por la parte
LEY
a
oc pie
luumilob
seis
fértiles países
Ezanab terremoto
superior
ES Kan se ha levantado
de la segunda
ls]
cib hundió
ik alre-viento
STO
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eb por heb al tratar de abrirse paso
de agua
Can
desde la parte superior de
situada más a la izquierda:
00...
umukan
can
umukán
cuatro
E lamat colmado
ix cráter, o seno de los volcanes
o
p=2]
kak-mul
Timanik
volcán
Timanik
Que traducido libremente, dice así: . “Can, el señor del depósito de agua, que fué muerto al tratar de abrirse camino por medio del terremoto, se ha levantado. Los pies de Can se hundieron al llenar el aire el cráter del volcán. Seis fértiles países han aparecido en Umukán (Cuba) y cuatro
“volcanes en Timanik (una de las pequeñas Antillas).” Los escritores mayas como, por ejemplo, el autor del M. S. Troano, representaban a veces a la Tierra bajo la figura de una anciana, a la que denominaban mam: la abuela. En este dibujo se la representa teniendo en su mano izquierda el signo del humo y lanzando una jabalina, emblema de la energía volcánica, y en su diestra ostenta el símbolo del “País del Escorpión”, “Zinaan”, las islas de la India Occidental de nuestros días. Su cabeza de
ciervo representa el imperio Maya. 152
entre
los
mayas
y
quichés
autores chinos, que han comentado el Chu-king, uno de los monumentos literarios más antiguos de la China, pues cuando Yong-chi se refiere a los Tién-Hoang o reyes del cielo, dice Yong-chi: Tien-
hoang tenía cuerpo de serpiente. Él fué el origen de las letras. El dió nombres a los diez KAN y a los doce Tchi a fin de determinar el lugar del año; y Yuen-leao-fan, otro célebre autor, dice que Kan significa el tronco de un árbol, y que TcH1 son las ramas, por cuya razón reciben el nombre de CHECULL-TSE, los doce hijos. Fijémonos en que los hi-
jos del rey Can se llamaban CAN-CHI, que es, todavía, un apellido familiar entre los aborígenes. Ti-HUANG, el rey de la Tierra, recibe también el nombre de Hoang-kium, o sea el que reina soberanamente en el medio de la tierra, y el de TsEYUEN o el hijo principio, el engendrado, el Brahma de los hindúes, el Kneph de los egipcios y el Menen de los mayas. La cruz es otro simbolo sagrado que ha sido venerado por todas las naciones civilizadas y semi- civilizadas muchos siglos antes de la fundación del Cristianismo; y, aunque en todas partes se ven representaciones suyas, desde las someras incisiones hechas en las rodas, hasta los magníficos templos y las cavernas admirablemente esculpidas de Elefanta (India), en ninguna parte se nos dice cuál ha
sido su origen. Existen varias clases de cruces, 153
Los
misterios
sagradas
pero todas ellas se pueden reducir a la forma primitiva que se parece a la cruz latina. La “Crux Ansata” conocida con el nombre de “Llave del Nilo” es una de las más antiguas clases de cruces conocidas en el continente oriental. Era el “simbolo de los símbolos” entre los egipcios, fenicios y caldeos, por ser el emblema de la vida venidera. Era costumbre ponerla sobre el pecho de los difuntos, a veces como una simple T sobre el fulcro de un cono; y otras veces se la representaba como si descansara sobre un corazón. También se ve sirviendo de adorno en los torsos de las estatuas y estatuitas existentes en Palenque, Copán y otras antiguas ciudades de Guatemala, así como en Nicaragua y en diferentes localidades de la América Central. En todas partes se asociaba con el agua; en Babilonia era el emblema de los dioses del agua; en Egipto, Asiria e Islas Británicas era el simbolo del poder creador y de la eternidad; en la India, China y Escandinavia, el del cielo y de la inmortalidad, y en Mayax, el del rejuvenecimiento y de la liberación de los sufrimientos físicos. La cruz, como símbolo, se ponía sobre el pecho del iniciado después de haber tenido lugar su “nuevo nacimiento en los misterios eleusinos o báquicos. Remesal y Torquemada refieren en sus respectivas obras que cuando los españoles desembarca-
ron durante el año 1519 en la isla de Cozumel a 154
entre
los
mayas
y
quichés
las órdenes de Hernán Cortés, observaron que los aborígenes rendían culto en sus templos a ciertas cruces como si fueran dioses. Muchos autores han sostenido lo mismo posteriormente, dando crédito a semejantes afirmaciones. Sin embargo, la cosa parece errónea. Bernal Díaz del Castillo, quien acompañó a Cortés, no hace mención de la existencia de semejantes símbolos en Cozumel; pero dice enfáticamente que Cortés ordenó que se destruyeran los idolos de los santuarios y que fueran substituidos por una imagen de la Virgen María, junto a la cual puso una cruz de madera hecha por dos carpinteros españoles, recomendando a los nativos que conservaran con gran cuidado ambas cosas, cuando se despidió de ellos. El doctor Pedro Sánchez de Aguilar, que fué también uno de los primeros autores que trataron de la conquista de América, afirma que las cruces de piedra halladas más tarde en la isla, habian sido fabricadas tomando como modelo la de Cortés. Y el obispo Landa, celosísimo misionero que intentó convertir a los
aborígenes a la fe católica, no hace mención de que existieran cruces en Cozumel antes de la llegada de los españoles; hecho que le habría servido de mucho en sus predicaciones y que no habría dejado de citar en su obra si el símbolo hubiera existido en realidad. de que el embleNo puede caber duda e 155
Los
misterstos
sagrados
ma de la cruz perteneció en tiempos muy remotos a los misterios sagrados de Mayax, pues no existe ningún vestigio externo de este símbolo en las ruinas de los templos y palacios de los Mayas y yo no he encontrado más que una imagen perfecta de
la cruz en los antiguos edificios del Yucatán, además de la planta del santuario existente en Uxmal (véase la pág. 53). La cruz a que me refiero forma parte de la inscripción esculpida sobre el dintel de la puerta, existente en la fachada oriental del palacio de Chichén. Todavía existe la tradición de que esta cruz simboliza el “Dios de la Lluvia”. Si esto fuera cierto, los mayas no reprodujeron su imagen, ni celebraron ningún festival en su honor en la época de la conquista, sino que se limitaron sencillamente a conservar esta idea de sus antepasados. | Los antiguos astrónomos mayas habían observado que la constelación llamada Cruz del Sur aparece en posición perfectamente perpendicular a la línea meridional del horizonte en cierto período del año que corresponde a los primeros días de nuestro mes de mayo, mes que debesu nombre a la diosa Maya, la buena dama, madre de los dioses. - Por esta razón la Iglesia católica celebra la festi-
vidad de la adoración de la santa cruz en el tercer día de este mes, que consagra particularmente a la Madre de Dios, la Buena Señora, la virgen Mq156
entre
los
mayas
y
quichés
R-ía, o sea la diosa Isis que antropomorfizara el obispo Cirilo de Alejandría. En todas las localidades situadas entre los grados 12 y 23 de latitud norte, la estación seca empieza en enero y las lluvias cesan durante varios meses. Todas las plantas se quedan resecas en los meses de mayo y abril en el Yucatán, en donde no existe agua en la superficie; los árboles y arbustos se quedan sin hojas; la naturaleza tiene aspecto de desolación; todos los seres vivos anhelan el agua; los pájaros y otros animales salvajes, enloquecidos por la sed, pierden su característica cautela, y se acercan a los lugares que frecuenta el hombre, poniendo en peligro la vida por buscar agua; la muerte parece amenazar a la creación entera con morir dls. de sed. Pero por el sur aparecen cuatro brillantes estrellas. Una cruz deslumbradora se cierne en el horizonte meridional. Es el mensajero celeste que trae buenas nuevas para todos, porque anuncia que no tardarán en abrirse las puertas celestes de la lluvia; que la tan esperada lluvia ha de descender pronto de lo alto, y con ella el júbilo y la felicidad y una nueva vida para todos los seres. El hombre saluda agradecido entonando cantos de alegría a este heraldo de la vida venidera, que, indudablemente, es para él un dios: el Dros DE La LLUVIA
que rejuvenece a la naturaleza, liberta al hombre 157
Los
misterios
sogrado's
y todos los demás seres de los sufrimientos físicos, y les trae felicidad — y por lo tanto el cielo — y, con la vida renovada, la inmortalidad. ¿No es ella, por ventura, el poder creador que renueva y revivifica eternamente a todas las cosas existentes en la superficie de la tierra? Por lo tanto, ¿es extraño, acaso, que los hombres de todos los siglos hayan tributado culto a la cruz como simbolo de la vida vemdera y de la inmortalidad y que hayan sentido gran veneración por ella? Téngase en cuenta que todas las naciones civilizadas de las “Tierras de Occidente” y del “Continente Oriental” vivían en latitudes en que la constelación de la “Cruz del Sur” es visible durante el mes de mayo, y que los primeros aguaceros no tardan en seguir a su aparición en el horizonte. Como es natural, desde es-
tas tierras se transmitió a las naciones situadas más al norte, las cuales aceptaron el símbolo sin comprender su significación, haciendo en tiempos posteriores innumerables especulaciones sobre su origen, pero los sencillos aborígenes que viven hoy día en el corazón de las selvas se regocijan a la vista de la “Cruz del Sur” y se preparan para sembrar sus campos.
El origen y significado de la mística T, de ese
simbolo de la “sabiduría oculta” como lo denominan actualmente nuestros hombres de estudios, ese simbolo que se encuentra en todos los monumentos 158
ESMAS
O
MAYAS
quichés
egipcios, en los templos, en las manos de los dioses, sobre el pecho de las momias, ese símbolo que se halla también en los antiguos edificios de Mayax y en las estatuas y altares de los templos existentes en Palenque, ha dado lugar a numerosas especulaciones por parte de los modernos sabios, quienes no han llegado a ninguna conclusión, aunque su nombre, Tau, indica claramente que no es más que una representación del “Dios de la Lluvia”, G sea de la “Cruz del Sur”. Efectivamente, tau es una palabra maya compuesta de las tres voces primitivas t2, aquí, a por ha, agua y u, mes, que, traducidas libremente, significa: “Este es el mes del agua”, de donde se infiere que es el de la resurrección de la naturaleza y, por ende, el de la vida venidera. La compleja forma de la mística T compuesta de un cono con dos brazos abiertos, uno a cada lado, y un óvalo colocado encima de ellos ha sido denominada crux-ansata por los egiptólogos. Su origen no es egipcio, pues su prototipo es la columna conoidea rematada por una esfera que utilizaban los babilonios como simbolo de la vida y de la muerte; ya que la muerte no es más que el principio o el plantel de la vida. Este emblema no es más que una reminiscencia del yaxché, el árbol sagrado de los mayas, bajo cuyas raíces es creencia de los nativos que se puede hallar siempre un manantial 159
Los
misterios
sogrados
de agua pura. El tronco del yaxché tiene desde su pie a la punta la forma de un cono perfecto, de donde salen las ramas principales en dirección horizontal. Su elevada copa parece una semiesfera de
Uli
1
TM
De un códice mejicano existente en el Museo Británico (Manuscrito núm. 9789)
verdor cuando se ve desde cierta distancia. El cono,
la tau y la crux-ansata fueron símbolos idénticos de Dios, de la vida venidera, de las fuerzas duales y de la fertilidad, para los iniciados en los misterios. Los mayas y otros pueblos de la América Central representaban siempre sus árboles sagrados en sus esculturas y pinturas por medio de un tronco de árbol que se abría en su parte superior en dos brazos horizontales y que de esta forma tenía el aspecto de una cruz o tau.
Al desviarme aparentemente del objeto princi160
ex tbEre
Los
E UYasSr
y
quichés
pal de este libro, e inferir el origen verdadero de las tradiciones primitivas de la humanidad y de
muchos símbolos religiosos comunes a todos los pueblos civilizados de la antigiedad, desvaneciendo las brumas que se habían ido acumulando en su derredor en el transcurso de los siglos, he tratado de demostrar que todos procedían de fuente única e idéntica, y que esta fuente era el país de Mayax, existente en las “Tierras de Occidente”. En los templos de Egipto, Caldea y la India se han celebrado en tiempos tan remotos los misterios sagrados que se ignora quiénes fueron los primeros en instituirlos. Herodoto cuenta que las hermanas de Danao instituyeron las tesmoforias en honor de la diosa Ceres a imitación de los misterios egipcios celebrados en honor de Isis, y que las enseñaron a las mujeres pelasgas. Dice también que Eumolpo, rey de Eleusis, instituyó en su propio país los misterios eleusinos, al retornar de Egipto, en donde había sido iniciado por los sacerdotes, como lo fué Orfeo, quien fundó en la Tracia los misterios que llevan su nombre; pero ¿quién enseñó los ritos iniciáticos, el uso de los símbolos y su significación a los hierofantes de Egipto, a los magos de Caldea y a los gimnosofistas de la India? El sistema de iniciación y el empleo de símbolos idénticos que siempre tenían una misma significación, por pueblos que vivian muy distanciados, cu161 II.— LOS
MISTERIOS
SAGRADOS
Los
.MPSLEFTOS
“TUD
yas costumbres y usos eran tan desemejantes y cuyas religiones diferían muchísimo en cuanto a las prácticas externas, demuestran que estos misterios nacieron en un solo pueblo, y que éste los difundió por los demás países. Y, puesto que en ninguna parte se hace mención de que tuvieran origen en Egipto, Caldea o la India, y hemos visto que las tradiciones primitivas de estos tres pueblos se derivan de la historia de los primeros gobernantes de Mayax, ¿no es natural y lógico que busquemos en
el pueblo maya el origen de la institución de misterios, ya que encontramos esculpidos en muros de sus templos y en sus palacios reales mismos símbolos misteriosos que usaban los
los los los ini-
ciados de los otros países? Puede ser que la historia, la cual nos ha revelado el misterio de la mística TTAU, nos proporcione también la clave con que descubrir el significado original de los simbolos, del mismo modo que su lenguaje nos ha dado la significación verdadera de las palabras pronunciadas por el sacerdote oficiante cuando despedía a los iniciados en los misterios Eleusinos o por los brahmanes a la terminación de sus ceremonias religiosas.
No cabe duda alguna de que estos misterios sagrados se celebraron desde tiempo inmemorial en los templos de Mayax, Xibalba, Nachán (hoy día Palenque), Capán y otros lugares de la América 162
EROS
AUNO
y
quiechés
Central, porque, además de los símbolos esculpidos en las paredes de los templos y palacios, en dos casos evidentes, el Popul Vuh describe los ritos y pruebas de la iniciación; y, como resulta que estos ritos y estas pruebas eran idénticas a los de los misterios egipcios, griegos, caldeos e hindúes, creo que no andamos errados al tratar de encontrar en Mayax las causas que hayan inducido a los fundadores de los misterios a elegir los números impares 3, 5 y 7, en vez de los pares 2, 4 y Ó para números místicos. La simbolización del número 3 se puede explicar de dos modos diferentes. Una de estas explicaciones nos la sugiere el cetro de Poseidón, quien fué el primer rey de Atlantis, según dice Platón. Los mitólogos griegos decian que Poseidón era hijo de Cronos. Su tridente o de tres puntas es un simbolo de las tres grandes islas de que constaba su reino, que eran las siguientes: las Américas del Norte y del Sur y la isla de Mú, isla que hoy día está sumergida bajo las aguas del Atlántico. El emblema que ostentan en sus manos Vul, el dios caldeo de la atmósfera
“Y , y los dioses de la
India, puede representar, asimismo, los tres mundos O tres grandes regiones simbolizadas por los hierogramatistas egipcios y mayas por medio del 163
Los
signo
misterios
sagrodos
Iáral jeroglífico de las “Tierras de Occi-
dente”, tierras que estos últimos designaban también dibujando un árbol sagrado de tres ramas (*), cuyo semejante encontramos en las tres raíces
Wt ===
del sagrado fresno Igdrasil, místico árbol escandinavo del mundo, así como en los tres cielos y en los tres mundos, cuya destrucción por medio del agua profetizara Visnú. La deificación del “Mundo” compuesto de tres partes que formaban un (*)
La leyenda dice lo siguiente, traducida literalmente:
a
a
y
Es decir: Ppew, cabán por cabahaan ha vuelto a golpear — bat — hacha, que traducido libremente, significa: Ppeu ha vuelto a herir al árbol con su hacha. Ppeu era uno de los doce antiguos gobernantes que dirigieron el país antes de que tuviera lugar el gran cataclismo que sumergió la isla bajo las aguas del Atlántico. Deificado después de su muerte, llegó a ser uno de los genios protectores del país, cuyas efigies adornan todavía la fachada de levante del palacio existente en Chichén-Itza, en donde pueden verse entre los ojos o sobre los troncos de la cabeza del mastodonte, rodeados de una aureola.
164
ERA er LOS
M0Yy asc
coy”
quichés
todo debe haber sido el origen de la Trimurti o dios trino tan famosa en los pueblos antiguos, y quizás haya inducido a los hombres a dar un significado místico al número 3, número que se encuentra simbolizado en todas las naciones de la tierra. El simbólico 3 se reproduce en las tres plataformas de los edificios más antiguos; en las tres habitaciones de que consta el templo en que se verificaban los misterios; en los tres peldaños que conducen a la plataforma inferior de todos los edificios sagrados; en los veintiún metros (3 X 7) de altura de todas las principales pirámides existentes en el Yucatán; en los tres círculos concéntricos del Zodíaco. Encuéntrase constantemente en la India: en las tres vyahritis o palabras sagradas; en los tres ornamentos o saranas; en las tres clases principales; en los tres métodos de salvación; en las tres tra-
bas del alma o gunas; en los tres ojos que tiene Siva en la frente; en los tres hilos del sagrado cordón usado por los iniciados de las tres clases principales; en las tres letras de la palabra sagrada A. u. m. En Egipto se halla este número en las tres correas del flagelo osírico; el triple falo que se llevaba en procesión en el festival de la Paamvlia en honor del nacimiento de Osiris, y en las tríadas, de modo semejante que en Caldea. Otro modo de explicarse el origen de la mixtificación relativa al 3 consiste en estudiar las indi165
Los
misterios
sagrados
caciones de Orfeo, Proclo, Platón y otros filósofos griegos, a quienes se confiaron los secretos que se comunicaban en los misterios a los hombres que eran dignos de tan alta confianza. Estos autores dicen que los tres intelectos del Demiurgos, o sea, de la triple deidad, eran tres reyes.
El autor del códice Troano relata la historia de los tres hijos del rey Can, y refiere los disgustos que se produjeron entre ellos, cuando, después de muerto su padre, cayeron en sus manos las riendas del poder; de cuyo hecho conservaban todavía los aborígenes en la época de la conquista española una
tradición muy alterada, pues el obispo Landa manifiesta “que en tiempos antiguos tres hermanos
gobernaban juntos el país”. Estos tres hermanos, hijos del rey Can, son personajes que han existido
realmente, puesto que no sólo se conservan sus re-
(*) Símbolo de los tres hijos del rey Can, repres entados por el emblema de tres cabezas de ciervo, pues Uluumil ceh, “La tierra del ciervo”, era uno de los nombres con que se designaba al país de los mayas. 166
AS
O SEAT
NARA
y
quichés
tratos, armas y ornamentos, sino también sus restos mortales. Ellos nos recuerdan de modo vívido los tres hijos de Adán, los tres de Seb y los tres de Kronos. El autor del códice Troano nos da a conocer que los miembros pertenecientes a la fami-
lia del rey Can fueron deificados después de su muerte y adorados en los templos, cuyas ruinas todavía existen en las espesuras de los bosques del Yucatán ocultas bajo una capa de verdor. Parece probable que Cay, el hermano mayor y pontífice soberano que instituyó con su padre los misterios sagrados, tomara el número de miembros de que contaba su familia como simbolo de los diversos grados en que había dividido éstos, a fin de perpetuar su nombre y su historia en los siglos futuros. Esta explicación es, al parecer, la más plausible si se recuerda que, según refiere Eusebio, los egip-. cios representaban al Dios supremo bajo la forma de una serpiente (Canhel), que era tan superior a las tríadas como el padre es a los hijos en quienes se regocija. “Numero Deus impare gaudet.” En relación con esto hemos de citar también a los tres Hoang-ti de la mitología china, quienes adoptaban también forma de serpiente. El número 5 era tenido también por místico entre las antiguas naciones civilizadas del continente oriental. En sus libros sagrados se le menciona de continuo. En la China ocupa un lugar pre167
Los
msstervtos
30 pau
ferente entre los números celestes o perfectos, cuyo calificativo se aplica en el y-king o libro canónico de los Cambios a los siguientes números: 1, 3, 5, 7 y 9. Esta obra era tenida en tal estima por el sabio filósofo Confucio (Kong-fou-tsé) que siempre la llevaba consigo. En ella se habla de los cinco elementos: agua, fuego, madera, metal y tierra; de las cinco clases de granos; de los cinco colores: negro, rojo, verde o azul, amarillo y blanco; de los cinco sabores: salado, amargo, agrio, ácido y dulce; de los cinco tonos de la música; de las cinco relaciones de vida entre los hombres, a saber, las que se mantienen entre un rey y sus ministros, entre un padre y sus hijos, entre un esposo y su esposa, entre los hermanos mayores y menores, y entre los amigos; de las cinco virtudes: filantropía, rectitud, decoro, prudencia y fidelidad; de los cinco órganos del cuerpo: riñones, corazón, hígado, pulmones y bazo; de las cinco Chang-ti o generaciones elementarias; de las cinco partes de que está formado el cielo; de las cinco estaciones del año; de los cinco genios que gobiernan los cinco elementos; de las cinco montañas principales del imperio, y de las cinco montañas tutelares. El número cinco tiene, asimismo, mucha importancia en la India, sobre todo en lo atañedero
a ideas psicológicas o a observancias religiosas; por eso hablan los hindúes de los cinco órganos 168
ent e
Pos
mayas
y
quichés
de la inteligencia, por cuyo medio se perciben los objetos externos, de los cinco órganos de la acción, de los cinco elementos, de las cingo grandes oblaciones, de los cinco grandes sacrificios, de los cinco grandes fuegos, etc. En Mayax era también un número místico, puesto que este símbolo ens cuentra esculpido en cada extremo del departamento meridional existente en el edificio consagrado a la celebración de los misterios sagrados. Este número se repite en el de escalones que conducen desde los patios o terrazas a las habitaciones principales de la “Casa del Gobernador”, “al palacio del rey Can” y a otros edificios de Uxmal, así como en otras construcciones. Este número se aplica particularmente a la segunda de las tres plataformas de que está compuesta la base en que descansan todos los templos antiguos y palacios de los mayas. En los ritos de la Francmasonería moderna es, asimismo, el número sagrado relacionado con el segundo grado. La leyenda de todos los compartimientos en que se halla dividido el códice Troano, así como sus capítulos se componen de cinco caracteres, para indicar que dichas leyendas son los encabezamientos, esto es, el ho-ol, el principio, la cabeza. Este número debió adquirir su carácter sagrado en los misterios de los mayas para recordar el número de hijos del rey Can; pues, además de sus E
qa
Los
mistertol
ODA.
tres hijos Cay, 4ac y Coh, este Rey tuvo de su esposa Zo, dos hijas, llamadas Moo y Nicté, cuyos nombres se parecen extraordinariamente a 7-Mau, uno de los nombres de Isis, y a N1ké, su hermana. De suerte que el rey Cam tuvo cinco hijos de su esposa Zo, los mismos que Seb de su esposa Nut en Egipto, quienes se llamaban Aroeris, Set, Ostris, Isis y Niké. Extraña coincidencia que, sin embargo, puede darnos una idea del origen de la supercheria del número cinco. : El SIETE parece haber sido el número sagrado par excellence en todas las naciones civilizadas de la antigúedad. ¿Por qué razón? Esta pregunta no ha. sido contestada jamás de modo satisfactorio. Cada pueblo ha dado una explicación diferente siempre de acuerdo con los dogmas particulares de su religión. No cabe duda alguna de que era el número principal para los iniciados en los misterios sagrados. Pitágoras, que había aprendido sus ideas acerca de los números de labios de los egipcios, denomina al número siete el “Vehículo de vida”, que contiene al cuerpo y al alma, puesto que está formado por un cuaternario — Sabiduría e Intelecto — y Por una trinidad o acción y materia. El emperador Juliano se expresa de la siguiente manera en Matrem y en Oratio: “Si yo pudiera tratar acerca de la iniciación en los sagrados misterios que celebraban los caldeos, diría en lo atañedero S1JO
entre
los
mayas
y
quiíchés
al dios de los siete rayos que conducían al alma hacia él, cosas que ignora la plebe, pero que conocen de sobra los bienaventurados teurgos.” Hoy día no podemos más que hacer conjeturas acerca de este conocimiento y de la explicación esotérica de la causa a que obedeció esta mixtificación; explicación que es probable que se pueda encontrar en algún acontecimiento de la historia primitiva de la raza cuyas tradiciones están esparcidas por toda la tierra. Hemos visto antes que la familia del rey Can constaba de siete miembros, quienes llegaron a ser los gobernantes de las siete ciudades que llevan sus nombres, cuyas ruinas existentes en los bosques del Yucatán causan admiración a quien las contempla por la riqueza y hermosura de su ornamentación y por la solidez y perfección de las paredes de sus templos y palacios. Estos personajes deificados después de su muerte han sido adorados en varios paises y lo son todavía, aunque con diferentes nombres. ¿No será el recuerdo de la existencia de estos siete gobernantes de Mayax el origen de la tradición de los siete divinos gobernantes de Egipto, de los siete Manúes que, según los - brahmanes, gobernaban el mundo en la noche de los tiempos, de los siete Rishis o santos personajes que les ayudaban, de los siete príncipes de la corte persa, de los siete consejeros del rey, de los siete Ameshaspentas o ángeles principales, de los siete 171
Los
misterios
sagrados
grandes dioses asirios, de los siete dioses primitrvos que, según creen los japoneses, habían sido sus antecesores y habían gobernado el mundo durante incalculable número de años, de los siete Cabvres a quienes tributaban culto los pelasgos de Lemnos y los samios y de los sietegrandes dioses de la teo-
gonía de los Nahuatlas? La 4h Ac chapat o serpiente de las siete cabezas, primitivos de los mayas, es bros de la familia del rey reproducida, acaso, en la
totem de los siete reyes decir, de los siete miemCan, ¿no se encuentra celeste serpiente de las
siete cabezas donde descansa Vishnú, el creador indio que corresponde al Kneph egipcio o al Mehén
(Canhel) de los mayas; o en las siete serpientes que forman la corona de Siva; o en el dios Hep-
taktis, el de los siete rayos, sobre quien no quería hablar Juliano? : Parece ser que la duración de ciertos festivales religiosos se fijó para conmemorar la existencia en la Tierra de estos siete dioses o reyes primitivos,
cuya tradición encontramos en todos los pueblos en que hemos descubierto vestigios de los mayas. De esta manera vemos los siete días del festival de los misterios eleusinos, los siete días del festival
celebrado en honor del buey Apis, simbolo de Osiris y los siete días de la fiesta de los tabernáculos. No cabe duda de que el sistema septenario fué adoptado con el mismo objeto en Mayax, puesto 172
EN
AO SA
AS
yr
quichés
que siete eran las ciudades dedicadas a los miem-
bros de la familia real de Can; siete las pirámides que servían de ornato a la ciudad de Uxmal; siete las torrecillas que ornamentaban la fachada sur existente en el ala norte del palacio del rey Can, en cada una de cuyas torrecillas estaba inscrito el nombre de un miembro de su familia (las dedicadas a las mujeres se hallaban en el extremo oriental del ala); siete las gradas en que está dividida la tercera plataforma, sea la más alta de las que sirven de subestructura a los templos y palacios; siete las gradas superpuestas de que constan todas las pirámides, que nos recuerdan las siete terrazas del templo de las siete luces existentes en Borsippa, que es el más perfecto de los templos caldeos en forma de torre, y nos traen a la memoria la pirámide escalonada de Sakkara, aunque en esta pirámide egipcia son más numerosos los escalones. Recuérdense, además, las siete habitaciones construídas en la parte occidental del montículo cónico que sirve de base al templo en que se celebraban los misterios de Uxmal. También en este caso cada habitación está dedicada a uno de los miembros de la familia del rey Can, estando el busto de la persona a quien se consagra esculpido sobre la puerta.
No se olviden las siete hiladas de piedras empleadas en la construcción de los muros y de las bóvedas triangulares que forman los techos de las habi173
Los
misterios
sagrados
taciones. El mismo sistema prevalece en la construcción de la gran galería existente en la gran pirámide de Gizeh. En este monumento, así como en todos los antiguos edificios de Mayax, la escala proporcional empleada por los arquitectos para dibujar sus planos concuerda con los números 3, 5 y 7, o con sus múltiplos. La predilección que sentían por el número siete las naciones antiguas en que se celebraban los sagrados misterios se manifestaba de mil maneras diferentes. Los siete días que duró la lluvia que produjo el diluvio, según los caldeos, se hallan reproducidos en los siete días de diluvio profetizados por Vishnú a Satyravata de que habla el Bhagavata purana; en los siete días de duración del mismo acontecimiento que profetizara el Señor a Noé; en los siete Marauts o genios de los vientos de la jerarquía mazdeísta; en las siete vueltas de la escalera de Mithra. Los sacerdotes babilonios usaban siete vasijas en sus ceremonias para conmemorar los siete días del diluvio. Los arios tenían los siete corceles que arrastraban el carro del sol, las siete Apris o formas de la llama, los siete rayos de Agm y los siete pasos que dió el Buddha en su nacimiento. Entre los hebreos encontramos las siete lámparas del arca y de la visión de Zacarías, los siete brazos del candelabro de oro, los siete días de la fiesta de la dedicación del templo, los siete
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años de plenitud y los siete años de hambre; en la dispensación cristiana, las siete ¡iglesias dirigidas por los siete ángeles, los siete candelabro3 de oro, las siete cabezas de la bestia que surgió del mar, los siete sellos del libro, las siete trompetas de los ángeles, las siete redomas llenas de la ira de Dios y las siete últimas plagas del Apocalipsis; en la mitología griega, las siete cabezas de la hidra a que dió muerte Hércules y las siete islas consagradas a Proserpina de que hace mención Proclo. El predominio del siete como número místico entre los habitantes del “Continente Occidental” no es menos considerable. Frecuentemente se halla en el Popol-Vuh. Vuelve a encontrarse en las siete familias que, según refiere Sahagún y Clavijero, acompañaron al místico personaje llamado Votán, a quien se atribuye la fundación de la gran ciudad de Nachán, que algunos identifican con Palenque; en las siete cavernas de donde es fama que salieron los antecesores de los nahualtas; en las siete ciuda-
des de Cibola, descritas por Coronado y Niza, cuyo emplazamiento ha sido fijado con precisión por Franc Cushing en las cercanías de la villa de Zuñi; en las siete Antillas y en los siete héroes que, según es tradición, sobrevivieron al diluvio.
¿Puede sostenerse, acaso, que es puramente accidental esta aceptación del siete como número místico por naciones tan heterogéneas que vivían 175
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en lugares muy distantes en los tiempos antiguos? Nunca se ha podido descubrir dónde tuvo origen esta superchería. Nos ha sido transmitida por nuestros antecesores, quienes la habían aprendido de los suyos y sin saber por qué se ha convertido en número sagrado del tercer grado en los ritos iniciáticos de la Francmasonería. Cierto es que al recibir este grado se explica a los iniciados cuál es el significado esotérico que se ha dado al número siete en los tiempos modernos; pero este significado no nos descubre el origen de su conversión en número místico. En una palabra, es invención de nuestros días (*). Es evidente que era el número sagrado correspondiente al grado supremo de los misterios de Mayax. Hemos visto que 3 era el número de los hijos varones del rey Can; 5, el de sus hijos e hi-
jas, y, por consiguiente, 7, el de toda su familia. (*) El número siete es místico porque es la base del orden en la Naturaleza para nuestro universo, considerado desde el punto de vista de la evolución en su aspecto sutil y espiritual y en consecuencia también del material. Siete son los grandes Poderes Cósmicos; siete los globos sutiles que constituyen el complemento de la Tierra; siete los principios que integran la evolución humana; siete las grandes Razas que completan la evolución humana en la Tierra; siete los cuerpos o envolturas que integran al hombre; siete son los grandes ciclos en que se desenvuelve la evolución de nuestro Universo Solar; siete son las tónicas de las fuerzas vibratorias, siete las notas musicales, siete los colores del espectro, etc., etc. Largo sería exponer la extensión aplicada de este número que ha
sido siempre objeto de estudio profundo de parte de filósofos, metafísicos, místicos de todas las edades y países. (N, del E.) 176
CONTRERAS
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Por lo tanto, no es improbable que, con objeto de conmemorar este hecho, se hiciera del 7 el número sagrado del tercer grado de sus sagrados misterios, y que este fuera el origen de su conversión en número místico. En estas páginas he presentado 'sin comentarios los hechos relativos a la historia, civilización, conceptos cosmogónicos, dogmas religiosos y prácticas de los antiguos habitantes del Yucatán que he logrado descubrir gracias a doce años de excavaciones y búsquedas entre las ruinas de los antiguos templos y palacios de los mayas, así como al conocimiento de su idioma (que todavía hablan sus descendientes en algunos lugares en toda su pureza, como en las cercanías de Petén) y merced a haber descifrado ciertas inscripciones murales, al estudio del libro sagrado de los quichés y a la interpretación de párrafos del códice Troano. Al lector atañe ver si estos hechos son dignos de reflexión y juzgar si estoy en lo cierto cuando sostengo que el conocimiento de la historia de los primitivos moradores de estas “Tierras de Occidente” puede servir de ayuda para levantar el velo
que ha cubierto durante tantísimos siglos el origen de las primeras tradiciones humanas. El primer informe anual emitido por el comité ejecutivo del “Instituto arqueológico de América” dice que: “El estudio de la arqueología americana ha de ha-
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MELIDE
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cerse en los monumentos de una raza que nunca al- : canzó un alto grado de civilización y que no ha dejado ningún documento fidedigno de historia continua; de una raza cuya inteligencia pertenecía por lo general a un orden inferior, cuyos senti_mientos y emociones tenían estrechos límites y cuya imaginación no fué lo suficientemente viva para expresarse en forma poética o artística. De lo que fué esta raza y de lo que hizo nada podremos aprender que tenga relación directa con el progreso de civilización. Pues bien, aunque la cultura de los firmantes de estas asombrosas frases me merece grandes respetos, permitidme que diverja de sus opiniones; y diverjo porque he visto y he fotogra-
fiado las construcciones que nos han legado las poderosas razas que nos precedieron en el continente, y ellos no las han visto; diverjo porque he estudiado durante años, in situ, estos monumentos, esos testimonios del alto grado de civilización a que llegaron sus constructores, y ellos no lo han hecho; diverjo, porque he aprendido el lenguaje en que los mayas han consignado por lo menos parte de su historia en inscripciones esculpidas en piedra, y he leído algunas de esas inscripciones, mientras que ellos no lo han hecho. Cierto es que en este continente y no lejos de Nueva Orleáns existen reliquias de pasadas generaciones tan interesantes, si no más que las de Egipto, Babilonia, Grecia e 178
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Italia; reliquias que son dignas de ser estudiadas por todos los estudiantes de arqueología, de etnología, de historia y de filología. Estamos todavía a tiempo de evitar que se destruyan por completo los últimos documentos de la antigua historia americana que se están desmoronando día tras día o que son destruidos por los ignorantes o por los codiciosos. Si dejamos transcurrir unos cuantos años más sin tomar una firme determinación, habrán desaparecido todos los vestigios inteligibles de las razas aborígenes. ¿Es que no se va a hacer nada en este país para conservar los restos de la antigua civilización americana, civilización que fué al parecer el manantial de origen en que los filósofos de todas las naciones existentes en la más remota antigúuedad vinieron a beber inspiración y a aprender su cultura de labios de los sabios mayas? Los americanos han fundado en Atenas escuelas para estudiar la arqueología griega, y han instituido centros en Alejandría, para descifrar las inscripciones grabadas en los muros de los tem-" plos, en los obeliscos y en los papiros encontrados en las tumbas de Egipto. ¿No es hora ya de que los hombres de estudios de los Estados Umidos dirijan su atención a la antigua historia del continente en que viven? Esta historia no se ha perdido enteramente y el idioma en que está escrita no es una lengua muerta. El idioma maya es una lengua 170
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contemporánea de la sánscrita, si no más antigua que ella, Los nombres Alpha, Beta, Gamma, etc., con que se designan las letras del alfabeto griego forman un curioso poema épico en aquel idioma. Existen muchas interesantes inscripciones que sólo aguardan a ser descifradas para esclarecer los pasados anales de la raza americana. Gran parte de estos documentos se conservan en la ciudad de Nueva York. Ellos han de revelarnos la historia de las poderosas naciones que habitaron en este continente occidental, así como el origen de muchas de nuestras tradiciones primitivas. ¿Por qué no se funda en el Yucatán, junto a las ruinas de los templos y colegios del sabio sacerdocio maya, una escuela en que los arqueólogos americanos puedan aprender su idioma, así como lo que conocían los sabios mayas acerca del origen del hombre, del desarrollo intelectual de éste, del pasado de su pueblo y de los colonizadores que enviaron a otras partes del mundo, para difundir las artes, las ciencias, la
_ religión y la civilización del país materno de la cual no es la nuestra más que una descendiente? La señora Le Plongeon y yo hemos salvado de la destrucción numerosos e importantísimos documentos y reliquias y hemos encontrado una llave que abre esta cámara de los misterios, después de doce años de incesante labor y de grandes penalidades, sin haber sido ayudados por ningún gobier180
entre
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no ni por ninguna sociedad científica. Hemos tenido que luchar contra la oposición y salvar los innumerables obstáculos que nos han puesto quienes deberían habernos protegido, pues hasta el mismo gobierno mejicano nos robó nuestros hallazgos, negándose a indemnizarnos del dinero que invertimos para hacer estos descubrimientos. ¿Consentiremos que esta cámara permanezca cerrada más tiempo todavía? Nosotros hemos levantado por lo menos en parte el velo que cubría a la historia remota de la humanidad en América. ¿Se consentirá que vuelva a caer? ¿No harán los hombres de estudio americanos y los potentados estadounienses ningún esfuerzo para arrancar por completo este velo? Ñ
Fin
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Detalles de un manuscrito maya.
La masonería y los misterios sagrados entre los mayas y quichés se terminó de imprimir en agosto de 2008. La impresión de forros e interiores se llevo a cabo en el taller de litografía de: Berbera Editores o. Ame CY
KT
viene de la primera solapa
investigación general futura, su trabajo fotográfico era metódico y tomó centenares de fotos tridimensionales, documentó edificios enteros de los mayas tales como el palacio del gobernador en Uxmal en fotos traslapadas colocando la cámara fotográfica en un trípode o un andamio alto para corregir la perspectiva y después procesaron las placas en los cuartos oscuros de los edificios mayas, además de fachadas enteras de edificios, también fotografiaron las partes pequeñas y los detalles arquitectónicos tales como las partes altas, las inscripciones jeroglíficas del maya y las esculturas. | En Chichen Itza excavaron lo que llamaron un “Chac Moo!” de una eS conocida como la “plataforma de las águilas y de los Jaguares”, documentaron su excavación de la plataforma de Venus con las bros así como el plano y los dibujos seccionados transversalmente, también visitaron y fotografiaron otros sitios mayas tales como Ixamal, Isla Mujeres, Cozumel, Cancún, y Ake y viajaron a Belice (Honduras británica).
Se le conoce también por su traducción del códice de Troano, traducción que es conocida por todos los estudiosos en arqueología. Detalló la destrucción del continente perdido de Mu, que él imterpretó como La Atlántida. Por los 1880s, mientras que otros estudiosos aceptaban completamente que los mayas eran posteriores a los egipcios, Le Plongcon rechazó rendirse a los nuevos Fesultados y desafió a esos estudiosos que él consideraba como arqueólogos de “butaca”, pero la cronología y la evidencia contrala teoría de Le Plongeon lo abrumaban por lo que fue marginado de los círculos intelectuales. Nunca le reconocieron completamente su trabajo arqueológico en Yucatán,
pero las más de 500 fotos todavía sigue siendo una con
tribución importante a la arqueología americana. Augustus pasó el resto de su vida en Brooklyn, N. Y. Escribiendo sobre las Conexio-
nes entre los mayas y los egipcios, defendiéndose contra sus detractores. Augustus Le Plongeon murió en Brooklyn en 1908 a la edad de 83 años; Alicia le siguió en 1910 a la edad de 59 años. Una colección de los trabajos del Le Plongeon reside actualmente en el instituto de investigación Getty en Los Ángeles. El archivo contiene los expedientes originales que cubren sus recorridos de 1860 a 1910 incluyendo
los diarios, los manuscritos,
lás notas de
estudiante inéditas, correspondencia y documentación. fotográfica extensa de la arquitectura, escultura antigua y estudios etnográficos.
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Quiero demostrar que los antiguos y sagrados misterios y, por consiguiente, el origen de la Francmasonería, datan de un período mucho más remoto de lo que suponen los más entusiastas estudiantes de su historia. Voy a seguir paso a paso sus huellas partiendo de este continente que habitamos, América, desde donde
los colonizadores mayas transportaron sus antiguos ritos y ceremonias religiosas no solo a las orillas del Nilo, sino también a las del Éufrates y a las costas del Océano Índico, hace por lo menos 11500 años.