La Elaboración del Círculo Productivo Romano como Imperio Mediterráneo (348-218 AC): Materiales arqueológicos para una historia crítica del período medio-republicano 9781841713328, 9781407325378

Materiales arqueológicos para una historia crítica del período medio-republicano

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Spanish; Castilian Pages [232] Year 2003

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Índice
Agradecimientos
Introducción
Capítulo 1: El papel mediador de la Magna Grecia y Siciliaen el litoral ibero mediterráneo
Capítulo 2: Las grandes tranformaciones políticas del Mediterráneo occidental a través del problema de las ánforas vinarias greco-itálicas.
Capítulo 3: Las producciones del Taller de Pequeñas Estampillas y su significación en la lucha por los mercados mediterráneos
Capítulo 4. Vías de penetración del fenómeno distributivo romanoen el litoral ibero mediterráneo
Capítulo 5. Estructuras comerciales romanas en el período pre-anibálico
Capítulo 6. El potencial económico de Saiganthé como 'casus belli' en el estallido de la Segunda Guerra Púnica
Capítulo 7. Una lectura económico-política de la dinámica de mercado
Capítulo 8. El proceso de producción y la estructura económica
Capítulo 9. Hacia un modelo político, económico y social de la distribución
Tablas
Cartografía específica
Fuentes y bibliografía
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La Elaboración del Círculo Productivo Romano como Imperio Mediterráneo (348-218 AC): Materiales arqueológicos para una historia crítica del período medio-republicano
 9781841713328, 9781407325378

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La Elaboraci6n del Circulo Productivo Romano como Imperio Mediterraneo (348-218 AC) Materiales arqueol6gicos para una historia critica del periodo medio-republicano

Juan Carlos Dominguez Perez

BAR International Series 113 7 2003

Published in 2019 by BAR Publishing, Oxford BAR International Series 1137 La Elaboración del Círculo Productivo Romano como Imperio Mediterráneo (348-218 AC) © Juan Carlos Domínguez Pérez and the Publisher 2003 e-mail: jcarlosdp @hotmail.com The author’s moral rights under the 1988 UK Copyright, Designs and Patents Act are hereby expressly asserted. All rights reserved. No part of this work may be copied, reproduced, stored, sold, distributed, scanned, saved in any form of digital format or transmitted in any form digitally, without the written permission of the Publisher. ISBN 9781841713328 paperback ISBN 9781407325378 e-book DOI https://doi.org/10.30861/9781841713328 A catalogue record for this book is available from the British Library This book is available at www.barpublishing.com BAR Publishing is the trading name of British Archaeological Reports (Oxford) Ltd. British Archaeological Reports was first incorporated in 1974 to publish the BAR Series, International and British. In 1992 Hadrian Books Ltd became part of the BAR group. This volume was originally published by John and Erica Hedges in conjunction with British Archaeological Reports (Oxford) Ltd / Hadrian Books Ltd, the Series principal publisher, in 2003. This present volume is published by BAR Publishing, 2019

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A mis hijos, Alvaro y Laura, cuyo carifio ha sido el mayor descubrimiento de mivida

iNDICE indice Agradecimientos Introducci6n

I V VII

Capitulo 1: El papel mediador de la Magna Grecia y Sicilia en el litoral ibero 1 I : Introducci6n (p. I) 2. ldeografia de la colonizaci6n en el siglo IV AC (p. 5) 3. El siglo III AC: la disoluci6n de la identidad magnogreca en la dialectica punico-romana (p. 9)

Capitulo 2. Las grandes transformaciones politicas del Mediterraneo occidental a traves del problema de las anforas vinarias greco-italicas

11

I. El problema hist6rico, los litnites historiograficos (p. 11) 1.1. La importancia del vino en los mercados occidentales 1.2. Greco-italicas 'versus· Magnogreco-siciliotas: concepto, tipologia y ambito 2. Las anforas vinarias greco-italicas: dispersion geografica (p. 15) 2.1. La concentraci6n de los hallazgos en el area magnogreco-siciliota 2.2. C6rcega y Cerdeiia 2.3. La Italia continental 2.4. Cartago y los territorios dependientes norteafricanos 2.5. La Provenza y el Languedoc 2.6. Noreste de la Peninsula lberica, Levante y Baleares 2.7. La Peninsula lberica al sur de Mastia 3. Contextos materiales (p. 22) 3 .1. Los materiales anf6ricos vinarios y olearios 3 .1.1. Las anforas punicas Maiia CI a y CI b 3.1.2. Las punico-ebusitanas PE-14 y PE-15 3 .1.3. Las massaliotas "Benoit 2" y corintias "B" de Koehler 3.1.4. Las punico-gaditanas Mana-Pascual A4 3.1.5. Otros contenedores: etruscos, griegos del Egeo, ibericos, ... 3.2. La ceramica de bamiz negro 3 .2.1. El bamiz negro atico 3.2.2. Las producciones romanas tempranas del Lazio, Etruria y Carnpania 3.2.3. La ceramica de Gnathia 3.2.4. La Campaniense A arcaica 3.2.5. Las producciones siciliotas y punicas centro-mediterraneas 3.2.6. Otras producciones regionales 3.3. Otros productos asociados: los lingotes de plomo 4. Origen del proceso de producci6n y distribuci6n (p. 30) 4 .1. Centros de producci6n localizados 4.1.1. En Apulia, Lucania y el Bruttium 4.1.2. En la Sicilia griega 4.1.3. En la epikrateia punica 4 .1.4. En la Campania 4.1.5. En Etruria y el Lazio 4.2 . Las imitaciones regionales occidentales

4.2.1. Jonio-massaliotas 4.2.2. Punico-ebusitanas 4.2.3. Punico-gaditanas 5. Epigrafia anf6rica (p. 32) 5 .1. Las inscripciones en griego 5.2 . Las inscripciones bilingiies 5 .3. Las inscripciones en griego con lectura it:alica 5.4 . Las inscripciones latinas e it:alicas 6. El debate sobre el origen geopolitico y econ6mico (p. 38) 6.1. Una lectura preliminar 6.2. La evidencia magnogreca 6.3. La "pista siciliana" 6.4. La lParticipacion? punico-siciliota 6.5. La "sospecha etrusco-campana" ... bajo control romano 6.5. 1. Los talleres localizados 6.5.2 . Las estampillas latino-campanas 6.5.3. Este negocio "innoble" tambien enriquece a los no-privilegiados 7. La titularidad economico-politica del proceso de produccion y distribucion (p . 52) 7. 1. Durante la epoca de los Tratados (348-264 AC) 7.2 . Desde la expulsion cartaginesa del Mediterraneo central hasta la hegemonia romana en el Occidente mediterraneo (238 -218 AC) 8. Inferencias econ6mico-politicas: el contexto historico (p. 59) 8.1. La epoca de los tratados institucionales y del comercio regulado (348-264 AC) 8.2. La polarizacion del mundo occidental (264-218 AC) . 9. Conclusiones (p. 63)

Capitulo 3. Las producciones del Taller de Pequeiias Estampillas y su significacion en la lucha por los mercados mediterraneos

65

1. Precedentes y competidores contemporaneos (p. 65) 1.1. La ceramica de bamiz negro en el Meditemineo 1.2. Los talleres occidentales de barniz negro en el horizonte ceramico "protocampaniense" 2. Las primeras exportaciones ceramicas romanas en el Meditemineo: el barniz negro estampillado (p. 69) 2.1. ldentificacion 2.2. Difusi6n 2.3. Modelo de distribucion 2.4. Origen y consecuencia .s para su estudio y valoracion 2.5. Productos asociados

Capitulo 4. Vias de penetracion del fen6meno distributivo romano en el litoral ibero mediterraneo 1. Responsables y agentes comerciales (p. 77) 2. El sistema de distribucion (p. 78) 3. Estructura global del proceso (p. 79) 4. Centros de distribucion y redistribucion (p. 81) 4.1. En la region del Rodano y de los rios Herault, Orb , Aude y Orbieu 4.2 . En la region de los rios Fluvia, Muga y Ter 4.3. En la region del Besos y el Llobregat 4.4 . En la region del Ebro y el Cardoner 4.5. En la region de los rios Mijares, Palancia y Turia 4.6. En las Baleares 4.7 . En la region del Jucar y el Serpis 4.8. En la region del Vinalopo y el Segura 4.9. En la region del Mar Menor y el Golfo de Mazarr6n 5. La distribuci6n comercial sefiala los nuevos objetivos politicos romanos (p . 95)

II

77

Capitulo 5. Estructuras comerciales romanas en el periodo pre-anibalico

99

I. Introducci6n (p. 99) 1.1. Prejuicios historiograficos 1.2. Emporios, puertos y escalas 2. Estructuras comerciales romanas (p. I 00) 2.1. El "Portus Tiberinus" 2.1.1. Antecedentes: el puerto fluvial etrusco 2.1.2. El desarrollo en epoca medio-republicana 2.1.3. El nuevo "emporium" de epoca post-anibalica 2.2. El complejo reticular portuario romano 2.2.1. Los puertos laciales y campanos 2.2.2. El "Portus Cosanus" 2.2.3. Populonia 2.2.4. Los puertos de acceso preferencial al Mediterraneo oriental: Brundisium, Tarentum, Siracusa y Puteoli 2.2.5. Los nuevos puertos del Occidente meditemineo

Capitulo 6. El potencial de Saiganthe como 'casus belli' en el estallido de la Segunda Guerra Punica 109 I. Las fuentes clasicas respaldan al vencedor romano (p. 109) 2. La historiografia modema tambien se postula contra Cartago (p. 111) 3. Pero solo la historia material aporta nuevos datos (p. 113) 3 .1. La numismatica 3.2. La epigrafia 3.3. La arqueologia 4. Conclusiones: Saiganthe fue un objetivo calculado (p. 116)

Capitulo 7. Una lectura economico-politica de la dinamica de mercado

119

1. Cartago se entiende con Roma como dicen los Tratados (p. 119) 2. Los punicos tambien tienen sus productos en los mercados (p. 122) 3. De la confederaci6n de intereses a los bloques cerrados (p. 126) 4. Argumentos comerciales romanos: las crisis de subsistencia demuestran la desigualdad de los ciudadanos (p. 129) 5. Una politica econ6mica global (p. 133)

Capitulo 8. El proceso de produccion y la estructura economica

139

1. El producto y los medios de producci6n (p. 139) 2. Las relaciones tecnicas y sociales de producci6n (p. 142) 3. Viejas y nuevas relaciones de producci6n (p. 147) 4. El sistema econ6mico derivado: producci6n, distribuci6n, uso y consumo (p. 155)

Capitulo 9. Hacia un modelo politico, economico y social de la produccion y la distribucion I. El beneficio material antes de la unidad monetaria y de la unificaci6n (p. 159) 2. Consumaci6n del pacto de estado: gesti6n publica de intereses privados (p. 161) 3. Un nuevo modo de producci6n afm a la capitalizaci6n (p. 168)

III

159

173

Tablas I. Hallazgos de ceramica del Taller de Pequefias Estampillas en el Meditemineo occidental (p. 173) II. Principales vias de penetraci6n del fen6meno distributivo romano en el litoral ibero peninsular (p. 183) III. Censos romanos en los siglos IV- III AC (p. 185)

Cartografia especifica - Mapa de distribuci6n de las anforas occidental (p. 187) - Mapa de distribuci6n de las anforas occidental (p. 189) - Mapa de distribuci6n de las anforas occidental (p. 191) - Mapa de distribuci6n de la ceramica occidental (p. 193)

187 greco-italicas "WILL-A2/MGS IV" en el Mediterraneo greco-italicas "WILL-Al/MOS

V" en el Mediterraneo

greco-italicas "WILL C-D//MGS VI" en el Mediterraneo del Taller de Pequefias Estampillas en el Mediterraneo

Fuentes y bibliografia

195

IV

AGRADECIMIENTOS Este libro tiene un gran debito con una serie de personas que contribuyeron significativamente a que las investigaciones iniciales concluyeran en nuestra Tesis Doctoral, leida en la Universidad de Sevilla el 23 de Noviembre de 2001 y base de este trabajo, aunque, como suele ocurrir en estos casos, no son responsabilidad mas que del autor los extremos argumentativos a los que podamos haber llegado. Al Profesor Dr. D. Oswaldo Arteaga Matute, Director del Departamento de Prehistoria y Arqueologia de la Facultad de Geografia e Historia de la Universidad de Sevilla y Director .de esta Tesis, que acogi6 de manera entusiasta un proyecto como era este, muy atrevido y critico con los fundamentos mas incuestionados de los estudios romanos republicanos. Siempre fue muy importante para mi descubrir que no estaba "solo" en la interpretaci6n inicial de estos a:fios oscuros y en la necesidad de una nueva propuesta interpretativa que, basada en la arqueologia, superara los limites auto-impuestos desde nuestros propios parametros historiograficos contemporaneos. Su vision global, ademas, del Mediterraneo de estos a:fios, donde los punicos dominaban su propia parte del mundo, plante6 una vision mucho mas hist6rica de la dialectica Roma-Cartago que en muchos casos no habia sido planteada mas que como estudio parcial de uno u otro. A la Profesora Dra. Da. Anna-Maria Ross, Directora del Proyecto Porcuna de excavaciones en la antigua ciudad de Obulco, asi como a todos los compa:fieros de este, que compartieron conmigo su experiencia y prodigaron su paciencia, en el que pude formanne inicialmente y cuya contribuci6n result6 fundamental en mi familiarizaci6n personal con la metodologia y las tecnicas mas fundamentadas del conocimiento arqueo16gico. Al Profesor Dr. D. Jose Ramos Mu:fioz, Director del Grupo de Investigaci6n HUM-440 de la Junta de Andalucia y de la Revista Atlantica-Mediterranea de Prehistoria y Arqueologia Social de la Universidad de Cadiz, que siempre confi6 en mi y me hizo un sitio en ambos proyectos desde el que pude aprender de manera privilegiada. Este agradecimiento corresponde tambien en justicia a su familia, que siempre me acogi6 en su casa con carifio. A los Profesores Arteaga y Hoffmann que me confiaron para una parte esencial de este trabajo el material inedito extraido de las campafias de excavaciones de los afios 1985 y 1986 correspondientes al Proyecto Costa realizado en el litoral andaluz. A los miembros integrantes del tribunal de aquella Tesis, D. Alberto Prieto Arciniega, Catedratico de Historia Antigua de la Universidad Aut6noma de Barcelona, D. Pedro Saez Fernandez, Profesor Titular de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla, D. Fernando Wiilff Alonso, Profesor Titular de Historia Antigua de la Universidad de Malaga, D. Jose Beltran Fortes, Profesor Titular de Arqueologia de la Universidad de Sevilla y D. Enrique Garcia Vargas, Profesor Asociado de esta misma Universidad, cuyas aportaciones tanto del dia de su lectura como en contactos posteriores fueron en todo caso consideradas sabre el texto original que ellos pudieron leer para la Tesis.

V

A aquellos amigos que encontre en mi lugar de trabajo que supieron entender esta "afici6n" y me dieron en todo momento un apoyo y una comprensi6n imprescindibles cuando cada mafiana tenia que cambiar de registro, especialmente a Charo Mora (a la que martirice con interminables charlas sobre greco-italicas y Pequefias Estampillas ), a Fernando Sanz y el resto de su familia. Y a Carlos de la Torre, que, ademas de ser el "alma" de todos los procesos informaticos , puso siempre su gramo de humor y su generosidad en cada trabajo. A mis padres que me ensefiaron desde pequefio cual era el unico camino. Por ultimo, y mas importante , a mi mujer y mis hijos que demostraron una paciencia infinita conmigo en aquellas interminables jomadas de trabajo y que comprendieron desde el principio que, teniendoles a mi lado, nada me hacia mas feliz que pasar el tiempo estudiando cuanto aqui se ha escrito. A ellos, gracias. Todos estan presentes en cada pagina de este libro.

VI

INTRODUCCION

Hacer Historia de Roma, fuera de los grandes periodos republicano, augusteo o imperial, es muy complicado. Mucho mas lo es pretender realizar un analisis social solidamente argumentado de cualquier epoca de la Republica que no se centre en los dos ultimos siglos, la epoca de Caton y los Gracos, de Si/a, Mario, Ciceron o Cesar. Este intento de estudio de la epoca en que se producen las grandes transformaciones de/ periodo republicano, de/ arco cronologico que va desde la conclusion de la epoca arcaica (monarquica y republicana) a la ma/ llamada "era de las grandes conquistas" de/ Mediterraneo, no podia partir mas que de una revision critica de los materiales arqueologicos que son o deben considerarse romanos. En esta consideracion era fundamental, por tanto, una progresiva y cualificada definicion de lo que nosotros entendemos como circulo economico-productivo etrusco-campano-lacial, que Roma elabora desde finales de/ siglo IV AC como celula de su futuro imperio mediterraneo. Pero esta necesidad chocaba no solo con las limitaciones historicas e historiograficas de los estudios clasicos. Tambien lo hacia con la vision mas conservadora de la arqueologia positivista y decimononica que, de manera nada inocente, aun hoy en dia mantiene sus activos conceptuales, incapaz de registrar o reconocer un cambio a pesar de/ fracaso de sus propuestas sobre los cambios de estos aii.os. Nosotros, por el contrario, utilizando muy especialmente los ultimos hallazgos realizados por una disciplina muy }oven y prometedora como es la arqueologia subacuatica, los recientes trabajos de ceramologia y arqueometria sobre los materiales que forman parte de nuestro ambito de estudio y sin olvidar las contribuciones de una historiogra.fia critica que no tiene nada en comun con la historia politico-factual tradicional, apostamos desde un principio por una propuesta alternativa que recoge un conjunto material en gran medida incontestable, asi como la necesidad acuciante de interpretarlo. En este intento las bases de nuestro trabajo son evidentes: proceder en orden inverso al mismo proceso de produccion y distribucion, aislar los centros finales y los productos, recorrer de vuelta el viaje transmediterraneo y alcanzar los centros de fabricacion, sorprender a 1os alfareros y operarios, a los esclavos y encargados en sus dedicaciones basicas e identificar ya en la Urbe a los dueii.osde los fundos, a los padres de la patria defendiendo la dignidad de esta y sus derechos en Sicilia, en Sagunto o en Cartago. Desnudar los intereses ocultos que hemos conocido a traves de los acontecimientos historicos es la aspiracion de esta continua confrontacion de fuentes tradicionales, metodos renovados y tecnicas de reciente aparicion. A traves de la ceramica de barniz negro de/ Taller de Pequeiias Estampillas, de las anforas greco-italicas arcaicas fabricadas en Etruria, el Lazio y Campania durante el siglo Ill y, finalmente, de aquellas producciones tradicionalmente elaboradas en las ciudades de reciente conquista por Roma y que desde este momento los romanos

VII

distribuyen por todo el Mediterraneo occidental podemos redefinir que clase de ciudad-estado era Roma en estos aiios y, por supuesto, el resultado final no tiene nada que ver con la imagen que las fuentes escritas y la historiografia moderna nos ha transmitido y que tantas veces hemos repetido sin contrastarlo.

VIII

Capitulo 1: El papel mediador de la Magna Grecia y Sicilia en el litoral ibero mediterraneo 1. Introduccion

A mediados del siglo IV AC se produce en la practica totalidad del Mediterraneo occidental la sustituci6n del bamiz negro atico por productos similares realizados en la Peninsula Italica y otros centros occidentales (Oliver Faix, 1990-91: 184; Garcia Cano, 1985: 67; Blanquez Perez, 1990: 16-17)1. Ante el hundimiento de Atenas en el Mediterraneo occidental se consolida la presencia de Corinto, aunque con unas limitaciones claras, y se proyecta el papel de Siracusa, que desarrolla una politica prohelenica desde Dionisio el Viejo (405-367 AC) frente a Cartago. Fruto de su supremacia econ6mica, ocupa el lugar dejado por los etruscos en el Tirreno ocupando las Islas Lipari y C6rcega, saqueando Pyrgi y Caere y estableciendo un ferreo control en el Estrecho de Messina que utiliza para controlar tambien el Adriatico. La pujanza de su moneda de plata (frente al bronce etrusco), su alianza con Tarento y su bien medida funci6n de intermediaria obligada entre Grecia y Massalia, sin dejar de lado sus relaciones con Esparta (con quien comparte, coma con Corinto, el "espiritu d6rico"), la consolidaran afios mas tarde coma la gran potencia politica y comercial de la zona. Y la unica capaz de frenar, de momenta, el poder de Cartago. Ademas de las producciones de la zona que se estudian en este punto, podemos apreciar su pujanza en el Mediterraneo occidental a traves de las emisiones monetales de esta epoca que realiza Emporiom por primera vez utilizando curios de tipo siracusano. En Occidente esta caida de las importaciones aticas fue amortiguada por las primeras producciones locales de los "barbaros" helenizados. En la practica conlleva la sustituci6n paulatina de las conocidas producciones por nuevos generos de calidad similar fabricados en centros coma Tarento y Siracusa que llegaran, incluso, a ser exportados a Oriente invirtiendo el sentido comercial de muchos afios. Esto supone la lenta decadencia del papel tradicionalmente desempefiado por Atenas y Corinto, la consolidaci6n de la prosperidad de Cartago y la aparici6n de nuevas ciudades postulantes coma las arriba sefialadas que, al igual que Roma, comenzaban a posicionarse en la complicada red de alianzas del Mediterraneo 2 • 1

La sustituci6n de las producciones aticas por las suditalicas (frecuentemente mal conceptualizadas como protocampanienses) pueden verse claramente en multitud de yacimientos como los siguientes: Covalta (Albaida, Valencia) (Vall De Pia, 1971: 181-187); santuario iberico del Cigarralejo (Mula, Murcia) (Cuadrado Diaz, 1950: 165-171); La Cadira del Bisbe (Premia de Dalt, Maresme) (Alvarez y Carrasco, 1979-80: 242-249); San Miguel de Liria (Valencia) (Mezquiriz, 1954: 160-171); Puig Castellar (Pont6s, Gerona) (Oliva Prat, 1968: 171-173); y en la antigua Carthago Nova (Murcia) (Martin Camino, 1994: 47-49). 2 De esta epoca data sus primeras relaciones con Massalia, en cuyo tesoro en Delfos los romanos habian depositado un tripode consagrado tras la toma de Veyes. Mas tarde concederia a los massaliotas la franquicia de derechos aduaneros en los puertos del Tiber. Por otro lado, como aliada romana frente a Siracusa, que habia ayudado a los galos, Caere recibi6 el hospitium publicum por el que los comerciantes

El papel mediador de la Magna Grecia y Sicilia

Los cartagineses, en su expansion politico-comercial por el Mediterraneo centrooccidental, habian firmado con Roma un nuevo Tratado (el del 348: Pol. III 24; Liv. VII 27, 2) que consolidaba su area de dominio en la parte occidental de Sicilia, Africa y Cerdefia, asi como en el litoral del sureste hispano, mientras reconocia de control romano el Lazio. Quedaba implicito -aunque disputado- el control por Siracusa de la parte oriental de Sicilia y la zona de los estrechos, asi como el de Massalia en el cuadrante norte, incluyendo C6rcega, las zonas tradicionales de comercio etrusco en el Tirreno norte y las plazas foceo-massaliotas del noreste hispano. Los punicos temian de Massa/la su expansion hacia el sur por la costa iberica, pero tambien de Siracusa el control por parte de su poderosa flota de los centros de interes econ6mico mediterraneos. Parece que la ciudad siciliota respondia con la fuerza y la pirateria a su debilidad interna, fruto del fracasado proyecto de restauraci6n moderada en la plaza liderado por Timole6n entre 344 y 337 AC. Al margen de esto, la evoluci6n de este siglo IV va a traer importantes cambios que demuestran que en el balance geopolitico del Mediterraneo occidental se estan produciendo importantes reajustes en el peso definitivo de cada una de las potencias. En Massalia es palpable ya desde mediados de siglo un aumento de la presencia de producciones ceramicas de la Magna Grecia (Clavel-Leveque, 1985: 44-45)3. Un proceso muy similar ocurre en Emporiom a tenor de un dep6sito de materiales hallado en el sector meridional. Junta a anforas massaliotas (PY-5), corintias (forma "A"de KOEHLER), punicas del Mediterraneo central (RAMON 7.1.2.1 de Sicilia occidental; 4.2.1.1 de Cerdefia; y 4.2.1.5 de Tunicia), punico-ebusitanas (PE-14) e ibericas, aparecen ya fragmentos de ejemplares queen opinion de los autores "deben pertenecer a las fases iniciales de produce ion que deben conducir en el siglo III AC y en Sicilia a las greco-italicas antiguas (WILL Al)" (Sanmarti-Grego, Castanyer, Tremoleda et a/ii, 1995: 33-38). Esta progresiva y manifiesta retirada de las anforas griegas 4 (salvo la presencia poco mas que testimonial de algunas corintias) es un fen6meno presente en igual medida y significaci6n en toda la Peninsula lberica, donde, salvo en Toscanos, no encontramos hallazgos de este tipo con caracter destacable (Rouillard, 1985: 39). Por otro lado, Emporiom abandona su tradicional metrologia monetal inspirada en la de Massalia y Asia Menor (la plata fraccionaria) y se incorpora a los tipos del sur de Italia y Sicilia creando emisiones propias que circularan por toda la zona costera mediterranea y, a pesar de su escasa cantidad, gozaran de gran difusi6n e imitaci6n. Se trata de numerales por lo general mas acordes con la realidad econ6mica del momenta y que incorporan elementos originales que pueden darnos algunas pistas sobre este proceso. Aparece por primera vez la leyenda completa de la ciudad ("EMPORITON') en vez de las abreviaturas tradicionales ("EM'' o, a lo sumo, "EMP"), con lo que refuerza su identidad probablemente bajo las necesidades de alcanzar a poblaciones mas alejadas a las que hasta ahora, al menos de manera directa, no habia llegado. De igual forma se modifica sustancialmente la iconografia especifica procediendo a la mezcla de imagenes y artesanos ceretanos que vivian en Roma obtenian con ello las garantias juridicas necesarias para el ejercicio de su trabajo (Chic y De Frutos, 1984: 220-221). 3 Los vasos italiotas se han encontrado junto a ceramica pre- y proto-campaniense practicamente en todos los yacimientos de la zona desde la Provenza a los Pirineos: Montlaures, Mailhac, Peyriac-de-Mer , PechMaho , Beziers, Ruscino , Sigean, Enserune, ... 4 Es de suponer que la gran conflictividad existente en Grecia en este siglo y la perdida de la hegemonia ateniense tras la Guerra del Peloponeso serian las causas de este proceso .

2

El papel mediador de la Magna Grecia y Sicilia

tipicas cartaginesas (el caballo parado) con otra griegas (la Victoria). Siguiendo su estela, a finales de siglo Rhode emitira por primera vez dracmas de gran calidad artistica y presumiblemente con la misma intencion (Campo, 1992b: 199-200). A lo largo del siglo Emporiom se consolida coma uno de los principales puertos de fin de trayecto en el Extrema Mediterraneo occidental y con importantes relaciones con Carthago, via Aiboshim, y Sicilia. De else abastecen barcos coma el del Sec merced a su actuacion coma centro redistribuidor por la costa iberica de productos de importacion a cambio de los excedentes cerealisticos panificables, obtenidos de la explotacion intensiva de los recursos circundantes5• No obstante, tal coma demuestran los ultimas vasos aticos de este siglo encontrados en poblados y necropolis de la Alta Andalucia, existen circuitos comerciales paralelos que ponen en contacto la Helade con los poblados ibericos del interior a traves de Cartago y de las factorias de la orbita punica en el sur y sureste de la Peninsula, que actuan como puertos de comercio redistribuidores de los productos importados (Lopez Domech, 1984: 143). La ruta en si manifiesta la potencialidad (comercial, politica) de Cartago que, con los grandes cambios que se estan operando en el area de tradici6n foceo-massaliota, se coloca coma potencia hegemonica en la mitad sur de esta parte del Mediterraneo. Asi lo atestigua el Tratado firmado con Roma en el 348 AC. Esta nueva situacion del ultramar generada sera palpable a lo largo de todo el litoral peninsular donde, desde Catalufia a Gadir asistimos a un importante crecimiento de las importaciones cartaginesas (Gonzalez Wagner, 1994: 14; Arteaga, 1994: 48), mientras que a lo largo de la segunda mitad del siglo IV AC algunos poblados del Levante, sureste y La Mancha seran destruidos (La Bastida, El Puig, Covalta) y otros reestructurados completamente o creados de nueva planta en lugares estrategicos y bien comunicados (El Amarejo, Puntal dels Llops) (Ruiz y Molinas, 1993: 81-84). No obstante, la situaci6n no puede simplificarse ni reducirse a las consecuencias de los tratados. Por el norte Massalia intenta penetrar en los itinerarios punicos citados, mientras hay una progresiva confluencia en competencia de productos de Tarento y Siracusa en estos mercados. Paralelamente ya a finales de siglo resulta significativo el enfrentamiento directo entre Siracusa y Cartago. Sin duda, la lucha por el control de Sicilia esconde muchos intereses, fruto de la actuacion de ambas potencias en su disputa por los mercados. Curiosamente hasta ese momenta (300 AC) Cartago no realiza su primera emisi6n monetal, posiblemente con el fin de pagar a los mercenarios empleados en esta guerra y con plata extraida de los centros mineros hispanos (Chic y De Frutos, 1984: 222-226). Finalmente lo que si parece ir tomando cuerpo en base a los hallazgos arqueologicos es que, aunque no existan en realidad lo que se han dado en llamar zonas de exclusion o de dominio cartagines, se van consolidando lentamente dos areas de influencia en base a las conocidas clausulas del Tratado del 348 (Arteaga, 1981: 129130).

5

Existe , ademas de los conocidos silos, una serie de construcciones elevadas dedicadas tambien al almacenamiento de los citados excedentes. Se han identificado, por ejemplo, en la Moleta del Remei (en tres casos distintos y con cronologias del V AC, principios del IV AC y finales del IV-principios del III AC), Illeta dels Banyets (V-IV AC y asociadas a otras estructuras de caracter religioso) , El Amarejo y La Balaguera (IV-III AC) y Torre de Foros (en un momento no determinado del horizonte iberico): Gracia Alonso, 1995: 91-98.

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Por fin, en el ultimo cuarto del siglo IV (325-300 AC) se consuma el descabalgamiento de los imperios comerciales orientales con la nueva situaci6n generada en Occidente, especialmente tras la muerte de Alejandro (323 AC). Hasta la llegada de Roma esta parte oriental ya no hallara descanso. Por primera vez en los dos ultimos siglos el volumen global de trafico maritimo detectado es mayor en la mitad occidental. Pero, mientras el comercio en la cuenca oriental se reduce a minimos hist6ricos, en esta parte los mercados hierven en una confluencia plural de producciones que en la mayoria de los casos ya no alcanzan porcentajes individual es destacados (corintias, massaliotas, ampuritanas, ibericas, etruscas, siciliotas, aticos y minorasiaticos-egeos). El propio peso de la historia se esta imponiendo en los mercados y ya no puede quedar sitio para esta confluencia plural cuando se estan conformando definitivamente las dos potencias politicas, militares , econ6micas y comerciales del Mediterraneo. En su expansion hacia el sur de la Peninsula Italica - la zona mas rica y de mayor vitalidad comercial- Roma, a traves de alianzas , tratados, ofrecimientos de ciudadania o conquista, practicamente unifica esa zona de mercado ( Capua, Cumas y Neapolis incluidas). Y al final del siglo su posici6n es privilegiada hasta el punto de firmar sendos tratados con Cartago en el 306 AC (Liv. IX 43, 26) y con Tarento en el 302 AC App. Samn. VII 1-3), el otro coloso del comercio de tradici6n helena. Los punicos necesitaban ese coyuntural apoyo para proseguir su hasta ahora frustrado empefio contra Agatocles y Siracusa (311-306 AC), asi como para disuadir un mas que previsible frente rodio-romano (Pol. XXX 5, 6-8). Los romanos, en cambio, daban por bueno el status que les reconocia su predominio peninsular, al menos mientras liquidaba definitivamente los frentes abiertos en suelo centro-italico y encontraban asi un aliado con el que entretener a Siracusa, que actuaba contra los nuevos intereses de Roma en los principales enclaves comerciales y maritimos del Tirreno (C6rcega, Pyrgi, Caere, Antium, Ostium, ...)6. Pero, mientras, se consolida definitivamente como nuevo emporio comercial el territorio de la Magna Grecia y Sicilia. La identificaci6n de las producciones anf6ricas de la zona desvela claramente el potencial econ6mico (productivo y distributivo) de esta zona y su lucha por los mercados occidentales basicamente en lucha con Cartago. Como hemos dicho en estos afios Cartago inicia sus emisiones monetales y lo hace segun el sistema metrol6gico fenicio-ptolemaico. El mismo que Siracusa, lo que puede entenderse como una reorientaci6n de la agresiva politica de Cartago que, poco despues de ver asediados sus muros por el mismisimo Agatocles, se ve obligada a salvarle la cabeza frente a sus conciudadanos y a restaurar su tirania -ahora con titulo realbajo su amparo. Lo que los cartagineses temian, sin embargo, era la alianza de Siracusa con alguna de las nuevas potencias que se estaban formando 7 • Ante este cumulo de hechos, l,Cabe la posibilidad de establecer un vinculo material-estrategico entre estos intereses magnogrecos-siciliotas y los romanos? i,Existen testimonios materiales suficientes en nuestra Peninsula para reconocer a estos territorios de la Magna Grecia y Sicilia un papel fundamental en el curso de los acontecimientos que llevaron de la citada concurrencia plural de este siglo IV AC al modelo hegem6nico romano? 6

Probablemente fueran los siracusanos los autores de las incursiones por mar que venian actuando contra Antium yen las bocas del Tiber desde aiios atras: Liv. VII 25, 3-4. 7 Y fue eso precisamente lo que muchos aiios mas tarde otorgaria a Roma su victoria en Sicilia, tras poner de su lado a Hier6n.

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2. Ideografia de la colonizaci6n en el siglo IV AC Existe una serie de representaciones de esta epoca alusivas, muchas veces de manera directa y otras recogiendo tradiciones estetico-representativas del Meditemineo, que pueden proporcionamos referencias mas o menos explicitas sobre la identidad, las intenciones y las condiciones en que se establecieron las relaciones comerciales y culturales entre estos pueblos colonizadores y el area ibero mediterraneo a lo largo del siglo IV AC. Se trata, en unos casos, de imagenes realizadas con una clara -aunque muy elemental- aspiracion "realista" que, sin embargo, recogen en su afan de asimilacion de los gustos y modas foraneos importantes aportaciones para su estudio -no siempre faciles de representar- a traves de sus canones esteticos y de los objetos representados; en otros casos, no obstante, la representacion es de caracter simbolista y la esquematizacion plastica permite ponerla en relacion con procesos similares presentes en otras comunidades del area de estudio dado. El primero de estos objetos que queremos considerar en base a sus posibilidades para aportar mas datos sabre el fenomeno colonizador centro-mediterraneo de este siglo IV AC es el conocido guerrero a caballo de La Bastida de les Alcuses (Mogente, Valencia) (Kukahn, 1954). Dejando al margen otras consideraciones artisticas, resulta para nosotros mucho mas rentable analizar aquellos elementos presentes que puedan reconocerse como foraneos como, por ejemplo, el casco que porta el caballero, que representa un tipo arcaico y con un alto penacho flotante. Este es un solido indicio para relacionar la estatuilla con los productos del mismo estilo de origen mediterraneo y, en opinion del autor del estudio, "sobre todo, con los precedentes de/ area dominada par el arte griego o de regiones influenciadas par este" (Idem: 150). Este dato, en la practica, solo nos lleva adonde estabamos: al Mediterraneo. Pero la pervivencia de los evidentes rasgos de arcaismo de esta epoca, pese a que indudablemente algunos estilos artisticos se demoran en su desarrollo cronol6gico fuera de sus lugares de origen, nos conducen mas a ciertas zonas de la Magna Grecia donde "lo dorico" se convierte en representacion practicamente definitiva de lo propio al portar las sen.as de identidad de las metropolis originales de los colonos. Podria apoyar este hecho las impresionantes analogias que existen entre nuestra estatuilla y representaciones en discos dorados mas recientes de origen punico, e, incluso, establecerse una probable relacion entre su estilo de indudable "sabor" protocorintio con Siracusa, la mas importante colonia de Corinto en el Mediterraneo, famosa, ademas, por la vigencia de los canones doricos en sus manifestaciones artisticas mas genuinas. Otro aspecto interesante es que, aparte del citado caso, el resto de las armas (el escudo con umbo, la espada corta o falcata y las lanzas) pertenecen en general al armamento tipico ibero. Sin embargo, no existen otras representaciones de guerreros ibericos que el mismo caso, por lo que el tipo parece ser mas probablemente un prestamo esteticorepresentativo vinculado como en otros casos a consideraciones de prestigio no desprovistas de otras funciones religioso-rituales, como se acepta mas generalmente en otros casos de utilizacion de cascos de guerra foraneos en entomos de poblados costeros y, por tanto, con una constante interaccion cultural y una reelaboracion del objeto en un contexto distinto. Concretamente podria tratarse de un doron o contrarregalo de xenia (hospitalidad) de un griego con un rico indigena.

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Otro objeto a valorar en el mismo sentido es la jarra de Villaricos, un oinochoe con una cabeza femenina entre flores, hallada en una de las tumbas de esta necropolis iberica de Almeria y perteneciente a la ceramica iberica del tradicionalmente llamado estilo de Elche-Archena. Segun Olmos "el rostro frontal de esta diosa ilicitana es un compromiso entre la iconografia de una Gorgona y las imagenes flora/es bien conocidas en otros ambientes religiosos y funerarios def Mediterraneo Central como lo es el suritalico" ( 1987: 25). Aunque llama la atencion la presencia de esquemas formales sumamente arcaizantes, parece desprenderse de la ligera elevacion del rostro femenino que hay una imitacion directa de la iconografia mediterranea, probablemente atica, del siglo IV AC. El prestamo y asimilacion intencional del material original podria deberse, por las caracteristicas de la iconografia de la jarra, a algunos de los productos de figuras rojas (copas o lecitos funerarios) procedentes de entornos aticos, pero reelaborados por un artista de un taller local curiosamente en un lugar donde coexiste una necropolis punica junto a la iberica. Parece que podria tratarse perfectamente de un vaso encargado por un cliente local que, influido por la imagineria funeraria de los colonizadores, acepta con el prestamo formal tambien el contenido ideologico colonial. Es decir, que, al asumir voluntariamente el modelo complejo (su forma, su idea, su imagen, ...) participa de la koine del pensamiento mediterraneo -griego y suritalico, aunque transmitido por los punicos- en el mundo de la muerte adaptando los motivos foraneos a su universo comprensivo y reinterpretandolo con el fin de expresar una creencia local (Olmos, 1984: 274). En la significativa patera de Tivisa tambien pueden apreciarse elementos griegos arcaicos: el trono con respaldo y escabel y las patas acabadas en garras de animales del mismo trono. Y, sin embargo, estos se mezclan en el plato con aportaciones de epoca helenistica como el escudo lenticular del jinete, que solo aparece en Occidente en el siglo III AC como influencia del tipo llamado "de la Tene"; o la presencia de genios alados, de claro influjo etrusco, unidos a creencias de ultratumba al igual que el lobo, considerado una divinidad infernal en los mismos contextos (Blazquez, 1955-56). Lo mas importante es que puede entenderse con ello que es un nuevo ejemplo de pervivencia en la religion iberica de formas que ya llevaban muchos siglos de vigencia en el Mediterraneo. Pero no debemos olvidamos de la prueba que puede suponer para entender la existencia de importantes relaciones entre el Levante iberico e Italia y Sicilia bastante antes de que los romanos pisaran nuestra Peninsula, relaciones que contribuirian a introducir en la religion iberica reconocidas creencias religiosas italicas y siciliotas. Existen al respecto otros testimonios que podrian interrelacionarse como es el caso de la pintura central de la urna de Galera, que se ha relacionado expresamente con una pintura funeraria de Cumas de finales del siglo IV AC (Idem: 130). Esta relacion se basa en una sobresaliente similitud formal e iconografica entre esta cista cineraria en piedra caliza iberica procedente de la citada poblacion granadina y la urna de oro de la Tumba Real de Vergina, fechada entre el 350 y el 325 (Olmos, 1991: 303-305). La cista iberica imita la estrella de dieciseis petalos que cubre el centro de la caja como simbolo de la dinastia macedonia, salvo que esta imitacion resulta geometrizada a partir de una actitud claramente reinterpretativa por parte del artesano ibero.

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El llamado tesoro de Abengibre es otro elemento digno de ser estudiado. Se trata de una vajilla de plata realizada segun prototipos griegos del siglo IV AC y de imitaciones de cuencos o pateras aticas de barniz negro decorados con palmetas muy comunes en el Mediterraneo. Su realizaci6n supone el desarrollo de una escultura y una artesania ibericas de tipo helenizado (heroizante) en el citado contexto local de individuos privilegiados que la demandan como objetos de prestigio social, asi como la introduccion definitiva del mundo ibero en el gusto helenistico mediterraneo de vocaci6n ''universalista". Este fenomeno se produce posiblemente a traves de intermediarios griegos y semitas y de los tres nucleos de comercio principal es ( Gadir, Aiboshim y Emporiom ), aunque muy probablemente en un principio como redistribucion de productos a traves de un "puente" en el sur de Italia (i,Tarento?) o en Sicilia (i,Siracusa?) que originariamente debia proceder de puertos aticos. Mas explicitas resultan las representaciones de la cajita con decoracion incisa del Cerro de San Cristobal en Sinarcas (Valencia) (Martinez Garcia, 1986: 103-116). Nos referimos a una pequefia joya que, probablemente con caracter domestico o funerario, contiene una serie de representaciones muy elocuentes sobre actividades agricolas (las caras mayores: A y B) en relacion a imagenes de naves mercantes con caracteres foraneos (las caras menores o costados: Cy D). Por un lado, tenemos campos de cereales organizados e incluso vallados en plena epoca de recolecci6n; por el otro, los citados navios mercantes, cuyas caracteristicas especificas (la longitud del casco, el aspecto general de la nave y, en concreto, de su proa, asi como la disposicion del aparejo con la vela arriada) solo pueden relacionarse con los mercantes griegos de la epoca arcaica, manifiestamente distintos de los punicos o romanos. Puede servimos de referencia el conocido "Vaso de los Barcos" de Can Bosca (Badalona), cuya aparicion asociado a ceramica gris ampuritana de los siglos IV-III AC ya nos da un primer dato para establecer la dificil cronologia de la caja de Sinarcas (Maluquer, 1965). Pero, por encima de ello, la asociacion mas interesante es la de la epoca del afio con el trigo, al parecer en flor -la primavera-, con la de las mejores condiciones climatologicas para la navegacion. En el mismo objeto -por cierto, realmente pequefio- permanecen claramente asociados como en una secuencia elemental del proceso de colonizacion los protagonistas, los objetivos y los medics de esta relaci6n. Al margen de estos datos, resultan tambien interesantes los paralelos que se ban encontrado tanto del tipo de representaciones como de la tecnica de incision en las ceramicas pintadas griegas, suditalicas y "precampanienses" (Martinez Garcia, 1986: 113). Su cronologia, sin embargo, nos remite a un periodo muy amplio: de finales del IV al I AC. Apoyan este sentido la conocida perduraci6n de formas arcaicas, a la que ya nos hemos referido, hecho mas que relevante en fenomenos de ostentacion de atributos sociales teoricamente superiores o de demostracion de vinculos antiguos con los portadores de esa distincion. No obstante, basandonos en el contenido global de la caja y en los tipos formales representados, asi como en su visible relaci6n con el modelo de Can Bosca y los ejemplares griegos, suditalicos y precampanienses, nosotros defendemos una cronologia de finales del IV-principios del III AC, al menos, y, ademas, manifestando una clara oposicion a dataciones mas tardias.

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Otros conjuntos hallados nos ofrecen referencias que contrastar con los datos de arriba como, por ejemplo, los 'graffitti' en escritura greco-iberica y punica de la Illeta dels Banyets (Llobregat, 1989). Realizados todos sobre ceramicas aticas de barniz negro, las inscripciones son posteriores a la coccion, es decir, que son contemporaneas o posteriores a la fabricacion de los vasos. Estos, pertenecientes la mayoria a producciones del segundo al tercer cuarto del siglo IV AC, permiten deducir importantes relaciones comerciales y de interaccion cultural greco-ibericas sin exclusion de lo punico. Por otro lado, la aparicion en el mismo poblado de la Illeta dels Banyets de dos temples, uno de tradicion greco-italica y otro de tradicion oriental, entre los cuales existe un gran almacen que ha proporcionado ceramica de importaci6n, nos induce a deducir que este poblado ejerci6 una labor de emporia cuyo mercado se ejercia bajo la proteccion de los dioses y en terreno neutral. Pero junto a estas formas ceramicas existe tambien un importante numero de tablillas de plomo preparadas con el fin de servir como soporte de escritura, que podemos encontrar desde Ullastret hasta el sudeste. Al respecto no puede extrafiamos que en la Peninsula Iberica, tan alejada del mundo egipcio ya la que desde luego no debi6 llegar apenas el papiro antes de la romanizaci6n, se adoptase por influencia griega la plancha de plomo como soporte tipico de los documentos escritos, maxime siendo ese metal extraordinariamente abundante y por lo tanto hemos de suponer que barato. Conviene sefialar en este sentido que los plomos ibericos se presentan en planchas tan homogeneas que algun arque6logo ha hablado de fabricacion regularizada (De Hoz, 1979: 235-236)8. El hecho de que aparezcan, no en las tumbas, sino en viviendas o santuarios permite considerarlos en conjunto como documentos privados, de caracter mercantil, ademas, a tenor de los numerales, unicos datos que podemos leer de momenta del contenido dado. De igual forma se ha entendido la evidente similitud existente entre exvotos iberos y los originarios de la Magna Grecia, especialmente los de Siracusa y Panormo. Estas terracotas de Demeter y Persefone cubren practicamente todo el area del litoral mediterraneo peninsular desde Catalufia al sudeste, incluyendo las Baleares. No obstante, algunos hallazgos singulares como el del Bordisal de Camarles (en el Bajo Ebro) hacen pensar en una fabricacion masiva por parte de un taller siciliota o suditalico, aunque ciertamente tampoco falte la evidencia de fabricaciones locales como en Verdolay (Garcia Cano, 1990: 110) o en el Mas Castellar de Pont6s (Pallares, Gracia y Munilla, 1986: 139). Han sido estudiados por el profesor Vaquerizo Gil (1994: 39) destacando, en la importancia del fen6meno de la heroizaci6n del jefe local sobre la aristocracia indigena, el prestamo de iconografias greco-romanas y punicas que se produce tras el establecimiento de estas relaciones con el sur de Italia y el solar siciliota durante estos afios. Esta recurrencia en la representacion por parte de los pueblos de la Peninsula de elementos iconograficos inconfundiblemente italicos y siciliotas, que eran comunes durante el siglo III AC en entomos tanto griegos como punicos (guerreros a caballo, servicios de mesa ligados al vino, pateras de plata, cabezas votivas, joyas, pebeteros, respresentaciones escult6ricas, umas, ...) nos ponen en contacto directo no solo con el 8

En el se puede encontrar un mapa con la dispersion de estos hallazgos con una relaci6n de poblados muy significativa: Emporiom , Rhode, Punta d'Orleyl , Liria, Mogente , Covalta , El Cigarralejo , La Serreta ,...

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conocido complejo cultural centro-meditemineo, sino -mucho mas alla- con la clave del acceso de Roma a estos mercados bajo coordenadas culturales que ya eran conocidas y estaban asimiladas en nuestra Peninsula desde el siglo IV AC.

3. El siglo III AC: la disolucion de la identidad magnogreca en la dialectica punico-romana Conforme va despertando el siglo III AC y continuan los intensos contactos comerciales existentes entre el litoral ibero y el sur de Italia, Sicilia y el centro etrusco-lacial, Roma se incorpora tambien a este proceso distributivo global ahora ya a traves de la conquista militar y la asimilaci6n de estos centros citados. Recordemos que primero la mayor parte de Etruria (en la primera mitad del IV), despues la zona etrusco-lacial liderada por Capua y Cumas (en la segunda mitad de este siglo) y, mas tarde, el resto del suelo italico hasta Tarento (en menos de treinta afios) ponen en manos de la Republica toda la gesti6n comercial de Occidente que cada uno tenia "a su cargo". Asi, cuando Roma aun no ha puesto un pie en Sicilia (sin duda su mayor objetivo calculado) ya es duefia de todo el trafico comercial etrusco, campano y tarentino, centralizando con ello las tradiciones mercantiles de estos, y esta a punto tambien de lograrlo con el de Sicilia (mas C6rcega y Cerdefia), tanto del entomo de Siracusa como el de los punicos. A traves de ellos, de sus empresas, de sus conocimientos tecnicos, de sus recursos e, incluso, durante un tiempo, de sus barcos y en igual medida portando sus productos materiales tanto como sus repertorios iconograficos, sus ciclos representativos y su universo comprensivo pre-traducido a la demanda de la sociedad iberica, Roma desembarca en nuestra Peninsula. Debemos entender, por tanto, que los elementos culturales y materiales que pueden demostramos la presencia de intereses romanos en nuestro suelo antes de la llegada de Escipi6n nos remiten tanto a lo que hemos venido considerando especificamente "romano" como a lo fabricado bajo orientaciones y coordenadas socio-culturales en absoluto romanas (magno-grecas/italiotas, greco-siciliotas e, incluso, punicas, como hemos dicho) en los nuevos centros citados que estan integrados politicamente de iure y de facto en el nuevo Estado romano, multicultural, plurinacional y, ademas, en absoluto asimilado y aun poco comprendido por gran parte del pueblo y de sus sectores politicos oligarquicos. Por otro lado, el numero de hallazgos de anforas vinarias greco-italicas en el litoral ibero peninsular entendemos que obliga a una interpretaci6n que hasta hoy no se ha producido sobre la presencia de intereses magnogrecos y siciliotas en el solar hispano ya que tradicionalmente se ha entendido la dialectica comercial de este marco cronol6gico o, bien, como un enfrentamiento entre Cartago y Massalia con sus "aliados naturales" (Aiboshim y Emporiom); o, bien, como un espacio (historiograficamente) "a la espera" de la irrupci6n de los intereses romanos que te6ricamente se producen desde el 218 AC. Pero, en nuestra opinion, ninguno de estos argumentos puede sostenerse ya como veremos. 1°. Evidentemente ni Cartago ni Massa/fa permanecen "a la espera" de que Roma "arbitre" su dialectica comercial/politica/econ6mica sobre el noreste y el Levante

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hispano. Tanto una como la otra buscan sus apoyos en los centros mas importantes de estos territorios, pero estos no son los que conocemos de antemano. 2° Emporiom no solo no le hace el juego en su avance hacia el sur a Massalia , sino que decide entrar en el juego con Cartago y Aiboshim, hecho que la conecta directamente, a traves de la ruta de las islas, con Sicilia y la Magna Grecia, aspecto que venimos apuntando. 3°. Aparece en escena otra de las grandes plazas de esta zona. Saiganthe , lejos de ser -como se argumentara mas tarde- una victima injustificada e, incluso, sacrificada por Roma, es desde el siglo IV AC un importante puerto comercial y centro economico esencial para comprender el juego politico de las aristocracias locales , que "huyen" de ceder su independencia a cualquiera de las potencias de esta parte del Mediterraneo (lo que las llevara , paradojicamente , a "echarse en brazos" de Roma). Uno de los argumentos que pretendemos hacer valer es queen el transito del IV al III AC Roma ya opera en los mercados occidentales a traves de la participacion de sus ciudadanos en empresas conjuntas emprendidas desde la Magna Grecia y la Sicilia griega o punica y que la practica comercial diaria, aunque sujeta a las limitaciones impuestas expresas de los Tratados, no entiende ni de zonas de exclusion, ni de banderas y que los socios se encuentran alla donde existen posibilidades de negocio e intereses en explotarlo. De ahi que, viendo el mapa de difusion de las distintas producciones pumcas, magnogrecas, siciliotas, massaliotas, ampuritanas, punico-ebusitanas, romanas e, incluso, gaditanas en el Extremo Occidente, se pueda comprobar tanto esta concurrencia plural en efervescencia de la que venimos hablando como la practica habitual de utilizar los medios mas experimentados para llegar a los mercados. Y que en esta dinamica Roma no tuvo inconveniente en apoyarse sobre Tarento, Siracusa y Cartago para ello, a los que despues fagocito politicamente con la conciencia de que solo a traves de la conquista efectiva podria apropiarse realmente de los ingentes recursos de Occidente y, con ello, poner este mundo en sus manos para gloria y salud de su Estado.

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Capitulo 2: Las grandes tranformaciones politicas del Mediterraneo occidental a traves del problema de las anforas vinarias greco-italicas. 1. El problema historico, los limites historiograficos 1.1. La importancia de! vino en los mercados occidentales

Aun queda mucho por hacer para poder ofrecer un estudio pormenorizado de los productos con los que se comerciaba especificamente en esta parte del Mediterraneo prerromano. No obstante, tenemos importantes datos que han aportado recientemente el descubrimiento y las investigaciones derivadas de muchos pecios hallados, en algunos casos, incluso practicamente intactos en su carga a pesar de haber transcurrido desde su hundimiento mas de dos mil trescientos aiios. Pero, desgraciadamente, esta no es la norma sino la excepcion y cuando esto ha ocurrido se ha debido a un cumulo de circunstancias fortuitas que se han encadenado para nuestra felicidad de manera tan idonea como irrepetible con la consiguiente preocupacion por quienes dependemos de estos hallazgos. Ha quedado claro en los ultimos afios que uno de los principales productos buscados por los colonizadores en nuestra parte del Mediterraneo fue siempre el cereal panificable con que alimentar la poblacion natural de las metropolis de origen. En un Mediterraneo en continuo crecimiento este era el principal problema de los dirigentes de las principales metropolis. Si no hubiera sido asi, no habria tenido ningun sentido el mismo fen6meno de las colonizaciones en su medida y duracion globales. Es posible que el mismo comercio sea la primera medida contemplada para solucionar las crisis de carestia del cereal, antes de decidir la imposibilidad de esta solucion para el montante global de la poblacion afectada. Cualquier dirigente politico de la epoca sabia que una poblacion numerosa y con hambre era una antorcha encendida en un granero . Por tanto, colonizacion y comercio son dos figuras asociadas entre si, consecuencias ambas -en origen- de las crisis de subsistencia que castigaron al mundo antiguo. Pero en este mundo mediterraneo donde el acceso preferencial a determinados productos basicos concedia una singular ventaja a las ciudades o estados existian otras materias primas fundamentales para el poder y el crecimiento economico de estos. La plata y el oro para las acufiaciones monetarias y el atesoramiento, el hierro, la sal, la madera y el esparto para armas y navios, el plomo, el cobre, el minio y el estafio, eran bienes demandados profusamente en todo el Mediterraneo y fueron en gran medida el objeto de la llegada de estos comerciantes a nuestras costas, cargados de anforas de vino y aceite, de piezas artisticas de ceramica y objetos rituales varios que conferian a los indigenas hispanos una distincion aparente y formal ante sus paisanos. l Que porcentaje de este volum en global de comercio correspondia al vino en estos mercados? Los pocos estudios realizados apuntan a que en el periodo prerromano un 30% de los cargamentos totales eran productos vinarios de origenes muy diversos (Parker, 1990: 325-331). El vino habia sido introducido muy pronto y era un bien muy demandado tanto para su consumo como para uso ritual. Este porcentaje, valido hasta

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finales del siglo III AC, continuo subiendo hasta alcanzar al final de la Republica una cuota practica del 60% del total hallado, momento a partir del cual este producto cede en la demanda ante otros como la salazon, el aceite o el garum, preferentemente hispanos. El dato confirma la importancia real del vino en las relaciones comerciales de estos afios como demuestra, ademas, la lucha por los mercados occidentales por parte de las potencias productoras a lo largo del siglo IV AC. La confluencia de las conocidas anforas corintias A y B, de Samos, de Quios, de Cos o las mismas greco-italicas Al y A2 y las punicas MANA A, By Cl, incluso a veces en el mismo barco (caso de la nave del Sec), lo que viene a confirmar es la pugna abierta existente para ocupar con los productos propios la demanda vinaria de los mercados. Este hecho, por contra, tiene una significacion mayor porque nos estamos refiriendo en algunos cases a metropolis de regimenes economicos pre-monetales donde el comercio como tal debi6 cefiirse a la busqueda de productos basicos, especialmente agro-alimentarios. Y no solo en estas sociedades pre-monetales . Recientemente se ha sefialado como la paulatina desaparicion de importaciones aticas en el Golfo de Leon pudo deberse al descenso de los precios del cereal, lo que hacia en la practica inviable el mantenimiento de los beneficios alcanzados hasta principios del siglo IV AC (Pallares, Gracia y Munilla, 1987: 22). Este provocaria la aparicion de las primeras producciones ceramicas occidentales de bamiz negro para sustituir a la vajilla atica, lo que demuestra la interacci6n existente entre los articulos de comercio del momento. Este proceso de aparicion de las primeras producciones especificamente occidentales en nuestros mercados (el vino, la ceramica, el cereal, los metales, el esparto, ...) y su confluencia con exito en los circuitos "intemacionales" sefialados conlleva unas claras connotaciones politicas y economicas de posterior trascendencia. La crisis del mundo griego (no solo atico, tambien el corintio, primero bajo el poder espartano, despues bajo el imperio de Fili po y Alejandro) hace que el eje politico y econ6mico del Meditemineo se desplace hacia el centro, donde Siracusa, Tarento y Cartago asumen papeles fundamentales en el comercio y, con ello, se postulan como emporios con nuevos proyectos de potencias-estado. En este nuevo cuadro gee-politico el vino no es s6lo un articulo de comercio. Quien controla los circuitos de distribucion abiertos al trafico, quien es capaz de asegurarse la colocaci6n de sus anforas vinarias (o la vajilla asociada) es capaz de garantizarse el cereal que permite crecer su poblaci6n (la plebe en armas en el caso romano) de manera casi ilimitada o la plata para acufiar monedas con las que pagar mercenaries, el hierro con que fabricar armas superiores, el esparto para las sogas de los barcos, el lino para las prendas textiles, ... El control de las rutas comerciales es una fuente de poder directo e indirecto que genera riqueza y productos basicos, permite crear un ejercito poderoso sin problemas de abastecimiento (ciudadanos o mercenarios, armas, dinero, barcos, ropa, cueros...) y un Tesoro publico capaz de emprender con garantias los nuevos retos que presenta este mundo en continua cambio. En este contexto el vino hermana los intereses de los grupos privilegiados con los citados desafios de los estados; acerca las distancias entre Sicilia y Marsella, entre Ibiza y Cartago; convida a la misma mesa a comerciantes

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griegos y a navieros punicos, asociados en empresas conjuntas sobre territorios hispanos; y acabara explicando por si que hace una embajada de Sagunto en el Senado romano. En este momento tras el vino ya respiran los mayores intereses de ciudadanos con purpura, plebeyos y altos delegados bajo el estrechamiento que se esta produciendo en los limites del Mediterraneo. 1.2. Greco-italicas 'versus' Magnogreco-siciliotas: concepto, tipologia y ambito

Fruto de una larga tradici6n magnogreca y siciliota, en el siglo IV AC aparecen estos contenedores vinarios de manifiesta trascendencia en el fen6meno comercial que une la crisis de este siglo con las nuevas condiciones politicas y econ6micas previas a las Guerras Punicas. Son, por lo tanto, elementos claves para seguir la pista de estos afios de transici6n, singulares testigos que encierran en sus silencios las respuestas que aun no tenemos para esclarecer el proceso que llev6 de los mercados abiertos y plurales de la segunda mitad del IV primero a las zonas de dominancia reconocida en el cambio de siglo, y, mas tarde, a la hegemonia ya la imposici6n de condiciones por el imperialismo romano. Estos primeros contenedores vinarios "greco-italicos" son los antecedentes de aquellos verdaderos protagonistas de los cambios econ6micos que se producen en Roma con el desarrollo definitivo de la agricultura especulativa y esclavista ya en pleno siglo II AC: las conocidas anforas Dressel lA y 1B. El termino de "greco-italicas" fue acufiado por Femand Benoit y profusamente utilizado desde su identificaci6n por Virginia Grace, Paolo Baldacci, Andre Tchemia, Manacorda, Will, ... No obstante, el mismo Manacorda (1986: 586) ya consider6 hace algunos afios que su concepci6n como desarrollo diacr6nico -diriamos- del mundo griego al romano habia acabado su "ciclo vital". Indudablemente el concepto no se corresponde explicitamente con la realidad hist6rica ni aclara su origen, elemento fundamental en la taxonomia anf6rica al uso, pero, sobre todo, no recoge la compleja dialectica existente entre los distintos centros de producci6n y distribuci6n establecidos en las ciudades greco-italicas del Bruttium tirrenico y la Lucania occidental, en los territorios apulios y mesapios y de la Lucania jonia dependientes de Tarento, en Etruria, el Lazio y la Campania meridional, en la Sicilia griega y en la epikrateia punica, asi como en su zona de influencia directa. Buena prueba de este proceso es la lengua utilizada en la epigrafia anf6rica (greca, latina e, incluso, de origen osco) y el hecho de que, al exportarse estas producciones, tambien se produce un nuevo proceso dialectico sobre todo el litoral occidental mediterraneo a traves de los centros finales de redistribuci6n, en la mayoria de los cuales ya se han encontrado talleres locales que imitan estas anforas. Hace algunos afios Christian Vandermersch (1994: 83-85) redefini6 la identidad de estos contenedores anf6ricos vinarios, cuyo estudio resulta fundamental para los extremos que investigamos. Basicamente las MGS IV abarcarian desde el 400 al 280 AC y coincidirian con las A2 de WILL (1982: 342-344) o las "protogreco-italicas" de Cerda (1987: 435), famosas por encontrarse en el Barco del Sec; las MGS V poseerian un ambito cronol6gico del 330 al 260 AC y debemos relacionarlas con las Al de WILL (1982: 341-342) o las "greco-italicas antiguas" de Manacorda (1981: 22-24); por ultimo, las MGS VI tienen una vida mas corta, del 260 al 220 AC (perdurando hasta mediados del siglo II AC) y han sido previamente denominadas como "greco-italicas C y D" por Will (1982: 346-353), "Lamboglia 4" por Nino Lamboglia (1955: 264-265) y "greco-italicas 'Republicana I'" por Benoit (1957: 251-256).

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Las MGS IV, V y VI se utilizaron para el transporte de productos del Meditemineo central desde la segunda mitad del siglo IV AC, contexto en el que se ban localizado ya centros artesanales de produccion coetaneos en contextos geopoliticos muy distintos de esta area. Este hecho nos hace pensar que, mas que una linea unica de desarrollo, se trata de un modelo del mundo griego occidental (con importantes parecidos en origen a las corintias B de KOEHLER ya las jonio-massaliotas) generalmente aceptado y que se desarrolla a la vez en zonas afines culturalmente (se ha llegado a hablar incluso de una "koine anf6rica") como contenedor vinario hasta desarrollar los que finalmente conoceremos como especificamente romanos. Pero, al margen de este hecho, lo mas importante atendiendo a la propia evoluci6n productiva de estos contenedores vinarios, es que el curso de los acontecimientos hist6ricos nos lleva a la mismisima Roma, que ya a traves del ultimo de estos tipos anf6ricos (las MGS VI) desembarca con nombre y apellidos propios en el comprometido mercado ibero del litoral mediterraneo. Aun asi, en su defecto hay que reconocer que el termino no hace justicia al origen y/o la titularidad politica de su producci6n y distribuci6n y que considerar "magnogrecosiciliota" a las anforas fabricadas en Etruria o Campania para el transporte del vino italico es una evidente inexactitud que complica conceptualmente este debate afiadiendo con escaso exito una nueva pseudo-tipologia inicialmente valida para los modelos mas antiguos, pero poco recomendable para los contenedores evolucionados que algunos investigadores consideran "protorromanos". Por otro lado, al trabajar con estas nuevas categorias tipologicas no pasa en absoluto desapercibido la confusion que presentan las MGS VI debido al numero de talleres distintos y, ademas, pertenecientes a regiones geograficas y ambitos politicos muy distantes, aunque indudablemente tendentes a la confluencia hist6rica; pero tambien a causa de la nula distinci6n que esta categoria establece entre las greco-italicas del siglo III AC (desde la Primera a la Segunda Guerra Punica) y las "tardias" que podemos encontrar, por ejemplo, en el Gran Congloue o en Cosa y el Portus Cosanus, cuya cronologia alcanza facilmente la primera mitad del siglo II 9 • Resulta evidente que en la clasificaci6n de Vandermersch no existe separac1on tipol6gica alguna entre estos modelos, pero no menos clara resulta la necesidad de sentar claramente estas diferencias entre las frecuentemente conceptualizadas como greco-italicas arcaicas (del siglo IV AC a la Primera Guerra Punica: las WILL A2 y Al o MGS IV y V), evolucionadas (desde la evacuaci6n punica de Sicilia a la Segunda Guerra Punica) y tardias (desde la eliminaci6n de Cartago como potencia econ6mica hasta la aparicion de las Dressel 1), por mas que existan problemas de datacion complementados con los propios de las fechas de aparici6n de la ceramica campaniense A arcaica y de las Dressel 1. Transcribiendo el problema a su dimension hist6rica podemos afirmar que no existe correspondencia anf6rica (una cesura) entre antes y despues de la Segunda Guerra 9

A estas alturas debe resultar evidente que no existe ni siquiera un "acuerdo de minimos" en la utilizaci6n de estos conceptos tan genericos como "blandos" que, segun el autor, pueden significar cronologias y tipos anf6ricos muy distintos, con la confusion 16gica en quien pretenda traducirlo a otros conceptos/tipos utilizados.

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Punica, por lo que puede establecerse una continuidad econ6mico-politica de los grandes procesos de producci6n y distribuci6n global es (y sobre todo, el romano) a lo largo del siglo III. Esto, a pesar de lecturas muy politizadas al uso, puede entenderse bajo la evidencia de que en el 240 AC Roma ya era duefia del Mediterra.neo central y habia irrumpido en Occidente a traves de socios e intermediarios. Lo que debe llevamos a entender que la continuidad tipol6gica manifiesta el proceso econ6mico global, aunque no justifica el simplismo de no identificar las diferencias entre talleres regionales y momentos cronol6gicos arqueol6gicamente contrastados 10• No obstante, hay que reconocer el avance significativo que las investigaciones de este autor han supuesto para la identificaci6n de los centros de producci6n, asi como la dispersion geografica en su zona de atenci6n preferente, aunque claramente en contra el hecho de que no profundiza en la actualizaci6n de los mapas de difusi6n en el Mediterraneo occidental y menos en los de nuestra Peninsula, aspecto en el que de manera tentativa en este capitulo presentamos algunas propuestas expresas. Por este cumulo de razones y a pesar de que somos conscientes de sus limitaciones explicativas, hemos mantenido como termino tecnico el concepto tradicional con la intencion, ademas, de reivindicar el componente italico de parte de estas producciones, aspecto este que estamos convencidos de que aporta importantes argumentaciones sobre su evoluci6n expresa y, mucho mas alla de esto, sobre la epoca hist6rica en la que ocurre, sobre sus trascendentales cambios globales e institucionales e, incluso, sobre las razones expresas por las que una economia comercial plural acaba reduciendose a un espacio "mundial" bipolarizado que estalla en la Segunda Guerra Punica para convertirse ya de manera irreversible en un Imperio multinacional romano.

2. Las anforas vinarias greco-italicas: dispersion geografica 2.1. La concentraci6n de los hallazgos en el area magnogreco-siciliota APULIA, LUCANIA Y EL BRUTTIUM Esta es, junto a Sicilia, la region geohistorica en la que mas hallazgos de greco-italicas arcafoas han podido ser identificados, hecho que ha incidido en la consolidaci6n de las tesis de Vandermersch sobre este origen preferencial de las producciones. De ahi que este mismo autor las haya rebautizado como "magnogreco-siciliotas" (MGS), como ya hemos visto mas arriba. De las WILL A2-MGS IV se han encontrado un fragmento de cuello en Thurioi (casa Bianca) y restos desiguales en Velia (Vandermersch, 1994: 73). Un cuello de anfora WILL Al-MGS V ha sido recuperado en el edificio circular del agora de Poseidonia; dos mas en Rhegio (Will, 1982: 343; Vandermersch, 1994: 76), asi como un anfora casi completa en la tumba n° 73 de la necropolis de Medma, ambos en el extremo sur de la Calabria (Vandermersch, 1994: 76).

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En este sentido, al igual que en otros casos, deberiamos orientar nuestras investigaciones a aquellos analisis que nos pennitieran identificar siquiera genericamente los talleres de origen y consignarlo asi en los tipos nominales afiadiendo este nuevo concepto, ademas de distinguir las MGS VI/WILL C-D en categorias distintas y con caracteristicas morfol6gicas, petrograficas, geograficas y cronol6gicas evidentes.

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Fragmentos aislados han sido igualmente identificados en Acquappesa y en Laos, esta ultima ya en la costa del Tirreno meridional (Vandennersch, 1994: 76-77). En el Golfo de Tarento se han encontrado varias anforas en Metaponte, otras tantas en Tarento, en la Via Cavour y en la Via Aristosseno (Dell' Aglio- Lippolis, 1989: 542; Vandermersch, 1994: 76-77), y varios fragmentos en Montegiordano y en Castiglione di Paludi (Vandennersch, 1994: 76-77). A estos habria que a:fiadirel aparecido en Savelletri, ya en la costa adriatica (Parker, 1992a: 388). Las MGS VI tambien han podido identificarse con facilidad en esta zona. Numerosos restos de hordes y pies pertenecientes a este tipo se han localizado en Nocera Terinese, en lo que sin lugar a dudas puede considerarse un taller de producci6n local de estas anforas, asi como en Laos (Santa Maria del Cedro) y en Kaulonia, ya en el extremo meridional de la Calabria (Vandermersch, 1994: 81). A estos casos debe afiadirse en el Golfo de Tarento varios ejemplares practicamente completes hallados en la misma Taren to (en la Via Cavour), la serie de fragmentos de Thurioi (Parco def Cavallo) y de Castiglione di Paludi y el importante conjunto encontrado de desechos de cocci6n (homos, matrices, ...) de otro de los talleres de producci6n localizados, este en Metaponte (Vandermersch, 1994: 81). Finalmente, ya entre las greco-italicas tardias se han podido identificar varios ejemplares completos (WILL D) en la Calabria, en concreto en Rhegio, Pizzo, Cetraro y en el Caho Spartivento (Will, 1982: 353), asi como en Brundisium en la costa apulia (Will, 1982: 351). SICILIA ORIENTAL Y MERIDIONAL De las WILL A2-MGS IV se han encontrado varias anforas y numerosos fragmentos en Gela ( Via Polieno, Capo Soprano, I.N.A. Casa, asi como en el Nuovo Ospedale) y en Agrigento ( en el complejo monumental al sur del Templo de Zeus). Tambien se ha encontrado un numero importante de fragmentos en Lipari (santuario de Proprieta Maggiore). No obstante, el hallazgo mas importante de esta region es, sin duda, el cargamento de la nave hundido en Caho Graziano "F'', en la isla de Filicudi, que contenia un numero cercano a las setenta anforas del mismo tipo, que iban acompafiadas, basicamente, de ceramica de barniz negro siciliota (Parker, 1992a: 118-119; Vandermersch, 1994: 73). Tambien se ha encontrado en San Marco d' Alunzio (en la tumba n° 11 de la necropolis de Riona Gebbia), en la costa oriental de Sicilia, en ejemplar de MGS IV (WILL A2), acompafiado de otra MGS V (WILL Al) y de ceramica de barniz negro (Vandermersch, 1994: 73-74). Uno de los hallazgos mas significativos para el estudio de estas anforas que nos ocupa ha sido sin duda el de la Secca di Capistello, en las Islas Lipari, pecio en el que se han podido documentar mas de un centenar de anforas del tipo WILL Al-MGS V, acompafiadas de decenas de piezas de ceramica de barniz negro similares a los de Peque:fiasEstampillas (Parker, 1992a: 396-7; Vandermersch, 1994: 76). En la misma zona, aunque en las Islas Eolias tambien se ha podido documentar en el pecio de Panarea-Roghi un cargamento de estas anforas (Will, 1982: 343, nota 8; Parker, 1992a: 302). Continuando en entomos siciliotas se han encontrado varias

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anforas en Kephaloidion (Cefalu) (en las tumbas nos. 262 y 263 de su necropolis), otra en San Marco d' Alunzio (en la Tumba def Kottabos), en Gela, en Caho Ognina (Will, 1982: 343) y, finalmente, numerosos cuellos de anforas en Poggio Marcato di Agnone, cerca de Licata, al sur de la isla (Vandermersch, 1994: 76-77). Al importante hallazgo en Kamarina (basicamente en la Stoa oeste, en la que se encontraron mas de trescientas piezas tipologicamente a media camino entre las MGS V y VI, alineadas en tres filas superpuestas; pero tambien en la Casa dell 'lscrizione, el Passo Marinaro, asi como en varios depositos del sector meridional del muro) tambien se le pueden afiadir los del ejemplar de modulo reducido -ya de clara factura MGS VIhallado en la necropolis de Piazza Armerina (tumba n° 1) y los fragmentos de Halaesa y de Tyndaris, estos ya en la parte nororiental de la isla (Vandermersch, 1994: 81-82). Igualmente arcaicos, aunque sin determinar especificamente la tipologia son los restos encontrados en la Isola delle Femine, en la costa norte (Tusa, 1958: 77-78). Un anfora greco-italica tardia WILL D ha sido encontrada en Siracusa y fragmentos de otra en el Estrecho de Messina (Will, 1982: 352 y 353, respectivamente). LA SICILIA PUNICA De las WILL A2-MGS IV no se han identificado hasta ahora en esta zona. Entre los hallazgos de WILL Al-MGS V de esta zona estan constatados los de Terrasini "B" en Palermo (Will, 1982: 343; Parker, 1992a: 422) y Marsala-Motya (Frost, 1973-74: 3349; Will, 1982: 343; Parker, 1992a: 262-4). Tambien pertenecen a esta zona, aunque sin determinar el tipo los hallazgos de Playa de Mondello, tambien cerca de Palermo (Tusa, 1961: 267-268); los de Trapani, al noroeste de la isla, y Mazara, en el sur (Will, 1982: 343). Las varias decenas de fragmentos encontrados en Erice pertenecen casi por completo a formas evolucionadas MGS VI (Vandermersch, 1994: 161-180). Tambien se han encontrado restos de greco-italicas tardias WILL D en Marsala (Parker, 1992a: 263), Terrasini (Will, 1982: 352) y Selinunte, asi como un anfora completa en Trapani (Will, 1982: 353).

2.2. Corcegay Cerdena De las WILL A2-MGS IV se han encontrado varios fragmentos en Aleria, al sudeste de C6rcega (Will, 1982: 343; Vandermersch, 1994: 134 y 240), asi como, si seguimos a Parker (1992: 431), un cargamento bien conservado en el pecio de Tour d'Agnello en Macinaggio, en la parte nororiental de la isla, aunque por el material asociado (basicamente campaniense A) parece mas recomendable una identificacion como A I. Escasos restos de estas Al se han identificado en estas islas. Entre ellos, los restos del cargamento de Cala Rossa, Porto Vecchio (Parker, 1992a: 90), y, muy cerca de el, los de las Islas Bruzzi (Will, 1982: 343; Parker, 1992a: 78-79) en C6rcega; y probablemente los de Golfo Aranzi y Porto San Paolo en el noreste de Cerdeiia (Lo Schiavo y D'Oriano, 1990: 156-157) y de Tharros en la costa occidental (Zucca, 1982: 149-151; Will, 1982: 343). Con todo, es muy probable que pertenezcan a este tipo los hallazgos publicados de La Maddalena, ya casi en el estrecho de San Bonifacio, y Olbia (Lo Schiavo y D'Oriano, 1990: 156)

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Por otro lado, un cuello de anfora MGS VI se ha encontrado en Tharros (Vandermersch, 1994: 134 y 240) y otro en en Orto C6mmidu (Will, 1982: 34). 2.3. La Italia continental CAMPANIA Y LA COSTA ADRIATICA Varios fragmentos de greco-italicas arcaicas WILL Al han sido identificados en Ischia (Vandermersch, 1994: 134 y 240) yen Sinuessa (Tchemia, 1986: 48; Parker, 1992a: 405). Curiosamente, tambien se han encontrado fragmentos de este tipo en una zona muy poco corriente como es la del Adriatico, en concreto en la localidad costera apulia de Manaccora (Vandermersch, 1994: 137). EL LAZIO, ETRURIA Y EL TIRRENO NORTE Entre los hallazgos de anforas WILL A2-MGS IV se ha encontrado ejemplares completos en las Islas Pontinas , :frente a las costas latinas (Parker, 1992a: 327; Vandermersch, 1994: 134 y 241), asi como otros dos, el primero en el litoral etrusco, fruto de un hallazgo submarino aislado, y el segundo en Antibes, en el Golfo de Genova (Vandermersch, 1994: 134 y 241). Por otro lado, se pueden citar casos localizados de A 1 en esta region como los ejemplares de Populonia (Will, 1982: 343; Sheperd y Lambrou, 1989: 597; Vandermersch, 1994: 134 y 241), los de Cosa (Will, 1982: 343) y el Portus Cosanus (McCann, 1982: 295-301; Will, 1982: 343), asi como los de Orbetello, Sovana (Will, 1982: 343), y Le Murelle, en Marina de Montalto, Viterbo, (Will, 1982: 343; Parker, 1992a: 284). Igualmente se han encontrado nuevos restos de anforas greco-italicas arcaicas, aunque sin determinar su tipologia especifica en Pyrgi, Vulci, Orvieto y Spina (Will, 1982: 343; Tchemia, 1986: 48), Populonia, Cosa (Will, 1982: 346; Tchemia, 1986: 48), Orbetello, Savona (Tchemia, 1986: 48) yen el pecio Montecristo "A", en la Ca/a def Diavolo de las Islas Toscanas, donde ha aparecido un cargamento de anforas acompafiado de barniz negro "estampillado con rosetas" (Parker, 1992a: 281-282), ademas de los aparecidos en la Punta del Vapore de San Domino, en las Islas Tremiti, en plena costa adriatica apulia (Parker, 1992a: 350-351 ). Los modelos mas evolucionados han aparecido de manera muy singular en esta zona, especialmente en los alrededores de Cosa, donde se han encontrado casi un centenar y medio de anforas WILL D, a las que habria que afiadir los setenta y seis ejemplares del Portus Cosanus y los fragmentos de Populonia, Porto Ercole, la Isla de Giannutri (Parker, 1992a: 91-92), Orvieto, Viterbo, Volterra, Ostia, Gabii, Lecce y GallinariaAlbenga, ya en el Golfo de Genova (Will, 1982: 351). 2. 4. Cartago y los territorios dependientes norteafricanos Se han encontrado :fragmentos de WILL A2-MGS IV en la misma Cartago, y en Kerkouane, asi como un anfora completa mas al sur, en Sousse (Vandermersch, 1994: 74, 131 y 238) y enMellita (Will, 1982: 343).

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Fragmentos aislados de las greco-italicas arcaicas WILL Al-MGS V han sido identificados en Cartago (Will, 1982: 343; Bisi, 1989: 595; Vandermersch, 1994: 131 y 238) y en Leptis Minor (Will, 1982: 343; Bisi, 1989: 595), asi como en los territorios cercanos a la metropolis, en concreto al menos un anfora de las tumbas punicas de Me/Lita (Vandermersch, 1994: 131 y 238), otra de la tumba 5a de la necropolis de Leptis Magna (Will, 1982: 343; Bisi, 1989: 595; Vandermersch, 1994: 131 y 238) y una ultima de Sabratha, en entomos cronologicos y contextos materiales muy parecidos, rodeados de anforas punicas, corintias B y otras anforas griegas, ademas de frecuentes hallazgos de ceramica de mesa (V andermersch, 1994: 131 y 23 8). Por otro lado, tambien se han localizado en la misma Cartago algunos fragmentos de MGS VI con el conocido timbre de "Tr. Loisio" (V andermersch, 1994: 131 y 238) y otro conjunto sin especificar el tipo (Will, 1982: 346). Por otro lado, varios fragmentos de los tipos tardios se han hallado en la misma Cartago, asi como un anfora completa en Cala Gadir, en la isla de Pantelleria (Will, 1982: 351-353; Parker, 1992a: 88-89). 2. 5. La Provenza y el Languedoc

Se han encontrado restos de las WILL A2 en Beziers, en el Golfo de Leon (Sanmarti, Castanyer, Tremoleda et a/ii, 1995: 35) y probablemente pertenezcan tambien a este tipo las encontradas en el pecio de Tour du Castellas, muy cerca del anterior (Parker, 1992a: 431-432). Por otro lado, no menos de sesenta anforas WILL A 1 han podido ser recuperadas e identificadas del pecio de La Tour-Fondue en Giens acompafiadas de varias decenas de anforas massaliotas, entre otros tipos de contenedores griegos (Parker, 1992a: 432; Vandermersch, 1994: 133-134). Otros ejemplares han sido igualmente hallados muy cerca de estos, tam bi en en Giens "A" (muy probablemente de un tipo mas evolucionado que el de la Tour-Fondue; Parker, 1992a: 191), en Agde (Will, 1982: 344; Vandermersch, 1994: 133-134 y 240), Pennes, Enserune, Montlaures, Peyriac-demer (Will, 1982: 344; Laubenheimer, 1990: 34), Olbia y Aries (Morel, 1990: 264). Perteneciente a este mismo tipo para algunos autores (Will, 1982: 344; McCann, 1987: 172; Morel, 1990: 264), aunque no falta quien retrasa su cronologia a las evolucionadas MGS VI de la segunda mitad del siglo III (Nolla y Nieto, 1989: 368-369; Laubenheimer, 1990: 34; V andermersch, 1994: 239, nota 93), es el significativo deposito de anforas y material ceramico con algo mas de medio centenar de grecoitalicas encontrado en Pech-Maho, Sigean, junto a algunas massaliotas e ibericas, ceramica ampuritana, campaniense A y del Taller de Nikia (Nolla y Nieto, 1989: 369). Definitivamente entre las MGS VI evolucionadas contamos con un ejemplar en Cap Bear, asi como varios fragmentos del oppidum de Teste-Negre en Pennes, al sudeste de Marsella (Laubenheimer, 1990: 34; Vandermersch, 1994: 133-134 y 239-240). Finalmente en esta zona se han encontrado con profusion restos correspondientes a los dos tipos de greco-italicas modemas. En el Gran Congloue A, sir ir mas lejos, se han podido recuperar mas de 400 anforas del tipo WILL C, a los que habria que afiadir, ya del WILL D, algun ejemplar del mismo pecio (Will, 1982: 347-348; Labenheimer, 1990: 34-37; Parker, 1992a: 200-201), los ejemplares completos de Narbona, Rion en Marsella, Enserune y La Chretienne C (Laubenheimer, 1990: 37; Parker, 1992a: 141-

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142), asi como los fragmentos de este mismo tipo de Agde (Laubenheimer, 1990: 37; Parker, 1992a: 42-43), Lattes y Cap Gros (Will, 1982: 352). 2. 6. Noreste de la Peninsula Iberica, Levante y Baleares

La puesta al dia de los innumerables datos dispersos de nuestra historiografia reciente sobre este tipo de anforas nos ha permitido rescatar del olvido un buen numero de hallazgos que no ha tenido en cuenta Christian Vandermersch en su libro, centrado de manera muy evidente en el circulo productivo magnogreco-siciliota, hecho por el cual el mapa de difusion que nos ofrece este autor sobre estos contenedores vinarios en la costa mediterranea peninsular lleva implicitas unas limitaciones considerables, que a todas luces produce un sesgo en el analisis historico del proceso. Dentro de la importante carga que portaba el Barco del Sec, Mallorca, se han podido identificar varias decenas de anforas WILL A2-MGS IV, con una de las cronologias mas altas y discordantes de este tipo, tal vez incluso superando el limite superior de mediados del siglo IV AC (Pallares, 1971: 211-215; Arribas, Trias, Cerda et a/ii 1987: 443; Vandermersch, 1994: 132-133). A la vez se han encontrado diversos fragmentos en Ampurias, Gerona; en la misma Barcelona; yen la vertiente sur de la montafia de Montjuic; en el oppidum iberico de la Torre dels Encantats, Arenys de Mar, Barcelona; y, mas al sur, en Alorda Park, Calafell, Tarragona (Sanmarti, Castanyer, Tremoleda et a/ii, 1995: 33-35) y en Sagunto, Valencia (Mantilla, 1987-88: 400). Entre los hallazgos de WILL Al-MGS V de esta zona contamos con las dos anforas completas y numerosos fragmentos del pecio de la Cala de Can Baco en Ametlla de Mar "B", Tarragona (Vilaseca, 1957-58: 239; Miro, 1982: 458; Will, 1982: 344; Parker, 1992a: 53; Vandermersch, 1994: 132 y 239) y tres mas del Puig de Sant Andreu de Ullastret (Nolla y Nieto, 1989: 371 y lamina 2) en la costa catalana; ademas de "algunos ejemplares tipicos del siglo III" del "Barrio Helenistico" de Rhode (Nolla y Nieto, 1989: 371). En las Baleares contamos con los fragmentos de Arta (Will, 1982: 344) y del nivel III de Na Guardis en Mallorca (Ramon, 1994: 25); Cales Coves en Menorca (Will, 1982: 344; Ramon, 1994: 25); el Hort d'en Xim y las dos unidades completas, ademas de varios fragmentos, del deposito FE-13 de la misma Ibiza en esta isla (Ramon, 1994: 21); y Cabrera "B", Isla de Cabrera (Veny y Cerda, 1972: 311-312; Parker, 1992a: 8081) y la Cova des Moro en la isla de Dragonera (Ramon, 1994: 25). Mas al sur, yen territorio peninsular, las encontramos en Denia (Gisbert, 1982: 414) y en el poblado iberico del Puntal de Salinas, Elche, Alicante (Hernandez y Sala, 1996: 58), donde aparecen acompafiadas, ademas de los vasos de figuras rojas y de bamiz negro atico, por otras anforas locales (LI, L2 y L3), ibericas, punico-ebusitanas y punico-gaditanas Mafia-Pascual A4. La serie de hallazgos correspondiente a las MGS VI evolucionadas y tardias, con todo, supera considerablemente esta relacion de los tipos anteriores, si bien es verdad que en no pocos casos a la confusion terminologica hay que sumarle una no explicita identificacion material en los hallazgos. Asi, por ejemplo, nos consta el de un anfora de

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estas encontrada en el fondeadero de Na Guardis, en Mallorca (Liou y Pomey, 1985: 551), asi como varios fragmentos de Ciudadela, en Menorca (Vandermersch, 1994: 133 y 239). Una importante serie de estos hallazgos de este tipo se ha producido en los ultimos afios en las costas catalanas. Entre las evolucionadas cercanas a los ultimos afios del siglo III y los dos primeros decenios del II se han podido identificar correctamente en el Puig Castellet de Lloret de Mar, acompafiadas de numerosas anforas punicas y ebusitanas; en el llamado "Barrio Helenistico" de Rhode; y en la Neapolis de Ampurias, una vez mas. Ya en Barcelona, las encontramos en la Torre dels Encantats de Arenys de Mar, el Tur6 de Can Olive en Cerdanyola, Burriac, en Cabrera de Mar, y finalmente en el Toro de Mas Bosca, Badalona (Nolla y Nieto, 1989: 371 y 373). Tambien se han podido identificar ejemplares pertenecientes ya al tipo tardio en el pecio de El Portal6 del Caho de Creus, donde se encontraron varios centenares; en el Puig de Sant Andreu de Ullastret; en la Neapolis de Ampurias, donde se encontr6 una gran cantidad de restos en distintos puntos (ademas de en el praesidium fundacional de epoca romana yen el sector del parking) (Nolla y Nieto, 1989: 370, 372 y 380); en el Mas Castellar de Pont6s (Oliva, 1968: 171-173; Adroher, Pons y Ruiz de Arbulo, 1993: 5556); en Punta Salina (Forster y Pascual, 1961: 132-133), Cala Culip, Port de la Selva (Oliva, 1958: 232)11,Cadaques (Oliva, 1958: 241) y Punta Garbi, S. Feliu de Guixols, todos estos en Gerona (Pascual Guasch y Esteva, 1961: 112). En el Maresme se han podido documentar igualmente en numerosos emplazamientos como Burriac (Cabrera de Mar), Torre dels Encantats (Arenys de Mar), Riera de Teia (Matar6), Badalona y Baetulo (en Can Pomar yen el Tur6 del Montgat), ademas de los restos aparecidos tambien en el Bajo Llobregat, El Garraf, en el Bajo Penedes yen el relleno de materiales de la muralla republicana (junto a otros puntos) de Tarraco (Nolla y Nieto, 1989: 380), Solers, Sant Pere de Ribes, en Barcelona (Miret, 1976: 177179) y El Castellet de Banyoles en Tivissa, Tarragona (Asensio, Cela y Ferrer, 1996: 168)12• En el Levante peninsular tambien han sido :frecuentes los hallazgos de estos contenedores vinarios. Asi, los encontramos en Piedras de la Barbada, Benicarl6 (Fernandez Izquierdo, 1980: 143; 1990-91: 403-405), en Vinaroz (F emandez Izquierdo, 1980: 137; 1982: 113-115), Torre La Sal (Fernandez Izquierdo, 1980: 158) y Almazora (Fernandez Izquierdo, 1980: 173) de la provincia de Castellon; y en Sagunto (Mantilla, 1987-88: 400) y La Malvarrosa (Ribera, 1984:311; Parker, 1992a: 257) de Valencia. Por ultimo, tambien han sido frecuentes los hallazgos de greco-italicas recientes, en especial el pecio de El Lazareto, en Menorca, en el que se han encontrado varios centenares de anforas WILL C similares a las del Grand Congloue (Will, 1982: 347; Laubenheimer, 1990: 37; Parker, 1992a: 241), a los que habria que afiadir tambien los 11

Con todo, tanto este hallazgo como el siguiente, que se recogen en el mismo articulo, no presentan mas que unas caracteristicas muy elementales ("italiotas con horde de perfil triangular" o "anfora helenistica de horde con perfil triangular" para Ia segunda) y ninguna ilustracion, dibujo o fotografia que nos permita asegurar la tipologia. Este hecho nos obliga a mantener una prudente reserva al respecto. 12 Nolla y Nieto (I 989: 380) citan que hasta en noventa y cuatro localizaciones indigenas del entomo de Emporiom se ha encontrado una cantidad significativa de estas greco-italicas tardias, posteriores al desembarco romano del 218 AC.

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fragmentos hallados en Ampurias y Cales Coves, Menorca (Will, 1982: 347-348; Parker, 1992a: 93). Igualmente se han podido identificar restos de WILL D en Ampurias e Ibiza, asi como varies ejemplares completes en Mallorca (Will, 1982: 352). 2. 7. La Peninsula lberica al sur de Mastia

Aunque en esta region no han aparecido de manera contrastada hasta ahora ejemplares de las A2, entre las WILL Al-MGS V que se han podido identificar varios ejemplares proceden de Cartagena, en concrete de los yacimientos de la Plaza de San Gines y del Cerro def Molinete (Roldan y Martin 1996: 255; Martin, 1996: 14-17). Mas al sur, en pleno valle del Guadalquivir se han podido identificar en los denominados "nivel 8" y "nivel 7" del Cerro Macareno cercano a Sevilla en un contexto de anforas punicas (Pellicer, 1978: 397; Vandermersch, 1994: 132 y 239). Por ultimo, aparecen tambien, aunque de manera aislada, en el Poblado de Dona Blanca-Las Cumbres del Puerto de Santa Maria, Cadiz (Ruiz Mata, 1995: 202-203) y en la factoria punico-gaditana de salazones de Las Redes en la misma poblacion gaditana (De Frutos, Chic y Berriatua, 1988: 298). Por contra, las MGS VI de Vandermersch si han aparecido con profusion especialmente en el territorio de Qart Hadashat/Cartago Nova, en concreto en el Santuario de La Luz (Lillo Carpio, 1996: 93), Coimbra del Barranco Ancho, Jumilla, (Molina Garcia, Molina Gunde y Nordstrom 1976: 66 y lam. XXV), La Loma del Escorial, Los Nietos, Cartagena (Garcia Cano, 1996: 135), en una excavacion de urgencia realizada en un solar de la calle Cuatro Santos del centre de la misma Cartagena (Marin Bafios, 1996: 269) y en el Pecio de la Torre Derribada, Caho de Palos, (Mas, 1982: 162) de la region de Murcia, ademas de Villaricos en Almeria (Roldan Gomez, 1993: 281-283). Restos de greco-italicas recientes WILL D se han encontrado igualmente en Cartagena (Will, 1982: 352). 3. Contextos materiales 3.1. Los materiales anf6ricos vinarios y olearios

Puede resultar interesante, vista el estado inconcluso de las investigaciones, estudiar otras producciones contemporaneas que compartian bodega en los mercantes de la epoca con nuestros contenedores vinarios. Forman todos juntas una "lista de la compra" que venia siendo elaborada progresivamente a lo largo de estos afios finales del siglo IV y principios del III AC, pero tambien una prueba irrefutable de la existencia de colectivos con intereses economicos organizados en muy distintos puntos del Mediterraneo que sabian planificar estos viajes a larga distancia para rentabilizar comercialmente cada escala tecnica obligada en los puertos frecuentados, asi como aprovechar hasta el maxima la limitada capacidad de las bodegas de sus barcos seleccionando concienzudamente los productos transportados. No existe un cargamento-tipo que se repita rutinariamente en los productos almacenados, probablemente por la gran cantidad de puertos en que la carga superior era en parte sustituida en compra-venta por otros articulos demandados, pero tal como se ha sostenido arriba el vino era un bien esencial en todo el Mediterraneo. Junto a las greco-italicas arcaicas no era extrafio encontrar -incluso en el mismo barco- otros

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contenedores paralelos como las corintias A y B, las punicas MANA A, B 1, B2, B3 y C 1, las massaliotas o las ibericas. Estas anforas confluian en igualdad de condiciones en los mercados con los caldos originarios y demuestran por si solas tanto la amplitud de la demanda como la diversidad de los centres de proudcci6n, la oferta derivada y la lucha cerrada entre todas las potencias mediterraneas por aumentar su participaci6n en los importantes beneficios generados. De ahi nuestra afirmaci6n anterior de que el vino es en este arco cronol6gico que venimos estudiando mucho mas que un caldo alcoh6lico muy pretendido. Siracusa o Roma, Corinto, Tarento, Cartago, Massalia, Emporiom, Sagunto..., todas las grandes ciudades compiten con sus productos repitiendo este modelo de crecimiento econ6mico basado en un comercio ventajoso sobre determinados productos uniformemente producidos y solicitados. 3.1.1. Las anforas punicas Mafia Clay Clb Las Mafia C 1 gozan de amplia difusi6n en el Mediterraneo occidental de Ibiza al Levante espafiol, Sicilia occidental y los emporia cartagineses norteafricanos, ofreciendo unos limites claros en la Etruria septentrional tirrenica y la Campania en el Mediterraneo central. Las aparecidas en Cabrera "B ", Isla de Cabrera (Veny y Cerda, 1972: 311-312; Parker, 1992a: 80-81), junto a las greco-italicas Al, al igual que en Terrasini "B ", Sicilia, pertenecen a la variedad Cla (tambien famosas por su presencia en El Sec) (Guerrero, 1986: 152-159; Parker, 1992a: 422) y abarcan una cronologia que oscila del 375/350 AC al 275/250 AC. Tambien se han podido constatar esta coincidencia en La Malvarrosa, Valencia (Ribera, 1984: 311; Parker, 1992a: 257), yen Pointe Lequin "B ", al sur de Francia, aunque en este caso sin una exacta identificaci6n de ambos tipos (Parker, 1992a: 323). Por contra, las del subtipo C 1b han aparecido claramente asociadas tambi en a las grecoitalicas Al en la Secca di Capistello, Islas Lipari, Sicilia (Parker, 1992a: 396-397) con cronologia que va desde la segunda mitad del IV a principios del III AC; en Marsa/aMotya, Sicilia (Parker, 1992a: 262-264), sobre el 241 AC; Ca/a Rossa, Porto Vecchio, C6rcega, (Parker, 1992a: 90); y en Cartagena con las A2 (Mas, 1982: fig. 3, 1). Tambien han aparecido en los ajuares de las tumbas punicas de Leptis Magna y Mellita, lo que ha hecho suponer la complementariedad de ambos flujos comerciales: el aceite norteafricano de estos contenedores y el vino italico y siciliota de las greco-italicas (Bisi, 1989: 594). Por otro lado, las greco-italicas A2 tambien coinciden en Caho Graziano "F", Sicilia (Parker, 1992a: 118-119) con punicas Mafia B2 como en la Isola de/le Femine, Sicilia, aunque en este caso el tipo no esta confirmado. 3.1.2. Las punico-ebusitanas PE-14 y PE-15 Se han encontrado una vez mas compartiendo carga con las A I y las A2 rescatadas del Barco de/ Sec (Pallares, 1971: 211-215; Cerda, 1987: 443; Vandermersch, 1994: 132133), pero tambien en el Punta/ de Salinas, Alicante, con el tipo Al (Hernandez Sala, 1996: 58).

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3.1.3. Las massaliotas "BENOIT 2" y las corintias "B" de KOEHLER Las greco-italicas arcaicas se han encontrado en La Tour Fondue, en la Peninsula de Giens, al sudeste de Francia, con massaliotas B2 que aparecen estampilladas "AP" (Parker, 1992a: 432), al igual que en La Malvarrosa, Valencia (Parker, 1992a: 257). Por otro lado, en Savelletri (SE. Italia) las A2 comparten sitio con "griegas" (sin determinar) y corintias A y B (Parker, 1992a: 388). 3.1.4. Las punico-gaditanas MANA-PASCUAL A4 Escasos casos en los que este tipo de anfora del conocido "Circulo del Estrecho" se encuentra compartiendo espacio con las greco-italicas. Entre ellos, cabe destacar el de El Punta! de Salinas, en Alicante (Hernandez y Sala, 1996: 58), enclave probablemente vinculado como parada establecida con el tradicional comercio Aiboshim-Gadir, tal como puede deducirse de la presencia tambien de las P-14/PE- l 5 punico-ebusitanas. 3.1.5. Otros contenedores: etruscos, griegos del Egeo, ibericos, ... Las importaciones de anforas del Egeo (de Cnidos, Quios, Thassos, Cos, ...) en su paso hacia el Mediterraneo occidental tuvieron sin duda una parada fundamental en Tarento, en donde se han registrado resto de todos estos origenes citados de esta epoca en la llamada Costa de Santa Lucia, una pequefia ensenada en la orilla nororiental de la acropolis en cuya rada se concentra en mayor numero de hallazgos de fragmentos anf6ricos (Dell' Aglio y Lippolis, 1989: 542). 3. 2. La ceramica de barniz negro 3 .2.1. El barniz negro atico Otro grupo de articulos secularmente asociado al vino es el de la vajilla relativa con las conocidas funciones de mezclarlo, servirlo o beberlo. En este conjunto el bamiz negro atico habia disfrutado de un lugar de privilegio a lo largo del siglo IV AC, que iria decayendo paulatinamente hasta desaparecer estas producciones de los poblados del Occidente mediterraneo. Una vez mas el principal referente de las producciones propias del Mediterraneo occidental en estos afios es el Barco def Sec (Pallares, 1971: 211-215; Cerda, 1987: 443; Vandermersch, 1994: 132-133), que, junto al Punta! de Salinas en Alicante, donde ademas aparecen figuras rojas de la misma procedencia (Hernandez y Sala, 1996: 58), recogen fragmentos de ceramica de este tipo acompafiados de nuestras anforas, hecho verdaderamente inusual puesto que asistimos en estos afios -como decimos- al final de una epoca de presencia masiva de producciones greco-orientales y a los inicios de otra muy distinta en la que, sin desaparecer estos de manera repentina, si que se traslada el peso fundamental de las importaciones a los territories del Mediterraneo central griego, punico y etrusco-campano-lacial (romano ). 3 .2.2. Las producciones romanas tempranas del Lazio, Etruria y Campania La desaparici6n paulatina de estos productos ceramicos de bamiz negro de procedencia atica hizo suponer en su memento a los especialistas que lo que habia provocado este

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cambio era el descenso en la demanda por parte de los consumidores iberomediterraneos. Pero la demanda existia y lo que habia dejado de funcionar manifiestamente eran los circuitos distributivos de Atenas, a la que ya no le interesaba cruzar todo este mar con su ceramica cuando los precios del cereal que traia en su viaje de vuelta habian bajado considerablemente en un entomo mas cercano. Esto provoc6 la aparici6n de producciones altemativas en Occidente, a veces con una dimension local y otras con un considerable exito global. Entre los materiales de estos talleres occidentales del nuevo barniz negro se han considerado especificamente romanos no solo el de Pequefias Estampillas, en los alrededores inmediatos de la misma Roma 13 (probablemente en la ciudad sudetrusca de Caere), sino tambien los platos de Genucilia y los pocola deorum. A estas series particulares, gracias al considerable aumento de nuestro conocimiento sobre otras pequefias oficinas de la peninsula Italica, se han afiadido tambien las producciones de Malacena (de Volterra, en la Etruria centro-oriental), la ceramica de Teano y de Minturnae (al norte de Campania), la de Cales y la del Taller de asas enforma de oreja ( "anses en oreille ", del norte de Etruria), producciones estas que, al paso de la progresiva conquista de la Peninsula Italica por Roma entre los siglos IV y III, se iran integrando definitivamente en la estructura econ6mica republicana (Morel, 1969 y 1978; Sanmarti, 1973; Blanquez, 1983; Pavolini, 1983; Perez Ballester, 1987). Sin entrar especialmente en las caracteristicas de estas producciones ceramicas romanas (a las que mas tarde nos referriremos expresamente ), no obstante, es interesante subrayar la rapida ocupaci6n del vacio dejado por las producciones aticas, lo que no puede explicarse unicamente por la importante demanda que existia de productos de este tipo. Como articulos de menor volumen y peso, asi como de menor rentabilidad concreta, su coparticipaci6n frecuente en los conocidos cargamentos mixtos de los mercantes de la epoca debe entenderse como una nueva apuesta de grupos privilegiados con intereses comerciales manifiestos en los mercados mediterraneos. En concreto, la ceramica de bamiz negro estampillada aparece con anforas grecoitalicas arcaicas A 1 y A2 de inscripciones griegas en la Secca di Capistello (Parker, 1992a: 396-7), donde aparecen con una cronologia de principios del siglo III AC; o sin inscripciones en Montecristo "A "-Cala del Diavolo, Islas Toscanas, considerado un "verdadero testimonio de/ comercio de vino falerno" (Parker, 1992a: 281-282 ). La ceramica con relieves de Cales, procedente basicamente de Campania y de otros talleres centro-italicos, pero tambien de Apulia, Lucania, Etruria y Sicilia, se ha encontrado dispersa por las regiones que ya se han estudiado como destinos preferentes de las greco-italicas. Asi, por ejemplo, han podido identificarse en Cerdefia (en el pecio de la Ca/a Gonone); en la costa de la Provenza y el Languedoc (en Marsella, Olbia, Lattes y Montlaures); en Catalufia (en el museo de Ampurias, donde se han encontrado numerosos fragmentos; y en Bagur, en la costa Brava); Baleares (costa de Calvia de Mallorca); el Levante (en Sagunto, la Alcudia de Elche, la Serreta de Alcoy, el Tossal de Manises de Alicante); y, por ultimo, en el sudeste peninsular (en las minas de la Sierra de Cartagena y en el Museo de esta ciudad) (Garcia y Bellido, 1952: 389; 13

La defensa mas completa de esta localizaci6n la hace el profesor Perez Ballester (1987: 68-69), quien no duda en distinguir una segunda epoca de producci6n de esta vajilla ya en Roma. Estas dos ciudades son las que baraja Morel en su aportaci6n a la Storia di Roma (1990: 153). Otros autores lo dejan en un poco satisfactorio "Italia central" como es el caso de Pavolini (1983: 103).

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Domergue, 1969: 159-165; Morel, 1990: 267). Este hecho ha puesto de relevancia la existencia de un comercio estabilizado desde principios del siglo III AC entre el circulo de Neapolis, la Galia y los principales circulos comerciales ibero-meditemineos hasta, al menos, el limite de Mastia, basado en el vino y en la ceramica de bamiz negro asociada al consumo de este (Morel, 1990: 291 ). 3.2.3. La ceramica de Gnathia El descubrimiento y publicaci6n en 1994 por parte del Profesor Perez Ballester de un pequefio skyphos en bamiz negro decorado de la necropolis de Puig des Mo/ins, en Ibiza, puso en valor el interesante proceso de distribuci6n de estos vasos cuya significaci6n parece (por el tamafio) haber sido reinterpretada con algun fin funerario. De este tipo de ceramica conocida como "de Gnathia" se han localizado los talleres de producci6n al sur de Apulia, en el triangulo formado por Tarento, Brindisi y Lecce, que estarian activos sobre todo del ultimo cuarto del siglo IV al primero del III AC, fecha de la conquista de este territorio por los romanos (Perez Ballester, 1994: 191-192). Se han hallado restos similares de estos vasos apulios, ademas, en Solaig de Betxi (Castellon), Sagunto-Grau Yell (Valencia), en la necropolis de La Albufereta (Alicante), Los Nietos (Cartagena, Murcia) y en Alhama (Murcia), asi como en Cales Coves (Menorca), todos ellos en contextos de importaciones de bamiz negro, especialmente de Pequefias Estampillas. Aparte de estos casos mas recientes, se han encontrado en Alejandria, el Midi frances, Aleria y el entomo ampuritano con cronologia muy similar de finales del IV a principios del III AC (Perez Ballester, 1994: 193; Morel, 1990b: 260) 14• Lo mas importante al respecto ha sido la asociac1on frecuente de estos articulos ceramicos -salvo en el caso del Midi frances, cuyo caso ya hemos dicho que es discutido por Morel (1990a: 145-148; 1990b: 260)- con los citados de barniz negro estampillado. En este caso los dates parecen llevamos hacia la materializacion conjunta de un comercio maritimo romano de tradicion sudetrusca y origen suditalico en una cronologia nuevamente anterior al 264 AC, que sigue los itinerarios ya reconocidos por otros articulos distribuidos inicialmente por los punicos a traves de la ruta de las Islas y, mas tarde, a traves de la ruta focea. Los hallazgos de Aleria, en este caso, entre ceramicas etruscas y etrusco-laciales permiten una estrecha vinculaci6n en concreto con el recientemente descubierto taller de fabricacion de Pequefias Estampillas en Populonia, cuyo puerto debe considerarse, junto al de Cosa, fundamental en la distribucion de productos de talleres romanos, faliscos, etrusco-meridionales y aticos a traves de Cerdefia, Corcega, la Galia meridional y el litoral hispanico (Romualdi, 1991: 78-79). 3.2.4. La campaniense A arcaica Las campanienses A arcaicas, precursoras de una de las producciones mas ampliamente difundidas de toda la Antigiiedad, siempre habian sido consideradas posteriores al menos al 218 AC y sucesoras en buena medida de los citados productos de Pequefias Estampillas. En contra de las citadas apreciaciones, estas copas y estos platos han aparecido en varios contextos cronologicos anteriores a los comunmente aceptados: en 14

Este ultimo autor ha presentado serias objeciones, sin embargo, a la identificaci6n de los casos de la Olbia provenzal y Montlaures, cerca de Narbona (Morel, 1990: 260).

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concreto, en Tour d'Agnello-Macinaggio (C6rcega) con cronologia de ,300-275 AC!, (Parker, 1992a: 431), en Cabrera "B", 250-225 AC (Veny y Cerda, 1972: 311-312; Parker, 1992a: 80-81), y en Cartagena, en tomo a la segunda mi tad del siglo (Roldan y Martin, 1996: 252 y 255). Tambien es probable que se trate de esta ceramica campaniense la hallada en Giens "A", al sudeste de Francia (Parker, 1992a: 191) Varios de estos hallazgos tienen visos de tratarse de mercantes punicos comercializando productos de ambitos romanos. Es decir, que tenemos ante nosotros datos que nos arrastran a pensar en la existencia de un comercio regular punico ya tradicional que frecuentaba los puertos italicos, probablemente incluso en el periodo de entreguerras, cuando los cartagineses ya han perdido Sicilia por el Tratado de Catulo (241 AC) y C6rcega y Cerdefia por la ambici6n clara de control de todo el Tirreno por parte de los romanos. Con cronologia mas tardia ha aparecido en los pecios del Grand Congloue 1 y de Riou, muy cerca de Marsella; en Lazareto, Menorca; Estartit, costa catalana; Agde "D " y Genes y, finalmente, Punta Sca/etta, ya en la costa italiana (Tchemia, 1986: 52). 3.2.5. Las producciones siciliotas y punicas centro-mediterraneas Menci6n aparte merecen otras producciones ceramicas de barniz negro locales o con poco exito distributivo en el contexto global como las halladas en Cabo Graziano "F" con greco-italicas A2 estampilladas en griego, que parecen estar fabricadas en las mismas Islas Lipari segun Nino Lamboglia (Parker, 1992a: 118-119), quien dirigi6 los trabajos de recuperaci6n del pecio citado. Otro barco cartagines, este hallado en Marsala y expresamente identificado gracias a una inscripci6n feno-punica hallada en las maderas del barco, de cronologia ligeramente anterior a la Primera Guerra Punica, portaba vasos de paredes finas con graffiti latinos y ceramica de bamiz negro "romano" (Frost, 1973: 33-49; 1974: 35-42; Frost, Culican y Curtis, 1974: 43-54; Will, 1982: 343; Parker, 1992a: 262-264) que aparecen con anforas punicas indeterminadas (Parker, 1992a: 262-264), aunque en este caso y segun la lectura realizada, podria tratarse igualmente tanto de producciones siciliotas, como punicas y, ademas, sin rechazar la posibilidad de que se trate de campanienses arcaicas, a tenor de los grafitos latinos encontrados, lo que obligaria a rebajar la cronologia sefialada. 3.2.6. Otras producciones regionales Tambien pueden encontrarse asociadas nuestras greco-italicas a otras producciones ceramicas de bamiz negro locales como las fabricadas en los distintos talleres del circulo productivo de Rhodes y Emporiom. Este es el caso del pecio "Cabrera B" (Veny y Cerda, 1972: 311-312; Parker, 1992a: 80-81). 3.3. Otros productos asociados: los lingotes de plomo Un ultimo tipo de mercancia asociada a las greco-italicas, que tomara grandes dimensiones comerciales en los pr6ximos afios, es el de los lingotes de plomo, especialmente los llamados tipo "Pinna nobi/is" por su particular parecido con este lamelibranquio marina de gran tamafio que vulgarmente llamamos nacra, muy habitual en el Mediterraneo. En Cabrera "B" se encontraron cuatro piezas alargadas, una de las

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cuales (las otras tres estan en paradero desconocido) mide 0,65 m. de largo y 0,26 de ancho y posee un peso aproximado de 40 kgs. Para su valoraci6n exacta no existen muchos trabajos relativos (basicamente los de Domergue, 1965: 9-27; 1966: 41-72; 1969: 159-165) y, ademas, ninguno de esta epoca, pero sf podemos estudiarlos a partir de su contexto (geografico, econ6mico y politico) y relacionarlo con producciones similares de hallazgos posteriores. Ya Domergue analiz6 otros cargamentos similares de finales de la Republica que se habian embarcado en un puerto espafiol con direcci6n a Italia. En aquel momento nuestra Peninsula producia ya la casi totalidad del plomo que consumia el mundo romano, sobre todo en la zona de Cartagena y Sierra Morena, que se exportaba a traves de Cartago Nova y con la participaci6n de hombres de negocios campanos. Esta actividad extractiva databa, al menos, de los tiempos de Polibio, que la recordaba con 40.000 mineros trabajando y produciendo diariamente 25.000 dracmas para el gobierno romano (XXXIV 9, 8-11, sobre una cita del mismo Strab. III 2, 10), pero habia sido iniciada en estas dimensiones por los cartagineses muchos afios antes que, incluso, trasladaron para ello su capital desde Gadir hasta el territorio de la antigua Mastia, limite oriental del reino de Tartessos. De la importancia para las finanzas publicas de esta explotaci6n del plomo argentifero de la zona da cuenta la famosa respuesta de Amilcar a los embajadores romanos cuando en el 231 AC estos le pidieron explicaciones sobre la guerra que mantenia con los iberos: l,C6mopodria si no pagar a los romanos el dinero estipulado? (Dio fr. 48). Las cantidades de la indemnizaci6n ascendian a 2.200 talentos pagaderos en diez afios, mas mil que se habian pagado en el momento de la rendici6n y otros 1.200 afiadidos tras la evacuaci6n de Cerdefia bajo consideraciones tan peregrinas como demostrativas de intereses zafios (Pol. III 27). Son precisamente estas apreciaciones las que nos hacen pensar en un interes temprano de los cartagineses en los cargamentos de plomo, tal como podria deducirse del citado pecio de Cabrera "B ", donde se encontraron junto a anforas punicas MANAA, B, C 1a, D y E y a ceramica campaniense A arca1ca, comunmente importada para transacciones comerciales posteriores por Cartago. Cargamentos similares, si bien en escasas ocasiones, podemos referir de toda esta parte del Mediterraneo. En Porticello, en el Estrecho de Messina, por ejemplo, con una cronologia de finales del V-principios del IV AC apareci6 un mercante con anforas de Mende (de la region del B6sforo ), con "greco-occidentales del sur de Italia" (quizas de Locri Epizephyrii y con bastantes posibilidades MGS III) y punicas, ademas de estatuas y de mas de veinte lingotes de plomo. Uno de estos tenia una estampilla en griego marcada seis veces, que se ha leido "1:IH" (Parker, 1992a: 332-334). Pero en Agde "K", al sur de Francia, apareci6 un grupo de lingotes del mismo tipo "Pinna nobilis" con inscripci6n de "II", aunque sin otro contexto arqueol6gico asociado. Muy cerca se encontraron nuevos hallazgos parecidos, esta vez en contextos aislados: un lingote, rodeado de anforas y una piedra de moler, con marca "S]. ..[MF R]. ..[TI" y estampilla "MUS", junto a un lingote de cobre en forma de rueda (Agde "D "); tres lingotes de cobre con inscripci6n "VIII" y una estampilla impresa en cartela de uno de ellos " ...AROAE" (Baie de I 'Amitie); y varios lingotes de cobres estampillados con "TELESPHORI AUG N SER" (Parker, 1992a: 46). Todos estos ejemplos dan clara muestra de la antigiiedad del trafico de estos metales por parte de griegos y cartagineses en el Mediterraneo occidental y central, asi como de la

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participaci6n en este comercio de promotores privados que incluyen los lingotes en cargamentos mixtos compartiendo destino con anforas, ceramica de prestigio y estatuas de tamafio humane. A la hora de buscar una explicaci6n a este trafico, un hecho fundamental parece haber sido el cambio registrado en el material con que se realizaba el ancla de los barcos. En el curso del siglo IV AC los cepos de plomo sustituyeron a los de piedra -que se habian venido utilizando desde el VII AC- gracias a la mayor flexibilidad y elasticidad que aquellos ofrecian, pero, sobre todo, a las posibilidades que proporcionaba su bajo grado de fusion para conseguir una alta densidad, con lo que podian facilmente fabricarse cepos de notable peso sin aumentar su volumen, ademas de su alta resistencia a la corrosion marina. A la larga, esta mejora del sistema de anclaje report6 una mayor estabilidad y gobemabilidad, especialmente a las grandes naves, gracias a que no tardaron en fabricarse en plomo tambien los pesos y contrapesos (Gianfrotta, 1980: 104105). Del uso ya en la segunda mi tad del siglo IV AC por la practica totalidad de la marineria antigua de cantidades notables de plomo dan buena muestra los testimonios 15 de pecios encontrados • No obstante, este parece que no fue el 1mico cambio sustancial que se produjo en estos afios en la arquitectura naval relacionado con la produccion y distribucion en masa del plomo. El navio de Cabrera "B" -al que ya nos hemos referido- podria constituir un buen ejemplo de lo que seria un mercante de avituallamiento durante la Segunda Guerra Punica, pero el de Binisafuller, en Menorca, bien puede considerarse otro mercante punico que comerci6 durante los afios de la Primera Guerra Punica, tal vez con cargamentos que eran la contribuci6n al pago en especie de las comunidades hispanas que abastecian a los ejercitos cartagineses de tropas mercenarias (Guerrero, Miro y Ramon, 1991: 9-30). El cargamento de este, para nosotros, no resultaria significativo (anforas ebusitanas PE14 y PE-15 e ibericas, junto a escasos restos de ceramica probablemente del Taller de Pequefias Estampillas y pseudo-campaniense ebusitana) de no ser por el importante dato que ban aportado los estudios realizados sobre la arquitectura del barco. Parece ser que al menos una parte del casco se forr6 extemamente con laminas de plomo, tal como se desprende de la aparici6n de fragmentos de madera separados del conjunto con una delgada plancha de este metal claveteada con pequefias tachuelas de hierro en una de sus caras (Idem: 21-22). Este hecho confirma que, contrariamente a la conv1cc10n de que este metodo de construccion "shell first", tipico de la Antigiiedad, no se habia generalizado hasta epoca tardo-republicana, ya se utilizaba en el siglo III AC incluso con detalles mas sofisticados como era este forro externo en plomo del que hasta ahora no teniamos constatacion arqueol6gica para nuestra epoca. Otros pecios encontrados pueden confirmamos que estos cambios, lejos de ser aislados, ya estaban ampliamente adoptados dentro de las mejoras nauticas que se produjeron a lo largo del siglo IV. Asi se desprende del revestimiento parcial o total de la cubierta de los barcos bajo su linea de flotacion que presentan los hallazgos de Porticello, en Italia, 15

Son ejemplos claros los de Secca di Capistello, Italia, (Parker, 1992a: 396), Tour du Caste/las, Francia, (Parker, 1992a: 431) y Coste/lazo B, Italia, (Parker, 1992a: 152), todos en una cronologia parecida de finales del IV a principios del III AC.

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con cronologia 425/400 AC (Parker, 1992a: 333), ya citado por su cargamento; Donuzlav, Ucrania, en la costa oeste de Crimea, de finales del IV a principios del III AC (Parker, 1992a: 164); al igual que el de Halkoz Adasi, Turquia (Parker, 1992a: 210); y, especialmente, el de Kyrenia en Chipre, datado mas explicitamente entre el 310 y el 300 AC (Parker, 1992a: 232). Esta es una demostracion mas del uso frecuente de este metal en la epoca que estudiamos. 4. Origen del proceso de producci6n y distribuci6n

4.1. Centros de producci6n localizados

4.1.1. En Apulia, la Lucania y el Bruttium De las MGS IV ha podido ser identificado a traves de la iconografia monetaria solo un probable centro de produccion en Hipponion, en la costa calabria. En cambio , de las MGS V lo han sido los de Metaponte, Montegiordano y Castiglione di Paludi. En todo ellos se han encontrado homos y desechos de coccion de materiales ceramicos. La iconografia ceramica tambien parece confirmar la existencia de otro taller de este tipo de anforas en la misma Tarento 16. No menos centros se han podido identificar como fabricantes de las MGS VI, entre los que con toda seguridad podemos citar nuevamente el de Metaponte (Pizzica Pantanello ), junto a los de Laos y Nocera Terinese en la Lucania y Kaulonia en el Bruttium. Esta misma zona contaba ya por esos afios con una importante tradicion artesanal como demuestran los hallazgos de otros centros de produccion de las MGS III, verdaderos "ancestros" de las greco-italicas de la zona, en Thurioi, Pomaricho Vecchio, Medma y Lokroi (Vandermersch, 1994: 73-87). 4.1.2. En la Sicilia griega Unicamente dos talleres de estas tipologias han podido ser identificados, el primero en Manfria-Gela, productor, ademas, junto a estas anforas MGS IV, de un gran numero de series ceramicas de bamiz negro y figurado al que se suele identificar normalmente como Taller o Grupo de Manfria. El segundo caso corresponde a la poblacion de Poggio Marcato di Agnone, tambien en la costa meridional de la isla y a pocos kilometros al norte del anterior, en el que se han podido documentar nuevamente homos y desechos de coccion esta vez de las MGS V. Tambien han podido ser identificados los centros de fabricacion de MGS VI en Naxos (Proprieta Pontura) yen Kamarina (Stoa oeste), una vez mas en los rebordes costeros de la region del Etna. Al igual que en la zona magnogreca continental, tambien se han localizado en esta zona talleres locales de produccion de las MGS III que sirvieron de "referencia tipologica" a las que venimos estudiando, en concreto en Agrigento yen Messana (Vandermersch, 1994: 73-87). 4.1.3. En la epikratreia punica Hasta el momento el umco taller de produccion de estas tipologias anforicas identificado de manera directa en la Sicilia oriental es el de Marsala. En el se

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No obstante, la existencia de este taller, cuya trascendencia es clara, es cuestionada y se basa unicamente en el hallazgo de un centre artesanal en los alrededores de esta poblacion con numnerosas huellas de trabajo de ceramica como recipientes para la decantacion de la arcilla, escorias , etc ... (Vandermersch, 1994: 80).

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fabricaron durante el siglo III AC los tipos mas evolucionados, las MOS VI (Vandermersch, 1994: 85). 4.1.4. En la Campania Varios grupos de talleres se han podido documentar hasta el momenta en la zona de Mondragone (Sinuessa ). En el primero, a dos kil6metros al sur de esta poblaci6n, se han encontrado restos de greco-italicas y de Dr. I y 2-4 (Tchernia, 1986: 48; Hesnard, Ricq, Arthur et alii, 1989: 27). A dos kil6metros al norte de Dugenta, en la rivera izguierda del Voltumo, tambien se ban encontrado indicios de fabricacion de estas anforas y de las Dr. 1, gue aparecen con timbres de "Cerda" y "Nicia" (Hesnard, Rieg, Arthur et alii, 1989: 29). En Pompei, en la region del Vesubio, han sido fabricadas igualmente como puede apreciarse a partir del estudio de la arcilla considerada "pompeyana" por Andre Tchemia (1986: 47), realizado sobre las greco-italicas rescatadas del pecio de "Filicudi A". 4.1.5. En Etruria y el Lazio En Albinia (Orbetello ), sabre la rivera izguierda del rio Albegna y junto a la Via Aurelia, se ha podido documentar la fabricacion de greco-italicas y de Dr. 1 y 2-4 gracias a una serie de fragmentos publicados por Manacorda (1981: 16-22). Tambien se ha comprobado la existencia de un embarcadero maritime en la desembocadura de este rio (Hesnard, Rieg, Arthur et a/ii, 1989: 21). Ya en el Lazio se han encontrado una serie de talleres de fabricacion de greco-italicas cuya importancia es sustancial para la explicacion de este proceso . En Astura se ha identificado un importantisimo taller plagado de homos, balsas de depositos, lechos de cascotes y restos de cocci6n,... No obstante, nose ha podido hasta la fecha llevar a cabo una excavaci6n sistematica debido a gue se encuentra en suelo militar (Hesnard, Rieg, Arthur et alii, 1989: 24). En el Lago Fondi (Terracina) se han descubierto igualmente una serie de talleres con restos de anforas entre las gue destacan por su cantidad las Dr. 1 y 2-4 ( Canneto, Torre San Anastasia, ... ). Las greco-italicas solo han podido ser documentadas hasta ahora en el de Monte San Biagio (Tchernia, 1986: 46; Hesnard, Rieg, Arthur et a/ii, 1989: 26). Por otro lado, a solo guinientos metros de las ruinas de Minturnae, en el Bajo Garigliano, y sobre la orilla derecha del rio, se ha podido identificar un nuevo taller con restos de estas anforas gue venimos estudiando. 4.2. Las imitaciones regionales occidental es

4.2.1. Jonio-Massaliotas Fruto (y demostraci6n palpable) de la popularidad y la amplia comercializacion de estos contenedores anf6ricos, su fonna, asociada casi siempre a las distintas tradiciones civicas y religiosas basadas en el consumo del vino 17, se elaboraron tambien en los talleres artesanales mas importantes del litoral mediterraneo occidental. Este fenomeno No obstante, las de Torre Alta parece mas bien que se destinaron al envasado de salazones con destino a la Campania y otras zonas de origen de este tipo anf6rico (De Frutos y Munoz, 1994: 409). 17

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estuvo en todo momento ligado a la potencialidad econ6mica de la producci6n y distribuci6n, uso y consume de los bienes que tratamos como demuestra que se desarrollara en los principales centros politico-econ6micos de esta parte del Mediterraneo. En concreto ejemplares realizados sobre pasta micacea tipicamente massaliota han sido identificados entre los restos del material del siglo III de esta ciudad, en el area del antiguo puerto, asi como en la poblaci6n focea de Teste-Negre, en el oppidum de Nages (Gard) yen Pech-Maho (Aude) (Laubenheimer, 1994: 33; Vandermersch, 1994: 133 y 240), aunque con una difusi6n marcadamente local que no suele superar los limites del Languedoc oriental (Morel, 1990: 264). 4.2.2. Punico-ebusitanas La difusi6n de este tipo anf6rico en Aiboshim parece considerablemente reducida y se ha podido estudiar sobre todo gracias a la estampilla con caracteres ibericos aparecida en un anfora del oppidum de Enserune, en el Languedoc. Conceptualmente se le ha bautizado como anfora punico-ebusitana PE-24 (Ramon, 1981: 112-113; Will, 1982: 344, nota 10; Vandermersch, 1994: 239-240). 4.2.3. Punico-gaditanas Por ultimo, se han encontrado igualmente imitaciones locales en los homos punicogaditanos de Torre Alta (San Fernando, Cadiz) de una forma temprana ("G" del Sec) cercana a los ultimos afios del siglo IV AC, con un sello estampillado de figura humana portando atunes, sitio en el que han aparecido, ademas, formas locales tambien de ceramica campaniense A (De Frutos Reyes y Mufioz Vicente, 1994: 403 y 409) 18. 5. Epigrafia anforica

5.1. Las inscripciones en griego

5.1.1. "BIO" Es frecuente encontrarla sobre anforas greco-italicas arcaicas WILL Al (MGS V) especialmente concentradas en la Sicilia punica, particularmente en La Secca di Capistello, Lipari (Parker, 1992a: 396), donde se han encontrado al menos seis ejemplares, y en Erice, asi como en Cartago, en Akrai, en Tarento y en Cartagena (Martin Camino, 1996: 15-16). De igual forma, podrian pertenecer a esta misma estampilla los ejemplares aparecidos con ligeras variaciones como los de "...EBJ.Q" de Ischia y Eloro, o los de "BJQTO" de Erice, Lilibeo y Siracusa. Otras variaciones pueden encontrarse en poblaciones del mismo entomo pumcosiciliano ( "BJ.QTOY" tambien en Siracusa y "BJQTOE' en Akrai). El hecho de aparecer en Akrai las tres posibilidades nominales basicas hacen muy probable que se trate del mismo personaje (Vandermersch, 1994: 164). Los contextos en los que se encuentran hacen normalmente referencia a la primera mitad del siglo III AC, aunque tambien aparecen en niveles de finales del siglo IV AC. 18

No obstante , Perdigones y Munoz (1988 : 111) las fechaban en los ultimos afios del siglo III y el II AC .

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5.1.2. "~IO" Nuevamente sohre greco-italicas arcaicas WILL Al aparece en contextos del 300-280 AC este nombre en la Secca di Capistello, Lipari (Parker, 1992a: 396), en Erice, en Cartage y en Cartagena (Martin Camino, 1996: 17), casos a los que habria que afiadir los aparecidos en Agrigento y en la misma Erice con ligeras variaciones como "L1ION" o ",1JONY", antrop6nimo este muy frecuente en Sicilia, donde se encuentran referencias epigraficas de Akrai, Selinonte, Kamarina y Tauromenion (V andermersch, 1964: 164-165). 5.1.3. "EYSENOY" Sohre materiales identicos a los anteriores y, por tanto, con cronologia similar, esta estampilla esta contrastada en la Secca di Capistello, Lipari (Parker, 1992a: 396), con no menos de cinco ejemplares, en Licata, Selinonte, Gela yen lschia. Vandermersch (1994: 166) sostiene que proviene de la Italia meridional, aunque su amhito nos circunscriha mas a Sicilia, en la que ha encontrado ciertamente mas referentes antroponimicos en lugares como Agrigento, Gela y Tauromenion, ademas de Metaponte en la Magna Grecia continental. 5.1.4. "ITAP", "ITAPH" Estas dos estampillas aparecen paralelamente sohre anforas greco-italicas arcaicas WILL Al de cronologia 300-280 AC en la Secca di Capistello, Lipari (nueve y doce ejemplares, respectivamente de cada una de las variantes nominales), Ischia (dos y uno) y Erice. Por estas caracteristicas parecen pertenecer al mismo grupo que, al igual que otros casos de la zona, se ahrevian de distinta forma o no ofrecen una lectura mas que parcial de la misma (Parker, 1992a: 396). 5.1.5. "XHAPMH(1:)" Sohre originales WILL A2 (MGS IV) apareci6 en Manfria esta estampilla con un antrop6nimo verdaderamente desconocido tanto en la misma Grecia como en el Sur de Italia, aunque si se han encontrado referencias de el en la zona de Napoles (Vandermersch, 1994: 178), unico elemento este que nos permite extraer alguna relaci6n siquiera elemental.

5.2. Las inscripciones bilingues Tamhien aparecen casos singulares de hilingiiismo en un mismo hallazgo como este que reproduce a la vez en griego yen latin el nomhre "C. ARISTO = I'AIOC I APICTQN (Manacorda, 1989: 445). Este caso se ha intentado explicar frecuentemente como la demostraci6n de una transici6n expresa de uno a otro circulo de producci6n como si este proceso se huhiera producido de manera lineal en estos centres y este caso fuera sin lugar a dudas el eslab6n perdido que garantizara esta transici6n productiva y distrihutiva del mundo griego al romano (Lauhenheimer, 1994: 32-33), pero la realizaci6n sobre una greco-italica MGS VI con cronologia que facilmente puede alcanzar hasta principios del siglo II AC (Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 31;

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Manacorda, 1989: 443) puede vaciar de contenido esta argumentacion a sabiendas de que este proceso, sin duda nada lineal, se produjo muchos afios antes como demuestra, por lo menos, la existencia de un buen numero de centros de produccion de estas grecoitalicas en los territorios laciales, etruscos y campanos sometidos por Roma desde antes de la Primera Guerra Punica.

5.3. Las inscripciones en griego con lectura italica 5.3.1. ''rAIOC I APICTON" Esta perfectamente documentada su aparicion en ocho ejemplares de Erice (Tchemia, 1986: 49), ciudad de la epikrateia punica en la que podria concentrarse su produccion y su principal centro de distribucion, otros dos de Tarento y algunos casos mas aislados como los de Delos (Desy, 1989: 21-22; Blanc-Bijon , Carre, Hesnard et a/ii, 1998: 24), del tipo greco-italico arcaico, Menorca y Elis (Vandermersch, 1994: 163). En estudios posteriores no obstante, se ha datado esta estampilla, en el siglo III AC, aunque sin ninguna concrecion mas, fecha que no se contradice con la formulacion del praenomen italico con el nombre griego. Con todo, se han encontrado igualmente ejemplares (ver infra) con la misma estampilla solo en latin sin grandes diferencias cronologicas respecto a la bilingiie. Lo mas importante en ella es evidentemente su reconocida presencia y probable origen en el area campano-lacial, aunque este igualmente atestada su presencia en la Magna Grecia continental en Rhegio donde es un nombre comun ya en esta epoca (Timeo, en Strab. VI 1, 9). Vandermersch (1994: 163) afirma que cinco personajes diferentes portan ese mismo nombre en los archivos de Lokroi y que esta iguamente atestada en Sicilia, especialmente en la zona oriental, en Petra, ciudad con presencia de colectivos mamertinos. 5.3.2. "TIOII" Esta estampiila aparecio sola sobre una WILL A2 (MGS IV) entera, datada del 300 al 280 AC, en Lipari, aunque tambien podemos relacionarla con otras similares aparecidas en Gela ("IIOIII") yen Akrai ("IIOIIIAOY"). Vandermersch (1994: 174-175) las relaciona con los antroponimos "IIoJizJi,wa" y "IIonJi,wcr", que corresponden en transcripci6n griega al "Publius/Popilius " conocido en territorio latino desde la epoca arca1ca. 5.3.3. "1:TAIO[.] I TPAI'ON" El praenomen osco, el nombre griego y la terminaci6n en "-rov" hace que Manacorda (1989: 444) lo considere un antrop6nimo propio de ambientes osco-grecos y de singular parecido con el ya tratado de "Cayo Aris ton ". En este caso, no se ha encontrado ninguna referencia similar en el sur de Italia, aunque tambien hay que reconocer que solo conocemos un ejemplar de el, hallado en Erice, al que habria que afiadir tal vez el encontrado en Cartago sobre un asa de anfora yen el que aparece solo la primera parte de la estampilla: ":ETAIO:E"(1994:176).

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Pero la literatura historica si nos ofrece referencias de dos ciudadanos samnitas con ese nombre de la epoca de la Segunda Guerra Punica. El primero, un tal Estacio Metio era prefecto de Casilino, en la margen derecha del Voltumus, en pleno ager campanus, en el 214 AC y estaba al frente de una guarnicion campano-cartaginesa en la resistencia de esta ciudad frente a las tropas romanas. Por contra, el segundo, afiadia a este nombre otro que ya nos resultara muy conocido. Este Estacio Trebio era uno de los ciudadanos de mas prestigio de la ciudad samnita de Compsa. Tras el desastre de Cannas en 216 AC, aprovech6 la huida de su ciudad de los partidarios de los romanos y envio un mensaje a Anibal para entregarle la ciudad, lo que hizo poco mas tarde. 5.4. Las inscripciones latinas e italicas

5.4.1. "L. AIMIILIO" En Terrasini "B" (Sicilia occidental), sobre una de las anforas aparecidas del tipo A 1, puede leerse claramente: "L. A/Ml/LIO" en latin arcaico. El propio estudio de la grafia junto al material del pecio que ha aparecido asociado (basicamente anforas punicas MANABl o Cl) han corroborado la cronologia: ,310-260 AC para Parker y 300-275 AC para Will! (Parker, 1992a: 422; Will, 1982: 343). 5.4.2. "VALERIO" Gracias a la paleografia esta estampilla ha sido datada como claramente anterior a la serie de "Tr. Loisios". Aparecio, ademas, en un deposito de materiales ceramicos de Minturnae que por su contenido no puede ser posterior al 245 AC (Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 31). Para su valoracion no es hecho baladi recordar que la gens Valeria, procedente de la Sabina, como puede comprobarse a traves de los Fasti, era una de las familias mas antiguas de Roma. 5.4.3. "L. AUREL[IUS]" En Ca/a Rossa (Porto Vecchio, Corcega) se han encontrado igualmente anforas Al con inscripciones en latin como "L" y, mas extensamente, "L. AUREL. " (junto a otros nombres de resonancia latina similares a los de "Terrasini B" aunque de dificil lectura de momento) y cronologia con toda probabilidad perteneciente a la primera mi tad del siglo III AC (Parker, 1992a: 90). 5.4.4. "C. ARISTO" Se trata indudablemente de la traduccion latina del mismo nombre registrado como 'T AIOC I APICTQN" e, incluso, entre los especialistas es reconocido su origen campano, aunque sin olvidar que parece estar igualmente documentado al sur del Silaris. Se encuentra al igual que su version griega en ejemplares evolucionados (i,MGS VI?) de Erice (Tchernia, 1986: 49) y Tarento, especialmente, y en algunos mas aislados, de Trapani y Elis aunque por el contexto de los encontrados en la necropolis de la Proprieta Scavone de Lilibeo podrian pertenecer facilmente a las ultimas decadas del siglo III AC (Vandermersch, 1994: 163-164), al igual que el otro ejemplar encontrado en Cartagena (Martin Camino, 1996: 11).

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Por todo ello hay que subrayar que, tanto en su version griega como en la latina, posee un ambito de difusi6n centrado basicamente en la epikrateia punica yen el Mar J6nico, asi como en las rotas de continuaci6n del trafico maritimo punico hacia Oriente (Delos, Elis) y Occidente (Menorca, Cartagena). 5.4.5. "TR. LOISIO" Esta es probablemente la mas conocida y sobre la que mas se ha escrito de estas marcas anf6ricas que venimos tratando debido tanto a su importante difusi6n comercial como a su significaci6n especifica. Durante muchos afios se vincul6 con la existencia de una inscripci6n en Delos del siglo II AC que hacia referencia a un comerciante campano residente en la isla en el 162 AC (un tal Tpspwcr Amcrwcr, deudor de un templo de Apolo y donante del Serapeion (Tchemia, 1986: 49), cuyo gentilio de procedencia osca, esta ademas atestiguado en Capua . No obstante, el curso de los descubrimientos ha ido marcando cambios importantes en su cronologia que han acabado dejando de lado esta referencia y, en el mejor de los casos, el personaje de las greco-italicas arcaicas debamos considerarlo como un descendiente de este. Se ban encontrado ejemplares con este nombre en Erice (diez ejemplares: Desy, 1989: 22), en Cartago (en siete casos), en Tarento (cuatro: Del'Aglio y Lippolis, 1989: 542; Blanc-Bijou, Carre, Hesnard et a/ii, 1998: 22), en Vibo Valentia (un asa: Will, 1982: 350; Desy, 1989: 21) en Lilibeo (dos ejemplares: Desy, 1989: 22), Trapani, Elis y Alejandria (dos) yen Licata, Kaulonia, Gela y Siracusa de Sicilia, Ischia y Pompei de la Italia centre-meridional, La Cloche aux Pennes-Mirabeau (Marsella) (Desy, 1989: 2021) y Cap Bear (Port Vendres) del entomo foceo-massaliota del Gelfo de Leon, Mallorca y Rhodes (Will, 1982: 350; Tchemia, 1986: 49: Vandermersch, 1994: 168) y, por ultimo, en Cartagena (Martin Camino, 1996: 11). Su cronologia se considera ya indudablemente como perteneciente, al menos, a contextos de finales del siglo III AC (Vandermersch, 1994: 168-169). Aunque durante mucho tiempo, gracias a la carta de distribuci6n comercial, se ha considerado originaria de Sicilia, su aparici6n en Ischia y Pompei y la confirmaci6n de que la pasta procede de suelos volcanicos, tampoco permite de momento descartar la posibilidad, evidentemente junto a la de los territorios de Sicilia cercanos al Etna, de que se produjeran en el circulo vesuviano (Liou-Pomey 1985: 551). La tesis de Vandermersch (1994: 169), afin a la orientaci6n fundamental de su obra, de que podria tambien formar parte de las producciones magno-grecas continentales al sur del Silaris basandose en la recolecci6n de estampillas similares en la zona, queda, por tanto, iniciamente invalidada con este argumento, aunque utilice a Tchemia para situarlas mas bien entre la Calabria y la Sicilia oriental.

5 .4.6. "TI. Q. IUVENTI" Este timbre latino perteneciente a dos hermanos de finales del siglo III AC fue encontrado en el Grand Congloue "A ", en un entomo cronol6gico, por tanto, de las ultimas decadas del III AC o las primeras del siglo II AC (Desy, 1989: 23; Parker, 1992a: 210-180 AC). El cargamento consistia en unas 400 anforas greco-italicas de dos tamafios distintos, de los que algunos tenian esta estampilla. Ademas, el barco portaba

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unos 7000 fragmentos de ceramica campaniense A, datable a principios del II AC, anforas griegas (de Rodas, Cnidos, Quios, ..) y ceramica gris ampuritana (Parker, 1992a: 200-201). Igualmente se han encontrado cinco ejemplares de "Quinto" en el Mont Erix (Tchemia, 1986: 49; Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 31; Desy, 1989: 22) y uno mas en Tarento yen Trapani (Desy, 1989: 21-22). 5.4.7. "M. LURI[US]" Una serie de tres asas timbradas en su base con esta estampilla se encontr6 en el oppidum de Pech-Maho, Sigean, al sureste de Francia (Blanc-Bijou, Carre, Hesnard et a/ii, 1998: 22), que sabemos fue destruido durante la Segunda Guerra Punica. Este nombre, que nos remite al de un almirante conocido de Actium ("Lurius"), ha podido identificarse tambien en las tumbas de finales de este siglo III AC de Aleria (Hesnard, Rieg, Arthur et a/ii, 1989: 30-31; Tchernia, 1986: 49). 5.4.8. "LICI[NIUS]" En U gento, en la entrada oriental del Gelfo de Tarento, aparecieron dos ejemplares de asas de greco-italicas con esta estampilla que hoy se conservan en el museo de la ciudad. Frente a lecturas propuestas hasta hoy como "POBJLICJ" o, incluso ''IICI", entendemos que es mas facil leerla como "LICI[NIUSJ ", posibilidad que parece confirmarse con otro hallazgo similar de Milan (Desy, 1989: 20). 5.4.9. "ANTIP. R.", "CA.T.R." "Q ANT RO[MANUS]" Estes tres ejemplares pertenecen al grupo de las ampliamente discutidas tanto por su cronologia como por su posible significado. En Punta de/ Vapore (San Domino, Islas Tremiti, centre de Italia) se hallaron una serie de fragmentos procedentes de un pecio que portaba greco-italicas con evidentes inscripciones latinas. En ellas se puede leer perfectamente: "ANTIP.R. " y en otras "CA. T.R. ". En este caso, tanto la tipologia, dificilmente atribuible a partir de estos restos, ha condicionado claramente la cronologia, que va desde la propuesta por Parker (1992a: 350) siguiendo al excavador original (Ruegg, 1971: 212) en tomo al 300/250 AC, a la identificaci6n mas probable come greco-italica evolucionada "reciente" (Desy, 1989: 21). Por otro lado, fue Manacorda (1989: 445-446) quien propuso para esta de "Q. ANT RO" la lectura del etnico "ROMANUS" como afirmaci6n del origen econ6mico-politico de esta producci6n que bien podria aplicarse a las anteriores. 5.4. l 0. "TIBE[RI], SER[VILIUS], BAIBI, T. POS[TUMIUS] y otros Desde la segunda mitad del III y muy especialmente tras el final de la Segunda Guerra Punica, que se salda con la eliminaci6n de Cartage y cualquier otro enemigo politico y econ6mico en el Mediterraneo occidental, se produce una verdadera eclosi6n de estampillas anf6ricas relacionadas con ambientes romano-italicos. Asi, por ejemplo, encontramos el nombre "TIBE[RIJ" en el oppidum de Entremont, Bouches-de-Rh6ne; el de "SER[VILIUSJ" en Saint-Romain-en-Gal, tambien en el sudeste de Francia; el de "AEV[IUSJ" en Tharros, Cerdefia; el de "T. PE" en Cartage (Blanc-Bijou, Carre, Hesnard et a/ii, 1998: 21-24); y el de "ANT" o "ANT[IOJ" en Ostia y Narnia, respectivamente (Carre, Gaggadis, Robin et a/ii, 1995: 23-24).

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No menos representativos de este fen6meno son los "M ANTESTIO", "M BAIBJ'' y "M BAI", "L. VA. PE" y "L. VAL", "M VA", "T. POS", que recoge Manacorda (1989: 444) como palpable demostraci6n de la participaci6n en los amplios intereses comerciales de distribuci6n del vino italico de familias reconocidas en la Historia de la Roma Republicana como eran estos Antestios, Baebios, Valerios y Postumios, entre otros. No obstante, tambien contamos con estampillas que demuestran la participaci6n de apellidos menos reconocidos y prestigiosos como es el de "L. VESGEI", encontrado sobre otra greco-italica reciente de Tarento (Carre, Gaggadis, Robin et a/ii, 1995: 23). Finalmente, en Pech-Maho (sudeste de Francia) tambien ban aparecido greco-italicas (pertenecientes a lo que la profesora Elisabeth Will, partiendo de una mala reconstrucci6n de estos fragmentos hallados y de muy pocos ejemplos mas, consideraba tipo "B") con la inscripci6n fragmentaria " ...]ES[" (Will 1982: 345-6), que la misma pretende reconstruir como [S]ES[T] y convertir -como hip6tesis- en el ancestro del conocido "Sestio" de los cargamentos de greco-italicas tardias desde la factoria de este en el area noritalica de Cosa. 6. El debate sobre el origen geopolitico y economico

6.1. Una lectura preliminar Algunos autores ban defendido desde el principio el origen greco-siciliota de las grecoitalicas del siglo IV y principios del III AC y romano de las fabricadas desde el final de la Primera Guerra Punica (Will, 1982: 338-343; Peacock y Williams, 1991: 84-85). Con ello, de una u otra forma, se acomodaba la evoluci6n y tipologia a lo que desde hace tiempo sabemos del desarrollo de los acontecimientos hist6ricos de estos afios. Esta limitaci6n historiografica es lo que concedia una especial validez al termino "grecoitalica", que se convertia asi en la transcripci6n arqueol6gica esencial del traspaso de poder politico del mundo griego al romano. Buena prueba de ello es que la misma profesora Will (1982: 344) consideraba las Al como "anforas del Egeo", ignorando asi el verdadero peso especifico del mundo griego occidental en el periodo que estudiamos. Existen serios argumentos que respaldarian las tesis del origen siciliota de las primeras y romano de las segundas. Basta con echar un vistazo general al cumulo de estampillas, de las cuales hemos extraido las mas representativas. La profusion de inscripciones griegas entre las primeras ( "IIAPH", "EYEENOY", "BJ.Q", "'1.IO", "XHAPMH(E)", ...), asi como la creciente proporci6n de las latinas conforme va acabando el siglo III ( "C. ARISTO ", "TR. LOISIO ", "Tl. Q. IUVENTI", "M LURJ[USJ", ... ) insinuan un ritmo de representatividad socio-lingiiistica paralelo en gran medida a los grandes acontecimientos politicos que se estan produciendo en el Mediterraneo central por estos afios. Pero este hecho no es mas que pura inercia historiografica. El problema se complica considerablemente cuando aparecen casos singulares de bilingiiismo en el mismo hallazgo como el que reproduce a la vez en griego yen latin el nombre "C. ARISTO = I'AIOC I APICTQN", caso al que ya nos hemos referido por sus caracteristicas especiales y la variedad existente en las estampillas que con distintas grafias dialectales

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recogen el mismo gestor identificado visiblemente traducido para los distintos ambitos de distribuci6n del vino. Con todo, el panorama se complica aun mas cuando empiezan a aparecer anforas del tipo WILL A con inscripciones latinas y lecturas en muchos casos irreprochables bajo los mismos argumentos aportados arriba para el supuesto origen de los contenedores. 6.2. La evidencia magnogreca

Sohre el lugar de aparici6n inicial de estas greco-italicas arcaicas se ha depositado -como hemos dicho- de manera casi inevitable la explicaci6n global del proceso econ6mico de transici6n del mundo de predominio greco-helenistico al romano. Ha sido gracias a Vandermersch que se ha podido identificar un gran numero de centros de producci6n y distribuci6n de estos contenedores vinarios y asociarlos al mismo proceso de producci6n vitivinicola inicialmente desarrollado. Asi, se ha podido demostrar la esencial distribuci6n de estas anforas, en sus distintas tipologias que estudiamos, a lo largo de la Apulia, el Bruttium, la Lucania tirrenica, la Sicilia oriental y el sur de Campania y Etruria, territorio en los que generalmente aparecen tambien asociadas a la ceramica italiota y siciliota de barniz negro y de figuras rojas. De igual forma, la onomastica y las caracteristicas dialectales de muchas de las estampillas analizadas nos remiten a la Magna Grecia y a la Sicilia griega. Este hecho ha podido, ademas, confirmarse gracias a ciertos estudios de arcillas de anforas procedentes de algunos de estos centros productores, particularmente de la Calabria, de Laos y Kaulonia (Vandermersch, 1994: 85). 6.3. "La pista siciliana"

Menos simple es, sin embargo, explicar la concentraci6n de hallazgos de todos los tipos en el solar siciliano. A la luz de la importancia crucial de su posici6n estrategica en el comercio de una cuenca a otra del Mediterraneo, cabria justificar esta concentraci6n por esta consideraci6n de lugar de paso. Pero esto obligaria a buscar su procedencia original en el Egeo (recuerdese: la teoria inicial de Will) y el ritmo de descubrimientos demuestra lo contrario. La estadistica concede a los fen6menos de concentraci6n un peso especial a la hora de establecer los puntos de origen, incluso a traves de formulas matematicas que entienden que el alejamiento del centro reduce los puntos de dispersion progresivamente. Esto nos hace valorar nuevamente como hip6tesis iniciales probables que las greco-italicas arcaicas fueran fabricadas tambien en la Sicilia griega Antes ya de la identificaci6n de los centros productores de Manfria, Poggio Marcato di Agnone, Naxos y Kamarina, en la Sicilia griega, asi como el de Marsala en la epikrateia punica, se habia podido confirmar la existencia de algunas producciones de las grecoitalicas en suelo siciliota. Esto es lo que supuso que en su dia, ante el importante problema de identificaci6n de su origen, Andre Tchemia propusiera, al menos como soluci6n parcial, la llamada "pista siciliana" (Tchemia, 1986: 50-51). Asi, los analisis por fluorescencia realizados por Picon y Ricq sobre distintas grecoitalicas MGS procedentes, entre otros, de Pech-Maho y de Ampurias, demostraron que las distancias quimicas resultantes en el histograma de Mahalanobis constituyen un serio argumento al compararla con las Dr. 1 de La Lagaste (cuya procedencia geografica era conocida de antemano) en favor de un origen siciliota o magnogreco de muchas de

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estas anforas de Pech-Maho y, menos, de las de Ampurias. Este hecho, ademas, se puede confirmar por un lado gracias a las condiciones geol6gicas que muestran una gran uniformidad en las pastas de la Campania, frente a la gran variedad de las de Sicilia y la Magna Grecia; y, por el otro, por la presencia de minerales volcanicos en la composici6n de estas pastas estudiadas, lo que evidentemente confiere mas posibilidades a la hip6tesis siciliana, aunque no puede evidentemente descartarse la del circulo vesuviano (Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 63-65). Un estudio similar fue realizado por Peacock y Williams ( 1991: 85 y 87-88) sobre una WILL A2/MGS IV en comparaci6n con MGS VI y Dr. 1 de reconocida procedencia campana, latina y etrusca. A traves del analisis de fotomicrografia electr6nica se pudo comprobar que, mientras que en algunas de estas aparecieron tambien restos de roca volcanica (las realizadas cerca del Vesubio ), ninguna de ellas mostr6 al final parecido alguno con los encontrados previamente en la A2, sobre todo por la presencia en aquellas ·de particulas de cristal de augita verde que no aparecian en la A2. Estos hechos vienen a sumarse a los anteriores a la hora de confirmar rigurosamente el origen siciliota de parte de la producci6n de los tipos arcaicos de Will (MGS IV y V). Por otro lado, la evidencia muestra que existen timbres latinos sobre productos originarios de Sicilia al menos desde las ultimas decadas del siglo III AC (Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 30-32), pero este es un momento en que las instituciones (publicas y privadas: de organizaci6n provincial y de estructura clientelar) debian haberse impuesto ya en la isla que -recordemos- desde el 240 ya soportaba tributos y gravamenes portuarios por parte del gobiemo romano. Al margen de estos analisis, los timbres latinos mas antiguos nos llevan tambien a Sicilia. Asi, por ejemplo, de las 800 marcas anf6ricas identificadas en el Mont Erix (Erice), en la costa noroccidental de la Sicilia punica, no menos de un centenar son en lengua latina o griegos con lectura latina. Por otro lado, en un ejemplar analizado procedente de La Cloche (Marsella), del mas representativo de estos timbres, el famoso de "Tr. Loisio", se han identificado inclusiones volcanicas que por sus caracteristicas tambien apuntan claramente a la region del Etna, en la Sicilia suroccidental (Tchemia, 1989: 49-50). Ninguno de estos argumentos debe parecer sorprendente. Sicilia contaba desde al menos el siglo V AC con importantes territorios como el de Agrigento dedicados integramente a la vinicultura a gran escala y orientada a la exportaci6n (Diod. XI, 25, 5; XIII 81, 4-5). De hecho, el exito de los caldos siciliotas fue desde fechas igualmente tempranas intentado copiar por otras regiones centro-mediterraneas a traves de la importaci6n de sus cepas como ocurri6 en Italia central. Plinio refiere, por ejemplo, el transplante a los pies del Vesubio y en Clusium de la famosa variedad Hamada murgentina, propia de Morgantina, localidad asentada sobre los suelos volcanicos de las laderas del Etna (XIV 36 y 38. Cf., ademas, Cat. de agr. VI 4). Esta costumbre tambien puede comprobarse en el Barco del Sec, en el que se transportaban hacia Occidente cepas de vid preparadas para ser transplantadas (Arribas, Trias, Cerda et a/ii, 1987: 591-592), lo que indica claramente un afan de producir y comerciar con el vino, asi como una mentalidad "empresarial" para articular este proceso en territorios alejados de los centros originarios Llegados a este punto no esta de mas recordar, a modo de lectura altemativa, algunas de las acciones "politicas" que emprenden los romanos en cuanto Began al territorio

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suritalico. Ademas de la lucha por Tarento y Brundisium, Roma establece una colonia latina en Paestum-Poseidonia en el 273 e implanta guarniciones militares en Lokroi, Rhegio (282), Crotona (273 AC) y Metaponte, ciudades que, ante la presi6n de Siracusa, optan por solicitar la defensa de los ejercitos romanos. Todos estas poblaciones son hoy dia centros de producci6n reconocidos de las MGS desde, al menos, el siglo IV. Poseidonia, Crotona y Lokroi ya fabricaban las MGS II, referentes lejanas de las greco-italicas; las dos ultimas, tambien las MGS III; mientras que Rhegio y Metaponte son centros de fabricaci6n y distribuci6n de las MGS V hasta la perdida de su independencia politica, producci6n que en algunos casos como este ultimo llega a mantenerse incluso bajo control romano (Vandermersch, 1994: 67-80). Esta misma politica la llev6 a cabo Roma con el caso de Messana, cuando el Senado, contrariamente a las atribuciones que sobre politica exterior habia conseguido en los ultimos desarrollos constitucionales de la Republica, aunque explicitamente habia rechazado apoyar la proposici6n de los mamertinos a sabiendas de que una respuesta positiva supondria una guerra en Sicilia y la inmoralidad publica de sus actos a los ojos de los tratados intemacionales libremente firmados, decidi6 de manera sorprendente desviar la decision del asunto a la asamblea popular, mientras -casualmente- sus mismos generales explicaban a la plebe ("que estaba arruinada por las guerras anteriores y clamaba por la recuperaci6n ") en el foro las importantes ventajas y beneficios que supondria para todos apoyar a los mamertinos y entrar en guerra (Pol. I 11,1-3). 6.4. La ;,participaci6n? pimico-siciliota

Unicamente un taller de producci6n de greco-italicas ha podido documentarse hasta hoy en la epikrateia punica siciliana y, ademas, tardio. Se trata del de Marsala (Lilybaeum ), al noreste de la isla, en uno de los centros comerciales mas importantes de la isla, punto de embarque de gran cantidad de productos hacia el Tirreno y los territorios occidentales. En el se elaboraron MGS VI en la segunda mitad del siglo III (Vandermersch, 1994: 128) y no parece despreciable la posibilidad de que zonas cercanas como Trapani, Erice, Segesta y Lilybaeum emprendieran un desarrollo significativo de la viticultura desde la epoca arcaica (Diod. XIV 48, 5). No obstante, para·valorar esta posible participaci6n punica en este complejo fen6meno de producci6n no podemos olvidar que Lilybaeum, Ia principal fortaleza de los cartagineses en la isla desde su fundaci6n a principios del siglo IV, sufri6 un largo asedio por parte de los romanos a partir del 250 (Pol. I 41, 1-6) y que cay6 en manos de estos finalmente en el 241 AC (Pol. I 60-61). No parece nada desdefiable la argumentaci6n de que este vino envasado formara parte del destinado al consumo de los mercenarios romanos en un principio y que, mas tarde, fuera elaborado y envasado desde aqui con destine a la mismaRoma. 6.5. La "sospecha" etrusco-campana ... bajo control romano

6.5.1. Los talleres localizados ENCAMPANIA A pesar de haber sido durante muchos afios la inc6gnita esencial a despejar, el debate original ha quedado parcialmente zanjado con la identificaci6n de los talleres de

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produccion etruscos (Albinia-Orbetello), laciales (Astura, Lago Fondi-Terracina y Bajo Garigliano-Minturnae) y campanos (Mondragone-Sinuessa, Dugenta , Pompei), todos ellos considerablemente alejados de los utilizados por Christian Vandermersch para justificar el origen magnogreco-siciliota de los contenedores greco-italicos. A estos es posible que pueda aiiadirse el de Monte di Vico en Ischia, donde se han encontrado desechos de fabricacion de Al-MGS V (Vandermersch , 1994: 211) 19• Ya en su dia los estudios de las anforas greco-italicas recuperadas ·en Ampurias permitieron identificar tipos de arcillas muy parecidas a las utilizadas mas tarde por las Dr. 1 (las llamadas "pompeyanas" de la region de Capua y Mondragone) . Esto venia a demostrar, al meno s, la partic ipacion de algunos talleres campano s en la produccion y distribucion de estas greco-italicas arcaicas (Hesnard , Rieg, Arthur , et a/ii , 1989:63-65) . No menos interesante resulta que estas muestras estudiadas tenian un porcentaje muy similar de estampillas en griego y en latin , lo que corrobora la existencia de estampillas latinas sobre produccione s greco-italicas desde el siglo III y la ma s que posible "verificacion " en griego incluso desde ambitos campanos (Id em : 65). Otros estudios posteriores han avanzado desde entonces en este sentido. Purcell (1985: 7, nota 27) ha establecido claramente la vinculacion directa entre la ocupacion romana del ager Falernus y la produccion de estas greco-italicas campanas (MGS V). Por contra, Albore Livadie ha podido relacionar las anforas MGS V de la Secca di Capistello con inscripciones en griego y la ceramica de bamiz negro estampillada con la zona de Ischia/Napoles (1985: 61, citado por Vandermersch, 1994: 79). Nuevos testimonios materiales de esta mas que presumible produccion regional de greco-italicas MGS V en la zona napolitana se han encontrado en Pitecusa (Scarico Gossetti), asi como en la necropolis y en un muro del siglo IV de la misma Neapolis (Vandermersch, 1994: 79), informacion claramente complementaria con la afirmacion de Morel (1990: 291) de que ya desde el siglo III existia un comercio estable hacia la Galia de anforas vinarias y de bamiz negro siguiendo el eje Neapolis-Massalia. No obstante, el verdadero dilema ahora es aclarar si en estos talleres se elaboraron unicamente las MGS VI o greco-italicas evolucionadas (teoria que expresamente defiende Vandermersch, 1994: 84-85, aunque muchos de los hallazgos que cita sefialan en direccion contraria), o, por el contrario , estos ya estaban en funcionamiento desde la primera mitad de este siglo produciendo los contenedores arcaicos WILL Al-MGS V. EN ETRURIA Por otro lado, en la zona etrusca se ha podido identificar un taller de producci6n de greco-italicas en Orbetello, vinculado a las infraestructuras basicas maritimas (un embarcadero en la desembocadura del rio Albegna) y terrestres (la Via Aurelia) . Y parece que desde el siglo IV el vino etrusco se exportaba a traves del Danubio a la Renania y la Galia central, asi como a Grecia, donde era conocido en epoca de Alejandro (Sopater, en Athen. XV 702b ). Ya en el 385 AC la calidad de los vinos de los Montes Albanos sedujo a los galos hasta el punto de que segun Dionisio de Halicamaso (XIV 8, 12), estos, tras beberlo , se olvidaron de tomar Roma. A esta misma zona se 19

En contra, Tchemia (1986: 51), quien afirma que este hallazgo no corresponde a un taller sino al dep6sito de un habitat.

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habria transplantado la variedad "eugenia" desde Tauromenion (Plin. XIV 25), lo que podria dar de hecho la antigiiedad de los vinculos econ6micos entre el territorio etrusco y Sicilia en una epoca en la que luchaban abiertamente por el control del Tirreno norte Siracusa y Cartago. El mismo Polibio {III 88, 1; III 92), en el siglo II ensalzaba estos vifiedos que, sin duda, no pudieron desaparecer desde la conquista romana del territorio y reaparecer misteriosamente al siglo siguiente (Tchemia, 1986: 57). En otro orden de cosas no resulta baladi constatar queen las greco-italicas fabricadas en Orbetello (l,MGS V?) se ha podido encontrar un timbre en latin (que desgraciadamente permanece inedito) similar al de las anforas de Ca/a Rossa en Porto-Vecchio, Cerdefia {Tchemia, 1986: 48) con una lectura inequivoca "L. Aurel.", hecho por el que el mismo Tchemia considera que la Campania y Etruria son dos buenos candidatos argumentativos como centros productores de estas greco-italicas. Este cumulo de datos nos lleva a confirmar que tanto Etruria como Campania deben considerarse centros productores de las greco-italicas arcaicas MGS V y VI, aunque para las MGS IV debemos proponer mas s6lidamente, al menos en el estado actual de las investigaciones, un origen magnogreco (apulio, lucano y bruttio) y siciliota oriental. Ya Tchemia habia sostenido que tanto la "pista siciliana" como el origen italico de los timbres latinos no eran hip6tesis excluyentes puesto que se podian encontrar estos tanto sobre anforas de Sicilia e Italia del siglo II AC como sobre las fabricadas en Agrigento o la Sicilia punica en el siglo III AC (Tchemia, 1986: 52). Pero lo que pretendemos afirmar, por encima de este hecho ya evidente, es la existencia de cuatro familias distintas de greco-italicas arcaicas, asociadas, segun su area de producci6n a otras producciones ceramicas complementarias basicamente de bamiz negro. ENEL LAZIO No menos trascendental para este debate ha sido la localizaci6n de varios de estos talleres en el Lazio meridional, concretamente en Terracina, Minturnae y Astura, a medio camino entre Romay Cumas o Neapolis. Este hecho sentencia las posibilidades de la producci6n de las greco-italicas unicamente en la Magna Grecia y en Sicilia, asi como la capacidad explicativa del mismo concepto de V andermersch, a la vez que pone sobre la mesa un argumento largamente rechazado por los estudios mas conservadores, extremo que puede comprenderse como veremos solo al hilo de un cumulo de prejuicios historiograficos. Para nuestro ·analisis es igual de significativo constatar que estos talleres ya estuvieron en funcionamiento al menos desde la primera mitad del siglo III como pueden demostrar la tipologia asociada a los timbres latinos mas arcaicos ( "L. Aimiilio ": 310/260 AC; y "L. Aurel": 300-250 AC) e, incluso, la dataci6n del mismo dep6sito de materiales ceramicos de Minturnae (uno de estos talleres) en el que apareci6 la estampilla de "Valerio"(± 245 AC). De manera complementaria tambien podemos citar el descubrimiento del Profesor Torelli al sur de la misma Roma de una serie de basamentos de villae, de apariencia poligonal, anteriores a la Segunda Guerra Punica, que entiende que se dedican a la producci6n de vino {Tchernia, 1986: 57).

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Con todo, estos descubrimientos no solo tienen un valor propio manifiesto. Si analizamos de manera conjunta los talleres etruscos, laciales y campanos, la realidad es sustancialmente distinta al registrar la confluencia de iSiete centres! de produccion anforica destinados a la exportacion de vino italico antes de que finalice la Primera Guerra Punica y compitiendo en los mercados del Mediterraneo occidental con los caldos magnogrecos, siciliotas, corintios, del Egeo, massaliotas, ampuritanos, ... como puede apreciarse en cualquiera de las grandes plazas comerciales del literal ibero mediterraneo. Esta posibilidad de que parte de las producciones greco-italicas arcaicas deban considerarse "romanas" pueden apoyarse, ademas, en otros halla zgos arqueologicos ampliamente contrastados. Asi, por ejemplo, en Cerdefia, donde existen escasisimos restos de importaciones magnogrecas 20 , si se han encontrado frecuentes restos de grecoitalicas de la primera mitad del siglo III (posiblemente MGS V) asociadas , ademas, a plates de Genucilia y ceramica del Taller de Pequefias Estampillas , que tiene su arco cronologico central entre el 285 y el 265 AC, en el Golfo Aranci , La Maddalena, Porto San Paolo y Olbia. De igual forma, se han encontrado en esta ultima poblacion ceramica etrusca y lacial en niveles contemporaneos y jun to a importaciones de Cartago (anforas Bartoloni B norteafricanas), hecho que se ha repetido con escasas variaciones en Sulci, al sudeste de la isla, tanto como en otras poblaciones laciales y campanas como Pithecussai-Ischia (Lo Schiavo y D'Oriano, 1990: 134-137 y 154; Zucca, 1982: 149-151). 6.5.2. Las estampillas latino-campanas 6.5.2.1. La importancia de llamarse "Aemilio" Nos referimos para empezar a la inscripcion hallada en una greco-italica Al de Terrasini "B " (Sicilia). En ella puede leerse claramente y en latin arcaico: "L. AIMIIL/O", aspecto que en su cronologia ha sido corroborado tanto por el material asociado del pecio como por estudios especializados en paleografia. El nombre es lo suficientemente elocuente como para no "hurgar en la herida". Los Aemilii eran una familia patricia que se habia consolidado en el poder junto a los Valerii, los Fabii, los Corne/ii, los Claudii y los Man/ii gracias a las grandes transformaciones que algunos de estos clanes habian promovido desde el 367. Y, precisamente, el proceso de concentracion del poder de las principales instituciones republicanas habian conducido a estas familias al establecimiento de una serie de coaliciones entre ellas y, mas tarde, con los nuevos nobles plebeyos, que habian acabado por polarizar en gran medida el poder en Roma en varios grandes grupos de presion aun visibles en los debates que sirvieron de antesala a la entrada de la Republica en la Segunda Guerra Punica 21 • Fruto de estas coaliciones, y sin perder la identidad de cada casa, se habia conseguido el consenso del siglo IV de la ya citada refundacion del 20

Se trata unicamente de algunas joyas aparecidas en Monte Luna , de posible fabricaci6n tarentina, y de fragmentos de figuras rojas apulias , ademas de una mas que posible mediaci6n punica o romana (Lo Schiavo y D'Oriano , 1990: 152). 21 Tal como se aprecia en los fragmentos del debate senatorial que nos ha llegado de Dio (XIII 55, 1-5; 55, 8-9; 57, 12), donde resulta evidente la existencia de posiciones enfrentadas sobre el modelo de estado: una conservadora, opuesta a la guerra , defendida por Fabio, y otra abiertament e imperialista, apoyada por Lentulo en nombre de los Comelios-Escipiones.

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Estado republicano sobre una politica de conquista de los medios de producci6n y distribuci6n de los enemigos y la transformaci6n consecuente en Roma y en los territorios dominados del modo de producci6n propio, utilizando para ello los medios, el capital y los instrumentos ajenos pillados. Asi es como se involucraron conjuntamente en esta obra de conquista los Emilios, junto a sus aliados Claudios, Comelios y Papirios, ademas de Pomponios y un cumulo de plebeyos asociados. El estudio de los Emilios que conocemos, del arco cronol6gico que entendemos maximo para la dataci6n de la greco-italica arcaica Al en que el nombre estaba estampillado (310/260 AC) nos lleva inicialmente a L. Aemilius Barbu/a (cos. 281, procos. 280, cens. 269 AC), famoso porque fue el quien emprendi6 las acciones militares contra Tarento invadiendo su territorio, tras cuya devastaci6n y pillaje ejemplarizantes, se distingui6 por la consideraci6n mostrada con los prisioneros, a los que lleg6 incluso a liberar, actitud que le propici6 -como el pretendia- la admiraci6n de los tarentinos (Zon. VIII 2). Este era el primer paso para el establecimiento en el emporio comercial citado de estructuras clientelares propias, que servian de base para la creaci6n en comun de empresas con intereses privados. Al afio siguiente, como proconsul, celebr6 un triunfo por su actuaci6n sobre los tarentinos, los samnitas y los salentinos (Broughton, 1968: 191), de la importancia de cuyo principal centro econ6mico y comercial, Brundisium, basta con decir que era, junto a Tarento, el puerto mas importante de la zona gracias a sus rutas con Oriente, asi como al control del Adriatico; y en el 269 AC alcanz6 la censura, magistratura que gozaba de inviolabilidad y de un prestigio singular en el ordenamiento republicano. El "estilo politico" del citado Emilio Barbula, por tanto, esta bien claro: mientras su colega en el consulado del 281 AC, Marcio Filipo "eligi6" el frente etrusco, el inici6 las acciones contra los dos principales centros comerciales de recepci6n del comercio del Adriatico (Brundisium y Tarentum), visible manifestaci6n de una politica de amplias miras en el complejo entramado global de principios del siglo III AC en el Mediterraneo. Paralelamente se preocupa desde un principio tanto de mostrar a los tarentinos el poder por la fuerza de los ejercitos romanos, como su disposici6n "por las buenas" a estrechar lazos de un posible patronazgo. Emilio Barbula sabia muy bien ad6nde iba y que queria de aquellos griegos que acababan de humillar a los embajadores romanos. No obstante, y aunque podria ciertamente ser este mismo personaje el avispado empresario que desde suelo magnogreco comercializa el afamado vino de la zona hacia mercados lejanos, para lo cual le seria vital la libre disposici6n (no como hasta ese momento) de los puertos de escala y venta-cambio anteriormente citados, no creemos en ello mas que en una nueva posibilidad mas cercana a la compleja realidad: la existencia de un pariente cercano dedicado desde afios atras a este ambito comercial maritimo. El praenomen Lucio era uno de los mas utilizados en la gens Emilia (y en los ComeliosEscipiones) y desde los primeros afios de nuestro ambito mayor de estudio lo encontramos en distinguidos cabezas de este linaje dedicados al ejercicio de la politica 22 . Por otro lado, pertenecia a una linea familiar permanentemente vinculada al 22

Por ejemplo, L. Aemilius Mamercinus (cos. 366 y 363; interrex 355 y mag. eq. 352 AC) y su hijo, L. Aemilius Mamercinus Privemas (mag. eq. 342, cos. 341 y 329, diet. 335 y 326 e interrex 326 AC). Y, mas tarde, L. Emilius Papus (cos. 225 y cens. 220 AC) o L. Aemilius Paullus (cos. 219 y 216 AC) (Broughton, 1968: 114-227).

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poder politico en Roma desde, al menos, el ultimo tercio del siglo IV. Su padre, Q. Aemilius Barbula, habia sido consul en 317 y 311 AC y otro pariente directo suyo, M. Aemilius Barbula, lo seria en 230 AC (Broughton, 1968: 155-227). Esto obviamente quiere decir que no solo habian estado permanentemente presentes en los grandes ambitos de decision romanos desde el siglo IV como miembros de la gens Emilia, sino que tambien habian sido miembros del Senado como familia Barbula durante al menos todo este siglo de trascendentes cambios. Y esto en la practica significa que fueron testigos privilegiados de los grandes procesos economicos que acontecieron en estos afios: la apropiacion de nuevas tierras, de los esclavos, de la mayor parte del botin, el acceso privilegiado a las fuentes de riqueza de los vencidos, el abuso como gobemadores de los territorios sometidos y encomendados, ... No es ninguna falacia suponer que, al finalizar el mandato legal concedido por el Senado, los magistrados dejaran en la zona al frente de sus intereses privados a un familiar de confianza (como despues se dejaria a libertos o a esclavos) que eludiera oficialmente las posibles acusaciones de corrupcion durante el cargo y que gestionara el patrimonio recien adquirido en fundos alejados del control de los patres, de los censores y de los adversarios politicos. De esta forma, este familiar consagrado al mundo de los negocios privados se convertia en principal fuente de provision de la fortuna necesaria para un noble romano, mientras que el metodo indirecto de extraccion evitaba la consideracion de indigna de cara a la mentalidad del pueblo romano. 6.5.2.2. 0 Valerio No menos interesante por su valor historico resulta esta estampilla de lectura completa encontrada en Minturnae entre distintos materiales ceramicos de mediados del siglo III AC (Hesnard, Ricq, Arthur et a/ii, 1989: 31). Ya se ha comentado mas arriba que la gens Valeria era una de las mas antiguas de Roma. Hasta que punto era una familia poderosa es un extrema que demuestra claramante la relacion de los Fasti de estos afios, asi como la aparicion de otras estampillas de posibles descendientes o parientes de este Valerio como son las halladas ya sobre greco-italicas evolucionadas de "L. VA. PE", "L. VAL" y "M VAL" (Manacorda, 1989: 444). La cronologia de la primera estampilla nos emite basicamente a dos personajes. El primero es M Valerio Maximo Corvino (cos. 312 y 289 AC), quien en 307 AC, como censor inicio la via de su nombre que unia las poblaciones de Tibur y Corfinium (Broughton, 1968: 165; Cornell y Matthews, 1982: 34) en la linea de expansion romana desde el Lazio hacia el litoral Adriatico. El segundo es un pariente suyo: L. Valerio Fiacco, duunviro naval en 282 y comandante de la flota que fue atacada y destruida por Tarento despues de sobrepasar el promontorio Lacinio, limite de navegacion para los romanos expreso en el Tratado firmado en el 306. Este Valerio, cuando se le pregunto por las razones de la presencia de la flota romana en aguas tarentinas afirmo con soma que solo estaban "haciendo turismo" (Dio fr. 39, 4-1 0; Zon. VIII 2). Otros Valerios fueron tambien magistrados superiores en las instituciones republicanas romanas de estos afios, como, por ejemplo, P. Valerio Laevino (cos. 280 AC), M. Valerio Maximo Messala (cos. 263, cens. 253 AC) 23, L. Valerio Flaco (cos. 261 AC), 23

Este cognomen y el inicio de las hostilidades en esas fechas con Cartago demuestran un vinculo temprano en Sicilia que hizo que el apodo (y se suponen que los intereses , los contactos , los clientes, ...) se mantuviera durante mas de un siglo , como demuestra el consul del 161, M. Valerio Messala .

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Quinto (praet. 242, cos. 239 AC) y Publio Valerio Falto (cos. 238 AC), celebrando el primer triunfo naval en Sicilia como pretor; P. Valerio Falco (cos. 227 y leg. 219 AC); M. Valerio Laevino (praet. 227 y 215, cos. 220 y 210 AC) y M. Valerio Maximo Messala (cos. 226 AC), descendiente de aquel consul del 263 al que arriba hemes citado. Evidentemente la lista sigue, pero nos interesa mas, en primer lugar, establecer la continuidad en el poder de esta familia, especialmente a lo largo de este siglo III AC; y, en segundo lugar, constatar la frecuencia de utilizacion por parte de esta gens del praenomen "Lucio", aunque ninguno de estos magistrados posteriores a la Primera Guerra Punica lo hubiera mantenido. Por el contrario, el de "M VAL", aparecido tambien en una greco-italica evolucionada, si nos permite la posibilidad de establecer algun vinculo con los c6nsules de 226 y 220, respectivamente. No obstante, ante la fragilidad de estos argumentos nos queda su esencia, cual es la relaci6n de estos personajes con la flota y las distintas actuaciones navales de Roma, asi como sus vinculos con evidentes plazas comerciales como Tarento (L. Valerio Flaco) y Sicilia (M. Valerio Messana, padre e hijo, y Q. Valerio Falto). Al margen tambien se puede proponer una lectura alternativa a la estampilla aparecida en Tharros, Cerdefia (Blanc-Bijou, Carre, Hesnard et a/ii, 1988: 2) con "AEV[IUSJ" como "LJAEV[INUS". Esto nos permitiria relacionarlo o bien con P. Valerio Laevino (cos. 280), que rechaz6 durante su consulado el intento de Pirro de arbitrar la disputa entre Roma y Tarento (al Senado, sin duda, no le valia mas solucion que la capitulacion: con ese fin la habia atacado ). 0, mas bien, con M. Valerio Laevino (cos. 220? y 21 0; praet. 227? y 215), mas acorde a la cronologia de las greco-italicas evolucionadas, que estuvo al mando de la flota que defendi6 Brundisium y Tarento en 214 (Liv. XXIV 10, 4; 20, 12-16) y en 209 gobern6 Sicilia y tambien estuvo al mando de la flota de la zona, ademas de encargarse del suministro de trigo a Roma (Liv. XXVII 7, 12-13). No son tampoco, evidentemente, argumentos definitivos, pero si -creemos- nuevos pases que nos ayudan a vislumbrar las condiciones de este comercio. 6.5.2.3. "L. Aurelio" Otra inscripci6n hallada inscrita en latin con posibilidades de establecer alguna relacion significativa es la de Ca/a Rossa (Porto Vecchio, C6rcega). Tambien sobre anforas greco-italicas arcaicas MGS V-Al, puede leerse al menos en una de ellas "L. AUREL.", junto a otros nombres de resonancia latina. El recurso al archive de familia en esta ocasion solo nos facilita un referente: el de C. Aurelius Cotta (cos. 252 y 248, cens. 241 y mag. eq. 231 AC). Este noble plebeyo, el primero de su linaje en alcanzar el consulado, sirvi6 en 252 AC como consul en Sicilia junto a Servilio Gemino, con quien tom6 Thermae y Lipara. Por ello, Aurelio celebr6 un triunfo "de Poenis et Siculeis ", aunque resulta mas famoso por la acufiaci6n de monedas con su nombre, posiblemente por la toma de esta ultima plaza. En 248 AC, tambien como consul y de colega con el mismo Servilio Gemino, sitio Lilybaeum y Drepanum, los principales centros comerciales (junto al de Motya) de la epikrateia cartaginesa en la isla.

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De todos estos dates para nuestro proposito lo mas significativo es resaltar su condicion 24 de novi, visible tanto en sus aspiraciones politicas y en sus energicas actuaciones militares 25 como en la materializacion de su ambicion con la consecucion del triunfo y en el nada usual honor en este siglo (por mas que un derecho legal de los magistrados) concedido para la acufiacion de monedas con su nombre. No es menos significativo su objetivo militar, por mas que resulte ciertamente logico un ataque directo al centro neuralgico enemigo. No obstante, y como hemos analizado al tratar de L. Emilio, en este caso se refuerzan los argumentos que sefialan la existencia de un familiar (probablemente un ancestro) personalmente involucrado en el comercio durante la primera mitad del siglo III AC y cuya fortuna facilitaria el ascenso de Aurelio Cotta a los principales puestos del Estado en poco mas de diez afios. Si lo consiguio Terencio Varron, con la oposicion de casi toda la nobleza, con el respaldo economico de la carniceria de su padre, mucho mas facil tuvo que resultarle a este Cotta su ascenso sin el rechazo -que sepamos- del sector nobiliario. Sin embargo, es mucho mas importante relacionar la identidad del L. Aurelio annador y/o comerciante maritime con el lugar del hallazgo. La costa oriental corsa era por entonces un lugar de paso obligado para una de las rutas que desde Sicilia comerciaban, a traves del Tirreno y siguiendo la ruta focea, con el Occidente mediterraneo. Esta claro, pues, que el barco se dirigia en viaje de ida con un cargamento de anforas vinarias hacia este destino, despues de cruzar, atracando en Cara/is y Olbia (Cerdefia) y Aleria (Corcega), el Tirreno y, probablemente apoyandose en los importantes puertos de la zona norte (Populonia y, mas tarde, Portus Cosanus), antes de cruzar un arco ligur infectado de piratas hacia la Olbia gala y el enclave focense de Massalia, donde se iniciaba el proceso de redistribucion hacia los mercados primaries. Lo mas curioso al respecto, con todo, es un hecho paralelo que no se suele poner en relacion como es el inicio de la Via Aurelia Vetus, que unia Roma con el nuevo puerto de Cosa, en una fecha cercana al 241 AC (y que se prolongaria mas tarde con la Via Aurelia Nova hasta Populonia en el siglo II AC) (Cornell y Matthews, 1982: 38), afios en los que el citado Aurelio Cotta es el (mico de su familia que pudo dar nombre al trazado durante su censura. Esto nos hace sospechar que los Aurelios vieron rapidamente la necesidad de crear un itinerario terrestre que facilitara las comunicaciones (no solo el paso de las legiones) con la Galia Cisalpina y que, a la vez, fortaleciera el control de los puntos de contacto con aquellos territories no sometidos aun a Roma, que suponian un riesgo afiadido para los intereses comerciales con el entomo massaliota y el litoral iberico hispano. Buena prueba de ello es la existencia de una posterior Via Aurelia completa, extrema final de la que salia del Janiculo, situada entre la Via Domitia y la Via Heraclea, que unia en la Provenza, al este del Rodano, Forum lulii, Aquae Sextiae y Arelatae (Salomon, 1996:

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Como consul del 248 AC debi6 participar activamente, sin duda, en las negociaciones con Hier6n que se saldaron con el establecimiento de la "paz perpetua" (Zon. VIII 16), que habia de beneficiar tanto a Roma en lo politico como a sus mas distinguidos patres en lo privado. 25 Val. Max. II 7, 4, subraya que durante su mando consular en 252 AC, a pesar de ser familiar suyo, mand6 azotar a Publio Aurelio Pecuniola por no haber cumplido con diligencia y celo en el cuidado del material de guerra preparado para el asalto a Lipara.

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105), dominios en los que los Aurelios, muchos afios atras trabajaban con los ciudadanos indigenas en favor de sus intereses privados. 6.5.2.4. "Ti. Q. Iuventi" La generalizaci6n de este fen6meno distributivo romano desde el siglo III facilit6 la incorporaci6n a esta empresa de otros personajes cuya vinculaci6n directa o indirecta al poder institucional garantizaba un acceso privilegiado a las condiciones de la produci6n y los mercados. Una de las familias mas claramente identificadas en este proceso fue, sin duda, la de los luventi, cuyos intereses se han encontrado en puntos tan distantes como el Grand Congloue y Erice, al noroeste de Sicilia, y con la participaci6n, ademas de dos hermanos Tiberio y Quinto. Esta es otra de las mas antiguas familias de Roma. Asi, por ejemplo, un luventius del que desconocemos su praenomen fue el primer plebeyo en alcanzar la edilidad curul en 306 AC (Broughton, 1968, I: 166). Mucho mas tarde, ya a principios del siglo II AC, los Fasti identifican a un T. luventius (Thalna?) que fue tribuno militar en 197 y pretor peregrino en 194 y 172 (Idem: 334, 343 y 413, respectivamente), asi como a varios miembros mas de la misma familia: L. luventius Thalna (leg. 185 y 184 a Hispania: Idem: 373 y 377) y M luventius Thalna (trib. pleb. 170, praet. 167 y cos. 163 AC: Idem: 420, 433 y 440, respectivamente), que intent6 declarar por estos afios la guerra a Rodas, aun entonces uno de los centros vitales en el comercio mediterraneo. Se trata indudablemente de sendos ejemplos paralelos de la pujanza del consortium familiar en el ambito de los negocios y las instituciones publicas romanas, algo que incluia, sin duda, el acceso al poder politico, el desarrollo de actividades econ6micas y el conocimiento de los vericuetos legales para la defensa y ampliaci6n del patrimonio familiar heredado. 6.5.2.5. "Ser[vilius] La aparici6n de esta estampilla tambien en el sudeste de Francia consolida las expectativas argumentativas de la solidez de esta ruta foceo-massaliota. Por otro lado, los Servilios tambien son una familia con una considerable presencia en las distintas parcelas institucionales republicanas hasta el punto de que practicamente coparon el poder durante una decada a principios de la segunda mitad del siglo III26 . Con todo, destacaron especialmente desde la Segunda Guerra Punica gracias a la actividad de C. Servilio Gemino (praet. antes del 218 y lllviri agris dandis ese mismo afio en las colonias de Placentia y Cremona) (Broughton, 1968, I: 240) y de su hijo del mismo nombre (leg. en 212 a Etruria "ex autoritate patrum" para comprar grano, trib. pleb. 211, aed. pleb. 209,praet. en Sicilia en 206, cos. 203 y diet. 202 AC) (Idem: 270, 273, 286, 298, 310 y 316, respectivamente), ademas de Cn. Servilio Caepio (aed. cur. 207, praet. 205 y cos. 203 AC) (Idem: 295, 302, 310, respectivamente). Estos hechos creremos que demuestran la estrecha vinculaci6n existente en estos afios entre los 26

C. Servilius Tucca (cos. 284 AC), Cn. Servi/ius Caepio (cos. 253 AC) y P. Servilius Geminus (cos. 252 y 248 AC, en ambas ocasiones como colega de Aurelio Cotta, cuya i.mportancia ya hemos argumentado) son algunos ejemplos de estos antecesores insignes.

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campos economico y politico hasta el punto, evidente, aunque muchas veces objetado, de que a uno de ellos como legado se le envia a territorio etrusco a conseguir grano, una de las fuentes mas importantes de la Antigiledad para crear una fortuna personal y una s6lida posicion personal para aspirar a magistrado. 6.5.2.6. "Aev" Ya nos hemos referido antes parcialmente a esta estampilla que podria relacionarse -deciamos- hipoteticamente con un "Laevinus ", pero tambien podria hacerlo con un "Sc]aev[a" o, incluso, con "Q. N]aev[ius Matho" Dos representantes de los Junios Brutos, ambos Decios, de finales del siglo IV y principios del III AC ostentaron este cognomen de Scaeva. El primero, consul en 325, fue tambien IIlviri coloniae deducendae en Saticula (Broughton, 1968, I: 147 y 159); el segundo , consul en el 292 AC (Idem: 181). No obstante, tambien aparecen un Publio y un Quinto Mucius Scaevola en los Fasti en un momenta mas tardio. El primero fue consul en el 175 y el segundo un afio mas tarde, fechas que corresponden mejor con el ambito de estos hallazgos anf6ricos (Idem: 401 y 403). A la vez entendemos que existen las mismas posibilidades de relacionar esta estampilla con otros nombres como el de "Naevius ", que aparece en varias ocasiones en los Fasti y todas pertenecientes a la primera mitad del siglo II AC. Un tal Q. Naevius (Matho?), por ejemplo, fue IIIviri coloniae deducendae en el Bruttium en 194 y pretor en Cerdefia diez afios mas tarde, el mismo afio que su familiar M Naevius fuera tribuno de la plebe. Por ultimo, ya en 168 AC, un L. Naevius Ba/bus fue nombrado uno de los "Vviri finis cognoscendis statuendisque" en el conflicto existente entre Luna y Pisa (Broughton, 1968, I: 345, 375 y 432, respectivamente). 6.5.2.7. "T. Pos[tumius]" Los Postumios tambien gozaron de una larga tradicion en el deempefio de las mas altas magistraturas 27• Para nuestro ambito de estudio, L. Postumio Megello (cos. 305, 294 y 291) fue el legado enviado a Tarento en 282, que fuera victima de la famosa humillacion que Roma utiliz6 como casus be/Ii (Broughton, 1968, I: 166, 179, 182, respectivamente). Su hijo homonimo (cos. 262, cens. y praet. 253 AC) tom6 durante la Primera Guerra Punica una de las ciudades mas importantes de la isla: Agrigento (Idem: 204 y 211, respectivamente). Otros Postumios, los Albinos, tambien ocuparon estas importantes parcelas del poder: Aulio fue consul en 242 y Flamen Martialis, ademas de censor en 234 (Idem: 218, 224); y Lucio, consul en 234, 229 y 215, ademas de pretor posiblemente en 233 y 216 (Idem: 223, 228, 253, 225 y 249, respectivamente). 6.5.2.8. "Lici[nius]" Los Licinios ya aparecen en los Fasti iniciando el periodo de las grandes reformas que se produjeron en el siglo IV AC, pero hasta la segunda mitad del siglo III no aparecen protagonistas como M. Fabio Licinio, al que en 246 AC le toca Sicilia como provincia consular; o como C. Licinio Varo, que tambien alcanza el consulado diez afios mas 27

Ya Sp. Postumnio Albino (cos. 334 y 321 AC) propuso en su primer consulado la fundaci6n de una colonia en Cales y ese mismo afio se le concedi6 la civitas sine sujfragio a algunos campanos y samnitas (Liv. VIII 16, 13-14; Vel. Pat. I 14, 3).

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tarde y es, ademas, uno de los "maiores natu" enviados a Cartage en 218 con el ultimatum (Liv. XXI 18, 1). Pero es P. Licinio Crase "Dives" (subrayamos: "el rico") (Marshall, 1973: 466) (aed. cur. 212, Pont. Max. 212 al 183, mag. eq. y cens. 210, praet. 208, cos. 205 y procos. 204 AC) el personaje mas singular de estos, que ya en el 208 fue encargado de proteger la costa cercana a Roma al mando de una flota de cincuenta barcos (Liv. XXVII 22, 12) y durante su consulado acordo con Escipion el Africano un reparto interesado de las provincias, quedandose el en el Bruttium y todo el sur de Italia. Solo dos protagonistas mas podrian referimos datos interesantes de esta estampilla: los hermanos Licinios Varos, sobrinos del anterior. Publio fue pretor en el 176 y consul destinado a Macedonia en 171, mientras que Cayo fue pretor urbano en 172, legado en 171, consul en Italia en 168, promagistrado en la Galia en 167 y finalmente legado en Macedoniajunto a su hermano (Broughton, 1968: 400-437). De confirmarse esta relacion hipotetica entre la estampilla "LICI" y alguno de estos magistrados romanos de finales del III y principios del II, bien podria convertirse en una prueba del origen de, al menos, parte de la reconocida fortuna de esta familia que alcanzo los ultimos afios de la Republica y, sobre todo, de como aumentaron su patrimonio las grandes familias nobles romanas desde el siglo III, a pesar de la existencia explicita de un codigo ideologico aristocratico que consideraba "indecorus" al miembro de esta clase que desempefiara este tipo de actividades. 6.5.2.9. "M. Antestio" Los Antestios ya nos constan ejerciendo el poder desde el siglo IV, aunque siempre en oficios menores que no pasan del tribunado plebeyo del 319 desempefiado por M Antistius. Anos mas tarde, durante la Segunda Guerra Punica, ya nos encontramos con varies legados con este mismo nombre: en el 218 un nuevo M Antistius enviado a la Galia; en el 215 un Lucius Antistius fue enviado a Sicilia y en el 208 Sextio a Massalia (Broughton, 1968: 239, 256 y 293). 6.5.2.10. "M. Baibi" De la misma epoca, aunque con una mayor continuidad en el poder e, incluso, el acceso al consulado de alguno de sus miembros, los Baebios son otra de las familias que accedieron a las principales magistraturas a partir de la Segunda Guerra Punica y que se vieron beneficiados por las grandes perdidas humanas en las filas de los privilegiados. Q. Baebius Tamphilus fue, por ejemplo, enviado como legado a Sagunto en el 219 para disuadir a Anibal del cerco sobre la ciudad bajo el supuesto de su condicion de ciudad aliada 28 ; e, igualmente, fue enviado un afio mas tarde a Cartage con el ultimatum del Senado romano. Su pariente Cneo se valio de su exito para emprender una brillante carrera que inicio como tribune de la plebe en 204 o 203 para acceder mas tarde a la edilidad plebeya (200) y al consulado (182). M Baebius Tamphilus tambien gozo de estos privilegios del poder: fue tribune militar en 194 y "Jllviri coloniae deducendae" 28

Fruto de esta visita (y se supone que otras posteriores) a esta ciudad del litoral hispano Baebio dej6 en ella un numero de adeptos a Roma y de clientes personales que ya se ban puesto de manifiesto en otros trabajos (Knapp, 1979: 201).

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en Sipontium, pretor en 192, propretor en 191 y finalmente alcanz6 el consulado en 181 AC (Broughton, 1968, I: 305-387)29 • 6.5.3. Este negocio "innoble" tambien enriquece a los no-privilegiados No siempre es posible establecer un vinculo o un parentesco entre los distintos protagonistas de este proceso de producci6n y distribuci6n. Unas veces por las propias carencias de nuestra investigaci6n y otras por las limitaciones de los corpora utilizados (algunas, nada despreciables, originadas en la misma epoca de los acontecimientos) siempre nos quedan cabos dificiles de atar e, incluso, imposibles de ser objeto de alguna hip6tesis de trabajo. A este hecho hay que sumar otro aun de mayor calado como es el de la participaci6n en estos negocios "despreciables" para el citado c6digo aristocratico de la epoca de segmentos sociales que actuaban de manera lateral a los grandes 6rganos de poder republicanos . De esta forma, podemos constatar que algunos de los protagonistas de este fen6meno comercial transmediterraneo como C. Aristo, Tr. Loisio . L. Vesgei e, incluso, algun que otro nombre "sonoro" en la Historia de Roma como los es el de "Tibe[rius}" no obtienen en esta epoca ningun tipo de reconocimiento social a la preeminencia econ6mica que sin duda obtuvieron gracias a la presencia de sus intereses en los mercados. Esto es una prueba mas de que el c6digo ideol6gico de Roma en estos afios no era mas que una "garantia" contra los desarrollos estructurales contrarios al mos maiorum, por mas que los mismos patres patriae, defensores de las esencias y las tradiciones del ordenamiento republicano, fueran los mas interesados en explotar los intereses econ6micos de los nuevos negocios desde su ambito privado. 7. La titularidad econ6mico-politica del proceso de producci6n y distribuci6n

7.1. Durante la epoca de los Tratados (348-264 AC) Ya se ha puesto de relieve la confluencia en Cerdefia de producciones (e intereses) mixtos punico-romanos que utilizarian la ruta Carthago/Sulci-Olbia/Pithecusa, a lo que habria que sumar la fundada posibilidad de que desde esta misma isla se distribuyeran hacia occidente, via Aiboshim, la ceramica de Pequefias Estampilla romano-lacial y es muy probable que tambien los contenedores anf6ricos vinarios WILL Al-MGS V. Las condiciones establecidas por el Tratado del 348, renovadas en el 306 y 279, ponian en manos de los punicos este trafico, a la vez que permitia a los romanos comerciar con estos utilizando i,el vino etrusco-lacio-campano? Los propios hallazgos de Ostia demuestran la solidez de esta ruta Tirrenica media que utilizarian los romanos para llegar a Occidente hasta la Primera Guerra Punica, fecha a partir de la cual este acuerdo comercial Roma-Cartago se rompe en beneficio de la primera, pero tambien de los griegos de Sicilia y la Magna Grecia, nuevos ''aliados" de los romanos, asi como de las fundaciones de estos en la ruta focea, que se beneficiarian considerablemente de un aumento del trafico maritimo ahora ya con productos romanos. 29

La lista de los miembros de esta familia que obtuvieron magistraturas y encargos menores a partir de estos aiios y antes de mediados de siglo sigue con Cn. Baebius Tamphilus y L. Baebius . Otra rama de los Baebios , los Dives , aunque con menos exito , tambien participaron de las magistraturas como demuestran las pretura s en 203 y 189 de Lucio y su posterior legaci6n a Cartago .

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Estos hechos, no obstante, pueden apreciarse mejor en los mapas de distribuci6n de las Al-MGS V comparados con las A2-MGS IV (ver Cartograjia especifica). El numero de hallazgos de estas producciones MGS IV verdaderamente magnogreco-siciliotas, aun sensiblemente inferior, demuestra una concentraci6n esencial en torno a las zonas de producci6n, asi como en dos lineas/itinerarios de distribuci6n alternativos. El primero, partiendo de la Sicilia griega (Gela, Agrigento, ...) sigue la linea de costa italica (Velia, Islas Pontinas) hasta el Tirreno norte (Aleria, litoral etrusco, Antibes) y utiliza la ruta foceo-massaliota hasta alcanzar el territorio ibero del Languedoc (Beziers, Tour de Castellas) y el noreste costero mediterraneo (Ampurias, Alorda Park, ...). En segundo, que, por el contrario, utilizando el potencial comercial de Cartago, seguiria presumiblement la ruta fenicia norteafricana hasta el sudeste peninsular, desde donde se redistribuiria hacia el Levante (Sagunto) y las Islas Baleares (El Sec); o, bien, con el mismo destino, siguiendo la ruta de las Islas y uniendo Cerdefia con estas. Sin embargo, la distribuci6n de las MGS V ofrece ya una realidad muy distinta. En else aprecia claramente c6mo se consolida el area de producci6n original en territorio apulio, bruttio y lucano, asi como en la Sicilia griega, hecho cuantificable, por un lado, a traves de la proliferaci6n de talleres de producci6n regionales (Metaponte, Montegiordano, Castiglione di Paludi, Tarento, mas Poggio Marcato di Agnone en Sicilia); y, por el otro, en la considerable multiplicaci6n de hallazgos en esta region que abarcaria te6ricamente del Tirreno sur al Mar J6nico. Basta echar un vistazo a este mapa para comprender la solidez de los procesos de producci6n y distribuci6n en esta region asentados, sin duda, tanto en una tradici6n artesanal de siglos como en una voluntad empresarial vitivinicola explicita que recogen los mismos textos hist6ricos contemporaneos. Pero la gran diferencia con el mapa de las MGS IV reside en la aparici6n de un segundo centro de acumulaci6n de hallazgos en el triangulo formado por la linea de costa italica desde el norte de Campania a Populonia, el sur de C6rcega y la via tradicional que venia uniendo comercialmente Cerdefia con el Lazio y el litoral campano. Podria argunientarse sobre esta acumulaci6n que se trata de un evidente lugar de paso de ambas rotas ·en su "viaje a Occidente" (la magnogreca, via foceo-massaliota, y la punica, a traves de las islas) yes un hecho que consideramos al menos parcialmente contrastado. No obstante, la identificaci6n y lectura detenida de estos hallazgos sefialan en otra direcci6n. En primer lugar, no puede pasar desapercibida la singular acumulaci6n de hallazgos que se produce en el entomo inmediato del ager Cosanus (Cosa, Portus Cosanus, Orbetello, Sovana, Le Murelle-Viterbo, ... ), cuya significaci6n especifica puede ofrecerla ·el pecio de "Montecristo A", en las Islas Toscanas, en el que se ha encontrado un cargamento completo de estas anforas acompafiado de barniz negro estampillado fabricado en Minturnae {precisamente uno de los talleres de producci6n contrastados tambien de las greco-italicas "evolucionadas") con una cronologia del 260/250 AC30 • Es evidente que este cargamento es de por si una manifestaci6n palpable de las grandes posibilidades de que el desarrollo "vital" de ambas producciones vaya parejo y que, por tanto, nuestras anforas dedididamente ya se esten fabricando antes de mediados del siglo III. 30

Este es el barco que se viene considerando como el mas antiguo testimonio del comercio de vino explicitamente (centro-)italico (Parker, 1992a: 282).

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En segundo lugar, tambien resulta llamativo que en otro de los hallazgos de este arco cronologico (300/250 AC) y de esta misma zona se haya podido identificar una de las estampillas latinas mas antiguas, la de "L. Aurel[ius]" ( Cala Rossa, Porto-Vecchio, Cerdefia). Mas al sur, en el de San Domino (Islas Tremiti) tambien ha podido leerse sobre greco-italicas arcaicas yen latin "Antip. R. "y "Ca. T. R." Por ultimo, no menos sugerente puede resultar el pecio de Tour d'Agnello-Macinaggio (Caho Corso, C6rcega), en el que se han encontrado estas greco-italicas arcaicas junto a ceramica campaniense A arcaica, lo que vuelve a sefialar un vinculo notable entre las MGS V-Al y el litoral etrusco-campano-laciai31• Son estos elementos materiales Ios que nos hacen plantear la hip6tesis de que ya en estos afios estaban actives Ios talleres de produccion de esta region, cuya identificaci6n hasta ahora solo se ha podido vincular con las greco-italicas evolucionadas MGS VI. Es mas, parece mas que probable que al menos parte de los innumerables hallazgos producidos en el Tirreno norte se deban a estos centros de producci6n llamados desde su puesta en funcionamiento a suplantar en los mercados al vino de la Magna Grecia y la Sicilia griega. Mencion aparte merece la evidencia de un trafico similar de greco-italicas entre la epikrateia punica, Cerdefia y Cartago, que entroncaria con las rutas anteriormente analizadas del Tirreno medio hacia el litoral lacial y campano. Ha sido en Terrasini "B ", en la Sicilia occidental, donde ha aparecido la mas antigua estampilla latina, la de "L. Aimiilio ", con caracteres tipograficos arcaicos, sobre una MGS V-Al y acompafiada de anforas punicas (probablemente Mafia Cla), argumento que ha sido corroborado por la Profesora Bisi en hallazgos tan importantes como los de la Secca di Capistello (en Lipari), junta a decenas de piezas de barniz negro similares a los de Pequefias Estampillas (Parker, 1992a: 396); en el barco punico de Marsala, acompafiadas barniz negro con graffiti latinos e italicos e, incluso, piedras de lastre originarias del Lazio y Campania (Parker, 1992a: 263); y en las tumbas A y B punicas de Mellita (Bisi, 1989: 594-595). Tambien en esta zona, en Erice, se ha documentado la conocida version en griego del "C. Arista" sobre algunos de los pocos restos de MGS V encontrados con este tipo (la mayoria parecen ser MGS VI), algo verdaderamente normal puesto que la mayoria de las estampillas de anforas de la Sicilia punica estaban escritas en griego. Asi, por ejemplo, "BIO" aparece en Lipari, en Erice y en Cartago; "BIOTO" en Erice y en Lilibeo; "DIO" en Lipari, Erice, Cartage y Cartago Nova; "PAR" y "PARE" en Lipari y Erice; y "EUXENOU" en Lipari, Selinonte iY en Ischia! (en plena ruta hacia el litoral lacial y campano ), todo ello, claro esta, ademas de las aparecidas en territorios de habla griega.

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No menos sorprendente en este caso resulta le lectura de estas greco-italicas como A2 que hace Parker (1992a: 431), lo que obligaria a explicar la presencia en esta supuesta cronologia de 300/275 AC de la ceramica campaniense . Esta claro que, si estas lo son, las anforas solo pueden ser A 1.

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Lo evidente es, no obstante, que el nombre "C. Aristo" es de origen campano-laciai3 2 y que su practica generalizaci6n como "marca comercial" en la segunda mitad del siglo III (con las MGS VI) demuestra una continuidad de intereses campano-laciales en la Sicilia punica y mas concretamente en el triangulo noroccidental de la isla a lo largo de casi todo el siglo y sin interrupciones traumaticas a nivel de negocios privados y a grandes rasgos, a pesar de las dos Guerras Punicas, lo que nos hace incluso pensar en el establecimiento en esta zona de ciudadanos romanos desde principios de siglo, que pudieron tener su peso en los acontecimientos politicos de estos afios. Otro hecho que podria reforzar la existencia de lazos econ6micos con Sicilia anteriores a la Primera Guerra Punica seria la acufiaci6n en la isla de los ases con espiga que, al igual que en Roma y en Luceria, se emiten desde el 286 AC como mas tarde lo harian tambien con la espiga caracteristica los quadrigatos de plata en una fecha muy cercana al 228 AC (Herrero Albifiana, 1994: 218-219). Tampoco han faltado autores que han relacionado con Sicilia el modelo del as romano dividido en doce partes, debido a que, ademas de usarse tanto en la isla como en Tarento y en la zona de los Estrechos el patron euboico-atico caracterizado por el didracma (equivalente a una estatera) de 8, 72 grs. 33, en Sicilia tambien se usaba de manera simultanea una pequefia moneda de plata de 0,87 grs., equivalente a una libra de bronce y que se dividia en doce partes como el citado as romano (Villaronga, 1979: 19-20). De esta alianza Roma-Cartago tenemos, incluso, referencias de las negociaciones del 279/278 AC para establecer una postura comun comercial, institucional e, incluso, la cooperaci6n militar frente a Tarento y a Pirro, por la que se llega a concretar una operaci6n conjunta consistente en el traslado por parte de Cartago de quinientos mercenarios romanos a Rhegio (Diod. XXII 7, 5) Pero, a pesar de la importancia de los indicios apuntados, el hecho que mas nos anima a centrar nuestros estudios en esta posibilidad que apunta la existencia de intereses romanos en la isla mucho antes de la Primera Guerra Punica es el descubrimiento de una inscripci6n en griego hallada en Entel/a, en el extremo noroccidental de la Sicilia punica, alusiva a la presencia en la ciudad ya en la primera mitad del siglo III AC de un "Tiberio Claudio de Anzio" (Tef3epwa l

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