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Spanish Pages [223] Year 2015
La comunicación sana y eficaz
David Bertrán
Copyright © 2015 David Bertrán Todos los derechos reservados ISBN: 1512016888 ISBN-13: 978-1512016888
A MJ, gracias por tu apoyo incondicional, por entenderme, respetarme y por ser la mejor compañera de camino
ÍNDICE Introducción, pag. 1 Nuestro sentido, pag 3 Inteligencia emocional, pag 7 Auto conocimiento, pag 11 Auto regulación, pag 28 Auto motivación, pag 44 Empatía, pag 52 Habilidades sociales, pag 54 Programación neurolingüística, pag 56 Las claves del cambio de conductas, pag 69 Neurociencia y comunicación, pag 73 Comunicación con los demás, pag 90 Comunicación emocional, pag 93 Comunicación con respeto, pag 95 Saber decir que no (asertividad) , pag 96
El reconocimiento, pag 102 Pedir cambios de conductas, pag 105 Comunicación en la pareja, pag 109 Comunicación con los hijos, pag 111 Acerca del autor, pag 116
AGRADECIMIENTOS Muchas gracias a Deepak Chopra, a mis hijos, a Linda Seguer, a mis padres, a Flora Davis, a mis hermanos, a Luís Rojas Marcos, a mis jefes, a Richard Brandler, a mis amigos, a John Grinder, a mis empleados, a John La Valle, a Bel, a Eduard Punset, a Virgínia Satir, a Alex Rovira, a Sócrates, a Platon, a Crisnamurti, a Einstein, a Jodorowski, a Louise Hay, a Shakespeare, a Woody Allen, a Elisabeth kubler Ross, a Eckhart Tolle, a Victor Frankel, a Nietzsche, a Confucio, a Gandhi, a Bruce Lipton, a Joe Dispenza, a Thich Nhat Hanh, al Dalai Lama, a Aristóteles, a Annie Marquier, a Goethe, a Claudio Naranjo, a Groucho Marx y a los muchos más que olvido sin intención... gracias de corazón, por ser los manantiales de los que he
bebido.
Nos ahogamos en información, pero estamos sedientos de conocimiento.
Introducción No me creas. Todo lo que vas a leer a continuación es fruto de las ideas y experiencias de una persona y existen tantas verdades como personas hay en este mundo. No te creas. Cualquier creencia es excluyente y por tanto si pretendes evolucionar y aprender siempre debes estar dispuesto a revisar tus creencias actuales. Seguro que leyendo este libro vas a sacar cosas muy provechosas para tu vida, pero seguro también que no todas te van a servir. Te aconsejo que pruebes todos los ejercicios que te propongo y que evalúes cuales de ellos te sirven, ya que al
final, la eficacia siempre debe medirse por el resultado. Este libro tiene una vocación clara, que encuentres en él soluciones prácticas que te lleven a descubrir quien eres y sobre todo quien no eres, que tipo de vida quieres y como puedes llevarla a cabo. A través de estas páginas descubrirás trucos prácticos para gestionar mucho mejor tus emociones, para comunicarte de manera mucho más eficaz contigo mismo y con los demás, y para desarrollar tu capacidad de persuasión y liderazgo. En definitiva, herramientas de vida para hacer de tu comunicación un arte extremadamente útil.
El libro esta estructurado en tres partes claramente diferenciadas. En la primera descubrimos porque estos pequeños trucos son tan eficaces. En la segunda encontramos las claves para llegar a tener una buena comunicación con nosotros mismos. Y en la tercera descubrimos las claves de nuestra comunicación con los demás. A lo largo de las tres partes vas a ir encontrando ejemplos y ejercicios prácticos que te ayudarán a personalizar tu maleta de herramientas para lograr una comunicación sana y eficaz contigo mismo y con los demás. La esencia de estos trucos y consejos prácticos surge de los últimos descubrimientos en campos como la Inteligencia Emocional, la Programación
Neurolingüística, y la Neurociencia.
Nuestro sentido Imagina que al abrir esta página aparece un genio que te ofrece la posibilidad de ir a una isla paradisíaca con todo lo que tu quieras, puedes disponer de todos los placeres materiales que te de la gana y en la cantidad que tu desees, sin límite, la única cosa que no puedes pedir es que acompañe algún ser humano ni podrás comunicarte con nadie una vez estés allí. ¿Cuanto tiempo serias capaz de aguantar con todo lo que tu quieras pero absolutamente solo? ¿horas, días, semanas...? a ningún ser humano le apetecería estar meses en esta situación, y esto se debe a que el ser humano es un animal social.
Nosotros como individuos únicos tenemos poco sentido, nuestro sentido de verdad empieza a partir de nuestra relación con los demás, y muy especialmente a partir de la relación con las personas que nos quieren y a las que queremos. Formamos parte indivisible de un conjunto de seres vivos y nuestra herramienta para interrelacionarnos con ellos es la comunicación, de ahí la importancia de desarrollar al máximo nuestras habilidades para poder comunicarnos eficazmente con nosotros mismos y con los demás. Si le preguntamos a un ser humano que se encuentre en su lecho de muerte, ¿cuáles son las cosas que hubiera querido hacer y no ha hecho durante su vida?, nos daremos cuenta que casi
nadie se arrepiente de no haberse comprado un Rolex o un Ferrari. En este tipo de momentos donde la verdad aflora y la sinceridad vence a los pocos miedos que nos quedan, el anhelo real de los seres humanos es el de no haber sabido perdonar a alguien, o no haber dicho no se que a no se quien en un momento dado, o simplemente el de no haber aprendido a bailar claque o a pintar un cuadro. Es curioso pero en estos casos siempre suelen salir situaciones que no se compran con dinero y que en la mayoría de los casos hubiéramos podido hacer. Pero ¿porqué no lo hacemos entonces? La respuesta es relativamente sencilla, no lo hacemos porque no logramos sostener una buena comunicación con nosotros mismos que nos
permita saber en todo momento cuales son nuestras necesidades reales, y pasamos confundiendo deseos por necesidades.
la
vida
Lo verdaderamente esencial e importante de esta vida tiene poco que ver con lo material, sin embargo los seres humanos transitamos por la vida acumulando bienes materiales que a menudo nos esclavizan y nos generan más preocupaciones que alegrías olvidando a menudo lo que realmente es importante. Estaría bien por ejemplo analizar de vez en cuando como está nuestra relación con las personas que nos importan, nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros hijos, nuestra familia o nuestros compañeros de trabajo, ya que en las relaciones
humanas al igual que en cualquier otro apartado en la vida, siempre suele haber una tendencia a mejor o a peor, si te fijas bien, veras que difícilmente una relación se mantiene estable durante años, generalmente las relaciones llevan una tendencia a mejor o a peor, y esto exige un trabajo continuo que nos lleve a sostener buenas relaciones con las personas que nos rodean. Es más fácil avivar una llama que se debilita, que encender un fuego que se ha apagado. Sin lugar a dudas, el factor que mejora o empeora nuestras relaciones con nosotros mismos o con los demás, es la buena o la mala comunicación. El ser humano es incapaz de no comunicar. Muchas
veces sin decir nada lo estamos diciendo todo. Otras, tan solo con nuestro lenguaje corporal o nuestras emociones estamos comunicando muchas cosas a quienes están en nuestro entorno. Si no tenemos un buen dominio de nuestra comunicación verbal y no verbal, con nosotros mismos y con los demás, nos veremos inmersos en situaciones indeseables que podríamos haber evitado. El hecho de no comunicarnos suficientemente bien con nosotros mismos por ejemplo, conduce a la mayoría de personas a pasar por esta vida siendo lo que los demás quieren que sean en lugar de ser ellos mismos, y esto provoca unos niveles de insatisfacción elevadísimos que conducen directamente a la cultura del Prozac.
En los últimos años he tenido el placer de impartir sesiones de formación cursos y seminarios con personas, de todo tipo, gracias a esta experiencia he podido recoger en este libro las herramientas, metodologías y practicas más eficaces para lograr una comunicación óptima con nosotros mismos y con los demás. Para empezar, es imposible comunicarse eficazmente con los demás si no aprendemos antes a comunicarnos bien con nosotros mismos. La mejora de la comunicación uno mismo, ayuda sin lugar a dudas a la mejora de la comunicación con los demás. En mi opinión, uno de los mejores caminos para trabajar en este sentido es desarrollar la
inteligencia
emocional.
Desarrollando
las
competencias de la inteligencia emocional mejoraremos automáticamente la comunicación con nosotros mismos. A mi al menos, es una de las vías que más satisfacciones me ha aportado en mi crecimiento personal, y esta es la razón por la que decido empezar con éste capitulo.
La inteligencia emocional Desde principios del siglo veinte y hasta hace tan solo unos años, el criterio utilizado para evaluar las capacidades de una persona fue el llamado cociente intelectual, que medía básicamente la capacidad de nuestra mente para la percepción el proceso y la representación. Pero este es un criterio que no garantiza en absoluto ni nuestro éxito ni nuestra felicidad, prueba de ello es que famosos asesinos en serie han sido personas con un cociente intelectual superior a ciento cuarenta, o que existen personas con un alto cociente intelectual y que resultan ser profundamente asociales e infelices. A partir de los años sesenta del siglo pasado, una
serie
de
científicos
empezaron
a
buscar
explicaciones al hecho de ¿por qué muchos estudiantes brillantes al cabo de veinte años resultaban ser gente muy mediocre y profundamente infeliz?, mientras que otros aparentemente menos brillantes, llegaban a lugares mucho mejor considerados por nuestra sociedad, y además eran mucho más felices. Asimismo se dieron cuenta de que algunos médicos psiquiatras, curaban fobias de manera casi milagrosa y en muy poco tiempo, mientras que otros colegas suyos con la misma formación necesitaban mucho más tiempo y aún así, no siempre lo lograban. ¿Cuáles eran pues esos factores que definían el éxito y la felicidad de las personas?
A lo largo de los últimos años se han estado realizando infinidad de estudios y seguimientos de distintos grupos de personas pertenecientes a diferentes estratos sociales y diferentes ubicaciones geográficas, conclusiones siguientes:
llegando
a
las
Lo que realmente marca la diferencia es conocerse a uno mismo, tener la habilidad de gestionar nuestras emociones y las emociones de las personas que nos rodean, tener la capacidad de auto motivarse, y por último tener la capacidad de relacionarse con los demás. Daniel Goleman, publicó en 1995, el libro “La Inteligencia Emocional”, en la que desarrolla los
frutos de muchos de estos estudios, y analiza estas habilidades, englobándolas en cinco bloques principales. AUTO CONOCIMIENTO AUTO REGULACION AUTO MOTIVACION EMPATIA HABILIDADES SOCIALES Este tipo de enseñanzas no han formado parte de nuestra educación, y justo ahora empiezan a tenerse en cuenta y a introducirse en nuestros sistemas educativos. Por lo tanto formamos parte de unas generaciones que hemos sido bastante analfabetos en el campo emocional, de hecho, hasta este momento no nos habíamos podido
permitir el lujo de trabajar conscientemente nuestra felicidad y la felicidad de los que nos rodean ya que las generaciones que nos preceden tuvieron que conformarse con luchar para garantizarse un sustento y un mínimo confort para si mismos y para los suyos. Por todo esto pienso que formamos parte de las primeras generaciones de seres humanos que tienen la formidable oportunidad de poderse trabajar la felicidad a través de este tipo de enseñanzas. Estoy convencido de que este hecho, a la vez que la rapidez y la facilidad con la que corre hoy en día la información, va a propiciar una nueva era de crecimiento y auto realización tanto individual como colectiva.
Tengo el convencimiento de que nuestros nietos empezarán este camino desde su infancia y que las generaciones venideras van a disfrutar de otra manera de vivir el mundo en que vivimos. A todo esto debemos sumarle la situación socio económica actual que pide a gritos un cambio de modelo de funcionamiento del sistema. Hace algún tiempo tuve el placer de vivir una experiencia muy interesante. En una escuela infantil me explicaron que en la clase tienen la caja de los besitos, en la que cada niño deposita un besito y la caja se guarda tapada hasta que un niño tiene una necesidad afectiva fruto por ejemplo de una caída. Entonces, se le deja la cajita para que abra con cuidado la tapa y recoja todos los besitos.
Ejercicios como este, llevan implícitos valores muy interesantes, como compartir el amor con los demás cuando estos lo necesitan, o ser capaz de pedir ayuda a los demás cuando tú lo necesitas. Hace poco también leí que en una escuela de San Francisco donde se está empezando a trabajar bajo este prisma, el profesor antes de empezar las clases cada mañana pide a los niños que digan uno por uno como se sienten, valorando de uno a diez su estado emocional. Desde el uno que se define como sentirse muy mal y sin ganas de hacer nada, al diez que se define como estar pletórico y súper feliz. Este ejercicio permite al educador encontrar
explicaciones a ciertas conductas de los niños que van a expresar durante el día y permite a los niños empezar a aprender a escucharse a si mismos analizando como se sienten cada día. No se si lo hacen pero sería conveniente también que el educador dijera su número para que los niños supieran como está la persona que tienen delante. Vamos a analizar brevemente uno a uno los cinco bloques de la Inteligencia Emocional para ver como podemos trabajarlos en nosotros mismos y en los demás. El auto conocimiento
El auto conocimiento es sin duda la base sobre la que se sostienen todas las demás, ya que difícilmente podremos regular nuestras emociones, motivarnos o comunicarnos bien con los demás, sin conocernos bien antes a nosotros mismos. Además, solo a través del auto conocimiento podremos trabajar la auto estima, valor indispensable para ser felices. Si les preguntas a las personas que te rodean si se aceptan a si mismas, si creen conocerse bien, la mayoría te dirá que bastante bien. Sin embargo, si les preguntas después que sienten cuando oyen sus voces en una grabación, generalmente te dirán que esta no es su voz, aunque curiosamente todo el mundo puede reconocer esa voz como suya.
Si vamos un paso más allá y les preguntamos que sienten cuando se ven en un espejo o en una grabación de video, el nivel de reconocimiento y auto aceptación se hace mucho más evidente. Si en cosas tan evidentes como nuestra propia voz, o nuestro aspecto físico nos cuesta tanto reconocernos y aceptarnos, imagina lo lejos que podemos estar del reconocimiento y la aceptación de aspectos mucho menos evidentes como nuestros patrones de conducta o nuestras emociones. Acepta al extraño que hay en el espejo, porque tendrás que convivir con él toda tu vida. Es importante saber que según los descubrimientos recientes de la neurociencia y la Programación
Neurolingüística, todas nuestras creencias y patrones de conducta son completamente modificables, aunque esto no quiere decir que sea fácil hacerlo. Si quieres sacar un piano de cola de casa, no puedes tirarlo por la ventana, hay que bajarlo piso a piso, escalón a escalón. A lo mejor es demasiado grande para que pase por la escalera y debemos desmontarlo en diferentes partes antes de empezar a bajarlo. A lo mejor pesa tanto que debemos pedir ayuda o debemos prepararnos físicamente antes de acometer el reto. Esta historia del piano es una buena metáfora para explicar el proceso de un cambio de conducta.
En los ejercicios que encontrarás a lo largo del libro veras de manera muy clara como puedes llegar a reconocer cuales son tus creencias y tus pautas de conducta, y como puedes trabajarte el cambio de estos patrones. Te propongo un ejercicio para que empieces a trabajar tu auto conocimiento. Aquí debajo encontrarás “La rueda de la vida”. Marca un punto en cada apartado evaluando de 1 a 10 cual es el nivel de satisfacción en las diferentes áreas de tu vida, y después une los puntos con líneas para crear tu diagrama. Verás que mediante este ejercicio van a revelarse aquellos apartados donde tienes creencias limitantes que no te permiten expandirte. En aquellos aspectos donde tu evaluación sea descaradamente baja, existen creencias limitantes que debes trabajarte.
La rueda de la vida
Es evidente que no es fácil tener permanentemente en una situación óptima las diez apartados, pero es importante tomar consciencia de cuales son las áreas que debemos trabajar a lo largo de nuestra vida y que nos preguntemos ¿qué podemos hacer
para mejorar? Por que un buen equilibrio entre estas 10 áreas garantiza nuestra felicidad. En las áreas en las que flojean. El hecho de puntuarlas de 1 a 10 nos sirve porque una de las máximas en el mundo del coaching nos dice que lo que no se puede medir no se puede mejorar. Para poder evaluar cualquier progreso debemos cuantificarlo. Otro ejercicio interesante para trabajar el auto conocimiento es el de hacerse preguntas clave. Como te comentaba hace unas páginas la mayoría de gente adulta cree aceptarse en mayor o menor medida, pero la realidad es que normalmente están lejos de ello y solo a partir de la aceptación de
quien somos y de saber que queremos podremos empezar a hacer un trabajo eficaz de comunicación con nosotros mismos. En las páginas que siguen encontrarás diferentes afirmaciones, retos, preguntas y ejercicios, que van a confrontarte con tu yo y tus necesidades reales. Te propongo que te lo tomes como un reto de auto conocimiento y como un camino de descubrimiento hacia lo que tienes en tu subconsciente. La mayoría de los objetivos que nos imponemos en esta vida son fruto de la educación que hemos recibido, de la influencia de los medios de comunicación o de las personas que nos rodean y que dicen querernos. Si a esto le sumamos que el ser humano tiene una necesidad innata y casi enfermiza de reconocimiento permanente por parte
de los demás, ya tenemos el coctel explosivo que hace que la mayoría de personas no estén viviendo la vida que deseen aunque en un porcentaje muy elevado de casos ni ellos mismos lo sepan. Lo único que saben, es que no son felices. El tener una buena comunicación con nosotros mismos nos lleva vivir una vida con sentido, y eso se logra solo haciendo cosas que den sentido a nuestras vidas y compartiendo el camino con personas que estén en sintonía con nosotros y nuestros valores. El secreto de la felicidad, se encuentra llevando una vida que tenga sentido, y en la que disfrutes más del camino que de la meta.
Para ello, uno de los primeros pasos es dilucidar que queremos hacer en esta vida. Piensa bien antes de responder y escribe la respuesta en la línea de puntos. ¿Qué harías si tuvieras 100.000.000 de Euros en tu
cuenta corriente? ¿A qué actividad dedicarías tu vida? ¿Qué pagarías dinero por hacer ? ................................................................................... ¿ Qué actividad, cuando la realizas, te hace perder la noción del tiempo ?
................................................................................... ¿ Qué sabes hacer mejor que la mayoría ? ...................................................................................
¿ Qué te apasiona de verdad, que te hace vibrar? ................................................................................... No existe viento propicio para un barco que no
sabe a dónde va. Todos estamos dotados para hacer algo mejor que la mayoría, y además suele ser algo que va a servir al resto de nuestros congéneres y que va a estar íntimamente ligado a alguno de nuestros valores esenciales, y ese algo, es lo que nos da la parte de arriba de la famosa pirámide de Maslow, la auto realización.
PIRAMIDE DE MASLOW:
Cuando tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas, necesitamos acceder al último peldaño que es el de la auto realización. Llegar a este punto es importante por que nos sitúa en un estado de plenitud que nos hace sentir muy bien casi
permanentemente, y la razón es porque estamos haciendo lo que hemos venido a hacer en esta vida. La mayoría de nuestros objetivos nos los imponemos por causas que no responden a nuestras necesidades reales y en mi opinión esto se debe a una deformación que elaboramos al crecer. Cuando un niño nace y durante sus primeros meses de vida se le quiere y se le valora por lo que es. Al cabo de unos años empieza el ciclo educativo y pasamos a valorar a las personas por lo que hacen en lugar de por lo que son, incluso les puntuamos del uno al diez en diferentes áreas y les comparamos. Luego, con la edad adulta llega la perversión absoluta y ya no valoramos a las
personas ni por lo que son ni por lo que hacen sino que pasamos a valorarles por lo que tienen. Esta perversión es la que lleva a muchos adultos a comprar permanentemente cosas que no necesitan con dinero que no tienen para impresionar a personas que no conocen. Pero por suerte, parece que gracias a esta crisis / oportunidad que estamos viviendo el sistema que se había impuesto hasta ahora empieza a cuestionarse. Aún así, a día de hoy en la mayoría de sociedades occidentales se sigue valorando más a las personas por lo que tienen que por lo son, y esto nos lleva a llevar una vida basada en buscar la
felicidad fuera de nosotros mismos a través de perseguir cualquier zanahoria absurda hasta que la alcanzamos y nos damos cuenta que no nos satisface y volvemos a fijarnos en otra zanahoria. Los que miran hacia fuera están ciegos, los que miran hacia dentro son los que ven con claridad. Liberarse de esta presión no es fácil pero es absolutamente necesario si se quiere llevar una vida sana y equilibrada. Si te fijas bien, la gente que nos quiere de verdad nos quiere por tal y como somos, no por lo que hacemos ni por lo que tenemos, sin embargo intentamos mostrarnos permanentemente diferentes
a como somos. La mayoría de nosotros intentamos mostrarnos físicamente diferentes a como somos camuflando aquello que no nos gusta con vestuario o maquillaje. A veces incluso, aunque te parezca una idiotez, te puedes llegar a sorprender delante del espejo escondiéndote barriga a ti mismo. ¿Sorprendente no? Es increíble lo que llega a complicarse la vida el ser humano por intentar ser atractivo para que los demás le quieran, sin darse cuenta de que cuando un ser humano es irresistiblemente atractivo es justamente cuando se muestra tal y como es, sin disfraces físicos ni emocionales, con la verdad por delante y con toda su humildad.
Tus valores Para encontrar esta sintonía con uno mismo es importante identificar cuales son nuestros valores esenciales. Los valores esenciales son aquellos pilares sobre los que construimos nuestras vidas, y todo lo que hacemos debería estar en relación directa con alguno de ellos porque de esta manera nuestra vida toma sentido. Hay valores que cambian a lo largo de nuestra vida por lo que es importante revisarlos de vez en cuando para reafirmar los que persisten, para eliminar alguno que a lo mejor ya no tiene sentido
y para añadir a los nuevos que vayan surgiendo. Te propongo un ejercicio para que trabajes la identificación de tus valores, yo le llamo el modelo VAT. A lo largo de nuestra existencia vamos forjando a un personaje que se nutre del aprendizaje y las experiencias que va viviendo, y este personaje genera una serie de valores anhelos y temores. En el cuadrante que verás en la página siguiente encontrarás tres columnas para rellenar tus valores (familia, salud, pareja, dinero, amistad, creatividad, trabajo o lo que quieras) anhelos (todo aquello que deseamos que ocurra), y temores, (la muerte, la enfermedad...) Una vez
listados te propongo que los analices uno a uno haciendo las preguntas que hay debajo de la columna.
Si analizas cada valor y te haces las preguntas, tomaras consciencia de si realmente son importantes para ti y de que debes hacer para trabajártelos. Cuando lo hagas con tus anhelos te encontraras con que algunos de ellos hace meses o incluso años que los deseas pero no te has puesto en serio a trabajártelos. Créeme, si fueran anhelos necesarios de verdad para tu existencia, ya habrías trabajado en ellos. Un consejo respecto a los anhelos, si tienes un anhelo que hace más de un año que arrastras y no actúas para conseguirlo, por ejemplo perder peso, bórralo de tu lista durante algún tiempo. Libérate
de él porque solo te está torturando y a día de hoy hay cosas más importantes para ti. Ya encontrarás el momento de retomarlo y cuando lo hagas lo harás con una metodología y un convencimiento que te garantizará el éxito. Más adelante veremos las claves de como hacerlo. Por lo que se refiere a los temores, en la mayoría de casos los temores son infundados, ya normalmente son fruto de una elaboración psicológica que parte de nuestros miedos más arraigados, eso no quiere decir que no existan, pero el saber que no tienen un fundamento sólido suele tranquilizar bastante. Por ejemplo, si uno de tus temores es la enfermedad pero resulta que tú llevas una vida
sana, no fumas, no bebes y haces deporte regularmente, tu temor es infundado. De todas maneras debes estar siempre abierto a lo que pueda pasar sin que esto te atormente ya que en muchos casos si el temor llega a producirse tampoco se acaba el mundo. Recuerdo una vez en un seminario una anécdota divertida que surgió de este ejercicio. Una chica de treinta y tantos puso en su columna de temores el miedo a que su pareja la dejara, pero cuando trabajó a fondo la pregunta de ¿que pasaría si...? lo acabó pasando a la columna de los anhelos. Te propongo un ejercicio respecto a los temores para que puedas comprobar por ti mismo que el 95% de los miedos que tú tienes nunca acaban
cumpliéndose. Escribe en un papel cuales son tus temores y guarda este papel en un libro que no abras habitualmente. Anota en tu agenda para dentro de seis meses el libro y la página donde has guardado la nota. A los seis meses verifica la lista y te darás cuenta de que el 95% de tus miedos no se han materializado. Una vez trabajado el cuadro “VAT”, te propongo un segundo paso muy interesante. Se trata de que elijas a una persona que te quiera y que te conozca bien como tu pareja, tu amigo del alma, o tu hermana, y que rellenen el cuadro por ti. Que te digan por escrito cuáles piensan que son tus valores, anhelos y temores. Las personas que
conozco que lo han hecho, se han llevado sorpresas importantes. Seguro que descubrirás aspectos de ti que ni tu mismo imaginas. Una vez obtengas los resultados sobretodo no los discutas, no entres en intentar rebatirlo, solo saca tus conclusiones en privado y quédatelo como un ejercicio para la reflexión y para trabajar por ti mismo con aceptación y humildad. Vamos con un último ejercicio para trabajar tu auto conocimiento, descubrir al personaje que has construido. A lo largo de nuestra vida vamos construyendo un personaje que nos sirve para ir avanzando en cada etapa. Muchas veces este personaje lleva unas máscaras puestas que nos sirven en un momento
dado pero que a partir de cierto punto dejan de servirnos o incluso empiezan a entorpecer nuestra evolución. Es importante identificar cual es este personaje que hemos construido y saber que precio pagamos por ello. Responde a las siguientes preguntas con un solo adjetivo que describa ¿cómo te muestras ante el mundo? O sea, ¿qué personaje llevas puesto? ¿Cómo me muestro con mi pareja? ¿Cómo me muestro con mis padres? ¿Cómo me muestro con mis amigos? ¿Cómo me muestro aquí? ¿Cómo me muestro en un comercio? ¿Cómo me muestro con mi sexualidad?
¿Cómo me muestro en mi trabajo? ¿Cómo me muestro con la autoridad? ¿Cómo me muestro en la playa? ¿Cómo me muestro con los niños? ¿Cómo me muestro con la gente mayor? ¿Cómo me muestro con la naturaleza? Ahora haz una lista con todos los adjetivos que has descrito en tus respuestas pero escribiendo delante de cada adjetivo “Yo soy” y el adjetivo en cuestión, y después del adjetivo completa la frase con la pregunta ¿Qué precio pago por ello? El paso siguiente es hacer un ejercicio similar. Responde a las siguientes preguntas con un solo adjetivo que describa ¿qué evitas ser ante el mundo? O sea, ¿qué personaje llevas puesto?
¿Qué evito ser con mi pareja? ¿Qué evito ser con mis padres? ¿Qué evito ser con mis amigos? ¿Qué evito ser aquí? ¿Qué evito ser en un comercio? ¿Qué evito ser con mi sexualidad? ¿Qué evito ser en mi trabajo?
¿Qué evito ser con la autoridad? ¿Qué evito ser en la playa? ¿Qué evito ser con los niños? ¿Qué evito ser con la gente mayor? ¿Qué evito ser con la naturaleza? Ahora hazte una lista con todos los adjetivos que has descrito en tus respuestas pero escribiendo
delante de cada adjetivo “Yo no me permito ser” y el adjetivo en cuestión, y después del adjetivo completa la frase con la pregunta ¿Qué precio pago por ello? Tras haber realizado las dos listas y hacerte las preguntas pertinentes descubrirás muchas pistas de tu personaje inconsciente y del precio que pagas por llevar este personaje puesto. La idea es que puedas ir añadiendo o eliminando adjetivos a tu personaje para que sea lo más coherente posible con tus valores y necesidades reales y que puedas ir liberándote de las máscaras que no te permiten ser como eres. Todo ello con un solo fin, que ganes en equilibrio entre el pensar, el sentir y el actuar en tu vida.
Con todos estos ejercicios damos por cerrado este primer bloque de la inteligencia emocional dedicada al Auto Conocimiento. Ahora que empiezas a saber quien eres y quien no eres, que personaje llevas puesto y como te relacionas contigo mismo, pasaremos a ver como puedes gestionarte de la mejor manera posible.
La auto regulación Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy
sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno y con el propósito justo, eso ciertamente no resulta sencillo. Para poder regular nuestras emociones es imprescindible que pasemos por un proceso previo de auto conocimiento que nos lleve a descubrir las señales que nos avisan del riesgo de estallar emocionalmente. Solo a partir del reconocimiento de lo que nos esta pasando podremos tomar las riendas de nuestras emociones y aplicar nuestro tratamiento personal e individualizado para regular cada emoción. Cuando se nos manifiesta una emoción en nuestro cuerpo es porque ha habido un estímulo previo que
nos ha llegado. Cuando este estímulo pasa por nuestra mente y se filtra a través de nuestra educación, nuestras creencias y nuestros patrones de conducta, se genera esta respuesta en forma de liberación de substancias por parte de nuestro cerebro que se manifiestan en nuestro cuerpo como una emoción. Es importante saber que nuestro cuerpo está preparado para metabolizar estas substancias en 90 segundos, por lo que si no alimentamos esta emoción al cabo de 90 segundos desaparecerá de nuestro cuerpo. A veces puede parecernos que no ha habido un estímulo que haya generado la emoción y que la emoción ha aparecido de forma espontánea, pero
no es así. Lo que sucede es que a veces el estímulo es muy sutil, un sonido, un olor o cualquier otro estímulo que llegue a través de nuestros 5 sentidos puede despertar un recuerdo que está en nuestro subconsciente y desencadenar una emoción en nuestro presente. Conviene recordar que en nuestro subconsciente no existe el concepto “tiempo”, así pues cualquier cosa que nos haya sucedido a lo largo de nuestra vida puede manifestarse en forma de emoción en nuestro presente fruto de cualquier estímulo que la haya activado. Reconocer a las emociones no es tarea fácil pero se trata de una habilidad que podemos desarrollar a base de prestar atención a lo que nos está sucediendo. El darse cuenta en cada momento de cómo estamos y de que sentimos es el camino.
Todas nuestras emociones se manifiestan en nuestro cuerpo de forma distinta, se trata de ir asociando la emoción en cuestión con su manifestación física. Por ejemplo, cuando una persona siente ansiedad a menudo se manifiesta con un nudo en el estómago. Si vamos trabajando esta asociación entre la emoción y su manifestación física, pronto podremos empezar a reconocer las emociones en cuanto estas aparezcan. Pero una vez tenemos a las emociones ahí, ¿cómo debemos tratarlas? A lo largo de la existencia de la especie humana ha habido dos maneras básicas y extremas de vivir las emociones, liberarlas o reprimirlas.
Siempre ha habido un debate abierto respecto al hecho de si debemos dejarnos llevar por la razón o por la emoción. Históricamente el ser humano había vivido en un equilibrio bastante interesante entre la razón y la emoción, pero desde finales del siglo XVII, a través del movimiento de la ilustración se fue imponiendo el uso de la razón por encima de la emoción y aspectos tan importantes como la parte intuitiva del ser humano fueron quedando de lado. En estos últimos años parece que se le empieza a dar de nuevo a las emociones la importancia que se merecen y vuelve a constatarse que un buen equilibrio entre razón y emoción puede sernos de gran utilidad.
Al contrario que el resto de seres vivos tenemos la gran suerte de contar con las dos posibilidades y debemos aprender a hacerlas servir en función de cada momento, dándole el peso que le corresponde a cada una. Si debemos tomar un avión tendremos que actuar guiados sobretodo por la razón, de lo contrario nos arriesgamos a perderlo, sin embargo como podremos vivir intensamente un gran amor sin poder dejar que la emoción pase por delante de la razón. Otro ejemplo que ilustra la utilidad y los beneficios de soltar nuestras emociones se da cuando vivimos una separación de pareja, o la
desaparición de un ser querido. Es lógico y necesario que en estos casos expresemos nuestras emociones y vivamos intensamente la pérdida, ya que se ha demostrado que es la única vía sana de pasar por el duelo sin que nos genere posteriores repercusiones. Se nos ha enseñado más o menos a utilizar nuestra razón, de hecho casi toda nuestra educación esta basada en ello, pero no se nos ha enseñado a gestionar nuestras emociones. En los últimos 25 años yo no he tenido que resolver ninguna raíz cuadrada, pero en los últimos 25 minutos si que he tenido que lidiar con alguna de mis emociones, por lo que no entiendo como la gestión de las emociones no forma parte
aún del currículo escolar. Nuestras emociones pueden sernos muy útiles si aprendemos a gestionarlas bien. Las emociones no son ni buenas ni malas, pero si que pueden ser beneficiosas o perjudiciales. Una misma emoción puede pasar de ser beneficiosa a ser perjudicial en función del momento, del contexto o de la situación. Muchas veces se confunde el gestionar las emociones con el reprimirlas. Las emociones están ahí y reprimirlas es como intentar parar el agua de un río, con suerte lograremos una presa pero al final el agua reventará la presa o pasará por encima de ella, así pues, lo que debemos hacer es aceptarlas y transformarlas. Es una lástima que
perdamos la magnífica habilidad que tenemos cuando somos niños para pasar del llanto a la risa en unos segundos. En mi opinión esta habilidad la perdemos al desarrollar nuestro intelecto y al hacer demasiadas elucubraciones sobre lo que vivimos. Muchas veces al racionalizar en exceso podemos provocar emociones negativas. Un buen ejemplo de ello es la diferencia entre el dolor y el sufrimiento. Cuando nos duele una muela, una cosa es el dolor físico y otra generalmente más compleja es el sufrimiento, que no es más que la elaboración psicológica de este dolor. El dolor en muchos casos no es evitable, pero el sufrimiento en cambio puede minimizarse. Todos hemos vivido casos en los que teníamos algún dolor y gracias a
una distracción por algo que nos interesa mucho perdemos la consciencia del dolor durante unos minutos y hasta somos capaces de reír. Las situaciones en si son asépticas, no generan emociones, es el como nosotros reaccionamos ante estas situaciones lo que genera las emociones. Por ello en lugar de culpabilizar al trabajo o a tal persona sobre como nos sentimos, debemos asumir nuestra responsabilidad y trabajarnos el como reaccionar ante estas situaciones. Con este cambio de actitud solucionamos tres aspectos importantes. Por un lado si aprendemos a gestionar nuestras emociones pasaremos a ser responsables de nuestros sentimientos y por tanto podremos solucionar nuestro conflicto. Por otro
lado nosotros tomamos las riendas de nuestras emociones y no son nuestras emociones quienes nos llevan a donde quieren. Y por último y quizás el aspecto más importante, cuando se manifiesta una emoción en nuestro cuerpo fruto de un estímulo se nos genera una gran oportunidad de crecimiento si sabemos preguntarnos en ese momento ¿por qué? se nos manifiesta esa emoción y sobre todo ¿para qué? se nos manifiesta. A través de estas preguntas encontraremos respuestas que nos llevarán a tomar consciencia y a poder transcender la situación y aprender de ella para ir evolucionando en este proceso sin fin que es el aprendizaje de la vida. Debemos tener en cuenta que todas las situaciones
que nos remueven emocionalmente nos sirven de espejo para vernos por dentro. Aquello que nos molesta siempre es algo que debemos trabajarnos. Cuando un interlocutor nos dice algo que rompe con nuestras expectativas nos sitúa fuera de nuestra zona de confort y ahí afloran una serie de emociones negativas que nos llevan a menudo a contraatacarle, a discutirle o a juzgarle en lugar de analizar porqué aquello nos molesta tanto. Esta falta de consciencia, aceptación y flexibilidad nos impide ser objetivos y transformarnos para crecer. De hecho, estoy convencido de que el 95% del sufrimiento del ser humano se debe a la falta de aceptación de cualquier persona, hecho o situación. Dicho de otra forma, si aprendemos a
aceptar
de
forma
sincera
e
incondicional,
eliminaremos en 95% de nuestro sufrimiento. ¿Vale la pena verdad? Cuando nos tiran una pelota a la cara podemos cogerla con las manos antes de que nos dé y nos la podemos quedar, o podemos devolverla. También podemos no hacer nada y que nos dé de lleno en la cara, incluso cabe la opción de esquivarla y dejarla pasar. Esto mismo que sucede cuando alguien nos dice algo que no nos gusta. Una breve y bonita historia que ilustra lo que te acabo de contar: Dos monjes estaban andando por el monte cuando al llegar a un riachuelo se encuentran con una bella señorita que les pide ayuda para cruzar el río. Uno
de los monjes sin pensárselo la coge en brazos y cruza el río. La señorita le agradece el gesto y los dos monjes siguen andando. Al cabo de un kilómetro el monje que no había tocado a la señorita le dice a su compañero, - Te has dado cuenta de lo que has hecho, has cogido a la chica en brazos, y el otro monje le responde Si, pero yo la he dejado al terminar de cruzar el río, tu en cambio aún la llevas. Otro aspecto muy curioso de las emociones es que todas las emociones se contagian, tanto las positivas como las negativas, y cuanto más alejados estamos de nuestro centro más nos contagiamos. De hecho se contagian mucho más las positivas por que las personas quieren ser felices,
por eso entre otras cosas seducen más los optimistas que los pesimistas. Todo el mundo tiene la capacidad de transformar sus emociones de manera muy rápida. Si te paras a reflexionar un momento sobre ello podrás darte cuenta que en infinidad de ocasiones cambias rápidamente tu estado emocional a causa de un comentario que te hacen, de una música que escuchas o de cualquier pensamiento que te surge. La cuestión es que nadie nos ha enseñado a hacerlo voluntariamente pero la buena noticia es que podemos hacerlo cuando se nos antoje y en función de nuestras necesidades. Vamos a ver un par de ejercicios que pueden proporcionarte una manera simple de cambiar tus
emociones en treinta segundos. El botiquín emocional. La mayoría de gente lleva en su Smartphone diferentes músicas ordenadas por artistas o estilos. Yo te propongo que rellenes el cuadrante de la página siguiente con una tema que te sitúe en la emoción descrita y luego lo traslades a tu Smartphone. De este modo cuando desees cambiar tu estado emocional solo tendrás que administrarte una capsula musical y transformarás en treinta segundos tus emociones. Si eres capaz de escoger los temas óptimos para ti te sorprenderás de la eficacia del sistema. En mi caso por ejemplo, cuando salgo de casa por
la mañana me administro una capsula musical de dos minutos y diez segundos que me aporta una gran dosis de vitalidad y optimismo, se trata de “Hoy puede ser un gran día” de Joan Manuel Serrat” Cuando practiques durante algún tiempo este ejercicio desarrollaras esta competencia inconscientemente hasta el punto de que serás capaz de cambiar tu estado emocional con tan solo pensar en la canción. Otro ejemplo interesante. Mucha gente lleva en su teléfono la foto de sus hijos o de su pareja, también puede servir la foto de un bebé tronchándose de risa, o la de unos dulces cachorritos. La cuestión es que se trata de
impactos emocionales que solo con verlos y en muy pocos segundos nos hacen entender lo que realmente es importante en esta vida y por tanto relativizar sobre algo que en aquel momento nos parece muy importante pero que en realidad no es transcendental para nuestras vidas. Pero todo esto no debe servirnos para rechazar siempre las emociones que nos perturban, ya que muchas veces las emociones nos sirven de alarma para avisarnos de que algo no va bien. Como decía anteriormente cuando nos encontramos en un estado emocional indeseado a menudo se nos presenta en una excelente oportunidad para extraer lo bueno de lo malo y ejercitar alguna virtud que tenemos poco desarrollada.
Muchas veces por ejemplo entramos en un estado de ira o de enfado y si lo analizamos bien nos podemos dar cuenta de que el origen proviene de no haber desarrollado suficientemente la paciencia. Este hecho nos conduce a menudo a crearnos falsas expectativas para obtener resultados antes de lo factible, y cuando estas expectativas se frustran entramos en un proceso de ira o de enfado. En estos casos lo que sucede es que encontramos una diferencia importante entre lo que ocurre y lo que nosotros esperábamos que ocurriera, y se nos hace muy complejo gestionar esta disonancia entre nuestras expectativas y la realidad. Si somos conscientes de esto podremos resolver muchas de estas situaciones tan solo revisando nuestras
expectativas. Veamos otro buen ejemplo a través de un caso habitual que casi todos hemos vivido. Se trata de tener que realizar alguna gestión telefónica para dar de baja de algún servicio. Si llamamos a una compañía telefónica para dar de baja una línea de teléfono, sabemos perfectamente que no va a ser cosa de tres minutos, sabemos también que nos van a atender varios interlocutores humanos e informáticos a los que deberemos repetir la misma información a lo mejor seis o siete veces. Sabemos que nos van a pedir nuestro número de documento de identidad, el número de contrato etc...
Aún así, aunque tengamos toda esta información, lo que suele suceder es que nos engañamos a nosotros mismos creándonos falsas expectativas y llamamos en cualquier momento en el que generalmente tenemos prisa, sin haber preparado la documentación, y con unas expectativas de resolver aquello en dos minutos. Como es lógico a los treinta segundos estamos inmersos en un estado emocional que no nos ayuda para nada a resolver la situación. Que pasaría si dialogáramos mejor con nosotros mismos y afrontáramos esta situación con el tiempo que requiere, habiendo preparado la documentación necesaria, y siendo conscientes de lo que va a ocurrir. Sin duda evitaríamos que todo esto nos genere un stress innecesario. Y esto no
quiere decir que nos conformemos con lo que pasa, lo que quiero decir es que podemos vivirlo de manera mucho más equilibrada con nosotros mismos y después, si nos hemos sentido mal tratados ya tramitaremos nuestra queja a la asociación de consumidores pertinente. Esto que acabamos de ver es importante porque si al empezar el día nos encontramos con una situación de este tipo, nuestro cerebro empezará a generar neuro inhibidores y todo lo que va a venir después puede ser cada vez peor por el efecto bola de nieve. No conviertas un mal momento en un mal día. Hay otro aspecto muy interesante a tener en cuenta
respecto a las expectativas. Nosotros, en nuestros actos cotidianos podemos cambiar el resultado de las expectativas de mucha gente y por tanto su estado emocional. Cada vez que interactuamos con un ser humano, esta persona puede salir mejor, peor o igual que antes de interactuar con nosotros. A veces depende solo de una buena actitud o de una sonrisa sincera. Pruébalo y veras como en un porcentaje muy elevado de casos este regalo inesperado propicia una actitud mucho más amable de vuelta, y esto sin duda revierte en nuestro beneficio. Si no sabemos gestionar nuestras expectativas y emociones en cosas tan previsibles como las que acabamos de ver, ¿cómo podremos gestionarlas en la mayoría de situaciones de la vida que suelen ser
absolutamente
imprevisibles
y
donde
la
implicación emocional a menudo es mucho mayor? De todas maneras, por más que desarrollemos nuestra capacidad de gestionar las emociones de vez en cuando nos encontraremos inmersos en emociones que no nos agradan y que nos cuesta transformar. ¿Qué debemos hacer cuando nos encontremos en esta situación? Sólo tenemos dos caminos posibles, o cambiamos nuestra realidad, o cambiamos nuestra manera de vivir esta realidad.
Cuatro pasos para salir de una emoción indeseada: 1.- Tómate una capsula musical que transforme tu estado. 2.- Revisa tus expectativas entre lo que ha sucedido y lo que tu pensabas que sucedería. 3.- Trabaja tu aceptación ante el hecho o situación. 4. Párate. Déjalo para otro día. Toma distancia respecto a los hechos y crea un plan de acción para volver a afrontar el caso con más serenidad. Te voy a contar otro caso personal en el que yo tuve un proceso de transformación espectacular respecto a la gestión de mis emociones.
Hasta hace unos años había una serie de situaciones que me hacían perder la paciencia, son aquellas situaciones en las que invertía un tiempo esperando algo o a alguien y ese tiempo invertido no me aportaba nada. Aquello me rebelaba porque no tenia sentido. Esto me pasaba especialmente cuando yo llegaba puntual a una cita y debía esperar a alguien, o también en cualquier cola de cualquier estamento público donde yo debiera realizar una gestión. Imagínate por un momento que tienes en tus manos el poder de transformar el tiempo, que una hora se convierta en media hora por ejemplo, ¿genial no?
Pues créetelo, por mágico que te parezca encontré el secreto para hacerlo y lo voy a compartir contigo para que tu también puedas hacerlo. Si te fijas en un trayecto cotidiano como puede ser el de casa al trabajo, teóricamente tu siempre inviertes el mismo tiempo pero a veces tienes la sensación de que ha pasado mucho más rápido que otras y la única diferencia es la manera en la que tu has vivido el trayecto. ¿Dura lo mismo una hora de sufrimiento que una hora de goce? La medición del tiempo es un invento seguramente necesario pero como bien sabia Einstein del todo relativo.
Veamos pues con un ejemplo práctico como podemos equiparnos para tener esta capacidad al alcance de nuestras manos. El mecanismo que yo utilizo es el de tener siempre en mi Smartphone vídeos o audios que me interesa ver o escuchar y que generalmente no tengo tiempo para dedicarles. En aplicaciones como Ivoox o Youtube hay millones de horas de conferencias, documentales y entrevistas interesantes para bajarte gratuitamente, asimismo, en casi todas las emisoras de radio y televisión puedes bajarte muchos de sus programas gratuitamente en Poadcast. Como me cambia la perspectiva cuando estoy esperando a alguien y mientras tanto veo un buen monólogo o escucho una entrevista a alguien
interesante. A veces hasta deseo que lleguen tarde. Otro mecanismo práctico que yo utilizo es el de llevar siempre conmigo una libretita y un bolígrafo, a mi me sirve para transformar muchos momentos vacíos en momentos creativos en los que dibujo o escribo algo. Bien, con lo visto hasta ahora tienes los ejes básicos del como y el porqué podemos y debemos gestionar nuestras emociones y auto regularnos de manera correcta.
La auto motivación La auto motivación es el clic interno que nos permite arrancar hacia lo que debemos hacer sin que nadie nos empuje. Es uno de los valores que se tiene más en cuenta últimamente a la hora de contratar a un directivo. Hace unos meses la directora de recursos humanos de una importante empresa multinacional me comentó que ante la disyuntiva de dos currículos similares para un puesto de abogado en el departamento jurídico, había escogido el de una chica que años antes llegó a ser campeona de
España alevín de tenis. Este detalle le hizo pensar que debía de ser alguien con un fuerte componente de auto motivación y de cultura del esfuerzo. Asociado a la auto motivación, está lo que se llama la resiliencia, que es la capacidad de reponerse ante situaciones adversas o contratiempos y seguir avanzando con las mismas fuerzas. El que tropieza y no cae avanza dos pasos de golpe. ¿Pero, cuál es la clave de la auto motivación? La respuesta es relativamente sencilla y está íntimamente ligada a nuestros valores. Cuando
estamos haciendo algo que no nos interesa mucho, algo que no tiene un sentido excesivamente profundo ni transcendental para nosotros, cuesta mucho que nos podamos motivar. Por el contrario, si hay algún valor esencial detrás de lo que estamos haciendo todo se torna mucho más sencillo y la motivación aparece como por arte de magia. Es por ello que en la vida solo deberíamos hacer aquello a lo que podamos asociarle algún valor importante y transcendental para nosotros mismos. Por ejemplo, si te cuesta levantarte por la mañana para ir a trabajar solo tienes dos opciones: cambia de trabajo cuanto antes o busca un valor que pueda motivarte en tu trabajo actual.
A veces es tan sencillo como plantearse: Este trabajo me va a servir para aprender a desarrollar la paciencia o para aprender a saber comportarme con asertividad y aprender a saber decir que no. O simplemente este trabajo me permite pagar unos estudios a mis hijos y esto ya es suficiente motivación. Otro ejemplo: mucha gente dice que le cuesta mucho aprender un idioma. En el aprendizaje de idiomas hay casos verdaderamente espectaculares en los que alguien aprende muy bien una lengua en pocos meses “solo” por el hecho de que se ha enamorado de una persona de otro país. Lo que sucede en este caso es que la motivación sale por si sola por que esta asociada al valor más
importante de todo ser humano, el amor. Hasta ahora hemos visto como identificar nuestras necesidades, ahora vamos a ver como podemos conseguir aquello que deseamos generando esta Auto Motivación y disciplina necesaria. No se trata de nada excesivamente mágico sino fuera por sus resultados, es simplemente una sistematización de procesos basados en el coaching y la programación neurolingüística. De hecho, algunos de estos pasos son los que te aconsejara cualquier buen coach si lo contrataras para que te ayude a conseguir tus objetivos. Este es un sistema ampliamente probado que a mi me ha ayudado enormemente a conseguir mis
objetivos, incluido la realización de este libro. Te reto a que lo pruebes y constates los resultados, no pierdes nada. La fórmula mágica en 10 pasos: 1.- Ten un objetivo lo suficientemente claro, concreto y grande como para que en ningún momento lo pierdas de vista. 2.- Asegúrate de que tu objetivo no daña a nadie y de que está en coherencia con tus valores. 3.- Desarrolla un plan de acción con fechas en el que cada día puedas hacer algo por pequeño que sea que te acerque a tu propósito.
4.- Plantéate unas metas intermedias premiadas para que la consecución de dichas metas refuercen tu motivación y te muestren que vas por buen camino. 5.- Plantéate expectativas realistas. El logro es el mejor motor de la automotivación, al igual que la sensación de fracaso es el desmotivador más potente que existe. Ten flexibilidad para adaptarte a las dificultades que encontrarás en el camino. 6.- Recuerda que el mal llamado fracaso es tan solo una parte del éxito. La mayoría de grandes éxitos son fruto del aprendizaje generado por multitud de los mal llamados fracasos. Saca conclusiones de tu “fracaso” y reestructura tu plan a partir de esta experiencia. Para mi el fracaso no
existe, lo que la gente llama fracaso es simplemente una experiencia con un resultado que no responde a nuestras expectativas, del mismo modo el éxito es lograr algo que esté al nivel o por encima de nuestras expectativas. Pienso que es importante verlo así porque de cualquier resultado que no responda a nuestras expectativas podemos extraer una experiencia positiva que nos haga aprender y nos ayude a replantearnos de nuevo el objetivo revisando las expectativas si es necesario. Si mis expectativas son doblar mis ingresos el año que viene, ganando un 40% más puedo frustrarme por no haber obtenido los resultados deseados, pero si mis expectativas son ganar un 20% más, con el mismo resultado obtendré un éxito rotundo.
Los mal llamados fracasos se explican muy bien con el ejemplo de lo que respondió Edison cuando en su ensayo novecientos y pico para hacer una bombilla alguien le preguntó: ¿Y no le dan ganas de dejarlo después de tantos ensayos infructuosos? A lo que él respondió: En absoluto, ya tengo casi mil soluciones de como no debo hacer una bombilla. 7.- ¿Es ecocional mi objetivo? (emocionalmente ecológico ) Todo lo que hacemos en esta vida tiene sus repercusiones, siempre hay un precio a pagar. Lo curioso del tema es que el precio existe incluso se decidimos no hacerlo. Si tú decides ir a por un objetivo y finalmente no lo haces pagarás el precio de la frustración. Sin embargo, si lo haces pagarás
otro precio como por ejemplo el de restarle tiempo a otras cosas. Y esta reflexión nos lleva al siguiente punto: 8.- Tómate el tiempo necesario para conseguir tu objetivo. Si tu inviertes tiempo en conseguir un objetivo, tendrás que liberarte de alguna cosa que te este tomando tiempo a día de hoy. En mi opinión No existen las metas no realistas, más bien existen los tiempos no realistas. 9.- Esfuerzo versus sacrificio. A veces no evaluamos suficientemente este punto y el nivel de sacrificio requerido puede estar muy por encima del beneficio que conlleva el conseguir el objetivo.
Ahí va un ejemplo que os sonará a más de uno. Si para tener una casa de propiedad tienes que pasarte treinta años de tu irrepetible vida trabajando en algo que no te gusta con el fin de poder pagar tu hipoteca, y además durante este período aceptas estar ahogado económicamente sin poder vivir otras cosas que quisieras vivir, a lo mejor el sacrificio no merece el resultado. El sistema actual te ofrece una maravillosa cárcel para que puedas vivir con toda libertad. Tu decides si quieres entrar en ella ;) Del mismo modo es importante que el proceso no sea excesivamente duro ni traumático. No vale la pena tener un ataque de ansiedad por cumplir un objetivo. Cuando estés trabajando para conseguir
algo debes intentar fluir con lo que estas haciendo. Bruce Lee decía “be water my friend” deberíamos ser como el agua, que cuando empieza su recorrido en el nacimiento de un río, sabe que su propósito es llegar al mar. Si encuentra una montaña en su camino la voltea, si encuentra una piedra le pasa por encima, se adapta a los elementos que va encontrando pero sin parar su recorrido y sin perder su misión que es llegar al mar. Pero para poder fluir hace falta que nuestro nivel de competencia esté acorde con la dificultad de la tarea que realizamos. En el diagrama que te muestro a continuación se ve muy claro.
El 90 % de la gente que cambia de trabajo o que abandona un objetivo se encuentra fuera de esta franja. Incluso cuando logres trabajar en algo totalmente vocacional debes mantenerte en este equilibrio para poder progresar pasándotelo bien y sin estresarte.
Si tenemos en cuenta estos factores, podremos alcanzar la mayoría de nuestros objetivos, solo nos queda un detalle importante como elemento indispensable para lograrlos. 10.- La auto disciplina. Si le preguntamos a alguien que nunca haya tocado el piano si se ve capaz de aprender a tocar una melodía de manera virtuosa, la mayoría de las personas de entrada nos dirán que no. Pero si les preguntamos si son capaces de aprender a tocar una nota al día la mayoría nos dirá que si. Y es obvio que si se aprende una nota al día durante doscientos días podemos llegar a tocar una melodía de manera virtuosa. Con lo que llegamos a la conclusión de que la
mayoría de veces es nuestro propio cerebro el que pone las limitaciones. Lo que en verdad no sabemos es modificar estas creencias limitantes y crear la disciplina y el flujo de trabajo necesario para que las cosas ocurran. Así que va a ser necesario romper con muchas de creencias para alcanzar nuestras metas.
nuestras
Cuando logremos cambiar nuestras creencias, estemos convencidos de que vamos a hacerlo y a su vez encontramos una buena motivación ligada a nuestros valores, nuestra fuerza y autodisciplina se van a volver imparables.
La empatía La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Se trata de una de las habilidades más importantes para comunicarse con los demás y está íntimamente ligada al saber escuchar. Cuando tenemos a un interlocutor delante nuestro y sabemos escucharle con los cinco sentidos, creamos esta habilidad de empatizar y nuestro interlocutor se siente comprendido e incentivado para comunicarnos lo que haga falta. Tenemos dos orejas y una boca, o sea que deberíamos escuchar el doble de lo que hablamos.
Otro aspecto remarcable para trabajar la empatía es tener siempre en cuenta que nadie tiene la razón absoluta de nada y por tanto debemos estar siempre abiertos a las opiniones de los demás. Lo bueno no es vencer, sino convencer. Un ejemplo de la empatía llevada al extremo. ¿Seríamos capaces de tener a un asesino delante y llegar a estar convencidos de verdad de que si nos hubiéramos encontrado en su misma situación, con su mismo bagaje, su misma formación, y su misma experiencia de vida, probablemente habríamos hecho lo mismo? Aunque parezca exagerado deberíamos llegar hasta este punto porque solo partiendo de la base de la comprensión y la
aceptación más sincera de la conducta de los demás, podremos trabajar una comunicación sana y eficaz con ellos. Otro aspecto importante a tener en cuenta para la comunicación y la empatía con los demás es el hecho de que escuchar siempre nos acerca y juzgar siempre nos aleja. Debemos tener en cuenta que cuando opinamos sobre la conducta de los demás estamos juzgando basándonos en nuestros valores y nuestras creencias, y estas no tienen por que ser buenas ni ciertas.
Las habilidades sociales Las habilidades sociales son las que nos permiten comunicarnos con los demás. El saber expresarse en el sentido más amplio de la
palabra, el ser capaz de vivir en grupo y en armonía y el saber crear sinergias que favorezcan el trabajo conjunto para la consecución de un beneficio colectivo. También son aquellas habilidades que nos permiten desarrollar nuestra capacidad de persuadir y motivar a los demás y de saber implicarles. Una de estas habilidades es el dominio de las técnicas de comunicación para hablar en público. Cuando estamos hablando en público debemos dominar nuestro lenguaje verbal y no verbal. Saber cosas como por ejemplo que el sostener un objeto en la mano puede servirnos como acto de distensión, o el hecho de saber que para poder
captar la atención de todo el público debemos administrar nuestra información de manera que sea atractiva para todo el abanico de personas que nos acompañan. Otro aspecto clave es saber acompañar nuestra información con impactos emocionales, anécdotas, etc... Cuando los emociones acompañan al mensaje, este queda grabado en nuestro cerebro con mucha más intensidad. Seguro que te cuesta recordar donde estabas el 11 de Setiembre de hace 6 años a las 14h. Pero en cambio si te pregunto donde estabas, con quien estabas y que estabas haciendo el 11 de Setiembre del 2001 cuando cayeron las torres gemelas, probablemente lo tendrás clarísimo.
Estas son buenas técnicas de las habilidades sociales para generar empatía y poder transmitir de manera eficaz la información. Otro ejemplo lo encontramos cuando queremos que un niño nos entienda, siempre será mucho más fácil si nos ponemos físicamente a su altura para hablarle. En resumen, el dominio de las técnicas de la comunicación verbal y no verbal forma parte del desarrollo de todas estas habilidades. Nos preocupamos mucho por que los niños aprendan el lenguaje escrito con toda corrección mientras que a la expresión oral o emocional le
damos poca importancia. Estoy convencido de que en pocos años veremos un cambio importante en nuestro sistema educativo y que todas estas materias se tendrán mucho más en cuenta. Con este bloque terminamos la parte del libro dedicada a la inteligencia emocional. Ahora entraremos en otro apartado que a mi me ha proporcionado un gran potencial en mi vida, se trata de la Programación Neurolingüística. La programación neurolingüística Se han escrito muchos libros y muy buenos sobre la programación neurolingüística, así que tampoco voy a profundizar mucho pero voy a tratar de sintetizar para darte a entender en que consiste y
sobre todo para que intuyas el potencial que tiene. La descripción académica de la PNL nos dice que la programación neurolingüística es una escuela de pensamiento pragmático que en sus orígenes fue concebida para optimizar procesos terapéuticos y que a día de hoy se utiliza con gran eficacia para el desarrollo de las habilidades de comunicación y cambios de conductas. También nos dice que la PBL promueve la flexibilidad del comportamiento, el pensamiento estratégico y una comprensión de los procesos mentales. En definitiva la PNL estudia la experiencia de los seres humanos y su comportamiento, y lo hace a través de como percibimos filtramos y revisamos el mundo exterior a través de nuestros sentidos y
como a partir de ello elaboramos unas pautas de conducta para cada situación. Estas pautas de conducta son completamente modificables y pueden ajustarse para optimizar nuestros comportamientos en función de nuestras necesidades. La capacidad de aprendizaje y transformación del ser humano y de sus pautas de conducta es asombrosa, lo único que se necesita es voluntad de cambio, trabajo perseverante y un objetivo claro. La neurociencia ha demostrado que el “es que yo soy así”, ya no vale. Todo cambio del ser humano es posible si hay voluntad de cambio.
En mi opinión los puntos clave de la PNL son los siguientes: · El mapa no es el territorio. Tenemos la firme convicción de que el mundo es tal y como lo vemos, pero en realidad cada uno de nosotros nos hacemos nuestra propia versión en función de la información que recibimos filtrada por nuestra educación, vivencias y creencias, y cuando nos falta información inventamos lo que nos falta en función también de estos parámetros. Así pues existen tantas versiones de este mundo como personas lo observen. · El modelado. Si alguien lo ha hecho, cualquiera puede hacerlo. Este punto nos habla del modelado de conductas. Si
partimos de la base que nuestras actuaciones se rigen por estos patrones de conductas que hemos creado, la PNL nos dice que podemos extraer los patrones de modelos que nos sirvan y emularlos desde nuestra persona. En este sentido, está bien que te preguntes ¿Cuales son tus modelos? Encuentra personas o personajes conocidos que sean modelos para ti y fíjate en como actúan, como comunican, etc… · Todo comportamiento tiene una intención positiva lo veamos o no. Nuestra mente tiende a buscar siempre las soluciones que nos vayan bien, que nos aporten algo positivo, aunque a veces esto no se vea a primera vista. Por ejemplo: Si yo me enfado puedo preguntarme ¿para qué me enfado? Y mi respuesta puede ser: Para poder decir lo que pienso. El porqué es fácil
encontrarlo y no nos dice mucho, sin embargo si logramos encontrar el ¿Para qué? surgirá la explicación que nos permitirá encontrar otras soluciones que pueden darse sin que yo deba pasar por el enfado. · No hay errores. Hay resultados inesperados. El concepto del error nos inmoviliza y nos hace perder nuestra capacidad de ensayo / error que es la base de nuestro aprendizaje.
Los anclajes. Los anclajes nos permiten fijar un estado emocional, de modo que cuando lo necesitemos podamos recurrir a él. La idea es que podamos recurrir en un instante a un estado anímico concreto. Esto se puede
hacer mediante cualquiera de nuestros 5 sentidos. El ejercicio que has visto anteriormente del botiquín emocional para gestionar tus emociones está basado en estos anclajes. · Si algo no funciona haz algo distinto. Este precepto es ideal para resolver problemas cuando la solución de un problema se nos encalla. Si hemos probado 3,4, o 5 veces una solución para un problema y no funciona, eso es que debemos cambiar la manera de afrontar el problema. Según decía Einstein no se puede encontrar una solución a un problema desde la misma mente que lo creó. · Gestión de creencias. Existen diversos ejercicios de PNL para trabajar sobre nuestras creencias. Métodos para instalar
nuevas creencias y métodos de verificación para asegurarse que estas creencias se han quedado en nuestro cerebro. · La influencia del lenguaje en nuestro cerebro Otro aspecto importante de la programación neurolingüística nos habla de la influencia del lenguaje en nuestro cerebro. Si te digo -No pienses en una manzana roja. Es demasiado tarde ¿verdad?. De la misma forma que nuestro cerebro tiene una res- puesta automática a la frase que acabas de leer, hay muchas palabras que tienen una influencia impresionante en nuestro cerebro y que afectan irremediablemente a nuestras conductas a las conductas de los que nos rodean.
A veces tan solo cambiando una palabra en una frase, nuestro cerebro da un giro de 180 grados. Por ejemplo, si yo digo, -No puedo llegar a fin de mes, mi cerebro se cierra ante el problema y no da posibilidades de salida. En cambio si repito la misma frase cambiando tan solo la palabra no por la palabra como y lo transformo en una pregunta abierta -¿cómo puedo llegar a fin de mes?, invito a mi cerebro a ser creativo, y éste se abre a buscar respuestas. Hay palabras que deberían usarse con mucha cautela ya que nos pueden complicar mucho la vida. Veamos otro ejemplo: Mi problema es que no pueden entrar más
asistentes en este seminario. En esta frase aparece otra de estas palabras tabú, se trata de la palabra “problema”. Siempre que encontremos esta palabra deberíamos remplazarla por la palabra “reto”. Veamos el resultado substituyendo las dos palabras: Mi problema es que no pueden entrar más asistentes en este seminario. Mi reto es, ¿cómo podemos entrar a más asistentes en este seminario ? En estos dos ejemplos que acabamos de ver encontramos algo muy potente. A través del lenguaje cambiamos la actitud. Cuando pasamos del “No puedo” al “¿Cómo puedo?” o del “Mi
problema es” al “Mi reto es” se produce un cambio de actitud de ser víctimas a ser responsables de la situación, y el matiz es muy importante porque si somos víctimas no podemos hacer nada para cambiar la situación, pero si somos responsables podemos incidir en lo que sucede y por tanto resolver el problema. Lo mismo encontramos con la comunicación hacia los demás, las palabras que utilizamos para comunicarnos con los demás despiertan en ellos una serie de emociones y consecuentemente unas actitudes y unos comportamientos. Veamos algún ejemplo más: Voy a intentar llegar.
Deberíamos
simplemente
eliminar
el
verbo
intentar de nuestro vocabulario. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes por que el intentar lleva implícita la derrota. También debemos evitar las generalizaciones y los absolutismos, por que nunca son ciertos, por ejemplo todo, nada, nunca, siempre... Cualquier generalización es falsa, incluida esta. Veamos otra técnica importante del lenguaje a la hora de relacionarnos con los demás, especialmente cuando deseamos persuadir a nuestro interlocutor para que nos responda en la dirección que nosotros queremos. Se trata de preguntar concretamente lo que se quiere, ofreciendo al cerebro de nuestro interlocutor solo
las alternativas de las respuestas que nos convengan a nosotros. Por ejemplo, si yo quiero que mi hijo de 4 años se coma una fruta de postre, no debo preguntarle que quiere de postre por que hay bastantes posibilidades de que me responda que quiere un helado. Sin embargo, si le pregunto: ¿ quieres manzana o pera de postre ? tengo muchas más posibilidades de lograr mi objetivo y lo único que he hecho, es utilizar el lenguaje como mecanismo de persuasión. En este sentido también podemos persuadir con el lenguaje cuando dejamos a nuestro interlocutor que se responsabilicé de lo que nosotros queremos en lugar de imponérselo.
Si mi hijo está haciendo un puzzle y yo le pregunto, ¿vamos a ducharte? seguramente obtendré una respuesta negativa, sobretodo por que estoy imponiendo lo que quiero que él haga. Sin embargo si le pregunto ¿quieres ducharte antes o después de terminar el puzzle?, con esta pregunta de entrada no le doy opción a que me responda que no quiere ducharse, por que su cerebro le obliga a escoger entre hacerlo antes o después, pero ni se plantea el hecho de que pueda elegir entre ducharse o no ducharse, así que en un porcentaje muy elevado de ocasiones y de manera casi mágica me responderá que después, y en cuanto termine el puzzle, accederá. Esto se debe a que la elección la ha hecho él, y no
querrá contradecirse. Él es el que toma la iniciativa y la responsabilidad de cuando va a realizar la acción aunque la respuesta ha sido inducida por mi lenguaje. Este tipo de técnicas nos ofrecen unos niveles de efectividad asombrosos con cualquier tipo de interlocutor, haz la prueba y verás los resultados. Puedes hacerlo con tu pareja, tus hijos, tus amigos o tus compañeros de trabajo. Siempre que lo hagas honestamente, obtendrás resultados positivos. Otra técnica de comunicación eficaz es concretar mucho sobre lo que queremos comunicar. Si me cruzo en los pasillos de mi empresa con algún compañero y le digo, ¿puedes pasar por mi despacho esta tarde? lo más seguro es que me diga
lo que me diga acabe sin pasar, por que su cerebro encontrará cosas más urgentes e importantes por hacer. Si quiero que mi demanda quede registrada en su cerebro como algo ineludible, debo decirle: -Ven esta tarde a las 17h. a mi despacho por favor, tengo algo importante que comentarte. Lo he expuesto de manera tan concreta y le he dado tanta importancia que acabo de ganar muchas más opciones de que suceda lo que yo quiero, y en caso de que no suceda, seguramente será mi interlocutor quien me ofrezca una alternativa. Nota importante : Persuadir no quiere decir manipular.
En mi opinión podemos persuadir a quien queramos siempre y cuando en nuestro objetivo final se establezca un resultado en el que las dos partes salgan ganando. En la manipulación interactuamos con otra persona con el fin de que haga o diga algo en nuestro beneficio prescindiendo del resultado emocional de nuestro interlocutor, mientras que la persuasión sana tiene en cuenta este hecho de que el beneficio final debe ser mutuo. Visuales, auditivos y cenestésicos. En la PNL también se dice que existen tres tipologías básicas de estilos de comunicación y que cada persona pertenece en mayor o menor grado a una de ellas. Saber identificar cual es el nuestro y cual es el de nuestros interlocutores nos
va a ayudar en gran medida a comunicarnos de manera sana y eficaz con nosotros mismos y con los demás. Estos tres estilos de comunicación son los visuales, los auditivos y los cenestésicos. Los visuales, entre los que me incluyo, son aquellos a los que generalmente les va más rápido el cerebro que las palabras y que normalmente hablan más de lo que escuchan. Suelen hablar demasiado rápido y tienden a hacer muchas cosas sin profundizar en ellas. Son excelentes generalistas, dan un valor importante a la estética y necesitan el orden físico. (un visual extremo puede legar a comprar un sofá y no sacar la funda de plástico de origen ya que es capaz de priorizar la
estética al confort). Los visuales se expresan utilizando un lenguaje muy visual, utilizando palabras y frases del tipo: veamos, mira, vamos a ver, ojo, echando una mirada atrás, etc... y se apoyan en dibujos, esquemas o proyecciones. Los visuales también son personas que toman decisiones rápidas sin pensar demasiado, aunque casi siempre son decisiones reversibles. Esto les lleva a equivocarse a menudo pero también a vivir más experiencias que los auditivos o cenestésicos. Normalmente asumen grandes riesgos lo que les aporta grandes fracasos y grandes éxitos. El visual es un perfil que puede ser un buen director general de una compañía ya que es capaz de tomar decisiones rápidas aunque cometa algunos errores. Un director general debe tener
conocimientos de finanzas, comerciales, técnicos, de recursos humanos, debe saber negociar en los dos sentidos, comprar y vender, pero no le hace falta profundizar en cada uno de estos aspectos ya que cuenta con un equipo de directores financieros, comerciales, recursos humanos, etc... que son los verdaderos especialistas de cada materia. Los auditivos son aquellos que suelen tener un buen equilibrio entre el hablar y el escuchar, utilizan un lenguaje claramente auditivo del tipo: Escucha una cosa, he oído que, se dice, me suena, etc... Suelen reflexionar bastante antes de tomar decisiones ponderando lo bueno y lo malo, y generalmente acaban tomando las decisiones fruto de la reflexión, difícilmente se dejan guiar por la
intuición.
Asumen
riesgos
controlados.
Difícilmente se harán ricos pero tampoco suelen arruinarse. Necesitan estabilidad y que no les desestabilicen con cosas nuevas. Suelen hablar con un ritmo intermedio que pueden seguir bien las tres tipologías de personas. En su discurso todo cuadra, dos y dos son cuatro. Son el perfil ideal para un financiero o un médico donde se valora la reflexión antes de tomar decisiones y donde no se asumen riesgos que no estén sobradamente calculados. Los cenestésicos son aquellos que entras en sus casas y no es precisamente el orden lo que prima, sin embargo crean un clima cálido agradable y muy personal en sus hogares. Suelen tener demasiadas cosas y demasiado apego a ellas. Sus
emociones suelen estar a flor de piel, viven muy intensamente tanto lo bueno como lo malo. Hablan utilizando un ritmo más pausado que los visuales y los auditivos. Necesitan tocar y ser tocados mientras se comunican con los demás, tardan mucho en tomar decisiones pero cuando las toman no suele haber marcha atrás. Suelen ser respetuosos con los demás y exigen el mismo respeto para si mismos y sus maneras de vivir. Necesitan explicarse y recibir explicaciones, se expresan a través de un lenguaje claramente emocional del tipo: “Siento que debe de ser así”, o “me estresas cuando me hablas de esta manera”, o “me hace feliz que hayas venido”. Un perfil profesional idóneo para este tipo de estilo de comunicación, son los literatos,
escultores, pintores o cualquier otra rama artística. Si preguntas a los que te conocen bien probablemente podrán identificarte con alguno de estos tres estilos, aunque no tienes porque ser exactamente uno de ellos, puedes ser una mezcla de dos o incluso de los tres. En todo caso lo importante es que si reconocemos a cual de ellos pertenecemos, podremos trabajar las virtudes poco desarrolladas que tenemos de los otros dos y mejorar así nuestra comunicación con nosotros mismos y con los demás. Los buenos vendedores por ejemplo, saben identificar inconscientemente en pocos segundos a que estilo de comunicación pertenece la persona que tienen delante, esto les da una gran ventaja que
les permite adaptarse a su estilo y comunicar en su lenguaje. Saber identificar estos estilos también es especialmente relevante a la hora de hablar en público ya que ante un auditorio compuesto por personas de todo tipo, si el orador no sabe repartir su discurso utilizando los tres estilos no llegará a una parte de la audiencia.
Las claves del cambio de conductas Como comentaba anteriormente, el “es que yo soy así” ya no vale. Disponemos de la capacidad para modificar cualquier pauta de conducta y para aprender prácticamente todo lo que queramos. Inclusive dejar de fumar, hacer régimen o estudiar ingles, lo cual no quiere decir que sea fácil pero lo que es seguro es que absolutamente todas nuestras pautas de funcionamiento son modificables y adquiribles, tan solo se trata de ponerle la intención, el trabajo y la técnica de aprendizaje que se requiere.
Cualquier proceso de aprendizaje del ser humano pasa por cuatro fases. 1.- Inconscientemente Incompetentes. sabemos que no sabemos hacerlo). 2.- Conscientemente Incompetentes. sabemos que no sabemos hacerlo).
(No
(Ya
3.- Conscientemente Competentes. (Ya sabemos hacerlo, pero debemos prestar atención cada vez que lo hacemos). 4.- Inconscientemente Competentes. (Sabemos hacerlo sin pensar en ello, se ha convertido en una competencia que hemos incorporado a nuestro subconsciente). Esto se ve muy claro a través de lo que sucede al
aprender a conducir. De niños no sabemos que no sabemos conducir, (somos inconscientemente incompetentes), después ya sabemos que no sabemos, (pasamos a ser conscientemente incompetentes), a partir de ahí empezamos nuestro aprendizaje y las primeras veces que conducimos tenemos que pensar en cada acción, cambiar de marcha, frenar, acelerar, etc... (ya somos conscientemente competentes) pero pronto nos volvemos inconscientemente competentes y de manera casi mágica frenamos, aceleramos y cambiamos de marcha sin necesidad de pensar y sin darnos cuenta. Al igual que somos capaces de aprender a cualquier edad habilidades tan complejas como conducir o aprender un idioma, también somos
capaces de modelar nuestras conductas siguiendo el mismo proceso. Cuando queramos efectuar un cambio en nuestro modelo de conducta el primer paso que deberemos dar será el de reconocer y positivar sinceramente que tenemos una habilidad poco desarrollada, pero nunca pensar que no tenemos algo. Por ejemplo si somos poco pacientes no tenemos un problema porque no tenemos paciencia, lo que tenemos es un reto para desarrollar la habilidad de la paciencia que tenemos poco desarrollada. Plantearlo así es muy importante para nuestro cerebro porque ¿cómo vamos a convencer a nuestro cerebro de que podemos desarrollar algo que no tenemos? En cambio si que podemos hacer
crecer algo que si existe por pequeño que sea. El segundo paso es identificar y listar por escrito todo lo positivo que te va a aportar ese cambio. Y el tercer paso es trazar un plan de trabajo y trabajarlo repetitivamente hasta que nuestro nuevo modelo de comportamiento quede registrado en nuestro cerebro como una competencia inconsciente. Durante este proceso debes estar atento para darte cuenta de en qué situaciones de tu vida tienes la oportunidad de trabajarte ese cambio de conducta. Si quieres cambiar una conducta, a partir de hoy deberás prestar especial atención a ese tipo de situaciones, sabiendo de antemano que no puedes
cambiar de hoy para mañana. Según un proverbio chino un camino de mil leguas siempre empieza con un paso, y solo a través del esfuerzo y la repetición lograrás este cambio. También deberás tener en cuenta que en el camino te encontrarás con tu antiguo yo que repetirá tus antiguos comportamientos, eso es normal y debes aceptarlo sin que ello te represente una derrota. Puedo asegurarte que si sigues estos tres pasos, en poco tiempo obtendrás unos resultados sorprendentes respecto a tu cambio de conductas.
Neurociencia y comunicación. Desde hace algunos años me he ido aficionando a la neurociencia y voy siguiendo los extraordinarios progresos que se están haciendo en este campo. Me encanta saber lo que sucede con las últimas investigaciones sobre nuestro cerebro ya que es un órgano fascinante del que sabemos muy poco y del que se dice que utilizamos sus capacidades en un porcentaje muy bajo. ¿Sabias que el cerebro pesa el equivalente a un 2% de nuestro peso, y sin embargo, consume el 20% de nuestra energía? Los últimos avances en el campo de la neurociencia, están dando unos resultados
asombrosos.
Avances
como
la
resonancia
magnética funcional y otros similares nos permiten ahora investigar profundamente sobre este órgano del que sabemos tan poco. La composición química de nuestro cerebro cambia rápidamente en función de nuestro estado emocional, de modo que cuando vivimos emociones positivas generamos composiciones químicas en las que predominan los neurotransmisores y esto facilita las conexiones entre nuestras neuronas. Mientras que cuando experimentamos emociones negativas, éstas generan composiciones neuroinhibidores toman dificultan enormemente neuronales.
en las que los su protagonismo y nuestras conexiones
Para poder pensar lucidamente y aprovechar al máximo nuestras capacidades necesitamos hacer muchas conexiones neuronales y además hacerlas lo más rápidamente posible. Para ello es indispensable generar componentes químicos como las endorfinas o la serotonina que son magníficos neurotransmisores. Veamos un ejemplo que seguro que has vivido alguna vez: Seguro que alguna vez has dicho -No me acuerdo de donde he dejado las llaves. En algún rincón de tus neuronas se encuentra la información de donde están tus llaves, el problema es que no llegas a acceder a esta información y que
cuanto
más
neurótico
te
vuelves,
más
neuroinhibidores generas y más complicado se vuelve encontrar las llaves. En cambio cuando te relajas, cuando dejas de centrar tu atención en la ofuscación de tu “problema”, vuelven a generarse neurotransmisores y de golpe, por arte de magia te viene la iluminación y accedes a esta información. Otro aspecto interesante de nuestro cerebro es el hecho de que el ser humano al contrario del resto de los animales es capaz de angustiarse por lo que aún no ha ocurrido aunque no existan razones objetivas para ello. Podemos llegar a estresarnos muchísimo por lo que puede ocurrir dentro de tres meses. Las cebras empiezan a estresarse cuando
huelen al león y dejan de hacerlo en cuanto sus sentidos lo pierden de vista. Pero veamos la parte positiva, también somos los únicos capaces de disfrutar de lo que ocurrirá dentro de unos meses. Uno de los descubrimientos recientes más fascinantes de la neurociencia es el hecho de que cuando realizamos cualquier acción, nuestro cerebro se activa exactamente de la misma forma que cuando pensamos o soñamos que estamos realizando dicha acción. Lo que nos lleva a la conclusión de que la barrera entre lo que vivimos y lo que pensamos o soñamos es muy fina. De hecho, sin saber exactamente el como ni el porque, se sabe que muchas personas han desarrollado la
facultad
de
entrenarse
mentalmente.
Los
deportistas de élite por ejemplo suelen visualizar sus gestas justo antes de realizarlas. El instituto nacional de neurociencia de los EEUU llevó a cabo un estudio sobre estos hechos logrando unos resultados extremadamente sorprendentes. Se hizo un estudio con dos grupos de varones de treinta años durante un mes en el que uno de los grupos ejercitaba cada día su pulgar con una goma elástica, mientras tanto, el otro grupo realizaba el mismo ejercicio pero mentalmente. Lo realmente espectacular fue que al hacer las pruebas al cabo de un mes sobre el aumento de masa muscular, en los dos casos la masa muscular del pulgar
aumentó. Aunque en el segundo caso el aumento fue mucho menor, el hecho es que aumentó, de manera que el ejercicio mental tuvo unas repercusiones físicas. A partir de este experimento, se abrió la frontera a algo que ya se sospechaba desde hace tiempo pero que quedó confirmado científicamente. Podemos utilizar nuestra mente para muchas más cosas de las que habíamos pensado y nuestra manera de pensar tiene una repercusión en nuestro físico. ¿Se puede adelgazar mentalmente? muchas veces hemos oído que el stress o los problemas engordan, ¿no? También sabemos que muchas enfermedades son psicosomáticas y que nuestra actitud incide de
manera muy potente a la hora de sanarnos cuando enfermamos. Desconocemos mucho de nuestro inconsciente o de aspectos como los sueños en los que pasamos un tercio de nuestra vida y que también nos provocan emociones muy intensas. Cuando nos despertamos de golpe y estábamos en medio de alguna pesadilla o de un sueño erótico, las sensaciones emocionales llegan a ser muy intensas y muy reales. De todas maneras al ritmo que avanza hoy el conocimiento seguro que en los próximos años vamos a saber mucho más de nuestro cerebro y de su comportamiento. En los últimos años se ha ido experimentando y se han ido descubriendo nuevos aspectos de esta enigmática parte de nuestro
cuerpo y quizás los dos descubrimientos recientes más importantes de la neurociencia han sido, por un lado el hecho de que contrariamente a lo que se pensaba hasta hace poco nuestra capacidad de regeneración neuronal incluso en edades avanzadas es posible, y por otro lado el hecho de que nuestra plasticidad cerebral es mucho mayor de lo que se creía, y este punto nos abre las puertas a poder re elaborar nuestras pautas de conducta. También se ha descubierto que nuestra base genética puede cambiar con nuestras emociones, así pues nuestra genética nos condiciona pero no nos define. En este sentido el científico Bruce Lipton ha publicado interesantísimos libros sobre ello. Según él, no solo podemos hacer que ciertos
“interruptores
genéticos”
se
activen
o
se
desactiven, sino que también podemos lograr que nuestras emociones condicionen la base genética que dejaremos a nuestros descendientes. Lipton también nos habla de la importancia del subconsciente y nos explica que tenemos unos 65.000 pensamientos diarios de los que entre el 95% y el 98% son inconscientes y son estos pensamientos inconscientes los que acaban condicionando y creando nuestra vida. Nosotros creemos que gobernamos nuestra vida desde nuestro cerebro consciente pero no es así, ya que en todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida pesa más esta parte inconsciente con todas sus creencias arraigadas que la parte consciente que solo es la punta visible
de este iceberg que es nuestro cerebro. Nuestra mente nos engaña constantemente para hacernos creer que las cosas son distintas de como en realidad son, y esto afecta de manera muy importante a nuestra comunicación con nosotros mismos y con los demás. Estos mecanismos automáticos suceden porque estamos diseñados de tal modo que casi todo lo que hacemos lo hacemos con el fin de buscar el placer o de evitar el dolor, y en esta búsqueda incesante encontramos una de las trampas más perversas que sufre todo ser humano que no esté muy equilibrado, que no es otra que basar sus decisiones y comportamientos en la necesidad de reconocimiento y aceptación por parte de los
demás, o en el miedo a perder este reconocimiento y aceptación por parte de los demás. Cuando una persona no está equilibrada y no se auto conoce ni se acepta suficientemente, entra en una dinámica en la que se siente incompleta y este hecho de sentirse incompleta hace que se aferre a las cosas y a las personas que cree que la completarán. Este comportamiento es peligrosamente perverso ya que en primer lugar si creemos necesitar algo o alguien para sentirnos completos, una vez lo alcancemos tendremos un miedo atroz a perder esto que nos hace sentir completos, pero lo más importante es que nada ni nadie puede hacernos sentir completos durante un tiempo sostenido, lo único que nos puede hacer sentir completos es tener bien desarrollado y
equilibrado nuestro auto conocimiento, y esto solo podemos lograrlo a través del crecimiento en las áreas físico, mental, espiritual y emocional. Como decía, nuestro cerebro está programado para trabajar constantemente en pro de nuestra felicidad y para ello es capaz de inventar cualquier realidad o de modificar recuerdos a su antojo. Una excelente muestra de ello es nuestra memoria selectiva. Al recordar un hecho o una situación lo hacemos modificando a nuestro antojo lo que en realidad sucedió, y todo ello con el fin de evitarnos afrontar cambios o diferencias respecto a nuestros esquemas preestablecidos y nuestras expectativas.
Somos capaces de falsear y reinventar la realidad con tal de no salirnos de nuestra zona de confort, sin saber que casi todo lo excitante e interesante de esta vida se encuentra fuera de esta zona. A continuación veremos un par de textos que explican muy gráficamente este poder de nuestro cerebro para construir lo que no existe. SGEUN UN ETSDUIO DE UNA UIVENRSDIAD IGNLSEA, NO IPMOTRA EL ODREN EN EL QUE LAS LTEARS ETSAN ERSCIATS, LA UICNA CSOA IPORMTNATE, ES QUE LA PMRIREA Y LA UTLIMA LTERA ESETN ECSRITAS EN LA PSIOCION COCRRTEA. EL RSTEO PEUDEN ESTAR TTAOLMNTEE MAL, Y AUN A SI PORDAS LERELO SIN POBRLEAMS. ETSO ES PQUORE NO LEMEOS
CADA LTERA POR SI MSIMA, SNIO LA PAALBRA EN UN TDOO. Otro ejemplo bastante más complejo y sorprendente. Si le dedicas tan sólo unos segundos a las primeras palabras podrás comprobar cómo tu cerebro es capaz de leer el texto sin dificultad: C13R70 D14 D3 V3R4N0, 3574B4 3N L4 PL4Y4 0853RV4ND0 4 D05 CH1C45 8R1NC4ND0 3N 14 4R3N4, 357484N 7R484J4ND0 MUCH0, C0N57RUY3ND0 UN C4571LL0 D3 4R3N4 C0N 70RR35, P454D1Z05 0CUL705 Y PU3N735. CU4ND0 357484N 4C484ND0 V1N0 UN4 0L4 D357RUY3ND0 70D0, R3DUC13ND0 3L C4571LL0 4 UN M0N70N D3 4R3N4 Y 35PUM4 P3N53 9U3 235PU35 2E 74N70 35FU3RZ0 L45
CH1C45 C0M3NZ4R14N 4 LL0R4R, P3R0 3N V3Z 23 350, C0RR13R0N P0R L4 PL4Y4 R13N20 Y JU64N20 Y C0M3NZ4R0N 4 C0N57RU1R 07R0 C4571LL0. C0MPR3N21 3N7ONC35 9U3 H4814 4PR3N2120 UN4 6R4N L3CC10N: P454M05 MUCH0 713MP0 23 NU357R45 V1245 C0N57RUY3N20 4L6UN4 C054, P3R0 CU4N20 M45 74R23 UN4 6R4N 0L4 LL364 4 2357RU1R 7020 LO 9U3 H3MO5 H3CH0, 50L0 P3RM4N3C3 L4 4M15742, 3L 4M0R, 3L C4R1Ñ0 Y L45 M4N05 23 49U3LL05 9U3 50N C4P4C35 23 H4C3RN05 50NR31R Y NO V4C1L4N 3N 4YU24RNO5 4 CON57RU1R 4C3P74N2O COMO UN1CO P46O 3L PR1V1L361O 23 PO23R 4YU24R.
Un último ejemplo, ¿ Dos caras, o una copa ?
Estos ejemplos deben hacernos reflexionar acerca de que lo que nosotros vemos y vivimos constantemente no es más que la interpretación personal de una realidad creada por nuestro cerebro, y por tanto pueden existir tantas realidades como cerebros interpreten. Imagina la distorsión que puede llegar a tener un mensaje
cuando te llega tras haber pasado por varios cerebros. En resumen, pueden haber tantas interpretaciones de un mismo hecho como personas lo interpreten, y esta es precisamente la gracia de según que aspectos de la vida como por ejemplo el mundo del arte, un objeto puede ser horroroso o bellísimo en función de quien lo interprete, de como esté el receptor emocionalmente en el momento de interpretarlo, o del bagaje que haya adquirido antes de la interpretación. La belleza reside en el ojo del espectador Todo esto aplicándolo al mundo de la comunicación nos conduce al hecho que comentaba unas páginas atrás de que nadie tiene verdades
absolutas, así que debemos estar siempre atentos y flexibles para incorporar interpretaciones distintas a las que nosotros damos a cualquier tipo de hecho o situación. Un aspecto de nuestro cerebro que me fascina desde hace tiempo es ¿cómo nuestra mente gestiona el concepto “tiempo”? Sabemos que el concepto “tiempo” es un invento que sólo funciona en la parte consciente de nuestro cerebro y prueba de ello es que en nuestros sueños somos capaces de ir hacia atrás o hacia delante como si se tratara de una película. Eso quiere decir que en nuestro subconsciente puede haber experiencias tanto positivas como traumáticas que sucedieron hace muchos años pero que a nivel de
nuestras creencias actúan como si hubieran sucedido ayer. Sabemos también que para nosotros una hora de sufrimiento y una hora de goce no tienen nada que ver, así pues el concepto “tiempo” es algo mucho más relativo de lo que pudiéramos pensar. En mi opinión, una correcta gestión de nuestro tiempo es algo primordial en la comunicación con nosotros mismos, ya que una de las frases que más he escuchado a lo largo de mi vida como auto excusa para no hacer lo que queremos o lo que debemos hacer, es “es que no tengo tiempo”. La mayoría de nosotros nos quejamos de falta de tiempo pero la verdad es que tenemos nuestro
tiempo muy mal aprovechado. En las páginas siguientes te doy 5 consejos para que consigas una óptima gestión de tu tiempo y para que puedas ganar como mínimo un par de horas al día, o sea 14 horas a la semana, 60 horas al mes, 720 horas al año. ¿Te imaginas todo lo que podrás hacer y que no haces por no tener tiempo? 1.- Aprovecha tus tiempos muertos. Te hablaba antes de la posibilidad de aprovechar los trayectos cotidianos o los tiempos muertos de espera alimentándolos de cosas que te nutran, desde dibujar, a escuchar, ver o leer algo interesante en un libro o en nuestro Smartphone
etc… pero a parte de estos tiempos que seguro que puedes aprovechar mejor, te propongo que pruebes unos ejercicios durante quince días enfocados a una mejor gestión de tu tiempo y analices los resultados. Si te parece excesivo, aplícate solo alguno de ellos y ves incorporando los demás cuando te parezca. 2.- Levántate una hora antes de lo habitual. Y si te encanta dormir acuéstate una hora antes. A estas alturas ya sabes dialogar contigo mismo y puedes reconocer sin problemas que la mayoría de veces pierdes la última hora antes de acostarte viendo contenidos en la televisión que no te aportan nada o fisgoneando en Facebook. Actividades que además de no aportarte gran cosa, a menudo alteran tus ondas cerebrales hasta el
punto que no duermes bien y necesitas más horas de las necesarias para levantarte descansado. Descubre el placer de empezar el día descansado, sin prisas, y organizándotelo en lugar de improvisar y dejarte atropellar acontecimientos. 2.- Crea y planifica tu día a medida.
por
los
Para mi realmente hubo un antes y un después desde que empecé a seguir esta medida. En mi caso me levanto una hora y media antes de empezar mi actividad laboral, salgo por el bosque a pasear con mi perra durante 20 minutos, me ducho, desayuno y realizo una meditación de 20 minutos. Antes tenía una libretita que siempre llevaba conmigo y que he remplazado desde hace
un par de años por el bloc de notas de mi iPhone, en la que tengo anotadas mis tareas pendientes, mis propósitos y sus planes de acción, y en la que también tengo una lista de que utilizo después de meditar a diario para agradecer la salud física, metal, espiritual y emocional, mía y de los míos. Cierro la lista agradeciendo de antemano por todo lo que tengo y lo que me va a llegar y luego tranquilamente planifico mi día. En mi opinión es esencial empezar la jornada laboral con un tono tranquilo, sin stress y con un mínimo de planificación respecto a lo que voy a hacer durante el día, partiendo de un esquema básico pero dejando espacio a la improvisación. También debo admitir que los fines de semana me relajo, duermo un poco más y muchas veces ni
siquiera medito. En todo caso yo he encontrado mi punto, mi ritual, el que me garantiza una manera de funcionar eficaz y que me hace estar bien conmigo mismo. Te animo a que encuentres el tuyo. 3.- No mires ni oigas noticias de radio, prensa o televisión. Otro ejercicio interesante es que no mires ni oigas noticias de radio, prensa o televisión. Pruébalo durante un mes. Por curioso que te parezca podrás sobrevivir y además estarás informado de lo que ocurre, ya que vivimos en una sociedad con en tal sobredosis de información que se hace prácticamente imposible no enterarse de lo que pasa. No te preocupes porque si sucede algo importante los de tu entorno ya se encargarán de comunicártelo.
Me parece una autentica obscenidad lo que ocurre hoy en día con los medios de comunicación. Nos venden sus noticias como verdades absolutas sabiendo que todos los medios manipulan tendenciosamente la información presionados por los lobbies políticos y económicos a los que pertenecen. Además, tienen una auténtica pasión por mostrarnos todas las desgracias de este mundo de la manera más cruel posible y las pasiones más bajas del ser humano a través de programas de televisión auténticamente vomitivos. En fin, auto gestiono mis emociones para no sulfurarme más ;) En definitiva, ¿para qué perder el tiempo con esto habiendo cosas tan interesantes por hacer en la vida?, y no lo digo solo por perder el tiempo, estoy convencido de que los medios de
comunicación en el modo y en la medida en la que nos los comemos hoy, alienan nuestras mentes y nos conducen hacia un camino que no nos hace ni más libres ni más felices. 4.- ¿Irías a abrir el buzón de casa cada cinco minutos? Si trabajas con un ordenador en tu puesto de trabajo, mira el e-mail dos veces al día y responde a tus mails en estos momentos. Nos hemos acostumbrado a tener el programa de e-mail abierto y la necesidad de comunicarnos con los demás hace irresistible a un icono que marca la llegada de un nuevo e-mail. Si contamos todas las interrupciones de nuestro trabajo diario entre mails que llegan, llamadas, mensajes de Whatsapp, visitas de personas que vienen a decirnos algo a
nuestro puesto de trabajo, etc... lo extraño sería ser eficiente y trabajar sin estresarse. Intenta incrementar tu comunicación vía mail con tus compañeros de trabajo clientes y proveedores e incluso amigos, dejando para el teléfono solo lo imprescindible, ya que además de dejar un registro por escrito de tus conversaciones, esto te permitirá organizar mucho mejor tu tiempo y serás más eficaz e iras más relajado. 5.- Compra y gestiona por internet A día de hoy casi todos los hipermercados te permiten realizar la compra online al mismo precio y con la ventaja de que te lo traen a casa. Lo mismo sucede con las entidades bancarias que evidentemente prefieren seguirte cobrando lo
mismo de siempre por hacer una transferencia aunque seas tu quien realiza su trabajo. Estos son solo algunos ejemplos de como podemos pasar de no tener tiempo a ganar muchas horas a la semana. Si lleváramos un registro de nuestro tiempo y de como lo aprovechamos nos daríamos cuenta de la cantidad de tiempo mal gastado. Hace algunos años me sorprendí escuchando por la radio de mi coche algo así como que no se que equipo de Hockey patines había llegado a la final de la copa catalana, pero que no se sabía si no se que jugador podría jugar por que estaba lesionado... con todos mis respetos por el Hockey patines, por este equipo y por el jugador lesionado, pero ¿y a mi que me importa?, ahí
empecé a reflexionar sobre la sobredosis de información absurda que nos llega a diario a nuestro cerebro. Recibimos miles de impactos diarios que no nos aportan nada y en mi opinión todo lo que no suma, resta. Seguro que esta información que escuché por la radio interesa a otras personas, pero a mi hay cosas que me interesan mucho más. Si lográramos cambiar tan solo un 10% del tiempo que destinamos a diario a cosas que no nos aportan nada por cosas que nos nutren el alma, los laboratorios farmacéuticos no destinarían tanto presupuesto a investigar sobre nuevos anti depresivos. Tras analizar esta fase importante de comunicación
con nosotros mismos y las herramientas que pueden ayudarnos a mejorar esta comunicación, doy por concluida la parte de la comunicación con nosotros mismos y a partir de este punto entramos en analizar como podemos optimizar nuestra comunicación con los demás.
Nuestra comunicación con los demás Cualquier acto de nuestra comunicación con los demás es algo mágico e irrepetible, y nunca tendremos ocasión de repetir el mismo acto dos veces, así que deberíamos tratarlo, como lo que es, algo único. Nuestra comunicación con los demás es lo que da
sentido a nuestras vidas, ya que como veíamos al inicio del libro nosotros por nosotros mismos tenemos poco sentido, nuestro sentido de verdad se forja a través de nuestra relación con el resto de seres humanos, es por ello que es de vital importancia desarrollar al máximo nuestras capacidades relacionadas con nuestra comunicación con los demás, pero ¿Cómo nos comunicamos con los demás? El catedrático en comunicación y pionero en el estudio de la comunicación entre los seres humanos Albert Mehrabian, encabezó en la década de los 60 del siglo pasado una serie de investigaciones encaminadas a encontrar la eficacia en la comunicación entre personas. Por eficacia entendemos el hecho de transmitir un
mensaje y que los demás lo entiendan tal y como lo hemos querido expresar. El fruto de esas investigaciones fue desde entonces la referencia para los demás investigadores que han seguido desarrollando las ciencias de la comunicación. La principal conclusión a las que llegaron estos investigadores y que a día de hoy aún sigue vigente, fue que el significado de la comunicación oral no está en las palabras sino en la manera de expresar esas palabras y en el contexto en que son pronunciadas. Según Mehrabian, solo el 7% del mensaje se trasmite a través de las palabras, mientras que el 38% se encuentra en la paralingüística (tono de voz, enfatización, volumen...) y el 55% en la expresión corporal, especialmente en el rostro.
O sea que si sumamos los porcentajes nos encontramos que tan solo el 7% del mensaje esta en lo que se dice, mientras que el 93% está en como se dice. Podemos estar más o menos de acuerdo con estos porcentajes pero lo que esta claro es que la manera de decir las cosas repercute directamente en nuestra comunicación con los demás porque define el contenido del mensaje. Cuando una pareja se conoce y se enamora es fácil que la chica le diga a sus amigas pestañeando rápidamente y ladeando la cabeza mientras acerca sus manos al corazón... -Es que mi chico es único..., pero la misma chica treinta años después
es fácil que les diga a las mismas amigas con cara de enfado y sus brazos en jarra... Es que mi marido es único! Son exactamente las mismas palabras pero el significado no solo no es el mismo sino que es totalmente opuesto. Cuantas veces has tenido delante a alguien que tenía razón en lo que decía (en el significado de sus palabras), pero perdía toda su razón por la manera de expresarse. La forma puede hacer perder el fondo del mensaje. Así pues, si las mismas palabras pueden tener un significado totalmente contrapuesto en función de como las expresamos, vamos a ver de que manera
debemos expresar nuestras palabras para que nos comprendan perfectamente.
La comunicación emocional:
La comunicación emocional es aquella que no incluye absolutismos, que evita las preguntas de si o no, de bien o mal, porque no conducen a nada. Las preguntas de la comunicación emocional, son aquellas tipo... ¿cómo crees que...?, ¿ qué te parece si...? , ¿ cómo piensas que podríamos...? , son preguntas abiertas en definitiva y que invitan a la comunicación. Son preguntas que hacen participar a los demás y por tanto que obligan a reflexionar y a buscar nuevas fórmulas en lugar de dejarnos estancados en lo existente. Cuando trasmitimos un mensaje oral a otra persona, siempre llevamos implícito algún interés, cuando menos queremos que nos escuchen, pero generalmente en cualquier acto de comunicación
pretendemos algo más. Al igual que en el mundo de las ventas, la única relación que funciona en la comunicación es la del “win / win” o ganar / ganar, si nosotros pretendemos obtener algo tenemos que estar dispuestos a dar algo, y en este caso una de las cosas más importantes que debemos estar dispuestos a dar cuando queremos comunicar con los demás, es la escucha activa. La escucha activa es uno de los aspectos más importantes de nuestra comunicación porque a través de escuchar a nuestro interlocutor con los cinco sentidos podemos identificar que tipo de ritmo necesita y cuales son sus necesidades en materia de comunicación, y todo ello nos lleva a
generar empatía y complicidad. Tenemos la tendencia insana de escuchar a los demás mientras estamos pensando en el argumento de nuestra respuesta en lugar de estar atentos a lo que nos comunican. Deberíamos interrumpir mucho menos a nuestros interlocutores, ya que el hecho de interrumpir a alguien lleva implícito el mensaje que lo que vamos a decir es mucho más importante que lo que estamos escuchando, y este ataque repentino de soberbia no facilita en nada la comunicación. Así pues, la próxima vez que vayas a interrumpir a alguien asegúrate de que lo que vas a decir sea más importante que el silencio.
Nadie ha aprendido nada mientras estaba hablando.
Comunicación con respeto: Nuestra comunicación con los demás es un fiel reflejo de nuestra comunicación con nosotros mismos. Si somos duros con nosotros mismos lo seremos con los demás, si por el contrario somos amorosos, comprensivos y desarrollamos nuestra
capacidad de aceptación hacia nosotros mismos, actuaremos del mismo modo con los demás. Hay una palabra que por si sola casi resume el arte de la comunicación sana y eficaz. Para conseguir una comunicación sana y eficaz con nosotros mismos, con nuestra pareja, con nuestros amigos, con la familia, o con los compañeros de trabajo, la palabra clave es el respeto. El respeto hacia uno mismo, el respeto a la diferencia y al ser capaz de aprender de las diferencias de los demás, el respeto a la opinión de los demás, el respeto al ritmo vital de nuestro interlocutor y a sus capacidades para comprendernos. El respeto es la clave que rige cualquier acto de comunicación sana y eficaz.
Si llegamos a desarrollar bien estas dos competencias, el respeto y el saber escuchar, tendremos un 80% de los elementos necesarios para comunicarnos eficazmente con los demás. Saber decir que no (La asertividad) A menudo por no ofender a alguien diciéndole que no, nos ofendemos a nosotros mismos y nos quedamos fatal pensando ¿Cómo he podido decir que si?. Tienen tanto derecho los demás a pedirnos algo como nosotros a decir que no, incluso tenemos todo el derecho a retractarnos aunque inicialmente hayamos dicho que si y cambiar nuestra opinión
cuando queramos. Incluso teniendo muy claro que queremos decir que no, muchas veces acabamos diciendo si por el miedo a perder el reconocimiento y la aceptación de los demás. Pero la mejor herramienta de comunicación para aprender a decir que no es desarrollar la asertividad. La comunicación asertiva es aquella que permite que prevalezcan nuestros derechos y nuestras necesidades respetando siempre los derechos y necesidades de los demás. Se trata de un estilo de comunicación respetuosa y honesta en la que nadie pierde, todos ganan. Ni nos tenemos que dejar comer, ni nos tenemos
que comer a nadie. La comunicación asertiva parte de la base de que cuando nos comunicamos con los demás lo hacemos desde tres posiciones básicas, la agresiva, la asertiva o la pasiva. Algunas ideas básicas que nos ayudarán a decir que no con asertividad: · Posponer la respuesta. (Te permite elaborar tus argumentos del no) · Ser directo al exponer tus ideas. · Hablar sin miedo de lo que sientes. · No caer en juicios ni exageraciones. · Proponer alternativas. Veamos un ejemplo de comunicación asertiva:
Situación: Nos han invitado a cenar el sábado pero no queremos ir por que nos ha surgido un plan mejor. Ejemplo de diálogo incorrecto: A -Hola, mira, es que... tengo un problemilla para el sábado, es que llega mi hermana y a lo mejor lo tengo un poco complicado, no se, ya sabes como es esto, que si no te sabe mal... B -No fastidies. A -No no, no es nada seguro, solo que no se, bueno lo hablo con ella y te vuelvo a llamar en un rato. Buf. Veamos la respuesta ideal siguiendo las ideas básicas que te propone la asertividad.
Situación: La misma Ejemplo de diálogo correcto: A- Tengo muchas ganas de cenar contigo pero no va a poder ser este sábado porque me ha llamado mi hermana que llega de Inglaterra y estamos locas por vernos. ¿Te parece que lo aplacemos para el próximo sábado? B- Ok, lo pasamos al próximo sábado pues. En el diagrama que te muestro a continuación podemos verlo de manera muy gráfica. La comunicación es sana y eficaz solo cuando nos encontramos en la parte central del abanico.
Pero ¿cómo debemos actuar cuando notamos que nuestro interlocutor está en un extremo o en el otro? Para lograr mantener una comunicación sana y eficaz debemos traer a nuestros interlocutores hacia el centro, y para hacer esto debemos seguir los siguientes pasos.
Si nuestro interlocutor está en la zona de los que tragan: Ponernos en su lugar, incentivarles para hacerles hablar, que propongan soluciones con preguntas abiertas del tipo ¿Cómo crees que podríamos...? O ¿Cómo te parece que…? En definitiva, hacerles recuperar su seguridad y autoconfianza. Si nuestro interlocutor está en la zona de los que imponen: Ponerles en su lugar. Hacerles callar con decisión con una frase tipo: -Así no quiero hablar, cuando estés dispuesto a hablar desde la calma y el respeto hablaremos. En definitiva hacernos respetar y convertir su monólogo en un diálogo. Como decíamos antes, ante todo respeto.
Veamos otro buen ejemplo de la comunicación asertiva: Imaginemos que nos han invitado a un restaurante de alto nivel. Estamos sentados en la mesa y antes de empezar a cenar descubrimos que nuestra gran copa de vino tiene unos labios ligeramente marcados en uno de sus extremos. Respuesta con el modelo de comunicación pasivo. Giro la copa para beber por el otro lado y no digo nada, o mejor digo que estoy tomando medicación y no bebo vino. Consecuencias: No estoy respetando mis derechos, no se soluciona el problema, y lo que es más grave, no sirve de
nada. Lo más probable es que el problema se repita mañana en otra copa. Respuesta con el modelo de comunicación agresivo. Me levanto con la copa en la mano y digo: Camarero, ven aquí. ¿Tú te crees que esto es normal?, ¿tu crees que debo pagar 150€ por el menú de degustación y encontrarme con esto?, parece mentira, anda, toma la copa y cámbiamela antes de que me enfade de verdad. Consecuencias: Hemos conseguido que nos cambiaran la copa pero sin respetar a los demás. El personal del restaurante no va a analizar lo que ha pasado para que no vuelva a ocurrir, y con suerte habremos
conseguido que el camarero incluya algún regalo en nuestro plato en el trayecto de la cocina a nuestra mesa. Respuesta con el modelo de comunicación asertivo. Levanto la mano para reclamar la atención del camarero, y cuando este se acerca le digo: Disculpe Señor, ya se que debe ser algo excepcional pero me encontrado con esta marca en la copa, ¿me la puede cambiar por favor? Consecuencias: Su respuesta no solo será la correcta sino que además es bastante probable que el maître nos haga traer una botella de champagne para disculparse, y lo más probable también es que
nuestra acción sirva para generar medidas de modo que no vuelva a suceder. En definitiva, hemos comunicado el mensaje de manera clara y directa, pero respetando a los demás y a nosotros mismos. Como vemos mediante estos ejemplos, se trata de una habilidad que puede sernos muy útil y eficaz, por lo que vale mucho la pena que nos esforcemos en desarrollarla. Existen técnicas y trucos que nos pueden ayudar a andar hacia ser más asertivos. Un buen truco por ejemplo para cuando tenemos clarísimo que queremos decir que no y no nos atrevemos, es dar la respuesta por escrito. El e-mail, el mensaje de texto etc... nos permite desarrollar nuestros
argumentos sin interrupción ni derecho a réplica instantánea.
El reconocimiento Saber reconocer a los demás es algo básico pero que no resulta sencillo y que olvidamos a menudo. Dice el dicho popular dice que es de bien nacido ser agradecido. El hecho de agradecer a alguien que ha dicho o ha hecho algo que nos ha aportado satisfacción es un motor importante para la
automotivación de nuestros interlocutores que además genera mucha empatía. Está sobradamente demostrado tanto en el mundo de la empresa como en el de la educación que el reconocimiento es una forma de pago que aporta un alto grado de motivación y que da mucha satisfacción y auto estima a quien la recibe, y además es gratis ;) Las personas inseguras de si mismas generalmente temen ser agradecidas porque les parece que un agradecimiento refuerza a su interlocutor y les deja a ellos en una situación inferior, asimismo piensan que si expresan su agradecimiento en demasía, su interlocutor se apalancará y no evolucionará, nada más lejos de la realidad.
Como hemos dicho el agradecimiento es un excelente incentivador que debe usarse todo lo que se pueda. Esto se pone de relieve especialmente en las empresas entre directivos y sus colaboradores, en las relaciones de pareja, en las relaciones educador / alumno o en las relaciones padres / hijos. A la hora de dar un reconocimiento hay dos aspectos básicos que debemos tener en cuenta en nuestro lenguaje: 1.- Hablar de la persona y del hecho. 2.- Hablar de lo que ha representado para nosotros.
Por ejemplo, no es lo mismo decir: Enhorabuena por el informe, esta muy bien. Que decir: Enhorabuena, me ha gustado mucho tu informe y me será muy útil. Si lo hacemos así el reconocimiento llega de manera mucho más intensa a nuestro interlocutor. Del mismo modo es importante saber aceptar el reconocimiento de los demás. ¿Cuántas veces has dicho al recibir un regalo?, -Porque lo has hecho tonto, no hacía falta..., esta actitud es una falta de respeto hacia el que ha pensado en ti y te ha comprado algo con toda su ilusión...
Así pues, debemos prestar atención a estos momentos de la vida donde se nos presenta la oportunidad de reconocer a alguien o recibir un reconocimiento ya que son caricias emocionales que lubrifican nuestra comunicación con los demás, que no cuestan nada y que gratifican mucho.
Pedir cambios de conductas Para recriminar a otra persona algo que no nos ha gustado y pedirle un cambio de conducta también existen técnicas de comunicación que nos permiten
hacerlo con la máxima eficacia y el máximo respeto. La técnica del sandwich es una de ellas y básicamente trata de que las personas se coman la chicha colocándoles pan por encima y por debajo, de esta manera siempre se comerán mejor la chicha y se pringarán menos. En la página siguiente encontrarás un esquema ilustrativo de esta metáfora con las pautas a seguir. Se trata de resaltar los aspectos positivos (Siempre hay alguno) Especificar la mejora que queremos. Explicando muy bien el por que, y mostrar los beneficios aportando apoyo, seguridad y confianza a nuestro interlocutor.
Esta técnica es válida para cualquier tipo de comunicación ya sea en el ámbito laboral, familiar, educativo etc…
Veamos un ejemplo a la hora de pedir un cambio a un colaborador en nuestro entorno laboral: Sin técnica del sandwich: No me gusta nada como tratas al equipo administrativo, a ver si les tratas mejor. Con técnica del sandwich: (Pan) Estoy muy contento con tu actitud estas últimas semanas, especialmente en tu mejora respecto el trato con el equipo comercial. (Chicha) Me encantaría que dieras un paso más e intentaras ser más amable con el equipo administrativo, pienso que es importante para todos y nos hará trabajar mucho mejor.
(Pan) Te lo pido por que se que puedes hacerlo, te conozco y se que te sobra carisma y capacidad para poder hacerlo. ¿Te parece que nos veamos en quince días y evaluemos conjuntamente como ha ido?. También es importante utilizar los siguientes factores: Utilizar el lenguaje emocional. Hablar de los hechos y no de las personas. Evitar absolutismos, y hacerlo siempre desde un punto de vista que no sea acusatorio, por ejemplo: En lugar de decir: - Me tienes harto, tú siempre dejas esto en la mesa en lugar de la estantería. Es mucho más eficaz decir: Me sienta mal encontrar esto aquí, ¿te
importaría dejarlo en la estantería a partir de hoy ?, si lo puedes hacer me hará sentir mucho mejor. Otro factor que suele complicar la comunicación cuando se recrimina es mezclar varios temas a la vez. Para obtener una comunicación sana y eficaz hay que tratar los temas uno a uno, sin mezclar. Seguro que recuerdas alguna discusión de pareja en las que se empieza hablando de un tema y se acaba hablando de muchas otras cosas que no tenían nada que ver con lo que inició la discusión. En este sentido conviene estar alerta porque hay interlocutores que son expertos en cambiar de tema cuando les interesa, o en aplicar aquello de que la mejor defensa es un ataque.
Con todo esto tenemos bastantes claves para mejorar nuestra comunicación con nosotros mismos y con los demás, pero para terminar quisiera hacer un inciso especial en cómo tratar nuestra comunicación en dos de las áreas más importantes de la vida de cualquier ser humano, la pareja y los hijos. La idea es tratar de identificar y sintetizar los aspectos más relevantes que debemos tener en cuenta a la hora de comunicarnos con ellos. La comunicación en la pareja Uno de los discursos clásicos a la hora de tratar conflictos del mundo de la pareja alude a la falta de comunicación.
A
menudo
se
nos
dice
que
deberíamos
comunicarnos más, pero yo creo que eso no es exactamente así. Lo importante no es la cantidad de comunicación sino la calidad de la comunicación, ya que una pareja que se comunique mediante una comunicación malintencionada y perniciosa, el hecho de comunicar más no hará sino empeorar las cosas a no ser que se corrija antes este estilo de comunicación. Es muy importante comunicarse, evidentemente, pero sobretodo es importante hacerlo bajo el prisma de una comunicación sana. A mi modo de ver, la esencia de la buena comunicación en una relación de pareja se encuentra en el respeto. El respeto por la diferencia y no querer transformar al otro, y el tener en cuenta que ante
todo
una
pareja
está
formada
por
dos
individualidades que deciden llevar a cabo un proyecto común. Estoy convencido de que si no se respeta esta individualidad la pareja está destinada al fracaso. En los primeros meses de una relación de pareja la magia del enamoramiento anula nuestra capacidad objetiva, idealizamos absolutamente al otro y anulamos por tanto cualquier atisbo de defecto que pueda transpirar. Pero una vez transcurrido este período empieza el reto de verdad, empiezan a aparecer las primeras diferencias y ahí debería de empezar este trabajo de poder ver las diferencias de nuestra pareja como algo enriquecedor que nos permita aprender y crecer. En mi opinión pues, solo a través del respeto hacia el otro y hacia sus
diferencias podremos construir un futuro de pareja sólido.
La comunicación con nuestros hijos Estaremos todos de acuerdo en que lo que más nos importa de nuestros hijos es que sean felices. Estaremos de acuerdo también en el hecho de que una buena gestión de nuestras emociones es condición indispensable para ser felices. Entonces, ¿como podemos enseñar a nuestros hijos a que sean emocionalmente inteligentes? sobretodo si tenemos en cuenta que nosotros no hemos sido educados bajo estos parámetros y que el sistema educativo actual privilegia el conjunto vacío a la inteligencia emocional.
Nuestros hijos son un reflejo de nosotros mismos, sus hábitos de conducta tendrán mucho que ver con los nuestros, de manera que para poder educarlos emocionalmente bien, lo más eficaz será que nos eduquemos primero a nosotros mismos, ya que predicando con el ejemplo tendremos un gran paso ganado. La
mejor
manera
que
podemos
tener
de
comunicarnos con nuestros hijos es que se impregnen día a día de nuestro lenguaje y de nuestras acciones. Un niño que viva en un clima de respeto en un noventa y cinco por ciento de los casos será un niño respetuoso. Asimismo para poder trabajar la modelación de
conductas insanas es imprescindible ser objetivos y por tanto debemos tener una buena gestión de nuestras emociones que nos permita analizar las situaciones conflictivas que surjan desde el amor y con suficiente distancia y objetividad. Aún así, y aunque consideremos que nosotros tengamos una buena base de inteligencia emocional, hay ciertos trucos extremadamente eficaces para lograr persuadir (que no manipular) a nuestros hijos. Evidentemente, el factor de la edad tiene una relevancia definitiva a la hora de comunicarnos con nuestros hijos, pero hay algunos factores que deben tenerse siempre en cuenta indistintamente de su edad.
Recordemos que el lenguaje emocional nos dice que no debemos hablar de las personas sino de los hechos, además, si queremos que nuestra acción eduque y genere un cambio de hábitos debemos lograr que sean nuestros hijos los que sientan desde dentro lo que deben hacer sin imposiciones, ya que la imposición solo sirve para realizar bien la tarea una vez y bajo supervisión pero no educa. Debemos evitar caer en el práctico método de premio / castigo. María Montessori decía que educar bajo los parámetros de premio y castigo no es educar sino adiestrar. Así es como se adiestra a un perro pero no a un niño, lo que sucede es que es más practico para los adultos imponer un castigo que convencer con argumentos, pero recordemos
que lo bueno no es vencer sino convencer. También debemos tener muy en cuenta que escuchar acerca y juzgar aleja. Esto es especialmente importante en el mundo de los adolescentes ya que se encuentran en una fase de autoafirmación que les hace especialmente sensibles a las críticas. En el caso de los adolescentes también debemos ponernos en su lugar, recordemos que para ellos la adolescencia es aquel período en el que los padres se vuelven insoportables. Otro tema que está de moda ahora y que pienso que es uno de los retos de futuro del sistema educativo es le de trabajar con ellos la paciencia y la cultura del esfuerzo, ya que cuando salgan de
nuestro marco de protección se van a encontrar con una vida real en la que estas habilidades les van a ser de gran ayuda para lograr sus objetivos y ser felices. Trabajar la paciencia y la cultura del esfuerzo en los niños, me parece de vital importancia para liberarles del “lo quiero ahora”. Poder liberarles de esta impaciencia les va a servir entre otras cosas para que se liberen de mayores de la cultura económica actual en la que el sistema económico te permite tenerlo todo ahora a cambio de endeudarte durante toda tu vida, lo que sin duda te proporciona una presión que hace muy difícil que te expandas como persona y que actúes libremente trabajando en lo que te guste, ya
que cuando entras en este círculo vicioso tu prioridad es encontrar una estabilidad económica que te permita hacer frente a tus compromisos adquiridos, aunque esto comporte que tu día a día se convierta en un infierno donde tengas un trabajo que te disgusta enormemente y que no valora tus capacidades, o una pareja que no te despierte más pasión que la de ver lo que puede aportar económicamente a esta maravillosa estabilidad. Una vez dando un curso a directivos de una compañía farmacéutica una de las directivas de I+D me dijo que casi el ochenta por ciento del presupuesto de investigación y desarrollo de la mayoría de estos laboratorios farmacéuticos esta destinado a la investigación de nuevos antidepresivos y enfermedades mentales porque
están convencidos de que es el negocio del futuro, y de hecho depende en gran medida de la educación que demos a nuestros hijos y a nosotros mismos que esto acabe siendo así.
Felicidad a través de la comunicación con los demás Como dicen muchos sabios hay personas que se dedican a buscar la felicidad mientras que otras se dedican a crearla.
A lo largo de todo el libro hemos visto muchos ejemplos de como crear felicidad en los demás a través de nuestra comunicación con ellos, y todo esto además de hacer nuestra comunicación mucho más eficaz nos hace mucho más felices. Si ayudas a que los demás sean más felices el primer beneficiado serás tu mismo. Poner en práctica estas técnicas y metodologías te ponen en esta dirección y te incentivan a hacerlo cada vez mejor. El arte de la comunicación como cualquier otro arte no tiene límites en su aprendizaje, por más que evoluciones si estás alerta sigues aprendiendo. Lo que constatas con esta evolución es que cada vez se te hace más fácil vivir y cada vez haces más fácil la vida a los que te rodean.
Algún día acabaremos este trayecto vital dejando este mundo, y lo bonito sería hacerlo con el absoluto convencimiento de que nuestra existencia a ayudado a que alguien fuera un poquito más feliz.
Acerca del autor David Bertrán es coach certificado, máster en PNL y formador especializado en inteligencia emocional, PNL, técnicas de comunicación y emprededuría. En los últimos 25 años David ha impartido seminarios y ha ejercido como "life coach" y "business coach" a la vez que ha fundado 14 proyectos empresariales en España, Francia y USA, consolidando así una amplia experiencia internacional tanto en el campo del coaching y el crecimiento personal como en el mundo empresarial.
Entre sus últimos proyectos cabe destacar "SuccessiBox" que se ha consolidado como el primer referente mundial en el desarrollo de aplicaciones de crecimiento personal en el mercado IOS, con más de 25 aplicaciones publicadas en 5 idiomas para iPhone e iPad en los últimos dos años, y que a día de hoy se comercializan en la Apple Store bajo la marca Prosperikit www.prosperikit.com Como parte de este proyecto, también se ha lanzado recientemente el portal de coaching online www.successibox.com Actualmente David Bertrán imparte talleres y seminarios tanto para centros educativos, como para todo tipo de organizaciones y para el gran público. www.davidbertrancoach.com En estos momentos David complementa su formación a través de la UNED en el grado de Psicología y del Institut Gestalt de Barcelona como terapeuta gestáltico.
Al mismo tiempo prepara la salida de diferentes iBooks que aparecerán en los próximos meses relativos a diferentes áreas del crecimiento personal, y que siempre tendrán esta clara vocación de ofrecer herramientas prácticas a sus lectores para que puedan a aplicar estas herramientas a su día a día y mejorar rápidamente los niveles de felicidad en ellos mismos y en las personas que les rodean.
FIN