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Spanish Pages [74] Year 2007
LA CASA DE ADOBES COSTARRICENSE Manuel E.Gutiérrez R.
EDITORIAL
UCR
693.22 G984c
Gutiérrez Rojas, Manuel Elías, 1937 La casa de adobes costarricense / Manuel
E. Gutiérrez R.. -2. ed. - San José, C.R.:Edi torial UCR, 2007.
xiv, 66 p. :il. ISBN 9968-936-73-1 1. CONSTRUCCIONES DE ADOBE.
2. ADOBE. 3. MATERIALES DE CONS
TRUCCIÓN. I. Título. CIP/1615 CC/SIBDI.UCR Edición aprobada por la Comisión Editorial de la Universidad de Costa Rica
Segunda edición: 2007 Ilustración de portada: El autor. " Diseño de portada: Priscila Coto M.
©Editorial Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria "Rodrigo Facio". San José, Costa Rica.
Apdo. 75-2060"Tel. 207 5310" Fax: 207 5257 +E-mail: [email protected] "Página web: www.editorial. ucr.ac.cr Prohibida la reproducción totaloparcial. Todos los derechos reservados. Hecho el depósito de ley.
Este librose terminóde imprimir en la Sección de lmpresión del SIEDIN, en el mes de junio de 2007.
"Para mí la casa es el espacio donde ocurre la fäbula, donde sucede la novue la, el hugar de la acción yla pasión, del orden ylas reglas, ydel catastrófico,
aunque a menudo insignificante, advenimiento del caos. Inssto en el tema porque soy, esencialmente, un bombre de casas -tal vez, también de ciuda
des; rara vez un hombre de paisaje y de campo. Quizás me bubiera gustado Serlo, porque a veces me acomete una especie de hambre de naturaleza, una
terrible nostalgia de vegetación yacantilados, a los que boy tengo poco acceso.
Debo confsar que desconozco ese mundo casi por completo. Pienso que mi
vida bubiera sido otra, muy distintay lo que escribo muy diferente y, quizá,
mejor, en contacto con los espacios abiertos alsolyal cielo que aisladamente conocí en su dia: los fundos de mi niñez. en Talca; la desolada extensión de la
pampa magallánica, las tierras clásicas, de vid, olivo ycipré, en Calaceite.
Son hugares cuya buella no olvido. Pero eso no se dio. No pudo ser. He sido un hombre condenado a las ciudades, yamante de lasciudades. Ydentro de las
ciudades, de las casas;ydentro de las casas de las habitaciones y las familias. No es, con todo, un mal destino, si pienso que todo destino conlleva como
corolario una nostalgia por lo que no pudo ser. Tengo que contar las riquezas
que de esas habitaciones he derivado: una sensibilidad paracaptar las estruc
turas humaras que prodyjeronesas habitaciones. Nopudopermanecer ciego
a cómo se inscribe en una babitación toda la historia, toda la antropología
de un grupo humano ode la persona que prodyjo ese ambiente fisico. Cómo están presentes en él su cultura, su clase social, suspretensiones yfracasos, todo lo visible en la disposiciÛn de sillas, mesasy cuadros, en la seleción de colores y texturas: allí está inscrito lo que esa gente es, oquisO ser o intentó ser. Ose
sacrificó por ser. Todo alterado por la moda y el entorno social onacional.
Esas habitaciones tienen una voz y hablan, y uno puede reconstruir a las habitantes apartir de astillas y trapos. Uno recrea relaciones y estructuras,
inventa armamentosy sensibilidades yemociones. Una habitación, una casa,
son ricas o interesantes si ofrecen una variedad de lecturas, según la variedad
y la fuerza de las relaciones que son capaces de evocar. A veces las historias de las personas y de lasfamnilias están igadas a ciertas casas, por muy modestas que sean y estas bistorias, a su vez, están
igadas, aunque no dependen de ellas, a leyendas familiares que pueden estar en abierta contradicción con los hechos consignados en la historia. José Donoso, Conjeturas sobre la memoria de mi Tribu. 1996, p. 627.
CONTENIDO
Introducción
Xi
PRIMERA PARTE
LOs INICIOS DE LAVIVIENDA EN CoSTA RICA
Condicionantes importantes.
1
Antecedentes históricos.. Influencia del colonialismo británico.
El terremoto de Cartago de 1910...
4
Desarrollo de la vivienda en el Valle Central
5
Lavivienda indígena
5
La influencia española
6
Elresultado arquitectónico de las dos culturas: Lacasa de adobes
.......8
Desarrollo de la vivienda en la zona del Pacífico.
13
Lavivienda indígena
13
La influencia española.
17 17
Elrancho nicoyano. Desarrollo de la vivienda en la zona de Atlántica
Lavivienda indígena de las llanuras del Norte
19 19
..20
Lacabaña de Sarapiquí La vivienda indígena de la costa del Caribe. La vivienda de los trabajadores afrocaribeños.
21
...23
SEGUNDA PARTE
ANÁLISIS DE LA CASA DE ADOBES Ubicación
Casa urbana. Casa rural
Viii
25 26
.28
Distribución interior
28
Casa urbana.
28
Casa rural
32
Materiales y procedimientosde construcción
35
Fachadas y volúmenes...
.41
Utensilios
.44
TERCERA PARTE CRITERIO ARQUITECTÓNICO ACTUAL Ubicación
47
Ubicación
47
Distribución interior.
49
Materiales y procedimientos de construcción
.51
Fachadas y volúmenes.
.52
Conclusión
Epílogo. Arquitectura contemporánea en Costa Rica. Laenseñanza de la arquitectura en Costa Rica
Arquitectura costarricense
54
.54 .57
.60 61
Bibliografia
.63
Acerca del autor...
.65
ix
INTRODUCCIÓN
Hace casi cuarenta años escribí La casa de adobes costarricense para cumplir con
uno de los requisitos de incorporación al Colegiode Ingenieros yde Arquitec
tos de Costa Rica. El tema lo escogí por el impacto negativo que me produjo
la arquitectura que se hacíaen Costa Rica en los años sesentas y que de igual forma me sigue impactando cuarenta afños después. Vi, en la casa de adobes, una solución arquitectónica limpia y directa, sin pre tensiones socioeconómicas y sin influencias foráneas impuestas, excepto aque
Ilas técnicas tradicionales de la época. Vi, en la casa de adobes,una solución arquitectónica lógica y sobre todo, auténticamente costarricense. También, vi muchos otros atributos que detallaréen el desarrollo de este libro.
Siempre sentíla necesidad de revisarlo, después de las dos precarias ediciones an teriores, sin lograr la motivación suficiente que justificara este trabajo de relativo interés para la mayoría de los costarricenses, incluyéndome dentro de ellos, hasta que lleguéa la conclusión de que el tema de este libro puede incursionar como un medio ilustrativo-interesante en los síntomas de la idiosincrasia costarricense ac
tual. Dentro de esta hipótesis,es lógico pensar que el análisis del contexto general se antepone alanálisis del detalle, pero creo que este último cumple ambos princi pios de una manera sencilla y por eso aprovecho el mismo tema para ese propósito. Además, en esta edición corrijo errores y omisiones de las primeras ediciones.
Existen denominadores
Comunes en la yoría de los temas de los cuales es fácil masa car conclusiones; por ejemplo: un análisis de la realidad nacional sería suficiente para diagnosticar síntomas comunes de nuestra sociedad que responden a las mismas con dicionantes. Uno de ellos, es la ausencia de
planificación en todos los sectores, que va
desde el gobierno central, hasta las
cipalidades. Fenómeno, cuya repercusión es evidentísima, en la economía, en el sector
social y en la infraestructura del país. Es interesante observar que en Costa Rica existe el sano propósito de hacer las cosas
correctamente; sin embargo, estas no salen
bien.La labor gubernamental se circunscri be a dar solución a los problemas cotidianos y en este prOceso, se conSumen los cuatro
afños del periodo de cualquier gobierno, sin
mayor pena ni gloria, en cuanto a los resul
tados de largo alcance. Pareciera,que no se sigue la rutaapropiada para obtener buenos
resultados, a corto, mediano y largo plazo.
Cusus ée idobe cn Heredia.
Todo lo anterior, sin tomnar en cuenta, los
factores negativos inherentes a cualquier
proceso gubernamental; tales como: los imprevistos, la corrupción, la burocra
cia y los intereses políticos, desvirtuados aún más, por la globalización donde
interactúan las finanzas públicas y las privadas afectando o condicionando los
programas gubernamentales de cualquier partido político. ElCosta diagnóstico para el síntoma anterior es la falta de planificación integral. bn Rica la palabra "planificación" es, solamente, sinónimo de planiticacion
xii = AAA DI ADOBTS COSTARRICtNST
económica yla aplicación de ese criterio, no puede funcionar nunca en el mane
jo del pais. Ese concepto de planificación es carente de lógica, puesla economía es solo parte del contexto nacional, aunque esta sea muy importante.
La planificación integral se aplicó, espontáneamente, en el proceso ydesarrollo
constructivo de la casa de adobes costarricense, como respuesta a múltiples ne cesidades y por eso, merece la pena analizary extraer de ese proceso, las rutas de
solución lógicas; aplicables, tanto en la Arquitectura, como en nuestra manera
de pensar, de actuar y de gobernar, siempre, con lógica. Es obvio, que este trabajo no pretende ser un tratado académico en lenguaje
técnico de una parte de la Arquitectura costarricense. Existen algunas obras
que abordan el tema con gran profundidad y profesionalismo. Aquí, destaco
de un modo sencillo y objetivo, una faceta de la idiosincrasia costarricense a
través del análisis de la casa de adobes, como un medio para incursionar en el laberinto cultural de nuestra forma de pensary de actuar.
INTRODUCCION
Xiii
PRIMERA PARTE LOs INICIOS DE LA VIVIENDA EN COSTA RICA
Condicionantes importantes Como en todo proceso, las condicionantes de un resultado son de gran impor tancia; por ello es de mi interés analizar las condicionantes fisicas, sociales y
económicas previas al proceso de desarrollo de la casa de adobes en Costa Rica y vigentes durante este.
Geográficamente,Costa Rica junto con Panamá forman parte del angosto puen
te de unión entre el hemisferio Norte y el hemisferio Sur del continente ameri
cano, obviamente con el Océano Pacífico alOeste y con el Mar Caribe al Este.
Esta geomorfología ysu topografia son responsables de la gran variedad de mi
croclimas y de la abundante biodiversidad de nuestro país. Sin embargo, dentro del
esquema social, estos factores propicios para la naturaleza, no lo fueron para los asentamientos de los nativos yde los colonizadores. Prueba de ello es la au
sencia de edificaciones precolombinas y coloniales importantes en Costa Rica y
Panamá. La economía precolombina se polarizóal Norte en México yal Sur en el
Perú. Lógicamente, la economía colonial hizo lo mismo con sus asentamientos y
el tráfico económico entre ambos polos siguió el mismo patrón en anmbas épocas. De esta realidad económica sí tenemos suficientes pruebas arqueológicas como lo
son el jade de incierta procedencia y el oro de Veragua en época precolombina.
A pesar del fenómeno anterior, se debe dejar claro que hubo asentamientos ind: genas importantes en nuestro territorio, que solo fueron nomadas al inicio, que no edificaron grandes obras, que para satisfacer sus necesidades básicas v ait
motivados por el tráfico comercial, edificaron sus viviendas pajizas, pero aue et
desarrollaron una artesanía bastante sofisticada que da muestra de su cultura
En nuestro periodo colonial el fenómeno anterior se revierte en cierta forma. Los asentamientos de población coloniales en Costa Rica se establecieron con plena conciencia de aislamiento de los núcleos políticos y económicos pode rosos, México, Guatemala y el Perú; además, provocaron el aislamiento o la
emigración de la población indígena. Se vivió de la agricultura y de los anima les domésticos, la artesanía decayó y la vivienda se resolvió de la manera más práctica posible con la casa de adobes.
Para determinar si en el presente actuamos dentrode parámetros tan lógicos y sen satos como los de nuestros antepasados, es interesante observar cómo el crisol que
desarrolló nuestra ejemplar idiosincrasia, también produjo una ejemplar solución arquitectónica, o si la ruta que seguimos en la actualidad no es la más acertada.
Antecedentes históricos
Estan poco lo que queda de las primerasviviendas de Costa Rica, incluyendo la casa de adobes, que la referencia histórica es fundamental en este trabajo.
Por esta razón, esta primera parte del libro se presenta comouna transcripción de párrafos relacionados con el tema de historiadores de nuestro país a los que agrego algunos comentarios.
Esta reseña histórica de los inicios de la vivienda en Costa Rica, nos lleva hasta el siglo XlX pues fue la casa de adobes la que se edificó hasta inicios del siglo XX; sn embargo, es importante comentar en la conclusión de este periodo, la metamortostS
posterior de la Arquitectura en Costa Rica sin pretender hacer un compendio de la
arquitectura costarricense hasta la fecha actual. También es importante reconoce
las influencias foráneas que han afectado este proceso y su evaluación. 2
|
E Teatro Nacional es, sin lugar a dudas, la obra arquitectónica de mayor importan
cia que se cdifica en Costa Rica en el siglo XIX. Sin entrar en detalles se puede decir
que para finales del siglo antepasado, ya se sentía cierta influencia neoclásica en
algu
nas edificaciones, de carácter público en su
mayoría y una marcada influencia Victoria naen las edificaciones residenciales de ma
RE
yor poder económico. Esta influencia bri tánica es interesante, pues también se hace presente -con otros parámetros- en la zona Atlántica de nuestro país como consecuen
ciade la construcción del ferrocarril, refor zada posteriormente por el establecimiento de las compañías bananeras norteamerica
Influencia neorlilisca, riudad de Linoi:.
nas que inteligentemente la aplicaron. Sin embargo, esta influencia británica en nuestro Caribe presenta características diferentes a las casas victorianas de la meseta central, pues estas características caribeñas representan el Imperio
Británico Colonial en el trópico y la acertadísima solución climatológica que dieron los ingleses a sus edificaciones en sus colonias tropicales. Simultáneamente, la casa de adobes se mantenía como la vivienda del campe
sinode la Meseta Central (mayoría de los costarricenses de ese entonces) y de Guanacaste.
Influencia del colonialismo británico Es evidente que la Revolución Industrial fue el detonante de muchas consecuen
cias sociales, económicas y artísticas en el mundo civilizado de aquella época. Así como la invención de la cámara fotográfica obligó a un replanteamiento
de la pinturarealista hacia el impresionismo, cubismo, etc. de igual forma en 3
Arquitectura se dio inicio al abandono
Neoclasicismo a través de movimientos edel mo el Art Noveau, La Escucla de en Estados Unidos a finales del siglo XIX Bau Haus en Alemania en la el y década de
Chicago
Jos veinte del siglo XX. Desde entonces na. da importante ha sucedido a pesar de todos los desesperados esfuerzos de los
diferentes
"ismos" como el postmodernismo, etc. que en un afán de innovación mercantil, han recurrido a las poses más ridículas e imagi nables sin mayor pena ni gloria, excepto la aceptación de aquellos sin criterio e igual ionialts no bvitanico cH la cindad dc Linen.
mente ávidos de reconocimiento.
Lo mismo ha sucedido con la arquitectura
tropical, donde se ha tratado de reinventar la solución que aplicaron los bri tánicos desde el siglo antepasado como descubrimiento nuevo, lo cual está
muy bien como concientización de una buena práctica, pero no como un descubrimiento nuevo y alambicado de lo que se aplicó hace casi dos siglos. Si bien es cierto que la nueva tecnología aporta nuevos ingredientes que me
joran la solución original, esta se mantiene vigente por su lógica y no es de invención reciente.
El rerremoto de Cartago de 1910 Este fenómeno natural trajo consigo la prohibición para construir casas de aue bes en Costa Rica, por razones obvias de seguridad para sus habitantes. ts limitante reforzó en el país laedificación de casas de madera v casas de made revestidas con caña brava y barro, sistenna conocido como bahareque. Tambie.
introdujo los sistemnas de editicación de casas de madera revestidas con la nas metálicas importadas o con tela metálica repellada con cemento, sistenti
4
|
conocido entonces como bahareque francés. Las estructuras metálicas se con centraron en la estructura de los techos de edificios industriales, comerciales
y públicos, en combinación con gruesas paredes de ladrillos de barro cocido pegados entre sí con mezcla de cal y arena, o de cemento y arena siempre dentro del perfil neoclásico. Edificios construidos totalmente en hierro fueron muy
pocos, solo puedo mencionar el Edificio Metálico frente al parque Morazán y
el edificio conocido como La Alahambra por el almacén que alojaba, en Calle
2y Avenidas Central y Segunda.
Por la época en que esto sucedió, la arquitectura de las viviendas aún obedecía
a la influencia neoclásica o victoriana, como todavía las podemos ver algunas
provincias, en barrio Amón, en barrio Otoya yen el barrio González Lahmann
de San José. No se había popularizado el uso del concreto armado, la combina
ciÛn de agua, cemento, arena y piedra,con varillas de hierro o acero, descubri miento atribuido a August Perret, en Europa a finales del siglo XIX.
Desarrollo de la vivienda en el Valle Central Lavivienda indígena "Fue don Ignacio de Cota, teniente de don Juan de Cavallón, quien, al man do de un reducido grupode españoles, descubrió la Meseta Central en el año de 1561. Encontaron ellos que esta Z0na, de densa selva en la mayor parte
de su extensión, ofrecíaa sus moradores, indigenas de la rama Güetar (sic), abundante materia vegetal para la fabricación de sus viviendas. Pudieron observar estos conquistadores españoles, un común denominador de viviendas pajizas entre las pequeñas agrupaciones indigenas de esta zona, tales como
Uxarract, Orast, y Topoyán. Estas gentes solucionaban su problema de tecbo con el simnple entretejido de hojas secas colocado sobre estructuras de ramas de muy sencilla armadura." (Trejos; 1945: 4)
A l A RICA
5
estos ind cabe duda, que cl desarrollo intensode la agricultura entre No fue lo que los obligó a construir viviendas más estables que aquellas de Sus
nómadas, dando así origen a los famosos palenques', máxino antepasados ponente arquitectónico de su cultura. Es poco, en realidad, lo que sabernos,de teniendo en cuentalaa los detalles de construcción de estos palenques, pero tenicndo simplicidad de los materiales usados yconscientes de los rescoldos de civilizari
estas morsd similares que aún subsisten, nos es fácil imaginar la sencillez de No obstante lo rudimentario de ellas, sabemos con certeza del esmero COn que estas gentes construían las viviendas de sus superiores, los caciques, en las cua.
les el simple entretejido de las hojas, se tornaba un hábil y complicado diseño textil, soportado sicmpre, por una sencillísima armazón de ramas y bejucos. Este es, pues, el panorama arquitectónico que ofrecia a nuestros primeros visi tantes españoles el valle de la Meseta Central.
Lainfluencia española El advenimiento de españoles fue de suma importancia para la evolución de la vivienda de la Meseta Central. Gracias a elloy debido a su influencia, se co menzó a incorporar en la construcción de las casas de los naturales, el uso de la
piedra yde la madera rajada. Aun de mayor importancia, por los tres siglos que mantuvo supremacía como material primordial de construcción en esta zona y por otras razones más de las que haré referencia, fue el uso del adobe.
El adobe comosistema de construcción, se puede describir como la superposi ciónde bloques de barro mezclado con paja y secados al sol, los cuales se unen entre sícon una argamasa similar a la de la constitución interna.
Otra de las razones por la cual es importante la incorporación del usodel ato be como sistema de construcción en nuestro territorio, es el hecho de que s
fue el material básico para la arquitectura colonial que respondió tan bien .
necesidades de cobijo, econónmicas ysociales de sus moradores, arquitectuna la que aún podemos aprender si la analizamos detenidamente. Esaes la raz
por la cual se escogió la casa de adobes de la Meseta Central como el tema
principal de este trabajo.
Este sistema de construcción ofreció innumerables dificultades al principio, pe
ro como lo indica la siguiente transcripción,tomada del libro de don Eduardo Trejos, no tardó en convertirse en el único usado en la mayor parte de nuestro
territorio.
Comienza así:
"En la ciudad de Cartago de la Provincia de Costa Rica, a siete días del mes deJunio de mil seiscientos veintisiete años, el Capitán Fray don Juan de
Cabuze, del hábito de San Juan, Gobernador y Capitán General por el Rey
Nuestro Señor desta provincia por ante mi el escribano público yde goberna ción yuso escrito habiendo visto la Real Cédula en que el dicho gobernador le informe que cantidad se podrá gastar en bacer casas para la cárcel yde donde se podrá proveer que no sea de su Real Hacienda, Y continúa luego el documento:
"Dijo que habiendo considerado lo que por ella el Rey Nuestro Señor manda
yla comodidad que se sigue para la buena administración dejusticia y me
jor expediente que haya cárcel yprisiones cómodas, conforme ala calidad de la provincia y númnero de vecinos y a lo que adelante puede iren aumento
su población y que por falta de elas se deja de castigar a muchos delitos que haya casa conveniente de ayuntamiento y donde los gobernadores que vienen a esta provincia puedan venir que por no haberlas se ha pasado y
pasagrande desomodidad [sic] y babiendo informado de personas pláticas cdificios por no haber alarifes que lo puedan hacer y certificar teniendo consideración a la capacidad de los edificios y costo de los materiales y que para más perpetuidad de los dichos edificios se ban de hacer de adobes, tejas yladrillo ycal ymaderamiento, ya que la cavazón se ha de traer del Reino de la tierra firme por ser costoso en precio yacarretaya los jornales de las personas que en ellas trabajaren, carpinteros y otros que edifiquen e becho
balance de lo que pueden costaryserá necesario para todo susodicho 31 e. perfeción, lo parese será necesario de cuatro a cinco mil A en quede a ocho reales yque así mismo para propias desta ciudad del Rey Nuestr, Señor siendo servido hacerle merced para sustentar los dichos edificitt .
edificios y
dicha ciudad tei-l que a propio para otras cosas menesterosas de la
para ello los tributos del primer año que vacaren las encomiendas derh. provincia, ..." (1945: 5)
Así, pues, queda bien claro, que además de la abundancia del material que se
comenzaba aempleary de lo sencillo de su manufactura, había otro factor de
muchísima importancia: el económico, porque contribuía al desarollo de este sistema de construcción en nuestro territorio.
El resultado arquitectónico de las dos culturas: Lacasa de adobes Ya refiriéndose a las casas de adobes de San José, Hale, nos las describe de la siguiente manera:
"Consisten en un piso bajo únicamente, cuyas paredes están hechas de adobes ode ladrillos de una arcilla que parece tierra, que mezclan con césped picado o bagazo de caña de azúcar, haciéndolos pisar por los bueyes para que estos
ingredientes se amalgamen bien. Luego hacen ladrillos de dos pies de largo
por doce pulgadas de ancho y cuatro o cinco de grueso, que ponen a secar al sol y duran setenta u ochenta años cuando están bien hechos. Las puertas, las ventanas y los techos son de cedro y estos son tejas. Los pisos tienen por lo
general un pavimento de ladrillo cocido alfuego ycuya forma varia según et gusto del propietario. Las puertas de las mejores casas están ornamentadas con una estría becha por medio de escoplo, porque carecen de cepillos ae bocel. La puerta es pobre y de una estructura más bumilde y original. Consiste de un tablón sencillo de dos pulgadas de espesor, que tiene una pulgada mas ae ancho del buque de la puerta. Laparte sobrante es redonda, penetra en
marco ygira en unas espigas que hacen las veces de bisagras. Las ventanas
SOn
iguales a las que se usan en la nayor parte de la América Española: una
reja de barrotes torneados colocada en un marco con una, dos o tres bileras de travesaños según la altura de la ventana." (1929: 20, 21)
...Las casas de Costa Rica son las mejores de Centro América para resistir a las sacudidas. Son bajas y largas y están construídas con adobes o ladrillos sin cocer de dos pies de largo y de uno de ancho, fabricados con barro al que mez clan paja para darle consistencia. Cuando están blandos se colocan con postes entre un0s y otros, de modo que el sol al secarlos, los convierte en una sola masa que se mueve con la superficie de la tierra." (1929: 21)
Es evidente en estos relatos, que esas viviendas fueron la respuesta inmediata alas necesidades de sus moradores y que representan la solución más lógica a
la función que debían desempeñar. Como solución vernácula, en la mayoría de los casos, estas viviendas fueron edificadas sin plano alguno, representando así,
diáfanamente, el espíritu de sus toscos ha
bitantes. Ni lujos, ni maquillajes importa dos distraerían la pureza de la arquitectura
de aquellos constructores.
Hay discrepancias en lo que escritores e his toriadores han dichocon respecto a aquellas
viviendas, por cjemploHale nos dice: "Las
puertas y las ventanas no han recibido nunca
eladorno de una capa de pintura, porque en el
pais no hay nipintura, ni aguarrás, ni aceite. El interior de las casas se pinta ala aguada yalgunas veces se añade el enmbellecimientode algunas láminas extranjeras ordinarias o de
cuadros al óleo. Algunas de las pinturas inte
riores, ala aguada, resultan de mucha fantu sia." (1929: 27)
de sus salones están No obstante Wagner nos dice: "Las paredes
generalmente ra
vestidas de insípidos papeles pintados."(Wagner y Scherzer, 1944:93)
La mavoría de estas viviendas, con muy pocas CxCepciones, tenían estri esto obedece a dos sprimordiale Evidentemente piso. solo un de de la época, a los temblores de tierra y a la pobreza de nuestros antenat
condicionantes
comprueba el siguiente documento «si las casa: fueran la hipótesis primera La más altas, las sacudidas de los temblores serían fatales. Solo tienen un piss, tan s
más omenos medi., unas pocas se apartan de esa regla, en San Jose por ejemplo, son lat na tienen el aspecto de intrusas desgravadas, tan prudentemente bajas
(Meagher; 1929: 321) Lasegundahipótesis es fácil deducirla, al saber también,por innumerables k
podían dar al l: torias, que solo aquellas personas de recursos abundantes se de edificar sus viviendas en dos plantas.
La distribución de estas viviendas presentaba muy pocas variantes. Tanto i
vivienda rural comno laurbana tenían innumerables características comunes F
corredor por ejemplo, galería cubierta por prolongaciones de la techumbre qut. por lo general, se abría a un patio interior en la casa urbana oalexterior en l:
casa rural, es de un significado sociológico muy importante. En él se reunizn los familiares ylos vecinos a charlar durante las tardes y con mayor freCuenda. hasta presenciar veladas durante la época de Navidad, sirviéndose de taburets
y de bancas gustosamente aportados por los vecinos. Esta era el área social de estas viviendas.
Hasta los tamaños de los diferentes aposentos eran similares en la mayona & las viviendas. Esto es fácil atribuírloal uso consolidado de la vara como meda
de longitud, la cual posiblemente modulóla mayoría de los tamaños de ls n deras a pesar de que estas no se aserraban en aserraderos. La circulación interior en estas viviendas se llevaba a cab0 a través de los core
dores o a través de las mismas habitaciones. Solo las casas de las personaS
daladas ofrecían pasillos o zaguanes como medios de circulacion tanget. 10
DADDlt CsRRiCtN
Apesar de las discrepancias entre historiadores, las ventanas con vidrios fue
ron desconocidas para la mayoría de nuestros antepasados. Como substituto del vidrio se usaban compuertas de madera para cubrir las ventanas de noche. El mayor acceso de luz se obtenía manteniendo estas compuertas totalmente abiertas durante el día.
A las no pocas dificultades que enfrentaron nuestros antepasados en la cons
trucción de viviendas, dificultades tales como la pobreza, la poca diversidad de materiales y la falta de experiencia en construcción, debemos agregarle una muy importante que es la escasez de mano de obra indígena yde herramientas adecuadas. Con solo imaginarnos que para el aserrío de la madera se utilizaban cuñas del mismo material, podemos formarnos una idea de las grandes dificul
tades con que se tropezaba en las edificaciones de nuestro territorio.
"El trabajo manual propiamente dicho erna bastante despreciado en Costa Rica. La
clase artesana, tan bonrada y consciente de su poder yfutura grandeza en el Viejo Mundo, desempeñaba en Costa Rica un papel bumilde." (Trejos; 1945:9)
Ya refiriéndose propiamente al aspecto urbano de San José, Meagher nos relata: "Construido en su mayor partede adobes oladrillas secados al sol, yencalado de pies a cabeza, San José se ve limpio y claro. En las intersecciones de las ca
les principales, hay hermosos brazos de farol de hierro colado, importados de
Inglaterra, pero hasta la hora (1858)no se quema gas en San Jasé. La muni cipalidad alumbra con pabilo yaceite ysu alumbrado es parco." (1929: 321)
No solo construcciones de adobes se encontraban por la Meseta Central en el si
glo pasado. También había casas de madera, generalmente habitadas por aquellas personas de muy escasos recursos que no les permitían construir nada más sólido
ni de mejor calidad. Claro está que estas viviendas de madera no eran nada m£s
que simples chozas o ranchos que demandaban una reparación constantey que
ofrecían a sus moradores muy poco abrigo ypoquísimas comodidades.
Comenzaron a aparecer a mediados del siglo antepasado en las plantaciones de caféno muy lejanas a los poblados, viviendas construidas con estructura de IRicA
11
madera, generalmentede cedro y recubier
tas las paredes con caña brava a la cual se le
aplicabadespués un repello de barro crudo.
Este sistema se fue elaborando más y más
hasta convertirse en el conocido bahareque. Según el documento de Wagnaer y Scher zer: "En los primeros años del siglo XIX se usaba en gran cantidad de construcci0nes como material esencial, barro endurecido mezclado
con ramillas secas y colocado en cañas cuyas ex
tremidades se clavabana las vigasdel techo. Se asegura que estas paredes de babareque tienen cierta elasticidad, orren menos peligro de ser
derribadas por los temblores. Los techos están
Barba dc Heredia.
cubiertos de toscas ypesadas tejas para la pro tección contra los fuertes aguaceros. Las tejas
slivianas, olos techos de zinc obojalata, más apropiados para un pais que, como todas las demás Repúblicas de Centro América, está expuesto a temblores no se conoctan entonces." (1944: 93)
La vivienda rural es de gran importancia, por ser ella la que aún podemos ob servar hoy con mayor facilidad, debido a que la mayoría de las construcciones
urbanas han desaparecido. Como es lógico yaigual que la casa urbana, la ma
yoría de estas viviendas se levantaron en la Meseta Central, donde todavía nos
hablan estas construcciones de la influencia española en el desarrollo de nuestra vivienda y del gran sentido práctico de sus constructores. ...
Se construyeron en sentido perpendicular a la calle vecina, dando el frente a
unpatio interior y uno de sus costados nenores al camino. Tan extraña coloca
ciÛn parece obedecer a una tendencia my fuerte en el campesino costarricense; la
de aislar en lo posible las actividades de la vida kogarena." (León; 1952: 40)
Esta idea concuerda con la teoría de que: "la idiosincrasia del costarricense se ba venido formando en un maro de acontecimientos sosegados" (Trejos; 1945:12), pero 12
IACASA
DL ADOB SCO»LRR|CLNE
no quizás deltodo, pues la ubicación de estas viviendas, bien puede obedecer a la
cesidad de defenderse de los elementos, tales como: el sol, el viento, la luvia,
etc. De haber obedecido esta ubicación, al carácter huraño del costarricense, no existirían en sus viviendas coloniales, ni la sala, ni el corredor, espacios de función social, además de transitorios climatológicos, en el caso de los corredores. "En efecto, el 80% de estas construcciones tienen el frente colocado al lado contrario a donde sopla el viento, y las puertas y las ventanas se reducen al
mínimopara evitarlo hasta donde se pueda. Aparte de las molestias que las corrientes de aire ocasionanen el verano, hay en los campesinos de hoy una idea muy arraigada, que les hace ver en el viento la causa de múltiples en
fermedades, y es posible que la tendencia a protegerse de él, ba sido un factor decisivo en la colocación de sus bogares." (León; 1952: 40) Ladistribución de estas viviendas es bastante sencilla. Generalmente no cuentan con zaguán y su corte transversal apenas muestra un aposento con un corredor a
un lado oa ambos lados, en cuyo caso, el corredor de atrás se ocupa para la leña, el horno, la pila, etc. y al del frente se le da la función social anteriormente citada.
Sus paredes, de la misma forma que las paredes de adobes de la casa urbana, son bastante bajas. Casi todos los aposentos tienen ventanas hacia uno de los
corredores con compuertas de madera y rejas para protegerse durante la noche. La estructura del techo va montada sobre estas paredes y sus prolongaciones exteriores se apoyan sobre un cargador de madera que, a su vez, se apoya entre
los horcones de los corredores.
Desarrollode la vivienda en la zona del Pacífico La vivienda indígena El viaje de GilGonzález Dávila por nuestro litoral del pacífico en el año 1522, es importante para el tema de este libro, pues en relación con él, aparece el los INIHOS DLLA VINTEN \IN CoLA RiCA
13
primer relato de la vivienda en esa zona. En la conocida carta que el conquis tador escribióa Carlos V para informarle sobre ese viaje, fechada el 6 de marzo
de 1524, dice que las viviendas de aquellas regiones eran muy similares a las encontradas en la Meseta Central: "Los indigenas se imitaban a construir ranchos pajizos que, por la abundancia de luvias e inundaciones, eran edificados en los ár boles osobre borcones a prudencial altura donde estas calamidades no les alcanzaran"
(Fernández; 1889: 26)
A Gil González le correspondiópasar una temporada en una población indí gena de estas, donde fue alojado en la casa del Cacique que era... "tan alta como
mediana torre, hecha a manera de pabellón, armada sobre postes y cubierta de paja." (Fernández: 1889: 26) Los sistemas de defensa urbana de estos indígenas eran verdaderamente curio sos, me refiero a la colocación de sus viviendas dentro del ámbito de su aldea
con fines bélicos.AJuan Vásquez de Coronado, en su viaje al Sur, le correspon dió encontrar dos de estas ciudades.
He aquí su descripción: "Está asentado el pueblo de Coctú en una cuchilla de una sierra, angosto por los principios y algo ancho en el medio. Tiene ochentaycuatro casas puestas por buena orden: al principio de cada punta, una casa y luego dos en trián gulo, yasí sucesiUamente vanciertas órdenes de atres y luego de a cuatro en cuadra, asentada cadacasa una de otra, cuatro pies, antes menos que más y con gran compás y entre cuatro casas se bace una placeta a la cual van por ca lejones hecbos a mano, porque las casas están altas del suelo, como media vara
de medir; y puestos todos los enemigos en la plazuela que es pequeña, los bie ren los de Coctú de cuatro casas por troneras y ventanas becbas para ese fin,
sin que puedanver quien los biere yantes que vean de donde les viene el daio están heridos. En cada casa de estas viven veinticinco vecinos con sus mujeres
ybijos yen algunas más ymenos como tienen la familha. Caben en cada casa cuatrocientos hombres. Ganada laprimera casa de estas, se ban de ganar las
segundas yluego las terceras ycuartas porque todas están hechas a manera de
fuerte. Son redondas ylas vigas que tienen de gordor dos brazas; son de paja
muy bien puesta y muy altas yel remate de arriba a manera de chapitel. Tie
ne este fuerte dos puertas, una al levante y otra al poniente. Norte Sur tiene
dos qucbradas de gran bondura y aspereza en las cuales los indios tenían a modo de verjeles de gran recreación. Está este fuerte cercado de dos palizadas
y de boyos entre una palizada y otra. Las puertas son muy pequeñas y becbas a manerade puentes levadizZOs. Entendióse no baber visto en estas partes cosa
tan fuerte ni por tan buena orden." (Trejos; 1945: 15,16)
Así vivían los indígenas borucas y coctos que se extendían por toda la región del Pacífico desde el Térraba hasta Chiriquí. Hay dos características muy im portantes que hacen diferir estas viviendas de las de la Meseta Central. Una de ellas es el techo, al cual se le daba una mayor pendiente para evitar la entrada de agua. Laotra es la de las paredes, las cuales se construían a manera de rejas
para facilitar así la libre circulación del aire, un factor de gran importancia en estas zonas tan cálidas.
"El rancho de Térraba se bace con un techo de cuatro vertientes, cubierto de zacate, que es el material más abundante, con mucha inclinación para evitar
la entrada del agua. Las paredes se forman con n varillaje amarrado con bejuco, lo que permite una libre circulación del aire tan necesario en los climas
cálidos y la entrada de luz. El indio repella la pared que le da al varillaje que le sirve de cama y, a veces, el resto de las paredes. Elinterior del rancho se
reparte en dos pisos: en el superior está la troja y en el inferior, la cocina y el
dormitorio." (Pittier de Fábrega; 1927: 16)
Continúa la descripción:Las habitaciones de toda esta región ast, como las de Puerto Cortésyel Palmar, tienen una planta cuadrada, de lados más o menos iguales. Sobre cuatro horcones resistentes y otros cuatro pa los, los primeros esquineros y los otros intermedios, se levanta la armazón del techo. Uniendo estos horcones se colocan otras transversales, formando un marco ocadena resistente. Tiene este techo cuatro soportes más, de los cuales dos se unen en el extremo superior, mientras los otros dos rematan
en punta bacia arriba. La armazón se completa con varas que se cruzan RICA
15
amarran las varillas transversale. col en su parte superior, a las Cuales se grueso cordon, a veces de un espesor d. las que se coloca la paja formando un amontonam1ento de la misma baia 40cm. latechumbre remata en un ...) La madera d . descansa sobre los extremos cruzados de las varas
que se colocan a mameva paredes generalmente se aplica en varillas delgadas tierra y amarradas por el atv. a la de palizadas, metidas por un extrem0 se colocan otros balos Horizontalmente a la cadena por medio de bejucos. en toda la construcción un sólidamente atados con bejucos, no empleándose tiene co solo clavo. La boja de la puerta es de tabla toscamente tallada y general de mo bisagras retazOs de cuero. Carecen estas babitaciones por lo las habitaciones n ventanas. Elinterior es más omenos iadéntico en todas
varillas construyen unos pisos llamados "camas", que a la vez para dormir.,
piso de tierra, sirven para guardar las provisiones. En una esquina del esquina está el generalmente hay otra cama, también de varilla, en la otra
fogón de la cocina. El mobiliario no puede ser más humilde: a lo largo de l¡s paredes se ven bancos de cuatropatas, fabricados con tablas de cedro, que
generalmente tiene la formade un animal, a semejanza de las piedras de moler que se sacan de esa región. Son bajos y algunos tienen una especie de mangos para levantarlos, el cual representa por lo común, la cola del ani
mal." (Pittier de Fábrega, 1927: 17)
Gil González Dávila también nos informa en sus relatos, de las viviendas en
contradas en Guanacaste y nos indica que básicamente eran el mismo tipo ae ranchos pajizos yde palenques fabricados con troncos, ramas yhojas, encontar dos en el resto de esa zona del Pacífico. del territorio de lo que hor conocemos como la provincia de Guanacaste. La zona que se extiende desde e totalidad Téraba hasta Chiriquí, por el contrario, permaneció aislada casi en su interior hasta los comienzos de este siglo XX cuando algunos pocos colonos del
La influencia española solo se dejó sentir en parte
pard
finca del país, se trasladaron a esa región con el fin de hacer allí su pequena importancia
futura explotación. La Compañía Bananera fue el otro catalítico de
quecontribuyó al desarrollo de esta extensa zona costera. Queda pues bien
quc no hubo influencia española de importancia en esta región del Térraba hasta Chiriquí, durante el periodo de la Coloniani durante los primeros años.
La infuencia española En Guanacaste, por el contrario, sí aparece la influencia española en el desarrollo de su vivienda. De ello nos habla Eduardo Trejos Dittel en el siguiente párrafo: "Con el establecimiento de los españoles aparece en dicha xona la influencia es pañolaen la evolución de sus viviendas. Al lado de las habitaciones indigenas bicieron su aparición las primeras casas de madera, material abundante en sus densas selvas, y más tarde las sólidas construcciones de adobes, de paredes asenta das sobre resistentes bases de piedra ycon techo de tejas. Muchas de ellas con frescos corredores con barandas de madera, dandoal frente oal patio interior. Algunas
de ellas quefueronconstruidas antes de la Independencçayque aún se mantienen en pie, son la nota tipica en aigunas poblacionesguanacastecas que, como Bagaces, conserva muy bien suaspecto colonial, Con sus Casonas de adobes, sus ventanas
enrejadas ylos comunes y amplios portalones. Algunas se mantienen con la ayuda
de puntales, otras ya han sido destruidas, pero bay algo en el aire que
d
nuestros tiempos, un lenguaje anacrónico, pero solemne y gentil, de caballeros
españoles en la profunda paz de sus calles ycasas." (1945: 18)
Elrancho nicoyano Hay otro tipo de vivienda que se desarrolló, especialmente en la región de Nicoya, después del advenimiento de los españoles, como medio de transición entre el ran cho indígena de esa zona y la vivienda actual. Esta vivienda, a pesar de tener bas tante influencia hispana, no pasó a la etapa de adobes, sino que se mantuvo limitada
a los materiales usados por sus antepasados indígenas, el rancho nicoyano. De estavivienda Trejos Dittel cita la descripción de Jorge León: "Los ranchos se colocan en la vecindad de las quebradas, generalmente en las alturas de una loma, ocultos porel boscaje oel relieve a las niradas del que pasa. IorNilOS Dt LAIEN
LNCIARis
17
Con frecuencia sus puertas se abren apatios interiores, en dirección opuesta al
camino. El rancbo nicoyano se encuentra generalmente aislado oen perFuens
grupos irregulares, por lo común en la vecindad del agua (...) Casi todos tienen
planta rectangular, formada por paredes de varillas delgadas y largas que se
colocan verticalmente, afirmadas en el suelo y amarradas con bejucos a dos o
tres varillas borizontales. Lapared resulta ast liviana ydelgada y deja paso
al aire yla huz (.) Existe por lo general una sola puerta, que con frecuencia
da a un patio interior, en dirección opuesta a la calle. Eltecho se forma de una armazón de varillas generalmente de "junco', colocadas en diversas formas y amarradas con bejucos. Por lo general los ranchos guanacastecos tienen cumbre ras, es decir, dos vertientes más extensas, en tantoque los ranchos indigenas de
Boruca oTalamanca, tienen sus cumbreras muy reducidas y el techo presenta
cuatro vertientes iguales. La cobertura se hace con bojas de palma real, una bellísima palmera muy abundante en las montañas del Pacifico (...) El interior
del rancho se divide en dos pisos. El inferior se separa por una pared de varillas en dormitorio y cocina. El primer apartamento está ocupado por varias camas,
arrimadas alas paredes yfrmadaspor una gruesa tabla, sostenidas por estacas ycubiertas a veces por una estera de vena de plátano. En un0s cajones se guar
dan los vestidos y baberes de la familia; en la cocinaocupa lugar preferente el
fogón, de forma tíipica generalmente con dos buecas por las ollas. Diariamente se le encala con ceniza, así es que se mantiene blanco y limpio. El moiedero sirve como mesa para comer, para hacer las tortillas o para colocar vasijas. Sobre él se
encuentran alineados contra la pared los jarrosy las jcaras. En un rincón de la cocina, una rama de estaquilla cuyas horquetas salen opuestas, sirven de sostén abotellas yhuacales. Las berramientas y los bultos de los escolares penden de
gruesas vigas yen el centro del rancho, pendiente de una solera, es común ver la cuna, formnada de tres varillas cortadas con fondo de cuero, donde duermen las pequeños. Los asientos son bancos cortos de tres patas, obancas fijas a la pared. sostenidas en borquetas; una de ese tipo se encuentra siempre en elexierior jun
to a la puerta ysirve para tomar elfresco por la tanie. El segundo piso del ran cho, "tabanco", cuandoexiste, se encuentra únicamnente sobre el dormiorio. Se
forma de un techo de varillas yestá destinado a troja. En de acomoda el mats e 18
|
.
incidentalmente se usacomo dormitoriocuando la familia es muy numerosa.
Para subir se usa un tronco adaptado como escalera. El interior del rancho
se mantiene siempre limpio: todos los objetos de madera, jícaras y vigas, son
limpiados con bajas de "raspa", bejuco de bojas ásperas (.) Es frecuenteque la trojaocupe un lugar por separado. Su construcción sigue en general el mismo sistema: n ranchosin paredes, en cuyo tabanco, fuera del alcance de las ratas,
se almacena el maíz en la tusa (...) El borno hemisférico se balla a veces en
un cobertizo aparte. La propiedad está por lo común, cercada ya con alambre de púas ocon pinuelas. Existen portillos hechos de la borqueta de un árbol,
tranqueras en forma típica." (1945: 20)
Desarrollo de la vivienda en la zona de Atlántica En la zona del Atlántico es necesario hacer una referencia entre las llanuras del
Norte y las del litoral Atlántico, dado que pese a la diversidad de acceso que ofrecen estas dos regiones, ambas pertenecen a una misma zona geográfica.
Lavivienda indígena de las llanuras del Norte Los primeros vestigios de vida humana que podemos encontrar en las llanuras
del Nortecorresponden a indígenas Guatusos de la rama Huetar. Esta región, que se extiende desde la Cordillera volcánica Central, hasta la Cordillera Vol cánicadel Guanacaste y hasta el Río San Juan, siempre se ha caracterizado por
su poca población. Las viviendas indígenas de esta zona, a pesar de ser vivien das multifamiliares en la mayoría de los casos, no se agrupaban para formar aldeas, sino que se encontraban esparcidas por la selva.
La construcción de estas viviendas era aún más tosca que aquella del litoral Pacífico: "Lacasa principal cubría una superficie de 18 metros cuadrados. La cima del techodescansaba en tres gruesos pilares de madera redonda de unos 40 cm de
RIA
19
diámetro. No estaban n la lineamedia de la casa por lo que también la incina ción de las dos superficies del techo era distinta. Las extrenidades del techo descan saban cada una en cinco pilares bajos ydescendian a casi un metro de distancia del
suelo. La pared era cosa desconocida. El techo estaba muy cuidadosamente cubierto de hojas de palmerayse dice que era muy duradero. Las casas a veces se componian también de dos medias casas, colocadas la una al lado de la otraycuyos techos, en
ss extremidades superiores, quedan alejadas cerca de un pie, nojuntándosepor
consiguiente een una cina común las dos casas."(Trejos; 1945: 21) Su mobiliario era igual de tosco. Se limitaba a las hamacas donde dormían los hombres, a los diversos fogones según el número de familias y troncos livianos como taburetes. Sus utensilios también eran bastante limitados: vasijas de barro,
piedras de moler e instrumentos de caza. Una de las características típicas de es tos indígenas,era la de enterrar a sus difuntos en los mismos palenques que ellos
habitaban, en forma muy superficial ycasi sin apisonar el terreno. Esto, como es naturalera causa de la presencia de gases putrefactos dentro de las habitaciones, haciéndolas bastante antihigiénicas. También cabe llamar la atención al hecho de que todas las viviendas se encontraban en las cercanías de algún río o quebrada con el propósito de abastecerse de la imprescindible agua potable.
La cabaña de Sarapiquí A mediados del siglo XIX, a lo largo de la zona Norte del pais, se podían ver distribuidas separadamente unas de otras, una serie de cabañas hechas con tron cos de árboles que, clavados en el suelo dejaban entre ellos espacios de algunas pulgadas, pareciendo cuidarse más de la lluvia que de la humedad ambiente; es decir, esmerándose más en la construcción del techo, que en la hechura de las paredes. Así, esas cabañas tenían un techo tupidamente cubierto con hojas de palmera y eran las típicas viviendas de las llanuras de San Carlos. En cambio, en la región de Sarapiqut, eran más trecuentes las cabañas con pare des de caña y techos de hojas seras de palmera que, en algunos sitios como San Miguel de Sarapiqui, eranel unico tipode construcción existente. 20
Igual que la mayor parte de las viviendas situadas en las regiones cálidas de Costa Rica, las de la zona Norte del país, en su mayor número, se formaban con troncos partidos y se techaban con hojas de palmera. "Es el tipode construcción menos artístico que jamás se ha visto, exceptuando las cuevas de los gitanos. Los Kibitkasde los calamucos ylas gurbis de las ca
bilas, parecen basta confortables al lado de estas míseras cabañas de palmera, a través de cuyas paredes abiertas penetra el viento y cuyos techos ni siquiera
protegen de los fuertes aguaceros. Cuando se presentaba una tempestad bas tantefuerte, caian por doquier gruesas gotas a través del techo que cubria las chozas cuyo interior consistía en tres divisiones."(Trejos; 1945: 23)
Es indudable que fue la severidad del clima lo que mantuvo esa zona tan poco
poblada por tantotiempo y la falta de comunicación con los centros de mayor
civilización del país.
La vivienda de estas zonas sufrió sus primeros cambios a principios del siglo XX, cuando comenzaron a entrar colonos del interior del país a esa región. La
casa de nadera fue entonces la que tomóauge, por ser ese material el de ma
yor abundancia en esta región,ausente en la zona casi por completola casade adobes, que se presentó como vivienda intermedia, entre el rancho pajizo y la vivienda actual de la Meseta Central.
La vivienda indígena de la costa del Caribe Le tocóadon Cristóbal Colón descubrir nuestra costa Atlántica yasu hermano Bartolomé, desembarcar en compañía de algunos soldados para tener conoci miento de esa zona y de sus habitantes. La época era octubre de 1502.
"El2 de Otubre visitó él adelantando las palenguesvecinos, yen uno de ellas muy
espaciosa, de madera ycubierto de cañas, vio con sorpresa que tenian los indios, se pulturas ydentro de ellas, cuerpos embalsamados, envueltos en mantas de algodón
ycon adornos de oro ysartas de cuentas. Tapando los sepulcros, babia tablas con
esculturas que representaban hombres y animales." (Trejos; 1945: 25)
Esta fue sin duda alguna, la primera visita de un español a una vivienda de nuestro territorio, y la primera descripción de cómo era esta.
Trejos, cita la obra Hitorie del Mondo Nuovo, en la que don Gerolarne Benzoni
visitó la comarca de Suerre, en la expedición de don Diego Gutiérrez en el añio
1544 ynos describe la vivienda donde se hospedaba el Gobernador yCapitán General, que era la del cacique principal: "entró en los términos de Suerre yse bos
pedo en una casa que el señor de aquella provincia tenia para su recreo cuando venia a pescaraese río. Esta casa estaba becha a nanera de huevo y tenia cuarentay cinco
pasos de largo y poco másde nueve de ancho. Estaba cerrada con cañas ycubiertacon hojas de palma bechas en trenza muybien trabajadas: habia ali tambi¿n otras casas
pero de las comunes." (Trejos; 1945: 25)
Estos indígenas, en la misma forma que aquellos de las regiones o lanuras del
Norte, tenían las condiciones climatológicas Como Su principal enemigo y de allí que durante el tiempo de la Colonia, este mismo factor mantuviera a los
españoles alejados de la zona. A pesar de que la región de Matina fue la princi pal fuente de riqueza para Costa Rica durante los primeros años de la Colonia
con el cultivo del cacao, no hubo nunca una coloniade españoles permanente el con que nos mostrara su intluencia en la construcción de viviendas allí. Por
trario, los hacendados mantenían estas plantaciones en manos de los negros a
su servicio. No fue sino hasta el advenimiento del cultivo del banano y hasta la construcción del ferrocarril, que esta zona se pudo habilitar y poblar en forma permanente. Hasta entonces la madera había sido el único material de cons
trucción empleado en esa región. Aún se encuentran viviendas indígenas en la zona Atlántica y en algunas re
giones de tierras bajas, especialmente en Talamanca; las de los Cabécares, en la parte Occidental del Coen y del Tarire, Uren y Yorquín en sus valles inferiores.
Las habitaciones de los bribris son quizás las más interesantes, pues están mejor
construidas que las de sus vecinos y poseen mejor mobiliario. Entre ellas se pueden distinguir el palenque o "Un-Suri" y la choza o "Hu"
El palenque es un tipo de vivienda muy primitivo. Se construye en una forma sencilla: de un alto poste central baja el techo hasta el suelo de manera que, en
algunos, el techo suprime casi complctamente las paredes y en no pocos casos, estas desaparecen totalmente. En otros se construye la armazón con varas lar
gas que clavadas al suelo se reúnen en la cúspide, donde se atan con bejucos mimbre y luego se cubre densamente con hojas de palmera. Generalmente, en la cúspide se coloca una vasija vieja de barro para evitar la entrada del agua.
No hay sino una abertura que sirve de puerta de entrada. A menudo sobre esta puerta se construye un cobertizo para impedir la penetración de la lluvia.
El interior es por lo tanto, siempre muy oscuro. Asemejanza de los palenques guatusos, hay en ellos fogones como familias lo habitan.
La choza tiene una estructura un tanto más compleja; las paredes se construyen con cañas que se clavan en el suelo, o con tablas rústicas sobre las que se levanta
el techo, generalmente de paja y con cuatro vertientes.
La vivicnda de los trabajadores afrocaribeños Los trabajadores negros que habitaron en esta región durante la época de la Colonia moraron en viviendas construidas de paja y de madera casi tan rús ticas como aquellas de los indígenas. No hubo ningún progreso significativo
en los siglos siguientes hasta el advenimiento de la Compañía Bananera y del ferrocarril, cuando estas viviendas progresaron hasta convertirse en casas con
piso y paredes de madera techadas con hierro galvanizado tal como las vemos hoy. Estas viviendas consisten en cuatro aposentos similares en su mayoríay se
construyen levantadas sobre pilotes de madera para protección de las frecuentes inundaciones que allí se presentan y de los animales venenosos. Las puertas y
las ventanas se hacen, generalmente, de celocía de madera con el propósito de ofrecer una ventilación cruzada y constante.
"Alrededor de las casas de los negros se encuentran numerosas plantas eNóticas que contribuyen al doble fin de dar medios de vida y restaura, según una tendencia muy explicable, el medio natural en quese ba vivido. (cabe notar
IiA
23
aquí, que estas nuevas generaciones de negros que habitan esta región, mu chos de ellos no eran nativos de nuestro país, sino que habian sido trasladados
hasta aquípor la compañta ferrocarrilera opor la CompaDta Bananeray que
también es comprensible que ellos trajeran consigo costumbres de sus tierras nativas que quisieranconservar y hasta reproducir). Ast como en el interior
del pais se siembran naranjas o urucas en las cercanias de las babitaciones, aquí encontramos numerosos árboles extranjeros tales como el árbol de pan, el
aki yla manzana de agua." (Trejos; 1945:26)
24
A CAS A DE ADOBES COSTARRICENSE
SEGUNDA PARTE
ANALISIS DE LA CASA DE ADOBES
Ubicación En la primera parte de este libro se analizóla evolucion de la vivienda en las
diferentes regiones del país. Corresponde en esta segunda parte, un estudio ar quitectónico de la casa de adobes con mayor objetividad técnica. Alresumir losdatos que de ella se extraen, históricamente se puede decir que la casa de adobes se comenzóa construir en nuestro país después del adveni mientode los españoles, que casi en su totalidad fue un aporte de la cultura
hispana a nuestro pueblo indígena y que su adaptación a todo el contexto fue tan acertada, que se mantuvo como principal tipo de construcción por más
de tres siglos. Desde el punto de vista económico, este sistema de construcción fue el único
que nuestro país podía soportar, tomando en cuenta la limitada situación eco nómica y la fácil obtención de sus materiales básicos. Desde un punto de vista social podemos afirmar sin lugar a dudas, que este sistema de construcción
llenó las necesidades básicas de vivienda, de vida privada y de comunidad. Todos estos puntos se harán más evidentes en el análisis arquitectónico a continuación.
Mediante el sistema que se ha seguido en este trabajo, de generalizar y no indi
vidualizar hastadonde sea posible ningún aspecto, se concluye que son dos las formas conocidas de la casa de adobes: la urbana y la rural.
Casa urbana
Todos estamos familiarizados con la forma de planeamiento urbano de nues
troscolonizadores españoles; aquel puelblo típico de plaza de armas oplaza ma
yor al centro, con la iglesia al costado Este de la plaza y el cabildo al Norte o al
Surde ella, donde todas sus calles van de Norte a Sur yEste a Oeste formando cuadrantes de cien varas de lado. En Costa Rica, a igual que en cualquier otro país latinoamericano, no ha habido excepción y este es el panorama urban0 que ofrecían y ofrecen aún nuestros pueblos para la ubicación de una casa de tipo urbano. (Véase lámina 1) He aquí la ubicación de una de estas casas,
según el texto de Noticias de Antaño de don Manuel de Jesús Jiménez, refiriéndose a la
casa de doña María Bolívar, en Cartago, a
principios del siglo XVIII: En as esquinas deun solar de cincuenta varas de cuadro, se le
vantaba una casa de horcones y adobes, grande chata yfea, que luego se coronaba de musgos y siemprevivas y a la cual no solo se entraba por
un portón inexpugnable que quedaba frente al
patio." (1946: 33)
Como lo dice el documento, la mavoria de estas viviendas ocupaban una esquina, ge neralmente a cuatro por manzana obede ciendo nmás que nada al trazo urban0 del
pueblo.
1. lglesia Plaza de armas
2
3. Cabildo
Lamna l Poblacion tupica del sigio .AIN INN
LACASA DE ADOBES
27
Casa rural libro, cxisten dos criterios básio De acuerdo con la primera parte de este su uk: deestas viviendas se refiere. Aqucl que atribuye a la ubicación cuanto ción únicamente al carácter huraño del costarricense; el otro, más lógico, que la con la posici . relaciona solo con la dirección predominante de los vientosy
sol. Todo esto es, por cuanto la mayoría de estas viviendas no tenían el frente a
perpendicular a ell. la calle oal camino, sino que estaban colocadas en forma
2). Estas s separada por un pretil o muro bajo, hecho de piedras (Véase lámina Dais nuestro en pues, las dos ubicaciones más comunes de la casa de adobes
Distribución interior La distribución interior de ambos tipos de casa de adobes, la urbana y la rural.
tiene diferencias sustanciales entre sí. Por ello hay que estudiarlas por separado. Casa urbana
Comose indicócon anterioridad, con frecuencia la casa urbana ocupaba un lote esquinero de cincuenta varas de frente por cincuenta varas de fondo. La entrada
principal de la casa se orientaba, generalmente, hacia la calle más importante de la esquina,en algunos casos hasta con un corredor exterior como preámbuo a la puerta de entrada. Al otro ladodel lote, o sea al ladode la calle de menor importancia, se encuentraba un portón grande por el cual se podía penetrat hasta la troja y el patio trasero. Esta entrada era algo así como una entrada e servicio por donde se podía meter la leña, una carreta, las vacas y los caballas. Según fuerael caudal del propietario, asíera el tamañode su troja; era una reg«
en torma
isegura de la época. Como se puede ver, esta vivienda se desarrolló er
de "L' con dos entradas principales,cada una hacia una de las calles. 28
casa
troja calle
cafetal
29
Esta forma de distribución creaba un solar o patio interior, cerrado en dos lados
por las dos alas de la casa y por tapias o cercas por los otros dos lados, a no ser
que se tratara de una casa más grande y de mayor lujo, en cuyo caso se cerraba la "D original con otra opuesta en sentido inverso, formando así, un claustro
opatio interior central. Este tipo de distribución se popularizó a mediados del
siglo XIX cuando se manifestó el primer auge económico del café en nuestro país. Estas "eles" de las que hablamos, eran del ancho de un aposento más el ancho de un corredor que bordeaba el patio interior. Como es natural, estas dimensiones variaban según la casa, pero sí se puede ase gurar que estas dimensiones estaban moduladas en cuatro varas, módulos dictados
por el tamaño de las piezas de madera obtenibles. De esta manera quedaban esas casas distribuidas,con un patio central bordeado por un corredor amplio que ser vía como pasillo de circulación alterna a los aposentos a lo largo de este corredo.
Se dice alterna, porque estos aposentos también se comunicaban entre ellos. Con frecuencia se les adjudicaba el uso a los aposentos según el gusto de sus moradores, pero como regla general se puede decir que siempre había una sala de recibo, a la
entrada principalde la casa. Al principio, oen las casas más rústicas, la puerta prin cipal abría hacia la sala, más adelante se incorporó el uso del zaguán (véase lámina 3) que comunicaba la entrada principal con el corredor interno de distribución.
En esta forma la sala ganaba más independencia quedando totalmente aislada a un lado del zaguán. Los demás aposentos al otro lado del zaguán, variaban su uso según las necesidades de los moradores. Incluso los servidores domésticos eran
alojados en tales dormitorios en las primeras viviendas de este tipo. El
pabellón de servicio aparte, o dormitorios posteriores a la cocina o a la troja. fue una innovación posterior. En el misno orden, después de los dormitorios se destinaba en algunas casas el siguiente ap0sento para comedor, aunque en otras no existía del todo. Algunas veces este aposento tenía ventanas mas gran
des que las de los dormitorios hacia el corredor y en otros casos era totalmente
abierto hacia este con el propósito de darle mayor luz yventilación. Después del comedor venia la cocina, bastante amplia yque abarcaba el ancho del corredor también. Es de notar que si todos los aposentos tenian ventanas
30
troja
S. sant. cocina
h
baño comedor acera
dormitorio
sala
dormitorio
Lamina s Caiurbal. dissribucion tipica.
calle
hacia el corredor y hacia la calle, la cocina y a veces el comedor, las tenían úni camente hacia el patio interno; sin embargo, a la cocina se le proveía de unas aberturas sobre la pared de la calle para la salida del humo del fogón.
Después de la cocina estaba la troja, lugar de gran importancia por su versatili dad; allíse guardaban la leña, las monturas y los granos, también se lavaba y se horneaba, en algunos casos servía de establo. Por esta razón es difícil definir, en forma precisa, sudistribución. Por lo general se trataba de una galera cubierta con un corredor anexo, donde estaba el famoso horno hemisférico, la batea de
lavar y los barriles de agua.
Los servicios higiénicos eran Simples pozos negros con una caseta de tablas colo
cados a distancia prudencial de la casa en el solar de atrás, no en el patio central. Los baños consistían en encierros de madera sin techo, con un barril de madera para el agua y un guacal de jícara para recoger el agua. Los lavamanos, si los había
(el uso del lavamanos de recámara con palangana ypichel, era bastante común), consistían únicamente de una batea de madera con otro barril de agua anexo. La
ubicación de los baños yde los lavamanos en estas viviendas es también dificil de definir; sin embargo, su ubicación en los márgenes del corredor interior o en las vecindades de la troja, era bastante común. (Véase lámina 3)
Alseguir la descripción de don Manuel de Jesús Jiménez sobre la casa de doña
María Bolívar, podemos completar el cuadro con mayor colorido; refiriéndose
al patio central, nos dice: en este, enclaustrado por todos sus costados, crecian con
mucha lozanía, la manzanilla yel eneldo, un machón de yerbabuena y una mata de borraja." Jiménez; 1946: 33)
Casa rural Lógicamente, la casa ruralde adobes ofrece una distribución interior muchomás
sencilla que la casa urbana a pesar de ser la primera, precursora de la segunda.
Comolo indica su ubicación, la vivienda rural se coloca en sentido perpendi
cular a la calle o camino, que da acceso a la parcela del pequeño terrateniente 32
|ACA
A D| AD) BIS
OSA RRICNST
costarricense. Esta vivienda no ofrece a sus moradores la independencia ní el enclaustramiento de la casa urbana. Su dimensión a lo ancho la fornma únicamente un aposento y un corredor pa ralelo a este. Con esta sección, la casa se extiende hacia adentro, (siempre en
sentidoperpendicular a la calle) según sean las necesidades de sus habitantes. Susaposentos, como en la casa urbana, abren puertas yventanas al corredor, en
este caso al corredor frontal y abren ventanas al solar o patio posterior. Elorden
deestos aposentos es bastante parecido también. Al primero de ellos se le daba el uso de sala y de dormitorios a los demás.
Elcomedor no èxiste del todo en estas viviendas, pues la cocina cumple con esta
necesidad. La cocina estácolocadaal final de la casa y, por lo general, se extiende a todo lo ancho de la sección de la vivienda; es decir, aprovechando también el
ancho del corredor. A esta le sigue un trascorral o corredor para el horno, la leña y la batea de lavar; este corredor a veces invierte su posición a todo lo largo del otro costado de la casa, paralelo al corredor del frente. Con intención o sin ella, esta
localización del trascorral daba excelentes resultados en las zonas cálidas del país,
pues la vivienda flanqueada por dos corredores a sus costados, obtenía un alero muy amplioa ambos lados de los aposentos protegiéndolos contra el sol. Los servicios sanitarios también eran pozosnegros con caseta colocados a cierta distancia del trascorral de la casa. Normalmente los baños no existían en estas
viviendas, obligando a sus moradores a obtener su aseo personal en los riachue los o quebradas vecinas.
La troja, en la casa rural, era una estructura de horcones y tejas de barro apar
te de la casa principal; generalmente, esta se colocaba perpendicular a la casa
cuadrando así una especie de patio de uso múltiple que servía para secar la ropa y algunos granos y donde, adermás, se colocaban los "siembros" o plantas
ornamentales, En la troja no solo se almacenaban los granos sino que también
se guardaba la carreta y todos los implementos de la labranza. A su vez servía Como establo para las pocas vacas que hubiere. (Véase lámina4) \NIN
lA IOBES
33
sanit.
troja
cocina
dormitorio
corredor
dormitorio
camino
Materiales yyprocedimientos de construcción Antes de ver con más detalle el análisis arquitectónico de estas viviendas, es
conveniente señalar los materiales básicos en cllas empleados, común denomi nador para la vivienda rural ypara la urbana, factor importante en el estudio de los volúmenes de estas viviendas.
En primer término tenemos el adobe, cuya materia prima es barro arcilloso mezclado con césped picado o bagazo de caña de azúcar, elementos los cuales
han sido amalgamados por varios métodos, siendo el más conocido el apisona miento de ellos por medio de bueyes. Una vez obtenida esta amalgama, se pro
día ala elaboración de los adobes obloques de unos 0,60 metros de largo por
0,30 metros de ancho por 0,15 metrosde alto los cualeseran secados al sol. Este es el material primordial que se usó en las construcciones de este tipo.
(Véase lámina 5a)
La piedra de canto se usaba, en algunas oca siones, en la cimentación de estas edifica ciones, omezclada con cal, calicanto, para
pretiles o paredes bajas. Esta piedra
no era
otra cosa más que piedra bruta quebrada o
sin quebrar. (Véase lámina 5a) La madera rajada ocanteada con hacha fue material que se usó para la estructura de los
techos, así como para reforzar las paredes de adobes, para linteles, marcos de puertas, horcones, ventanas y puertas.
adobe
cal v canto
La teja de barro cocido fue el único material que se utilizó para la cubierta de los techos de
las casas de adobes. Actualmente, se desta
can dos tipos importantes de tejas en nuestro 1.0ts
35
país: latejamisión o la original yla teja impe rial, una modificación de la anterior.
Durante la Colonia y aún hasta los prin cipios del siglo pasado, solo se usó la teja conocida como misión en este tipode cons
trucciones. La arcilla usada en tales tejas se
procesa en la misma forma que la de los la
teja de barro
caña brava
tipo misión
drillos cocidos y lo único que ha variado es el sistema de su elaboración. Antiguamen te, estas tejas o tejas de media caña, como también se les llama, se hacía presionando sobre el muslo del fabricante, una lámina de arcilla blanda. Esto le daba a la teja las
Lámina 5b.
características anatómicas troncocónicas de
esa parte de la pierna, pero como es natu
ral, ofrecía el inconveniente de la diferente
constitución fisica yhabilidad de los obreros, con la consiguiente irregularidad de tamaños y formas.
Este medio tubo ligeramente cónico, era lo que se usaba para la techumbre de es
tas viviendas, colocándolo alternativamente con la concavidad hacia arriba o hacia
abajo en hiladas paralelas al flujo del agua escurrida (uéaser lámina 5b). En algunos
casos se perforó un agujero al centro del extremo angosto de la teja cruda con el
propósito de atravesar un clavo allí' para evitar su deslizamiento de la techumbre.
Entre los poquísimos accesorios que se usaban en estas construcciones, podemos citar las aldabas, las bisagras de cuero, los clavos, las arandelas y los guijos de las
puertas (véase lámina 6). Así eran pues, de sencillas estas construcciones. Cuando los pisos se recubrían, esto se hacía únicamente con uno de los dos materiales obtenibles para ese fin, la madera, en raras ocasiones, o la loseta
de barro. Esta última, a igual que las tejas, se fabricaba con areilla cocida
moldeada en moldes de madera cuadrados o rectangulares. Los ladrillos
36
rectangulares ofrecían la posibilidad de colocarlos en forma de petate, de donde se deriva el nombre de petatillo.
Corresponde ahora analizar la forma en que estos materiales fueron empleados en estas construcciones y los procedimientos que se siguieron en su
ensamblaje.
No todas estas construcciones tenían cimien
tos pues en algunos casos se levantaron las pa
clavo
redes en zanjas apisonadas, especialmente en las construcciones de tipo rural. Aquellas que llevaban cimientos lo llevaban en una zanja de
una vara de ancho por una vara de profundi dad, la cual, se llenaba de piedra canto. Luego se continuaba de este punto en adelante colo cando los adobes a lo ancho a manera de tezón
y soga, amalgamándolos unoa otrocon meZ cla fresca de barro ybagazo. En algunos casos excepcionales, se colocaba entre el cimiento y
guijo
la primera hilada de adobes, una o varias pie
zas de madera de una sección mínima de ocho
pulgadas a manera de viga asísmica a la cual se
fijaban a cabacote, horcones esquineros, mar
cos de puerta, entre otros, que se coronaban
Con una pieza o piezas similares, los adobes eran utilizados como material de relleno entre
las piezas de madera, los cuales soportaban es tos únicamente los esfuerzos cortantes.
arandela
En la mayoría de los casos estas piezas de
madera no aparecían más que como soleras y a veces como columnas internas expuestas
Lánina 6.
ANAIIIt l ADE ADOBES
37
tejas de barro caña brava
viagas o cabríos
soleras
modillón adobes linteles
horcón interno
para caballete
petatillo de barro pretil cimiento acera cano
lwmaCapde2.:7cd
en las esquinas o a media distancia entre estas como un marco rígido interior,
las paredes eran hechas en su totalidad de adobes a tesón y soga. Solo los mar cos de las puertas y de las ventanas se hacían siempre de madera, se ponia una
ovarias piezas de secciones no menores de seis pulgadas a ambos lados del bo quete y una o varias piezas de secciones similares a manera de lintel. La solera
superior iempre estaba presente, ya en forma de viga de corona, anclada a los horcones esquineros, si los había, o a los horcones colocados en el interior de lavivienda adosados a paredes opuestas con el propósito de soportar un tirante
para la estructura del caballete del techo, si lo había. (Véanse láminas 7y 8)
La solera, por lo general, quedaba incrustada en la pared de adobes, pues una
vez colocada allí,la pared se continuaba sobre ella para salvar los espacios que quedaban entre las vigas del techo y la pared.
Laestructura del techo fuetambién de gran sencillez y esta variaba únicamente
si la distancia que había que salvar así lo requería. Con frecuencia esta estructura contenía una viga de cumbrera quesimplemente des cansaba a ambosextremos del aposento con las
vigas ocabríos del techo, apoyadas, también, de la viga de cumbrera a la solera de las pare des. Elcaballete se utilizó solo cuando la dis tancia que debía cubrir la viga de la cumbrera era superior a la capacidad estructural de esta y
vigas o cabríos
viga de cumbrera caballete
tirante
solera horcón
cuando el peso del techo, por su tamañío, ofre cía peligro de abrir las paredes hacia fuera.
Consistía el caballete en un tirante que amarraba los dos extremos de las vigue
tas o cabrios que se apoyaban en la viga de
cumbrera osustitutos de estos debajo de ellos. Este tirante era soportado a ambos extremos por prolongaciones de la pared de adobes hacia dentro de la casa a manera
Lamina S.
\NALI I| \
A DOBES
39
Corte transversal
de tejado tejas de barro caña brava
vigas o cabríos
Entabladura
de tejado
Corte
de cumbrera
Laniu 9.
40 =
ACA SA DI ADOBS COSTAR RICENI
de columnas o por horcones colocados allí con el mismo objetivo. La viga de Pumbrera se apoyaba sobre un elemento vertical o muñeco, que a su vez estaba apoyado sobre el tirante. (Véase lámina 8)
Los corredores casi siempre se techaban con prolongaciones del mismo techo de la vivienda con una ligera disminución en la pendiente. Aquí se repetía el mismo sistema estructural de una viga simplemente apoyada de la pared de la
vivienda, a una viga soportada por horcones en el borde del corredor. Para ob
tener un marco rígido en este sistema, colocaban piezas diagonales entre la viga vlos horcones
una altura superior a la de la estatura humana.
La entabladuradel techo era bastante sencilla también (véase lámina 9), la pen diente más comúnmente usada era de un 35 por ciento y el traslapo de las tejas, de 0,05 metros en la cabeza. Las tejas se colocaban sobre listones de tres cañas (caña brava) paralelosa la línea del alero y separados a 0,30 metros centro a cen
tro, que es la longitud efectiva de cada teja. Estos listones de caña brava, eran
clavados directamente sobre los cabríos o vigas del techo y, además, iban atados por medio de una pita de cabuya a una caña adicional paralela los cabríos y per pendicular a los listones, creando así una estructura más tupida. Las tejas iban
simplemente puestas sobre los listones, aveces con un pequeño clavo a manera de espuela para que no se deslizaran de su posición. El clavo iba en la parte su
perior de la teja, en un orificio perforado en esta al momento de su fabricación.
Las tejas que llevaban su concavidad hacia abajo (tapas), se traslapaban 4 y 5 centímetros sobre las de la hilada adyacente (canales), que estaban colocadas en forma inversa. Este tipo de teja no se acostumbraba usar con otros accesorios de barro, sino que las mismas tejas hacen de cumbreras, remates y esquineros.
Fachadas y volúmenes Por la honestidad y la sencillez en el uso los materiales, las fachadas de estas VIVIendas reflejaron una pureza y una belleza austera. No habia en ellas ningún 41
maquillaje superfluo que cambiara su apa riencia en alguna forma o en otra, cada una
mantenía el carácter propio e intrinseco que
su dueño le daba. Su apariencia reflejaba única y exclusivamente, la respuesta a una linteles
Lintel
marco de ventana
ventana de abrir
compuerta de ventana
marco de ventana
ventana de abrir Marco
rejas de ventana compueta de ventana
necesidad humana llevada a cabo con una
gran limitación de materiales y con mucha sencillez. Pocas son las variantes que estas viviendas podían ofrecer en cuanto a las fachadas se refiere. Estas se formaban so lo de lienzos de pared lisos agujereados puertas y ventanas de madera con marcos
de madera también. A las ventanas se les colocaban una doble puerta de reja de ma dera torneada que permitían la entrada de la
luz y de la ventilación sin poner en peligro la seguridad de sus moradores. Las puertas y las compuertas de las ventanas se fabrica
ban con tablas de 4 pulgada y de ½pulgada respectivamente, tapadas o sobrepuestas en forma alterna sobre bastidores de reglas un poco más gruesas. (Véase lámina 10)
El herraje era tambien simplísimo, pues se
componía únicamente de guijos y de aldabas de hierro hechas a mano. LOs marcos de las
Banquina
puertas y de las ventanas estaban claramente
expresados en las fachadas a través del ado be, lo mismo que las soleras en algun0s casOS
(semejante al "Aalf trimber" de los ingleses), A las tachadas que no estaban protegidas or corredores, se les colocaba una especie de
pretil sesgado (véanse l£minas 7 y1) que las 42 | A D E
DOElOIARR ICN
Lmina lI. Deatlle de fachada tipica.
43
protegía contra cl salpique de la lluvia. Estos pretiles se construían de adobes o
de piedras con argamasa. Los aleros de las viviendas urbanas se tornaban en uno de los poquísirnos de
aleros talles decorativos de estas casas, lo que ocurría únicamente cuando estos
contra el eran proyectados más de lo normal para protección contra la lluvia o sol en las fachadas que no contaban con corredores. Para obtener la prolonga ción de estos aleros sin ponerlos en peligro, se colocaban modillones incrusta dos en la pared a distancias modulares (coincidiendo con los cabríos del techo), los cuales -a su vez- soportaban otra solera que recibía la prolongación de los cabríos. Este modillón era, en algunas ocasiones, calado con fines estéticos. Las arandelas de los clavos eran usadas también en las puertas y ventanas Como motivos decorativos.
Por el límite estructural de los materiales empleados en estas construcciones, sus volúmenes permanecían sujetos a una escala uniforme de proporciones di
fíciles de variar, que le venía muy bien al entorno urbano de ese entonces y que
aún podemos observar en algunas ciudades americanas y europeas.
Utensilios La descripción de don Manuel de Jesús Jiménez sobre la casa de doña María Bolívar en Cartago, nos sigue ilustrando en la explicación de estas casas y de los
utensilios yaccesorios en ellas empleados. Acontinuación nosdice:
"..la salapor supuesto sncillisima, toscos escaños de madera por los lados: el estrado en una esquina para los trabajos de costura de la esposa y de las ni nas; en las paredes los rtratos de muchos santos pintados en metal; en la calle
una ventana definida por torneaudas gjas de maera yvelada, por la falta de cristales, con una tela transparente de algodon, que cvitaba las miradas in discretas de las ninas ytambien el soplo del frio del vendaval; hacia arriba, à
visible techinmbre de la casa, con sus piezas de cedro incorruptible (.) mucho
aire en los cuartos de dormir, nada de obres ni pinturas, ni alfombras ni lu
josos nidos de microbios; la cal yel viento repartiendo salud por todas partes. Alk se acomnodaban fornidas cujas de madera, lamadas unas de tabla y ott
deviento. Sobre los cuatro parales de las cujas asentaban bastidores para que
sirvieran a un tiempo mismo de juntura y armazín. El vestido o pabellón de las cujas era por lo común de género de ruán (tela de Rouen) adornado
con encajes yfarfalao, y constaba de tres piezas: cielo, cortinas y rodapie. El cielo cubria los bastidores defendiendo del lecho del sereno, malos vientos y sabandijas; las cortinas prendidas de los parales daban vuelta a la redonda para que nadie mirase al interior, salvo casos extraordinarios en los cuales,
recogidas en sendos ganchos de plata, ponían de manifiesto el interno ajuar de
lacuja, conviene a saber: estera de venas de plátano colchón de junto de Coris, petate de Masaya, cobo, colcha y almohada; y por último hacia abajo colgaba,
el rodapié, para ocultar, aún abiertas las cortinas, las costras del guacal ylos tufos ingratos del bacn (....) en la alcoba nada de espejos para evitar que se envaneciesen las doncellas prendadas de hermosura; por lo cual la imprudente joven que queria seguir las huellas de Nar ciso, tenia para ello que mirarse puesta de
bruces, en un lebrillo de aguas puras. E/ menaje del comedor guardaba perfecta si metría con todos los muebles de la casa; una
mesa de cedro, dos bancas ordinarias, un cajón con cerradura, una tabla de mantel,
uatroservilletas chocolateras, dos platos de
china, un jarro de lo mismo, doce escudillas de Tejar, seis jícaras de Matina, un salero de tres picos, una nancerina de plata y un cubiero parael cabeza de la casa, porque los demáscomensales, para bacer diariamenie,
Horno
Tilro de gua
por la vida acudiaa los índices ypulgars de sus nnanos o cuando nnás, a las cucharas
(..) La cocina convertida casi sicmpre en R45
un bumero, la construian aparte de la ca sa, amplia y ventosa, con un buen fogón de
tinamastes y horno grande para el amasijo (...) Ypor último, completaban los com
partimentos de todas las casas, el trascorral
para los animales yel solar parala huerta."
(1946: 34 y35)
Esimportante mencionar aquí, algunos de
los utensilios de mayor uso y de los cuales, aún, encontramos vestigios en algunas vi Pilón de café
Fogón
viendas de nuestro país. Entre ellos tene mos el famoso horno de asar pan, una bó
veda de adobes amalgamados de unos dos metros de diámetro, máximo, al cual, solo se le dejaba una entrada semicircular, para
Lámina 12b.
la entrada y salida de alumbre, primeroy de los asados, después. También tenemos el filtro de granito, hecho de una
piedra de granito de forma redonda hacia el fondo, por dentro y por fuera. Esta piedra porosa monolítica, era suspendida por un bastidor de cuatro patas que lo levantaba del suelo lo suficiente para colocarle debajo la tinaja que había de recibir el agua ya filtrada que pasare por su interior. Luego encontramos el pilón de café y el fogón, utensilios todavía más comunes que los anteriores y que son un
ejemplo más de la obra vernácula de nuestros antepasados. (Véanse
lámina 12a y b)
46
|ACA
A DADO BIS
C0TARRICLNSI
TERCERA PARTE
CRITERIOARQUITECTÔNICO ACTUAL
Ubicación Hasta aquí, se ha analizado la casa de adobes en forma objetiva, estudiando
su historia y su arquitectura sin someterla a ninguna clase de crítica. En esta
tercera parte, pretendo un análisis de la casa de adobes, pero esta vez, con un criterio de arquitecto contemporáneo, claro está, sin olvidar el contexto de la época a la que corresponde.
El propósito de este enjuiciamiento arquitectónico es señalar los aciertosylas
fallas más sobresalientes de este tipo de construcción. Como ruta para este
análisis, propongo seguir el mismo orden que se siguióen su análisisen la parte
anterior de este texto.
Ubicación La ubicación de la casa de adobes se consolidóde la misma forma en que se de Sarrolló todo el conjunto, de manera progresiva. Me refiero a que la colocación
de este tipo de vivienda, no se afrontó ni se resolvió durante un misno periodo. DS muy probable que lo que hoy podemos estudiar como ubicación típica de estas cAsas sea el resultado de varioséxitos y fracasos en ese aspecto, esparcidos enun
lapso de varios años. Cabe recordar aquí las dos hipótesis que se han planteado con respecto a la ubicación de la casa de adobes rural; aquella hipótesis que ad judica la ubicación de esta vivienda, de acuerdo con la dirección de los vientos y de acuerdo con la dirección del sol y la hipótesis que echa por el suclo cl tipo de ubicación más popular de la casa rural, la propuesta en que la casa está ubicada siempre en forma perpendicular a la carreteraocamino. De ser así, esto supon dría que todas las carreteras o caminos de nuestro país fueran de Este a Oeste.
Aquí toma más valor la segunda hipótesis, aportada por don Jorge León en su libro
Nueva geografia de Costa Rica, que mantiene la teoría de que ese tipo de ubicación per pendicular a la carreteraocamino se debe única y exclusivamente al carácter huraño
del costarricense. En mi opinión, esas dos hipótesis pueden tener mucha validez, pero no creo por ningún mnomento, que nu una,
ni la otra, sean las únicas responsables de la
ubicación de esas viviendas. Mantengo la hi pótesis, expresada al comienzo de esta par te, de que su ubicación se desarrolló en una
forma progresiva e individual, basada en la experiencia o juicio del constructor y de los
propietarios de la vivienda.
A miparecer, la casa de adobes rural oirece unaubicacion muv atractiva desde un pun to de vista estetico y ambienral. El hecho
de estar colocada en forma perpendicular ala via publica, formando un senmiclaus tro con la troja y la calle (véase linina )
origina la creación de un espacio o ante jardin muy atractivo v muy tuncional. pues además de su valor estético, constituve este
48
cNNcio una zonadonde se desarrollan múltiples funciones anexas a la vivien
da, tales como cl tendido de la ropa y el secado del café, además de ese jardín Is siembros frente al corredor, que encontramos en casi todas la viviendas
de este tipo. La colocación de la casa en esa forma soloexpone la vivienda baciael exterior de la propiedad, por uno de sus costados más angostos, ad
auiriendo asímucha intimidad y mucha seguridad en una forma muy suave y
poco ofensiva. El problema del sol, parece muy bien resuelto por mediode los corredores siempre frente al patio de ingreso y en algunos casos, en la parte posterior de la vivienda.
Por el contrario, la casa de adobes urbana, gozó de mucho menos libertad de ubicación; parece como si el entorno urbano controlara por completo la inicia
tiva propia e individual de este tipo de viviendas, edificada hasta la línea de
propiedad exterior bordeando el terreno por completo, excluye en su totalidad cualquier otra posibilidad de ubicación que le permitiese algún antejardín o
algún elemento que rompiera la monotonía de su longitud.Sobra decir aquíque suarmonía urbana es extrema, pero de poca imaginación.
El antejardín trasero de las casas esquineras era uno de los pocos elementos que
pudo haber contribuido a suavizar esta dureza de sus líneas; sin embargo, fue
encerrado por tapias altas hasta el límite de la propiedad, robusteciendo una vez
mâs, su extrema y monótona armonía con la ciudad.
Distribución interior La distribución de este tipo de viviendas, como su ubicación, no se genero de
un día para otro, sino que se desarrolló como consecuencia de su funcion hasta
obtener el ordenamiento que hoy conocemos como distribución de la casa de ado bes. Es muy probable que en un principio estas viviendas se compusieron de una
habitación únicamente ala que luego se le fueron agregando otras mas, según las
hecesidades de sus dueños. O bien, esta evolución progresiva se puede haber ma hhestado en nuevas construcciones posteriores a aquellas de un solo aposento.
49
Como norma, en estas construcciones, la distribución interior se convirtió en
un patrónque se repitió muchas veces en la mayoría de las viviendas de adobes que se construyeron en Costa Rica. No obstante, a pesar de tal repetición, estas viviendas nunca adquirieron la monotonía de la vivienda fabricada en serie que
vemos actualmente. Este es uno de los aspectos que nos demuestran que había
algo más profundo ypersonal en su arquitectura yque podría ser, en gran par
te, debido a lafalta de materiales ycomponentes arquitectónicos equiparados,
o a la falta de arquitectos que hicieran sentir su influjo personal en repetidas
construcciones de esa época.
Es muy probable que la evolución progresiva de la distribución interior en estas
viviendas, sea el factor que más haya contribuido a los trastornos de mayor ob
jeción, como lo es la circulación interna por medio de sus habitaciones. Si bien es cierto que los corredores ofrecían la solución ideal para la independencia de las habitaciones, mediante circulación tangencial exterior, esto nunca eliminó la comunicación interna entre ellas,por razones climáticas; atendiendo posible mente a las molestias que presentaban estas galerías cubiertaspero sin paredes,
durante las tardes lluviosas o en las madrugadas frías. Es evidente que fue la escasez de sistemas sanitarios eficientes, lo que obligó a ubicar los servicios higiénicosy los baños a posiciones tan incómodas en rela ción con los dormitorios y al resto de la casa en general.
En términos generales, la casa urbana tenía un potencial interno muy valioso para crear un ambiente agradable sus moradores. Me refiero al patio central,
originado, cuando menos, por las dos alas que forma la "L' dela casa urbana más sencilla. Este patio, como aún lo podemos ver en algunas de las viviendas
de este tipo que existen, constituye un elemento de un gran valor ambiental, muy difícil de sustituir económicamente en nuestra arquitectura actual.
La casa de adobes rural, con una simpleza tan rudimentaria en su distribución. se traslada a otro plano de crítica arquitectónica. En ella el corredor exterior asume las mismas funciones que el corredor interior de la casaurbana; además de fungir como vestíbulo o z0na neutra que permite el acceso a cualquier de 50
DADOBISO IAR RICN
las treS ZONas más importantes de la vivienda; la sala si la había, los dormítorios
la cocina. La cocina en esta vivienda, es de gran importancia pues se compara el cuarto de familia o centro de actividades de nuestra arquitectura actual. Allí se cocina, se come y se vive, representando este aposento, el corazón de la casa de adobes rural.
Eo mi opinión, la sala sobra en la casa rural, pues las actividades sociales
del tipode familia que las habitaban, se desarrollaba, por lo general, en la
cocina o el corredor.
Materiales yprocedimientos de construcción De acuerdo con la segunda parte de este trabajo, los materiales ylas herramien
tas disponibles para la construcción de estas viviendas durante la mayor parte
del tiempo que durósu edificación en nuestro territorio, fueron escasos. Esto,
lógico, limitó también los procedimientos y los sistemas de construc ción empleados. Sin embargo, la escasez de materiales y de herramientas es con
COmo es
seguridad, uno de los catalizadores más beneficiosos en este tipo de arquitectu
ra, pues fue lo que indujo a sus constructores a soluciones más simples y directas
alos problemas con que toparon. Esta limitación en materiales y herramientas los obligó a sacar el máximoprovecho de ellos, lo cual dio como resultado una arquitectura diáfana y sencilla sin convencionalismos ni influencias foráneas.
Lospoquisimos detalles decorativos de estas viviendas se deben,casualmen
te, a los materiales y a los procedimientos de construcción empleados. Me
refiero, aaquellos detalles estrictamente funcionales, como la entabladura del
techo, que en la mayoría de los casos tratamos de ocultar en nuestra arquitec
ura contemporánea y que en la casa de adobes, se constituía en un elemento
decorativo de gran valor, al demostrar a la vista su función. LO mismo es evidente en las columnas de madera, los marcos de las puertas o de cualquier empate donde dos materiales igualeso distintos se enlazaban para efectuar un unión funcional y necesaria.
51
La pureza es uno de los grandes valores evidenciados en cste tipo d tectura. Una arquitectura funcional, pura y diátana que utilizó los
materia-
les disponibles a la mano, sin maquillajes ni clementos decorativos . fluos. Arquitectura que se valió de las características de estOS, Com0 único medio de decoración. Si bien es cierto, en estas viviendas existían incomodidades, también lo es, que en ellas se aplicaba todo el sentido común de una arquitectura más funcions
Incluso, que la propia arquitectura neoclásica, que ya para esa época, se levan-
taba en Europa y en América del Norte.
Aunque el uso más intenso de cerchas, en este tipo de construcciones, hubiera
permitido una flexibilidad bastante deseable para sus distribuciones interiores
elresultado hubiera sido desastroso en cuanto a la armonía general de su aroui tectura. A pesar de que otros sistemas estructurales limitados a los materiales
disponibles hubieran resuelto con mayor eficacia los mismos problemas, el te sultado final de su arquitectura no tolera alteraciones en este sentido.
Fachadas y volúmenes Es difícil referirse a las fachadas a y los vo lúmenes de la casa de adobes sin imaginar se de inmediato la armonía que esta ofrece con su entorno. La urbana porque se en
cuentra doblegada ante la rigidez del trazo de la ciudad y la rural por su armonia Con
el paisaje. Aspectos que hacen muy tene
la línea divisoria entre ambos elementos. Si consideramos que estos dos tipos de cons trucciones eran elaborados con los mismos materiales y sistemas de construcción, s
Sn Rajael Arriba de IDestDgett d
52
I
lo nos queda atribuirle su plasticidad
biental a la pureza de su arquitectura.
Es
decir, en ellas había algo más que un simple ensamblaje de materiales, había arquitectura. Reindudable que la casa de adobes urbana ofrece una monotonía notoria que
contribuye a su integración con la ciudad. Solo queda por definir si esto es atribuible a su
arquitectura o si más bien, se debe a un excesivo dominio en
el patrón urbano de las ciudades; hipótesis más lógica, no porque las leyes urbanas de esa época así lo dictaran, sino como consecuencia socioeconómica
de la Colonia. Es de imaginarse que durante esa época de inseguridad per sonal y de estrechés económica existiera entre los habitantes de los pueblos, espíritu de conformidad y de cooperación hacia la comunidad y qu por lotanto, no hubiera entre ellos deseo, ni tiempo, para individualismos en el aspecto de sus casas.
La casa rural por su parte, ofrece todo lo contrario a la casa urbana. De acuerdo con la misma hipótesis anterior, en ella se ve la reacción a un ambiente socioeco
nómico más estable e individualista, provocado por el aislamiento del pequeño terrateniente costarricense; vemos una armonía y una integración completa Con
su entorno: donde ni el uno, ni el otro, domina. Esto da como resultado, una
armonía bastante perfecta, parecida a aquella lograda por Frank Lloyd Wright
en Taliasin West en Arizona.
Los muros de piedra, las plantas parásitas sobre las tejas, las plantas colgantes ylas enredaderas, se encargaban de borrar por completo la línea divisoria entre la construcción y el terreno, provocando con esto, una variedad sorprendente
y un individualismo notable entre estas viviendas similares; a pesar del común
denominador de materiales y de sistemas constructivos.
Otros factores influyentes en el balance de las fachadas y volúmenes de estas construcciones, tanto la rural como la urbana, lo constituye el hecho de que el noventa y cinco por ciento de estas viviendas eran de un solo piso y el efecto modular oculto que ofrecía el tamaño de las piezas de madera, que proporcio naba las dimensiones de sus
aposentos.
53
Conchusión Al concluir este trabajo, quicero subrayar el hecho de que la casa de adobes se
desarrolló
la Meseta Central y cn nuestro país, básicamente en
Guanacaste,
española por haberse consolidado allí con mayor énfasis, la influencia a las favorables condiciones climatológicas y políticas. Justamente, por la7es
climatológicas, más que nada, la influencia española directa, resultó ausente ausente en la zona Atlántica, impidiendo de esa manera, el desarrollo de la casa de adk. en esa región.
Esevidente que la casa de adobes fue la respuesta más directa alas necesidade: de los moradores de la época yque este tipo de vivienda ha sido el que más s¹ ha identificado con nuestro ambiente socioeconómico, representando así la pri mera vivienda autóctona de nuestro país.
Lógicamente, este trabajo no es estrictamente arquitectónico, las condicionan tes históricas, económicas y sociales son tan importantes comno su arquitectura. Tampoco se ha tratado de hacer aquí una exaltación idealista de una arquitec
tura del pasado; esto es más un recordatorio de que en arquitectura aveces en las peores condiciones, se obtienen mejores resultados. Ha sido mi deseo expo ner y enjuiciar en todo su contexto la creación de la casa de adobes ylo notable de la solución lograda.
Epílogo Esta obra no es estrictamente técnica, puesto que Arquitectura son muchos el mentos a la vez y es imposible substraersedel contextohistórico y sOcioeconur en su desarrollo. Tampoco se trata de una exaltación idealista de nuestra arquite tura vernácula, atodas luces incOmparable con arquitectura contenyv nea. Se ha tratado, enesta tereera versiol, de nuestrael exponer procedimicntee 544
I
elddesarrollo de una solución arquitectónica ejemplar dentro de su contexto, el deiamuchas enseñanzas en toda índole. Se impone entonces, una síntesis de este proceso y un breve análisis comparativo de la obra arquitectónica que desa rrollamos en la Costa Rica de hoy ysu contexto.
Tl vcomo se indicó en el Prólogo, la casa de adobes costarricense fue el pro ducto de una necesidad yes muy lógico pensar que no hubo un procedimiento
preconcebido en su desarrollo. Sin embargo, es fácil sintetizar este proceso a
través del producto que hemos analizado. Desde un puntode vista elemental, podríamos decir que el problema inicial fue
el de encontrar una solución de cobijo para los habitantes de nuestro país en esa
época. Luego se impuso un análisis de todo el contexto. Clima, disponibilidad
de materiales ymano de obra, además del contexto socioeconómicode la época. Esta etapa la podríamos resumir como la etapa de investigación. Después de este proceso, se debe haber sufrido una etapa inconsciente de análisis y de síntesis priorizada de la etapa anterior, para dar la solución que hoy conocemos. Ruta elenmentalmente ló
gica en la solución de cualquier problema, la cual proporcionó una solución en ese momento.
Para poder hacer un análisis comparativo de la Arquitectura que hoy se produce en nues tro país, es fundamental ubicarse primero
dentro delcontexto nacional. Sin pretender tener los conocimientos específicos del ca so, la ausencia de planificación integral en Costa Rica es evidente. La poca planifica Cion que existe no es integraly no paree funcionar adecuadamente; cl deticit fiscal Cs indice patente de la crisis econónmica. En
CiON entre oferta y educación, la desproporon iUAL
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demanda nacional con más de treinta universidades privadas, adernás da 1 estatales, denota más que ausencia de planificación, inconciencia nacional mencionar la casi total ausencia de institutos tecnológicos. La
infraestaeropuert roculee uctuoras,
del país es lastimosa, la ciudad de San José, la red portuaria, los
la red vial y la basura son solo síntomas evidentes del enorme déficit este sector.
Debe ser muy frustrante para los gobernantes legar al gobierno por cuatro años a apagar incendios y no poder resolver estos problemas en un periodo tan corto,
por la falta de planificación integral en los gobiernos anteriores yasí sucesiva mente, lo cual parece indicar que noexiste conciencia de planificación acorto, amediano ya largo plazo, o no hay conciencia de planificación integral en el
gremio político. Aunque en el nivel electoral los Programas de Gobierno siem
pre dan propuestas económicas, sociales y fisicas, posiblemente estas estrategias
se conciben de manera aislada yconforman con la labor depositaria del Minis
teriode PIanificación Económica, al que las dependencias gubernamentales le cumplen con los requisitos anuales para, luego ir directamente a su archivo y
de allí no
pasan. Es lógico que los nuevos gobiernos se aboquen a resolver primero los problemas
económicos, luego los problemas sociales ysi el presupuesto lo permite, los pro
blemas de infraestructura, para la cual nunca alcanza el dinero. Puede ser que
los políticos noestén al tanto de que la planificación integral consiste en una
técnica logistica de ordenamiento para la cual existen profesionales especiali zados que no son necesariamente políticos y tampoco tienen por qué ser ellos expertos en esta materia también.
Lacarretera de circunvalación es uno de los mejores ejemplos del fenómeno
anterior, que únicamente afecta la colapsada red vial del país, parte del enormte
déficit de infraestructura nacional.
Esto, en relación con la planificación fisica. Si el mismo error de omison
sucede en el sector económico y en el sector social, quiere decir que no henos
aprendido nada de lógica en los procedimientos de solución de problemas,
como sí se hizo en algo tan elemental como la casa de adobes costarricense.
Enotras palabras, estamosdando palosde ciego en el manejo del país. D el raz0namiento anterior debemos ubicarnos dentro del contexto interna
cionalpara poder reterirnos a nuestra arquitectura contemporánea. Yase men
cionóal inicio de este libro el hecho de que, desde el rompimiento arquitectó nico con el Neoclasicismo, no ha sucedido nada verdaderamente trascendental
en esta materia, apesar de los grandes esfuerzos de muchos arquitectos, los que
en algunos casos han llegado a trascender de la Arquitectura a la Escultura, a la repetición maquillada de las mismas soluciones o de lo sublimea lo ridículo.
Arquitectura contemporánea en Costa Rica Empleo el concepto de Arquitectura contemporánea para no caer en el uso de
los "ismnos" que mencionéanteriormente y que creo que no tienen ninguna im
portancia, en vista de que, después de la Escuela de Chicago,afinales del siglo
XIX ydel Bau Haus en Alemania, en la década de los veinte cuya síntesis ha
sido descrita como: "la forma sigue la función", nada verdaderamente importante ha sucedido en la Arquitectura, excepto los avances tecnológicos. Creo que la
Arquitectura contemporánea, entiéndase esta como la Arquitectura posterior al Neoclasicismo, se hizo presente en Costa Rica en la década de los treinta
del siglo XX, por medio de los ingenieros civiles en su gran mayoría, quienes fungieron así como los únicos profesionales de la construcción en esa época.
Los poquisimos arquitectos que tenía el país, habían sido educados en Europa o
en Estados Unidos dentro de la academia neoclásica, incluyendo a don Teodo rico Quirós. Menciono a don Quico, como cariñosamente se le llamó, porque
fue uno de los pocos arquitectos costarricenses de esa época que, educados en la
escuela neoclásica, dio los primeros pasos de Arquitectura contemporánea con cierta timidez, para luego dedicarse a la pintura figurativa con gran éxito.
También hubo arquitectos autodidactas, pero con algunas excepciones, estos mantuvieron los lineamientos del neoclasicismo en nuestro país. 57
Los ingenieros civiles de entonces, sin la obligación profesional que impone
el estudio formal de Arquitectura dentro de cualquiera de las dos tendencias suelta a estas influencias en muchas de importantes de la época, dieron rienda entre l0s anos treinta y cuarens,
las edificaciones que se desarrollaron aqui
Algunos hasta incursionaron en edificaciones de Arquitectura Neocolonial, de
muy fácil reproducción. Elfinal de la Segunda Guerra Mundial permitió que unos pocos arquitectos costarricenses se graduaran en otros países como México, Estados Unidoc. Brasil, en ese orden; pues en Costa Rica no existían Escuelas de Arquitectur
Cabe mencionar aquí la presencia en Costa Rica, en esa época, del arquitecto alemán Paul Ehrenberg quien con gran protesionalismo y recato, realizó algu nas de las primeras obras arquitectónicas contemporáneas dentro de los line: mientos del Bau Haus esta vez, bajo su dirección como Arquitecto y no como Ingeniero Civil, como había sido la costumbre hasta entonces.
Fue en los años cincuentas cuando se comenzó a sentir esa influencia de Ar quitectura contemporánea matizada por la proveniencia académica de los ar
quitectos que la ejercían; obviamente no lo era y todavía no lo es, arquitectura estrictamente costarricense. Sobre este tema comentaremos más adelante.
Fue entonces cuando se perdió la cordura. Paredes de diferentes colores en
cada habitación, paredes Iloronas en la sala, jardineras entre sala y comedor enchapadas en piedra laja, espejos de agua dentro de las áreas sociales donde
ocurriómás de un inesperado chapuzón. Más importante aún, los techos no
se debían ver, lo cual obligó a pendientes mínimas con grandes precintas y sUS
consecuentes goteras. Los corredores desaparecieron al igual que los aleros y los patiosinteriores. O sea, se impuso arquitectura foránea y se ignoro nuestra
climatología; pero lo peor aún no había llegado.
No recuerdo de qué país provino la influencia ni a quién se le ocurrióaplicarla
aquí, pero esta consistióen desfazar los techos a nivel de la cumbrera, osta. crear una grada entre las dos pendientes de un techo de dos aguas. Esta mota
tenía la ventaja de que no había que esconder los techos y estos podian tener
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LACASA
DI ADOBES C)STARRICENSI
is de aleros, las pendientes adecuadas. Hasta volvieron los corredores y aparecieron las. cocheras al costado oal frente de las casas, para lucir el desfase
Ae los techos. De modo que para sostener el extremo más bajo del techo de los
corredores y las cocheras, se colocó una columna de tubo de hierro galvanizado forma de V. Esta moda provocó una histeria colectiva especialmente con nuestros campesinos, quienes de manera alarmante comenzaron a derribar sus casas de adobes para sustituirlas por "LaCasa Pachuca', como se le llamó desde entonces. Loscolores también fueron de moda, preferiblemente el color papaya overde con ribetes blancos y se edificaron tanto en madera como en bloques de cemento o ladrillos de barro, con techos de hierro galvanizado y cerchas de madera. Creo que este fue uno de los principales detonantes que me motivóa
en
escribir en los años sesentas la casa de adobes costarricense.
Afortunadamente, esta moda pasó, pero se siguióimportando la influencia extranjera por medio de los arquitectosque nos graduábamos en el exterior, lo cual es lógico, siempre y cuando se haga con la debida conciencia y con las adaptaciones que nuestro contexto demanda. Hablar de arquitectura costa
rricense, todavía sería presuntuoso, a no ser que nos refiramos con reservas a nuestra casa de adobes.
Si bien es cierto que los sucesos
socioeconómicos provocados por los cambios
políticos, como la Segunda República después de 1948, tuvieron su influencia en el desarrollo de la Arquitectura en Costa Rica, es posible que esta influencia provenga másde la cantidad que de la calidad de la Arquitectura. De hecho,en el resto de los países centroamericanos incluyendo Panamá, el fenómeno es pa recido a pesar de que el contexto político fue y es bastante diferente al nuestro. Tal vez, el fenómeno de mayor trascendencia en el desarrollo de la arquitectura
en esa época se le debe ala creación de la Escuela de Arquitectura de la Univer
sidad de Costa Rica. Creación qåe se le atribuye a la Asociación Costarricense de Arquitectos, de la cual yo formaba parte y no la recuerdo como una acción COn apoyo unánime de esta asOciación.
(RIIRTO ARU|LINICO ACTUAL
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arquitcctura en Costa Rica La ensehanzade la
planificadores académicos, nos cuesta much. somos que arquitectos, los Para entender por qué se hizo de tres carriles la carretera de Alajuela a San Ramón, razoneS presupuesta en los años sesentas del siglo pasado. Lomás lógico, por
carriles. Esto rias, hubiera sido hacerla de dos carriles prevista para cuatro o seis sin mencionar los puentes. Por esta, conciencia planificadora, se, nos hizo difícil entender a algunos arqui tectos, la creación de una Escuela de Arquitectura a inicios de los años sesen Para entonces. se tas, cuando el país apenas superaba el millón de habitantes. hablaba de un país en desarrollo, y gue.a.a nuestros días, aún no hemos alcanzado
Independientemente del respeto y el cariño que le debemos a nuestra profesión, el país y el bien común siempre deberían prevalecer. Además, las proyecciones de
oferta y.demanda para arquitectos en el pais en esa, ép0ca y ahora, no han sido positivas. Esto Onevauna, conlleya una, gravisim responsabilidad con aquellas personas aue Con gran mística y estuerzo, èscogen esta profesión para vivir .de ella, sin tener la garantía, una vez que estén graduados, de ocupar un beneficioso puesto de tra bajo o un un estimulante ejercicio liberal de su profesion. Se impone la necesidad de
buscar diferentes öpciones anuestro potencial académico para, para, de de esta est mànera, contrarestar cualitativamente la sobreoferta de arquitectos en el país.
Lo anterior no es más que otro ejemplo de ausencia de planificación nacional,
solo que esta vez losiresporisables no fueron políticos: Paradójicamente, fueron
arquitectos aquienesiles corre_poDde ser buenos planificadores, yel "slogan'para justificar esta paradoja, fué el de 'preparariarquitectos .con proyeción social : lo
davía estamo_ esperando este impaçto en nuestras clases marginales.
Tampoco he logrado entender la proliferación actual de Escuelas de Arquite
tura en'el país; engranaje del cualformo parte, pues imparto lecciones en un2 de ellas desde hace muchos años y la única respuesta a esta intèrrogante no ti sido la proyección social, sino la proyección económica. Debe ser un excelente negocio, pues solo asi se explica su proliferación. Se anuncia de la mìsma nta nera como se anuncian `clases de arreglos florales o "decoración interior cone
eiel diseño fuera fragmentable. Solo nos falta ver anuncios de "cirugía cstética sin Medicina como prerrequisito".
Arquitectura costarricensc En el párrato de Arquitectura contémporánea en Costa Rica se mencionó el
impacto que produjo en la arquitectura mundial la Escuela de Chicago, como
se le conoce al movimiento arquitectónico iniciado en esa ciudad por el arqui
tecto Louis Sullivan, su alumno Frank Lloyd Wright yötros árquitecto[ a fina
les del siglo XIX. Impacto que remata en Alemania con el establecimiento del Bau Haus en la década de los años veinte del siglo XX. Este último movimiento arquitectónico establece el rompimiento total yyabsoluto con el Neoclasicismo ycon
todo el acervo clásico utilizado hasta la fecha, consolidando la filosofia
arquitectónica de Wright de que "la forma sigue ala función". Todo lo contrario al sistema tradicional donde la función que desempeñaban las edificaciones eraforzada a operar dentro de edificios clásicos, como el caso típico de bancos dentro de templos griegos o romanos.
Apesar de múltiples intentos, poses e "ismos" después de este rompimiento tan radical, no ha sucedido nada de esa magnitud tan importante en la arquitectura
mundial, excepto los avances tecnológicos ylos rescates de herencias precolom
binas en América que han impregnado poquísimas arquitecturas locales con un sutil matiz geográfico, pero sin poder salirse nunca de los esquemas estable
cidos por el movimiento Bau Haus. De manera que es muy dificil o imposible referirse a una Arquitectura propia y sin influencias en pleno siglo XXI. Es como si la Arquitecturase hubiera universalizado; referirse a una arquitectura propia sería tan presuntuoso como hablar de leyes físicas o matemáticas pro
pias. Elbien común universal demanda compartir losconocimientos de todas las disciplinas para el bienestar de la humanidad y, en ese proceso lógico no caben los caprichos personales, ni loserrores. Razonamiento que impone una
cnorme responsabilidad a los que ejercemos las diversas profesiones para con la humanidad y con el universo. Bajo este criterio, el ejercicio imprescindible de 61
la arquitectura se convierte en el resultado del desarrollo de un proceso lógico, Casi como resolver un problema matemático, que admite creatividad, pero que no admite arrebatos personales. Las leyes físicas que rigieron a las civilizaciones antiguas son exactamente las
mismas que nos rigen hoy; sin embargo, es fácil distinguir el carácter de sus arquitecturas, sus procesos y sus resultados. De manera, que si no podemos
cambiar las leyes fisicas, ni la geografia, tampoco podemos cambiar lo básico
y lo elemental de la Arquitectura, aunque sí podemos adaptarnos al medio y
aventajarnos de los avances tecnológicos, mediante un proceso lógico ysensato,
Sin egolatría y con creatividad, si se dispone del talento para ello.
De manera que, hablar de Arquitectura costarricense es muy difícil, pero sí
se puede hablar hoy de una arquitectura costarricanse sensata ybien aplicada, como lo fue la casa de adobes costarricense en su época.
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AA DI ADOBI
COSTARRICtNI
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ACERCADEL AUTOR
Manuel Elías Gutiérrez Rojas nació en San José, el 5 de noviembre de 1937. Rea
lizóestudios en el colegio Seminario yse graduó como Arquitecto en University of
Southern California, en 1961, con la Medalla del Gran Concejo Alpha Rho Chi.
Se incorporóal Colegio de Ingenieros yArquitectos de Costa Rica en 1967,con
La Casade Adobes Costarricense como tesis de incorporación, texto que publicó la Editorial de la Universidad de Costa Rica, en 1972, en su primera edición. Su labor docente inicia en 1962, en la Universidad de Costa Rica, posterior mente en el Instituto Nacional de Aprendizaje (1968) y el Instituto Tecnológi
co de Costa Rica (1979). Catedrático de la Universidad Autónoma de Centro
América, donde imparte lecciones desde 1979 y, actualmente, es Decano yel Director de la carrera de Arquitectura.
Su profundo carácter crítico, analítico y de compromiso lo ha impulsado a ocupar diversos puestos, entre ellos Presidente de la Federación Centroamericana de Ar quitectos, Vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Costa Rica y Presidente Ejecutivodel Instituto Costarricense de Turismo. Esescritor de diversos ensayos sobre la realidad nacional en periódicos y revistas de circulación nacional.
Su labor profesional se ha desarrollado en una prolífera cantidad de proyectos
en el área educativa, social, turística, comercial, industrial, religiosa y residen cial, realizados en Estados Unidos, Costa Ricay Nicaragua.