392 32 20MB
Spanish Pages [529] Year 2019
L
a
A
rquitectura
de
la
ANTIGUA GUATEMALA 1543-1773
V erle L. A nnis
La CIUDAD de
SANTIAGO
de los CABALLEROS de GUATEMALA
ANTIGUA GUATEMALA 1543 - 1TT3
ar
*
La Arquitectura de la The Architecture of
ANTIGUA GUATEMALA 1543-1773
Bilingual Edition Edición bilingüe
Antigua and the Valley of Panchoy from Manchen H¡11 Antigua y el Valle de Panchoy desde el Cerro del Manchén
La
A r q u i t e c t u r a de l a
ANTIGUA GUATEMALA 1543 1773 •
por V erle L. A nnis
U niversidad
de
S an C arlos
de
ED ITO R IAL UN IVER SITARIA
1968
G
uatemala
Copyright © 1968 by Verle L. Annis All rights reserved. Except for brief quotations for the purpose of reviews, no part of this publícation may be reproduced without written permission of the author.
Reservados sin excepción todos los derechos. Esta obra es propiedad exclusiva del autor. Prohibido citar, repro ducir o copiar cualquiera parte de esta obra, excepto para comentario y reseña bibliográficas, sin el permiso expreso del autor.
Entirely manufactured in the United States of America Library of Congress Catalog Card Number 68-9846
TO M Y WIFE A MI ESPOSA
INTRODUCCION En el otoño de 1935, en un viaje de reconocimiento al sudoeste de los Estados Unidos, pasamos varios meses en Santa Fe. Nuevo México. Con el humanista erudito y bien conocido arqueólogo, el finado Dr. Edgar Lee Hewett, en aquella época director del Museo de Nuevo México, discutimos la importancia de investigar no sólo el pasado precolombiano de América, sino también la cultura de los siglos hispánicos en las mismas regiones. El recomendó a Verle L. Annis. joven cate drático de Arquitectura en la Universidad de California del Sur, en Los Angeles, por su interés en la misma materia y sugirió que le viéramos. El Sr. Annis había participado en 1934 y 1935 como vicc director con el Dr. Hewett en reconocimientos de sitios importantes cu Guate mala y en el Perú, los cuales incluyeron la época arqueológica y la colonial, y había de continuar este estudio en México al año siguiente. Ya había iniciado su trabajo de investigación sobre la materia de este libro, y nos sorprendió la cantidad de datos y fotografías que ya tenía en su archivo. Aunque, a causa de su proximidad a los Estados Unidos, se han pro ducido muchos libros sobre México en todos sus varios períodos, cuando se trata de Guatemala, sólo los grandes tesoros arqueológicos han reci bido la atención que merecen. Se ha notado poco el pintoresco barroco que resultó de la fusión de inlluencias europeas con los talentos del indígena. Sin embargo, lo mismo que las grandes ciudades antiguas de Guatemala — Kaminaljuyú, Uaxactún, Piedras Negras, Quiriguá, Tikal — suena cada una su propio instrumento en la orquesta de la América prccolombiana, la Antigua Guatemala también tiene su melodía individual. Su importancia sin igual, sea para el turista o el estudioso, resulta del hecho que cuando el devastador terremoto de 1773 causó el traslado de la capital por los funcionarios coloniales a la Nueva Guate mala, los edificios arruinados de la Antigua quedaron descuidados y sin reparación, y así representan el aspecto de una capital colonial en la segunda mitad del siglo XVIII. Sólo Cuzco en el Perú era comparable, mostrando hasta recientemente la apariencia de una ciudad colonial del siglo XVII. Pero la capital andina sufrió gran daño en el terremoto de 1950, y la restauración evoca, en algunos lugares, la visión de una ciudad española más que de una hispanoamericana. En la preparación de este libro, Verle Annis ha pasado mucho tiempo trabajando en los archivos de Guatemala y de España. Sus temporadas en Guatemala no eran cortos viajes de verano sino largas estancias — a veces por un año entero, cuando pudo ausentarse de sus deberes aca
démicos. Sus estudios in situ datan desde 1934 y suman unos sesenta meses en totalidad. Desde 1957, cuando se hizo dueño de una casa en la Antigua, pasa una parte de cada año allí. El mismo dibujó los planos acotados, notando cambios y reconstrucciones durante su estudio per sonal de los edificios. Hizo más de seis mil fotografías en blanco y negro y varios miles en colores. Esta clase de intimidad con la materia es lo que da a este libro su calidad sobresaliente — es una obra original que sólo la larga observación y los muchos años de familiaridad podrían producir. La idea de hacer de la Antigua Monumento Nacional fue suya, y él hizo mucho del trabajo necesario para realizarlo. Las sugestiones hechas por el Profesor Annis fueron incorporadas en la ley para la preserva ción, decretada en 1944. El Dr. Wilson Popenoe, botánico famoso, cuya casa en la Antigua es renombrada, sabía del interés del finado embajador Boaz Long en la cultura de los países donde representaba a su patria y le había informado sobre el trabajo del Sr. Annis. Luego, el embajador Long, interesado desde hacía tiempo en la Antigua y enterado de la urgencia de preservarla, había actuado como intermediario con el gobierno de Guatemala. El autor no se ha extendido en párrafos pomposos de descripciones, cuando una fotografía excelente o un plano acotado exacto dice mucho más que un mundo de anotaciones al pie de la página. Aquí, con entu siasmo y la autoridad que viene de la investigación intensiva, habla un experto, quien por viajes extensos en Europa e Hispanoamérica, ha desarrollado una habilidad de ver lo sobresaliente y la mejor manera de presentarlo. No se ha dado énfasis indebido a un monumento u otro. Vemos las mansiones, los colegios, la universidad, las moradas, así como los establecimientos religiosos, y muchos detalles que presentan la ciudad colonial completa en sus tres dimensiones. El autor, ahora catedrático emérito de la Universidad de California del Sur, ha recibido varios honores por su trabajo abnegado. Pero el honor que más ilumina su obra es el libro mismo, al que el generoso apoyo de la Universidad de San Carlos y el gobierno de Guatemala, en la edición bilingüe, otorga su aprobación oficial. Aquí, pues, está una documentación positiva, escrita con claridad por un sabio que es el primer investigador y a la vez la máxima autoridad en todo lo que se refiere a ese singular museo al aire libre: la Antigua, Guatemala. Pál Kelemen Norfolk, Connecticut (autor de Medieval American Art, Diciembre de 1967 Baroque and Rococo in Latin A merica)
FOREWORD In the autumn of 1935, on a survey trip to our Southwest, we spent several months in Santa Fe, New México. W ith the erudite humanist and widely known archaeologist, the late Edgar Lee Hewett, at that time director of the Museum of New México, we discussed the importance of investigating not only the pre-Columbian past of the Americas, but also the culture of the Hispanic centurics on the same ground. He recommended Verle L. Annis. a young professor of architecture at the University of Southern California, Los Angeles, as onc who was interested in the same ficld, and suggested that we see him. Annis had takcn part in 1934 and 1935 as assistant director to Dr. Hewett in surveys of important sites in Guatemala and Perú, covering both the archaeological and the colonial epochs. and he was to continué this work in Mcxico the following year. He had already started his research on the subject of the present book and surprised us with the amount of data and photographs which were even then in his archive. Although, bccause of its proximity to the United States, many books have been produced about Mexico's various periods, about Guatemala due share has been given only to the great archaeological treasures. The picturesque Baroque which grew out of the blending of European influences and indigenous talent was little noticcd. However, just as the great pre-Columbian cities of Guatemala — Kaminaljuyú, Uaxactún, Piedras Negras, Quiriguá, Tikal — each sounds its own instrument in the orchestra of ancient America, Guatemala’s Antigua also has its in dividual melody. Its unique importance. whether for sightseer or for scholar, lies in the fact that, when the devastating earthquake of 1773 caused the colonial authorities to reinove their capital to what is now known as Guatemala City, the ruined buildings of Antigua were left uncared for and unrepaired and thus represent the aspect of a colonial capital in the second half of the eigliteenth century. Only Cuzco in Perú was comparable, showing until recently how a seventeenth century colonial city looked. But the Andean capital suffered great damage in the temblor of 1950, and the restoration evokes, in placcs, the visión of a Spanish rather than a Latin American city. In preparing this book, Annis has worked for months in the archives in Guatemala and in Spain. His visits to Guatemala were not fleeting summer jaunts but long stays — for as much as a year at a time when he could free himself from acadcmic duties. His studies in situ date from 1934 and amount to some sixty months altogether. Since 1957, as the owner of a home in Antigua, he spends part of every year there. He executed the measured drawings himself, noting changes and recon-
struction from personal study of the buildings, and took some 6000 photographs in black and white ?nd several thousand in color. This is the kind of intimacy with the subject which gives this book its outstanding quality — it is an original work that only long observation and many years of acquaintance could bring forth. The idea originated with him, and much of the work was done by him, to have Antigua declared a National Monument; and in the wording of the law, decreed in 1944, he had a large part. Dr. Wilson Popenoe, noted plant biologist, whose house in Antigua is famous, knew of the late Ambassador Boaz Long’s interest in the culture of the countries where he represented this nation and had apprised him of Verle Annis’ work. Then Ambassador Long, already much interested in Antigua and aware of the urgency of its preservation, had acted as intermediary with the Guatemalan government. The author has not wasted pompous paragraphs on description where an excellent photograph or precise drawing tells much more than a pile of footnotes. Here, with enthusiasm and the authority of intensive research, an expert speaks who, through travels in Europe and Latin America, has developed an eye for the salient and how it should be presented. No undue emphasis is given to one or another monument. We see the mansions, the schools, the dwellings, as well as religious establishments, and many details that bring the entire colonial city into three-dimensionality. Various honors have accrued to the author, now Professor Emeritus of Architecture at the University of Southern California, for his selfsacrificing work. But the honor which best illuminates his performance is the book itself, to which the generous support of the University of San Carlos and the Government of Guatemala, in the bilingual edition, gives official status. Here then is an authoritative record, lucidly written, by a scholar who is pioneer and at the same time doyen of all that refers to that unique open-air museum — Antigua Guatemala. Pál Kelemen Norfolk, Connecticut (author of Medieval American Art, December 1967 Baroque and Rococo in Latin America)
PROLOGO El objeto de este libro es presentar una documentación de la arquitec tura colonial de la Antigua, y dar un relato auténtico de lo que aun queda de una ciudad histórica, después de más de un siglo y medio de descuido y maltrato. Esto debió haberse hecho veinte años antes de que yo principiara mi trabajo en 1934, antes de que se acelerara el ritmo de los cambios, pues se veía claramente durante mi primera visita a la ciudad, que el hombre y la naturaleza estaban destruyendo rápida mente lo que aun quedaba de ella. En un libro como éste, no hay razón para dedicar una parte extensa del texto al fondo histórico, sea político, religioso, económico, sociológico o geográfico. Aunque muchos factores influyen en la arqui tectura, no son ellos la materia de este estudio. Mucho tiempo se ha pasado en los archivos y las bibliotecas documentando el texto, pero de mucho más valor son las ilustraciones. Por medio de dibujos acotados y fotografías, es posible presentar una completa sección transversal de la Antigua en el ápice de su desarrollo en el siglo XVIII. Para hacer dibujos exactos de todas las fases de la arquitectura, que van desde planos de establecimientos eclesiásticos grandiosos hasta una extensa variedad de detalles típicos, obviamente fue necesario seleccionar con mucho cuidado. Pero se hizo un gran esfuerzo para incluir edificios de im portancia histórica y fábricas y detalles de interés característico o distin tivo. Se ha usado la cámara para aumentar esta documentación, porque cree el autor que una sola representación visual vale más que una canti dad de descripciones prolijas. Fue necesario escoger entre una presenta ción de descripciones detalladas y largas, que resultarían en repetición sin fin, y pormenores triviales, o relatar sólo datos significativos que se relacionan con las materias ilustradas. Para comunicar arquitectónica mente, sea a los profesionales o a los legos, es preferible y confunde menos este sistema. No es posible acercarse a la arquitectura de la Antigua de la manera acostumbrada. En México es fácil hablar en términos de construcción del siglo XVI, XVII o XVIII; y éstos pueden a su vez dividirse en períodos iniciales, intermedios o finales de cada uno. O aun se puede identificar los ‘estilos’ como el franciscano temprano, o versiones mexi canas del renacentista, del barroco y del churrigueresco. Los mismos períodos contemporáneos en la Antigua no se definen claramente. Durante los doscientos treinta años de su historia, la Antigua fue víctima repetidas veces de daños causados por los terremotos. La cons trucción, la reconstrucción, la renovación y las reparaciones menores eran constantemente hechas, y ocurrieron con mayor o menor frecuencia
desde la mitad del siglo XVI hasta el traslado del gobierno real a la Nueva Guatemala, después de 1773. Han tratado algunos autores de clasificar las fábricas que actualmente existen o de fecharlas, pero para hacerlo correctamente, hay que especificar cuál parte pertenece a cada período. Poco queda intacto de los primeros años, aun cuando la cons trucción posterior haya tenido poco efecto en el plano del edificio o en su masa arquitectónica. Aun las que se construyeron en los últimos períodos no se pueden clasificar de un ‘estilo’ específico. Por ejemplo, en realidad no hay churrigueresco en la Antigua, aunque han empleado algunos escritores éste como una clasificación o rótulo que lo abarca todo. Es posible que se vea en el ataurique puesto sobre formas rena centistas o barrocas el llamado plateresco de México, pero no es de verdadera significación tal nominación. Cualquier esfuerzo de analizar y de clasificar es de importancia secundaria. Lo importante es que la Antigua es única e impresionante: un monumental museo creado por un terremoto catastrófico el 29 de julio de 1773, y que desde todas las consideraciones, merece documentarse visualmente. Su arquitectura es verdaderamente colonial, distintivamente guatemalteca y uniforme mente interesante desde su ruina monástica más grande, hasta sus apenas advertidas ventanas de esquina y sus chimeneas únicas. Se ha planeado la forma de esta presentación para conseguir un máximo de simplicidad y referencia fácil. La arquitectura de la Antigua se confunde si es tratada por períodos, especialmente cuando se mezclan temas eclesiásticos con los civiles. Por eso, en este libro la materia se divide en categorías claramente definidas y, cuando posible, los edificios dentro de cada categoría se dan en el orden de su fundación, puesto que no es posible identificar ningún edificio ya existente en su totalidad por una fecha de construcción. Esta manera de arreglar la materia facilita el hacer comparaciones entre diferentes edificios o detalles que tienen funciones semejantes. Tam bién presenta la vista total del carácter arquitectónico sin duplicación excesiva. El texto reducido se halla coordinado estrechamente con la repre sentación pictórica de cada tema. Así presenta datos esenciales y fácil mente asimilados, sin forzar al lector a examinar descripciones prolijas en áreas múltiples. Ha dedicado el autor años a estudiar en las biblio tecas y los archivos lo escrito sobre la Antigua. Entre los cronistas y también los historiadores más recientes, se hallan muchos datos contra dictorios. En el texto de este libro se han señalado algunas de estas con tradicciones, pero principalmente el propósito del autor es dar tales fechas y datos que se hallan substanciados por los documentos oficiales y los obtenidos, siempre que fue posible, de fuentes originales. Para re ducir el texto a este mínimo, ha sido preciso om itir las opiniones o citas de la mayor parte de los escritores contemporáneos. Las opiniones y con clusiones, cuando necesarias, han resultado de las investigaciones per sonales del autor y se basan en casi medio siglo de estudios arquitec tónicos. Todas las fotografías, planos y dibujos son originales, hechos exclu sivamente por el autor, siendo la única excepción, un diseño compara tivo que se publicó en 1888 y que muestra la fachada de la iglesia de San Francisco como se encontraba en aquella fecha. Se han escogido las fotografías de una colección de más de seis mil, y se han seleccionado vistas generales y detalles por su valor documental. Se hicieron los planos y dibujos meticulosamente, y antes de hacer los planos, se midie ron las fábricas con gran cuidado para mostrar exactamente lo que queda de los edificios originales. Señalemos que éstos no son simples croquis ni aproximaciones de estos edificios. Se eliminó toda conjetura en el trabajo de medir los propios edificios y en la mesa de dibujo. Los dibujos finales fueron hechos en escala grande con igual atención a la exactitud de todos los detalles. Se terminaron en la Antigua, donde fue posible verificar constantemente su exactitud.
Mi interés en la Antigua data de 1931. En aquel año el finado Dr. Edgar Lee Hewett, presidente de las Escuelas de Investigaciones Americanas del Instituto Arqueológico de América, me sugirió que la Antigua merecía estudio detallado. Había visitado frecuentemente la Antigua durante los años que dirigió las primeras excavaciones en Quiriguá, Guatemala. El Dr. Hewett me dijo que mi educación en la arquitectura y mis experiencias en investigar la arquitectura colonial de Norte América y la hispanoamericana de México y California, me habían dado un fondo excelente para un estudio significativo de la Antigua. En 1934 le acompañé a Guatemala, donde mi estudio de la Antigua empezó bajo su dirección. Del trabajo de ese verano resultaron más de mil quinientas fotografías y algunos dibujos preliminares. Los dos veranos siguientes se dedicaron a hacer estudios comparativos y reconocimientos fotográficos en las regiones históricas del Perú y de México. En 1938, ocho meses enteros fueron pasados en la Antigua. Emprendí en serio el trabajo de hacer dibujos acotados y detallados para una documentación histórica y aumenté inmensamente el archivo foto gráfico. Se terminó la serie mayor de planos y dibujos antes de que la segunda guerra mundial interrumpiera esta obra. En 1943, el embajador Boaz Long me escribió de Guatemala, pidién dome sugerencias en lo tocante a la conservación de los edificios his tóricos de la Antigua. En una serie de cartas le indiqué lo que se debía hacer, y añadí la sugestión que debía declararse a la Antigua Monu mento Nacional. Mi informe fue presentado por el embajador Long al presidente, General Jorge Ubico, y fue aprobado y recomendado al Congreso de Guatemala sin tardar. El decreto número 2772. del 30 de marzo de 1944, declaró Monumento Nacional a la ciudad de la Antigua, y la ley tocante a la preservación de los rasgos característicos del período colonial, incluyó los pumos contenidos en mi informe. A petición del gobierno de Guatemala y del Departamento de Estado norteamericano, me concedió la Universidad de California del Sur, un año de ausencia a fin de que volviera yo a Guatemala, para ayudar a llevar a cabo el programa para conservar la herencia de la Antigua. Acreditado ante la Universidad de San Carlos de Guatemala, como cate drático-visitante, pude dedicar el año entero de 1945 a estos deberes agradables y a continuar mi propio programa de documentación. Durante este período y en 1946, fue terminada la investigación gráfica. Mi posición como consultante me proporcionó acceso ilimitado a todos los edificios, y me dio la oportunidad de identificar la construcción verdaderamente antigua antes de que la obscureciera cualquier obra de conservación. Esto fue imposible para investigadores posteriores, quienes hicieron estudios más superficiales, en los cuales no lograron distinguir detalles que eran más patentes, antes de que se limpiaran de escombros las ruinas y se iniciaran medidas para la conservación. Por eso, las fotografías y los dibujos hechos antes de 1945, constituyen una auténtica documentación de suma importancia de edificios que, poste riormente, fueron cambiados o destruidos. Una beca de la Fundación del Amo en 1954, se dedicó a una bús queda por toda España tras los antecedentes de las peculiaridades arqui tectónicas distintivas de la Antigua y la consulta de los archivos de Sevilla y Simancas. Más recientemente se hicieron otros amplios estudios en España y en Portugal. En los años de intervalo las investigaciones han continuado y se han hecho más fotografías en la Antigua, en donde poseemos una casa. La bibliografía incluida se ha usado extensamente para referencias. Es bastante general para ser suficientemente inclusiva para estudios adicionales de la Antigua colonial. Pero la naturaleza de este libro no exige una repetición excesiva de esta materia. Lo que se encuentra dis ponible es muy voluminoso para volver a escribirlo en este libro y no
sería consecuente con el propósito del autor, como ya se ha dicho. Durante un tercio de siglo muchos individuos han ayudado al autor, de una manera u otra, en la colección y preparación de la materia usada en este libro. Mi agradecimiento sincero ha sido expresado personal mente; sería imposible nombrar a todos aquí, muy especialmente al grupo numeroso que me ayudó tan amablemente durante mis largas temporadas en la Antigua, antes y después de la segunda guerra m un dial, entre ellos muchos funcionarios del gobierno y vecinos interesa dos de la capital y de la Antigua. No podría dejar de mencionar a los que siguen que contribuyeron de una manera extraordinaria. El Dr. Wilson Popenoe fue uno de los primeros que se interesaron en mi trabajo y ayudó mucho en ponerme en contacto con los funcionarios en 1943. El Sr. Rafael de la Hoz Zepeda, Director del Museo Colonial de la Antigua, ha sido más que generoso con sus conocimientos y su ayuda en buscar datos históricos por muchos años. El Licenciado Edmundo Vásquez Martínez, rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala y el anterior rector, Inge niero Jorge Arias de Blois, han apoyado con entusiasmo los planes para la publicación, que fueron preparados bajo la dirección del Licenciado Guillermo Putzeys A., Director del Departamento de Publicidad de la Universidad. El Arquitecto Roberto Aycinena Echeverría y el Licen ciado Luis Luján Muñoz, Director del Museo Arqueológico de Guate mala, los dos catedráticos de la Universidad de San Carlos de Guate mala, fueron responsables por mis contactos más recientes con los admi nistradores de la Universidad y fueron consultados sobre todas las fases del texto. Al Licenciado Luis Luján Muñoz le corresponden el crédito y agradecimiento por la versión final del texto español y corrección de las pruebas, con la colaboración del Sr. Carlos Zipfel y García. Fue de gran estímulo el intercambio de pareceres y conclusiones tocante al convento de las Capuchinas con el Licenciado Jorge Luján Muñoz. En California debemos gran aprecio y agradecimiento al Sr. Eugenio Cabrero y la Fundación del Amo por su interés y ayuda. Tam bién en California varios amigos eruditos han ayudado de manera inestimable, leyendo partes del manuscrito. Y con sus conocimientos técnicos y consejos constructivos, el Sr. James R. Powell nos ha guiado con gran paciencia por las etapas finales de la publicación. A Pál Kelemen, distinguido escritor y autoridad en el arte y la arquitectura de Hispanoamérica, le debo aun más. De nuestro interés m utuo en la arqueología y la arquitectura de América, nació nuestra amistad hace más de treinta años. El entusiasmo y constante incentivo de Pál y Elisabeth Kelemen mantuvieron vivo mi plan para este libro, a pesar de interrupciones y demoras. Su confianza en lo que yo hacía no se debía sólo a la amistad; se basaba en sus conocimientos de la Antigua y un deseo de ver publicado el resultado de mi trabajo. Pero más que a cualquier otra persona, es a mi señora, Elizabeth, a quien le corresponde la mayor parte del crédito para el texto en su forma final al que dedicó tiempo y energía imposibles de relatar. Su dominio del castellano ha sido de valor inestimable en la verificación de datos, en leer intensamente durante largos períodos los documentos en los archivos, los antiguos cronistas y los historiadores más modernos, además de traducir, corregir pruebas y otras contribuciones innumera bles. Con bien pensadas críticas, sugestiones constructivas y una facultad excepcional en percibir o recordar discrepancias en un montón de datos acumulados, ella ha hecho posible el reducir el contenido del texto al estado actual. Habiéndose doctorado en la Universidad de San Marcos en Lima, Perú, y estudiado después en la Universidad de Madrid en España, tiene todos los requisitos de investigadora y colaboradora. Estas calidades, unidas a nuestro interés mutuo por la Antigua y todos los aspectos de la cultura hispánica, han hecho posible una colaboración firme para este proyecto, en todas las etapas de su desarrollo. Laguna Beach, California 1967
Julio de
Verle L. Annis
xiv
PREFACE The objective of this publication is to present a documentary of Antigua’s colonial architccture, and to give an authentic account of what remains of an historie city after more than a century and a half of neglect and abuse. This should have been done twenty years before my work began in 1934, before the tempo of change started, for it was plainly apparent on my first visit that both man and nature were rapidly destroying what remained at that time. In such a book there is no reason to devote an extensive part of the text to the historical background, whether it be political, religious, economic, sociological or geographical. Although many factors influence architecture, these are not the theme of my study. Much time has been spent in archives and libraries documenting the text, but the illustrations are of greater valué. Through the médium of measured drawings and photographs it is possible to present a complete cross section of Antigua at the height of its growth in the eighteenth century. Accurate drawings of all phases of architecture, from grandiose plans down to a wide variety of typical details, obviously required selectivity, but there was a definite effort made to record both buildings of historie impor tance and those structures and details of characteristic distinctive interest. The camera has been used to expand this documentation in the belief that a single visual record is worth more than a considerable quantity of wordy descriptions. A choice had to be made between writing an exhaustive text of detailed analysis and architectural dissection, which always results in cndless repetition and useless trivia, or to record only factual material pertinent to the subjeets to be illustrated. For architectural communication, to both laymen and professionals, the latter approach was deemed preferablc and Iess confusing. l he architecture of Antigua can not be approached in the customary manner. In México it is easy to speak in terms of sixteenth, seventeenth or eighteenth century construction, which in turn can be broken down into early, middle and late periods of each century, or even loosely identify “styles” by such labels as Early Franciscan or the Mexican versions of Renaissance, Baroque and Churrigueres(|ue. The same contemporary periods in Antigua are not clearly defined. In the two hundred and thirty years of its history Antigua was the repeatecl victim of earthquake damage. Construction, reconstruction, renovation and minor repairs were the rule and occurred in varying degrees from the middle of the sixteenth century until the removal of the royal government to New Guatemala after 1773. Some authors have tried to label the existing structures, or to date them, but to do so XV
correctly one must desígnate which part belongs to what period. Little remains intact from the earlier years even though later construction may have had little effect on either the building’s plan or its architectural mass. Even those built in the later periods fail to qualify for a specific “style” classification. There really is no Churrigueresque, for instance, although some writers have used this as an all-inclusive label. One might see in the plaster ornamentation on Renaissance or Baroque forms the so-called Plateresque of México, but such nomenclature is of no real significance. Any effort devoted to analysis and classification is of secondary importance. W hat is important is that Antigua is unique and impressive; it provides a monumental museum, created by a catastrophic earthquake on July 29, 1773, which is worthy of record in every respect. Its architecture is truly colonial, distinctly Guatemalan, and uniformly interesting from its largest monastic ruin to its scarcely noticed córner windows and its unique chimneys. The format of my presentation has been planned for the máximum of simplicity and easy reference. Antigua’s architecture becomes confused if treated by periods, especially when religious and civil subjects are intermingled. Therefore, this book is divided into clearly defined categories and, where possible, the subjects within each category are given in the order of their foundation since there is no way that any existing building can be identified in its entirety by a construction date. This arrangement makes it possible to readily compare buildings, or details, which have similar functions. It also presents the total picture of architectural character without excessive duplication. The abbreviated text is closely coordinated with the pictorial pre sentation of each subject. This gives the essential and easily assimilated data without forcing the reader to search through long descriptions in múltiple areas. T he author has completed years of study, combing through material in libraries and archives. There is considerable conflict of data among both chroniclers and more recent historians. Some of these conflicts are referred to in the text, but primarily the intent of the author is to give such dates and facts as are established by documents and obtained from original sources whenever possible. T o reduce the text to a mínimum in volume it was necessary to eliminate opinions, or quotes, from most of the contemporary writers. Opinions and conclusions, where needed, have been resolved from personal investigations and are based on nearly half a century of architectural study. All photographs and drawings are the product of the author’s own work, with the exception of one comparative sketch, published in 1888, showing the fa^ade of San Francisco Church as it was then. T he photo graphs have been selected from a study file of more than six thousand, and both general views and details have been chosen for their documentary valué. The drawings were meticulously made, and the plans were surveyed with great care to show exactly what remains of original structures. It is to be noted that these are not sketches, or approximations, of these buildings. All conjecture was eliminated in both field work and on the drafting board. The final drawings were made at large scale Avith equal attention to exactness of detail. They were finished in Antigua where it was possible to verify constantly their accuracy. My interest in Antigua dates from 1931. In that year the late Dr. Edgar Lee Hewett, President of the Schools of American Research of the Archaeological Institute of America, proposed to me that Antigua merited detailed study. He had frequently visited Antigua during the years when he directed the first archaeological excavations at Quiriguá, Guatemala. Dr. Hewett suggested that my education in architecture and my experience and research in both American colonial architecture and the Spanish colonial of México and California had given me an excellent background for a significant study of Antigua. In 1934 I accompanied him to Guatemala where my research began under his auspices.
More than fifteen hundred photographs and some preliminary drawings resulted from that summer’s work. The following two summers were spent in comparative study of historie areas of Perú and México, and the related expansión of photographic records. In 1938 eight months were spent in Antigua. The serious work of making detailed drawings for an historie record was undertaken and the photographic file was immensely increased. The major series of drawings was completed before World War II interrupted this work. In 1943 Ambassador Boaz Long wrote from Guatemala asking for suggestions relative to the preservation of the historie structures of Antigua. In a series of letters I outlined what should be done and added the suggestion that Antigua should be made a National Monument. A composite of my report was presented by the Ambassador to the President, General Jorge Ubico, and it was approved and recommended to the Congress of Guatemala without delay. Decree 2772 of March 30, 1944 declared the City of Antigua a National Monument. and the law pertaining to the preservation of characteristic features of the colonial period included the items contained in my outline. At the request of the Guatemalan Government, and the State De partment of the United States, the University of Southern California granted me a year’s leave of absence in order that I might return to Antigua to help implement the program for the preservation of its heritage. Accredited to the University of San Carlos of Guatemala as a visiting professor, I was able to devote the entire year of 1945 to these pleasant duties and to continué my own interrupted documentation project. During this period, and in 1946. the graphic survey was com pleted. My position as a consultant provided easy access to all of the oíd buildings and afforded me the opportunity to identify authentic historical construction before any preservation work obscured it. This was impossible for later researchers who made more superficial studies in which they failed to distinguish details that were apparent before the ruins were cleared of debris and preservation measures initiated. Thus the photographic record and drawings made prior to 1945 constitute an authentic record of considerable importance concerning buildings which subsequently were altered or dcstroyed. A grant from the Del Amo Foundation in 1954 was devoted to a search throughout Spain for historical precedents of Antigua’s distinctive architectural peculiaritics and the consultation of the archives of Sevilla and Simancas. More recently. further study in Spain and Portu gal was completed. In the intervening years research and photography have bcen continucd in Antigua where we maintain a homc. A particular effort has becn made to avoid the frequent intermingling of Spanish words so commonly found in some books. Occasionally there may not be a word with the exact equivalent in English, but I have tried to avoid the error made by some writers who use a common Spanish designation which does not have the same architec tural translation in both languages. Until reccntly, for example, the Spanish “convento” or “monasterio” was confusing to the non-Spanish speaking reader sincc they were generally employed exactly opposite their English usage. The writer who continually introduces lcss familiar technical and foreign words may satisfy his own ego, but fails to inform his reader. Therefore. to avoid this error the occasional Spanish word is defined and italicized. The only exceptions are in the proper ñames of persons or places, and the common titles for buildings such as Concep ción Convent, Las Capuchinas, El Calvario, San Juan del Obispo and so on. The bibliography has been used extensively for reference and is general enough to provide a wide coverage for a further study of colonial Antigua. But the nature of this book does not require any massive repetition of this source material. W hat is available is far too volumi-
nous to be rewritten in this text, and it would not be consistent with the author’s objective as already stated. During a third of a century many individuáis have aided the author in varying degrees with the collection and preparation of the material used in this book. My appreciation is sincere and has been expressed in person. To ñame them all here would be impossible. This is particularly true of the many who so graciously assisted me during my extended residences in Antigua before and after W orld W ar II. Among them were many government officials and interested citizens of the capital as well as of Antigua. Nevertheless, there are a few who have contributed to such a degree that their ñames must be mentioned. Dr. Wilson Popenoe was one of the first to interest himself in my work and was largely instrumental in bringing me into a new and vital contact with officials in 1943. Sr. Rafael de la Hoz, director of the Colonial Museum in Antigua, has been more than generous with his knowledge and assistance in searching for historical facts during many years. Licenciado Edmundo Vásquez Mar tínez, Rector of the University of San Carlos de Guatemala, and former Rector, Ingeniero Jorge Arias de Blois, have enthusiastically supported publication plans which were prepared under the guidance of Licen ciado Guillermo Putzeys A., Director of the Department of Publicity. Architect Roberto Aycinena E. and Licenciado Luis Luján Muñoz, Director of the Archaeological Museum of Guatemala, both faculty members of the University of San Carlos, were responsible for more recent liaison with the university administration and were consulted on all phases of the text. The latter deserves credit and acknowledgment for the final versión of the Spanish text and correction of the proofs with Sr. Carlos Zipfel y Garcia’s collaboration. T he exchange of opinions and conclusions regarding the Capuchin convent with Licenciado Jorge Luján Muñoz was stimulating. In California we owe considerable appreciation and gratitude to Mr. Eugenio Cabrero and the Del Amo Foundation for timely interest and assistance. Also in California several scholarly friends have given invaluable assistance by reading portions of the manuscript. And with technical knowledge and constructive advice, Mr. James R. Powell has patiently guided us through the final stages of publication. T o Pál Kelemen, distinguished writer and authority on the art and architecture of Latin America, I am most deeply indebted. O ur mutual interest in the archaeology and architecture of the Americas brought us into contact more than thirty years ago. The enthusiasm and repeated urging of Pál and Elisabeth Kelemen kept my plan for this book alive despite interruptions and delays. T heir confidence in what I was doing was more than a matter of friendship; it was based on their knowledge of Antigua and a desire to see the result of my work published. But above all others it is my wife, Elizabeth, who deserves most of the credit for the final text, to which she devoted time and energy beyond all possibility of recording. Her extensive knowledge of Spanish has been invaluable in the cross-checking of facts, long periods of intensive reading of archive documents, early chroniclers and later historians, in addition to translation, proofreading and a myriad of other contributions. W ith wise criticism, constructive suggestions and an exceptional ability in sensing, or remembering, the discrepancies in a mountain of accumulated data, she has made it possible to reduce the content of this text to its present State. Having earned her doctorate at the University of San Marcos in Perú and subsequently studied in Madrid, Spain, she has all of the prerequisites of a researcher and collaborator. These qualities, combined with our mutual interest in Antigua and all aspects of Hispanic culture, have provided a partnership in this project at every stage of its development. Laguna Reach, California
Verle L. Annis
INDICE DE MATERIAS Texto
Introducción ix Prólogo xv I SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY 1 II LA A RQ U ITECTU RA DE LA ANTIGUA 21 III EDIFICIOS GUBERNATIVOS El Palacio de los Capitanes Generales 31 La Casa de Moneda 35 Real Aduana 36 El Ayuntamiento 37 IV LA CATEDRAL Y EL PALACIO EPISCOPAL La Catedral 49 La Casa del Sacristán Mayor 53 El Palacio Episcopal 54 V LOS MONASTERIOS Santo Domingo 75 San Francisco 78 La Merced 87 La Compañía de Jesús 92 San Agustín 95 San Juan de Dios 96 San Pedro Apóstol 98 San Lázaro 100 Belén 100 La Recolección 103 San Felipe Neri (Escuela de Cristo) 106 Estípites VI LOS CONVENTOS La Concepción 165 Santa Catalina 166 Santa Teresa 168 Santa Clara 169 Las Capuchinas 173 VII LAS IGLESIAS Y LAS ERMITAS San Sebastián 207 Los Remedios 208 Candelaria 210 Santa Rosa 211 Santa Cruz 213 El Carmen 215 El Calvario 217 Via Crucis San José el Viejo 219 Jocotenango 221 N. S. de los Dolores del Cerro 222 N. S. de los Dolores del Llano 223 xix
Ilustraciones
5, 18 33, 39 33 43 45
110
114 132 146 149 152 154 155 157 162 164 182 190 191 193
202
234 238 240 242 244 250 255 257 258 261 262
N. S. de los Dolores del Manchén Santa Lucía El Espíritu Santo La Santísima Trinidad San Antonio Abad La Cruz del Milagro Santa Ana Santa Isabel San Cristóbal el Bajo 228 San Juan del Obispo 229 AÍtares Coloniales Cruces de Piedra VIII LA UNIVERSIDAD Y LOS COLEGIOS 281 Santo Tomás de Aquino La Universidad de San Carlos El Seminario T ridentino 285 El Colegio de Indios 285 El Colegio de San Jerónimo 288 El Colegio de Doncellas 289 IX LAS CASAS DE HABITACION 305 La Casa de Chamorro Casa Popenoe Casa de Vásquez de Coronado y Ulloa 311 La Casa de las Campanas 313 La Casa de los Leones 314 La Casa de Rodil 316 La Casa del Río Pensativo 318 Casa pequeña en la Calle Camposeco 318 La Casa del Tío Nacho 319 La Casa de la Calle San Sebastián 320 Ruinas X DETALLES Marcos de piedra de las puertas 379 Puertas y los adornos de metal 380 Repisas de piedra de las ventanas 380 Rejas de hierro Rejas de madera Puertas de tableros Artesonados Mudéjares Chimeneas Fuentes Plaza Real Plaza de la Merced (San Francisco) 387 Claustro de La Merced Santo Domingo Fragmentos de fuentes Las Clarisas Alameda del Calvario Búcaros Muebles APENDICE BIBLIOGRAFIA, INDICE DE DOCUM ENTOS 459 INDICE INGLES INDICE ESPAÑOL XX
264 265 265 265 266 267 268 269 230 275 232 279
224 225 225 225 226 226 226 227
282 283 291 299 301 43 307 321 309 332 348 351 354 367 370 372 374 376 320 378 394 399 404 381 408 382 414 382 422 383 430 384 432 386 435 387 435 127 388 140 388 112 389 437 390 200 390 438 391 439 443 392393, 455 469 473
TABLE OF CONTENTS Text
I II III
IV
V
VI
VII
Foreword vii Preface xi SANTIAGO AND TH E VALLEY OF PANCHOY 1 A R CH ITECTU RE OF AN TIGU A 21 GOVERNM ENT BUILDINGS Palace of the Captains General 31 Royal Mint 35 Royal Customshouse 35 City Hall 36 CATHEDRAL AND EPISCOPAL PALACE Cathedral 49 House of the Chief Sacristan 53 Archbishop’s Palace 53 MONASTERIES Santo Domingo 75 San Francisco 78 La Merced 86 La Compañía de Jesús 91 San Agustín 93 San Juan de Dios 95 San Pedro Apóstol 97 San Lázaro 98 Belén 99 Recolección 102 San Felipe Neri (Escuela de Cristo) 104 Estípites CONVENTS Concepción 165 Santa Catalina 166 Santa Teresa 168 Santa Clara 169 Las Capuchinas 172 CHURCHES AND HERMITAGES San Sebastián 207 Los Remedios 208 Candelaria 209 Santa Rosa 211 Santa Cruz 212 El Carmen 215 El Calvario 216 Stations of the Cross San José el Viejo 218 Jocotenango 220 N. S. de los Dolores del Cerro 221 xxi
Illustrations
5, 18 30 33, 38 33 43 45 55 66 73 110 114 132 146 149 152 154 155 157 162 164 182 190 191 193 202 234 238 240 242 244 250 255 257 258 261 262
N. S. de los Dolores del Llano 222 N. S. de los Dolores del Manchén Santa Lucía 223 El Espíritu Santo La Santísima Trinidad San Antonio Abad La Cruz del Milagro Santa Ana 225 Santa Isabel 226 San Cristóbal el Bajo San Juan del Obispo Altars Stone Crosses VIII SCHOOLS OF SANTIAGO 281 Santo Tomás de Aquino University of San Carlos T ridentino Seminary School of the Indians School of San Jerónimo School of the Maidens IX HOUSES OF AN TIG U A 305 Chamorro House Popenoe House Vásquez de Coronado y Ulloa House 311 House of the Bells House of the Lions Rodil House House on the Pensativo River Small House on Camposeco Street House of Unele Nacho House on San Sebastián Street Ruins X DETAILS Stone Door Frames Doors and Hardware Stone Window Bases Iron Grilles Wood Grilles Paneled Doors Mudéjar Ceilings Chimneys Fountains Royal Plaza La Merced Plaza (San Francisco) 386 La Merced Cloister Santo Domingo Fragments Las Clarisas Alameda of El Calvario Wall Fountains Furnishings ADDENDA BIBLIOGRAPHY, INDEX OF DOCUM ENTS 459 ENGLISH INDEX 469 SPANISH INDEX xxii
223 264 224 265 224 265 224 225 265 266 267 227 268 227 269 229 275 230 279 282 282 291 285 299 285 301 287 43 288 307 321 308 332 348 313 351 313 354 316 367 317 370 318 372 318 374 319 376 320 378 379 394 380 399 380 404 381 408 381 414 382 422 383 430 383 432 385 435 386 435 127 387 140 387 112 388 437 389 200 390 438 390 439 443 391393, 455 473
La Arquitectura de la The Architecture of
ANTIGUA GUATEMALA 1543-1773 Edición bilingüe B ilingual Edition
COLOR ILLUSTRATIO NS ILUSTRACIONES EN COLOR Antigua and the Vallcy of Panchoy Antigua y el Valle de Panchoy 2! Ruined church of Recolección Monastcry Iglesia arruinada del monasterio de la Recolección 31 Palace of the Captains General Palacio de los Capitanes Generales 49 Cathedral La Catedral 75 La Merced Monastery Church Iglesia del monasterio de la Merced 165 La Concepción Convent Entrance Portada del convento de la Concepción 207 Candelaria Parish Cluirch Parroquia de la Candelaria 281 University of San Carlos Universidad de San Carlos 305 House of the Lions Casa de los Icones 379 Chamorro House Casa de Chamorro
La. CIUDAD de
SANTIAGO
de los CABALLEROS de GUATEMALA
ANTIGUA GUATEMALA 15 4 3 -1 7 7 3
1 2 3 4 5 « T ■ S 10
PLAZA REAL PALACIO AYUNTAMIENTO CATEDRAL UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS SEMINARIO TRIDENTINO SAN PE ORO APÓSTOL ALAMEDA DEL CALVARIO ALAMEDA DE SANTA ROSA ALAMEDA DE SANTA LUCÍA
I SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
Early in 1524, lcss than five years after the conquest of México, Pedro de Alvarado, one of the lieutenants of Cortez, entered the territory of present day Guatemala. He commanded a military forcé of one hundred and twenty horsemen, about three hundred foot soldiers and a band of Indian allies from México. The first subjugation of the powerful highland Indian tribes was accomplished within a short period of time, but a variety of circumstances led to uprisings and continued strife during the three years immediately following the occupation.1 T he first capital of the Spaniards was established in the highlands on July 25, 1524 and dedicated to Santiago (St. James).- When Jorge de Alvarado arrived in 1527, to represent his brother as Lieutenant Governor, the small group of colonists and soldiers was moved to a more pcaceful location. and the ñame of their capital was transferred with them.1 The chosen site was on the northwest slopes of Volcán de Agua, five thousand feet above sea level, where conditions seemed favorable to their every need. There was a splendid water stipply from which the place, Almolonga, got its ñame. Across a narrow valley rose two other great volcanoes, Acatenango and Fuego. The latter was the only one of the three volcanoes that was still active. Pedro de Alvarado, the daring, ruthless and restless conqueror, was not content to settle down as administrator of the colony in spite of the honors and titles bestowed upon him when he returned to Spain about 1529. During his periodic absences there was turmoil among all the groups, both Span iards and Indian. But colonists continued toarrive, modest adobe and reed houses were built, and an army chaplain attempted to meet their religious needs. The Dominican missionary, Fray Domingo de Betanzos, carne early in 1529 and built a small house but was recalled to México the following
Menos de cinco años después de la conquista de México. Pedro de Alvarado, uno de los tenientes de Cortés, entró en el territorio de la Guatemala actual. Fue durante la primera parte de 1524. Dirigió un ejército de unos ciento veinte solda dos de caballería, cerca de trescientos soldados in fantes, y un grupo de aliados indígenas de México. La primera sujeción de las tribus poderosas del Altiplano Occidental de Guatemala, se efectuó en poco tiempo, pero diversas circunstancias causa ron sublevaciones y contiendas continuas durante los tres años inmediatos a la toma de posesión de Alvarado del país.1 La primera capital de los españoles se esta bleció en el Altiplano Central el 25 de julio de 1524 y se dedicó a Santiago Apóstol.- Al asumir Jorge de Alvarado el puesto de teniente gober nador en 1527, para representar a su hermano, se trasladó con el pequeño grupo de coloniza dores y soldados a un sitio más tranquilo, y se trasladó consigo el nombre de la ciudad.3 El lugar escogido estaba en las faldas noroestes del Volcán de Agua, a unos mil quinientos metros sobre el nivel del mar. donde las condiciones parecían ser favorables a todas sus necesidades. Había sumi nistros espléndidos de agua de los cuales derivó el sitio su nombre, Almolonga. Al otro lado de un valle angosto se elevaban otros dos grandes vol canes, Acatenango y Fuego. Este era el único de los tres volcanes que estaba todavía activo. Pedro de Alvarado, el conquistador atrevido, despiadado e inquieto, no estaba dispuesto a per manecer definitivamente en Santiago como go bernante de la colonia, a pesar de los honores y títulos que le confirieron cuando regreso a Es paña, hacia 1529. Durante sus ausencias periódi cas, siempre hubo disturbios entre los grupos, tanto entre españoles como entre indígenas. Pero siguieron llegando colonizadores, se construyeron casas modestas de adobes y cañas, y el capellán del 1
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
year before he had anyone available to maintain the mission.4 W hen Pedro de Alvarado returned from Spain in 1530 he was accompanied by the lawyer-priest Francisco M arroquín whose influence on the colony was far greater than that of the conqueror and Governor. Marroquín began promptly to introduce Christianity among the natives and to instill Christian practices among the colonists who, primarily interested in a quest for wealth and independence, were completely heedless of the welfare of their Indian slaves. A lesser man than Ma rroquín would have found the task insurmountable. W hen the Pope raised Guatemala to a bishopric in 1534, Marroquín was named the first bishop. However, it was January of 1537 before he could travel to México to be formally consecrated.5 On July 28, 1532, scarcely forty years after Columbus had discovered the New World, Emperor Charles V honored this small capital with a coat of arms showing St. James on his horse in the upper panel and below three volcanoes with the middle one in eruption 6 (41 b ). In 1536 Bishop Marroquín persuaded Barto lomé de Las Casas to reopen the modest Dominican house and thus to reactívate the first monastery of the colony.7 W hen the Bishop returned from México in 1537 he brought two Mercedarians as far as Chiapas where they established the first house of their order on the North American continent. T he following month the Monastery of La Merced was founded in Santiago. T he Bishop also was instrumental in having six Franciscan friars sent from Spain, five of whom arrived in Santiago in 1540.8 Pedro de Alvarado had again been in Spain and while there had married the sister of his first wife. He returned to Guatemala in 1539 with every intention of further conquest, this time by boat from the Pacific shores. He set out for the Spice Islands in June of 1540, leaving a cousin of his wife, Francisco de la Cueva, in charge at Santiago. He stopped in Western México and subsequently was diverted by a military expedition during which he was fatally injured in June of 1541. W ord of his death did not reach his widow, Beatriz de la Cueva, in Santiago until the 29th of August.9 In spite of her demonstrations of uncontrolled grief, Beatriz was willingly named to succeed her husband as Governor of Guatemala, and she was invested with this title in a ceremony held on September 9, 1541.10 Hers was, perhaps, the shortest governorship in history. T he very next night there was an increase of the heavy rains which had begun some days earlier. Level areas were flooded and the townsite and its adobe houses were thoroughly drenched. During the night of September lOth an avalanche of mud and water almost com pletely destroyed the little community. It was a night of horror which many of the citizens did not survive, including the new governor, Beatriz de la
ejército se esforzó en atender sus necesidades es pirituales. El misionero dominico, fray Domingo de Betanzos, llegó durante la primera parte de 1529 y construyó una pequeña casa. Pero le mandaron desde México regresar allí al año siguiente, antes de tener disponible quien le mantuviera la misión.4 En 1530, al volver de España, fue acom pañado Pedro de Alvarado del sacerdote y licen ciado, Francisco Marroquín, cuya influencia en la colonia fue mucho mayor que la del conquis tador y Gobernador. En seguida, Marroquín em pezó a dirigir la cristianización de los indígenas y a tratar de estimular prácticas cristianas entre el grupo de colonizadores, quienes, interesados sobre todo en la búsqueda de riquezas y en su independencia, estaban completamente desaten tos al bienestar de sus esclavos indígenas. Una per sona de menos carácter que Marroquín habría encontrado insuperable la tarea. En 1534, cuando el Papa elevó a obispado a Guatemala, fue nom brado Marroquín su primer obispo. No fue sino hasta 1537 cuando pudo viajar a México para su consagración formal.5 El 28 de julio de 1532, apenas cuarenta años después de haber descubierto Colón el Nuevo Mundo, el emperador Carlos V concedió a esta pequeña capital un escudo que representaba a Santiago a caballo en la parte superior, y en la mitad inferior tres volcanes, en erupción el del centro 6 ( 41 b ). En 1536, el obispo Marroquín persuadió a Fray Bartolomé de Las Casas que se instalara en la modesta casa dominica que desde hacía años estaba cerrada, y que reactivara el primer monasterio de la colonia.7 Al regresar el obispo procedente de México, en 1537, trajo a cuatro mercedarios con sigo. Dos de ellos establecieron en Chiapas la primera casa de su Orden en el norte del con tinente americano. El mes siguiente, fundaron los otros dos el convento de Nuestra Señora de las Mercedes en Santiago. Debido a los esfuerzos del Obispo, salieron seis religiosos franciscanos de España para Guatemala. Cinco de ellos llegaron a Santiago en 1540.8 Pedro de Alvarado había estado otra vez en España, y allí se había casado con la hermana de su primera esposa. Regreso a Guatemala en 1539, decidido a emprender otras conquistas, en barco esta vez, partiendo de las costas del Pacífico. Se embarcó para las Islas de las Especias, en junio de 1540, dejando a su pariente político, Francisco de la Cueva, encargado del gobierno de Santiago. Hizo escala en el oeste de México y, seguidamente, se desvió para hacer una expedición militar en la que fue herido mortalmente en el mes de junio de 1541. La noticia de su muerte no llegó a su viuda, Beatriz de la Cueva, quien estaba en San tiago, sino hasta el 29 de agosto.0 A pesar de sus demostraciones de congoja sin límite, aceptó el
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
Cueva.11 Unfortunately, erroneous and fantastic accounts of this tragedy, repeated both by otherwise reputable authors and by irresponsible individuáis, have convinced many persons that a lake within the cráter of Agua volcano back of Santiago broke through its rim and deluged the town. Scientific observations prove this to be wrong. Undoubtedly what really happened was that by the night of September lOth the soil of the mountainside had already reached its saturation point. The volcano’s mildly sloping apron above the community was probably impounding water faster than it could run off. The storm was approaching its máximum íntensity. As often happens, there was one final torrential downpour. In this instance it was of cloudburst proportions and the deluge broke against the side of the volcano directly above the town, creating a great wash of mud and water as though a dam had broken. This is the opinion of the eminent geographer, Dr. George McBride, with whom the author ascended to the summit of Agua volcano many years ago. Atop the mountain there is ampie evidence that the cráter never held water and, as one looks down on Almolonga from the northwest rim, one is convinced that no water ever emptied from any part of the cráter ñor from any crevice below it. Even if one can not climb to the cráter, a careful viewing of it from Antigua should convince the observer of the impossibility of there being any truth in the long-circulated tale. The notch in the cráter rim is not above the oíd town but about a third of the way around the mountain toward the east. If water HAD descended from the cráter it could only have reached Almolonga by spiraling around the cone in its seven thousand foot fall and Crossing deeply eroded gashes in the mountain which lead into the Valley of Panchoy. Víctor Miguel Díaz in"Conmociones Terrestres en la América Central” corroborates Dr. McBride’s explanation with a summary of conclusions of several geographers in which he says that there was no earthquake, no eruption of Fuego, and no water from a cráter lake to contribute to the destruction of the oíd town on the night of Septem ber 10-11, 1541. It is to be hoped that future writers will accept this very reasonable explana tion of the catastrophe. The citizens of Santiago who escaped the disaster were agreed that a more suitable location for their capital should be found. After consideration of several localities, it was decided that the northeast side of the adjacent Valley of Panchoy afforded the requirements of their community, and it was cióse to the properties already developed by the citizens in the valley. The new capital was to be built less than a league away — about three miles. Bishop Marroquín and Francisco de la Cueva,
nombramiento de gobernadora de Guatemala. Le fue conferido este cargo en una ceremonia que se verificó el 9 de septiembre de 1541.10 Fue el suyo, quizá, el período de mando más corto de cualquier gobernante de la historia. La noche del día siguien te, hubo un aumento en las fuertes lluvias que habían empezado algunos días antes. Estaban inun dadas las regiones llanas, y enteramente satu rados de agua el terreno de la ciudad y sus casas de adobe. Durante la noche del 10 de septiem bre, un alud de lodo y agua destruyó casi por completo la pequeña ciudad. Fue una noche ho rrorosa que muchos vecinos, inclusive la nueva gobernadora, Beatriz de la Cueva, no la sobrevi vieron.11 Desgraciadamente, relatos errados y fantásticos de la causa de esta tragedia, repetidos tanto por autores en otros aspectos dignos de estimación, como por individuos irresponsables, han conven cido a muchas personas que un lago dentro del cráter del Volcán de Agua rompió su borde e inun dó la ciudad. La observación científica prueba que esto es imposible. Sin duda lo que en realidad pasó, fue que para la noclie del 10 de septiembre, el terreno de la ladera de la montaña ya había llegado a su punto de saturación completa. La pequeña meseta por encima del pueblo, que se ve en la silueta del volcán, al mirarlo desde el Valle de Panchoy, probablemente detuvo el agua más rápidamente de lo que podía correr. Se acer caba la tormenta a su intensidad máxima, y como sucede a menudo, hubo una última caída de agua de proporciones torrenciales. En este caso, fue de las proporciones de un chaparrón, y el diluvio dio con el lado del volcán directamente por en cima de la ciudad. Bajó una oleada tremenda de lodo y agua como si hubiera roto una presa. Es éste el parecer del renombrado geógrafo, Dr. George McBride, con quien el autor ascendió a la cumbre del Volcán de Agua hace muchos años. Allí en lo alto del volcán, hay pruebas concluyentes de que nunca contuvo agua el cráter y, al mirar hacia abajo a Almolonga, desde el borde noroeste, es fácil convencerse que no ha salido nunca agua de ninguna parte de este cráter, ni de ninguna grieta por debajo de él. Aun no ascendiendo al cráter, un reconocimien to cuidadoso de él desde la Antigua, debe con vencer al que observe de la imposibilidad de ser verdadero el relato tantas veces repetido. El corte en la orilla del cráter no está por encima de Ciu dad Vieja sino hacia el este, a una tercera parte de la distancia alrededor de la montaña. Si en realidad hubiera descendido agua del cráter, solo hubiera podido alcanzar a Almolonga yendo en espiral alrededor del cono en su caída de 2660 me tros y cruzando muchas grietas profundamente erosionadas de la montaña, las cuales conducían al Valle de Panchoy. Víctor Miguel Díaz en Conmociones Terrestres 3
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
the cousin of the unfortunate widow of Pedro de Alvarado, were chosen to act as temporary governors.12 They began assigning land in the new capital as early as December 4, 1541.13 T he new Governor, Alonso de Maldonado, arrived and took charge in March of 1542.14 The task of laying out the new city was assigned to the engineer Juan Bautista Antonelli,15 and to him we must give credit for the first planned capital on the American continents. Others were adapted to ancient Indian sites or began as small communities without formal direction toward future growth. Antonelli took advantage of the higher part of an extensive valley which had a natural drainage between two small rivers, the Pensativo and the Magdalena (Guacalate). T he valley had been a lake bed at some time and was still marshy in an area closer to Almolonga where the rivers converged and emptied toward the Pacific Ocean between the volcanoes. Antonelli could not have anticipated that the site of the new capital had another hazard. T he water table was near the surface, and still is, and in an earthquake country this condition does not afford the safest foundation for heavy construction. But aside from this, the choice was all that could be desired. Excellent water supplies were near at hand above the site, good drainage to the southwest was afforded from an almost level area, and there was room to expand. Rich soil, a splendid climate, and superb vistas all combined to make this an ideal spot on which to plan an ambitious future. Antonelli oriented the streets north-south and east-west in a perfect rectilinear pattem , starting with a central plaza and plotting two squares, of about one hundred meter dimensions, in all directions. This created an area of twenty-five blocks as the heart of the city. Beyond these to the north, east and west the streets were extended to add a rectangular block on each side and a larger square block on the north west and northeast corners. To the south there were extensions also which allowed expansión to the banks of the Pensativo where it curved westward. T he road from the abandoned capital at Almolonga connected with this formal layout at the southwest córner of the city. (See plan) Along the west a wide avenue bordered the original plan, and a similar avenue extended along part of the northern boundary. One is led to surmise that it was intended to go all the way but that expansión might have in terrupted its completion. The basic plan of Antonelli, possibly intended for about five thousand inhabitants within this area, must have been considered ampie for the foreseeable future. Adjacent, however, were areas for natives, and those who were engaged in farming or cattle raising. It is interesting to note that suburbs were developed in the uneven terrain north and west of Santiago almost immediately. 4
en la América Central, corrobora la explicación del Dr. McBride con un resumen de las conclu siones de varios geógrafos: no hubo terremoto, ni erupción del Volcán de Fuego, ni agua de un lago en el cráter que contribuyeran a la destrucción de Almolonga la noche del 10 de septiembre de 1541. Es de esperarse que los escritores del porvenir acepten esta explicación sumamente razonable de la catástrofe. Los ciudadanos de Santiago que se escaparon del desastre acordaron buscar un sitio más apropia do para su capital. Después de haber considera do varios lugares, se concluyó que el lado noreste del adyacente Valle de Panchoy llenaba los re quisitos indispensables para su comunidad, y estaba bastante cerca de las haciendas y granjas que ya estaban establecidas en el valle. Había de cons truirse la nueva capital a una distancia de menos de una legua —unos cuatro kilómetros. Al obispo Marroquín y a Francisco de la Cueva, les escogieron como gobernadores provisionales.12 Empezaron a asignar sitios en la nueva capital el 4 de diciembre de 1541.13 El nuevo Gobernador, Alonso de Maldonado, llego y asumió el mando en marzo de 1542.14 Se le destinó a Juan Bautista Antonelli la obra de trazar la nueva ciudad,15 y a él corresponde el mérito por la primera capital planificada de Améri ca. Las demás, o se adaptaron a antiguos sitios indígenas, o empezaron como pueblos pequeños sin pensamiento formal en su crecimiento futuro. Antonelli se aprovechó de la parte superior de un valle extendido entre dos pequeños ríos, el Pensativo y el Magdalena (o Guacalate), que tenía drenaje natural. En alguna época había sido el valle el lecho de un lago y todavía era pantanoso en una parte más cerca a Almolonga, donde con vergían los ríos y desembocaban hacia el océano Pacífico por entre los volcanes. No habría sido posible que previera Antonelli que tenía la nueva ciudad otro peligro. El nivel del agua estaba cerca de la superficie, como todavía lo está, y en tierra de terremotos, esta condición no ofrece una base muy segura para construcciones de mucho peso. Pero por otra parte, el sitio escogido era todo lo que se podía desear. Había manantiales excelen tes de agua muy cerca, a mayor altura que el sitio. De una área casi llana había buen drenaje hacia el sudoeste, y había lugar suficiente para ensanchar la ciudad. T ierra rica, un clima esplén dido y paisajes soberbios, se unieron para hacer de éste un sitio ideal en donde proyectar un por venir ambicioso. Antonelli dio a las calles una orientación nortesur, este y oeste, en una forma rectilínea perfecta, empezando con una plaza central y trazando dos cuadros de unos cien metros cada uno en todas las direcciones. Creó esto una área de veinticinco manzanas como el corazón de la ciudad. Más allá de éstos, al norte, al este y al oeste, se extendieron
a East fa^ade of Concepción Church (originally Franciscan) Fachada oriental de la iglesia de Concepción (antiguo templo franciscano)
c “Estípite” pilasters Pilastras-estípites
CIUDAD VIEJA
5
V. L. A N N I S 6
Later these densely populated communities became an integral part of the city and were responsible for its ultímate population. Historians are in wide disagreement conceming this population figure and it is reasonably certain that most, if not all, have exaggerated. Even the more conservative must have included the inhabitants of the adjacent districts as well as the suburbs which had been incorporated into the city during the years prior to 1773. It would be a mistake to use the number of houses that were recorded in various reports as a basis for a population estimate unless one allowed for the fact that colonial and pioneer families of the eighteenth century were large, and Indian families were probably similar to those of today. There is no reason to assume that there was less crowding two centuries ago among natives or poorer classes than now when we find several families occupying a single house, or compound, and parents and numerous children in a single room. In larger houses servants were numerous, and their children were included in the household. Present day Antigua has a population of more than fifteen thousand and it must be noted that most of the heavily populated districts of the colonial period have reverted to agricultural use with a minimal population. Therefore, it is not beyond reason to believe that the colonial capital may have had as many as thirty thousand inhabi tants of all castes within its extended boundaries, including a substantial ecclesiastical population. The communities which developed adjacent to the formal plan of Antonelli had their beginning somewhat in the manner of craft centers. Although Jocotenango first was assigned to their Cakchiquel Indian allies, it became known as the community of masons. Candelaria was a suburb mainly inhabited by carpenters, and along the wide avenue below Manchen Hill were located the ironworkers. But all this could hardly have been visualized by the small group of surviving colonists and their Indian laborers when the streets were surveyed in 1542 and the first allotments of land were made. By 1543 it may be assumed that the transfer of citizens was well under way. History does not tell of a formal dedication of the new city, but three events of importance to the community are re corded. The first council meeting was held on March 10, 1543. The Most Holy Sacrament of the Church was transferred to the temporary Cathedral in the procession of Corpus Christi. And on June 13th it was publicly announced that the new city was to be known by the same ñame as its two predecessors — Santiago.10 On March 10, 1566 the King conferred upon the city the title of “The Very Noble and Very Loyal City of the Knights of St. James of the Kingdom of Goathemala”.17 Since Charles V had given the capital a coat of arms it
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
las calles para añadir una manzana rectangular a cada lado, y manzanas cuadradas más grandes en las esquinas noroeste y noreste. Al sur, también, había extensiones que permitían ensanchamien tos hasta las orillas del Pensativo, donde torcía hacia el oeste. El camino desde la abandonada capital de Almolonga, se unió con esta traza for mal en la esquina sudoeste de la ciudad. (Véase el plano). Por el oeste, la traza original estaba delimi tada por una ancha avenida, y una semejante se extendió por una parte del límite septentrional. Se supone que se proyectaba tenerla por toda la extensión, pero que la expansión pudiera haber interrum pido su terminación. Es probable que se haya considerado amplio el plano básico de Antonelli, posiblemente proyec tado para unos cinco mil habitantes dentro de esta área, para el porvenir que se podía prever. Sin embargo, existían áreas adyacentes para los indígenas y para los dedicados a la agricultura y a la cría de ganado. Es interesante notar que se desarrollaron casi inmediatamente arrabales en el terreno desigual al norte y al oeste de Santiago. Más tarde estas comunidades de densa población llegaron a ser una parte integrada a la ciudad y contribuyeron al considerable número final de sus habitantes. Hay un gran desacuerdo entre los historiadores, tocante al número de habitantes, y es casi cierto que la mayor parte de ellos, si no todos, lo han exagerado. Aun los más conserva dores habrán incluido los habitantes de los dis tritos adyacentes y los de los suburbios que se habían incorporado a la ciudad en los años an teriores a 1773. Se equivocaría uno usando el número de casas que se registró en varios informes como base para calcular la población, a menos que se tomara en cuenta que las familias coloniales del siglo XVIII eran grandes y que las familias indígenas eran probablemente parecidas a las de hoy. No hay ra zón para presumir que vivieran menos agrupados hace dos siglos los indígenas y clases pobres, de lo que hacen ahora cuando encontramos a varias fa milias habitando una sola casa, y padres con nume rosos hijos en un solo cuarto. En las casas de gente más acomodada, había varios criados, y vivían con éstos en dichas casas sus hijos. La Antigua actual tiene más de quince mil habitantes, y hay que notar que la mayoría de los barrios que eran de población densa durante la época colonial, ahora son tierras agrícolas, y por consiguiente, tienen un número mínimo de habitantes. Por eso, es razona ble creer que tuviera la capital colonial hasta treinta mil habitantes de todas clases, inclusive su población eclesiástica numerosa dentro de sus límites extendidos. Las comunidades que se fueron desarrollando adyacentes a la traza formal de Antonelli em pezaron casi como centros de personas de un mis mo oficio. Aunque Jocotenango se señaló para 7
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
was logical that both it and the ñame should transfer with His Majesty’s government. The recently destroyed capital at Almolonga would thereafter be known as the Oíd Town — Ciudad Vieja. On moving to the new city the citizens had to surrender title to their former properties in exchange for comparable areas, or sites. This arrangement included the three monasteries. Gov ernment buildings, the Cathedral and a commercial area were assigned prom inent positions around the central plaza which also served as a market place in the European fashion. This center of the city had a variety of ñames. In addition to being the Plaza Mayor, it was sometimes called the Plaza Real because the Palace of the Captains General and Royal Courts were located on its south side, and it was also called the Plaza de Armas since it served as a parade and drill ground for the military. A num ber of other plazas were located in the formal plan, and fountains and water supply were provided. T he Capital must have seemed a spacious and almost an empty place in the early years, com parable to Washington, D. C. in 1800. But for the next two hundred and thirty years this was destined to be the center of His Majesty’s govern ment for the area from the northern boundary of Chiapas to Panama under a Captain Generalcy. Santiago survived and thrived in spite of calamities and physical conditions that would have discouraged any less hardy or determined people. Santiago was a remóte city which did not have either natural mineral wealth ñor rich spoils resulting from conquest; ñor was it an important center of commerce. Primarily it was an agricultural center. Therefore it is all the more remarkable that colonists of all classes should continué to settle here and be able to develop a capital of considerable size and importance, comparable with those of other colonial areas which had fewer problems. T he representatives of the King of Spain held considerable power over the local authorities. All actions, even relatively simple ones, required authorization or approval of His Majesty. Com munications with the Court required months for a reply and often years for a decisión. A petition for the construction of a religious building or a school might be delayed for decades by replies that required details of finances, changes of plans to satisfy preliminary objections on the part of the King, or settlement of disputes between municipal and royal officials. W ithout the Crown’s permission work could not be started, and without royal favor, or assignment of income, hospitals, schools and religious foundations could only survive with great difficulty, even though generous citizens offered substantial gifts. Rivalries of monastic organizations were often a serious detriment to important developments in
los aliados cakchiqueles, llegó a ser conocido como el barrio de los albañiles. Era Candelaria un ba rrio habitado principalmente por carpinteros, y a lo largo de la Calle Ancha por debajo del cerro del Manchén, estaban radicados los herreros. Pero apenas hubiera podido anticipar todo esto el pequeño grupo de colonizadores que sobrevivían y sus peones indígenas, cuando se trazaron las calles en 1542 y se hicieron los primeros reparti mientos de sitios. Se puede presumir que el traslado de vecinos estaba bien avanzado para el año de 1543. La his toria no relata una dedicación formal de la nueva capital, pero tres sucesos de importancia para la comunidad se hallan consignados en archivos. El primer cabildo se verificó el 10 de marzo de 1543. Se trasladó el Santísimo a la catedral provisional en la procesión de Corpus Christi. Y el 13 de junio se anunció públicamente que se había de conocer la nueva ciudad con el nombre de sus antece soras, es decir, Santiago.16 El 10 de marzo de 1566, el rey confirió a la ciudad el título de: Muy Noble y Muy Leal Ciudad de los Caballeros de Santiago del Reino de Goathemala.17 Puesto que Carlos V le había dado a la capital un escudo de armas, era lógico que pasaran ambos, el escudo y el nombre, con el gobierno de su Majestad. Desde entonces, la recién destruida capital de Almo longa se conocería como Ciudad Vieja. Al trasladarse a la nueva ciudad, los vecinos tuvieron que entregar el título de sus antiguas propiedades por áreas o sitios comparables en la nueva capital. Tuvieron que hacer lo mismo los tres monasterios. Para los edificios del gobierno, la catedral y una área comercial, se señalaron sitios importantes alrededor de la plaza central que servía también de mercado a la manera euro pea. Se le dio a este centro de la ciudad varios nombres. Además de ser la Plaza Mayor, se lla maba a veces la Plaza Real porque, entre otras ra zones, el Palacio de los Capitanes Generales y la Audiencia estaban al lado sur de ella, y también se nombraba la Plaza de Armas puesto que servía de campo de desfile para los militares y para ins trucción de reclutas. Había otras varias plazas en la traza formal, y se incluyeron fuentes y un suministro de agua. Habrá parecido la capital un lugar espacioso y casi vacío durante los primeros años, compa rable a Washington, D.C. en 1800. Pero durante los siguientes doscientos treinta años, su destino fue ser el centro del gobierno de su Majestad, bajo el mando de un Capitán General para todas las tierras, desde los límites septentrionales de Chia pas hasta Panamá. Sobrevivió y prosperó la ciu dad de Santiago, a pesar de calamidades y con diciones de la naturaleza, que habrían desani mado a un pueblo menos fuerte y resuelto. Era Santiago una ciudad remota que no tenía ni riqueza mineral ni botines de guerra resul-
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
Guatemala since each sent its critics and lobbyists to México and Spain. The colony also had its share of poor representatives as Captains General, Royal Judges, Inspectors, Bishops and lesser officials who were either corrupt, inefficent or troublemakers. The local authorities and citizenry had to have infinite patience and perseverance to achieve their objectives. Even when officialdom was at its best the plans of one bishop or governor might be interupted by death, and when his successor eventually arrived the project would be dropped, delayed or altered because a new one interested him more. T he conquest of Guatemala was not one of religious zeal. There were not the missionary orders accompanying or immediately following the conquerors as there had been in México, and certainly during the first years in Almolonga the colonists and soldiers were not even remotely concerned with religious foundations. However, the cmphasis was to swing to the other extreme by the eighteenth century. Again and again we find the City Council of Santiago expressing doubt about the proposed establishment of a new con ventual order or another church, saying that the peoplc were too poor to be burdened with further taxes, tithes or solicitation of alms. But always this first hesitaney felt by the authorities gave way to enthusiasm and the construction of another great ecclesiastical structure. The twentieth century student of Santiago’s history searches for an cxplanation of the tremendous dcvelopment of religious life in this city which was not a center of great wealth. It had no mines such as were conunon to México. It derived no wealth from Inca gold as did Cuzco, Perú. Its population was slow to grow. The problem of building and rebuilding after numerous earthquakes must have been a burden to even the more prosperous landowners and townspeople. Towns throughout the country were assigned to various religious orders. and income from these places was shared by the Crown and the assignee. Some of the earlier monasteries received considerable amounts from such towns or properties. In similar fashion the limited upper class and titlecl citizens accumulated wealth which permitted generous gifts — especially in their wills for the redemption of their souls. Reading the works of the chroniclers gives a clue, perhaps, to the cxcessive num ber of religious foundations in the small confines of this otherwise modest capital. The pcople believed that the repeated earthquakes were a punishment from God ior their sins, and a desire to atone for them and to propitiate God’s wrath led to ever more ec clesiastical building. Ultimately Santiago supported eighteen re ligious foundations for men and women, and almost all had churches open to the public. Some
tantes de la conquista; ni era un centro comercial importante. Principalmente era un centro agrí cola. Por consiguiente, es más notable que siguie ran radicándose allí colonizadores de todas las ca tegorías, y que pudieran desarrollar una capital de considerable tamaño e importancia, comparable a las de otras regiones coloniales que tenían menos problemas. Los representantes del rey de España tenían mucho poder sobre las autoridades locales; para todas las actividades, aun las relativamente sen cillas, se exigía la licencia o la aprobación de su Majestad. Antes de recibir respuesta a las comu nicaciones dirigidas a la Corte, se esperaba meses, y muchas veces años, hasta que viniera una de cisión. Una solicitud para la construcción de un edificio religioso o una escuela, podía tardarse décadas a causa de contestaciones que exigían más detalles sobre rentas, cambios de planes, para satisfacer objeciones preliminares del rey, o el ajuste de disputas entre los oficiales reales y municipales. Sin la previa licencia del rey, no se podía iniciar obras, y sin el patrocinio real o la asignación de rentas por su Majestad, los hos pitales. colegios y establecimientos religiosos sólo podían sobrevivir con grandes dificultades aun cuando por parte de vecinos generosos se entre garan cuantiosos donativos. Las rivalidades de las órdenes religiosas, que enviaron a México y a España sus representantes, impedían muchas veces desarrollos de importancia en Guatemala. La colonia sufrió también de al gunos malos representantes de su Majestad, quie nes vinieron como capitanes generales, oidores, visitadores, obispos y oficiales de menos categoría que eran corruptos, ineficaces o perturbadores. Las autoridades locales y los vecinos necesitaban tener paciencia y persistencia infinitas para lograr sus fines. Aun cuando los oficiales del gobierno superior eran muy buenos, los proyectos de algún obispo o gobernador podían interrumpirse a causa de su muerte, y al llegar por fin el sucesor, era posible que se abandonara, se postergara, o se cambiara el proyecto, porque algún otro intere sara más al recién venido. La conquista de Guatemala no fue de las de gran celo religioso. Las órdenes religiosas no acom pañaron ni siguieron inmediatamente a los con quistadores como había sucedido en México, y ciertamente durante los primeros años en Almo longa los soldados y los colonizadores no se inte resaron en la fundación de establecimientos re ligiosos. No obstante, había de cambiar el énfasis al otro extremo para el siglo XVIII. Repetidas veces expresó el Ayuntamiento de Santiago dudas tocante a la fundación propuesta de otra orden eclesiástica u otra iglesia, diciendo que los vecinos eran demasiado pobres para cargarse con más impuestos, diezmos, o solicitudes de limosnas. Pero siempre esta primera vacilación de la parte 9
SANTIAGO AND TUL' VALLEY OF PANCHOY
maintained hospitals. In addition there were more (lian thirty cluiiclics, chapéis and hevmitages also servíng- the city. Most of these were concentrated in an area of less than two scjnare miles, and a considerable number were in adjacent blocks. By the eighteenth century the popnlation of all re ligious organizations, ineluding lay members and the secular ilergy. must have approached that of all other citizens ol the City who were of Spanish desceñí. And many of these organizations were dependent upon alms for their existence. The tnain body ol the City of Santiago was made up of sixteen distriets. These did not include Jocotenango to the north ñor Santa Ana and beyond to the soutli. (See inap) Surrounding the City and near enough lo serve its daily market there were about twenty-live small towns and villages. Each of these. of course. supported its own church or hermitage. Santiago sulfered from several forms of calamity during its lotig liistory. As early as 1566 the normally small Pensativo River broke over its banks aml Hooded a portion ol Santiago. Dikes were built in later years. llowever, lloods of 1652, 1689 and 1762 caused considerable damage.18 Even today occasional flash Hoods carry nnul and debris tlirough the streets as^ lar as the central Plaza in spite of high embankmcnts along the eastern edge of town. Epidemics also occured during the colonial years. In 1733 smallpox was so prevalent that processions ol supplication were held on June 15th and July 9th according to municipal records.15' Reputedly scvcral thousand lives were lost in this epidemic and one which occured shortly before Santiago was abandoned.-" Although Santiago was not as near the Volcán ile Fuego as the Oíd 'l’own had been. it remained as a sonríe ol periodic dangei. On Decembcr 27. 1581 the cvuption was severo, and the asiles lalling on Santiago at eleven in the morning made it dillicult to see.'1 More than lifty eruptions of Fuego were recorded between 1520 and late in the 19th century. Subsequently there have been additional periods of activity. among them 1932. 19-15, 1962 and 1963. The eruptions of 19 15 lasted from July 29th until November. Tliose of the other years were for shorter duration. but one of the violent eruptions in the lall of 1963. like that of 1581, deposited a considerable quantity of cinders on Antigua. Fortunately the prevailing winds usually carry the ashes toward the northwest instead of the northeast. Eruptions ol Fuego are not normally associated with. or accompanied by. earthquakes; ncverthcless. the awesome spectacle of Fuego in its more violent moods must have inspired tensions among the colonists. It was repetition of earthquakes that led to the eventual destruition and abandonment of San tiago. Like the eruptions. the duration of earth-
10
de las autoridades, cedió al entusiasmo y a la cons trucción de otra gran fábrica eclesiástica. Busca el estudiante actual de la historia de San tiago una explicación del desarrollo tremendo de la vida religiosa en esta ciudad que no era un centro de gran riqueza. No tenía minas como las de México; no obtuvo un tesoro parecido al de los incas del Cuzco en el Perú. El número de habi tantes aumentó lentamente. El problema de cons truir y reconstruir después de numerosos terre motos, habrá sido una gran faena aun para los hacendados y vecinos más acaudalados de la ciu dad. Es verdad que unos pueblos por todo el país fueron asignados a órdenes religiosas, y se repartió la renta de estos lugares entre el rey y las órdenes. Algunos de los primeros conventos recibieron sumas considerables de tales pueblos o propiedades. De semejante manera, el pequeño grupo de nobles y gente de categoría, amasó cau dales que les permitieron regalar generosamente— sobre todo en sus testamentos, para misas destina das a la salvación de su alma. La lectura de los cronistas da quizá la explica ción del número excesivo de fundaciones religio sas dentro de los pequeños confines de esta capi tal. por otra parte modesta. Creía la gente que por medio de los repetidos terremotos Dios les casti gaba por sus pecados, y el deseo de expiarlos y de propiciar la ira del Señor resultaron en un número siempre en aumento de fábricas religio sas. Con el tiempo, mantenía Santiago dieciséis fundaciones monásticas para hombres o mujeres, v casi todas tenían iglesias accesibles al público. Algunas sostenían hospitales. Además, había más de treinta iglesias, capillas y ermitas que servían la ciudad. La mayoría de éstas se concentraban en una área de menos de tres kilómetros cuadrados, y un número considerable estaba en manzanas contiguas. Para el siglo XVIII. el número de per sonas dedicadas a la religión—incluyendo frailes y monjas, legos y clérigos seculares—debió haber sido casi tan grande como el de todos los otros vecinos de antepasados españoles de la ciudad. Algunas de estas organizaciones subsistían de li mosnas. La parte principal de Santiago se componía de dieciséis barrios. No se incluían en éstos ni Jo cotenango al norte, ni Santa Ana y la región más al sur. (Véase el mapa). Rodeando la ciudad y bastante cerca para proveer a su mercado diario, había unos veinticinco pueblecitos y aldeas. Cada uno de estos centros de población, por supuesto, mantenía su propia iglesia o ermita. Sufrió Santiago de varias formas de calamidades durante su larga historia. Tan temprano como 1566. el río Pensativo, generalmente pequeño, salió de su cauce e inundó una parte de la ciudad. Más tarde se construyeron diques. Sin embargo, las inundaciones de 1652. 1689 y 1762, causaron
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
quake periods varied from a few days to several months. Older buildings were frequently weakened before major shocks occured, which consequently resulted in greater damage. Although there were some instances where earthquakes were recorded in several consecutive years, the more destructive ones were spaced at long intervals, and this allowed time for repair, or reconstruction, and for a feeling of security to return among the citizens. Before the end of the sixteenth century there were no less than six severe earthquakes, with that of December 23, 1586 doing considerable dam age.22 The following century had its share also, with the one on February 18, 1651 causing great destruction.23 It was not until 1717 that the City had its first major catastrophe. After a month of preliminary shocks, the earthquake of San Miguel on September 29th left the Capital so severely damaged that serious considerador) was given to moving to another location.24 The degree of damage has been disputed by various chroniclers. It is safe to assume that there were exaggerations made by those favoring a new site. Among poorly constructed and older buildings, the destruction was undoubtedly great, and the conditions of others very bad even though they were still standing. Aftershocks continued until December. There was a delay in rebuilding, but further consideration of moving was soon forgotten. After 1720 construction never lagged in spite of damaging earthquakes in March of 1751.25 This was the ‘Golden Period’ of development, and the majority of the structures still in existence were rebuilt, or newly constructed, during these years prior to 1773. In May of 1773 there were some minor shocks, and a heavy earthquake on June 1lth caused only slight damage. Then in mid-afternoon of July 29th there was such a sharp warning that the people rushed to the open spaces. As a result of this warn ing, few lives were lost when the great earthquake of Santa Marta occured ten minutes later. Al though it was devastating and left the City very severely damaged, it did not cause total ruin.26 Historians of the time have given vivid descriptions of what happened and of the miserable night that followed — made worse by rain and lack of shelter. Most of the buildings which were not destroyed were rendered unsafe for shelter. Public fountains were broken, and the water system was useless. Native market venders failed to bring food into the City the following days. Many people fled to nearby towns, and those who remained, including members of the religious houses, had to fashion makeshift shelters in their gardens or in open fields. During the ensuing months there were other shocks, but the citizens returned to the task of repairing less damaged houses and building temporary churches and shelters near the monas-
estragos considerables.18 Aun hoy, de vez en cuan do, una torrentada lleva lodo y ripio por las calles hasta la Plaza Central, a pesar de presas altas al límite este de la ciudad. También ocurrieron epidemias durante la época colonial. En 1733, por ejemplo, la viruela atacó con tal intensidad que hubo procesiones de súplica el 15 de junio y el 9 de julio, según documentos municipales.1” Se dijo que perecieron varios miles de personas en esta epidemia y en la que ocurrió un poco antes de abandonarse San tiago.20 Aunque no estaba Santiago tan cerca del Volcán de Fuego como Ciudad Vieja, de cuando en cuan do era peligroso. El 27 de diciembre de 1581 hubo una gran erupción, y las cenizas que cayeron sobre Santiago a las once de la mañana eran tan tas que la gente veía con dificultad.21 Entre 1520 y la última parte del siglo XIX, se registraron más de cincuenta erupciones del Volcán de Fuego. Subsiguientemente ha habido otros períodos de actividad, entre ellos: 1932, 1945, 1962 y 1963. Duraron las erupciones de 1945, desde el 29 de julio hasta noviembre. Las de otros años fueron de menos tiempo. Sin embargo, una de las erup ciones violentas del otoño de 1963, como la de 1581, depositó una cantidad grande de cenizas sobre la Antigua. Afortunadamente, por lo gene ral, los vientos llevan las cenizas al noroeste en vez de al noreste. Generalmente las erupciones del Volcán de Fuego no se asocian con temblores ni están acompañadas de ellos. Sin embargo, el pavoroso espectáculo de ese volcán en erupción violenta, habrá causado tensiones entre los ha bitantes coloniales. Fueron los terremotos repetidos la causa de la destrucción eventual y el abandono de Santiago. Como las erupciones, la duración de períodos de terremotos variaba desde unos cuantos días has ta varios meses. Los edificios más antiguos se en contraban frecuentemente hechos menos fuertes antes de suceder las conmociones sísmicas de gran intensidad, lo cual dio como resultado estragos más serios. Aunque hubo algunos casos de terre motos en años sucesivos, entre los más destructores hubo intervalos largos, lo que dejó tiempo para reparaciones o reconstrucciones y, también, para que recobraran los vecinos su sentimiento de se guridad. Antes de fin del siglo XVI no hubo menos de seis terremotos severos, y el del 23 de diciembre de 1586 hizo estragos serios.22 Durante el siglo si guiente también hubo bastantes, causando gran daño el del 18 de febrero de 1651.23 No fue sino hasta 1717 cuando sufrió la ciudad su primera gran catástrofe. Después de un mes de temblores preliminares, el terremoto de San Mi guel, el 29 de septiembre, dejó la capital tan severamente dañada que se consideró seriamente trasladarla a otro lugar.24 Se ha disputado entre 11
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
teries and convenís. As in 1717 the decisión might have been in favor of rebuilding Santiago if the City Council and the citizens had been allowed to make it. The City had acquired magnificent and well-built public buildings, churches, conventual institutions and homes during the eighteenth century. Judging by what still stands nearly two hundred years later, it is doubtful that the damage was any worse than it had been in 1717. It was more extensive because Santiago was a bigger city and there was more to be destroyed. But a new Captain General had arrived on June 12th and he abandoned Santiago on September 6th, moving the official governing body to the village of the Ermita about twenty-five miles away. He declared this place the new Capital in January of 1774.27 The Captain General’s insistence on the move was strengthened by other destructive earthquake shocks on December 13-14, of this same year. Damage to the previously weakened buildings was undoubtedly extensive. It was the irrevocable decisión of the Captain General that the City of Santiago should be completely abandoned. T he Archbishop, who had been in Santiago since 1766, opposed this decisión and continued to do so until he returned to Spain in 1779.28 Those who wanted to migrate to New Guatemla did so, but the M unicipal Government and the majority of citizens began the task of re building. T he University resumed classes in a hut situated on the little Plaza of Santo Domingo, crude shelters were built to house the sick who were cared for by the Brothers of St. John of God, and even a provisional Cathedral was erected dur ing 1774.29 But it is significant that the “Very Noble and Very Loyal City of the Knights of St. James of Guatemala” was called ‘A ntigua Guate mala” for the first time in an official document on July 24, 1774.:i0 On January 16, 1775 the Master of Public Works, Bernardo Ramírez, began removing all usable materials from the Palace of the Captains General for transport to the new Capital. On March 31st a decree was issued forbidding further building, or even repairs, in Antigua.31 In Decem ber Luis Diez Navarro was designated the planner of New Guatemala, and it was suggested that not only public buildings but prívate houses of Antigua should be stripped of all usable ma terials.32 Finally the City Council was forced to depart on December 29, 1775.33 This marked the death of the former capital after two hundred and thirty-two years and nine months in the Valley of Panchoy. On the 28th of July 1777 an edict from New Guatemala decreed that moving must be completed and all property abandoned by March 27, 1778, and that all of Santiago should be destroyed, levelled to the ground after that date. The Uni12
los cronistas la magnitud de los estragos. Se puede presumir que hubo exageraciones hechas por los que favorecieron el traslado a otro sitio. Entre los edificios más antiguos y los mal construidos, sin duda la destrucción fue grande, y fue muy mala la condición de otros aun cuando todavía estaban en pie. Los temblores continuaron hasta diciembre. Se tardó la reconstrucción, pero pronto no se pensó más en trasladar la ciudad. Después de 1720 nunca se retrasó la construcción, a pesar de terremotos destructores en marzo de 1751.25 Fue éste el ‘período de oro’ para el desarrollo, y la mayor parte de los edificios que existen ahora se reconstruyeron o se construyeron entre el año citado y 1773. En mayo de 1773 hubo unos movimientos sís micos menos intensos, y un fuerte temblor el día 11 de junio, sólo causó estragos menores. Luego, a mediados de la tarde del 29 de julio, hubo un temblor previsor de tanta fuerza que se lanzó la gente fuera de las casas. Gracias a este aviso, re sultó poca pérdida de vidas, cuando diez minutos después ocurrió el gran terremoto de Santa Marta. Aunque fue devastador y dejó la ciudad severa mente dañada, no causó su ruina total.28 Los historiadores de la época han dejado descripciones vividas de lo ocurrido y de la noche horrible que siguió, empeorada por la lluvia y la falta de abrigo. La mayoría ele los edificios que no fueron destruidos quedaron en un estado peligroso. No funcionaba el sistema de distribución de aguas, y se hallaban rotas muchas de las fuentes públicas. Los vendedores indígenas dejaron de traer comes tibles a la ciudad durante los días que siguieron. Huyeron muchas personas a los pueblos cercanos, y los que quedaron—entre ellos muchos religiosos —tuvieron que construir abrigos provisionales en sus jardines o en los campos. Durante los meses siguientes hubo otros sacudimientos de tierra, pero volvieron los vecinos a la obra de reparar las casas menos destruidas y de construir iglesias y abrigos provisionales, cerca de los monasterios y los con ventos. Lo mismo que en 1717, es posible que se hubieran decidido a la reconstrucción de San tiago si al Ayuntamiento y a los vecinos se les hubiera permitido tomar la decisión. Se habían construido en la ciudad edificios públicos, iglesias, establecimientos conventuales y casas, todos ellos magníficos y bien edificados, durante el siglo XVIII. A juzgar por lo que queda en pie casi doscientos años más tarde, parece dudoso que fuera el daño peor que el de 1717. Fue más ex tenso porque la ciudad de Santiago era más grande, y contaba con mayor número de construc ciones. Pero el día 12 de junio había llegado a San tiago un nuevo capitán general que abandonó la ciudad el 6 de septiembre, trasladando el gobierno de su Majestad a la aldea de La Ermita a una dis tancia de unos cuarenta y tres kilómetros. En
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
versity finally moved in November 1777. The religious orders, except the Agustinians who were already established in the new city, were given two months in which to comply.34 The tyrannical decrees of these few years were both cruel and ill-considered. Labor was conscripted for the removal of everything possible from Antigua. The Indian laborers worked under the lashes of foremen and inspectors with the threat of death if they did not obey. It was ordered that shutters, doors, locks and metal ornaments of doors, grilles, wood beams, ceilings, tiles, columns, capitals, escutcheons, and all other cut stone should be tora out of the Palace of the Captains General. Even the great stone columns of the exterior arches were to be moved, but they proved too large and heavy to transport. T he columns of the patios were taken, however.35 Other public buildings were also stripped of similar objects, and as the time approached for the destruction of remaining buildings, this stripping extended to private homes. Naturally the churches and religious orders salvaged what they could for the new buildings that they would be forced to erect in New Guatemala. Therefore, the altars, works of art, and furnishings of these institutions were taken. The task must have been greater than the government anticipated since a considerable number of people were still in Antigua and businesses were still operating in May of 1779. On the 18th of that month all stores were ordered closed within fifteen days and everything out of them. And again on June 9th there was a further order that everyone should be out of the city and all houses closed in twenty-two days. Prison was the alternative. How ever, the records show that the archbishop did not leave until November 22nd, and the parish of the Sagrario did not move until May 25, 1780.36 Although the efforts of the Royal Government did more damage than the great earthquake of Santa Marta, the many monumental structures of the religious orders, the churches and public buildings, and even the residences could not be totally destroyed in a short space of time. Under the circumstances it seems almost miraculous that so much of colonial Santiago remains for our ap preciation and study nearly two hundred years after it was partially razed. Although the city was never completely abandoned it was without government until 1789. Even after that date it was still subject to neglect, exposure to weather and decay for nearly half a century; a place of vast ruins which were filled with debris and sometimes almost hidden by the trees and bushes growing out of their walls. Such was the condition of the oíd city when John L. Stephens visited it in December of 1839 and interviewed an oíd man who was living in Santiago in 1773 and could give an eye-witness description of the post-earthquake
enero de 1774 la declaro la nueva capital de Guatemala.27 La insistencia del Capitán General en la trasla ción fue aumentada por otros temblores destruc tores el 13 y 14 de diciembre de este mismo año. Sin duda fueron mayores los daños en los edi ficios previamente debilitados. El nuevo Capitán General decidió irrevocable mente que se abandonara completamente la ciu dad de Santiago. Se opuso el Arzobispo, quien estaba en la ciudad desde 1766, y siguió oponién dose hasta su vuelta a España en 1779.28 Los que querían trasladarse a la Nueva Guatemala lo hicieron, pero el gobierno municipal y la mayoría de los ciudadanos empezaron la obra de recons trucción. Se reanudaron las clases de lá Universi dad en un rancho situado en la plazuela de Santo Domingo; se construyó una enfermería rústica en donde los hermanos de San Juan de Dios atendie ron a los enfermos; y aun se erigió una catedral provisional en 1774.29 Pero es importante notar que, por primera vez, en un documento oficial del 24 de julio de 1774 se hizo referencia a la ‘Muy Noble y Muy Leal Ciudad de los Caballeros de Santiago de Guatemala’ como la Antigua Guate mala.30 El 16 de enero de 1775 el Maestro Mayor de Obras, Bernardo Ramírez, comenzó a sacar todos los materiales utilizables del palacio de los Capi tanes Generales para trasladarlos a la nueva capi tal. El 31 de marzo se emitió un edicto que pro hibió que se construyera o aun reparara cualquier fábrica en la Antigua.31 En diciembre designaron a Luis Diez Navarro delineador de la Nueva Guatemala y se sugirió que no sólo los edificios públicos sino también las casas particulares de la Antigua fueran despojadas de todas las cosas que se pudieran utilizar.32 Al fin forzaron a partir al Cabildo el 29 de diciembre de 1775.33 Esto marcó la muerte de la antigua capital después de doscien tos treinta y dos años y nueve meses de estar en el Valle de Panchoy. El 28 de julio de 1777 otro decreto, expedido en la Nueva Guatemala, mandó que se concluyera la traslación y el abandono de todos los inmuebles para el 27 de marzo de 1778, y que se destruyera toda la ciudad de Santiago. Después de dicha fecha se arrasaría todo. En noviembre de 1777 se tras ladó por fin la Universidad de San Carlos. Se les mandó a las órdenes religiosas — con excepción de los agustinos que ya se hallaban establecidos en la nueva ciudad —que se trasladaran en el tér mino de dos meses.34 Los edictos autoritarios de estos años eran a la vez crueles y de mal criterio. Obligaron a los indígenas a trabajar retirando todo lo utilizable de la Antigua. Los peones indígenas trabajaron bajo los latigazos de mayordomos e inspectores, amenazados con fuertes castigos si no obedecían. Mandaron arrancar del Palacio de los Capitanes 13
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
ruins.37 A considerable num ber of citizens and natives moved back, or were still living in the abandoned capital, in the late eighteenth century. Víctor Miguel Díaz quotes records of the period of 1818 20 just before Guatemala gained its independence from Spain. T he people of Antigua had been using the chapel of the University as a parish church for many years.38 A single door had been opened to the Street, but this was considered inadequate for the safety of the worshipers, and the oíd artesonado ceiling was in very bad condition; furthermore the plan was not suitable for a parish church. During several years the subject was debated, and various possibilities considered: the walls of San Pedro Church next to the hospital were standing but it was rooflless; there was space to build a church of suitable plan within the walls of the oíd Palace of the Captains General opposite the City Hall; also the walls and piers of the Ca thedral were sound, but the broken domes would have to be removed and the nave roofed to make it usable. Finally it was decided that the west end of the Cathedral facing the Plaza, the former Sagrario, could be restored most adequately. It had two aísles in the north-south direction and three doors to the Plaza, and an aislé to the atrium facing T ridentino Seminary.39 This decisión was carried out, and it is this church which still functions today as the Parish Church of San José. Although the organ in the north end of this parish church is not colonial it warrants mention here. It was built in Antigua in 1830 by Mariano López who lived in the house diagonally opposite the church of San Pedro and facing the little plaza of the same ñame. The organ is of fine tone and has been in continuous use since 1830. López also built the monumental organ of the Cathedral in New Guatemala which was destroyed by the 1917 18 earthquake.40 About 1840 José María Palomo y Montúfar was named magistrate of the Department of Sacatepéquez and conceived the plan of improving Anti gua. In 1855 many families of New Guatemala had moved to Antigua where life was comfortable and commerce was active. There were two prívate schools, two hotels, two inns, and some industries. During these years the City Hall was repaired, the atrium of the oíd Cathedral extended, Merced Church restored, the Hospital of San Juan de Dios enlarged and the arch o£ Santa Catalina reconstructed. Bridges of the Pensativo were repaired, the water tank and washing place on San Pedro Plaza established, the several alamedas properly cared for and benches placed along them. The cemetery on the site of San Lázaro was reestablished in good condition and the large stone cross moved there from one of the city plazas where it had stood from colonial days. Unfortunately this civic minded leader, who would have
Generales postigos, puertas, cerraduras y adornos de metal para las puertas, rejas, vigas, artesonados, losas, columnas, capiteles, escudos y todo lo demás de piedra labrada. Aun mandaron trasladarse las grandes columnas de piedra de la arquería del palacio, pero afortunadamente resultaron demasia do grandes y pesadas para poder hacer efectiva la orden. Sin embargo, las columnas de los patios sí, se quitaron.35 Despojaron de objetos semejantes a los otros edificios públicos, y al acercarse la fecha para la destrucción de los edificios que que daron, este despojo se extendió a las casas parti culares. Fue natural que las iglesias y las órdenes religiosas se sirvieran de lo utilizable para los nuevos edificios que tuvieron que construir en la Nueva Guatemala. Por consiguiente, se llevaron altares, obras de arte y mobiliario de estas insti tuciones. Probablemente fue la tarea más difícil de lo que había anticipado el gobierno superior, pues un número considerable de personas permanecieron todavía en la Antigua, y había varios negocios funcionando allí en mayo de 1779. El 18 de aquel mes se ordenó que dentro de quince días se ce rraran todas las tiendas y que no quedara nada en ellas. Y de nuevo, el 9 de junio hubo otro man dato para que todos partieran de la ciudad y que se cerraran todas las casas dentro de veintidós días. La cárcel fue la alternativa. Sin embargo, muestran los documentos que no partió el Arzo bispo hasta el 22 de noviembre, y la parroquia del Sagrario no se trasladó hasta el 25 de mayo de 1780.36 Aunque los esfuerzos del gobierno real hicieron más estragos que el gran terremoto de Santa Mar ta, los muchos edificios monumentales de las órdenes religiosas, las iglesias, y los edificios pú blicos, y aun las casas no pudieron destruirse total mente en un período de tiempo relativamente corto. Pero dadas las circunstancias, parece casi milagroso que quede lo que hay actualmente del Santiago colonial para nuestra apreciación y es tudio casi doscientos años después de que se des truyó parcialmente. Aunque nunca fue abando nada por completo, la ciudad estuvo sin gobierno hasta 1789. Pero aun después de esa fecha, durante medio siglo más o menos, todavía sufrió descuido expuesta a la intemperie y al deterioro; fue un lugar de vastas ruinas que estaban llenas de escom bros y a veces casi escondidas por los árboles y los arbustos que crecían en sus paredes. Tal era la condición de la antigua ciudad cuando John L. Stephens la visitó en diciembre de 1839 y habló con un viejo que vivía en Santiago en 1773 y pudo darle una descripción de testigo ocular de las ruinas después de los terremotos.37 Un número considerable de vecinos e indígenas o habían vuelto o todavía habitaban la capital abandonada, en los últimos años del siglo XVIII. Víctor Miguel Díaz cita documentos del período
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY
promoted many more improvements, did not live beyond 1855.41 Among the few things of note that were rebuih later was the church adjoining the hospital of San Pedro which was completed in the 1880’s. ‘ A minimum of changes and improvements was made in Antigua during the following fifty years. This had both advantages and disadvantages. Antigua was allowed to retain its colonial character since it was easier to repair oíd houses, fol lowing the original building customs, than to tear them down and build anew. But many splendid oíd mansions were allowed to fall into further disrepair, and the more monumental ruins were gradually eroding into piles of rubble. Tree roots, which were breaking massive walls apart, and seepage of water into every crevice were N ature’s method of destruction. The depredations of greedy and thoughtless men were worse. Some of the ruins were used as stone quarries, a practice that was inspired by the decrees of 1776-77. Other persons, no less greedy or thoughtless, were removing panelled doors, shutters and furnishings to be incorporated into homes on coffee plantations or into new hotels outside of Antigua in the highlands. Distinctive architectural features were being obliterated by unappreciative property owners in Antigua. As oíd roof timbers decayed the tile roofs were replaced by corrugated iron on the majority of houses, and the wide overhang of roofs, which were typical, disappeared in favor of inartistic parapets. About 1936 Governor Cipriani restored the central lountain in the Plaza and carried out other improvements that indicated that it was possible to retain the character and beauty of an eighteenth century city in this, the twentieth. In 1944 Guatemala made Antigua a National Monument and passed laws to protect the city against further loss of character and ultimate de struction. These laws were designed to stop the stripping of houses and ruins of their authentic colonial identity and architectural details; to pre serve what was left; to prevent further erosión of monumental and historie ruins; and to control renovation in such a manner that the character of this unique community would not be lost for future generations. It was deemed still possible to preserve the eighteenth century colonial appearance of Antigua. This was especially important since the earthquake of 1773 had arrested the development of this oíd capital at the very height of the colonial period. The entire city was an au thentic and valuable museum of the history of its time, a monument without parallel in the Americas. No attempt was made to control what people did in remodeling the interior of their houses to make them useful and comfortable, as well as habitable, as long as the exterior character was maintained.
entre 1818 y 1820 inmediatamente antes de ganar Guatemala su independencia de España. Desde hacía muchos años usaban los habitantes de la Antigua la capilla de la Universidad como iglesia parroquial.38 Se había abierto a la calle una sola puerta. Se consideraba ésta inadecuada para la seguridad de los feligreses, y el viejo artesonado estaba en estado muy malo; además la planta no era conveniente para parroquia. Se discutió el asunto por unos años, y se consideraron varias posibilidades: estaban en pie los muros de la iglesia de San Pedro, al lado del hospital, pero se hallaba sin techo; había espacio para construir una iglesia de icnografía conveniente dentro de los muros del antiguo Palacio de los Capitanes Gene rales, enfrente del Ayuntamiento; también las paredes y los pilares de la catedral estaban buenos, pero sería necesario quitar cúpulas rotas y volver a techar la nave para hacerla servible. Por fin, se decidió que la parte occidental de la catedral que daba a la plaza, o sea el antiguo Sagrario, se podría restaurar' más adecuadamente. Tenía dos naves orientadas norte-sur, tres puertas que daban a la plaza, y una nave que miraba hacia el Seminario Tridentino.™ Se llevó a cabo esta decisión, y esta iglesia es la que funciona todavía hoy como la parroquia de San José. Aunque no es colonial, el órgano colocado en el extremo norte fie esta iglesia, merece mencio narse. Fue construido en la Antigua en 1830 por Mariano López, quien vivía en la casa situada diagonalmente enfrente de la iglesia de San Pedro, y dando a la plazuela de dicha iglesia. Tiene muy buen tono, y desde 1830 se ha usado continua mente. López construyó también el órgano monu mental de la catedral de la Nueva Guatemala, el cual fue destrozado por los terremotos de 1917 1918.40 Hacia 1840, José María de Palomo y Montúfar fue nombrado Oficial Mayor del Departamento de Sacatapéquez. y él concibió el proyecto de mejorar la Antigua. Para 1855 muchas familias de la Nueva Guatemala se habían mudado a la Antigua donde era cómoda la vida y activo el comercio. Tenía la ciudad dos colegios, dos pensiones, dos mesones y unas industrias. Durante esos años se reparó el Ayuntamiento, se amplió el atrio de la vieja cate dral. se restauró el templo de la Merced, y se en sanchó el hospital que estaba bajo el cuidado de los hermanos de San Juan de Dios. Se reconstruyó el arco de Santa Catalina, se repararon los puentes fiel río Pensativo, en la Plaza de San Pedro se es tablecieron el estanque y los lavaderos, y se cui daron de las alamedas colocándose asientos de cali canto a lo largo de ellas. Se restableció el cemen terio en el sitio de San Lázaro, y se trasladó allí la cruz grande de piedra de una de las plazas de la ciudad, donde había quedado desde los días de la colonia. Desgraciadamente, este oficial concien zudo, quien hubiera fomentado otras muchas 15
SANTIAGO AND THE VALLEY OF PANCHOY
Although the effort to preserve Antigua carne almost too late, there was still great hope twenty years ago that the plans regarding this historie monument could be achieved. Unfortunately these efforts have not been continuous or entirely successful. In recent years conditions have become worse rather than better. Even since Antigua was made a National Monument, the depradations of citizens have not been controlled. Distinctive and historie buildings have been changed and commercialized. An oíd córner house on the Street of the Nobles was replaced by a completely incom patible gas station. In 1962 another colonial house was wrecked to provide access to an ugly pseudomodern two story building constructed at that time adjoining one of the most beautiful residences of the colonial period. And subsequently, two oíd houses opposite the west side of the Palace of the Captains General, which had fine doorways framed with stone, window bases and iron grilles, have been ruthlessly destroyed despite the protests of the committee charged with the protection of the National Monument. Numerous other changes have been made without consideration of the laws, or advice that was available. Many persons in Guatemala and in other countries are interested in this monumental oíd City of Santiago and endorse its preservation. But the next few years are critical. T he people of Antigua will have to join the crusade and insist that the law be enforced if the historie character is to be preserved. Otherwise a priceless colonial gem will be lost forever. 1 Bancroft, H. H., History of Central America, 1, 625 ff 8c II, 74 ff 2 Pardo, Guia, p. 12 8c Juarros, 1, 102 3 Bancroft, II, 95 ff & Juarros, II, 176-177 * Remesal, I, 71 ff 5 Juarros, I, 105 uibid., 111 1 Helps, Life of Las Casas, p. 188 8c Remesal, I, 165 8 Juarros, I, 122-124 8c Vázquez, IV, 19 9 Pardo, Efem., p. 1, 8c Fuentes y Guzmán, I, 99 8c Juarros, 1, 180 10 Pardo, Efem., p. 1, 8c Fuentes y Guzmán. 1, 102 11 Pardo, Efem., p. 1, 8c Fuentes y Guzmán, 1, 103-110 12 Pardo, Efem., p. 1, 8c Juarros, 1, 181 13 Pardo. Efem., p. 3 l*Ibid., 8c Juarros, 1, 181 15 Bancroft, 11, 321, Juarros, II, 178 M etrópoli Colonial, pp. 153-155 16 Pardo, Efem., p. 4 17 Ibid., 8c Fuentes y Guzmán, 1, 188 AGG, A 1.2-4-2195 (1566) 8c BAGG VIII, 1, 24-25 18 M etrópoli Colonial, pp. 315 ff 19 Pardo, Efem., p. 141 20 M etrópoli Colonial, p. 324 21 Pardo, Efem., p. 18 8c González Bustillo, Razón puntual, Núm. 4 22 Pardo, Efem., p. 21 23 Ibid., p. 46, González B.,Razón puntual, Núms. 3-6 Stephens, John L., Central America, Chiapas and Yucatan, I p. 268 24 Vázquez, IV ,392-393 Pardo, Efem . pp. 116-118 González B., Razón puntual, Núm. 15 25 Vázquez, IV, 326-328, Pardo, Efem., p. 166 8c González B., Razón puntual, Núm. 18 26 Pardo, Efem., p. 200, 8c González B„ Razón puntual, Núms. 21-26 27 Pardo, Efem., p. 206 28 ibid., p. 216
16
mejoras parecidas, falleció en 1855.41 Entre las pocas cosas de importancia que se reconstruyeron más tarde fue la iglesia contigua al hospital de San Pedro la que se terminó entre 1880 y 1890. Se hicieron un mínimo de cambios y reparos en la Antigua durante los cincuenta años que siguie ron. Resultó tener esto ventajas y desventajas. Antigua pudo guardar su carácter colonial puesto que fue más fácil reparar antiguas casas, según las primitivas costumbres de construcción, que echarlas por tierra y reconstruirlas. Pero se dejó caer en aun peor estado muchas viejas mansiones espléndidas, y las ruinas más monumentales fueron corroyéndose, llegando a ser montones de escom bros. Las raíces de los árboles que rompían los muros macizos, y la filtración de agua en las grie tas fueron formas de destrucción de la naturaleza. Peor fue el saqueo de hombres codiciosos e irre flexivos. Servían algunas ruinas como canteras, una actividad inspirada primitivamente en los decretos de 1776 y 1777. Otras personas, tan codiciosas e inconscientes a la belleza de la ciudad como aqué llas, quitaron puertas entrepañadas, postigos y mo biliario para llevarlos a casas de fincas o a nuevos hoteles fuera de Antigua, en los Altos. Dueños de casas en la Antigua, carentes de una apreciación de lo valioso de la ciudad, destruyeron detalles arqui tectónicos característicos. Cuando se pudrían las maderas de los techos, en la mayoría de los casos, reemplazaron los techos de tejas con los de lámina; y los anchos aleros, tan típicos, desaparecieron, sustituidos por parapetos inartísticos. Hacia 1936 el gobernador Cipriani restauró la fuente central de la plaza e hizo otras mejoras que indicaron que era posible conservar el carácter y la belleza de una ciudad dieciochesca en este siglo XX. En 1944, Guatemala declaró Monumento Na cional a la Antigua y decretó la ley para proteger la ciudad contra nuevas pérdidas de carácter y destrucción eventual. El propósito de esta ley fue poner fin al despojo de las casas y de las ruinas en su identidad colonial y sus detalles arquitectónicos auténticos; conservar lo que quedaba; impedir que siguiera la erosión de las monumentales ruinas históricas; y controlar la renovación de tal manera que el carácter de esta ciudad única no se perdiera para las generaciones futuras. Se creía todavía posible conservar el aspecto colonial del siglo XVIII en la Antigua. Fue y es esto de suma im portancia porque los terremotos de 1773 habían suspendido el desarrollo de esta antigua capital en el punto cumbre del período colonial. Era la ciu dad entera un museo auténtico y valioso de la historia de su época; un monumento sin par en América. La ley no trató de controlar lo que hiciera la gente por adentro de sus casas para ha cerlas más útiles y confortables con tal que se mantuviera el carácter exterior colonial. Aunque ya fue casi demasiado tarde cuando se
SANTIAGO Y EL VALLE DE PANCHOY 29 Ibid., pp. 207-208 & M etrópoli Colonial, pp. 335-336 30 Pardo, Efem., p. 209 31 Ibid., p. 210 32 ibid., p. 212 33 Ibid. 34 Ibid., p. 213 35 ibid., pp. 210 & 213-214 36 Ibid., pp. 215-216 37 Stephens, I. p. 270 38AGG, A 1.2-11.819-1805 (1816) & BAGG, 1. 202 3» Díaz, Víctor Miguel, Las Bellas Artes en Guatemala, pp. 158-161 w ib id ., p. 162 “ 41 Ibid., pp. 273 ff
inició esta tentativa de preservar la Antigua, to davía se tenían hace veinte años grandes esperan zas de que se pudieran realizar los proyectos para este monumento histórico y que se pusiera en eje cución la ley. Desgraciadamente, no han sido con tinuos estos esfuerzos ni han tenido el éxito es perado. En estos últimos años, se ha empeorado la situa ción. Aun después que se hizo a la Antigua Monu mento Nacional, no se ha protegido la ciudad de los despojos de algunos vecinos. Se han cambiado y se han destruido edificios históricos distintivos, a veces para fines comerciales. En una esquina de la Calle de la Nobleza una antigua casa auténtica fue arrasada para construir en el sitio una gasoli nera de arquitectura totalmente incompatible. En 1962, otra casa colonial fue derrumbada para dar acceso a un edificio pseudo-moderno, sumamente feo, que se construyó en ese tiempo, adyacente a una de las casas más bellas de la Antigua colonial. Y subsiguientemente dos casas más, enfrente del lado occidental del Palacio de los Capitanes Gene rales, las cuales tenían muy finos marcos de piedra alrededor de sus puertas, las características repisas para sus ventanas y rejas antiguas, se han destrui do insensiblemente a pesar de las protestas de la comisión encargada de la protección del Monu mento Nacional. Se han hecho otros numerosos cambios sin hacer caso de la ley y contra los conse jos disponibles. Muchas personas en Guatemala y en el extran jero se interesan por esta antigua ciudad monu mental de Santiago y desean su preservación. Pero es de suma importancia lo que pase en los años próximos. Es preciso que se unan a la cruzada los vecinos de la Antigua y que insistan ellos en que se ponga en vigor la ley, si ha de conservarse el carácter histórico de su ciudad. De otra manera una preciosísima joya colonial se perderá para siempre. St. James — patrón saint of the city Santiago — Patrono de la ciudad
Santiago
a Antigua and Agua Volcano from Manchén H ill Antigua y Volcán de Agua desde el cerro del M anchén
b View from the lower slopes of Agua Volcano Vista desde las faldas del Volcán de Agua
18
VALLEY OF PANCHOY
VALLE DE PANCHOY
a Voléanos Fuego and Acatenango. Ciudad Vieja in distance at left center. Volcán de Fuego y Volcán de Acatenango. Ciudad Vieja a lo lejos a mano izquierda.
b Agua volcano. San Juan del Obispo on the lower slope among trees at left center. Volcán de Agua. San Juan del Obispo en la falda inferior entre árboles a la izquierda.
AERIAL VIEWS VALLEY OF PANCHOY
VISTA AEREA VALLE DE PANCHOY
a Antigua with La Merced in the foreground La Antigua con La Merced en primer plano
b Central area of the city Area central de la cuidad
20
ANTIGUA GUATEMALA
Ruined church of Recolección Monastery Iglesia arruinada del monasterio de la Recolección
II ARCHITECTURE OF ANTIGUA
LA ARQUITECTURA DE LA ANTIGUA
Any discussion of the colonial architecture of Antigua Guatemala requires a preliminary understanding of a variety of conditions peculiar to this lócale. The background of site, economics and earthquakes have been presented. Each one of these elements played a part in creating this archi tecture. The influence of Spain and the Indian was secondary to local physical conditions. In the Valley of Panchoy, the City of Santiago was built during a period of two hundred and thirty years. Logically the architccturally minded observer expects to see periods of development, or the identification of each building by what is popularly referred to as a “style” and becomes confused and sceptical when a label can not be applied. In México it is possible to speak of one structure as being the so-called “Early Franciscan”, another as definitely Spanish Renaissance, Baroque, Churrigueresque or Rococo. Also one can often identify a building, regardless of its labelled style, or mixture of styles, as a sixteenth, seventeenth or eighteenth century structure even without documentary proof. These simple identifications do not apply because we find that the condi tions are not paralleled in Antigua Guatemala. The explanation involves both complex and simple reasons. There is no single, direct way to point to the unique architectural character of this colonial capital. Although planners and builders of the colony were frequently spoken of as fortification engineers, there never was need for the type of structure which is reflected in the heavy, barren walls with crenellations that one sees in México at Cholula or Acolman. There is no record of any similar structure having been built in the Valley of Panchoy. A sufficient number of builders and craftsmen carne to the colony to direct construction. Whatever architectural character the early buildings
Para cualquier discusión de la arquitectura co lonial de la Antigua Guatemala es preciso un co nocimiento previo de una variedad de condiciones propias de este lugar. El fondo de sitio, economía y movimientos sísmicos ya se ha presentado. Cada uno de estos elementos tuvo un papel en la crea ción de la arquitectura de esta ciudad. Las influen cias de España y del indígena eran secundarias ante las condiciones físicas locales. En el Valle de Panchoy, se construyó la ciudad de Santiago durante un período de doscientos treinta años. Lógicamente, el observador intere sado en la arquitectura espera ver períodos de de sarrollo, o la identificación de cada edificio por lo que se llama popularmente ‘estilo,’ y se confunde y se vuelve escéptico cuando no se le puede aplicar tal identificación. En México es posible hablar de una fábrica como del llamado ‘franciscano inicial,’ de otra como definitivamente del renacimiento es pañol, barroco, churrigueresco, o rococó. Tam bién, muchas veces, es posible identificar un edi ficio, a pesar de su estilo designado, o mezcla de estilos, como una fábrica del siglo XVI, XVII, o XVIII aun sin prueba documentada. En la An tigua Guatemala no se puede usar estas sencillas identificaciones porque no se encuentran paralelizadas las mismas condiciones allí. Hay razones complejas y sencillas para explicar esto. No hay una sola manera directa para señalar el carácter arquitectónico único de esta capital colonial. Aunque con frecuencia se hablaba de los diseña dores y constructores de la colonia como inge nieros de fortificaciones, nunca hubo necesidad del tipo de edificio que se refleja en los muros macizos sin ornamentación y con almenas que se ve en México, en Cholula o en Acolman. No hay documentación de haberse hecho ninguna fábrica parecida a éstas en el Valle de Panchoy. Vinieron a la colonia bastantes constructores y artesanos para dirigir la construcción de los edi21
ARCHITECTURE OF ANTIGUA
had must have been that of the areas of Spain familiar to these colonists. A num ber of Tlascalan and Cholulan Indian allies arrived with the conquerors and remained.1 Among these there may have been skilled masons who passed their craft along by apprenticeship. In general the Indians of this area were not craftsmen, and any influence from this source would have to be ruled out in favor of the stronger influence of the colonists themselves. At this point another factor must be considered. T he Indian masón of México was skilled in the use of stone, its facing and decoration. In the Valley of Panchoy there was a hard, brittle stone which could be broken into rubble but it could not be quarried in large blocks or easily carved. Neither was there a variety of structural or suitable decorative stone cióse at hand. There was nothing of the tezontle quality that contributed so much to the character of the architecture of the Mexican capital. Ñor was there a ready-made source of cut stone such as the conquerors of Perú found in Cuzco and the great Inca fortress of Sacsahuamán on the hill above that city. Antigua was a contemporary of México City and Cuzco, but both of these latter cities were shaped in their plans and character by the fact that they not only were adapted to the sites of existing native cities but absorbed the labor and skills of the conquered people; whereas Antigua was planned and built on virgin soil and not closely related to an Indian cultural center. Shelter was a necessity from the very first days and, lacking available permanent materials, their early build ings were modest and temporary. They used posts to support thatched roofs, and latticed walls of reeds were plastered with mud. As time permitted, these were replaced with thatch covered adobes, and after a disastrous fire in Almolonga the use of roof tiles was adopted.2 For most of the 16th century, adobe must have remained the predominent structural material where shelter alone was involved. However, the Spaniard was inherently a fine builder, especially where more monumental buildings were concemed. By 1550 the colonists had adopted a form of construction for the walls of ecclesiastical build ings which has been perpetuated through the succeeding four centuries. Walls were built of large rubble in a bed of heavy lime mortar with no more than a rough attempt at fitting the stones. T he thickness of the walls varied according to height. At intervals layers of large brick were used for levelling, and then the stonework continued. In the upper walls brick was used alone, especially where there was a transition to brick barrel vaults or domes. This type of construction required exterior and interior facing with stucco or plaster. The mortar, even in the earliest buildings, hardened to a surprisingly strong bond (30 a). 22
ficios. Cualquier carácter arquitectónico que tu vieran los edificios primeros habrá sido el de las regiones de España conocidas por esos coloniza dores. Vinieron con los conquistadores aliados tlaxcaltecas y cholulas y se quedaron.1 Es posible que entre ellos hubiera albañiles hábiles que en señaron su oficio a aprendices. Pero en general, los indígenas de la región no eran artesanos hábiles, y por eso no habrían influido tanto como los mis mos colonizadores. Hay que tomar en cuenta otro factor de gran influencia en la arquitectura de Santiago. El al bañil indígena mexicano era diestro en el uso de la piedra, en labrarla y decorarla. En el Valle de Panchoy existía una piedra dura y quebradiza que se podía romper para hacer manipostería, pero era imposible sacarla en bloques grandes, y no se podía tallarla. Tampoco había cerca'una variedad de piedra estructural ni de tipo apto para la deco ración. No existía nada de la calidad del ‘tezontle’ que contribuyó tanto al carácter de la arquitectura de la capital de México. Ni había fuente de piedra ya cortada y labrada tal como encontraron los con quistadores del Perú en Cuzco y en la gran forta leza inca de Sacsahuamán en una colina por en cima de aquella ciudad. La Antigua fue contemporánea de las ciudades de Cuzco y de México, pero estas dos fueron in fluidas en sus trazas y en su carácter por el hecho de que no sólo se adaptaron a los sitios de ciudades indígenas ya existentes que tenían edificios utilizables, sino que se sirvieron del trabajo y de las habilidades en construir ya desarrolladas del pue blo vencido. Al contrario, se trazó y se construyó la Antigua en tierra virgen que no se relacionaba directamente con un centro cultural indígena. Como fue preciso tener abrigo en seguida, y no tuvieron disponibles materiales para construc ciones permanentes, las primeras fábricas eran mo destas y provisionales. Se sirvieron de postes para sostener techos de paja, y paredes de cañas enreja das que se cubrieron de lodo (bajareque). Con el tiempo se reemplazaron con adobes y techados de paja; después de un incendio desastroso en Almolonga, empezaron a servirse de tejas.2 Durante la mayor parte del siglo XVI, es pro bable que siguiera siendo el adobe el material estructural predominante cuando era solamente cuestión de abrigo. Sin embargo, los españoles eran inherentemente constructores sumamente buenos, sobre todo cuando se trataba de edificios monumentales. Para 1550, los colonizadores ha bían adoptado para los muros de los edificios eclesiásticos una forma de construcción que se ha perpetuado durante los siguientes cuatro siglos. Se construyeron los muros de manipostería con sólo una tentativa tosca de ajustar las piedras en argamasa. El espesor de las paredes variaba según su altura. A intervalos, se usaban hileras de ladri llos grandes para nivelar, y luego continuaban la
LA ARQUITECTURA DE LA ANTIGUA
Wood was available, and until the mid-seventeenth century the churches and large monastery rooms were roofed with tile over wood construction. Beams were carved and ceilings panelled in the more elabórate structures. Descriptions speak of mudé jar and artesonado ceilings. After 1650 stone arches supporting low domes were more generally used than wood to cover large as well as small areas of churches and public buildings. The true dome, supported on a ring above pendentives, was only used over the Crossing of a few churches. T he usual flat dome, called a “bóveda vatda”, was as apt to be elliptical as circular and it was sup ported directly on the walls, or arches, by cutting vertical planes through the dome to fit the rec tangular or square space to be covered. This form of vaulting was sturdy, and it was adaptable to an infinite variety of uses over rooms, corridors, chapéis, aisles, and the naves of churches. The early builders of Antigua were very conscious of the dangers of earthquakes since there were at least five betwcen 1565 and the very serious one of 1586.3 If there had been any tendeney to build lofty belfries or high walls, these recurrent earth movements would have served as warnings before any considerable num ber of major constructions were completed. In any event, heavy walls and continued repairs sufficed to preserve the earlier buildings for nearly a century. W hen the earthquake of 1651 occurred very few of the 16th century buildings survived. Weakened walls and decaying wood roofs could not withstand this major earthquake. Reconstruction rather than repair was necessary. Had this been the final disaster of this category, there might have been a few remnants of the previous century survive since portions of buildings no doubt were rehabilitated and original plans left unchanged, but what remained then can not be identified today. All of the major institutions constructed before 1651 had been rebuilt, or were approaching completion, by 1717. Monasteries, convents, churches, public buildings and private houses had increased in size and numbers in spite of serious earthquake damage in 1689. Vaulting had replaced wood in the roofs of most churches, buttressing had been added to reinforce walls or support stone arches, and farades of churches had been elaborated by the incorporation of a variety of Baroque forms. But 1717 was another year of great destruction, and subsequently most of the buildings which had been built prior to 1689 required extensive re construction. As a result it is not easy to be certain what portion of a building, if any, is solely seventeenth century. Fortunately, from the viewpoint of the architectural historian, the older structures were not completely razed and rebuilt. Most of them are unchanged in plan, and their exteriors are essentially the same in form even though the
construcción con piedras. En la parte superior de los muros, sobre todo cuando había una transición a bóvedas de medio cañón o cúpulas hechas de ladrillo, se usaban solamente ladrillos. Este tipo de construcción exigía que se cubrieran las paredes por adentro y por afuera con estuco o yeso. Aun la mezcla de los primeros edificios endureció de tal manera que hizo una unión de dureza sorpren dentemente fuerte (30 a). Se encontraba disponible madera, y hasta me diados del siglo XVII, las iglesias y las piezas más grandes de los monasterios fueron techadas con tejas por encinta de una armazón de madera. En los edificios más primorosos se tallaron las vigas y se hicieron los techos de tableros. Hay descrip ciones de techos mudéjares y artesonados. Después de 1650, arcos de piedra para sostener bóvedas bajas se usaban más generalmente que madera para cubrir áreas grandes y pequeñas de templos y de edificios públicos. La verdadera cúpula, sos tenida sobre un círculo por encima de pechinas, sólo se usaba sobre el crucero de unas cuantas iglesias. La bóveda rebajada usual, llamada ‘bó veda vaída’, era igualmente tanto elíptica como circular y fue sostenida directamente sobre muros o arcos, cortando planos verticales por la cúpula para acomodar el espacio cuadrado o rectangular que había de cubrirse. Esta clase de bóveda era fuerte y acomodable a una variedad infinita de usos para habitaciones, corredores, capillas, naves principales y laterales de templos. Los constructores del primer siglo de la Antigua tenían muy en cuenta los peligros de los terre motos puesto que hubo al menos cinco entre 1565 y el muy grave de 1586.3 Si hubiera existido una tendencia a construir campanarios altos o muros elevados, hubieran servido de aviso estos movi mientos sísmicos periódicos antes de haberse aca bado un número considerable de fábricas de im portancia. De todos modos, muros espesos y re paraciones continuas bastaron para conservar los primeros edificios formales por casi un siglo. Después de los terremotos de 1651 quedaron muy pocos edificios del siglo XVI. Muros debili tados y techos de madera roídos no pudieron re sistir este terremoto mayor. Ya se trataba de re construir, más bien que de reparar. Si hubiera sido éste el último desastre de tal categoría, es posible que hubieran quedado unos cuantos restos del siglo anterior, ya que sin duda rehabilitaron algunas partes de unos edificios sin cambiar los planos primitivos. Pero lo que quedó entonces no puede identificarse hoy como del siglo XVI. Para 1717, todas las instituciones mayores cons truidas antes de 1651 se habían reconstruido, o se acercaba su reconstrucción a su terminación. A pesar de daños serios causados por el terremoto de 1689, se habían aumentado en tamaño y número los conventos, monasterios, iglesias, edificios pú blicos y casas particulares. Se había reemplazado
ARCHITECTURE OF ANTIGUA
surface decoration may have been altered. Perhaps more than anything else, the lack oí easily worked stone was responsible for the magnificent use of plaster decoration (ataurique) dur ing the last century before the destruction of Santiago. Baroque architecture demanded a more plástic treatment of detail and an abundance of statue-filled niches. Had there been a softer and finer textured stone cióse at hand, there would have been better examples of carving produced. There were many good sculptors of wood, and their images were renowned and distributed throughout Central America.4 Certainly the artistic ability of those who worked in stucco is apparent. There is no way to account for the paucity of good stone carving except by the lack of this material as a médium of artistic expression. Escutcheons and fountains in limited numbers were carved in stone, but primarily it was shaped for structural uses, such as door frames, capitals, arches and, after 1725, as an exterior veneer consisting of small dressed stones. W here carving was done the finished product frequently resembled the technique of an artist in plaster rather than that of a sculptor of stone. T he colonial masón was extremely adept in the use of brick, not only in clever vaulting, the con struction of an arch without a keystone, and other devices, but in building any form intended for artistic embellishment. Brick was used for the core of round columns, entablatures, ornamental win dows, m ultilinear pediments, belfries and all other architectural expressions. It was also the core of the sculptor’s full relief statues for the niches of all church farades. These beautifully modelled and, at times, polychromed images were far super ior in detail than they could have been if they had been carved of stone. T he drapery was executed in especially commendable fashion, and the hands and faces were representations of great individuality and character rather than being merely ‘pretty’ as often happens with a plástic médium. T he decoration of the facades in both the seventeenth and eighteenth century churches was rather uniformly Baroque. T he composition was completely independent of the structural wall against which it was placed, except when framing doors, windows or niches that were a part of the wall. T he decorative facade might vary in proportions or size but it still appeared to be a retablo composed of rather simple architectural forms. However, the surface was enriched by intricate decorations in plaster which frequently covered every square foot of it. This was a form of Plateresque architecture, but it represented only that partof the style which relates to surface decoration. It was not carried into the architectural components of the facade. And in spite of the richness and variety of motifs, there is seldom a suggestion of Rococo on these exteriors. The basic architectural 24
con bóveda la madera en la mayor parte de los templos, se habían añadido contrafuertes para re forzar muros o para sostener arcos de piedra, y se habían elaborado las fachadas de las iglesias in corporando una variedad de formas barrocas. Pero fue 1717 otro año de gran destrucción, y por con siguiente, la mayoría de los edificios que se habían construido antes de 1689 necesitaban reconstruc ciones considerables. De esto, resulta que no es fácil estar seguro de cuál parte de una fábrica, o si alguna porción, es totalmente del siglo XVII. Afortunadamente, desde el punto de vista del his toriador de la arquitectura, no fueron completa mente arrasados y reconstruidos los edificios más viejos. Las trazas de la mayoría de ellos quedan sin cambiar, y en su forma los exteriores son esencial mente iguales a los anteriores, aun cuando es po sible que se haya alterado el adorno de su super ficie. Quizá más que ninguna otra cosa la falta de piedra fácilmente laborable fue responsable por el uso magnífico de ataurique durante el último siglo antes de la destrucción de Santiago. La arquitec tura barroca exigía un tratamiento más plástico de los detalles y una abundancia de nichos llenos de imágenes. Si hubiera habido disponible una piedra menos dura y de textura más fina, se hu bieran producido mejores ejemplares de piedra tallada. Se hallaban en Santiago muchos buenos imagineros, cuyas tallas eran renombradas y se distribuían por toda la América Central.4 Por cierto, es muy evidente también la habilidad artís tica de los que trabajaban en estuco. No se puede explicar la escasez de buenas obras talladas en piedra si no por la falta de este material como me dio de expresión artística. Se labraron en piedra escudos y fuentes en número limitado, pero prin cipalmente se talló la piedra para usarla estruc turalmente como marcos de puertas, capiteles, arcos, y después de 1725, como revestimiento ex terior que consistía en pequeñas piedras labradas. Cuando se tallaba, con frecuencia el resultado se parecía a la técnica del artista en estuco, más bien que a la de un escultor en piedra. El albañil colonial era sumamente versado en el uso de ladrillo, no sólo en abovedar diestra mente, en construir un arco sin clave, y en otros recursos estructurales, sino en fabricar un núcleo de cualquier forma, destinado para adorno artís tico. Se usaban ladrillos para el centro de columnas, entablamentos, ventanas ornamentales, frontones mixtilíneos, campanarios y todas las otras expre siones arquitectónicas. Tam bién fue de ladrillo el corazón de las imágenes de bulto hechas en alto relieve para los nichos de las fachadas de todos los templos. Estas estatuas, hermosamente modeladas y a veces policromadas, eran muy superiores en detalles a lo que hubieran podido ser si se hubieran labrado en piedra. Se ejecutó el ropaje de manera especialmente valiosa, y eran las manos y las caras
LA ARQUITECTURA DE LA ANTIGUA
forms are clearly defined, and the decoration enhances these forms without confusion (50). After 1725 a shallow pilaster of undulating lines, and decorated on its fíat surface, was used on a number of churches. This has been given the ñame of “estípite” by some writers and several explanations offered as to its derivation.5 Kubler quotes a definition describing it as a shaft-like and inverted obelisk, and says that it was introduced by Balbás at Seville and Hurtado at Granada.” The pilaster of Antigua is anything but an invert ed obelisk. It faintly resembles a candelabrum, but more nearly appears to be a repetition of guitar-like shapes. Although these pilasters are a departure from the elassie forms that are used on the majority of Antigua churches, there is no basis for applying the label of Churrigueresque to these facades. J. Antonio Villacorta very loosely designates as Churrigueresque most of the churches of Antigua regardless of what form or motifs are employed. In fact, he completely confuses the use of surface decoration of plaster with Churriguer esque and includes such churches as La Merced (136) and El Carmen (252) in this category and, to make his classification even more ridiculous, adds the monumental Palace of the Captains General and the City Hall.7 Actually there is no true Churrigueresque in Antigua such as is found so abundantly in México and where, as in the Sagrario, it reached a State of development more elabórate and fanciful than in its native Spain. Although Víctor Miguel Díaz is correct in his assumption that Santa Clara Church (1734) is not Churrigueresque, his reason is in error when he states that this style had fallen into disuse many years before.KJosé Churriguera had died in 1725, but the time lag between European influence and colonial usage caused the real impact of his novel contribution to Spanish architecture to be at its height in México at this date and to continué well past the middle of the century. Although, as has been said, there is no real Chur rigueresque facade in Antigua, the nearest likeness to it is found in the decoration of the lateral Street doors of Santa Clara Church (193). During the middle quarters of the eighteenth century, under the influence of Diego de Porres, dressed stone of small and irregular size was used as a veneer on the exterior of a few churches and public buildings. This was the only departure from stucco surfaces and plaster ornamentation. Even after 1750 one of the finest examples of plas ter work was produced in La Merced Church. This, along with most of the other seventeenth and eighteenth centuries temples of Antigua, is aptly classified by Dr. Pál Kelemen as “earthquake Baroque”.9 T hat designation is well chosen because it was the repeated earthquakes which caused the unique character of Antigua, the lack of identifiable periods and a sequence of styles. If this had
representaciones de gran individualidad y carácter, más bien que sólo ‘bonitas’ como sucede a menudo cuando se trata de obras en un medio plástico. El adorno de las fachadas de las iglesias de los siglos XVII y XVIII era principalmente barroco. Su composición era completamente independiente del muro estructural contra el que se ponía, con excepción de los casos en que servía de marco alrededor de puertas, ventanas o nichos que eran una parte del muro. Los tres cuerpos de la fachada decorativa podían variar en sus proporciones o en su tamaño, pero siempre la fachada parecía ser un retablo compuesto de formas arquitectónicas bas tante sencillas. Sin embargo, la superficie se encon traba enriquecida con adornos complicados en estuco, los cuales con frecuencia cubrían cada metro cuadrado de ella. Fue esto una forma de arquitectura plateresca, pero representaba sólo esa parte del plateresco relacionada con el adorno de las superficies. No se extendía a las partes consti tutivas arquitectónicas de la fachada. Y a pesar de la riqueza y variedad de motivos, raras veces hay sugestión del rococó en estos exteriores. Las formas arquitectónicas básicas son claramente definidas, y el adorno encarece estas formas sin confusión. Después de 1725 una pilastra poco profunda, de líneas ondulantes y decorada en su superficie llana, se usaba en varios templos. Algunos escri tores han dado a esta pilastra el nombre de ‘estí pite’, y se han ofrecido varias explicaciones de su derivación.5 Cita Kubler una definición en que se describe como un obelisco invertido parecido a un fuste y dice que fue introducida por Balbás en Sevilla y Hurtado en Granada.8 La pilastra de la Antigua no es de ninguna manera un obelisco in vertido. Se asemeja un poco a un candelabro, pero más bien parece una repetición de formas semejan tes a guitarras. Aunque son distintas estas pilas tras de las formas clásicas empleadas en la mayoría de las iglesias de la Antigua, no hay razón para dar el nombre de churrigueresco a estas fachadas. J. Antonio Villacorta aplica muy ilógicamente el nombre de churrigueresco a la mayoría de los templos de la Antigua, a pesar de las formas o motivos que se han usado. En realidad, confunde completamente el empleo de adorno de la super ficie en estuco con el churrigueresco, e incluye iglesias tales como La Merced ( 136 ) y el Carmen ( 252 ) en esta categoría, y añade el monumental Palacio de los Capitanes Generales y el Ayunta miento, para hacer aun más ridicula esta clasifica ción.7 En realidad no hay churrigueresco verdadero en la Antigua tal como se halla tan abundantemente en México, y donde alcanzó un estado de desa rrollo, como en el Sagrario, más elaborado y más imaginativo que en su España nativa. Aunque está correcto Víctor Miguel Díaz al presumir que la iglesia de Santa Clara (1734) no es churrigueresca, la razón que da es equivocada cuando dice que 25
ARCHITECTURE OF ANTIGUA
not been a place of such destructive forces, it is quite probable that there would still exist some known examples oí each century, and their evolution by periods would be evident. The builders and architects of Antigua were, in some instances, familiar with certain areas of Spain and México. T he Spanish patio, the European cloister, the M udéjar details and the Doric or Ionic orders were as suitable here as elsewhere in the Latin Americas. Luis Luján Muñoz and Ernesto Chinchilla Aguilar also point out that works of Vignola, Vitruvius, Serlio and others, which were published in Spain in the sixteenth and seventeenth centuries, were available in Antigua.10 But there is sufficient originality and independent charactcr about Antigua’s architecture to disprove that any particular source or influence governed what was built there. The construction of schools and public build ings did not receive the same emphasis as did the monastic foundations and churches. T he University did not have a comparable building until shortly before the destruction of the City. The Palace of the Captains General and the City Hall were still incomplete when the catastrophe of 1773 occurred. Several ñames stand out among the master builders of each century. The first great planner, Juan Bautista Antonelli, who laid out the townsite of Santiago in 1542, was a military engineer,11 as was the last to hold a similar position, Luis Diez Navarro. A native of Málaga, Spain, the latter carne to Santiago as Engineer in Chief in 1741 after having had a hand in important architectural projeets in México. He was one of a group of talented architect-builders who left their imprint on the public buildings of the City before 1775,12 and it was Diez Navarro who was named official plan ner of the City of New Guatemala on December 5, 1775.13 By this time he was advanced in years. Between Antonelli and Diez Navarro some of the most outstanding men not only lacked a European background but had their beginnings as carpenters, masons or as apprentice architects in San tiago. They earned their titles of Master of Public Works, Builder or Architect through years of experience, demonstration of ability and required examinations. One of these was Juan Pascual, a free mulato of the mid-seventeenth century, who was responsible for the Church of San Agustín and the plan of the Hospital of San Pedro, which was not completed when he died about 1660.14 José de Porres appears to have been a pupil of Pascual and his assistant since, according to his own declaration, he finished the Hospital and built the Church of San Pedro.15 During the last forty years of the seventeenth century, José de Porres was architect and builder of almost every important project of the Capital. He is credited with the Church of Belén, the Cathedral, the Episcopal 26
este estilo había caído en desuso desde hacía muchos años.8 José Churriguera había muerto en 1725, pero la demora entre su influencia en Europa y el uso de su estilo en las colonias, resultó en estar en su apogeo en México en esa fecha esta contribu ción novedosa a la arquitectura española, y con tinuó hasta bastante después de la mitad del siglo. Aunque, como ya se ha dicho, no hay ninguna fachada verdaderamente churrigueresca en la An tigua, lo que se le asemeja más se halla en el ador no de las puertas laterales (que dan a la calle) de Santa Clara ( 193 ). Durante el segundo y el tercer cuarto del siglo XVIII, bajo la influencia de Diego de Porres, se usaba piedra labrada de tamaño pequeño e irregu lar como revestimiento en el exterior de algunos templos y edificios públicos. Fue éste el único abandono de superficies de estuco y del ataurique. Aun después de 1750 uno de los mejores ejem plares de ataurique se produjo en la iglesia de la Merced. Esta, junto con la mayoría de los otros templos de los siglos XVII y XVIII de la Antigua, es clasificada aptamente por el Dr. Pál Kelemen como el ‘barroco sísmico’.9 El uso de esa designa ción es sumamente feliz, pues fueron los terre motos repetidos lo que causó el carácter único de la Antigua, la falta de períodos identificables y una sucesión de estilos. Si no hubiera estado situada esta ciudad en un lugar de fuerzas tan destructivas, es muy probable que existieran to davía unos ejemplares definitivos de cada siglo, y sería evidente su evolución por períodos. En algunos casos, los constructores y arquitectos de Santiago conocían ciertas regiones de España y de México. El patio español, el claustro europeo, los detalles mudéjares y los órdenes dóricos o jónicos eran tan apropiados- aquí como en otras partes de Hispanoamérica. Tam bién, como seña lan Luis Luján Muñoz y Ernesto Chinchilla Agui lar, se encontraban en Santiago obras de Vignola, Vitruvius, Serlio y otros autores que se publicaron en España en los siglos XVI y XVII.10 Sin em bargo, tiene la arquitectura de la Antigua bastante originalidad y carácter independiente para desa probar que una fuente o influencia especial al guna gobernó lo que se construyó allí. La construcción de los colegios y los edificios públicos no recibió el mismo énfasis como las iglesias y las fundaciones monásticas. No fue sino hasta muy poco tiempo antes de la destrucción de Santiago que la Universidad tuvo un edificio com parable a ellas. El Palacio de los Capitanes Gene rales y el Ayuntamiento estaban todavía incom pletos cuando ocurrió la catástrofe de 1773. Varios nombres se destacan entre los maestros mayores de cada siglo. El primer gran delineador, Juan Bautista Antonelli, quien trazó la ciudad de Santiago en 1542, era un ingeniero militar,11 y el último que ocupó semejante puesto, Luis Diez Navarro, lo era también. Nacido en Málaga, Espa-
LA ARQUITECTURA DE LA ANTIGUA
Palace, the Compañía de Jesús, Santa Teresa Church and Convent, and a major part of the ex pansión and rebuilding of San Francisco Church and Monastery. The latter was still under his direction when he died in 1703.16 The ñame of Porres (or Porras) seems to have appeared among builders even in Almolonga, and it is possible that José was of that same family.17 Another Porres, Diego, who is supposed to be José’s son, became the Master of Public Works in 1717 and performed noteworthy service following the earthquakes of that year. His ñame was associated with Recolección from 1703 to 1717. After the latter date he worked, or estimated the work to be done, on the hospitals, Palace of the Captains General, Mint and the School of Doncellas. His work on the last named in 1734 was preliminary to the building of the Capuchin Convent with which his ñame is definitely connected. It is also believed that he was responsible for Escuela de Cristo (1730) and Santa Clara Church (1734). He is credited with various distinctive innovations in all of these churches. He is likewise supposed to have worked on the City Hall which shows many similar details and characteristics found at the Escuela de Cristo. Final mention of Diego de Porres is made in a document dated December 19, 1739 when payment was ordered for his work on the beautiful public fountain in the Royal Plaza.Is In 1741 Diego de Porres was succeeded by Juan de Dios Aristondo who finished work on both the Mint and the City Hall which may have been started by the former.19 Aristondo was Master of Public Works for six years and was followed in turn by José Manuel Ramírez.20 This very Creative architect was responsible for many of the last Ba roque expressions in Santiago, such as multilinear arches and the “cushion” pilasters. He is credited with the Seminary of Tridentino, and his ñame is associated with Juan José Gonzáles Batres and Diez Navarro on the University of San Carlos.21 Luis Diez Navarro was in charge of the Palace of the Captains General after 1741 and other works outside of Santiago. During his absences Juan de Dios Estrada was made the Master of Public Works in 1749. He had built new portions of the Hospitals of San Pedro and San Juan de Dios in 1739.22 Following his death Francisco de Estrada was named Master of Public Works in 1755 and he planned for the City Hall the exten sión of seventeen double arches which was not begun when the City was destroyed.23 In 1770 Bernardo Ramírez was appointed chief architect, and it was this man who was made responsible for the removal to New Guatemala of all usable materials after Santiago was abandoned by the Royal Government.24 T he City of Santiago was well endowed with monumental structures, particularly ecclesiastical, as the following pages will show. It also had less
ña, éste vino a Santiago como Ingeniero Mayor en 1741, después de haber trabajado en proyectos arquitectónicos importantes en México. Fue miem bro de un grupo de arquitectos-constructores de gran talento que influyeron mucho en los edificios públicos de la ciudad antes de 1773,12 y fue Luis Diez Navarro a quien nombraron delineador ofi cial de la Nueva Guatemala, el 5 de diciembre de 1775.13 Para entonces, ya era de edad avanzada. Entre Antonelli y Diez Navarro, algunos de los hombres más sobresalientes no sólo carecían de conocimientos europeos, sino que principiaron como carpinteros, albañiles, o aprendices de arqui tectos de Santiago. Ganaron su título de Maestro Mayor de Obras, Constructor o Arquitecto por medio de años de experiencia, la demostración de habilidad y los exámenes exigidos. Uno de éstos fue Juan Pascual, un mulato libre de mediados del siglo XVII. a quien se debió el templo de San Agustín y la traza del Hospital de San Pedro que no estaba acabado cuando murió él, hacia 1660.14 José de Porres parece haber sido discípulo de Pascual y su ayudante puesto que, según su propia declaración, terminó el hospital y construyó la iglesia de San Pedro.15 Durante los últimos cua renta años del siglo XVII, José de Porres fue el arquitecto y constructor de casi todas las fábricas de importancia de la capital. A él se atribuyen el templo de Belén, la Catedral, el palacio episcopal, la Compañía de Jesús, la iglesia de Santa Teresa y su convento, la mayor parte del ensanchamiento y reconstrucción de la iglesia y del monasterio de San Francisco. Todavía estaba dirigiendo ésta cuando falleció en 1703.16 El nombre de Porres (o Porras) parece haber aparecido aun entre los alarifes en Almolonga, y es posible que fuera José de esa misma familia.17 Otro Porres—Diego, quien se dice fue hijo de José— llegó a ser Maestro Mayor de Obras en 1717 y sirvió de manera notable después de los terre motos de aquel año. Su nombre se encuentra asociado con La Recolección desde 1703 hasta 1717. Después de esta fecha, o trabajó o tasó el trabajo que había de hacerse en los hospitales, en el Palacio de los Capitanes Generales, en la Casa de Moneda, y en el Colegio de Doncellas. Fue su trabajo en ésta en 1734, antecedente de la construc ción del Convento de las Capuchinas con que se asocia definitivamente su nombre. Se cree que fue obra suya también la Escuela de Cristo (1730), y el templo del Convento de Santa Clara (1734). Le atribuyen varias innovaciones distintivas en todas estas iglesias. Asimismo se supone haber trabajado en el Ayuntamiento que tiene muchas característi cas y detalles parecidos a los hallados en la Escuela de Cristo. Una mención final de Diego de Porres se halla en un documento fechado el 19 de diciem bre de 1739, en que se autorizó el pago por su trabajo en la hermosa fuente pública en la Plaza Real.18 27
f ARCHITECTURE OF ANTIGUA
impressive architectural forms which are both interesting and frequently unusual. Some of the details are suííiciently unique to merit special observation and discussion in a separate chapter. Therefore, only brief mention of a few will be made here. Because Santiago was fortúnate in its abundance of good water above the city and cióse at hand, from its earliest years this was used in public and prívate fountains without need of any restrictions. At the end of the colonial period many of these fountains were destroyed or moved away, but enough remain to provide some idea of their variety. The distribution of water was so general that most of the colonial houses possessed a freestanding or a wall fountain in one or more patios. In all the cloisters of the city there were fountains and some of these were truly monumental in size. Instead of using river banks or stream beds for washing of clothes, each area had public laundries, and water for this purpose reached the prívate ‘pilas’ of the houses. In all of these places, both public and prívate, water ran continuously. It was distributed by gravity to a small control tank in every city block and reached its destination by pipes of varying size. This system was adequate enough to serve for more than four centuries and was still functioning well until a pressure system with water meters was substituted in 1962. Because of their frequency and unusual form, the stone bases of windows, particularly those of córner windows, are noteworthy. Another characteristic of the colonial period is to be seen in the large num ber of stone door frames on both oíd houses and coinmercial or public buildings. The most remarkable reminders of colonial life are the great chimneys which were built to cover their kitchens. From any vantage point overlooking the roofs of Antigua one may observe the cupolas of these high octagonal chimneys and be certain that they mark an authentic colonial building. A few were built in New Guatemala after Santiago was abandoned, but this type of structure is rare outside of the oíd Capital. In addition to their many variations and combinations, which add to their architectural interest, they have the additional merit of apparently being indestruct ible by earthquakes. The architecture of Antigua has much to offer in its historical aspects, its variety and its extensiveness. T he colonial capital played its historical role for over two hundred and thirty years and now, more than four hundred years after its founding, it is not a ghost town but still important in the economic and cultural life of Guatemala. Antigua has fine schools, a strong religious community, and the seat of Departmental government. T he Governor of Sacatepéquez has offices and his dwelling in the oíd Palace of the Captains General. Antigua is the center of a rich agricultural area which is 28
En 1741 fue sustituido Diego de Porres por Juan de Dios Aristondo, quien terminó la obra de la Casa de Moneda y del Ayuntamiento, que posi blemente empezó aquél.19 Fue Aristondo Maestro Mayor de Obras por seis años y fue seguido en su turno por José Manuel Ramírez.20 A este arqui tecto de gran talento creativo, se deben muchas de las últimas expresiones barrocas en Santiago, tales como los arcos mixtilíneos y las pilastras ‘almo hadilladas.’ Se le atribuye el Colegio Seminario Tridentino, y se asocia su nombre con los de Juan José González Batres y Luis Diez Navarro en la Universidad de San Carlos.21 Después de 1741 estaba encargado Luis Diez Navarro de la reconstrucción del Palacio de los Capitanes Generales y de otras obras fuera de San tiago. Durante sus ausencias le hicieron a Juan de Dios Estrada Maestro Mayor de Obras, después de 1749. En 1759 había construido él partes nuevas de los hospitales de San Pedro y de San Juan de Dios.22 Después de su muerte, nombraron a Fran cisco de Estrada Maestro Mayor de Obras, y él delineó la extensión de diecisiete arcadas dobles para el Ayuntamiento que no se había empezado cuando se destruyó la ciudad.23 En 1770 hicieron a Bernardo Ramírez arquitecto principal, y se le encargó a este alarife el traslado a la Nueva Guate mala de todos los materiales útiles, después de ser abandonado Santiago por el gobierno de su Ma jestad.24 La ciudad de Santiago tenía numerosos edificios monumentales, especialmente eclesiásticos, como se verá en las páginas que siguen. Tenía también formas arquitectónicas menos impresionantes que son a la vez interesantes y con frecuencia singu lares. Algunos de estos detalles son bastante raros como para merecer su observación y discusión especiales en un capítulo aparte. Por consiguiente, aquí no se hará más que mencionar brevemente unos cuantos. Por ser afortunada la ciudad de Santiago en la abundancia de agua potable de manantiales muy cercanos y situados a mayor altura de la población, desde sus primeros años se usaba en las fuentes públicas y particulares sin necesidad de ninguna restricción. Al final del período colonial, se des truyeron o se trasladaron muchas de estas fuentes, pero todavía quedan bastantes para dar alguna idea de su variedad. Era tan general la distribu ción de agua, que la mayor parte de las casas coloniales poseían una fuente o un búcaro en uno o más patios. Había fuentes en todos los claustros de la ciudad, y algunas de ellas eran de tamaño verdaderamente monumental. En vez de servirse de las orillas o de los cauces de los ríos para lavar la ropa, cada barrio de la ciudad tenía lavaderos públicos, y también agua para este fin llegaba a las pilas de las casas particulares. En todos estos lugares, tanto en los públicos como en los particu lares, corrió el agua continuamente. Fue distri-
LA ARQUITECTURA DE LA ANTIGUA
outstanding in the production of the highest quality coffee. Fine woodcarvers, fum iture makers, ironworkers and masons proudly and skillfully ply their trades as individuáis. Traditions are strong, and younger members of the family begin lengthy apprenticeships at an early age. The inhabitants are still convinced that the site was well chosen in 1542 as a good place to live, blessed with a fine climate and beautiful surroundings. Although Antigua is living in the twentieth century it retains its heritage on a scale that is unique among Spanish colonial areas. In Antigua the life of a colonial capital was completely arrested at the height of its development in a single catastrophic event. For nearly a century and a half Antigua remained in this State of comparative suspensión, unspoiled and unadulterated by rebuilding. There are other cities throughout the Americas that have monumental churches, or other magnificent and beautiful buildings which are perfectly preserved from the same era. In the largcr capitals these colonial structures are sometimes almost lost among nineteenth and twentieth century construction, or they have been altered in succeeding generations to fulfill later needs. In some cities there are historie monuments of greater renown, greater beauty, or more remarkable structurally, than those of Antigua. But, in spite of the ravages of time and pillage by men, only in Antigua does the entire picture of a colonial city appear so real and understandable, and only in Antigua were there nearly sixty ecclesiastical struc tures, eighteen of them conventual establishments, built within such a limited area. Because of its architectural ruins, interesting oíd houses, churches, public buildings, wealth of authentic details, and its atmosphere of a living eighteenth century city. Antigua is a rare cultural center. 1 Fuentes y Guzmán I, 24 2 AGG, A 1.2-4-2196-138 (1538) 3 Cadena, Breve descripción, p. 224 4 Berlín, Historia de la Imaginería, pp. 79-85 Luján Muñoz, Luis, La Pilastra-Estípite Serliana en el Reino de Guatemala (Obra inédita) Baird, J. A., The Churches of México, pp. 37-40 & 64 « Kublcr and Soria, Art and Architecture itt Spain and Portugal, pp. 158 & 369 note 28 7 Villacorta, Historia de la Capitanía General de Guatemala, p. 330 s Díaz, Víctor Miguel, Las Helias Artes en Guatemala, p. 231 n Kelemen, Pili, Iiaroque and Rococo in Latín America, pp. 122-136 10 Luján M„ Luis, p. 11 Chinchilla Aguilar, Ernesto, Historia del Arte en Guatemala, pp. 61-66 11 Bancroft 11. 321, Chinchilla A., pp. 25 & 105 Fuentes y Guzmán I, pp. 121 fl 12 Chinchilla A., pp. 103-105 13 Pardo, Efem. p. 211 H Chinchilla A., pp. 50-51, 73 & 76-77 15/fcid., pp. 76-77 & 88 ir. Ibid., pp. 77 & 88-89 17 Ibid., pp. 15 & 89-94 18 Pardo, Efem., p. 151 & Chinchilla A., p. 28 l» Chinchilla A., p. 101 20 Pardo. Efem., p. 155 & Chinchilla A., pp. 101-102 21 Chinchilla A., p. 102 22 Pardo, Efem., pp. 210 & 214 & Chinchilla A., 102-103 -’tf Pardo, Efem. p. 188 & Chinchilla A., p. 103 2-1 Pardo, Efem p. 188
buida por gravedad hasta una caja de aguas en cada manzana de la ciudad y llegó a su destino por cañerías de tamaño variable. Este sistema fue bastante adecuado para servir por más de cuatro siglos y todavía funcionaba bien en 1962 cuando fue sustituido por un sistema de presión con con tadores. A causa de su frecuencia y su forma singular, las repisas de piedra de las ventanas, especialmente las de las ventanas de esquina, son dignas de notarse. Otro aspecto característico del período colonia] se ve en el gran número de marcos de piedra alrededor de las puertas de antiguas casas y de edificios públicos o comerciales. Los recuerdos más notables de la vida colonial son las grandes chimeneas de piedra que se cons truyeron para cubrir sus cocinas. Desde cualquier punto que la vista domine los techos de la An tigua, puede uno observar las cúpulas de estas altas chimeneas octagonales y estar seguro que señalan un edificio colonial auténtico. Se constru yeron unas cuantas en la Nueva Guatemala des pués de que se abandonó Santiago, pero este tipo de estructura es raro fuera de la antigua capital. Además de sus muchas variaciones y combina ciones, las cuales añaden a su interés arquitec tónico, tienen el mérito adicional de ser, al parecer, indestructibles por terremotos. La arquitectura de la Antigua tiene mucho que ofrecer en sus aspec tos históricos, en su variedad y en su extensión. La capital colonial durante más de doscientos treinta años, tuvo un papel histórico importante, y ahora, más de cuatrocientos años después de su fundación, no es un pueblo muerto sino todavía importante en la vida económica y cultural de Guatemala. La Antigua tiene buenos colegios y escuelas, es un centro religioso de importancia, y es la jefatura del gobierno departamental. El Gobernador de Sacatepéquez tiene sus oficinas y su domicilio en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales. Antigua es el centro de una región agrícola rica que sobresale en la producción de café de la mejor calidad. Buenos talladores en madera, ebanistas, herreros y albañiles trabajan individualmente con orgullo y habilidad. Son muy arraigadas sus tradiciones, y cuando todavía son muy jóvenes, empiezan aprendizajes largos los miembros menores de las familias de artesanos. Todavía creen los habitantes que en 1542 se es cogió bien este sitio como buen lugar donde habi tar, bendecido como lo es, con un clima admirable y un ambiente hermoso. Aunque vive la Antigua en el siglo XX, man tiene su herencia en una escala que es única entre las áreas coloniales hispánicas. En la Antigua la vida de una capital colonial fue completamente detenida en el ápice de su desarrollo, por un solo acontecimiento catastrófico. Por casi siglo y medio se quedó la Antigua en ese estado de suspensión comparativa, ilesa e inalterada por reconstruc29
ARCHITECTURE OF ANTIGUA
ciones. Hay otras ciudades por toda la América que tienen templos monumentales u otros edi ficios magníficos y hermosos de la era colonial que se conservan perfectamente. En las capitales más grandes, a veces se encuentran perdidas estas estruc turas coloniales entre los edificios de los siglos XIX y XX, o se han alterado durante las genera ciones sucesivas para servir a otras necesidades posteriores. En algunas ciudades hay monumentos históricos más renombrados, de mayor belleza o estructura más notable que los de la Antigua. Pero a pesar de la destrucción causada por la intem perie y el pillaje humano, sólo en la Antigua aparece tan real y comprensible la representación entera de una ciudad colonial, y sólo en la Antigua existieron, construidos dentro de una área tan limitada, casi sesenta edificios eclesiásticos, de los cuales dieciocho eran establecimientos conven tuales. Por sus ruinas arquitectónicas, sus viejas casas interesantes, sus templos, sus edificios pú blicos, su abundancia de detalles auténticos, y su aire de ciudad del siglo XVIII que tiene vida y movimiento, es la Antigua un extraordinario centro cultural.
30
a
Rubble construction Construcción de nampostería
b
Plaster decoration Ataurique
c
E stípite pilasters Pilastras estípites
Palace of the Captains General Palacio de los Capitanes Generales
III GOVERNMENT BUILDINGS
EDIFICIOS GUBERNATIVOS
PALACE OF THE CAPTAINS GENERAL
EL PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
On the south side of the Royal Plaza stands the imposing facade of the Palace of the Captains Gen eral. The two story arcade extends for more than three hundred and fifty feet with a total of twentysix bays. Behind this facade there are governmental offices of the Department of Sacatapéquez that have been renovated since 1773, and portions which remain in ruins. From 1549 to 1773, except for a few years when His Majesty moved the Audiencia to Panama, all of present day Central America and Chiapas — sometimes called the Kingdom of Goathemala — was governed from this site.1 During nearly two hundred years the building had been expanded and altered to meet the needs of the officials who represented their king and administered his decrees.2 Much of it had been built of adobe, and even thosc parts more substantially constructed had required repair and buttressing aftcr the earth quake of 1717. The entire palace was in poor condition by 1751, and even reported as unsafc. But funds were not available for the complete reconstruction that was recommended.3 . In what seems to be a compromise, it was decidcd to rebuild only those parts in ruinous condition and to strengthen the walls of the remainder by brick and rubble buttressing. Angulo Iñiguez states that by 1754 most of the ‘Little Palace’ was rebuilt, but that the ‘Big Palace’ was still in bad repair * (Palacios Chico and Grande, p. 33). The experienced fortifications engineer, Luis Diez Navarro, presented his first plans for the reconstruction in 1755. The plan did not propose complete rebuilding.5 It clearly shows that oíd walls were to be strengthencd and only the second story rebuilt with less height. In the years 1760, 1762, 1763 and 1769 additional plans were submitted by Diez Navarro as the work progressed.8 During these years offices were moved from one part of the palace to another in order to make the
Al lado meridional de la Plaza Real, se erige la fachada imponente del Palacio de los Capitanes Generales. Sus arcadas de dos pisos se extienden más de cien metros con veintiséis arcos. Detrás de esta fachada, se hallan las oficinas gubernativas del Departamento de Sacatepéquez, que se han reno vado después de 1773, existiendo también unas partes arruinadas del antiguo palacio. Desde 1549 a 1773, con excepción de unos cuantos años cuando su Majestad trasladó la Au diencia a Panamá, toda la América Central actual y Chiapas, territorio conocido como el Reino de Goathemala, se gobernaron desde aquí.1 Durante casi doscientos años se había extendido y refor mado el edificio, según las necesidades de los fun cionarios que representaron a su rey y cumplieron sus órdenes.2 Se había construido gran parte del edificio con adobes, y aun los muros más sólida mente edificados habían necesitado reparos y estri bos después del terremoto de 1717. Para 1751, el edificio entero estaba en malas condiciones, incluso certificado como inseguro. Pero faltaban fondos para la reconstrucción completa que se reco mendó.3 En lo que parece haber sido un compromiso entre lo deseado y lo posible, se decidió reconstruir sólo las partes en estado ruinoso y reforzar los muros de lo demás con contrafuertes de ladrillo y manipostería. Para 1754, según relata Angulo Iñiguez, estaba reconstruida la mayor parte del ‘Palacio Chico’, pero el Palacio Grande’ todavía estaba en mal estado + (33)El perito ingeniero de fortificaciones, Luis Diez Navarro, presentó su primera traza para la recons trucción en 1755. Su plano no propuso una re construcción completa.5 Muestra claramente que había de reforzarse los antiguos muros y sólo reconstruir el segundo piso con paredes más bajas. En los años 1760, 1762, 1763 y 1769, Diez Navarro presentó planos adicionales mientras se adelantaba
39-42
39-42
31
GOVERNMENT BUILDINGS
ancient building safer and more useful.7 The City Hall, across the Plaza, was a very superior building with its double arcades of hewn stone. A newly arrived Captain General in 1761 asked the city government for a loan of money to hasten the completion of the Palace and to make it possible to replace wood with vaulting in the ar cades, matching the character of the City Hall.8 Over the left third of the facade there is a tablet which states that the building was completed under the direction of Luis Diez Navarro in 1764. This date probably applies to the arcade rather than to the building behind this facade. Funds for the construction were requested after that date, and the plan of 1769,® indicates that construction was still in progress. There were serious disputes about the work already completed, and Diez Navarro was blamed for the poor results obtained after a considerable amount of money had been spent. He in turn charged that the defects were due to the super visión of Francisco Javier de Gálvez who had been directing the work while he was on a commission to the Río Tinto. T he dispute reached the courts, but the time coincided with the great earthquake of 1773. Nothing further was done since the new Captain General favored abandonment of Santi ago for a new capital near the Valley of the Hermitage, also called the Valley of the Virgin.10 T hat portion of the Palace under dispute was so completely wrecked that it remains mostly in ruin today. T he arcade at the eastern end of the palace fell and remained down for more than a century. This fact is well illustrated in an engraving published with Stephen’s account of his visit to An tigua in December of 1839.11 Another drawing appears in a book published in 1888 which shows that the arcade was not yet reconstructed at that later date.12 Eventually it was rebuilt, and behind the arcade several rooms were restored on the oíd foundations, including a Court of Justice on the second floor where the Royal Chapel was at one time. Offices of the Justice are located below at the east end of the arcade. T he central portion of the Palace has remained in continuous use as a prison through the centuries. T he Governor of Sacatepéquez occupies the northwestern córner of the Palace facing the Plaza, and behind this the quarters of the M int now function as offices for the collection of taxes and the bonding of liquors. Since the M int was not constructed until after the 1717 earthquake13 it was less damaged in 1773 than older portions of the vast building. Careful study of the mid-eighteenth century plans of the Palace provide a reasonably clear pieture of the complex establishment from which the Captain General executed the decrees of his sovereign. This huge structure was not merely for the offices of government but the residence of a very
32
el trabajo.6 Durante estos años se mudaron las oficinas de una parte del palacio a otra para poder hacer más seguro y más útil el edificio antiguo.7 Las nuevas casas consistoriales, al lado opuesto de la Plaza, eran un edificio muy superior con sus arcadas de dos pisos de piedra labrada. El Capitán General, recién llegado en 1761, pidió al gobier no municipal un préstamo de fondos para apre surar la terminación del palacio y hacer posible el reemplazo de madera con bóvedas en las arcadas, para igualar el carácter del Ayuntamiento.8 En cima del tercio izquierdo de la fachada, hay una inscripción que declara que se terminó el edificio en 1764, bajo la dirección de Luis Diez Navarro. Probablemente, esta fecha es más bien la de la arcada que la del edificio detrás de la fachada. Se pidieron fondos para la obra después de aquella fecha, y el plano de 1769® indica que todavía estaban construyendo la obra. Había disputas graves tocante a la obra ya terminada, y culparon a Diez Navarro por los malos resultados obtenidos, después de que se había gastado una cantidad considerable de fon dos. El, por su parte, dijo que los defectos se debieron a la superintendencia de Francisco Javier de Gálvez, quien se había encargado de la obra mientras Diez Navarro estuvo comisionado al río Tinto. Llegó el litigio a los tribunales al tiempo de los grandes terremotos de 1773. No prosiguió el pleito, por favorecer el Capitán General recién llegado el abandono de Santiago, para establecer una nueva capital en el Valle de la Ermita, llama do también el Valle de la Virgen.10 La sección que creó la controversia con respecto al palacio quedó tan completamente destruida, que la mayor parte de ella subsiste arruinada hoy. Las arcadas en este extremo oriental del palacio cayeron y quedaron en tierra más de un siglo. Este hecho se ilustra bien en un grabado publicado con el relato de Stephens de su visita a la Antigua en diciembre de 1839.11 Hay un dibujo en otro libro publicado en 1888, que demuestra que to davía no se había reconstruido la arcada en esta últim a fecha.12 Con el tiempo, se reconstruyó dicha sección de la arquería, y detrás de ella se restauraron varias habitaciones sobre los antiguos cimientos, inclusive un local para juzgado, en el segundo piso, donde se hallaba en una época la Capilla Real. Las oficinas del juez están por debajo, al extremo oriental de la arcada. La parte central del palacio se ha usado con tinuamente durante siglos como cárcel. El Gober nador de Sacatepéquez tiene sus oficinas y su vi vienda en el ángulo noroeste del palacio, el cual da a la Plaza, y detrás de éste, las habitaciones de la antigua Casa de Moneda funcionan ahora como oficinas para el cobro de impuestos y para depósito de licores. Puesto que no se construyó la Casa de Moneda hasta después de los movimientos sísmicos de 1717,13 se dañó menos en 1773 que las partes
large num ber of persons, including many officials, judges, officers, soldiers and servants. Quarters for the Captain General provided not only for his family and servants but adequate facilities for pub lic functions, receptions and entertaining. The Palace also housed the chancery, council chamber, treasury, archives, hearing rooms, courts of justice, a room for the Royal Seal, and working space for bookkeepers, scribes, notaries and others. There were barracks for the guard, militia, and a troop of dragoons. Stables for thirty-four horses for the latter, in addition to the carriage and harness rooms for the horses and mules of the Captain PA LA C IO CHICO DE LOS
P R E S ID E N T E S
EDIFICIOS G UBERNATIVO S
más antiguas del inmenso edificio. Un estudio detenido de los planos de la segunda mitad del siglo XVIII para el palacio, dan una idea bastante clara del establecimiento complejo desde el cual el Capitán General ponía en vigencia las cédulas de su rey. Este edificio extenso no era solamente para las oficinas del gobierno sino que fue la residencia de un número muy grande de personas, incluyendo muchos funcionarios, jue ces, oficiales militares, soldados y criados. La vi vienda del Capitán General era no sólo la morada de su familia y de sus criados, sino que tenía además salas apropiadas para funciones públicas, C A S A DE M O N ED A
COMPOSITE OF LUIS DIEZ NAVARROS VARIOUS PLANS OF THE PALACE (1755-1769) PLANO COMPUESTO DE LOS DEL PALACIO HECHOS POR LUIS DIEZ NAVARRO (1755-1769)
33
GOVERNMENT BUILDINGS
General, were included.14 W ithin the same complicated building there were the prison block with cells for upper and lower class prisoners, a torture room, chapel for the condemned and rooms for the prison guard. In this general area was a very long room for the armory, and adjacent to the large courtyard was one designed for artillery. T he Royal M int was the last major addition within the boundaries of the Palace which occupied the entire block. Kitchens were located in various areas for the use of these varied groups of residents. T here were also laundry facilities, store rooms, a garden court, and many patios both large and small.15 AÍtnough renovations have been made from time to time, it is evident that the standing portions, whether in partial ruin or in usable condition, are much as they were in 1773. In fact, the entire history of the building indicates that it was never at any time entirely rebuilt during the nearly four hundred years since the site was first utilized for a governmental building. Instead, it seems probable that the plan itself remains very much the same as it was prior to 1717, with the exception of the M int which was built after that date (Casa de M oneda, p. 33). One other conclusión must result from a study of the oíd plans. The entire structure is completely devoid of logical arrangement. It is the result of growth rather than planning. T he m ixture of all services — public, official, military, residential — indicates better than written records that the building was never completely rebuilt during its later history. In the years immediately following the removal of the capital to present-day Guatemala City, the oíd Palace was almost completely stripped of its original architectural adornments. Doors, wooden and iron grilles, tiles, stone carvings, smaller columns and their capitals, wood beams and other fiittings were transported for use or storage in the new capital.16 Rather a complete job was done in this respect, but the same can be said of the majority of the religious buildings and many of the residences. Along with their furniture and person al belongings it was natural to salvage everything movable from the ruins of the city that they were abandoning. T he most recent renovations date from 1936. The quarters of the Governor were improved, and the fountain from the kitchen patio of Santa Clara Convent was moved to the governor’s patio (201 ). Some of the ruins of the eastern portion have been cleared of debris, and two fountains in the great courtyard have been demolished (437 d) to provide an area for sports. The arcade and walls of the Palace of the Captains General, visible from the Plaza and the Cathedral, retain their original air of dignity and massive beauty.
34
recepciones y diversiones. Había también en el palacio, la Capilla Real, la sala de la Audiencia, la cancillería, la sala de acuerdos, la caja real, los archivos, los tribunales de justicia, una pieza para el Sello Real, y secretarías donde trabajaban los tenedores de libros, escribanos, notarios públicos, y otros. Había locales para la guardia, la milicia y un grupo de dragones. Se hallaban caballerizas para treinta y cuatro caballos de los dragones, y además cocheras y cuartos para las guarniciones, y caballerizas para los caballos y las muías del Capitán General.14 Dentro del mismo complicado edificio, se en contraba la cárcel con calabozos para prisioneros de categoría y presos de la clase baja, pieza para tormentos, capilla para los sentenciados a muerte, y habitaciones para el carcelero. En esta área general había una sala de armas muy larga, y contiguo al patio grande había una pieza para la artillería. La últim a adición im portante dentro de los límites del palacio, que ocupaba una manzana entera, fue la Casa de Moneda. En varias partes, se encontra ban cocinas para estos grupos tan variados de moradores. Había también lavanderías, despensas, y aun una huerta y muchos patios, algunos grandes y otros pequeños.15 Aunque se ha renovado este edificio de cuando en cuando, es evidente que las partes que hoy quedan en pie, las que están en parte arruinadas lo mismo que las que se pueden usar, son muy semejantes a lo que eran en 1773. En efecto, la historia entera del edificio indica que nunca se ha reconstruido completamente durante los casi cua trocientos años desde que se sirvió por primera vez del sitio para un palacio del gobierno. En cambio, parece probable que el plano mismo sub siste muy parecido al que existió antes de 1717, con excepción de la Casa de Moneda que se edificó después de aquella fecha (33). Una conclusión más resulta de un estudio de los antiguos planos. A la fábrica entera le falta com pletamente una distribución lógica. Esto es el resultado de crecimiento más bien que de deline amiento. La mezcla de todos los servicios—públi cos, oficiales, militares, residenciales—indica mejor que los documentos, que nunca se reconstruyó enteram ente el edificio durante su larga historia. Durante los años inmediatamente subsiguientes al traslado de la capital a la Nueva Guatemala, se despojó casi enteram ente el antiguo palacio de sus adornos arquitectónicos originales. Puertas, rejas de madera y de hierro, azulejos, tejas, piedras labradas, las columnas pequeñas y sus capiteles, vigas y otras cosas, se trasladaron para usarse o almacenarse en la nueva capital.16 Se le despojó casi completamente, pero se puede decir lo mismo de la mayor parte de los edificios eclesiásticos y de muchas de las casas particulares. Era natural que junto con sus muebles y efectos personales, los habitantes se llevaran todo lo removible de las
ROYAL MINT 33
In the early eighteenth century the scarcity of coins in Guatemala was serious, and finally a royal order of January 1731 granted permission to establish a mint as a part of the Palace.17 Construction began in 1733, but a variety of delaying events interrupted the completion of this building. It was not dedicated until July 13, 1738.18 However, the actual m inting of coins began as early as March 1733 shortly after the necessary tools and royal seáis were brought from México by a director and journeymen skilled in this work.19 According to plans reproduced by Angulo Iñiguez the building of 1734-39 was the work of Diego de Porres,20 who called himself the Chief Master Architect. Juan de Dios Aristondo, Master Masón, and Antonio de Gálvez, Master Carpenter, are associated with this period of construction.21 Additions and alterations were made in 1763, and here we again find the ñame of Diez Navarro as engineer in charge. T he plans and their legends indícate that the M int was a complete and utilitarian structure of many rooms. In addition to the necessary rooms for materials, furnace, foundry, refining, assay, coining, weighing, administration, accounting, and treasury, there were also living quarters. Such rooms included guard rooms, sleeping rooms, a small detention room and a chapel. Attention was given to the control and progression of silver and gold through the various units. W ater was plentifully supplied in the working areas, and several fountains decorated the principal patios. It is interesting to note that much of this building at the southwest córner of the Palace is still in use, not for the minting of coins, but for the collection of taxes and the bonding of locally produced liquors.
ROYAL CUSTOMSHOUSE 43-44
On the Street ending at Recolección Monastery, the Mercedarians constructed a school between 1739 and 175722 adjacent to the small church of San Jerónimo. The structure was built about a spacious cloister and was two stories in height. The surrounding site held an extensive orchard and gardens. Since the school was founded without a proper charter from the King, orders were issued for its destruction.23 Because of its excellent con struction this decree was countermanded later, and the building approved by His Majesty for use by the Royal Customs in 1765.24 T he engineer Luis Diez Navarro was not in agreement with this decisión. He felt that the location was too far from the center of the city and that
EDIFICIOS GUBERNATIVOS
ruinas de la ciudad que abandonaban. Las renovaciones más recientes datan de 1936. Se mejoró la vivienda del Gobernador, y se tras ladó la fuente del patio de la cocina de Santa Clara al patio del Gobernador ( 201 ). De algunas de las ruinas de la parte oriental se han quitado los escombros, y se han demolido dos fuentes (437 d) del patio grande para proporcionar un lugar para deportes. La arquería y los muros del Palacio de los Capitanes Generales, visibles de la plaza y de la catedral, son todavía muy impresionantes por su gran dignidad y su belleza maciza.
LA CASA DE MONEDA 33
En la primera parte del siglo XVIII, la escasez de moneda en Guatemala era seria. Por fin, una cédula real del mes de enero de 1731, dio licencia para el establecimiento de una casa de moneda en una parte del palacio.17 En 1733 se empezó la cons trucción, pero varios sucesos causaron atrasos e interrum pieron la terminación de este edificio. No se dedicó sino hasta el 13 de julio de 1738.18 Sin embargo, parece que se inauguró la acuñación de moneda en marzo de 1733, un poco después de llegar los instrumentos necesarios y los sellos reales de México traídos por el director y unos jornaleros instruidos en este oficio.19 Según planos reproducidos por Angulo Iñiguez, el edificio de 1734 a 1739 fue obra de Diego de Porres,20 quien se llamaba Maestro Mayor de Ar quitectura. Juan de Dios Aristondo, maestro en albañilería, y Antonio de Gálvez, maestro en car pintería, están asociados con este período de cons trucción.21 En 1763 se hicieron adiciones y altera ciones, y otra vez encontramos el nombre de Diez Navarro como ingeniero encargado de la obra. Los planos y sus explicaciones indican que la Casa de Moneda era una construcción completa y utilitaria que tenía muchas piezas. Además de las habitaciones necesarias para materiales, horno, fundición, afinación, ensaye, acuñación, peso, ad ministración, contaduría y tesorería, había vivien das. Entre tales piezas se encontraban salas de guarda, dormitorios, una pequeña cárcel y una capilla. Se planeó para el control de la plata y del oro y para su paso por las varias unidades. Había un buen surtido de agua en las áreas del trabajo, y varias fuentes adornaban los patios principales. Es de interés notar que gran parte de esta fábrica en el ángulo sudoeste del palacio se usa todavía, no para la acuñación de moneda, sino para la recau dación de impuestos y para guardar en depósito los licores producidos en el país.
35
GOVERNMENT BUILDINGS
the customshouse should be located where the same guard could be used for the royal treasury, the mint and the tobacco administration as well.23 W hen the Jesuits were expelled in 1767 it was recommended that their college would serve to better advantage for both the customshouse and the tobacco administration, and that San Jerónimo could then become a barracks for the dragoons. T he King opposed this use of the Jesuits’ building for utilitarian purposes, and in 1769 the customs house remained in San Jerónimo, and the dra goons were also housed there.26 In 1772 Diez Navarro presented a plan to modify the building to include living quarters for three customshouse officials.27 These plans were not executed before the 1773 earthquake. The reproduction of a plan of 1767, shown by Angulo Iñiguez, includes stables for about one hundred and fifty horses on the east and south sides of the main building with ampie courtyards.28 There is no trace of these stables today, and the east walls of the two story structure have been destroyed, or quarried for their stone. Otherwise, the original building erected by the Mercedarians stands sufficiently complete to easily determine the entire arrangement and to see the cióse resemblance to the plan of 1767. T he latter does not include the oíd hermitage chapel and rooms on the northwest adjacent to the main entrance ( 44 a ). It is probable that this was not considered a part of the school structure taken over by the government, and not subject to changes being made in adapting the building to its new uses. The positions of the main entrance, of the two fine stairs, the sanitary facilities, and the appendage kitchen ( 44 b ) are unchanged, but the piers of the court arcade are gone. T he oíd kitchen is still in use by the resident caretaker of the ruin, and a splendid fountain in the court of the building has been reconditioned ( 44 c ). All of this building shows that it followed the usual practices of Santiago. T he walls were of an ampie thickness of stone and mortar with leveling courses of brick (44d). These walls were then finished with stucco or plaster inside and out. This type of construction had been in use for generations and was still in use in Antigua until the introduction of reinforced concrete in recent years.
CITY HALL 45-48
Little is known concerning earlier buildings serving the municipal government. Reconstruction, or extensive repairs, were reported after 1685,29 and in 1719 the King was told that the damage of the 1717 earthquake had been repaired and the buildings improved.30 36
REAL ADUANA 43-44
En la calle que termina en el monasterio de La Recolección, los mercedarios construyeron entre 1739 y 175722 un colegio contiguo a la pequeña iglesia de San Jerónimo. Se fabricó el edificio que era de dos pisos alrededor de un claustro amplio. En el solar que lo rodeaba había una huerta ex tensa y jardines. Por haberse fundado el colegio sin la debida licencia real, se mandó su demoli ción.23 A causa de su construcción excelente, se invalidó este decreto más tarde, y en 1765 el rey aprobó el uso del edificio por la real aduana.24 Se opuso a esta decisión el ingeniero Luis Diez Navarro. El creía que estaba situado demasiado lejos del centro de la ciudad y que se debía poner la aduana en un sitio donde la misma guardia pudiera servir para la Caja real, la Casa de Moneda, y el estanco de tabaco.25 Cuando se expulsó a los jesuitas en 1767, se sugirió que sirviera mejor su colegio para la adua na y el estanco de tabaco, y que se hiciera de San Jerónimo cuartel para los dragones. El rey no permitió el uso de los edificios de los jesuitas para fines utilitarios, y así, en 1769, se quedó la aduana en San Jerónimo que sirvió a la vez como cuartel de los dragones.26 En 1772, Diez Navarro presentó un plano para alterar el edificio de modo que incluyera viviendas para tres aduaneros.27 Estos planos no se usaron antes de los terremotos de 1773. La reproducción de un plano de 1767, publi cado por Angulo Iñiguez, incluye caballerizas para unos ciento cincuenta caballos en los lados oriental y meridional del edificio principal y patios am plios.28 No se encuentran vestigios de estas caballe rizas hoy, y se han destruido los muros orientales de la fábrica de dos pisos para poder usar la piedra de su construcción. Por otra parte, el edificio ori ginal, fabricado por los mercedarios, está bastante completo para poderse averiguar fácilmente la distribución entera y para ver la gran semejanza al plano de 1767. No incluye éste la capilla de la antigua ermita, ni los cuartos al noroeste adya centes a la entrada principal ( 44 a ). Es probable que no se considerara aquélla una parte del colegio apropiado por el gobierno, y así no se proyectó cambiarla al adaptar el edificio a sus nuevos usos. La colocación de la entrada principal, de las dos escaleras espléndidas, los servicios sanitarios, y la cocina que se extiende más allá de los muros del resto del edificio (44 b) está sin modificación, pero han desaparecido los pilares de las arcadas del patio. Todavía se sirve de la antigua cocina el guardián que cuida la ruina, y se ha reacondicionado ( 44 c ) una fuente espléndida en el patio del edificio. Toda esta fábrica muestra que se construyó
EDIFICIOS GUBERNATIVOS
The present City Hall and its municipal jail, started in 1740,31 have been in almost continuous use since November 1743 when the official inauguration took place.32 Several individuáis were associated with the design and construction of this build ing which is located on the north side of the Plaza facing the Palace of the Captains General. Consid erable credit is given to Juan José González Batres, an official of the city government who directed the work from plans which may have been influenced by the engineer, Luis Diez Navarro.33 Also named are Juan de Dios Aristondo and Diego de Porres.34 T he principal facade is a dignified, two-storied arcade with striated Tuscan columns on a base raised a few steps above the level of the Street (45-46). In 1766 Francisco de Estrada presented a plan to extend the original ten bays by adding seventeen more. This would have presented a fagade comparable to that of the Palace of the Captains General across the Plaza. The property owners and merchants who would have been affected opposed the plan, however, and litigation was still in progress in 1773. T he excellent construction of this building is still apparent. It suffered a minimum of damage when most of the city was reduced to ruins by the great earthquake, and it has remained in its orig inal form for almost two centuries since that catastrophe. The heavy walls were built of the usual rubble masonry, and low vaults were used to support the second floor and roof. T he arcade is of solid stone masonry, but the wall facing the Street on the east is one of the few in the city with a venecr of cut stone. Although the white plaster joints create an impression of large horizontal blocks of stone, the veneer is made of smaller stones laid in a mortar of matching color (46 b). T he building enclosed a large prison courtyard. This is entercd from a long corridor and through a magnificent loggia (47 ac) which supports a room of similar proportions on the second floor. The cells occupied both floors opposite the loggia. A monumental divided stairway between heavy walls ( 48 c ) on the east side of the courtyard served the second floor prison room at the rear and the Hearing Room on the south (48 da). T he entire pólice and prison quarters of this oíd building were used for their intended purpose until a few years ago. Now the courtyard and its related rooms have been converted into a municipal museum. The remainder of the building continúes its functions as a City Hall with a Council Chamber, Mayor’s office, and other city services adequately provided.
según los métodos acostumbrados en Santiago. Eran los muros de un amplio espesor de piedra y mezcla con hileras de ladrillos para nivelarlos (44 d ). Luego se terminaron estos muros con estuco por adentro y por afuera. Se había usado este tipo de construcción por generaciones, y to davía se usaba en la Antigua hasta hace muy pocos años, cuando se inició el uso de concreto reforzado.
EL AYUNTAMIENTO 45-48
Poco se sabe de edificios, anteriores al actual, que sirvieran el gobierno municipal. Hay datos de reconstrucción o de reparos extensivos después de 168529, y en 1719, le escribieron al rey que se habían reparado los daños del terremoto de 1717 y que se había mejorado el edificio.30 El Ayuntamiento actual y su cárcel municipal, empezados en 1740,31 se han usado casi continua mente desde noviembre de 1743 cuando se inau guraron oficialmente.32Varios individuos se asocia ron para la delincación y la construcción de este edificio, situado al lado norte de la Plaza Mayor, mirando hacia el Palacio de los Capitanes Gene rales. Le han dado considerable crédito a Juan José Gonzáles Batres, oficial del gobierno munici pal, quien dirigió la obra usando planos que, posiblemente, fueron influidos por el ingeniero Luis Diez Navarro.33 Se mencionan también Juan de Dios Aristondo y Diego de Porres.34 La fachada principal es de doble arquería, de aire noble, con columnas toscanas estriadas en una base situada unos cuantos escalones por encima del nivel de la calle (45-46). En 1766, Francisco de Estrada presentó un plano para extender los diez arcos originales, añadiendo diecisiete más. Esto hubiera presentado una fachada comparable a la del Palacio de los Capitanes Generales al otro lado de la plaza. Los dueños de casas y los comer ciantes, quienes hubieran tenido que mudarse, se opusieron al proyecto, y el litigio que resultó estaba todavía sin concluirse en 1773. Todavía es evidente la excelencia de la cons trucción de este edificio. Sufrió muy pocos daños cuando fue arruinada por el gran terremoto la mayor parte de la ciudad, y se ha quedado en su forma original por casi dos siglos desde aquella catástrofe. Se construyeron los muros pesados con la acostumbrada mampostería, y se sirvieron de bóvedas de poca elevación para sostener el piso segundo y el techo. La arquería es de piedra ma ciza, pero el muro oriental que da a la calle es uno de los pocos en la ciudad con revestimiento de piedra tallada. Aunque las junturas de argamasa blanca dan la impresión de ser este muro de grandes bloques horizontales de piedra, el revesti miento se ha hecho de piedras más pequeñas colo37
GOVERNMENT BUILDINGS 1AGG, A 1.23-1511-143 (1549) & A 1.23-10.040-1512-391 (1571) 2 AGG, A 1.23-1511-143 (1549), A 1.23-1511 -220 (1556), A 1.23-1512-360 (1569), A 1.23-1513-489 (1575), A 1.10.1-14.902-2101 (1711), A 1.10.1-14.903-2101 (1736), A 1.10.1-14.904-2101 (1736), A 1.10.1-14.905-2101 (1740), A 1.10.1-14.906-2101 (1746), A 1.10.1-1421-64 (1760), A 1.10.1-1422-64 (1761), A 1.23-1528-395 (1763), A 3.1-22099-1283-66 (1763), A 1.10.1-31222-4044 (1768), A 1.1-184 (1769) & A 1.10.1-1423-64 (1769) 3 C hinchilla A., p.41 * Angulo Iñiguez, Planos, IV, 417 5 Ibid., II, 58-61 & Pls. 157 & 158 6 Ibid., II, 62-68 & Pls. 159, 160 & 161 7 AGG, A 1.23-1528-395 (1763) 8 Angulo Iñiguez, IV, 418 9 Ibid., II, 68 & Pl. 161 10 Ibid., IV, 419-420 11 Stephens, I, p. 266 12 Curtis, The Capitals of Spanish America, p. 65 13 Pardo, Efem ., p. 137 i* Angulo Iñiguez, IV, 420-422 8c Pls. 157-161 15 Ibid. 16 AGG, A 1.10.2-1642-66 (1774), A 1.10-1543-56 (1775), A 1.10.2-4523-69 (1777), A 1.10.2-4524-69 (1777) & A 1.10.1-6458-307 (1779) i" Pardo, Efem ., p. 137 & Angulo Iñiguez, IV, 426 18 Pardo, Efem., p. 147 & Angulo Iñiguez, IV, 426 19 Pardo, Efem ., pp. 140-141 20 Angulo Iñiguez, II, Pls. 165-166 21 Ibid., IV, 426-427 22 Pardo, Guia, p. 49 23 AGG, A 1.11-2113-98 (1763) & BAGG, V lll, 4, 414-442 2* Angulo Iñiguez, IV, 422 25 Ibid., IV, 422-423 26 Ibid., IV, 423-424 & Pl. 163 27 Ibid., II, 77, IV, 424 & Pl. 164 28 Ibid., Pl. 163 29 AGG, A 1.2.2-11.779-1785 (1695) & BAGG VIII, 1, 81-82 A 1.2.7-30.294-4003 0696) A 1.2-952-39 (1696) 30 AGG, A 1.2.5-15.776-2207-71 (1719) & BAGG VIII, 1, 125-127 31 Pardo, Efem ., p. 152 32 BAGG V III, 1, 132-134 & Pardo, Efem ., p. 158 3* Chinchilla A., p. 101
East wall of the Palace. In the background, Agua volcano. M uro oriental del Palacio. En el fondo, el Volcán de Agua.
38
cadas con una mezcla del mismo color que la piedra (47ac). El edificio encerraba un patio grande para cár cel. Se entra a éste por un corredor largo y una loggia magnífica (47ac) que sostiene una sala de proporciones semejantes en el segundo piso. Los calabozos ocupaban ambos pisos enfrente de la loggia. Una escalera dividida monumental entre muros macizos ( 48 c ), en el lado oriental del patio, servía la cárcel en la parte trasera del segun do piso y la sala del tribunal al sur (48 da). Toda la parte de este antiguo edificio destinada a la cárcel y a la policía, servía para su destino original hasta hace muy pocos años. Actualmente se han convertido el patio y las salas contiguas en museo municipal. Las demás partes del edificio siguen funcionan do como Ayuntamiento, con Sala de Cabildo, ofici nas del alcalde, y provisión adecuada para otros servicios municipales.
-
h
a View from the top of the Cathedral Vista desde la parte alta de la Catedral
b East wall Muro oriental
PALACE OF THE CAPTAINS GENERAL PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
b Corridor
40
Arquería
PALACE OF THE CAPTAINS GENERAL PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
a Central and western thirds of facade Tercios central y occidental de la fachada
b Escutcheon of the City of Santiago (recently installed) Escudo de la ciudad de Santiago (instalado recientemente)
PALACE OF THE CAPTAINS GENERAL PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
a Central facade facing Plaza Fachada central hacia la Plaza
b Escutcheon of Charles III Escudo de Carlos III
42 I
PALACE OF THE CAPTAINS GENERAL PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
North wall
Pared septentrional
ROYAL CUSTOMSHOUSE
REAL ADUANA
43
a Oíd chapel of San Jerónimo
Capilla antigua de San Jerónim o
b Kitchen Cocina
* c Courtyard fountain Fuente del patio
44
ROYAL CUSTOMSHOUSE
d W all construction Construcción de los muros
REAL ADUANA
a View from the southeast
Vista desde el sureste
c Arcades facing the Plaza Arcadas que dan a la Plaza
b Detail of east wall Detalle del muro oriental
CITY HALL
AYUNTAMIENTO
45
46
CITY HALL
AYUNTAMIENTO
a Loggia opening to central court Arcadas que dan al patio central
b Door to double stairway Puerta que da a la escalera doble c Central court and loggia Patio central y arcadas c
CITY HALL
AYUNTAMIENTO
47
Dais of second floor Hearing Room Estrado del Salón de sesiones en la planta alta
utcheon with Hapsburg doubleded eagle in the City Hall courtio con águila habsburga en el del Ayuntamiento
North stairway from the courtyard Escalera septentrional desde el patio
d North room of second floor Sala septentrional del segundo piso
48
CITY HALL
AYUNTAMIENTO
Cathedral La Catedral
IV CATHEDRAL AND EPISCOPAL PALACE
LA CATEDRAL Y EL PALACIO EPISCOPAL
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
Bishop Marroquín began saying mass in the new city on November 22, 1542 in the little hermitage church of Santa Lucía at the western edge of town.1 This bccame the temporary cathedral in June 15432 and served until a permanent structure was built facing the Royal Plaza. It must have been several years before the ambitiously planned new Cathedral was ready since labor and materials were needed for many other projects under construc tion at the same time. Some authorities State that neither the starting ñor completion date of the Cathedral is known. But there is no doubt of the approximate time. Records in the archives of Guatemala show that revenue of various towns was assigned for the building as early as the first of August 1542, and on the fourteenth of August of that same year a stone cutter was engaged to start the foundations.3 After that there were frequently mentioned gifts and assignments prior to 1550, at which time the King approved changes in the plan and gave new revenues.4 Although it is recorded that the Cathe dral was not finished in 1576,5 it is not to be assumed that it was not in use long before that date. Such buildings were seldom completed in their entirety before their inauguration, which certainly was true in this instance, for there are accounts also that chapéis were being built, or rebuilt, nearly a century later. For our purpose, details of this sixteenth cen tury building are unimportant. The Cathedral which was in use in 1773 and which reinains in ruin was the second to occupy this site. It is interesting to note, however, that the plan was only slightly changed in the rebuilding. T he first Cathe dral occupied the same area, had similar side chap éis and was of stone-rubble construction. There was one major difference: the earlier building, like similar churches of the period in México, was roofed with wood instead of vaulting, and was beautified with a carved and paneled ceiling.6
El limo. Sr. Obispo Marroquín celebró la misa por .primera vez en la nueva ciudad el día 22 de noviembre de 1542, en la pequeña iglesia de la ermita de Santa Lucía que se encontraba en el límite occidental de la capital.1 Esta iglesia se convirtió en la catedral provisional en el mes de junio de 1543,2 y sirvió hasta que se construyó el edificio formal, que daba a la Plaza Real. Habrían pasado varios años antes de estar lista la nueva catedral de traza ambiciosa, pues al mismo tiempo se construían otros numerosos edificios para los cuales también, se necesitaban materiales y obreros. Algunas autoridades declaran que no se sabe con certeza ni la fecha del comienzo ni la de la terminación de la catedral. Pero no hay duda de la fecha aproximada. Unos documentos en el Archivo General de Guatemala muestran que los ingresos de varios pueblos se asignaron a la cons trucción el primero de agosto de 1542, y el 14 de agosto del mismo año se contrató a un cantero que había de poner los cimientos.3 Después de aquella fecha y antes de 1550, se mencionaron frecuente mente regalos y rentas que se dieron, y en este año el rey aprobó cambios en el plano y dio nuevas rentas.4 Aunque se dice que no se había terminado la catedral en 1576,’’ ello no significa que no se utilizara desde hacía bastante tiempo antes. Raras veces se terminaron enteramente tales edificios antes de su inauguración, y en este caso no cabe duda que así se hizo, pues se construían y recons truían capillas casi un siglo después, según las crónicas. Los detalles de este edificio del siglo XVI no tienen importancia para nosotros. La catedral que servía en 1773, y cuyas ruinas se ven hoy, fue la segunda erigida en este sitio. Sin embargo, es in teresante notar que su icnografía se cambió muy poco cuando la reconstruyeron. La primera cate dral tenía las mismas medidas, había capillas la terales semejantes, y fue de manipostería. Había una sola diferencia de importancia; el primer edi-
55-65
55-65
49
CATHEDRAL AND EPISCOPAL PALACE
By 1660 the roof of the first Cathedral was rotting, and due to numerous earthquakes and the normal ravages of nearly a century of use, the building was in great need of repair.7 Such work during preceding years had been inadequate to preserve the Cathedral, but there was a natural reluctance to demolish it since many chapéis had been recently built, and the funds which would be needed for so great a construction would be tremendous. In spite of all the obstacles, however, the Captain General’s desire for rebuilding prevailed, and demolition began in 1669.8 At first there was an attempt to use parts of the building during the reconstruction, but after a short time the Cathe dral was moved to the new church of San Pedro Apóstol only one block to the south.0 Juarros states that the move was made with great pomp on December 2, 1675 when San Pedro was inaugurated.10 Elsewhere Juarros writes that the inauguration of that church was December 2, 1663 and that the Cathedral was transferred to it on the same day.11 In another reference he says that the first stone of San Pedro was laid in November 1662.12 These conflicting statements from the same source have only one thing in common with the date given by Fray Molina for moving of the Cathedral — December 2nd. He gives the year as 1669, which seems more logical.13 Possibly Juarros meant that the Cathedral was moved on the anniversary of the inauguration of San Pedro, but certainly the year could not have been 1675 at which time the new construction on the Cathedral was well advanced. More certainly, the cornerstone of the new Cathedral was placed on October 5, 166914 in a solemn ceremony, and archive records show that its dedication took place eleven years and one month later, November 6, 1680.15 The first plan was drawn by Captain Martín de Andújar,16 but he was succeeded by the noted arch itect José de Porres who made corrections in the original plan and is credited with direction of the work to a successful completion 17 (56). The entire structure is raised on a platform to the level of the Street of the Bells at the rear. The total length from west to east is three hundred and eighteen feet. Three doors opened to the platform overlooking the Royal Plaza, and another two doors at the end of the side aísles gave access to the Street of the Bells. A raised atrium on the south side of the Cathedral, between the Sagrario and the priest’s house or “casa del Sacristan Mayor” provided an additiorial door to the Cathedral as well as to the Sagrario. This entrance opened onto an aislé that passed in front of the choir and terminated at a door to the episcopal palace on the north. T he general plan followed the arrangement of the typical Spanish cathedral of its period. T he ampie choir, said to have held a hundred seats and the Bishop’s chair, was at one end of the nave, and 50
ficio, como las iglesias parecidas de aquella época en México, tenía el techo de madera en vez de bóveda, y se adornaba con alfarje y artesonado.6 Para el año 1660, el techo de la primera cate dral estaba podrido, y a causa de los numerosos terremotos y la destrucción que normalmente causa un siglo de uso, al edificio le hacían gran falta reparaciones extensas.7 Las composturas que se habían hecho en años anteriores no habían bas tado para conservar la catedral. Sin embargo, había muchas personas que se opusieron a su de molición porque se habían construido reciente mente varias capillas, y se necesitaría una cantidad enorme de dinero para construir un edificio tan grande. No obstante, a pesar de todos los obstácu los, el deseo del Capitán General que fue recons truirla completamente, prevaleció, y la demoli ción se inició en 1669.8 Al principio trataron de servirse de algunas partes de la fábrica durante la reconstrucción, pero después de poco tiempo se trasladó la catedral a la nueva iglesia de San Pedro Apóstol, que se encontraba a sólo una cuadra al sur.9 Juarros dice que se trasladó con gran ceremonia el día 2 de diciembre de 1675 cuando se inauguró la iglesia de San Pedro.10 En otro lugar escribió Juarros que se inauguró aquella iglesia el día 2 de diciembre de 1663 y que se trasladó la catedral a ella el mismo día.11 En otra referencia se indica que se colocó la primera piedra de San Pedro en noviembre de 1662.12 Estas declaraciones contra dictorias del mismo autor tienen una sola cosa en común con la fecha del traslado de la catedral dada por Fray Antonio Molina —el 2 de diciembre. El escribió que el año fue 1669, que parece más lógi co.13 Posiblemente quería decir Juarros que se trasladó la catedral en el aniversario de la inau guración de San Pedro, pero ciertamente el año no habría podido ser 1675 cuando la construcción de la nueva catedral ya estaba bastante avanzada. Lo cierto es que se colocó la primera piedra de la nueva catedral el día 5 de octubre de 166914 en una ceremonia solemne, y los documentos en el Archivo Nacional muestran que se dedicó once años y un mes más tarde, el día 6 de noviembre de 1680.15 El capitán M artín de Andújar delineó el primer plano,16 pero él fue sustituido por el famoso arqui tecto José de Porres quien corrigió defectos en el plano original y, según se dice, dirigió la obra hasta su feliz terminación 17 (56). El edificio entero se encuentra en una plata forma que lo eleva hasta la altura de la Calle de las Campanas que está detrás de él. Desde el oeste al este su longitud es de unos noventa y siete metros. Tres puertas se abrían sobre la lonja que daba a la Plaza Real, y otras dos puertas al término de las naves laterales daban acceso a la Calle de las Campanas. Un atrio elevado al lado meridional de la catedral, entre el Sagrario y la Casa del
LA CATEDRAL Y EL PALACIO EPISCOPAL
the Royal Chapel was at the east end beyond the main altar.18 A cross-aisle separating the main altar from the Royal Chapel extended from the spacious sacristy and the Chief Sacristan’s house to the large Socorro Chapel (65 b), passing the door of the Chapter Room (65 c ). The nave was paralleled by wide side aísles, and beyond these were fourteen deeply recessed and vaulted bays, the majority of which contained chapéis whose rich altars were variously dedicated. A bay north of the choir served as a baptistry. T he main altar, raised on a platform several steps above the floor of the nave and covered by a baldachino, was separated by three bays from the choir. This has been described in detail by historians and is attributed to the renowned sculptor, Mateo de Zúñiga. Composed of sixteen colunms resting on a polygonal base and surmounted by a dome, the baldachino and altar were richly decorated with tortoise shell, bronze and ivory.lt) Above the area of the main altar there was a great dome supported by handsome pendentivcs (61-62) displaying the typical decorative sculpture executed with lime mortar over brick. The same refined and varied decorative modelling is to be seen on the capitals of the piers and the pilasters (61 be), the cornices, the escutcheons in the vaulting, and throughout the interior where it has defied the ravages of time and weather. (63 be). Of the many chapéis, that of Nuestra Señora del Socorro (65 b) was the largest. The vencrated image of the Virgin, which had been brought to Guatemala in 1524, had occupicd its traditional place nearest the High Altar. In 1743 a new chapel was inaugurated. To reach it a passage was opened through an existing chapel which had a door to the Chapter Room (Sala Capitular) (65 c). The Chapel of Socorro consisted of cross vaults sur mounted by a dome with eight windows.-" A magnificent altar and a silver throne for the Virgin made this the finest chapel in the Cathedral. A door provided access from the Street of the Bells. Burial vaults were constructcd beneath this chapel as in other parts of the Cathedral. Beneath the Royal Chapel, the High Altar, the Sagrario and various other chapéis, many illustrious persons were buried (63 a). At the back of the choir, facing the central door of the facade, there was an altar dedicated to Nuestra Señora de Guadalupe,21 and to the south of this was the large parish church of the Sagrario. This entire area has been renovated and preserved as the principal church of twentieth century Antigua. Descriptions of contemporary as well as modern writers are seldom in agreement concerning the physical and decorative features of the Cathedral. Rather than add further con fusión, or merely repeat conflicting descriptions, it seems preferable to
Sacristán Mayor, hacía posible otra entrada a la catedral y al Sagrario. Por esta puerta se entraba a un pasillo que pasaba por delante del coro y terminaba en la puerta del palacio episcopal, al norte. En general, la icnografía era la de una catedral española típica de la época. El coro que era amplio, y según se decía, contenía cien sillas y la del obispo, estaba a un extremo de la nave principal, y la Capilla Real estaba al extremo oriental, detrás del altar mayor.18 Un deambulatorio que separaba éste de la Capilla Real se extendía desde la amplia sacristía y la Casa del Sacristán Mayor hasta la ca pilla grande de Nuestra Señora del Socorro, pa sando por delante de la puerta de la Sala Capitu lar (65 be). A los dos lados de la nave central, había anchas naves laterales, y más allá de éstas, había catorce espacios abovedados de bastante profundi dad, la mayor parte de los cuales contenían capi llas cuyos ricos altares tenían advocaciones distin tas. Un espacio, al norte del coro, servía de bau tisterio. El altar mayor, cubierto de baldaquino, que estaba sobre una plataforma elevada, y estaba se parado del coro por tres bernegales, ha sido des crito detalladamente por algunos historiadores y se atribuye al famoso escultor Mateo de Zúñiga. Compuesto de dieciséis columnas sobre una base de forma poligonal y sosteniendo una cúpula de media naranja, el altar entero y su baldaquino es taban ricamente adornados con carey, bronce y marfil.19 Por encima del área del altar mayor, había una gran cúpula apoyada en hermosas pechinas (61-62) que estaban adornadas con la típica escultura de corativa hecha con mezcla sobre ladrillo. La misma refinada y variada escultura decorativa se ve en los capiteles de los pilares y las pilastras (61 be), las cornisas, los escudos de armas en las bóvedas, y por todo el interior donde la decoración se con serva bella a pesar del asolamiento de los años y del tiempo (63 be). Entre las muchas capillas, la de Nuestra Señora del Socorro (65 b) era la más grande. Su venerada imagen de la Virgen, que se había traído a Guate mala en 1524, ocupaba su sitio tradicional en una de las capillas más cercanas al altar mayor. En 1743, se estrenó una capilla nueva que se hizo abriendo paso por una capilla abierta que daba entrada a la sala capitular, y consistía en un crucero hermoso con un cimborrio de ocho ventanas.20 Un altar magnífico, y un trono de plata para la Virgen, hicieron de esta capilla la mejor de la catedral. Se podía entrar a la capilla desde la Calle de las Campanas. Se construyeron bóvedas debajo de esta capilla como en otras partes de la catedral. Debajo de la Capilla Real, el altar mayor, el Sagrario y otras varias capillas fueron sepultadas muchas personas ilustres de la época.(63 a). 51
CATHEDRAL AND EPISCOPAL PALACE
judge this great cathedral by what remains visible in the plan and in its magnificent ruins. We do not need to determine the exact num ber of vaults, or windows, ñor to be told that certain chapéis housed gilded altars, splendid images, fine paintings and sculptures, ñor that other treasures of great merit were in this building. All of these items would be a natural part of any cathedral of this magnitude and period. Earthquakes prior to 1773 caused varying degrees of damage. T he first, in 1689, was of minor consequence since the building was new and wellbuilt.22 Even after 1717 the principal damage was confined to the towers and the main vault.23 After 1751 the cupola was rebuilt with less height,24 but these earthquakes were responsible for weakening the walls and particularly the vaults. The great earthquake of 1773 left the Cathedral a complete ruin (55) (61c). One approaches the subject of the facade with some reservations. W hat stands today does not conform to earlier descriptions. T hat there have been changes and partial rebuilding both before and after 1773 is evident and to some extent documented. We are told that the facade was crowned with two towers housing a clock and a num ber of bells, one of which was very large. Drawings in books by John L. Stephens25 and W illiam E. Curtis,20 made during the nineteenth century, show a two-storied tower on the north with indications that a higher part was missing at that time. Apparently a similar tower — less clearly shown — balanced this on the south side of the facade. Other portions of the facade are reasonably similar to what remains today except that there is no indication of the raised platform, or porch, overlooking the Plaza. T hat there were towers, or belfries, seems indisputable. Víctor Miguel Díaz wrote that the towers crumbled, or fell, in 1773, when he referred to the renovation of the Sagrario as a parish church in 1830-32, and further said that the figures above the cornice were executed after independence from Spain.27 Probably he meant that the towers were damaged. Certainly the major portion of the towers was still standing more than sixty years later. However, there is no trace of them now, and from inspection of the plan there is no clear indication of an adequate support for such towers. Perhaps the lack of proper foundations could have contributed to their destruction. W hat remained late in the last century must have been considered unsafe, and removal rather than repair took place. T o what extent the facade was renovated or rebuilt after 1717 there seems to be no sure answer. W hether the central portion dates before or after that time is uncertain. However, it is relatively certain that the splendid decoration about the main entrance (59 a ) was not a product of the
52
Detrás del coro, mirando hacia la puerta princi pal de la fachada, se hallaba un altar dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe,21 y al sur de éste estaba la parroquia del Sagrario. Toda esta parte se ha renovado y conservado como la iglesia prin cipal de la Antigua del siglo XX. Cuando se trata de las características físicas y de corativas de la catedral, raras veces están de acuer do ni las descripciones de los autores de aquella época ni las de escritores modernos. No es nuestro propósito ni repetir las descripciones contradic torias ni añadir más confusión. Más vale juzgar esta gran catedral por lo que queda visible en el plano y en sus ruinas magníficas. No es preciso saber el número exacto de bóvedas ni ventanas, ni hace falta que nos digan que ciertas capillas tenían altares dorados, imágenes espléndidas, pinturas y esculturas de gran mérito, ni que otros tesoros de valor artístico incalculable se encontraban en este gran edificio. Cualquier catedral de esta magnifi cencia y época habría poseído tales bellezas. Los terremotos antes de 1773 causaron daños, unos más graves que otros. El primero que sufrió, en 1689, no fue de mucha importancia, pues era nuevo el edificio y estaba bien construido.22 Aun en 1717, los estragos principales se limitaron a las torres y a la bóveda mayor.23 Después de 1751 se reconstruyó la cúpula haciéndola menos alta.24 Sin embargo, debido a estos terremotos, los muros y sobre todo las bóvedas quedaban menos fuertes. El gran terremoto de 1773 dejó la catedral com pletamente arruinada (55)(61c)Al ponerse a discutir la fachada tiene que hacerse con ciertas reservas. Lo que se encuentra en pie hoy, no corresponde a las descripciones an teriormente hechas. Es evidente que ha habido cambios y reconstrucciones parciales antes de 1773 y después de esa fecha, algunos de los cuales se hallan documentados. Se lee que estaba coronada la fachada de dos torres en donde se encontraban un reloj y unas campanas, una de las cuales era muy grande. Los dibujos de los libros escritos por John L. Stephens25 y William E. Curtis,26 hechos durante el siglo XIX, muestran al norte una torre de dos pisos que tenía indicaciones de que le fal taba una parte más alta en aquella época. Al pare cer, una torre semejante—que se ve menos clara m ente—estaba al lado sur de la fachada para darle un aspecto simétrico. Otras partes de la fachada son más o menos semejantes a lo que queda hoy, excepto que en estos dibujos no se ve indicación de la lonja que da a la Plaza. Parece indiscutible que tenía torres o campanarios. Víctor Miguel Díaz escribió que las torres se desmoronaron o cayeron en 1773, cuando hablaba de la renovación del Sagrario para parroquia en 1830 a 1832, y ade más dijo que las figuras por encima de la cornisa se hicieron después de que se emancipó Guatemala de España.27 Probablemente quería decir que fue-
LA CATEDRAL Y EL PALACIO EPISCOPAL
period after 1773, or even after 1717. It is too elabórate, and the workmanship is equal to that of the pendentives and capitals of the interior (61-62). For this reason the statement of Víctor Miguel Díaz that the figures above the cornice were executed after the date of Independence seems open to doubt. He did not give his source of information although he said that he had seen the account. The remainder of the facade is rather simple and even austere. The details are well-executed in the upper story and about the niches which are filled with statues excellently modelled in plaster over brick cores. Although the facade lacks the monumentality that one expects from the plan, this can be attributed in part to the loss of the bell towers, but mostly to the awareness of earthquakes which dictated a low and heavy facade.
HOUSE OF THE PRIESTS OR CHIEF SACRISTAN 66-72
An interesting appendage to the Cathedral is the Chief Sacristan’s or priests’ house which is very Spanish in character. In fact, the small patio (67) is reminiscent of the house of El Greco in Toledo. There are only four rooms of masonry construc tion, but part of a gallery around the patio was utilized for additional rooms, including a kitchen (72 d), by using walls of light half-timber con struction (69 ab). From the patio there is not only dircct access to the sacristy but also the aislé, extending to the Socorro Chapel and to the Chapter Room. The wood construction of the corridor and gallery roof (69 c) is a splendid example of its type. The two large rooms on the second floor are architecturally distinguished by their panelled ceilings (70-71) and the carving of the doors and shutters(72 abe).The craftsmanship of these rooms can be related to other structures of Antigua which are dated as mid-eighteenth century (329).
EPISCOPAL PALACE 73-74
In the original town plan the house of Bishop Marroquín was located at the east end of the block which later became the Palace of the Captains General. This was not convenient, and Bishop Marroquín turned it over to the government for use as the residence of the Captain General. He started his new residence adjacent to the north wall of the first cathedral, which was under con struction at that time. This structure faced the Royal Plaza, and was only partially finished when
ron dañadas las torres. Es cierto que la mayor parte de las torres estaba todavía en pie más de sesenta años después de 1773. Sin embargo, no existe ves tigio de ellas ahora, y al inspeccionar el plano no se ve indicación definitiva de un sostén adecuado para tales torres. Tal vez la falta de base apta haya contribuido a su destrucción. Sin duda las partes de estas torres que quedaban en el siglo XIX, se consideraban peligrosas y por eso las quitaron en vez de repararlas. Es imposible saber con certeza hasta qué punto se renovó o se reconstruyó la fachada después de 1717. No es cierto que la parte central se edificara antes o después de aquella fecha. Sin embargo, parece relativamente cierto que los adornos es pléndidos alrededor de la entrada principal (59 a ) no son de la época después de 1773, ni aun des pués de 1717. Son demasiado primorosos, y la he chura iguala la de las pechinas y los capiteles del interior (61-62). Por esta razón parece dudosa la declaración de Víctor Miguel Díaz que las figuras por encima de la cornisa se hicieron después de la Independencia. No citó la fuente de sus datos, aunque dijo que había visto el relato. Lo demás de la fachada es bastante sencillo y aun austero. Los detalles se han hecho hábilmente en el cuerpo superior y alrededor de los nichos que están llenos de imágenes primorosamente mo deladas en estuco alrededor de un núcleo de la drillo. Aunque le falta a la fachada el aspecto mo numental que uno espera, dado el plano, se puede atribuir esto en parte a la pérdida de los cam panarios, pero principalmente al hecho de que tomaban en cuenta la frecuencia de terremotos, lo que aconsejó una fachada baja y fuerte.
LA CASA DEL SACRISTAN MAYOR 66-72
Una dependencia interesante de la catedral es la Casa del Sacristán Mayor la cual es muy española. En realidad, el pequeño patio ( 67 ) recuerda la casa de El Greco en Toledo. No hay más que cuatro habitaciones de construcción de albañilería, pero construyendo tabiques, se servía de una parte de la galería alrededor del patio para otros cuartos, incluyendo una cocina (72 d ) (69ab). Del patio se puede entrar directamente a la sacristía y al pasillo que se extiende a la capilla del Socorro y a la sala capitular. La construcción de madera del corredor y de la techumbre de la galería (69 c) es un ejemplo espléndido de su tipo. Las dos habitaciones grandes en el segundo piso se distinguen arquitectónicamente por un artesonado (70-71) y por la obra de talla de las puertas y de los postigos (72 abe). Se puede relacionar la artesanía de estas habitaciones con otras fábricas 53
CATHEDRAL AND EPISCOPAL PALACE
he died on April 8, 1563.28 There is no record of extensive construction during the following century. T he bishop’s house probably remained a modest one. T he need for a fitting episcopal palace became apparent when the new seventeenth century cathedral was nearing completion, and pressures were increased concerning the elevation of the Cathedral to an archbishopric. For nearly a century there had been requests and correspondence between the colonial authorities and the King regarding this matter.29 In 1687 the architect of the Cathedral, José de Porres, stated that he had worked on the Palace,30 but this was probably to improve its relationship to the recently completed Cathedral. It was not until 1706 that the new bishop, Fray Mauro Larreátegui y Colón, dedicated himself to the task of pushing construction of this spacious and dignified building. The Bishop died on the 29th of November 1711,31 but not before the building was completed with fountains, servants’ quarters and stables added. T he Palace was inaugurated a month before his death.32 T he efforts of many years to elevate the Cathe dral were finally realized when Pope Benedict XIV signed the necessary bull on December 16, 1743,33 and investiture of the first Archbishop took place on November 14, 1745.34 Although the Palace and its service areas seem to have covered all of the block not occupied by the Cathedral itself, very little of this building remains. T he perimeter adjacent to the streets has been converted to commercial uses of the twentieth century. Only in the ruins of the cloister (74) is it possible to gain some idea of the splendid architectural appearance that must have existed in this building when it was newly completed. Undoubtedly there was a second story around the main patio. Portions of two stairways were still visible in 1938, and drawings published in the nineteenth century by Stephens and by Curtís — previously mentioned — show a second story facing the Royal Plaza. There has been reference to a gallery overlooking the Plaza, but there is no indication of this visible. T he low and heavy walls are roofed over as a single story building. Only the big door to the cloister (73 c ) and stone door frames on the west facade, (73 b) with escutcheons, seem to relate to the eighteenth century. 1 Juarros, II, 235 2 Pardo, Efem., p. 4 3 Juarros, 11, 235 & Pardo, Efem., p. 3 4AGG, A 1.23-1511-9 (1540) , A 1.2.4-15750-2196-148 (1546), A 1.2.4-15750-2196-153 (1547), A 1.23-1511-148 (1550) & A 1.2.4-15750-2196-148 (1550) Pardo, Efem., pp. 5-7 5 Pardo, Efem., p. 15 6 Juarros, II, 236 239 87 Ibid., Ibid. 9 Ibid., 235 & Molina, Fr. Antonio de, Memorias, p. 123 io Juarros, II, 240
54
de la Antigua que datan de la mitad del siglo XVIII (329).
EL PALACIO EPISCOPAL 73-74
En la traza original de la ciudad de Santiago, la casa del Obispo Marroquín estaba situada al extremo oriental de la manzana donde se edificó más tarde el Palacio de los Capitanes Generales. Este sitio resultó inconveniente para casa episco pal, y el Obispo M arroquín lo cedió al gobierno superior para vivienda del Capitán General. Em pezó a hacer construir su nueva casa contigua al muro septentrional de la primera catedral que se estaba construyendo entonces. Este edificio daba a la Plaza Real, y sólo una parte se hallaba con struida cuando él falleció el 8 de abril de 1563 2R No hay documentación acerca de construcción más amplia destinada a morada episcopal durante el siglo siguiente. Probablemente la casa del obispo siguió siendo modesta. Cuando se acercaba la ter minación de la nueva catedral del siglo XVII y los esfuerzos para la elevación de la catedral a metro politana se aumentaban, era evidente la necesidad de tener un palacio episcopal apropiado. Durante casi un siglo las autoridades coloniales habían en viado memoriales y rogativas al rey, tocante a este asunto.29 En 1687 el arquitecto de la catedral, José de Porres, declaró que había trabajado en el palacio episcopal,30 pero probablemente fue esto para mejorar su relación con la recientemente termina da catedral. No fue sino hasta 1706 que un nuevo obispo, Fray Mauro Larreátegui y Colón, se en tregó a la tarea de llevar adelante, con energía, la construcción de este amplio y sobrio palacio epis copal. El obispo Larreátegui m urió el día 29 de noviembre de 1711,31 pero antes de morir había visto concluido enteramente el edificio con sus fuentes, sus habitaciones para la servidumbre, y sus caballerizas. Se estrenó el palacio un mes antes de su fallecimiento.32 Los esfuerzos de muchos años para erigir en metropolitana la catedral, se realizaron por fin al firmar su Santidad Benedicto XIV la bula del 16 de diciembre de 1743,33 y se verificó la investidura del prim er arzobispo el día 14 de noviembre de 1745.34 Aunque el palacio y sus dependencias parecen haber ocupado toda la parte de la manzana que no pertenecía a la catedral misma, queda muy poco de este edificio. El perímetro contiguo a las calles se ha convertido para usos comerciales del siglo XX. Sólo en las ruinas del claustro es posible obte ner alguna idea de la espléndida apariencia arqui tectónica alcanzada por este edificio cuando
LA CATEDRAL Y EL PALACIO EPISCOPAL I Juarros, 1, 151-152 '■Ibid., 127-129 ¡ Molina, pp. 122-123 (■Juarros, II, 240 >AGG A 1.23-4587-23 (1681) & Pardo, Efem., p. 72 ¡Juarros, 11, 240 Chinchilla A., Historia, pp. 75-77. ! Juarros, II. 241 >Ibid. ) Ibid., 250 i Ibid., 241 ¡ Ibid., 247 fe Vázquez, IV, 393 >Juarros, II, 247 t Ibid., 248 >Stephcns, 1, 266 i Curlis, p. 65 ' Diaz, V. \I., Bellas Artes, p. 161 ' Pardo, Guia, p. 73 Pardo, Efem., pp. 27. 111, 113, 116, 148 fe 158 Chinchilla A., p. 77 i Pardo, Efem., p. 110 fe Juarros, II. 205 i Pardo, Efem., p. 110 tlbid., pp. 158-159 Ibid., p. 160
estaba recién terminado. Sin duda, existía un se gundo piso alrededor del patio principal. En 1938 todavía eran visibles algunas porciones de dos es caleras, y los dibujos ya mencionados, publicados en el siglo XIX por Stephens y por Curtis, mues tran un segundo piso que daba a la Plaza Real. También ha habido referencia a una galería que daba a la Plaza Real, pero no se encuentran visi bles ahora indicios de ésta. Los muros bajos y gruesos están techados como un edificio de un solo piso. Solamente la puerta grande del claustro ( 73 c) y los marcos de piedra de las puertas de la fachada occidental (73 b), con sus escudos de ar mas, parecen relacionarse con el siglo XVIII.
Cathedral ruin viewed from the roof of the restored part. Catedral arruinada vista desde el techo de la parte restaurada.
55
Archbishops Palace
L egend A
C E
-
H,OH ALTAR BAPTISTERV SOCORRO CHAPEL
"
^
B CHOIR
D SACRlSTY F ROYA CHAPEL l
CATHEDRAL of ANTIGUA Antigua, Guatemala Founded 15 43
D edicated 1660
G
Guadalupe altar H CHAPELS I CHAPTER ROOM (S A L A C A P IT U L A » ) «I MUNICIPAL CHURCH (C APILLA DEL SA G B A Ñ (O ) K CHIEf 5ACRI5TAN'5 CLOI5TER EPISCOPAL CLOI5TER
L
56
M*asur*cl and Drawn by V. L. ANNIS
Facade and details Fachada y detalles
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
57
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
Ornamental stucco over central entrance Ataurique sobre puerta central
b Oíd bells Campanas antiguas
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
59
Cuerpo superior de la fachada
t
b Facade and raised atrium of the cathedral. Fachada y lonja de la catedral.
60
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
e Nave ruin Nave arruinada
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
61
¡i,
VIi
a Pendentives under great dome
Pechinas de la gran cúpula
b, c, d Details below the dome Detalles bajo la cúpula
62
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
a Subterranean chapel below the Royal Chapel Capilla subterránea debajo de la Capilla Real
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
63
L A R GE
DOORS
TO
THE
CHAPTER
ROOM
OF
THE
C a t h e d r a l or A m t i g u a ____________ O____________ I____________ 2____________ 3____________ 4____________ 5 SCACl ro» E l EVATI O N
rCIT
M ÉA SU R E D AND DRAWN BY V. L. A N N I S __________ 0__________ ¡_____________________________________________I SCALE
64
r on
0 CTAI L3
INCHE*
3
4i
a Street of the Bells Calle de las Campanas
b Socorro Chapel La Capilla del Socorro
d Detail of door Detalle de puerta
c Door of the Chapter Room Puerta de la Sala Capitular
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
65
a Stairway from the patio Escalera desde el patio
d Street entrance Puerta de calle c Patio fountain
Fuente del patio
House of the Chief Sacristan CATHEDRAL
Casa del Sacristán Mayor LA CATEDRAL
vj~vlY D e ta ils of P oats, B r a c k e ts an d J o ij t s of P a t io r SC ALE O
|_______________ 2
3
FEET
De t a il s S C A L E O________________ 8__ ¡6__________ 24_32__________________ 40______ 48 F E E T
P lan Casa del Sacristán Mayor
CATHEDRAL of ANTIGUA MEASURED AND DRAWN BY
V
L
ANNIS
—
67
PATIO
AND
FOUNTAIN
Casa del Sacristán Mayor
C a th e d r a l
of A n t ig u a
N O TE : DETAÍLS
O f POSTS
ON SHEET. WITH
AND BRACKETS
FLOOR PLANS.
SHOUTN
b South side of patio Lado sur del patio
c, d Details of the patio
Detalles del patio
House of the Chief Sacristan CATHEDRAL
Casa del Sacristán Mayor LA CATEDRAL
ISOMETRIC CORNER PATTERN NATURAL
scale ron
70
CATHEDRAL
LA CATEDRAL
DETAIL OF
SHOWING OF
BLACK
WOOD
A
TYPICAL ON
BEAM.
b Detail of a córner of the ceiling Detalle de una esquina del techo
House of the Chief Sacristan CATHEDRAL
Casa del Sacristán Mayor LA CATEDRAL
b Detail of a carved door Detalle de una puerta tallada
a Door to an exterior balcony Puerta a un balcón exterior
d Kitchen Cocina
House of the Chief Sacristan CATHEDRAL
Casa del Sacristán Mayor LA CATEDRAL
a Cloister Claustro
b Door facing Plaza Puerta que da a la Plaza
ARCHBISHOP’S PALACE
Entrada desde la calle
PALACIO ARZOBISPAL
a Palace ruin from the southwest córner Ruina del palacio desde la esquina sudoeste
b Southwest córner of the cloister Esquina sudoeste del claustro d Detail of a colum n of the cloister Detalle de una columna del claustro
74
ARCHBISHOP’S PALACE
PALACIO ARZOBISPAL
La Merced Monastery Church Iglesia del monasterio de la Merced
V MONASTERIES
LOS MONASTERIOS
Three modest monasteries and their churches were founded before the 1541 disaster at Almo longa. All were assigned sites in carefully selected locations in the new City of Santiago as a part of the general plan of the engineer Juan Bautista Antonelli. T he formal plan was oriented about a central plaza, where the Cathedral and government buildings were to have prominent positions. From this Royal Plaza the straight streets extended for three blocks in each direction. Very wisely the monasteries were given locations on the boundaries of the quadrilateral arrangement. This permitted space to expand and room for gardens and orchards for each. Santo Domingo received the most extensive site at the northeast córner. San Francisco was located at the southeast córner. The Mercedarians were assigned the most modest property on the north boundary almost directly in line with the central plaza. The terrain of the entire city sloped to the southwest. Therefore, the original monasteries not only occupied positions with good drainage but where an abundant supply of water would reach them first.
Antes del desastre de 1541 se fundaron tres mo nasterios modestos y sus iglesias en Almolonga. Se les asignaron a todos, sitios cuidadosamente esco gidos en la nueva ciudad de Santiago, como parte del plan general del ingeniero Juan Bautista Ántonelli. La traza formal estaba orientada alrededor de una plaza central, donde habían de situarse la catedral y los edificios del gobierno. De esta Plaza Real las calles rectas se extendían tres manzanas en cada dirección. Sabiamente se les dio a los monas terios sitios en los límites de este arreglo cuadri látero. Esto les permitió espacio donde ensancharse y lugar para jardines y huertas para cada uno. Recibió Santo Domingo el sitio más extenso en el ángulo noreste de la ciudad. Se situó San Fran cisco en la extremidad sudeste. A los mercedarios se les asignó la propiedad más modesta en el límite septentrional, casi en línea directa con la plaza central. El terreno de la ciudad entera se inclinaba hacia el sudoeste. Así es que todos los monasterios originales ocupaban sitios no sólo de buen drenaje, sino también donde un abastecimiento abundante de agua estaría a su alcance antes de entrar en la ciudad.
SANTO DOMINGO
SANTO DOMINGO
Fray Domingo de Betanzos carne to Almolonga in 1529 and chose a site for a church and mon astery at the edge of the small community. He was recalled to México before more than thatched adobes could be built, and there was no one to leave in his place. His solé companion was a young friar, who had only been in the order twenty-seven months.1 But in 1535, at the request of Bishop Marroquín, four Dominican missionaries came to take over the house that had been abandoned most
Fray Domingo de Betanzos llegó a Almolonga en 1529 y escogió sitio para una iglesia y convento en los límites del pequeño pueblo. Le pidieron que regresara a México antes de que pudiera cons truirse nada más que edificios de adobes techados de paja, y no había ningún sustituto que ocupara su puesto. Su único compañero fue un religioso joven que sólo había estado en la Orden veintisiete meses.1 Pero en 1535, a petición del obispo Marro quín, vinieron cuatro misioneros dominicos a to-
110-113
110-113
75
MONASTERIES
of the intervening years.2 Among these friars was Bartolomé de las Casas, who had stopped here briefly in 1531. These missionaries spent most of their time in other areas, however, and very little development occurred in Almolonga. Because they had been brought to the colony by the Bishop, it is certain that he offered more inducements for them to become a part of the new City of Santiago in 1542. T hat they were active when the move was made is evident because Pardo found that the Dominicans asked for four additional building sites in the new city on the 22nd of July, 1542.3 From this date on, their development was rapid, and it is reported in a document of the National Archives that there were fifty friars by 1579.4 Physically there is less remaining of this monastery than any of the nine which were founded during the following two centuries. There are two major reasons for the scanty ruins of this onetime great establishment. Although damage of earlier earthquakes had been heavy, with the wealth and num ber of friars housed in their cloisters, they had continued to build, rebuild and expand. But in 1773 it was this area of the city that was almost completely destroyed, and Santo Domingo suffered the most. T hat was a calamity beyond human control, but the second reason for its destruction can be attributed directly to the hand of man, and could have been controlled even in this century. The ruins of Santo Domingo may have been used as a stone quarry in the nineteenth century, too, but there was almost enough left standing in 1934 to permit a survey of the plan. At that time the fountain of one of the cloisters (113 d) was still in its original position. In 1936 it was moved to replace an oíd community laundry (113 e) at the entrance to the city, and after a few years it was placed in its present location in a small plaza adjacent to the oíd atrium of the Dominican church. In those years there were portions of buildings, foundations and low walls scattered among weeds, bushes and corn fields. During the next ten years a daily procession of oxcarts hauled stone away from this ruin which was considered a source of cheap building material. By the time Antigua was declared a National Monument in 1944, there was almost no visible trace of this huge monastery. Only a few massive piles of masonry marked the lower fa^ade and the Crossing (110 b) of a church which was second only to the Cathedral in the seventeenth century. This was a crime against history and architecture. Today we can satisfy our curiosity about Santo Domingo only through the words of seventeenth and eighteenth century historians. Fortunately more has been written about this monastery than some of the others. There is no space to summarize
76
mar posesión de las pocas habitaciones que habían estado abandonadas la mayor parte de los años de intervalo.2 Entre estos frailes estaba Fray Bar tolomé de las Casas, quien se había detenido aquí en breve estancia en 1531. Sin embargo se desa rrolló muy poco este convento en Almolonga, puesto que estos misioneros pasaron la mayor parte de su tiempo en otras regiones. Pero ya que habían sido traídos a la colonia por el obispo, es cierto que él les ofreció más prerrogativas para que for maran parte de la nueva ciudad de Santiago, en 1542. Es evidente que estaban activos cuando se hizo la traslación , porque descubrió Pardo que los dominicos pidieron cuatro solares adicionales en la ciudad nueva, el 22 de julio de 1542.3 Desde esta fecha en adelante fue rápido su desarrollo, y se cuenta en un documento del Archivo Nacional que para 1579 había cincuenta religiosos.4 Materialmente, queda menos de este monaste rio que de ningún otro de los nueve que se fun daron durante los dos siglos siguientes. Las causas principales de la escasez de ruinas de este estable cimiento, que en una época era tan grande, son dos. Aunque había sido severamente dañado por terre motos anteriores, dada su riqueza y el número de religiosos alojados en sus claustros, habían seguido construyendo, reconstruyendo, y ensanchando. Pero en 1773 fue este barrio de la ciudad el que se destruyó casi por completo, y sufrió el convento de Santo Domingo más que ningún otro edificio. Eso fue un desastre de la naturaleza, pero la se gunda causa de su destrucción se tiene que imputar directamente a las manos del hombre, y aun en este siglo se habría podido restringir. Quizá sirvieran las ruinas de Santo Domingo de cantera en el siglo XIX también, pero todavía en 1934 se mantenía en pie casi bastante para per m itir un reconocimiento del plano. En aquel tiem po, la fuente de uno de los claustros (113 d) se hallaba todavía en su sitio original. En 1936 fue trasladada a la entrada de la ciudad para sustituir una pila vieja (113e) que servía de lavadero pú blico. Después de unos años fue colocada en su sitio actual: una plaza pequeña contigua al antiguo atrio de la iglesia de Santo Domingo. En aquellos años, existían porciones de edificios, cimientos, y muros bajos esparcidos por matorrales, arbustos y milpas. Durante los diez años siguientes, un des file diario de carretas tiradas por bueyes extrajeron piedra de esta ruina que se consideraba una fuente barata de materiales de construcción. Cuando se declaró a la Antigua M onumento Nacional, en 1944, apenas quedaba rastro visible de este vasto convento. Sólo unos cuantos montones enormes de mampostería quedaban para marcar la parte in ferior de la fachada y el crucero (110b) de una iglesia que sólo la catedral superaba en el siglo XVII. Fue esta destrucción un crimen cometido
these historical accounts here where pictures rather than words are intended to convey information, but it seems necessary to include some architectur al data to illustrate what the camera can not show. Santo Domingo eventually became the largest and richest monastery in the city. Its church was completed in 1666, or fourteen years before the new Cathedral was finished.5 It was the first monastic church to be planned with a nave and side aísles. The facade was described as massive, with two enormous towers which held ten bells, one of which was very large. Also one of the towers displayed the first public clock brought to Santiago in 1553.6 T he church was enriched with magnificent altars and chapéis, and throughout both it and the monastery there was a wealth of art. The English friar, Thomas Gage, describes a great lamp of silver hanging in front of the main altar as being so heavy that it required “the strength of three men to hale it up with ropes.” Molina describes the same lamp and gives the weight in figures that transíate into about one hundred and eleven pounds.7 The monastery itself, with several cloisters, extensive gardens and a farm, covered a very large area. The fountain previously mentioned evidently was not the principal one if an historian’s description is to be credited. We are told that the finest fountain in the kingdom was constructed in 1618 by the Dominican friar Félix de Mata, that it was octagonal in shape and of great dimensions. Furthermore, its central part was a globe surmounted by a cross. Twenty spouts emptied into smaller basins, and then into the great one which was covered with tiles brought from Genoa.8 The abundance of water in the cloisters and gardens impressed Gage who speaks of the sound of water everywhere giving music to the cloisters. Since he lived here at some time about 1625 he probably refers to the great fountain when he speaks of one as “casting up the waters, and spouting it out of at least a dozen pipes.” He also tells us that in one of the gardens there was a paved pond a quarter of a mile long, contained by a low wall, on which there was a boat for fishing or the recreation of the friars.9 Even if one is inclined to discount some of the observations of these writers, it remains in disputable that this was truly a great monastic establishment. The monastery had eighty-one friars, according to a report by the Prior on January 26, 1741, but needed more as it was also the seminary of this province, the only House of General Studies, and supplied several professors to the University.10 Records of 1673 and 1676 have occasion to mention its infirmary and pharmacy.11 According to Vázquez, who was a Franciscan writer, Santo Domingo was not as well planned as San Francisco ñor as pleasant. However, he con
LOS MONASTERIOS
contra la historia y la arquitectura. Hoy, sólo se puede satisfacer en parte nuestra curiosidad tocante a Santo Domingo, leyendo las palabras de los historiadores de los siglos XVII y XVIII. Felizmente, se ha escrito más acerca de este convento que de algunos otros. No cabe un resumen de estas relaciones históricas aquí, donde las ilustraciones más bien que las palabras han de transmitir conocimientos, pero parece necesario incluir algunos datos arquitectónicos para ilustrar lo que no se puede mostrar con la cámara. Con el tiempo, Santo Domingo llegó a ser el convento más grande y más rico de la ciudad. Se terminó su iglesia en 1666, o sea catorce años antes de acabarse la catedral nueva.5 Fue la primera iglesia monástica de Santiago que tenía una nave principal y dos naves laterales. Se describió la fa chada como maciza, con dos torres enormes que contenían diez campanas, siendo muy grande una de ellas. También lució una de las torres el primer reloj público, traído a Santiago en 1553.® Fue en riquecida la iglesia con altares y capillas magnífi cas, y por todo el convento, de igual manera que en el templo, había gran riqueza artística. El fraile inglés Tomás Gage, describió una lámpara grande de plata, suspendida delante del altar mayor, di ciendo que pesaba tanto que “se necesitaba la fuerza de tres hombres para levantarla con cuer das.” Fray Amonio Molina describiendo la misma lámpara dijo que pesaba unos cincuenta kilos.7 El convento mismo con varios claustros, huertas extensas y una chácara cubrió una área muy grande. La fuente ya mencionada no era evidente mente la principal, si se ha de creer la descripción de un historiador. Se nos dice que la mejor fuente del reino fue construida en 1618 por el padre dominico Fray Félix de Mata, y que era octagonal y de grandes dimensiones. Además, la parte central era un globo con una cruz que la coronaba, y veinte caños derramaban agua en piletas y luego en la fuente grande, que estaba cubierta de azu lejos traídos de Génova.s La abundancia de agua en los claustros y en los jardines impresionó a Gage, quien escribió que el sonido del agua co rriendo por todas partes daba música a los claustros. Puesto que vivió él allí por el año de 1625, proba blemente se refirió a la fuente grande cuando re lató que “una fuente vertía agua echándola por al menos una docena de caños.” Nos dice también que en uno de los jardines había un estanque pavi mentado que tenía cerca de cuatrocientos metros de largo y que estaba cercado de un muro bajo. Sobre este estanque había una barca para el recreo de los religiosos y para que pudieran pescar.9 Aunque puedan parecer exageradas algunas de las observaciones de estos escritores, queda indiscu tible que era éste en realidad un gran estableci miento monástico. Tenía el convento ochenta y un religiosos, según
77
MONASTERIES
ceded that the church was the most sumptuous and well finished that Guatemala had before the Cathedral and the magnificent temple of the Com pañía de Jesús were built.12 T he 1717 earthquake caused the cupola of the church to fall, and with it much of a transept and part of a bell tower. It is probable that so much of the entire monastery was weakened in 1717, and again in 1751, that the structure was never completely repaired. T he severity of the destruction in 1773 could be largely explained if this were an established fact. T he Dominicans created more, however, than a great monastery and church. Even by 1556 a chair of theology was established,13 and the agreement made by their Provincial and Bishop Marroquín resulted in the founding of the Colegio de Santo Tomás de Aqaino.14 Although there was opposition from some of the rival monastic orders, particu larly the Jesu its, the first m ajor degrees (including a doctorate) were conferred on the 15th of June 1625, and the Dominicans considered that the School of Santo Tomás was a university.15 In spite of the controversies that followed, it was supported by substantial gifts, the older building was improved, and a new edifice constructed. By royal decree this school was made a university in 1676,16 and in 1687 a papal bull raised it to the same rank as the Universities of México and Lima, giving it the title of “Royal and Pontifical University of San Carlos.”17 The University was not moved from the Dominican site until 1763. SAN FRANCISCO 114-131
Although the Franciscans were in other areas of Guatemala by 1525 they did not lócate in Almo longa until 1530.18 Vázquez gives the actual found ing of the monastery, by five friars from México, as November 1540. T heir earlier site never had more than a thatched hut and was used as a hospice rather than a dwelling.19 After the destruc tion of Almolonga by the floor of mud and water in 1541, they were requested by Bishop Marro quín to maintain a monastery in the oíd town in order to administer to the needs of those who did not wish to move to the new Santiago.20 The large church in Ciudad Vieja is of Franciscan origin. T he Franciscans were among the very first to choose a location in Santiago, and the enthusiasm of the citizens was so great that their first humble dwelling and small adobe church were ready for temporary use by June of 1542 on the site now occupied by the Escuela de Cristo.21 The following year they began to develop their permanent property three blocks to the north where the great church and monastery gradually took form during the next century and a half. They continued to 78
un informe hecho por el prior el 26 de enero de 1741, pero le hacía falta más por ser también el seminario de esta Provincia, la única Casa de Es tudios Generales, y proveía de varios catedráticos a la Universidad.10 En documentos archivados de los años 1673 y 1676 hay mención de su enfermería y de su farmacia.11 Según Vázquez, quien fue un escritor francis cano, no estaba tan bien trazado Santo Domingo como el monasterio de San Francisco, ni era tan alegre. Sin embargo, concedió que la iglesia era la más suntuosa y bien acabada que tenía Guatemala, antes de construirse la iglesia catedral y el mag nífico templo del Colegio de la Compañía de Jesús.12 Los terremotos de 1717 derrumbaron la cúpula de la iglesia y con ella gran parte de un transepto, y una parte de un campanario. Es probable que se debilitara tan considerablemente el monasterio entero en 1717, y otra vez en 1751, que nunca se reparó completamente el edificio. La severidad del destrozo en 1773 se podría explicar en gran parte, si fuera esto un hecho probado. Los dominicos crearon algo más que un gran convento e iglesia. Ya para 1556, se estableció una cátedra de teología,13 y el convenio hecho por su Provincial y el Obispo Marroquín resultó en el establecimiento del Colegio de Santo Tomás de Aquino.14 A pesar de la oposición de algunas de las otras órdenes, principalmente de los jesuítas, los primeros grados mayores (incluido el docto rado) se confirieron el 15 de junio de 1625, y los dominicos consideraban que era universidad el Colegio de Santo Tomás.15 A pesar de los contro versias que siguieron, recibió el colegio regalos substanciales, el primer edificio fue mejorado, y una fábrica nueva construida. Por cédula real, este colegio fue convertido en universidad en 1676,16 y en 1687, una bula papal la elevó al mis mo rango que gozaban las universidades de México y de Lima, dándole el título de la Real y Pontificia Universidad de San Carlos.17 No se tras ladó la Universidad del sitio dominico hasta 1763. SAN FRANCISCO 114-13 Aunque ya estaban los franciscanos en otras regiones de Guatemala para 1525, no se radicaron en Almolonga hasta 1530.18 Dice Vázquez que la fundación efectiva de su convento se verificó en noviembre de 1540 y que la fundaron cinco reli giosos venidos de México. Su residencia anterior no era nada más que un sencillo albergue de palos, cubierto de paja, que fue usado como un hospicio más bien que vivienda.19 Después de la destrucción de Almolonga por el torrente de agua y lodo, en 1541, el Sr. obispo D. Francisco Marroquín, les pidió mantener un monasterio en Ciudad Vieja,
LOS MONASTERIOS
administer their original establishment in Santi ago as the Hermitage of Vera Cruz for the next one hundred and twenty years.22 In 1548 they were granted permission to cióse a Street to the south that divided their property because it was evident that they lacked room for expansión.23 But for the next hundred years they were unsuccessful in all further attempts to enlarge their holdings. It was not until 1685 that they were able to gain a small strip of land giving them access to their orchard.24 The early years in Santiago were filled with dissensions and trouble. The earthquakes of 1565 badly damaged their church and new monastery; and the Franciscans were opposed by the then current Bishop. In 1568 thirty-four friars left Santiago in a procession after turning over the keys to civil authorities and declaring that they would go elsewhere. The citizens and officials begged them to return, and sonie of them did, but for the next year they lived in a prívate house to escape persecution. Several of the group went back to smaller towns or returned to México. A decree from Phillip II, dated 1568, arrived in January 1570 and resulted in the departure of the Bishop and the reoccupation of the monastery by the friars.23 In 1574 a letter to the King stated that the monastery was very poor and almost falling down. The friars were in great need of financial help.20 But in spite of their poverty, according to Juarros, they had a house of studies in 1575. He wrote that it had chairs of Theology, Canonical Law and Philosophy.27 And Vázquez described as sumptuous the small chapel which was built in 1600 as the Chapel of Alcántara, but which was dedicated in 1605 to Our Lady of Loreto. The description of this chapel is so complete and detailed that there is no doubt that it is the small room under the clock tower at the right of the church entrance.2* (116 c) From this we must conclude that the big church of the Franciscans was in existence before 1600. According to Vázquez, the work begun on the monastery in 1612 was finished by 1625.29 However, much remained to be done. The novices’ quarters, porter’s lodge, the De Profundis room and other improvements were still under construction in 1630,30 and further important work was undertaken late in the century. One must remember that Vázquez was a Franciscan and possibly a little prejudiced in some of his statements when he speaks of San Francisco Monastery as the finest, best planned, most cheerful, sturdy, spacious and suitable in the City.31 But also it must be granted that it was a great monastery even in the seven teenth century. The inhabitants regularly numbered eighty friars. W ith those in the infirmary, and those temporarily there from other monasteries, the total was possibly one hundred. In
para servir a las necesidades espirituales de los que no querían trasladarse a la nueva capital.20 Así es que la iglesia grande, actualmente en Ciudad Vieja, es de origen franciscano. Se cuentan los franciscanos entre los primeros que eligieron sitio en el nuevo Santiago, y era tan grande el entusiasmo de los ciudadanos, que su primera vivienda humilde y pequeña iglesia de adobes estaban listas para su uso provisional en junio de 1542, en el sitio actual de la Escuela de Cristo.21 El año siguiente empezaron a desarrollar su propiedad permanente, a tres manzanas al norte, donde la gran iglesia y comento fueron tomando forma durante el siglo y medio siguientes. Tam bién siguieron administrando su primer estable cimiento en Santiago, como la ermita de Vera Cruz, durante los siguientes ciento veinte años.22 En 1548, se les dio licencia para cerrar una calle al sur que dividía su propiedad, puesto que era evidente que les faltaba espacio para ensancharse.23 Pero durante los cien años siguientes, no tuvo éxito ninguna de sus tentativas adicionales para aumentar sus terrenos. No fue sino hasta 1685 que pudieron obtener un pequeño pedazo de terreno que les dio acceso a su huerta.24 Los primeros años en Santiago estuvieron llenos de disenciones y molestias. Los terremotos de 1565 habían dañado seriamente la iglesia y el convento nuevo, y el obispo de entonces actuó en oposición a ellos. En 1568, treinta y cuatro religiosos salieron en procesión de Santiago, después de haber entre gado sus llaves a las autoridades civiles y declarado que irían a otra parte. Los vecinos y los funcio narios les rogaron volver, y algunos de ellos lo lucie ron, pero durante el año siguiente habitaban una casa particular para escapar a las persecuciones del obispo. Varios regresaron a pueblos pequeños o volvieron a México. Una cédula de Felipe II, fecha da en 1568, llegó a Santiago en enero de 1570, resultando en la partida del obispo y la vuelta de los franciscanos a su convento.25 En 1574, en una carta al monarca se declaraba que era muy pobre el convento y que estaba casi para desplomarse. Les hacía gran falta a los frailes ayuda económica.26 Pero según Juarros, a pesar de su pobreza tenían una casa de estudios en 1575, y cuando escribía él, su colegio tenía cátedras de teología, cánones, y filosofía.27 Vázquez describió como suntuosa la pequeña capilla que se construyó en 1600 como la capilla de Alcántara, pero que se dedicó en 1605 a Nuestra Señora de Loreto. Es tan completa y detallada la descripción de esta capilla que no cabe duda (pie es la pequeña pieza, debajo de la torre del reloj, a la derecha de la entrada a la iglesia (116 c).M De esto hay que concluir que la iglesia grande de los franciscanos existía antes de 1600. " Según Vázquez, la construcción en el convento, empezada en 1612, fue terminada para 1625.2'1No 79
MONASTERIES
cluded were twenty, or more, lay brothers who were in the various dependencies, or who solicited alms.32 According to Juarros, probably the first foundation of the T hird Order of Franciscans in the Americas occurred here when Don Bartolomé Mar tínez del Anillo became the first Tertiary, taking the habit in December 1613 and professing a year later.33 During the seventeenth century this monastery suffered numerous minor catastrophes. T he dock tower (l25cd) over the Chapel of Nuestra Señora de Loreto was struck by lightning in 1634, as was the refectory in 1635 and the archives in 1669.34 Fires occurred in the cell of the Provincials in 1680 and in the Guardian’s quarters in 1681, also.33 It was during the last quarter of the century that the greatest improvements were made. In the dry season of 1674-5, when the church of San Fran cisco was about one hundred years oíd, the roof timbers and wood ceiling of the church were replaced.3'’ This indicates that the appeal for financial help (previously mentioned) must have been answered and that the main body of the church was built about 1675-90. The oíd ceiling was al most ready to fall, and it was necessary to replace it from the Crossing in front of the main altar to the facade. Twelve pairs of joists were used, and the ceiling was constructed of the best seasoned cedar, panelled, carved, painted and gilded with such excellent workmanship that there was none to equal it in the realm.37 T he description clearly suggests that it was Mudé jar in character, probab ly resembling the ceiling of the church of Tecpán which is said to be the oldest still existing in Guatemala (455 a). On March 7, 1675 a contract was made with the master stone masón, Ramón de Autillo, to install the arched frame of stone about the main en trance.38 Other documentary evidence is lacking to date the entire facade, but this door frame surely was a finishing dctail rather than a beginning. If this is true, the Baroque facade of San Francisco pre-dates that of the Cathedral which was under construction in this same decade. T he architect of the Cathedral, José de Porres, was working also on various parts of San Francisco according to Chin chilla Aguilar.39 Angulo Iñiguez, among others, has noted that the column and niche composition of San Francisco (l 16 c ) was used in the central part of the Cathedral facade ( 60 b ).40 It would not be unusual for an architect to repeat a favorite archi tectural arrangement, but that fact does not help to establish a definite date for the San Francisco fagade. José de Porres, who died in 1703, had been actively engaged on many of the important build ings of the Capital for the preceding fifty years. W hat he did at San Francisco after he worked on the Cathedral is clearer than what he did in his earlier association. T he facade of San Francisco is
obstante quedaba mucho por hacer. El noviciado, la portería, y la sala De Profundis, lo mismo que otras mejoras, estaban todavía en construcción en 1630,30 y se emprendieron otras obras importantes hacia fines del siglo. Hay que recordar que Váz quez era franciscano, y posiblemente elogiaba de masiado su convento, cuando escribió que San Francisco era el más primoroso, el mejor trazado, el más alegre, fuerte, amplio y conveniente de la ciudad.31 Pero también hay que conceder que era un gran convento aun en el siglo XVII. Regular mente lo habitaban ochenta religiosos. Añadiendo los de la enfermería y los de otros conventos de la Orden, habitándolo provisionalmente, posible mente el número de sus moradores era ciento. Se incluían en éste, veinte o más hermanos legos que estaban en las dependencias variadas o que pedían limosnas.32 Según Juarros, probablemente se verificó allí la primera fundación en la América de la Tercera Orden de los franciscanos, cuando don Bartolomé Martínez del Anillo se convirtió en el primero de esta Orden, tomando el hábito en diciembre de 1613 y profesando un año más tarde.33 Durante el siglo XVII sufrió este convento va rias catástrofes menores. La torre del reloj (l25cd), por encima de la capilla de Nuestra Señora de Loreto, fue golpeada por un rayo en 1634; en 1635 cayó otro en el refectorio y en 1669 un tercero cayó en el archivo.34 Hubo incendio en la celda de los Provinciales en 1680, y en la del Guardián en 1681, también.33 Fue durante el último cuarto del siglo que se hicieron las mejoras más considerables. Durante la temporada seca de 1674 a 1675, cuando la iglesia de San Francisco tenía unos cien años, se reempla zaron el maderamen del techo y el artesonado del templo.38 Esto indica que la susodicha súplica para ayuda económica debió haber resultado favorable y que se construyó el cuerpo principal de la iglesia hacia los años 1575 a 1590. Estaba para caerse el antiguo techo, y fue preciso reemplazarlo desde el crucero delante del altar mayor hasta la fachada. Se usaron doce pares de tirantes, y se construyó el techo del mejor cedro, bien seco, de artesonado, tallado, pintado y dorado con artificio tan exce lente que no había otro que lo igualara en el reino.37 La descripción sugiere claramente que era de tipo mudéjar, semejante, probablemente, al techo de la iglesia de Tecpán que tiene fama de ser la más antigua existente en Guatemala (455 a). El 7 de marzo de 1675, contrató el maestro de cantería, Ramón de Autillo, un arco de piedra para la puerta principal.38 Falta otra declaración archivada para fijar la fecha de la construcción de la fachada entera, pero este arco era, sin duda, un detalle para la perfección y no de la iniciación de la obra. Si en realidad lo es, la fachada barroca de San Francisco anticipa la de la catedral que se estaba construyendo durante este mismo decenio.
LOS MONASTERIOS
not among those things attributed to him in his later years. If he did this, it must have been some time between 1650 and 1670, before work was started on the Cathedral. It probably was completed prior to the replaeement of the roof in 1674 and the installation of the stone door frame in 1675. The facade of San Francisco is good Ba roque, and the polychromed images, modelled in plaster ovcr brick cores like the twisted (Salomonic) columns, are excellently done. The entire facade, with its horizontally banded pilasters on the bell tower (118 b) and its heavy base, gives the church both dignity and beauty, and a freshness of design that is lacking in the Cathedral. If Porres was the creator of both designs, why did he revert to an almost sterile Renaissance on the Cathe dral? The latter building is what might have been expectcd before mid-seventeenth century. The Ba roque of San Francisco (if conceived between 1650 and 1670) is early for the remóte City of Santiago. W ith all this in mind one can only wonder if the facade of the Cathedral might have been a reconstruction of its earlier one, with enrichment of detail in the upper story and over the main entrance added during 1669-80. In 1684 the infirmary of San Francisco was enlargcd with an addition of three bays at the south extremity of the monastery. The ground floor contained six cells and a dormitory to accommodate demented monks and those needing correction or punishment. These cells had windows with iron grilles facing east and west. On the second level there were also six cells, a very ampie abode for the sick,opening to arched balconies. And on the third floor were four more spacious rooms for the monks who were seriously or habitually ill. These also opened onto outside decks with fine views (131 abe ). Beyond the infirmary, and terminating it, there was built at this time the spendid Chapel of San Antonio de Padua, which consisted of three vaulted bays, with its axis running east and west at right angles to the infirmary (120-21).The Chapel is described as being sumptuous and artistic and having a spacious sacristy. It was on the upper level. Be low it was the pharmacy, a very large and well equipped room which not only served the needs of the monastery but extended aid to poor people who frequently carne for help. At the lowest level there was apparently a large vaulted room for other useful purposes.41 All these new additions are definitely attributed to José de Porres. It was in this same period of building that mural and ceiling decorations were added to the reception room (portería), cloisters, refectory and novitiate, according to Vázquez. But while this work was in progress, or scarecly finished, the earthquake of February 12, 1689 occurred. Great damage was done. Not a cell remained that could
El arquitecto de la catedral, José de Porres, traba jaba también en varias partes de San Francisco, según Chinchilla Aguilar.'"1Angulo Iñiguez, entre otros, ha notado que la composición de las colum nas y de los nichos de San Francisco (116 c) se ha usado en la parte central de la fachada de la cate dral ( 60 b)-40 No sería raro que un arquitecto re pitiera una distribución arquitectónica predilecta, pero esto no ayuda a establecer una fecha defini tiva para la fachada de San Francisco. José de Porres, quien murió en 1703, se había ocupado de muchos de los edificios importantes de la capital durante los cincuenta años anteriores. Lo que hizo en San Francisco, después de haber trabajado en la catedral, es más claro que lo que hizo antes. No se encuentra la fachada de San Francisco entre las obras atribuidas a él durante los últimos años que trabajaba. Si la hizo habrá sido entre 1650 y 1670, antes de empezarse la obra de reconstrucción de la catedral. Se habrá terminado antes del reempla zo del techado en 1674 y la instalación del marco de piedra de la puerta en 1675. La fachada de San Francisco es de un buen barroco, y las imágenes policromadas, modeladas en estuco sobre núcleos de ladrillo lo mismo que las columnas helicoidales (salomónicas), están primorosamente hechas. La fachada entera, con sus pilastras ‘fajadas’ horizon talmente en el campanario (118 b),y su base pesada, dan a la iglesia dignidad, hermosura y una nove dad de diseño que le falta a la catedral. Si fue Porres el creador de ambos diseños, uno se pre gunta por qué volvió atrás a un renacimiento casi estéril en la catedral. Este edificio es lo que se hubiera podido esperar antes de la mitad del siglo XVII. El barroco de San Francisco (si fue con cebido entre 1650 y 1670) es adelantado para la lejana ciudad de Santiago. En vista de todo esto, surge la idea de que posiblemente fue la fachada de la catedral una reconstrucción de la anterior, con enriquecimiento de detalles en el cuerpo superior y por encima de la entrada principal, añadidos durante los años 1669 a 1680. En 1684, en el extremo meridional del monas terio, se alargó la enfermería de San Francisco con una adición de tres divisiones. El piso bajo con tenía seis celdas y un dormitorio para los religiosos dementes y los que merecieran corrección o casti go. Estas celdas tenían ventanas con rejas de hierro, algunas mirando hacia el este y otras hacia el oeste. En el piso segundo había seis celdas tam bién, una vivienda muy amplia para los enfermos, la cual se abría a una galería con arquería. Y en el piso superior, había otras cuatro celdas capaces para los religiosos graves o habitualmente en fermos. Estas, también, tenían salida a galerías desde las cuales se gozaba de hermosas vistas (131 abe). Más allá de la enfermería y terminándola, se construyó en aquel tiempo, la espléndida capilla 81
MONASTERIES
be inhabited, ñor a dormitory that was not filled with rubble. Brick walls that had been repaired after previous earthquakes were demolished, and the vault of the main stairway was so unsafe that it had to be razed and entirely rebuilt. Fortunately, the monks, who were in the refectory for their 11:00 a.m. repast when the earthquake occurred, managed to escape from the building.42 T he work of reconstruction was renewed, walls were reinforced or built new throughout the mon astery. Although this work was costly it was not as great as the first estimates had indicated, and new and essential work was understaken as soon as the principal damage was repaired. One of the new projects was the construction of a great vaulted kitchen with its chimney, wall cupboards and convenient trough of running water. This was a room built on a grand scale.43 T he east end of the church had not been re paired when the new roof was placed over the six bays from the fa^ade to the Crossing. After considerably more than a century, this portion of the church was in bad repair although it had not fallen during the recent earthquake. T he upper part of the lantern had been damaged. W ork was begun on rebuilding the transepts and chancel on June 25, 1692. This took approximately six years to complete. W hen it was started, the body of Hermano Pedro was transferred to a confessional between the altar of San Antonio and that of San Pedro Alcántara.44 W hile work was progressing on the east end of the church, there was considerable other construc tion undertaken and completed. The magnificent sacristy of three vaulted bays was built in the angle between the soutb transept and the chancel (]19ac), and the lower cloister with its decorated vaults was constructed (l29ab).45 In 1697 the transept with its splendid cornices, high vaulted Crossing (l24a) and the new chancel (l 19 b) were so beautiful that it was deemed necessary to bring the large nave of the church up to the same standard and appearance. Although the nave had been covered in 1674 with what was considered to be the finest ceiling in the country, it was now in poor condition only twenty-three years later. In the reconstruction of the nave, pilasters were added, and six great arches spanned the space to support the low vaults which replaced the wood roof. The cornices of the transepts were continued throughout the church, and windows were placed high in both the north and south walls (122 ac). T he choir occupied the first two bays over the entrance to the church (122 bd). Large burial vaults were included in the new construction,40 and the crypts in the transept were arranged to receive those who were previously buried there, including Hermano Pedro whose remains were again interred at the left of the altar in 1703. 82
de San Antonio de Padua, que consistía en tres bernegales con su longitud de oriente a poniente, y que hacía un ángulo recto con la enfermería (120-21). Se ha descrito la capilla como suntuosa y artística y con una sacristía capaz. Estaba en el nivel superior. Debajo de ella se hallaba la botica, un salón muy espacioso y bien provisto de todo lo necesario para servir no sólo para la curación de los religiosos, sino también para socorrer a los pobres que acudían frecuentemente pidiendo ayuda. En el piso inferior había otro salón espa cioso y abovedado, que tenía también su utilidad.41 Se atribuyen todas estas nuevas adiciones, defini tivamente, a José de Porres. Fue durante este mismo período de construcción que se adornaron la portería, los claustros, el refectorio, y el noviciado con decoraciones en los muros y en los cielos, según Vázquez. Pero mien tras estaban haciendo esto o apenas se había terminado, ocurrió el terremoto del 12 de febrero de 1689. Hubo muchos estragos. No quedaba celda que se pudiera habitar, ni dormitorio que no estuviera lleno de escombros. Fueron demolidas las paredes de ladrillo que se habían reparado después de terremotos anteriores, y la bóveda de la escalera principal era tan insegura que tuvieron que demolerla y reconstruirla completamente. Afortunadamente, los religiosos, que estaban todos en el refectorio para la comida de las once cuan do ocurrió el terremoto, lograron escapar del edificio.42 Comenzaron de nuevo la obra de reconstruc ción, reforzando muros o reconstruyéndolos por todo el convento. Aunque era costosa esta obra, no lo era tanto como habían indicado las primeras computaciones, y se emprendieron obras nuevas y esenciales luego que se terminaron las repa raciones más urgentes. Uno de los proyectos nuevos fue fabricar una cocina grande, toda de bóveda, con su chimenea, sus alacenas y pilas de agua corriente. Fue una pieza construida en escala considerable.43 La extremidad oriental de la iglesia no se había reparado cuando se puso el techado nuevo por encima de los seis bernegales que se extendían desde la fachada hasta el crucero. Después de bastante más de un siglo, esta parte de la iglesia estaba en malas condiciones aunque no se había caído durante el terremoto reciente. Se habían dañado la parte superior y la linterna. Se inició la obra de reconstrucción de los brazos del crucero y el presbiterio, el 25 de junio de 1692. Pasaron unos seis años en su construcción. Cuando se comenzó esta obra, se trasladaron los restos del Hermano Pedro a un confesionario en un espacio entre el altar de San Antonio de Padua y el de San Pedro Alcántara.44 Mientras se adelantaba la obra de la extremidad oriental del templo, se emprendieron y se acabaron
LOS MONASTERIOS
During the last three years of the century, the Hall of Sttidies was built south of the transept, next to the cloister and the main stairway. The low, ribbed vaults of this room were different from those of any other of the monastery (124 cd). The decorations and furnishings were described by Vázquez as being very suitable for their purpose, with carved benches, ebony balustrades dividing the upper and lower tiers of seats, a very magnifieent professor’s lectern filling the end of the room, et cetera.47 This was where the theses of candidates for degrees were attacked and defended. The end treatment of the room suggests a place for an altar. It seems probable that this room also served as a chapel for the prayers of the monks. Immediately after 1700. finials wereadded to the upper facade to finish it, but again it is apparent that this was a minor addition. In the three year period after 1700 iron balustrades and panels of low relief were installed in the choir, and glass was placed in all the windows of the church. T he main altar of five stories with sculptured saints was com pleted, and five gilded side altars were installed. A silver lamp over the high altar is said to have weighed one hundred pounds.48 All the cornices were adorned with balustrades painted green and gold. It is probable that the architect of the newer portions of the church was still José de Porres as he did not die until 1703 at which time, according to Pardo, Juan de Bonilla was named to succeed him as superintendent of works.49 Vázquez wrote that the church was inaugurated September 25, 1702 but that work was still going on and that the pulpit was not finished until 1710.™ Documents in the archives, however, give the date of dedication by Bishop Alvarez de Tole do as September 23, 1714.51 During these disputed years there was one last major addition. A library was built over the great sacristy, with large win dows on three sides/’2 The entire complex of church, monastery and school had reached its zenith. It occupied a site equivalent to about four city blocks within a walled compound controlled by several gates. One of these with its Salomonic eolumns ( 115 ) served as the principal entrance from the Street of the Processions (Calle de los Pasos) to the atrium of the church. The buildings by 1700 covered more than eight acres of ground. The earthquake of 1717 was more severe than any of those in the preceding century and, in spite of the fact that most of the church and monastery had been so recently reconstructed, the damage was very extensive. The Chapel of San Antonio de Padua, which had been built in 1685, had to be completely rebuilt. This was true of the upper story of the new infirmary, also. Walls fell, or were weakened throughout the monastery, and all of the arches of the new church were cracked. The bell tower was partially destroyed.53
bastantes otras construcciones. Se fabricó la magní fica sacristía de tres tramos abovedados en el ángulo entre el transepto meridional y el presbi terio^ 19 ac), y se edificó el claustro bajo con sus bóvedas adornadas (I29ab).45 En 1697 los brazos del crucero con sus cornisas espléndidas, el alto crucero de bóveda (124 a) y el nuevo presbiterio ( 119 b) eran tan bellos que se creía preciso hacer que correspondiera la gran nave del templo. Aunque en 1674 se había cubierto la nave con lo que se consideraba el mejor techo del país, sólo veintitrés años más tarde estaba en mal estado. En la reconstrucción de la nave, se añadieron las pilastras, y seis arcos grandes se extendían sobre el espacio para sostener las bóve das bajas que sustituyeron el techado de madera. Las cornisas de los brazos del crucero se continua ron por todo el templo, y se colocaron ventanas en la parte superior de los muros septentrional y meridional(l22 ac). El coro ocupó los dos primeros tramos por encima de la entrada a la iglesia(122bd). Se incluyeron en la nueva construcción grandes bóvedas para entierros,41'’ y se arreglaron las criptas en el transepto para recibir a los que antes estaban enterrados en ellas, incluyendo al Hermano Pedro, cuyos restos se enterraron de nuevo a la izquierda del altar, en 1703. Durante los últimos tres años del siglo, se edi ficó el General de los Estudios, al sur del transepto, junto a la escalera principal y contiguo al claus tro. Las bajas bóvedas de nervadura de esta sala eran distintas de las de cualquier otra del convento (124 cd).Vázquez describió los adornos y muebles como muy propios para su propósito, con bancos tallados, barandillas de ébano que dividían los asientos altos de los de abajo, una magnífica cátedra que llenaba el extremo de la sala, etc.4' Fue esta sala donde se atacaban y se defendían las tesis de los candidatos para grados. El arreglo de un ex tremo de ella sugiere un lugar para altar. Parece probable que también sirviera esta sala como ca pilla para las oraciones de los frailes. Inmediatamente después de 1700, se añadieron remates a la parte superior de la fachada para su perfección, pero otra vez, es evidente que fue ésta una adición menor. En el trienio posterior a 1700, se instalaron barandillas de hierro y tableros de media talla en el coro, y en todas las ventanas de la iglesia se colocaron vidrieras. Se terminó el altar mayor con un retablo de cinco cuerpos con santos de escultura, y se hicieron e instalaron otros cinco altares laterales dorados. La lámpara de plata del altar mayor pesaba cuatro arrobas o unos cuarenta y seis kilos, según se dice.18 Todas las cornisas de este templo estaban adornadas con barandillas pin tadas de verde y oro. Es probable que aun fuera arquitecto de las partes nuevas de esta iglesia José de Porres, pues no murió hasta 1703 cuando, según Pardo, se le nombró a Juan de Bonilla como su 83
MONASTERIES
But again this great monastery was repaired and strengthened. It is probable that it was in the years following 1717 that most of the tremendous buttresses were raised in various parts of it. Unfortunately these were not made an integral part of the walls, but merely built against them in most instances. Even though the structure withstood another heavy earthquake in 1751, the buttresses contributed to the final destruction of 1773 by acting as battering rams. Walls fell under their impact, but the buttresses remained standing (1 3 0 a ). San Francisco attracted many learned men and great artists during its long history. From the six teenth century until its destruction, a wide variety of subjects were taught in the School of San Buena ventura which was attached to the monastery.54 Descriptions are inadequate to positively identify its location, but probably it was in the area north of the church. During the middle of the eigh teenth century there was considerable controversy about closing or moving the school.55 Funds for construction were requested of His Majesty in 1748,56 but there is no record of work before or after the earthquake of 1751. More complete de struction of it may have resulted from the fact that the buildings were in poor condition. In addi tion to the scholars, theologians, writers, and those advanced in the sciences of that age, the monastery supported such renowned sculptors as Alonso de la Paz and Juan de Aguirre, and the famed painter Tomás de Merlo. However, it was Cristóbal Villalpando who painted the immense canvases of the life of Saint Francis for this monastery. Most of these men were buried in the pantheon of this church. Many Franciscan artists worked within the monastery in what was called a Hall of Arts. T he Franciscans also possessed the second printing press brought to Guatemala which printed treatises of some of their scholarly monks. No original plan seems to exist for this church and monastery. Numerous plans were made in the eighteenth century for new and reconstructed portions of the Palace of the Captains General, and probably some were made for San Francisco. But if such plans do exist, they are ‘lost’ among the scattered documents of the various archives. It is fortúnate that the ruins of San Francisco were allowed to remain with a mínimum of quarrying, vandalism, or change until after 1960. T he plans (120-21) presented here were made in 1938 with all the accuracy possible considering that many portions were buried in debris. Although the designation of some of the rooms may be subject to question, the plans of the ground and second floors make it possible to visualize the extent and scale of this great religious foundation. From these one may get some idea of what might have existed at Santo Domingo. San Francisco is not only a most
84
sucesor en el puesto de Maestro Mayor de Obras.49 Escribió Vázquez que se estrenó la iglesia el 25 de septiembre de 1702, pero que todavía se tra bajaba en ella y que no se terminó el pulpito hasta 1710.50 Sin embargo, documentos en el Archivo Nacional de Guatemala, dan el 23 de septiembre de 1714 como el día cuando la dedicó el obispo Alvarez de Toledo.51 Durante estos años en dis puta, todavía hubo una adición mayor. Por encima de la gran sacristía se edificó una biblioteca que tenía ventanas grandes en tres lados.52 El conjunto entero de templo, convento y colegio había llegado a su apogeo. Ocupaba un sitio cercado de muros que equivalía a cuatro manzanas, más o menos, el cual fue controlado por varias puertas. Una de éstas con sus columnas salomónicas ( 115 ), servía como la entrada principal desde la Calle de los Pasos al atrio del templo. Para 1700, los edificios cubrían más de ocho acres de terreno. Los terremotos de 1717 fueron más severos que cualquiera de los del siglo anterior, y a pesar de haberse reconstruido tan recientemente la mayor parte de la iglesia y del convento, los daños fueron extensísimos. La capilla de San Antonio de Padua, que se había construido en 1685, necesitaba re construirse completamente. Lo mismo sucedió con el piso superior de la enfermería nueva. En todo el convento se vinieron a tierra o se debilitaron muros, y se resquebrajaron todos los arcos de la iglesia nueva. Se destruyó una parte del campanario.53 Pero otra vez se reparó y se reforzó este gran convento. Es probable que fuera en los años si guientes a 1717 cuando la mayor parte de los con trafuertes tremendos se levantaron en varias partes de él. Desgraciadamente, estos contrafuertes no se construyeron de manera que fueran una parte ín tegra de los muros, sino que sólo fueron puestos contra ellos en la mayoría de los casos. Aunque el edificio resistió otro terremoto severo en 1751, con tribuyeron los contrafuertes a la destrucción final en 1773, obrando como arietes. Se cayeron los m u ros bajo su choque, pero se quedaron en pie los contrafuertes (1 3 0 a ). Durante su larga historia San Francisco atrajo a muchos sabios y a grandes artistas. Desde el siglo XVI hasta su destrucción, se enseñó una gran va riedad de materias en el Colegio de San Buena ventura, que era una dependencia del convento.54 Las descripciones no son adecuadas para identifi car con certeza su situación, pero es probable que estuviera en el área al norte del templo. A me diados del siglo XVIII, hubo bastante controversia sobre cerrar o trasladar el Colegio.55 Le pidieron a su Majestad fondos para construcción en 1748,5,i pero no hay relación de haberse trabajado en él, ni antes ni después de los terremotos de 1751. Es posible que haya causado la destrucción completa del Colegio, el hecho de que estaban en mala condición sus edificios. Además de los letrados.
LOS MONASTERIOS
impressive ruin but one of the great examples of monastie planning. Here it was possible to study the unadulterated development of such an institution. It should have been retained as a National Monument, as originally intended, preserved from further deterioration but standing as a testimonial of the period. The ehurch fagade was unchanged after 1773 until early in the tAventieth century. The oíd drawing, published in 1888 (116 b),57 shows only one differenee from the photograph taken in 1934. T he upper story with the statue of St. Franeis of Assisi fell at the time of the last severe earthquake in 1917-18. A picture taken before this date shows that the córner of the bell tower Avas broken almost to the ground.58 After 1918 this córner was rebuilt to the present level, and the chapel of the Third Order was reconditioned. The in terio r o f the F ran cisean ch u rch , w ith its
sin g le n ave o f great le n g th an d p ro p o rtio n a l h eig h t, was im p ressiv e w h en vieAved from e ith er en d ( 122 ). The m a in altar m u st h ave b een as b e a u tifu l as it Avas u n u su a l. F o u r large AvindoAvs Avere su p erim p o sed in the altar. These o p en e d in to an ap sid al a p p e n d a g e (ll9 b d ) Avhich Avas lig h te d from th ree sid es. A t each lev e] w ere shrines: for th e m o n stran ee, the V irg in o f th e Im m a cu la te C o n ce p tio n , St. Fran eis o f A ssisi an d St. M ich ael. B ack o f th is toAver th ere Avas a sin g le jet o f w ater from a fo u n ta in . A t th e Avest en d o f th e ch u rch (122 bd) was a large an d b e a u tifu lly fu rn ish ed ch oir Avith seats carved by J u an de A g u ir r e Avho also d id the figu res for th e m a in altar. O v er the Crossing th ere was a d o m e Avith o n e o f th e h ig h est cu p o las in the eity. M ost o f th e great room s o f th e m o n as tery are noAV roofless, or p a rtia lly so. O n e, th e H a ll o f Studies(l24cd), is e n tir e ly co v ered . K u b ler believ es that th is rib -v a u lted room dates from a b o u t 1575, p la cin g it n early o n e h u n d r e d an d tAventyfive years ea rlier th an th e d ate o f co n stru ction g iv en by V ázq uez. HoAveAer, v a u ltin g Avas n ot used u n til m u ch later in S an tiago, an d V ázq uez was liv in g in San F ran cisco Avhen th is room Avas b u ilt— ju st p rior to 1700. The r ecep tio n h all has part o f its A'aulted c e ilin g (125 b ), and in this room m ay be seen fragm ents o f co lo rfu l freseoes (125 a) w h ich Avrere d o n e late in th e sev e n teen th cen tu ry . A part o f the b arrel-vau lted c e ilin g o f the refectory displays p atterns o f co lo r Avhich h ave b een a lm ost o b litera ted by th e sm ok e from c o o k in g fires o f sq u atters in th e ru in s. T he v a u lt over th e great stairs (129 d) fell for th e th ird an d last tim e, an d o n ly part o f the im m en se k itch en v a u lt is sta n d in g (130 d). M ost o f the cells an d d o rm ito ry areas Avere eo m p le tely r u in ed . The in firm ary is m erely an im p ressive p ile o f m asonry (130 a), an d o n ly th e e x terio r Avalls o f the C h ap el o f San A n to n io de P ad u a rem a in ( 131 ).
The main cloister was one of the most órnate
teólogos, escritores y hombres doctos en las cien cias de la época, man tin o el com'ento a escultores renombrados, tales como Alonso de la Paz y Juan de Aguirre, y el famoso pintor Tomás de Merlo. Sin embargo, fue el artista mexicano, Cristóbal Villalpando, quien pintó unos inmensos lienzos de la vida de San Francisco para este convento. Se enterró a la mayoría de dichos intelectuales y artistas en el panteón de esta iglesia. Trabajaron otros muchos artistas franciscanos dentro del con vento, en una pieza que se llamaba el Salón de Artes. Tam bién poseían los franciscanos la segun da imprenta traída a Guatemala, la cual publicó tratados escritos por algunos de sus religiosos. Parece que no existe ninguna traza original de este templo y convento. Se hicieron planos nume rosos en el siglo XVIII para porciones nuevas y reconstruidas del Palacio de los Capitanes Gene rales, y es probable que se hicieran para San Fran cisco. Pero si existen tales planos, están ‘perdidos’ entre los documentos esparcidos en los varios arehÍA’os. Fue afortunado el hecho de permitir que las ruinas de San Francisco permanecieran con un mínimo de extracción de piedra, vandalismo, o cambios hasta después de 1960. Los planos(120-2l) presentados aquí se hicieron en 1938 con toda la exactitud posible, dado que muchas partes estaban enterradas bajo escombros. Aunque es posible que se haga objeción a la designación de algunas piezas, los planos de los pisos bajo y alto hacen posible percibir la extensión y la escala de este gran esta blecimiento religioso. De estos planos se puede obtener alguna idea de lo que existió, probable mente, en Santo Domingo también. No es San Francisco solamente una ruina muy impresionante, sino también uno de los grandes ejemplares de planeamiento monástico. Aquí se podía estudiar el desarrollo genuino y sin falsificación, de tal ins titución. Debió haberse conservado como Monu mento Nacional, como se proyectó originalmente, imposibilitando mayor deterioración y mantenido como testimonio del período colonial. Después de 1773 no se cambió la fachada del templo hasta los primeros años del siglo veinte. El dibujo antiguo publicado en 1888 (116 b),57 muestra una sola diferencia con la fotografía saca da en 1934. El cuerpo superior con la estatua de San Francisco de Asís cayó durante los últimos terremotos severos, en 1917-1918. Una fotografía sacada antes de esa fecha muestra que una esquina del campanario estaba rota casi al nivel de la tierra.58 Después de 1918 se reconstruyó esta es quina hasta el nivel actual, y se restauró la capilla de la Tercera Orden. El interior de la iglesia franciscana de una sola nave, era de gran longitud y con su proporcionada altura, ofrecía una imponente vista de un extremo u otro (122 )• El altar mayor habrá sido tan bello como inusitado. Había cuatro ventanas grandes 85
MONASTERIES
in Santiago even though it was not as large as many of the others. W hat little is left of the archi tecture and its decorated surfaces ( 126 be) shows more refinement and delicacy than one finds in the arcades of other cloisters of the city. T he twostoried arcades echo the quality of the church interior but with smaller proportions and a wealth of stucco ornamentation (129 b). Paintings were hung on the walls of the cloister, it is reported, giving an effect of considerable richness. But not the least of its features must have been the great fountain. In 1934 there was no evidence of this fountain since it was hidden under heaps of fallen masonry (129 c). But while making the plans of San Francisco the author noted that there was a depression in the center of the cloister and surmised that the fountain had been removed. In a search of Antigua only one fountain appeared to be of that approximate size, and at the same time unrelated to its current location. This fountain was in the Plaza of Merced, and at that time it lacked the central font. A statue of Las Casas replaced the original column and cup. T he measured drawing was made at this time and titled with a surmise that seemed reasonable ( 128 ). W hen Antigua was declared a National Monu ment in 1944, the cloister was completely cleared of the debris of one hundred and seventy-one years ( 126 ). It was a personal satisfaction to find the foundation for the fountain of Merced Plaza. The outline of the basin was clear and exact. But there was more revealed than was anticipated. There were the surrounding pool and bridges (126 a) which either inspired, or imitated, the great foun tain of the Mercedarian monastery ( 140-43 ). The Chapel of the T hird Order was reconstructed, and in 1817 the tomb of Hermano Pedro was placed in its present position ( 123 ). The rest of the church and monastery remained in ruin, the playground of children and the home of a few families, until Antigua was declared a National Monument. A caretaker was put in charge. No other construction, or attempt to use the ruins, occurred until 1960 when this vast colonial m onu ment was assigned to the Franciscan Order. T heir projected reconstruction has been the subject of much controversy. Protests were voiced from points far beyond the environs of Antigua. Despite the opposition of historians, architects, structural engineers and prominent individuáis, the rebuilding of San Francisco Church, and probably the monastery, in reinforced concrete, is slowly proceeding. LA MERCED 132-145
A request for a site for a monastery of Nuestra Señora de la Merced in Almolonga was made on
superpuestas verticalmente en el altar. Estas se abrían a un apéndice al ábside (l 19 bd) que recibía luz de tres lados. En los varios niveles había san tuarios: uno para el Santísimo, y los otros para Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, San Francisco de Asís y San Miguel. De una fuente detrás de esta torre, salía un chorro de agua. En el extremo occidental del templo (122 bd) estaba el coro grande amueblado con perfección, con asien tos tallados por Juan de Aguirre quien hizo tam bién las figuras para el altar mayor. Por encima del crucero había una de las cúpulas más altas de la ciudad. La mayoría de las salas grandes del con vento están ahora sin techo o sólo techadas en parte. Una, el General de los Estudios (124 cd), está enteramente cubierta. Cree Kubler que esta sala de bóvedas de nervaduras se construyó hacia 1575, fechándola casi ciento veinte y cinco años antes de la fecha de construcción dada por Vázquez. Es ver dad que tiene ese carácter, y nos gustaría aceptar su opinión. Sin embargo, no se utilizaban bóvedas en Santiago hasta mucho después, y Vázquez vivía en San Francisco cuando se construyó esta sala, un poco antes de 1700. La portería tiene una parte de su cielo abovedado (125 b ), y en esta sala se puede ver fragmentos de pinturas al fresco en colores (125 a), que se hicieron en la última parte del siglo XVII. Una parte del techo de medio cañón del refectorio muestra diseños en colores que casi se han borrado con el humo del fuego para cocinar de los intrusos que habitaban las ruinas. La bóveda por encima de la escalera grande (129 d) cayó por tercera y última vez, y sólo una parte de la bóveda de la inmensa cocina queda en pie (130 d). Se arruinaron por completo la mayor parte de las celdas y los dormitorios. La enfermería es sólo un montón impresionante de restos de albañilería, y no queda más de la capilla de San Antonio de Padua que los muros exteriores ( I 3 0 a ) ( l 3 i ) . El claustro principal estaba entre los más ador nados de Santiago, aun cuando no era tan grande como muchos otros. Lo poco que queda de su arquitectura y de sus superficies decoradas (126 be) muestra más refinamiento y delicadeza que los que se encuentran en las arcadas de los otros claustros de la ciudad. Las dobles arcadas repiten la calidad del interior de la iglesia, pero con proporciones más pequeñas y gran riqueza de ornamentación en estuco (129 b). Había pinturas colgadas en los muros del claustro, según se relata, produciendo un efecto de gran riqueza. Pero su gran fuente debió de ser una de las cosas más distintivas. En 1934 no se veía vestigio de esta fuente, puesto que estaba escondida por debajo de montones de construcciones de albañilería caídas (129 c). Pero mientras hacía los planos de San Francisco, notó el autor que existía una depresión en el centro del claustro y supuso que se había sacado la fuente. Buscando por Antigua, encontró una sola fuente
June 29, 1536/’9 and the first friars of the Order arrived from México later the same year. According to their report to the Crown in 1741, royal permission was given in a deeree of February 26, 1538.°° W hen the town was destroyed in 1541 their building was unfinished and unoccupied as the fathers were away on religious missions.61 When they did not immediately abandon their original house in Almolonga, they were not assigned a place in the new city. Bishop Marroquín intervened, however, and a generous eitizen surrendered his site on the northern edge of Santiago.62 The property was small, and as early as 1546 there was an appeal for enough additional land to finish the church. Again in 1548 land was requested to enlarge the tem ple/’3 This was built between 1548 and 1561. From then until 1717 the Mercedarians frequently changed, repaired and enlarged both the original church and monastery. But there is no record or indication that this six teenth century church was rebuilt before 1717. At the time of its construction it would not have been a vaulted church, and its width must have been much narrower to have been spanned by a wood roof. Therefore, any assumption that the towers date from the sixteenth century seems inconsistent with their later relationship to a church with a nave and side aísles. In 1687 it is recorded by Pardo that the City granted an extensión of their property eastward by giving them four and one-half varas of the Street that passed behind the altar of La Merced/’4 Their orchard and gardens then extended to the Street of Santa Teresa on the east and north to that of Manchen. The extensión into the area of the closed Street afforded room for an enlarged sanctuary, and a main altar which was gilded in 1704/’r’ T he earthquake of 1717 did so much damage that repairs were very difíicult, and a special report to the King, dated April 12, 1718, stated that the monks were either living in dangerous quarters among the ruins or in straw huts, and that the church was both uncomfortable and in danger under its thatched roof. This condition was lamented because the church was a popular one in the City and because it had housed for many years the venerated image of Nuestra Señora de la Mer ced, the patroness of the Capital/’0 The monastery probably was rebuilt first as this had been the provincial headquarters of the Mer cedarians since 1561, and studies of Theology and Philosophy were conducted here/7 A document of 1741 in the archives states that there were one hundred living in the monastery including eleven novices and sixteen lay brothers/8 There would have been ampie time to have repaired and re built their main building in the years between 1718 and 1741. Actual construction of their new temple did not
LOS MONASTERIOS
que parecía más o menos de ese tamaño y, a la vez, evidentem ente sin relación con su sitio actual. Estaba ella en la Plaza de la Merced, y le faltaba en aquella época la taza central. Una estatua de Bartolomé de Las Casas reemplazaba la columna y la taza originales. Se hizo entonces el dibujo acotado que se intituló con una conjetura que parecía razonable ( 128 ). Cuando se declaró a la A ntigua M onum ento Nacional en 1944, se quitó todo el ripio de ciento setenta y un años del claus tro ( 126 ), y fue una satisfacción personal encon trar los cim ientos de la fuente que estaba en la Plaza de la Merced. La planta de la base del tazón de la fuente era clara y exacta. Pero se descubrió más de lo supuesto. Se vieron el estanque y los pasillos (126 a) que la rodeaban y que inspiraron o imitaron los constructores de la gran fuente del convento de la Merced ( 140-43V Se reconstruyó la capilla de la Tercera Orden, y en 1817, la tumba del Hermano Pedro se colocó donde hoy se ve ( 123 ). Lo demás del tem plo y del convento quedó en ruinas, convir tiéndose en un patio de recreo de los niños y hogar de unas cuantas familias hasta que se hizo de la Antigua M onum ento Nacional, quedando San Francisco bajo la custodia de un guardián. Desde aquel tiem po no se hizo otra construcción ni otra tentativa de servirse de las ruinas hasta 1960, cuando este inmenso m onum ento colonial fue entregado a la Orden franciscana. La recons trucción que se proyectó ha sido tema muy con trovertido, dando lugar a muchas protestas de distintos países, algunos muy lejanos de la Antigua. A pesar de las objeciones de historiadores, arqui tectos, ingenieros estructurales e individuos em i nentes, la reedificación de la iglesia, y probable m ente del convento franciscanos, con hormigón armado, prosigue lentamente.
LA MERCED 132-145
La petición para un sitio destinado al monas terio de Nuestra Señora de las Mercedes en Almo longa se hizo el 29 de junio de 1536,s9 y los pri meros religiosos de la Orden llegaron de México más tarde en aquel mismo año. Según su informe al rey en 1741, se acordó la licencia real en una cédula del 26 de febrero de 1538/’° Cuando se destruyó la ciudad, en 1541, estaba desocupado y sin terminar su edificio, puesto que los religiosos estaban afuera en misiones/’1 Como no aban donaron inmediatamente su casa primitiva en Almolonga, no se les señaló un sitio en la nueva ciudad. El obispo Marroquín intervino, sin em bargo, y un vecino generoso les cedió su sitio en el límite septentrional de Santiago.62 La propiedad era pequeña, y en 1546 rogaron 87
MONASTERIES
get under way until 1749 when Juan de Dios Es trada was put in charge as architect on the third of June. His appointment followed criticism that the preliminary work, that had been done after the ruined church was torn down, was poorly executed because of either the inexperience or lack of knowledge of the masons.69 The rebuilding was further delayed by damage inflicted by the 1751 earthquake,70 and it must have proceeded very slowly. Unfortunately the Mercedarians lacked a chronicler like Vázquez, and a chronology of construction is not fully documented. Earlier descriptions of the fa^ade make it appear older than the body of the church by mentioning the niche over the door having a sculptured figure of Nuestra Señora de la Merced. However, a new fagade most probably retained this architectural and decorative feature. There are conflicting statements concerning the actual completion of the church. The documented date for the inauguration is given as October 10, 1767 by Pardo,71 but it may have been in use by 1760. T he sturdy new church escaped damage in the July earthquake of 1773 that ruined most of the older buildings of Santiago, but in December there was serious damage. T he monastery suffered most and was left in ruin in spite of its massive walls. In the middle of the ninteenth century it was used as a quarry to supply materials for the rebuilding of San Felipe de Jesús church, but in the same period (1850-55) La Merced church was repaired and has served Antigua since that time. Some damage occurred in the 1917 earthquake but was quickly repaired. Again in 1942 cracks were opened in the dome and towers, but there was no major damage, and repairs were completed by 1945. La Merced was not a competitor of Santo Do mingo or San Francisco in size, wealth or architec tural development during the first two centuries of Santiago’s history. But the great church that the Mercedarians constructed in the last three decades before the destruction of the City was an impres sive structure built to withstand earthquakes and to outlive all others. The fagade (133 a) with its low and heavy proportions expresses strength, and from every angle the structure reflects the builder’s consciousness of the hazard of earthquakes. The windows were small in walls of great thickness, and these walls were buttressed on the north as well as the visible south wall. Still they dared to raise a dome of considerable proportions and ar chitectural merit over the Crossing of this church. It was strategically placed for its silhouette at the end of the Street leading from the Royal Plaza. Sixteen large ceramic lions are distributed about the base of the dome which is surmounted by an in teresting lantern (145 ). T he first impression of heaviness in the fa^ade
que les dieran bastante terreno adicional para ter minar su iglesia. Nuevamente en 1548 pidieron tierra para poder ensanchar su templo.63 Se edificó éste entre 1548 y 1561. De aquella fecha hasta 1717, los mercedarios cambiaron, repararon y ensan charon con frecuencia su iglesia y convento pri mitivos. Pero no hay relación ni indicio de que se reconstruyera esta iglesia del siglo XVI antes de 1717. En la época de su construcción probable mente no fue un templo abovedado, y tendría que haber sido mucho más angosto para haber tenido techo de madera. Por eso, cualquier suposición de que las torres eran del siglo XVI parece incon sistente con su relación posterior con una iglesia de una nave central y naves laterales. Relata Pardo que en 1687, el Ayuntamiento les concedió una extensión de su solar hacia el este, dándoles cuatro varas y media de la calle que pasaba por detrás del altar de La Merced.64 Luego se extendían su huerta y sus jardines a la calle de Santa Teresa al este, y a la del Manchén al norte. La extensión hecha en la calle que se había ce rrado, dio espacio para un presbiterio más grande, y un altar mayor que se doró en 1704.05 Los terremotos de 1717 causaron tantos daños que era sumamente difícil repararlos, y un informe especial al rey, fechado el 12 de abril de 1718, declaró que los religiosos o vivían en habitaciones peligrosas, entre las ruinas, o en ranchos de paja, y que la iglesia era incómoda e insegura bajo su techo de paja. Esta condición se lamentó porque la iglesia era muy popular, y a causa de haber sido el lugar donde desde hacía muchos años se vene raba la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de la capital.f,G Es probable que se reconstruyera primero el convento puesto que había sido el centro provin cial más importante de los mercedarios desde 1561, y se leían allí teología y filosofía.07 Un documento de 1741 en el archivo relata que había cien reli giosos habitando el convento, incluyendo once novicios y dieciséis hermanos legos.08 Habrían te nido bastante tiempo para reparar y reconstruir su edificio principal, durante los años que habían transcurrido entre 1718 y 1741. No se comenzó la construcción efectiva de su templo nuevo sino hasta 1749, cuando se encargó de ella como arquitecto Juan de Dios Estrada, el 3 de junio. Su nombramiento fue provocado por críticas que la obra preliminar, hecha después de haber derrumbado el templo arruinado, se eje cutó mal, o por falta de experiencia o de conoci mientos de parte de los albañiles.69 Los daños causados por los terremotos de 1751 atrasaron la reconstrucción,70 y probablemente prosiguió muy lentamente. Desgraciadamente no tenían los mer cedarios un cronista como Vázquez, y una crono logía de construcción completamente documen tada no existe.
LOS MONASTERIOS
is nicely offset by the centra] area which has two stories of superimposed colum ns to give it a modest verticality. T h e decoration which covers this centra] area, however, is what gives this facade its greatest distinction. T he adornment of the second story is one of the finest exam ples of plaster work (ataurique) in a city where this form of decoration was very popular and where there are many fine examples dating from the late seventeenth and early eighteenth centuries. T h e lower story Doric columns (134 a) are covered with a spiral pattern of grapes that are mediocre, possibly because of unskilled rcpairs and frequent repainting. But the second story Ionic columns, the wall surfaces, and the rccessed window are entirely covered with interesting and well-executed designs(i36-37). In contrast, the details of the bell towers are less pleasing, but their scale is in harmony with the massive buttresses, the deeply recessed windows beneath them, and the fact that their effect is gained from a distance as a part of the entire mass. T h e enriched central portion is seen and appreciated by those approaching the single large entrance. T he church is set back a considerable distance from the Street and rests on a low platform. At the left of the tem ple facade is the entrance to the monastery. T hree arches are open to the covered porch, but the central arch was developcd by the application of a Baroque form to give it consider able dignity ( 139 ). T h e twistcd (Salomonic) columns are decorated, and the niche area above the broken pedim cnt retains the character of the church facade. T he door from this porch to the vestibule (portería) is panelled and carved ( 138 ) and is one of the few doors of this scale rcm aining in Antigua. T he cloister, like the church, is very heavy in both its construction and general proportions. T h e ceiling of the cloister walks has the appearance of corbcling rathcr than the usual vaulting. T he arches of the arcade ( 141 ) are without archi tectural character, but an effort was made to over eóme their severity by painting them with stylized floral designs in color. It is diíliicult to determ ine exactly how much of the monastery was entirely new construction follow ing the 1717 earthquake. Some walls were evidently saved and made hcavier. One senses that more thought was given to the safe housing of its members than to beautifying their surroundings. Historians tell us that the monastery containcd splendid rooms, including a notable library, great hall, oratory, refcctory, infirmary and all the other needs of a major monastery. From the existing ruins, however, the plan scems very compact and inadequate for one hundred members. It must be assumed that some adjacent buildings were re moved in the ninctecnth century. W hat remains is a very barren ruin of the main building — and
Descripciones anteriores de la fachada la hacen parecer más antigua que el cuerpo de la iglesia, mencionando que el nicho por encima de la puerta tenía una imagen tallada de Nuestra Señora de las Mercedes. En todo caso, es muy probable que una fachada nueva conservara esta forma arquitectó nica y este detalle decorativo. Hay declaraciones contradictorias tocante a la terminación efectiva del templo. La fecha documentada de la inaugura ción fue dada por Pardo como el 10 de octubre de 1767,71 pero puede ser que ya se usara para 1760. La maciza iglesia nueva no se dañó durante el terremoto de julio de 1773, que arruinó la mayoría de los edificios más viejos de Santiago, pero en diciembre sufrió estragos serios. Se dañó más el convento que se quedó en ruinas, a pesar de sus muros sólidos. A mediados del siglo XIX, se usaba como cantera para surtir los materiales para la reconstrucción de la iglesia de San Felipe de Jesús, pero en el mismo período (1850-55) se reparó el templo de la Merced, y ésta ha servido a la Antigua desde entonces. En 1917, el terremoto causó al gunos daños, pero se restauró con presteza. De nuevo en 1942, se abrieron grietas en la cúpula y en las torres, pero no ocurrieron perjuicios mayores, y se concluyó la reparación para 1945. La Merced no compitió con Santo Domingo ni con San Francisco en tamaño, en riqueza ni en desarrollo arquitectónico durante los dos primeros siglos de la historia de Santiago. Pero el gran tem plo que construyeron los mercedarios durante los últimos tres decenios antes de la destrucción de la ciudad, era un edificio imponente construido para resistir los terremotos y que sobrevivió a todos los demás. La fachada (133 a) con sus propor ciones bajas y macizas expresa gran fuerza, y desde cada ángulo la fábrica refleja la conciencia del alarife del peligro de terremotos. Eran pequeñas las ventanas en los muros de gran espesor, y tenían éstos estribos en la pared septentrional y en la meridional, que era visible. Y no obstante, se atrevieron a alzar una cúpula de proporciones con siderables y de bastante mérito arquitectónico, por encima del crucero de esta iglesia. Esta se colocó estratégicamente para presentar una silueta in teresante al término de la calle que venía de la Plaza Real. Alrededor de la base de la cúpula, que tiene por encima una linterna interesante ( 145 ), hay distribuidos dieciséis Icones de cerámica vi driada. La primera impresión de pesadaz en la fachada está bien balanceada por la parte central, que tiene dos cuerpos de columnas sobrepuestas que le dan una modesta verticalidad. El ataurique que cubre esta área central, sin embargo, es lo que le da a esta fachada su mayor distinción. La decoración del segundo cuerpo es uno de los mejores ejem plares de ataurique en una ciudad en donde esta forma de ornamento era muy popular y donde hay 89
MONASTERIES
the fountain. The contrast of this elabórate and beautiful fountain with the stark arcades that surrounded it at one time must have been as remarkable in 1773 as it is today. In size this fountain exceeds all others still existing, and must be as grand as that described by historians in the cloister of Santo Domingo. It is eighty feet in diameter, and the central column and bowl are nearly twenty feet high (141 ab). In 1934 the fountain was still in ruin ( 142 ). When the measured drawing was made, it was possible to see where some sculptured ani mal had rested at each of the four corners of the main basin ( 140 ). Not enough was visible, how ever, to indícate whether it was a single animal or whether it was seated or reclining, but feet and tail suggested that it was a lion. A num ber of pipes were also visible, two of which evidently were incorporated into the animal figure. These undoubtedly spouted water into the basin. The central bowl had eight grooves for water to fall into the same area. T he partial restoration of the fountain in 1944 ( 143 ) did not attempt a reactivation of its flowing water, but it is not difficult to imagine its beauty. Original color was still visible in the ruined fountain. The exterior of the central basin was weathered to a very soft rose. T he exterior form of the fountain almost filis the open space of the cloister, and in comparison to the round pool at San Francisco this one at La Merced is complex and elabórate. Here the bridges to the central island radiate to the corners of the cloister in contrast to those of San Francisco which are parallel to the sides. (l26a).
T he eighteenth century plan of La M erced church followed the precedents established by Santo D om ingo, La Compañía de Jesús and La R ecolección monasteries in building a church with nave and side aisles. As previously m entioned it seems certain that their earlier temples were of the usual single nave common to the sixteenth century. A lthough the interior of their eighteenth century church was architecturally sim ple it had excellent proportions and great dignity ( 144 ). In July of 1773 it must have been very beautiful also, because at that time it had many fine altars along the side aisles, in the transepts and in the chancel. T o get a com posite picture one must go to La Merced in Guatemala City where these altars have been preserved(275-77).W hen the new Capital was established in the Valley of the Virgin shortly after the 1773 disaster. the Mercedarians built their new church to accommodate the altars which had graced the abandoned building in Santiago. These were undamaged and readily removed and reassembled where they are used at the present time.
There was a very large choir over the first two bays at the western end of the church, where there
90
muchos ejemplares finos que datan de la última parte del siglo XVII y los primeros años del siglo XVIII. Las columnas dóricas del cuerpo inferior (134 a) están cubiertas de un diseño de uvas en espiral que son mediocres, posiblemente a causa de reparaciones inhábiles y pintura frecuente. Pero las columnas jónicas del segundo cuerpo, las superficies de los muros, y la ventana hundida, están completamente cubiertas de dibujos intere santes y bien ejecutados (136-37). En contraste, los detalles de los campanarios son menos agradables, pero su escala armoniza con los contrafuertes macizos, las ventanas profundamente hundidas por debajo de ellos, y el hecho de que se obtiene su efecto desde una distancia como parte de la masa entera. La parte central profusamente adornada es vista y apreciada por los que se acercan a su única y gran puerta. La iglesia está situada a una distancia conside rable de la calle y está asentada sobre una plata forma baja. A la izquierda de la fachada del tem plo está la entrada al convento. Tres arcos están abiertos al pórtico cubierto, y se desarrolló el arco central, aplicándole una forma barroca que le da una considerable dignidad ( 139 ). Las co lumnas salomónicas están decoradas, y el área del nicho, por encima del frontón roto, guarda el carácter de la fachada del templo. La puerta ta llada que da acceso desde este pórtico a la portería es de tableros ( 138 ), siendo una de las pocas puertas de esta escala que queda en la Antigua. El claustro, lo mismo que la iglesia, es muy pesado en su construcción y en sus proporciones generales. Los intradós de los corredores de los claustros tienen el aspecto de bóvedas saledizas más bien que de las usuales. Los arcos de la ar quería ( 141 ) no tienen carácter arquitectónico, pero se hizo un esfuerzo para vencer su severidad, pintándolos con diseños de flores estilizadas en colores. Es difícil saber exactamente qué partes del con vento eran de construcción enteramente nueva después de los terremotos de 1717. Evidentemente, se salvaron algunos muros y se hicieron más grue sos. Uno tiene la sensación que se pensaba más en habitación segura para sus miembros que en em bellecimiento de su ambiente. Los historiadores relatan que contenía el convento piezas esplén didas, incluyendo una biblioteca notable, Sala Magna, oratorio, refectorio, enfermería y todas las demás dependencias necesarias para un convento principal. Al estudiar las ruinas existentes, sin embargo, el plano parece muy compacto e inade cuado para vivienda de cien personas. Hay que presumir que se removieron unos edificios con tiguos en el siglo XIX. Lo que queda, son las ruinas sin adorno del edificio principal — y la fuente. El contraste de esta fuente hermosa y elaborada,
LOS MONASTERIOS
was a magnificent organ. This also was moved to New Guatemala (278 a). The similarity of the two church interiors is rather striking since various motifs of the one in Santiago were repeated in that of Guatemala City.
LA COMPAÑIA DE JESUS 146-148
In 1561 His Majesty denied the request of Bishop M arroquín for the establishm ent of a house of the Compañía de Jesús in Santiago.72 On January 4, 1580 the municipal government agreed to ask the Visitador General of the Compañía and the royal government, for the founding in Santiago of a Jesuit institution.73 On February 12, 1582 the municipal government, taking advantage of the presence of fathers of the Compañía de Jesús in the City, asked them to found a house, and on April 24th the council asked the royal government to permit this foundation.74 Juarros says that Jesuits visited Guatemala in 1582 to discuss the founding but that it was 1607 before two more fathers arrivcd for the purpose of establishing the Colegio de la Compañía de Jesús.75 A report to the King in 1740 gives the year 1607 as the founding date.70 Like the first three monastic orders, the Jesuits lived for a time in modest huts and had only a small church.77 T heir first formal church was inaugurated July 18, 1626.78 Its construction was directed by José de Porres according to Pardo,70 but Chinchilla Aguilar attributes it to Francisco Fernández de Fuentes.80 The latter is quite probably correct since there is no other cvidencc of work by a José de Porres at this early date. It was a quarter century later before the rcnowncd architect by that ñame began his career. In 1622 the Rector of the Compañía presented to the Bishop a Papal bull permitting Jesuit schools to confer various degrees including that of doctor.81 In the same year the Bishop ordered the Papal brief put into effect, and giving of de grees was authorized by a royal decree in 1625.82 Classes were given in Philosophy, Theology, Grammar and Rhetoric, but degrees were not conferred at this time because Santo Tomás started giving degrees the same year.83 It was not until about 1690 that the Jesuit school of San Fran cisco de Borja was founded, according to Juarros.84 Toward the end of the century the Jesuit church was completely rebuilt, and we find José de Porres in charge of the work as architect. He had completed the Cathedral and additions to the Episco pal Palace a few years previously and was at this same time working on the rebuilding of San Fran cisco. The magnificent new church of the Jesuits was dedicated December 5, 1698.8r> It was paid for
con las arcadas severas que la rodeaban en una época, debió de haber sido tan notable en 1773 como lo es hoy. En tamaño, esta fuente supera a todas las otras que existen ahora, y debe de ser tan grandiosa como la del claustro de Santo Domingo, descrita por los historiadores. Su diámetro es de unos veintisiete metros, y la columna central y la taza tienen una altura de un poco más de seis metros(141 ab). En 1934, todavía estaba en ruina la fuente ( 142 ). Cuando se hizo el dibujo acotado, era posible ver dónde había estado algún animal esculpido en cada una de las cuatro esquinas del tazón principal de la fuente ( 140 ). No quedaba visible lo suficiente, sin embargo, para indicar si era un solo animal o si estaba sentado o yacente, pero unas patas y una cola sugerían que era un león. También eran visibles varias cañerías, dos de las cuales se incorporaban evidentemente en las figuras de los animales. Aquéllas sin duda surtían de agua la pila. La taza central tenía ocho salidas para que cayera agua a la misma parte. La restau ración parcial de esta fuente, en 1944 ( 143 ), no trató de darle la posibilidad de agua corriente, pero no es difícil imaginar su belleza. El color original se veía todavía en la fuente arruinada. El exterior de la parte inferior había llegado a ser con el tiempo de un rosado muy suave. Casi llena el espacio abierto del claustro la forma exterior de la fuente, y comparado con el estanque redondo de San Francisco, éste de la Merced es complejo y elaborado. Aquí los pasillos a la parte central irradian a las esquinas del claus tro. en contraste con los de San Francisco que son paralelos a los lados ( 126a ). El plano dieciochesco del templo de La Merced siguió el precedente establecido por los conventos de Santo Domingo, La Compañía de Jesús y La Recolección, en construir una iglesia con una nave principal y naves laterales. Como ya se ha mencio nado, parece cierto que los templos anteriores eran de la acostumbrada sola nave que se solía construir en el siglo XVI. Aunque el interior de su templo dieciochesco era sencillo arquitectónicamente, tenía proporciones excelentes y gran dignidad ( 141 ). En julio de 1773, debió ser también muy bello, porque entonces tenía muchos suntuosos altares a lo largo de las naves laterales, en los brazos del crucero, y en el presbiterio. Para ob tener una idea completa, hay que ir al templo de la Merced en la capital actual, donde se han con servado estos altares (275-77). Cuando se estableció la nueva capital en el Valle de la Virgen un poco después del desastre de 1773, los mercedarios cons truyeron su nueva iglesia para acomodar los altares que habían embellecido su edificio aban donado en Santiago. No se habían dañado éstos, y no era difícil trasladarlos y ensamblarlos de nuevo en el lugar donde actualmente se sirven de ellos. Había un coro muy amplio por encima de los 91
MONASTERIES
in great part by money given in 1642 by Nicolás Justiniano Chavarría.81' It was one of the most colorful and splendid of the conventual churches of Santiago, and most centrally located. It faced east on a spacious atrium only one block from the Royal Plaza. T he facade was decorated with colors on plaster, using red, green, yellow, brown and black, which resulted in an effect completely different from any other church in the city ( 147 ). T he coupled columns and the distribution of niches is very similar to the composition that José de Porres used on the cen tral portion of the Cathedral and also on the facade of San Francisco, but otherwise the three farades are considerably different. It is the use of color on the columns, about the openings, the niches and even on the plain wall surfaces that give this church special distinction. T he interior was both large and órnate ( 148 ). It had a nave and side aisles, a large choir over the east entrance, a spacious sanctuary and a num ber of rich side altars. The pilasters, arches and pendentives of the interior were also decorated with patterns of color (148 be). Because of its newness the church suffered less damage in the 1717 earthquake than the monas tery which occupied the remainder of the city block.87 Although the original building was finished about 1700, rebuilding and expansión con tinued after the earthquakes of 17178S and 1751, and the structure was not considered entirely com- ( píete until 1767. After the 1751 earthquake, the Jesuits asked for four thousand pesos of tax money to assist in repairs,8" and two years later the official in charge of city funds was authorized to replace the cobble paving in the atrium of their church with flagstones."0 T he two story building that covered a major portion of the city block north of the church served as a ‘house of exercises’ and residence. Its inagnitude may be judged by the fact that it contained three large and one small patio. A report to the King in 1740 stated that there were only eleven monks in their house, and that these included no less than five professors and an elementary teacher.91 Juarros wrote that in 1767 twelve monks were living in residence.92 There seems to be no controversy about these figures, but in comparison with the large numbers of other orders in Santiago one is forced to question statistics. In these same years La Merced had approximately one hundred living in its monastery, and San Francisco had even more. T he num ber was supposed to be even greater in Santo Domingo since it had about fifty as early as 1579. T o occupy and maintain a building of this size the Jesuits must have had a very large corps of servan ts or lay brothers. T he four cloisters could have housed as many as any other monastery in the City. There
92
dos primeros tramos, al extremo occidental de la iglesia, y allí se hallaba un órgano magnífico. Se trasladó éste también a la Nueva Guatemala (278 a). La semejanza del interior de los dos tem plos es bastante impresionante, puesto que varios motivos arquitectónicos del de Santiago se repi tieron en el de la nueva capital de Guatemala.
LA COMPAÑIA DE JESUS 146-148
En 1561 su Majestad denegó la solicitud del obispo Marroquín, tocante al establecimiento de los padres de la Compañía de Jesús en Santiago.72 El 4 de enero de 1580, el gobierno municipal acordó pedir al visitador general de los Colegios de la Compañía, y a la Audiencia, la fundación de una institución jesuita en Santiago.73 El 12 de febrero de 1582, el Ayuntamiento, aprovechando la estancia de unos padres de la Compañía en la ciudad, les pidió fundar un Colegio, y el 24 de abril le rogó a la Audiencia que permitiera esta fundación.74 Juarros escribió que en 1582 visitaron los jesui tas Guatemala para discutir la organización, pero que no fue sino hasta 1607 que llegaron dos religiosos más con el propósito de fundar el Colegio de la Compañía de Jesús.75 Un informe al rey en 1740, da el año de 1607 como la fecha de la fundación.76 Lo mismo que las tres primeras órdenes monás ticas, por un tiempo habitaron los jesuitas chozas modestas y tenían sólo una iglesia pequeña.77 El 18 de julio de 1626 se inauguró su primer templo formal.78 Fue dirigida su construcción por José de Porres, según Pardo,70 pero Chinchilla Aguilar la atribuye a Francisco Fernández de Fuentes.80 Es muy probable que tenga razón este autor, puesto que no hay otra evidencia de obras de ningún José de Porres en aquel entonces. Un cuarto de siglo más tarde es cuando el renombrado arquitecto de este nombre inició su carrera. En 1622, el rector de la Compañía presentó al obispo un breve librado por su Santidad que permitía que en los centros de estudios de los jesuitas (a cierta distancia de las universidades) se pudieran otorgar grados, inclusive el doctorado.81 El mismo año mandó el obispo que se cumpliera este breve del Papa, y una cédula real de 1625 autorizó el conferir grados.82 Se leían filosofía, teología, gramática y retórica, pero no se dieron grados en aquella época, porque empezó, a con ferirlos el Colegio de Santo Tomás el mismo año.83 Según Juarros, fue hacia 1690 cuando el colegio jesuita de San Francisco de Borja se fundó.84 Hacia fines del siglo, el templo jesuita se recons truyó por completo, y encontramos a José de Porres encargado de la obra como arquitecto.
LOS MONASTERIOS
seems to be no record of the number of students that may have been housed in this building. Supposedly the school of San Francisco de Borja occupied a building across the Street, immediately south of their church. The fragmentary descriptions that are given of the monastery, or ‘house of exercises’, list the usual important units — library, assembly, administration, refectory, classrooms, and so forth. These very ampie rooms were on the ground floor. There also seems to be reason to say that each Jesuit had a splendid apartment in which he was surrounded by all the comforts allowed him, and where he could devote himself to specialized studies. Among this small number of religious scholars one of the most erudite was Raphael Landívar who was born in Santiago in 1731.93 He distinguished himself as a very youthful student and became the noted poet of “Rusticatio Mexicana.” Expelled from Santiago with his fellow Jesuits, he died in Bologna, Italy in 1793.94 Early in 1767 a royal decree expelled the Jesuits from all the realms of Spain, and the local group was notified of this action on June 16th. Early in the morning of July lst the fathers of La Com pañía de Jesús departed, leaving their property in charge of a committee under the Archbishop.95 Final disposition of the assets and funds of the Order was not fully completed by 1773. Various suggestions were made regarding the possible use of the monastery building for civil or governmental purposes, such as the administration of the tobacco monopoly. The idea of ceding the prop erty to the congregation of San Felipe Neri of the Escuela de Cristo was also advanced. The church was destroyed in 1773, but the monastery building survivcd the earthquake and still stands. In 1865 the building was used as a textile factory.9" In this century shops have been opened to the Street, and some rooms used by the municipal government, but the major portion, including all of the cloisters, interior rooms, walled atrium, and even the interior of the church ruins are used as the Public Market of Antigua. Because of the enclosure and roofing of the atrium, it is extremely difíicult to appreciate what remains of the elabórate facade or to photograph it adequately. T he north and west exterior walls still retain some of the architectural character of the monas tery ( 148 e).
SAN AGUSTIN 149-151
Although the Augustinians were among the first three Mendicant Orders in México early in the sixteenth century, the first friar to visit Santiago carne in 1610.97 He returned to México to get the
Había terminado la catedral, y unas adiciones al palacio arzobispal unos cuantos años antes, y en ese tiempo trabajaba en la reconstrucción de San Francisco. Este nuevo magnífico templo de la Compañía de Jesús se dedicó el 5 de diciembre de 1698.S5 Lo pagaron en parte con dinero obsequia do en 1642 por Nicolás Justiniano Chavarría.*11 Era una de las más vistosas y espléndidas de las iglesias conventuales de Santiago y la más céntrica. Daba al oriente a su propio atrio amplio y no dis taba más que una manzana de la Plaza Real. Estaba adornada la fachada en colores aplicados sobre el estuco, usándose el rojo, verde, amarillo, pardo y negro, lo cual le dio un aspecto completamente distinto de cualquier otro templo de la ciudad ( 147 ). Las columnas pareadas y la distribución de hornacinas es muy semejante a la composición que empleó Porres en la parte central de la cate dral y también en la fachada de San Francisco, pero por otra parte, las tres fachadas difieren bastante entre sí. Es el uso de colores en las columnas, alrededor de las aberturas, los nichos y aun en las superficies lisas de los muros, lo que le da a esta iglesia su distinción especial. Era a la vez grande y muy adornado el interior ( 148 ). Tenía tres naves, un coro grande sobre la entrada orien tal, un presbiterio amplio y varios altares laterales ricos. Las pilastras, los arcos y las pechinas del interior estaban decorados también con dibujos en colores ( 148 be). Por ser nuevo, sufrió el templo menos daños en los terremotos de 1717 que las otras instalaciones que ocupaban lo que quedaba de la manzana.ST Aunque el edificio original se terminó hacia 1700, reconstrucciones y ensanchamientos continuaron después de los terremotos de 1717SS y 1751, y no se consideró completamente terminada la fábrica hasta 1767. Después de los terremotos de 1751, pidieron los jesuítas cuatro mil pesos de los fondos fiscales para ayudarles en la reparación,M y dos años más tarde, el mayordomo de los propios de la ciudad fue autorizado a sustituir el empedrado del atrio de su templo por losas.90 El edificio de dos pisos que cubrió la mayor parte de la manzana al norte del templo, sirvió de residencia y de casa de ejercicios. Se puede juzgar su magnitud por el hecho de haber contenido tres patios grandes y uno pequeño. Un informe envia do al rey en 1740, declaró que no se encontraban más de once religiosos en su residencia y entre éstos había nada menos que cinco catedráticos y un maestro de escuela elemental.91 Escribió Juarros que en 1767 doce religiosos habitaban allí.92 No parece haber duda tocante a estos números, pero comparado con el número considerable de otras órdenes en Santiago, hay que dudar de la esta dística. Durante estos mismos años, La Merced tenía unos cien religiosos que habitaban su con vento, y en San Francisco vivían aun más. Se 93
MONASTERIES
approval of the King and the parent house of the Order for a monastery. Upon his return to Guate mala he asked permission of the local authorities. The Mayor advised against such a foundation on July 21, 1611.08 It was considered unwise to start a fifth monastery which would be difficult for the community to support. However, a wealthy patrón offered a large sum of money to the friars, and the City granted the necessary approval.09 Remesal says that only two friars were in San tiago in the first years. They lived for a time in a house near San Francisco Monastery that had been purchased by their patrón, but after some controversy they moved to another location which was small and unhealthful. A new prior, accompanied by ten brothers, arrived from México in 1615. They acquired another property two blocks west of the Palace of the Captains General on the 3rd of August 1615. This building had been unoccupied since it was vacated by the nuns of Santa Catalina M ártir who had moved to their permanent new convent near La Merced a little over two years previously.100 Development of the property proceeded slowly during the first half of the seventeenth century. In 1637 Juan Pascual, a free mulatto architect, submitted a plan for the church and contracted to build it.101 T he date of dedication is given as January 28, 1657.102 Juan Pascual is also credited with the construction of the small plaza fountain.103 This no longer exists. T he church had a single nave of considerable length, and was vaulted throughout. Immediately forward of the sanctuary there was a modestly high dome which did not fall in 1773 but collapsed in December of 1917.104 Records in the archives, however, show that the church was badly damaged in 1751, and one document authorized lowering the walls of the church above the windows.105 The interior is said to have had splendid altars to display numerous fine images. T he church also possessed some magnificent paintings of the great artist, Antonio de Montúfar, who lived in the córner house opposite the church. 10(i In addition to the main door there was an entrance from the Street on the south, and opposite it a large door opening to the monastery. The fagade faced east onto a very small atrium (149 a). It was severely plain except for five sculptures in rather large niches, and a window over the door,which lighted the choir. The three stories of Doric columns have the simplicity and restraint of early Italian Renaissance. T he bell tower at the right of the fa^ade is very low and heavy, which may account for the fact that it has withstood all earthquakes. In fact the entire church stands today more nearly intact than any other dating from the seventeenth century. Until recent years it has served many uses, and before Antigua was de94
supone un número todavía más grande en Santo Domingo puesto que tenía unos cincuenta casi dos siglos antes, en 1579. Para ocupar y mantener un edificio de este tamaño, debieron de haber te nido los jesuítas un grupo muy grande de criados o de hermanos legos. Los cuatro claustros habrían podido servir de morada a tantos como cualquier otro convento de la ciudad. No parece haber datos sobre el número de estudiantes que habitaban en esta fábrica. Se cree que el Colegio de San Fran cisco de Borja ocupó un edificio inmediatamente al sur y enfrente de la iglesia. Las descripciones fragmentarias que se hallan del convento o ‘casa de ejercicios’, dan las acostum bradas piezas importantes — biblioteca, General, administración, refectorio, aulas, etc. Estos cuartos muy amplios se encontraban en el piso bajo. Parece también que se puede decir con razón que cada jesuíta tenía un apartamento espléndido en que estaba rodeado de todas las comodidades que le permitían las constituciones de la Orden, y donde podía dedicarse a sus estudios especializados. Entre este número pequeño de letrados religio sos, uno de los más eruditos fue Rafael Landívar, quien nació en Santiago, en 1731.93 Se distinguió cuando era estudiante muy joven y fue más tarde el famoso poeta autor de Rusticatio Mexicana. Expulsado de Santiago con sus compañeros jesuí tas, murió en Bolonia, Italia, en 1793.94 En marzo de 1767 se emitió una cédula real que expulsó a los jesuítas de todas las tierras de España, y se les notificó de esta acción a los jesuitas de Santiago, el 16 de junio. Muy temprano por la mañana del primero de julio, los religiosos de la Compañía de Jesús salieron dejando sus bienes encargados a una comisión dependiente del arzo bispo.95 En 1773 no se había dispuesto todavía del caudal de la Orden. Se hicieron varias sugestiones tocante al uso posible del edificio del convento para fines civiles o gubernativos, tal como el estanco del tabaco. Se sugirió también cederlo a la congregación de San Felipe Neri de la Escuela de Cristo. En 1773 se destruyó la iglesia, pero resistió el edificio del convento que todavía queda. En 1865 se servía de él para fábrica de tejidos.06 En el siglo actual se han abierto tiendas a la calle, y algunas piezas son usadas por el gobierno municipal, pero la mayor parte, incluyendo todos los claustros, los cuartos interiores del piso bajo, el atrio amurallado y aun el interior de la iglesia arruinada, sirven como mercado público de la Antigua. Por estar encerrado y techado el atrio, es sumamente difícil apreciar lo que queda de la primorosa fachada o de fotografiarla adecuadamente. Las murallas exteriores, septentrional y occiden tal, conservan todavía algo del carácter arquitec tónico del convento (l4 8 e ).
LOS MONASTERIOS
clared a National Monument in 1944, it was a woodworking shop where ox carts and wheels were made. The church and monastery occupied the entire eastern side of an oversized city block. T o the west there were gardens and an orchard extending all the way to the wide Alameda of Santa Lucía. The monastery has been described as having a large cloister surrounded by an arcade of two stories. As the plan shows ( 151 ) the building is almost completely in ruin. T he arcades are gone, and only the main walls are partially standing. After the 1751 earthquake the Augustinians were in great need of financial help, and there were recommendations — according to existing documents — that this monastery should be abandoned because they were without sufficient income.107 But one must assume from the present condition of the church that their situation was probably better than that of some of the other Orders. It is possible that the monastery was left in a more ruinous state than the church after 1773 because the Augustinians were the first to move to the new capital. However, in this building we have another example of man’s avarice doing more damage than earthquakes. In 1938 when the ruin was measured for the accompanying plan ( 151 ), the former cloister was used as a stable yard for oxen, and the walls were still being quarried for their stone. All but two of the stone piers of the arcades, with their Tuscan capitals, had been sold. Stone door frames, including part of the main entrance, were removed after that date. Anyone who wanted either rubble or dressed stone could purchase it Irom this ruin.
SAN JUAN DE DIOS MONASTERY AND HOSPITALS 152-154
San Juan de Dios was the sixth monastery established in Santiago, but its function was difFerent from those which carne earlier. Founded in 1636,"’s the brothers of St. John of God took over the operation of the Royal Hospital of St. James which was built by Bishop Marroquín in 1553.""' The King had accepted the patronage of this hos pital on November 29, 1559 and designated an annual sum toward its maintenance."" It served the Spaniards and creóles only. At the time that it passed to the direction oí San Juan de Dios it was small and inadequate. T he lim itations and rules set forth for the brothers of San Juan de Dios in a royal edict of September 26, 1654 were very specific. There could be no more brothers than necessary for the care of the sick, with one or two extra in case of the death or illncss of one of them. Their number
SAN AGUSTIN 149-151
Aunque estuvieron los agustinos entre las tres primeras órdenes mendicantes en México, a prin cipios del siglo XVI, el primer fraile agustino que visitó Santiago llegó en 1610.07 Luego volvió a México para obtener la aprobación del rey y del Capítulo Provincial del Dulcísimo Nombre de Jesús, para erigir un convento. Cuando regresó a Guatemala pidió el permiso de las autoridades locales. El alcalde aconsejó que no se lo conce dieran, el 21 de julio de 1611 Se creía inconve niente fundar un quinto convento que sostuviera con dificultad el vecindario. Sin embargo, un benefactor adinerado ofreció una suma conside rable de dinero a los religiosos, y el Ayuntamiento otorgó la licencia necesaria." Escribe Remesal que durante los primeros años no había más que dos religiosos en la ciudad. Por un tiempo habitaron una casa cerca del convento de San Francisco que su patrocinador había com prado, pero después de unas disputas se trasla daron a otro sitio que era pequeño y malsano. En 1615 llegó de México un nuevo prior acompañado de diez religiosos. Entonces se instalaron en otra propiedad a dos manzanas al oeste del Palacio de los Capitanes Generales, el día 3 de agosto de 1615. Había estado desocupado este edificio desde que lo dejaron las monjas de Santa Catalina Mártir, quienes se habían trasladado a su nuevo monasterio permanente, cerca de la Merced, poco más de dos años antes.1(10 El desarrollo de la propiedad se hizo con lenti tud durante la primera mitad del siglo XVII. En 1637, Juan Pascual, un mulato libre que era arquitecto, presentó un plano para la iglesia y contrató su construcción.101 Se da el 28 de enero de 1657 como la fecha de su dedicación.102 Se atribuye a Juan Pascual, también, la construcción de la pequeña fuente del atrio, que ya no existe.10:i Tenía el templo una sola nave de bastante longitud, y estaba enteramente abovedado. Había una cúpula modestamente alta inmediatamente delante del presbiterio, la cual no cayó a tierra en 1773, pero sí cayó en diciembre de 1917.101 No obstante, documentos en el archivo muestran que se dañó severamente la iglesia en 1751, y uno de los docu mentos autorizó el bajar los muros del templo hasta la altura de las ventanas.10'"’ Se dice que tenía el interior altares espléndidos para lucir numerosas imágenes primorosas. Poseía el templo también unas pinturas magníficas del gran artista, Antonio de Montúfar, quien vivía en la casa de esquina enfrente del templo.10,5 Además de la puerta principal, había una entrada con acceso desde la calle en el lado sur, y frente a ella, una grande que comunicaba al convento. La fachada estaba orientada al este y daba a un 95
MONASTERIES
was to be determined by civil authorities according to needs, alms, num ber of cases, et cetera. One or two of the num ber could be priests to say inass, administer sacraments, and supervise the quantity and quality of the food in the hospital. They were not to have a monastery capable of giving habits to those who might wish to join. They were subject to inspection by civil authorities, required to give accounts of income every year or oftener, and were cautioned to remember that they were not owners but were there to administer to the ill, that they were not permitted to change buildings, ñor to build a church, cells, or cloisters for themselves. They were to make only those repairs or constructions suited to a hospital and dwelling for the brothers, and this only after consultation with the governor and other civil authorities. They were allowed to take from income or alms only what was necessary for their food and clothing. T heir numbers should be decreased, or increased, by exchanges with other houses in the New W orld or Spain.111 The modest church, or chapel, of the hospital was inaugurated in 1647, and after being badly damaged in 1651 was completely reconstructed with a barrel vault.112 Even before the H ospital of St. Jam es was founded the Dominicans had been interested in giving medical aid to the Indians and, according to Juarros, had established a small hospital for Indians in the Candelaria district.113 This was later transferred to a site near the monastery. So many Indians carne to this hospital that it lacked space and funds to carry on, and the King granted financial aid in 1559.114 Both the Bishop and the King tried to unite the two hospitals, but the Indians refused to be treated in the same building with the Spaniards.113 The Hospital of the Indians, San Alejo, however, was placed under the direction of San Juan de Dios in 1667.110 The unión of San Alejo with the Royal Hospital of St. James was finally accomplished by a royal edict in 1685.117 By this time the latter hospital was commonly known as San Juan de Dios. Additional houses and property were purchased adjacent to the orig inal site to allow expansión.118 The Indians were housed in a separate ward, and other facilities were improved. But documents in the archives show that San Juan de Dios had only twenty-four beds in 1687 when the City was asked for financial aid to construct new buildings.119 This hospital, which faced the Street of Con cepción in the third block east of the Royal Plaza, was destined to expand rapidly after this date. Eventually it covered the entire over-sized block with two great patios and two smaller ones, long corridors, many ampie wards for the ill, and the necessary dependencies in addition to a chapel and quarters for the brothers. Much of the build ing was of two stories, and it is said that there 96
atrio sumamente pequeño (149 a). Era severamente sencilla con excepción de las cinco figuras escul pidas en nichos bastante grandes, y una ventana por encima de la puerta, que alumbraba el coro. Los tres cuerpos de columnas dóricas tienen la sencillez y la mesura del renacimiento italiano primitivo. El campanario, a la derecha de la fachada, es muy bajo y pesado, lo cual explica tal vez su resistencia a todos los terremotos. En reali dad, el templo entero queda hoy más intacto que ningún otro del siglo X V II. Hasta hace muy pocos años, ha servido de muchas maneras, y antes de que se declarara a la Antigua Monumento Nacio nal en 1944, fue un taller de carpintería donde se hacían ruedas y carretas de bueyes. La iglesia y el convento ocuparon el lado orien tal entero de una manzana más grande que lo acostumbrado. Al oeste había jardines y una huerta que se extendían hasta la ancha Alameda de Santa Lucía. Se ha descrito el convento como poseedor de un claustro grande rodeado de una arquería de dos pisos. Como se ve en el plano (151 ) está ahora casi enteramente arruinado el edificio. Han desa parecido las arcadas, y sólo una parte de los muros principales queda en pie. Después de los terre motos de 1751, les hacía gran falta a los agustinos ayuda económica, y hubo recomendaciones—según documentos existentes—de que se debía abandonar este convento por no tener rentas suficientes.107 Pero hay que presumir del estado actual del tem plo que probablemente era mejor su situación que la de algunas otras órdenes. Es posible que dejasen el convento en un estado más ruinoso que el templo, después de 1773, por que fueron los agustinos los primeros que se tras ladaron a la nueva capital. De todos modos, en este edificio tenemos otro ejemplo de haber hecho la avaricia del hombre más daño que los terre motos. En 1938, cuando se midió la ruina para hacer el plano que se presenta aquí, se usaba el antiguo claustro como corral para bueyes, y to davía se sacaba piedra de los muros como si fuera cantera. Sólo dos de los pilares de las arcadas con sus capiteles toscanos no se habían vendido. Mar cos de piedra de las puertas, inclusive una parte de la entrada principal, se quitaron después de aquella fecha. Cualquiera que quisiera manipos tería o piedra tallada podía comprarlas de esta ruina.
SAN JUAN DE DIOS, CONVENTO Y HOSPITALES 152-154
Fue San Juan de Dios la sexta casa de religiosos establecida en Santiago, pero fue su función dis tinta de la de los monasterios que le antecedieron. Fundada en 1636,108 los Hermanos de San Juan de Dios se encargaron del manejo del Hospital
LOS MONASTERIOS
were six fountains and an abundanee of water. The earthquake of 1773 destroyed this great edifice, but many of its walls are still standing in ruin while others have been altered and incorporated by twentieth century owners to meet residential and business needs. Coffee and citrus trees grow in the midst of crumbling walls in the northern portion of the ruins. There is very little remaining visible, except massive walls, to identify it either as a monastery or hospital.
HOSPITAL OF SAN PEDRO APOSTOL 152-153
Even before the unión of the Royal Hospital of Santiago and San Alejo was made, another institution was planned to serve the clergy, and a portion of the eathedral tithes were designated for this purpose. However, because the amount was too small to purchase a site, this money was distributed as alms until in 1646 the Bishop ended that practice, and a site with houses was purchased. Construction was delayed first because the Bishop decreed the resumption of the distribution of the alms during an epidemic which occurred, and then because of the death of this bishop and of his successor-elect.120 Finally, on November 3, 1654 the work was begun on the hospital building.121 This was ready for its first patients in May 1663. Chinchilla Aguilar says that Juan Pascual made the plan after 1653 and worked on this hospital which was called San Pedro Apóstol. The work was far along before his death.122 This was the same free mulatto architect who designed and built the church of the Augustinians. José de Porres completed the hospital after Juan Pascual’s death, and is said to have built the church of San Pedro Apóstol.1211 A room in the hospital .was used as an oratory until the church could be constructed.12' The cornerstone was laid in Novem ber of 1662.12’’ It was this church which served as an interim Cathedral during the years 1669-80 while the new Cathedral was under construc tion. 120 Both this hospital and its church were badly damaged in 1717 and remained unrepaired in 1719.127 Several architects either bid or worked on San Pedro hospital as it expanded. Those listed, in addition to José de Porres, were Diego de Porres and Diego de Medina (1721), Diego de Porres (1730), and Juan de Dios Estrada (1739), who had also built part of San Juan de Dios hospital.128 The Hospital of San Pedro was placed under the direction of San Juan de Dios later, and after 1773 this was the only hospital that was usable for all of the citizens who remained in the ruined city — men, women and children. The brothers of San Juan de Dios continued to maintain it until 1865 at which time Capuchin nuns took it over
Real de Santiago que fue construido por el ilustre obispo Marroquín en 1553.1,m El rey había acep tado el patronato de este hospital, el 29 de no viembre de 1559, y dio una suma anual para ayu dar a su mantenimiento.110 Sólo servía a los es pañoles y a los criollos. En la época en que pasó a la dirección de los religiosos de San Juan de Dios, era pequeño e inadecuado. Las limitaciones y las reglas para los Hermanos de San Juan de Dios, enunciadas en una cédula real del 26 de septiembre de 1654, eran muy es pecíficas. Sólo se podía tener los hermanos nece sarios para atender a los enfermos, con uno o dos más por si acaso enfermara o muriera uno de ellos. Su número debía ser determinado por las autori dades civiles, según las necesidades, limosnas, número de enfermos, etc. Uno o dos de ellos podían ser sacerdotes para decir misa, dar los sa cramentos, y vigilar la cantidad y la calidad de las comidas del hospital. No podían tener convento que otorgara hábitos a los que quisieran hacerse religiosos. Estaban sujetos a la inspección de las autoridades civiles, y se les exigió hacer cuentas de sus rentas todos los años o más a menudo; y se les advirtió que no se olvidaran de que no eran dueños, sino que estaban allí para atender a los enfermos, que no se les permitiera cambiar los edificios, ni hacer construir templo ni celdas, ni claustros para sí. Sólo habían de hacer reparos o fábricas convenientes para un hospital y para vivienda de los hermanos, y aun éstos no se habían de hacer sin consultar con el gobernante y los demás funcionarios civiles. Se les permitió tomar de las rentas o de las limosnas sólo lo necesario para su alimentación y su ropa. Se debía dis m inuir o aumentar su número por intercambios con otros conventos de la Orden, en España o en el Nuevo Mundo.111 La modesta iglesia o capilla del hospital se inauguró en 1647, y después de haber sido severa mente dañada en 1651, fue completamente re construida con bóveda de medio cañón.112 Aun antes de la fundación del Hospital de San tiago, los dominicos se habían interesado en dar servicios médicos a los indios y, según Juarros, habían establecido un pequeño hospital para in dígenas en el barrio de la Candelaria.113 Este se trasladó más tarde a un sitio cerca del convento. Acudieron tantos indígenas a este hospital que fal taban lugar y fondos para continuar, y el rey con cedió ayuda económica en 1559.114 Su Majestad y el obispo se esforzaron para unir los dos hospitales, pero se negaron los indígenas a ser atendidos en el mismo edificio que los españoles.115 De todos mo dos, se puso el hospital de los indios, San Alejo, bajo la dirección de San Juan de Dios, en 1667.11,1 Por fin, se efectuó la unión de San Alejo con el Hospital Real de Santiago por medio de una cédula real en 1685.117 Para esta fecha, ya se 11a-
97
MONASTERIES
and operated it until 1869. Since then, for nearly a century, the Sisters of Charity of the Congregation of Saint Vincent of Paul have ministered to the ill in this three hundred year oíd hospital which occupies an entile city block and continúes to serve all the inhabitants of Antigua. T he church of San Pedro was among those re poned ruined in 1773 and according to known records remained unroofed until the year 1869 when it was rebuilt. This was the same year that the Sisters of Charity came to service this community hospital. T he farades of both the church and the hospital entrance may have been altered in detail at this date. The applied stucco work is not in character with the eighteenth century churches, but the basic forms are typical, and it seems probable that there were no structural changes ( 152 ).
At the rear of the church there is one of the most interesting Baroque doorways of Santiago (153 b). T h e coupled Salomonic (twisted) colum ns of both stories spiral in opposite directions. T his door may have been the entrance to the room of the hospital which was used as an oratory during the construction of the original church. Certainly its character is that of the period when the hos pital was founded. T h e upper colum ns frame a niche containing a statue of the Assum ption in polychromed stucco. A coat-of-arms of Castile and León, carved in stone, is inserted in the broken pedim ent (153 a).
The ñame of San Juan de Dios was transferred to San Pedro after 1773, but in recent years it was once more changed to Hermano Pedro, in memory of the founder of the Hospital of Belén, Pedro de Betancourt.
HOSPITAL OF SAN LAZARO 154
In 1634 it became evident that an infirmary and a place of detention for lepers should be provided. A large site, with ampie land for gardens and orchard, was selected west of the city cióse to the Guacalate (Magdalena) River, and the hospital and church of San Lázaro were begun in 1638.129 The brothers of San Juan de Dios were assigned the administration of this institution on February 3, 1640.130 These buildings, which probably were hastily constructed, were destroyed by the earth quakes of 1681 and 1717.131 In 1720, the hermitage of O ur Lady of Guadalupe, which was begun in 1709, ceded its property to the hospital of San Lázaro.132 This site was at the western end of a Street from the Palace of the Captains General and the Royal Plaza. T he church and hospital were rebuilt on this site between 1722 and 1734.133 In the meantime the patients were evidently scattered because an 98
maba comúnmente este hospital el de San Juan de Dios. Se compraron más casas y solares contiguos al hospital primitivo para hacer posible su en sanchamiento.118 Se instaló a los indígenas en sala aparte, y se mejoraron otras comodidades. Pero documentos de los archivos muestran que tenía San Juan de Dios sólo veinticuatro camas en 1687, cuando se le pidió al Ayuntamiento ayuda económica para construir edificios nuevos.119 Este hospital, que daba a la Calle de la Con cepción en la tercera manzana al este de la Plaza Real, había de ensancharse rápidamente después de esa fecha. Con el tiempo absorbió toda la man zana—de tamaño mayor que las corrientes —con dos patios de grandes dimensiones y otros dos más pequeños, corredores largos, muchas salas amplias para los enfermos, y las dependencias necesarias, además de una capilla y habitaciones para los religiosos. Gran parte del edificio era de dos pisos, y se dice que había seis fuentes y abundancia de agua. Los terremotos de 1773 destruyeron este gran edificio, pero todavía están en pie muchos de sus muros arruinados, y otros han sido cambiados e incorporados por propietarios del siglo XX, para adaptarlos a necesidades residenciales y comer ciales. Crecen cafetos y naranjos en medio de mu ros derruidos, en la parte septentrional de las ruinas. Ya queda muy poco visible, con excepción de muros macizos que permiten identificarlo como convento o como hospital.
EL HOSPITAL DE SAN PEDRO APOSTOL 152-153
Aun antes de que se hiciera la unión del Hos pital Real de Santiago con el de San Alejo, se proyectó otra institución para servir a los clérigos, y se designó una parte de los diezmos de la cate dral para este propósito. Pero como la cantidad era demasiado pequeña para comprar un sitio, se distribuyó este dinero como limosnas, hasta que, en 1646, el obispo puso fin a esa costumbre y se compraron un sitio y casas. Se retrasó la construc ción, primero porque mandó el obispo reanudar la distribución de limosnas durante una epidemia, y luego a causa de la muerte de ese obispo y del que había de sucederle.120 Por fin, el 3 de noviem bre de 1654 se inició la obra del edificio para el hospital.121 Estaba listo para sus primeros pacientes en mayo de 1663. Dice Chinchilla Aguilar que trazó Juan Pascual el plano después de 1653 y que trabajó en este hospital que se llamaba de San Pedro Apóstol. Estaba muy avanzada la obra antes de su muerte.122 Fue éste el mismo arquitecto, mulato libre, que trazó los planos y construyó la iglesia de los agustinos. José de Porres terminó el hospital después del fallecimiento de Juan Pascual,
LOS MONASTERIOS
ediet in the archives, dated June 24, 1743 directed that all lepers who were in other hospitals or free should be placed in this hospital.134 The earth quake of 1751 again damaged the church, and it was deemed unsafe in 1765. Just how much of the present edifiee was built in the early eighteenth century is problematical. It may have been re paired, or reconstrueted, after the property was eonverted to a municipal eemetery in 1834. The brothers of San Juan de Dios served four of Santiago’s six hospitals for two hundred and twenty years.
BELEN MONASTERY AND HOSPITAL 155-156
The church, monastery and hospital of Our Lady of Bethlehem did not result from outside influence or petition from an existing Order. It is unique among religious orders of the New World since it had its origin in Santiago and then expanded to other eountries.13'1 Pedro de San José Betancourt, according to his own deelaration, was born on the island of T en erife in the Canary Islands in 1626.13fi He arrived in Santiago on the 18th of February. 1651 and studied three years in the Jesuit school. He could not qualify for entranee into the Jesuit congrega ron and in 1655 or 1656 beeame a lay brother of the Third Order of Franciscans.,:,T For a time Brother Pedro lived at the hermitage of El Cal vario, caring for the church and garden, but in his zeal to serve his fellow-men he established a very small hospital in a crude shelter elose to the Southern boundary of San Francisco monastery.138 Two generous men gave him the small sum needed to purehase the property.139 This was done on December 25, 1661.140 The work of this diligent and dedicated man was an inspiration to those who soon carne under his influence. In a little over five years he expanded his hospital, established the first free school for children,141 provided a hospiee for travelers, and gathered about him a group of devoted helpers — some of whom were also members of the T hird Order of Franciscans. His serviee to the ill, unfortunate and needy gained the admiration and support of the more prosperous citizens from the very beginning. Brother Pedro did not spare himself and aceomplished in a few years what might have taken a lifetime for a less dedicated man. On July 9, 1666 Hermano Pedro asked for land next to the site where he was eonstrueting a hos pital for convalescents. His request was granted August 20th142 and, on a little Street that led across the river to the church of Santa Cruz, he eonstrueted an infirmary, kitehen and several other rooms with a eorridor facing the river. Construe-
y se dice que construyó la iglesia de San Pedro Apóstol.123 Se utilizó una sala en el hospital como oratorio hasta que pudo construirse la iglesia.124 Se puso la primera piedra en noviembre de 1662.12’ Fue este templo el que sirvió de catedral provi sional, desde 1669 hasta 1680, mientras se estaba construyendo la nueva catedral.12,5 La iglesia y el hospital se dañaron severamente en 1717 y per manecieron todavía sin reconstruir en 1719.127 Varios arquitectos tasaron o trabajaron en el hospital de San Pedro mientras se ensanchaba. Entre ellos, se encontraban Diego de Porres y Diego de Medina (1721), Diego de Porres (1730), y Juan de Dios Estrada (1739) quien también había construido una parte del hospital de San Juan de Dios.128 Se puso el hospital de San Pedro bajo la direc ción de los Hermanos de San Juan de Dios más tarde, y después de 1773, fue éste el único hospital disponible para todos los vecinos —hombres, mu jeres, y niños—que quedaban en la ciudad arruina da. Los religiosos de San Juan de Dios siguieron encargados de él hasta 1865, cuando unas monjas capuchinas lo tomaron bajo su dirección, hasta 1869. Desde entonces, por casi un siglo, las Her manas de la Caridad de la congregación de San Vicente de Paúl han atendido a los enfermos de este hospital de más de trescientos años de existen cia, el cual ocupa una manzana entera, y sigue sirviendo a todos los habitantes de la Antigua. Se dijo que estuvo la iglesia de San Pedro entre las que fueron arruinadas en 1773, y según las relaciones, se quedó sin techo hasta el año de 1869 cuando se reconstruyó. Fue éste el mismo año en que vinieron las Hermanas de la Caridad a servir a este hospital de la ciudad. Es posible que se hayan cambiado los detalles de la fachada de la iglesia y la de la entrada del hospital en esa fecha. El ataurique no es del tipo que se encuentra en las iglesias del siglo XVIII, pero las formas básicas son típicas, y parece probable que no haya habido cambios estructurales ( 152 ). En la pared al sur del templo se encuentra uno de los portales barrocos más interesantes de San tiago (153 b). Las columnas pareadas salomónicas de ambos cuerpos, curvan espiralmente en direc ciones opuestas. Es posible que haya sido esta puerta la entrada a la sala del hospital que se usó como oratorio durante la construcción de la iglesia primitiva. Corresponde efectivamente al carácter del período en que se fundó el hospital. Las colum nas superiores encierran un nicho que contiene una estatua en estuco policromado de la Asunción. El escudo de Castilla y León, tallado en piedra, está inserto en el frontón roto (153 a). Se dio el nombre de San Juan de Dios al hospi tal de San Pedro después de 1773, pero más re cientemente se ha cambiado una vez más el nom bre por el del Hermano Pedro, honrando la me99
MONASTERIES
tion was under way for another unit with cells for his assistants, but Brother Pedro did not live to see the project completed. He died on April 25, 1667 in his forty-first year.143 Among those who joined him as a novice was a nobleman and former governor of Costa Rica, Don Rodrigo de Arias Maldonado, Marqués de Talamanca, who renounced his worldly life to serve under Brother Pedro.144 In 1667 this follower, known as Fray Rodrigo de la Cruz, became the leader of the small group. On January 25, 1668 they took an oath of obedience and hospitality before the deán of the Cathedral as Brothers of Nuestra Señora de Belén,145 and Fray Rodrigo de la Cruz was chosen as head of the Order on February 2nd.146 Considerable confusion arises from the dates that have been given in connection with the descriptions of the church of Belén.147 Pardo, for instance, has given the date of 1668 for its completion without clarifying that this was not the structure that exists today. From Fray Francisco Vázquez, who lived and wrote in the late seven teenth and early eighteenth centuries, it is possible to get a correct chronology. T he church that was put into use in 1667 had been the infirmary where Hermano Pedro died.148 It was opened to the small Street at the south end of the property by putting a door where Hermano Pedro had had his bed in a niche in the wall. This oratory was soon moved to another room nearby which was used for ten years before the new temple was completed.149 Fray Rodrigo de la Cruz wrote the rules of the new community, and one of the brothers, who was in Madrid, went to Rome where he obtained the approval and confirmation of Pope Clement X on May 2, 1672.150 Later Fray Rodrigo went to Rome and in 1674 the same Pope approved the revised rules.151 In 1687 Pope Innocent XI issued a decree that Belén should follow the rules of San Agustín and named Fray Rodrigo de la Cruz Superior Gen eral of the Congregation.152 In this office Fray Rodrigo supervised the founding of a num ber of monasteries of the Bethlemites in México, Perú, Ecuador and Cuba153 before his death in México at the age of seventy-one on February 25, 1716.154 In 1691 efforts were already being made for the beatification and canonization of Brother Pedro de Betancourt.155 Soon after the death of Brother Pedro, the new Prior, Fray Rodrigo, began to make plans for the expansión of the facilities along the Pensativo River. A num ber of small prívate properties north of the little hospital were acquired, and plans for the large church were finally under way in 1675. It was completed by 1677.ir>fi If Pardo is correct in attributing this building to José de Porres,157 it
100
moria del fundador del hospital de Belén, Pedro de Betancourt.
EL HOSPITAL DE SAN LAZARO 154
En 1654, se veía que hacía falta una enfermería y lugar de asilo para leprosos. Se escogió un sitio grande con bastante terreno para jardines y huerta, al oeste de la ciudad, cerca del río Guacalate (o Magdalena), y se iniciaron el hospital y la iglesia de San Lázaro en 1658.12w Se les asignó a los re ligiosos de San Juan de Dios la administración de esta institución el 5 de febrero de 1640.130 Estos edificios que probablemente se construyeron con presteza, fueron destruidos por los terremotos de 1681 y 1717.131 En 1720 la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, empezada en 1709, cedió sus inmuebles al hospital de San Lázaro. 132 Estaba este sitio en el extremo occidental de una calle que venía desde el Palacio de los Capitanes Generales y la Plaza Real. Se reconstruyeron el templo y el hospital en este sitio entre 1722 y 1734.133 Mientras tanto, evidente mente estaban esparcidos los pacientes, pues un acuerdo en los archivos, con fecha del 24 de junio de 1745, mandó que se recogiera a todos los leprosos que estaban en otros hospitales o que es taban libres en la ciudad, y que se los pusiera en este hospital.134 Los terremotos de 1751 volvie ron a dañar la iglesia, y se juzgó inseguro en 1765. Es dudoso cuánto del edificio actual se construyó en la primera parte del siglo XVIII. Posiblemente se reparó o se reconstruyó después de que el sitio fue hecho cementerio municipal, en 1834. Los religiosos de San Juan de Dios atendieron a cuatro de los seis hospitales de Santiago por doscientos veinte años.
BELEN, CONVENTO Y HOSPITAL 155-156
La iglesia, el convento y el hospital de Nuestra Señora de Belén no fueron consecuencia de in fluencia externa ni de una petición de una orden que ya existía. Es única entre las órdenes religiosas del Nuevo Mundo ya que se originó en Santiago y se extendió después a otros países.135 Pedro de San José Betancourt, según su propia declaración, nació en la Isla de Tenerife, en las Islas Canarias, en 1626.136 Llegó a Santiago el 18 de febrero de 1651 y estudió tres años en el colegio jesuíta. No tenía las capacidades necesarias para ingresar en la congregación jesuita, y en 1655 o en 1656, se hizo hermano lego de la Tercera Orden de San Francisco.137 Vivió el Hermano Pedro al-
LOS MONASTERIOS
means that the architect of the Cathedral was working on both structures simultaneously. The church faced a plaza to the west and was limited in its depth by the river at the east end. It was ampie in size, however, and was covered by domical vaults penetrated by windows for light (156 d). The facade was severely plain, almost without adornment (156 a). There were two towers which held eight bells originally.
South of the church the necessary rooms of the hospital, refectory, archives, and so forth were built around a spacious patio (155 c).T h e center of the cloister was dom inated by a sim ple but heavy fountain (155 b). Cells for the brothers occupied the second story. T he exterior of the building was also very unpretentious (155 a).
In 1692 the City sold another piece of ground, north of the church, to the Bethlemites,158 and a building for novitiates and for other needs was constructed. This addition was not completed un til 1705 according to Vázquez. The church occu pied a position almost in the center of the entire property. Although the number of brothers was not specified by decree when the monastery was founded, a document reponed to the King that there were sixteen monks caring for twenty beds in the men’s hospital in 1740.ir,!> At the same time there were thirteen sisters wearing the habit of the Order who were attending to eight beds of women convalescents. This hospital for women had been started by a widow and her daughter in 1670 and had been authorized to operate under similar rules in a small building at the south end of the Plaza of Belén.100 None of the chroniclers give details of damage by earthquake, and one must assume that the buildings of Belén were too new to have been seriously damaged in 1689; but in 1721 the Beth lemites asked the Ayuntamiento to inform His Majesty of the State of the temple and hospital due to the earthquake of I7l7.1fil Also, there is a rec ord that the municipality was asked for monetary aid in 1751 for repairs.lfi2 In 1773 the hospital and monastery were badly wrecked, but the church did not fall. Several Capuchin monks established themselves in Antigua in 1852 and lived in the partially restored buildings of the monastery. They were expelled in 1873 without their having accomplished any major changes. The single nave church was in use as a saw mili in 1934. The monastery and hospital housed sev eral families of squatters around the ruined clois ter ( 155 ). A few years later this portion of the ruin was renovated and transformed into a hotel. The portions of the ruins to the north and to the east along the bank of the Pensativo River were left untouched.
gún tiempo en la ermita de El Calvario, cuidando la iglesia y el jardín, pero deseoso de servir al pró jimo, estableció un pequeño hospital en una casita de paja, cercana al límite meridional del convento de San Francisco.13S Dos vecinos generosos le regalaron la pequeña suma que le faltaba para comprar la propiedad.” n Esto se hizo el 25 de diciembre de 1661.1,0 El trabajo de este hombre diligente y dedicado, ins piró a los que muy pronto cayeron bajo su in fluencia. En poco más de cinco años, ensanchó su hospital, estableció la primera escuela gratuita para niños,141 arregló un hospicio para viajeros, y reunió alrededor de sí un grupo de devotos auxi liadores, algunos de los cuales eran miembros de la Tercera Orden franciscana. Sus servicios para los enfermos, los desheredados y los pobres le ganaron desde el principio la admiración y el apoyo de los ciudadanos más adinerados. El Her mano Pedro no economizó sus esfuerzos y logró, en muy pocos años, lo que habría requerido toda una vida para un hombre menos dedicado. El 9 de julio de 1666, el Hermano Pedro pidió terreno contiguo al sitio donde se estaba cons truyendo un hospital para convalecientes. Se le concedió su petición el 20 de agosto,142 y, en una calle pequeña que atravesaba el río y conducía a la iglesia de La Santa Cruz, construyó una enfer mería, una cocina y varias otras piezas con un corredor que miraba al río. Se había empezado la construcción de otra unidad con celdas para sus ayudantes, pero no vivió el Hermano Pedro hasta la terminación de ese proyecto. Murió el 25 de abril de 1667 a la edad de cuarenta y un años.143 Entre los que se agregaron a él como novicio, había un noble, antiguo gobernador de Costa Rica, Don Rodrigo de Arias Maldonado, Marqués de Talamanca, quien renunció la vida mundana para servir junto al Hermano Pedro.144 En 1667, este discípulo, conocido como Fray Rodrigo de la Cruz, llegó a ser el líder del pequeño grupo. Y el 25 de enero de 1668, ante el deán de la catedral hicieron votos de obediencia y hospitalidad, como Her manos de Nuestra Señora de Belén,145 y eligieron a Fray Rodrigo de la Cruz General de la Religión, el 2 de febrero.14r’ Ha resultado bastante confusión de las fechas que se han dado tocante a las descripciones del templo de Belén.147 Por ejemplo, Pardo ha dado la fecha de 1668 para su terminación, sin aclarar que no era ésta la iglesia actual. De Fray Francisco Vázquez, quien vivió y escribió a fines del siglo XVII y principios del XVIII, es posible obtener la cronología correcta. La iglesia que se principió a usar en 1667. había sido la enfermería en donde murió el Hermano Pedro.148 Fue abierta a la pe queña calle, al límite meridional del solar, ponien do una puerta en el lugar donde había tenido el Hermano Pedro su cama en un nicho en la pared.
101
MONASTERIES
LA RECOLECCION 157-161
In 1685 two friars of the Recolects carne to Santiago to establish a mission,1(1,3 and in 1695 one of these asked the City for perinission to found a monastery for missionary fathers.184 Four more missionaries arrived two years later, and all were housed at Calvario for four years while they awaited the requested permission.163 T he City Council had not favored the establishment of the monastery as the citizens were already supporting more religious houses than they could afford. T he missionaries were very poor and without income except for the alms given them.166 The report of the Council dated December 6, 1695 is interesting for the opinions that were recorded at that time: although the Council expressed appreciation for the splendid work of these two mission aries and was willing to support them, or let the opulent Franciscans do so, they believed that there was no need for more monasteries, with or without income, in the City. Furthermore, if there were not more than eight or ten monks they should be distributed throughout the province and not be allowed to enlarge their hospice with a mon astery, a sumptuous church, ñor give habits. If the Council granted this foundation to these two men their demands would grow. They would want a temple with arches, domes, statues, altars and ornaments, and a dwelling in keeping with all these.167 But in spite of local opinion,108 a royal decree was issued on July 16, 1700 perm itting the foun dation of the monastery of the Crucified Christ of the Apostolic Missionaries.1™ This small group took possession of a pasture beyond the western limits of the city, and in 1701 had a thatched church and a modest monastery of the same construction.170 Citizens carne to their aid, land was given to them, and even the Captain General gave his support.171 The cornerstone of their church was laid on September 8, 1701.172 By 1708 cloisters, cells, an infirmary, classrooms and library were completed. The church was finished in 1715.173 Chinchilla Aguilar wrote that Diego de Porres was associated as architect with the work after 1703.174 Vázquez gives the date of inauguradon of the church as May 23, 1717.175 T he establishment was barely completed before the earthquakes of 1717 occurred.176 Both the church and the monastery suffered considerable damage.177 And again in 1751 extensive repairs were needed.178 But after both disasters rebuilding was not only carried out, but the monastery and church fulfilled all the predictions of those who opposed its original foundation. The church became one of the largest in Santiago with its great nave and side aísles rivaling the Cathedral and sur-
102
Pronto se trasladó este oratorio a otra sala cercana que se utilizó por diez años antes de terminarse el nuevo templo.149 Escribió Fray Rodrigo de la Cruz las reglas de la nueva comunidad, y uno de los hermanos, quien estuvo en Madrid, fue a Roma, donde obtuvo la aprobación y la confirmación de su Santidad Cle mente X, el 2 de mayo de 1672.150 Más tarde, fue Fray Rodrigo a Roma, y en 1674, el mismo Pon tífice aprobó las constituciones reformadas.151 En 1687 el Papa Inocencio XI emitió un breve para que siguiera Belén las reglas de la orden de San Agustín, y nombró a Fray Rodrigo de la Cruz, Superior General de la congregación.152 En ese cargo Fray Rodrigo dirigió la fundación de varios conventos de los betlemitas en México, el Perú, el Ecuador y Cuba,153 antes de su fallecimiento en México, a la edad de setenta y un años, el 23 de febrero de 1716.154 En 1691, ya se hacían tentativas para la beatifi cación y canonización del Hermano Pedro de Betancourt.135 Muy pronto después de la muerte del Hermano Pedro, el nuevo general, Fray Rodrigo, empezó a planear la extensión de las dependencias del con vento a lo largo del río Pensativo. Se adquirieron varias pequeñas propiedades particulares al norte del hospitalito, y por fin, en 1673, empezaron a hacer el templo grande. Se terminó para 1677.156 Si tiene razón Pardo al atribuir este edificio a José de Porres,157 significa que el arquitecto de la cate dral trabajaba en los dos edificios a la vez. La iglesia miraba a una plaza al oeste y fue limitada en su profundidad por el río, al extremo oriental. Era de tamaño amplio, no obstante, y cubierta de bóvedas de media naranja, perforadas por ventanas para dar luz al templo (l56d). Era severamente sencilla la fachada, casi sin adorno (156a). Origi nalmente había dos campanarios con ocho cam panas. Al sur de la iglesia se construyeron, alrededor de un patio capaz (155 c), las piezas necesarias para el hospital, refectorio, archivo, etc. Fue dominado el centro del claustro por una fuente sencilla pero pesada (155 b). Celdas para los religiosos ocuparon el piso alto. Era también sin pretensión alguna el exterior del edificio (155 a). En 1692 vendió el Ayuntamiento a los betle mitas otro terreno, al norte de la iglesia,158 y se construyó una fábrica para el noviciado y otras dependencias. Esta adición, según Vázquez, no se terminó hasta 1705. Ocupó la iglesia un sitio casi en el centro de la propiedad entera. Aunque no se especificó por cédula el número de religiosos al fundarse el convento, por un docu mento que existe en el archivo, se informó al rey que, en 1740, había dieciséis religiosos que cuidaban veinte camas en el hospital para hom bres.159 AI mismo tiempo había trece hermanas
LOS MONASTERIOS
passing the temple of the Jesuits. The magnitude of the interior is apparent from the massiveness of the walls and the impressive scale of the sixty foot arch that spanned the sanctuary, and which still stands ( 157 ). Behind this sanctuary the main sacristy exceeded in size any other in the city, and it was as large as many churches (159 c). The secondary sacristies at either side of the sanctuary are more spacious than the single sacristy that most churches had. T he facade which faced east, centering on a Street that extended past La Merced to the plaza adjacent to the great Dominican Church, was evidently impressive with its three entrances. The tremendous thickness of the walls is apparent from the massivc fragments which remain where they fell. Although nothing is left of the choir, which was located above the east entrance, there is a door from the second floor cloister which would have given access to it. T he main stairway, which connected the upper story of the monastery with the sacristy, refectory and cloisters was perfectly placed and magnificent in scale beneath its great vaulted roof and cupola (159 b). The cloisters were like everything else about this grandiose institution. They were much larger than those of other religious houses. The two Southern cloisters were separated by the re fectory which was long and low, with a rather crudely decorated ceiling of modelled plaster (160 d). The vaulting of the cloister walks was sim ilar to that in La Merced — more corbeled than arched (161 d). Very little remains of the arcades of the cloister, but it is evident that there was a míni mum of decoration (161 be).Size was more important than ornamentation, which was a direct con trast to the beautiful cloister of San Francisco. This desire for size seems inconsistent with the professed aim of this missionary order which had no income other than alms. Although this monas tery was not limited as to numbers when founded, it was primarily established to carry on missionary work among the Indians in all parts of the country, the brothers supposedly living on alms in mod est quarters in the same manner the first two missionaries had from 1685 to 1701. The number of friars in the monastery on April 30, 1740 was thirty-five, which they deemed inadequate to maintain the monastic government, to go to missions, give sermons and so forth, according to documents of that date.179 The size of the monastery indicates that they anticipated a group as large as the Franciscans. South of the main monastery building there are three appendages. The smallest is the typical colonial kitchen of Santiago (161 a). Another build ing, which was undoubtedly attached to the main cloister during the period before 1773, is entirely different in scale and character. Although it has
vistiendo el hábito de la Orden, quienes atendían las ocho camas de mujeres convalecientes. Este hospital para mujeres había sido iniciado por una viuda y su hija en 1670, con autorización para obrar bajo reglas semejantes a las de los betlemitas, en un edificio pequeño, al límite meridional de la Plaza de Belén.160 Ninguno de los cronistas da detalles de daños hechos por terremotos, y hay que presumir que eran los edificios de Belén demasiado nuevos para haber sido seriamente averiados en 1689, pero en 1721, pidieron los betlemitas que informara el Ayuntamiento a su Majestad sobre el estado del templo y del hospital, debido a los terremotos de 1717.1G1 También hay una relación de haberse pedido al Ayuntamiento ayuda económica en 1751 para reparar daños.102 En 1773, se dañaron mucho el hospital y el convento, pero no se cayó la iglesia. Se establecieron varios religiosos capuchinos en la Antigua en 1852, habitando los edificios con ventuales, en parte restaurados. Se les expulsó en 1873, sin que hubieran realizado cambios de importancia. En 1934, servía el templo, que era de una sola nave, como aserradero. En el convento y en el hospital, moraban unas cuantas familias de intru sos alrededor del claustro arruinado ( 155 ). Unos pocos años más tarde, se renovó este sector de las ruinas, y la transformaron en hotel. Las partes de las ruinas, al norte y al este, a la orilla del río Pensativo, quedaron sin tocarse.
LA RECOLECCION 157-161
En 1685, dos frailes recoletos vinieron a San tiago para establecer una misión,1'’3 y en 1695, uno de ellos pidió al Ayuntamiento licencia para fundar un convento para padres misioneros.104 Cuatro misioneros adicionales llegaron dos años más tarde, y todos se albergaron en El Calvario por cuatro años, mientras esperaron la llegada de la licencia del rey.165 El Ayuntamiento no había favorecido el estable cimiento del convento, porque ya sostenían los vecinos más casas religiosas de las que podían mantener. Eran muy pobres los misioneros, sin más rentas que las limosnas que se les daban.100 El informe del Cabildo, fechado el 6 de diciembre de 1695, es de interés por las opiniones que se registraron en aquella sesión: aunque expresó el Cabildo aprecio del trabajo esplendido de estos dos misioneros, y no se opuso a mantenerlos, o dejar que los opulentos franciscanos lo hicieran, creían que no había necesidad de más conventos, con o sin rentas, en la ciudad. Además, si no había más de ocho o diez religiosos, debieron distribuirse por el país y no permitirse ensanchar su hospicio
103
MONASTER1ES
been rebuilt for use as a residence in later years, it might very well have been adequate as a mon astery when their numbers were few. This is unlikely, but the small cloister-like patio, domed chapel, and modest sized rooms are quite charming. Plaster ornamentation of good quality still surrounds the door to the chapel. T he third building is a two story structure projecting from the southeast córner of the monastery in a semidetached position. This could have been the infirmary and quite possibly a hospice. T he ruin of Recolección has also been subject to a variety of depradations of man. T he arcades were removed to build a swimming pool in the first cloister earlier in this century, and materials were hauled away to build walls around agricultural lands. At one time both cloisters were used for sports and the local fairs, and a race track occupied the field behind the monastery in 1934. The sacristy was used as a soap factory, and the refectory served as a stable and wagón shed. The church itself was never cleared of its jumble of masonry debris which does not necessarily represent the results of the 1773 earthquake alone. Tim e, weather, subsequent earthquakes, and man have all had a hand in what one sees today. Some of the columns and vaults were blasted, it is said, partly because they were unsafe, and partly to insure that they would not be rebuilt when the city was ordered abandoned. W hatever the cause, the ruin is impressive and interesting (160 f).
SAN FELIPE NERI (ESCUELA DE CRISTO) 162-163
This monastery was the last to be confirmed by Papal recognition in Santiago, but it has one of the longest historical backgrounds among the reli gious houses of the City. The hermitage of Vera Cruz was founded in Almolonga March 9, 1533 by Bishop Marroquín, priest-lawyer, who was its first member.180 Soon after the Franciscans moved to their permanent site, this hermitage took possession of the little church and house that the Franciscans had built for temporary use at the southeast edge of the new city.181 T he hermitage remained under Franciscan care from 1543 to 1664. Part of this time it was known as the Church of San Miguel. A group of friars of this hermitage joined together in 1664 to found an institution which was named Escuela de Cristo.182 Later, on the 4th of January 1689, this became the Congregation of San Felipe Neri, but confirmation of Pope Clement XI did not arrive until 1704. Previously they had received permission for the foundation by a Papal Bull dated May 25, 1683, however, and 104
con un convento y un templo suntuoso, ni tener noviciado. Si concediera el Cabildo licencia para la fundación a estos dos religiosos, se aumentarían sus peticiones. Querrían tener un templo con arcos, bóvedas, imágenes, altares y ornamentos y una vivienda correspondiente a todos éstos.107 Pero, a pesar de los pareceres locales,108 se emitió una cédula real el 16 de julio de 1700, permitien do la fundación del Colegio de Cristo Crucificado de los Misioneros Apostólicos.169 Este pequeño grupo se apoderó de una dehesa más allá de los límites occidentales de la ciudad, y en 1701, tenía una pequeña iglesia cubierta de paja y un con vento modesto de la misma construcción.170 Unos vecinos acudieron a ayudarlos, se les dio un solar, y aun el Capitán General les dio apoyo.171 Se puso la primera piedra para su iglesia el 8 de septiem bre de 1701.172 Para 1708, estaban terminados claustros, celdas, enfermería, aulas y biblioteca. En 1715 se acabó la iglesia.173 Escribió Chinchilla Aguilar que se asociaba Diego de Porres con la obra, como su arquitecto, después de 1703.174 Da Vázquez el día 23 de mayo de 1717 como el del estreno del templo.175 Apenas se concluyó el establecimiento antes del terremoto de 1717.176 La iglesia y el convento sufrieron considerables daños,177 y otra vez en 1751, se necesitaban reparaciones considerables.178 Pero después de ambos desastres, no sólo se recons truyeron sino que, tanto en el convento como en el templo, se cumplieron todas las profecías de los que se opusieron a su fundación primitiva. Llegó a ser el templo, con su gran nave central y sus naves laterales, uno de los más grandes de Santiago; rivalizaba con la catedral y superaba al templo de los jesuitas. Se ve la magnitud del interior de lo macizo de los muros y la escala impresionante del arco de casi dieciocho y medio metros que se extendió de un lado al otro del presbiterio, y que todavía queda en su lugar ( 157 ). Detrás de este presbiterio, la sacristía principal superaba en tama ño cualquier otra de la ciudad, siendo tan grande como muchas iglesias (159 c). Las sacristías secun darias, a cada lado del presbiterio, eran mayores que la única sacristía que tenía la mayoría de los templos. La fachada, con sus tres entradas, que daba al este con su eje en una calle que se extendía, pasando por La Merced, a la plaza contigua al gran templo dominico, era sin duda imponente. Es evidente el espesor tremendo de los muros, al mirar los fragmentos macizos que aun quedan donde cayeron. Aunque no queda nada del coro, situado encima de la entrada oriental, hay una puerta en el claustro alto que probablemente daba acceso a él. La escalera principal con su gran techo above dado y su cúpula (160 a), unía el piso alto del convento con la sacristía, el refectorio y los claus-
LOS MONASTERIOS
various other reeognitions prior to the 1704 date.183 The friars of this Order aceepted evangelistie missions to the most remóte parts of the eountry, but between missions they led a dedicated life of meditation and prayer. T heir first years were very restrieted because expected gifts and endowments failed to materialize.184 The earthquake of 1717 greatly added to their troubles since their oíd church was completely ruined.185 In 1728 they asked for aid in rebuilding their temple and monastery cells.18'1 It was not until 1730 that the church was entirely rebuilt.187 Diego de Porres has been credited with this work as architect, and this is considered to be the first building faced with a veneer of cut stone. Since the church seems to have been rebuilt without any major changes in plan it is possible that some of the original walls and foundations were incorporated in the reconstruction. This might even account for the use of the stone veneer. The fagade is very simple with three stories of shallow pilasters and equally shallow recesses in place of the usual Baroque niches (162 a). The silhouette of the towers did not materially relieve the severity of the fagade because they were both small, and incorporated the same shallow type of pilasters. These pilasters have been given the ñame “estípite” by most writers. In Antigua, ac cording to Kubler, a peculiar baluster of opposed palmettes, with bases connected at the center of the shaft, is the closest approach to this unstable form.,ss He gives as examples Santa Clara in An tiguare-I cd) and the Franciscan Church in Ciudad Vieja (164 a b ). This makes an interesting comparison since Angulo Iñiquez attributes the origin of this form to Diego de Porres — architect of San Felipe Neri (Escuela de Cristo), and quite probably of Santa Clara as well. Both of these churches were built in the second qnarter of the eighteenth century, but the church in Ciudad Vieja is supposedly sixteenth century(5). There is definite disagreement concerning this one existing church in Ciudad Vieja. It has been designated as the first Cathedral of Guatemala. Evidently the basis for this claim lies in the fact that Francisco Marroquín became the first bishop of Guatemala a few years before Almolonga suffered its disaster of 1541. Even though a cathedral may have been planned for this particular site, it is extremely unlikely that one of the proportions of this church would have been contemplated and much less constructed between 1537 and 1541. After 1541 it could not have been built as a cathe dral since the bishopric was established in the new Santiago. To further confuse the history of this church, many authoritative writers consider this a Franciscan establishment built, or completed, at the request of Bishop Marroquín who wanted them
tros; estaba perfectamente situada y era magnífica su escala (i59b). Los claustros eran como todo lo demás de este establecimiento grandioso. Eran mucho más grandes que los de los otros edificios monásticos. Los dos claustros meridionales estaban separados por el refectorio que era largo y bajo, y tenía el cielo de relieve en estuco algo toscamente decorado ( 160 d ). Las bóvedas de los corredores de los claustros eran semejantes a las de La Merced —más como bóvedas saledizas que de cañón corrido (161 d). Queda muy poco de las arcadas del claus tro, pero se ve que había un mínimo de ornamen tación en ellas (161 be).Eran más importantes las dimensiones que el adorno, lo cual era un gran con traste, en relación al hermoso claustro de San Francisco. Esta aspiración a lo grandioso parece incongruente con la finalidad que profesaba esta orden misionera, que no tenía más renta que las limosnas. Aunque su número no fue limitado al fundarse este convento, se estableció principal mente para llevar a cabo una labor misionera entre los indígenas en todas las regiones del reino, manteniéndose los religiosos, según se suponía, en viviendas modestas, lo mismo que lo habían hecho los primeros misioneros, desde 1685 a 1701. El 30 de abril de 1740. había treinta y cinco religiosos en el convento, número que les parecía inade cuado para mantener el gobierno monástico, ir a las misiones, predicar, etc., según relatan los documentos de esa fecha.170 El tamaño del con vento indica que preveían un grupo tan grande como el franciscano. Al sur del edificio principal del convento hay tres dependencias. La más pequeña es la típica cocina colonial de Santiago ( 161 a). Otro edificio, que sin duda estaba unido al claustro principal durante el período anterior a 1773, es entera mente distinto en escala y en carácter. Aunque se ha reconstruido para vivienda en años más recien tes, bien hubiera podido ser adecuado para servir de convento cuando el número de religiosos era más reducido. Esto es improbable, pero el pequeño patio parecido a un claustro, la capilla abovedada y las piezas de tamaño modesto son encantadoras. Todavía franquea la puerta a la capilla ataurique de buena calidad. El tercer edificio es una fábrica de dos pisos que sobresale del ángulo sudeste del convento, localizada en un lugar separado. Habría podido ser ésta la enfermería o, muy posible mente, un hospico. Las ruinas de La Recolección han sufrido tam bién de una variedad de depredaciones del hom bre. En época más temprana de este siglo, se quitaron las arcadas para hacer una piscina en el primer claustro, y se han retirado materiales para construir muros alrededor de terrenos agrícolas. En un tiempo se servían de ambos claustros para deportes y para las ferias locales, y se hizo una pista para carreras de caballos en el campo detrás del
105
MON ASTER IES
to assuine responsibility for the parish of the oíd capital.189 There was only one other ecclesiastical structure built in Ciudad Vieja after 1541, a small church. Henee, if the Franciscans were established in this community it is logical to associate this church and its dependencies with them. More important than this controversy, however, is the explanation and dating of the facade which obviously is not sixteenth century. The resident priest of Ciudad Vieja, Carlos Joffre Estrada, advances the opinion that the original church facade faced west instead of east as it does now. This is not illogical, but only emphasizes the fact that one must disregard any serious claims about the present church being the first Cathedral. The entire church is vaulted, and there is a sizeable dome. This type of construction was not used until midseventeenth century. In this small town such an ambitious roof certainly was not built that early. T he church was probably enlarged and the heavy buttresses added when the wood roof was replaced by vaulting. And, if the facade was transferred from the west to the east end of the church, it seems evident that the vaulting was not done until the same period since the dome adjacent to the sanctuary is at the west end of the church. All of these aspeets are stated here for the single purpose of dating the existing facade at Ciudad Vieja and associating it with the foregoing reference to “estípites” by Kubler and Angulo Iñiguez. This form of a pilaster was not used in Santiago until the second quarter of the eighteenth century. There is a remarkable resemblance between the estípites of Santa Clara and Ciudad Vieja. If Diego de Porres was the originator of this detail, it is evident that either he or one of his contemporaries was responsible for both of these churches and therefore they were constructed after 1725. Because these much discussed pilasters do not conform to the more elassie precedents some modern writers have referred to them as Churriguer esque. This appears to be an cxaggerated use of the term. Certainly there is very little resemblance to what is generally classified as Mexican Churri gueresque, ñor does it seem to be related to Span ish Churrigueran precedents. Furthermore, it has even less similarity to the estípite of Italy or Spain from which it is supposedly derived. However, Diego de Porres could have developed his interpretation of this form from Italian and Spanish books on architecture which were known in Guate mala, as Luis Luján Muñoz points out.190 T h e cloister of Escuela de Cristo is interesting although relatively small and unadorned. T he ver tical feeling of the two story arcade is the result of the small area that is enclosed and is achieved in spite of the low and heavy proportions of the Tuscan type of piers (163 d). T here is a definite resem blance between this arcade, w ith its fíat vaults
106
convento, en 1934. Utilizaban la sacristía como fábrica de jabón, y el refectorio como establo y para guardar carretas. Nunca se han quitado los montones de manipostería arruinada de la iglesia, los cuales no son únicamente el resultado de los terremotos de 1773. Los años, la intemperie, los terremotos posteriores y el hombre, han sido res ponsables de lo que se ve hoy. Cargas de pólvora destruyeron algunas de las columnas y bóvedas, según se dice, en parte porque amenazaron ruina, y en parte para asegurar que no se reconstruirían cuando se mandó abandonarla ciudad. Cualquiera que fuera la causa de su estado actual, la ruina es impresionante e interesante (160 f).
SAN FELIPE NERI (ESCUELA DE CRISTO) 162-163
Fue esta casa religiosa la última confirmada por breve papal para Santiago, pero sus antecedentes históricos están entre los más antiguos de los establecimientos religiosos de la ciudad. La ermita de la Vera Cruz fue fundada en Almolonga el 9 de marzo de 1533 por el obispo M arroquín, quien fue su primer miembro.180 Poco tiempo después de trasladarse los franciscanos a su sitio permanente, tomó posesión esta ermita de la pequeña iglesia y la casa, en el límite sudeste de la nueva ciudad, que habían construido los franciscanos para uso provisional.181 Se quedó la ermita bajo la admi nistración de los franciscanos desde 1543 hasta 1664. Durante una parte de este período, se conoció con el nombre de la iglesia de San Miguel. En 1664, un grupo de frailes de esta ermita se reunieron para establecer una institución que nombraron la Escuela de Cristo.182 Más tarde, el 4 de enero de 1689, se constituyó ésta la Congre gación de San Felipe Neri, pero no llegó la con firmación de su Santidad, Clemente XI, hasta 1704. Sin embargo, antes les había sido concedida licencia para la fundación, mediante una bula pontificia fechada el 25 de mayo de 1683, y habían recibido varios otros reconocimientos antes de 1704.183 Los religiosos de esta Orden aceptaron misiones evangélicas a las regiones más remotas del reino, pero entre una y otra misión llevaron una vida dedicada a la meditación y al rezo. Estuvieron muy limitados económicamente en sus primeros años porque no recibieron todas las dotaciones y regalos esperados.184 Los terremotos de 1717 aumentaron mucho sus dificultades puesto que se arruinó por completo su vieja iglesia.183 En 1728, solicitaron ayuda para reconstruir su templo y las celdas de su convento.180 Pero no fue sino hasta 1730 que se reconstruyó completamente su iglesia.187 A Diego de Porres se le ha atribuido ser el arquitecto de esta obra, y se considera el
LOS MONASTERIOS
(bóvedas vaidas) and that of the City Hall which was also the work of Diego de Porres. W hen this architect reported that the work on the church was finished in 1730, he also gave an estímate of the cost of finishing the monastery.191 This would indícate that the monastery was not completed in 1720, at which time Villacorta says that it was blessed.192 In 1740 the monastery was in bad condition, and there were only five friars and two novices in residence.193 After the 1751 earthquakes finan cial aid was requested.194 Until recent years the monastery building remained in a poor state of repair with only a few rooms in use. The earth quakes of 1773 wrecked one wall of the cloister, but the church remained standing and was less damaged than most of the others in Santiago. One tower was damaged, but this and the church were reconstructed in the middle of the nineteenth cen tury according to Pardo.195 But the word “recon structed” probably should be interpreted as “re paired.” Pardo also says that the south tower on the facade, with its clock, was destroyed in the earthquakes of 1917-18.190 This tower was rebuilt without its clock when the monastery was renovated shortly before 1944. Known today as Escuela de Cristo, the church is in good repair and one of importance to the community. If one considers the facade too severe and the stone veneer less interesting than the fanciful stucco decoration of other churches of Antigua, it is possible to admire from a distance the well-proportioned dome (163 b). And, though it lacks good altars, the church contains some of its original art, including the venerated life-sized Christ bearing the Cross and a Crucified Christ, entombed. Both of these wood sculptures are supposedly the work of the renowned artist Quirio Cataño197 who, it is said, lived near this church from 1575 to 1595.198 1 Juarros, 1, 122 & Remesal, 1. 70-78 3 Pardo, Efem., p. 3 4 AGG, A 1.18-5028-211 (1741) 3 Molina, p. 117 fi Pardo, C.uia, p. 88 7 Molina, p. 120 * Fuentes y G u/nián, 1. 178-79 & Ximénez. II, 224 !*Gage, Tilomas, The l-.nglish American, pp. 200-201 10 AGG, A 1.18-5028-211 (1741) & BAGG, X. 2, 104 11 Molina, pp. 129 & 132 12 Vázquez IV. 362 13 Pardo, Efem., p. 9 « BAGG, V11I.2, 227 13 Juarros, 1, 116 & AGG, A 1.36-1-13.357-1968 (1625) 10 Pardo, Efem., p. 66 17 Ibid., p. 82 2 Ibid.
18 Vázquez, 1, 50 19 Ibid., 63 & 65 & Juarros, 1, 123 20 Vázquez, 1, 98 21 Ibid., 98-99 22 Ibid., 163-166 23 Pardo, Efem., p. 7 24 Vázquez, 1, 163-166 25/fe,d., 183, 189-190 & 197 26 AGG, A 1.23-1512-474 (1575), AGG, A 1.23-1512-475 (1575) & Vázquez, 1, 93
primer edificio cubierto de un revestimiento de piedra labrada. Ya que parece que se reconstruyó el templo sin cambios de importancia en su plano, es posible que se hayan incorporado en la recons trucción algunos de los muros y cimientos primi tivos. Posiblemente sea ésta la causa por la que se usó el revestimiento de piedra. Es muy sencilla la fachada de tres cuerpos, con pilastras y depresiones de poca profundidad, en contraste con los acostumbrados nichos barrocos (162 a). La silueta de las torres no suavizó tangi blemente la severidad de la fachada, por ser pequeñas y por usarse en ellas el mismo tipo de pilastras de poco relieve. Han dado la mayoría de escritores el nombre de ‘estípite’ a estas pilastras. Según Kubler, 1111 balaustre singular de palmettes opuestos, unidos al centro del fuste por las bases, es la forma que más se asemeja al estípite, en la Antigua.1RS Da como ejemplos, la iglesia del mo nasterio de Santa Clara en la Antigua (164 cd)y el templo franciscano en Ciudad Vieja( 164 ab).Esto obliga una comparación interesante, ya que An gulo Iñiguez atribuye el origen de esta forma a Diego de Porres—arquitecto de San Felipe Neri (Escuela de Cristo) y, muy piobablemente, tam bién de Santa Clara. Se construyeron estos dos templos en el segundo cuarto del siglo XVIII, aunque algunos indican que es del siglo XVI la iglesia de Ciudad Vieja ( 5 ). Definitivamente 110 hay acuerdo tocante a esta única iglesia que existe ahora en Ciudad Vieja. Se le ha designado como primera catedral de Guate mala. Evidentemente, la base de esta pretensión se encuentra en el hecho de que Francisco Ma rroquín fue nombrado primer obispo de Guate mala unos cuantos años antes de sufrir Almolonga el desastre de 1541. Aun cuando se haya proyec tado una catedral para este mismo sitio, es muy inverosímil que se hubiera planeado, y mucho menos construido, entre 1537 y 1541 una con las proporciones de esta iglesia. Después de 1541, no habría podido ser construida como catedral, puesto que el obispado se encontraba establecido en la nueva Santiago. Confundiendo más la historia de esta iglesia, muchos escritores serios son de opinión que es una fábrica franciscana construida o termi nada, a petición del obispo Marroquín, que quería que se encargara esa Orden de la parroquia de la antigua capital.,s9 Se construyeron sólo dos iglesias en Ciudad Vieja después de 1541. Siendo la otra pequeña, es lógico asociar la que discutimos y sus dependencias con los franciscanos, puesto que éstos estaban establecidos en esa población. Más importante que esta controversia, sin em bargo, es la explicación de la fachada y la averi guación de la fecha de su construcción, que obvia mente, 110 fue en el siglo XVI. El actual párroco de Ciudad Vieja, Pbo. Carlos Joffre Estrada, opina que la fachada original de la iglesia daba al oeste. 107
MONASTERIES 27 Juarros, I, 124
28 Vázquez, IV, 219-224 29 Ibid., 247-248
30 Vázquez, III, 134 31 Vázquez, IV, 353 32 Ibid. 33 Juarros, I, 140-141 34 Vázquez, IV, 271-272 35 Ibid., Molina, p. 149 30 ibid., 329, AGG, A 1.20-476-10 (1673) & BAGG, X, 2, 131-133 37 Ibid. 38 AGG, A 1.20-477-32 (1675) & BAGG, X, 2, 133-134 39 Chinchilla Aguilar, Historia, p. 98 40 Angulo Iñiguez, Historia, II, 64 41 Vázquez, IV, 330-331 42 Ibid., 331-332 43 Ibid., 332 44 Ibid., 332-335 45 Ibid., 390 4« Ibid., 390-391 47 ibid. 48 Ibid. 49 Pardo, Efem., p. 102 50 Vázquez, IV, 392 51 Pardo, Efem., p. 112 52 Vázquez, IV, 391 -392 53 Ibid., 393 54 Pardo, Efem., p. 154 55 Ibid., pp. 162-163 8c 165 56 Ibid., p. 162 57 Curtis, p. 79 58 Díaz, V. M., Bellas Artes, p. 339 Vázquez, IV, 362 & Ju arros, 1, 124 00 AGG, A 1.11-5025-211 (1741) & BAGG, X, 2, 163 01 Ju arros, I, 124 02 Ibid., Se Sam ayoa G uevara, H . H., ASG H, IX , 2 63 P ardo, Efem., p. 6 & BAGG, V III, 1, 13 «4 P ardo, Efem., p. 81, Guia, p. 97 & AGG, A 1.2-2-11.777-1783 (1687) 05 P ardo, Efem., p. 104 5«
oo AGG, A 1.2-5-15.766-2207-16 (1718) 07 Vázquez de Espinosa, A ntonio, La Audiencia de Guatemala, I, 5 68 AGG, A 1.11-5025-211 (1741) & BAGG, X, 2. 162 ff 69 P ardo, Efem., p. 164 70 Ibid., p. 166 71 Ibid., p. 192 Pardo, Efem., p. 10 Ibid., p. 17 74 Ibid., pp. 18-19 75 Juarros, 1, 125 126 76 AGG, A 1.18-5031-211 (1740) 77 Villaeorta C., J. Antonio, Historia de la Capitanía General de Guatemala, pp. 229-233 78 Juarros, I, 126 & Vázquez, IV, 363 79 Pardo, Efem., p. 36 so Chinchilla A., p. 87 «i Pardo, Efem., p. 34 82 AGG, A 1.18-5031-211 (1740) & BAGG, I, 2, 141-144 83 Vázquez, IV, 364 & Pardo, Efem., p. 35 84 Juarros, I, 126 85 Pardo, Efem., p. 97, AGG, A 1.2-2-11.779-1785 (1698) , BAGG, X, 3, 193-194, AGG, A 1.2.9-25.348-2840 (1698), BAGG, VI, 3, 429 86 AGG. A 1.18-5031-211 (1740) & BAGG, I, 2, 142 87 Vázquez, IV, 393 & Ximénez, 111, 356 88 AGG, A 1.10.3-31313-4047 (1738) 89 Pardo, Efem., p. 166 »0 Ibid., p. 169 91 AGG, A 1.18-5031-211 (1740), BAGG, 1,2, 141-144 & BAGG, X, 3, 194-196 92 Juarros 1, 126 93 Pardo, Efem., p. 138 94 Pardo, Guia, p. 179 «5 AGG A 1.11-28.941-3011 (1767) & BAGG, VIII, 3, 359-367 90 Díaz. V. M. Ciudad Romántica Colonial, p. 40 72 73
97 Juarros, I, 126 Pardo, Efem., p. 29-30 AGG A 1.2-2-11.766-1772 (1611) & BAGG, VIII, 1, 27 ibid. loo Remesal, II, 354 & Vázquez, IV, 324 & 368 ff íoi Chinchilla A., p. 50 102 Pardo, Efem., p. 51 & Ximénez, II, 244 103 Chinchilla A., p. 51 104 Díaz, V. M. op. cit. p. 58 98
99
en vez de al este como ahora. No es ilógico esto, pero sólo da énfasis al hecho de que es preciso no hacer caso de cualquier pretensión seria con res pecto a que sea la iglesia actual la primera catedral. El templo entero es abovedado y tiene cúpula de tamaño considerable. No se usó este tipo de construcción hasta la mitad del siglo XVII. En este pequeño poblado, es indudable que no se construyó tan temprano un tipo de techumbre tan ambicioso. Es probable que se ensanchara la iglesia y que se añadieran los pesados contra fuertes, cuando se sustituyó con bóvedas el techo de madera. Y, si se trasladara la fachada del extre mo occidental al oriental del templo, parece evi dente que no se abovedara la fábrica hasta el mismo período, puesto que la cúpula adyacente al presbiterio está al extremo occidental de la iglesia. Se tratan todos estos aspectos aquí, con el solo propósito de computar la fecha de la fachada actual del templo en Ciudad Vieja y asociarla con la susodicha referencia a estípites de Kubler y Angulo Iñiguez. No se usó esta forma de pilastra en Santiago hasta el segundo cuarto del siglo XVIII. Hay notable semejanza entre los estípites de Santa Clara y los de la iglesia de la Concepción, Ciudad Vieja. Si originó Diego de Porres este detalle, es evidente que él o uno de sus contempo ráneos fue responsable de ambas iglesias, y por tanto, se construyeron después de 1725. Por no conformarse estas pilastras muy discuti das a los antecedentes más clásicos, las han descrito algunos autores modernos como churriguerescas. Parece ser esto un uso exagerado del término. Por cierto, hay muy poca semejanza con lo que se clasifica generalmente como el churrigueresco mexicano y no parece relacionarse con los antece dentes churriguerescos españoles. Además, se asemeja aun menos al estípite de Italia o de España, del cual se supone haberse derivado. No obstante, es posible que desarrollara Diego de Porres su interpretación de esta forma, de libros de arquitectura italianos y españoles que se cono cían en Guatemala, como ha señalado Luis Luján Muñoz.190 Es interesante el claustro de la Escuela de Cristo, aunque es relativam ente pequeño y sin adorno. La sensación de verticalidad de la arquería de dos pisos, resulta del área pequeña que se encuentra así circunvalada y se logra a pesar de las proporciones bajas y pesadas de los pilares de orden toscano (163 d). Hay semejanza definitiva entre esta arcada, con sus bóvedas vaídas, y la del A yunta m iento, que fue también obra de D iego de Porres.
Cuando informó este arquitecto que estaba ter minada la obra de la iglesia en 1730, también tasó el costo para dar término al convento.191 De ello se desprende que dicho convento no estaba concluido en 1720, año señalado por Villaeorta como el de su bendición.192
LOS MONASTERIOS 105 Pardo, Efem., p. 166 fe 172 loo Pardo, Guía, p. 103 107 Pardo, Efem., p. 166 108 Juarros, I, 127 109 Ibid. and AGG, A 1.23-1512-262 (1559) 110 Juarros, 1, 127 & AGG, A 1.7-7-14.301-2054 (1690) n i AGG, A 1.7-14.299-2053-80 (1645) & BAGG, X, 4, 276-281 112 Vázquez, IV, 381 113 Juarros, I, 127-128 n 4 /6 id „ 128 & AGG, A 1.7-14.299-2053-156(1559) BAGG, X. 4, 267-268 & AGG, A 1.7-7-14.301-2054 (1690) 115 Juarros, I, 182 & Milla, José, Historia de la America Central 11, 139 11** AGG, A 1.7-53.999-6065-17V (1667) AGG, A 1.7-14.299-2053-92 (1667) fe BAGG, X, 4, 281-286 AGG, A 1.7-14.299-2053-97 (1667) & BAGG, X, 4, 286-289 11" Juarros, I, 128 118 AGG, A 1.2-2-11.777-1783 (1686) & BAGG, X, 4, 290-291 119 Pardo, Efem., p. 81 AGG, A 1.2-2-11.777-1783 (1687) & BAGG. X, 4,291-294 120 Fuentes y Guzmán, III, 351-359, Juarros, I, 128 & Pardo, Guía, p. 116 121 Juarros, I, 128, Fuentes y Guzmán, III, 349-355 & Pardo, Efem., p. 64 122 Chinchilla A., p. 51 123 ibid., pp. 76, 77 & 89 124 Fuentes y Guzmán, III, 359 125 ibid., 352 126 Ibid., 359 & Vázquez, IV, 381 127 Vázquez, IV, 359, AGG, A 1.2-5-15.776-2207-71 (1719) fe BAGG, VIH, 126 128 Chinchilla A., pp. 90-91 fe 103 129 AGG, A 1.7-14.299-2053-59 (1638) , BAGG, X, 4, 270-276 & Juarros I, 151 130 Juarros, 1, 151 & Pardo, Efem., p. 41 131 AGG, A 1.2-2-11.776-1782 (1683) &A 1.10.3-18.803-2448 (1720) 132 BAGG, VIH, 1, 122 fe Pardo, Efem., p. 120 133 AGG, A 1.10.3-18.803-2448 (1720) 134 AGG, A 1.7-14.299-2053-254 (1743) & BAGG, X, 4, 294-295 135 García de Concepción, P. Fr. José, Historia bethlemilica.
pp. 367-371, 376-38f>, 399-403, 406-419, 486-494, 511-524 & 527-530
136 Vázquez, Hermano Pedro, p. 6 137 Vázquez, op. cit. pp. 19 & 29-49, Pardo, Efem., p. 50
García de Concepción, pp. 161-171 & Metrópoli Colonial,p. 220
138 Juarros, I, 129 & García de Concepción, pp. 171-176 139 García de Concepción, p. 170 140 Pardo. Efem., p. 54 141 García de Concepción, pp. 175-181 142 Pardo, Efem., p. 57 143 Vázquez, IV, 458 fe García de Concepción, pp. 179-181 144 Vázquez, IV, 466-471
En 1740 estaba en mal estado el convento, y no había más que cinco religiosos y dos novicios en éi 193 Después f|e ]os terremotos de 1751, pidieron ayuda económica .194 Hasta años recientes, el edi ficio del convento quedó en mal estado y estaba desocupado con excepción de unas cuantas habita ciones. Los terremotos de 1773 destrozaron un muro del claustro, pero quedó en pie el templo y sufrió menos daños que la mayor parte de los otros en Santiago. Se dañó una torre, pero según Pardo, ésta y la iglesia se reconstruyeron a mediados del siglo X IX .195 Probablemente sería más exacto in terpretar la palabra ‘reconstruida’ como ‘reparada.’ Tam bién dicc Pardo que la torre meridional de la fachada con su reloj, se destruyó en los terre motos de 1917-18.196 Se reconstruyó esta última sin su reloj, al renovarse el convento, un poco antes de 1944. Conocido hoy el templo como la Escuela de Cristo, está en buenas condiciones, siendo uno de los más importantes de la ciudad. Si se considera demasiado severa la fachada, y el revestimiento de piedra menos interesante que el ataurique más imaginativo, usado en otras iglesias de la Antigua, es posible admirar a la distancia su cúpula bien proporcionada (103 b). Y aunque carece de buenos altares, contiene la iglesia algunas obras de arte de la época colonial, entre ellas el muy venerado Cristo con la cruz a cuestas (Nazareno) de ta maño natural, y un Cristo crucificado. Se supone que estas dos imágenes de madera son del renom brado escultor, Ouirio Cataño ,197 quien se dice vivió cerca de este templo, desde 1575 a 1595.198
145 García de Concepción, p. 364
i4«/birf. and Juarros I. 129 147 AGG, A 1.2-2-11.77.5-1781 (1668) 148 Vázquez, IV, 46-1 & Vázquez, Hermano Pedro, pp. 339-340 149 Vázquez, Hermano Pedro, p. 340 fe García de Concepción,
pp. 312-343 Concepción, pp. 366-397 151 Ibid., pp. 392-397 fe AGG, A 1.23-4583-120 (1675) 152 García de Concepción, pp. 462-469 153 ¡bid., pp. 376-378, 401-419, 485-494 & 507-530 154 Ibid., p. 596 155 Pardo, Efem., pp. 85-86 156 Vázquez, Hermano Pedro, p. 342 fe García de Concepción, pp. 343-344 157 Pardo, Guia, p. 105 158 AGG, A 1.2-2-11.778-1784 (1692) & BAGG, VIH. 1,72-75 159 AGG, A 1.18-5034-211 (1740) , BAGG, I. 2, 145-147 & BAGG. X, 3, 197-198 160 Ibid., & García de Concepción, pp. 372 ff 161 Pardo, Efem., p. 122 162 Ibid., p. 166
150 AGG, A 1.23-4583-120 (1675) , Juarros I, 130 fe García de
163 Juarros, I, 131 164 Pardo, Efem., p. 92 165 Vázquez, IV, 36.5 166 AGG, A 1.2-2-11.778-1784 (1691-1695) fe BAGG V lll. 1,62 ff 167 AGG, A 1.2-2-11.779-1785 (1695) 168 Pardo, Efem., p. 97 169 AGG, A 1.18-5027-211 (1740) & Pardo, Efem., p. 99 170 AGG, A 1.2-2-11.780-1786 (1701) fe Vázquez, IV, 365 n i AGG, A 1.20-738-24 vuelto (1703) , Juarros. 1, 131-132. BAGG, X, 3, 199, BAGG. I. 139 ff, Vázquez, IV, 365-366. Patdo, Efem., p. 100 fe Pardo, Guia, p. 108
172 Vázquez, IV, 365 173 Pardo, Guia, p 108 174 Chinchilla A., p. 90 175 Vá/quez. IV, 366 176 Pardo, Efem., p. 166 177 Pardo, Guia, p. 108 17» Pardo, Efem., p. 166 17!» AGG. A 1.18-5027-211 (1740) , BAGG, 1. 2, 138-140 & BAGG, X. 3, 200-201 180 Juarros.
I, 148
181 Vázquez, IV, 384 182 Juarros, I, 132 183 AGG A 1.18-5029-211 (1740) & BAGG, I, 2, 136-137 184 Ibid. 185 AGG, A 1.11-16.779-2292 (1720) , BAGG, VIII, 1, 129
Juarros, I, 190 Efem., p. 133
186 Pardo,
187 Pardo, Guia, p. 110 Kubler fe Soria, Art and Architecture of Spain and Portugal, p. 84 189 Vázquez, 1, 98 190 Luján Muñoz, Luis, La Pilastra-I-Atipite Serliana, C. 4 191 Chinchilla A., p. 91 192 Villacorta, Historia, p. 320 193 AGG, A 1.18-5029-211 (1740) & BAGG, I, 2, 137 194 AGG, A 1.10.3-18.807- 2448 (1751) 195 Pardo, Guia, p. 111 196 Ibid. 197 Díaz, V. M. Bellas Artes, p. 214 198 Pardo, Guia, p. 179 188
109
a Church ruin
Iglesia arruinada
c Kitchen
Cocina
110
SANTO DOMINGO
a Fountain in cloister ruin
b Fragment of a statue Fragmento de imagen
Fuente en las ruinas del claustro
c Cloister ruin Ruinas del claustro
SANTO DOMINGO
ill
scale
112
fcet
a Fountain reconstructed near the Pensativo River (c. 1936) Fuente reconstruida cerca del río Pensativo (c. 1936)
b Detail of bowl Detalle de la taza
d Fountain in its original location Fuente en su sitio original
Detalle de la pila
e W ashing place íormerly on the site of ‘a’ Pila con lavaderos antiguamente en el sitio de ‘a’
SANTO DOMINGO
113
114
SAN FRANCISCO
Street of the Processions
b Salomonic pilasters Pilastras salomónicas
Calle de los Pasos
c West gate to the church enclosure Entrada occidental al atrio del templo
SAN FRANCISCO
115
a View from the tower of Santa Clara Vista desde la torre de Santa Clara
b Drawing of facade, after Curtís (1888) D ibujo de la fachada, según Curtís (1888)
116
c Facade of church in 1938 Fachada en 1938
SAN FRANCISCO
a Upper fa^ade
c Bell tower base Base del campanario
Cuerpo segundo de la fachada
d Detail over entrance Detalle sobre la entrada
SAN FRANCISCO
117
a Church and monastery Tem plo y convento
b Detail of bell tower Detalle del campanario
d c
118
c, d Salomonic columns of the fa$ade Columnas salomónicas de la fachada
SAN FRANCISCO
SAN FRANCISCO
119
r
i
1
r
□
-
-r Jr 0
A
B
C D
L E G E N D UPPER PART OF CHURCH MONKS CHOIR ORATORY OR ANTECHOIR CLOISTER CORRIOOR UPPER PART OF CHAPEL chapel OPEN ROOF OECK OORMITORY MONKS CELLS CHAPEL I PART Or KITCHEN
E F Roor or G H I J
rE • PORTIONS
M N O
P
Q
IGLESIA Y CONVENTO, Piso alto
ROOM UNDER BELrRY THIRO rLO O R OVER CHAPEL ROOM UNDER CLOCK TOWER TWO STORY WORK ROOMS OLO AND NEW INFIRMARIES
sípír.f l*Z3
rJJ |iUjj!
-
.
J-
1
r=_ r j" |’
San Francisco Church and M onastery
*■
tí.
£
3
Antigua Guatemala
Foundcd
{$ 4 } ~
3 SAN FRANCISCO MONASTERY CHURCH FOUR STORIED SHRINE OF ST FRANGIS, ST MIGUEL, VIRGIN OF CONCEPCION, ANO THE StLVER THRONEO CUSTODIA SUBTERANEAN VAULTS UNDER SANCTUARY CHAPEL OF ANTONIO DE PADUA CHAPEL OF CHAPEL OF LADY OF LORETO CHAPEL OR RECEPTlON ROOM • CLOISTER COMMONS ROOM • WASHROOM I REFECTORY • N KITcHEN l FOUNTAIN NOW IN MERCED PLAZA WORK ROOMS, PRINTING, CRAFTS, ETC GATES • R. GARDENS CHAPELS (STATIONS OF THE CROSS) ' PROBABLE SITE OF GPEAT STOHE CROSS I INFlRMARY • V PATIO
OUR
I*■ *
Destroyed 1J J )
n S
i n O
5
IGLESIA Y CONVENTO, Piso bajo
n &
J L
n
b Choir arch Arco del coro
a View of nave from sanctuary Nave desde el presbiterio
c Interior detail of church wall Detalle de muro interior de la iglesia 122
d Detail of arch Detalle de arco
SAN FRANCISCO
a Ruin north of church and the restored Chapel of the Third Order Ruina al norte de la iglesia y capilla restaurada de la Tercera Orden
d
SAN FRANCISCO
123
a South transept Transepto meridional
b Painted decoration of transept Pintura decorativa del transepto
d c, d Great hall or Aula magna
124
SAN FRANCISCO
General de Estudios
a Decorative mural of the reception room Decoraciones murales en la portería
c Exterior of Loreto Chapel Capilla de N.S. de Loreto (exterior)
d Clock tower over Loreto Chapel Torre del reloj encima de la capilla de N.S. de Loreto
SAN FRANCISCO
125
b Southwest córner of cloister (1934) Esquina sudoeste del claustro
126
c Northwest córner before excavation Esquina noroeste antes de ser excavada
SAN FRANCISCO
b Bowl (as seen in the prison patio in 1934) Taza (como se veía en el patio de la cárcel en 1934)
c Basin of the fountain, without bowl (1938) Pila de la fuente, sin taza (1938)
a Fountain of San Francisco, now in La Merced Pla/a Fuente de San Francisco, actualmente en la plaza de la Merced
d
e d, e Details of basin
Detalles de la pila
SAN FRANCISCO
127
CLOISTER FOUNTAIN
SAN FRANCISCO MONASTERY MOVED TO MERCED PLAZA • ANTIGUA
128
a Vault of cloister walk Bóveda del claustro
c Cloister before excavation Claustro antes de la excavación
d Central stairway Escalera central
SAN FRANCISCO
129
a Ruin of infirmary
Restos de la enfermería
b Room between central stair and refectory Sala entre la escalera central y el refectorio
c Ruin from south garden Ruinas desde el jardín meridional
130
d Kitchen
SAN FRANCISCO
Cocina
a San A ntonio Chapel and infirmary from the east Capilla de San Antono y enfermería desde el este
d South wall of San Antonio Chapel Muro meridional de la capilla de San Antonio
SAN FRANCISCO
131
Monastery
La
and
OF
C hurch
Merced A ntigua
K oundeo CoN.STliUCTlT)
154 2 1547 - 1660
a Fa^ade of La Merced Church
Fachada de la iglesia de la Merced
LA MERCED
133
b South entrance to church Portada m eridional de la iglesia
a M ain entrance to church Puerta principal de la iglesia
d Buttresses of south wall Contrafuertes del muro m eridional c Monastery and church Convento e iglesia
134
LA MERCED
a Gable crowning facade
Remate de la fachada
b South bell tower
Campanario meridional
LA MERCED
135
Details of the fa^ade Detalles de la fachada
136
LA MERCED
Plaster decoration of upper facade Ataurique de la parte superior de la fachada
LA MERCED
137
I - -------- 4 - O
\ / K
5
DOUBLE
DOOR
TO
THE
CLOISTER
OF
MERCED MONASTERY SCALE
\
or
2_______ DOOR
I
D
/
í 2
SCALE
138
OF
DC TAILS
1
f
ni*! =¡_____I
a Monastery entrance Pórtico del convento
b Door to monastery Puerta del convento
c c, d Details of monastery entrance Detalles de la entrada al convento
LA MERCED
139
MERCED
MONASTERY a n t ig u a
140
LA MERCED
141
142
LA MERCED
c Cloister fountain after restoration Fuente del claustro después de restaurada
LA MERCED
143
b Dom e over Crossing Cúpula sobre el crucero
a Nave of church Nave mayor del templo
ra s
c Dome from cloister Cúpula desde el claustro
144
d South aislé of church Nave m eridional del templo
LA MERCED
a Upper part of church from the southeast Parte superior de la iglesia desde el sudeste
b Glazed lion at base of dome León en cerámica vidriada en la base de la cúpula
c Lantern above dome Linterna de la cúpula
LA MERCED
145
a South wall of church
Muro m eridional de la iglesia
d Door from church to cloister Puerta desde el templo al claustro
146
COMPAÑIA DE JESUS
a East facade
Fachada oriental
d Detail of lower fa 9 ade Detalle de la parte inferior de la fachada
COMPAÑIA DE JESUS
147
a West end of nave Extremo occidental de la nave
c Painted decoration of arches Pintura decorativa de los arcos
e North wall of the Jesuit house M uro septentrional de la casa jesuita d Narthex of church Nártex del templo
148
COMPAÑIA DE JESUS
a Church and bel] tower Iglesia y campanario
b South wall of church Muro meridional de la iglesia
SAN AGUSTIN
149
c Upper niche
150
Nicho superior
d Lower niche
SAN AGUSTIN
Nicho inferior
151
a Church of San Pedro Apóstol Iglesia de San Pedro Apóstol
c Detail above hospital entrance Detalle sobre la entrada al hospital
152
SAN JUAN DE DIOS
a Coat of arms of Castilla y León Escudo de Castilla y León
b Oíd entrance from Street Antigua entrada desde la calle
c Polychromed statue of the Assumption Imagen policromada de N.S. de la Asunción
d Niche and pediment above door Nicho y frontón sobre la puerta
SAN JUAN DE DIOS
153
a San Lázaro Church Iglesia de San Lázaro
b Upper facade of church Parte superior de la fachada de la iglesia
154
SAN JUAN DE DIOS
a Hospital and monastery
Hospital y convento
BELEN
155
a Bethlemite church facade (1938)
Fachada de la iglesia betlem ítica (1938)
d Typical vault Bóvedas típicas
156
BELEN
a Ruin of church from east Ruinas de la iglesia desde el este
b Northweast com er of nave Esquina noroeste de la nave mayor
c Church and monastery from the west Iglesia y convento desde el oeste
RECOLECCION
157
'* * 1
b Northwest córner of first cloister Esquina noroeste del primer claustro
c Interior of sacristy Interior de la sacristía
RECOLECCION
159
a Lantern over central stairs Linterna encima de la escalera central
b Northeast córner of second cloister (1934) Esquina noreste del segundo claustro (1934)
d Plaster decoration of refectory ceiling Ataurique del techo del refectorio
e Cornice of sanctuary Cornisa del presbiterio
100
f View of nave from sacristy roof Vista de la nave desde el techo de la sacristía
RECOLECCION
b Southwest com er of first cloister Esquina sudoeste del primer claustro
a Kitchen Cocina
c Second cloister from roof of sacristy Claustro segundo desde el techo de la sacristía
d South corridor of second cloister Corredor meridional del segundo claustro
e T op of spiral stairs to sacristy roof Parte superior de escalera en caracol al techo de la sacristía
RECOLECCION
161
a W est fa^ade of Escuela de Cristo Church Fachada occidental de la Escuela de Cristo
b Door to monastery Puerta al convento c E stípite pilaster Pilastra estípite
d Cloister (1934) Claustro (1934)
162
SAN FELIPE NERI
(ESCUELA DE CRISTO)
a Monastery (1934) before reconstruction Convento (1934) antes de la reconstrucción
Church from Santa Clara tower Iglesia desde la torre de Santa Clara
Interior of dome over Crossing Interior de la cúpula sobre el crucero d Cloister in 1934 Claustro (1934)
SAN FELIPE NERI
(ESCUELA DE CRISTO)
a Franciscan church in Ciudad Vieja Iglesia franciscana en Ciudad Vieja
c Detail of south facade of Santa Clara in Antigua Detalle de la fachada meridional de Santa Clara en la Antigua
164
b Detail of estípite pilasters Detalle de las pilastras estípites
d Estípite pilasters of west wall of Santa Clara Pilastras estípites del muro occidental de Santa Clara
ESTIPITES
La Concepción Convent entrance Portada del convento de la Concepción
VI CONVENTS
CONVENTOS
LA CONCEPCION
LA CONCEPCION
For more than fifty years the City of Santiago was without a religious house for women. Bishop Marroquín had recognized the need and willed properties for a nunnery in 1563,1 but it was not until February 1, 1578 that an abbess and three nuns arrived from México to found the convent of La Inmaculada Concepción de María.2 The evidence of this institution’s importance to the community is apparent from its rapid growth. By the end of March 1585 there were more than thirty professed nuns in residence.3 Dowries were large among the new nuns because most of these women carne from the leading families of the colony. Eventually the convent occupied a site of more than two square blocks, a space comparable to that of San Francisco Mon astery, and its church was one of the richest in the City of Santiago. Since no limit was set on the num ber of nuns at the time of its foundation, there were great variations over the nearly two centuries of its history. There may have been as many as one hundred and ninety at one time.4 A statement dated December 9, 1729 says that one hundred and three nuns, one hundred and forty wards, seven hundred servants and twelve charity workers were housed in the convent, and adds that there were twenty-two running fountains in the cloisters and patios.5 However, in 1740 there were only two novices and seventy-nine nuns.6 T he buildings of the convent were almost completely destroyed in 1717, and the nuns were forced to live in thatched huts for a considerable time.7 It is probable that the decline in numbers was a direct result and that, with the completion of other convenís, the original interest in this con vent was never regained. However, the church was repaired, and portions of the remaining ruins in dícate that it was still an important religious house in 1773( 185). There are insufficient ruins to give an adequate idea of the plan of the establishment at the period of its greatest expansión. But the plan of the church ( 182 ) is an indication of the size and im-
Durante más de cincuenta años, la ciudad de Santiago no tuvo monasterio de monjas. El obispo Marroquín se había dado cuenta de esta falta y en su testamento había dejado unos bienes para este propósito, en 1563.1 Pero no fue sino hasta el primero de febrero de 1578 que llegaron una abadesa y tres monjas de México para fundar el monasterio de la Inmaculada Concepción de María.2 Su crecimiento rápido muestra la impor tancia de este establecimiento para la ciudad. Para fines de marzo de 1585 había más de treinta monjas profesas que vivían en él.3 Las nuevas profesas traían dotes grandes, pues la mayor parte de ellas eran de las familias principales de la colonia. Con el tiempo, el convento ocupó un sitio de más de dos manzanas cuadradas, una área comparable a la del convento de San Fran cisco, y su iglesia estaba entre las más ricas de la ciudad de Santiago. Puesto que no se limitó el número de monjas cuando se fundó, éste varió bastante durante su historia de casi dos siglos. Es posible que en una época haya habido hasta ciento noventa.4 Una declaración fechada el 9 de diciembre de 1729, afirma que había ciento tres monjas, ciento cuarenta pupilas, setecientas criadas y doce beatas profesas domiciliadas en el convento, y añade que había en los claustros y patios vein tidós fuentes “corrientes.”5 Sin embargo, en 1740 no había más que dos novicias y setenta y nueve monjas.® Se arruinaron casi por completo los edificios del convento en 1717, y las monjas se vieron forzadas a vivir en ranchos de paja por bastante tiempo.7 Es probable que la disminución del número de religiosas se debió a eso y a que al completarse otros conventos, el interés original en éste nunca se recobró. De todos modos, se reparó la iglesia, y las partes que quedan arruinadas indican que todavía era una casa de religiosas importante en 1773(185). No quedan bastantes ruinas para proporcionar nos una idea adecuada del plano del estableci miento en el período de su mayor desarrollo. Pero el plano del templo ( 182 ) indica el tamaño y la
182-189
182-189
165
CONVENTS
portance of the convent. T he church, as seen from the Street, (183 a) is massive and almost devoid of any ornamentation or architectural interest except for the belfries at the west end of the choir (183 b). The large, single nave parallels the Street in the typical fashion of convent churches with two large doors opening to the Street. T he nuns’ choir occupied about one-third of the temple and was two stories high. Another indication of the size of the convent may be noted in the num ber of confessionals serving the nunnery. It is reported that some of the finest altars and art of the city adorned this church. In spite of the ruinous condition of the convent as a whole there is one area that is surprisingly well preserved. This is the unique cloister within a cloister supposedly built for the daughter of a wealthy citizen who was also a judge of the Royal Court. Juana de Maldonado y Paz, beautiful and talented poetess and musician, was a controversial figure until her death at the age of forty in 16S8. W ith the wealth of her father she was able to build and retire into an extensive house of her own with in the convent grounds ( 188 ). This unit furnishes a clear picture of the manner in which this professed nun lived. There were spacious rooms around a private cloister, a prívate chapel, and a sumptuous bath which had its own hot water supply ( 189 ), a laundry, kitchen and servants’ quarters, all suggesting comfort, refinement and even luxury ( 187 ).
SANTA CATALINA MARTIR 190
T he second convent to be founded in Santiago was granted the necessary permission in 1609.8 On the 27th of December of that year four nuns of Concepción took possession of a house which was given them in order to establish a convent of Santa Catalina (Catarina) Virgen y M ártir.9 Located on a site later taken over by the Agustinians, the house proved to be unadaptable to the needs of the nuns, and a few years later the bishop sought a better location for them.10 T heir benefactor was Alonso de Cuéllar who gave them a house and property in the block just south of Merced Monastery with a considerable frontage on the Street leading to the Royal Plaza. T he house was adequate for their immediate needs and was rapidly readied for their occupancy on May 10, 16IB.11 In the ensuing years both the convent and the church were developed with great fervor. By 1631 the num ber of nuns had increased to fifty-two12 Although the convent was physically small in size, its cloister was described as being of well-built masonry with columns having capitals and bases of carved stone. T he smallest of the conventual churches in 166
importancia de este convento. La iglesia, vista desde la calle (183 a), es maciza y casi sin ornamen tación o interés arquitectónico, con excepción de los campanarios al extremo occidental del coro (183 b). Su única nave es grande y paralela a la calle en la manera típica de los templos conven tuales de órdenes femeninas, con dos puertas gran des que se abren a la calle. El coro de las monjas llenaba la tercera parte, más o menos, de la iglesia y era de dos pisos. Se puede notar otro indicio del tamaño del convento en el número de confesio narios que poseía. Se dice que algunos de los altares más espléndidos y unas de las mejores obras de arte de la ciudad adornaban esta iglesia. A pesar de la condición ruinosa de la totalidad del convento, hay una parte que sorprende por estar bastante bien conservada. Es ésta un singular claustro dentro de otro, construido según se dice, para la hija de un vecino acaudalado que desempe ñaba el cargo de oidor de la Real Audiencia. Juana de Maldonado y Paz, hermosa poetisa y músico de gran talento, fue una persona que originó polé micas hasta su muerte, en 1638, a la edad de cuarenta años. Con la riqueza de su padre, pudo construir una casa amplia ( 188 ) dentro del con vento y vivir en ella. Esta unidad da una vista clara de la manera de vivir de una monja profesa. Había habitaciones capaces, alrededor de un claus tro particular, una capilla, y un baño suntuoso que tenía su propio depósito de agua caliente ( 189 ), lavandería, cocina y cuartos para las criadas, sugi riendo todos la comodidad, el refinamiento y aun el lujo ( 187 ).
SANTA CATALINA MARTIR 190
En 1609, se concedió el permiso necesario para la fundación del segundo convento de monjas en Santiago.8 El día 27 de diciembre de aquel año se les dio a cuatro monjas de la Concepción, posesión de una casa donada a ellas para establecer un con vento de Santa Catalina Virgen y Mártir.9 Situado en un solar adquirido más tarde por los agustinos, resultó ser inadaptable a las necesidades de las monjas, y unos años más tarde les buscó el obispo mejor sitio.10 Fue su bienhechor Alonso de Cuéllar, quien les dio una casa y un sitio en la manzana inmediatamente al sur del convento de la Merced, que tenía un frente considerable sobre la calle que conducía a la Plaza Real. Era adecuada la casa para sus necesidades inmediatas, y se alistó rápida mente para que la pudieran ocupar el 10 de mayo de 161S.11 En los años siguientes el convento y el templo se desarrollaron con gran entusiasmo. Para 1631, el número de monjas se había aumentado a cin cuenta y dos.12 Aunque el convento era de redu-
CONVENTOS
Santiago was begun in 1626 wben Francisco Her nández de Fuentes contracted to do the work.13 It is evident that this construction was faulty, or inadequately completed, since it required rebuilding in 1631. T he church which stands in ruin to day was begun under the direction of Cristóbal de Salazar with funds bequeathed by Alonso de Cuéllar. The funds were exhausted before the church was completed, however, and when Salazar died he bequeathed sufficient money to carry on the work. The church was finally dedicated on September 15, 1647.14 The plan followed a common arrangement found in convent churches where the long dimensión parallels the Street. Two doors in the east wall provided public access to the single nave, the main altar was at the north end, and at the south end there was a screened choir for the nuns. The church is described as having six side altars with sculptures of considerable merit. Today only the walls of the church remain standing, and the interior is filled with debris. There is little that is recognizable from the descriptions of early writers beyond the fact that the facade is high and plain, and one of the two doors has a royal Spanish coat of arms that is delicately carved ( 190 ). There are no indications of two bell towers ñor of twistcd columns on the facade. If these features existed on the original facade, it is possible that they might have been removed after the earthquake of 1717 when both the church and the convent suffered some damage. During the second half of the seventecnth century there were numerous requests from the abbcss for space to expand.15 The convent was Iimited by private properties to the south and adjacent streets, and the num ber of nuns was incrcasing. In 1683 the municipality had refused a request to cióse the Street to the south for an extensión in that dircction.10 But on August 21. 1693 permission was granted to build an arched bridge over the Street to provide access to an orchard and garden on the east.17 This was accomplished at the period when membership of the convent was near its hcight. In 1697 it is reported that there were one hundred and ten nuns and six novices.1R After the damage of the 1717 earthquake was repaired, the number of nuns declined to less than fifty in 1740.in The arch of Santa Catalina sustained damage in 1773 but did not fall. It was repaired in the mid dle of the nineteenth century and still spans the Street20 (190 a). T he cloisters of the nunnery are now so completely rebuilt for school and residential use that it is very difficult to positively identify any pre-1773 construction, or to be sure of the gen eral form of the plan. One can only surmise that the several courtyards may represent those of the colonial period in size and position.
cido tamaño materialmente, su claustro se des cribió como de manipostería, bien construido, con columnas que tenían capiteles y basas de piedra tallada. La más pequeña de las iglesias conventuales de Santiago se empezó en 1626, cuando Francisco Hernández de Fuentes contrató la obra.13 Es evi dente que esta fábrica era defectuosa o inadecua damente terminada, puesto que necesitaba recons truirse en 1631. La iglesia que permanece en ruinas hoy se inició bajo la dirección de Cristóbal de Salazar, albacea de Alonso de Cuéllar, con fondos dejados por éste. Se agotó este caudal antes de terminar el templo, sin embargo, y cuando falleció Salazar, dejó bastante dinero para conti nuar la obra. Por fin se dedicó la iglesia el 15 de septiembre de 1647.14 El plano siguió la distribu ción encontrada comúnmente en iglesias conven tuales femeninas, donde la dimensión más larga queda paralela a la calle. Dos puertas en el muro oriental daban acceso al público a la única nave; el altar mayor estaba al extremo septentrional, y en la extremidad meridional, se hallaba un coro con reja para las monjas. Se ha escrito que tenía el templo seis altares laterales con imágenes de considerable mérito. Hoy sólo quedan en pie los muros de la iglesia, y está lleno el interior de escombros. Hay poco de las descripciones de los autores de otros tiempos que se pueda reconocer, excepto el hecho de que era alta y sencilla la fachada, y que una de las dos puertas tiene un escudo de las armas reales de España, delicadamente tallado ( 190 ). No hay indicios de dos espadañas o campanarios ni de columnas salomónicas en la portada. Si existían estos elementos en la fachada primitiva, es posible que fueran destruidos después de los terremotos de 1717, cuando el templo y el convento sufrieron algún daño. Durante la segunda mitad del siglo XVII, la abadesa solicitó sitio para ensanchar el convento varias veces.15 El solar original estaba limitado por casas particulares al norte y calles contiguas, y el número de monjas se aumentaba continuamente. En 1683, el Ayuntamiento había rehusado una solicitud para cerrar la calle al sur para permitir una ampliación en esa dirección.16 Pero el 21 de agosto de 1693 les concedieron licencia para cons truir un puente arqueado sobre la calle, para darles acceso a una huerta y unos jardines al este.17 ■ Se hizo esto en el tiempo en que el convento alcan zaba su mayor número de profesas. Se informó que en 1697, tenía ciento diez monjas y seis novicias.18 Después de la reparación de los daños causados por los terremotos de 1717, el número de monjas bajó; y en 1740, había menos de cincuenta.19 El arco de Santa Catalina sufrió daños en 1773 pero no se cayó. Se reparó a mediados del siglo XIX y todavía se extiende de un lado a otro de la 167
CONVENTS
SANTA TERESA DE JESUS 191-192
For many years the people of Santiago had wanted a convent of the Barefoot Carmelites.21 Teresa de Jesús of Avila, Spain, had made a great impact on that country during the second half of the sixteenth century, and Santa Teresa convent had already been founded in Lima, Perú. On June 22, 1675 the Ring gave his permission for the Carmelite foundation in Santiago which was to be known as Santa Teresa de Jesús.22 Three nuns of the order who were brought from Lima arrived in Santiago on May 25, 1677.23 They were lodged in the Convent of Santa Catalina M ártir until their new house was ready on September 29th of that year.24 In addition to funds raised locally for the construction and endowment, a very considerable sum was given to this convent by a Lima philanthropist and his wife.25 The formal church of the convent was begun on August 17, 168320 and, following its completion, a week-long festival of inauguration began on April 12, 1687.27 José de Porres, the renowned archi tect of the new Cathedral, was also responsible for this church, and it is a very creditable example of his abilities. T he plan is not typical of convent churches. It has greater width and less length than most. The principal public entrance was from an atrium at the west ( 191 a). There was another large door centrally located on the south wall of the church which may have opened to an orchard or garden, but which quite possibly served as a secondary entrance. A similar side door exists at the church of El Calvario. Both the fa^ade (191-2) and the interior of the church show the same architectural forms that Porres had recently used at the Cathedral (58-60) even though the proportions and scale of the two churches are very different. There are the same coupled Doric columns on the lower level of the fa^ade with superimposed niches between them. The upper story has Ionic columns, but not the numerous niches of the Cathedral. M inor details of the niches, the broken entablature, triangular and broken pediments and decorative motifs, show the same guiding hand in both the Cathedral and Santa Teresa, and quite possibly the craftsmanship of the same masons. The construction of the vaulted interior follows the precedent of the Cathedral (61-62), and there is a striking resemblance in the capitals of the heavy pilasters supporting the vault arches (192 c). Unlike its predecessors in Antigua, the church of Santa Teresa has more resemblance to a parish church than one belonging to a convent. This is suggested both in the plan and the fa^ade. A par dal explanation for this may be the fact that Santa Teresa was limited to eighteen nuns and three
168
calle (190 a).20 Ya se han reconstruido tan comple tamente los claustros, para utilizarlos como colegio y viviendas, que es sumamente difícil identificar plenamente cualquier construcción de antes de 1773, o estar cierto de la forma general del plano. Sólo se puede suponer que los varios patios repre senten, posiblemente, los del período colonial en tamaño y en colocación. SANTA TERESA DE JESUS 191-192
Desde hacía muchos años los vecinos de Santiago deseaban tener un monasterio de monjas carmeli tas descalzas.21 Teresa de Jesús, en Avila, España, había impresionado muchísimo a su patria durante la segunda mitad del siglo XVI, y ya se había fundado un convento de su Orden en Lima, Perú. El 22 de junio de 1675, el rey dio licencia para la fundación carmelita en Santiago, la cual había de conocerse como el convento de Santa Teresa de Jesús.22 Trajeron de Lima a tres religiosas de la Orden, quienes llegaron a Santiago el 25 de mayo de 1677.23 Las alojaron en el convento de Santa Catalina M ártir hasta que estuvo lista su nueva casa, el 29 de septiembre de aquel año.24 Un filán tropo de Lima y su señora habían añadido una suma muy considerable a los fondos dados en Santiago, para la construcción y dotación de esta Orden.25 Se inició el trabajo de la iglesia formal de Santa Teresa el 17 de agosto de 1683,26 y una vez termi nada la obra, hubo una fiesta de ocho días que empezó el 12 de abril de 1687 para celebrar su inauguración.27 José de Porres, el renombrado arquitecto de la nueva catedral, se encargó tam bién de esta iglesia, y es un ejemplo muy apreciable de sus habilidades. El plano no es típico de las iglesias conventuales. Es más ancha y menos larga que la mayoría. Su entrada principal para el público se abría hacia un atrio al oeste (191 a). Había otra puerta grande colocada centralmente en el muro meridional del templo que, tal vez, se abría a una huerta o jardín, pero que muy posible mente también servía como entrada secundaria. Una puerta lateral parecida existe en la iglesia de El Calvario. La fachada (191-2) lo mismo que el interior de la iglesia, muestra las mismas formas arquitectó nicas que había usado Porres un poco antes en la catedral (58-60), aun cuando las proporciones y la escala de las dos iglesias son muy distintas. Se ven las mismas columnas pareadas de orden dórico en el cuerpo inferior de la fachada, con nichos super puestos entre ellas. El cuerpo superior tiene co lumnas jónicas, pero no tiene las hornacinas nu merosas de la catedral. Los detalles menores de los
novices.28 The modest upper choir over the main entrance was reached from a large second floor room which was distinguished by a barrel vault. The grille separating the lower nuns’ choir from the sanctuary was immediately north of the main altar. This arrangement was repeated in the nearby Capuchin Church ( 205 ) nearly half a century later. The existing ruin indicates that there were only four side altars. The small number of nuns, however, did not restrict them to an overly modest convent. This was built entirely of masonry around a cloister two stories in height throughout, and was ampie in every respect. The arcades of the cloister were low, and the columns heavy in proportion. There were adjacent gardens. Both the convent and the church were severely damaged by the earthquake of 1717. In 1740, according to a document in the National Archives,2” temporary shelters were constructed for the nuns in the orchard while the convent was restored to its former condition. The vaults of the church were destroyed in 1773, and again the convent suffered damage, but the building that was repaired in 1740 is still in use more than two centuries later—as a municipal prison. SANTA CLARA 193-201
Preparations for Santiago’s fourth convent began during the last decade of the seventeenth cen tury. Royal approval for a convent to be founded under the rules of San Francisco was granted in 1693.30 A house at the east end of the Plaza of San Pedro Apóstol was bequeathed with an endowment for the use of the Clarisas, and citizens were generous in their donations.31 The house was made ready for temporary use as a convent, and a small church was built.32 Six nuns arrived from Puebla de los Angeles, México, in December of 1699,33 and were the guests of Concepción Convent until they were ceremoniously installed in their own quarters the 14th of January 1700.3+ Until 1703 the nuns had the necessary religious departments in their house, and they were carefully cloistered even though their building was not of the regular convent plan, according to Vázquez. They were successful in obtaining substantial alms, and on February 15, 1703 construction started on a convent building of rough stone and mortar. T he building was two-storied and formed three sides of the cloister. T he lower story had the inner sacristy, refectory, kitchen, work room and other departments, and the second floor had the novitiate and cells for forty-six nuns. There were infirmaries on both levels. This was finished in two years and re
CONVENTOS
nichos, el entablamento roto, los frontones trian gulares y rotos, y los motivos decorativos, muestran la misma mano directora en la catedral y en Santa Teresa, y muy posiblemente la artesanía de los mismos albañiles. La construcción del interior abovedado sigue el ejemplo de la catedral (61-62), y hay una semejanza notable en los capiteles de las gruesas pilastras que sostienen los arcos en que las bóvedas descansan (192 c). Distinto de sus antecesores en la Antigua, el templo de Santa Teresa se asemeja más a una iglesia parroquial que a una de un convento feme nino. Queda esto sugerido en el plano y en la fachada. Posiblemente esto puede explicarse en parte, por el hecho de que Santa Teresa fue limi tado a dieciocho monjas y tres novicias.28 Se en traba al modesto coro alto, por encima de la en trada principal, desde una sala grande del piso alto, la cual fue diferenciada por una bóveda de medio cañón. La reja que separaba el coro bajo del presbiterio estaba inmediatamente al norte del altar mayor. Se repitió esta distribución casi medio siglo más tarde en la cercana iglesia de las Capu chinas ( 205 ). Indica la ruina actual que no había más que cuatro altares laterales. Sin embargo, el pequeño número de monjas no les limitaba a un convento muy modesto. Este fue edificado enteramente de calicanto alrededor de un claustro de dos pisos por todos sus lados, amplio en todos sus aspectos. Las arcadas del claustro eran bajas, y las columnas pesadas en su proporción. Había jardines adyacentes. Los terremotos de 1717 causaron muchos per juicios en el convento y en la iglesia. En 1740, según un documento del Archivo Nacional,29 se construyeron albergues provisionales en la huerta para las monjas, mientras se reconstruía el con vento. En 1773 se destruyeron las bóvedas de la iglesia, y otra vez sufrió deterioro el convento, pero el edificio que se reparó en 1740 sirve todavía—poco más de dos siglos después—como cárcel municipal. SANTA CLARA 193-201
Durante el último decenio del siglo XVII se iniciaron los preparativos para la fundación del cuarto monasterio de religiosas en Santiago. En 1693, se concedió la licencia real para la fundación de un convento bajo la regla de San Francisco.30 Se les legó una casa al extremo oriental de la Plaza de San Pedro Apóstol y un donativo para el uso de las clarisas. Los vecinos dieron limosnas gene rosas.31 Se alistó la casa para servir provisional mente de monasterio, y se construyó una iglesia pequeña.32
CONVENTS
mained unchanged until 1716.35 Juarros also wrote that this first convent was completed in two years.30 Certainly the extensive convent building which stands in ruin today could never have been built in this short period of time. Therefore, when it is recorded that the church and convent building suffered severe damage it must be granted that both were structures which were replaced by new construction after 1717. An interesting archive document, dated May 22, 1734, concerning an inspection of the convent by Diego de Porres and Antonio Gálvez shows that the building was incomplete on that date. Some of the enclosing walls were not finished, and there were only thirteen cells for nuns upstairs, although there were three stairways leading to these and the infirmary and novitiate. Downstairs there were ten rooms serving as sacristy, room for convalescents, prison for demented nuns, refectory, kitchen, stair halls and passages to interior patios. It was stated that the main walls enclosing the cloister should be completed as planned and that additional new space was needed in order that rooms around the main cloister might be better used for departments which were currently lacking.37 The formal church of Santa Clara stands at the end of San Pedro Plaza where it is said that the first house of the nuns was located. Perhaps this large, new temple was planned before 1717, but authentic records are lacking that would verify this. There is a document which states that in 1723 the Church of Santa Clara was being worked on.38 T he inauguration, however, did not take place until the llth of August 1734.39 This long delay was explained in a letter to the King before 1732 asking for assistance, and stating that because of the 1717 earthquakes the Order was without a church and had only half of its former income.40 T he eventual completion a few years later was accomplished through the generosity of the Cap tain General.41 T he church of Santa Clara, like that of Santa Catalina is oriented with the altar to the north and had two public entrances on the west lateral wall. T he Street wall has a massive and almost forbidding appearance. Even the decorated entrances ( 193 ) do not overcome this effect. T he exterior of the church is faced with a veneer of cut stone which is marked off by false m ortar joints. The same technique was used on the City Hall and a few other buildings of the eighteenth century. Beneath this veneer the usual massive walls of masonry construction—rubble, brick and mortar—were used. Since Diego de Porres was associated with the City Hall and believed to be the architect of the Escuela de Cristo, where this stone veneer was also employed, there is a supposition that he might have been the architect of Santa Clara Church as well. 170
En diciembre de 1699, llegaron de Puebla de los Angeles, en México, seis monjas33 quienes fueron huéspedes del convento de la Concepción, hasta que se las instaló con toda ceremonia en su propia morada, el 14 de enero de 1700.34 Hasta 1703, tenían las monjas las oficinas necesarias en su casa y bien guardada clausura, aun cuando no era su edificio de la forma conventual acostumbrada, según Vázquez. Tuvieron éxito en obtener limos nas cuantiosas, y el 15 de febrero de 1703, se inició la construcción de un convento de calicanto. Era el edificio de dos pisos y configuraba tres lados del claustro. En el piso bajo estaban la sacristía interior, el refectorio, la cocina, sala de labor y otras oficinas, y el piso alto tenía el noviciado y celdas para cuarenta y seis religiosas. Existían en fermerías en ambos pisos. Se terminó en dos años y quedó sin cambio hasta 1716.35 Juarros también escribió que se concluyó este primer convento en dos años.36 Es verdad que el gran convento que se ve en ruinas hoy, nunca se habría podido edificar en tan poco tiempo. Por eso, cuando se encuentra apuntado que el templo y el convento sufrieron daños severos, hay que asentir que los dos eran edificios que fueron re emplazados por nuevas construcciones, después de 1717. Un documento archivado de mucho interés, fechado el 22 de mayo de 1734, tocante a una inspección del convento por Diego de Porres y Antonio Gálvez, muestra que estaba incompleta la fábrica en esa fecha. No estaban terminados algunos de los muros que la cercaban, y no había más que trece celdas para monjas en el piso alto, aunque había tres escaleras que daban acceso a éstas, a la enfermería y al noviciado. En el piso bajo, se hallaban diez salas que servían de sacristía, sala para convalecientes, cárcel para monjas de mentes, refectorio, cocina, tres piezas para las es caleras, y ante tránsito que salía a patios interiores y a la cocina. Se relataba que los muros que en cerraban el claustro, debieron terminarse según se proyectaba y que se necesitaba espacio adicional para poder servirse mejor de las salas alrededor del claustro principal, para oficinas que les faltaban entonces.37 La iglesia definitiva de Santa Clara estaba al extremo de la Plaza de San Pedro, donde, según se dice, se encontraba la primera casa de estas religiosas. Quizá se delineó esta nueva iglesia grande antes de 1717, pero faltan documentos auténticos que lo verifiquen. Hay uno, sin em bargo, que declara que en 1723 se trabajaba en el templo de Santa Clara.38 No obstante, no se es trenó hasta el 11 de agosto de 1734.39 Esta tardanza larga fue explicada en una carta al rey, antes de 1732, rogándole ayuda, y diciendo que a causa de los terremotos de 1717, estaba sin templo la Orden y no tenía más que la mitad de las rentas que antes
CONVENTOS
T he single nave is lengthened to the south by a large two-storied choir for the nuns. It has been pointed out that the door in the south fa^ade of the church was sealed by masonry after the church was completed and a screen added to make a lower choir. T his is easily verified by inspection, and it is possible that this was done to correct an error of design as a docum ent in M éxico states.42 There was no real need for the south doorway, and a lower choir opposite the main altar was normal in convent churches. If the lower choir was a change made after 1734, it improved the functional arrangement. T he same docum ent enumerated vari ous other faults of planning which were evident to the Clarisas, but in its entirety the plan of this convent and its church indicates a unity and a quality which are outstanding. It is apparent that it was an institution designed as a whole and not one which grew by accretion. T h e circulation for the various religious functions is well-planned, and there is a particularly interesting arrangement of confessionals built into the inner church walls. T he sacristy and sanctnary are both large, and crypts were built beneath them as well as under the nave and choir. In addition to the main altar there were four side altars. T h e entire church and choir were covered with the low circular vaults common to this arca. T he rich decoration of the south faqade (194-5) is in sharp contrast to the severity of the one facing the plaza; moreover, it is almost entirely hidden from public view. T his fa A causa de su ignorancia, la gente no obtuvo la licencia del rey antes de empezar la construcción. No fue sino hasta el 11 de diciembre de 1742 que fue hecha una petición por el Ayuntamiento.76 Debido a que esas personas no habían cumplido con la ley, mandó su Majestad, el 2 de junio de 1744, que se clausurara la iglesia y que se multara al fiscal que dictaminó sobre el asunto.77 El 26 de enero de 1745 se envió al rey otra solicitud que
219
CHURCHES AND HERMITAGES
story and the window Lo the choir are accented by the heavy, horizontally-banded pilasters similar to those on the gate of El Calvario and Santa Rosa Church ( 242 ). Still a third form of pilaster, fluted, breaks up the plain base of the bell towers. T he extensión of these towers beyond the actual fa^ade (258 a) contributes to the generally low appearance of the church. T he single nave is very well lighted and has more architectural merit than the fa Faltaban algunos muebles, y todavía existían agujeros, promontorios de tierra y suciedad alrededor de los edificios, en el patio y los jardines a causa de la construcción, según 1111 informe de la época. Por fin, el 9 de junio de 1686, se nombró a un rector distinguido,1'1y el 18 de junio de 1687, el Papa Inocencio XI confirmó la erección de la Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Guatemala y le dio los mismos derechos y privi legios que gozaban las universidades ya estableci das en México y Lima17 y las mismas libertades o derechos que la Universidad de Salamanca, en España. Así, había pasado más de un siglo de esfuerzos para establecer universidad en Santiago. Después de 1686 hubo sesenta y cinco años de tranquilidad relativa. Los terremotos de 1751 interrumpieron este largo período de desarrollo, destruyendo el edificio de la Universidad. 1NPuesto que parte de la estructura se construyó antes de 1622, es posible que ya se encontrara debilitada a causa de movimientos sísmicos anteriores y el deterioro natural causado por los años. Siguió la Universidad en condiciones difíciles por unos años, pero luego se formularon planes para su reconstrucción. En 1758, el rector del Seminario de la Asunción (Colegio Tridentino), que justamente concluía un edificio nuevo muy bueno en la manzana al sur de la catedral, ofreció unas casas y sitio en la parte noreste de la misma manzana como lugar para la nueva fábrica de la universidad.1” Las autoridades universitarias acordaron aceptar este sitio20 y pro siguieron con la obtención de otras casas para tener suficiente espacio.21 283
SCHOOLS OF SANTIAGO
T h e rooms of the university are built around a single large patio (291-92). T h e exterior expresses its heavy construction in spite of decorative motifs in the upper portion and between the large octa gonal windows. Because of their form the windows themselves are decorative and typical of eighteenth century Santiago. T h e m onum ental doorway was altered, or reconstructed, in 1832 23 (291 d). Otherwise the two Street farades apparently rem ain as they were in 1773. T h e same cornice and finials were used inside. T h e building was not seriously damaged by the July 1773 earthquake and only slightly more so in those of Decem ber of that same year.
W hen one enters the building the richness of the arcades is immediately apparent ( 293 ). The Moorish (Mudéjar) influence is evident, but one is surprised to note that in the details the resemblance is slight. It is strictly a revival of character and not an importation of forms and motifs. There is less variation in the details than in many other buildings of the city, and yet this patio has a vibrant quality which is enhanced by the interest ing m ultilinear arches on all four sides. Although not an exact duplication of those of Tridentino Seminary, which is next door, these arches are very similar (300 a). Between the arches the pilasters are terminated by a ‘cushion’ effect of horizontal divisions (294 c). Another variation of these pilasters frames the escutcheons in the pediments above the cornice (294 b). Even though this motif has been categorized by some as an invention of Ramírez, it is also found in very similar forms on Santa Rosa, Santa Ana, San José el Viejo and the gate of Calvario which were supposedly built before the time when Ramírez was master architect. The same can be said of the m ultilinear arches because the form is used in the head of the main doorway of Santa Ana Church. Both Tridentino and the University arches are lined underneath by the same shape and num ber of grooves. There is likewise the same cornice and parapet in both schools, which indicates either the same guiding hand of the designer or the influence of one upon the other. Below the cornice of the university there is a frieze with regularly spaced triglyphs which subtract from the Mudéjar character. T he large room at the west side of the patio, which was the chapel or assembly, is a spacious room with good light from windows high in the west wall. The south end of the room is covered with a vault and cupola ( 292 ) ( 295 ). There are altar recesses on two sides and a door leading to what was a small sacristy on the east side. This large room, according to descriptions, was otherwise covered with an artesonado ceiling and tile roof. For a half century after the abandonment of Santiago, this university chapel served as the sa grario or central parish church of Antigua,24 and
284
Se desocupó el área, y se terminó el nuevo edifi cio hacia el 4 de junio de 1763.22 Aunque hubo un plano de la Universidad hecho por Luis Diez Navarro en 1763, los detalles y la construcción del nuevo edificio tienen mucho del carácter del Seminario Tridentino, que se acabó en 1759, y que se atribuye a José Manuel Ramírez. Parece haber alguna duda tocante al verdadero arquitecto de la Universidad, pero no cabe duda que Diez Navarro influyó en ella. Las aulas de la Universidad están construidas alrededor de su único patio grande (291-92).En el exterior se aprecia su construcción fuerte a pesar de los motivos decorativos de la parte superior y entre las grandes ventanas octagonales. A causa de su forma, las ventanas mismas son decorativas y típicas del Santiago del siglo XVIII. La portada monumental fue alterada o reconstruida en 1832 (291 d),23 aunque por otra parte los dos paramentos que dan a las calles subsisten como estaban en 1773. Las mismas cornisas y remates se usaron den tro del edificio. La fábrica no fue seriamente daña da por los terremotos de julio de 1773 y sólo un poco más por los de diciembre de aquel mismo año. Cuando se entra en el edificio la riqueza de las arcadas es visible inmediatamente ( 293 ). La in fluencia mudéjar es evidente, pero sorprende notar que en los detalles hay muy poca semejanza con dicha decoración. Es estrictamente un restableci miento de carácter y no una importación de formas y motivos. Hay menos variedad en los detalles que en muchos otros edificios de la ciudad, y sin em bargo, tiene este patio una vibrante calidad que es acrecentada por los interesantes arcos mixtilíneos en los cuatro lados del patio. Aunque no son una duplicación exacta de los del Seminario T ridentino, que está contiguo, son muy pare cidos (300 a). Entre cada arco, las pilastras son rematadas por pilastrillas almohadilladas (294c). Otra variante de estas pilastras flanquea los escu dos de armas en los frontones por encima de la cornisa (294 b). Aunque algunas personas han atri buido este motivo a Ramírez, creyéndolo inven ción suya, se encuentra también en forma muy semejante en Santa Rosa, Santa Ana, San José el Viejo y la portada de El Calvario que, se supone, fueron construidos antes de ser Ramírez Maestro Mayor de Arquitectura. Se puede decir lo mismo de los arcos mixtilíneos, por haberse usado igual forma en la parte superior de la entrada principal de Santa Ana y en la casa Popenoe. Los arcos del Tridentino, lo mismo que los de la Universidad, son estriados en el intradós con ranuras de igual forma y número. Se hallan también la misma cornisa y parapeto en ambos edificios, lo cual in dica o la mano del mismo diseñador o la influencia del arquitecto del primero en el segundo. Debajo de la cornisa en la Universidad, hay un friso con triglifos espaciados regularmente que atenúa el
LA UNIVERSIDAD Y LOS COLEGIOS
in the twentieth century it was used as a municipal theatre.25 The sanctuary became a stage by raising the floor temporarily, and the room next to the Street served as a lobby. A door had been cut through to the Street for the church more than a century before. In recent years this former chapelassembly of the university has been used for conferences of national and international affairs. The small door to the Street was closed a few years ago restoring that part of the facade to its original appearance. The other rooms about the patio were put into use as a grammar school for smaller children in 1832 and were still being used for that purpose when most of the accompanying photographs were taken in 1934. In 1936 the Government transformed the entire building into a museum of colonial art with one room housing a small but good library. Some of the oíd shutters and doors remain. They represent the typical construction and sub división of such doors in Santiago ( 296 ). There is considerable variation, however, in the detail of the panels themselves( 297-98 ). The patio and its fountain are unchanged. The greatest Ioss in this building is the artesanado ceiling of the chapel which was not kept in repair and had to be replaced more than a century ago. TRIDENTINO SEMINARY AND SCHOOL OF THE INDIANS 299-304
In 1592 Philip II decreed that seminaries should be fotmded in all the dioceses of the New World in accordance with the rulings of the Council of T rent.2fi But, as usual, there were delays, and the Seminary of the Assumption of Our Lady, or Tridentino, was not definitely founded until January 4, 1598 with fifteen students from noble but not wealthy families. The school existed for many years on a very modest income.27 There is confusion of dates and some unccrtainty as to the place where Tridentino was first established. Pardo says that it was founded on August 24, 1597 in a house situated on the sotitheast córner of T hird Avenue and Fourth Street which was called “El Jaulón.”28 This may have been a temporary location where the preliminaries took place. Later, when he gives a 1598 date stating that it was founded in an important two story house east of “El Jaulón”,29 he may be referring to the inauguration of classes. A century later the seminary was given a house at Fourth Avenue and Fifth Street for its use.30 This was on the site where it was to erect a fine new building in the middle of the eighteenth century.
carácter mudéjar. El salón al lado occidental del patio que era la capilla o Aula mayor, es una sala amplia y bien iluminada por las ventanas en la parte superior occidental. El extremo meridional de la sala está cubierto de una cúpula ( 292 ) ( 295 ). En los dos lados hay hornacinas para altares, y en el oriental una puerta que da acceso a una pieza que era una pequeña sacristía. Por lo demás, según las descrip ciones, estaba cubierto este salón de un artesonado con techo de teja. Durante medio siglo después del abandono de Santiago, esta capilla universitaria sirvió de sagrario o parroquia central de la An tigua,24 y en el siglo XX se usó como teatro municipal.25 Se convirtió en escenario el presbi terio, alzando provisionalmente el piso, y la pieza contigua a la calle servía de vestíbulo. Se había abierto una puerta en la pared para dar acceso a la iglesia desde la calle, más de un siglo antes. En años más recientes, ha servido la antigua capilla de la Universidad para conferencias nacionales e internacionales. Hace unos años, se cerró la peque ña puerta a la calle, restaurando así a su aspecto primitivo esa parte de la fachada. Las otras piezas alrededor del patio se utilizaron como escuela primaria en 1832, y todavía se usaban para ese fin cuando se obtuvieron, en 1934, la mayoría de las fotografías incluidas aquí. En 1936 el gobierno dedicó el edificio entero a musco de arte colonial, haciendo de una sala una biblioteca pequeña pero valiosa. Existen todavía algunos de los antiguos postigos de ventanas y puertas. Representan la hechura y subdivisión típicas de tales puertas en Santiago ( 296 ). No obstante, hay una variación conside rable en los detalles de los tableros (297-98). El patio y su fuente permanecen sin cambio. La pérdida más grande de este edificio es el techo artesonado de la capilla que no se mantuvo en buen estado y que tuvieron que sustituir hace más de un siglo. EL COLEGIO SEMINARIO TRIDENTINO Y EL COLEGIO DE INDIOS 299-304
En 1592 ordenó Felipe II que se fundaran semi narios en todas las diócesis del Nuevo Mundo, de conformidad con los decretos del Concilio de Trento.26 Pero, como de costumbre, hubo demo ras, y no se creó definitivamente el Seminario de la Asunción de Nuestra Señora, o Tridentino, hasta el 4 de enero de 1598, con quince estudiantes de familias nobles pero no ricas. Subsistió el cole gio por muchos años con rentas muy modestas.27 Hay confusión de fechas y alguna incertidumbre tocante al sitio donde se estableció el Triden285
SCHOOLS OF SANTIAGO
In 1751 the Rector sent a request to the City Council for permission to incorpórate in the grounds a bend in the Street needed by the school which was about to begin construction.31 The Council granted this request. On June 3, 1758, the Rector of the seminary proposed to the Archbishop that the latter authorize him to cede gratuitously to the university the site and houses that he had bought just east of the seminary so that the new edifice for the University of San Carlos could be started.32 This approval was given by the Archbishop on August 9, 1758.33 • Several years later, the seminary building was enlarged behind the university to provide rooms for Indian students to attend Tridentino on scholarships, and the Rector also had an oratory con structed in the part south of the university opposite San Pedro Hospital.34 This provisión for Indians resulted from the royal decree of September 11, 1766, which reached Santiago in February 1767, ordering that in all seminary schools there be established a certain num ber of scholarships for the sons of Indian chieftains. The school did not have the means to carry out this decree but the Rector had the necessary rooms built at his own expense, and the royal government created twelve scholarships providing the Indian students with the same training given to the seminarians of Spanish descent.3’’ One of the Indian students would be trained annually to pass to the univer sity for further study.30 This small school was given the ñame of G uadalupe37 and was situated where there exists currently a girls’ school called “La Confederación” until recently, when it was changed to “La Educación” or “Monseñor Manuel Benítez” (302-3). Confusion exists about the School of Guadalupe, and some persons think it was a school for girls in the colonial period. T hat would have been impossible since it was a part of T ridentin o and shared certain facilities with the latter. In those days coeducation w ould not have been tolerated. T h e school for girls that now occupies the building has converted the original kitchen and refectory into a sacristy and chapel(301 E D ).T h e beautiful oíd chapel separated the two large patios (301B)
(3 04> . Seminary . L Tridentino and the School of the Indians (Guadalupe) shared one of the m onu mental structures of the city, a building which is still standing in almost perfect condition in spite of the alterations for nineteenth and twentieth century uses. The entire building occupies more than half of a city block. On its north is the Cathedral, on the west the Palace of the Captains Gen eral, and to the south the Hospital of San Pedro. T he main entrance of Tridentino is a m onu mental doorway opposite the south atrium of the Cathedral (300 c). Two great patios—of the size of
286
tino. Dice Pardo que se fundó el 24 de agosto de 1597 en una casa llamada ‘El Jaulón,’ situada en la esquina sudeste de la tercera avenida y la cuarta calle.28 Es posible que fuera ésta una localización provisional, donde se efectuaron los trámites y la organización preliminares. Más tarde, cuando Par do da la fecha de 1598, diciendo que se fundó en una casa de altos importante, al este de “El Jaulón”,29 puede ser que se refiera a la inaugura ción de las clases. Un siglo más tarde fue donada para el uso del seminario una casa en la cuarta avenida y la quinta calle.30 Estaba ésta en el solar donde había de erigirse un edificio nuevo y espléndido, a me diados del siglo XVIII. En 1751, el rector envió una petición al Ayunta miento, pidiendo licencia para incorporar en el solar un recodo que no sólo desfiguraba la calle, sino que le hacía falta al colegio que estaba para empezar a construirse.31 Accedió el Ayuntamiento. El 3 de junio de 1758 propuso el rector del Seminario al arzobispo que éste le autorizara a ceder gratuitamente a la Universidad el sitio y unas casas que acababa de comprar, inmediata mente al este del Seminario, para que se pudiera iniciar el nuevo edificio de la Universidad.32 Aprobó el arzobispo esta cesión, el 9 de agosto de 1758.33 Varios años después, se extendió el edificio del Seminario por detrás de la Universidad, para proveer habitaciones para becarios indígenas que habían de asistir al Tridentino, y también se cons truyó un oratorio en la parte sur del edificio de la Universidad y frente al Hospital de San Pedro.34 Esta ayuda a los indígenas resultó de la cédula real del 11 de septiembre de 1766, que llegó a Santiago en febrero del año siguiente, que ordenó que en todos los colegios seminarios se establecieran cierto número de becas para los hijos de caciques indíge nas. El colegio no tenía medios para cumplir esta cédula, pero a sus propias expensas el rector hizo construir las piezas necesarias, y creó el gobierno doce becas, dando a los estudiantes indígenas la misma instrucción que a los seminaristas de ascen dencia española.35 Anualmente uno de los estu diantes indígenas había de educarse para pasar a la Universidad y continuar sus estudios en ella.36 Se dio a este pequeño colegio el nombre de ‘Guada lupe’37 y estaba situado donde actualmente existe un colegio de niñas, llamado ‘La Confederación’ hasta recientemente, cuando se cambió a ‘La Educación’ o ‘Monseñor Manuel Benítez’ (302-3). Hay confusión acerca del Colegio de Guada lupe, y creen algunas personas que era para niñas en la época colonial. Eso habría sido imposible puesto que fue una sección de Tridentino y com partió ciertas facilidades con éste. En aquellos tiempos no se habría tolerado la coeducación. El colegio de niñas, que en la actualidad ocupa el
the university courtyard—are separated by a mag nificent chapel and its sacristy. Over the north wall of the latter is a small belfry (299 b). The north patio has very heavy columns, instead of piers, supporting the multilinear arches. The Marian medalions resemble those on the exterior walls of the university but are less elabórate (300 ab). The central fountain has been removed and the patio divided into two residential units. The large south patio has a very different aspect. Here the piers are heavy, almost clumsy, and support arches without adornment (303 a). It also has been divided in the past century, but a portion of the fountain, with two seated lions, is still in place (302 c). The west half of the patio and the rooms along the Street have been adapted to resi dential use. The east half and the smaller patio to the east are used, as previously stated, for a school for young girls. The east patio has the typical wood columns with stone bases and wood brackets supporting a fíat tile roof. This is one of the most coinmon forms of construction that was used in colonial Santiago, and is still in use today (302 a). The patio and the rooms around it are not small, but the scale is intimate, and the little stone fountain is suited to its setting (303 c). After the severity of the adjacent patio it is interesting to find a repetition of the medallion detail here over the doors (303 b). North of this patio is located a large refectory and a typical kitchen with its high octa gonal roof and cupola-chimney covering a large portion of the room. And beyond there is a corridor which faces a narrow light court at the rear of the university. A space of similar width separates the university and the east wall of the seminary, affording an ampie light source to both buildings. Chinchilla Aguilar credits the beauty of T ri dentino to its Rector, Juan González Batres. and José Ramírez who was for a time master of public works. There exists an unsigned plan for T riden tino dated 1759.3R The plan of the combined schools is one of the most satisfying and spacious arrangements still in existence in Antigua. It shows skill and advancement in planning that is commendable. The fact that it was designed as a complete structure rather than something that grew with additions and alterations places Tridentino Seminary in a class by itself. SCHOOL OF SAN JERONIMO 43-44
On March 15, 1726 the City Council agreed to support the request of the Mercedarians to found a school of Minor Studies.39 But it was not un til 1739 that they were ready to proceed with
LA UNIVERSIDAD V LOS COLEGIOS
edificio, ha convertido la cocina y el refectorio primitivos en sacristía y capilla(30I ED).La antigua capilla, de excelentes proporciones y hermosos detalles, se encontraba entre los dos patios grandes (301 B) ( 304 ). El Seminario Tridentino y el Colegio de Indios (Guadalupe) compartieron uno de los edificios monumentales de la ciudad, una fábrica que se mantiene todavía en pie, en estado casi perfecto, a pesar de las alteraciones que se han hecho para los usos de los siglos XIX y XX. El edificio entero ocupa más de la mitad de una manzana de la ciudad. Al norte está la catedral, al oeste el Palacio de los Capitanes Generales, y al sur está el Hospital de San Pedro. La entrada principal del Tridentino es un portal monumental enfrente del atrio meridional de la catedral (300 c). Dos patios grandes — del tamaño del patio de la Universidad — se hallan separados por una magnífica capilla y su sacristía. Sobre el muro septentrional de ésta hay una pequeña es padaña (299b). El patio al norte tiene columnas muy pesadas en vez de pilares, para sostener los arcos mixtilíneos. Los escudos marianos se aseme jan a los de los muros exteriores de la Universidad pero son menos elaborados(300 ab). Se ha quitado la fuente central, y se ha dividido el patio en dos unidades residenciales. El patio grande hacia el sur tiene otro aspecto muy distinto. Allí los pilares son pesados, casi tos cos, y sostienen arcos de medio punto y sin adorno (303 a). Se ha dividido este patio también en el siglo pasado, pero una parte de la fuente grande con dos leones sedentes queda todavía en su lugar (302 c). La mitad occidental del patio y las piezas a lo largo de la calle se han adaptado para usos residenciales. La mitad oriental y el patio más pequeño al este se utilizan como escuela de niñas, según ya se ha dicho. El patio oriental tiene las típicas columnas de madera con bases de piedra y zapatas de madera que sostienen una azotea de ladrillos cuadrados. Es ésta una de las formas de construcción más comunes que se usaban en el Santiago colonial y que todavía se emplea hoy (302 a). El patio y las habitaciones que lo rodean no son pequeños, pero la escala es íntima, y la pequeña fuente de piedra es apropiada para su ambiente (303 c). Después de la severidad del patio adyacente, es interesante en contrar una repetición aquí del detalle del me dallón, sobre las puertas (303 b). Al norte de este patio hay un refectorio grande y una cocina típica con su alta chimenea octagonal con cúpula, que cubre gran parte de esta habitación. Y más allá de ésta, hay un corredor que da a un patio angosto detrás de la Universidad, que sirve para dar luz a las piezas. Un espacio de similar anchura separa la Universidad y el muro oriental del Seminario y provee con suficiente luz a ambos edificios. 287
SCHOOLS OF SANTIAGO
sufficient funds for building such a school. The brothers of La Merced Monastery were already servicing a hermitage of San Jerónimo about two blocks west of their church and monastery. They acquired additional land behind this hermitage at the end of the Alameda of Santa Lucía, and without waiting for royal permission began work on the new school. T he School of San Jerónimo was completed by 1757.40 It was two stories high, of heavy stone con struction, and well arranged around a large patio which had a central fountain. The main entrance was on the Street leading to Recolección Monas tery (43-44). Organization of the school apparently did not proceed rapidly since there were only a few mem bers of the Order, and even fewer students, living in the building when a decree of December 6, 1761 from Charles III arrived ordering the school closed. His Majesty claimed that the original petition had been denied and that the Mercedarians had built in spite of this.41 On February 1, 1765 the King decreed that the building was to be taken over for use either as a Customs House or as barracks. T he edifice was of such solid construction and newness that it should not be demolished as the law ordinarily required.42 The usual delays ensued, and the order of closing was not carried out until either November 1767 or February 1768.43 Although the location was not convenient, the building was used as the Royal Customs House, and after stables were added it also housed a company of dragoons until 1773. This portion of the building’s history and additional details concerning it have already been included in the chapter on Government Buildings (35-36). SCHOOL OF THE MAIDENS There are no architectural remains of any of the several other schools that were founded in Santi ago in the colonial period. The only one of im portance for girls was the School of the Presentation of O ur Lady, sometimes called the School of Maidens, or ‘El Niñado.’ T he first documents for founding this school are dated April 17, 1553, December 18, 1559, July 23, 1571 and July 5,
1591 44 .
'
‘
T he rules and conditions were approved by His Majesty October 7, 1592.45 These rules were very strict and limited those to be admitted to orphan girls, daughters of nobles, descendants of conquerors, or early colonizers of oíd Christian heritage. These girls were to be under the supervisión of nuns of Concepción and live a cloistered life until oíd enough to choose between marriage or
Chinchilla Aguilar atribuye al rector Juan José González Batres y a José Manuel Ramírez, quien fue durante algún tiempo Maestro Mayor de Obras, la belleza del Tridentino. Existe un plano sin firma del T ridentino fechado 1759.38 El plano de las escuelas combinadas es una de las disposiciones más agradables y amplias exis tentes todavía en Antigua. Muestra habilidad y avance en el diseño que son dignos de mérito. El hecho de que se trazaron como una estructura completa, más bien que como algo que se aumentó con adiciones y alteraciones, sitúa al Seminario Tridentino en una categoría especial. EL COLEGIO DE SAN JERONIMO 43-44
El 15 de marzo de 1726 acordó el Ayuntamiento apoyar la petición de los mercedarios para fundar un colegio de estudios menores.39 Pero no fue sino hasta 1739 que estuvieron preparados para prose guir, habiendo obtenido bastante dinero para cons truir tal colegio. Ya tenían los religiosos del con vento de la Merced una ermita de San Jerónimo, aproximadamente dos manzanas al oeste de su templo y convento. Adquirieron más terreno de trás de esta ermita, al término de la Alameda de Santa Lucía, y sin esperar la licencia real iniciaron el trabajo del nuevo colegio. El Colegio de San Jerónimo se concluyó para 1757.40 Era de dos pisos, de construcción fuerte de piedra, y bien distribuido alrededor de un patio grande que tenía una fuente en su centro. La entrada principal estaba en la calle que conducía al convento de la Recolección (43-44). Parece que la organización del colegio no ade lantó rápidamente, puesto que sólo había unos cuantos mercedarios y aun menos estudiantes habi tando el edificio cuando llegó una cédula de Carlos III, fechada el 6 de diciembre de 1761, que mandó que se cerrara el colegio. Según su Majes tad, se había negado la petición original, y habían construido los mercedarios a pesar de ello.41 El primero de febrero de 1765, mandó el rey que se tomara posesión del edificio para servir de aduana o cuartel. Era la fábrica tan nueva y de construc ción tan sólida que no se demolió según solía exigir la ley.42 Hubo las demoras usuales, y la orden para la clausura no se llevó a cabo sino hasta noviembre de 1767 o febrero de 1768.43 Aunque no era muy adecuada la ubicación, se servía del edificio como real aduana, y después de añadirle caballerizas, también albergó una com pañía de dragones hasta 1773. Esta parte de la historia del edificio y detalles adicionales, ya se han presentado en el capítulo sobre Edificios Guberna tivos (35-36).
LA UNIVERSIDAD Y LOS COLEGIOS
becoming a nun. The orphan girls were to be educated and proteeted in this Christian atmosphere and given a dowry when leaving to marry.4fi A limited number of daughters of wealthy eitizens of the city and kingdom were to be allowed as boarders. In 1604 the City Council asked the King for financial aid.47 The original intent of the foundation with its strict rules was not followed, and gradually it became a place of deten tion where women were assigned by both the bishop and the court regardless of their background and race. This condition was protested by prominent eitizens, and in 1643 the King commanded that it be restored to its original use.4S During its long history this school-orphanagehouse of detention was located on several different sites. It seems apparent that in its various locations during the seventeenth century the school was never housed in a substantial structure. In 1635 its building was burned.40 and there are occasional records, such as needed roof repair in 1675/'" or fund distribution for work of reconstruction in 1691.’1 But factual information re mains both scant and confused. It has already been mentioned in connection with Las Capuchinas Convent that the school of El Niñado was located at some period prior to 1731 on the site now occupied by the ruin of the Capuchin Convent. Possibly the reconstruction date of 1691 noted above may be related to the acquisition of this location for the school, where it is said that there was a chapel and good housing. But about 1731 El Niñado was moved once more in order to allow the Capuchin nuns to build their convent.’2 Inform ation concerning provisions for this school after 1731 is not clear. A plan of Antigua published some years ago shows El Niñado as being located near the church of San José el Viejo.53 W herever they were housed, it is recorded that their quarters had to be rebuilt in 1751,54 and destruction again occurred in 1773, for it was re poned on December 16th of that year that the girls were lodged in a hut near the Guarda de las Animas.55 1 AGG, A 1.36.1-13.353-1967-4305 (1628) & BAGG IX, 1, 23-28 2 AGG, A 1.36.3-13.379-1972 (1577) & BAGG, VIII, 2, 227-234 3 AGG, A 1.36.1-13.357-1968 (1622) & BAGG, V lll, 2, 255-257 « BAGG, VIII, 2, 227 5 Ibid., & Pardo, Efem., p. 34 e AGG, A 1.36.1-13.355-1960 (1622) & BAGG, VIH, 2, 276-292 7 Pardo, Efem., pp. 34 & 36 8» Ibid., p. 37 Ibid., pp. 43-44 AGG, A 1.20-1-693-9186-31 (1646) & BAGG, IX, 1. 32-45 10 AGG, A 1.3.1-12.235-1882 (1676) & BAGG, IX, 1, 55-71 Pardo, Efem., p. 66 11 Molina, p. 131 12 Ibid., pp. 142-143
EL COLEGIO DE DONCELLAS No quedan restos arquitectónicos de ninguna de las otras varias escuelas que se fundaron en Santia go durante el período colonial. La única de im portancia para niñas fue el Colegio de la Presenta ción de Nuestra Señora, a veces llamado también el Colegio de Doncellas, o ‘El Niñado.’ Los pri meros documentos para la fundación de este co legio tienen fecha del 17 de abril de 1553, 18 de diciembre de 1559, 23 de julio de 1571 y 5 de julio de 1591.44 Fueron aprobadas las reglas y las condiciones por su Majestad el 7 de octubre de 1592.4’ Eran muy estrictas éstas y limitaban la admisión a huér fanas, hijas de nobles, descendientes de conquista dores o de los primeros colonizadores cuyos ante pasados fueron cristianos viejos. Tenían que estar las niñas bajo la supervisión de monjas del con vento de la Concepción y vivir en clausura hasta llegar a la edad de escoger estado (casarse o hacerse monjas). Habían de educarse y protegerse a las huérfanas en este ambiente cristiano y darles una dote si salieran para casarse.4''’ Se podía recibir como pupilas a un número limitado de hijas de vecinos adinerados de la ciudad y del reino. En 1604 el Ayuntamiento le pidió al rey ayuda eco nómica para esta institución.47 No se ciñeron al proposito original de la funda ción y a sus estrictas reglas, y poco a poco llegó a ser un lugar para recogidas, mandadas allí por el obispo y la justicia, a pesar de sus antecedentes y su raza. Algunos vecinos importantes protestaron esta costumbre, y en 1643 mandó el rey que se restableciera en su uso primitivo.48 Durante su larga historia este colegio-asilo para huérfanas y casa de recogidas estuvo situado en diversos sitios. Parece evidente que en sus varias localizaciones durante el siglo XVII, el colegio no tuvo nunca un edificio muy formal. En 1635 se incendió su sede,49 y hay relatos ocasionales, tales como sobre la necesidad de hacer reparos al techo, en 1675,50 o para distribución de fondos para la obra de reconstrucción, en 1691.51 Pero los in formes dignos de confianza son exiguos y confusos. Ya se ha mencionado al describir el Convento de las Capuchinas, que estuvo situado el Colegio de ‘El Niñado’ durante algún tiempo anteriora 1731, en el sitio ocupado en la actualidad por las ruinas del convento de Capuchinas. Posiblemente la fecha de reconstrucción de 1691, ya mencionada, se re fiere a la adquisición de este solar para el Colegio donde, según se dice, había una capilla y una buena vivienda. Pero hacia 1731 se trasladó una vez más El Niñado’ para permitir a las monjas capuchinas construir su convento.5Información tocante a la situación y arreglos en este colegio, después de 1731, no está clara. Un 289
SCHOOLS OF SANTIAGO is AGG, A 1.3.1-12.245-1885 (1680) & BAGG, IX, 2, 119-135 Pardo, Efem., p. 73 14 AGG, A 1.3.1-12.235-1882 (1676) & BAGG, IX, 1, 55-71 15 Pardo, Efem., p. 70 16 Ibid., p. 79 AGG, A 1.3.3-12.300-1889 (1686) & BAGG, X, 1, 75-91 17 AGG, A 1.3.1-12.249-1885 (1688) & BAGG, X, 1, 68-74 Pardo, Efem., p. 82 18 AGG, A 1.3-1157-45 (1763), AGG, A 1.3-21-13.161-1957 (1751) Pardo, Efem., p. 166 19 AGG, A 1.3-13.769-2003 (1760) & Pardo, Efem., p. 174 20 Pardo, Efem., p. 176 21 Ibid., p. 177 22 AGG, A 1.3.21-13.162-1957 (1764) & Pardo, Efem., p. 182 23 Pardo, Guía, p. 64 24 AGG. A 1.2-11.819-1805 (1816) & BAGG, VIII, 1, 202 25 Pardo, Guia, p. 64 26 Juarros, I, 121 & Pardo, Guia, p. 52 27 Juarros, loe. cit., k Pardo, Efem., pp. 26, 27, 109, 120 & 152, Pardo, Guia, p. 53, Metrópoli, pp. 283-284, AGG, A 1.23-1513-767 (1598) 28 Pardo, Efem., p. 25 29 Ibid., p. 152 so ibid., p. 96 31 Ibid., p. 167 32 ibid., p. 174 33 Ibid., p. 175 s t Ibid., p. 192 35 M etrópoli, pp. 284-285 36 Pardo, Efem., p. 199 37 Ibid., p. 192 38 Chinchilla A., Historia del Arte, p. 102 39 Pardo, Efem., p. 130 40 Pardo, Guia, p. 49 41 Ibid. AGG, A 1.11-2113-98 (1763-1768) & BAGG, VIII, 4, 414 ff 42 ibid. 43 Ibid., & Pardo, Efem., p. 192 44 AGG, A 1.23-1513-736 (1553) , A 1.23-1512-270 (1559) , A 1.23-1512-383 (1571) , A 1.20-9913-428-19 (1591), BAGG, VIII, 4, 395-401, Pardo, Efem., pp. 7 & 10 Pardo, Guia, p. 55 45 Juarros, I, 140 40 ibid. & AGG, A 1.20-9913-428-19 (1591) & BAGG, VIH, 4, 395-401 47 AGG, A 1.2.5-15.776-2207-148 (1604) & BAGG, VIII, 4, 401-402 48 Vázquez, IV, 379 & Pardo, Guia, pp. 56-57 49 Vázquez, op. cit. & Juarros, I, 140 50 AGG, A 1.9-51.126-5918 (1675) 51 AGG, A 1.9-31.178-4042 (1693) 52 AGG, A 1.9-1380-54 (1731) 53 Pardo, Guia, p. 54 54 Pardo, Efem., p. 166 55 Pardo, Efem., p. 205
290
plano de la Antigua publicado hace algunos años muestra a ‘El Niñado’ situado cerca del templo de San José el Viejo.53 Dondequiera que existiera, se han registrado datos en relación a que tenía que reconstruirse este colegio en 1751,54 y que hubo otra destrucción en 1773, pues se informó, el 16 de diciembre de aquel año, que estaban alojadas las niñas en un rancho cerca del Guarda de las Animas.55
c Detail of exterior decoration Detalle de la decoración exterior
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
d Main entrance (reconstructed 1832) Puerta principal (reconstruida en 1832)
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS 291
University of San Carlos Antigua Guatemala Inaug-urated 1 6 ^ 9 B u ilt I76?
Measured and D raw n b y V. L,. A NN IS Sctlc
of
P la n
a Patio from entrance
c Arch and com ice of arcades Arco y cornisa de las arcadas
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
Patio desde el zaguán
d Detail of ornament above arches Detalle de la decoración sobre los arcos
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS 293
a Patio fountain
Fuente del patio
b Central bay of west arcade Tram o central de la arquería occidental
c Papal escutcheon above west cornice Escudo pontificio sobre la cornisa occidental
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
294
d Royal escutcheon above south cornice Escudo real sobre la cornisa meridional
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS
d Interior vault at south end of assembly hall Bóveda interior en el extremo meridional del aula mayor
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
e Southeast córner of patio Esquina sudeste del patio
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS
295
Postigo de ventana y puerta 296
b Door in the northwest córner of corridor Puerta en la esquina noroeste del corredor
c Detail of door Detalle de puerta d Detail of shutter Detalle de postigo
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS 297
a Detail of panels (b) Detalle de tableros (b)
b Door of assembly hall Puerta del aula mayor
c Detail of panels (d) Detalle de tableros (d)
298
UNIVERSITY OF SAN CARLOS
d Typical interior door Puerta típica interior
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS
a View from the top of the cathedral Vista desde la parte alta de la catedral
b Belfry of the chapel Espadaña de la capilla
fe*»- ' JL. “ ■
c West wall Muro occidental
■ -
_
• ' "" 5
d Main entrance on north wall Portada principal en el muro septentrional
TRIDENTINO SEMINARY
SEMINARIO TRIDENTINO
a Arcade of north patio
Detalle de arquería o. iental
300
TRIDENTINO SEMINARY
Arquería del patio septentrional
c North fa 9 ade and m ain entrance Fachada septentrional, portada principal
SEMINARIO TRIDENTINO
í
í
E -^ -W
A
RECEPTION
B CHAPEL C SACRisry D REFECTOR1 E k i rc H t n
N
T r id e n t in o
S
e m in a r y
the
S c h o o l o f t h e in dl an s 301
c Stone lion of south patio fountain León de piedra, fuente del patio m eridional
TRIDENTINO SEMINARY
d Door of east patio Puerta del patio oriental
SEMINARIO TRIDENTINO
c East patio and fountain
TRIDENTINO SEMINARY
Patio oriental y fuente
SEMINARIO TRIDENTINO
303
b Arch supporting choir of chapel Arco que sostiene el coro de la capilla
c Pilaster detail of the chapel Detalle de una pilastra de la capilla
d Clerestory window and ceiling detail of the chapel Claraboya y detalle del techo de la capilla
304
TRIDENTINO SEMINARY
SEMINARIO TRIDENTINO
House of the Lions Casa de los leones
IX HOUSES OF ANTIGUA Many oíd houses in Antigua can be regarded as belonging to the colonial period. Some are associated with illustrious family ñames and thereby related to certain decades oí Santiago’s history. But this reference to residency in definite locations in any specific year has nothing to do with the construction date oí a house, ñor is it a guarantee that the present building existed when the individual supposedly lived there. This conclusión inust be applicd in particular to the chvellings oí distinguished individuáis or families, prior to the seventeenth century. A good example oí the fallacy oí assigning a house to an individual is to be noted in the socalled “House oí Bernal Díaz del Castillo”. This famous oíd soldier wrote his ‘ History oí the Truc Conquest oí New Spain” in his declining years in Santiago. He was a prominent citizen, and the house that he occupied probably was built in the mid-sixteenth century when he was in his prime. (Pardo quotes a document which stated that Bernal Díaz was mortally ill 011 November 14, 1583.)1 Thereíore, if his house still existed in 1773, it would have been more than two hundred years oíd and have survived major earthquak.es oí 1586, 1651, 1689, 1717 and 1751 prior to the great earthquake oí 1773. It is liard to believe that it withstood all of those calamities, and nearly two hundred years since that era, and could still remain in good condition. This designated house is not a ruin. It shows the effect of neglect and liard usage as a tenement and school, but structurally it is sound and very obviously not of the sixteenth century. Some writers even question that this is the site of the Bernal Díaz property. After eacb major earthquake the records show that extensive surveys were made of destruction and damage. After 1717 Diego de Porres reported that there were one thousand houses destroyed in the central district of the city, and those not ruined were in bad condition.2 It is said that of the six thousand buildings in Santiago in 1773 only a very few escaped damage. These were of
LAS CASAS DE HABITACION Hay muchas casas antiguas en la ciudad que pueden considerarse de la época colonial. Algunas se asocian con apellidos famosos y así pueden ser relacionadas con determinados decenios de la historia de Santiago. Pero la referencia a que cierta persona residiera en un sitio definido en un preciso año nada tiene que ver con la fecha de la construcción de una casa, ni garantiza que exis tiera la casa actual, cuando se supone haber vivi do allí ese individuo. Esta aseveración tiene que aplicarse, particularmente, a las casas de personas o familias distinguidas anterior al siglo XVII. Un buen ejemplo del error de atribuir una casa a un individuo se ve en la llamada ‘casa de Bernal Díaz del Castillo.’ Este famoso y viejo soldado escribió en Santiago, “La Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España” en su vejez. Era un vecino principal, y probablemente la casa que ocupó se construyó a mediados del siglo XVI cuando se encontraba en su mayor vigor. (Cita Pardo un documento en que se dice que estaba mortalmente enfermo el 14 de noviembre de 1583.)1 Por eso, si todavía existiera su casa en 1773 habría tenido más de doscientos años y resistido terremotos fuertes en 1586, 1651, 1689, 1717 y 1751. Es difícil creer que después de todo eso haya sobrevivido a los terremotos de 1773 y casi doscientos años más, y que quedara todavía en buen estado, pues esta casa no es ruina. Muestra los efectos del descuido y mal trato que ha recibido en años recientes como vivienda de muchas fami lias pobres y como escuela, pero su estructura es sólida, y claramente no es la casa del siglo XVI. Incluso algunos escritores dudan que sea éste el sitio de la casa de Bernal Díaz del Castillo. Los documentos muestran que después de cada terremoto considerable hubo un reconocimiento amplio de la destrucción y los daños. Después de 1717 informó Diego de Porres que se encontraban destruidas en la parte central de la ciudad mil casas y que las que no se arruinaron estaban en mal estado.2 Se dice que de las seis mil casas exis tentes en Santiago en 1773, sólo unas cuantas 305
HOUSES OF ANTIGUA
recent construction.3 No doubt many of those destroyed were poorly built, oíd or only of adobe. Damage to well-built structures could be more easily repaired even when it was serious, and it is probable that many poorer houses might have been reconstructed on original foundations, incorporating such walls as were still standing. But, as in the case of the more monumental buildings, it is scarcely logical to assume that any sixteenth century house exists in its original form, or that more than a few of the finest houses survive from the early seventeenth century. After 1775 titles to property in Santiago were exchanged for sites in New Guatemala.4 Of the residents who remained in Antigua a considerable proportion were certainly the less affluent, ladinos and Indians, who had little to gain by moving, and who could offer the least service in the tremendous task of building a new capital. Skilled workers — masons, carpenters and ironworkers — and those who could afford to rebuild on a new site must have been urged, or forced, to go to New Guatemala. Those who remained made use of the houses at their disposal in the ruined city. Until 1944 there were many “squatters” among the ruins and hundreds who were living on semiruined properties paying only token rents for one or two rooms that provided shelter. Some such properties still afford housing for families in the central part of present day Antigua. In the mid-nineteenth century when a consider able num ber of people returned to Antigua and coffee brought prosperity to the Valley, there must have been improvements made to the better preserved houses. This rehabilitation is now indistinguishable from pre-1773 construction, and this fact complicates the identification of authentic colonial dwellings unless the house has a known history. During the past thirty-odd years the author has observed and photographed the current re-birth of Antigua. During this time oíd window bases and iron grilles have been moved from ruined buildings and incorporated into others which could be rehabilitated. Some houses that only consisted of broken walls have been rebuilt and within a few years seemed to all outward appearances completely of the colonial period. In the case of the author’s own house the oíd deeds only trace the previous ownership back to the middle of the nineteenth century during which time it remained in one family. However, there is no question of its authenticity as a pre1773 house. The wall construction is typical, but that alone would not be sufficient evidence. The characteristic stone door frame indicates the eighteenth century, or earlier, but that would be inconclusive, too, since it could have been moved from an older house. T he indisputable evidence of its age is the chimney-covered kitchen ( 433 c ). This 306
escaparon sin algún daño. Estas fueron las de construcción muy reciente.3 Sin duda, muchas de las que se destruyeron estaban mal construidas, eran viejas o de adobe. Aun cuando era serio el daño, se podía reparar más fácilmente si estaban bien construidos los edificios, y es probable que muchas de las casas más pobres se reconstruyeran sobre los cimientos originales e incorporaran los muros que todavía estaban en pie. Pero lo mismo que en el caso de los edificios más monumentales, no es lógico creer que exista en su forma original ninguna casa del siglo XVI, ni que haya más que unas cuantas de las mejores casas de los primeros años del siglo XVII. Después de 1775 se cambiaron los títulos de propiedad de las casas en Santiago por sitios en la Nueva Guatemala.4 De los habitantes que se que daron en la Antigua, una proporción considerable era sin duda los menos acaudalados, ladinos e indígenas que no se mejorarían mucho trasla dándose y quienes podían ofrecer menos ayuda en la tarea enorme de fabricar una nueva capital. Trabajadores hábiles — albañiles, carpinteros y herreros — y los que tenían los medios para re construir en un sitio nuevo, habrían sido animados o forzados a ir a la Nueva Guatemala. Los que se quedaron se servían de las casas disponibles en la ciudad arruinada. Hasta 1944 había muchas per sonas intrusas que vivían entre las ruinas, y cen tenares que habitaban casas medio arruinadas don de pagaban alquileres mínimos por uno o dos cuartos que les proporcionaban abrigo. Algunas propiedades parecidas todavía proveen de vivien das a algunas familias en la parte central de la Antigua actual. A mediados del siglo XIX, cuando volvió un número considerable de personas a la Antigua, y el café trajo prosperidad al Valle de Panchoy, es probable que se hayan hecho mejoras en las casas más conservadas. Esta rehabilitación es hoy im posible de distinguirse de la construcción anterior a 1773, y este hecho complica la identificación de domicilios coloniales auténticos, a menos que sea conocida la historia de la casa. Durante más de treinta años el autor ha obser vado y fotografiado el renacimiento actual de la Antigua. En este tiempo se han quitado de edificios arruinados las antiguas repisas de piedra y rejas de hierro y las han incorporado en otros que se podían rehabilitar. Además, se han reconstruido casas que sólo consistían en muros rotos, y algunos años después su aspecto exterior parecía ser completa mente el del período colonial. Por ejemplo, las escrituras de la casa del autor sólo tienen los nombres de los antiguos dueños desde mediados del siglo XIX, y eran todos de una sola familia. Sin embargo, no se puede dudar de su autenticidad de casa anterior a 1773. Es típica la construcción de sus paredes, pero ésta por sí sola no sería suficiente prueba. El carac-
LAS CASAS DE HABITACION
could not have been moved, and certainly such chimneys were not built in Antigua after 1773. They were constructed in the early seventeenth century and as late as 1760. Therefore, the age of this house is at least two hundred years. How much older it may be is impossible to say unless documentary evidence is found. The ruined walls were stripped of plaster, the cracks of 1773 repaired and the wralls reinforced with iron. Oíd window and door openings which had been filled in at some period were reopened, and two doors which had been cut through original walls were made into windows. This renovation was carried out by masons who follow the oíd methods of stone and brick construction. The house, now usable, is to all outward appearances as colonial as it must have looked before 1773 except for its reduced size. At one time it was undoubtedly part of a much larger residence, possibly located on an eighth of a city block, with at least one more patio and gardens. In all probability other sections of the original house were even more damaged than the córner portion which the author has preserved. This is evidenced by parts of walls that are incorporated into the several houses now on the site, and the new construction of the house immediately adjacent in what could have been a large patio of the original dwelling. The typical houses which are shown in the following pages were not chosen because of their historical associations but because they represent both large and small homes which were built with reasonable certainty before 1773. Nearly all were in poor repair until after 1925. and some were in near ruin when the accompanying plans and details were drawn. Only a few can be dcfinitely, or even approximately, dated. It is possible that some have undergone alterations along with renovations during the past century. However, they illustrate to some degree the varied character of Antigua houses.
CHAMORRO HOUSE 321-331
Among the houses which completely escaped damage in 1773 was one of the few two story residences of the eighteenth century/’ Popularly called the “House of the Sirens”, because of the decorative figures on the facade (321 b), it is known to have been built by Francisco Ignacio Chamorro de Murga y Sotomayor. Completed in 1762, it is supposedly the work of Luis Diez Navarro. Because of its newness and excellent condition following the destruction of Santiago, it has received exceptional care by subsequent owners. For a number of years it served as a hotel, and it is now the property of the Guatemalan
terístico marco de piedra de la puerta principal indica una fábrica del siglo XVIII o anterior, pero no sería eso decisivo tampoco puesto que habría sido posible trasladarlo de otra casa. La prueba indiscutible de su edad es la chimenea que cubre la cocina (433 c). Habría sido imposible el traslado de ésta, y es evidente que no se construyeron tales chimeneas en la Antigua, después de 1773. Se edificaron en los primeros años del siglo XVII y hasta 1760. Por consiguiente, esta casa tiene al menos doscientos años. Es factible que sea mucho más antigua, pero sin documentos que lo prueben es imposible saber la edad exacta. Se quitó el estuco de los muros arruinados, se repararon las grietas de 1773, y se reforzaron las paredes con acero. Se reabrieron ventanas y puertas antiguas que se habían tapiado con mezcla en una época u otra, y se hicieron ventanas de dos puertas que alguien había abierto en los primitivos muros. Esta renovación la hicieron albañiles que cons truyeron con piedras y ladrillo según las antiguas costumbres. La casa, otra vez utilizable, es en su aspecto exterior, tan colonial como la habrá sido antes de 1773, con excepción de su reducido ta maño. En algún tiempo, era sin duda parte de una casa mucho más grande, posiblemente ubi cada en una octava parte de una manzana, con, por lo menos, un patio más y jardines. Probable mente otras secciones de la casa original fueron aun más dañadas que la parte de la esquina que ha conservado el autor. Esto se ve en las porciones de muros que están incorporadas en las varias casas que actualmente ocupan el sitio, y la construcción nueva de la vivienda, inmediatamente adyacente a ella, en lo que hubiera podido ser un patio grande de la morada original. Las casas típicas mostradas en las páginas que siguen no se escogieron por sus asociaciones his tóricas sino porque representan casas grandes y pequeñas que, con razonable certeza, se edificaron antes de 1773. Casi todas estaban en mala condi ción antes de 1925, y algunas casi arruinadas cuando se trazaron los planos y los detalles aquí presen tados. Se pueden fechar definitiva o aun aproxima damente sólo unas cuantas. Es posible que algunas hayan sufrido alteraciones a la vez que han sido renovadas durante el siglo pasado. No obstante, ilustran hasta cierto punto el carácer variado de las casas de la Antigua.
LA CASA DE CHAMORRO 321-331
Entre las casas que escaparon completamente a los daños de los terremotos de 1773, se encuentra una de las pocas de dos pisos del siglo XVIII.5 Conocida popularmente como la ‘Casa de las Sirenas’ a causa de las figuras decorativas de la 307
HOUSES OF ANTIGUA
Governm ent. In 1963-64 considerable renovation was carefully carried out to further insure its preservation. T h e plan of this house is particularly interesting and seems to have been dictated by the desire to keep faraily life and business together but at the same tim e preserve their independence. T w o rooms, accessible from the Street, were available for commercial use. T h e central door was a carriage entrance (326b). All of the interior doors on the patio level were framed in stone, and the doors them selves were w ithout ornam ental detail suggesting that these rooms were used for storage or other utilitarian purposes. There were quarters at the rear for servants or em ployees, w ith their own kitchen and other Service requirem ents (322)In contrast, the second floor was for family living, and all of the doors and shutters were panelled and carved ( 328-31). Corbeled balconies at either side of the patio (327 a) connected the spacious end loggias (324 c). From the east loggia double doors opened to the great drawing room which is seventy feet long ( 324a). T here was evidence that this room was divided at one time. Three double doors open to the balcony over the Street (331 d). T he most unusual feature of the house, however. is the duplication of kitchens. T h e one on the second story is entirely covered with a great chim ney and opens to a deck over the lower kitchen through which its chim ney projects (327 b). T h e latter chim ney covers only the west half of the room. Both kitchens had running water and ovens. T w o smaller patios at the rear of the house provided service areas for the kitchen and laundry. These were partially covered. From the laundry court a caracole provided a service stair not only to the second floor but to the roof deck which had a sw eeping view of the City, the entire valley and the volcanoes (327 d)T h e details of the second floor are exceptionally fine, and uniform ity is preserved throughout. T h e doors and shutters have panels of very similar carving but with m inor variations that add interest ( 329 ). Even the doors to the Street balcony m aintain this character, and in addition illustrate the com m on practice of having a shutter (postigo) w ithin the door which can be opened as a window (331 de f).T he windows around the patio have m ultilinear frames slightly more com plex than those of other houses, but this form both inside and out (331 a b c)was popular in residences. Most of these openings had iron grilles, and the shutters behind them were decoratively carved.
POPENOE HOUSE
332-347 Because of the magnificent capuchin cypress
fachada (321 b), se sabe que fue construida por Francisco Ignacio Chamorro de Murga y Sotomayor. Term inada en 1762, se supone ser obra de Luis Diez Navarro. Por ser nueva y por ser su con dición excelente después de la destrucción de Santiago, sus dueños posteriores la han cuidado excepcionalmente bien. Durante varios años servía de hotel, y es actualmente propiedad del gobierno de Guatemala. En 1963 y 1964 se han llevado a cabo, cuidadosamente, considerables renovaciones para asegurar mejor su conservación. El plano de esta casa es especialmente intere sante y parece haber sido dictado por el deseo de mantener cercanas la vida familiar y el comercio, pero a la vez conservar su independencia. Con acceso desde la calle, dos piezas estaban disponibles para el comercio. La puerta central era la entrada para carruajes (326 b). Todas las interiores del piso bajo tenían marcos de piedra, y las hojas de las puertas mismas no tenían detalles ornamentales, lo cual sugiere que estas piezas servían de bodegas u otros usos utilitarios. Probablemente había habita ciones en la parte de atrás para los criados o em pleados, con su propia cocina y otras comodidades para la servidumbre (322)En contraste, el piso alto era la morada de la familia, y todas las puertas y los postigos de las ventanas tenían tableros y estaban tallados (328-31). Balcones voladizos a ambos lados del patio (327 a) unían las amplias loggias a cada extremo del mis mo (324c). De la loggia oriental se abrían puertas dobles al gran salón que tiene unos veintiuno y medio metros de longitud (324a). Hay evidencia que en algún tiempo estuvo dividido este salón. Tres puertas dobles se abren al balcón por encima de la calle (331 d). Lo más extraordinario de la casa, sin embargo, es la duplicación de cocinas. La del segundo piso está enteramente cubierta por una gran chimenea, y se abre a una azotea por encima de la cocina del piso bajo por la cual se proyecta la chimenea de ésta (327 b). Esta chimenea no cubre más que la mitad occidental de la pieza. Las dos cocinas tenían agua corriente y hornos. Dos patios más pequeños detrás de la casa proporcionaron áreas de servicio para la cocina y los lavaderos. Estas estaban parcial mente cubiertas. Desde el patio de los lavaderos, una escalera de caracol daba acceso no sólo para la servidumbre al piso alto sino a la azotea desde la que había una amplia vista de la ciudad, del valle entero y de los volcanes ( 327 d )•
Los detalles del piso alto son especialm ente primorosos, y se conserva uniform idad en todo. Las puertas y los postigos tienen tableros de un tallado m uy parecido pero con variaciones m e nores que añaden interés ( 329 ). A un las puertas al balcón de la calle m antienen este carácter, y además ilustran la costumbre general de tener en la puerta un postigo que se puede abrir como ventana(331de f).Las ventanas alrededor del patio
which grows in the main patio, this oíd place was popularly known as the “House of the Capu chino”. But in recent years the ñame of its owner has been used not only by the thousands of visitors to Antigua but by the townspeople. It is one of the few great houses which has a known history dating back into the first half of the seventeenth century. Dr. Wilson Popenoe has been fortúnate in acquiring several oíd documents concerning the history of the house, and one shows that it was constructed prior to 1640 by Don Luis de las Infantas Mendoza who carne from Spain as a judge of the Supreme Court. Probably the house was damaged by the 1717 and 1751 earthquakes. About 1755 it was auctioned because its owners, heirs of Don Nicolás de Cárcamo and his wife, had not paid money owed to Santo Domingo monastery. Captain Diego de Guerra bought it and subsequently repaired or partially reconstructed it.8 After 1773, it was abandoned, and like the majority of houses of Antigua, it is not known who possessed it for many years. Between the last third of the nineteenth century and 1930. when Dorothy Popenoe bought it, the house had several owners. There was nothing to indicate that any important improvements or changes had been made between 1773 and 1930. It seems rcmarkable that the earthquake of 1773 did not complete the destruction of a house that had withstood carlier earthquakes. been neglectcd for many years. and which was approximately one hundred and fifty years oíd when the great earth quake of Santa Marta occurred. In spite of its ruinous State when the Popenoes took possession in 1930. a considerable number of persons were crowded into a few rooms in tenement-like conditions. The patios were filled with debris. some of the walls were badly cracked; and much of the ruin was roofless. However, the kitchen was undamaged, and the arches and doorways were still in place. Although Dorothy Popenoe died late in December 1932. restoration procccded slowly during five or six years. The work was done by a few skillcd workmen with great care. No attempt was made to enrich or change the basic architecturc. Where doors were missing or beyond repair, replacements were made with other oíd doors or by faithful reproductions. The same applied to wood grilles. Over a period of years the house became a museum of painstakingly collected furnishings and objeets of historical and artistic merit but never lost any of the character of its age or original form. T he irregular shape of the plan ( 332 ) suggests that it is not complete; that gardens and servants' quarters may have filled out the square or rec tangular site at one time. Normally all corner properties in Antigua were square, and those
LAS CASAS DE HABITACION
tienen marcos m ixtilíneos un poco más complejos que los de otras casas, pero esta forma, lo mismo en el interior como al exterior(331abc),era común en las viviendas. La mayoría de estos vanos tenían rejas de hierro, y los postigos detrás de ellas esta ban tallados de manera decorativa.
CASA POPENOE 332-347
Esta antigua casa se conocía comúnmente como la ‘casa del Capuchino,’ a causa del viejo y mag nífico ciprés de esa clase que crece en el patio principal. Pero últimamente, el nombre de su dueño ha sido usado no sólo por los miles de visitantes a la Antigua sino también por los ve cinos. Es ésta una de las pocas grandes casas cuya historia se conoce, y data de la primera mitad del siglo XVII. El Dr. Wilson Popenoe ha tenido la buena suerte de obtener varios documentos antiguos to cantes a la historia de la casa, y uno de ellos muestra que fue construida antes de 1640, por D. Luis de las Infantas y Mendoza, quien vino de España para servir como oidor de la Real Audien cia. Probablemente la casa fue dañada por los terre motos de 1717 y 1751. Hacia 1755 fue comprada en un remate que se efectuó por no haber pagado sus dueños, herederos de Don Nicolás de Cárcamo y su mujer, dinero que debían al convento de Santo Domingo. La obtuvo el Capitán Diego de Guerra, quien la reparó o la reconstruyó en parte.6 Después de 1773 fue abandonada y, como la mayo ría de las casas de la Antigua, no se sabe quién la poseyó durante muchos años. Entre el último tercio del siglo XIX y 1930, cuando la compró Dorothy Popenoe. tuvo varios dueños. Hasta esa última fecha, no hubo nada que indicara que se hubieran hecho cambios o mejoras de importancia después de 1773. Parece notable que los terremotos de 1773 no ter minaran la destrucción de una casa que había sufrido terremotos anteriores, que se había des cuidado por mucho tiempo, y que tenía más o menos ciento cincuenta años cuando tuvo lugar el gran terremoto de Santa Marta en 1773. A pesar de su estado ruinoso cuando tomaron posesión de ella los Popenoe. en 1930, vivían atestadas en unas pocas piezas un número considerable de personas en condiciones de suma pobreza. Los patios esta ban llenos de ripio, algunos muros se hallaban severamente agrietados, y gran parte de la ruina estaba sin techo. No obstante, la cocina se encon traba sin daño, y estaban todavía en su lugar los arcos y las entradas de todas las piezas. Aunque Dorothy Popenoe murió hacia fines de diciembre de 1932, prosiguió lentamente la res tauración durante cinco o seis años. El trabajo 309
HOUSES OF ANTIGUA
along the sides of blocks extended into the center. Some of the house has been allowed to remain in ruin, and walls along part of the north and west sides of the patio are still roofless. Stone was used not only to frame the entrance door (333 a) and the arch beyond it (334 a) but other doors opening to the patio. Stone likewise was employed as a base on the exterior in conjunction with the typical window bases (334 c) (337 ad). We are indebted to Casa Popenoe for establishing the fact that these architectural forms were used in the early seventeenth century. The same can be said for the window openings to the patio, a popular form that has many variations throughout Antigua (333 b) (339 b ). The kitchen is not only one of the finest examples of its kind in Antigua but could be the oldest. Several others of similar form and apparent age exist, but they lack confirming dates. Here the kitchen is divided into two rooms by a low, flat arch. The high chimney covers the smaller area. In the larger section there are two ovens built into the corners ( 346 a b ). A bath which opens olí the kitchen patio has a sunken tub closely resembling one in the so-called prívate cloister of Juana de Maldonado in Con cepción Convent — also seventeenth century (189 be). Hot water for the bath carne from a tank which could be tended from the laundry patio (347 b). Above the bath there is a dovecote, and a caracole provides access to the roof from which one has a splendid panoramic view (347 a). Back of the kitchen there is a small loggia overlooking a diminutive but beautiful garden wTith raised flower beds (347 cd) which were completely buried under mounds of debris when restoration began. T he several m ultilinear arches are supposedly original and evidently withstood repeated earthquakes. If they date from about 1640 they definitely disprove that this type of arch was introduced into Santiago when Tridentino Seminary and San Carlos University were built a century and a quarter later. T he silhouettes of the arches of the Popenoe house (334 ab)(346 cd) are almost identical with those of the university ( 293 ), two blocks down the same Street. Is it possible that Diez Navarro and his associates borrowed the design from this oíd house? T he same arch also appears in the ground floor passage to the Chamorro kitchen (327 c) which is contemporary with the university and is also attributed to Diez Navarro. Both the university and the Popenoe house have been referred to as being Moorish (Mudéjar) in character. Although Diez Navarro carne from Málaga, Spain, and the first owner of Casa Popenoe carne from Córdoba, there seems to be very little reason to attach a Mudéjar classification to these two buildings if the reason is based on the use of m ultilinear arches. They do not resemble the various types of Moorish arches of 310
fue hecho con gran cuidado por varios artesanos hábiles. No se trató de cambiar ni enriquecer la arquitectura básica. Donde faltaban puertas o se encontraban demasiado malas para poderse re parar, se sustituyeron con otras puertas antiguas o con reproducciones fielmente hechas. Lo mismo se hizo con las rejas de madera. Con los años llegó a ser la casa un museo de muebles y objetos de mérito histórico y artístico, cuidadosamente re cogidos, sin perder nunca nada del carácter de su época ni de su forma original. Sugiere la forma irregular del plano ( 332 ) que no está completa; que jardines y habitaciones para la servidumbre quizá completaran el sitio cuadra do o rectangular en alguna época. Generalmente todas las propiedades de esquina en la Antigua eran cuadradas, y las situadas a los lados de las manzanas se extendían hacia el centro. Se ha de jado en ruinas cierta parte de la casa, y algunas secciones de los muros de los lados septentrional y occidental del patio todavía están sin techo. No se usaba piedra sólo para enmarcar la en trada ( 333 a) y el arco del zaguán ( 334 a) sino para otras puertas que daban al patio. Tam bién se utilizó la piedra para hacer un zócalo en el ex terior junto con las repisas típicas de las ventanas (334 c) (337 ad).Debemos a la casa Popenoe el haber establecido el hecho de que se usaban en la primera parte del siglo X V II estas formas arquitectónicas. Se puede decir lo mismo de los vanos de las ven tanas que se abrían al patio, una forma popular que tiene muchas variantes en toda la Antigua (333 b) (339 b). La cocina es uno de los mejores ejemplares de su clase en la ciudad, y es posible que sea la más antigua. Existen otras varias de forma parecida y probable antigüedad, pero faltan las fechas para confirmarlo. En este caso la cocina está dividida en dos piezas por un arco rebajado de poca altura. La alta chimenea cubre el área más pequeña. En la parte más grande hay dos hornos construidos en los rincones ( 346 a b ). Un baño que da hacia el patio de la cocina tiene una tina más baja que el nivel del piso, que se asemeja mucho a la que se halla en el llamado claustro particular de Sor Juana de Maldonado, en el convento de Concepción, el cual es también del siglo X V II(l89bc). El agua caliente para el baño venía de un depósito que se podía atender del patio de la pila de servicio (347 b). Sobre el baño hay un palomar, y una escalera de caracol da acceso al techo de donde hay una espléndida vista panorámica (347 a). Por detrás de la cocina hay una pequeña loggia que domina un jardín di m inuto pero hermoso con arriates elevados (347 cd), que estaban completamente cubiertos por pro montorios de ripio cuando se inició la restaura ción. Se suponen ser originales los diversos arcos mixtilíneos, y evidentemente resistieron repetidos
LAS CASAS DE HABITACION
Southern Spain as much as they do those of Sala manca where a m odicum of Gothic was fused with other Spanish influences. T h e first owner of the house had studied in the University of Salamanca before achieving the doctorate in Seville. It is very probable that he had been sufficiently impressed by the unusual Salamanca arches to have had similar ones constructed in the house that he built in Santiago. Casa Popenoe rightfully deserves all the attention that it gets. It represents an early house at its best. It is situated on the Street of the N obility in a choice location, and it must have been important to the social life of the com m unity for about a century. Guatemala is indebted to Dr. W ilson Popenoe for the preservation of a splendid seventeenth century house and his generosity in sharing it with interested visitors for more than thirty years.
VASQUEZ DE CORONADO Y ULLOA HOUSE
348-350 One of the largest of the oíd houses of Antigua is located on the same Street as the Popenoe house, and one block nearer the central plaza, at the córner of what was known as University and Santa Clara Streets. T he late owners knew nothing of its colonial history and lacked the means to keep it in repair. All of the usable rooms were occupied by families who paid m ínim um rents and livcd in extrem e squalor. Many oíd doors had been sold, and those that remained were disintegrating. Such was the condition of this one-time magnificent mansión when the accompanying drawings ( 349 ) ( 418 ) were made nearly thirty years ago. T he roofs over some of the rooms had collapsed and caused their abandonm ent. Other rooms remained habitable by replacing the original tile roofs with sheets of corrugated iron. In spite of its ruinous condition, the house retained a certain dignity and indication of its former ciegant character. T he great doorway was am pie in size for the owner to enter the large patio with a carriage, and a stable for his horses opened from the passage to the kitchen patio. Corridors ten feet wide surrounded the main patio, and many of the original walls were more than a meter in thickness. But even with this sturdy construction the south and west walls were destroyed in one of the earlier earthquakes. They were never reconstructed in their original form. Instead, the broken walls were lowered to a uniform height, level with the window sills, and new walls of half-timber con struction were superimposed in line with the inner surface of the older walls ( 349 ). T his solution for post-earthquake reconsruction was
terremotos. Si datan de hacia 1640 probarían de finitivam ente que no se introdujo este tipo de arco a Santiago cuando se construyeron el Seminario T ridentino y la Universidad de San Carlos, siglo y cuarto más tarde. Las siluetas de los arcos de la casa Popenoe (334ab)(346cd) son casi idénticas con las de la Universidad ( 293 ) a dos manzanas de distancia, en la misma calle. ¿Es posible que Diez Navarro y sus compañeros hayan tomado el diseño de esta antigua casa? Este mismo arco aparece también en el pasadizo a la cocina del piso bajo de la casa de Chamorro (327 c), que es contem poránea a la Universidad y atribuida también a Diez Navarro. Se ha aludido a la Universidad y a la casa Popenoe com o de carácter mudéjar. A un que vino Luis Diez Navarro de Málaga, y el pri mer dueño de la casa Popenoe vino de Córdoba, ambas en España, parece haber muy poca razón para clasificar como mudéjar a estos dos edificios si se basa la clasificación en estos arcos m ixtilíneos. N o se asemejan a los diversos tipos de arcos moris cos del sur de España, tanto como se parecen a los de Salamanca, donde un poco de lo gótico se fun dió con otras influencias españolas. El primer dueño de la casa había estudiado en la Universidad de Salamanca antes de doctorarse en Sevilla. Es muy probable que los arcos nada usuales de Sala manca le hubieran impresionado bastante para que mandara construir unos semejantes en la casa que edificó en Santiago. Justam ente merece la casa Popenoe toda la atención que recibe. Representa una casa de la primera parte de la época colonial en su mejor aspecto. Está situada en la Calle de la Nobleza en un lugar selecto, y debió de haber sido importante en la vida de la ciudad durante casi un siglo. Guatemala le debe al Dr. W ilson Popenoe la con servación de una espléndida casa del siglo XVII y su generosidad en compartirla con visitantes in teresados por más de treinta años.
LA CASA DE VASQUEZ DE CORONADO Y ULLOA 348-350
Una de las mayores de las casas coloniales de la Antigua está situada en la misma calle que la Casa Popenoe, una manzana más cerca de la Plaza Central, en la esquina de las calles conocidas como de la Universidad y de Santa Clara. Los recientes dueños, anteriores a los actuales, no sabían nada de su historia colonial y carecían de los medios para mantenerla en buen estado. Estuvieron ocu padas todas las habitaciones utilizables por fami lias que pagaron alquileres mínimos y vivieron en extrema pobreza. Se habían vendido muchas de las antiguas puertas, y las que quedaban se estaban despedazando. Tal era la condición de esta mora da, antiguamente magnífica, cuando se hicieron 311
HOUSES OF ANTIGUA
followed by the owners of several other oíd houses in the city. T he roof line was lowered over the thinner walls, and the walls themselves plastered to cover the filler walls of brick ( 348 a c ). In this house tbc reconstruction resulted in a peculiar shifting of the corridor columns. Evidently as the interior half-timber walls were moved back, the column bases had to be moved the same distance to allow the re-use of the original ceiling joists. Naturally, there has been speculation about the date when this form of construction was first used. So far we have found no definite proof, but there seems to be a reasonable argument for believing that this type of wall was used after the 1717 earthquake. The House of the Lions has the same form of reconstruction and it is known to be an early seventeenth century building. There are also similarities between this residence and its neighbor, Casa Popenoe. There is no reason to doubt that this very oíd house on the córner of University and Santa Clara Streets is another example dating from about 1650. (It is known that Don Carlos Vásquez de Coronado y Ulloa, a judge of the Supreme Court, lived in it during the seventeenth century). T he natural supposition, therefore, is that the córner walls of these houses were wrecked in 1717 after having been weakened previously. The sections between the big windows would be the first to collapse under such circumstances. If this construction were connected with any known eighteenth century house there would be reason to question the 1717 theory, but such is not the case. Also this seems to rule out the possibility that this form of reconstruction was used only after 1773, although it remains possible that some of these houses could have been repaired in the same manner during the past century. T he oíd stone window sills and the grilles, which formerly projected beyond the outer face of the wall, were retained but moved inward to conform with the new wall line. The córner win dow seems to have had a stone base, but only a portion is visible (348 b). The rear patio is divided into two parts by a wall surmounted by low columns that may have supported a trellis for vines or some sort of decorative screen. T he open space in the Southern portion of the patio is filled with raised flower planters formally arranged around a central fountain (350 a). The large room overlooking this garden was probably for dining. At the north end of the rear patio a large loggia connected with the kitchen. W ithin this loggia there was a bath resembling the one in the Popenoe house, with a place to heat water beyond the rear wall, but here the bath did not seem to be an integral part of the plan. It appeared to be a later addition. The kitchen is divided in a different manner 312
los planos que aquí aparecen ( 349 ) ( 418 ), hace casi treinta años. Los techos de algunas piezas se habían desplomado, y éstas fueron abandonadas. Quedaban habitables otros cuartos sustituyendo los antiguos techos de teja con lámina. A pesar de su condición ruinosa guardaba la casa cierta digni dad e indicios de su anterior carácter elegante. Era amplia la gran puerta y el zaguán para que pudiera entrar el dueño en el patio principal en carruaje, y se abría del pasadizo al patio de la cocina una caballeriza para sus bestias. Corredores de más de tres metros de ancho rodeaban este patio principal, y tenían más de un metro de grosor muchos de los muros originales. Pero a pesar de esta construcción fuerte, el muro meri dional y el occidental se destruyeron durante uno de los terremotos más tempranos y nunca fueron reconstruidos en su forma original. En vez de esto, se rebajaron los muros rotos a una altura uni forme — al nivel del antepecho de las ventanas — y se sobrepusieron paredes de entramado de ma dera alineadas al paramento interior de los anti guos muros ( 349 ). Esta solución para reconstruc ciones después de los movimientos sísmicos fue usada por los dueños de algunas otras casas anti guas de la ciudad. La altura de techos fue rebajada sobre los muros más delgados, y éstos se repellaron para cubrir el relleno de ladrillo (348 ac). En esta casa resultó la reconstrucción en un desalineamiento peculiar de los pilares del corre dor. Evidentemente, cuando se movieron hacia atrás las paredes interiores de entramado de ma dera, fue necesario trasladar a la misma distancia las bases de los pilares, para perm itir usarse de nuevo las primitivas vigas de los techos. Naturalmente, ha habido duda sobre el año cuando se sirvió por primera vez de este tipo de construcción. Hasta ahora no hemos encontrado prueba definitiva, pero parece razonable creer que se utilizó esta clase de muros después de los terre motos de 1717. La Casa de los Leones tiene la misma forma de reconstrucción, y se sabe que es de la primera parte del siglo XVII. Tam bién hay semejanzas entre la casa que estamos discutiendo y su vecina, la Casa Popenoe. No hay razón para dudar que esta casa muy antigua en la esquina de las calles de la Universidad y Santa Clara, sea otro ejemplar que data de hacia 1650. (Se sabe que D. Carlos Vásquez de Coronado y Ulloa, oidor de la Real Audiencia, vivía en ella en el siglo XVII.) Por eso, es natural suponer que se destruyeran los muros de las esquinas de estas casas en 1717, des pués de haber llegado anteriormente a ser menos fuertes. Bajo tales circunstancias, las secciones entre cada una de las ventanas grandes, se desplo maron primero. Si se encontrara esta construcción en cualquiera casa conocida con certeza como del siglo XVIII, habría razón para dudar de la hipótesis de su iniciación después de los terremotos de 1717, pero
LAS CASAS DE HABITACION
than that of the Popenoe house although the same low, flat arches are used(350cd). In this instance the chimney is built over a córner of the large room instead of across the end. There were two ovens, one within the kitchen and one in the small rear patio. The stone column bases and windows facing the big patio are also similar to those of the Popenoe house and typical of Antigua houses of later periods as well. Fortunately for Antigua, and the preservation of its monuments, this interesting oíd mansión was purchased in 1964 by Sr. Fernando Pullin Valle who, appreciating its merits. began its restoration for a prívate residence. Reconstruction proceeded under the skillful and learned direction of the distinguished architect, Roberto Aycinena E., a descendant of one of Santiago’s noble citizens at the time of its destruction in 1773.
HOUSE OF THE BELLS 351-353
One of the smaller houses of Antigua that have been rehabilitated is located in the block adjacent to that of the Episcopal Palace and Cathedral. It is now called the House of the Bells. In 1934 it housed several small shops, its oíd window grilles were covered with many coats of lime whitewash. and the walls were scarred, but it had been maintained in usable condition (351 a). The house was purchased in 1936 and transformed into a showplace by the ingenuity and constant supervisión of Mildred Palmer who continúes to occupy it (351b). The interior has great charm and character. retaining its original form and at the same time having all the comforts of the twentieth century. Careful attention was given to the details of wood work and the use of decorative tile in harmony with the colonial period. A mínimum of changes were made on the exterior which has the same setback of the córner walls as the house previously discussed at Univer sity and Santa Clara Streets. The wood-grilled windows of the west wall have been preserved. A magnificent view of Agua Volcano from the patio serves as a backdrop for an interesting oíd wall fountain (439 e).
HOUSE OF THE LIONS
no se da tal caso. También, esto parece eliminar la posibilidad de que se usaba dicha forma de re construcción sólo posteriormente a 1773, aunque es posible que se hayan reparado algunas de estas casas de la misma manera durante el siglo pasado. Los antiguos antepechos de piedra y las rejas, que anteriormente salían fuera de la superficie exterior de los muros, se conservaron pero se mo vieron hacia adentro para configurar la nueva línea de los muros. Parece que tenía la ventana de esquina una repisa de piedra, pero sólo queda visible una porción de ella (348 b). El patio trasero está dividido en dos partes por un muro sobre el que se elevan columnas bajas que, posiblemente, sostenían un enrejado para en redaderas. o alguna clase de separación decora tiva. El espacio abierto en la parte meridional del patio está lleno de arriates elevados, arreglados simétricamente alrededor de una fuente central (350 a). La habitación grande que dominaba este jardín era probablemente el comedor. Al extremo norte del patio trasero, una loggia grande comuni caba con la cocina. En esta loggia se hallaba un baño parecido al de la Casa Popenoe, con un lugar en donde calentar el agua detrás del muro poste rior, pero aquí no parece ser el baño una parte integrada al plano; parece ser una adición hecha más tarde. Está dividida la cocina de una manera distinta de la Casa Popenoe, aunque se usaron los mismos arcos rebajados y de poca altura(350cd). En este caso, la chimenea está construida sobre un ángulo de esta pieza grande en vez de a todo lo ancho del fondo. Hay dos hornos, uno dentro de la cocina y el otro en el pequeño patio posterior. Las bases de piedra de los pilares y las repisas de las ventanas que dan al patio principal, son semejantes también a las de la Casa Popenoe y, además, son típicas de las casas antigüeñas de períodos posteriores. Afortunadamente para la Antigua y para la preservación de sus monumentos, esta antigua e interesante casa fue comprada en 1964 por el Sr. Fernando Pullin Valle y su señora, quienes, apreciando sus méritos, iniciaron su restauración para residencia particular. La restauración se re aliza bajo la dirección hábil y conocedora del dis tinguido arquitecto, Roberto Aycinena E., des cendiente de un vecino noble de Santiago, quien habitaba la ciudad cuando se destruyó en 1773.
354-366
LA CASA DE LAS CAMPANAS
On the Street between the Plaza and La Merced there is another large house which belongs to the sixteench century group, and compares in size with the house at the comer of University and Santa Clara Streets. Many legends and prominent ñames are connected with this residence, but even
Una de las casas pequeñas de la Antigua que se ha reformado está situada en la manzana con tigua a la del palacio episcopal y la catedral. Actualmente se llama la Casa de las Campanas. En 1934, había en ella diversas tiendas pequeñas,
351-353
313
HOUSES OF ANTIGUA
without these it would be apparent that it was. a house of im portance and built by a person of wealth. T he ñame by which it is known — H ouse of the Lions — is derived from the animal figures flanking the entrance (354 a). T h is doorway is familiar to all who know Antigua, and it has appeared am ong the illustrations of practically every magazine article or book that has m entioned this oíd city. A lthough generations of casual observers have accepted the doorway as it is, these odd-faced creatures do not appear to belong where they are, but rather it seems that they were set into the wall at some later period. In fact, the en tile doorway is a com bination of units w ithout architectural relationship, and quite possibly was assembled from various ruins. An analysis of the several motifs and their arrangement w ill substantiate this belief (394).
sus antiguas rejas de madera estaban cubiertas de varias capas de cal, y los muros estaban deteriora dos en la superficie, pero la construcción se había mantenido utilizable (351 a). Fue comprada la casa en 1936 y transformada
en vivienda que merece exhibirse, por la ingeniosi dad de la Sra. M ildred Palmer, quien aun vive en ella (351 b). El interior tiene gran encanto y carác ter, conservando su aspecto original y teniendo a la vez todas las comodidades del siglo X X . Se dio mucha atención a los detalles de trabajo en ma dera y al uso de azulejos en armonía con la época colonial. Se hizo un m ínim o de cambios en el ex terior, que tam bién tiene el mismo sistema de echar hacia atrás los muros de esquina, como la casa ya discutida en las calles de la Universidad y Santa Clara. Se han conservado las ventanas con sus rejas de madera en el muro occidental.
Una vista magnífica del Volcán de Agua sirve de fondo para un interesante búcaro antiguo (439 e).
LA CASA DE LOS LEONES 354-366
T he twisted (Salomonic) columns are no less out of place here than the lions. They are not in scale with the doorway, and serve no purpose since they are not used for support. Furthermore, the twisted columns are not in keeping with an early seventeenth century house. They did not appear on any ecclesiastical structure until after 1650, and there is no other example of their incorporation in residential design. It has been said that the doorway of Santa Catalina Convent, which was across the Street from the House of the Lions, had twisted columns. There is no indicadon of their having ever existed. However, after that institution was badly damaged in 1717, it is not impossible that such columns were removed, and that two of them could have been salvaged in the rebuilding of the wrecked fa^ade of this neighboring house. 314
En la calle que va desde la Plaza hasta La Merced, hay otra casa grande que pertenece al grupo del siglo XVI y que se compara en tamaño con la casa colonial, ya descrita, en la esquina de las calles de la Universidad y Santa Clara. Están relacionadas con esta residencia muchas leyendas y apellidos ilustres, pero aun sin éstos se vería claramente que fue una casa de importancia y construida por una persona acaudalada. Se conoce como la Casa de los Leones a causa de las figuras de estos animales que están a cada lado de la entrada (354 a). Esta portada es conocida de todos los que han estado en la Antigua y ha aparecido en las ilustraciones de casi todos los artículos en revistas o libros que han mencionado esta vieja ciudad. Aunque generaciones de obser vadores casuales han aceptado la portada como es, estas figuras de cara extraña no parecen pertenecer al lugar donde se encuentran, sino que fueron embutidas en la pared en alguna época posterior. En realidad, la portada entera es una combinación de fragmentos sin parentesco arquitectónico, los cuales muy posiblemente se recogieron en distintas ruinas. Un análisis de los diversos motivos y su distribución verificará esta opinión (394). En ese lugar las columnas salomónicas son tan ajenas como los leones. No son de la escala de la portada y no sirven para nada, puesto que no se emplean para sostener ninguna cosa. Además, las columnas salomónicas no son propias de una casa de la primera parte del siglo XVII. No aparecieron en las fábricas eclesiásticas hasta después de 1650, y no hay ejemplo de su uso en residencias. Tal vez son las que se dice existieron en Santa Catalina,
If the columns do not belong with the door, it is equally evident that the lions do not. The same can be said for the carved panels between the columns and the stone door frame. Only the lat ter is a thoroughly honest example of Antigua architecture. Such doors are typical — both decorated and plain — on scores of oíd houses throughout the city. But even this stone door frame may not be in its original proportions since there are two sections of the vertical panels built into the interior passageway (354 be) which, if fitted into place, would raise the door a couple of feet(314a).
It seems probable that the lions, as w ell as the twisted columns, were salvaged from some ruined building after one of the great earthquakes, and placed here without much taste or consideration for design. However, it is interesting to speculate what this doorway m ight have been if it originally was higher. and if these details were truly intended to be a part of a m onum ental doorway. By adding the displaced panels — now in the passage — to the vertical frame of the door, the lintel would be above the tops of the twisted colum ns instead of below them. T h e stone carved lions could then be placed on top of the colum ns (their width is right) and be rampant against the lintel and a baroque pedim ent (314 b). T his would make a sensible com position, but such a doorway would seem overly elabórate for a mansión of this early period, regardless of its size. However, ad ditional height would be in harmony with the original heavy walls. T he House of the Lions, as can be seen in the plan ( 355 ), is another exam ple of a pre-1717 residence where the córner walls were destroyed by earthquake and rebuilt with half-timber con struction. It is interesting to note that it was the southwest córner of both this and the previously described house that suffered such damage. And in both, the failure of these walls only occurred be tween the large, grilled windows. In the recon struction the windows ( 356 ) were moved back in the same manner. T w o windows on the main facade were replaced by doors to provide Street access to shops. "Filis change must have been made in this century since the doors, F and G on the plan, were moved from the patio corridor but do not show extrem e weathering in their present exposed position (363 ab)(361 ab). T he plan of the House of the Lions is not distinguished by any unusual features. It has the typical arrangement around a large patio and heavy walls throughout. On the south side of the patio a portion of the wall has been reinforced by increasing its thickness on the corridor side. T he most distinguished contribution of this house to our study of domestic architecture in Antigua is found in the many doors and shutters which were preserved. U ntil recent years there were nine pairs of such doors and three pairs of
LAS CASAS DE HABITACION
que está enfrente. Si no armonizan las columnas con la puerta, es igualm ente claro que tampoco lo hacen los leones. Se puede decir lo mismo de los tableros tallados entre las columnas y el marco de piedra de la puerta. Sólo éste es un ejemplar en teramente legítim o de la arquitectura antigüeña. Tales portadas son típicas —adornadas o lisas —en veintenas de casas antiguas en toda la ciudad. Pero es posible que aun este marco de piedra de la puerta no sea de sus proporciones originales, pues to que hay dos secciones de tableros verticales em butidas en el zaguán(354be) las cuales, si fueran puestas en su lugar, alzarían la puerta poco más de m edio metro (314 a )• Parece probable que las columnas salomónicas y los leones se hayan sacado de algún edificio arruinado después de alguno de los grandes terre motos, y puestos allí sin mucho gusto ni considera ción al diseño. Sin embargo, es interesante es pecular cómo hubiera sido esta portada si original m ente fuera más alta y si verdaderamente hubieran sido hechos estos detalles para formar parte de una portada m onum ental. Añadiendo los tableros que están fuera de lugar — ahora en el zaguán — a las jambas de la puerta, quedaría el dintel por encima de las columnas salomónicas en vez de debajo de ellas. Se podrían colocar los leones tallados en piedra por encima de las columnas (son del ancho correcto) y quedarían rampantes a cada extrem o del dintel y un frontón barroco (314 b). Esto sería una com posición razonable, pero parecería muy adornada para una mansión de este período de cualquier tamaño que fuera. N o obstante, la al tura adicional se vería armoniosa respecto de los prim itivos y pesados muros. La Casa de los Leones, como se puede ver en el plano ( 355 ), es otro ejemplar de una residencia anterior a 1717, en donde fueron destruidos los muros de la esquina por un terremoto y recons truidos con entramado. Es interesante notar que fue la esquina sudoeste de la casa previamente des crita, y de ésta, las que sufrieron tal destrucción. En ambas, la ruptura de estos muros sólo ocurrió entre las grandes ventanas enrejadas. En la reconstrucción, se movieron hacia atrás las ven tanas ( 356 ) de la misma manera. Dos de ellas en la fachada principal, fueron sustituidas por puertas para dar acceso desde la calle a las tiendas. Se ha debido de hacer tal cambio en este siglo puesto que las puertas, F y G en el plano, se trasladaron del corredor del patio pero no muestran señales de exposición a la intemperie en su localización actual (363 ab)(361 ab). El plano de la Casa de los Leones no se dis tingue por ningún rasgo extraordinario. T iene la distribución típica, alrededor de un patio grande, y muros pesados en toda la casa. Al lado sur del patio una parte del muro se ha reforzado, aumen tando su espesor en el lado del corredor. La contribución más distinguida de esta casa a 315
HOUSES OF ANTIGUA
shutters, and among these there were very few duplications either in composition of the panels or in their detail. An equal number, or perhaps more, had disappeared more than thirty years ago; undoubtedly sold to be used elsewhere.
T h e córner w indow (356-57) is exceptionally large, and the interior effect has been altered by the reconstruction which required m oving it back into line with the inner walls (356c). Originally there was a deep recess, and the extra wide shut ters, which are divided horizontally, w ould have opened against a splayed wall. Several of the doors are equipped with shutters (postigos) which can be opened separately(362-63). T h e broad variation of panel design is unusual, ranging from the sim ple shutter K (361 d; to the intricately carved door E ( 364 ). A lthough all of the interior doors seem ingly fit their openings, this inconsistency of design also suggests that they may have come from some other oíd buildings about a century ago.
The patio and interiors of this big residence are otherwise rather barren and obviously abused by those who have inhabited it during its long life. But a modest amount of imagination would produce a different effect. A few flowers and shrubs and a central fountain would completely change the atmosphere. For some unexplained reason this is one of the few patios which is not filled with ferns, flowers, vines, trees. colorful birds and the sound of running water.
RODIL HOUSE 367-369
Both the date of origin and the ñame of the colonial family responsible for this residence are unknown. About the middle of the current century the Rodil family sold the property to the present owners, and in recent years they have stopped further deterioration and preserved the remaining unspoiled details. Authentic restoration can be achieved since the general condition of this oíd house is good, and even those portions in ruin have walls still standing. The plan is that of a colonial mansión compar able to the House of the Lions, and in several respects it shows similarities to the large seven teenth century houses already mentioned. How ever, it does not have any definite clues, such as half-timber walls. to suggest pre-1717 construc tion. Comparison of other details is inconclusive. T he heavy walls of the main part of the house do not appear to have been reconstructed after 1773. Considered alone, this fact indicates that the house was built in the mid-eighteenth century like the Chamorro house, which occupies a por tion of the same city block. If there was earth quake damage the renovations must have been 316
nuestro estudio de la arquitectura doméstica de la Antigua se halla en las numerosas puertas y pos tigos que se han conservado. Hasta recientemente había nueve pares de tales puertas y tres pares de postigos, y entre ellos había muy pocas duplica ciones en la composición de los tableros o en sus detalles. Un número igual o posiblemente mayor, había desaparecido hace más de treinta años, ven didos sin duda para emplearse en otra parte. La ventana de esquina (356-57) es excepcional mente grande, y el efecto interior ha sido cambiado por la reconstrucción que requirió el moverla hacia atrás, para alinearla con el paramento in terior de los muros (356 c). Originalmente, había un nicho profundo, y los postigos que son de una anchura extraordinaria y están divididas horizon talmente, se abrían contra una pared construida con alféizar. Varias de las puertas tienen postigos que se pueden abrir separadamente (362-63). La variedad amplia de los diseños de los tableros es singular, difiriendo entre sí tanto como el postigo sencillo K (361 d) y la puerta inrrincadamente tallada E ( 364 ). Aunque todas las puertas interiores, al pa recer, caben en sus aberturas, esta incongruencia de diseño sugiere también que sea posible que se las haya traído de algunos otros edificios antiguos, hace aproximadamente un siglo. El patio y los interiores de esta gran residencia están, por otra parte, algo abandonados y obvia mente han abusado de ellos los que la han habi tado durante su larga vida. Pero con un poco de imaginación se podría producir un efecto distinto. Unas cuantas flores y arbustos y una fuente central cambiarían completamente el ambiente. Por al guna razón desconocida, es éste uno de los pocos patios que no están llenos de helechos, flores, en redaderas, árboles, bellos pájaros y el sonido del agua que cae en la fuente.
LA CASA DE RODIL 367-369
Son desconocidos la fecha de origen de esta casa y el apellido de la familia que la mandó construir. Hacia mediados de este siglo, la familia Rodil vendió la casa a los dueños actuales, y en años recientes ellos han puesto fin al deterioro y han conservado los detalles que no se habían arruinado. Es posible restaurarla auténticamente puesto que la condición general de esta vieja casa es buena, y aun las partes en ruinas tienen todavía en pie los muros. Este plano es de una mansión colonial com parable a la Casa de los Leones, y en varios as pectos muestra semejanza con las grandes casas del siglo XVII, ya mencionadas. No obstante, no tiene indicios definidos, tales como paredes de entra mado, que sugieran una construcción anterior a
LAS CASAS DE HABITACION
easily accomplished. Also like the Chamorro house, this one occupies a large site between córner houses. T he fa^ade, which faces north, has a rather heavy stone door frame, but it is principally distinguished by the most elaborately carved wood grilles on any of the oíd windows of A ntigua (367 b). T hese grilles are in good condition but are undoubtedly oíd. T hey have shown no further deterioration in the thirty years since the accom panying photograph was taken. However, if these grilles belonged to the original pre-1773 construction, they help to confirm the belief that this is an eighteenth century edifice.
Most of the east side of the patio is occupied by a stable. There was no corridor along this wall since it would have interfered with access by horse or carriage through the large passage at Street level (367 c). The rooms at the south side of the big patio, and most of those about the sinaller rear patio, are in ruin. The corridor and rooms 011 three sides of the main patio are raised on a platform a few feet above the Street level (367 d).
Several of the original doors are in excellent condition. T he largest pair is two meters wide and over three meters high (368 a). T he only other residential doors in Antigua which have an opening of these m onum ental proportions are those to the big drawing room of the Popenoe house, and wlien it was renovated these doors were carefully reproduced for use there. T he exterior wood grilles also served as the model for those now on the Popenoe house ( 336-37 ). T he big kitchen of the Rodil house has the appearance of greater age than any other part and might date from an earlier period. It is surmounted by a double chim ney ( 434 e ). T his type of chimney was used in m id-eighteenth as well as in the seventeenth century, however, and this appearance of age would be insufficient evidence on which to surmise any approxim ate construction date. U ntil documentary proof is found. one can only conclude that this is a m id-eighteenth century house although an earlier date is not impossible.
HOUSE ON THE PENSATIVO RIVER 370-371 A remnant of an oíd house at the east entrance to Antigua is worthy of note. It has suffered dam age by earthquake and has also been subjected to repeated floods of the Pensativo where it enters the City. T he exterior window bases, wood grilles and stone door frames are typical of A ntigua’s colonial residences (371 b). Behind its fa^ade only a few rooms of the
1717. La comparación de otros detalles tampoco
sería decisiva. Los muros fuertes de la parte principal de la casa no parecen haberse reconstruido después de 1773. Considerado por sí solo, este hecho indica que fue construida la casa a mediados del siglo X V III como la Casa de Chamorro que ocupa una parte de la misma manzana. Si hubo daños con los terremotos se habrían hecho las reparaciones fácil mente. Como la Casa de Chamorro, ocupa ésta un sitio grande entre casas de esquina. La fachada orien tada hacia el norte, tiene un marco de piedra algo pesado para la puerta, pero es notable principal m ente por las rejas de madera, más esmeradamente talladas, que cualquiera de las viejas ventanas de la A ntigua (367 b). Estas rejas están en buen estado y son indudablem ente antiguas. N o se ha mos trado deterioro adicional en los treinta años desde que se hizo la fotografía incluida aquí. N o obs tante, si pertenecían estas rejas a la construcción prim itiva, anterior a 1773, ayudan a confirmar la creencia que es éste un edificio del siglo X V III. La mayor parte del lado oriental del patio está ocupada por una caballeriza. N o había corredor a lo largo de esta pared puesto que habría estorbado el acceso para caballos o carruajes por el largo pasadizo al nivel de la calle (367 c). Las piezas al lado sur del patio grande, y la mayoría de las situadas alrededor del patio posterior más pequeño, están en ruinas. El corredor y las habitaciones en los tres lados del patio principal se elevan sobre una plataforma que se halla poco más de un metro por encim a del nivel de la calle (367 d). Varias de las puertas originales se encuentran en estado excelente. El juego más grande tiene dos metros de ancho y más de tres metros de alto (368 a). Las únicas otras puertas en residencias en la Antigua, que tienen una abertura de estas pro porciones m onum entales, son las del salón de la Casa Popenoe, y cuando se renovó, las puertas de la Casa de R odil se reprodujeron cuidadosamente para emplearlas allí. Las rejas de madera exteriores sirvieron también de m odelo para las que actual m ente están en la Casa Popenoe (336-37). La cocina grande de la Casa de Rodil tiene aspecto de mayor edad que cualquiera otra parte, y es posible que date de un período anterior al del resto de la casa. Está cubierta de una chim enea doble (434 e). Este tipo se construía a mediados del siglo X V III lo mismo que en el siglo XVII. Sin embargo, este aspecto de antigüedad sería evidencia insuficiente para determinar una fecha aproximada de su construcción. Hasta que se hallen pruebas documentadas de su antigüedad, sólo se puede inferir que sea una casa construida a mediados del siglo X V III, aunque no es im posible una fecha anterior.
317
HOUSES OF ANTIGUA
original house remain. T hese and the entrance passage open to an especially fine corridor, an indication that it was once a part of a rather splendid residence (371 a). T h e octagonal wood posts are particularly well designed, and the brackets above them equally good. Only one of the doorways on the corridor has its original pair of paneled, carved doors (371 d). T his property was purchased some years ago, and the original rooms and corridor were preserved intact by extending the new construction to the north and east. U nfortunately the oíd wall fountain (439ab)was destroyed, although it was both typical and interesting in design. It combined the utility of a hom c laundry with its decorative character.
SMALL HOUSE O N CAMPOSECO STREET
372-373 One of the very small houses which has excellent character faces a narrow Street in the vicinity of La Merced. T h e site is coinparatively narrow but of considerable depth. However, the house itself is shallow along the Street and seems to be com plete as it stands ( 372 ). T hree exceptionally fine, wood-grilled windows (415 ab) open from the one large room of the plan. T h e main entrance doors lead to the interior cor ridor and patio. A small door at the left of the larger one appears to have been a part of the original facade since it has the typical stone door frame. T his could have been a business entrance such as is com m on to many houses in present day Antigua. T h is allowed the normal family activities to be undisturbed in the patio and remainder of the house. T he opening at the right of the main door is of recent construction since it does not have a stone frame. Probably this was formerly the location of a window. T h e corridor is nicelv proportioned, and an attempt has been made to decórate the arch (373 bc)and one of the doorways with m otifs in plaster. T h e sills of the Street windows are well above the eye level of the passersby, but on the inside there are steps up to seats which allow the occupants an excellent view of outside activities ( 414 ).
HOUSE OF UNCLE NACHO 374-375
In recent years this house has been expanded and its various rooms considerably altered, but the accompanying plan and photographs were made prior to these changes. Although the prop erty showed neglect, and the roof was near col-
318
LA CASA DEL RIO PENSATIVO 370-371
Los restos de una casa vieja en la entrada orien tal de la Antigua son dignos de notarse. Ha sufrido la casa de daños causados por los terremotos y ha sido también víctima, repetidas veces, de inunda ciones del río Pensativo, en el punto donde éste entra en la ciudad. Las repisas de las ventanas exteriores, las rejas de madera y los marcos de piedra de las puertas son típicas de las residencias coloniales de la Antigua (371 b). Por detrás de su fachada quedan sólo unas cuan tas piezas de la casa original. Estas y el zaguán se abren a un corredor especialmente primoroso, que es un indicio de que en alguna época era parte de una residencia bastante espléndida (371 a). Los postes octagonales de madera son particularmente bien diseñados, y las zapatas sobre ellos son igual mente buenas. Sólo una de las entradas del corre dor tiene su par original de puertas entrepañadas y talladas (371 d). Hace unos años se compró esta casa, y se con servaron intactas las piezas y el corredor, por ex tenderse la construcción nueva al norte y al este. Desgraciadamente, el antiguo búcaro (439ab)fue destruido, a pesar de ser de diseño típico e in teresante. En él se había combinado la utilidad de un lavadero casero con su carácter decorativo.
CASA PEQUEÑA EN LA CALLE CAMPOSECO 372-373
Una de las casas muy pequeñas que es de carác ter excelente y definido da a una calle angosta en la vecindad de La Merced. El sitio es comparativa mente estrecho pero de profundidad considerable. Sin embargo, la casa misma a lo largo de la calle es de poco fondo y parece estar completa como ya se halla ( 372 ). Tres ventanas con rejas de madera excepcional mente buenas (415ab)se abren en la única sala grande que tiene el plano. Las puertas de la en trada principal conducen al corredor interior y al patio. Una puerta pequeña, a la izquierda de la más grande, parece haber sido parte de la fachada original puesto que tiene el típico marco de piedra. Es posible que haya sido ésta una entrada comer cial, tal como se ve comúnmente en muchas casas de la Antigua actual. Este arreglo permitió que se dieran, sin estorbarse, las actividades familiares normales en el patio y en el resto de la casa. La puerta a la derecha de la entrada principal es de construcción reciente, pues no tiene marco de piedra. Probablemente estaba allí, anteriormente, el sitio de una ventana. Tiene buenas proporciones el corredor, y se ha
LAS CASAS DE HABITACION
lapse thirty years ago, the walls were apparently sound, and there were no indications that any reconstruction had taken place after 1773. T his must have been one of the few houses that were reported at that tim e as having escaped serious damage. T he window bases and stone door frames are typical, and the second stone-framed door is another exam ple of com bining commerce with the home. T he private entrance gave access to the corridor and patio while the second doorway merely opened to a room used for business ( 374 ). T he rather high proportions of the facade are even more evident in the interior rooms and cor ridor, but in general they are in harmony with the heavier treatment of door and window details around the patio. T he same raised and molded frame that was cmployed on the second floor of the Chamorro house ( 329 ) is used here around the windows as well as the doors. T his repetition of detail and the further similarity of the stone base across the exterior facade suggest that these two houses might have been built by the same masons shortly before or after 1760. T he kitchen is unusually small for a house of this size, but it follows the usual structural pattern. A low arch divides the room and gives support to a chim ney that covers one portion. T he oven is built into one córner ( 375 ). T he narrow passage from the patio to a rear yard appears to have but one explanation. It was the only means by which a horse could be taken to a stable beyond the house without going through the kitchen hallway. T his arrangement continucd its usefulness until about 1944 when the owner of A ntigua’s last horsc-drawn carriagc ceased to occupy the premises.
HOUSE ON SAN SEBASTIAN STREET
376-377 T his charming house — like the one on Camposeco Street—has a narrow frontage and a site of considerable depth. But that is the only resemblance between the two. Here the house is planned to take full advantage of the depth of the lot by building along the property line on the south side and dividing the rem aining space into three patios ( 376 ). T he main entrance at the north end of the fagade permits horses. or other animals, to be taken past the m iddle patio and on to a rear yard beyond the kitchen area. T his is an unusual refinement for Antigua houses regardless of size. T he main entrance also gives a pleasant approach to the large rooms at the front of the house, and the extensive corridor affords shelter and access to all the others.
hecho un esfuerzo para adornar el arco(373bc)y una de las puertas con motivos en estuco. Las peanas de las ventanas que dan a la calle están bastante por encima de la vista de los transeúntes, pero adentro hay escalones hasta los asientos que perm iten a los moradores una visión excelente de las actividades exteriores ( 414 ).
LA CASA DEL TIO NACHO
374-375 En años recientes se ha ampliado esta casa, y se han alterado considerablemente sus varias piezas, pero el plano y las fotografías que se presentan fueron hechos antes de hacerse cambios. A unque mostraba descuido la casa, y estaba para caerse el techo hace treinta años, aparentemente eran firmes los muros, y no había indicios de haberla re construido después de 1773. Es probable que fuera ésta una de las pocas casas de que se dijo haber escapado de daños serios en el informe hecho en esa oportunidad. Son típicos los marcos de las puertas y las repisas de las ventanas, y la segunda puerta con marco de piedra es otro ejem plo de la com binación del co mercio con la vida del hogar. La entrada particular daba acceso a un corredor y a un patio, mientras que la segunda puerta sólo se abría a una pieza empleada para el comercio ( 374 ). Las propor ciones algo altas de la fachada son aun más evi dentes en las habitaciones interiores y el corredor, pero, en general, son armoniosas con el trata m iento más pesado de los detalles de las puertas y las ventanas alrededor del patio. El mismo marco, elevado y moldurado, que se usó en el piso alto de la Casa de Chamorro ( 329 ), se em pleó aquí alrededor de las ventanas y las puertas. Esta repetición de detalle y la semejanza adicional del zócalo de piedra en toda la fachada, sugieren que posiblem ente fueron construidas es tas dos casas por los mismos albañiles, poco antes o poco después de 1760. La cocina es excepcionalm ente pequeña para una casa de este tamaño, pero sigue el plan es tructural usual. Un arco rebajado divide la pieza y proporciona sostén a una chimenea que cubre una parte del cuarto. Se halla construido el horno en un rincón ( 375 ). El pasadizo a un corral trasero, parece tener una sola explicación. Fue el único modo de llevar un caballo a la caballeriza detrás de la casa, sin ir por el pasadizo de la cocina. Este arreglo siguió su utilidad hasta hacia 1944, cuando el dueño del últim o carruaje de la Antigua dejó de habitar la casa.
319
HOUSES OF ANTIGUA
A particularly interesting small patio separates the first courtyard from the kitchen area. Here there are raised flower beds formally arranged around a large fountain which in 1934 was covered with fine quality blue and w hite glazed tiles that were m olded to fit the curves of the basin. T h e fountain was strippcd of these tiles a few years later. ( 377 b ). T h e iron grilles on the fa^ade are not of the early type of wrought iron usually found on the older houses, but the stone w indow bases are typical and belong to the original structure. T h e colonial grilles were probably m oved to N ew Guatemala after 1773.
RUINS 378
In many districts of A ntigua one may find an oíd fountain or arch, a doorway, w indow, chim ney or only a few broken walls. Often these are almost hidden am ong coffee trees. But each fragm ent represents a bit of forgotten history. W hether connected with a citizen of wealth and importance or not, these architectural forms were a part of the life of a people and a city, which was abruptly changed on July 29, 1773. These m ute bits of masonry are all that remain. At one tim e this arch ( 378 ) spanned an entrance passage to what was no doubt a handsome patio. Beneath it passed all who entered the house—family, guests, tradespeople, craftsmen and servants. T h is doorway was the link between the life of the household and all the social, religious and civil life of the com m unity. T h is decorated fragment stands alone am ong coffee trees like a memorial to the unknown.
1 Pardo, Efem., p. 19 Angulo Iñiguez, Historia del Arte Hispanoamericano, III, 10 32* González Bustillo, Razón Particular, Xúms. 56-60 Pardo, Efem., p. 212
5González Bustillo, op. cit., Núm. 59 fiOfficial documents owned by Wilson Popenoe (Documentos oficiales poseídos por Wilson Popenoe)
320
LA CASA DE LA CALLE SAN SEBASTIAN
376-377 Esta casa encantadora — como la de la Calle de Camposeco —tiene una fachada angosta y un sitio de un fondo considerable. Pero es la única seme janza entre las dos. Esta casa se planeó para tomar ventaja totalm ente del fondo del solar, construyen do a lo largo de la línea m eridional de él y divi diendo el espacio que quedaba en tres patios ( 376 ). La entrada principal, al extrem o norte de la fachada, es tal que se pueden llevar caballos u otros animales, más allá del segundo patio, a un terreno trasero que está detrás del área de la co cina. Esto es un refinam iento raro para las casas de la A ntigua, sean grandes o pequeñas. La en trada principal da tam bién acceso agradable a las salas grandes de la parte delantera de la casa, y el corredor extenso proporciona abrigo y entrada a todas las demás piezas. U n pequeño patio excepcionalm ente interesan te, separa el primer patio del área de la cocina. En él se hallan arriates alzados, simétricamente arreglados alrededor de una fuente grande que, en 1934, estaba cubierta de azulejos azules y blancos de fina calidad, que se habían m odelado para aco modarse a las curvas de la parte inferior. Unos pocos años después se quitaron de la fuente estos azulejos. ( 377 b )• Las rejas de hierro de la fachada no son del tipo antiguo de hierro forjado, encontrado general m ente en las casas más viejas, pero las repisas de piedra de las ventanas son típicas y pertenecen a la fábrica original. Probablem ente se trasladaron las rejas coloniales a la N ueva Guatemala, después de 1773.
RUINAS
378 En m uchos barrios de la A ntigua se pueden en contrar una antigua fuente, un arco, portadas, ventanas, chim eneas, o sólo unos cuantos muros rotos. Muchas veces están casi escondidos entre los cafetos. Pero cada fragmento representa un pedazo de historia olvidada. Si estuvieron relacionados con un vecino principal o no, estas formas arqui tectónicas eran una parte de la vida de un pueblo y de una ciudad que cambió, repentinam ente, el 29 de ju lio de 1773. Son estos mudos fragmentos de m anipostería todo lo que queda. En una época un arco ( 378 ) se extendía sobre la entrada a lo que era sin duda un patio her moso. Bajo él pasaron todos los que entraron a la casa: la fam ilia, los huéspedes, los comerciantes, los artesanos y la servidumbre. Era esta puerta el vínculo entre la vida de la casa y toda la vida social, religiosa y civil de la ciudad. H oy este fragmento adornado se halla solo entre los cafetos, como un m onum ento a lo desconocido.
a House of the Chamorro family (1762) Casa de la familia Chamorro (1762)
b Detail of fa^ade showing “siren” decorations of plaster Detalle de la fachada que muestra las sirenas de ataurique
CASA DE CHAMORRO
321
n
N otes BECAUSE THIS HOUSE WAS BOTH A HOME AND A PLACE OF BUSINESS FOR THE MERCHANT GROUND
I M POR TE R-
WHO BUILT IT, THE
FLOOR
C ONTAINE O THE
OFFICE AND STOREROOMS, COACH ROOM,
LAUNDRY,
A ANO
THE KITCHEN OF THE SERVICE QUARTERS. ON THE SECOND FLOOR WERE
LOC ATEO
THE
GREAT
RECEPTION ROOM, THE GUEST ROOMS, AND LIVING QUARTERS WITH KITCHEN FOR THE FA MI LY . THE
CIRCULAR
STAIR
EXTEN DS TO THE ROOF-DECK P R OMENADE . THE
TILE
THE MAIN
FOUNTAIN
PATIO
IN
IS A LATER
ADOITiON. THE ORIGINAL PLAN OF THE HOUSE REMAINS U NCHANGE O
Casa C ham orro
or
CASA de
LAS SIRENAS ANTIG U A
G.
a Large drawing room, second floor Sala grande, segundo piso
b Patio, east end Patio, extremo oriental
324
CASA DE CHAMORRO
CASA DE CHAMORRO
325
a West end of patio Extremo occidental del patio
b
En trance from Street Zaguán c Stairway arch, second floor Arco de la escalera, piso alto d Stairway to second floor Escalera al segundo piso 326
CASA DE CHAMORRO
b Chimney of lower kitchen Chimenea de la cocina baja
a Detail of gallery Detalle de la galería
c Passage from patio to first floor kitchen Pasaje desde el patio a la cocina del piso bajo
d Circular stair tower to roof Caracol a la azotea
CASA DE CHAMORRO
327
Doors to Large S ala on Second Floor of the Ca s a
SC^LE
OF DOORS
de
las
A n t ig u a
S irenas
2 scale
of
d e t a il s
3
b Panel of door ‘d’ Tablero de la puerta ‘d ’
c Detail of door ‘a’ Detalle de la puerta ‘a’
d Typical door of second floor Puerta típica del piso alto
CASA DE CHAMORRO
329
B alcony Window s Ga s a d e l a s S i r e n a s A E LE VAT ION
AND
n t ig u a
SECTIQN
DETAIL OF C EN T ER
MOTIF
c Interior of window ‘b' Interior de la ventana ‘b’ b W indow on gallery Ventana de la galería Shutter detail of ‘c Detalle del postigo ‘c
f Shutter, open, ‘d ’ Postigo, abierto, ‘d ’ e Shutter, closed, ‘d’ Postigo, cerrado, ‘d’ d Door to balcony over Street Puerta al balcón sobre la calle
CASA DE CHAMORRO
331
332
Detail of fa^ade Detalle de la fachada
b South corridor of main patio Corredor meridional del patio principal
CASA POPENOE
333
a Interior detail of entrance Detalle, interior del
b Entrance passage Zaguán
c W ood grilled window and stone base Reja de madera y repisa de piedra
d Interior of window and shutter Interior de una ventana con postigo
CASA POPENOE
ZAGUAN C A SA PO PENO E ANTIGUA
335
Two
C o lo n ia l
H ouses
IN
ANTIGUA FttT
N O TE ' CHILLE THE
336
or
CORNER
CHA RA C TE R
Of
WINOOW THE
IS
A
0*16! UAL
R E PRO O UCT ION
RO DI L
IN
WINOOW.
^^ \
n
t*
i
^
-s4 ^V > m
»
'3* |Jj 3rn 'am
%$^T>
w k I
> X H
( 4 \ %