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Spanish Pages [232] Year 1976
Umberto Eco, Edmund Leach, John Lyons, Tzvetan Todorov y otros Introducción al estructuralismo Alianza Editorial
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Introducción al estructuralismo
Sección: Humanidades
Jonathan Culler, Umberto Eco, Robín Gandy, Edmund Leach, John Lyons, John Mepham y Tzvetan Todorov:
Introducción al estructuralismo Selección e introducción de David Robey
El Libro de Bolsillo Alianza Editorial Madrid
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Título original: Structuralism: An Introduction (lst. ed. 1973). (La publicación de la traducción de esta obra ha sido autorizada por The Clarendon Press, Oxford.) Traductor: Paloma Varela
© Oxford University Press, 1973 © Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1976 Calle Milán, 38; � 200 00 45 ISBN: 84-206-1619-2 Depósito legal: M. 18.424-1976 Papel fabricado por Torras Hostench, S. A. Impreso en Closas-Orcoyen, S. L. Martínez Paje 5. Madrid-29 Printed in Spain
Prefacio
Los capítulos que contiene este volumen constituye ron originalmente unas conferencias que, sobre el tema del estructuralismo, se celebraron en Wolfson College durante 1972. Algunos trabajos han sufrido diversos retoques y, en particular, las colaboraciones de Jonathan Culler y John Mepham se han compuesto especialmen te para este libro, sobre la base de un seminario que dieron juntos en esa misma ocasión ; el estudio de Tzve tan Todorov se ha publicado en otra parte en francés. El editor quiere dar las gracias calurosamente a los con sejeros, el presidente y los miembros de Wolfson Colle ge por financiar estas conferencias, a Michael Argyle por su participación en la organización de éstas, a Mrs. Beryl Schweder por su considerable ayuda administrativa como secretaria y a Mrs. Elizabeth Scaramanga y Miss Den holm-Young por el penoso trabajo de mecanografiar de nuevo algunas de las colaboraciones.
Oxford, 24 de octubre de 1972 7
DAVID RoBEY
Introducción David Robey
En lingüística, punto de partida de esta serie de conferencias, el Estructuralismo tiene formalmente su comienzo en las Theses presentadas colectivamente por los miembros del Círculo Lingüístico de Praga al Primer Congreso Internacional de Eslavistas, celebrado en Pra ga en 1 929 1. Programa radicalmente innovador para la teoría y la metodología de los estudios lingüísticos, las Theses introdujeron la noción de estructura como tér mino clave, en una polémica contra los métodos tradi cionales de la disciplina, demasiado preocupada, en opi nión de los autores, por problemas del origen lingüístico y limitada al análisis de hechos aislados. Bajo la influen cia de Saussure y del lingüista ruso Baudouin de Cour tenay, los autores de las Theses presentaban la lengua como un sistema funcional, que había de entenderse a la luz de su finalidad ( la de la comunicación). La estruc tura, en las Theses, es la estructura clel sistema, la forma en que están dispuestos para este fin los elemen tos individuales de una lengua particular en relaciones de dependencia mutua. Dado que ésta difiere de una 9
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lengua a otra, resulta que los diferentes componentes de un sistema sólo pueden comprenderse a la luz del siste ma en su totalidad y por lo tanto el objetivo primario de los estudios lingüísticos debe ser la estructura del propio sistema en vez del hecho lingüístico individual. En este sentido, es en el que el método de la lingüís tica moderna debe ser, como sugieren las Theses, es tructural; con ligeras variaciones ésta ha continuado siendo, hasta el momento, la base de la noción de lin güística estructural, al menos en Europa. Esto nos proporciona el punto de partida para una posible definición de Estructuralismo : aquel enfoque -respecto de cualquier materia- que tiene por objeto, en expresión de las Theses, las «leyes de solidaridad», las «relaciones recíprocas » de los diversos hechos bajo observación, en lugar de considerar estos hechos aisla damente. En este sentido es en el que Trubetzkoy, uno de los principales miembros del Círculo de Praga, usa el término en un artículo de 19 3 3: « La edad en que vivimos está caracterizada», escribía, «por la tendencia de todas las disciplinas científicas a reemplazar el ato mismo por el estructuralismo y el individualismo por el universalismo» 2 • Esta idea del Estructuralismo como una tendencia interdisciplinaria ---común, en opinión de Trubetzkoy, a materias tan diversas como la física, la química, la biología, la psicología y la economía- fue adoptada especialmente por Cassirer y Piaget. «El Es tructuralismo», escribía Cassirer en 1 94 5 , «no es ningún fenómeno aislado; es más bien la expresión de una ten dencia general del pensamiento que, en las últimas dé cadas, se ha hecho cada vez más sobresaliente en casi todos los campos de la investigación científica . » 3 Más recientemente y con mayor precisión, Piaget ha definido el Estructuralismo como un método de investigación basado en los conceptos de totalidad, auto-regulación y transformación, común no sólo a la antropología y a la lingüística, sino también a las matemáticas, la física, la biología, la psicología y la filosofía. 4
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Sin embargo, para evitar confusiones, es importan te distinguir este significado de Estructuralismo y otra acepción más estricta del término. El Estructuralismo en este segundo sentido representa una forma de pen samiento de carácter mucho más distintivo que, aun abarcando los principios del Estructuralismo de mi pri mera definición, deriva específicamente de las teorías estructuralistas que se han elaborado en el campo de la lingüística. Inspirada en un famoso pasaje del Cours de linguistique générale, de Saussure, y asentada en la antropología de Lévi-Strauss, esta nueva ciencia (como pretende ser ) se ha originado bajo el supuesto de que las teorías y los métodos de la lingüística estructural son directa o indirectamente aplicables al análisis de todos los aspectos de la cultura humana, en cuanto que todos ellos, como la lenguna, pueden interpretarse como sistemas de signos. El Estructuralismo en este sentido es más o menos sinónimo, como señala Jonathan Cu ller, de la semiología o semiótica, la ciencia de los sig nos, según palabras de Saussure, « au sein de la vie so ciale». Los siguientes ensayos se basan principalmente, aunque por fuerza no exclusivamente, en esta acepción del término. Es evidente que una introducción a este tema en forma de conferencias en serie tiene sus defectos, pero tenemos la esperanza de que el interés inherente � un conjunto de colaboraciones como éste compensará las inevitables deficiencias del método de exposición. En cualquier caso, los capítulos que siguen intentarán dar cuenta ampliamente de los fundamentos teóricos de la materia, así como de su alcance general. Por ello, tras la presentación por John Lyons del estructuralismo en lingüística, Jonathan Culler discutirá la cuestión gene ral de la posibilidad de aplicar los métodos lingüísticos de análisis a otros campos no lingüísticos de la inves tigación. Edmund Leach hará un esbozo de la antro pología estructural y en particular de la obra de Lévi-
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Strauss, modelo de todos los intentos posteriores de ex tender la teoría lingüística más allá de las fronteras de su propia disciplina. Umberto Eco examina algunos de los problemas implicados en la constitución de la se miótica (o semiología) como disciplina independiente v al hacerlo suscita una serie de cuestiones que atañen a la aplicación de métodos estructuralistas de análisis a los fenómenos sociales en general. Con esto completamos la exposición del tema. De jando para las publicaciones especializadas la tarea de ofrecer ejemplos adicionales de métodos estructuralis tas de análisis, pareció mejor dedicar los restantes tra bajos a una discusión general de algunas de las cuestio nes más amplias planteadas por la teoría estructuralista, así como a una ilustración de su uso en la esfera de la crítica literaria. Robín Gandy, por lo tanto , se ocupa del tema de la estructura en matemáticas, la ciencia es tructuralista (según mi primera definición ) par excellen ce, con el propósito de esclarecer el uso de este término en su aplicación a otros campos. John Mepham ataca el problema del significado del estructuralismo a la luz de la teoría general de la ciencia y en relación con la ontología de esta materia. Finalmente está el capítulo de Tzvetan Todorov sobre el análisis estructural en la literatura, ilustrado con un estudio de los cuentos de Henry James. Su contribución, y en particular las obser vaciones preliminares, requieren una lectura atenta. La teoría literaria estructuralista (según mi segunda defi nición del término) no se ocupa de la interpretación de obras individuales, sino que es una ciencia general que tiene por objeto el sistema o serie de sistemas de con venciones y procedimientos (en último análisis, signos) que constituyen los rasgos distintivos de la literatura como un todo. Así pues , el estudio de Tzvetan Todorov se ofrece como ejemplo del uso que puede hacerse de los instrumentos estructuralistas en el análisis del estilo, la técnica narrativa, las estructuras argumentales, etcé tera, por medio de una actividad interpretativa esencial mente independiente. El estructuralismo puede ser el
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marco dentro del que tiene lugar la interpretación, pero está separado de la interpretación en sí misma . Sin em bargo, la interpretación que Todorov hace de James es estructuralista en mi primer sentido del término, dado que su propósito es también presentar los cuentos de James como estructuras unificadas, a través de un exa men de las interrelaciones de los diferentes niveles de cada obra. En u n momento en el que la reedición de una re ciente obra sobre estructuralismo (en el segundo senti do ) ha sugerido que la teoría ya está superada 5, puede parecer extraño que se considere necesaria una intro ducción general al asunto. Pero, si bien la controversia sobre el tema del estructuralismo ha hecho rápidos pro gresos en los últimos años (quizá demasiado rápidos), especialmente en Francia, aún no se ha demostrado que sus principios iniciales carezcan de validez, ni tampoco merecen el desdén que, sin duda a causa de un tradi cional recelo hacia la teoría, han continuado sufriendo en este país. Por otra parte, es importante que el es tructuralismo no se considere en ningún sentido como un cuerpo de doctrina acabado. Su aparato conceptual puede muy bien estar necesitado de un considerable grado de ajuste, y ciertas cuestiones de importancia -particularmente aquellas que conciernen al rango on tológico de las estructuras y a la naturaleza exacta de la relación con la lingüística- son aún en gran medida tema de discusión, tal como lo mostrarán las siguientes colaboraciones. Así, yo propondría que el estructuralis mo se juzgara sobre la base del potencial que la fecun didad de sus métodos sugiere, ya que aparece como una forma, excepcionalmente prometedora, de considerar los fenómenos sociales y culturales y no, al menos todavía -aunque sin duda algunos de sus exponentes no esta rán de acuerdo con esto- como una teoría' difinitiva de la cultura y la sociedad.
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Para una información bibliográfica adicional remito al lector a dos obras relativamente recientes sobre es tructuralismo: The Structuralist Controversy, editada por Richard Macksey y Eugenio Donato (The Johns Hopkins Press, Baltimore, Md. , y Londres, 1 972 ) ; Structuralism: A Reader, edición e introducción d e Mi chael Lane (Jonathan Cape, Londres, 1 970) .
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Estructuralismo y lingüística John Lvons
Al preparar mi contribución al presente ciclo de con ferencias sobre estructuralismo, he dado por supuesto que habrá algunos miembros del auditorio a quienes el llamado enfoque estructural en el estudio del lenguaje les sea relativamente desconocido. Por ello me ceñiré a hacer una exposición directa de las principales tesis estructuralistas en lingüística e intentaré que mis obser vaciones sean lo más comprensibles y completas posi ble. La consecuencia inevitable de adoptar este punto de vista sobre el tema es que, la mayor parte del tiempo por lo menos, no haré más que repetir lo que para muchos oyentes son asuntos más bien trillados, ilustra dos con ejemplos todos ellos demasiado familiares. Dado que mi conferencia es la primera del ciclo, considero que una parte importante de mi labor consiste en in troducir y explicar lo más claramente que pueda una serie de conceptos generales, incluyendo la propia no ción de «estructura», alrededor de la c¡uc girndn los demás participantes al aplicarla a las diferentes disci plinas en las conferencias que siguen. 15
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Antes de pasar al tema en sí, debo hacer una adver tencia terminológica. La expresión «estructuralismo» ha adquirido dos sentidos diferentes en las actuales discu siones sobre lingüística. En uno de sus sentidos, se re fiere a los puntos de vista y a la metodología de la escuela americana de lingüística, dominante en los cua renta y cincuenta : la llamada escuela post-bloomfiel diana, que culminó en la obra de Zellig Harris, Methods in Structural Linguistica. 1 En esta escuela se formó Noam Chomsky, quien, a su debido tiempo, reacciona ría contra ella. 2 Para no entrar en detalles, podemos simplemente enumerar los cinco principios o rasgos si guientes como característicos del «estructuralismo» post bloomfieldiano : (l) se basaba en un corpus ( rechazando la distinción de tangue y parole que luego se introducirá y explicará ) ; (Il) era taxonómico o clasificatorio en lugar de explicativo ; ( lll) excluía de la lingüística pro piamente dicha el estudio del significado; ( I V) se li mitaba a la descripción de lo que ahora se entiende comúnmente por estructura superficial de la lengua; (V) intentó formular un conjunto de procedimientos de investigación inductivos para el análisis de las lenguas . No estudiaré en detalle ninguno de estos aspectos , ya que son irrelevantes para nuestro tema principal, ni tampoco entraré en si son justas o injustas las críticas que Chomsky y otros han dirigido contra el «estructu ralismo» post-bloomfieldiano . Sin embargo, lo que hay que destacar es que, cuando Chomsky y sus seguidores critican la «lingüística estructural» como defectuosa teó rica y metodológicamente, generalmente están pensando en una forma de estructuralismo limitada temporal v localmente, aunque históricamente muy importante. En el segundo sentido, más general, de «estructura lismo» -el sentido en que habitualmente se entiende el término en la lingüística europea y en la obra de los lingüistas americanos que siguieron a Boas y a Sapir, en vez de a Bloomfield- no hay ningún conflicto, al menos en principio, entre la lingüística estructural y la gramática generativa transformacional. He mencionado
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la acepción post-bloomfieldiana del término «estructura lismo» con el fin de prevenir una posible tergiversación o confusión. De ahora en adelante, nos las veremos úni camente con el sentido más general y, estoy tentado de decir, el más legítimo del término: el sentido que, su cintamente, puede caracterizarse como saussuriano, ya que, como veremos, Ferdinand de Saussure 3 es con siderado generalmente como el fundador de la lingüís tica estructural moderna. ¿ Cuál es, por lo tanto, la tesis central del estructu ralismo saussuriano en lo que a la lengua se refiere? En primer lugar, y en su aspecto más general, consiste en lo siguiente : que cada lengua está cortada por un patrón único y que las unidades que componen las lo cuciones -más exactamente, las unidades que identifi camos (o postulamos como «constructos» * teóricos ) en el análisis de las locuciones- pueden identificarse úni camente en términos de sus relaciones con otras unida des de la misma lengua. No podemos determinar de primeras lo que son estas unidades y luego, en una etapa posterior de la investigación, preguntarnos por las rela ciones estructurales que se establecen entre ellas. Las unidades lingüísticas derivan tanto su existencia como su esencia de sus interrelaciones. Cada lengua es una estructura de relación única y las unidades que identi ficamos al describir una lengua particular -sonidos, pa labras, significados, etc.- no son más que hitos en la estructura, o red, de relaciones. Me doy cuenta de que lo que acabo de decir es muy abstracto y sin duda a este nivel de abstracción o gene ralidad resulta poco comprensible. Permítanme que pon ga un ejemplo, en primer lugar, de la fonología : la in vestigación de la estructura, o configuración, de los so nidos del inglés. ¿ Cuántos sonidos hay, podemos pre guntarnos, en la palabra pit? ¿ Cuáles son y cómo están * El término «constructo» (inglés, construct), entidad cons truida por abstracción, está tomado de la traducción del p rof� sor Otero de los Aspectos de la Teoría de la Sintaxzs. d-:: N. Chomsky (Aguilar: Madrid, 1970), p. 223. [N. del T. 7
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dispuestos o combinados ? En primer lugar hay que advertir que estamos empleando el término « sonido» en este contexto para referirnos a miembros de un con junto de unidades lingüísticas que identificamos (o pos tulamos como « constructos» teóricos ) en el análisis de una lengua particular. Llamemos a estas unidades fo nemas y supongamos que se combinan en secuencia para formar las palabras de una lengua. (Hay otras mane ras de concebir y describir la estructura fonológica de las lenguas, pero no necesitamos preocuparnos aquí de es tas alternativas.) Según se pronuncia, la palabra pit con siste en una explosión continua de sonido, que el fone tista puede analizar en un número bastante grande de componentes acústicos superpuestos. Desde el pun to de vista fisiológico lo que entendemos por pronuncia ción de la palabra pit no está compuesto de una secuencia de unidades sonoras discretas. Es más, cada pronuncia ción de la palabra, considerada como un hecho físico, difiere en cierta manera de la pronunciación de la mis ma palabra por parte de hablantes diferentes o incluso en un mismo hablante de una ocasión a otra. ¿Cómo podemos, entonces, identificarla como una misma pala bra? ¿ Cuál es la identidad o la persistencia lingüística que subyace a las diversas manifestaciones físicas? El estructuralista responderá que se trata de una identidad de patrón o de estructura. Toda pronunciación acepta ble de pit se mantiene diferenciada de la de palabras como bit, fit, hit, lit, etc., gracias a una variedad de di ferencias acústicas y articulatorias al comienzo de la pro ducción del sonido en cuestión, de la de palabras como pet, pat, etc., por diferencias en la mitad de la articula ción, y de la de pick, pin, etc . , por diferencias al final de ésta. Podríamos sentir la tentación de decir (y sin duda muchas personas sin preperación lingüística creen que éste es el caso) que existe un cierto conjunto de so nidos( un sonido p-, un sonido i-, un sonido t-, etc. ) dados de antemano, por decirlo así, entre los que todas las lenguas hacen una selección y que modifican en as pectos menores (de tal manera, por ejemplo, que una p
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francesa sería esencialmente el mismo sonido que una
p inglesa, pero pronunciada con mayor tensión de los labios y sin que le acompañe aspiración alguna). El es tructuralista negará que esto sea así y dirá que cada lengua establece diferentes distinciones en el continuo de los sonidos y las hace funcionales o lingüísticamente relevantes, al utilizarlas para distinguir entre sí formas como pit y bit, cap y cab, etc. Considérese una lengua en la que lo que podemos identificar fonéticamente en las explosiones de sonido como [p ] aparezca al final de las palabras y lo que podemos identificar fonética mente como [b ] aparezca sólo al comienzo. Se podrán considerar, con razón, como realizaciones alternativas, determinadas por la posición, del mismo fonema; es de cir como actualizaciones de la misma unidad lingüística. Lo que cuenta, por tanto, al establecer el inventario de fonemas en cualquier lengua es si las unidades básicas del complejo fónico en correlación con ellos presentan o no un contraste funcional. En la descripción de una lengua, los fonemas se consideran como los elementos terminales de estas relaciones de contraste funcional; no tienen una existencia anterior ni independiente. Lo mismo que en fonología , así ocurre en la gramá tica . Categorías gramaticales tales como el número (sin gular, plural, etc. ), el tiempo (pasado, presente, futuro, etcétera) o el género (masculino, femenino, neutro, et cétera) pueden ser bastante generales en las lenguas del mundo, pero no son en absoluto universales ; además, las distinciones de tiempo o de género que se estable cen en una lengua pueden ser bien diferentes de las que se establecen en otra . Todo término de una cate goría gramatical (v.g. , el pasado en la categoría tempo ral del inglés) está en contraste con otros términos de la misma categoría en la misma lengua (esto es, no pasado. O, mediante un análisis diferente y más tradi cional de la categoría temporal en inglés: presente y futuro). El tiempo pasado en francés, por ejemplo, no tiene más posibilidad de identificación con el del inglés de la que tiene un « sonido-p » francés con el correspon-
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diente inglés. El sistema de distinciones temporales que opera en francés es diferente del que opera en inglés (y, a su vez, el francés coloquial standard difiere del francés literario en su categorización del pasado ). Es cierto que se puede exagerar la falta de corresponden cia entre las estructuras de las distintas lenguas, así como entre su fonología o su vocabulario y sin duda muchos estructuralistas han caído en tal exageración. Después volveré sobre este punto, pero ahora permí tanme simplemente repetir sin rodeos ni reparos la tesis estructuralista con respecto a la estructura gramatical de la lengua: del número indefinido de posibles distincio nes, cada lengua selecciona un conjunto determinado, por así decir, y las gramaticaliza en términos de cate gorías tales como tiempo, género, caso, persona, proxi midad, visibilidad, forma, calidad de animado o inani mado, etc., y agrupa las palabras, según principios di ferentes en las distintas lenguas, en las clases que tra dicionalmente se denominan «partes del discurso» . Sin embargo, si queremos describir la estructura gramati cal de una lengua, no basta con identificar meramente las categorías operativas de la lengua y agrupar las pala bras en partes del discurso, sino que debemos determi nar también las reglas o principios según los que se com binan las categodas y las clases de palabras para formar oraciones, de la misma forma que hay que determinar, en fonología las reglas o principios según los que se com binan los fonemas para formar palabras. Por estructu ra gramatical de una lengua entendemos la red o mo delo de las relaciones funcionales que se establecen en tre las categorías gramaticales y las clases de palabras -por una parte, relaciones de contraste funcional y, por otra, relaciones combinatorias. Una vez más con viene recalcar que las unidades de la descripción gra matical (lo que, por simplificar, estamos llamando ca tegorías y clases de palabras) obtienen sus valores lin güísticos del lugar que ocupan en esta red de relaciones y no se pueden estudiar, ni identificar siquiera, con in dependencia de ello .
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Pasemos ahora a considerar brevemente lo que se entiende por estructuralismo con respecto al vocabula rio de las lenguas. Al inocente hablante monolingüe del inglés (o al hablante de cualquier otra lengua) se le puede perdonar que crea, como muy bien puede hacer lo, que los significados de las palabras son, en principio, independientes de la lengua que casualmente habla v que los mismos significados se encontrarán correlacio nados con las palabras de otras lenguas. Si fuera éste el caso, la traducción de una lengua a otra sería un ejercicio trivial, pero cualquiera que haya tenido alguna experiencia en este menester sabe que está muy lejos de ser así y que la traducción palabra por palabra en gene ral es poco satisfactoria y, con frecuencia, imposible. Sin embargo, no todos han sacado de esta experiencia la conclusión que los estructuralistas considerarían como la correcta y teóricamente más interesante, El que la traducción palabra por palabra sea difícil no se debe simplemente a que una lengua lexicalice (i.e., suminis tre una palabra para) un pequeño número de conceptos bastante abstractos que no están lexicalizados en otra (aunque, indudablemente, esto puede ser cierto), ni a que dos o más significados estén correlacionados en una lengua con palabras homónimas pero no en otra. El hecho teóricamente significativo es el siguiente : el sig nificado de una palabra es una función de su relación con otras palabras de la misma lengua y las fronteras entre los significados de palabras a primera vista equi valentes de lenguas diferentes pueden no concordar, como de hecho ocurre a menudo. Pongamos tan sólo un ejemplo. Veamos cómo se puede traducir al francés la siguiente frase inglesa (de liberadamente he escogido lo que quizá sea el arquetipo de la banalidad lingüística ): The cat sat on the mat '