Intervenciones arqueológicas en Mas Gusó (Gerona): Del asentamiento precolonial a la villa romana 9781841713540, 9781407326269

Del asentamiento precolonial a la villa romana

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Spanish; Castilian Pages [302] Year 2004

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Indice
Prólogo
I. Introducción
II. Precedentes y Fases Iniciales de Ocupación
III. El Hábitat Precolonial
IV. La Fase Colonial e Ibérica
V. La Villa Romana
VI. Anexos
Bibliografia
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Intervenciones arqueológicas en Mas Gusó (Gerona): Del asentamiento precolonial a la villa romana
 9781841713540, 9781407326269

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lntervenciones arqueol6gicas en Mas Gus6 ( Gerona) Del asentamiento precolonial a la villa romana

Josep Casas Genover and Victoria Soler Fuste Con la colaboraci6n de Jordi Tur6n Serra

BAR International Series 1215 2004

Published in 2019 by BAR Publishing, Oxford BAR International Series 1215 Intervenciones arqueológicas en Mas Gusó (Gerona) © The authors individually and the Publisher 2004 The authors’ moral rights under the 1988 UK Copyright, Designs and Patents Act are hereby expressly asserted. All rights reserved. No part of this work may be copied, reproduced, stored, sold, distributed, scanned, saved in any form of digital format or transmitted in any form digitally, without the written permission of the Publisher. ISBN 9781841713540 paperback ISBN 9781407326269 e-book DOI https://doi.org/10.30861/9781841713540 A catalogue record for this book is available from the British Library This book is available at www.barpublishing.com BAR Publishing is the trading name of British Archaeological Reports (Oxford) Ltd. British Archaeological Reports was first incorporated in 1974 to publish the BAR Series, International and British. In 1992 Hadrian Books Ltd became part of the BAR group. This volume was originally published by John and Erica Hedges in conjunction with British Archaeological Reports (Oxford) Ltd / Hadrian Books Ltd, the Series principal publisher, in 2004. This present volume is published by BAR Publishing, 2019.

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lndice Pr6logo

I. Introduccion. 1. Situaci6n geografica. Aproximaci6n al paleopaisaje.

3

2. Antecedentes. Primeros hallazgos y actuaciones arqueol6gicas

7

3. Las campafias de 1995 a 2000.

9

II. Precedentes y fases iniciales de ocupacion. 4 . La estaci6n del Neolitico Final. Materia] cenimico . Crono]ogia y consideraciones finales.

15 15 18

III. El habitat precolonial. 5. Bronce Final y primera Edad del Hierro . 5.1. El habitat del Bronce Final Illa/Illb 5.2. El asentamiento indigena de la Primera Edad del Hierro (650-580 a.C.) Consideraciones finales. La transici6n Bronce-Hierro en el Ampurdan.

25 25 29 38

IV. La fase colonial e iberica. 6. Las producciones ceramicas del periodo colonial Ceramicas de ]a Grecia del Este La ceramica griega occidental.

7. El habitat iberico. Sectores Norte y Este. Habitaci6n o espacio A Habitaci6n o espacio B

43 43

46 51 51 75

8. Estratos de abandono del sector y afectaciones de epoca romana Espacio C.

97 97

9. Otros hallazgos sin contexto.

111

10. Sector Oeste. Zona de las termas romanas.

115

11. Culto funerario y ritos de fundaci6n. 11.1. Las estelas ibericas. 11.2. Un dep6sito votivo de fundaci6n. Consideraciones finales.

131 131 133 136

V. La villa romana. 12. Fase 1. La villa de epoca republicana. 12.1. El edificio del sector Este 12.2. Las dependencias del sector Oeste. 12.3. Consideraciones finales. La fundaci6n de las primeras villas romanas en el N.E. de Catalufia.

141 141 162

13. Fase 2. La villa romana altoimperial.

175

14. Las termas. 14.1. Construcci6n y ampliaci6n . 14.2. Abandono y destrucci6n.

197 197 213

15. El sector este. Periodo de actividad y abandono de la villa.

229

16. El sector central. Construcciones aisladas y niveles de abandono.

253

171

17. Ritos de fundacion y propiciatorios.

265

18. Conclusiones generales.

267

VI. Anexos. A) Cuadro resumen de las tipologias ceramicas de cada periodo. Bronce Final y Primera Edad del Hierro (s. IX/VIII-VII a.C) Periodo colonial e iberico (s. VI-V a.C.) Periodo iberico y romano-republicano (s. IV-II a.C.) Epoca romana altoimperial (s. I-Ill d.C.)

273 273 274 275 276

B) Inventario de materiales arqueologicos de cada estrato .

277

Bibliografia

291

Josep CASAS - Victoria SOLER

Pr6logo La arqueologia empordanesa cuenta con la publicacion de un nuevo yacimiento. Se trata de un yacimiento tremendamente importante. Ni que decir tiene que es un honor y un gran placer, por diversas razones, prologar este libro. En primer lugar, por el evidente interes cientifico que muestran, a todas luces, los resultados obtenidos en el enclave conocido como Mas Guso o Puig Moragues, en apenas cinco campaftas de excavacion. Por otra parte, por la relacion de amistad y de admiracion profesional que me une con los autores. Referente a los aspectos mas estrictamente personales y de contacto directo con los trabajos, debemos decir que era uno de los equipos que ha venido realizando excavaciones programadas en el territorio y que ofrecia su experiencia a voluntarios y estudiantes para iniciarse en la disciplina arqueologica. Cabe destacar el rigor metodologico y la lectura e interpretacion historica de los datos recuperados en todo momento. Este es un aspecto que no debe negligirse, puesto que, alejados de discusiones frecuentemente bizantinas, abogan por una lectura efectiva, sobria y directa de la informacion, muy acorde con la intencion de optimizar unos presupuestos minusculos, segun la cual la relacion inversion/resultados alcanza un indice de rentabilidad dificilmente superable. Esto solo es posible convirtiendo la intervencion en proyecto personal , que se saca adelante con fuertes dosis de entrega, dedicaci6n, entusiasmo y compafterismo. Abundando en el aspecto cientifico , gran parte del interes del yacimiento esta motivado por la situacion de Mas Guso, en el municipio de Bellcaire. Se halla a medio camino entre Empuries y Ullastret, aprovechando un afloramiento rocoso que se localiza en el limite de las zonas humedas, que ocupaban una amplia franja de terreno hasta la linea de la costa. Es una contribucion importante para establecer un punto fijo para delimitar la linea entre la tierra firme y la zona de marismas, que tantos recursos y equipos ha movilizado en las ultimas decadas.

Primera Edad del Hierro en el Emporda, que fue sistematizado por la doctora Enriqueta Pons, con particularidades locales, aunque caracterizado por los rasgos mailhacianos del otro lado de los Pirineos . No es casual que en este momento se fije de forma estable la poblaci6n en Mas Guso, ya que es una tendencia general que se pone de manifiesto en el territorio. Pertenecen a este momento, por ejemplo, los niveles profundos de la Illa d'en Reixach, en Ullastret, y del afloramiento rocoso donde se instalo posteriormente la Palaiapolis. Los habitantes de Mas Guso fueron espectadores de excepci6n de la llegada de los influjos comerciales mediterraneos y del proceso colonizador que se produjo en el area emporitana. En realidad , formaban parte de la poblacion de la zona que intervino activamente en estas relaciones y, en muy pocas generaciones, vieron como sus bases culturales evolucionaban con suma rapidez, hasta la eclosion , ya en el siglo VI a.C., de la cultura iberica. Durante el siglo II a. C. se producen diversos hechos de especial importancia . En primer lugar, se produce el abandono del habitat iberico en un contexto historico de crucial importancia. La conocida campafta del consul Caton es sabido que afecto el entomo inmediato de Emporion , tanto durante los episodios belicos , como en la posterior represion . Estas acciones afectaron a los principales centros ibericos que encabezaron la revuelta, entre los cuales figuro, sin duda, el cercano oppidum de Ullastret, que fue abandonado a inicios de siglo. Mas Guso se halla escasamente a 4 km del puerto emporitano. Tal vez medio siglo mas tarde, en el ultimo cuarto de siglo, se vuelve a ocupar el enclave con la construccion de una villa que sigue el modelo italico, dedicada a la explotacion agricola del territorio. Se trata de una fundacion muy proxirna en el tiempo y en el espacio al yacimiento de l'Olivet d'en Pujol, excavado tambien por Josep Casas y su equipo. No hay duda tampoco que la existencia de poblacion italica en la vecina Empuries tiene una relacion directa con estas fundaciones.

De los primeros periodos historicos detectados unicamente Las prolongaciones del habitat romano en epoca alto imperial cuentan con conjuntos de material. No quedan restos de ya son mejor conocidas en la zona por otros yacirnientos, estructuras asociadas, hasta el asentamiento iberico del siglo aunque la coincidencia de su final durante el siglo III d.C. VI a.C. La primera ocupacion documentada pertenece al como sucede con Emporiae, indica hasta que punto existe periodo del Neolitico Final o quizas Calcolitico, aunque una imbricacion entre el centro urbano y su hinterland mas probablemente se trata de una frecuentacion estacional , proximo. seguida de un amplio hiatus de cerca de mil aftos hasta la siguiente ocupacion, ahora si continuada hasta el abandono . Mas Guso, a pesar de no estar excavado en su totalidad , es un final, en el siglo III d.C. Esta primera frecuentacion no es un yacimiento multiple, que trasciende el estricto marco local caso aislado, sino que se documenta tambien en diversos para ejemplificar los patrones de asentamiento en este promontorios del entomo: Les Corts, Sant Marti d'Empuries espacio durante un periodo de mas de dos mil aftos. Los o sobre la plataforma rocosa sobre la cual se asentara la autores afirman , con razon, que el yacimiento es un resumen propia Neapolis emporitana. de la historia de toda una region. A esto solo cabe aftadir que no se trata de una region cualquiera, sino del Emporda, ya El siguiente periodo es el del paso del Bronce Final III a la que es aqui donde se conoce la unica ciudad griega de la

EL ASENT AMIENTO DE MAS GUSO

peninsula y donde se vivieron episodios imprescindibles de la historia antigua del pais . La cantidad y calidad de los conjuntos de material recuperados durante la excavaci6n de este modesto , aunque complejo establecimiento, facilitados por la cercana presencia de centros urbanos de primer orden, permiten a los autores aseverar y cimentar s6lidamente las dataciones que se proponen durante el estudio. Materiales que frecuentemente estan acompaiiados por diversas manifestaciones de elementos sumamente interesantes y que nos hablan directamente de manifestaciones culturales e ideol6gicas como los fragmentos de estelas ibericas o rituales de fundaci6n. El volumen se cierra con dos anexos: diversos cuadros que constituyen una utilisima recopilaci6n que permiten conocer rapidamente la variedad de materiales hallados en el yacimiento. Por otra parte , el inventario de los materiales exhumados en los estratos excavados nos ofrece la composici6n total de la cultura material. Saludamos, pues, la publicaci6n del yacimiento de Mas Gus6 que contribuye a poblar el territorio con un nuevo ejemplo , bien estudiado , que se ha convertido ya en una referencia obligada para los investigadores del amplio periodo hist6rico durante el cual estuvo activo . Felicitamos muy efusivamente a los autores por haber conseguido algo que no es nada facil, combinar una perfecta interpretaci6n, la claridad del gui6n, la lectura facil, junto con el rigor cientifico que se puede encontrar en esta esplendida monografia.

Joaquim Tremoleda Trilla Doctor en Arqueologia y arque6logo-conservador del Museu d' Arqueologia de Catalunya - Empuries

II

I. INTRODUCCI6N

Josep CASAS - Victoria SOLER

1. Situacion geografica. Aproximacion al paleopaisaje.

medieval con el desvio del curso bajo del Ter. Las elevaciones pr6ximas al complejo de Ampurias, el mismo islote de Sant Marti en el que se ubic6 la primera colonia focea sobre un asentamiento del Bronce final, las estaciones de Puig Mascaro o la F onollera, Ullastret y la Illa d' en Reixac, el Torell o las Roquinyoles en Tor-La Tallada o el mismo Mas Gus6 y la colina de Bellcaire son buenos ejemplos de la ocupaci6n del territorio por una poblaci6n estable (Blech/Hoffmann/Marzoli 1994, p.73).

Mas Gus6 o Puig Moragues esta situado en el llano ampurdanes, entre las actuales poblaciones de Albons y Bellcaire d'Emporda, sobre una pequefia elevaci6n rocosa aislada y rodeada de fertiles campos de cultivo. Antiguamente la zona estaba ocupada por los distintos brazos del rio Ter, que se esparcian por la zona antes de su llegada al mar, fonnando zonas humedas y pantanosas , marismas y pequefias lagunas. Esta zona del Ampurdan es una llanura aluvial fonnada por las aportaciones y sedimentos de los rios Muga, Fluvia y Ter, cuyas aguas desembocaban en el Mediterraneo cerca de Ampurias a traves de un sinfin de brazos, canales y lagunas que en el caso del Ter ocupaban el area en la que se ubica el yacirniento hasta que el ultimo tramo de su curso fue desviado y canalizado durante la Edad Media. Las aportaciones de los rios, en primer lugar, contribuyeron al relleno de la zona, que se vio completado por las aportaciones e6licas , en segundo tennino , y la actividad marina , que tambien distribuye sedimentos y condiciona el manto vegetal con influencias de salinizaci6n en las zonas mas pr6ximas o inmediatas a la costa y en los restos de los pequefios estanques interiores. Esta actividad, que aun perdura , queda reflejada en el registro arqueol6gico de Mas Gus6 , en el que aparecen espesos estratos de arena recubriendo los niveles de abandono del yacimiento a modo de dunas, especialmente en las zonas extemas del conjunto de epoca romana. En toda la zona aparecen sedimentos marinos salobres mezclados con los aportados por los rios como consecuencia de la colmataci6n de la antigua bahia maritima sobre la que se fonn6 el actual paisaje del hinterland emporitano. Es el testimonio del cambio de la linea costera durante el periodo postglacial.

* ♦

Esparcidas por la llanura aparecen una serie de pequefias elevaciones, a veces de roca caliza y en otras ocasiones de aglomerados mezclados con limos endurecidos , sobre los que se detectan los primeros indicios de ocupaci6n humana. Aunque durante el periodo Neolitico los asentamientos se localizan especialmente sobre las elevaciones circundantes , preferentemente en los geosistemas prelitoral y litoral, no es raro detectarlos en las zonas elevadas sobre la llanura costera. Prueba de ello es el nivel mas antiguo de Mas Gus6.

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Fig. 78. Planta def Espacio C def habitat iberico , con indicacion de Los silos y pequeiias fosas localizadas en el interior def ambito.

su estudio de forma conjunta sin tener en cuenta las intrusiones altoimperiales que pueden fecharse con poco margen de error hacia el primer cuarto del s. III d.C. como maxima. El primero de ellos ocupa la mayor parte del area y se deposit6 sobre las depresiones sefialadas como unidade estratigraficas 3089, 3090, 3091 y 3092. Con una elevada cantidad de material arqueol6gico en cuyo conjunto predomina la ceramica , solo aparecen 9 fragmentos de ceramicas africanas (Clara A y ceramica de cocina), que deberemos considerar como una intrusion posterior , o quiza una mala separaci6n del estrato superficial en el momento de la excavaci6n. Pero en el conjunto predominan de manera clara una serie de producciones que se situan como maxima en la segunda mitad del s. II a.C.

Como producciones mas antiguas, probablemente residuales , debemos citar una base de cuenco de la producci6n de pasta clara del taller de Ullastret, identificada hace afios, y que se caracteriza por ser una imitaci6n local de la producciones coloniales del area masaliota , de pasta beige claro o anaranjado y decorada en su fondo interno con lineas y motivos en forma de hoja alargada , con pintura o engobe un poco mas oscuro que la arcilla del vaso. Se fecha hacia mediados del s. VI a.C. y perdura casi durante todo el s. V a.C. (Pradell et al. 1995, p. 23; Casas /Soler 2000 , p. 354, fig. 6). Tambien de la misma epoca y un poco mas numerosos , los fragmentos de ceramica gris monocroma , habituales en el yacimiento , pertenecen a tres formas o variantes diferentes (Fig. 79: 6 a 8). Las dos bases corresponden a cuenco o platos de forma indeterminada; el primero de ellos quiza es un pie de copa. En cuanto al tercero , es el borde de un plato que recuerda el tipo mas comun a marli. Pueden fecharse entre la segunda mitad avanzada del s. VI y el primer tercio del s. V a.C.

La parte designada como U.E. 3084-B ocupa la parte situada bajo el pavimento de epoca romana, junto al principal muro de la villa tardorrepublicana. Aunque no contenga materiales altoimperiale , debemos considerarlo como uno de les niveles relacionados con la construcci6n del muro y no como un estrato intacto de epoca iberica. Si bien su origen se remonta a la epoca _de actividad del habitat iberico , sin duda fue desplazado y apoyado contra los cimientos de la villa romana en el momento de su construcci6n , produciendose aquella mezcla de materiales y estratos mas antiguo de la que ya hablabamos al inicio de este estudio.

Lo fragmentos de ceramica atica son aun mas numero os (Fig. 79: I a 5). Uno de ellos pertenece a un Icy/ix de pie bajo, probablemente - aunque no es seguro- una Castulo Cup de finales del s. V o inicio del s. IV a.C. (Fig. 79: 2). Un segundo fragmento pertenece a un lcy lix-sf... ypho en el que no se aprecian restos de decoraci6n (Fig. 79: I) . Los tres ultimas 98

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Fig. 79. U.E. 3084. I a 5: Ceramica atica. 6 a 8: Gris monocrorna . 9: Gris de la costa catalana. 10 y 11: lucernas helenisticas .

99

EL AS ENT AMIENTO DE MAS GUSO

pertenecen a kylix de pie bajo en ceramica atica de figuras rojas , con una cronologia similar (Fig. 79: 3 a 5). Entre estos materiales mas antiguos tambien cabe seiialar la presencia de algunos fragmentos de ceramica a mano del periodo preiberico, como los que hemos visto en la fosa 3036 , a menudo con decoraci6n de cordones impresos en la parte baja del cuello (Fig. 83: 5). Ligeramente mas tardios, pero en el marco general del s. V a.C., aparecen algunos fragmentos de ceramica iberica pintada (Fig. 83: 1 a 3), con las caracteristicas habituales en estas producciones ya documentadas en los estratos mas antiguos del asentamiento indigena de Mas Gus6. Seguramente deberemos relacionarlos con los escasos fragmentos de anfora masaliota y punica (esta ultima mas numerosa) , pertenecientes a la misma epoca. Sin embargo, el conjunto principal se inscribe en los ultimas aiios del s. III a.C. pero especialmente hacia la mitad del siguiente siglo. Aparece un numeroso conjunto de ceramicas locales y de importaci6n que seiialan una cronologia pr6xima a los aiios 150/130 a.C. Entre las locales , un notable conjunto de ceramica gris de tipo emporitano. Entre las importaciones , un repertorio limitado en formas pero extenso en cuanto a numero de fragmentos pertenecientes a las producciones campanienses, que aparecen acompaiiadas de anforas tipo Dressel 1A y ceramicas italicas de pasta micacea de las producciones mas antiguas.

Ceramica campaniense. Con casi 180 fragmentos, es el producto de importaci6n mas numeroso y constituye el principal f6sil director del estrato, proporcionando la cronologia mas reciente y segura para su formaci6n, asi como para la dataci6n de la villa tardorepublicana. Dos son las formas predominantes, aunque no las exclusivas: las Lamboglia 27 y 31 en sus diversas variantes. Es posible que algunos fragmentos de horde pertenezcan a la Lamb. 33. Otros pertenecen a copas de la forma Lamb. 45, pateras Lamb. 26 y posiblemente Lamb. 28. Las bases de patera con decoraci6n a ruedecilla y palmetas (Fig. 80: 1, 7 y 8) pertenecen a la forma Lamb. 27c o quizas al tipo Morel 2812c/d que, en cualquier caso, se fechan en el primer cuarto del s. II a.C. o en un periodo mas generico comprendido entre finales del s. III y la primera mitad del s. II a.C. (Morel 1981, p . 227 ; Gantes 1978, p. 99). En el primero de ellos las palmetas se estamparon sobre la franja decorada a ruedecilla, mientras que en los otros dos las palmetas solo rozan aquella franja. Un tercer ejemplar de la misma forma, quizas mas proximo a la variante Morel 2843a, solo conserva parte de la decoraci6n a ruedecilla, no apreciandose ninguna palmeta (Fig. 80: 11). Pertenece a la primera mitad del s. II a.C. y al tipo 2843a se fecha mas concretamente hacia el 140/130 a.C. (Morel 1981, p. 231). La segunda forma mas abundante es la Lamb 31, tipo Morel 2953a, (Fig. 80: 2 a 6 y 15). El primero de los ejemplares es una copa de la forma tipica , decorada en la parte superior intema del labio con lineas y puntos de pintura blanca . Esta decoraci6n, que tambien aparece en los vasos Lamb. 33 , es habitual en estos vasos desde finales del s. III a.C. y la

primera mitad del siguiente siglo. En los ejemplares mas antiguos suele combinarse con lineas onduladas incisas, como en el caso del fragmento num. 6 de la misma figura. En general todos los fragmentos del estrato pueden situarse en un marco cronol6gico del primer tercio del s. II a.C., si bien la base del primero de ellos quiza es mas corriente hacia mediados de siglo, aproximandose a la del tipo Morel 2952a, fechada hacia el 150/140 a.C. Posiblemente la base num. 12 de la Fig . 80 pertenezca al mismo tipo de vaso, quizas a la variante Morel 2954b, fechadas entomo el 140/130 a.C . Algunos escasos fragmentos pertenecen a las pateras de horde cado Lamb. 36. Una forma de gran aceptaci6n que sera reproducida siglos mas tarde por la ceramica sigillata sudgalica y la africana A. Un fragrnento pertenece a la variante o especie Morel 1313 y 1315c, con cronologias de hacia el 200 a.C . con un margen de error de mas/menos 50 aiios (Morel 1981, p. 104). Sin embargo , la forma generica , en la que hallarnos numerosas variantes en el detalla del horde , perdura hasta la segunda mitad del s. II a.C . (Fig . 80: 10 y fig. 81, 1). La copa cos dos asas, forma Lamb. 45 o tipo Morel 3131 f esta representada en el estrato como minimo por dos fragmentos de horde y dos bases (Fig. 80: 13 y 14; Fig. 81: 9 y 10). Son fragmentos muy deteriorados que, ademas, tiene un bamiz de color castaiio con manchas en ocasiones aun mas claras. Debe fecharse hacia mediados del s. II a.C. Una sola variante de la forma Lamb. 29, tipo Morel 2646b (Fig. 81: 2), se fecha a inicios del s. II a.C., siendo el unico ejemplar de esta forma que hemos podido identificas en el estrato. Tambien con un unico ejemplar claro, otro probable y algunos :fragmentos de dudosa atribuci6n, aparece la parte superior de un plato atribuible al tipo Morel 2985c (Fig. 81: 7 y 11), que aparece en el pecio de Illa Pedrosa (Estartit), en un contexto del 150/140 (Barbera 1975 , p . 80; Morel 1981, p. 245). Otros dos fragmentos con forma corresponden al tipo o especie Morel 2615b (Fig. 81: 6 y 8), de mediados del s. II a.C. Y finalmente, con otros dos ejemplare , la forma Lamb. 3 en dos variantes totalmente distintas. La primera de ellas , serie Morel 7544 o similar, tiene el pie alto y la base diferenciada, con una cronologia amplia a partir de mediados del s. II a.C . hasta el s. I a.C. El segundo , con la base plana y sin pie , corresponde a la variante Morel 7522a, que aquel autor situa aproximadamente hacia II-I a.C. con un amplio margen (Morel 1981, p. 416). Un ultimo fragmento de Campaniense B pertenece a una gran patera de la forma Lamb. 5, quizas en la variante Morel 2527a/b, que grosso modo se situa hacia la primera mitad del s. II a.C. Finalmente , debemos citar la presencia de dos lucemas de ceramica de bamiz negro, con pasta de color gris, no demasiado dura , pero fina y depurada. El bamiz que recubre la superficie extema es de color negro o gris muy oscuro , bastante erosionado (Fig. 79: 10 y 11). Esta categoria de lamparas de tipo campaniense , cerradas , se fechan entre el 250 y el 100 a.C., aunque algunos au tores consideran que esta forma concreta corresponde a rnediados del . I a.C. por 100

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15 Fig. 80. U.E. 3084. Ceramica campaniense A.

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ejemplares hasta ahora comentados en otros apartados. La inflexion entre el cuello y el cuerpo de la jarra es mayor y mas acusada de lo que tambien suele ser habitual. En su parte intema conserva una ancha franja de pintura color marron oscuro. Otro cuello y horde pertenecen a un ejemplar proximo a las jarras de cuello alto y exvasado del tipo de Pech Maho I (Solier 1976-78, p. 249), relativamente antiguo dentro de esta produccion (Fig. 95: 16). Otros dos fragmentos de horde tienen unas caracteristicas mas habituales (Fig . 95: 10 y 14), aunque puede observarse que el grosor de las paredes de ambos vasos es ligeramente mayor que el de la mayoria de los que normalmente aparecen en los estratos del s. V a.C. Ello quiza denote una cronologia ligeramente mas antigua. La decoracion, no obstante, es la tipica de pintura roja oscura o marr6n. Existe un gran numero de fragmentos sin forma pertenecientes a recipientes de este tipo. En total son 32 los fragmentos sin forma de diversas partes del cuerpo de jarras presumiblemente de la forma mas caracteristica de la ceramica iberica pintada que presentan las habituales sefiales decorativas. Siempre se trata de las franjas mas o menos anchas, dispuestas horizontalmente, ·de color rojo muy oscuro o mas bien marron. En base al conjunto de materiales comentados en las lineas precedentes, consideramos que debe fecharse la formacion de este estrato hacia la segunda mitad o ultimos afios del s. VI a.C. Incluso podriamos aventurar una cronologia mas reciente, de inicios del s. V a.C. Sin embargo , no la consideramos probable. Por un lado, deben tenerse en cuenta las importaciones orientales y las producciones coloniales del occidente mediterraneo, que coinciden en sefialar una cronologia mas pr6xima a mediados del s. VI a.C. que a sus ultimas decadas. La ausencia de los platos a rnarli en ceram1ca gris monocroma quiza no tiene ninguna trascendencia , pero es la forma que mas perdur6 en la producci6n , siendo especialmente abundante entre fines del s. VI y mediados del s. V a.C. (Nickels 1978, p. 251-252; Arcelin-Pradelle 1984, p. 102-104). Finalmente , la total ausencia de ceramica atica , que no es en absoluto desconocida en el yacimiento , indican una fecha claramente anterior al s. V a.C. El unico fragmento de esta produccion , aparecido en el estrato 2024 , paralelo y contemporaneo a este, debe situarse hacia la transici6n entre los siglos VI y V a.C.

U.E. 2024. A pesar de su similitud con el estrato anterior (de hecho, es la continuacion del mismo ), contiene algunos elementos que lo diferencian. Concretamente algunos fragmentos ceramicos ligeramente mas recientes , que ponen en evidencia una alteraci6n o una remocion de las tierras con las que se formo. Probablemente ello es debido a la construcci6n de uno de los muros de las habitaciones indigenas, cuyos cimientos se hunden en el estrato (E. 2013). Por otra parte , tambien debemos tener en cuenta su localizacion bajo las ampliaciones mas tardias de las termas romanas, cuya construcci6n sin duda altero el nivel mas

antiguo. Pero no parece que estas ultimas actuaciones alteraran en demasia el estrato, puesto que no aparece en el ni un solo fragmento de ceramica de epoca romana. Los que podemos considerar mas recientes respecto al conjunto principal, y que lo diferencian de la parte estudiada en el apartado anterior son las ceramicas aticas y algunos fragmentos de gris de la costa catalana , que en aquel son desconocidas . Mas bien creemos que estas producciones pertenecen a la epoca de construccion del muro iberico citado, en un momento impreciso de finales del s. V o primera mitad del s. IV a.C. a juzgar por las cronologias relativas de las ceramicas aticas. El fragmento , sin forma , parece pertenecer a un s/..yphos de figuras rojas y con una sobredecoracion de pintura blanca , del tipo Saint Valentin (Fig. 97: 6), que podemos fechar entre el ultimo cuarto del s. Vy el primero del s. IV a.C. En cambio , un ejemplar de gran calidad es la mitad superior de una copa de bamiz negro que asociamos a la clase Bloesch C (Fig. 96: 1). Es la copa de labio curvo o Concave lip que aparece en el Agora de Atenas y que suele datarse entre el 525 y 480 a.C. (Sparkes/Talcott 1970, p. 91-92). La encontramos en el poblado de Ullastret, la necropolis de Serra de Daro o Mas Castellar de Pontes , como yacimientos mas cercanos (Sanrnarti/Asensio /Martin 2002, p. 78 y 81). Mas alejada de la zona mediterranea , tambien forma parte del conjunto de ofrendas funerarias de la tumba de Vix , fechada entomo el 500 a. C. (Rolley 2003 , p. 166 y 309), dentro de una ruta R6dano-Saone que permitia el contacto de los productos griegos con los pueblos hallstaticos a traves de Marsella. Mas dificil de explicar es la presencia de los dos fragmentos de ceramica campaniense y los 4 sin forma de anfora italica. Pero teniendo en cuenta la actividad constructiva llevada a cabo durante casi siete siglos en aquel reducido espacio , nada debe sorprendemos. Seguramente tambien deben relacionarse con la construccion iberica y su periodo de actividad un solo fragmento de anfora grecoitalica sin forma y buena parte de los 21 fragmentos de anfora iberica y ceramica iberica comun, aunque a falta de ejemplare con formas reconocibles poco podremos aventurar sobre su cronologia aproximada. En cuanto al conjunto mas antiguo , que debemos situar en las ultimas decadas del s. VI a.C. (algunos fragmentos seguramente son anteriores) , esta formado por las producciones coloniales de pasta clara de tipo masaliota , entre los que destacamos la base de una copa de buena calidad (Fig. 96: 2), la ceramica gris monocroma (Fig. 97: 4 y 9), la ceramica iberica pintada (Fig. 96: 6 y fig. 97: 1) y la ceramica a mano decorada con cordones impresos , que es la mas numerosa en el estrato (Fig. 97: 2 a 4, 7 y 8; Fig. 96: 3 a 5). La presencia de anfora griega , ceramica comun punica y anfora del mismo tipo son tan solo testimoniales , con pocos fragmentos de cada tipo, a excepci6n de esta ultima , con cuatro formas y 46 fragmentos sin forma. Los restos de la jarra iberica decorada con pintura rojamarr6n, en la que se observan las tipicas franjas horizontales situadas debajo de los motivos de cabelleras situados en la zona del cuello, pertenecen a un recipiente de las producciones mas arcaicas , de forma globular alargada y con 119

EL ASENTAMIENTO DE MAS GUSO

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Fig. 96. U.E. 2024. l : Copa de ceramica atica de barniz negro. 2: Ceramica gris monocroma. Ceramica indigena a mano, reducida. 6: Ceramica iberica oxidada con restos de pintura .

la parte ma ancha del cuerpo situada en su parte media. Lamentablemente no disponemos del horde para conocer su forma exacta, pero las caracteristicas decorativa s y tipol6gicas indican que se trata de un recipiente del tipo Cayla II , que ya aparece durante la segunda mita d del s. VI a.C. (Solier , 1976-78, fig. 19), con variaciones y combinaciones con otros motivo que perduran hasta mediados del s. IV a.C. (Gailledrat, 1997, p. 94-95) . Un segundo ejemplar pertenece a una forma desconocida por nosotro s, aunque podemos suponer que se trata de un cuenco semie ferico de un tipo que suele presentar gran variedad de soluciones en el acabado del horde , asimilable a los vasos del ultimo cuarto del s. VI y primera mitad del s. V a.C., decorado s con franjas de pintura o con una capa mas ancha (Gailledrat 1997, fig. 99, p. 180). El ejemplar de Mas Gus6 conserva restos de la capa pintada de color rojo oscuro o marr6n , aunque en u mayor parte se ha desprendido (Fig. 96: 6).

En lo que refiere a la ceram1ca a mano, generalmente reducida , pero con algunos fragmentos oxidados (Fig. 97: 7), pertenece en su mayoria a la primera Edad del Hierro, como los que tantas veces hemos sefialado en capitulos precedentes . Se caracterizan por poseer unas pastas toscas, poco depuradas , con intrusione de n6dulos de cuarzo y laminas de mica de tamafio considerable, con las superficies intemas por regla general pulidas y alisadas , mientras que las extemas presentan un acabado menos depurado o francamente rugoso. Otra de las caracteristica en estas uma s es la decoraci6n a base de cordones impresos en la parte inferior del cuello (Fig. 97: 5, 7 y 8). Los plato s tapadera no tienen ningun tipo de decoraci6n , pero por su forma pueden asociarse al tipo 2 de E. Pons, con cronologias entre los siglos VII y VI a.C., dentro del grupo o fase 11B de Sant Marti d' Empuries. Todo ello nos lleva a proponer una cronologia de fines del s. VI a.C. (como maximo , inicios del s. V a.C.) para la 120

Josep CASAS - Victoria SOLER

formaci6n del estrato, sin olvidar que aparecen intrusiones mas recientes que deben explicarse por la actividad constructiva en aquella reducida area; ya sea en epoca iberica o con motivo de la excavaci6n de las zanjas de cimentaci6n de las termas romanas, lo cual forzosamente comport6 una alteraci6n minima pero inevitable del nivel mas antiguo y la mezcla con fragmentos ceramicos del periodo mas reciente. Aunque son casos aislados y en bajo numero, son suficientes para poner en duda la cronologia propuesta. No obstante, el estrato 2024 es fisica y morfol6gicamente la continuaci6n del 2022, el cual no se vio afectado en fases posteriores.

U.E. 2019. Tiene una lectura totalmente diferente. No podemos relacionarlo con ninguna construcci6n perteneciente al habitat iberico, sino mas bien con SU fase ultima y abandono o, como maximo, con los momentos previos o inmediatos a la construcci6n de la villa republicana. Posiblemente seria mas adecuado estudiarlo al analizar los estratos de fundaci6n de la villa tardorrepublicana, pero aunque sin duda tiene relaci6n con dicho periodo , tambien contiene elementos importantes que ilustran el periodo que ahora nos ocupa. Mas tarde seria imposible o muy dificil retomar su analisis y retroceder hasta el periodo que ahora interesa. Volveremos a comentarlo a su debido tiempo, en el correspondiente contexto. El mejor paralelo para este estrato debemos buscarlo en el extremo opuesto del yacimiento; en los niveles de abandono de las habitaciones de la fase indigena del yacimiento , fechados entre finales del s. III e inicios del s. II a.C., o bien en los de fundaci6n de la villa romana del mismo sector. Y no obstante , a pesar de que sen.ala una cronologia especifica , muy anterior a la villa romana de epoca altoimperial y que no contenia intrusiones mas modemas, su situaci6n y disposici6n parecen relacionarlo con los trabajos preparatorios del pavimento de una de las dependencias de las termas. Unicamente aparece en el area ocupada por el estrato 2022, al que recubre por completo. Su extension queda delimitada por los muros 1007, 2010 y 2021 del edificio termal y del recinto tardorrepublicano y en su parte superior se conserva la rebaba del pavimento romano que sobresale del muro. No se aprecia la zanja fundacional de dichos muros, por lo que da la sensaci6n de tratarse de un relleno intencionado para la preparaci6n del pavimento o suelo de circulaci6n exterior , nivelando este estrato de abandono. Sin embargo , es muy raro que no contenga ningun fragmento de epoca tardoromana, teniendo en cuenta que las termas se construyeron como minimo a finales del s. II d.C. mas de cuatrocientos aftos despues de la fecha que grosso modo seftalan los restos ceramicos del estrato. Ello nos hace suponer, con todas las reservas , que el estrato se hallaba intacto y que la cimentaci6n de los muros romanos de epoca altoimP.erial se excav6 en el con la anchura justa y suficiente para formar la caja de encofrado en la que se verti6 la mezcla de piedras y mortero de los cimientos , con lo que no quedaron rastros de trinchera de fundaci6n ni se produjeron intro iones de epoca romana.

Puede verse en la secci6n (Fig. 14) que la parte mas profunda de los cimientos del muro 20 21 se hunde hasta la roca natural atravesando tambien el estrato 2022 , con una anchura menor que en la parte superior. En cambio , tambien se observa que se desplaz6 contra el muro 2010 (del edificio tardorepublicano ), lo que explica la presencia de una elevada cantidad de ceramica propia de mediados o segunda mitad del s. II a C. Finalmente, cabe seftalar su absoluto paralelismo con el estrato 1004, situado en la dependencia sur de las termas , inmediata a la que ocupa el estrato 2019. Ademas de tener la misma textura y morfologia, contenia un conjunto ceramico identico. Tambien aparece en su parte superior la rebaba del pavimento de mortero y no se aprecia ningun rastro de la zanja de fundaci6n del muro romano. Dos estratos identicos, con la misma cronologia y situados en habitaciones contiguas reafirman nuestra suposici6n de que en realidad de trata de los restos de un unico nivel anterior al edificio de epoca romana cortado posteriormente por los cimientos de dicho edificio. La estratigrafia del resto de las termas es absolutamente diferente. T endremos ocasi6n de comprobarlo en su debido momento. En los espacios en los que aparece el estrato 2024 en la parte mas profunda , todos los estratos superiores se relacionan con el edificio termal , sus remodelaciones , ampliaciones , uso y abandono. Todos ellos son posteriores al cambio de Era o, mejor dicho, muy pr6ximos a finales del s. II d.C. y quiza aun mas tardios. Este es diferente , como podremos ver. Entrando especificamente en el analisis del material arqueol6gico del estrato 2019 , lo que primero sorprende (hasta cierto pun to), es la presencia de fragmentos de todo el periodo prerromano, desde aquellas umas del Bronce Final estudiadas en uno de los capitulos iniciales , lo que nos evita repetir su analisis- (Fig. 11 y 12 ), pasando por las ceramicas de la primera edad del Hierro , producciones coloniales , ceramicas ibericas pintadas del periodo clasico o antiguo , fragmentos de kalathoi mas recientes , anfora de diversos tipos y origenes y las ceramicas grises de tipo emporitano o la ceramica campaniense. Las principales producciones y las que proporcionan datos cronol6gicos las estudiaremos con mayor atenci6n. Tan solo hemos identificado dos fragmentos de ceram1cas coloniales; concretamente dos bases surgidas de algun taller de la zona de Marsella (Fig. 100: 10 y 24 ). En el primer caso de trata de la base de un recipiente de pequeftas dimensiones , que por su forma recuerda a una anfora imitando prototipos de la Grecia del este , aunque no podemos tener la absoluta seguridad de que asi sea. El segundo fragmento pertenece a una copa imitaci6n de las B2 jonias, de la forma CL-MAS 423 (Py et al. 1993), con un periodo de maxima difusi6n situado entre mediados del s. VI e inicios del s. V a.C. (Py 1974, p. 174-177). Sin embargo debemos incluir en este grupo , aunque tengan unas caracteristicas totalmente diferentes , los 17 fragmentos de ceramica gris monocroma , producida en otros talleres . Ninguno de ellos es clasificable por la forma en un tipo concreto . 121

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Fig. 97. U.E. 2024. I : Jarra de ceramica iberica oxidada con pintura mam 5n y blanca. 2 a 5, 7 y 8: Ceramica a mano reducida. 6: Atica. 9: Gris monocroma.

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De entre el conjunto de casi seiscientos fragmentos de ceramica iberica oxidada, mas de un centenar presentan restos de motivos decorativos pintados, limitados a las clasicas franjas horizontales de color marr6n , cabelleras , circulos concentricos trazados a compas o lineas resiguiendo el horde superior. No hemos podido identificar restos de pintura blanca en ninguno de los trozos , aunque ello no es especialmente significativo , teniendo en cuenta que casi siempre se trata de pequeiios fragmentos que no permiten ver completos los motivos decorativos. Por la forma de algunos de estos vasos , tambien muy fragmentadas , constatamos que mayoritariamente se trata de jarras de perfil en "ese" (Fig. 98: 4 y Fig. 100: 1 a 3) , o jarras de cuello alto y horde exvasado (Fig. 98: 8 y Fig . 100: 12). Pero existe un segundo grupo en el que incluimos un conjunto de bordes de cuencos semiesfericos y con la mitad superior de la pared casi vertical, con el labio poco diferenciado (Fig. 98: 5 y 6). Posiblemente un fragmento sin forma , decorado con pintura en ambas caras, interior y exterior , que por su inclinaci6n pertenece a un vaso muy abierto , deba asimilarse a una forma muy pr6xima a los cuencos o a una copa carenada (Fig. 98: 3). Todos ellos pueden fecharse sin demasiada precision entre el ultimo cuarto del s. VI a.C. y la primera mitad del siglo posterior. Muy diferentes , aunque con una apariencia hasta cierto punto similar , son los ka/athoi pintados , los tipicos "sombreros de copa" del s. II a.C. , del que tenemos una limitada representacion (Fig. I 00: 4 a 6). Es una forma que aparece entre finales del s. III e inicios del s. II a.C. y que es omnipresente en todos los niveles del s. II a.C. llegando a las primeras decadas del siglo siguiente. Los motivos decorativos son los propios de la tradicion iberica , con circulos y semicirculos en la pared extema y trazos sencillos , " eses" o dientes de lobo en el horde , los cuales seiialan hasta cierto punto una evolucion cronologica en la produccion. Teoricamente , los dientes de lobo que observamos en un fragmento (Fig. 100: 5) son mas antiguos que los trazos del otro (Fig. 100: 4) , aunque coexistieron durante decadas hasta la segunda mitad del s. II a.C . Distinguimos cuatro categorias de anforas , aunque una de ellas es solo testimonial , con cuatro fragmentos. Se trata de la grecoitalica , identificada por la forma de algunos hordes y sus arcillas caracteristicas (Fig. 99: 1, 3 y 4). Las anforas ibericas de boca plana o ibero-punicas , con casi un centenar de fragmentos aportan poca informacion , puesto que , ademas , pocos de ellos permiten mostrar con precision la forma de los contenedores (Fig. 100: 19). En cuanto a las anforas punicas centromediterraneas y punico-ebusitanas , con una presencia notable , muestran variantes interesantes y un repertorio tipologico un poco mas amplio , aunque con solo cuatro formas identificadas. Uno de los fragmentos pertenece al cuello y borde de la forma generica Mana C 1b , o Ramon T 7 .2, probablemente de finales del s. III o primer cuarto del s. II a.C. (Fig. 99: 8). Un segundo ejemplar es un fragmento de horde de anfora cartaginesa, con la tipica pasta de la zona norteafricana de color amarillento y minusculo s puntos negros (Fig. 99: 7). Es una variante proxima a un ejemplar de Mas Guso fechado

hacia el 275-250 a.C. (Pons et al. 2002, p. 287, 3). En un tercer fragmento sin forma se conserva la mitad inferior de una marca estampada , con caracteres punicos , ilegible (Fig. 99: 6). Las anforas grecoitalicas son muy escasas, con tan solo cuatro fragmentos de borde identificados (Fig. 99: 1, 3 y 4) , generalmente con labios muy horizontales y abiertos , con una cronologia de mediados del s. III a.C., a juzgar por los paralelos mas proximos al yacimiento , como el poblado de Mas Castellar de Pont6s o la zona del parking de Ampurias (Pons et al. 2002, p. 287 , 1; Sanmart/Nolla/ Aquilue . 1983-84 , p. 134-138). En cambio son mucho mas numerosos los fragmentos de anfora italica , mas recientes , todas ellas del tipo Dressel 1A y algunas con un origen claro en la zona campaniense (Fig. 99: 2 y 5). Entre los mas de cuatrocientos fragmentos clasificados , tan solo doce pertenecen a bordes, asas o bases , con predominio entre ellos de los fragmentos de asas, lo que reduce considerablemente el repertorio de bordes en los que observar posibles variantes de la forma generica. Las caracteristicas de la arcilla, sin embargo , permiten su clasificacion sin ningun genero de duda. Debemos fecharlas como minimo a partir de mediados del s. II a.C. Entre la vajilla fina de importacion cabe destacar especialmente la ceramica campaniense , aunque no es la unica ceramica de mesa de origen italico presente en el estrato , puesto que tambien identificamos tres fragmentos de grandes platos de pasta micacea , escasos pero habituales en contextos de epoca republicana (Fig . 99 : 17). Predomina , en ceramica campaniense , las formas adscritas al tipo A, aunque uno de los fragmentos parece que puede considerarse campaniense B antigua (Fig. 100: 13 a 18), lo que nos seiiala una cronologia de mediados o segunda mitad no avanzada del s. II a.C . En lo que se refiere a las producciones locales mas clasicas y habituates , como es habitual sobresale la ceramica gris y oxidada de tipo emporitano , con mas de doscientos fragmentos, repitiendo una vez mas el limitado repertorio de vasos mas comunes y habituates: las pequeiias jarras biconicas y el plato de horde entrante, normalmente con un grosor mas pronunciado , como suele ocurrir en la produccion clasica mas reciente (Fig . 99: 10 a 14). Los jarros bic6nicos tambien presentan las caracteristicas de las producciones de la zona emporitana mas propias de la segunda mitad del s. III y s. II a.C., como son las decoraciones con lineas mas abultadas en el cuello y las bases con disco central extemo sobresaliendo de fondo extemo (Fig. 99: 9, 15 y 16). Son aspectos que no aparecen, por ejemplo , en los ejemplares publicados procedentes de algunos silos del establecimiento de Mas Castellar de Pontos , a los que se atribuye una cronologia del 275-250 a.C. (Pons et al. 2002 , p. 269). La otra produccion local , seguramente emporitana , en estrecha relaci6n con la ceramica genericamente gris , es la de engobe blanco , que ya hemos tenido ocasi6n de ver en otros estratos del periodo final del asentamiento indigena , y que volvera a aparecer en los niveles de fundacion de la villa romana . Su aparicion se situa en un momento poco preciso de mediados de] s. II a.C ., con una amplia difusi6n a partir de su 123

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Fig. 98. U.E. 20 19. 1, 2, 9 y /0: Ceramica a mano def Broncefinal. 3 a 8 : Ceramica iherica oxidada, decorada con pintura . I/ : Ceramica iberica a torno, reducida . 12: Cera mica iberica a mano.

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Fig. 99. U.E. 2019. I a 5: Anfora grecoitalica e italica. 6 a 8: Anfora pi,nica . 9 a I 6: Gris de la costa catalana. I 7: lta/ica de pasta micacea.

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Fig. J29. U.E. 3031. 1 a 4: Kalr;thoi ibericos. 5, 6, 10 y 12: Gri~ y_ oxidada emporitana. 7: Anfora italica. 8:

Ceramica com{m reducida. 9: Anfora punica. 11, 17 y 18: Ceramzca de paredes finas. 13 a 16: Ceramica campaniense.

extema del conjunto inicial (a la izquierda del muro 2010), el estrato 2019 tambien se apoya en dicho muro, mientras que la rebaba del pavimento del muro I 007 de las termas lo hace en este estrato que durante decadas constituy6 una zona de circulaci6n extema a la villa. El estrato 2030, que aparece de forma general en todo el sector, con la misma textura y tipo de material arqueol6gico entremezclado con sus tierras, recibi6 diversas numeraciones en el proceso de excavaci6n, debido a su localizaci6n en el subsuelo de distintos ambitos. Bajo la entrada o zona de las termas es la U.E. 2025, aunque con contaminaciones mas tardias. Al norte del muro 2034, fuera tambien del primitivo recinto, es la U.E. 2029. Junto al muro 2032 de la habitaci6n de planta cuadrada se identifica como U.E. 2028. Y en el interior de dicha habitaci6n es el estrato 2027.

Habitaci6n A6. La habitaci6n de planta cuadrada , denominada A6/B4, aparece adosada al muro perimetral 2010 del conjunto, a pocos metros de las termas que se construyeron posteriormente como otro anexo situado fuera de la villa inicial. Una parte importante de la habitaci6n estaba destruida y algunos tramos de los muros habian . desaparecido , incluso sus cimientos. En el resto, unicamente se conservaba la parte inferior , mas profunda , _de dichos cimientos. La parte superior , incluso el pavimento , desaparecieron con el tiempo y a causa de la erosion de esta zona, con una ligera pendiente hacia el exterior del yacimiento. Pudo excavarse el interior de la dependencia y una franja de u zona extema, lo que permiti6 hallar bastantes indicios 164

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Fig. 130. I, 2 y 4: Anfora punica e italica . 3 y 5: fberica comun. 6: Cerami ca atica . 7 y 9: Ceramica campani ense. 8: Unguentario. I 0: Gris emporitana. I I: Ceramica comim.

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pertenecen al s. II a.C. La ceramica campaniense , a su primera mitad; el anfora Dressel IA con pasta DB campaniense , a mediados y segunda mitad del siglo. Finalmente , una moneda , un semis iberico pesimamente conservado , en el que solo se aprecia la cabeza de Palas en el anverso , debe situarse en la primera mitad del s. II a.C. (Fig. Aunque amhos son contemporaneos, el primero aparec10 133). intacto. En camhio, el estrato 2028 , justo al norte de la hahitacion que ahora nos ocupa, apoyado en uno de sus U.E. 2028. muros , contiene una mezcla de materiales claramente mas modemos (15 fragmentos) , que como minimo deben fecharse En el inventario final podemos comprobar que el material en el s. II d.C. Todo parece indicar que se relaciona con una ceramico del estrato es basicamente identico al del nivel remodelacion del conjunto , aunque no descartamos anterior , aunque mas ahundante y con la introduccion de 15 remociones accidentales de tierra en epocas posteriores , fragmentos de ceramica africana de epoca romana . No dehe teniendo en cuenta que de aquel punto se extrajo arena para la sorprendemo s, puesto que se trata de la continuacion de la construccion durante los afios setenta del siglo pasado. misma capa de tierras que aparece en el subsuelo del sector, de la que forman parte los estratos 2025, 2027, 2029 y 2030, Analizaremo s de forma mas detallada cada uno de los perteneciente s a la fase iberica y tardorrepublicana . La unica estratos , con un breve comentario sohre los materiales que diferencia es que en esta ocasion se vio afectado por la contenian y su cronologia. construccion del edificio altoimperial, lo que motivo la intrusion de algunos fragmentos perteneciente s a la epoca de U.E. 2027. dicha construccion, permitiendo fechar el evento con relativa aproximacion. Aunque escaso, con poco mas de cien fragmentos, el material ceramico del estrato se situa en general en el s. II Como ocurre con sus estratos contemporaneos o paralelos , a.C., con una importante cantidad de fragmentos aun mas los materiales mas antiguos son los de epoca colonial e antiguos , con un repertorio practicamente identico al que iherica , que en conjunto constituyen un porcentaje importante hemos vista al analizar los niveles de fundacion de la villa dentro del late de fragmentos ceramicos . Como mas antiguos tardorrepublicana , al otro extrema del promontorio . deben citarse dos fragmentos de ceramica gris monocroma , Aparece un notable conjunto de ceramica comun iberica otro de ceramica griega de occidente o seudojonia, todos oxidada (30 fragmentos , con solo dos formas), comun ellos de la segunda mitad del s. VI a.C. Ligeramente mas reducida (19 fragmentos, con dos formas) , ceramica comun recientes , un fragmento de ceramica atica y mas de treinta de de origen punico ( 1 fragmento ), y anfora iberica de boca ceramica iberica comun oxidada, algunos con pintura roja, a plana (4 fragmentos). Pero la ceramica de epoca romana es los que deben afiadirse los de la ceramica comun reducida y ligeramente mas numerosa , predominando los fragmentos de modelada a mano, a menudo de dificil clasificacion y anfora italica de tipo Dressel 1, con una parte importante de datacion (Fig. 134: 5). ellos pertenecientes a recipientes originarios de la zona campaniense y pasta tipo DB (Fig. 132: 2). Dentro del periodo iberico y tardorrepublicano , los materiales mas modemos son los kalathoi tipo "sombrero de copa" de la Como importaciones tambien italicas sefialamos la presencia primera mitad y mediados del s. II a.C., con la caracteristica de 7 fragmentos de ceramica campaniense , con dos formas decoracion en dientes de lobo en el horde, semicirculos en la identificadas. Una de ellas pertenece a la base de una patera pared u otros motivos de mayor sencillez (Fig. 134: 1y 2). Es de grandes dimensiones , probablemente de la forma Lamb. una produccion local ampliamente difundida en el 26 o similar, decorada a ruedecilla en su fondo intemo , en el Mediterraneo occidental. que se aprecia parte de una palmeta (Fig. 132: 3). El segundo fragmento podemos asimilarlo al tipo 1625 de Morel (Fig. Tamhien con un origen local, seguramente originaria de la 132: 1), de la primera mitad del s. II a.C. (Morel 1981, p. zona de Ampurias o sus inmediaciones , la ceramica gris, con 126). 25 fragmentos , presenta un limitado repertorio de cuenco de horde vuelto hacia el interior y jarritos biconicos, a los que Tambien de procedencia italica, hemos podido clasificar tres debe afiadirse el cuello de una jarra de cuerpo globular y fragmentos de ceramica de pasta micacea , producto que pasta bicolor , que constituye una forma mas escasa, aunque aparece con bastante asiduidad en la region a partir de no por ello menos conocida (Fig . 134: 8, 9 y 11). Estos mediados del s. II a.C. materiales son contemporaneos y proceden de los mismos talleres que fahricaron la ceramica decorada con engohe La ceramica de produccion local se limita a 11 fragmentos blanco , de la que hallamo s once fragmentos sin forma en el de ceramica gris emporitana clasica (vasos y jarros biconicos estrato. sin forma) , heredera de una tradicion iherica nacida siglos antes y muy abundante en los niveles del siglo II a.C. e Como principales materiales de importacion , a parte de las anfora s que comentaremo s a continuacion , solo cabe sefialar inicio s del siglo siguiente . cuatro fragmentos de ceramica italica de pasta micacea, que Establecer una cronologia mas o menos precisa para el se introdujo en el pais a partir de mediados del s. II a.C., pero estrato e arriesgado a partir de los pocos fragmentos que cuya presencia aumenta considerahlemente a partir de finaproporcionan dataciones seguras. Las mas recientes les de siglo (Fig. 134: 7), y la ceramica de bamiz negro sohre la epoca de su fundacion, teniendo en cuenta que los dos estratos , interior y exterior (U.E. 2027 y 2028, respectivamente ), se localizan por dehajo del nivel teorico del pavimento y se apoyan directamente contra los muros de cimentaci6n.

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Fig. 131. Sector Oeste. Planta general de las estructuras tardorrepublicanas a las que se adosaron las termas de la Jase altoimperial.

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Fig. 132. U.E. 2027. Habitacion A6. 1 y 3: Ceramica campaniens e. 2: Anjora Dressel 1.

campaniense, con un conjunto en el que se hallan representadas las producciones A y By B-oiaes , con tan solo 14 fragmentos, la mayor parte sin forma.

rezcan otros materiales minoritarios , aunque el estrato fuera mas tardio de lo que inicialmente suponemos .

Tai como habiamos seiialado en una ocasi6n anterior , En cuanto a las anforas , distinguimos cuatro tipos o tampoco debe descartarse la posibilidad de que las intrusiones mas recientes sean debidas a una remoci6n de producciones, entre las que destacan las italicas de la forma Dressel 1 (81 fragmentos sin forma y dos con forma), como tierras llevada a cabo en epoca moderna , aunque no existen producci6n mas numerosa y reciente , debiendose fechar pruebas concluyentes de ello. grosso modo en la segunda mitad del s. II a.C. Ligeramente mas antiguo, un solo fragmento de anfora grecoitalica , de la - Espacio anexo al muro perimetral. segunda mitad del s. III a.C., y tres de ~nfora punica de la forma _ genenca Ramon T7 , contemporanea a las Debemos distinguir dos areas o sectores que ya habiamos producciones italicas (Fig. 134: 6). Los cinco fragmentos de seiialado precedentemente : la zona situada en el interior del anfora iberica de boca plana ·quiza deban considerarse recinto , al este del muro , y la zona exterior , al oeste del muro materiales residuales , al igual que las otras producciones 2010 y al norte de la pared 2034. Aunque se trata de estratos indigenas citadas al inicio , aunque es habitual su aparici6n formados o depositados en el mismo momento, los primeros en estratos de los siglos III y II a.C. corresponden a la nivelaci6n del suelo del interior de la villa, mientras que los otros constituyen el nivel de circulaci6n de Este estrato, que presenta las mismas caracteristicas de los su perim etro externo . Los del interior aparecen -recubierto s otros niveles relacionados con la fundaci6n de la villa por el estrato superficial , aunque ignoramos de que modo se tardorrepublicana y que a pesar del escaso numero de vieron afectados a lo largo de los siglos, mientras que los de material ceramico debemos fechar de manera aproximada en la zona externa fueron recubiertos y sellados por los muros y la segunda mitad del s. II a.C., se vio afectado por la pavimentos de las termas del s. II d.C. construcci6n o ampliaci6n de la villa altoimperial. La introducci6n de tres fragmentos de ceramica africana o clara U.E. 2030. A y otros doce de ceramica africana de cocina son el unico elemento que puede proporcionar indicios cronol6gicos Es la continuaci6n de los demas estratos de la zona interna del recinto, en esta ocasi6n situado en el angulo que forman sabre dicha remodelaci6n/ampliaci6n. Son unos indicios muy tenues que indican una fecha aproximada posterior a los muros 2010 y 2031. Todo el aparece por debajo del nivel de pavimento o de la rebaba de fundaci6n del muro que mediados del s. II d.C., pero que puede alargarse hasta delimita la villa por su extrema oeste, como puede apreciarse mediados del s. III d.C . La ausencia de materiales mas recientes , como la sigillata africana o clara C no es en la secci6n Tl y T2 (Fig. 154). En ocasiones se confunde con el estrato 2002 por su textura , aunque ambos pueden significativa, dada su escasez en estratos con un volumen delimitarse perfectamente. No repetiremos la lista de superior de material. En este, con tan solo 15 fragmentos fragmento ceramico s aparecido s en el nivel, que repite las tardio s, en la que se documenta lo que casi podria formas y producciones que tantas veces hemos comenta do en considerarse una sola producci6n , es 16gico que no apa168

Josep CASAS - Victoria SOLER

relacionados con su abandono, consideramos prescindibles otros comentarios adicionales. Unicamente cabe seiialar una diferencia respecto al resto de los estratos ligados a la fundaci6n de la villa tardorrepublicana: su origen mas antiguo y el hecho de que los materiales mas recientes deberian considerarse intrusiones motivadas con la construcci6n de Ia villa hacia el tercer cuarto del s. II a.C. o poco despues.

U.E. 2025.

Fig. 133. Moneda procedente de! estrato 2027.

paginas anteriores. Pero debemos destacar el hecho de que en esta ocasi6n el numero de fragmentos es bastante mas elevado, aunque la mayor parte de ellos no corresponden a formas clasificables. Solo un pequeiio numero pueden ser reproducidos graficamente (Fig. 135). En los inventarios anexos pueden apreciarse las distintas producciones ceramicas, asi como la casi ausencia de restos de fauna. Unicamente cabe hacer hincapie en la presencia , una vez mas, de los productos de epoca colonial e iberica , entre los que destacamos las anforas masaliotas y punicas, la ceramica griega de occidente , pasta clara masaliota o seudojonia , las ceramicas ibericas pintadas , la gris monocroma , o las ceramicas a mano, tambien indigenas , al igual que un importante conjunto de ceramicas ibericas oxidadas de distinta tipologia. Pero el conjunto que mas puede acercamos al momento en que se form6 o deposit6 el estrato esta formado por los casi doscientos fragmentos de anfora italica de la forma generica Dressel 1, los poco mas de treinta fragmentos de ceramica campaniense y el centenar perteneciente a la gris emporitana clasica . Unicamente cabe resaltar dos fragmentos de ceramica campaniense A. El primero perteneciente sin duda a la forma Lamb . 26 (Fig. 135: 3) y el segundo proba~lemente atribuible a la misma forma o quiza a la Lamb. 27. Este , con un circulo de decoraci6n impresa a ruedecilla en su fondo interno y una palmeta. Posiblemente , a juzgar por su ubicaci6n, la decoraci6n se completaba con otras dos palmetas dispuestas radialmente (Fig. 135: 4). Son productos de la primera mitad del s. II a.C.

U.E. 2019. Es el primero de los estratos situados en el exterior del conjunto primitivo , debajo de lo que siglos despues fue el tepidarium de las termas. Se deposit6 sobre el relleno de la fosa 2022 , ya analizada, y apoyandose en el muro 20 l 0 (Secci6n T2, Fig. 154). En cambio , el muro 1007 de las termas lo recort6, y tanto este como la rebaba de fundaci6n que sen.ala el nivel de pavimento o circulaci6n mas tardio , asi como el estrato 2018 , se apoyan en el o lo recubren totalmente . Puesto que hemos analizado este estrato en el marco del asentamiento iberico , concretamente junto a los niveles

Es la prolongaci6n hacia el Oeste de los estratos 2028 y 2030, aunque en esta ocasi6n se vio contaminado con motivo de la construcci6n de las termas , con la intrusion de 8 fragmentos mas modernos, ajenos al conjunto ceramico predominante. Se localiza bajo el propnigeum, de dimensiones desconocidas en su primera fase, en el que aparecen los resto_sdel pr~efurniu':' de las termas y sobre el se apoya un p1s0 de tlerra roJa quemada que corresponde a la conducci6n de entrad~ del calor al pequeiio caldarium. Hacia el Sur, con una hgera elevaci6n de la roca natural, el estrato se pierde y confunde con el nivel superficial, de tierras de labor. Los ocho fragmentos mas modemos pertenecen todos ellos a importaciones norteafricanas (dos fragmentos de sigillata africana A y seis de ceramica de cocina de horde ahumado), de los siglos II-III d.C., sin que pueda concretarse mejor su cronologia. En cuanto a los materiales mas antiguos , presentan el mismo repertorio de formas y producciones al que ya estamos habituados , con fragmentos de ceramicas ibericas de diversas epocas , ya sean modeladas a tomo o a mano (Fig. 136: 6), que abarcan un periodo extenso , como minimo desde el s. V hasta el s. II a.C., aunque con un claro predominio de aquellas mas recientes. Se completa con otros materiales menos habituales (ceramicos o metalicos), como un pondus , una fusayola, un cuchillo y otros fragmentos de clavos de hierro y de herramientas no clasificables (Fig. 136: 3 a 5). El conjunto que mejor define la cronologia del nivel esta formado por los fragmentos de anfora de tipo Dressel 1, la ceramica campaniense y la ceramica gris emporitana clasica (no aparece ningun fragmento de la producci6n gris tardi~)Un horde de anfora punica del tipo Ramon T7.3.2.1 (Fig. 136: 2), se fecha hacia la primera mitad o mediados del s. II a.C. (Ramon, 1995). La base de ceramica campaniense B o B-ofrie con decoraci6n intema a ruedecilla , de la forma Lamb 8, con un pie caracteristico del tipo Morel 152a, se sit:ua hacia la segunda mitad del s. II a.C., alrededor del 120 a.C. (Morel 1981, p. 186 y 456) . Por lo tanto, esta cronologia, aunque obtenida a partir de un material escaso , coincide plenamente con la que nos proporcionaron los estratos relacionados con los niveles de fundacion del edificio principal situado en el extrema opuesto del yacimiento.

U.E. 2029. Se localiza al norte del muro 2034 , que constituy e el limite o cerramiento norte del conjunto edificado. Es la otra parte del 169

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Fig. 134. U.E. 2028. 1 y 2: Kalathoi ibericos. 3 y 4: Ceramica de barniz negro. 5: Ceramica comun reducida . 6: A nfora punica. 7: Ceramica italica de pasta micacea. 8 y 9: Gris emporitana . 10: Anjora grecoitalica . 11: lberica comun oxidada.

estrato 2030, aunque en realidad todos los estratos tardorrepublicanos de este sector de la villa son contemporaneos y constituyen un solo nivel o, mejor dicho, forman parte de un umco horizonte cronol6gico, correspondiente a la fundaci6n de la villa mas antigua.

un mayor volumen de material.

El material arqueol6gico es muy escaso. Solo tres restos faunisticos y un centenar de fragmentos de ceramica, con el repertorio habitual: ceramica gris monocroma , anfora punica, ceramica comun iberica oxidada -con algunos fragmentos con restos de pintura- , ceramica a mano y anfora de boca plana, como producciones mas antiguas y que debemos situar en el amplio marco cronol6gico que abarca desde las ultimas decadas del s. VI hasta inicios del s. II a.C., como en el caso de los demas estratos del sector.

Sin duda, al analizar las fases de epoca altoimperial de la villa romana volveremos a encontrar materiales pertenecientes al periodo republicano y, como no , al habitat iberico e incluso al Bronce Final Illb. Pero no existen, por ahora, estructuras, restos de muros o edificios, que puedan relacionarse con la villa mas antigua, a excepci6n de los que hemos analizado en las paginas precedentes. Debemos preguntamos por su origen y significado.

Las mas recientes son las ceramicas grises emporitanas del periodo clasico (s. III-II a.C.) y los fragmentos de anfora romana d~l tipo Dressel 1, sin forma, pero con unas pastas y caracteristicas inconfundibles. Ello nos lleva a situar la formaci6n y deposito del estrato hacia la segunda mitad del s. II a.C. Nada impediria avanzar esta cronologia hasta inicios del s. I a.C., a no ser por la comparaci6n con los niveles vecinos y contemporaneos , mejor fechados gracias a

Consideraciones finales. La fundacion de las primeras villas romanas en el N .E. de Catalufia.

El estudio de las producciones ceramicas aparecidas en todos los estratos que se relacionan con la construcci6n de este modesto edificio nos conducen a situar su origen hacia finales del s. II a.C.; sin duda, en tomo al ultimo cuarto del siglo. Es una epoca en la que el habitat iberico llevaba abandonado casi cincuenta aftos. Sus muros habian quedado reducidos practicamente a nivel de cimientos, puesto que las paredes de las habitaciones ibericas, levantadas con adobe sobre el z6calo de piedra , habian acusado el paso del tiempo

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Josep CASAS - Victoria SOLER

tambien las punicas mas recientes , de la forma generica Mafia C.

En cuanto a las otras importaciones , tambien debemos recordar los escasos fragmentos de ceramica italica comun de pasta micacea, que aparece en la region a partir de la segunda mitad del s. II a.C., asi como aquellos pocos ejemplares de ceramica de paredes fmas, que tambien llegaron a estas costas a partir del 125 a.C., aproximadamente.

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Fig. 135. U.E. 2030 . I y 2: Ceramica iberica oxidada. 3 y 4: Ceramica campaniense. 5: Mortero italico. 6: Anfora Dr. I .

y desaparecieron de manera inexorable. Los estratos de abandono e incluso de habitaci6n del periodo mas antiguo se convirtieron en canteras de las que se extrajo el material necesario para levantar la plataforma sobre la que se edific6 la villa republicana y rellenar los desniveles que presentaba el promontorio. La ceramica hallada en estos rellenos y nivelaciones es un fiel reflejo de dicha situaci6n. Las producciones mas antiguas demuestran su procedencia de los estratos del asentamiento iberico , alterados en gran medida, como hemos podido ver en su momenta . Pero ademas permiten completar el repertorio que ilustra la cronologia y evoluci6n de la estaci6n indigena, al mismo tiempo que nos recuerdan su origen y evoluci6n a partir de un asentamiento aun mas antiguo que se inici6 como minimo en el Bronce Final y que perdur6 hasta la primera Edad del Hierro para convertirse, ya dentro del s. VI a.C. en un habitat iberico. No obstante, en este apartado nos interesan mas los materiales arqueol6gicos que podriamos considerar mas recientes. Aquellos que permiten fechar con poco margen de error la construcci6n de la villa. En una breve recapitulaci6n , recordemos la presencia de distintos tipos de ceramica campaniense (A, B y B-oiae), con ejemplares que se inscriben en un marco generico de la primera mitad del s. II a.C. pero mezclados con otros fragmentos mas propios de la segunda mitad del siglo. A ellos debemos afiadir las anforas , especialmente las Dressel 1A y B de origen italico, pero

En lo referente a los productos locales, tienen un repertorio limitadisimo , pero que agrupa todos los tipos originarios de las inmediaciones de Ampurias. En primer lugar, los kalathoi de tipo iberico, que aparecen en el s. II a.C., con ejemplares en Mas Gus6 fechados preferentemente hacia las ultimas decadas de dicho siglo. En segundo lugar los muy escasos fragmentos de ceramica emporitana de engobe blanco , con cronologias bastante precisas a partir de mediados del s. II a.C. y que perduraron hasta muy entrado el siglo siguiente. En ultimo lugar, la ceramica gris emporitana , con el repertorio de formas limitado al jarrito bic6nico , el plato de borde entrante y a la jarra de mayor tamafio emparentada con las formas mas usuales de la ceramica de engobe blanco. Vale la pena seftalar que no aparece ni un solo fragmento de la ceramica gris emporitana tardia, cuya producci6n se inicia en los primeros aftos del s. I a.C. Aunque podriamos citar una larga lista de pequefios yacimientos y estaciones con materiales parecidos y estratos contemporaneos a los de fundaci6n de la villa republicana de Mas Gus6, baste escoger solo los mas pr6ximos geograficamente para corroborar una cronologia del ultimo cuarto del s. II a.C. En la zona mas cercana a Ampurias , en un radio de cinco kil6metros de la ciudad, los silos de Tolegassos y el almacen del Olivet d'en Pujol contienen el mismo tipo de producciones con una cronologia de la segunda mitad avanzada del s. II a.C. (Casas/Soler , 2003). Pero el mejor paralelo lo hallamos en los niveles de fundaci6n de la propia ciudad romana levantada sobre el promontorio al oeste de la Nea poli s, en el relleno interior de su muralla y en los de los silos de la zona del criptop6rtico, con cronologias cercanas al afto I 00 a.C. Sin embargo , aunque seria 16gico relacionar la fundaci6n de las primeras villas rurales en la zona con la construcci6n de la ciudad romana de Ampurias, nos inclinamos a pensar que la construcci6n de la villa de Mas Gus6 puede ser ligeramente anterior, mas pr6xima a la de l'Olivet d'en Pujol. Nos induce a ello el hecho de que ante la gran cantidad de anfora Dresel I A unicamente aparece un fragmento que puede atribuirse a la variante I B y que, por otra parte , las decoraciones de algunos kalathoi son mas propias de los ejemplares mas antiguos, que perduraron hasta mediados del s. II a.C. La ceramica campaniense, con un amplio e irregular repertorio, suele presentar tipos relativamente antiguos y que perduran hasta la segunda mitad avanzada del siglo, junto a otros mas propios de las ultimas decadas del s. II a.C. En cualquier caso, creemos que debemos aceptar una cronologia del ultimo cuarto del siglo II a.C. para la fundaci6n de la villa. A pesar de los avances y aportaciones de la arqueologia en estos ultimas afios, aun existen muchas lagunas en lo que respecta a las primeras implantaciones rurales en epoca 171

EL ASEN TAMIENTO DE MAS GUSO

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Fig. 136. U.E. 2025 . 1: Ceramica campaniense . 2: Anjora pimica . 3: Cuchillo de hierro. 4 y 5: Fusayola y pondus . 6: Ceramica indigena a mano.

romana . Poco a poco se ponen al descubierto nuevos yacimientos , villas romanas y estaciones con precedentes tardorrepublicanos, pero continuan siendo escasos. Por un lado, la epoca de su fundaci6n, hacia las ultimas decadas del s. II a.C. y primeros afios del siglo siguiente, en lo que consideramos que constituy6 una primera ocupaci6n general del territorio con la implantaci6n del modelo italico en la zona, no tuvo que suponer forzosamente una ocupaci6n intensiva. Los inicios, como en tantos otros procesos colonizadores , debieron manifestarse de forma timida, con pocos establecimientos rurales de nueva construcci6n dispersos por el territorio. Por otrq lado, deberiamos preguntamos hasta que punto en muchas ocasiones se reaprovecharon modestas granjas indigenas sobre las que se asent6 una familia que adopt6 los metodos italicos para explotar la tierra, aun conservando en parte las infraestructuras o las tradiciones locales. Es posible que muchas de las estaciones de la segunda mitad del s. II a.C. que consideramos indigenas por el hecho de presentar algunas caracteristicas tipicamente ibericas (silos, estructuras sencillas que no adoptan la forma tipica de la villa romana, etc.), fueran ocupadas en realidad por colonos italicos. i,C6mo se explica , sino, la convivencia en un mismo yacimiento de aquel periodo de dep6sitos para liquidos revestidos de opus signinum y de fabrica totalmente romana, junto a silos para guardar grano, modestas cabanas o casas de reducidas dimensiones y al mismo tiempo con pavimentos tambien de opus signinum de peor o mejor calidad? Casos como el del Camp del Bosquet, en Camallera, Tolegassos , en Viladamat, posiblemente Serra de Daro y otros pueden ser un ejemplo de ello. La evoluci6n de las primeras villas que podemos considerar construidas ex novo en aquel periodo inicial es diversa segun los casos, aunque por regla general evolucionaron hacia nuevas construcciones de mayor envergadura , como expresi6n de la consolidaci6n y exito del primitivo estable-

cmuento y el beneficio obtenido en el dominio agricola a partir de las siguientes generaciones. Aunque se detectan cambios dificiles de interpretar a lo largo del s. I a.C., no sera hasta el primer siglo de nuestra Era cuando se produzcan los grandes cambios y se construya un elevado numero de villae, ex nihilo o ampliando viejas explotaciones. Mas Gus6, pero sobre todo Tolegassos y Vilauba, son claros ejemplos de esta situaci6n. En tercer lugar, la relativa escasez de yacimientos de epoca tardorrepublicana en la zona inmediata a Ampurias , fertil y facilmente cultivable a pesar de algunas zonas pantanosas, parece indicar que para aquel periodo deberiamos buscar la poblaci6n agricola en la misma ciudad romana. El territorio es muy extenso para tan pocas villae. No forzosamente la poblaci6n agricola tenia porque vivir en el campo. No debi6 ser asi, como tampoco lo fue en epoca iberica ni en epocas posteriores. En la Catalufia medieval, modema e incluso contemporanea la poblaci6n agricola, sobre todo los pequefios propietarios y aparceros , ha tenido tendencia en habitar en pequefios nucleos urbanos que han coexistido con las masias situadas en el centro de .sus respectivos dominios agricolas. Aunque posiblemente indemostrable, no es en absoluto absurdo suponer que una situaci6n parecida pudo darse en epoca romana. En cualquier caso, el campo y sus costumbres en las sociedades preindustriales no cambi6 tanto con el transcurso de los siglos. En lo que se refiere a la estructura general de las primeras villas . que podemos considerar romanas o que presumiblemente fueron construidas po·r colonos italicos, los datos disponibles actualmente para la region son insuficientes para conocer el modelo preciso . En realidad no puede hablarse de una tipologia de villas en la zona, y menos aun · para el periodo republicano , dada la escasez de yacimientos conocidos. Tomando los ejemplos geograficamente mas pr6ximos, en 172

Josep CASAS - Victoria SOLJ~R

Fig. 137. Ensayo de restitucion de/ edificio de/ sector Este de la

villa de epoca republicana

primer lugar debemos referimos inevitablemente al Olivet d'en Pujol (Viladamat) , aunque basicamente se trata de un almacen de planta rectangular para dolia con una modesta vivienda o un cobertizo anexo y quiza dependiente de otra villa de mayor envergadura (Casas 1989). En todo caso, fue construido dentro de la segunda mitad o ultimo cuarto del s. II a.C. a unos 4 km. al N.O. de Mas Gus6. La otra villa, Tolegassos, a unos 3.500 m. al N.0. de Mas Gus6, presenta en su fase tardorrepublicana una serie de estructuras mal conservadas , en muchas ocasiones relacionadas con silos de tipo iberico que solian contener material de construccion tipicamente romano entre las tierras con que fueron rellenados al quedar fuera de uso, desde los ultimos aftos del s. II a.C. hasta epoca augustal, segun los casos. El primer edificio claramente identificado, construido durante el principado de Augusto, presenta una planta rectangular, con un portico adosado en su fachada este y los restos o parte inferior de un deposito - seguramente perteneciente al impluvium- en la zona oeste del conjunto (Casas/Soler 2003, p. 52) . Un tercer caso proximo, aunque poco esclarecedor, lo constituye el yacimiento de la Casa del Raco (Sant Julia de Ramis). Una villa romana con tres fases constructivas , la primera de las cuales se fecha hacia el primer tercio del s. I

a.C. (Agusti/Burch/Merino 1995, p. 98-99). Sin embargo , tan solo dos muros parecen claramente atribuibles a dicho periodo, lo que impide conocer la estructura de la casa. Sin duda, el mejor paralelo en cuanto a estructura y distribucion de la villa de Mas Guso es la fase inicial de Vilauba (Camos), aunque cronologicamente esten separadas por mas de un siglo (Castanyer/Tremoleda, 1999, p. 56-59). Comparando las plantas de ambos edificios podremos percatarnos de ello , si bien la de Vilauba, construida hacia el tercer cuarto del s. I d.C. es ligeramente mas compleja y completa (Fig. 112). Pero en ambos casos se trata de villas de corredor, con una estructura de form a alargada en la que se distribuye una bateria de habitaciones a las que se accede a traves de un espacio porticado adosado a su parte frontal y que presumiblemente da acceso al patio de la villa o a un espacio abierto. En anibos casos la villa de corredor fue el nucleo a partir del cual se desarrollo la posterior villa altoimperial. En Vilauba, de mayor complejidad que en Mas Guso, fue debido tambien a un mayor crecimiento y seguramente al hecho de que constituia el centro de un dominio agricola mayor y a su larga perduracion hasta epoca visigoda, registrandose un numero de ampliaciones y remodelaciones mayor hasta su total abandono. A parte de esta estructura inicial practicamente 173

EL AS ENTAMIENTO DE MA S GUSO

identica, aunque separada por unos ciento cincuenta afios, ni el origen ni la posterior evoluci6n de las dos villas tienen nada en comun, a pesar de que bajo los cimientos de Vilauba se hayan localizado precedentes tardorrepublicanos o ibericos que ponen en evidencia una primera ocupaci6n indigena del yacimiento en els. III-II a.C. En definitiva, Mas Gus6 es el mas completo ejemplo de villa romana de epoca republicana en una extensa area del extremo nordeste peninsular , lo que se explica sin duda por su situaci6n pr6xima a Ampurias. Desconociendo con precision la estructura de la primera villa de Tolegassos , cronol6gicamente identica, de momento Mas Gus6 es la unica de la que conocemos la planta practicamente completa.

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Josep CASAS - Victoria SOLER

13. Fase 2. La villa romana altoimperial. Todo parece indicar que la primera edificaci6n de epoca romana no sufri6 cambios apreciables, o por lo menos no detectados en los restos excavados, hasta su ampliaci6n durante la segunda mitad del s. II d.C. Es hasta cierto punto extraiio que un conjunto de edificios permaneciera inmutable a lo largo de poco mas de trescientos aiios. Sin embargo, modificaciones puntuales , remodelaciones o reconstrucciones de los primitivos edificios que no alteraron su estructura general o la planta del conjunto no pueden ser detectados a partir de los restos excavados, que se limitan unicamente a los cimientos. En el caso hipotetico de que se hubieran aiiadido nuevas plantas al edificio inicial o que se hubieran reconstruido muros o tejados, o cualquiera de sus elementos estructurales , no tenemos ningun elemento material para poder documentar dichas obras. Claro esta que tan solo ha sido excavada la mitad del yacimiento, pero en areas y sectores diferentes que delimitan tres de sus extremos. De existir estructuras de epocas intermedias, a buen seguro habrian aparecido, aunque solo fuera parcialmente. Lo que si esta claro es que a nivel de cimientos la villa construida en els . II a.C. no sufri6 cambios hasta els. II d.C. Y no obstante, tampoco existe un periodo durante el cual pueda considerarse abandonado el conjunto. A traves del material arqueol6gico constatamos que no existe ninguna interrupci6n desde el momento de su fundaci6n hasta el abandono definitivo en el s. III , aunque es cierto que para el periodo situado entre el s. I a.C. y el s. I d.C. dicho material aparece en menor cantidad que el de los siglos anteriores o posteriores. Pero aunque sea como materiales residuales en estratos mas modemos , es habitual la aparici6n de sigillata aretina , sudgalica, ceramica de paredes fmas y otras producciones tipicas del periodo. La segunda fase de la villa, que corresponde a la primera ampliaci6n de epoca altoimperial , se localiza sobre todo en el extremo sur, con la construcci6n de nuevas habitaciones a continuaci6n de las ya existentes, el cerramiento del recinto y la construcci6n de la principal y quiza unica puerta de acceso desde la fachada sur. En el ala oeste se detecta la construcci6n de un pequeiio edificio termal. Se trata de unas modestas termas formadas por tres espacios (ca/darium, tepidarium y una pequeiia piscina o baiio, o quiza unas letrinas), siguiendo el modelo mas sencillo y usual en villas rurales del territorio , con numerosos paralelos muy similares en toda la zona (Fig. 138). En el ala opuesta , al este del recinto, solo se detecta actividad a traves de una serie de estratos relativamente

complejos depositados fuera del conjunto edificado, a ras del muro perimetral o de contenci6n levantado con motivo de la construcci6n de la primitiva villa. Es una estratigrafia de dificil lectura, en la que se mezclan y superponen estratos de nivelaci6n, vertedero de residuos domesticos , nichos con ofrendas de fundaci6n o propiciatorias y el nivel formado por aportaciones e6licas y pluviales despues de abandonarse definitivamente la villa. Los analizaremos paso a paso, empezando con los que se relacionan directamente con las habitaciones construidas en esta fase. En cuanto a las termas, ampliadas en una tercera fase, las estudiaremos por separado.

Habitaci6n Bl. (U .E. 3055 y 3048). Debido al hecho de su situaci6n en un sector con bastante pendiente, en el extremo S.E. del yacimiento , parte de su estratigrafia ha desaparecido a lo largo de los aiios por causas naturales, debido a la erosion natural del extremo del promontorio. Solo en una parte de ella, en la que el subsuelo rocoso es mas elevado, se conservan los estratos situados bajo el pavimento e incluso parte de dicho pavimento. El resto desapareci6 con un progresivo corrimiento de tierras hacia el exterior del edificio a partir del momenta en que el largo muro de contenci6n fue derrumbandose , una vez abandonada la villa. Para poder ampliar la villa inicial hacia al sur los constructores se vieron obligados a prolongar el muro de contenci6n de la villa republicana a partir del ultimo contrafuerte, lo cual queda documentado mediante un corte que aun puede apreciarse entre los dos tramos del muro y por el aspecto diferente entre ambos. Los otros muros que la delimitan y al mismo tiempo la separan de las habitaciones circundantes se construyeron con piedra caliza local unida con argamasa. Actualmente se conservan a una escasa altura, con su parte superior bastante regular , lo que hace suponer que los paramentos verticales fueron construidos con tapial o adobe revestido de una capa de argamasa para preservarlos de la humedad . El estrato mas profundo (U.E. 3008), no tiene ninguna relaci6n con la construcci6n de la habitaci6n , sino que forma parte de las nivelaciones extemas de la primitiva villa tardorrepublicana. En cuanto al resto de estratos depositados en el momenta de su construcci6n o en una fase inmediatamente previa , identificamos unicamente dos (U.E. 3055 y 3048) , que sirvieron de relleno y nivelaci6n del subsuelo y preparaci6n del pavimento. A pesar de la mezcla de material arqueol6gico de distintas epocas que aparece entre las tierras de estos niveles , en general los fragmentos ceramicos mas recientes senalan una cronologia de la segunda mitad del s. II y la 175

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Fig. 138. Planta general de la villa romana senalando todas las estructuras y habitaciones en uso durante la Jase 2.

primera del s. III d.C. No obstante , deben tenerse en cuenta varies factores que posiblemente explican esta cronologia tan tardia. En primer lugar, el desplazamiento de los estratos a causa de la erosion del margen de la habitaci6n y su posterior destrucci6n , a lo que deben afiadirse los trabajos de excavaci6n de la modema zanja para riego, ocasionando la desaparici6n de parte de la estratigrafia y la parcial mezcla de tierras. En segundo lugar, no debe descartarse una refecci6n del pavimento en epoca romana , durante la ultima fase de remodelaci6n de la villa. En el estrato 3055, el mas profundo , los fragmentos mas antiguos pertenecen a la ceramica indigena a mano , con quince fragmentos entre los que aparece un horde de cuenco con doble pez6n junto al labio, que recuerda por su forma y elaboraci6n algunos de las ejemplares que habian aparecido en el nivel del Neolitico Final (Fig. 139: 1). Sin embargo , su atribuci6n a dicho periodo no es totalment e segura , pudiendo tratarse de un recipiente del Bronce final.

Al periodo colonial pertenecen tres fragmentos de ceramica gris monocroma sin forma , que ya hemos tenido ocasi6n de estudiar con mayor atenci6n en paginas precedentes . Y cronol6gicamente pr6ximo, del s. V a.C., un fragmento de ceramica iberica con restos de pintura roja oscura. El conjunto mayoritario presenta algunos problemas de clasificaci6n , puesto que se trata, por un lado, de un grupo de fragmentos sin forma de anfora romana, entre los que distinguimos algunos con la pasta tipica de las producciones italicas de los siglos II-I a.C. (basicamente anforas Dressel 1), y otros de epoca imperial imposibles de clasificar, pero que teniendo en cuenta los hallazgos en otros estratos contemporaneos suelen pertenecer a anforas de tipo Dressel 2/4 o variantes, o Gauloise IV. En un caso se trata sin duda de un fragmento de anfora betica del tipo Dressel 20, a juzgar por las caracteristicas de la pasta. Por otro lado, ocurre algo similar con la ceramica comun oxidada y reducida, con mas de sesenta fragmento s y casi 176

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Fig. 139. U.E. 3055. I: Ceramica neolitica. 2 y 3: Africana de cocina. 4: Anfora o jarra de ceramica ox.idada. 5: Africana de cocina . 6 a 8: Sigillata sudgalica.9 y I 0: Ceramica comun reducida.

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EL ASENT AMIENTO DE MAS GUSO

ninguno con forma. En general se trata de producciones locales que presentan unas caracteristicas poco significativas, pero que suelen ser comunes a los recipientes de epoca altoimperial estudiados en esta region (Casas et al. 1990). En ceramica oxidada, las arcillas suelen ser de buena calidad, depuradas, con un fino desgrasante de mica y cristales de cuarzo de grano fino. Las pastas suelen ser duras, de fractura recta y superficies lisas. Normalmente aparecen delgadas lineas de torneado en la superficie externa. El repertorio tipol6gico suele limitarse a jarras de pequefio o mediano tamafio, con la base totalmente plana o con un pie anular y anillo de reposo diferenciado (Fig. 139: 4) . La ceramica comun reducida, de aspecto mas tosco y colores oscuros , normalmente negro, presenta un repertorio de formas aun mas limitado, siendo la mas habitual la urna sin asas o la olla con dos asas cortas situadas justo por debajo del horde. No es raro que algunos ejemplares dispongan de un leve encaje en el labio para recibir una tapadera (Fig. 139: 9 y 10). Las bases, por regla general , suelen ser totalmente planas y sin pie diferenciado. Las producciones que permiten una clasificaci6n mas segura son la gris emporitana clasica ( 1 fragmento) y las diferentes producciones de sigillata, empezando por la italica o aretina, representada por tan solo cuatro fragmentos. Uno de ellos es una base de la forma Conspectus 20.4.4 (Fig. 139: 8), de la primera mitad no avanzada del s. I (Ettlinger et al. 1990, p. 86). lgual de escasa es la sigillata sudgalica originaria de los talleres de la Graufesenque , con tres fragmentos de las fonnas Drag. 27 y 37, lisa y decorada, respectivamente. Ambas son formas tardias, especialmente la segunda, que puede situarse en el periodo de transicion/decadencia, hacia las primeras decadas del s. II (Fig. 139: 6 y 7). En lo referente a las ceramicas africanas , que proporcionan las cronologias mas tardias, sefialamos la presencia de un fragmento de africana C sin forma, que debe fecharse por lo menos hacia mediados del s. III. Otros seis fragmentos pertenecen a la africana A y a la ceramica africana de cocina de patina cenicienta. En el primer caso se trata de un plato de la forma Hayes 23A (Fig. 139: 5), en principio mas antigua que la variante B, pero cuya coexistencia ha sido demostrada en la mayor parte de yacimientos de la zona, a partir de mediados del s. II d.C. y durante casi toda su segunda mitad. En cuanto a la Hayes 181, la gran fuente de fondo piano y horde incurvado, barnizada unicamente en su superficie interna , aparece hacia finales o ultimo cuarto del s. II d.C., siendo especialmente notoria su presencia en estratos de la primera mitad del s. III d.C. El resto de producciones de la misma zona del norte de Africa se limitan a las mas comunes ceramicas de cocina: platos /tapadera de horde ahumado, cazuelas del mismo tipo (Hayes 196 y 197), y jarras de base plana y pie anular, con una sola asa y labio almendrado , atribuibles a la forma Hayes 200 (Fig. 139: 2 y 3), de la segunda mitad del s. II y primeras decadas del s. III d.C. (Hayes 1972, p. 211 ). El conjunto se completa con otros materiales no ceramicos (exceptuando un fragmento de lucema de disco del tipo Deneauve VII o imilar), consistentes en clavos de hierro,

vidrios , fauna terrestre y restos malacol6gicos. Sohre este estrato se deposito otro como ultima nivelaci6n y preparacion del pavimento (U.E. 3048) , con una composici6n similar, pero con ausencia de materiales relativamente tardios, como en el caso de la africana C. Los fragmentos ceramicos mas antiguos del estrato 3048, que deben fecharse por lo menos hacia el s. V a.C. son los de ceramica iberica pintada y otros de producciones o talleres similares pero sin decoraci6n, junto con algunos fragmentos de ceram1ca indigena elaborada a mano, con las caracteristicas propias de los platos/tapadera de la primera Edad del Hierro (Fig. 140: 1 y 2). Se trata de materiales residuales , habituales en cualquier estrato de Mas Guso, que en esta ocasion estan directamente relacionados con el conjunto aparecido en el deposito 3036, previo al periodo colonial. Un grupo notable, con un porcentaje significativo dentro del conjunto del estrato, lo constituye la ceramica modelada a mano , entre cuyos fragmentos sin forma es practicamente imposible distinguir aquellos de epoca romana y lo pertenecientes al habitat iberico, por cuanto los acabados de superficie, desgrasantes, tonalidades , etc., son identicos (Fig. 140: 3 y 4). Ninguno de ellos conserva ningun tipo de decoracion impresa o incisa , lo que podria ayudar a distinguir los ejemplares indigenas. Tan solo uno de ellos presenta caracteristicas morfologicas tipicas de las producciones de epoca romana de fabricaci6n local (Fig. 140: 7). La ceramica gris emporitana solo aparece con ejemplares pertenecientes a la facies tardia, concretamente con vasos que se documentan en los yacimientos de la comarca hacia el cambio de Era y primeras decadas del s. I d.C. (Fig. 140: 5 y 6). Los niveles tardorrepublicanos y augustales de Ampurias y villas romanas de la region ofrecen un sinfin de paralelos para este tipo de vasos (Aquilue et al. 1984; Casas/Soler 2003). La sigillata sudgalica, mas numerosa que en el estrato inferior , presenta un limitado repertorio de formas decoradas (Drag. 29 y 36) y diversos fragmentos de pequefio tamafio pertenecientes a vasos lisos (Fig. 140: 9 y 10). Los motivos decorativos en los dos fragmentos pertenecen, por su estilo, a vasos de la ultima etapa de lo que se denomin6 periodo de transicion (Hermet 1934), cuyos paralelos aparecen extensamente documentados en el pecio de Culip IV, hundido entre los afios 78 y 82 al norte del Caho de Creus (Nieto/Puig 2001). En ultimo lugar, la ceramica africana, con tan solo veinte fragmentos , es la que permite establecer con relativa precision la cronologia del estrato o, mas concretamente , el momento de su formacion o dep6sito en el subsuelo de la habitaci6n. No aparece ninguna forma identificable en sigillata africana A, aunque sin duda cuatro fragmentos pertenecen a dicha producci6n. En cuanto a la ceramica africana de cocina de horde o fondo ahumado, los dieciseis fragmentos clasificados pertenecen en su mayor parte a cazuelas Hayes 197 y a platos/tapadera Haye 196, con una amplia cronologia entre mediados del s. II hasta mediados del s. III d.C., si bien perduraron aun durante decadas con 178

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Fig. 140. U.E. 3048. I A 3: Ceramica precolonial a mano . 4 y 7: Ceramica a mano reducida. 5 y 6: Gris emporitana tardia. 8: Comun oxidada . 9 y 10: Sigillata sudgalica.

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EL AS ENTAMIENTO DE MAS GUSO

variaciones puntuales que solo podriamos detectar en caso de haber aparecido algun fragmento con forma en este estrato . El material no ceramico es el habitual, como puede verse en el cuadro resumen del inventario anexo: clavos de hierro, restos de fauna terrestre y marina. La cronologia general de los dos estratos situados bajo los restos del pavimento de cantos rodados (seguramente la base de un pavimento de opus signinum desaparecido ), teniendo en cuenta las salvedades hechas al inicio del apartado, seiiala una fecha bastante amplia que podriamos acotar entre el ultimo cuarto del s. II y el primer cuarto del s. III d.C., admitiendo como muy posible que el fragmento de africana C del estrato 3055 fuera una intrusion posterior , aislada. En apartados posteriores tendremos ocasion de comprobar que la construccion de la villa altoimperial se situa en una fecha ligeramente anterior, por lo que no debemos descartar la posibilidad de que tanto el pavimento como los dos estratos aparecidos bajo el nivelando el terreno pertenezcan a una refecci6n mas tardia, quiza contemporanea a la construcci6n y/o ampliaci6n del edificio termal situado en el extremo opuesto del yacimiento. En realidad , se detectan diversas fases de construccion y ampliaci6n de la villa, aunque la excavacion incompleta del yacimiento nos impide conocer exactamente los detalles de su evolucion arquitect6nica.

Habitacion B2. (U.E. 3025 y 3037-B). Situada junto a la habitacion B 1, con la que comparte en muro divisorio 3027 y el de la fachada principal, 3028, es un espacio de pequefias dimensiones , ocupando la mitad de la superficie. Es simetrica a la habitaci6n B3 y junto a ella formaba una especie de acceso al interior de la villa, localizandose junto a la entrada principal. Es posible que ambas habitaciones constituyeran un cuerpo de edificio mas elevado respecto a las dependencias vecinas, dando lugar a una entrada cubierta con una planta superior accesible. (Fig. 144). Desde la entrada principal al recinto podia accederse a ella a traves de una pequeiia puerta abierta en el centro del muro 3027, en el tramo central del corredor. La roca natural del subsuelo se halla a poca profundidad , con una ligera pendiente hacia el sur. Sin embargo, a pesar de haberse conservado los cimientos hasta una altura superior a la linea que sefiala el nivel del pavimento , su interior apareci6 revuelto y destruido desde antiguo, habiendo desaparecido cualquier rastro de pavimento. El relleno de la habitaci6n desde la superficie del suelo geologico hasta la parte superior de los muros conservados (justo por debajo del estrato superficial), parece pertenecer a la epoca de abandono y destruccion intencionada . Aunque nada permite corroborarlo, es posible que los numerosos fragmentos de pavimento y tegulae aparecidos en el corredor de acceso a la villa procedan de dicha dependencia. Aunque es imposible conocer las causas que motivaron su destruccion intencionada. Por lo tanto, insistiendo en este aspecto, debemos sefialar que el material arqueol6gico del estrato 3025, que ocupaba

todo el espacio interior de la habitacion, solo es util para seiialar la fecha aproximada de abandono de la villa y no su construccion o remodelacion . No descartamos la posibilidad de que inicialmente la mayor parte del conjunto se depositara en el momenta de construirse o ampliarse la villa por dicho extrema, pero la mezcla producida aiios mas tarde con motivo del abandono y destrucci6n de los estratos imposibilita cualquier intento de aproximaci6n cronol6gica a sus momentos iniciales. Una pi~ta para conocer la epoca de construcci6n nos la podria dar una pequeiia depresion del suelo natural localizada al exterior de la dependencia, junto al muro sur (U.E. 3037-B). Pero se trata del relleno de una fosa alargada y de poca profundidad que pudo llevarse a cabo en cualquier momenta con la unica intencion de nivelar el suelo y evitar una incomodidad para la circulacion o incluso para prevenir la acumulacion de aguas pluviales junto al muro principal de la casa. Aunque en ella detectamos la presencia de producciones ceramicas antiguas, tambien aparecen otras propias de los siglos II-III d.C. sin que pueda determinarse con demasiada precision su cronologia. Refiriendonos a los materiales del interior de la habitacion, del estrato 3025, cabe sefialar la relativa homogeneidad de todos ellos, no apreciandose la existencia de producciones residuales del periodo iberico o de la fase republicana del yacimiento. En general se trata de un conjunto formado por materiales de epoca altoimperial, con predominio de ceramicas africanas. La presencia de cuatro fragmentos de ceramica campaniense o uno de anfora italica sin forma pero con las caracteristicas de las Dressel 1 debe considerarse tan solo testimonial y ajena a la epoca en que se formo o removio el subsuelo de la dependencia. La mayor parte de los fragmentos de anfora (7 5 sin forma y 3 con forma) son de epoca altoimperial. Entre las formas solo distinguimos dos: un horde perteneciente a una Dressel 20 betica (Fig. 141: 12) y la mitad inferior de una Gauloise IV o mas probablemente una Dressel 28/30 , teniendo en cuenta las caracteristicas de la pasta (Fig. 141: 5). La primera se fabrico desde mediados del s. I hasta el s. III, mientras que la segunda es mas tardia, desde la segunda mitad del s. II hasta avanzado el s. III (incluso el s. IV en caso de las Dressel 30 mauritanas). La ceramica comun de produccion local, con un claro predominio de los vasos reducidos sobre los oxidados, forma un conjunto integrado por mas de cien fragmentos, casi ninguno con forma definida , aunque en su mayor parte puede apreciarse que pertenecen, en el caso de los vasos oxidados, a jarras de pequefio o mediano tamaiio. Los fragmentos reducidos , de color gris oscuro o francamente negro, corresponden a ollas con o sin asas, ennegrecidas por su uso en la cocina, de cuerpo ligeramente esferico y labio corto (Fig. 141: 10 y 11). Los numerosos paralelo s conocidos para esta categoria ceramica en la region han permitido establecer lineas evolutivas y cronologicas bastante precisas, puesto que habitualmente aparecen asociadas a ceramicas finas de importaci6n , en estratos y contextos cerrados, delimitados y perfectamente fechado s. En el caso que nos ocupa, los dos 180

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ejemplares reproducidos pertenecen a la segunda mitad del s. II d.C. (Casas et al. 1990, p. 297-305). Entrando en el grupo de las producciones bamizadas, en concreto, la ceramica sigillata, sefialamos la presencia de tres categorias diferentes: la ceramica aretina, la sudgalica y la africana o clara A, asociada a otras producdones de mesa o cocina procedentes de los mismos talleres. La sigillata italica o aretina (quiza contemporanea a un uni co fragmento de ceramica de paredes fmas), tiene una presencia insignificante, con tan solo un fragmento sin forma que pertenece a una copa de tipo impreciso decorada con un motivo vegetal de gran calidad (Fig. 141: 15). En sigillata sudgalica hallamos siete fragmentos, tres de ellos sin forma. Los cuatro restantes, de pequeiio tamafio, son inclasificables, aunque observamos que pertenecen a bases de forma indeterminada y a un horde posiblemente de la forma Drag. 27. El conjunto de producciones africanas es mas numeroso, incluyendo en el mismo tanto los ejemplares totalmente bamizados (africana A), como los de patina cenicienta y solo bamizados por el interior o aquellos que sencillamente no recibieron la capa de bamiz y sus superficies presentan una patina gris ahumada y que tradicionalmente se incluyen en la categoria de ceramica africana de cocina. En la primera categoria, africana o clara A, se incluyen 9 fragmentos , dos de los cuales pertenecen a sendos platos de buena calidad (Fig. 141: 3 y 4), de las formas Hayes 14/17 en sus variantes Atlante XVII , 7 y 8 (Ostia I, 57), con una cronologia situada entre la segunda mitad del s. II y la primera del s. III (Hayes 1972, p. 40-41; Atlante I 1981, p. 34) . El tercero pertenece a la forma Hayes 14B, fechado en la segunda mitad del s. II, entre el 160-200 aproximadamente (Hayes 1972, p. 41 ), aunque no es rara su aparicion en estratos de la primera mitad del s. III. En el segundo tipo, con bamiz intemo y fondo extemo con patina cenicienta y surcos concentricos, unicamente aparece el plato Hayes 23 en sus dos variantes, A y B (Fig. 141 : 1 y 2). Aunque la primera variante tiene un origen mas antiguo , ambas coexistieron durante la segunda mitad del s. II , siendo habitual hallarlas juntas en estratos de dicho periodo en la zona ampurdanesa. La variante Hayes 23A/ Atlante CVI, 12, por regla general de menor tamaiio, perdura claramente hasta la primera mitad del s. III, aunque ejemplares de forma muy similar tambien han sido detectados entre los siglos IV-V (Atlante I 1981, p. 217). En cuanto a la Hayes 23B/ Atlante CVI, 10, es especialmente abundante en toda la region a partir de mediados del s. II hasta mediados del s. III, apreciandose cierta evolucion en la forma del labio intemo, mas corto en los ejemplares del s. II, mientras que a partir de mediados del s. III aumenta de altura al mismo tiempo que disminuye de grosor y la carena exterior en la union de la pared y el fondo modifica su forma. Es posible que esta evolucion detectada en ejemplares que aparecen en contextos de la region a partir de la segunda mitad del s. III obedezca tambien a su procedencia de diferentes talleres norteafricanos, cada uno

de ellos con sus peculiaridades especificas. Debemos citar, en ultimo termino, la ceramica africana de cocina, que en esta ocasion ve reducido su repertorio a las dos formas mas habituales y constantes: las Hayes 196 y 197 (Fig. 141: 8 y 9). Las dos formas presentan una gran variedad de tamafios, como puede constatarse en los dos recipientes reproducidos, aunque en este estrato, debido a la fragmentaci6n de la ceramica no podemos apreciar totalmente los tamafios exactos de los distintos ejemplares. Se trata, en cualquier caso, de productos contemporaneos al resto de las ceramicas africanas que hemos comentado anteriormente. A pesar del limitado numero de fragmentos y producciones ceramicas del estrato 3025, que no permiten establecer con precision su cronologia, todo parece indicar que se formo hacia las ultimas decadas del s. II o inicios del siglo tercero. Esta cronologia nos la proporciona especialmente la ceramica africana, que por el momento es el material mas fiable en este aspecto. Pero tambien viene corroborada (o por lo menos no es refutada) por las otras producciones, ya sean los fragmentos de anfora clasificables o la ceramica comun, que pueden incluirse en el mismo contexto cronol6gico a pesar de que su periodo de producci6n o difusion sean mas largos. Ignoramos hasta que punto esta fecha aproximada puede relacionarse con la construccion o ampliacion de la villa romana, puesto que, como ya sefialamos al inicio, la estratigrafia aparecio revuelta y habia desaparecido el pavimento que sellaba el estrato. Tampoco podemos saber como afect6 este hecho al contenido del estrato y por lo tanto, a la fiabilidad cronologica en cuanto a la fecha de su inicial dep6sito. En el exterior de la habitacion , frente a la fachada del edificio , apareci6 el estrato 3037-B ; la pequeiia fosa alargada rellanada con un contenido muy variado. Aunque su contenido mas reciente debe relacionarse con la construccion o el periodo de actividad de la villa romana y en cierto modo con un pequefio vertedero situado frente a la casa (U .E. 303 7), es probable que su origen sea mas antiguo y que formara parte de los niveles de ocupaci6n y uso del yacimiento indigena de epoca colonial, a juzgar por su situacion , forma y elevado porcentaje de materiales arcaicos. Sin embargo , es solo una suposici6n que no podremos confirmar. Lo que es seguro es que en epoca romana fue alterada o rellenada a fm de nivelar la zona. Entre los materiales mas antiguos cabe citar un conjunto de ceramica a mano , con algunos fragmentos pertenecientes a vasos carenados y decorados con doble inc1s10n, pertenecientes al Bronce Final lib, que ya hemos tenido ocasion de comentar en los capitulos iniciales (Fig. 142: 2). El borde de una copa a mano, a imitacion de las producciones coloniales, presenta unas caracteristicas similares a otro horde de cuenco hemiesferico de un periodo ligeramente mas reciente, pero que en general deberia situarse entomo la primera mitad del s. VI a.C. (Fig. 142: 1 y 3). Los fragmentos de uma , uno de ellos con decoraci6n impresa en el horde , son aim mas recientes , aunque deben inscribirse en el periodo iberico antiguo o clasico , si tenemos en cuenta 181

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Fig. 141. U.E. 3025. 1 a 4 y 13: Sigillata y ceramica africana de patina cenicie nta. 5: Anfora G-IV o Dr. 28/30. 6: Aguja de hueso. 7: Grapa de plomo. 8 y 9: Cerami ca africana de cocina. 10 y 11: Ceramica comim reducida. 12: AnJora Dr. 20. 14: Bronce. 15: Sigillata aretina.

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la aparici6n de fragmentos con el mismo tipo de decoraci6n en el horde en otros estratos de Mas Gus6, en contextos de los siglos V-IV a.C. (Fig. 142: 4, 5 y 7). Posihlemente dehen relacionarse con algunos fragmentos de ceramica iherica pintada, sin forma, pertenecientes a las producciones de la misma epoca, o al horde de una copa atica del tipo Castulo cup, de la segunda mitad del s. V a.C. (Fig. 142: 6).

uno de los bloques tenia tallado un agujero cilindrico en el que se coloc6 el espig6n del quicial o eje sobre el que giraban cada una de las dos hojas de la puerta. Para impedir su apertura hacia el exterior, cada bloque tenia tallado un encaje horizontal , mientras que un tercer bloque de caracteristicas similares estaba colocado en el centro del espacio, aunque apareci6 desplazado (Fig. 144).

Estos materiales mas antiguos son mayoritarios en el estrato, aunque aparece un conjunto dificil de clasificar, puesto que se trata de los fragmentos sin forma de las ceramicas comunes oxidadas de fahricaci6n local, entre las que es dificil distinguir las de epoca iherica de aquellas mas recientes, ya que las arcillas locales son casi siempre las mismas y la falta de formas impide conocer los tipos y producciones (Fig. 142: 9 y 10). En cualquier caso, no tienen un peso especifico significativo para fechar el contenido del estrato.

El conjunto estaba dispuesto sobre unos cimientos de poca profundidad, en forma de z6calo o umbra}, queen su mayor parte aparecieron revueltos y arrancados. Por otro lado, el contenido de la zanja de cimentaci6n no proporcion6 ningun tipo de material arqueol6gico, por lo que es imposible fechar su construcci6n.

Esta cronologia puede proporcionarla mejor la ceram1ca romana , especialmente la ceramica africana que , con tan solo 15 fragmentos, es la mas reciente de las producciones detectadas en el nivel. A ella dehen afiadirse casi cuarenta fragmentos de anfora romana , sin forma y con una mezcla de producciones italicas tardorrepublicanas y otras altoimperiales, entre las que identificamos el horde de una Dressel 20 (Fig. 142: 12), asi como un fragmento de lucema de canal y otro de sigillata aretina perteneciente a un vaso de la forma Drag. 24/25 del primer cuarto del s. I d.C. (Fig. 142: 8). La ceramica africana, toda ella del tipo genericamente denominado de cocina o de horde ahumado (formas Hayes 23-B , 196, 197 y 200), pertenece a la segunda mitad del s. II y primera mitad del s. III d.C. (Fig. 142: 11 y 13). Suele ser bastante habitual hallar estas formas en contextos del ultimo cuarto del s. II d. C. en otros yacimientos de esta misma zona. Pero la escasez de material del estrato, con un limitado repertorio de formas , no permite aventurar cronologias seguras, y menos aun teniendo en cuenta que las formas citadas tuvieron un largo periodo de distribuci6n.

Habitacion B3 y acceso a la villa (U.E. 3024 y 3026). Se localiza en el lado opuesto , delimitando el pasadizo de entrada a la villa. Debido a que se halla en su mayor parte situada bajo un camino modemo, no pudo llevarse a cabo su excavaci6n, aunque pudieron delimitarse dos de sus angulos , uno de los cuales corresponde al punto en el que se situa el umbral de la puerta de la casa. En cambio, el corredor de entrada pudo excavarse en su totalidad, proporcionando una estratigrafia completa , aunque basicamente corresponde al periodo de abandono de la villa y posterior destrucci6n (Fig . 143). Todo parece indicar que esta entrada nunca estuvo pavimentada , constituyendo el piso de la misma el suelo natural mas o menos nivelado con tierra batida en aquellos puntos que presentaba algun bache o pequefias depresiones. En su extremo sur, en lo que constituia el umbra} de la puerta , aparecieron in situ dos bloques de piedra arenisca del quicio , situados a cada lado de la misma , junto a los muros que delimitan el espacio. Cada

Este elemento arquitect6nico no es inedito en la zona. En la villa del Pia de l 'Horta, en Sarria de Dalt , cerca de la antigua Gerunda, una de sus puertas dispone del mismo tipo de quicio y encaje de los espigones, con sendos bloques de arenisca a cada lado del umbral , en los que se tallaron los agujeros circulares que soportaban cada uno de los ejes sobre los que giraban las hojas de dicha puerta (Casas et al. 1995, p. 78). El interior del espacio apareci6 relleno con los restos derrumbados de las habitaciones circundantes, incluso con restos de pavimento de opus signinum que se verti6 expresamente en el pasillo de la entrada (U.E. 3026). Pero lo que predominaban eran los restos de tegulae y argamasa que aun conservaban la forma curva y el molde de los imbrices que en su momento constituyeron el tejado de la zona. Ello nos hace suponer que procede del suelo y la cubierta de un piso superior que habria abarcado las dos habitaciones y el mismo corredor de acceso. Entre los restos arquitect6nicos apareci6 poca ceramica , aunque suficiente para poder proponer una cronologia relacionada con el abandono de la casa. Esta cronologia se vera confirmada por otro estrato situado en parte frente al edificio , pero que recubre parcialmente el nivel de destrucci6n (U.E. 3024) . Todo parece indicar que se form6 de forma natural , por aportaci6n e6lica y acumulaci6n de tierras de la zona mas elevada del yacimiento, pocos afios despues de que tuviera lugar el derrumbe de la casa. En el estrato del interior (U.E. 3026) , apareci6 un centenar de fragmentos ceramicos , algunos clavos de hierro de la estructura que soportaba el tejado , algunos restos de fauna marina y terrestre y los numerosos fragmentos de tegu/ae e imbrices mezclados con la argamasa. El conjunto mas numeroso , pero tambien el que proporciona menos informaci6n , esta constituido por poco mas de sesenta fragmentos de ceramica comun , en su mayor parte sin forma y predominando las producciones oxidadas sobre las reducidas (Fig. 146: 3). El unico ejemplar clasificable pertenece a una uma u olla con un perfil bastante comun a partir de la segunda mitad del s. II y durante todo el s. III d.C. Menos abundantes , los fragmentos de anfora tampoco proporcionan informaci6n significativa , con tan solo tres fragmentos con forma, entre los que identificamos el borde de un ejemplar no clasificado (Fig . 146: 1). 183

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Fig. 142. U.E. 3037-B . 1 a 5, 7 y 10: Ceramica a mano def Bronce Final y primera £dad def Hierro. 6: Ceramica atica. 9: Iberica oxidada. 11 y I 3: Ceramica africana de cocina. I 2:.Anfora Dr. 20.

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Fig. 143. Secciones estratigraficas de la puerta y corredor de acceso a la villa romana.

Otros fragmentos tienen un caracter residual , puesto que pertenecen a epocas anteriores , como es el caso de dos fragmentos de anfora punica, otro de ceramica italica con bamiz rojo coral y dos mas de gris emporitana clasica , a los que deberemos afiadir otros cuatro fragmentos de sigillata sudgalica de la segunda mitad del s. I d.C. Los mas recientes pertenecen a las producciones africanas , concretamente a la africana A y AID y a la ceramica de cocina de patina cenicienta y horde ahumado. En total, solo 18 fragmentos. El mas significativo es un fragmento de plato atribuible a la forma Salomonson A23.a/Atlante XXV , 2, que se fecha en la primera mitad del s. III (Atlante I 1981, p. 56). En cuanto a la ceramica africana de cocina , con el repertorio clasico de tapaderas y cazuelas (formas Hayes 196 y 197), proporciona una cronologia tan solo aproximada , coincidente con la que sen.ala la sigillata. En general , estos escasos materiales sefialan una fecha muy ambigua dentro de la primera mitad o mediados del s. III de nuestra Era para el derrumbe de la casa , que podra ser confirmada por la del estrato superior (U.E. 3024) , como podremos comprobar a continuaci6n. La composici6n del estrato 3024 era totalmente diferente a la del anterior . Basicamente se trataba de una gruesa capa de arena mezclada con poca tierra , blanda , depositada por causas naturales sobre el nivel de abandono y destrucci6n del sector. En parte tambien recubria el estrato 3037 , situado

frente a la villa y que en realidad debe interpretarse como un pequefio vertedero o una nivelaci6n de las irregularidades del terreno. Frente al umbral de la puerta , totalmente recubierta de arena , apareci6 aplastada un anfora Dressel 20 casi completa (Fig . 145). Sin duda desplazada de uno de los laterales de la puerta o dejada in situ cuando se abandon6 la villa. En cuanto al material arqueol6gico del estrato , es mas numeroso que el de los espacios vecinos o que el del propio nivel de destrucci6n , con un claro predominio de las producciones de epoca romana , siendo escasos y con caracter absolutamente residual los fragmentos mas antiguos , del periodo iberico , que se limitan a un fragmento de base de una copa atica (Fig. 147: 6) y un fragmento de ceramica iberica a mano , reducida. Es posible que algunos fragmentos de ceramica comun oxidada sin forma sean de epoca iberica , pero no se distinguen de los demas , modelados con las mismas arcillas locales. En lo referente a los materiales mas antiguos , pero de epoca romana , debemos citar otros fragmentos que tambien deben ser considerados como residuales , fechados en la baja Republica o en epoca augustal e incluso aquellos de la segunda mitad del s. I d.C. Entre las mas antiguas de las producciones de epoca romana han podido ser clasificados tres fragmentos de ceramica gris emporitana clasica , con una 185

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primer grupo , con treinta y cuatro fragmentos, identificamos las formas Hayes 8 y 9. En africana C, tan solo la Hayes 50, con seis fragmentos. En lo que se refiere a la ceramica africana de patina cenicienta, bamizada solo por la parte intema, la forma Hayes 23A y 23B. Finalmente , en ceramica africana de cocina de horde ahumado, al repertorio mas habitual, formado por la Hayes 196 y 197, se afiaden las formas 182, 184 y 200. En total , 68 fragmentos. El predominio de los platos o cuencos Hayes 8 y 9 en africana A, junto con fragmentos sin forma de tipologia indeterminada, parece indicar inicialmente una cronologia de la segunda mitad del s. II, sobre todo teniendo en cuenta la variante relativamente reciente de la Hayes 8 (Fig. 147: 1). Aunque ello no es especialmente significativo , su asociaci6n con la Hayes 9, decorada exteriormente a ruedecilla , mas bien induce a situar dichos fragmentos entre el ultimo cuarto del s. II y el primero del s. III d.C. Por otro lado, la presencia de los platos/tapadera Hayes 182 y la cacerola Hayes 184, a los que debemos anadir las siempre presentes formas Hayes 196 y 197, muy abundantes , o el cubilete Hayes 200 , mas escaso pero habitual en estos contextos cronol6gicos , nos seiialan sin duda una cronologia mas generica que podriamos extender hasta el segundo cuarto del s. III d.C.

Fig. 145. Anfora betica, Dressel 20, localizada ante la puerta

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principal (U.E. 2024).

cronologia generica del s. II a.C. y otros seis de la misma producci6n pero de la facies mas tardia, de la segunda mitad del s. I a.C . y epoca augustal. Los tres primeros deben asociarse con un unico fragmento de ceramica de engobe blanco (Fig. 147: 5), mientras que los ultimas se relacionan mejor con otro fragmento de ceramica italica micacea con bamiz intemo de tipo rojo pompeyano y quiza con otro de ceramica de paredes finas , sin forma.

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Las producciones de la segunda mitad del s. I o inicios del s. II, tambien escasas , se limitan a 14 fragmentos de sigillata sudgalica, entre los que identificamos el horde de un vaso decorado de la forma Drag. 29 (Fig. 147: 7) y el de un plato liso de la forma Drag. 18/3 1 o similar (Fig. 147: 4). Las anforas no aportan informaci6n de relieve en cuanto a cronologia del nivel. La Dressel 20 tuvo un largo periodo de producci6n y quiza pudo ser reutilizada para otros usos, con lo que aun podria prolongarse mas su existencia. En cuanto a los demas fragmentos , tan solo hallamos tres formas junto a 29 fragmentos sin forma. Una de ellas corresponde al horde de un recipiente no clasificado , quiza pr6ximo a una Dressel 28/30 de origen norteafricano , a juzgar por las caracteristicas de la pasta y el engobe blanquecino que la recubre (Fig . 147: 8). El conjunto mas numeroso esta constituido por las producciones norteafricanas : la sigillata africana A y C y las ceramicas de cocina originaria de los mismos talleres. En el

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Fig. 146. U.E. 2026. / : Anfora. 2: Sigillata africana A. 3 y 4:

Ceramica comun reducida.

En realidad , la cronologia de estas formas de ceramica africana es bastante imprecisa , habiendose situado inicialmente entre la segunda mitad del s. II y la primera del s. III de nuestra Era (Hayes 1972, p. 202-204 ). Los hallazgos efectuados en los yacimientos de la comarca , en Ampurias , 187

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demas estratos. Por la misma razon predon:iinan las producciones de epoca romana , con un numero insignificante de productos residuales mas antiguos , que solo tomaremos en consideracion por sus peculiaridades y como complemento del repertorio de materiales de epoca colonial e iberica.

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Fig. 147. V.E. 3024. 1 y 2: Sigillata africana A . 3: Ceramica africana de cocina. 4 y 7: Sigillata sudga/ica. 5: Ceramica de engobe blanco. 6: Ceramica atica. 8: AnJora tipo G-JV o variante.

Tolegassos , Puig Rodon , etc., han permitido precisar mejor algunos datos cronologicos , de modo que, en el caso de la villa romana de Tolegassos , este repertorio es el que aparece en los niveles de abandono de la tercera fase, fechada con relativa precision hacia la segunda mitad no avanzada del s. III. La presencia en este estrato de Mas Guso de cinco fragmentos de africana C de la forma Hayes 50 parece confirmar esta fecha. En todo caso, la formacion del estrato 3024 no puede ser anterior a mediados del s. Ill .

Espacio 3037. F orma parte de la villa de man era indirecta , puesto que se trata del relleno y nivelacion del terreno situado frente a la fachada sur de la casa , fuera del recinto edificado , llevada a cabo pocos aiios antes del abandono definitivo de la villa. Todo parece indicar que se aprovecho la existencia de una ligera depresion de poco mas de 40 cm. de profundidad para verter en ella los escombro s y utiles fuera de uso, convirtiendose por poco tiempo en un vertedero , hasta que el suelo qued6 nivelado . Seguramente por este motivo el numero de fragmentos ceramico s mezclados con la tierras de relleno es mas elevado que en la mayor parte de los

Entre los mas arcaicos cabe destacar media docena de ceramica a mano del Bronce Final , con un fragmento con decoracion de doble linea incisa formando motivo s geometricos (Fig.150: 4 ), que es el mas significativo entre todos ellos. Los otros cinco, con pastas poco depuradas , desgrasante de grano grueso y paredes alisadas tambien pertenecen al mismo periodo de transicion. De epoca colonial identificam os un fragmento de ceramica atica, otro de ceramica gris monocroma , uno de anfora etrusca y el cuarto de anfora masaliota . En general nos hallamo s ante un conjunto situado grosso modo entre la segunda mitad del s. VI y la primera mitad del s. V a.C., que se completa con seis fragmento de ceramica iberica pintada . Tampoco tienen una importancia relevante los pocos fragmentos augustales y de los siglos I-II d.C., debiendo ser considerados tambien como residuales , puesto que todo parece indicar que el estrato se formo de forma muy rapida y con materiales que estaban en uso en aquellos momentos. Es por ello que los cuatro fragmentos de ceramica gris emporitana tardia, el de paredes finas e incluso los poco mas de treinta de sigillata sudgalica deben considerarse ajenos a la epoca en que se deposito dicho nivel de tierras. Sin embargo , el numero de fragmentos de esta ultima categoria ceramica aconseja dedicarle un breve comentario. Sigillata sudgalica. En total se han clasificado dieciseis fragmentos con forma y otros dieciseis sin forma , con predominio de los vasos lisos sobre los decorados. Estos ultimos ven limitado su repertorio tipologico a dos formas : las Drag. 29 y 37. En cuanto a las formas lisas, abundan los platos , copas o vasos de produccion mas tardia , como la Drag. 27, 32 y 4o' (o mejor, Ritt. 8). La Dragendorff 27 es seguramente la forma lisa mas abundante en esta region , junto con el plato Drag. 18/31, que no podemos identificar en este estrato , aunque es posible que algun fragmento de base pueda pertenecer a la forma. La Drag . 27, inmediatament e reconocibl e a pe ar de su fragmentacion , se fabrico hasta finales del mandato de Adriano , habiendo desaparecido completamente en la segunda mitad del s. II. Pero los ejemplares de esta zona suelen ser ligeramente mas antiguos , de la segunda mitad del s. I hasta inicios o primer cuarto del s. II, cuando los productos de la Graufesenque fueron substituidos de forma muy rapida por las sigillatas norteafricanas . La Ritterling 8 (Fig. 151: 4 ), que en esta ocasi6n presenta una base que podriamos considerar hasta cierto punto atipica, es un bol o cuenco tipico y de forma sencilla , hemiesferica y de parede s totalmente lisas, aunque en ocasione s puede tener un ligero surco o acanaladura resiguiendo la parte extema del labia . El cuenco de pie bajo aparece hacia finale de Claudio, siendo reemplazado poco despues por la forma Drag. 40 con un pie mas alto y robusto. Sin embar go, el ejemplar de Mas Guso es atipico, tanto por la forma del pie coma por algunas 188

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Fig. 148. U.E. 303 7. l: Sigillata Africana C. 2 y 18: Sigillata sudgalica. 3, 4 y 5: Sigillata africana A . 6, l 0. 12 y 13: Ceramica africana de cocina de patina cenicienta y horde ahumado . 14 a 16: Ceramica comi,n. 17: Ceramica corintia. 19: Anfora. 20: Pondus. 7, 8 y 9: Objetos de hueso tallado, bro nee y eris ta!.

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caracteristicas de la pasta, que no es la propia de los talleres del sur de la Galia de los que procede casi la totalidad de la sigillata que encontramos a lo largo del s. I en nuestra zona . La Dragendorff 32 o una variante muy pr6xima (Fig . 151: 2) , tampoco es un producto de la Graufesenque . Mas bien parece estar en conexion con las producciones de la Galia central de mediados del s. II . En el apartado de las formas decoradas, solo podemos identificar dos, como ya seftalamos antes. La Drag. 29 (Fig . 148: 18), es la mas antigua de ambas, aunque el tamafto de los fragmentos no permite apreciar motivos decorativos que indiquen de forma mas precisa su estilo y cronologia. En principio deben situarse hacia la segunda mitad o ultimo tercio del s. I. Los tambien escasos fragmentos de la Drag . 37 (Fig. 148: 2 y Fig . 151: 3), de paredes delgadas y decoracion realizada a partir de moldes de buena calidad , con la matriz perfectamente dibujada , son contemponineos de la anterior, con abundantes paralelos en el pecio de Culip , fechado en la misma epoca . Sigillata africana. Es la mas abundante y la que nos proporcionara la cronologia del estrato. Identificamos la africana A, con mas de 120 fragmentos , la africana AID , con un fragmento y la africana C, con seis. Dada su escasez general en toda la region , asi como su avanzada cronologia en relacion con el conjunto de ceramicas africanas , estas ultimas constituyen el elemento de mayor interes en el estrato , puesto que son , en definitiva , las que permitiran su datacion. La sigillata africana A muestra un buen repertorio de formas , siendo la mas numerosa la Hayes 9, normalmente con una fina decoracion a ruedecilla en su parte extema, a la que siguen las formas 3, 6 y 14 con diferentes variantes . La forma Hayes 3C, que no presenta la decoraci6n de hojas aplicadas a la barbotina sobre el labio (Fig. 149: 2), se fecha inicialmente a partir de mediados del s. II, con perduraciones claras durante las primeras decadas del s. III (Hayes 1972, p. 23-25). En ocasiones presenta una fina decoracion impresa a ruedecilla en el fondo intemo (Atlante I 1981, p . 25). La forma Hayes 6B o C (Fig . 149: 1), con el labio horizontal o ligeramente inclinado hacia el exterior , tiene una cronologia similar (Haye s 1972, p. 30-31; Atlante I 1981, p. 25). Su difusion es muy amplia , con un notable conjunto de ejemplares en Ampurias o en el pozo de Tolegassos , en un contexto de entre el ultimo cuarto del s. II y el primero del s. III (Casas/Nolla 1993, p. 204-205) . La forma Hayes 9, en sus variantes A y B es, como deciamos , la mas numerosa (Fig . 149: 4 a 7). Algunos ejemplares presentan la decoracion extema a ruedecilla , mientras que otros no estan decorados . Aunque preferentemente la variante 9A se fecha entre el 100 y el 160, existen indicios razonables que hacen suponer que continuo produciendose a lo largo de la segunda mitad del s. II (Atlante I 1981, p. 27) , siendo su presencia muy extendida en todos los yacimientos romano s de la zona gerundense. La variante 9B es ligerament e ma s tardia , con presencia clara durante las primeras decada s del s. III.

La cuarta forma es una variante de la Hayes 14 o de la Ostia I, fig. 27 (Fig. 148: 5 y Fig. 149: 9). Un cuenco de paredes ligeramente inclinadas , delgadas y con el labio a veces marcado tan solo por un ligero surco en el exterior. El interior presenta un horde anguloso mas o menos marcado. Suele fecharse en los primeros aftos del s. III (Atlante I, 1981, p. 35). En quinto lugar citaremos un solo fragmento atribuible a la forma Ostia I fig. 57 (Fig. 149: 8), variante de la Hayes 14/17, que segun Hayes se fecharia sin demasiada precision entre la segunda mitad del s. II y la primera del s. III (Hayes 1972, p. 41) y que en Ostia se ha atestiguado claramente en niveles de la primera mitad del s. III (Atlante I 1981, p. 34). Un segundo ejemplar corresponde a la Hayes 14/17 - Atlante XVII , 7 (Fig. 148: 3). La patera Hayes 27, con un surco en la parte intema del horde , de la que solo detectamos un ejemplar (Fig. 148: 4) , se fecha genericamente entre el ultimo tercio del s. II y el primer cuarto del s. III , aunque se detecta aun en estratos de mediados del s. III en los yacimientos romanos de esta zona. La ultima forma en africana A corresponde a un plato Hayes 31 / Ostia I, fig. 88 (Fig. 151: 1), sin duda el ejemplar relativamente mas tardio del conjunto , puesto que se fecha claramente en la primera mitad del s. III y no parece que existiera en el s. II. En cualquier caso, es contemporanea a las otras formas descritas anteriormente , las cuales tuvieron un periodo de difusi6n mas largo de lo que suelen seftalar los estudios ceramol6gicos clasicos, a juzgar por las cronologia s que para este estrato proporcionan los fragmentos de africana C y AID con los que aparecen asociados los de africana A. El ejemplar de plato de la africana AID , forma Ostia I, fig, 103 (Atlante XXVI , 2), aparece en el yacimiento italiano en contextos de la primera mitad del s. III (Fig . 151: 2). Todo parece indicar que su difusi6n fue muy restringida , como suele ser habitual en la mayoria de ejemplares de esta producci6n (Atlante I 1981, p. 60). A parte de diversos fragmento s de la forma Hayes 50 / Atlante XXVIII , 9 y 10, fechada a partir del 230/240, aunque aparece con cierta frecuencia en estratos de la primera mitad del s. III, destacamos un vaso conservado en su mayor parte perteneciente a la forma Hayes 44 / Atlante XXX , 5 a 7 (Fig. 148: 1), con origen en la primera mitad del s. III y una larga difusi6n hasta finales del mismo siglo o poco despues (Hayes 1972, p. 61-62; Atlant e I 1981, p. 70). Este pequeiio conjunto , que complementa las cronologia s proporcionadas por las distintas variedades de la sigillata africana A y la ceramica de cocina del mismo entomo geografico , sen.ala un marco cronol6gico general para la formaci6n del estrato hacia mediados o segunda mitad no avanzada del s. III. Elementos dispersos , escasos pero significativos , tambien sefialan unas fechas similares. Debemos recordar , por ejemplo , la presencia de 2 fragmento s de ceramica corintia con decoraci6n a relieve (Fig. 148: 17). Estos cuencos decorados , cuya producci6n se inicia en los ultimos afios del s. II, dejaron de fabricarse de manera subita a partir del 267 , cuando los Herulo s ocupan la ciudad de Corinto (Granados 1979, p. 206). 191

EL AS ENT AMIENTO DE MAS GUSO

Ceramica africana de cocina. En este importante paquete incluimos todas las producciones africanas de cocina. Desde las que presentan una de sus superficies bamizada y la otra con una fina patina de color gris o negruzco, hasta las que nunca recibieron la capa de bamiz , pero si una patina cenicienta caracteristica. Constituye un notable conjunto formado por 850 fragmentos, de los cuales casi la mitad corresponden a formas, aunque en casi todos los casos pueden clasificarse tipologicamente los fragmentos . En la produccion de cocina con patina cenicienta y barniz intemo identificamos basicamente la forma Hayes 23B. Todos los fragmentos de horde pertenecen a dicha variante (Fig. 148: 12 y fig. 149: 16), aunque no descartamos la posibilidad de que algunos fragmentos sin forma pudieran pertenecer a la variante A, cuyas caracteristicas en lo que se refiera a la base o union con la pared son practicamente comunes en ambas variantes . El repertorio mas extenso aparece en la ceramica de cocina de horde ahumado , con los tipicos platos /tapadera de la forma Hayes 196 y las cacerolas Hayes 197, a los que en esta ocasion deben aiiadirse nuevas formas , como la Hayes 182, Atlante CVIII, 1 y 2 y Hayes 200 / Vegas 1973, fig. 40 . La forma Hayes 196 presenta tres variantes especificas en las que pueden agruparse todos los fragmentos que conservan parte del labio (Fig. 149: 17 a 19). La primera de ellas es la mas clasica o comun y corresponde a la variante Hayes 196/Ostia I fig. 261, con el pie siempre resaltado , anular y perfectamente marcado, aunque no se ha conservado en ninguno de estoa fragmentos. Normalmente se fecha desde epoca antoniana y es frecuente durante la dinastia severa, apareciendo en cualquier yacimiento romano de la epoca. La segunda variante presenta pocas diferencias a simple vista , pero tiene el labio menos grueso y menos marcado , aunque ello no significa que varie su cronologia (Fig . 149: 18). La tercera de ellas corresponde a una tapadera sin pie (Fig. 149: 19), y debe asimilarse a la variante Ostia III, fig. 332 , tambien documentada en el s. II (Atlante I 1981, p . 212). Los tres tipos son absolutamente contemporaneos y aparecen habitualmente en estratos de los yacimientos locales a partir de mediados del s. II hasta los primeros aiios del s. III, si bien es cierto que el plato/tapadera mas comun, que puede considerarse como el prototipo de la forma, continua apareciendo practicamente a lo largo de todo el s. III. El segunto tipo de plato/tapadera pertenece a la forma Hayes 182/Ostia III, fig. 170. Es un plato de mayor diametro , entre 25 y 30 cm. , muy bajo , con el fondo totalmente piano y el labio muy diferenciado (Fig. 149: 14 y 15). A menudo tiene unos finos surcos omamentales en el fondo extemo. Aunque se la considera una forma relativamente rara , su presencia es frecuente en estratos de las villas romanas de la zona a partir de los ultimas afios del s. II y primera mitad del s. III (Casas/Nolla 1993, p. 209) , y tampoco es raro hallar el mismo repertorio de ceramicas africanas de cocina como las que exponemos en este apartado, en contexto s de fines del s.

III, como en la cercana villa de Vilauba (Castanyer & Tremoleda , 1999, lamina 66). La cacerola de la forma generica Hayes 197, normalmente menos abundante que el plato/tapadera al que habitualmente esta asociada , presenta las caracteristicas comunes en los ejemplares que podemos considerar mas antiguos y que dificilmente Hegan a mediados del s. III. La delgadez de las paredes en relacion con el tamaiio del vaso y la corta altura del horde en relacion con su anchura son rasgos propios de los ejemplares de la segunda mitad del s. II, aunque tambien se observan a menudo en los de los primeros afios del siglo siguiente. Por regla general , los recipientes de esta forma que hallamos en estratos de la segunda mitad del s. III, o incluso mas tardios , suelen tener un horde mas estrecho y mas alto, con los encajes y molduras de la parte superior e inferior peor diferenciados ; a veces, solo insinuados. Tenemos buenos ejemplo s de ello en los materiales de la villa romana de Vilauba , en las fases de abandono de Tolegassos o de la ciudad romana de Ampurias o en el vertedero del Forum de Tarrac o, mucho mas tardio , puesto que se fecha hacia mediado s del s. V (Castanyer/Tremoleda , 1999; Aquilue et al. 1989). La olla de la forma Atlante CVIII, 2, o una variante proxima a la Hayes 199, no es especialmente abundante en la region , aunque suele aparecer esporadicamente en contextos del s. III en otras villas y yacimientos de la zona (Fig. 149: 13). Es una cacerola de paredes verticales y bastante alta, con un horde moldurado y complejo y la pared extema estriada o con acanaladuras. Esta misma superficie presenta una patina de color gris ceniciento mas bien claro. Aparece en la vecina villa de Tolegassos en el estrato 2004 del vertedero , en un contexto de hacia el 200 , junto con el mismo repertorio que en este nivel de Mas Guso , aunque sin africana AID y C (Casas/Nolla , 1993, p. 86). Sin embargo , la cronologia precisa y el periodo de difusion de la forma aun es bastante impreciso (Atlante I 1981, p. 220). Algo similar ocurre con la olla o cacerola atribuible a la forma Atlante CXIII, 1, que recuerda en su forma general a la anterior (Fig. 149: 10), con una cronologia tambien indeterminada y que en ocasione aparece en la produccion de ceramica comun norteafricana de pasta rosada , muy comun a partir de mediados del s. II hasta como minimo el s. V, aunque con un repertorio de formas y recipientes diferente. En cambio , la pequeiia olla monoansada asimilable a la forma Hayes 200, identificada por primera vez en el trabajo de M. Vegas publicado en 1973 (Vegas 1973, fig. 40) , es uno de los tipos mas habituales en toda la region a partir de mediados del s. II (Fig. 149: 11, 12 y 20 y Fig. 148: 13). No se ha establecido aun con precision el momento de su desaparici6n , pero se constata su produccion por lo menos hasta la segunda mitad del s. III, si bien los ejemplares mas antiguos suelen ser de menor tamaiio. A parte de un perfil caracteristico y una ligera linea mas gruesa en el punto de union del horde y la pared , es tipica la forma de la ha e, a partir de la cual puede clasificars e inmediatamente la forma . Sin duda la que reproducimos en la figura 149 num . 20 es la mas atipica, apartandose del modelo estandar, que presenta un pie mas alto y vertical y un anillo de reposo diferenciado . Tampoco se 192

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Fig. 150. U.E. 3037. 1: Ceramica comim norteafricana. 2: Sigillata africana. 3: Cristal. 4: Ceramica a mano def Bronce Final. 5 y 6: Ceramica comun reducida. 7 a 9: Ceramica comun oxidada. 10: Lamina de pizarra . 11: Hierro.

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Fig. 151. U.E. 3037. 1: Sigillata africana A. 2 a 4: Sigillata sudgalica . 5 a 9: Cera.mica comun oxidada y reducida .

10 y 11: Anforas . 12 a 15: Vasos de vidrio y ficha dejuego. 16 y 17: lnstrumentos de hierro y hueso tallado. 194

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ha conservado el asa en ninguno de los fragmentos identificados. En cuanto al grupo de ceram1ca comun africana de pasta rosada , con caracteristicas muy similares a las de las otras producciones africanas de cocina de pasta mejor depurada , identificamos 9 fragmentos , entre los que ·distinguimos un plato de grandes dimensiones (Fig. 150: 1), y una olla de tamaiio regular, con unas caracteristicas muy pr6ximas a las producciones africanas de cocina mas clasicas (Fig. 148: 15). Ceramica comun. En esta producci6n incluimos las dos producciones basicas y mas caracteristicas: la cenimica oxidada y la reducida. Ambas con unas caracteristicas absolutamente diferentes y con funciones tambien dispares. Mientras la primera esta formada por un conjunto de recipientes de mesa o para contener liquidos y otros productos , con un repertorio mas o menos extenso de platos , cuencos y jarras, los utensilios de la producci6n reducida , de aspecto poco cuidado y superficies toscas , solian estar destinadas a la cocina. Su aspecto tosco, con desgrasante de grano grueso de cuarzo y mica , y su color gris o casi negro , ennegrecido aim mas por su contacto con el fuego , indican sin lugar a dudas que iban destinados a cocer alimentos y que pasaban horas sobre las brasas del hogar. En esta producci6n las formas basicas son dos: La olla o uma (segun tenga o no asas), y el plato/cacerola; una especie de sarten sin mango , de poca altura , paredes ligeramente inclinadas y fondo totalmente piano.

Las ollas/umas presentan formas sencillas y sin caracteristicas especiales, aunque se observan diferentes soluciones en el acabado de los labios (Fig. 151: 8 y 9; Fig . 148: 14 y Fig . 150: 5 y 6). El tipo de pasta , modelada con arcillas locales, varia poco entre los diferentes fragmentos (se han inventariado 260 , la mayoria sin forma). En general se trata de pastas rugosas, con desgrasante de cuarzo y mica , de fractura irregular y superficies que van desde el gris medio hasta el negro. Por regla general, todos los fragmentos presentan indicios de haber estado en contacto con el fuego y su superficie externa ha quedado ahumada y ennegrecida . Tampoco presentan motivos decorativos , a excepci6n de uno de ellos, con una franja impresa en el interior del labio (Fig . 150: 6). La producci6n oxidada es totalmente diferente , con un repertorio de formas mas extenso debido a que su funci6n tambien era otra y mas variada. No existe un predominio claro ni puede establecer se una tipologia general , puesto que sus restos han llegado hasta nosotros muy fragmentados . Aunque son mas numerosos los fragmentos con forma que los pertenecientes a diferentes partes sin forma de los respectivos recipientes , en muy pocos casos se identifica claramente el tipo de utensilio . En total, 206 fragmentos con forma y 163 lisos o sin forma. En general se adviert e que la mayor parte parecen pertenecer a jarra s para liquidos , por lo que puede deducirse de las asas y hordes , aunque tampoco son raros los cuencos , platos y va sos abiertos y de poca altura . Alguno s rasgos indican sin ningun genero de dudas que se trata de contenedores para liquidos de mediano tamaiio . En este sentido , algunas bases

son caracteristicas , de forma umbilicada , bot6n central en el fondo extemo y pie poco diferenciado , solo marcado con una rebaba en la parte extema (Fig. 150: 8 y 9). Es una caracteristica que reaparece en la ceramica comun romana de producci6n local a partir de la segunda mitad del s. III (Casas et al. 1990, p.). El otros casos es dificil conocer la forma genenca del recipiente a partir tan solo de su base (Fig. 150: 7), aunque todo parece indicar que en el caso de la figura citada se trata de un cuenco hemisferico de poca altura. Tambien pertenece al mismo tipo generico el vaso con dos asas y paredes casi verticales de la Fig. 151 num. 7, bastante comun en las villas de la zona a partir de inicios del s. III, con precedentes en la segunda mitad del s. II. Una parte importante de los fragmentos pertenecen a contenedores de gran tamafio (aunque sin llegar al de los dolia tipicos). Pero son una especie de dolia de paredes delgadas , muy duras y resistentes , destinados a guardar productos para el consumo diario o liquidos (Fig. 148: 16). Esta forma es relativamente conocida en la zona, con paralelos casi exactos en estratos de la segunda mitad del s. II de la villa de Tolegassos (Casas et al. 1990, num. 657) . Tampoco son raros los morteros , aunque estos ultimos suelen ser mas escasos. Uno de los fragmentos (Fig. 151: 6) presenta la forma tipica de los ejemplares de la segunda mitad del s. II, aunque posiblemente perdur6 hasta mediados del s. III (Casas et al. 1990, num. 654). Una tercera categoria incluye recipientes en forma de jofaina , de labio piano , a veces moldurado y que en algunas ocasione s pueden confundirse con los morteros , aunque no presentan los caracteristicos granos ferruginosos en su fondo intemo (Fig. 148: 11 y Fig. 151: 5). Este ultimo tipo , que empieza a detectarse a partir de mediados del s. II, es especialmente abundante durante toda su segunda mitad y primeras decadas del siglo siguient e. Pero a lo largo del s. III su aspecto evoluciona y pierde la peculiar forma del horde. Anforas. Debemos seiialar la presencia de dos tipos de anfora . Uno de ellos absolutamente residual , con un solo fragmento, corresponde a la producci6n masaliota de los siglos V-IV a.C. (Fig. 151: 11), que no tiene nada que ver con el contexto cronol6gico al que pertenece el estrato. El segundo tipo generico esta formado por un conjunto de 196 fragmentos de anfora romana altoimperial , de los que unicamente dos tienen forma ; concretamente , dos labios posiblemente de unos contenedores del tipo Dressel 30, con la pasta de color anaranjado/rosado , con pequefios puntos blancos y ligeramente micacea , sin duda de origen norteafricano (Fig. 151: lOyFig.148: 19).

Lamentablemente , el resto de fragmentos sin forma son inclasificables , aunque una parte importante de ellos presentan una pasta con las caracteristicas tipicas de las producciones del norte de Africa, mientras que otras tienen aspecto de ser producciones locale s (tipo Dressel 2/4, Gauloi se IV, etc.), od e la Betica (Dressel 20).

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Otros materiales. En este importante conjunto cabe citar un numero elevado de materiales no ceramicos, a excepci6n de un pondus decorado con una cruz o un aspa en su parte superior (Fig. 148: 20). Aparecen tres pequefios objetos de bronce sin clasificar (y un anillo ), once clavos de hierro y fragmentos de tre herramientas del mismo material , incluyendo parte de una cadena (Fig. 151: 16); una grapa de plomo, objetos de hueso labrado , agujas de coser o para el pelo (Fig. 148: 7 y Fig. 151: 17); elementos de construcci6n (teselas, marmol, estucos pintados , etc.), y finalmente 21 fragmentos de vasos de cristal. En este caso suelen pertenecer a pequeiios vasos, copas y platos de formas sencillas, con el labio mas grueso, decorados unicamente con finas incisiones o molduras en la pared externa. Todos los fragmento son de vidrio de gran calidad , muy delgado pero resistente (Fig. 148: 9 y Fig. 151: 12 a 14). Un ficha de juego tambien se model6 con pasta de vidrio (Fig. 151: 15).

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En ultimo lugar, tre monedas. Todas son de mala calidad, muy deterioradas y practicamente ilegibles. La primera de ellas pertenece a Claudio I y en su anverso aparece el busto del emperador , de perfil izquierdo, al que rodea una leyenda casi ilegible ( ... CAESAR AVG ... ). En el anverso , Minerva en combate con casco, lanza corta y escudo y las letras S C a cada lado (Fig. 152a). La segunda moneda aun esta mas deteriorada, pudiendose ver el busto de perfil del emperador en el anverso, sin que se haya conservado la leyenda , y una corona de laurel en el reverso , casi borrada (Fig. 152b). La tercera, un antoniniano de bronce con el busto del emperador en el anverso y dos personajes en el reverso , uno de ellos en actitud oferente (Fig. 152c).

Fig. 152. Monedas de bronce pro cedentes def estrato

Finalmente, los resto de fauna, siempre presentes pero escasos en el yacimiento , incluyen 10 malacol6gicos y 32 de mamiferos terrestres sin clasificar.

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3037.

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14. LAS TERMAS. 14.1. Construccion y ampliacion. El pequefio edificio destinado a termas de la villa se construy6 como un anexo extemo al muro perimetral oeste de la villa, durante la fase 2. Poco despues fueron remodeladas, algunas dependencias ampliadas y otras inutilizadas. Es posible que esta remodelaci6n supusiera un cambio de uso, puesto que todo sen.ala que se destruy6 el hipocaustum con la supresi6n de la suspensura de pilae y el pavimento superior de opus signinum, aunque es mas probable que la destrucci6n del hipocausturn tuviera lugar una vez abandonado el edificio. Pero incluso el praefurniurn fue modificado o suprimido al remodelarse las termas, con la construcci6n de otra estructura de combustion en forma de homo circular (Fig. 153). Las caracteristicas constructivas de ambas fases tambien son diferentes, con algunas peculiaridades que observaremos en otro muro anexo situado en el extremo Este. Ambos se identifican como pertenecientes a la misma fase por el hecho de ser los uriicos en toda la villa construidos a base de superponer hileras de tegulae con otras de piedra. Pero todo parece seiialar que esta remodelaci6n se llev6 a cabo en un corto periodo de tiempo y que no afect6 el conjunto de la villa sino de forma puntual y limitada. En cualquier caso, constituye la fase 3 del conjunto.

correlaci6n con el resto de las dependencia de las termas. La ausencia de restos de pavimento o revestimiento impermeable en los muros y la existencia de una canalizaci6n que ocupa dos angulos de la pieza, justo por debajo del nivel del desaparecido pavimento, parecen ser elementos suficientes para rechazar la idea de una posible piscina y en cambio identificar el espacio con una letrina. Pero ningun elemento complementario puede confirmar tal hip6tesis. En el extremo sur, frente al caldarium, se ubicaba la zona del propnigeum que albergaba el praefurniurn, del que solo se localiz6 la base del conducto de calor formado por barro cocido mezclado con algunas piedras (U.E. 2026). Debemos senalar que en este minusculo estrato apareci6 una moneda muy deteriorada, ilegible, en la que apenas se aprecia el busto de un emperador en el anverso y una Fortuna con cornucopia en el reverso. Posiblemente pertenece a Vespasiano (Fig. 156). Junto a ella tambien se encontraron los restos muy fragmentados de un espejo de bronce, imposible de reconstruir , y un colgante o aplique de mueble en forma de coraz6n (Fig. 187: 7)

La estratigrafia relacionada con las termas es la mas compleja del conjunto de epoca romana, con diferentes niveles relacionados, en primer lugar , con las preexistencias de epoca iberica e incluso del Bronce Final, a las que siguen los estratos correspondientes a los niveles de circulaci6n de la villa tardorrepublicana y, finalmente, los del momento de construcci6n de las termas, remodelaci6n, destrucci6n y abandono (Fig. 154 y 155.). Los estratos mas antiguos, que no tienen ninguna relaci6n con la construcci6n del edificio termal, han sido analizados en capitulos anteriores, por lo que no vale la pena repetir lo ya comentado. Analizaremos con mas detalle los niveles mas recientes, puesto que son los unicos que pueden proporcionar infonnaci6n sobre el momento de construcci6n del conjunto y su posterior evoluci6n. Las termas estaban formadas en un primer momento que corresponde a la fase 2 de la villa, por tres dependencias: el caldarium, el tepidariurn y una pequena dependencia de dificil interpretaci6n, que inicialmente considerabamos como una piscina de agua fria situada en el extremo norte, pero que dada su estructura es mas probable que se trate de unas latrinae . En el caso de tratarse de una piscina , su fondo deberia aparecer a una cota mas baja a la que sen.ala lo que habria sido el nivel de pavimento, para poder estar en

Fig. 153. Restitucion parcial de las dos fases de las termas de la villa.

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Fig. 154. Secciones Tl y T2 (oeste-est e) , de las termas.

Tanto el caldarium como el tepidarium e construyeron de una sola pieza. Es decir , las cuatro paredes aparecen unidas en un solo conjunto y sin fisuras en los puntos de union , lo que indica que se levantaron a partir de una sola cimentaci6n dispuesta dentro de un encofrado. En cambio, la pequefia letrina (o piscina?) se aiiadi6 una vez construidas las dos principale s habitaciones , con parede s mas delgada y unida por ambos extremos tanto al resto de las termas como al muro 2010 de la primera fase de la villa. Sus cimientos son menos s6lidos y no se hunden a tanta profundidad como los demas . Posiblemente debido al hecho de que fueron construidos sobre los restos de un muro ya existente , de epoca iberica . En su interior, en lo que debi6 con tituir el subsuelo de la pieza , puesto que ha desaparecido el pavimento del piso , aparecen los restos de una canalizaci6n bastante ancha , construida con argamasa y recubierta con tegulae que recorre la habitaci6n por dos de sus lados, cruzando el muro a fin de verter las agua s hacia el exterior del conjunto .

ment6 , con lo que la supuesta letrina fue suprimida , quedando bajo el nuevo pavimento . Al mismo tiempo tambien fue suprimido el praefurnium original y se construy6 otro de forma circular adosado casi al angulo extemo del caldarium. Esta ultima estructura apareci6 muy deteriorada , con ervando se poco mas de la mitad mas pr6xima al muro de las termas. Estaba construida sobre un pequefio piso de tierra que nivelaba la zona (F-3) , en el que aparecieron algunos fragmentos de ceramica africana de cocina. Sohre dicho estrato se construy6 un muro de forma circular, con ladrillos de barro endurecido por el fuego ( 1009) y en el interior del area se deposit6 una capa de piedras de diversos tamafios que daban solidez a la base y servian para sostener el suelo de la estructura de combu stion (F-2 en la secci6n T3). Dicho suelo estaba formado por una gruesa capa de barro cuya parte superior qued6 endurecida por el fuego a lo largo de los aiios (F- 1). Durante la excavaci6n pudieron recuperarse alguno fragmento s de ceramica que habian quedado mezclados con las piedra s de la ba e o con la tierra del piso final de esta especie de homo. Pero en total se trataba de una docena de pequefios fragmentos de ceramica comun sin forma o

En una fase posterior , que correspond e a la tercera fa e general de la villa, se construy 6 otra habita ci6n a su alrededor, delimitada por los muros 2004 y 2020, y se pavi198

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Fig. 155. Secciones estratigraficas T3 y T4 de las tennas.

ceramica africana de cocina , que solo aportan informaci6n imprecisa sobre la epoca de construcci6n de la estructura. En la zona sur de la nueva estructura unicamente dos estratos pueden considerarse relacionados con su construcci6n y/o ampliaci6n. El primero de ellos (U.E. 1003), se deposit6 directamente sobre el suelo natural , cubriendo el muro iberico 1011. Su parte superior coincide con el nivel del suelo del homo circular (Fig. 157). Justo el lado del muro de planta circular aparece otro estrato, la U.E . 1005, que en apariencia constituye la zanja fundacional abierta con motivo de la construcci6n del citado muro 1009; es decir , del homo que atribuimos a la ampliaci6n de las termas. Posiblemente el primero de los estratos citados se formo con motivo de la construcci6n del balneum , mientras que solo el segundo puede relacionarse con su ampliaci6n. De todas formas , los fragmentos aparecidos en el estrato I 005 son tan insignificantes que la informaci6n cronol6gica que pueden aportar es practicamente nula. En el inventario aparecen tres fragmentos de ceramica africana de cocina sin forma, un fragmento de lucema de disco , ocho de anfora sin forma y una docena de ceramica comun , tambien sin forma. Por ello, consideramos innecesario dedicar un apartado especifico al analisis de dicho estrato. El edificio en general es de una gran sencillez , aspecto muy comun a la mayoria de balnea de las villas romanas del N .E. de Cataluiia. Puede incluirse en la categoria o tipo lineal

simple de la clasificaci6n de V. Garcia , caracterizado por la disposici6n en corredor , una detras de otra , de todas sus dependencias (Garcia 2001, p. 311). Y dentro de este tipo es quiza el edificio mas sencillo de los documentados hasta la fecha en la zona de Gerona. Es una estructura muy pr6xima a la ·de las termas de la villa de la Font del Vilar (Casas et al. 1995), si bien esta ultima dispone de un alveus de forma semicircular en uno de sus laterales (Fig.158: 1), semejante en estructura a la de Vilarenys (Rocas/Caja 1992), aunque en aquella ocasi6n presenta un apodyterium/frigidarium anexo y carece de piscina . En cambio , la primera fase de las termas de La Quintana (Cervia de Ter) , presenta mayor semejanza con la de Mas Gus6. Dotadas de un propnigeum delimitado por muros que lo resguardan del viento del Norte , al igual queen Mas Gus6 , tan solo disponia del praefurnium, un caldarium y un apotyterium/frigidarium , a los que se sumaba una pequeiia piscina en un lateral. En una segunda fase fueron remodeladas y ampliadas hacia el Sur (Fig. 158: 3). Puesto que en general todo el edificio solo se conserva a nivel de cimientos o poco mas , no pueden apreciarse totalmente los sistemas de inducci6n de calor hacia el interior del caldarium , que cruzarian los muros visibles a una altura superior a la conservada. En esta fase la zona exterior , alrededor del praefurnium fue prot egida o resguardada con la construcci6n de un muro 199

EL ASENT AMIENTO DE MAS GUSO

de los nivele que se hallaban debajo de los pavimentos (tambien desaparecidos) imposibilitan cualquier intento de acercamiento al memento concrete o mas aproximado en que tuvieron lugar las obras. El resto de estratos relacionado con el edificio , situados fuera del conjunto , pertenecen a la epoca de abandono y destrucci6n. No tienen otra utilidad que la de determinar el memento en que se produjo dicho abandono .

Fig. 156. Moneda def estrato 2026 .

suplementario ( 1008), levantado con piedra sin argamasa , pero rebozado con mortero de cal para unirlo a las paredes mas antiguas y regularizar su aspecto. La pared se levant6 obre los cimientos de otra estructura de epoca iberica ( 1011), en la que aparecieron los fragmentos de estela reaprovechado en su construcci6n. Ignoramos en que epoca se abandonaron y destruyeron las termas. Dentro de sus dependencias no se hallaron restos de pavimento , suspensurae ni pilae . Sin embargo , toda ellas aparecieron esparcidas fuera del edificio (U.E. 2017). Es posible que con la construcci6n de la habitaci6n del extreme norte y la supresi6n de la letrina durante la tercera fase general de la villa el conjunto se destinara a otros usos y se desmantelara su interior, lo que explicaria la aparici6n de los tubos de hipocausto , los ladrillos bessales y grandes bloques de pavimento de opus signinum en la parte exterior del balneum, al norte del homo circular. Sin embargo , los avatares sufridos por el yacimiento durante los siglos transcurridos desde su abandono tambien explicarian el hecho de que esta parte fuera desmantelada en epocas mas recientes simplemente porque era un estorbo para el cultivo del campo. No podemos saberlo. A partir de los materiales aparecidos en los estratos directamente relacionados con la construcci6n y ampliaci6n de las termas, debemos concluir que sus dos fases constructivas se hallan cronol6gicamente muy pr6ximas , puesto que el conjunto ceramico es muy homogeneo y ofrece poco margen para determinar la epoca en que tuvieron lugar los trabajos en el edificio. Una cronologia que como maxima puede limitarse a un periodo comprendido entre el ultimo cuarto del s. II y el primero del . III deja un margen de cincuenta aiios dentro de lo cuales pudieron construirse las termas y ampliarse, sin que sea posible ser mas precisos a la hora de fijar ambas actuaciones. La destrucci6n de una parte

En lo que se refiere a la cronologia, en ultimo termino - y la observaci6n es valida para todas las epocas y estratos- a menudo olvidamos diferenciar entre el momento de fabricaci6n de un producto cualquiera (sobre todo la ceramica) , y su periodo de utilizaci6n mas o menos largo; por regla general , mas largo de lo que podemos imaginar. La ceramica , en la Antigiiedad , no se rompia con mayor frecuencia que en la actualidad. Y, sin embargo , i,Cuanta gente no utiliza vajilla adquirida hace quince, veinte o veinticinco aiios o mas? El desconocimiento de la vida util de productos semilujosos que constituyen los autenticos f6siles directores en una excavaci6n (sigillatas aretinas, sudgalica s, africanas) , contribuye a complicar y alterar la cronologia real de los niveles arqueol6gicos , sobre todo cuando pretendemos acotarlos dentro de un margen cronol6gico restringido a pocos decenios. Es un factor que deberemos tener en cuenta sobre todo cuando intentemos fechar e tratos depositado sucesivamente en los que aparecen las mismas formas y producciones que indican una misma cronologia y que sin embargo pudieron haberse formado a lo largo de un periodo de veinticinco o treinta aiios. Esta observaci6n a(m es mas valida en el caso de las monedas , cuyo periodo de circulaci6n fue aun mas dilatado.

U.E. 2009. Aparece unicamente debajo del espacio ocupado por las latrinae. Es un estrato muy delgado que sirvi6 para nivelar la parte superior del estrato 2024 , mucho mas antiguo y relacionado con la fase prerromana. Se apoya por uno de sus extremes en la canalizaci6n de argamasa y tegulae yen el no apareci6 ningun fragmento ceramico , por lo que no puede ser fechado si no es en relaci6n con los otros niveles con los que esta relacionado.

U.E. 2008. Tambien situado dentro de la misma dependencia, recubre totalmente el anterior y su parte superior coincide con el nivel al que quedaron reducidos los muros del pequeiio ambito

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Fig. 158. Termas en villas rusticas de la zona y caracteristicas similares a Mas Guso. I: Font de! Vilar (Avinyonet de Puigventos). 2: Vilarenys (Vall-llobrega). 3: La Quintana (Cervia de Ter).

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EL AS ENT AMIENTO DE MAS GUSO

cuando fue destruido y suprimido. Tanto el estrato 2008 como el muro de la hahitacion (2012), quedaron sellados con un pavimento de argamasa depositado una vez remodelado el balneum. Puesto que por uno de sus extremos se apoya en la canalizacion de desagiie que quedaba dehajo del pavimento original, debemos considerarlo contemporaneo a la construccion del primer edificio termal. El material arqueologico del estrato es insignificante y solo util para tener una primera aproximacion a la fecha de construcci6n del conjunto. Con poco mas de treinta fragmentos, solo dos tienen forma (ceramica comun oxidada y reducida). El resto son informes, pero identificamos un fragmento de sigillata africana A de la forma Hayes 8, con una cronologia generica de la segunda mitad del s. II y cuatro de ceramica africana de cocina de horde ahumado (Hayes 196 y 197), con una cronologia similar, aunque perduro durante muchos mas afios. Los siete fragmentos de anfora romana sin forma no aportan ninguna informacion.

U.E. 2006. Ocupa un espacio en forma de L situado entre los muros de la ampliaci6n de las termas (fase 3) y los del edificio original. Se asienta sohre una capa de fragmentos de tegulae e imbrices que a su vez recubren directamente el antiguo estrato 2024. Se trata del relleno del espacio intermedio entre las dos hahitaciones, depositado con motivo de la construccion de la fase mas tardia y con la finalidad de nivelar su interior y sostener el pavimento de argamasa que sello dicho estrato. Gracias al elevado numero de fragmentos ceram1cos que constituyen un conjunto homogeneo, podemos fechar con hastante precision la tercera fase de la villa (o segunda de las termas). El grupo que tiene un interes mayor es el de las ceramicas norteafricanas, puesto que sera el que podra proporcionamos la cronologia mas aproximada. En el distinguimos las tres producciones clasicas: la sigillata africana A, la ceramica de patina cenicienta bamizada por una sola cara y la ceramica de cocina con horde ahumado. A ellas dehemos afiadir otra produccion habitual, siempre presente en el territorio, aunque con un numero menor de ejemplares: la ceramica africana comun , procedente de los mismos talleres y que imita los recipientes de mejor calidad o mas habituales de los dos ultimos tipos citados. En sigillata africana A identificamos 15 fragmentos, todos ellos de las formas Hayes 3, 8 y 9, aunque en su mayoria son de un tamafio insignificante. Pero en cualquier caso, sefialan sin duda una cronologia de la segunda mitad del s. II. El fragmento de plato Hayes 8NLamboglia 1b (Fig. 159: 5), el mas representativo del conjunto , presenta la forma mas clasica, con una fina decoracion impresa a ruedecilla tanto en el horde extemo como en la parte baja de la pared . Se fecha de manera general entre el 150 e inicios del s. III, aunque Hayes sen.ala que dicha variante no supera la segunda mitad del s. II, situandola entre el 80/90-160 (Hayes 1972, p. 35; Atlante I 1981, p. 26). Respecto a los fragmentos de las formas Hayes 3 y 9, no reproducibles , se fechan en el mismo periodo . La Hayes 3, con diferentes variantes, no sobrepasaria la segunda mitad

del s. II, al igual que la Hayes 9 (Hayes 1972, p. 25 y 37). Pero tampoco debemos olvidar que ambas formas suelen ser habituales en estratos del primer cuarto del s. III en toda esta region e incluso en niveles mas recientes , aunque es posible que se trate de materiales residuales (Casas/Soler 2003; Castanyer/Tremoleda, 1999, fig. 102). Sin embargo, las otras producciones africanas del estrato parecen confirmar una cronologia de la segunda mitad del s. II. Concretamente los 24 fragmentos de africana de patina cenicienta, con forma, pertenecen todos ellos a la Hayes 23B en una variante antigua, con el horde intemo del labio poco desarrollado y muy parecido a la forma 23A (Fig. 159: 1 a 4). Ni un solo fragmento puede atrihuirse a la variante Hayes 23B clasica con el labio desarrollado. Aunque ambas variantes convivieron durante decadas , parece incontestable que la 23A tiene un origen anterior a la 23B; esta ultima , mas propia de la segunda mitad del s. II, mientras que la primera ya se documenta en estratos de la primera mitad del mismo siglo (Hayes 1972, p. 46-48) . Los ejemplares del estrato , mas proximos a la variante antigua que a la mas tardia, consideramos que dehen ser fechados dentro de la segunda mitad avanzada del s. II. En cualquier caso, son anteriores al s. III. Casi cien fragmentos pertenecen a la ceramica de cocina con horde ahumado (formas Hayes 196, 197 y 200), de los que mas de un tercio corresponden a hordes o bases de distintas piezas. A pesar de la fragmentaci6n y la ausencia de forma concretas, los restantes fragmentos pueden incluirse claramente en los tres tipos sefialados. Los platos/tapadera de la forma Hayes 196 pertenecen a las variantes mas clasicas; a veces de paredes lisas y en otras ocasiones con un marcado ondulado en la pared intema (Fig. 159: 8 y 9). Aunque su cronologia no es tan precisa como en otras formas, puesto que su periodo de producci6n es mucho mas largo, coincide plenamente con la de las especies anteriores. Lo mismo podemos decir de la cacerola Hayes 197 (Fig. 159: 7), queen esta ocasion presenta caracteristicas mas propias de los ejemplares antiguos (horde de poca altura en relacion con su anchura , paredes delgadas, etc.), por lo que no dudamos en considerarlo de la segunda mitad del s. II o, como maxima , del primer cuarto del s. III. La pequefia olla o cubilete monoansado de la forma Hayes 200 o similar (no reproducible graficamente), esta documentada en el estrato con un solo fragmento sin forma. Aparece indefectiblemente asociado a las formas comentadas anteriormente. Aunque escasa, dado su caracter de residual, la sigillata sudgalica aparece representada por 16 fragmentos lisos, sin decorar. Entre ellos identificamos los restos de un plato de la forma Drag. 18/31 (Fig. 159: 6). La ceramica comun, tanto la oxidada como la reducida , es la mas numerosa. Por regla general se trata de productos locales, originarios de talleres de la zona inmediata a la villa o situados en la misma comarca. Los tipos mas usuales en ceramica reducida, de color gris oscuro o negro, son las ollas con un asa y las umas que estan desprovistas de ella (Fig. 159: 11 a 13), y los platos o cuenco s de fondo piano, que se 202

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Fig. 159. U.E. 2006. I a 4: Ceramica africana de patina cenicienta, Jorma Hayes 23. 5: Sifi//ata africana A. 6: Sigillata sudgalica. 7 a 9: Ceramica africana de cocina. JO: Ceramica comim africana. 11 a 16: Ceramica comi,n oxidada y reducida.

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EL AS ENTAMIENTO DE MAS GUSO

documentan como minimo desde mediados del s. I a.C. y continuan apareciendo hasta el final del periodo romano, sin que sea posible apreciar una evoluci6n clara de la forma (Fig. 159: 15). En la produccion oxidada, mas fina y con las arcillas mejor depuradas , aparecen jarras para liquidos y cuencos del tipo "Llafranc", muy habitual en la region a partir de mediados del s. II (con precedentes de fines del s. I), siguiendo una evoluci6n bastante precisa hasta mediados del s. III (Fig. 159: 14), (Nolla/Canes/Rocas 1982, p. 163). En otras ocasiones aparecen formas de talleres desconocidos pero que imitan las producciones de ceramica comun de los talleres del Africa Proconsular o Bizacena , documentada abundantemente en la mayor parte de las villas de la region a partir del ultimo cuarto del s. II. Suele presentar un corto repertorio de formas que imitan las mas usuales de la ceramica africana que podriamos considerar clasica: los platos/tapadera Hayes 196, la cacerola Hayes 197 y el plato Hayes 23B , asi como ollas de perfil en S mas clasicas y habituales (Fig. 159: 10). Un extenso repertorio de dicha formas fue documentado en el taller de Llafranc a inicios de los aiios ochenta del pasado siglo (Nolla/Canes /Rocas 1982, p. 147- 183) El resto de producciones ceramicas de estrato tiene una importancia relativa, puesto que solo sirve para constatar que no existe ningun elemento mas tardio (no aparece la africana C), y que todos son en general mucho mas antiguos y por lo tanto residuales (ceramica atica, iberica pintada), a excepcion de los sesenta fragmentos de anfora sin forma, inclasificables. Como material no ceram1co debemos citar algunos elementos de hierro (clavos e instrumental no identificado ), cinco cristales pertenecientes a copas o vasos , 44 huesos de mamifero y 4 restos malacol6gicos. Junto a ellos se hallo un mango de bronce de dificil interpretacion , puesto que lo mismo pudo pertenecer a un espejo (lo mas probable) , que a un cazo (Fig. 187: 2) Como indicabamos al inicio, es la ceramica norteafricana la que mejor nos puede proporcionar la fecha del estrato y, por extension , la de la remodelacion de las termas. El conjunto es muy homogeneo y parece seiialar una fecha que en nuestra opinion es anterior al s. III. Recordemos que las formas de la sigillata africana A son de las mas antiguas de la categoria , con cronologias que no parecen sobrepasar la segunda mitad del s. II. La ceramica africana de cocina, con variantes antiguas de la Hayes 23B (mas parecidas a la 23A), se documentan sobre todo en las decadas inmediatamente posteriores a mediados del s. II. Un excelente y completo repertorio aparece en el estrato 2016 de Puig Rodon y en el 2408 de Tolegassos , fechados entre el 150/ 180 (Casas/Nolla , 1993a, p. 53-68), incluyendo las formas mas significativas de la ceramica comun. Pero en el otro yacimiento aparece la forma Haye 9, mientras que se halla ausente en Mas Guso. Dado el menor volumen de material , su ausencia quiza no sea significativa , y menos cuando la encontramos en otros niveles vecinos , en el mismo sector.

Finalmente , tambien debemos sefialar la ausencia de formas tipicas y especialmente abundantes a partir de los ultimos afios del s. II y sobre todo en el primer cuarto del s. III. Nos referimos a los platos de patina gris e interior bamizado , forma Hayes 181, y a la variante AID de la ceramica fina africana , que suele documentarse en la zona a partir de inicios del segundo cuarto del s. III.

U.E. 2018. En la dependencia de mayores dimensiones , que identificamos como el tepidarium de las termas, unicamente apareci6 un estrato que puede ser relacionado con el momento de su construccion (U.E. 2018), puesto que los inferiores pertenecen a la epoca de construcci6n de la primera villa o al periodo colonial e iberico (U.E. 2019 y 2022) . El estrato 2018 ocupa completamente la habitaci6n y recubre el estrato 2019 en su totalidad , depositandose sobre el nivel de lo que constituy6 el suelo de trabajo durante la construcci6n del muro , sefialado con una marcada rebaba adosada a la pared (Fig. 154, secci6n T2). Aunque el material arqueologico no es excesivamente abundante , aparece un repertorio mas amplio de tipos y producciones, lo que ayuda a conocer con mas detalle su cronologia y complementa o matiza las fechas que inicialmente sefialaban los materiales de los estratos estudiados en los apartados precedentes. Aumenta el repertorio de las ceramicas africanas, con aparicion de formas ligeramente mas tardias, y continuan apareciendo las ceramicas comunes de epoca romana que, por regla general, aportan poca informaci6n cronol6gica. Al mismo tiempo, los materiales residuales de epoca iberica se hallan presentes , aunque de forma testimonial , con tan solo tres fragmentos. La ceramica africana es la que tiene un interes mayor, por cuanto es la unica que podra proporcionar dataciones fiables. A parte de 15 fragmentos de sigillata africana A y de patina cenicienta sin forma , identificamos una decena correspondientes a las formas Hayes 3, 9, 16, 23, 27 y 32, cuyas caracteristicas no repetiremos, puesto que ya han sido sefialadas con anterioridad. A ellas debemos afiadir otro centenar de fragmentos de africana de cocina (formas Hayes 196, 197 y 200) , que siempre acompaiian los va os bamizados (Fig. 160). Aunque el plato de la forma Hayes 3 es el mas antiguo del repertorio, fechado en la segunda mitad del s. II, el resto de formas pueden ser ligeramente mas tardias, aunque no parece que ninguna de ellas sobrepase el primer cuarto del s. III. El plato Hayes 9, que suele fecharse tambien en la segunda mitad del s. II, continua apareciendo durante las primeras decadas del siglo siguiente, al igual que el unico ejemplar de la forma Hayes 14/ 16 (Fig. 160: 3). En cambio, los fragmentos de las formas 27 y 31, aunque tienen su origen en la segunda mitad del s . II, suelen ser mas habituales , en esta zona, en estratos del primer tercio del s. III, acompafiando el repertorio mas clasico y comun de la africana A y AID. En cuanto al plato de patina cenicienta exterior Hayes 23 (los fragmentos sin forma no permiten determinar si on de la variante A o B), tiene una cronolo gia menos precisa a lo 204

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Fig. 160. U.E. 2018. 1, 2, 5, 6 y 7: Ceramica africana de cocina. 3: Sigillata africana A. 4 y 9: Ceramica comun . 8: lucerna.

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EL AS ENT AMI ENTO DE MAS GUSO

largo de la segunda mitad del s. II y durante todo el siglo siguiente , con variantes y evoluciones morfol6gicas que no podemos detectar en los cuatro fragmentos sin forma aparecidos en el estrato. La ceramica africana de cocina, que como casi siempre esta representada por los platos/tapadera Hayes 196 y los recipientes Hayes 197 y 200, se enmarca perfectamente en el mismo contexto cronol6gico . En la primera forma observamos dos variantes que no implican diferencias cronol6gicas entre ambas. Los fragmentos de la forma Hayes 197 pertenecen a partes de recipientes que carecen de forma, mientras que los cuatro pertenecientes a vasos Hayes 200 o similar deben fecharse con poca precision entre el ultimo cuarto (o segunda mi tad) del s. II y el primer tercio del s. III (Fig. 160: 5 y 6).

(2014) , y formado por fragmentos de tegulae, imbrices, piedras , tierras y una cantidad importante de fragmentos ceramicos . Tiene una interpretaci6n dificil, existiendo la posibilidad de que no se formara de forma subita, sino poco a poco , con el transcurso de los afios. Todo parece indicar que se origin6 a partir de la ampliaci6n de las termas, constituyendo el suelo de circulaci6n exterior o el nivel natural del terreno , que con los afios fue aumentando de grosor. En cualquier caso, se diferencia perfectamente de los niveles de abandono y destrucci6n , por lo que con toda seguridad es el unico estrato que permite documentar el periodo de actividad u ocupaci6n de este sector de la villa desde el momento de construcci6n de las termas hasta el abandono definitivo de] conjunto . lndirectamente y de manera menos precisa , constituye un elemento mas para complementar o ratificar la fecha de ampliaci6n del anexo.

El unico fragmento de lucerna clasificado (otro es inclasificable) , pertenece a una lampara de disco, de la forma generica Deneauve VII, de factura norteafricana , con una cronologia poco precisa entre la segunda mitad del s. II y la primera del s. III (Fig. 160: 8). En cuanto a la ceramica comun, con poco mas de doscientos fragmentos , no aporta informaciones significativas. Constatamos que predominan los ejemplares oxidados , con un solo fragmento con forma (Fig. 160: 4), con paralelos claros en la primera mitad del s. III, aunque existen precedentes similares y muy pr6ximos en estratos de la segunda mitad avanzada del s. II (Casas et al. 1990, p. 315). Todo ello nos lleva a fechar el conjunto hacia las ultimas decadas de] s. II o como maxima en el primer cuarto de] s. III, aunque deberiamos considerarlo contemporaneo al estrato 2006. Esta cronologia viene especialmente detenninada por los dos fragmentos de africana A de las fonnas Hayes 27 y 31, con origenes en el tercer cuarto del s. II y que se documentan sabre todo en esta epoca, aunque probab]emente perduraron hasta mediados de] s. III.

Fig. I 62. Canalizacion bajo el nivel de pavim ento de la letrina.

Su situaci6n inmediatamente encima de los restos del muro prerromano , en contacto directo con un nivel inferior que no pudo excavarse debido a la aparici6n del nivel freatico y que sin duda pertenece al periodo de ocupaci6n y abandono de la estaci6n indigena, puede explicar que en el estrato 2007 aparezca un numero relativamente importante de materiale de epoca colonial, especialmente ceramica gris monocroma, griega de occidente , iberica pintada o ceramica a mano arcaica. Su situaci6n , en una cota ligerament e mas baja de lo que consideramos el nivel de] pavimento del interior de las termas, parece indicar que se trata de] suelo de circulaci6n externo. Mas aun cuando el estrato aparece sellado por otra delgada capa de tierra esteril depositada hacia el final del periodo de actividad de la villa, que a su vez aparece recubierta por el estrato 2002, de abandono generalizado y destrucci6n del sector.

Fig. I 61 Extrema norle de las termas , con los restos de la posible letrina que quedo dentro de la habitacion de la tercera fa e.

U.E. 2007. Es estrato aparece fuera del edificio, al norte de la ampliaci6n , recubriendo los restos de un muro prerromano

Aunque no identico , y seguramente con una funci6n distinta, el origen del estrato 2007 puede considerarse contemporaneo al 2006, mientras que el 2002 se relaciona mejor con los estratos de abandono/destrucci6n 2016 y 2017, que veremos ma tarde. La mayor parte del material ceramico del estrato no ofrece informaciones cronol6gicas fiables . Entre la ceramica comun oxidada y las anforas romanas, en su mayor parte fragmentos 206

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EL AS ENTAMIENTO DE MAS GUSO

sin forma , suman mas del 65% del conjunto. Si a ellos aftadimos otro 13% de ceramica comun reducida , solo queda poco mas de un veinte por ciento que puede semos util para dilucidar la fecha en que se deposit6 el nivel de tierra. Sin embargo , no todo el conjunto restante pertenece a epoca romana. Ya hemos sefialado antes que una parte importante de los fragmentos son de epocas anteriores , colonial e iberica , y deben ser considerados residuales y ajenos a la villa romana. Entre las producciones antiguas, ademas de dos fragmentos de ceramica atica sin forma ni decoraci6n , sefialamos otros cuatro de ceramica iberica con franjas de pintura roja o marr6n (Fig. 163: 10), perteneciente s a jarra s de gran tamafio que deben fecharse hacia la primera mitad del s. V a. C. De la misma epoca o ligeramente mas antiguos , identificamos dos fragmentos de ceramica gris monocroma (Fig. 163: 7 y 8), que suele aparecer en el yacimiento a partir de mediados o segunda mitad del s. VI a.C., asociada a otra s produccione s del Occidente Mediterraneo y de la zona de Marsella , cuya presencia tambien se detecta en este estrato. La ceramica comun iberica a mano , generalmente reducida , no presenta rasgos que la diferencien claramente de otras producciones a mano mas tardias , aunque en ocasiones podemos identificarla gracias a su factura inconfundible , el color marr6n oscuro o gris de la superficie , un desgrasante de grano grueso y unos acabados pulidos , alisados o espatulados , con un repertorio de formas sencillas , limitado a las umas , platos/tapadera y cuencos. Debemos citar, sin embargo , un plato de forma poco comun , de buena factura, con la pasta de color marr6n oscuro , micacea , con desgrasante de gruesos granos de cuarzo y superficie pulida , que por sus caracteristicas se relaciona con las producciones de la primera Edad del Hierro de Mas Gus6 , con las que comparte el tipo y composici6n de la pasta (Fig. 163: 9). Otros fragmentos tienen sus paralelos en los niveles de los siglos VII-VI del mismo yacimiento , ya sea con decoraciones de cordones impresos , o simplemente lisas, ligeramente rayadas con una e pecie de peine en su superficie extema (Fig . 163: 1 y 2) . Los materiales tardorrepublicanos y aquellos del . I de nuestra Era son quiza los mas escaso s, identificados a partir de un limitado numero de fragmentos. Entre los mas antiguos , que deben relacionarse con la primera villa romana , destacamo un fragmento de ceramica campaniense A, forma Lamb 26 o similar , de la primera mitad del s. II a.C. , amen de otros tres sin forma. A la misma epoca pertenecen los cuatro fragmentos de gris emporitana tardia. Basicamente se trata de jarritas bic6nicas y plates de borde vuelto hacia el interior . Las forma s mas clasicas y comunes en la producci6n a partir del s. III a.C. y durante los dos siglos siguientes. No hemos identificado ningun fragmento de anfora italica , tipo Dressel 1 u otras producciones de la Campania , lo cual no deja de ser raro , puesto que son tipos habituales , aunque solo sea como materiales residuales . Tampoco son abundant es los produ ctos del s. I d.C., limitandos e tan solo a 9 fragme ntos de igillata de la Gra ufesenqu e, pertenecientes

a las formas lisas Drag. 18/31, 24/25 y 27 (Fig. 164: 1 a 3) y a la Drag . 37, con una decoraci6n propia de las ultimas decadas del s. I o inicios del s. II d.C . Otro tipo muy comun en estratos del s. I, especialmente de su primera mitad , es la ceramica gris de boca trilobulada , caracterizada por un color gris oscuro en su superficie extema y gris claro , azulado , por el interior. Normalmente solo aparece una forma , de cuerpo bic6nico , cuello alto, un asa con secci6n de triple anillo y una boca trilobulada , con un estrecho vertedero en la parte opuesta a la que tiene el asa. Es una producci6n con un origen en epoca de Augusto y que perdura hasta un momenta indeterminado de mediados del s. I. A ella debemos asociar dos fragmentos de ceramica de parede s finas, con fragmento s de un gobelete tipo "cascara de huevo ", mas propio de mediados del s. I. o quiza ligeramente anterior , contemporaneo de un horde de patera de sigillata aretina (Fig. 164: 4 ) . Los materiale s ma s reciente s tienen un origen distinto. El pequefio conjunto esta formado por distintos fragmento s de ceramica s africanas , sigillata africana A, ceramica de cocina de diversa calidad y tipolo gia y un solo fragmento de africana C de la forma Hayes 50. Entre los 17 fragmentos de africana A identificamos unicamente dos formas : Haye s 3 y 8, con cronologias bastante precisas dentro de la segunda mitad del s. II. En la producci6n de cocina , sin bamizar o bamizada solo interiormente , tan solo podemos apreciar algunos fragmentos con forma pertenecientes a los tipos Hayes 23B , 185, 196 y 200 con cronologias coincidentes con las primeras , aunque con un periodo de producci6n y difusi6n mas largo (Fig. 164: 5 a 7 y 9). Poco podemos decir de la ceramica comun , ya sea oxidada o reducida. A pesar del elevado numero de fragmento , que representa un notable porcentaje respecto al total del conjunto , como ya habiamos sefialado, no aportan informaciones precisas . Constatamos que algunas de sus caracteristicas son propias de los recipientes de la egunda mitad del s. II y primera del s. III, como son sus ba es de fondo umbilicado y zona de reposo poco diferenciada. El resto de material no ceramico es muy diverso. Desde diversos fragmentos e instrumental de hierro , con una pequefta hoz, fal x vinitoria , entera (Fig. 164: 10), clavos de distinto tamafio, un plomo informe, un fragrnento de cristal, restos de revestimiento de pared con pintura roja y negra y finalmente , en cuanto a fauna, algunos fragmentos de huesos muy desmenuzados (b6vido s y ovicapridos) y siete conchas marinas y caracoles . Las anforas constituyen un conjunto muy heterogeneo , en el que se mezclan fragmentos de epoca iberica, las tipicas anfora s ibero-punica s de boca plana y otras produccione s punicas (Fig. 165: 2 a 4), que en total suman tan solo 7 ejemplares , con las anforas romanas. Estas ultimas , con mas de dosciento s sesenta fragmento s, casi todos sin forma , corresponden basicamente al tipo Dressel 2/4 o variante s de producci6n local (Fig. 165: 5 a 7), aunque tambien hemo s podido identificar algunos fragmentos y un cuello de un recipiente betico del tipo Dressel 20 (Fig. 165: 1). En resumi das cuenta , el amplio abanico de material cera208

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Fig. 164. U.E. 2007 . I a 3: Sigillata sudgalica. 4: Paredes finas . 5 a 9: Ceramicas africanas de patina cenicienta y de horde ahumado. I 0: Jnstrumento de hierro.

mico que aparece en el estrato ofrece una cronologia no demasiado precisa , puesto que para fecharlo debemos basamos sobre todo en las producciones de epoca romana mas recientes. Es decir, las anforas y las ceramicas africanas. Las primeras presentan un repertorio limitado y con una cronologia muy amplia, que abarca los dos primeros siglos de nuestra Era. Su cronologia no es incompatible con la que proporciona la ceramica africana. Si nos basaramos unicamente en los fragmentos de sigillata africana A y la ceramica de cocina , deberiamos .situar la epoca de formaci6n del estrato en la segunda mitad avanzada del s. II. No es raro. Debemos tener en cuenta, por un lado, que el estrato posiblemente se form6 de manera paulatina a partir del momento de ampliaci6n de la villa con la construcci6n de las termas . Por otro, aunque los escasos fragmentos de africana A (Hayes 3 y 8), sean mas propios de la segunda mitad del s. II, tampoco son extrafios en niveles de las primeras decadas del s. II, aunque solo sea como material residual. En cuanto a la ceramica africana de cocina (Hayes 185, 196, 197 y 200), su fabricaci6n y comercializaci6n se prolong6 mas alla del s. Ill.

U.E. 1003. Se localiza al sur de las termas, al otro lado del muro que cerraba es espacio destinado a propnigeum. Probablemente tambien se form6 de manera paulatina a partir del momento en que se construy6 o ampli6 la villa, por lo que no es de extrafiar en el la presencia de producciones ceramicas de distintas epocas. Pero su cota superior aparece al mismo nivel que el interior del homo circular y al del suelo de circulaci6n del espacio interior y exterior de la zona. Sin duda la ultima vez que se vio afectado por construcciones o actividades en el sector fue con motivo de la construcci6n de las termas y mientras estas estuvieron el uso, puesto que sobre el ya aparece el nivel de abandono y el superficial. Entre los materiales residuales mas antiguos encontramos doce fragmentos de ceramica iberica pintada , que podemos fechar entre los siglos V y IV a.C., asi como cuatro fragmentos de ceram1ca a mano , de color oscuro, inclasificables con precision.

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Fig. 165. V.E. 2007. 1: Anjora Dr. 20. 2 a 4: Anjora punica . 5 a 7: Anjora Dr. 2/4.

Pero el conjunto principal pertenece a epoca romana , siendo tambien muy bajo el numero de fragmento s anteriores al cambio de Era e incluso los del s. I. Aparecen algunos fragmentos de ceramica campaniense , ceramica de engobe blanco , gris emporitana tardia (Fig. 168: 7), ceramica micacea italica con barniz rojo intemo pompeyano , gris de boca trilobulada (Fig. 168: 8), ceramica de paredes fmas, sigillata aretina y sudgalica. Nj.nguna de estas categorias ceramicas sobrepasa la media docena de fragmentos en el estrato, a excepci6n de la sigillata de la Graufesenqu e, con doce fragmentos , la mitad de ellos sin forma . En cambio , las ceramicas africanas , sigillata africana A y ceramica de cocina de patina cenicienta o horde ahumado , Hegan hasta los dosciento s fragmento s para cada una de las dos categorias , al igual que las anforas (215 fragmentos sin forma y 6 formas) , o la ceramica com(m de diversos tipos, con casi un millar de fragmento , un diez por ciento de los cuales presentan forma.

No obstante , a pesar del elevado numero de fragmentos pert eneciente s a las diferente s produccione s de epoca romana , todos ellos se hallan extremadamente fragmentados, casi siempre de pequeiio tamafio y a menudo dificiles de clasificar tipol6gicamente . En el caso de los distintos tipos de ceramica africana es relativamente facil su identificaci6n y clasificaci6n ; sobre todo cuando se trata de ceramicas de cocina de borde ahumado o patina cenicienta , puesto que el repertorio es muy corto y pueden clasificarse la mayoria de los vaso s a pesar de la fragmentaci6n y aun sin pertenecer a fonnas definidas de los recipiente s. La sigillata africana A presenta mayores dificultades en este aspecto. En la categoria bamizada , africana o clara A, identificamos sin ning(m genero de dudas las forma s Haye s 3, 7B, 8, 9 y quiza la 16 (Fig. 168: 9 a 11). En ceramica de cocina de patina cenicienta solo hemos visto fragmento atribuibles a la Haye s 23B (Fig. 170: 2, 7 y 8), aunqu e no e de descartar la presencia de la variante Hayes 23A, y otro de la forma Hayes 210

Josep CASAS - Victoria SOLER

habitualmente en contextos de los siglos II y Ill , poco mas podemos precisar respecto a su cronologia. En ultimo lugar, citaremos los fragmentos de lampara . Seis de ellos pertenecen a lucemas de volutas y otros siete a lamparas de disco. Los tres fragmentos mas significativos y de mayor tamafto corresponden a sendas lucernas de disco de la forma generica Deneauve VII (Fig. 169: 1 y 2), con un motivo decorativo en el disco, y el tercero a una lucerna de volutas con un motivo de hojas dispuestas radialmente (Fig. 169: 3). Esta ultima es mas propia de la primera mitad del s. I, mientras que las dos primeras , de procedencia norteafricana , segun parecen indicar las caracteristicas de su pasta, suelen ser habituales en estratos del s. II, especialmente de su segunda mitad. Fig. 166. Conjunto de materiales de construccion proced entes de/ desmantelamiento de las termas.

181 (Fig. 170: 4). En cuanto a la ceramica de horde ahumado, como minimo documentamos las formas Hayes 196 y 197, la mayor parte imposibles de reproducir graficamente debido a su extremada fragmentacion , a parte de algunas excepciones que permiten identificar los tipos principales (Fig. 168: 13; Fig. 170: 1, 3, 5 y 6). Este conjunto es el mas fiable para determinar la cronologia del estrato, puesto que las formas mas representativas muestran una gran homogeneidad desde el punto de vista cronol6gico. La fonna Hayes 3 (imposible determinar la variante ), se fecha como maxima dentro de la segunda mi tad no avanzada del s. II, aunque es cierto que en muchas ocasiones aparece aun en contextos del ultimo cuarto del siglo. Los mismo cabe decir de la forma Hayes 7B, de la primera mitad del s. II (Hayes 1972, p. 33); cronologia que confirma plenamente su hallazgo en un estrato sellado de Tolegassos, con abundante material , fechado con precision hacia el 150 (Casas/Nolla 1993, p. 52 y 68). La forma ya no se halla presente en los niveles superiores , de la segunda mitad o ultimo cuarto del s. II El plato de la forma Hayes 8B, sin decorar, se fecha en la segunda mitad del s. II, mientras que la forma Hayes 9A, decorada, es mas propia de la primera mitad y mediados del mismo siglo, aunque en general continua apareciendo abundantemente hasta los ultimas aftos del siglo II.

A juzgar por el contenido del estrato, parece probable que se hubiera fonnado dentro de la segunda mitad del siglo II, en un periodo que en principio situariamos como maximo entre el 150 y el 180, aunque algunos elemento s quiza aconsejarian una cronologia mas tardia, del ultimo tercio del siglo, como puede ser el caso del plato Hayes 181. La presencia de las formas de sigillata africana A tipicas de la epoca , repitiendo siempre los mismos tipos que ya han sido comentados , y la ausencia de otras formas que siempre hallamos en estratos de las dos ultimas decadas del siglo e inicios del s. III, nos conducen a esta cronologia. En un conjunto tan numeroso , la ausencia de platos de la forma Hayes 14 o 27, por ejemplo , no puede ser debida a su rareza y a la escasez de fragmentos , siendo un elemento significativo a tener en cuenta ; tanto o mas que la presencia de los platos Hayes 3, 7, 8 y 9. Dada la situacion del estrato, nivelando la roca natural y recostandose en el muro del propnigeum de las termas, posiblemente es el que mejor puede ayudamos a fijar el momento en que se construyo dicho anexo a la villa. El pequefio estrato 1005, que lo recorta y al mismo tiempo lo recubre en una franja situada alrededor del muro de la estructura circular de combustion, seria muy util para determinar la epoca de ampliacion de las termas. Pero , coma ya hemos seftalado, la escasez e insignificancia de los materiales que aparecieron en el hacen inviable todo intento de aproximacion cronologica.

Las anforas y la ceramica comun , tan numerosa , son las producciones que menos informacion pueden aportamos desde el punto de vista cronol6gico. Ninguno de los fragmentos de anfora permite su clasificaci6n exacta , aunque por las caracteristicas de las pastas nos atrevemos a seiialar la posible presencia de la forma Dressel 20 betica y posiblemente ejemplares de la forma generica Dressel 2/4 y Gauloise IV de producci6n local o regional. La ceramica comun reducida se limita a presentar un conjunto de fragmentos de hordes, asas o bases pertenecientes a ollas o umas de formas sencillas y habituales, sin rasgos especialmente significativos. La ceramica comun oxidada , en cambio , muestra un repertorio tipologico mas extenso , en el que vemos grandes vasos y cuencos, jarras para liquidos y cuencos de pequefto tamano (Fig. 168: 1 a 6, 12 y 14). Aunque son formas que aparecen

Fig. 167 Homo de planta circular p erteneciente al p eriodo de remodelacion de las termas.

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Fig. I 68. U.E. I 003. l a 6: Ceramica comim oxidada. 7: Gris emporitana. 8: Gris de boca trilobulada . 9 a 11: Sigillata africana . 12 y 14:· Ceramica comitn. 13: Ceramica africana de cocina.

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Josep CASAS - Victoria SOLER

14.2. Abandono y destrucci6n. Los niveles de abandono y destruccion de las termas (y por extension, del edificio principal) , aparecen tanto en su interior como en la· zona inmediata situada fuera del recinto del conjunto edificado. Aunque se trata de una estratigrafia muy sencilla, limitada a dos niveles generales (U.E. 2002, 2016 y 20 I 7), puede diferenciarse claramente el estrato de abandono, formado casi de forma inmediata o a los pocos afios de quedar deshabitada la villa, de aquel que se formo a continuacion con su destruccion. En el extremo sur, el testimonio de este abandono y degradacion de las estructuras hasta su definitiva destruccion lo constituyen los estratos 1001 y 1002, ambos situados sobre el nivel I 003 que acabamos de analizar. Todo parece indicar que dicha destruccion no fue paulatina ni por causas naturales , a juzgar por el contenido del estrato 2017, que tendremos ocasion de comentar con mayor detalle en un proximo apartado .

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Mientras que el estrato 2002 queda limitado al interior de las termas y, por lo tan to, corresponde a las tierras depositadas de forma natural a partir del momento en que se abandono el edificio, y el estrato 2016 es su equivalente, depositado en el exterior, formado con otro tipo de tierra y con mucha arena aportada por el viento , el nivel 2017 tiene el aspecto de ser la evidencia de una destruccion intencionada y llevada a cabo de forma rapida. Solo aparece en el espacio situado al norte de la estructura circular, al lado de la pared del tepidarium de las termas. Aunque como es logico contiene tierra, casi puede asegurarse que SU principal componente son los restos del edificio termal. Vemos un amasijo importante de grandes bloques de pavimento de opus signinum , a veces con la moldura que sen.ala la union con el paramento vertical de la pared; ladrillos pertenecientes a las pilae que sostenian dicho pavimento en el interior de las termas; decenas de tubuli, enteros y fragmentados ; algunas piedras y, en general , poca ceramica teniendo en cuenta la extension y grosor del estrato (Fig. 166).

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2 Teniendo en cuenta que sobre el estrato 2017 ya encontramos el nivel superficial, formado por las tierras de labor de la finca, la unica incognita que queda por dilucidar es la que se refiere al momento en que tuvo lugar la destruccion. Aunque todo el material aparecido en el estrato es de epoca romana, nada se opone a la posibilidad de que la destrucci6n se llevara a cabo en un periodo mas reciente para nivelar el campo o eliminar estorbos. Sabemos que en otros lugares de la finca, aunque con caracteristicas diferentes, se destruyeron involuntariamente canalizaciones de tegulae en epoca reciente , debido a que se hallaban a una profundidad a la que el arado llega con facilidad .

3 Fig. 169. Lucernas proc edentes de/ estrato I 003

Sea como fuere, nos limitaremos a analizar el contenido de los estratos que acabamos de sefialar, a fin de poder establecer el momento de abandono definitivo de la villa. Los resultados deberan ser contrastados con las que obtengamos del analisis de la estratigrafia del extremo opuesto, al este del yacimiento , mas compleja , pero con un volumen de material superior y mas rico. 213

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Fig. 170. U.E. 20 03. Ceramicas africanas de horde ahumado y patina cenicienta .

U.E. 2016. Aunque contiene un elevado numero de fragmentos , el repertorio de producciones y categorias ceramicas es bastante limitado. Si descartamos el fragmento de ceramica atica, residual, el conjunto es muy homogeneo, lo que demuestra que se form6 de manera relativamente rapida, introduciendose los materiales mas comunes en la epoca. Probablemente tambien deberiamo s considerar como residuales los cuatro fragmentos sin forma de sigillata de la Graufesenque, uno de los cuales pertenece a un cuenco decorado de la forma Drag . 3 7, con motivos sencillos y habituales en los producto s de la epoca de decadencia (Fig. 171: 1). Debemos fecharlo en las prim eras decadas del s. II. Una vez mas, el conjunto mas numeroso esta formado por la ceramica comun, con predomini o de los vasos oxidados (33,8%), frente a los reducidos (26,3%). Entre los primeros predominan las pequefias ollas y jarras para liquidos , amen de los cuencos del tipo local denominado "Llafranc ", de amplia difusi6n en el territorio a partir de la segunda mitad del s. II has ta la prim era mitad del s. III (Fig. 171: 16 y 17), aunque con un origen mas antiguo (Nolla/Canes /Rocas 1982). La ceramica comun reducida, de aspecto mas tosco, color

gris oscuro o negruzco , tiene un repertorio tipol6gico limitado tan solo a dos formas: la olla (con o sin asas), y el plato cacerola de fondo piano y paredes ligeramente inclinadas (Fig. 171: 13, 18 y 19). Son formas simples para las que no puede establecerse de manera clara su evoluci6n, puesto que aparecen a lo largo de todo el periodo romano en la region . Las anfora s, con 69 fragmento s, casi todos sin forma, pertenecen en su mayoria al tipo Dressel 2/4 y posiblemente a la forma Gauloise IV o variantes , a juzgar por las caracteristicas de la pasta y factura de los fragmento s. Un borde se clasifica como una Dressel 20 betica (Fig. 171: 14), que perdur6 hasta inicios del s. III . En cuanto a las produccione s norteafricanas , que constituyen mas de una cuarta parte del conjunt o ceramico , son las que mejor pueden servir para fechar el estrato. La sigillata africana A, que dobla en numero a las producciones de cocina , limita su repertorio tipol6gico a las forma s Hayes 3, 9 y 2 7. Otro veinte fragmentos sin forma son incla sificables. Es el repertorio mas comun, que vernos repetido en los estratos analizados en los apartado s precedentes. El plato de la forma Hayes 3B (Fig. 171: 2), decorado con hojas a la barbotina dispuestas sobre el horde , es bastante cornun a 214

Josep CASAS - Victoria SOLER

partir de mediados del s. II, y relativamente abundante sobre todo a partir de su ultimo cuarto. Aunque su produccion no parece que se hubiera prolongado hasta el s. III, tampoco es raro hallarla en estratos de inicios de dicho siglo, junto a la variante 3C. El plato Hayes 9A (Fig. 171: 3), queen esta ocasion presenta una fina decoracion impresa a ruedecilla en la parte inferior del borde, tiene identica cronologia, fechandose preferentemente entre el 100-160, aunque es habitual su presencia en estratos de mediados del s. II hasta el fin del siglo, como ha sido documentado en las excavaciones de Ostia (Hayes 1972, p. 37; Atlante I 1981, p. 27). La tercera forma identificada pertenece a la Hayes 27/Atlante tav. XVI, 9 (Fig. 171: 4). Este tipo de plato tiene un origen mas reciente y tambien perduro mas aiios, hasta el primer cuarto del s. III. La variante Hayes 27 n° 9 se fecha con bastante precision entre el ultimo cuarto del s. II y el primero del s. III (Hayes 1972, p. 51; Atlante I 1981, p. 32). La ceramica africana de cocina, con dos categorias claramente diferenciadas, es bastante mas abundante. En ceramica de patina cenicienta y bamiz intemo tan solo identificamos el plato Hayes 23B (Fig. 171: 8), con caracteristicas propias de los ejemplares mas antiguos que, en todo caso, no parecen sobrepasar el primer tercio del s. III. Pero no aparecen (y es de destacar), los platos de la forma Hayes 181, tan habituales en las villas romanas de la region en contextos de inicios del s. III. En cuanto a la ceramica sin bamizar, sefialamos la presencia de los tipos mas comunes: los platos/tapadera Hayes 196 (Fig.171:5y6),lacazuelaHayes 197(Fig.171: l0y 11),el cuenco o gobelete monoansado asimilable a la forma Hayes 200 (Fig. 171: 15), y una forma menos comun pero no por ello ausente en el territorio, la Hayes 199/Atlante tav. CVII, 4 (Fig. 171: 12). Aunque Hayes considera esta ultima forma propia de fines del s. II o inicios del s. III (Hayes 1972, p. 211 ), es probable que sea ligeramente mas antigua, segun se desprende de las excavaciones de Ostia, mas bien de mediados del s. II (Atlante I 1981, p. 219). Debemos tener en cuenta que aparece de forma abundante en Tolegassos por primera vez en el estrato 2408, fechado con poco margen de error entre el 150/180 (Casas/Nolla 1993, p. 60 y 68), acompafiada del mismo repertorio de ceramicas africanas que encontramos en este estrato de Mas Guso. Sin embargo, continua apareciendo en Tolegassos, tambien en cantidades notables, en el primer cuarto del s. III (U.E. 2004) e incluso hasta el segundo cuarto del s. III (U.E. 2002), aunque quiza como material residual. El resto de recipientes mas comunes, formas Hayes 196, 197 y 200, no difieren de la precedente en cuanto a su cronologia, aunque esta sea bastante mas amplia, situandose en un marco general de la segunda mitad del s. II y la primeia del s. III, si bien en lo que se refiere a la Hayes 197 y 200, encontramos paralelos identicos en Tolegassos en un contexto que no sobrepasa el primer cuarto del s. III (Casas/Nolla 1993, p. 84-86). Debemos citar, antes de finalizar, otra produccion africana que a menudo es mas dificil de identificar o que se confunde

con la ceramica comun local. Nos referimos a la ceramica comun norteafricana de pasta naranja o rosada originaria del Africa Proconsular y de la Bizacena. En realidad su pasta es identica a la que observamos en el resto de producciones norteafricanas como las que acabamos de citar, e incluso en las anforas de la misma procedencia. Su unica diferencia con las producciones finas de mesa, bamizadas o no, es que la arcilla no es tan depurada ni fma, con introduccion de desgrasantes mas gruesos. En cuanto a las formas, suele imitar los prototipos mas elaborados, especialmente la Hayes 23B, 196 y 197. Pero una de las mas habituales es la olla semejante a la Hayes 200, aunque de mayor tamafio (Fig. 171: 7 y 9). La detectamos sobre todo a partir de las ultimas decadas del s. II y perdura como minimo hasta mediados del s. III (Casas et al. 1990, p. 43 y 44). A partir de este conjunto deberia ser relativamente facil fechar el estrato. Todas las producciones que pueden proporcionamos informacion al respecto seftalan una cronologia que no va mas alla del primer tercio del s. III. Sin embargo, constatamos que esta fecha es muy proxima a la que establecimos para el momenta de construccion y el de ampliacion de las termas. Tratandose en esta ocasion del estrato de abandono del edificio y de la villa, ambas fechas son muy proximas o casi identicas.

U.E. 2002. De alguna forma es el equivalente al estrato 2016, pero situado en el interior del edificio o, mejor dicho, sobre sus restos. No aparece en la zona exterior, ocupada por el otro estrato ya analizado, o por el nivel 2017, que veremos mas tarde. Los porcentajes de la ceramica romana se mueven dentro de los mismos parametros que los del estrato precedente , especialmente en lo que se refiere a las producciones mas recientes, las ceramicas africanas y las anforas. La oscilacion que podemos apreciar en los porcentajes de la ceramica comun en relacion con los del estrato 2016 son debidos a la presencia de otras categorias y tipos que ocupan su lugar. Los materiales residuales son escasos, practicamente inexistentes, limitandose a un fragmento de ceramica iberica pintada y dos campanienses. Los trece de la ceramica gris pertenecen tanto a la produccion clasica como a la mas tardia, que dejo de fabricarse dentro de los primeros afios del primer siglo de nuestra Era. Las producciones del s. I estan representadas basicamente por la ceramica de paredes fmas y la sigillata sudgalica, aunque algunos fragmentos pertenecen a ejemplares relativamente tardios , de los ultimos afios del s. I o inicios del s. II. La mayor parte de fragrnentos de ceramica de paredes fmas son inclasificables, puesto que pertenecen a distintas partes de las paredes de vasos y recipientes o a bases de las que no puede reconocerse la forma. Los dos unicos fragmentos clasificados corresponden, respectivamente, a las formas Mayet XXXVII y XXXVII (Fig. 172: 6). El primero de ellos tiene la superficie con decoracion de tipo arenoso , elemento que permite fecharlo hacia el segundo cuarto del s. I (Mayet 215

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