Iglesia Local Comunidad De Base

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P. José Marins

IGLESIA LOCAL: COMUNIDAD DE BASE 3» Edición,

Editorial BONUM Maipú 859 Buenos Aires 1969

1972

PRESENTACIÓN

Título del original: IGREJA LOCAL: COMUNIDADE DE BASE Traducción: Dr. Domingo

C. Quarracino

Diseño de la tapa: Elsa Mitsuko Inouye © Copyright by Editorial BONUM - 1969 Maipú 859 - Buenos Aires - Argentina

La Iglesia, hecha para los hombres, ha de encontrar siempre, en la historia humana de todas las épocas, los caminos que llevan a Dios. No es depositaría inerte de una verdad intemporal formulada para siempre, que deberá ser impuesta a las inteligencias y a las vidas de los hombres, con exclusión de todo cuanto puedan descubrir o sentir en contacto con la realidad de las cosas, reveladoras de Dios. Sus estructuras son auxilio válido para su misión; incluyen algo de carismá.tico. El misterio de la Encarnación que continuamos hasta el fin del mundo pide aquí y allá una revisión de lo que se hace, para que la vida día a día crezca y se difunda. Expresiones adecuadas de una época, pueden ser en el periodo siguiente un peso estructural que retarda el paso. Fiel a su objetivo y a su vida, la Iglesia va buscando expresiones más válidas, más exactas. (Así la parroquia ha sido durante mucho tiempo una feliz expresión de Iglesia, comunidad local, que celebra y vive la eucaristía, la fe y la caridad.) Se pregunta hoy si las circunstancias en que estamos viviendo no piden una nueva formulación de la comunidad local. Tal vez debamos partir de la parroquia para una opción pastoral decisiva: La Comunidad Eclesial de Base, expresión verdadera, aquí y ahora, de la Iglesia comunidad local. Para intentar responder a este interrogante, elaboramos el presente volumen. Rio de Janeiro, 15 de agosto de 1968. P. TOSE

MARINS

Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 Con las debidas licencias

5

1.

VISION TEOLÓGICA Y BÍBLICA (*) 1.1.

El misterio de Comunión

1.1.1. Con el Padre (2) El cristianismo se resume en tres palabras: Padre, Hijo y Espíritu. Lumen Gentium, 1 a 4. Que Dios es uno sólo, lo han dicho todas las religiones monoteístas (3). Pero nosotros conocemos su nombre: Éxodo, 3, 13-14. Sabemos que El es. Sabemos que está infinitamente separado de nosotros (Moisés, Elias se cubren el rostro para hablarle - I Reyes, 19, 13), al mismo tiempo está íntimamente presente en nosotros, hasta lo tocamos con nuestras manos, en el sacramento eucarístico. Los apóstoles lo palparon con sus propias manos: I Jn. 1, 1. El está en el fragor de las tempestades: Ex. 19, 18 ss. Está también en el murmullo de la brisa: I. Reyes, 19, 12 ss. El es nuestra firmeza y nuestra roca: Gen. 49, 24. Salmo 17, 3 ss. y Salmo 143, 1. Dios es Santo y purifica: Is. 1,4 e Is. 57, 15. Se comunica: I Cor. 6,19-20, somos templos del Espíritu Santo. Dios habita en nosotros, como en su morada: J. 14, 23-26. Cuanto más lo conocemos, más queremos penetrar en El: Ex. 34, 5-6. Como Moisés queremos decirle que nos muestre su gloria: Ex. 33, 18. En El está todo: Coles. 1, 17-20. Todos los tesoros: Coles. 2,3; I Cor. 12, 5-11. Este Dios es rico en misericordia, nos amó, restituyéndose a la vida: Ef. 2, 4-6. Ahora nuestra vida está con Cristo, escondida en Dios: Coles. 3, 3. Dios se reveló por Jesús. Cristo nos manifiesta la Paternidad de Dios( 4 ). El es: ' — Padre misericordioso: Ls. 6, 35-36. (1) Ver nuestro libro La Comunidad Eclesial de base. Ed. Bonum. Bs. As. 1969. (2) Esta primera parte del trabajo ha servido para temas de ejercicios espirituales. (3) Los textos bíblicos no son presentados integralmente, sino apenas en sus tópicos fundamentales. „ (4) Ver nuestro libro: Diaconado y Comunidad Eclesial de base. Ed. Bonum. Bs. As. 1969.

7

— Es. 3, 1-12: Soy yo, oí el clamor del Pueblo, resolví liberarlo. Ve, Yo, te envío (v. 10). — Amos 7, 14-15: Yo n o soy profeta. . . sino pastor; fue Javé q u e me trajo y me dijo: Ve y profetiza. —Ez. 3, 16, 21 y 27: Ve a advertir a los míos. — J. 1, 14: El Verbo se hizo carne. — Me. 2, 14-15: Vocación de Leví. — Me. 3, 13-19: Vocación de los 12. — Le. 1, 26 ss.: Dios e n t r a e n la historia h u m a n a .

Padre nuestro: L e 11, 2 ss. Cuida de nosotros, hasta d e los lirios del campo v de las aves del cielo: Le. 12, 22-32. Por el Espíritu de su Hijo, lo llamamos P a d r e : Gal. 4, 6-7. Ese Espíritu da testimonio de q u e somos Hijos: R o m . 8, 14-17. En Cristo vemos al P a d r e : J. 14, 6-11. Si Dios es nuestro Padre, somos consecuentemente sus hijos. El mantiene con nosotros u n a relación análoga a la que m a n t i e n e eternamente con el Hijo. Extiende esa relación a todos los hombres, integrándolos en el Hijo Unigénito. Si • • •

somos hijos de tan formidable Padre: tenemos acceso a El: R o m . 5, 2. todo lo que le pedimos, nos concederá: fn. 16, 23. n o falta tema para h a b l a r con el Padre. Los paganos n o conversaban con su dios, apenas lo homenajeaban: Salmo 113, 10-16. • como hijos conocemos sus designios. • colaboramos activamente con el Padre. • somos herederos (de ahí el optimismo de la vida): Rom. 7-17. Vivimos en comunión con Dios: — Como ramas de u n mismo árbol: fn. 15, 1-11. — "para que ellos estén en Nosotros'": J n . 17, 21. — " q u e sean u n o con Nosotros": J n . 17, 11. — ya n o somos de nosotros mismos: I Cor. 6, 19-20. — Formamos con Dios, un solo C u e r p o : I Cor. 12, 27. A)

Nuestro

Dios está siempre

Esta presencia

de Dios es

activa.

Dios entra en nuestra vida: — Gen. 12. 1-4: Sal, ve, te bendeciré. . . exaltaré tu nombre. 8

C)

Dios nos

elige.

— "Yo los elegí: J n . 15, 16. — Escogió a los Doce: Me. 3, 13; Le. 6. 12. — C o m o escoge a P a b l o : Gal. 1. 11-16. — "El Señor me llamó desde antes de mi nacimiento; en el seno de mi madre, El p r o n u n c i ó mi n o m b r e " : Is. 49, 1. — "Yo te llamo p o r el nombre, eres m í o . - . . " : Is. 43, 1-7. — " T e llamé por el n o m b r e . . . a u n q u e n o me c o n o c í a s . . . " : Is. 45, 4. a) La elección no depende 1, 12-17.

de nuestro

valor personal:

I Tim.

b) La elección es para cumplir una misión: — misión de Pablo: Colos. 1, 24-29. — es para servir: Jn. 13, 15-16.— p a r a d a r frutos: J n . 15, 16. — anunciar la palabra: Me. 3. 13. I Cor. 9, 16.

presente.

— Gen. 3, 8. En el paraíso a la hora de la brisa de la tarde. — Ex. 33, 11-17. Javé se entretiene con Moisés. . . conversa cara a cara como u n h o m b r e conversa con su amigo. — Gen. 12. Dios conversa con Abraham. — Jer. 1, 4-8. H a b l a n d o a Jeremías dice: Antes q u e fueses engendrado, estaba ya contigo. — Salmo 138: Conocimiento de Dios. — Salmo 120: n o duerme, n o reposa. — Promete: estaré con vosotros. Mt. 28, 20. — Me. 16, 7. Nos precederá en la Galilea. Donde lleguemos,, El se nos habrá anticipado. B)

Entonces Dios toma la iniciativa, nos invade; c u a n d o quiere, como quiere. R o m p e esquemas, despoja, desinstala, sacude nuestra seguridad h u m a n a . Para nuestro bien nos u n e a El. P a r a el bien de los otros nos coloca al servicio de todo el Cuerpo Místico.

D)

Dios es

misericordioso.

— Dios es nuestro Padre. • Os. 11, 14: nos tomaba en los brazos. . . • Jer. 31, 20: c u a n d o de El me acuerdo, se conmueven mis entrañas. • Is. 49, 14-16: ¿Puede u n a m a d r e olvidarse d e su hijo? Y a u n q u e ella se olvidara. Yo no. • Le. 6, 35-36: Dios es b u e n o aun ron los ingratos y los malvados. — Nos espera con ansiedad. • Le. 15, 11 ss.: el hijo pródigo. 9

• l,c. I!(, 10: el que estaba perdido. — Dios nos libera del pecado. La gracia es mayor que el pecado. Rom. 3, 23-26: todos los que pecaren, gratuitamente son justificados. Rom. 5, 6-11: Cristo murió por nosotros los pecadores. Rom. 5, 20 ss.: la gracia, la justificación. Rom. 6, 22: liberados, para la vida eterna. Rom. 8, 14-19: Espíritu de adopción, Padre. Rom. 8, 31-39: Dios dio a- su Hijo y con El todas las cosas. — Dios nos perdona, nos reconstruye (santifica) . • .Mt. 9, 11-13: como con los pecadores... no vino para aquellos que tienen salud, sino para los dolientes. • Le. 5, 21-32: ¿quién puede perdonar los pecados sino Dios? — La conversión es iniciativa de Dios que nos llama: • Mt. 4, 17: comenzó a rogar: "convertios". • Me. 1, 15: "haced penitencia". — Hay quien no responde al llamado de conversión: • Le. 6, 24-26: los que están apagados... "hay de vosotros los ricos". • Le. 18, 9-14: quien es orgulloso y presuntuoso.-. . "dos hombres subieron al templo para rezar, uno. . ." • Mt. 25, 41: quien tiene el corazón duro para las necesidades del hermano. . . "tuve hambre. . . apartaos de Mí". • Mt. 13, 15: "se ha embotado el corazón de este pueblo". — Muchos responderán al llamado de conversión: • Le. 18, 13: reconocen su misericordia y se convencen de ella. • Mt. 18, 3: tiene aptitud de pobre. — En esa conversión dan alegría al Padre: • Le. 15, 7-10: habrá más alegría en. el cielo por un sólo pecador que se convierta. • Le. 19, 5-19: Zaqueo. — El que sale a la búsqueda de Dios, ya se está convirtiendo. • Mt. 9, 10-13: vinieron muchos publícanos y pecadores. — Además de perdonarnos, constituye un pueblo, concierta una alianza con nosotros: • Ex. 19, 4-8: Trae a su pueblo junto a sí, sobre alas de águila. • Ex. 24, 3-8: Es la sangre de la alianza que el Señor hace con vosotros. • Jer. 31, 31: días han de ver en que firmaré la nueva alianza con las casas de Israel y de Judá. • Ez. 34, 11 ss.: como el Pastor se inquieta por causa de su rebaño, así Yo me inquietaré. 10

• Ez. 36, 25-38: Seréis mi pueblo y seré vuestro Dios (v. 28) purificándoos... (v. 29). • Me. 14, 27: reunirá a los elegidos. • II Cor. 6. 16: somos el templo de Dios vivo, porque seré para vosotros un Padre y seréis para Mí hijos (Is. 52, 11 y Jer. 31, 9). • Rom. 5, 5-11: somos justificados por su sangre. • Ef. 2, 12 ss.: El quería hacer en Sí mismo de los dos pueblos una única humanidad nueva (v. 15). • Hebr. 9, 11-28: para que los elegidos reciban la herencia eterna que les fue prometida. 1.1.2. Por Jesucristo Cuando la gente ama, cuenta su vida, revela todo lo que es. Dios nos amó, se nos reveló, a través de una Palabra que dice todo, porque es igual a El. Es palabra que podemos entender, porque es igual a nosotros. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros: Jn. 1, 14. Cristo nos muestra lo que es ser Hijo de Dios, dentro de los propios actos humanos (Encarnación) : os revela al Padre, mostrando su propia actitud para con El: • el Padre está presente continuamente en El: Jn. 14, 9-11 • muestra visiblemente lo que el Padre hace invisiblemente: Colos, 1, 15-18. • Nos enseña a hablar con El. — Le. 11, 2 ss.: Padre Nuestro. — Le. 11, 13: el amigo inoportuno, — Le. 1, 9-14: oración del publicano. • revela al Padre y al mismo tiempo es camino para El: Jn. 14, 6. Cuanto más nos identificamos con Cristo, más nos relacionamos filialmente con el Padre; Cristo es amado por el Padre y nos ama: Jn. 15, 9-11. En Cristo, recibimos todas las bendiciones del Padre: Ef. 1, 3-7-8; 1, 13-14. Todo sale de las manos del Padre y nos es dado por Cristo: I Cor. 3, 21-23. Todo está, salvado por Cristo: Rom. 8, 18-27. Porque el Padre todo lo puso en sus manos: Jn. 13, 3. El atrae todos los hombres hacia sí: Jn. 12, 32 Pues es el tabernáculo de Dios entre los hombres: Apoc. 21, 1-7. Por Cristo, todo será entregado al Padre, y El será todo en todos los casos: I. Cor. 15, 24-28. II

1.1.3.

En el don del Espíritu Santo

l'.l Espíritu Santo es aquél que nos asiste: J n . 14, 15-17. Plenitud divina: J n . 14, 25-26. Testimonio: Jn. 15, 26-27. Ahogado: J n ! 16, 7-11. Doctor que enseña toda la verdad: Jn. 16, 12-15. El Espíritu Santo nos ayuda, para q u e d e n t r o de nuestra condición h u m a n a , tomemos actitudes de hijos para con nuestro Padre. Transfigura por d e n t r o nuestro comportamiento. Hace de nosotros, nuevos hijos de ese Eterno Padre. El Espíritu nos une al Hijo Unigénito, i m p r i m i e n d o e n nosotros la imagen del H o m b r e Nuevo. Sin el Espíritu n o sabríamos superar las cosas sensibles y el aspecto sensible de los actos h u m a n o s . Sin El, habríamos conocido apenas a Cristo histórico, idealizado por la imaginación, y en el cual proyectaríamos frustraciones, nostalgias, etc. ¿Quién nos garantiza que nos estamos e n c o n t r a n d o con el Cristo auténtico? Hace dos mil años que El Resucitó y volvió al Padre. N o tenemos más la o p o r t u n i d a d de encontrarnos con el Cristo histórico, de recibir directamente su predicación, de captar toda la profundidad de su Persona Humano-Divina. T o d o lo que sabemos, l o recibimos por la tradición, por la transmisión (escrita-oral) d e la experiencia de los primeros discípulos, de los apóstoles . . . P e r o el Espíritu Santo, o b r a n d o d e n t r o de nosotros, entregándose a nosotros, nos garantiza un encuentro con el Cristo, tal cual El es, sin las adiciones de la piedad o de la imaginación de los hombres. El verdadero Cristo es el que vive de nuevo su misterio, e n la condición h u m a n a de sus miembros, todos los días de la vida del mundo. Nos orienta hacia el Padre. Nos hace decir " a b b a " : P A D R E . El Espíritu nos compromete con la Verdad: señala en los tiempos, la fuerza del Evangelio, en la experiencia de cada vida h u m a n a .

1.1.4. Comunión entre nosotros Dios se comunica a los hombres a través de los hombres. Este es su designio d e salvación. El misterio de comunión con el Padre se realiza en la propia comunicación entre los hombres. T o d o amor h u m a n o auténtico es mediador de la comunicación y del amor de Dios para con los hombres. Cada vez q u e tomamos frente al otro una actitud de amor, ayudamos al otro a crecer, a desarrollarse, a ser alguien, a p a r t i c i p a r l e la plenitud de aquel Alguien que es Absoluto. En la medida en que nos retraemos a este amor, nos encerramos en nuestro egoísmo, indiferencia, rompemos la comunicación del don de Dios, degradamos a la persona del otro, nos negamos a ayudar al otro a "ser más" y a participar más de la vida 12

divina. Y negándonos a prestar esa mediación, nos perjudicamos a nosotros mismos. El amor genera el amor. G e n e r a n d o el amor, genera la persona, genera la plenitud del ser, participación del Ser Absoluto, Dios persona. "Ljjs_jEpmentos más maravillosos de la existencia son aquéllos en que Dios nos hace e n c o n t r a r otro Yo que n o nos es hostil; que está, abierto para nosotros y a quien nos podemos abrir. Q u e se transforma en T U ; y Yo y el T ú se transforman en Nosotros. Ese Nosotros, entonces, forma una nueva realidad que nos acerca, conforta Y en £ÍSLii£ ce a anibos amigos. Q u é expresiva es la qutja tantas veces oída: ¡Nadie me comprende! Pues nadie comprende sin amar. Cuando alguien dice: No me comprendes, se lee entre líneas: N o me amas. El amor espiritual, la amistad, se realiza en la comprensión: en la admi_sió_n_de un T ú en el propio Ya,, diciéndole: La casa es tuya. Esto recíprocamente. Y la vida gana en profundidad, calor y sent i d o " ( 5 ).

1.1.5. Mediación visible de la Iglesia El misterio de salvación se realiza por la mediación visible de la Iglesia. Cristo y el Espíritu Santo actúan en la h u m a n i d a d toda, pero hay u n sacramento, una señal sensible e i n s t r u m e n t o de realización de ese misterio: es la institución visible de la Iglesia, que continúa, prolonga y actualiza la hunicinidad de CJristo, la explícita en términos sacramentales y fundamenta ese misterio. Ta_Iglesia e s c o m u n i d a d visible de los discípulos de Cristo, es el sacramento privilegiado y auténtico de_su.presencia, en el corazón de la h u m a n i d a d , para realizar J a comunicación del Espíritu, del Amor ele Dios a los hombres y también para llevar a los hombres a responder en el Espíritu a la comunicación del A m o r divino. La Iglesia continúa aquí y ahora el misterio de la encarnación y de la salvación colocándonos en la aventura comunitaria de comulgar con la T r i n i d a d y con los hermanos. Este misterio eclesial, globalmente considerado es llamado Iglesia Universal. En ella distinguimos el Pueblo de Dios, el Colegio Episcopal con el presbiterio y los diáconos. La jerarquía y los carismas (religiosos o no) al servicio de la realización plena de la Iglesia. (*) La' Iglesia universal se realiza existencial y verdaderamente en la Iglesia particular.

(*) En Lumen Gentium, Cap. 2, 13 define al Pueblo de Dios como integrado por los fieles, presbíteros, Colegio Episcopal y Primado (N. del T.) . (5) Tepe, Valfredo, "O Sentido da Vida". Ed. Mensageiro da Fe, 1060, pág. 234.

1.1

1.2. Iglesia particular La Iglesia particular es "la porción del pueblo de Dios confiada al obispo para que la guíe en colaboración con el presbiterio, de lal modo que adherido a su pastor y por él consagrada en el Espíritu Sanio, por el Evangelio y por la Eucaristía, constituya una Iglesia (particular) en la cual verdaderamente se realice y opere una Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Cristo" (6). Así, inviniendo el camino, la Iglesia particular, comunidad fundamental de Iglesia, realización de la Iglesia universal, debe estar enteramente abierta para entrar en comunión con las demás iglesias particulares. De esta comunión de las Iglesias particulares surge la gran riqueza de la Iglesia universal, católica y una. La Iglesia particular encontró su realización plena en la expresión "diócesis". El obispo celebraba la Eucaristía, juntamente con sus presbíteros, asistidos por los diáconos y reunido el Pueblo Santo de Dios, confiado a sus cuidados. [En la celebración Eucarística la Iglesia particular se expresa plenamente y se "localiza", porque la celebración Eucarística es siempre local.] Durante mucho tiempo la Iglesia particular se podía reunir toda, para celebrar la Eucaristía en un mismo lugar, con su obispo, presbíteros y diáconos, ya que las diócesis eran pequeñas (60 familias...).

1.2.1. Iglesia local A medida que crecía el número de cristianos, la Iglesia particular conseguía abarcar en la celebración de la Eucaristía (en la "localización" 'eclesial) a sus miembros. Se dividió entonces la Iglesia particular, en varias comunidades locales (Iglesias locales), que con los presbíteros celebraban la Eucaristía. Entonces los presbíteros no concelebraban más con su obispo, sino que recibían una partícula del pan consagrado, para colocar en el propio cáliz y así simbolizar la estrecha unidad que permanecía en la Iglesia particular. Estas comunidades locales, con su presbítero (unido al obispo y al presbiterio) fueron denominadas parroquias. Eran algunas decenas de familias cristianas, que mantenían entre sí la comunión de fe y de amor, por la mediación-servicio del presbítero. Parroquia, comunidad e iglesia local, se identificarían por mucho tiempo. 1.2.2. Comunidad Eclesial de Base La Iglesia local debe realizat-de modo efectivo, aunque flexible, el propio objetivo general'dírfljjiifsja. Encuentra su plenitud en la * («) Chrlstuí Dominus, TU / 14

,»•

integración con la Iglesia diocesana, esto es, por la comunión con el Obispo y su presbiterio. Sex^ristiano es entrar_eja comunión de vida can_los„ hombres y con el Padre por Cristo, en el don del Espíritu, por la mediación visible de la Iglesia. El convertido debe entrar en una comunidad. Convertirse es formar parte de un pueblo santo. "Es el Espíritu Santo quien llama a todos los hombres a Cristo, por las semillas de la Palabra y por la predicación del Evangelio. También despierta en los corazones el regalo de la fe. En el seno de ía fuente bautismal genera para una vida nueva a los que creen en Cristo, reuniéndolos en un solo pueblo de Dios" (7). Expresión concreta, histórica, palpable del Ministerio de la Iglesia, es la comunidad local "comunidad de fe, esperanza y caridad" (8): subsiste en formas pequeñas, aunque muchas veces, pobres (9). En la medida en que la parroquia creció, y media parroquia brasileña reúne más de siete mil bautizados, sin hablar de los casos extremos de doscientos mil en una parroquia, territorialmente tan grande como Bélgica. . ., no puede ser más, verdaderamente, la Iglesia local; en el sentido pleno, de ser la comunidad que se encuentra en comunión de vida y por eso mismo en comunión eucarística, que es señal visible y eficaz de esa comunión. Nos preguntamos hoy, si la parroquia no es más, realmente, la Iglesia local, ¿cómo expresar de modo nuevo esa realidad? He aquí que aparece el llamado para la denominada COMUNIDAD ECLESIAL DE BASE.

2.

CONSIDERACIONES SOCIO-PSICOLOGICAS 2.1. Comunidad 2.1.1. Qué es Comunidad

El hombre es un ser en el tiempo y en un lugar. Vive en un tiempo y en un espacio concreto. Los que se encuentran en el mismo condicionamiento espacio-tiempo y en él obran, están "encuadrados" en lo que llamaríamos área vivencial. En ella se multiplican las interrelaciones, la comunicación-comunión, que se denomina relacionamiento de tipo primario. A través de él, surgen entonces grupos humanos muy diversificados (sexo, edad, profesión) pero con intereses, objetivos y valores comunes: actitudes e ideas semejantes. Aumen(T) I Ped. 2, 9 (8) LG. 8. (») I.G. 26. 15

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