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Aprender de pueblos en marcha y en alianza
Mitton Sumantes
Historia de los orígenes de Israel
Aprender He pueblos en marcha y en alianza
INTRODUCCIÓN
Una Historia de Israel, sobre todo de sus orígenes, es una tarea compleja porque siempre va a suponer, investigar en el texto y más allá del texto. De alguna manera es una reconstrucción a partir de fuentes bíblicas y extrabíblicas parciales, por tanto no absoluta. Es una aproximación histórica siempre provisoria y abierta a nuevas investigaciones. La importancia de abordar el tema "Los Orígenes de Israel" para los cristianos es indirecta y directa. Indirecta en cuanto hablar de Israel no es hablar solo de la historia de un pueblo, es tratar dentro de ella la experiencia de Yavé Dios que atravieza y modela todo el Antiguo Testamento. Directa porque la persona de Jesucristo, se encarnó judío, se enraizó en lo más hondo de la tradición de su pueblo y su proyecto del Reino solo se entiende plenamente a partir del Antiguo Testamento. HISTORIA Di; LOS ORÍGENES DE ISRAEL Ls propiedad del Ccnlro Bíblico Verbo Divino, Padre Damián N30-71 y Obispo Día/, de la Madrid (Barrio Las Casas Altas), Telf. (02) 256.63.18, Fax: (02) 256.61.50, E-mail: [email protected], Apdo.: 17-03-252, Quito-Ecuador.http://www. verbodivino-ecu.org Primera Edición © Centro Bíblico Verbo Divino, Quito (Ecuador), 2003. © Milton Schwantes
Una advertencia, no debemos olvidar que en nuestra búsqueda del pasado israelita tenemos muchos compañeros de camino: samaritanos, judíos y musulmanes. El interés por la historia del antiguo Israel no es de exclusividad cristiana. La hipótesis que nos expone Milton Schwantes, es que el Israel primitivo tuvo su nacimiento dentro de Canaán, a finales del siglo XIII aC, como fruto de un encuentro paulatino entre diversos grupos socio-económicos y étnicos, por lo menos cuatro: los hapiru, el grupo seminómada abrahámico, el grupo exódico de influencia mosaica y el grupo sinaítico. Estos cuatro grupos serían los fundantes del pueblo de Israel.
Dibujos: Archivo ISBN-9978-979-35-2 Impreso por Gráficas Iberia
Además, este encuentro o alianza fue posible porque se vivía u n a coyuntura de decadencia del imperio egipcio y de las ciudades-estado cananeas, que hizo posible el surgimiento de otros protagonistas en el escenario histórico. 3
Esta obra se desarrolla en seis capítulos:
CAPITULO 1
En el primero se ubica la geografía de Canaán-Israel, fenómeno clave que posibilitó el surgimiento en ese lugar y en esas condiciones del pueblo de Israel. En el capítulo segundo se trata la situación histórica que vivió Canaán durante el nuevo imperio egipcio a finales del siglo XIII aC. Y la hipótesis del surgimiento de Israel. En los capítulos siguientes se abordan el estudio de los cuatro grupos fundantes del pueblo de Israel. Así: Los hapiru (capítulo III), que fue gente desplazada de las ciudades-estado de Canaán y se dedicó preferentemente a labores mercenarias. El grupo abrahamico (capítulo IV), que eran seminómadas pero que poco a poco fueron haciendo alianza con otros grupos y se sedentarizaron. El grupo mosaico o exódico (capítulo V), que aportó la experiencia del éxodo ¡la liberación de Egipto! Y por último el grupo sinaítico (capítulo VI), que en este encuentro de grupos aportó la experiencia del Dios Yavé. Esperamos que este texto aporte elementos para la discusión de los Orígenes de Israel y que posibilite pasar de una interpretación "clásica", casi fundamentalista, a una interpretación más histórica y posible del nacimiento del pueblo de Israel. Una observación, las notas al pie de página han sido suprimidas para que la lectura fluya, aunque en algunos casos hayan frases entre comillas. Si se desea una investigación mayor se puede acudir a los libros básicos sugeridos en la bibliografía. Centro Bíblico Verbo Divino
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1.1.
LA TIERRA DE ISRAEL
(Canaán, Palestina) a.
El nombre del lugar
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a historia de Israel se desenvuelve en una tierra específica; tiene las huellas de su localización geográfica.
No es fácil fijar la ubicación de la tierra en estudio. Eso se debe en parte, al hecho de que la historia, que ahí se desenvolvió, solo en raras oportunidades llegó a abarcar toda la población y en parte a la complejidad de la propia historia del área. Textos de Egipto, de Ugarit y de otros pueblos, atribuyen a la región el nombre de Tierra de Canaán. También en textos bíblicos se encuentra esta designación (Gen 12,5; 42,5; Núrn 35,10, etc). Parece que originalmente este nombre se refiere a la región del litoral del mar Mediterráneo. En todo caso esta designación es pre-israelita. En el Antiguo Testamento algunas veces la expresión 'Tierra. de Israel", equivale a la expresión 'Tierra de Canaán" (1 S a m
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13,19; Ez 40,2-47,18; 1 Cro 22,2; 2 Cro 2,16). En muchos otros pasajes, tierra de Israel significa el territorio del estado de Israel (reino del norte, cf 2 Sam 5,2; 6,23). En la literatura Deuteronomista se busca describir esta tierra por frases relativas: "La tierra que Yavé conjuramento dio a sus padres" (Dt 1,8; 35; 8,1; Jos 21,43; Jer 32,22). Del periodo romano proviene la designación, actualmente más usada, en la investigación bíblica: Palestina. Inicialmente este término, se refería solamente a la tierra de los filisteos, siendo, posteriormente, aplicada también para toda la región. ;
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Me parece que la designación "tierra de Israel" —aunque de uso muy reducido— es más armoniosa. Primero, porque ésta surgió en el contexto de la historia del pueblo en cuestión, lo que no se puede decir ni del término Canaán (pre-vetero-testamentario) ni del término Palestina (posl velero-1estamentario). Segundo, porque ésta se refiere, originalmente, a una región montañosa y no es, como Canaán o Palestina, extensión de una designación de planicies para el resto,
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/ b.
Límites de la tierra de Israel
En dirección oeste-este la tierra de Israel está limitada por el mar Mediterráneo y el desierto de Arabia. Es parte de aquella estrecha franja litoral, en la cual la vegetación depende, de las lluvias traídas desde el mar. Esta franja litoral fértil, comprende más o menos 120 km de ancho. Parte de ella es la tierra de Israel; apretada entre el mar y el desierto. En dirección sur-norte la tierra de Israel se sitúa entre dos grandes sistemas fluviales, el Nilo en Egipto y el Eufrates y Tigris en Mesopotamia. J u n t o a estos ríos caudalosos, la vegetación es exhuberante. Sus valles pudieron alimentar a un gran número de pobladores. Constituyeron la base material para estados o imperios. Se dice, por ejemplo, que Egipto es ¡un regalo del Nilo!; y la tierra entre el Eufrates y el Tigris se le llama Mesopotamia ("entre 6
ríos"). Y a toda esta área se le llama la Creciente Fértil. Entre la tierra de Israel y aquellos dos grandes sistemas fluviales no hay contacto directo. En dirección al norte se interpone entre la tierra de Israel y el Eufrates una región que llamamos "Siria", que siendo parte de aquella estrecha franja de tierra fértil entre el mar y el desierto, representa u n a continuación de la tierra de Israel. En dirección al sur y al este, se interpone la península del Sinaí, con su desierto que, en el mundo antiguo, casi solo permitía una unión entre la tierra de Israel y el Delta del Nilo a través de la franja del litoral. La tierra de Israel es, parte de las tierras cultivables que, al norte y noreste, circundan el desierto de Arabia. Egipto está separado de este conjunto geográfico por los desiertos de la península del Sinaí. Estos limitan la tierra de Israel al sur. Al norte, las montañas del Líbano y Anti-Líbano desempeñan este papel (Núm 31,1-12; Ez 47,15.20). Con sus 240 km de Berseba a Dan y sus 120 km en la dirección este-oeste la tierra de Israel ocupa un territorio pequeño. c.
Los accidentes geográficos
Los accidentes geográficos importantes de la tierra de Israel, corren en dirección norte-sur: franja del litoral, regiones montañosas de Cis y TransJordania y depresión del Río Jordán.
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Sierra de Efraín, en cierto modo se bifurca. Su continuación al noroeste es el Monte Carmelo (528 m) y, al noreste, el Monte Gelboé (487 m). Al sur, encontramos la Sierra de Judá, en general, más elevada que la Sierra de Efraín, estando el límite entre ambas a la altura de Jerusalén. La altura máxima de la sierra de Judá se encuentra en las proximidades de Hebrón, (1028 m). Estas sierras de Cisjordania, son el escenario de la historia de Israel. La región montañosa de TransJordania, es semejante a Cisjordania; ambas están separadas por la depresión del Jordán. Las montañas de TransJordania son la extensión del Monte Hermón, alcanzando 1250 m al sudeste del lago de Galilea y 808 m en el monte Nebo (Dt 34,1), en las proximidades del Mar Muerto. Las regiones de Basa y de Galaad, son los sectores más mencionados de TransJordania en el Antiguo Testamento: Basa, es la región montañosa y muy fértil, al este del lago de Kinéret; originalmente Guilead/Galaad, tal vez solo se refiere a la región de la ciudad del mismo nombre, siendo posteriormente, generalizada para la TransJordania. Estas montañas de TransJordania se encaminan al este hacia el altiplano del desierto de Arabia. No obstante, aún no nos referimos a una de las características decisivas, tanto de Cisjordania como de TransJordania: sus sierras están cortadas por valles y planicies que corren en la dirección este-oeste. Estos valles son muy importantes en la historia de Israel, tanto por sus tierras fértiles, húmedas y cultivables y, porque constituían pasajes privilegiados, para quien quisiera cruzar las montañas. Los valles y planicies. La planicie más importante es la planicie de Jezrael que, juntamente con la planicie de Betsán, separa las sierras de Galilea de las sierras de Efraín. Por la planicie de Jezrael se obtiene acceso a TransJordania, a través de la planicie de Betsan y a Acó a través del río Quisón y a Dor a través de valles estrechos. Existen otros valles menores entre las montañas. Tales valles menores, se encuentran junto a Jerusalén y Samaría. En la costa occidental de las montañas de Cisjordania se sitúan, entre otros, los valles de Ayalón y Sorec. En TransJordania, los valles de algunos ríos desempeñan un papel destacado. 10
Este conjunto de la franja del litoral, depresión del Jordán, sierras de Cis y TransJordania, rodeadas de valles y planicies, hace que la tierra de Israel sea, accidentada, diversificada, segmentada, con pasajes bruscos entre los diferentes paisajes, principalmente porque el territorio, es de pequeña extensión: el Río Jordán está a menos de 100 km de las playas mediterráneas y la distancia entre Dan y Berseba —que en el Antiguo Testamento son localidades limítrofes (Jue 20,1; 1 Sam 3,20)— solamente completa 240 km. Las frecuentes alteraciones de paisaje, son desproporcionadas en relación al espacio reducido. Propongo observar en la ruta oeste-este, en la altura de Jerusalén, en u n a distancia aproximada de 100 km: La franja del litoral, es relativamente larga y de lento declive durante sus 50 km. En los próximos 25 km el declive es rápido hasta llegar a los 750 m. El declive en dirección al Mar Muerto es brusco: en 25 km alcanza los 392 m bajo el nivel del mar. Nos encontramos pues, en u n a tierra geográficamente accidentada. Así hay tres regiones básicas: (1) la franja del litoral que es plana y fértil, sobre todo en la Sefalá, (2) los macisos montañosos de Galilea, Efraín y J u d á y (3) ios valles sobretodo el de Jezrael.
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d.
Las lluvias en la zona
La vida necesita del agua. Las personas que vivieron y viven en la tierra de Israel lo experimentan de modo muy decisivo, porque algunas de sus regiones carecen de agua. La tierra de Israel comparte el clima sub-tropical por la cercanía del Mediterráneo. El verano es seco. El invierno es lluvioso. Se inicia a fines de octubre o noviembre con las primeras lluvias, de las cuales depende la siembra. El periodo de mayor lluvia es enero; en esta época ocurre la floración. Las últimas lluvias caen en marzo y abril y son importantes para la germinación de los granos. Sin embargo, la estación de las lluvias no incide de modo uniforme sobre las diversas regiones. Las lluvias provienen del oeste, del Mediterráneo. La regiones montañosas funcionan como barreras naturales. Eso vale inicialmente para las sierras de Cisjordania. Si son muy altas, dificultan el acceso de las lluvias en dirección al este. Se puede observar en las sierras de Galilea y de Judá, cuyas altu12
ras alcanzan los 1000 m y dificultan las lluvias en las regiones situadas más al este, en el desierto de J u d á y en sectores de la TransJordania. La sierra de Efraín, más baja, posibilita mayor índice de lluvias en la TransJordania. Más reducidas son las lluvias en la depresión del Río Jordán y junto al Mar Muerto, donde se localizan regiones desérticas. La Sierra de J u d á es un territorio muy importante en la historia de Israel. Con una altura superior a la Sierra de Efraín, marca las condiciones de vida. Entre el litoral mediterráneo y las montañas en la altura de Hebrón (Belén y Jerusalén), las lluvias son considerables; en dirección al Mar Muerto ocurre lo inverso; el declive occidental de la tierra de Judá, denominada Sefalá, forma un área adecuada para la agricultura; en el declive oriental, denominado desierto de Judá, predomina la aridez. No solo la lluvia humedece las tierras. También el rocío tiene un papel muy importante (Eclo 43,22), generado por el viento oeste (del mar), el rocío trae alguna humedad en el verano seco y posibilita alguna vegetación en regiones áridas. El sistema fluvial de la tierra de Israel naturalmente está relacionado a las condiciones de lluvia. La mayoría de los ríos o riachuelos no existen durante todo el año, o en el verano, se infiltran durante su curso, debido a la propia constitución geológica de la tierra. Estos lechos de ríos y corrientes que se secan en el verano acostumbramos a designarlos como "vados". Entre estos, se encuentra el Río Quisón (al norte del monte Carmelo), arroyo de Canaán (en la planicie de Sarón), el Río Cedrón (junto a Jerusalén), el Río Besor (en el Negueb), el Río de Egipto (bien al sur), en los límites de la tierra de Israel. Pocos son los ríos que, como el Jordán, conducen agua durante el año entero. Los principales se encuentran en TransJordania: Zered, Arnón, Jaboc, Jarmuc. Otros menores igualmente son afluentes del Jordán. Algunos otros ríos y corrientes conducen agua durante todo el año, solo en las proximidades de su desembocadura, como es el caso del riachuelo Quisón y de otros más en el litoral.
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En torno al Mar Muerto, en el valle meridional del Río Jordán, en el declive oriental de la Sierra de J u d á y en el Negueb, predominan estepas y áreas desérticas. Las sierras de tierra fértil en la Cis y TransJordania, dependen principalmente, de las lluvias del verano. En las sierras y en las estepas, los pozos, oasis y cisternas eran vitales en el verano, para la sobrevivencia de personas y animales. Las planicies —en el litoral o, en forma de valles, en medio de montañas— son las áreas más beneficiadas por el suelo húmedo y fértil, por la concentración de aguas. En este contexto, se debe recordar que, debido a su constitución, las montañas son relativamente porosas, dejando filtrar el agua con rapidez hacia los valles. De esta situación se origina un oasis como el de Jericó o un terreno semipantanoso en las proximidades de Betsán. Esta división en tres regiones, toma en cuenta la acción de las personas sobre su medio ambiente. Pues, en tiempos más antiguos, en los cuales, a lo menos en parte, se incluye el periodo vetero-testamentario, la diferencia entre planicies y montañas no parece haber sido tan marcada, ya que también las montañas estaban cubiertas de matorrales. La diferencia entre sierras y planicies no reside en la vegetación y en el clima, sino más bien, en las circunstancias socio-económicas, como ahora veremos. e.
Tierra que mana leche y miel
Esta es la tierra buena, tierra que fluye leche y miel (Ex 3,8; Dt 26,9). Para ser exacto, esto no es exageración, cuando se ve que, aunque esté circundada por estepas y desiertos poco productivos al este y sur, la tierra de Israel ofrece buenas condiciones para la sobrevivencia en las sierras, en los valles y planicies. En esta tierra deben haber vivido, aproximadamente, 1'000.000 de personas, de 30 a 35 habitantes por kilómetro cuadrado. 14
La expresión "leche y miel", aparentemente, no quiere describir u n ambiente paradisíaco ni idílico, sino solamente una situación normal; "leche" presupone la crianza de animales (probablemente de cabras). "Miel" lal vez ni designe a la miel silvestre, sino "dulces" preparados de uvas, higos y otras frutas.
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En la tierra de Israel, se puede obtener la alimentación básica, aunque se debe estar informado, de que el país de la Biblia, no fue nunca muy rico. Por eso no ha de ser casualidad que, en la remota era de la Edad de Piedra, ya había gente en Israel y en el 7° y 6 o milenio ya se construía en Jericó. No obstante, no se trata aquí de acompañar esta larga historia de la tierra de Canaán. Debemos restringirnos al periodo israelita.
1.2.
a.
L A TIERRA DE ISRAEL ENTRE EGIPTO Y MESOPOTAMIA Israel condicionado por su situación geográfica e histórica
La tierra de Israel por estar aprisionada por Egipto y Mesopotamia y por ser un puente de paso entre estas dos potencias en su historia siempre cuentan Egipto y Mesopotamia. ¡Israel no puede vivir sin ellas! Por el testimonio del Antiguo Testamento, dos eventos básicos de la historia de Israel ocurren fuera de su propia tierra: La liberación de los esclavos hebreos, bajo el liderazgo de Moisés e n Egipto (Ex 1-15). Y por otro lado el exilio o destierro hacia los países mesopotámicos. Estos eventos fundamentales de la historia de Israel, muestran que los propios israelitas tenían necesidad de incluir a sus poderosos vecinos del sur (Egipto) y al norte y noreste (Mesopotamia) al hablar de su destino. La trayectoria histórica de Israel, está vinculada a la de los pueblos del Nilo y del Eufrates/Tigris. En 15
parte, la misma situación geográfica, ya lo condiciona, pero lo determinan mucho más, las situaciones históricas. En lo que sigue, intentaremos darnos cuenta, brevemente, de la vinculación de la historia de la tierra de Israel con la del mundo que lo rodea. b. Las rutas comerciales La Tierra de Israel es lugar intermedio del comercio internacional. Es paso de productos, que de Egipto se dirigen a Siria y Mesopotamia o viceversa. No es casualidad que el término "cananeo" originalmente significa "comerciante" (de púrpura) (cf Os 12,8; Sof 1,11). En la tierra de Israel, este comercio no se desarrolló por mar o río. El Río Jordán no es apto para la navegación. Lo mismo ocurre 16
con el Mar Muerto. En la costa marítima, las playas entre Gaza y el Monte Carmelo, no ofrecían las condiciones para construir puertos. Los puertos que existían al norte del Carmelo, con raras excepciones, estaban en manos de los fenicios. Se sabe que estos mantenían comercio marítimo con Egipto. Lo sabemos también de Ugarit. En la época de Salomón ocurrieron asaltos en el comercio marítimo con la ayuda de los fenicios (1 Re 5,9; 9,26-28; 10,11).
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Las rutas comerciales que Arabia cruzan la Tierra de Israel son antiguas; se remontan a periodos pre-israelitas. Se trata básicamente de tres rutas: La ruta comercial más importante es la que sigue por la planicie del litoral. En la salida de Egipto, pasa por la costa del Mediterráneo. Cruza la tierra de los filisteos, por lo que es llamado Camin o de la Tierra de los Filisteos en Ex 13,18. Continúa por la planicie de Sarón rumbo al norte. En la altura de Dor se encamina, por pequeños y apretados valles, en dirección a la Planicie de Jezrael 17
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Así las tres rutas eran: !;i rula litoral, la más conocida y regulada. La ruta poi la1- montañas que era más bien un (k'svío y la ruta por la TransJordania. V
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La tercera ruta comercial, que igualmente se dirige a Damasco, pasa por las cordilleras de TransJordania. Su origen está en el Golfo de Acaba. Cuando Salomón edifica Ezión-Geber, busca orientar esta ruta comercial para Jerusalén.
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La otra ruta comercial, muy importante para la historia de Israel, pero mucho menos significativa que la anterior, cruza las partes más altas de las cordilleras de Cisjordania, acompaña la línea divisoria de aguas. En cierto modo, es una ruta de desvío del camino de la planicie, pues, en el sur, en el Negueb, la abandona y, en el norte en el valle de Jezrael, la reencuentra. Este camino por la cordillera pasa por ciudades famosas en la historia de Israel: Berseba, Hebrón, Belén, Jerusalén, Guibea, Mispá, Betel, Silo, Siquén. Todas estas ciudades son antiguas, pre-israelitas. Los israelitas, agregaron algunas ciudades más, al elenco de las que ya existían, principalmente Samaría, Jue 20,31 se refiere a un camino de tierra preparado de Guibea hasta Betel, J u e 21,19 de Betel a Siquén.
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que es el pasaje junto al Meguido, importante en cuanto a estrategia, seguido por el pasaje de Ibleán. A partir de la Planicie de Jezrael, el comercio podía alcanzar Damasco, y a partir de ahí, a Mesopotamia, a través de Betsán (al sur del Mar de Kinéret) o a través de Azor (al norte del mismo). Esta ruta comercial por la Planicie era, simultáneamente, la carretera para el deslizamiento de las tropas, en especial de los carros de combate.
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La historia de Israel se desarrolla a la sombra de los imperios de Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, de Grecia y de Roma. Influencia Ekjipcia. Durante la segunda parte del segundo milenio, los egipcios tuvieron la supremacía sobre la región de Siria y de Canaán. Ya en el inicio del segundo milenio, los egipcios tuvieron influencia en Siria y en Canaán. Durante el Imperio Medio (2040-1786 aC), estas regiones no estaban integradas en el dominio del estado del Nilo. Los egipcios solamente ejercían u n tipo de "protectorado" sobre estas zonas. Influencia de los Hicsos. En el segundo cuarto del segundo milenio (de 1786 hasta 1580 aC), el propio Egipto fue dominado por los hicsos vía la lenta infiltración de poblaciones seminómadas en el Delta del Nilo. Estos se adueñaron de Canaán. Los hicsos, que dominaban en Egipto aparentemente no constituyeron un Imperio, o sea no subyugaron a sus compatriotas en Siria y Canaán. El dominio de los hicsos sobre Egipto preparó el camino para el efectivo control egipcio sobre Canaán, pues u n a vez desbaratados los invasores, el imperio nuevo (1580-950 aC), pasó a efectuar la integración de Siria y de Canaán a sus dominios. La formación de Israel, se da bajo las condiciones de la supremacía egipcia sobre Canaán. Influencia Asiría. La historia de asirios y babilónicos —estos más al sur, aquellos más al norte del Eufrates y Tigris— está entrelazada y conocen altos y bajos, conforme las diferentes variables de la política internacional de la época. Los asirios alcanzan u n primer auge en su expansión bajo Tiglat-Pileser I, alrededor del 1100 aC. E n esta época alcanzan el Mar Mediterráneo, al norte de Siria. Sus avances fueron marcados por la extrema crueldad. El ejército asirio parece haber sido especialista en el terror: destierro, masacre, destrucción. Otro momento importante de la expansión asiria, se d a en el noveno siglo, cuando además de volver al Mar Mediterráneo, amenazan a los árameos (Damasco). El punto máximo del Imperio Asirio se presenta a partir de mediados del octavo siglo, bajo Tiglat-Pileser III (745-727 aC). Damasco es conquistado el año 732, los sectores del norte del estado de Israel son anexados en el a ñ o 732, la capital de Israel (Samaría) es destruida en el año 722. 20
J u d á es arrasada y Jerusalén cercada como un "pájaro enjaulado" en el año 701. Siria y la Tierra de Israel son integradas al poder asirio, al final del siglo octavo. El territorio de Israel es transformado en provincia. Incluso, el propio Egipto es amenazado y en el año 671 es conquistado. En el siglo séptimo, llega a su cumbre la expansión asiria. Al final de este siglo, también ocurre su rápido declive. En el año 612 aC, la entonces capital, Nínive, es conquistada. Los asirios son substituidos por los babilonios, en el dominio internacional. Influencia Babilónica. También los babilonios, tienen larga historia de muchos conflictos, con naciones vecinas, en especial con los asirios. Así como se impusieron, también fueron vencidos. Babilonia ya alcanzó cierto auge en la primera mitad del segundo milenio bajo Hamurabi, el famoso legislador (1792-1750 aC). Otro punto máximo de la expansión babilónica, se presenta en el siglo séptimo y sexto, cuando conquistan la supremacía, como sucesores de los asirios, en el plan internacional. En el año 605, Nabucodonosor, en calidad de príncipe heredero, derrota en Carquemis, a los egipcios, que con ocasión de la derrota del imperio asirio, habían conseguido hacer avanzar sus ejércitos hasta aquella localidad, a orillas del Eufrates (cf Jer 46,2). Repeliendo el avance egipcio, los ejércitos babilónicos pasan a imponerse en Siria e Israel, sin que lograran conquistar el territorio de Egipto. Algunos millares de la población de Judá, en especial de la élite jerosolimitana son deportados en el año 597 y 587. En el verano del 587, Jerusalén, sus muros, sus palacios y su templo a Yavé son arrasados y quemados. J u d á es integrado a la provincia de Samaría. Como se ve, el estilo de dominación de los babilonios no difiere mucho del de los asirios. El imperio babilónico no fue de larga duración. En el 539 aC, las puertas de Babel, la capital, se abrían para recibir en fiesta, un nuevo ejército victorioso: los persas, bajo la dirección de Ciro. Influencia Persa. El origen de los persas está en las montañas, al este de Mesopotamia. En una rápida ascensión, Ciro, uno de los soberanos persas, expande el dominio de los ejércitos persas, sobre medos (553), libios (546) y babilonios (539). Su sucesor, Cambieses, también vence e integra, en 525, el territorio egipcio al poder persa, constituyendo así el gran imperio persa, que mantuvo el control sobre el oriente hasta 330 aC. J u d á formaba parte del muy bien organizado sistema de provincias. Inicialmente era par21
te de la provincia de Samaria, posteriormente pasó a formar una provincia persa. La política de dominio de los persas se valía de métodos diferentes de los de Asiría y de los babilonios. Aquellos pretendían estabilizar su dominio, a través del terror y de la deportación; los otros, por el refuerzo a las culturas locales, en especial por la valorización de las religiones de los pueblos dominados. En los moldes de esta política, los persas restauraron muchos locales de culto y reintrodujeron divinidades perseguidas. La restauración de Jerusalén, en 515 aC, se muestra en este contexto. Influencia Griega. Los persas dominaban Israel desde el oriente. Sus sucesores en el control sobre la Tierra de Israel, provienen del occidente. A partir de la derrota, impuesta a los persas, por el ejército de los Macedonios, en el 333, Siria, Israel, Mesopotamia y Egipto van siendo integrados al señorío macedónico y a la cultura helénica. El gran imperio conquistado por Alejandro, El Grande, es subdividido, después de su muerte, entre algunos de sus generales. En esta ocasión, la tierra de Israel es asignada a Ptolomeo, que se adueñó de Egipto (Alejandría). Los Ptolomeos la gobiernan hasta 198 aC. No obstante, Israel también estaba en la mira de Seleuco y de sus sucesores, a los cuales les correspondió Asia Menor y Siria. En 198 aC los seléucidas, arrebatan la Tierra de Israel a los Ptolomeos. Durante los próximos 70 años, la comunidad judaica tendrá estos nuevos señores. Justamente, en el conflicto con los Seléucidas, en especial con Antíoco IV Epífanes, nace el movimiento de resistencia de los Macabeos que, en un desarrollo posterior redundará, bajo los Hasmoneos, en una breve restauración de un gobierno autónomo en Judá, en las décadas que le antecedieron a la invasión romana de Israel. Influencia Romana. A partir del 63 aC los romanos integran la Tierra de Israel en su sistema de provincias. Judea, era parte de la provincia de Siria. No faltaron movimientos de resistencia a los romanos. En este contexto, la ciudad de Jerusalén y su templo acabaron siendo destruidos. También hay que acordarse que la cruz, impuesta a Jesús de Nazaret, es una pena romana.
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Por lo tanto, constatamos que la Tierra de Israel tiene la función de un puente. La posición geográfica que la Tierra de Israel ocupa dentro del "creciente fértil", entre las vertientes fluviales del Eufrates/Tigris y Mío, ya la caracterizan como argolla de unión, como lugar estratégico ¡zona disputada! que los imperios buscaban controlar. La historia de la Tierra de Israel desempeñó este papel, porque en esta región pasaban las rutas comerciales que unían Mesopotamia o Asia Menor con Egipto. Tanto en el Nilo como en los ríos mesopotámicos, se desarrollaron imperios muy interesados en el control del puente. Por consiguiente, la historia de Israel está bajo el constante impacto y la dependencia de grandes potencias de la época: egipcios, hicsos, asirios, babilonios, persas, griegos y romanos. ¡La historia de Israel cuenta, la trayectoria de un pueblo dependiente!
CAPITULO 2
Caimán el final del s, XIII y el surgimiento da Isnml 2.1.
¿ C Ó M O SURGE ISRAEL? a pregunta por el origen y formación de Israel, es una de
LA¿las cuestiones más complejas y polémicas. Hay distintas
teorías con resultados significativamente divergentes. La presente exposición no pretende haber encontrado la solución. En la medida que se quiera transformar el hexateuco (Gen hasta Jos) en crónica histórica, parecen desaparecer los problemas. Pero, en verdad, ellos solamente aparentan desaparecer, porque la investigación bíblica de los últimos siglos, consiguió demostrar justamente en relación al hexateuco: que s u objetivo primario es el testimonio, no la crónica de hechos históricos; que principalmente, los textos del hexateuco se encuentran bajo el impacto de una larga tradición oral; que su redacción no puede ser atribuida a un solo autor, sino a varios. La investigación histórica en aquella ocasión, ha reunido tantas y tamañas evidencias, contra una redacción de los textos del hexateuco en la época de Moisés, en el siglo XIII aC que, cada vez más, se vuelve aconsejable una lectura crítica e histórica, sea del hexateuco o sea de otros textos bíblicos.
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to? ¿El pueblo surgió históricamente en Canaán y fue teológicamente trasladado para Egipto?
Sin embargo, a pesar de que no se le atribuya la autoría del hexateuco o Pentateuco a Moisés, no pasan a estar solucionadas las cuestiones referentes a la formación de Israel. Por el contrario, ahí es donde se inician. Y, de hecho, diversas son las propuestas para la comprensión de los orígenes de Israel: para unos, Israel se constituye fuera de Canaán y conquista esta tierra en un proceso de invasión violenta. Para otros, Israel se formó en Canaán en un proceso lento y pacífico de inmigración y aculturación de contingentes poblacionales seminómadas, a través del fenómeno de emigraciones. Para otros, Israel emergió de una crisis profunda y revolucionaria de la sociedad tributaria cananea, a través de la emigración de las poblaciones cananeas marginalizadas. En el origen de Israel está: ¿una conquista?, ¿una inmigración?, ¿una revolución?
¡Israel es fruto de asentamientos migratorios! En las últimas décadas la investigación bíblica e histórica afirma que la población que constituyó Israel, por así decir, habría nacido en la estepa y en el desierto. Debido a la escasez de recursos, a la codicia de tierras cultivables y a la superpoblación de la estepa, se habría establecido en la tierra cultivable, dentro del ritmo de la trashumación, que, en el verano, acercaba al seminómada a la tierra fértil, y en el invierno, lo apartaba de ella. Esta tesis de inmigración pacífica no ha logrado resistir las críticas. Pues, por un lado, el seminómada, por lo general, no es en absoluto un agricultor en potencia; es decir, no quiere dejar su estilo de vida, y por otro lado, es poco convincente atribuir a la estepa el peligro de la superpoblación, que justamente no es fenómeno del seminomadismo, pero si de la agricultura. Si la gran mayoría de la población que constituyó Israel difícilmente proviene de la estepa, entonces ¿de dónde emigró?
No se trata, ahora, de querer fundamentar estas tesis. Sin embargo, conviene señalar, desde ya, algunas de las observaciones que apuntan en la dirección de las afirmaciones anteriores. Teorías sobre el origen del pueblo de Israel ¡Israel nace en Egipto! El Pentateuco afirma que el origen del pueblo de Israel se dio en Egipto: Ex 1,9 habla del "pueblo de los hijos de Israel". En el credo de Dt 26, es afirmado que en Egipto, los descendientes de árameos dispuestos a morir, se volvieron un "gran pueblo, fuerte y numeroso" (v. 5). Muchos otros pasajes localizan el surgimiento del pueblo israelita en las tierras de los faraones (cf Ex 1,20; 3,7; 5,5). Ahí se trata de una afirmación teológica de primerísima calidad: en la liberación de la opresión, los israelitas vieron su origen. Sin embargo, no solamente ahí hay teología. La vinculación del surgimiento del pueblo a la tierra del pueblo de Egipto también contiene un dato histórico relevante, la organización de un pueblo se da, preferencialmente, bajo las condiciones de la tierra cultivable. Estepas y vidas seminómadas no ofrecen las condiciones propicias, para el surgimiento de una organización centralizada y estatal. La organización adecuada a la estepa es el clan, tal vez la tribu, no el pueblo y la nación. Por lo tanto, al afirmar el origen del pueblo de Israel en Egipto, el propio Pentateuco manifiesta tener conciencia histórica en cuanto a las condiciones necesarias para el surgimiento de tal organización. ¿Israel efectivamente se habría originado, como nación(!), en Egip26
¡Israel nace en Canaán! En una columna o texto egipcio del quinto año del faraón Mernepta (1224-1204 aC), es decir 1219 aC, es mencionado Israel. Este texto es discutido: ¿Israel sería aquí un pueblo o una localidad? ¿Este Israel se localizaría en la sierra de Efraín o en la Planicie de Jezrael? Si el Faraón de la opresión de los israelitas en Egipto, de hecho, tiene que haber sido Ramsés II (1290-1225 aC, cf Ex 1,11; 2,23), entonces ¿los israelitas liberados ya habían llegado a Canaán en 1219 aC? Como se ve, la interpretación de la "columna-texto de Mernepta" es complejo. Aún así, llama la atención que en 1219 aC, Israel pueda ser mencionado como adversario de los egipcios en el contexto de las ciudades, como Gaza, Ascalón, Guézer y Jenoa. /
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Es difícil establecer consensos en medio de tesis t a n divergentes. Las tesis, que, a mi modo de ver, mejor compaginan con los conocimientos que hoy tenemos, a partir de la apreciación histórica de los textos bíblicos, a partir de los resultados arqueológicos y a partir del análisis d e las con 27
diciones vigentes en el imperio egipcio de la época, son los siguientes: Israel surge en Canaán. Israel se constituye bajo las condiciones del modo de producción tributario cananeo. Diversos grupos, oriundos de las afueras de Canaán. desempeñaron un papel destacado en la formación de Israel. V. : ) A continuación relaciono indicios provisorios que permitan evaluar, de modo introductorio, la posibilidad de afirmar el surgimiento de Israel bajo las condiciones de Canaán. Esta hipótesis orientará la descripción que sigue. Por eso, para comprender los orígenes de Israel, se hace necesario obtener una idea pormenorizada de la situación de la tierra de Canaán en la segunda mitad del segundo milenio.
2.2.
SITUACIÓN EN CANAÁN DURANTE EL NUEVO IMPERIO EGIPCIO
Israel se forma en una tierra de larga historia. Su formación ocurre al final del siglo XIII, (cf la columna de Mernepta" de 1219 aC) y el siglo XII. Por consiguiente los siglos que anteceden este periodo y particularmente, los siglos en cuestión (13° y 12°) merecen especial atención. En este periodo los egipcios toman el mando de Canaán. Inicialmente queremos introducirnos al modo de dominio egipcio sobre Canaán en la segunda mitad del segundo milenio. a.
El dominio hieso, egipcio, hitita y de los pueblos del mar en Canaán
Por las investigaciones los hurritas-hiesos, son los primeros en "internacionalizar" Canaán. Imponen su dominio sobre las ciudades cananeas ya existentes y fomentan la edificación de nuevas sedes urbanas. Estos centros urbanos formaban, juntamente con los territorios por ellas controlados, pequeñas ciudades-estado. Este modelo de ciudad-estado duró hasta el final del segundo milenio. En las ciudades, los hicsos se instalaron como casta militar dominante. Igualmente subyugan Egipto y fortalecen a los Faraones durante dos siglos, (1785-1580 aC). Estos hicsos son indo-germánicos o, al menos, entre ellos se encuentran grupos con tal origen. Por eso, no es extraño que a partir del siglo 18 encontremos nombres indo-germánicos en Canaán. Los hicsos instalaron su supremacía a través de nuevos armamentos. Aunque el carro de guerra tirado por caballos sea anterior a ellos, fueron ellos los que lo usaban para su dominio. A ellos también se les puede atribuir los diferentes usos del bronce, tanto para la protección de las ruedas de los carros de guerra, como para la protección del propio combatiente, a través d e corazas. Al introducir estas nuevas modalidades, los hicsos m a r c a n profundamente a la sociedad de Canaán. Cuando los egipcios retoman la corte faraónica, p a s a n a asumir la herencia de los hicsos, también en Canaán y Siria. Eso se da en el imperio nuevo (a partir de 1580 aC). Los primeros faraones al inicio del nuevo imperio ingresaron por el sur de Canaán, donde pasaron a organizar u n tipo de cabeza de puente, para su futuro dominio. Gaza cumple l a función de cuartel general para la expedición. A fines del siglo 1 6 , los ejérci29
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los egipcios avanzan decisivamente en Canaán, en Siria, cruzando hasta el mismo Eufrates bajo Tutmoses I (1506-1494 aC) e ingresando en territorio del reino de Mitani. No obstante, tales avances no llegaron a estabilizar el dominio egipcio, en el territorio recorrido por Tutmoses I. La tarea de mantener el control la cumple el creador del gran imperio de Egipto, Tutmoses III (1468-1436 aC). Este, en menos de 17 campañas militares, estabilizó la presencia faraónica, englobando además de Gaza, también Meguido y Betsán, como bases egipcias y transformando el territorio conquistado en un tipo de provincias, de tal manera que la explotación de las regiones dominadas a través de grandiosos saqueos esporádicos, realizados por los ejércitos egipcios, aumentaba la explotación sistemática a través de los tributos. Estaban puestas las bases para un control egipcio que, en Canaán, duraría varios siglos. En la época de los sucesores de Tutmoses III, Amenofis II (1436-1412 aC) y de Tutmoses IV (1412-1402) los egipcios pierden terreno, aunque a pesar de todo, consiguen mantener su control sobre Canaán y Siria. Esta declinación de la influencia egipcia llega a su punto más bajo en la época de Amenofis III (1402-1364) y del famoso reformador de la religión egipcia, Amenofis IV ¡casi se desintegró!. De este periodo tenemos gran cantidad de correspondencia enviada por los reyes locales en Canaán, reclamando por atención de los soberanos egipcios porque en su ausencia aumentaron las intrigas entre los diversos reyes locales y porque bandas armadas, fuera del control, estaban amenazando las ciudades y sus posesiones. Estas cartas, en escritura cuneiforme, encontradas en Tell-Amarna al margen del Nilo, muestran que la desintegración de la supremacía egipcia sobre Canaán arrastraba tras de sí, la desintegración del sistema de las ciudades-estado. Este declive de la eficiencia faraónica en las provincias cananeas, era la oportunidad para el resurgimiento de la influencia hitita en el área. Desde su territorio en Asia Menor, los hititas en esta época, ya marcaban presencia en la Siria septentrional. Al inicio del siglo 13 rejuvenece el imperio egipcio. Setos I (1304-1290), vuelve a realizar incursiones militares en Canaán y Siria. E n esta región, los egipcios pasaron a disputar territorio con los hititas. El enfrentamiento entre los hititas y egipcios, coman30
dados por Ramsés II (1290-1224) tiene lugar en 1285 aC, junto a Orontes en Siria. Tanto el egipcio Ramsés II, como el hitita Muwatailli festejaron, la victoria, pero, aparentemente, fueron los hititas los que se impusieron militarmente. En todo caso, algunos años más tarde, surgió un tratado entre los dos imperios, según el cual, Canaán y Siria meridional permanecieron bajo el mando del Faraón, que con todo, tuvieron que realizar sucesivas campañas militares, para tener la supremacía en la región. Es lo que ocurre en el periodo de Ramsés II y de su sucesor Mernepta (1224-1214) y de los otros mandatarios egipcios, que solo consiguen mantener el dominio a través de repetidas campañas militares. A estas se agregan, a partir de 1200, nuevas dificultades, porque el antiguo oriente fue barrido por la invasión de los pueblos del mar, de suerte que, después de esta fecha, solamente ocurren invasiones esporádicas de los egipcios en Canaán. Una de ellas, ocurre en la época de Ramsés III (1182-1151), otra en Sisac (935-915) (cf 1 Re 14,25ss). Desde 1200, desde el inicio de la era del hierro, los faraones perdieron el control sobre Canaán. Este es el periodo en que se forma Israel. Pueblos del mar —entre ellos los filisteos— inmigran desde occidente, invadiendo el Antiguo Oriente por mar y por el litoral. Su origen puede estar al norte de Grecia. Destrozan el imperio hitita, destruyen la ciudad de Ugarit y algunos de sus contingentes, se lanzan contra Egipto, pero pudieron ser detenidos a la entrada del delta del Nilo. Sin embargo, los filisteos se apoderan de cinco ciudades, del sur de la planicie de Sarón (Gaza, Guézer, Ascalón, Gat y Asdod), y desde ahí controlan las rutas comerciales y presiones sobre Egipto. Los pueblos de mar también se hicieron presentes al norte de Canaán, en la ciudad litoral de Dor y las ciudades del valle de Jezrael, y hasta ingresaron en las regiones montañosas. Por tanto, por un lado los filisteos ayudaron a quebrantar, decisivamente, el dominio egipcio sobre Canaán, pero, por otro lado, también trataron de asumir la herencia egipcia. Revisando la descripción hecha hasta aquí, sobre el periodo de hegemonía egipcia en Canaán podemos constar:
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i.
Los egipcios heredan de sus antecesores hiesos el sis tema de ciudades-estado. A través de ellos, realizan su dominación.
2.
El control varió en su eí'ieiencia. Tutinoses III (en torno de 1430), realizó el control más electivo. Al inicio del siglo 14 (el periodo de Tell-Amari ¡a]. y en torno al 1200 aC\ (invasión de los filisteos) Canaán fue, más o menos, ení regada a su propio destino.
3.
El despojo de Canaán era realizado tanto a través de grandes saqueos de guerra, como a través de tributos y. evidentemente, a través del control de las rulas comercia'es.
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Si las incursiones militares no hubiesen sido ins¡sientes y repelidas, no ¡u»b- ia sido posible mantener a Canaán bajo control. Esto evidencia que en las ciudadesestado cananeas, la oposición y revuelta contra los faraones era latente y permanente. ES dominio faraónico es acompañado por una constante resistencia cananea.
En este ambiente de resistencia nace Israel. Surge en medio de una antigua resistencia anti-faraónica. Para poder entender mejor esta dinámica en la sociedad cananea, debemos detallar mejor la propia sociedad cananea. ¿Por qué tanta resistencia contra los egipcios? b.
Las ciudades-estado sometidas y sometedoras
La población de Canaán en sus capas numéricamente más expresivas es semita. Y en verdad, toda la región de Siria y Canaán e s habitada por semitas, siendo semejantes los grupos culturales y sus lenguas. Sin embargo, en los documentos literarios de la región, aparecen muchos nombres no semitas: amorreos, huritas, hiesos, hititas, egipcios, filisteos, etc. Siendo tierra de paso, Canaán fue blanco de sucesivas inmigraciones, que integraron a la población nativa otros y diversos grupos humanos. Por eso, la po32
blación de Canaán, hasta cierto punto, es mixta. El propio Antiguo Testamento preserva el recuerdo de este conglomerado racial y cultural, que se vino a construir en Canaán. Sus textos, por ejemplo, se refieren a la población nativa en los siguientes términos: "El país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los pereceos, de losjeveosydelosjebuseos (Ex3,8 cfv.17; Gen 13,7; Núm 13,29; Ez 16,3.45). Seguidamente el propio Antiguo Testamento no guarda un recuerdo exacto al respecto de la identidad y especificación de estas designaciones. ¿En qué condiciones los egipcios realizaron su dominio en esta población básicamente semita en Canaán? No tenemos noticias de que en el segundo milenio —antes o durante la supremacía egipcia— se haya constituido un imperio o hasta un estado más significativo en Canaán. No encontramos nada ahí que fuese comparable, por ejemplo, a Ugarit. Es muy posible que la propia limitación natural contribuyese para-ello, porque las montañas dividían la región en pequeñas unidades y porque faltaban condiciones para puertos en el litoral. En todo caso, las poblaciones cananeas no conocieron grandes unidades políticas. Sus unidades políticas eran del tamaño de los centros urbanos y de sus alrededores más inmediatos. Tales ciudades-estado existían en relativa abundancia: había "un mosaico de principados". Cada ciudad-estado era directamente dependiente de los egipcios. Por tanto, los egipcios ejercían su hegemonía a través de las ciudades-estado, específicamente a través de sus reyes. Estos en el tiempo de los hiesos probablemente, poseían el control autónomo en sus territorios. Pero cuando pasaron a ser sometidos por los egipcios, continuaron en su posición, solo que ahora bajo la tutela y el vasallaje. Por ejemplo: Tutmosis III nos relata lo siguiente, con respecto a los reyes cananeos, que se enfrentaron al ejército del Faraón. Después de ser vencidos, en Meguido, en 1468, y en seguida, debidamente saqueados, son obligados a jurar fidelidad al Faraón "Jamás volveremos a hacer el mal contra... nuestro Señor" y después pueden retornar a sus sedes, sin embargo, bajo las nuevas condiciones de pago regular de tributos, a los señores del Nilo. Uno de los dinastas locales, el de Jerusalén, escribe al faraón "no fueron ni mi padre ni mi madre los que me colocaron en este puesto; sino que la mano poderosa del rey-faraón me hizo heredar la casa de mi padre". Al hablar d e su territorio lo designan como "la tierra del rey, mi señor". Aunque delante del faraón se designen de "siervos" y por el faraón son llamados co33
mo "hombres de...", ciertamente usaban el título de "rey", en relación a sus subditos (cf por ejemplo Jos 10). No obstante, el régimen faraónico no se limitó a exigir juramentos y tributos a las ciudades-estado. También habría reordenado, en algunos casos, la distribución de las tierras, ya sea para templos egipcios implantados en Canaán (Betsán por ejemplo) o para la propia administración faraónica. Igualmente, dejó algunas tropas egipcias atrincheradas en Canaán, ciertamente en Meguido, Betsán y en especial, en Gaza. Estas guarniciones no parecen haber sido muy fuertes, porque el control militar era ejercido más bien por las campañas militares regulares, que por el estacionamiento de tropas en territorio ocupado. Para el mantenimiento del orden interno, los egipcios se reunían con los propios dinastas locales, los cuales, en última instancia, estaban abocados a la tarea de reprimir a la población nativa. Ciertamente decisivo para la larga dominación, ejercida sobre Canaán y Siria, fue el establecimiento de la administración provincial. Canaán era administrada desde Gaza por el intendente provincial, llamado "rabisu". c.
Algunas ciudades cananeas
Hasta aquí hemos hablado genéricamente, de las ciudades-estado cananeas, a través de las cuales los egipcios consolidaban su explotación. Pasemos a examinar con mayor atención el fenómeno del urbanismo cananeo. Tanto las listas de ciudades vencidas por los faraones en sus campañas militares, como las cartas de TellAmarna, nos dan una idea relativamente buena sobre el sistema de ciudad-estado. No todas las ciudades mencionadas pueden ser localizadas, pero las que ya hemos fijado, nos dan un cuadro bastante claro. En el sur, la ciudad de Gaza tiene como ya vimos u n a función destacada como sede administrativa durante la dominación egipcia. Siguiendo en dirección al norte, por la planicie de Sarón, vamos a encontrar a Dor, en la costa litoral y al norte del Mont e el Carmelo, con Acó y Acsaf y diversos centros urbanos en el litoral de Siria. E n el norte de Canaán, las ciudades más important e s se encontraban en la planicie de Jezrael. Realce especial tiene l a estratégica ciudad de Meguido, en la entrada de la planicie. S u conquista es muy celebrada en textos de Tutmoses III (cf TGI p . 14-21). En la misma planicie se encuentra aún: Tanac e Iblean, al sudeste de Meguido, Sunem, al este de Meguido, y Betsán ciudad 34
importante en el punto de unión de las planicies del norte con el valle del Jordán. Al norte del Lago de Kineret-Galilea próximo al Lago Hule, se situaba en lugar estratégico, la ciudad de Jasor. Por lo que podemos constatar, las ciudades de mayor importancia para los egipcios, fueron éstas, que se sit u a b a n en la ruta comercial y militar, a lo largo del litoral y en las planicies septentrionales. Llama la atención que en la planicie de Sarón y entre Gaza y Dor, aparenOtstorwdit temente, no existían grandes concentraciones urb a n a s , lo que, eventualmente, se debe a las condiciones de aquellos terrenos un tanto pantanosos. Tal vez en compensación a la falta de centros en la planicie de Sarón, se encuentran algunas ciudades en la bajada del cruce de las sierras de Efraín y Judá, en la Sefalá, se trata de Guezer y Ayalón. En las proximidades también se s i t ú a Jerusalén y al sur de esta, Queilá. Jerusalén es mencionada e n textos egipcios, del siglo 18 y 14. No parece haber sido una ciudad muy importante. Siquén al norte de Jerusalén, se desarrolló muy bien. Siquén ya es mencionada en textos en el siglo 19. 35
En textos egipcios, también aparecen otras ciudades-estado que, en parte aún no fueron localizadas. De estas, las de mayor renombre en el periodo del imperio nuevo, están situadas en las planicies; Gaza, Betsán, Jasor, Meguido. El Antiguo Testamento confirma este cuadro, cuando menciona las ciudades cananeas que fueron conquistadas, o que no pudieron ser vencidas, antes de la constitución del reinado. Pasajes vetero-testamentarios confirman en concordancia con textos egipcios, las siguientes ciudades como posesiones cananeas: Gaza (Jos 11,22; Dt 2,23); Dor (Jue 1,27; Jos 17,11); Acó (Jue 1,31); Meguido (Jue 1,27; Jos 17,11), Tanac (Jos 17,11), Ibleán (Jue 1,27; Jos 17,11), Betsán (Jue 1,27; Jos 17,11), Jasor (Jos 11,ls), Siquén (Gen 34; J u e 8s), Guézer (Jue 1,28), Ayalón (Jue 1,35), Jerusalén (Jue 1,21; 2S,6). Núm 13,28 hasta habla de "las ciudades muy grandes y fortalecidas" de la tierra de Canaán. (Dt 1,28). Los textos bíblicos agregan otras ciudades-estado cananeas, hasta ahora no mencionadas en textos egipcios, tal vez porque antes del siglo 12, no tuvieron gran importancia. En las planicies del norte se encontraba Bet-Semes, Bet-Anat (Jue 1,33), Dor (Jos 17,11), probablemente también Quietrón y Nalol (Jue 1,30). En la planicie de Sarón está Afee, (Jue 1,31). Diversas ciudades cananeas están situadas en la región de Guézer y Jerusalén: Betel (Jue 1,22; Gen 12,8), Saalbín (Jos 1,35), Gabaón, Kafirá, Beriot, Quiriat, Yearín (Jue 9,17). Otras se localizan en el sur: Debír (Jos 10,38s; 15,13ss), Hebrón (Núm 13,22; J u e 1,20), Gaty Asdod (Jos 11,22), y otras. Podemos concluir que, en esta época, la tierra de Canaán estaba ocupada por u n número significativo de ciudades-estado y que éstas, e n su mayoría estaban localizadas en planicies, ya sea del litoral mediterráneo o de las planicies del norte. También existían diversas ciudades en las montañas entre las Sierras de Efraín y de Judá, e n el sector de la tierra fértil de Sefalá. Esta región de cierta concentración de ciudades-estado se situaba a la altura de Guézer y Jerusalén.
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Estos dómenlos nos permiten una deducción fundamental: la distribución de las ciudades-estado en Canaán, permi ien afirmar que, con certeza, el urbanismo cananeo era una economía y una cultura de planicie. Ella no alcanzaba las montañas con la misma eficiencia, que controlaba las planicies. Y aún cuando conseguía penetrar en regiones montañosas, sus sedes urbanas eran menos expresivas. En diversos sectores de las montañas, el sistema de ciudades-estado no liega a penetrar. Estas áreas en gran parte no alcanzadas por el sistema cananeo. son las sierras de Galilea, de Efraín y de Judá. Ahor.-). justamente en estas áreas, surge Israel. El Antiguo Testamento confirma esta afirmación explícitamente. Pues sus autores constatan que los israelitas, inicialmente no pudieron conquistar los valles (Jue l,19.27ss,34; J o s 17,15s), teniendo que permanecer en las montañas. Los valles solo pudieron ser conquistados cuando Israel se tornó fuerte y pudo someter a los cananeos al trabajo forzado (Jos 17,13; J u e 1,28; 1 Re 9,15.20s) en el inicio del reinado israelita. En su inicio, Israel, es pueblo de las montañas. Para poder comprender este surgimiento de Israel en las sierras debemos preguntar: ¿cuáles eran las condiciones de vida de las ciudades-estado? ¿cómo funciona la presencia egipcia en el sistema de las ciudades-estado, principalmente las asentadas en las montañas? d. La relación ciudadcampo Algunos textos bíblicos señalan que la vida de las ciudades-estado cananeas era marcada, fundamentalmente por dos tipos de 37
organización: la ciudad y sus "hijas/aldeas" (Jue 1,27; Jos 17,11; Núm 21,25.32; Jos 15,45; J u e 11,26). La misma situación existía en el periodo pre-israelita, por ejemplo, en el periodo de las cartas de Tell-Amarna, Belén era u n a aldea de Jerusalén. La diferencia entre ciudad y aldea es básica para la dinámica social de la ciudad-estado. Por lo que sabemos, la ciudad no es un fenómeno nuevo, en la época del surgimiento de Israel. ¡Jericó ya estaba habitada, en el 6 o milenio aC! Los hicsos habían dado fuerte impulso a la urbanización. Los egipcios disfrutaron de estos beneficios. Tales ciudades servían para la defensa. En general, había un doble cinturón de protección: el muro, preferencialmente con un solo portón de entrada, y el burgo, una parte especialmente fortificada, en torno al palacio y al templo. Este burgo abrigaba a los notables de la sociedad. El resto de la ciudad amurallada era ocupada por quien ejecutaba los servicios subalternos en palacio y templo, por militares subalternos, comerciantes menores y artesanos. El tamaño de tales ciudades no era muy significativo; Jasor 1 lOOm x 650m, Jerusalén 400m x lOOm, Meguido 300m x 225m, Tanac lOOm x 150m. Las aldeas no tenían muro ni burgo (centro geográfico y político), motivo por el cual la arqueología no nos proporciona más datos. Situándose alrededor de la ciudad, dentro del territorio de influencia y dominado por el centro urbano. La relación entre ciudad y aldeas. Era asimétrica. E n las palabras de M. Weber, las villas eran "ciudades dependientes". En ellas se concentraba el campesinado, es decir, la amplia mayoría de la población. E s probable que este campesinado, alguna vez, se haya compuesto básicamente de "hombres libres", esto es, de clases que "poseían" u n pedazo de tierra y q u e lo trabajaban de modo relativamente autónomo. En este caso, la dominación ciudadana era efectuada, a través de la cobranza de tributos, a cambio de "protección" militar concedida por la ciudad. Esta categoría de campesinos "libres" ciertamente no llegó a ser suprimida en el periodo de la hegemonía egipcia. Pero, a través de saqueos, de nuevos tributos y por la organización más sistemática del trabajo forzado, Egipto aceleró el proceso de empobrecimiento de la población campesina, de tal modo que surgieran nuevos segmentos sociales. Sucede que la posesión de la tierra, pasó más y más al control directo de la ciudad. Eso implicaba que el campesino no fue transformado en 38
peón, en 'hopsi' (persona "libre" pero sin tierra, cf Ex 21,2ss), en siervo, en esclavo, o como aún veremos, en hapiru. Algunos textos se refieren al empobrecimiento del campesinado y de su mayor dependencia del centro urbano. Tutmoses III afirma, al final de su relato sobre la conquista de Meguido en 1468 aC, que "la tierra cultivable fue dividida en partes, calculadas por los inspectores de la administración real, para cosechar su producción". Por lo que se ve, los egipcios pasaron a una explotación más directa e incisiva en el campo. Los campesinos que trabajaron en las tierras controladas por los egipcios seguramente fueron peones y/o siervos. En una de las cartas de Tell-Amarna, el soberano de Meguido comunica al faraón que está organizando el trabajo forzado para el cultivo de las tierras, en las inmediaciones de la ciudad de Sunem. A través del trabajo forzado, los centros urbanos garantizaban mano de obra gratuita, para sus proyectos. Desgraciadamente, no-nos es posible reconstruir con exactitud la situación del campesinado en la era del dominio egipcio. Pero al menos, podemos hacernos una idea aproximada de las condiciones. Por un lado, la "posesión" y el control de las tierras pasa a concentrarse en las sedes, diversificando la población campesina. En cuanto a su condición social podían ser: "hombres libres", gente "libre" sin tierra (hopsi), siervos, esclavos, hapiru, etc. Por otro lado, es incrementada la explotación de la fuerza de trabajo del campesino: saqueos regulares por parte de las incursiones egipcias, tributación de los productos y, principalmente, organización sistemática de los trabajos forzados. ;
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Respecto a la ciudad estado de Ugaiit, R. de Vaux afirma lo siguiente: "Aparte de las prestaciones gratuitas y del servicio militar, los subditos del rey de Ugarit cargaban, por lo menos, con otros tres tipos de impuestos: el diezmo sobre el grano, el aceite y el vino, un derecho de pastos sobre las tierras patrimoniales, una tarifa en dinero sobre los bienes inmuebles y sobre la* mercancías e n tránsito. A esto hay que añadir las contribuciones extraordinarias y las multas que castigaban las infracciones". V
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e.
La organización de la ciudad
Estamos mejor informados sobre la organización de las ciudades. Pues es de este sector social que provienen los textos de la época de dominio Egipcio. ¡Las ciudades dominaban el campo! En algún pasado más remoto, la división del trabajo en aquella región, propició que algunos pasasen progresivamente al control de armas. Inicialmente los profesionales de las armas, cambiaban sus servicios de protección, por la producción de alimentos. Pero, la fuerza de las armas y el progresivo desnivel de la distribución de
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"siervos del rey" EJERCITO
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aldeas *
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los bienes producidos, fue posibilitando que los señores ciudadanos se aventajaran sobre los campesinos, aumentando sus tributos y su participación en la renta. En la época del dominio egipcio, este desajuste estaba inclinada en favor de los centros urbanos. A la cabeza de la sociedad de las ciudades-estado, se encontraba el rey, un melek, como lo designa el Antiguo Testamento (cf Jos 11-12). Estos reyes locales ostentaban el título de 'melek' en relación a sus subditos. En las cartas de Tell-Amarna este título, en general, está reservado para el faraón. Los reyes locales son hombres del faraón, pero a veces también "reyes". La monarquía era hereditaria. El rey era asesorado por "siervos", es decir, altos
funcionarios. Un considerable número de funcionarios, participaba de las gracias del mando, administrando la ciudad-estado. Había también un consejo de los notables, con los cuales el soberano compartía el ejercicio del poder. Existen textos que se refieren a tales consejos de estado, en los cuales estaban reunidas las personas que concentraban la mayor parte de riqueza, es decir, básicamente, latifundistas y comerciantes. La parte más significativa de las tierras se encontraba en manos de la ciudad, que las hacía rendir y producir a través de partidarios, siervos, y por el trabajo forzado. De esta explotación de la gente del campo provenía la mayor riqueza de las ciudades. Otro factor de acumulación está en el comercio, ya sea de los productos manufacturados, en el propio ámbito de la ciudad (utensilios y armamento de bronce y cerámica) o del comercio internacional. Hay hasta quien afirma que "el principal recurso del estado era el comercio", lo que, ciertamente, solo vale para las ciudades situadas en lugares privilegiados, como Ugarit, Meguido, Jasor, pero no parece valer para todas las ciudades, cuya mayor fuente de riqueza estaba en las aldeas, en tributación de productos agrícolas y en régimen de trabajo forzado. La dominación ciudadana era, efectivamente, asegurada por una "casta" de profesionales de las armas, los mariannu, citados en muchos textos egipcios. Son los herederos de la modernización introducida por los hicsos: carro de guerra con ruedas protegidas por bronce (cf J u e 1,19) y tirados por caballos; coraza de bronce para los combatientes. Estos mariannu no eran mercenarios. Cada combatiente conseguía su propio armamento para sustentar carros de guerra, coraza de bronce y los respectivos ayudantes de armas. Era necesario formar parte de los sectores más acomodados de las ciudades, en especial de los latifundistas. Por eso los mariannu son una especie de "caballeros nobles" que forman parte de los sectores dominantes y, simultáneamente, los defienden. El reinado, era la expresión de estos "caballeros"; el estado era su organización. La dominación ciudadana era, ideológicamente, asegurada por el sacerdocio, los templos, la religión. Los símbolos y los ritos explicaban el mundo presente como mundo divino y eterno, consecuentemente inmutable. Al rey le e s t a b a asegurada u n a posición destacada en el culto. El era el sacerdote. Además d e esta función simbólica e ideológica, el templo también tenía la función decisiva en la recaudación del tributo. El estado recaudaba s u s tributos a 41
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través de los santuarios, ritualizando y sacrificando la entrega de tributos y diezmos en las fiestas de las cosechas. ¡El templo sede del rito y centro tributario!. Por eso, no es por un mero entusiasmo religioso que los egipcios hayan mandado construir templos en Meguido y Betsán. Por tanto, en las ciudades-estado cananeas de la planicie, el conflicto social opone el campo y la ciudad, villa y burgo, campesinos y caballeros. La ciudad explota el sembrado y controla la tierra. A este sistema económico lo llamamos tributarismo cananeo. Constatábamos, que la hegemonía egipcia, tuvo una resistencia constante en Canaán, de modo que se hicieron necesarias sucesivas incursiones militares. Después de ver la organización interna de la ciudad-estado, podemos presumir que entre los faraones egipcios y los reyes cananeos, no había ninguna contradicción decisiva, tanto unos como otros ven al saqueo, al trabajo forzado y deportación como ejercicio normal de su régimen. ¡La opresión es la gloria de ambos! Las cartas de Tell-Amarna muestran cómo los reyes cananeos estaban ansiosos por el retorno de los ejércitos egipcios de la época. Solamente los ejércitos egipcios eran capaces de garantizar el trono, privilegios y territorios de los reyes cananeos. Estas cartas son solamente pedidos de auxilio para la intervención egipcia: ¡envía tropas! ¡envía carros de combate! Estas son las solicitudes de los cananeos. A pesar de la explotación egipcia, los intereses de los reyes cananeos, de hecho, eran garantizados por los egipcios. Por eso, a pesar de las escaramuzas aisladas, la resistencia constante contra los egipcios, no provenía de la ciudad, sino del campo, en especial de los hapiru, de los que hablaremos más adelante. Con esto ya está encaminada la pregunta de la situación en Canaán, al final de la hegemonía egipcia. f.
Rivalidad entre las ciudades-estado al final del siglo XIII aC
Alrededor del 1200 aC cesa abruptamente, el dominio egipcio sobre Canaán. Ya al final del siglo 14 (Amenófis III y Amenófis IV), los egipcios habían perdido las condiciones efectivas, para impo42
ner sus intereses en Canaán. En el largo reinado de Ramsés II (1290-1224) hubo cierta retoma del dominio sin que nuevamente se hubiese podido restaurar la eficiencia de la explotación, de los días de Tutmosis III (1468-1436). Diversos motivos contribuyeron para la fragmentación de la hegemonía faraónica. Por una parte dificultades internas de Egipto no propiciaban aventuras militares externas. Por otra parte los filisteos pasaron a ocupar Gaza (la cabeza de puente para las incursiones en Canaán), de tal modo que los egipcios, estaban decisivamente impedidos en la organización de sus invasiones en el área. Y, en parte, las condiciones de resistencia en la propia tierra de Canaán, se tornaban más eficientes. Ese conjunto de nuevas circunstancias —en especial la invasión de los pueblos del mar— llevaron al fin de la hegemonía egipcia, en torno del 1200 aC. En estas circunstancias de decadencia del poderío egipcio, las ciudades-estado —localizadas cercanas unas de otras por ejemplo Tanac está situada a más o menos 10 kilómetros de Meguido y de Ibleán— pasan a rivalizarse. Y aparecen como "un mosaico de principados rivales". Hasta entonces el control egipcio evitaba que u n a ciudad viniese a invadir el territorio de su vecino, no solo para evitar prejuicios a la recaudación egipcia, sino en especial para evitar que una ciudad-estado sobreponiéndose a las demás pudiese amenazar la ocupación extranjera. La política egipcia trataba de mantener, rigurosamente, el status, para que las ciudades mutuamente se neutralizacen, lo que además está en el interés de los reyes de las ciudades. La retirada de los egipcios, echa por tierra el equilibrio de fuerzas y las ciudades pasaron a rivalizar. Sin embargo, durante varios años se mantuvo una relativa situación d e igualdad de fuerzas entre las ciudades y ninguno de los recién —llegados pueblos del mar— entre ellos los filisteos —fueron capaces de asumir la sucesión de los egipcios. No obstante, alrededor del año 1000 aC, surgía el Estado davídico, como fuerza capaz d e integrar las ciudades cananeas y dominar a los filisteos. El Estado davídico es sucesor de los faraones, en el contro]de Canaán, conquistando tal hegemonía por la victoria sobre los füisteos. Pero con esta información, ya avanzamos en el tiempo. 43
^^
Retornemos al 1200. En esta época las ciudades-estado, bajo el impacto de retirada de los egipcios, tuvieron que encontrar nuevo modo de convivir, garantizando cada cual sus fronteras, por el uso de las armas. Es posible que, en esta situación de reagrupamiento de fuerzas, algunas ciudades hayan sido saqueadas o arrasadas. En esta categoría cabe la ciudad de Sunán, en la planicie de Jezrael. Se suma a estas rivalidades entre las ciudades-estado, una fuerza social que no estaba bajo el control, ni de egipcios ni de ciudades, aunque durante siglos estaba inquietando a la sociedad cananea. Me refiero a los hapiru. En los textos de Tell-Amarna aparecen como bandos armados que saqueaban el territorio de las ciudades, o se hacían contratar por una ciudad para combatir otra. Pero realmente los hapiru estaban fuera del control de las ciudades. El rey de Jerusalén llega a decir "El hapiru roba toda la tierra del rey" (faraón). A partir de sus refugios, en los matorrales o en la estepa, hacían sus asaltos. Estos hapiru ya eran perseguidos por los egipcios. En las cartas de Tell-Amarna, los reyes cananeos se quejan, amargamente, de estos bandos armados, que ni los egipcios pudieron poner bajo control. Los siglos de saqueo y explotación egipcias, ya habían fomentado el proceso de empobrecimiento en Canaán, pero simultáneamente, lo habían estabilizado, al mantener bajo control, las intrigas entre los reyes locales. La situación cambia alrededor del 1200 aC. Aumenta la pobreza, porque las rivalidades entre los reyes cananeos, no solo aumenta la necesidad de tributación, sino también iba dificultando el trabajo de la siembra, que al final era la fuente de la cual se abastecían las ciudades. ¡Las riñas internas eran decididas en los campos de cultivo! Por eso, por un lado, disminuían las cosechas y por otro lado, aumentaban las necesidades de recaudación por parte, de la aristocracia militar ciudadana, para poder pelear contra sus vecinos. Parece que, alrededor del 1200, el tributarismo cananeo como que se auto-destruía. Esto implicaba que en las "hijas"/villas/aldeas, la sobrevivencia se volvió insoportable, lo que hizo aumentar el número de 'hapirus'.
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Con la caída del dominio egipcio las ciudades-estado más cercanas pasaron a rivalizarse entre sí. Eso generó más tribulación e incluso destrucción de los campos cultivadon, por las batallas que se realizaban. El empobrecimiento llegó al extremo, que hubo gente que abandonó el campo, quedó fuera de la ley y se dedicó al asalto o tareas mercenarias.
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En esta situación se forma Israel. El pueblo de Dios se organiza en medio del proceso de fragmentación del tributarismo cananeo, alrededor del 1200 aC. ¿Cómo surge y qué grupos lo formaron? pasamos a desarrollarlo inmediatamente. La hipótesis que desarrollo, es que por lo menos cuatro grupos humano-étnicos-sociales fueron los fundantes de lo que se llamó Israel que serían: los hapiru, que fueron gente que empezaron a actuar fuera de la ley, varios grupos seminómadas "abrahámicos", un grupo de extrabajadores forzados, que huyeron de la vigilancia del faraón egipcio liderados por Moisés, y por último otro grupo seminómada que rendía culto al Dios-Yavé, que lo denominamos grupo sinaítico. En este capítulo y los siguientes desarrollo las características de cada grupo.
45
CAPITULO 3
El Movimiento efe tos Hapiru
3 . 1 . Los CAMPESINOS EMPOBRECIDOS:
su
OP-
CIÓN Israel se form a en las condiciones vigentes en la tierra de Can a á n , a fines del siglo 13. La situación se caracterizó por u n profundo empobrecimiento de la población campesin a en las villas y e n las aldeas de l a s ciudades-es47
tado. Este empobrecimiento se manifiesto de dos modos: 1. No pudiendo aumentar los tributos o no teniendo siquiera qué recaudar, el Estado perfeccionó el trabajo forzado, de tal modo que el agricultor pasó a trabajar más intensamente para los señores de la ciudad. 2.
No pudiendo pagar sus tributos y sus deudas, el campesino fue presionado hasta convertirse en esclavo, es decir, se vendió a sí mismo y a su familia para pagar las deudas de tributos y préstamos.
Al mismo tiempo que la ausencia de los egipcios aceleraba el empobrecimiento del campesino, por los motivos ya expuestos, el debilitamiento de las ciudades, debido a las riñas internas, abre nuevas oportunidades para la resistencia, porque, durante el siglo 13, disminuía gradualmente el control sobre la población. Aún así, no parece que hayan existido condiciones favorables para el derrocamiento de las ciudades-estado. En casos aislados, eso puede haber ocurrido (cf Jue 1,22-26). Pero los campesinos, efectivamente, no consiguieron reunir fuerzas para un derribo más amplio de las ciudades, porque la desigualdad de armas era realmente evidente. Ante el carro de guerra y la coraza el campesino no tenía salida. Quedaba otra posibilidad: la retirada ¡el éxodo! Quien no estuviese dispuesto a soportar las condiciones de trabajo forzado o venderse como esclavo, trataba de huir y de emigrar del territorio de la ciudad-estado. Y, de hecho, había espacio para donde huir. Las ciudades-estado se restringían a las planicies y a un pequeño sector de la Sefalá. Las montañas no estaban bajo el control de la "aristocracia" militar urbana, porque su arma temida —el carro de guerra— era eficaz en la planicie, pero completamente ineficiente en la montaña. La retirada se realizaba, pues, para las montañas, principalmente de las Sierras de Galilea y de Efraín, parcialmente también de la Sierra de Judá. En parte, este proceso de fuga de la planicie, ya se venía realizando en el transcurso de todo el dominio egipcio, esto es, desde el siglo 16. No se trata, entonces, de una repentina novedad al final del siglo 13. La novedad de esta época, son las dimensiones al48
canzadas por el fenómeno migratorio. En la fase de la hegemonía egipcia (siglo 16 al 13), aparentemente, solo algunas bandas de asaltantes sobrevivían en las regiones montañosas, porque las condiciones de vida en la planicie aún eran, relativamente* , soportables y mejores, frente a los que vivían en las montañas, de asaltos y de contratos circunstanciales, para alguna aventura militar. En la fase de decadencia de la hegemonía egipcia (al final del siglo 13) las condiciones eran otras. Antes de caracterizar estas nuevas condiciones para los campesinos emigrantes, alrededor del 1200, debemos tomar conciencia del siguiente hecho: en aquella época, las regiones montañosas, ciertamente, estaban cubiertas de matorrales. Al oeste de Jerusalén, se sitúa la localidad de Quiryat-Yearim, que significa "ciudad de las matas", lo que muestra que en aquella región del sur de las Sierra de Efraín había una gran vegetación. También una serie de otros textos se refiere a la vegetación en la Sierra de Efraín: Jos 17,15.18; J u e 9,48ss; 2 Re 2,24; Is 10,18ss. Tales pasajes no dejan duda de que, en tiempos remotos, las montañas estaban cubiertas de gran vegetación, lo que no se da en la actualidad. Por tanto, las nuevas condiciones del siglo 13, facilitaron la retirada de los campesinos empobrecidos para las montañas y lugares inexplorados de gran vegetación. El número de emigrantes debe haber sido significativo. No tenemos pruebas directas para esta afirmación, lo que es comprensible, ya que no era del interés egipcio, narrar la 49
historia del pueblo sufrido, sin embargo, podemos deducirlo de la crisis en que estaba sumergido el tributarismo cananeo, a fines del siglo 13. El gran número de campesinos fugitivos permitía, que se venciera al matorral, para luego ver su tierra transformada en sembríos. Para esta tarea, los emigrantes se valían de la novedad material que se introducía al final del siglo 13: el hierro. La técnica para la obtención del hierro, se debe a los hititas (aproximadamente en el siglo 14); ellos difundieron en el Oriente Antiguo. Sabemos que en el siglo 12 se conocía el hierro en Meguido y que los filisteos cumplieron un papel destacado en la difusión y uso del hierro (cf 1 Sam 13,19-22). Se sabe también que un grupo de herreros itinerantes, como los quenitas, eran igualmente hábiles en el trabajo con este nuevo metal (Gen 4,22; cf J u e 5,24), no obstante no debemos condicionar demasiado la difusión del hierro en los filisteos o cananeos. Es probable, que los campesinos emigrantes ya se hayan valido del hierro para quitar las malezas de las montañas. También la nueva técnica de revestir cisternas con una masa a base de cal, debe haber sido usada, porque permitía establecerse en regiones montañosas, en donde no había pozos. Como se ve, nuevas condiciones muy objetivas propiciaban la vida en las montañas. ^^
Así. los campesinos que cada vez se iban empobreciendo, tenían una doble opción: realizar trabajos forzados e irse convirtiendo poco a poco en esclavos o emprender la retirada a las montañas ¡hacer u n éxodo! fuera del alcance de los reyes. Esta opción la pudieron realizar gracias a la aplicación del hierro en la agricultura. V
3.2.
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Los
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)
HAPIRU
El fenómeno de los campesinos cananeos, que emigran y huyen del tributarismo de la planicie, se asemeja al de los hapiru. A éstos, los encontramos en documentos de Mesopotamia, de Asia Menor (hititas), de Ugarit, de Canaán (cartas de Tell-Amarna) y de 50
Egipto. En el Antiguo Testamento, la palabra "Hebreo" usada reiteradamente en los textos sobre la opresión en Egipto (Ex 1,16 y otros) y en el conflicto con los filisteos (1 Sam 4,6.9), efectivamente, debe ser identificada con hapiru. Por lo tanto, los hapiru están extendidos en todo el Antiguo Oriente. Este hecho lleva a creer que, no puede tratarse de una sola raza. Hapiru no es una caracterización étnica. "No puede tratarse, en absoluto, del nombre de un pueblo, ni tampoco de la existencia de un pueblo de hebreos, dado que los nombres propios, mencionados de estos "hebreos", son de origen muy diverso. Era más bien, un término especial, que denotaba un estado jurídico-social dado, y es ésta la aplicación que le dan en algunos casos, los libros de la ley, del Antiguo Testamento (Ex 21,2; Dt 15,12). En los países desarrollados del Antiguo Oriente las personas o grupos de personas con derechos limitados y escasos recursos económicos, reciben el nombre de "hebreos" prestan servicios cuando y donde son requeridos. No pertenecían o quizás dejaron de pertenecer a las distintas clases de población, establecida desde antes en el país, sino que representaban elementos nómadas: intranquilos, sin arraigo y sin tierra. Son "el proletariado del Antiguo Oriente, dependiente, sin ningún privilegio y llenos de ímpetu rebelde". ¿De dónde provienen estos hapiru que bien pueden aparecer como mercenarios, como trabajadores forzados, o como bandas de asaltantes? ¿De dónde proviene esta gente que, bajo condiciones especiales, puede transformarse en campesinado liberado? El origen hapiru está en la planicie. Se trata del campesinado, al cual se le ha expropiado la tierra en la planicie y, su mano de obra ha sido tan explotada, que es forzado a buscar su sobrevivencia, al margen de las sociedades tributarias en especial en las montañas. Israel es una parte, de este fenómeno hapiru, tan difundido en el Antiguo Oriente. Los propios textos bíblicos tratan de evidenciar esta proximidad, entre israelitas y hebreos, por ejemplo en los textos referentes a la opresión en Egipto (Ex 1,15-16; 2,6.7.13; 3,18; 5,3; 7,16; 9,1.13; 10,3). Lo especifico de Israel, e n medio del movimiento hapiru, de todo el Antiguo Oriente, consiste en que Israel no permaneció ni dentro del ámbito de las ciudades, ni se convirtió en un bando armado o en u n grupo de mercenarios. Israel huyó del tributarismo y, en un espacio hasta entonces no ocupado en las montañas, constituyó una organización propia. Israel es 'hapi51
ru' sedentarizado en las montañas de Canaán. Por lo tanto, si bien Israel fue una parte de los hapiru, tuvo también su trayectoria histórica específica. ¿Cómo los 'hapiru' israelitas van forjando su historia? ¿Cómo se va constituyendo Israel? No me parece que se pueda dar una respuesta uniforme para esta pregunta. En las diversas regiones de la tierra de Canaán, la formación de Israel debe haber sido diferente. Los textos bíblicos aún permiten que podamos tener algunas escenas de la gradual organización de los grupos que van constituyendo el pueblo de Israel. ^^
Los hapiru, campesinos que emprendieron la retirada de las ciudades, luego de permanecer al margen de la ley se hacían mercenarios o sobrevivían de otras formas. En el caso de Israel "sus abuelos" eligieron algo nuevo, ir a territorios de montaña, a iniciar una nueva vida, fuera del alcance de los reyes. \
/
3.3.
GRUPOS ALTERNATIVOS EN
mente es compuesto de "hombre" y "asalariar" (cf Gen 30,18; 49,14). Isacar es, entonces, "el hombre asalariado", "jornalero". Lo sorprendente es que hasta tenemos un texto egipcio que es capaz de dar una luz sobre la historia de este Isacar. En el territorio que posteriormente, es atribuido a Isacar se encuentra la localidad de Sunén (cf Jos 19,18), en las laderas del Hermón. A través de textos egipcios sabemos algo de la historia de esta localidad. En la época inicial de la dominación egipcia era una ciudad-estado, mencionada en listas de Tutmoses III (1468-1436). Posteriormente fue destruida por la dinastía Sique, durante sus saqueos en la región, al final del siglo 15. La ciudad no fue reconstruida. Su territorio permaneció bajo la administración directa de los egipcios, que, sin embargo, para efectuarla, dependía de otros reyes cananeos. De esa realidad contamos con una carta del rey de Meguido al soberano egipcio, aproximadamente en 1360 aC. En esta correspondencia, el rey de Meguido comunica que él está mandando a labrar en Sunén, a través del reclutamiento de hombres para trabajo forzado en Jafiá, una localidad de las regiones más bajas de la Sierra de Galilea. Por lo que se ve, el rey de Meguido está cumpliendo órdenes de los egipcios, más aún porque se queja de los soberanos vecinos que no proceden como él. Existen dos coincidencias entre esta noticia sobre Sunén y la historia de Isacar:
LAS CIUDADES-ESTADO: EL CASO DE ISACAR Existen indicios significativos de que, en medio de los propios territorios de las ciudades-estado, fueron surgiendo grupos, que ensayaban una solidaridad nueva y, forjaban una identidad que los uniera. Me refiero inicialmente, a lo que conocemos de aquella organización que, posteriormente, pasa a ser conocida como tribu de Isacar. Debemos buscar el grupo que así se designa, en el norte, en la. parte sureste de la Sierra de Galilea y en parte de la planicie de Jezrael (cf Jos 19,17-23). De este Isacar es el dicho de Gen 49,14ss: "asno fuerte" que "bajó su hombro para cargar y se volvió un trabajador forzado". Se debe deducir de ahí, que Isacar fue el esclavo de las ciudades-estado cananeas; sirvió de trabajador forzado, de "burro de carga" dentro del tributarismo cananeo. Además el propio nombre de este grupo ya lo dice: Isacar probable52
Primero, Sunén pertenece al territorio de la tribu que posteriormente se llamará Isacar. Segundo, en el Gen 49,15 es dicho de Isacar: prestó "trabajo servil" ("trabajo forzado de esclavo"). El mismo término "trabajo forzado" es usado en la carta del rey de Meguido. Es bastante lógico establecer u n a continuidad histórica entre los "trabajadores forzados" de la carta del rey de Meguido y el "hombre asalariado" que es Isacar. Aún más cuando los hombres para trabajos forzados traídos desde Jafiá para S u n é n fueron asentados en territorio que, por estar bajo administración egipcia, acabó siendo una región controlada. En consecuencia, había espacio p a r a que los "trabajadores forzados" de Jafiá se fueran instalando y organizando, aunque, inicialmente, tuviesen q u e corresponder a las exigencias ya sea de comisarios egipcios o del rey de Meguido, lo que le costó los versos irónicos de Gen 49.14ss. 53
3.4. Pienso que podemos considerar a Isacar como una especie de ejemplo, que nos permitirá concluir:
En este contexto cabe también la mención de Israel en la "columna-escrito de Mernepta". En sus listas de gente vencida, el faraón Mernepta (1224-1214) también se refiere a Israel, en el quinto año de su gobierno (esto es: 1220):
1. Esta tribu surgió en Canaán, bajo las condiciones del tributarismo vigente. ¡No proviene de las estepas!
v
2.
Esta tribu sigue u n lento proceso de surgimiento, cuyos inicios se dan en el siglo 14. La tribu de Isacar — constituida en el siglo 12 y 11— es la fase final de este proceso de independización de campesinos cananeos.
3.
Las primeras organizaciones de campesinos deben haber surgido en espacios no controlados, en medio de la propia planicie. La rebelión efectiva contra los señores de las ciudades, como la que se refleja en J u e 5, se da relativamente Larde, en el siglo 12 y 11. La integración cíe las ciudades-estado de la planicie en un único organismo político solo es efectuada en el estado davídico. ___. ;
"Los príncipes están postrados y dicen paz entre los Nueve Arcos, ni ano levanta la cabeza. Desolación para Tehenu (Libia), el Hattu (hitita) está en paz. Canaán, con todo lo que tiene de malo, Jue capturado. Ascalón fue deportado, nos apoderamos de Guézer. Yenoán se hizo como si no fuera nada. Israel fue devastado, ya no tiene simiente. El Huru se convirtió para Egipto en una viuda. Todos los países, en su totalidad están apaciguados, todo el que era turbulento fue atado". La interpretación del pasaje referente a Israel es discutida. Aún así se puede llegar a alguna conclusión: )
Algunas otras tribus eventualmente pasaron por una trayectoria semejante a la de Isacar. Por ejemplo: Zabulón (Gen 49,13; Dt 33,18ss), Aser (Jue 5,17), Dan (Jue 5,17). Están vinculados con servicios portuarios. En los textos citados no se afirma explícitamente que estas tribus fueran sometidas a trabajo servil, como lo observamos en relación a Isacar. Sin embargo, en la medida que vivían en las regiones portuarias (Dor, Acó, Sidón, cf Gen 49,13), solamente podían pertenecer a los sectores dependientes de la población. Serían una especie de trabajadores portuarios asalariados o esclavizados. Y de hecho, en J u e 5,17 se lee que Dan "permanece temporalmente" junto a los puertos. En este caso, los integrantes de la tribu de Dan deben haber sido remadores en los barcos cananeos. Es probable que también otras tribus se hayan constituido, en Canaán, a partir de grupos sociales que, en medio de la sociedad tributaria cananea y como contingentes hapiru, van disputando algunos espacios de autonomía.
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¡SURGE ISRAEL!
Más o menos alrededor del año 1220 aC existe un gran Israel en Canaán. Por eso, es evidente que ya antes de esta fecha, se debe haber formado y existido Israel. Esta organización ciertamente aún no conoce a Yavé, ya que su elemento teofórico es "El". Además, este Israel, aparentemente no conocía la tradición del éxodo. Primeramente, porque en general se piensa, que el culto a Yavé está en estrecha unión con el éxodo y, por otra, porque habría poco espacio para que el grupo del éxodo, salido de Egipto probablemente bajo Ramsés II (1290-1224), antecesor de Mernepta, ya se hubiera instalado en Canaán. Además de eso, se observa cierta lógica en la enumeración del texto egipcio. Al final y al inicio se encuentra u n a generalización. La lista es encabezada por los enemigos mayores y más distantes: libios e hititas. Se sigue una afirmación general sobre Canaán que, después del listado de ciudades, e s nuevamente retomada, valiéndose ahí los autores de otra designación para Canaán: Huru. El listado va de sur a norte, aparentemente acompañando la ruta comercial litoral rumbo al lago de Kinéret: Ascalón (al sur), Guézer (a 55
la altura de Jerusalén), y Yenoán (probablemente en las inmediaciones del Lago de Kinéret o Galilea). Al final de este listado de ciudades, se dice que "Israel fue devastado, ya no tiene simiente". Este Israel muy probablemente designa personas, no una localidad (aunque hasta este dato sea discutible). Lo más evidente es, que este Israel se encuentra en algún lugar de las planicies del norte. Hay quien piensa que se debe buscar este Israel en la Sierra de Efraín, lo que no se une a la lógica de la lista. -.
Pienso que la propuesta de localizar este Israel, en las regiones planas del norte, gana algún apoyo, a partir de otra observación: la palabra "Israel" está compuesta del imperfecto "Ysra" y del elemento teofórico "el": "dios". Ysra es un imperfecto que ha de significar "luchar". Por consiguiente, el nombre Israel significa "dios luchará/peleará". Esto es, ¡Israel surgió en el campo de batalla! ¿Quién sería este Israel que lucha para sobrevivir? Me parece que son sectores del campesinado cananeo, que sefli eron organizando en la planicie!!);, en medio de las brechas del tributarismo de las ciudades-estado y que. al final del siglo 13, ya tiene alguna importancia para los egipcios, a tal punto de ser citada en la i lista de regiones, conquistadas por un faraón. ' v
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.—,
3.5.
GRUPOS EN LAS PLANICIES Y EN LAS MONTAÑAS
)
Tanto la trayectoria histórica de Isacar como el "Israel" de la columna de Mernepta nos indican que, el primer contingente campesino que, buscó articularse contra el tributarismo cananeo, lo hizo en medio de las planicies del Norte. Esto corresponde a las condiciones del siglo 13 y 12, cuando las montañas aún permanecían cubiertas de vegetación y que solamente eran capaces de acoger provisionalmente a pequeños grupos hapiru-salteadores. Pienso que en esta situación, en parte, aún tienen lugar J u e 4-5. La evaluación histórica de estos dos capítulos es compleja. Uno relata la confrontación entre israelitas y cananeos en prosa (Jue 4), y otro en poesía (Jue 5). Los capítulos tienen un complejo proceso de 56
surgimiento y no parece que Jue 5 sea una poesía unitaria. Por eso, no podemos discutir aquí estas cuestiones difíciles. Aún así, se puede afirmar que esta batalla se dio en el transcurso del siglo 12, cuando los israelitas ya pasaban a ocupar las montañas (el lugar de reunión es el Monte Tabor, J u e 4,12); Débora es de las montañas de Efraín (Jue 4,5), cuando aún no pensaban conquistar las ciudades fortificadas. ¡En ningún momento el objetivo de la guerra es el derrocamiento de las ciudades! Débora y Barac no tenían en vista la conquista, pero sí la sobrevivencia del campesinado en la planicie. Estaban enjuego el derecho de acceso a las carreteras de la planicie (Jue 5,6) y el acceso a algunas áreas cultivables, particularmente junto a las riberas (¿por eso el combate se da en Quisón?). La conquista de tales espacios para la sobrevivencia del campesinado, en medio del tributarismo de la planicie, parece haber sido la cuestión en disputa. En este sentido, la batalla de Quisón se encuadra muy bien, dentro del desarrollo de los siglos anteriores al 1200, cuando el-campesinado cananeo luchaba por su sobrevivencia en medio de las planicies fértiles del norte.
En las planicies germinaba la resistencia. Sectores del campesinado conquistaban espacios limitados, más significativos. El grupo que se denominaba Israel era uno de ellos. Ya en el siglo 13 aC, todos los colonos lograban sobrevivir, en medio de las brechas de las ciudades-estado, en su fase de decadencia. Sin embargo, estos sectores más organizados y combativos de la planicie no lograban resultados más duraderos. No eran capaces de imponerse finalmente, sobre los carros de guerra, aunque ocasionalmente, junto a Quisón, lograsen una victoria. Pero, a largo plazo, continuaban imponiéndose los egipcios y los reyes cananeos, por ellos mantenidos. Estos supieron imponerse y decir: "Israel fue devastado, ya no tiene simiente". En resumen, junto al Quisón, Débora y los suyos obtuvieron una espectacular victoria, pero ésta no alteró la situación. En estas circunstancias, las montañas posibilitaron algo verdaderamente nuevo a partir del final del siglo 13. El asentamiento 57
gradual de campesinos, cansados del tributarismo cananeo de las planicies. Aporte significativo fue la aplicación del hierro en la agricultura y el uso de cal en la construcción de cisternas en las montañas. Sin embargo, este proceso de asentamiento, en nuevas áreas, no se da sin modelo. Durante el segundo milenio habían surgido, aquí y allá, algunas pequeñas ciudades en las montañas: Hebrón, Queilá, Jerusalén, Betel, Siquén. Por lo que sabemos de los textos egipcios, uno de los soberanos de Siquén inclusive, alcanzó a expandir su área de influencia hasta la planicie de Jezrael, donde fue capaz de destruir la ciudad de Sunén. Sin embargo, esta embestida del rey de Siquén contra la planicie, justamente también muestra que, en el siglo 15 y 14, lo decisivo no era el control de algún lugar de las montañas, sino el dominio de la planicie. Con excepción de este episodio del rey de Siquén, que embiste contra localidades de la planicie, la importancia de las ciudades en las montañas era diminuta, durante el periodo de Tell-Amarna (en el siglo 15). Las ciudades-estado de la planicie, igualmente, tenían una influencia insignificante en las montañas. Por lo tanto, había espacio para campesinos emigrantes de la planicie. Ya en el periodo de Tell-Amarna (siglo 15) bandos de 'hapiru' sobrevivían en las montañas. Inquietaban al rey de Jerusalén. Estos campesinos, que hicieron de las armas y de los asaltos su profesión, fueron los primeros en explorar los valles y montañas inhabitadas hasta entonces. 58
Para los campesinos que emigraban para las montañas, estas se volvieron tan importantes, que los nuevos conglomerados sociales que se iban formando, en el caso de los clanes y, posteriormente, las tribus, fueron colocando sus nombres a las montañas en que encontraban refugio. Los que ingresaron a las montañas del sur, llamadas Sierra de Judá, pasaron a llamarse "hijos de Judá". Los que emigraron para la región montañosa de Canaán central, llamada Sierra de Efraín, adoptaron el nombre de aquella área, designándose como "hijos de Efraín". Los de la Sierra de Neftalí, como "hijos de Neftalí", los que, en la perspectiva del norte, vivían en el sur pasaron a llamarse Benjamín, esto es, "hijos del sur". Las localidades y las regiones, iban colocando a los nuevos habitantes sus nombres y atributos, lo que evidencia que, los nuevos agrupamientos sociales, solamente se fueron constituyendo en las propias montañas. En otros casos, también algún ancestro (Manases, Maquir, Zabulón, Rubén), alguna condición especial de vida (Isacar = "hombre asalariado")., alguna divinidad (Isra-el "dios peleará", Aser - femenino de Asera?) contribuía con su nombre a la designación del nuevo grupo en formación. ¡Muchos grupos se organizaron!. Además de los mencionados anteriormente, habría que mencionar también: Caleb, Otniel, Simeón, Levi, José, Gad, quenitas, jeramelitas. Unos son agrupamientos mayores, otros tal vez clanes ampliados. No todos surgieron en el mismo periodo. Representan fases diferentes. Por ejemplo, el grupo designado como Rubén ha de ser muy antiguo, ya que tiende a desaparecer en los textos. Más adelante, debemos retornar a este fenómeno. Por ahora, es suficiente si percibimos algo de la complejidad de la organización social que surge en las montañas, tomando conciencia de que buena parte de sus nombres provienen de las localidades hacia donde emigraron y en donde se asentaron. En la montaña se da un fenómeno diferente al de la planicie. Allá, las ciudades fortificadas permanecieron inaccesibles. Eso también vale para las montañas (Hebrón, Jerusalén). Pero, en general, las pequeñas ciudades de las montañas e r a n más bien vulnerables. De este modo, algunos pequeños centros urbanos, gradualmente, fueron siendo incorporados y otros edificados. En el periodo de Tell-Amarna, la localidad de Belén, era u n a "hija"-aldea de Jerusalén. Esta aldea, rápidamente, se tornó u n pequeño cen59
CAPITULO 4
tro articulador para los habitantes en la Sierra de Judá. Betel fue ocupada por la traición de uno de sus habitantes (Jue 1,22-26). También Siquén no tardó en influenciar a los campesinos emigrantes. El grupo más combativo, parece haber sido el de Benjamín. Aunque las narrativas de Jos 1-9 tengan fuerte acento etiológico, ellas nos dan una idea de cómo un grupo de agricultores, pasó a asumir el control sobre una determinada área. En las montañas, ¡la emigración va adquiriendo dimensiones de revuelta! El fenómeno de la incorporación de las montañas y de áreas abandonadas de la tierra de Canaán en el proceso social, en verdad no es un fenómeno único en el siglo 12. Encontramos paralelos en la historia de Israel. Macabeos y Zelotes vinieron a construir movimientos comparables, cuyos reductos se situaban entre las montañas. No obstante, no necesitamos recurrir a épocas tan distantes del siglo 12 para hacer comparaciones. Al final del siglo 11 nos encontramos con u n fenómeno semejante. En este periodo ocurre, como veremos, una situación de empobrecimiento de los colonos. Sin embargo, en esta época las montañas están tomadas. Los empobrecidos son forzados a buscar nuevos refugios. ¿Dónde? En la estepa. Tanto los hombres (Jue 11,3), que se unieron a Jefté en el Desierto de Tobe (en TransJordania), como los 400 hombres "en aprietos", "endeudados" y "amargados de espíritu", que se reunieron en torno a David en el Desierto de J u d á (1 Sam 22,2), eran campesinos empobrecidos. La diferencia de estos emigrantes al final del siglo 11 con la de los emigrantes del siglo 13/12, está en que para los primeros había tierra cultivable, y para los segundos solamente estepa. Pero el fenómeno social es parecido ¡ambos tienen su origen en la agricultura, no en la estepa! .
La resistencia campesina surgió en las planicies, pero no tenían allernativas, luego de alguna revuelta volvían a caer en manos de los rehenes. Las momañas surgieron como alternativa, fueron a ellas y poco a poco se familiarizaron y ganaron identidad: se llamaron "hijos de Efrain", "hijos de...", etc.
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ios Grupos AbmMmiem
Introducción Los grupos abrahámicos pertenecen a los primeros que, al correr del segundo milenio, resistieron al tributarismo cananeo. En las tradiciones de la Sag r a d a Escritura, la estepa es un lugar importante. Eso es extraño, porque, de las estepas no proviene u n a fuerza económica significativa. Quien vive en las estepas canan e a s , apenas tie61
ne para alimentarse a sí mismo, la situación no da para constituir ejércitos y centros de poder estatal. Pero a pesar de su relativa insignificancia económica, justamente la estepa adquiere en la Biblia u n puesto significativo. La Escritura mira la historia bajo una determinada óptica en la cual las cosas débiles son significativas. El desierto es significativo, porque lo importante en la Biblia son los débiles. ¡La estepa es el escenario de Ex 16 hasta Dt 34!, ¡es la mayor parte del Pentateuco! Una de las fiestas populares más significativas del pueblo de Israel, es la Pascua, que en su origen y durante muchos siglos, fue un rito de los pastores de las estepas. Hay profetas que llegan a anunciar un retorno a las estepas (Os 2,16). Y, en el inicio del Evangelio de Marcos, la simbología del desierto es determinante; de allá viene Jesús.
patriarcas, se encuentran tan solo en uno de los sectores de la Tierra de Canaán. Todas ellas pertenecen al cinturón de estepas que circundan las tierras cultivables, en especial en el Negueb, en el Desierto de Judá y en el Valle de Jordán. Ninguna de las localidades mencionadas se sitúa en la región de bosques propiamente tal, sino exclusivamente en los sectores entre bosques (terreno de gran vegetación) y estepas. Ninguna está situada en las planicies fértiles del litoral y de Jezrael. Por lo tanto, las historias de Gen 12ss no hablan de las andanzas de los patriarcas en todo el territorio de Canaán, sino solamente en las estepas. De este dato elemental se debe deducir lo siguiente, en cuanto a la época de los patriarcas: cuando vivieron en la tierra de Canaán, las planicies aún se encontraban bajo el control de los ca-
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Las historias de Abrahán, Isaac y Jacob que se desenvuelven en la estepa, (esto no se da en la historia de José, que, por este y otros motivos, es un injerto en la historia de Jacob), son las que mejor describen la vida del semi-nómada. Con esto no estoy queriendo decir que los textos en cuestión sean reportajes históricos. ¡Por el contrario! Exactamente las narraciones de Gen 12ss llegan a nosotros a través de un largo y lento proceso de surgimiento. Fueron trasmitidas por muchos recuentos. Aún así, los actuales textos, que representan las diversas etapas finales de la gradual elaboración y fijación, tienen enclavados en sí las marcas de la vida en las estepas.
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