Guerra del Pacífico. De Antofagasta a Tarapacá.

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DE ANTOFAGASTA A

VALPARAISO SOCIEDAD

IMPRENTA

Y

LITOG

OBRAS DEL PUTOR

HISTORIA DE I

LA

torno e n

HISTORIA DE

CAMPARA DEL PERU EN 1838.-

4.O

LA

ESPEDICION LIBERTADORA DEL

FER^.-^ tomos en 4 . O

ULTIMASCAMPARAS DE LA INDEPENDENCIADEL PERU.-I torno en 4.0 CHILE I LA ARJENTINA: U N I

tornoen 8.0

DEBATE DE 55 AR0S.-

A la inolvidable memoria de mis hijos

luisa Bulnes

de

G, Huidobro

i

Manuel Bilnes,

"

/

El historiador i el fot6grafo pueden enfocar en la parte brillante del paisaje i presentar un cuadro impresionista de luz i de colorido, suprimiendo 10s detalles que lo enlazan con la materialidad del terreno que retratan o de la 6poca que recuerdan, per0 la historia presentada en esta forma, no es enseiianza porque no es la verdad. He procurado efifocar la m5,quina sobre 10s hechos i 10s hombres tales como fueron, para que la posteridad comprenda 10s tropiezos que encontr6 en su marcha en 1879 el carro de la victoria, i asi si lo que Dios no quiera, el pais vuelve a encontrarse en situacion an5,loga pueda sacar de estos sucesos las lecciones que se desprenden de ellos. Habria podido presentar a1 pfiblico un libro de lectura mas agradable, no detallando 10s hechos con una minuciosidad que en ciertas ocasiones podr5, parecer excesiva, per0 he creido que mi deber era el del labrador que apoya cada planta de vid en horcones de madera para que la penetre por todas partes el aire i el sol, i el mio apoyar cada afirmacion con las pruebas i testimonios del cas0 para que la historia, penetrada de luz tambien por todas partes, reciba despues la sancion de la posteridad.

He procedido asi, estimando que la Guerra del Pacific0 se encuentra en el period0 documental, en que es preciso establecer 10s hechos con verdad, porque aun no lo estiin. Este tom0 abraza desde las causas que produjeron la guerra hasta el combate de TarapacA; el siguiente, referirii las campafias de Tacna, Arica i Lima; el tercero, la ocupacion del PerG, las campafias de la Sierra i el Tratado de paz, esplicado 6ste a la luz de una documentacion completamente nueva. El lector encontrarii referencias a 10s papeles de Sotomayor, a 10s de Varas, de Arteaga, de Novoa, de Saavedra, de Godoi, de Canto, de Huneeus, de Vergara, de Diivila Larrain, de Baquedano, de Lagos, de VelBsquez, de Gorostiaga, etc. Una parte de esos papeles me han sido dados por algunos protagonistas, como 10s j enerales Baquedano, Canto i Gorostiaga: 10s demas por 10s descendientes de aquellos meritorios apellidos. Me hago un deber de hacer p~blicos mis agradecimientos a todos 10s que han facilitado mi tarea procuriindome la preciosa documentacion que sirve de cimiento a este trabajo. Esas personas son: don Rafael Sotomayor hijo; la distinguida esposa de don Justo Arteaga Alemparte; don Manuel H. Maturana; don Jovino Novoa, hijo; don Ignacio Saavedra; don Santiago Godoi; don Antonio Huneeus; jeneral don Salvador Vergara; don Luis Diivila Larrain; don Dagoberto Lagos; don Luis VelAsquez, etc. Debo tambien recordar a1 Senado, el que haciendo una escepcion en mi favor, tom6 el acuerdo de autorizarme para

IX

utilizar una coleccion de papeles secretos sobre la guerra, que existe en su archivo i que hasta ahora son desconocidos. Este libro me ha enseiiado que el amor de la Patria es un sentimiento que se debe cultivar hasta por egoismo. Estudiado i escrito en medio de terribles sufrimientos morales que mi dkbil naturaleza creia insuperables, he encontrado alivio en la esperama de que mi pais aprovecharA este trabajo ya que recordarle sus glorias es hacerle un llamamiento a sus deberes. ZSer6 ilusion pensar que el que lo lea se sentirk mas obligado que Antes a mantener el prestijio de la Repfiblica en el rango en que lo coloc6 la jeneracion de 1879?

Relaciones de Chile i Bolivia antes de 18 19. I.-Relaciones anteriores a 1863. 11.-Tratado de 1866. 111.-Convenio Lindsay-Corral de 1872. 1V.-Espedicion de Quevedo. V.-Tratado de 1874. VI.-Concesiones de la Compafiia de Salitres de Anto

BIBLfOTECA N ACIOBA BIBLIOTECA AMERICA.NA

“JOSt TORlBlO MEDIMA”

I. Cuando 10s pueblos americanos se emanciparon de Espafia, sus limites territoriales no estaban bien determinados. La metr6poli no habia tenido interes politico en fijar 10s lindercs de las secciones que formaban su imperio colonial, sino en la parte en que limitaban con el Portugal porque esas divisiones eran para ella administrativas e internas. A lo mas se habia cuidado de deslindar la jurisdiccion de sus autoridades para evitar competencias i desacuerdos, per0 aun eso mismo le era dificil por el atraso de la jeografia americana en territorios inesplorados. I como mas tarde cada una de estas secciones form6 una Replltblica independiente surjieron 10s pleitos de deslindes a medida que 10s territorrios fronterizos adquirian importancia.

1810

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Las nuevas Repfiblicas adoptaron como principio comun de demarcacion de las fronteras el limite administrativo que tenian en el momento de su separacion de Espafia. Est0 se llam6 el uti possidetis de 1810,f6rmula ideada, en mucha parte, para impedir que las naciones europeas pretendiesen poner pi6 en AmQica, alegando que entre una heredad i otra habia terrenos vacantes susceptibles de ser ocupados a titulo de i’es nullius. El uti Possidetis de 1810fu6 el principio juridic0 de la demarcacion territorial de 10s Estados americanos entre si. El gobierno de Bidnes tiene el mQito de haber procurado establecer 10s limites de la Repfiblica en el norte i sur, anticiphdose a todos 10s demas de AmQica, preparando asi con rara prevision a la raza chilena del porvenir, un terreno adecuado a sus anhelos de trabajo i de espansion. - En el espacio de un afio, entre 1842 i 1843,fij6 1842 el limite setentrional del pais en el paralelo de Mejillones i en el sur en el Estrecho de Magallanes fundando una colonia que se denomin6 ent6nces Fuerte BGlnes, hoi Punta Arenas. Lo del Estrecho es ajeno a este libro. Solo le incumbe lo que se refiere a1 domini0 setentrional, a Mejillones, por haber sido el punto de arranque de la cuestion de limites entre Chile i Bolivia, la semilla de la cruenta i prolongada lucha que? me propongo referir. \ En 1842 se descubrieron en el Perti grandes dep6sitos de huano, i aunque entijnces no podia preveerse la enorme importancia que ese fertilizante lleg6 a adquirir para la fortuna pfiblica de este pais,

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se sabia ya lo suficiente para apreciarlo como fuente de riqueza fiscal. El Gobierno de Chile envi6 una comision a esplorar las costas del norte del pais hasta el paralelo de Mejillones con el objeto de reconocer si existian en ellas dep6sitos an5logos. El informe fu6 poco favorable. El huano encontrado ni era abundante ni de subida lei. Sin embargo, B6lnes tom6 pi6 de ese reconocimiento para enviar un Mensaj e a1 Congreso proponi6ndole un proyecto de lei que declaraba 10s huanos situados a1 sur del paralelo 230 de latitud meridional propiedad de la Repfiblica, fiov estav dentvo de 10s &mites de su t evritorio. El mensaje decia asi: Konciudadanos del Senado i de la CBmara de Diputados. Reconocida en Europa la utilidad de la sustancia denominada huano, que desde tiempo inmemorial se usa como abono para la labranza de tierras en la costa del Perti, juzgu4 necesario mandar una comision esploradora a examinar el litoral comprendido entre el puerto de Coquimbo i el morro de Mejillones con el fin de descubrir si en el territorio de la Reptiblica existian algunas huaneras cuyo beneficio pudiera proporcionar un ram0 nuevo de ingreso a la hacienda ptiblica, i aunque el resultado de la espedicion no correspondi6 plenamente a las esperanzas que se habian concebido, sin embargo desde 10s 290 35” hasta 10s 230 6’ de latitud sur se ha116 huano en diez i seis puntos de la costa e islas inmediatas, con mas o m h o s abundancia, segun la naturaleza de las localidades en que existen estos dep6sitos. ctMui distante de presumir. despues del reconocimiento practicado, que las ’huaneras de Chile tengan la importancia atribuida a las del Per& me inclino a creer serB cornparativamente corto el beneficio que puedan rendir, per0 no por esto mereceria disculpa que se dejare libre su esplotacion en favor del comercio estranjero, privando a1 erario nacional de un recurso que sin gravBmen del pueblo serviria de fondo

hfejillones 1imiteNorte.

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subsidiario para atender a tantos objetos de utilidad comun que reclaman una eficaz protection.))

Lei de 10s huonos.

Este importante documento lleva las firmas del Presidente don Manuel B6lnes i del Ministro de Hacienda don Manuel Renjifo. Ambas C5maras aprobaron por unanimidad lo que indicaba este Mensaje, i el proyecto se promulg6 como lei en octubre de 1842. Bajo la forma de una medida de hacienda quedaba sancionado por el Ejecutivo i el Congreso que el limite norte de la Replltblica era la bahia de Mejillones. La lei disponia que 10s huanos situados a1 sur de ese paralelo eran propiedad nacional; que caeria en comiso todo buque que cargara huano sin permiso del Gobierno de Chile, i que el Presidente podria gravar su esportacion con un derecho de aduana. Bolivia protest6 alegando que su limite austral no era el grado 230 de latitud como lo declaraban 10s poderes phblicos de Chile sino el 260. La diverjencia abarcaba tres grados jeogr5ficos i la cuestion jir6 alrededor de esos tres grados desde 1842, en que se plante6, hasta 1866, en que fu6 firmado un tratado con el cual se crey6 solucionarla. El articulo 2.0 de la referida lei disponia: ((Todo buque nacional o estranjero que sin permiso del Gobierno de Chile sacare huano de cualquiera de 10s puntos comprendidos en l a demarcacion que designa el articulo anterior, caera en comiso con la carga que se hallare a su bordo.))

Desde ese dia fueron frecuentes 10s conflictos de jurisdiccion entre las autoridades chilenas i bolivianas. Bolivia adquiri6 un pequeiio barco, el Jeneral Sucre para vijilar sus costas e impedir que se cargare huano con autorizacion de Chile en 10s

TARAPACA 15 tres grados j eogr5ficos-del 230 a1 260-que reclamaba como suyos, el que apres6 en Mejillones a1 Rumenia, de la matricula de Chile, i lo condujo a Cobija. Durante la administracion Btilnes estos hechos se repitieron. En 1846 la Janequeo, de nuestra 1846 marina de guerra, llev6 jente a Angamos a establecer una esplotacion industrial, con lo cual afirmaba mas el domini0 de la Reptiblica en ese territorio. Bolivia protest6 de nuevo. El aiio siguiente un buque chileno, el Mavtina, embarc6 huano en Mejillones. La autoridad admi- ' nistrativa de Cobija le orden6 hacerse a la mar, lo que el capitan desobedeci6, i como se formulase con este motivo una reclamacion diplom&tica, el Ministro de Relaciones Esteriores don Manuel Camilo Vial decia en su respuesta: ((El bergantin Martinu ha hecho la esplotacion de huano en el territorio de la Reptiblica de Chile, i por consiguiente las personas que estaban a su bordo obraron lejitimamente en resistirse a 10s requerimientos que se les hicieron a nombre de la autoridad ptiblica de Cobija.)) Poco despues una compa6ia comercial constituida Conflictos. en Chile inici6 trabajos de esplotacion de huano en Mejillones, i habiendo querido impedirselo la autoridad boliviana obtuvo el amparo del Gobierno de Chile. Los Presidentes don Manuel Montt i don Jos6 Joaquin P6rez siguieron el camino que les trazara la administracion Btilnes. En 1857 la Esmevalda, mandada por el Capitan don Jos6 Anacleto Gofii, apres6 en Mejillones un buque huanero el SPoYtsman, i lo condujo a Caldera, i por fin el Capitan WiDE ANTOFAGASTA A

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Esfuerzos diplomhticos.

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lliams Rebolledo, durante el gobierno de Pkrez, desbarat6 una esplotacion de huano en el mismo sitio, que hacia con permiso de Bolivia el brasilero don Pedro Lopez Gama. Mikntras ocurrian en la costa norte estos graves conflictos de jurisdiccion iban i venian entre Ambos paises misiones diplomAticas que debatian la cuestion de domini0 de 10s tres grados disputados, colocAndose en el terreno histhrico, est0 es, saber si Espafia habia confiado la administracion de ese territorio a las autoridades de Charcas o a las de la Capitania Jeneral de Chile. Se rejistraron 10s archivos coloniales; se amontonaron pruebas i contrapruebas sobresaliendo entre estos trabajos 10s del chileno don Miguel Luis AmunAtegui i 10s del boliviano don Jos6 Maria SantibAfiez. Los esfuerzos diplomaticos fueron infructuosos. En 10s veinte afios trascurridos del 42 a1 62 hicieron inhtiles tentativas conciliatorias don Josk Joaquin Vallejo, el afamado escritor que firmaba con el seudhimo de Jotabeche, i don Francisco Javier Ovalle; i en Santiago, donde estaba radicado el debate, el orador i publicista boliviano don Casimiro Olafieta, don Manuel Macedonio Salinas i el historiador ya nombrado don Jos6 Maria SantibAfiez. Esta situacion no podia prolongarse. Cada dia se hacia mas aguda por el mayor interes que despertaba el huano en vista del incremento que daba el de las Chinchas a la riqueza del Perk La controversia hizo crisis en 1863. El Congreso boliviano facult6 en secret0 a1 Ejecutivo para declarar la guerra a Chile.

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11.

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Cuando 10s Animos estaban mas exaltados sobrevino una situacion inesperada que modific6 la politics de 10s pueblos del PAcifico; la guerra de Espaiia a1 Perh i la reivindicacion que pretendi6 hacer de las islas de Chinchas. Los gabinetes del Pacific0 se alarmaron, i Chile, Bolivia i el Ecuador hicieron propia la causa del P e r k Una corriente de fraternidad sop16 sobre las cancillerias. Se consideraron 1S65 secundarias las diverj encias anteriores en' presencia de la actitud de la ex-metr6poli que, ajuicio de 10s defensores i ap6stoles de la Union Americana, aspiraba a la reconquista de sus antiguos dominios i 10s provocaba a una segunda guerra de independencia. El sentimiento inspirador de esta politica era Union jeneroso, no prkctico. Espaiia no estaba en situa- amer'cana* cion de intentar una empresa que excedia con mucho a sus recursos per0 10s pueblos tienen ofuscamientos incontenibles, i Chile sin tomar en cuenta sino la posibilidad de aquel remoto peligro se lanz6 a una guerra que le cost6 grandes sacrificios. El primer efecto de la nueva corriente internacional en Bolivia i Chile fu6 procurar la terminacion de la cuestion de 10s huanos, que formaba una sola con la de limites. Bolivia torn6 la iniciativa. Las relaciones interrumpidas se reanudaron. Chile acredit6 como Ministro en La Paz a don Aniceto Vergara Albano, i Bolivia invisti6 con el mismo cargo en Santiago a don Juan R. Muiioz Cabrera. (2)

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1S(X

Trntndodc 1866.

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Era ent6nces 'Presidente de Bolivia el j eneral don Mariano Melgarejo, caudillo militar que se habia impuesto por las armas, derrocando a1 Presidente anterior, procedimiento sancionado por el us0 en aquel pais, donde hasta ent6nces la trasmision del mando se habia hecho siempre por la via regular de 10s pronunciamientos de cuartel. Melgarejo estrem6 las manifestaciones de alegria por la reanudacion de las relaciones con Chile, i le propuso un arreglo de las cuestiones pendientes, que fu6 aceptado con lij erisimas modificacionesLa proposicion del Gobierno de Bolivia fu6 el Tratado de 1866. Este Tratado dispone: a ) El limite internacional serA en adelante el paralelo 240, el que fijariin en el terreno, tcpor medio de sefiales visibles i permanenteso ((desdeel Pacific0 hasta 10s limites orientales de Chile)), peritos designados por iimbos paises. b) No obstante la declaracion anterior, se partiriin por mitad entre Chile i Bolivia 10s derechos de esportacion que paguen el huano i 10s minevales de la zona comprendida entre el paralelo 230 por el norte i el 250 por el sur. c) Para este efecto Bolivia habilitarA una aduana en Mejillones la que ser&((lazhzica))que pueda percibir esos derechos de esportacion sobre el huano i ((metales))de la zona mencionada. Chile tendrii la facultad de nombrar empleados fiscales que intervengan en* la contabilidad de esa adualza &westidos de 24% perfecto deftecho de vijilancia.)) Bolivia tendrii igual prerrogativa si Chile establece alguna oficina fiscal en el paralelo 240.

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d ) Todo lo que se esporte del terreno comprendido entre el 230 a1 250, escepcion hecha del huano i minerales, quedarh libre de impuesto, como lo estariin tambien 10s.productos naturales de Chile que se introduzcan por Mejillones, e ) Se adoptarh de comun acuerdo por 10s gobiernos el sistema de esplotacion i venta del huano, i se requiere tambien ese acuerdo pava deteivniizav ((10s devechos de esportaciovl sobve 10s miutevales.,) f ) Chile i Bolivia se obligan a preferirse en cas0 de enajenacion de 10s territorios materia de este convenio i a no cederlos a ninguna nacion, sociedad o particular. g) Se abonariin 80,000 pesos saciindolos del 10% del product0 de Rilejillones a 10s concesionarios de Bolivia en la esplotacion del huano, cuyos trabajos fueron suspendidos por el Gobierno de Chile. He subrayado las estipulaciones que provocaron may ores dificult ades . Voi a examinarlas en el &-den en que aparecen en el Tratado. a ) La fijacion del deslinde internacional se haria desde el mar hasta 10s limites orientales de Chile con sefiales visibles i permanentes. La falta de precision en la frase dimites orientales de Chile)) provenia de que se estimaba entre nosotros como principio inconcuso, que el limite oriental del pais era en toda la estension de la frontera la Rephblica Arjentina. Por consiguiente el papel de 10s peritos seria demarcar el paralelo desde este punto hasta el Pacifico. No dice el Tratado si ese trabajo necesitaba para tener el carActer de definitivo la aprobacion de 10s

Exainen dci Tratado.

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La linea Oriental.

La medialieria.

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gobiernos. Implicitamente no lo exije porque es’ contrario a la esencia de una operacion pericial el requerir la aprobacion de un tercer0 cuando 10s peritos esthn de acuerdo. Los autores del Tratado le dieron esa intelijencia a1 disponer que la linea se marcaria con sefiales permnnentes lo que se opone a la idea de una demarcacion inconclusa o provisional. El Gobierno de Chile entendi6 que el acta de 10s peritos no necesitaba su aprobacion si procedian en acuerdo. I asi, cuando 10s comisionados de hmbos paises don Amadeo Pissis por parte de Chile i el coronel don Mariano Mujia por Bolivia, presentaron su trazado a las Cancillerias, hmbas guardaron silencio, con lo cual se consider6 ese levantamiento sancionado definitivamente. Per0 h a b i h dose descubierto, algun tiempo despues, el mineral de Caracoles, sobre cuya ubicacion internacional influia la linea oriental del trazado de PissisMujia, dejhndola en la zona jurisdiccional comun, Bolivia prete.ndi6 que aquel trazado no tenia valor por no haber sido aprobado por un decreto, i propus0 una linea oriental nueva, calculada para dejar Caracoles en el territorio de su esclusivo dominio, lo que le permitiria a ella percibir integramente el impuesto que pagaren 10s minerales i no dividirlo con Chile. Este punto fu6 estensamente debatido. b ) El articulo segundo crea el rkjimen de medianeria para la zona comprendida entre el grado 230 por el norte i el 250 por el sur, el que consistia en la subdivision por mitad entre Ambos paises de todos 10s impuestos que se percibiesen por el huano i 10s

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;Minerales o metales?

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,via no tendrh obligacion de habilitar otra aduana sometida a la fiscalizacion chilena sino de Mejillones. La misma clhusula reglamenta la medianeria creada en el articulo anterior, autorizando a Chile para nombrar empleados en Mejillones que vijilen la correccion de la administracion boliviana i perciban para 61 la mitad de las entradas. Por fin dispone que 10s metales o minerales, tbrminos que el Tratado hace sinbnimos, provenientes de la zona comun, paguen un derecho fijado de comun acuerdo por Chile i Bolivia. Todo anduvo bien respecto del primer punto mi6ntras no se descubri6 salitre en el teritorio medianero, per0 hecho el descubrimiento cerca de Antofagasta, la necesidad comercial oblig6 a Bolivia a habilitar este puerto. Surji6 ent6nces la exijencia de Chile de estender el derecho de fiscalizacion a la aduana de Antofagasta, lugar por donde se embarcaban 10s minerales afectos a1 pago de derechos. Bolivia resisti6 apoyhdose en la redaccion literal del articulo 3.0 del Tratado i sus alegaciones eran impugnadas por Chile sosteniendo que sus derechos de fiscalizacion serian anulados, si no se ejercian sobre todas las aduanas en que satisfacieren el impuesto de esportacion 10s minerales de la zona comun. No fueron menores 10s desacuerdos que orijin6 la intervencion aduanera, porque trathndose de bienes en comun, esa fiscalizacion se estiende de suyo a todos 10s actos que puedan influir en el rendimiento de la misma aduana. El descubrimiento de salitre en diversas partes del territorio orijin6 un debate de cancillerias sobre el sentido i alcance de la palabra minerales o meta-

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les. ZDebian entenderse por minerales solo las sus tancias metaliferas, o tambien las inorghicas, como el~salitre,el b6rax, el azufre, el yodo? d ) El derecho de esportacion de 10s minerales d e la zona comun debia ser determinado de acuerdo entre Chile i Bolivia. La limitacion que est0 implicaba para Bolivia coartaba su libertad de lejislar sobre este punto sin consentimiento de Chile, lo que orijin6 protestas ruidosas de su parte que agriaron las relaciones diplom&ticas i pusieron a 'Ambos paises a1 borde de la guerra. Las demas clAusulas no provocaron dificultades. En Bolivia se ha considerado este Tratado como obra de Chile, soplado a1 oido del Jeneral Melgarejo por una diplomacia artera, que abusaba de la ignorancia de este caudillo. Per0 si bien se le mira, no era desfavorable a Bolivia, dada la situacion que le habian creado 10s sucesos referidos en el p&rrafo anterior. Con 61 obtuvo que Chile retirase su deslinde internacional del grado 230 a1 240 contradiciendo la politica invariable de sus gobiernos i que le reconociese la mitad de 10s huanos que la lei del afio 42 habia declarado propiedad nacional. La parte mas grave de este documento era su cargcter conditional porque si bien esta palabra no se encuentra en 61, fluye de todas sus disposiciones. Si Chile reconocia a Bolivia la propiedad de una parte del territorio disputado, era en el concept0 de que Bolivia cumpliese lo referente a 10s huanos i minerales. Si 6sta no aceptaba interventores en las aduanas, o no integraba 10s fondos que le producian 10s derechos de esportacion, el Tratado era violado i virtualmente desaparecia. Lo mismo

Carictercondicional.

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ocurriria si Chile negaba a Bolivia iguales prerrogativas en la seccion territorial que el Tratado declaraba ser propiedad suya. Cada dificultad suscitaba una cuestion de soberania, porque el pais perjudicado podia alegar que no habihdose cumplido lo pactado que constituia una concesion, 61 retrotraia su derecho territorial a la situacion que tenia a1 firmarlo. Antes de mucho tiempo, Bmbos paises estaban descontentos del Tratado. Bolivia inspirBndose en 10s alegatos hist6ricos de sus publicistas lo apreciaba como una concesion graciosa de una parte de su territorio, arrancada a la ignorancia de un caudillo que supeditaba la voluntad nacional. Chile, con igual convencimiento, creia haber regalado terreno indiscutiblemente propio, sin obtener la solucion pacifica que buscaba a1 suscribirlo. ~ e ~ g a r e j o p i c ~ eEn efecto, el tratado no resolvia nada, dejaba a Chile ccupe todo pendiente, i abria la puerta a dificultades el mayores que las que tuvo en vista resolver. Se ha dicho que el pensamiento que inspir6 a 10s negociadores chilenos a celebrar este Tratado fu6 preparar una celada para apodkrarse del litoral, lo que se supone que era desde ent6nces una idea fija de nuestra politica, per0 si Chile hubiera tenido eso en vista en 1866, Bolivia le proporcion6 el medio de realizarlo. El Jeneral Melgarejo solicit6 de nues tra cancilleria que guarneciese con tropas chilenas el puerto de mas importancia del litoral, invocando como razon la desconfianza que le inspiraban 10s soldados de su pais. (I) '

(I) He aqui algunos antecedentes sobre este hecho que hasta hoi es desconocido.

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2.5

Melgarejo fu6 derrocado por una revuelta militar i el sbquito que acompafia a 10s vencedores abri6 una campafia de desprestijio contra su administracion. El Congreso dict6 una lei declarando nulos todos 10s actos del Gobierno anterior. Esa declaracion habria permitido a Chile reocupar el puerto de Mejillones i el territorio situado a1 sur del 230, per0 en vez de hacerlo busc6 un nuevo temperamento de conciliacion. Vergara Albano ministro en La Paz escribia a Santiago el 15 de junio de 1866:,sAycr me ha llamado el Jeneral Melgarejo para pedir por mi conduct0 a1 gobierno de Chile que le envie una guarnicion de cincuenta soldados chilenos con sus respectivos oficiales que resida en Cobija i est6 sometida a las inmediatas ordenes del Prefecto jeneral de aquel departamento ...El Jeneral Melgarejo tiene mui graves motivos para no enviar fuerzas de Bolivia a aquel punto, 1 como tiene suma confianza en la disciplina, moralidad i decision de las tropas de Chile, prefiere que el puerto de Cobija i 524s caletas inwediatas Sean defendidas por una guarnicion chi1ena.n El Presidente de Chile don Jose Joaquin Pkrez acoji6 la peticion de Melgarejo i le escribi6 particularmente en este sentido. (Nota de Vergara Albano. La Paz, julio I6 de 1866). A consecuencia de est0 el gobierno boliviano aunient6 su pedido de tropa i oficiales a cien hombres en vez de cincuenta i di6 las 6rdenes para que se les recibiera en Cobija. Cuando parecia estar todo listo para que partieran 10s soldados a1 litoral boliviano, el ministro de Boli,via en Santiago hizo objeciones a la medida i ocurrib a1 temperamento dilatorio de decir que esperaba que el Prefecto de Cobija (con quien procedia de acuerdo) tuviese tiempo de construir cuarteles para recibir la nueva guarnicion. Asi lo manifiestan 10s siguientes documentos: tEl gobierno de Chile a1Ministro en La Paz, 2 de agosto de 1866. Hemos suspendido el envio de una guarnicion chilena a Cobija, no obstante lo que Ud. me dice a este respecto, en vista de ciertas indicaciones que me ha hecho el Ministro Plenipotenciario de Bolivia. Cree el seiior Muiioz que el asunto es delicado i meha afiadido que el Prefecto de Cobija participa de su opinion segun comunicaciones que de 61 ha recibido.

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111. --

He resumido lijeramente en el pArrafo anterior 10s rasgos principales de la aspera controversia que mantenia en tirantez i mal avenidas a las cancillerias de Chile i Bolivia para hacer comprensible la solucion diplomatica que se conoce con el nombre de Konvenio Lyndsay-Corral.)) La pequefiez de 10s cargos contribuia a enardecer 10s himos. Una diverjencia sobre un asunto de gran entidad despierta entusiasmos i pasiones: la guerra de alfilerazos exaspera e irrita. En Bolivia Rifirikndose a1 mismo punto el gobierno de Chile escribia a su ajente en La Paz: q 1 . 0 de setiembre de 1866.-Respecto de la solicitud del Excmo. sefior Presidente de la Repdblica de Bolivia de que se manden cien hombres del ejkrcito chileno de guarnicion a Cobija, puede US. hacerle presente que este gobierno est&pronto a acceder a sus deseos, per0 que habihdomemanifestado el sefior don Mariano Donato Mufioz que se van a disponer primer0 en Cobija cuarteles para su alojamiento, el envio de la espresada tropa queda diferido hasta recibir aviso del gobierno o legacion bo1iviana.n {(Respecto de la guarnicion chilena para Cobija, replicaba Vergara Albano, he manifestado a1 Presidente de esta Rep6blica que se habia suspendido su envio a causa de ciertas indicaciones que hizo a US. el Rlinistro Plenipotenciario de Bolivia. (e)

Obtenida, como va lo estaba, la aceptacion de 10s Gobiernos a1 Tratado secret0 de alianza no faltaba sino darle forma i 10s Plenipotenciarios nombrados ad hoc por Bolivia i el Perh suscribieron sin dificultad el 6 de febrero de 1873 el pacto que di6 orijen a la guerra del Pacifico. Cuando se di6 a luz este documento en 1879, opiniones mui autorizadas manifectaron dudas que el testo publicado fuera copia fie1 del oriiinal porque no aparecia el nombre de Chile, pero'hai pruebas decisivas de que no se tuvo en vista sin0 a 151. Una de ellas es el Acta suscrita en Lima el 19 de noviembre por Pardo i su gabinete, la nota que acabo de copiar, i muchas otras declaraciones del Gobierno peruano que aparecerhn en esta (2) Nota reservada de Riva Agiiero a Novoa, de bre de 1872. (Papelds de Godoi).

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de noviem-

D E ANTOFAGSSTA A TARAPACA

65

relacion. El tratado publicado en 1879 es el mismo que estipularon 10s gobiernos en 1873. (3) El testo delTratado secreto es 6ste: aLas rep6blicas de Bolivia i del Perli, deseosas de estrechar