Geografia Una Sintesis Moderna

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GEOGRAFIA Una síntesis m oderna PETER HAGGETT Uníversity of BristoJ

Edición española revisada por: M A R AVILLA S NÁJAR Profesora de! Departam ento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona

G R A ZIA N A RA M AZZINI Profesora del Departam ento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona

|

EDICIONES OMEGA, S. A. Plato, 26 - 08006 Barcelona

L a e d i c i ó n o ri gin a l de e s t a o b r a h a sido p u b l i c a d a en ing lés p o r H a r p e r & R o w , P u b l i s h e r s , I n c . , N ew Y o r k , c o n el título:

GEOGRAPHY: A Modern Synihesis R ev ised T h ird Ed ition.

T r a d u c i d o por

R osa M ." F errer

Proced encia de las ilustraciones que inician cada capítulo: 1 L e o de W y s I n c . ; 2 © H e r w i g , 19 80, S t o c k , B o s t o n ; 3 L o r d , L e o de W y s I n c . ; 4 N A S A ; 5 S c h n e i d e r s , L e o de W y s I n c . ; 6 U P I ; 7 B u r n e t t , L e o de W ys I n c . ; 8 E r i c K r o l l , T a u r u s P hotos; 9 © B r a c k , 1982, Black Star; lO T h e A nacond a C om pany; t i G alew ood M agnum ; 1 2 © L e j e u n e , S t o c k , B o s t o n ; 13 L e o n a r d L e e R u é I I I , D P I ; 14 N A S A ; 15 F r a n k e n , S t o c k , B o s t o n ; 16 B a y e r , M o n k m e y e r ; 1 7 © G a r d n e r , S t o c k , B o s t o n ; 18 F l y in g C a m e r a , I n c . ; 19 B e c k w i t h S t u d i o s ; 2 0 © 1980, S c h u l k e , B l a c k S t a r ; 21 U n i t e d N a t i o n s ; 2 2 A t l a n , S y g m a ; 23 N A S A ; 24 © Hrynewych, Stock, B o sto n ; 25 D u n n, D P I. L o s m a p a s de la s e c c i ó n del atl a s son c o r t e s í a de R a n d M c N a l ly & C o .

Prim era reimpresión 1994

Q u e d a n r ig u ro sa m e n te p ro h ib idas, sin la a u t o r i z a c ió n escrita de los tit ulares del « C o p y r i g h t » , b a j o las s a n c i o n e s e st a b le cid a s en las leyes, la r e p ro d u c ció n tot al o parci al de esta o b r a p o r c u a l q u i e r m e d io o pro c ed im ie nto, c o m p r e n d i d o s la re p ro gr afí a y el t r a ta m i e n to i n f o r m á ti c o , y la d ist ri b u c i ó n de e je m p l a re s de ella m e d i a n te a lq u iler o p ré sta m o pú blic os, asi c o m o la e x p o r t a c i ó n e i m p o r t a c i ó n de es o s e je m p la re s p a ra su d is t ri b u c i ó n en venta, fu er a del á m b i t o de la C o m u n i d a d E c o n ó m i c a E u r o p e a . P u b l i c a d o p o r a c u e r d o c on H a r p e r & Row, P u b lis h e rs, Inc., New Yo rk, N.Y., U .S.A .

© ©

1983 P ete r H a g g e tt y para la ed ici ón e s p a ñ o l a 199 4 E d i c i o n e s O m e g a , S. A ., B a r c e l o n a

ISBN 84-282-0786-0 D e p ó s i to Le gal. B. 2 3 5 4 7 - 9 4 P r i n t e d in S p a i n E G S - R o sa rio , 2 - B a r c e l o n a

índice de materias Presentación

XI

Prólogo a la edición española Prefacio

XV

Agradecimientos Al alumno

Xltl

XXI

XXIII

Algunos conceptos básicos 1 Capítulo 1 En la playa 3 1-1

Una playa concurrida

4

1-2

Espacio y tiempo en la playa 7

1-3

La gente y el medio ambiente dela playa

1-4

La playa en el enfoque mundial 17

1-5

Modelos en geografía

20

13

Capítulo 2 El mundo más allá de la playa 29 2-1 ¿La Tierra es plana o redonda7 2-2 Localización en el mapa

30

32

2-3 Localización en el globo terráqueo 2-4 Localización desde el aire

37

40

El desafío del medio ambiente 47 Capítulo 3 Los ambientes como ecosistemas 49 3-1

La naturaleza del desafío

50

3-2

Sistemas y feedback

3-3

Productividad del ecosistema

54 66

Capítulo 4 El medio ambiente mundial 71 4-1

Mapa de la productividad del planeta

4-2

Claves mundiales para el mapa

4-3

Claves continentales para el mapa

4-4

Principales regiones ambientales

72

76 83 88

Capítulo 5 Cambios ambientales 99 5-1

Variaciones a largo plazo

100

5-2

Ciclos y sucesiones

5-3

Movimientos y cambios a corto plazo

106 111

Capítulo 6 Incertidumbres y riesgos 121 6-1

Misterios a medio plazo

122

6-2

Cambios climáticos bruscos

6-3

Acontecimientos geofísicos extremos

6-4

El medio ambiente como riesgo

127 130

137

La respuesta ecológica humana 145 Capítulo 7 La población humana 147 7-1

La dinámica del crecimiento de la población

148

7-2

Controles ecológicos al crecimiento

153

7-3

Historia del crecimiento de la población mundial

163

Capítulo 8 Presiones sobre el ecosistema 175 8-1

La intervención: ¿positiva o negativa?

176

8-2 Intervención humana en densidades bajas

180

8-3 Intervención humana en densidades medias

184

8-4 Intervención humana en densidades altas

190

8-5 Contaminación y ecosistemas

194

Capítulo 9 Recursos y conservación 203 9-1

La naturaleza de los recursos naturales

9-2

¿Son limitadas las reservas? El dilema de los recursos no renovables

9-3

208

Rendimientos sostenidos: el problema de los recursos renovables

9-4

204

217

La conservación de los recursos naturales

228

Capítulo 10 Nuestro rol en el cambio de la faz de la Tierra 233 10-1

Dificultades en la interpretación

234

10-2

Magnitud de los cambios en los paisajes del pasado

10-3

La controversia hombre-medio ambiente

240

245

Mosaicos regionales 253 Capítulo 11 Fisión cultural: hacia una divergencia regional 255 11-1

La cultura como indicador regional

11 -2 Geografía de las lenguas

256

259

11-3 Geografía de las creencias

265

11-4 La naturaleza de las regiones culturales

Capítulo 12 Regiones culturales del mundo: el mosaico resultante 281 12-1

La cuestión de los orígenes

282

12-2 La cuestión de la propagación

291

12-3 La cuestión de la persistencia

301

269

Capítulo 13 Difusión espacial: hacia una convergencia regional 311 13-1

La naturaleza de la difusión espacial

313

13-2

Et modelo básico de Hágerstrand

13-3

Modificación del modelo de Hágerstrand

13-4

Estudios de difusión regional

317 321

326

CUARTA PARTE Jerarquías regionales 335 Capítulo 14 Urbanización 337 14-1

Urbanización mundial

338

14-2

Dinámica de la urbanización

14-3

Implosión urbana sobre un área extensa

14-4

Explosión urbana sobre un área reducida

14-5

Urbanización en Estados Unidos

14-6

Límites del crecimiento urbano

340 348 354

360 364

Capítulo 15 Redes y jerarquías urbanas 369 15-1

Definición de los asentamientos urbanos

15-2

Asentamientos como redes

15-3

El modelo de los lugares centrales Christaller

15-4

Extensiones del modelo de Christaller

15-5

Alternativas y aplicaciones

370

374 378

385

388

Capítulo 16 Mundos en el interior de la ciudad 395 16-1

Modelos espaciales en el interior de laciudad occidental

16-2

Imagen de la ciudad occidental

403

16-3

Comparaciones entre ciudades

408

16-4

La ciudad como área problemática

396

417

Capítulo 17 Mundos más allá de la ciudad, I: zonas agrícolas y centros industriales 427 17-1

Thünen y la distribución en zonas del uso del suelo

17-2

Weber y la localización industrial

17-3

Complejidades del espacio

448

438

428

Capítulo 18 Mundos más allá de la ciudad, II: movimientos y trayectorias 453 18-1

Newton y los flujos interurbanos

454

18-2

Kohl y las redes interurbanas

18-3

La región urbana como una unidad ecológica

462 470

Tensiones interregionales 475 Capítulo 19 Territorio y conflicto 477 19-1

Conceptos de territorialidad

478

19-2

Los estados como regiones políticas

19-3

Conflicto entre estados

484

489

Capítulo 20 Coalición y división 499 20-1

Las coaliciones en el espacio

500

20-2

Aguas territoriales y oceánicas

20-3

Divisiones dentro de los estados

506 511

Capítulo 21 Desigualdades entre estados 523 21-1

Modelos mundiales de desigualdad

524

21 -2

Aspectos espaciales del desarrollo económico

21-3

¿Convergencia o divergencia?

532

538

Capítulo 22 Desigualdad dentro de un estado: el bienestar proviene de la planificación regional 545 22-1

Desigualdades espaciales y bienestar

22-2

Intervención a nivel regional

22-3

Problemas de planificación local

22-4

Multinacionales y estado corporativo

546

552 561 570

EPÍLOGO Tarea futura 579 Capítulo 23 Fronteras en el espacio 581 23-1

Percepción remota ambiental

582

23-2

Control del cambio ambiental

587

23-3

Representación cartográfica del espacio geográfico

Capítulo 24 Fronteras en el tiempo 603 24-1

Algunos principios de la predicción

604

24-2

Predicciones a corto plazo

24-3

Escenarios y especulaciones a largo plazo

24-4

Predicciones y geografía

606 614

619

Capítulo 25 Siguiendo adelante en geografía 625 25-1

El legado del pasado

25-2

La estructura actual

25-3

Perspectiva futura

626 633

641

Apéndice A Constantes de conversión 649 Apéndice B Uso del libro en cursos de introducción 651 índice alfabético 655

Presentación Geografía: una síntesis moderna es una obra ampliamente reconocida en la actualidad, con un título adecuado para un importante texto, obra de un prestigioso autor. Cuando apareció por primera vez, recibió atención inmediata, puesto que Peter Haggett era ya ampliamente conocido por la reputación ganada a través de estimulantes trabajos intelectuales y, tras un cuidadoso examen, fue acogida como un trabajo fresco y creativo. En la actualidad, transcurridos ya seis años, su utilización en el mundo de habla inglesa es testimonio del éxito conseguido en las aulas, como una estimulante introducción a una especialidad compleja y dinámica. El éxito y la importancia de este libro se relacionan directamente con los principales desarrollos realizados en el campo de la especialidad geográfica. Durante los últimos veinticinco años, la geografía, como muchas otras especialidades, ha

experimentado un período de examen y cambio intensivo. Las nuevas herramientas, los nuevos métodos, los nuevos conceptos y las nuevas relaciones interdisciplinarias han producido algunas alteraciones importantes en cuanto a puntos de vista y enfoques e, inevitablemente, un cierto enfrentamiento en cuanto se refiere a su carácter, estructura y objeto. Tal período genera una necesidad de publicación de nuevos trabajos de carácter general que puedan ayudar a colocar estas materias en sus coordenadas adecuadas, relacionándolas con los grandes temas de investigación geográfica, y proporcionar, de nuevo, una coherencia operativa a esta especialidad; en resumen, plantear la necesidad de efectuar una nueva síntesis.

Geografía: una síntesis moderna

se publicó por vez primera en un momento crítico, y dejó patente que su autor se había planteado la gran tarea

que suponía, de un modo directo e imaginativo, plasmar sus esfuerzos en un trabajo completamente original. Se trataba, al más elemental nivel, de una efectiva síntesis de elementos conocidos y elementos nuevos. No se planteaba una redefinición básica o un estrechamiento del campo en el que históricamente ha venido operando la geografía. Al contrario, reconocía la rica y completa tradición de la labor del geógrafo, la complementariedad e interdependencia esencial de sus diversos enfoques y acentos, pero al mismo tiempo constituía un encuadre muy distinto, abriendo nuevas perspectivas y aplicando una diversidad de nuevos conceptos y herramientas a una secuencia de temas de ordenación poco ortodoxa. De este modo el libro se convertía en una importante muestra de una nueva era en el desarrollo futuro de esta especialidad La publicación de esta tercera edición revisada es en sí misma testimonio de que el libro es algo más que un hito formal; continúa siendo un instrumento muy efectivo para introducir a los alumnos a los elementos fundamentales que componen la especialidad geográfica. Y resultará tan evidente para los lectores de esta edición como lo fue para los de la primera y los de la

segunda, ya que una gran parte de su éxito deriva del ameno estilo de su redacción, así como de la fuerte personalidad geográfica de su autor.

Geografía: una síntesis moderna,

tercera edición revisada, es una invitación a unirse al profesor Haggett en una exploración cuidadosamente planificada de un grande y variado reino. Se trata de una tarea común que requiere de la participación consciente de todos los implicados, pero para ello se proporcionan todas las herramientas adecuadas, y los resultados a obtener, estamos seguros, compensarán ampliamente el esfuerzo realizado. Los participantes conocerán nuevas maneras de observar el mundo en que vivimos y algunos de sus problemas y posibilidades, y descubrirán muchas áreas que se hallan a la espera de una mayor investigación, así como el modo en que pueden convertirse en exploradores independientes. Siguiendo las directrices de un guía tan ameno y capaz, este viaje, cuyo éxito se halla en la actualidad totalmente comprobado, puede recomendarse con completa confianza.

D W Meimg Syracuse University

Prólogo a la edición española Uno de los objetivos básicos de la Geografía, desde su configuración como ciencia moderna a finales del siglo XIX hasta nuestros días, ha sido el estudio del espacio así como de las relaciones del hombre con su entorno. Estos aspectos se han desarrollado con enfoques y propósitos distintos en función de los diversos cambios paradigmáticos habidos a lo largo de la evolución de la disciplina. Hoy en día, a finales del siglo XX, estas preocupaciones no sólo siguen vigentes sino que los problemas espaciales y la relación hombre-naturaleza han adquirido una nueva dimensión que ha trascendido al campo de la Geografía. El enorme impacto que a escala mundial ha supuesto el desarrollo tecnológico y socioeconómico de las sociedades desarrolladas — crecimiento acelerado de la

población mundial, agotamiento de los recursos naturales, nuevos problemas medioambientales y ecológicos, pobreza y subdesarrollo, utilización estratégica del espacio— ha motivado un creciente interés general, favorecico por el desarrollo de los modernos medios de comunicación, hacia estas cuestiones que desde siempre han formado parle del quehacer geográfico. Es precisamente por esta larga preocupación y tradición que consideramos que la Geografía debe seguir jugando el protagonismo que le corresponde ante este nuevo desafío. Ba|0 esta perspectiva, la obra del profesor Haggett, Geografía: una síntesis moderna, que ahora se presenta al público de habla castellana, adquiere todo su valor, puesto que al aceptar e ¡mentar responder a este reto ofrece — no

PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

sólo a los geógrafos sino a todo el público en general— nuevas vías para la comprensión del mundo actual. Obra nueva e innovadora, su originalidad radica en numerosos aspectos. Diseñada como un m anual introductorio de carácter general para los estudiantes universitarios que se aproxim an por vez primera a la Geografía, su estructura rompe sin embargo con el tradicional desarrollo temático de los m anuales clásicos, superando así la concepción dualista, analítica y descriptiva propia de la Geografía clásica — tan extendida en nuestro país— y aportando un enfoque totalmente integrador de la relación hombre-medio, digno de mención. Pero su intención integradora no acaba aquí, sino que incluye además las principales aportaciones y postulados de la Geografía Cuantitativa, de enorme difusión en los países anglosajones, evidenciándose por lo tanto a lo largo de toda la obra el interés del autor por incorporar modelos explicativos y predicativos; hecho que se plasma también en la extensa y cuidada parte gráfica. Este enorme esfuerzo integrador se ve también reflejado en la aportación de sugerentes y novedosas ideas y en la introducción de nuevas problemáticas y puntos de vista alternativos, sin por ello renunciar a aquellos elementos que tradicionalm ente han interesado a los geógrafos, recuperándolos y situándolos bajo una nueva perspectiva. Esta nueva y original visión permite al estudiante el descubrimiento, a lo largo de una

secuencia amena e integradora, del complejo e intrincado mundo de la G eografía y le proporciona los instrum entos básicos para la com prensión del significado de esta disciplina en el contexto de las ciencias sociales y su interés y utilidad en relación con los problemas del mundo actual, al tiempo que le abre nuevas perspectivas y campos de investigación y aplicación. Todo ello confiere a esta obra el carácter moderno y de síntesis reflejado en su mismo título. En su condición de obra maestra radica el notable éxito que ha tenido en los países de lengua anglosajona, éxito que se ha visto confirm ado gracias a las sucesivas ediciones y al que ha contribuido también el cuidado que el autor ha puesto en la revisión de esta tercera edición. La versión en castellano, largam ente esperada y que hemos recom endado con plena convicción, ha supuesto una revisión grata y sugestiva que, en todo momento, se ha esforzado en ser respetuosa con el original. Estamos seguras de que obtendrá, dentro del panoram a geográfico español y del m undo de habla hispana en general, la excelente acogida que se merece.

Maravillas Nájar Profesora del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona Graziana fíamazzini Profesora del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona

"Si POR LO MENOS supiera geografía”. Chico Pacheco continuaba repitiendo la frase entre sus dientes apretados, lamentando los desperdiciados días de su juventud; había sido un famoso especialista en saltarse clases. V todo el tiempo que había ido perdiendo durante su vida, desperd ciándolo en tonterías, cuando hubiera podido dedicarse, en cuerpo y alma, al estudio intensivo de la geografía, ciencia cuya utilidad tan sólo empezaba a resultarle evidente! ... "Tendré que enviar a alguien a Bahía para que me traiga algunos libros de texto”. J orge A

mado

De las desventajas de no conocer geografía, y la deplorable tendencia de echarse faroles en el póquer. En OS MARINHEIROS (1963)

Prefacio Geografía: una síntesis moderna,

tercera edición revisada, es un intento de presentar el espectro total de la geografía en un contexto moderno y en un solo volumen. Trata de sintetizar a dos niveles; el primero de ellos mediante la unión de las distintas tradiciones y temas que componen esta especialidad; en segundo lugar, acentuando el papel smtetizador que desem peña la geografía como un todo, en relación a otras especialidades colindantes. Este libro ha sido especialm ente diseñado para introducir a los alumnos que carezcan de un conocimiento geográfico previo a una especialidad cuyos horizontes se hallan en continua expansión y cuya importancia, tanto como especialidad académica o como ciencia aplicada, es mayor cada día. Tanto a través de la física, como de las ciencias sociales, la geografía plantea un desafío a los alumnos para que abandonen posiciones familiares y cómodas y se centren directamente en

las relaciones entre los seres humanos y su medio ambiente, sus consecuencias espacíales, y las estructuras regionales resultantes que han ido surgiendo sobre la superficie de la Tierra. La geografía es de importancia única en los actuales temas de interés público, tanto en las cuestiones ambientales y ecológicas, como en los contrastes regionales y desequilibrios en el nivel de bienestar alcanzado por los seres humanos. Ningún intérprete único de la geografía, ni ninguna otra especialidad académica de investigación pueden conocer su totalidad en detalle. Algunos esfuerzos en este sentido realizados en el pasado parecen ingenuos vistos en perspectiva. Los problemas a que debe enfrentarse el alumno nuevo en la especialidad geográfica, sin embargo, son tan complejos en la actualidad que debe afrontarse el desafío. Resulta demasiado fácil adoptar la posición de que todo lo que

debe o puede hacerse es que un alumno se matricule en cursos introductorios de sub-materias fácilmente id en tific a re s — geografía física, geografía cultural, etc — y esperar que de algún modo produzcan una visión integral de la geografía como un todo. La osmosis, no obstante, mediante la que se supone que se produce tal efecto, raramente se halla definida de modo claro. Comenzar con las partes que componen un campo de investigación y continuar con el estudio del conjunto me parece como una táctica de conveniencia, que nos viene impuesta por la marejada de la investigación actual y por la continua fisión de nuevas sub-disciplinas. Pero, evidentemente, limitar las cuestiones importantes a seminarios de postgraduados nos parece una inversión de la deseable secuencia en que deben impartirse los conocimientos. Nos sentimos deudores hacia aquellos que se hallan en las primeras etapas de una especialidad y que esperamos que nos sigan en el futuro, observando nuestro quehacer y las perspectivas de futuro lo más detalladamente posible. Por lo tanto, en este libro me he alejado un tanto, durante un momento, de mi propia parcela de investigación y me he forzado en componer las diversas partes de la geografía del modo que, en ese momento, me ha parecido que era una forma integrada.

Cambios en la tercera edición revisada

Esta amplia utilización de la tercera edición de Geografía: una síntesis moderna, tanto en cursos escolares convencionales, como en una educación “a distancia” [por ejemplo, en Gran Bretaña los cursos "Open University"], sugiere que su estructura básica debe mantenerse en la revisión, Dentro de tal continuidad, existe un cierto número de cambios importantes. En primer lugar, los hallazgos de importancia crítica derivados de los censos efectuados durante el comienzo de la nueva década han sido incorporados. Ello implica no tan sólo

una actualización normal, sino también una completa revaluación de algunas tendencias. El crecimiento de la población mundial está disminuyendo, muchas de las mayores ciudades del mundo se encuentran en la actualidad en estado estacionario, nuevas áreas están cobrando mayor importancia. Podemos observar tales movimientos, actualmente, bajo una nueva perspectiva. En segundo lugar, los últimos tres años nos han recordado el modo súbito en que el mundo aparentemente estable que nos rodea puede cambiar. Esta tercera edición revisada así lo refleja. La erupción del monte Sta, Helena, la alerta de la isla Three-Mile, la crisis de las Malvinas se tratan con cierto detalle. También se estudian las crisis de menor dramatismo, pero continuas, como las crisis energéticas o los movimientos de refugiados. Pero también incluimos algunas buenas noticias, como por ejemplo la eliminación de la viruela de la faz del planeta, que se discute en sus aspectos geográficos en el Capítulo 13. En tercer lugar, la propia geografía continúa su evolución como materia profesional. La revolución del microchip se halla reflejada en el desarrollo mundial de la cartografía por ordenador (Capítulo 23), mientras que la necesidad de disponer de tales técnicas geográficas se revisa con un tratamiento ampliado en “Puestos de trabajo proporcionados por la G eografía” (Capítulo 25). La correspondencia recibida sugiere que este libro se utiliza ampliamente en la actualidad, no tan sólo en Estados Unidos y en Europa occidental, sino también en Canadá y en Australia y Nueva Zelanda. Se ha realizado un esfuerzo para reflejar tan amplia audiencia en la elección de los ejemplos regiona-es utilizados, así como del correspondiente material de ilustración. Además de estos cambios de primera importancia, se ha añadido en algunos apartados información que espero sea de utilidad. Algunos de los diagramas excesivamente

i Mosaicos regionales

desafío del medio ambiente La respuesta ecológica humana

Tensiones interregionales

Jerarquías regionales

Sistemas ecológicos hombre-medio ambiente

Sistemas espaciales regtonales-interregionales

complicados han sido reestructurados, y se ha sustituido una gran parte de las fotografías. El índice se ha revisado y ampliado completamente, de modo que puedan hallarse con mayor facilidad algunos de los principales conceptos clave. Para acompañar esta edición, el profesor Larry K. Stephenson de la Arizona State University ha revisado el Manual del profesor y el Manual de

aprendizaje personalizado del estudiante. Tales libros se han

revisado completamente a la luz de la experiencia incorporada en la segunda edición y deben facilitar la lectura independiente de profesores y alumnos que utilicen este libro. En un nuevo Apéndice B, se proporcionan sugerencias revisadas para la utilización del libro en distintos contextos lectivos.

Organización de la tercera edición Los geógrafos están preocupados por la estructura e interacción de dos sistemas principales: el sistema ecológico, que vincula a los seres humanos con su medio ambiente, y el sistema espacial, que vincula una región con otra en un complejo intercambio de flujos. Estos dos sistemas no son independientes sino que se solapan. Las cinco partes que forman este libro funcionan de modo semejante a como lo hacen los átomos que componen una cadena molecular o los círculos del símbolo olímpico. Cada uno de ellos está vinculado a los demás, y la estructura interna y la unión entre ellos, y entre nuestros dos sistemas, puede ser explorada. Otros geógrafos pueden haber utilizado órdenes diferentes e

Geografía urbana y de los asentamientos

Geografía regiona

Geografía cultural y del comportarnienlc

CURSOS DE LICENCIATURA Recu rsos natura'es

Teoría lócacional

Geografía de la pobiacidn

Interacción

eógrgfía

espacial

ístóríca

Predíccíone; regionales

Geografía

política

Planificación

CURSOS AVANZADOS

CURSOS 1NTHÜUUCTORIOS CORRESPONDIENTES

Climatología Ge omorfología

regional Geografía física, cambio ambiental

CAPlTUi OS DE IjISTF LIBRO

Cartografía. fotoinferprcración

igualmente discutibles, pero este sistema en particular posee dos características de gran utilidad: la rigidez suficiente para proporcionar un marco en el gue colocar conceptos, métodos y hechos; y la flexibilidad suficiente para acomodar nuevos descubrimientos y nuevas perspectivas. Y ello es debido a gue lo único que podemos pronosticar con certeza es que las presiones de expansión y diferenciación continuarán produciéndose, aunque quizásde modo muy distinto al apuntado en el texto. La primera parte, "El desafio del medio ambiente", presenta la visión

del geógrafo respecto al incierto entorno planetario en el que ha venido evolucionando la especie humana y donde ahora vive en número que aumenta constantemente. La segunda parte, "I a respuesta ecológica humana", estudia las oos respuestas históricas dei ser humano ante el desalió ambiental: adaptación del ambiente y adaptación del ser humano ai ambiente. La tercera parte. "Mosaicos regionales", abarca desde el equilibrio ecológico del ser humano y su medio ambiente, hasta la fisión cultural y la división en el seno de la población humana responsable de los contrastes regionales. La cuarta parte,

"Jerarquías regionales”, muestra el modo en que las fuerzas de la urbanización trabajan para superar algunas de tales diferencias regionales y para organizar tos asentamientos humanos en redes de regiones urbanas. La quinta parte, "Tensiones interregionales”, examina las interacciones entre las estructuras regionales descritas en la cuarta parte y los problemas a los que dan lugar. Por último, el epílogo se preocupa por el futuro en dos sentidos: explora la preocupación creciente de los geógrafos por los múltiples mundos del futuro, y realiza conjeturas sobre el futuro de la propia geografía. En la sección inicial de cada capítulo, proporcionamos un detallado resumen del material abarcado en el mismo. La organización adoptada en este libro permite que los alumnos consideren la geografía de un modo global, abandonando la clasificación ortodoxa de geografía física o humana, regional o sistemática. Así, los títulos de los diversos capítulos no son los convencionales en la especialidad ni están agrupados siguiendo las tradicionales configuraciones. No obstante, un curso inicial que se base en este libro proporcionará la base de un completo curso introductorio tal como se impartiría en la mayoría de departamentos universitarios de la especialidad. Podemos mostrar los vínculos existentes entre los capítulos que componen Geografía: una síntesis moderna , tercera edición revisada, y tales cursos, tomando como ejemplo la imagen de una espiral. Cada circuito completo de la espiral representa un nivel de aproximación, desde el punto de vista básico presentado en este volumen, hasta cursos superiores de postgraduado. Los temas que se introducen a un nivel pueden ampliarse a otros niveles. Los conceptos, hechos y técnicas introducidos en un nivel pueden ampliarse e integrarse en niveles superiores.

Áreas de énfasis

Se han realizado intentos para incluir la

mayoría de conceptos que es probable que resulten de utilidad para el geógrafo novel. A pesar de que he tratado de cubrir el campo propio de la especialidad de modo universal e imparcial, el espacio es una limitación de suma importancia en cualquier texto de tal longitud. Así, en última instancia, es preciso que exista un fuerte sello personal. A pesar de que los autores no pueden eliminar tal impronta, deben por lo menos identificar sus propias predilecciones, de modo que los profesores puedan corregir personalmente y modificar el texto, si así lo estimaran adecuado. Mi propia parcialidad, cuando existe, es muy evidente. Me he inclinado hacia una teoría sistemática y hacia una hipótesis de trabajo, en lugar de hacia la elaboración de muchos casos de estudios regionales, por lo general he adoptado enunciados contemporáneos, en lugar de clásicos, de tal teoría; y he preferido restringir la discusión de la geografía física a aquellos aspectos que comunican de un modo más directo con los otros sub-campos de la geografía. En la mayoría de las escuelas de Gran Bretaña y de los países de la Commonwealth se enseña geografía física avanzada y sus alumnos quizás encuentren este tratamiento algo simplificado. Pero puede ser que muchos estudiantes de Estados Unidos y de otros lugares se encuentren con tales temas por vez primera. Por lo tanto, ha sido inevitable buscar una solución intermedia. A pesar de que el acento global recae en conceptos y métodos, resultaría inconcebible escribir una introducción a la geografía sin estudiar numerosos casos regionales. Ello se utiliza principalmente para destacar las variaciones mundiales en el medio ambiente y en su explotación, así como para ilustrar las diferencias existentes en las escalas temporal y espacial de operación de las fuerzas que se discuten. De este modo, a pesar de que el grueso de los ejemplos regionales se extraen del mundo, tal como está en el tercer cuarto del siglo veinte, algunos casos se relacionan con otras épocas.

La mitad de las cifras y figuras se refieren a relaciones generales, y la otra mitad representan casos regionales específicos. De ellas, algo más de una tercera parte representan ejemplos de Estados Unidos, otro tercio de Europa y el resto de otras partes del mundo. Este equilibrio refleja en parte el esquema de los resultados de las investigaciones efectuadas y en parte la probable distribución de aquellos que puedan utilizar este libro. Por lo tanto, incluso aun cuando se ha tenido cuidado en diversificar los estudios de casos regionales, una minoría de lectores pueden sentirse privados de ejemplos locales. En cuanto a la escala de los ejemplos, uno de cada seis posee una escala mundial, y uno de cada tres se ocupa de un área no superior a una sola ciudad. Entre tales extremos, los ejemplos están bien distribuidos a lo largo de una escala continua. La geografía moderna dedica una fuerte atención a los modos de analizar los problemas de investigación, y muchos de tales tipos de análisis son cuantitativos. La mayoría de los métodos cuantitativos pueden dejarse para cursos posteriores y las técnicas más avanzadas no se reflejan en este texto. Aquellas cuya mención parece apropiada se describen generalmente en exposiciones independientes “marginales", con el fin de que los lectores las estudien o ignoren

dependiendo de sus propias inclinaciones o de las del profesor. Entre las sugerencias para efectuar lecturas más especializadas, se incluyen guías a tales técnicas. Cada capítulo va acompañado por una bibliografía que sirve de guía a los lectores en sus posteriores estudios La mayoría son textos estándares y de amplia divulgación que pueden hallarse en la mayoría de las bibliotecas de los centros universitarios. Las publicaciones periódicas, debido a que varían de un año a otro, se dejan para cursos más avanzados. Los libros propios, al igual que los propios hijos, desarrollan un estilo y una individualidad propios con el transcurso del tiempo. Esta edición de

Geografía: una síntesis moderna

refleja dos tipos de influencia de su madurez: en primer lugar, las muchas reacciones de sugerencia y ayuda de quienes han utilizado este libro; en segundo lugar, las tendencias actuales que continúan desarrollándose dentro de la propia geografía. Espero que los lectores de esta nueva edición continúen potenciando ambas fuentes, tanto a través de sus comentarios como de sus críticas.

Peler Haggetí Chew Magna. Inglaterra

Agradecimientos Con cada nueva edición crecen las deudas contraídas por el autor de un libro, En los últimos íres años he sido lo suficientemente afortunado como para pasar diversas temporadas en Estados Unidos y en Nueva Zelanda. Amigos de Georgia y de Carolina del Norte y de la Universidad de Canterbury, Christ Church, me dedicaron su tiempo libre para discutir sus puntos de vista respecto a la evolución de nuestra especialidad durante la década de los 80, y espero que vean reflejada en esta nueva edición la influencia de nuestras conversaciones. La investigación que he venido desarrollando me ha llevado a profundizar en la geografía médica aplicada a desarrollar investigaciones de campo en zonas de Escandinavia y a un período de investigación conjunta en el Center for Disease Control (CDC), Atlanta, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud

(OMS).' De nuevo debo expresar mi

agradecimiento a Donald Meinig, consejero editor de esta serie, por animarme a completar esta revisión. Además, formó parte de una serie de críticos, entre los que se Incluyen muchos estudiantes usuarios, cuyos comentarios han sido de gran ayuda para rehacer la forma final del libro. Deseo hacer patente, de modo particular, mi gratitud al profesor Don Janelle, del Departamento de Geografía de la Universidad de Western Ontario, al profesor Louis G. Morton, del Departamento de Ciencias Políticas del Mesa College; al profesor John E. Oliver, del Departamento de Geografía de la Universidad del estado de Indiana; al profesor Chrlstopher Salter, del Departamento de Geografía de la Universidad de California, Los Ángeles; al profesor Michaeí J. Troughton, del Departamento de Geografía de la Universidad de Western Ontario; al profesor Joseph Velikonja, del Departamento de Geografía de la

Universidad de Washington; y al profesor León Yacher, del Departamento de Geografía del Southern Connecticut State College por las revisiones críticas efectuadas. Los estudiantes y colegas en Bristol, en el estado de Pennsylvania, en Cambridge y en la University College, Londres, lugares donde he venido ejerciendo la docencia a lo largo de los años, han contribuido, todos ellos, a la configuración de las ideas que aparecen en esta nueva edición de un modo que espero reconocerán fácilmente. Quisiera también expresar mi gratitud a las diversas universidades de América del Norte y de Europa que me han permitido, de forma muy breve algunas veces, comprobar algunas de las ideas que aquí se contienen, en sus aulas. Además, todos los textos de carácter general están basados en un cúmulo de trabajos publicados tan vasto que reconocer mi deuda en toda su envergadura significaría la elaboración de un Who's Who de especialistas contemporáneos Las referencias que

acompañan a las diversas figuras que ilustran el texto indican, espero, mi expreso reconocimiento. Los libros son a menudo mucho más deudores del trabajo que se realiza ' detrás de la cámara'', de su producción y diseño, de lo que a menudo están dispuestos a reconocer sus autores, y por lo tanto debo sentirme mas que afortunado por la brillante labor realizada en este volumen por el equipo de Harper & Row. Considero los prefacios lugares demasiado públicos como para expresar mi agradecimiento personal, como autor, a mi familia y en especial a mi esposa — ellos saben perfectamente lo mucho que les debo. Tanto mi padre como mi madre, que desempeñaron un papel tan decisivo en mi formación, murieron mientras la primera edición de este libro se hallaba en preparación Dedico este libro a mi segundo hijo, Timothy, con la confianza de que pueda cumplir la esperanza que en él y en su generación depositaron sus abuelos.

Para enseñar construiré una trampa tal que mis alumnos, para escapar, deberán aprender. R o b e r t M. C hute

Environmental Insight (1971)

Al alumno Iniciar una nueva especialidad en la universidad es como conducir por una ciudad desconocida. Vemos las extensiones de nuevos barrios residenciales, las atestadas autopistas, las señales de decadencia, pero nos es difícil lograr una impresión global de la estructura urbana o saber exactamente donde nos hallamos. Podemos pensar en la geografía como en un Los Ángeles entre las ciudades académicas, en cuanto a que se extiende sobre un área muy extensa y se entremezcla con sus vecinas. Resulta difícil también saber cuál es el barrio central de negocios. Este libro ha sido específicamente escrito para “los recién llegados a la ciudad" que no hayan seguido con anterioridad cursos de geografía en sus colegios o institutos. Trata de presentar algunos de los conceptos básicos que utilizan los geógrafos, así como algunos de los datos ambientales esenciales que forman su material de referencia. Las ideas, los

conceptos son el interés fundamenta! de este libro. Pero ello no puede aplicarse en un vacío. Por lo tanto hemos situado, en exposiciones separadas, cierto material técnico para individualizarlo del cuerpo principal del libro, permitiendo que el alumno, dependiendo de sus inclinaciones y del tiempo de que disponga, pueda ignorarlo o explorarlo en profundidad El enfoque utilizado es esencialmente no matemático, y el libro puede ser entendido sin poseer una formación matemática. Por otro lado, los geógrafos cada vez utilizan más las matemáticas en sus investigaciones, y ciertos aspectos de un tema pueden establecerse de modo más explícito utilizando términos matemáticos. Este aspecto, además, está presente en las exposiciones independientes ajenas al texto principal. Es probable que Ud. desee efectuar una segunda lectura de dicho material. Para aquellos alumnos que vayan a XXlll

proseguir y prolundizar en sus estudios geográficos, en cada capítulo se incluyen algunas sugerencias de lectura de textos que consideramos especialmente apropiados, bajo el título de "Un paso adelante...1'. Tales sugerencias están principalmente limitadas a un puñado de libros que, a su vez, descubren otros aspectos del tema estudiado. El capítulo final apunta algunas áreas en que puede realizarse una superior especialización y el tipo de cursos que es posible que el alumno desee llevar a cabo. Cada alumno puede poseer un método especial para estudiar un libro de texto. Ningún autor puede, evidentemente, decir cuál es el mejor método posible, aunque muchos alumnos encuentran eficaz leer rápidamente un capítulo para obtener una idea global de los temas expuestos. Las figuras han sido diseñadas para que sean independientes, siempre que ello sea

posible, y por ello sus descripciones son algo más largas de lo normal. Cuando, tras efectuar una lectura más detenida del capítulo, el alumno crea estar seguro de haberlo comprendido totalmente, resulta aconsejable repasar los conceptos que figuran en la sección denominada “Reflexiones”, efectuando de este modo una especie de auto-control. Para aquellos alumnos cuyo estudio formal de la geografía no vaya a prolongarse más allá de este libro, espero que nuestra breve relación haya sido positiva. Si tan sólo logramos despertar en ellos una pequeña parte del interés y fascinación que experimentan los geógrafos respecto a sus exploraciones del entorno de la Tierra y del lugar que en ella ocupamos, creeré que he logrado mi objetivo.

P.H.

GEOGRAFÍA

PRÓLOGO

Algunos conceptos básicos Este prólogo introduce al lector en algunos de los conceptos básicos que los geógrafos utilizan en su estudio del planeta Tierra y de sus problemas: En la playa (Cap'tulo 1) comienza con una escena familiar --gente llegando para unas pocas horas de descanso junto al mar - y muestra cómo una cuidadosa observación geográfica arroja luz sobre los seres humanos y su comportamiento ecológico y espacial. El analizar esta pequeña porción del medio ambiente humano permite darnos cuenta del modo en que los

geógrafos enfocan sus temas y nos proporciona una base de trabajo a una escala global más esencial. La noción de cambio de escala geográfica es vital en este libro, y la transferencia de observaciones en una escala a aplicaciones concretas en otra continúa siendo de gran importancia desde el punto de vista geográfico. Así en El mundo más allá de la playa (Capítulo 2) observamos alguna de las formas en que los geógrafos realizan esta operación a través de los mapas. Los mapas proporcionan el lenguaje

espacial esencial en el que muchos de los problemas geográficos se discuten, ofreciendo conclusiones y recomendaciones. Se ilustran los distintos modos en que se realizan y utilizan los mapas: y se manifiesta el papel cada vez más importante que desempeña la observación ambiental realizada desde el espacio. Los temas de este prólogo están recogidos en todo el libro, y volveremos a hablar de ellos en un contexto más particular al final del libro, en el epílogo.

Nunca dejaremos de explorar Y el fin de toaas nuestras exploraciones Será llegar donde comenzamos Y conocer el lugar por vez primera T. S. E l l io t Little Gidding (1942)

CAPÍTULO 1 En la playa En la interesante novela de Nevil Shute On the Beach se predice el fin de la ocupación de la Tierra por los seres humanos. Si ha leído el libro o ha visto la antigua película, quizá recuerde el pequeño grupo de supervivientes reunidos en Australia, esperando que las nubes radiactivas barran el hemisferio s u r— completando de este modo la exterminación que ya ha asolado el norte. Cualesquiera que sean los méritos de las negras predicciones de Shute, ¿qué es lo que justifica haber tomado prestado el título de su novela para este primer capítulo de un libro de texto? Bien, en realidad creemos que existen buenas razones para que un geógrafo seleccione este título. Los seres humanos fueron históricamente criaturas que vivían en las franjas costeras. Se movían como cangrejos en la capa inferior de mayor densidad de gas de la superficie de la Tierra, sin

ocupar el agua propiamente dicha, pero sin instalarse nunca lejos de ella. En los tiempos prehistóricos las playas se utilizaban a modo de carreteras; durante el Renacimiento se utilizaron como trampolín para la colonización y conquista de otras tierras. Incluso en la segunda mitad del siglo XX, las ciudades más importantes se encuentran a orillas del mar: tres cuartas partes de los centros urbanos más importantes— aquéllos con más de 4 millones de habitantes— se sitúan a orillas del océano o de un lago. La mayoría de los restantes núcleos urbanos importantes se hallan a orillas de los ríos más importantes. Actualmente, el individuo urbano mantiene unas relaciones ecológicas con los recursos de la Tierra que son menos íntimas, pero no menos fundamentales, que en los tiempos prehistóricos. Estas relaciones han presentado siempre un equilibrio que

puede desbaratarse a la más ligera oscilación, produciendo molestias o incluso desastres. Pero los factores de azar para los pueblos primitivos eran esencialmente locales, y siempre podían hallarse nuevas y desiertas tierras más allá del horizonte. Las eventualidades que hoy en día pueden afectar al individuo de las ciudades son regionales o mundiales y la mayor parte de las tierras antes desconocidas o desiertas hace mucho tiempo que se han civilizado o que han sido abandonadas. Durante más de 2000 años, los geógrafos han estado describiendo y analizando los modos en que la humanidad ha logrado relacionarse ventajosamente — o no ha sido capaz de hacerlo— con el medio ambiente planetario. En este libro trataremos de estudiar los diversos tipos de penetración en el medio ambiente que se han llevado a cabo.

1-1

Una playa concurrida

Figura 1-1.

Una playa concurrida

Vista a baja altura de una playa do New England tomada a finales de un verano. (Foioyraiia de Rotkin, P.F.I.)

, V v ' :” M

La primera fotografía que ilustra este capítulo muestra un aspecto de una playa llena de gente. La Figura 1-1 muestra una vista más global de una playa. Estas fotografías no se tomaron desde el nivel del suelo, sino desde un helicóptero, produciendo imágenes upo mapa de una determinada escena. Debido a que una fotografía oblicua tiende a distorsionar la forma de los objetos familiares (y en primer lugar de los seres humanos) quizá el observador precise de un segundo o dos antes de reconocer los diversos elementos. Las escenas de playa son muy comunes, por lo tanto ¿qué es lo que hace que posean un interés especial para los geógrafos? Vamos a contestar a esta pregunta de un modo indirecto. Si ofrecemos tres tipos de rocas similares a tres personas diferentes, su respuesta puede ser bastante distinta. Un escultor puede proporcionar a la roca nuevas y más interesantes formas, un petrólügo puede comenzar a romper la que le ha correspondido para examinar su estructura química, y un manifestante, en apoyo de cualquier causa, puede lanzar la suya a la ventana más próxima. Los procesos mentales originados y las reacciones correspondientes no los determina el objeto (la roca) sino las actitudes de los tres individuos hacia éste. Muchas otras personas, además de Sir Isaac Nevaron, han sido alcanzadas en la

•- ---

"ESPACIO", "LOCALIZACIÓN” Y "LUGAR" Tres palabras que utilizan los geógrafos con gran frecuencia son “espacio”, “localización” y “lugar”. Puesto que estas palabras se utilizan también en el lenguaje corriente, necesitamos estar seguros del sentido que adquieren cuando se utilizan en un contexto geográfico. / Espacio significa extensión o área, expresado normalmente en términos de la superficie de la Tierra. No significa espacio en el sentido de espacio exterior (como sí lo significa cuando se utiliza el término en relación a la NASA, la National Aeronautical and Space A dm inistraron). Localización significa una posición particular dentro del espacio, normalmente una posición sobre la superficie de la Tierra. Al igual que la alabra espacio, su significado es asíante abstracto cuando se le compara con la tercera palabra de este trío. Lugar significa también una posición particular sobre la superficie de la T ierra; pero, en contraste con la

localización, no se utiliza en un sentido abstracto sino que se confina a una localización identificable sobre la que cargamos ciertos valores. De modo que una localización se convierte en un lugar cuando nos damos cuenta de que posee un cierto contenido de información. Algunas veces el contenido es un hecho físico. Por ejemplo, latitud 27° 59’N , longitud 86° 56’E es una localización abstracta que tan sólo reconocemos como un lugar una vez que sabemos que describe la posición del monte Everest, el punto más alto de la superficie de la Tierra. En otros casos, la información contenida es una experiencia humana. Lo que proporciona a un lugar su identidad particular fue una cuestión que se plantearon los físicos Niels Bohr y W erner Heisenberg cuando visitaron el castillo de Kronberg en Dinamarca. Bohr dijo a Heisenberg: “¿No resulta extraño el modo en que cambia este castillo cuando pensamos que Hamlet lo habitó? Com o científicos creemos que un castillo está formado sólo por piedras, y admiramos el modo en que el arquitecto las reunió. Las piedras, el techo verde con su pátina, las tallas en

cabeza por manzanas desprendidas del manzano; reaccionar ante el incidente planteando las leyes de la gravedad representa, evidentemente, tan sólo una de las muchas respuestas posibles. Del mismo modo, una playa familiar, conocida, puede provocar distintas reacciones, incluso cuando la analizan varios tipos de científicos. Los geólogos se interesarán en las partículas de arena y los especialistas en dinámica de fluidos en el rompiente de las olas. Los sociólogos quizás estudien el comportamiento de los grupos que utilizan la playa y los economistas los beneficios que obtienen los puestos de bebidas y de bocadillos. ¿Cómo reaccionará un geógrafo? Quizás la primera reacción de un geógrafo ante la playa queaparece en la /Figura 1-1 será tratar de concretar exactamente dónde se estaban desarro­ llando los acontecimientos en relación con el espacio. Una fotografía tomada desde un helicóptero permite realizar una valoración mucho más exacta respecto a la localización de las personas que se encuentran en la playa de lo que permite una fotografía tomada desde el suelo. Es por ello que la mayoría de las fotografías que se incluyen en este libro son fotografías aéreas. La importancia dada a la localización en el espacio es una característica propia de la curiosidad del geógrafo; el especificar exactamen-, te las localizaciones es una de las reglas más importantes del juego geográfico. Una descripción inexacta de una localización provoca una mueca similar en el geógrafo a la que le produce al lingüista una palabra

madera de la iglesia forman la totalidad del castillo. Nada de ello debe alterarse por el hecho de que Hamlet vivió allí, y sin embargo lo cambia totalmente. De repente los muros y murallas se expresan en un lenguaje bastante distinto. El patio de armas se convierte en un universo total, un rincón oscuro nos recuerda la oscuridad del alma humana, oímos a Hamlet m urm urar “To be or not to be”. Sin embargo todo lo que conocemos de Hamlet es que su nombre aparecía en una crónica del siglo trece. Nadie pudo probar que realmente vivió, y mucho menos que viviera en este lugar. Pero todo el mundo conoce la pregunta que Shakespeare puso en su boca, la profundidad humana que fue capa:5 transm itir, y por lo tanto también Hamlet debe habitar en un lugar i Tierra, aquí en Kronberg. Y una vez conocemos todo esto, Kronberg se nos convierte en un lugar muy distinto.” [W erner Heisenberg, Physics and

Beyond: Encounters and Conversations

(Harper & Row, New York 1972, p. 51, citado por Y i-Fu Tuan, Space and Place , University of Minnesota Press, Minneapolis, 1977), p. 4.]

Figura 1-2. playa.

Medio ambientes de I¡1

División del medio ambiente de la playa en una serie de zonas disíinlivas, cíesde A hasta E Los (actores principales que controlan el carácter de cada zona son las mareas (se han sombreado las áreas situadas po> debajo de 'a seña de marea alta) y el material de la superficie (arena, lodo, roca). La escala vertical se ha exagerado para destacar el efecto de la altura sobre el nivel del mar.

mal pronunciada, o al historiador una fecha incorrecta. (Ver la exposición titulada "espacio”, "localización" y “lugar”.) A partir de esta preocupación por el espacio surgen algunas cuestiones relativas a las configuraciones y a la organización espaciales. De modo que una segunda reacción ante la playa que ilustra la Figura l-l será tratar de explicar las variaciones espaciales que se observan. ¿Por qué algunas zonas de la playa están repletas de gente mientras que otras están desiertas? ¿En que medida se relacionan estas circunstancias con las diferencias en la calidad de la playa? Las cuestiones de este tipo conllevan un interés general por la relación de los seres humanos con su medio ambiente. Una tercera reacción geográfica ante la imagen de esta playa será tratar de clasificar los diversos elementos que figuran en la fotografía en algún tipo de orden regional. Las regiones son una especie de taquigrafía utilizada para describir de modo eficaz el carácter variable de un área. Una de las maneras más sencillas de escablecer conjuntos de regiones es dividir un área en varias zonas, cada una de las cuales posee ciertas características que le proporcionan un carácter particular. Por ejemplo, podemos dividir la playa en tres zonas: una zona donde rompen las olas situada debajo de la señal de marea alta habitual, una zona superior situada por encima de la señal de marea alta habitual, y un cinturón de dunas de arena situado detrás. La Figura 1-2 muestra un diagrama de la zonificación típica de una playa. Los geógrafos utilizan este proceso de división, llamado análisis, para establecer conjuntos de regiones. A partir de ahí los geógrafos continúan trabajando para tratar de relacionar sus observaciones efectuadas en la playa con otras que se sitúan en otros lugares del mundo. Es decir, tratan de situar sus regiones en algún tipo de enfoque mundial. Resumiendo: el geógrafo está interesado en tres cuestiones diferentes, I inea de Ioí) antiguos acantilados

Cresos

l üguna

(marismas) C Dunas

tormenta

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de marea

6

Zona

ae mares baja

A

Antéeosla

Cresta cte playa (sumergida duraniL la marea alta)

pero relacionadas: (1) la cuestión de la localización , cuyo interés se centra en establecer la posición espacial exacta de los elementos situados en un área particular de la superficie de la Tierra; (2) la cuestión de las relaciones entre los seres hum anos y el m edio am bien te dentro de un área; (3) la cuestión de las regiones y la identificación del carácter distintivo de las subdivisiones espaciales particulares del área. Las tres cuestiones se centran en el carácter particular de la playa como lugar, y posteriormente necesitaremos plantear una cuarta cuestión, de tipo más general. ¿De qué modo nuestras observaciones en la playa se relacionan con otras regiones y con la imagen del mundo como conjunto? Quizás en este momento debiéramos seguir los libros de texto conven­ cionales y tratar de enunciar una definición de geografía basada en estas cuestiones centrales. Si a Ud. le gustan las definiciones formales, haga el favor de localizar el último capítulo y leer las que proporcionamos en el Cuadro 25-1. Estas definiciones se han situado deliberadamente cerca del final del libro para animarle a que Ud. mismo trace su propio retrato de un geógrafo después de haber estudiado todos los capítulos que componen este libro; ello debe proporcionarle una mejor aproximación a la geografía que la que obtendría si ahora mismo consultara en un diccionario el significado de dicha palabra. Acordemos pues, de momento, que “geografía es lo que hacen los geógrafos” y continuemos viéndoles trabajar en la playa. Posteriormente, en este libro, les veremos trabajar en cuestiones más amplias e importantes y en un contexto mundial.

Si deseamos contestar a la primera cuestión planteada por el geógrafo, necesitamos establecer la situación exacta de los individuos que se encuentran en la playa. La simple pregunta “¿Dónde están?” puede contestarse de dos maneras. Podemos contestarla, por ejemplo, analizando la distribución de los individuos en términos de su localización absoluta, o¿ en términos de su localización relativa. De este modo, en la Figura 1-3 (a), la localización del individuo A es de unos 9 m al este y 6 m al norte de un punto arbitrario con origen en cero. La cuadrícula proporciona un conveniente encuadre en que fijar las localizaciones. Pero la localización relativa de una persona resulta normalmente más interesante. Por ejemplo, el individuo B está aproximadamente a 6 m del A, mientras que C y D casi comparten el mismo punto. Veamos )a utilización que podemos hacer de ambos tipos de información locacional.

Elaboración

de mapas en un espacio absoluto La localización absoluta de las cosas es importante para realizar mapas exactos y fiables. La Figura 1-3 presenta diversos modos de representar en un mapa una población. Comenzamos asignando a cada uno de los individuos que está en la playa su localización correspondiente sobre el mapa, representando cada persona por un solo punto. Colocamos entonces una cuadrícula encima de los puntos. Contando el número de puntos que se sitúan dentro de cada cuadrado de la retícula, podemos traducir la distribución de los puntos, o de las personas, en una organización de números que reflejan la densidad de la población [Figura l-3(b)]. Las partes más abarrotadas de la playa se representan mediante cuadrados con valores altos, las menos con valores bajos, y las zonas vacías por cuadrados con valor cero.

5

5

6

5

4

2

5

6

5

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0

4

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1

2

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'

. 4

(b)

4

8 ■ ......

6

3

Densidad alta

3

6-8

2 •

.

/

2 •

2

Densidad baja

- V — ,

.... —;--

0-2

. 1

(c) Figura 1-3.

Mapas de población.

Los diagramas que van de (a) a (e) presentan diversas maneras de representar en un mapa la densidad de población, (a) es un sencillo mapa de puntos de una porción de 25 m x 25 m de la playa. En (b) el área cubierta por el mapa de puntos se divide en cuadrados de 5 m x 5 m, y se suma el número de personas correspondiente a cada cuadrado, (c) es un mapa coroplético de la población de la playa, y (d) es un mapa isoplético Los valores de cada isopleta (2.5 y 5,5) describen el número medio de personas que se encuentran en cada cuadrado, (e) es un mapa isoplético tridimensional. Todos estos mapas son sencillamente íormas distintas de describir una misma distribución espacial de la población.

Dos tipos de mapas pueden trazarse a partir de estos valores de ios cuadrados. Podemos realizar m apas coropléticos (del griego choros, área, y p lelh os, cantidad o plenitud) asignando diferentes tonalidades de color a cada uno de los cuadrados. Al unir los cuadrados que poseen colores similares, podemos crear una imagen general de la distribución de la población en la playa [Figura l-3(c)]. Al hacerlo así, perdemos algo de información. En lugar de 9 valores diferentes (entre 0 y 8), poseemos ahora tan sólo 3. Sin embargo, hemos simplificado convenientemente nuestro mapa, o retícula, al reducir la configuración espacial de 25 cuadrados a 4 áreas. El segundo (y de aplicación más frecuente) modo de representar en un mapa la distribución de la población utilizando una cuadrícula consiste en trazar líneas entre todos los puntos que poseen una misma cualidad o valor [Figura 1-3 (d)]. Tales líneas se conocen como isopletas (del griego ¿sos, igual) y los mapas de este tipo se conocen como m apas isopléticos. Estos mapas proporcionan también una imagen precisa de las variaciones en la densidad de población. Una versión tridimensional de un mapa

isoplético m ostrará áreas de población mas densas co m o elevaciones y las áreas m enos densas c o m o depresiones [Figura l-3Je)J. O r g a n i / a a o n en un cüpaeío relativo La localización relativa de los m iem bros de una población posee también gran interés para los geógrafos. Les ayuda a co m p re n d er por qué una población se organiza o distribuye de un m o d o particular. L o s “behavioristas” co m o kon rad Loren z en y los so cio -p sicó lo g o s co m o Edward T . Hall en han expuesto que los seres humanos, al iguaJ que o tros prim ates, poseen el sentido de territorialidad muy desarrollado. Se rodean siempre de “bu rbu jas espaciales” visibles o invisibles, ya que son sensibles al am o n to n am ie n to . Hall distingue cuatro “zonas de a cció n ” basadas en la distancia entre la gente: espacio intim o, espacio personal, espacio social v espacio público. El está reservado a las interacciones físicas co m o el am o r o la lucha, mientras que el se utiliza en las conversaciones suaves c intercam bio amistoso, l.a frontera entre estas dos prim eras zonas es de alrededor de medio m etro (1, 5 pies). Más allá de una distancia de 1,5 m etros (alrededor de 4 pies), el espacio personal deja paso al utilizado en los negocios form ales y en los co ntacto s sociales. A partir de 4 m etros (alrededor de 12 pies) com ienza la zona exterior o espacio publtco, en que pueden operar desde el predicador hasta el vendedor de cornetes de helados en la playa* C laram ente, estas zonas pueden variar de una persona a otra y de una cultura a otra — el espacio de conversación de los franceses puede parecer a los más reservados ingleses c o m o una intrusión en su espacio intimo. D eb id o al sentido de territorialidad, es posible argüir que los individuos se organizan en una playa para conseguir una cierta distancia que les separe unos de o tro s. Su o b je tiv o podría ser hallarse lo más cerca posible de aquellos que aman, lo más alejados posible de quienes odien, y a una co nv en iente distancia de aquellos que les inspiran sentim ientos menos definidos. C u a n d o la distribución de la gente en un área se considera de este m o d o , se mide en térm inos de la distancia lineal que separa a un individuo de sus vecinos. Para determ inar el espacio interpersonal, debem os preguntar: “¿cuántos metros de distancia existen entre una persona v su vecino más p ró xim o, su segundo vecino más p ró xim o , su tercer vecino más p ró xim o, e tc .? " Los geógrafos utilizan a m enu do este punto de vista en el estudio de las distribuciones humanas y de sus asentam ientos. (V er Sección 15-1.) El resultado de analizar esta localización relativa de las personas que están en la playa se p roporciona en la Figura 1-4. L os tres m áxim os, cerca de cero, a 2 m, y a 5 m, pueden interpretarse c o m o relacionados al espacio entre parejas menos interesadas en la playa (y por supuesto en la geografía) que en sí mismas, a grupos de familias, y a individuos situados fuera de los grupos familiares y que se m antienen a una respetuosa distancia. E n tan to aumenta la distancia relativa, se alteran los contactos entre grupos h u m an o s. La pdtencia limitada de la voz y del o jo humano implica que la representación de una obra de teatro está cerca del límite de una co m u n ica c ió n directa cara a cara. M ás allá de este limite, la relación la establecen los sistemas v medios de co m u nicación . T am bién en tanto aum enta el tam año del espacio, aumenta el núm ero de personas que pueden estar im plicadas. D e este m o d o , las implicaciones del espacio que vemos en

On The Hidden

Aggression Dimensión

espacio intimo

espacio personal

espacio social

M APAS ISOPLÉTICOS Los mapas isopléticos u de ¡sóplelas constituyen una de la* forma* más corrientes de que se sirven lo* geógrafos para presentar distribuciones espaciales. Alguna» isopleta* reciben nombres distintivos.

ttunon

Lo* mapas de * 3 presentan lineas de tiempo igual. l o * mapas de presentan lineas de precipitación igual.

huyelas

Ijos m apa» de is o n e fa s p resen ta n lincas de n u bo sid ad igual.

isttfenas

Lo* mapas de presentan linea» de acontecimientos binlógicus •|üc se producen al mismo tiempo (por ejemplo, techas de floración de planta*). Los mapas de presentan lineas de temperatura igual. Los mapas de •presentan lineas de coste de transporte igual.

isotermas

isodapana

Uno de lo* mapa» isopléticos más corrientes es el mapa de que presenta lineas a la misma altura por encima del nivel del mar. Las "bolineas" son utiliaadas también por los geógrafos comc* termino general para cualquier tipo de ¡sopletas.

curvas de nivel

o isohipsas

espacio interpersonal

Figura 1-4. Distancias interpersnnilcs.

Éste es un perfil idealizado de la densidad de población en la playa en términos de la distancia existente entre individuos Obsérvense los tres máximos • 1M : N , r'Sl'C O S

Pareias Grupos familiares Otros grupos

Distancia (m)

la playa se extienden mucho más allá, remarcando la organización humana hasta el nivel del mismo planeta. Volveremos a ello una y otra vez en este libro.

Tiempo y difusión espacial

Figura 1-5. Cambios en las densidades de población. Estos gráficos muestran el impacto de la duración del período de observación en las tendencias detectadas en la densidad de población, (a) muestra la tendencia histórica, (b) el ciclo estacional, (c) la fluctuación semanal, y (d) el equilibrio a corto plazo.

La escena de la Figura 1-1 no es real en tan­ to que congela, al producirse un “click” del obturador de la cámara, una configuración que está cambiando constantemente. La fotografía es estáti­ ca; la playa real es dinámica. Una fotografía similar tomada en otro momento mostraría una imagen diferente. El grado de diferencia dependerá del momento en que se produzca el segundo disparo. Una fotografía que se tomara tan sólo unos segundos más tarde mostraría pocos cambios en la población, pero reflejaría el movimiento de las olas al romper. Una fotografía que se tomara unas pocas horas más tarde mostraría una playa vacía y un distinto nivel del mar. Una fotografía que se tomara tras un intervalo de varios meses, en invierno, podría mostrar cambios en algunas de las estructuras físicas. La fotografía tomada algunos años más tarde puede manifestar un cambio substancial en la forma de la propia playa debido a la erosión. Todos los geógrafos trabajan dentro de un contexto temporal específico. Y tal como pone de manifiesto la Figura 1-5, este contexto afecta de modo vital a las conclusiones a las que llegan. En cada gráfico, el número de personas que están en la playa está relacionado con el paso del tiempo. Tras un período de 100 años (por ejemplo, entre 1880-1980), el cambio más destacado es el aumento en el uso de la playa. Como promedio, había más gente que utilizaba la playa a finales de dicho período que al principio. Ello no resulta sorprendente cuando pensamos en el gran aumento de la población en el sur de New England en este período y en el cambio de las actitudes sociales con respecto al tiempo dedicado al ocio. Si reducimos el período de observación a un solo año, obtendremos una curva con el máximo a finales del verano y el mínimo a finales del invierno. Si reducimos el período de observación a una sola semana, la forma de la curva se estrecha en un máximo puntiagudo que corresponde al fin de semana. Pero en un período mucho más corto (por ejemplo, media hora), el número de personas que se encuentran en la playa permanece constante y la curva es horizontal. Estas tendencias generales — de crecimiento acelerado, cíclica, o estabilidad— son .funciones del período en que se realiza la observación. Consideremos lo que veríamos si observáramos la playa a intervalos regulares desde el alba. Las primeras personas que lleguen pueden ser

Máximo del verano

w O Q. © ~o ■ raO "O

_Q

no

a.

CD

rs T3 -O

(a) Tiempo (décadas)

(b) Tiempo (meses)

(c) Tiempo (días)

Sin cambios

\

(d) Tiempo (minutos)

(a) 10 A M.

(c) 12 MEDIODIA

Punto de acceso a la playa

Figura 1-6.

Difusión espacial.

Etapas en la configuración de la difusión de las personas que llegan a una playa vacía en d stintos momentos de una mañana. Obsérvese cómo el proceso de ocupación está relacionado con el punto de acceso a ia playa y con las diferencias en la calidad del medio ambiente de la misma. La desocupación de la playa no es sencillamente el proceso inverso al de ocupación. La tendencia a emprender el regreso a casa a última hora de la tarde, que se ilustra en (d), resulta menos ordenado en términos espaciales. Obsérvese que la “calidad ambienta!" puede incluir elementos debidos a la acción del hombre {como vigilancia de salvamento) juntamente a características naturales (por ejemplo arena en contraste a guijarros)

Calidad del medio ambiente : Alta

(d) 5 P.M.

Baja

DIFUSIÓN En geografía, la difusión es el proceso de extensión o dispersión sobre un área de la superficie terrestre. N o debe confundirse con el uso del término físico que describe la lenta mezcla de gases o líquidos por penetración molecular. En la sección 13-1 se exponen diferentes tipos de difusión geográfica.

lógicamente las que ocupen los “mejores” lugares — que quedan'bien determinados por los requisitos del grupo; por ejemplo, cerca de la orilla se situarán los más jóvenes, y cerca de los coches estacionados se situarán las personas de más edad. En tanto los mejores lugares han quedado ocupados, las personas que continúen llegando deberán ocupar zonas menos atractivas o colocarse en las zonas ya ocupadas, reduciendo el espacio interpersonal y produciendo la configuración que muestra la fotografía. La Figura 1-6 traza la evolución de esta configuración a lo largo de tres horas. Este es un sencillo ejemplo de la difusión espacial de una población, en la que la localización ele un individuo está relacionada con ei momento de su llegada al lugar en cuestión. En otros capítulos presentaremos ejemplos algo más complejos de difusión espacial. La observación de este proceso a través del tiempo no sólo nos permite considerar la configuración espacial presente a la luz de su anterior desarrollo; algunas veces facilita la predicción de la difusión espacial en el futuro. Observando los dos primeros mapas que se incluyen en la Figura 1-6 (y conociendo lo que ha ocurrido en la playa en fechas similares en el pasado), ¿podría realizar una predicción razonable­ mente aproximada de la configuración al mediodía? La tiranía del tiempo y del espacio El tiempo y el espacio forman conjuntamente el marco de la jaula en cuyo interior se desarrolla la vida humana. La Figura 1-7 muestra cómo funciona esta jaula. Imagínese que vive Ud. en una pequeña ciudad cerca de la costa l-7(a). En un sábado dado del verano, decide ir a la playa. Puede elegir entre tres posibilida­ des: en primer lugar, la playa local de la ciudad, situada en A, y hasta la que puede llegar en bicicleta en media hora; en segundo lugar,

(a)

Figura 1-7.

Limitaciones espacio-temporales.

(a) Mapa de los caminos que recorre una familia que se desplaza desde su casa a tres playas locales, (b) Recorrido seguido hasta la p'aya B trazado en un '‘acuario" espacio-temporal, (c) Diagrama que muestra los tres recorridos en términos del momento del día, la distancia, y la operación de las tres limitaciones fundamentales expuestas en el texto, La mayor parte de las investigaciones relativas al impacto geográfico de estas limitaciones espacio-temporales ha sido realizada por geógrafos suecos de la Universidad de Lund.

Mediodía Poblaqión

*

Playa

1 Limitaciones biológicas

x

2. Limitaciones de accesibilidad 3 Limitaciones de actividad ; Playa Playa A B Distancia desde la población

1-3 LA GENTE V ÉL MEDIO AMBIENTE DE LA PLAYA

la playa situada en B, lo que significa pedir prestado el coche familiar y conducir durante una hora; por último, la mejor de las playas posibles, situada en C, en la que puede nadar y practicar el surf, pero que está situada tan lejos, hacia el norte, que es necesario emplear alrededor de 5 horas de difícil conducción pata llegar. ¿Cuál será su elección? Puede trazar su propia elección como un camino que transcurre desde su casa hasta la playa y regreso en término de un diagrama espacio-temporal, semejante a un acuario. La Figura 1 -7(b) muestra lo que ocurre si elige la posibilidad B. Adviértase que la escala vertical es la del reloj que recorre el camino desde la medianoche hasta la medianoche del día siguiente. Las tres elecciones se ilustran en la Figura l-7(c). Observe cómo los recorridos a través del tiempo y del espacio se ven limitados de tres modos distintos. Existe el ritmo familiar de noche y día, con el reloj biológico que existe en nuestro interior solicitando dormir a intervalos más o menos regulares. De modo que deseamos estar en casa a una cierta hora. Existe también la limitación en cuanto a la accesibilidad, tal como indican las líneas diagonales en el diagrama. ¿Puede disponer del coche? Por último existe la limitación de la actividad. Es necesario emplear por lo menos una o dos horas de permanencia en la playa para que valga la pena realizar el viaje. Si observa las tres limitaciones verá como encajan en el conjunto de sus elecciones espaciales. Si no es posible que disponga del coche, entonces la limitación 2 significa que tan sólo la posibilidad de la playa A queda abierta ante Ud. Incluso si dispone de coche, la playa C está situada tan lejos que es muy posible que no valga la pena realizar el largo recorrido teniendo en cuenta el tiempo limitado en que podrá gozar de su estancia en ella (limitación 3). De modo que parece que deberá dirigirse a la playa B. Los geógrafos que trabajan en la Universidad de Lund, al suroeste de Suecia, han realizado un estudio especial del modo en que estas limitaciones espacio-temporales encajan en la actividad humana. Han sido capaces de mostrar cómo el crecimiento de las ciudades, la gama de trabajos a que podemos aspirar, incluso las personas que conocemos y con quienes nos casamos están, todos ellos, relacionados con el tipo de limitaciones que acabamos de exponer. Si somos muy pobres o estamos enfermos, nuestra elección espacial puede verse extremadamente limitada a un área muy local. Si disponemos de dinero, entonces el uso del Concorde o de un jet privado puede ampliar muchísimo nuestros horizontes espaciales. Pero, ricos o pobres, la limitación biológica básica del ser humano como animal circadiano (qu e significa “casi a diario”) permanece. Ninguno de nosotros puede escapar de esta jaula.

El concepto de las relaciones entre el individuo y su ambiente es básico para el pensamiento geográfico y subraya la segunda de las tres cuestiones básicas. Por m ed io a m b ie n te los geógrafos entienden la suma total de condiciones que rodean a una persona en cualquier punto de la superficie de la Tierra. Para los seres primitivos estas condiciones eran ampliamente naturales e incluían elementos tales como la climatología local, el terreno, la vegetación y el suelo. Con el auge de la civilización, los humanos se rodearon a sí mismos de diversos artefactos que, debido a su escala y longevidad, se convirtieron en parte integral de su ambiente. Para el

ciudadano actual el medio ambiente está dominado por estructuras fijas que conforman la vida urbana (autopistas, bloques de casas, superficies de asfalto). El medio ambiente natural ha sido o bien sustituido o bien radicalmente modificado. Las relaciones ser humano-medio ambiente poseen dos vertientes. La primera de ellas se relaciona con la influencia del medio ambiente en la / actividad humana. Podemos expresar esta relación mediante símbolos como A—>H. La segunda radica en que la actividad humana puede alterar un ambiente dado. Ello invierte el orden a H ^ A .

Figura 1-8. C ovarianza espacial. Mostramos aquí tres hipotéticas distribuciones de densidad de población en una playa. En (a) existe una fuerte correspondencia positiva entre la distribución de la población y la calidad del entorno de la playa. En (b) existe una fuerte correspondencia negativa y en (c) existe una escasa correspondencia. Calidad del medio ambiente

¡ti Alta

, . . ’ rf !

Baja

Impactos del medio ambiente en los seres humanos (A ^ H ) Podemos enfocar la relación del hombre con su ambiente volviendo a la escena de la playa. La densidad de población en una playa es en parte una función de la calidad del ambiente. Las buenas playas (por ejemplo, playas de arena fina o con buenos rompientes) tienden a atraer a más usuarios, mientras que las playas malas (por ejemplo las que sufren contaminación por petróleo o la producida por la población canina local) procuran evitarse. Siendo similar el efecto de elementos tales como la climatología y la accesibilidad, podemos relacionar la capacidad de una playa para atraer a los humanos por su calidad ambiental. Incluso dentro del área incluida en nuestra fotografía, las variaciones locales en cuanto a la calidad del medio ambiente pueden producir variaciones en la densidad de población. La Figura l-8(a) muestra cartográficamente la distribución tanto de la población de la playa como del medio ambiente de la misma. El estudio de dos o más distribuciones geográficas que varían dentro de una misma área constituye un estudio de covarian za espacial, idea que hallaremos con frecuencia en este libro. Cuando los dos mapas parecen iguales y las dos distribuciones “armonizan” entre sí, decimos que los dos fenómenos están asociados por el área; es decir, los valores altos de densidad de población en un área se corresponden con valores altos en la calidad ambiental en la misma área, y viceversa, Otros casos hipotéticos de escasa covarianza se ilustran también en la Figura 1-8. La comparación de esta manera de pares de mapas a menudo nos proporciona importante información con respecto a la covarianza espacial de fenómenos diferentes. Las distribuciones pueden también compararse por métodos estadísticos,

pero su exposición se encuentra fuera del alcance de este texto introduc­ torio. El observar la calidad ambiental de una playa en términos de, por ejemplo, su potencial para practicar surfing es tan sólo, evidentemente, uno de los puntos de vista posibles — fuertemente influido por la edad y la nacionalidad de los usuarios. Durante la mayor parte de nuestra historia las cuestiones planteadas se relacionarán con mayor frecuencia con asuntos menos triviales, relativos a los puntos en que puede anclarse un barco con segundad o a la producción de mariscos, que a cuestiones de uso re­ creativo. Debemos pues asumir la presencia de algún tipo de lente o de filtro colocado entre los individuos y su medio ambiente. Esto significa que lo que vem os en una playa puede estar determinado por nuestra edad, nuestros intereses, nuestros ingresos o nuestra etnia, etc. El medio ambiente proporciona una gama de posibilidades entre las que elegir, y tan sólo algunas entre ellas han sido vistas con anterioridad. Por ejemplo, una playa limitada por dunas muy altas puede convertirse de pronto en una atracción para los amantes del vuelo libre. El medio ambiente (las dunas, en este caso) no ha cambiado; pero lo que elegimos ver y hacer en tal ambiente sí lo ha hecho. En este libro emplearemos un espacio importante de la primera parte para describir el medio ambiente de la Tierra, y mucho de la segunda parte exponiendo nuestras reacciones ante él. Deberemos, en consecuencia, observar con cuánta fuerza la interpretación de un ambiente dado se ve condicionada por factores sociales, culturales y tecnológicos.

S IS TE M A

Un sistema es un grupo de elementos o componentes que operan juntos a través de un conjunto regular de relaciones. De este modo podemos considerar la playa como un sistema en que sus diversos componentes — guijarros, arena, bancos de lodo, y similares— están unidos mediante un conjunto de relaciones en las que se incluyen la potencia de las olas, de las mareas y de los vientos. Los geógrafos están particularm ente interesados en los sistemas que enlazan a las personas con su medio ambiente.

Modificaciones humanas de los ambientes ( H ^ A ) Al mismo tiempo que los seres humanos se ven afectados por su medio ambiente, poseen también alguna capacidad para modificarlo. Por ejemplo, pueden alterar la forma de una playa construyendo muros de defensa y cambiar su calidad lanzando petróleo y basuras. De nuevo el factor tiempo debe entrar a formar parte de nuestro análisis, ya que el impacto de la acción humana es a " menudo “retardado” en cuanto al tiempo. Un impacto retardado es el que se produce con posterioridad en el mismo lugar o con posterioridad en un lugar distinto. Un ejemplo del primer tipo sería cuando en los tejidos de los animales marinos y de los pájaros que de ellos se alimentan se van concentrando lentamente desechos industriales tóxicos. (Ver Figura 8-13.) Un ejemplo del segundo caso se produciría cuando la protección ejercida Sistemas humanos (relaciones H/H)

¿ 2c Io) I ro

£ cD O
***Qu ¡nto o rden de m agnitud. Áreas con una gama de diámetros desde 12,5 km hasta 1,25 km (7,77 hasta 0,777 millas). Un ejemplo típico de la media de esta gam a lo proporciona el C en tral Park en la ciudad de New York. Evidentem ente sería posible, tal com o m uestra la Figura 1-11, continuar descendiendo hasta una sexta posición y más allá, pero las cinco clases que presentamos cubren la gama principal en que operan los geógrafos. Obsérvese que las diferencias entre órdenes de magnitud no son lineales: el con traste entre el segundo y el quinto orden no es de una diferencia de 3 sino de 10 x 10 x 10 (es decir, 10\ o

1000).

moderno trabaja con un conjunto de regiones ambientales de tamaño cada vez mayor. Éstas abarcan desde el microambiente del individuo en entornos locales hasta el macroambiente de la humanidad como un todo. La Figura 1-10 muestra lo que ocurre cuando variamos nuestro enfoque. En la 1-10(a) la imagen que se encuentra en el visor de la cámara es claramente la de tan sólo dos individuos en una playa. En tanto retrocedemos la posición de la cámara, la imagen cambia. En (c) los individuos se han perdido entre la masa y en (d) incluso la masa de gente no resulta ya visible. Pero obsérvese que en (e) ha surgido una nueva característica, la forma familiar en anzuelo del cabo Cod en la costa de New England. Por último, ésta también desaparece (g) y una nueva característica, el propio globo, aparece en el encuadre (n). Así, en tanto los geógrafos se alejan de la playa, surgen nuevas realidades espaciales. Al igual que ocurre con la pintura, debemos colocarnos a la distancia adecuada para observar su significado. De ello depende el nivel de detalle, la resolución espacial, que puede verse, Si nos acercamos demasiado la pintura se convierte en un entresijo de pinceladas de color. Si nos alejamos demasiado, todo lo que veremos será un rectángulo de tela abigarrado de colores colgado en un lejano muro. A lo largo de este texto expondremos estudios geográficos limitados a los tamaños, u órden es d e m ag n itu d , entre estos dos extremos. A pesar de que las variaciones son considerables, el geógrafo está interesado en una estrecha “ventana” dentro de la escala de la investigación científica. En la Figura 1-11, las áreas principales de investigación científica están trazadas en escala de centímetro. Las anotacio­ nes expositivas (en que 1000 se escribe como 103, 1 como 10°, 0,001 como 10- 3 , etc.) se utilizan para presentar una amplia gama de variaciones en el mismo diagrama."' Ó rd e n e s de m a g n itu d g e o g rá fica

V e r A p é n d i c e A par a las tab la s de c o n v e r s i ó n de c o n s t a n t e s del si s te m a m é t r i c o a m e d id a s n o m é tr i c a s .

10'fl anos luz

Diámetro de la Via Láctea 10

10 10

20 Estrella fija más próxima

Circunferencia de la Tierra en el Ecuador

1 año luz 10'

Extensión de ¡os Estados Unidos

Distancia Tierra -Sol

10* 10

10

— Circunferencia de la Tierra en el Ecuador , Zona de interés para los geógrafos

Estado de New York 10'

++ ¥+ Altura de un hombre adullo

Manhattan, New York

10'

O 10L

Dirección del vueto de un avión Mapa del edificio

Posición del avión en el Posición del avión en el momento de la fotografía 1 momento de la fotografía 2

Figura 2-12. Efectos estereoscópicos.

Diferencias de altura en fotografías aéreas emparejadas. Se muestran fotografías sucesivas de un mismo edificio tomadas desde dos posiciones de un avión mediante desplazamientos horizontales de su imagen en las dos fotografías

60 por ciento de solapamlenío delantero

Recorridos paralelos del vuelo del avión

Figura 2-13. Configuraciones del vuelo de reconocimiento.

Las fotografías aéreas utilizadas para el análisis estereoscópico poseen tanto un solapamiento delantero como lateral. Este efecto se consigue mediante una configuración de vuelo similar a la estela que deja tras de sí un cortacéspedes

sucesiva, debido a la configuración del vuelo. La localización de fotografías en series de este tipo se ve facilitada por una ban d a de oscilación incluida automáticamente en la parte superior de cada fotografía, lo que proporcio­ na información del número de salida, localización general, fecha y hora de la exposición, distancia focal de la cámara, altura del vuelo, y tipo de película. Las parejas de fotografías que se solapan como ilustra la Figura 2-13, reciben el nombre de parejas estereoscópicas (del griego stereos, sólido). Los estereoscopios son instrumentos que nos permiten observar dos imágenes solapadas de la misma área tomadas desde ángulos distintos. Al observar las dos fotografías a través de un par de lentes las enfocamos en una sola imagen que nos ofrece la apariencia de solidez o relieve. Los desplazamien­ tos horizontales se perciben como desplazamientos verticales en una tercera dimensión (vertical). Los equipos estereoscópicos modernos permiten al observador convertir imágenes verticales en mediciones de altura y permiten por lo tanto la producción rápida de mapas topográficos. El bajo coste ha sido un factor crítico en el creciente uso de prospeccio­ nes aéreas para la vigilancia ambiental desde los últimos 40 años. Además de las ventajas de su bajo coste, las fotografías aéreas pueden mostrar características que no son visibles desde eí suelo y detectar rápidos cambios ambientales. Volveremos a estos aspectos, cada día más importantes, que componen este tema, hacia el final de este libro cuando, en el Capítulo 23, expongamos los estudios realizados por percepción remota y el papel que juegan en la tarea del geógrafo. Así pues, en este capítulo nos hemos ido desplazando desde una visión de los pueblos primitivos observando lo que les rodeaba desde la playa y atisbando un mundo que les era desconocido hasta los modernos estudios realizados desde el aire y desde satélites en órbita. En los próximos cuatro capítulos veremos el tipo de mundo que las exploraciones realizadas entre estos dos extremos pusieron de manifiesto.

Resumen 1.

2.

La determinación de la forma y del tamaño de la Tierra ha interesado a ios geógrafos desde los tiempos del cosmólogo griego Eratóstenes. Las mediciones realizadas a partir del siglo dieciocho demostraron que la Tierra no es una esfera, sino un elipsoide; ello ha provocado algunas dificultades en la elaboración de los mapas. La localización específica sobre la superficie de la Tierra puede realizarse dando nombre a los lugares. La toponimia tiene grandes inconvenientes: es especialmente imprecisa, el número de nombres utilizado es enorme, no se hallan estandarizados y a menudo un lugar posee más de un nombre. Las cuadrículas de referencia permiten la localización de puntos sobre la superficie de la Tierra a especifi­ car mediante un sistema de coordenadas. Entre tales sistemas se incluye el de las coordenadas cartesianas y una forma modificada utilizada en los Estados Unidos, el range, township an d section m ethod. Las

3.

4.

situaciones especiales requieren algunas veces la utilización de un sistema de coordenadas polares que se basa en acimuts y en distancias desde un origen. El problema de localizar lugares sobre la superficie esférica de la Tierra utilizando el sistema cartesiano se solucionó utilizando la red geográfica de meri­ dianos y paralelos. Las localizaciones precisas en esta red se indican mediante la latitud y la longitud. Se construyen globos utilizando el sistema de red esférica con adición de escala, La información de localizaciones se distorsiona cuando se transfiere desde una esfera a un mapa, y se han desarrollado las proyecciones cartográficas para solucionar tal problema. Las proyecciones son tan sólo soluciones parciales, puesto que puede mantenerse una absoluta precisión en la forma, o en el área, pero nunca en ambas a la vez. Las proyecciones conformes remarcan la primera carac-

2-4 LOCALIZACIÓN DESDE EL AIRE

5.

terística; las proyecciones equivalentes la segunda. Actualmente los geógrafos consideran que las foto­ grafías aéreas están resultando cada día más útiles para el análisis espacial. Tras haber corregido la distorsión fotográfica, pueden utilizarse como sus­ titutos de los mapas. Las parejas estereoscópicas de fotografías en solapamiento proporcionan una visión

tridimensional que permite cartografiar las alturas. El coste relativamente bajo de los trabajos cartográ­ ficos realizados desde el aire los hace muy conve­ nientes en la investigación ambiental. En el Óapítulo 23 exponemos los últimos avances realizados en este campo debido a la incorporación de satélites para percepción remota.

Reflexiones 1.

Consulte un mapa topográfico de la localidad donde vive y confeccione una lista con los nombres dados a ríos y otros cursos de agua. Haga lo mismo utilizando un mapa de otro lugar de su país. ¿Existen variaciones entre las dos listas? ¿Qué puede haber provocado las variaciones?

2.

Haga que los miembros de su clase identifiquen en una lista de “posibles” (a) los estados que consideran parte del Medio Este y (b) los estados que consideran como parte del “Medio Oeste” de los Estados Unidos. ¿Puede identificar un área donde haya unanimidad de criterios? ¿Existe algún tipo de “dificultad” en la definición de límites?

3.

Repase la sección que trata del sistema de coordenadas esféricas de la Tierra. ¿Cómo se determina la localización de (a) el ecuador y (b) los polos?

4.

¿Qué efectos posee el “township and range system” utilizado en los estudios sobre la división territorial con

(a) el paisaje rural y (b) el paisaje urbano de las zonas central y occidental de los Estados Unidos? Consulte dos atlas de la biblioteca de su escuela que muestren el contorno de su propio país sobre distintas proyecciones cartográficas. (El título de la proyección normalmente aparece en el margen inferior de la página del atlas.) Compare estos diseños con la “verdadera” torma de su país en el globo. ¿Qué proyecciones parecen producir (a) la mayor y (b) la menor distorsión? ¿Depen­ den estos factores en algún modo de la posición que su país ocupa sobre el mapa? ¿Por qué? 6.

Repase el significado de los términos siguientes: meridianos y paralelos latitud y longitud topónimos proyecciones cartográficas cuadrícula de referencia desplazamiento horizontal coordenadas esféricas parejas estereoscópicas township, range and estereoscopios section

U n paso adelante... Para un recuento básico pero breve de la diversidad y alcance de los mapas utilizados por los geógrafos, ver: Tyner, J., The World o f Maps and Mapping (McGraw-Hill New York, 1973) y hojear uno de los dos textos estándares que introducen a los principios y la práctica de la elaboración de mapas: Robinson, A.H., et al, Elements o f Cartography, 2.a ed. (Wiley, New York, 1978) y Ihrower, N.J.W., Maps and Man: An Exammation o f Cartography m Relation to Culture and Civilization (Prentice-Hall, Englewood Cliffs, N.J., 1972). Los vínculos entre mapas y literatura se exploran en: Manguel, A., y G. Guadalupi, The Dictionary o f Imaginary Places (Macmillan, Londres, 1980). Post, J.B., An Atlas o f Fantasy (Souvenir Press, Londres, 1980). La historia de los esfuerzos del hom bre para conocer la distribución exacta de las características geográficas del mundo se tratan am pliam ente en:

Bagrow, L., in R.A. Skelton, Ed., History o f Cartography (Harvard University Press, Cambridge, 1964). y se resume con m ayor brevedad en: Abler, R., J.S. Adams, y P. Gould, Spatial Organization: The G eographer’s View o f the World (PrenticeHall, Englewood Cliffs, N.J., 1971), Cap. 3. Los principios básicos de la fotointerpretación y ejemplos de la utilización de las fotografías aéreas en la investigación se proporcionan en: Leuder, D.R., Aerial Photographic Interpretation (McGraw-Hill, New York, 1959). En las publicaciones de la NASA pueden encontrarse excelen­ tes ejemplos de fotografías de la Tierra realizadas desde naves espaciales. Para los más recientes desarrollos experimentados en la elaboración de mapas, consultar el International Yearbook of Cartography (de publicación anual) y el Journal of Cartography y el Surveying and Mapping (am bos de carácter trimestral).

PRIMERA PARTE

El desafío del medio ambiente

En esta primera parte presentamos el ✓ punto de vista de un geógrafo con respecto a! incierto medio ambiente planetario en que evoluciona y vive ¡a población humana, con densidades en continuo aumento, Los ambientes como ecosistemas (Capítulo 3) proporciona un contexto para la visión dél medio ambiente de la Tierra en términos de su importancia para la población humana. Observa la dependencia ecológica de los seres humanos en una serie de ciclos fundamentales — como por ejemplo el ciclo del carbono o el ciclo hidrológico— y muestra a nuestra propia especie como uno de lo? muchos organismos interdependienles basados cada uno de ellos en intercambios a nive, mundial de materia y energía. El medio ambiente mundial (Capítulo 4) valora

la calidad inherente de la Tierra como morada permanente de la humanidad. Muestra que la fertilidad del planeta varia enormemente de un lugar a otro, y considera los factores principales que subrayan esta variación espacial a diversas escalas geográficas Los geógrafos consideran adecuado referirse a esta variación en términos de una sene de regiones ambientales, formando cada una de ellas un modulo dentro del que domina un conjunto particular de relaciones ecológicas Los dos últimos capítulos tratan de los cambios experimentados por el medio ambiente a través del tiempo. Cambios ambientales (Capitulo 5) se centra en los lentos cambios, a largo píazo, de los climas y del nivel del mar y los compara con las variaciones a corto plazo que se producen en el transcurso de las estaciones y de ios

años Incertidumbres y riesgos (Capítulo 6) expone los cambios que ■ preocupan a la humanidad de modo más directo. Son estas incertidumbres a medio plazo en cuanto al clima y a los acontecimientos súbitos y algunas veces catastróficos que acompañan a ¡os ciclos regulares de cambio. Se presta una especial atención a los acontecimientos geofísicos extremos -terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, ciclones— que convierten a algunos entornos en demasiado peligrosos para el asentamiento humano. Conjuntamente, los cuatro capítulos que forman esta primera parte proporcionan una introducción al "escenario" en que se representará el drama de la actividad del hombre que describimos en las siguientes secciones de! libro.

Trataremos ahora, con mayor detalle, de la lucha por la existencia. C

harles

D a r w in

The Origin ofSpecies

(1859)

CAPÍTULO 3

Los ambientes como ecosistemas

Algunas veces se describe a los geógrafos como aquellos científicos que estudian ‘‘la Tierra como morada del hom bre”. En esta primera parte del libro consideraremos a la Tierra desde este punto de vista. Al estudiar el entorno natural del globo, nuestro punto de vista será algo distinto del que se plantearía un "científico puro” como por ejemplo un geofísico. Conjuntamente con las dificultades técnicas que entraña el medir y cartografiar características ambientales tales como tipos de suelo o régimen de precipitaciones existen las de tipo socioeconómico relacionadas con la valoración de las propiedades que son importantes para los seres humanos. Grupos humanos distintos, poseedores de distintas tecnologías, consideran un mismo ambiente de modos bien distintos. ¿Podemos identificar algunos elementos comunes que producirán las mismas reacciones entre todos los grupos?

Los seres humanos no están ajenos al ecosistema mundial, sino que son una parte intrínseca del mismo. La respuesta que presentamos ante un particular desafío ambiental depende en gran medida de nuestra propia fisiología animal, a pesar de que nuestra respuesta se ve modificada hasta cierto punto por nuestra cultura y por el sistema económico que nos rige. Por ello no podemos comparar directamente la utilidad de un área con sus cualidades ambientales innatas. En este capítulo consideraremos en primer lugar la naturaleza del desafío que presenta el medio ambiente. ¿Qué es lo que el hombre necesita obtener de la Tierra? En segundo lugar, veremos de qué modo los seres humanos forman parte de este medio ambiente, unidos a él a través de un conjunto complejo de flujos de energía y materia. En esta parte del capítulo presentamos el concepto de sistemas en general y de ecosistemas en particular. Ello nos conducirá a nuestra

tercera sección, en la que tratamos de valorar la productividad del globo. Al plantear las cuestiones fundamentales relativas a la geografía de la Tierra que planteamos en este capítulo, nos introduciremos en el campo de la geografía física. Esta rama de la geografía analiza la estructura física de nuestro medio ambiente planetario— las formas del modelado terrestre, los climas, la vegetación, etc. En parte debido a que la geografía física se encuentra estrechamente ligada a otras ciencias naturales (geofísica, geología, meteorología, botánica, etc.) y en parte debido a su más larga historia, es normalmente una de las ramas más vigorosas y más desarrolladas de la geografía (Sección 25-2, especialmente Figura 25-8). Posee los modelos teóricos más desarrollados, y 'su capacidad predictiva ha alcanzado ya niveles que es muy poco probable

alcancen el resto de los campos englobados en la geografía durante algunas décadas, si es que llegan a hacerlo. Por lo tanto, cualquiera que trate de resumir sus conceptos en unos pocos capítulos deberá hacerlo limitándose a la utilización de amplías pinceladas. Los estudiantes que hayan ya seguido cursos introductorios a la ciencia de la Tierra o un curso elemental de geografía física desearán

recorrer rápidamente los próximos capítulos o concentrarse en las lecturas sugeridas en la sección “Un paso adelante...". Si los conceptos presentados en tales capítulos resultan nuevos para Ud., recuerde que constituyen los primeros peldaños en un campo de la geografía que podrá estudiar con mucha mayor profundidad en los cursos más avanzados.

El desafío más importante a la ocupación humana de la superficie de la Tierra lo plantea el medio ambiente. Hemos ya definido este medio ambiente en nuestro capítulo de introducción como la suma total de las condiciones que rodean a los seres humanos sobre la superficie de la Tierra. Pero esta amplia definición necesita perfilarse ahora. Vamos a considerar este medio ambiente con mayor detalle. La estructura del medio ambiente Las divisiones más importantes del medio ambiente se ilustran en la Figura 3-1. En 3-1 (a) observamos la diferencia fundamental entre el mundo no viviente y el mundo viviente del que el hombre forma parte. En términos ambientales, el primero de ellos es el medio ambiente abiótico y el segundo el medio ambiente biótico. El medio ambiente abiótico puede subdividirse en términos de su estado físico como sólido, líquido o gaseoso. La tierra sólida se denomina litosfera (de la palabra griega lithos que significa roca). Está rodeado por dos capas cada una de ellas de hasta 11 km (7 millas) de grosor: una capa discontinua de líquido denominada h id rosfera, y una capa continua de gas denominada atm ósfera. En comparación con el tamaño del planeta Tierra cuyo diámetro es de 12 700 km (7900 millas), estas dos capas son muy delgadas, mucho más delgadas, en comparación, que la piel de una buena manzana. El mundo viviente de la biosfera (Ver Figura 3-1 (d)) es aún más delgado. Si definimos la biosfera como el entorno biótico en que se encuentran los elementos vivos, se extiende a través de la profundidad de los océanos, pero se limita a las capas inferiores de la atmósfera (pájaros, insectos voladores, microorganismos). Sobre la superficie de la Tierra, la biosfera se extiende hacia arriba hasta más de 110 m (360 pies) (la altura de las secoyas gigantes del noroeste de California) y hacia abajo a lo largo de muchos metros en que se encuentran los microorganismos del suelo o en las profundas cavernas y fracturas de las rocas. En el interior de la capa menos profunda de la biosfera existe una inmensa variedad de organismos vivos. Los biólogos han descrito más de un millón de especies animales y un cuarto de millón de especies vegetales. El total existente es, por supuesto, mucho mayor. Los 4300 millones de seres humanos que en la actualidad pueblan la Tierra pertenecen a una sola especie, el H o m o sapiens. Necesidades del entorno humano La larga evolución del H om o sapiens como especie animal nos ha proporcionado unas necesidades ambientales altamente específicas. A semejanza de un pez atmosférico, nadamos en

medio de un gas rico en oxígeno que tan sólo se encuentra cerca de la superficie del menor de los planetas. En vista de la multiplicidad de Biótíco condiciones físicas y químicas en el universo conocido, los seres humanos . Abíótico son una creación altamente especializada, cuya supervivencia depende de-^ un tenue vínculo. En un nivel de oxígeno reducido de nuestro medio ambiente, comenzamos a resollar; cuando la proporción de hidrocarburos ' aumenta, comenzamos a toser; si nos sumergimos en el agua, nos ahogamos a los pocos segundos; privados de agua, nos atrofiamos y morimos a los pocos días. Pero como habitantes del planeta Tierra parecemos ser mucho más fuertes. Disponiendo de una atmósfera no polucionada, nuestra tolerancia a las condiciones climatológicas actuales (lluvias, vientos, radiación solar) es razonablemente buena. El elemento climatológico hacía el que mostramos la mayor sensibilidad probablemente sea la temperatura. Somos mamíferos de sangre caliente con una temperatura corporal promedio de alrededor de 37fcC (98,6°F). Una 1.0 exposición prolongada a condiciones que aumenten o disminuyan esta temperatura corporal normal en más de unos pocos grados provoca daños Atmósfera permanentes de los tejidos y la muerte. Las amplitudes extremas de temperatura corporal que se han registrado históricamente en una persona Hidrosfera Litosfera viva son de 44°C (11Í°F) y 16°C (61 °F). Comparemos estas cifras con las variaciones reales en la temperatura del aire de superficie sobre 1.a Tierra dadas en el Cuadro 3-1. Ello demuestra que nuestra tolerancia extrema es sólo de una quinta parte de la amplitud térmica de la Tierra; al tiempo que estamos mucho mejor dotados para los períodos más cálidos de la superficie del planeta que para los más fríos. El frío extremo supone un límite mucho más significativo para la existencia humana sobre la Tierra, que el calor extremo. ¿De qué modo podemos valorar si un entorno es tolerable para la vida humana? Se han realizado muchos intentos para estimar los entornos climáticos utilizando sencillas combinaciones de temperatura, humedad, Figura 3-1. Elementos principales radiación y velocidad del viento. Un índice sencillo utilizado por el en la estructura del medio ambiente. Observe el modo en que la biosfera se National Weather Service de los Estados Unidos es el índice de temperatu­ concentra a lo largo de las interfases entre ra-humedad (THI). Este índice se basa en las lecturas de temperatura de los tres entornos abióticos —la atmósfera, la dos termómetros Fahrenheit, el depósito de uno de los cuales se mantiene hidrosfera y la litosfera. siempre húmedo. La evaporación hará que la temperatura registrada en el

Cuadro 3-1. Temperaturas extremas a nivel mundial

Tem peratu ra C aracterística térm ica LECTURAS INDIVIDUALES Superior Inferior SERIES DE LECTURA Mayor Menor PROMEDIOS ANUALES Más caluroso Más frío

(°C)

(°F)

58,0 -88,3

136.4 -126,9

88,9 13.4

160,0 24,1

31.1 -57,8

88.0 -72.0

Situación

San Luis Potosí. México (1933) Vosíok. Antártida (1960)

Verkhoyansk. Siberia Fernando de Noronha. Atlántico Sur

Lugh Ganane, Somalia 78°S. 96°E. Antártida

Figura 3-2.

45

Tolerancia humana a las oscilaciones climáticas.

El gráfico muestra las zonas de confort, molestia y peligro para los habitantes de zonas climáticas templadas. Las temperaturas del termómetro seco en °F aparecen a la derecha del diagrama. [Según V. Olgay, a partir de R G, Barry y R J. Chorley, Atmósfera, tiempo y clima (Ed. Omega, S.A., Barcelona, 1984), Fig. 7-1.]

40

98 6 °F 35

30

25 68° F a 20

J

78° F

15

10

5

0

-5

o 32 F

termómetro cuyo depósito está húmedo sea inferior a la registrada por el termómetro normal, de depósito seco. Cuando el aire está húmedo, existe i poca evaporación y las lecturas de Jos dos termómetros son similares. El T H I es la suma de las dos lecturas multiplicada por una constante (0,40) y sumada a otra constante (15). Si los dos termómetros registran temperatu­ ras de 70°F y 65°F, el T H I será de 0,40 x (70 + 65) -I- 15, o 69. En un T H I de 75 sin movimiento del aire, alrededor de la mitad de las personas que se encuentran en un despacho no se sienten cómodas; a 80 muy pocas siguen estando cómodas y a 86 existen normas que sugieren que todos los trabajadores (por lo menos así ocurre en los edificios estatales de ios Estados Unidos) sean enviados a su casa. Estos niveles se aplican cuando el aire no circula libremente. Tal como indica la Figura 3-2, el viento reduce el efecto producido por una alta temperatura y humedad, y hace las condiciones más soportables. Por otro lado, cuando las temperaturas son bajas, los fuertes vientos aumentan considerablemente el nivel de inconfortabilidad. De este modo, cualquier índice de confort humano debe incluir con claridad un factor de enfriamiento relacionado con las velocidades del viento. Por muy sofisticado que sea un índice, tan sólo puede describir reacciones promedio. Los individuos varían considerablemente en su capacidad para soportar oresiones. Nuestro sexo, las características de nuestro cuerpo, la herencia genética, el grado de alimentación y el trasfondo cultural son factores que afectan a nuestra tolerancia ambiental. La mayoría de los índices han sido probados en ciudadanos estadouniden­ ses, y creemos que las reacciones de los nativos del Nepal, los esquimales o la tribu de los kikuyus serán algo distintas.

Los recursos ambientales como reguladores de la población La vida humana se mantiene mediante un flujo interno de nutrientes y un flujo externo de desechos. La Figura 3-3 muestra los inputs y outputs diarios calculados para un individuo varón de talla media de 70 kilos. Los inputs en forma de agua, comida y oxígeno permiten la renovación y el crecimiento de los tejidos del cuerpo, y proporcionan la energía para la respiración, la circulación de la sangre y el movimiento. La energía consumida se transforma en calor y regresa a la atmósfera. La materia desechada procedente del proceso metabólico forma los outpus, en parte sólidos, en parte líquidos y en parte gaseosos que completan el ciclo de input-output. La energía necesaria para mantener la vida se mide en términos de calorías. Tales necesidades diarias están en relación con el sexo, la edad, el peso corporal y la cantidad de trabajo a realizar. Mientras que un niño de dos años puede subsistir con 1000 calorías diarias, una mujer embarazada necesitará el doble de esta cantidad. Un hombre que realice un fuerte trabajo físico necesitará entre 3000 y 4000 calorías diarias. Las necesidades de energía son tan sólo una medida cuantitativa, mientras que Jos inputs de

Medio ambiente

Hombre Input

Agua Alimento Oxígeno

2,22 kg 0,52 kg 0,86 kg

70-¡«3 £

'154 I b )

Agua Sólidos Gases

Figura 3-3. Dependencia del hom bre del sistema medioambiental. La vida humana depende de un intercambio continuo de materia con el entorno de la Tierra. Las cifras que aparecen en el gráfico son los inputs y los outputs diarios estimados en un hombre adulto.

2,54 kg 0,06 kg 0,98 kg

Output

alimentos deben poseer ciertos requisitos cualitativos. Por ejemplo, nuestra dieta necesita contener alrededor de un 10 por ciento de su contenido en proteínas. El suministro de alimentos es uno de los mecanismos de input críticos por el cual el entorno controla a todos los animales (incluyendo también, a la larga, a los animales humanos). Considérese la Figura 3-4, que presenta dos modos en que puede crecer una población. En la primera, los cambios en número se ven limitados por el suministro alimenticio. El aumento numérico en una estación implica una cantidad menor de alimento para cada miembro de la población, lo que proporciona una reducida posibilidad de supervivencia, y el retorno de la población a su posición original. Si seguimos la secuencia de las flechas, veremos cómo la población tiende a regresar a un nivel de equilibrio. Los circuitos de este tipo se definen como feedbacks n egativos (o autorregulados) y son típicos de poblaciones estables. La Figura 3-4(b) muestra a modo de contraste una situación incontrolada. En este caso, el suministro alimenticio es abundante, el crecimiento no se ve cortado por el hambre, y de este modo la población crece rápidamente. Tales situaciones inestables se caracterizan por feed­ backs positivos (o autosostenidos).

Aumento del tamaño de la población

1—^

Muy pocos alimentos : para teda !a población, muchos !f íQi 11UÍ P

(a)

Aumento del . tamaño de la población

|

T

Inicio deí crecimiento de la población

Más defunciones de lo normal

Autorregulación del tamaño de la población Feedback

Equilibrio del tamaño de la población

Figura 3-4.

C on trol de población

y feedbacks.

Los diagramas muestran cómo los mecanismos de feedback regulan los volúmenes de población. En (a), el feedback negativo conduce a una autorregulación. En (b), el feedback positivo conduce a cambios que se automantienen. [Según W. B. Clapham, Jr., Natural Ecosystems (Macmillan, New York, 1973). Fig. 104, p 12 ]

Alimentos disponibles paratoda ^población

Número normal efe defunciones

t

Inicio del crecimiento de ia población

(b)

Aumento autosostenido del tamaño de la población

Feedback

Mayor tamaño de ía población

TÉRMINOS CLAVE EN EL ESTUDIO DE LOS ECOSISTEMAS

Biotopos son las principales zonas ambientales de la Tierra señalados por una cubierta vegetal distintiva (por ejemplo, el biotopo de la tundra subártica). Capacidadpoblacional es el número máximo de población que el entorno de un área particular puede soportar. Clímax es el estado de equilibrio alcanzado por la vegetación de un área cuando no se realiza ningún tipo de manipulación en ella durante un largo período de tiempo. Comunidades son grupos de animales y plantas que habitan en el mismo

3-2

Sistemas y feedback

entorno y de alguna manera son dependientes entre sí. Eficiencia ecológica mide la capacidad de los organismos en una cadena de alimentación para convertir la energía recibida en materia viva. Ecología es el estudio de plantas y animales en relación a su medio ambiente. Ecosistemas son sistemas ecológicos en que plantas y animales están vinculados a su medio ambiente a través de una serie de circuitos de feedback. Cadenas de alimentación describen la serie de etapas que atraviesa la energía en forma de alimento dentro de un ecosistema. Redes tróficas son complejas redes de cadenas de alimentación.

Las relaciones depredador-presa describen los vínculos entre la población de un conjunto de animales (la presa) que otro conjunto (el depredador) da caza para conseguir alimento. Series son las etapas transicionales en la sucesión de las plantas. Sucesión describe la secuencia ordenada de cambios en la vegetación de un área a través del tiempo en tanto atraviesa las etapas de transición (series) rumbo a un equilibrio (o clímax). Niveles tróficos son las etapas principales en la cadena de alimentación, ocupando las plantas el primer nivel, los herbívoros el segundo y los carnívoros el tercero.

La relación entre una población (por ejemplo de seres humanos) y su entorno a través del suministro alimenticio es un ejemplo de ecosistema. La palabra ecosistema es un término abreviado de “sistema ecológico”. Así, para comprender algo con respecto a estos sistemas, debemos tratar de definir claramente lo que queremos decir con las palabras sistema y ecología. Ello nos permitirá tratar acerca de la naturaleza de los eco­ sistemas, sus estructuras, y el porqué su comprensión resulta tan importan­ te en geografía.

La naturaleza

de los sistemas Definimos aquí un sistema como “un conjunto de componentes y las relaciones entre ellos”. Tal como ilustra la Figura 3-5, consta de tres ingredientes esenciales, los componentes o elementos, las relaciones entre ellos y el límite que separa el sistema del resto del mundo.

Figura 3-5. Ciclos en el ecosistema. (a) Los dos intercambios principales de energía y materia entre la biosfera y el ambiente abiótico. (b) Movimientos internos de energía y materia dentro de la biosfera. Obsérvese la organización de plantas, animales y descomponedores en la cadena de alimentación.

Ciclos de los nutrientes

o = 3 c

'Q .o ^ o

w£ — 2

a3 o. ~o (D

"O to Q) (I) C .2 n O as oo

ü £ 8

Incendios raros pero ocasionalmente •severos

(c) Control del sistema: quemado regular

O 0) a3 "O "O 03 P \n c

Extinción ^ d e l incendio Tiempo

Foco natural de fuego

Tiempo

0 Incendio bajo control

La idea esencial del sistema es por lo tanto muy sencilla. Centra la sistemas incontrolados y controlados. atención en el comportamiento e interrelación de varios componentes der Modelo de incendio forestal (a) bajo entorno, cada uno de ellos operando en conjunto. La naturaleza de los ecosistemas Tal como habíamos observado ante­ riormente, los ecosistemas son sistemas ecológicos en que las plantas y los animales se encuentran unidos al entorno mediante una serie de relaciones, algunas de las cuales forman circuitos de feedback. El término “ecológico” data del año 1868, cuando el biólogo alemán Ernst Haeckel lo utilizó al exponer sus estudios de las plantas en relación a su medio ambiente. Deriva de la palabra griega oikos que significa “casa” o “lugar en que vivir” y se utiliza como vínculo directo con la preocupación del geógrafo de conside­ rar a la Tierra como morada de la humanidad. Se observará la existencia de vínculos entre geografía y ecología en muchos puntos expuestos en este libro. Ecosistem as: un ejem plo a escala local La manera más sencilla de presentar ia estructura de un ecosistema es considerar un ejemplo conocido, a escala local. Podemos quedarnos en la playa y observar las reacciones de la vida animal y vegetal ante los cambios ambientales que se producen dos veces al día en la zona de mareas. Podemos encontrar un ejemplo aún mejor desplazándonos tierra adentro hasta llegar a un pequeño lago, como el que aparece en la Figura 3-10. Un lago es una masa de agua dulce permanente. ¿Qué inputs y outputs físicos recibe? Como participante en el ciclo hidrológico, recibe inputs del agua dulce de los ríos que en él penetran y de la lluvia y pierde agua a través de los ríos que de él salen y de la evaporación. Su ínput más importante lo constituye, sin embargo, la energía solar que recibe directamente del Sol. Ello calentará las capas superiores del lago fuertemen­ te en verano y producirá importantes diferencias verticales en la temperatu­ ra del agua a través de las estaciones del año. Además de los procesos físicos mediante los que se produce el flujo del

condiciones naturales, (b) La intervención del hombre mediante fuegos controlados (c) puede reducir la virulencia de los incendios. Los intentos de conseguir una protección completa (d) pueden aumentar la severidad del fuego debido a la acumulación de restos. Ello puede ser compensado por la poca frecuencia relativa en que se producen los incendios. Obsérvese que el modelo que se ¡lustra aparece muy simplificado.

Figura 3-10. Lagos y características ambientales. El Outdubs Tarn (centro), situado en el Lake District al noroeste de Inglaterra, constituye un ejemplo de los ecosistemas lacustres presentados en este capítulo. Este pequeño lago (de unos de 50 m de ancho) se va rellenando gradualmente por ¡os sedimentos procedentes del río que allí desagua (izquierda) y por la invasión de la vcgctación. La maraña de musgos y juncos se asemeja a un anillo que rodea las oscuras aguas del propio lago; el anillo exterior (de tono gris más oscuro) está formado por arbustos y árboles, que se entremezclan a su vez con las capas de musgo y cañas. La colmatación de este pequeño lago es un proceso lento en términos humanos, quizá de algunos siglos, pero rápido en términos de tiempo geológico. Obsérvese también la corriente que fluye desaguando en el lago Esthwaite Water (derecha) mucho mayor y más profundo. [Fotografía de Aerofilms.]

agua, depósito de sedimentos, cambio de las temperaturas, etc., existen procesos biológicos mucho más complejos en acción en y alrededor del lago. La luz solar proporciona energía que utilizan las plantas verdes microscópicas que viven en el lago (el fitoplancton) para convertir los elementos químicos inertes en el agua en alimento. Estos organismos proporcionan alimentación a las pequeñas larvas y crustáceos (el zooplancton), que comen los peces pequeños. [Ver Figura 3-11 (a) y (b).J Estos peces pequeños son el alimento de otros peces mayores, que pueden proporcio­ nar a su vez eventualmente alimento a otros animales o a los seres humanos. Las plantas y los animales mueren y se pudren, liberando sustancias químicas que vuelven a las aguas del lago. Mostramos tales relaciones en el ecosistema del lago que forma la Figura 3-1 l(c). Desde luego, ésta es una representación muy simplificada del proceso que puede implicar cientos de especies vivas y cadenas químicas muy complejas. La Figura 3-11 (b) muestra a algunos de los habitantes de un lago típico. No todos los ecosistemas se encuentran tan claramente definidos como los lagos. Muchos de ellos poseen zonas limítrofes que son muy difíciles de establecer y que esconden variaciones internas muy importantes. En la Sección 4-4 veremos algunos de los ecosistemas más importantes del mundo, bajo el título de “Principales regiones ambientales”. Sin embargo, el sencillo ecosistema del lago ilustra los elementos que son básicos en todos los ecosistemas, desde el menor al mayor. Son éstos el ciclo de la energía química (especialmente del carbono) a través de las poblaciones biológicas, y la unión de tales poblaciones biológicas con las cadenas de alimentación. Consideraremos ahora cada elemento por separado. L a energía en el ecosistema Seguir la pista de los flujos de energía a través de un ecosistema ha resultado difícil. La Figura 3-12 presenta un intento de

ATMÓSFERA

Energía solar

Pájaros y animales depredadores

Entrada de corrientes

/

Hombre y

/

/

Desagüe de corrientes

Pequeñc :peces / Zoopíancton

LAGO Deposición de sedimentos

Moscas damiselas, libélulas • y ninfas ' Ranas

Pequeños crustáceos

Protozoos'

Diatomeas

(d)

Putrefacción de materia'Orgánica

_____ i___

I

seri baños de agua

Reces grandes

Algas verdes flageladas

-Escarabajos buceadore$_ depredadores

Hidra"

Rotíferos

Algas verdes no móviles

Nadadores de * j espalda

carvas Barqueros ( Caracoles de moscas Platel minios

Chara nitella

Lenteja de agua

Figura 3-11. Ecosistemas lacustres. Las relaciones básicas inferiores en las cadenas de alimentación las proporciona la vida vegetal microscópica (a) (fitoplancton) y (b) la vida animal (zoopíancton), ampliada en la figura a un tamaño mucho mayor que el real, (c) En este diagrama de flujo simplificado de las principales relaciones en un ecosistema lacustre, se utilizan diferentes colores para indicar procesos físicos y biológicos, (d) Un diagrama más detallado de una red de alimentación muestra los muchos organismos que participan en tan sólo una parte del sistema. Los ecólogos creen que cuanto más compleja sea la red de alimentación, más estable será el ecosistema. [Fotografía (a) de Walter Dawn y (b) de Hugh Spencer, National Audubon Society. Diagrama (d) de W. B. Chapham, Jr.TNaturalEcosystems (Macmillan, New York, 1973), p. 113, Fig. 4-7.]

Figura 3-12. Flujo de energía en un ecosistema forestal. Las cantidades se calcularon a partir del estudio de un bosque de robles y pinos situado en Long Island, New York. El input total de energía de 2650 gr de materia viva por m2 anual se iguala a 100. Un 79 por ciento regresa como respiración, mientras que el resto se almacena en la biomasa incrementada del bosque. [Según G. M. Woodwell, Scientific American, n.°3. (Sept., 1970), p. 64. Copyright 1970 por Scientific American, Inc. Reservados todos los derechos.]

-Respiración

Biomasa

^-Bosques Producción neta Restos Humus

Almacenaje

Raíces Humus

Almacenaje Lixiviado

medir los flujos de energía en un bosque de robles y pinos situado en Long Island, en el estado de New York. La energía almacenada en este tipo de bosque mixto, propio de New England, se estima en 2650 gr de materia viva por m2 cada año, pero ello es tan sólo una cifra aproximada. Si se sigue el curso de los flujos, se verá que un 19 por ciento de la energía recibida la almacenan los árboles, y un 2 por ciento adicional el humus de la capa superior del suelo situada bajo los árboles. De este modo el almacenamiento total es de alrededor de un quinto de la energía total recibida. El resto regresa a la atmósfera a través de la respiración. La comparación de diversos niveles de vegetación muestra que la parte almacenada se reduce en tanto aumenta la madurez de la vegetación. De este modo, si se abandona un campo situado en New Engíand, se cu­ brirá de arbustos en un plazo de alrededor de 15 años y se convertirá en un bosque de pinos,en 50 años. Si se abandona durante más de cien años, los robles se mezclarán con los pinos. Tanto tos arbustos como los árboles representan sencillamente energía almacenada y, en las primeras fases de repoblación, el almacenamiento es rápido pero desciende rápidamente al aumentar la madurez. Los ecologistas creen que los bosques muy viejos forman una comunidad vegetal autoperpetua, denominada clím ax. Bajo condiciones de clímax el input y el output de los flujos de energía se equilibrarán sin almacenaje acumulado. En otras palabras, los bosques presentarán pocos cambios o incluso ningún cambio en su masa de una a otra década. C iclos nutrientes en los ecosistem as Un elemento esencial tanto en el ecosistema lacustre como en el ecosistema forestal es la conversión de la energía solar en materia viviente. ¿Cómo se lleva a cabo este trabajo de alquimista? Utilizaremos el ciclo del carbono para ilustrar uno de los aspectos más importantes de este proceso de conversión. Hemos visto ya que el carbono existe en la atmósfera inferior de la Tierra como dióxido de carbono ( C O 2 ). Este gas forma un porcentaje pequeño pero vital, 0,033 % del volumen total de aire. Es importante climatológica-

mente como una capa que absorbe calor, ayudando a regular la temperatura del aire cercano a la superficie de la Tierra. Biológicamente, el dióxido de carbono es esencial para el crecimiento vegetal: las plantas verdes con pigmento de clorofila combinan el dióxido de carbono y el agua mediante la fotosín tesis (del griego “unir mediante la luz”) para producir todos los elementos alimenticios necesarios para la vida. (Ver la exposición al margen de la fotosíntesis en el ciclo del carbono.) La fotosíntesis es en realidad un conjunto de reacciones químicas interrelacionadas activadas por la radia­ ción solar en la longitud de onda de la luz visible. Las plantas verdes pueden considerarse como los productores primarios en el ciclo del carbono, ya que fabrican energía consumible (alimento en forma de hidratos de carbono) a partir del carbono atmosférico y de la energía solar. El ciclo del carbono se completa y el dióxido de carbono regresa a la l i»u ra 3-13.

C iclo de c a r b o n o y equilibrio del ca rb o n o en el m undo. Las cifras indican los almacenamientos estimados (recuadro) y los flujos anuales (flechas) de! carbono en unidades de 109 toneladas. La carbonización es la conversión de plantas muertas y restos de animales en carbón, petróleo y combustibles fósiles similares. La difusión se refiere aquí al intercambio de dióxido de carbono entre la atmósfera y los océanos por mezcla molecular. (Obsérvese el uso diferente del término difusión en el Capítulo 13.) El ciclo del carbono que representamos es tan sólo uno de los ciclos principales de los elementos químicos importantes del medio ambient. Flujos similares se presentan en el ciclo del nitrógeno y el ciclo del potasio. [Según J. McHale, The Ecological Context (George Braziller, New York, y Studio Vista, Londres, 1971), p. 52, Fig. 21. Copyright 1971 por J. McHale. Reimpresión con autorización,] Difusión 100

FOTOSÍNTESIS EN EL CICLO DEL CARBONO Podemos describir el proceso global de la fotosíntesis en el ciclo del carbono mediante una simple ecuación química, Luz + n CO, + ti H20 en p retend a de clorofila

>

(CH20)„ + n 0 2 Es decir, las plantas verdes extraen dióxido de carbono ( C 0 2) y agua (H20 ) de su entorno, devuelven el oxígeno ( 0 2) al medio ambiente, e incorporan las sustancias restantes en los hidratos de carbono (aquí representados por (CH20)„). Estos hidratos de carbono se descomponen para proporcionar energía o pasar a otras zonas de (a cadena de alimentación. (Ver Figura 3-13.) La velocidad de la fotosíntesis se relaciona básicamente con la intensidad de la luz. En intensidades bajas de luz, la velocidad de la fotosíntesis es más lenta que la de respiración de la planta; la respiración implica la oxidación de los hidratos de carbono y la liberación de dióxido de carbono y agua. A intensidad ligeramente superior, las dos velocidades son iguales. Por encima de este punto, la velocidad de la fotosíntesis sobrepasa la de respiración de la planta y se acumulan los productos de los hidratos de carbono. La velocidad superior, o saturación, de la fotosíntesis se alcanza en el momento de máxima iluminación solar. Además de la luz, la fotosíntesis requiere de una humedad adecuada y procede con mayor rapidez a temperaturas entre 10° C y 50° C (50° F y 122° F).

Omnívoros

4

T:5

Carnívoros

Herbívoros

r

Productores

Masa de materia viva por unidad de área

F ig u ra3-14. Niveles tróficos. La pirámide muestra los pesos secos relativos de materia viva típica de los cuatro niveles tróficos principales de un ecosistema.

%

atmósfera por los procesos resumidos en la Figura 3-13. Consideremos el alimento producido por las plantas terrestres. Lo comen los animales (que aquí llamaremos consum idores), y la energía almacenada como alimento mantiene la actividad a altas tasas. Parte del carbono procedente de los hidratos de carbono se almacena en el cuerpo y el resto se elimina por la respiración como dióxido de carbono. Los consumidores pueden dividirse en herbívoros, carnívoros y omnívoros, dependiendo de si tan sólo comen plantas, tan sólo animales o una mezcla de ambos (como los.humanos). El rol final desempeñado en el ciclo del carbono lo llevan a cabo los descom ponedores. Son bacterias y hongos que transforman el carbono almacenado en los tejidos de plantas y animales muertos. En el proceso de descomposición, el carbono regresa de nuevo a la atmósfera o al agua del suelo. No todos los productores y los consumidores se descomponen en cuanto mueren. La materia orgánica se almacena y concentra geológicamente durante millones o billones de años como turba, lignito, carbón, petróleo y gas natural. (Ver Sección 9-2 relativa a los combustibles fósiles.) También los hombres queman vegetales como combustible. Al igual que al comer, la combustión divide los elementos en hidratos de carbono y devuelve el carbono a la atmósfera tanto en forma de monóxido de carbono como de dióxido de carbono. En cualquier caso, el carbono de la atmósfera circula a través de una cadena de organismos vivos para regresar eventualmente a la atmósfera. En cada etapa de este proceso se combina con diferentes elementos en varias formas químicas, y cada una de estas combinaciones se ve acompañada por transferencias de energía. La reorganización de moléculas y las transferen­ cias de energía (mediante la fotosíntesis en las plantas y por síntesis metabólica en los animales) son los procesos esenciales que permiten que la

Cuadro 3-2. Ciclos geoquímicos principales en el ecosistema.

G rupo

C om puesto o elem ento en el ciclo

COMPUESTO

Agua(H20)

Principal componente de la biosfera. El bosque está formado por un 50 % de agua, y muchos mamíferos poseen un 85 % de agua. El agua opera como disolvente de otros nutrientes minerales.

ELEMENTOS PRINCIPALES

Oxígeno (0)

integrante principal de la materia viva (70 %) Bloque constructivo básico La oxidación es un componen­ te importante en los procesos de crecimiento.

ELEMENTOS SECUNDARIOS

Papel desem peñado en la biosfera

Carbono (C)

Componente principal de la materia viva (18 %)

Hidrógeno (H)

Componente principal de la materia viva (11 %)

Nitrógeno (N)

Frecuente en la atmósfera pero escaso en la biosfera.

Azutre (S)

La bacteria juega una parte importante en la libera­ ción de compuestos del azufre para reciclado.

Fósforo (P)

Importante en la fotosíntesis Elemento limitador en el crecimiento del ecosistema.

vida humana continúe desarrollándose sobre la Tierra. Hemos seleccionado el cielo de) carbono como ilustración del modo en que se realizan las transferencias de energía, pero necesitaremos complementar nuestra des­ cripción mediante la de otros ciclos, como por ejemplo el ciclo del nitrógeno, para explicar totalmente los procesos de intercambio involucra­ dos. (Ver Cuadro 3-2.) Cada ciclo representa un vínculo esencial en el ecosistema, ya que incluye elementos biológicos (productores, consumido­ res y descomponedores) así como elementos inorgánicos (por ejemplo, dióxido de carbono en la atmósfera y el carbono almacenado como combustibles fósiles). C aden as de alim entación en los ecosistemas Todos los animales obtienen sus alimentos de las plantas, bien sea directamente o indirectamente mediante el consumo de otros animales que se alimentan de plantas. Así, el proceso de los ciclos de fotosíntesis y mineral, como el ciclo del carbono, proporcionan la base de largas cadenas de alim entación. Hemos presentado ya un sencillo ejemplo de cadena de alimentación, que abarca desde los millones de plantas microscópicas fel fitoplancton de la Figura 3-11 (a)] situadas en la superficie de un lago hasta el hombre que allí practica la pesca. En los océanos del mundo, los peces del tipo del atún que capturan y consumen los seres humanos son directamente dependientes de una cadena de tres o cuatro eslabones. Las larvas y camarones consumen el fitoplanc­ ton y a su vez sirven de alimento a calamares y pequeños peces, que forman parte de los alimentos que consumen los atunes. Sin embargo, en cada caso hay que contar entre 5 y 10 unidades alimenticias (calorías) de la presa para producir una unidad del depredador; esta diferencia se denomina tasa de renovación. Una unidad de atún que consume un ser humano representa una cifra valorada en 5000 unidades de fitoplancton. Resulta útil representar los niveles en una cadena de alimentación como una serie de pirámides, como en la Figura 3-14. Cada eslabón de la pirámide se denomina un nivel trófico (ael griego tro p h e, alimento). El primer nivel (T (), en la base de la pirámide, se compone de vegetación verde con energía almacenada en los tejidos de la planta. El segundo nivel (7\) está formado por animales herbívoros que se alimentan de plantas; el tercer nivel (7*3), por animales carnívoros que se alimentan de animales herbívoros; el cuarto nivel (7*4), por animales carnívoros, como el hombre, que se alimentan de otros animales carnívoros y de los tres niveles inferiores. El quinto componente engloba a los descomponedores que transforman los tejidos muertos de los organismos en todos los demás niveles de la cadena de alimentación. Los biólogos nos han mostrado la exacta escructura de los niveles tróficos para comunidades individuales. Por ejemplo, han analizado las cadenas de alimentación y las tasas de renovación de más de 200 variedades de peces en los arrecifes de coral en las islas Marshall en el Océano Pacííico. Al valorar la masa seca de organismos, desde plancton y algas hasta tiburones, mostraron que la base de la pirámide (7*,) está formada por productores con un peso de 703 gramos por m2. Por encima de tales organismos se hallan los herbívoros (132 gr.) y por último los carnívoros (11 gr.). Otras investigaciones han tratado de valorar los flujos de energía reales entre las distintas especies en una comunidad.

TÉRMINOS UTILIZADOS EN EL ESTUDIO DE LOS SUELOS

Horizonte* A son l.i.s capas superiores de un suelo, rico a menudo en materia orgánica \ sujeto a la li\¡\ lición. Horizontes B son las capas del suelo situadas por debajo de los horizontes A, donde algunos de los elementos químicos (especialmente el hierro) se infiltran.

Tierras pardas son ricos suelos de color pardo formados en las latitudes medias en bosques caducifolios. Horizontes C son las capas inferiores situadas debajo del horizonte B. Formadas por rocas descompuestas, e l suelo aun no ha empezado a formarse. Cátenos son secuencias de suelos que varían con el relieve y ei drenaje a pesar de que derivan de la misma roca madre. Chernozioms son suelos negros, f é r t i l e s , formados en las latitudes medias donde la vegetación natural predominante son las praderas. Suelos G/cy son suelos anegados. Horizontes son las capas principales o estratos dentro de un tipo de suelo. Lateritas son suelos de color rojo formados en las regiones tropicales, hstán duramente lixiviados y están ¡orinados principalmente por o>idos de aluminio y de hierro. Lixiviación es la disolución y remoción de compuestos químicos solubles de las capas superiores de un suelo por percolación. Pedalfcrs es un termino general para suelos lixiviados formados en las regiones húmedas donde algunos compuestos (especialmente calcicos) han sido eliminados por el agua, quedando solamente compuestos de aluminio y hierro. Pedocals es un término general para suelos formados en áreas secas con poca lixiviación y los suelos siguen siendo ricos en carbonatos de calcio. Pedología es ei estudio científico de los' suelos, incluyendo sus sus orígenes y sus usos. Podsoles son suelos formados bajo condiciones de humedad \ ino donde í.i vegetación natural está formada por bosques de coniferas o brezos. Son pobres y con una fuerte li\iviación.

características,

Cuenca del Arroyo Caliente

(b) Tributario de primer orden

(c)

Figura 3-15. Jerarquías de las cuencas fluviales

Ilustración de tres ejemplos de jerarquización de grandes cuencas subdivididas en unidades menores. La Figura (a) muestra la cuenca del Arroyo de los Frijoles cerca de Santa Fe, Nuevo México. La Figura (b) representa un pequeño sector de dicha cuenca, la cuenca del Arroyo Caliente, en gran detalle. La Figura (c), una ampliación aún mayor de una cuenca de alimentación menor, ilustra la jerarquía fluvial. Una jerarquía de los segmentos del río puede clasificarse de varias maneras. Uno de los sistemas de clasificación más frecuentes (clasificación de Strahler) designa a los tributarios como cauces de primer orden. Los cauces de segundo orden están formados por la confluencia de dos cauces de primer orden; los cauces de tercer orden por la confluencia de dos cauces de segundo orden; y así sucesivamente. La cuenca en (c) es por to tanto una unidad de tercer orden. [De L. B. Leopold etal., Fluvial Processes in Geomorphology (Freeman, San Francisco, 1964). Fotografía por gentileza de Whitaker, Leo de Wys Inc.]

Selección de unidades del ecosisterTKT Debido a que se producen variacio­ nes ambientales en muchas escalas geográficas, los geógrafos han desarrolla­ do sistemas regionales que pueden modificarse con relación a tales escalas. Una de las unidades regionales más versátiles identificadas hasta el momento ha sido la cuenca, o cuenca de alim en tación , de un río. (Ver Figura 3-15.) Las cuencas fluviales constituyen una unidad práctica debido a que pueden definirse sencillamente y sin lugar a dudas a partir de un mapa topográfico. Son independientes de la escala, en cuanto a que las grandes cuencas fluviales, como la del Amazonas, pueden fraccionarse en un sistema jerárquico de cuencas menores; a semejanza de un juego de muñecas rusas, colocadas las menores dentro de las mayores, cada cuenca encaja exactamente en el interior de la que la sigue en tamaño. Cada cuenca subdividida puede identificarse y sus cursos de agua se numeran de modo que proporcionan una medida de relativa magnitud. Las cuencas poseen además otras ventajas como base para efectuar divisiones regionales. Los cambios del suelo relacionados con la vegetación permiten distintas localizaciones dentro de una cuenca. Además, las características físicas de una cuenca afectan directamente a las características hidrológicas de los ríos que la drenan. Cuando cae una lluvia torrencial sobre una cuenca larga y estrecha es muy probable que se produzca un máximo en el nivel del agua del río inferior al que produciría una lluvia de tipo similar que cayera sobre una cuenca amplia, casi circular. Por lo tanto las cuencas constituyen útiles unidades del ecosistema para los organismos interesados en el control de las avenidas, de la navegación, de la producción de energía hidroeléctrica, o de la conservación del suelo.

(a) Categoría geológica

(b) Tipo de terreno

(c) Efecto de inctinación-catena

Ampliación del área de la fotografía aérea que aparece en (a)

Borde desgastado de la capa basáltica

Relieve local

Pendiente media (erosión)

50 m Suelo del valle (deposición)

(d) Suelos

(e) Vegetación

(f) Sistema de suelo

Capa orgánica delgada

Plantas del tipo de las cañas que crecen en el lodo.

Llanuras aluviales

La fundación en el año 1933 de la Tennessee Val ley Authority establece Figura 3-16. Unidades de suelo una tendencia en la utilización de las cuencas de los ríos como unidades de 1 ecológico. La valoración del potencial de! suelo en planificación que se usan actualmente en el mundo entero. Los proyectos Australia se lleva a cabo a menudo en para el río Sao Francisco en Brasil, el río Snowy al sureste de Australiano el términos de unidades de suelo. Los delta inferior del Mekong implican todos ellos una combinación de atributos ambientales se miden a partir de medidas de planificación en base a la utilización de los recursos hidrográfi­ ^fotografías aéreas y una muestra local cos. Sus adopciones permiten que las diversas demandas de suministro de sobre el terreno para mostrar unidades de agua — para riego, control de inundaciones, producción de energía hidroe­ suelo individuales a reconocer. Combinan léctrica y navegación— sean tratadas por una sola autoridad de control. Las vegetación, suelo, inclinación y condiciones unidades de cuenca se utilizan en las áreas urbanas densamente pobladas del terreno características dentro de una cuando se agudizan los problemas de control de la contaminación de las categoría básica geológica y de formas de relieve. Las unidades de suelo se combinan aguas. Para todas estas finalidades, la cuenca proporciona una adecuada para proporcionar sistemas de suelo más unidad espacial natural. generalizados como por ejemplo el En Australia, la División of Land Use Research de carácter estatal ha y "sistema de suelo formado por llanuras desarrollado un sistema de u n idad de suelo para facilitar la elaboración de aluviales” que se ilustra en (f). La División of mapas de carácter ecológico del país. (Ver Figura 3-16.) Cada unidad de Land Use Research of CSIRO, Canberra, suelo describe un entorno local que surge de la variación de cuatro produce mapas de Australia a escala elementos (clima, geología, suelo y vegetación) y las interacciones entre 1:1 000 000 en los que aparecen los ellos. Las unidades de suelo son cartografiadas a partir de fotografías aéreas sistemas de suelo con su valoración de a escalas de 1:10 000 hasta 1 :25 000, y se combinan con unidades superiores recursos.

denominadas sistem as d e suelo que se cartografían a escaía 1:1 000 000. El reconocimiento de las unidades de suelo se desarrolla del modo señalado en la Figura 3-16. Una división inicial se basa en la geología y en las formas del relieve. Se subdivide a continuación en tipos de terreno más pequeño. A un nivel todavía inferior, la localización sobre una pendiente es importante para determinar el tipo de drenaje, los suelos y la vegetación. (Ver la exposición en relación a los suelos.) Sin embargo, la vegetación y los suelos, hasta cierto punto, reflejan también la influencia de las condiciones climatológicas. Se realiza una valoración de la capacidad de cada unidad de suelo para la producción agrícola, y las unidades se combinan con sistemas de suelos.

3-3 Productividad del ecosistema

La Tierra que hemos estudiado en las dos últimas secciones es un ecosistema. Es decir, contiene una intrincada y delicada red de ciclos y de feedbacks en la que figuran elementos no vivientes (la atmósfera, la hidrosfera y la litosfera de la Figura 3-1) y elementos vivos. En esta tercera sección, nos referiremos a la cuestión de la productividad en estos ciclos. ¿Hasta qué punto surten los elementos alimenticios básicos de los que depende la población mundial?

Productividad mundial

Los Forecasters at Resources for the Future (R F F ) predicen que, dados los actuales niveles de energía solar, en la actualidad la cifra máxima de alimento que puede producirse por fotosínte­ sis es de alrededor de 1 0 " toneladas al año. Vamos a ver cómo el R F F realizó dicha valoración. Las personas que realizaron las previsiones razonaron de la manera siguiente: la principal fuente de energía en nuestro planeta es el Sol, que irradia en el espacio ondas de energía electromagnética y partículas a alta velocidad. Puesto que esta emisión constante representa casi toda la energía disponible (a excepción de la pequeña proporción procedente de las reacciones de minerales radioactivos), puede utilizarse para valorar la cantidad total de energía disponible para los seres humanos. Las plantas verdes almacenan energía solar mediante la fotosíntesis, y de este modo podemos estimar los totales teóricos de materia orgánica seca (es decir, plantas menos humedad) que puede producir la Tierra. Pero la materia orgánica seca no es siempre comestible. Incluso en el caso de las tierras de cultivo, muy bien puede ser que mucho menos de la mitad de la producción bruta resulte comestible. En cuanto a las tierras de pastos, un factor de conversión de energía de 12 a 1 debe utilizarse para convertir la energía consumida por el ganado (es decir, el grano) al valor alimenticio del ganado para los humanos (es decir, productos animales). De este modo, las cifras originales deben revisarse disminuyendo su total a un máximo de alrededor de 109 toneladas por año. Ello proporciona un orden de magnitud aproximado de la productividad mundial total. El Cuadro 3-3 proporciona un análisis de esta productividad total repartida entre los distintos entornos del globo. Diferencia la producción de materia orgánica (en el nivel trófico T ) en los términos de la Figura 3-14) de la materia comestible para los seres humanos (al nivel T4). Obsérvese que en los bosques lluviosos tropicales se crea más materia orgánica por fotosíntesis que en cualquier otro medio ambiente de la

Tierra. Las regiones forestales representan un 40 por ciento de la producción total de plantas del planeta, y los océanos representan otro 20 por ciento. Sin embargo, las cifras que figuran en el cuadro son tan sólo estimacio­ nes, y sólo se refieren a la producción de materia orgánica en el primer nivel trófico. La mayor parte de los productos orgánicos de los bosques son derivados de la madera, y, con la tecnología de que actualmente disponemos, muy pocos de estos productos pueden convertirse en materia comestible. En cuanto a la productividad orgánica de los océanos, es poco beneficiosa para los seres humanos ya que carecemos de la tecnología necesaria para cosecharla adecuadamente. Las largas cadenas de alimenta­ ción de los mares, las pobres tasas de renovación en cada punto, y los actuales métodos de pesca implican que en realidad obtenemos muy poco alimento de los océanos. En la práctica, alrededor de un 70 por ciento de los alimentos que consumimos provienen de las tierras cultivadas, y la expectación mundial de producción de alimentos en el futuro inmediato va a depender esencialmente de la potenciación del rendimiento de Ja tierra que ya se halla actualmente en régimen de cultivo. La posible contribución

Cuad ro3-3. Productividad de los

Materia orgánica scca

Ambiente*

Producción máxima anual

Arca

BOSQUE Bosque lluvioso tropical Bosque caducifolio templado Bosque templado de aciculifolios Taiga

4 1 3

Total

Producción

comestible

máxima por año

1

30 2 13 2

6 3 -

9

47'

1Q

& ADERA Praderas húmedas Praderas áridas

3 4

11 8

10 5

Tota:

7

19

Ib

TIERRA CULTIVADA

2

8

71

OTRAS TIERRAS fierras húmedas y pantanosas Tundra Desierto cálicfo Desierto trio

1 2 4 3

3 l





-





Total



4



OCEANOS V LAGOS Mar profundo Plataforma, laguna Agua dulce

65 5 1

20 3

“otai

71

23

1

-

-

3 3

,TValoraciones teóricas de producción máxima poi fotosíntesis en diversos tipos de entornos Todas las citras que figuran en el cuadro son porcentajes del total mundial Debido al redondeo, el total de cada columna puede no ser igual ai 100 % FUENTE Datos obtenidos del RU. Ayres. Sc/ence 3 . No 10 (1967), p. 102.

Journal

arriblenl.es del mundoa

de nuevas tierras vírgenes es en realidad bastante marginal. A largo plazo (en el año 2000 y más allá), las áreas vitales para aumentar el suministro alimenticio de la humanidad son los bosques tropicales y las plataformas marinas. Volveremos a tratar el tema de la producción de alimentos al hablar de la población en el Capítulo 7, Análogos imerregionales Los análogos interregionales utilizan informa­ ción ambiental procedente de una región para predecir la utilización potencial de otra. Por ejemplo, el American Institute of Crop Ecology ha establecido análogos de cosechas para relacionar áreas con climatología similar en los Estados Unidos y en la Unión Soviética. Estos análogos climáticos poseen dos funciones. En primer lugar, los requisitos climáticosí de una variedad particular de cultivo en los Estados Unidos pueden quedar establecidos y pueden delimitarse áreas extranjeras para determinar zonas en que puede producirse el mismo cultivo. En segundo lugar, las necesidades climáticas de cultivos foráneos pueden identificarse y utilizarse para determinar índices de crecimiento adecuados en los Estados Unidos. De cualquier modo, el método análogo identifica áreas donde pueden estable­ cerse nuevos cultivos con esperanza razonable de éxito. Evidentemente, el hecho de que unas áreas sean análogas climáticamente no implica que sean semejantes en sus otros elementos. El suelo de un área puede no ser adecuado para cultivos que se desarrollarán perfectamente en otra, o dicha zona puede resultar más valiosa para otros propósitos. Al igual que las unidades de suelo, los análogos interregionales propor­ cionan una útil primera aproximación de áreas de cultivo potenciales. En tanto aumentan las presiones en el medio ambiente mundial, aumenta también la necesidad de cartografiar y de armonizar las diferencias entre un lugar y otro del globo. En el próximo capítulo observaremos estas variaciones y nos plantearemos sus causas.

Resumen 1.

La división fundamental del medio ambiente de la Tierra se encuentra entre el entorno biótico (la biosfera) y el entorno abiótico o sin vida. Este último se divide en atmósfera, hidrosfera y litosfera.

2.

La identificación de las propiedades de los entornos físico-abióticos que son importantes para la vida humana muestra que las limitaciones fisiológicas tales como nivel de oxígeno y condiciones térmicas son de básica importancia. El hombre se halla también directamente conectado a su entorno físico a través de una serie de ciclos nutrientes.

3.

La atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera están estrechamente relacionadas a través de una red de eslabones y de feedbacks que forman ecosistemas. Una parte muy importante de la estructura de un ecosistema es el proceso de conversión de la energía

solar en materia viva a través del ciclo del carbono. En éste, las cadenas de organismos vivos hacen circular el carbono desde la atmósfera a través de varias formas químicas permitiendo la continuidad de la vida en la Tierra. El hecho de que todos los animales reciben su alimento directamente de las plantas, o indirectamente a través de animales que se alimentan de plantas, significa que todos ellos son parte de cadenas de alimentación. Los diversos niveles en las cadenas de alimentación pueden considerarse como eslabones de una pirámide. Cada uno de tales eslabones es un nivel trófico. 4.

Los ecosistemas contienen feedbacks, tanto positi­ vos como negativos. El feedback positivo aumenta el cambio en el ecosistema mientras que el feedback negativo suprime el cambio. Este último tipo

funciona como un estabilizador en el ecosistema, mientras que el primero propicia condiciones inesta­ bles. 5.

se utilizan como información para la producción de tipos ecológicos. El estudio de cada tipo pone de manifiesto su potencial agrícola y de asentamiento. Estos estudios pueden utilizarse para desarrollar análogos interregionales, útiles en la presunción de la productividad potencial entre diferentes regiones situadas en diversas partes del globo.

La valoración de un ecosistema conduce a la estimación del medio ambiente mundial en función de la producción de cultivos alimenticios. Los tipos de terreno además del clima, el suelo y la vegetación

Reflexiones 1.

2.

3.

Piense en las reacciones de los seres humanos ante las variaciones térmicas que se indican en la Figura 3-2. ¿Cuáles serían los límites del asentamiento humano en su propio continente si los hom bres fueran incapaces de construir refugios que puedan caldearse artificialmente? ¿D urante cuántos meses al año sería habitable el colegio de la ciudad en que vive? ¿ Q u e se entiende por el término ecosistema? Utilizando com o guía el diagrama de la Figura 3-11, trace los eslabones principales que forman cualquier otro ecosiste­ ma típico. ¿C ree que el término ecosistema debe utilizarse tan sólo para comunidades naturales de plantas y animales? Haga una lista de (a) las ventajas y (b) los peligros de considerar

las comunidades humanas como ecosistemas. ¿Q u é sería lo más análogo a un fitoplancton en un ecosistema organiza­ do a base de colegios? 4.

Si un área agrícola local tiene que dividirse en zonas ambientales, ¿qué criterios deben utilizarse? ¿Hasta qué punto las diferencias de terreno proporcionan una clave importante respecto a los contrastes en el uso del suelo y en la productividad agrícola?

5.

Repase el significado de los términos siguientes: biosfera zonas de confort cadenas de alimentación niveles tróficos ciclo del carbono

fecdbacks positivos y negativos jerarquías de las cuencas fluviales análogos climáticos

Un paso adelante... El reciente aumento de interés por la ecología ha provocado la publicación de gran número de excelentes y breves introduccio­ nes a este tema. Ver , por ejemplo, Clapham , W . B ., J r . , Natural Ecosystems (Macmillan, N e w Y o r k , 1973), Cap. 1 y 2, y C h ute, R. M ., Ed., Environmental Insight (H arper & Row , N e w Y o r k , 1971), Parte 2.

Las perspectivas geográficas de los sistemas ecológicos las proporciona: Sim m ons, I. G ., Ecología de los recursos naturales (Ed. O m e g a , S .A ., Barcelona, 1982). Sirnmons, I. G ., Biogeograjia: natural y cultural (Ed. O m e g a , S.A ., Barcelona, 1982).

mientras que una aproximación más avanzada a la ecología , acentuando el aspecto cuantitativo y su importancia directa para el hom bre, se proporciona en:

W att, K. E. F .j Ecology and Resource Management: A Quantitative Approach (M cG ra w -H ill, N e w Y o rk , 1968), Cap. 4 y 5.

Un análisis climático y ambiental más detallado de todas las principales zonas ecológicas se encuentra en la mayoría de las geografías físicas. Una buena referencia es: Trewartha, G . T ., y L . H o rn ., An Introduction to Climate, S.a ed. (M c G ra w -H ill, N e w Y ork , 1980).

Las investigaciones que se realizan en la actualidad aparecen regularmente en las revistas geográficas más importantes. Quizá pueda estar interesado en hojear algunos de los números de las colecciones dedicadas a temas ecológicos, que aparecen cada vez con mayor frecuencia, como por ejemplo Ecology (trimestral), A m bio (trimestral), o la más popular Y o u r E nvironm ent (mensualj.

¡Atended! Un sembrador se dispuso a sembrar un campo; y cuando echaba las simientes algunas cayeron en e! camino ... otras cayeron entre pedregales, donde la tierra era escasa ... pero otras cayeron en buena tierra, y produjeron frutos, algunas se multiplicaron por cien, otras por sesenta, algunas por treinta. El Evangelio según San Mateo, XIII, 3-8

CAPÍTULO 4______

El medio ambiente mundial

En tanto nos adentramos en el espacio profundo, el mundo íntimo de la playa y nuestros ecosistemas a escala local desaparecen. Vista desde esta distancia remota, la Tierra es simplemente un planeta de color azul pálido, rodeado casi en su totalidad de nubes, con los perfiles de sus continentes apenas visibles. Pero a pesar de que los detalles sean invisibles, todavía son evidentes las relaciones entre el hombre y el medio ambiente. La escala en que pueden observarse estas relaciones varía muchísimo; nuestro campo visual incluye ahora la totalidad de los 4300 millones de seres humanos que pueblan los 510 millones de kilómetros cuadrados de la superficie de la Tierra. En lugar de los individuos que toman el sol en una playa, tenemos ahora ante nosotros grandes grupos y masas de población sobre el fondo que le proporcionan los continentes. En lugar de arena húmeda y tierra seca, disponemos de una diversidad

ambienta! que abarca desde las buenas a aquellas que son malas para selvas del Amazonas hasta los que el hombre edifique en ellas su casa — y por qué se producen tales casquetes glaciares del Ártico. /v a ria c io n e s 9 Si podemos responder a En este capítulo estudiaremos la Tierra desde una perspectiva global y estas preguntas, entonces estaremos valoraremos algunas de sus preparados, en capítulos próximos de este libro, para continuar estudiando el cualidades como medio ambiente de papel que desempeñan en la la humanidad. Seguiremos a los ■. configuración de la distribución y de la cartógrafos del pasado en su actividad de la población humana. búsqueda de los detalles perdidos en Mucho se ha escrito acerca de la la imagen del planeta. Durante los millones de años en que el hombre ha superpoblación y de la capacidad de estado presente en la Tierra, se ha la raza humana para autoalimentarse en los próximos siglos. Pero antes de movido mucho más allá de la playa, que podamos calcular la producción poblando islas y continentes. Pero, a alimenticia de nuestro planeta, es semejanza de la semilla del sembrador necesario, en primer lugar, saber algo de la parábola de Jesucristo, ha encontrado algunas áreas demasiado con respecto al modo en que sus hostiles para su asentamiento y su diferentes entornos soportan toda estancia en ellas ha sido breve; en forma de vida. Por lo tanto, otras se han desarrollado florecientes empezaremos centrando nuestra asentamientos alcanzando masivos atención en los eslabones interiores de niveles de población, la cadena de alimentación formada por ¿Cómo varían las distintas partes de organismos vivos, las plantas, y la Tierra, al igual que eí campo de! sembrador, desde aquellas que son

veremos cómo su crecimiento, que varía entre una y otra localización., proporciona la llave para abrir muchas

4-1

Mapa de la del planeta

de las puertas que posteriormente necesitaremos franquear,

Si observamos el mundo que nos rodea, la evidencia visual de fuertes contrastes ambientales es tan convincente que deberemos comenzar recor­ dando que, si la comparamos con otros cuerpos errantes del sistema solar, la Tierra es un planeta uniforme. Su forma es casi esférica, con un radio de 6365 km (3955 millas) con una variación inferior a un 0,02 por ciento. En altura, no hay dos lugares sobre su superficie que varíen en más de 20 km (alrededor de 12 millas) o la longitud de la isla de Manhattan en su distancia vertical. A pesar de esta uniformidad que resulta de su comparación con otros planetas, la Tierra presenta importantes variaciones ambientales en términos^ de las necesidades específicas del hombre. En esta sección, observaremos dos importantes cuestiones. ¿Cómo debemos medir el ambiente, y qué tipo de configuración hallamos en él? Medidas de contraste ambiental El enfoque que se plantea el geógrafo para medir la diversidad ambiental será algo distinto del de un científico “puro” de la Tierra, como por ejemplo un geofísico. Al igual que nuestras preguntas sobre la playa que aparecen en el Capítulo 1, las cuestiones que aquí nos planteamos se relacionan no con propiedades físicas abstractas del ambiente, sino con su interpretación en términos humanos. Resulta sencillo mostrar, sobre un mapa, las diferencias entre la zona ecuatorial tropical y las zonas polares. (Ver Figura 4-1.) Podemos, por ejemplo, mostrar la constancia del calor en una zona y la constancia del frío en otra, en términos de la cantidad de perm afrost, subsuelo que permanece permanentemente helado durante todo el año. Al hojear las páginas de la sección ambiental de un atlas veremos docenas de modos en que pueden indicarse los contrastes evidentes entre calor y frío, entre humedad y sequía, entre condiciones climatológicas constantes o fluctuantes, etc. Muchos geógrafos han luchado con el problema planteado al tratar de diseñar una sola medida de las diferencias ambientales. Algunos se han centrado en la litosfera y han desarrollado esquemas relacionados con el terreno; con mayor frecuencia, el clima o clima más vegetación han sido utilizados como indicador de variaciones ambientales. La vegetación ha despertado interés especial, ya que puede considerarse como (a) una respuesta biótica a las variaciones en el ambiente abiótico y (b) un indicador de los usos del potencial productivo de un área para el asentamiento humano. Una medida clara en las variaciones en la vegetación es la masa global de plantas que crecen en un área particular. Supongamos que arrancamos toda la vegetación que crece en porciones de terreno de un kilómetro cuadrado, utilizadas como muestra, a través de todo el planeta y que pesamos los volúmenes resultantes de troncos, ramas y hojas. El montón que perteneció a un bosque lluvioso tropical pesará muchos miles de toneladas; el montón recogido en las sabanas pesará entre una décima y una centésima parte que el anterior. Las depresiones pantanosas de la zona subártica de Canadá (muskeg) proporcionarán pequeños montones vegetales, y los casquetes

Temperatura por encima de los 21a C(70° F) durante todo el año Amplitud térmica diaria superior a la amplitud térmica anual

Los trópicos se definen formalmente como las áreas de la Tierra entre el Trópico de Cáncer (latitud 23V/N) y el Trópico de Capricornio (latitud 23'/?°S). De este modo los trópicos están situados en aquellas latitudes donde el Sol se halla directamente en posición vertical en algún momento del año. Estos límites corresponden de modo muy aproximado a las dos medidas de calor mostradas. En el otro extremo las zonas polares se sitúan al norte del Circulo Polar Ártico (66V^N) y al sur del Círculo Polar Antártico (661/2°S). Se muestran dos medidas térmicas de la zona polar Ártica, permafrost (subsuelo que permanece helado durante todo el año) y banquise (grandes masas de hielo que cubren la entera superficie del mar), Obsérvese que éstas se extienden al sur del Círculo Polar Ártico en Siberia pero se sitúan muy al norte sobre las áreas marinas al norte de Escandinavia. [Basado en en R Common, en G.H. Dury. Eds., Essays in Geomorphology (Heinemann. Londres, 1966). p. 68. Fig.7.]

polares ártico y antártico y las zonas más áridas de los desiertos no producirán nada. Al utilizar este tipo de datos, el fisiólogo especialista en plantas Helmut Lieth fue capaz de armonizar la productividad de la vegetación natural con el clima reinante. Obsérvese que las curvas que ilustran la Figura 4-2 representan relaciones prom edio de la productividad vegetal con el calor y la humedad; los datos reales muestran una dispersión de puntos alrededor de la línea. No obstante, la historia que cuentan es mucho más clara. Las áreas calientes y húmedas producen una cubierta vegetal muy densa, semejante a la de la selva lluviosa ecuatorial o pluviisilva ecuatorial que aparece en la Figura 4-2(b). En tanto nos desplazamos hacia condiciones más secas o más frías, la cantidad de vegetación decrece y la cubierta vegetal se hace menos densa. Evidentemente, el crecimiento de las plantas no es tan sólo una cuestión de condiciones promedio. Algunos geógrafos han comprobado que la relación entre productividad vegetal y clima es bastante compleja. Por ejemplo, el geógrafo sueco Sten Paterson determinó que la productividad aumenta con la duración de la estación de crecimiento, la temperatura media del mes más cálido, la cantidad anual de precipitaciones, y la cantidad de radiación solar y que disminuye con la amplitud térmica anual en un área. Al combinar los valores para tales factores en un solo índice, fue capaz de proporcionar números para distintos lugares sobre la superficie de la Tierra, indicando su

Gírcu/op0/.

Permafrost continuo Permafrost esporádico Límites de la banquise a lo largo del año Promedio máximo de la banquise durante la primavera

3 r~

Frío

Caliente

E 1 _r

-10

0

10

20

30

Temperatura media anua!, °C -

- Húmedo

Seco

O2

1 (a)

2

3

4

Precipitación media anual, m

(a) Utilizando datos muestra de 53 localizaciones en todo el mundo, Helmut Lieth fue capaz de armonizar la productividad de ias plantas con las variaciones en la temperatura media anual y la precipitación media anual. Tan sólo se ilustran las curvas generalizadas, (b) Una combinación de alta temperatura y alta precipitación proporciona los muy altos niveles de crecimiento vegetal típicos de la selva lluviosa ecuatorial del planeta. La fotografía pertenece a la zona central del Amazonas, en Brasil, [(a) De H. Lieth, Human Ecology, Vol. 1 (1973), p. 304. (b) Fotografía del autor.]

potencialidad de crecimiento vegetal. (Para obtener una descripció más de­ tallada del trabajo de Paterson, ver la exposición de la página 76.) Vamos a considerar un ejemplo: Portland, en el estado de Maine, posee un índice de 3,1. En contraste, Miami, en el estado de Florida, posee un índice de 22,3; y Belén, en la desembocadura del río Amazonas en Brasil, tiene un 118,0. Pueden obtenerse diversas mediciones semejantes a las de Paterson, y las diferencias entre los mapas del mundo basados en estos diversos índices son relativamente poco importantes. Un mapa del mundo dividido en seis zonas La Figura 4-3 representa un mapa del mundo cuyas acotaciones se basan en el índice de productividad de Paterson. Posee seis divisiones arbitrarias, a las que designamos con letras desde la A hasta la F. La zona F es de productividad nula con valores de índice de hasta 0,25. Las áreas que poseen este grado se identifican rápidamente como las zonas muy frías y muy secas del planeta: casquetes polares, los bordes de las tundras septentrionales, o los desiertos de las latitudes medias. La zona E, una franja de productividad muy baja, con valores de índice entre 0,26 y 1,00, limita con la zona F. Es una banda relativamente estrecha alrededor de los desiertos pero que cubre importantes secciones de América del Norte y del Asia soviética. Una franja de baja productividad (D) con valores de índice situados entre 1,01 y 3,00 se encierra principalmente en los climas de temperatura templada cuyo régimen de lluvias es más fuerte en verano. En esta zona se incluye el centro y el este de Europa y los estados del norte de la región de las Great Plains en América del Norte. Las áreas de los trópicos en esta franja son, también, relativamente pequeñas. La cuarta banda (C), con valores de índice entre 3,01 y 10,00, es de productividad media y cubre algunas de las áreas más densamente pobladas

lnd:ce de productividad

50

23~°S Puede dividirse la Tierra en zonas de productividad variable, basadas en el potencial para el crecimiento vegetal. Aquí se valora el potencial, se estima a partir de los elementos climáticos incluidos en el índice de productividad de Paterson. Obsérvese que la zona “A" es la más productiva y la zona “F” (a menos productiva. [De S. S. Paterson, Las áreas forestales de! mundo y su productividad potencial (Departamento de Geografía de la Real Universidad de Góteborg, 1956), p, 144, Fig.33.]

ÍNDICE DE PATERSON DE PRODUCTIVIDAD DE LAS PLANTAS El índice de productividad de las plantas en que se basa el mapa que ilustra la Figura 4-3 se calcula utilizando la siguiente ecuación basada en una combinación de elementos climáticos básicos: TrnPGS 120(7V) donde / = índice de productividad de las plantas, Tm = temperatura media del mes más cálido en grados centígrados,

Tr = amplitud térmica anual, P = precipitación en centímetros, G = estación de crecimiento en meses, y 5 = cantidad de radiación solar expresada como una proporción de la radiación en los polos. La estación de crecimiento se calcula contando el número de meses en que la temperatura media mensual alcanza o supera el umbral necesario para el crecimiento de las plantas (se asume que es de 3CC). Así, Portland, en el estado de Maine, con una temperatura media en el mes más caluroso de 19,7° C, una amplitud térmica de 24,9° C, una precipitación de 106 cm,

una estación de crecimiento de 8 meses, y un valor de radiación de 0,56, posee un índice de 3,13. Para una explicación completa, S. S. Paterson, Las áreas forestales del mundo y su productividad potencial (Departamento de Geografía de la Real Universidad de Góteborg, Góteborg, Suecia, 1956). Observe que este índice es tan sólo uno entre los diversos modos de calcular el crecimiento potencial de las plantas en un área, a partir de datos climáticos. Todos ellos proporcionan una imagen similar de los modelos de productividad del planeta pero difieren en diversos detalles.

del mundo. Incluye el este de los Estados Unidos, Europa occidental, y una gran parte de la India y del sur de China, así como las áreas de sabana de Africa. Una zona de alta productividad (B), con valores de índice entre 10,1 y 50,00, queda restringida a los trópicos; la mayor parte de esta área se sitúa en América del Sur. Por último, existe una zona (A) de muy alta productividad (valores de índice superiores a 50,00) en el cinturón ecuatorial: la cuenca del Amazonas en América del Sur, la del Congo en África, y el archipiélago indonesio en Asia meridional se sitúan en esta zona. Las fotografías que aparecen en la Figura 4-4 muestran lo dramático que puede ser la diferencia zonal en vegetación. Sin embargo, es importante recordar que estamos hablando de zonas de productividad p o te n c ia l; el índice de Paterson registra la vida vegetal que el clima de un entorno particular pued,e soportar. La cubierta vegetal real de un área reflejará otros factores, tales como su historia vegetal o el grado de interferencia hu­ mana en el ecosistema. El hombre puede reducir el crecimiento vegetal (por ejemplo, por contaminación) o aumentarlo (por ejemplo, por irriga­ ción). Además, los mapas zonales generales, como la Figura 4-3, no ponen de manifiesto áreas locales cuya productividad se ve afectada por factores distintos a los incluidos en un índice.

4-2

¿Cuáles son ios factores que determinan Jos esquemas de productividad en los mapas de Paterson? A semejanza de las configuraciones de los usuarios de la playa, las curvas d e n ivel d e p rod u ctiv id ad de la Figura 4-3 pueden desenmarañarse mediante análisis locacionales. Los geógrafos han compro­ bado que la fertilidad natural de cualquier localización sobre la superficie de la Tierra se ve gobernada por cuatro factores principales: (1) su clima solar (que corresponde a su latitud), (2) su localización relativa con respecto a la circulación general atmosférica de la Tierra, (3) su localización relativa con respecto a los continentes, océanos u otras características del terreno de primer orden, y (4) los factores ambientales locales. Comenzaremos

observando los dos primeros de tales factores, que operan a nivel mundial, antes de centrarnos en el papel desempeñado por los otros elementos de menor escala en el rompecabezas. Factores de latitud Los geógrafos de la antigua Grecia consideraban el entorno climático de cualquier parte de la superficie de la Tierra como resultado en gran medida de su latitud. Se creía que la Tierra se inclinaba (la palabra griega klim a, utilizada en climatología, significa inclinación) hacia el exterior del Sol al norte de la latitud de Grecia y del Mar Mediterráneo, conviniendo el clima registrado más hacia el norte en progresivamente más frío. La parte del planeta situa­ da hacía el sur se creía que se inclinaba hacia el Sol, convirtiéndose eventualmente en una zona tórrida, demasiado cálida para la vida humana. La Figura 4-5(a) es una representación simplificada de la visión griega del mundo. La Tierra recibe radiación solar cuyo ángulo de incidencia está directamente relacionado con la latitud. En tanto nos alejamos del ecuador hacia los polos, cantidades equivalentes de energía se dispersan sobre áreas del globo cada vez más extensas, produciendo una zona ecuatorial tórrid a, una zona de latitud media tem p lad a, y una zona glacial de latitud alta. Para comprender este gradiente entre baja latitud y alta latitud, debemos considerar las relaciones de energías entre la Tierra y el Sol. Cada día la Tierra intercepta energía solar (estimada en 17 X 1013 kilowatios). Esta energía se emite en distintas longitudes de onda; la intensidad máxima es la parte visible del espectro (luz diurna), pero incluye también importantes emisiones de onda corta (ultravioleta) y de onda más larga (infrarrojo). Si Ja

Figura 4-4. Ambientes desérticos. Et frío extremo y la sequedad extrema conducen a ambientes carentes de cubierta vegetal. Tanto el campo de hielo como las dunas de arena del desierto que ¡lustramos reciben un grado F en la tasa de productividad de Paterson, [Fotografía (a) por De Wys Inc. y (b) por gentileza del U.S. Department of the Interior, National Park Service Photo, George A. Grant.]

Alta polar

Polo Norte

Célula polar Frente polar

Célula de Ferrel Radiación Altas subtropicales

Célula de Hadley

Convergencia intertropical

Ecuador Ángulo de latitud

Célula de Hadley

(a) Modelo griego relacionado con la latitud

Altas subtropicales Polo Norte Tropopausa

Célula de Ferrel

Troposfera Frente polar

Estratosfera Célula polar Alta polar

Líneas de convergencia del aire (bajas presiones) i r p aascendente, Q í'p n d p n t p i n e s t a h l A \J r lim a s h ú m e d o s con aaire inestable y climas húmedos r r \n

Lineas de divergencia del aire (altas presiones) con aire descendente, estable y climas secos Ecuador (b) Modelo atmosférico.unicelular carente de rotación

(c) Célula triple (modelo de Hadley -Ferrel) con rotación

)( ’

X

Figura 4-5. Circulación general atmosférica. Vemos aquí tres etapas en la evolución histórica de los conceptos de circulación atmosférica y zonas climáticas. El modelo de Hadley-Ferrel (c) menciona los tres sistemas principales de vientos del mundo —los vientos polares del este, los vientos del oeste de las latitudes medias y los alisios de las zonas tropicales. También se muestran dos líneas importantes de convergencia del aire. El frente polar señala la unión de los vientos polares del este y los procedentes del oeste tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. Las tempestades señaladas por baja presión se desplazan hacia el oeste a lo largo de este frente, jugando un importante papel en el clima de los Estados Unidos y de la Europa occidental. La convergencia intertropical es una zona de baja presión atmosférica que separa los dos sistemas de vientos alisios. Se sitúa aproximadamente a lo largo del ecuador pero se desplaza ligeramente hacia el norte y hacia el sur con el cambio de estaciones. En ambos polos se producen áreas de divergencia del aire con las altas presiones (las altas polares) y de nuevo alrededor de los 30°N y los 30°S (las altas

subtropicales).

Tierra se pareciera a la Luna y no poseyera atmósfera, el impacto de estas variaciones de latitud en la energía serían catastróficas para la vida biótica. Las temperaturas diurnas cerca del ecuador alcanzarían algunos cientos de grados centígrados, mientras que durante la noche invernal en los polos las temperaturas caerían casi hasta el cero absoluto del espacio exterior. En realidad, tal como vimos en la Sección 3-1, las temperaturas más extremas a la sombra de las recogidas en la superficie de la Tierra (entre 1933 y 1960) varían en menos de 150° C (270° F), y las temperaturas medias de los lugares más calurosos y más fríos sobre la Tierra varían en menos de 90° C (160° F). Además, esto son extremos. Los contrastes medios entre cualquier par de localizaciones son mucho más sutiles. Claramente, las variaciones latitudinales de temperatura se ven reguladas y modificadas de algún modo. Para explicar esta disminución de los contrastes térmicos en la superficie de la Tierra, debemos colocar una delgada capa de aire en nuestro modelo de la relación entre la Tierra y el Sol.

El filtro atmosférico de la Tierra

El planeta Tierra está rodeado por una delgada, pero muy importante, capa de gases — su atmósfera. Esta capa está sujeta a la superficie de la Tierra mediante la acción gravitacional y, tal como cabría esperar, es más densa en la parte inferior, haciéndose más enrarecida rápidamente en tanto aumenta su altura. La zona de mayor importancia para el hombre es la troposfera [ver Figura 4-5(b)], cuyo nombre proviene de la frase griega que significa “reino de las turbulencias”. El límite superior de la troposfera, la tYopopausa, varía estacionalmente en altura, pero tiene un promedio de 9 km (5 l/2 millas) en los polos y de 17 km (101/2 millas) en el ecuador. Por encima de la tropopausa se sitúan las capas estratificadas de la estra to sfera . La troposfera es tan delgada, en relación al tamaño de la Tierra, que apenas podría detectarse sobre un globo terráqueo normal de los que figuran en las escuelas. ¿Por qué resulta entonces tan importante en cualquier análisis de nuestro planeta como hogar del hombre? Existen cuatro razones de primerísima importancia: (a) Contiene el invisible e inodoro gas, oxígeno (alrededor de un 20 por ciento de su volumen), que es esencial para la vida humana. Los escaladores que suben a más de unos 6 km (alrededor de 20 000 pies) se dan cuenta de que necesitan oxígeno adicional en tanto la

concentración de este elemento en el aire disminuye. Los aviones que vuelan a gran altura (y desde luego las naves espaciales) deben transportar sus propias atmósferas oxigenadas, (b) El dióxido de carbono, que resulta básico para la vida de las plantas, está también presente en la atmósfera, aunque en Absorción por la atmósfera diminutas cantidades (menos de la mitad de un 1 por ciento). El papel que 14 unidades desempeña el dióxido de carbono en el crecimiento de las plantas y en las cadenas de alimentación que de él dependen se explicó en la Sección 3-2. (c) Se extrae vapor de agua de las superficies de los mares y de los océanos que Radiación va a parar a la troposfera y que allí circula y se redistribuye sobre la difusa superficie de la Tierra como precipitación. Al igual que el oxígeno y el 17 unidades dióxido de carbono, este vapor de agua es esencial para la vida y el crecimiento de los organismos, (d) Los gases que se encuentran en la Reflexión por la atmósfera troposfera y en las capas situadas por encima de ésta funcionan como un unidades filtro y como un manto. La radiación de peligrosas ondas cortas procedentes del Sol son absorbidas y reflejadas, mientras que se retiene la radiación de onda larga procedente de la propia Tierra. En la Figura 4-6, proporcionamos una detallada relación de lo que le ocurre a la energía solar cuando alcanza la capa atmosférica de la Tierra. Una Reflexión por pequeña cantidad (un 6 por ciento) es reflejada por la atmósfera y una las nubes 27 unidades cantidad mayor (un 27 por ciento) por la capa de nubes que rodean a la Tierra. Los restantes dos tercios los absorbe la Tierra y su atmósfera y vuelven a irradiarse. Si se siguen las flechas que figuran alrededor del diagrama se comprobará que la cantidad de energía recibida (100 unidades) se ve exactamente compensada por la cantidad de energía reflejada y vuelta a Refracción por irradiar. Este eq u ilib rio en ergético m u n dial es el motor que pone en marcha la Tierra no tan sólo la circulación del aire y del agua (corrientes oceánicas), sino unidades también las cadenas de alimentación de las que forma parte la propia humanidad. La variación entre las zonas tórrida, templada y glacial reconocidas por los ' griegos (y que ilustramos en la Figura 4-5) está también relacionada con este ciclo de energía. Las variaciones de latitud en la temperatura indican el al espacio 17 unidades ángulo medio de incidencia de los rayos del Sol, que alcanza su máximo en los trópicos pero que va decreciendo en dirección a los Polos N orte y Sur. La energía procedente del Sol debe atravesar oblicuamente la atmós­ UJ 2 fera de la Tierra y caer en un área de superficie de mayor extensión. C o m ­ párense las áreas a y b que aparecen en la Figura 4-6 para ver el efecto de desde la Tierra Irradiadas desde a la atmósfera > >- CO tales factores combinados sobre la cantidad de energía recibida en la se­ la atmósfera < ir 34 unidades 48 unidades Q < gunda área. COQ oc < p ce % 00 CO— La circulación general de la atmósfera Al igual que cualquier gas o flui­

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E

Tiempo

Población de linces (b)

Tiempo en años (c)

CRECIMIENTO LOGÍSTICO DE LA POBLACIÓN C uando a una población se le permite desarrollarse en un medio ambiente óptimo de tam añ o ilimitado, su crecim iento sigue una cu rva exponencial. Si ahora introducim os una capacidadpoblacional tija, o un nivel de saturación (/Q, el potencial de crecim iento biológico, o potencial biótico, se verá modificado por presiones ambientales. Podemos introducir esta presión ambiental en el modelo de crecim iento exponencial

dN = rN, . dt

descrito anteriorm ente restando

K -N K de

rN. Tenemos entonces

d N = rN, . — dt

K -N K

--------——

donde población población m áxim a permitida por la capacidad poblacional. r = tasa de crecim iento de la población, y

N= K—

d_ = tasa de crecim iento por unidad dt

crecim iento logtstico y posee una característica form a en S. Su cálculo se describe en la Sección 13-3. [Ver también A. S. Boughey, Ecology of Populations (M acmillan, New Y o rk , 1968), Cap. 2 .]

f

Potencial biótico Presión ambiental Capacidad poblacional Nivel estabilizado de población Curva de crecimiento logísticc

de tiempo.

T an to N com o K pueden también expresarse com o densidades de población. E sta curva de crecim iento modificada se denomina curva de

para mantenerlas. Tal como ilustraba la Figura 3-4(b) (pág. 53), un aumento en el tamaño de una población puede significar menos alimento por individuo, más defunciones de las normales, y una consiguiente reducción de su número. Inversamente, un descenso en la población puede poner en funcionamiento una cadena de acontecimientos que aumenten el número del grupo hasta volver al nivel original. Claramente, el modelo es muy tosco, pero encaja en términos generales con los hechos observados para muchas de las especies animales. Pero ¿qué es lo que ocurre con respecto a los seres humanos? La población mundial ha ido aumentando uniformemente por lo menos durante los últimos 500 años. ¿Significa ello que, sencillamente, la longitud de onda de la población humana es muy, muy larga — que alcanzará su máximo en algún momento en los próximos siglos y luego se estabilizará o declinará? Tales preguntas son imposibles de responder con seguridad sin entrar en cuestiones relacionadas con la cultura humana, su economía y su política — contenidos de las partes tercera, cuarta y quinta de este libro. Debemos, sin embargo, en este punto, observar las analogías entre los humanos y otras poblaciones animales. Estas analogías preocuparon a Thomas Robert Malthus, el demógrafo inglés, cuando escribió su ahora famoso Ensayo sobre el principio d e la p o b la c ió n , publicado en 1798 [Figura 7-6(a)]. Malthus observó consecuencias ecológicas horrendas en ei continuo crecimiento de la población humana. Dijo que la población posee una tendencia a aumentar geométricamente (según cifras que aumentan como en la serie 1, 2, 4, 8, 16...) mientras que los recursos alimenticios para mantener a esta población, incluso mejorando los sistemas agrícolas, aumentan aritméticamente (por una cantidad constante, como la serie 10, 20, 30, 40, 50...). Tal como muestra la Figura 7-6(b),

(k)

Tiempo (f)

Figura 7-6. La ecuación malthusiana. (a) El estudio moderno de la geografía de la población puede remontarse al demógraío inglés Thomas Malthus (1766-1834), cuyo libro sobre los principios del crecimiento de la población fue publicado en 1798. (b) Malthus propuso que una población agotará siempre sus recursos alimenticios puesto que la población crece geométricamente mientras los recursos alimenticios crecen aritméticamente. En el diagrama, los recursos alimenticios se hallan originariamente en un nivel de 10 unidades y aumentan en 3 unidades en cada período de tiempo, la población se halla originariamente a nivel 0,1 pero se dobla en cada período de tiempo. Cualesquiera que sean las cifras que se elijan, a la larga la curva exponencial terminará siempre por ¡ntersectar la curva aritmética, (c) El aumento constante de la población planteará tales presiones al suministro de alimentos que, según la ecuación de Malthus. tan sólo el hambre, la enfermedad y la guerra pueden devolver las cifras a niveles soportables, ((a) De la Granger Collectíon. (c) Fotografía de Werner Bishof. Magnum]

(a)

40 r o Crecimiento aritmético (recursos alimenticios)

/

p

'2 o

ro

.Q o

Q.

4

6

Períodos de tiempo (b)

contando con estas suposiciones, Malthus fue capaz de demostrar que cualquier índice de aumento de la población (por muy pequeño que sea) excederá finalmente cualquier suministro alimenticio concebible. Cuando el crecimiento alcance ese punto, podrá mantenerse bajo control, según Malthus, tan sólo mediante “la guerra, el vicio y la miseria.” [Ver Figura 7-6(c)]. Pero la base del crecimiento aritmético de la agricultura nunca resultó clara. Además, en la edición de 1817 de su libro, Malthus dedicó una atención considerablemente mayor al recorte en los aumentos de población a

través del control de la natalidad que a los pesimistas recursos de la guerra, el vicio y el aumento de la miseria humana.

La capacidad poblacional de los medio ambientes Podemos explicar un sencillo control malthusiano del crecimiento de la población imaginando un un nivel fijo por encima del cual los números no pueden aumentar. En este nivel de saturación, la población iguala exactamente la ca p a cid a d p o ­ b la c io n a l del medio ambiente local (es decir, el número de miembros de una especie dada, para los que posee la capacidad biológica de sumi­ nistrarles alimento). Se representa en la Figura 7-7 por un techo de po­ blación. ¿Q ué es lo que ocurrirá si el crecimiento de la población se acerca a este techo? Pueden imaginarse tres situaciones. En la primera, el índice de aumento puede continuar sin cambios hasta que se alcance el techo, y caer entonces abruptamente a cero. En segundo lugar, el índice de aumento puede declinar en tanto se acerca al techo, cayendo finalmente a cero. En tercer lugar, la población puede superar el techo periódicamente, reducida tan sólo por la carencia de alimentos, y oscilar por encima y por debajo de la capacidad poblacional (como en la Figura 7-5). El ajuste instantáneo implicado en la primera solución parece bastante improbable, pues el mecanismo por el que tal cambio súbito puede conseguirse no está claro. N o se apoya ni en una evidencia empírica basada en cifras sobre la especie humana ni en el número creciente de estudios en otras poblaciones animales. La segunda solución, en la que el índice de incremento se debilita en tanto los números se acercan al nivel crítico, resulta más plausible. (Ver la exposición de crecimiento logístico de la población en la página 155.) Sin embargo, tal solución implica un mayor conocimiento de los límites ambientales y un mayor control social sobre la natalidad del que actualmente tenemos. La tercera posibilidad, en tanto la población se acerca al nivel crítico, se ilustra en la Figura 7-7(c). Aquí, la relación entre la población y la capacidad poblacional del ambiente se refleja en cambios tanto de las tasas de natalidad como de las de mortalidad. Demasiados individuos (por ejemplo, una población por encima de la capacidad poblacional) implica defunciones por desnutrición y menos nacimientos; ello hace decrecer la población. Esta oscilación en sentido ascendente y descendente con respecto al nivel de saturación, en tanto la población fluctúa por encima y por debajo de la capacidad poblacional del medio ambiente, se encuentra a menudo en las poblaciones animales. Los períodos en que abunda una especie se ven seguidos por periodos en que escasea, con un ritmo muy regular. Debido a que fue tan sólo a finales del siglo dieciocho cuando pudo disponerse del primer censo de datos fidedignos sobre poblaciones humanas, es difícil determinar cuáles entre estos sencillos modelos resultan adecuados a la situación humana. Las tendencias históricas en la población mundial ponen de manifiesto que el actual modelo exponencial de crecimiento es relativamente reciente. En el período inicial de la existencia del hombre en la Tierra, el hambre, en el sentido expuesto por Malthus, jugó un importantísi­ mo papel, y los dos primeros gráficos de la Figura 7-7 pueden muy bien aplicarse a tal período.

JTJ .O O Q. i3