Estudio sobre filología peruana en relación con la historia y la literatura. Disertación que para optar el grado de doctor presenta á la Facultad de Letras [UNMSM]


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Estudio sobre filología peruana en relación con la historia y la literatura. Disertación que para optar el grado de doctor presenta á la Facultad de Letras [UNMSM]

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Estudio sobre filología peruana en relación con la historia y la literatura. Prado y Ugarteche, M. I. Lima, 1888. https://hdl.handle.net/2027/yale.39002085763432

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Estudio sobre filologia Peruana en

relacion

con

la historia y la

literatura. M.I. Prado (

Lima

y tigarteche.

diss.

1888.

YALE UNIVERSITY LIBRARY

ESfOlJlU OJflttlj"iliJ*aiiOUiillIinuMfl.ljll CON

ftfibttUlOli

LA HISTORIA Y LA LITERATURA

DISERTACION

PARA OPTAR EL GRADO DE DOCTOR PRESENTA A

LA FACULTAD DE LETRAS

Mr. ffapno 1.

fjracta g igarfci;l^

LIMA IMPRENTA Y LIBRERIA DEL UNIVERSO DE CARLOS PRINCE CALLE DE LA VERACRUZ

1888

NtiM. 71

lEROR

JgECANO,

fErJORES;

En los albores del siglo XIX, cuando auu resonaba, por los dmbitos del mundo, el espantoso es truendo de innumerables batallas; cuando aquel co loso, sin rival en la Historia, que se llama Napoledn Bonaparte, cuya planta vencedora habia hollado los elevados picos de los Alpes, las viejas Piramides del Lgipto, los abrasados campos de la Siria, las riberas encantadas del Rhin, las majestuosas cate Rusia,drales de la Espana y las frias estepas de la cafa abrumado bajo el peso de &u propia fortuna y de su inmensa gloria, despues de haber cumplido la divina misidn que le ehcomendara aquella Pro videncia misteriosa que dirige el universo hacia el progreso; entonces, de la regidn mas bella del mun do que llamaban la America Espafiola, se escucho un grito sublime: era un pueblo de esclavos que proclamaba su emancipaci6n! Las nuevas ideas, que costaron la vida a millones de hombres, comenzaban a fructificar: a su irresis tible empuje so desplomaban hechos pedazos, los tronos vetustoa y carcomidos; al imperio de la de sigualdad, de la autoridad soberana y sin limites de uno solo, sucedia la igualdad social y politica de to dos. Fue por su influencia que, despuds de oruentas y encarnizadas luchas surgieron las nacionalidarompiendo los lazos que las dea sud-americanas



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ligaban a la heroica Espana y que fueron estableci das en dpoca f emota por el pretendido derecho de conquista Y nacid el Peru. La patria de los Incas veia por segunda vez brillar en el cielo el sol espleridente de la libertad politica, y volvia k algu constituirse la nacidn, tras largo intervalo de nos siglos en que, uifidos pueblos y civilizaciones distintas, preparaban los elementos de un brillante porvenir. — Corramos un velo sobre las pangrientas paginas de la historia de su vida independiente: jcuanto esfuerzo perdido! [cuanta sangre derramada, [cuantas esperanzas desvanecidasl Olvidemos por un momento aquellas lugubres verdades, que por desgracia, estan grabadas con hie rro candente en nuestra conciencia; no vengan ellas a turbar con su fatidico recuerdo la serenidad del cuadro que voy & presentar a vuestra consideracidn; no apague el resplandor de la incendiaria tea, la claridad purificadora del crisol de la ciencia. La literatura: he alli, sefiores, lo unico que nos queda en medio del desquiciamiento general; en el ban desaparecido las instituciones politicas, las li bertades publicas, la integridad del territorio nacio nal, la riqueza fiscal y la fortuna privada: la memo ria es todo lo que resta de la pasada grandeza; pero, las lucubraciones de la inteligencia, exentas de los cambios materiales, forman un archivo grandiose, unico munumento que se sostiene en medio de tanta

ruina.

. Paso a. la nueva generacion, exclaman los hombres de ayer qne dirigiendo ya su planta temb'orosa ha cia el sepulcro, despues de largos anos de combate sienten que se van con ellos el entusiasmo por la gloria y el ardor guerrero. Paso, dicen, & la gene. racion que se levanta, porque "le brilla en la fren te el astro de la inspiracidn y le arde en el pecho el •fuego del entusiasmo: ella necesita gloria; nosotros



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los que vamos declinando hacia el ocaso de la vida, agobiados por el peso de amargos desenganos, de bemos dejarle libre la senda para alcanzar las con quistas merecidas." la nueva generacidn, Paso recoja de la arena el destrozado escudo de sus mayores, y demande al destino la reparacidn de tanto mal. —Y he aqui, senores, que respondiendo, a ese Ilamamiento, me presento ante vosotros, si no con la inspiracidn en la frente, al menos con el entusiasmo en el corazdn. Tupida gaza oculta la his toria del progreso de las letras patrias, yacen olvi

importantes, y empana el general indiferentismo nuestras verdaderas glorias. Voy penetrar en un campo virgen; mas no creais que avanzo con vacilante paso como el niiio que no sabe andar osa intentarlo; no, confio en el tema mismo importancia bien de mi disertacidn; su novedad pueden ocultar las faltas en que acaso incurrire al llevarla cabo; ademas confio en vosotros que alen. tasteis con vuestro autorizado criterio mi primer ensayo Jiterario, no me negardis vuestro apoyo, con tanta mayor razdn,cuanto que, olvidando hoy evocar las altas personalidades extranjeras, vengo los recuerdos nacionales, que daran valor mi po bre trabajo: todo lo embellece el hermoso nombre de dados

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la patria. Uno de los sentimientos mas puros del hombre es el amor la Patria: por ella se convierten en heroes, Uegando hasta el martirio; ella arranca notas armoniosas de la lira de los poetas; enciende la antorcha de verdad en la mente del sabio; convierte los instintos de la mujer hacidndola heroina de la histo grande, ria; es el origen, en una palabra, de todo de todo lo bello, de todo sublime que se registra tienen en sus paginas. Todos los hombres obligaciones para la nacidn que reconocen como su mas imperiosos esos deberes son tanto ya,



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cuanto son especiales las circunstancias en que ellos Impelido por ese sentimiento, he busse exigen. cado un tema esencialmente nacional para mi disertacidn: quien sabe, pueda servir de punto de par tida fi posteriores investigaciones, mediante las que, otros con mayor acopio de tan valiosos materiales puedan levantar monumento imperecedero al desa timbre clarisimo de perrollo literario-cientifico, gloria para nuestra Patria. renne La historia de los pueblos forma la base del pre sente y es la antorcha que ilumina la senda del por venir, y la tradicidn literaria ii mas de ser fiel espejo de sus cambios politicos y de sus adelantos y cos tumbres y de constituir su glorioso archivo; contribuye inteligen en mucho fi ilustrar la perfeccionar gusto cia, el y sostener el entusias mo patridtico. Importante, pues, bajo el punto de vista literario y mas aiin en su relacidn con la his toria y con la ciencia, mi trabajo, encarnando recuer dos nacionales, hubiera satisfecho una necesidad y cumplido una obligacidn; lastima que no haya podi do sino delinear un informe bosquejo, alli donde de biera trazarse explendido cuadro. Senores: mas vasto que el presente era el plan que me habia propuesto desarrollar en esta disertacidn; fud mi primer deseo presentaros, en conjunto, el resumen de la historia de la literatura peruana, que habia sido condenada, al parecer, a eterno olvido. El entusiasmo de la juventud me hizo parecer facil aquella empresa y lanzarme con afan al estudio. Po co a poco ha ido presentfindose ante mi vista asom brada un panorama brillante: la vida literaria de nuestra patria, desconocida entre nosotros, se osten taba Uena de pompa y majestad, y al propio tiempo crecia en extensidn, haciendo imposible resumir sus expldndidas y variadas manifestaciones en los estrechos limites de un discurso acaddmico

t)e alli la necesidad includible de no preseutafos sf • no parte de mi emprendido trabajo, aquella menos brillante en la apariencia, escasamente estudiada, pero que quizfi tenga mas aplicacidn en la prdctica y merezca, como ninguna otra, por haber estado tan oculta, su rehabilitacidn actual. La filologia perua na es el tema del presente trabajo. Estudiar los es-

critos sobre lenguas nacionales, establecer sus carac teres y poner de manifiesto los esfuerzos mas 6 me nos provechosos que se han hecho en la lingttistica peruana, contribuyendo de esa manera a sacar al in dio de su servilismo y postracidn; honrar la memo ria de sabios notables escasamente conocidos por unos pocos; iniciar la restauracion de los estudios filoldgicos en nuestra patria, como fuente fecunda de verdades histdricas, y obtener consecuencias prdcti cas de las anteriores apreciaciones, que debieran ser la base de la regeneracidn futura, tales son, sefio res, las importantes cuestiones que merecen estudio detenido y que yo procurare puntualizar tocando algo de ellas en conjunto. Presentaros el cua dro aislado seria destroza rie, por lo que me permitireis, en primer lugar, hablaros de historia, puesto que con ella se relacionan fntimamente los estudios filoldgicos; os trazare despues el cardcter general de la literatura peruana, ;cdmo clasificar una de las partes sin hacer un analisis por ligero que sea del conjunto? El estudio histdrico critico de la ciencia lingttistica que ha adquirido importan cia colosal en nuestro siglo completara mi tema* Ojala, fi pesar de mis imperfecciones, sea fitil para dar a conocer las glorias verdaderas de nuestra pa

tria.

i. Cuando llevados por el deseo de saber abrimos cUyas pdginas estdn el gran libro del pasado, en impresas con caracteres indelebles aquellas gran aquel des vicisitudes, aquel constante movimiento, que pueblos, se eterno vaivdn de hombres, naciones y para hundirse suceden como visiones sobre la tierra despuds en el olvido; no podemos menos que ad mirar la sabiduria del Eterno que ha puesto en el corazdn del hombre aquel anhelo indefinido, que lo lleva, al travds de los siglos, en pos de un ideal que aun no conoce, contribuyendo sin sentirlo a la para el porvenir; mi elaboracidn de los elementos grandiosa que sagrada obra de la humani es la sidn dad.

En la segunda mitad del siglo XV

aparecid un inspirado habia un pensa Dios hombre que conanhelaba Coldn, Cristobal Era miento. quistar un mundo desconocido. Ofrecia coronas y dilatadas comarcas a los reyes en cambio de una embarcacidn en que confiarse fi los riesgos de un mar ignorado y sin limites al parecer; los reyes desdea quien

fiaron sus promesas; loco le llamaron las gentes de su tiempo; loco repitieron tambidn las academias de los sabios. En medio del universal esceptieismo, una inteligencia comprendid su idea, un corazdn latid al adivinar el porvenir de aquella empresa colo sal; esa inteligencia y ese corazdn eran de una mu ger, que, como tal, amaba lo misterioso y lo descono* cido, y presintid aqueilo que era grande y sublime, aqueilo que debia inmortalizar su nombre. La idea se habia salvado, el suefio de un loco iba ser una expldndida realidad. Isabel la Catdlica, reina de Castilla y Aragdn, ofrendd sus joyas para dar al in trepido marino las tres carabelas en las que zarpd



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del puerto de Palos el 3 de Agosto de 1492, en bus ca de las sofiadas Indias que debian trocarse en un continente.

En medio de aquel ocdano que por primera vez surcaba el hombre llevando la ensena de la cruz, Cristdbal Goldn sintid que su alma se engrandecfa; en vano se esforzaba ese mar en ocultar sus playas a sus miradas en que lucia el resplandor del genio. Estaba escrito; Coldn llevaba en la frente el lemi de su misidn divina. El dxito mds completo iba a coronar su constancia. En la manana del 8 de Oc tubre aparecid, envueltaen lasbrumas, aquella tierra cuya existencia habfa adivinado el audaz navegante. El portento se habia realizado; un nuevo continen

te surgia de una regidn desconocida. Era un mun expldndido: bosques secula do feraces campinas* cuyas montaiias todos plata, res, entranas eran oro y de una na los encantos y sublimes manifestaciones turaleza exuberante y virgen, se encontraban en aquella tierra, a la que Colon llamd el Eden del uni verso, en el que Dios habia agotado las maravillas Pero, oh aberracion de la naturale de su bondad. za humana, el descubridor de la America, aquel, que contribuia con millones de hombres, con un mundo entero al progreso de la civilizacidn, el ver dadero fundador de las ciencias naturales que, con su descubrimiento, como dice Humboldt, trajo por tie rra las clasificaciones rudimentarias para abrir cam po inagotable fi las investigaciones de los sabios, me recid cadenas en premio de sus proezas, y su muer te es una de la mas tristes paginas de la vida del genio en la historia de la humanidad,

Es un hecho cierto, una ley pocas veces desmentida por la Historia que todo aquel, que estfi destina do por la Providencia a dejar un rastro luminoso su nomde su trdnsito por la tierra perpetuando

Z-tO — pagar su bre en la memoria de los pueblos, ha de con el sa inmortalidad inscripcidn en el libro de la desgraciada! crificio de una existencia

II Cristdbal Colon did el primer paso; pero la em-* presa de aquel genio inmortal no estaba concluida^ quedaba fi los que vinierafftras dl coronar la obra. Intrdpidos marines completaron los descubrimientosgeogrdficos de aquella regidn, donde nruy poco tiem po despuds, osados conquistadores, sin mas derecho que la fuerza, iban a hacer ondear sobre la ruina de poderosos imperios el pabelldn heroico de la Espa fia. Hernan Cortex, el mas bizarro, el primero d& los conquistadores de la Amdrica, cruel, si se quiere, pero noble y generoso, destruyd el imperio de los estos Aztecas tras cruda guerra, en que perdieron su nacionalidad y la fior de sus guerreros, en primer lugar, y mas tarde, todo lo que tiene el hombre de mds sagrado d inviolable. Francisco Pizarro, si guiendo las huellas de su deudo, emprendid la con-' quista del imperio de los Incas, cuya civilizacidn asombrosa y sui generis se basaba en el principio

y que, llevado

su'

mas lata acepcidn, did por resultado un comunismo perfecto; emprende dor y valiente como el conquistador de Mejico, de voluntad inquebrantable como aquel, no le. super 6 como politico y le fud inferior como caballero; Her man Cortez conquistd a Mejico con su espada, Fran cisco Pizarro Uevd- a tdrmino su empresa con traicion y eon infamia. Solo asf se explica aquella conquista, que mas que un hecho! histdrico, parece una de aquellas ffibulas con que se halagaba la ima ginacidn infantil de los pueblos de la antigiiedad, una fantfistica leyenda de las naciones del Norte; y que como tal la considerarian las generaciones de autoridadj

d



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futuras, si la historia no lo consignara con toda la evidencia de la verdad. La conquista del Peru se efectud por circuit tancias especialisimas, resultado de las causas que la determinaron. Los pueblos en la realizacidn de las grandes em presas no otedecen a impulsos mezquinos. Hay una ley misteriosa y afin fatal que rige fi las nacio nes en la consecucidn de sus fines, y dstas, sin dar-

porque esa se cuenta las siguen irresistiblemente, es nuevo elemento de vida y desarrollo al que no pueden resistir, como no Ie es dado contener al hombre la circulacidn de la sangre por un merb aeto de su voluntad debil dimpotente; de alli que no fuera la codicia el mdvil principal que lanzara & los espanoles en pds del continente americano. Rara vez en la historia ee presenta el espectdculo del movi miento unanime de un pueblo guiado por un fin in indi digno; puede este satisfacer las aspiraciones pero jamds llegara a ser el pensamiento viduales; exelusivo de una nacidn. Sabido es que por el tiempo en que Coldn bus cando un nuevo sendero para llegar a las Indias Orientales did a conocer la Amdrica, de cuyo recuer do no quedaba el mds leve vestigio en la Europd; los Reyes Catdlicos con la tomade la fantdstica Gra nada, pusieron tdrmino fi la lucha grandiosa de dos pueblos que, por espacio de ocho siglod, se habian disputado dia d dia y palmo fi palmo, no sdlo el te rritorio que ocupaban, siho la preponderancia de su religidn y de su raza. Aquella nacidn herdica que habia llegado por fin d siistituir con la ensefia del catolicismo la media luna de los agarenos, debia conve'rtirse necesariamente en conquistadora. Ochg siglos de guerra incesante la habian avezado al combate, y la vida de correrias y de peligros diarios,

ley

consecuencia

de aquella,

hicieron

el caracter

de



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A mds, Ia in esencial al espanol. aventurero Media produjo Edad la en cristianismo del fluencia senti acendrado un consecuencia natural como miento religioso, el que, avivado en Espana, por el. antagonismo de un culto enemigo del cristiano, did jQud por resultado el fanatismo mds completo. grande se nos muestra el pueblo espafiol que, Tte-

vando en su estandarte, unidos el nombre de Dios y de la Patria, se lanzaba impfivido en pd3 de la preponderancia universal, fi un mismo tiempo con^ qui sta dor y apdstol! Terminada la guerra con los moros, los Reyes Ca tdlicos precipitaron los tercios espafioles, al mando del Gran Capitfin, sobre las ricas comarcas de la Italia y fud por entonces cuando Cristdbal Coldn descubriendo la America, abria un nuevo horizonte, fi las aspiraciones politicas de los reyes y vasto campo al espiritu aventurero del pueblo espanol. Toda guerra por prdspera que ella sea, es perju dicial, casi siempre, fi los intereses econdmicos de la nacidn que la emprende, y la Espafia, tras lucha, prolongada, no podia menos de resentirse de general pobreza. La guerra con los moros hizo del espanol un soldado aventurero, enemigo con frecuencia del las' trabajo; y victorias de Italia, gloriosas para la nacidn y productivas para la Corona, no ofrecieron sino desventajas para el pueblo que pagaba sus tri butos de sangre y de dineros, sin obtener ninguna ntihdad positiva. La Amdrica, recidn descubierta, se presentaba como la tierra de promisidn. El fervor religioso y la caridad cristiana encontraban alli un mundo entero que redimir; el patriotismo un objeto de legitimo orgullo, vasto campo de inauditas vic torias; el espfritu aventurero un hermoso panorama donde lo real se unia a lo misterioso e ima blime. Ya hemos visto que ella es condicidn esenoial de toda buena literatura; pero lo es en especial de la poesia lirica. Canta esta los afectos intimos del al ma, estudia los misterios del corazdn y revela en su lenguaje apasionado la impresidn que los objetos materiales y los acontecimientos, ora los elevados y grandiosos como los humildes y pequefios, causan en el pecho del poeta; do alli que la libertad sea, pues, su vida, como la expontaneidad es su encanto y la sencillez su adorno. El poeta lirico ha de decir Io que siente, ha de cantar la verdad si desea vivir en la memoria de los hombres, y mal puede ser veraz el esclavo que trata de adornar con flores sus cadenas, el cortesano que con sus trovas pretende halagar d los magnates; en una palabra, los que viven bajo el yugo de la tirania, fi no ser que estdn dispuestos fi arrostrar las prisiones de D. Francisco de Quevedo, 6 la muerte desgraciada de Chenier. La poesia liri ca, la mas humana por ser subjetiva, es de todos los paises y de todos los tiempos; do quiera haya una inteligencia que comprenda y un corazdn que sienta existird; porque es el reflejo de la vida del hombre. No podia menos que manifestarse la literatura co lonial con el cardcter que la esclavitud politica y religiosa debia neoesariamente imprimirle. El gdnero erdtico, que tan vasto campo de ins piracidn ofrece fi la musa lirica, tiene pocas mani festaciones en esa literatura; lo que extrafia, tan-



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tanto mas cuanto que en esa dpoca, permitidndo* seme la licencia, en la ciudad de los Reyes se respiraba el ambiente impregnado de voluptuosidad; el astro principal de la sociedad peruana era la mu jer d la cual rendiau cumplido homenage, desde los galantes virreyes hasta los humildes esclavos. La fama de la mujer limefia hacruzado los mares y que da como preciosa reliquia de gloria para nuestro sue lo. Ese tipo hermoso, en que se encuentra con fre cuencia las perfecciones de la mujer griega, que reune la espiritualidad de las hijas de la Francia con Id pasidn de la italiana, morena y viva como la andaluza, que bien merecia ser cantada por las liras inmortales de Petrarca y Garcilaso/ no hizo produ cir a la lirica de la colonia, con raras excepciones, sino acentos frios, en que la ampulosidad de los. conceptos apagaba el fuego de la ided. Tengo para ini como hecho cierto y evidente que la poesia del

verdadero sentimiento, que no ha podido menos que manifestarse tuvo una vida efimera, pero real; fruto de la verdadera pasidn, sirvid para satisfacer las necesidades purisimas del alma, y por eso, carecien do de las rebuscadas y grotescas flores retdricas con que pretendian adornar la rimada prosa los poetas de entonces, no merecieron llamar la atencidn, y no alcauzaron, por consiguiente, los honores de la im.prenta, porque el mal gusto predominante hizo que no se les apreciara en todo lo que en realidad va-

lieron.

Como causa determinante de la falta de manifes taciones de la poesfa lirico-erdtica es menester ter ner en cuenta las prohibiciones eclesidsticas, y como su resultado, la falta de modelos. Toda obra para imprimirse debia necesariamente pasar por la cen suras, civil y eclesiastica; porque era especial el inte res que se ponia, en las colonias, en "la coaccidn del pensamiento. Fud principio inconcuso para los moralistas de la Inquisicidn, que toda obra, que no 5



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sirviera al mejoramiento social y religioso, debfa estirparse; porque si no contenian malas doctrinas, por lo menos, Servian de distraccidn y alejaban las lecturas piadosas. Dealli, queen semejante rdgimen. se erdticas hiciera cruda guerra a las producciones eonsideradas como nocivas. El espiritu de la filo sofia escoldstica se habia imbuido profundamente en la sociedad, y merced al sistema absurdo de for mulismo y cortapizas, se pretendia extirpar aquellas producciones inocentes, que.no llegaron d ser, ni si quiera, pdlido trasunto de lo que en realidad era la

disipada existencia colonial. La persecucidn de los libros, muchos de ellos inmejorables, era el campo donde ejercia con mas frecuencia, su austeridad y justicia el Santo Oficio. La lirica religiosa fue la mas cultivada; pero faltando una inspiracidn ardiente y sentimiento verda dero, nada de grandioso tienen sus manifestaciones, haciendo siempre distincidn honrosisima de los ta lentos que lucieron en los iiltimos anos de la colonia y en los albores de la Independencia: las Parafrasis de los salmos serdn timbre de perenne gloria para Olavide y Valdez. En la poesfa profana, prescind iendo de Diego de Mejia, Espinoza Medrano, Aylldn, Rodrigo de Val dez y otros poetas de mdrito dudoso, brillo con

gloria verdadera el inmortal autor del Diente del jParnaso, uno de los ingenios mds previlegiados del Perii, y sin duda alguna, el lirico mas notable de la literatura colonial. El afio de 1651 serd fecha memorable en la his toria de la literatura americana. El vid nacer fi aquella mujer prodigiosa, que se llamd en el claus tro Sor Ines de la Cruz, y que, tedloga profunda,l'iterata consumada e inspira la poetisa, hibia de dar universal nombradia d las letras mejicanas, mientras que en Lima, famosa capital del



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to del Perii, comenzaba la vida D. Jufin del Valle y Caviedes, el implacable satirico, poeta popular y ex pontdneo ingenio, que por la travesura, el chiste y 16 cdustico del lenguaje, bien merece el nombre de Quevedo del Nuevo Mundo. No es Caviedes, por cierto, el poeta fildsofo que medita indo sobre el pasado anhela descubrir el futuro por medio de ideales abstracciones, ni es Tirteo que anima fi la nacidn al combate con sus patridti* cos acentos; ni el vate raoralizador que fustiga implacab e los vicios de la sociedad en que vive: nd, Cav'iedes es el poeta expontdneo que canta porque nacid dotado de inspiracidn, sin auxilio del estudio, ni pedimento del arte, como la planta que crece en medio de los eampos lejos de la mano del hombre, sin mas elementos que el sol y la lluvia. Mds todavia, el poeta de la Ribera no tuvo al escribir ninguna finalidad estdtica, fue necesario que un hecho externo, nn deseo de venganza, dijera d su numen "Ldzaro despierta'*, y despertd armado de la sfitira mordaz, del chiste picante y de la burla irdnica; armas to das que esgrimio con maestria y pujanza contra los curanderos que pululaban en la ciudad de los Reyes por aquella dpoca. En sus producciones no encontraremos el estilo ampuloso y las gongdricas frases de los escritores eruditos; nd el lujo pueril de cien cia rebuscada d inutil de que hacian ostentacidn los rumbosos doctores de la Real Universidad: su estilo es llano y elegante, la diccidn castiza, los periodos bien cortados, sus metaforas hermosas, aunque fi ve ces demasiado libres, defecto general de sus pro ducciones, sus versos sonoros y rotundos; caracte res que hacen verdaderamente admirables bus poe sias, y que reflejan laexpontaneidadde su creacidn.



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XII de la poesia epica, no ea que aparece en la siempre que demds recordar, que grandeza hecho inmortal, la ha historia con la producto poderosa, individualidad una el de no es pueblo aspiracidn que entero de un la satisface sino que la produce. Si en la India brilld con toda su asombrosa esplendidez, fud porque se inspird en la lucha de razas diversas que se disputaban el domi

Pasando

d ocuparme

nio de su suelo privilegiado; luchas que, merced fi la

fantasia sonadora que caracteriza fi los pueblos orientales, llegaron fi tomar hasta aspecto teoldgico, convirtidndose mas tarde en leyenda divina, consignada en el Mahabaraba y el Ramayana: sintesis co losal de la historia, de la filosofia panteista y de la civilizacidn del pueblo sanscrito. Esos poemas, lo mismo que la Iliada del inmortal Homero, son el trabajo de un pueblo cuya civilizacidn retratan y resumen aquellas grandiosas epopeyas, del mismo modo que el eco resume en uno solo los diferentes sonidos que se pueden producir en un momento da do. Para el filosofo en la Divina Comedia desa parece el Dante, apesar del sello esencial de persona lidad que ella reviste; y evocada de su tumba revive la Edad Media, la edad de hierro de la segunda dpo ca de la humanidad, con sus luchas incesantes, con su filosofia escolfistica, con su fanatismo religioso, con sus elementos civilizadores, convirtidndose en obra colosal, verdadera encielopedia de esa dpoca liictuosa. Fruto del entusiasmo religioso y del espi- ' ritu caballeresco fud el inmortal poema de Torcua to Tasso; mientras que Camoens inspirado por el engrandecimiento de su patria, concibe las Lusia-' das en que palpi ta el corazdn del pueblo portuguds. En medio de la lucha religiosa que agitaba la Ingla-



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terra, Milton arranca notas sublimes d su lira, pro clamando la grandeza de Dios, origen de toda reli„gidn, y cantando la primera aurora de la vida del hombre como simbolo de unidn de la humanidad. Ahora bidn, iddnde encontrar tan grandiosos ele mentos en la humildisima existencia de las pose siones espafiolas ? La vida de la colonia

era

mondtona,

exenta

de

animacidn, cireunscrita por completo a la esfera privada, falta de aquel vigor que comunican los grandes acontecimientos, los trastornos sociales; era la" vida del harem que se deslizaba entre fiestas re-. ligiosas y prof anas, embriagada con el incienso del altar y el perfume de las flores, entre el confesonario y las citas clandestinas, entre la religidn y el amor. Era la vida del individuo, no de la colectividad; faltaba una realidad objetiva, que pudiera ini ciar un movimiento grandioso en la poesia epica. Y

eso, apesar de que era este el gdnero en boga, como lo prueban entre muchos otros, el cdlebre «Lima Eundada» del insigne D. Pedro de Peralta y Barnuevo, el hombre mds sabio de la Amdrica Meridio nal, «Santa Rosa* del Conde de la Granja y otros que seria prolijo enumerar, importa esto la negacidn completa de la elevacidn de la poesia dpica en las ' antiguas colonias: la Araucana seria prueba abruma-dora en contra de mi aserto; pero, en la capital del virreinato su mds plausible . manifestacidn era aquella que sublimara el ideal religioso que consti-; tuia la esencia de su modo de ser. La Cristiada de Diego de Hojeda puede considerarse bajo este punta -de vista, su genuina manifestacidn. La Cristiada pertenece fi los poem as dpico-reli-.. giosos reuniendo todos los caracteres. que en tales, obras se exigen, Tiene por tema narrar los ulti-. mos momentos del Salvador; la accidn comienza en la cena sagrada y termina con la descensidn do



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la Cruz. El heroe del poema, como

se nombra ea Hombre-Dios; el es escuelaH, de las el tecnicismo y en cuanto d la intervencidn de lo maravilloso, apesar de que el tema por si solo es el mds sobrenatural que puede concebir el entendimiento hu juiciomano, el poeta por su parte ha prodigado samente hermosos episodios que se enlazan con la accidn principal sin romper en lo mds minimo su rigurosisima unidad. Los personajes que en la ac cidn intervienen no satisfacen del todo; y los carac teres aunque bien trazados, no ostentan pinceladas maestras. El drama avanza majestuoso d su desen lace, hermoseado con las galas de la imaginacidn del poeta; la armonia domina sobre las diferentes par tes del poema, y la fd religiosa, en toda su sublime sencillez, esparce misterioso encanto en toda la obra. No obstante, su defecto es capital y nace del asunto mismo: vanos seran los esfuerzos del hombre para pretender abarcar a la Divinidad. Dante es grandioso y sin rival cuando baja al Infierno; alli donde en cuentra todavia al hombre, lo presenta abatido por el remordimiento, sufriendo penas espantosas: el grito de dolor unisono que retumba en la infernal caverna, es la voz de la humanidad doliente que ex* pia sus crimenes sin esperanza en la misericordia di vina. Pretende despuds escalar el c'elo, nuevo Icaro sus alas se deshacen y su vista se apaga of uscado por aquella luz que nadie puede resibtir: su Parai so es un conjunto de nebuloeidades de una metafisica incomprenBible. Milton eorprende al hombre en su primera falta; despues de haber oido las pri meras palabras de amor de la feliz pareja, de haber arrebatado de sus labios la sonrisa de la inocencia de la aurora de la vida, el Bublime poeta recoee tambien el primer grito de dolor, la primera Idgri ma de fuego quequemd el seno de la mujer, Hora la primera victoria del infierno y aoata el primer fallo



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inexorable de la justicia divina sobre Ia tierra. Pe« fo, cuando Milton siguiendo d Dante, osa entrar en la mansidn de la Divinidad, cae como aquel, y mas' aiio, desnaturaliza los dogmas cristianos que canta., y se convierte en hereje como Arrio, en panteista oomo Espinosa, partidario de las ideas generales con Platdn, materialista con Epicure Fray Die* go de Hojeda en su Cristiada no pretende, no osa escudrinar los misterios del Catoticismo: sus cantos elaborados en el silencio de los claustros, saturados en la mistica atmdsfera de la vida monastica, fru-r te del estudio delos libros santos, contaminados con la intransijentda, son la apologia de su religidn, que acata con humilde respeto, sin atentar soberbio rasgar los velos que la cubren. Es menester convencerse: las teorfas de Chateau briand, expuestas en el genio del Cristianismo, son el fruto de una fantasia delirante; la religidn cris tiana, por mds que dl lo afirme, no puede ser jamds la mdquina escelente del genio de la poesia, «el cristianismo es la filosofia del dolor, y en dste con siste su belleza; no presenta al hombre divinizado en medio de los resplandores del Olimpo, triste pe" regrino sobre la tierra el llanto del dolor bafia su roitro, el huraedn de la desgracia azota su frente, su emblema es la cruz, padron de la ignorainia.» «Sus dogmas gimen y no cantan; un drama es una profanacidn y hasta una imagen es un crimen a los ojos de una religidn toda espiritua!ista.» La frialdad de la metafisica, oscura e impenetrable como el misterio, he alli el resultado de los poetas que osan elevarse a aquellas regiones, y eso cuando han sa bido conservar en su pureza el dogma que los inspi raba: la debilidad de la obra y exiguo fruto, al que como Diego de Hojeda, se detiene al pid dela mon tafia, sin aliento para poder subir. Homero resumid en su Iliada la teogonia del



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manda pagano, como quiera que el hombre podia abarcar el Olimpo, que era la obra del hombre; los poetas cristianos han escollado siempre ante un obs taculo insuperable? el hombre no puede abarcar al Dios omnipotente y soberano.

no tuvo ni pudo tener existencia en la colonia. Necesita para desarrollar se un gran centro de vida, Variedad de toda clase de elementos; porque constituye el grado mds per fecto del desarrollo intelectual de un pueblo. Arbol gigantesco, no crece sino alli donde la extension del suelo le permite afianzar sus raices poderosas; por que sin remedio ha de morir si se pretende encerrarlo en el estrecho circulo de una maceta de barro. Lo repetire una vez mds, la existencia colonial era en extremo reducida, y si en ella resmd la pojsia lirica, fue porque dsta es el resultado del sentimiento indi vidual? si la epica alcanzd a desarrollarse, fue siem pre con un cardcter limitado d individaalista; y si se desconocid la dramatica fud porque no pudo He gar aquella sociedad embrionana al estado del andlisis colectivo fi exteriorizar, si se quiere, su vi da esencialmente privada.

La poesia dramfitica,

XIV Pero si, en resuman, en la ligerisima resefia que he hecho, nada de original encontramos, nada de esclusivamente propio, caracteristico de una nacidn americana, nada que no sea reproduccidn mds d menos feliz de otras litwraturas, no por eso dejan de existir producciones en las que se reflejan fielmente 16s peculiarisimos matices de aquella sociedad: tales

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la Filologia, que por su naturaleza

propia estaba original destinada a constituir el elemento de la lite ratura peruana, representando los recuerdos de la sociedad primi tiva y los esfuerzos de la conquistadora en pr