Estado, empresas y empresarios: la construcción de ámbitos privilegiados de acumulación entre 1966 y 1989
 9875743267, 9789875743267

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AsiaC^stdlam

BOTADO, EMPRESAS Y EMPRESARIOS,

LACONSTRUCCIÓN DE ÁMBITOS PRIVILEGIADOS DE ACUMULACIÓN

ENTRE 1966 Y 1989

» p ro m e te o ) 4 l i b r o s

Casteliani, Ana Gabriela Estado, empresas y empresarios . la construcción de ámbitos privilegiados de acumulación entre 1966 y 1989 . -1 a ed. - Buenos Aires ; Prometeo Libros, 2009. 290 p. ; 21x13 cm. ISBN 978-987-574-326-7 1. Sociología Política. 1. Título CDD 306.2

© De esta edición, Prometeo Libros, 2009 Pringles 521- (C1183AE1), Buenos Aires, Argentina Tel.: (54-11) 4862-6794 /Fax: (54-11) 4864-3297 www.prometeoeditorlaI.com

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Prohibida su reproducción total o parcial Derechos reservados

índice general Agradedmeafog ..................................................................... 19 Introducción................................................., , .....................21 Capítulo I: Ámbitos privilegiados de acumulación: el análisis de la relación Estado/empresarios y su incidencia en los procesos de desarrollo........................ ............................ .2 7 1.1. La relevancia del comportamiento empresario en los procesos de desarrollo ....................... 30 1.2. Consideraciones acerca de la relación entre la intervención estatal y el comportamiento empresario en la Argentina contemporánea................34 1.3. Los ámbitos privilegiados de acumulación: una categoría central para pensar la articulación entre la intervención estatal y el comportamiento empresario en el caso argentino ...................... ............. 45

Capítulo II: La conformación de ámbitos privilegiados de acumulación durante la última etapa de la ISI (1966-1975) ............. 59 II.1. La expansión de la obra pública: un mecanismo para mejorar las condiciones de reproducción del capital .................................................................. ..

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II.2. La ampliación de las fundones del Estado empresario y la promodón a las ramas estratégicas de la industria................................................................ 67 II.2.1. El "estado empresario": promodón de Jos "polos de desarrollo" y paxtidpadón en la propiedad de las firmas privadas .................. 71 11.2.2 Finandamiento privilegiado para la industria: el accionar del Banco industrial / Banco Nacional de Desarrollo.........................................................80 II.3. Las transformaciones en el perfil y desempeño de la cúpula empresaria: el surgimiento de una nueva fracción vinculada al funcionamiento del complejo económico estatal-privado..................93

La expansión de los ámbitos privilegiados de acumulación en torno a las funciones empresf ias del Estado durante la última dictadura militar {1 9 7 C 4 9 8 3 }................................. 111 III. 1 La nueva orientación de la intervención estatal: desmantelamiento de la estrategia sustitutiva y configuración de un patrón de acumulación regresivo y excluyeme......................................................115 IIL2. La "captura" de ias decisiones estatales por parte de los grandes intereses económicos:., el avance de los empresarios y los liberales "tecnocráticos" dentro del aparato estatal.......................................... 128 III.3. Intervención estatal y transformaciones en la cúpula empresaria: la expansión de los ámbitos privilegiados de acumulación vinculados con el funcionamiento del complejo económico estatal-privado................138 III.3.1. La ampliación del complejo económico estatal-privado y la expansión de la fracdón empresaria vinculada con. el desarrollo de sus actividades.............................................. 145

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III.3.2. Perfil estructural y desempeño de la fracción empresaria privilegiada por el accionar estatal . . 151

Capítulo IV: Diversificación de los ámbitos privilegiados de acumulación y consolidación de la fracción vinculada con el accionar estatal durante el gobierno de la transición democrática (1 9 83-1989)...................................................................................167 IV. 1. La intervención estatal entre 1984 y 1989: orientación, calidad y resultados...................................... ...............170 1V.1.1. Los vaivenes en la orientación de las políticas económica y sus resultados: de la reedición de las fórmulas redistributivas a la aceptación de la ortodoxia neoliberal............................... 170 IV. 1.2. La profundidad de la crisis estatal: el deterioro de las capacidades financieras y la pérdida de autonomía relativa...........................: ----- . . . . . 184 IV.2. Intervención estatal y transformaciones en la cúpula empresaria durante la transición democrática: la persistencia de los ámbitos privilegiados de acumulación............................... ............................ 189 IV.2.1. La consolidación de los ámbitos privilegiados de acumulación generados durante la dictadura: el desempeño de las empresas vinculadas con el complejo económico estatal-privado . 202 IV.2.2. Continuidades en el perfil de los grandes agentes económicos: el caso de las empresas que se mantuvieron en la cúpula entre 1976 y 1988 209

Capítulo V: Conformación y funcionamiento de los ámbitos privilegiados de acumulación: el caso de la privatización periférica de YPF (1 9 7 6 -1 9 8 9 ).............................................. ! 217

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V.l. Las características estructurales del ámbito privilegiado de acumulación generado en torno de la privatización periférica de YPF..................................................... 219 V.2. El modo de funcionamiento del ámbito privilegiado vinculado con la privatización periférica de YPF: actores, prácticas y discursos...................................................238 V.2.1. La conformación del ámbito: desde la licitación de las primeras áreas de explotación hasta la autorización para renegociar los contratos (1 9 7 6 -1 9 8 2 )................................... ................... 240 V.2.2. La expansión del ámbito: la puja por la renegociación de las pautas contractuales 250 (1982-1983) ........................... ..................... .. V.2.3, La consolidación del ámbito: sostenimiento y profundizadón de la política de privatización periférica durante la gestión radical (1 9 8 4 -1 9 8 3 ).......................................... .............255

Condudones............................................................................263 Bibliografía y fb eate comMlt&ElM................................... 275

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índice de cuadros Cuadro Il.I: Construcción total pública y privada en millones de $ de 1960, tasas de variación relativa y relación entre inversión pública e inversión total y entre inversión pública y PBI a costo de factores. Años 1965-1975 ......... ................. .. 62 Cuadro II.2: Tipología de ias obras públicas licitadas entre 1967 y 1 9 7 4 ............................................................................... .. 63 Cuadro il.3: Empresas mixtas y privadas creadas entre 1967 y 1975 con fuerte apoyo estatal........... .. ........................ .7 2 Cuadro II.4: Objetivos e incentivos promocionales para el sector siderúrgico establecidos entre 1967 y 1975 .................. 77 Cuadro II.5: Grandes empresas industriales que registran participación estatal minoritaria en el paquete accionario hacia 1974/1975 (% de participación y sector de actividad en que o p era n )................................................... ............................. 79 Cuadro II.6: Empresarios que ocuparon cargos directivos en el BÍRA/BANADE entre 1967 y 1975 ..................................... 85 Cuadro II.7: Distribución de la asignación de los principales instrumentos de financiación otorgados por BI y BANADE, por empresas y sector de actividad. Años 1967 y 1975 ........... 90 Cuadro i1.8: Evolución del perfil sectorial de la cúpula empresaria. Años 1966-1969-1972-1975 ........................... .. 96 Cuadro II.9: Evolución del perfil de las fracciones industriales más relevantes de ¡a cúpula empresaria. Años 1966-19691972-1975 ........................................................................................... 97 Cuadro 11.10: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según el origen de capital de las firmas. Años 1966-19691972-1975............................................................................ ...............99 Cuadro 11.11: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la forma de organización de la propiedad de! capital n

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Años 1966-1969-1972-1975 ...................... ................................. 100 Cuadro ¡1.12: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la vinculación de las firmas con las actividades propias del complejo económico esíatal-pdvado. Años seleccionados.......................................... ....................................... .. 103 Cuadro 11.13: Perfil de las firmas pertenecientes a la fracción vinculada con el funcionamiento del complejo económico estatal-privado en 1975.................................................................... 105 Cuadro III. 1: Cronología de las principales medidas y consecuencias macroeconómicas del programa aplicado por Martínez de Hoz. Años 1976-1981...................... ..................119 Cuadro ÍÍI.2: Evolución comparada del PBI global e industrial en valores absolutos y per cápita y de la participación de 3a industria sobre el PBI total entre 1974 y 1983.............. 121 Cuadro III. 3: Evolución dei salario medio y de la participación de ios asalariados en el ingreso nacional entre 1974 y 1983 ................................................................. .................. 123 Cuadro 151.4: Evolución de la deuda externa total, pública y privada (en millones de U$S y variación interanual). Años 1976-1983 .............................................................................. 125 Cuadro III.5: Participación de los principales grupos económicos locales y extranjeros en la deuda externa privada a diciembre de 1983 (en miles de U$S)......................... 126 Cuadro III.6: Empresarios y directivos de empresas que ocuparon cargos públicos entre 1976 y 1 9 8 1 ..............................133 Cuadro III.7: Miembros del gabinete económico pertenecientes a las principales "fundaciones de investigación económica" entre 1976 y 1983 ........................................................................... 136 Cuadro II1.8: Evolución del perfil sectorial de la cúpula empresaria entre 1976 y 1983 ....................................................... 139 Cuadro IIi.9: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la forma de organización de la propiedad del capital entre 1976 y 1 9 8 3 ......................................................... 141 Cuadro III. 10: Evolución de la cantidad de empresas pertenecientes a los principales grupos económicos locales entre 1973 y 1983............................................................... 142

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Cuadro ÍIL11: Evolución de partidas seleccionadas dei sector público entre 1975 y 1980. Valores expresados como porcentajes del FBI { % ) ...................... ..................................... .. . 147 Cuadro 311.12: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la vinculación con el complejo económico estatal-privado. Años 1976-1979-1983...................................... 149 Cuadro 111.13: Distribución de la cantidad de empresas y las rentabilidades entre los distintos intervalos de la cúpula ordenados por monto total de utilidades y clasificadas según vinculación al complejo. Año 1983 . . . . 150 Cuadro 111.14: Composición sectorial de las empresas que integran la cúpula según su vinculación con el complejo económico estatal-privado. Años 1976-1979-1983 ................ 152 Cuadro 111.15: Composición por tipo de empresa de las firmas que integran la cúpula según su vinculación con el complejo económico estatal-privado............................................................ 153 Cuadro III.16: Perfil de las empresas vinculadas al complejo en el año 1983 según sector de actividad, tipo de organización de la propiedad del capital, participación en la deuda externa y forma de vinculación con el complejo ................ ................... 157 Cuadro III. 17: Composición de la fracción vinculada en el año ] 983 por sectores y/o ramas de actividad y forma de organización de la propiedad del capital.............................161 Cuadro 111.18: Evolución de las posiciones en el ranking de las empresas vinculadas con el complejo en 1983. Años 1976-1979-1983 ........................................ .......................... 162 Cuadro ÍII.19: Evolución de las rentabilidades sobre ventas y de las posiciones en el ranking empresario de las firmas estatales vinculadas con el complejo económico estatal-privado..................................................... ................... .. 163 Cuadro IV.l: Oferta y demanda globales (en $ de 1996 y variaciones porcentuales). Años 1984 a 1989 ...................... 178 Cuadro IV.2: Evolución de los precios internos mayoristas y minoristas y del tipo de cambio. Años 1983 a 1989 . . . . . . 179 Cuadro ÍV.3: Evolución de la desocupación y subocupación de la mano de obra (% PEA), del salario real (1980-100),

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y de la pobreza y la indigencia (% población total). Años 1383 y 1 9 8 9 ........................................................................... 180 Cuadro ÍV.4: Evolución de activos monetarios en poder dei público (% del PBJ) y del tipo de cambio real de exportaciones (1980=100). Años 1983 y 1983 .................. 181 Cuadro IV.5: Evolución de la deuda externa total y pública y de la fuga de activos al exterior (en millones de U$S comentes y % del PBI). Años 1983 y 1 9 8 9 ......................... 181 Cuadro IV.6: Evolución de los ingresos, egresos y déficit del sector público (% del PBI). Años 1983 y 1988 .................. 182 Cuadro IV.7: Evolución de ias tasas de interés reales mensuales, activas y pasivas, vigentes en el mercado local (en %). Años 1983 y 1 9 8 9 ........................................................................... 183 Cuadro IV.8: Composición y evolución de la cúpula empresaria por sector de actividad. Años 1984 y 1988 ...................... 191 Cuadro IV. 9: Composición y evolución de Ja fracción industrial de la cúpula empresaria tomando en cuenta las principales ramas de la industria. Años 1984 y 1988 ................................. 192 Cuadro IV. 10: Composición y evolución de la cúpula empresaria según la forma de organización de la propiedad del capital. Años 1984 y 1 9 8 8 ........................................................................... 195 Cuadro IV. 11: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la percepción, o no de transferencias estatales. Años 1984 y 1 9 8 8 ........................................................................... 198 Cuadro IV.12: Composición por tipo de empresa de las firmas que integran la cúpula según ia percepción o no de transferencias estatales. Años 1984 y 1988 (cantidad de empresas y porcentajes)............................................................3.99 Cuadro IV.13: Cantidad de empresas y evolución de las rentabilidades sobre ventas de las fracciones que integran la cúpula según la cantidad de transferencias percibidas. 200 Años 1984-1988 ....................................................................... .. Cuadro IV. 14: Perfil de la fracción privilegiada según el tipo de transferencia percibida. Año 1988 ................................................. 201 Cuadro IV. 15: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según su vinculación con el mercado externo. Años 1984 y 1 9 8 8 ........................................ ................................... 203

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Cuadro IV. 16: Evolución del perfil déla cúpula empresaria según el tipo de exportación que realizan. Años1984 y 1 9 8 3 ..........205 Cuadro IV. 17: Evolución del perfil de la cúpula empresaria según la vinculación con el complejo económico estatal-privado. Años 1984 y 1 9 8 8 ........................................................... ............. ..... 207 Cuadro IV. 18: Perfil de las empresas privadas que lograron mantenerse entre las primeras cincuenta del país entre 1976 y 1 9 8 8 ................................................................ ........................ 211 Cuadro IV. 19: Transferencias de activos fijos al capital privado como consecuencia de las privatizaciones de empresas públicas vinculadas con e! complejo realizadas entre 1990 y 1995...............................................................................215 Cuadro V. 1: Producción y número de pozos recibidos por los contratistas entre 1977 y 1980 (a la fecha de cesión) . . ..............................................................223 Cuadro V.2: Evolución de la rentabilidad sobre ventas de Astra, Bridas y Perez Companc entre 1977 y 1981 .................... .. 224 Cuadro V.3: Evolución de la rentabilidad sobre patrimonio de las firmas Astra, Bridas y Perez Companc entre 1977 y 1981 ..................................................... .............................. 225 Cuadro V.4: Evolución de los precios abonados a los contratistas de YPF en las diferentes instancias de renegociación realizadas entre 1983 y 1988 (en U $ S )........................................................228 Cuadro V.5: Evolución de ias tasas de participación en la generación de las ventas y utilidades totales de la cúpula empresaria de las firmas Astra, Bridas y Perez Companc. Años 1976-1979-1983-1988........................ .. 230 Cuadro V.6: Cantidad de pozos de exploración y explotación realizados por YPF y sus contratistas entre 1977 y 1988 . . . . 233 Cuadro V.7: Precio de compra de YPF a contratistas de producción privados y de venta a las .refinerías Esso y Shell (U$S/m^). Abril 1989 ........................................ ............. 234 Cuadro V.8: Evolución de los resultados operativos de YPF (en millones de ll$S, cotización oficial consolidados a diciembre de 1986), Años 1981-1986 ........................ : . . . . 235 Cuadro V.9: Evolución de la taza de rentabilidad sobrevestas de YPF. Años 1977-1988................................. .............................. 235

Para

mis padres, mi marido y mis hijos

Agradecimientos Este libro es una versión revisada y reducida de la Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, diri­ gida por el doctor Alfredo PucciareUi y titulada *Estado, empresas y empresarios. La relación entre intervención económica esta tal difusión de ámbitos privilegiados de acumulación y desempeño de las grandes firmas privadas. Argentina 1966-1989". La misma fue defendida y aprobada en el año 2006 por un jurado integrado por los doctores Enrique Arceo, Hernán Thomas y Aníbal Viguera, que enriquecieron este trabajo con sus observaciones, preguntas y críticas. En agosto del año 2008, la tesis fue premiada con el primer lugar en el II Concurso de Tesis de Posgrado de la Asociación Argentina de Historia Económica, de acuerdo con el dictamen de un jurado inte­ grado por los doctores Eduardo Míguez, Enrique Mases y Jorge Schvarzer. La obtención de dicho premio posibilita hoy su publica­ ción en forma de libro por medio de Editorial Prometeo. El trabajo es el producto de varios años de investigación en ei mar­ co de un proyecto colectivo dirigido por el doctor Alfredo Pucciarelli en el Instituto Gino Germani de ía UBA. A él le agradezco profunda y sinceramente porque sin su generosidad, dedicación y valiosísimas enseñanzas, este trabajo no hubiera sido posible. También a mis colegas, especialmente a Paula Canelo, Mariana Heredia y Martín Schorr, que me alentaron permanentemente y reali­ zaron importantes aportes en distintas instancias del proceso de inves­ tigación. Quienes fueron mis profesores, entre ellos Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Mario Damill, Jorge Katz, Hugo Notcheff, Jorge Schvarzer y Hernán Thomas contribuyeron de muchas formas con la elaboración de la idea central de este trabajo.

Un agradecimiento especial merecen Luciana Delli Carpini y Julia Gentile, que, con buena predisposición, rigurosidad y profesionalis­ mo, me asistieron en la engorrosa tarea de búsqueda y sistematiza­ ción de fuentes secundarias. Asimismo, debo destacar el apoyo recibido por diversas institu­ ciones públicas que contribuyeron a financiar mi dedicación exclusi­ va a la investigación, brindándome los recursos materiales necesarios para la realización de la tesis: la Universidad de Buenos Aires, la Agenda Nacional de Promoción Científica y Teconológica y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Finalmente, el mayor agradecimiento es para mi familia. A mis padres, por enseñarme el camino; a mis hijos, por cambiarme la vida; a Pablo, por su amor y acompañamiento permanente.

Introducción Una mirada atenta sobre la historia argentina reciente muestra con claridad la conjunción de tres fenómenos que, aunque en apariencia inconexos, se encuentran profundamente relacionados: la persistente dificultad para construir un patrón de desarrollo sostenido que per­ mita acrecentar simultáneamente la capacidad productiva, el acervo tecnológico y la calidad de vida de la población; el progresivo deterio­ ro de las capacidades y de los niveles de autonomía relativa de! Estado a la hora de diseñar, implementar y monitorear políticas económicas; y finalmente, la consolidación de un reducido grupo de grandes empresas que cada vez acumula más poder material y social al calor de un proceso de aguda concentración y centralización del capital. Desde las ciencias sociales estos fenómenos suelen ser estudiados por separado. En efecto, si bien existe una profusa bibliografía rela­ cionada con cada uno de estos temas, aún no se han realizado abor­ dajes integrales que se ocupen de analizar el complejo sistema de relaciones que los articula, desde una perspectiva histórica y, a la vez, sistemática. Justamente, esta investigación se ubica en la confluencia de varias y prolíficas líneas de investigación originadas en diferentes disciplinas sociales. La primera de ellas está integrada por los trabajos generados en el campo de la economía política, dedicados a reconstruir y analizar la trayectoria de las políticas macroeconómicas en el largo plazo (De Pablo, 1984; Ferrer, 1973 y 1977; Ferrucci, 1991; Gerchunoff y Llach, 1998; Rappoport, 2000; Vitelli, 1986); la estructura y dinámica del patrón de acumulación (Arceo y Basualdo, 1999; Basualdo, 2006; Notcheff, 1994; Schvarzer, 1999;); las diversas políticas de promoción estatal a la industria y sus resultados (Azpiazu y Basualdo, 1990;

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Azpiazu, 1987; Ferruca, 1986; Katz, 1996; Kosacoff y Azpiazu, 1989; Rougier, 2.004a; Schorr, 2001 y 2005; Schvarzer, 1978, 1979, 1982, 1987 y 1993); el desempeño de los grandes agentes económicos (Acevedo, et al., 1990; Azpiazu, era/, 1986; Azpiazu, 1997; Basualdo, 2000a; Bisang, 1998; Schvarzer, 1980; Stumpo, 1998) ola evolución de algunas empresas o grupos económicos puntuales (Green y Lourent, 1989; Rougier, 2004b, Sguiglia, 1991). F.n conjunto, estos trabajos resaltan el carácter profundamente regresivo que adquirió ei modelo de acumulación argentino en las últimas décadas, el alto gra­ do de concentración y centralización del capital que favoreció a un reducido espectro de firmas, y la estrecha articulación existente entre la orientación de las políticas públicas y el crecimiento de algunas frac­ ciones empresarias. Una segunda línea de investigación se inscribe en el campo de la sociología económica y aborda el análisis de la relación entre Estado y empresarios desde diversas perspectivas teóricas (Basualdo, 2001; Lewis, 1993; Niosi, 1974; O'Donnell, 1977 y 1978; Portantiero, 1977; Pucciarelli, 2004a; Sábato, 1991; Sidicaro, 1989, 2001 y 2002); y el comportamiento y perfil de las organizaciones corporativas del empre­ sariado (Acuña, C. 1995; Acuña, M., 1995; Beltrán, 1999 y 2006; Heredia, 2003; Itzcovitz y Schvarzer, 1986; Gallero y Wainer, 2004; Ostiguy, 1990; Palomino, 1988; Schvarzer, 1991; Sidicaro, 1988; Viguera, 1997 y 2000). En estas producciones se subraya el gran poder de gravitación que adquirieron en las últimas décadas las corporacio­ nes y asociaciones informales del empresariado en el diseño e implementación de las políticas públicas, y de la multiplicidad de prácticas desarrolladas por los capitalistas para organizar sus intereses y presio­ nar sobre los diferentes gobiernos, con el fin de orientar en su favor la intervención económica del Estado. Finalmente, desde la ciencia política se encararon diversos trabajos dedicados a analizar el proceso de construcción de las políticas públi­ cas y la incidencia de los diversos factores que permiten explicar sus particulares derroteros (Camou, 1997; O'Donnel, 1982; Orlansky, 2001; Oszlak, 1980, 1984 y 1990; y Roffman, 1998). En general, estos estudios dan cuenta tanto del conflicto intra e interinstitucional que se desata durante las diferentes etapas que involucra el proceso de intervención estatal, como del progresivo deterioro de ciertas capad22

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dades estatales, consideradas centrales para el adecuado desarrollo de las políticas diseñadas. En base a estos aportes, es posible pensar que la relación que se establece entre la intervención estatal y el comportamiento empresa­ rio en el caso argentino conduce a la conformación y progresiva difu­ sión de diversos ámbitos privilegiados de acumulación (en adelante APA), es decir, espacios en donde las empresas privadas involucradas obtienen ganancias extraordinarias derivadas de ía existencia de privi­ legios institucionalizados y no institucionalizados generados por el accionar estatal. Esta particular articulación entre políticas públicas, prácticas empresarias y conformación de APA, permiten entender la persistencia de las restricciones ai desarrollo, en tanto posibilita que a) el proceso de acumulación de vari as de las más importantes empresas del país se sostenga en base a la intemalización de atas i-rentas de pri­ vilegio (desalentando así procesos de innovación y comportamientos capitalistas de riesgo), b) las capacidades estatales y ios niveles de autonomía estatal se deterioren sustantivamente impidiendo una ade­ cuada calidad de intervención del sector público sobre ia actividad económica, y c) se acreciente ei poder de una fracción empresaria estrechamente vinculada con la gestión económica estatal1Precisamente, en este libro se presenta el análisis de la articulación entre intervención estatal, comportamiento empresario y difusión de APA, y establecer las consecuencias que ésta generó sobre el perfil y desempeño de las diversas fracciones que componen la cúpula empresaria entre 1966 y 19892. En la argumentación se sostienen dos

1 Esta decisión no implica desconocer la existencia de otras variables explicativas igualmente relevantes a la hora de entender las restricciones al desarrollo en el caso argentino, tales como: la inestabilidad político-institucional, la dinámica de la lucha de ciases, el comportamiento de la burguesía agropecuaria, ia inserción económica internacional dependiente, o el comportamiento de otros actores sociales como los sindicatos, los partidos políticos o tas Fuerzas Armadas. ^ El recorte temporal seleccionado permite captar ei funcionamiento de este sis­ tema de relaciones tanto en la etapa sustitutiva com o en la primera fase dei modelo de valorización financiera del capital. Concretamente, contempla ios últimos años de la estrategia de sustitución de importaciones, su desmantelamiento durante Ja dictadura militar de 1376, y la convalidación del nuevo mode-

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hipótesis centrales: a) la intervención económica estatal y las prácti­ cas empresarias favorecieron la difusión de diversos APA, y b) la difu­ sión de los ámbitos permitió la consolidación de una fracción empresaria estrechamente vinculada con el funcionamiento del denominado complejo económico estatal-privado3. Para demostrar estas hipótesis, se articulan categorías de análisis provenientes de diversas corrientes teóricas: del neoinsdtucionalismo se recuperan Jos conceptos relacionados con la calidad de la interven­ ción estatal ( capacidades estatales, coherencia y cohesión corporativa deía burocracia y crisis estafa/), del neomarximo se retoman las nocio­ nes de autonomía relativa, colonización de aparatos estatales, anillos burocráticos y estrategias de acción empresaria, y finalmente, de la teoría económica schumpeteriana y kaleckiana, se utilizan algunos conceptos necesarios para entender los procesos de acumulación empresaria, como intemalización de cuasi-rentas de privilegio y con­ formación de monopolios no innovadores ni transitorios. A su vez, este marco conceptual se complementa con las diversas interpretacio­ nes que se generaron en el campo académico local sobre la naturaleza que adquiere en la Argentina la relación entre políticas estatales, prác­ ticas del empresariado y desempeño económico de las grandes firmas. Aplicando estas categorías de análisis a los datos proporcionados por diversas fuentes primarias y secundarias, se analizan específica­ mente: a) la orientación y calidad de la intervención económica desple­ gada por el aparato estatal;

lo durante la transición democrática. El análisis de ias múltiples articulaciones público-privadas existentes en ía década dei noventa, como consecuencia de la implesnentación de las reformas estructurales de cuño neoliberal excede el aicance de esta investigación, en tanto implica un salto cuali y cuantitativo en el estudio de la relación entre las políticas públicas, el desempeño de las firmas y las prácticas empresarias. ^ Una presentación detallada de este concepto se encuentra en el Capítulo I. Por el momento, basta con señalar que el compiejo comprende el conjunto de acti­ vidades económicas que realiza el Estado a través de sus empresas y reparticiones en articulación con algunas firmas privadas que se vinculan como contratistas, proveedoras y/o dientas (Schvarzer, 1979 y 1982). 24

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b) la relación entre la intervención económica estatal y la difusión de diversos APA; c) las transformaciones en el perfil y desempeño de las diversas fracciones que componen la cúpula empresaria privada en relación con la difusión de los ámbitos. Tomando en cuenta la naturaleza del problema planteado y los objetivos propuestos, se considera adecuado realizar un abordaje inte­ gral de este complejo sistema de relaciones que incluya una mirada histórica (análisis macro) tendiente a detectar las principales líneas de continuidad y ruptura en el comportamiento de cada una de las varia­ bles consideradas; y complementarla con una mirada sincrónica (aná­ lisis micro) que permita aprehender concretamente cómo opera este entramado de relaciones en casos específicos. Para ordenar la exposición el libro se divide en cinco capítulos. Ei primero está dedicado a desarrollar el marco conceptual de la inves­ tigación. Luego de un breve repaso de las principales corrientes de pensamiento que se ocuparon de analizar la relación entre interven­ ción estatal y comportamiento empresario en los procesos de desa­ rrollo se definen nuevas herramientas analíticas que permiten abordar con más precisión el estudio de esta relación en el caso argentino. Se hace hincapié en la articulación existente entre estas variables para poder entender el proceso de conformación y difusión de diversos APA, proceso que resulta insoslayable ai momento de pensar las modificaciones en el perfil de la cúpula empresaria priva­ da, el deterioro de la calidad de ia intervención estatal y las transfor­ maciones regresivas operadas en el patrón de acumulación desde mediados de los años sesenta hasta fines de los ochenta. El resto de los capítulos presentan articuladamente los resultados obtenidos en la indagación empírica de las diversas variables involu­ cradas en el problema de investigación. En ei Capítulo II, se analiza la vinculación existente entre la aplicación de ciertas políticas desti­ nadas a ampliar el alcance del complejo económico estatal-privado y las transformaciones ocurridas en el perfil y desempeño de la cúpula empresaria, estableciendo la relación existente entre la difusión de APA y el surgimiento de una nueva fracción estrechamente articulada con el funcionamiento del complejo.

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Los principales cambios operados en ia orientación y calidad de la intervención estatal en e! modelo de acumulación, y en el perfil y des­ empeño de la cúpula empresaria tras el golpe militar de 1976, se expo­ nen en el Capítulo III, Allí se hace hincapié en Sos importantes efectos que generó, sobre las diversas variables consideradas, la perversa com­ binación de elementos liberales y corporativos en ia gestión económi­ ca estatal, hecho que trajo aparejada una expansión considerable de los APA y un inusitado crecimiento de la fracción empresaria vincula­ da con los mismos. Todo esto en el marco de un nuevo modelo eco­ nómico que desarticuló los principales resortes ele funcionamiento de la industrialización sustitutiva y agudizó la crisis estatal. En el Capítulo IV, se recuperan estos tópicos de análisis para el período comprendido entre 1984 y 1989, destacando la persistencia de los principales mecanismos de generación de cuasi-rentas de pri­ vilegio vinculados con el funcionamiento del complejo económico estatal-privado, de los rasgos más regresivos del modelo de acumula­ ción iniciado en la dictadura, y del profundo deterioro de las capaci­ dades y niveles de autonomía del aparato estatal durante ei primer gobierno de la transición democrática. Para dar cuenta de esta continuidad en un caso concreto y para analizar en detalle el proceso de formación de los APA, en el Capítulo V se aborda el análisis del modo de funcionamiento de un ámbito particular: et vinculado con ia política de privatización periférica de ia petrolera estatal YPF, iniciado durante la dictadura y sostenido durante la gestión del gobierno radical. Finalmente, en las Conclusiones, se recuperan los supuestos teóri­ cos y las hipótesis planteadas en la primera parte, y se las analiza a la luz de los hallazgos obtenidos en la investigación empírica para poder ahondar en la naturaleza de la relación entre intervención esta­ tal y comportamiento empresario, destacar las características princi­ pales que presentó el proceso de difusión de los ámbitos privilegiados de acumulación y sus consecuencias sobre el perfil y desempeño de la cúpula empresaria, y reflexionar sobre las conse­ cuencias más relevantes que este proceso imprimió sobre el modelo de acumulación, el perfil de los grandes agentes económicos y la cali­ dad de la intervención estatal entre 1966 y 1989.

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Capítulo I: Ambitos privilegiados de acumulación: el análisis de la relación Estado/empresarios y su incidencia en los procesos de desarrollo4 Sin lugar a dudas, uno de los teínas que más debate ha generado en el seno de las ciencias sociales a lo largo de la segunda mitad del siglo XX ha sido el del desarrollo económico5. La preocupación por identificar las razones que explican el atraso relativo de ciertas nacio­ nes con respecto a otras y, especialmente, la necesidad de encontrar formas concretas de acción que favorezcan el desarrollo, originó una interesante discusión entre intelectuales de diverso origen disciplina­ rio en tomo del rol que debía cumplir la intervención económica estatal en este tipo de procesos. A grandes rasgos, se pueden identificar tres tipos de respuestas que han tenido una considerable difusión en el ámbito latinoamericano: aquellas que reconocen que el subdesarrollo es un fenómeno estruc­

4 Una versión preliminar de este capítuio se publicó como artículo en la revista electrónica P apeles de Trabajo, N ® 1,1er semestre del 2007. ^ Este término presenta diversos alcances y significados según la corriente teóri­ ca y el período histórico deí que se trate. Excepto que se aclare lo contrario, en este trabajo se considera la definición más amplia de desarrollo económico, es decir aquella que lo define como el proceso por ei cual se genera el crecimiento sostenido de las fuerzas productivas, ampliando la capacidad tecnológica y pro­ ductiva instalada en una economía nacional en su conjunto y, por1tanto, m ejo­ rando los niveles de vida de la población. 27

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tural condicionado por la propia dinámica histórica dei sistema capi­ talista, y que ante esta situación, ei principal agente que puede impul­ sar el proceso de "despegue" es el Estado (postura que sostiene una vertiente de la Teoría del Desarrollo y gran parte de los representan­ tes del estn.icturali.smo latinoamericano)6; aquellas que, por ei con­ trario, suponen que el exceso de intervención estatal es el que genera distorsiones severas en el funcionamiento económico que impiden alcanzar eS desarrollo (para ser estrictos con este paradigma, el creci­ miento), ya que obtura los mecanismos elementales del mercado (neodásicos/neoliberales/neoutilitaristas)7; y finalmente, aquellas que depositan en la calidad de la intervención estatal y en los marcos institucionales existentes, las causas del subdesarroüo y su persisten­ cia (neoinstitucionalistas)®. En efecto, durante las décadas de 1350 y 1960, en pleno auge de ias ideas económicas keynesianas, la mayoría de los intelectuales pre­ ocupados por estas cuestiones consideraba que el Estado era un actor indispensable para fomentar el cambio estructural porque era el único en condiciones de acelerar el proceso de industrialización, modernizar la producción primaria y suministrar la infraestructura indispensable para sostener la expansión económica. En esta apre­ ciación coincidieron tanto los economistas desarrollistas como los pensadores representativos del estructuralismo latinoamericano. Por el contrario, desde mediados de los años '70 cobró fuerza una mirada completamente opuesta del rol que debía jugar el Estado en la actividad económica en la cual este actor comenzó a visualizarse más como un obstáculo que como un agente.impulsor del desarro-

^ En este grupo de trabajos se puede consultar ¡as obras de Hirschman (1958), Myrdal (1957), Gerschenkron, (1962). CEPAL (1951), Prebtssch (1962), Pinto (1970), Furtado (1 9 6 6 y 1983), Cardoso y Faletto (1969), Sunkel y Paz (1982), entre otras. ^ Tributarios de esta mirada son los trabajos de Friedman (1962), Dornbusch y Edwards (1990), Grindle (1991) y Williamson (1990). ® Las obras de Peter Evans (1 9 9 0 ), Katrin Sikkink (1 9 9 3 ) Haggard, S. y R. Kauffman (1995 ) y Shapiro y Taylor (1991) son las más representativas de esta corriente teórica.

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lio. Lo llamativo de esta mirada sostenida por los economistas orto­ doxos es que, a diferencia de las restantes, consideraba que las difi­ cultades para lograr el crecimiento sostenido de la economía se explicaban no por la forma en la que intervenían los Estados en las economías relativamente más atrasadas, sino por la intervención estatal en sí misma. Precisamente, los defensores de esta postura pen­ saban que con las constantes intervenciones sobre los distintos mer­ cados y las múltiples regulaciones a las actividades económicas, el Estado impedía alcanzar e! crecimiento sostenido en los países de industrialización tardía. Finalmente, y ante la aplicación de estrategias proclives a la aper­ tura y a la desregulación de los mercados implementadas durante la década del '90 en los denominados países "emergentes", se elaboraron nuevas formui aciones teóricas que recuperaron la defensa de la inter­ vención económica estatal a la hora de encarar procesos de desarrollo; aunque esta vez, resaltando la necesidad de garantizar la calidad de esa intervención en términos de capacidades y niveles de autonomía enraizada dei aparato estatal. Este paradigma sirvió de base para el diseño de una nueva propuesta de reformas estructurales centradas en la modificación de los marcos institucionales vigentes y en la compo­ sición y funcionamiento de las principales reparticiones públicas. Resulta evidente que la intervención económica estatal ha ocupa­ do un lugar destacado en las explicaciones construidas en torno de la problemática del subdesarrollo, ya sea por exceso, por defecto o por mala calidad. Pero ai pensar aisladamente esta dimensión, se pierde de vista un fenómeno sumamente importante: la articulación existente entre la gestión desarrollada por el aparato estatal y el com­ portamiento desplegado por el resto de los agentes económicos. Precisamente por esta razón, es necesario construir un marco con­ ceptual original que articule algunas de las categorías analíticas más tradicionales con las ideas desarrolladas por otras vertientes teóricas que no han conseguido el mismo grado de difusión en el ámbito latinoamericano, y con algunas de las interpretaciones más relevan­ tes generadas en el espectro académico local. En coincidencia con la propuesta analítica esbozada por Hugo Notcheff (1994) para estudiar ei caso argentino, se considera pertinen­

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te retomar ciertos conceptos centrales de la teoría schumpeteriana sobre el desenvolvimiento económico y algunas de las ideas sobre el funcio­ namiento de los mercados mono u oligopolicos {y su incidencia sobre la dinámica económica general), propuestas por el economista Michael Kalecki. A su vez, es necesario recuperar la noción de capacidades esta­ tales y de autonomía relativa para pensar las cuestiones relacionadas con la calidad de la intervención pública, y complementarias con los aportes que diversos autores realizaron sobre la naturaleza de la crisis estatal en la Argentina3. La relevancia heurística de estos enfoques reside en la capacidad que tienen para proporcionar herramientas que permitan pensar la articu­ lación entre la intervención económica estatal y el comportamiento de los grandes agentes económicos, relación que, a su vez, resulta esencial para explicar las restricciones al desarrollo en el caso argentino.

1.1. La neleramda dd comportamiento empresario en los procesos de desarrollo Según la original propuesta elaborada por Joseph Schumpeter (1957), el desarrollo de una economía se produce como consecuencia de un cambio endógeno radical originado en la innovación tecnoló­ gica10. En este proceso de cambio, la conducta empresaria resulta decisiva ya que son los capitalistas (enteipreneurs en los términos del autor) los principales interesados en generar la innovación. En el esquema schumpeteriano, la conducta innovadora que asume el empresario y/o la empresa11, permite ia conformación de un mono-

^ Especialmente, O 'D onnell (1 9 8 2 ); Pucciarelli (1 9 9 8 ); y Sidkaro (2001 y 2002 ), ^ La principal novedad de la propuesta de Schumpeter reside en el hecho de considerar a la innovación como un factor endógeno dei sistema económico y no com o un elemento externo al mismo, íal como afirmaba el resto de las corrientes económicas, desde las marxistas hasta ¡as neoclásicas. ^ En rigor, se deben diferenciar dos etapas en ia obra de Schumpeter. En un pri­ mer momento, la innovación es el resultado de ia conducta del empresario, por 30

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polio innovador transitorio (en rigor, uña posición monopólica12) en el cual la firma que innova consigue por un tiempo limitado un tipo de ganancia extraordinaria, a ia que denomina cussl-renta tecnológi­ ca, Sin embargo, como esta innovación comienza a difundirse socialmente, la posición monopólica (y por ende, las correspondientes cuasi-rentas tecnológicas que se derivan de ella) se ven erosionadas por la conducta imitativa de ¡as restantes empresas competidoras, y de ahí se desprende el carácter transitorio del monopolio innovador. Por esta razón, Schuinpeter (a contramano de muchos de sus con­ temporáneos) no vio un peligro en el alto grado de concentración económica que caracterizaba al sistema capitalista de su época; por el contrario, se opuso a Ja idea de aplicar una legislación antitrust por­ que pensaba que sólo las grandes firmas estaban en condiciones de impulsar el cambio tecnológico (y por ende, el desarrollo económi­ co) al sostener una conducta innovadora que les permitiera interna­ lizar, al menos transitoriamente, cuasi-rentas tecnológicas13.

eso ia relevancia que adquiere en sus textos la noción de enteipreneur. En sus obras posteriores, la conducta innovadora recae en la firma más que en ei empre­ sario individual y de ahí cobra relevancia la organización como sede de la inno­ vación. Al respecto, consultar Thomas (1999), capítulo 1. 12 Tal como sostiene Nochteff a la hora de explicar la diferencia no se trata necesariamente de empresas monopólicas, sino de posiciones monopólicas de ías empresas sostenidas por ia innovación y dependientes de ía capacidad de ia empre­ sa que gana posiciones monopólicas de mantenerlas en mercarlos de competencia oligopólira, en los cuales otras empresas compiten, innovando e imitando rápida­ mente, por las cuasi-rentas tecnológicas’ (1994: 45, subrayado en el original). Indiscutiblemente se trata de una visión bastante linea! y determinista del cambio tecnológico que ya lia sido cuestionada más recientemente por varias teorías encuadradas en ei amplio campo de la sociología de la tecnología. Sin embargo, es original en tanto considera que el desarrollo es un proceso que se genera internamente y que está vinculado con el comportamiento de ciertos actores socioeconómicos centrales. Muchos de los miembros de la corriente neoschumpeteriana advirtieron estas limitaciones y desarrollaron ideas y con­ ceptos más complejos para pensar ei fenómeno del desarrollo, haciendo hinca­ pié en el papel de! Estado como actor clave en el proceso de formación de un sistema nacional de innovación (SíN) mediante la puesta en marcha de políticas científicas y tecnológicas. Estrictamente, consideran que no es sólo, el Estado el que impulsa ai SIN, sino que las empresas también cumplen un papel relevante

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Desde esta perspectiva teórica, el peligro reside más bien en la conformación de un particular tipo de mercado, los monopolios no transitorios y no innovadores, definidos como posiciones monopólicas que se originan en la intervención estatal y posibilitan a las fir­ mas la internalización de otra clase de beneficios extraordinarios, denominada cuasi-renta de privilegio. A diferencia de las derivadas de la innovación tecnológica, estas cuas i-rentas se generan por un conjunto de regulaciones estatales que permiten que las empresas fijen posiciones oligopólicas en sus respectivos mercados y tengan la posibilidad de hacer un manejo discrecional de los precios y de la oferta de bienes y/o servicios; de esta forma, el volumen de beneficios obtenidos por las empresas involucradas, y la posibilidad de utilizar­ los para expandirse, no se desprende de la optimización de la estruc­ tura de costos sino de un incremento de los ingresos originado en diversos mecanismos discrecionales de fijación de precios avalados por el aparato estatal. Por esta razón, el carácter de estas cuasi-rentas no es transitorio, ya que no se erosionan por la competencia como en

en tanto demandantes de innovación: En efecto, algunos de los autores encua­ drados en la comente neoschumpeteriana (entre otros, Alice Amnsen, Giovanni Dosi, Klaus Esser, Christopher Freeman) centraron su atención en las condicio­ nes necesarias para propiciar el comportamiento innovador en las firmas, por eso la novedad de la propuesta radica no tanto en la importancia asignada a la rela­ ción entre cambio tecnológico y el crecimiento económico (señalada previa­ mente por Schumpeter}, sino en el hecho de plantear la relevancia que las políticas científicas tecnológicas e industriales relacionadas entre sí tienen para lograr el desarrollo (Nochteff, 1 9 9 4 :2 3 ). En esta visión la aplicación de este tipo de políticas por parte del Estado es indispensable para que las empresas de un país puedan mantenerse como innovadoras, o ingresar como competidoras de los innovadores en la época del capitalismo oligopóiico (Nochteff, 1994: 2 4 ). En palabras del autor: "El énfasis sobre este tipo de políticas ha llevado, implícita o explícitamente a considerar que ¡os comportamientos de los actores sociales -y en especial de las elites económicas y el Estado™ son decisivos para ei desarrollo" (1994:24). De esta forma, la neoshumpeteriana es una de las primeras corrien­ tes económicas en advertir la importancia de la relación Estado/empresarios en los procesos de desarrollo, ya que es esta relación la que moldea los rasgos cen­ trales del SIN, entramado clave para impulsar (o no) dichos procesos. Para un análisis más exhaustivo de los aportes y limitaciones de esta comente analítica, véaseThomas (1999), capítulo l.

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el caso de las cuasi-rentas tecnológicas, sino que se mantienen tanto tiempo como dure la acción estatal que sostiene el privilegio14. Y en este sentido convergen la mayor parte de las prácticas desplegadas por las grandes empresas, en tanto éstas buscan mantener los beneficios extraordinarios que perciben la mayor cantidad de tiempo posible15. En este sentido, las ideas de Kalecki (1 9 7 7 )16, resultan comple­ mentarias a las de Schumpeter, ya que permiten teorizar mejor sobre los efectos que los monopolios no transitorios ni innovadores tienen sobre el funcionamiento económico de una sociedad17. Según la lec­ tura que Notcheff realiza de este autor, la tesis kaleckiana es contun­ dente: “el estancamiento y ¡a depresión son fundones crecientes del

grado de monopolio, especialmente si se reconoce la existencia de posiciones m onopólicas no sostenidas p or la innovación "1S. Y Notcheff agrega: "(si en una eco n o m ía ) predom inan Jos m onopolios no innovadores: a) no habrá ningún factor de desarrollo que contrarreste la tendencia a la disminución de! crecim iento (y, finalmente, la tendencia a la depresión) inducida por el grado de m onopolio de acuerdo con la hipótesis de Kalecki

14 Tanto ias cuasi-rentas teconógicas como las cuasi-rentas de privilegio propias de los monopolios no transitorios ni innovadores pueden equipararse a los beneficios monopolístícos de la teoría microeconómica convencional, ya que se originan en el poder de mercado que detentan las empresas. Al respecto, consúl­ tese Samueíson y Nordhaus (1 9 9 6 ), capítulos 10 y 14. ^ Como se verá más adelante, existen múltiples prácticas ernpresarias tendien­ tes a conseguir y mantener estos privilegios. Entre ellas se destacan las prácticas de colusión público-privada, la presión directa (lobby) y las acciones canalizadas a través de las corporaciones ernpresarias. 1 ^ La de Kalecki es la primera teoría que plantea la cuestión de ia dinámica económica de largo plazo que no responde a la tradición neoclásica. Para él, ias innovaciones son el principal "factor de desarrollo" que permite sacar a la eco­ nomía de su estado estacionario, aunque a diferencia de Schumpeter considera que la innovación es un elemento externo ai sistema económico, 17 La compiementariedad de estas conceptualizacíones se restringe sólo a este punto, es decir, a las trabas que genera en los procesos de desarrollo la existencia de monopolios no innovadores ni transitorios. Nochíeff (1994), página 35. 33

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y; b) si las barreras monopólicas son preservadas de la com­ petencia por las políticas gubernamentales, aun cuando los monopolios no innoven, éstos tenderán a ser monopolios no transitorios, y en ese caso los efectos retardatorios o depresivos del grado de monopolio tenderán a perpetuarse, constituyendo por sí mismos una barrera al dinamismo" (1994: 44). Como se puede apreciar, ya sea desde el enfoque schumpeteriano como desde el kaleckiano, ia existencia de monopolios no innova­ dores ni transitorios constituye un factor central para entender la fal­ ta de dinamismo de una economía en el mediano y largo plazo. El análisis realizado por Notcheff constituye el punto de partida conceptual para ia indagación de la relación entre la intervención estatal y el comportamiento empresario en el caso argentino porque presta especial atención al papel que cumplieron ambas variables en ei proceso de conformación de los monopolios no innovadores ni transitorios, señalando las principales consectiencias que generaron en el modelo de acumulación durante las últimas décadas.

1.2. Gomldmdomes acerca de la idadón entre la Iníerraadón estatal y el compoffiamtento empresario en la Argentina contemporánea Notcheff (1994) ft"í uno de los primeros autores que enfatizó la importancia de la naturaleza estructural de ja relación que se estable­ ce entre el Estado y los grandes agentes económicos para explicar las evidentes dificultades que presenta la Argentina a la hora de confor­ mar un patrón de desarrollo sostenido. La combinación de perspec­ tivas teóricas (schumpeteriana y kaleckiana) y la evidencia proporcionada por las investigaciones históricas y económicas exis­ tentes hasta ese momento le permitieron concluir que: 1. La economía argentina se corresponde con el tipo de econo­ mías de adaptación tardía a Jos cambios tecnológicos que se generan externamente;

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2. En este tipo de economías, las cuestiones relacionadas con ias políticas de investigación científica y tecnológica no se encuentran en el centro de la agenda, ni del Estado ni de la

elite económica1^. 3. La elite económica argentina no compitió por la obtención de cuasi-rentas tecnológicas, por el contrario, durante la mayor parte dei siglo xx se protegió de la competencia a tra­ vés de la formación y consolidación de monopolios no inno­ vad,ores ni transitorios sostenidos por el accionar estatal. 4. El proceso de adaptación a las oportunidades generadas exter­ namente (con imitación tecnológica tardía) y la conformación de monopolios no innovadores ni transitorios constituye para le elite económica una opción blanda (ia opción dura impli­ caría el riesgo propio de una conducta innovadora que procu­ ra la obtención de cuasi-rentas tecnológicas en base a la conformación de monopolios innovadores y transitorios). 5. Desde ei punto de vista de la economía en su conjunto, la opción blanda no permite iniciar un proceso de desarrollo sostenido sino una sucesión de boom s o burbujas que cuan­ do se terminan dejan sólo unas "gotas" aisladas de capaddades tecnológicas que no permiten iniciar un nuevo ciclo de desarrollo. Esto conduce a un menor crecimiento del ingre­ so en el largo plazo porque "la intensidad délos factores que sostienen el crecimiento es débil" (1394: 28). De estas consideraciones se desprende la importancia que adquie­ re la relación entre el accionar estatal y el comportamiento empresa­ rio para explicar las restricciones ai desarrollo en ei caso argentino.

19 Nochteff define a la elite económica com o "el conjunto de empresarios indi­ viduales o.de organizaciones empresarias de mayor peso económico y político, que moldean el sendero dei resto de los agentes económ icos (incluidos los administradores de las empresas estatales o quienes tomen las decisiones que definen tas estrategias de dichas empresas)" Nochteff, (1994), página 33. En este sentido, eJ concepto está completamente despojado de ias connotaciones propias de la teoría elitista, en cualquiera de sus versiones, 35

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Pero para comprender acabadamente la naturaleza de la relación, es menester realizar algunas precisiones sobre las características más sig­ nificativas que presenta la "elite económica". En principio, hay que resaltar que el comportamiento de este gru­ po es de suma relevancia para entender ia dinámica económica, social y política del país por dos motivos principales: por un lado, porque juega un papel central en ei proceso de acumulación de capi­ tal como consecuencia de las decisiones microeconómicas que toman ias empresas que la componen (sobre todo aquellas vincula­ das con el nivel y tipo de inversión) que, como se señaló oportuna­ mente, son cruciales para marcar el rumbo del resto del sistema económico; por otro lado, porque el accionar colectivo e individual de sus miembros suele incidir en la determinación de Jas políticas públicas, en especial, de aquellas que definen la orientación de la intervención económica e sta ta l20. En segundo lugar, hay que señalar que "la elite" no es un sector social homogéneo. Fstá integrado por diferentes fracciones que, en más de una ocasión, tienen intereses y conductas contrapuestos. Por ejemplo, se pueden establecer cortes analíticos para caracterizar a las empresas que la integran según distintas variables, tales como; el origen del capital (nacional, extranjero, mixto), el sector de actividad en el que operan (industria, comercio, construcción, etc.), ei tipo de organización de la propiedad que presentan21 (grupo económico local, conglomerado extranjero, empresa local independiente, empresa trasnacional diversifi­ cada y/o integrada, asociación, etc.), el tipo de propiedad (estatal o pri­ vada), el grado y tipo de vinculación con d Estado, entre otras. Finalmente, las características estructurales de la elite se van modi­ ficando a lo largo del tiempo como resultado del comportamiento seguido por las empresas y/o actores sociales que la integran y como

20 Al respecto, consúltese Vigueta (1997), capítulo 1. Este criterio de clasificación fue elaborado por Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo y Miguel Khavisse. A partir de esta clasificación realizan ios análisis de las bases de datos para cada período. Los criterios de elaboración de este marco interpretativo se encuentran explicitados en Azpiazu, Basualdo y Khavisse (1986} y más recientemente, fueron ampliados por Basualdo {2000a y 2006).

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consecuencia del contexto operativo generado por la intervención económica estatal. Es por eso que van surgiendo en su seno proyec­ to s políticos diferentes que expresan los intereses de las distintas frac­ ciones existentes en este heterogéneo sector socioeconómico. Pero más aliá de ios cambios que puedan producirse en su com­ posición estructural y en el peso relativo de sus distintas fracciones a lo largo del tiempo, en el esquema elaborado por Notcheff ia elite económica argentina mantiene dos rasgos bien definidos: ia sistemá­ tica búsqueda de cuasi-rentas de privilegio y ia adaptación a las ven­ tajas generadas en el contexto externo. En efecto, corno se señaló anteriormente, las empresas privadas más grandes de la Argentina sostuvieron sus estrategias de expansión, principalmente, a través de la interna!ización de cuasi-rentas de pri­ vilegio. Y no sólo de las cuasi-rentas propias de ia existencia de posi­ ciones monopólicas no innovadoras y .no transitorias. Además obtuvieron otro tipo de beneficios extraordinarios, ya sea por perci­ bir transferencias monetarias en forma directa y/o indirecta desde el Estado (subsidios a las exportaciones no tradicionales, promoción industrial, programas de capitalización de deudas, estatización de pasivos externos, financiamiento a tasas negativas, entre los más des­ tacados) y/o por acceder privilegiadamente a diversas oportunidades de negocios de alta rentabilidad originados en el accionar estatal {como, por ejemplo, todos aquellos derivados de la reforma estruc­ tural dei sistema financiero, durante la última dictadura militar y de la privatización de las empresas públicas, durante los años noventa). Ahora bien, la existencia de diversos tipos de transferencias desde el sector público hada ei sector privado se origina en la propia naturale­ za de la intervención económica estatal, ya que ésta opera sobre tres campos de acción complementarios que inciden fuertemente sobre el desenvolvimiento de las empresas22. Por un lado, el Estado es el encar­ gado de establecer las normas de funcionamiento del complejo entra­ mado que compone al sistema económico capitalista. Esta regulación

Para un tratamiento más amplio de estas cuestiones desde una mirada cerca­ na a la ortodoxia, consúltese Beker (2005). 37

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de las actividades las realiza mediante e! establecimiento de marcos normativos que rigen a ios diversos mercados y sectores de actividad. De esta forma, por ejemplo, el aparato estatal puede avalar ei estable­ cimiento de posiciones monopólicas, proteger ciertos mercados de la competencia externa, flexibilizar las condiciones de contratación de la mano de obra, autorizar ciertas operaciones financieras, etcétera. Porot.ro lado, ei Estado interviene en la orientación general dei mode­ lo de acumulación (tanto por acción como por omisión) diseñando y aplicando diversas políticas económicas de carácter más o menos general que promueven la realización de ciertos objetivos/intereses sectoriales por sobre o tros. Muchas veces estas políticas implican transferencias prác­ ticamente directas hacia las firmas privadas (subsidios a la exportación, promoción a ramas industriales, estatización de pasivos memos, progra­ mas de capitalización de deudas, etc.) y otras veces, generan condiciones propicias para la acumulación de algunos agentes (por ejemplo, median­ te la fijación del tipo de cambio, las tasas de interés, la masa monetaria, la política impositiva, tarifaria, comercial y financiera, etcétera). Finalmente, las transferencias se pueden originar en las propias actividades económicas que realiza el Estado a través de sus múltiples reparticiones y empresas productoras de bienes y/o servicios, ya que por el carácter público de las mismas suelen operar con precios y tari­ fas diferenciales; es decir, fijados a partir de considerar criterios de orden político además de los más tradicionales criterios económicos con los que, al menos en teoría, se suelen manejar las ñrmas privadas. Tomando en cuenta la naturaleza de la intervención económica realizada por el Estado en las últimas décadas y considerando el com­ portamiento cuasi-rentístico que caracteriza a' las grandes empresas, Notcheff concluye que "la elite" no logró constituirse en un agente social capaz de impulsar un proceso de desarrollo sostenido de la economía, o lo que es igual, iniciar un círculo virtuoso de crecimien­ to basado en la obtención de cuasi-rentas tecnológicas. Por el contra­ rio, realizó periódicamente un conjunto de opciones blandas de adaptación tardía a los cambios producidos en el contexto interna­ cional, dando lugar a una serie de procesos de crecimiento inestable o ciclos de burbujas que impidieron conformar un sustento tecnoló­ gico desde el cual se pudiera iniciar un proceso de desarrollo al esti­ lo schumpeteriano (1994: 27). 38

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En otros términos, la elite argentiná'se ajustó permanentemente a las diversas oportunidades generadas externamente sin buscar cuasi-rentas tecnológicas, protegiéndose de la competencia a través de la consolida­ ción de monopolios u oligopolios no innovadores ni transitorios. La expansión de este tipo de estructuras condicionó severamente la posibi­ lidad de encarar un proceso de desarrollo sostenido, ya que: "Entre el m onopolio del desarrollo en sentido schumpeteriano y el de la econom ía adaplativa argentina hay dos dife­ rencias esenciales: el primero se basa en la innovación y ei segundo en la política com ercial y de subsidios; ei primero es transitorio, ei segundo dura tanto com o ei poder de iobbying para sostenerlo. En el primero el sostén de la cua­ si renta es la innovación; en eí segundo las políticas guber­ namentales j. . . j. El r e n tseekingb e h a v i o r [...} se consolida com o com portam iento socioeconóm ico de la elite econ ó­ mica. Este com portam iento refuerza el efecto del adaptativo teconológicam ente tardío en el sentido en que tanto el interés por la innovación com o el interés por las políticas científicas, tecnológicas e industriales son desplazados, en el m ejor de los casos, a un plano secundario. A su vez, en términos de Kalecki, la econom ía no recibe (o recibe muy tardíam ente) el im pulso de los factores de desarrollo (ia innovación) que im pulsan su dinamismo, pero sí los efec­ tos del aum ento del grado de m onopolio, que lo retardan" (Notcheff, 1994: 61).

En síntesis, para este autor la experiencia argentina muestra que ni los grandes agentes económicos intentaron conformar un patrón de desarrollo estable, ni el Estado logró "forzar" a las grandes firmas a rea­ lizar una opción más dura basada en un cambio tecnológico; por el contrario, el aparato estatal ayudó a mantener el perfil adaptativo de la elite económica al sostener mediante sucesivas intervenciones aquellos mecanismos que les permitían obtener cuasi-rentas de privilegio23.

Los resultados de la investigación de Thomas sobre ias características y el derrotero del sistema nacional de innovación argentino desde la segunda fase de la ISI hasta la década de! noventa, confirman estas apreciaciones. Ai respecto, véase Thomas (199.9), capítulo 6. 39

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Para ejemplificar cómo opera la intervención estatal en este pro­ ceso ei autor menciona los diferentes mecanismos que se generaron desde el Estado para mantener el perfil adaptativo tardío de la elite desde mediados de la década de 1950 en adelante. En ese sentido, concluye que: "{durante ¡a segunda fase de la industrialización sustituiría) para atraer a las EF y oriental la inversión doméstica h ad a la industria se consolidó un estilo de políticas públicas y com ­ portam iento em presario que consistió básicam ente en el otorgamiento, a través de las políticas comerdaies y de los subsidios directos o indirectos, de condiciones que permiten obtener cuasi-rentas m ono u oligopólicas sin innovar. En ese período los subsidios explícitos e implícitos fueron financia­ dos principalmente mediante 1a transferencia de parte de la renta agropecuaria a las industrias que producían para el mercado interno y también especialmente durante las fases depresivas, muy importantes en un contexto stop and go, m ediante transferencias desde el sector asalariado. [...] A partir de 1976, en el largo período de estancamiento y rees­ tructuración econ óm ica regresiva, esta transferencia de ingresos se transformó en la forma casi excluyeme de financiamiento de los subsidios a los m onopolios no innovado­ res" {1 9 9 4 : 61, subrayado propio).

Las investigaciones realizadas hasta el momento por Sidicaro (2001 y 2002) sobre la relación entre el Estado y los actores socioeconómicos predominantes complementan la interpretadón de Notcheff sobre el papel de la intervención estatal en el perfil del comportamiento empre­ sario24, Utilizando categorías analíticas tributarias de la teoría weberiana, el autor concluye que la calidad de las instituciones estatales, entendida como una adecuada combinación de capaddades de diver­

24 Sidicaro define a tos actores socioeconómicos predominantes en cada momen­ to histórico como los "diferentes sectores empresarios o intereses económicos cuyas actividades y estrategias afectaban decisivamente las orientadones y la evo­ lución del sistema económico nacional", Sidicaro (2001), página 23. Nótese la semejanza con la definición de elite económica elaborada por Notcheff. 40

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sa índole y autonomía relativa respecto de los sectores económica­ mente más poderosos, es una variable crucial para entender el com­ portamiento de la clase capitalista y los resultados de las diversas intervenciones que el Estado realiza a los efectos de orientar el modelo de acumulación en una sociedad. En efecto, por un lado sostiene que: "La teoría w eberiana perm ite definir a los em presarios m odernos com o su jetos interesados en lograr el m ayor nivel de ganancias posible pero cuyos m étodos y las estra­ tegias se encuentran condicionados por los lím ites impues­ tos por la racionalidad de las institu ciones estatales. En consecuencia, el debilitam iento de la previsibilidad racio­ nal del Estado favorece la aparición generalizada de las conductas propias del capitalismo aventurero enraizado en la política" (2001: 20, destacado en el original).

Y más adelante afirma que la posibilidad de cumplir con los obje­ tivos propuestos en una intervención pública determinada depen­ den, en gran medida, de las capacidades estatales disponibles ya que éstas operan como límites objetivos para los actores involucrados en las tareas de gobierno. En sus propias palabras, "[...] los proyectos gubernamentales se llevan a la práctica incorporand o, o reflejand o, las con d icio n es objetivas correspondientes a las capacidades estatales disponibles. Los recursos burocráticos, presupuestarios y técnicos de los estados im ponen lím ites a los actores a cargo de la direc­ ción política de los gobiernos, lím ites que no siempre son captados por estos actores" (2001: 21 y 22).

Ahora bien, la experiencia argentina de las últimas décadas mues­ tra con toda claridad el debilitamiento de estas capacidades estatales, debilitamiento que según el autor, torna cada vez más ineficiente las intervenciones programadas por los diferentes elencos gubernamen­ tales, profundizando así la crisis estatal25 iniciada con la caída del

25 Entendida como un conjunto de rasgos empíricamente captables: "desorga­ nización administrativa, primada de actividades burocráticas no coordinadas,

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"primer peronismo" en 1955. Esta crisis, no implica necesariamente el abandono del paradigma intervencionista (de hecho, las interven­ ciones estatales en materia económica se multiplicaron a lo largo de toda la segunda fase de ia industrialización sustitutiva en consonan­ cia con la difusión de las ideas desarrollistas), sin embargo, cabe des­ tacar que ese aumento de la intervención se dio en un contexto de alta conflictividad social desarticulación burocrática e inestabilidad ins­ titucional, factores todos que erosionaron notablemente la calidad de la intervención favoreciendo el despliegue de conductas cuasi-rentíslicas por parte de los grandes agentes económicos26. A partir de la última dictadura militar, la crisis se va a potenciar por ia pérdida de autonomía estatal a favor de los grandes agentes económicos, situación que se va a agudizar durante el primer gobier­ no democrático (sumado al deterioro abismal de las capacidades financieras como consecuencia de la estatización de gran parte de la deuda externa privada). Pero lo más importante del planteo de Sidicaro es que permite pensar en forma simultánea la expansión de la intervención estatal y de la crisis del Estado, en tanto afirma que "la crisis no implicó un completo desplome estatal ni la disolución de ias instituciones públicas la crisis argentina del Estado se combinó con la expansión del intervencionismo estatal y de allí salieron muchos de sus rasgos específicos" (2001: 95). Ahora bien, para analizar la relación entre intervención estatal y comportamiento empresario en el caso argentino durante el período

pérdida de motivaciones y de creencias en e! servicio público, determinación de decisiones en conubio con los intereses privados, rotación de colonizaciones inestables ele sus aparatos por parte de actores socioeconómicos predominantes, etc.", Sidicaro (2001), página 35. En palabras del autor "Los roles de árbitro del Estado le adjudicaron presen­ cia permanente en los conflictos entre los distintos actores sociales y la influen­ cia de las corporaciones en las decisiones públicas fue igualmente importante durante los gobiernos civiles y los militares. Las grandes empiesas obtuvieron créditos subvencionados, preferencias en los contratos públicos y concesiones especiales, condonación de deudas, informaciones anticipadas sobre decisiones sobre tasas de cambio o financieras, franquicias impositivas y todo otro tipo de recompensas de carácter particularista", Sidicaro (2001), página 34.

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propuesto es necesario realizar algunas precisiones en torno del con­ cepto de autonomía estatal. Esto a su vez, permitirá enriquecer con otros elementos de análisis la acertada interpretación realizada por Sidicaro sobre la naturaleza de la crisis del Estado. En efecto, en la teoría weberiana, la autonomía es un atributo indis­ pensable para lograr una dominación legal racional. Precisamente, debido al alto grado de cohesión y coherencia que debe caracterizar al aparato burocrático de un Estado capitalista, la autonomía es pensada en tanto "aislamiento" de una categoría social (los burócratas) con res­ pecto a los interesases de los empresarios. Como se señaló al comienzo del capítulo, los neoinstitucionalistas introdujeron un importante matiz en esta concepción derivada del análisis empírico comparado que reali­ zaron sobre los estados de diversos países subdesarrollados, y en vez de pensar la autonomía como una situación de aislamiento, propusieron considerarla como una adecuada combinación entre autonomía de la burocracia estatal para tomar las decisiones públicas y la existencia de vínculos estables y fluidos con los diversos sectores sociales involucra­ dos por la intervención. De esta forma, establecieron que para iniciar procesos de desarrollo debía haber un tipo de autonomía estatal parti­ cular, a la que denominaron enraizada o insertada. Pero lo interesante es que para que exista este tipo especial de autonomía debe cumplirse un requisito previo indispensable: la coherencia y cohesión burocrática, o sea la existencia de todos los atributos burocráticos típicamente weberianos (un funcionariado de carrera, seleccionado por criterios meritocráticos y fuertemente cohesionado, complementado con un horizonte de previsibilidad y regularidad normativa). Sin embargo, existen suficientes indicios que permiten suponer que estas condiciones no están presentes en los países latinoamerica­ nos y, por ende, lejos de construirse una autonomía enraizada en diversos vínculos sociales, existe un proceso de difusión de anillos burocráticos sostenidos por lazos clientelares (Cardoso, 1975; Evans, 1996). Es más, en algunos períodos históricos ciertos reductos del aparato estatal, claves para la gestión económica, fueron colonizados por empresarios o personas estrechamente comprometidas en la defensa de sus intereses (Portantiero, 1977 y O'Donnell, 1982). Debido a la naturaleza que adquiere la relación entre las burocra­ cias públicas y ciertas fracciones de clase en el caso argentino, resulta 43

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más adecuado pensar ia autonomía en los términos propuestos ori­ ginariamente por Poulantzas (1386 y 1991), es decir como autono­ mía relativa. Y esto en un doble sentido: por un lado, autonomía relativa entre los diversos aparatos que componen el Estado en el diseño e instrumentación de las políticas públicas, y por otro, entre el conjunto del aparato estatal y la clase dominante (o alguna de sus fracciones), en tanto que el Estado debe garantizar la reproducción del régimen social de acumulación capitalista en su totalidad, y no sólo la reproducción de una clase o fracción social. Por eso mismo, el tipo de comportamiento desplegado por los grandes capitalistas locales no puede atribuirse a una conducta "irra­ cional" ni a la existencia de un "patrón cultural argentino" poco pro­ clive al riesgo que impiden per se la existencia de un comportamiento innovador al estilo schumpeteriano27. Por el contrario, la ausencia de un empresariado comprometido con el desarrollo económico del país (burguesía nacional en los términos establecidos por Poulantzas) y la consolidación de un patrón de comportamiento cuasi-rentístico y cortoplacista, es el resultado de un proceso histórico de articulación muy particular entre el Estado y los capitalistas, que se dio en el marco de un deterioro progresivo de los niveles de autonomía relativa de! Estado y que permitió mantener el perfil adaptativo del patrón de acu­ mulación (en el sentido señalado por Notcheff) generando conse­ cuencias perniciosas (y en varios momentos devastadoras) sobre el conjunto social y sobre el propio aparato estatal. En efecto, los rasgos que adquiere un patrón de acumulación en determinado momento histórico, son producto de los condiciona­ mientos ideológicos, políticos y económicos que genera el contexto

La búsqueda constante de maximizarión de In ganancia constituye la base de la conducta empresaria en cualquier lugar del mniido capitalista, corno ya se ocu­ paron de señalar numerosos investigadores. Una crítica acertada a ios deterni­ nismos culturalistas a ta hora de pensar ei comportamiento del empresariado local se puede consultar en Acuña (1994). Para el caso de las burguesías latino americanas existen numerosos trabajos de cuño estructuralista que se ocupan de señalar ei carácter racional de los capitalistas. Ai respecto, véase Fernandes (1972); Cardoso (1 9 7 5 ) y O'Donnel! (1977).

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estructural, pero fundamentalmente, de las múltiples articulaciones que se establecen entre los diferentes niveles de intervención económi­ ca estatal y el comportamiento de los diversos agentes económicos y de ciertos actores sociales. Al poner énfasis en esta articulación para anali­ zar las posibilidades o restricciones al desarrollo que un patrón de acu­ mulación es capaz de propiciar, es necesario construir una nueva categoría analítica y una estrategia metodológica adecuada que permi­ ta captar la naturaleza de esta relación en situaciones concretas. De esta forma, se puede generar evidencia empírica que complemente las con­ clusiones alcanzadas por los análisis existentes hasta el momento. En este sentido, se considera que el concepto de ámbito privile­ giado de acumulación resulta adecuado para ver la articulación pre­ dominante entre la intervención estatal y el comportamiento empresario en la historia argentina reciente y para entender, a su vez, las dificultades que presenta este país a la hora de construir un sen­ dero de desarrollo sostenido.

1.3. Los ámbitos priwkgiadQS de acumulación: una categoiía mitra! pmñ. pensar la articulación entre la iaíerrendón estatal y el comportamiento empresario en el caso mgmtáiG Tomando en cuenta los desarrollos anteriores, se propone una inter­ pretación complementaria centrada en el análisis del proceso de difu­ sión de los ámbitos privilegiados de acumulación (APA). Como ya fue señalado, esto conduce a dos cuestiones fuertemente interrelacionadas: por un lado, 1a vinculación que se establece entre la intervención esta­ tal, el comportamiento de los grandes agentes económicos y la genera­ ción y sostenimiento de los APA, y por otro, las consecuencias que genera la expansión de tales espacios de acumulación sobre el perfil de ia cúpula empresaria, el funcionamiento del aparato estatal y el desen­ volvimiento del modelo de acumulación. Ahora bien ¿qué se entiende exactamente por APA?, ¿qué seme­ janzas y diferencias existen entre los APA y los monopolios no inno­ vadores ni transitorios?

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Tomando en cuenta su función, los APA se definen como una fuen­ te de generación de cuasi-rentas de privilegio para las empresas priva­ das que operan en él. Si se consideran sus características constitutivas y su modo de funcionamiento, puede pensarse a estos ámbitos como una red integrada por prácticas, actores, actividades económicas y regulaciones normativas, que permiten la generación y sostenimiento de diversos mecanismos de obtención de cuasi-rentas de privilegio que son apropiadas por las firmas privadas involucradas. Si bien esta definición recupera algunos de los elementos que caracterizan a los monopolios no innovadores ni transitorios, se dife­ rencia de éstos en dos sentidos: por un lado, porque puede haber APA sin que se formen, necesariamente, estructuras y/o posiciones monopólicas (como sucede en el caso de algunas transferencias directas o indirectas de recursos públicos hada las empresas); por otro lado, porque la definición convencional de monopolio hace alusión a cuestiones mayoritariamente económicas (composición de la oferta y de la demanda, mecanismos de formación de precios, tamaño de las empresas, etc.) que soslayan aspectos sociológicos y políticos funda­ mentales en el proceso de origen y mantenimiento de ios ámbitos privilegiados de acumulación. En efecto, las variables económicas, a pesar de ser muy relevan­ tes para identificar y describir el funcionamiento de este tipo de entramados, no son suficientes para entender el comportamiento de los actores involucrados en ellos. Por el contrario, la noción de APA incorpora una mirada más amplia en tanto introduce dimen­ siones de análisis vinculadas con el comportamiento de los actores sociales implicados (y no sólo de los agentes económicos), recupe­ ra para el análisis las diversas formas de articulación que se dan entre ellos, y especialmente, considera que la calidad de la inter­ vención estatal es una variable central en la explicación de la for­ mación y/o sostenimiento de los mismos. Precisamente, aunque ios APA se originen en la intervención esta­ tal (por cierto, cada vez más condicionada por las acciones de la cla­ se empresaria), sólo se pueden sostener si funciona una amplia y difusa trama de relaciones que articule ios intereses de funcionarios, burócratas y capitalistas. Estas relaciones pueden ser de distinto tipo.

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pero en todos los casos procuran el mismo resultado: sostener, diver­ sificar y/o expandir los APA existentes28. En términos analíticos se pueden diferenciar cinco tipos de articu­ lación posible entre ei sector público y el privado que permiten con­ formar y/o sostener los APA. A su vez, estas vinculaciones se diferencian por su grado de institurionalización, legalidad y visibilidad. Como la distinción es analítica, en ia práctica suelen darse en forma conjunta. En primer lugar, se encuentran las prácticas institucionalizadas que llevan adelante las empresas a través de los mecanismos formales y acto­ res corporativos tradicionales; en otras palabras, ias demandas que directa y públicamente realizan las corporaciones empresarias sobre el aparato estatal. Metodológicamente son ias más fáciles de captar en tan­ to se exponen abiertamente, ya sea a través de las publicaciones perió­ dicas de las corporaciones, en los discursos que brindan sus integrantes en convenciones o congresos, o directamente, ante la prensa u otros medios de comunicación social. En segundo lugar están las prácticas deinñuencia directa (lobby) ejer­ cidas de un modo mucho más informal que las anteriores por empresa­ rios, directivos y/o agrupaciones no institucionalizadas del empresariado (Consejo Empresario Asesor, "Capitanes de la Industria", Asociación Empresaria Argentina etc.). Más difícil de captar, generalmente son denunciadas por ia prensa o por otros actores involucrados en el proce­ so, aunque en la mayoría de los casos suelen mantenerse ocultas. En tercer lugar, se encuentran las prácticas de colonización de algu­ nos reductos de la administración pública por parte de los empresarios (o de sus representantes), práctica que coloca en puestos decisorios centrales déla administración pública a personas que, aunque no nece­ sariamente por su origen social, están comprometidas en la defensa de los beneficios obtenidos por los empresarios involucrados en los APA y en ese sentido, operan como representantes del empresariado dentro

Esta definición se distancia de las tradicionales miradas neoliberales o neoinstitucionalis tas-sobre el papel del Estado en la d ilusión de comportamientos reñ í seeidng, ya que supone que las rentas no son d resaltado de la existencia de un fiindonariado esencialmente corrupto, sino que surgen de varías y complejas articulaciones que se dan entre funcionarios y empresarios, en cada momento histórico, tal como se verá inmediatamente.

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de la administración pública. Estas prácticas se pueden captar indirec­ tamente a través de la nómina de funcionarios que integran el reducto de la administración estatal involucrado y reconstruyendo el origen social y trayectoria profesional de sus miembros, a fin de determinar si por alguna de las dos variables se los puede identificar como integran­ tes o representantes de la clase empresaria. En cuarto lugar, se encuentran las prácticas colusorias (similares a las que se dan en cualquier mercado oligopólico)29 ya sea entre las empresas privadas o entre éstas y las firmas estatales. Estas "prácticas de cooperación", que involucran a los miembros del aparato estatal, suelen ser mucho más difusas que las anteriores y por ende, su cap­ tación metodológica es más difícil. Casi exclusivamente son identificables a través de los testimonios de los involucrados o de otros actores interesados en su difusión. La investigación periodística sue­ le ser una de las principales fuentes de información para detectarlas. Finalmente, se encuentran las prácticas de corrupción, consistente en el pago de sobornos por parte de los empresarios a los miembros del sector público involucrados en el sostenimiento de los APA, para garantizar que éstos actúen en favor de sus intereses. Debido al carác­ ter ilegal de las mismas son prácticas secretas, difícilmente confesables y muy poco demostrables, que suelen ser denunciadas por la prensa y en algunos casos, terminan siendo objeto de investigación judicial (aunque, generalmente, con escasos resultados). Ahora bien, como se mencionó oportunamente, estas prácticas de articulación entre el sector público y el privado constituyen el "sopor­ te" de los APA, en tanto posibilitan su sostenimiento y expansión30.

Las prácticas colusorias aiuden a los acuerdos {explícitos o implícitos) que se establecen entre las empresas que operan en un mercado oligopólico a los efectos de fijar conjuntamente precios, nivel de producción, cuotas de mercado, etc. Estos acuerdos permiten a las empresas operar en condiciones de escaso riesgo y obtener beneficios monopoh'stkos es decir, derivados dd manejo discrecional de los precios. 30 Tal como acertadamente señalara Offe (1 985), ia ciase empresaria cuenta, además, con la capacidad de ejercer "acciones estructurales", es decir, prácticas decisivas para el funcionamiento dei modelo económico, vinculadas con deci­ siones microeconómicas, tales como el nivel de producción y de inversión, ia contratación de mano de obra, ia fijación de precios, etcétera. 48

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El mantenimiento de las redes de intereses, incluso ante el cambio de la gestión económica o hasta del propio patrón de acumulación general, facilita aún más la obtención de cuasi-rentas de privilegio por parte de las empresas privadas involucradas en ellos. En efecto, la progresiva pérdida de calidad de la intervención estatal originada en un deterioro de sus capacidades de toda índole, aumenta considerablemente los rasgos más perversos del sistema. En vez de rea­ lizar intervenciones estratégicas que permitan superar los problemas económicos más acuciantes (más allá de cuál sea el diagnóstico que en ese momento se tenga sobre los mismos), el accionar estatal, desarti­ culado y debilitado por la conjunción de las prácticas mencionadas, termina incrementando el poder económico de la fracción empresaria privilegiada por el accionar estatal, situación que retroalimenta el cír­ culo vicioso del estancamiento. Precisamente, al obtener mayor poder económico, esta fracción empresaria puede ejercer mejor las diversas prácticas señaladas en procura de sostener los ámbitos que facilitan su proceso de internalización de cuasi-rentas de privilegio. A su vez, la expansión y sostenimiento de estos APA conspira con la posibilidad de alcanzar el desarrollo económico, en tanto desalien­ ta las conductas innovadoras. En efecto, éstas aparecen ante los ojos de los capitalistas como excesivamente costosas e innecesarias. De esta forma, la existencia de los ámbitos genera profundas transformacio­ nes en el perfil de los grandes agentes económicos, permitiendo la expansión y consolidación de fracciones empresarias privilegiadas por la intervención estatal. El incremento de poder de estas fracciones se traduce, a su vez, en una mayor capacidad de las mismas para incidir sobre el Estado, no sólo para sostener los ámbitos existentes, sino para generar otros nuevos e incluso para orientar el rumbo de las políticas económicas hacia la conformación de patrones de funcionamiento más concentrados y centralizados en términos económicos, y más excluyentes en términos sociales31. En este proceso, las capacidades

Si bien existe una profusa bibliografía dedicada a analizar este proceso regresi­ vo del patrón de acumulación, el trabajo más reciente de Eduardo Basualdo cons­ tituye una herramienta ineludible para pensar estas cuestiones (Basualdo, 2006). 49

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estatales mencionadas anteriormente se van debilitando aún más, dificultando la realización de intervenciones relativamente autóno­ mas de los intereses del capital concentrado. Lo interesante es que este rasgo distintivo se mantiene y profun­ diza más allá de los cambios registrados en el modelo de acumula­ ción. En efecto, tanto durante la última década de la segunda fase de la industrialización sustitutiva como durante la vigencia de la prime­ ra etapa del denominado m odelo de valorización financiera^2 (que se extiende desde la última dictadura hasta el fin del primer gobierno de la transición democrática) existieron diversas intervenciones esta­ tales que generaron ámbitos privilegiados de acumulación, aunque éstos no hayan sido identificados o analizados como tales en ias investigaciones precedentes. Concretamente, entre 1966 y 1989 se pueden identificar varias intervenciones que permitieron la confor­ mación de APA, entre las que se destacan33: 1. La Implementadón de gráfido p lan o de ©teas ptíbücag, espe­ cialmente durante los dos últimos gobiernos militares, destinados a ampliar o mejorar la red caminera, favorecer la integración territorial y generar nuevas fuentes de energía34.

3^ Sintéticamente este modelo se atracteriza por una ampliación del peso del sec­ tor financiero en el conjunto de la economía y fundamentalmente, por la existen­ cia en ese sector de tasas de rentabilidad mucho más altas que las vigentes para las actividades productivas. De esta forma, no sólo se alientan las prácticas especula­ tivas de los agentes económicos sino que se traslada el “eje de valorización de capi­ tal" desde la industria hacia las finanzas; con sus consecuentes efectos sobre ei salario, ia inversión y la capacidad de incrementar acervo tecnológico. Para una detallada caracterización de esta cuestión, consúltese especialmente, Arceo y Basualdo (1999). El orden del listado es cronológico y no supone jerarquizadón alguna. Asimismo, no pretende ser exhaustivo, ya que seguramente existen otras inter­ venciones estatales aún no identificadas como generadoras de ámbitos privile­ giados de acumulación. ^ Para ampliar la información sobre las características dd plan de obras y su rol multiplicador, consúltese O'Donnell (1382), capítulo IV, Para conocer los rasgos que presenta esta rama dei sector constnicciones, véase Vitelli, (1979), Para ver una interpretación de esta política en la clave planteada en esta, investigación, véase Castelíani (2004a), 50

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2. H ataM eám iesito dd de madomal" promul­ gado en 1972, mecanismo que obligó a las distintas dependencias y empresas estatales a abastecerse -en los casos que existiera oferta local- exclusivamente con proveedores nacionales más allá de que ios precios fuesen o no convenientes para el sector público35. 3, la promoción de grandes em pm diinlm tos mctusttíaka fiarndados o raba-diados por d Estad©, política derivada del giro nacio­ nalista que dio la orientación económica tras la caída del elenco gobernante presidido por Onganía en 1970, como por ejemplo, la planta de aluminio Aluar y el Polo Petroquímico Bahía Blanca36. 4 . La política de promoción industrial implementada en el ámbi^ to nacional desde 1977 (aunque tuvo aplicaciones anteriores), orien­ tada al fortalecimiento de empresas seleccionadas ubicadas en ramas concretas: cemento, papel, petroquímica y siderurgia. Mediante esta política se utilizó la financiación directa o indirecta del Estado para llevar adelante proyectos de ampliación y/o integración industrial37. 5, l a próatízadÓB pasdal de empresas públicas -conocida como privatización periférica- que a partir de 1976 adquirió una nueva modalidad, ya que comenzaron a privatizarse actividades rentables, que anteriormente realizaban las empresas estatales en forma directa. En este sentido, la subcontratación facilitó el crecimiento de aquellas compañías a las que se le abrieron posibilidades de realizar nuevos negocios en una franja de mercado altamente oligopolizada38. 6.Ia® taítedÓ 3adegian|M i1iedcladm darterm pn«iaante la cri­ sis de 1981 mediante la utilización de los seguros de cambio. Esto irapli-

3 -3 Sobre las modalidades propias de este decreto y sus consecuencias, se puede recurrir a los trabajos de Schvarzer (1 9 7 8 ) y Braun (1973} 36 Sobre la promoción industrial en general existe una profusa bibliografía. Los trabajos más destacados son los de Azpiazu (1937); Ferrucci (1 9 8 6 ) y Schvarzer (1987). Para casos concretos, se puede consultar ei trabajo de Solari Yrigoyen (1977) sobre la construcción de la planta de aluminio Aluar, y sobre el sector siderúrgico, véase Schvarzer (1993). Al respecto consúltese Azpiazu y Basualdo (1990) y Schvarzer (1978, 1987 y 1996) 3® lin estudio detallado de! proceso de privatización periférica encarado en el último gobierno militar, se encuentra en Schvarzer (1 982), si

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có que el Estado se hiciera cargo de los pasivos en dólares de ias grandes empresas que se habían endeudado cnn el objetivo de valorizar en el mercado focal sus activos líquidos y obtener así importantes rentas finan­ cieras que luego giraban al exterior. Esta intervención consolidó los ras­ gos más regresivos de [a reestructuración económica encarada por el equipo de Martínez de Hoz ya que, por un lado, implicó una ingente transferencia de recursos desde los sectores sociales mayoritarios hacia ia fracción más concentrada del capital local; y por otro, condicionó seve­ ramente !a capacidad de gestión del aparato estatal debido al debilita­ miento constante de las cuentas del sector externo y del sector público39.

7. La política de promodón a las «sqxírtadomeg no tradádonaka encarada durante el gobierno de Alfonsín, que formó parte del pro­ grama de estabilización heterodoxa y que otorgó reembolsos a las empresas exportadoras de bienes no tradicionales40. 8. Los dwroog plaaes de capitaUzadéa de la deuda a tra ía priva­ da encarados durante el gobierno radical que otorgaron grandes faci­ lidades (especialmente a firmas extranjeras) para "licuar" y cancelar sus pasivos externos41. Ahora bien, esta presentación en clave histórica de las principales y heterogéneas formas de intervención que habrían posibilitado la conformación de diversos APA permite identificar, en términos ana­ líticos, dos grandes tipos de cuasi-rentas de privilegio: 1. Aquellas yisosladM con políticas públicas específicas, que benefician a un sector económico particular o fracción concreta del empresariado, tales como la estatización de los pasivos privados externos, la pesificación de deudas tomadas en dólares en ei mercado interno a un tipo de cambio preferencia!, la promoción industrial, !a protección de algún sector económico en un contexto de apertura comercial, el otorgamiento de subsidios directos, etcétera.

Los excelentes trabajos de Basualdo (1988 y 2000b) constituyen una herra­ mienta clave para entender las características de) proceso de constitución de la deuda externa argentina y sus principales consecuencias. Además, se puede con­ sultar Schvarzer (1988). ^ Sobre este tema tan poco explorado, consúltese Azpiazu y Kosacoff, (1387) y Bisang (1900). Al respecto, consúltese Azpiazu (1995). 52

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2. Aquellas ráscttladas «m el faaáoaamim to dd denominado mmnfeio eam óm im estatal p m ado42, tal como la concesión de obras públicas, la privatización periférica de actividades económicas realiza­ das por las empresas estatales u organismos públicos, la compra/venta de insumos a precios diferenciales, el acceso protegido a los mercados de bienes y servicios demandados por el Estado, la realización de emprendimientos industriales mixtos, etcétera. Precisamente, es este último tipo de cuasi-rentas el que resulta de gran interés para el análisis del caso argentino desde la perspectiva propuesta en esta investigación. Primero, porque en tomo del fun­ cionamiento del complejo se generaron APA que presentan más fiel­ mente las características propias de las posiciones monopólicas no innovadoras ni transitorias, posiciones que, como se explicó oportu­ namente, generan restricciones al desarrollo una vez que se instalan y difunden en un sistema económico. Segundo, porque el tipo de actividades económicas que se realizan en el complejo implican necesariamente una relación medianamente perdurable entre el sec­ tor público y el privado, y esto permite captar más adecuadamente el tipo de prácticas de articulación mencionadas oportunamente, y que son cruciales para entender el mantenimiento de los ámbitos. En rigor, el complejo económico estatal-privado, o sea el conjunto de actividades económicas que se realizan entre empresas privadas y empresas o reparticiones públicas, puede entenderse como un entrama­ do de posiciones monopólicas diversas que dan lugar a la existencia de diferentes APA. En efecto, el conjunto de actividades desarrolladas por empresas públicas, privadas y mixtas que operan en algunas ramas cen­ trales de la industria argentina de origen no agropecuario (siderurgia, petroquímica, celulosa, etc.), en el sector petrolero, en la construcción

42 Este concepto fue acuñado por Schvarzer (1979) y en su formulación original alude a las articulaciones existentes entre e! sector público y privado en tomo de un conjunto de actividades económicas de producción muy precisas: siderurgia, petroquímica, construcción de grandes obras de infraestructura, provisión de ser­ vicios claves, etc. Para un análisis de las consecuencias que el funcionamiento de este complejo generó sobre el perfil de los grandes agentes econótnicos desde la última dictadura, consúltese Castelíani (2004b y 2006a) y Schvarzer (1982).

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de obras públicas, o en algunos servicios claves para la producción (elec­ tricidad, gas y comunicaciones) implican, porio general, la existencia de articulaciones preferenciales entre el sector público y el privado que per­ miten sostener la expansión de las firmas privadas gracias a la confor­ mación de mercados con estructuras de oferta mono u oligopólicas en donde el acceso se determina por medio de regulaciones estatales. Estos mercados suelen presentar un único demandante (empresa o repartición pública) que a la hora de determinar el nivel de demanda lo hace utilizando criterios más políticos que económicos. Por su parte, los proveedores (en la mayoría de los casos, empresas privadas de capital nacional) tratan de establecer ios precios de forma discrecional, recu­ rriendo a diversas prácticas colusorias. De esta forma, los precios se determinan al margen de las características propias de ia estructura de costos de las empresas y del sector de actividad generando la existencia de ganancias extraordinarias43. Si bien la mayor parte de los APA relacionados con el complejo presentan estas características, hay otros en donde la situación se invierte: la oferta es exclusivamente estatal y la demanda se reparte entre unas pocas grandes empresas privadas que también, mediante diversas prácticas de articulación con el sector público, adquieren insumos centrales para su producción a precios diferenciales, pro­ ductos que, en muchas ocasiones, terminan ofertando en mercados en donde el Estado es un demandante de peso. Éste es el caso, por

43 Según Marx, en mercados "perfectamente" competitivos, ia cuota de ganancia tiende a igualarse más allá de las diferencias registradas entre las diversas composi­ ciones orgánicas de capital de las empresas, debido a que el precio de mercado vie­ ne dado como un dato externo para ias firmas. De ahí surge la noción de gananda media. Por eí contrario, en mercados altamente concentrados, ¡a discrecionalidad para fijar los precios permite que algunas firmas o conjuntos de firmas obtengan ganancias extraordinarias, es decir cuotas de ganancia que se encuentran por enci­ ma de la ganancia media. Textualmente *[...] puede haber excesos temporales tan­ to de la cuota de ganancia de una empresa dentro de una industria como de la cuota media de toda ia industria con respecto a otra industria [.. ,j. La competencia las elimina pero la situación mono u oligopólica ia mantiene, ya que el precio es fijado con mayor o menor grado de discrecionalidad por las empresas. Esto sucede con la lenta de la tierra y (por eso) algunos productores obtienen además de la ren­ ta media una renta extraordinaria" (1992), tomo II, volumen 1, página 272, 54

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ejemplo, de algunas plañías siderúrgicas que adquirieron durante varios años ei acero que les proveía la acería estatal (SOMISA) a pre­ cios diferenciales y luego colocaban, también a precios diferenciales, una parte de la producción de los tubos que fabricaba con ese mismo acero en la petrolera estatal (YPF). Además de usufructuar estas posiciones monopólicas (o monopsónicas, según el caso) como fuentes de generación de cuasi-rentas de privilegio, las firmas privadas vinculadas con el complejo económico estatal-privado pueden percibir también otro tipo de cuasi-rentas: las derivadas de las transferencias directas o indirectas que realiza el Estado mediante la aplicación de ciertas políticas macroeconómicas. Por lo expuesto, se considera que los APA vinculados con el fun­ cionamiento de! complejo constituyen una dimensión de análisis particularmente relevante para aprehender la articulación existente entre la intervención económica estatal y el comportamiento empre­ sario en la historia argentina reciente. La estrategia metodológica propuesta presupone 1a articulación de dos niveles de análisis: uno de alcance general y de naturaleza hipotéticO'deductiva (nivel macro) y otro de alcance específico y de natu­ raleza inductiva (nivel micro). Esta triangulación permite establecer la magnitud y alcance del fenómeno, y sus consecuencias sobre la estructura económica, pero además, comprender cómo funcionan y se reproducen cada uno de los APA. En efecto, en principio es necesario establecer si la intervención económica estatal genera o no las condiciones propicias para la con­ formación, expansión y sostenimiento de los APA. Para determinarlo, es menester analizar la orientación y la calidad de dicha intervención en cada momento histórico. En este sentido, si la orientación de la intervención pública da cuenta de la aplicación de políticas tendientes a ampliar el radio de acción del complejo económico estatal-privado, se observa un crecimiento de las transferencias de recursos estatales hada el capital concentrado local, y el patrón de acumulación se tor­ na cada más regresivo; y a su vez, la evaluación de la calidad nos mues­ tra una progresiva erosión de las capacidades y de los niveles de autonomía relativa del aparato estatal, es posible afirmar que existen condiciones altamente favorables para la difusión de ios APA,

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En segundo lugar, es necesario analizar las transformaciones en el perfil y desempeño de las grandes empresas. Para hacerlo, se propo­ ne trabajar con una muestra intencional integrada por las cien firmas que presentan los mayores niveles de venta del país clasificadas según diversas variables de corte ( sector de actividad, forma de organiza­ ción de la propiedad, origen del capital y vinculación ron ias activi­ dades del complejo, entre otras). A través de una serie de indicadores seleccionados que dan cuenta del desempeño económico de las fir­ mas y de las fracciones empresarias, y mediante el análisis estadístico de los mismos, podemos determinar la existencia o no de un com­ portamiento diferencial, relativamente favorable para aquella frac­ ción de la cúpula que se encuentra estrechamente vinculada con las actividades desplegadas por el complejo económico estatal-privado, o bien a los principales mecanismos de transferencia de ingresos públicos que predominan en cada momento histórico. En síntesis, el nivel macro supone la realización de un análisis diacrónico de diversas variables que permita establecer si el comporta­ miento y la articulación entre ellas dan cuenta de la difusión de diversos APA. Las variables consideradas son: a) Intervención económica estatal: entendida como un conjunto de indicadores que evidencian el accionar del Estado en mate­ ria económica en cada momento histórico, permitiendo deter­ minar el alcance de las funciones productivas y regulatorias del Estado, el tipo y orientación de las transferencias de recursos públicos hacia el capital, ei nivel de autonomía y las capacida­ des administrativas y financieras del sector público a la hora de diseñar y poner en marcha estas acciones. b) Acción empresaria: entendida como un conjunto de prácticas que llevan adelante los capitalistas en el ámbito de sus empre­ sas y que son decisivas para el funcionamiento del modelo eco­ nómico (tales como el nivel de producción y de inversión, la contratación de mano de obra, la fijación de precios, etc.) y de acciones orientadas a la articulación con el sector público, es decir aquellas que buscan articular ios intereses de funciona­ rios, burócratas y capitalistas.

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Estado, empresas y empresarios

c) Desempeño de las grandes empresas: procesos de concentra­ ción de una empresa o fracción empresaria dentro de la cúpula (se observa a partir de la evolución en la participación porcen­ tual en la generación de las ventas y/o de las utilidades totales de la muestra) y procesos de internalizadón de ganancias extraordinarias (se observan con un indicador proxy. la evolu­ ción de las rentabilidades sobre venías o sobre patrimonio). Ahora bien, para dar cuenta de la relación entre intervención eco­ nómica estatal acción empresaria y desempeño de las grandes firmas en un nivel más específico, es necesario realizar un abordaje meto­ dológico centrado en el estudio de caso. Sólo a través de un análisis minucioso de alguno de los muchos APA que se desarrollaron en el país, es posible aprehender e! proceso de conformación del ámbito, sus características estructurales, y las diversas prácticas de articulación que se dan entre el sector público y el privado que posibilitan su sos­ tenimiento. Diferentes datos cuali y cuantitativos permiten este nivel de análisis micro. Entre ellos, se destacan: 1. Estructura dei mercado: composición de la oferta y de la demanda (cantidad de empresas que ofertan y cantidad de empresas que demandan), criterios de fijación de precios, pau­ tas de acceso al mercado. 2. Marco reguiatorío de la actividad: tipo de normas que regulan la actividad, estabilidad de las normas, actores que intervienen en su definición. 3. Desempeño económico de las empresas que operan en el m er­ cado considerado a través de evolución de las ventas, utilida­ des, rentabilidades sobre ventas y sobre patrimonio neto. 4. Actores socioeconómicos involucrados en el funcionamiento del APA: sus características, modos de organización y de acción colectiva. 5. Articulaciones púbico-privadas: prácticas de colusión, de pre­ sión corporativa, presión informal (lobby), colonización de reductos de la administración pública, corrupción. ■

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6. Mecanismos de generación de cuasi-rentas de privilegio-, modos mediante los cuales las empresas logran internalizar beneficios extraordinarios vinculados con el accionar del Estado (predos diferenciales, subsidios directos e indirectos, reservas de mer­ cado.. entre otros). Precisamente, en los próximos capítulos se presentan los princi­ pales resultados obtenidos en el proceso de investigación, abordan­ do estas dos dimensiones de análisis para el período 1966-1989.

Capítulo II: La conformación de ámbitos privilegia­ dos de acumulación durante la última etapa de la ISI (1966-1975)44 Más allá de las profundas diferencias en la orientación ideológica, en la constitución de las alianzas sociales y en los mecanismos insti­ tucionales que los convirtieron en tales, los diversos gobiernos que se sucedieron entre 1966 y 1975 mantuvieron un rasgo en común: e! profundo convencimiento de que la intervención económica estatal cumplía un papel estratégico en la conformación de un modo de desa­ rrollo que permitiera superar definitivamente las diversas restricciones que la estrategia sustitutiva había presentado hasta ese entonces. De esta manera, y cada vez con más énfasis, se fueron incrementando los niveles de participación estatal en el funcionamiento de la economía. Dentro de las múltiples formas de intervención registradas durante esa década, se destacan aquellas destinadas a ampliar el campo de acción del denominado complejo económico estatal privado. Efectivamente, los diferentes gobiernos que se sucedieron durante esos años mantuvie­ ron las políticas destinadas a incrementar las funciones estrictamente productivas del aparato estatal a través de dos intervenciones fundamen­ tales: la promoción de ciertas ramas de la industria consideradas estraté­ gicas para el funcionamiento del modelo de acumulación y el impulso a la obra pública para ampliar y mejorar el radio de acción del capital.

44 Una versión resumida de este capítulo se publicó en la revista electrónica HIndustría a comienzos dei año 2008. Al respecto, véase Casteliani (2008a). 59

Ana Castellani

A pesar de esta coincidencia inicial, la principal diferencia entre ias diversas gestiones se centra en la elección del "socio capitalista" que debía privilegiar el Estado medíante sus diversas intervenciones. En efecto, hacia fines de la década del sesenta se produjo un giro en la orientación de la intervención estatal en beneficio del capital nacio­ nal, Dicho cambio se sostenía en la idea de que era fundamental cons­ truir una "burguesía nacional" que pudiera liderar, junto con ei Estado, ei proceso de desarrollo económico, y restringir el accionar del capital extranjero en la estructura económica hasta lograr que se rele­ gue a una posición subordinada con respecto a las restantes fracciones del capital, ya que ia decisión tomada hacia fines de los años cincuen­ ta, de incorporar firmas transnacionaies para resolver ios problemas propios de la estrategia sustitutiva había demostrado a las claras que, lejos de resolverlos, los terminaba agravando (especialmente en lo que concierne a la situación del balance de pagos)45. De esta forma, tanto en los círculos intelectuales locales como entre los funcionarios de diverso origen (políticos y militares), se fue consolidando la idea de reorientar la intervención estatal para favorecer, e incluso crear, empre­ sas nacionales que operaran en las ramas consideradas claves para el desarrollo industrial (Basualdo, 2006; Schvarzer, 1996). Precisamente, en este capítulo se señalan los rasgos centrales de las intervenciones estatales estratégicas destinadas a ampliar las funcio­ nes propias del complejo y se analizan las transformaciones operadas en el interior de la cúpula empresaria a través del análisis compara­ do de la performance alcanzada durante el período por las distintas fracciones que la integran. A su vez, este análisis permite determinar si se produjo o no un proceso de difusión de APA relacionados con 1a ampliación del complejo.

45 Al respecto, consúltese Schvarzer (1996), capítulos 7 y 8.

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Estado, empresas y empresarios

11,1, La expansión de la obra pública: un. mecanismo paia mejorar las condiciones de reprodiicdón de! capitel El impulso a la obra pública fue una de las medidas principales del plan económico implementado durante la gestión de Krieger Vasena. Sin embargo, los diversos planes diseñados durante su paso por el ministerio se mantuvieron, e incluso se ampliaron, a lo largo de las dis­ tintas gestiones gubernamentales que se sucedieron hasta 1975. Por lo tanto, es posible afirmar que la obra pública alcanzó el rango de una intervención estratégica de largo plazo. Uno de los principales argumentos esgrimidos por las autoridades gubernamentales para justificar esta decisión era lograr el progresivo reemplazo dei complejo ferroviario por el complejo automotor en la provisión de servicios de transporte, y para eso era necesario mejorar la transitabilidad de los caminos existentes y construir nuevas rutas. En sus inicios, la intervención se sostuvo mediante un mecanismo de fmanciamiento poco ortodoxo (los ingresos provenientes de las reten­ ciones a las exportaciones agropecuarias) y un conjunto de créditos específicos otorgados por el Banco ínteramericano de Desarrollo (B1D) y otros bancos internacionales. De esta forma, el sector público obtuvo los recursos necesarios para invertir sistemáticamente en la realización de distintos tipos de obras, con la intención de iniciar un círculo virtuo­ so de estabilización-confinaza-inversión-crecimiento, indispensable para lograr la "normalización" económica y para garantizar el éxito del programa de gobierno de la "Revolución Argentina". Como se puede apreciar en el cuadro ÍL1, y a pesar de algunos vaivenes, esta decisión se mantuvo más allá de la salida del gabinete liderado por Krieger Vasena, e incluso fue sostenida durante el tercer gobierno peronista.

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Ana Casteliani

Cuadra 2.1: Consttttcdón total* pábilo, y parada a i mllloaes de $ de 1960, tasas de variación idatira. y idatíóa oateg inversión pública e mreraión total y ente inwmiáa pública y FBI a costo de fktora. Año® 1965-1975 Año Construc- Variación Publica Variación Privada Variación ¡Púb/ JPúb/ dónTotal % % IBíF % PRI 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 : 1973 1974 1975

854 903 980 1141 1380 1470 1460 1500 1436 1620 1486

5,7 8,5 16,4 21,0 5,5

(0-7) 2,7 (4,3) 12,8

(8-3)

286 285 344 425 558 616 634 721 649 710 543

(0,4) 20,7 23,6 31,3 10,4 2,9 13,7 (10,0) 9,4 (23,5)

Sf>8 618 636 716 822 854 825 779 787 910 943

8,8 2,9 12,6 14,8 3,9 (3,4) (5,6)

13,2 12,7 14,7 16,1 17,6 18,5 17,4 18,8

1,0 15,6 3,6

16,9 17,7 14,6

2,5 2,9 3,4 4,1 4,3 4,3 4,8 4,0 4,1 3,2

Fuente: Elaboración propia en base a BCRA, Boletín Estadístico, varios números.

Ahora bien, para conocer los rasgos de esta intervención estatal no alcanza con saber la evolución total del gasto público en construc­ ciones sino establecer el tipo de obra realizada, ya que el sector cons­ trucciones es sumamente heterogéneo y, por ende, son muy distintas las características de ias diversas obras, los objetivos particulares por los que se realizan, ias modalidades de contratación y construcción de las mismas, y los tipos de empresas que operan en los diferentes submercados que conforman el sector46, En términos generales, la evidencia empírica disponible indica que, desde su inicio, las principales obras publicas se orientaron hacia rubros estratégicos tales como los caminos, puentes, represas, diques, viviendas y escuelas, permitiendo mejorar las condiciones de reproducción del capital (infraestructura y capacitación de mano de obra) y la. integración territorial (véase cuadro IÍ.2).

Para un tratamiento detallado de estas cuestiones, consúltese Vitelli (1973), 62

Estado, empresas y empresarios

Cuadra S.2; Tipdk^á de las dbms pábilos lidiadas m as 1367 y 1974. Características generales

Tipo de obra

Organismo convocante

Grandes emprendí' mientes: represas, puentes, túneles, diques, centrales atómicas, etc.

Se publican como decretos Son varios y creados y/o leyes, implican la creación especialmente para lle­ de un ente especial. Ei íinanvar adelante las obras ciamiento proviene, básica­ mente, de la Nación, y en algunos casos, se solicita (mandamiento internacional. Son obras de largo plazo rea­ lizadas por empresas extranje­ ras o con licencias extranjeras

Aperiura, pavimenta­ ción, pavim entación, y arreglos de caminos, y obras concomitantes, tales como rotondas, puentes, accesos, cru­ ces, etc.

Dirección Nacional de Vialidad y en menor medida, Direcciones Provinciales

Unidades de vivienda Banco Hipotecario Nacional

Abarcan todo el territorio nacional. Las convocatorias se incrementan notablemente desde junio de 1968

Se realizan con la intervención de organizaciones interme­ dias, muchas veces, cooperati­ vas o sindicales. Hasta octubre de 1 968, se concentraban, casi en su totalidad, en Sas zonas urbanas de Buenos Aires y en la Capital. Desde octubre de 1968 en adelante, se distribu­ yen por todo el territorio nacional La cantidad se incre­ menta notablemente desde esa fecha, ya que se pone en mar­ cha el Plan Federal de Vivienda.

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Ana Casteliani

Creación, remoddadón y reparación de escuelas, talleres edu­ cativos y centros uni­ versitarios

Consejo Nacional de Educación Técnica y diferentes universidades nacionales

Afectan a diversas universida­ des nacionales, en especial ias del interior. Las convocatorias se realizan para construir cen­ tros, facultades, y otras depen­ dencias universitarias. La mayoría de las obras se des­ tinan a la creación y amplia­ ción de escuelas técnicas distribuidas por todo el país

Fuente: Elaboración propia en base al B oletín Oficia}, años 1967 a 1974.

Evidentemente, hubo una decisión estratégica tomada a nivel nacional para incrementar la realización de obras públicas de distin­ to tipo, dando claras seriales a los agentes económicos privados de ia preocupación gubernamental por mejorar ¡as condiciones de repro­ ducción del capital (caso específico de las obras viales, por ejemplo). Por otra parte, la decisión de poner en marcha esta política implicó que ciertas reparticiones estatales jugaran un rol relevante, teniendo que administrar desde el inicio y hasta su finalización (que en la mayoría de ios casos llevaba varios años) un nivel inusitado de obras. Tal es ei caso de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) y del Banco Hipotecario Nacional (BHN). Ahora bien, el total de las obras proyectadas se pueden clasificar en cuatro grandes rubros. El primero de ellos lo conforman los denomi­ nados grandes emprendimientos; muy importantes, no sólo por su impacto económico, sino además, por cuestiones de estrategia geopo­ lítica. Entre estos emprendimientos de gran envergadura se destacan: 1. la creación de Hidronor, mediante el Decreto 7925/6 7, una cen­ tral hidroeléctrica destinada a construir y explotar obras hidráulicas y eléctricas en la región del Comahue y particular­ mente, las del complejo El Chocón-Cerro Colorado; 2. ia realización de obras de urbanización en la Costanera Norte de Buenos Aires, por el Decreto-Ley 17.344/67;

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Estado, empresas y empresarios 3 . la construcción

del Puente Internacional sobre el río Pilco mayo, en forma conjunta con Paraguay, mediante las Leyes 17.345/67 y 17.346/67; 4 . la ampliación de la red de Subterráneos de la Capital Federal por medio de la Ley 17.510/67; 5. la aprobación del Convenio Puente Paysandú-Colón suscripto con Uruguay el 8 de julio de 1968 y promulgado por Ley 17.953/68, para concretar la ejecución de un puente entre las ciudades de Paysandú (Uruguay) y Colón (Argentina). También se incluyen dentro de este rubro las grandes obras energé­ ticas, distribuidas a lo largo de todo el territorio nacional entre ellas: 1. la ampliación de la Central Térmica en Zapala, provincia de Neuquén; 2. la realización de la Central Hidroeléctrica El Chocón-Cerros Colorados en la región de Comahue, provincia de Neuquén; 3. la construcción de la Presa de Embalse General Belgrano en Cabra Corral, provincia de Salta; 4. la elaboración del proyecto para construir la Central Nuclear de Atucha, en la provincia de Buenos Aires; 5. la construcción de la Represa de Salto Grande, en la provincia de Entre Ríos; 6. la construcción de la Represa de Futaleufu, en la provincia de Chubut47. Con respecto a los restantes rabros especificados en el cuadro ante­ rior, es posible establecer la existencia de momentos precisos en donde las obras públicas programadas tomaron gran impulso. Por ejemplo, y en relación con el segundo rubro, se observa que la obra vial creció a

Según los datos que se desprenden de las entrevistas realizadas a informantes daves y de la bibliografía disponible, la construcción de esta represa estuvo fuer­ temente vinculada con la decisión de instalar en la provincia de Chubut Ja pri­ mera planta productora de aluminio (Aluar) como parte de un eniprendimknto estatal-privado destinado a cubrir las necesidades locales de producción de esíe importante insumo industrial. 65

Ana Casteliani

partir de junio de 1368, en coincidencia con el lanzamiento del Pian Vial Trienal 1968-1970 elaborado en forma conjunta por la DNV y el Consejo Nacional de Desarrollo ÍCQNADE), que se instrumentó mediante la Ley 17.961/6848. Por otra parte, ia construcción de viviendas a cargo del BHN también se incrementó significativamente a partir de octubre de 1968, mando se puso en marcha el Plan Federal de la Vivienda. Estas obras estaban financiadas principalmente con recursos provenientes de préstamos externos, en especial ciel BID, tal como consta en los registros oficiales49. Asimismo, en estas fuentes se constata que las obra? estaban distribui­ das por todo el territorio nacional y que, en la mayor parte de los casos, existía una entidad intermedia, generalmente sindicatos o institutos provinciales de vivienda, que participaban en la gestión de las mismas en forma conjunta con el BHN. Si bien se trata de obras de menor enver­ gadura económica en comparación con las de los otros rubros, cabe des­ tacar la importancia de estas construcciones por los efectos positivos que generan sobre el nivel de empleo y sobre varias ramas de la industria. Finalmente, con respecto a la construcción de obras edilicias en el sector educativa, es necesario diferenciar entre las obras de menores dimensiones y costos (tales como la creación y/o arreglos de escuelas, especialmente técnicas, que se multiplicaron en todo el territorio) de ias grandes obras y remodelaciones realizadas en las universidades nacionales, en incluso de la creación de importantes centros de estu­ dio, como por ejemplo, la Universidad Nacional de Rosario. Las grandes obras viales, energéticas e hidráulicas, son las que más se destacan en el decenio considerado ya que son las que presentan una incidencia mayor sobre el mejoramiento de la infraestructura económica. En este sentido, la ampliación de esta rama del comple­ jo (la construcción pública) cumplió un papel destacado entre la

48 La puesta en marcha de este plan se constata tanto por el incremento regis­ trado en la cantidad de llamados a licitación realizados por Ja DNV y publicados en el B oletín O ficial como por la evolución de la inversión que figura en los Anuarios de esta misma repartición. Por ejemplo, entre los años 1.966 y 1972, ia obra vía! a cargo de esa repartición aumentó en un 166% 49 Véase, por ejemplo, el Boletín Oficial número 6018 del 28 de octubre de 1968.

fifi

Estado, empresas y empresarios

batería de herramientas estratégicas iníplementadas por los sucesivos gobiernos con la intención de superar algunas de las restricciones vigentes en eí modo de acumulación y a su vez permitió dinamizar un mercado que terminó adquiriendo los rasgos propios de un oligopolio no innovador ni transitorio (Castelíani, 2008b).

IL2. Ia ampliación de las fundones dd Estado empresario la promodéa, a las ramas estratégicas de la mdmtxia

y

Para promocionar el desarrollo del sector industrial el Estado orientó sus intervenciones estratégicas en dos direcciones comple­ mentarias. Por un lado, apoyó a las empresas industriales privadas existentes a través de diversos mecanismos de promoción: líneas de financiamiento preferencia! (canalizadas básicamente por el Banco Industrial/ Banco Nacional de Desarrollo), concesiones impositivas (diferimiento de impuestos y/o desgravaciones), y participación directa en el paquete accionario de las firmas a través de la compra de acciones. Por otro lado, fomentó la creación de nuevas empresas industriales (privadas, mixtas o estatales) para que operaran en las ramas consideradas estratégicas por ese entonces. Estas intervencio­ nes, sumadas a ia realización de grandes obras de infraestructura y ai otorgamiento de diversos beneficios tendientes a estimular las expor­ taciones industriales (líneas de créditos, avales, acuerdos comerciales para ampliar mercados de exportación, etc ), constituyeron los pila­ res de la política de fomento a la industria que los diferentes gobier­ nos que se sucedieron entre 1966 y 1975 mantuvieron (aunque con distinto énfasis relativo) para superar las restricciones que se habían generado en la dinámica de acumulación durante los primeros años de la segunda fase de la estrategia sustitutiva50.

Para resallar la continuidad propia del período en esta materia, cabe señalar que: "Aunque el peronismo por razones políticas se niegue como heredero del gobierno militar, no por ello es menos cierto que está inaugurando obras que cons­ tituyen la fructificación de ios esfuewos hechos por aquél en el campo de la infraestnictura: el Chocón y Atucha, los nuevos puentes que unen la Mcsopotamia con e!

67

Ana Casteüani

Entre 1967 y 1969, !a política industriaS estuvo signada por crite­ rios "sildentistas" en consonancia con ios fijados, en general, para toda ia gestión económica51. La idea era priorizar sólo aquellas acti­ vidades complejas que generalmente estaban a cargo de grandes fir­ mas nacionales o extranjeras. De esta forma, la política industrial encarada buscaba incrementar ei grado de concentración en el sector, o al menos en sus ramas más importantes. Los cuerpos legales destinados a regular la promoción industrial se establecieron con posterioridad a ia salida de Krieger Vasena del Ministerio de Economía. En este primer período de la gestión burocrá­ tico autoritaria sólo se promulgó el decreto que establecía la promo­ ción de la industria petroquímica y se creó un fondo para desarrollar la producción de papel prensa y pasta celulósica52. Además, y contradi­ ciendo los mismos lincamientos "eficientistas" que el equipo econó­ mico decía defender, se implemento una Ley de Rehabilitación de Empresas (N° 17.507/67) con el fin de evitar la quiebra de las firmas privadas que se encontraban en serios problemas financieros o directa­ mente en cesación de pagos. Este nuevo régimen de beneficios que el Estado otorgaba al capital privado, tenía como contrapartida un mayor control del Poder Ejecutivo en la gestión de las firmas. La intención era destinar estas ventajas sólo hacia aquellas empresas que fueran consi­ deradas relevantes en términos económicos, sociales o regionales. Ahora bien, a partir de 1970 se produjo un giro en la orientación general de la política económica destinado a ampliar la batería de herramientas de apoyo dirigida a las empresas industriales privadas de capital nacional. Entre 1970 y 1972, se dictaron dos nuevas leyes para promocionar al sector (la Ley 18.587/70 y la Ley 19.904/72) que, aunque no llegaron a reglamentarse, actuaron como marco para la realización de una serie de intervenciones estratégicas que promo­ vieron un cambio importante en la orientación de la gestión estatal,

resto del país y el segundo alto horno de Sumisa, la planta de aluminio de Puerto Madryn (se refiere a Aiuar) y ¡a de papel de Misiones son ejemplos representati­ vos al respecto", Testa (1975), citado en Rougier, 2004a: página 232, nota 102. Al respecto, consúltese Castellani (2006b), capítulo III. 52 yy reSpe(;to véase Ferruca, 1986, 68

Estado, empresas y empresarios

adecentando el papel del Estado en las actividades económicas (tan­ to a través de sus propias empresas como mediante el estímulo blin­ dado a ias dei sector privado). Asimismo, se sancionó la llamada Ley de Compre Nacional (Ley 18.875/70), que obligaba a las empresas y reparticiones estatales a abastecerse prioritariamente con la produc­ ción generada localmente por firmas de capital nacional, siempre y cuando existiera oferta disponible. Ai mismo tiempo, el Estarlo otor­ gaba líneas de crédito a tasas preferenciaies a ias firmas privadas para financiar la producción contratada por el sector publico. La intención de este nuevo cuerpo legislativo era la de "facilitar la

expansión y fortalecer la posición competitiva, délas empresas decapi­ ta} nacional privadas y públicas, reconociendo que la fuente principal del capital es el ahorro generado internamente [...] (ya la vez) fom en­ tar y posibilitar el acceso a la mayor cantidad de las empresas nacio­ nales a las industrias de base" (Ley 18.857/70, citada en Schvarzer, 1987: 44). En es Le sentido, la orientación de ia intervención estatal se fue Yornando cada vez más favorable a la transferencia de recursos públicos hacia el capital concentrado de origen nacional. Esta intención general de la norma legal se tradujo en disposiciones concretas que beneficiaban sobre todo a las firmas industriales nacio­ nales53. De esta forma, a los tradicionales mecanismos de promoción tales como las exenciones y diferí mi en tos impositivos, los créditos a tasas subsidiadas y la protección de ios mercados, se sumaron otros como ia creación de ios denominados "polos de desarrollo" (en reem­ plazo de Sa promoción regional), la fuerte promoción estatal a nuevos proyectos encarados por el sector privado en las ramas industriales estra­ tégicas y la participación estatal en el capiLal de ias empresas privadas. Con la llegada del peronismo al poder, estos lineamientos gene­ rales de la política industrial se mantuvieron y se reforzaron con nue­

Es interesante scñalax que algunas empresas privadas de capitai extranjero pudieron acogerse a los beneficios de esta legislación debido a que ei Estado las consideraba nacionales. Tal es eí caso, por ejemplo, de las firmas pertenecientes al conglomerado extranjero Techint, que fueron beneficiadas con distintas dis­ posiciones de promoción, pudieron acceder a créditos preferenciaies destinados a las empresas nacionales y operaron como privilegiadas contratistas y/o prove­ edoras estatales al amparo de ia Ley de Compre Nacional. 69

Ana Casteilani

vas disposiciones comprendidas en el Plan Trienal. Se siguieron promocionando los proyectos encarados en el período anterior y se acre­ centaron los incentivos a las exportaciones industriales, pero en esta oportunidad el Estado se reservó explícitamente un papel prioritario en la organización del proceso económico. Esta decisión se vio con claridad en el cuerpo de la nueva ley de Promoción Industria!, !a 20.560/73, y en los diversos decretos de promoción sectorial encua­ drados en el Plan Trienal54. A nivel regional, se propició la descentralización geográfica de la pro­ ducción industrial promocionada, llegándose a prever la posibilidad de que, más allá de los beneficios existentes, el Estado aportara el tota! de la inversión en activos fijos necesaria para instalar las nuevas firmas55. Finalmente, se impusieron severos controles a las inversiones extranjeras en el sector industrial (Ley 20.557/73) impidiendo, por ejemplo, que los capitales foráneos adquirieran más del 50% del capi­ tal accionario de una firma de origen nacional. Además, cualquier nueva radicación debía ser aprobada por ei Poder Ejecutivo o el Congreso. Estas reglamentaciones, junto con el incierto y hostil pano­ rama político del momento, llevaron a que bajaran drásticamente los niveles de inversión extranjera directa en 1974, y que fueran casi nulos en 1975. De esta forma, hacia mediados de los años setenta el proce­ so de "nacionalización" progresiva de la producción argentina se esta­ ba logrando gracias a una fuerte intervención estatal. En ese sentido, se destacan dos mecanismos de intervención tendientes a promorionar la actividad industrial: la ampliación de las funciones empresarias del Estado y el financiamiento subsidiado a las empresas nacionales.

Por ejemplo, entre las nuevas disposiciones se establecía que ei Estado era el único que podía producir ciertas materias primas básicas en el sector peüoquímico y que tenía asignada una participación mayoritaria en los productos de segunda generación, dejándole al capital privado ia producción dei resto de los bienes de la cadena. ^ En este sentido, y como se verá más adelante, el Banco Nacional de Desarrollo actuó como uno de los principales agentes de inversión pública del período. 70

Estado, empresas y empresarios

3,2,1. Et ‘"Bsfódo empmmio*; p®oá¡oá¿m áeím Upólas dedemsmIh"y h pmpieáad és fes

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La idea de instalar los "polos de desarrollo" se difundió con fuerza hacia fines de 1963 con ia llegada de Dagnino Pastore al Ministerio de Economía. Ai comienzo, despertó ciertas inquietudes entre ios empre­ sarios debido a la posibilidad de que el Estado, la ampliación de sus funciones como productor de bienes estratégicos, se convirtiera en un competidor difícil de superar. Foco a poco estos temores se fueron desvaneciendo, sobre todo cuando se comenzó a vislumbrar que las acciones de apoyo a las firmas privadas seguían siendo contundentes y cuando quedó claro que la instalación de Jas nuevas empresas pro­ gramadas por el sector público habilitaba la participación privada en el paquete accionario de las mismas. Además, ios proyectos encarados contemplaban un tipo de inserción mercantil que no implicaba una relación competitiva entre las nuevas firmas y las existentes, ni hacia arriba ni hacia abajo de la cadena de producción, garantizando así la pervivencia de las posiciones monopóikas existentes en cada uno de los mercados involucrados56. Durante los años de Onganía, los principales funcionarios del área económica consideraban que la idea de armar los "polos de desarrollo" permitiría "concentrar la aplicación de los medios dispo­

nibles en pocos lugares seleccionados que por su localización y dota­ ción de infraestructura, tanto física como económica y social fuesen

36 En este sentido, Rougiery Fiszbein (2 006) señalan que hacia comienzos de loa años setenta, las más importantes corporaciones industriales y sindicales coincidían en considerar que "[...¡ la inversión pública debía llenar la insufi­ ciencia de la empresa privada para alimentar ei crecí miento. En ei marco de fuer­ te proceso de desnacionalización de la esüucttira productiva operado durante la década del sesenta, ia expansión del capital estatal era vista como única alterna­ tiva a la expansión riel capital extranjero. La ampliación de la inversión pública impulsada por la CGE y ia CCX recibió el apoyo de la UfA cuando quedó claro que ia tónica era fomentar la formación de empresas privadas con apoyo estatal. El sector privado tenía en claro que este apoyo era funcional a sus intereses por su propia debilidad y en muchos casos supo aprovechar la disponibilidad de fondos públicos como fuentes de cuasi-rentas y ganancias extraordinarias", pági­ na 141, subrayado propio. 71

Ana C astelíani

grandes centros potenciales de crecimiento económico" (Rougier, 2004a; 106), En esos años se concibieron grandes proyectos indus­ triales en el sector siderúrgico, celulósico y petroquímico que iban a concretarse poco después, bajo otra gestión gubernamental. En efecto, durante el peronismo estos proyectos se mantuvieron, e incluso varios de ellos entraron en funcionamiento, como en el caso de la Petroquímica General MosconL Sin embargo, los graves proble­ mas financieros derivados de la progresiva erosión de los recursos fis­ cales, impidió concretarlos en ¡os plazos originariamente previstos. Para tomar una idea del alcance que tuvo esta nueva intervención estratégica, basta señalar que entre 1967 y 1975 el Estado impulsó la creación de 15 emprendimientos industriales que requerían una fuer­ te inversión en activos fijos, todos ubicados en las ramas de la indus­ tria consideradas claves para el desarrollo nacional (siderurgia, celulosa, petroquímica). Del total de empresas creadas con el apoyo estatal, más de la mitad eran firmas de capital privado nacional per­ tenecientes a los grupos más importantes del país, y en menor medi­ da, mixtas, estatales o privadas extranjeras (cuadro II.3.}. Cuadro H.3.: Em picas matas y privadas creadas entre 1967 y 1975 con fiicfte apo­ yo estatal: Empresa

Rama Industria

Propiedad del Capital

Empresa/Grupo Económico

Aluminio

Siderurgia

Privado Nacional

FATE

Siderurgia

Privado Extranjero TECHINT (aunque considera­ do nacional por la legislación vigente)

Argentino SA (Aluar) Propulsora Siderúrgica SA

72

Estado, empresas y empresarios Siderurgia

Estatal (ei proyecto No corresponde de instalación no llegó a concretarse)

Alto Paraná SA

Celulosa y papel

Privada Nacional

Celulosa Argentina

Celulosa Puerto

Celulosa y papel

Privada Nacional

Agea-ClarinMagnetto

Papel del Tucumán SA

Celulosa y papel

Privada Nacional

Bridas

Papel Prensa SA

Celulosa y papel

Privada Nacional

Agea - ClarínMagnetto

Papel Misionero SA

Celulosa y papel

Privada Nacional

No corresponde

Alcalis de la Patagón ia (Alpat)

Química

Mixta (estatal/ privado)

Por eí sector privado: CIAD ASA

Petroquímica Bahía Blanca

Petroquímica

Mixta (estatal/pri­ vado)

Por el sector priva­ do: Celulosa y Garovaglio Y Zorraquin

Ipako SA

Petroquímica

Privada Nacional

Garovaglio Y Zorraquin

Indupa

Petroquímica

Privada Extranjera

No corresponde

Petroquímica Río Tercero

Petroquímica

Mixta (estatal/pri­ vada)

No corresponde

Siderúrgica

Integrada (SIDÍNSA)

Piray

Petroquímica Petroquímica General Mosconi

Estatal (Asociación No corresponde entre YPF y DGFM)

Hipasam

Estatal

Minería

No corresponde

Fuente: Elaboración propia en base a Rougier (2004a) y Schvarzer (1996).

Ana C asteliani

Sin lugar a dudas, entre todos los proyectos encarados durante esos años se destaca la creación de un polo petroquímico en la ciu­ dad de Bahía Blanca. En efecto, ya sea por considerar ia magnitud económica del proyecto como por la complejidad operativa del mis­ mo, este caso puede pensarse como un ejemplo del "tipo ideal" de emprendimiento fuertemente promocionado por el accionar estatal para integrar cadenas de valor y desarrollar zonas geográficas econó­ micamente postergadas57. La composición del polo muestra a las claras el fuerte grado de articulación de capitales de diverso origen previsto para la concreción de este tipo de proyectos. El 51% del paquete accionario quedaba en manos del Estado, distribuido en partes iguales entre Gas del Estado, YPF y Fabricaciones Militares. El 49% restante quedaba en manos pri­ vadas: 21,23% para ípako, 10,62% para Electro el or, y el resto para Iton & Cía Argentina (9%), Indupa (5,5%), CIDASA (1,6%) e Isaura (1%). El derrotero del proyecto estuvo plagado de contramarchas e irregularidades que implicaron un importante aumento en valores constantes del costo de instalación previsto originariamente, un fuer­ te atraso en su puesta en marcha (recién lo hizo en 1982 y se conclu­ yó en 1988), y una modificación en su lógica de operación integrada que terminó ocasionando graves problemas de abastecimiento y pro­ ducción en ciertos insumos como consecuencia de ios atrasos relati­ vos en la puesta en marcha de las firmas satélites El ejemplo de PBB permite establecer que, más allá de la existencia de problemas en las finanzas públicas que llevaron a la modificación

Retomando la descripción de Schvarzer (1999): "Este complejo abarca una serie de plantas de procesos, ligadas entre sí aunque de diferente propiedad, que se interrelacionan por contratos específicos. Ei sistema comienza con ei arribo del gas a una planta procesadora (propiedad de Gas del Estado) que separa el etano que entrega a PBB, empresa madre de propiedad estatal mayoritaria que pro ­ duce el etileno que, a su vez, es procesado por varias empresas satélites (con mayoría privada en ei capital). El sector público decidió instalarlo en Bahía Blanca porque allí pasaba el gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires y estaba el puerto, y estableció el objetivo y las dimensiones de cada planta del complejo a las que ofreció subsidios, créditos, avales y otros apoyos de rigor", páginas .276 y 277. 74

Estado, empresas y empresarios

permanente de los criterios originales en la asignación de la inversión, las políticas destinadas a la "creación de empresas" estuvo signada por diversos factores que contribuyeron a deteriorar la calidad de la inter­ vención estatal. Entre ellos se destaca el carácter cuasi secreto de las tramitaciones relacionadas con cada proyecto, las sucesivas postergaciones y correcciones de los plazos originales de obra, las constantes pujas de intereses desatadas entre los diferentes actores involucrados en su reali­ zación, y la intervención recurrente de las altas esferas gubernamentales a la hora de dirimir los conflictos desatados58. Otro de los casos destacados durante el periodo en cuestión, se dio en el sector siderúrgico como consecuencia de los conflictos de intereses desatados entre las firmas privadas líderes del sector (perte­ necientes a los grupos Acindar y Techint) y la empresa pública con control monopólico en el abastecimiento del acero para el mercado interno (Somisa). Las principales controversias giraron en torno a la aprobación de los distintos proyectos presentados para ampliar e integrar la oferta local de estos insumos59. En la resolución de estos conflictos tuvo una preponderante participación ia tecnoburocrada militar a cargo de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM)60. En efecto, durante la década de los sesenta el sector siderúrgico se consolidó a partir de una fuerte intervención del Estado. Esta primera etapa, caracterizada por un acentuado predominio de las firmas esta­

58 Un análisis exhaustivo del caso se encuentra en Azpiazu y Basualdo (1990) y Schvarzer (1996). 59 Para una presentación detallada de ios conflictos en torno de la implementación de los diversos proyectos en el sector siderúrgico, consúltese Schvarzer (1 9 7 8 y l9 9 6 , capítulos 7 y 8) y Rougier (2004a, capítulo VIII). Fabricaciones Militares era una de las mayores empresas del país e institución rectora en el sector siderúrgico y petroquímico. Creó a Somisa y a numerosas empresas mixtas en sociedad con el capital privado. Los directores y funcionarios de este grupo de empresas formaban una verdadera clase gerencial diferenciada de la del sector privado por sus modos de reclutamiento y los intereses específi­ cos de las empresas que tenían a su cargo. Este grupo disponía de un importan­ te poder de veto, una considerable capacidad de promoción indirecta y una fuerte capacidad de acción directa. Al respecto, véase Schvarzer (1978).

Ana C astellani

tales, sufrió una profunda transformación cuando, con la difusión de las nuevas tecnologías de reducción directa del mineral de hierro, las firmas privadas aspiraron a concretar su integración vertical, trasla­ dando hacia ese sector el eje dinámico de la producción siderúrgica. Este proceso de expansión de las firmas privadas se sustentó prin­ cipalmente en los mecanismos de promoción estatal previstos para la rama, derivados de los objetivos y disposiciones del régimen de pro­ moción industrial y sus principales disposiciones (véase cuadro 11.4.) De esta forma, iras la fuerte intervención estatal, se establecieron varias "reservas de mercado" que favorecieron a unas pocas empresas privadas que a partir de entonces se expandieron considerablemente: Siderca se quedó con la operación exclusiva del submercado de los caños de acero sin costura, cuyo principal diente interno era la petro­ lera estatal YPF; Propulsora Siderúrgica (otra firma del grupo Techint, que se había puesto en marcha en 1369 al amparo de la promoción industrial) se reservó una cuota importante en la fabricación de pro­ ductos planos (chapas laminadas en frío) compitiendo con la acería estatal, que a su vez la proveía de insumos básicos a precios preferenciales61; y por último, Adndar, mantuvo el control sobre la mayo­ ría de los mercados de productos no planos, donde sus competidores eran empresas pequeñas, semiintegradas o simples laminadores, que a la larga, terminaron siendo absorbidas por aquélla.

61 Los conflictos por los precios diferenciales pagados por Somisa a Propulsora Siderúrgica en la venta de chapa laminada en caliente se extendieron hasta fines de la década de! ochenta. La firma privada adquirió durante más de quince años este insumo clave a precios menores a los vigentes en el mercado (tanto interno como externo} amparándose en las ventajas promocionales derivadas del proyecto original, que le permitían, o bien importar este tipo de chapa sin pagar impues­ tos, o bien comprársela a Somisa a un precio menor que el vigente en el mercado para el resto de las firmas, con carácter transitorio, sólo hasta que Propulsora com­ pletara su proyecto de integración vertical. Sin embargo, y a pesar de que este obje­ tivo quedó descartado con las sucesivas modificaciones sufridas por el proyecto original a lo largo de todos estos años, los beneficios se mantuvieron intactos, per­ mitiéndole a Propulsora la ínternalización de cuasi-rentas de privilegio. Para una presentación detallada de la cuestión, véase Azpiazu y Basualdo (1990). 76

Estado, empresas y empresarios

Cuadro I A :

ObJetiTOS e iacaatíros promodonaia pasa el sector sidefüs^«» « ta ­ bléesete» mtte 1967 y 1975 Objetivos

incentivos promocionales

1 .Alcanzar el autoabastecimien-

1, Participación del Estado en el capital de las empresas, a requerimiento de las mismas.

to de productos semielabora-

2. Concesión de líneas especiales de créditos, dos y elaborados. 2 .Crear una capacidad de pro­ avales y garantías. ducción superior a la deman­ 3,Diferirrsiento del pago (por 10 años, sin da interna. 3.Conservar el poder de deci­ sión nacional en el sector.

interés) de diversos impuestos (a las ganan­ cias, al capital, ai patrimonio neto). 4.

Deducción de las sumas invertidas por los inversores privados en el monto imponi­ ble del impuesto a las ganancias.

Fuente: Elaboración propia en base a Schvarzer (1978).

Finalmente, queda mencionar uno de los casos más elocuentes de promoción estatal: el de la planta de aluminio Aluar. En efecto, la lici­ tación para la construcción de la misma se abrió hacia mediados de 1970. Se presentaron Aluar (constituida en 1369 con participación mayoritaria de FATE, empresa en la que Gelbard estaba asociado con Madanes) y otras dos firmas (Kaiser Aluminio, de capital extranjero, y Pralsa, asociación privada entre capitales nacionales y foráneos). Aluar ganó la licitación a comienzos de 1373, unos días después de la asunción de Lanusse, con quien Gelbard tenía vínculos políticos. El contrato firmado con el Estado garantizaba una tasa de beneficio para Aluar cercana al 67% del capital invertido y además, la eximía de cumplir con las disposiciones establecidas en la Ley de Compre Nacional, permitiéndole así importar alúmina y contratar a una empresa extranjera para la construcción de la planta. Además se otor­ garon exenciones impositivas y créditos "blandos" a través del BANA­ DE que implicaron un gasto para el fisco del orden de los 400 millones de dólares, mientras que FATE aportaba al proyecto sólo 10 millones. No obstante todas estas ventajas, el Estado estuvo a cargo de la realización de las obras de infraestructura necesarias para garan­

Ana Castelíani

tizar el adecuado funcionamiento de la nueva planta: la construcción de la central Futaleufu, la línea de alta tensión hasta Puerto Madryn, la construcción del puerto y de las rutas de acceso al lugar62. En 1974, salieron a la luz los escándalos vinculados con la existencia de prácticas de corrupción en el proceso de adjudicación del proyecto, a punto tal que se originó una investigación parlamentaria y una poste­ rior investigación judicial. El dictamen de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, conocido a comienzos de 1975, esta­ blecía la existencia de irregularidades que permitían la conformación de privilegios a favor de los empresarios involucrados y a expensas del Estado (aunque no se pudo establecer fehacientemente la participación de Gelbard en dichas irregularidades)63. Ahora bien, además de los mecanismos promocionales el Estado recurrió a otros dispositivos que le permitieron incrementar sus "fun­ ciones empresarias", entre los cuales se destaca la participación directa en la conformación de los paquetes accionarios de las firmas privadas. Para el sector público, esta decisión se basaba en tres razones centra­ les: "capitalizar las empresas y mantener su dominio en propiedad de

residentes argentinos, impulsar el desarrollo de ciertas actividades con­ sideradas claves y evitar un potencial conflicto social" (Rougier, 2004a: 268). Desde el lado de las empresas privadas, la decisión de "ceder" una parte del paquete accionario al Estado obedecía a una razón contun­ dente: obtener recursos con cierta facilidad sin necesidad de ceder parte del control de la firma64. ® Para una detallada presentación de caso consúltese Solari Yngoyen (1977). Para una síntesis más amplia del mismo, Rougier y Fiszbein (2006), páginas 199 y 200. 6^ Según la interpretación que Rougier y Fiszbein (2006) elaboraron reciente­ mente sobre el caso, El negocio de la planta de aluminio generaba fuertes pujas en las Fuerzas Armadas; Levingston había hecho lobby a favor de Kaiser, y Aluar sólo tenía apoyo entre los brigadieres, mientras que las otras armas des­ preciaban a Gelbard. De la bonificación de 4 millones de dólares que Gelbard había recibido de la italiana Italimpianti (por la asociación técnica en la concre­ ción del proyecto), había distribuido una comisión de 2 millones entre los bri­ gadieres y funcionarios de Defensa", página 199. Según la evaluación de Rougier (2004a) "La 'masiva' intervención del Estado en el capital de empresas privadas pareció ser angustiosamente necesaria a los fines de la supervivencia del sector, tanto desde el punto de vista económico financiero como de su control. La intromisión se debió, en nuestra opinión, más a ia incapacidad de los empresarios para mantener ei control de sus empresas y 78

Estado, empresas y empresarios

Esta política de participación estatal en el capital accionario de las empresas privadas llevó a que varias de las firmas más grandes del país encontraran en el Estado a un "socio salvador" que les permitie­ ra superar transitoriamente los acuciantes problemas financieros en los que se encontraban, sin que eso se tradujera, necesariamente, en un incremento de la injerencia de! sector público en las cuestiones operativas de la compañía. Tal como se desprende del listado presen­ tado en el cuadro 11.5 la participación accionaria estatal hacia fines del período en cuestión era considerable en muchas de las empresas industriales más importantes del país.

Cuadra H.5.: Grandes empresas m d a tó slo que registran participación «total, saiooifcada en d paquete aodomri® hada 1974/1975 (% de paxticipadón lector «Seactividad en que operan).

y

Empresas

Schcolnik Odol Massuh ¡palto Noel Cuareta Volcán Bagiey Federal Perkins Argentina Adndar Santa Rosa Electroclor Cía. Naviera Perez Companc Tamet Aaíarsa Gánale Colorín

Sector de actividad

Papel Química Celulosa y papel Petroquímica Alimentos y bebidas Metalúrgica Alimentos y bebidas Química Automotores Siderurgia Siderurgia Petroquímica Petróleo Siderurgia Petroquímica Alimentos y bebidas Química

% participación accionaria estatal 30,7 29,4 26,1 22,7 21,3 21,1 19,7 19,7 19,4 18,9 18,8 18,5 18,0 17,3 15,7 15,2 15,2

Fuente: Elaboración propia en base a Rougíer (2004a), página 270, y Mercado, número especial, años 1975 y 1976. operar con eficiencia y a su gran capacidad para obtener subsidios estatales, que a una decisión política de ios gobiernos {...} hecho que se verifica eh los sucesi­ vos intentos de desprenderse de las acciones de las firmas privadas", página 269. 73

Ana Castelíani

Pero sin lugar a dudas, el mecanismo de promoción más difundi­ do durante estos años fue el de! financiamiento preferencial a través de las líneas de crédito otorgadas por la banca oficial Los avatares propios de este tipo de intervención requieren un análisis más minucioso, t.al como se presenta en el próximo apartado. 2L2-2 M m nchm im to ptifUqghdo psm la mdwtm.: el acdooar dd B m m ¡ndmtdal/Banco Nadonal de DmmmMo El accionar del Banco Industrial (BIRA) entre 1967 y 1969 y del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) entre 1970 y 1975, permi­ te distinguir tres grandes etapas en el proceso de financiamiento ofi­ cial a la actividad industrial: a) la gestión “eficien lista" del primer período de la "Revolución Argentina" (1967-1969), en donde se favo­ reció a las empresas privadas existentes tanto para la ampliación de los activos fijos como para la financiación de las operaciones de provisión de bienes y servicios a ias reparticiones estatales; b) la gestión "nacio­ nalista" (1970-1972), en donde el financiamiento se volcó hacia las empresas privadas nacionales y, en menor medida, hada las estatales, y c) la gestión durante el tercer gobierno peronista (1973-1975) en donde, más allá de ias intenciones declaradas por sus autoridades, el banco fue orientando cada vez más su accionar en apoyo de las gran­ des firmas para resolver problemas de coyuntura operativa más que para ampliar la dotación de capital fijo de las mismas65. Durante la gestión de Krieger Vasena se privilegió el financiamiento. a empresas privadas, ya que la proporción de los créditos y garantías otorgados por el banco en ese lapso se destinaron exclusivamente a este tipo de firmas. Además, si se Loma en cuenta la inserción sectorial de las empresas beneficiadas, se corroboran los lincamientos centrales esbo­ zados en la legislación vigente relativa a la promoción industrial, en tanto se privilegió el estímulo a las ramas consideradas estratégicas. En ese sentido, Rougier afirma que la intención de ia entidad era que “los

55 Para un análisis pormenorizado de cada una de estas etapas es imprescindi­ ble consultar ja obra de Rougier (2004a); hasta eí momento, el trabajo más com­ pleto y riguroso sobre el funcionamiento de esta entidad bancada. 80

Estado, empresas y empresarios

préstamos se destinaran esencialmente a fomentarla construcción de edificios e instalaciones y la adquisición de máquinas, equipos y otros elementos de activo fijo, nuevo y de origen nacional. Esta ayuda finan­ ciera posibilitaría ampliar la producción y beneficiaría a los sectores locales dedicados a la fabricación de bienes de capital [...]" (2004: 118). Con la implementación de estas líneas de créditos, las autorida­ des pensaban promover, entre otras cosas, la ampliación de mercados, ciertas mejoras tecnológicas, y la generación de economías de escala que optimizaran los costos de producción de las empresas. El BIRA, en común acuerdo con el CONADE y la Secretaría de Industria establecieron una serie de actividades consideradas priori­ tarias para Ja promoción industrial, a fin de orientar la asignación de los créditos (por ejemplo, la petroquímica, el papel, la celulosa, las construcciones y reparaciones de material ferroviario, la construc­ ción de plantas, fabricación de maquinarias vial, etc.)66. Siguiendo esos lineamientos una importante proporción de Jos créditos

fue concedida a mediano y largo plazo con el fin de financiar inver­ siones fijas de las empresas. También se hizo amplio uso de los ava­ les y líneas de crédito del exterior, que facilitaban la incorporación de máquinas importadas para los planes de instalación, ampliación o reequipamiento" ( Rougier, 2004a: 141). Para que las firmas pudieran acceder a estas líneas de financiamiento preferencial, debían cumplir con una serie de requisitos: 1. contar con buenos antecedentes, capacidad administrativa, técnica, económica, y financiera acorde con el apoyo crediticio solicitado; 2. producir bienes destinados al abastecimiento adecuado del mercado interno (en cuanto a costos, cantidad y calidad) o directamente con destino al mercado externo; 3. no presentar problemas de energía, mano de obra o materias primas, salvo que se los pensara resolver con esos fondos; 4. participar con fondos propios en la realización de los proyectos presentados (aunque no se establecía un monto mínimo de antemano); y 66 Para una lista completa de ¡as actividades promocionadas, véase: Rougier, 2004a 118. 81

Ana Casteliani

5. tener una adecuada política de distribución de utilidades en efectivo entre los socios que permitiera garantizar, a Ja vez, la devolución de los préstamos en el plazo acordado y la capita­ lización de la empresa. Ahora bien, a pesar de que la normativa vigente y los lincamientos generales de la política crediticia del banco establecían ía necesidad de privilegiar el financiamiento a largo plazo de operaciones destinadas a la ampliación de activos fijos, la entidad terminó desestimando estas prescripciones teóricas y otorgó numerosas líneas de crédito a las empresas proveedoras del Estado a los efectos de financiar sus opera­ ciones de provisión de bienes y servicios al sector público. En un con­ texto en donde ía orientación de la política económica le asignaba un papel preponderante al aparato estatal en el proceso de desarrollo, estas demandas se incrementaron notablemente (el impulso a la obra pública analizado en el primer apartado del capítulo es un ejemplo en esta dirección) y las empresas recurrieron al mismo Estado para finandarlas generando una "desviación" en ia orientación de los fondos disponibles en la entidad bancada o fic ia l7 . En efecto, a pesar de que las normativas del BIRA aconsejaban que fuera la banca comercial la que financiara este tipo de operaciones des­ tinadas a ía provisión de bienes y servicios para eí Estado por parte de las firmas privadas, la entidad terminó desestimando estas prescripcio­ nes y favoreció las demandas crediticias de las empresas. Como ejem­ plo baste señalar que una délas líneas de redescuento otorgadas por el Banco Central, por unos 25 millones de pesos- corrientes de 1968, se utilizaron para otorgar créditos a Cometarsa y Siam, con el objeto de

^ Con respecto a este tema, las palabras de Rougier (2004a) son elocuentes: "Los grandes proyectos encarados por el Estado durante estos años implicaron una creciente demanda de insumos y maquinarias que, en parte, fue aportado por las empresas radicadas en el país. El crédito brindado por ei Banco Industria! a estas empresas fue el instrumento dave que completaba y consolidaba la pro­ visión de materiales y servicios al Estado, Por momentos, la institución sesgó tan­ to su actuación hasta este tipo de operaciones que pareció especializada en ellas más que dedicadas al amplio campo crediticio que emanaba de su denomina­ ción social", página 141, subrayado propio. 82

Estado, empresas y empresarios

financiar ia construcción de vagones de carga para Ferrocarriles Argentinos; a Dálmine-Siderca, para proveer cañerías a YPF; y a Fiat, para proveer coches de pasajeros a Ferrocarriles. Con las empresas cons­ tructoras de obras publicas pasó algo similar, con carácter excepcional el BIRA terminó financiando con créditos de corto plazo a las firmas para que descontaran los certificados de obras y pudieran adelantar el cobro de los trabajos realizados para el sector público. A pesar de que no era ése el objetivo de la entidad, las empresas presionaron constan­ temente para obtener estos beneficios. De hecho, el presidente del BJRA de ése entonces, Rodolfo Martelli, lo expresa con suma claridad en una carta dirigida al presidente del Banco Central: " [... jse ha tratado de denegar los nuevos requerimientos cre­ diticios hechos por las empresas constructoras vinculadas en su mayoría desde hace mucho tiem po y de orientarlas hada ias entidades comerciales (...] pero a pesar de ese asesoramiento [...] se advierte una permanente insistencia en obte­ ner ¡a financiación por medio de esta institución" (Carta del presidente del BIRA al presidente del BCRA, 2 7 de septiem­ bre de 1968, en Anuarios de Banco Nacional de Desarrollo, LC, 20, t.II, 1968, citado en Rougier, 2004a: 14 2 ).

M atnón cmMtícmxdbnsóla mmolidadón déla jpBtm ammalsts' gue se amfbnmtm m aqudlm años y quepemitís impulsar Jas activida­ des de algunosp o tm ffu p as empzemMes. Ejemplo claro de ellos es el régimen de préstamos para financiar ¡as ventas a plazo de bienes de producción nacional a organismos oficiales que se mantuvo hasta mediados de 1368". (Rougier, 2004a: 141 y 142, subrayado propio.) 68 Tomando en cuenta estos datos, es posible afirmar que

En la misma línea de interpretación se orienta el análisis que realiza Basualdo (2006), en tanto afirma que "Durante esos años, el Estado fue uno de los susten­ tos fundamentales para el fortalecimiento de las empresas oligopólicas industria­ les a través de múltiples mecanismos redistributivos (sobreprecios en las compras estatales, líneas de crédito a tasas de interés negativa, regímenes de promoción industrial, subvahiacion de los insumos industriales producidos por las empresas del Estado, excepciones arancelarias para sus insumos, etcétera), páginas 76 y 77. 83

Ana Castelíani

Para entender este particular comportamiento de ia entidad ban~ caria es necesario adentrarse en cuestiones relacionadas con la cali­ dad de la intervención estatal. La "gestión liberal efidentista" marcó un hito en cuanto a la incorporación de miembros del empresariado en la función pública69. La dirección del BIRA no estuvo exenta de este fenómeno. Durante toda la "Revolución Argentina", pero espe­ cialmente entre 1967 y 1969, la mayoría de los cargos directivos de la entidad fueron ocupados por hombres de negocios (especialmente, en los puestos más altos, tal como se puede apreciar en el cuadro II.6). El resto de los integrantes eran, o bien militares a cargo de la dirección de algunas empresas públicas industriales (en particular de la DGFM) o expertos en diversas áreas relevantes para la gestión de la entidad (abogados, economistas, contadores, ingenieros, etcétera). Este fenómeno de ampliación de los funcionarios-empresarios debilitó considerablemente los niveles de autonomía relativa de la entidad y erosionó la coherencia administrativa del conjunto de ía gestión económica relativa al sector industrial70. En efecto, el direc­ torio se convirtió en un órgano demasiado propenso a atender las demandas empresariales, incluso aunque esta atención implicara el abandono transitorio de las principales líneas de acción propuestas por otros niveles de decisión más elevados dentro del aparato estatal. La explicación de este proceso reside en la contradicción existente entre la particular conformación del directorio y la inserción de la institución en el marco de acción derivado de ía orientación de la ges­ tión económica general de entonces71.

69 Para una presentación detallada de este proceso, véase Castelíani (2006b), capítulo III. 70 De hecho, algunas de las empresas a las que pertenecían los funcionariosempresarios del directorio de ia entidad, se encuentran entre las que recibieron los mayores créditos durante esos años, como es el caso de la Cía. Naviera Perez Companc y La Cantábrica. 71 En este sentido, Rougier (2004a) concluye que " {...j puede pensarse que la burocracia intermedia (particularmente la gerencia, de mayor estabilidad) definía políticas acorde con !o lincamientos teóricos y técnicos que cobraban fuerza por esos años. Por su parte el directorio, que debía refrendar esas políticas, se debatía entre ios intereses empresariales específicos -industriales y militares- presentes en 84

Estado, empresas y empresarios

Cuadro U.6. Empresarios que ocuparon caicos directivos en el BISA/BAMADB entre 1967 y 1975 Empresas

Empresarios

Función

Período

Emilio Van Peborg

Rigolleau

Presidente

1967-1968

Alberto Nougues

Mougués

Vicepresidente 2o

1967

Carlos Otto Franke

Alejandro Llauró

Director

1967-1968

Enrique Stegmann

Anglo Argentina

Director

1967-1968

Rodolfo Martelli

Ducilo

Presidente

1968

Vicepresidente 1°

1968

Director

1968

Presidente

1969-1970-1971

Vicepresidente 1°

1969

Director

1969 -1970

Luis María

Arriazu

Garrasino

Moure y Garrasino

Carlos Perez

Cía. Naviera Perez

Companc

Companc

Alejandro

Bridas

Bulgheroni Enrique Patrón

San Martín del

Costas

Tabacal

Jorge de Carli

Vialco

Vicepresidente

1971

Horacio Paolini

Paolini

Vicepresidente

1974-1975

Luis Montemuri

La Cantábrica

Director

1973-1974

Florencio Casale

Fabril Casale

Director

1974-1975

Fuente: Elaboración propia en base a Rougier (2004a), segunda parte.

su seno y la necesidad de adoptar Jos lincamientos que la política dé coyuntura dei gobierno nacional dictaba como necesarios. Como consecuencia la escasez de autonomía institucional destacaba en todos los casos", página 144.

Ana Casteliani

Ahora bien, a partir de 1970 se produjo un giro importante en la política de la entidad, en consonancia con el cambio hacia una orienta­ ción más nacionalista en la gestión económica del gobierno. Desde entonces, el BIRA (ahora convertido en Banco de Desarrollo por la Ley 18.899/70) comenzó a destinar una fuerte proporción del total de sus líneas de crédito a las empresas y reparticiones estatales, muchas de ellas vinculadas con la construcción de grandes obras de infraestructura (como por ejemplo la DNV), la producción energética y la petroquími­ ca, Si bien en líneas generales esta situación no implicó una profunda modificación en la distribución sectorial y espacial de los préstamos, es evidente que con la nueva orientación de la política industrial "cobró

mayor peso relativo la financiación dirigida a ¡as empresas constructo­ ras de obras públicas que, sostenida en cuantiosos avales, posibilitaba la concreción de de tareas de infraestructura de naturaleza vial y energéti­ ca, en algunos casos con proyectos encarados en los 'polos de desarro­ llo'que comenzaron a desarrollarse en esa etapa "(Rougier, 2004a: 188). Sin embargo, esta decisión de brindar más apoyo financiero al propio sector público no significó un debilitamiento del apoyo brin­ dado al sector privado. Es más, ante las crecientes demandas empresarias se habilitaron nuevas líneas de financiamiento a corto y mediano plazo destinadas a mejorar la estructura financiera de las fir­ mas o bien, para adquirir capital de trabajo, operaciones que antes se encontraban vedadas para la entidad, en tanto se buscaba restringir su accionar a la ampliación de los activos fijos de las empresas. A pesar de ias declaraciones en sentido contrario vertidas por los fun­ cionarios del banco, el análisis detallado de lás operaciones realizadas por la entidad durante el trienio en cuestión indica que "los créditos de

corto y mediano plazo destinados a solventarlas erogaciones de capital de trabajo o a reforzarlas estructuras financieras délas empresas tuvieron una participación mayoritaria dentro del conjunto de sus operaciones otorgados bajos diferentes líneas especiales (rehabilitación de empre­ sas72, financiación de obras públicas, etc.)" (Rougier, 2004a: 186).

72 Entre las empresas que ingresaron a este régimen durante el período conside­ rado y sin embargo terminaron quedando bajo control estatal, se destacan SIAM DiTella, 1RASA, Editorial Codex, La Cantábrica, La Emilia y Plástica Bernabé. Para ampliar este tema, véase Rougier (2004a), página 182 y siguientes. 86

Estado, empresas y empresarios

En consecuencia, las necesidades de financiamiento del propio banco se fueron incrementando durante ei período, ya que ahora no sólo había aumentado su "cartera de dientes" al destinar más crédi­ tos a las empresas y reparticiones públicas, sino que además, había ampliado su "radio de acción", al implementar nuevas formas de asistencia financiera a las empresas, Esto llevó a que el banco tuviera que acudir constantemente al apoyo del BCRA para eliminar los des­ cubiertos que se generaban en la entidad como consecuencia de la política crediticia desplegada73. Para hacer frente a esta nueva situación (ampliación y d¡versifica­ ción de líneas de crédito e incremento del apoyo a las empresas esta­ tales) se produjo una reestructuración orgánico-funcional de la entidad (modificación de la Carta Orgánica incluida) y se redistribu­ yeron los recursos humanos existentes para tratar de administrar mejor la creciente demanda de créditos. Además, se tuvieron que pre­ ver nuevas fuentes de financiamiento con el fin de sostener la política crediticia diseñada. Para llevar adelante la reforma, un equipo con per­ fil más técnico se hizo cargo de la conducdón del banco a partir de 1971, relegando a los dirigentes empresarios al cuerpo de asesores. Sin embargo, varios de los funcionarios siguieron manteniendo su doble rol de directivos y empresarios, y a éstos se les fueron sumando otros, que formaban parte de corporaciones económicas representativas de los intereses del capital y del trabajo (CGE y CGT, respectivamente). Esta confluencia de intereses cruzados en el propio seno de la ins­ titución bancana llevó progresivamente a que la gestión se orientara

^ En ese sentido, llougier (2004a) concluye que "Una política de sostenimiento constante de la evolución de las firmas implicaba erogaciones de una dimensión tal que los recursos eran siempre insuficientes; en rigor, dado que las tasas de inte­ rés reales eran negativas y los plazos de amortizadón casi 'eternos', producto de su renovación, esa demanda no tenía límites. Ello generó un constante drenar de fondos que, si bien mantenía en operación a muchas empresas, condicionaba la estrategia global de apoyo a proyectos claves para el desarrollo y limitaba la auto­ nomía financiera de la institución. (...) Su acción crediticia (se refiere al banco) reflejó las tensiones derivadas de las particulares condiciones de ía economía y de la sociedad argentina de la época donde el poder de Sas empresas asignado por su rol dentro de la estructura productiva y social era determinante", página 189.

Ana C astellani

más por las demandas concretas de los diversos actores interesados, que por los lincamientos programáticos definidos de antemano por la entidad. Es por eso que la política crediticia del BANADE terminó respondiendo durante el período en cuestión "a las presiones de las

empresas demandantes (privadas y públicas), d élos organismos esta­ tales (que diseñaban líneas de apoyo a sectores) y del gobierno (tan­ to en el caso del fínanciamiento de grandes proyectos com o en ocasión del apoyo a ñrmas con problemas)" (Rougier, 2004a: 188). Ahora bien, estas tendencias se acentuaron profundamente durante el gobierno peronista. En principio, las estimaciones realizadas en base a los documentos oficiales de la entidad, permiten corroborar que las empresas estatales recibieron entre el 60% y el 70% de los préstamos bancarios entre 1973 y 197574. Por su parte, el apoyo a las empresas privadas continuó, pero se incorporaron firmas pertenecientes a la rama petroquímica, celulósica y papelera, en plena consonancia con los proyectos esbozados desde las altas esferas gubernamentales desti­ nados a promocionar estas ramas estratégicas de ¡a industria (Rougier, 2004a: 233). Al mismo tiempo, diversos factores coadyuvaron para que se acre­ centaran las dificultades en la gestión del Banco, deteriorando notable­ mente la calidad de la intervención. Entre los más destacados figuran: a) los excesivos cambios c a los olim os organizationales de la entidad (falta de coherencia administrativa), ya sea porque se propi­ ciaban cambios en la estructura funcional, ya sea porque las normas diseñadas en el período anterior se implementaban o maduraban en un contexto económico y político diferente al de su creación, ya sea porque se decidían repentinos cambios de normativas que habían comenzado a implementarse recientemente; b) la progresiva erosión. de la capacidad administrativa derivada del defasaje creado por el incremento exponencial de las demandas de cré­ ditos y el mantenimiento de la dotación de personal administrativo; c) la pérdida de eficiencia operativa como resultado de la existen­ cia de una compleja trama administrativa generada en torno de la

Al respecto, consúltese Rougier (2004a), página 233. 88

Estado, empresas y empresarios

gestión de cada operatoria crediticia como consecuencia de la super­ posición de diversas normas y tareas; d) la pérdida de autonomía relativa de la repartición para definir la asignación y recupero de los fondos prestados. Múltiples presiones empresariales, estatales, regionales, y sindicales (institucionalizadas en el directorio) se hicieron sentir fuertemente y condicionaron ia política crediticia durante esos años75; e) el deterioro delaopaddadfiiiaiM ára como resultado dei fuer­ te defasaje existente entre las demandas de créditos y ios fondos prestables disponibles76. A modo de síntesis, y tai como se desprende de los datos presenta­ dos en ei cuadro II.7, es posible afirmar que el grueso del financiamiento oficial realizado a través de los créditos y garantías otorgados por BIRA y BANADE se orientó hada ia promoción de las empresas privadas ya existentes (política que se mantuvo durante todo el perío­ do); hacia la creación de nuevas empresas privadas, mixtas o estatales (a partir de 1970); y hacía las empresas y reparticiones públicas (tam­ bién desde 1970), dando cuenta de ia importancia que tuvo la idea de fortalecer al Estado como productor de bienes y servicios claves, y el desarrollo de ia industria dedicada a la producción de insumos estra­ tégicos que hasta ese entonces no se producían localmente (al menos en las cantidades necesarias para garantizar la expansión sostenida del sector industrial).

Tal corno consta en Jas actas de ia entidad, en una ocasión"[...] el presidente de BND se dirigió al ministro de Economía señalando los reiterados pedidos para que se agilizaran los trámites provenientes de gobernadores, ministros y legisladores provinciales, miembros de la CGT y de las 62 Organizaciones, legisladores nacio­ nales, etc. Entre las causas que retardaban la concesión de los créditos, descollaba la insuficiente infraestructura del Banco", en A8ND, "Causas que demoran la tra­ mitación de los créditos de promoción de la Ley 20.560", reservado, LC, 36, fs, 67 y ss, 14 de mayo de 1975, citado en Rougier, (2004a), páginas 225 y 226, nota 84). ^ Por ejemplo, en octubre de 1973 e! límite de redescuento otorgado por el Banco Central era de 400 millones de pesos corrientes mientras que la demanda de créditos alcanzaba los 1270 millones de pesos. Véase ai respecto, Rougier, 2004a, capítulo V. 89

Ana Castelíani

Gsadso BL7.: Distribución de la asignación de los principales iasteumeatos de feimckáÓB. © toados por I I y BANADE* §»s empresas y sector de setí-ridacl áño$ 1967 y 1975 Empresa o repartición

1970-1972

1373-1975

Servicios públicos Generación de energía

Créditos

Créditos

industrias varias

Garantías

Construcción pública

Garantías

Sector

1967-1969

Empresas públicas y organismos oficiales Agua y Energía Comisión Nadonal de Energía Atómica Dirección General de Fabricaciones Militares Dirección Nacional de Vialidad Dragados y Obras Portuarias Empresa Líneas Marítimas Argentinas Empresa Nacional de Telecominkadones Ferrocarriles Argentinos Gas del Estado Hipasam Obras Sanitarias de la Nación Servicios Eléctricos dei Buenos Aires Sodedad Mixta Siderurgia Argentina 90

Garantías

Construcción pública

Garantías

Servicios e industria naval

Garantías

Servicios públicos

Créditos

Servicios públicos Servicios públicos Minería Servicios públicos

Créditos Créditos ....

Créditos

Servidos públicos Siderurgia

Créditos y garantías Préstamos para activos fijos Créditos Créditos

Créditos y garantías Créditos

Estado, empresas y empresarios

Petroquímica

Petroquímica

Créditos, garantías y préstamos para activos fijos

Generación energía hidroeléctrica Petroquímica

Garantías y préstamos para adivos fijos

General fdoscons

Empresas mixtas Hidronor

Petroquímica Río Tercero Petroquímica Bahía Blanca

Créditos y garantías Garantías

Garantías

Petroquímica

Empresas privadas Acindar Ajuar Celulosa Argentina

Siderurgia Siderurgia Celulosa y papel

Celulosa Jujuy

Celulosa y papel

Cía. Naviera Perez Companc DálmtneSiderca Fiat Concord Grafa

Petróleo

Metalurgia Textil

Grafanor

Textil

Hisisa Argentina

Química y petroquímica

Siderurgia

Créditos Créditos, garantías y préstamos para activos fijos Préstamos para activos fijos Créditos y garantías Créditos y garantías. Créditos Préstamos para activos fijos

Garantías y préstamos para activos fijos

Garantías Préstamos para activos fijos

Garantías

...

....

Créditos generales y préstamos para activos fijos Créditos

Garantías

'

91

Ana Casteliani

IKA Renault luán Minetti

Automotriz Cemento

La Cantábrica

Metalurgia

Papel Misionero

Celulosa y papel

Papel Prensa

Celulosa y papel

Papelera San Justo

Papel

Propulsora Siderúrgica

Siderurgia

Schoinick

Celulosa y papel

Techint

Construcciones

Créditos, garantías

Créditos Garantías y j «restamos para acíiv )S fijos Créditos Préstamos para activos fijos Créditos, garantías y préstamos para activos fijos

Créditos, garantías y préstamos para activos fijos Préstamos para activos fijos

Préstamos para activos fijos Créditos

Garantías

Garantías

Garantías

Privadas estatizadas durante el período 1967*1975 Cía. ítalo Argentina de Electricidad Siam Di Telia

Servicios públicos Metalúrgica

Créditos y garantías

.....

Créditos

Créditos

Créditos

Fuente: Elaboración propia en base a Rougier (2004a), capítulos III, IV y V; Guía de Sociedades Anónimas de ía Argentina y revistas Panoram a d e ¡a E con om ía Argéntina y M ercado (varios números).

Sin embargo esta ampliación de ias funciones interventoras del Estado en la economía no fue acompañada de una mejora en la cali­ dad de la intervención en tanto se fueron deteriorando en forma simultánea, a) las capacidades administrativas y financieras de 1a entidad, b) 1a coherencia en la implementación de las políticas enca­ radas por las diversas instituciones involucradas en la definición de la 92

Estado, empresas y empresarios

política industrial, y c) ios niveles ele"autonomía relativa en el mane­ jo del banco, que facilitaron la penetración constante de ios intereses particulares de los diversos sectores, en la orientación de las decisio­ nes tomadas por la entidad. Evidentemente, las diversas políticas analizadas en esta sección muestran con claridad uno de los rasgos más perversos del período en cuestión: el defasaje entre la ampliación de las intervenciones estatales y la calidad de las instituciones que llevaban adelante esas intervencio­ nes. Esta característica de la gestión económica desarrollada durante los últimos años de la ISI generó condiciones favorables para el surgimiento de diversos APA, vinculados con el funcionamiento del complejo económico estalai-privado, que si bien no obstruyeron las posibilidades de crecimiento económico general ni la distribución pro­ gresiva de los ingresos, sirvieron para profundizar ciertos rasgos perni­ ciosos del comportamiento empresario y para fortalecer a un reducido grupo de firmas que fue ganando terreno dentro de la cúpula empresa­ ria. En el corto plazo, ambos factores se convertirían en decisivos para entender la con form aci ó n una nueva alianza social encargada de des­ mantelar los principales resortes en los que se asentaba la ISI.

113. las ttaiisfomiadones en el perfil y desempeño de la cáptala empresaria: d surgimiento de una nueva fracción vinculada con d ñmdommiento de! complejo económico estaíal-privado Durante el último decenio de la segunda fase de la ISI se produje­ ron profundas transformaciones en el perfil de la cúpula empresaria como consecuencia de los cambios registrados en la calidad y orien­ tación de la intervención económica estatal. Asimismo, la ampliación de las funciones del complejo económico estatal-privado posibilitó el ingreso de algunas firmas vinculadas con su funcionamiento en el selecto panel de las cien empresas privadas más grandes, dando ori­ gen a una nueva fracción empresaria. Para entender estas transformaciones es necesario establecer el perfil de la cúpula hacia 1966. En ese entonces, la mayor parte de las firmas que integraban el panel operaban en el sector industrial: 97

93

Ana Castelíani

firmas explicaban el 90% de las ventas y de las utilidades totales y prácticamente el 10% restante era resultado de la actividad petrolera. Dentro dei sector industrial, las empresas que actuaban en las ramas dedicadas a la producción de alimentos y bebidas y a la fabricación de automóviles explicaban más de un tercio de las ventas y ganancias totales de la muestra. Estos rasgos muestran el efecto que los prime­ ros años de la segunda fase de la ISI habían dejado en la economía argentina: desarrollo de las industrias de bienes de consumo durable (automóviles) y de insumos estratégicos (petróleo y derivados) y, a la vez, la persistencia de las tendencias heredadas de las etapas previas, observables en la destacada presencia de las empresas alimenticias en la composición de la cúpula. El segundo rasgo distintivo del panel en el año 1966 era su alto grado de extranjerización77. En efecto, tal como habían denunciado oportunamente los economistas de orientación nacionalista, el capi­ tal extranjero había adquirido hacia mediados de la década del sesen­ ta una notable presencia en la actividad económica, especialmente en aquellos mercados que presentaban altos grados de concentración. Hacia 1966, el conjunto de empresas extranjeras explicaba más del 65% de las ventas y de las utilidades totales de la muestra. Sin embargo, la composición de esta fracción distaba de ser homo­ génea. Por un lado, una gran cantidad de firmas habían ingresado en el país a fines de la década del cincuenta como consecuencia de la política de apertura hacia la inversión extranjera directa realizada durante la presidencia de Frondizi. Estas empresas nuevas operaban en las ramas consideradas como las más dinámicas de la industria en ese entonces, tales como la automotriz, la petroquímica, la farmacéu­ tica y la siderúrgica. Fiat, General Motors, Laboratorios Bayer y Tamet son algunas firmas representativas de este grupo. Por otro, una canti­ dad menor de firmas venían operando en el país desde hacía varias décadas vinculadas al desarrollo del modelo agro exportador. La mayor parte de ellas operaban en las ramas vegetativas de la industria de aquel entonces, es decir, aquellas que presentaban un menor dina­

77 Un análisis exhaustivo de este proceso se encuentra en Khavisse y Piotrkoswski (1973). 94

Estado, empresas y empresarios

mismo relativo en su crecimiento, tales como los frigoríficos, los moli­ nos y las aceiteras. Dentro de este grupo se pueden mencionar a título ilustrativo empresas como Swift, Nestlé, Wilson y Anglo. En contraste con su pares foráneas, las 44 empresas nacionales que integraban la muestra tenían en 1966 una presencia relativamente m en o r en la generación de las ventas y las utilidades totales (30% apro­ ximadamente para ambos indicadores). La mayoría del espectro empresario nacional estaba integrado por firmas independientes que se encontraban desde hacía varias décadas entre las más importantes del país, dedicadas a la producdón de bienes finales como alimentos, bebidas y cigarrillos (Peñaflor, Nobleza, Tabacal, entre otras). También había un porcentaje menor de empresas que formaban parte de grupos económicos locales, algunas de muy larga data y con fuerte presencia en la industria alimenticia y en la industria textil (Molinos, Grafa, Alpargatas, Bagley, etc.} y finalmente había otras, de inserción más reciente, que habían iniciado sus actividades durante la primera fase de la sustitución de importaciones y que habían sostenido una estrategia de crecimiento acelerado en base a 1a producción de insumos para las empresas más grandes y/o a la vinculación como proveedoras de las empresas o reparticiones del Estado. Entre este último grupo, se desta­ can Atanor, Loma Negra y Acindar. Ahora bien, estos dos rasgos distintivos de la cúpula vigentes en 1966 (predominio de las firmas industriales que operaban en ias ramas de consumo durable y final y mayor presencia de las empresas extranjeras en la generación de ventas y utilidades totales) se fueron modificando a los largo del período de estudio. Si bien la industria siguió siendo el sector más relevante dentro de la cúpula (tanto por la cantidad de empresas que operaban en ese sector como por la par­ ticipación en la generación de las ventas totales), durante 1975 el sec­ tor industrial presentó sustantivas pérdidas (en gran parte, explicadas por el mal desempeño de la industria automotriz durante ese año). Este cambio en el desempeño de 1a fracción industrial marca la exis­ tencia de una importante modificación en la relevancia de las dife­ rentes ramas de la industria donde las firmas automotrices fueron perdiendo progresivamente terreno en favor de las empresas siderúr­ gicas, químicas y petroquímicas (cuadros IÍ.8 y II.9).

95

Ana C astellani

Cuadro Ü.8.:

Rvoludón dd perfil sectorial de la cápala aapfesark. Áfloa 19661969-1972-1975 Sector de actividad

1966

1969

1972

1975

Industria Cantidad de empresas

93

89

89

86

% Ventas

89,0

84,2

85,8

87,4

% Utilidades

90,5

82,9

92,8

Rentabilidad s/ Ventas Servidos

5

5,8

4,4

{300,8) (0,5)

Cantidad de empresas % Ventas

0

4

-

2,3

5 3,2

-

4,1

2,3

1,5 (9,7)

-

10,5

2,9

(0,9)

0

0

0

2

-

-

-

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas Comerdo Cantidad de empresas % Ventas % Utilidades Rentabilidad s/ Ventas

-

2

1,1 46,6 6,1

-

-

-

2 10, S

5 12,1

4 9,1

5 6,3

9,1

10,4

4,3

5

1,6 0,7

215,7 4,8

Cantidad de empresas

T

2

2

5

% Ventas

0,6

2

% Utilidades

0,5 4

1,4 2,7

3,3

3,9 148,2

Petróleo Cantidad de empresas % Ventas % Utilidades Rentabilidad s/ Ventas Construcción

Rentabilidad s/ Ventas Rentabilidad cúpula Total cúpula

s

11,1

6,9

5,3

4,9

5,9

4,1

0,1

S6*

100

100

100

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Panoram a d e la E con om ía A rgeniinay Prensa Económ ica, años 1967,1970, 1973 y 1976.

96

Estado, empresas y empresarios

Cuadro U.9.: grotadón dd pedal de las fraedomo mdfMfiates más reteraat» de la gjraila empresam. Afim 1566-1969-1972-1975 1966

1969

1972

1975

Cantidad

23

23

23 .

25

% Ventas % Utilidades

18,1 15,7

17,1

17,9

16,3

26,0

18,6 21,9

Rentabilidad s/ Ventas

4,3

5,6

6,0

0,2

14

16 8,5

15

14

9,3

8,7

17,3 7,7

4.3

Rama de la industria Alimenticia

Química y Petroquímica Cantidad % Ventas % Utilidades

9,0 10,1

11,20

5,50

7,8

Cantidad

10

9

10

% Ventas

24,9

22,5

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas

21,4 4,2

22,9 22

Rentabilidad s/ Ventas Automotriz

5,6

267,7

11 20,4

(4,5) (0-6)

(1713,2)

7

8

(11,7)

Siderurgia 7,4

7 7,0

Rentabilidad s/ Ventas

11,1 7,4

8,1 6,8

6,3

358,5 3,8

Rentabilidad sector

5

5,8

4,4

(0,5)

4,9

5,9

4,1

0,1

Cantidad % Ventas % Utilidades

10

8,1 12,5

13

industrial Rentabilidad cúpula

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Panorama d éla E conom ía A rgentinay Prensa Económ ica, años 1 9 67,1970,1973 y 1976.

Este mejor desenvolvimiento de las ramas industriales señaladas, incluso durante años de fuerte crisis económica en donde ios recla­ mos empresarios por la caída de ia rentabilidad eran objeto de deba­

97

A n a C asteliani

te público78, estaría dando cuenta de la favorable incidencia que ¡tuvieron las políticas de promoción industrial y los emprendimienítos financiados por el Estado analizados en los apartados previos, ya «pie beneficiaron principalmente a estas actividades industriales. Por ¡ejemplo, cabe destacar que de las 8 empresas de la cúpula que opera­ ban en la rama siderúrgica, 5 habían recibido beneficios promocio­ nales (Acindar, Propulsora Siderúrgica, Dálmine-Siderca, Tamet y La Cantábrica); al igual que las únicas papeleras que integraban el panel ((Celulosa y Schcolnik) y las 2 petroquímicas (Pasa y Electroclor) que integraban el panel. Paralelamente, es importante señalar el muy buen derrotero pre­ sentado por las escasas firmas constructoras que formaban parte de la muestra considerada. En efecto, entre 1966 y 1975 se incrementó la ¡presencia de empresas constructoras en el interior de la cúpula (de 1 a 5), se elevaron los porcentajes de participación en la generación de las utilidades totales por encima de la tasa de variación en la cantidad de empresas que conformaban la fracción, y se mantuvieron muy ele­ vadas las tasas de rentabilidad sobre ventas, en particular entre 1966 y 1969 {del 4% al 11%). Estos datos también estarían dando cuenta de la favorable incidencia de otra de las intervenciones estatales estra­ tégicas destinadas a ampliar el complejo, la obra pública, ya que todas las firmas del sector que integraban el panel se dedicaban prin­ cipalmente a la realización de grandes obras de infraestructura o a la construcción de obras viales (se trata de las firmas Sade, Techint, Impresit, Panedile y Roggio). Con respecto al desempeño que presentaron las distintas fraccio­ nes empresarias según el origen del capital, se produjo un fenómeno interesante. En términos globales se puede afirmar que las empresas extranjeras no perdieron su papel preponderante en el conjunto de las cien primeras del país, sobre todo si se considera el número de fir­ mas y la participación de las mismas en la generación de las ventas totales. De hecho, en 1975 más de la mitad de 1a cúpula estaba inte­ grada por firmas extranjeras (56 sobre 100) y ellas explicaban casi el 60% de la facturación total (cuadro 11.10).

Al respecto, véase Rougier y Fiszbein (2006), segunda parte. 98

Estado, empresas y empresarios

Cuaára 32.10.:; gwotadón íkl pgrfl! de la cájxila empre«M «g$n d ©zt^a de capital de las fiemas. Años 196*196^19721975 1966

1969

1972

1975

Cantidad

44

41

38

44

% Ventas o/oUtilidades

33,9

30

27,9

33,8

3.4,9

37,3

41,1 907,2

Cantidad

52

59

61

% Ventas

70

70,8

% Utilidades

66,1 66,2

Total cúpula

96

65,1 100

59,8 100

Tipo de empresa según origen del capital Nacionales

Extranjeras 56 58,9 (807,2) 100

Fuente: Elaboración propia en base a los rantóngs empresarios presentados en Panorama d e ¡a E con om ía A rgentínay Prensa E conóm ica, años 1967,1970,1973 y 1976.

Sin embargo, si se considera el derrotero de la fracción en cada uno de los años seleccionados, se observa con claridad la existencia de dos comportamientos diferentes vinculados con la orientación de la ges­ tión económica general: entre 1966 y 1969 el desempeño de las firmas trasnacionales mejoró en forma considerable, a pesar de la quiebra de varios de los más importantes frigoríficos del país, todos de propiedad extranjera (Anglo, Armour, Wilson). Esta tendencia comenzó a rever­ tirse a partir de 1972, en donde se produjo un estancamiento y/o caída de los indicadores relevados para este tipo de firmas; especialmente, se destaca la importante disminución registrada en la generación de las utilidades totales en 1975 (los datos de 1974 también la registran). Esta disminución relativa obedecería al comportamiento diferencial que se habría registrado entre dos tipos de firmas extranjeras: las que forman parte de grupos y las que no (cuadro 11.11.).

99

Ana Casteliani

Cuactra 3,11,: Brotactóa dd fw fij de la, cúpula eBprwsia segán la fbítna de o^.-' mizacMa de la propiedad dd capital. Años 1966-1969-1972-1975 Tipo de empresa

1366

1969

1972

1975 29

GI Cantidad

16

22

20

% Ventas

16,10 22,30

1.9,9 20,1

18,6

31,6

24,6

6,. 60

5,9

5,5

804,0 3,6

18 35,8

28 41,2

32

23

43,1

30,1

35,6

33,9

29,3

4,70

4,8

2,8

(951,5) (4,4)

Cantidad

34

% Utilidades Rentabilidad s/Ventas

30,3 30,6

31 28,8

29

% Ventas

4,8

EU Cantidad

28

19

18

15

% Ventas

17,8 11,5 ■

9,3 12,7

9,5

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas Rentabilidad cúpula

10,1 14,8

3 ,!

8,6

5,6

5,9 100

4,1

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas CE Cantidad % Ventas % Utilidades Rentabilidad s/ Ventas ET

Total cúpula

4,9 , 96

31,2

27,7 30,5

33 28,8 144,2

6,3

4,5

0,7

100

103,2 ¡

1,5 0,1 100

Fuente: Eíaboradón prop ia en base a ¡os rankings empresarios presentados en Panoram a de la Economía Argentina y Prensa Económ ica, años 1967,1370,1973 y 1.976.

En efecto, ia fracción extranjera habría sufrido una importante mutación durante el período: las empresas transnacionales (ET) se mantuvieron muy estables tanto en cantidad como en participación en la generación de las ventas totales, e incluso aumentaron conside­ rablemente la tasa de incidencia en la generación de las utilidades globales en un año crítico como 1975; pero por el contrario, las fir­ mas extranjeras que formaban parte de conglomerados (CE) frenaron 100

Estado, empresas y empresarios

su proceso de expansión en ei interior del panel hacia 1972, hecho que se corrobora en la disminución en todos los indicadores releva­ dos para el año 1975. La explicación de este fenómeno reside, en gran m edida, en el mal desempeño que tuvo el sector automotriz durante esos años; de hecho, las principales empresas del rubro formaban parte de conglomerados, y en todos los casos, declararon pérdidas sustantivas para el año 1 9 7 5 ? 9 . üí análisis de las transformaciones en el perfil y desempeño de las empresas nacionales también presenta interesantes resultados. En términos globales, este tipo de firmas mantuvo su incidencia en el tota! de empresas y en la generación de ventas y utilidades. Sin embargo, la composición interna de la fracción cambia desde un pre­ dominio de las firmas locales independientes (ELI), en 1966, hacia un predominio de las firmas pertenecientes a los grupos económicos locales (GL), en 1975. En efecto, d primer cambio radical en e¡ desempeño de las ELI se presentó durante ios años de la gestión liberal eficientista. Entre IÍ366 y 1963 dejaron de pertenecer al panel de las más grandes 11 firiñas nacionales que no formaban parte de grupos. En su totalidad se tra­ taba de empresas industriales ubicadas en ramas muy diversas que perdieron posiciones relativas debido a la merma en su facturación, más que a quiebras o cambios en la propiedad del capital. Pero más destacable aún es el desempeño seguido por ia fracción integrada por ias empresas que formaban parte de los GL, Prácticamente, se duplicó la cantidad de este tipo de firmas entre 1966 y 1975 (pasaron de 16 a 29) y lo mismo sucedió con la tasa de participación en las venias totales. Además, excepto por una leve caí­ da registrada en 1969, la tasa de participación en la generación de uti­ lidades se incrementó considerablemente en el transcurso de los años considerados, colocándose muy por encima de las restantes fraccio­ nes. De hecho, en un año fuertemente recesivo e inflacionario como 1975, la mayor parte de estas empresas presentó resultados positivos

79 Sobre los diversos conflictos mantenidos entre el gobierno peronista y las fir­ mas extranjeras que dom inaban la producción autom otriz en el mercado local en tomo a los precios, consúltese Rougier y Piszbein. (2 0 0 6 ), página 208 y siguientes.

10.1

Ana C astellani

en sus balances mientras muchas otras pertenecientes a los principa­ les conglomerados extranjeros declararon importantes pérdidas. Nuevamente, en la explicación de este particular desenvolvimien­ to, juega un papel importante la incidencia de las políticas de promo­ ción industrial explicadas en el apartado anterior. Por ejemplo, de las 29 empresas que formaban parte de GL en 1975, 17 recibieron bene­ ficios derivados de las distintas políticas de promoción industrial implementadas durante el período (entre otras, se destacan algunas empresas pertenecientes a los grupos Perez Companc, Celulosa, Adndar y Bungey Bom). Ahora bien, las modificaciones registradas en la cúpula en el trans­ curso del período considerado permiten inferir que el origen del capi­ tal por sí solo no es el factor más relevante a la hora de explicar el particular derrotero de las grandes empresas que operaban en el mer­ cado local. En principio, estos cambios estarían asociados con la inser­ ción sectorial de las firmas, especialmente, si formaban parte o no de las ramas de la industria que se consideraban estratégicas, ya que de esto dependía la posibilidad de aprovechar los diversos beneficios pre­ vistos por las políticas de promoción industrial implementadas y/o de ampliación de las actividades del complejo económico estatal-privado. Al observar los resultados de este nuevo cruce {cuadro 11.12) se desprenden algunos datos muy interesantes para pensar el desempe­ ño de las diversas fracciones empresarias, y en especial la favorable tra­ yectoria de las empresas vinculadas, en tanto se observa que: 1. la cantidad de este tipo de firmas aumentó durante el período considerado (pasando de 8 a 17); 2. este importante incremento fue constante lo largo de las diver­ sas gestiones que se sucedieron (50% entre 1966 y 1969, y otro tanto entre 1969 y 1975); 3. el aumento registrado en la tasa de participación de las ventas tota' Ies de la cúpula por parte de las empresas vinculadas se ubicó por encima del incremento producido en la cantidad de firmas que componían la fracción (la cantidad se duplicó, pasando de 8 a 17, y la tasa de participación se triplicó, pasando de 6.4% a 18.7%); 4. la participación en las utilidades totales se fue incrementando constantemente entre 1966 y 1972 y creció de forma conside102

Estado, empresas y empresarios

rabie entre 1972 y 1975, a pesar de que en este último año hubo alta inflación y recesión, y casi la mitad de las empresas de la cúpula declararon pérdidas en sus balances; 5. la tasa de rentabilidad sobrevenías de la fracción vinculada siempre se ubicó por encima de la tasa percibida por las firmas no vincula­ das y por las de la cúpula en su conjunto; incluso en u n año crítico como 1975, todas ias empresas que formaban parte de la íraodón vinculada lograron m an ten er tasas de rentabilidad positivas. Cuadro Ü.12: Eroludón. dd psifil de k cápúh empresaria. sqjáa la vinculación de

las firmas coa las actmdades propias dd complcl© económico «t&tátpstm b. M m M ariouados Complejo estatal-privado Vinculadas*

1966

Cantidad % Ventas % Utilidades

8 6,4

Rentabilidad s/ Ventas No vinculada®

9,4 7,0

1969

1972

1975

12

n 10,3

17

8,8 11,4

14,1

626,9

7,6

5,6

4,7

18,7

Cantidad

88

88

89

83

% Ventas

93,6 90,6

91,2

89,7 85,9

81,3 {526,9}

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas Rentabilidad cúpula

4,6

88,6 5,7

4,9

5,9

Total cúpula

96

100

3,9

(0,9)

4,1 100

0,1 100

* Nota: Se consideran empresas vinculadas con el com plejo a aquellas que cum­ plen ai menos uno de los siguientes requisitos: a) forman parte de un emprendimiento económico mixto o fuertemente promocionado por e! Estado; b) son beneficiarías del régimen de promoción industrial a nivel nacional en proyectos de gran envergadura en ramas estratégicas (siderúrgica, petroquímica, cemento o pasta de papel); c) son proveedoras o contratistas de las reparticiones y/o empre­ sas publicas, o d) adquieren en las empresas estatales el grueso de los insumas clave para elaborar su producción. Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Panorama d é la £ con om ía Argentina y Prensa E conóm ica, afios 1967,1970,1373 y 3976. 103

Ana Casteliani

Evidentemente, se puede considerar que ias intervenciones des­ plegadas durante los últimos años de la ISI facilitaron el surgimiento de una nueva fracción en el espectro de ias grandes firmas locales vin­ culadas estrechamente con las actividades del complejo. A su vez, la articulación entre ambas variables (intervención estatal y desempeño empresario) permiten suponer la conformación de diversos APA. Para una confirmación de Jos resultados obtenidos en el análisis más general, es necesario establecer el perfil de esta nueva fracción. Estos datos indican que las firmas vinculadas con ¡as actividades del com­ plejo son en su mayoría de capital nacional (11 sobre 17) y pertene­ cen a los principales GL que operan en el país. Además de tener una fuerte articulación con las actividades económicas del Estado (ya sea como proveedoras, contratistas o dientas) recibieron diferentes tipos de beneficios promocionales a lo largo de los años considerados, debido a su privilegiada inserción sectorial (cuadro 11.13).

104

Estado, empresas y empresarios

Cuadro D. 13: Perfil de las femas perteacdmt» a la ftaodtón mieuladas con d fimdonainimto dd complejo ecoBómioo «S^al-piirad© e® 1975 ["Em presa

Sector/

Tipo

Grapo

Percepción Formas de Organismo

rama de

de

al que

de benefi­ vinculación / empresa

actividad

em­

pertenece

presa

con el cios pro­ mocionales complejo entre 1966 económico y 1975

Acindar

Industria

GL Acindar

siderúrgica

estatalprivado

a) Régimen Compra­ de promo­ dora de ción indus­ insumos trial en

pública vinculada

Somisa

elementales

al Estado sector siderúrgico b) Créditos a tasas preferendales otorgados por el B1R/ BANADE c) Partici­ pación estatal en el paquete accionario de la firma Benito Roggio

Construc­ ción

GL Roggio

Sin datos

Construc­ ción Obra

DNV

Pública Bridas

Petróleo

GL Bridas

Sin datos

Proveedora YPF y Gas insumos del Estado Construc­ DNV ción Pública

ios

Ana Castellani

Celulosa Industria Argentina celulósica

GL Celulosa Argentina

Régimen de Promoción

Perteneciente a rama estratégica del

Industrial en el sector

complejo fuertemente promocionada

celulosa y pape! Corcemar Industria

GL Corcemar

cementera

Régimen de

Perteneciente a rama

promoción industrial

complejo fuertemente

en el sector

promocionada

estratégica del

cem entero DáímineSiderca

Industral

CE Techint

Créditos y garantías otorgados

siderúrgica

Comprado­ Sotnisa ra de insuinos claves

por el BIR/ a! Estado, BANADE

Vendedora YPF de produc­ tos a empresas públicas

Electrodo! Industria petroquí­ mica

GL Celulosa Argentina

a) Partici­ pación

Promoción PBB industrial

estatal en sector el paquete petroquí­ accionario

mico, vin­

de la firma. culada con DGFM YPF b)Participa- un emprención pro-

dimiento

mocionada fuertemen­ en la con­ te promo­ creción de cionado un "polo de por el desarrollo". Estado. Comprado­ ra de insu­ mos

106

Estado, empresas y empresarios

Irnpresit

Construc­ ción

GL Macri

Sin datos.

Construc­ ción Obra

DNV

Pública Loma Negra

Industria cementera

GL Loma Negra

Régimen de

Perteneciente a rama

promoción

estratégica del complejo fuertemente

industrial en el sector cementero Minetti y

Industria

Cía.

cementera

ELI No corres­ a) Régimen ponde

de promo­ ción industrial

promocionada

Perteneciente a rama estratégica del complejo fuertemente promocionada

en el sector cementero. b) Créditos para activos fijos otor­ gados por el BIR/ BANADE Panedile

Construc­ ción

ET No corres­ Sin datos ponde

Construc­ ción Obra

DNV

Pública Pasa

Industria

ET No corres­

petroquí­

ponde

mica

Régimen

Promoción DGFM-YPF

promoción Industrial industrial sector para el sec­ petroquí­ tor petro­ químico

mico. Comprado­ ra de insu­ mos ele­ mentales a empresas públicas

107

Ana Casteliani

GL Perez

a} Partici­ pación

Proveedora insumos

Perez

estatal en

claves

Companc

el paquete

Cía. Naviera

Petróleo

Companc

YPF-Gas del Estado

accionario b) Créditos y garantías otorgados por el BIR/ BANADE Propulsora Industria

CE Techint

a} Empresa Pertenecien Somisa te a rama mo proyec­ estratégica to promo- del comple­ creada co­

Siderúrgica siderúrgica

donado.

jo fuerte­

b} Créditos mente para activo; promociofijos otor­ nada gados por BIR/ BANADE

Comprado­ ra de insu­ mos claves al Estado

Sade

Construc­ ción

Siemens

Industria

GL Perez Companc (a partir

Garantías Construc­ otorgadas ción Obra por ei BIR/, Pública

de 1975}

BANADE

CE Siemens

Sin datos

electrónica

Proveedora de bienes a empresas

DNV

ENTEL

del Estado Techint

Construc­ ción

CE Techint

Garantías

Construc­ otorgadas ción Obra por el BiR/ Pública BANADE

DNV

Fuente: Elaboración propia en base a diversas fuentes primarias y secundarias: Anuarios de la DNV, Anuarios del BANADE, Revista Prensa E conóm ica, Rougier (2004a), Schvarzer (1973 y 1996} Azpiazu y Basualdo (1990), Acevedo eí. ¿d. (1390) y Basualdo (2006),

Estado, empresas y empresarios

Parece evidente que, tanto el incremento registrado en la inter­ vención económica estatal, como ]a:t>rientadón y calidad de la mis­ ma, generaron profundas transformaciones en el seno de los grandes agentes económicos permitiendo ia conformación de una nueva frac­ ción en el interior de ia cúpula empresaria integrada por aquellas fir­ mas (en su mayoría de capital nacional) estrechamente vinculadas con las actividades propias del complejo económico estatal-privado. Por lo tanto, es posible afirmar que durante los últimos años de la ISI, se fueron generando las condiciones propicias para la difusión de diversos APA en tomo de la implementación de las principales polí­ ticas públicas destinadas a ampliar las actividades del complejo eco­ nómico estatal-privado, proceso que se sostuvo por las distintas prácticas de articulación posibles entre los integrantes del sector público y los del sector privado interesados en el mantenimiento de estos espacios de generación de cuasi-rentas de privilegio.

Capítulo III: La expansión de los ámbitos privilegiados de acumulación en tomo de las funciones empicarías del Estado durante la última dictadura militar80 Con el golpe militar de 1976 se produjeron notables cambios en el funcionamiento de la economía argentina que transformaron el modelo de acumulación centrado en la estrategia de industrializa­ ción por sustitución de importaciones construida durante los dece­ nios anteriores. Entre otros, se destacan a) la modificación en el eje de valorización del capital, que se desplazó desde el sector industrial hacia el financiero; b) el inusitado proceso de centralización del capi­ tal, que se manifestó en el crecimiento y diversificación de los grupos locales y conglomerados extranjeros; c) ia transformación regresiva y heterogénea del aparato industrial, que implicó una importante reducción del producto sectorial y un aumento del grado de concen­ tración de la producción; d) la consolidación de una estructura de distribución de los ingresos profundamente regresiva, que implicó una sustantiva disminución de la participación de los asalariados en el producto nadonal; e) la existencia de una crisis externa y fiscal sin precedentes, derivada, entre otras razones, del alto nivel de endeuda­ miento público, de la estatización de los pasivos privados y de un per­ sistente proceso de "fuga" de activos líquidos; y f) la transferencia de cuantiosos recursos públicos al capital concentrado local81. Versiones parciales de este capítulo se publicaron en Castelíani (2004b y 2007b). Los trabajos de Arceo y Basualdo (2000b), Basualdo {2000b, 20;G1 y 2006), Nochteff (1994) y Schvarzer (1999) son los más representativos de esta corrien­ te de interpretación del período. 11J

Ana Casteliani

Estos profundos cambios en la orientación de la intervención económica estatal fueron el resaltado de la aplicación, durante la gestión ministerial de Martínez de rloz, de una serie de reformas estructura­ les inspirada en una nueva corriente de la tradición económica orto­ doxa surgida en el mundo académico norteamericano82. Dicha gestión combinó algunos aspectos tradicionales del ideario econó­ mico liberal, como el principio de subsidiaridad del Estado y la lucha contra la inflación y el déficit fiscal, con otros aportes más novedosos originados en la "Escuela de Chicago", como por ejemplo, el deno­ minado enfoque monetario del balance de pagos83 que se aplicó recién en diciembre de 1978, ante el fracaso de los mecanismos más ortodoxos de estabilización aplicados por el equipo económico84. Por esta razón, la gestión económica estatal llevada adelante durante la dictadura no puede ser considerada como una gestión

82 Se trata de ¡os aportes realizados por los economistas de orientación monetarista de la llamada "Escuela de Chicago", entre los que se destacan Irving Fisher y Millón Friedman. Las ideas centrales de esta nueva corriente son: e! rechazo a las relaciones básicas planteadas en el modelo keynesiano; la importancia de las variaciones de la lasa de crecimiento de la cantidad de dinero respecto de la evo­ lución de la economía; y en especial, de la inflación; la inoperancia de ¡as políti­ cas públicas de estabilización, en particular de la política fiscal activa; y por último, la existencia de una tasa natural de desempleo, que depende sólo de fac­ tores reales y que únicamente se puede reducir a largo plazo. Para ampliar, véase Mochón y Becker (1997). La propuesta central de este enfoque para resolver los persistentes desequili­ brios externos de los países subdesarrollados consiste en realizar un ajuste de los precios internos a los internacionales a través de la competencia generada por la apertura del comercio exterior (estabilizando de esa forma los altos índices de inflación). En efecto, la idea central de la propuesta consiste en la apertura comercial para lograr que la tasa de crecimiento de los predos internos converja en el tiempo con la tasa de inflación internacional más la tasa de devaluación. Sobre este punto consúltese Azpiazu, eí a!. (1986), página 94. En una pormenorizado análisis de la cuestión, Basualdo identifica tres etapas en la política de estabilización: la llevada adelante entre junio de 1977 y abril de 1978, a ia que denomina "estabilización monetaria ortodoxa", una segunda eta­ pa de transición, en donde primó el "enfoque monetario con desindexación", entre junio y diciembre de 1978; y finalmente, la aplicación del "enfoque mone­ tario de balance de pagos con apertura" que se desarrolló entre diciembre de 1.978 y diciembre de 13S0. Al respecto, véase Basualdo (2006), capítulo 3. 1.12

Estado, empresas y empresarios

liberal en términos estrictos. Además de las discrepancias sobre el tipo de políticas monetarias a aplicar para controlar la inflación, exis­ tió una divergencia mucho más importante en el interior de la alian­ za gobernante (y dentro del gabinete económico m ismo), con respecto al papel que e! Estado debía jugar en el proceso económico (en especial, en lo que concierne a sus funciones como empresario y como promotor de la actividad privada)85. Estas discrepancias im pi­ dieron desmantelar las diferentes políticas de intervención estatal que se venían realizando desde fines de la década del sesenta (como por ejemplo, la promoción industrial, el impulso a la obra pública y el desarrollo de proyectos mixtos de inversión en ramas especial­ mente seleccionadas); e incluso, como se verá más adelante, varias de ellas se ampliaron considerablemente durante el período de análi­ sis86. La diferencia sustantiva con la etapa anterior es que las modifi­ caciones en la orientación y calidad de la intervención estatal generaron condiciones inusitadamente favorables para la expansión y diversificación de los ámbitos privilegiados de acumulación, proce­ so que benefició a un reducido espectro de grandes firmas que logra­ ron articular dos tipos de ganancias extraordinarias:

"f,..J las que provienen de la expansión de los nuevos arre­ gios que se van estableciendo entre cada una de ellas y la flamante cúpula gerencial y tecnocráííca administradora de las grandes em presas públicas y los nuevos em prendim ientos estatales, y las que surgen por prim era vez de la

85 Sobre estos aspectos consúltese Canelo (2004) y Heredia (2004). En efecto, es posible afirmar que esta etapa del m anejo de la política econó­ mica se caracterizó por un alto grado de ambigüedad, en tanto se superpusieron medidas que procuraban disminuir el peso del aparato estatal en la economía (como por ejemplo la privatización total y periférica de ciertas actividades y/o empresas estatales) con otras que implicaban un fuerte nivel de intervención eco­ nómica (tales como los planes de obras públicas de gran envergadura, 3a pro­ moción industrial y la ampliación de¡ complejo militar-industrial liderado por Fabricaciones Militares y otras empresas estatales productoras de insumos bási­ cos corno SOMISA, YPF y Gas del Estado). Esta contradicción resultó ser com­ pletamente funcional a los intereses materiales y políticos de una fracción de la dase capitalista: la integrada por las grandes empresas nacionales y extranjeras estrechamente vinculadas con el accionar estatal. 113

Ana C astelíani

súbita expansión de las inversiones no productivas y espe­ culativas reproducidas m ediante el m ecanism o de la deno­ m inada 'valorización financiera'" (Pucdarelli, 2 004a: 127, destacado y encom illado en el original)

Este carácter dual del nuevo modelo fue señalado tempranamen­ te por varios analistas87. En una interpretación más reciente, Pucdarelli sostiene que durante la dictadura se configuró un modelo de gestión muy particular, el m odelo liberal corporativo, que se dis­ tinguió de los anteriores por combinar las nuevas orientaciones de la tecnocracia liberal liderada por el ministro Martínez de Hoz con las ideas intervencionistas de varios sectores de las Fuerzas Armadas y las viejas prácticas corporativas de ciertas fracciones de la gran burguesía y de la tecnoburocracia estatal (2004:109 y siguientes)88. El objetivo de este capítulo consiste en mostrar cómo, a la par de la puesta en marcha de un nuevo patrón de acumulación de corte regresivo y excluyente, se expandieron notablemente los ámbitos privilegiados de acumulación, proceso que, a su vez, a) agudizó la cri­ sis estatal iniciada durante los últimos años de la ISI y b) fortaleció el poder material de una fracción empresaria estrechamente vinculada con el accionar del Estado.

Los primeros en destacar el carácter dual de ia gestión económica de la últi­ ma dictadura militar fueron Schvarzer (1 9 8 2 ) y Canitrot (1980 y 1982). Una interpretación más reciente y novedosa de este proceso se encuentra en Pucdarelli (2004a). 88 Según la interpretación de Pucdarelli (2004a): "El liberalismo corporativo puede ser considerado, entonces, como una nueva versión, una nueva modali­ dad de capitalismo prebendarlo iniciado en la década anterior y, a la vez, como una nueva etapa del tipo de capitalismo subsidiado, atrasado y periférico implantado en nuestro país junto al esquema de industrialización por sustitu­ ción de importaciones", página 127. 114

Estado, empresas y empresarios

HL1. la nueva orientación de la Intervención estatal: dcsmanídamiento de la estrategia «tótutwa y configura­ ción de un patrón de acumulación regresivo y exchjyente Como se mencionó anteriormente, durante la última dictadura militar se realizó uno de los ajustes más radicales sobre la economía argentina, a punto tal que se logró desmantelar la estrategia de indus­ trialización por sustitución de importaciones vigente durante varias décadas y configurar un modelo de acumulación centrado en la difu­ sión de los denominados "mecanismos de valorización financiera del capital"89. La implantación de este nuevo patrón de acumulación no fue el resultado del agotamiento de la estrategia sustitutiva sino pro­ ducto del convencimiento por parte de la clase dominante local de la imperiosa necesidad de cambiar, de manera irreversible, las condi­ ciones materiales de reproducción de la denominada alianza defen­ siva90, que durante los años anteriores había logrado establecer límites muy precisos a los proyectos encarados por las diversas frac­ ciones de la gran burguesía. Tal como sostiene Basualdo en una inte­ resante apreciación de este viraje en la concepción sobre la crisis social y política que tuvieron los sectores dominantes;

En una sucinta pero precisa caracterización de estos mecanismos, Basualdo (2000b) afirma que " desde 1979 en adelante cuando, en el marco de un dpo de cambio decreciente en el tiempo confluyen la Reforma Financiera con la apertura externa en el mercado de bienes (importadora) y el mercado de capita­ les (endeudamiento externo), el grueso del endeudamiento de las grandes firmas no se orientó prioritariamente, a posibilitar la actividad específica de la firma, sino que se destinó [...] a la realización de colocaciones financieras en e¡ merca­ do interno e internacional. Esta operatoria le permitió al capital oligopólico obtener una ingente renta que, en buena medida, se canalizó hacia el exterior, desvinculándose del proceso económico local. Más aún, ése es uno de los desti­ nos importante de endeudamiento externo, sino en muchos casos de) interno e incluso de una parte de las utilidades obtenidas.en ei desarrollo de su actividad económica", páginas 28 y 29. La noción de alianza defensiva fue desarrollada por O'Donnell hacia fines de los años setenta para explicar las causas de ¡a inestabilidad política en la Argentina durante la segunda IS1, Al respecto, véase O'Donnell (1977). ias

Ana Castellani

"Al tener en cuenta la irrupción del predom inio de la obtención de renta financiera en la econom ía internacio­ nal, y asum ir que el fracaso de las dictaduras anteriores radicaba en haber intentad o disciplinar a los sectores populares im pulsando la expansión industrial, esta vez la estrategia elegida consistió en restablecer el orden capita­ lista m odificando drásticamente la estructura económ ica y social para disolver las bases materiales de 1a alianza entre la clase trabajadora y la burguesía nacional y, de esa mane­ ra, restablecer las relaciones de dom inación permanentes en el tiem po" (2 0 0 6 : 116).

El cambio en la orientación de la intervención estatal se fue configu­ rando durante los años en los que Martínez de Hoz estuvo al frente de la cartera económica. Sus sucesores tras la crisis bancaria y financiera de 1981, no revirtieron los rasgos fundamentales del nuevo patrón de acu­ mulación; por el contrario, terminaron agravándolos con la implementación de ciertas medidas que reforzaron sus rasgos más regresivos, como por ejemplo, la estatización de los pasivos externos privados. Ahora bien, el diagnóstico del equipo económico que asumió en marzo de 1976 era bastante simple: la economía argentina no logra­ ba iniciar un camino de crecimiento sostenido porque durante los años de la ISI se habían consolidado dos rasgos estructurales y perni­ ciosos para el funcionamiento económico que debían ser modifica­ dos radicalmente: la elevada tasa de inflación y un importante déficit fiscal. Estos problemas se originaban en la conjunción de diversos factores que, en la concepción del equipo económico, también debí­ an erradicarse definitivamente: la excesiva injerencia del Estado en las actividades económicas y el alto grado de protección a la industria local. En palabras del propio ministro Martínez de Hoz: "Desde la posguerra hasta 1375 inclusive, la evolución de la econom ía argentina se caracterizó por dos orientaciones pre­ ponderantes. En primer lugar, la estatización y regulación creciente de la econom ía y la asunción del Estado de fundo­ nes propias del sector privado, lo que trajo com o conse­ cuencia no sólo el relativo ahogo o falta de aliciente individual, sino un aum ento del gasto público que no fue correspondido por un crecimiento paralelo de los recursos

11.6

Estado, empresas y empresarios estatales. En segundo término, ios principios de la autarquía que se aplicaron en el país llevaron a un esquema de econo­ mía cerrada que lo aisló de toda corriente innovadora en materia de tecnología y sistemas productivos. Este aisla­ m iento alentó el desarrollo de actividades sobreprotegidas que afectaron al nivel de vida de la población y trabaron el crecimiento nadonal al impedirle sus altos costos el acceso a los mercados internacionales que hubiera permitido lograr­ la econom ía argentina de escala necesaria para una industria nacional fuerte, eficiente y competitiva. El increm ento del gasto público más allá de los recursos tributarios y financie­ ros disponibles, llevó a un déficit dei presupuesto nacional que fue financiado en forma creciente por una em isión monetaria que fue la causa principal, aunque no única, de la inflación argentina que com enzó en 1946. Este factor de inflación encontró a su vez una estructura productiva de m ercados cerrados y concertados, donde los precios n o encontraban un límite impuesto por la competencia interna ni externa. Alta inflación, descontrol m onetario, elevadas utilidades empresarias en ciertos sectores y baja tasa de cre­ cim iento, fueron las características de nuestra econom ía [desde 1.946 hasta 19 7 5]" (1981: 22).

Partiendo de este diagnóstico, el equipo económico se propuso la concreción de tres objetivos simultáneos: 1. la contención de la inflación en el marco de una alteración en la estructura de precios relativos de la economía; 2. la reducción del déficit fiscal a partir de la eliminación de los distintos tipos de "subsidios estatales" (proteccionismo, políti­ ca salarial, promoción desde el Estado de distintos sectores y agentes económicos, etc.); y 3. dotar al conjunto del sistema económico de mayores niveles de "eficiencia" y competitividad. Para lograr estas metas (estabilización, "eficiencia" y reducción del déficit) se instrumentaron una serie de medidas que transformaron sustantivamente el funcionamiento económico y que llevaron a una modificación estructural del patrón de acumulación. Entre ellas, sobresalen: la Iiberalización de todos los precios de la economía, ir/

Ana Castelíani

excepto los salarios; la instrumentación; en 1977, de una profunda reforma del sistema financiero mediante la sanción de dos leyes: la 21.495/77, sobre descentralización de los depósitos, y la 21.526/77 sobre el nuevo régimen de entidades financieras; y la apertura de la economía a los flujos internacionales de bienes y capitales91. Ai ubicar en el tiempo las principales disposiciones que permitie­ ron instrumentar los grandes ejes de reforma estructural diseñadas por el equipo económico, se observa la preponderancia que adquirió la configuración de un nuevo sistema financiero en el funcionamien­ to del modelo de acumulación (cuadro III. 1). En efecto, y a pesar de no lograr la contención esperada de los índices inflacionarios, la con­ ducción económica persistió en el intento de llevar al máximo la libe­ ración de las operaciones financieras y la apertura de ese mercado a los flujos de capitales internacionales, generando tres importantes cambios con respecto al funcionamiento del sector financiero duran­ te los años precedentes: a) la desnacionalización de ios depósitos; b) la eliminación de los controles de la autoridad monetaria sobre la fijación de la tasa de interés, y c) el progresivo endeudamiento del sector privado en el mercado externo (Basualdo, 2006: 128 y 129).

91 Otras medidas relevantes tomadas durante esos años, que dan cuenta del pro­ fundo cambio en la orientación de la intervención económica estatal, son: el incremento en el tipo de cambio real y la reducción de las retenciones a las expor­ taciones agropecuarias; la eliminación de subsidios a ias exportaciones "no tra­ dicionales" (reintegros, reembolsos, etc.}; ia sanción de una nueva ley de radicación para inversiones extranjeras; y !a implementación, hacia fines de 1978, de una política de estabilización de precios basada en los postulados del “enfoque monetario de la balanza de pagos” con el objetivo de hacer converger la tasa de inflación local con la internacional. U8

Estado, empresas y empresarios

Cuadro OLI:

Cronología de fas gairnápaks medid» y t®Bg@£*adas macmecmémicas dd programa aplicado por Maulara de Hoz. Años 1976-1981 Medidas

Años 1976

Devaluación del tipo de cambio, liberación de precios y congela­ miento de los salarios del sector público. Primeros pasos en la transformación del mercado financiero {em i­ sión de valores negociables, letras de tesorería y otros instrumentos de financiación). Obtención de préstamos externos solicitados al FiVII para resolver la crisis externa. Implementadón de un doble tipo de cambio: uno para las operacio­ nes comerciales (más bajo) y otros para las operaciones financieras. Persistencia de índices de inflación elevados.

1977

Acuerdo de precios entre e! gobierno y los empresarios para frenar el proceso inflacionario ("tregua de precios") entre abril y julio. Reforma financiera: nueva legislación que libera ia entrada y salida de capitales, el control del BCRA desaparece, se pueden abrir finan­ cieras que operen con horarios más amplios, se permite la coloca­ ción de múltiples tipos de papeles con intereses a plazo, se habilitan los plazos fijos, se eleva la tasa de interés y luego se la libera.

1978

El tipo de cambio queda retrasado con relación a la inflación (esto beneficia la realización de operaciones financieras pero perjudica a los exportadores). Se establecen precios sostenes para el comercio de trigo. Se comienza con la apertura comercial de la economía. Se profundiza el proceso de reforma del sistema financiero en pos de liberar aún más el mercado. Se bajan a tres meses el plazo mínimo de permanencia en el mercado local para los capitales externos. Se establecen altos encajes (cercanos al 4 5 % ) por los que el BCRA paga una tasa de interés a las entidades bancarias y financieras. Éste se va reduciendo gradualmente a lo largo del año hasta que llegan a ubicarse en torno del 25%. Diciembre: nace la "Tablita" con la intención de controlar ei proceso inflacionario. En ella se prefijaba por ocho meses el tipoi de cambio realizando mínimas devaluaciones. 119

Ana Casteliani

1979

Aumenta el ingreso de capitales provenientes del exterior destinados a la realización de operaciones financieras. Comienza el proceso de endeudamiento de las principales empresas privadas y públicas. Se incrementan las exportaciones agropecuarias por buenas cose­ chas. Las cuentas externas evolucionan favorablemente por un saldo posi­ tivo en el balance comercial (derivado del incremento en las expor­ taciones agropecuarias), por el ingreso de capitales destinados al circuito financiero y por el acrecentamiento de las reservas.

1980

Se agudiza el proceso de apertura comercial: se registra un aumento sostenido de las importaciones Primera crisis financiera. Liquidación del Banco de Intercambio Regional e intervención dei Banco Internacional, Banco Oddone y Banco de los Andes. Se reinstauran ¡as garantías sobre los depósitos. Persiste la inflación y ei retraso cambiarlo.

1981

Crisis de gobierno: recambio del equipo económico. Aumento de las tasas de interés en el mercado internacional. Aumento sostenido del endeudamiento público. Estatización progresiva de ios pasivos privados externos a través de diversos subsidios a los deudores. Devaluación, incremento de tos índices inflacionarios y crisis en el sector externo.

Fuente: Elaboración propia en base.a Schvarzer (1983).

Lejos de permitir ia concreción de los objetivos explícitamente propuestos por el equipo económico, la combinación de estas medi­ das agudizó los principales problemas que presentaba el modelo de acumulación hacia mediados de los años setenta (alta inflación, défi­ cit fiscal y excesiva protección a ciertas ramas de actividad); pero ade­ más, generó nuevos problemas. En primer lugar, se produjo un importante proceso de centralización y concentración del capital que trajo aparejado un profundo cambio en el comportamiento ínter e intrasectorial: el sector manufacturero local se contrajo significativa y heterogéneamente, y perdió el papel dinamizador de la economía

120

Estado, empresas y empresarios

que había jugado en el modelo anterior. Algunos indicadores permi­ ten dar cuenta cabalmente del alcance de esta transformación: en los años posteriores al golpe de Estado, se produjo la quiebra de más de 2 0 . 0 0 0 establecimientos fabriles; el producto bruto del sector cayó cerca de un 20% entre 1976 y 1383 (cuadro III.2), la ocupación dis­ minuyó un 40% en ese mismo período y se redujo el peso relativo de la producción manufacturera en el conjunto de la economía (pasó dei 26,9% al 23,8% ). Más afín, la industria no sólo dejó de ser el núcleo ordenador y dinamizador de las relaciones económicas y sociales, sino que dejó de ser la actividad de mayor tasa de retomo de toda la economía (Schorr, 2005, capítulo 1).

Cuadro HL2: firaltsdón comparada dd FBI global e Industrial eei’raloH» átaofatos y pea: cápita y de la paitidpadóa de la mdwtm sobre d FBI total «mise

1974 y 1983 FBI Valores

Per cápita

Valores

Per cápita

industria/tolaí

1974=100

%

absolutos

absolutos 1i O O

Participación

FBI industrial

1974=100

1974=100

1974

100,0

100,0

100,0

100,0

28,3

1975

99,4

97,6

97,4

95,7

27,8

1976

99,4

95,9

94,5

91,2

26,9

1977

105,7

100,2

101,9

96,5

27,3

84,8

25,2

1978

102,3

95,3

91,2

1979

109,5

100,1

100,2

91,6

25,9

1980

111,2

99,9

96,6

86,8

24,6

19S1

103,7

91,5

81,4

71,8

22,2

1982

98,6

85,4

77,2

66,9

22,2

1383

101,5

86,3

85,1

72,4

23,8

Fuente: Elaboración propia en base a las series estadísticas pre­ sentadas en Martínez (1338). 121

Ana Casteílant

Sin embargo, el impacto de semejante transformación no fue homo­ géneo, hubo desempeños diferenciales que permitieron que derías frac­ ciones altamente concentradas de la industria escaparan de la tendencia general y lograran incrementar notablemente su producción (muchos veces por alto grado de articulación que tenían con las actividades eco­ nómicas estatales), recayendo la mayor carga de la profunda crisis sec­ torial sobre ias empresas más pequeñas y las grandes asociadas con el anterior patrón de acumulación (en especial, aquellas vinculadas con el complejo metalmecánico con eje en la producción automotriz). En segundo lugar, esta estrategia económica implementada en for­ ma paralela a un feroz plan represivo en contra de los sectores popu­ lares, trajo aparejada una profunda redistribución de los ingresos en donde los asalariados perdieron 13 puntos porcentuales de partici­ pación en el ingreso nacional en el primer año de la dictadura y más de 35 puntos de deterioro en los salarios medios reales, en todo el período, como consecuencia del congelamiento de los salarios decre­ tado en 1976, en plena vigencia del proceso inflacionario (cuadro III.3). Asimismo, en la nueva estrategia de acumulación centrada en la expansión de los mecanismos de "valorización financiera", el sala­ rio comenzó a considerarse exclusivamente como un costo de pro­ ducción y perdió su importancia como factor dinamizador de la demanda interna, y por ende, como elemento indispensable para la realización del excedente (Arceo y Basualdo, 1999). Además, la com­ binación de ias políticas mencionadas ocasionó cambios estructura­ les en el mercado laboral, una modificación de los tradicionales patrones de movilidad social y en los niveles de bienestar económico de la población en su conjunto.

122

Estado, empresas y empresarios

Cuadro 10.3:

Brofadóm dd saktío medio y de la prtidpadós de los asdairados en d ingreso nadooái entlxe 1974 y 1983 Años

Salario medio

Participación de los asalariados en e¡ ingreso

1974=100

%

1974

100,0

45,0

1975

98,8

43,0

1976

65,6

30,0

1977

50,8

25,0

1978

53,3

28,0

1979

57,0

31,0

1380

65,5

35,0

1981

61,1

33,0

1982

52,9

22,0

1983

62,8

29,0

Fuente: Elaboración propia en base a las series estadísticas presentadas en Martínez (1993).

En tercer lugar, se incrementó como nunca antes el endeudamien­ to externo (público y privado) y la salida de capitales hacia los merca­ dos financieros internacionales (particularmente, desde fines de 1978), generando una situación externa de alta vulnerabilidad y una constante transferencia de recursos hacia el exterior. La estrecha (y perversa) articulación entre captación de renta financiera en el merca­ do local endeudamiento externo público y privado, y fuga de activos líquidos que definen a la "valorización financiera", combinada con la reestructuración asimétrica de la economía real y la distribución regre­ siva del ingreso señalada precedentemente, desmantelaron los sopor­ tes de sustentación del modelo sustitutivo de forma irreversible. En efecto, debido a la profunda transformación en el funciona­ miento del sector externo, las múltiples crisis que caracterizaron al

123

Ana C asteliani

período sustitutivo se redefmieron sustancialmente92. Al desplazarse el eje de valorización del capital hada la búsqueda de la renta finanriera, quedó trunca la posibilidad de iniciar un desarrollo económico sostenido centrado en la expansión del sector industrial, ya que el des­ envolvimiento económico posterior adquirió características muy dis­ tintas a las de la industrialización sustitutiva. Ei problema dejó de ser el crecimiento errático del producto al compás de la crisis del balance comercial, como sucedía en la dinámica stop and go, y pasó a ser la pronunciada caída del producto industrial y de la inversión interna, combinada con déficit recurrentes y pronunciados en la cuenta corriente y capital del balance de pagos y en ei sector público93. En este sentido, es necesario recordar que durante ia dictadura el endeudamiento estala! alcanzó niveles inusitados: se incrementó un' 377% entre 1976 y 1983 (cuadro 111.4) que modificaron cualitativa­ mente la crisis del sector externo. De esta forma, ios planes de ajuste ortodoxos que tradicionalmente propugnaban los organismos inter­ nacionales de crédito para superar los déficit externos perdieron toda efectividad, ya que ei desequilibrio adquirió rasgos estructurales difí­ ciles de revertir sólo con un ajuste del tipo de cambio que permitiera mejorar la competitividad de la producción exportable. Por el con­ trario, en este nuevo contexto, las devaluaciones terminaron agudi­ zando aún más la crisis externa y fiscal debido a la magnitud que alcanzó la deuda pública.

92 Sobre la naturaleza de estas crisis, consúltese Puccisrelli (2004b). 9^Tal como afirma Basualdo (2Q0Gb): "[...] durante las décadas en que rigió la industrialización sustitutiva, el incremento del endeudamiento externo se pro­ ducía casi exclusivamente cuando las importaciones superaban a las exportacio­ nes, siendo esta última una variable de crucial importancia y en base a la cuai ia oligarquía agropecuaria pampeana expresaba su veto al predominio industrial f...] En ese marco, el resultado de la Balanza Comercial expresaba la pugna entre ambos sectores, irrumpiendo periódicamente déficits que generaban una crisis en ¡a Balanza de Pagos y procesos recesivos. Este comportamiento, que prevale­ ció durante décadas, no se repitió a partir de 1979 , porque el aceleradísimo endeudamiento externo de entonces se inició en una situación externa caracteri­ zada por todo lo contrario, es decir con un superávit en la Balanza Comercial y una inédita disponibilidad de reservas internacionales (diez mil millones de dólares)", páginas 17 y 18. 124

Estado, empresas y empresarios

Cuadro KL4

EroMdési de !st demia o te m total pública j parnés, {en mílloaei de U$S y wlatíóB iteesam ial). Aáos 1376-1983 Afio

Pública

Variación

Privada

Variación %

%

.

3.090

Total -jL _ _ 9.738

Variación %

1376

6.648

1977

8.127

22,2

3.634

17,6

11,761

20,8

1378

9.453

16,3

4.210

15,9

13.663

16,2

1979

9.960

5,4

9.074

113,5

19.034

39,3

27,162

42,7

1380

14.459

45,2

12.703

40,0

1981

20.02.4

38,5

15.647

23,2

35,671

31,3

1982

26.694

33,3

14.Ü09

(10,5)

40.703

14,1

31.709

18,8

13.360

(4,6)

45.069

10,7

1983 1976-1983

377,0

3 32.. 4

362,8

Fuente; Elaboración propia en base a Informe Estadístico de! BCRA, varios años.

En cuarto lugar, cabe señalar que esíe proceso de endeudamiento público deterioró sustancialmente ia capacidad financiera y operati­ va del Estado que, al asumir como propia gran parte de la deuda pri­ vada, se vio obligado a conseguir y transferir masas cada vez más ingentes de divisas hada el exterior94. En efecto, más allá de que una parte considerable de la deuda pública se haya tomado para sostener los mecanismos de valorización financiera desplegados por los agen­ tes privados durante esos años, ante la crisis económica de 1980 y 1981, varios de los grupos económicos nacionales y extranjeros que más se habían endeudado en el exterior (cuadro III.5), se vieron beneficiados por diversas políticas de estatización de sus pasivos externos95. A esta transferencia se le sumaron otros subsidios direo Sobre las características de este proceso consúltese especialmente Basualdo (2000b) y Damill y Frenkei (1954). Para una detallada exposición de los mecanis­ mos que sirvieron para subsidiar y estatizar los pasivos extemos del sector privado, véase Basualdo (2006), páginas 174 y siguientes. ^ Para una detallada descripción de ¡a participaeíón de los grandes agentes eco­ nómicos privados en el proceso de endeudamiento externo, consúltese Basualdo (2006), 167 y siguientes. 125

Ana Castellani

tos e indirectos, tales como la promoción industrial, la fijación de tarifas diferenciales, los reembolsos para ciertas exportaciones, entre otros factores que ampliaron sustantivamente la brecha fiscal dete­ riorando las capacidades financieras del Estado.

Cuadro 111.5 ParíidpadóB de los pómpales grupos «©nómioos locales y extran­ jero®m la deuda atona práda a dkkmbre de 1983 (en miles de U$S) Grupo

Origen de

Monto de deuda

Capital Celulosa Argentina

Nacional

Perez Companc

Nacional

1.503.473 909.696

Acindar

Nacional

652.193

Bridas

Nacional

619.190

Alpargatas*

Nacional

570.569

Techint

Extranjero Nacional

352.714

Garovaglio Y Zorraquín rene

iNacíonai

339.115 223.562

Astra

Nacional

222.545

Astilleros Alianza Iva

Nacional Nacional

189.573

Fiat

Extranjero

Macri

Extranjero

177.875 170.578

Pirelli

Extranjero

127.754

Ford

Extranjero Nacional

95.429

Nacional

91.509

Loma Negra Massuh Total deuda (Grupos seleccionados)

187.885

93.479

6.527.139

Fuente: Elaboración propia en base a Acevedo, eta!. (1990), páginas 143 a 145.

Ahora bien, el debilitamiento del accionar estatal repercutió negati­ vamente sobre los sectores sociales más perjudicados por los cambios en el modelo de acumulación. En efecto, la profunda redistribución regre­ siva de los ingresos y las dificultades para financiar políticas públicas universales modificaron los rasgos centrales de la estructura social que se tomó cada vez más excluyeme, polarizada, segmentada y signada por 126

Estado, empresas y empresarios

la movilidad descendente (Pucciarelli/1998). Precisamente, al desapa­ recer la industria como el principal motor del crecimiento económico, se produjo una caída en los niveles de empleo en los sectores primario y secundario en paralelo a un incremento en el sector terciario y en el de la construcción. Esto permite explicar el desplazamiento de la ocupa­ ción hacia sectores de baja productividad relativa y el empobrecimiento general de vastos sectores de la población (Beccaria, 2003). Finalmente, cabe señalar que el Estado cumplió un papel funda­ mental en la articulación del nuevo patrón de acumulación y en el proceso de expansión del capital concentrado local, ya que reorientó, vía precios relativos, subsidios directos e indirectos, y endeudamiento externo, las transferencias de ingresos en varias direcciones: a) desde los trabajadores hada los capitalistas, b) desde el sector público hacia el sector privado, c) desde el sector industrial hacia el agropecuario, d) desde los pequeños y medianos propietarios hacia los más grandes, e) desde los productores de bienes transables hacia los de bienes no transables; y finalmente, e) desde el Estado nacional hacia los acree­ dores externos.. En efecto,, y en contra de los postulados más básicos de la ortodoxia liberal, el cambio en el patrón de acumulación se logró con un alto grado de intervención estatal aunque con una orientación diametralmente opuesta a la vigente durante los años de 1a ISI96.

96 Tal como sostiene acertadamente Basualdo (2006) en su análisis sobre esta cues­ tión: "Sería un error concebir que la Reforma Financiera, y el proceso que se inició con ella, se basaron en el libre juego del mercado que comenzó a operar sin las 'per­ niciosas interferencias' dei Estado. La sustitución de importaciones había sido un modelo fuertemente estatista, no sólo porque las transferencias de ingresos se cana­ lizaban mediante un sistema financiero centralizado, sino también por la capacidad del Estado para determinar la estructura de precios relativos -incluido el nivel sala­ rial- en el funcionamiento económico, para otorgar subsidios directos e indirectos, etcétera. Lo mismo ocurrió en la dictadura, pero ahora ya no en función de la indus­ trialización sino de la valorización financiera, lo que implicó modificaciones sus­ tanciales -aunque igualmente defmitorias- en la forma de acción estatal, tanto para la conformación de los mercados como para el mantenimiento de la valorización financiera a lo largo del tiempo. [...] En suma, era un nuevo tipo de Estado que, una vez dirimida la puja entre el capital y el trabajo, asumió un papel decisivo en las transferencias intra e intersectoriales del excedente y, en consecuencia, 'en ia formu­ lación del nuevo bloque de poder dominante", páginas 130 y 131. 127

Ana Castellani

En conclusión, es posible afirmar que ia orientación de la inter­ vención económica estatal implementada durante la dictadura oca­ sionó transformaciones profundas y marcadamente negativas sobre el patrón de acumulación y la estructura social argentina generando con­ diciones altamente propicias para la expansión y diversificación de los ámbitos privilegiados de acumulación. Precisamente, en los próximos apartados se analizan la calidad de la intervención estatal (en térmi­ nos de capacidades y autonomía relativa) y el desempeño de ¡as diver­ sas fracciones empresarias, a los efectos de confirmar estos supuestos.

102. La "captura.^ de las dedsion.es estatales por paite de los grandes intereses económicos: el m m oe de los empresarios y los liberales íecmoaáticos dentro dd aparato estatal La crisis estatal heredada del período sustitutivo se potenció nota­ blemente durante la última dictadura militar. Diversos factores con­ fluyeron en este proceso de virtual disolución del Estado construido durante el período anterior, entre los que se destacan: La aplicación generalizada de prácticas encuadradas en el "terrorismo de Estado", que implicaron el uso ilegal de los apara­ tos represivos estatales y erosionaron considerablemente la legiti­ midad de su accionar (Sidicaro, 2001). El inusitado incremento del endeudamiento estatal y del gasto no corriente del sector público destinado a beneficiar a un reducido número de agentes económicos locales qué, hacia el final de la ges­ tión, dejó como saldo un debilitamiento de, las capacidades finan­ cieras (Schvarzer, 1981, Basualdo, 2000b, y Castellani, 2004b), La fragmentación de las decisiones y el reparto de los cargos públicos entre las tres fuerzas, que debilitaron la coherencia inter­ na de la gestión estatal, sumada a las desavenencias entre las diver­ sas fracciones militares por la orientación de la política económica y los enfrentamientos dentro del propio equipo liderado por Martínez de Hoz (Canelo, 2004 y Heredia, 2004). La notable pérdida de autonomía relativa del Estado como con­ secuencia de un proceso de colonización de tos aparatos estatales por parte de los empresarios y los economistas liberales estrechamente vinculados con sus intereses (Basualdo, 2001 y 2006). 128

Estado, empresas y empresarios

Entre todos estos factores, los dos'ultimos fueron cruciales para entender el cambio en la orien tación de la intervención estatal y algu­ nas de sus principales consecuencias: la transformación del modelo de acumulación y la notable expansión de los APA vinculados con el funcionamiento del complejo económico estatal-privado. En efecto, la pérdida de coherencia interna en la aplicación de cier­ tas políticas públicas y por sobre todo, la "captura" de los más impor­ tantes espacios decisorios de la política económica por parte de los capitalistas y/o sus "representantes orgánicos", generaron condiciones muy favorables para la conformación y/o expansión de diversos APA, En el deterioro de la coherencia interna de la gestión pública con­ fluyeron tres cuestiones fundamentales. En primer lugar, las desave­ nencias desatadas entre diversas fracciones de las Fuerzas Armadas en torno de la orientación que debía tomar la política económica del gobierno militar. Siguiendo el sugestivo análisis de Paula Canelo, es posible afirmar que si bien la lucha antisubversiva actuó como ele­ mento de cohesión entre las tres fuerzas, no fue suficiente para acallar las diferencias existentes entre las diversas fracciones, diver­ gencias que se hicieron explícitas a través de la crítica a la política eco­ nómica (Canelo, 2004: 222), Por esta razón, la autora sostiene que algunos sectores de las Fuerzas Armadas (a los que denominó "los burócratas" y "los señores de la guerra") j concebían para el Estado -d e l cual eran parte funda­ m ental- un rol activo y centrai com o promotor económ ico fundamentalmente de una industria bélica que se percibía com o estratégica para la defensa nacional y co m o agente privilegiado de la planificación y el desarrollo nacionales. Estos dos sectores se posicionarían, durante el Proceso, en las Comandancias de los Cuerpos de Ejército y en las gran­ des empresas estatales, industriales y de servicios, territo­ rios desde los cuales no sólo se encargarían de bloquear el -p o r cierto am biguo- "antiestatismo" del elenco económi­ co, sino también de profundizar el intervencionismo esta­ tal que proclam aban com batir los funcionarios del ala económ ica (2 0 0 4 : 2 5 9 y 26 0 ).

Esta particular convergencia entre los "señores de la guerra" y los "burócratas" en cuanto al rumbo que (no) debía tomar la política i 29

Ana Casteliani

económica, se fundaba en los lazos construidos a lo largo de su tra­ yectoria como miembros de los directorios de las empresas públicas que integraban el complejo militar-industrial, y a la fuerte impronta alcanzada por las concepciones industrialistas y desarrollistas en el interior de la rama de Ingenieros, a la cual pertenecían en su mayoría. En este sentido, ios objetivos explícitos del gabinete económico, cen­ trados en la búsqueda de "eficiencia" y el "achicamiento" del aparato estatal “vulneraban la presencia del Estado empresario e interventor que ambos grupos consideraban como primordial para el desarrollo nacional" (Canelo, 2004: 265). Si bien esta fracción proclive ai sos­ tenimiento de las intervenciones estratégicas diseñadas durante los últimos años de la ISI "no ejercieron una presencia pública destaca­ da durante el Proceso, defendieron celosamente sus territorios dentro del aparato estatal, ante los avances de los funcionarios del equipo económico" (Canelo, 2004: 264}97. En esta misroa dirección confluye la interpretación de Sidicaro, en tanto afirma que los propios intereses de ciertas fracciones de las Fuerzas Armadas obstruyeron la posibilidad de llevar adelante un plan de "achicamiento" del aparato estatal como propugnaba el equi­ po económico. De hecho, para el autor, estos intereses estaban mucho más ligados con la posibilidad de mantener algunas preben­ das corporativas, "fuentes de privilegios y negocios", que cuestiones estratégicas vinculadas con la "defensa nacional" (2001: 41). En segundo lugar, la coherencia interna de la gestión pública se vio erosionada por la propia división tripartita de los cargos de gobierno que caracterizó al último golpe militar y que se derivó del carácter ile­ gal y secreto de la lucha 'antisubversiva", en tanto ésta requería de un alto grado de involucramiento en las tareas represivas por parte de cada una de las Fuerzas Armadas. Esto parceló equitativamente los dis­ tintos reductos estatales y obligó a redefinir constantemente los diver­

^ De hecho, la autora señala que " [... |los embates de los sectores estaüstas de las Fuerzas Armadas se organizarán alrededor de la defensa del gasto y la inver­ sión pública, y el rechazo hacia la privatización de las empresas estatales, en sucesivos y elocuentes enfrentamientos públicos con el secretario de Hacienda", Canelo (2004), página 280. 130

Estado, empresas y empresarios

sos acuerdos y "pactos de silencio" entré las tres armas (Sidicaro, 2001: 3 9 y siguientes). En este sentido, es posible afirmar que: "El resultado del 'proceso’ fue una situación de crisis esta­ tal m ucho más profunda que la existente siete años antes. A los aspectos de pérdida de capacidades de gestión buro­ crática se sum aron todos los efectos de ias arbitrariedades, caza de brujas y dientelism os, que en las condiciones de obsecuencia y de terror im perante deterioraron aún más los distintos niveles de la administración pública. La repre­ sión supuso la com plicidad de los funcionarios de nume­ rosos organismos estatales, ya fuese para no dar curso a las demandas judiciales, para tergiversar las informaciones en los medios de com unicación, para 'blanquear' las propie­ dades robadas, para desarrollar persecuciones ideológicas en los ám bitos educativos y culturales, etc. Los procedi­ m ientos autoritarios y los criterios discrecionales que el 'proceso' introdujo en la administración pública, junto con los nuevos 'am igos de los amigos', aum entaron su ineficiencia" (Sidicaro, 2001: 4 5 ).

En tercer lugar, ia coherencia administrativa se debilitó por los enfrentamientos dentro del propio equipo económico liderado por Martínez de Hoz. En efecto, es posible distinguir dos fracciones con intereses diversos (al menos en lo que respecta al tratamiento de algu­ nas cuestiones centrales): por un lado, estaban aquellos miembros que adherían a los principios liberales más tradicionales, como la dis­ minución del gasto público, las privatizaciones de las empresas esta­ tales y la estabilización por canilles ortodoxos; por otro, se encontraban los jóvenes economistas defensores de las nuevas corrientes monetaristas que estaban en boga en la Escuela de Chicago a principios de los años setenta. En efecto, en su análisis sobre las desavenencias en el seno dd equipo económico, Mariana Heredia sostiene que el gabinete lidera­ do por Martínez de Hoz puede considerarse como "[...] un espacio de convivencia entre dos tipos de lib era­ les: ios tradicionales, representantes exclusivos hasta entonces de la filosofía del libre mercado, y los íecnocráti-

131

Ana Castellani

eos que, luego de hacer su primera experiencia durante el gobierno de Sa dictadura, se consolidaron com o los porta­ voces más dinám icos y eficientes del discurso antiestatista con la llegada de la democracia" (2 0 0 4 : 316].

Sí bien existía entre ambos grupos una coincidencia muy general en tomo de ciertos principios básicos deS paradigma ortodoxo, esta­ ban separados por diferencias sustanciales generadas en torno del rumbo que debía tomarse para lograr la estabilización de precios, en donde los nuevos liberales (los "tecnocráticos" en los términos de Heredia), terminarían imponiendo su criterio, hacia fines de 1378, mediante la aplicación del "enfoque monetario del balance de pagos". Pero indiscutiblemente, el factor más decisivo a la hora de entender la crisis del Estado durante esos años, fue la notable pérdida de autono­ mía relativa a la hora de diseñar e implementar las políticas públicas. Dicha pérdida fue el resultado de un inusitado proceso de colonización y captura de los espacios y decisiones estatales desde el inicio mismo de la gestión gubernamental, hecho que expresa con claridad la naturaleza de la alianza social en Ja que se sustentaba el golpe militar98. En efecto, durante la dictadura, y como resultado de los compro­ misos asumidos entre las diversas fracciones que integraban la coali­ ción golpista, los principales resortes decisorios de la política económica quedaron en manos de empresarios o de hombres estre­ chamente vinculados con el mundo de los negocios, en especial, de los economistas liberales "tecnocráticos', pertenecientes a las princi­ pales "usinas de investigación Económica" que se habían conforma­ do (y que se fueron formando) durante esos años en el ámbito local: la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericana (FIEL), el Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (GEMA), y la Fundación Mediterránea (FM). Tal como había sucedido durante la gestión de Krieger Vasena (aunque ahora con mucho más énfasis y en el marco de un contexto

Para un exhaustivo análisis en perspectiva comparada de las diversas coali­ ciones sociales que sustentaron los golpes militares en la Argentina del siglo XX, consúltese Sidicaro (2004). 132

Estado, empresas y empresarios

ideológico internacional más proclive a la difusión y aplicación de las ideas neoliberales), los empresarios y tecnócratas liberales "desem ­ barcaron" directamente en la Administración Pública de la mano del golpe militar, y fueron orientando la intervención estatal hacia la defensa de sus propios intereses, realizando cuantiosas transferencias directas e indirectas al capital concentrada loca! a través de diversos mecanismos de redistribución de los ingresos. Efectivamente, varios propietarios y directivos de las principales empresas y grupos económicos, y diversos miembros de las familias más tradicionales de la oligarquía agropecuaria, ocuparon puestos cla­ ve en el gobierno entre 1976 y 1981 (cuadro III.6 ), Incluso algunas empresas públicas quedaron bajo la administración de los directivos de las firmas privadas que estaban directamente vinculadas con ellas como proveedoras, dientas o contratistas, como sucedió en el caso de Gas del Estado y de YPF. También es destacable la presencia de ban­ queros privados en la dirección de los bancos públicos más impor­ tantes (como el Nación, el Provincia, el Hipotecario y el BANADE), en momentos en los que se acentuaba el otorgamiento de créditos a tasas preferenciales en ei marco de la promoción industrial, y se ponía en marcha una reforma radical del sistema financiero que daba origen a la difusión de los diversos mecanismos de valorización financiera. Cracteo m . 6 :

Empernad» y dfeedÍTOg de em prns que oatpatan osigos pábilo» entre 1976 y 1981 Nombre y apellido ¡. Martínez de Hoz

¡. M. Ocampo C. Zimmermann P. Terán Nogués A. de Achával A- Reynal A. I. Lanusse

Caigo público

Inserción empresaria Diversos grupos: Acindar, Bracht, Roberís, entre los más destacados Pte. dei Banco Nación Banco Ganadero Vicepresidente del BCRA Banco de Galicia Garovagüo y Zorraquín Vicepresidente 2 a del BCRA Director del Banco Garovaglio y Zorraquín Nación (BN) Vicepresidente del BCRA La Agraria P. y A. Laausse Director del BN Ministro de Economía

133

Ana Casteilaiü

¡, Ferreyra Lamas R. Santaniarina ]. ivi, de Anchorena Á. R. Lanusse R. Saiaverren F. Soldad E. Oxenford J. Gamboa M. Braun Lasala D. Lacroze (h) G. Meoii A. Plunkett D. Arias L. Garat F. Puca Prota H, Pizzi R. de la Serna J. Nicholson R. Podestá E. lanetta G. Klein

D. Brunetla C. Echevergaray

Duggan Director de] BN San ta marina Director dd Banco Provincia (BP) Director del BHN Familia Anchorena A. R. Lanusse Director de Ferrocarriles Argentinos Shaw Ministro de Economía de ia Peía de Buenos Aires Grupo Soldad Director del BCRA Grupo Roberís Director de YPF Grupo Bracht Vicepresidente del BANADF, Subsecretario de Familia Braun Menéndez Comercio Familia Lacroze interventor de ia Junta Nacional de Granos Astra Administrador de Gas del Estado Gerente General de Gas del Estado Presidente del INTA Presidente de la Junta Nacional de Carnes Secretario de Minería Interventor Consejo Agropecuario Nacional Director del BANADE Subsecretario de Programación Subsecretario de Promoción Industrial Presidente del BANADE Secretario de Programación y Coordinación Económica Secretario de Energía Vicepresidente BN1

Astra La Martona Familia Pereda Minera Aguiiar y Mactonai Lead Grupo Sotdaís Banco de Italia Ingenio Ledesma Firpo Banco Federal Argentino Shaw y Renault

Renault y Ericsson Carnea

fuente: Elaboración propia en base a diversas fuentes: Heredia (2004), Canelo (2004), Schvarzer (1 9 8 2 ) y Guía de Sociedades Anónimas, diversos años. 134

Estado, empresas y empresarios

Pero además de la presencia directa de los hombres de negocios en ei aparato del Estado, durante esos años Ingresaron nuevos cua­ dros tecnocráticos muy vinculados con los intereses del empresariado. Todos ellos pertenecían a las principales fundaciones de investigación económica de cuño liberal que actuaban en ei país. La mayoría de estas fundaciones, inclusive, se fueron fundando durante los años del "proceso" con el fuerte apoyo económico de varias de las más grandes empresas que operaban en e! país por ese en ton ces". En efecto, excepto FIEL, que había iniciado sus actividades en 1964, ias restantes "usinas de pensamiento neoliberal” se crearon durante la última dictadura: la FM, en el año 1977, bajo la dirección de Domingo Cavalio, con sede en Córdoba; y el GEMA, fundada en la ciudad de Buenos Aires, en 1979. Cada una de ellas "aportó" diver­ sos cuadros tecnocráticos y varias medidas de política económica. En eJ caso de FIEL, ei grueso de ios funcionarios de la etapa ministerial de Martínez de Hoz (y varios de las gestiones posteriores), y tocias las políticas más ortodoxas de estabilización y de reforma del sistema financiero que se aplicaron durante los primeros cinco años de gobierno. En el caso del GEMA, la famosa "tablita" de fijación antici­ pada de la pauta cambiaría y la aplicación de las políticas derivadas deí "enfoque monetario del balance de pagos" con apertura econó­ mica. Finalmente, la FM contribuyó en la realización de las más importantes transferencias de ingresos hacia el capital concentrado local realizadas por el sector público una vez desatada la crisis finan­ ciera de 1.981; los diversos mecanismos de estatización de los pasivos privados externos (Heredia, 2004: 370 y Basulado, 2001: 33). la progresiva ocupación de cargos en el gabinete económico y en otros organismos oficiales por paite de estos economistas "pro esiablishm enf durante la dictadura (véase cuadro 311.7), constituye un dato fundamental a la hora de entender el deterioro de la autonomía del Estado y la orientación que adquirió la intervención económica estatal durante este período ya que ^ ...j la ofensiva de los sectores

^ Para una presentación detallada de ias empresas que financiaron a estas usinas ideológicas y académicas, consúltese Castellani (2006b), Anexa 0, cuadros 2 y 3, 135

Ana Casteliani

dominantes también involucra una serie de iniciativas para nuclear y formar cuadros propios que ¡es garanticen el diseño e implemento ción de ¡as enormes transformaciones que implicaba el desarrollo de la valorización financiera com o nuevo eje de patrón de acumulación interno" (Basuaido, 2001: 33). Coacto WL7: Miembros del gabisete económioo perteaedeatea a las principales ^fendadones de investigación económica'1' en te 1976 y 1983 Miembro

Cargo

Fundación de pertenencia y puesto ocupado en la misma

josé A. Martínez

Ministro de Economía

de Hoz

entre 1976 y 1981 Secretario de .Hacienda durante

Juan Alemán n

la gestión de Martínez de Hoz

FIEL (vicepresiden­ te hasta 1976) FIEL (asesor general)

y ministro de Economía en 1981-1982 José M. Dagnino Pastore

Luis Martínez García

Armando Ribas

Garios Brignone

Representante financiero de Argentina en Europa durante la gestión de Martínez de Hoz y ministro de Economía en 1982 Jefe dd Gabinete de Asesores

FIEL (primer director y asesor)

durante la gestión de Martínez

FIEL (economista asociado)

de Hoz '. Asesor del Gabinete Económico

FIEL (economista

durante la gestión de Martínez

asociado)

de Hoz Asesor del Gabsnete Económico

FIEL (economista

durante la gestión de Martínez

asociado)

de Hoz Manuel Solanet

Secretario Técnico del Instituto Nacional de Planificación Económica Secretario de Hacienda ele la Nación

m

FIEL (consejero académico)

Estado, empresas y empresarios

Carlos Rodríguez

Asesor del Gabinete Económico durante la gestión de Martínez

GEMA (fundador)

Roque Fernández

Asesor dei Gabinete Económico durante la gestión de Martínez de Hoz

GEMA (fundador)

Domingo CavaMo

Asesor Externo durante la gestión

FM (director)

de Hoz

de Sigaut y director del Banco Central en 1982 Aldo Dadorte

Directot del BCRA en 1982

FM (investigador

Humberto Petrei

Director del BCRA en 1962

asociado) FM (investigador

]osé Castro Garaayzábal

Asesor del BCRA en 1982

asociado) FM (investigador)

Rafael Conejero

Asesor del BCRA en 1982 Asesor del BCRA en 1982

Gustavo Parino

FM (investigador) FM (investigador)

Fuente: Elaboración propia en base a los datos presentados en Heredia (2004).

En suma, es posible afirmar que la pérdida de la autonomía estatal y el deterioro progresivo de la coherencia interna fueron los principales factores que potenciaron la crisis del Estado durante la última dictadu­ ra. En este sentido, las palabras de Sidicaro resultan más que elocuentes: "El proceso intentó una 'revolución desde arriba' para esta­ blecer una dom inación social conservadora fundada en la m odernización de la econom ía mediante las políticas libe­ rales de M artínez de Hoz. Esas metas suponían el debilita­ m iento de las clases populares para increm entar las ganancias del gran em presariado y asegurar un m od elo político con baja participación de la población de menores ingresos. En realidad, el gobierno dictatorial definió esos objetivos a partir -de Sa escasa autonom ía q ue le daba el control de aparatos estatales en crisis y desde hacía tiem po invadido por los representantes y los intereses de los prin­ cipales actores socioeconóm icos" (2 0 0 4 : 9 2 ).

137

Ana Castellani

Precisamente, la articulación estatal/empresaria que puso en mar­ cha el cambio en la gestión económica y provocó el debilitamiento de la calidad de las instituciones públicas durante el último gobierno militar, permitió que se generaran las condiciones favorables para la expansión de diversos APA vinculados con el complejo económico estatal-privado, ocasionando profundas transformaciones en ei perfil y desempeño de las fracciones empresarias.

111,3. Intervención estatal y transfomudones en la cópula empresaria: la escansión de los ámbitos piMiegiactm de acumulación ^modados con el feadoaamieaío del complejo económico estaM-ptwado Las principales medidas de política económica llevadas a cabo durante la dictadura militar generaron profundas transformaciones sobre el conjunto de los grandes agentes económicos. Sin embargo, esta reestructuración en el interior de la cúpula empresaria adquirió un carácter sumamente heterogéneo ya que las firmas vinculadas con el complejo económico estatal-privado lograron un desempeño rela­ tivo mucho más favorable y pudieron expandirse dentro del selecto espectro de ias cien primeras. Si se analiza la cúpula tomando en cuenta el sector de actividad en el que operan las firmas (cuadro I1I.8), se observa que las empresas industriales incrementaron notablemente su participación en la gene­ ración de las utilidades de la muestra, pasando de explicare! 58,6% a 89,5%. Este aumento resulta llamativo porque muchas de las medidas implementadas por el equipo económico fueron completamente adversas para la producción industrial y cabría esperar que, en ese contexto, la masa de ganancia obtenida por la fracción industrial hubiese perdido peso relativo en ei total de las utilidades, tal como sucedió con el volumen de ventas (que disminuyó más de 10 puntos porcen­ tuales, pasando de 86,1% a 76,4% entre 1976 y 1983) y con la canti­ dad de firmas que integraban la fracción (que se redujo de 87 a 82). Este comportamiento diferencial en las tasas de participación en las ventas y en las utilidades de la fracción industrial se mantuvo a lo iar-

138

Estado, etn presas y empresarios

go de todo el período, aunque fue más pronunciado durante los pri­ meros años de la gestión económica liberal-corporativa.

Cuadra 1G0L8: BwtadÉa dd perfil «to d a! de fe cúpula empraam catee 1976 y 1983 Sector de actividad

1976

1979

1983

% Empresas

87 86,2

81 79,4

82

% Ventas % Utilidades Rentabilidad sf Ventas

58,6

80,1

83,5

6,7

5,1

10,2

Industria 76,4

Servidos Cantidad

2

4

1

% Venías

1,3

3,1

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas Comerdo

(0,1) (0,4)

£0,i) (0,1)

0,8 0,2

Cantidad

2

2

% Venías % Utilidades

2,1 1,7 6,2

2,4 s/d

0,7

s/d

0,1

Rentabilidad s/ Ventas Petróleo

3,3 3 3,4

Cantidad

6

7

% Ventas

7,8

11,2

8 16,0

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas

35,?

10,3

7,7

22,4

4,7

3,4

Construcdón Cantidad % Ventas % Utilidades Rentabilidad sf Ventas Rentabilidad cúpula Total cúpula

3

6

6

2,6

3,8

3,5

4,5

9,6

1,9

13,1 8,9 100

12,8 5,1 100

3,6 8,6 100

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Prensa E conóm ica, añus 1277, 1980 y 1984.

139

Ana Casteliani

También fue heterogénea la evolución de las tasas de rentabilidad relativa entre los diferentes sectores de actividad para cada uno de los subperíodos considerados. Si bien este indicador se deterioró para el conjunto de la cúpula, tanto el sector industrial como el de servicios, lograron incrementar considerablemente sus rentabilidades prome­ dio y aumentar las distancias con respecto a los restantes sectores, que presentaron una disminución importante en este indicador. En el caso de las constructoras, esta evolución podría estar vinculada con los vai­ venes registrados en el comportamiento de la inversión pública en obras de infraestructura que fue significativa durante los primeros cua­ tro años del gobierno y luego disminuyó considerablemente100. En el caso del petróleo, ias elevadas tasas de rentabilidad registradas en 1976 obedecen a las indemnizaciones estatales que recibieron las dos grandes petroleras extranjeras (ShellyEsso) como "resarcimiento" por los perjuicios causados con la nacionalización de la comercialización de combustibles operada durante el último gobierno peronista101. Ahora bien, si se analiza la evolución de la cúpula tomando en cuenta la forma de organización de la propiedad del capital se puede observar un importante crecimiento de las firmas que formaban par­ te de grupos económicos nacionales (GL) y una leve expansión de los conglomerados extranjeros (CE), en detrimento de las empresas independientes tanto nacionales (ELI) como extranjeras (ET). Efectivamente, los GLy los CE incrementaron su participación tan­ to en la cantidad de empresas como en el porcentaje de generación de las ventas (cuadro 1II.9). Sin embargo, es notable que sólo los GLhayau aumentado su porcentaje de participación en la masa total de utilida­ des, que asciende de 19,4% a 65,1%. Más aún lo es la evolución de la tasa de rentabilidad promedio de estos grupos (que pasa de 6,4%, en 1976, a 15,5% en 1983). En contraste, los CE, las ET y las ELI presen­ taron una notable caída en sus tasas de rentabilidad y en sus niveles de participación en las utilidades totales, situación que, en el caso de las

Para tener una idea de ia magnitud de estos vaivenes, es preciso señalar que entre 1376 y 1979, el FBI en construcción aumentó un 6,4%, mientras que entre 1979 y 1983 cayó un 41%., según datos presentados en Martínez (1998). I®1 Sobre este tema consúltese especialmente Schvarzer (1978). 140

Estado, empresas y empresarios

empresas extranjeras (tanto CE como ET), indica un cambio funda­ mental en el desempeño de las fracciones que integran la cúpula en ese período, ya que, como se señaló en el capítulo anterior, estos tipos de empresas lograban explicar, durante los últimos años de la ISI, ia mayor parte de las ventas y utilidades generadas por el conjunto de los gran­ des agentes económicos locales. Finalmente, eí notable desempeño de las dos Asociaciones (Petroquímica Bahía Blanca y Papel Prensa) en el año 1983, es producto de la aplicación de programas específicos de promoción industrial diseñados a comienzos de la década anterior.

Cuadro DL9: Erotadón «M perfil de la cápala empre«la segCm la fonna de oigasfadón de la propiedad dd capital entre 1976 y 1983 Tipo de empresa*

1976

1979

% Empresas

23

32

39

% Ventas

31,6 19,4

31,5 40,9

38,3

6,4

7,2

65,1 15,5

22 29,4

19 35,1

37,0

49,0

34,5

13,1

5,0

19,9 3,5

£r Cantidad

34

32

24

% Ventas

30,2

23,9

18,2

% Utilidades

23,5

21,4

9,6

Rentabilidad s/ Ventas

7,6

4,5

4,7

15 8,4

17

10

9,6 3,1

5,9

7,7 6,9

1,9

1983

GL

% Utilidades Rentabilidad s/Ventas GE Cantidad % Ventas % Utilidades Rentabilidad s¡ Ventas

25

EU Cantidad % Venías % Utilidades Rentabilidad s/ Ventas

1,4 2,1

*Wota: Para una descripción detallada de esta tipología, consúltese Basualdo (2000a). 141

Ana Castelíani

ASOCIACIÓN Cantidad

1

% Ventas

0,4

% Utilidades Rentabilidad s/ Ventas

0,3

Rentabilidad cúpula Total cúpula

0 0

12,6 8,9

0 5,1

100

100

2 0,8 4,0 46,9 8,6 100

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Prensa Económ ica, años 1977, 1980 y 1984.

Es posible identificar la existencia de una ascendente fracción en el interior de la cúpula empresaria integrada por grupos económicos de capital nacional que operaban principalmente en el sector indus­ trial. Efectivamente, este tipo de empresas se expandió en forma con­ siderable durante la dictadura como ya fuera demostrado por las investigaciones de varios autores102 y como se desprende de los datos presentados en el cuadro III. 10.

Cuadro ID. 10: Evolución de la cantidad de empresas pertm edrate a los petadpala grupos económicos locales entre 1973 y 1983 1973

1983

Bunge & Born

60

63

Perez Companc

10

54

Grupos Locales seleccionados

Variación 1973-1983

Macri (ex Fiat)

7

47

Techint

30 4

46

Bridas

12

43 41

3 44 40 16 39

Garovagüo Y Zorraqutn Soldati (ex Brown Boveri)

15 '

35

29 20

Corcemar

23

30

7

Alpargatas

9

24

15

102 para un tratamiento exhaustivo de estas cuestiones, consúltese Azpiazu, et

sí, (1986), Acevedo, et al, (1990) y Basualdo (2006), capítulo 3. 542.

Estado, empresas y empresarios Celulosa Argentina

14'

Astra

18 5

Arcor Loma Negra Ledesma Fate-Aluar-Madanes

23 21

9 3 15

16

20 16

14

15

0 1

8

15

7

Bagley BGH

6

14

8

6

8

San Martín del Tabacal

4

14 14

L. Bago

2

14

Magnetto-Clarin-Noblc Canak Massuh

1

12

11

4 1

11

7

10

9

Aceros Bragado Indupa (ex Roída Richard)

3

9

6

1

9

a

Astilleros Alianza Atanor

0

9 8

4

. Schcolnik Noel y Cia.

3 0

8

5

7

7

4

10 12

9

Fuente: Elaboración propia en base a Acevedo ef a¡. (1990).

La expansión excepcional de estos grupos locales se originó en un doble proceso vinculado directamente con ia orientación de la inter­ vención económica estatal: a) ia desaparición de varias empresas industriales tías la crisis desatada con la apertura de la economía, y b) las facilidades que tuvieron los grupos para comprar y/o absorber a varias firmas existentes gradas al acceso preferendal al financiamiento público y/o externo que tuvieron durante el período. En efecto, este tipo de empresas logró una perfecta adaptación a las ventajas generadas por 1a gestión económica estatal gracias a sus propias características e s t r u c t u r a l e s 1 ^ . Entre los rasgos más importantes se

103 Tal como afirman algunos investigadores "{...] el creciente predominio de los Grupos Económicos Locales y de las Empresas Transnacionales Diversificadas y/o Integradas no puede ser entendido únicamente como un resultado de la arbitrarie­ dad en el manejo estatal, sino fundamentalmente como derivado de la funcionali­ dad que tuvo la política económica respecto de ias condiciones estructurales que presentaban estos capitales". Azpiazu, etal. ( i 986), página 194. 143

Ana Castellani

destacan: la integración vertical y horizontal de sus actividades, un amplio poder de mercado derivado de sus posiciones oligopólicas, mayores niveles de productividad del capiía! y de la mano de obra, y vinculaciones estrechas con las actividades desarrolladas por el com­ plejo económico estatal-privado104. Asimismo, los GL tuvieron la posibilidad de canalizar hacia el sec­ tor financiero (tanto local como extranjero) gran parte del excedente acumulado en el proceso de producción, obteniendo así, además de las cuasi-rentas de privilegio derivadas de algunas de sus actividades productivas, las cuasi-rentas obtenidas en el circuito financiero (sumamente elevadas en un contexto que combinaba altas tasas de interés y atraso cambiarlo). Además, al tener acceso al mercado finan­ ciero mundial para colocar activos líquidos y para contraer créditos a tasas muchos más bajas que las locales, estos grupos lograron inter­ nacionalizar su proceso de reproducción ampliada del capital. Pero además, hay que tener en cuenta que varias de las empresas que formaban parte de los GL estaban estrechamente vinculadas con el funcionamiento del complejo económico estatal-privado. En ese sentido es importante identificar qué tipo de políticas se implementaron durante la dictadura para ampliar el complejo y cómo incidie­ ron estas nuevas actividades en el perfil y desempeño de las grandes firmas privadas vinculadas, para corroborar la existencia de un pro­ ceso de expansión y diversificación de los APA.

104 Con respecto a este último punto es fundamental retomar una de las hipó­ tesis de trabajo desarrollada por los investigadores citados en la nota anterior, cuando sostienen que el predominio de este tipo de empresas "[...] estaría direc­ tamente vinculado con ía redefinición de las orientaciones del aparato estatal operada durante la dictadura que habría implicado [...] una acentuada reasigna­ ción del excedente hacia las empresas controladas o vinculadas por estos capitales ya no vía el endeudamiento fiscal o previsionai, sino a través de ¡a demanda y oferta de bienes y servicios y el manejo de sus precios relativos y del crédito e, incluso, del acceso diferencial al mismo así como a ios avales o garantías oficiales". Azpiazu, et al. (1986), página 197. 144

Estado, empresas y empresarios

EL3.1. ampliacióndécomplejoeamómia» i-pzivadoyh SamánempmmÉiiñnadsd&rao ©?damoMademm

Ia e^ítmfán déla

sdMdMes

Como se señaló oportunamente, las actividades propias del comple­ jo económico estatal-privado adquirieron un notable impulso a comien­ zos de la década del setenta, en consonancia con el cambio producido en la orientación de las políticas económicas (tanto durante la última etapa de la "Revolución Argentina" como durante la tercera presidencia pero­ nista). Este impulso, a su vez, generó una fuente de incentivo constante sobre la demanda de algunas firmas privadas articuladas como provee­ doras y/o contratistas de las empresas y reparticiones estatales. Paradójicamente, y en paralelo a la aplicación de las reformas libe­ rales, el complejo adquirió un considerable impulso durante la última dictadura debido a ia conjunción de tres factores complementarios105: a) el aumento de la inversión pública en obras de infraestructura y la concesión de obras por el sistema de peaje que generaron numerosas demandas sobre las grandes empresas constructo­ ras (Sade, Techint, Impresit, Benito Roggio) y las más impor­ tantes cementeras del país (Loma Negra, Corcemar, Minetti); b) la puesta en marcha de la política de privatización periférica que abrió nuevas y rentables posibilidades de negocios para algunas empresas privadas de capital nacional, que operaban en el sector petrolero (Perez Companc, Astra y Bridas), y en el telefónico (Standar Electric, Simmens, Equitel, Pecom-Nec); c) 1a fuerte promoción industrial para ciertos sectores considerados estratégicos para el funcionamiento del "complejo militar-indus­ trial", tales como la siderurgia, el cemento, la petroquímica y ei papel, proceso que benefició a numerosas empresas industriales de capital nacional y a unas pocas extranjeras (Celulosa, Acindar, Bridas, Perez Companc, Corcemar, Atanor, indupa, Electroclor).

Estos factores no quitan relevancia a otros que ya estaban vigentes en ei perío­ do como las líneas de financiamiento promocionadas, la compra de insumos pro­ ducidos por las empresas estatales a bajo precio y el acceso privilegiado al sistema de compra de ias empresas y reparticiones públicas. 145

Ana CasEellani

Dentro de este último factor debe incluirse, además, la puesta en marcha de emprendimientos mixtos (estatal/privado) fuerte­ mente promodonados por el Estado, como por ejemplo, el Polo Petroquímico Bahía Blanca106. Este incremento de la demanda estatal, especialmente durante la gestión de Martínez de Hoz (cuadro III. 11), generó importantes con­ secuencias sobre el nivel de actividad, sobre la estructura del gasto público y el funcionamiento del aparato estatal y, especialmente, sobre el conjunto de empresas vinculadas con el complejo. Con respecto al nivel de actividad, diversos investigadores coinciden en señalar que el gasto y la inversión pública tuvieron un papel dinamizador de la economía mucho mayor que en períodos anteriores y que, a pesar de estar concentrada en algunas ramas espeaficas, esta demanda tuvo una sig­ nificativa incidencia sobre muchas otras. Frente al estancamiento rela­ tivo del producto, y en particular dei producto industrial, la demanda

Sólo a título ilustrativo se mencionan los siguientes datos pata cada uno de los factores: a) la inversión pública en construcciones varió en un 45,9% entre el trienio 1970-1972 y el trienio 1977-1979, con la puesta en marcha de numero­ sos planes de obra, especialmente en el rubro energético. Al mismo tiempo, este incremento generó numerosas externalidades positivas para las ramas de la industria vinculadas con la construcción, entre ellas la cementera, que pasó de despachar 5,3 millones de toneladas en 1974 a 7 millones en 1980, y la del hie­ rro para construcciones que aumentó su producción en un 30%, entre 1976 y 1980; b) en ese mismo periodo YPP realizó 37 licitadonfes para ceder áreas petro­ leras a la explotación y exploración privadas. De estas licitaciones, 16 correspon­ dían a tareas de explotación normal de yacimientos existentes. La extracción de petróleo realizada por el sector privado pasó del 25,6% en el total nacional de 1976, ai 40% en 1980. Durante ese período ios pagos realizados por YPF a estos contratistas rondaban los 1300 millones de dólares anuales, situación que llevó a que veinte grupos económicos que no operaban en el sector ingresaran en la actividad petrolera. En el rubro telefónico, ENTEL llamó a licitación para la pro­ visión de 660.000 líneas telefónicas entre 1976 y 1980, y además concedió diver­ sas tareas operativas a nuevos y antiguos contratistas; c) entre 1 9 7 6 y l 9 7 9 se aprobaron proyectos de inversión bajo el régimen de promoción industrial por 3500 millones de dólares, de los cuales una quinta parte correspondían a diferimientos y/o desgravaciones impositivas. Un tratamiento exhaustivo de los dos primeros factores se encuentra en Schvarzer (1982), y para el tercero, véase Schvarzer (1982 y 1983); Ferruca (1985) y Azpiazu y Basualdo (1990). 146

Estado, empresas y empresarios

pública adquirió un papel central. Porto tanto, es posible afirmar que "el gasto público tuvo un papel mucho más dinámico , en términos

productivos, que el asignado por el modelo explícitamente puesto en vigencia en abril de 1976’ (Schvarzer, 1982: 29). QjadfoHI.ll: Brotadón de partidas sdecdomd» del seden pábik® astee 197S y 1980. Valones apresado» a n o poxcmtajei dd PBI (%) ....... Erogacio­ Inversión Gastos en Gastos en dones nes de real (no personal bienes y comentes capital financiera) servidos

Año

Recursos comentes

Eroga-

1975

24,2

29,8

8,9

8,2

16,2

6,3

14,4

1976

26,8

23,7

12,6

10,8

9,8

8,1

9,4

1977

31,0

21,6

12,8

11,4

9,1

6,7

3,0

1978

33,8

26,0

12,0

11,2

10,8

7,5

3,6

1979

30,3

24,6

9,5

8,9

10,5

6,6

3,1

1980

3(5,2

30,8

9,8

9,2

14,0

7,5

4,0

Déficit

Fuente: Elaboración propia en base a los datos presentados en Schvarzer (1982).

Para lograr estos resultados, no sólo se aumentaron ios recursos corrientes, sino que además los asalariados del sector perdieron una parte considerable de sus ingresos reales. En efecto, tomando en cuen­ ta ia evolución de las distintas partidas es posible afirmar que la dis­ minución del déficit fiscal se originó en la fuerte caída de los gastos corrientes, en especial en los salarios del personal, permitiendo así eS incremento del gasto no comente. Asimismo, la multiplicidad de acti­ vidades generadas por el complejo exigió una transformación en las formas de gestión y control administrativo del aparato estatal que ahora debía supervisar a los contratistas beneficiados por la privatiza­ ción periférica y la concesión de obras públicas, y al mismo tiempo, hacer frente a los nuevos núcleos de interés que se conformaban en torno de la realización de las distintas actividades del complejo. Finalmente, las altas tasas de crecimiento del sector público inci­ dieron positivamente sobre una fracción de la cúpula (los GL y ios 147

Ana Casteliani

CE), gracias a las significativas transferencias de ingresos vía precios relativos; la creación de nuevos mercados centrados en requerimien­ tos estatales (energía nuclear, equipos militares, etc.); las modalida­ des de Jas licitaciones públicas de las empresas estatales (en ias cuales se garantizaba el acceso exclusivo a muchos de los GL); la política de stock llevada adelante por las empresas y reparticiones estatales; la transferencia de actividades rentables realizadas por el Estado; etc. (Schvarzer, 1.982). Además, estas firmas tenían una larga historia de relaciones y prestaciones con el sector público y por esta razón, pudieron acceder más fácilmente a las nuevas oportunidades de negocios que brindaban las actividades del complejo. Ahora bien, al analizar el desempeño de las empresas en función de su articulación o no con las actividades del complejo se puede tener una idea más precisa de la importante incidencia que tuvieron las políticas destinadas a su ampliación sobre el perfil de la cúpula empresaria (cuadro III.12)107.

107 para c]asificar a jas empresas se tuvo en cuenta la participación de las mis­ mas en alguna de las políticas vinculadas con los factores que permitieron la consolidación del complejo: privatización periférica en el sector petrolero y tele­ fónico; promoción sectorial en siderurgia, cemento, papel y petroquímica; cons­ trucción de obras públicas; vinculación como proveedora y/o compradora de bienes estratégicos con ias empresas públicas y/o reparticiones estatales. Cabe destacar que, en la mayor parte de los casos, las empresas relacionadas al com­ plejo presentan varias formas de vinculación a la vez. También es importante señalar que para realizar ¡a clasificación no se consideraron otros factores facili­ tadores del proceso de acumulación de las grandes empresas derivados de la apli­ cación del accionar estatal, tales como la promoción de ramas no vinculadas con el complejo, el acceso preferencia! a créditos internos y externos, desgravaciones impositivas, reservas de mercado, etc. Las fuentes consultadas para realizar la cla­ sificación son las mismas que se señalan en el cuadro 111.16. 148

Estado, empresas y empresarios

Cuadro 113.12:

Erotadón dd pcsfil de la cépak ánpreaasia §egé» kim ealadóo coa d complejo económico estatal-privado. A t a 1976-1979-1983 Complejo estatal-privado

1976

Vinculadas % Empresas

18

22

19,9 21,5

19,4 28,6

Rentabilidad s/ Ventas No vinculadas

9,6

7,5

Cantidad

82

78

70

% Ventas

80,1

80,6

72,4

% Utilidades

78,5

Rentabilidad s¡ Ventas Rentabilidad cúpula

8,8 9,0

71,4 4,5

Tota] cúpula

100

% Ventas % Utilidades

1979

5,1 100

1S83 30 27,6 65,9 20,5

34,1 4,0 8,6 100

Fuente: Elaboración propia en base a ios rankings empresarios presentados en Prensa E conóm ica, años 1977, 1380 y 1984,

Esta vía de análisis confirma ia hipótesis de la expansión de ios APA relacionados con el funcionamiento de] compkjo económico estatalprivado planteada en el apartado anterior, ya que la fracción vinculada presentó un excelente desempeño en todos los indicadores relevados vis a vis con los de la fracción no vinculada. Y esto se produjo a pesar de que en esta fracción se encontraban empresas tradicionales de capi­ tal nacional o extranjero que ocupaban posiciones líderes en sus res­ pectivos mercados (por ejemplo, Esso, Shell, Fiat, Molinos, Philips, Ford), Además, en muchos casos, estas firmas se vieron beneficiadas por la aplicación de otras políticas implementadas durante el período, como ia reforma financiera, la promoción de ramas no vinculadas con el complejo (por ejemplo, 3a de alimentos y bebidas) y ia estatización de los pasivos externos, En efecto, en los tres años seleccionados, las rentabilidades pro­ medio de las empresas vinculadas se ubicaron por encima de las de aquellas que no lo estaban y por las de la cúpula en su conjunto, iocre149

Ana Castelíani

mentando a lo largo del período la distancia entre las rentabilidades relativas de ambas fracciones. Al mismo tiempo, aumentó la partici­ pación de las empresas vinculadas en el tota! de la cúpula (pasando de 18 a 30), en la generación de las ventas (de 19,9% a 27,6% ), y espe­ cialmente, en la generación de las utilidades (de 17,7% a 53,8%). Como se puede apreciar, la intervención económica estatal hizo que los comportamientos de ambas fracciones de la cúpula se volvieran significativamente heterogéneos poniendo en evidencia dos procesos: a) el notable avance de la fracción vinculada sobre el conjunto de los grandes agentes económicos, y b) la expansión de diversos APA rela­ cionados con el funcionamiento del complejo. Estos desempeños heterogéneos se corroboran al analizar la evo­ lución de las rentabilidades y los beneficios obtenidos por las empre­ sas que integraban la cúpula en 1983, esta vez clasificadas por intervalos según el monto de utilidades y por su vinculación con el complejo (cuadro III.13). Cuadro ÜL13; Distóbudéa de la omtictoct de empresas y las rentabilidades entie los distintos intervalos de la cápuk osd¿aados por monto fot®! de utilida­ des y clasificadas segfe vinculadán con d complejo. Ato 1983 Empresas ordenadas por mon­ Las prime­ to total de utilidades y por vin­ ras 25 culación con el complejo

Entre los puestos 2 6 y 50

Entre los puestos 51 y 100

Total

1.076.059

Beneficios acumulados

9 0 4.840

193.841 '

(22,622)

Participación en el total

84,1%

18,0%

(2,1% )

100,0

Cantidad de empresas Vinculadas al complejo No vinculadas al complejo

25 15 10

25 7 18

50 8 42

100 30 70

Rentabilidad sobre ventas Vinculadas ai complejo No vinculadas al complejo

21,7% 29,3% 13,0%

4,9% 7,7% 4,3%

(0,5% ) 0,7% (0,2% )

8,6% 20,5% 4,0%

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Prensa Económ ica, años 1977, 1980 y 1984.

ISO

Estado, empresas y empresarios

Los resultados indican que las empresas vinculadas con el complejo eran mayoritarias en el interior del selecto grupo integrado por las firmas que obtenían mayores masas de utilidades en el total de la cúpula (15 sobre 25) y que, además, estas mismas firmas eran las que percibían nive­ les de rentabilidad sobre ventas mucho más altos que los de aquellas que más ganaban, pero que no estaban vinculadas con ei complejo (29, 3% contra 13,0%). Estas diferencias se diluyen progresivamei ite en los siguien­ tes intervalos: son pocas las firmas vinculadas que se ubican entre las segundas 25 y las restantes 50, y si bien las tasas de rentabilidad siguen siendo superiores en todos los casos, las diferencias enire ambas fracciones es relativamente pequeña en comparación con las del primer conjunto. Parece improbable que este derrotero tan heterogéneo de las empresas responda exclusivamente a factores de orden microeconómico sino que, por el contrario, estaría dando cuenta de la estrecha relación que existió entre el desempeño de los grandes agentes eco­ nómicos y la orientación y calidad de la intervención estatal. Por eso, es necesario analizar detalladamente las características estructurales y el comportamiento de las firmas vinculadas.

ML3.2. Peda eatmctwal y desempeño déla übodáfes a®pze$a¡Mpnmlegkéa por d aaaaasr ot&tal El desarrollo del complejo económico estatal-privado adquirió un impulso considerable desde el comienzo de la gestión militar, y en el marco de un profundo viraje en el modelo económico se terminó convirtiendo en uno de los factores determinantes a la hora de expli­ car la expansión de ciertas empresas privadas. En efecto, esta estrategia de fomento hacia ciertas actividades eco­ nómicas combinada con la aplicación de reformas estructurales de corte ortodoxo incidió profundamente en la conformación de la cúpula empresaria. Esto permite identificar dos fracciones bien dife­ renciadas dentro de la cúpula: aquellas vinculadas con las actividades del complejo (y por ende beneficiadas por la política de promoción al mismo) y aquellas que no estaban vinculadas. Para confirmar la favo­ rable incidencia de la intervención estatal sobre las firmas vinculadas, es necesario analizar con mayor detalle las características y la evolu­ ción comparada de ambas fracciones entre los años 1976 y 1983. 151

Ana Castellani

Casi todas las firmas relacionadas con el complejo operaban en tres sectores claves: la industria, la construcción y la actividad petro­ lera. La expansión de las actividades industriales dentro del comple­ jo permitió el ingreso de 8 nuevas empresas del sector dentro de la fracción vinculada (cuadro III. 14). Pero lo más llamativo es que, en 1983, las empresas vinculadas con el complejo presentaron tasas de rentabilidad superiores a las de aquellas que no lo estaban en todos los sectores de actividad. En efecto, en el caso de las firmas industriales, la distancia entre la rentabilidad promedio de las vinculadas y las no vinculadas entre los años 1976 y 1983 se incrementa en forma notable. En el caso de las vin­ culadas, la rentabilidad se triplica (pasa de 7,6% a 24,0%) y esta dis­ tancia es aún mayor si se considera la rentabilidad obtenida en 1979, Por el contrario, la rentabilidad de las empresas industriales no vincu­ ladas disminuye levemente (de 6,5% a 4,9%). Además resulta llamati­ vo que la distancia entre las rentabilidades de las dos fracciones del sector industrial sea muy leve en el año 1976 (7,6% contra 6,5%) y que en 1983, prácticamente se quintuplique (24,0% contra 4,9%).

Cuadro HL14: Composición sectorial de las empresas que integran la diputa. segáis su vtaaaiaáón con d complejo económico estatal-prirado. Años 1976-

1979-1983 Sector

1976

1979

de actividad

Vine, No Total

Vine, No Total

1983 Vine, No Total

Vine,

Vine,

Vine,

Industria Cantidad empresas

13

74

87

12

69

81

21

61

82

Rentabilidad s/ Ventas

7,6

6,5

6,7

5,5

5,1

5,1

24,0

4,9

10,2

1

3

4

Servidos Cantidad Rentabilidad s/

0 -

2

2

(0,4)

(0,4)

2

2

0

23,9 (3,5) (0,1)

1 3,3

1 3,3

Ventas Comercio Cantidad

152

0

0

2

2

0

3

3

Estado, empresas y emprésarios 6,2

Rentabilidad s/

6,2

s/d

s/d

0,1

0,1

5 1,0

8 3,4

Ventas Petróleo

2 4 6 21,9 40,1 22,4

3

4

7

7,5

4,0

4,7

Cantidad

3

6

0

6

13,1

12,8 -

6 6 12,9 4,0

0

Rentabilidad s/

-

4,0

22

100 30

70

Cantidad Rentabilidad s/

3 14,9

Venías Construcción

0

3 -

13,1

Ventas

Total empresas

18

82

100

78

100

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en

Prensa Económ ica, años 1977, 1980 y 1984.

Al contextúa!.izar estos datos, es posible entender con más claridad el significado de los cambios producidos en la cúpula. La gestión eco­ nómica de la dictadura generó dos etapas bien diferenciadas en el desenvolvimiento del sector industrial; entre 1976 y 1978 se mantu­ vo la estrategia de industrialización aunque con un cambio de signo: el énfasis se desplazó desde los bienes de consumo masivo hacia los bienes intermedios y Sos de consumo suntuario; por el contrario, entre 1979 y 1983 las políticas implementadas generaron una crisis sin precedentes en el sector que alteró los patrones históricos de la industrialización (altas tasas de interés, combinadas con atraso cam­ bian o, reducción arancelaria y distribución regresiva del ingreso). La magnitud de la caída en el producto industrial fue notable. Al com­ parar el nivel de 1979 con el de 1983 se registra un descenso de más del 15%; por eso, es tan significativo que en ese contexto las empre­ sas vinculadas pertenecientes al sector industrial hayan evolucionado tan favorablemente (Azpiazu, et al. 1986: 89 y siguientes). También arroja resultados llamativos la comparación entre las rentabilidades promedio de las dos fracciones que integran el sector petrolero, en ese sentido las grandes diferencias entre las tasas obte­ nidas por las firmas vinculadas y las no vinculadas en 1983 (14,9% y 1 , 0 %) muestran las ventajosas condiciones en ias que operaron las firmas que participaron en la privatización periférica de YPF en rela­ ción con aquellas que no accedieron a este negocio. Entre 1979 y 153

Ana Castellani

1.983 las tasas de rentabilidad sobre ventas de las petroleras vincub’ das con el complejo aumentaron casi cuatro veces. Parece evidente que, tras la privatización periférica de actividades de explotación y exploración de petróleo, las empresas contratistas lograron fijar nive­ les de precios muy convenientes para su producción destinada a la propia empresa estatal que le había cedido los yacimientos y/o áreas de exploración previamente108. Un comportamiento similar en la dinámica de las fracciones se observa al analizar la organización de la propiedad de las empresas (cuadro IIÍ.15). Al considerar las tasas de rentabilidad obtenidas por las empresas que formaban parte de los distintos GL vinculados con el com pkjo (componente mayoritario de esta fracción durante todo el período) se puede apreciar que este indicador se incrementó con­ siderablemente entre 1376 y 1983 (pasando de 8,1% a 20,3% ) y que en el año 1983 fue mucho mayor que ei obtenido por los GLque no estaban vinculados (20,3% contra 8,2% ). Esta distancia se agudizó considerablemente entre 1979 y 1933, ya que en los años anteriores las diferencias entre ambos tipos de GL no superaban los 4 puntos porcentuales. La contracara de ambos fenómenos (avance de los GL en el inte­ rior de la fracción vinculada y de la cúpula en su conjunto y del incremento relativo de las rentabilidades de ios GL entre 1976 y 1983) fue el marcado deterioro en la participación de las ELI y ias ET ( tanto dentro de la fracción como del total de la muestra) y la dismi ­ nución de las rentabilidades relativas de aquellas empresas que no estaban vinculadas con las operaciones del complejo.

El análisis pormenorizado del proceso de conformación y el modo de fun­ cionamiento del APA generado en tomo de Ja privatización periférica de YPF se presenta en e! capítulo V. 154

Estado, empresas y empresarios

Oraste 11.15: Composición por Upo de empresa de las femas que inferan la cdptsla ssgán « i ¥iacaladóa co» el complejo ecoaémico ratatal-pswado Tipo de Empresa

Vine. No Total Vine.

GL Cantidad

1979

1983

Vine. No Total Vine.

Vine N o Total

1976

Vine.

12

16

28

15

17

32

21

18

39

8,1

4,7

6,4

7,2

6,1

7,2

20,3 8,2

22 13,3

3 6,1

36 4,9

19 5,0

5

20

25

12,3 2,8

3,5

1 23 33,4 3,2

24 4,7

1 9 (7,1) 2,7

10 2,1

empresas Rentabilidad s/

15,5

Ventas CE Cantidad Rentabilidad s¡

2 20 24,6 12,3

Venías ET Cantidad Rentabilidad s/

2

32

34

3

29

32

5,8

7,6

7,6

12,5 4,0

4,5

1 14 12,7 8,7

15 9,0

1

16

17

8,9

1,6

19,4

0

0

Ventas EU Cantidad Rentabilidad s/ Venías Asociación Cantidad Rentabilidad s/

1 0 12,6 -

Ventas Total empresas

18

82

1 12,6 100

0

2

0

46,9 22

78

100

30

70

2 46,9



100

Fuente: Elaboración propia en base a los rankings empresarios presentados en Prensa E conóm ica, años 1977, 1980 y 1984.

Resulta evidente que ios diferentes comportamientos registrados por las diversas fracciones empresarias de la cúpula durante el último gobierno militar no se explican por el sector de actividad en el que operan las firmas ni por la forma de organización de la propiedad del capital de las mismas, sino por la vinculación que mantienen las

155

Ana Castdiani

empresas con las actividades generadas por el complejo económico estatal-privado. En este sentido es necesario profundizar el análisis realizado hasta ei momento para tratar de corroborar las tendencias que se observan a partir de ios datos agregados en un conjunto más reducido de empresas vinculadas. En el cuadro III. 16, se presenta eS listado de las firmas que integran la fracción vinculada en el año 1383, señalando la/s forma/s específica/s de vinculación con el complejo así como también los organis­ mos y/o empresas públicas con las que se relacionan. Como se puede apreciar, la mayoría de las firmas están vinculadas por más de una razón (Sade, Techint, Indupa, Bridas y Desaci son ejemplos ilustrati­ vos al respecto) y, a la vez, la promoción sectorial estratégica del sec­ tor petroquímico y la privatización periférica del sector petrolero son las formas más habituales de vinculación con el complejo (entre otras empresas, se destacan en este grupo, Atanor, Astra, Bridas, Pasa, Polisur y Perez Companc). También son varias las firmas dedicadas a la construcción de obras públicas de gran porte que, además, en muchos casos, se vieron bene­ ficiadas por la privatización periférica del sector petrolero que gene­ ró importantes demandas para este tipo de firmas (tal es el caso de Sade, Sideco y Techint). Finalmente, en relación con este punto, cabe resaltar que la mayor parte de las empresas vinculadas en el año 1983 formaban parte de los GL que más se expandieron durante todo el período (tales como Bridas, Perez Companc, Garovagiio y Zorraquín, Techint y Macri) y que, prácticamente todas las firmas se vieron beneficiadas por el pro­ ceso de estatización de los pasivos privados.

156

131.16 Cuadro

Ferft! «fe fas empresas rámladas am d complejo en d afio 1983 segpSa sector de actmdad» tópe de oigmáadón. de la propiedad dd capital, paiüdpadón en la de¿da esterna, y foma de rácnladóa con d romplgo.

Estado, empresas y empresarios

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