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Spanish; Castilian Pages [265] Year 1992
Primera edici6n, 1986. Segunda edici6n, 1987. Tercera edici6n, 1989. Cuarta edici6n, 1992.
Produce: SGEL - Educaci6n Marques de Valdeiglesias, 5-I 0 - 28004 Madrid
© J. Borrego, J. G. Asensio y E. Prieto, 1985 © Sociedad General Espanola de Librerfa, S. A., 1985 A vda. Valdelaparra, 29 - 281 00 ALCOBENDAS (Madrid)
ISBN: 84-7143-316-8 Deposito Legal: M. 16.035-1992 Impreso en Espana - Printed in Spain
Compone: ANDUEZA Imprime: NuEVA !MPRENTA, S. A. Encuaderna: F. MENDEZ
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INTRODUCCION
Este trabajo sabre el subjuntivo nace con dos objetivos basicos de caracter complementario: trata, por un lado, de servir de libra de consulta para todos aquellos que -hablantes de espaiiol o no- quieran conocer la regla que explica el funcionamiento del modo en una secuencia concreta. Este primer objetivo es, pues, eminentemente practico. Pero trata por otra parte, y con no menos ahinco, de contribuir a incrementar o mejorar, siquiera sea modestamente, lo que de esta parcela conoce la gramatica descriptiva del espaiiol. Persigue tambien, por tanto, objetivos te6ricos. La configuraci6n entera del libra viene explicada en gran parte por este dificil equilibria entre teoria y practica, que obliga a conjugar la exposici6n sucinta y clara de las reglas con la utilizaci6n de un aparato conceptual a veces complejo, pero necesario para poner arden en los heterogeneos materiales e ideas expuestos ya por otros, para deslindar matices fundamentales o para desbrozar parcelas todavia inexploradas. Aunque el lector podra encontrar en ellibra varios apartados distintos, la division que vertebra todo el trabajo es la que separa los usos en que el subjuntivo no alterna con el indicativa, de aquellos otros en que tal alternancia es posible. Esta diferenciaci6n, que puede parecer heterodoxa al lector no avisado, se justifica asi: 1. Desde la teoria lingiiistica hay una diferencia radical entre (1) por un lado y (2) y (3) por otra:
(1) (2) (3)
Te traigo el libra para que lo leas. Voy a casarme con una chica que cocina muy mal. Dile a Emilio que bebe poco.
Los lingiiistas, en efecto, dirian que en (1) el subjuntivo esta contextualmente condicionado, que no se opone a otro elemento similar y que, por tanto, carece de «valor» en el sistema de la lengua, dando a «valor» el sentido tecnico acuiiado por Saussure. En (2) y (3), en cambia, cocina y bebe no son formas automaticamente condicionadas, :.-
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se oponen respectivamente a cocine y beba, el subjuntivo aporta sus propios contenidos y Ia prueba de la conmutaci6n lo cataloga, por tanto, entre los elementos pertinentes del sistema del espaiiol. Desde otro punto de vista, Ia aparicion del indicativa en (1) (lees por leas) produce oraciones agramaticales, esto es, secuencias que cualquier hablante nativo reconoce como contrarias a las reglas de su propio idioma. (2) y (3), en cambio, Beven uno u otro modo en el verbo subordinado, son oraciones espafiolas impecablemente construidas. La gramatica debe, por tanto, arbitrar mecanismos para evitar el cambio de modo en la primera oracion, pero no asi en las· dos ultimas, que unicamente tendrian una interpretacion distinta. 2. Si la diferencia teorica es importante, no lo son menos las repercusiones prt1cticas. Errar en el modo de la subordinada de (1) y , decir, por tanto, «para que lo lees» puede resultar una aparatosa muestra de impericia lingiiistica; pero, si bien se mira, ese yerro no repercute en Ia comunicacion, pues el contenido de lo transmitido sigue quedando perfectamente claro. Por el contrario, alterar el modo de cocinar -en (2)- y heber -en (3)- puede conducir a equivocos de importancia. Uno de los autores de este libro recuerda a aquel extranjero que le manifesto su deseo de casarse con una chica «que cocinara muy mal»: al oirlo quedo sumido en la mayor perplejidad, dado que el muchacho estaba escmilido y no era facil entender tan peregrina exigencia. Hasta que por fin se aclaro que ya habia encontrado hacia tiempo a Ia dama de sus pensamientos, Ia cual a la sazoh, y desgraciadamente, cocinaba muy mal. El uso del indicativa desde el principia habria deshecho cualquier malentendido. En cuanto a la oracion (3), Ia conduda de Emilio seguramente sera distinta segun que la instruccion que le transmitamos vaya construida con hebe o beba. No debe, en consecuencia, resultar extraiio que las reglas que gobiernan el modo de leer -oracion (1)- vayan separadas de las que gobiernan el de cocinar o heber --oraciones (2) y (3)-: Ia violacion de unas y otras tiene efectos bien distintos. 3. Por ultimo, aunque este tipo de justificacion no seria valido sin los otros, aiiadamos que autores prestigiosos han defendido o utilizado una presentaci6n parecida: Bull o Ramsey, citados en Ia bibliografia que incluimos, pueden ser buenos ejemplos. Por lo demas, dentro de los dos grandes apartados en que estudiamos los usos del subjuntivo, si hemos respetado Ia clasificacion tradicional por estructuras: «oraciones sustantivas», «oraciones de relativo», «on'lciones adverbiales», «oraciones independientes». Es importante recordar, sin embargo, que empleamos estas etiquetas porque resultan familiares al usuario medio y tienen, por tanto, un alto valor
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orientativo. Es decir, se trata de que el lector encuentre cada construccion donde esperaba encontrarla, y no de revisar criticamente la inclusion de cada una en un apartado u otro. Emprender esta ultima labor se saldria de los objetivos que nuestro libra persigue. Nadie debe sorprenderse, por tanto, del cankter de «cajon de sastre» que muestran las «adverbiales»; o de que bajo la etiqueta de «independientes» se acojan, como ya veremos, todos aquelios casas en que el subjuntivo se explica por circunstancias ajenas ala subordinacion misma, aunque no siempre las reglas se circunscriban a oraciones propiamente independientes. . Dedicamos un capitulo --el primero- a los valores generales de las formas de subjuntivo y a las relaciones, paradigmaticas o sintagmaticas, que establecen entre elias y con las de indicativa. Y es que nos parece bastante natural que qui en va a hablar de la utilizacion de· determinados elementos -lingiiisticos o no- comience por su presentacion y descripcion. Por lo mismo, este capitulo va al principia y no al final, que seria Ia otra opcion posible. En cuanto a la presentacion de Ia materia, esta se ha dividido en 77 reglas, numeradas correlativamente a lo largo de todo el libra. Cada una de elias va encabezada por un cuadro en que se exponen, de la manera mas escueta posible, tres tipos de datos: 1) a que clase de estructura se aplica; 2) cual es el contenido de la regia; 3) que efectos se derivan de Ia violacion o no cumplimiento de esa regia. Sigue inmediatamente despues una explicacion pormenorizada de cuanto se ha enunciado en cada uno de los tres apartados, utilizando en la medida de lo posible terminologia familiar y ejemplos de Ia lengua viva. En ningun momenta hemos querido falsear los hechos para simplificarlos -tentacion ala que es facil y frecuente sucumbir-, pero tampoco complicarlos mas de lo necesario. De ahi que cuestiones teoricas marginates o demasiado especializadas vayan en nota a pie de pagina. Resultara niuy uti! recordar que las notas se dedican exclusivamente a tal menester y que, por tanto, los no lingiiistas pueden prescindir de elias. Asimismo, que los cuadros recogen de forma sucinta, pero completa, toda Ia informacion pertinente desplegada en el texto que sigue a cada uno. Algunos de ellos llevan elnumero que identifica la regla,_tipograficamente destacado: Io que tal convencion significa es que esa regia merece especial atencion por pertenecer al andamiaje basico de normas que sirve de sustento a otras. Los ejercicios que se incluyen al final del libra no estaban en el plan inicial; han nacido a posteriori como un reto: (,la teoria expuesta en el libra tiene la suficiente virtualidad practica como para poder aplicarla a problemas concretos de uso? Nosotros, despues de elaborar y resolver los ejercicios, creemos que 'si. Pero el lector tiene la
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ultima palabra. Sepa, antes de enfrentarse con ellos, que son de dos tipos: en unos Ia libertad de improvisaci6n es poca, puesto que presentan estructuras que hay que manipular o completar; otros son mas creativos, y tratan de enfrentar al que los hace con situaciones mas o . menos reales de uso. Cada uno de los dos tipos de ejercicios, como se explica en el encabezamiento que los precede, lleva una numeraci6n diferente. Terminamos aconsejando a quien se adentre en el tema, que no se desaliente ante el numero de reglas y que desconfie de exposiciones simplistas que dan cuenta del subjuntivo espafiol recurriendo a una pareja de conceptos. El funcionamiento del modo es cuesti6n compleja, ligada, si, a Ia semantica, pero dependiente en gran parte del tipo de estructura sintactica en que se incluye. Por eso cada una de nuestras reglas se refiere al ambito estructural de su aplicaci6n. Del parrafo anterior, sin embargo, no debe concluirse: a) Que complejidad se identifica con caos o desorden. Esperamos que haya quedado claro en este libro que Ia casuistica de usos del subjuntivo, por exhaustiva que sea, puede someterse a normas, incluso mas facilmente que otros temas de Ia gramatica espanola «COO mttjor fama». b) Que negamos al subjuntivo una caracterizaci6n unitaria, un valor general en cuanto modo. Noes asi. Pensamos que puede tenerla, si bien en niveles de abstracci6n incompatibles con toda operatividad practica. Y desde luego ese valor general no es la «duda», Ia «no-realidad», la «no-efectividad», la «anticipaci6n», etc., como a menudo se dice. £,Es que acaso es posible hallar esos valores en todo subjuntivo que aparece con el hecho de que, las concesivas de presente, lo malo es que y tantas y tantas estructuras? «On pourrait caracteriser le subjonctif par la notion de "suspension de !'affirmation" ( ... ). Le mode s'applique done parfaitement a des faits reels, mais seulement quand on ne veut pas les affirmer ou quand ce n'est pas necessaire» 1 . Exacto: con el subjuntivo el hablante suspende todo compromiso con la verdad de la oraci6n porque no quiere o no es necesario afirmarla, como dice Ia cita, o porque no esta en condiciones de hacerlo, podria afiadirse. Creemos que esta es Ia buena direcci6n, aunque no sea ahora el momento de proseguirla. Solo nos resta afiadir que hemos procurado ser lo mas exhaustivos posible en la recopilaci6n de aquellas construcciones que admiten o exigen subjuntivo. Las que unicamente admiten indicativa no apare1
K. Togeby, Mode ... (ver bibliograffa), pag. 118 . .
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cen (o aparecen encontadas ocasiones) y su omision, por tanto, tambien es significativa. Procediendo asi no solo nos ajustamos a lo que el titulo dellibro promete, sino que seguimos el parecer mayoritario de los lingiiistas, para quienes el subjuntivo es el modo «marcado», mientras el indicativa es el «general» 2 • La regia pnictica que de lo dicho se desprende es: usese el indicativa si no es aplicable ninguna de las reglas que conducen al subjuntivo y el verba va en forma personal no imperativa. Por lo que respecta a las formas no personates, y en concreto al infinitivo, es objeto de nuestra consideracion repetidas veces, pero solo en la medida en que, de no aludir a el, nuestras propias reglas darian Iugar a oraciones inaceptables. Es decir, lo tratamos unicamente cuando esta en estrecha relacion con el subjuntivo. Un aviso final: al indice convencional hemos aiiadido un indice de las particulas y nexos citados en el texto, con indicacion del modo con que se construyen y de las reglas que les afectan. Creemos que facilitara la consulta rapida y servira de ayuda en la resolucion de los problemas concretos de uso.
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SIGNOS CONVENCIONALES
* = Secuencia inaceptable. ?? = Secuencia de muy dudosa aceptabilidad. ? = Secuencia poco recomendable, de aceptabilidad discutible. = = Equivalente (pero no necesariamente identico) en significado. =f = Distinto de. ESQUEMA-MODELO DE LAS RE(}LAS
.----------1:
REGLA ....
:1----------.......,
Estructura: Regla: Efectos de Ia violaci6n:
2 E. Alarcos, E ... - Vz.
E.V.: El uso del subjuntivo por el indicativa produce muy a menudo secuencias inaceptables. El uso del subjuntivo por el infinitivo no tiene (al menos para aquellos hablantes que aceptan este modo) efectos apreciables. El uso del indicativa por el infinitivo o el subjuntivo cambia el sentido de la oraci6n al hacerle perder su contenido deliberativo. Como es sabido, las .oraciones interrogativas indirectas, objeto de esta regia, van introducidas por SI, QUE, CUAL, QUIEN, CUANTO, DONDE, CUANDO, COMO precedidos o no de preposici6n, y siempre contienen en su seno una estructura interrogativa ( aunque la secuencia no siempre equivalga a una pregunta): Dime quien te escribe (i,quien te escribe? Dimelo). No se quien ha dejado la puerta abierta (i,quien la ha dejado? No lo se). (3) No importa donde estan (i,d6nde estan? No importa).
(1) (2)
Llamamos interrogativas deliberativas a aquellas en que el hablante esta pensando en cual conviene que sea la conducta que adopte, es decir, esta deliberando sabre su actuaci6n: (4) Necesito enterarme de cual ha sido el resultado (no deliberativa: manifiesto mi ignorancia del resultado y mi necesidad de enterarme, pero no estoy deliberando). (5) No se que hacer (estoy sopesando los prosy los contras y aun no me he decidido: deliberativa). Pues bien, son estas interrogativas deliberativas (que, por cierto, van tipicamente introducidas por no se) las que admiten el subjuntivo -:-presente o imperfecto-- en alternancia con el infinitivo.
R. 49
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(6) No se que te diga (que te dijera; que decirte). (7) No se si vaya o no (si fuera o no; si ir o no). Es preciso hacer notar que, como ya hemos visto que es propio de Ia alternancia subjuntivo-infinitivo (ver R. 15, R. 16, R. 48), esta tambien ahora se produce cuando el sujeto del V 1 y el del V2 coinciden, que es cuando Ia interrogativa tiene un autentico valor deliberativo. En cuanto a los efectos de Ia violaci6n: •
Indicativa por infinitivo o subjuntivo en deliberativa: perdida del sentido deliberativo: (8) -i,Vas a salir esta noche? -No se que hare. (el hablante se Iimita a seiialar ignorancia respecto de su conducta futura). (9) -(,Vas a salir esta noche? -No se que ·hacer (que haga). ( el hablante esta sopesando los pros y contras para to mar una decision).
•
Subjuntivo por indicativa:
(10) * Yo s6lo pregunto quien haya venido (INACEPTABLE). Debe fijarse el lector en que no hemos dicho que el uso del subjuntivo por el indicativa sea siempre inaceptable. Diversos autores citan ejemplos validos 48 • Pero curiosamente todos esos ejemplos tienen un cierto sabor deliberativo, si no puro, porque el hablante nose interroga sobre su conducta,. si presente o mas o menos insinuado, porque el hablante da a entender un cierto conflicto interior sobre Ia verdad de algo. Comparese: (11) Dime quien ha venido (pido, sin mas, respuesta para algo que ignoro). 48 Veanse, por ejemplo, A. Bello, Gramatica de la Lengua Castellana (edici6n de R. Trujillo), Tenerife, Ediciones del Cabildo Insular, 1981, parrafo 1.155; M. Molho, Sistematica del Verba Espaftol, Madrid, Gredos, 1975, pp. 417-18; M. M. Ramsey, A textbook of Modern Spanish (revisado por R. K. Spaulding), Holt, New York, 1956, pag. 474, nota; K. Togeby, Mode, aspect et temps en espagnol, Copenhague, Munksgaard, 1953, pag. 17.
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No averigu6 d6nde estaba (manifiesto simplemente que ei no sali6 de su ignorancia). (13) No conviene preguntarse ahora emU sea el origen de nuestras creencias 49 ( doy a entender la existencia de varias ideas encontradas y aconsejo no iniciar el proceso de decantaci6n en favor de una de ell as) ~ 0 .
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Ejemplo de Ortega citado por Togeby, op. cit., pag. 17. En las estructuras interrogativas subyacentes al tipo de construcci6n con subjuntivo ejemplificada par (13) parece haber siempre un futuro modal de los que el hablante usa para formularse preguntas a si mismo o a un interlocutor que el supone que no tendra Ia respuesta: «i,Ouien andara en el desvan?>>, El ejemplode Bello (parr. 1.155) «Nose sabe quien haya dado Ia noticia>> viene a equivaler a