El evangelio frente al desorden mundial [1a ed.]
 9681332660

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El Evangelio frente al desorden mundial Michel Schooyans Prôlogo del Gardenal J. Ratzinger

La pimesta cieulpi de ui j| iëbaies pKliîs adiMes subre la ptoKica

El Evangelio frente ai desorden mundial

Michel Schooyans

El Evangelio frente al desorden mundial La respuesta cientîfica de la Iglesia

ante los grandes debates polîticos actuales sobre la bioetica

MEXICO

PRIMERA EDICIÔN, JUNIO DEL 2000

Diseno de portada: Puntotr3s

Ilustraciôn de portada: Edificio de la Organizaciôn de Naciones Unidas, Nueva York. ISBN 968-13-3266-0

DERECHOS RESERVADOS © - Titulo original: L'Evangileface au desordre mondial de Michel Schooyans, © Librairie Arthème Fayard,

1997 —Traduccion: Patricia Straulino — Copyright © 2000 por Editorial Diana, S.A. de C.V. —Roberto Gayol 1219, Colonia Del Valle, Mexico, D.F., C.P. 03100.

IMPRESO EN MEXICO — PRINTED IN MEXICO

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida enforma o por medio alguno, electrônico o mecânico, incluido elfotocopiado, la grabaciôn o cualquier otro sistema de almacenamiento y recuperaciôn de informacion, sin permiso por escrito del Editor.

Contenido

Agradecimientos Abreviaturas

Prôlogo

XIII XV

XVII

Introducciôn: La buena nueva de una gran alegrîa

XXI

Capitulo L La vida humana, amenazada

Un cuadro deprimente

1

El aborto Prâcticas médicas abusivas La eutanasia

1 4 5

La vida agostada en su misma fuente

6

Prâcticas con incidencias nefastas

9

El sida y el suicidio

9

No olvidemos el pasado

11

La historia

11

El pasado reciente En nombre del "interés superior"

12 15

Poderosos agentes de divulgaciôn Instituciones pûblicas internacionales

16 17

Los gobiernos nacionales Las organizaciones privadas

20 22

Los medios de comunicaciôn

24

VI

Capitulo 2. La coaliciôn ideolôgica del "género" Nueva consideraciôn del socialismo y el liberalismo . La ideologïa socialista Malthus y la ideologïa libéral

27 27 29

Eugenesia y neomalthusianismo Conjunciôn de socialismo y liberalismo La ideologïa del género

30 32 35

Se reactiva la lucha de clases La influencia del estructuralismo

36 38

Desnaturalizar y reconstruir la sociedad El género en la ONU

39 42

Capitulo 3. El "Nuevo paradigma" de la OMS La OMS y el Banco Mundial Dimensiones polîtica y econômica de la salud

46 46

La tendencia de la conferencia de El Cairo cHacia una reforma de la ONU?

48 51

El Banco Mundial y la "tasa de morbilidad global" " cîSalud "pûblica"? Le Seuil, Paris, 1995. Véase, texto en DC, op. cit.

33

do los principales argumentos que se exponen para "justificar" el desprecio a la vida humana. Estas dos ideologîas incluso estân coludidas con esefin; a eso se debe laviolenciay sin précédente en la historiay con que se ataca la vida humana. A esta conjunciôn ideolôgica se agrega un reforzamiento de ciertos temas caracterïsticos, de los cuales no mencionaremos sino unos cuantos ejemplos.

El asunto de la internacionalizaciôn vuelve a surgir con la dénomination de "nuevo orden mundial", el cual ocasiona que se ponga en duda el derecho de las naciones a regirse por si mismas, y, por lo tanto, se atenta contra su

soberanïa. Este "mundialismo", o "globalizaciôn", viene acompanado de un nuevo concepto del mercado: este debe ser mundial. Todo debe quedar subordinado al mercado, aun la polîtica y la production de los hombres.

En este mercado, a los individuos se les atribuye una funciôn simple.5 La lucha de clases vuelve a aparecer, ahora en forma de oposicion entre los fuertes y los débiles, los productivos y los improductivos, los sanos y los enfermos, los ricos y los pobres, el Norte y el Sur. La escasez, que al principio solo se consideraba asunto de recursos alimentarios, ahora se ha generalizado a todos los recursos y a todo el medio ambiente. Esta perception conduce sin ambages a una redéfinition -en benefîcio de algunos privilegiados- del derecho al espacio vital. El mesianismo ejercido por una minoria "iluminada" queda reivindicado por una nueva casta de funcionarios internacionales que, en cuanto a los problemas vitales, aseguran disponer de una sabidurïa a la que pocos tienen acceso.

La "globalizaciôn" se analiza en EPA, DTL y BPCV.

34

El discurso neomalthusiano sobre el derecho de los

individuos al placer se amplifîca, se generaliza y se expor ta a los paîses pobres, donde su primera funciôn es ocultar las motivaciones inconfesables que impulsan a los ricos a desear controlar la vida de los pobres. El tema de la humanidad genérica, que ya habia demostrado su eficacia en los sistemas racistas y segregacionistas, vuelve a aparecer en las nuevas morales de la especie humana, con una connotaciôn racista subliminal. Las

técnicas biomédicas de que se dispone actualmente permiten, a su vez, la programaciôn de un eugenismo cienti-

fico.6 Hay que evitar que la "sangre impura" ensucie la "sangre noble" que requière la sociedad humana. Es preciso negar a los individuos "inferiores" la posibilidad de transmitir la vida, y ni los sabios ni los poderes pûblicos deben -segûn esto- descuidar la responsabilidad que les corresponde en este campo. Es particular motivo de preocupaciôn el uso perverso que se puede dar a la biologîa avanzada que explora el genoma humano. Si esta ciencia abusa de sus recursos, el eugenismo puede generalizarse y, con él, surgirân 6

A veces encubierto por consideraciones relativas a la "calidad de vida", el eugenismo es un tema de la mayor actualidad. Véase el expediente de Pierre-André Taguieff, "Sur l'eugénisme: du fantasme au débat" ("Sobre el eugenismo: del fantasma al debate"), en Pouvoirs nûm. 56, Paris, 1991, pp. 23-64; Anne Carol, op. cit.; Daniel J. Kevles,/1w nom de l'eugénisme.

Génétique et politiquedans le monde anglo-saxon ("En nombre del eugenismo. Genética y polîtica en el mundo anglosajôn"), PUF, Paris, 1995; Ellen Brantlinger, Sterilization ofPeople with Mental Disabilities ("Esteriliza ciôn en personas mentalmente discapacitadas"), Wesport Auburn House,

Connecticut, 1995; especialmente el capîtulo 1: "Perspectivas histôricas y teôricas del movimiento eugenético", pp. 3-16. Mencionemos también la controvertida obra de Charles Murray y Richard Herrnstein, The Bell Curve. Intelligence and Clan Structure in American Life ("La curva de

campana. Inteligencia y estructura de clan en la vida estadounidense"), Free Press, Nueva York, 1994.

I

35

nuevos criterios de ségrégation, que serân encubiertos con el nombre de "calidad de vida".

La ideologïa del género

La influencia conjunta de las tradiciones socialista y libéral es especialmente notoria en las dos principales ideologîas actuales que van contra la vida: la ideologïa del "género" (en inglés gender)7 y la ideologïa del "nuevo paradigma". Aunque debe mucho al liberalismo neomalthusiano, la ideologïa del "género" recibiô gran in fluencia de Marx y de Engels, y ahora se extiende a la mayorïa de las organizaciones internacionales que se

encargan del control de la vida.8 Respecto de la ideologïa del "nuevo paradigma", también esta esta impregnada de la tradition socialista, pero se acerca mas a la tradition libéral pura y dura en el sentido de que présenta la salud

como un producto al servicio del mercado.9

La bibliografîa sobre este tema es abundante, pero muy dispersa. Limitémonos a mencionar aquî algunas obras utiles para ahondar en el tema. Judith Lorber y Susan A. Farrell (éd.), The Social Construction of Gender {La construcciôn social del género"), Publicaciones Sage, Newbury Park CA, 1991 (con muchas referencias bibliogrâfkas); H. T. Wilson, Sexand Gender. Making Cultural Sensé of Civilization ("Sexo y género. Desarrollo de un sentido cultural de civilizaciôn"), Leyde, E.J. Brill, 1989; Henrietta L. Moore,/4 Passion for Différence. Essays in Anthropology and Gender("La pasiôn por la diferencia. Ensayos de antropologia y género"), RU, Polity Press, Cambridge, 1994. Dale O'Leary llevô a cabo un estudio critico de mucho valor: Gender: The Deconstruction of Women ("Género: la desconstrucciôn de las mujeres"), texto mecanografiado, P.O. Box 41294, Providence, RI 02940, Compuserve 74747, 2241.

Entre las precursoras de la ideologïa del género se encuentran Betty Friedan, Kate Milieu, Bêla Absug, etcétera. Véase mas adelante, capîtulo 3.

36

Se reactiva la lucha de clases

Para Engels, la opresiôn de la mujer es la expresiôn por excelencia de la lucha de clases en su forma original.10 En la época del comunismo tribal predominaba el matriarcado, segûn el cual los hijos pertenecïan al clan de la madré y heredaban de ella. Como responsables del aumento de la productividad, los hombres acumularon bienes de valor

creciente y convirtieron a sus hijos en sus herederos: asî

naciô el sistema patriarcal. A las madrés se les despojô de los derechos que tenian sobre sus hijos, y con ello se afîanzô la primera forma de alienaciôn. Producto de esta

évolution, la nueva condition de la mujer senala el prototipo de la oposicion de clases. "La primera oposicion de clases que se manifiesta en la historia coincide con el

desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la union conyugal", escribe Engels. La vulgata ideolôgica afirma que la mujer es la "primera sirvienta del hombre", lo cual se traduce en tener numerosos hijos, realizar los trabajos domésticos y sufrir la marginaciôn social. El padre de familia empieza a heredar su propiedad privada a sus hijos.

Segûn Marx y Engels, el comunismo habria de remediar esta situation. La mujer y el hombre serïan iguales en el sentido de que ambos tendrïan el mismo estatus de 10

Las tesis de Friedrich Engels se exponen en L'Origine de la famille, de la

propriété privée et de l'État (El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado) [1884], Éditions Sociales, Paris, 1954; véase Karl Marx y Friedrich Engels, LTdéologie allemande [1846], Éditions Sociales, Paris, 1968, por ejemplo las pp. 47,58,61,79,92, etcétera; elaborada en Bruselas, esta obra no se publicô sino hasta 1932 en Moscû, en alemân; véase

también el Manifeste du Parti communiste (Manifiesto del Partido Comunism,)[1848], segunda parte, Costes, Paris, 1953, pp. 89-91. Aqui estamos basândonos en lo que dice J. Roux, Précis historique et théorique de marxismeléninisme ("Compendio histôrico y teôrico de marxismo-leninismo")5 Laffont, Paris, 1969, pp. 330-339.

37

trabajadores en la sociedad, y estarïan enfunciôn de esta. Dicho de otro modo, la mujer, liberada de las "servidum-

bres" familiares, maternales y domésticas, contribuirîa a la producciôn industrial. En ûltimo caso, las tareas do mésticas, maternales y las otras que la mujer realizaba en

la esfera privada de la familia se elevarîan al rango de "producciôn" en y para la sociedad. Legïtimos o natura-

les, los hijos de todas maneras recibirîan educaciôn por cuenta de la sociedad. Esto implicaria un doble "benefi-

cio" para la mujer: podrîa contribuir como trabajadora de la industria, y ademâs podrîa multiplicar y diversifîcar sus parejas sexuales, puesto que, llegado el caso, la socie dad se encargarïa del cuidado de los hijos.

En resumen, la primera division del trabajo es la que concierne al hombre y a la mujer por motivo de los hijos. El antagonismo entre los dos es el antagonismo primor dial que aparece en la historia, y se manifiesta en el matri-

monio monôgamo y en la opresiôn de la mujer por el hombre. El comunismo pondrïa en orden esta situaciôn

permitiendo que la mujer trabajara en la industria, haciendo desaparecer el matrimonio monôgamo y destruyendo la familia tradicional, fomentando el amor libre y predicando la igualdad del hombre y la mujer hasta el grado de considerarlos intercambiables.

 partir de la Revoluciôn de octubre de 1917 se tomaron en la ex URSS diversas medidas en este sentido, que aparecerîan mas tarde en el côdigo de 1926. Sin perder la referencia al liberalismo, la ideologïa del género conduce a ese proyecto. La familia debe desaparecer, ya que no es motivo de complementariedad, sino de oposicion. Con ella desaparecerân las relaciones de parentesco, de maternidad, de paternidad. El hombre quedarâ reducido a la condiciôn de individuo, como un instante efïmero, bien del Estado o bien del mercado.

38

La influencia del estructuralismo

Estos temas de Marx y Engels fueron revividos por una corriente feminista muy activa que desarrollo la ideologïa del género. Esta corriente distingue, por una parte, las diferencias sexuales determinadas por la biologïa (sexo) y, por la otra, las funciones atribuidas por la sociedad al hombre y a la mujer (género, gender). Segûn esta, las dife rencias entre los géneros humanos no son naturalesy sino que aparecen a lo largo de la historia y son construidas por la sociedad: son culturales.

Aquï es perceptible la influencia del estructuralismo francés. Ya no se puede hablar de una naturaleza humana, concluyen los ideôlogos del gender; a partir de ahora el hombre es un objeto de ciencia: es una estructura, un

conjunto de "elementos taies que una modificaciôn cualquiera de uno de ellos ocasiona la modificaciôn de todos los demâs".11 Como estructura, el hombre evoluciona, y

esta evoluciôn permite, ademâs, remontarse a las raïces profundas del hombre mismo: a las formas de vida animal y végétal y, a fin de cuentas, a la materia. De ahî proviene este resurgimiento, entre los ideôlogos del género, del

interés por la teorîa de la evoluciôn darwiniana y por la etologïa, disciplina esta ûltima que prétende explicar el comportamiento humano relacionândolo con el comportamiento animal.

Ahora bien, las sociedades humanas, en constante evo

luciôn, han desarrollado reglas de funcionamiento, côdi11 La obra que mas se suele citar en este sentido es la de Michel Foucault, Histoire de la sexualité, Gallimard, Paris, t. 1. La Volonté de savoir ("La voluntad de saber"), 1976; t. 2: Le Souci de Soi ("El cuidado de si"), 1984. Pero también se observa la influencia de Claude Lévi-Strauss, especial-

mente en suAnthropologie structurale, Pion, Paris, 1958, de la cual citamos

la p. 306; y de Louis Althusser, Lire le Capital ("Leer El Capital"), MI, Maspero, Paris, 1966.

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gos de comunicaciôn yreglas de conducta que en conjunto se designan con la palabra cultura. Esta, con sus propias reglas, también esta en evoluciôn continua.12 El hombre

esta inmerso en una estructura de conjunto, econômica y social,y esta obligadoa revolucionarla; debe modificar las reglas de comportamiento, heredadas por fuerza arcaicas de estructuras anteriores.

Como se verâ, estas tesis estructuralistas habrian de capitalizar la influencia de Marx y Engels sobre las ideo logîas del género.

Desnaturalizar y reconstruir la sociedad

En efecto, segûn estas ideologîas es conveniente eliminar las clases sexuales, y la encargada de hacer esta revoluciôn es la clase oprimida, es decir, la de las mujeres. En la representacion actual de la ideologïa marxista, les tocaba a los proletarios hacer las veces de motor de la revoluciôn.

Segûn la ideologïa del género, esta funciôn recae ahora en las mujeres.

En la nueva dialéctica de inspiraciôn marxista, las mujeres tomarân, asî, el relevo de los proletarios: volverân a ser duenas de su cuerpo, controlarân su fecundidad y usarân para ello las nuevas técnicas biomédicas. La

fînalidad no es simplemente eliminar los privilegios masculinos: es abolir por completo toda distinciôn de clase, objetivo que no se puede obtener sino aboliendo las di-

ferencias entre hombres y mujeres. Asî, deben eliminarse los conceptos de "matrimonio", "familia", "madré", etcé tera, puesto que ya no corresponden a las realidades ad-

mitidas por esta ideologïa; mas bien, sugieren situaciones Estos temas ya se anunciaban en las obras de ciertos precursores como Durkheim y Lévy-Bruhl.

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histôricas obsoletas que la propia ideologïa debe denun-

ciar y destruir.13 Asî pues, esta ideologïa del género combina temas que provienen de la ideologïa socialista en su forma marxista y de la ideologïa libéral en su forma neomalthusiana. Par te de una reinterpretaciôn de la lucha de clases y desemboca en consecuencias desastrosas.

La primera de esas consecuencias hace pensar en determinadas corrientes gnôsticas, que asumen que las diferencias entre el hombre y la mujer deben ser abolidas y de esta manera la masculinidad o la feminidad, inhérentes a cada ser humano, ya no expresan nada de la persona. En el plan del individuoy el cuerpo no es sino un instrumento para todo tipo de placeres: heterosexualidad, homosexua-

13 Podemos citar algunos textos especialmente significativos para comprender la ideologïa del género: Heidi I. Hartman, "Capitalism, Patriarchy, and Job Ségrégations by Sex" ("Capitalismo, patriarcado y discriminaciôn en el trabajo por el sexo"), en M. Blaxall y B. B. Reagan (eds.), Women in the Workplace. The Implications of Occupational Ségrégation ("Mujeres en el trabajo. Implicaciones de la discriminaciôn laboral"), University of

Chicago Press, Chicago, 1976, pp. 137-169; de la misma autora, "The Unhappy Marriage ofMarxism andFeminism Towards aMore Progressive Union" ("La desdichada union del marxismo y el feminismo hacia una alianza progresiva"), en L. Sargent (éd.), Women and Révolution ("Las mujeres y la revoluciôn"), Pluto Press, Londres, 1981, pp. 40-53; Shulamith Firestone, The Dialectic of Sex. The Case for Feminist Révolution ("La dialéctica del sexo. El argumento para la revoluciôn feminista"), Bantam, Nueva York, 1971; Anne Fausto-Sterling, "The Five Sexes. Why Maie and Female are not enough" ("Los cinco sexos. Por que macho y hembra no bastan"), en The Sciences, marzo-abril de 1993, pp. 20-24; Adrienne Rich, On Woman Born ("Sobre el hecho de nacer mujer"), W. W. Norton, Nueva York, 1976; del mismo autor, "Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence" ("Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiânica"), texto de 1980 citado enBlood, Bread, andPoetry Selected Prose 1979-1985 ("Prosa selecta sobre sangre, pan y poesîa, 1979-1985"), W. W. Norton, Nueva York, 1986; Alison M. Jagger, Feminist Politics andHuman Nature ("Politicas feministas ynaturaleza humana"), Rowman &Allanheld, Totowa N. J., 1983.

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lidad, sin olvidar el placer solitario, la anticoncepciôn, el aborto, etcétera. En este sentido, la ideologïa del género se asemeja a la ideologïa neomalthusiana de Margaret Sanger (1883-1966).

Esta tesis también conduce a la destrucciôn de lafami lia. Efectivamente, ni la heterosexualidad ni la procreaciôn con ella relacionada podrïan pretender ser "naturales"; en este contexto serïan productos culturales "bio-

logizados", pues fue la sociedad la que inventô los papeles masculino y femenino y lo que se dériva de ellos: la fami

lia. Es necesario entonces instaurar una cultura que no le asigne ninguna importancia a las diferencias génita les. Con la eliminaciôn de esas diferencias desaparecerân también el matrimonio, la maternidad y la familia biolô-

gica arraigada.14 Esta cultura traerâ consigo todas las posibilidades de prâcticas sexuales y, en consecuencia, rechazarâ cualquier forma de represiôn sexual. Por ûltimo, esta ideologïa también tiene repercusiones en la sociedad, pues exige que los poderes pûblicos reestructuren la sociedad, y siente sus nuevas bases en la

ideologïa del género. En esta nueva estructura, es preciso desnaturalizarel género, ya que pertenecera alguno de los dos, signifîca apegarse a un momento anticuado de la

historia, el de las desigualdades y la opresiôn. Después hay que reconstruir la sociedad segûn la ideologïa del género, aboliendo los papeles que la sociedad antigua atribuïa respectivamente al hombre y a la mujer. Asî, pues, estamos en presencia de un proyecto de subversion

cultural. No se trata simplemente de agregar nuevos "derechos", y en especial "nuevos derechos de la mujer", sino, visto esto con mayor profundidad, se prétende que 14 Respecto de la maternidad como invention cultural, véase Elisabeth Badinter, L'Amour en plus ("El amor como agregado"), Flammarion, Paris, 1980.

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se admita una reinterpretaciôn de la sociedad radicalmente distinta de la que existe. El género en la ONU DesarroUada en los medios feministas radicales y divulgada por una mirîada de organizaciones no gubernamentales, la ideologïa del género ha sido muy bien recibida en las asambleas internacionales, sobre todo en El Cairo (1994) y en Beijing (1995). La ONU misma, y varias de sus

agencias, se desacreditaron al aceptarla con beneplâcito.15 La Union Europea procediô de la misma forma. Un ejemplo basta para demostrar la influencia que ha

ejercido la ideologïa del género en estas instituciones. Al concepto de "familia" se le ha privado de su sentido tradicional, y desde entonces este término se usa indistintamente para designar uniones heterosexuales, homosexuales, situaciones monoparentales, etcétera. Se esta ejerciendo una fuerte presiôn para que estas nuevas acepciones se incluyan en el derecho. Durante los cincuenta afïos de existencia de la Declaraciôn Universal de los

Derechos del Hombre (1948-1998), se han empleado diversos medios para adulterar su contenido, e incluso para

proponer una nueva redacciôn.16 15 Véanse dos ejemplos sobresalientes: primero el Programa de Acciôn de la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Poblaciôn y Desarrollo, establecido en la conferencia de El Cairo, 5-13 de septiembre de 1994;

véase passim y en especial las pp. 6-9; 17-23; 45 s.; en segundo lugar, la Declaraciôn de Beijing y plataforma para la acciôn, establecida en la confe rencia de Beijing, 4-15 de septiembre de 1995; véase asimismo passtm y en especial "Objetivo estratégico": A.4 (nûms. 69-81); H.2, 3 (nûms. 209229); K.2 (nûms. 256-258), etcétera. Cf. también Josette L. Murray, Gender Issues in World Bank Lending ("Asuntos de género en los préstamos del Banco Mundial"), Banco Mundial, Washington, 1995. 16

Cf. mas adelante, cap. 5.

43

Como puede verse, en cuanto a la antigua discusiôn sobre lo innato y lo adquirido, lo natural y lo cultural, la

ideologïa del género niega toda realidad alo innato yalo natural. Entre lo masculino y lo femenino, no existe soluciôn de continuidad y, entre los dos, el punto medio o equidistante esta ocupado por el hermafroditismo. La

idea misma de diferencias naturales horroriza, yesas dife rencias deben abolirse. De ahî résulta que no hay peor antifeminista que esos feministas radicales que quieren destruir la especificidad femenina yreducir todo comportamiento a papeles, cuyos actores serïan intercambiables

como -volviendo a la metâfora leninista- los engranajes que intervienen en el funcionamiento de una mâquina. Los ideôlogos del género niegan pruebas irréfutables, como la atracciôn recïproca entre el hombre y la mujer o el hecho de que la maternidad humana, lejos de poder reducirse a una funciôn biolôgica, forma parte de la vocaciôn de la mujer y es una cualidad intrinseca de su

identidad. Ademâs, hay que recordar que la inmensa mayoria de los hombres y mujeres no se sienten acom-

plejados por reconocer sus diferencias, y no por ello desconocen el peso de la historia.

Para colmo, résulta inadmisible que la ONU y sus agencias, convertidas en complices activos de una dicta-

dura ideolôgica, se hayan adjudicado la competencia filosôfica y moral, asi como la autoridad polîtica, para tomar partido por una minorîa de feministas radicales de

representatividad dudosa contra la inmensa mayorîa de personas de buen juicio.

Capîtulo 3

El "Nuevo paradigma" de la OMS

Desde que asumiô el cargo de director gênerai de la Or ganizaciôn Mundial de la Salud (OMS), el doctor Hiroshi

Nakajima asignô una prioridad absoluta al concepto, extrano a primera vista, de "nuevo paradigma de la sa lud". A este concepto se le asocia întimamente una vision "holïstica" de la salud. En este capîtulo examinaremos detalladamente lo que significan estas expresiones, pero digamos desde ahora, en forma muy esquemâtica, que el "nuevo paradigma" remite a una nueva manera, para la OMS, de concebir la salud, y que el término "holïstica" se refiere a la integraciôn de diferentes parâmetros para définir y tratar los asuntos de salud. El nuevo paradigma se présenta como necesario para alcanzar el objetivo que el doctor Halfdan Mahler-predecesor del doctor Nakajima y director gênerai de la OMS de 1973 a 1988- habîa asignado a la OMS: "salud para todos de aquï al ano 2000". l 1 Las ideas del doctor Mahler respecto de la OMS se exponen en el documento titulado Global Strategy for Health for AU by the Year 2000. The Spiritual Dimension, EB 73/15, 21 de octubre de 1983. 45

46

De manera que, en el piano internacional, las prioridades de salud que permitan alcanzar el objetivo previamente definido por el doctor Mahler deberân establecerse en el marco de este nuevo paradigma. Empezaremos por analizar a grandes rasgos el itinerario que ha recorrido la OMS y por presenciar el surgimiento del "nuevo paradigma" y del "holismo" durante estos ûltimos anos.

La OMS y el Banco Mundial Dimensiones polîtica y econômica de la salud Desde 1949,

[...] bajo los auspicios de la UNESCO y de la OMS, se creô [...] el Consejo de las Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) [...], ONG con sede en Ginebra, en los locales de la OMS. Ahora bien, desde 1967, el CIOMS ha organizado una série de conferencias con el fin no solo de poner en claro los fundamentos cientîficos de los nuevos desarrollos surgidos en los terrenos de la

biologïa y de la medicina, sino también de analizar sus impactos sociales, éticos, administratives y jurïdicos. En colaboraciôn con la OMS, actualmente esta desarrollando un programa a largo plazo [...] cuyo objetivo es définir los criterios para régir el establecimiento de procedimientos

y examinar los principios de ética aplicables a las activi dades de investigaciôn sobre seres humanos. A peticiôn de la OMS, también ha elaborado una série de princi pios de ética médica que se refieren a los derechos fon damentales de los prisioneros y detenidos en asuntos de salud. Asî mismo, en 1981 adopté las normas interna cionales relacionadas con la investigaciôn biomédica que

implica experimentar con seres humanos.2 2 Maurice Torelli, Le Médecin et les droits de l'homme, Berger-Levrault, Paris, 1993, p. 58.

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De este modo, la OMS ha confiado por muchos anos al CIOMS la tarea de reflexionar sobre los aspectos éticos

relacionados con su campo de acciôn, lo cual no ha impedido que la OMS se permita a sî misma tomar partido en asuntos relevantes de ética.

En este sentido, en 1968 el doctor Marcolino Candau, entonces director gênerai de la OMS, subrayaba: La salud es parte intégrante del desarrollo econômico y social, y su verdadero y ûnico motor es el ser humano. Sin

el hombre, el desarrollo no tiene razôn de ser, y sin la salud, el desarrollo no encontrarïa donde apoyarse.3 En un texto de 1978, C. H. Vigne, que a la sazôn era direc tor del servicio jurïdico de la OMS, declaraba: El derecho a la salud para todos limita por fuerza el derecho a la salud para algunos [...]. En realidad, se trata de saber si se debe asegurar por sumas énormes y con atenciôn médica de tecnologîa avanzada a una minorïa privilegiada, o responder a las necesidades bâsicas del conjunto de la poblaciôn.4

Esta es, efectivamente, la pregunta clave en torno a la cual se esta generando una revoluciôn, encabezada por la OMS y por el Banco Mundial. Ademâs, desde la década de los cincuenta la OMS se habîa inclinado por los gastos de salud.5

En 1978 se dio un giro decisivo, en la conferencia de Alma-Ata (actualmente Almaty, Kazajstân): La conferencia de Alma-Ata, celebrada bajo los auspicios de la OMS y del FISE del 6 al 12 de septiembre de Ibid., pâg. 9. Ibid., p. 53 s.

Véase, por ejemplo, C.E.A. Winslow, Le Coût de la maladie et le prix de la santé, OMS Ginebra, 1952, mencionado por M. Torelli, op. cit., p. 74.

48

1978, marca el principio de una nueva era: la era de la