El café en Colombia (1850-1970). Una Historia Económica, Social y Política


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Primera_parte_Captulos_del_4_al_6__El_caf_en_Colombia_18501970
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El café en Colombia (1850-1970). Una Historia Económica, Social y Política

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Librería "EL LAGO" Carrera 15 No 77-09 Tel. 2363042 Apdo. Aéreo 20721 BOGOTA

L CAFE EN COLOMBIA (1850-1970) Una Historia Económica, Social, y Política

Marco Palacios

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

L CAFE EN COLOMBIA (1850-1970) Una Historia Económica, Social, y Política

Marco Palacios

El café en Colombia (1850-1970). Una Historia Económica, Social y Política Autor: Marco Palacios Foto portada de Danilo Vitallini. Cortesía Federación Nacional de Cafeteros Todos los derechos reservados en español Prohibida su reimpresión y copia total o parcial, 1979 © 1979 Editorial Presencia Ltda.Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo. Edición inglesa por Cambridge University Press Impreso: Editorial Presencia Ltda. Calle 23 No. 24-50, Bogotá, Colombia.

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A mi madre. En memoria de mi padre

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EL AUTOR

Marco A. Palacios Rozo, nació en Bogotá en junio de 1944. Es abogado por la Universidad Libre y realizó estudios de Maestría en el Centro de Estudios Asiáticos (área China) de El Colegio de México. Es doctor de la Universidad de Oxford y este libro se basa en su tesis doctoral. Ha sido asesor de la Jefatura del Departamento Nacional de Planeación. profesor e investigador en las Universidades Nacional y de los Andes. Obtuvo recientemente el "Latin American Research Fellowship" de la Universidad de Londres y en la actualidad es Profesor Investigador en el Colegio de México. Sus trabajos publicados incluyen El Populismo en Colombia (Medellín, 1971) (la versión francesa de este trabajo ha sido publicada recientemente, con algunas modificaciones, por A. Abdel Malek, Teórie social et specificite. Ed. Antropas París, 1977, p. 181-228) y "Las condiciones de la oferta de café: una crítica socio-histórica al modelo empleado por MacGreevy", (Bogotá, 1975) mimeo. Próximamente apareceran dos trabajos relacionados con el tema de este libro: "Microhistoria cafetera: análisis e hipótesis cuantitativas" y ,. Haciendas en crisis y campesinos en transición". Este libro aparecerá el próximo julio en su versión inglesa con el título Coffe in Colombia (1850-1970). An economic social and political history, Cambridge University Press.

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PREFACIO

Este libro pretende describir y explicar las condiciones mediante las cuales Colombia consiguió anudar sólidamente su economía al mercado mundial convirtiéndose en un importante monoexportador de un producto típico de agricultura tropical, el café, y al mismo tiempo señalar los amplios efectos de tal integración en la conformación de Colombia contemporánea. Mi propósito es el estudio de las transformaciones históricas que la difusión del cultivo del café y su papel hegemónico en las exportaciones colombianas provocaron en las estructuras productivas y de clases, en los balances de fuerzas regionales y en algunos mecanismos del poder estatal. Prosiguiendo este empeño encontré muy apropiada la admonición de Marx a quienes se interesaban por comprender la situación española de mediados del siglo pasado: desechar la falacia de que la vida nacional se puede seguir en los "almanaques de la Corte" ,en "los movimientos de aquello que solemos llamar Estado", en lugar de "descubrir los recursos y la fuerza de estos países (España) en su organización provincial y local" . En este trabajo se concede gran importancia a los nexos entre el mercado mundial y el impulso, ritmo, y dirección de los cambios regionales y comerciales; argumento que tales ligaduras pudieron mantenerse y hasta fortalecerse sin que para ello fuera necesaria la presencia activa del Estado central. Los cinco primeros capítulos demuestran el vigor renovado del cuadro regional con sus idiosincrasias y peculiaridades demográficas y étnicas; con las bendiciones o maldiciones que la naturaleza impuso a sus habitantes. Señala también el éxito o el fracaso por adaptarse y asimilar con el menor costo a cambios menores vii Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

o transformaciones profundas introducidos por los ciclos del comercio externo. El estudio detallado de los sistemas de las haciendas sirve para enfatizar -paradójicamente- la estabilidad de la sociedad y la economía campesina t radicional. Si no sucumbieron ante el empuje de las haciendas terminaron controladas y explotadas económicar:lente por los grandes comerciantes exportadores, control más evidente y t ambién más necesario en las comarcas sin haciendas del occidente del país : El poder y la importancia de los monopsonios es descrito en el capítulo séptimo. La revisión que propongo en los capítulos octavo y noveno sobre los componentes socio políticos que acomlJañaron la ocupación económica y la apropiación privada de las tierras baldías durante la avalancha antioqueña sobre vastos espacios deshabitados y aislados de la cordillera central , señala la urgencia de traspasar los umbrales del análisis económico estrecho sobre los mecanismos y estructura del mercado . En efecto, esa revisión no es sólo de las fuentes y de algunas leyendas derivadas de un uso parcial de aquellas. Apunta también hacia una mejor comprensión de la estructura sociopolítica a nivel local. Encontré que el patri otismo municipal, el gamonalismo y el legalismo, asociados todos a una violencia endémica y a las inseguridades propias de las sociedades de frontera (la inseguridad frente a la titulación jurídica de la propiedad, por ejemplo) son fenómenos dignos de introducirse en los estudios económicos de la colonización. Si bien es cierto que la sociedad agraria manifestaba un dinamismo propio hasta ahora no bien reconocido , qu e se expresaba en una auténtica capacidad de autonomía regional y local. el consejo de Marx no se puede llevar demasiado lejos: ya desde Núñez en 1880 , hasta las reformas liberales de los años 1930 brota una ideología intermitente que exige perentonamente un Estado central, una política macroeconómica con reglas de juego bien definidas: aquella " paz científica " que cuando menos detenga el empobrecimiento de un país pobre y contenga la sangría presupuesta! de un Estado mise rable y endeudado. A la descripción de la trayectoria, las vicisitudes y obstáculos de este proyecto centralizador le dedico cuatro capítulos. En el sexto reexamino los nexos entre la burguesía exportadora y el poder político mediante un breve estudio de la inflación, la política monetaria y los impuestos de exportación ent re 1880 y 1903; en el capítulo séptimo examino el período que llamo de viii Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

retorno allaissez-faire que culrninapolítica aunque no económicamente en 1930. Los dos últimos capítulos, el décimo y undécimo están escritos en la perspectiva que ofrecen las interacciones entre la espontaneidad y estabilidad de la economía campesina y los requerimientos del crecimiento económico, la urbanización y el proceso de industrialización. Finalmente analizo la "modernización" de la caficultura colombiana y sus relaciones con el mercado mundial del café. En mi opinión queda demostrada la necesidad de ampliar el ámbito del análisis sobre los problemas agrarios, evaluando mejor el papel de las economías y sociedades campesinas, y las funciones de la política estatal. Así, tendría más realismo el análisis de la penetración del capitalismo en el campo. No me parece que las sociedades campesinas tiendan a desaparecer tan automáticamente corno se supone o que la política estatal en el sector agrario sea un todo racional y coherente que lleva a esa destrucción para asegurar el desarrollo capitalista del país. Por lo menos, es un área por investigar . En las páginas que dedico a la Federación Nacional de Cafeteros no tuve el propósito de formular ninguna explicación general sobre la naturaleza o sobre el papel del estado colombiano. Por una parte creo que los t~os de análisis del poder estatal que se concentran en la mera política económica explican apenas un segmento de la relaciones entre el Estado y los grupos y clases que explícitamente demandan orientaciones y decisiones . Aún más, la política cafetera es tan sólo uno de los componentes -no siempre el más importante como se cree- de la política económica general. Por consiguiente quiero llamar la atención del lector sobre estas limitaciones patentes en mis descripciones. Creo que este libro demuestra la inmensa riqueza de fuentes inexploradas con que contamos para escribir y comprender mejor la historia colombiana y no hay ningún motivo para considerar que la misma abundancia de fuentes locales. privadas o aún estatales no exista para otros sectores potenciales de investigación. El uso de esas fuentes además de estimular nuevas aperturas conlleva a confrontar y cotejar las más manidas , digamos Camacho y Samper, para darles su justo valor que, me parece reside las más de las veces en ser la expresión ideológica de una clase en ascenso. I

Concientemente evité todo tratamiento cuantitativo sistemático, no tanto por mi ignorancia de los métodos cuantitativos - ignorancia siempre salvable en esta época de computadoix Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

res - sino por la incongruencia y poca fiabilidad que ofrecen todas las publicaciones estadísticas colombianas de todos los tiempos: lo que para un economista es un tratamiento estadístico "fuerte" de una serie para probar un modelo , para un historiador puede constituir una falsificación monstruosa. Hay que partir de la fragilidad de todas las estadísticas de este libro, incluidas las que se basan en publicaciones recientes. Todas tienen un valor indicativo. Las tablas elaboradas con base en cuentas de haciendas deben tomarse con cautela para hacer generalizaciones. Aún así defiendo su valor relativo porque estoy convencido de su consistencia interna y con otras fuentes cualitativas mucho más confiables. Un comentario final. El análisis realizado en este libro se detiene en 1970, fecha de publicación del último Censo Cafetero. En los años siguientes empieza a advertirse en el mercado mundial una apreciable disminución en el nivel de stocks que repercute en alzas de precios. Las heladas en Brasil de 1963, 1969 y 1972 fueron, en gran medida, responsables de esta situación. Los stocks mundiales como porcentaje del consumo mundial bajaron del 116 por ciento en los años cafeteros 1959/601961/62 al 80 por ciento en los años 1969/70-1971/72 (el año cafetero comienza ello de octubre y termina el 30 de septiembre del año siguiente). En 1975, Brasil padeció "laheladadelsiglo" y los stocks mundiales cayeron bruscamente representando en los años 1975/76-1976/77 el 46 por ciento del consumo!. Los precios al consumidor se dispararon en todo el mundo. En Colombia, el alza del precio mundial se tradujo, como en la mayoría de los países productores latinoamericanos, en incrementos al precio pagado al caficultor, de modo que los planes de restricción de la oferta desaparecieron, la intervencion de la Federación Nacional de Cafeteros en la comercialización se acrecentó y el tema cafetero se convirtió, por una vez más, en centro neurálgico del debate público. Se aceleró el cambio en la estructura cafetera colombiana cuya dirección ya se advertía en los sesenta tal como se analiza en los dos últimos capítulos del libro. Pero el impacto del incremento de los precios en la economía colombiana y más específicamente en las regiones cafeteras sólo podrá evaluarse detenidamente cuando se publique el censo cafetero que se prepara para 1980. Por lo pronto baste observar que la helada de 1975 invalidó muchos estimativos 1

International Coffee Organization, Quarterly Statistical Bu/letin on Callee, Vol. 1, No. 4, october-december 1977. Table lII-S.

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sobre la producción futura, inclusive el contenido en este libro, de acuerdo con el cual Colombia produciría alrededor de 10 millones de sacos en los ochenta. Se estimá que la cosecha del año cafetero 1977/ 78 llegará a 11.5 millones. Quien lea este libro encontrará, espero, algunos paralelos interesantes entre este boom y otros similares presentados a lo largo del último siglo. Así por ejemplo el "cuelo de botella" para las exportaciones legales es nuevamente la ineficiencia de los puertos oficiales, balanceada por el florecimiento de los puertos naturales desde donde salen de contrabando no solo café sino otros estimulantes de agricultura·tropical (marijuana) en los cuales la iniciativa de los colombianos de 1970, al igual que la de sus antepasados de 1870 y de antes, captó la presencia de la ventaja comparativa internacional. En los últimos seis años conseguí dedicarme exclusivamente a estudiar la historia de mi país, a investigar y a escribir este libro. Una beca de Sto Antony's College, Oxford, me permitió disfrutar durante tres años y, espero, sacar provecho, de la paz oxoniense . Pude dedicar íntegramente dos años a la investigación de campo en Colombia gracias a la ayuda financiera que recibí de la Fundación Ford, la Universidad de los Andes y la Corporación _para el Fomento de la Investigación, CORP. En esas entidades mostraron especial interés el lamentado John Farrel, Fernando Cepeda y Miguel Urrutia, respectivamente. El último año de mi estadía en Inglaterra fue posible por el "Latin American Research Fellowship 1977-1978" que me concedió el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Londres . Allí encontré un ambiente de cordialidad y trabajo presidido por su director el Profesor John Lynch. Si una historia son sus fuentes, el acceso a algunas de las más valiosas de este libro se debió a la generosidad de aquellos que en Bogotá y Medellín me dieron entrada a sus archivos familiares. La Sra. María Carrizosa de Umaña y Alberto Umaña Carriz.osa en Bogotá y en Medellín el desaparecido don Luis Ospina Vásquez , Juan Manuel Ospina, Miguel Robín y el Dr. Fernando Díaz . La presencia de un extraño en las oficinas públicas , si dura semanas, es explicablemente reputada como una intrusión. No fue así en mi caso y debo agradecer la paciencia y colaboración del Sr. Eduardo Herrera, registrador de la Oficina de La Mesa y a sus secretarias , lo mismo que al personal de la Oficina de Registro de Fredonia y del Archivo Nacional de Colombia. Los directores de las Bibliotecas Nacional, Luis Angel Arango, Fedexi Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

ración Nacional de Cafeteros y de la Organización Internacional del Café, Londres, Doña Pilar Moreno de Angel y Jaime Duarte Frech, Clemencia Fajardo y C .P.R. Dubuois respectivamente , facilitaron mi investigación; los doctores Eutiquio Martínez y Jorge Quintero me ayudaron a obtener acceso a los archivos del Ministerio de Trabajo y de la Caja Agraria. En la Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales, FAES, Clemencia Ocampo y Constanza Toro con su conocimiento del "Archivo Ospina", abreviaron inmensamente una tarea que sin ellas hubiera sido mucho más prolongada y agotadora. El Sr. Benigno Galindo me ayudó a comprender mejor el mundo campesino de Viotá y los señores Dolcey Garcés Molina y Miguel de Narváez Vargas, hacendados cafeteros de Cundinamarca y Tolima tuvieron la generosidad y paciencia para explicarme sus opiniones sobre el sistema y la vida de las haciendas. Mi mayor deuda es con don Luis Ospina Vásquez, por su hospitalidad en Medellín yen su hacienda cafetera de Venecia. Los dos meses que estuve investigando en Antioquia fueron simultáneamente de permanente diálogo con él sobre muchos de los temas que aparecen en este libro. A él le debo mucho por estimularme a proseguir la investigación, por permitirme acceso a sus propios archivos e introducirme a otros. Este libro se basa en mi tesis doctoral, presentada en 1977 en la Universidad de Oxford. Mr. Laurence Whitehead, científico político de Nuffield College, Oxford, uno de mis examinadores, consideró innecesaria y difícil de aceptar mi argumentación del último capítulo de este libro. Como no fue esta la opinión de otros especialistas decidí introducirlo con algunas modificaciones formales. También hicieron valiosos comentarios a la tesis los doctores Christopher Abel y Alan Gilbert de la Universidad de Londres; los profesores María Isaura Pereira de Queiroz de la Universidad de Sao Paulo y Gabriel Tortella Cazares de la Universidad de Madrid, aportaron observaciones de orden general que me estimularon a "atreverme" a plantear mis tesis en una perspectiva más amplia que quizás de pie para establecer algunas comparaciones del caso colombiano que presento, con otros. Mrs. Rosemary Thorp del Instituto de Economía de la Universidad de Oxford hizo sugerencias pertinentes al manuscrito final, principalmente sobre los argumentos económicos. xii Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Con Maleon Deas tengo una deuda especial por su estímulo intelectual permanente que me permitió concentrarme por tanto tiempo en un tema, lo mismo que por encauzarme a escribir un libro más que una simple tesis. Aún así, el trabajo de "convertir" la tesis en un libro fue más pesado de lo que pensamos. Durante estos seis años, más que supervisor ha sido un amigo. En Colombia y en Oxford he recibido apoyo intelectual y comprensión de mi esposa Alicia Puyana de Palacios. No hay un sólo argumento en este libro que no hayamos discutido juntos. Oxford, junio de 1978

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PARTE 1 CAPITULO I LAISSEZ-FAIRE y ESTADO-NACION

"La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y por consiguiente, las relaciones de producción ... Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía dió un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente ... En lugar del antiguo aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban así mismas, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material como a la producción intelectual ... Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituye la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones , sino quieren sucumbir a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burgueses ... La burguesía ha sometido el campo a la ciudad ... Del mismo modo ha subordinado a los países bárbaros o semibárbaros a los países civilizados, los pueblos campesinos a los pueblos burgueses, del Oriente al Occidente". C. Marx , F. Engels, El Manifiesto Comunista, 1848. 1

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"Nueva Granada ha desarmado sus fortalezas de Cartagena, Panamá, Portobelo, etc., y ha vendido todos sus cañones al peso, por su valor metálico .. . Para qué las fortificaciones, si lo que más deseamos es que nos invadan legiones de inmigrantes -de ingenieros , artesanos, agricultores, negociantes? Nosotros daríamos de prima, en Hispano-Colombia, veinte cañones viejos por cada inmigrante que fuese a recibir las tierras que ofrecemos gratis y el negocio sería bien usurario. Desde el momento en que Hispano-Colombia dejó de ser una China de mestizos y abrió sus puertas al comercio del mundo entero, su sistema poütico debió ser enteramente nuevo, en armonía con su sistema comercial' , . José María Samper, Ensayo sobre las revoluciones políticas, 1861. Si se juzga por su participación en el mercado mundial, Colombia debió ser uno de los países más pobres de América Latina y su economía una de las más atrasadas y estáticas durante el siglo pasado. Pero quizás este criterio resulte demasiado estrecho porque la economía colombiana se ha caracterizado históricamente por contener un vasto sector productivo aislado relativamente del comercio internacional, de sus ciclos, bonanzas y catástrofes. Tal pareció acontecer en el siglo xvn cuando la caída violenta de las exportaciones de oro no se tradujo en una comprensión semejante del mercado interior que , por el contrario, manifestó síntomas de dinamismo l. En 1884 en el medio de una aguda depresión de las exportaciones, Salvador Camacho Roldán, uno de los economistas más destacados de la época, calculaba el valor de las cosechas, que se comerciaban en las plazas y ferias para el consumo interno , en 120 millones de pesos contra 10 millones de pesos de las que se exportaba 2. El valor de las exportaciones agrarias era poco menos del 8 por ciento del valor total de la producción agrícola que pasaba por el mercado, esto, sin tomar en cuenta el autoconsumo campesíno. Incluyendo las exportaciones de oro, el coeficiente de las exportaciones colombianas no pudo pasar del diez por ciento y, probablemente osciló por debajo de esa proporción, excepto durante el primer quinquenio de los setentas, auge pasajero de la G. Colmenares, Historio económica y social de Colombia, 1537·16/9, (Bogo· tá, 1973) pp. 185,277-279. 2

S. Camacho Roldán, El A gricultor, No. 5, Octubre 1884, p. 200.

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economía exportadora del siglo XIX 3. Este bajo coeficiente fue una consecuencia del aislamiento colombiano de los flujos de capital, mano de obra y tecnología que desde Europa se movilizaron con gran aceleración después de 1870 hacia las zonas templadas del planeta. En América Latina estos recursos produjeron un considerable impacto en el crecimiento económico y en la conformación contemporánea de los países del Río de la Plata. El camino hacia la "civilización" Una historia cuantitativa del siglo XIX colombiano no se vislumbra en el horizonte, pero el cálculo de Camacho, con todo lo burdo que sea , es un buen punto de partida y concuerda con otras fuentes y descripciones cualitativas. Desde la perspectiva europeocentrista del Siglo XIX -la de los economistas clásicos y neoclásicos así como la de los autores del Manifiesto Comunista - esta desconexión colombiana tendría que juzgarse anómala y ciertamente desventajosa para emprender la marcha hacia la civilización capitalista. A la luz de la experiencia histórica posterior y del balance que arroja el período imperialista clásico (1870-1930) aquella formulación se toma más discutible en términos económicos , políticos y nacionales 4 . En este punto importa enfatizar las distinciones entre el librecambio económico y el liberalismo político. Desde el punto de vista económico es todavía difícil de establecer si, como lo sostiene la mayoría de los historiadores colombianos contemporáneos , el librecambio representa en última instancia, estancamiento económico , atraso material, fragmentación nacional , o si por el contrario , al lado de sus efectos perversos pueden mencionarse algunos positivos derivados del desarrollo material del país , así éste estuviese en función del mercado externo y de los intereses específicos de la burguesía comercial en ascenso . Desde el punto de vista político e ideológico, yo aceptaría plenamente la argumentación de Marx y Engels y para el caso de Stuart Mill . El libre-

3

Por coeficiente dc exportaciones entiendo la partlcipaeión porcentual de estas en el Producto Nac ionaL

4

Sobre e l efccto negativo de l comercIO cx tcrior en la segunda mitad del siglo XIX, ver: W. P. McGreevy, A Il Eco llom ic History o/Colombia, 1845· 1930. (Cambridge. 197 1) pp. 157-181. Una crítica. easi unánime de este libro fuc em itid a en un Seminario sobre Historia de Co lombia organi.tado en Bogotá en julio de 1975. Los debates está n recogidos cn L. Ospina Vásqucz ctc. al. . Historia Eco nómica de Colombia: un debate en marcha, (Bogotá, 1978).

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cam bismo que exigía una mayor movilidad de los factores productivos y la ampliación y consolidación del mercado para éstos, traía consigo elementos progresistas evidentes: la destrucción de las supersticiones campesinas , de las ideologías oscurantistas, del orden de castas raciales, de las actitudes y valores señoriales y aportaba el proyecto de secularización del Estado. Si allí fracasaron los liberales y, por el contrario, durante la era liberal se acentuaron formas de clasificación racial prevalencientes desde la Colonia, no puede decirse que el vigor de las ideas democráticas y progresistas no haya tenido un papel histórico considerable y que, como manifestación ideológica de un grupo mercantil, no haya contribuido a frenar las tendencias caudillescas y autoritarias que prevalecían en muchas regiones económica y socialmente atrasadas. En cuanto a si se hubiesen conseguido tasas interanuales de crecimiento del Producto Bruto Interno más elevadas, bajo un modelo autárquico, el punto es académico y crea más confusiones de las que ayuda a reso\ver. Es cierto que, como mencionaré en las próximas páginas, regiones como la santandereana experimentaron cierta prosperidad por su aislamiento del ciclo externo pero creo que aquella fue una prosperidad sin dirección definida: un hienestar relativo y estático de una sociedad agraria más o menos balanceada económica y demográficamente. Por el contrario, la conexión con el mercado mundial, con todos los retrocesos coyunturales para el crecimiento económico y todas las injusticias derivadas de una excesiva concentración de la propiedad y el ingreso, parecía ofrecer una orientación definida; apuntaba al rompimiento de las estructuras estáticas y autoconsumidoras de la economía rural post-colonial. En el período que comienza alrededor de 1850, y como resultado del débil nexo con el mercado mundial en gestación, es patente el desarrollo de un tipo particular de capitalismo más que el estancamiento económico, cultural y social. Tal fue el legado de los liberales radicales. Es muy bien conocido el efecto que produjo la teoría de la ventaja comparativa en la ideología, los valores y las políticas económicas de la era librecambista en América Latina. Lo mismo puede predicarse de los conflictos sociales y políticos derivados de la práctica de aquellas 5 _ A menudo se olvida que para la emergente burguesía comercial de la Confederación 1-1 tópico fue analizado por tres de los más II1tluYl!ntcs 11Istoriauorl!s colombianos: 1. r: _Nieto Arteta. Economía y Cultura en la /listoria de Colombia,

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Granadina, compartir los supuestos beneficios del mercado internacional no obedecía a un simple imperativo intelectual y moral por demás conforme a los ideales de la Independencia. Participar en el mercado mundial encamaba la posibilidad efectiva de sobrevivir como clase al mando de una nación en el camino de la civilización . La idea, expuesta en sus términos más crudos , era exportar o perecer en medio de la barharie. Ningún vocablo circula con más insistencia que aquel de civilización, sinónimo decimonónico de nuestro desarrollo económico. El componente básico de la civilización era el comercio libre y el librecambismo se convirtió en ciencia para comprender las leyes de la vida social y en práctica insustituible para cancelar el arcaísmo "colonial". Para superar la condición de nación semibárbara y ascender al estado civilizado había que integrarse al orden económico internacional en gestación. Si bien los liberales dominaron el período librecambista (1847-1880) es prudente recordar que no todos los liberales fueron librecambistas ni todos los librecambistas liberales. Así por ejemplo , durante las reformas del medio siglo (1847-54) la facción liberal dirigida por un veterano santanderista, el General José María Obando, defendió lo que popularmente se denominaba la protección. Al final del período , Rafael Núñez , un estadista de procedencia liberal librecambista, acometió, en nombre de un liberalismo moderno y nacionalista, el ataque intelectual y político más sistemático y formidable contra el evangelio librecam bista 6. En el campo conservador, Julio Arboleda , Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro defendieron con entusiasmo el librecambio 1. Pero si los liberales librecambistas (la juventud gólgota) entendían que librecambio económico y democracia política eran constitutivos el uno de la otra, para los conservadores se trataba de realidades que pertenecían a diferentes órdenes de realidad. Esta dicotomía entre librecambio y democracia se acentuó más profundamente en el pensamiento de la élite conservadora con el advenimiento del romanticismo político radical y plebeyo producto de las revoluciones europeas del 48 en las que los gólgotas a su tumo encontraron fuerza e inspiración . Según los padres del conservatismo ( Bogotá, 194 2) 1. Liévano Aguirre, Rafae l Núiíez. (Bogotá, 1944) and L. Ospill a Vásqucz, Indu Slria y Prolecció n en Colo mbia, 18 10-1930, (M edellín, 1955 ). Ver lambién, F. Safford , Tll e Ideal of Ih e Practical, ( Austin, 1976). 6

Liévano, Núiiez, p p. 17 5- 178 .

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Ospina, Indu stria, pp. 206-208 .

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colombiano las políticas librecambistas y la soberanía del mercado debían ser compatibles con un orden social jerárquico en la tradición hispánica y viables institucionahnente en los marcos republicanos. Pero el proyecto de los liberales, después de superadas algunas de sus pugnas internas en la breve guerra del 54 y una vez adoptado plenamente el librecambio, afrontó dos restricciones considerables. Primero, su hegemonía política apenas duró diez años. Comemó con el coup de main y juicio político subsiguiente contra el General Tomás Cipriano de Mosquera en 1867 y culminó inmediatamente después de la guerra de 1876 con el ascenso manifiesto de los liberales independientes dirigidos por Núñez. Segundo, tal hegemonía estuvo fuertemente circunscrita al Estado de Cundinamarca y eventualmente a Santander 8. Dos estados soberanos, Antioquia y Tolima se constituyeron en aquellos años en focos importantes de una reacción conservadora que mostraba su fuerza excluyendo de sus constituciones provinciales los principios ultra liberales de la Constitución Nacional del 63'9. Con las reformas liberales de medio siglo empieza una sucesión de ciclos de agro exportación de mediano y corto plazo que señalan una cierta movilidad interna de factores en la estructura económica colombiana. Por ejemplo. los capitales acumulados en la minería y el comercio de oro por los comerciantes de Antioquia se exportaban al centro del país y en los cincuenta fueron la base de la inversión en la región tabacalera más importante, Ambalema. A fines del siglo, con capital comercial antioqueño se expandió la caficultura en el suroeste del Depar-

D . Ch. John5On. Social and L::conomic Cha/lge in Nineleenlh Ce/l/ur)' Santander. Colombia. Unpublishcd Ph . D. tltesis, Univer~Jty ofCalifornia. Bdad en aplicación del decreto . La Iglesia tuvo allí un papel muy reducido como prestamista!! . En Antioquia, católica y conservadora, ese papel fue casi nulo en el suroeste: en Fredonia y Amagá. no hay referencia alguna de censos o capellanías 9. El cuadro muestra el papel secundario de lo~ .censos en la región de La Mesa. CUADRO 3 .1 CENSOS REDIMIDOS EN LA MESA, 1864 Número de Censos

Valor Pesos

Promedio Pesos

La Mesa San Antonio Viotá Tocairna Anolairna Anapoilna El Colegio Quipile Nilo

13 4 1 13 9 4 2 1 2

24.638 7.760 2.400 5.345 12.666 8 . 292 1.440 800

1.895 1.940 2.400 465 1.407 2.073 720 40 800

Total

48

60 .941

1.269

Municipio

40

Fuente: ANC. Bien('s D,'samorlizados. Cundinurnarca Vol. 19. ff. 482 el. seco

ANC'. B/enes Oc.mlllor/izados, CuncJillamarca, vol. 20 11. 46-S3. 6

7

!! 9

VIII.

6. f. 711: vol. 15. t. 937:

A NC', Bienes Desalllortizados, CuncJinalllarca, vol. 6. fT. 146-97. 71 1.

ANC', BIenes Desamortizados, CuncJ/fIamarca, vo l 16. fr. 1 12-36.

ANC , Bienes Desamortizados, CuncJinamarca, vol. 19. f. 482 el \eq. ANC', Bienes Desamortizados, Medellín, vol. 2. ff. 159 el ';Cq: vol. 3} vol. 4.

85 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

No sería esta futura región cafetera una de aquellas en las que la desamortización ganaría respetabilidad aumentando el número de propietarios lo que "daría a la propiedad más defensores" 1 o. El efecto que tuvieron los decretos de desamortización en las estructuras de propiedad y tenencia, debieron ser tan modestos como sus efectos puramente fiscales. Las extensiones territoriales poseídas por la Iglesia se han exagerado sin consideración; pocas de éstas estaban en tierras aptas para el café y lo que es más importante , el grueso de la propiedad eclesiástica era urbano y no rural: casas, conventos, asilos , iglesias, escuelas y lotes en Bogotá, Pasto , Popayán. El valor de la propiedad eclesiástica en Bogotá era el 40 por ciento del valor de todos los bienes expropiados en el país y si confiamos en Miguel Samper, el valor expropiado en Bogotá , Popayán, Pasto y Boyacá era el 64 por ciento del total 1 1 • 10

Camacho, Escritos, vol. 2, p. 149.

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M. Samper, La Miseria, p. 71. La lectura del fondo de Bienes Desamort izados d el Archivo Nacional 'saca a la luz este carácter marcadamente urbano de la propiedad eclesiástica. Esto puede apreciarse también en las listas de bienes rematados, publicadas entre 1862 y 1870, de las cuales una muestra completa puede ser e l Bolet{n de Crédito Nacional 1863 (Bogotá, 1863) pp. 195200. Si se observa n remates en otras regiones, los resultados son pa recidos. Por ejemplo, los bienes eclesiásticos rematados en la Provincia de Pasto estaban de acuerdo a su valor localizados en un 75 % en la ciudad. Cf. G. S. Guerrero, Remembranzas Po/{ticas, (Pasto, 1921). 'Para percatarse del carácter marginal de la propiedad de la Iglesia en Santander, ver M. A. Estrada, Historia documentada de los primeros cuatro años de vida del Estado de Santander, 1857-1861 (Maracaibo, 1876) pp. 198-9. Una lectura necesaria para entender la dimensión jurídica y lega l de estos bienes, es la del magnífico texto escrito por el señor M. A. Caro, como Consejero de Estado, De censos redimidos pertenecientes a capellanÚls, (Bogotá, 1890) basado en un juicio sobre la propiedad de la hacienda " Peñalisa" de Guardot - Jerusalem. En su conocido ensayo "Las Manos Muertas" en El Proceso de Mosquera ante el Senado, p. 49, Indalecio Liévano Aguure inventó uno de los mitos más exitosos de la historiografía colombiana: que la Igleisa poseía un tercio de las tierras cultivadas del paí en la vÍ pera del decreto del gran general. Un estudio reciente, el del historiador Fernando Díaz-Díaz, La desamortización de Bienes Ee/esiLísticos en Boyacá (Tunja, 1977) a pesar de que muestra que eI80%.de las propiedades de la Iglesia en ese departamento eran rurales. calcula su extensión en 20 .554 hectáreas: una extensión insignificante del área cultivada en Boyacá en 1861. Quizás el carácter urban o de los bicne. de la Iglesia obligue a matizar algunos de los argumentos adelantados por G. Colmenares en "Cen· sos y Capellanías: formas de crédito en una economía agrícola", Cwidernos Colombianos, No. 2, 1974. Un argumento implícito en e te artículo es que se notó de una forr.la autolimitante de crédito agrario, cuando bien pudo haberse tratado de un crédito comercial obtenido a tasas muy bajas de interés. Esto ser ía explica ble si se co nsid era la tendencia de muchos comerciantes de comp ra r ticrras para asegurar con e llas sus créditos.

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Los Baldíos La apropiación de baldíos , la intención de las medidas y los resultados son analizados con algún detalle en los dos capítulos dedicados a la colonización antioqueña. Baste anticipar que la tradición de conceder grandes extensiones con fines de producción para el mercado externo venía de la política borbónica. Entre fines del dieciocho (quizás un resultado parcial de la Expedición Botánica) hasta mediados del diecinueve. muchos comerciantes bogotanos obtuvieron tierras baldías en el macizo de Sumapaz y en la Cordillera de Subia , con el ánimo de explotar bosques de quinas 12. Muchos abandonaron las concesiones y solo hacia fines del siglo, nuevos compradores de títulos decidieron interesarse por estas tierras originando escaramuzas con colonos independientes establecidos de tiempo atrás. que se agudizan desde 1890 en adelante y que por la época de la movilización campesina de 1930 adquieren articulación política 13. Los resguardos y el latifundio republicano " El asalto a las tierras indias" como a veces se llama a la abolición de los resguardos tuvo muy poco que ver con el desarrollo de la caficultura. La gran mayoría de éstos se ubicaban en los altiplanos de tierra fría y los que alguna vez existieron en futuras área s cafeteras, como por ejemplo los de Pasca y Tibacuy ya se habían extinguido definitivamente en el siglo dieciocho l 4 . Aunque es plausible que los contenidos económicos y las funcione s propias de los resguardos no variaran después de la Independe ncia, es evidente que entre 1820 y 1850. la República e nfrentó esta institución más corno un problema de definiciones políticas e ideológicas que corno un problema agrario y social. Se considera que una de las funciones económicas más importantes de su abolición a mediados del siglo (después de una tortuosa historia legislativa) fue la consolidación dellla12

ANC". Bienes Desamortizados, vol. 16. 11. 305·9. ANC 8 /e/1/'s 'Vacionales. vol. 2. n. 444·80. 626 el ~l. vol. 3. n. 239-74, 8R3 et sec. Ver talllh lén CIraldo Jar~l1ljllo (Ice:.

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