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Spanish Pages [248] Year 2000
EL ARTE DE LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA Portada: RAG
Título original: L 'arte dell'Antichitii Classica: Etmria-Roma
© Librería Utet. 1986
© Ediciones Akal, S. A., 2000.
para todos los países de habla hispana
ETRURIA-ROMA R. Bianchi Bandinelli M. Torelli Traducción: Juan Caiatrava
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - España
Tel.: 9180619 96
Fax: 91 804 40 28
ISBN: 84-460-1201-4
Depósito legal: M. 172-2000
Impreso en Lave!, S. A.
Humanes (Mauridl
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NOTA DEL TRADUCTOR
En la presente traducción se han mantenido en sus idiomas originales las palabras que así figuraban en la obra original. A los términos latinos o griegos se les ha mantenido el género según las normas de su lengua respectiva: así, se habla de «el tholo::.,,, que es masculino en griego a pesar de la reiterada costumbre de los historiadores italianos de nombrarlo en femenino, o hien se ha mantenido, en cambio, el femenino original de «la porticus». Numerosos término~ técnicos italianos se suelen emplear sin traducir, y así figuran en la presente edición ejemplos como cipo/lino, peperino (materiales constructivos pétre.o:S} o impasto (tipo primitivo de cerámica etrusca e itálica). Especial atención merece el término «urbano» tal como se emplea en esta obra: en unos casos se refiere a urbano como propio de una ciudad, pero en otros designa un producto específicamente de la ciudad de Roma entendida como Urbs por excelencia; el contexto aclara suficientemente cuál de las dos acepciones es la empleada en cada ocasión. Los nombres de museos e instituciones se han castellanizado. salvo ciertos casos relevantes. Por último, se ha mantenido en esta traducción el uso del autor de citar determinados nombres propios antiguos, unas veces en versión griega y otras veces en latina: por ejemplo, Heracles/Hércules.
Este volumen se compone de dos partes bien diferenciadas. La primera, subdividida en capítulos y apartados, pretende trazar una visión de conjunto de los problemas inherentes a la historia del arte ele la Italia antigua entendida en sus aspectos locales, con exclusión del arte de los colonos griegos de Occidente. Así, pues. arte etrusco-itálico y arte romano. Se trata ele unas líneas generales en las que se marca un desarrollo histórico, poniendo de relieve los principales nexos cronológicos. Kuestro objetivo es hacer comprensibles los caracteres artísticos de cada uno de los períodos en su necesidad histórica, considerando la expresión artística como el más genuino testimonio de una época; un testimonio que, sin embargo, no siempre resulta fácil interpretar, ya que los nexos que concurren a su formación son intrincados y ocultos. Esta primera parte ha sido redactada por R. Rianchi Randinelli, siguiendo en parte los artículos «Etrusca Arte» y «Romana Arte» escritos para la Enciclopedia dell'Arte Antica Classica e Orientale (Roma, 1960, 1965). En ciertas partes ha quedado poco ele ellos, lo cual, esperamos, no se imputará al autor (como ha sucedido en otra ocasión, como si no se hubiese mostrado suficientemente obstinado en sus convicciones), sino, en tocio caso, a la investigación arqueológica e histórica sobre la Italia prerromana, que ha experimentado un considerable progreso por la vía de la historicidad. La segunda parte, redactada por M. Torelli, documenta con las ilustraciones y con el texto de cada una de las fichas lo que en la primera parte queda trazado a grandes rasgos; ofrece precisiones objetivas, plantea los problemas relativos a cada una de las obras de arte singulares, siempre de un modo nuevo respecto a lo acuñado en la vulgata académica, y proporciona el punto de partida para ulteriores profundizaciones. El arco cronológico abarcado es muy vasto: desde finales de la edad dei bronce en Italia, en torno a los siglos XII-XI a.C., hasta la caída del Imperio romano ele Occidente, ocurrida en el 476 d.C. La propia extensión de la obra nos hace ver que. ele estos quince siglos ele historia artística. no pueden ofrecerse sino los puntos nodales que sirvan para la comprensión del desarrollo y de la problemática formal paulatinamente surgida. No se trata. pues, de una historia del arte completa y sistemática de la Italia antigua. Aunque tal hubiera sido la intención de los autores (cosa que sólo habría sido posible ele sel e una retórica académica), de hemos reconocer que. en el estado actual de las investigaciones, no sería posible realizarla. Por ello, hemos optado conscientemente por presentar sólo «materiales para una historia del arte de la Italia a!_ltigua» que puedan resultar útiles a la cultura de todos. y en particular a los universitarios.
R. B. B. .~l. T.
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LA ITALIA PROTOHISTÓRICA Y PRERROMANA
PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA
1 Entre el final de la época neolítica (aproximadamente siglos XI\-XI a.C.) y el final de la edad del bronce (aprox. siglos x11-1x a.C.) el cuadro (todavía imperfecto en sus relaciones y variable según sus centros) que podemos trazar de la península italiana es el de un ambiente periférico al que llegan con retraso y de segunda mano los impulsos culturales que, desde Anatolia en ciertos aspectos de cultura avanzada y ya de tipo mercantil, y desde la cuenca danubiana en otros aspectos de cultura campesina, habían llegado previamente a la península helénica y a las islas del Egeo. Este retraso de la península italiana resulta evidente no sólo en su reflejo cronológico, sino también de modo sustancial: baste comparar el modesto horizonte pastoril vigente aún en la edad del bronce en Italia con el ímpetu, la riqueza y las elevadísimas expresiones artísticas alcanzadas en plena edad del bronce por la civilización cretense, donde la evolución desde las condiciones rurales a las «urbanas» había promovido la industria artística a través de las actividades comerciales y éstas habían determinado las concentraciones de riqueza que distinguen a la primera fase palacial. La protohistoria italiana se inicia, en realidad, al final de la época micénica (v. cap. II, 3). Desde el punto de vista figurativo (que es el que aquí nos interesa y que nos obliga a no adentrarnos de modo específico en las cuestiones antropoléigicas o estrictamente arqueológicas), se puede constatar una consistencia de estilo y una conciencia formal que se explican en el ámbito itálico a partir de las culturas de la edad del bronce final que han sido denominadas como del «Apenínico» (Rellini, 1932) y del «Protovillanoviano» (Patroni, 1937). En la cultura siciliana de Castelluccio (entre el eneolítico y la edad del bronce), la vivaz pintura de elementos geométricos logra superar, en la cerámica, una cierta apatía de las formas plásticas del vaso, según impulsos que no muestran continuidad ulterior. Sería tarea vana querer encontrar alguna conexión con las raras manifestaciones figurativas que ofrece el paleolítico (o, mejor dicho, el epipaleolítico) italiano de las grutas de Levanzo (islas Egadas) o de Niscemi y del Addaura (Palermo), estas últimas con singulares y complejas figuraciones. Aunque se trate de un fenómeno relativamente tardío, la existencia de un hiato de milenios hace imposible cualquier relación histórica razonable, ya que estas manifestaciones se remontan, según las indicaciones del radiocarbono, al vrn milenio a.C. Por el contrario, séilo desde finales del II milenio se puede reconstruir una continuidad cultural. El eneolítico italiano se nos presenta de manera mucho más unitaria, y debemos suponer que ello es ya la consecuencia de los múltiples contactos comerciales, favorecidos por la situación y la conformación geográfica, que tienen lugar en esas regiones costeras que se hallan en las rutas del comercio del cobre y de la plata de las minas espanolas (especialmente ricas en Almería). Entre la segunda mitad del IV milenio y mediados del m a.c. se pueden identificar contactos primero con Egipto y con Túnez (de donde parece haber llegado la aportación de la cerámica impresa) y, más tarde, particularmente con el ámbito tes:ilico (cultura de Dimini: v. cap. II, 1), de donde llega el impulso a la cer:1mica pintada.
Los números al margen remiten a las fichas y ,·,111 prl'cl'didos de las indic1ciom·s A.,;. ¡x1ra el ,irte griego. A.E. para el artl' l'trusn > y A.R. para c-1 artc- romano.
Problemas etnográficos e históricos
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En las culturas eneolíticas de Cerdeña (círculos megalíticos en el Norte, cultura del vaso campaniforme en el litoral noroeste) se encuentran figuritas de arcilla y otras recortadas en mármol que repiten, en reducción simplificada y más esquemática, las estatuillas cicládicas (p. 40) y vasos en los que se deja sentir el eco ria. cap. III) [edición castellana, Madrid, ediciones Akal. 19891. consistente en vaciar el oro fundido, en estado líquido. dentro de un recipiente lleno de carbón finamente triturado. La técnica de la granulaciún aparece en el llamado tesoro de Príamo en Troya (23502100 a.C.) y en productos de la orfebrería egipcia al menos desde la XII dinastía en adelante ( 1991-1778 a.C.); se encuentra también en época minoica en Crl'la. en Grecia en (-poca micénica y lo mismo en Chipre, y nós adelante también en Grecia en la époci geom(·trica oriL·ntalizante. En ningún otro lugar conocígico de FlorL·11eia). de Fie.\ole (Museo del Loune, antes Guadagni). 111{1s que representar completamente al arte etrusco en sus características deben considerarse como productos de la
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recepción itálica de la retratística helenística, en la cual puede incluirse, no sin contacto con el ambiente romano, la estatua de Avle Metele, el conocido Arringatore (Florencia, Museo Arqueológico), para el cual todavía en 1925 podía discutirse seriamente una datación en el siglo IV a.c. en tanto que hoy es comúnmente aceptada la datación en torno al 100 a.c. No parece aceptable, por el contrario, una datación ulteriormente rebajada hasta el 80-70 a.c. (propuesta por B. Schweitzer), porque, después de la concesión de la ciudadanía romana a los itálicos, la inscripción de la estatua honoraria habría estado escrita en latín y no en etrusco. De cualquier forma, debe tenerse presente, en una valoración de conjunto, la pérdida de toda la escultura en bronce de gran formato, que está atestiguada por las fuentes literarias, y de la cual las piezas citadas son sólo restos, en tanto que la excelencia técnica de los pequeños bronces supervivientes nos hace lamentar la pérdida de las obras ele época más antigua, sin duda en gran parte destruidas por las rapiñas romanas. Por lo que respecta a la pintura ele época helenística, es un documento importante la Tumba del Tifón (Tarquinia), en la que el uso del claroscuro acentúa la plasticidad de las formas; pero una procesión de figuras vestidas de blanco presenta ya rasgos sumarios y populares como los que se encuentran en la pintura romana ele los siglos 11-1 a.c. Recientemente se había propuesto una datación en los siglos 11-1, en lugar de en la segunda mitad del siglo IV a.C., también para la llamada Tumba Frarn;ois de Vulci (Roma, Colección Torlonia), en una rebaja de datación que podía considerarse como hipótesis ele trabajo pero que ulteriores investigaciones críticas han rechazado. Éstas ele la Tumba Frarn;;'ois (llamada así por su descubridor en 1857) son las únicas pinturas que nos han conservado un ejemplo de composición de tema histórico, de lo que encontramos menciones en las fuentes literarias también para Roma. Tenemos aquí diversas representaciones: la ejecución de los prisioneros troyanos sobre la tumba de Patroclo, escena tomada de una representación griega, que podía ser de la primera mitad del siglo IV; episodios de la epopeya etrusca (liberación de Celio Vibenna por parte de Mastarna y duelos entre héroes etruscos y romanos, ntmach, atestiguados en las inscripciones que acompañan a las escenas). Es digno de señalar cómo en la composición ele la ejecución de los troyanos, las figuras de divinidades etruscas (diosa Vanth), insertadas por el artista en la composición, se resuelven con los tradicionales medios de un simple contorno clibujístico, mientras que las demás figuras, derivadas de una composición ele más compleja cultura artística, están tratadas en claroscuro con empaste de pinceladas que forman volúmenes correctos. Se encuentra, además, la representación del propietario de la tumba, Ve! Saties, envuelto en una rica vestimenta pintada con figuras de danzantes armados, y acompañado de su bufón enano que sostiene un halcón: viva imagen de la aristocracia feudal etrusca que, tras haber obtenido en el 89 a.c. la ciudadanía romana, buscará y encontrará su fortuna en Roma, identificándose completamente con los vencedores y abandonando los antiguos centros de cultura etrusca a su rápida y total decadencia provinciana.
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ARQUITECTURA
Los monumentos arquitectónicos etruscos aún visibles sobre el terreno son bien pocos, tanto porque las ciudades etruscas fueron profundamente transformadas por la ocupación romana y después, salvo pocas excepciones que no incluyen a las ciudades más importantes, tuvieron una continuidad de vida en época medieval, como también por el hecho de que los templos tuvieron en Etruria estructuras fácilmente deteriorables.
Documentos notables para la arquitectura etrusca son las tumbas, y sobre todo el interior de las mismas, orgánicamente relacionado con el concepto de la tumba-habitación del difunto (tumba en cámara), en la que se imaginaba que el difunto, depositado con el rito de la inhumaciém, que generalmente predomina en la fase arcaica, o con el de la incineración, dominante en la época helenística, disfruta, con su misteriosa presencia, del mobiliario para el banquete y de los alimentos en ella depositados. El tipo estructural de la tumba varía de un lugar a otro, según la naturaleza del terreno: si éste es compacto (tufáceo o rocoso), la tumba se excava para formar uno o más ambientes con techo que imita una doble vertiente con viga central o casetones tallados corno si fueran de madera, u otros medios de cubrición usados en la arquitectura real. Allá donde el terreno exige una construcción muraría, la cubierta de la cámara, generalmente de planta rectangular o a veces también circular, es, en la época arcaica, en falsa búveda compuesta de hiladas salientes una sobre otra hasta llegar a la lastra de cubrición, o en falsa cúpula (tholos). Tanto en un caso como en otro, la cámara sepulcral estaba cubierta por un túmulo de tierra, ligeramente cónico, a veces de grandes dimensiones, ceñido en su base por un anillo de muro o ele roca tallada (Populonia, Cerveteri, Castellania in Chianti, Quinto Fiorentino, Montepastini). El túmulo constituía la arquitectura externa del monumento funerario. Un mismo túmulo podía contener varias cámaras funerarias, correspondientes incluso a momentos distintos, lo que revela el carácter gentilicio de estos monumentos. En la primera mitad del siglo VII a.C. tenemos tumbas en fosa en el centro de un círculo de piedras colocadas verticalmente ( Marsiliana, Vetulonia) o en corredor (Tumba Regolini Galassi, en Cerveteri). Pero la planta fundamental de la tumba de cámara, al menos desde la primera mitad del siglo \'I en adelante, está constituida por un corredor de acceso ( dromos), un atrio de planta cuadrada o rectangular y una cámara sepulcral situada en el eje medio del atrio y en la cual se depositaban, sobre lechos funerarios de banquete, en sarcófagos de madera o de piedra, los restos de los fundadores de la tumba. Semejante planta corresponde a la de la casa romana y campana todavía visible en Pompeya (por ejemplo: comparar la llamada Casa del Cirujano de Pompeya con la planta de la Tumba de los Volumni en Perugia). Tenemos, en efecto, la entrada, el atrio y el tablino o triclinio. Las fuentes romanas conocen el origen etrusco del atrio (alri11111 /11sumic11111; Vanún, /)e li11p,. /el/., V, 161); pero este ambiente debía ser propio de la casa patricia (lo mismo que es peculiar de la tumba patricia), ya que est:t ausente de las modestas viviendas .,acadas a la luz en Vetulonia, Marzahotto y otros lugares. En la tumba planteada sobre el esquema mencionado, las sepulturas posteriores a las de los c(m-
1 Las tumbas y la casa
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yuges fundadores se realizan o en otras cámaras abiertas sobre las paredes laterales del atrio o en el atrio mismo. En la fase más arcaica tenemos tumbas circulares con pilares centrales (tumba de Quinto Fiorentino, segunda cámara; tumba de Casal Maritimo, reconstruída en el Museo Arqueológico de Florencia). En algún caso, el pilar central sigue existiendo aún sin tener funciones estáticas. El tipo de tumba circular reaparece también en época tardía, cuando predomina la incineración y el uso de pequen.as urnas, junto con el tipo de cámara rectangular única, privada de acceso y cubierta con bóveda de cañón (tumba del Granduca, cerca de Chiusi; hipogeo de S. Manno y tumba de Betona, cerca de Perugia ). En las necrópolis de la región de Viterbo (Bieda; Castel dºAsso; Norchia) y en Sovana, donde las coladas volcánicas de los Montes Cimini han formado altiplanos surcados por profundos valles de erosión de paredes casi perpendiculares, tenemos un tipo particular de monumento funerario tallado en la roca, en forma de dado (coronado a veces por un altar), con puerta fingida (el sepulcro propiamente dicho, en cámara, se encuentra debajo del dado) o de casa o de edículo, o incluso de templo con columnas, con frontón triangular y cubierta plana (Castel dºAsso, Norchia, Tumba Ildebranda en Sovana). Mientras que el tipo en dado se inicia en la época arcaica, se desarrolla a partir del siglo IV y continúa hasta la época helenística, el tipo en forma de templo corresponde sólo a esta última época. Por la unidad de medida usada (Bianchi Bandinelli, Sovana) y por su decoración, estos edificios testimonian la estrecha relación de la arquitectura etrusca helenística con Campania y Apulia, planteando así esa misma unidad que se ha encontrado para la escultura. Ninguna de estas arquitecturas, construidas o talladas, evidencia un precoz y autónomo uso del arco, que se acostumbraba en un cierto momento a relacionar con Etruria como elemento típico originario. Hoy, podemos afirmar con certeza que la estructura del arco de dovelas debió ser introducida en Etruria no antes del siglo v a.c., acaso por mediación corintia, a través del Adriático; pero, en este sentido, adquieren una especial importancia las murallas de Velia (Porta Rosa). colonia de los focenses fundada entre 540 y 535 al sur de la Campania. Todo conduce, por lo demás, a atribuir al arco un origen más lejano, mesopotámico o centroasiático. La llamada «tannella di Pitagora», en Cortona, una tumba construida con bóveda de dovelas y lunetas monolíticos, es una obra tardía, quizá incluso del siglo II a.c. Los arcos de las puertas de ciudades (Falerii, Puerta de Júpiter; Volterra, Puerta del Arco; Perugia, Porta Marzia, etc.) son todos de época no anterior al siglo m a.c. La asimilación tumba-casa llevó también a veces, como en el caso de las urnas en forma de cabaña de época villanoviana, a dar forma de casa a urnas cinerarias. Por más que tales reproducciones son siempre sumarias y genéricas, no dejan de ser el único testimonio que tenemos del aspecto de las casas señoriales etruscas, y proceden todas de la región de Chiusi. Una de ellas, de Poggio Gaiella, de época arcaica (Berlín, Staatl. Museen), muestra como elemento característico el amplio saliente del tejado; otra, de época helenística (Florencia, Museo Arqueológico), muestra puertas con arcos, paramento almohadillado y loggia en la parte superior, hasta el punto de haber hecho notar analogías de articulación con la arquitectura ele los palacios del Renacimiento florentino, debidas probablemente a asimilaciones culturales.
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El templo
El templo etrusco conservó durante largo tiempo la estructura en madera, atestiguada por la tradición también para la Grecia primitiva, con revestimiento de placas de terracota (antepagmenta) realizadas a base de estampación, decoradas en relieve y pintadas. Tales placas de revestimiento, lo mismo que la cubrición del tejado con tejas y elementos decorativos ele antefija, así como la decoración del frontón con estatuas o relieves igualmente realizados en terracota, constituyen una tradición constante a través de la historia del arte etrusco y una de las actividades más importantes de los talleres coroplásticos etruscos. Semejante persistencia se corresponde, por lo demás, con la tradición según la cual el emperador Augusto se habría mostrado complacido de haber encontrado una Roma «de terracota» y haberla dejado «de mármol». El templo en madera y terracota, de proporciones robustas y pesadas, se alzaba, sin embargo sobre un podio,
y esta característica también se transmitió al templo romano. Es el resultado de una superposición de la cella (naos) de tipo griego sobre la terraza augural desde la cual se tomaban los auspicios según la disciplina etrusca y que recibía el nombre de templum. A veces debía tener la modesta forma de un recinto o un períbolo con abertura sobre el frente (Bolsena, Poggio Casetta), lo que puede haber influido sobre la forma típica del templo etrusco con alae. Un conocido pasaje de Vitruvio (IV, 7, 1) ha llevado a que durante largo tiempo se considerara que el templo etrusco estaba constituido típicamente por tres cellas dedicadas a tres divinidades distintas, como era el caso del máximo templo de la colina Capitolina de Roma, dedicado a Júpiter, Juno y Minerva. En consecuencia, se trató de reconstruir gráficamente la planta ele los templos, cuyos restos habían sacado a la luz las excavaciones, como templos de tres cellas. Los más recientes estudios han demostrado, sin embargo, que el tipo normal del templo etrusco era de una sola cella. Además, tampoco el pasaje de Servio (Ad Aen., I, v. 422) implicaba, de hecho, un templo con tres cellas, sino en todo caso lo contrario: «Los conocedores de la disciplina etrusca aseguran que por parte de los fundadores de ciudades etruscas no eran consideradas ciudades en el verdadero sentido de la palabra los lugares habitados en los que no hubieran sido dedicadas y consagradas tres puertas y otros tantos templos de Júpiter, Juno y l\linerva». La cella única debía tener a menudo, sin embargo, un pronaos que se continuara en las alae, dos ambulacros en los que venía a apoyarse la columnata lateral, que quedaba así limitada al frente y a parte de los lados, sin proseguir por el lado posterior (véase la planta de la Tumba Ildebranda, en Sovana). Éste parece generalmente cerrado por una pared de fondo perpendicular al podio. El templo viene así a constituir una arquitectura de fachada y no una arquitectura que conciba el edificio como volumen cúbico situado en el espacio, como es el caso del templo griego. De este principio derivarán también consecuencias estéticas, pero su origen es ritual, porque el templum del auspicio excluye de la observación la parte posterior (la fórmula se encuentra en Varrón, De ling. Lat., VII, 8; Liv., I, 18, 6). El pronaos con las alae venía a formar a veces (como ocurre en Fiesole, nuevas excavaciones) un ambiente delimitado en el exterior por paredes continuas hasta el frente, y sobre éstas por las columnas. Frente a la numerosa serie de templos etruscos de una sola cella, y después ele que también para los templos de Cascia y Orvieto, además de para el de Veyes, se haya puesto en duda la tripartición, quedan, como ejemplos de templo tripartito, el templo A (h. 460 a.C.) del santuario de Pyrgi y el templo de Ardea, demasiado mal conservado como para dar de él una reconstrucción plausible, además de los templos de los Capitolia de Roma, Terracina, Segni y Minturno (desde la primera mitad del siglo II a.C., en cada colonia romana se erigía un templo a la tríada capitolina, lugar oficial de culto en el centro cívico y religioso de la ciudad, que tomaba el nombre de Capitolium). Esta circunstancia. v la constatación de que el culto de las tríadas no tuvo en Etruria la importancia que en otro tiempo se pensaba poder atribuirle (L. Banti, St. Etr., XVII, 1943, pp. 203 ss.), nos lleva a la conclusión de que el templo de tres cellas no fue en Etruria el tipo originario y de mayor difusión, y que su difusión estuvo ligada, probablemente, al culto romano de la tríada capitolina. En consecuencia, el templo de una cella con alae no puede ser considerado, como se había propuesto, una reducción del templo de tres cellas, sino que debe haber tenido una formación distinta, que parece ya culminada a finales del siglo VI a.c. (probable también para el templo B de Pyrgi, h. el 500 a.C. ). Es a partir de este tipo como surge el de tres cellas, creado probablemente por los arquitectos etruscos llamados a Roma para erigir sobre la colina del Capitolio el templo a la triada de divinidades que era ya objeto ele culto sobre el Quirinal (Maetzke, 1956). Excavaciones recientes y todavía (1972) no suficientemente conocidas han identificado y en parte explorado, por obra de una misión sueca, conjuntos arquitectónicos de grandes dimensiones en Acqua Rossa, cerca de Ferento (Viterbo), así como en Poggio Civitate, en las proximidades de Murlo (Siena), a cargo de una misión estadounidense. Ambos conjuntos, que deben considerarse como santuarios con locales para peregrinos, aparecen constituidos a comienzos del siglo \ºI a.C. y deliberadamente desmontados :1 finales del mismo siglo. En Poggio Civitate se alzaban largos edificios en torno a una amplia plaza cuadrada; los edificios tenían. al menos por un lado. un por-
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ticado formado por soportes de madera para el tejado, sobre el que pesaba una fuerte cubrición a base de tejas y con una numerosa serie de estatuas de terracota. Éstas, con su factura sumaria (que incluye, sin embargo, expedientes de notable habilidad técnica), contrastan con los largos frisos formados por lastras con relieves explícitamente jonizantes. El tipo de columna con capitel dórico, equino y ábaco, sin acanaladuras y provista de basa (que en la columna dórica está ausente), que es conocida como columna toscana, aparece ya en uso en los edificios sagrados del período arcaico y debe considerarse, más que una invención etrusca, una columna predórica de difusión en el ambiente prehelénico. La columna toscana es utilizada todavía en época helenística (fachadas rupestres de Norchia), pero se utilizan también otros tipos de columna: la columna con acanaladuras separadas por listeles como en la columna jónica (en Vulci); la columna dórica propiamente dicha (tumba en Bomarzo); la columna con capitel en doble serie de volutas una sobre otra (Tumba de los Capiteles en Cerveteri); la columna jónica (urnas de Volterra); el pilar con volutas, como en la Tumba de los Relieves en Caere. Pero, sobre todo, en época helenística. se difunde la columna completada por un capitel con volutas oblicuas que surgen ele la parte baja, o volutas unidas al listel superior del capitel, caracterizado además por una corona de follaje de forma mullida de la que surgen cabezas humanas de tipo patético (Tuscania-Vulci, Tumba Campanari; Sovana, Tumba Ildebranda). Este tipo de capitel, cuyo ejemplo más antiguo (¿siglo v?) se encuentra en territorio de influencia púnica (Nora), aparece, con prioridad respecto a Etruria, en la Magna Grecia (Paclula, primera mitad del siglo IV; Lecce, hipogeo del siglo IV-III; Paestum, h. 275 a.C.; Tarento. edículos sepulcrales; se encuentra también en el estrato helenístico prerromano de Glanum-St. Rémy en Provenza). Ello confirma que la arquitectura de los siglos III y n a.c. asume una uniformidad tipológica desde Sicilia a Etruria, con formas derivadas de la arquitectura helenística y sobre el mismo grado de desarrollo de ésta, pero mezclando, sin embargo, por lo que respecta a la Italia central (Etruria, Lazio), con las formas nuevas otras formas tradicionales locales. Cabezas de análogo tipo patético, generalmente femeninas, cuyo simbolismo no está bien aclarado, decoran a menudo, en época helenística tardía, la clave de bóveda de los arcos, y en ocasiones también las ménsulas situadas en la imposta del arco (Volterra, Puerta del Arco) o en el extradós (Perugia, Porta Marzia), tanto en edificios de grandes dimensiones como en construcciones sepulcrales.
3 La ciudad
Las murallas de ciudad son, en su mayor parte, relativamente tardías, aunque mantienen la técnica poligonal, como ocurre en las murallas de la colonia romana de Cosa (Ansedonia), fundada en el 273 a.C. Las excavaciones iniciadas en Roselle a partir de 1958 han evidenciado la presencia de construcciones de una cierta amplitud en ladrillo crudo que el material arqueológico circundante permite asignar a una fecha anterior a los comienzos del siglo VI a.c. Restos de construcciones en ladrillo crudo observadas bajo un tramo de las murallas habían llevado a asignar a la misma fecha la parte más antigua del recinto defensivo. que quizá no estuviera constituido de murallas propiamente dichas sino del agger de tipo itálico con terraplén sostenido por muros construidos a base de grandes bloques aproximadamente rectangulares. Pero observaciones más recientes llevan a atribuir estos restos a edificios más antiguos que quedaron anulados por la construcción del recinto defensivo en una época nüs reciente.
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Lo poco que se conoce de las ciudades etruscas muestra un plano urbanístico irregular (Vetulonia). Una excepción es la constituida por Marzabotto, fundación de tipo colonial del siglo VI a.c., donde la planta se nos presenta regular, con una vía principal de anchura excepcional incluso si la comparamos con las ciudades griegas coetáneas: quince metros, una amplitud que sólo tuvieron las calles de El Pireo. De la excavación sistemática ele dos ciudades etruscas sobre las cuales tuvo lugar la implantación romana pero sólo de modo marginal la medieval, Vulci y Roselle, podemos esperar algún elemento importante ele conocimiento del urbanismo etrusco. Marzabotto asume una importancia particular en el complejo problema de la colonización de la Etruria padana, donde parece insostenible la tradición de la constitución de una dodecápolis (ya puesta en duda, por lo demás, para la Etruria central), aunque es cierto que sólo con la expansión de la civilización etrusca la Italia del Norte (que debe considerarse en lo sustancial, también en la antigüedad, como un territorio continental europeo) conoció por primera vez una organización de cultura urbana. La cronología de J\larzabotto debe considerarse coincidente con la de la Bolonia etrusca, esto es. desde finales del siglo VI a mediados del IV a.C. Es casi seguro que la distribución ortogonal pertenece al primer asentamiento urbano, y ello presupone un contacto con las experiencias urbanísticas griegas anteriores a la sistematización teórica que les aportó Hipodamo de Mileto (activo en el siglo\. a.C.). Su excepcional sistematización urbanística había hecho suponer que Marzahotto fue un puesto militar, una etapa entre la Etruria central y Bolonia. Ahora bien, excavaciones más precisas y de mayor amplitud han demostrado que se trataba ele un centro productivo, específicamente metalúrgico; pero, no habiendo recursos minerales en las zonas colindantes, se debe suponer que los minerales en bruto o semielaborados eran importados desde la Etruria marítima (Populonia, a través ele Volterra). Las casas de Marzabotto estaban construidas a base ele panes ele arcilla semicocida y cubiertas con material latericio de óptima factura y cochura y ele dimensiones notables. Una amplia producción local proporcionaba la vajilla de uso común, mientras que las cerámicas de importación, de fabricación ática, se encuentran (en relación con el centro de Spina, pero también de Bolonia) en cantidad limitada. También los bronces de factura artística y la orfebrería parecen importados de otros centros etruscos. El tipo de las tumbas, de incineración y carentes de elementos artísticos, indicaría conexiones con las regiones de Chiusi y Volterra (nombres de Volterra se han encontrado en estelas de Bolonia de finales del siglo v a.C.). Un elato interesante ha sido destacado en Marzabotto: el hallazgo ele los cipos que marcaban los puntos de orientación para la implantación del tejido urbanístico de la ciudad, que se nos confirma así como el resultado de una precisa voluntad planificadora. Se encontrará a continuación un cuadro cronológico desde el inicio del período Orientalizante hasta la invasión gala (h. 725-390 a.C.), en el cual las cuatro primeras columnas están dedicadas a los monumentos artísticos etrusco-itálicos y las dos últimas contienen referencias a los principales acontecimientos históricos y culturales del área itálica y de la mediterránea. En este cuadro se incluyen también los testimonios arquitectónicos y figurativos de la Roma arcaica, mientras que la última fase de la producción etrusca aparece en los cuadros cronológicos relativos al arte romano. Como norma, los números en cursiva y entre paréntesis remiten a las fichas y a las ilustraciones y las noticias colocadas entre paréntesis son las tomadas de las fuentes antiguas.
61
A.E. 102
Cuadro cronológico 2 FECHA
PLÁSTICA-ESCULTURA
ARQUITECTURA
PINTURA-DECORACIÓN PARIETAL
ARTES MENORES
ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS Y CULTURALES DE ITALIA
ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS Y CULTURALES MEDITERRÁNEOS
FECHA
--------------------------------------------------!JI 725
Tarquinia, Tumba Bocoris (E 16) Cerveteri, Tumbas de la Cabaña y Regolini-Galassi (E 13, 14)
ORIENTALIZANTE - Fase 1 (Antiguo)
ajuar tumba Bocoris Bisenzio, cerámica geométrica (E 23)
Introducción alfabeto cumano en Etruria y el Lazio
Chiusi, tumbas en tinaja tardovillanovianas
Fundación de las llamadas colonias aqueas (Sybaris, Kroton) y Tarento (706) Colonización calcídica de Sicilia (Leontini, Katane, Himera, Zankle y Rhegion en el estrecho)
Bisenzio, cánopo
700 Tarquinia, cerámica etrusco-cumana (E 24)
675
ORIENTALIZANTE MEDIO
Veyes, tumba de los ánades (E 21) Roma, [Curia Hostilia]
Preneste, trípodes y lebetes (E 30-32) Escudos br. con motivos orientales (E 33) Dolciano, cánopo (E 18) Objetos de orfebrería Regolini-Galassi (E 34-36) Cerveteri: búcaro I fase (sutil) (E 29) Recipiente funerario de Montescudaio (E 19) Cerveteri, crátera Aristofonos (E 25)
650
Formación de las ligas de pueblos latinos (Albenses, Numicius, etc.)
Giges, rey de Lidia (685-657)
Fundación de Gela (rodios y cretenses)
Urartu: Rusa 11 funda Tesebani (Karmir-Blur)
725
700
675 Roma: reinado de Tulo Hostilio Destrucción de Alba (?) Leyes de Zaleuco en Locris y de Carondas en Katane
Colonización megarense y milesia del Helesponto, Propóntide y Bósforo
Formación Liga Aricia
Egipto, XXVI Din.: Psamético 1 (663-609) Cipselos tirano en Corinto (657-627?) Fundac. Naucratis en el Delta Comienzos de la colonización milesia en el mar Negro
Chiusi, recipientes funerarios con figurillas móviles aplicadas Veyes, ánfora pintada (E 22) Fundac. megarense de Selinunte (650 ó 627) Falerii, ánfora pintada y kantharos (E 27, 28) Vetulonia, fíbulas de oro (E 63) Vulci, crátera pintada (E 26)
Sumisión de los neohititas de Karkemish a los asirios (Sargón 11, 722-705)
Roma: reinado de Aneo Marcio
650
Predominio comercial de Corinto (640-575 aprox.)
(Etruscos en Emilia y en Campania)
625
ORIENTALIZANTE RECIENTE Vetulonia, Túmulo Pietrera 1 (E 43)
Cabeza de estatua (E 50)
Cerveteri, Tumba Leones pintados (E 15)
Crespellano, estela funeraria (E 57) Vetulonia, estela Avele Heluske (E 51)
Veyes, Tumba Campana (E 58)
Cerveteri: búcaro configurado (E 17) Vulci, huevo de avestruz decorado (E 64) Chiusi, sítula de la Pania (E 65) Dolciano, cánopo (E 53) Cerámicas etr.-corintias (E 59, 60, 61)
Roma: reinado de Tarquina Prisco (etrusco) (616-578)
Samas alcanza Tarsis: gran florecimiento de las colonias de Asia Menor (h. 625-575) Periandro, tirano de Corinto (627-585) aliado con Milete y Mitilene
625
Destrucción de Nínive (612): neobabilónicos y medos
Vetulonia, Túmulo Pietrera 11 Quinto Fiorentino: Tumulo della Montagnola (E 45)
Egipto: Necao 11 (608-594)
600 Cortona, Melón del Sodo (E 44)
600
Cerveteri, estatuilla sedente (E 47)
Fundac. focense de Massalia Alyates, rey de Lidia (596-564) Tushpa conquistada por iranios y escitas
Vulci, Centauro (E 48) Estatuilla de la tumba de lsis (E 49) Chiusi, cipo-busto (E 54)
Templos etruscos I Fase
Cortona, relieve (E 56)
Veyes, Templo Plaza de Armas (E 41)
Chiusi, relieve (E 55)
Roma, 1 .ª pavimentación del Foro (h. 575)
Roma, terracota arquitectónica (R 7)
58!0
Cerveteri, Tumba de los Capiteles (E 42)
Comienzos búcaro «pesado» (Tarquinia, Vulci, Orvieto, Chiusi) (E 62)
580 Roma: reinado de Servio Tulio (Mastarna) (578-534) Fundac. de Elea (focenses de Massalia)
ARCAÍSMO Vulci, joven sobre hipocampo (E 80)
Tumba de los Vasos Griegos (E 66) Roma, S. Omobono: templos Fortuna y Mater Matula (R 2) Foro, Templo I Fase bajo la Regia (R 5)
Agrigento: Falaris tirano (571-555) Comienzo ánforas «pónticas» (Vulci 560-530) (E 98)
Creso, rey de Lidia (564-546), acuña las primeras monedas
Roma, terracotas arquitectónicas Regia Velletri, terracotas arquitectónicas (E 72)
550
[Murallas servianas] (R 3) Volterra, estela Avile Tite (E 85)
Cerveteri, placas de terracota pintadas Boccanera y Campana
5410 Tarquinia, Tumba de los Toros (E 92) Roma, acrotera S. Omobono (Minerva) (R 8)
530
Cerveteri, acrótera Eos y Kéfalos (E 76)
Chiusi, cánopos con cabezas juveniles (h. 550-500) Comienzo hidrias caeretanas (h. 550-525) (E 99) Chiusi, oinochoe búcaro pesado (E 101)
Tarquinia, Tumba Augures (E 93) Tumba Caza y Pesca (E 94)
Cerveteri: sarcófago de los esposos (E 78)
62
Batalla de Alalia (etruscos y cartagineses contra los focenses)
Pisistrato, tirano de Atenas (546-528) Polícrates, tirano de Samas (540-522)
Roma: reinado de Tarquina el Soberbio (534-509)
Cerveteri, antefija sin nimbo (E 77)
520
Giro, rey de los medos y los persas (555-529): imperio aqueménida
550
540
530
Siris destruida por Sybaris Tumba Olimpiadas (E 95)
Chiusi, Tumbas en cámara con recipiente funerario globular sobre asiento
Cambises (529-521) conquista Egipto Fallido ataque etrusco contra Cumas (524)
520
fecha
arquitectura
plástica-escultura
pintura-decoración parietal
Orvieto, cabeza de guerrero (E 82)
artes menores
acontecimientos históricos y culturales de Italia
fecha
Darío 1 (521-485)
Monteleone (Spoleto): carro (E 87) perugia, trípode Loeb (E 86)
Templos etruscos ti Fase
acontecimientos históricos y culturales mediterráneos
Satricum, Mater Matula (E 68) Veyes, esculturas de terracota del santuario de Portonaccio (E 73-75)
Pyrgi, templo B (E 69)
Tumba del Barón (E 96)
Orvieto, necrópolis Crocefisso del Tufo (E 71) Marzabotto, ordenación urbanística (E 102)
510
Roma: opus quadratum I Fase (capel/accio) Templo de luppiter Capitolinus (ded. 509) (R 4) Regia (R 5)
Roma, [esculturas de Vulca de Veyes en el templo capitalino]
Kroton destruye Sybaris
Settimello, cipo funerario (E 89)
Expulsión de los Tarquinas de Roma: comienzos de la república (Bruto y Colatino cónsules) (509) (constitución timocrática) Primer tratado entre Roma y Cartago (508)
ARCAÍSMO TARDÍO
Expulsión de los pisistrátidas de Atenas: democracia de Clístenes
510
Lavinio, los 12 altares
Orvieto, templo Belvedere (E 103)
Chiusi, cipos con relieves (E 84, 110) Satricum, altorrelieve (E 106)
500 Roma: [templo de Ceres, Libero y Libera en el Avenlino] [templo de Saturno (493)] Abandono templos S. Omobono (R 2)
Monte Falterona, oferente (E 88) Roma: fr. acroterio terracota (Amazona herida) (R 9)
Chiusi, estatuas-cinerario (siglos v-1v)
Guerra entre Roma y Pórsena, rey de Chiusi, que muere en el 506 en Aricia derrotado por Aristodemo de Cumas
Tarquinia, Tumba de las Bigas (E 97) Roma, [pinturas de Damófilos y Gorgasos en el templo de Ceres]
Espejo br. con escena de culto (E 91) Espejo de Atri (E 111)
Roma: 1 .ª secesión de la plebe: institución del tribunado (494) y de los comitia tributa Guerras contra los sabinos y la liga latina: foedus Cassianum (493) Guerras contra volscos y ecuos Sinecismo de Gela y Siracusa bajo Gelón (491-478)
490 [Templo Castores en el Foro (484)] Roma: Loba Capitalina (br.) (R 10)
480
Revuelta de las colonias jónicas y represión persa (500-494)
500
Primera guerra médica
490
Segunda guerra médica (480-478)
480
Tarquinia: Tumba Triclinio (E 115) Tumba Lecho funerario (E 116) Chiusi, Tumba del Simio (E 119)
Vulci, candelabro br. (E 107)
Vasos de figuras rojas (E 120, 121)
Victoria siracusana sobre los cartagineses en Himera Roma: serie de luchas sociales por la igualdad de derechos entre patricios y plebeyos Guerra entre Roma y Veyes: matanza de los Fabios en el Cremara (477)
Formación Liga Delo-Atica
Derrota etrusca en Cumas (474: final de la talasocracia) Victorias de los yapiges contra Tarento y Rhegion (473)
470
Pyrgi, templo A (E 69)
460
Monteguragazza: oferente (E 108) Preneste, estatua de joven (E 109)
Paestum: Tumba del Zambullidor
Gobierno timocrático en Siracusa
Pyrgi: altorrelieve Templo A (E 105)
Tarquinia: Tumba de la Cerda Negra (E 117)
Crisis económica general en Italia (hasta el 380 aprox.) Cortona, lámpara br. (E 113) Todi, yelmo br. (E 112)
450
Ducecio, dirigente de los sículos: victoria de lnessa, cautividad y fundac. de Calacte (446)
470
Pericles en el gobierno de Atenas: primera guerra del Peloponeso (458-451)
460
450
Los Decemviros y las Leyes de las XII Tablas (451/0) Fundación panhelénica de Turii (444) Roma: institución de la censura; período de los tribuni militum consulari potestate (444-366)
440
440
Roma, [templo de Apolo in Campo (433)] Victoria romana en Carseoli sobre los ecuos Invasión samnita de la Campania
430
Comienzo guerra del Peloponeso (431-404)
430
Guerra entre Roma y Veyes, cuyo rey. Lars Tolumnius, muere en batalla (428) Conquista romana de Fidenae (426) y armisticio con Veyes
420
64
420
fecha
plástica-escultura
arquitectura
pintura-decoración parietal
Bolonia, estela funeraria (E 114)
artes menores
acontecimientos históricos y culturales de Italia
acontecimientos históricos
fecha
y culturales mediterráneos
Fracasada expedición ateniense contra Siracusa (415-413)
410
410
Roma: establecimiento de las XXI tribus; nueva guerra contra Veyes (406) Guerra de los cartagineses contra las colonias griegas en Sicilia: Dionisio, tirano de Siracusa (406-367) Cerveteri, sarcófago (E 128)
400
Orvieto, cabeza de Zeus (S. Leonardo) (E 139) Falerii: cabeza de Zeus (Scasato) (E 133)
390
Rendición de Atenas ante Esparta
400 Conquista romana de Veyes (Camilo) (396) y de Falerii (394) Guerra entre Roma y Volsinii Ciudadanía romana para capenates y faliscos; establecimiento de 4 nuevas tribus (389)
Guerra de Corinto (395-386), inferioridad de las ciudades griegas, enfrentadas entre sí, ante los persas
Chianciano: difunto y Lasa (E 141) Invasión gala: derrota romana en el Alia y saqueo de Roma (Brennus y Camilo) (387) Dionisia de Siracusa saquea Pyrgi (384) y conquista Hadria Roma conquista Pometia y Tusculum
VICISITUDES DE LOS ESTUDIOS
Antigüedades etruscas han sido siempre halladas y observadas en Toscana y en el Lazio, portando consigo fábulas de demonios, reyes y reinas sepultadas en sus tesoros. El nombre de Ansedonia, con su retiro sobre el mar, rima con «demonia,, en el Dittamondo de Fazio degli Uberti (escrito entre 1346 y 1367). Pero quizá la más antigua alusión concreta a antigüedades etruscas la tenemos en una poesía en honor de Cometo Tarquinia dirigida a Filelfo en 1454. No mucho tiempo después sabemos de una orden de secuestro emitida por la Cámara Pontificia sobre el material hallado en una tumba tarquiniense (¿Mercareccia?) en tiempos de Inocencio VIII (1482-1492); y 1494 es la fecha grabada por un visitante en la Tumba della Mula, próxima a Quinto Fiorentino. En 1553 fue hallada la Quimera de Arezzo (cuya restauración de la cola pertenece, sin embargo, al siglo XIX) y en 1556, cerca del Trasimeno, la estatua del Arringatore, denominada así por el abate Lanzi (1789) (ambas obras en Florencia, Museo Arqueológico). La primera obra ele intencionaliclad erudita, debida al escocés Thomas Dempster, profesor de derecho en Pisa, De Etruria ReP,ali Libri Septem, fue redactada entre 1616 y 1619, pero impresa sólo en 1723-1724 en Florencia (a cargo de T. Cok e y con anotaciones ele Filippo Buonarrotti). En 1726 se constituyó la Accaclemia Etrusca de Cortona y puede decirse que desde ese momento comienza la fase de estudios y de eruditas fantasías a las cuales el misterio etrusco se ha prestado fácilmente hasta hoy y que fue genéricamente conocido bajo el nombre despectivo ele Etru.scheria. De ésta se distinguieron después las obras de G. Micali (Antichi mcmumenti per serl'ire all'opera illlitolata !Italia avanti il dominio dei Romani, Florencia, 1810-1832), primera y cuidadosa recopilación de material arqueológico y topográfico; y después, con la obra de K. O. Müller, Die Etntsker, Breslau, 1828 (reelaborada por W. Deecke. Stuttgart, 1877), entramos en la recopilación sistemática y en la criba filosófica ele los datos de las fuentes. En el mismo ano tiene lugar el inicio de la exploración (por desgracia desordenada) de la riquísima necrópolis de Vulci, que formaba parte del feudo de Canino perteneciente al príncipe Borghese. Siguen los hallazgos de tumbas con pinturas en Tarquinia (Tumbas del Barón Kestner, de las Bigas o de Stackleberg, del Mar, 1827; del Tri-
66
clinio, 1830, etc.) y después en Chiusi (Tumba de la Colina, 18:33). En Cerveteri, el descubrimiento de la rica y antiquísima tumba Regolini Galassi ( 1838), núcleo fundamental del nuevo Museo Vaticano que se llamó Etrusco-Gregoriano. A partir de entonces, las necrópolis de los centros más importantes van a ser sometidas a un auténtico saqueo que, si por un lado ha colmado muchos museos (tanto en Italia como fuera de ella) de vasos griegos y objetos etruscos, por otro ha sustraído a la observación científica una enorme cantidad de datos que habrían anidado grandemente a la reconstrucción cronológica del arte etrusco. Se puede decir que sólo después de la segunda guerra mundial se ha adoptado (y no siempre) un método ele excavación tendente no a la recuperación ele objetos de valor, sino a la observación sistemática de todos los elementos de hecho que la excavación destruye irreparablemente y que, en consecuencia, conviene fijar con exactitud. Sólo así se han comenzado a obtener elementos seguros para la reconstrucción de las vicisitudes hist(lricas: cronología, relaciones comerciales, situación económica y social. La primera fase de los estudios se puede encontrar reflejada en el agradable libro del cónsul G. Dennis, 1be cities ami cemeteries scle del arte romano. Pero particularmente notahle.s \' novedosos son los rdie\