Comentarios a la Doctrina de Spengler

Discurso pronunciado en el salón de actos públicos de la Universidad el 26 de Mayo de 1927, con motivo del primer aniver

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COMENTARIOS

A LA

DOCTRINA

DE

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DISCURSO PRONUNCIADO EN EL SALÓN DE ACTOS PÚBLICOS DE LA UNIVERSIDAD EL 26 DE MAYO DE 1927, CON MOTIVO DEL PRIMER ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA JUNTA DE HISTORIA NACIONAL, POR SU PRIMER VICEPRESIDENTE DON AQUILES

B.

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MONTEVIDEO Imp. "El Siglo Ilustrado", San José, 938 1928

COMENTARIOS A LA DOCTRINA DE SPENGLER

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COMENTARIOS

DOCTRINA

May afictus-ameri DE

SPENGLER

DISCURSO PRONUNCIADO EN EL SALÓN DE ACTOS PÚBLICOS DE LA UNIVERSIDAD EL 26 DE MAYO DE 1927, CON MOTIVO DEL PRIMER ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA JUNTA DE HISTORIA NACIONAL, POR SU PRIMER VICEPRESIDENTE DON

AQUILES

B.

ORIBE/

MONTEVIDEO Imp. "El Siglo Ilustrado", San José, 938 1928

Comentarios

a

la

doctrina

de

Spengler

Discurso pronunciado en el salón de actos públicos de la Universidad el 26 de Mayo de 1927, con motivo del primer aniversario de la fundación de la Junta de Historia Nacional .

Señor Rector : Señor Presidente : Señoras y señores :

Un hecho, vale mil argumentos. Gladstone.

Je ne propose rien ; je n ' impose rien : j'expose. Dumoyer. (" Liberté du travail " ) .

Un ambiente general de cultura,

una

acentuada y

firme morigeración de pasiones políticas, un afán incesante y loable de investigación del pasado , a base de convicción sincera y de enseñanza útil para el porvenir ; un anhelo creciente de cimentar nuestra nacionalidad en fundamentos históricos que impliquen esfuerzo propio y sentimiento arraigado de patria ; un justo y natural deseo de prueba convincente de que las instituciones nacionales nacieron y se desarrollaron a tra-

- 6 -vés de un espíritu de libertad

e independencia

que

siempre acompañó a nuestros mayores y en aras del cual ofrendaron su valor y agotaron el sacrificio ; un orgullo legítimo, en fin, del propio valer que almacenó heroísmo, derrochó coraje y cosechó gloria para finalizar en lo que somos ; la demostración efectiva de todo lo dicho fué lo que animó a los componentes de esta ' asociación a erigirla como centro de acción, como medio de difusión, leal y fecunda, de los postulados enumerados, todos concordes con un armónico fin : fijar la grandeza de la Patria por el valor intrínseco de su historia, que deslindó un pasado de gloria que moldeó la nacionalidad e inmortalizó el nombre de los orientales en los anales históricos de la América Latina. Este propósito

loable

de

esclarecimiento

histórico,

este acendrado sentimiento patriótico de saber y siempre saber, este culto ferviente por la verdad del pasado, ha perdurado gallardamente en esta institución, y hoy, a un año de su fundación, tenemos la satisfacción de declarar que se ha acrecentado poderosamente para agitarse así en incontenible actividad que dará cima a un vasto programa que trazó un noble desiderátum de trabajo en obsequio de la cultura del pueblo uruguayo. Nadie duda ya de la eficacia de las instituciones con fines culturales, por los beneficios que prestan a la masa social ; y su multiplicación está en razón directa del provecho general que implica, puesto

que

su acción,

múltiple por los temas que abarca, es entonces más rápida por la división del trabajo , por emulación y hasta por una proficua rivalidad que tiende a un despertamiento de esfuerzos que invade, hasta por sugestión, esferas antes yertas, insensibles al cultivo del saber.

7-

Naciones de elevada instrucción, como el Brasil , la Argentina, por citar primeramente las de América, poseen innumerables instituciones científicas y, sobre todo la primera, cuyos institutos históricos, geográficos , etc., se puede decir que tienen sólido y provechoso asiento en cada ciudad de sus diversos Estados. Alemania, Francia y la madre patria España fomentan estas asociaciones

propulsoras

del

desarrollo

intelectual, y principalmente la última, en su cariñoso anhelo de conservar en todo vigor su sagrado parentesco con sus inolvidables hijas de América. De ahí que, si es patriótico el aplauso a quien se embandera en alguna de esas instituciones para hacer obra útil en pro de sus connacionales, tienen necesariamente que dar una nota en la gama del desagrado los que las combatan, ya sea por incomprensión de su bondad, por ignorancia o por injustificable personalismo. En lo que a nuestro país se refiere, es espectáculo confortador, es aliciente íntimo de labor, es estímulo que poderosamente incita a ir adelante, el ver reunidos en fuerte haz hombres de

encontradas

opiniones

políticas, de diferentes creencias filosóficas, marchar armónicamente, sin rozamientos de clase alguna, empeñosos , satisfechos, sin ahorrar esfuerzo, por costoso que sea, para encontrar la verdad histórica con el generoso afán de difundirla, de entregarla al bienhechor pampero para que, a semejanza de las ondas hertzianas, la esparza a los cuatro ámbitos de la República . Y ese núcleo de ciudadanos probos y desinteresados que constituyen la Junta de Historia Nacional y el Instituto His-

8tórico y Geográfico del Uruguay,-únicas instituciones de esa índole con que cuenta hoy el país, siendo de desear su propagación ,-tienen y cumplen una misión alta y encomiable en todo sentido , puesto que no sólo se dedican a enseñar la historia, sino que, igualmente, a depurarla de todas sus inexactitudes , explicables por todas aquellas causas que ya indicaba Abenjaldum desde España, en la época de la romántica y civilizadora dominación árabe.

Esta corriente de confraternidad

iniciada por nues-

tros intelectuales en el ancho y escabroso camino de la historia, es una felicidad nacional que todos debemos propender a sostener, puesto que ella es prenda segura, en el porvenir, no sólo de erudición , de positiva ilustración, sino que, también, de allanamiento fecundo del albergue de la pasión política partidaria para aminorar en lo posible ésta , que quizá no esté en armonía con el progreso general de la República. Nuestra historia, aquilatada todavía a través del lente partidario, yace en vasta penumbra ; y son precisamente estas meritorias asociaciones las encargadas de disipar esa semisombra, para que los rayos solares de una vivificante verdad invadan todo su recinto. Esto en cuanto se refiere a la historia política. En lo concerniente a la historia colonial, no hay duda de que nuevos métodos de interpretación histórica deben serle aplicados. El sistema colonial español , el más adelantado de su época, hay que juzgarlo con un criterio netamente mesológico para apreciarlo en su justo valer ; para obtener así, con esta base y el método comparado, como medio de explicación de las doctrinas de

9 -entonces, hechos o sucesos propios de ambientes comunes, un concepto exacto de la bondad del mismo. De otra manera, caeremos siempre en juicios erróneos , sin más fundamento que nuestra sentimentalidad o supuesta superioridad de criterio ; pero que estarán muy lejos del que se tenía por cierto en la época que estudiamos.

Los tiempos han cambiado. El cronista historiador, caprichoso en sus juicios, inexacto muchas veces en ellos, interesado otras, ha sido sustituído por el profesional que, armado de todos los conocimientos que hoy exige la moderna metodología de la historia, se constituye en humano expositor de los hechos, dando al medio lo que el profano atribuye a la personalidad , por esa concepción simplista y vulgar que éste tiene de las cosas, y que su ignorancia no le permite juzgar bajo la más rigurosa hermenéutica. Entonces, pues, no es historiador el recopilador de papeles viejos, y que por serlo se cree en condiciones de ocupar sitio en las lides históricas ; no . Es historiador aquel que, munido de un bagaje de conocimientos que abarca hasta el de varias ciencias afines a la Historia, interpreta sus acontecimientos y documentos a través de preparación especial al respecto. De ahí la gran evolución operada en esta rama de la actividad humana, y de ahí también la revisión que se está haciendo de sucesos históricos que, estudiados con el criterio que dejamos expuesto , sufren una transformación tan completa , que nos parece fueran otros los actores en ellos . Lo que antes se atacaba 2

- 10 -irreductiblemente, por violación de la Constitución y las leyes, por ejemplo, hoy se explica y justifica, en muchos casos, por medio del factor sociográfico, es decir: cuando la Geografía impone fatalmente a las naciones, por su extensión, calidad de fronteras, etc. , forma de gobierno en consonancia con esa extensión y fronteras en sus diversas estructuras geográficas. Y así tenemos el sistema de gobierno federal, unitario, la influencia de los ríos en el progreso de las naciones , del clima en el color de la raza, de las montañas y llanos en el carácter de sus habitantes. Pero todo esto que ha cobrado real importancia en la edad moderna, debido a Katzel, Vallaux y otros autores, y anteriormente a Montesquieu, explicando éste las diferencias jurídicas, el ambiente político , por intermedio de la Geografía, lo mismo que Buckle por los fenómenos celestes la civilización de los pueblos, todo esto, decimos, floreció en Grecia. Polibio y Galieno decían " que el país y la naturaleza de los lugares influían necesariamente en las costumbres de los hombres " ; Plutarco hablaba de los hombres y el aire y hacía comparaciones entre los habitantes de Atenas y el Pireo ; Platón agregaba que "las leyes no deben ser contrarias al clima . En una parte los hombres son de carácter valiente y arrebatado a causa de los vientos y de los calores excesivos que reinan en los países que habitan " , y que la tierra, por sus productos, influía sobre el cuerpo y el alma. Y casi de igual manera se expresaba Hipócrates, estableciendo por el clima y accidentes geográficos, la diferencia entre el hombre asiático y el europeo. Aristóteles, con su doctrina que podría llamarse la inter-

- 11 -

pretación política de la historia, continúa diciendo en su "Política " : "los países fértiles, llanos, no oponen resistencia al más fuerte, porque sus habitantes cuidan más de sus bienes que de la cosa pública ; mientras que los de países montañosos, por la exigüidad de la riqueza debido al suelo, son más celosos de su libertad y derechos, por constituir esto su mayor fortuna . " Y a estas ligeras referencias de factores importantísimos en el campo de la metodología de la Historia, podríamos agregar otros, como ser el de la personalidad caracterizada por los estigmas de la herencia , y de cuyas condiciones dependerá el atraso o adelanto de la sociedad que rigen.

Todo lo hasta aquí expresado, convence de que el historiador tiene que ser y debe ser un verdadero profesional munido de todos aquellos conocimientos que en parte indicaron Seignobos, Langlois y otros autores que son, en su mayoría, los que dejamos apuntados en este trabajo. Dicho lo que antecede y abusando de la gentileza y delicada atención de tan selecto auditorio, me voy a permitir actualizar este tema en la seguridad de que será tolerada tal disquisición en obsequio del carácter que reviste

esta

tan

importante

reunión

académica,

realzada con la presencia de tan destacadas y brillantes intelectualidades, cual conviene al prestigio del salón de actos públicos de nuestra Universidad , que constituye la tribuna más alta de este país.

12 1 Señores : La novedad en materia histórica

reside actualmen-

te en Oswald Spengler. Su famosa obra " La decadencia de Occidente " , traducida del alemán al español por Manuel G. Morente, ha llamado justamente la atención del mundo intelectual. Sus postulados, su hermenéutica , la afirmación que de aquéllos hace, la forma cómo los edifica, y hasta la infalibilidad que se atribuye, en cuanto al cumplimiento, en el porvenir, de lo que en sus cuatro tomos dice, hace que la crítica lo haya encarado como autor pesimista, optimista o místico, destructor de la realidad. Otros , quizá guiados por un pujo de pasión aliadófila, le atribuyen parcialidad en su poderosa concepción histórica , suponiéndolo imbuído de sentimientos imperialistas fracasados en su patria por la derrota del prusianismo en la pasada conflagración europea. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Spengler se caracteriza, en su colosal trabajo antes citado , como hombre dotado de poderosa y deslumbrante erudición , con un aporte novedoso en materia histórica , que expone con talento nada común. En Alemania se hizo de su obra una tirada de 100,000 ejemplares, y en las traducciones a diversos idiomas se le ha suprimido por algunos, por el traductor norteamericano Knof, por ejemplo, el párrafo siguiente : " Ojalá no sea este libro indigno de ocupar un puesto junto a las hazañas militares de Alemania. " (Munich, 1917) ,

13 J. W. Mason, en su estudio sobre la obra de Spengler, dice : " Muchos críticos han atacado el pesimismo del libro, declarando que Spengler predice la decadencia de Occidente porque Alemania perdió la guerra mundial , y que la decadencia de Alemania es para los alemanes sinónimo de la decadencia de la civilización en su conjunto. Este fallo condenatorio, no sólo no es justo para los vastos conocimientos que despliega el doctor Spengler, sino que, además, queda refutado por la evidente creencia del autor , en la época de la publicación del libro, de que Alemania iba triunfando en la guerra . ' Pero estas pequeñas cuestiones de detalle relacionadas con la magnitud de su trabajo, carecen de importancia , pues hay pocos ejemplos de que un autor se haya presentado en la arena del pensamiento causando la sensación, la curiosidad, la avidez de leer sus libros, que ha motivado Spengler por su notable novedad, a pesar de que el doctor Juan B. Terán le da un precursor : el monje Emile Gebhart, historiador del Renacimiento. Con todo lo dicho, no dejamos de reconocer que algo de lo que expone Spengler en su famoso estudio , ya lo habían manifestado Juan Bautista Vico , Tarde y Herbert Spencer, como se verá más adelante . Pero esto tampoco tiene nada de particular. El mismo gran Spencer, en su libro " La Justicia " , toma de Kant la fórmula negativa de la preindicada justicia sin citar a éste para nada ; más : negando su conocimiento , sin que por esto deje de ser genial su inmensa obra y definitivamente fundamental en muchos casos.

14 -Spengler entra en materia, produciendo un poco de confusión para aquellos que no están acostumbrados a ese lenguaje formalista que tanto caracteriza a los alemanes, con ese estilo

cerrado

y conciso que obliga a

releer las páginas de sus libros y apuntar las definiciones de la terminología usada para no caer en olvido de ella. Spengler dice en la Introducción del primer tomo de su trabajo, que : " Herder llamó a la historia una educación del género humano ; Kant, una evolución del concepto de libertad ; Hegel, un desenvolvimiento del espíritu universal ;

otros

emplearon

otros

términos .

Pero todo el que supo introducir un sentido abstracto en los tres trozos absolutamente dados, creyó que ya había meditado bastante sobre la forma fundamental de la historia. "' "

Y continúa diciendo : " Recuérdese a Goethe. Lo que Goethe llamó la naturaleza viviente , eso es lo que yo aquí llamo la historia universal en el más amplio sentido : el universo como historia ... Sentimientos , intuiciones, comparaciones, inmediata certeza interior, exacta fantasía sensible , tales eran los medios con que se acercaba al misterio de las inquietas apariencias. Tales son precisamente los medios de la investigación histórica en general. " Pero, ¿ cuál es la fuente de esos sentimientos, intuiciones, certeza interior, etc. ?

Nacen de la propia per-

sonalidad juzgante actualizada por el medio en el cual actúa, o brotan , diremos así , en esa personalidad, por el estudio del ambiente que se investiga, con todos los prejuicios y defectos del mismo ?

-

15-

"En la historia,-dice Spengler-los datos del pasado cronologías, estadísticas, hombres, figuras- forman un tejido consistente y rígido. Los hechos son como son, aun cuando nosotros no lo conozcamos. Todo lo demás es imagen , teoría, allí como aquí ... El que vive la historia con profundidad, rara vez tiene impresiones causales. " Pero vayamos adelante para aclarar ciertos puntos y definiciones :

" El producirse,

agrega Spengler, es siempre el fundamento del producto. Ahora bien : la historia representa una ordenación de la imagen cósmica , en el sentido del producirse. Luego, la historia es la forma primitiva del mundo, mientras que la naturaleza, en el sentido de un perfecto mecanismo, es una forma posterior, que sólo el hombre de culturas ya florecientes puede realizar. • " Naturaleza, en su sentido exacto, es una concepción más rara de la realidad ; es la manera madura, y aún quizá senil, de poseer la realidad ; se presenta a las inteligencias de las grandes urbes en las postrimerías de una cultura. Historia, en cambio, es la concepción ingenua, juvenil, la concepción más inconsciente y propia de la humanidad ..... "La historia es la concepción propiamente natural ; la naturaleza exacta, mecánica, ordenada , es, en cambio, la concepción artificial que el alma forma de su mundo." Bien. El futuro histórico es la lejanía produciéndose; el horizonte infinito del mundo es la lejanía producida. ( Tomo II ) .

16El mundo del sino y del ritmo, es el mundo de la meditación de los sucesos, de los hechos, de su comprensión e individualización ;

mientras

que el mundo

de las causas y de las oposiciones, es el de la observación por medio de la ciencia, de lo que científicamente se estudia : Física, Química, etc. Lo primero, es el mundo como Historia, y lo segundo, el mundo como Naturaleza. " En aquella primera, continúa diciendo Spengler ( Tomo III ) , la vida se sirve del intelecto crítico ; tiene la visión a su mandato ; el ritmo sensible se transforma en la intuición íntima de una línea ondulada y las conmociones vividas hacen época en el cuadro histórico.

En ésta, en cambio, domina el pensa-

miento mismo ; la crítica causal convierte la vida en proceso rígido , el contenido vivo de un hecho, en verdad abstracta, y la oposición en fórmula. " "Una realidad es naturaleza cuando subordina todo producirse al producto ; es historia cuando subordina todo producto al producirse. Si contemplamos una realidad en su forma memorativa, aparece a nuestros ojos el mundo de Platón, Rembrandt, Goethe, Beethoven. Si concebimos críticamente sus elementos sensibles y actuales aparecen los mundos de Parmenides y Descartes, Newton y Kant. Conocer, en el sentido más enérgico de la palabra, es aquella experiencia íntima cuyo resultado se llama naturaleza. Lo conocido y la naturaleza son idénticos. Lo conocido, como nos lo ha demostrado el símbolo del número matemático , es sinónimo de lo mecánicamente definido, de lo fijado una vez para siempre, de lo estatuído . La naturaleza es el con-

- 17 --junto de cuanto es necesario , según leyes. No hay más leyes que las naturales. Ningún físico que tenga conciencia clara de su misión, franqueará jamás esos límites. Su problema consiste en determinar la totalidad, el sistema bien ordenado de todas las leyes que pueden hallarse en la imagen de su naturaleza ; más aún : que representan íntegramente, sin resto alguno, la imagen de su naturaleza. " En cambio, intuir ― recordemos las palabras de Goethe :

" Intuir

debe

distinguirse muy bien de mi-

rar ' ,-es aquella experiencia íntima que, por el hecho mismo de verificarse, es historia. Lo que vivimos es lo que acontece, es historia.

" Todo acontecer es singular y no se repite nunca . Lleva consigo la nota de la dirección- del tiempo de la irreversibilidad . Lo acontecido , que es como el producto, que se opone al producirse, y como el anquilosamiento, que se opone a la vida, pertenece irrevocablemente al pasado. La emoción correspondiente es el terror cósmico. En cambio, lo conocido es intemporal ; no es pasado ni futuro ; es absolutamente actual y, por lo tanto, tiene una validez perdurable. Así lo exige, en efecto, la constitución íntima de la ley natural. La ley, lo estatuído , es antihistórico. Excluye el azar. Las leyes naturales son formas de una necesidad que no admite excepciones, esto es , de una necesidad inorgánica. Ahora vemos claramente por qué la matemática , que es la ordenación de los productos mediante el número, se aplica siempre a las leyes y a las causas y sólo a éstas. " El devenir no tiene números . Sólo lo que carece de vida- o lo vivo, si se prescinde de su vida- puede ser

18 contado, medido , analizado. El puro devenir, la vida, es, en este sentido, ilimitado, y trasciende del nexo causal, de la ley y de la medida . Una profunda y verdadera investigación histórica no buscará leyes mecánicas ; pues si lo hiciera, fallaría el concepto mismo de su propia esencia. " Pero la historia que contemplamos no es un devenir puro ; es sólo una imagen , una forma del mundo, que irradia del espectador, y en el cual el producirse predomina siempre sobre el producto. " ( Tomo I ) . "La naturaleza debe ser tratada científicamente ; la historia, poéticamente. "No hay, pues, una ciencia de la historia, sino una ciencia preparatoria para la historia, una ciencia que proporciona a la historia el conocimiento de lo que ha existido . Pero para la visión histórica misma, los datos son siempre símbolos. En cambio, la física es solamente ciencia. Su origen y su fin son técnicos, y por eso no quiere otra cosa que hallar datos, leyes mecánicas ; y si dirige la mirada hacia algún otro objeto, al punto se torna en metafísica, en algo que está más allá de la física, más allá de la naturaleza. Por eso los datos históricos Ꭹ los datos físicos son totalmente diferentes. Estos se repiten de continuo ; aquéllos, nunca. son verdades ; aquéllos,

hechos.

Así,

pues,

Estos

por muy

próximos parientes que en la vida diaria nos parezcan los azares y las causas, sin embargo, pertenecen a dos mundos totalmente distintos . Seguramente la imagen histórica de un hombre

y con ella el hombre mismo--

-

19

será tanto más mezquina cuanto mayor predominio alcance en ella el azar palpable ; y una historiografía será, pues, tanto más vacua cuanto mayor sea el número de relaciones efectivas que necesite establecer para explicar su objeto. El que vive la historia con profundidad, rara vez tiene impresiones estrictamente causales , y si las tiene, ha de sentirlas, seguramente , como insignificantes.

"Al mero científico, que analiza y ordena con crítica, pero sin intuición ni sensación, no le es dado vivir lo último y más profundo. La historia, empero, exige ese don. Y así resulta verdad la paradoja de que un historiador será tanto más significativo e importante (Tocuanto menos tenga de propiamente científico . " mo I, arreglo de diversos capítulos ) . " Un hombre puede educarse para la física. En camEl historiador comprende y bio, el historiador nace. penetra los hombres y las cosas de un solo golpe, guiado por un sentimiento que no se aprende , que elude toda intervención premeditada. Descomponer, definir, ordenar, circunscribir efectos y causas, eso puede hacerse siempre que se quiera : es trabajo ; lo otro, en cambio, es creación. Los sistemas no se ensueñan ; las obras de arte no se calculan , o, lo que es lo mismo, no se piensan. El artista, el historiador verdadero, contempla cómo las cosas devienen ; revive el devenir en el rostro de la cosa contemplada. " ( Tomo I, arreglo de diversos capítulos) . Entonces, ¿ cómo comienza la historia ? Empieza con las primeras impresiones que recibe el niño. Los hechos

- - 20 . de la calle, la vida de la familia, son sentidos adivinados por él mucho antes de que el concepto Estado, Pueblo, etc., penetre en su campo de acción visual para poder explicárselos satisfactoriamente. El mismo hombre primitivo es un apreciador de todo cuanto lo rodea. Siente de presente todos los acontecimientos culminantes para él : las enfermedades , la muerte, los amores, las venganzas, las enemistades de la tribu, los hechos guerreros propios y ajenos, los propósitos, etc. Y de esa manera se dilatan los horizontes de la vida, apareciendo lejanas tribus y pueblos, sólo a través de años sino a través de siglos.

no

La historia, para Pericles o Wallentein , para los pueblos germanos, no llega más allá de las generaciones del abuelo . Y así termina un horizonte y principia otro, en el cual se siente de verdad el ritmo de la historia, desempeñando su rol, su tradición, incorporándosele la sensación inmediata de los sucesos distinguidos y aclarados por el ejercicio, y cuya visión definitiva entenderán de distintas maneras los hombres de culturas diferentes. Pero, la historia, ¿ es concepción imaginativa, estando la explicación de los sucesos, en cuanto a su intensidad, esplendor o verdad, en razón directa de aquella facultad ? "Los conocimientos,-dice

Croce,-tienen

dos

for-

mas. Los obtenidos por medio de la imaginación, y los que se alcanzan con el intelecto. El arte, guiado por la imaginación, es superior a la ciencia, que depende del intelecto . " Ahora bien. La naturaleza, dice Spengler, debe ser

- 21 --

tratada científicamente ; la historia, poéticamente.

¿Y

por qué ? Porque la historia no es el devenir puro ; es imagen del mundo, que irradia del espectador y en la cual el producirse predomina siempre sobre el producto. Y por qué ? Porque los hechos históricos no se repiten, porque el tiempo es dirección, es movimiento, a diferencia del espacio, que es estatificación, quietud, lejanía producida. El azar, el sino, es a la historia lo que la ley a la física. Y como los hechos son diferentes, son individuales o colectivos y tienen su sino especial, pasado aquel hecho individual o colectivo no se repite, porque con aquellas entidades desaparece el sino que les era peculiar. El sino, el azar antiguo , se condensa en azares antihistóricos, porque no estaban de acuerdo con la época : eran concepciones absurdas, basadas en el capricho, que niega la lógica del acontecer. Así, por ejemplo, lo que cae sobre Edipo desde fuera de él mismo y sin ninguna necesidad interna, hubiera podido acontecerle a cualquier otro hombre, sin excepción ; mientras que lo que hay en el sino de Werther, Don Quijote , Otelo , Gil Blas de Santillana, Hamlet, etc., guarda una armónica relación con la época a que pertenece . La concepción antigua del sino la euclidiana, y la moderna analítica :

llama Spengler porque aquélla

obedece al azar forjado por el autor para su personaje ; mientras que ésta, la moderna, en el mismo caso, se relaciona con el ambiente, en el cual juega su rol el personaje en cuestión . En la universalidad del acontecimiento domina lo

22 imprevisto ; de ahí que nadie pudo predecir que después de Mahoma vendría la ruina del Islam ; y antes de caer Robespierre, prever la venida

de

Napoleón ;

porque el devenir puro no es una historia, y como ésta no obedece a la leyes, los acontecimientos no son presumibles sino cuando el azar les da forma y se dejan ver por el sino. Por eso la historia es difícil , casi imposible, concebirla en el pasado, porque, como decíamos, sus acontecimientos no están sujetos a leyes, y como no se ha vivido con ellos, no se puede desentrañar su sino, porque todos son diferentes, y visibles y explicables cuando ese sino es actual, es contemporáneo . Por eso agrega Spengler : "¿ Qué es lo que quisieron Inocencio III, Lutero, Loyola, Calvino, Jansenio, Rousseau, Marx ? ¿ Cuáles han sido las consecuencias de sus voluntades en el curso de la historia occidental ? ¿ Han sido gracia o fatalidad ? Todo análisis racionalista remata aquí en el absurdo. La teoría de predestinación , en Calvino y Pascal, -que, más sinceros que Lutero y Tomás de Aquino, se atrevieron a sacar las consecuencias causales de la dialéctica agustiniana- representa el absurdo a que necesariamente se llega cuando tratan estos misterios de la inteligencia . " ¿Y qué es, entonces, la ordenación

cósmica,

en el

sentido del producirse, que, según Spengler, le está confiada a la historia ? No es otra cosa que la concepción primitiva del mundo, que transformada en producto , presenta los sucesos del pasado a través de sentimientos, intuiciones, comparaciones, inmediata certeza interior, etc., y que el historiador, como el artista, que nace con esa vocación , presenta de acuerdo con sus espe-

---- 23 ciales condiciones al respecto, a diferencia del físico o del químico que emplean métodos científicos basados en leyes que explican los fenómenos y que por estar basados en esas leyes se repiten siempre en las mismas condiciones, cuando existe igualdad de circunstancias ; mientras que con los sucesos históricos no acontece tal repetición, porque éstos son productos de una época , de una cultura, de un sino y, por lo tanto , irreversibles. No se producen en el espacio, que es estatificación, muerte ; se producen en el tiempo, que es dirección , que es vida. ( 1 ) Por consiguiente, cuanto menos científico sea un historiador, más veraces serán sus afirmaciones ; porque no siendo la historia una ciencia, ni estando sujetos a leyes, por ende, sus acontecimientos, porque aquéllos excluyen el azar, se requiere, entonces, la fuerza imaginativa de la concepción para darles a esos acontecimientos o hechos una vida que de otra manera no podrían tener, y esto en forma muy relativa en cuanto a la verdad, porque no nos es dable presentar en su realidad sucesos que no son de nuestro tiempo . De ahí, que la naturaleza deba ser tratada científicamente y la historia poéticamente, para revestir de un colorido de belleza aquellos hechos inaccesibles a nuestra mente, en toda su extensión, por ser propios de culturas pasa-

( 1 ) No debe olvidarse que el tiempo es la forma de intuir y el espacio la forma de lo intuído,

-- 24 das. (1 ) Pero esto no obsta para que la ciencia preparatoria de la historia nos proporcione el conocimiento de lo que ha existido en su sino general, sin excluir en absoluto la comprensión del sino particular, que bien podría ser la autobiografía.

El símbolo primario ( 2 ) es la base de donde hay que

( 1 ) Dice el doctor Terán : " Pero donde puede verse más claramente al precursor, es en lo que Spengler ha llamado la fisiognómica, una de las porciones más originales de su concepción de Spengler. " Este opone al universo como naturaleza el universo como historia. La naturaleza está gobernada por la causalidad , la historia por el " azar " . Aquélla es lo producido , lo muerto ; éste lo que se está produciendo, el devenir . La naturaleza es espacio, la historia es tiempo. Lo que en la naturaleza es " la ley ", en la historia es " la forma " . El conjunto de leyes es " sistemática " , el conjunto de formas es " fisiognómica " . Por eso la naturaleza debe ser tratada científicamente y la historia poéticamente. De ahí es que debe haber algo de infantilismo, de ensoñación, en la historia. La fisonomía, el conjunto de formas, equivale en la historia a las leyes en la naturaleza. " La historia es y aquí es necesario ser fiel a la letraun conjunto de innumerables figuras que surgen y desaparecen, un remolino de mil colores y matices que creemos resultado del capricho y del azar, pero que una mirada profunda sabe analizar y desentraña lo esencial y verdaderamente simbólico. " (" Un precursor de Spengler '', por el doctor Juan B. Terán) . (2) Dice Monod respecto al " Simbolismo " : " Ese problema de apreciación de los valores está en estrecha relación con el simbolismo histórico. Cuando en Historia se quiere penetrar el sentido de la evolución de la Humanidad ; comprender

- 25 derivar todo lo referente a las diversas culturas, su lenguaje, sus mitos ; es, como dice el doctor Juan B. Terán, lo que encierra los " rasgos de la realidad que para un hombre alerta, que tenga verdadero sentido histórico, designará inmediata y evidentemente algo que

los elementos de una civilización ; ver, bajo las apariencias exteriores, los móviles ocultos que los determinan, no es posible evitar el simbolismo, ni la apreciación de los valores. La palabra simbolismo está hoy mal vista porque en tiempos del romanticismo se abusó de ella y se le dió un sentido místico . Se ha querido ver en los sucesos de la Historia los símbolos de ideas metafísicas y la traducción sensible de un pensamiento divino en el tiempo y en el espacio. Pero si la palabra simbolo se toma en su sentido literal ; si sólo se ve en ella la imagen material de un hecho espiritual, se podrá reconocer sin trabajo que en el mundo y en la Historia todo es símbolo. La figura y los actos de un hombre son los símbolos de su espíritu y de su alma . Los monumentos y los actos de lo pasado son los símbolos del pensar y del sentir de los hombres que los crearon y los llevaron a efecto . Toda historia que no tenga por objeto expresar una serie de ideas por una serie de imágenes y que no considere los hechos como expresión de necesidades, de deseos, de pensamientos y de pasiones de los hombres, sería una historia muy seca, muy corta y muy inútil. " Desde cierto punto de vista todo es símbolo, puesto que en todas las cosas de la Naturaleza hay una indisoluble concordancia, ya que una época se revela en los objetos usuales más corrientes, tanto como en las obras maestras de arte. Los tocados del siglo XIV son tan característicos de la época de los primeros Valois, como las pelucas son características de la época de Luis XIV. Pero si el uso discreto del simbolismo ha3

- 26 no puede comunicarse por la inteligencia. Sigamos sintetizando con sus propias palabras : la forma de una casa, los trajes, el porte de un hombre, el lenguaje mudo de la naturaleza, sus selvas, sus prados, sus nubes, las noches de luna, las tormentas, las primaveras, todo es impresión simbólica que el universo produce en nosotros cuando estamos atentos y en horas miento.

de

recogi-

Sabido es que Spengler ha dado al número un sentido simbólico , y ha visto en la evolución de las matemáticas signos profundos de la transformación de la cultura. No es casual para él que las épocas y episodios de la historia tengan una duración idéntica. Cinco no es lo mismo que diez. " Aun en el reino de los números hay simbolismo : justamente, el mundo numérico produce esos signos llenos de significado

inefable,

como

el

ce penetrar profundamente en la intimidad de la Historia, el abuso del simbolismo no es más que una fatigosa afectación. ” (" El Método en las Ciencias ' ) . En virtud de lo que antecede agregamos nosotros: Que la fantasía de la cual habla Mommsen en su " Historia de los Romanos " , diciendo que " es madre de toda historia como de toda poesía " , la definimos con Pollard, así : que " significa el don de representar las cosas que uno no ha visto. " (Pollard : " Factores modernos de la Historia " ) . La definición de Pollard, debe sobreentenderse que, la representación de las cosas que uno no ha visto " , hay que buscarla por los medios legales, diremos así, que nos proporciona la metodología de la historia.

27 triángulo, el círculo, el siete, el doce. " Hay números que diríamos privilegiados. " Pero el símbolo primario mismo no puede realizarse, agrega Spengler. Actúa en el sentimiento de la forma que tiene cada hombre, cada agrupación, cada tiempo, cada época, y les dicta el estilo de todas sus exteriorizaciones vitales ; está latente en la forma del Estado, en los mitos y cultos religiosos, en los ideales de la ética, en las formas de la pintura, de la música , de la poesía, en los conceptos fundamentales de toda ciencia. Pero ninguna de estas realidades lo representa . El símbolo primario no puede, pues, manifestarse por conceptos vertidos en palabras ; pues la lengua y las formas del conocimiento son ellas mismas símbolos deri . vados. Todo símbolo particular habla del símbolo primario ; pero dirigiéndose no al entendimiento, sino al sentimiento íntimo . Si en adelante definimos el símbolo primario del alma antigua diciendo que es el cuerpo particular material, y el del alma accidental, diciendo que es el espacio puro, infinito, no deberá olvidarse nunca que los conceptos no pueden representar lo inconcebible y que el sonido de las palabras evoca tan sólo un sentimiento de significación . " Pero, entonces, ¿ qué es la Historia Universal ? ¿ Es la descripción de lo extrínseco, de la gran plataforma donde se incubaron y se desarrollaron los hechos de las grandes culturas, accesibles únicamente a nosotros, en su verdad, por sus grandes lineamientos ge. nerales, en su molde , sin poder particularizarnos con esos sucesos intrínsecamente, sino a través de un sentimiento poético, por ser inaccesible a nuestro enten-

dimiento lo que desapareció, porque el tiempo no vuelve más y los hechos no se repiten , porque el azar no es la ley y el sino es particular y se va con aquel predestinado a su cumplimiento ? Es bueno advertir aquí, de paso, que el sino puede ser general. Y lo es, cuando un acontecimiento se denota por sí mismo y no por persona que lo produzca y lo lleve a cabo. Así tenemos, por ejemplo, los jacobinos. A pesar de su nombre forman un conjunto, sin caracterizarse por ser obra de hombre alguno . Mientras que la segunda parte de la Revolución Francesa , napoleónica, es personal. Pero, volvamos a la interrogación : ¿ qué es la HistoNo debemos olvidar aquí, que existe marcada diferencia entre la impresión inmediata del presente y la imagen del pasado, que aparece en el espíritu y que equivale al mundo como acontecimiento y ria Universal ?

al mundo como historia. A aquél se dirige la mirada del político, del general, del hombre activo para marcar rumbos , tomar posiciones e indicar normas de conducta ; mientras que a éste, recurre el historiador contemplativo , el poeta. Uno es actual, el otro es pasado . Ahora bien. " La Historia Universal, dice Spengler, es la biografía de las culturas. Las culturas son organismos, y " la morfología de lo orgánico , de la historia y de la vida, de todo lo que posee dirección y sino, se llama fisiognómica " . "La parte visible, exterior, de toda historia, tiene, pues, la misma significación que la apariencia externa de un hombre,-continúa diciendo Spengler- su estatura, sus gestos, su porte, su manera de andar, de ha-

29 blar, de escribir. Todas estas formas expresivas tienen un gran valor para el buen conocedor de hombres . El cuerpo, con todas sus manifestaciones, lo limitado, el producto, lo perecedero, es expresión del alma.

Pero

conocer a los hombres es asimismo conocer esos organismos humanos de estilo portentoso, que llamo cul turas ; es interpretar sus gestos, sus ademanes, su lenguaje, sus acciones, como se interpretan las de un individuo. La fisiognómica descriptiva, configurativa, es el arte del retrato, trasladado a lo espiritual. Don Quijote, Werther, Julián Sorel, son retratos de una época. Fausto es el retrato de toda una cultura . " Para el físico, cuya ciencia es una morfología sistemática, el retrato del mundo es un problema de imitación ; no de otro modo que la " fidelidad " , " el parecido " para el jornalero de la pintura, que, en realidad , procede también por modo matemático. En cambio, un verdadero retrato, en el sentido de Rembrandt, tiene un estilo fisiognómico, esto es , representa toda una historia condensada en un momento . La serie de los autorretratos de Rembrandt no es otra cosa que una autobiografía a le Goethe. Así es como hay que escribir la biografía de las grandes culturas. La parte imitativa, la labor profesional, la rebúsqueda de datos, fechas y números , es un simple medio y no el fin. Todos esos fenómenos, que hasta ahora nadie ha sabido valorar sin acudir a criterios personales, provecho o perjuicio, bondad o maldad, agrado o desagrado ; todas esas formas políticas y económicas, batallas, artes, ciencias, dioses, matemáticas, morales, son rasgos del rostro de la historia. Todo lo acontecido, todo cuanto aparece es símbolo, expre-

30sión de un alma, y debemos penetrar su significación. De esta suerte la investigación se encumbra a su máxima y final certeza : todo lo transitorio es mero símbolo. Ahora, se nos ocurre otra pregunta : ¿ cómo se describen los acontecimientos de la Historia Universal ? Describiendo las grandes culturas. Si un hombre es el representante de una época, describiendo los hechos producidos por ese hombre y las consecuencias que aquéllos tuvieron, pero como si se describiera la parte EXTERIOR de un hombre sin penetrar en lo íntimo de la inteligencia del mismo. Los hechos producidos tal cuales son, teniendo en cuenta su exterioridad, forman , en conjunto, el alma de la cultura, porque ésta es la historia, y puede ser simbolizada poéticamente como en Fausto , que es la más alta y mejor manera de describir aquélla. La cultura es el protofenómeno de toda la historia universal, pasada y futura.

El protofenómeno es la

idea del devenir. Es un método del sentimiento y no de análisis. " Lo más alto , dice Spengler, a que puede llegar el hombre, es la admiración ; y cuando el protofenómeno se la provoca, debe darse por satisfecho , que más arriba no puede subir ; y no busque más, que aquí está el límite. " El protofenómeno lo concibe 'Spengler a semejanza de Goethe, y consiste en el descubrimiento que hizo éste del os intermaxillare, que se basa en el protofenómeno del tipo vertebrado. Aplicado este método a las plantas , se demuestra " como la disposición geológica de las capas, o la hoja como protoforma de todos los órganos vegetales, o la metamorfosis de las plantas co-

31 ― mo imagen primaria de todo producirse orgánico. " La misma ley podrá aplicarse a los demás seres vivientes, -escribe Goethe desde Nápoles a Herder al comunicarle su descubrimiento. Y éste sería, pues , el método que nos daría ruta y luz para comprender y explicar en el pasado sombrío y allí donde la noción de tiempo se esfuma por completo, el continuo pasar de razas y pueblos por la superficie de la tierra, cuyo incesante ir y venir se presenta ante nuestra mirada investigadora como chispazos ígneos en medio de tenebrosa sombra, que no logra clarear la luz de nuestra inteligencia. Pero estos métodos, dice Spengler, están todavía en pañales e incumbe al siglo XX su descubrimiento. ( 1 )

(1 ) Dice Araquistain : "" Cada cultura es un ciclo o un organismo determinado por su sino y sólo por el suyo . Esto obligará a los historiadores a dar menos importancia de la que hoy se da a nuestra Historia Moderna u Occidental, y más importancia a otras culturas y civilizaciones, hoy poco menos que desdeñadas. Spengler persigue un fin pragmático : poder predecir la Historia futura por sus analogías con otros organismos culturales. Hay que conocer, pues, a fondo, estos organismos en lo que de ellos queda, para mejor comprender el nuestro y anticiparnos al porvenir. La Historia no es una casualidad , como la Naturaleza, sino una serie de formas que tienen sus " correspondientes " en todas las grandes culturas, aunque todas se diferencien unas de otras. Tienen de común lo específico, como organismos pertenecientes a un mismo género ; se apartan en las variedades, en los rasgos individuales. Del estudio de estas formas en su sucesión cronológica, y de compararlas entre sí, surgirá una morfología de la Historia Universal , la verdadera

32 Como se ve, aquí se admite la posibilidad de un método científico.

Si queremos conocer,-dice Spengler,-la forma interna de una cultura, debemos valernos del método que ha elaborado hace tiempo la morfología comparada de las plantas y animales, que no es el analítico del pragmatismo zoológico de los darwinistas, basado en los nexos causales , sino el intuitivo y panorámico de Goethe, " y que así como es posible interpretar los rasgos de un retrato de Rembrandt o del busto de un César, así también este nuevo arte consiste en intuir y comprender los grandes rasgos, colmados del sino , que aparecen en la faz de una cultura, esto es, de una indivi-

historia.

El concepto de naturaleza física o mecánica que

hasta ahora se aplicaba a la Historia, es sustituído por la intuición de la naturaleza orgánica ; pero tampoco por el criterio de Darwin y otros naturalistas que Spengler recusa como mecanicistas de las especies vivas, sino por el de Goethe, que sólo veía en el mundo animal y vegetal formas sin relación mutua, formas puras, espontáneas, misteriosamente individuales, sin ningún enlace causal . Se pide, por lo tanto, un criterio poético más que científico, en el sentido estricto de esta palabra. Spengler no emplea conceptos, sino imágenes, metáforas, ideas indefinibles, como el sino . Su musa es la Fatalidad. En las culturas muertas, realizadas, su método puede seguramente enriquecer la Historia con esplendores y revelaciones no conocidos hasta la fecha. Pero aplicado, no a lo extinto en el pretérito, sino al presente, a lo vivo, su filosofía, puede ser funesto."' (" Reflexiones en torno de Spengler " , por Luis Araquistain) ,

-33

dualidad humana de orden máximo. Ya algunas veces se ha intentado penetrar en el alma de un poeta, de un profeta, de un pensador, de un conquistador, para ver cómo es por dentro ; pero sumergirse en el alma antigua, en el alma egipcia, en el alma árabe, para revivirlas con toda su expresión en los hombres y las situaciones típicas, en la religión y el Estado, en el estilo y las tendencias, en el pensamiento y las costum bres, es una nueva especie de experiencia de la vida que nadie ha hecho todavía. " No olvidemos que intuir, para

Spengler,

es lo que dijo Goethe : " aquella experiencia íntima que, por el hecho de verificarse, es historia. Lo que vivimos es lo que acontece, es historia. " Pero ahora viene otra pregunta : ¿ cómo se viven los hechos históricos, cómo se desentrañan ? ¿Por los métodos ya conocidos ? Porque no es posible vivirlos en todas las edades , a no ser los contemporáneos. Salvo el método que presiente Spengler, el conocimiento de los sucesos históricos tiene que obtenerse, como ya decíamos, por los métodos actuales ciencias anexas a la historia.

y explicados

por

las

El contenido de toda historia humana se termina en el sino ( 1 ) de las culturas particulares que se unen, se

(1) Spengler inserta este verso de Goethe como definición del sino : Así debes tú ser, y no puedes huir de ti mismo. Así lo han dicho ya las sibilas , así los profetas. Y ningún tiempo ni poder ninguno pulveriza La forma estampada, que en la vida se desenvuelve. Parece aquí, que Spengler aceptara la doctrina de la pre-

- 34 estrechan y se suceden en el orden universal , y cuya explicación no es posible en la actualidad por carecer de métodos al respecto que nos hagan partícipes de sus reconditeces, a pesar de los que se indican como probables para un buen resultado, pero que la noche de los tiempos veda su eficacia .

Con todo, en las culturas hay que distinguir la idea "que es el conjunto de sus interiores posibilidades ” y la manifestación sensible de esa cultura en el cuadro de la historia, esto es, su realización cumplida. ¿ Pero el sino sería compatible con la aplicación de un método científico a la historia, cual sería el de Goethe, ya indicado ? Sería compatible, porque el sino es la manifestación de los sucesos en forma que jamás nosotros podremos determinar, porque no obedecen a leyes sino al azar indeterminado fuera del alcance de nuestra inteligencia, sucesos anexos a un orden superior, basados en multitud de factores que mueven la personalidad , las colectividades en ondas invisibles para nuestra mente. El método científico no podría ser otro que ordenador, comparativo, serial, pero nunca previsor, manifestador de sucesos, porque lo impide el sino, que es absoluto, que es inherente al ser humano y que lo moverá en forma que no está marcado para el

destinación . Sin embargo, en otra parte de su obra, dice que el sino lo forma o constituye esa multiplicidad de factores que determinan las acciones de los hombres e imposibles de prever, porque obedecen al azar, a la vida que se desenvuelve en una complejidad tal cuyas manifestaciones , por lo innumerables, tienen que escapar y escapan a la inteligencia humana.

· 35 · ojo del hombre en la brújula de la existencia. Por eso ya lo dijimos nosotros en una proposición presentada al Congreso de Bibliografía e Historia celebrado en la ciudad de Buenos Aires el año de 1916, que la historia no era una ciencia. En esa época no había aparecido la obra de Spengler . Nosotros hemos dicho, en trabajos anteriores, que la ley de causalidad es la que le ha dado carácter cientí fico a la historia. Y esto tampoco creemos lo niegue Spengler, ni nadie.

Lo que no acepta dicho autor , es la ley de causalidad física aplicada así a la historia, pero no la ley de causalidad en su modalidad de acuerdo con esta disciplina del espíritu. Dicha ley es absoluta en las ciencias naturales, y es relativa en la historia, y tan imprescindible en esta última, que, violada, queda sin base cualquier trabajo histórico. Y vamos a los ejemplos, que aclaran más los conceptos de las cosas : La violación, la conculcación de los derechos : A, causa, trae co mo consecuencia la revolución B, efecto. Si explicamos los sucesos B y los analizamos sin tener en cuenta la causa A que los produjo, y sin juzgar por el valor de la causa la intensidad del efecto, no hay duda que el análisis resulta trunco, sin cimiento, porque se ha violado la ley de la causalidad , única que hace luz en la explicación o justificación de los hechos. De otra manera, sería antojadizo, fuera de la verdad, todo lo que se dijera sobre el particular. ( 1 ) Esto y el método com-

(1) Volvemos a repetir aquí, que la causalidad en la historia es relativa, porque la causa A no produce necesariamente el efecto B como en la física ; sino que esa causalidad se entiende y aplica por el estudio de la causa que produjo el efec-

-

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parado, es algo que está definitivamente incorporado a la metodología de la historia, no porque los hechos se

to B que vamos a suponer es contingente, pero que, con todo, siempre un efecto tiene una causa, y por la apreciación de la causa, en todos sus órdenes, se podrá valorar la intensidad del efecto, para dar así al medio lo que los incompetentes dan a la personalidad, o para descargar a aquél de lo que es culpable ésta por los motivos C. Si la causalidad se aplicara en la historia como en la física, aquélla sería entonces una ciencia. A este respecto dice Zacarías García Villada : " Sabemos

que causa es aquello que influye esencialmente en el ser de otro. Ahora bien : en los hechos históricos de los hombres hay una porción de causas que ejercen este influjo, y, conviene tenerlas presentes ... Además, el hombre, al obrar, lo hace siem pre guiado por el bien aparente o real que percibe en el objeto a cuya consecución dirige sus acciones ; de donde resulta que no sólo es causa eficiente de los sucesos, sino que a su vez, éstos influyen en él como causa final determinándole a ir en su prosecución . " ( " Metodología y crítica históricas '' ) . Xenopol continúa diciendo : No hay que confundir la ley con la causa. " La ley, dice, como el fenómeno, se produce ; la causa trata de dar cuenta de por qué se manifiesta así. ' • " Para hallar la causa de un fenómeno, hay que tratar de penetrar en el secreto de su génesis ; descubrir este secreto contenta el espíritu y levanta al menos una punta del velo de lo desconocido que entenebrece todos los conocimientos humanos , porque sólo entonces se percibe la causa del fenómeno . '' (" Teoría de la Historia " ) . Ahora bien : la causalidad en los hechos de repetición y sucesión, tiene lugar, no como ley, por la diferencia establecida anteriormente, sino que como una verdad contingente : siendo únicamente absoluto el principio de que todo efecto tiene su

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repitan, sino por esa conexión que no niega Spengler en los sucesos y el hombre, en circunstancias más o me-

causa. Un ejemplo: el golpe de Lavalleja contra las autoridades de 1827, tiene para nosotros una causa sociográfica, es decir : que la vastedad del territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, no permitía la implantación del sistema unitario sino el federal. Podrá suponerse distinta causa que quizá fuera más valedera, pero siempre se irá al encuentro o búsqueda de ella, que podrá ser hasta personal y admitida una vez probada la misma, lo que rompe el absurdo método antiguo, que todo lo atribuía a defectos o bondades personales, lo que, repetimos, tampoco está excluído de las probabilidades causales. Siendo la desemejanza la base causal en la sucesión, que da lugar a la serie , ésta se presenta en forma homogénea, constante, en virtud de que la serie constituye agrupación de hechos, a diferencia de la causalidad en la repetición, que presenta la semejanza relativa de los fenómenos históricos. En los hechos que trajeron como consecuencia la caída del Imperio Romano, encontramos la repetición de esos hechos que produjeron gradualmente su decadencia, que son : la absorción de la pequeña propiedad por la grande ; la corrupción ; el abandono paulatino del servicio militar ; la falta de espíritu guerrero y la intromisión , sin contralor, del populacho, en las lides del sufragio . Estos hechos verificados en repeticiones sucesivas, dieron como consecuencia la caída en cuestión, por un factor que aprovechó esta serie de repeticiones sucesivas, y que fué la invasión de los bárbaros. Una serie de hechos de repeticiones diferenciadas puede dar un todo homogéneo : la Revolución Francesa, producto de la miseria, de la debilidad de Luis XVI, de la amenaza exterior y de la evolución insconsciente, producida por los enciclopedistas del siglo XVIII, etc. " La repetición sigue siendo tal, en tanto se produce sin

38 hos idénticas, como tampoco la niega en las culturas, a pesar de sus diferencias. Y ya que tocamos este tema es bueno ocuparnos de él. ( 1 )

cambios importantes, y estos fenómenos no toman cuerpo en resultados permanentes. Inmediatamente que la diferenciación se acentúa, se dibuja la sucesión y prevalece cada vez más sobre la repetición . " En estos casos se entra a la agrupación de los hechos por series, como, por ejemplo : el estudio de las diferentes clases de culturas. Por consiguiente, la causalidad en la explicación de los sucesos de la historia, es condición inherente a ellos, porque es la apreciación de la finalidad humana en su verificación, impulsada por el factor mesológico o meramente personal para la consecución de un " desiderátum " anhelado que producirá la evolución o el resultado X. Dice Bovio: " La escolástica que hoy vive en la escoria de las inteligencias palustres, califica las acciones de los hombres en sí mismas, sin ningún respeto a la finalidad. Maquiavelo se rió de este sistema de valorar las cosas, y se mofó de ći considerando la historia del mundo. " En qué tiempo, en qué espacio, las acciones han sido juzgadas por la historia, buenas o malas, aislándolas de la finalidad ? Si tú matas para hurtar, eres un asesino ; si para salvarte a ti mismo, un inocente ; si para libertar a la patria, un héroe : tres homicidios, no tres culpables. Si mientes para cumplir el destino de un pueblo, eres Moisés ; si para salvar al amigo, eres Pílades ; si para robar una herencia , eres un jesuíta ; tres mentirosos, no tres culpables. "' Negar, pues, la causalidad en la historia, en su sentido real y positivo, equivale a desvirtuar el fundamento de sus hechos y a establecer resultados antojadizos. (1 ) Dice Monod al respecto : " Por el método comparativo llegamos seguramente al punto de partida de las causas y de

39 Las diferencias que Spengler establece en las culturas, son en sus lineamientos generales, en el concepto que se tenía de las cosas. Así, por ejemplo, en Grecia se concebía el espacio como limitado, mientras que en la actualidad se presenta como infinito, ilimitado. Las concepciones quedaban reducidas al presente, en la antigüedad ; en la edad moderna todo tiene proyecciones. de futuro. Dice al respecto el doctor Terán : " Las culturas son ciclos cerrados por un lado , pero por otro sabemos que son rigurosamente paralelas las curvas que describen. Son extrañas entre sí, pero son gemelas. Atraviesan las mismas etapas y éstas tienen En todas ellas una duración imperiosamente igual. cincuenta años es el ritmo del acontecer. Todo miembro dura trescientos años : el barroco, como el jónico , el contrapunto como la mecánica de Galileo . El milenio es el círculo máximo de toda cultura. La nuestra, comenzada hacia el año mil , debe concluir su curva hacia el dos mil. Todas se han iniciado por una primavera ingenua y opulenta, llegan a una madurez racionalista, transcurren un cosmopolitismo irreligioso y entran en la decadencia, en la senilidad artificiosa, que presenciamos hoy, episodio éste que reproduce el budismo del

las condiciones generales en relación con los accidentes particulares. " Por eso " el historiador que quiera salir de la mera narración, para considerar desde un punto de vista un poco amplio los diversos estados de civilización, no puede substraerse al empleo del método comparativo. " (" Del método en las ciencias ' ).

40

siglo V en la India, el estoicismo grecorromano , el fatalismo del Islam, y que nada encarna mejor que el socialismo del siglo XX. " -(" La revolución " , de Spengler) . Mason agrega : "Como factor básico de su teoría, Spengler niega la existencia de la evolución en lo que atañe a la cultura. La historia, para él, no es el desarrollo de una serie progresiva y creciente de esfuerzos. Spengler ve la existencia, según el concepto de culturas, enteramente distintas unas de otras, cada una de las cuales considera la vida desde un punto de vista diferente de las demás . Asemeja a una cultura determinada con un organismo animal, y dice que " la historia del mundo es la biografía colectiva de todas ellas . " Cada cultura tiene su niñez, su juventud, su madurez y su vejez, así como una " duración definida, siempre la misma, que siempre se repite con la insistencia de un símbolo," De modo que el hombre moderno no es, intelectualmen te, el producto evolutivo del hombre de la antigüedad. La cultura antigua y la cultura moderna, tienen escasas vinculaciones, y Spengler las hace aparecer más bien como diferentes sistemas planetarios. " Spengler anatematiza al darwinismo, y aunque diga que " todas las culturas ( excepto la egipcia, la mexicana y la china) , crecieron bajo la tutela de alguna otra cultura más antigua " , insiste, sin embargo, en que cada cultura tiene su propia moral y es leal para consigo misma. " Ningún observador-afirma Spenglerpuede salir jamás de las condiciones y de las limitaciones de su tiempo y circunstancias. " No podemos saber

- 41 cómo pensaban, en realidad , los que pertenecían a otra cultura, ni de dónde sacaban su inspiración, según sostiene Spengler, aunque esta limitación no impide que el mismo Spengler trate de interpretar los significados profundos y los simbolismos místicos-hasta los misterios eleusinos-de las culturas anteriores. " Sostiene Spengler que dentro de toda cultura hay un destino, que sólo explica muy vagamente, pero por el cual parece entender un espíritu de coordinación que vincula todos los movimientos de una cultura bajo una sola influencia que los guía. Esto debe ser explicado algo detalladamente, pues en esto parece Spengler haber traído su contribución más importante a la suma de los conocimientos. Spengler da nombres arbitrarios a las diversas culturas. Llama apolínea a la cultura clásica . A la cultura actual, cuya vitalidad cree Spengler que está desapareciendo con la decadencia de Occidente, la califica de faustiana. "La cultura apolínea, la del período clásico de la historia, se preocupaba preferentemente de lo finito , si nos atenemos al método de análisis de Spengler. Se interesaba meramente en lo presente, simbolizado por Spengler por la columna dórica, porque ésta se construía primitivamente de madera, materia perecedera, " clara indicación de la intensa antipatía hacia la duración que sentía el alma clásica " . Del mismo modo, también , el matemático apolíneo " sólo conoce lo que ve y comprende... El matemático occidental ( faustiano ) ... penetra en una región enteramente abstracta, de un número infinito de múltiplos de "n" (y no ya tres solamente ) dimensiones ". Spengler, que ve metafísica al ocuparse

- 42 de matemáticas, afirma que " la cuadratura del círculo llegó a ser, para la inteligencia clásica, el problema supremo de lo finito " . Es decir, que el hombre apolíneo trató de hacer finito lo infinito, atrayendo, por decirlo así, al universo hacia sí mismo. Spengler señala que los tiempos clásicos no se interesaban por el pasado histórico y poco especulaban acerca del porvenir. Se interesaban con preferencia

en lo presente,

en lo finito

Sostiene Spengler que, por este motivo subconsciente, los griegos no trazaban sus calles de modo que terminasen en perspectivas, ni desafiaban a los horizontes remotos en viajes de descubrimiento. Lo infinito no les interesaba en ninguna forma simbólica o atrayente. En el arte ocurría lo mismo . Ve Spengler en la estatua griega la más alta forma de la expresión artística clásica, mediante la cual lo presente, lo finito, en la figura corporal, tenía la misma base metafísica estaba inspirada por el mismo Destino-idea-como el esfuerzo para lograr la cuadratura del círculo, la indiferencia al pasado y al futuro , el carácter de las calles griegas y la persistencia de los navegantes apolíneos a no apartarse de la costa. Hasta pretende Spengler que el hecho de que los hombres apolíneos quemasen a los muertos (como se ve en la " Ilíada " ) , " equivalía tanto a la consumación ceremoniosa de la muerte como a la negación de cualquiera duración histórica." "Y desarrollando el mismo tema dice : " El idioma griego no poseía palabra para decir espacio ; los mismos griegos carecían de nuestro sentimiento del paisaje, del horizonte, de las perspectivas, de las distancias, de las nubes y de la idea de una patria extensa abar-

- 43 cando a una gran nación, La patria, para el hombre clásico, era lo que podía ver desde la ciudadela de su ciudad natal y nada más. " "Ocupándose luego en la lectura moderna , la que él llama faustiana, dice Spengler que así como el hombre apolíneo buscaba lo finito, "el principal símbolo del alma faustiana es el espacio sin límites " , o lo infinito. Compara el interés por lo presente del hombre apolíneo con la naturaleza aventurera del hombre faustiano , que parece desafiar al infinito . Ve esta diferencia en las tragedias de Sófocles y de Shakespeare :

" la tragedia

del hombre que sólo desea existir y la del hombre que quiere vencer. " El hombre faustiano construyó catedrales góticas para simbolizar su anhelo por lo infinito. Crea campanas de iglesia y música por inspiración de la misma Idea-destino. Porque así como la estatua griega, para Spengler, representa la forma simbólica más perfecta del interés del arte del hombre apolíneo, por lo puramente presente, así la música es la más alta representación estética del interés del hombre faustiano por lo infinito . Dentro de la cultura faustiana, dice Spengler, llegaron las matemáticas a interesarse por las cantidades infinitas , como ser, por ejemplo, las decimales periódicas y el cálculo infinitesimal. Es decir, que las decimales periódicas están relacionadas por el Destino-idea con la catedral gótica, la música, las nubes en la pintura, pues Spengler ve en las nubes, como las pinta el arte faustiano, un símbolo de lo infinito, y con diversos otros elementos de cultura moderna que, según el método de crítica de Spengler, sólo existen porque " el principal símbolo del alma faustiana es el espacio sin límites,"

44" Pero, para el alma faustiana se aproxima el fin, así como sobrevino para el alma apolínea y para el alma de todas las demás culturas . Spengler no abriga la menor duda al respecto. Su filosofía, dice , será la última que vea el Occidente. Declara que su obra es “ infalible " en su idea. Llama a los que creen que pueden modificar al Destino , " charlatanes " . Lo que él llama " cecilrhodismo " pondrá fin a la historia occidental europea. Es decir, que lo que llamamos imperialismo creador señalará el fin, en tanto que el " Faust " de Goethe y el "Parsifal " de Wagner, nos revelan por anticipado la forma que asumirá nuestra espiritualidad en los próximos siglos ( que serán los últimos para nuestro poder creador ) . " La alta eficiencia utilitaria de la existencia de la época actual, es una mala señal, y no es de ningún modo una promesa de progreso continuo. Es una señal de "civilización " que Spengler diferencia marcadamente de la " cultura ". El desarrollo cultural es provincial, señala a la localidad . Siempre precede a la civilización, según Spengler, la cual nace de la ciudad, que Spengler, con fino desdén, llama "megapolis " , probablemente, porque hace sobresalir tan persistentemente el valer del individuo concentrado en sí mismo . La ciencia no puede dar la promesa de que continuará la cultura faustiana , pues Spengler declara que : " La historia de las más altas culturas demuestra que la " ciencia" es un espectáculo transitorio, perteneciente al otoño y al invierno de la carrera de su existencia , y que en lo que se refiere al pensamiento clásico, indio, chino y árabe, bastaron por igual unos pocos siglos para agotar por completo sus posibilidades . La ciencia clásica

-45 se extinguió entre la batalla de Cannas y la de Accio, y cedió el puesto en la concepción del mundo a la "segunda religiosidad ' . Y de esto es posible deducir y prever la fecha en que nuestro pensamiento científico occidental habrá llegado al límite de su evolución. " " Esta fecha no la indica Spengler, y solamente dice : " El agotamiento ( " fertigsein " ) interno del hombre megalopolitano ... para el mundo clásico ... se produjo en la época romana ; para nosotros, se producirá alrededor del año 2000 ". " Tal es, en sus líneas principales, la teoría del spenglerismo. Por cierto, ha revelado brillantemente Spengler la tendencia hasta ahora culta, que existe dentro de una amplia esfera-que él llama " cultura " -hacia la coordinación de las que parecen ser distintas actitudes mentales. Hay una nota persistente que él hace re sonar en este tema extraño y que parece despertar un eco subconsciente. ¿ Quién pensó antes en comparar la sugestión de lo infinito que produce la música moderna con el desarrollo moderno de las matemáticas al manejar los símbolos de lo infinito ? ¿ Quién vió antes la relación entre la geometría de Euclides, que confinaba a la cantidad en sus límites mensurables, y el deleite de la cultura apolínea por la estatua, que cada cual a su manera expresaba lo finito ? Es esta una contribución, no solamente al estudio de la historia, sino , lo que es mucho más importante, al estudio del funcionamiento de la mente humana, y se crea así un campo de exploración enteramente nuevo para el porvenir. Este aspecto de su filosofía señala en Spengler la posesión de un sentimiento de originalidad que pocos pensadores revelan.

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" En su crítica a la evolución, también hay mucho que tendrá importante influencia sobre el pensamiento futuro. Parece, a la verdad , así como Spengler lo señala, como que existiese dentro de toda cultura la sensación de ser única en su tipo, sensación que sólo muere cuando expira esa cultura. Pero es imposible compartir la opinión de Spengler, cuando afirma que toda cultura experimenta la compulsión interna de extinguirse . Desde cierto punto de vista, por supuesto, puede ser cierto. La cultura en cualquier país era, hace cien años, muy distinta de su cultura actual. Aquélla ha muerto. Pero esto no es lo que quiere decir Spengler. Entiende que no existe continuidad dominante en la evolución huma na. La cultura del siglo pasado, aunque muerta, ha influído directamente sobre la cultura existente . Pero ha de llegar un tiempo, de acuerdo con la forma de razonamiento de Spengler, en que toda la cultura que abarca un período de muchos siglos, tendrá que extinguirse por su propio agotamiento innato, y entonces surgirá una nueva cultura, que asumirá una dirección diferente de la otra y que responderá a distintas tendencias del pensamiento . "Pero la aceptación de la hipótesis de Spengler tiene que luchar, desgraciadamente, con el hecho de que otro alemán, llamado Einstein, se ha abierto camino hasta el primer plano de la cultura faustiana, y se presentó algún tiempo después del desarrollo de la idea de Spengler. Es decir, que la teoría de la relatividad, de la cual mucho se ha oído hablar después de la guerra mundial , no había alcanzado su forma presentable actual, cuando se publicó, en 1917, " La decadencia de Occidente " . Con todo, bastante conocida era la tendencia general

47 -de la teoría de la relatividad como para despertar el antagonismo del profesor Spengler. De cuando en cuando, en su libro se ven insinuaciones que indican la hostilidad que debió de sentir Spengler en este movimiento que vuelve las espaldas a lo infinito, reemplazándolo por la relatividad, Spengler habla de "la hipótesis temerariamente cínica de la teoría de la relatividad " . Condena " la rara hipótesis de la desintegración atómica " . Considera que la ciencia revela su decadencia al " construir hipótesis que son como castillos de naipes ", cuando " sabios del calibre de Gauss y Humboldt y Helmholtz, ya no existían en 1900. En la física, así como en la química ; en la biología, así como en las matemáticas, los grandes maestros murieron, dice , y estamos ahora experimentando el " decrescendo " de brillantes espigadores que arreglan , recogen y dan la última mano, como los sabios alejandrinos de la época romana. " " Esta especie de crítica es evidentemente lo que es. Desgraciadamente tiene Spengler el defecto de tratar de dar a su filosofía una finalidad , cayendo en el error común de la especulación alemana. Los pensadores alemanes pocas veces aceptan la posibilidad de que haya podido serles denegado algún conocimiento. Spengler, al tratar de demostrar que todas las culturas han de declinar, y al aceptar como infalible su propia conclusión de que ha comenzado la decadencia de Occidente , se ve obligado a atacar al principio y a la ciencia de Einstein, que tienden a lograr que sea tenida en cuenta la relatividad. Einstein parece volver la espalda al Destino-idea del infinito del hombre faustiano , para in-

48-clinarse hacia la idea clásica de lo finito que predominaba en la cultura apolínea . Mediante la relatividad, el hombre faustiano comienza a concebir un universo limitado. A la verdad, la relatividad da a entender que el hombre clásico apolíneo estaba más de acuerdo que el mismo hombre faustiano moderno, con los nuevos descubrimientos de la física desde hace uno o dos decenios. " Lo finito y no lo infinito, va despertando creciente . interés en la cultura faustiana. A la verdad, si está representada la cultura faustiana por su concepto de lo infinito, estamos entrando ahora en una era " postfaustiana ", que evoluciona saliendo de la faustiana y que expresa nuevos conceptos de los valores, desde un punto de vista finito. Tendríamos así un movimiento circular de una cultura que retrogradaría al Destinoidea de otra cultura que ha terminado. O acaso sea que la humanidad siente la necesidad de dos conceptos -el infinito y el finito- uno para el bienestar espiritual y el otro para el progreso utilitario. La cultura apolínea no logró desarrollar adecuadamente su concepto de lo finito, y la cultura faustiana desarrolló en forma de masiado predominante su idea de lo infinito . Ahora la mente humana, bajo el efecto de ambas influencias , y uniéndose a ellas un nuevo concepto creador del valor de ambas, está retornando a las concepciones finitas, y puede, empero, seguir pensando desde el punto de vista espiritual, que significa lo infinito. Con todo, a pesar de esta crítica de las limitaciones del spengleris mo, es bueno vivir en una época que inspira tan espontánea originalidad de pensamiento como la que ha re-

-- 49 ― velado Spengler. " (" La decadencia de Occidente " . por J. W. T. Mason ) . Citamos tan extensamente a Mason, porque es uns

de los mejores resumidores de la doctrina de Spengler, y por la conformidad que guarda su resumen con algu nos puntos de vista nuestros. Vermeil continúa diciendo : " El error capital de Spengler es colocar todas las épocas históricas en el mismo plano, creer que las civilizaciones actuales habrán de sufrir fatalmente la suerte de las precedentes, no ver que, gracias a los vínculos nuevos, más y más sólidos y múltiples que ligan entre sí a las diversas partes del mundo terrestre, la civilización humana tiende a constituir un todo en el cual una de las partes no podría separarse fácilmente del conjunto para perecer en una especie de espantosa soledad. La perpetua comparación que Spengler establece entre la Grecia apolineana y el Occidente faustiano no tiene la amplitud ni la seguridad del paralelo que Keyserling establece, en virtud de sus observaciones directas entre Oriente y Occidente. No veo nada de fecundo ni de vivo en las oposiciones de Spengler, que son, además, científicamente discutibles ; pero la oposición que todo el " Diario de Viaje " , establece entre la sabiduría meditativa de las grandes civilizaciones asiáticas y el activismo occidental, por general que sea No me todavía, es infinitamente sugestiva y útil ... asombra que Keyserling reproche a Spengler no tener sino el sentido del hecho, no tener gusto ni por la metafísica, ni por la religión , es decir, por los valores de la vida contemporánea, construir matemáticamente un

- 50 mundo espantoso en que los hombres están condenados a pelear eternamente y las civilizaciones a perecer sin transmitirse la antorcha de la vida, de la cultura y de la ciencia. " ceses " ).

( Keyserling y Spengler :

" Juicios fran-

Como dejamos expresado en otro lugar, la doctrina de la edad en las naciones o su decadencia, no es de Spengler : es de Vico. Su hipótesis de las revoluciones palingenésicas, de la ley de la circularidad, o sea la contramarcha fatal ( ricorso ) y la marcha ídem ( corso) , que trae como consecuencia la ruina por cada revolución circular impuesta por la Omnipotencia contra la voluntad del hombre, es del filósofo napolitano antes nombrado, que Spengler, sin profundizar tanto , hace suya. Gumplowicz, Letelier y otros autores, atacan esta doctrina de Vico, probando que la mayoría de los estados fenecidos han desaparecido por causas, muchas de ellas, ajenas a la vejez , y por otras fácil de salvar y combatir. (1 ) Altamira agrega sobre el particular : " La expresión gráfica de esta teoría es el círculo, o , mejor dicho , una serie de curvas cerradas e iguales entre sí. Por esto ha podido decirse que el movimiento de la historia humana es, según Vico, como el de una rueda de noria . La sociedad, en opinión suya, no puede realizar más que un cierto número y género de grados en la evolución ,

( 1) Gumplowicz : " Précis de Sociologie " . evolución de la historia ".

Letelier : " La

- 51 terminados los cuales vuelve al punto de partida para empezar otra vez. " El concepto moderno es muy distinto, y está condicionado por la idea de la unidad de la especie humana, que propagó el cristiano. Hasta entonces no había habido historia universal."

"Todas las historias escritas en edades pasadas, dice Letelier, se refieren a pueblos y tiempos determinados, y desdeñan, o mejor, ignoran en absoluto los sucesos de otros tiempos y de otros pueblos. " Paracelso escribía en el siglo XVI : " Dedico este libro a los que creen que las cosas nuevas valen más que las antiguas sólo por el hecho de ser nuevas. " Y la idea del progreso indefinido ( que supone la unidad fundamental de la historia humana ) ,-continúa diciendo Altamira- está ya evidente en Bacón y en otros muchos autores del siglo XVII . En el siglo XVIII esta teoría es la común y corriente, y se aplica incluso a las artes bellas ( Turgot) , respecto de las cuales el dogma era considerar como insuperable lo clásico . " En todos estos precedentes se funda la idea moderna, según la cual la unidad histórica tiene el carácter de evolutiva, o genética, como dice Berheim : es la unidad de sustancia del germen que se desarrolla en una serie de posiciones o estados indefinidos de evolución, los cuales muestran un cierto sentido y dirección general, que es su ley. De aquí resulta la continuidad no interrumpida de desarrollo en el tiempo ; y, por lo tanto, la dependencia en que el momento actual se encuentra respecto de los precedentes, sin cuya herencia y fuerza adquirida, no podría explicarse ; y, en fin, que

52 toda la historia es una marcha ascendente, continua y acumulada en el desenvolvimiento de las energías y cualidades del sujeto social . " Ahora bien : ¿ Qué implica la doctrina de Vico con esos tres estados : niñez , juventud y vejez o muerte ? Por lo menos , no se podrá negar que establecen una repetición aunque final, pero que fatalmente se repiten esos estados en forma necesaria. Toda cultura nace, sigue viviendo y muere ineludiblemente después de cierto período. ¿ Y por qué después de vieja no puede reJuvenecerse ? Porque esos tres estados se repiten en forma absoluta. Entonces, ya tenemos admitidos por Spengler los fenómenos de repetición, aunque sólo en momentos supremos de las culturas ; pero admitidos al fin : doctrina inaceptable en la actualidad, por estar contradicha por la historia, la evolución y progresos de las naciones ; sin que por esto no sea cierto que muchas culturas se han agostado por múltiples factores que, analizados, en su verdad, no pueden nunca dar base para aceptar aquella absoluta. ( 1 ) Por otra parte, no es rigurosamente cierta la negación de la armonía en la continuidad de las culturas, es decir, las relaciones que tienen entre sí. El doctor Arnold , ilustre profesor inglés y más tar de su colega Freeman, han probado evidentemente el enlace de los acontecimientos históricos entre sí, y dice el segundo al respecto : "La historia de las naciones

(1 ) Esto no quiere decir que los hechos no se repitan, pero no en forma matemática, rigurosamente ; se repiten de acuerdo con variedad de factores, pero que nunca constituyen una ley al respecto, por intervenir en esa repetición, el azar, la mutación, etc.

53 arias de Europa, sus idiomas, sus instituciones, sus relaciones con las demás, todo forma una larga serie de causas y efectos, de la cual ninguna parte puede ser plenamente entendida si se toma como algo separado e independiente de las demás partes ... Si se nos pregunta qué aplicación tiene el estudio de los sucesos. instituciones de tiempos tan lejanos del nuestro , contestaremos que la distancia no se mide simplemente por el transcurso del tiempo, y que aquellas edades en que hubieron de nacer la literatura, el arte, la libertad política, están a veces, sólo por analogía e influencia indirecta, a veces por causas y efectos actuales , no distantes, sino muy próximas a nosotros . Coloquemos la historia y la literatura de los períodos culminantes de Grecia y Roma en el lugar debido en la historia de la humanidad, pero nada más que en el lugar debido . Miremos a los antiguos, a los hombres de Plutarco, a los hombres de Homero , no como de otra raza , sino como hombres de pasiones iguales a las nuestras, como hermanos mayores en la común familia aria ... Hagamos entender que la lengua que ahora hablamos , forma en realidad una sola, con la lengua de Homero ; que la Ekklesia de Atenas, los Comitia de Roma y el Parlamento de Inglaterra son anillos de una cadena misma ; que Clistenes, Licinio y Simón de Montfort, han sido compañeros en el trabajo de una causa común, y encontramos que el estudio de los tiempos juveniles de nuestra raza puede ocupar un puesto de honor junto al estudio de los tiempos modernos ; que los héroes de la leyenda antigua no pierden, sino que más bien ganan en verdadera dignidad, convirtiéndose en objetos de razonable respeto, en vez de serlo de exclusiva supers-

-

tición. "" -

54 -

("La unidad de la historia " . Methods of

hist. , Sudy, citados por Altamira) . " Difícilmente, después de las investigaciones hechas por Maine, Hearn, Laveleye, Le Play, Letorneau y tantos otros sobre historia de la familia, la propiedad, el organismo político y demás instituciones fundamentales , podrá sostenerse la tesis de una separación entre la historia europea y la oriental. Por el contrario, la conclusión a que se ha llegado en aquellos estudios , es que una misma ley rige la evolución de las instituciones hoy nen las

sociales en todos los pueblos, y que las formas que consideramos como genuinas de nuestra época, tiesu arraigo y origen en el pasado más primitivo de civilizaciones. Por igual razón, gran parte de las

costumbres y usos que hoy se muestran en la vida espontánea de nuestras sociedades (organización de la familia o de la propiedad, fiestas, supersticiones, bailes, etc. ) , son verdaderas supervivencias de grados de culturas anteriores. Lo mismo puede decirse del arte , cuya evolución , hasta formar el del pueblo griego ( que por mucho tiempo se tuvo como autóctono e independiente ) , está ya puesta bien en claro. "- (Estudios de Perrot y Chipiez , de Máspero, Picet. Altamira : enseñanza de la Historia " ) .

" La

A esta lista de autores podríamos agregar nosotros a Quinet, que en su obra " El genio de las religiones " , demuestra claramente la relación que guardan éstas entre sí ; pudiéndose afirmar en muchos casos, que las unas son continuaciones de las otras. ( 1 )

( 1 ) Dice Bordeau, sobre el particular : " A pesar de la persistencia en negar la filiación natural y

- 55 Pero el que verdaderamente estudió a fondo estas relaciones en ciertas ramas de la historia, fué Herbert Spencer, ese coloso del siglo pasado, cuya figura, grande por todos conceptos, vivirá siempre en la inteligencia de los estudiosos , tomando mayores proporciones su eximia figura de hombre de ciencia, a medida que las generaciones que se sucedan, aquilaten , con la serenidad del pensamiento y el pulimento de la ilustración, su monumental obra de tan perfecta unidad y sabiduría. Herbert Spencer, como decíamos, demostró en forma sin igual, cómo las costumbres , los ritos, las cere monias, las instituciones, la guerra, el pasaje del conservadorismo al liberalismo, se han operado evolutivamente a impulsos de la mínima resistencia en general, y de la atracción máxima en particular ; siendo, todavía, resabios de las épocas bárbaras, muchos convencionalismos sociales a los cuales pagamos tributo en este siglo. ( 1 )

humana del cristianismo, está fundada de manera tan sólida en los hechos, que no han sido los incrédulos sabios del siglo XIX, fueron los padres de la Iglesia los que primero notaron la sorprendente semejanza del culto y de las doctrinas cristianas con el culto de Mithra y con la filosofía neoplatónica ... y atribuirla a plagios operados antefacto por arte del demonio ... " (" L'Histoire et les Historiens ' ') . (1 ) Con este mismo criterio puede juzgarse de muchas de las leyendas europeas en cuanto a su origen. Así, dice Waldemar Vedel : " Hacia el año 1000, y a través de Bizancio y el mediodía de Italia, llegó al centro de Europa, desde las comarcas cristianas de Siria y Egipto, un entusiasmo suscitado por las leyendas más extrañas, sugeridas a su vez por el Orien-

- 56 Tarde, otro eminente autor, en su obra " Las leyes de la imitación " , enseña igualmente las relaciones entre el pasado y el presente, debido , precisamente, a la tendencia de la humanidad a apropiarse, por contagio instintivo , de todo aquello que innova, modifica o da un barniz de novedad, de modernismo o nos aporta una real comodidad en nuestras costumbres, indumen-

te : trátase de narraciones sobre los más odiosos delitos y las penitencias más refinadas, sobre demonios y encantamientos, sobre los destinos más extraños , las pruebas más dolorosas, los sacrificios más cruentos sobre Teófilo, que se afilió al diablo y aprendió la magia negra ; sobre San Gregorio , el cual- como el Edipo de la antigüedad-casó con su madre sin saberlo y después de una incomparable penitencia termina en Papa; sobre la doncella que da su sangre para curar al hijo del rey ; sobre el príncipe pagano Joasaph, que crecía en un castillo en medio de las magnificencias terrenas alejado de todas las penas ..... " Se importa también la narración india de los Siete Sabios ... Estos relatos, juntamente con el marco oriental que los unía, pasaron a Europa, siendo objeto de numerosas versiones. " - (" Ideales de la Edad Media- Romántico-caballeresca '') . Igualmente podemos decir con Bujarin " que cada nueva estructura social puede presentar restos muy grandes de las viejas formas económicas . Por ejemplo, encontramos en la sociedad capitalista actual muchos vestigios de formas econó-

micas primitivas. " Así como podemos distinguir entre el hombre y el mono, en el reino animal, a pesar de sus muchos rasgos comunes, del

57 taria o exigencias de la vida social o individual. Y Le Bon agrega en su estudio sobre " Las primeras civilizaciones : " Hemos de reconocer que las civilizaciones presentes han salido por completo de las pasadas, y contienen en germen todas las futuras. " Desde las épocas primitivas del mimetismo selectivo , el hombre no ha hecho otra cosa que imitar : ya sea como conservación de su propia personalidad o de su mejoramiento social o particular, marchando por una senda escalonada, cuyos tramos no son otra cosa que vestigios o mejoramiento de culturas anteriores. Lo que dice Ferri en su obra " Socialismo y ciencia positiva", que la humanidad vuelve a las antiguas instituciones, pero depuradas éstas por la natural evolución de los tiempos, no deja de tener su real fundamento si tenemos presente la raíz que en Grecia y Roma han tenido muchas de nuestras instituciones políticas, sociales y económicas. Por eso dice con razón Janet, hablando de la evolución de las instituciones : "A medida que el espíritu humano se esclarece y que la opinión penetra en los arcanos de la política, muchas cosas se hacen imposibles, y otras cada vez más difíciles ; y sin que se pueda entrever todavía el momento en que se operará la reconciliación completa de la política con la moral,

mismo modo podemos distinguir también entre las diversas formas sociales, a pesar de sus comunes características, a pesar del hecho de que las más elevadas formas presentan frecuentemente restos de viejas formas (llamadas rudimentos ) , incomprensibles a primera vista. " -(" El materialismo histórico " ). 5

- 58 preciso es confesar, sin embargo, que se ha progresado mucho desde hace tres centurias, y que la política de los siglos XV y XVI, hoy nos parecería odiosa y no podríamos soportar ni aún lo que le permitía a Riche(" Historia de la ciencia polítilieu y a Luis XIV. " ca", Tomo I) . Lo manifestado por Janet es en cuanto a la evolución colectiva, porque desde Alejandro, que se hace pasar por Dios ; César, atravesando el Rubicón ; Augusto, fingiendo una abdicación, para poseer con más seguridad el imperio ; Felipe el Hermoso, Fernando el Católico, Luis XI , los Borgia, los Médicis, hasta Enrique IV, de aquí a Napoleón, etc., creemos que todos han puesto en juego , con diferencias de grado, los mismos medios conducentes a la conquista de las muchedumbres para su estabilidad en el poder y puestos éstos de relieve, en su mayoría, y tan admirablemente por Le Bon en su " Psicología de las multitudes " . Picard agrega : " El Derecho debutó en todas partes por una edad de hierro, tanteos, ensayos, perplejidades, contiendas sin número, guerras y crueldades, antes de llegar a las ideas y a las formas precisas ... El pasado muestra que toda revolución jurídica, crisis final y brusca en apariencia, ha sido precedida por una evolución que fué su preparación muda, lenta, oscura. " ("El Derecho Puro " ) .

León Duguit, continúa diciendo : " Sin duda el Estado ha muerto ; o , más bien, está en camino de morir la forma romana, regalista, jacobina, napoleónica , colectivista, que bajo tan diversos aspectos es una y siempre la misma forma del Estado. Pero al propio tiempo

se constituye otra forma más amplia, más flexible, más protectora, más humana, cuyos elementos aun habrá de determinar . " - (" La transformación del Estado " ) . Juan Logorgette, en su obra " El fundamento del Derecho y la Moral " , dice : "El derecho ( en los pue blos primitivos ) , en esta época o en esos pueblos y hasta en estados mucho más avanzados de civilización, se reduce a la costumbre, que es una creación espontánea del grupo, o difiere solamente por su promulgación formal y sin sanción por una autoridad especial . Poco a poco se introduce una división del trabajo y una diferenciación correspondiente , cuya repercusión sobre la forma de producirse el derecho no ha visto escuela histórica. La ley se separa progresivamente de la costumbre ; no nace directamente de ella , como el embrión toma vida en la sustancia maternal ; sólo recibe de ella, juntamente con los alimentos, una educación apropiada. · " Por último, realiza una función para la cual la costumbre es poco apta : lo inorgánico se hace, por la ley, orgánico y sistemático ; mientras que el uso , inconsciente de su término real y de su fin ideal, es impropio para realizarlos preconcebidamente y su evolución se retrasa respecto de la de una sociedad en rápida transformación, el legislador puede, por medio de la previsión , activar, si no mejorar, la marcha ....... " En todo caso, su evolución pasada no prejuzga su porvenir ni el del derecho, por partida independiente , pues sigue una línea , no dada una vez para siempre por la impulsión primera, ni siquiera un forme, sino des-

60 viada sin cesar por influencias, incidentes ; y, entre estos factores, uno de los importantes consiste en la consideración sistemática del desiderátum general y par ticular del bienestar ..... " Ningún principio teórico, por amplio y comprensivo que sea, da cuenta de la elaboración del derecho : es un producto de la vida individual y social en la evolución universal, el fruto de una experiencia más o menos consciente de la adaptación al medio." Del libro de Brocks Adams titulado " La ley de la civilización " , sacamos esta cita : " No es la multitud de los hechos reunidos, sino su relación entre sí, la que constituye el valor de la historia, y, en este concepto , la responsabilidad de un autor no puede ser mayor que la de cualquier otro observador científico . • · ·

"A medida que los productos del Asia occidental y oriental penetraron en el Oeste, la ciudad, constituyendo el punto de distribución para los consumidores fué a la vez el lugar de la riqueza y del imperio, y de las emigraciones en todos sentidos de esta metrópoli es de lo que, sobre todo , debe ocuparse la historia . Hace más de cuatro mil años la civilización parece haberse centralizado en Caldea o Asiria, según que Babilonia o Nínive obtuvieran la supremacía, por razones militares o de otro género ; y durante este período, los fenicios desempeñaron el papel de conductores y dieron valor a las orillas del Mediterráneo . Desde entonces, por una serie de avances y retrocesos, el centro de los cambios se trasladó al Támesis, y cuanto mayor ha sido el avance al Oeste, tanto más vasta ha sido la masa

61de la humanidad consolidada y más rápido el movimiento social. " Paul Adam manifiesta también : "¿ Qué símbolo sabrá imaginar el arte para la interpretación de esta fuerza nacida en las ciudades del Mediterráneo antiguo ? Esas ciudades, cráneos de piedras , de ladrillos , de mármoles, en que el cerebro del planeta se puso a pensar, formándolo marinos, plebes, multitudes, falanges de guerreros, compañías de negociantes, colegios de sacerdotes, academias de filósofos, familias de patricios , sociedades de geómetras. De esos medios desarrollados en Menfis, en Cnossos, en Efeso, en Tyro, en Atenas, en Roma, en Cartago, salió la esperanza de transformar el mundo en potencia de la voluntad humana, como también lo desearon Séneca y Trajano, hijos de España ; Vasco da Gama, Cachal y Magallanes , hijos de Portugal, que se instruyeron en las ciencias astronómicas y navales, a fin de llevar a los de las " tierras desconocidas ” la civilización de la caballería, la moral de Cristo, las ideas que condujeron la inteligencia de los hombres, etapa por etapa, hasta los milagros de la ciencia. Icaro propuso en Creta el problema que Santos Dumont y luego los aviadores de guerra han resuelto . " Expresar por medio de una figura alegórica ese sentido de la continuidad en el desarrollo del espíritu a través de las épocas , y, en fin, el magnífico agrupamiento de las Américas y de la Europa latinas , de los Estados Unidos, de Inglaterra, de las Asias armenias, árabes, chinas y japonesas alrededor del ideal que las entidades de la Acrópolis y del Foro llamaron antaño justicia y libertad, ¡ qué tarea entusiasmante !" -(" La estatua del Genio Latino " ) .

62 Ibn Jaldun, estadista norteafricano, reprochaba en el siglo XIV lo que hoy está tan en boga : el industrialismo por el Estado, que ha formado la doctrina del socialismo autoritario , expuesta y defendida por Proudhón y practicada, en la parte económica actualmente, por gobiernos monárquicos y republicanos. El citado Ibn Jaldun decía en aquella época que

era contrario " a la explotación agrícola, industrial y mercantil por cuenta del príncipe, porque restringía la actividad de los vasallos, al mismo tiempo que condenaba las limitaciones impuestas por las aduanas y otros tributos sobre la circulación : de la capacidad del contribuyente sometido a impuestos territoriales, diezmos y capitaciones depende la prosperidad económica. " ( 1 ) Aquello del siglo XIV, con cambio de nombre y algunas modificaciones es esto del siglo XX ; lo mismo que la finalidad de Necho II al iniciar la construcción del canal del Nilo, no fué otra que la que se tuvo para la construcción del canal de Suez. Otro hecho probado por la historia es que en el siglo XVI antes de Jesucristo , las tribus sirias contribuyeron a asociar en un mismo ciclo cultural al Asia Menor, Egipto y después, en parte, a Grecia, descollando en este conjunto, por su intrepidez marina y colonizadora. los fenicios. Más tarde la cultura de Grecia pasó a Roma y acrecida por el tiempo a las naciones que abrieron sus ojos a la civilización.

(1) Historia de la Economía " , por Otto Neliroth y Heinrich Sieveking. Lotz: " De la hacienda ",

63 Pero esa ascensión cultural tuvo su marcha y contramarcha, como lo podemos notar en el helenismo, dando fuerte impulso económico, según Diodoro, a Siria, Mesopotamia y Egipto, destacándose Alejandría, que, como dice Estrabón, cobró un aspecto singularmente moderno por la forma admirable como montó y cobijó su floreciente comercio, siendo la reguladora, agrega Dion de Prusa, de las relaciones comerciales entre la Arabia y la India. Pues bien : todos aquellos métodos comerciales , todos aquellos propósitos colonizadores, todas aquellas finalidades internacionales son más o menos las del presente, con variantes en los intereses y las circunstancias : pero los principios que las informaron, se puede decir que poco han sufrido en su transformación . ¿ Las causas que produjeron la ruptura entre Roma y Cartago no habrán cimentado la última conflagración europea ? El motivo que movió a Esparta a someterse a Atenas, ¿ cuántas veces se ha repetido y se repetirá en la vida ? La historia, para nosotros, es una en su armonía, en su enlace, en su conexión : es una cinta que se va desarrollando y a medida que lo hace nos muestra los distintos actos del gran drama humano, pero que sin los unos nos es imposible comprender el desarrollo de los otros, y de ahí la importancia y fundamento de la historia para estudiar y apreciar el pasaje de las generaciones por el mundo . ( 1 )

(1 ) El estudio real y positivo de la Filología comenzó a efectuarse al final de la Edad Media, y ella nos demostró la analogía de muchas instituciones modernas con las antiguas .

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A estas opiniones podemos añadir como final la de Araquistain, que dice : " El pensamiento de que los ciclos de culturas y civilizaciones no están determinados por una ley continua de progreso, sino que nacen y se desarrollan aisladamente, sin contacto y sin influencia recíproca, puede ser fértil frente a los viejos y ya insuficientes métodos históricos ; pero es dudosa, tanto la exactitud como su eficacia, como quiere Spengler y todo filósofo de la Historia ; después de todo , el conocimiento del pasado , no tiene más alto objeto que descubrir una más segura regla de conducta para el presente ; la Historia por la Historia, como el arte por el arte , son expresiones sin sentido. Aun admitiendo la interpretación orgánica de la

Entre los autores que tratan este tema, podemos citar a Preisigk, que escribió una obra sobre el giro pecuniario en Egipto ; Meyer, que en otro trabajo " acentúa el parentesco existente entre las últimas etapas culturales de Grecia y de Roma, y la Edad Moderna. " En los trabajos de K. W. Nitzsh y Droysen, podemos apreciar asimismo cómo la investigación de la antigüedad es requisito indispensable para el estudio de la Historia de la Economía en los Estados modernos. '' Entre otros autores, podríamos citar a Roscher, Rodbertus, Max Weber, Hartmann y Pohlmann, etc. " En todo caso , las disquisiciones de esta naturaleza han conducido a establecer paralelos entre la Historia de la Economía antigua, medioeval y moderna, y a prestar al conjunto de todas ellas una estructura unitaria ... Finalmente, la Historia de la Economía antigua se ha desarrollado como tal, logrando, con el transcurso del tiempo, una estructura amplia y sistemática . " -( Neurath y Sieveking, obra citada ) ,

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Historia, la idea de generación espontánea en un orga nismo repugna a nuestra experiencia cotidiana y a un profundo sentimiento de la unidad del cosmos . Un organismo naçe, crece y muere ; pero sus gérmenes hacen posible la aparición de otros organismos. Hay, es cierto, especies que mueren y desaparecen definitivamente ; pero el hombre forma una especie que no ha desaparecido aún, y precisamente es una especie, la única , que tiene memoria, que puede, pues, incorporar al presente el pasado. Este es un dato que olvida Spengler : que el hombre, como partícula de un organismo cultural, está dotado de memoria y puede absorber, por lo tanto, la experiencia de otras culturas, asimilándolas a la peculiar idiosincrasia. Junto a la herencia individual, fatal, hay una herencia histórica que el hombre puede adquirir a voluntad, mediante el ejercicio de su intelecto y de su memoria. Esto es lo que hace siempre el hombre, y si no lo hiciera, no hubiera podido salir del estado salvaje, del estado de hombre sin memoria histórica o muy poco desarrollada. Cuesta creer que los egipcios alcanzaran su enorme crecimiento cultural sin la asimilación de las culturas de otros pueblos, hasta ahora desconocidos, pero tal vez no incognoscibles cuando se exploren mejor Africa y Asia y se desentierren los residuos de lo pasado. Tampoco se concibe que Grecia no recibiera el riego fecundante de Egipto y las grandes culturas asiáticas anteriores. Que su concepto del número fuera distinto del egipcio y el babilónico , no quiere decir sino que no todas las aptitudes son las mismas en todos los pueblos. Pero tampoco son tan diferentes todas las aptitudes de un pueblo a otro, que no sea po-

66-sible fecundar algunas desde fuera. Si ha habido ciclos de culturas, habrá que suponerlas enlazadas por algún punto, por débil que sea, como anillos de una inmensa cadena histórica , Cerca de nosotros tenemos una prueba patente : sin el impulso que las artes y las ciencias recibieron en Occidente, de la cultura grecorromana y de la árabe, se concibe el desenvolvimiento de nuestro ciclo ? La geometría fáustica, de espacios infinitos , ¿ hubiera sido posible sin la euclidiana ? Será su rebasamiento e incluso su negación, como lo prueban las geometrías no enclidianas del día ; pero negarle su potencia motriz es querer amoldar demasiado violentamente los hechos a una idea preconcebida. " Prácticamente, la teoría del aislamiento y espontaneidad de las culturas puede tener resultados desastrosos. Pues si se admite que cada cultura y cada civilización crean una física propia, un número propio, una ética propia, una política propia, un arte propio, nada impide que cada miembro de ese ciclo aspire a su vez a hacerse con una subciencia, con una subética , con una subpolítica, con un subarte para su uso particular , o que renuncie a toda creación y a vivir parasitariamente de las ajenas a pretexto de que su sino no le llamaba por ahí. " Esto conduciría a una atomización de la cultura y probablemente a su muerte. Este es el mayor peligro actual de Europa : el cantonalismo nacionalista de los valores universales y una guerra franca o sorda, aun en aquellos campos en que coincide y se une el espíritu humano. Durante la guerra,

no se quiso señalar la

"kultur " germánica como algo extraño y negativo de

1

- 67 Europa ? Ahora mismo, los esfuerzos de Francia por despedazar a Alemania, por aniquilarla del todo , ¿ no se fundan en lo profundo de la conciencia francesa , junto a otros móviles nuevos desinteresados , en el supuesto de que el pueblo alemán es irreductible a las normas de una pacífica conciencia europea ? El particularismo y consiguiente fraccionamiento de una cultura en tantas como naciones, es una idea peligrosa para esa cultura misma. Y nada se diga del daño que esta filosofía puede producir en los pueblos rezagados dentro de un tipo de cultura y civilización o pertenecientes a otras extrañas : el convencimiento de que si no han llegado a más en todas las formas de la vida , se debe a que la fatalidad de su sino puede paralizarles para toda acción , para todo anhelo de superarse. Es, pues, la de Sengler una doctrina determinista en su esencia ideal y tradicionalista, y nacionalista en sus consecuencias inmediatas . Nadie puede ser más de lo que es, porque se lo veda su sino : esta es la conclusión de su pensamiento . Pero la característica del hombre occidental es luchar contra el sino. En la filosofía spengleriana falta por completo este sentimiento tan típico del hombre moderno : la libertad como principio de acción. En lugar de él, sitúa la fatalidad. " Es curioso el proceso mental de este hombre. Primero escribió un breve ensayo, titulado " Prusianismo y socialismo ". En su entender, el socialismo y a su juicio todo hombre moderno es socialista, aunque no acepte los fundamentos económicos éticos de esta doctrina el socialismo alemán, se comprende , debe ser prusiano, es decir, expansivo, imperialista. Esta

-68 es también la última deducción de " La decadencia de Occidente" ; una apología del imperialismo, que en su fase extrema habrán de realizar los socialistas.

" Temperamento imperialista, la lectura de su libro. sugiere la impresión de estar escrito en defensa de esa doctrina política. Toda la complicada estructura de su obra acaba en esto : en que al hombre occidental le ha sonado la hora del imperialismo, por exigencias de una cultura que decae. El período de una civilización , del predominio de la ciudad sobre el campo , del " panem et circenses " , de la técnica sin espíritu, de la vida sin ciencia ni arte, es el fin de una cultura, el principio de su disolución total. En su dictamen, en eso estamos ahora, como en la época del Imperio Romano, otra civilización que siguió a la cultura helénica y acabó ahorcándola, Europa y Estados Unidos son el " correspondiente " de la Roma civilizada y la descomposición . El héroe de este período nuestro es Cecil Rhodes, el capitalista expansivo, dominador, especie de rey contemporáneo. El héroe y el maestro. Todos debemos ser hombres de acción, no podemos ser otra cosa. Lo impide e! sino de este ciclo occidental. No hay opción posible. No hay arte, no hay ciencia posibles. Acción, sólo acción. He aquí algunas frases de este fatalismo imperialista : " El hombre del Occidente europeo- dice en la introducción de su libro- no puede ya tener ni una gran pintura ni una gran música, y sus posibilidades arquitectónicas están agotadas desde hace cien años . No le quedan más que posibilidades extensivas ... Sin duda, para algunos será una tragedia el convencerse, en los años decisivos, de que ya no queda nada que hacer ni

en la arquitectura , ni en el drama , ni en la pintura. Pues bien, ¡ que sucumban ! " " Por las formas suntuosamente claras e intelectuales de un transatlántico, o un alto horno, o una máquina de precisión ; por la sutileza y la elegancia de ciertos procedimientos químicos y ópticos, doy con gusto toda la guardarropía estilística del arte actual, incluso la pintura y la arquitectura. " Todavía le merecen alguna consideración los dramaturgos como Hebbel, como Ibsen, como Skindberg, como Shaw; pero el suyo no es arte, sino periodismo, tesis actuales que nadie tendrá en cuenta en 1950. " Sus juicios a este respecto son muchas veces acertados, pero no siempre, como cuando dice, por ejemplo , que " La dama del mar " queda reducida a un simple problema sexual. Estamos en un momento trágico de la Historia del Occidente-en rigor, toda Historia es trágica, pero nadie puede expresar este sentimiento, ni menos detener el curso de los hechos. El sino paraliza nuestra voluntad e idiotiza nuestra sensibilidad. No hay salida : todos imperialistas. " Es el imperialismo, según mi concepto- escribe Spengler, -el símbolo típico de las postrimerías ... El imperialismo es civilización pura. El sino de Occidente condena a éste a tomar el mismo aspecto. El hombre culto dirige su energía hacia adentro ; el civilizado hacia fuera. Por eso considero yo a Cecil Rhodes como el primer hombre de una época nueva ... La tendencia expansiva es una fatalidad, algo demoníaco y monstruoso, que se apodera del hombre en el postrer estadio de la gran urbe y, quiéralo o no, sépalo o no, le constriñe y le utiliza en su servicio . La vida es la realización de posibilidades

--70y para el hombre cerebral no hay más que posibilidades expansivas. El socialismo actual, poco desarrollado aún, rechaza la expansión ; pero llegará un día en que, con la vehemencia de un sino, sea él su principal vehículo. " Más adelante dice, descubriendo su pensamiento : " Si bajo la influencia de este libro, algunos hombres de la nueva generación se dedican a la técnica en vez de a la pintura , a la política en vez de a la lógica , harán lo que yo deseo, y nada mejor, en efecto, puede deseárseles. " " De este modo una filosofía de la Historia se disuelve en una arenga política. Una "filosofía afilosófica " , como el mismo Spengler la califica. Una filosofía antioccidental, más bien asiática, porque nada pugna con el hombre fáustico, con el hombre de Occidente , como la idea de un sino, de una fatalidad , frente a su anhelo de libertad infinita. La memoria histórica entrelaza las culturas ; la conciencia histórica puede dar a la nuestra giros insospechados , imprevisibles a toda concepción fatalista. Lo característico del hombre occidental es precisamente su perenne lucha contra el sino, contra sus limitaciones y contra las circunstancias exteriores de la Historia. No va a dejar de hacerlo ahora, porque Spengler se lo prescriba. Vencerá o no ; pero no dejará de combatir. Y no faltarán artistas que expresen esta epopeya o tragedia. El mismo libro de Spengler, si no fuera tan político, tan periodístico, tan actual, podría ser, como ejemplo de lo que digo , un gran drama filosófico.- (" Una filosofía del sino " ) . No hay duda que Spengler quiere desvirtuar lo que es imposible, negar lo que está confirmado por la his

- 71 -toria de todas las épocas : de que las culturas constituyen capas superpuestas con íntima relación de las unas con las otras. Esta ley de armonía de la civilización es innegable, es la del progreso que marcha con el mundo, con el hombre a impulsos de la mínima resistencia, como en el orden biológico, ya sea evolutiva o involutivamente en la esfera de lo consciente o inconsciente, pero que lleva a un fin a la humanidad , que nunca podrá predecir nuestra finita y limitada inteligencia según Mansel. ( 1 )

(1 ) Como ejemplo típico de la infiltración de una cultura en otra, podríamos citar, también, el Código babilónico de Chammurabí, rey de Babilonia, y del cual los israelitas y romanos se asimilaron muchas de sus instituciones. De ahí que Antonio Abruzzese diga con toda verdad que " grande y variada fué la influencia ejercida, directamente, a través de los pueblos clásicos, por la civilización caldea hasta nuestros días : la metrología, la hidráulica, el cómputo del tiempo, la economía, el arte, las instituciones religiosas, son, todas ellas , manifestaciones de civilización y de cultura, cuyos reflejos se mantienen, hasta el día, vivos y reales. En los dominios de la astronomía, por ejemplo, los dos grandes astrónomos, Aristarco de Samos y Seleuco de Babilonia, del siglo III, antes de nuestra Era, son, con perfectísima razón , considerados como precursores de Copérnico y del sistema que de él ha tomado лombre, en cuanto que comprendieron y sostuvieron que el Sol es el centro del sistema planetario, y que la Tierra-un planeta-efectúa en torno de él un movimiento de revolución . Pues bien: ambos aprovecharon, en sus investigaciones y sus estudios, precisamente los datos y los elementos proporcionados por los astrónomos caldeos. ''

72 Que los griegos hayan concebido el espacio finito y los occidentales modernos como infinito ; aquéllos, todas las cosas como presentes y éstos el presente y el futuro, no significa diferenciación de culturas, sino que, lo que es natural y lógico : que las culturas no son idénticas sin dejar por esto de ser eslabones de una misma cadena. Lo que indica Darwin en sus famosas obras : " La descendencia del hombre " y " Origen de las especies " , 0 sea la selección, la supervivencia del más apto, la lucha por la vida, etc., son factores de importancia en el desarrollo de los acontecimientos históricos porque ellos han influído en uno u otro sentido a su desarrollo ; lo mismo que la idiosincrasia personal por sus condiciones superiores y a la cual , muchas veces, está unido todo el progreso, toda la grandeza nacional . Por eso decía Emerson, que cada hombre es una causa , un país. En la historia , en su concepción de conjunto o particular, intervienen infinidad de factores que hay que tenerlos en cuenta para la interpretación, para la explicación de los sucesos ; pues ya no se encaran éstos con un criterio simplista basado en la bondad o maldad del hombre, sino que, multiplicidad de elementos estudiados con sumo cuidado y saber, por su complejidad, nos dan la clave de los mismos. El azar, como lo reconoce el propio Spengler, es otra fuerza poderosa , capaz de cambiar la faz histórica de una época. El azar es la justicia, decía Federico II, y el Grande, en carta dirigida a Voltaire, agregaba : "Cuanto más se envejece , más se convence uno de que la sagra-

- 73 da majestad del azar hace las tres cuartas partes de la "" tarea en este miserable universo . ' Ya esto se le pueden agregar otros acontecimientos que llevan las naciones y las culturas por sendas muy distintas, como el religioso, el guerrero, el geográfico , etc., que aplicados en su caso, nos dan las tablas de valores de los hechos humanos . Luego, la tarea es ardua y difícil y se precisa el abarcamiento, en el campo de la historia, de todo lo que dejamos expuesto, para llegar a un desiderátum por relativo que sea ; de otra manera se erraría el rumbo : porque no siendo la historia una ciencia y, por consiguiente, contingente la causalidad en ella, ( 1 ) prescindir de esa infinidad de factores que ayudan a la explicación de los hechos, sería penetrar en un callejón sin luz para caminar en él a tropezones, sin perspectiva de llegar o encontrar el lugar de arribada. De ahí, pues, las ciencias anexas a la historia, y el rol que en ellas desempeñan ( 2 ) las di-

(1) La palabra contingente la aplicamos en el sentido de que la causa A no produce necesariamente el efecto B, como en las ciencias físicas, sino que puede producir el efecto B como el C; pero esto no quiere decir que la ley de causalidad no sea absoluta en la historia, en cuanto a que todo efecto tiene su causa : sea el B o el C. Por consiguiente, para apreciar debidamente un hecho histórico, para saber hasta dónde llega la responsabilidad del hombre o del medio, hay que ir necesariamente a la aplicación de la ley de la causalidad para estudiar las causas y poder así analizar los efectos. (2) " Inapreciable ayuda,-dice Letelier, prestan , para estudiar, las llamadas ciencias auxiliares, porque ellas han creado nuevos medios de investigación histórica, medios que en 6

74 --versas doctrinas en boga, para darle dirección, que sin ser absolutas, porque no pueden serlo dado el estado actual de esa disciplina del espíritu, sin embargo, relativamente tienen todas ellas su aplicación , porque contribuyen de esa manera al esclarecimiento de sus problemas.

Ortega y Gasset, comentando ligeramente a Spengler, dice que dicha obra es una filosofía de la historia y que hace tiempo se aspira a una interpretación histórica de la historia. Dice : "Spengler cree descubrir la verdadera substancia, el verdadero objeto histórico en la cultura. La cultura, esto es, un cierto modo orgánico de pensar y sentir, sería , según él, Spengler, el sujeto, el protagonista de todo proceso histórico. " Ahora bien. Vamos a dejar de lado la parte ontológica de este problema y a estudiarlo en su faz lógica . En este último aspecto, para nosotros el sujeto de la historia es el hombre, ya sea considerado individual o colectivamente.

lo antiguo no se emplearon ni conocieron , que en nuestros días se utilizan para rehacer la fisonomía del pasado, y cuyo incesante perfeccionamiento es, al presente, la causa más podero sa de la continua renovación de la historia. Con su auxilio, los investigadores de nuestros días han pulverizado algunas de aquellas antiguas leyendas que parecían estar mejor fundadas, rectificando narraciones escritas por los contemporáneos de los sucesos, y también comprobando algunas tradiciones vagas, cuya veracidad inspiraba dudas. " -(" La evolución de la Historia " , Tomo II) .

75 Individualmente, como ya lo hemos dicho en otro lugar, el factor personal ha sido decisivo en la evolución de varias etapas de la historia . Con esto último no queremos negar la importancia de la doctrina de Savigny, cuyas consecuencias, según Altamira, sacaron Niebuhr y Dahlmann "y los naturalistas con sus estudios sobre la representación de las fuerzas infinitamente pequeñas en la creación, que

produjeron la conciencia científica de aquella verdad que se había desconocido " , y por la cual se conciben los hechos históricos como producto acumulativo de todos los seres que trabajan en la colmena social, excluyendo así la trascendencia en los mismos, de las individualidades, y constituyéndose, entonces, como sujetos de la historia, predichos ya por Schelling y Krause, las personas sociales que Voltaire desarrolló en su libro " Ensayos sobre las costumbres e índole de las naciones" Forner quería que se escribiese " no la historia de los hombres en individuo, sino de las clases que forman el cuerpo de los Estados " . Metchnikoff, siguiendo a Lyell y Darwin, agrega : " En el orden geológico, los grandes hundimientos, las erupciones volcánicas, los temblores de tierra y otros cataclismos, originan numerosas víctimas y sobrecogen la imaginación ; pero en definitiva, no producen más que cambios superficiales : son efectos y no causas. Las verdaderas fuerzas plásticas que crean o modifican profundamente la epidermis de nuestro planeta, son las gotas de lluvia, el arroyo, las corrientes líquidas o aéreas, las incesantes alternativas de frío y calor ... to-

- 76da una legión de agentes que, por su acción imperceptible, pero continua , disgregan las rocas más refractarias, precipitan y alteran los aluviones ..... " Así ocurre con el trabajo íntimo de las generaciones que nos han precedido : único creador de las formaciones históricas, se oculta

obstinadamente

a nuestra

investigación. Los anales de la humanidad no han registrado más que lo excepcional, lo extraordinario, lo que hería vivamente los espíritus. " Altamira continúa diciendo : " La tendencia moderna, pues, arranca a la historia de la tradición

según

la cual sólo se ocupa de las personalidades notables, para llevarla a la consideración de la obra histórica como un trabajo colectivo, social, y supone, así como las teorías naturalistas el estudio del medio natural, el del medio moral, que desde Villemain empezó a considerarse en literatura y que Taine elevó al más alto grado de estimación . Pero no quiere esto decir, como algún autor exageradamente supone , el desconocimiento del propio valor y de la función respectiva que corresponde a las individualidades salientes, así como de la fuerza y de la iniciativa que ejercita, en cuanto a órganos especiales, en los que se condensa la misión impulsora, sin la cual la masa jamás daría forma artística y oportuna a su espíritu , o no sabría concentrar sus aspiraciones latentes en esfuerzos reflexivos que las llevaran brevemente a término." Posada, en sus estudios sobre sociología, dice que los hombres son víctimas de las necesidades del medio ; es decir

que el inventor, el reformador, etc. , no obedecen

a otra cosa, al inventar o reformar, que a aquellas ne-

-

77 -

cesidades ya manifestadas en el medio ambiente particular o general . Y Guyau agrega : " Taine supone que el medio anterior produce el genio individual, dándonos el espectáculo de tres sociedades unidas por una relación de mutua dependencia : 1.° la sociedad real preexistente, que condiciona, y en parte suscita al genio ; 2.° la sociedad idealmente reformada, que concibe el genio mismo, el mundo de voluntades, de pasiones, de inteligencias que crea en su espíritu y que constituye una especulación sobre lo posible ; 3.° la formación consecutiva de una sociedad nueva, la de los admiradores del genio, que, en más o menos, realizan en sí, por imitación, la innovación de aquél. " (Guyau : "El arte bajo el punto de vista sociológico ". " El genio como creador de un nuevo medio social. " Altamira, obra citada ) . Esta doctrina, como dice Altamira , " ha modificado notablemente la antigua teoría de los hombres providenciales, que en nuestro siglo tiene dos grandes repre sentantes : Emerson y Carlyle. " Pero con este criterio volvemos nuevamente a la vieja discusión, que consiste en saber si el hombre influye sobre el medio o el medio sobre el hombre. No hay duda de que el medio tiene gran predominio sobre la personalidad, y que en infinidad de ocasiones ésta es víctima de aquél ; pero también creemos que las grandes evoluciones, los grandes progresos, los produce el hombre superior, arrastrando en pos de él, al medio, que a impulsos de mínima resistencia adopta las nuevas etapas de esa evolución ; sin desconocer, por esto, que para ciertas evoluciones se necesita la pre-

- 78 ---paración anterior ambiente ; pero esto no es otra cosa que el allanamiento del camino por donde ha de pasar la locomotora para arribar al punto deseado. Pero volvemos a repetir : en la lucha diaria , en la que produce la evolución antedicha en los factores apuntaladores de los acontecimientos, en sus actores, no hay duda que el medio ambiente " es la brújula que hace rumbear la personalidad hacia el norte de las necesidades colectivas ; es la ola que trae en su rizada y blanca espuma los medios que la humanidad encuentra en las curvadas orillas del mar de la vida, para librar el combate eficiente por el pan nuestro de cada día en las obligadas lides del acicateamiento corporal y espiritual ; y es, en fin, la sombra misteriosa que moldea el cerebro del hombre al calor tonificante de las exigencias colectivas, para extraerle de sus excelsas reconditeces, la gloria para sí propio y el alivio para la muchedumbre en sus aspiraciones de arrebatos patrioteros , de anhelado bienestar y verdadero progreso social y nacional. El medio ambiente crea, transforma y manda. Es el imperativo categórico de Kant, sometiendo a sus necesidades fatales la inteligencia de los hombres ; es el regulador de toda tabla de valores de la humanidad ; es el encendedor de las pasiones y la última palabra para explicar los actos de los hombres. Es el que afina y desafina el sentimiento , en sus lides de tonalidades diversas y de sonoridades sin fin ; es el cuadro en cuyo fondo surge con luz meridiana la personalidad con todas las sombras y claridades que adquirió en el trajín del combate consuetudinario ; y, es, en fin, la piedra de to-

"

79 -

que para condenar, absolver o explicar la conducta de todos aquellos que se remontan por sobre la cabeza de la masa anónima. ” —( A . B. Oribe : " Indice HistóricoSociológico . Metodología científica cribir la Historia " ) .

para enseñar y es-

A pesar de lo dicho más atrás, volvemos a repetir que el medio ambiente, producto de los hombres superiores, de los superhombres si se quiere, moldea, después, las luchas internas donde campean los demás elementos, aquellos que la evolución envuelve en sus redes y que se adaptan o no se adaptan al nuevo orden de cosas, pero que son factores eficientes en uno o en otro sentido . Esto no quiere decir que el hombre superior, por excepción, no pague su tributo, también, a las exigencias ambientes , llevando a éste a la consecución de sus fines o acomodándose a él . Es sabido, y la historia lo enseña, que los superhombres nunca han tenido reemplazantes, a pesar de existir y de gran valía ; y no los han tenido, porque ellos lo han eclipsado todo, con su grandeza y prestigio . De ahí, que desaparecido el hombre superior, por lo general, viene el caos ; un ejemplo : Alemania , después de la retirada de Bismarck de la política activa. En los cambios políticos , principalmente, no obstante ser el hombre superior, superhombre, genio o semigenio, el acuñador del progreso o de la evolución supradicha, sin embargo, se

requiere una semiprepara-

ción del medioambiente para optar a los adelantos que les proporcioná el hombre-guía, so pena de que éste se produzca infructuosamente en parte, porque es tan poderosa la influencia del hombre superior, que siem-

80-

pre, aunque sea relativamente, deja fijado algo de lo que se propuso. Un ejemplo de ello es la acción de Carlos III en España, que por falta de preparación del pueblo español para comprender y aprovechar lo que por él hizo, le retaceó algo de esas conquistas aceptando el resto . Otro ejemplo típico lo constituye la Revolución Francesa, que siendo ésta esencialmente económica, motivada por el hambre, puso en práctica lo que predicaron los enciclopedistas del siglo XVIII , es decir : lo que habían aprendido éstos en Inglaterra. Por eso se explica la vuelta de la República al Imperio, por la grandeza de Napoleón , ( 1 ) y el regreso, más tarde, a aque-

(1 ) A pesar de que Napoleón dejó estampado en las instituciones francesas el sello de su sabiduría, no pudo producir las reformas que ambicionaba, por la falta de preparación ambiente, al igual que Bolívar, pero que por emanar de un superhombre, aquéllas flotan en el ambiente, anhelando siempre estabilizarse. Dice Pérez de Ayala, respecto a Napoleón : " Fué Napoleón, en suma, el primer europeo, cronológicamente ; el primer estadista europeo que contempló la visión clara de la Europa futura. Para Napoleón-repetidas veces lo manifiesta en el Memorial de Santa Helena o Europa se amalgama, conforma y trasfunde en una sola nación, o, en su defecto, se coordina en una Liga (veraz, sincera, dadivosa y sin reservas), de Naciones, o, de lo contrario, desaparecerá, destruída por sus propias discordias, y perderá para siempre su milenaria magistratura de corega espiritual del mundo, en un aniquilamiento precoz y definitivo . Que Napoleón anhelaba enmendar y acrisolar Europa como nación única, o como

- 81lla forma de gobierno, quedando definitivamente fijados altos principios institucionales que no abandonó más el pueblo francés. Pero la evolución fué inconsciente, por no obedecer a reales exigencias ambientes ; pero evolución, al fin, motivada por la intervención de hombres de relevantes condiciones intelectuales, y que por la influencia que siempre ejercen éstos, hizo que triunfaran sus altas prédicas. La cultura, pues, no puede considerarse como el sujeto de la historia, porque ella, en multitud de casos , no es un todo armónico. " La cultura, producto de selecciones y minorías, se ha obtenido hasta ahora en núcleos restringidos , en torno a los cuales hervían, como fuerzas brutales, ajenas a ese concurso de perfectibilidad, las masas no incorporadas todavía en la lucha espiritual por la superación y la aristarquia . He aquí, pues, dos valores históricos necesariamente adversos.

Una metrópoli excelsa ,

en un siglo de oro, alcanza un máximo desarrollo , muy superior al término medio de la conciencia universal de su época. Dejará, sin duda, una herencia maravillosa para la posteridad ; su nombre será inmortal ; el resplandor del genio iluminará la figura de sus hombres representativos ; las generaciones que vendrán tras ella

anfictionado de naciones mellizas y pares, es un juicio que se halla asistido de pruebas cuantiosas y fehacientes, las cuales no son de este lugar. ” — ( Una biografía de Napoleón ) . Con esto queremos significar que los ideales de los grandes hombres tienen tal fuerza y poder, que subsisten siempre en el deseo de convertirse en realidad.

82 conservarán con admiración religiosa sus monumentos y percibirán supremas emociones con la lectura de sus poetas. Este es, sin duda, un valor poderoso para el impulso ideal del esfuerzo humano . "Pero a las puertas de esa metrópoli forcejea la muchedumbre de los desheredados. Hay una gran fuerza sumida en las tinieblas de la materialidad animal originaria, que se erige como un gran reproche, una clamorosa acusación contra aquel cenáculo. Aquel núcleo selecto, visto bajo esa luz histórica, no es ya una flor alimentada con el humus o el abono de las multitudes 7 inconscientes. Es, por el contrario, un tumor en el organismo humano. La ley de perfectibilidad , circunscripta a un grupo, podrá impulsar el desarrollo de aquella metrópoli . Pero todo el empuje de la historia lanza, como enorme proyectil , la fuerza de las multitudes bárbaras, preñadas de infinitas posibilidades, actuando en un radio mucho mayor que el de las culturas localizadas. Esas muchedumbres son el círculo máximo, en cuyo interior, a manera de círculos excéntricos, aquellas culturas instauran un desequilibrio inestable. Aquellos núcleos obedecen a una ley de cultura, pero las masas actúan sin saberlo, en pro de la civilización , que es la universalidad de la cultura. " Pero aun concretándonos a la idea de cultura, conviene distinguir en ella dos formas bien diversas : la material y la espiritual. No creo necesario insistir en su respectiva definición. Todo el mundo entiende por cultura material, el aprovechamiento utilitario de los inventos científicos, y por cultura espiritual, la ciencia pura y desinteresada ; el arte y la poesía. Claro está ,

83 pues, que cuando una sociedad no compensa siquiera su escasa dinamia civilizadora con una gran elevación de cultura espiritual, sino con una verdadera hipertrofia de utilitarismo científico, pierde toda excusa ante la 99 posteridad. ' Ahora bien considerado el hombre como sujeto de la historia, tiene que ser y es último peldaño de la gran escala social por donde se eleva hacia él y se desciende lo mismo por grados bien contados y medidos , sin brusquedades de ninguna clase, entrando en esas gradaciones diversos matices, hasta el de la ignorancia que obedece por instinto, por simpatía, por adhesión, por el deslumbramiento que produce la superioridad . Si los pueblos no tomaran estos rumbos, sería nula toda evolución. Pero, puede haber algunas desproporciones en la escala que nos sirve de punto de comparación , y ello sería, por ejemplo, lo que de Napoleón dice Pérez de Ayala. La respuesta es muy sencilla . Napoleón fué aceptado por su pueblo, Y tanto es así, que cuando su fére tro se trasladó a París, la muchedumbre que lo contemplaba al pasar, no se sacó respetuosamente el sombrero sino que, a una, como si fuera contaminada por única idea, voceó aquel glorioso grito de los combates : ¡ Viva el Emperador !

Consagración más grande

quizá en la muerte, que cuando como un ídolo se mostraba entre sus soldados dirigiendo las batallas cuyos triunfos serían el de su gran idea : la Confederación Europea. Pero salir de su ambiente para imponer en otros sus ideales, como lo pretendía Napoleón, es cosa que requiere el poder de las armas, como así lo com-

84 prueba y lo hizo Napoleón . Necesita la humanidad una civilización que está muy lejos de poseer, para aceptar las reformas mediante la razón . Con todo, no se debe olvidar que la historia no es una ciencia y que, por consiguiente, un relativismo que impera en sus verdades.

ya explicado,

es lo

El hombre es, pues, el sujeto de la historia. ¿ Qué sería de la ciencia económica sin la intervención de Smith, Say, Ricardo, Sismondi , Rossi, Mill, Lotz, Visscrins, Beaulieu , De Lucca, Marescott, Pescatore, Hamilton, Cappo, Pierson , Tourguenieff, Hoffmann, Schäffle , Dictzel, Neumann,

Friedberg,

Leser,

Schmoller, Lehz , Vaquer, Beccaria, Scialoia, Ricca-Salerno-Boccardo, y tantos otros, que ayer los unos y hoy los más, han contribuído eficazmente a su desarrollo ? Y siguiendo, respecto a la importancia del factor personal, podemos decir que : Flavio de Gioia descubrió el imán y la brújula ; Juan Lippershey, los anteojos de larga vista ; Zacarías Zansz o Jansen, el microscopio ; el P. Zucchi y Gregory, el telescopio ; Torricelli y Pascal, el barómetro ; Papin, Newcomen y Watt, la máquina de vapor ; Guttenberg, la imprenta ; Daguerre, la fotografía ; Galvani, revelador de la electricidad en forma de corriente continua ; Volta, inventor de la pila que lleva su nombre ; Stephenson, de los ferrocarriles ; Luis Robert, de la fabricación mecánica del papel ; Palissy, del esmalte ; Franklin , del pararrayo ; Grey y Wehler, descubridores de la trasmisión de la electricidad ; Jorge Lesage, constructor del primer telégrafo eléctrico ;

85 Brugnatelli , de la galvanoplastia ; Arago, de la corriente eléctrica por intermedio de los metales ; Lebon, inventor del alumbrado a gas ; Montgolfier, de los globos aerostáticos ; Knolz, del dorado electroquímico ; Seinheil, del reloj eléctrico ; Hauy, del sistema cristalográfico ; Huyghens, del reloj ; Halley " que atribuyó la desviación de los vientos alisios a la influencia de la ro tación de la tierra " ; Watt, de la aplicación a la industria de la elasticidad del vapor ; Galileo, descubridor del isocronismo del péndulo y de los instrumentos para medir el tiempo ; Arquímedes, que volaba en alas del genio en los espacios de la mecánica racional ; Arkwright y de Jacquart, inventores de los modernos telares ; Ampere, descubridor de la electrodinámica ; Bichat, con su introducción en la ciencia de la distinción de los tejidos y división en sistemas ; Brown, descubriendo y determinando los caracteres morfológicos de la célula vegetal, de aplicación general después a todos los seres ; Comte, fundador de la sociología ; Ratzel , de la sociogeografía ; Weissmann, fundador de la doctrina sobre los amiboides ; Röntgen, descubridor de los rayos X ; Peral, del submarino ; Edison, del fonógrafo ; Pasteur, con sus famosas inyecciones ; Koch, descubriendo el microbio de la tuberculosis ; Metschnikoff, de la fagocitosis ; Roux-Behring, con su famoso suero antidiftérico ; Marconi, inventor

de la telegrafía

sin

hilos ;

Cuvier, fundador de la anatomía comparada. Babruet, Atwood, Dulong , Regnault, Bianchi, Mariotte , Hel . motz, Rhuterford , Wedgwood , Brogmart, Dalton, Dufour, Donny, Melloni, Rumford, Bouguer, Burel, Crookes, Wheatstone, Naquet, Newton, Herschell, Faucault,

- 86 Wolaston, Guericke , Ramsden, Nairne, Van-Marum, Armstrong, Bertsch, Carre, Leyden, Smée, Daniell, Davy, Grove, Poison, Gauss, Green, Oerstedt, Bunsen, Callaud, Minotto, Delaurier, Crotho, Breguet, Morse, Caselli, Clarke, Carrete de Ruhmkorff, Gramme, Dollond, Manau, Scheder, Rehita, Chape Nollet, Castelli , Grimaldi, Denza, y tantos otros que pueden considerarse, con muchos de los anteriormente nombrados, como padres de la Física. También debemos agregar a estos nombres esclarecidos los de Wenzel, Proust, Gay Lussac, Marsh, Thenard, Betthollet, Levoisier, Calderón, y Arana, Priest . ley, Richter, Dalton, descubridor de las leyes de la combinación química y esbozador de la teoría atómica, base de la química moderna, Fourcroy, Persoz, Liebig, Ger . hardt, Kopp, Buff, Zammier, Mohr, Naumann , Delings. hausen, Hortsmann, Ostwald, Tommasi , Thomsen, Neumann ; Laudolt y Winckelmann, de Van t'Hoff, de Helmholtz, Le Chatelier, de Moutier,

Duhem,

Ditte,

Willard Gibbs, Dulong y Petit , de Mitscherlich, Woestyn, Groth, Scrader, Nordenskiol, Schuman , Mills, Gracbe, Guldberg, Waage, Riecke, Carnot, Prescott Joule , Roscoe, Davy, Maxwell, Wöhler, Kolbe, Dumas y otros astros de primera magnitud en el cielo de la Química ; distinguiéndose los unos, en las generalidades de esta materia, y los otros en la Termoquímica (Berthelot, Thomsen y Neumann ) ; en la electroquímica ( Tommasi ) , en la del equilibrio químico (Landolt, Winkelmann, etc. ) ; sobre la ley del isomorfismo (Mitscherlich) ; sobre la doctrina estequiométrica ( Dulong y Petit ) ; sobre el calor específico (Naumann y Woestyn) ;

- 87 ·sobre la doctrina energética (Raukine ) ; aplicación de la doctrina cinética a los fenómenos de descomposición química ( Clausius ) ; sobre la teoría de las afinidades (Berthollet, Guldberg y Waage ) ; sobre termodinámi. ca (Carnot, Prescott Joule , Willard Gibbs ) ; sobre la indivisibilidad de los átomos ( Dalton ) , y un sinnúmero de especialistas, innecesario citar aquí para demostrar la imprescindibilidad del factor personal , en todo aquello que signifique progreso científico . No hay, pues, duda de que sobre las robustas espaldas de los superhombres se asienta la civilización y fluye y se desparrama por el mundo como la luz del sol , como el fulgor de las estrellas, sembrando sus imponderables beneficios y llevando a la humanidad a cumplir su grande y glorioso destino. Por eso, sus nombres quedan como jalones inextinguibles de su sabiduría, de su acción bienhechora, indelebles en el recuerdo, inmarcesibles en la Historia . Cuanto más avanzamos en la ciencia, mayor es la lista de estos hombres -guías, siempre inconmovibles, siempre sublimes en su pedestal de perenne veneración y heroísmo en pro de la cultura universal. Si penetramos en la meteorología podemos agregar que: " por el maravilloso progreso de la mecánica científica, alentado por el aliciente de un vasto mercado , pudo dotarse hasta a los más modestos observatorios con instrumental conveniente , directo y automático , de una precisión y alcance como nunca los había poseído la meteorología, ni en las más ponderadas instalaciones de antaño" ", debido a " hombres de la talla de Humboldt, Marié Davy, Quetelet, Dove, Maury, Kaemtz y otros

88 que son legión, que fueron los grandes factores y capitanes que organizaron esta admirable campaña. " El primer paso de la ciencia meteorológica estaba dado, y bien dado. La nueva disciplina, abandonando formas infantiles, procedimientos sin ilación , entraba sistematizada y aguerrida a un vasto y casi virgen campo de investigaciones, cerrando filas sus observadores en empresas de conjunto y con identidad de medios y propósitos. " De esta materia particular podríamos pasar a la Astronomía en general, para recordar otros nombres como los de Tales de Mileto, Anaximandro, Anaximenes, Pitágoras, Filolao, Meton , Arquímedes, Aristilo y Timocaris, Aristarco, Hiparco, Ptolomeo , Copérnico, Galileo, Ticho Brahe, Kepler, Herschel, Mercartor, Bayer, Hevelius, Piccard, Auzout, Huyghens, Cassini , Koener, Flamsteed, Halley, Bouguer, Clairant, D'Alembert, Lolande, Lagrange, Laplace, Gauss, Bessel, Arago, Struve, Faye, Kant, Wolff, Kirchhoff, de Heidelberg, Beer, Modler,

Norman-Lockyer,

Perrotin ,

Tol-

lon, Schiaparelli, Pickering, Fray Mayent-Lamay. Piazzi, Olbers, Harding, Encke, verdaderas columnas de afianzamiento de esta ciencia ; Secchi , Guillemin, Foucaut, Mauchez Perrotin, Flammarion, Henry, Pikering, Lockier, Tisserand, Stawel Ball, Kisner, verdaderas columnas de afianzamiento en el pasado y en el presente. ( 1 )

( 1 ) Figuier : " Los grandes inventos " . Feliú y Pérez : " Física experimental " . Brauto : " La ciencia moderna " ,

89 En la esfera del arte tenemos igualmente al superhombre imponiendo su escuela, sus modalidades, produciendo tanto lo homogéneo como lo heterogéneo, lo simple y lo compuesto, que según Spencer constituye esto último, la fórmula de la evolución. En tan luminoso terreno se destaca en la escultura y en Grecia, Reco y sus hijos Teodoro y Telecles, quienes, con el arte de fundir en hueco, dieron gran impulso a la metalistería ; Bupalos , Athenis y Byzes , crea . dores de la escuela de Chios y Naxos ; Teodoro de Samos, Smilis de Egina, Skyllis y Diponos , siendo estos últimos de influencia decisiva para el porvenir del arte dórico y fundadores de la escuela de Sicione ; Baticles de Magnesia, formando la escuela de Esparta, admirado por su famoso trono decorado de marfil y oro, dedicado a Apolo de Amiclea ; Crisafa, Gitiaes, Cánacos, Ageladas , autor de varios relieves, el primero en el arte dorio, y figuras descollantes los otros de la escuela élido-espartana. Miron, Policleto, Fidias y Callon, notables por el primor técnico y la pureza de líneas de sus figuras, lo mismo que Smilis, pueden considerarse todos ellos " como los fundadores de la escuela que principalmente esculpió figuras de atletas y de caballos para Olimpia y cuyo último representante fué Onatas. Endeo, discípulo de Dédalo, fundador de la escultura ática ; Aristocles, primera figura de la escultura fune-

Santander

y

Gómez :

" Historia

1° y 2 . Piaggio: " Cosmografía" . Figuier: " L'anne scientifique ". 7

del

Progreso " ,

Tomos

-- 90 raria ; Calamis, autor de la Afrodita Sosandra y de Hermes Crióforo ; Peonios de Mende, Atamenes, Agoráticos, Alcamenes, Agoracritos , Policleto de Sicione, Praxiteles, Lisipo y tantos otros nombres inmortales que sería largo enumerar. También podíamos citar escultores famosos de Roma y de las escuelas de los Neoaticos, la del Asia Menor y la de Pasiteles, a la cual se vincularon nombres como los de Apolonio, el hijo Néstor, " autor del grandioso torso del Heracles del Vaticano- torso del Belvedere;-a Glycon, el escultor del Heracles Farnesio- según Lisipo-y a Cleomenes, el maestro del supuesto Germánico, del Louvre, que no es sino una imitación del Hermes Lagios. " ( 1) En cuanto a la escuela del Asia Menor, merece recordarse, Agasios, y en la de Pasiteles a Stéfanos , etc. Y en este sentido podríamos continuar exhibiendo nombres pertenecientes a otros países y a las bellas artes, en la seguridad de encontrar siempre al superhombre como guía y fundador de nuevas de tan exquisita actividad del espíritu. Si de este terreno pasamos al de los grandes períodos que se han denotado por provechosas evoluciones para la humanidad , encontramos, entre otros, los nombres de Sócrates, Platón y Aristóteles, notable el primero por su amor a la verdad , y por ende, como enemigo irreconciliable de los sofistas, que todo lo reducían

(1) Stegmann :

" La escultura de Occidente " .

" Historia del arte " . nos " .

Meunier:

Navarro : " Colosos antiguos y moder-

- 91 --a la maestría de la frase y de la discusión , sin tener en cuenta para nada esa verdad que Sócrates se afanaba por desentrañar y enseñar para combatir mejor a esa escuela de corrupción y amante únicamente del artificio . El segundo, o sea Platón, cuya doctrina racionalista-idealista-transcendente con tendencia panteísta, concibió la razón como sustancia de las ideas para elevarse hacia las alturas de lo infinito, de lo absoluto , hacia Dios, a donde se remonta la filosofía platónica. Eminente discípulo de Sócrates, supo dar a su filosofía el sello de " la igualdad y de la libertad ; ésta, porque expresa la individualidad, que es un principio verdadero, eterno y absoluto ; aquélla, porque manifiesta la unidad y la comunidad de la naturaleza humara, y porque la unidad es un principio tan absolut como el principio individual. La libertad procede del yo ; la igualdad, del nosotros ; la primera es un derecho, la segunda es un deber. "Tal es, a nuestros ojos , la gran República de Platón. "

enseñanza

de la

" Le pertenece, sin duda alguna, la gloria de haber fundado la filosofía política ... " . Aristóteles , discípulo de Platón, supo, con su racionalismo inmanente con tendencia refleja , plantear su doctrina que más tarde sería encerrada en esta fórmula : nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu, en lo referente a lo individual , a lo particular, a lo contingente, porque los principios generales radican en la razón universal, de la que participa la humana. La razón es infalible, divina y única en su don de verdad y certeza. " El es el primero que ha determinado exac-

92 tamente, dice Tiberchieu , la posición de la humanidad en el universo, considerándola como el coronamiento de la escala de los seres, cuyos diversos elementos se asimilan, y como el fin último de la naturaleza que se eleva en la humanidad a la conciencia de sí misma . Por último, todas sus concepciones políticas se han realizado, y la sociedad moderna, sociedad de abstracción y de personalidad, no es, en suma , sino el ideal de la sociedad de Aristóteles. " Cicerón, dando los fundamentos del derecho natural basado en la doctrina de Marco Aurelio que dice : que no hay más que un solo mundo, un solo Dios y una sola verdad, y por lo cual agrega Cicerón : "la ciencia del derecho no nace de los edictos de los pretores o de la ley de las Doce Tablas, sino de la filosofía misma , ex intima philosophia, porque la filosofía nos enseña que hay en todos los hombres una razón común ; esta razón es la ley misma, reside en el hombre, habla a todos el mismo lenguaje, viene de Dios y con él nos une ; no es una ley escrita, nace con nosotros, no se aprende, ni se recibe de otros , ni se lee en los libros , sino que la conocemos y tomamos de la naturaleza misma. " A esto podemos agregar nosotros, que Cicerón, con Licurgo , echaron, con sus repúblicas, las bases de la democracia. (1) De Cicerón saltamos a Dante para repetir con Car-

(1) J. E. Cohn : " Los grandes pensadores " . Janet : " Historia de la ciencia política " , Tomo I. Tiberchieu : " Conocimientos humanos " , Tomos I y II . Villemasin : " La República de Cicerón " .

- 93 lyle : "que cuando Italia era una tierra esclava , los italianos eran ya un pueblo, porque por ellos había hablado Dante. " Igualmente podemos decir de Shakespeare con Franco Ciarlantini, que " es el mundo entero de las conciencias, de los espíritus, de los corazones, analizado y resumido en el genio ; pero es, especialmente, Inglate rra. Si la Unión Jack no recorriese altivamente los mares, si no flamease en todas las latitudes, si las Islas Británicas, por una gigantesca convulsión , se hundiesen en las aguas del Norte, Inglaterra continuaría existiendo-entera, viva, presente, en la trágica locura del Rey Lear y en la risa de las alegres comadres alrededor del vientre de Falstaff. ¿ Acaso no puede decirse lo mismo de cada país ? Quítese a Italia toda forma de existencia política, moral y hasta física ; el poema dantesco seguirá diciendo a gritos su nombre en el mundo, el poema será Italia. " No sería suficiente, acaso, Cervantes, para que España permaneciese en la historia de la literatura ? "Rusia, por innumerables años fué un misterio im-

penetrable, una tierra fuera del mundo, una de aquellas zonas pobladas de monstruos, miedos, maravillas, que los geógrafos señalaban en sus cartas incompletas . Sin embargo, el espíritu obraba. La tierra de los sarmatas, de los moscovitas, de los tártaros, era muda. De improviso se oyó una voz. Una gran voz en aquel silencio de siglos : Tolstoi habló . Si Ruskin y Gogol , si Turguenieff y Dostoyeski hubiesen callado , bastaría decir "Tolstoi " para oir que Rusia habla. "Alemania tiene vida y unidad por el libro de Goe-

94 the. Faust significa Alemania. Las vicisitudes del doctor satánico, ansioso de juventud, entran en la conciencia mundial y hacen entrar en ella el nombre de los germanos ; se convierte en una fuente de música que no perecerá ; se transforma en el piano de Berlioz, de Gounod, de Boito, en un canto que hará estremecer las generaciones ; hace oír todavía el nombre de su patria, afirma la identidad entre la tierra y el genio que la expresa , entre el país y el terruño : Alemania-Goethe. " La Francia republicana habla con la voz de Víctor Jugo . Desde el cómodo gabinete parisiense o desde el decorativo, escenográfico pedestal de Guernesey, Hugo lanza a los pueblos sus antítesis deslumbradoras, sus coloquios con el mar, con el alma, con Dios , sus anatemas y sus vaticinios. Todos dicen : es Francia. Se produce la crisis. Dreyfus se halla en la Isla del Diablo ; la Francia republicana es Zola, que acusa.

"El general San Martín, cuando se aprestaba a pasar los Andes para invadir Chile y dar el golpe extremo a la dominación española en América del Sur, dijo : " Lo que me impide dormir no es la resistencia que pueda oponerme el enemigo, sino el tener que pasar estas montañas. ” Del mismo modo, el obstáculo máximo para la Unidad Italiana no lo constituían las condiciones políticas, las dominaciones y las influencias extranjeras, la división de la península en pequeños Estados , sino la montaña de pereza, de particularismo, de indiferencia acumulada sobre el espíritu nacional . Son los poetas, los historiadores, los novelistas, los que salvan este obstáculo , Son ellos los custodios de aquel espíritu

95 oculto, los resucitadores de las energías aplastadas, los unificadores de las tradiciones con los destinos. En su gran corazón, ellos acogen el drama de todo el país ; sufren por los insensibles ; se hacen osados por los tímidos ; se indignan por los indiferentes y su genio contempla el porvenir por todos los adormecidos por el presente. " Mientras las masas acéfalas callaban, y la burgue-

sía permanecía silenciosa bajo el yugo, bastaron los libros para mantener presente y vital el problema de la Italia libre. Nuestro resurgimiento deriva de este amor, mantenido por poetas y pensadores. Y poética, pensativa, fué la revolución italiana, de donde surgió la unidad nacional dirigida por los talentos de Cavour. " Podemos citar también a Santo Tomás de Aquino , con su definición y división de las leyes y del derecho y sus doctrinas sobre la propiedad y esclavitud , todos ellos cimientos de imperecedero granito de las instituciones que hoy nos rigen ; a Solón, gran legislador ateniense ; a Alejandro Magno, que según Castelar " sin él no refluyera la vida helena sobre el inerte Oriente...; Alejandría no combinara de ningún modo aquella ecléctica ciencia que luego dominó en los concilios ecuménicos de Constantinopla y en las escuelas árabes de Córdoba ; el Verbo divino comentado por Platón , tampoco se revelara jamás a los ojos de la muchedumbre, y el evangelio de San Juan, animado por el espíritu de Alejandro, no se hubiera escrito ; el Renacimiento mismo no hubiera cincelado las copas florentinas ni sugerido la elocuencia de los inmortales humanistas, ni colgado las cítaras de Píndaro en los olmos.

- 96 de Italia, ni traído a la vida, del fondo de las ruinas, los dioses resucitados en una pascua inmortal, ni repuesto la hermosura helena en los altares del semita Cristo ... ";

(1 )

San Pablo, que asentó sobre

sólidas

bases la religión de Jesucristo ; ( 2 ) Moisés , reconstructor del pueblo hebreo ; Bruce, libertador de Escocia ; Mauricio de Saxonia, libertador de Alemania ; Guillermo de Orange, libertador de Holanda. (3 ) Y el mismo Castelar continúa diciendo respecto a la

importancia del factor personal en los momentos supremos de la historia y relativo al cristianismo : " A este fin se necesitaba una conciliación entre las tendencias sobradamente griegas de San Justino y las tendencias sobradamente orientales de Taziano. El hombre que llega con ánimo prudente y sereno a esta grandiosa conciliación es San Irineo ... En los tiempos primeros , San Pedro, San Pablo, San Juan. En los tiempos siguientes Clemente, Ignacio, Policarpo ... Y más tarde Orígenes, Tertuliano, San Agustín. " Y en cuanto al poder de la idea, agrega el mismo autor : " La idea es el elemento primero del pensar ... Y la idea alejandrina , aquella idea que nos parecía tan en voga después de haber tenido gran influjo en la ciencia cristiana, y sobre todo en la solución del problema de la Trinidad, se encarna, se objetiva en Juliano ... La idea alejandrina, pues, debía, en su desarrollo dialéctico, llegar a la realidad. En Plotino fué una filoso-

(1) 66 Alejandro Magno y el helenismo asiático " . (2 ) Renán : " Los Apóstoles " . (3 ) Macaulay: "Estudios históricos " ,

I

- 97 www.c fía, en Porfirio una religión , en Máximo una theurgia mágica, en Juliano debía ser una política. "La filosofía universal de los griegos se condensó en la frente de Alejandro ; el espiritualismo moral de los estoicos en la frente de Marco Aurelio, la idea alejandrina en la frente de Juliano. San Agustín es : " aquel gran padre de la Iglesia que recoge toda la ciencia de su tiempo, que la formula en libros admirables, que vence a los maniqueos , que salva a la Iglesia del más grande y terrible de sus peligros, del pelagianismo también ocasionado a quitarle toda su fuerza moral, es síntesis de la ciencia de su tiempo, es el espíritu que ve morir el paganismo y lleva ya la corona del tempestuoso genio de la Edad Media," Y sigue diciendo siempre Castelar : " Tended los ojos por la historia, y veréis como todos los pueblos aguardan en este tiempo un redentor : Foe, en China ; en la India, Brahma ; en Siria, Apolinio Thianeo ; en Palestina, Simón el Mago ; en Egipto, Vespasiano ; en Nápoles, Plotino ...". Y más adelante manifiesta el mismo autor : " Llamad a juicio a todos los siglos ... y os presentarán el lado oscuro, reaccionario y otro claro, refulgente ... El siglo primero es el siglo de Tiberio y de Nerón ; pero es también el siglo del Redentor y del Imperio ; el siglo en que Cristo proclamó la unidad de Dios desde ei Calvario, y el Imperio la unidad de todos los hombres desde el Capitolio. El siglo segundo es el siglo de Domiciano y de Cómmodo ; pero es también el siglo en que los gnósticos preparan el Oriente para la nueva idea ...

98 El siglo tercero es el siglo de Heliogábalo, pero es el siglo en que Orígenes lleva la filosofía al Cristianismo, y Plotino el Cristianismo a la filosofía ... El siglo cuarto es el siglo de Juliano ... El siglo quinto ... es el de Alarico, seguido de los visigodos ; Odoacro, seguido de los ostrogodos ; Jenésico, seguido de los vándalos ; Atila, seguido de los hunos ; pero sobre aquella desolación. universal ... se levanta la personalidad humana ceñida con los resplandores del Cristianismo . El siglo sexto, es el siglo de Leovigildo el parricida ... pero es también el siglo en que los bárbaros se reconcilian con la igle sia por medio del franco Clodoveo y del godo Recaredo. El siglo séptimo es el siglo del envilecimiento de los godos en Toledo ... pero es también el de la exaltación del espiritualismo católico en las razas del Norte , por medio de San Gregorio, y de la exaltación del deísmo en las razas del Mediodía , por medio de Mahoma . El siglo octavo es el siglo de Tuder y de Armando , los grandes apóstatas ; de Muza y de Tarik, los conquistadores ; de Niti Kind y de Astolfo, los grandes bárba ros ; pero, en cambio, es el siglo del renacimiento de los árabes al Mediodía, por Carlos Martel y Pelayo , en Poitiers y Covadonga y del vencimiento de los sajones por Carlo Magno y Ludovico Pío en Aquisgram y en Paderbon. El siglo noveno es el siglo de Lotario el parricida, de Silo, de Mauregato ; pero es el siglo del quebrantamiento del imperio árabe ... y del ... cristiano, con la caída de los carlovingios en París. El siglo décimo es el siglo en que Othon vió palidecer el sol ... pero el siglo en que el hombre, al verse libre de la terrible fecha del año mil, creyó resucitar y se reconcilió

99 con la naturaleza . El siglo once es el siglo del Pontificado ... en que mientras ... agoniza el Imperio de Maguncia ... mientras Gregorio VII con la corona de todos los reyes en su frente y el rayo del cielo en sus manos ... ve a David I desalojando los dioses druídicos de Escocia ; el conde Enrique presentándole como recién nacido Portugal ; Ramiro I , Aragón , Canuto IV, Dinamarca ; Beleslao II , Polonia , y hasta Alfonso VI cambiando en Toledo el rito visigodo por el rito latino para que el espíritu y la forma de la iglesia sean universales. El siglo doce es el siglo ... de los ... héroes como Roldán y como el Cid ; el siglo de Godofredo de Bouilion, el rey virgen ; ... de las cruzadas ... El siglo trece ... el siglo que tiene por letra inicial Inocencio III , y por letra final Bonifacio VIII ; el siglo que comienza con San Fernando, con San Luis y el rey don Jaime I, concluye con Federico III el Ateo, con Guillermo de Escocia, el Rebelde ; con Pedro III de Aragón el Excomulgado ... El siglo catorce es el siglo ... en que Gersan combate la teocracia, que ha sido la vida de la Edad Media, y la revolución monárquica que durante dos siglos corría subterránea, estalla , y llega para fundar las nacionalidades modernas al terror, engendrando a Pedro el Cruel en Castilla, a Pedro el Temible en Portugal, a Pedro el del Puñal en Aragón , a Carlos el Malo en Navarra, al fratricida Burgen en Suecia, al gran Kan de los tártaros, que en una noche ahorca a todos los reyecillos de Rusia , como los reyes de Occidente ahorcaban a todos los señores feudales que tenían a maro. El siglo quince es el siglo en que ... renacen los poetas clásicos a los conjuros de Paggio, y Vasco de

---- 100 Gama vuelve a encontrar en Oriente la India, Colón en Occidente halla la América ... Y aparece el siglo dieciséis y la monarquía absoluta recoge su evangelio, el libro de Maquiavelo , y se forman los grandes imperios ; el imperio español en Carlos V y Felipe II ; el imperio francés con Francisco I y Enrique IV ; el imperio turco con Bajaceto y Amurat IV ; la confederación del Imperio mongólico, tártaro y chino ; y al pie de esas absorbentes unidades ruedan, desde el siglo anterior, las protestas de Zuingho en Suiza, la de Crammer en Inglaterra, la de Calvino en Francia, del Kabir en Turquía , la de Cazalla en España, la de Bruno y Savonarola en Italia , la de Lutero en el mundo entero ... Y viene el siglo diecisiete y con él la Filosofía de Descartes ... Loke ... Lesbuitz ... Spinosa y Mallebranch ... Y viene el siglo dieciocho, y es el siglo de la revolución ... : el rey José II que borra los fue ros del Papa ; el rey Federico, que asienta la filosofía en el trono ; el duque Leopoldo de Toscana, que suprime la pena de muerte ; la reina Catalina de Rusia, que consulta a los filósofos ; Kant, Voltaire, Rousseau, Beaumarchais, el padre Feijoo y Aranda, y Campomanes, Rosini, Mirabeau, Dantón ... He aquí ... cómo se han unido los dos polos de la historia, el Cristianismo y la revolución, el siglo I y el siglo XIX. " (1 ) Y a este orden cronológico de Castelar, de enumeración de grandes hombres en el progreso y retroceso de la humanidad, podemos agregar nosotros desordenadamente los nombres de Miguel Hidalgo y Costillas , pri-

( 1) “ La Civilización " , Tomos III y IV .

- 101 11 mer libertador de Méjico ; Simón Bolívar, José de San Martín, libertadores de la América del Sur ; Jorge Washington, de Estados Unidos ; Pedro I , autor de la grandeza de Rusia ; José Gervasio Artigas, precursor de la nacionalidad uruguaya ; Napoleón, Julio César , Aníbal Barca, genios de la guerra, reformadores de la táctica y estrategia militar de su tiempo ; Bismarck, cuyo talento cimentó la grandeza de Alemania ; César Lombroso, autor de la famosa escuela criminalista que lleva su nombre ; Claudio Bernard, con su importantí simo método experimental ; Oliverio Cromwell, fundador del poderío de Inglaterra ; cardenales Francisco Jiménez de Cisneros, Julio Mazarino y Richelieu , eminentes estadistas que prestaron a sus respectivas na. ciones invalorables servicios ; Carlos Marx , fundador del socialismo científico ; Abraham Lincoln, aboliendo la esclavitud en Estados Unidos ; don Juan I y don Nun'Alvares, que en la batalla de Aljubarrota conquis taron la libertad e independencia definitiva para Portugal ; Piast, Ladislao IV y Camesino III, fundadores del reinado y grandeza de Polonia ; Jorge Canning, que salvó a España de la conquista napoleónica y a América de las garras de la Santa Alianza ; Lutero, fundador del protestantismo ; M. Marey, con cuyos magníficos trabajos puede decirse que nació la fisiología del ejercicio muscular ; Zacharías, Stille , Stein, Geffeken , Mettenheimer, Otto, Grad, Mehring y otros que hoy ocupan el campo de la doctrina sobre el sistema de la población con sus escuelas pesimista y optimista ; Fili po II, a quien se debió la grandeza de Macedonia y el triunfo del helenismo , que más tarde haría valer en

102 Asia su hijo Alejandro ; Ciro, constructor del Imperio P'ersa ; Kublai-Khan , fundador del Imperio Mongol ( 1 ) , Lenine, considerado como padre de la revolución rusa : Mussolini, autor de la nueva era política italiana, etc. , etc. , probando, acabadamente, esta larga lista de nom . bres que sin la acción de las personas a que pertenecen , el progreso de la humanidad , la creación de imperios , la fundación de naciones, etc., habría sido nulo ; unidos éstos a los que omitimos, porque para ejemplo bastan los nombres que dejamos indicados . ( 2 ) Como lo afirma García Villada, " el sujeto de la historia es el hombre, individual o colectivamente considerado. Claro está que no todos los individuos han tenido la misma importancia en el desarrollo de los acontecimientos . Hay algunos que, por su posición, por su

( 1 ) Dice Mr. Le Bon : " De la voluntad de un jefe derivan los grandes imperios asiáticos, el de los mongoles particularmente, y duran lo que duran las capacidades del jefe y de sus sucesores. ' (" El Desequilibrio del Mundo ' ') . (2 ) Larrazábal : " Vida de Simón Bolívar " . - Gregoire: " Diccionario de Historia, etc. " , Tomo I.-Mitre : " Historia de San Martín " .-Irving, Spencer, etc .: " Historia de los Presidentes de los Estados Unidos " . ―― Ramírez: " Artigas " . Claude Bernard : " La ciencia experimental " . -- Bismarck : Marx: " El Capital " . " Memorias ''. Dantas : " La batalla de Aljubarrota ' .- Jorge Canning : " La Prensa " , Buenos Aires, 8 de agosto de 1927.-Duruy: " Roma " .-C. J. César: " La guerra de las Galias " -Castelar : " La revolución religiosa " -Lagrange : " Fisiología de los ejercicios corporales " . -Nitti : " La población y el sistema social " .-Reich : " El éxito de las naciones ''.

- 103 cultura o por su participación directa en el gobierno de los pueblos, han representado en la historia del género humano un papel trascendental. A esta clase cen los grandes propietarios , el profesorado, los caudillos , los gobernantes y, sobre todo, los " La influencia de cada una de estas clases

perteneel clero , reyes. de agen

tes históricos , ha variado según el medio ambiente de la sociedad. En la Edad Antigua sobresalen los reyes, emperadores y directores de las naciones. En la Edad Media, los señores feudales, con sus inmensos dominios y su ilimitado poderío, dictaban la ley en muchas comarcas. Después del Renacimiento se afianzaron las monarquías unitarias en los países cultos de Europa, y los reyes de España, Francia e Inglaterra, sucesivamente , adquirieron una preponderancia especial ..... "Los caudillos guerreros han ejercido también gran influjo en la marcha de las naciones ..... "No por ser más silenciosa se ha de desestimar la acción profunda de los sabios, que con sus inventos imprimen nuevos rumbos a los pueblos, realizando conquistas que cambian enteramente su fisonomía. " ( 1 ) No hay duda de que, como dice Martínez Cavero, ei " 'individuo -humanidad coexisten naturalmente en e! tiempo y en el espacio ; como todos somos, y formamos igualmente la integridad de la Humanidad y el total individual ... somos parte del todo , que sin el total de partes no puede ser todo ... y el todo del individuo que formamos y somos ... Y resulta que, ni todos, ni algu no, ni el individuo, ni la humanidad, ni el hombre, ni

(1) García Villada : " Metodología y crítica históricas " ,

104 la especie, absolutos son en el mundo en que los vemos coexistir. De modo que, en el estado latente, lo absoluto es una idea abstracta. " El Individuo y la Humanidad se limitan y son limitados. " (1 ) Esto quiere decir, que el hombre, como sujeto de la historia, no es absoluto en sus atribuciones ; su acción en pro o en contra de determinado movimiento está li mitada por las exigencias ambientes, so pena de ir entonces al despotismo ; pero, en definitiva , es él la pa lanca impulsora de todo avance o retroceso social o po lítico. Sin embargo, es tan poderosa la influencia del factor personal, que entre los muchos ejemplos de que podríamos echar mano para demostrar la persistencia de esta influencia contrariamente al medio, está el caso ya citado de Carlos III en España, en que el pueblo negó con su actitud, después de la muerte de este monarca. todo o casi todo lo que había hecho en pro de lo que entendía por progreso para el reino. ( 2 ) Naturalmente que estos ejemplos se aquilatan, para su efectivo va limiento, de acuerdo con el grado de cultura y libertad que exista en el cuerpo social . Ahora bien. Al decir nosotros que el hombre es el sujeto de la historia, no negamos con esto el valor relati vo de las diversas doctrinas que campean en el mundo científico como medio de establecer una solidaridad en esta rama del saber humano . El Materialismo Históri

66 (1 ) La revolución en el Derecho " . ( 2 ) Buckle: " Historia de la civilización en España " .

dives 105

co, con Marx y Engels a la cabeza ; ( 1 ) la doctrina de Herder y sus discípulos, Eichhorn , Nieburh, etc., creadores de la Escuela Histórica ; la de la Sociogeografía o Antropogeografía de Ratzel ; la Antropológica , etc. , no hacen otra cosa que preparar el ambiente, que dar la medida de un desiderátum colectivo, que el factor personal llevará a la victoria o torcerá su rumbo ; lo que que ya sean las necesidades económicas, o la amalgama de éstas con varias exigencias sociales, o la constitución psicofisiológica de las masas que han pro

significa

ducido y producen las corrientes históricas, sin embargo, el piloto que guiará la nave, el que marcará el camino a recorrerse, el que dará el procedimiento para las maniobras, el que eliminará los errores e incorpora rá las verdades, será el factor personal, cuando no sea él el autor de todo . Nosotros somos los primeros en reconocer , como ya lo hemos hecho, la importancia decisiva del medio am biente . Pero, ¿ cómo se forma el ambiente ? Sus necesidades surgen como la explosión de un cañonazo ? No. Factores personales secundarios exponen , predican , ma nifiestan esas necesidades, presentidas

o

sentidas por

medios diversificados, que hacen o forman el ambiente

( 1 ) " El origen de la idea de la de Marx y su escuela, parece estar en Saint Simon , que fué gran proveedor de ideas para la Filosofía de la Historia, y el que proporcionó a Agustín Thierry las suyas fundamentales . Marx, recogiendo la idea de Saint Simon, ha hecho de ella un sistema general y único de explicación de toda la evolución humana. " -(Ch. Seignobos : “ El método histórico " ) .

8

106 general, cuyas exigencias realiza el factor personal superior, cuando no es él, repetimos, el autor de un progreso, de un cambio que a todos conviene, que todos aplauden por su eficiencia bienhechora, moral o materialmente. Por consiguiente, el factor personal, en todos los casos , es elemento indispensable para gestar, pa . ra plasmar o realizar una reforma social o política. " Carlyle da el mayor relieve posible a las individua lidades, y denuncia la tendencia opuesta como mecáni ca y degradante . Se burla de toda tendencia a explicar los grandes hombres, considerándolos como un producto del tiempo, y sostiene que " la historia universal, " la historia de lo que el hombre ha realizado en este 66 mundo, es en su raíz la historia de lo que los gran(: des hombres han realizado . Su doctrina es que "la 6: historia es la esencia de innumerables biografías. " Buckle opina en forma contraria y dice que los hechos históricos obedecen a causas generales . Lecky agrega, que estos dos extremos son verdaderos

y dice : " Lo mismo las individualidades que la causación general, desempeñan un papel importante en la historia. Pedro el Ermitaño tiene que predicar la Cruzada, Lutero tiene que levantar la bandera de la Reforma, Napoleón tiene que llevar las armas de la Revolución ; pero, por otra parte, el mundo tiene que estar dispuesto para Pedro el Ermitaño, para Lutero y para Napoleón, o, en otro caso, podrán éstos conseguir bien poco. Ciertamente, la mera efervescencia y fermentación de la sociedad en sí misma no conduce a nada útil y permanente. El espíritu de los cruzados no predicó las Cruzadas, ni las meras tendencias reforma-

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107

doras hicieron clavar las tesis sobre las puertas de la Iglesia, ni se ofrecieron frente a Carlos V en Worms ; la Revolución, como un zeitgeist ( espíritu del tiempo ) , no invadió ni conquistó todo el Occidente y la Europa. Central. " Compayré nos dice, acertadamente, agrega Hinsdale “ que la más brillante personalidad no puede hacer nada si la sociedad en que se encuentra no es propicia y las circunstancias no secundan su acción. " Guizot opira muy propiamente, continúa diciendo Hinsdale , que los grandes hombres fueron uno de los elementos de la civilización en los siglos VIII y IX, cuando Europa estaba trabajando por salir de su condición bárbara. " Y Mr. Lecky sigue diciendo : " que asigna gran importancia al hombre de genio, el cual es comúnmente representativo y creador a la vez. El encarna y regula las tendencias de su tiempo, pero también lo modifica con frecuencia materialmente y sus ideas se convierten en el asunto o base de desenvolvimientos sucesivos. Hombres como Bacon, Descartes y Locke han introducido hábitos peculiares de pensamiento, nuevos modos de razonamiento, nuevas tendencias de investigación , cando así un poderoso impulso causal, primero , a la literatura más elevada y luego a los escritores más populares ; y también que, puesto que la invención y el cambio material crean influjos materiales - puesto que un ferrocarril, por ejemplo, no puede ser trazado sin ur resultado intelectual-es probable que Watt y Stephenson hayan modificado las opiniones de la humanidad , tanto como Lutero o Voltaire . " Aunque hay cierta evolución firme y ordenada que

108 es imposible resistir a la larga, sin embargo , la acción individual y el mero accidente han influído mucho para modificar la dirección de la historia. Si Mahoma hubiese sido asesinado en una de sus primeras escaramuzas, con sus prodigiosas consecuencias, no hubiera sido oído. Si Carlos Martel hubiera sido vencido en la batalla de Tours , el curso de la historia hubiera discurrido por cauces enteramente diferentes . Si en la Revolución Francesa el supremo genio militar se hubiera conexionado con el carácter de Wáshington, más bien que con el carácter de Napoleón , a qué resultado se hubiera llegado ? Y continúa diciendo Hinsdale : " Sin avanzar más en la discusión especulativa del asunto, es indudable que debemos reconocer la fuerza y el valor de los directores de la humanidad, causas históricas genuinas de gran potencia. Ninguna historia de otros países ilustra como la del nuestro, el flujo regular y ordenado de la causación histórica ; pero es imposible concebir lo que hubiera sido nuestra historia sin Washington, Hámilton, Jefferson, Marshall , Lincoln y Grant. " (1) Y Reich agrega : " Un grado de inteligencia superior

(1 ) Carlyle : " Los Héroes y el culto de los Héroes ' .-Compayre : " La enseñanza de la Historia, instrucción moral y cí vica" . Guizot : " Historia de la Civilización desde la caída del Imperio Romano hasta la Revolución Francesa " , Tomo I. -Lecky : " Historia de Inglaterra durante el siglo XVIII ” , volumen IV.- Buckle : " Historia de la civilización en Inglaterra" , volumen I.-En. Hinsdale : " El estudio y la enseñanza de la Historia " .

- 109 y la mayor capacidad mental salvaron a los fenicios de los hittitis, de los asirios, cios, etc.

de los persas,

de los egip-

La gran manifestación del genio griego ocurrió, precisamente, cuando los helenos lograron resistir, primero a los antiguos imperios asiáticos (mil años antes de J. C. ) , y luego las invasiones persas ( siglo V, antes de J. C. ) . Las ciudades de la Italia septentrional surgieron y prevalecieron hasta el momento en que pudieron sacudir el yugo de la dependencia del Sacro Imperio Romano. Venecia florece cuando se libra de la alianza con los bizantinos ; las manifestaciones del intelecto italiano son los ecos de Legnano, donde el emperador Barbarroja fué completamente derrotado por las poblaciones urbanas de Lombardía. " ( 1 ) Lo que Augusto Compte llama "ley de la filiación histórica " , en virtud de la cual los acontecimientos his-

tóricos propenden a modificar el estado social en que se efectúan, y cada estado social propende a desarrollar tendencias que realizan nuevos acontecimientos , sirve de luz, dice Letelier, para estudiar científicamente el pasado. " (2 ) Pero esto mismo, considerado después de una seria investigación, nos lleva siempre a la misma conclusión : de que el hombre es el sujeto de la historia. Supongamos dos grandes acontecimientos históricos.

engendradores de progreso y ruina : la prosperidad económica y la pobreza por la guerra . Nadie niega estos

(1 ) Reich : obra citada, Tomo I. (2) " Evolución de la Historia " , Tomo II ,

-- 110

efectos.

¿ Qué produjo tamaña prosperidad ?

El fac-

tor económico. Muy bien. Es un magnífico acontecimiento y de evidente grandeza nacional : no hay duda de que ese acontecimiento es el maravilloso benefactor de la abundancia que palpamos. Vamos a su análisis con unos ejemplos históricos. Dice Rogers : " Los notables progresos de los trabajadores durante los siglos XI y XV y la primera mitad del XVI , estuvieron en relación íntima con las creencias predicadas por Viclef. " A Walpole, dice Coxe, le debe Inglaterra la perfección de sus tarifas aduaneras y el aumento de su comercio . De la conquista de las Galias y de la distribución de sus habitantes en grandes colonias, sobrevino un nuevo orden de cosas que trajo como consecuencia, según Adams, el advenimiento y el ascendiente final del tipo económico que transformó todas las relaciones de la vida, la familia como el ejército, dejando una huella indeleble en la literatura, la arquitectura y la religión. De la revolución de los hermanos Graco, surgió efectiva mejora para el pueblo y el ejército romano, si bien es cierto, a costa del vencido ; y Gregoire dice de ellos : " ambos habían querido cambiar la constitución viciosa de Roma, y ambos perecieron en la empresa ; pero no tardaron en empezar las guerras civiles, y las armas llevaron a cabo una revolución necesaria, que ellos habían tenido el honor de iniciar. " La legislación de Stein-Hardenberg, produjo la libertad industrial de Prusia ; después del invento de Arkwright (el telar moderno) , las personas empleadas en esa industria, en Inglaterra, ascendieron al número de 2.000,000, y antes del mismo los tejidos de algodón

-

111

sólo ocupaban en ese país 7,900 obreros. La letra de cambio, el ferrocarril y el vapor, producto todo ello de la inteligencia particular, creó nuevas rutas comerciales, ensanchó y modernizó las viejas, llevando la riqueza y el progreso por el mundo con celeridad comparable al rayo . Van Bruyssel agrega sobre el particular : " El mercado comercial de Occidente había sido explotado, hasta el siglo XV, por Venecia, Génova, Pisa y otras ciudades de Italia. La brillante expedición de Vasco de Gama modificó aquella situación . " Igual acontecimiento produjo el descubrimiento de América por Colón. También debemos recordar la acción benéfica de Carlomagno referente a la navegación fluvial : creación de mercados, intercambio de productos comerciales , etc , en sus extensos Estados, y el perjuicio que a todo ello acarreó su muerte. ( 1) Vemos, pues, que en los grandes cambios colectivos , en sus movimientos hacia adelante media siempre, como fuerza propulsora, el factor personal coronando con su acción individual las exigencias de las masas.

Las mismas agitaciones populares, sus irrupciones, estallan siempre a la voz de mando del caudillo , del agi . tador, etc. Así lo vemos en el famoso motín de Esquilache ; en la Revolución Francesa , bajo la voz ardiente y joven de Camilo Desmoulins ; en Roma, al conjuro de

( 1 ) E. Van Bruyssel : " La vida social " .-Boccardo : " Economía Política " .-R . Piñero : " La letra de cambio " .- Rogers : " Sentido económico de la Historia " -Adams : " La ley de la civilización " ,

112 Espartaco ; en Nápoles, con el empuje de Masanielo ; en París, el 23 y 24 de febrero de 1848 , bajo la incitación patriótica de Garnier-Pages y Flocon, etc., que si Lien es cierto estaban las masas compenetradas de la justicia que encarnaba la causa que sustentaban sus caudillos , sin embargo faltaba el guía , el director, el ejecutor del plan, el aunador de voluntades para el estallido, para el triunfo de la idea, y que no puede ser otro que la cabeza que manda, la que da el primer grito y forma la punta de la columna : el factor personal , como lo dejamos demostrado con los tres ejemplos antedichos. La misma Revolución Francesa, como ya lo dejamos expresado, fué obra de los enciclopedistas del siglo XVIII, y a la cual se agregó la causa del hambre de los súbditos de Luis XVI, Luego, pues, las grandes evoluciones populares, sus progresos, sus explosiones se preparan, se tejen, maduran y dan fruto con el trabajo del factor personal ; que si bien es cierto que el material, muchas veces , lo da la misma masa y que son las necesidades que experimenta, no es menos cierto, también, que el factor personal encamina esos movimientos, los lleva a la meta de la victoria o los desvía produciendo el caos. Por consiguiente, el factor personal es el nervio, es el cerebro de toda causa : y de él depende la elaboración del producto que se quiere obtener, lo que da después colorido y forma definitiva al hecho histórico. Emerson dice que Napoleón venció porque estuvo rodeado de pequeños Napoleones. Esto mismo comprueba la doctrina de la eficiencia del factor personal en sus diversas escalas,

- 113 Si pasamos al otro extremo ya indicado, la pobreza de un país por la guerra, podemos aplicarle la misma doctrina, porque es siempre el factor personal el que prepara y enfrenta su estallido, aunque el combustible lo dé la necesidad ambiente, y esto lo decimos porque, como agrega Moltke : " no es, por lo común, la ambición del monarca la que perturba la pasión del pueblo, su malestar con las condiciones exteriores y los negocios ; las causas son la lucha de los partidos y las intrigas de sus conductores. " Y esto último lo prueba acabadamente la historia, desde la guerra de Troya hasta la franco-prusiana de 1870, estallada ésta debido al arreglo que del famoso telegrama del rey de Prusia hizo Bismarck el 13 de julio de aquel año, y el cual leyó en esa forma al Ministro de la Guerra Roon y al geneal Moltke. (1 ) Y es tal la influencia del factor personal, que en los momentos difíciles de los pueblos se invoca su presencia como imagen salvadora, como dios tutelar del bien apetecido, que conducirá a sus impetradores a la meta de sus aspiraciones. Por eso dice con razón Ortega y Gasset, referente a España : " Se trata de una extremada atrofia en que han caído aquellas funciones espirituales, cuya misión consiste precisamente en superar el aislamiento , la limitación del individuo, del grupo o de la región . Me refiero a la múltiple actividad que en los pueblos sanos

(1 ) Thiers : " Historia de la Revolución Francesa " , Tomo I.-Bismarck : " Pensamientos y recuerdos ' , Tomo II.- Saint Amand : " Napoleón III " , Tomo I.

114-

suele emplear el alma individual en la creación o recepción de grandes proyectos, ideas y valores colectivos. "Como ejemplo curioso de esta atrofia, puede servir el tópico, en apariencia inocente, de que " hoy no hay hombres " en España.

"Si fuésemos herederos

de una edad tan favorable

que durante ella hubiesen florecido en España un Bismarck o un Cavour, un Víctor Hugo o un Dostoyewsky, un Faraday o un Pasteur, el reconocimiento de que hoy no había tales hombres sería la cosa más natural del mundo. • " La influencia pública o , si se prefiere llamarla así. la influencia social, emana de energías muy diferentes de las que actúan en la influencia privada que cada persona puede ejercer sobre la vecina. Un hombre no es nunca socialmente eficaz por sus cualidades individuales, sino por la energía social que la masa ha depositado en él. Sus talentos personales fueron sólo el motivo, ocasión o pretexto para que se condensase en él ese dinamismo social.

" En las horas de historia ascendente, de apasionada instauración nacional, las masas se sienten masas, colectividad anónima que, amando su propia unidad, la simboliza y concreta en ciertas personas elegidas , sobre las cuales decanta el tesoro de sus entusiasmos vitales. " (1 )

(1) España invertebrada ,

1

-

115 -

Y en corroboración de todo esto, agrega Ernesto Renán : " En los monumentos de Persépolis , vense las diferentes naciones tributarias del rey de los persas representadas por personajes que llevan el traje de su país y sostienen entre sus manos los productos de su provincia para hacer homenaje de ellos al soberano. Tal es la humanidad : cada nación, cada forma intelectual, religiosa , moral, deja en pos de sí una corta expresión que es como su tipo abreviado, y que subsiste para representar a millones de hombres por siempre olvidados, que han vivido y han muerto agrupados alrededor de ella. " ( 1 ) Ahora bien. ¿ Pueden algo las exigencias sociales o políticas por el hecho de serlas, sin el factor personal que las concrete, las encamine y las lleve a la consecución del fin propuesto ? No. Entonces, ¿ quién es el que produce, en definitiva, el hecho histórico , el acontecimiento ? El factor personal. Luego es él el sujeto de la historia, puesto que bajo su acción y dirección han de brotar los sucesos que forman la historia. Por carencia de él, dice Ortega y Gasset que no hay hombres en España y se queja de la atrofia existente en esa nación ; y por su existencia habla Renán de ese tipo abreviado que representa a los pueblos en sus diversas actividades . Pero, con todo, se nos podrá objetar : en el caso en que la evolución se produce por necesidades de las masas y llevadas a su cumplimiento por el factor personal, no son aquéllas, en definitiva, las que dan la pauta

( 1) " Historia del Progreso " , por Santander y Gómez, Tọ- ~ mo II.

116 del hecho histórico por esas mismas necesidades, y de las cuales fué instrumento, para su cumplimiento, el factor personal ? Ya hemos dicho, en páginas anteriores, que el ambiente se forma por la prédica , por la revelación de los dolores que se experimentan y que pone de manifiesto el propio factor personal en sus diversas escalas : porque esos sufrimientos no nacen y se producen como el estallido del cañón : se van formando lentamente por la conversación, por la explicación de los males que se sienten, por la exposición pública de los mismos, hasta que se forma el ambiente general, se caldea y viene el alumbramiento. Y en otros casos, por imitación, como dice Tarde ; pero esa imitación tiene que ser aplicada al medio por la propaganda pública o privada que también hace el factor personal. Es natural que el factor personal trabaja , labora sobre la mu chedumbre, porque, como dice Seignobos " sin población no hay vida social, ni medios de existencia y de producción ; no hay vida humana. " (1 ) Por eso dijimos en páginas anteriores que el hombre es el sujeto de la historia, considerado individual o colectivamente. Y hacemos esa diferencia, porque en el primer caso tomamos al hombre como verificador del movimiento histórico por su propia iniciativa, y en el segundo, tomamos también al mismo hombre en ese sentido, pero por exigencias de la masa, formadas aquéllas por un proceso ambiente que por su obscuridad no es posible determinar los múltiples factores personales que intervienen en el mismo , pero perfectamente acce-

(1) El método histórico aplicado a las ciencias sociales.

117-

sibles a la mente, como el ruido de la ola en sus dife rentes variaciones antes de constituir la unidad de su ruido por la explicación de Leibnitz en su doctrina sobre la continuidad y la ineidad.

Spengler dice que las culturas son organismos ; que el contenido de toda historia humana se agota en el sino de las culturas particulares que se suceden unas tras otras, que crecen juntas, se oprimen y se dan sombras. (Tomo I ) . " La perduración o predominio histórico se confunde con la existencia de " clases " sociales , que no son grupos profesionales ni castas. Cuando son reemplazadas por los " partidos " , y, al fin , por las " masas " , empieza la civilización, es decir, la muerte de la cultura.

Para seguir la deportiva comparación , las " clases " son 99 los "equipos de la lucha histórica. Son corrientes de vida que se hallan en forma. " Unidades animadas, enjambres que se sienten conjuntos en idéntica pulsación de la existencia. " Pero esta única palpitación de todos los elementos de una clase no proviene de conformidad o adhesión intelectual, no se adquiere por la instrucción sino por crianza, es decir, por la inmersión del individuo en " el ritmo constante y armonía del contorno en que el sujeto vive, sintiéndolo, compenetrándose con él. " "Por esto la verdadera " clase "

es

la

" nobleza " .

"Una vieja estirpe no significa simplemente una serie de antepasados- todos tuvimos abuelos, sino de antepasados que vivieron en las cumbres de la Historia. "

--118Gracias a ello , en la nobleza la experiencia se ha hecho instinto, intuición, tacto ; la Historia se ha hecho carne. La civilización (postrimerías de la cultura ) , coincide con la extinción de la nobleza, no como estirpe. sino como tradición viviente ; con la

sustitución

del

"sino rítmico " por la inteligencia causal, del instinto por la razón . Por eso, cuando desaparece la tradición , y tras la época de los partidos, únicamente queda a los pueblos el azar de los grandes individuos. Por eso también la labor del gran político-labor difícil, pero de efecto, si más lejano mucho más hondo,-es " crear una tradición, empujar a ella a los demás para que prosigan la propia obra, su ritmo y su espíritu ; desencadenar un torrente de actividades uniformes, que ya no necesiten del primer jefe para mantenerse en forma. " Hay que eliminar el azar. " La tradición no crea un César, pero sí un Senado ; no un Napoleón, pero sí un incomparable Cuerpo de oficiales. " El gran político conspira contra sí mismo, porque ha de tender a ser sustituído por una " gran política " .

"Para Spengler, todas las manifestaciones de la cultura siguen la misma línea de desarrollo, porque tras éste está, como causa general de todas ellas, la misma sucesión de fenómenos . El hombre, que primero no hace más que vivir, luego se da cuenta de que vive en contraposición con el cosmos, es decir, despierta a la conciencia, a la " vigilia ". Al principio esta " conciencia vigilante " funciona al servicio de la vida ; mas pronto pretende libertarse de ella y aún subordinarla. Al fin , la intelección se desliga de todo nexo vital, de

119 la raza y de la tierra, y queda libre, como un globo sin lastre ni cuerda . Pero " el intelecto no puede crear, sino tan sólo criticar, analizar. El tránsito de la vida primitiva a la cultura y a su último estadio , la civilización, corresponde al paso desde la existencia puramente vegetativa, apegada al cosmos y a su ritmo , al intelecto puro, opuesto por entero al cosmos . ' Spengler empieza por encarar las culturas en una forma orgánica, método éste que empleado por Spencer en su Sociología, llega a este final : que la sociedad no es un organismo, porque no es un todo concreto, sino un todo discreto. Este método, un tanto anticuado ya, es usado para analogías muy relativas y en compara . ciones meramente ilustrativas, en virtud de la solución dada por el gran Spencer a estas similitudes, que se las apropió con fruición el materialismo histórico . Pero Spengler parece le da otro sentido a la palabra organismo, queriendo significar con ello una pluralidad organizada en forma de un todo en contraposición a lo singular, a lo individual . Por eso dice que el contenido de toda historia se agota en el sino de las culturas particulares. Para nosotros no hay tal agotamiento, ni puede admitirse ese estatismo que quiere Spengler, porque sería negar lo que es innegable : el progreso, la evolución que lleva a las naciones a diversos destinos, a cambios continuos que consultan las modalidades del siglo , que precisamente hace variar las culturas al soplo bienhechor del viento de la civilización , que precisamente marcha , madura y florece ésta por la discusión razonada e inteligente de esos múltiples y complejos problemas que

120 ---la actividad y el talento pone a diario sobre el tapete universal de su solución . La organización de una nación no obedece a las reglas de la disciplina de un cuerpo de línea : puesto que su adelanto requiere movimiento, acción , emprendimiento, lucha que es choque de pasiones, de inteligencias, que es polémica, y que todo ello confundido en un solo ruido , que es el de la vida nacional , labra la felicidad de sus habitantes y la grandeza de la patria. No hay duda de que la tradición es una fuerza poderosa, conservadora del espíritu nacional, y que todo politico debe tratar de conservarla y ligar su obra a la masa por un vínculo también tradicional ; pero de ahí a que la tradición sea algo inmutable y se marchite por la intelección , por la nueva cultura que produce el hombre-sino, no es concebible su absoluta conservación con un criterio ilustrado y progresista, so pena, entonces, de ir por la vía contraria a la de Spengler, a una positiva decadencia, ante la cual sería preferible la desaparición de la tradición misma. El azar, fuerza poderosa en los destinos del mundo . perennemente presente en los acontecimientos de la vi-

da, no es esquivable por la tradición sino que ella es, en la mayoría de los casos, propulsora de los sucesos y, por consiguiente, fuera de la acción humana su participación o no en los mismos. Así que, no puede ser el temor al azar, el horror a los cambios, porque implicaría esto una concepción de las cosas fuera del cauce de los hechos y en la forma cómo se producen : sería torcer la idiosincrasia de la humanidad y hasta las leyes naturales que las rigen, inderogables por previsiones más o menos acertadas de los hombres.

-- 121 ― Además de todo lo dicho, equivaldría la doctrina de Spengler, últimamente citada, al desconocimiento efectivo de la historia, en cuanto a la preponderancia del factor personal : puesto que él ha sido siempre símbolo de marcha hacia adelante (en muchos casos de retroce so, pero aún para esto siempre se ha necesitado la intromisión del factor personal ) y a su eficacia ha quedado librado el progreso de los pueblos.

Todo lo hasta aquí expuesto, comprueba que los cambios, en general, son saludables para las naciones , y que, en vez de temerlos, hay que fomentarlos como medio de romper los moldes viejos para una paulatina e inteligente ascensión hacia el progreso del siglo. Con el criterio de Spengler, el Japón, China, Turquía, etc. , en virtud de su evolución, de sus cambios, van hacia una fatal decadencia, cuando precisamente pasa todo lo contrario ; pudiéndose citar a Turquía , por su apego a las viejas costumbres musulmanas, su desmembración y retroceso, sin que por esto dejemos de reconocer que el mundo musulmán la salvó , en la pasada guerra europea, de la desaparición a que la había condenado Inglaterra. Sin embargo, la Turquía moderna tiende a reconstruirse, dentro de lo posible, con la adopción de las instituciones occidentales, y salvará, con esto, sin duda alguna, el resto del inmenso patrimonio que le legó el Islam. Atribuir la decadencia de Turquía, de la India , etc., a la muerte natural de toda cultura, como dice Spengler, más bien dicho, a la doctrina de Vico, nosotros no lo aceptamos. Turquía, India, etc., cayeron por su ci9

122 vilización estática, por su quietismo, por su apego a la tradición inviolable, hasta el punto de considerar enorme delito el más pequeño desconocimiento de la misma. Sucumbieron de igual manera que el persa ante el empuje de Alejandro Magno : porque aquél representaba la eterna molicie, el lujo depravador, el serrallo , mientras que éste, Alejandro, encarnaba la rígida disciplina militar, el progreso cambiante, en escala ascendente del belenismo occidental, el valor altivo del soldado que no se afemina con las danzas de las huríes ni con las sen sualidades de sus movimientos. No hay, pues, muerte fatal de culturas ; hay desaparición por inanición , por inadaptación al cambio, por la rígida conservación de la tradición, que hace permanecer a las naciones en una estabilidad permanente y ruinosa, por lo tanto, a todas luces. Así que, lo que Spengler supone decadencia en Occidente, es cambio, es renovación, es liquidación de cuen-

tas viejas que se quieren saldar para empezar a asentar las nuevas en el libro del porvenir. Con esto no queremos significar que nuestra civilización no pueda estar en peligro después de lo acontecido en Rusia. Pero todavía no se ha librado la batalla para entrar en una era de profundo pesimismo, ni el ambiente presagia males incontenibles en ese sentido ; por lo tanto, la duda, en este caso, no es afirmación. Además, la civilización occidental tiene grandes lunares , peligrosos muchos de ellos ; de ahí que se pueda decir con Sanin Cano, que " la historia enseña que las civilizaciones no son destruídas por fuerzas extrañas a ellas, sino por las mismas energías impulsoras de su des-

123 --arrollo. De su mismo seno surgen anhelos contrarios a las formas generales de entender la vida y es irresistible en tales casos el movimiento destructor. La civilización contemporánea está empeñada en destruirse a sí misma. " El estado real, dice Spengler ( significando el verdadero estado ) , es la fisonomía de la unidad histórica. " En el terremoto moral de la guerra , la unidad de cada pueblo se ha perdido con la agregación de elementos extraños, en unos casos , con la amputación de miem . bros esenciales, en otro. Y aquel hermoso ideal de la unidad europea en que trabajaban con grande ahinco , y a las veces sin saberlo, las grandes inteligencias, los artistas, los hombres de la gran prensa, conscientes de su misión, algunas almas nobles extraviadas en los senderos de la política, se ha roto también en pedazos . No hay más ley que la diversidad, y en diversificar minuciosamente se empeñan quienes, por una determinación del destino ciego, llevan hoy en sus manos la suerte de Europa, que es la del mundo. Sirven ellos sin saberlo y a pesar suyo , a la causa destructora de la civilización.

Rompiendo

la unidad histórica ,

el

europeo ha

comprometido la existencia de los Estados y los ha convertido en una amenaza para la suerte del mundo . Para destruir la cultura el europeo es capaz de esfuerzos multiplicados y ciclópeos ; para conservarla, se ha vuelto incapaz . Si antes de 1914, un atrevido financiero hubiese tratado de reunir veinticuatro mil millones de libras esterlinas, destinados a talar los bosques en los valles del Amazonas y sus afluentes, a sanificar estas regiones y las de los restantes grandes ríos tropicales, para establecer en ellas grandes cultivos y transportar

- 124 --allí las multitudes europeas y asiáticas, faltas de alimento y de abrigo en su residencia natal, con la seguridad de que en el término de seis u ocho años las sumas invertidas empezarían a dar rendimiento , le habrían tenido por loco o, a lo menos, por iluso. Sin embargo, veinticuatro mil millones de libras esterlinas, una suma fantástica que escrita o enunciada oralmente no produce impresión en el ánimo, porque excede del plano de nuestra diaria experiencia, disipó Europa en cuatro años, tratando de destruir la civilización, y con menos de la mitad de ese guarismo astronómico se podría llevar a cabo aquella obra, en cuyo desenvolvimiento y perfección hallarían ocupación honesta , abrigo, manutención y un sentimiento muy saludable de seguridad, los desheredados del mundo culto . Pero es fatal que Europa contemple con más simpatías las empresas manifiestamente destructoras o de caracteres ambiguos, que aquellas de cuya realización pueda resultar el aumento de las comodidades para el mundo culto, porque, en este arco de la trayectoria humana en el tiempo, los esfuerzos convergen a un plan de destrucción . Moralmente la humanidad retrocedió cerca de un siglo con la guerra de 1914. Del punto de vista material los adelantos en los medios de transporte no compensan el dolor y la miseria que la guerra dejó en su estela de dolores, ni subsanan la degradación del carácter que han de sufrir necesariamente los millones de hombres que en Europa reciben gratuitamente del Estado, incapaz de ofrecerles trabajo, una ración exigua para mantener juntos apenas el alma y el cuerpo. " Ahora es perentoria la voluntad

de

las

grandes

125 potencias respecto al futuro. El fracaso de la conferencia del desarme no podrán estudiarlo las naciones responsables, sin sentir un dejo amargo de emulaciones ininteligentes. No es menester haber sido profeta para aventurar el pronóstico de un choque más o menos remoto entre fuerzas antagónicas, de poder inimaginable, que se creen propagadoras de la llamada civilización cristiana. La Gran Bretaña ha adquirido la peligrosa costumbre de destruir un enemigo formidable de siglo en siglo. Escoge con preferencia a los símbolos de un gran poderío naval, pero en ocasiones se cree obligada a destruir también las potencias militares. España, Holanda, Francia, Alemania, dan testimonio de esa mala costumbre, en que iba envuelta, desde hace tres siglos, la tendencia inconsciente a destruir el orden cristiano. Mirando en torno, solamente un enemigo descubre sus miradas recelosas. Es que formaron un día gentes británicas. no es un enemigo : es un aliado que busca en su compañía, haciéndose la guerra, el

otro imperio Propiamente para destruir resto de civi-

lización escapado al esfuerzo titánico de 1914. El resultado inmediato de ese choque le es indiferente a la conciencia humana . Cualquiera que sea el vencedor , la civilización, la cultura, la moral política, las libertades y la justicia sufrirán las consecuencias como si hubieran sido vencidas. Es una pesadilla del mundo pensante la posibilidad de ese encuentro. " En la conciencia de la América Latina, en su actitud ante las posibilidades del conflicto, está la suerte del mundo. Unidos, podrían estos pueblos conjurar el peligro por algunas décadas, tal vez por un siglo. Po-

126 drían, acaso, realizar la vuelta de flanco de la civilización, sin necesidad de que el mundo pagase el horripilante tributo de dinero, de sangre, de miserias que los dos imperios le tienen decretado. Si la América Latina formase un todo defensivo con los Estados Unidos de Norte América, el Reino Unido pensaría tres veces antes de lanzarse a la arena y a los mares. Si aquellos Estados Unidos , olvidados

de



mismos, desarrollan

una política de que pueda resultar el antagonismo para ellos de toda la América Latina, los conatos de Inglaterra y de sus sobrinos de América contra la civilización, podrían, acaso, ponerse en práctica dentro de breve plazo. " ( 1 ) La ventaja y desventaja de la guerra se discutió eruditamente entre Steinmetz, Maistre, Moltke, Renán, Stengel, Lea, Constantin, Hugo, Bagehot, Sighele, Cazzaniga, Burgeois, Tarde, Salisbury, Loubet, Clemenceau, Klopstock, Tolstoi, Ferrero, Max Nordau, Angell, etc. ( 2 ) Unos dijeron que era portadora de civilización y progreso, citando , en abono de sus tesis , épocas históricas donde la paz fué un hecho y el adelanto casi nulo ; y los otros afirmando que la guerra era negación, retroceso , etc. Sin entrar a opinar respecto a este tema, diremos con Bainville, sobre Estados Unidos, en cuanto a su acción benéfica procivilización , en unión con los demás Estados sudamericanos, que " cuando se ve la política

(1) " El ocaso de una cultura " . (2) Aníbal Latino : " El concepto de la Nacionalidad y de la Patria ".

127 cie poderío que los Estados Unidos hacen cada vez más en el mundo, y la manera poco conforme con el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos -con que han intervenido en Cuba, en Haití, en Colombia, en Nicaragua, nada particularmente tranquilizador tiene la visión de una política iniciada con semejantes fines ." (1 ) Pero la unidad histórica de una nación no se compromete por la evolución, por los cambios, etc. Francia, Brasil , Portugal, Alemania y otros países , no la comprometieron por su pase de la monarquía a la reFública. Muy por el contrario : salvaron esa unidad por la transformación sufrida a tiempo. La agregación misma de elementos extraños no compromete la unidad nacional. ¿ Qué fué lo que contribuyó a la decadencia de Roma ? Fué la agregación de esos elementos o fueron sus prácticas democráticas ? Fueron múltiples factores, como lo enseña Montesquieu ; pero no hay duda de que uno de los principales fué la extensión del sufragio, que produjo la lucha política, la corrupción partidaria y el desbarajuste nacional. Todo esto siguiendo una línea naturalmente lógi ca , es decir que el vencedor es siempre superior al vencido y capaz, por consiguiente, de imponerle sus hábitos y costumbres . Un ejemplo de ello fué Austria antes de la última guerra europea, Turquía, el imperio de los Incas, etc. , que se desmembraron obedeciendo a causas muy superiores al valor intrínseco cional.

(1) " Psicología y Política " .

de

su

poder na-

- 128 Por otra parte, todo pueblo que progresa, cambia y desecha, por consiguiente, todo aquello que no está de acuerdo con las exigencias nacionales. "La política de equilibrio ha concluído, dice Gui. llermo Ferrero, con el sistema monárquico , desaparecido en 1917 y en 1918. Se podrá discutir si esto es un bien o si es un mal ; pero todas esas discusiones no retrotraerán la vida a un orden de cosas que ha desaparecido. Las nuevas generaciones deberán buscar otras fórmulas de solución al problema de la paz, que el siglo XIX resolvió, en gran parte, por la política del equilibrio. Los intentos de aplicar la vieja política de equilibrio a una situación que no la admite, sólo servirá para aumentar el desorden. " Lo que es preciso hoy para equilibrar a Europa es que los límites de todas las Potencias, grandes y pequeñas, sean claramente

determinados,

y que la opinión

pública de todos los países vele con clarividencia y energía por el respeto de esos límites. El órgano para imponer este respeto está creado : la Sociedad de Naciones . " (1 ) Y lo que Ferrero dice de Europa en cuanto a evolución política, lo dice también de América Alberto Lamar Schweyer, en la forma siguiente : "Una nueva filosofía de política biológica se construye con lentitud Ella lleva la anulación de los dos errores fundamenta. les de la Democracia : el equilibrio de los poderes y el voto universal. En América, ambos han sido destruídos por la práctica, pero les falta la sanción constitucional.

"" (1)

El equilibrio de Europa " .

1

-- 129 Los régimenes de dictaduras han sido normales en las situaciones de normalidad y han degenerado en tira . nías en las anormales, más generales . " Hay que conceder al medio una suprema importancia-sus valores biológicos-en la ciencia del Derecho Constitucional. " ( 1 ) Estos movimientos de opinión que llevan a cabo los pueblos y que culminan en nuevos sistemas de gobierno y en los que intervienen los partidos estableciendo así rumbos distintos, otros horizontes a la política del país, ¿ pueden producir el caos, la ruina, la decadencia nacional ? Relativamente no, como lo comprueba la historia.

Dice Spengler en extracto :

! " La nobleza es una clase labradora superior , aldea . nismo sublimado . Primero, el noble vive en el campo. Después, se instala en los aledaños de la ciudad, separándose de la nobleza rural y de la clase aldeana, mas conservando su hondo nexo con la madre tierra. "Pero entre los habitantes de la ciudad se forma un espíritu común que siente el encanto de la libertad personal . El ciudadano ya no está adherido vegetativamente al suelo y a la sangre. El intelecto va libertándose de lazos temporales, y busca verdades intemporales, abstractas : la justicia absoluta, la constitución racional. Las ideologías quieren penetrar en el reino de

(1)

Biología de la Democracia" .

130 los hechos, convertirse en hechos. La forma política se torna problema. Antes se producía espontáneamente, por maduramiento. Ahora se pretende crearla según la lógica y la justicia . Las clases, lo orgánico, acaban sustituídas por los partidos, lo organizado. Mas como el partido es la consecuencia de aquel desarraigamiento y liberación del espíritu, no hay, en realidad , más que un solo y verdadero partido : el burgués liberal . “ La actitud de un partido de la nobleza en un Parlamento es íntimamente falsa. El dinero también se liberta del suelo, se desliga de los valores primarios del campo. Frente a la sangre y a la tradición surgen, en suma, el espíritu y el dinero " abstractos ". "La burguesía es, en realidad, una " contraclase ", la protesta contra la diferenciación en clases, contra el simbolismo metafísico no justificado por la razón y la utilidad ―― de las dos clases principales : nobleza y sacerdocio, a las que llama " privilegiadas " . La " masa " -que interviene al final-es ya lo informe, sin pretérito ni futuro , la nada radical , lo ahistórico. Cuando se liquida la forma política, surgen los poderes informes y personales, la dictadura, el militarismo (porque el ejército se encuentra " en forma" en medio de una nación sin forma ) , el cesarismo. Ya no hay siquiera partidos, sino el séquito de los individuos que manejan el poder.

" Toda esta evolución procede de aquel punto en que el ciudadano sintió la voluntad de vivir en libertad y desarraigo. Y la historia del Estado-que en todas las culturas atraviesa fases homólogas-es la sucesiva formación y entrada de las clases en la historia política,

131 ―― sus luchas y su desaparición . Pero en esta gradación de acontecimientos hay un cambio radical. Durante mucho tiempo, todo el período de " cultura " , estas luchas no atentan contra el orden dado históricamente en cada momento, el cual varía por sí mismo. Lo aceptan. Pero cuando con la gran ciudad toma la dirección la burguesía-la tercera clase o no clase,-se analiza y critica la propia forma política, se busca otro orden, otra constitución . El intelecto puro no " siente ” el ritmo cósmico que impulsa irracionalmente a la existencia ; únicamente " entiende " lo justo, lo lógico, lo moral. " Contra esta evolución , que camina recta a la decadencia y muerte, el político poco puede intentar. " Para nosotros tampoco es exacto. Y volvemos a repetir : Qué menoscabo, qué muerte política, qué decadencia sufrió Francia con haberse constituído en república ? Ninguna. Y esto que decimos de Francia lo podemos aplicar a otros países con iguales resultados. No se concibe ninguna transformación social o polí tica sin intervención de multitudes, y muchas veces hasta sin hecatombes . Ahora, si no hay preparación ambiente entonces tendrá razón Spengler puesto que el cambio será contraproducente tornándose en perjui . cio lo que con la preparación adecuada podía ser beneficioso. Spengler, en su erudita obra, a veces se muestra pesimista, confuso y hasta creemos que se contradice. Si analizamos el movimiento del mundo en sus siglos de existencia, veremos que todo ha estado sujeto a cambios. ..

-- 132 Como dice Francisco Luis Bernárdez, " en la rueda de la cultura medioeval, el eje equidistaba de todos los puntos de la llanta. Dios equidistaba de todas las almas. Dios estaba en el núcleo de la vida. En la rueda de la cultura renacentista, el eje se había trasladado del centro hacia la periferia. El eje no estaba en su sitio. La rueda estaba descentrada . El ritmo de su marcha debía ser fatalmente sobresaltado- como apunta Berdiaeff-catastrófico. Porque de la profundidad de la vida, la cultura había pasado a la superficie. "Durante la Edad Media, la vida fué una armoniosa congruencia. Una congruencia entre el hombre y su destino. Durante el Renacimiento, la vida se transformó en una monstruosa incongruencia. En la Edad Media, el espíritu humano-en un equilibrio perfecto era dueño y señor de sí mismo. En el Renacimiento, el espíritu humano estuvo sobre una cuerda floja. Hermosa proeza, sin duda. Pero no proeza de héroes. Proeza de saltimbanquis.

" El Renacimiento, según el rigoroso criterio del au tor de "Un nouveau Moyen Age ", ha sido la experiencia de la libertad humana. " El hombre nuevo quiso ser autor y ordenador de la vida " . El hombre buscó su principio y su finalidad en Dios.

" Contra el aristotelismo de los teólogos , el Renacimiento afirmó una especie de neoplatonismo naturalista. El neoplatonismo, que ya había sido defendido en la Edad Media por Alejandro de Hales y por San Bue. raventura, servía al aristotelismo ---- digámoslo con el

1

133 vocabulario de Santo Tomás-per viam excellentiae y no per viam remotionis. En puridad, el neoplatonismo no había combatido nunca a la tradición aristotélica , sino que le había servido de tónico y de puntal. Durante el Renacimiento, y en virtud del incipiente naturalismo de los renacentistas, las dos escuelas se vieron en pugna. Como ha dicho certeramente el profesor Honigswald,

" el neoplatonismo prepara

el

tránsito

del

rensamiento específicamente medioeval al verdadero pensamiento moderno " . Es decir, el tránsito del hombre espiritual al hombre natural . "Nos acercamos a una cultura de estilo medioeval, a na cultura ecuménica, a una cultura universalista. El agotamiento de las energías creadoras del hombre y el fracaso del Renacimiento permiten suponer ese retorno. No sólo Keyserling. Berdiaeff y Massis , sino todos los hombres de hoy exigen que la vida se supere en una cultura integral, análoga-en su contenido y no en su forma a la de la Edad Media . " Vamos hacia una forma universalista de vida. IIacia un universalismo y no hacia un internacionalismo El internacionalismo es la desagregación del concepto de nacionalidad , surgido del Renacimiento. El internacionalismo se inspira en un concepto. El internacionalismo se nutre de una temporalidad . El universalisme es una superación de la vida humana y no de la vida uacional. El universalismo se inspira en un sentimiento. El universalismo se nutre de una intemporalidad . El internacionalismo reposa sobre un formulismo jurídico, Sobre derechos. El universalismo gravita sobre

134 una realidad vital. Sobre deberes. Aquél alega los " Derechos del hombre " . Este cumple con el " Decálogo cristiano " . "La Santa Alianza primero, las Ententes luego , y la Sociedad de las Naciones ahora, son otras tantas reacciones contra el formulismo y el constitucionalismo de la Revolución Francesa, y otras tantas sospechas de que la era ecuménica se avecina, El cesarismo fascista es otra saludable reacción contra el Renacimiento . La reacción del sentimiento de vitalidad contra el concepto de legitimidad. La reacción de una forma contra el concepto de legitimidad. La reacción de una forma contra una fórmula. " ( 1 ) Después de todo lo expuesto agregamos con Le Bon : " Mas como el pasado no muere sino lentamente en las almas, las ideas antiguas no tardan en resurgir. Ideales del pasado e ideales nuevos entran en lucha y las restauraciones y las revoluciones se suceden durante cerca de un siglo. "

Otros autores han escrito, en estos últimos tiempos, diversos libros tendientes a probar el peligro que corre la civilización occidental ; pero invocando otras causas que las que determina Spengler. Así tenemos a M. Muret, en su obra titulada " El ocaso de las Naciones Blancas " , que da como causa de tal eclipse el peligro asiático en general, el africano, etc. , en su afán incesante de independizarse de Europa y de hacerle , des-

(1) La tregua de Dios ,

135 pués, pagar las cuentas a este continente . Este es un problema que hace largos años se debate sin mayores soluciones contundentes. El libro siguiente, que podemos citar entre otros, es el del maestro Gustavo Le Bon, que toca temas más transcendentales si se quiere, puesto que no sólo se refiere al Asia sino que, también, a otros problemas vitales para el equilibrio europeo, como ser : las consecuencias del Tratado de Versalles , la cuestión económica, intelectual, etc. Todas estas cuestiones tienen su punto de apoyo, de verdad : pero tomadas en general las mismas, tenemos que remitirnos a un futuro que las pondrá definitivamente sobre el tapete de las resoluciones, y de allí, sin duda alguna, saldrá el remedio que curará esos males. Pero en cuanto a Spengler, debemos repetir la vieja sentencia de Pelletan : el mundo marcha y al que pretenda detenerlo lo aplastará. Por consiguiente, no hay tal decadencia , sino cambios e innovaciones precursoras de fecundos amaneceres que ha abonado el progreso y hará brillar la civilización .

Para terminar con esta ya larga disertación respecto a la obra del sabio Spengler, debemos manifestar que somos unos convencidos de la verdad que encierra su hermosa filosofía del sino , pero sobre cuya explicación racional decimos lo mismo que San Agustín referente a la definición del tiempo : Si nemo ex me quoerat, scio; si quoerenti explicare velim nescio. Traducción : Si no me lo pregunta nadie, lo sé ; pero

si intento explicarlo, ya no lo sé.

- 136 Terminada esta larga disertación sobre la doctrina de Spengler, escuchada tan pacientemente por este distinguido auditorio, me permitiré seguir , por breves instantes, en el uso de la palabra para deciros que la Junta de Historia Nacional brega por el cumplimiento de un programa con vastas proyecciones de futuro y que consiste, en encaminar paulatinamente, a impulsos de la mínima resistencia, como diría Spencer, todas aquellas actividades intelectuales por

la

senda

de la

verdad, de la imparcialidad histórica, de acuerdo con los cánones que indica la ciencia, y que la citada Junta de Historia Nacional, en el pequeño lapso de tiempo que lleva de vida, invertido en parte en su instalación , sin embargo tiene la satisfacción de haber realizado, en el resto de ese tiempo, los trabajos siguientes : Celebró en acto solemne, en este Paraninfo, su se-

sión inaugural, en la que estuvo representada la Junta de Historia y Numismática Americana de Buenos Aires, por nuestro compatriota el doctor Alberto Palomeque, que pronunció la conferencia que ilustra las páginas del primer volumen de nuestra Biblioteca. Ofreció a los Poderes Públicos el concurso de esta Junta, en lo que se relaciona con la misión que se ha impuesto. Designó miembros honorarios al ciudadano que ejerce el cargo de Ministro de Instrucción Pública y al doctor Alberto Palomeque. Inició relaciones y reciprocidad de concurso, con todas las instituciones similares y las demás de carácter cultural, de aquí y del Extranjero. Nombró Socios Correspondientes

a personalidades

- 137 que por sus dotes intelectuales y por sus estudios históricos se destacan en el continente, habiendo aceptado todas ellas esos cargos con notas encomiásticas para esta institución, muchas de ellas publicadas. Designó Comisiones, en todos los departamentos, constituídas por las principales autoridades, para suministrar a la Junta los datos relativos a la historia de cada región, con los cuales dicha institución preparará un estudio completo de todos los departamentos . Resolvió efectuar periódicamente conversaciones sobre temas históricos. Dar conferencias sobre los mismos temas, en los Li. ceos Departamentales. Iniciar trabajos para la erección de un monumento al poeta Francisco Acuña de Figueroa. Levantar una Carta Geográfica de la República, determinando la verdadera superficie del territorio nacional, proyecto de nuestro consocio doctor Alberto Marques. Gestionar ante quien corresponda , el traslado de los restos del ilustre patricio don Tomás Gomensoro, al Panteón Nacional . Contribuir, con el estudio confiado a una Comisión especial, al conocimiento exacto de la fecha de la fundación de Montevideo .

Exhortar a los gobiernos locales, a la prensa y a los vecindarios a que, en la nomenclatura de calles, plazas, paseos, caminos, etc. , cuando no se trate de homenajes de carácter local, se dé preferencia a los nombres de nuestros próceres y de los hechos culminantes de nuestra historia. 10

138 ―― Adhirió al segundo Congreso de Historia y Geografía de América celebrado en la ciudad de la Asunción y al de Historia Nacional Argentina, celebrado en la ciudad de Jujuy, a los cuales fué especialmente invitada , habiendo actuado como delegado en este último nuestro consocio don Pedro Riva Zucchelli. Proyectar la erección de un Panteón Nacional. Conmemorar el Día de la Raza, patrocinando, con ese motivo, el 12 de octubre ppdo., la conferencia que dió la doctora Paulina Luisi sobre " Isabel la Católica y su época " , y otras que se ofrezcan en esa fecha. Confió al señor Arturo Scarone, con motivo de su viaje a Río de Janeiro, la misión de presentar nuestro saludo al Instituto Histórico y Geográfico Brasileño, cuya institución lo recibió en solemne sesión especial. Realizar en Montevideo un Congreso de Historia de la República el mes de agosto del año 1928. Conmemoró el centenario de la gloriosa batalla de Ituzaingó, colocando el Honorable Concejo Departamental, a su pedido, una placa de bronce en la calle que lleva aquel nombre, y haciendo uso de la palabra en ese acto y en nombre de la Junta el Secretario de ella don Blas C. Martínez ; dándose por la tarde una conferencia sobre esa batalla, a cargo de su Presidente doctor José Salgado, en el local del Museo Histórico Nacional, a la que asistieron los Excmos. Señores Ministros Plenipotenciarios de las repúblicas Argentina y Brasil, Su Señoría Ilustrísima el Arzobispo de Montevideo y otros distinguidos compatriotas. También piensa la institución de la referencia, editar una revista que sea portavoz de sus actividades y de las colaboraciones de sus asociados.

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Estas son, pues, por ahora, las actividades de nuestra Junta, que se irán ensanchando en el futuro, mediante la decidida cooperación de sus componentes , que admiten en su seno a todos aquellos que se dedican al cultivo de la historia, sin más credenciales, para el ingreso a ella, que su competencia notoria y su amor por las materias que informan su título, porque dicha institución no es una academia doctoral : es sencillamente una asociación de hombres estudiosos, bien intencionados y patriotas, que quieren reunir en su sede a todos aquellos que contribuyen en el país, con su acción intelectual, a la difusión de la Historia Nacional en for ma leal, desinteresada y sin prejuicios de clase alguna. No existen, pues, restricciones ni cortapisas académicas : la buena voluntad para el trabajo y la contracción sincera al estudio y a la verdad, es el mejor título que se puede ostentar para obtener un asiento en ella. He dicho. (Mandado imprimir por la Junta de Historia Nacional, e impreso en el mes de febre ro de 1928) .