272 60 49MB
Spanish Pages [336]
\
proposiciones
CHILE HISTORIA Y ”BAJO PUEBLO” ‘,
19
I 1
I
”BAJO PUEBLO”
bilk 1990
1.1. Wan* SS, Pmvk*nclr, %inlago bmipci6n N' 76.095 DirochwE J e d v a de SUR, Pmfesionales Conrultores:Carlos Verlpra D. Edibr y nywrmble legal de PrsporiciMer Jose Be oa C Comib?OdUOr: bs& Bangor,lavibr Martlnez, Eugenion$iron; Edic6nde btextor: Pauliru MaUa
DiMo jyhfici~y pnladr: Alkn Erowm E. Manuel F. de la Mala C. b a n Herndndez T. trrabajo fotogribco) FOW: 662 205. Viria del Mar Fotc&,
Corn-
N I d x~r m de una salitrera (Cdacci6n MUQOHirldrico Nrcional)
-8:
k Iexmy dulgrInaW
lmpmr, 6(1 lor I.lknr
lmprmta LIBRA lurna*%?.5 ValperaEsc
*
VNCRAF Comunlcrcmnes Ltdr. Ewneralda 1083,4* Piso, Valparabo Te&w~ = Fax: (032)250 533
,
En verur en: L i b M de EdrimiSUR 1. M. IMan& 85, Proratenor, Srntilgo ~ I W497 : ootl- 460 6%. 225 1928 Fax: 1562) 274 0514 % . pmlte U ~ ~ W Ireprodun1611 W malo parcia1 d e e m publirrubn, m n indicacdnde Is fuenle,
*CHO EN CHILE/ PRINTED IN CHILE
proposiciones 19 INDICE EDlTORIAL
,;>I, re
zi .",'.
7
IDENTIDADGERMINAL
17
El mal& de CuriLmcu. El surgimiento de un mciqueamucano (17641767)
18
Leonard0 Le6n
"Los h i j i del vicio y del pecado". Ln mortalidad de los nitSos abandonados (1750-1930)
44
Ren6 Salinas & Manuel Delgado
Ser nifio 'huacho' en la historia de Chile (Siglo XIXJ
55
Gabriel Salazar
Penas de amor de un "rotoso estudiante" An6nimo. Compilado por Gabriel %lazar
84
EL D I S C I P U N A i W E h T O
89
Azote, salario y ley. Disciplinamtnto de la mano de obrn en la minerfa de Atacama (1817-1850) M. Ang6lica nhne
90
Ln caldera del desierto. del guano y 10s inicios dt? la cuestidn solrial
123
Julio Pinto
142
. 173 REBELDIAS
200
ndes y resistencia en Chile autontario clthv smneider
,
9 s epctmear popuhres urbanos
’
como sujdos hist6ricos
268
NOTASTECNICAS
279
Tasb Bobre tenrns de Histwia de Chile: 1973-1988. (Titulos de un primn balance)
280
GodoCSceres
Biblwgmfh sobre Historia Social. A&ulos publidos en Revista Proposicione: 1979-1989 JoJeeengOa
285
DOCUMENTOS
289
El derecho a la mugre JeanRobert
290
I.
TORIA Y "BAJOPUEBL
e acuerdo a su definicidn originaria, la Historia ha sido la ciencia que estudia la realidad social en tanto bsta se comporta como un conjunto de 'particularidades en movimiento' Asi la intuyeron, en sus principios helkniy XIX, 10s grandes autores de la historiografia moderna y de la llamada teoria de la historia. Y asi tambikn han procurado sostenerla, ya en este siglo, 10s historiadores (motejados a menudo de "revisionistas")que intentan defender la historicidad de 'lo particular' y la legitimidad del 'proyecto' y el 'cambio' sociales, frente a la
,han privilegiado las ciencias que Wilhem Windelband, en el glo pasado, llamo "monotkticas" (por su tendencia a concentrarse
istoria predominantemente ha trabajado con
fiar esas acciones e intentos. De este modo, el tip0 d e Historia d e Chile que ha sido predominante en el pais ha devenido en una ciencia adscrita a la constelaci6n te6rica que administra el equilibrio del sistema nacional vigente desde el siglo pasado. Se ha convertido, por tanto, en una ciencia auxiliar mas de las que componen el corpus d e ciencias nomoteticas 'oficiales'. En cambio, 10s intentos "revisionistas" que han tenido como objetivo aplicar el cllsico paradigma 'social-progresista' a la historia nacional del siglo xx (caso de 10s historiadores marxistas d e las decadas de 1950 y 1960, y de 10s de filiaci6n democratacristiana despues de 1980, sobre todo), aunque encomiables en si mismos, no han tenido la consistencia cientifica ni la persuasividad suficiente como para quebrar la mentalidad portaliana que prevalece -desafortunadamente, mas en 10s hechos que en el discurso- en el grueso de la clase politica chilena, tanto civil como militar. I11
10
Lo anterior no tendria ninguna importancia, si solo formara parte d e un debate academico. Pero ha sido yes algo mas relevante que eso. Como todo profesor de historia sabe, la enseiianza d e su ciencia es determinante en la formacion de la 'conciencia civica' de todo ciudadano. Y a traves de ella, es tambien determinante en la configuracion social de la 'conciencia historica'. En Chile, el problema ha sido que casi toda la masa ciudadana, ya por varias generaciones, ha estado expuesta sistemlticamente a la enseiianza d e una historiografia que no solo es en esencia "conservadora", sin0 que, por su compromiso esencial con 'sistemas d e equilibrio' de origen predemocratico y preindustrial, no estl en condiciones d e desenvolver en el chileno medio una conciencia ni social ni moderna para 'hacer historia'.
ermanecen
nacionai y en tanto necesid
12
iv& esos cliilenos son duetS6s son un "pufiado". tan solo),
histdrica cultivada, podria ser usadb de un cerca de la destruch6n irresponsable de un sistema, que de la destruccidn-constructiva.Y en tercer Iugar, porque quh'fisega a semejante 'actor potencial' la conciencia hist6rica necesaria para convertir su particularidad indeseada en una generalidad satisfactoria, comete un grave error de lesa politica: en lugar de cultivar unidad nacional, cultiva irracionalidad histbrica. Y ninglin sistema soporta por mucho tiempo el peso creciente de esa irracionalidad, como el sistema portaliano mismo ha demostrado ya hasta el cansancio. La violencia politica, que ha caracterizado la historia contemporlnea de Chile, ni es inherente a la intrinseca perversidad de las masas, ni a la intrinseca represividad de las elites. Es, sobre todo, una cuestidn de no saber 'hacer historia'. Y esto es un subproducto social que reconoce diversas raices. Una de &stasha sido la historiografia conservadora -dominante en el pais-, que ha traicionado a1 clasicismo historiogrifico desertando a1 cientifismo 'oficial' de 10s sistemas. Otra ha sido la incapacidad de 10s historiadores "revisionistas" para levantar un paradigma capaz de ser efectivamente fitil a las mayorias necesitadas de la naci6n. Y otra -no por liltima la menos relevante- la irracionalidad politica de la propia clase dirigente que, a1 aferrarsea un sistema liberal que ha tenido y tiene en la mayoria de la Nacidn a su mis importante enemigo (seglin ensefian 10s hechos), ha concluido por vivir dominada por el "miedo a la Sociedad. Que es un modo de gobernar sin 'conciencia histdrica'. Y de cultivar violencia politica. El revisionismo histdrico no es, pues, hoy, en Chile, un simple experiment0 mis de alglin porfiado investigador premodernista. Mis bien, es una necesidad social.Y una necesidad que no s610 tiene que ver con la gran masa popular necesitada y des-historizada de este pais, sino tambiPn con la posibilidad de asentar un sentido mfis social y dinlmicamente profundo de unidad nacional que el que ha impuesto la historiografia conservadora, y con un sentido mas racional de la accidn politica a nivel de sistema.
RopdcMu.l9,1930
Las masas populares chilenas han permanecido encerradas en su particularidad estructural desde, cuando menos, fines del siglo XVII. La escasa historia social que hasta ahora se ha escrito en Chile respecto de esa particularidad revela, categbricamente, que &e ha sido un encierro tenso. Sin salida hacia una conciencia histbrica cultivada y volcada hacia la construccibn de sistemas, la historicidad popular ha girado en circulos en torno a la misma identidad, con irritabilidad creciente. La rebelibn sorda, el bandidaje, la adiccibn alcohblica o lddica y la violencia politica, han sido expresiones frecuentes de esa anomia histbrica. De modo intermitente, esa anomia ha producido estallidos insurreccionales que han remecido por enter0 la estabilidad del sistema. Las recientes veintidbs "jornadas de protesta" revelaron no s610 cuLn fuerte es el poder histdrico incultivado que late en el movimiento popular chileno, sin0 tambien cu6n cerca y a flor de pie1 del sistema est%ese poder. La historiografia conservadora y la mayoria de 10s que operaa a nivel de sistema han interpretado siempre 10s movimientos de la base popular como una amenaza de desintegracibn social y de desestabilizacibn politica. No habiendo estudiado en profundidad esos movimientos (el foco intelectual ha estado preferentemente clavado en el sistema general), han asumido una actitud regularmente irracional hacia el poder latente en ellos. Porque, a1 no haber cultivado una ciencia 'social', han desarrollado 'miedo a lo social'. Y en vez de apoyarse en las mayorias nacionales para establecer un &tado,de contenido social, han desencadenado neprbticas represiones ypromulgado desfinanciadas politicas sociales. Como r&ul1w) han hecho m b que fomentar 10s factores objetivos del Q cerrando el circulo. Pero ninguna clase dirigente podria eer BUS miedos. De modo que ha sido precis0 vestirlos de seudotebrico). 0 sea, de un cierto tip0 de 'teoria nte construida sblo para negar 10s fantasmas (la historicidad de las masas, la existencia de 's populares con proyeccibn sistbmica, la valii&&ico etc.) per0 no para desarrollar, desde
y, de otro lado, la intmmitente violaci6n de 10sd e r e & o s : h a m m de 10s chilenos que,por estar empozados en inc6morlas idenitidak%s sociales a1 margen de la historia, han estimado conveniente h i c h peligrosas marchas de politizaci6n 'socialista', cuesta arriba del sistema. El miedo, inherente a las blites dominantes chilenas - c o n su efecto en la irracionalidad de las conductas de dominaci6n-, las ha llevado tambibn a1 margen de la historia. Necesitan, pues, como las grandes masas dominadas, salir de su encierro en esa peligrosa particularidad.
V Si las masas populares necesitan a6n salir de su particularidad indeseada en marchas destructive-constructoras sobre el sistema, deberhn, imprescindiblemente, cultivar su concienciahist6rica y su capacidad para hacer historia social y efectivamente. Como no podran hacer eso auxiliandose de la historiografia conservadora y de las ciencias oficiales (nomoteticas), ni del viejo materialism0 hist6rico vulgar (en crisis), entonces deberan construir su propio paradigma historic0 y desarrollar una especifica 'ciencia popular'. De lo contrario, no tendran otro camino que continuar enfrentando 10s miedos (e irracionalidades) de las elites dirigentes por medio de nuevos 'reventones histbricos' y de mayor violencia politica contra el 'sistema general'. Paralelamente, si las elites dirigentes aspiran a h a estabilizar la sociedad chilena conforme a un patron global de integraci6n y unidad nacionales, necesitaran cultivar su conciencia social y revisar las teorias (defensivas)que niegan historicidad a 10s movimienuaran criando 'fieras sociales' en istorica de la nacion, y alimentando sus ancestrales tivo, pues, socializar e historizar su que, en cierta medida, estd hacienir que, hoy por hoy -sea de su del anilisis hist6rico no s610 es i s solo es posible a condici6n de que se concentreen lo particular-proletario. Es decir, que retome, de
1 18,ISM
no hacer est0 (0sea, uhidad nacionaiconvertido, cGmo ha ocirrido du-
Tesulta imprescindible como elemento de mediaci6n entre el polo 'particular' y el polo 'general' de la irracionalidad politica que ha caracterizadolas liltimas decadas de la historia de Chile. Pues es la
La miscelhnea enfoca prhcticamente todas las dimensfones re levantes del drama histbrico que se resuelve en la base de la sociedad chilena. De una parte, 10s problemas soterrados en la identidad germinal, tanto en lo que hace a las raices indigenas (articulo de L. Lebn), como a las de la infancia indigente (trabajos de R. Salinas y M. Delgado, y de G. Salazar) De otra parte, la tensibn surgida entre el disciplinamiento sistemico que pugna por imponer un f6rreo cuadrillado de identidades funcionales, y las identidades emergentes de la masa social (trabajos de M. A. Illanes, J. Pinto, J. Bengoa y G. Guajardo). Asimismo, 10s estallidos de crisis y rebeldia -COR violencia involucrada- entre un movimiento popular ya politizado, y un sistema que ha desperdiciado gran parte de sus oportunidades histdricas (estudios de P. Winn y C. Schneider). For ~ l t i m oest8 , tambien el momento de la reflexidn histdrica, necesario para evaluar el significado especifico de ciertos problemas, o del movimiento conjunto (J. Chesneaux, A Bauer, A. Daitsman y L. A. Romero). El objetivo especifico de esta edicidn ha si& contribuir a1 desarrollo de una genuina 'ciencia popular', local, en Chile; a la vez que mostrar, a 10s centros editores de la 'ciencia oficial' (sist6mica),las 'particularidades en movimiento' que, con sangre netamente humana,latenenel interior de 10s fantasmas que producen el gran "miedo a la Sociedad" Porque, en filtima instancia, el objetivo general de esta edicidn ha sido contribuir, con un grano de arena "revisionista", a la reconciliacidn nacional, en tanto que basada en la verdad dinhmica que sdlo la historia social puede ofrecer Gabriel Salazar V. Coeditor Propostclones 19
,
El rnalcin de Curiiiamcu
repella una vez m& la dmkictica los dips del nralh Iguerra, asaltol,
eron el tono a las
18
Sujetos a ninguna fonna d e cwra6n legal, mantenian la estructura social tribal de m t d o ymprcducian 10s antiguos patrones culturales. La poligamia y el paganism0 continuaban existiendo en un ambiente que se plagaW lentamente de fugados, crimimles v 'mal entrenidos criollos'. M i l i h n t e , 10s indigenas&shtuian una constante amenaza contra la Seguridad d e lo6 poblados y estanclas fronterizas, en la medida en que 10s maloqueros arrasaban losvillomos malamente defendidos,destruian las viviendas, awsinaban a
igenas y planearon establecer una monaquias de Rancia y Espaiia ehnun6
ones rivales que podian aspirar a ganar
hispano-cnollos de Concepci6n, intercambas comemales, de re1 cas Estas rehaones habhn producido un cons ndigenas res cto a 10s productos eu
'eno,losaba~"osyvestldosdepafio
para 10s orfebres.MAS a h , el compl a modifie~rsumnc~almenteel d
o
In primem fuse del conflicto
de C%lle'',CHDHN23386.
de campo Cabrito tamlnen eshlmeron dirigidas a el a traves del proyect 0.AI respecto, Cabri '"el inenor r e d o ni
. La intensa campafla de propa anda desatada por 10s hlspano Curiiiamcu fuebastante exitosa. Juaneidancuvilude Boroa expresd su le una conferenciacelebrada con Cabnto, "poniendose la mano en la cerv en lo futuro se expenmentase el menor tumulto o traicton estava pron su caveza, y mas enfervorizado continuo dinendo ( ~ u e el l autor de todos estos enredos, y eiqueha rebueltolosquatro Bulalmapusesel maldito Cunfiamcu, y al malo se le ha decortar la ~aveza''.'~ juan Antivilu de Maque a manifesto por su parte que CuriAamcu era "el peor indio de toda la tierra y que rhabia sofocado con diversos mensaxes que no obedmese a1 Senor Presidente, y Maestre de Campo"."El cacique gobemador de Angol, Huenulaf, supuestamcnte superior en rango a Curihamcu, sdia(6 "lo mismo y con lguales expresiones". Las muestras priblicas de apoyo dtspensadas por 10s caciques'gob6madores haciaelproyectodepueblory susmanilestacionesdercpudiocontraCurifiamcuconvencieron a Ias sutoridades de Chile de que 10s disidentes habian sido exitosamente aislados. En consecuencia, Guill y Gonzaga orden6 al maestre de campo que cmzara la frontera y comenzara la construccion de vtllas; tres columnas fueron enviadas a Angol, H u e q u h y Niminco a cargo de Cabrito, del sargento mayor Ribera y del capitan Joaquin Barbosa. El comisario de naciones tendrla a su cargo la fundaci6n de pueblosen el Butalmapu de la Costa y loscapitanesdeamtgor seencarEariande iniciar las labores en susres&?ctivos asentbmient&s.En total se S n s a b r con;truir ancuenta villas a t r a d s d e la Araucanfa." 12 'ReM6n M m m a
', op cil ,180
13 Ibld, I@
24
I4 Ibid.184 13 lMd 16 Ibld 17 P 6 m Garcia, op a t , 38'7, Drgo Barraa Arana H i r W Gewral k Chde 16 vdr (Santugo 1W1902), 6 u 3 , Horlclo L m , Cdnm de h AnrmmL, 2 Bantiago, IW, 2101
vd
$usmosetones
.
"
,
ti&a, a1 nos desnudgs, otros heridos, 10s mas a pie, y descalzo; traspasadcy de hambre,f&hados 10s pies de las fatigas del camino, per0 todos esforzados y con anas d e vengaruna tan injusta injuria"."El edificio de la coexistencia fronteriia que kabh crecido por dCcrdas, quedaba en ruinas. Aunque el ataque principal de 10s disidentes se concentr6en Angol, seregistramn hostilidades similares en.Niminco, Huequh, Ma&&, Minas, Chacaico, Pub, Dpnculco, Tucalpe y Tucapel.En Ma* 10s c o ~ s a ~ l t a r la o misi6n n y profanamn las imigenes rehgims; en Rucalhue un guerrero pehuenche, vestido con ropas de sacerdote, se dedicaba a celebrar "misas".En Dalculco, cerca de Paicavi, el t q u i Colorn illan orden6 a SUI guerrems que descuartizaran a un prisionero espaiiol, corh4Jole"aunestando vivo lasmanosy lospies y ultimamentela cabeza para remitir estaa partes del cuerpo a varias reducciones que esto es lo que ellos llaman repartir la f l ~ h a ' 'El. ~n h w o de hispano-criollosmuertos no subia de cinco, per0 las relaciones entre ambos mundos habian sufrido una dramtitics transfomacih. La guerra haMa retonudo a la Araucania.
La rcaccih del Reino El epcito fronterim habia sido humillado y el trabap de 10s misioneros deshecho. Todoa en el reino, a untaba un testigo, "ardian por emprender una cam a h en regla contra los indios" &n una car@a1 gobernador, el maestre de campo Calrito escribia: sofior~eccqualaDivina providencla ha dispuestoya la sulecdondeesta Nadon la que en el la 05 conrcguiblequnsi sin gnatos pues con solo quatm mil maulinos, y dos mil ftontamos que el mea que nene entren por tres partes hasti la jurisdiction de Valdivia 23 Cabnto, "Mmn ", hc at, &a 29 dp diarmbre 21 b t 8 de Pabb de la Guz d gabmador Cull y Connga, 5 de enero de 1767, AGI, AQI, Leg 257. 25. ''Relsdh Andrunu ",op nt ,190 26 &norArw,op c t t , 6 2 3 6 , h , q a t . 4
19,1990
f u ~ ~ hque p U M traieion tan pjudicial, y una insolencia tan in el devdo y exemplar camgo, pues si M da a1 olvldo su dditQ, RIS~S wm el despremo, v h d o que no M ks persigue ni castrga Svlmmnta an gfanqe, y cmfiador en quu no s@ les ha de hacar sobre Ias arms de 10s Espafioles, continunran tantos en un continuo movimiento con crecidos gastos y sndo el pefldo Cunnnmcu ha procumdo fundar su de 1w d a s en que no s@ l a puede castignr POE mas ue @ Ry I no pinrte a 10s EsprAolcs lquel les hagan hen wwedido La imlenw~de los Yndw ha llezado a1 puntode corcaral &ial rn1llta;dc la Frontera que q d a de mi sgunda perso&, de mallntar a b x damar ofiurlar,de k e r wnsion de br Armas Espanolas. de poner m fug.alosP&drerMisioneror, de maora 101 Sentlnclarquccurrcduvan loscavallos,de hcnraatrm soldadw, deduynronduor a1 MaeotredeCampo general y sus Ofrzialcs, y lo qw M IC oir sin dolor Ikgar a corm la cavern y braroa de Is Vvgsn Sdntudnu urn qw se ha de asporar para cawgar unto iniulio, y h t i r a enemlgo h n traidor?”
I
contenidpsen el ReakAcuerdo.
diga V . R r que tiempo p d r e hir por ellos porque aqui hemos quedado mtd apesadu ado con su ida". Noobstante,la recepcibndelob1spoenloscirculosmilitareshis~no-criollosno fue tan cordial, y muy pronto su papel de mediador fue mati 0Y mfllctos.Frentea unademanda de Esuiiieira dedesmovilizar a ocales. el mestre de campo Csbnto respondih que no era posibl por ramnes de segundad. El fiscal de la Audtenaa inkrmnoa favor de Espifieira, d a l a n d o que la m o v i h z a a h de la$ nuliaas dependh del gobemador del rein0 y que 10s comandantes debian del g h e m o y sus representantes En susconclusiones, el 0-r las instru~ciones Rea) Acwrdo reeomendaba que el licennamiento del "pisanaje" debia dejarse en manos del obispo, "como que se halla con pleno conoarmento del estado presente d e la bnrera".n lndudablemente, para muchos soldados la d m a 6 n del Real Acuerdo fue wsta como un nuevo vejamen contra el ejkito, que se sumaba a la derrota en Angol. Por esta razbn, LJuntadeGuerra deConcepfi6n noceddcon faalidad, manifestandoque la resencudeindiosarmadosyvagabundosen loscamposrecomendaba lamantenc& de loscuerposarmados Refinhdose a las negociaaonesmiaadas r Espifieira con lor indigenas, los rmembmr de la Junta apuntabm con aadez: g n todo d o encontrunos muchas espinas, y que no podemos persuadimos a que sea de algun provecho.. .PorquerlendoestaunaNaclonBarbaraeInhe1,quenoseretraedewolar
'
'
36 c.rtr del
de CmrrppQ Fray Angel Erplfieua, aI gobemador G U l y Gonzaga, Naprmmm, 15dssnaro&%AGI,ACh,Lag'257 37 h d e l d q u e &mldordr k o a , PedroThaitaru.al provlnoaldelor,esuitas,Bororr, 5 de f e h de 1767, AGI, Am, Leg 257 38 Garla del Brul de la Real Au&mms de L n h a p al pb@rna&r G u l l y Gonraga, %hago, 27 de Eskm d W r A G I , Ach, lag 2 9
y se Kubieran rescatado lo5 H e m y propiedades robadoa Ef?hl Acuerdo insisti6 en su p i c i 6 n reconciliadwa hacia hs Mbus a r a u a nas, sin dejarse envolver por la nwva ret6rica belicish. Por el contrario, Los oidores escribieron ai gobemador Guill y Gonzaga, argumentando que la Junta d e Guerra de Concepciim parecia estar embarcada en una campaha de Amores falsod que entorpc ch la gesti6n de EspiAeira; manifestaban que "a fin de e en b subsesivo c o n sin tropieu,estegraveimportantcassumpto,se hadeservi$.S. orderrPrdenuebo, ycon 10s apercivinuentos necesarios al Maestre de Campo y Junta d e Guen, c u m p h con mandado,observando toda conformidad y buena correspondencia con el Illmo. !%or Obispo".@Es probable que 10s oidores asumieran esta actitud porqw estabrn genuinamente lnteresados en reducir la autoridad que la ema dejaba en nunos del ejbrcito; otro factor que seguramente influyd fue la cAl% recepci6n que diemn ks rebeldes a la gesti6n d e Espikira. Curiimuu escribi6 al -to a prindpios de
do casti
kbrero: ILLmo.Wor.Lcutimoonmicunmna V.S.I.cl travrpquehatomadocn venirieoe PLzaparasosegvlaTinn mirar red bkndotintor Pobresquccrummp.dddo fuva de nuestrac tierras y ?!assas. ERepcura encantre 10s Hwlqumw de V.S.I. don CabrielSossay don Abnso Nahuelhunla porqulen noscita V.S.I. pnque nor juntano$ en esa Plw y desaxo de la P v d i que si combienen la6 bamrs C4si ues a q u h lhma v.s.1.An bja el dia aplasdo, con ello$ a nemea pies c&.\1.9.1 pum no deseo oh. cosa sino el sodego. v la P u para cui0 hi b h u e m a a valmme de Ia
R
E,
y I&
defenwks del pober polinco y milihr acumulpQo subfept&mente p~ el patriciadolocal.Circuwtancialm~nte,laRealAudl~arepre~tabaalosprimtros,
mientras el mbernador v k Junta de Guerra de Conc&6n actunbn corn vocuw ;%os. Cualq&rafuese el resultado d e esta iucha, lo importante
las nuevas con&icciones entre ambos bandos hrmon c r e x & ? s
os miembros de la elite local y losages& imperialesen Jas tensiones dtnicas y las disputas internibah que la nos.Hstasp e n e s inkemas se mnvertirhnm&
demitos previamente. kn ;us afanes h r extraer u n i venganza-apmpiads, la@@ Ehuenches manifestaron a Valdez que se habrian unido con gusto a kS hrereaS spano-criollas en la frontera, *a no estar con las armas en las manos para 10s Guilliches"." Por UM vez, 10s guerreros de la montaiia desertaban a sus antiguos aliados, per0 el momento era propicio para castigar a 10s huilliches, que no p O d h contar con el amyo de 10s Ilanistas. Asimismo, la entrada del verano forzaba a 10s fhuenches a ibandonar sus refukios temporales en Alico, adonde habian llegado
uyendodebshuilliches,ylesobligabaarecuperarsuscamposderecoleccibny~ situados hacia d sur. Sin embargo, no todos 10s pehuenchesmarcharon contra 10s huilliches. El 4 d e enero de 1767. diez dias desDu6s de iniciado el sitio de Aneol. el caciaue whuenche Peynapil se present6 a1 fue& de Naamiento para "ofreceFsu auxilidcoi todos sus Peguenches".u En esos mismos dias, 10s conas pehuenches de Colignir, Manque1y el "capitanep kona Leviant", llevaron a cabo susacciones militare. AprovechPndosede 1aausenciadelosguerrerwIlanistas,lospehuenchesdlrigieronsusataquesnocontra Paylkguala, como se esperaba, sino contra 10s asentamientos indefensos de 10s Uadrtas. En una carta enviada a1 maestre de campo el 8 de enero, 10s jefes huenches seMaban "que ellos havian salido de sus tierras en defenza del Maestre c&arnpo, y [a1m v a r con tododos las parcialidades rebeladas, y ue sus mugeres se reirian de ellos sino ensangrentabansuo L a m s con los Alzados, %elo que resultoel que tomasen la resolution de acometer a lar Reducciones reveladas de Buereu, Malleco, Chacaico, Reqwn yQuwherepuas,robandoles porcion de anados, y dejando muertosmuchos indbs, y entre ellos el principal alzado Cheu efemu; que 10s Peguenchesperdieron solo dos hombres y regresaban a rehacerse". AI 1lev.r a cabo sus ataques contra lo5 llanistas, 10s caciques pehuenches asunderon que el conflictoentre CunrTamcu y 10s hspano-criollos se extenderia por t d a Ir Araucanla. Pero como lo demostraron 10s eventos en Angol, Huequen y
y
LaonmrdoLe6n 5 , ' b cciona espaLd*y las yetrar mtestmasentreloslndm de Araucanla. Patagonla a9 Fmps. 19601806".Nurw HzsboIia 5 31-67 C r t a del mrre@dcide Maul., G q m o de Ulloa, al pbernador Gull1y Gonoaga, Challh, 9 de a e r o %?, AGI, AOI, 1% 257 CIN del rnaeswede camp G b n l o a1 gobernadorGuiU y Gonzaga,Naamiento, 5 de enero de 1767, 8. clrtr del m&e & camp Cabnto ?,I gobarnador GwU y Gonzaga, Naarnlento,8 de a e r o dc 1767, AGI, ACh, Leg. 257
r
peh~en~doporlosdosBut~~~usdehCordiUerapdelo~Lh~"lgPSobre el miSm0 asunto, el capith de amigos Gabriel Sossa manifestah quelos pullanistash a b h recibido notiaas de un sitio impuesto por 10s pehuenches Contra asentamiento de Lumaco,y que 10s conas d e Repocura, Maquegua, ImFrial YBOrcL haban d i o en auxilio de sus compatriotas. Mas adelante agregaba: "DiCen h S Llanistasl estar los Pehuenches en pelotones por 10s Camnos, asechandu a todo pasajwoparaquitarlelavida,porloquesup1icanaS.S. Ilma. mandea lmcomandantes de lis Plazas que 10s Peguenihes si'pten por sus ofiaales".u Segirnsedesprendedelos testimonioscitados,algunosasentamientos Uanistas parecian est= genuinamenteconmovidosante un inminente ataque represivo d e 10s pehuenches. Estos temores, basados en experiencias pasadas y particularmente en la maloca desatada por Colignir y Leviant a principios de enero, forzaban a 10s caciques gobernadores a cerrar lineas con 10s conas liderados por CuriAamcu. En otras pahbras,elapoyoqueloshispanocriollosbrindabana lospehuenchesy quelos habia envakntonado en el pasado, solamente fortalecia las posiciones de 10s Sectores confrontaaonalistas de 10s llanistasy minaba las posibilidades de una paz negociada con I o s rebeldes. No obstante, todavia interesadosen castigar a 10s sitiadores de Angol, la Junta de Guerra de Concepcibn y el gobernador desconocieron las recomendaciones del Real Acuerdo y procedieron a autorizar el envio de refuerzos militares a 10s phuenches. En una comunicaci6n al maestre de campo, Guill y Conzaga expresaba. El auullo de tropa milicianay arregladaconarmas y municionesafavordelos Yndios Peguenches, y contra IosHuilichesquehan intentado usurparlessus salinas, no pudo mnosquemerecermi aprovacionporla justaramn deque se amparen unosnaturales que j a m s han sido reveldes contra nosotros, y antes siempre han ocurrido para ofrecerse contra 10s Infieles en nuestro favor"." La expedici6n combinada de pehuenchese hispano-criollossali6de Tucapel el 5 de febrpro de 1767, compuesta por 137 milicianos, 16 soldados, 18 voluntarios y un M. " A m de Is conferenciaWIeNda entre el inmo Cunlamcu y d obirp Gpthatra, Slnh Juan., 24 de abtu de 1767, AGI, ACh. b g 257 51. Clrta d d mmandmn JuanSegundo L6pa a1 obisp Gpuiesa. Nadmtenio, 16 de febrvo de 1767, ACI. ACh. k g . 257 52. Cvta d dpronndJ de lor IcOuIIas.Bdthazv Hutrer, al gobernadorCull y Conuga. Na&Imlo, 16 & f o b & 1767. AGI, ACh. hg 257. 53. Gwta del caplt4n de amlgos Gabrid 666a . Iobirp Gpileirs. Repponua. 12 de febnro de 1767, AG1 ACh, k. 257.
s. ~ d d Leg.257.
b o b e m ~ o ~ C ~ ~ ~ C ~ z a g a ~ m a ~ ~1 d 2 de e~f emb rp ~~o ad eb i n7 6t 7o. ~. ~ 1 , ~ ~ h
Anme0 y la u0-n numem de mil y novgientas l a d s , que venian eimarcfia 10sparares nomllladw Sari L0-b.
s d
' Gbrito y la Juita de Guerra de Concepcibn, endeudados con
bi'&%
montaibes por el apoyo que,prestaron durante el sitio de An@. no e t a b en condiciones de rechazar las demandas de Leviant. Adem& el inter&
ve
tenisnporcontinuarlaguerraenlaquehabiansidoderrotadoscontantahumillaci6n, losinclinsbascrearunamb~~tede tensicheintranquilidada travesdela AraWana. ComosoldadossubrogantesdelaCorona, IMpehuenches jugabanun P P l l d e a l P e
my~mprom&fsm\almemeal+rito, 0c"yasarrionesdebilitabanmilitarmente a, t&bdnonistes y BUS diados. El obispo g i f i e i r a penseha dif-te. En su OPinibn, la -deapoyo militar a los pehuenches y la participacionde los M v W i d , l % !O,S conflictos internibales agravaba la situaci6n global, entorpffla. N gmtl6fi paakadora y estimulaba el surgimiento de una guerra total. "Las d i l i p d de I?. C h i o n -ibi6 el obi- al gobernador- quedan infaliblemente@zwfnlsha: dasenomdehpartlrsedimtao i n d i r e c t a m e n t e d i c h o a u x i l i o , y a u n S h ~ ~ ~ queel de no embarazarles el pas0 del Biobio, o no contenera dichos Pehuenches desta parte quanto sea posible, kzgo inevitable5 10s acontecirnientos vengativos de 10s Llanos contra 10s nuestros".l' , Ante el serio dilema de dar apoyo a 10s pehuenches y alienar definitivamente a 10s Ilanistas, o de seguir gestionando un acuerdo politico con 10s rebeldes de ' CuriTumcu, el Real Acuerdo deSanliago +ue hastaalli habia resistido laspresiones del gubernador y de la Junta de Guerra de Concepci6n- opt6 mayoritariamente p r h primera dtemahva. Describiendo las razones que le forzaban en esa direxion, el Real Acuerdodeclaroqw sedabaayuda para "ulvarlosdel peligro deque IosYndios Pehuenches. desunidosde nuestra amistad.0 seanexterminados por loscontrarios, o unidos a ellos en retorno de nuestm desprecio con otras fatales conrcuencias . . . en atendon a que 10s Pehuenches han manifestado su fidelidad en repetidos a c t a a nuestro favor"." Asimismo, sugeria que se diera permiso a 10s pehuenches para que instalvan toldos en los paraps solicitadosp r Curin. Respecto al momento en ue se les frcilitarhn soldados, el Real Acuerdo exribio a Espifieira para que el ,%ispo explicara persomlmente a 10s pehuenches que no convenia realizar nuevasoperaciones mllitsres, por lo entrado del invierno. "En la precision de no ceder a dichas representsciones -instruia el Real Acuerdo al obisy recelase que disgustados de la negativa puedan alurse de nuestra amstad y p a w a 10s enemigos, que en esta mtingencia se les conceda el auxilio que el reverend0 obispo y Junta de Guerra tubieren p r wnveniente, sehalando oficiales de entera satisfaccion que dirixan sus emprews y observen sus movimient~s".~~ Con esia decision, 10s representantes ~s Ictivos de la politica imperial en el rein0 concurrian a prestar apoyo a 10s aliados i n d i m s , $in imprtarles las consecuencias militares, politlcas y economicas que podia b c a m w el rrcrudeclmientc,de la p e r r a intertribal. Por una vet, 10que mds importaba era la defensa de los pehuenches. iPor quC importaba tanto defenderlos? El roldebarrerahumana jugadoporlospehuenchesa hav&delmacimandino, una contencion fisica a la expansion de ios Iianistas, de 10shuilliches de las I
19,1590
'
mantener viva la tensi6n, aumentar su control local sobre los recur3Os militam y
7p "ah e el pmpio Curifiamcu. *
Si bien durante el parlamento de 1764 Curifiamcuno figur6 entre 10s PfeSque mgociaron el proyecto de pueblos con el gobernador Gull y Gonzaga, peas deseS d s tarde a p a M 6 encabemdo una pequefia facci6n indigena que se opoda violent a m n t e aaceptar losacuerdos. Cuandoel gobemador orden6 su a m t o , Cunfiameu era un jek menor o ca itanejo. Los dias gastados en el residio cambiaron su destino d r d t i c a m e n t e . Los~ispano