Arte colonial : tercera serie

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AKTE COLONIAL TERCERA SERIE POR

D.

Manuel Romero de Terreros MARQUES DE SAN FRANCISCO CABALLERO DE MALTA, CORRESPONDIENTE DE LAS REAACADEMIAS ESPAÑOLA, DÉLA HISTORIA Y DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO. LES

*Yv*Vti3

MÉXICO LIBRERÍA «CVLTVRA»

MCMXXI

ARTE COLONIAL TERCERA SERIE

D.

Manuel Romero pe Terreros MARQUES Ü£ SAN FRANCISCO CABALLERO DE MALTA, CORRESPONDIENTE DE LAS REALES ACADEMIAS ESPAÑOLA, DÉLA HISTORIA Y DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO.

tm MÉXICO LIBRERÍA «CVLTVRA

MCMXXI



U^

LA IGLESIA Y MONASTERIO DES. AGUSTÍN ACOLMAN

fi

EN

DON VICENTE LAMPEREZ

medio de barbechos y sembrados

de pueblos y haciendas; en «un ameno dice Villaseñor [1] cuyo temperavalle





mento

es

cercanías

benigno y templado»; en de la histórica Texcoco;

las

se

mole de la iglesia de Acolman, que, con su majestuosa elevación, empequeñece hasta la insigniflcanyergue

la

arcaica

[1]. — Villaseñor y Sánchez, JoscpJu— Teatro Americano. México, 1746-48.

cía el

monasterio anexo, hoy

— dice

ros

D. Alfonso Toro,

dos contrafuertes,

resistentes

almenadas azoteas,

le

dan

todo

reales cédulas en

que

y conventos

el

[2]



ti

musóli-

bóvedas y aspecto de

y recuerdan

una verdadera fortaleza,

sias

casi

«Sus gruesos y elevados

en ruinas.

se prevenía

que

las

igle-

estuvieran fortificados,

que sirvieran de refugio en caso de

¡.ara

un posible levantamiento de nas)).

La

planta del

indíge-

los

cuerpo de

la

iglesia

de un paralelógramo rectangular, y de un medio hexágono la del presbitees la

Mide, según D. Manuel Espinosa de [3] catorce y media varas

rio.

Monteros,

los

de ancho, sesenta y ocho de largo te y tres

de

y vein-

alto.

del templo,

La fachada principa!

que

ejemplar

mira

al

m.'is

hermoso y puro de Renacimiento

Poniente,

contiene



— En

'J'oro Alfonso. [2]. del viejo convento. En

el

el

silencio

«Revista de Revistas». México, 5 de enero de 1919, Esfinosa de los Monteros, [3j. Cuaderno de antigüedades de Matinal. Acolman. Ms. en nuestro poder-





8

a :

que

español

nuestro juicio na en

en

la

México,

mano de

si

no

obra.

es

[4]

cié

consisten en un arco de arquivolta

doble,

.

de

ni vista, las líneas generales cía

libre,



toda influencia indíge-

composición,

la

bién en

hay

— de

que tam-

A

prime-

la

porta-

medio punto,

flanqueado a cada

lado por dos columnas, y en los interco-

lumnios una hornacina que cobija tatua de

un aposto!.

prolongan, sobre

la

la

Las columnas

cornisa, en

lumnillas y otros adornos.

el

se

ornamen-

tos arquitectónicos de gran belleza,

veremos adelante; y corona típica ventana plateresca con

es-

como

conjunto

esbeltas co-

Al

acercarse

uno a admirar tan hermosa composición, extasía la vista el primor del detalle. La



Confirma nuestro aserto un es[4]. cudo de las armas agustinianas, labrado en una piedra cuadrada, que se halla en la antigua y derruida portería. En seguida se ve que esta sí es obra de indígenas el relieve carece de contornos suaves, y la composición general, si bien inspirada en

diseño español [quizás algún ¿rrcmta'l bordado], presenta muy marcados

motivos ornamentales de

los indios.

— arquiv.olta interior de la puerta está deco-

rada con bajo-reKeves de querubines,

ternando con frutas sobre platos;

la

al-

exte-

con peras, uvas, manzanas, granadas

rior,

y demás; y

el intradós,

—pescado,

viandas,

con toda clase de

legumbres,

aves,

sobre trece platos, original alusión, según

creemos, a arco de

tatuas de

la

Ultima Cena.

Sostienen

desgraciadamente

santos,

deterioradas por

muy

transcurso del tiempo,

el

adosadas a pilastras que presentan

muy

combinación de ornatos en sus ca-

hábil

volutas,

piteles-,

En

guirnaldas.

yor

el

portada dos hornacinas con es-

la

cabezas de animales y pechinas del arco ma-

las

hay dos círculos con bajo

de gran belleza: a tador,

la

relieves-

izquierda del espec-

Arcángel San Gabriel con una

el

la salutación AVE MARÍA GRATIA PLENA DOMI-

filacteria

en que se lee

NVS TECVM;

y a la derecha, la Virgen María, con un libro y un jarrón de azu-

cenas.

cado

como nios,

Las columnas son del más marestilo las

que

Renacimiento

español,

así

hornacinas en los intercolumllevan,

la

de

la

izquierda,

la

estatua la

San Pedro,

ele

de San Pablo.

mucho

jan

y la

de

la

Las primeras

derecha,

se

aseme-

a las de las portadas de San Pe-

dro y del convento de San Clemente en

To-

ledo, obra esta última atribuida a Covarru-

y Berruguete; y

bias

hornacinas son

las

todo en sus dosele-

casi idénticas (sobre

numerosas de

tes) a las

la

Hospital Real de Santiago de

portada del

Com poste-

construido qor Enrique de Egas.

la,

friso del

entablamento que sostienen

columnas está ornamentado con

El las

fantásti-

cos animales y variados arabescos; y sus

prolongaciones, que anotamos antes, con-

en flamígeros «can-

sisten, las exteriores,

delabros», resco,

y

atlantes

En

tas.

las

tan

característicos 'del plate-

interiores, en

bien labrados

que sostienen canastos con fruel

centro,

sobre

abren tres nichos: en

el

la

cornisa,

se

de enmedio se

estatua del Niño Dios (hoy decapiy a los lados, las de dos ángeles, sonando una trompa el uno, y tocando la

ve

la

da),

guitarra el otro. la

La ventana

fachada, que da luz

sia,

al

superior de

coro de

la igle-

parece arrancada del Hospital de

11

la

Santa Cruz de Toledo,

tal

es la

semejan-

za que tiene con las dos de la portada de la

Co-

obra maestra de Enrique de Egas.

rónala

el

distintivo de la

Orden de San

Agustín, un corazón atravesado por unas flechas,

rematando

el

adorno una mitra

A ambos

sobre una cartela.

lados de esta

ventana, se destacan dos escudos, izquierda,

con

cuarteles de

los

el

de

la

Castilla,

León y Granada, timbrado de reai coroy el de la derecha, bajo un dosel que

na,

pendan l

hace

a

fico

con

dicho timbre,

que

«brazo con hombro)),

es

el

jeroglí-

el

indígena de Acolman, según los an-

tiguos códices.

Poco más

[5]

arriba se

destaca ligera cornisa, de manera que

conjunto de

chada aparece

la

parte decorada de

como

incrustada en

la

la

el

fa-

tosca

«La leyenda explicativa del nombre pueblo está en la «Historia eclesiástica indiana», del P. Mendieta, [páginas 81-2], tal como la narraron y dieron por pintura los de Tetzcuco al P. Fr, Andrés de Olmos, diciéndole que del hoyo que formó una flecha disparada por el sol sobre la tierra, salió el primer hombre, que no tenía más que de los sobacos para [5]

dado

al

12

Iglesia de S.

Agustín Acalman

.

construcción del resto de

la iglesia,

cuyo

frente corona primitiva espadaña de tres

arcos con dos campanas y una esquila.

Completan

adorno plateresco

el

En

inscripciones.

COR. MEV. el

varias

abajo de

la

SAGITA VERAS DNE.

mitra, se lee:

en

la cartela

CHARITATE TVA.;

centro del friso:

DECET SCTITVDO.

DGMVM

DEI

PS. 92; y aba-

a uno y otro lado del entablamento, en dos primorosas cartelas que penden de cintas sostenidas por cabezas de león, las siguientes leyendas: ACABÓSE. ESjo,

TA

OBRA. AÑO.

1560.

REINAN-

DO. EL REÍ DON FELIPE NRO. SEÑOR HIJO DEL EMPERADOR

CARLOS:

5.

-

GOVERNANDO

I

ESTA NUEVA ESPAÑA. SV, ILLO. VIREI. DON LVIS DE VELASCO arriba y al cual llamaron, por tal motivo, Aculmaitl, que quiere decir brazo con hombro. » Nota de D. Francisco del Paso

y Troncoso, en

España.

sus

Papeles de

Segunda

v Estadística. p. 210.

Serie.

Tomo

"1905.

13

VI.

Nueva

Geografía Madrid,

.

CON. CUYO. FAVOR. SE HEDIFICO. En

aquellas partes labradas que hará

menos expuestas

sido

a

la

intemperie, se

observan todavía trazas de pintura y hasta de dorado.

Es una verdadera lástima que ? al

debido»

asolve del terreno en aquella comarca,

causado por la cercana presa llamada «del

Rey», se encuentre hundida más de

dos.

varas la parte inferior de la fachada de este

suntuoso templo.

que ha padecido,

Monteros,

«Las inundaciones

— dice Espinosa

—han hecho subir

que entrando

el

el.

de los

piso, por-

agua revuelta con

lama;,

escurriendo aquella, ha quedado ésta con

que ha subido

el suelo»,

II.

Al mera

entrar en la vista llama

iglesia,,

más

arco ábside apuntado,, y side

mismo, por

nera gótica. de

lo

atención es el

la

bóveda del áb-

sus nervaduras a la

La techumbre

la iglesia es

que a pri-

la

del

ma-

cuerpo

de bóvedas, con halietos,

14

adornadas con sencillas lacerias de arga-

Iluminan

masa, a manera de grecas. iglesia ventanas de

ningún valor

la

artístico,

y en el ábside, en el lado del Evangelio, aún se ve una ojival, tapiada. Debajo de la bóveda del coro se ha formado un vestíbulo circular que no tiene razón de ser.

Algunos siglo na suntuosa fortada. de cantería y vna buena huerta dentro del monesterio en que se coje cantidad de nueces de España y

23

seresas y sirgúelas- en cantidad;

y

gnaíndas

fundóse

el

monesterio

año de myll e

el

quinientos treinta y nueve siendo prouincial

de

la

orden, de San Agustín

el

rable padre Frai Jorge Dauila». la

expresada fecha de 1539, por

en que se terminó y

más que

notablemente con

resto de ta

la

talla,

la

que contras-

tosca sencillez del

construcción,

salta a la

que aquella fuá incrustada en interior, se

Por

de 1560

acabado perfecto

el

tivo frente de la iglesia. el

la

fachada plateresca,

la

todo, por

de su composición y ta

bene-

[8]

el

Ahora

ha encontrado que

vis-

primi-

bien, en los fres-

cos del Apostolado continúa- detrás de

¡as -pilastras que sostienen del cuerpo de la ig-lesia, lo

que dichas

la

bóvedas

construyeron en

pilastras se

época posterior a

las

que demuestra

en que se pintaron

aquellos.

A mayor abundamiento, algunas

pilastras,

en

el

yen parte de

que

se

la

Epístola, obstru-

las ventanas, lo

construyeron después de

de éstas.

[8]

lado de

Todo

lo cual

Papeles de

que indica la

Nueva España, Z4

apertura

nos hace creer que p. 218.

en

la

primitiva construcción,

ba techada con

la

nave esta-

Hacemos

madera.

esta

conjetura, fundándonos en que la forma ojival del arco ábside indica

claramente

la

disposición del expresado techo en forma

o de dos aguas.

(ale tijera),

te,

hemos encontrado Hablando

cedentes:

Por otra par-

los siguientes ante-

del

vento de franciscanos de

la

primitivo con-

Ciudad de Mé-

xico, dice el P. Vetancurt: «Cubrióse

cuerpo de pilla

mayor

cribir la el

el

con madera, y la cahizo de bóveda;» y al des-

la iglesia

se

que en su tiempo

existía, dice;

techo es todo de artesón y de plomada,

y por estar con las inundaciones y su rraplén más de cuatro varas , sumido

teel

templo, se trata de hacerlo de bóvedas y levantarlo » [9] Obra semejante a la .

.

.

.

que proyectaban xico,

los franciscanos

Acolman, construyendo que

al

en

Mé-

llevaron a cabo los agustinos las

en

bóvedas, aun-

hacerlo, tuvieron que tapar parte de



Vetanciirl, Fr. Agustín de. [9] Crónica de la Provincia del Santo Evangelio de México. México, 1697. Tratado segundo. Capitulo III.

25

los frescos

y de

indicado.

En cuanto

plo,

las

como

ventanas,

opinamos que para reforzar

chones

se

interiores,

se

ha

exterior del tem-

al

los

construyeron

malos

contrafuertes de menores dimensiones y de distinta forma que los primitivos.

También lo

se nota claramente,

de su ornato, que

que parecen sostener ron construidas en fachada plateresca.

madas por

por

el esti-

las

medias muestras

el

arco ábside, fue-

misma ópoca que la Las demás ojivas, for-

la

nervaduras del ábside, des-

las

cansan solamente sobre ménsulas.

La importancia de San Agustín Acol-

man nunca

estuvo en relación con su sun-

tuosidad; pero

sentaron en

más de una ocasión

el

Monasterio

los

que iban camino de México; en de 1573,

el

se

apo-

Virreyes el

año

Provincial Fray Juan Adria-

no convocó en

él

una junta,

en

la

que

que Fray Juan Medina ciñera mitra de Michoacán que no había que-

se acordó la

rido aceptar sin

consultar antes

26

con sus

hermanos de habito; y de Acolman salieron, en 1583, el Prior Fray Diego de Soria y Fray Gerónimo Morante, para acudir a España, junto con los procura-

dores de

la

Orden de San Franciseo, a

impedir que se llevara a efecto

la

recien

expedida Real Cédula que ordenaba a los regulares que entregaran los curatos a los clérigos.

Administróse ligiosos,

priores

Parroquia por los re-

la

[entre los que

hombres de

dro de Agurto, en 1572, y

do Fray Diego de el

el

de Fray Peel

menciona-

en 1583], hasta

Soria,

10 de febrero de

tomó posesión

como

figuraron

la talla

fecha en que

1754,

primer cura clérigo, Li-

cenciado D. Victoriano Palma y Zeleita.

La primera vez que sia fué,

se

según parece, en

inundó el

la igle-

año de 1645,

en que se perdieron algunos libros del archivo;

pero más de un siglo después,

en septiembre de 1763,

sufrió

otra

ma-

yor, tanto que se trasladó la parroquia a

Tepexpan, en donde

el

Virrey y

el

Ar-

zobispo de México determinaron que quedara definitivamente

;

pero «noticiosos los

Acolman de

Indios de

—dice Espinosa

esta determinación

de los Monteros,

el

Virrey y

el

pasase personalmente

el

man, y que determinase se el

—dis-

y mandaron Cabildo Sede-vacante que

pusieron formar un tumulto

5

Provisor a Acollo

que

le

parecie-

y en efecto determinó Provisor quedase Acolman por cabeconveniente;

cera».

Sin embargo,

no fué en

la iglesia

San Agustín, sino en

la

Acolman, en

se estableció

la

que

de

de Santa Catarina el

cu-

rato.

«En

Auto de ro,

segundo

el

españoles,

libro de

— continúa

Visita del

bautismos de

Espinosa,

— hay

de 9 de diciembre de 1781,

se dice

un

Señor Núñez de Haen que

que respecto a que nueve años

hacía que habían cesado las inundaciones

que

se

experimentaban, y por las que se la cabecera al barrio de San-

había pasado

ta Catarina, se pasase

gua

iglesia

otra vez a la anti-

de Acolman, respecto a que

el Gobernador y República, a insinuación de dicho señor Arzobispo, se obligaban a

componer

la

Casa Curatal, deslamar y po-

28

Frescos de

la iglesia

de

Acolmau

ner

Parroquia de modo que pueda sercon comodidad, y hacer delante de un albarradón, cerca, o resguardo,

la

vir ella

que sea capaz de contener

las

inundacio-

no entren er dicha ParroSin embargo, continuó la

y que

nes,

quia y casa.

Parroquia en Santa Catarina hasta

mayo de

3

f>

de

1783.»

«Algún quebranto debió padecer esta año de 1724, porque en-

iglesia antes del

cuentro que se reedificó entre los años de

1724 y 1732. pintada en

la

En

el

arco del Coro se lee

pared esta media razón:

Se reedificó esta Iglesia Parroquial a 10 de Abril año de .siendo Provincial nuestro muy reverendo Padre Maestro Fr. ñliguel Alarrégui se contó el P. Predicador FrMiguel Amésaga.)) [10] Este Padre Amésaga firma varias partidas de Bautismo, siendo la primera de 20 de mayo de .

.

.

1729.»

[10]

por

Esta inscripción está interrumpida

muros del vestíbulo hecho referencia.

los

se ha

29

circular a

que

:

«En un hacia

estribo de la iglesia,

que mira

Calvario, hay otra razón grabada

el

la torta, ya medio borrada, y dice mocenquizca yectenehualo in Dios Tetatzin, no in Dios Ypiltzin in Dios Espíritu Santo. Axcan ipan xihuitl de 1124 años ipan in oc Andrés de Santiago o pehuque 15 de

sobre

Ma

Octubre

1732.))

La traducción de esta inscripción, según D. Porfirio Aguirre, es la siguiente: Se empezó a levantar en el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo, y de Dios Espíritu Santo, alwra en el año Andrés de de 1724 años, sobre se empezó 15 de OctuSatiago bre de 1732.

VI.

En

el

Códice «Texcoco-Acolman>,

que perteneció a ro Boturini te sia

en

el

la

y que

Museo

colección del Caballe-

se conserva

actualmen-

Nacional, figura una igle-

española con espadaña y campana, le-

vantada sobre gradas, y abajo, una cuen-

M)

ta de siete años,

Encima de constituye

según D.

el

Ramón Menú.

se ve el brazo

la iglesia

que

de Acolman y

jeroglífico

Ancohna.

en

letras góticas, la palabra

la

derecha hay un indígena;

ya

la

A

izquier-

da, una cuenta de diez años, y dos frailes

de pie que señalan a

la iglesia,

teniendo so-

bre sus cabezas, en letras góticas, estas

yendas:

fray ivo

tet asían

nar maestro. Todo que sia

los

de

y

le-

fr. obi'ci-

esto parece indicar

que construyeron

la

Acolman fueron dos

primitiva iglefrailes

que os-

tentaban, respectivamente, los peregrinos

nombres de Juan Tetasian y Obicínar, y que duró la construcción diez y siete años. Pero ¿quién fué

señó

la

parte

el

arquitecto que di-

plateresca del edificio?

Si

comparamos la fachada de nuestra iglesia con los monumentos más característicos del Renacimiento Español en la impelía' Toledo, en Valladolid y en Santiago de

Compostela, vemos enseguida que sus

di-

muy

se-

versos componentes,

mejantes a

los

si

bien son

de Santa Cruz, San Cle-

mente y Hospital Real, no son idéntiDe manera que la fachada de Acol-

cos.

31

man no

es vil imitación

español de aquella

por

de ninguna espa-

obra diseñada por arquitecto

ñola, sino

época,

y ejecutada

o españoles pero bajo

artífices indios

dirección española, ¿Llamóse

diseño Enrique de Egas,

Berruguete

En

.

.

.

.

se

las medias mueshemos podido leer

de

dificultad,

debido a

encuentran,

unas

desatadas

gue

las

autor del

?

los capiteles

tras del arco ábside,

con

el

Covarrubias o

la

altura en

que

inscripciones que,

abreviaturas, rezan

como

si-

:

AÑO DE 1558 PRIOR RÍOS

SE

HISO— SIENDO

ERAY ANT DE LOS M PALOMIRA FISSOME. ()

(>

¿Fué también autor de la portada el ¿Quién fué Palomí-

maestro Palomira? ra?

No podemos

contestar a

estas pre-

guntas; pero quienquiera que haya sido su autor, subsiste

el

magnífico edificio de

San Agustín Acolman, testigo la

espléndida

arquitectura

épocas.

11

de

mudo '

de

pasadas



NOTA A

últimas fechas

Gómez

el

señor don Federico

de Orozco tuvo oportunidad de

examinar de cerca

que

inscripciones

las

hay en

los capiteles del arco toral

iglesia

de Acolman, y encontró que

que nosotros habíamos leído

de

la

lo

"Maestro

Palomira fissome" no es en realidad sino

"Maestro Alonso de cial."

bre del Palomira

como

grandiosa inglesia, janza con

choacán,

por

ei

según

la

Vera f Provin-

Queda, pues, descartado

la

el

nom-

del autor de

el

la cual,

la

dada su seme-

de Yuririapundaro, en Mi-

parece

haber

sido

construida

mismo

arquitecto que ésta, quien,

refiere

Gómez

Orozco, fué

dre de fray Pedro de Toro. Revistas,

el

México, Domingo 27 de

brero de 1921.

pa-

Revista de fe-

LA CASA DE LOS VIRREYES

EN

HUEHUETOCA

CON un

el

nombre de

«ia casa

de los Vi-

rreyes» es conocido en

Huehuetoca

como todo

ese pueblo,

edificio que,

se halla

actualmente en completo estado

No

de ruina y abandono. naturaleza en

el

fué pródiga la

vetusto poblado.

Falto

de agua y vegetación, Huehuetoca ha sido siempre un sitio triste por excelencia,

y si alguna importancia tuvo antaño, era debido a que allí hacían escala las «diligenciase de nuestros abuelos. la

Pero con

construcción de los ferrocarriles, desa-

pareció aquel tráfico; y

las

numerosas

voluciones que han asolado

ron

allí

sus huellas,

como

al país,

lo

re-

deja-

atestiguan

derruidos techos y paredes de adobe que

rápidamente

se

desmoronan.

35

¿Cómo

fué que en un lugar de ningu-

nos atractivos tenía una casa nada menos

que el

el

primer funcionario de

Virrey de

plicación es bien

mos

que, a

muy

corre

casa,

aguas]

[a

sencilla,

ex-

corta distancia de

esta

menos, en tiempo de

lo

de Cuautitlán, porque ense-

el río

recuerdo

el

desagüe de Huehuetoca,

famoso

por medio del cual siglos,

La

reflexiona-

si

guida acude a nuestra mente del

Colonia,

la

Nueva España?

la

se

luchó durante tres

por librar a México de

las

inunda-

ciones que periódicamente afligían a los

moradores de

la

Capital del Virreynato,

y que preocuparon siempre a los gobernantes del país, desde Don Luis de Velasco hasta

Don

Porfirio Díaz,

cuyo período de mando

se dio

tan importante empresa.

qués de Salinas fué per

la

tierra

el

[1]

a

El ilustre Mar-

primero en rom-

con una azada,

viembre de 1607,

durante

término

y

el

30 de no-

casi

todos sus

[1] Memoria Histórica, Técnica y Administrativa de las Obras del Desagüe del Valle de México 1449—1900. México, 1902.

36

*

«>

\

sucesores tomaron vivísimo interés

Como

obra.

acostumbraban

muy

obras del desagüe bricó

casa que nos

la

a

éti la

visitar

menudo,

ocupa,

las

se fa-

tanto para

encumbrados huéspedes en de inspección, cuanto para que

alojar a los

sus

viajes

sir-

viera de

oficinas

tradición,

muy

y almacenes.

Existe

verosímil por cierto,

la

de

que fué mandada construir por dicho don Luis de Velasco.

Cuántas veces habrán pisado sus um-

¡

brales aquellos grandes

bernaron

ingenieros,

ilustres

que

se

como

¡Cuántas discusiones habrán es-

cuchado sus muros, seguirse

la

fin

si

debía

y

al

No-

cercana, o emprender

allí

canal de desagüe al

acerca de

ciclópea tarea del tajo de

chistongo, de el

aquellos

diríamos hoy,

llamaron Enrico Martínez y Adrián

Boot!

mo

señores que go-

Nueva España, y

la

por otro rumbo, co-

cabo

se hizo

en nuestros

días!

No sa,

tal

nos atrevemos a afirmar que cual

hoy

existe,

date del

la ca-

siglo

XVII, pero sí es muy probable que la mayor parte del edificio sea Ja primitiva

37

construcción, erigida quizá por

propio

el

Enrico Martínez, aunque modificada posteriormente,

como

dos los edificios de

Afecta

la

es el caso la

en

casi to-

época colonial.

casa de los Virreyes la for-

ma de un paralelógramo rectangular, y consiste

en un patio, que da luz a

las habitacio-

nes que lo circundan, y un amplio portal frente.

parte

Esto, que mira

más

al

al

Poniente, es la

interesante de la casa.

Mide

aproximadamente, cincuenta metros de lar-

go por unos seis de fondo, y lo forman doce arcos de medio punto, que descansan sobre sencillas columnas de piedra; y se halla flanqueado, en cada extremo, por una torre con campanario de dos pisos, sencilla composición que no carece de gracia señorial.

Los tres primeros arcos de

la

extremidad

Norte del portal fueron cegados [probablemente en el

el

siglo

XVIII] y elevado si hemos

techo, para formar una capilla,

de juzgar por

la

portada que se construyó

dentro del portal, con vista todavía

al Sur,

y que

conserva su antiguo portón de

madera, con casetones y peinazos de ex-

38

célente diseño y huerta ejecución. Pero el palacio virreinal ha venido

tart

a menos,

esta capilla, después de haber servido

que

de cárcel y de juzgado de una sucia pulquería!

Encima

letras, es

del zaguán de la

hoy

caM hay una

lápida con una inscripción, pero solamen-

nombre de D. Domingo de Trespalacios y Escandón,

te nos fué posible descifrar el

Superintendente, y por lo tanto, factódel desagüe, desde el 30 de diciem-

tum

bre de 1742 hasta

Sa casa sufriera

les

la

abril

de 1764.

sospecha de que

en su tiempo

muy

radica-

modificaciones, sospecha que aumen-

tó, al penetrar

mitad de

él

Al

en

el patio

ocupada por

jardín típico de ria.

de

el 7

Esto nos hizo abrigar

la

y encontrar la de un

las ruinas

décima octava centu-

ver los restos de pilastras, coro-

nadas antaño por macetones, los peque-

ños arcos decorativos y la disposición toda del diminuto «pensil», recordamos enseguida los jardines de San Ángel y San

Agustín de

las

Cuevas,

que hemos pro-

curado reseñar en más de una ocasión. El brocal del pozo abandonado, una que .-59



:

otra planta que

pugna por

florecer en

dio de aquella desolación, pilares

cieron



sunt lacrima e rerum, nos himás amable el recuerdo de Don

Domingo de si

es

me-

derruidos

los

que

él,

Trespalacios y

como creemos,

Escandón, fué el autor

de este patinillo.

Como que

de una puerta-ventana

dintel

se abre a este patio,

figura

una pie-

dra con una inscripción, pero se ve a las claras

no.

en

que no fué

Muy ella lo

éste su primitivo desti-

borrosa hoy, sólo pudimos leer siguiente

Gobernando

.

.

.

J'ran .... Duque de

Cuello?' Alburquerque Marqués de Cade rey /a .Conde de Le.

desma Este

Cueva,

.

.

......

Don

Francisco

Fernández de

la

Duque de Alburquerque, MarConde de Cuéllar y la Nueva España

qués de Cadereyta,

Ledesma, que gobernó de 1653 a 1660, era quitectura

:

muy

afecto a

modificó por completo

la

ar-

el real

palacio de México, y llenas están las crónicas de su

en

tiempo del empeño que tomó

terminar

la

catedral

40

metropolitana.

También le interesaba el desagüe. Leemos en el Diario de Sucesos Notables de D. Gregorio Martín de Guijo, correspondiente

al

año de 1658,

lo siguiente:

«Jueves 24 de octubre, después de ha-

ber asistido

al

acuerdo,

el

Virrey salió de

compañía de la Virreina y acompañado de todo el reino,

esta ciudad en

su familia,

ir a ver el desagüe y visitar las minas de Pachuca, e hizo noche en el pueblo

a

de

administración

Tlalnepantla,

vuelta.

.

.

los

y no pasó a Pachu-

de, 29 de este mes, ca.

de

estuvo en ida,

estada y Volvióse luego martes sobre tar-

franciscanos; y

»

A

pesar de

la

redacción un tanto con-

fusa de este párrafo del

Diario,

es

evi-

dente que los Virreyes pasaron más allá de Tlalnepantla, en donde poco podían ver del desagüe; y

la

mos mencionado,

se

mente allí

tes,

go.

visita

refiere

indudable-

virreinal a

Huehueto-

punto de mayor interés, por hallarse

ca,

de

a la

inscripción que he-

cercanas

las

especialmente

Es por

obras el

lo tanto

41

más importan-

tajo de Nochistoncasi

seguro, que la

casa de este pueblo fué habitada durante

algunos días por los fastuosos Duques

de:

Alburquerque. La dilatada comitiva, enla altiva y mundana VirreiMarquesa de Cadereyta, habrá ale-

cabezada por

na

grado por breves horas palacio, ruines,

las

estancias del

empleadas hoy para oficios

que

el viejo

gonzarse de su decadencia,

una muerte próxima

tan-

edificio parece aver-

y buscar en de su

el olvido total

antigua importancia.

42

EL CAMARÍN

DE LOS REMEDIOS

Techo

del

Camarín de

los

Remedios

LA

de nuestros

rápida desaparición

monumentos

artísticos e históricos,

nos anima a recoger todos

que

los datos

llegan a nuestras manos, por insignificantes

que parezcan, que puedan algún día para escribir

.servir

Arte

la

historia de nuestro

colonial.

Al

tratar

célebre

del

Nuestra Señora de Padre Florencia

los

sia,

las

altar

se deseaba,

espaldas del Altar Mayor de

en que está colocada

gen de

la Virgen se

la

hiciesse

la

Igle-

Soberana Ima-

un Camarín con

competente, en que se pudiesse ce-

lebrar el Santo Sacrificio de la Missa.

dos

el

lo siguiente:

«Havía mucho tiempo que

que a

de

Santuario

Remedios, dice

lo

To-

deseaban, y nadie lo emprendió,

45

hasta que

el

señor don Francisco Fernán-

dez Marmolejo,

Oidor de

la

Au-

Real

y la señora Dña. Francisca de Sosa, su Consorte, tomaron

diencia

de México,

El templo de Nues-

esta obra a su cargo. tra

Señora está fabricado de Oriente a Po-

niente, teniendo al Poniente la portada, la testera al

do

la

Por

Oriente.

Señora desde su

lo

altar el

Poniente te-

nía siempre vueltas las espaldas te, el

en donde cahe

ánimo de

la

Orien-

Y

estos Señores fué que quanel

Camarín bolviera

se celebrasse

sima Imagen con

en

el

consiguientemente a la

al

Ciudad México.

Sacrificio de la Missa,

do

y

qual miran-

el la

Santo Santí-

rostro al Camarín, y la

bóbeda del Camarín

Ciudad. Acabada se

adornó de cu-

riosa lazería de hiezo, para lo cual se tra-

xo de

la

Puebla un Maestro, eminente en

el arte, el

qual bruñó todos los lazos, de

modo que no

parecen de hiezo, sino de

mármol blanco y muy las

fino.

pintura con marcos de una ra

Adornáronse

paredes con varios cuadros de insigne

muy

fabricó,

preciosos..

v

los

misma hechu-

El Altar que

allí

se

ornamentos de todos coló-

46

res,

que sirven

Sacrificio de la Missa,

ai

los candeleros de plata, cálizes, vinajeras, salvillas,

todo está con tanto primor, y

abundancia, que sólo podrá admirarlo todo, quien tuviere

la

dicha de verlo.» [1]

Inútil nos parece decir

que de todo

esto nada queda, con excepción del techo

de la cámara, el cual, a pesar de haber sido embadurnado con una espesa capa de pintura, conserva su atractivo de antaño.

Consiste en una bóveda con lunetos,

cu-

bierta en sus cuatro secciones con una lacería de

hermoso diseño de

florones, pi-

racimos de uvas y querubines. El «Maestro que se traxo de la Puebla,» fué nas,

quizás uno de los que hicieran sas lacerías del

sario

techo de

la

de aquella ciudad,

verdad,

las

más

hermoRo-

aunque a decir

de este Camarín,

cas en dorados, son

las

Capilla del

si

menos

ri-

correctas en con-

cepción y ejecución artísticas. Las paredes del Camarín, desprovistas

de

las

pinturas que antaño las adornaran,

[1] Florencia, .Francisco de «Zodiaco Mariano.» México, 1755. Parte II. Cap. II.

47

ostentan hoy vulgarísimo decorado; pero

aún penden sobre

cinco interesantes

ellas

como

mosaicos de pluma,

de cuarenta por

veinte y cinco centímetros, dentro de sus

respectivos marcos.

Representan a Santa

Catarina, San Francisco, San Gregorio el

Magno, San Agustín y y están ejecutadas con

la

Virgen María,

tal

maestría que se

dirían obra de pintura, a

no

traños reflejos que presta

de

quisitas obras

Hemos

ser por los ex-

la luz

a estas ex-

arte.

visto en

poder de un particular,

otro mosaico de plumas que representa a la

Virgen del Rosario, de idéntica ejecu-

ción a los arriba mencionados, con ca diferencia de ostentar, en ferior de la orla

que

la

la

úni-

parte in-

los circunda, el escu-

do de armas del Virrey Duque de Alburquerque, segundo de ese nombre. Sabemos que tanto este gobernante como su espo_ sa

Doña Juana

devotos de le

la

ofrecieron

Es por

de

la

Cerda, fueron

Virgen de

los

muchos presentes de

lo tanto

muy

muy

Remedios y valor.

probable que estos

mosaicos de pluma fueran también regalo de dichos duques.

48

-

De

origen netamente mexicano,

el

mo-

saico de plumas siguió haciéndose después

de

conquista,

la

como

lo

prueba

el

hecho

Instrucción fara el cobro de la Alcabala, de 1574, [2j se enumede que en entre

ra,

al

la

las

«Cosas de

la

Tierra», sujetas

pago de dicho impuesto, «Toda suer-

pluma y cosas hechas de ella»; y ya hemos visto que todavía se fabricaba a

te de

principios del siglo

considerarse

la

la

De mane-

que esta preciosa industria bien puede

ra

ro,

XVIII, en tiempo de

duques de Alburquerque.

los

como no

como un

arte colonial;

pe-

manera de ejecutardesde los tiempos antiguos, cedemos palabra al eminente Clavigero, [3]

quien «

los

.

describe

la .

.

varió

.

Nada

la

como

mexicanos como

sigue:-

en tan

tenían

alta

los trabajos

estima

de

mo-

García Icazbalceta, Joaquín. [2] Bibliografía Mexicana del siglo XVI. México, 1886. [3]

Clavigero, Francisco Javier.

Historia antigua de México. Traducción

de D. José Joaquín de Mora. 1826. -Libro séptimo.

49

Londres,

szfíco,

que hacían con

licadas y

las-

hermosas de

plumas más dePara

los pájaros.

muchas especies de las aves bellísimas que abundan en aquellas reesto criaban

giones, no sólo en los. palacios de los reyes,

donde mantenían como ya hemos

dicho, toda clase de animales, sino

bién en

tam-

de los particu'ares, y en. cierto tiempo del año les quitaban las plulas casas

mas, para servirse de o para venderlas en

ellas

el

con aquel

mercado.

fin,

Prefe-

rían la de aquellos maravillosos pajarillos,

que ellos llaman

liiiilzitzilin,

y los es-

pañoles ficalloves y tanto por su sutileza,

como por la finura y variedad de colores. En estos y otros lindos animales, les había suministrado

la

naturaleza cuantos co-

puede emplear

el arte, y otros que no puede imitar. Reuníanse para cada obra de mosaico muchos artífices, y después de haber hecho el dibujo, tomado las medidas y las proporciones, cada uno se encargaba de una parte de la obra, y se esmeraba en ella con tanta aplicación y paciencia, que solía estarse un día entero para colocar una pluma, poniendo su-

lores

ella

50



y observando cuál

cesivamenté muchas,

acomodaba mejor a su intento. Terminada la parte que a cada uno tocade

ellas se

ba, se reunían todos para juntarlas y for-

mar

el

•guna

cuadro entero.

hallaba al-

se

Si

imperfección, se volvía a trabajar

Tomaban

hasta hacerla desaparecer.

plumas con

cierta

maltratarlas y las pegaban a

no

J zauthtli,

las

substancia blanda para

con

la tela

o con otra substancia glutinosa;

después unían todas

las

partes sobre una

una lámina de cobre, y laspulían suavemente hasta dejar la superfitabla, o sobre

cie tan igual

a

y tan

lisa,

que parecia hecha

pincel.

«Tales eran

las

representaciones o imá-

genes que tanto celebraron

y

otras naciones de

en

ella era

colorido, o

los españoles

Europa,

más admirable la

destreza del

el

saber

si

viveza del

o

artífice,

ingeniosa disposición del arte.

ce

sin

la

»

la

«Obras, di-

padre Acosta, justamente encomia-

cómo

po-

dían hacerse con plumas de pájaros,

di-

das

5

siendo cosa maravillosa,

bujos tan finos y delicados que parecían

hechos con pincel; y 5]

ni

el

pincel

ni la

pintura artificial pueden imitar

y

el

la

viveza

esplendor que en ellos se veía.

gunos

Al-

indios, sobi esalientes en este arte,

imitan con tanta exactitud por medio de las

plumas

ceden a

Al

obras del pincel,

las

que no

mejores pintores de España.

los

D.

príncipe de España,

Felipe, regaló

su maestro tres pequeñísimas imágenes,

para

que

le

sirvieran

Diurno; y su Alteza Felipe

de registro en su

enseñó

las

al

rey D.

su padre, y habiéndolas consi-

II.

derado Su Magestad, dijo que jamás había visto en tan

pequeñas

más

Habiéndose también pre-

excelente.

sentado

al

figuras, trabajo

papa Sixto V. otro cuadro ma-

yor de San Francisco,

y díchole que era

obra hecha con plumas por los indios, quiso su Santidad tocarlo, para asegurarse

de que no era

pií tura,

pareciéndole cosa

maravillosa que estuviese tan bien ajusta-

da y guir

lisa, si

que

los

ojos no

sabían

distin-

los colores eran artificialmente da-

dos con

el pincel,

o naturales de

las

plu-

mas con que estaba construida. La unión que hace

el

verde con

el

naranjado o do-

rado v otros varios colores es hermosísi-

52

mirada la imagen a otra luz, los mismos colores parecen amortiguados. Los mexicanos gustaban tanto de estas obras de pluma, que los estimaban en más nía, y

que ra,

el

oro.

Cortés, Bernal Diaz,

Torquemada y todos

Goma-

los otros histo-

riadores que las vieron, no hallan expre-

siones con qué encomiar bastantemente sus perfecciones».

53

LA TERRAZA

DE "EL CABEZÓN"

NINGUNA

de

numerosas ha-

las

ciendas de campo, esparcidas en dilatado territorio de lo que fué la

Nueva España,

tiene

el

reino de

un adorno arqui-

tectónico de tanta belleza

que

el

como

Ja

terraza

de

la

casa habi-

tación de «El Cabezón,» en

el

hoy Esta-

se extiende al frente

do de

Esta finca campestre, per-

Jalisco.

muchos años

teneciente desde hace familia

Cañedo,

se

sus pingües productos turales

que

sepamos,

la

circundan

ha descrito

vacilamos en

calificar

El frente de

la

a

la

ha hecho célebre por

y ;

la

las bellezas na-

pero nadie, que terraza

única en

que no

el país.

casa consiste en un

am-

y sencillo pórtico de arcos de medio punto, adosado a la iglesia, que coronan

plio

57

A

dos esbeltos y típicos campanarios lo largo de todo este frente, se extiende una

amplia

escalinata

de once peldaños que

cual afecta la forma de un paralel ógramo rectangular y mide, aproximadamente, cincuenta metros de largo por veinte de ancho. Su disposición

baja a

la terraza, la

es tan sencilla

como

Limita

elegante.

di-

cho rectángulo una balaustrada de orden

compuesto, bien ejecutada en piedra

coloi-

de rosa, y dividida, por medio de pilastras, en dos tramos en cada lado y cuatro en el frente, éste

con un amplio paso en me-

la huerta. Cada pilasun macetón en forma de pebetero, y en las dos esquinas se yerguen

dí^,

que conduce a

tra sostiene

esbeltísimas columnas, coronadas por ador-

nos semejantes. el

mismo

ovalada, de tal,

En

estilo, se

el

centro, siguiendo

encuenta una fuente

hermoso diseño.

Un

pedes-

en medio, de caprichosa forma pira-

midal y cubierto con escamas, remata con macetón idéntico a los de las columnas, y ostenta,

como

delfines

que arrojan agua por

principales adornos, cuatro

Sospechamos que

las

58

la

boca.

palmas y demás

hoy

plantas que

se

encuentran en aquel

recinto, son de época reciente; es proba-

ble

da

que antaño estuviese embaldozada toel

área de

la terraza

Su composición arquitectónica no pudo ser

más

fel;z:

la

piedra rosa de

fuente

la

y balaustrada armoniza admirablente con los ricos

tonos de color de palmas, fres-

nos y buganvilias, mientras que beltas

columnas de

las

can majestuosamente contra

azul del

el

cielo y los diversos matices de la

na serranía de Ameca. na

el

estilo

las es-

esquinas se desta-

Toda

no

ella

leja-

prego-

gusto de fines del siglo XVIII,

el

de aquel Renacimiento que hizo

célebres a Tolsa, en México, y a Tres-

guerras en

las

efecto, existen

ciudades del inferior.

que este último proyecto de

En

muchas probabilidades de artista fuera el

la terraza, a

quien

autor del lo

enco-

dueño de «El Cabezón) que la hizo construir: Don José Ignacio Cañedo y Arronis. mendara

el

59

LA ESCULTURA FUNERARIA EN LA NUEVA ESPAÑA

POBRISIMA ria

no

se

en

la

fué la escultura funera-

Nueva España:

explica fácilmente

cuenta que abundaron en

cosa que

en

se tiene

si

todo tiempo

los enterramientos suntuosos

en

las igle-

y conventos coloniales, sobre todo en la Ciudad de México. La familia Cer-

sias

vantes tenía su «entierro» en

la sala

frofundis de San

Francisco, y los

des de Santiago en

la Sacristía del

monasterio. diente

al

En

mismo

su «Diario», correspon-

21 de diciembre de 1672, dice

Robles: «Este año

Don Fernando celebró en

de de

De

Con-

el

el

Conde de

Santiago,

Altamirano de Velasco,

Convento de San Francisco

esta ciudad, el entierro de los huesos los

Condes su abuelo y padre, que

63



uno murió en Guatemala, siendo presidente de aquella audiencia, y el segundo en la Puebla, siendo Alcalde Mayor. Fuefunción de toda ostentación y grandeza-

Púsose en

la capilla

mayor un túmulo de

madera, de color de jaspe, lucidísimo; tenía mil reías de a libra j salió el entierro-

de

la

Capilla del Tercer Orden,

donde

estaban los huesos en dos ataúdes aforra-

dos de lama y claveteados j los cargaron; los caballeros de hábito ; asistió el Virrey

[Marqués de Mancera], real audiencia y la nobleza con capas de bayeta negra. Pusieron a los lados del túmulo toda

los

dos guiones,

el

y

real

el

del Santo

Oficio.»

Los López de tierros, uno en

en

el

Peralta poseían dos enla iglesia

de Santa Clara,

Evangelio, y otro,

lado del

muy

mayor de la de San Agustín, que compró el Tesorero Jerónimo López para ese objeto. Una de las ceremonias de la toma de posesión, suntuoso, en

la Sacristía

consistió en que

don Jerónimo hizo

salir

a los religiosos de dicha sacristía, y que-

dándose

solo

en

ella,

64

cambió algunos

muebles

del sitio

que ocupaban, en señal

de propiedad, y después entregó

]as

lla-

£lj

Mag-

níficos fueron los sepulcros de Jos

López

ves de

de «e

la

estancia a los frailes.

Peralta,

con sendos escudos de armas

En

inscripciones.

tración de

las

decirlo,

se

de

12 de diciembre de 1756.

el

estilo

churrigueresco, artísticamente labrada; y el motivo de ornamentación de todos los tableros, en los respaldos de los sitiales,

consiste en lieve,

de

la

las

representación, en bajo re-

advocaciones de

las

Letanías

Lauretanas y asuntos históricos guadalupanos, hábilmente combinados.

Desgraciadamente, en

las

obras de

am-

pliación y decorado que se emprendieron

con motivo de

la

Coronación de 81

la

Vir-

gen, fué removido

el

coro de su antiguo

lugar en la nave central y colocado detrás del baldaquino, en el ábside; entonces hu-

bo necesidad de disminuir

el

número de

y por falta de cuidado en los encargados de la dirección material de las

asientos,

obras,

se quitaron

algunos respaldos so-

bremanera interesantes por tóricos que representan,

si

los asuntos his-

no por su

eje-

cución, que en casi todos los casos es bur-

da y primitiva. Entre estos tableros merece

especial

mención uno que representa una naval.

tacada

la

nave ((Nuestra Señora de Bego-

ña», del General

D. Fernando de Ángu-

por tres buques ingleses, en

lo,

batalla

El 4 de diciembre de 1710 fué a-

fico, cerca del

el

cabo de San Lúeas.

Pací-

En me-

dio del combate, los españoles invocaron la

intercesión de

la

Virgen de Guadalupe,

ofreciendo colocar cx-voto en su Santuario,

si

les

proporcionaba

tenida ésta, cumplieron

mesa, haciendo que la batalla llas

en

el

el

la victoria.

más

Ob-

tarde su pro-

entallador labrase

respaldo de una de las

del coro de la Colegiata.

82

si-

Efectiva-

mente, la

allí

está

burdamente representada

nave castellana, con una cruz en su ve-

una de

la,

combatiendo con

las

cuales logra echar a pique, y

tras

las inglesas,

varse a nado, viene en

ñoles

la

mien-

de ésta procuran

los tripulantes

ayuda de

sal-

los espa-

Virgen María en un buque, cuya

vela, a su vez, ostenta el

Nuestra Señora.

Y

monograma de

lo curioso del caso es-

que cual en novísimo Lepanto,

los ingleses

están representados vistiendo a

la

morisca

con turbantes y todo," a diferencia de los españoles que llevan tricornios de la época.

muy

Se conserva otro tablero, también original,

que representa un ingenuo panode Guadalupe en

rama de

la Villa

ca de

construcción de

la

la-

épo-

la

sillería,

o sea

XVIII. Está tosquísimamente tallado, pero en seguida se re conocen los edificios en él figurados. En

a mediados del siglo

primer lugar,

medio nes,

la

actual Basílica, aislada en

del atrio y

como

truyera

el

con sus cuatro torreo-

estaba antes de que se cons-

Convento de Capuchinas y la hoy ocupan el altar

parte del templo que

mayor y

el

ábside; y a

83

la

derecha,

la

her-

raosa cruz cilindrica, de piedra, con los

instrumentos de brados en

pasión toscamente

la

la-

que ahora está feamente

ella,

empotrada en la fachada de la iglesia viePor cierto que en el «Directorio pa-

ja.

ra el gobierno del curato de

Nuestra Se-

ñora de Guadalupe, formado por

el

Ca-

nónigo D. Manuel Ignacio Andrade», teresante manuscrito

del archivo

quial, se lee lo siguiente:

que está frente a su

mayordomo,

ta

que

la

Invención de

de

la Basílica,

cuyo cargo está

la fies-

Domingo después de

se celebra el

Detrás

Santa Cruz».

la

en

«La Santa Cruz

puerta principal tiene

la

a

in-

parro-

la

cima de un grupo de

rudos peñascos, se ve

la

Capilla del

Ce-

rrito, aislada

de

teón y de

casa de ejercicios, que fueron

la

las

construcciones del pan-

construidos en épocas posteriores, y a los lados de la Colegiata se destacan las casas

lugar que actual-

¿le los capellanes,

en

mente ocupan que hasta hoy

las

municipales

se

conserva en medio del

jardín;

y

al

el

otro lado,

la iglesia

parroquia, y una construcción, sin terminar,

que no

84

la

;

es sino la

fuente

vieja,

al

o

parecer

conocida

Estatua de

D

.

Buenaventura

de

Medina

Capilla del Pocito,

en esa época feísima

construcción.

Por último,

de

se

la

Basílica,

ven

el

enfrente

casi

río

y

el

puente

que subsistieron hasta hace algunos años. Es verdadera lástima que tilado

ta.i

interesante

85

sillería.

se

haya mu-

FIGURAS DE "TALAYERA DE PUEBLA"

DE

los

múltiples objetos que, duran-

te los siglos coloniales,

industria

produjo

la

hoy denominada Talavera de

Puebla, ningunos, a nuestro parecer, superan a driado.

las figuras

escultóricas de barro vi-

Su principal interés consiste en

Aparte de pequeñas y venados, algunos en

su extremada rareza. figuras de perros

forma de candeleros, yaparte, también, de leones, éstos imitados de los de porcelana

blanca de Foukien que se importaron de

China por millares, creemos que solamente existen

hoy en

que

día los ejemplares

pasamos a reseñar. Pero antes, como complemento de notas que en otras ocasiones

cado sobre

la

cerámica

89

hemos

las

publi-

angelopolitana,

nos parece oportuno mencionar una ce-

remonia que estaba en boga en España entre los alfareros y que, sin temor de equivocarnos,

podemos asegurar

vó también en Puebla. Cargados los hornos cor

se obser-

pa-

las piezas

ra la cocción, dentro de unas cajas cilin-

dricas de barro,

y lleno el hornillo de el maestro del alfar,

combustible, reunía enfrente de

la

boca del horno, a todos sus

aprendices y operarios. Perma-

oficiales,

necían todos descubiertos por algún tiempo, en religioso silencio,

y después,

el

ma-

estro pronunciaba con.toda solemnidad las

palabras:

«Alabado sea por siempre

San-

el

tísimo Sacramento», y daba fuego al horno.

Esta ceremonia, que se repetía

brirse el

horno para sacar

las piezas

cidas, tiene cierta analogía

con

la

al a-

ya co-

que has-

ta la fecha se observa en las haciendas

pulque, cuando se reciben les

las

de

aguas-mie-

en los Tinacales.

Las piezas escultóricas, de que preten-

demos ocuparnos, son de dos se

clases:

de

y de bulto. Inmediatamente comprenderá que las primeras a que a-

alto relieve

90

ludimos, son

cabezas de querubines,

las

escudo negro y blanco de la Orden de Santo Domingo, que decoran los alizares de y

el

azulejos de

Capilla del Rosario en Pue-

la

Aunque

bla.

parezca atrevida aserción, no

vacilamos en afirmar que dichas cerámi-

Rob-

cas acusan la influencia de los della

cuyo vidriado, o cubierta

bia,

se

importó de

XV, y de alfareros

España en

Italia a

México por

los

se establecieron

en

allí

que

estañífera,

a

siglo

el

primeros

Pue-

la

bla de los Angeles.

Estas cabezas de

cución burda,

si

querubines, de eje-

se quiere,

caturesca, recuerdan en el

que salieron de

los talleres

insignes artistas florentinos.

Pero

blanas se diferencian de éstas,

cari-

aquellas

generalmente blancas sobre

otras,

azul,

pero no acto

fondo de

los

las

po-

además de

su policromía, en la disposición de las a-

que aparecen cruzadas bajo

las,

llos,

dos del rostro del querubín, sual

los carri-

en lugar de estar abiertas a en

En

las

de los della

el exterior

de

los es

la-

u-

Robbia. la

misma

del Rosario, se encuentran

91

como

otras

Capilla figuras

escultóricas de Talayera

de

interés y originalidad.

de

ocho ventanas de

las

la

de

Puebla,

mayor

Cada una

cúpula remata

en un frontón, interrumpido por un pedestal

que sostiene una figura

figura

de

bulto,

Representa

de aquella cerámica.

cada

un niño (y no un ángel, como

se

ha dicho alguna vez, pues carece de alas)

completamente desnudo, si se exceptúa una banda que lleva terciada de un hombro al lado opuesto. Levantado e' brazo contrario al hombro que sostiene la banda,

y

la

mano algo

otra

po, la silueta estas figuras

modelado de

no carece de

gracia,

es burdo, visto de

la calle se

antojan

mate tan

original

de

nuestra

joya

separada del cuer-

que presenta cada una de

las estatuillas

como digno de arquitectura

Las figuras miden más de

y su color es no, con el cabello y altura,

el

la

y

si

su

cerca, des-

un

re-

aquella

colonial.

un metro

de

del cuerpo

huma-

banda de

tintes

obscuros.

La

Capilla del Rosario se

estrenó

el

16 de abril de 1910, de manera que tanto los niños

como

las

92

cabezas de querubi-

nes,

pueden

clasificarse

tercio del siglo

Una de Convento

las

del

como

del

último

XVII. dependencias del vetusto

Carmen de San Ángel que

desgraciadamente han desaparecido, la

«perería», situada

hoy entrada a

Como

el

la

vocablo

en aquella oficina

al

era

lado de lo que es

Colonia de su nombre. lo indica,

almacenábase

la fruta,

especialmente

peras y perones, que en grandes cantidala extensa huerta del

des se cosechaba en

monasterio, y poníase allí a la venta, alcansando su producto, algunos años, la

importante suma de ocho mil pesos.

Ce-

rraba la entrada de la perería un cancel de

madera de gruesos barrotes, y adornaba fondo un altar churrigueresco, en el cual se veía una estatua de la Virgen del Carmen. Demolida la perería, desaparecieron cancel y altar, pero no así la imagen que fué recogida por los frailes, y coel

locada primero en

en

el

la

biblioteca

y después donde

oratorio del Convento, en

permanece hasta

la

fecha [1].

Mide

la

misma

altura,

de

Capilla del Rosario de Puebla, y

la

más o menos, que

93

los niños

aunque

se le

ha atribuido origen oriental,

no cabe duda que,

como

bricó en los alfares de geles.

De no muy

le

aquéllos, se fa-

Ciudad de

los

An-

correcto modelado, im-

un aspecto de palidez desagradable manos y manto; mientras que el cabello es de un

pártele el

vidriado blanco del rostro,

amarillo que quiere ser dorado, y los ojos, azules. El hábito ha sido pintado café, des-

pués de bre

pulario.

jor

la

cocción, dejando en claro so-

el vidrio, el

escudo y

estrellas del esca-

Se conoce que

factura

en

general,

el

memodelado

niño, de fué

aparte; es todo blanco, con excepción del cabello, amarillo,

y de

los ojos azules.

Francisco Fernández del Casti la Historia de San Ángel. México, 1913; y datos proporcionados por Don Federico Gómez de Orozco. [1]

lio.

Apuntes para

94

LOS NACIMIENTOS

^^1

está el origen de las Posadas no aún bien definido, suponiéndose que sólo data del siglo XVIII y que es institución netamente mexicana; la costumbre

*^

de erigir nacimientos,

remonta a épocas

muy

al contrario,

lejanas

y

va en todos los países cristiaros.

blemente

el

Portal de Belem;

le exhibirse, se

antiguos

se

se obser-

Proba-

como

sue-

deriva del escenario de los

Milagros de

la

representaciones dialogadas

Edad Media, que, conver-

más tarde en Pastorelas, han llegado más o menos hasta nuestros dias. Los nacimientos en México fueron, tidas

naturalmente, copia de los que en Espa-

ña

En

se erigían, la

por

Península

Pascua

solía

97

de

Navidad.

hacerse

derroche

de lujo; y

las

bretodo en

en

valizaban

casas de los Grandes,

los siglos

representar

fastuosidad del arte y

con

mayor

la

Quizá

riqueza.

la

ri-

nacimiento

el

Mundo

del Salvador del

so-

XVII y XVIII,

nacimiento o «Belem,» (pues también este nombre se les daba) más notable de un particular es el de los Duques el

de Medinaceli,

en Ñapóles a XVIII, que hasta hoy

labrado

principios del siglo se

exhibe cada año en

aquella

histórica

montado magistralmente bgjo la dirección de los mejores artistas y más excasa,

pertos anticuarios de

Fué siempre cimientos

el

anacronismo,

fué de los «primitivos» sólo

la

venida

Corte.

la

característica de los yfi*

al

que

mundo,

así

como

sino también

Vida y Pasión de Jesucristo, con cenario y la indumentaria propios época del

se

y

la

la

d*3

ha representado

Navidad del Señor con y anacronismos de rigor; pero sé

el

la

esla

artista.

En México pre

\o

pintaban no

siem-

las figuras si

San Jo-

Virgen aparecen siempre

atavia-

dos con

vestiduras

98

convencionales,

los

pastores, en cambio, neral, trajes

más o

por

visten,

ge-

lo

menos contemporá-

neos.

Algunas veces

representaban

se

Cuando, en

sonajes.

mandaron recoger por dos

los retratos

del

las figuras

del

nacimiento

escultura que era nada

miniatura

Juan de

encontró entre

se

Convento

del

una pequeña

de monjas de Santa Ciara,

trato en

menos que

del

se

Inquisición to-

la

Obispo D.

Palafox y Mendoza,

per-

XVII,

el siglo

el

re-

prelado

célebre

augelopolitano, disfrazado de pastor.

En

la

Nueva España,

nacimientos siguieron escultura

que

la

en

grande,

de

los

pasos de

la

las figuras

los

de

miniatura siguió los.de

Así cómo

manera

igual

Cabrera y los desdeñaron pintar «Escudos los

pintura.

la

Vallejo

de

no

monja))

con diminutos ángeles, santos y vírgenes, los escultores del siglo XVIII, Perrusquías y Coras, dedicaron gran

parte

de

su tiempo a esculpir pequeñas figuras no sólo de la Virgen, San José sino también de pastores,

y

el

reyes

Niño,

magos



demás, poniendo gran empeño en su eje-

9^

eiíeión tanto en la escultura

dicha, cuanto en

Pero

el

propiamente

adorno de estofados.

mejores figuras de esta clase se

las

labraban en Guatemala, Provincia entonces de la

Nueva España; y lasque toda-

vía existen de

procedencia,

aquella

fácilmente conocibles por tener ñas,

XVII

muy pequeños que verdadero. En

por

ojos, de

sean

pelo

se usaron, tanto o

son

pesta-

las

los siglo

el

más que

las

de

madera, figuras de marfil, sobretodo del

Niño Dios, motivo por abundan dichas auge de

las

el

minas,

hoy

cual hasta

esculturillas; se hizo

con

y

moda

de

brarlas de plata, principalmente

el la-

en Gua-

Sombrerete

najuato, Zacatecas, Pachuca,

y otros «Reales.»

Menos

rico material, pero

más

pósito para producir obras

de

daderamente notables, era

la cera,

garon a distinguirse en esta

a pro-

arte

ver-

y lleclase de tra-

bajos varios artistas, especialmente Francisco Rodríguez, en los albores del siglo

XIX. Pero para

la

estas

principal

materia empleada

figuras de

nacimientos, du—

100

rante

siglos

los

XVII

XVIII, era

y

el

zumpaiilic, [J] madera saniamente suave,

tan

casi

muy

fácil

corno

ligera

el corcho, y Las esculturas he-

de labrar.

chas de esta madera se cubrían siempre

con

ligera capa

pintaban faban

el

de yeso, y sobre esta se

rostro y las

manos y

las vestiduras, es decir:

relieves en

colores sobre

se

se

esto-

pintaban

oro bruñido

el

del fondo.

que era un naciXVIII, con variedad de objetos de distintos tamaños y el

Buena idea de

miento en pleno

lo

siglo

precio respectivo, nos da

el

inventario del

Condesa de San Bartolomé Xala, y no vacilamos en copiarlo a la letra.

de

la

[1]

Dice

así:

It.-El

Paso

compuesto de 17

de

los

Santos

figuras,

Reyes,

adornadas de

Inventario de los bienes de la Gertrudis Rivas Cacho, CondeMéxico, año de 1786. Lesa de Xala. gajo 5'-* Ms. en poder del autor. [1]

Sra.

D9

[1]

Erithryna coraloides.

guminosas.

101

Lin. Le-

sus vestidos de tela y harneces de

$ 300.00

plata

It.-6 Príncipes, de cerca de tres cuartas,

muy

bien adornados

de varias piezas de plata, y vestidos de tela

It.-12 tercia,

,,

Pastoras

adornadas y vestidas ....,, 120.00

It.-18 Pastores, idem

Ángel de

It.-El

,,

media

adornado y vestido, de

,,

Id. -3

Pastores,

vara

en

el

vara,

muy

,,

,

de

india,

30.00

media

de

,

It.-Una

144.00

cabana,

la

vara

media

240.00

más de

,de

48.00

de

cerca

bien adornada

vestuario

,,

It.-Un indio, de más de

20.00

tercia,

adornado y vestido It.i-Un buey y una muía.

,, .

.

.,,

10^0 8.00

It.-34 ovejas de diferentes ta-

maños lt.-16 vacas, de

/

,,

más de

cuar-

ta

,,

It.-Un anciano, de a

cuarta,

estirando un caballo ensillado

1

02

.

con

42.00

32,00

slis

atavíos propios de) It.

campo.

— Un caballo ensillado

frenado,

de

8.00

.,,

.

y en-

6.00

de tercia....

cerca

zumpancon el cadáver de un buey y una muía

,

10.00

It.— 15 ovejitas de zumpantl.e,,

15.00

1 1

tle,

de

.



3

6 animalitos de

,

It.-Una cabana, y en ella, cera, dando de co-

una vieja de

mer

a

poyos

sus

It.-Un

4.00

jacalito de cera, y cua,,

10.00

It,-12 árboles, de dos tercias,,

12.00

tro casitas de cartón

It,

con frutas.

-18 dichos,

Arroja este inventario un setenta y siete pesos,

.

.,,

18. U0

de mil,

total

suma no desprecia-

ble para aquellos tiempos..

Durante

resto

el

principales de los el

Niño en

el

del año, las figuras

nacimientos,

pesebre, y

José hincados de rodillas,

guardaban dentro de nichos de

más o menos

es decir:

Virgen y San adorándolo, se

la

cristales,

ricos e historiados,

asistencias de

las

casas

en

las

particulares, o

en los coros de los Conventos, en donde había generalmente una alhacena con ese

m.

como puede

objeto, iglesia

Como

hoy

hasta

nacimientos en

la

es

costumbre,

época

colonial

porcionaban pretexto

En

tertulias.

para

cartas

las

Marqués de Cruillas, hijo la Nueva España,

Regla, recordaba

que

se

más

Independencia,

Barca apuntó

en

y

escribía

el

del

que fué Vi-

al

Conde de

célebres

sus

nacimientos con que humilde

celebraban,

en

con

las

la

casas

ágiial

nida del Hijo de Dios

al

104

ya

la

Calderón de

Señora

la

«cartas,»

Aristocracia

mexicana, en sus viejos palacios, y te

mag-

casa de este

la

tarde, efectuada

la

los

pro-

«magnífico nacimien-

el

ponía en

nate; y años

los

la

reuniones

que

rrey de

to,»

en

verse todavía

de Churubusco.

de

la

gen-

vecindad,

regocijo, la

mundo.

ve-

LOS BRONCES DORADOS DE TOLSA

|~4

S cosa bien sabida que, a principios

-^'del

siglo

XIX,

la

influencia artística

de D. Manual Tolsá invadió país

al

grado de

hacer

las iglesias del

desaparecer, en

poco tiempo, centenares de

característi-

cos colaterales churrigerescos, para substituirlos con altares de insípido estilo greco-romano, que desdicen del ambien-

te cálido

México.

de

la

arquitectura

Pero debe

general afirmación

náculo de es

la

el

Ciprés

o

Taber-

Catedral de Puebla,

obra de indudable

en

religiosa

exceptuarse de esta

mérito

que

artístico



y

digno complemento del fastuoso templo, tanto por su grandiosa concepción

cuan-

to por la riqueza de sus mármoles,, jaspes

y bronces dorados a fuego.

107

Estos

últi-

mos son numerosísimos

ménsulas,

:

fines, festones, cruces, rosetones,

capiteles de columnas, grecas,

como

así

sera-

bases y

y demás,

4 monogramas de María dentro

de otras tantas preciosas ráfagas, todo de

primorosa factura y excelente dorado, ejecutado por D. Antonio Camaño, bajo la

más que

dirección de Tolsá; pero es digna

de

Purísima

alabanza

Concepción,

que

labró

artista

valenciano para coronar

grario

del

do,

— dice

ellos

estatua de

la

espléndido ciprés.

D. José Manzo,

sa-

el

«El dora-

— [1]

prendente por su hermosura

la

el

es sor-

e igualdad:

cosa peregrina en una pieza tan volumi-

nosa y de un peso enorme; los inteligentes que conocen la delicadeza de esta operación, aun en piezas manuables,

den

el

debido homenaje a su autor

lebre platero

D. Simón Salmón.»

tima es que, debido a

la

rinel

cé-

Lás-

posición que o-

cupa, no luzca lo suficiente esta hermosa

En «Diccionario Universal de [1] Historia y Geografía» México, 1853-56 Tomo VÍ. p. 486. 108

estatua!

Como

nota

curiosa

apuntaremos que

cuando se emprendió esta obra en 1799, se agotó en breve tiempo todo el bronce debido a

de que.se disponía,

la

falta

de

calamina que no podía importarse de Es-

paña por hallarse

en guerra

esta nación

con Inglaterra, y fué necesario comprar gran número de cajones de alfileres, que para proporcionar

se fundieron

que

faltaba.

Y el

no

se limito la

autor de

el

metal

[2]

la

moda implantada por IV a mo-

estatua de Carlos

dificar altares, sino

que también

los vasos

y ornamentos sagrados sufrieron entonces radical cambio en su estilo. Ya no se

construyeron blandones,

candeleras,

y demás, de plata y con caprichosas formas barrocas o platerescas, sino que se labraron de

incensarios, floreros, atriles

bronce, afectaron

formas neoclásicas

las

impuestas por aquel

Renacimiento, y se

D. Antonio Joaquín Pérez. Do[2] cumento publicado por D. José de Mendizábal en su

Almanaque de Puebla. 109

doraron a fuego para mayor ostentación. El insigne valenciano

mucha

en

actividad

dichos objetos

Tolsá

la

grande

y,

desplegó

construcción de artista

como

todos los

candeleros, ramilleteros y demás, que se hicieron bajo su dirección,

era,

fueron siempre

perfectamente acabados,

muy

de hermosas proporciones y to dibujo,

correc-

y agradaron en extremo a

personajes de

los

Humboldt

aquella época.

escribe: «Se han ejecutado recientemente

en bronce dorado candelabros y otros ornamentos de gran precio para la Catedral de Puebla»

[4]

;

y

el

Obispo de Mi-

choacán, D. Marcos Moriana y

encargó

para

ciprés

el

«quatro imágenes de

Zafrilla,

de su Catedral

Nuestro

Señor Je-

con cruces y pedestales, de bronce dorado, del mejor gusto, cuyo costo ascendió a la cantidad de diez mil pesos sucristo

[obra fué

la

del

célebre

fama que

[4]

Tolsá]

este artista

Essai Politique sur

Espagne.

110

.

[5]

»

Tanta

adquirió con

la

Nouvelle

vasos

sus

nuestros

de

han dado en apücarles Tolsá. Pero es

lo

D. Manuel,

de

ornamentos

y

críticos

si

no

altar,

que

y anticuarios dictado de esti-

arte el

opinión

nuestra

los copió, a lo

que

menos

se

modelos que por aquella época hizo populares una nueva edición de la «Varia comensuración» de Juan de Arinspiró en los

Villafañe. Esta célebre obra, impre-

y

fe

sa por

primera vez en

de

1585,

rias

ocasiones, y en

había

sido

Sevilla

en

reeditada

1806

fué

el

año

en

va-

publicada

de nuevo en Madrid, por Asensio y Toen dos tomos en cuarto mayor.

rres,

Suprimidas

las

primitivas ilustraciones, se

substituyeron con numerosas láminas nue-

por Francisco Cremona, y segundo tomo pueden verse las que seguramente proporcionaron a D. Ma-

vas, dibujadas

en

el

nuel Tolsá modelos para sus bronces.

Para que se comprenda

bronce dorado a fuego,

a

el

que

mérito del alude D.

José Manzo, hay que tener presente que

[5] Solemnes exequias que celebró Catedral de Valladolid.

111

la

dicho arte requería habilidad suma y verdadero sacrificio por parte del artífice. «El dorador a

fuego

— escribe

D. Ma-

nuel Pérez Villamil, (6) -después de formar la

amalgama

mercurio en

del oro con el

proporciones variables

según

calidad

la

que debía dorar, y en cuya operación entraba ya la habilidad y gusto del artífice, armado de la grata o pincel

de

la pieza

de alambre, embadurnaba

buyendo con

la pieza, distri-

inteligencia

a fin de que resultasen

la

más

o

gados de oro sus diferentes

amalgama,

menos

partes,

gún que debían quedar bruñidas o te.

al

se-

ma-

Constituía esta operación una especie

de pintura, pues dependía de y

car-

y

gusto

peculiar

del dorador

la

destreza

el

que

la

pieza resultase bien entonada y con varie-

dad de matices, que realzaban

sus partes

quedando en segundo térmisecundarias y los accesorios. no

principales,

no

las

Y

acababa aquí ce,

habilidad genial del artífi-

la

pues llevada

[6]

Artes

e

la

pieza

al

Industrias del

112

fuego para

Buen

Retiro.

provocar

la

evaporación del mercurio,

se

lucha entre

la

entablaba una

verdadera

acción disolvente

del

fuego y

ción

preconcebida

cual,

de vez en cuando, de

retirar la pieza

sobre

mano

la

del

inten-

la

por

dorador,

necesitaba

lo

éste

colocarla

las ascuas,

izquierda, prevenida de

un

guante de cuero, y moviéndola con rapidez, ir con la grata reparando los estragos del fuego y distribuyendo

ma

corrida,

lucha,

nando aunque

el

mercurio

aire

el

la

según sus intentos. se defendía

con vapores

el

dorador

momento

librarse

esta

envene-

mortíferos, y,

precavido

de su

amalga-

En

pudiera de

acción

directa,

en una y otra operación iba aspirando la muerte, que prematuramente le hería, convirtiéndole en verdadero mártir de su profesión.

que añadir nidas y

A

esta

otras

tarea

delicadas.

Las

había

principal

muchas y muy partes

entrete-

bruñidas

debían de cubrirse con otra liga de greda, azúcar y goma, desleídas en agua, sumero bañarlas con ácido sulfúrico, con-

girlas

venientemente rebajado, lavarlas garlas a tiempo,

y

y enju-

entregarlas bien

113

dis-

puestas al sal

mate

al

bruñidor; a su

se cubrían

marina,

salitre

con

fría,

las

doradas

mezcla de

y alumbre,

se calenta-

ban, y de pronto, se

gua

vez otra

que separaba

les

sumergía en a-

la

capa salina; se

pasaban por una ligera disolución de áci-

do

nítrico, y,

después de varios lavados,

era preciso secarlas con gran cuidado."

114

EL VIDRIO

lESDE

temprana fecha

vidrio en la

escribe en sus

que

«el

hacer

se fabricó el

Nueva España. Motolinia

Memoriales [año de 1541] del vidro no ha sido poca

admiración a los indios naturales», y en

Instrucción para

la

cobro de Alcabala , de 1574, [1] figura el vidrio como una de las «Cosas de la tierra», sujetas al pago de dicho impuesto; pero nunca rayó a el

gran altura esta industria. la

Ya

fuera por

escasez de las substancias necesarias pa-

ra su fabricación o por la falta de pericia

en los artesanos,

[i] grafía.

García Mexicana

el

caso fué que sólo en

Icazbalceta.— BiblioXVI.

del siglo

117

la

Puebla de

los

Angeles llegó

a obtener

alguna significación. [2]

En

1542 un fabricante, apellidado Es-

pinosa, se estableció en Puebla en la Calle del Horno de Vidrio; y que él y sus compañeros alcanzaron algún prestigio lo demuestra la carta que el Procurador de la Ciudad, Gonzalo Diez de Vargas, es-

cribió al

Rey, diciendo, entre otras cosas,

lo siguiente

de

hazer

:

el

«

.... y los hornos

en aquella

bidrio

y

oficio

tierra, el

qual no se hace en toda la nueva españa sino

allí,

ansí

por tener a

la

mano

los

ma-

teriales necesarios para ello, hasta la leña

y todo

lo

demás: y

se

hazeny labran bidrio

de tres suertes: blanco cristaleño, y verde y azul, de lo qual se proveen los españoles y naturales de aquellas partes hasta

guatimala y más adelante y aún lo pasan debehasta el perú y a otras partes. »

Y

mos suponer que

este fabricante

grandes cantidades de

[2]

de

la

cristal, a

produjo

juzgar por

«Teatro Mexicano» .—Tratado Ciudad

de

la

Puebla de

geles.

118

los

An-

hecho de que

el

en

7

de septiembre de

Ayuntamiento le prohibió cortar leña a menos de dos leguas de la ciudad, 1543,

el

constando en gastaba

acta de aquella sesión que

el

mucha

para su oficio.

Vetancurt [1698], dice:

do género de

oficios,

cen

raya

en

de Venecia"

los

"El

vidrio

guna

no

del reino;

finos,

se

re-

jabón, ha-

Nueva España;

la

aunque no tan

de to-

componen

que

pública, y en loza, vidrios y

drios,

[3]

"Hay

los

vi

parecen a

y Villa Sánchez, [1746] hace igual en parte al:

;

se

si

no

Venecia, a lo menos

compite con es

igual

con

el

de

el

de

Francia, doble, terso, limpio, y clarísimo y su fábrica en piezas de exquisitas hechu-

ras." [4]

Por supuesto que los objetos de vidrio, la Puebla de los Angeles,

elaborados en

[3]

dos

Suplemento

fol.

al

libro

V-'

de Cabil-

203.

[4] «Puebla Sagrada y Profana, 1746». Publicada con notas de Francisco Javier de la Peña, Puebla, 1835.

119

que dicen

a pesar de lo

los autores cita-

burda calidad, a juzgar por los escasos ejemplares que han quede

fueron

dos,

mayor

escala de

principalmente

de Cata-

dado. Se importaban en Península,

la

luña.

En

primeros tiempos del coloniaje,

los

eran escasas,

las vidrieras

que, en

tanto

general, las ventanas

de

las

se defendían

de

la

intemperie,

por medio de bastidores

de

madera cu-

culares

biertos con

lienzos

iglesias hacían oficio

encerados

ción

y

parece

de

muy

decir

En

este el

para

nos

Tecali,

célebre

el

material

oficio.

siglo

XVII empezaron

tarse vidrieras de Ñapóles, las

sideraban

las

la ora-

Inútil

prestó excelente

Puebla,

para

que

y en

5

impartían una

a propósito

recogimiento.

el

parti-

de cristales delgadas

láminas de alabastro, que luz suave,

casas

de

en la

su

con-

de

interesante

las

descripciones

las distintas iglesias,

120

se

ciudad de Puebla,

no deja de consignar, en que hace de

impor-

Fernández

gran lujo.

Echeverría y Veitia, historia manuscrita de

a

que

«los vi-

cirios cristalinos» traídos

nes,

rei-

no eran de grandes dimensiopara formar los nichos de las i-

nlágenes,

por

les,

hierro casi

se

forjado.

todas

cristales. la

unían

medio de

principales

de

de aquel lejano

Como

no.

las

A

dos

crista-

de plata

casas

tenían

Las vidrieras de

casa del

más

los

o

XVIII

fines del siglo

grandes

ciudades

o

varillas

de

las

galerías

de

corredores

Conde de Regla,

en

la

Ciudad de México, sumaban 1722 piezas y fueron valuadas, en 1782, en430 pesos.

121

caligrafía colonial

OS

pocos conquistadores que sabían

leer tra,

y

muy

escribir tenían

entre ellos el

mala

mismo Hernán

quien, sin embargo,

es

le-

Cortés,

considerado con

como un literato a la altura de Julio César. En cuanto a los primeros prelados, como D. Fray Juan de Zuma-

justicia

rraga los

y

Don

religiosos

Fray en

marse que tenían magnífica

como

sus

secretarios

nuenses que educaban

Garcés,

Julián

general,

y en

puede

escritura, así

los indios el

López, llegado

«pasó a México

ama-

Colegio de

Santiago Tlaltelolco. El célebre rio

y

afir-

a Veracruz

Gregoen 1562,

— dice García Icazbalceta, 125

(

1

)

—repartió su equipaje entre

los pobres,

y como era excelente calígrafo, se acomodó de escribiente con un escribano.» La escritura que se empleó en México fué, naturalmente, igual a

laque se usaba

en España; a principios del siglo XVI, calcada sobre sobre todo

en

y

la italiana

la

leyendas

las

puestas en mexicano o

la

gótica [ésta explicativas,

castellano

en los

segunda mi-

«Códices» indígenas], y en

la

tad de dicha centuria,

cancilleresca.,

la

la

minúscula

de imprenta, y castellana fo?-mada, semejante a la

parecida a

itálica.

la

Estas últimas

boga por Juan de

Iziar,

fueron puestas en

Pedro

Madaria-

ga y Francisco de Lucas, que publicaron tratados sobre la materia en 1547, 1565 y 1570, respectivamente.

años del siglo

XVII,

calígrafo Francisco

En

los

puso de

primeros

moda

el

Díaz Morante un gé-

nero de letra más suelto y cursivo, pero abundante en trazos y rasgos de puro adorno,

[1]

más caprichosos

Biografía del siglo

126

que

XVI

bellos,

que, junto con

un

de

muy

abreviaturas que des-

las

principio

difíciles

se

de leer

emplearon, los

hacen

documentos de

aquella época. Varios calígrafos españoles siglo XVIII, entre ellos el célebre D. Torcuato Torio de la Riva, generalizaron el sistema de la letra cursiva, que

del

es

más o menos

la

misma que

se

usa en

nuestros días.

Es sabido que los mexicanos, usaban un papel hecho "con hojas de cierta especie de maguey, -dice Clavigero, (2) -macerándola antes lavándola,

"Los

como cáñamo y después

extendiéndola

pliegos

de

su

y puliéndola. papel,

-con-

grandísimos y los conservaban en rollos, como los antiguos manustinúa, -eran

critos europeos, o doblados en la

que

misma for-

biombos comunes". Pero si este papel de maguey, muy semejante por los

cierto al cartón, era a propósito para

las-

pinturas o jeroglíficos de los aztecas, no



2. Historia antigua de México. Libro séptimo.

12;

se

fácilmente para

prestaba

no

Genova, durante

ron papel de

XVI, y de Cataluña, Refiriéndose

dice Robles en

al

real

5

el

mano dos

de 1677,

se

ha encarecido la

resma

y

quebrado a peso

la

el

de marca mayor a real y medio el

escrito a dos

resma a

seis

Clavigero

mexicanos

'

en adepapel en

el

año

pesos,

la

siglo

el

XVII

Diario de Sucesos

papel de suerte que vale

ta pesos, la

un

su

"Este año

Notables: el

del

Varias veces escaseó

México.

lo usa-

sino que importa-

ron para sus escritos,

lante.

escritura

la

europea, y los españoles casi

reales

mano, el

y medio

trein-

pliego

la

el

pliego,

mano,

pesos y dos reales".

describe; 'los

cómo

hacían

los

hermosísimos colores que

empleaban en sus

Hacían

pinturas".

el

negro, dice, de una' 'tierra mineral y fétida, ....

o del hollín del oeotl,

especie de pino

humo

oloroso,

cierta

recogiendo su

en vasijas de tierra". Pero los es-

pañoles usaron de preferencia

cha con

el

siempre en

httizache, el país.

la tinta

he-

que ha abundado

Machacadas

las

vainas

que produce este arbusto en combinación

128

con ciertas cantidades de vinagré

muy

producía

se

rrosa,

y

buena

capatinta,

aunque algunas veces, por exceso de última substancia,

comía

el

la

se volvía corrosiva

y

papel.

Las plumas empleadas en todo tiempo, fueron, naturalmente, las de ave.

La

letra

empezó

muy

bellos

siglo

XVII, y ya

centuria se producían

para fines de esa

título

a adornarse e histo-

mediados del

riarse a

documentos

caligráficos.

Mayor

de Sargento

del

El

Comercio

a favor de D. Pedro Sánchez de Tagle,

expedido en México por de de Gal ve

el

el

Virrey

Con-

26 de octubre de 1695, es

uno de tantos que demuestran hasta qué grado llegaban los adornos caligráficos, pues

el

encabezamiento «Don Carlos, por

Gracia de Dios», se pierde dentro de

la

los

más

variados motivos

decorativos de

pájaros, flores y roleos.

Como

todas

las artes del

caligrafía llegó a su

XVIII.

Toda

apogeo

clase

de

Virreinato, la

en

el

siglo

documentos

ostentaron, pero principalmente

la

los

in-

ventarios y cuentas de haciendas, en

mu-

129

dios de los cuales pueden admirarse tras

formadas con dibujos relativos

le-

al

gi-

En un inHacienda de San Antonio,

ro de las fincas respectivas.

ventario de

la

cerca de Tacuba, se ve una

por un diminuto

R

formada

Tía chiquero

seguido

>,

de un perro; y en los de la de Cedros, casi no hay página que no esté llena de adornos caligráficos, entre de

la

ellos el «fierro»

También en

hacienda.

con-

los

ventos, siguiendo las vetustas tradiciones

monacales de

los scrifitoria,

jeron obras de

notable

produ-

se

pero

caligrafía,

siendo muchas de ellas en colores, alcan-

zaban más bien

categoría de

la

ilumina-

ciones. las rúbricas que afecforma de un pájaro, (ya fuera una paloma o un águila volando) de una bestia real o fantástica, de un canasto con frutas o de un querubín, hehas con

Conocidas son

taban

la

,

un solo rasgo de obra de

esta

la

clase

pluma. de

considerarse un curioso

retrato

una

puede

ecuestre

Conde de Gálvez, que se conserva en Museo Nacional. Con excepción del

del el

Como

caligrafía

130

rostro y de las

manos del

de pintura,

resto de la figura del jine-

te

el

Virrey, que son

y caballo está formado por rasgos

cali-

gráficos entrelazados, de color blanco so-

bre fondo negro,

jado con gis

fué el autor de lo dice

un

como

sobre un

si

estuviese diba-

pizarrón.

Quién

tan original retrato,

letrero

nos

que ostenta en un án-

gulo: «Se acabó 26 oct. blo de Jesús rasgueó."

Ul

a

96.

— Fr.

Pa-

bibliografía de la pintura EN LA NUEVA

ESPAÑA

JLX L emprender

este

ensayo,

hemos

tropezado con serias dificultades,

pues

nos limitábamos

si

a

mencionar

solamente aquellas obras que tratan exclusivamente de bría

cinco autores;

mos

la

pintura colonial,

quedado reducida

mientras que,

a todas aquellas

dental relación

podido

la lista

con

si

citába-

que tuvieran

el

ha-

a cuatro o

inci-

asunto, habríamos

acopiar material para llenar un

volumen.

Hemos

procurado, pues, adop-

un término medio, apuntando todas aquellas obras que han llegado a nuestra tar

noticia, en las

cuales se consignan

datos

de alguna extensión o importancia,

puedan

ser

aprovechados por

135

el

qi;e

que

se

proponga

escribir la historia del arte

Apeles en

la

Nueva España. México

de

fué,

quizás, la única de las colonias españolas

que tuvo una verdadera escuela de pintura con sus características propias; y bien merece la pena que se haga un estudio serio y concienzudo de tan interesante Sin competencia alguna para

materia. caso,

queremos

sin

el

embargo, aportar nues-

tro grano de arena y

ofrecemos este

ensa-

yo, por lo que pueda tener de útil algún día,

no

En

lejano,

obras

según esperamos.

voluminosas

suelen

encon-

de los albo-

trarse datos aislados acerca

y florecimiento de la pintura en MéAsí Bernal Díaz del Castillo, asienta que "tres Indios hay en la ciudad de México, tan primos en su oficio de en-

res

xico.

talladores

y pintores, que

Crespillo,

que

antiguo

aquel

Micael

si

e

dicen

Mar-

Cruz y el fueran en tiempo de la

afamado Apeles, u de que son

Ángel, o Berruguete,

de nuestros tiempos,

número de ra de

se

Aquino y Juan de

cos de

ellos",

los

pusieran en

el

{Historia i'erdade-

la Co?¡gin'sla,

136

Capíhdo XCI)

:

y

"Había pintores

Vetancourt escribe:

a]

temple que con gomas Colores finos

de

rostros

al

de los árboles y los vivo pintaban personas no acertaban a

las

pintar con primor hasta qvie usaron de

encarnación que los Españoles usan

5

la

pin-

taban en cueros curtidos de animales, por-

que aunque tenían tantas mantas, no usaban aparejarlas, y después que aprendieron a pintar en lienzos aparejados y con olio

han dado

se

al

arte

de

la

pintura con ventaja". {Teatro Alcxica-

nó 2? Píe.

Tomo

2

Núm.

22).

Estos

y otros más, fueron recogidos por " Don Bernardo Couto en su «Diálogo». ^- £> ?< Torquemada nos cuenta que las pintu-

datos,

ras del altar

mayor de estrenado

Francisco,

la

en

iglesia

de San

1609,

fueron

ejecutadas por un "español Vizcaíno,

mado

Baltazar

de

[Monarquía Indiana.

arte."

Cap. IV\

lla-

Echave, único en su Lib. 17

y Juaquín Antonio Villalobos escribe que el "Maestro Nicolás Rodrí:

guez Carnero liberal

aplicado a la arte

y generosa de

ella tan

eminente,

la

pintura,

fué en

especialmente en co-

137

)

piar

con vivísima propiedad y semejanza que por esta gracia era so-

los retratos,

licitado de los

principales personajes

del

Reyno, estimado su pincel de todo génede personas, y

ro

pinturas aún en

muchos de

los

la

muy

apreciables

Mercaderes y

encargaron varias Imágenes,

por dignas de

sus

Europa, para donde

ladearse

allá

Flotillas le

juzgándolas a

las

de

los

más aplicados Maestros". {Vida exemplar y muerte dichosa de el Padre

Juan Camero. En

más

Puebla, 1725. recientes también se ha-

alusión a pintores coloniales,

lla

el

obras

artículo

[Z