Antropologia Del Deporte

  • 0 0 0
  • Like this paper and download? You can publish your own PDF file online for free in a few minutes! Sign Up
File loading please wait...
Citation preview

ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE

Kendall Blanchard ('

Alyce Taylor Cheska Introducción de Edward Norbeck

ediciones bellaterra, s.a.

Título de la obra original: The Anthropology of Sport -An lntroduction

Trad ucción: Bellaterra Su pervisión : María José Aubet Semmler © 1985 Bergin &: Garvey Publishers, Inc.

670 Amherst Road South Hadley, Mass. 0 1 075 ©

1986 Ediciones Bellaterra, S. A.

Felipe de Paz, 1 2 08028 Barcelona Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse ni retransmitirse utilizando medios mecánicos o electrónicos, grabación u otro sistema, sin permiso escrito del editor.

Impreso por Diagrafic, S. A.

Constitución, 1 9 080 1 4 Barcelona

Impreso en España Printed in Spain Depósito legal: B-6089- 1 986 ISBN: 84-7290-044-4

Contenido VII

Prefacio I n trod ucción de Edward Norbeck l. Deporte y Antropología

5

Antropología El dt'porte y el j uego en la historia de la antropología Los objetivos de la antropología del deporte Resumen

18

Ejercicios

18

2. El significado del deporte: un enfoque cultural

El significado de la cultura El enfoque cultural del deporte Deporte, recreo y educación física ¡ Rfsumen

40

Ejercicios

Modelos teóricos en antropología Modelos teóricos : resumen general Descripción etnográfica general Metodología Antropología del deporte: un ej emplo de proyecto

El deporte en la sociedad de la Edad de la Piedra El registro arqueológico El deporte y el estado urbano Mesoamérica y el j uego de pelota El j uego de pelota en América del Norte El futuro del deporte y la arqueología . N uevas ideas sobre el origen y el desarrollo del deporte

85

43

45 55 55 56 59

Ejercicios 61

4. Prehistoria y pasado histórico del deporte,

Resumen

19

21 24 39

41

3. Antropología del deporte: teoría y método

Resumen 60

6 10 17

Ejercicios

63

63 64 66 68 75 80 81

85

5. El deporte en la cultura: una perspectiva evolucionista

( Parte 1 : Las sociedades de bandas) El problema de la clasi ficación del deporte El deporte: un modelo evolutivo Banda del nivel 1 Banda del nivel 1 1 Resumen

112

Ejercicios

113

87

89 92 94 1 03

VI

CONTENIDO

6. El deporte en la cultura: una perspectiva evolucionista

( Parte 1 1 : Sociedades de nivel 1 1 1 , I V y V ) Nivel 1 1 1 : la jefatura Nivel I V : el estado primi tivo Nivel V : la civilización arcaica Resumen 136

El deporte en el cambio cultural Cultura y conflicto Cultura y programas deportivos mult iétnicos

1 39

141 1 52 1 58

Ejercicios 163

8. Problemas contemporáneos y Antropolo gía del deporte

El papel de la mujer en el deporte Deportes y tercera edad Deportes y relaciones internacionales Resumen 1 89

1 15 1 26 131

Ejercicios 137

7. La antropología del deporte: aplicaciones

Resumen 162

1 15

1 65

1 65 1 75 1 83

Ejercicios 190

Epílogo

191

Bibliografia

195

I ndice

209

Prefacio Dice George Sage en Sport and Society ( 1 974) I gnorar una actividad hu mana tan amplia y profundamente arraigada como es el deporte, eq uivaldría a descuidar uno de los aspectos más signi­ ficativos de la sociedad americana contemporánea. El deporte es un fenó­ meno social que abarca la enseñanza, la política, el arte, los inedios de com unicación e, incl uso, las, relaciones diplomáticas. La participación di­ recta de cada cual en calidad de protagonista o de espectador equivale prácticamente a un deber público y puede decirse que si existe una religión en la América actual, esta es la del deporte.

La década de los años 80 se ha visto virtualmente desbordada por una oleada de exaltación deportiva. Sus manifestaciones más evidentes: la "locura del fú tbol " en Brasil, el entusiasmo tenístico de Wimbledon, los millones de dólares destinados al deporte en algunos países de Oriente medio, el fervor olímpico en los países del bloq ue soviético, en China y otros países del mundo, la participación femenina activa y desbordante en las actividades deportivas otrora coto exclusivo del hombre, y la cap­ tura de amplios espacios en los períodicos, q uioscos y librerías por un género especial de literatura deportiva . Como si temieran quedar arrinconadas, las ciencias sociales y las cien­ cias del comportamien to se apresuran a entrar en esas lides ofreciendo al deporte espectáculo una amplia logística académica: psicología del de­ porte, sociología del deporte, economía del deporte, geografia e historia del deporte y antropología del deporte. El " Social C itation l ndex" nos da una medida del creciente i nterés por la investigación sobre el deporte. Desde su i nicio en 1 97 1 , hasta 1 98 1 , el número de citas de la voz "deporte" o de términos deportivos aumentó en un 5 1 0% , por un aumento global de las citas del I ndice de sólo el 56'X Sociólogos, psicólogos y antropólogos forman la vanguardia legitimad•• ra de los es tudios sociológicos del comportamiento en el deporte, y a u n ­ q ue el i nterés de la antropología por el deporte s e a reciente, el resultado de este entusiasmo tardío ha d ado una abundante bibliografia y la aplica­ ción potencial de la técnica antropológica a d iversos tipos de programas ( p. ej . educación fisica y ocio) . En primer lugar, la antropología abre una perspectiva teórica excep­ cional, bajo la cual se puede analizar cualq uier faceta del comportamien­ t o humano. desde las subincisiones rit uales de los walibiri de Australi.1 hasta la costumbrl' centroafricana de cabalgar a lomo de avestruz. Los modelos teóricos-y la experiencia obtenidos a partir. del enfoq ue científico de la prehistoria y del estudio de las sociedades primitivas y de socieda­ des de d imensiones red ucidas son particularmente valiosos para el en­ tendimiento del comportamiento deportivo. En este sentido, una antro­ pología especializada en el deporte es u n complemento lógico de otras •.

·

VIII

PREFACIO

especialidades existentes, como la sociología del deporte y la psicología del deporte. Frederickson ( 1 960) j ustifica el estudio cultural del deporte por la ausencia de relaciones funcionales entre las necesidades orgánicas arraigadas en la mente y el cuerpo del hom bre y sus actividades cultura­ les . Aunque los factores humanos continúan presen tes y se mantienen operativos, otro conj u n to de factores intervienen entre el impulso y el acto -los factores representados en las ideas, las creencias y el ej ercicio de la cultura concreta de cada individuo. La investigación cultural del de­ porte va dirigida a un mejor en tendimiento del grado en que la vida cultural ha bloq ueado, modificado, alen tado o reorien tado las energías que permanecen operativas esencialmente a nivel animal. En segundo lugar, el deporte es un fenómeno tan patente y generaliza­ do en el mundo actual, que no es posible confinarlo dentro de un breve capítulo al final de algún tratado de etnografía general. La invasión de la vida cotidiana de la mayoría de la gente por parte del deporte confiere a esa actividad una dignidad merecedora de la misma atención que reci ben otras categorías del comportamiento. Finalmente, y q uizás más i mportante, los temas es tudiados por la an­ tropología del deporte suelen presentar ramificaciones directa o indirec­ tamente utilizables. Las soluciones i nmediatas o potenciales de los pro­ gramas sociales generales o logísticos concretos posibles gracias al enfo­ que antropológico ofrecen un interés indiscu tible para los profesionales directamente involucrados en el deporte -entrenadores, moni tores de educación física, animadores . El desarrollo de una antropología del de­ porte especializada facilita el acceso de d ichos profesionales a este tipo de programas . La antropología del deporte no es más que el análisis antropológico del comportamiento deportivo. Los temas estudiados incl uyen el significado del juego y del deporte, el cambio cultural y deportivo, y la utilización de la información deportiva. Como parte de la cultura, el deporte está s ujeto a las mismas fuerzas y procesos transformadores q ue los demás componentes del sistema cultu­ ral -religión, arte, leyes . De igual manera, el deporte está sometido a los mismos estilos básicos que la investigación y la interpretación antropoló­ gicas . Antropología del Deporte es una in troducción general a la perspectiva concreta del deporte, a las aportaciones de los antropólogos al estudio del deporte, y a la determinación de posi bles campos de investigación fu tura. En este libro la antropología es abordada dentro de un ámbito más amplio, un ámbito que abarca desde los problemas básicos y los métodos teóricos hasta la prehistoria y la etnografía del deporte. El término "primitivo" utilizado en el texto es un concepto desprovisto de valor nominal y se aplica a todas las sociedades de nivel preestatal o ágrafo. La palabra " tribal " , a menudo in tercambiable con " pri mitivo" , se refiere normalmente a sistemas más complejos que las senci llas socie­ dades de cazadores y merodeadores . " Deporte" , en el singular, se utiliza en lugar de "deportes " , como término genérico. "Antropología deportiva" y "antropología del deporte" son utilizadas indist i n tamente, y se refieren, por lo tanto, a la misma s u bdisciplina antropológica. Confiamos_ que esta Antropología del Deporte sea bien acogida, tanto por los profesionales y los aficionados del deporte como por los estudian tes de antropología y de sociología y que su lectura con tribuya a centrar la atención sobre uno de los fenómenos sociales y culturales de mayor tras­ cendencia en el m undo de hoy .

Agradecimientos Los au tores desean manifestar su gratitud a sus alumnos y colegas por la participación que tan generosamente nos brindaron en diferentes fases del proyecto. A Martha Sharp y Amy Earls, en la de recogida de datos . A Wannie Anderson, Ralph Balleu, Ralph Bolton, Thomas C u reton, Beu­ lah Drom, Claire Farrer, Frank Glamser, John Loy , Barry Mc Pherson , Andrew Miracle, James Misner, John Roberts, -Allen Sack, Michael Sal­ ter, Brian Sutton-Smith, Marilyn Wells y Mary Womack por sus múlt­ ples formas de colaboración : copias de artículos, sugerencias de orden bibliográfico, comentarios críticos y palabras de aliento. A los antropólo­ gos G. Whi tney Azov, Francis Clune, Richard Gould, Harriet Kupferer y Phillips Stevens , J r . , por su aportación iconográfica. A j udith Hall, de la División de Publicaciones e I l ustraciones del Centro de Learning Resour­ ces de la Middle State U n iversity de Tennessee, responsable de la ilus tra­ ción de nuestro libro. A las mecanógrafas Evelyn Jared y Rosemary Wampler y a la correctora de estilo, Ellen Foos . A la Middle State Uni­ versity de Tennessee, a la U niversidad de Illinois y a la U niversidad de Southern Mississippi , por las diversas formas de ayuda institucional . Y, de forma muy especial, a Edward Norbeck, por no dudar ni un solo instante, a pesar de sus considerables actividades académicas, de leer nuestro manuscrito y escribir una in trod ucción para Antropología del De­ porte, demostrando así la validez del viéjo proverbio -si deseas que algo se haga enseguida, encárgalo a alguien que ya esté agobiado de trabajo.

Jóvenes bachama de Nigeria protagoniz:,ando un asalto de lucha de carácter ceremonial

Introducción Los autores de este libro pueden ser considerados con toda propiedad como los pioneros de la investigación antropológica del deporte y, si bien es cierto que la bibliografia enumerada al final de este volumen contiene varios trabajos sobre el deporte igualmente merecedores del cualificativo "pionero", esos trabaj os más antiguos proceden del campo de la sociolo­ gía. Que yo sepa, pues, el libro de Kendall y Cheska es el primero q ue aborda, desde la perspectiva de la antropología social y cultural, una gama tan extensa de temas y s ubtemas relacionados con el deporte. La historia de la antropología del deporte es m uy corta y se halla estrechamente vinculada a la historia del j uego en todas sus formas -un tema que sólo en estos últimos años ha logrado despertar la curiosidad de biólogos y sociólogos, primero, y más tarde, la de los antropólogos . El punto de inflexión del interés por el estudio del j u ego coincide con la fundación, en 1 974, de la Asociación para el Estudio Antropológico del Juego. A partir de esa fecha, el j u ego ha sido tema de n u merosos estudios biológicos y sociológicos, prueba del reconocimiento del carácter univer­ sal y conspicuo del comportamiento lúdico y deportivo del hombre. Con anterioridad , el j uego había sido j uzgado como actividad trivial, i nconsis­ tente e, incluso, inmoral o pecaminosa, propia de seres inmaduros y despreocupados . La conclusión general, aunque pocas veces formulada, es que si queremos comprender la h umanidad, es indispensable que estu­ diemos este tipo excepcional del comportamiento h u mano. Debo confe­ sar que, al revisar mis ideas sobre la cuestión, la curiosidad científica ha hecho mella en la opresión ejercida por la ética protestante. Hace ya tiempo que se admiten l a sexualidad y las relaciones sexuales, así como otras idiosincrasias y tipos de comportamiento a nivel hombre-animal; es decir, de rasgos dependiendo de proclividades y capacidades biológicas comparables a las de otros miembros del reino animal. Somos igualmente conscientes de que en el hombre esos atributos son únicamente mod ifica­ dos por la cultura. Entre las formas del comportamiento hombre-animal que nos son pro­ pias, el j uego ha sido la que más ha tardado en reconocerse como científi­ camente significativa. La actitud de la clase científica y académica res­ pecto al estudio del j uego ha sido comparable a la que en un principio se adoptó en r�lación con los estudios de Freud sobre el s ubconsciente. Publicada en 1 900, La interpretación de los sueños, fueron muy pocos sus lectores durante la primera década que siguió a su aparición. L a ulterior difusión y el desarrollo de las ideas de su autor nos induce n a considerarle _ como un pionero. Aunque abra algú nas perspectivas diferentes, este libro sigue la tradi­ ción antropológica en bastantes aspectos . En primer lugar estudia las similitudes y diferencias en el deporte . entre los pueblos del m u ndo y, en

2

INTRODUCCION

la med ida en que la antropología estudia y trata de explicar esas circuns­ tancias a part ir de la biología y la cult ura , ·es te li bro tiene un alcance netamente pan o in tercultural. por los relatos y las i nterpretaciones del deporte que circulan y rigen en sociedades geográfica y culturalmente muy remot as unas de otras y muy alejadas de la n uestra, como son \'arias de las sociedades amerindias, los indígenas australianos, los polinesios de Samoa, Tonga y Nue\'a Zelanda, los tikopia, los esq ui males , los asame­ ses, los andamaneses , los ,·iet namitas, los chukchi de Si beria, los indíge­ nas de N ue\'a Gui nea y \'arias sociedades africanas, a(�anas , japonesas, así como las sociedades antiguas o prehis tóricas de la I ndia, Grecia, Egipto y América cen tral. El li bro es igualmente fiel a la costumbre antropológica de recurrir a i n terpretaciones de las d iferencias intersociales del deporte, que reposan en la interpretación de diferencias obser\'ables en otros aspectos de la cultura y en la interpretación del comportamiento adq uirido o de la cultura como un sistema formado por partes que se relacionan y afectan entre sí. El "mismo" deporte se nos ofrece bajo formas y significados netamente distintos según las sociedades, y esas circunstancias se expli­ can por razones culturales . Afi rmaciones de este tipo pod rán parecer truismos a más de un lector, pero es fácil demostrar, por ej emplo, q ue un deporte como el béisbol en el japón d i fiere del béisbol de los Estados Unidos, tanto en la forma como en el significado. Otro brote de tradición_ antropológica presente en el li bro de Blanchard y C heska es el de la uti lidad; es decir, la intención de los au tores de con tribuir con sus conoci­ mien tos a resolver los problemas sociales más i rritan tes y a mejorar, en general, las cond iciones de \'ida de los hom bres . Los deportes -y los j uegos en general- son considerados como comportamien tos adaptati\'OS q u e contribuyen a la su per\'i,·encia de la especie. En mi opi nión, la princi pal aportación de esta Antropología del Deporte -más importante aún q u e la que aca bamos de mencionar- reside en las descripciones e interpretaciones de las diferencias entre sociedades, que ponen de relie\'e la amplitud con que otros elemen tos de la cult ura, inclu idos los ideológicos, configuran el deporte, dándole una forma y un significado diferentes en cada sociedad . Para logralo, los au tores abordan algunas de las condiciones preliminares y necesa rias, como son la identi­ ficación del campo de estudio a partir de la definición y discusión de los rasgos característicos del deporte y de las d iversas formas de comporta­ miento aparentemente relacionadas entre sí y con el deporte -j uego, tra­ bajo, recreo, ocio, ritual . Esos pasaj es del li bro no dej arán de suscitar las críticas de algu nos colegas, lo cual es muy positivo y deseable en la fase actual de la inves tigación del deporte. En la definición del deporte se hace hi ncapié en la compet ición , y el deporte se descri be, a su vez , como metaj uego, por analogía con el concepto de la metacomunicación de Bateson . Esta idea merecería ser analizada en profundidad . Una vez discutidos los enfoques antropológicos del estudio del deporte y examinado el deporte en Grecia, Egipto, la I ndia y otras sociedades , a partir de la historia o de su arq ueología, los autores emprenden un desa­ rrollo evolutivo élel deporte, probablemente el primero en su género,. estableciendo una relación entre los rasgos del deporte y cinco categorías de sociedad , desde las peq ueñas bandas hasta los estados pri m i tivos, de acuerdo con la secuencia evolucionista formulada por Elman Service ( 1 962) . La mayoría de las conclusiones alcanzadas por Blanchard y C heska en relación con las tendencias generales del cambio evolutivo en el deporte hallarán, probablemen te, pocos motivos de objeción por parte del lector. Parece razonable pensar que a medida que las sociedades y

3

INTRODUCCION

culturas iban evolucionando siglo tras siglo, ocurría lo mismo con el deporte, y este tendía a seguir los derroteros propios de la cultura en general, en el sentido de una secularización y democratización crecientes, y, con la invención de los sistemas matemáticos -cronómetros y otros dispositivos de medición y anotación-, de una creciente cuantificación . Sin embargo, el significado evolutivo del deporte en un sentido biológico no está nada claro. El valor adaptativo de una potente musculatura y una eficiente coordinación dinámica desarrolladas por la práctica del depor­ te, parece evidente para la seguridad de la existencia de los miembros de las sociedades cazadoras-recolectoras . El interés para los miembos de las civilizaciones modernas , en cambio, reside en otros factores . Partiendo de la premisa de que tanto la forma como la función reciben la influencia de varios factores culturales, podrá decirse, entonces, que para cada una de las categorías evolutivas de las sociedades, el significado funcional del deporte será distinto. Aunque lo que se comparte en cualquier circuns­ tancia en todos los tipos de cultura no siempre sea claramente lo mismo, los autores señalan en varias ocasiones la existencia de diferencias funcio­ nales y formales i ntersocietarias . Aunque no se presenten explíci tamente como tales, varios apartados del libro, particularmente los dos ú ltimos capítulos, tienen un significado netamente evolucionista. El tratamiento del tema por parte de los au tores, consistente en aplicar los conocimien tQs sobre el deporte a las condiciones de la vida, susci tará en algunos lectores más de una duda y más de una polémica, mientras que en otros -y eso es la reacción más positiva de todas- q uizá estimule el gusto por la inves tigación . U n elemento que siempre ha i mpresionado a los observadores es la similitud indiscuti ble entre la guerra y los j uegos. ¿ Puede decirse, por ello, como hacen los au tores, que el deporte es una alternativa a la gue­ rra? El valor funcional del deporte " m u ltiétnico", demostrado según los au tores por los Juegos Olímpicos , entre otros acontecimientos deporti­ vos, es igualmente cuestionable. ¿ Puede decirse que sus aspectos compe­ titivos negativos o perturbadores son realmente neu tralizados por s u in­ cidencia en el in tercambio cultural y en la promoción de la comprensión cultural? Supongo que sí, aunque me cuesta imaginar al deporte como sucedáneo de la guerra, incluso sabiendo que algunas sociedades han utilizado los d uelos entre campeones como medio para zanjar sus desa­ cuerdos . En cualquier caso, dudas de ese tipo, más que un obstáculo, son parte in tegrante del proceso investigador. El úl timo capítulo de Antropología del Deporte trata de la participación de la mujer en el deporte y de las relaciones entre deporte, de u n lado, y envej ecimiento, violencia y relaciones internacionales , del otro. El trata­ miento de la participación femenina en el deporte incluye una breve disq uisición sobre la evolución de la imagen de la feminidad a partir de las an tiguas civilizaciones clásicas de Occidente. El cambio observado del papel de la m ujer en el deporte, además de ser un fenómeno contem­ poráneo, es igualmente un ej emplo de evol ución cultural, comparable y relacionado con los cambios observados en el status económico de las ·muj eres , con los cambios en las relaciones hombre-mujer y en sus status correspondientes, y en relación con las transformaciones ocurridas en m uchos otros elemen tos de la cultura. Los cambios observados en el deporte no se limi tan exclusivamente a las acti tudes ni a otras cues tiones estrictamente culturales . La observación según la cual las muj eres "es tán adoptando en el deporte el modelo cinético masculino" me preocupa profundamente para el futuro del deporte y de la condición humana en numerosos otros aspectos� _

4

INTRODUCCION

El libro de Blanchard y C heska plantea la cuestmn del futuro del deporte y de su estudio. En efecto, observamos que el estudio de los j uegos ya ha ido m ucho más lej os que el estudio del deporte, de forma que resulta muy dificil mantener la actitud del generalista en su estudio. La investigación avanza por unos derroteros que sólo los especialistas pueden seguir, y que se bifurcan en otras direcciones a medida que sur­ gen dificultades para integrar en una misma rama los datos recogidos. ¿Quíen hubiera predicho, hace tan sólo unos años, que la investigación de los emisferios del cerebro contribuiría a la comprensión del deporte y de otras actividades lúdicas, entre otras formas del comportamiento hu­ mano? Los biólogos han aportado una abundante información sobre el j uego en los mamíferos y los primates no humanos , en los que se observan claros prototipos de algunos rasgos y caracteres del j uego h umano. Si a esa aportación se añaden las observaciones y teorías de carácter socioló­ gico relativas al fenómeno del j uego, entonces podremos augurar una respuesta más clara a la cuestión del significado adaptativo del j uego. Con relación con el valor funcional del j uego, creo que la posesión por los humanos de un repertorio de comportamientos m ucho más ampli·o que el de cualquier forma viviente constituye una prueba incontrovertible de la adaptación . Entre esos comportamientos figuran, precisamente, el depor­ te y el j uego. Puede decirse, pues, que los procesos de la evolución bioló­ gica humana han producido un organismo, cuya constitución biológica y fisi o lógica exige un comportamiento diversificado, con inclusión de va­ rias formas de j uego, si debe mantenerse en un buen estado de salud y asegurar la perpetuación de su especie. Si lo que se necesita para ampliar el conocimiento sobre el j uego, sus orígenes, formas y significado es precisamente lo que estamos constatan­ do en una de sus fases vitales de crecimient o -un proceso teórico y sin teti­ zador de investigación m u ltidisciplinaria y especializada, que replantea incesantemente el problema-, entonces podemos agradecer a Blanchard y C heska, por haber hecho precisamente esto en su Antropología del De­ porte. Edward Norbeck

1

Deporte y Antropología En Australia existe una costum bre muy curiosa: el j u ego de pelota. El juego de pelota era la distracción favorita de las tribus wotjobal uk, wurunj erri y kurnai. La pelota utilizada por los primeros estaba hecha de tiras de piel de zarigüeya cosidas con tendones, que envolvían un núcleo central formado por otro pedazo de piel. Los kurnai, en cambio, usaban una pelota hecha con el escroto de un canguro viejo, que se rellenaba con hierba fuertemente compactada. Esta pelota se llamaba turtaj i raua. Los w urunj erri usaban una pelota similar a la de los wotjobalu k -la manguri. El j uego se disputaba entre dos bandos, dos totems o dos locali­ dades . Así, recuerdo el caso de los garchula ( cacatúas blancas) y los bat­ yangal ( pelicanes) de la tribu de los mukjarawaini, que j ugaban u nos contra otros, y un partido dispu tado entre los krokitch y los gamutch, de la misma tribu. En cambio, los kurnai disputaban sus encuen tros localidad contra localidad , clan contra clan, ya que sus totems apenas subsistian. Cada bando tenía un capitán, y la finalidad del partido era guardar la pelota el máximo de tiempo posible, pansándosela de unos a otros, e impe­ dir que el adversario se hiciese con ella. El partido podía d u rar horas y horas. Según Howitt el juego de pelota constituye un buen índice ciánico de un grupo totémico concreto. En los "j uegos de pelota'' , dice Howit t , "dos segmentos de un clan se j u n tan para j ugar contra dos segmentos de otro; o cuando toda la tribu se halla reunida por razón de alguna ceremonia, los dos pares de adversarios acampan a ambos lados del río. Durante las reuniones ceremoniales o expiatorias el par de subdá nes afines se enfrenta indefectiblemente con el otro par." Esta costumbre ayuda a entender el carácter cultural de esta organización dual en detrimento de la creencia de que esta se extendió independientemente en diversas zonas de la región .

La cita procede del libro de Perry ( 1 92 3 ) , The Children of the Sun, una descripción general de los pueblos aborígenes de Australia. Perry extraj o la mayor parte de su inforQlación sobre el j u ego de pelota de un trabaj o anterior, The Native Tribes of South East A ustralia de A . W . Howitt ( 1 904) . La forma en que Perry presenta este acontecimiento de claro significado atlético es característico del tipo de tratamiento que los primeros antro­ pólogos reservaban al hecho deportivo. La descripción es breve y más o menos concomitante con otros temas. La información es de segunda ma­ no, procedente de otro estudio en el que el deporte es presentado como un medio de comprender otra faceta de la cul tura y no como algo que mere­ ce estudiarse en y de por sí. Afortunadamente, la timidez característica de los primeros i ntentos de descripción del deporte ha cedido el paso a un nuevo enfoque. Los antro-

6

ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE

pólogos empiezan a tomar el deporte en serio analizándolo con una per­ cepción más sistemática, descubriendo su importancia como fase del esti­ lo de vida global de las poblaciones estudiadas . Este libro se presenta como una afirmación de la importancia que reviste el deporte en tan to que categoría de comportamien to cultural merecedora de aprecio y estu­ d io, y en él se describen los cambios de actitud de la antropología en relación con el análisis selectivo de varios problemas teóricos relaciona­ dos con el deporte y con la aplicación potencial de los estudios del deporte.

ANTROPOLOGIA Antropología, del griego anthropo lagos es el "estudio del hombre" , en el sentido genérico del término. Es la más amplia de las ciencias sociales: la que trata de cualquier faceta posible é imaginable del comportamiento h umano, pasado, presente y futuro. Entre las varias técnicas empleadas para determinar las distin tas fases o subsistemas de la antropología, el método más comúnmente u tilizado por los antropólogos americanos es la d ivisión de la antropología en cuatre partes o áreas principales : antropo­ logía física, arq ueología , li ngüística y ant ropología cultural.

Antropología fisica La antropología física se remon ta a 18.'"i�I. ti-cha de Li publicaciún di· Li obra monumental de Charles Darwin, Origin of Species, y trata primor­ d ialmente del problema de la evol ución humana. Sus princi pales subdi\'i­ siones incluyen la antropometría o ciencia general de la medición del cuerpo, la genética poblacional, la biología h umana, la paleontología, la primatología y la estructuración física del hombre. Esta última rama constituye la faceta más " aplicada" de la antropología física; sus especia­ listas diseñan cabinas de avión e i nteriores de automóvil y explotan los conocimientos obtenidos a partir del estudio de la anatomía h umana y su adaptabilidad con miras a una adecuación más confortable y segura de las relaciones entre el hombre y la máq uina. Algunas de la s técnicas de la antropometría tienen su aplicación en fisiología del deporte ( por ejemplo, en la medición del cuerpo de los atletas y en el in tento de correlacionar los tipos corporales con las aptitu­ d es deportivas de cada individuo) . Kukushkin ( 1 964) describe los resul­ tados de un estudio antropométrico realizado por el I nstituto General de C ultura física de la U n ión Soviética. De acuerdo con los resul tados, cada tipo de deporte posee sus peculiaridades específicas y su infl uencia sobre el desarrollo físico y la capacidad funcional del hombre. Los lanzadores de martillo, los levan tadores de pesas y los luchadores poseen el mayor perímetro torácico; en cambio, son los j ugadores de baloncesto q u ienes poseen la mayor capacidad torácica y los nadadores los que, por general, disponen de la mayor capacidad pulmonar. Si bien los antropólogos físicos apenas han tratado cuestiones relacio­ nadas con el deporte, sus métodos para la medición y clasificación de los tipos de cuerpos se han utilizado m uchas veces en el terreno del deporte de forma similar a la que se acaba de describir. Una referencia particu­ larmente útil en este contexto es el trabajo de Brozek y Henschel ( 1 96 1 ) Techniques Jor Measuring Body Composition. Los antropólogos físicos estudian también el crecimiento y la forma en que éste resulta afectado por la actividad atlética. M uchos d. e los proble­ mas con que se enfrenta el aspirante a atleta d u rante su crecimiento

DEPORTE Y ANTROPOLOGIA

7

pueden soslayarse con la adecuada utilización de la técnica antropológi­ ca( Malina, 1 97 2 ) . Otro ámbito contribu tivo de la antropología fisica al estudio general del deporte es la primatología comparada o estudio del comportamiento primate no h umano, una de las especialidades más populares de la antro­ pología fisica y cuyos estudios recientes sobre el j uego de los monos y simios han contribuido sensiblemente a la comprensión general del desa­ rrollo y de la funcionalidad del comportamiento lúdico en los humanos ( Fagen, 1 98 1 ) .

Arqueología La arq ueología -históricamente la más antigua de las cuatro subdiscipli­ nas antropológicas- se define a s u nivel más simple como el estudio del pasado. No obstante, la arq ueología se ej erce j unto con otras actividades académicas al lado de la antropología (p. ej . la arqueología histórica, la arq ueología clásica) y tiene u n significado más especializado para los arq ueólogos de formación antropológica que consideran que su trabajo debe ser de carácter estrictamente antropológico. En este contexto, la arq ueología se transforma en la antropología de los pueblos desapareci­ dos o extinguidos . Los llamados nuevos arqueólogos afirman que la cien­ cia arq ueológica puede describir las culturas prehistóricas cor\ el mismo nivel de especificidad que el q ue el antropólogo cultural consigue estu­ diando las culturas contemporáneas . El arqueólogo recupera fragmentos suel tos del comportamiento, de acontecimientos específicos o de determinados períodos de tiempo. Lo dificil, sin embargo, es la reconstrucción del " proceso cul tural" -el meca­ nismo responsable de los cambios en la historia y la prehistoria de la humanidad, dado que el arq ueólogo trata cada acon tecimiento ocurrido en el contexto cultural como parte de ese proceso. A medida que el mecanismo del proceso se hace más comprensible, más fácil resulta para el arq ueólogo interpretar la i nformación del pasado, comprender el pre­ sente y predecir el futuro. Entre las especializaciones de la arqueología destacan los análisis líti­ cos y de cerámicas, la paleontología, la paleobotánica, la paleozoología y la palinología, todas ellas valiosas por su con tribución al conocimiento global del pasado. Otra fase crítica de la aY� ogía corresponde a su cometido como "ciencia de la datación" . En'tr{ú ltimas décadas se han elaborado diver­ sos métodos de datación relativa o absolu ta de asentamientos, útiles y demás restos arqueológicos . Su utilización y su correcta in terpretación son vitales para la fiabilidad y la estabilidad del análisis arqueológico. Entre los métodos de datación más utilizados destacan el del radiocarbo­ no ( C- 1 4) , el método del potasio-argón, la dendrocronología ( basada en el examen de los anillos de crecimiento de los árboles ) , la estratigrafia y el paleomagnetismo ( Hole y Heizer, 1 97 7 ) . La principal contribución de la arq ueología al estudio del deporte ha sido s u tratamiento ocasional de la evolución y la prehistoria del fenóme­ no deportivo ilustradas por algunos acontecimientos deportivos, como el j uego de pelota mesoamericano; es ínfima, en cambio, la atención que han dispensado al deporte en tanto que categoría general de comporta­ miento prehis tórico en otras regiones del mundo.

Lingüística La lingüística es el estudio científico de las lenguas y, al jgual que la arq ueología , s u ám bito es mucho má,s amplio que el que le corresponde

8

ANTROPOLOGIA DEL DEPORTE

específicamente dentro de la antropolgía general . En tn· los diversos tipos o variaciones que asume la disciplina, los más corrien tes son la la lingüís­ tica descriptiva, la lingüística his tórica comparada y la etnoli ngüística. De hecho, los antropólogos li ngüistas recurren a cualquier de ellas o a su totalidad según el con texto ambiente. A la lingüística descriptiva comete la descripción de las lenguas -en muchos casos, lenguas que carecen de sistema de escri tura . El proceso descriptivo empieza cuando el li ngüísta identifica y restablece una grá­ matica y recoge un corpus de información conservado y transmitido por los indígenas en la lengua estudiada. El aprendizaj e de la lengua del pueblo que se estudia es esencial para el antropólogo, pero en determinados casos , la información sobre la len­ gua de una población en particular es red ucida, lo que obliga al antropó­ logo a establecer una descripción lingüística an tes de poder com unicar adecuadamente con los indígenas. De ahí que el proceso descriptivo sea vital en antropología ( Samarin, 1 96 7 ) . La li ngüística comparada e his tórica es el análisis de las relaciones , cambios y orígenes del lenguaje, análisis que permite reconstruir las pro­ tolenguas, o lenguas ya no habladas por ningún grupo humano y que no han pod ido pasar al registro his tórico, aunque hayan podido ser recons­ truidas por comparación con otras lenguas históricas . Así, por ejemplo, el proto indoeuropeo ( PIE) es la lengua madre de la mayor familia lingüís­ tica del mundo: la indoeuropea, a la que pertenecen todas las lenguas germánicas, las románicas, las eslavas , el sánscrito y muchas otras más . El PIE ha sido reconstruido en base a la comparación de todas esas lenguas con la identificación de los sonidos y significados com unes. El resul tado de esos trabajos ha sido la reconstrucción no sólo de la lengua, sino también del marco cultural de sus usuarios. Los primeros indoeuro­ peos eran cazadores y recolectores q ue, hace unos 5000 años, ocupaban una amplia zona del norte de Europa. Gracias a la li ngüística his tórica y comparada se han pod ido descu brir. las " leyes" que rigen los cambios ' li ngüísticos que los an tropólogos han pod ido utilizar en la recons trucción de las prehis torias regionales y de las relaciones in tercu lturales, aunque los hallazgos de los lingüis tas a veces se contradigan con los de los ar­ queólogos . La etnoli ngüística es el estudio de las i n terrelaciones en tre el lenguage y su medio cultural y social . Así, por ej emplo, el etnolingüista, podrá emprender un análisis de las formas como un gru po determinado estruc­ tura y verbal iza el mundo vegetal q ue le rodea ( etnobotánica ) y la Í