Alienación y fetichismo en el pensamiento de Marx 8470531360


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Catalan Pages 282 [283] Year 1975

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Table of contents :
ÍNDICE
Prefacio
1. Alienación y objetividad en la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel
2. El concepto de alienación en Feuerbach y en los escritos de juventud de Marx
3. Alienación y fetichismo desde "La ideología alemana" a "El Capital"
CONCLUSIÓN
APENDICE 1: Reificación y objetividad en "Historia y consciencia de clase", de G. Lukács
APÉNDICE 2: Alienación y fetichismo: ¿Dos teorías distintas?
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Alienación y fetichismo en el pensamiento de Marx
 8470531360

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ta obro de Eadecchi se l) D.ostrer la profn·.·J.do continuidad oue existe 8t·.1;re la te orín de--la elie nD c.:')n 1 en el H3r::-:· ~ove_~) y la t~~·,y._"'la de la r.elflcaclon y el í :. t~chismo, en el I-tbr:c 1110d.uro; 2) F:U1)ravor la -distinción 0 ntre :J. ic ns ar· ticulos de Jos diarios} GOfl que a menudo se afrontan los problemas de la "alienación". Este concepto. que ha tenido mucho éxito a partir de la publicaciór. de Jos Manuscritos de economía y filosofía de 1844 de Marx, está comprometido ahora por el uso acrítico e incontrolado de gran parte de la publicistica. Además, e~ que escribe tiene la convicción de que, a partir de Jos .:.ños veinte, el concepto marxiano de alienación ha e> perimentado un proceso de deformación progresiva ir:< uso ~n el ámbito del pensamiento filosófico y social má; ca-

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li ficado, con muy graves con~ocuencias para .el análisis y la teorla de la sociedad. Creemos distinguir el -origen de esa deformación en el célebre ensayo de Lukács s·obre la Verdlngllchung, al que, por ello, dedicamos las últimas páginas de este trabajo. La inyestigación se articula en torno a los siguientes puntos, que indicamos esquemática-mente para una orientación 'más\nmediata del lector.

1. · El empleo, y significado del concepto de alionación:extrañamiento (EnUiusserung-Enlfremdung} en los escritos de j~ventud _de Marx de 1843-1844. 2. La: teoría del "fetichismo de las mercanclas", formulada por Marx en Contribución a la crítica de la economía polítlca' y en El c~pi\~1. · 3. Afinidad y)eHící~-s ~ntre la teorfa de juventud de fa alienación·· y teoría del fetichismo (¿hay te orla de la alienación en el_ pensamiento maduro de Marx? 1 ¿IZ:s una teoría de 1a alienación el "fetichismo de las • 1 mercancías'_'?). . _ En el curso del trabajo se han debido hacer amplias referencias a Hegel y a Feuerbach, sin las cuales, evidentemente, el concepto marxiano de alienación quedarla bastante ine-xplicado.- De _Hegel -el primer pen· sador moderno que nos presenta una auténtica y propia teorla de la alienación, de la cual se sirve abundantemente en su representación dialéctica de la historia _ moderna- se examina casi exclusivamente la Fenomcnologfa del espíritu~ Por dos motivos: prime~o, porque esa obra contiene la más amplia, coherente y profunda teorización· del, conceptó de alienación; segundo, porque Marx la· con~cía bien (aunque no pudo conocer los escritos de juventud de Hegel, donde ese concepto juega con frecuencia un papel importante), y ejerció una honda influencia sobre él, si bien "negativamente" r por decirlo asf. Por cdnsiguiente, para discutir la acti·

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555·5/). lbld., pp.-!57 \556·57).

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consigue su transparencia dialéctica en la primera sección de la obra, mostrando progresivamente lo universal en general, es decir, lo indiferenciado, como su propia, intrínseca verdad), y porque la conciencia establece una relación con la objetividad "mediante la lo: talidad de sus determinaciones" (16} y la alcanza según cada una de ellas. Así se pasa de lo sensible, del dato actual en su positividad inmediata (que se "destruye" o supera en su inmediatez}, a figuras históricas e ideológicas, etc. Al final de ese camino, cuando se ha recorrido la objetividad en la totalidad de sus determinaciones empfricas e históricas, ésta se revela como una totalidad espiritual en ·,a que cada figura- nÓ es otra cosa que una alienación de sí mismo del espíritu. En otros términos, la autoconciencia arrebata a la sustancia su riqueza entera, toda !a estructura de sus esencialidades; pero este comportami_ento negativo hacia la objetividad es "igualmente positivo", o sea, es ·un "poner" (17). Todas las determinaciones de la sustancia ño son sino "posiciones" de la propia autoconciencia. La autoconciencia se habla alienado en ellas y ahora se recupera de la alienación, porque en ellas se reconoce a sí misma. Luego, en toda la construcción lógica de la Fenomenología, siempre encontramos · la significación y el mecanismo de la alienación hegeliana . .L. a cootraposjcjón sl!jeto-ohjeto 4 autoconcienc..ia~ustaacja es 11aa siiJ18Cióo de aljenació.Q. La contraposición existe porque la autoconciencia ha alienadÓ su propia sustancialidad, convirtiéndola en existencia (Dasein) y haciéndola pasar a través de cada existencia. Por eso es por lo que la autoconciencia puede volver a encontrar en el objeto su misma estructura -cate:-. gorial, y .por tanto apropiárselo en su totalidad. _Sin embargo, d~ ese modo, volviendo a enconfrarse y· reco(16) (17)

18

lbld., p. 461 (550). lbld., p. 461 (549).

nocerse a mis misma en la objetividad, la autoconciencia suprime la oposición y la alienación.

Por consiguiente, en el fundamento lógico gene-,d de la Fenomenología, la alienación viene dada por 1a objetividad material e histórica; la superación de la alienación tiene lugar con la superación de la objeth·idad; por último, tal superación no puede no ser, porque la obje_tivic!ad ~s algo "disperso", es una totahdé:d espiritual implantada por la autoconciencia (u la ali 3· nación [Entausserung] de la autoconciencia es la que pone.la coseidad"). y en cuanto que la autoconciencia ·"sabe esa nulidad ·del objeto" (18), la alienación e~tá implícitamente suprimida ·y superada. Hegel da la · ~i- · guiente· caracterización del proceso: "Pero el espi; i ·u nos ha demostrado a nosotros que no es ni salame;,:~ el repliegue de la conciencia en su pura interiorida::, ni el mero hundimiento de la autoconciencia en la SL :.;tancia y en el no-ser de su diferencia; más bien ha rrc:>trado ser ese movimiento del sí mismo que se alie· •a de sí mismo (das si eh selbst entaussert) y se hur je en su sustancia, que, como sujeto, se ha adentrado er sí partiendo de ellas y la convierte en objete v c.:>riE.nido, al eliminar esa diferencia de la objetividra ~- del contenido" (19). _.. ...-·

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Como es sabido, la alienación también tiene ;_¡1 :Japel muy importante en la _ejecución de cada parte· C't.! 1a Fenomenología. El espíritu extrañado de si mismo \'>ich entíremdete) .(La cullura)es el título de la segunca ~3c­ ción del "espíritu". En esta caracterización de la cu:tura como extrañación del espíritu, volvemos a er.~ entrar puntualmente todas las características de la clienación hegeliana que antes indicamos. En funcióP ·de nuestro problema, resumiremos ahora las llnéas ge(16) (19)

lbld., p. 451 (549). lb!d., p. 470 (561) ..

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nerales del proceso en el que se inscribe la dialéctica d-e la cultura como extrañación del espfritu.

El primer momento viene dado por el "viviente mundo ético", que es el espíritu en su "verdad inmediata''. En él, la sustancia ética vive en inmediata unidad consigo misma; entre autoconciencia y sustancia no hay oposición, están conciliadas. "La sustancia ética tiene la oposición encerrada en su conciencia simple, cons~ tituyendo esta última una unidad inmediata con su esencia" (20) .. La situación de extrañamiento se determina porque el espíritu se escinde de tal modo que la autoconciencia se opone a la sustancia, esto es, al conjunto de instituciones ·sociales y políticas. De ese modo, la autoconciencia tiene su contenido frente a sf, como una dura reaíÍdad dada inmediatamente y extraña ( elne unmittelbar vorhandne 1 lhm lremde Wlrkllchkelt) 1 en la cual no se reconoce. Luego el Si (la autoconciencia) y su esenciá (la sustancia) tienen la significación de extrañamiento recfproco el uno con respecto al otro. Es decir, se produce una oposición, un extrañamiento entre conciencia pura y conciencia real (o sustancia espiritual en la que se ha alienado la conciencia pura). El espíritu se presenta nqui cama 11n mJindo doble, escindido, separado y apqestQ: "El mundo de este espíritu se esconde en un mundo doble; el primero es el mundo de la realidad (Wirklichkeit) o mundo del ex~ra­ ñamiento (Entlremdung) del espíritu; el segundo es en · el que éste, elevándose sobre el primero, se construye en el éter de la pura conciencia. Este mundo, contrapuesto al extrañamiento (Entlremdung) 1 no por ello está libre precisamente de él, sino que más bien sólo es la otra forma de extrañamiento (Enllremdung)l forma que consiste justamente en tener la conciencia en dos mundos de distinta especie, abarcando am(20)

20

lbld.,

p. 286 (347).

bos" (21). Los dos mundos en !os que e es;:íritJ se encuentra escindido son el mur:jo de la cultura y el de la fe: "El todo [ ... ] es una realidad extrañada de sr (slch ent1remdung); se escinde en un :-eino donde la autoconciencia [ ... ] es real (wirlich) [luego es sust~n.cia], y en o~ro, el de la con.::encia pura, que, má~ allá del primero no tiene preser:cia real (wlrklich Ge· genwart), sino que es en la fe" (22). De momento, no nos interesa ver la dialéctica extremadamente compleja en f:1Ue se ·articula est~ oposición,. sino más bien _la etapa final ~ la c;ue debe llevar el proceso dialéctico. La autoconciencia debe "apode_@rs~" del mundo extraño que se le contraoone: y ng puede dejar de hacerlo, poroue ese mundo extraño, la .sustancia, 9¡; a..b.r.a de la au¡oc;nciencia. es la alienación del espfrjtu. La realidac Q:.!e se opone a la· autoconciencia "recibe la exist:nc;a íilediante la propiél alienación ( EnUiusserung) y :enu~cia a la esenci'\ (Entwesung) de la autoconc:er:::ra [ ... ]" (23). La sus: tancia, la esfera de las jns:i:uc:on:i sociales y polfti~ o bien, como dice Hegel, del coíl!en;do del dere· cho, es "obra·· de la autoconC:enr'a, QS !In prodpcto suyo donde la autoconciencia V::nier:to de la· individualidad que se" forma es [ ... : el devenir de la misma entendida como esencia objet:·.-a ~niversal; o sea, e~ el deve:1ir del mundo real (wlr'rdlch). Este, aunque de· venido a través de la individua'ida::!. ¡Jara la autoconciencia es algo inmediatame:-1!e ext;-añado (ent1remdet} (21) (22)

( 23)

lbld., p. 289 {3!: ). lbld., p. 285 (3.! ¡_ lb! d., P.· 287 ( 3-e ) -

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y tiene para ella la forma de la realiónd ( Wlrkllchkelt) _inamovible. Pero cierta al mismo tiempo de que el mundo real es su sustancia, la aut:Jconciencia tiende a apoderarse de él" (24 ).

La superación de la oposición entre autoconcien. cia y sustancia consistirá en la superación del carácter obJetivo de la sustancia mism....a. En realidad, la Intelección pura (reine Einsicht) "reducirá lodo a concepto" y "cancelará toda objetividad" (25). Operará de tal modo que la realidad (Wirklichkeit) gerderá toda sustancialidad Y., por tanto, los dos mundos en que es~ escindido el· esgíritu. el mundo real y el reino de la fe . •§.~..:derrumbarán: "esa revolución -dice Hegel- produce la libertad absoluta; con_ lo que el espíritu antes extrañado (enlfremdet) retorna completamente a .. sí ·mismo, abandona este terreno de la· cultura y pasa. a otro: el de la conciencia moral" ·(26). La estructura de este proceso en el que la autoconciencia se extraña en la cultura y luego se recupera a sí misma, nos confirma cómo Hegel, incluso en la ejecución concreta de la Fenomenología y en la aplicación de la alienación a un estadio particular del iter fenomenológico, reproduce las características·· generales del proceso que indica en el prólogo y en el capítulo sobre el "saber absoluto". También aquí el extraQ2.miento se produce a consecuencia de la ruptura d~ la unidad esoiritual originaria (en este caso a consecuencia de la disolución del viviente mundo ético). §sta escisión provoca la oposición de dos elementos, autocoocjeocia y sustancia, Que están dentro de la unj.Q.ad espjrit11al ~ue se ha roto (h1ego soc homogéneos entre si). La recomposición de los dos elementos· nQ ouede no tener lugar porque ambQ.t. tienen la· misma

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(24) (25) (26)

22

lbld., p. 291 (352). !bíd., p. 288 (349). !bid., p. 289 (350).

naturaleza espiritual. y el segundo es una alienac:ón del primero. En electo, la autoconciencia ha origjotdo) la sustancia objetivándose. alienándose en ella. Por consiguiente, también en esto la alienación coir:,;id~ con la objetivación, es decir, en este caso, con la :>b· jetividad histórica constituida por la esfera de la:. h-;tituciones sociales y políticas. "La fuerza del indh, el hombre auténtico en cuanto real. como resultado oe su propio jrabajo. El comporta!lliento real, activo, -je( hombre consigo mismo como ser genérico o la manifestación de si como ser genérico real, es decir, como ser humano, sólo es posible cuando exterioriza '"'::o.lmente todas las iuerzas propias de su género -le c;t:e, a su vez, sólo es posible a través de la obra cole~tin del hombre, o sea, sólo como resultado de la t"l•.>lcria-, y se relaciona con ellas como objetos, lo qu~. a (51) O~rcclona,

K. Marx-F. Engels, La Ideología alemana, Ed. Grij1.i JO, 1970. pp. 52-53.

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·. . Resumiendo, Heg'el -este es, en nuestra opiniqn, el sentido del discurso de Marx-, en virtud de su "dialéctica de la negatividad como principio motor y generador,", ha concebido la auto-realización del hombre (aunque, repetimos, esto sólo aparece en él en la figura de la autoconciencia} 1 como un proceso en el que el hombre se objetiva, se contrapone a si mismo. Por medio de esto,_ Hegel "aprehende la esencia del trabajo", porque el trabajo del hombre es precisament¡¡ Un proceso de objetivación de sus fuerzas humanas eseocja!e~ En efecto, lo que distingue al hombre de los demás seres··es- ef trabajo consciente, la obj~tivación de sus capacidades esenciales, genéricas y, por tanto, ~su desdoblarse en un mundo hecho por él, su objetivarse .. Luego Hegel, en la medida en gue concibe la ,objetjyacjóo como creación de un mundo social obje)ívo concibe ~;ti hombre objetivo como resultado de su propio trabajo.' De este modo, Hegel entra en el mundo t

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(52) K. Ma~x. Manuscritos de economla y lllosoffa de 1844, . Madrid, Alianza Editorial, 1968, P.P.· 189·90. En este texto se ve ·muy bien cómo Marx no rechaza el Idealismo hegeliano en los mismos términos abstractos y "sen5ualistas" de Feuerbach. A. Schmidt observa que Marx ve en el hegelianismo "la verdad expresada en forma mixtificada". El. idealismo desarrolla el "lado activo", au.nque sólo de modo abstracto, y ve que el mu.ndo esté niediatizado por el sujeto. Ma~x afirma -dice Schmldt- _gua este pensamiento sóto se puede utilizar en todo su alcance, si se det¡¡rmina qué significa el "producir" ( erzeugen) de Kant a Hegel: el creador de un mundo objetivo es E!i proceso histórico-social de la vida humana. El hecho de que al comienzo de la Edad Moderna el ser natural extrahumano siempre se degrade mAs respecto a las estructuras sociales, se refleja filosóficamente en el desviar cada vez más las determinaciones de la objetividad en el sujeto, hasta que, finalmente, en la especulación post-kantiana, aquellas determinaciones se resuelven el\ él sin residuos. Por tanto, en el pensamiento de Hegel tenemos, por un lado, el reflejo real del proceso productivo; sin embargo, por otro lado este último permanece en su totaliqad, ·a pesar de algunas extraordinarias intuiciones particulares: un. proceso completamente espir.itual ( Cf. A. Schmidt, Der Begrlff der Natur In der Lehre von Marx, Frankfurt a. M., 1962, pp. 19-20.

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de ·la historia, debe elaborar un vasto material históricoJ Aún más: al reivindicar para el hombre el mundo social objetivo indica que la religión, la riqueza, la propiedad privada, etc., sólo son la realidad alienada de _la objetivación humana, de las fuerzas esenciales humanás. Esto permite a Hegel intuiciones profundas patá una crítica real de esferas completas, es decir, le permite presentarlas y caracterizarlas como aspectos de la alienación humana. Pero al mismo tiempo -y aquf nos topamos con lo.limitado y unilateral de su concepción- Em ·cuanto que ldenllfica alienación Y· objetivación, o -bien, en cuanto que concibe la objetivac!ón como alienación de la que la autoconciencia debe recuperarse, Hegel se cierra la posibilidad de elaborar una- problemática de la alineación rigurosamente' hlst~­ rlca (relativa a una formación económico-social). En resumen, para Hegel toda la nh!etiyidad en cuanto tal es alienación: no aspectos aislados de ella y, por tanto, tampoco una condición determinada del hombre dentro de la objetividad histórica. De ah[ toda la ambigüedad y la_ paradójica actitud de la conc_epción de Hegel, que fue el primero en presentar las bases oara una teor{a de la allenaciáR al concebir la Objetividad social como un producto del trabajo humano-. pero no se permitió un empleo eficaz (es decir, rigurosa-· mente histórico) de esta teoría a causa de su intercambio o identificación de la alienación con la objetividad histórico-material. De ahí ef carácter "doble", por así decir, del_ concepto hegeliano de alienación, que, por un lado, permite a Hegel interpretar realmente algunos aspectos alienados de la realidad social, pero que por otro inutiliza en gran parte la importancia de ese descubrimiento, porque identifica la alienación con toda la realidad histórica en tanto que objetiva. Volvamos a temar el hi!o de nuestro discurso y tratemos de in~erpretar estos aspectos en la sección

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relativa a la Bildung. Ahí nos presenta Hegel una amplia investigación dialéctica de la l~istoria moderna que esta fundamentada metodológicamente en un comple· jo procedimiento apriorista y mixtificado, pero que, sin embargo, no sólo intuye, sino que a menudo formula "exactamente y con gran agudeza algunos de los más esenciales problemas del movimiento de la historia moderna". "Ningún filósofo antes de Marx incluye en su ~istema el nacimiento del mundo burgués, el problema del trabajo, el problema de la Riqueza como potencia q':'e somete a sí el poder estatal, la Ilustración, la Revolución francesa, de tal manera que los hiciera part.es _absol-utamente integrantes, ·miembros plenamente orgánicos del sistema mismo" (53). · En general, para los fines de nuestro problema, se debe subrayar que en la época moderna, pára cuya i.-: Bgación dialéctica parte inmédiatamente después c.r:l ocaso de la polis helénica, Hegel ve una época de e-irilu-. se encuentran o~ullos en ella todos :os elemen:os de la critica y con frecuencia preparados y elaborados de una manera qu'e supera ampliamente el pu;"lto de vista de Hegel. Los capltulos sobre la "conciencia desventurada", la "conciencia noble", la lucha entre conciencia noble y concie!lcia .civil, etc., contienen los elementos. críticos -aunque ·aún de forma ·extrañada- de complétas es-feras, como la religión, el Estado, la vida civil (bürgerlich). etc." (43). (Y poco antes, siempre a propósito de la Fenomenología, Marx habla de "aspecto completamente negativo y critico" y de critica realmente co_ntenida en él que con frecuencia se adelanta al desarrollo pos:erior" {44]). Pero, en nuestra opinión, ese reconocimiento de Marx no disminuye en absoluto el rigor ni modifica el sentido de su critica a la teoría hegeliana de la a!ienación. La Fenomenología -éste es el sentido del reconocimien:o marxiano- presenta en su_ fundamel}to una "dialéctica de la negatividad como principio motor y generador", en el sentido de · que Hegel "concibe la at¡tn(;eneracjón del hombre como un proceso. la ohjetivsció:'l como 110a contraposición, como alienación (Entausserung) y superación de esta alienación: que en cc:-~se:::uencia capta la esencia del trabajo y concibe el hombre objetivo, el hombre auténtico en cuanto real, como resultado de su· propio trabajo" ( 45). Ya her.ws tenido ocasión de discutir este punto (46). Lo que distingue al hombre de todos los demás seres es el trabajo consciente, la ob(como valor universal de todas las cosas, constituido por~ sí mismo", que ha "despojado al mundo entero, al horrbre y la naturaleza, de su propio valor". Y añade: "E' dinero es la esencia extrañada (das entfremdete Wt! sen) del trabajo del hombre y de su existencia, y est: esencia extraña le domina y él la venera" (73).

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En este caso, para Marx, el cristinismo constituye una vez más la expresión ideol(>gica .más completa de la sociedad burguesa aliena~a. En realidad, ambos, so ciedad burguesa y cristianismo;-se basan en una hip-Jstasis que se contrapone al 'ho_mbre 'como extrañ3 )' enemiga: en el cristianismo el hombre objetiva su propía esencia y hace de ella una fantasmagó! ica esenl;:a extraña· en la sociedad burguesa el hombre objeliyª en el dinero su oropio trabajo, e igualmente hace de . él una esencia extraña. En ese sentido, sólo en el munde una ~eligión determinada (el cristianismo, como hemos visto, ·está conqicionada por ).!na deter:nlnada situación éticcrpollti_ca.

(72) ·(73)

ScrllU pollllcl glovanlli, cil, pp. 392-93. lbld., ~- 390.

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cristiano-burgués hombre y naturaleza podlan con· vertirse en "objetos alienados ( enUiusserte) de com· praventa, abandonados a la esclavitud de la necesidad egolsta y al tráfico" (74). La conclusión que . puede sacarse de este análisis del empleo del concepto de alienación en la Judenfra· ge es la siguiente: la alienación es un concepto socio.. polltico, utilizado en un contexto de filosoffa polltica; ·_designa una condición típica de la sociedad burguesa ·.moderna. Más propiamente,da alienacjórv(Entlremdung, Entausserung, Veriiusserung) consiste: a} en una des. igualdad real y en una escisión atomista entre los indi. viduos a nivel de la ·sqciedad civil, y en la escisión en. tre condición real, material (social). y condición política del hombre moderno; por consiguiente, se trata dci la hipocresla de la _:Soberanía" y de la "igualdad". La alienación. sé-prÓduce,· pues, por una situación de 'escisión y por los dos aspectos que resultan de tal escisión: el hombre "material", "profano", que es miem· 'bro· de la sociedad civil, y el hombre "abstracto", que es miembro del Estado polltico. b) Se localiza la alíe· nación en la expresión ideológica más tlpic~ de la escisión que desgarra